REBELDIA 32.qxp - Revista Rebeldía

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Triunfo en Euzkadi:
como una mesa con cuatro patas
Jesús Torres Nuño
Entrevista realizada por Leticia Madera (FZLN, Jalisco)
En el 2001 la transnacional alemana Continental Tire, propietaria de Euzkadi, una
fábrica de llantas en El Salto, Jalisco,
intentó abaratar su producción en un 30
por ciento, mediante la “flexibilización de
la relación laboral”: cero aumento salarial, fin del domingo como día de descanso obligatorio, recorte de personal,
disminución del pago de vacaciones y
aumento de la jornada de trabajo. Ante la
negativa de los obreros, terminó unilateralmente su relación laboral con mil 164
trabajadores, cerrando el 16 de diciembre
de 2001. El 20 de enero del 2002, el sindicato —uno de los pocos que se puede llamar
independiente en el país y que desde 1957 expulsó a Fidel
Velásquez y a la CTM de su asamblea— estalló la huelga y
montó guardias para impedir que se reabriera la fábrica con
otros obreros o se sacara la maquinaria. Así dio inicio una
lucha en la que se enfrentaron con el gobierno federal, la
Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, con el gobierno del
estado y con los patrones; bloque que declaró improcedente
la huelga. Esta lucha culminó tres años y medio después con
un rotundo triunfo para los trabajadores. El 26 de febrero de
2005, los obreros recibieron sus indemnizaciones y, por salarios caídos, obtuvieron la mitad de la fábrica valuada en 80
millones de dólares. La revista Rebeldía presenta una entrevista con Jesús Torres Nuño, quien fuera Secretario General
del Sindicato de Trabajadores de Euzkadi, hoy día cooperativa de Trabajadores Democráticos de Occidente.
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¿Cuáles son las demandas iniciales y cómo evoluciona la
lucha hasta ganar la mitad de la fábrica, para los trabajadores?
Estallamos la huelga demandando la reapertura incondicional de la fábrica, pero si la empresa hubiera accedido a
pagar las indemnizaciones y salarios caídos, lo hubiéramos
considerado, pero el saldo sería la fábrica cerrada y los trabajadores despedidos. Pensaban hacer lo que Michelin en la
Uniroyal: cerrar, despedir a todos los trabajadores y reabrir
con otros y otras condiciones de trabajo. Era un ensayo del
proyecto oficial de reforma a la ley laboral, donde prácticamente se busca eliminar el derecho de huelga. Fuimos la
punta de lanza, si hubieran tenido éxito habrían asestado un
golpe mortal a los obreros.
En un primer momento, luchamos para que se reconociera la huelga, cuando lo que se tenía que discutir era si fue
legal o ilegal el cierre de la fábrica y con ello el despido,
pero el Estado ni siquiera reconocía lo mínimo, la ilegalidad
del cierre. Incluso inventaron una figura: la improcedencia.
Eso es absurdo, pueden declarar existente o inexistente la
huelga, pero “improcedente”, es algo que no contempla la
ley. Finalmente fue despedido Virgilio Mena, presidente de
la Junta Federal, quien apostó todo a esta figura de la improcedencia, como si la Junta Federal tuviera atribuciones para
legislar, para inventar términos. Luego la Suprema Corte
desconoce la improcedencia, cada recurso legal tardaba un
año, la idea era desesperar a los trabajadores, a la par que
ofrecían las indemnizaciones. Pero los trabajadores resistimos. Ganamos por una combinación de la lucha jurídica,
con la lucha política.
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Hace poco nos acaban de entregar el
expediente del proceso, es una pila de dos
metros de papeles, lo vamos a poner en
museo, que muestre cómo los trabajadores pueden enfrentar los laberintos de la
burocracia.
En más de una ocasión, ante la negativa de reabrir la empresa, le exigimos a
Fox la expropiación por utilidad pública.
No creímos que lo haría, menos contra una
trasnacional, era un recurso político que
había que explotar. La Continental empezó a ver que los trabajadores no íbamos a
ceder y el conflicto se podía prolongar.
