Palestina Estado Observador en la ONU

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Giacomo Pevarello
Detrás de la resolución A/RES/67/19 de las Naciones Unidas que concede el
status de Miembro Observador a Palestina
La resolución A/RES/67/19 de las Naciones Unidas, votada en la Asamblea General el 29
Noviembre de 2012, ha establecido la creación de un Estado palestino como Miembro Observador
de la ONU. Esta votación representa un momento de notable importancia política dentro de un
proceso político más grande, que es el intento de construcción de la paz con el Estado de Israel y en
general de emancipación y reconocimiento del pueblo palestino. En este proceso han intervenido
diferentes factores y parece posible afirmar que esta resolución resulta ser el resultado de un
compromiso entre los intereses de los varios actores. Para establecer las consecuencias políticas de
este hecho y determinar las ventajas y los inconvenientes para los palestinos, es necesario analizar
tanto el documento de la Asamblea General, así como el entero proceso político, que ha llevado a
esta decisión, y los actores que forman parte de eso.
La iniciativa palestina y la resolución A/RES/67/19 de las Naciones Unidas
La decisión de acudir a las Naciones Unidas representa una maniobra política de la Organización
por la Liberación de Palestina (OLP) y de la Autoridad Palestina (AP), frente al fracaso del proceso
de paz, empezado con los acuerdos de Oslo en 19931. Esta maniobra se basa en la imposibilidad de
negociar la paz directamente con Israel y tiene la finalidad de involucrar a toda la sociedad
internacional en el conflicto. De hecho en los precedentes tentativos de negociación de la paz el
papel de las Naciones Unidas ha sido asumido principalmente por Estados Unidos, históricamente
aliado de Israel, lo que ha significado una actitud muy permisiva frente a las violaciones de los
acuerdos y a la ocupación militar de los territorios palestinos. La expansión colonizadora de Israel
ha seguido en los últimos años sin adecuadas reacciones internacionales y al mismo tiempo las
autoridades palestinas (OLP y AP) han perdido su influencia, tanto dentro el pueblo palestino,
donde la organización islamista Hamas ha sacado terreno, como a nivel internacional, puesto que
Israel y Estados Unidos se negaban a tratar con un gobierno que integrase los islamistas y
boicoteaban la AP, con el apoyo de la Unión Europea2. Estos últimos factores probablemente han
sido muy influyentes en los movimientos políticos que preceden la petición a la Asamblea General
de entrar como Estado observador, en particular la solicitud del 23 de septiembre de 2011 para el
ingreso de Palestina como Estado miembro con pleno derecho de las Naciones Unidas. Esta
1
2
ABU-TARDUSH, José, Palestina: retomando la iniciativa, 5/12/2012, p. 9
ABU-TARDUSH, J., Op. Cit., 5/12/2012, p. 4
solicitud ha sido rechazada por el Consejo de Seguridad, no obstante los esfuerzos del presidente de
la OLP, con funciones para la AP, Mahmud Abbas, para que varios Estados miembros las apoyasen.
Sin embargo este camino ha logrado un éxito, con la admisión de Palestina en la UNESCO el 30 de
octubre de 2011. Este hecho significa un paso adelante en términos institucionales, además de una
forma de defensa para el patrimonio cultural palestino frente a los ataques israelís. La admisión de
Palestina a la UNESCO ha comportado una represalia estadounidense, respaldada por Canadá e
Israel, con el congelamiento de su contribución financiera a la organización, que indica la voluntad
de estos Estados no solo de perseguir las autoridades palestinas, sino también las organizaciones
que las apoyan.
Frente a la imposibilidad para la OLP/AP de pasar por el Consejo de Seguridad se ha planteado la
opción de acudir a la Asamblea General, una opción menos radical, pero con mayor respaldo
internacional. Con 132 votos favorables la Asamblea General ha decretado el ingreso de Palestina
como Estado observador, a través de un documento, que es el texto completo de la resolución. Este
documento, antes de afirmar los puntos votados, recuerda y reafirma la serie de resoluciones
emanadas por la Asamblea General y por el Consejo de Seguridad en merito al conflicto palestinoisraelí. Además destaca los principios básicos de la Carta de la Naciones Unidas, la opinión
consultiva del Tribunal Internacional, en merito al muro de Gaza, y los acuerdos internacionales,
que en la historia han formado los intentos de construcción de paz. Estas referencias sitúan la
resolución en un contexto internacional definido, en el cual las Naciones Unidas han sido
involucradas, desde su la resolución 181 del 29 de noviembre 1947, que representa la decisión de la
ONU de crear dos Estados, para parar el conflicto. Se hace referencia al principio de libre
determinación de los pueblos y a la resolución 66/146 de 19 diciembre de 2011 que, además del
principio de libre determinación, reafirma el derecho a un Estados palestino independiente. Se
recuerda la ilegalidad internacional de la ocupación de Jerusalén Oriental y el derecho del pueblo
palestino a ejercer la soberanía sobre su territorio. Finalmente se destaca la responsabilidad
permanente de las Naciones Unidas sobre el conflicto de Palestina y se enuncia la resolución en
siete puntos. Estos siete puntos reafirman el derecho del pueblo palestino a la libre determinación y
a un Estado independiente, conceden a Palestina el papel de Estado observador de la ONU, con la
OLP como representante, expresan la necesidad que la comunidad internacional y todos los Estados
miembros participen en el proceso y que el Consejo de Seguridad considere favorablemente la
solicitud de admisión de Palestina como Estado miembro de las Naciones Unidas.
