editorial de aniversario investigación educativa educación

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EDITORIAL
El conocimiento pedagógico del contenido
Andoni Garritz y Rufino Trinidad-Velasco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
FRESQUITO/DOBLE VÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
Revista de la Facultad de Química
Volumen 15, número 2
Segunda época
DE ANIVERSARIO
❏ La evaluación de los aprendizajes y el portafolios
Marta Bulwik . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
❏ La enseñanza de la química. Tercera parte. Evaluación de los
❏
❏
❏
conocimientos de química desde secundaria hasta licenciatura
José Antonio Chamizo, Elizabeth Nieto, Plinio Sosa . . . . . . . . . . . . . . . 108
Assessment in Academia: the Good, the Bad and the Ugly
Paul Kelter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
La evaluación refleja el modelo didáctico: análisis de actividades
de evaluación planteadas en clases de química
Neus Sanmartí y Graciela Alimenti . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
Innovación en evaluación: un ejemplo basado en la perspectiva de modelos
María Trigueros G. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
INVESTIGACIÓN EDUCATIVA
❏ Las actitudes de los estudiantes universitarios hacia el fenómeno radiactivo,
Hace unos 4,600 años antes de esta era una civilización
misteriosa emergió en las costas cercanas al mar Negro, no
muy lejos de la ciudad moderna de Varna, en Bulgaria. La
primera evidencia de su existencia se encontró en una cerámica encantadora, ídolos de piedra y cobre. Posteriormente
fueron hallados en el cementerio de la Edad del Cobre los
objetos de oro más viejos descubiertos hasta la fecha. En las
300 o así tumbas de la necrópolis de Varna se encontraron
figuras de animales como las que se muestran en la portada,
brazaletes, cetros y otros objetos. Colocamos esta portada
como un festejo al décimo artículo de la sección ELEMENTAL,
que ya ha sido escrita por cuatro autores.
A la izquierda, en la 2a de forros, vemos la imagen superior
en color, acompañada de otra donde se muestran algunos de
los objetos dorados encontrados en el cementerio de Varna.
Educación Química (ISSN 0187-893X), año 15, núm. 3. Se
edita trimestralmente en la Facultad de Química de la
UNAM, Ciudad Universitaria, Del. Coyoacán, 04510,
México, D.F. Certificado de Licitud de Contenido
Nº 4088. Certificado de Licitud de Título Nº 5310,
ambos con expediente Nº 1/432‘‘90’’/672 de la
Secretaría de Gobernación. Número de Reserva
04-1998-110311472100-102 de la Secretaría de
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artículos aparecen indexados en el Chemical Abstracts,
bajo el coden EUQUIM. Se autoriza la reproducción de los
materiales citando la fuente (Título clave abreviado:
Educ. quím.). Los artículos firmados son responsabilidad
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Abril de 2004
la energía nuclear y sus aplicaciones
Óscar Pliego, Liliana Conitni, Héctor Odetti, René Güemes,
María del Carmen Tiburzi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
Pertinencia de la educación. Estudio de un caso
Elina Fernández Santana y José Ma. Ameneiros Martínez . . . . . . . . . . . . . . . 149
EVALUACIÓN EDUCATIVA
Evaluación de materiales impresos para la enseñanza de la química:
II. Diseño del instrumento. Aspectos semánticos
M.G. Lorenzo y A.M. Reverdito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
ELEMENTAL
Oro
Plinio Sosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
PARA QUITARLE EL POLVO
André-Marie Ampère. The chemical side
Jaime Wisniak . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166
CÓMO SE MODELA
Presentación y evaluación de campo del modelo didáctico Octachem 2D
Joaquín Palacios y Yolanda Caballero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
TABLA PERIÓDICA
Grupo 18
Aníbal Bascuñán Blaset y Alma Saucedo Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
DIRECTORIO
Consejo Directivo
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Director Fundador
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Químicos y Químicos
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Inorgánica
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Asociación Mexicana de
Bioquímica Clínica