Que cada año regresaríamos a Alemania, y
como van a ser anfitriones del mundial de
fútbol, tendríamos un mayor foro. Temiendo perder el pleito, buscaron una salida
elegante, donde no aparecieran ante la opinión pública derrotados totalmente. Ahí
surgen unos inversionistas vivos para el
negocio, que deciden comprar la mitad de
la fábrica. Son ellos quienes comienzan a
buscar la negociación con los trabajadores. La Continental ya nos había ofrecido
las indemnizaciones y todo el terreno y el
edificio. Respondimos: si la maquinaria
está incluida, nos sentamos a negociar.
Nunca lo aceptaron, pero al entrar estos
terceros de Querétaro, la Continental
acepta venderles la mitad de la fábrica y a
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nosotros, por los salarios caídos y las
indemnizaciones, nos ofrece la otra mitad.
Pero las indemnizaciones de los trabajadores son irrenunciables, un derecho constitucional. Aceptaron pagarlas, algo así
como 160 millones de pesos y empezó la
discusión por la mitad de la planta. Al principio demandaban que les pagáramos seis
millones de dólares. “No podemos”, respondimos. Bueno, cuatro millones. “Tampoco. Cuatrocientos mil dólares”. ¡No les
vamos a regalar la fábrica!, nos dicen.
“Mil dólares”. No. “Bueno, diez mil
pesos”. Así se firmó el contrato, pero ni
eso pagamos.
Y si alguien piensa que esta fábrica
es chatarra, se equivoca, en este momento
es de las más modernas del país. La extensión territorial es de 648 mil metros cuadrados, 79 mil de ellos construidos.
Estamos hablando de una de las cinco
empresas más grandes del estado de Jalisco, con tecnología de punta. Nos va a costar trabajo ponerla a trabajar, pero lo
vamos a hacer. La Continental, con su
visión de gran trasnacional, tenía destinado invertir 5 millones de pesos sólo para
rehabilitar los jardines (nos enseñaron el
presupuesto que tenían pensado para la
reapertura). Los montacargas, argüían, tienen tres años y
medio a la intemperie, ya están dañados, hay que reemplazarlos con nuevos; pero una vez que tomamos posesión de la
fábrica, en media hora teníamos funcionando los montacargas, de hecho ya hemos probado dos de las máquinas más
grandes, una gigantesca de cuatro pisos, y todo salió a la perfección. Estamos pensando que en 22 días o un mes debe salir
la primera llanta. Tenemos claro que el proceso de producción
es nuestra responsabilidad, nuestros socios ni saben, ni les
interesa producir, ellos saben vender y nosotros, de eso, nada
sabemos. Somos complementarios. Si hay respeto puede funcionar la sociedad. Nos interesan como socios, dijeron, el sindicato ya no va a existir. Si nosotros nos hubiéramos aferrado
a que compraran la planta, se habrían retirado. El sindicato no
puede detentar propiedades, así que tuvimos que aceptar.
¿Cuál es el reto de la cooperativa en un momento en que
las fábricas desmontables pueden ir hasta el último rincón del mundo en busca de mano de obra que abarate el
producto?
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Hoy día el capital está totalmente globalizado, de un día
para otro, pueden mover toda una línea de producción o la
fábrica completa. El reto que estamos viendo, es trasmitir primeramente nuestra experiencia, no solamente el capital se
puede globalizar, también la resistencia: armar redes de solidaridad entre los trabajadores, crear un fondo que ayude a
otras luchas. Estamos seguros que esta fábrica puede ser exitosa financieramente hablando. Se trata de mostrar que el
control obrero sobre los
medios de producción, funciona. Ya demostramos que como
trabajadores en la defensa de
nuestros derechos somos muy
buenos, ahora nos toca una función más complicada, mostrar
que los medios de producción
pueden ser administrados con
éxito por los trabajadores.
¿Cómo vamos a lograr un
equilibrio? ¿El no convertirte
en un verdadero explotador de
tus compañeros? Me parece
que estableciendo bases bien
fundadas para la cooperativa,
por eso pedimos el respaldo de
los trabajadores por tres años,
no queremos eternizarnos en la
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dirección de la cooperativa, pero es muy importante garantizar que se rescate lo mejor, lo más noble, la parte más clasista
del sindicato, no se trata de desentendernos de la lucha ahora
que ganamos. Hay una corriente dentro que plantea eso, pero
el grueso de los trabajadores están convencidos de mantener
los principios, tenemos el compromiso de apoyar a otros. Que
eso se plasme en los documentos básicos de la cooperativa.
