EN PORTADA 1812 Bicentenario de la Pepa [ Por GONZALO SAN SEGUNDO ] Hace 200 años, las Cortes de Cádiz dieron las primeras pinceladas de la moderna organización sanitaria española. Al tiempo, un grupo de médicos robustecía la profesión, y su quehacer (a veces también sus personas) traspasaba las fronteras. Entonces, la Medicina era, sobre todo, cirugía militar hospitalaria, y los pacientes, heridos de guerra y afectados por la peste. 14 Medical EcoNoMics 24 de febrero de 2012 MedicalEconomics.es CORTES DE CÁDIZ l próximo 19 de marzo, día de san José, se conmemora el bicentenario de la primera Constitución liberal que tuvo España, conocida popularmente como “La Pepa”. Las Cortes de Cádiz, constituidas en septiembre de 1810, dieron a luz, 16 meses más tarde y bajo la amenaza de la invasión francesa, a un texto que, entre otros asuntos, trazaba las primeras pinceladas de la moderna organización sanitaria de este país. La Constitución de Cádiz estuvo vigente poco más de dos años, pues en mayo de 1814 Fernando VII la suspendió, implantando el absolutismo. Pero la revolución de 1820 restableció las Cortes constitucionales y la vigencia de La Pepa, que fue derogada tres años más tarde, poniendo fin al llamado Trienio Liberal. Aunque aún sobrevivió un par de meses más en 1836. Durante todo ese tiempo, un grupo de médicos desarrolló y robusteció la profesión, y su quehacer (a veces también sus personas) traspasó las frontera, al calor de un texto y su desarrollo legislativo que, du- Vicisitudes de los padres de la patria El régimen parlamentario constitucional de las Cortes de Cádiz, con La Pepa bajo el brazo, pasó por una serie de vicisitudes que duraron más de dos décadas. ■■22-5-1809. La Junta Central Suprema ordena la celebración de Cortes extraordinarias y Constituyentes. ■■24-9-1810. Se constituyen en el teatro de la Isla del León (San Fernando) y comienzan a redactar la primera Constitución española, de corte liberal. ■■20-2-1811. Se trasladan al Oratorio de San Felipe Neri, en la ciudad de Cádiz, ante la falta de seguridad para sus miembros por la aproximación del ejército francés. ■■19-3-1812. Aprueban y juran la Constitución los 184 diputados presentes de los 204 que integraban la Cámara. ■■14-9-1813. Regreso a San Fernando por los efectos de la fiebre amarilla, que afectó a 60 diputados. ■■29-11-1813. Traslado a Madrid. ■■14-5-1814. Fernando VII suspende la Constitución, disuelve las Cortes de Cádiz, declara nulas todas sus decisiones e impone el absolutismo. ■■Junio 1820. Las Cortes constitucionales se restablecen en Madrid y declaran vigente la Constitución de 1812. ■■16-6-1823. Vuelta al gaditano Oratorio de San Felipe Neri, tras pasar por Sevilla y declarar demente a Fernando VII. ■■Septiembre 1823. Los afrancesados españoles, con la ayuda de las armas francesas (los Mil Hijos de San Luis) ponen fin al régimen parlamentario español. MedicalEconomics.es rante media docena de años, repartidos en dos etapas, rigió la vida española y, cómo no, la sanidad y la práctica médica. Las Cortes de Cádiz, por medio de La Pepa, dieron al Gobierno de la nación la competencia centralizada de la sanidad pública, otorgaron responsabilidades de salubridad a los ayuntamientos y, en el ámbito asistencial, establecieron que la beneficencia municipal fuera obligatoria. Así, el artículo 131 de la Constitución de 1812 establecía, dentro del apartado dedicado a las facultades de las Cortes, “aprobar los reglamentos generales para la policía y sanidad del reino”. Y el artículo 321 especificaba que estará a cargo de los ayuntamientos “la policía de salubridad y comodidad” y “cuidar de los hospitales, hospicios, casas de expósitos y demás establecimientos de beneficencia”. La tarea para generar una organización sanitaria resultó complicada. Por un lado, los legisladores constituyentes (celebraron su primera reunión en mayo de 1809) tuvieron que luchar contra la epidemia de fiebre amarilla y, por otro, defenderse de los invasores franceses. Varios proyectos ambiciosos, como el Código Sanitario (ver recuadro) fracasaron. Y por otro, las Cortes constitucionales del Trienio Liberal (18201823) dispusieron de poco tiempo para desarrollar con leyes concretas lo legislado en materia sanitaria por las Cortes de Cádiz. LA FORMACIÓN COMO BASE Mientras tanto, cobraban auge los reales colegios de Cirugía, modelo que desembarcó en Iberoamérica. El primero que se fundó fue el de Cádiz, en 1748, en dependencias del Hospital Real, como centro para la formación anatómica de los cirujanos castrenses. Su artífice fue Pedro Virgili i Bellver (1699-1776), cirujano de la Armada formado en Francia, autor de Memoria sobre broncotomía y renovador de la