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Vicente Talanquer Artigas (EUA)
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Miguel Costas Basín
97
EDITORIAL
El conocimiento pedagógico
del contenido
Andoni Garritz y Rufino Trinidad-Velasco
La propuesta de Shulman
En el verano de 1983, Lee S. Shulman (1999) dictó una
conferencia en la Universidad de Texas, en Austin, la cual
tituló ambiguamente ‘‘El paradigma perdido en la investigación sobre la enseñanza’’. En ella especuló sobre dicho
paradigma perdido y propuso al final de su presentación que
ese paradigma era el de la materia de estudio y su interacción
con la pedagogía llevada a cabo por los profesores. Esta
propuesta sorprendió a todo mundo ya que hasta entonces
los estudios sobre la enseñanza se habían enfocado en las
formas de comportamiento del profesor más que en las de su
pensamiento. Shulman mismo, en sus enfoques más cognitivos de estudio de la enseñanza, había tratado a los profesores de una manera muy genérica como pensadores. Por
otro lado, el enfoque de la psicología cognitiva del aprendizaje se había dado estrictamente desde la perspectiva de los
aprendices y la investigación sobre la enseñanza había tendido a ignorar los puntos con relación a los profesores.
Para abordar esto Shulman planteó algunas preguntas
como las siguientes: ¿Cómo el estudiante universitario exitoso que se convierte en profesor novato transforma su
pericia en la materia en una forma que los estudiantes de
bachillerato puedan comprender?, ¿Cuáles son las fuentes
de las analogías, metáforas, ejemplos, demostraciones y
reformulaciones que el profesor usa en el aula?, ¿Cómo los
profesores toman una parte de un texto y transforman su
entendimiento en instrucción que sus estudiantes puedan
comprender?
Tres años más tarde, Shulman (1986) publica las primeras ideas que resultan de los estudios sobre la interacción
entre el contenido temático de la materia y la pedagogía. En
este trabajo se burla de la frase de un siglo atrás de George
Bernard Shaw: ‘‘El que puede, hace. El que no puede,
enseña’’ y la reescribe al final de su artículo como ‘‘Aquellos
que pueden, hacen. Aquellos que entienden, enseñan’’.
Él plantea que para ubicar el conocimiento que se
desarrolla en las mentes de los profesores, habría que distinguir tres tipos de conocimiento:
(a) conocimiento del contenido temático de la materia,
(b) conocimiento pedagógico del contenido (CPC), ‘‘el tema
de la materia para la enseñanza’’, y
(c) conocimiento curricular.
El conocimiento del contenido temático se refiere a la canti98
dad y organización de conocimiento del tema per se en la
mente del profesor. Para pensar apropiadamente acerca del
conocimiento del contenido se requiere ir más allá del
conocimiento de los hechos o conceptos de un dominio, se
requiere entender las estructuras del tema. Según Schwab
(1978), dichas estructuras incluyen las sustantivas y las sintácticas. Las primeras son la variedad de formas en las cuales
los conceptos y principios básicos de la disciplina son organizados para incorporar sus hechos. La estructura sintáctica
de una disciplina es el conjunto de formas en las cuales son
establecidas la verdad o falsedad, la validez o invalidez de
alguna afirmación sobre un fenómeno dado.
El último, el conocimiento curricular, dice Shulman que
‘‘está representado por el abanico completo de programas
diseñados para la enseñanza de temas particulares que se
encuentra disponible en relación con estos programas, al
igual que el conjunto de características que sirven tanto
como indicaciones como contraindicaciones para el uso de
currículos particulares o materiales de programas en circunstancias particulares’’.
El CPC
De estos tres tipos de conocimiento, el segundo (CPC) es el
que ha recibido más atención, tanto en el campo de la
investigación, como en el de la práctica. Sobre el CPC,
Shulman nos dice ‘‘es el conocimiento que va más allá del
tema de la materia per se y que llega a la dimensión del
conocimiento del tema de la materia para la enseñanza’’
(Shulman, 1987, p. 9). Hay que diferenciar el CPC del
Conocimiento Pedagógico General para la enseñanza, el
cual es el conocimiento de principios genéricos de organización y dirección en el salón de clases; el conocimiento de
las teorías y métodos de enseñanza.