Como la Pascual, que han logrado mantener su fisonomía,
nada que ver con empresas capitalistas simulando ser cooperativas. La meta que nos pusimos es esa, ser un eslabón entre
luchas, entendemos que el asunto de la cooperativa no es la
solución a futuro para los trabajadores como clase, yo estoy
convencido de que la sociedad se debe transformar y no van a
ser estas cooperativas las que lo logren, tocará seguramente a
la clase obrera esa tarea.
¿Qué caminos se abrieron, qué formas de lucha se innovaron, qué nexos dejó como saldo este movimiento?
La experiencia de que hay que resistir ante todo, estar
conscientes de nuestra fuerza en tanto estemos unidos, que se
puede enfrentar una multinacional. Ese camino está abierto, al
igual que el del internacionalismo. En tiempo de globalización
neoliberal es vital la globalización de la resistencia, el internacionalismo proletario, ya no se pueden resolver los conflictos
de manera local, regional o nacional. Es algo inédito en nuestro
país, un movimiento obrero que sale de las fronteras, a lo mejor
los argentinos tienen un proceso más avanzado en ese sentido,
los mismos bolivianos. Pero acá no podíamos esperar que la
UNT, la CTM o la CROC jugaran ese papel, tienen que ser
los sindicatos efectivamente independientes. Tenemos una
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relación muy buena con las compañeras de
las fábricas recuperadas de Bruckman y de
Zanón, en Argentina. Ahora resulta que
somos un referente, por ser un movimiento
exitoso.
Los obreros norteamericanos, que
siempre fueron tan arrogantes, la AFLCIO, con todo su aparatote, no pudieron
hacer lo que nosotros. Cuando nos cerraron la fábrica le dijimos a los Steel Workers de Estados Unidos y Canadá: si no
apoyan nuestra lucha, pronto estarán en
nuestra situación. El capital no los va a respetar por ser obreros del primer mundo, se
los van a fregar y efectivamente acaban de
cerrar una fábrica de Continental en
Manyfield, Estados Unidos. Ahora nos
invitan a su congreso en Las Vegas, les
ofrecimos la infraestructura del sindicato.
Pusimos nuestros contactos a su disposición, ellos habían hecho una gira muy
impresionante cuando la huelga de Charlotte en 1999, una huelga muy fuerte, de
un año. No habían podido entrar a la asamblea de accionistas, pero ahora que los
apoyamos, lograron entrar a denunciar el
asunto de la violación a sus derechos y el
cierre de las fábricas de Estados Unidos.
Y no solamente para ellos, también
con nuestra mediación, fueron a esa asamblea los compañeros de General Tire de
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San Luis Potosí, que también son trabajadores de la Continental. Y en la propia
Alemania, se hicieron dos manifestaciones muy grandes afuera de la asamblea de
accionistas en mayo pasado, creo que el
sindicato está cumpliendo su función.
Bueno, desgraciadamente, ahora como
cooperativa termina la vida del sindicato,
pero se sigue moviendo la organización.
El triunfo de Euzkadi fue como una mesa con cuatro
patas: Una, la heroica resistencia de sus trabajadores. Asumimos un lema; resistiremos un día más que la Continental, y lo
llevamos hasta sus últimas consecuencias. Otra, fue la solidaridad de organizaciones nacionales, es el caso de la Cooperativa Pascual, que semana con semana estuvo apoyándonos
con 7 mil pesos y en ocasiones con quince mil; esto permitía
que el sindicato no cayera en la inmovilidad. Claro, no era
suficiente para dar sustento a los compañeros, pero nos permitía viajar, pagar las oficinas en el DF y aquí. La tercera pata
fueron las familias, sin el apoyo de las mujeres e hijos, esta
huelga no hubiera resistido. La Continental estuvo aventando
cañonazos de dinero para ver cuántos trabajadores cedían;
cerca de 400 compañeros se fueron, pero quedamos 600. La
cuarta pata fue el apoyo de organizaciones internacionales de
derechos humanos, que asumieron un compromiso de solidaridad durante los tres años y medio.