cirugía del siglo XVIII. Los estudios teórico-prácticos se realizaban en seis años de carrera internos en el colegio-hospital, más dos años prácticos embarcados. Se instauraron asignaturas nuevas en España, como Física Experimental, Química y Enfermedades Profesionales (castrenses y de los navegantes), entre otras. Y los alumnos, a los que se les pagaba, estaban sometidos a una severa disciplina. Por ejemplo, suspender por segunda vez una asignatura significaba la expulsión del colegio. En 1764 se inauguró el Real Colegio de Cirugía de Barcelona, gracias, también, a la iniciativa de Virgili, y con idéntico objetivo. Y en 1780, Antonio Gimbernat y Mariano Ribas, discípulos de Virgili en Cádiz, fundaron el de San Carlos de Madrid, donde también se formaban cirujanos civiles. 24 de febrero de 2012 Medical EcoNOMics 15 CORTES DE CÁDIZ Los colegios de Cirugía, que en 1843 se convirtieron en facultades de Ciencias Médicas, fueron los promotores del desarrollo científico, pues ni las universidades ni las cátedras de Cirugía estaban preparadas para dar respuesta a la formación y calidad en el ejercicio profesional que se requería. En esa época, los cirujanos estaban peor considerados que los médicos. De hecho, Cirugía y Medicina tenían formación reglada diferente. Muchos de los alumnos y profesores de los reales colegios de Cirugía sirvieron de cirujanos en la Armada o en el Ejército, y eran destinados a las colonias de ultramar. Así sucedió con José María López, que llegó a ser vicerrector del Colegio de Cádiz y catedrático de la Universidad de Madrid; en 1844 ya tenía el grado de doctor en Medicina y Cirugía Médica y dos años más tarde consiguió la distinción de director del Cuerpo de Profesores de la Armada Naval. ORGANIZACIÓN SANITARIA La enseñanza médica estaba encarrilada, pero la organización sanitaria era una asignatura pendiente. José Javier Viñes, exsenador y especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, sostiene en La Sanidad española del siglo XIX que en ese siglo la sanidad no era “una organización técnica o administrativa, sino una actividad gubernativa correspondiente al ámbito de la policía de salubridad confiada a jefes políticos y alcaldes, que toman medidas según el estado de necesidad de protección de un bien de propiedad individual como es la salud”. No obstante, los diferentes gobiernos se ocuparon y preocuparon de la salud pública ( Junta Suprema de Sanidad) y de los asuntos médicos (Protomedicato). La Junta Suprema de Sanidad (órgano de la Administración del Estado) y sus juntas provinciales se encargaban de las materias referentes a la salubridad y las epidemias, es decir, la sanidad marítima y la terrestre. Fueron suprimidas a mediados de siglo. La regulación de las profesiones sanitarias era competencia del Protomedicato (ver recuadro en página siguiente). Médicos diputados La Constitución promulgada por la Cortes de Cádiz estuvo oficialmente vigente durante tres periodos: del 19 de marzo de 1812 hasta el mismo día de 1814; en el Trienio Liberal: 1820 a 1823; y durante un breve periodo en 1836-1837, bajo el gobierno progresista que preparaba la Constitución de 1837, concretamente desde el 17 de marzo al 23 de mayo de 1836. Pero las Cortes Generales y Extraordinarias de Cádiz, las que se encargaron de redactar la Constitución de La Pepa, habían iniciado su andadura el 24 de septiembre de 1810 en San Fernando (Cádiz). EI numero teórico de diputados de las Cortes de Cádiz debía de haber sido en torno a 240. Firmaron la Constitución 185 y asistieron 223 a la sesión de clausura, el 14 de septiembre de 1813. Entre todos ellos, solo hubo un español, el abulense Manuel Martín López, y dos iberoamericanos: el ecuatoriano José Mejía Lequerica y el mexicanoValentín Gómez Farías.Todos los demás pertenecen al periodo del Trienio Liberal (1820-1823). He aquí, por orden alfabético, los profesionales médicos que resultaron elegidos diputados en todos los periodos mencionados. GARCÍA Y GARCÍA, Antonio (?