En el tipo CPC, se incluye, para los tópicos más regularmente enseñados en el área temática del profesor, ‘‘las
formas más útiles de representación de estas ideas; las
analogías, ilustraciones, ejemplos, explicaciones y demostraciones más poderosos; en pocas palabras, las formas de
representación y formulación del tema que lo hace comprensible a otros’’ (Shulman, 1987, p. 9), es decir, todo el
esfuerzo que hace el profesor para hacer comprensible su
tema en particular.
El CPC también incluye un entendimiento de lo que
hace fácil o difícil el aprendizaje de tópicos específicos: ‘‘las
Educación Química 15[2]
EDITORIAL
concepciones y preconcepciones que los estudiantes de diferentes edades y antecedentes traen al aprendizaje de los
tópicos y lecciones más frecuentemente enseñados’’. Si estas
preconcepciones son errores conceptuales, como lo son
frecuentemente, los profesores necesitan el conocimiento de
las estrategias más probables de ser fructíferas en la reorganización del entendimiento de los aprendices, ya que es
improbable que los cerebros de estos aprendices se comporten como pizarras blancas.
Shulman extiende en 1987 la noción del conocimiento
básico con que el profesor debe contar, incluyendo al menos
los siguientes siete tipos de conocimiento:
• Conocimiento del contenido temático de la materia o
asignatura (CA).
• Conocimiento pedagógico general.
• Conocimiento curricular.
• Conocimiento pedagógico del contenido (CPC).
• Conocimiento de los aprendices y sus características.
• Conocimiento del contexto educativo.
• Conocimiento de los fines, propósitos y valores educacionales y sus bases filosóficas e históricas.
Actualmente el CPC está incluido en los Estándares de
Desarrollo Profesional de los Profesores de Ciencias de los
Estados Unidos (National Research Council, pp. 62-68,
1996; Enfield, 1999) y se ha tomado en ese país como una
guía para la reforma educativa en los programas de formación de los profesores de ciencias (ver, por ejemplo, Talanquer, 2003).
En la didáctica de las ciencias, el CPC ha sido usado
como un término para describir cómo los profesores novatos
aprenden poco a poco a interpretar y transformar su contenido
temático del área en unidades de significados comprensibles
para un grupo diverso de estudiantes (Van Driel, Verloop y
de Vos, 1998). Estos autores insisten en que el CPC fue
introducido por Shulman argumentando que la investigación de la enseñanza y la educación de profesores habían
ignorado preguntas de investigación relativas al contenido
de las lecciones enseñadas. De manera similar, Veal y MaKinster (1999) definen el CPC como la habilidad para traducir
el contenido temático a un grupo diverso de estudiantes
usando estrategias y métodos de instrucción y evaluación
múltiples, tomando en cuenta las limitaciones contextuales,
culturales y sociales en el ambiente de aprendizaje.
Cochran, DeRuiter y King (1993), en un sentido más
amplio, definen el CPC como el entendimiento integrado de
las cuatro componentes que posee un profesor: pedagogía,
conocimiento temático de la materia, características de los
estudiantes y el contexto ambiental del aprendizaje. IdealAbril de 2004
Lee S. Shulman
Es actualmente el presidente de la
‘‘Carnegie Foundation for the Advancement of Teaching’’. Empezó su
carrera como profesor de Psicología
Educativa y Educación Médica en la
Universidad Estatal de Michigan de Lee S. Shulman.
1963 a 1982, mudándose posteriormente a la Facultad de Educación de
la Universidad de Stanford. Fue el último presidente de la
Asociación Americana de Investigación Educativa (AERA,
por sus siglas en inglés) y lo fue también de la Academia
Nacional de Educación (NAE). Entre 1985 y 1990 él y otros
colegas condujeron los estudios técnicos que fundamentaron la creación de la ‘‘National Board of Professional Teaching Standards’’.
