IMPORTANCIA ONCOLÓGICO DEL PSICOANÁLISIS EN EL TRATAMIENTO DEL PACIENTE Virginia Valdomino Pastor Psicoanalista. Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero Madrid [email protected] RESUMEN: El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo después de las cardiopatías. La ciencia, en su impulso hacia la curación del cáncer, consigue que el 50% de los pacientes diagnosticados se curen gracias a los avances teóricos y técnicos de la medicina. El sujeto que enferma, no es por casualidad que enferma, hay algo en él, enfermo, en el sentido que no marcha bien, no funciona bajo el espectro de posibilidades de la máquina, se ha detenido en ciertos movimientos, repetitivos, que lo llevan a resolver las situaciones de su realidad de una manera concreta restringida, que de repetirse lo lesiona, lo somete a ese goce. El cuerpo es el escenario donde se juegan estos procesos anímicos. A veces es difícil salir de ese movimiento libidinal, en esa complejidad que supone el aparato psíquico y sus interrelaciones, de las que el mismo sujeto desea sanar y no sanar, transformar y no transformar. La repetición hace de la intervención psicoanalítica, prioritaria. 1 13º Congreso Virtual de Psiquiatria.com. Interpsiquis 2012 www.interpsiquis.com - Febrero 2012 Psiquiatria.com IMPORTANCIA ONCOLÓGICO DEL PSICOANÁLISIS EN EL TRATAMIENTO DEL PACIENTE ¿Qué es el cáncer? ¿Una estructura nosológica o un cultivo donde se desarrolla lo nosológico? ¿Una cuestión biológica o la manifestación en lo biológico de lo que nos enferma? ¿De lo que sucede en el sujeto, como no psíquico? El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo después de las cardiopatías. La ciencia, en su impulso hacia la curación del cáncer, consigue que el 50% de los pacientes diagnosticados curen gracias a los avances teóricos-técnicos de la medicina. Mas, somos psique y soma. Un sujeto humano que ha de constituirse y manejarse en relaciones significantes. Una máquina de desear. Cuando enferma, no es por casualidad que enferma, hay algo en él enfermo, en el sentido que no funciona bajo el espectro de posibilidades de la máquina, se ha detenido en ciertos movimientos, repetitivos, que lo llevan a resolver las situaciones de su realidad de una manera concreta restringida, que de repetirse lo lesiona, lo somete a ese goce. El cuerpo es el escenario donde se juegan esos procesos anímicos. A veces es difícil salir de ese movimiento libidinal, en esa complejidad que supone el aparato psíquico y sus interrelaciones, de las que el mismo sujeto desea sanar y no sanar, transformar y no transformar. La repetición hace de la intervención psicoanalítica, prioritaria. La afectación orgánica en el cáncer A nivel orgánico, en el paciente oncológico se observan dos funciones afectadas: La función neoplásica El cáncer se desarrolla cuando una célula que acumula cambios en los genes que controlan el crecimiento y la supervivencia celular deja de autosacrificarse. Se produce una excesiva proliferación de la célula mutada, que se reproduce de una manera maníaca o psicótica. El cáncer mata por lo que no muere cuando debe morir en el sujeto. En un afán de inmortalidad, la célula pervierte el código, asegurando su propia vida en una producción ilimitada, inútil y letal para el organismo en su conjunto. -213º Congreso Virtual de Psiquiatria.com. Interpsiquis 2012 www.interpsiquis.com - Febrero 2012 Psiquiatria.com IMPORTANCIA ONCOLÓGICO DEL PSICOANÁLISIS EN EL TRATAMIENTO DEL PACIENTE La función de inmunovigilancia. En el cáncer, el sistema inmunológico del paciente se encuentra deprimido, por lo que disminuye su capacidad de vigilancia y protección del organismo. Así, puede mantener respecto a la producción y crecimiento del tumor una actitud de indiferencia, de rechazo o hasta de facilitación. Un asesino y su cómplice. No sin razón, el paciente con cáncer siente que él, y no una parte de su cuerpo como sucede en otras enfermedades, ha enfermado. La estructura psíquica que sustenta la enfermedad En 1917 el Doctor Freud describió en su trabajo “Duelo y Melancolía” cómo algunos pacientes deprimidos salían de su depresión psíquica por el desarrollo de una enfermedad orgánica. Es decir, cuando enfermaban dejaban de estar deprimidos o la depresión quedaba enmascarada. Freud había descrito en 1900 el aparato psíquico, las leyes del inconsciente y el papel del trabajo. El aparato psíquico está constituido por diferentes instancias que mantienen relaciones entre sí y, a partir de 1923, con la segunda tópica Freudiana, también dentro de cada una de ellas. Lo que se encuentra en la conciencia son productos efecto de ese trabajo inconsciente. Las instancias que constituyen el aparato son: Yo, Ello y Superyo. La salud o la enfermedad psíquica son resultado de las relaciones intra e inter instancias. El Superyo es la instancia moral y se crea como una parte diferenciada del Yo como consecuencia de la identificación con el modelo paterno. Con la constitución del Superyó, en un Yo débil se instalan figuras fuertes. Cuando el Yo débil es vencido por el Superyó, se opone al Ello, de tal manera que ejerce la represión. Cuando el Yo débil, es vencido por el Ello, trastorna su relación con el Superyó, es decir, su relación con los límites, la noción de tiempo, de espacio, una solución de continuidad con lo real. ¿Cómo es posible que