Oleana 02 – 1986 - Ayuntamiento de Requena

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OLEANA
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I. S. B. NT.: 84-505-3709.6
Depósito Legal: V'1356'1986
Impreso en: Gráficas LLOGODI
Garda Berlanga, 34 • Utiel
SUMARIO:
Página
Gestación, construcción y primeros años de funcionamiento del Ferroca
rril entre Utiel y Valencia
José Luis Hortelano lranzo
7
Influencia de la fermentación maloláctica, en la calidad de los vinos pro
cedentes de la variedad bobal, en la Denominación de Origen UtielRequena
M.a Angeles Nove/ía, Pedro Pérez-Duque e Isabel Pardo
17
Apuntes sobre los exvotos pintados del Campo de Requena-Utiel
José flngel Jesús-María Romero
25
Manifestaciones folklóricas de carácter literario-musical en el Campo de
Requena-Utiel
Fermín Pardo Pardo
33
Los pueblos de la Comarca de Requena, según el Diccionario Geográfico
de D. Pascual Madoz
51
Desarrollo urbano de Requena
Juan Piqueras Haba
65
GESTACIÓN, CONSTRUCCIÓN Y PRIMEROS AÑOS DE
FUNCIONAMIENTO DEL FERROCARRIL ENTRE
UTIEL Y VALENCIA
por
José Luis Hortelano Iranzo.
La idea de que circulasen carros sobre unas guías es muy antigua; los primeros antecedentes
los tenemos en las vías romanas, en las que, para conservar mejor el pavimento y facilitar el desli
zamiento de los carruajes, se colocaban las piedras más duras y regulares en dos líneas paralelas,
como si fuesen vías, a la distancia de separación de las ruedas.
No son seguras la fecha y el lugar en que aparecieron los primeros railes; parece que ocurrió
hacia 1548, pero los primeros datos seguros proceden de 1650, cuando en Inglaterra y Silesia
(Alemania) se colocaron guías de madera en el interior y en los accesos de las minas de carbón,
que servían para ayudar a transportar las vagonetas cargadas de mineral. Estos railes eran dos,
colocados muy próximos entre sí; las vagonetas llevaban en el centro dos ruedas locas, que circula
ban sobre los railes, y una guía vertical, que encajaba entre ellos.
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Sección de una vagoneta sobre
raíles (h 1700)
La ciudad de Middelton, en el Condado de Lancaster (Inglaterra) fue la primera que adoptó
vías de madera con técnicas similares a los posteriores tendidos ferroviarios. Un ingeniero, Moni-
son, las forró de metal y reforzó el fonde de apoyo mediante traviesas perpendiculares a las vías,
con lo que éstas ganaron en resistencia. Era 1753. Algún tiempo después, las guías de madera
laminada se cambiaron por guías de fundición, que tomaron el nombre de rieles, con sección en
forma de hongo invertido y rellenó el espacio entre ellas de piedras.
En 1804 se inauguró el primer camino férreo entre las ciudades de Wondsworth y Croydon,
junto al Támesis, con tracción animal, empleándose para el transporte de mercancías.
La aparición de la máquina de vapor de Watt, revolucionó el panorama industrial y muy
pronto hubo personas que intentaron su aplicación sobre el camino férreo. Una de ellas, Richard
Trevithick, fue la primera que consiguió ver correr una máquina de vapor por unos railes, arras
trando cierta carga. Ganó una apuesta de 500 £ cuando, en medio del estupor general, una reso
plante máquina, la «Tram Wagón» recorrió 16 km., de vía en cuatro horas, arrastrando un convoy
de 25 Tm., de peso. Era 1804 todavía.
Pero existían varios problemas: el peso de la máquina y de la carga rompía los railes, los
engranajes de las máquinas se estropeaban con facilidad, había que hacer excesivas paradas para
repostar agua y leña...
Hubo diversos intentos de solucionar estos problemas, el más afortunado de los cuales fue
el de Hedley y Blackett, que consiguieron una máquina capaz de arrastrar 50 Tm., a la velocidad
de 8 km/h.
Por fin George Stephenson logró resolver todos los problemas que planteaba la tracción por
una máquina de vapor y el 27 de septiembre de 1825 el primer tren efectuaba el trayecto entre
Stockton y Darlington con un gran éxito.
Rápidamente el invento se extendió por el mundo: 1826 EE.UU.; 1835, Alemania y Bél
gica; 1837, Francia; 1840, Rusia, Austria-Hungría e Italia. En España el tendido de la red ferro
viaria es regulado por una Real Orden de 31 de diciembre de 1844, en la que se fijaban las
condiciones básicas para la concesión y explotación de lineas, que serían construidas por compa
ñías privadas. Se dieron muchas concesiones, pero sólo se hicieron efectivas las de BarcelonaMataró (1848), Madrid-Aranjuez (1851) y Valencia-Játiva (1853). En total, algo más de
100 km.
En 1855 se promulga la Ley General de Ferrocarriles, que dio grandes ventajas a los capi
tales invertidos en ellos. Estas ventajas fueron:
— El estado autorizaba la libre importación, sin aranceles, de toda clase de productos
ferroviarios y relacionados con su construcción.
— El Estado garantizaba a las empresas constructoras una rentabilidad del 6 % anual para
los capitales invertidos y un 1 % anual para la amortización de dichos capitales.
En estas condiciones, una gran masa de capitales se dedicó a la construcción ferroviaria. En
1864 se habían invertido en ferrocarril más de 6.000.000 de reales, mientras que en industrializa
ción tan sólo habían sido 900.000 reales. En 1880, el capital invertido en el ferrocarril era de 843
millones de reales, que producían pingües beneficios; éstos no procedían de la explotación del
ferrocarril, que casi siempre fue deficitaria, si no de ese 7 % de interés que el Estado daba.
La mayor parte de estos beneficios fueron a parar, como siempre ha sido a lo largo de la his
toria de España, a manos extranjeras, especialmente francesas: las dos compañías más importantes
eran de esta nacionalidad; la «Caminos de Hierro del Norte de España» era propiedad de la banca
Pereire, y la «Ferrocarriles Madrid-Zaragoza-Alicante» de la Rostchild. El capital extranjero
suponía 62 % del total invertido en ferrocarriles, mientras que el Estado aportó un 16 % como sub
venciones a fondo perdido y el 22 % restante era de capitalistas españoles.
Pese a las cantidades invertidas, España era un desierto ferroviario en comparación con el
resto de Europa. Las causas de la poca densidad ferroviaria son dos:
1.— Las dificultades geográficas hacían que el costo del tendido no pudiera calcularse,
como en otros países, por kilómetro construido, sino sobre el complejo kilómetroviaducto-túnel, lo que cuadruplicaba los costes de construcción (sin embargo, países
muy montañosos como Suiza, Austria o Italia solucionaron este problema).
2.— La causa fundamental fue el nivel de miseria en que vivía el 75 % de la población
española, así como la estructura de la propiedad (enormes latifundios poco explotados
y pequeños minifundios que no daban suficiente para comer) y la escasa industrializa
ción, que hacían que el tráfico ferroviario fuese mínimo. Un ejemplo: al inaugurarse la
línea Valencia-Utiel, un billete de tercera para dicho trayecto valia 5'98 ptas.; el sala
rio de un obrero o dependiente de comercio era en esas fechas (1885), según la Comi
sión de Reformas Sociales, de 2 ptas., diarias, el de un pequeño agricultor de l'50
ptas., diarias y el de un jornalero 1 pta. El presupuesto calculado por ese organismo
gubernamental para una familia de cuatro miembros era de cuatro pesetas diarias.
Huelgan comentarios.
Valencia había sido de las provincias pioneras en la construcción de ferrocarriles y ya tenía,
hacia 1870, una importante red, aunque en su mayoría de vía estrecha. En 1879 se inaugura la
linea Almansa-Valencia-Tarragona, que enlazaba, en la primera población, con la MadridAlicante; pero latía la idea de unir de forma directa Valencia con Madrid y así mismo con Teruel.
El primer proyecto que nos afecta data de 1863 y va firmado por D. Francisco Ortega del Río par
tiendo el trazado ferroviario de Valencia y por Torrente, Turis, Buñol, Requena, Utiel, minas de
carbón de Henarejos, Cuenca, Alcalá de Henares, finalizando en Madrid, otro proyecto data de
1865, pero este iba por Liria, Chelva, Ademuz, donde se bifurcaba a Cuenca y Teruel (se comenzó
a construir, pero las obras no pasaron nunca de Liria); el tercero, data de 1869, siendo también del
Sr. Ortega del Río, llevando el mismo trazado que el de 1863, pero en Landete se bifurcaba hacia
Cuenca y Teruel. Este proyecto fue adaptado a la Ley de Ferrocarriles de 1877 y aprobado por
R.O. de 24 de marzo de 1882, otorgándose al Sr. Ortega la concesión de dicha línea a perpetuidad,
con libertad de tarifas y sin subvención estatal.
Diversos proyectos del tendido ferroviario
El 31 de diciembre de 1881 se había creado el Banco Regional Valenciano, formado por
conocidos comerciantes valencianos, cuya figura más representativa era D. José Jaumandreu, con
el fin fundamental de recaudar fondos para la construcción del ferrocarril de Valencia a Cuenca y
Teruel. Una vez el Banco se hizo con la concesión de Ortega del Rio, pagando una bonita suma
por ella "', se creó el 1 de julio de 1882 la «Compañía de Ferrocarriles de Valencia a Cuenca y
Teruel» con capital mayoritario de dicho Banco y que tenía al ex-senador Luis Oliag como presi
dente y a Jaumandreu como gerente. Entre los miembros de la compañía, fíguraban nombres como
Manuel Attard, Barbera y Falcó, Dupuy, Navarro Reverter, Vives Liern, Conde de Trénor, Mar
qués de Caro...12'. Los beneficios que esperaba obtener la Compañía procedían fundamentalmente
del transporte de mercancías: vinos de Turís y de nuestra comarca, madera y fornilla de los bos
ques de Cuenca y Teruel y carbón de las minas de Henarejos.
1I) El obtener concesiones ferroviarias para después venderlas a las sociedades interesadas en su construcción,
constituyó uno de los más saneados negocios del siglo XIX.
(2) Entre los requenenses que patrocinaron el proyecto se encontraban D. José de la Cárcel, D. Juan Omlin y D.
Gregorio de Medrano.
Inmediatamente se puso dicha Compañía en contacto con los Ayuntamientos posiblemente
afectados por el tendido ferroviario, a fin de que éstos interviniesen en la expropiación de terrenos
y buscando financiación para la obra'".
Encargado el ingeniero Sr. Cortina de las obras, éstas comenzaban, simbólicamente, en
Utiel al 7 de agosto de 1882. Con motivo del inicio, los directivos de la sociedad constructora
hicieron un viaje, recorriendo las poblaciones afectadas por el tendido y, en Utiel, el Sr. Jaumandreu entregó al entonces Alcalde, Fidel García Berlanga, la piqueta con que se dio el primer golpe
de obra.
José María Sánchez Roda en su librito «Un siglo entre vías» dice: «Tanto en Utiel como en
Requena, Buñol, Chiva o Cheste se celebró la inauguración de la obra con discursos, bendiciones
de los párrocos, vítores de la multitud, banquetes y brindis. Inmediatamente comenzaron los traba
jos de explanación en diferentes puntos, en pequeña escala al principio, pero con mayor actividad
cuando terminó la recolección y hubo brazos disponibles». El 5 de noviembre de 1882 comenza
ban las obras «en serio» en Valencia, trabajando a buen ritmo en ambos sentidos. Dice Sánchez
Roda: «Y en enero de 1883 se trabajaba con actividad en la construcción del ferrocarril..., en una
extensión de 41*596 km., y se comenzaron a sentar los carriles. El punto de emplazamiento de la
estación cabecera de Valencia fue objeto de activa polémica, pues para las compensaciones por
expropiación a sus tenedores, hacía falta una cantidad que no era fácil de reunir». Fracasado el
intento de la Compañía de ser subvencionada por el Ayuntamiento de Valencia con ese objeto, en
febrero de 1883 se llega a un acuerdo en Bruselas con la Banque Parisienne, que se convierte en
accionista mayoritario, cambiando de nombre la Compañía, que pasa a denominarse «Ferrocarri
les de Cuenca a Valencia y Teruel».
El 31 de julio de 1883, superadas las dificultades financieras, se inauguraba el trayecto
Valencia-Buñol (sección cuarta), que abría al público el 18 de agosto.
La construcción del tramo entre Requena y Utiel había quedado prácticamente resuelta tras
el compromiso firmado entre la Compañía y la Comisión Gestoral del Ferrocarril de Requena el 5
de abril de 1883, sobre el traslado de la estación de Requena (que luego daría lugar a un largo
pleito) a un emplazamiento más próximo del señalado en el proyecto, y las obras finalizaron en
diciembre de 1883. El tramo entre Requena y Buñol era el que presentaba más dificultades. Se
dividió en tres sectores: Requena-SieteAguas, Siete Aguas-Venta la Mina y Venta la Mina-Buñol,
haciéndose cargo el requenense Aureliano Martínez de la construcción Requena-Siete Aguas y el
ingeniero Balaciart de los otros dos sectores. El 1 de marzo de 1884 se reanudaban las obras
desde Venta la Mina y Requena simultáneamente y a buen ritmo. Prueba de ello es que el 11 de
noviembre de ese año, pese al retraso que supuso la aparición de brotes de cólera durante el
verano, en una visita efectuada por el gerente Jaumandreu y los alcaldes de Utiel, Requena y Siete
Aguas, se asombraron de que ya hubiera diez túneles perforados. Se levantó tal entusiasmo por
este hecho, que las gentes pedían que las obras continuaran hasta Madrid, haciendo realidad el
sueño del directo Madrid-Valencia.
Pero fuertes lluvias, inundaciones y grandes nevadas retrasaron la obra entre los meses de
diciembre y febrero; cuando todo parecía ir mejorando, se desató el temido cólera, el cólera célebre
de 1885, que causó un gran número de fallecimientos. Los obreros del ferrocarril se vieron afecta
dos del mal y muchos de ellos se desbandaron, siendo portadores y transmisores de la enfermedad;
las poblaciones cerraron sus puertas a los obreros y la empresa se vio en graves dificultades para
continuar las obras; tuvieron que aumentar las pagas y establecer campamentos y cantinas a su
cuenta, lo que elevó sobremanera los costos.
Pese a los inconvenientes, las obras prosiguieron y el 26 de septiembre de 188S recorren la
(i) La población de Cheste ofreció mejores condiciones económicas que la de Turis, por lo que el trazado de la vía
se desvió hacia el norte, por Aldaya, alargándolo ligeramente.
10
linea las autoridades provinciales, comprobando que quedaban muy pocos trabajos que realizar en
el trayecto de Venta la Mina-Utiel, y el 1 de octubre circulaba por ella el primer convoy de prue
bas. Para llegar a este momento, había hecho falta remover más de un millón de metros cúbicos de
tierra, echar 50.000 m.3 de balastro, construir 1.000 m. de muros de contención, 12 km. de trinche
ras, 10 km. de terraplenes, 3 (sic.) túneles con una longitud de 1.600 m. 7 puentes grandes y 120
obras de fábrica todo ello en un tramo de vía de 38 km. No tenemos datos del costo total de la
obra, pero podemos hacernos una idea aproximada, sabiendo que el costo del tendido entre Siete
Aguas y Requena fue de 2.862.938 reales, solo en obra, sin contar el costo de railes y traviesas de
madera. Un costo muy elevado para la época.
El servicio comenzó el 16 de octubre. Las máquinas se trajeron de Inglaterra y llevaban el
nombre de las estaciones de la linea. No hubo actos de inauguración, que se dejaron para más ade
lante, debido al luto existente en la comarca, causado por la epidemia colérica que duró hasta
mediados de septiembre.
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Las locomotoras eran de poca potencia y la velocidad lenta. El trayecto Valencia-Utiel, que
se efectuaba mañana y tarde, duraba cinco horas y media y el contrario cinco horas, pero lo normal
es que fuese más tiempo. Hay que señalar que, por no estar construido el trayecto Venta la MinaBuñol, había que descargar el tren, colocar la carga y pasajeros en galeras, subir o bajar el Portillo
y volver a cargar otro tren; en total algo más de dos horas. Una hora y cuarenta minutos costaba
recorrer los 42 km. existentes entre Valencia y Buñol y otro tanto los 37 km. entre Venta la Mina y
Utiel. La media de trayecto ferroviario era de 23'5 km/h. (16'2 km/h, si contamos la subida o
bajada del Portillo). Los trenes europeos de la época viajaban a unos 70 km/h. de promedio y los
españoles a 31 km/h. (La situación no mejoró con la apertura del tramo del Portillo, pues la media
a finales del siglo era de 20 km/h.).
Los vagones eran de tipo anticuado, sin pasillo central, por lo que cada departamento abría
al exterior, el vagón llevaba un estribo corrido exterior que servia de escalón para subir y bajar del
departamento y para que el revisor circulase por él, para cumplir su misión, debiendo conocer muy
bien la linea para no salir despedido en una curva o quedar aplastado contra un túnel.
II
Por fin se decidió la inauguración oficial para el día 15 de noviembre de 1885. Presidió el
acto el Ministro de Fomento, el conservador D. Alejandro Pidal, asistiendo al acto altos cargos del
Ministerio, todas las autoridades provinciales y regionales, diputados a Cortes y provinciales, car
gos y accionistas de la compañía constructora y los directores de los periódicos de
Valencia y Madrid.
FERRO-CARRILES DE CUENCA Á VALENCIA Y- TERUEL.
Servicio de trenes (jue regirá desde'c i
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Veamos el relato que hace del acontecimiento el periódico «Las Provincias»:
«Salió el tren inaugural a las siete de la mañana, estando compuesto por la locomotora
«Cuenca», adornada con banderas y guirnaldas, un furgón, el coche-salón de la Dirección de
Obras Públicas, traído expresamente de Madrid, tres coches de primera clase, dos de segunda y
dos de tercera... Todas las estaciones del trayecto estaban engalanadas y las bandas de música lan
zaban alegres sones... El gentío era muy numeroso en todas las estaciones y aclamaban con fervor
al Sr. Ministro y acompañantes... Efectuado el transbordo Buñol-Venta la Mina en unas cómodas
galeras preparadas por la compañía constructora, el nuevo convoy, arrastrado por la locomotora
«Utiel», también engalanada, llegaba al Rebollar, donde bajo una gigantesca tienda de campaña
adornada con los escudos de España, Requena y Utiel, se sirvió una comida para 207 personasSobre las dos de la tarde, tras los brindis de rigor, salió el tren para Requena, donde llegaba a las
dos y quince; aquí hubo una parada no prevista, a fin de tomar un refresco en el Ayuntamiento...
Sobre las tres cuarenta y cinco, llegó el tren a Utiel, donde se sirvió otro refresco, se entregó una
corona de plata al Sr. Jaumandreu por el Alcalde Sr. García Berlanga..., finalizando los discursos
el Ministro Sr. Pidal con estas palabras: «La enseñanza que se desprende de lo que aquí estoy
viendo, es que los hombres de acción valen más que los de palabra. Hemos inaugurado este ferro
carril; vamos a Valencia a ver si mañana podemos inaugurar el dragado del puerto». Y a las cinco
de la tarde, tras estas memorables palabras, se emprendía el regreso a Valencia, donde se llegaba a
las diez de la noche...».
