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CARTA ABIERTA A TODOS LOS AFILIADOS DE “DERECHO
CIUDADANO A DECIDIR” (“DCID”)
Queridos compañeros:
Nada más lejos de mi intención que pontificar, juzgar, aconsejar, prohibir
o permitir nada, porque nada soy y en nada me reconozco.
Tras el fracaso que todos recordamos, en octubre de 2014, un grupo de
compañeros decidimos crear un Partido en el que primara la Libertad, el
Compromiso, la Solidaridad y la Ayuda.
Se nombró a unas personas (los Promotores y Fundadores) para que
plasmaran en papel lo que solo parecía una quimera. Tras muchos meses
de labor, en los que algunos fueron integrándose y otros abandonaron,
generalmente porque nos negamos a acatar sus dictados totalitarios o
poco éticos o bien porque no estaban convencidos de la viabilidad del
proyecto, se consiguió completar un Ideario Programático, extenso, pero
que, aún en su longitud, resumía los Principios que apoyábamos. Y digo
resumía, porque su aplicación va a ser larga y penosa.
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Se crearon también unos Estatutos densos, complejos, perfectibles, como
todo lo es, y una serie de normas de funcionamiento y de conducta.
Tras el Acta de Constitución del Partido, se procedió a escriturarlo ante
Notario y remitirlo al Ministerio del Interior para su aprobación. Como
sabéis, estamos en la fase de clarificación de algunos aspectos por lo que,
en puridad, el Partido aún no existe.
En “DCID” apostamos de todo corazón, yo al menos, por la Libertad de
Conciencia, de Credo, de Expresión y de Pertenencia. No somos un Partido
nacido o apoyado en el liberalismo del siglo XIX. ¡NO! Somos el Partido
del siglo XXI.
Somos un Partido Liberal en lo social, es decir, defendemos a ultranza la
Libertad absoluta del individuo, en tanto que persona. Defendemos la
Libertad de Conciencia, en cuanto al libre albedrío del ser humano para
decidir lo que cree que más le conviene.
Defendemos, yo la defiendo, la Libertad de Credo, entendiendo por Credo
la pertenencia y adscripción a una concreta Religión, o la no pertenecía a
Religión alguna. Excluyo las sectas ideológicas asesinas, que, desde luego
no son más que bandas criminales. Y las excluyo desde mi propia Libertad
de Conciencia.
Defendemos y siempre defenderemos, al menos yo, repito, y por eso
estoy en este Partido y ayudé a crearlo, la absoluta Libertad de Expresión,
siempre que no sirva, Y NO ES CORTAPISA, para ofender y vejar a los
demás. Nunca la Libertad de Expresión debe utilizarse para calumniar,
difamar, atacar, destruir, menospreciar o ningunear a nadie, sino para
expresar nuestra opinión educada, matizada, autorregulada y siempre
presta para el debate ideológico, si fuere necesario.
Pero también defendemos la Libertad de Pertenencia.
Pertenecer significa “ser de”. No significa poseer, no, sino todo lo
contrario. Significa “DAR”. Darse a otra persona, llamémosle Amor. Darse
a una causa, llamémosle COMPROMISO. En definitiva, DARSE.
En “DCID”, nos “damos” a una causa, “pertenecemos a esa causa”, que
hemos aceptado libremente y que, nadie nos obliga a defender, debemos
asumirla al cien por cien. ¡Claro que ha de haber debate!, pero un debate
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lógico y, sobre todo, llevado en la misma dirección, que no es otra que la
Administración de España. ¡Ahí es nada… ESPAÑA!
Para eso hemos creado este Partido porque, para tener veinte alcaldes o
siete diputados yo me quedo en casa y no pierdo ni mi tiempo ni mi
dinero, escaso, por cierto, en aventuras sin futuro.
Deberíamos todos reflexionar sobre si estamos dispuestos a seguir estas
líneas, digamos maestras, y tener la humildad y la paciencia de esperar a
la Convención Nacional Constitutiva y Constituyente en la que, por
votación de todos los afiliados y de acuerdo con los Estatutos aprobados,
se procederá a elegir a los Administradores del Partido.
Mientras tanto, recuerdo que hemos de formar los diferentes Órganos del
Partido que, por defecto, hemos tenido que conformar con nombres
repetidos, no siendo esa nuestra voluntad, aunque esté permitido por los
Estatutos, sino la de incorporar más personas. También constituir los
Grupos de Trabajo y Departamentos que han de llevar al Partido a la
prevista Convención. Para cubrirlos todos somos imprescindibles, todos
los que creemos en esta idea de LIBERTAD y PROGRESO SOCIAL. Nadie
sobra. Y nadie debe ser tan egoísta como para pensar en sí mismo, sino
que ha de pensar en el bien de nuestra querida España.
Que cada uno se proponga (¡ya!) para el puesto en que considere ser más
útil al Partido, donde todos somos uno. Estamos obligados a llevarlo
adelante hasta que se celebre la Convención Nacional. Si no lo hiciéramos
así, nos habremos fallado a nosotros y, lo que es peor, A NUESTROS HIJOS.
José Roberto Roca Torregrosa
Vicepresidente Nacional Provisional de
DERECHO CIUDADANO A DECIDIR
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