-1844). Médico titular de Osuna (Sevilla), catedrático de Filosofía y luego de Medicina, fue diputado por Sevilla en elTrienio Liberal, en la legislatura de 1820-1821, en la que participó activamente en los debates sobre salud pública. Autor de Memoria sobre el modo de perfeccionar el estudio de la Medicina. GÓMEZ FARÍAS, José María Valentín (1781-1858). Natural de Guadalajara (México), en cuya universidad se graduó en Medicina 16 Medical EcoNoMics 24 de febrero de 2012 en 1807 e impartió clases. Hijo de español, ejerció de médico en Aguascalientes, y en 1812 fue electo diputado por su país. Ejerció de presidente de México en varios periodos breves y presidió la Cámara de diputados. Fundó la Escuela de Ciencias Médicas, que se convertiría en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. JANER i BERTRÁN, Félix (1781-1865). Diputado en el Trienio Liberal por el Principado de Cataluña y catedrático de Medicina de la Universidad de Cervera, escribió varias obras relacionadas con la Medicina, entre ellas Instrucción clara y sencilla para todas las clases del pueblo sobre los medios más convenientes y seguros de preservarse del cólera-morbo asiático, y curarse de sus primeros ataques. Fue consejero de Instrucción Pública. LAGASCA SEGURA, Mariano (1776-1839). En diciembre de 1821 fue elegido diputado a Cortes por Aragón, y el 30 de abril de 1822 firmaba, junto con otros diputados, el frustrado Código Sanitario para la Monarquía Española. Nacido en Zaragoza, fue nombrado profesor de Botánica Médica en 1807 en Madrid. Al año siguiente huyó a Salamanca, se alistó en el ejército que combatía a los franceses y lo nombraron Médico de los Ejércitos Nacionales, cargo que ejerció en distintos hospitales. LÓPEZ DEL BAÑO, Agustín. Médico de sanidad militar, de Lucena, y diputado por Córdoba en la Legislatura 1822-23 del MedicalEconomics.es CORTES DE CÁDIZ Además de estos dos pilares: el gubernativo y el profesional, la organización de la Sanidad española precisaba de un andamiaje que la sostuviera. Pero los diversos intentos que para ello se abordaron desde principios de siglo fracasaron en su esencia. Habrá que esperar hasta mediados de la centuria para ver cuajar los primeros pasos del desarrollo organizativo de la sanidad, que culminarán en 1904 con la Instrucción General de Sanidad (ver recuadro “Intentos organizativos...”). Mateo Seoane y Sobral, médico y diputado en el trienio liberal, fue el impulsor de la organización sanitaria en el siglo XIX. La Guerra de la Independencia (1808-1814) y las sucesivas alternancias de regímenes impidieron el desarrollo de la Medicina, tanto en su vertiente investigadora como en el avance de las técnicas médicas. Asi- Una de las múltiples placas conmemorativas que se pueden encontrar en Cádiz. mismo, diezmaron la presencia en España de buenos profesionales, condenados al exilio por afrancesados, desafectos o liberales. Otras veces se quedaban aquí, despojados de sus cargos y enseñanza. Pero en uno y otro caso, muchos de los exiliados completaron su formación junto a prestigiosos médicos europeos, tanto en París como en Londres; y, de regreso a España (los que lo hicieron), trajeron el Las Cortes de Cádiz dieron al Gobierno de la nación la competencia centralizada de la sanidad pública Trienio Liberal. En junio de 1834 resultó elegido procurador por Sevilla. MARTÍN LÓPEZ, Manuel (1737-1827). Natural de Ávila, desa- rrolló su vida profesional en el Hospital San Antonio Abad de León, que dependía del cabildo catedralicio. Su carrera política comenzó en vísperas de las elecciones a las Cortes de Cádiz de 1812, primero como alcalde segundo de León, elegido en septiembre de 1812, y, desde octubre de ese año, como diputado por León. Se presentó a diputado con el objetivo de crear en la capital leonesa una cátedra Médico-Quirúrgica y de Farmacopea. Fue el único médico español que tuvieron las Cortes constituyentes de Cádiz. MEJÍA LEQUERICA, José (1775-1813). Nombrado diputado suplente el 22-9-1810, nació en Quito y representó a Ecuador en las Cortes extraordinarias de Cádiz. Doctor en Medicina y profesor de Retórica y Poética y de Filosofía, formó parte de las comisiones Colegio de Cirugía Médica y Sanidad, entre otras. Excelente orador, uno de los mejores que tuvieron las Cortes de Cádiz, dirigió el periódico La Abeja. Murió en Cádiz víctima de la fiebre amarilla. MONTESINO Y CÁCERES, Pablo (1781-1849). Natural de Za- mora, estudió en la Facultad de Artes de Salamanca y luego se licenció en Medicina. Diputado por Extremadura en la Legislatura 1822-23 del Trienio Liberal. Se dedicó especialmente a los temas de instrucción pública. Se exilió a Londres, regresando en 1834. MedicalEconomics.es PALAREA Y BLANES, Juan (1780-1842). General murciano de ascendencia napolitana, estudió Teología y luego Medicina en Valencia y ejerció de médico en Villaluenga (Toledo). Militar y guerrillero, alcanzó considerable notoriedad en la Guerra de la Independencia. Diputado por Murcia en la legislatura 18201821, en el Trienio Liberal, fue jefe político de Madrid. Exiliado en Francia, pasó a Inglaterra y luego a Argel. PEDRÁLVEZ VENDRELL, José Francisco (1776-1850). Diputado por el Reino de Galicia en la Legislatura 1822-23 del Trienio Liberal. Nacido en Barcelona, ejerció la Medicina, especialmente en Santiago de Compostela. SEOANE Y SOBRAL, Mateo (1791-1870). Inició su carrera política en 1821 como diputado en Cortes porValladolid, durante elTrienio Liberal. Natural de Valladolid, se licenció en Medicina en 1812 y obtuvo el doctorado en 1813 en Salamanca. De ideas liberales y adscripción masónica, destacó como activista político contra el absolutismo de Fernando VII, por lo que en 1814 fue juzgado como reo de Estado. TRUJILLO, Ramón (?