EL MERCADO DE CARGA AÉREA EN AEROPUERTOS DE SEGUNDO Y TERCER NIVEL. EL CASO DE ZARAGOZA. Óscar Martínez Álvaro José Manuel Vassallo Magro David Peña Pérez Departamento de Transportes ETSI de Caminos de Madrid (UPM) Cátedra de Transportes (Planta 5ª). ETSI de Caminos Ciudad Universitaria s/n. 28040 MADRID (ESPAÑA) Tel: 34 1 3366655. Fax 34 1 3366656 RESUMEN Los aeropuertos bien dotados de infraestructuras aeronáuticas y con escasa congestión, frecuentemente ven una oportunidad en el transporte de carga. Sin embargo, la disponibilidad de infraestructuras no es todo lo necesario, y el análisis del aeropuerto de Zaragoza y del mercado de carga que podría captar resulta de interés, no sólo para este caso concreto, sino también para evaluar las posibilidades genéricas que existen para aeropuertos que no se encuentran en el primer nivel. Aunque resulta imprescindible un posicionamiento adecuado, no necesariamente ha de estar focalizado a un único submercado. La posibilidad de reforzar la demanda estando presente en diversos segmentos o nichos, puede permitir alcanzar umbrales que hagan rentables determinadas dotaciones que, de otra manera, serían económicamente inviables. Si las infraestructuras aeronáuticas son razonablemente suficientes, las actuaciones más urgentes y/o más importantes para potenciar la carga son sin coste y están relacionadas con aspectos de gestión. Y cuando son precisas inversiones importantes, lo normal es que afecten a temas relacionados con iniciativas dependientes de otras Autoridades (como en el caso de los accesos terrestres) o con la iniciativa privada (almacenes, maquinaria,…). La iniciativa pública debe limitarse a facilitar la implantación y gestión privada, pero todo lo que tenga rentabilidad negativa y presente elevadas externalidades ha de ser gestionado por la Administración, directa o indirectamente. 1. INTRODUCCIÓN El origen indirecto de esta ponencia está en el trabajo realizado como consecuencia de un Convenio suscrito entre la Universidad Politécnica de Madrid y el Instituto Aragonés de Fomento (IAF) para evaluar las posibilidades de potenciación del papel del aeropuerto de Zaragoza en el mercado de carga. A raíz del mismo, los autores tuvieron la oportunidad de entrar en contacto con importantes operadores y profundizar en determinados aspectos que fueron objeto de atención especial, en algunos casos al margen del contenido del citado Convenio. Lo que a continuación se recoge es fruto más de las reflexiones asociadas a todo el proceso lógico que del trabajo realizado, siendo exclusiva responsabilidad personal de los firmantes de esta ponencia, cuyas opiniones no necesariamente coinciden con las conclusiones del Convenio, ni representan ninguna opinión institucional de su Universidad o de otro Organismo. 2. UNA PRIMERA IDENTIFICACIÓN DEL MERCADO RELEVANTE Para determinar preliminarmente los productos/mercados más atractivos dentro del sector de la carga aérea es preciso tener en cuenta que el modo aéreo compite con otros modos de transporte con dos principales características: gran rapidez de envío y, como contrapartida, precio muy superior. Consecuencia de ello es que el porcentaje de tráfico de carga aérea es muy reducido frente a otros modos de transporte. En consecuencia, hay que realizar un análisis relativamente detallado del mercado potencial para determinar el segmento o nicho de interés para un determinado aeropuerto. En primer lugar, es preciso tener en cuenta que la carga aérea tiene siempre un componente de elevado coste de oportunidad temporal, habitualmente relacionado con el transporte de muy larga distancia y muy alto valor unitario (piezas de muy elevado coste unitario y escaso peso / volumen), carácter perecedero (alimentos frescos, flor cortada, etc.) o urgencia en su disponibilidad (mensajería urgente, elevadas necesidades de tipo logístico, etc.). Desde el punto de vista espacial, para determinar el mercado captable es preciso considerar que el tráfico de un aeropuerto puede tener su origen o destino en el hinterland inmediato (zona de influencia) del aeropuerto o en un hinterland distinto al del aeropuerto (en cuyo caso el aeropuerto actúa como hub de una determinada zona geográfica). El comportamiento de un aeropuerto ante ambos tipos de hinterland es radicalmente diferente. Por un lado, la demanda de carga aérea en el hinterland local viene determinada por el tamaño del