el Superyó sea capaz de juntar en él todo el instinto de muerte y castigar al Yo hasta su destrucción? Del mismo modo en que se explica el suicidio de los melancólicos: autorreproche y castigo hasta la -313º Congreso Virtual de Psiquiatria.com. Interpsiquis 2012 www.interpsiquis.com - Febrero 2012 Psiquiatria.com IMPORTANCIA ONCOLÓGICO DEL PSICOANÁLISIS EN EL TRATAMIENTO DEL PACIENTE muerte. En el melancólico si el Yo no es capturado por la manía, muere, porque el Superyó tiene concentrado todo el instinto de muerte. En la melancolía el Superyó recrimina al Yo por una falta cometida, y el Yo se siente culpable de la falta porque el objeto al cual recrimina el Superyó, ha ocupado el lugar del Yo por identificación. El sujeto se ha identificado al objeto para no perderlo, lo ha introyectado. En el proceso de identificación de la melancolía, como en todo proceso de identificación, se desexualiza al objeto. El revestimiento libidinal del objeto queda liberado de eros (pulsión de vida) y a merced de tánatos (pulsión de muerte), liberada como tendencia a la agresión y a la destrucción. En 1920-22 el Doctor Freud describe la pulsión de vida y la pulsión de muerte en su publicación “Más allá del principio del placer” en que destaca la importancia de ambas pulsiones para el sujeto y su salud. La pulsión de vida es la del erotismo, la que tiende a la búsqueda del placer, a la mínima tensión, mientras que la pulsión de muerte es la puntuación, el límite al que está sometido el principio del placer, la ley que hace al tiempo. En el cáncer, el sujeto psíquico asume sin mediar obstáculo las recriminaciones del Superyó y el autocastigo, en forma de permisión del ataque de las células mutadas y forclusión de los límites al sí mismo. Lo que le pasa es análogo a lo que les pasa a los protozoos que sucumben a los efectos de sus productos en descomposición. (El sujeto no quiere cambiar cuando le corresponde) El Yo no se comporta como un compañero del Superyó sino como un siervo, en tanto que la vida para el Yo es ser amado por el Superyó. Y el Yo es servil al Ello, en tanto el Ello le manda impulsos y el Yo miente a la realidad para cumplir con los deseos del Ello. El melancólico tiene problemas para elaborar los estímulos somáticos por vía somática, y en su lugar lo hace por vía psíquica, es decir, que no tiene cuerpo, y sin embargo, el asesinato se produce en ese escenario temporal, como si le estuviera pasando a otro, al otro con el que el sujeto se ha identificado. El proceso de identificación será por tanto un elemento imprescindible a la hora de comprender la estructura psíquica que sustenta al cáncer. Con el cáncer el paciente sale de la depresión por la manía. El tumor sería la expresión de una estructura psicótico-depresiva-maníaco-depresiva. Una estructura ambivalente que supone la forclusión de la ley del incesto, la anulación de las diferencias sexuales por identificación con el objeto perdido, la negación de la mortalidad y el castigo por la culpa inconsciente. -413º Congreso Virtual de Psiquiatria.com. Interpsiquis 2012 www.interpsiquis.com - Febrero 2012 Psiquiatria.com IMPORTANCIA ONCOLÓGICO DEL PSICOANÁLISIS EN EL TRATAMIENTO DEL PACIENTE La proliferación de células malignas, está en relación con la forclusión propia de la psicosis y la pérdida de contacto con la realidad (el Ello se apodera del Yo). La disfunción de la inmunovigilancia expresa en el cuerpo la culpa inconsciente (el Superyó se apodera del Yo). El castigo de la depresión es sustituido por el castigo de la enfermedad. El sujeto no está deprimido por el diagnóstico del cáncer sino que la depresión de base fue responsable del desarrollo del tumor. Lo que le deprimió fue la necesidad de castigo. Lo que hay que restituir por tanto es su capacidad de sustitución, de amar otros objetos. Para que la estructura del cáncer se cure, no sólo hay que curar el cuerpo en el que se está escenificando la batalla, el campo de batalla, sino que también ha de elaborarse el conflicto psíquico que desencadenó la lucha. El diagnóstico de un cáncer o de un tumor, nos procura la alarma del diagnóstico psíquico y eso, dadas las propiedades no sólo curativas, sino también preventivas del Psicoanálisis, supone una gran noticia. Psicoanálisis del paciente oncológico Un paciente con cáncer, deja de ser en análisis, una enfermedad para ser un sujeto psíquico, hablante, del deseo. Un sujeto que no precisa de la enfermedad para hablar. La forma en que se renuncia a un deseo sexual infantil y reprimido se dice en otro escenario diferente al cuerpo. El goce del cuerpo es el goce de la palabra. Un síntoma es una manera repetitiva de gozar, infantil, en un sujeto adulto. Que la energía está reprimida significa que está en el síntoma, que se derivó a ese lugar donde el goce es infantil. El goce de la salud es el goce de la palabra que da acceso a otros goces. La reconstitución del cuerpo del deseo. El goce siempre está presente. Se sustituye un objeto por otro objeto como ejercicio metonímico del deseo. El cuerpo de la palabra es la escena en que se produce la sustitución. Por eso el cuerpo es tiempo porque desde que el hombre es lenguaje su ser es el tiempo de la palabra y su ser histórico el tiempo de la escritura. -513º Congreso Virtual de Psiquiatria.com. Interpsiquis 2012 www.interpsiquis.com - Febrero 2012 Psiquiatria.com