-1836). Natural de Calzada de Calatrava, fue diputado por La Mancha en la Legislatura 1822-23 delTrienio Liberal, miembro de la Junta de Beneficencia de Madrid en 1822, médico de los hospitales General y de la Pasión de Madrid y catedrático de número del Colegio de San Carlos, nombrado en 1818. Explicaba Fisiología. Socio de número de la Real Academia Médico-Quirúrgica, en 1833 fue nombrado bibliotecario del mismo colegio y director tres años más tarde. 24 de febrero de 2012 Medical EcoNOMics 17 CORTES DE CÁDIZ conocimiento adquirido, enriqueciendo de esta forma el saber médico y científico imperantes. Ejemplos de afrancesados exiliados en París fueron, por ejemplo: Tomás García Suelto, famoso médico de moda en la Corte, divulgó las obras de Xavier Bichat y Antoine Portal; Tomás Villanova, catedrático de Anatomía de la Universidad de Valencia; o Manuel Hurtado de Mendoza, discípulo de Francisco Broussais, “de cuyo sistema médico se convirtió en infatigable difusor”, señala José María López Piñero en Las ciencias médicas en la España del siglo XIX. Los médicos con mentalidad liberal eran más numerosos que los afrancesados, “hasta el punto de que su Intentos organizativos de la sanidad española 1804. Benito Puente, ministro del Consejo de Carlos IV, presenta la Ordenanza de sanidad marítima y terrestre. Los acontecimientos de Aranjuez de 1808 dieron al traste con el plan. 1814. Con la vuelta de Fernando VII al trono, se aborda un Reglamento General de Sanidad, que, junto a la Ordenanza de 1804, Ignacio Jáuregui, médico de Familia y primer médico de cámara, lo transforma al año siguiente en Reglamento de Sanidad Marítima y Terrestre. 1820. Una real orden encarga a una comisión que redacte un Proyecto de Ley Sanitaria, teniendo en cuenta los documentos anteriores, intento que quedó en dique seco. 1821. Una nueva comisión redacta el Proyecto de Ley Orgánica de Sanidad Pública de la Monarquía española. Al año siguiente, las Cortes lo transforman en Proyecto de Reglamento de Ley General de Sanidad, con 469 artículos, que fue rechazado por el pleno. 1822. La Comisión de Salud Pública de las Cortes redacta un nuevo texto: Proyecto de Código Sanitario para la Monarquía española, intento que fracasó. 1823. La Junta Suprema prepara un Proyecto de Ordenanza General de Sanidad, con 325 artículos, y el Consejo Real lo echó para atrás. Una Ley Municipal crea los médicos municipales y la obligación de los ayuntamientos de contratarlos. 1839. La Junta Suprema redacta un nuevo Proyecto de Ley Orgánica de Sanidad, pero la renuncia y exilio de la reina María Cristina lo condenan al olvido. 1847. El Real Decreto Orgánico de Sanidad estructura la sanidad española en tres niveles: estatal, provincial y municipal. 1855. Se promulga la Ley de Servicio General de Sanidad, cuya principal finalidad era la protección de la salud pública. 1904. La Instrucción General de Sanidad es “el colofón sanitario de las voluntades y conocimientos del siglo XIX”, en palabras de José Javier Viñes. 18 Medical EcoNoMics 24 de febrero de 2012 persecución y exilio condujo a un grave déficit de médicos que los gobiernos absolutistas intentaron paliar con la concesión de atribuciones facultativas a titulados de segundo rango”, según López Piñero. Entre los exiliados liberales hay que citar al diputado Mateo Seoane quien, tras ser condenado a muerte, huyó a Tánger y finalmente a Londres, donde consiguió ser un brillante intelectual y científico. Regresó en 1834, habiendo publicado numerosos trabajos. También se exilió en Londres, donde falleció en 1830, Juan Manuel de Aréjula, que fue presidente del Tribunal Superior de Salud Pública y gran figura de la química y los estudios epidemiológicos. Y Mariano Batllés llegó a la capital del Támesis tras cruzar a pie toda Francia y doctorarse en Edimburgo. Volvió en 1833. No regresó de Francia Benigno Risueño de Amador, profesor de la facultad de Medicina de Montpellier, que destacó por su actividad científica en la Academia de Medicina de París. Además de los exiliados, la represión absolutista separó de sus cátedras a nueve médicos liberales del Colegio de Cirugía de Madrid y cuatro del de Barcelona, entre los que se encontraban Ramón Capdevila, Juan Bautista Foix, Bonifacio Gutiérrez, Antonio Hernández Morejón, Juan Ribes Mayor, Juan Ribot y Antonio de San