Con respecto a la estancia en Requena, el mismo periódico daba la siguiente crónica: «...su
populoso vecindario hacia gran fiesta en honor del ferrocarril y del Ministro de Fomento. La esta
ción, vistosamente engalanada, los acordes de la música, la muchedumbre llena de alborozo, las
autoridades y corporaciones acudieron presurosas al coche-salón del Ministro, daban animación
extraordinaria al cuadro pintoresco que ofrece aquella antigua ciudad, en medio de sus fértiles
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campos. El Alcalde y el Ayuntamiento, rogaron al Sr. Pidal que visitase la población y aceptase un
modesto refrigerio. Accedió S.E. y en carruajes que había dispuestos al efecto, y en medio de las
oleadas de gentío, se trasladaron los expedicionarios a la casa de la ciudad. Las calles del tránsito
estaban adornadas con arcos de verdura. El espacioso salón del Consistorio se llenó de gente. En
el estrado estaban desplegadas la histórica bandera de Requena y la de su milicia, glorificada en la
defensa contra las huestes carlistas. El Sr. Pidal ocupó la presidencia, teniendo a su derecha al
Alcalde, Sr. Cobo, y dijo que daba las gracias por su benévolo recibimiento a la honrada y labo
riosa Requena; que ya se había enterado por su Alcalde de sus necesidades y que llamaría la aten
ción del Gobierno sobre ellas, felicitándose de que haya pueblos que trabajen y se esfuercen de ese
modo en contribuir a la prosperidad del país. Sin más que esta lacónica arenga, muy aplaudida,
levantóse la sesión y pasaron los invitados a otro departamento, donde había mesas con profusión
de dulces y licores, deteniéndose allí breves momentos, por la urgencia del tiempo».
Herrero del moral continúa el relato: «Una hora después salían de dicha Casa Consistorial
el Sr. Ministro, comisión, municipio y personas convidadas y alegres y contentos todos volvieron a
la estación, acompañados de un gentío inmenso y de las Músicas Municipal y El Progreso, tocando
alegres piezas...». Finaliza su relato con un canto al progreso y compara la semana que costaba la
ida y vuelta a Valencia con las caballerías o las seis horas en tartana que costaba ir al Rebollar,
con las seis horas y los quince minutos que los mismos trayectos se hacían en tren.
Como siempre, la prensa se dividió en sus apreciaciones políticas del acontecimiento, según
el partido político al que apoyasen. «Las Provincias» órgano de los conservadores, partido en el
gobierno, dice que el Ministro habló breve y bien, con palabras calurosas y rápidas, que fue aplaudidísimo, recibido con entusiasmo en todas las estaciones... «El mercantil Valenciano», de carácter
liberal, dice que el recibimiento al Ministro fue muy frío en todas las estaciones, mientras se daban
grandes vítores a Jaumandreu y Capdepón (liberales); el Sr. Ministro no puso en práctica su hábil
oratoria y se limitó a palabras de trámite, que no hizo brindis por el Rey... Lo cierto es que el Sr.
Pidal no asistió a la cena ofrecida al día siguiente por Jaumandreu, alegando indisposición, que
para «El Mercantil» fue una indigestión política ocasionada por el frío recibimiento.
Pero faltaba el tramo más difícil: Venta la Mina-Buñol y la compañía tenía prisa en aca
barlo, pero le faltaba dinero. En la primavera de 1886, fracasaba la emisión de 16.000 obligacio
nes a 250 ptas. cada una y se veía obligada a solicitar ayuda estatal. Ya no se pensaba en continuar
las obras hacia Cuenca y Teruel, pues pensaban que si era tan costoso salvar el Portillo, lo sería
mucho más salvar las fosas del Cabriel y del Tuna. Para colmo, los accidentes se cebaban en la
línea, aumentando los costes. En los tres primeros meses de funcionamiento, la prensa contabiliza
seis de ellos. El semanario satírico «La Traca», con motivo de uno de ellos (el ocurrido el 25 de
noviembre, en el que descarrilaron en la curva de San Antonio la locomotora «Utiel» el furgón, 11
vagones de mercancías y dos coches de viajeros, con saldo de un muerto y quince heridos), infor
maba a sus lectores de que, al igual que el «Times», establecía un premio de 1.000 ptas. a los here
deros de aquellos que muriesen en accidente ferroviario portando el periódico, exceptuando los
ocurridos en la línea de Utiel, donde los accidentes eran tan frecuentes que supondría la ruina de la
editora.
Una Real Orden de 18 de septiembre de 1886, firmada por Montero Ríos, disolvía la Com
pañía de Ferrocarriles de Cuenca a Teruel y Valencia, aprobaba la creación de la Compañía de los
Caminos de Hierro del Este de España, concedía a ésta una ayuda económica y los derechos de
explotación de la linea por setenta años y señalaba la terminación de la obra en Utiel, relevando a
la Compañía de cualquier posible compromiso de ampliación de trayecto.
Por fin, el 11 de septiembre de 1887 se abre al servicio el tramo del Portillo. La prensa
señala que, coincidiendo esta inauguración con la de la Plaza de Toros de Utiel, muchos valencia
nos se trasladaron a esta población, para ver torear a Lagartijo y Frascuelo.
Pero las dificultades proseguían para la Compañía. Los años 1887-88 fueron de malas cose
chas vinícolas; la exportación de vinos había disminuido, al entrar de nuevo en producción los
viñedos franceses dañados por la filoxera; así mismo, disminuye la exportación de objetos de cerá13
mica y muebles, cosa que también afectaba al ferrocarril. Los años 1889-90, persistieron las malas
cosechas, a las que se sumó una nueva epidemia de cólera. En junio de 1890, la Compañía de los
Ferrocarriles del Este suspende pagos y en enero de 1891 es absorbida por «Caminos de Hierro
del Norte de España» el gigante ferroviario español. Esta Compañía tuvo que hacerse cargo de la
mejora de material y vías, asi como del pago de las expropiaciones de terrenos causadas por la
construcción del ferrocarril en nuestra comarca, y que todavía en 1901 no habían sido resueltas.
También se debían el salario y los gastos ocasionados al perito D. Pedro Checa, que había sido
elegido en 1883 para tal fin por el Banco Regional Valenciano y las Juntas Gestoras del Ferroca
rril de Utiel y Requena para que valorase las parcelas expropiadas. Por una carta de éste a la com
pañía ferroviaria, fechada en 1899, en la que reclama 8.000 ptas., sabemos de las actitudes de
muchos propietarios, que querían ver aumentados los precios de sus parcelas; varios de estos espe
raron que las obras del tendido llegasen a sus parcelas para impedir el paso, buscando conseguir asi
precios abusivos; otros, por desconfianza, se negaban a firmar, unos pocos presentaban reclama
ciones justificadas... «Caminos de Hierro del Norte de España» se vio obligada a recurrir a la
nueva Ley de Ferrocarriles, que establecía la expropiación de terrenos necesarios para el tendido
por un valor bastante inferior a lo que anteriormente habían ofrecido las otras compañías. También
hubo de resolver por vía judicial el pleito de la estación de Requena; por fotocopias de una senten
cia judicial tenemos constancia que varios requenenses fueron condenados al pago de las cantida
des que se habían comprometido a pagar, más los intereses correspondientes, enviándose una
orden al Juez de Requena para tomar bienes de los condenados por el valor correspondiente.
FERRO-CARRIL DE CUENCA A VALENCIA Y TERUEL
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14
Solucionados todos estos problemas, el ferrocarril entró en una etapa de esplendor, propor
cionando beneficios a sus propietarios desde 1900 a 1922, debidos tanto al tráfico de viajeros
como al transporte de vino, madera y fornilla (caolín en menor medida), con destino a la exporta
ción el primero y a las industrias valencianas del mueble y cerámica, los otros.
Y esta es, a grandes rasgos, la historia de los primeros quince años de nuestro ferrocarril,
años de niñez poco productiva, ya que hizo quebrar a dos compañías y del que no podemos calibrar
su importancia económica y social pues, como tantos otros, los documentos relativos a tráfico de
viajeros y mercancías, salarios de los empleados, gastos de material, etc., están en paradero igno
rado, si no destruidos, con lo que desaparece la posibilidad de contar con una parte de nuestra
pequeña historia, tan entrañable para nosotros. Y como dato curioso, reproducimos una hoja de la
nómina de los trbajadores del ferrocarril y un acta de expropiación y valoración de tierras.
FERHOGBRBILES DE CUEji II VflLEHCIfl T TERUEL
—.,
Húmero ordinal
«■>,
,
4.034753
EXPROPIACIÓN
y
N¿m. del campo
f¿L
.
Propietario D. €%Z¿¿/£¿b?* 0y%tte*fr0
Término de
Arrendador D.
Par/ida de.
TASACIÓN PREVIA y«í Aar. vtnifixuU ¿>f ftñUi qut. iuitiiícv., oíd pueit o
d ttVityit jvt {tía vautlafiit íí^wi *»•»» ¿a (sviíÍiux'ÍÍh. oU. tltc eamint y eíí.
Esta fincase compone de ^£*tí/.
banca/
desUtua^.sSzceuco
de e/~" clase, su cabida total
poco más ó menos, ó sean
centiáreas; y sus lindes: Por Sorte
por Sur ■ ¿#?>-^ga*?*?***'....vcu<b éutSjí(&e~S
áreas
'
por Este ¡
y por Oeste ¿t^^-^vfetyl&ifc/ífs/e s&*&****~-~
De esta finca se ocupará parte de-/..¿<Z¿>0*itec*Cc>
.¿¡(iúHílSce^U?..
bancal .n
lindante por Norte ¿»*%^en
por Sur 6fá/i*?€42%t<4*¿*' iWíjmg eui-*y¿z*Le-J?.
por Este
y por Oeste .t&t\*<ívVtc/lfik2éLtoAf^íó»*»*~o^~<
El precio del terreno que.ie expropie, se abonará al respecto de
por <T&#Í&1&¿*—i
ósea
•&/•/ ' / 2_
*Z//
pesetas
pesetas
céntimos por área.
Por el perjuicio que se le irroga por
se abanará el.
Por
Además se abonará el 3 por 100 d?l importe de la expropiación, según previene la ley.
de <^^¿*¿¡W>-e_
Los Peritos:
/
dclSH.7.
Conforme:
La Empresn,
El Propietario,
Tan solo me resta dar las gracias a mis antiguos alumnos José Luis Ochando y César Jordá
por indicarme la existencia de unos documentos sobre el ferrocarril, a D. Luis Ochando por facili
tármelos y a D. José Luis Diez, de RENFE, por la documentación facilitada. A todos,
muchas gracias.
15
FUENTES CONSULTADAS:
— «Historia de las Tres veces Muy Leal... Ciudad de Requena». E. Herrero del
Moral.
— «Historia de los ferrocarriles españoles». F. Wais.
— «Proyecto de ferrocarril de Valencia a Lisboa». A. de la Martinier.
— «Memoria sobre la importancia del camino de hierro de Valencia a las minas de carbón
de Henarejos». F. Ortega del Rio.
— «Un siglo entre vías». J. M. Sánchez Roda.
— «Centro ferroviario de Valencia». E. Giménez Lluesma.
— Almanaque «Las Provincias». Años 1883, 1886, 1888 y 1901.
— «Las Provincias». 16-XI-1885.
— «El Mercantil Valenciano». 28-VIII-1885; 27-IX-1885; 8-X-1885;
15-XI-1885; 16-XI-1885 y 19-XI-1885.
— «La Traca». 25-XI-1885.
— Legajo de nóminas y gastos de D. Aureliano Martínez (1884-85).
— Archivos de RENFE 4.a Zona.
Ir.
15-X-1885;
INFLUENCIA DE LA FERMENTACIÓN MALOLACTICA,
EN LA CALIDAD DE LOS VINOS PROCEDENTES DE
LA VARIEDAD BOBAL, EN LA DENOMINACIÓN DE
ORIGEN UTIEL - REQUENA
por
M.a Angeles Novella, Pedro Pérez-Duque,
Isabel Pardo.
Estación de Viticultura y Enologia de Requena (Valencia).
«En las regiones frías y/o en los vinos de acidez suficientemente elevada el balance de las
ventajas e inconvenientes de la fermentación maloláctica, parece netamente positivo».
CORDONNIER.
«No es exagerado decir, que sin la fermentación maloláctica, no existirían los grandes vinos
tintos de Bordeaux, es completamente equivocado, considerar los grandes tintos de Bordeaux,
como el resultado de la fermentación alcohólica pura».
RIBEAU-GAYON.
«La retrograden maloláctica, es el segundo fenómeno biológico indispensable, para la per
fecta maduración del vino».
BENVEGNIN.
«La desacidificación biológica, juega un papel precioso, en el afinamiento de los
vinos de Bourgogne».
FERRÉ.
RESUMEN
Se aislaron tres cepas de bacterias lácticas, de la familia Streptococcaceae (según Bergey's
Manual of Determinative Bacteríology), en la comarca de Requena-Utiel. Dichas cepas han sido
ensayadas en vino tinto directo, comparando actividad fermentativa y aparición de productos
secundarios,
con
Leuconostoc
oenos (starter
comercial),
utilizando
un
volumen
testigo
como referencia.
Posteriormente, se provocó la fermentación maloláctica, en un volumen de 1.S00 I., el
inoculo se componía de las tres cepas autóctonas, anteriormente citadas.
INTRUDUCCION
La fermentación maloláctica, es una consecuencia del metabolismo de las bacterias lácti
cas, se funda en la desaparición del ácido L-málico de los vinos, con la correspondiente formación
de ácido láctico.
El fenómeno fue descubierto por Koch (1900). Las investigaciones de Müller-Thurgau y
Osterwalder (1913), los llevaron a la conclusión de que en los vinos, existen microorganismos
capaces de descomponer el ácido L-málico en ácido láctico y anhídrido carbónico, a veces acom-
panada de la formación de ácidos volátiles. Estos autores denominaron el proceso, como degrada
ción biológica de la acidez.
Se trata de un verdadero proceso fermentativo. Según Jerchel, Flesch y Baucr, uno de los
mecanismos perfectamente viables, sería:
CÜOH
CHOH
NAD
CHO
Enzima
I
1 2
CO,
Mnlica
NAV12
CÜOH
■<*
Desh idrogenasa
C=O
'H3
Pirúvico
Málico
COOH
CHÜH
táctica
1
COOH
JlNAD
Lácti
¿QUE IMPORTANCIA TIENE LA FERMENTACIÓN MALOLACTICA
EN NUESTRA COMARCA?
Durante la campaña 85-86, se analizaron 92 muestras de mostos, correspondientes a diver
sas zonas de la comarca, pudiendo generalizar, que la concentración del ácido L-málico corres
ponde aproximadamente a un 40 % de los ácidos totales.
El ácido L-málico, en el vino, es el más interesante desde el punto de vista fisiológico, por
ser más vulnerable al ataque de los microorganismos, que el tartárico o succinico, confiere un
sabor áspero, agrio y duro, conocido como «verdor» en los vinos, porque recuerda el sabor
a uva verde.
El ácido láctico, no se encuentra en la uva, se produce en pequeñas cantidades en la fermen
tación alcohólica, su contenido aumenta por descarboxilación del ácido L-málico en la fermenta
ción maloláctica. Esta modificación en la composición química del vino, incide fundamentalmente,
sobre su estabilidad, ya que el ácido láctico, es más estable microbiológicamente.
Un vino, elaborado a partir de uva sana, con una constitución normal, está expuesto a la
inestabilidad biológica por causa de la flora microbiana, es una simple multiplicación vegetativa de
los microorganismos, que producen formaciones macroscópicas, depositándose en el fondo o parte
inferior de la botella almacenada.
La
opinión
coincidente
de
diversos
autores
(Ribereau-Gayon,
Cordonnier,
Lafon-
Lafourcade), es, que la fermentación maloláctica, da suavidad al gusto, armonía al producto, acele
rando la maduración, porque influye en una oxidación más rápida de la materia colorante, en
definitiva, es un factor de calidad en los vinos.
En nuestra comarca, debido a la alta acidez total titulable, y probablemente, a los métodos
de elaboración utilizados, no siempre se da dicha fermentación, es un proceso totalmente aleatorio,
que
cuando
ocurre,
de
forma
espontánea,
suele
coincidir
con
el
aumento
de
las
temperaturas de primavera.
Hay que tener en cuenta, que a pesar de los progresos prácticos, hoy conocidos, pueden
obtenerse resultados mediocres, si no se consideran determinadas condiciones.
MATERIAL Y MÉTODOS
Las uvas de la variedad bobal, proceden del paraje denominado «La Pinada», en el término
de San Juan (Requena), de excelente estado sanitario.
El mosto obtenido, tenia una densidad de 1090 y acidez total, expresada en tartárico 7'3 g/
1., de la cual 2'41 g/1., corresponde al ácido L-málico. Se adicionó al mosto 10 g/Hl., de
sulfuroso.
Se hicieron dos elaboraciones paralelas, con dos remontados diarios:
1.— se obtuvo aproximadamente 100 Ls., de vino (tinto directo)
2.— se obtuvo aproximadamente 1.500 Ls., de vino (tinto directo).
Las bacterias lácticas, utilizadas en la experiencia, han sido tres cepas autóctonas (73,77 y
6.162), aisladas en diferentes puntos de la comarca, en vino procedente de la variedad bobal, per
tenecen a la familia Streptococacea (según Bergey's Manual of Determinative Bacteriology). La
actividad fermentativa de estas cepas, fue ensayada, en el laboratorio, en medio nutritivo sintético,
con una concentración de 3 g/1., de ácido L-málico, comprobando la total degradación del mismo.
El starter comercial utilizado es Leuconostoc oenos.
Aparte de la analítica habitual en enología, se han realizado los siguientes análisis:
— acetaldehilo (método quimico)
— ácido málico (cromatografía de papel)
— ácido láctico (método quimico)
— ácido L-málico (método enzimático cuantitativo de Boehringer)
— ácido tartárico (método semicuantitativo de Merck)
— alcoholes superiores (cromatografía de gases con cromatógrafo Varían modelo 3700)
— medida de crecimiento bacteriano (mediante absorbancias en espectrofotómetro Vanan
modelo 634)
— pruebas bioquímicas para la identificación de bacterias (Bergey's Manual of Determina
tive Bacteriology).
RESULTADOS
Con el vino obtenido en la primera elaboración (1001.), descubado a 1030 de densidad, se
establecieron cinco experiencias al finalizar la fermentación alcohólica, cada una con un volumen
de 20 1., de la siguiente forma:
1.— volumen testigo, no fue inoculado
2.— volumen inoculado con bacterias lácticas, cepa 73
3.— volumen inoculado con bacterias lácticas, cepa 77
4.— volumen inoculado con bacterias lácticas, Leuconostoc oenos (cepa comercial)
5.— volumen inoculado con bacterias lácticas, cepa 6162.
Todos los recipientes, se mantuvieron cerrados, en las mismas condiciones, y a 20°C
de temperatura.
Durante la fermentación maloláctica, se efectuaron medidas de PH, para controlar la degra
dación del ácido L-málico, ya que éste es un ácido dicarboxflico, y el láctico, es un ácido monocarboxílico, con lo cual su carácter ácido es menor, conforme ocurre la transformación, el valor de PH
aumenta, es un dato que obtenemos de forma inmediata.
Determinadas bacterias lácticas, como consecuencia de su metabolismo, no producen lác
tico en razón estequiométrica al L-málico contenido (por una molécula de ácido L-málico, debe
formarse una de ácido láctico), sino que parte de éste, es transformado en diversos productos
19
secundarios, entre ellos el ácido acético, por esta razón tienen intereses, los sucesivos controles de
acidez volátil (no es conveniente que un vino sobrepase la cantidad de 1 g/1., expresada en acé
tico), y en esta circunstancia radica la importancia, de elegir una cepa bacteriana adecuada.
La experiencia se inició el 8 de octubre, concluyéndola a los 35 dias.
El gráfico 1, muestra el aumento paulatino del PH, se inicia la fermentación con un valor de
3.32 para el ácido L-málico degradado, aparecen valores de 3.54 y de 3.55. Hay que destacar la
mayor rapidez de la cepa 6162, que había concluido la degradación a los 26 días.
El gráfico 2, muestra los valores de acidez volátil, expresada en g/1., de ácido acético, se ini
cia la fennentación maloláctica con 0,18 g/1., y alcanza los valores de 0.40 y 0.50 g/1., el máximo
valor lo presentó el testigo con 0.65 g/1., de acidez.
