11 IIIZ DEL nmm. - Hemeroteca Digital

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Año V I I .
Oi-aoin: «íí tle ]Vovieiiil>ro rto 18«í».
1 1 IIIZ DEL
••rrcloK d n S n a e r l e l o n .
Barcelona nn trimestre adolantadi» una peseta, tnera da
Barcelona nn año id. 4 pesetas.
Estranjero y Ultramar un año
Id. 8 pesetas.
nmm.
REDACiSIOlT 7 1.D1«I1TISTB,AOI01T
Plana del .Sol 5, hajo.s, y
calle del r.afion 9, principal.
SE rURLICA LOS JUEVES
P n n t o ) ! d e r^nnrrlclon.
En Lérida, Mayor 81,2.oKn
Madrid, Valverde 24, principal
derecha. En Alicanie , Sa»
Francisco, 28, imprenla.
SDMARIO.—¡María! —Cárraftn.
IX.i
Como dijimos en nueslro artículo anierior, María ha pueslo'íin á los fragmenlos de
sus memorias despidiéndose de nosolros casi con aisgría, so conoce que la lierra y su*
habitantes le producían el mismo efecto que un campo de batalla despuos del combate, donde les heridos ruegan y maldican á la vez; debia senlir la misma impresión
que si mirara una casa de locos, un presidio y un bospila!; pues aunque no lo hadicho, él que liene intuición como nosolros, él que eslá en continua relación con los
espíritus, recibí sus inspiraciones muy fácilmente. Maria no ha podido resistir la contemplación de nueslras miserias, de nueslros odios, de nuestras envidia?, é hipocresía,'
y esto se comprende perfectamente; porque noíolros que estamos aun bajo ol peso de
una existencia expiatoria, recordamos que cuando visitamos la cárcel de Sevilla, la de
Harcelona, y el presidio de Tarragona, al salir de este último dijimos á los amigos
quo nos acompañaban: ¿Y cómo no se malan esos desgraciados? ¿cómo no buscan en
el suicidio el término de sus penalidades? no comprendo que se pueda vivir ahí denlro.
¡Ah!.... ¡qué horror! puos algorparocido deben esperimenlar los espíritus adelantados como Maria, cuando lijen su vista en la tierra y no tengan entro sus moradores
ningún .ser que les atraiga lo bastante, para permanecer cerca de esle foco de infección
sin senlir un malestar indeCnible.
Cuanlas vecos estando á orillas del mar, cuando teníamos que dejar la playa porque
anochecía, le decíamos á una amiga que nos acompañaba.
iQné trille es dejar la luz para hundirse en la sombra! aquí la calma, el reposo, ol
olvido de las ponas, la elevación del alma al contemplar una de las maravillas de la
Creación; y allá en la ciudad la ínquielud, la zozobra, la contrariedad, el desengaño
franco de los unos, la solapada envidia de los otro<, el clamor dolos mendigo.^, la prosa
de la vida en toda su desnudez, la lucha de las pasiones y de las imporicsas necesidades. ¡Dichosos los que pueden morir en nn paraje donde no llegue ol soplo de las
mi.sería» humanas!
Tiene razón María al alejarse de nosotros, comprendemos porfoctamonle quo su espiritu sc asfixiaría si permaneciera en nuesira atmósfera muclio tiempo, no debemos
ser egoislas queriendo retener en 1» prisión al que hace algunos siglos recobró su
liberlad.
Aléjale én buen hora, ¡espírilu querido! has defperlado en nosotros nna verdadera
— 210 —
simpalLi, más quo simpalía, cariili; cai-ifui sí; porque tenemos una predilección especial por todos aquellos que como tú, üíeieron laido bien á la humanidad.
Al escuchar tus últimas palabras sentinids frió en ol corazón, ¡se v á ! . . . . m u r m u r a mos con Iristoza, ¡se aleja de nosotros!.... ya no recibiremos sus amistosas c o n i d e n cias, ni sus prudentes consejos, y el más firofundo desaliento so a|)oderó de nnestro ser.