La investigación y los escritos de Shulman han tenido
que ver con el estudio de la enseñanza y la formación de
profesores, el crecimiento del conocimiento entre aquellos
que aprenden a enseñar, la evaluación de la enseñanza, la
educación médica, la psicología de la instrucción en ciencias,
matemática y medicina, la lógica de la investigación educativa y la calidad de la enseñanza en la educación superior.
Nos toca hoy retomar algunos de los trabajos de Shulman, en los que reconsidera el conocimiento del profesor,
con especial atención al papel que juega el entendimiento y
transformación del contenido en el proceso pedagógico. Nos
referimos al Conocimiento Pedagógico del Contenido (‘‘Pedagogical Content Knowledge’’), que tantas referencias tiene
hoy en la literatura del proceso de formación y evaluación
de la docencia.
mente, el CPC se genera como una síntesis del desarrollo
simultáneo de estas cuatro componentes.
Por su parte, Grossman (1990) identifica cuatro fuentes
a partir de las cuales el CPC se genera y desarrolla: la
observación de las clases, tanto en la etapa de estudiante
como en la de profesor-estudiante; la formación disciplinaria; los cursos específicos durante la formación como profesor y la experiencia de enseñanza en el salón de clases.
En este contexto, Chevallard (1991) maneja un concepto
similar al del CPC, el de transposición didáctica: ‘‘Un contenido de saber que ha sido designado como saber enseñar, sufre
a partir de entonces un conjunto de transformaciones adaptativas que van a hacerlo apto para ocupar un lugar entre los
objetos de enseñanza. El ‘trabajo’ que transforma de un
objeto de saber a enseñar en un objeto de enseñanza, es
denominado la transposición didáctica’’.
A la fecha, existen diversos escritos sobre el CPC y sus
aspectos relacionados, dentro de los cuales habría que mencionar el libro editado por Julie Gess-Newsome y Norman
G. Lederman (1999), Examining Pedagogical Content Knowled99
EDITORIAL
ge, el cual tiene un enfoque sobre la educación en ciencias y
representa el primer intento sistemático para sintetizar la
investigación sobre el CPC, el modelo del cual fue derivado,
y para trazar sus implicaciones para la investigación y la
práctica.
En los cambios que se han suscitado en los últimos años
en los programas de educación de profesores de ciencias, De
Jong, Korthagen y Wubbels (1998) ubican como una tendencia común importante, el creciente interés en los pensamientos de los profesores de ciencias, especialmente en el conocimiento de la asignatura y en sus concepciones del
aprendizaje.
c)
EL CPC de química
Respecto al CPC en la enseñanza de la química se han
encontrado relativamente pocos estudios, dentro de los que
podemos mencionar los siguientes:
a) El de Clermont, Krajcik, y Borko (1993), en el cual
realizan una exploración de la naturaleza del crecimiento del CPC que ocurre a profesores de ciencias de nivel
medio que participan en un taller intensivo de capacitación sobre enseñanza usando demostraciones para dos
conceptos básicos en física y química: la densidad y la
presión del aire.
Estos autores encuentran que el CPC de los profesores de ciencias puede crecer a través de talleres intensivos orientados a desarrollar habilidades. Sin embargo,
aunque hubo un crecimiento en los repertorios representacional y adaptacional de estos profesores, en otros
dos aspectos del CPC parece haber ocurrido mucho
menos avance; esto es, en el conocimiento asociado con
la evaluación crítica y del contenido y con la selección
instruccional. Estos hallazgos indican que el CPC es un
sistema de conocimiento complejo y sugieren que sus
diferentes componentes pueden mostrar diferentes velocidades de crecimiento en una actividad de capacitación.
b) Estos mismos autores, Clermont, Borko y Krajcik
(1994), examinan en otro artículo el CPC de profesores
de química, tanto con experiencia como principiantes,
que usan como estrategia la enseñanza por demostraciones, ya que ésta se considera un componente importante
del repertorio pedagógico de los profesores de ciencias
y es un área que no está bien desarrollada.