Germán. Y en la Facultad de Medicina de Valencia fueron destituidos todos sus catedráticos excepto uno, incluido Félix Miquel, introductor de la enseñanza clínica en España, que en 1814 fue denunciado por afrancesado. Pero a pesar del diezmado saber y quehacer médico, la actividad médico-científica no quedó anulada, aunque la empobreció y retardó la asimilación de los nuevos planteamientos de la escuela anatomoclínica de París, que comenzaron a llegar a España en la década previa a la Guerra de la Independencia. Sus principales difusores fueron Francisco Salvá Campillo, José Severo López y el citado Miquel, responsables, respectivamente, de la enseñanza clínica en Barcelona, Madrid y Valencia. La perspectiva anatomoclínica convivió con la mentalidad antisistemática, inspirada principalmente en las ideas de MedicalEconomics.es CORTES DE CÁDIZ Como consecuencia de todo ello, el hacinamiento, contagio y elevadas tasas de mortalidad configuraron los tres problemas más graves de los hospitales, frente a la práctica de la enseñanza y la investigación, la cara más positiva. Tanto en los hospitales militares (Marina y Ejército) como en los de carácter religioso o civiles. Entre los que estaban bajo control militar, el más importante fue el Hospital Real, de la Armada hasta 1823, donde se ubicó el Real Colegio de Cirugía, que a partir de 1791 aunó, por primera vez en Europa, las enseñanzas de la Medicina y la Cirugía, carrera con seis años de estudios y Juramento de las Cortes de Cádiz en la Iglesia Mayor Parroquial de San Fernando el dos de prácticas en régimen de 24 de septiembre de 1810. internado. Hoy, su entrada es el la escuela de Viena, basada en la observación clínica y en rectorado de la Universidad de Cádiz. Otro hospital castrense de relevancia fue el de la Mael interés por las necropsias. rina de San Carlos, fundado en 1809 en San Fernando, La Cirugía, que había conseguido una gran altura en plena Guerra de la Independencia, y ubicado en el durante la Ilustración, también sufrió los avatares políconvento de San Francisco. Atendió a pacientes civiles y ticos y bélicos del primer tercio del siglo XIX. Los catemilitares de Cádiz y a numerosos prisioneros franceses. dráticos San Germán y Rives Mayor, de los colegios de Fue derribado en 1981. Su primer director fue Antonio Barcelona y Madrid, respectivamente, fueron los principales (casi únicos) impulsares de la escuela y tradición de Alfaro (1770-1811), perteneciente al Cuerpo de Profesores Médicos Cirujanos de la Real Armada. Gimbernat, incorporando la anatomía patológica en los ambientes quirúrgicos. Mas, el saber anatómico había descendido tanto, que tomó forma anoréxica. Lo mismo cabría decir de la fisiología, alimentada, como la anatomía, por traducciones y compendios rancios. Se salvan como cosecha propia, Tratado elemental, de Hurtado de Mendoza, en el saber Las disputas de los legisladores acerca de la anatómico, y la labor de Juan Mosácula en el panorama exactitud científica de los medios técnicos de actuación sanitaria frustraron, en 1822, la fisiológico. El fallido Proyecto de Código Sanitario HOSPITALES EN EL SIGLO XIX Mientras tanto, ¿qué se hacía en los hospitales? ¿Cómo era la calidad asistencial en el primer tercio de la España del siglo XIX? La desamortización que emprendieron los gobiernos de Carlos IV en 1798 y 1808 dejaron en situación crítica a los centros hospitalarios y de beneficencia o asistencia domiciliaria. La coyuntura se agravó con la invasión napoleónica, los vaivenes políticos y legales y las epidemias de 1800, 1810 y 1819, que se convirtieron en verdadera prueba de fuego para los hospitales gaditanos. MedicalEconomics.es aprobación del Proyecto de Código Sanitario, que pretendía recopilar todas las técnicas sanitarias existentes en aquella época. Asimismo, reconocía la existencia del contagio en las enfermedades y creaba una Dirección General de Sanidad, integrada, esencialmente, por sanitarios y no por políticos. Fue un antecedente fallido de la vigente, desde abril de 1986, Ley General de Sanidad. La comisión que elaboró el proyecto estaba presidida por el médico y diputado por Valladolid Mateo Seoane Sobral, y formaban parte de ella Mariano Lagasca, Agustín López del Baño, Pablo Montesino, José Francisco Pedrálvez, José Pumarejo, Ramón Salvato, Nicasio Tomás y Ramón Trujillo. 