íloy melancólicamiinte iaijiresionados, cstractaremos la última comunicacioQ do
Maria, conocemos que rila nos envuelve con su fluido, y nos hace escribir lo s i guieiile:
«lis necesario mis buenos hermanos que lodos los espíritus encarnados y d e s e n carnados, lleven su grano de arena i la fábrica grandiosa del progreso universal; y ó
cuando estuvo en la tierra, (liace :inco siglns) hice cuanlo pude, y cuanto supe, en
bien de la humanidad, y bey «I obedecer, no al mandato, ¡¡ero si al ruego d t uno de
vuestros espíritus proloctoros, he procurado hacer on obso(¡u¡o vuestro lodo lo qne
he sabido, y todo lo que hií podido. No m e ocu()aré en decir si el grano de arena que
ho llevado al pió de la montaña del progreso, es átomo invisible, i mundo v o l u m i noso, el liempo es el encargado do valorar los esfuerzos y los Irabajos de los espíritus;
de nada sirvo la modestia hipócrita, l^ni el vanidoso alarde, ol tiem¡)o es íl tasador
eterno, y él pondrá precio á los esfuerzos do mi voluntad.»
«Mucho os pudiera tiabiM- dicho, porque mi úllima «xislencia fué m u y combatida
y accidentada; poro on la tierra, cuando se hace algo úlil, se. levanta on contra la
hidra de cionj'cabozas, estáis aún en un atraso lan lamoiilable, q u e todo lo confundís
y lo amalgamáis, y no se os puedo dar más alimento que aquel que fácilmente podáis
dijerir.j
.(Si os relatan hechos de'grandes^^ virtudes os sonreís con incredulidad, no podéis
comprender aún hasta donde puede llegar el e.«pírilu amante del progreso; tn cambio
sí os rolieren acciones vorgonzosüs, movéis la cabeza en señal de asontímíenlo, diciendo con satisfacción;*
l E s l o , esto sí que es verdad, be aquí tarazón porque os he pintado con vivos c o l o res los defectos que oscurecieron ol brillo de mis virtudes; para que me consideréis
no como un ente imaginario, sino como un sor real y positivo que vino á la lierra
con grandes propósitos y no realizó más^que la vígési.ma parte de ellos, porqua le
ativ.jeron á su centro las pasiones humanas, imanes poderoso? que nos dejan adlieridos
á la tierra, y que ¡lara separarnos de su foco de atracción necesitamos que transcurran
los siglos y q u e eslos sean on gran número; pues de no ser así, aconloc» lo que á raí
me ha sucedido, que^me he srntido herida al recordar mis debilidades y ho lamentado las horas solitarias que^pasé en ose planeta llorando por mis muertas ilusiones; mo
encuentro mal enlre vosotros, y eslo me prueba que aún tienen influencia sobre mi
los recuerdos de mi úllima existencia; y e! espírílu, para encontrarse en el terreno
firme dol verdadero progreso, debe mirar sin inmutarse los abismos donde vivió y
pagó sus deudas.»
«Cuando uno se coDmuevo¿contem[))an(lo los antros terrenales, lo mejor es s e p a rarse do ellos, si la expiación no nos obliga á permanecer en esos lugares, ó el estricto
cumplimiento de una misión especial.s
«Hoy al separarme de vosotros, al alojarme no se por cuanlo tiempo de los parajes
donde tanto bien hice, y tanlo lloré, solo me resta daros algunos consejos hijos de la
experiencia y dol inlerés que lengo en el progreso de los lerrenales.»
«No olvidéis nunca que las roligionos tienen un fondo de verdad, cubierto casi
absoluto por un velo de c r í m e n e s . »
en
«Qué todas las{re!igioiies al nacer buscan un mártir para divinizarlo, y luego en
nombre de aquel mártir martirizan á la humanidad.«
- 211 —
«Qué las escuelas religiosas son ios andadores que toman los espíritus al venir á la
tierra.»
«Quó la mujer sola so redimirá por medio de su razón.»
«Qué el alma orando es un mundo de luz, porqi:e cuando el alma ora, penetra en
la inleligencia de Dms.»
«Quó cuando el espíritu es pobre de saber, adora á Dios en los altares de piedra,
y cuando es rico en sabiduría, le adora en los mundos.»
«Qué el espiritismo no viene á destruir, no; porque ba venido á conservar primero,
y á edificar después.»
«Qué no bebáis el agua de la fé, sino el agua de la ciencia.»
«Quó el sacerdote no fué creado para desunir la familia, pero como carece de ella,
se ba convertido «n una planta venenosa.»