PH
jr Dh
Experiencias
I
testigo
2
cepa 73
3
cepa 77
Odias
6 dias
3.32
3.32
3.32
12 dias
21 dias
26 dias
30 dias
35 dias
3.34
3.34
3.34
3.36
3.39
3.36
3.41
3.42
3.46
3.48
3.53
3.32
3.37
3.42
3.45
3.47
3.49
3.54
3.32
3.35
3.36
3.36
3.38
3.40
3.43
3.32
3.40
3.44
3.47
3.55
—
—
4
Leuconostoc
oenos
5
cepa 6.162
Tabla 1.— Evolución de los valores PH. durante la fermentación maloláctica, corresponden estos valores al gráfico 1.
20
Experiencias
1
testigo
2
cepa 73
3
cepa 77
0 dias
6 dias
0.18
0.20
0.18
21 dias
26 dfas
30 dias
35 dias
0.25
0.25
0.33
0.37
0.65
0.23
0.25
0.29
0.29
0.32
0.40
0.18
0.19
0.25
0.29
0.29
0.32
0.50
0.18
0.19
0.25
0.25
0.25
0.31
0.40
0.18
0.20
0.25
0.25
0.40
—
—
12 dias
4
Leuconostoc
oenos
5
cepa 6.162
Tabla 2.— Evolución de la acidez volátil, expresada en g/1., en ácido acético durante la fermentación malolácüca,
corresponden estos valores a la acidez volátil real.
Esporádicamente se hicieron cromatografías de papel, para comprobar la degradación del
ácido málico (es un método cualitativo), al terminar la experiencia, se hizo una valoración
cuantitativa.
En la segunda elaboración, con volumen aproximado de 1.500 1., se descubó a 1.030 de
densidad, al finalizar la fermentación alcohólica, se inoculó, con las tres cepas de bacterias lácticas
autóctonas el 27 de octubre, a los 20 dias, el ácido L-málico, había sido degradado por completo,
el vino se mantuvo aproximadamente a 20°C de temperatura.
Al igual que en la experiencia anterior, se efectuaron medidas periódicas de PH y de acidez
volátil, y de forma esporádica, cromotografías de papel, para observar la evolución del ácido L-
málico, al finalizar, se valoró de forma cuantitativa.
Como se expresa en la tabla siguiente, el valor del PH, al finalizar la fermentación maloláctica, coincide con la experiencia realizada en primer lugar. Los valores de acidez volátil, práctica
mente no varían.
DIAS
0
2
8
12
20
PH
3.37
3.38
3.40
3.47
3.54
ACIDEZ VOLÁTIL
0.20
0.21
0.22
0.27
0.33
Finalizadas ambas experiencias, se hicieron los siguientes análisis, atribuyendo las diferen
cias encontradas, a la distinta concentración de ácido L-málico.
21
Análisis
i
2
3
4
5
11.11
11.75
11.59
11.03
11.40
12.4
71
70
70
70
70.5
69
10
10.2
10.5
10.2
10.1
10.3
54.1
55
57
60.2
55
61.6
Experiencias
1 grado
alcohólico
sulfuroso total
mg/1.
sulfuroso libre
mg/1.
acetaldehido
mg/1.
Volumen
1.500 L.
PH
3.39
3.53
3.54
3.43
3.55
3.54
acidez volátil
g/1., en ácido acético
0.65
0.40
0.50
0.40
0.40
0.33
6.90
5.70
5.60
6.15
5.40
5.60
1.84
0
0
1.09
0
0
0.58
1.66
1.65
0.81
2.30
1.94
1.50
1.50
1.50
1.50
1.50
1.50
acidez total
g/1-
en ácido tartárico
ácido L-málico
g/1.
ácido láctico
g/1.
ácido tartárico
g/1.
El diagrama de barras, expresa la relación de ácido L-málico degradado y ácido láctico pro
ducido. Según la estequiometria, de los 2'41 g/1., de L-málico que contenía el vino, debe aparecer
1'61 g/1., de láctico, la mayor cantidad formada, puede venir de la degradación de azúcares resi
duales, o ácidos como el cítrico o succínico, la desaparición de L-málico en el testigo, puede haber
ocurrido por precipitación de sales, o por acción de las levaduras en la fermentación
alcohólica.
p/i
testigo
acido L-málico
22
cepa
73cepa
I
ácido
77
láctico
,gMgonostoc
1500
CONCLUSIONES
Hemos comprobado, que cualquiera de las tres cepas autóctonas, han degradado completa
mente el ácido L-málico, sin embargo la cepa comercial, en las mismas condiciones, no lo ha con
seguido, lo cual viene a corroborar, la opinión de numerosos autores, acerca del mejor
comportamiento, de las cepas autóctonas sobre las comerciales o de colección.
Respecto al aumento de la acidez volátil, que experimentan los vinos, en el transcurso de la
fermentación maloláctica, es normal, son valores totalmente correctos, además la acidez volátil,
suele aumentar, después del primer trasiego, sobre todo por descomposición del ácido cítrico en
ácido acético, y cuando esta fermentación ocurre de forma espontánea, en los meses de primavera,
suele alcanzar valores de 0.60 y 0.70 g/1.
Otro resultado significativo, fue el análisis organoléptico, se organizaron tres paneles de
cata diferentes:
— comité de
cata del
Consejo Regulador de
la
Denominación de
Origen
Utiel-
Requena.
— panel formado por técnicos de la zona
— panel formado por técnicos del sector de la exportación.
Todos coincidieron, en la mayor suavidad proporcionada, por la acción de las bactrias lácti
cas ensayadas, las muestras con fermentación maloláctica realizada, se consideraron, vinos de cali
dad, no sucedió asi, con aquellas que contenían ácido L-málico, porque resultaron, de sabor áspero
y ácido al paladar.
El vino ensayado con la cepa comercial, presentó menor intensidad de aromas que cual
quiera de los ensayados con cepas autóctonas, y entre éstas, hay que destacar la acción de la cepa
6162, no sólo por la mayor intensidad, sino por la mayor persistencia de aromas.
Asi pues, la fermentación maloláctica, además de conferir, una serie de cualidades organo
lépticas deseadas, influir en la formación del «bouquet», porque acelera la oxidación de la materia
colorante, ofrece una gran ventaja, si el vino se destina a crianza, no sólo por la mayor estabilidad,
también, por haber reducido ostensiblemente el tiempo, adelantamos de cinco a seis meses.
Nuestro trabajo, no termina en estos folios, el vino en cuestión, ha sido destinado a barricas
de roble, al cual se le harán análisis químicos y organolépticos, hasta su completa crianza. Esta
experiencia ha sido realizada en un volumen (1.500), que podemos considerar semi-industrial, en
la próxima campaña, la realizaremos, en un volumen que oscilará alrededor de los 40.000 1., de
tinto directo.
Hemos intentado abordar, uno de los múltiples factores que influyen en la calidad del vino,
y que cuenta con nuestra plena satisfacción, queremos agradecer por ello a:
— Mariano Pérez Pedrón.
— Enriqueta Pérez Pedrón.
— Comité de cata del
Consejo Regulador de la Donominación de Origen Utiel-
Requena.
— Panel de cata formado por técnicos de la zona.
— Panel de cata formado por técnicos del sector de la exportación.
Y a las siguientes entidades cooperativas de la comarca:
— Conuva, S.A.
— Coviñas.
— Cooperativa Agrícola San José Obrero, Casas de Utiel.
— Cooperativa Agrícola de Utiel.
— Cooperativa del Campo, Camporrobles.
— Cooperativa Agrícola Albosa, Los Isidros.
23
— Cooperativa Agrícola La Purísima Concepción, Los Pedrones.
— Cooperativa Agrícola Nuestra Señora del Milagro, Los Ruices.
— Cooperativa Vinícola La Unión, La Portera.
— Cooperativa Viticultores, Requena.
— Cooperativa Vitivinícola, Sinarcas.
— Cooperativa Santa Rita, Fuenterrobles.
La colaboración que nos han prestado en este trabajo.
BIBLIOGRAFÍA
— Traite d'oenologia II
J. Ribereau-Gayon et E. Peynaud.
— Enología teórico-práctica, vol. I
Francisco Oreglia.
— L'acttivitámalolattica nei vini
C. Delfini e R. Di Stefano
Vini d'Italia, marzo-aprile 1984.
— Bergey's Manual of Determinative Bacteríology
R.C. Buchana, N.E. Gibbons, 8." edition Williams Company Baltimore 1964.
— La fermentazione malolattica nei vini.
Vini d'Italia, Rivista Internazionale d'enologia
Pierluigi Bucelli, gennaio-febbraio.
— La fermentazione malolattica sotto l'aspetto microbiologico, clínico e tecnológico, Nota
I, Vini d'Italia, 2, 125
Gandini A., 1969.
— Lafon-Lafourcade S., Lucmaret V. et Joyeux A.
Quelques observations sur la formation d'acide acetique par les bactéri lactiques.
Conn. Vigne-Vin N.» 3, 1980.
— Traite d'Oenologia III
J. Ribereau-Gayon et E. Peynaud.
— Rankine B.C. 1977
Developments in malolactic fermentation of Australian red tables wines.
Amere. J. Enol. Viticul. 28, 27.
— Alfonso Pérez Duque Martínez.
— Andrés Ochando.
24
APUNTES SOBRE LOS EXVOTOS PINTADOS DEL
CAMPO DE REQUENA-UTIEL
por
José Ángel Jesús-María Romero.
1.— INTRODUCCIÓN
El hombre desde antiguo ha utilizado el arte como medio para expresar su más profunda
religiosidad, como vehículo para acrecentarla, o le ha servido como transmisor de conceptos y pre
ceptos básicos de la doctrina.
En todas las manifestaciones religiosas que podemos encontrar al rebuscar en el fondo reli
gioso de una población, comarca o región, desde las procesiones y romerías, las oraciones y can
tos, hasta las creencias y rituales, en todas hallaremos que el fenómeno artístico o estético aparece
con más o menos relevancia. De hecho la estética aparece y reviste gran parte de actos religiosos
quedando, en muchas ocasiones, eclipsados éstos por la magnificencia de todo el aparato decora
tivo. Y en otros, no sólo es una parafernalia decorativa, sino que la esencia de este sentimiento reli
gioso queda recogida por medio de la expresión artística en bordados, pinturas y esculturas,
músicas y danzas como su mejor representación.
Estas realizaciones artísticas pueden ser bien colectivas, por ser una comunidad la que la
realiza, sustente o patrocina, o bien individuales, por ser la iniciativa particular de un individuo la
que ha logrado su realización o por no estar dirigida al disfrute o provecho del resto de la pobla
ción, por lo menos como fin principal, sino que es medio de comunicación directa y privada entre
la divinidad y el individuo.
Entre estas últimas, las realizadas a título particular, destacan los exvotos que, teniendo
como fin principal la comunicación particular entre el individuo y la divinidad, atendiendo al con
junto de todos ellos, son testimonio del poder y piedad del Dios al que se dedican, representan los
acontecimientos extraordinarios sucedidos en una comunidad por intercesión de la divinidad y
son.
testigos de la veneración y fe de una colectividad.
Asi, podemos encontrar figurillas de cera con forma de piernas, cabezas o brazos y otras
que representan órganos internos, muletas y mortajas que han dejado de ser necesarias, así como
los trajes de militar o de comunión, y pequeños cuadros que representan los milagros realizados
por la divinidad que veneran los devotos que los aportan: son los exvotos pintados, pequeños cua
dros, como decimos, en los que se representan las acciones divinas en este mundo de mortales.
Concretamente en la Península Ibérica y dentro de la religión católica suelen recoger los milagros
realizados por Santos y Vírgenes a las gentes de esta tierra. Es una tradición muy extendida. Nues
tra cultura popular ha desarrollado en estos pequeños cuadros todo un lenguaje plástico caracterís
tico y particular.
En el Campo de Requena-Utiel existe una interesante colección de ellos recogidos en ermi
tas y templos. La mayoría de ellos los encontramos en la Ermita de Nuestra Sra. del Remedio de
Utiel y dedicados éstos en su mayoría a esta Virgen, aunque los hay que comparten su titularidad
con otras devociones muy extendidas y populares en esta zona, como son el Cristo de la Cruz a
Cuestas y San Antonio de Padua. El resto, concretamente tres, los hemos localizado en la Ermita
de Las Nogueras dedicada a San José, en la de San Blas de Requena y en el templo del antiguo
25
convento del Carmen de esta ciudad, hoy parroquia de San Nicolás, y dedicado a Nuestra Sra. de
la Soterraña, antigua patraña de esta población.
2.- CARACTERÍSTICAS
Los artistas que realizaron estas obras son anónimos. En algunas ocasiones pudo ser el
mismo oferente el que ejecutara la pintura, aunque suponemos que en la mayoría de los casos sería
encargada la realización a algún artista local que en un pequeño taller llevaría a cabo la tarea de
poner en imágenes los acontecimientos extraordinarios narrados por el oferente con las claves ya
establecidas de antemano en un código compartido por ambos y que el artista habría desarrollado,
bien imitando modelos cultos o bien por contribuciones particulares. También es posible que algún
aficionado local fuera el ejecutante de alguno de estos cuadros. No obstante, los resultados plásti
cos de estas imágenes no nos permiten apreciar estas diferencias salvo en algunas excepciones en
que, bien por su buena factura o bien por la carencia excesiva de ésta, es palpable la mano hábil del
artista en unos casos o del oferente-ejecutante en otros.
Las técnicas utilizadas en la realización de estos cuadros es muy variada, desde el simple
dibujo realizado con lápiz de grafito hasta el óleo, que es lo más abundante. Los soportes coinciden
en la variedad con las técnicas empleadas. Abundan las tablas, los lienzos, sobre todo en los cua
dros de buena factura, la simple hoja de papel, etc. Excepto los cuadros realizados sobre lienzo, en
los que sus fechas respectivas de realización varían dentro del período que hemos señalado para
todo el conjunto (finales del siglo XVIII segundo tercio del siglo XX), en el resto de exvotos
parece ser que los pertenecientes al siglo XVIII y XIX abundan más las tablas y en el siglo XX
todo el resto de técnicas y soportes.
Las dimensiones de estas pinturas son muy variadas, desde el simple folio en el que están
ejecutados algunos de los dibujos, hasta los de 90 X 65 cm., que mide el exvoto que hemos lla
mado «de los toros» dedicado a Nuestra Sra. del Remedio y al Cristo con la Cruz a Cuestas o los
más de 140 X 110 cm., del exvoto dedicado a Nuestra Sra. de la Soterraña. Los formatos también
son diversos, no predominando ninguno en especial. Los hay cuadrados, alargados, apai
sados, etc.
Si exceptuamos este último cuadro citado, el dedicado a Nuestra Sra. de la Soterraña que se
conserva en la Iglesia del Carmen de Requena y que ha sido objeto últimamente de una profunda
restauración que le ha salvado del abandono que sufría, y de la total destrucción a la que podía lle
gar, el resto de estas pequeñas obras de arte se encuentran en un lamentable estado de conserva
ción que pone en peligro incluso su futura recuperación. El tiempo y los malos tratos han hecho
mella en ellos, dejando humedades, oxidaciones, desconchados, arañazos y manchones como testi-
SANO ESTE PRIVADO EN
w Vecino déRíquena
«Exvoto del privado». Santuario del Remedio, Utlel
26
monio de ellos. Como decimos, si no se les presta la acción restauradora que necesitan, es posible
que no en tiempos lejanos perdamos estas importantes piezas de nuestro patrimonio histórico por la
acción rápida de la carcoma que ataca las tablas y por la paulatina caída de trozos de pintura que,
en forma de escamas, se desprenden de su soporte.
Agrupándolos bajo el género religioso que engloba a todos ellos, podemos dividirlos en dos
grupos o grandes apartados atendiendo al asunto que narran. Los que recogen el instante preciso en
el que ocurrió un accidente fatal que no tuvo graves consecuencias gracias a la rápida intercesión
del Santo o Virgen a quien se invocaron los que lo sufrieron, normalmente representado con inge
nuidad y profusión de detalles, muy interesantes éstos para conocer la forma de vida de las gentes
de la época en que se realizó. Y otros que tienen como tema la larga enfermedad sufrida en cama,
por lo que se representan las habitaciones donde padecieron los que sanaron por acción santa. En
este caso, también podemos destacar estos exvotos como documentos excepcionales para el cono
cimiento de la evolución de los dormitorios en cuanto a arquitectura y mobiliario. Así, se han utili
zado en el Museo Municipal de Requena en su sección de etnología los exvotos de la ermita del
Remedio de Utiel como pautas para desarrollar la evolución de la indumentaria de esta zona plas
mándose claramente el total paralelismo de ésta con la correspondiente a la misma época y mismo
sustrato económico de otras regiones y comarcas vecinas y como modelo para la reproducción del
interior de la vivienda popular y en especial de los dormitorios, que, como hemos dicho, tan minu
ciosamente se recogen en ellos.
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«Exvoto del pozo». Santuario del Remedio, Utlel
3.— ESTRUCTURA.
3.1.— Parte superior los Santos.
Esquematizando la estructura a que todos ellos están sujetos, vemos que en la parte supe
rior del cuadro, normalmente junto a su ángulo superior izquierdo, aunque los hay que lo sitúan en
27
el derecho e incluso en los dos ángulos superiores, en los casos en que se dedican los exvotos a dos
imágenes a la vez, aparece la representación de la Virgen o Santo que realizó el milagro rodeado
por un haz luminoso de rayos y sobre unas nubes que lo separan de la realidad material y gravitatoria que representa el resto del conjunto. Se aprecia una valoración positiva de este elemento en la
ejecución de estas figuras. Aparece a veces una cierta perspectiva expresiva al representarse estos
personajes de mayor tamaño que el que les correspondería por su situación en el espacio utilizando
una perspectiva clásica. En otras ocasiones es la sobreiluminación la que les hace destacar. Tam
bién el detallismo con que se perfilan o la contraposición colorista son utilizados como medio para
resaltar artificialmente a estas imágenes dando a entender que son parte fundamental del
cuadro.
3.2.— Parte central: la escena.
En la parte central del cuadro aparece representada la escena que narra el milagro que acae
ció. Atendiendo a esta parte, podemos dividir los exvotos que hemos estudiado en dos grandes gru
pos: los que utilizan unas ciertas leyes perspectivas y los que carecen totalmente de ellas.
Los primeros suelen situar el punto de vista bastante elevado y disponer a los personajes
como en filas sucesivas en profundidad, dando una sensación de pisos, de elevación sobre la verti
cal, más que verdadera profundidad por no disminuir los tamaños de los personajes y por no
taparse sucesivamente unas filas a otras. Así, por ejemplo en el exvoto «de los toros», dentro de
una perspectiva que intenta ser clásica, existe un concepto expresivo. Los personajes se distribuyen
de arriba abajo según la importancia social que tengan. En los balcones la aristocracia, en las gra
das la burguesía, y a pie llano la gente humilde. El decrecer el tamaño de los personajes según la
profundidad que representa estar situados, no tiene importancia; lo que importa es la altura en la
que aparecen, y así, llegamos a las imágenes, a la Virgen y al Santo Cristo, donde las proporciones
son descomunales. Por la situación donde se encuentran, en el último plano de visión y el más alto,
su tamaño tendría que ser ínfimo, insignificante. Sin embargo, el tamaño de la Virgen es abruma
dor, mayor que el de los personajes del primer término. El Cristo se presenta como un gigante,
teniendo en cuenta que está arrodillado; si lo pusiéramos de pie junto a la fachada, pasaría su
cabeza por encima de los balcones.
Normalmente aparecen perspectivas geométricas de elementos arquitectónicos si son inte
riores, o de paisajes urbanos si son exteriores. En este caso encontramos el ya citado exvoto «de
los toros» y el «de la Virgen de la Soterraña», por ejemplo.
