Capacitación y simulacros.

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CAPACITACIÓN Y SIMULACROS
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CAPACITACIÓN.
La agencia debe implementar un programa permanente periódico y específico de carácter
teórico-práctico de capacitación en materia de protección civil, dirigido tanto a personal
brigadista como a personal en general.
El personal en general, debe ser sujeto a cursos de inducción en materia de protección
civil, cuyo propósito sea fomentar una cultura de autoprotección, para lograr un ambiente
de cooperación, durante los simulacros que se realicen así como en situaciones reales.
Para el personal brigadista, se recomiendan los siguientes cursos, que deberán ser de
tipo formativo y en constante actualización:
Organización de brigadas.
Primeros auxilios.
Teoría del fuego, tipos de fuego, medios de extinción, tipo de extintores.
Uso de extintores.
Evacuación de inmuebles.
Organización, realización y evaluación de simulacros.
Manejo de sustancias peligrosas, hoja de datos de seguridad e interpretación del rombo
de comunicación de riesgos.
Una vez realizada la inducción del personal en general, en materia de protección civil, es
recomendable irlo capacitando en algunas técnicas formativas, principalmente en lo
concerniente al combate de incendios, que constituye el punto neurálgico desde un punto
de vista de riesgo dentro de una agencia automotriz, para así conseguir que cualquier
integrante de la agencia sea capaz de combatir un incendio incipiente.
Se recomienda contratar a personal instructor especializado en la materia o bien apoyarse
en las instituciones del H Cuerpo de Bomberos, protección civil de la localidad. Se deberá
contar con constancias de asistencia a los cursos, debidamente avaladas por el instructor
o institución.
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DIFUSIÓN Y CONCIENTIZACIÓN.
Se deberá hacer del conocimiento del personal en general los resultados de los
simulacros que se realicen, a fin de crear conciencia en la importancia de participar en
este tipo de prácticas, en beneficio de su propia persona.
Los cursos inductivos deben considerar temas que puedan aplicarse en la vida diaria,
para hacer extensivo el conocimiento adquirido en sus hogares.
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SIMULACROS.
El simulacro es una representación imaginaria o hipotética de la presencia de una
emergencia, que pueda presentarse en el inmueble, ya sea por los riesgos que implica el
tipo de actividad que se realiza o por eventos externos propios de la localidad.
El propósito del simulacro es fomentar conductas de autoprotección, auto preparación y
actitudes de prevención, para incrementar la capacidad de respuesta del personal
brigadista y de respecto del personal en general, en cuanto a la seriedad que debe
implicar la participación en este tipo de prácticas.
La ejecución de un simulacro se realiza en dos etapas, una que corresponde a la
planeación a nivel gabinete, y la otra en la ejecución operativa del mismo.
3.1
PLANEACIÓN DEL SIMULACRO.
Para la planeación de un simulacro se debe definir un escenario del accidente o situación
de emergencia, que pudiera presentarse en la agencia automotriz. Lo más común es
simular situaciones de incendio en un área en particular, que implique evacuar al personal
y presentar algún accidente hipotético en donde existen daños a la integridad física de un
integrante de la empresa. Todo esto con el fin de hacer participar a las diferentes brigadas
que se deben tener.
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En la medida en que el personal se vaya familiarizando con estas prácticas, se debe
incrementar el grado de complejidad del simulacro, a fin de acercarse lo más posible a
una situación real de emergencia.
Normalmente, los simulacros en sus inicios se realizan poniendo en antecedentes a todo
el personal, dándoles información del día y hora en que se realizará el ejercicio, así como
el tipo de situación de emergencia que se simulará.
En base a los resultados que se obtengan de los simulacros, las prácticas futuras deben
realizarse sin previo aviso, a fin de conseguir que el personal se desenvuelva en forma
automática a partir de la señal de alarma, para que en caso de que se presentara una
situación real, pueda actuar con oportunidad y eficiencia para salvaguardar su integridad.
Para la planeación del simulacro se debe contar con la participación de la Unidad Interna
de Protección Civil, y preferentemente invitar a un experto externo, que podría ser algún
miembro de las autoridades de protección civil de la localidad o algún personal de
Bomberos, a fin de dar los lineamientos precisos del evento, de la duración del mismo, en
cada una de sus etapas y de los recursos humanos y materiales que deberán ser usados.
3.2
EJECUCIÓN DEL SIMULACRO.
Una vez planeado el simulacro, este se ejecuta, para lo cual se deberá contar con la
participación de todo el personal e inclusive con los visitantes que se encuentren en la
agencia, mismos que serán coordinados por las diferentes brigadas.
Es recomendable que haya personal que solo se limite a observar el evento y que recabe
las evidencias fotográficas, y preferentemente de video, de las diferentes etapas, para
poderlas analizar y evaluar posteriormente, y detectar áreas de oportunidad de mejora.
3.3
EVALUACIÓN DEL SIMULACRO.
Concluido el simulacro, se deberá realizar un informe técnico del mismo, que incluya los
tiempos de ejecución de las diferentes etapas y su comparación con los tiempos
planeados; el desenvolvimiento del personal brigadista y del personal en general; y las
posibles desviaciones que pudiesen presentarse.
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La evaluación del simulacro debe ser realizada por el mismo personal que participó en su
planeación, llevando a cabo un análisis crítico del mismo.
Se deben mantener los registros de los simulacros realizados y los informes de
evaluación, como una evidencia de cumplimiento.
(VER ANEXO ANX-012).
3.4
PROGRAMACIÓN DE SIMULACROS.
Los simulacros de emergencia de incendio, deben realizarse al menos una vez al año,
para establecimientos que estén clasificados como riesgo de incendio ordinario. Para
instalaciones de riesgo de incendio alto, se deben realizar por lo menos dos simulacros al
año. Lo anterior en base a lo establecido en la NOM-002-STPS-2010.
La programación de simulacros que obedezcan a situaciones externas, como son sismos,
inundaciones y huracanes, deben ser realizados de acuerdo a los requerimientos de las
dependencias locales de protección civil.