24 de febrero de 2012 Medical EcoNOMics 19 CORTES DE CÁDIZ Insignes galenos de la España de 1812 No fueron diputados en las Cortes de Cádiz ni durante la vigencia oficial de la Constitución de 1812, pero la vivieron y dejaron huella en la Medicina y Sanidad de la época. AMELLER Y GONZÁLEZ, Rafael Luis. Primer catedrático por oposición del Colegio de Cirugía de Cádiz, fundador en 1815 de la Sociedad de Medicina de dicha ciudad y médico de cámara. AMELLER i CLOT, Carlos Francisco (1753-1835). Barcelonés, catedrático, cirujano mayor de la Armada y director del Colegio de Cirugía de Cádiz entre 1805 y 1813, fue vicepresidente del Protomedicato establecido en Cádiz y médico de cámara. ARÉJULA Y PRUCET, Juan Manuel Guillermo de (1755-1830). Cirujano militar nacido en Lucena y médico de cámara de Carlos IV. En 1791 se le nombró ayudante de Cirujano Mayor, asignándole la cátedra de Química del Colegio de Cirugía de Cádiz, del que fue director sin ejercicio en 1809. Durante el periodo absolutista desarrolló una gran actividad política de oposición al régimen. BENJUMEDA Y GENS, José (1787-1870). Ingresó de colegial interno en el Real Colegio de Cirugía de Cádiz a los 17 años de edad. En 1811 se le nombró disector anatómico del Real Colegio de Medicina y Cirugía de Cádiz y, en 1824, catedrático de Anatomía teórica y práctica y maestro consultor de la Armada Nacional. Fue uno de los fundadores de la Sociedad Médico-Quirúrgica de Cádiz. En 1847 fue nombrado primer decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla en Cádiz. BLÁZQUEZ, José (?-1838). Catedrático de número por oposición de los hospitales General y de la Pasión de Madrid, médico militar y cirujano de familia y de cámara.Tuvo el honor de explicar a Fernando VII la estructura interior del cuerpo humano. Se le concedió por tres veces el Premio de Anatomía. CASTELLÓ GINESTÁ, Pedro (1770-1850). Primer médico de cámara sanitaria de José Bonaparte. Dirigió dos hospitales militares y residió en París hasta su muerte. GIMBERNAT Y ARBÓS, Antonio de (1734-1816). Médico afrance- sado, fue el cirujano español más importante de la Ilustración, con gran prestigio científico en Europa. Catedrático de Anatomía en Barcelona y cirujano mayor de su hospital, fundador y director del Colegio de Cirugía de San Carlos, de Madrid, y cirujano de Cámara de Carlos IV y Fernando VII, presidió el Consejo Superior de Sanidad Pública durante la ocupación napoleónica. GUTIÉRREZ, Bonifacio (1771-1854). Natural de Madrid, fue médico titular de ColmenarViejo, cirujano supernumerario y catedrático de Clínica del Colegio de Cirugía y Medicina de San Carlos, del que fue director. Médico de Familia del Marqués de Villafranca y cirujano de cámara. HERNÁNDEZ MOREJÓN, Antonio (1773-1836).Vallisoletano, fue catedrático de Clínica en el Colegio de San Carlos, en Madrid, y médico de cámara. Nombrado protomédico del ejército de Aragón en 1815, resultó acusado de desafecto en 1823 y apartado de la cátedra, que recuperó cuatro años más tarde. Su obra más importante es Historia bibliográfica de la Medicina española. MIQUEL MICO, Félix (1754-1824). Introductor de la enseñanza clínica en España, catedrático de Clínica en la Universidad de Valencia y honorario de la de Salamanca. Médico de cámara. ORFILA I ROTGER, Mateu Josep Bonaventura (1787-1853). Más conocido por Mateo Orfila, fue un científico menorquín, llamado el padre de la toxicología. Fue decano de la Facultad de Medicina de París, miembro del Consejo Real de Instrucción Pública y de numerosas academias científicas francesas y extranjeras. PÉREZ LASO DE LA VEGA, Francisco Javier (1785-1836). Natu- del rey FernandoVII. Estudió Filosofía en Cervera y cirugía médica en Barcelona. Sus ideas liberales le condujeron a la cárcel en 1824. En enero de 1825 FernandoVII sufrió un ataque de gota y no tuvo más remedio que sacar a Castelló de la prisión, le pidió que se quedase en palacio y volviese a ejercer de médico de cámara. ral de Cartagena, en 1806 se licenció en Cirugía Médica, y en 1811 tomó el grado de Bachiller en Medicina. Catedrático de Patología Médica el Real Colegio de Cádiz, fundó la Sociedad Médico-Quirúrgica de esta ciudad.Vinculado a varias academias médicas, se le consideró el introductor del método anatomoclínico en España. CASTELLÓ Y ROCA, Juan (1797-1842). Hijo del anterior. Cirujano PONCE DE LEÓN Y MOLINA, José (1753-1819). Catedrático de cámara, catedrático del Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos y presidente de la Junta Superior Gubernativa de Medicina y Cirugía. FABRA SOLDEVILLA, Francisco (1778-1839). Destacó por su labor de divulgación médica, por sus trabajos sobre la medicina de guerra y por haber participado en las primeras leyes de salud pública elaboradas en España. Coordinó el proyecto de la primera Ley de Salud Pública de 1822. GALLI CAMPS, Leonardo (1751-1830). Nació en Tarragona y fue cirujano militar durante la Guerra de la Independencia, llegando a ser cirujano de cámara. Con especial orientación hacia la traumatología, en 1795 publicó Nuevas