«Qné el padre que deja á sus bijos una gran for una, no es tan grande como aquel
qu« le deja un legado de virludes »
«Qué instruyáis á la.s mujeres para que no necesiten de ninguna religión á que p«dir consuelo, y solo así perderá su fuerza el jiganle de la tradición; pues sin la menor
duda puedtí asegurarse,.'que religión sin mujeres, es nave sin tripulación.»
«Qué un hombre decidido como Martin Lulero levanta un cisma en una religión, y
una mujer con iguales condicí»nes le abre una tumba.»
«Qué nunca podréis reir con alegría, mientras encontréis defectos en los demás.»
«Qué con la hipocresía se consigu» la intranquilidad.»
«Qué mueren las penas eternas, cuando impera la razón.»
«Qué á Dios «e le encuentra ea todas partes, pero que no se le puede personalizar.»
• Qué donde existen leyes, exisl«n defectos.
«Qué los pueblos reniegan de su padre, mientras no comprenden de quién son liijos.»
«Qué las leyes de Dios, son las lejes ciernas de la ciencia.»
«Qué §1 alma vuela, y la maleria ligue.»
«Qué el alma inventa, y cl cuerpo obedece.»
«Qué la bondad y la ciencia elevun el espíritu hacia Dios.»
«Qué el lemplo católico es una tumba, pero que hay en el canlo de los niilos y en
las plegarias de los ancianos, algo de los resplandores de la aurora, y algo de los p á lidos reflejos dal sol en su ocaso.»
«Quó el que mucho lleva de la lierra encima, á la lierra pertenece, y el quo lleva
muchas virtudes es hubilante dal cielo.»
«Qué la humanidad no se compone de estatuas de piedra llamadas divinidades, sino
de inteligencias fecundadas con el aliento de Dios.»
«Qué con la franqueza se conquistan los mundos, y con la hipocresía quedan los
espíritus adheridos á la lierra.»
^
«Si eslu liáis atentamente esla serio de aforísticas consideraciones veréis qne mi d í seo al comunicarme con vosotros, ha sido el de conduciros, por la mejor sonda para
quo consigáis vueslro relativo perfeccionamiento.»
«Al hablaros de las religiones, he querido advertiros que han sido iitiles en las
épocas pasadas, quo las primeras páginas de su hisloria son ua código perfecto de
moral, manchado con la sangre de inocentes víctimas. Estudiad las religiones al p a r
que los descubrimientos modernos, preguntaos que os atrae más, si la civilización del
pasado, ó ol adelanto del presento, y adonde más se incliné vnuslra razón, allí que.laos;
porque espírilu fuera de su centro es un árbol muerto quo m d.i frulo.»
«.No arranquéis á las mujeres de sus altares sin haberles antes enseñado^ol culto á
la naturaleza y la grandeza infinita de Dios, que sin una idea religiosa, la mujer naufraga cn el mar de la vida.»
- 212 «AI hablaros do la oración no me refiero al rezo rutinario, sino á la plegaria del
pensamiento, á la admiración que siente el alma, á la gratitud del (spiritu que d e muestra su reconocimiento diciendo con férrido entusiasmo. ¡Bendito seas Señoril»
<rAl deciros que el espiritismo no viene á destruir sino á conservar primero, y á
edificar después; quiero demostraros que el Espiritismo no abomina ninguna religión,
ni empléala j a u K i s la violencia con ellas, por que con amenazas é imposiciones, no se
consigue más que arraigar lo que estaba desarraigado.!
«Aconsejamos, (especialmente á las mujeres,) que no beban el agua de la fé, sino
el agua de la ciencia, por q u e c o n la primera permanecerán dentro de los templos
sin temor el castigo aunque cometan grandes crimines; y con la segunda se pondrán
en relación directa con el progreso que las apartará del error.»
aAl decir que dondo existen las leyes, existen defectos, es para manifestaros que
la perfoccien absoluta no la encontrareis en ningún planeta, ¡lor que el paraiso no
existe mas que en la mente de los alucinados; no hay moradas divinas, no hay más
que mundos habitados por espiritus mái ó menos, adelantados, y cuyo progreso es indefinido.