Los hallazgos sugieren que los profesores con experiencia, comparados con los novatos, poseen un mejor
repertorio adaptacional y representacional para la enseñanza de conceptos fundamentales en química. También
parecen ser más conocedores de la complejidad de las
demostraciones químicas, cómo dicha complejidad pue100
d)
e)
f)
de interferir con el aprendizaje y cómo las demostraciones químicas más simples pueden promover mejor el
aprendizaje de conceptos.
Veal (1998) realiza un estudio sobre la evolución del CPC
de futuros profesores de química de secundaria sobre
aspectos de termodinámica, y encuentra básicamente lo
siguiente:
i) Los futuros profesores desarrollan diferentes tipos
de CPC: general, de dominio específico y de tópico
específico, los cuales difieren en sus propósitos,
usos y aplicaciones (Veal, 1999); la velocidad y el
grado de desarrollo de cada uno de estos tipos de
CPC se encuentra en función de su formación y
experiencia anterior.
ii) El desarrollo del CPC de tópico específico ocurrió
antes del de dominio específico.
iii) Las futuras profesoras demostraron y desarrollaron
un entendimiento fundamental de la enseñanza y
el aprendizaje de las ciencias que servirá como
base para el desarrollo de un CPC de dominio
específico mayor.
Van Driel, Verloop y de Vos (1998) realizan un estudio
empírico enfocado al CPC de un tópico específico, el
equilibrio químico; allí incluyen, además, una revisión de
la literatura sobre el CPC de los profesores con respecto a la
enseñanza en general y en el dominio de la educación en
ciencias. Encuentran que las estrategias de enseñanza
identificadas en el estudio no son útiles en un sentido
universal, sino se refieren exclusivamente al tópico involucrado; aún más, como los profesores enseñan tópicos específicos, estas estrategias adicionan un elemento
único y valioso al conocimiento básico educacional.
Dawkins y Butler (2001) analizan el CPC de siete estudiantes del profesorado de ciencias del segundo año
universitario respecto al concepto de mol. Encuentran
que las estrategias empleadas por ellos para la enseñanza
tienen marcada influencia de los libros de texto de
química, en los cuales no siempre se manejan los conceptos como los manejan los científicos (no usan, por
ejemplo, el término ‘‘cantidad de sustancia’’). Asimismo,
hallan que un entendimiento claro del concepto no
necesariamente implica que se usen las estrategias más
adecuadas para la resolución de problemas relativos a
la proporción entre masa y moles.
Recientemente, De Jong, Veal y Van Driel (2002) realizan una recopilación de los estudios llevados a cabo con
un enfoque sobre el conocimiento básico de los profesores de química, centrándose sobre el CA y el CPC, esto
es, los dos tipos de conocimiento que están determinados por la naturaleza del tópico específico enseñado.
Educación Química 15[2]
EDITORIAL
Estos autores resumen la variedad de aspectos del CPC
de los profesores de química de la siguiente manera:
i) Los profesores de química con insuficiente CPC de
tópicos específicos pueden, en ocasiones, realizar
demostraciones de tópicos específicos que pueden
reforzar las concepciones alternativas de los estudiantes.
ii) Un excelente CA, el conocimiento de cómo aprenden los estudiantes y el conocimiento de representaciones alternativas, son requisitos para la selección y uso de explicaciones analógicas
apropiadas y efectivas.
iii) La selección, por parte de los profesores de química, de una estrategia para la enseñanza de cálculos
estequiométricos con frecuencia no es muy adecuada desde la perspectiva del aprendizaje del
estudiante.