í ■■■" f'Ar'i '*.:' .'■-
■
«Exvoto de la cama de tablas». Santuario del Remedio, Utlel
28
;i
Hay otros exvotos que comparten con los anteriores la utilización de esas leyes perspectivas
citadas, pero, al no poseer más que una sola fila de personajes, su resultado es más verosímil. De
entre estos podemos destacar el exvoto «de la caldera» y el «del carretero», como vemos no queda
explicitada esa composición en pisos que poseen los anteriores.
El otro gran grupo al que nos referíamos son los que sitúan la acción sobre un fondo plano,
como un telón carente de todo detalle o referencia a espacio alguno excepto la representación del
suelo, normalmente cuadriculado. En éstos la perspectiva está totalmente ausente y el fondo suele
ser de color gris, azul o verde, como es el caso de los exvotos «del pozo» o los de las «camas de
tablas». No hay delante ni detrás, todo está representado en primer término.
3.3.— Parte inferior: la leyenda.
En la parte inferior del cuadro siempre aparece la leyenda que narra los detalles que la
escena representa. En ella aparecen gran cantidad de faltas ortográficas normalmente. En el mayor
número de ocasiones se presenta como una franja que ocupa toda la parte inferior del cuadro
(exvotos «de Nuestra Sra. de la Soterraña», «del pozo», etc.), en otras se superpone el texto sobre
la representación de la escena (exvoto «del privado»), y en algunos casos se escribe dentro de un
pergamino o cuadro («de la yunta» y «del carretero»).
También existen cuadros en que esta disposición de elementos de arriba a abajo (imagen,
escena, leyenda) es alterada y cambiada por una disposición en horizontal. Es el caso por ejemplo
del exvoto «del carretero» y el «del privado». En un lado aparece la imagen con la leyenda a los
pies de ésta, y en la otra mitad del cuadro se desarrolla la escena del milagro acontecido.
4.— ELEMENTOS PICTÓRICOS
4.1.— El color.
En la utilización del color también aparece el mismo tipo de concepto expresivo que encon
trábamos en la perspectiva. Los colores más vivos, más brillantes no se disponen sobre el cuadro
atendiendo a razones de imitación o verosimilitud, sino que se asignan por la importancia del per
sonaje, ya que, normalmente los fondos suelen ser bastante neutros, en tonos tierras preferente
mente. Volviendo al ejemplo del exvoto «de los toros» prácticamente está todo lleno de marrón,
desde la fachada, pasando por los maderos y los toros hasta llegar al suelo. Después de unificar el
cuadro con este color, el artista salpica pequeñas superficies de blanco distribuidas también por
todo el cuadro para empezar a llamar la atención en las nubes, en una media, una manga o una
pechera de camisa, una mantellina, el escudo o el recuadro de la leyenda.
Hasta ahora prácticamente ha estado pintando en blanco y negro pero en vez de negro en
marrón. Es un cuadro monocromo. Es a partir de este momento cuando introduce el color locali
zándolo en puntos concretos, determinados, cuidadosamente seleccionados y referidos a la indu
mentaria de los personajes. Pero tampoco utiliza una gama muy amplia; únicamente usa un rojo
bermellón claro y un azul prusia en dos valores, es decir, para crear sensación de gama y no de
volumen e iluminación, para localizarlos en prendas distintas.
Prácticamente igual es el empleo del color en el exvoto «del pozo» y si se quiere, aún más
claramente que en el «de los toros». Todo él está pintado en blanco y negro, es decir, blanco, negro
y gris menos el suelo y el pozo que son marrones. El color vuelve a aparecer en un lugar determi
nado, en este caso en el interior de la nube y la Virgen, ya que a San Antonio se le ha asignado el
negro en su hábito. Así, la Virgen está coloreada de rosa y bordeada en azul claro, correspondiente
al manto, precisamente azul porque, además de ser el tono de la Inmaculada, se complementa, des
taca y resalta con el amarillo del fondo. Es que el pintor sabe hablar con sus elementos; para él lo
más importante, lo más sobresaliente es la Virgen.
En general podemos decir que sobre un fondo neutro, gris, tierra o blanco parduzco, el
29
artista introduce el color localmente llamando nuestra atención en aquellos elementos en los que él
deposita la máxima importancia, el máximo valor.
4.2.— La iluminación.
Pasemos ahora a la iluminación y a la valoración de tonos que es la forma con que el pintor
nos señala dónde está el foco de ■■.. luz, cuáles son las partes iluminadas y cuáles están en
sombra.
Lo primero que tenemos que decir es que en ningún caso, en ninguno de los cuadros trata
dos existe un foco de luz que ilumine la escena, que la luz reside en el color, utilizando la técnica
llamada del color-luz y que, apoyando a la anterior técnica, el artista introduce ciertos valores y
ciertas sombras arrojadas. En verdad, en muchas ocasiones, es difícil discernir si el color cambia
porque la luz incide en un mismo objeto de diferente forma creando zonas de luz y zonas de som
bra, o porque cambia la calidad de la materia.
Asi, tenemos que en el exvoto «de los toros» las zonas más iluminadas corresponden a las
coloreadas de azul y rojo, aunque pensamos que el artista no intenta decirnos con ello que estos
personajes estaban al sol y los otros de azul oscuro o pardo a la sombra. Tenemos que llamar la
atención sobre la dirección de las sombras de los toros y de los caballeros que se encuentran en la
arena que nos indica que existe un foco de luz a la izquierda del cuadro. También tenemos que ver
que algunas figuras están iluminadas por la izquierda como son las imágenes de la Virgen y del
Cristo, pero como hemos dicho anteriormente, estas sombras se introducen como recurso secunda
rio y matizando el color-luz empleado en las indumentarias de los personajes.
Los exvotos «del carretero» y «del privado» experimentan un modo diferente de funciona
miento de la luz. En los dos aparece que el foco de luz es la Virgen provocando las sombras de los
«Exvoto del pozo». Iglesia del Carmen, Requena
30
objetos y personajes en el lado opuesto al de la Virgen. Pero observemos también cómo la zona
más iluminada no corresponde a la imagen y su entorno, sino que corresponde a otros elementos.
La connotación expresiva de esta forma de iluminar, como vemos, con el resto de elementos expre
sivos que ya hemos relacionado, se intenta resaltar a la Virgen y en este caso dotarla del bien de la
luz que derrama sobre el espacio como madre y protectora.
4.3.— La línea.
En cuanto se refiere al elemento plástico de la línea, vemos que raramente es un elemento
diferenciado, y que se suele corresponder a los límites de extensión de una zona de color, divor
ciándose raramente de éstos, por lo que sólo nombraremos, a modo de curiosidad, la utilización
que se hace de este agente plástico en el exvoto «de la cama de tablas», señalando la retícula del
suelo, el fleco del cobertor y los rayos de luz que expide la Virgen, en donde encuentra la línea, no
la libertad, pero sí identidad al dibujar y señalar la forma y no quedar reducida al límite
de dos superficies.
4.4— La ejecución.
Pasemos a tratar la ejecución. Es el elemento más visible, la realidad del cuadro y el pro
ceso que ha sufrido hasta llegar a estar acabado. Es donde el pintor es más palpable, es decir,
donde se nota que detras de los colores y de las formas está la mano del hombre. Es donde estudia
remos la materia, la pasta, la forma de tratarla, de unirla, de desmenuzarla, de espesarla, de adel
gazarla en veladuras o reflejos, donde se estudia cómo se pone el color por rayitas, mechones o
guedejas, empastes, aplanamientos, toques y rascones. Es el ofício del pintor.
Como dijimos al principio de estas líneas, estos cuadros no eran pintados por artistas que
destacaran por su oficio, sino que el pintor podía ser el mismo oferente, sencillos artesanos o aficio
nados locales. Con esto queremos decir que es aquí en el ofício, en la ejecución, donde podemos
apreciar más deficiencias, aunque estamos convencidos de que a ellos no les importaba la cuestión,
■Exvoto de los toros*. Santuario del Remedio, Utlel
31
no les preocupaba, pues, de haber sido así, se lo hubieran planteado más seriamente.
Debemos empezar diciendo que lo general en estos cuadros es que se realicen de forma
directa, es decir, que el pintor no trabaja por capas superpuestas de pintura, sino que lo que pone
sobre el soporte queda sin variación hasta el final de la obra.
Es normal que la pasta esté dispuesta en capas espesas y peinadas, cosa bastante deducible
al haber dicho que se trata de un tipo de pintura directa. Al dejar de ser la ejecución algo trascen
dente en la obra se presta a más variedad, puesto que cada artista decidirá exactamente el papel
que realizará ésta en el cuadro. Encontramos así por ejemplo, en el exvoto «del carretero» una eje
cución cuidada y preocupada por el empaste, junto con el exvoto «de la cama de tablas» donde la
despreocupación por esto es palpable.
De todos modos apreciamos la utilización de una técnica de acabado después de estar total
mente planteado el cuadro, es decir, que sobre lo que habíamos llamado técnica directa, logrando
tintas planas, superponen los detalles dejando visible la pincelada, empastando o velando. Normal
mente emplean el color blanco para empastar o velar y un marrón que superpone en capas
fluidas.
Como estamos diciendo el cuadro está planteado en plano, sin volumen, sin materia, sin
zonas de luz y zonas de sombra, sin detalles y será el acabado el que empastará el blanco para
crear brillos o dibujar un adorno, o dará unas pinceladas de marrón para hacer sombras o dibujar
un contorno que se perdía. Fijémonos también en cómo dan veladuras de blanco para crear
transparencias.
Aunque ésta es ¡a norma general, existen excepciones, como en los exvotos «del carretero»
y el «del privado», en los que vemos cómo la pincelada se divorcia de la forma, se autonomiza para
crear efectos visuales. Cómo, en general, todo el cuadro está más insistido, más trabajado, más cui
dado; cómo se empasta en los primeros planos para dar sensación de perspectiva; cómo las veladu
ras están más sutilmente trabajadas, etc.
Ahora los empastes no se limitan a dibujarnos un detalle: crean volumen, no se reparten por
igual por la superficie del cuadro sino que se localizan en puntos concretos.
El cuadro ya no es una superficie plana, sino que es como un relieve: la materia, la pasta,
tiene importancia, tanto por ella como por el modo de ponerla. No es que deje de peinar la pintura,
sino que se peina en unos sitios, se desmenuza en otros, se espesa o se fluidiza dependiendo de
dónde va a estar puesta; hay una amplia gama de recursos gráficos.
5.— CONCLUSIÓN
Como hemos querido demostrar, estos pequeños cuadros, estas pequeñas obras de arte bajo
una aparente ingenuidad e infantilismo de ejecución esconden el perfecto dominio de un lenguaje
plástico propio, característico, madurado de generación en generación y que se presenta como el
mejor modo de plasmar y representar la acción divina en el mundo.
Son un testimonio importante para estudiar la vida, la cultura y, por su desarrollo en el
tiempo, la historia del pueblo tan olvidada casi siempre. Nos dan a conocer la escala de valores, lo
importante para los hombres de estas tierras, su religiosidad, las advocaciones más populares, sus
más íntimos sentimientos, sus preocupaciones y temores, lo contingente de sus vidas, sus modos de
hacer y entender el mundo.
Son importantes documentos que por su relevancia merecen conservarse en mejores condi
ciones que en las que hoy se encuentran abocados por el abandono a su total desaparición.
32
MANIFESTACIONES FOLKLÓRICAS DE CARÁCTER
LITERARIO-MUSICAL
EN EL CAMPO DE REQUENA-UTIEL
El presente artículo fue redactado por Fermín Pardo Pardo como conclusión al
trabajo de recopilación llevado a cabo en compañía de Rosa Julia Cañada Solaz
a quienes fue concedida, conjuntamente, una beca del Ministerio de Cultura en
1983 para realizar un estudio sobre la música y la literatura popular tradicional
del Campo de Requena-Utiel. Fue publicado en 1984 dentro del folleto que
acompañó a la edición sonora («Páginas inécitas del Folklore Español») patroci
nada por dicho Ministerio y que recoge, en un álbum de tres discos, una colec
ción de cantos y melodías tradicionales, tanto de nuestra comarca como de
otros cuatro puntos del Estado Español (Granada, Badajoz, Asturias y León), en
donde se realizaron trabajos semejantes por otras personas becadas con el
mismo fin.
El extenso Campo de Requena-Utiel es una comarca fronteriza entre Castilla y Valencia,
cuya posesión se disputaron reyes castellanos y aragoneses en el momento de la Reconquista. El
resultado de tales litigios fue la incorporación de este teritorio al Reino de Castilla, dentro del
Obispado de Cuenca, siendo castellanos los no muy numerosos repobladores cristianos que en
calidad de caballeros de villa o hidalgos se asentaron en esta tierra, la cual tuvo por privilegio el ser
de realengo, para compensar los inconvenientes que suponía la frontera.
Así pues, lengua, costumbres y tradiciones de las gentes de esta comarca son básicamente
castellanas, con no pocos aditamentos culturales de origen valenciano, debido a la proximidad y a
las abundantes relaciones de transporte, comercio e incluso de poblamiento habidas con Valencia a
través de los siglos. En 1851 y con motivo de los reajustes de límites entre las nuevas provincias en
que se había dividido el territorio nacional español, se desgajó esta comarca de la provincia de
Cuenca, para ser anexionada a la de Valencia, aunque eclesiásticamente siguió perteneciendo al
Obispado Conquense hasta 1957.
La descastellanización progresiva de esta zona y su valencianización lenta, después de la
incorporación a Valencia es un hecho real en el que nunca han intervenido voluntariamente sus
habitantes, quienes jamás han podido manifestarse en favor ni en contra, primeramente por no
haberles pedido opinión en el momento de los citados reajustes (aunque se diga lo contrario) y en
segundo término porque se trata de gentes de frontera que habitan una tierra de paso y que han
sabido hacer del hibridismo cultural una de las principales características de su personalidad
comarcal, un tanto distinta a la de tierras limítrofes. Existe el dicho de que: «Esta tierra ni es
Valencia ni es la Mancha ni es ¡a Sierra (Serranía de Cuenca)».
Queremos hacer notar que esta comarca ha tenido desde la Reconquista una población
cambiante, pero compuesta por una clase minoritaria dominante y otra más abundante con lazos de
dependencia y sumisión respecto de la primera. Como hemos señalado, y después de ser ocupado
este territorio por Castilla, Alfonso X el Sabio concede la carta puebla a Requena convirtiéndola
en villa real y cabeza de esta dilatada zona fronteriza. Para poblar o mejor gobernar la villa y su
ancho campo, envía treinta caballeros villanos procedentes de tierras orientales castellanas (Los
Caballeros de la Nómina) acompañados de sus peones y criados para hacerse cargo de esta misión
33
de poblamiento y gobierno, así como de la defensa de la frontera con Valencia y Aragón. Estos
caballeros juntamente con los hombres venidos con ellos se convierten en la aristocracia ciuda
dana,
en
la clase dominante
que
se establece principalmente en
Requena y en
menor
cantidad en Utiel.
La población dominada, a la que se impondrá progresivamente la cultura castellano-
cristiana está compuesta originariamente por los hispanomusulmanes (moros) que no se marchan,
pero tienen que trasladarse al medio rural y dedicarse a actividades agropecuarias. Por los judíos,
dedicados al comercio, la artesanía o la usura en los núcleos urbanos y por los pocos inmigrantes
que en calidad de plebeyos pudieron venir de zonas limítrofes.
Este esquema social se mantendrá poco variable hasta el siglo XVIII a pesar de las expul
siones de judíos y moriscos. A partir del XVIII y con el florecimiento por estas tierras de las manu
facturas de la seda, se convierte Requena en punto de atracción de familias adineradas valencianas
que se establecen aquí en busca de lucro por medio de la artesanía y comercio textil. Esta clase
adinerada de fabricantes y comerciantes sederos van componiendo una burguesía influyente que
llega a confundirse o a desplazar la aristocracia de la Reconquista en esa misión de clase domi
nante. En el siglo XIX igualmente será atractiva esta tierra para familias ricas valencianas debido
a la extensión del cultivo de la vid y la comercialización de los vinos. Familias adineradas de esta
zona y otras venidas de tierras valencianas se convertirán en terratenientes, adquiriendo, por las
nuevas roturaciones y desamortizaciones, extensas «labores» (latifundios) de terreno cultivable
arrebatado a los montes que, hasta entonces, habían pertenecido a los ayuntamientos y en menor
cantidad a la iglesia.
Desde principios del siglo XVIII, hasta mitad de nuestro siglo, a la población campesina y
leñadora de la comarca se fueron añadiendo gran cantidad de inmigrantes castellano-manchegos y
serranos de Cuenca, así como valencianos procedentes de las comarcas castellanoparlantes que
limitan con esta tierra. Estos inmigrantes vinieron atraídos por la demanda de mano de obra que
ofrecen las nuevas roturaciones, las plantaciones de viñedos o el aporvechamiento de pastos y
montes de las labores. Esta creciente y amalgamada población rural dará origen a pequeños
núcleos de población dispersa a todo lo ancho de los extensos términos municipales. De tales
núcleos dispersos, en su mayoría tenderán a la concentración y llegarán a formar pequeñas pobla
ciones que se convierten en aldeas o pedanías, quedándose como caseríos o casas de labor aquellos
que
no crecen.
La actividad de las gentes de aldeas, caseríos y labores originadas a partir del XVIII será,
como fue en épocas anteriores, de tipo agropecuario y leñador, apareciendo cierta estratificación
social, pues dentro de los labradores existen los grandes propietarios, los medianos propietarios,
que solían ser a su vez apicultores, los pequeños propietarios, a veces renteros de labores, los sim
ples renteros y los jornaleros. Los pastores casi siempre fueron jornaleros, aunque en ocasiones
consigan hacerse con su hato o «piujar» (pegujar de ganado propio). Solían estar al servicio de
labores que poseían pastos y monte. Los maderos, leñateros, carboneros y esparteros, cuyo trabajo
estaba orientado a abastecer la demanda comarcal de productos del monte, fueron de condición
humilde como los pastores, convirtiéndose en jornaleros agrícolas en épocas de recolecciones o
plantaciones de viña. Se establecen lógicamente en aldeas o caseríos donde abunda el bosque,
como es el caso de las aldeas de la Sierra del Remedio, poblaciones típicas de montaña o en aldeas
encajonadas en los valles de los ríos, en donde es posible, además del aprovechamiento del monte,
el cultivo de pequeñas vegas de huerta en las que se extrae el agua de los cursos fluviales eleván
dola por medio de ruedas (norias) o simplemente por azudes (presas). Este es el caso de las aldeas
de la Ribera del Cabriel en término de Venta del Moro, o de la hondonada de Casas del Río y el
valle de Hortunas en el de Requena.
De todo lo dicho se desprende que, a los abundantes aspectos de la cultura castellana
impuestos por los cristianos a la población musulmana o judía que se queda en la comarca, super
poniéndolos sobre su cultura, se van acumulando una serie de aditamentos de origen valenciano,
sobre todo a partir del siglo XVIII y especialmente dentro de las clases elitistas ciudadanas al pro34
ducirse el establecimiento de valencianos acomodados en la zona y al intensificar, por las manufac
turas de seda, las relaciones comerciales con la huerta y ciudad de Valencia, en donde, por otra
parte, se formarán los estudiosos, intelectuales y eruditos de la comarca, ya que los centros univer
sitarios castellanos quedan mucho más alejados. Con la incorporación a Valencia en el XIX la
valencianización es más fácil y por lo tanto más intensa.
No obstante, esta valencianización en la clase alta de la sociedad comarcal viene contra
rrestada en el ámbito popular rural por las aportaciones culturales castellanas traídas por la cons
tante inmigración de castellanos que en calidad de trabajadores van llegando a estas tierras a lo
largo de dos siglos y medio.
Como podemos apreciar, el hibridismo cultural producido por este constante movimiento
demográfico, tampoco es uniforme para toda la población, pues a la estructura clasista y variada de
la sociedad comarcal y a sus diferentes orígenes hay que añadir los distintos tipos de poblamiento y
economía que se dan en la zona, lo que supone variadas concepciones de la vida y de formas cultu
rales. Existen dos núcleos urbanos pequeños (Requena y Utiel), pero con vocación de ciudad que
son los centros administrativos y comerciales de la comarca. En ellos ha vivido siempre la aristo
cracia y la burguesía terrateniente o comerciante, personas dedicadas a los servicios, los artesanos
y abundantes familias labradoras.