hinterland, esto es por la accesibilidad terrestre por carretera1. Dentro de ese hinterland el parámetro esencial es la actividad económica en tanto en cuanto relacionada con el tipo de mercancías antes descrito (nivel de importaciones y exportaciones con regiones remotas, el valor unitario de esas importaciones y exportaciones,…) Dado que, por definición, el hinterland es el área próxima al aeropuerto en cuestión, lo más habitual es que un aeropuerto con importante tráfico de carga local esté relacionado con importante tráfico de pasaje. Con ello, se obtiene una ventaja competitiva muy difícil de batir 1 Ni siquiera la alta velocidad ferroviaria parece que vaya a alterar este aspecto. por un aeropuerto con débil tráfico de pasaje: el tráfico regular de pasaje equivale a capacidad en bodega de coste marginal muy reducido. Por su parte, la demanda de carga aérea como tránsito (actuación como hub), viene determinada por la situación del aeropuerto en el centro de gravedad de una zona de actividades económicas, para minimizar los recorridos totales (aéreos + terrestres) y por una buena accesibilidad aérea que permita gran conectividad de vuelos. En este caso no es precisa un importante flujo de pasaje. Incluso un tráfico importante de pasaje puede ser contraproducente, pues puede significar congestión (y esto tiene un efecto más que proporcional pues, como es obvio, el tráfico de carga no es prioritario ante el de pasaje). El papel de los distintos servicios aéreos es muy diferente en ambos tipos de aeropuertos, lo que es de especial relevancia a la hora de configurar la oferta para el cliente final. Por su parte, en los servicios regulares la carga de las bodegas siempre se descarga en los aeropuertos de pasaje, siendo por tanto una carga cautiva. Además, dado que se trata de servicios cadenciados en función de la demanda de pasaje, no son necesariamente envíos muy urgentes, aunque es claro que siempre provienen de destinos remotos.2 Respecto el control de las decisiones, puede decirse que está relativamente repartido, pero con preponderancia de las compañías aéreas. Respecto a los servicios no regulares (charter o cargueros), dado que carecen de prioridad en los grandes aeropuertos de pasaje, es común que se desvíen a otros aeropuertos por pura operatividad. Dentro de estos servicios pueden distinguirse dos tipos relativamente diferentes: el de los extremadamente urgentes y no programables, y el de los grandes volúmenes transoceánicos. En ambos casos, el control de las decisiones no está en manos de los operadores, sino de los intermediarios (transitarios y brokers). 3. UN MODELO DE REFERENCIA Desde un punto de vista meramente técnico, las condiciones que debe cumplir un aeropuerto para prestar un buen servicio a la carga son muy claras: buenas condiciones climatológicas, congestión aérea escasa y slots suficientes, pistas e instalaciones aeronáuticas para permitir su uso por aviones de gran tamaño,… Con ser ello importante, puede serlo aun más la existencia de infraestructura que permita una adecuada operación en tierra, con superficies amplias para el estacionamiento de aeronaves, y una disposición de instalaciones en diversas lineas que permita una jerarquía clara de actividades. No es que las anteriores condiciones técnicas no sean importantes; es que son sólo necesarias, pero no suficientes para determinar la competitividad de un aeropuerto. 2 Es interesante resaltar que en el caso de que el destino final este dentro del propio continente, es frecuente que la carga se transporte por camión, aunque sea frecuente referirse a ella como “carga aérea por carretera”. En realidad, lo único que tiene de relación con el transporte aéreo es el operador y la denominación, pero es transporte por carretera convencional. En primera línea deben ubicarse, obviamente, los operadores de handling (para terceros o auto-handling), con una disposición física en tres bandas generosamente dimensionadas: en el lado aire una zona amplia para que la maquinaria pueda maniobrar con facilidad con flujos que no se corten; en la zona intermedia un almacén, preferentemente automatizado; y en lado tierra, muelles y rampas que permitan la carga y descarga del camión lo más ágil posible (además de las zonas de aparcamiento equivalentes a las de estacionamiento de aeronaves del lado aire). La segunda línea debe destinarse a almacenes para transitarios, almacenistas-distribuidores