«Me refiero á la escuela materialista, cuando digo que los pueblos reniegan d e i u
padre, mientras no comprenden de quien son hijos. El materialismo subsiste por que
la falsa ciencia impera, que es la ignorancia revestida de falsos oropeles. Cuando vuestros sabios no blasfeman, cuando no digan: Q I E TODO LO SABEN: entonces reconocerán la existencia de Dios.»
«Cuando os digo que el que mucho lleva de la tierra encima á la lierra pertenece;
me refiero á las altas dignidades de la Iglesia católica, que engalanadas con vestiduras
de seda recamadas de oro y piedras preciosas, solo se ocupan en atesorar" riquezas
que dejan abandonadas cuando menos lo esperan, para encontrarse después en el e s pacio más pobres que el último mendigo de la tierra.»
«Si os advierto que la humanidad no se compone de estatuas de piedras llamadas
Divinidades, sino de inteligencias fecundadas con el aliento de Dios, es para que os fijéis
bien en lo inútilmente que gastáis vuestros tesoros vistiendo imágenes de b a r r o , cuando hay tantos desgraciados en la tierra hambrientos y desnudos, que llevan en su c e rebro un soplo de la Divinidad.»
«Si os indico quo con la franqueza se conquistan los mundos, y con la hipocresía
quedan los espiritus adheridos á la tierra; es para haceros comprender, que del modo qve vivís estaréis estacionados centenares de siglos, por que no dais un solo paso
en la senda dol progreso; os engañáis múluamenle empleando medios lan arteros y tan
ruines, quo inspiráis lástima, mucha lástima á los espíritus que os contemplan; y no
solamenle son hipócritas los adeptos de las religiones que están educados con la más
refinada hipocresía, sino aquellos que más blasonan de ser los apóstoles del libre p e n samiento, son los primeros en emplear la falacia y el engaño; he ahí la razón por que
vuestras asociaciones aunque las bauticéis con los nombres más grandes en realidad
son pequeñas, por que se componen de miembros gangrenados por el egoísmo, el teorema de ama á lu prógimo como á tí mismo, no conocéis aún su significado en la
tierra.»
¡Amar! qué lejos estáis aun de araar!....hasta la mujer que es la flor creada por
el Eterno para embalsamar la existencia del hombre, (dominada por la raás supina
ignorancia, confía sus secretos á una imagen insonsíble, ó a u n hombre ron el cual no
la unen más vínculos que la ceguedad de su error; y huye de su madre, y se aparta
de su padre, ^ esquiva las miradas de sus hermanos, para irle á contar sus cuitas á
un hombre estraño que no puede unir su llanlo á su llanto, que no la puede amar como su padre, ni comprenderla como su madre.»
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«¡Mujeres! s¡ alguna simpalía habéis tenido por mí, si mi voz ha conseguido impresionaros, no olvidéis mis consejos; amad sobre todas las cosas á vuestra familia, teneos
en tanto, que no encontrareis fortuna en la tierra bastante cuantiosa que la conceptuéis suíiciente para que os puedan pagar coa ella una sola da vuestras caricias; no
contéis vueslros secretos m a s q u e á vuestros deudos (si los tenéis) ó al amigo más íntimo, pero nunca al sacerdote pagado, útil hace cinco siglos, inútil en la actualidad.»
«.Vsocíaos al progreso, si amáis vuestras imágenes no las abandonéis, pero haced como el niño cuando comienza á andar; leed las obras de los adelantos modernos, llegad hasta la puerta de vueslros templos, mirad adentro, y mirad después al cielo,
contemplad las nubes de incienso qne exbalan los incensarios, y corred después á aspirar en cl bosque el perfume de las mil plantas olorosas que holláis con vueslros pies;
comparad las impresiones que recibís, y no os violentéis, que el jirogreso no se impone, p o r q u e si se impusiera, sería una de tantas religionei.»
«No os dejéis avasallar ¡lor la costumbre, que es muy mala consejera, convenceos
que cada ser puede conquistar, no un cielo, no un paraíso, sino innumerables cielos
en los mundos que recorrerá eternamente. Preguntaos á vosotras mismas si vivís
bien, y vueslra conciencia (¡irobablemente) os dirá qu(! nó; y si cn alguna ¡lermanece
muda, si á su pregunta no responde su alma, yó os diré que vivís humilladas, quo
si ayer os humillaba el feudalismo, hoy os humilla vuestra religión, que os obliga á
arrodillaros anle un hombre que no es vueslro padre, que no es vuestro esposo, al
que confesáis vuestras debilidades recibiendo una absolución mentida, pues no hay
nadie en la tierra con derechos ni para condenar, ñ i p a r a absolver.»