En el ámbito rural nos aparecen, dentro del poblamiento concentrado, las cabeceras munici
pales menores, que fueron aldeas de Requena hasta el siglo XVIII (Camporrobles y Villargordo) o
hasta el XIX (Caudete, Fuenterrobles, Venta del Moro), cuya economía es fundamentalmente
agropecuaria, pero el poseer independencia municipal y parroruial las diferencia notablemente de
las aldeas o núcleos sin ayuntamiento, las cuales además de tener una economía totalmente agrí
cola o primaria poseen una organización local e incluso social más simple.
A estas dos variantes de núcleos rurales concentrados hay que añadir el abundante pobla
miento disperso a base de caseríos y casas de labor que han permanecido vigente hasta la década
de los sesenta, a todo lo ancho y lo largo de los campos y montes de estos términos
municipales.
Concluyendo diremos que, hibridismo y variedad serían las características de la cultura de
esta comarca a la que los castellanos ya no llaman Castilla y a la que determinados valencianos se
resisten todavía a llamarle Valencia. Esta tierra, perfectamente enmarcada por los cauces del Turia
Hortunas, una de tantas aldeas
35
y el Cabriel y por los escalones del Portillo de Buñol y la Chirrichana de Cofrentes, cuyas gentes
reconocen y se consideran formar parte de una comunidad comarcal distinta a las de las comarcas
vecinas, tanto castellanas como valencianas.
Dentro de la cultura tradicional del Campo de Requena-Utiel hemos podido recopilar gran
cantidad de material músico-literario, parte del cual se conserva vivo en la actualidad, pero en su
mayoría solamente permanecía en la memoria de personas de cierta edad, quienes nos lo han
recordado con añoranza y nos lo han transmitido con la delicadeza de aquel que regala algo frágil y
delicado con el deseo de que se conserve y que se cuide. De todo lo acumulado hemos podido
extraer un esquema clasificatorio en el que se agrupan los distintos estilos y variantes literaríomusicales tradicionales que sirvieron para hacer más felices, por el goce de lo artístico, a muchas
personas de esta tierra.
Cuatro son los temas que con mayor abundancia y extensión nos aparecen en el folklore
musical y literario recopilado en estos pueblos y aldeas y son, la jota, los mayos, las canciones
navideñas y los romances.
LA JOTA
Es un canto, melodía y baile que, a pesar de su relativa modernidad, estuvo profundamente
arraigado entre las gentes del ámbito rural y entre las clase labradora y artesana de los núcleos
urbanos, no habiéndola practicado la clase aristocrática o burguesa, más volcada, en este tiempo
de vitalidad de la jota, a los bailes de origen europeo y de salón y a la canción culta de
compositores.
La gente de campo de esta tierra dio a la jota múltiples aplicaciones. Se empleó como can
ción de cuna (este es el caso de la nana de Barrio Arroyo que se recoge en esta grabación), como
canto de labores agrícolas, labrar, segar, trillar (recogemos aquí ejemplos de Los Pedrones y Villar
de Tejas). Fue también utilizada como canción galante y amorosa en las rondas, así como de tipo
humorístico en las despedidas de quintos. Se tocó y se cantó como música bailable y se le dio apli
cación religiosa al ser tocada en las procesiones por la dulzaina acompañando las danzas de cara
col o la correduría de la bandera o al ser cantada como preludio y despedida de los mayos
dedicados a la Virgen.
En toda la comarca hemos podido recolectar más de ochenta variantes de jotas, abundando
las de baile y ronda. Proceden, en general de los pueblos pequeños y aldeas con lo que se demues
tra el carácter rural, popular y sencillo de las jotas de esta tierra.
El instrumento básico y tradicional para cantar la jota es la guitarra, conocida aquí popular
mente como vihuela, la cual puede templarse de tres maneras distintas para este fin, tres afinacio
nes que, con sus correspondientes posturas nos dan tres formas de acompañar la jota: por la
aragonesa, por la valenciana y por la estudiantina. La mano derecha rasguea y golpea la guitarra
consiguiendo el efecto onomatopéyico de «ran, ran, plun, ran, plun, plun, etc.» o este otro de
«raca, raca, plun, ran, plun, plun...».
Otros instrumentos de cuerda, no absolutamente necesarios y encargados de la melodía fue
ron el violín (quizá en sustitución de antiguos rabeles,) el laúd moderno y la «octavilla»
(bandurria).
El guitarrillo o guitarrón es una especie de pequeña guitarra de cinco cuerdas que también
sirve para acompañar, como la guitarra, pero se afína requintado respecto de aquella y se rasguea
de manera redoblada.
36
FORMAS DE TEMPLAR LA GUITARRA Y POSTURAS QUE SE UTILIZAN EN LAS
TRES MANERAS DE ACOMPAÑAR LA JOTA
EN EL CAMPO DE REQUENA-UTIEL
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A principios de este siglo se introduce el acordeón para cantar la jota, bien unida a los ins
trumentos de cuerda o de manera individual haciendo a un tiempo el acompañamiento y las melo
días instrumentales.
Otra manera de acompañar la jota cantada es haciéndolo con instrumentos de viento de la
banda de música, siendo esto propio de las rondas y pasacalles de despedida de quintos, costumbre
totalmente viva en Villargordo del Cabriel y hasta hace muy poco tiempo en Camporrobles, Caudete de las Fuentes y Venta del Moro.
Finalmente diremos que también hemos recogido jotas para ser interpretadas con dulzaina,
propias de danzas procesionales, de correr la bandera e incluso para acompañar actos deportivos
tradicionales como es la carrera de la joya en Villargordo.
La percusión es también importante en la interpretación de la jota. Los cantadores siempre
se han acompañado con palmas para cantarla y los concurrentes a la reunión o a la ronda tocaban
en algunos casos pandera y hierrecillos, botellas labradas y harnerillos del arroz. Pero el instru
mento más apreciado entre los de percusión son las postizas o castañuelas, que solían tocar las
mujeres en su mayoría, colocándose los cordones en el dedo pulgar para poder repicar con los otros
dedos, a diferencia de las comarcas valencianas del Norte del Tuna en donde las tocan los hom
bres y se las colocan en el dedo central.
37
El canto de la jota nos aporta diferentes estilos, componiéndose casi siempre de la copla a la
que sigue un estribillo cantado que alarga el canto de aquella. Después de la copla y el estribo can
tado intervienen los instrumentos de melodía solos, si los hay.
Para cantar la copla se utilizan estrofas de cuatro versos octosílabos con rima asonante en
los pares, mientras que para los estribillos las estrofas son de seguidilla o de cuatro versos exasílabos generalmente. La distribución de los cuatro versos de la estrofa de la copla al cantarse no se
hace de una sola forma sino de tres distintas según gustos, veamos su esquema:
a)
1.° — 1.° —2.0 —3.° —4.° —4.° 1.°
b)
1.° —1.° —2.° —3.° —4.° —3.° 4.°
c)
2.° —1.° —2.° —3.° —4.° —4.° 1.°
La temática de las estrofas de jota que hemos recogido es muy variada. Las hemos agru
pado de la siguiente manera:
— Estrofas amorosas, galantes y sentimentales.
— Estrofas picarescas, humorísticas, irónicas, burlescas y de doble sentido.
— Estrofas con alusiones al baile, bailadores, cantores y músicos.
— Estrofas patrióticas y localistas.
— Estrofas llamadas «indecentes» (generalmente eróticas y groseras).
Las estrofas de este último grupo son propias de las rondas y pasacalles de quintos y poco
usuales en otras fiestas o reuniones en que se canta la jota.
El baile de la jota en esta comarca es baile llano y popular, sin maestros que lo hayan ense
ñado, de aprendizaje mimético y de esquemas muy sencillos, pero de gran vitalidad y alegría. Sus
movimientos fundamentales son, la mudanza o postura clásica de la copla cantada y el poquillo o
estribillo, paso menudo que permite acorrar y perseguir a la pareja, el cual se baila en el momento
de los estribillos cantados o instrumentales. Con la ejecución del poquillo es cuando aflora el sen
tido del baile libre y erótico que tiene aquí la jota como baile que es, careciendo lógicamente de la
uniformidad, medida y seriedad que son propias de las danzas rituales y no de los bailes
festivos.
Existe también otro movimiento para los estribillos, el arrastrado, que se ejecuta de lado
respecto a la pareja, resultando como una especie de descanso comparado con el movimiento de la
copla o del poquillo.
A la mudanza clásica de la copla se le pueden añadir marcas, punteos, tacones y raspados
de pies, vueltas y giros que proporcionan mudanzas diferenciadas dentro del esquema inicial. Exis
ten además otras mudanzas con esquema distintos a la que llamamos clásica y que se basan en un
trenzado de pies por delante.
Hemos de añadir que así como en el canto y el acompañamiento instrumental son los hom
bres los principales protagonistas, en el baile lo son las mujeres, a quienes se les concede siempre
el privilegio de mandar. La mujer tiene absoluto derecho y libertad de elegir entre las mudanzas
que sabe y el hombre tiene que seguir rigurosamente los movimientos que aquella le marque si no
quiere quedar en ridículo ante los concurrentes al baile.
El canto y baile de la jota ha sido para las gentes sencillas de esta tierra algo entrañable e
intimo que se practicó en reuniones de amigos, en celebraciones o actos domésticos (bodas, matan
zas del cerdo) y fiestas de carácter general. Cuajó y cuadró tan profundamente con el carácter de
estas gentes que llegó a desplazar y casi anular el interés por otros bailes tradicionales como el fan
dango y las seguidillas, ambos de mayor antigüedad que la jota.
38
ESQUEMA DE LA MUDANZA CLASICA DE LA JOTA
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ESQUEMA DEL POQUILLO
Apoyo, solamente
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1-3
I = Pie
LOS MAYOS
La fíesta y ritual de los mayos en el Campo de Requena-Utiel es, en sus formas y elemen
tos, idéntica a las que tienen lugar en las comarcas vecinas castellano-manchegas.
Sabemos que su fecha principal es el treinta de abril, para dar entrada y bienvenida a la cul
minación de la Primavera, estación hermosa y esperanzado», propicia para la realización del fin
primordial de la fiesta: el emparejamiento de los mozos y mozas de las localidades donde se cele
bra y se cantan los mayos. El centro de la fíesta en esa noche lo compone el canto de mayo en su
correspondiente ronda. Primeramente se canta a la Virgen a la puerta de la iglesia y después a la
puerta de la casa de cada una de las doncellas de la localidad.
Para
cumplir
su
finalidad
el
texto
de
un
mayo
se
compone
de
las
partes
siguientes:
a) Solicitud de licencia de la «maya» (mujer a la que se canta) por parte de los ronda
dores.
b) Pintar la dama o hacer el retrato. Consiste en alabar la belleza, de forma poética, de
cada una de las partes del cuerpo de la mujer a la que se canta, empezando por el cabello
y acabando por los pies.
c) Asignación del mozo que los rondadores eligen a la «maya» como posible novio.
d) Despedida.
En muchas localidades comarcanas era costumbre introducir el mayo con jota y también
hacer la despedida.
Dentro de la despedida en jota suelen estar las coplas del perdón, es decir, aquellas en las
que
se
pide
perdón a
la
«maya» en
caso de
no acomodarle el
«mayo»
que
le han
asignado.
39
La forma estrófica más general de estas composiciones poéticas es la del romancillo de exasilabos, utilizada en todos los mayos de las mozas. No obstante, en algunas poblaciones, para can
tar el mayo a la Virgen se emplean octosílabos y hasta hay casos en los que hay partes de
octosílabos y otras de exasílabos.
Trabajo tradicional. Un segador
Musicalmente existe, extendida por toda la zona, una melodía que, con ligeras variantes, es
la más generalizada. La encontramos en las versiones recopiladas en Camporrobles, Casas de Pradas, Casas del Río, Caudete, El Rebollar, Hortunas, Los Corrales, La Torre, Requena, San Juan,
Casas de Utiel (a la Virgen). Las Cuevas y Villargordo. Melodías distintas a esta, que podemos
considerar como clásica en todo el territorio, nos aparecen en Venta del Moro y sus aldeas de
Casas del Rey y Casas de Moya. Otras dos versiones musicales distintas nos ofrece Fuenterrobles
en su mayo de la romería de la Virgen de la Cueva Santa y el de las mozas. Diferentes a las ante
riores y semejantes entre sí son las versiones del mayo a la Virgen en Campo Arcís. Los Duques y
La Portera. Los mayos de las mozas de Campo Arcís, Los Duques, Casas de Eufemia y Roma de
la Vega también son semejantes y distintos al resto, ocurriendo algo parecido con los de la Virgen
en Jaraguas, Villargordo y Las Cuevas. En las Casas de Utiel y Mira se nos transmitieron mayos a
las mozas con melodía semejante a la utilizada en la Serranía de Albarracín, siendo musicalmente
distintos a los demás y no pareciéndose entre sí versiones de Sinarcas, Villar de Tejas, Villar de
Olmos, Los Isidros, Las Cuevas, Chera y La Portera en el caso del mayo a las mozas, del cual
recogemos un fragmento en la grabación.
Los instrumentos utilizados para cantar el mayo son los mismos que se acomodan para la
jota y según localidades, se emplean o se empleaban los de cuerda (guitarra, violín, bandurria y
laúd), los de viento (de la banda de música y nunca la dulzaina) y finalmente el acordeón. En caso
de carecer de todos ellos, también hemos oído cantarlos sin acompañamiento instrumental, como
ocurrió en Jaraguas el pasado 30 de abril.
40
Hemos señalado que la fecha principal de esta fíesta de los mayos es el último día de abril,
no obstante, en algunas localidades empezaba antes con la llamada ronda de «las avisas» que solía
hacerse el domingo anterior a la fecha principal (en Hortunas y Campo Arcís). También en varias
poblaciones se prolonga la fiesta para cantar las coplas del perdón, las cuales no se cantaban el día
30 sino el día de la Cruz (3 de mayo),
el domingo siguiente o en la octava.
El ritual completo concluía con las enramadas que los «mayos» (mozos) aceptados hacían a
sus «mayas» en sus ventanas o balcones con ramaje verde, flores y fruta temprana (cerezas) en la
noche de San Juan o la víspera de San Isidro en el caso particular de Hortunas, en donde la fruta
era confitada por no haberla natural en esa fecha.
Hemos recopilado hasta ahora veinticuatro textos completos además de diecisiete con texto
fragmentado. De entre ellos nos encontramos con originalidades como en el caso de los mayos de
la Virgen de Venta del Moro, Casas del Rey, Casas de Moya, Jaraguas y Villargordo, en los que se
incluye una salve a la Virgen, versada y cantada en la misma forma que el resto del mayo. Otra sin
gularidad ofrecen los mayos de las mozas de Los Duques y Hortunas, en cuyo texto y después de
la asignación del «mayo» (mozo), éste hace una ofrenda floral a su «maya» comparándola con las
flores que poéticamente se nombran en la composición. Los mayos de la Virgen de la Cueva Santa
de Fuenterrobles y también los de la Virgen en Las Cuevas y Sinarcas no siguen el esquema temá
tico de los demás mayos, convirtiéndose en una especie de rogativa a la Virgen, a quien además de
una serie de alabanzas se le solicita protección para personas, animales y cosechas.
La extensión en versos del texto de un mayo oscila alrededor de los cien, habiéndolos de
menor cantidad y también de más, como ocurre con los de la Virgen en Jaraguas y Villargordo que
pasan de los doscientos.
En treinta y una localidades hemos recopilado variantes de estas bellas canciones primave
rales, cuyos textos, llenos de aspectos cultos y elegantes, han estado siempre y plenamente acepta
dos dentro de la cultura popular de las gentes de esta tierra. Los mayos, literaria y musicalmente
son uno de los temas en los que se manifiesta el importante sustrato de cultura castellana
de esta comarca.
LA CANCIÓN NAVIDEÑA
Por la cantidad de cantos que de este tipo hemos recopilado se demuestra que la canción
navideña fue algo muy importante en la celebración del Nacimiento de Cristo dentro de la sociedad
agraria tradicional de esta comarca.
Hay que aclarar que en el lenguaje popular de esta tierra se da el nombre de aguilandos a
los cantos navideños que se cantaban en la calle o en las casas, ya fueran coplillas o romances y
que únicamente se reserva la denominación de villancicos para aquellas composiciones musicales y
canciones que, para solemnizar el acto de la Misa del Gallo y fiestas del ciclo navideño, enseñaban
los sacerdotes en la iglesia. Los villancicos no tenían aplicación fuera del lugar sagrado, quizá por
su carácter culto, poco apropiado para las rondas, pasacalles y reuniones domésticas, en los que se
entonaban aguilandos, coplillas y romances populares de temática navideña.
Dentro de la música navideña conocida aquí con el nombre generalizado del aguilandos, se
puede hacer la siguiente clasificación:
a) Aguilandos propiamente dichos, eran canciones con estrofas puramente profanas alusi
vas a la petición de donativos, generalmente alimenticios, llevando también en su texto alabanzas
para el que daba de buen grado o maldiciones y críticas para los que se resistían a dar.
b) Coplillas, solían ser coplas sueltas con estribillos como los llevan algunos aguilandos o
la jota, pero con temática religiosa, haciendo referencia, de manera sencilla e ingenua, al Naci
miento y sus circunstancias. Indistintamente se empleaban también como canto para pedir aguí-
lando o para alegrar las reuniones domésticas de las fiestas navideñas.
c) Romances religioso-didácticos. También solían emplearse como cantos para aguilando,
41
pero preferentemente eran propios de las veladas domésticas en el tiempo de la Navidad, siendo
cantados o recitados.
Su función didáctica fue importante, pues las historias referidas al Nacimiento de Cristo que
en ellos se recogen, de manera realista o simbólica, se transmitían de generación en generación y
hacían recordar con su lenguaje sencillo y cotidiano el misterio de la Navidad, sin necesidad de uti
lizar el evangelio como fuente directa, pues muchas personas de la clase trabajadora, ganadera y
leñadora de otros tiempos y sobre todo la que habitaba en los caseríos y pequeñas aldeas, no tenían
acceso al aprendizaje de la lectura, por lo que hacían uso de la literatura oral.
De los muchos romances navideños recopilados podemos hacer también una subdivisión
que comprende las siguientes familias:
1.a Romances del Niño Jesús Pastor. En ellos se alude, de manera simbólica, al Jesús Niño
que de mayor será Pastor de las aunas.
2.a Romances del milagro del naranjel. En ellos se relata el primer milagro asignado a la
Virgen, dando la vista al bondadoso ciego que la obsequia con una naranja, para calmar la sed del
Niño en su regreso de Egipto a Belén.
3.a Romancillos de «Antes de las doce». Aunque su origen es culto, existen aquí versiones
muy popularizadas, como la que de Casas del Río se recoge en esta grabación.
4.* Romances del Nacimiento. Tratan del viaje de Nazaret a Belén de María y José, asi
como de las circunstancias de humildad y sencillez en que vino Cristo al mundo. También en la
grabación se recoge una variante de esta familia y procedente de la aldea de Hortunas.
Indumentaria tradicional. Mujer con capucha
42
5.a Romances del Niño perdido. Relatan de manera simbólica la pérdida del Niño Jesús y
su búsqueda de las almas.
6.a Cantos del tarantán. No son propiamente romances sino seríes de pareados hechos
siguiendo las horas del reloj y alusiones al Niño recién nacido. Empiezan con la una y acaban con
las doce.
Musicalmente nos aparecen como dos estilos bien diferenciados dentro de toda la colección:
Un grupo de romances y aguilandos que son semejantes a los que en las comarcas valencianas del
Norte del Tuna llaman albadas de Navidad y otro grupo semejante a los cantos navideños que se
cantan en las comarcas de la mitad Sur de la Comunidad Valenciana y pueblos de La Mancha
albaceteña. Los instrumentos clásicos para acompañar el canto navideño fueron preferentemente
los de percusión, destacando la zambomba, panderos y panderas.