o bien empresas que no puedan realizar auto-handling. Este sea quizá el aspecto más simple y clásico, y el que presente menos problemas habitualmente. Finalmente, existe una tendencia clara a que la tercera línea sea ocupada por una plataforma logística fuertemente apoyada en el transporte terrestre y caracterizada por actividades de valor añadido que transformen la ruptura de la carga en una oportunidad de manipulación adicional. Como es lógico, también es precisa una excelente conectividad con la red de carreteras, fundamentalmente en el caso de aeropuertos de tipo hinterland local. En los aeropuertos de tipo hub esto puede no ser relevante si todo el tráfico tiene una canalización aérea, pero en el caso de que exista una cierta actividad de carga aérea por carretera puede ser tan importante como en los primeros. En todo caso, es necesaria una buena dotación de oficinas para servicios administrativos, transitarios, agentes de aduanas, compañías aéreas etc. Asimismo, es creciente la demanda de una red de comunicaciones que facilite información en tiempo real y la comunicación entre los agentes (voz, EDI, etc.). Y lo que puede llegar a ser crítico es todo lo relacionado con la pura gestión administrativa. Si bien con mala infraestructura es difícil dar un buen servicio, con mala gestión es imposible. Los clientes del aeropuerto demandan crecientemente operativa H24, y eso simplemente porque las exigencias de sus propios clientes son de una creciente calidad. Los procedimientos administrativos son imprescindibles para salvaguardar intereses sociales muy importantes (fitosanitario, sanitario,…). No puede prescindirse de tales controles más que en el caso de que exista exclusivamente un mercado local o intra-comunitario, y eso indicaría un potencial bastante limitado en términos generales. Pero el hecho de que sean imprescindibles implica que han de ser ágiles y eficientes, sin que esto suponga una traba artificiosa a los operadores. Asimismo, es imprescindible dotar de facilidades administrativas a la ubicación de clientes en el aeropuerto (terrenos, licencias etc.), de manera que se pueda configurar de una manera ágil una respuesta a una demanda muy exigente y que, de no encontrar respuesta rápida, va a buscarla en otro aeropuerto. En ello debe incluirse la posibilidad de permitir a las compañías realizar autohandling (tanto de rampa como de carga) así como handling a terceros, estimulando una sana competencia entre operadores. Este último punto es obvio que puede presentar riesgos de calidad de la prestación si el operador tradicional queda sin mercado suficiente. Pero no puede ponerse en juego el futuro del servicio sólo porque en el pasado la norma haya sido el monopolio. Si el volumen de mercado no es suficiente para permitir el juego de la competencia, puede introducirse a través de concursos de adjudicación por periodos relativamente cortos en los que el actual prestador del servicio juegue en igualdad de condiciones con los demás concursantes. 4. CARACTERIZACIÓN ACTUAL DEL AEROPUERTO DE ZARAGOZA Zaragoza, que dispone de las instalaciones aeronáuticas mejores de Europa, se encuentra entre los aeropuertos que más carga mueven de España. Su tráfico se sitúa en el entorno de los 10 millones de kilos/año, aunque esta cifra representa sólo del orden del 2% del total de carga en los aeropuertos españoles. La evolución temporal muestra una tendencia creciente, fruto de la superposición de dos series divergentes: mientras el tráfico internacional es suavemente creciente, el nacional es decreciente. La modalidad más importante es el tráfico internacional no regular (alrededor del 55%), con participación creciente, y las principales mercancías son las piezas de automoción (81%), seguidas muy de lejos por el grupo varios (esencialmente mensajería urgente) con un 19%. En Zaragoza operan varios courier con instalaciones reducidas, pero suficientes para absorber la demanda actual, que es diferente para cada uno de ellos: entorno próximo regional (Aragón, Navarra, La Rioja y Soria), hub del norte peninsular y carga aérea por carretera con origen o destino en el centro de Europa. Las operaciones de handling las realizan estas empresas (autohandling) y también existe un operador para terceros, con capacidad para atender prácticamente toda la flota comercial existente. De esta manera, a pesar de su relativamente pequeño tamaño, el posicionamiento actual de Zaragoza puede verse que es difuso, abarcando segmentos de mercado muy diferentes. Para permitir un estudio sistemático, se estructuró el análisis como un DAFO3, teniendo como objetivo un posicionamiento en el mercado de la carga aérea. Para facilitar el análisis posterior, se agregó el análisis en tres niveles conceptuales: infraestructura y entorno, superestructura e instalaciones, y gestión, organización y mercado. Al final de esta ponencia se recoge un esquema de las conclusiones obtenidas. 