*
No os halague que el hombr» os cubra de joyas y os adorne con las más ricas galas,
embellece vuestro cuerpo, recordadlo, pero no se ocu|)a de vuestra alma; sois p t r a él;
el placer de los sentidos, pero no la compiiñera inseparable de la vida, y necesario es
que salgáis de tan humillante estado por medio de vueslro estudio, y de vuestra comunicación con los espirilus.»
«Mucho más pudiera deciros, poro por ahora creo qua os he dicho lo suGcionlo;
me llevo un gralo recuerdo de la alencion con que me habéis escuchado; en l o q u e ma
sea posible os seré útil, que el bien se puede hacer á lai-gas díitancias, no es preciso
quo me comunique con vosotros para recordaros é inspiraros el cumplimiento de
Vueslro deber.»
«Elevad vueslro pensamiento, pensad en Dios y admiradle en la naluraleza; lemplo
magnífico donde se ostenta con lodos los resplandores de su gloria! con toda su imponente magostad! con toda la grandeza suprema de su infinita sabiduría! Adiós.»
Compi'endemos que lodo liene su término en la vida, muchos son los espíritus que
han venido á comunicarse cen nosolros, diciéndonos que nunca volverían; y apesar
de eslar acostumbrados á tantas despedidas: la de Mana ncs ha impresionado melancólicamente, que lambien hay simpatías con los espíritus por la analogía de sus destinos y por «tras causas que no acertamos á definir.
Dice un espíritu que por el dolor se unen las humanidades, que por ol dolor avanzan los pueblos, y que por el dolor se conocen todas las realidades.
Es verdad, confesamos ingenuamente, que si no hubiéramos sido inmensamente
desgraciados, nos hubiésemos estacionado en esta existencia que no eslibamos muy
proparados para el progreso; más la fuerza del dolor nos hizo comprender quo el espiritismo es el eco de lodos los tiempos, que la felicidad os hija de la actividad del
espírilu, y convencidos de esla gran verdad, trabajamos incesanlemoiite para ser felices algún dia; dia lejano, muy lejano, pero dia que llegará, por que Dios en su e t e r na justicia no puedo olvidar nueslros esfuerzos titánicos, sí; jior qué para dedicarse á
la propaganda de una idea lan antigua como la Creacien, pero siempre nueva por sus
diversas manifestaciones, se nocosila armarse de mucha paciencia y de una gran p e r severancia para resistir los embales de las crílisas, de las envidias y de todas las m i serias humanas.
Todos se creen con derechos para encontrar fallas en el trabajo ageno, lodos a r r o jan piedras sobre aquellos quo se atreven á decir grandes verdades; pero cuando se
''ecibe la insiiiracion ya se sabe (¡ue no es para que uno la rechace, sino para que di-
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íuiula la luz de la verdad; uoaolros así lo hemos comprendido, y por eso sin ciencia,
sin esludios, sin nada do lo que forma la eiilidad del escrilor, heuios escrito con la
profusión con que se prodigan las amapolas en los prados; y si alguna mujer so ha
coomovi(|,í leyyiido nuestras Rí'n.;illas y verídicas üí.ilorías, nos creemos ampliamenle
recompensados de iiueslras asiduas larcas.
Queremos despertar el senlimiento, por que las humanidades quo solo son sabías,
son aleas.
La ciencia ahoga, cuando la moral del más ])uro soniimiento, no vierte su benéfico
rocío sobre los áridos dasierios de la vida.
Los grandes sabios son á veces grandes ígnoi'antes, los hombres sensibles llegan á
ser las Kr<iiidos figuras de la humanidad. ¡Ciencia y sentimientos! ¡hé aquí los atributos de Dios!
Ciencia sin moral es sol que abrasa, moral sin ciencia es lluvia que no fecundiza los
vergeles do la vida.
¡Dichosas las generaciones que armonizan las sublimidades de la ciencia y la abnegación dol seiíliniípnto; esencia purísima do osa flor de delicados pótalos, que al r e c i bir un beso del Cierno, fuá bautizada con el nombro divino dol amor!