LA MÚSICA RELIGIOSA
Incluiremos en este apartado los cantos que son propios de actos comunitarios religiosos a
celebrar en templos o ermitas, actos de tipo oficial dentro de la liturgia eclesiástica o propios de
fiestas patronales o ciertas devociones para los que se organizan desfiles callejeros (Procesiones,
Rosario de la Aurora, Vía Crucis, etc.).
Dentro de los cantos religiosos haremos distinción entre aquellos que están ceñidos a cele
braciones particulares de cada población de los que son propios de celebraciones generales para
toda la iglesia.
Los primeros suelen interpretarse como fruto de la devoción popular, interviniendo poco los
sacerdotes en su enseñanza y dirección. Este es el caso de los gozos, salves y rogativas a los San
tos o la Virgen, utilizados para elevar peticiones o como exvotos y acción de gracias por los bienes
recibidos de la divinidad. Para la descripción de los segundos, cuya enseñanza y dirección solía
estar a cargo de sacerdotes o sacristanes, utilizaremos,
a grandes rasgos, el calendario
litúrgico.
En el ciclo navideño, ya hemos dicho, que se cantaban en las iglesias los villancicos y toda
vía se cantan. Solían ser de tipo culto por lo general, a diferencia del carácter popular de los
romances y aguilandos de actos profanos navideños.
Después del ciclo de Navidad y en los siete domingos anteriores a la fiesta de San José se
cantaban los dolores y gozos de San José. Los recopilados de esta comarca son de carácter culto y
de
composición
reciente.
La
misma
versión
se
canta
también
en
otras
comarcas
valencianas.
En el ciclo de Pasión se cantaban anteriormente al Viernes de Dolores los dolores de la Vir
gen, en el acto conocido por el septenario (se hacía durante siete días). Además de los dolores se
cantaban también los gozos y la salve dolorosa. También estos cantos suelen ser cultos.
Propio de la Semana Santa era el canto de la Pasión, el cual ya no hemos podido recopilar
ningún ejemplo en esta zona. Sí que se conserva un ejemplo del Vía Crucis cantado y dos del lla
mado Canto de las Llagas. En Requena y en la mañana del Viernes Santo, se cantan unos motetes
compuestos el siglo pasado que, a pesar de ser cultos, son cantados por el pueblo con entusiasmo y
espontaneidad como si de un canto popular religioso se tratara. Aunque no cantados en actos ofi
ciales, sino a nivel doméstico, como los romances navideños, existen también unos romances pro
pios de este tiempo que tratan de manera más o menos alegórica de la Pasión y
Redención.
En Fuenterrobles se conservan un Avemaria y Gloria de carácter popular y de cierta anti
güedad que se cantaba dentro del Rosario, que tenía lugar a la vuelta de la romería que los vecinos
de este pueblo hacían anualmente al santuario de la Cueva Santa del Cabriel.
Una Avemaria también del Rosario de carácter más culto se conserva en Utiel para el
Rosario de la Aurora que tiene lugar la mañana de San Juan.
Dentro de los cantos del Rosario de la Aurora existían además de las oraciones cantadas los
misterios, de los que poseemos un ejemplo de los gloriosos procedentes de Sinarcas. También para
43
el Rosario de la Aurora se entonaban los cantos de despertar a los devotos que habían de acudir a
esta práctica. Tales cantos son muy abundantes en los pueblos valencianos en donde reciben el
nombre de «desperté», coplillas o Aurora. De esta comarca solamente hemos podido rescatar dos
ejemplos: uno procedente de Fuenterrobles que se cantaba en el Rosario de la Aurora que se hacía
en octubre y que no tiene ningún parecido con los valencianos, y la llamada Aurora de Pascua de
San Juan de la Vega de gran parecido a las auroras valencianas y que se canta en el recorrido de la
procesión del Encuentro la mañana de Pascua. Una estrofa de la Aurora de Pascua de la aldea de
San Juan se recoge en esta grabación.
El mes del Rosario"era el de octubre, dedicándose el de noviembre a los difuntos y a las
almas del Purgatorio. Para la novena de las ánimas se cantaban los gozos de ánimas de los que
tenemos varios ejemplos con dos versiones musicales de carácter popular. De los llamados lamen
tos del Purgatorio solamente tenemos un ejemplo muy culto de la aldea de Los Corrales.
LOS ROMANCES
Es otro de los temas abundantes en la comarca y que como en el caso de los mayos hablan
del castellanismo originario del Campo de Requena-Utiel, pues, encontramos los mismos elemen
tos en los romances de esta comarca que los que poseen los de tierras vecinas castellanas.
Dentro de la recopilación son abundantes los de temática navideña, como ya hemos seña
lado, e igualmente numerosos los de tipo religioso con alusión a milagros o hechos extraordinarios
asignados a la Virgen o los Santos, Tales romances reciben aquí, al igual que en otros lugares, el
nombre de oraciones de ciego.
En cuanto a los profanos encontramos los de tipo caballeresco, amorosos y novelesco, los
humorísticos, algunos modernos de crímenes y los considerados como infantiles porque son canta
dos actualmente por los niños en sus juegos.
Contando romances y oraciones de ciego existen en la recopilación unos cuarenta y tres
temas distintos. Muchos de estos nos aparecen con variantes en las distintas localidades. Veamos
la relación de los temas recopilados:
— El Niño perdido
— El Niño Jesús Pastor
— Del Conde Flores o Conde Alarco
— Del Conde Olinos
— El Nacimiento
— Me han dicho que te casas
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
El naranjel
Antes de las doce
Altamar
Elena tenia amores
De Prim
El perro rabioso
Carmela
De Fuentes del Rio
La Cristiana cautiva
Del guarda
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
— Del horno de abejas
— De la loba parda
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
—
Ya se van los quintos
Don Juan de Lara
Del gato
Yo me quería casar
Anoche fui al correo
Me casó mi madre
De Alfonso XII
Gargantina
De Santa Catalina
La doncella soldado
De la Pasión
Oración del Ángel de la Guarda
Oración de S. Antonio y los pájaros
Oración de S. Antonio y el prisionero
Oración de Rita
Oración de S. Isidro
Oración de la Virgen de Tejeda
Oración de la Virgen del Carmen
De la huida a Egipto
De las ánimas
Oración del Niño perdido
Oración de la Virgen del Pilar
Soldadito, soldadito
El Mambrú
San José salió a cazar
Recogemos en la grabación la versión del romance de la loba parda procedente de Casas de
Rio. Su melodía es la misma que la utilizada en esta aldea para los aguilandos.
44
LA CANCIÓN INFANTIL
Es también abundante y muy variada, y como su nombre indica es aquella propia de los
niños, bien porque se les cante para ellos, como en el caso de las canciones de cuna o de juegos
maternos con el hijo o bien porque sean interpretadas por los propios niños en sus juegos.
Dentro de los que cantan las madres a sus pequeños hijos tenemos las canciones de cuna o
nanas destinadas a provocar el sueño de los niños de corta edad. Ya dijimos al hablar de la jota que
muchas canciones de cuna de esta comarca se cantan por este estilo, pero también las hay que
toman la melodía de los aguilandos u otros cantos navideños, este es el caso de la canción de cuna
que de Hortunas se recoge en esta grabación, cuya melodía recuerda una variante de aguilando de
aquella aldea.
No solamente para dormir canta la madre a su hijo, sino también para entretenerlo, diver
tirlo o iniciarlo en los primeros aprendizajes motores.
Dentro de las canciones que cantan los niños en sus juegos hay multitud de temas, variantes
y aplicaciones. Según su funcionalidad existen canciones de contar o sortear, de fínales de cuento o
narraciones y lógicamente de distintos juegos como de la comba, el corro, de calles, de pelota, etc.
En la canción infantil nos aparecen sonsenetes muy simples y retahilas, pero también abundantes
fragmentos o canciones completas que estuvieron de moda en otras épocas y que, al perder su
vigencia, no han llegado a desaparecer, al asociarse a juegos infantiles. Esto ocurre con algunos
romances o con canciones de bailes de otras épocas. Recogemos en la grabación el baile infantil de
la Carrasquilla, muy abundante en toda esta comarca y representado por la variante
procedente de Fuenterrobles.
El pan bendito en la aldea de La Portera
45
EL FANDANGO
El fandango de tipo sureño, que es el que encontramos en esta comarca, aparece muy exten
dido y abundante en las comarcas valencianas del Sur del Júcar como ocurre en parte de La Man
cha, Murcia, Andalucía, parte de Extremadura, Canarias y Baleares. De esta tierra solamente
hemos recopilado variantes en la zona que queda en la mitad Sur de la comarca y no con abundan
cia. Dentro de los cantos afandangados nos aparecen los fandangos propiamente dichos, de carác
ter bailable y lo que se conoce como malagueñas que son cantos de lucimiento y de reunión no
bailables. Como ejemplos del primero recogemos en la grabación la variante recopilada en Los Isi
dros, mientras que la malagueña pertenece a la aldea de Casas del Rey.
LAS SEGUIDILLAS
También son un estilo de canto y baile poco abundante en nuestra recopilación, pero, a dife
rencia de lo que ocurre con el fandango, sabemos por referencias que fueron abundantes y el
motivo de que queden pocas muestras es debido a su antigüedad y al empuje y arraigo de la jota
que desplazo su uso o las incorporó a sus estribillos. Además de la abundancia de estrofas de
seguidillas existentes en los estribillos de jota nos aparecen con ritmo semejante a las seguidillas
ciertas canciones navideñas, romances e incluso canciones de Pascua como la jeringonza. Dentro
de las seguidillas se hace distinción entre las seguidillas corridas y las seguidillas «torras», más
parecidas en su acompañamiento instrumental a la jota que las primeras. Del tipo de las corridas
tenemos en la colección diez versiones, siendo del tipo de las «torras» únicamente cuatro.
Tenemos que añadir dentro de las seguidillas una versión de bolero de tipo aristocrático
conservado en Requena.
En la grabación se recogen dos fragmentos de seguidillas corridas procedentes de Villar de
Olmos y Camporrobles.
SONES Y DANZAS DE DULZAINA
El instrumento más antiguo de los que están en uso en la comarca es la dulzaina consevada
únicamente en Villargordo del Cabriel en donde existen dos dulzaineros. En este pueblo la dul
zaina se ha conservado para la misma finalidad que tuvo desde tiempos lejanos, para acompañar
actos religiosos como es el encabezar la procesión y correr la bandera a San Roque o para actos
profanos como pasacalles y las carreras de joyas, carrera pedestre que todavía pudimos ver en las
últimas fiestas patronales. Se conservan muchas melodías, tanto binarias como ternarias, entre las
que figuran dos jotas.
El que no existan dulzainas en otras localidades de la zona no quiere decir que no haya
melodías que en otros tiempos se interpretaran con ellas, aunque actualmente se ejecuten con clari
netes. Haremos referencia a otras poblaciones en donde se conserva el correr la bandera como en
Sinarcas, Campo Arcís, San Antonio de la Vega y hasta hace muy poco en Requena. En Utiel
parece ser que se perdió esta ceremonia a finales del siglo pasado.
El correr la bandera consiste en hacer giros y ondeos de distintas formas, según la pobla
ción, con la bandera o estandarte del Santo a quien se dedica. La referencia histórica mas antigua
de este rito la tenemos en la Historia de Requena de D. Rafael Bernabeu, en la que nos cuenta que
en 1S09 se instuyó una fiesta anual en honor de San Roque con motivo de la epidemia de peste
«con las cruces fechas en el ayre con la vandera de la cofradía».
En cada una de estas localidades existe una melodía propia para este acto como también las
hay para las danzas guerreras y procesionales únicamente conservadas en las aldeas de San Anto
nio de la Vega y Campo Arcís. Las danzas guerreras de esta comarca, que son ejecutadas por doce
danzantes, se denomina de moros y cristianos porque se incluyen, añadidas a las representaciones
populares conocidas como Las Relaciones, en las que intervienen seis moros, seis cristianos, dos
reinas (mora y cristiana) y un ángel. Al acabar la representación los moros y los cristianos se con
vierten en danzantes y ejecutan con espadas, palos y planchas los juegos de esta danza de
origen dieciochesco.
46
Las danzas guerreras de esta tierra constan de tres partes:
a) Danza de espadas, ceremoniosa, pausada y elegante.
b) Danza de palo y plancha, más movida y trepidante.
c) Danza de palo seco o rabiosa, de mucha rapidez y difícil ejecución.
También al hablar de la jota dijimos que existía en la comarca la llamada danza del caracol
cuyas melodías y esquema coreográfico recordados por Arcadio Piqueras de Campo Arcís han
hecho posible su restauración reciente. Se trata de una danza procesional que recuerda las entradillas castellanas. En ella danzan ocho o doce mozos al son de una jotiUa haciendo cruces y recruces
entre ellos para acabar con una espiral o caracol que se deshace y se convierte en una sola fila de
cara al Santo y haciendo una reverencia todos los danzantes rinden homenaje a la imagen. Las últi
mas localidades donde se interpretó esta danza son Requena y Campo Arcís. Los dulzaineros de
Villargordo interpretan las melodías de la danza del caracol que se encuentran grabadas en
esta obra.
Corriendo la bandera en Villargordo del Cabrlel
CANCIONES DE PASCUA, DE REUNIÓN Y BEBER VINO
Se trata de un grupo de canciones festivas propias para momentos de fiesta campestre o
doméstica en que los concurrentes intervienen o participan en el canto, bien a dúo o al
unísono.
Las canciones de Pascua se cantan con motivo de correr la mona, es decir, de la merienda
campestre que se tiene costumbre de hacer en estas fechas. Además de la merienda se salta a la
cuerda, se juega al corro y otras variantes de entretenimientos. Entre las canciones de Pascua des
taca la tarara, extendida por toda la comarca, como en el resto de España. Otra canción de Pascua,
propia de la parte alta de la comarca, es la jeringonza o «jeringosa» como la llaman en Utiel y otra
canción muy extendida y que se canta también en otras comarcas valencianas es lo que aquí se
47
conoce como la catachumba.
procedente de Utiel.
De
la jerigonza
recogemos
en
la
grabación
la
versión
Dentro de las canciones de reunión incluimos aquellas que se cantan en conjunto en cual
quier fiesta a lo largo del año en las que se reúne gente con ganas de cantar. Una variante de estas
canciones es la que aquí se conoce con el nombre de rulé, que son unos cantos para medir la resis
tencia que tiene el bebedor utilizando la bota. Consta de una introducción y de la parte propia de la
medida en la que se repite la palabra rulé hasta que el bebedor deja libremente de beber. El bebe
dor que más rulés aguanta es el vencedor de la prueba. Incluimos dos versiones bien distintas de
rulés en esta grabación, una en forma de habanera procedente de Sinarcas y la otra que es una de
las tres versiones que cantan en Fuenterrobles.
BAILES HUMORÍSTICOS Y AGARRADOS
En ultimó término queremos comentar dos tipos de baile relativamente modernos pero que
fueron populares:
Como bailes humorísticos propios de reuniones bullangueras o de fiestas de calle nos encon
tramos con el baile del pingajo, baile suelto de carácter erótico y grotesco, bailado con el poquillo
de la jota, en el que los bailadores golpean sus cuerpos de costado, de espaldas y de frente. Otro
baile de este tipo es el baile del tío, tío, que consiste en que una persona, hombre o mujer, se coloca
en la parte de atrás un papel u otro material fácilmente combustible atado o sujeto a su ropa. AI
tiempo que los concurrentes cantan la canción propia del baile, el del papel debe moverse al com
pás con agilidad y rapidez, para evitar que otro, provisto de una antorcha o vela, le pegue fuego a la
cola postiza que el bailador luce.
En los bailes agarrados incluimos aquellos en los que las parejas ejecutan los movimientos
cogidos, costumbre que llega importada de Europa.
Primeramente estos bailes se ponen de moda en los salones de la alta sociedad, pero a fina
les del pasado siglo son copiados por el pueblo. En aldeas y caseríos de esta comarca se empezó a
bailar el agarrado a principios del presente siglo, combinándolo con la jota. Así se puso de moda el
vals, llamado corrido, la polka y su variante conocida como «xotís blincao» y la mazurca cuyo
ejemplo en la grabación procede de la aldea de Casas de Moya.
RELACIÓN DE COMUNICANTES
Cantores del mayo - La Portera
Antonio Guaita Guaita - Villargordo
Juan Martínez - Los Isidros
Consuelo Abellán - Los Corrales
Atanasia Pérez - Fuenterrobles
Fidel García García - Camporrobles
Vicente García García - Camporrobles
Paulina Montero Argudo - Camporrobles
Josefa Pérez Martínez - Villar de Olmos
Segundo Pedrón Lujan - Los Pedrones
Delfina Martínez Mateo - Casas del Rio
Victoria Vicente Arocas - Casas del Rio
Anadio Piqueras Expósito - Campo Arcis
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Rosa Solaz López - Villar de Tejas
José Martínez Solaz - Villar de Tejas
Carmen Pardo Pardo -Hortunas
Encarnación Guaita Pardo • Hortunas
Ernestina Díaz Corredor - Utiel
Mario Huerta García - Casas del Rey
José Ma Sánchez Moya - Casas de Moya
Felisa Berlanga Huerta - Casas de Moya
Cantoras de la Aurora - San Juan de la Vega
Leonila Salinas Fernández - Roma de la Vega
Dionisio Cardona Mislata - Barrio Arroyo
Ricardo y Joaquín Clemente Liona - Sinarcas
Amadeo Móntenle Defez Sinarcas.
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49
LOS PUEBLOS DE
LA COMARCA DE REQUENA
SEGÚN EL DICCIONARIO GEOGRÁFICO DE D. PASCUAL MADOZ
Separata del apéndice del tomo II editado en Valencia
por la Institución Alfonso el Magnánimo, año 1983.
CAMPORROBRES: v. con ayunt en la prov., adm. de rent y dióc. de Cuenca (19 leg.)
part jud. de Requena (7). aud. terr. de Albacete, e. g. de Castilla la Nueva (Madrid): sit en el cen
tro de un espacioso llano á 200 varas S. de la falda de un cerro de bastante altura llamado del
Melón; la combaten todos los vientos, y el CLIMA es sano: tiene 280 CASAS de 2 pisos en su
mayor parte, destinados para habitaciones y cocinas el primero, y el segundo para graneros: las
calles son tortuosas y estrechas, y su única plaza pequeña é irregular hay salas consistoriales;
escuela de primeras letras concurrida por 45 niños, cuyo maestro se halla dotado con 300 rs. paga
dos de propios, un almud de trigo anual y 2 cuartos cada sábado por cada uno de los alumnos que
escriben, y 2 celemines y un cuarto por los que se hallan en primeros rudimentos; igl. (Ntra. Sra. de
la Asunción) aneja de la de Mira y servida por un teniente: el edificio es bastante sólido, de una
sola nave con 8 altares, y en la torre, que tiene de elevación 126 palmos castellanos, un reloj con 2
campanas medianas y una pequeña; en la mitad de la falda del mencionado cerro del Melón y
mirando al pueblo, hay una cueva, abierta á pico en piedra berroqueña, y en medio de ella un
receptáculo en que se reúnen las aguas que se filtran del mismo cerro y de la sierra de Mira, de la
cual es aquel una continuación: todos los vec. se surten de esta fuente que es reputada como la
mejor de cuantas se encuentran en el pais. A 29 varas E. de la v. hay un pozo llamado del Concejo,
cuya agua, aunque basta, se utiliza para las caballerías; y tocando á él se encuentra una laguna,
donde se recogen las aguas que corren por las calles en tiempo de lluvias: sirve para abrevadero de
los ganados, y se tiene acreditado por la esperiencia, que los atacados de la viruela recobran su
salud á las pocas veces que beben en ese sitio, virtud que se atribuyo al nitro y otras sales de que
abunda el térm. Este confína por N. con los de Mira y Aliaguilla; E. con el de Sinarcas (prov. de
Valencia, part. de Chelva), y S. y O. con los de Utiel, Fuenterrobles y Villargordo: tiene la estension desde el térm. de este último pueblo hasta el de Sinarcas, cerca de 3 leg., y una por lo mas
dist. desde el de Mira al de Fuenterrobles: en él y á disL de 1/8 leg. al NE. de la v. se encuentra un
cas. llamado Oberuela, habitado por 27 vec, todos reunidos escepto 3 ó 4 que se hallan en casas
aisladas. Se cultivan 3.500 almudes de tierra, y desde el año 1836 se han desamortizado las fincas
de 3 mayorazgos y de una capellanía. Fuera de lo que ocupa el Melón, por la parte de la sierra lla
mada Avicuerca, que pasa á una hora E. de la v., y algunos cerros de pequeña elevación, puede
decirse que todo el terreno es llano; lo roturado es de buena calidad, muy propio y fuerte para la
siembra de trigo y otros granos: entre la Avicuerca y la v.. hay una vasta llanura roturada, en cuyo
centro, é inclinándose un poco hacia el SE., se halla un carrascal de que se hará mérito al-hablar de
propios: está poblado de encinas, y los dueños del suelo no pueden coger la bellota ni disponer de
las maderas, con preferencia á otro cualquier vec; pues tanto unas como otras se consideran de
común aprovechamiento. El TERRENO inculto, es sumamente pedregoso, y no produce otra cosa
que sabina, romero, coscojo y escelentes yerbas para pastos. CAMINOS: el que dirige á Cuenca
por el centro de la sierra, es de herradura, se halla en mal estado, y en el invierno es casi intransita
ble, pues los muchos temporales de agua y nieve producen avenidas, que hacen invadeables los r.