5. POSICIONAMIENTO Teniendo en cuenta lo anterior, se realizó una propuesta de posicionamiento producto/mercado. Sin duda alguna, se concluyó que el mercado al que debe dirigirse el aeropuerto de Zaragoza, al igual que cualquier aeropuerto de una región no metropolitana, es de carga charter, con una segmentación por áreas de influencia y unos productos basados todos en la actuación como hub, salvo para los segmentos locales más importantes: • aeropuerto local para atender servicios urgentes de la industria regional (fundamentalmente la de automoción), esencialmente en llegadas, con un papel residual de las salidas 3 Siglas de “Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades”, traducción del término inglés SWOT, de igual significado. • hub peninsular, subsidiario de uno o varios hubs continentales, para servicios courier, productos perecederos y carga aérea no urgente transcontinental por vía terrestre • hub continental para las relaciones transcontinentales, comenzando por importaciones de perecederos (esencialmente flor cortada de Sudamérica) 6. PROPUESTAS DE ACTUACIÓN Para atender debidamente tales servicios, las actuaciones necesarias afectan a los tres niveles antes definidos: infraestructuras, superestructuras y gestión. Desde el punto de vista de infraestructuras, la ejecución del Plan Director suponía una oportunidad única para la ordenación del Aeropuerto, garantizando la compatibilidad de usos civiles y militares y una dotación adecuada en materia de plataforma de estacionamiento, almacenes y recintos para manipulación de carga,… Si bien previsiblemente resultaría necesaria alguna inversión y/o recalificación de usos, en lo que resultaban más necesarias las inversiones era en materia de accesos terrestres al aeropuerto, competencia de distintas administraciones (cinturón Sur, autopistas y autovías,…). En cuanto a superestructuras, la puesta en funcionamiento de un PIF4 adecuadamente dotado de cámaras frigoríficas y certificado para productos agrarios no tratados se mostró una condición necesaria para el éxito del conjunto de las propuestas. Por otro lado, la construcción del Centro de Transportes próximo al aeropuerto podía significar la creación de una tercera línea que mejorase las perspectivas del aeropuerto, aunque no era una condición imprescindible, siendo necesario para un correcto planteamiento una coordinación estrecha entre planificadores de las distintas Administraciones. En medidas de gestión, dada la dependencia del aeropuerto de un órgano central de carácter nacional, se mostró imprescindible la creación de un ente de promoción directamente vinculado al aeropuerto. Sus objetivos prioritarios serían, precisamente, el diseño y ejecución de la promoción del aeropuerto, junto la coordinación de los niveles institucionales directamente implicados (local, regional y nacional), con un alto nivel de interlocución para los temas de mayor impacto estratégico. Respecto la naturaleza jurídica del ente de promoción del aeropuerto se evaluaron alternativas muy diversas (sociedad mercantil, fundación, agrupación de interés económico,...). Para la propuesta final pareció poco adecuada cualquier forma mercantil que no fuera acompañada de la generación de ingresos comerciales. De esta manera, se propuso una clara separación entre promoción y gestión del aeropuerto. La promoción debería encargarse a un ente de carácter público por las evidentes externalidades que presentaba, mientras que la gestión de las instalaciones debería realizarse por una entidad mercantil que garantizase la adecuada rentabilidad de las actuaciones para los propietarios (públicos o, preferentemente, privados). Finalmente se consideró de especial relevancia el impacto de los controles fronterizos aduaneros y para-aduaneros, por su gran repercusión sobre algunos de los productos/mercados propuestos, por cuanto significaba tráfico con terceros países: todas las demás propuestas serían inoperantes si se mantuviese un nivel de rigidez elevado, que 4 Punto de Inspección Fronteriza significase el innecesario alargamiento de los tiempos de tránsito. Las propuestas concretas planteaban la concentración de recursos en los objetivos más relevantes y el empleo de técnicas de muestreo universalmente aceptadas, junto con el empleo de sistemas de programación y localización del personal5 que permitiesen que operativa 24 horas no equivaliera necesariamente a presencia física 24 horas. 