g) En su último trabajo, Van Driel, de Jong y Verloop (2002)
analizan el crecimiento del CPC relativo a la relación
macro-micro en la enseñanza de la química, de 12
profesores en formación durante el primer semestre de
su año formativo como posgraduados. Evalúan su conocimiento de la materia, su experiencia docente con
respecto a tópicos específicos, el conocimiento de las
concepciones y las dificultades de aprendizaje estudiantiles, y su participación en talleres de trabajo específicos.
h) Un trabajo reciente sobre este tema en el bachillerato es el
de Treagust y Mamiala (2003), en el que analizan, con
ejemplos, los cinco tipos de explicaciones que emplean
los profesores durante sus clases introductorias de fisicoquímica y de química orgánica, acerca de los tres niveles
de representación usados en la química: el macroscópico, el submicroscópico y el simbólico:
i) Analógicas (un fenómeno o experiencia familiar se
emplea para explicar algo poco familiar).
ii) Antropomórficas (a un fenómeno se le dan características humanas para hacerlo más familiar)
iii) Relacionales (una explicación que es relevante
dada las experiencias personales de los aprendices)
iv) Basadas en problemas (una explicación demostrada a través de la resolución de algún problema).
v) Basadas en modelos (utilizar un modelo científico
para explicar un fenómeno).
i) Nuestro amigo Vicente Talanquer (2003) ha trabajado
vigorosamente con sus colaboradores en la Universidad
de Arizona para poner al punto los cursos de formación
de profesores para la educación en ciencias. Han incorporado un curso de tres créditos con el nombre de
‘‘Métodos de Enseñanza del contenido’’ que versa preAbril de 2004
cisamente sobre el CPC específico del área de concentración del futuro profesor (biología, química, física o
ciencias de la tierra). El mismo Talanquer (2004) ya
colaboró con un trabajo sobre CPC en el número anterior de esta revista.
Una conclusión general de todos estos artículos es que para
contribuir a su comprensión cabal es necesario realizar estudios sobre el CPC en tópicos específicos, tales como el de la
estructura de la materia, el de equilibrio químico, el de reacción química, etcétera.
Hacen falta más estudios sobre el conocimiento básico
con que cuentan los profesores de química de nuestros países
y es muy importante conocer este aspecto para mejorar el
proceso educativo de la química. Con lo que hemos escrito
sobre el CPC basta para dar una idea de la revolución que
han traído las ideas de Shulman al proceso de formación y
evaluación del profesorado, así como de la necesidad de
realizar estudios sobre el CPC en temas específicos, a lo cual
está dedicado el segundo autor de esta editorial, durante el
desarrollo de su doctorado.
?
Referencias
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electrónica consultada el 20 de febrero, 2004, en la siguiente URL:
http://unr.edu/homepage/crowther/ejse/ejsev3n4.html
FRESQUITO
Los elementos más nuevos:
el 113 y el 115
En la revista Physical Review C acaba de aparecer el 1 de
febrero, el descubrimiento de los elementos 113 y 115, en
Dubna, Rusia, por el equipo de Yuri Oganessian y sus
colaboradores, rusos y estadounidenses (estos últimos del
Lawrence Livermore National Laboratory).
Se trata del mismo grupo que halló los elementos con
números atómicos 114 y 116 en los años 1998 y 2000. Con
ello están dando más solidez a la idea de una ‘‘isla de
estabilidad’’ colocada alrededor de los 114 protones y los 186
neutrones (ver la figura 1).
El grupo de investigación han creado unos cuatro isótopos del elemento 115 al hacer colisionar núcleos de calcio-48
con americio-243, día y noche durante un mes. Encontraron
tres cadenas de decaimiento que señalaron la producción del
elemento 115 con 173 neutrones y otro con 172 neutrones. En
una fracción de segundo (unas decenas de milisegundos para
ser más exactos) el núcleo decayó en un nuevo elemento, el
113, que parece que duró también como 1.2 segundos en
desaparecer.