Moya y Guazadon que carecen de puentes, y arrancan el de madera que hay en el Cabriel, entre
Villora y Cardenete, por donde tiene que pasarse. La carretera que conduce á Utiel es bastante
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llana y se enlaza con la de las Cabrillas. CORREOS: se reciben 3 veces á la semana por un hom
bre que envía el ayunt á la estafeta de Caudete, dist 2 horas y 3/4. PROD.: en el año común del
quinquenio de 1837 al 42, han subido las cosechas de este pueblo a 7,500 fan. de trigo, 3,000 de
cebada, 1,600 de avena, 800 a 1,000 libras de azafrán y 3,000 a. de patatas; y aunque hace pocos
años que el vecindario se dedica al cultivo de la vid, lo han emprendido con tal afán, que en el dia
se recolectan 4,000 a. de vino: el ganado lanar y cabrio asciende a unas 3,000 cab. IND.: ademas
de la agrícola y ganadería se ocupan varios brazos en 6 telares del lienzo común y paños bastos;
estos fabricados con lanas del mismo pueblo, y aquellos con cáñamos y linos de Caudete ó
Requena. COMERCIO: está reducido á una tienda de abacería, compra y venta de ganados meno
res, esportar el sobrante de frutos al mercado de Utiel, é importar del mismo lo que hace falta.
POBL.: 261 véc, 1,037 alm. CAP. PROD.: 3.570,300 rs. IMP., 178,515: importe de los consu
mos: 8,657 rs. 27 mrs. EL PRESUPUESTO MUNICIPAL, asciende á 2,600 rs., y se cubre con
800 que producen 2 hornos de propios, 420 importe de un canon que pagan los poseedores de unas
tierras llamadas el Carrascal, y el déficit por reparto entre los vec. El térm. de la v. de Mira, y el de
la que tratamos, eran considerados como uno mismo para el nombramiento de casa mayor diezmera, pero existían sin embargo dos tercias diferentes, y en la de cada pueblo tenían participación
distintas personas ó corporaciones, hasta el año 1782 en que esta pobl. consiguió el privilegio de
villazgo, dependió de Requena.
CAUDETE: 1. con ayunt en la prov. y dióc. de Cuenca (82 horas), part jud. de Requena
(3 1/8), aud. terr. de Albacete y e. g. de Madrid, srr. en la falda de una colina mirando al S. y
tocando á una hermosa vega de regadío que puede considerarse como el principio de la que
pasando por Utiel va á terminar mas abajo de Requena. El CLIMA es bastante sano, y se presen
tan algunas fiebres intermitentes que rara vez adquieren el carácter de malignas. Forman la pobl.
150 CASAS que en lo general son de un solo piso, distribuidas en calles angostas, irregulares y no
muy llanas, y en una plaza de 130 pies de larga y 80 de ancha. Al estremo S. del pueblo se encuen
tra la igl. cuyo edificio bastante sólido y dedicado á Ntra. Sra. de la Natividad, fue consagrado en
1735: su nave cuenta 70 pies de long. y 28 de lat; tiene 7 altares, es de segundo ascenso, y está
servida por un cura párroco. Para surtido de agua al vecindario hay 2 fuentes, una de ellas llamada
Grande que tiene su origen muy inmediato al pueblo hacia el SE., y otra Chica, que lo tiene un
poco mas abajo. Confina el TERM. por N. con el de Utiel á 640 varas; E. con el mismo, á 930; S.
con los de Requena y Venta del Moro á 5,300, y O. con este último y Fuenterrobres á 3,930: la
cabida del terreno roturado será de 2,500 almudes; lo demás es de monte bajo que produce media
nos pastos, y que únicamente después de grandes adelantos y trabajos pudiera plantarse de viñas.
En todo el TERRENO hay ningún monte de consideración, pero no puede llamarse llano, por ser
todo cerros y regueros, cuyas hondonadas contienen las tierras mas propias para la labor. Hay un
plantío de 104,780 vides y 2,852 olivos, que cada año se aumenta considerablemente, y una de las
principales riquezas de este pueblo consiste en 313 almudes de vega, fertilizada con las citadas
fuentes: estas son tan abundantes que jamas falta agua para el riego; siendo de advertir que á los
vec. de este pueblo solo les corresponde el aprovechamiento desde el martes de cada semana al
ponerse el sol, hasta el dia siguiente á la misma hora; pues en los demás dias pertenece el derecho á
los de Utiel y Requena en virtud de concordias antiquísimas. Hay además algunos manantiales
insignificantes. El CAMINO que dirige á Cuenca es de herradura y en el invierno se pone intransi
table, porque las lluvias hacen muy arriesgado el paso por los vados de los r. Moya y Guazadon, é
inutilizan el puente del Cabriel que es preciso pasar por entre Villora y Cardenete, si no se quiere
dar un rodeo de algunas leg.: el que conduce á Requena y Valencia, es la carretera de las Cabrillas.
La CORRESPONDENCIA de Madrid y Valencia se toma en una cartería establecida nueva
mente en el mismo pueblo, con dependencia de la adm. de la c. de Requena; existe una parada de
postas con la obligación de correr por una parte hasta esta c, y por otra hasta Villargordo. PROD.:
trigo, centeno, cebada, avena, azafrán, patatas, judias, cáñamo, lino, vino, aceite, miel, ganado
lanar y caza de liebres, conejos y perdices. IND.: una pequeña fáb. de aguardiente, un molino hari
nero movido con las aguas de las fuentes reunidas en una presa; 5 telares de lienzos comunes, y
paños bastos ó jergas, un zapatero y 4 sastres. El COMERCIO se reduce a la venta del sobrante
de las cosechas, en la pobl. ó mercado de Utiel, y existen 6 arrieros. POBL.,: 159 vec, 632 alm.
CAP. PROD.: 1,467 rs. IMP.. 73,350; importe de los consumos 1,758 rs. 23 mrs. El PRESU52
PUESTO MUNICIPAL asciende a 2,800 rs., de los cuales se pagan 100 ducados al secretario
del ayunt. y se cubre por reparto vecinal, escepto 183 rs. que produce el canon de unas cortas por
ciones de terreno que hace muchos años se dieron á censo á varios vecinos. Este pueblo fue ald. de
Requena hasta el año 1820 que se constituyó en 1. independiente. Según algunos apuntes que se
hallan en el archivo de Utiel, aparece que en una colina situada á 1 1/4 hora. SO. del pueblo, hubo
en tiempo de la dominación de los árabes una pobl. fortificada que se llamó Wuldon: lo cierto es
que en aquel sitio se ven grandes ruinas, se han sacado varias vasijas de diferentes tamaños y figu
ras, y algunas monedas trabajadas tan toscamente, que no pueden conocerse los bustos que repre
sentan ni leerse sus inscripciones.
CHERA Ó CASERÍO DE CHÉRA: I. con ayunt de la prov., aud, terr., e. g. y dióc. de
Valencia (12 lég.) part jud. de Villar del Arzobispo (4),: SIT. en llano rodeado de ásperos montes,
á la der. del r. Guadalaviar ó Tuna.', le combaten los vientos del N. y O.; su CLIMA es frío y
sano. Tiene 111 CASAS distribuidas en tres barrios denominados Grande, Nuevo, y de los Gisbert., los cuales se subdividen en cuatro calles y una plaza, escuela de niños á la que concurren 12,
dotada con 2,500 rs., otra de niñas con 20 de asistencia y 1,500 rs., de dotación, y una ermita
(Ntra. Sra. de los Angeles), dist 1/4 de hora del pueblo y dependiente de la parr. de Lot de Chera:
debiera erigirse en curato de entrada. El cementerio se halla inmediato a la igl. junto á la huerta de
la Hoya, sin que perjudique a la salud pública. Los vec. se surten de 2 fuentes que hay dentro de la
pobl., cuyas aguas son muy cristalinas y saludables. Confína el TERM; por N. con el de Loriguilla;
E. Lot de Chera; S. Siete-aguas, y O. Chelva, estendiéndose una leg. en todas direcciones. En su
radio se encuentran innumerables montes, generalmente calizos é incultos, poblados de algunos
pinos, romeros, tomillos, espliego y otras matas bajas y plantas medicinales. El TERRENO es
montañoso, casi todo de secano aunque parte de él goza de algún beneficio de agua de unas fuentes
que brotan en el térm. Los CAMINOS son locales, de herradura y muy escabrosos. La CORRES
PONDENCIA se recibe de Requena por medio de un encargado particular todos los sábados,
cuyos mismos dias salen. PROD.: trigo, cebada, centeno, avena, maiz, alubias, almendras, cirue
las, aceite, vino, legumbres y muy poca hortaliza, sostiene ganado lanar y cabrio, y hay caza de
conejos, perdices y codornices. IND.: la agricultura y 2 molinos harineros. POBL.: 121 vec, 482
alin. CAP. PROD.: 252,585 rs. IMP.: 9,033. El PRESUPUESTO MUNICIPAL asciende á
4,435 rs., del que se pagan 1,100 al secretario del ayunt y se cubre con el arriendo de yerbas per
tenecientes al común de vec, tienda abacería, peso y medida y por reparto vecinal. Este pueblo
contaba á últimos del siglo pasado solo 9 familias: estaba agregado a Sot de Chera, hasta que en
1810 consiguió su desmembración formando municipalidad.
CONTRERAS: cas. en la prov. de Cuenca, part jud. de Requena, térm. jurisd. de
la Minglanilla.
CONTRERAS: venta y puente sobre el r. Cabriel en la prov. de Cuenca, part. jud.
de Requena.
FUENTE ROBRES: 1. con ayunt. en la prov. y dióc. de Cuenca (16 leg.), part. jud. de
Requena (3 y 1/2), aud. terr. de Albacete y e. g. de Castilla la Nueva (Madrid). SIT. en medio de
un llano que se forma entre dos cañadas, cuya dirección es de E. á O. con buena ventilación y
CLIMA sano. Consta de 149 CASAS, no muy grandes, de un solo piso, las que forman cuerpo de
pobl., cuyas calles, aunque irregulares son bastante llanas, con 26 pies de anchas, con una pequeña
plaza cuadrada, á la que dan las puertas de la igl. y la casa de ayunt; hay una escuela de niños con
currida por 14, y otra de niñas á la que asisten 8, cuyos maestros no perciben otro estipendio que
aquel con-que cada alumno contribuye; la igl. (El Apóstol Santiago), es dependiente de la de San
Nicolás de Requena, cuyo cura nombra el teniente que sirve la de este 1.; el templo es chico y nada
notable, construido en 1757 á espensas de sus vecinos, los cuales surten de agua en la fuente del
concejo y de unos manantiales que se hallan no muy distantes de la pobl. Confina el TÉRM. por
N. y O. con los de la v. de Campo Robres; S. Villargordo del Cabriel y Venta del Moro, y E. con
los de Utiel y Caudete; en todo él no hay mas fuentes que las ya citadas, cuyas aguas en tiempo de
invierno, que es cuando mas abundan, dan movimiento á un molino harinero. El TERRENO es
llano, como dejamos espuesto, y solo se encuentran cerros de muy poca consideración, entre los
53
cuales se han formado diferentes cañadas que producen buenos cereales; la cavida del que se cul
tiva es de unos 4,000 almudes, de los que 39 se riegan, 69 están plantados de viñas y algunos, aun
que muy pocos, olivos, y los restantes se siembran granos. CAMINOS: desde este pueblo á Utiel
cruza una carretera bastante cómoda, que se enlaza con la general de las Cabrillas; el que conduce
á Cuenca es de herradura en malísimo estado, é intransitable en el invierno por efecto de las
muchas aguas que llevan los r. que cruzan. La CORRESPONDENCIA la conduce un peatón que
la toma en la estafeta de Caudete. IND.: varios telares en los que se fabrican lienzos y gergas, y el
molino harinero. COMERCIO: esportacion de los frutos sobrantes en la v. de Utiel en cuyo punto
se compran los art. que se necesitan. PROD.: trigo, cuyo producto por un quinquenio está calcu
lado en 3,120 fan.; 4,800 de cebada; 1.400 de avena; 200 lib. de azafrán: 30 a. de cáñamo; 10 de
lino; 2,600 de patatas; 6.100 de vino y algunas legumbres; se crían 240 corderos, igual número de
cabritos, y se hacen sobre 110 a. de miel. POBL.. 52 vec. 622 alm., según datos de la redacción;
según la matricula municipal, 136 de los primeros, 580 de las segundas. CAP. TERR. PROD.:
1.610,880 rs. IMP.: 80,544. El PRESUPUESTO MUNICIPAL, asciende á 1,800 rs., y de eUos
se dan 1,100 al secretario del ayunt cobrándose por reparto vecinal.
REQUENA: part jud. de ascenso en la prov. y dióc. de Cuenca, aud. terr. de Albacete y c.
g. de Castilla la Nueva (Madrid): se compone de 1 c, 6 v., 71., 11 ald. con ale. p. y varios cas. que
forman 14 ayunt Los datos de población, riqueza, contribución, etc.; asi como la dist que median
entre los espresados ayunt, y desde cada uno de ellos á la cap. de prov., á la aud. terr. y c. g., dióc.
y á Madrid, se manifiestan en los estados que finalizan este artículo.
SITUADO al estremo SE. de la prov.: confina por N. con el part de Cañete; E. part de
Chiva (prov. de Valencia); S. con el de Casas Ibañez (Albacete), y O. con el de Motilla del Palancan su estension de N. á S. es de 8 horas y 43 de E. á O.: el CLIMA es frío y húmedo, y los vien
tos que reinan con mas frecuencia son los del N., E. y O.
TERRENO Y SUS CIRCUNSTANCIAS. Este part se halla colocado en un declive de la
cord. de montañas, que partiendo del Moncayo corre al S. por los confínes de Aragón, Castilla la
Nueva y Valencia, y forma las sierras de Millares y Alcaráz: su superficie es por lo tanto desigual y
cortada por sierras ó montañas, algunas de bastante elevación. A 1/4 de hora al N. de Camporrobres temina la elevada sierra, que desde el punto llamado Pico-ranera (part de Cañete) corre hasta
el dicho pueblo, y forma el cerro llamado Molosi. Al O. de Camporrobres y Fuenterrobres hay otra
sierra que tiene 1 1/2 hora de long. de N. á S. y divide los térm. de estos pueblos del de Utiel. Al
N. de este y á 2 leg. de dist se halla la sierra de Negrete, cuya cumbre es la linea divisoria del
térm. de Utiel del de Chelva (prov. de Valencia): en su falda S. se halla la ermita de Ntra. Sra. de
los Remedios, en un terreno pintoresco por su hermoso arbolado y frondosas huertas. A una hora
E. de Requena principia otra sierra bastante elevada, que se estiende de N. á S. hasta enlazarse
con la de Mijares de la citada prov. Al O. de Villargordo y á 1/2 hora de dist corre de N. á S. una
áspera y elevada sierra, cortada por la nueva carretera de las Cabrillas. Solamente hay en este part
en el térm. de Utiel, una leg. á su NE. en la ald. de la Torre, una escelente cantera de carbonato de
cal, propio para la construcción, y en el térm. de Minglanilla las famosas minas de sal cristalizada,
cuya descricion puede verse en su art respectivo. La desigualdad del terreno hace preciso que sus
moradores tengan que formar paradas de piedras, que llaman hormas, para detener la tierra vejetal,
que sin este medio arrastrarían las lluvias, y de este modo hacen fructífero un terreno estéril; cuya
parte no cultivada se halla poblada de los arbustos, romeros, salvia, espliego.enebro, sabina y pinos
no maderables, llamados por los naturales pin-carrasco. Las cañadas de consideración que se
notan en el part son las de Camporrobres, denominada el Campillo, que principia en dicho pueblo
y termina en la ald. denominada la Veruela. Otra de las cañadas es la que principia á una hora de
dist del referido pueblo y toma nombre de los sitios por donde pasa; tiene su origen en las Casas de
Mina, y siguiendo por Villargordo, Fuenterrobres y Caudete, en cuyo último térm. toma el nombre
de Cañada de Doña Ana; atravesándole la carretera de las Cabrillas, sigue al térm. de Utiel, donde
se le une otra cañada que baja de las ald. Casas, Corrales, Cuevas y Latorre, á la que los naturales
llaman Cañada de las Viñuelas. El terreno de que se componen estas cañadas es muy
feraz.
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RÍOS Y ARROYOS. Varios son los que recorren este part., de los que no haremos sino
mencionarlos, puesto que sus descripciones podrán verse en sus respectivos art.: los 2 mas princi
pales son el Cabriel y el Oleana\ el primero se sangra en varios puntos por medio de azudes, con
cuyo medio se riegan muchas y hermosas huertas; los 2 puentes mas notables son el de Pajazo en
el punto que cruza la carretera de Madrid á Valencia, y el de Valdecañas, por el cual pasa el
camino que desde la Venta del Moro dirige á Iniesta: los demás son insignificantes y hechos con el
objeto de comunicarse las riberas de uno y otro lado. El r. Olearia también sirve para el riego de
algunos terrenos: los demás conocidos con los nombres de ramblas ó riach. son: el Guazaon,
Villom, Mira, Rambla de los Molinos, id. de Ullana, Barranco Rubio y Rambla de las Estenos:
ademas hay fuentes muy abundantes, que también sirven para el riego de varios terrenos, tales
como las conocidas con el nombre de Rozaleme, las 2 de las Simas y la de Reinas: la que hay en el
térm. de Villargordo y otra de aguas salinas al N. de dicho pueblo á 1/4 de hora, de la cual se
estraen sobre 160 fan. de sal por cuenta del Gobierno: lo mismo sucede con otros 2 pozos que se
benefician á 3 horas E. de Requena, los cuales dan de 4,300 á 4,350 fan. de sal de
inferior calidad.