7. COMENTARIOS FINALES Como resulta habitual y lógico, no todas las propuestas del estudio que dió origen a esta ponencia prosperaron y, por otra parte, algunas avanzaron más rápido que otras. Lo que es importante al efecto de esta ponencia son las conclusiones generales, muy similares a las obtenidas en otros casos similares, y que pueden resumirse en lo siguiente: • En aeropuertos de escaso tráfico, la carencia de importantes servicios regulares de pasaje significa una fuerte limitación para la captación de carga, pero también una importante oportunidad si el resto de factores permiten una operativa 24 horas sin congestión ni otros factores que limiten la fiabilidad. • El posicionamiento no ha de centrarse necesariamente en un único segmento o nicho. De hecho, la presencia en varios de ellos, siempre que estén bien identificados, puede permitir alcanzar umbrales que hagan rentables determinadas dotaciones que, de otra manera, serían económicamente inviables. • Muy frecuentemente, las actuaciones más urgentes y/o más importantes para potenciar la carga son sin coste y están relacionadas con aspectos de gestión. Las rigideces son más derivadas de prácticas históricas que de exigencias de la legislación vigente, aunque esto último es lo que habitualmente se esgrime como argumento. • Si se parte de una dotación aeronáutica razonablemente amplia, que es lo normal en los casos en los que se estudia la posibilidad de potenciación de carga, es lógico que las inversiones necesarias hayan de darse en otras infraestructuras (como accesos terrestres) o superestructuras complementarias (tanto aeroportuarias como de otro tipo). • Es precisa una estrecha coordinación entre Administraciones, pero debiéndose sopesar cuidadosamente la incidencia de tal actuación sobre la operatividad de las actuaciones derivadas. La dificultad de coordinación crece de manera potencial con el número de agentes involucrados, pero la ausencia de alguno clave puede determinar el bloqueo de todas las iniciativas. • La iniciativa pública ha de limitarse a facilitar la implantación y gestión privada. El papel de las Administraciones debe huir de todo lo relacionado con la gestión de ingresos comerciales. 5 Medidas tan simples y tan extendidas en otros ámbitos públicos y privados como el teléfono móvil y la compensación de turnos presenciales por la disponibilidad. • También debe huirse de planteamientos que, en aras de una supuesta flexibilidad de gestión, asumen formas jurídicas mercantiles para llevar a cabo tareas poco definidas, tales como la “promoción” del aeropuerto. Todo lo que presente rentabilidad negativa y elevadas externalidades ha de ser gestionado por la Administración (directa o indirectamente). RESUMEN DEL ANÁLISIS DAFO GESTIÓN, ORGANIZACIÓN Y MERCADO SUPERESTRUCTURA E INSTALACIONES INFRAESTRUCTURA Y ENTORNO FORTALEZAS • Operaciones existentes • Personal directivo muy motivado • Instalaciones suficientes • Posibilidades de ampliación • Excelente infraestructura aeroportuaria sin congestión, bien ubicada Esquema de las conclusiones obtenidas en el Aeropuerto de Zaragoza DEBILIDADES • Escaso mercado local/regional • Baja prioridad en el contexto nacional • Rigideces de los controles fronterizos AMENAZAS • Consolidación de ofertas concurrentes OPORTUNIDADES • Congestión en otros aeropuertos • Errores de posicionamiento de otros aeropuertos concurrentes • Centro de Transportes por Carretera • Bajo tráfico para • Posible conflicto con introducir 2º operador • Intereses de iniciativa actividades militares de handling privada • Posibles subvenciones • Malas conexiones • Restricciones • Nuevas carreteras terrestres con Levante presupuestarias • Nuevas circunvalaciones en y Francia • Concentración de Zaragoza • Escasa dotación de inversiones en otros • Plan Director del Aeropuerto plataformas aeropuertos