A M A L H DOMINGO Y SOLKR.
Cn el mes do Hayo, el más poólicodel aíio, la Naturaleza parece moslranios su total
belleza, vistiéndose con las galas propias de la estación: las floie.-; abren sus cálices
llenando el ambioni* de gratos aromas; infinita variedad de mariposas pueblan los j a r dines y praderas, y millares do avecillas eotonan cánticos amorosos, recreamlo nuestros oidos con sus divinos gorgeos.
¡Ah! Las almas al coiilemplar maravilla tanta, elévanse, sin duda, á las esferas de
lo desconocido para bendecir al Autor de lodo lo creado.
La mujer, por lo general, ama ó la primavera como á su mejor amiga, identificándose con sus armonías y estableciendo entro bis dos una especie de maridaje doníe
sa coidiiin los más íntimos secretos, comprendidos tan solo por el alma en su longu'ije
especial.
Carmen, alma llena de poesía y seiilímienlo, on los ralfls de solaz, solía contemplar
ia Creación comandóle sus cuitas con ei pensamiento. No tenía más que 2 2 años, y
ya llevaba uno de cas:ida, cuyo matrimonio habia efectuado, locamente enamorada,
con un ajiuesto mancebo de su misma edad, viviendo ambos el uno para ol olro.
Eduardo, que así .se llamaba esto, ])erl«nocía ó h carrera de las arma,* y gozaba
fama de valienle enlre los suyos, por haber ¡leieado lieróícamenlo conira los musulmanes; ad(¡uiríendo por esla razón, en tan corla edad, lauros y Ijonores de much«s
desoailo-v y envidiándole á la vez la paz del hegar, en donde la"esposa amante le esperaba siem¡)re ansiosa, diciéndole con la mirada: «Tii solo eres ol elegido de mí c o razón.» Lenguaje misterioso del alma, cuyo secreto traducía fielmente Eduardo, sonriendo con dulzura, (on lo cual dejaba satisfecho el amor de Carmen.
Cuando la mujer virtuosa ama y es correspondida, difundo el sol de la felicidad á
su alrededor, ¡Uñándolo lodo de ínefabla dicha; ¡)eio si por desgracia, aquel amor no
es apreciado, sabe agonizar en silencio sin exhalar la más leve quo¡a. Cármon sabía
desempejlar los dos deberes.
En la jirimora olapa del matrimonio, había libado ol néctar de la dicha; más tarde,
las briiinas del dolor oscurecieron el brillo de sus ojos, dejando de sor la gonlil p a l '
mera acariciada por saludables brisas, para convertirse en hoja seca arrancada poi* '
furioso vendabal.
Nido de amores el hogar de Carmen, era codiciado de muchos y on parlicular, de
un fraile dominico, de l'ray Anselmo.
Esle, cuyo convento se hall,iba enfrente, de carácter alegre y decidíder, á voces,
solía pecar de indiscreto, comiirometiendo en no ¡meas ocasiones su cargo de frailo;
— 215 —
jiorquo, cn Ijonor de la verdad, no perlenecia al número de los hipócritas sino al dci
hombre franco y sencillo, amante del esludio y los adelantos; (|ue so hizo fraile porque
sí, sin comprender las fatales consecuencias de aquella iiiipremeditacicn.
Jiii si convento pi'nsó mucho, filosofó más y comprendió (jiie la vida monástica no
podia llenar las aspiraciones del hombre pensador sino las del fanático ó egoísta, á
quienes IÍS importa muy poco rían ó lloren sus semejantes, naden en la abundancia ó
mueran de necesidad, mientraí ellos no carezcan de nada; par cuya razón. Fray Anselmo no sabia ajuslarse á las reglas de la orden; ahogándose en la e.Ntreclia celda que
le servia de habilacien en la cual pusab» largas liaras meditiindo respecto á la utilidad
del fraile y la del padre de familia.