Por cierto, acaban de dar en agosto del 2003 el nombre
oficial de Darmstadcio al elemento 110 (no sé cómo escribir
Darmstadtium en español, si como lo hice o como Darmstadio). Éste es el último elemento con nombre propio, en
102
honor del lugar de su descubrimiento, Darmstad. El Darmstadcio fue productido al hacer colisionar el 62Ni con 208Pb,
habiéndose obtenido el 269Ds. Habrá que esperar unos años
para que se nombren los elementos 111 a 116.
Figura 1. Sobre este plano del número de protones y neutrones, los nuevos
elementos 113 y 115 quedan a un paso de la supuesta isla de estabilidad.
Educación Química 15[2]
DOBLE VÍA
.
Correspondencia
de y para los lectores
+ Estimado Andoni
Me refiero al artículo que escribiste en el último número de
la revista Educación Química y en el que haces un justo
homenaje a la destacada labor de investigación de Eusebio
Juaristi. Sin embargo, más bien parece que tu artículo es una
lista muy amplia destinada a ser juzgada por el Sistema
Nacional de Investigadores, que se guían primordialmente
por el número de publicaciones, citas e investigadores formados.
Me hubiera gustado que hicieras un reportaje sobre los
principales logros que alcanzó Eusebio Juaristi con la investigación realizada. Para ello sugeriría que lo entrevistaras
para conocer los temas en los que ha trabajado y sus aportaciones, así como posibles anécdotas. Se trata de destacar lo
más importante y de ninguna manera tiene que ser exhaustiva la descripción.
Por otra parte, me preocupa la orientación que se le da
a la investigación en México, dado que considero que es muy
necesario reforzar la estructura técnica. Me gustaría que en
una próxima colaboración tuya entrevistes a los doctores
Jaime Keller Torres, Estela Sánchez de Jiménez y a Martín
Hernández Luna, quienes dedican parte de su tiempo a
entender problemas que tienen un gran significado económico. No me opongo a que se haga investigación pura, por
el contrario creo que es la manera de preparar adecuadamente a los estudiantes, pero debe existir un criterio que
señale que en un país como México, con tanta pobreza, se
debían dedicar recursos importantes a ayudar a resolver con
el auxilio de la investigación, los principales problemas que
nos aquejan.
Uno de los problemas que enfrentamos en la Universidad
es la falta de recursos económicos y una manera de conseguir-
Apreciado Javier
Muchas gracias por tu mensaje. Voy a tomar tus sugerencias en
consideración y se las voy a proponer al Consejo Editorial de la
revista. Suena muy razonable eso de pedir a Eusebio Juaristi, en una
entrevista, que explique sus aportaciones y de entrevistar a otros
científicos y tecnólogos.
Me parece muy adecuado iniciar alguna editorial bajo el título
‘‘Investigación básica o investigación aplicada. Una antinomia del
subdesarrollo’’.
Resulta que yo no creo mucho en que, sobre todo hoy, haya que
hacer una diferenciación entre la investigación que se considera
básica y la que se considera aplicada, porque cada vez más la
tecnología está basada en conocimientos más fundamentales. La
medicina genómica, por ejemplo, con la solución a viejas enfermedades, estará basada en los datos registrados en el genoma humano,
es decir, en el transcriptoma, y en conocimientos de frontera con
relación a la proteómica y la metabolómica. Como otro ejemplo, las
aplicaciones de la nanotecnología, las que están a la vuelta de la
esquina, vendrán de una ciencia de los materiales de última moda,
de la ciencia de frontera, muy básica, sin duda.
Siento de cualquier manera, Javier, que siempre resultan oportunos tus comentarios.
Recibe un abrazo
Andoni Garritz
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publicado artículos en español e
inglés de autores de más de 32
países. Los temas principales de
la revista son:
los es proponiendo temas de investigación que ataquen
problemas específicos y que puedan gozar de patrocinio.
En fin, considero que el tema de la investigación básica
y aplicada es muy rico y que merece una amplia discusión y
que espero que con tu maravillosa pluma la inicies.
Saludos cordiales.
Francisco Javier Garfias y Ayala
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