Esta resolución, incluyendo Palestina como Estado, permite a la AP denunciar al Tribunal de La
Haya los crímenes de guerra cometidos por parte del ejército israelí en contra de la población
palestina. Además Palestina puede adherir a las principales organizaciones internacionales y su
protección frente a los ataques israelís ha aumentado. Obviamente, aunque no represente la
realización de los objetivos de las autoridades palestinas, este pequeño paso adelante ha comportado
duras reacciones por parte de Israel, que ha bloqueado la recaudación de impuestos para la AP, con
el riesgo de su bancarrota3. En la votación la propuesta palestina ha encontrado el apoyo de Francia,
España e Italia, algo que hace presumir una actitud más proactiva por parte de la Unión Europea
para el futuro, puesto que en pasado ha representado una figura bastante ausente y no compacta
frente al conflicto4.
En general parece posible afirmar que esta resolución representa un cambio de marcha para el
proceso de negociación de paz, puesto que abandona la óptica bipolar para un camino multilateral.
Seguramente esta iniciativa es el resultado de un compromiso y es en parte es debida al rechazo del
Consejo de Seguridad sobre el ingreso de Palestina como Estado miembro, como al intento de OLP
y AP de recuperar legitimidad internacional e interna. Sin embargo, observando las reacciones
israelí y estadounidense, esta resolución puede tener ventajas políticas relevantes para la acción
política palestina (aunque no ha parado los ataques contra Gaza, ni ha modificado la actitud israelí
hacia el conflicto). De todas formas se considera necesario analizar algunos actores y hechos
políticos recientes para interpretar realísticamente las causas y las consecuencias de esta resolución.
La solución mono-estatal del conflicto y el papel de la Autoridad Palestina, de Estados Unidos
y de la Unión Europea
Como dicho precedentemente la decisión de acudir a las Naciones Unidas es parte de un proceso
político que plantea la solución del conflicto a través de la creación de dos Estados, que tiene su
punto central en los acuerdos de Oslo y que ve la AP como fuerza política de intermediación entre
la potencia ocupante, el Estado de Israel, y la población ocupada, los palestinos. Los acuerdos de
Oslo parecen haber fracasado históricamente, puesto que la ocupación israelí ha continuado su
expansión, así como los ataques a la población. En enero de 2011 se desveló tramite Al-Jazeera y el
Guardian la debilidad de la Autoridad Palestina y de su dirigencia, en relación a las concesiones a
Israel sobre temas duros de la cuestión palestina5, y en general en los últimos años la línea política
de la AP ha sido bastante inmovilista y reactiva. En amplios estrados de la población y de la
inteligencia palestina se abre camino la idea de que la decisión de acudir a la ONU represente una
derrota de las autoridades palestinas y de la perspectiva “mini-estatal” en general y de que la
solución al conflicto sea posible solo a través de un único estado de carácter binacional, que
reconozca los derechos humanos y civiles de la población palestina (obviamente no en la situación
3
CEMBRERO, Ignacio, Una votación con muchas consecuencias, El País, Madrid, 29/11/2012
ABU-TARDUSH, J., Op. Cit., 5/12/2012, p. 17
5
ABU-TARDUSH, J., Op. Cit., 5/12/2012, p. 8
4
actual de estado de apartheid construido por Israel)6. Esta solución política podría incluso plantear
la disolución de la AP, puesto que reconfiguraría completamente su papel en las relaciones con
Israel, y ha provocado inquietud en las autoridades israelís: el presidente Netanyahu ha sostenido la
necesidad de un acuerdo rápido “para impedir un Estado binacional”7. Desde este punto de vista la
resolución A/RES/67/19 representaría una derrota de la AP y todo el proceso político necesitaría un
cambio de marcha.