indagaciones sobre las fracturas de la rótula y de las enfermedades que con ella tienen relación, especialmente la transversal. GARCÍA SUELTO, Tomás (1778-1816). Madrileño y convencido afrancesado, en 1807 fue nombrado médico del ejército napoleónico, y entre 1810-1812 ocupó altos cargos en la administración 20 Medical EcoNoMics 24 de febrero de 2012 granadino, en 1812 publicó Idea general de las calenturas y en particular de la peste y fiebre amarilla y el vómito negro, entre otros libros. Además de médico, era filósofo, teólogo, matemático, botánico, físico y químico. De una erudición asombrosa, hablaba diversos idiomas. Fue miembro de la Junta Provincial de Sanidad de Granada. RANCÉ i DURÁN, Antonio (1760-1831). Hijo de Juan Rancé, destacado cirujano del Real Colegio de Cádiz, es autor de El instruidor anatómico, primer tratado de disección publicado en España (Cádiz 1812). Se formó en el Real Colegio de Cirugía de Cádiz y en las universidades de París y Londres. En 1815 estaba considerado como el mejor oculista de la capital gaditana. VILLANOVA ENTRAIGÜES, Tomás (1769-1837). Nombrado cate- drático de Anatomía de la Universidad de Valencia, su ciudad natal, durante la ocupación por las tropas del mariscal Suchet, fue destituido en cuanto se fueron los franceses y exiliado en Francia. Regresó en 1818, impartiendo clases hasta su muerte en el Real Gabinete de Historia Natural de Madrid. MedicalEconomics.es CORTES DE CÁDIZ Respecto a la atención sanitaria de los pacientes, he aquí un testimonio de la época referido al Hospital Militar de San Carlos. El 20 de abril de 1811, el doctor Juan Antonio Villariño –un médico del Ejército formado en el Colegio de Cirugía de San Carlos de Madrid–, denunció en el periódico El Conciso las condiciones miserables en que se hallaban los enfermos y heridos de la Batalla de Chiclana y cómo muchos morían por desfallecimiento, “pues hace tres días que carecen de carne, pan, vino generoso, vinagre para sinapismos, leña para la cocina, luz; y ni aún toman medi- adscripción religiosa, data de 1768. Constaba de 80 camas de hombres y 24 de mujeres, además de un servicio de urgencia en el pórtico. Fue utilizado desde sus comienzos para la asistencia de tropas de la Marina y del Ejército, contando con la colaboración de médicos y cirujanos del Real Colegio de Cirugía de Cádiz. Entre ellos, importantes figuras como José Selvaresa, Bernardo Beau y Francisco José Martínez, recuerda Benicia Vidal Garache en su tesis doctoral El Hospital de San José de San Fernando en los siglos XVIII y XIX y sus relaciones con el Real Colegio de Cirugía de Cádiz. HACINAMIENTO, CONtAGIO Y ELEVADAS TASAS DE MORTALIDAD ERAN LOS TRES PROBLEMAS MÁS GRAVES DE LOS HOSPITALES Vista desde el mar de Cádiz, que este año acogerá numerosos actos conmemorativos del bicentenario de La Pepa. camentos recetados porque no hay vasijas en que dárselos”. La publicación del artículo motivó una resolución de las Cortes en la que se ordenó una inspección facultativa y administrativa del hospital. Por su parte, los historiadores militares Moya Jiménez y Rey Joly relataron cómo los diputados Joaquín Lorenzo Villanueva y Esteban de Palacios denunciaron que los heridos y demás enfermos perecían por falta de asistencia. Un tercer hospital militar fue el del Arsenal de La Carraca, proyectado en 1755 y que en septiembre de 1810 se convirtió en “hospital de sangre”. De los hospitales civiles o pertenecientes a órdenes religiosas, el de más renombre y actividad fue el de San José de la Isla de León (hoy San Fernando). Este hospital, de MedicalEconomics.es Durante la epidemia de fiebre amarilla de 1800, el citado hospital dejó de ser una institución privada para convertirse en municipal. Así, el 3 de octubre de 1804, el médico de la Real Armada Manuel Rivero y el facultativo isleño Juan Garavito informaron de la existencia de enfermos en el hospital con síntomas de la epidemia. Se trataba de soldados. En agosto de 1808 acogió a prisioneros franceses. En 1821 recibió a los presos de la circunscripción. Y en 1836 acogió el trasiego de los enfermos militares transeúntes afectados de venéreo. Este hospital fue clausurado el 6 de febrero de 1984. Similar camino, pero con menos protagonismo, siguió el Hospital de Mujeres Nuestra Señora del Carmen, construido en 1749, también de fundación religiosa. Dicen los 24 de febrero de 2012 Medical EcoNOMics 21 CORTES DE CÁDIZ El Protomedicato El Real Tribunal del Protomedicato, creado en el siglo XV, fue un cuerpo técnico encargado de vigilar el ejercicio de las profesiones sanitarias, así como de ejercer una función docente y atender a la formación de los profesionales. Se extinguió en 1799 y sus