Desgraciadamente, no tuvimos el apoyo de los sindicatos norteamericanos, o alemanes o de organizaciones sindicales mundiales. El panorama sindical en Alemania está igual
de jodido que en México, hay todo un aparato burocratizado,
corporativizado que impide que un sindicato de una rama
apoye al de otra, lo cual es una estupidez, porque trabajadores
somos unos y otros. Al tercer año, la International Federation
of Chemical, Energy, Mine and General Workers´ Union,
ICEM, (una federación obrera que dice agrupar a más de 140
millones de trabajadores en el mundo, yo no se cómo los
cuenta pero ellos lo dicen) a la que en mayo del año pasado
visitamos, envió una carta (que no demeritamos) a Fox y otra
al presidente de la Continental. Fue lo único que hicieron,
pero lo curioso es que cuando se conoce el triunfo en Europa,
salen muchos padrinos: la CIOSL (Confederación Internacional Obrera de Sindicatos Libres) y otros más, pretenden
que por ellos triunfamos, siendo que algunos de éstos, incluso
fueron nuestros rivales. El sistema de cogestión de los sindicatos en Alemania, realmente es una trampa, el capital les da
unos mendrugos en acciones que los convierten en rivales de
los trabajadores que estamos peleando, por ello nos parecía
increíble que se atribuyeran parte del éxito.
¿Qué similitud tienen con los movimientos argentinos o de otras latitudes
que toman las fábricas y las hacen producir?
Es distinto, lo nuestro viene de un
largo proceso de lucha y lo de los argentinos de un levantamiento de masas, revolucionario, que permitió que los
trabajadores tomaran las fábricas. El problema es cuando vino el reflujo y ahora
los capitalistas están buscando recuperar
sus bienes y el gobierno está reventando
movimientos. Acá ya no hay posibilidad
de reversa, tenemos la fábrica de manera
legal, el único parecido es que demostraron que la cogestión obrera sobre los
medios de producción es viable. Las condiciones políticas son muy distintas en
México y en Argentina. Este asunto de la
cooperativa se está dando cada vez más en
el continente. Me tocó ver, en Uruguay,
una empresa llantera recuperada por los
compañeros; en Brasil, otras fábricas
donde el patrón dice: me voy, ya no es
negocio para mí, pero los trabajadores
decimos: si te vas, nos quedamos con la
fábrica y te vamos a demostrar que es rentable. No es la salida ideal, es la que el
momento nos obliga a tomar. Hay que
crear las condiciones para que se dé el
cambio social, no el paliativo para unos
cuantos.
¿Quiénes brindaron solidaridad dentro
y fuera de las fronteras mexicanas y
qué representó cada apoyo para el
triunfo?
¿Algo similar sucedió con el gobierno?
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Si ves las reseñas de la firma del acuerdo, notarás que
nunca dimos las gracias al gobierno, no teníamos por qué.
Tardíamente apoyaron este proyecto porque las circunstancias se prestaron. Ojalá que en otros casos sea más ágil el
asunto, la verdad que éste es un gobierno propatronal. Los
apoyos prometidos todavía no llegan, pero van a llegar, ha
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sido tan errática la política laboral de Fox que necesita banderas, como nuestro caso, para decir que está apoyando el
empleo. Pero les va a costar. Le sacamos mucho al gobierno.
Tuvo que emitir un decreto donde exime del pago del ISR por
la compraventa de la fábrica, pero además becas de capacitación para los 600 trabajadores, hasta con tres salarios mínimos, dos horas diarias de capacitación y las otras seis a
trabajar en la rehabilitación de la fábrica.