Los Estados Unidos se han mostrado profundamente contrarios a la decisión de acudir a las
Naciones Unidas y son partidarios de una solución bilateral del conflicto, que pase por acuerdos
entre Palestina e Israel y no por la ONU (aunque haya sido una resolución ONU la 181 del 29 de
noviembre de 1947 a decretar el nacimiento del Estado israelí). En general su papel en el conflicto
ha sido siempre de potencia protectora de los intereses israelís y sus movimientos políticos, en
particular el congelamiento de fondos para la AP o la UNESCO, después de la admisión de
Palestina, indican la voluntad de perseguir este camino. Sin embargo hay que considerar también las
cuestiones internas a la política norteamericana, para interpretar el apoyo a Israel, en particular la
influencia de las lobbies israelitas y del partido republicano, que controla el Congreso. En junio de
2009 Barack Obama ha dado un discurso en el Cairo, en el cual ha condenado los asentamientos
israelís, indicando como la política estadounidense pueda mantener en realidad una posición
diferente respecto a la política israelí sobre la cuestión palestina y esto significaría que las
relaciones entre los dos países son menos contiguas de lo que parece. En la visión estadounidense
tiene mucho peso la influencia de la denominada primavera árabe en el conflicto, puesto que para
la administración norteamericana la cuestión palestina puede ser un fulcro de las revueltas en los
países de la zona, que han cogido de sorpresa a los viejos líderes ligados a Washington. En este
sentido la primavera árabe podría representar un cambio de marcha para la política exterior
estadounidense, a fines de mantener el control político8.
La Unión Europea históricamente ha representado un gran ausente y se ha movido según dos
directrices: de un lado apoyando al Estado de Israel sin sancionarlo y de otro financiando a la
Autoridad Palestina. En general no ha mostrado una política exterior común y compacta en merito a
la cuestión, sino más bien un política fragmentada, con diferentes posiciones entre los Estados. En
la votación sobre la resolución A/RES/67/19 Reino Unido y Alemania se han abstenido, Republica
Checa se ha mostrado la única contraria, mientras países como Francia, Italia o España se han
mostrado favorables. Esto podría indicar en parte la pérdida del apoyo europeo por parte de Israel y
6
ABU-TARDUSH, J., Op. Cit., 5/12/2012, pp. 20-21
ABU-TARDUSH, J., Op. Cit., 5/12/2012, p. 22. La nota citada es de: A Glimmer?, The New York Times, 5/06/2012,
http://www.nytimes.com/2012/06/06/opinion/aglimmer.html?_r=2&partner=rssnyt&emc=rss , consultado el 8/4/2012
8
ABU-TARDUSH, J., Op. Cit., 5/12/2012, p.15
7
Estados Unidos sobre la cuestión palestina. Es lecito sostener que la UE, como actor político
internacional tendría que asumir un papel más significativo en la resolución del conflicto y no dejar
que sean solo los Estados Unidos la potencia influyente en los hechos políticos de la zona.
Conclusiones
Se ha registrado la existencia de diferentes lecturas en merito a la resolución ONU, que otorga a
Palestina el estatus de Miembro Observador, y no es simple determinar si en general representa un
paso adelante para el proceso de negociación de paz o una derrota de las autoridades palestinas,
incapaces de salir del conflicto, después del fracaso de los acuerdos de Oslo. Seguramente el hecho
de que Palestina sea un miembro observador de las Naciones Unidas indica un avance de la línea
política de la OLP/AP, pero esto no ha parado los ataque israelís y sobre todo la necesitad de
recurrir a la ONU significa que un posible Estado Palestino no podría tratar de manera bilateral con
el Estado de Israel, es decir no representaría una medida disuasoria para el conflicto y para la
expansión israelí. Las dificultades para salir del conflicto son enormes y tanto la solución monoestatal, como la creación de dos estados, presentan ventajas e inconvenientes. En conclusión se
considera que desde un punto de vista idealista en términos de relaciones internacionales la
resolución A/RES/67/19 sea una victoria de la lucha palestina, pero observando la situación en
términos realistas la misma desvela la debilidad de las autoridades palestinas y la dificultad de
construir la paz con Israel. Es posible que en futuro la Unión Europea represente un actor más
importante e incluso un adversario para la política estadounidense en merito a la cuestión palestina,
pero actualmente esta perspectiva parece irrealizable.
Referencias bibliográficas:
ABU-TARDUSH, José, Palestina: retomando la iniciativa, 5/12/2012
CEMBRERO, Ignacio, Una votación con muchas consecuencias, El País, Madrid, 29/11/2012
Resolución A/RES/67/19 de las Naciones Unidas
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