«El primero, decia, es un misánlrope sin afecciones ni tentimiriitos, hongo solitario
á cuya soi»bra ninguna planta so desarrolla por falla de calor y vida, ciego de enlendimienlo (|ue, deiconociíndo el valor real de sus propios aclos, no se afana sino p»r la
comodidad, nn le inlej-e»a nada má? que las dádivas para el convenio, no vive sino
para su Dios, Dios egoísta (|ue neccsila oraciones, ofrendas y liijoíos templos, no conoce la generalidad de las miserias terrenales, no tiuiia parle en la actividad humana, es
finalmente, el hombre improductivo, inútil á la sociedad y á sí mismo. El segundo
segun su inslniccJen, presta fuerzas materiales ó intelectuales á la huiiianidíid: las
ciencias, las artes y la industria se desarrollan á impulsos del jirogreso, empleando
niullitmí do brazos ó inteligencias; cuyo trabajo proporciona el alimenlo á la familia.
;Ah! ¡Cuan .sabroso debe liwr ol pan lan noblemente ganado!.... ¡Familia!.... ¡Frase
liermo.sa! El hombre trabajando; la mujwr, cuidando de la casa hasla en los más ínfimos detalles, adivinando cl pensamiento del esposo, educando i los hijos, á osos angele.* OB forma de niño» sonrientes que roban encantos á la naturaleza ¡lara trasmitirlos á sus padre.*: paz... armonía... amor... ¡ah! notas dulcísimas son oslas que jamás
escuché del órgano del convento; poro en cambio, las oigo á lodas horas de ese feliz
hogar cuya venlana esla fronte á mi celda j
¥ Fray Anselmo, uniendo la accien á la palabra, alzaba los ojo» para contemplar á
la afortunada pareja.
Es la oxi.-tencia, m a r borrascoso donde el espírilu zozobra á cada instante, si no se
tiene suficiente crilerio para navegar en él.
Dos años trascurrieron, en los cuale?. Fray Anselmo, (!r.sdo su celda veía diariaiienlo á Carmen: liem¡)0 bastante para avivar inconscientemente la má» violenta p a sión en el pocho del enclaustrado.
Luchar contra el amor, es desafiar á un enemigo colosal; vencerle, es triunfo que
no se adquiero con facilidad; salir derndado es lo natural.
Fray Anselmo, luchó con su pasión, reflexionó .seriamente acerca de los inconvenientes que le apartaban de aquella mujer; más todo fué inútil. Una fuerza «ocrela le
empujaba hacia Carmen, y aunquo jamás pensó ofenderla en nada, quiso tratarla de
acerca, escuchar su voz y hacer que le amase como hermano, para lo cual bu.scó la
ccasion propicia de intrcducirse en su casa, siendo por ambos esposos recibido con
Cariño, si bien Eduardo miróle con cierta desconfianza q u e Carmen no advirtió.
Como Fray Anselmo no tenia más parientes ni amigos que los do su comunidad, con
'os cuales se hastiaba por diferir en ideas, creyóse feliz con el conlínuo Iralo de su
nueva familia, como él la llamaba. Gustaba de la sencillez de Carmen, adorábala en
silencie, pero el fuego de su amor, asomando á los ojos, reflejaba el estado del espi'"itu, hiicienilo traición, sin coirprender que el experto e.^poso no perdía ni ol m;ís
niÍMimo detallo de cuantas impresiones recibía aquella alma, víctima de un amor i m posible.
Los celos son intransigonlos y por lo general, tienen la fatalidad de verlo todo a(
''evés, por cuya razón, Eduardo, cooienzó por desconfiar de Fray Anselmo: después á
"diario; duiló de su e»|)nsa, siguiendo la indiferencia, y la tea de la discordia transformó en cenizas la felicidad de dos alma».
Cárnifn, al creerse dosprciada sin motivo por ol esposo ido) lii'i'o, perdió la razón,
•'("pilifindo á cada instante, ¡maldito!....¡maldito fraile!..,.
Eduardo, ai verla en lal estado, y comprendiendo su im cencía, decia: ¡maldito, sí:
•Maldito, porque ha roljado mi dicha loda....