Cuando les platicábamos estos apoyos a los compañeros
de Brasil decían “les cambiamos a Lula por Fox”. Pero no lo
conocen. Los recursos prometidos se supone que llegan el mes
próximo. Quiere venir el 2 de agosto a ver las primeras llantas
que salen de la fábrica, bueno, no sabemos cómo van a reaccionar los compañeros, algunos pueden estar muy resentidos y
con justa razón. Quiere tomarse la foto. Curiosamente el
gobierno de Ramírez Acuña ahora pone cinco millones para la
reapertura de la fábrica, cuando durante los tres años y medio
fue el rival más enconado. Qué bueno que ahora cambian.
Viene un año electoral. Nosotros aprovechamos la coyuntura,
sobre todo si ello significa que le metan recursos a la empresa.
nadie, pero no permitiremos que los partidos políticos en una actitud oportunista,
quieran aparecer junto con nosotros. Los
únicos que realmente nos apoyaron fueron los socialistas, como el Partido Obrero Socialista y a nivel internacional la
LCR francesa y otras organizaciones.
¿Cómo respondió la gente de los
barrios o de otros sectores sociales?
Desgraciadamente, la cultura en
Jalisco no es de solidaridad, producto de la
gran campaña de desprestigio de la Continental y el gobierno en nuestra contra,
generó cierto rechazo de la población. Al
principio la gente nos gritaba ¡Pónganse a
trabajar huevones! eso es lo que queremos
respondíamos, estamos en huelga por
recuperar nuestra fuente de trabajo. Fue
una barrera que nunca pudimos brincar.
¿Cuál fue su experiencia con los partidos, con la clase
política en general?
En los primeros años, nadie nos quería recibir, resultábamos incómodos, no nos concedían posibilidad alguna de
triunfar. Visitamos priístas, perredistas, panistas, prácticamente a todos, sin respuesta. Salvo un diputado que apoyó en
la última gira a Alemania, Pablo Franco, quien fue muy criticado en el propio PRD por esa acción. Luego que ganamos
todos querían aparecer con nosotros. No le cerramos el paso a
¿Cuáles son las tendencias de la nueva
relación capital-trabajo que se está fraguando?
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Hay un movimiento soterrado de
cierta insurgencia de los trabajadores, no
se pueden aguantar más tiempo las condiciones de vida y trabajo que soportamos.
En un seminario en Nicaragua el Ministro
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Cuéntanos sobre la determinación de resistir, ¿cómo sortearon la represión?
de Hacienda argumentaba que los tratados
de libre comercio eran muy positivos,
ponía por ejemplo a México; no sabía que
me encontraba presente, lo dejé en evidencia. Hay una ofensiva abierta del capital,
pero nuestro caso puede ser ejemplar para
que los trabajadores vean que se puede
pelear contra una fuerza que aparentemente es omnipotente y ganar. Los acuerdos
comerciales están exacerbando las contradicciones de clase. Acaban de hacer una
reforma en Colombia para dejar en claro
que la jornada laboral es de las seis de la
mañana a las diez de la noche, para no
pagar horas extras. Esto es volver atrás en
el tiempo. Se están creando condiciones
que harán estallar el conflicto entre el capital y el trabajo. Debemos prepararnos,
organizarnos, democratizar los sindicatos
para estar en condiciones de hacer frente al
capital. Las conquistas sociales se van perdiendo gradualmente, van a dar lugar a una
respuesta violenta de los trabajadores.
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Una vez tuvimos tomada la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. Estábamos cumpliendo dos años de huelga
y aun no había sido calificada. El gobierno de Ramírez
Acuña mandó a 200 granaderos. Hicimos una barricada con
llantas, estábamos dispuestos al enfrentamiento. Dicen los
compañeros: ya están las llantas ¿le prendemos? Los policías aterrados ¡hay cables, nos van a quemar! ¡Nos vale, préndanle! Se prenden los periódicos, sale un porrón de gasolina,
la avientan, y la policía, muerta del susto. Era agua de jamaica. Quedaron advertidos, la próxima sí los vamos a quemar,
cabrones.