competencias las asumió la Facultad Reunida de Medicina y Cirugía. Se restableció en 1811 como Tribunal Superior de Salud Pública mediante un decreto de las Cortes de Cádiz, suprimiéndose las reales juntas superiores de Medicina, Cirugía y Farmacia. Lo componían dos profesores de Medicina, dos de Cirugía, dos de Farmacia y uno de Química. Fueron estos: Manuel de Aréjula, director sin ejercicio del Real Colegio de Medicina y Cirugía de Cádiz, como presidente; Carlos Francisco Ameller, director del mismo colegio y médico honorario de cámara; Antonio Franseri, médico de cámara; Rafael Costa, catedrático de Medicina del Real Colegio de San Carlos de Madrid; Higinio Antonio Lorente, catedrático de Química del Real Estudio de Medicina Clínica de Madrid: y los profesores de la rama de Farmacia Francisco Javier de la Peña, boticario de la Real Cámara, y Juan Benito Ros, primer profesor médico cirujano de la Armada, como secretario. En 1814, Fernando VII, “siguiendo su política de abolir todo cuanto hicieron las Cortes de Cádiz”, en expresión de Soledad Campos Díez, lo volvió a suprimir, restableciendo en su lugar las reales juntas citadas. La Junta Superior de Medicina estuvo integrada por Ignacio de Jáuregui, primer médico de cámara; Vicente Martínez, segundo médico de cámara, y los médicos de la familia real Félix González, Bartolomé Piñera, Máximo Manuel Lorente y Manuel Damián Pérez como secretario. En 1819, Vicente Martínez e Hilario Torres sustituyeron al primero y segundo de los mencionados, respectivamente. Y los componentes de la de Cirugía fueron Francisco Vulliez y Agustín Ginesta, primero y segundo cirujanos de cámara; Francisco Xavier Balmis, Salvio Illa, cirujano mayor del Ejército, y Miguel Gutiérrez de Caviedes como secretario. En 1816 Agustín de Frutos sustituyó a Vulliez, y Francisco Codinach y José María Turlán, a Ginesta y Caviedes. En el Trienio Liberal se recuperó el Protomedicato, hasta su extinción en 1822. Los títulos académicos fueron regulados por los colegios o por las facultades, y los conflictos del ejercicio profesional pasaron a la justicia ordinaria. Fachada exterior del Oratorio de San Felipe Neri, en la ciudad de Cádiz, testigo del nacimiento de La Pepa. cronistas de la época que a finales del siglo XVIII superaba a los demás hospitales gaditanos en asistencia y aseo. Pero con la Guerra de la Independencia entró en declive. Hoy es la sede del Obispado de Cádiz. Otro centro, el Hospital de la Segunda Aguada, era un almacén y la Armada se lo alquiló a su propietario. Creado en 1793 y hoy desaparecido, ahí llegaban la mayor parte de los heridos durante la guerra de la Independencia, especialmente durante el asedio gaditano, y víctimas de las enfermedades infecciosas. Se encontraba extramuros de la ciudad. Tenía 300 camas, aunque llegó a albergar a 1.200 personas. Según los historiadores, tuvo un papel relevante en las epidemias de fiebre amarilla de 1800 y 1804, y en 22 Medical EcoNoMics 24 de febrero de 2012 1805, tras la batalla de Trafalgar, así como en el Guerra de la Independencia, acogiendo a heridos españoles y franceses. Luego, en las epidemias de 1810, 1814 y 1819. Después se utilizó como lazareto. La mejora en la sanidad española, el relajamiento en la actividad belicista y la desamortización de edificios de la Iglesia propiciaron el desuso del hospital de Segunda Aguada. Su último servicio fue a mediados del siglo XIX, durante la epidemia de cólera morbo. Durante la epidemia de fiebre amarilla de 1819, el Real Colegio de Cirugía de Cádiz destinó a la ciudad al profesor Rafael Luís Ameller y al médico primero José María Sierra, a los que se sumó Miguel Cabanellas, médico cirujano de cámara del Rey e inspector nacional de epidemias, quien inspeccionó el Hospital de San Carlos, donde habían ingresado los pacientes, lo mismo que en el de San José. José Benjumeda, colegial del Real Colegio de Cirugía de Cádiz y primer catedrático de Anatomía y decano de su Facultad de Ciencias Médicas (1844), asistió en San Carlos a los enfermos. Se crearon dos hospitales provisionales de convalecientes, a fin de atajar el “mal venéreo” que asolaba a las tropas francesas y españolas y saturaba los hospitales. La ciudad de Cádiz, desde el punto de vista sanitario, fue dividida en cuatro cuarteles y extramuros, disponiéndose la asistencia por médicos militares españoles y galos. Son dos ejemplos que ilustran la actividad y estado de los centros hospitalarios gaditanos como consecuencia de los episodios bélicos y epidémicos durante la vigencia de las Cortes de Cádiz. Y cómo la Medicina y práctica médica de la época evolucionó a partir de la labor que realizaban los cirujanos. MedicalEconomics.es