—
216
—
Fray Anselmo, allá en su celda, abrumado de dolor por lan inexperadn suceso, eon
la frente «nlre las manos, lambien murmuraba olra maldición contra el voto prenunciado. Kl celibato forzoso, decía, es una locura: sesenta individuos componen la comunidad lie este convento: seseóla familias suprimidas de las leyes naturales y b u mana^: seseiila remoras del progreso: sensenta sanguijuelas de la sociedad; y si fuese
á sumar cuanlas comunidades existen en esle planeta, resullaiia que frailes y monjas
componen la mayoría da la humanidad, formando un cuerpo deforme, rtplelo do ideas
mezquinas, especie de fantasmas sólo útiles para amedrentar á los ignorantes. Ahí es
nada hacer voto de castidad, esto es:- renunciar á los aféelos do la familia, ahogar el
sonliniionto dol amor. ¿Acaso puede ponerse dique á las verdaderas manifestaciones
del alma? ¿Que son las comunidades? Obsláculos para la civilización pues donde más
conventos exislen, más despotismo hay, más ignorancia y monos moralidad.
Cuando Fray Anselmo se hallaba más engolfado en sus consideraciones, el acento
de Carmen llegó hasla él ropiliondo: ¡maldito fraile...,¡maldito,...y el infeliz recluso,
al escuchar voz tan querida, abatido por la fiebre do la desesperación, dijo: maldito,
si, tienes razón; maldito do la sociedad, más no de lúos, que en su infinita bondad,
no puode maldecirme por el imico dolilo do amarte con ose amor ¡luro, ol cual no envilece á nadie, anles bien olova al individuo ds enlre las humanas miseri.is: malditas,
si. las religiones que enseñan al hombre á sor hipócrita, inculcando on él mil a b s u r dos y convirliéndole en ciogo instrumento del fanatismo: malditai las instituciones
fundadas por la ignorancia, cnya principal base es la negación de la familia; malditas
las moradas en donde, á pesar de pronunciar á todas horas el santo nombre de Dios,
se m u r m u r a del prójimo, se conspira contra ol bien de nuestros semejantes, se levantan las más viles calumnias, y se tiene un in pace para castigar inqmsitorialmenle los
delitos: maldito el atraso do los pueblos, malditas las falsas creencias; más no quienes
las profesan, porque éstos pueden despertar un dia á la luz de la razón y trasformarse
en redentores do la humaiddad.
Calló Fray Anselmo, como falig-ulo por la avalancha de ideas (jue^acudian á su
cerebro y sólo do tiempo en tiempo, se le oia pronunciar el nombre de Carmen.
Hay acontecimientos cn la vida que, á manera do horrísona tempestad, no? dejan
tristísimos recuerdos difíciles de borrar.
Cualro años vivió Carmen sin.darse cuenta de sus actos, y sin que los eonslantes
desvelos de Edu.nrdo fuerau suficientes a devolverla la salud; mas una tarde, c u a n do menos lo espernh.i, recobró el cnnocimiento, y fijándose cn el esposo amado I0
baldó de esta m a n e r a ; Dentro de breves segundos, dejare esle destierro, donde la
miseria dei alma abunda más que la del cuerpo: tu irreflexión, disipó nuestra dich*
Fray Anselmo, nunca mo ofendió; los dos somos inocentes; reconcilíale con él comO
y o me reconcilio con los dos desde el fondo de mi alma: no todos los frailes son malos: las creencias, buenas 6 malas, son chispas eléctricas que prenden en las inteligencias con mas ó menos arraigo; de la forma, dimana la lógica ó el error: es decir, si el individuo abunda en criterio, lo malo no halla cabida; poro sí carece de
él, las ideas más racionales s« traducen en absurdo?; odíese el delilo y compadézcase al delincuente: combilanse los errores de las religiones, pero ámense lodos como hermano», que en cl reli.-j del tiempo, no hay hora fija para el progreso de los
expírilus. Y al espirar la última frase en los labios de Carmen, voló su alm» á 'a*
regiones de lo infinito.
Eduardo, fiel al deseo de su esposa, dejó de odiar al Dominico: y ¡cosa rara! cuando los dos solían encontrarse, sólo con la expresión de la mirada parecían queda'*
reconciliados.
¡Benditos los que saben perdonar!
¡Dichosos los qoe .iman^ pues solo el amor puede regenerar ala
humanidad!
Fray Anselmo amó e! recuerdo de Carmen con la pureza del niño: y aquel anjf
cual rayo de luz, hiriendo su visla intelectual, le hizo vislumbrar la gigante ío''
del ubre examen, siendo el fraile modelo de su época.
CANDIDA ? A N S DE CASTELI-VÍ^
CíR.\Gl.i.—Imprenta de Cayetano Campins, Sta. Madrona, 8 y 1 0 .
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