La primer Semana Santa que estuvo cerrada la
fábrica se puso calientísimo, era inminente el desalojo, aprovechando la desmovilización por las fechas, empezaron los
movimientos de la Policía Federal Preventiva muy cerca de
la fábrica, cosa que no era común. Pedimos a las organizaciones guardias de solidaridad, llegaron los compañeros de
San Salvador Atenco con sus machetes; Ramírez Acuña se
puso como loco, ordenó sitiar la fábrica con policías y granaderos. Ya teníamos un mecanismo de información, si cargaban había una ristra de cuetones que
prender y compañeros nuestros en casas
cercanas que estarían encargados de
correr la voz. Mientras llegaba apoyo,
resistir como fuera necesario. Pusimos
barricadas, teníamos piedras, palos,
perros, incluso algún compañero con
armas. ¡De a como nos toque! Estábamos
dispuestos a secuestrar una pipa de
PEMEX de las que pasaban frente a la
fábrica y tronarla. A ese nivel llegó la
determinación de los trabajadores. ¡De
aquí no sacan ni un tornillo!
La Continental contrató a un equipo
de seguridad, (tenemos evidencias de que
eran ex marines y ex agentes de la DEA)
tipos grandotes, jugábamos con que alguna de nuestras mujeres saldrían enamoradas de esos fortachones. Los mismos que
tomaron el cerro del Chiquihuite, pero acá
fueron repelidos, así es como se defiende
la huelga, no había de otra. Hubo patrullas
frente a la fábrica por lo menos dos años y
medio, día y noche. Los teléfonos intervenidos y todo lo que acostumbran.
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En otra ocasión tomamos las calles de Juárez y 16 de
Septiembre durante cuatro horas. Pérez Plazola advertía o se
quitan o van los granaderos, cuando lo único que pedíamos era
hablar con el gobernador para exigir que sacara las manos del
asunto. Estaban las familias con nosotros, incluso ese riesgo
tomamos. Ante una ilegalidad contra nuestros derechos hay
que responder igual. Hay que ver que es más ilegal: que nos
dejen sin empleo, que sin justificación se lleven la maquinaria
o que nosotros lo impidamos.
De milagro, además de la campaña
de desprestigio, nos boletinaron en listas
negras en todo el corredor de El Salto,
despidieron a nuestras mujeres e hijos de
otras empresas. Temieron al germen de la
rebeldía. Muchos se fueron a Estados
Unidos de “mojados”, otros tomaron trabajos en gasolineras, poniendo empedrado, empleos muy por debajo de lo que
podría conseguir un obrero calificado. Y
por otra parte la solidaridad, del boteo,
vivimos del boteo. Eso es un compromiso
que adquirimos, porque la solidaridad es
de ida y vuelta.
Fue tan difícil que nos dieran incluso
energía eléctrica, que cuando se prende la
luz, cuando empezamos a escuchar el
ruido de las máquinas, muchos lloramos,
por la emoción de ver trabajar la fábrica,
que además, ahora es nuestra.
¿Anécdotas?
Después del cierre de la fábrica hicimos una marcha por
seis estados de la República, donde tocábamos los centros
laborales más importantes de la industria automotriz. En
Aguascalientes la Nissan, en San Luis Potosí la General Tire,
en Silao la General Motors, en Ciudad Sahagún las plantas
cerradas de DINA y en Puebla la Volkswagen. Terminamos
en Atenco con un acto muy fuerte. Cuando llegamos a la ciudad de México luego de mítines a todas horas, todos molidos,
nos recibe el SITUAM. Les digo a los compañeros: por hoy,
el plan es descansar, darnos un regaderazo, mañana listos
muy temprano para la marcha. ¡No! Me gritan, hay que ir a La
Villa, bueno compañeros hay gente que no es creyente. La
respuesta en coro: ¡A La Villa, a La Villa! Y se hace un mitin
ahí, yo me pude salvar porque tuve una entrevista con Ricardo Rocha, pero se armó toda una rebelión interna que decidió
ir a La Villa.
¿Cómo se resolvió la subsistencia de las familias durante
tres años y medio?
¿Qué significado le otorgan a este
triunfo?
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Recuperamos la dignidad, si te quitan el trabajo te están mutilando, cuando
se tiene trabajo, te puedes conducir con
dignidad por la vida. Yo me gano mi pan
produciendo, generando la riqueza de la
sociedad, riqueza que no genera Carlos
Slim, o el capital financiero.
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