CAMINOS. Los principales son la carretera de las Cabrillas que entra en el part por Minglanilla, cruza el Cabriel por el puente llamado del Valle, continúa á Villargordo tocando por Caudete; cruza el Oleana 200 pasos antes de llegar á Utiel, entra en esta v., sigue por medio de la ald.
de Requena llamada de San Antón, y cruzando esta c. por la calle Nueva, sale del part. por la ald.
de Rebollar y sitio llamado el Ventorrillo. El camino de herradura de Madrid á Valencia entra y
sale por los mismos puntos y sigue la misma dirección, y el de carruages entra por la Pesquera,
pasa el Cabriel por el puente Pajazo, llega á la venta de la Cruz, entre Villargordo y Caudete, toca
las inmediaciones de este pueblo y sigue por Utiel, venta de Vaquero, media hora al N. de
Requena, y sale del part por el mismo punto que la nueva carretera. Los demás caminos son de
pueblo á pueblo y en mal estado. Las posadas y mesones que se encuentran en el tránsito por estas
carreteras no se hallan en el mejor estado; las mas notables son la denominada venta de la Cruz
entre Villargordo y Alcaudete, un vasto y hermoso parador recientemente construido entre Utiel y
Requena en la ald. de San Antonio, y finalmente es de notar el que se acaba de construir en la cap.
del part sit en la calle Nueva, el cual disfruta de todas las comodidades apetecibles.
PRODUCCIONES. La cosecha de cereales en este part está casi en proporción con sus
necesidades; lo mismo sucede con el lino, cáñamo, hortalizas y legumbres; el vino es muy abun
dante en Requena y Utiel, el cual no pudiéndose espender el sobrante por su sabor poco grato, se
destina á las fáb. de aguardiente: la cosecha de azafrán en este part es también de grande interés,
no obstante el ínfimo precio que en el día tiene, puesto que su cultivo y demás operaciones hasta
obtener la flor, se da ocupación a infinidad de personas: la cosecha de la seda, aunque muy corta
en el dia, es de esperar que tome incremento con la nueva plantación de moreras.
INDUSTRIA Y COMERCIO. Este part puede decirse que es enteramente agrícola, si se
esceptúa la c. de Requena, donde hay fáb. de tejidos de seda, y en la que con mucha perfección se
elabora toda clase de telas: también se encuentran varias fáb. de aguardiente en Requena, Utiel y
Venta del Moro; la elaboración de sal en los puntos que ya hemos mencionado, y la de harinas en
la infinidad de molinos á que dan impulso las aguas de sus r., ramblas y fuentes: el comercio con
siste en la esportacion de algún vino, azafrán, mucho aguardiente de buena calidad, sal de las
minas de Minglanilla prod. de su ind. manufacturera; la importación consiste en arroz, bacalao y
habichuelas, que vienen de Valencia, aceite de Andalucía y la seda y útiles necesarios para alimen
tar sus fáb. Los jómales para la agricultura son por un término de 5 rs. y 1/2 á 6, y los industriales
de 7 á 8.
FERIAS Y MERCADOS. Se celebra una feria en la cap. de part. el dia 8 de setiembre,
otra en la Minglanilla y un mercado en Utiel todos los miércoles; este y la feria de Requena son
bastante concurridos.
ESTADÍSTICA CRIMINAL. Los acusados en este part. jud. en el año 1843, fueron 37;
de los que resultaron absueltos de la instancia 6, libremente 2, penados presentes 28, contumaces
55
1; de los procesados 4 contaban de 10 á 20 años, 21 de 20 á 40, y 12 de 40 en adelante. 33 eran
hombres y 4 mujeres; 19 solteros y 18 casados; sabian solo leer 7, leer y escribir 9; carecían de ins
trucción 21; ejercían ciencias ó artes liberales 2 y 35 artes mecánicas.
En el mismo periodo se cometieron 8 delitos de homicidio y de heridas, con un arma de
fuego de uso licito, 2 de ilícito, 2 armas blancas permitidas, 2 prohibidas, 2 instrumentos contun
dentes y un instrumento ó medio no expresado.
Cuadro sinóptico por ayuntamientos, de lo concerniente a la población de dicho partido, su estadística
municipal y la que se refiere al reemplazo del ejército; su riqueza imponible y
las contribuciones que se pagan.
ESTADÍSTICA MUNICIPAL.
RIQUEZA IMPOSIBLE.
Hl EJtUClIO.
CONTRIBUCIONES.
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NOTA. - En las contribuciones se incluye la de cu//o y clero cuya proporción con la riqueza imponible es
de 3"58 por 100 y debe ascender por consiguiente & rs. vn. 143,390 que salen ú razón de 21 rs. 27 mrs. por
vec. y 5 rs. 16 mrs. por habitante.
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Caudele.
Enguidanos
Fueolerrobres.
.Herrumbrar.
Minglanilla.
Pesquera
Puebla del Salvador.
4/2 4 4/i i 4/3 Í4/I
Utiel.
Venta del Moro.
Villargordo de Cibriel.
Villtrta.
Cueoc», prov.
Albacete, aud. lerr.
38 | Madrid, c. g. y corte.
REQUENA: c. con ayunt, al que se hallan incorporados 10 partidas ó barrios de que mas
adelante hablaremos, adm. subalterna de estancadas y lotería, y cab. del part. jud. que lleva su
nombre, en la prov. y dióc. de Cuenca (20 leg.), aud. terr. de Albacete (1), y c. r. de Castilla la
Nueva (Madrid 41).
SITUACIÓN Y CLIMA. Colocada en un peñasco de cuatro varas de altura, al estremo S.
de la prov., en la carretera titulada las Cabrillas y á 1/4 de leg. del r. Olearia, se halla la ant. pobl.,
reducida á lo que hoy se llama barrio de la Villa; su posición por sí sola la hacia casi inespugnable;
los muros y torreones que se levantaron, y un cast que cerraba la pobl. por la parte del N. comple
taron una linea de fortificación capaz de resistir todos los medios de ataque, conocidos en lo ant; en
el dia nada de esto ha quedado á escepcion de una parte del cas. Aumentando su vecindario,
muchos salieron del primer recinto y edificaron habitaciones en otra colina distante 300 varas al N.
de la primitiva pobl., denominando á esta segunda barrio de las Peñas. Mas adelante se fue
poblando el espacio que mediaba entre los 2 barrios citados, y asi se formó el conocido hoy con el
de barrio del Arrabal: de modo que la Requena actual se formó por la unión de los citados barrios,
y de aqui el aparecer su perímetro tan irregular, que teniendo mas de 1/4 de leg. de N. á S. apenas,
se estienden 800 varas de E. á O. Por todas partes laciurcuye una huerta feracísima, que unido á lo
templado de su CLIMA, pureza de sus vientos, no obstante, la humedad de que alguna vez se
hallan cargados y lo poco propenso á enfermedades, constituye uno de los mejores puntos
de la prov.
INTERIOR DE LA POBLACIÓN Y SUS AFUERAS. Es Requena pueblo abierto á
pesar de las tapias y baterías que se construyeron en la última guerra civil, pues las primeras se han
arruinado completamente, y las segundas se hallan en muy mal estado. La diferencia que tanto de
calles como de casas se nota en esta c. es debida á las distintas épocas en que se han ido aumen
tando como acabamos de manifestar. Las calles del barrio de la Villa, como del pobl. ant son
estrechas é irregulares, y sus casas de tres ó cuatro pisos, aunque en general son cómodas, ofrecen
un aspecto pobre y dan mala idea de su buen interior. El barrio de las Peñas tiene sus calles anchas
y de piso desigual, y la figura de sus edificios, que solo se compone de dos altos, dan á este barrio
un aspecto puramente agrícola. El suelo del arrabal es llano; sus calles, si bien no están tiradas á
cordel, reúnen por lo menos mas regularidad y anchura que las de la Villa; y sus habitaciones ade
mas de ser mas bellas, son las mas grandes y mejor distribuidas de la pobl. Las plazas mas notables
son la de la Constitución, que se halla en el Arrabal, y la de la Villa en el barrio de su nombre. Hay
ademas otras muchas plazuelas que por lo insignificante no merecen citarse. Las aguas de que se
surte el vecindario son varias, pero prescindiendo de un sinnúmero de ellas, que nacen en la huerta,
solo hablaremos de las que por su proximidad merecen mayor interés: estas son la de Reinas,
situada á 500 varas N. de las Peñas, y la del Peral, de los Caños, de las Pilas y del Pino, que for
man una linea de manantiales tirada de N. á S. á poco mas de 80 varas al O. del barrio de la Villa.
Dentro del Arrabal están las fuentes de los Frailes y la de los Desamparados, dando la preferencia
muchos á estas aguas sobre las de las demás mencionadas. Para la instrucción de la juventud se
paga de los fondos de propios un maestro de primeras letras con 3,500 reales, y un ayudante con
1,500; hay otras dos sin mas dotación que la retribución que dan los padres de los discípulos: el
número de los que asisten á las tres escuelas es 273. Habia también una clase de gramática latina
que contaba con 29 alumnos, sin otra retribución su preceptor, que lo que pagaban los discípulos.
Dedicadas á la enseñanza de las niñas hay cuatro maestras particulares, también pagadas por los
padres de las discipulas, el número de niñas que asiste á estas escuelas es de 160 con corta diferen
cia. Para alivio de los enfermos pobres cuenta esta c. con un hospital titulado de la Caridad con
suficientes fondos para cubrir sus atenciones.
PARROQUIAS Y ERMITAS. El vecindario se halla dividido en tres parroquias, llamadas
San Salvador, San Nicolás y Sta. María. La primera consagrada á la Trasfiguracion de Ntro. Sr.
Jesucristo, es la principal, y está á cargo de un cura de término, que desde 1649 se titula ascipreste, por haberse reunido al cúrate en virtud de bulas de Inocencio X, un beneficio, que llevaba
aneja aquella dignidad. Ignórase la época en que se consagró la igl.; sin embargo, todo persuade,
que fue en los primeros años del siglo XIV. Al principio fue muy reducida, y estuvo dedicada á
57
Sta. Bárbara: la composición á que debe su forma actual, empezó en 1380, y concluyó en 1533.
Tiene tres naves: la del centro consta 27 1/2 varas de longitud, y 11 1/2 de anchura, las colatera
les, aunque en lo largo son iguales á la primera, su ancho es solo de cuatro varas. El orden de su
arquitectura es el compuesto; solo la fachada de la puerta principal corresponde al gótico. La torre
que es cuadrada de 27 palmos por frente, tiene dividida su altura en cuatro cuerpos iguales de 37
1/2 palmos cada uno, que unidos á los 40 de la aguja de tejado, dan una elevación total de 190 pal
mos. El lugar de Venta del Moro es anejo a este curato: están incluidos en su felig. los cas. de San
Antonio, San Juan, Rebollar de Arriba, Villar de Olmos y Nogueras, en los que hay otras tantas
ermitas dedicadas á San Antonio de Padua, San Juan Bautista, Ntra. Sra. del Rosario, San Isidro y
San José. Ademas la ermita de San Sebastian, sit. dentro de la c, en el barrio de las Peñas, ha sido
destinada para ayuda de esta misma parr.
La de San Nicolás, patrón de Requena, que es la mas ant se halla al estremo del barrio de
la Villa por la parte del S., es de segundo ascenso. No se sabe á punto fijo el año de su fundación:
pero en hallarse en otro tiempo pintado en las paredes de la capilla mayor el escudo de armas del
cardenal D. Gonzalo Gudiel, noveno ob. de Cuenca, que vivió por los años 1275, hace creer, que
se consagró por entonces, es decir, inmediatamente después, que la Villa fue poblada por cristia
nos. Poco ó nada se conserva del ant edificio, porque se renovó completamente desde 1723 á
1727, bajo la dirección de los maestros José Minguez y Antonio García. La fábrica de esta igl.
corresponden al orden dórico: su única nave es de 51 varas de larga, y 11 1/2 de ancha. Delante
del presbiterio hay un cimborio crucero con una elevación céntrica de 24 varas, y un diámetro de
cúpula de 11 1/4 varas. Es anejo de este curato el I. de Fuenterrobres. Su felig. fuera de la c.
abraza el cas. del Rebollar de Abajo, en que hay una ermita de Ntra. Sra. del Rosario; el de la
Casa de Lázaro con la de San Juan Evangelista; y el del Derramador con otra de S. Miguel. Como
la pobl. después de la reconquista, solo comprendía lo que hoy se llama la Villa, todas las parr. se
hallan construidas en aquel pequeño recinto, y para la mayor comodidad de los fieles, que viven en
el barrio del Arrabal, se ha habilitado, como ayuda de San Nicolás la igl. del ex-convento
del Carmen.
Al E. de la ant v. y á poca dist. de la parr. de San Salvador se encuentra la de Santa María,
que es la última en turno, también de segundo ascenso. Se ignora la época de su fundación. Y se
cree con fundamento que es de la misma que San Salvador. En 1730 la reedificaron dándola mayo
res dimensiones que antes, los maestros José Ortiz, Antonio Garcia y Mauro Minguet La fachada
de la puerta es de orden gótico, su nave del corintio. Villargordo de Cabriel es anejo de Sta. María.
Son sus felig. extramuros de la c. los habitantes de los cas. siguientes: Isidros, Pedrones, Hortunas,
Campo Arcís y La Portera: todos tienen sus ermitas dedicadas el primero á San José, el segundo á
la Purísima, el tercero á San Isidro, el cuarto al Smo. Cristo en la Agonía y el quinto también á San
José.
CONVENTOS. En el barrio del Arrabal existió un convento de religiosos carmelitas de
ant observancia, consagrado á Ntra. Sra. de la Soterraña. Se supone que fue fundación de D.
Alonso de la Cerda; mas no es posible en el dia presentar un documento que lo pruebe, porque los
escudos de armas de aquel infante y su esposa, que eran el apoyo principal de esta opinión, fueron
destruidos por un prior. Era el mas ant. de la orden de las 2 Castillas, y por eso sus priores celebra
ban la misa del Espíritu Santo en todos los capítulos provinciales. En este edificio se hallan hoy las
casas consistoriales. En una elevación que domina la c. por el lado de NO. hubo otro convento de
franciscanos observantes, dedicado á Ntra. Sra. de Gracia. Fundóse con las limosnas de vecinda
rio en el año 1619; por lo que se reservó el común su patronato en virtud de la cláusula octava de
una escritura, que el guardián fray Gaspar Garcia otorgó ante Pedro Serrano en 11 de mayo en
1663. El edificio después de haber servido de fuerte avanzado durante la última guerra, aprovecha
hoy para cuartel de los presidarios, que trabajan en el camino de las Cabrillas. Pedro de Carcajona
hizo en 20 de abril de 1629 un testamento, en el que dispuso, que si dentro de los tres años inme
diatos, se fundaba en Requena un convento de Monjas, les dejaba para el edificio unas casas en el
portal de Madrid, para sus alimentos 122,300 rs., y ademas 2,000 ducados, cuya renta precisa
mente había de darse á un capellán con la obligación de celebrar diariamente en la igl. del con58
vento. Esta escitacion no fue desatendida por el obispo de Cuenca D. Enrique Pimentel, que unido
con la madre María Ana de San José, agustina recoleta, fundadora de otros conventos, escogió
para priora del de Requena á la madre Catalina de la Madre de Dios, y la envió á su destino,
acompañada de otras tres religiosas del convento de agustinas de Patencia. Constituidas todas en la
pobl., cerró la clausura en 7 de diciembre de 1631 el arcipreste D. Pedro Carcajona, primo del tes
tador, dedicando antes la igl. á San José. En el dia existe aun este convento y poblado de
religosas.
TERMINO. Confína por N. con el de Chera á 2 y 3/4 leg.; por E. á igual dist con el de
Siete-aguas; por S. con el de Cofrentes á 41/2 leg., y por O. á 3 con el de Utiel. Como por algunos
de los puntos que median entre los cuatro cardinales, se estiende el térm. mas que por otros, resulta
una figura irregular, que comprende aproximadamente 23 1/2 leguas superficiales que dan
326,627 1/2 almudes de marco real.
En su jurisd. se hallan 10 cas., en cada uno de los cuales hay una persona encargada de eje
cutar las órdenes del ayunt de la c. Estos barrios se conocen con los siguientes nombres: el del
Rebollar que comprende los cas. nombrados Rebollar de Arriba y de Abajo, sit al E. de la c. y á
disL de 1 3/4 leg.; consta de 40 vea; el de Hortunas á 2 1/2 leg. al SE. con 41; el de los Pedrones
á 3 1/2 leg. SE. con 61; el de Portera á 1 3/4 leg. en la misma dirección que el anterior con 35; el
de Campo Arcis, compuesto de diferentes cas. sit á 1 1/2 leg. y 2 hacia el S. con 81, el de Albosa
que se forma de muchas casas dispersas á 3 1/2 leg. al SE. con 82; el de Casa de Lázaro que se
halla á 2 leguas y 1/4 al SE. con 70; el del Derramador 1 leg. corta en la misma dirección que el
anterior con 111; el de San Antonio á la misma dist al O. con 192, diseminados por las casas de
Sta. María de la Vega, San Juan, Turquía y Barrio-arroyo; y por último, el de Villar de Olmos,
compuesto de las casas de las Nogueras, Villar de Salas y Villar de Olmos con 16. Muchas de las
casas agregadas á los 10 barrios ó partidas tienen sus nombres particulares cuya relación seria tan
prolija como supérflua.
CALIDAD Y CIRCUNSTANCIAS DEL TERRENO. Aunque por O. y S. tiene las
grandes llanuras de la Vega, Campo Arcis y la Pórtela, no merece el nombre de llano, porque
aquellas mismas están circuidas de alturas y derrumbaderos, que ocupan mucho mas terreno que
ellas; entre S. y E. es quebrado, y por lo general montuoso; al E. verdadero se halla la campiña del
Rebollar, que casi toda se cultiva. La Sierra del Pico del Tejo, que principia á 1/2 leg. al NE. de la
c, es una prolongación de las de Chiva, é indudablemente el punto mas elevado de todas ellas. En
otro tiempo estuvo poblada de pinos: hoy apenas se ven algunos de ellos por el descuido y aban
dono de los propietarios. Las tierras que caen al N. son en estremo quebradas, y por los muchos
cerros y barrancos que las interceptan, apenas se panifica la décima parte de su estension. Cuatro
mil ciento treinta almudes se riegan con las aguas del Rio de la Vega; 552 1/2 (1,591 taullas), con
las de la fuente de Rózateme, que nace á 1/4 de legua al NO. de la c; 137 (393 taullas), con las del
regajo llamado de Utiel, cuyo caudal se compone de varios pequeños manantiales, que tienen su
origen debajo de una presa que está construida á la inmediación de la fuente de Rozaleme; 350
almudes (1,007 taullas), con las de Fuencaliente á 1/4 de leg. de O. de la pobl.; 118 (339 taullas),
con las de la fuente de Reinas. 157 (452 taullas), con las del Nacimiento, Gollizno y fuente del
Pino; y por último otros 80 que comprenden las huertas de diferentes cas. del térm.; por manera,
que todo el regadío abraza 5,525 almudes. Otros 5,100 están ocupados por 2.623,000 vides, y
algunos, aunque muy pocos olivos: 76,000 mas de secano se labran por terceras partes cada año.
Los caminos, veredas, ríos, arroyos y edificios llenan otros 19,000 con corta diferencia: y los res
tantes 201,912 almudes y 1/2 quedan sin cultivo, y solo producen pastos, monte bajo y
pinos.
A fines del siglo pasado se formó el proyecto de abrir un canal, que tomando debajo de Mira
las aguas del r. Moya, las condujera hasra el r. de la Vega, desde donde por la acequia del Campo
pasaran á beneficiar 3 ó 6,000 almudes de terreno en la partida del Campo Arcis, los cuales actual
mente solo utilizan las sobrantes del r. de la Vega, que son ningunas en el verano cuando mas se
necesitan. El ser muchos los interesados en este negocio impidió que se realizara. La real orden de
5 de abril de 1834 es otro óbice para llevar á cabo un pensamiento, que á poca costa produciría
59
inmensas ventajas. En el centro de unos grandes barrancos sit á 3 leg. de la c. hay una salina de
agua. Estraida de los dos pozos en donde nace, por medio de una máquina sencilla, y depositada en
49 balsas, se convierte en sal á los pocos dias. Por lo común se hacen anualmente de 7 á 8 arrollos,
que en 1847 han dado 5,828 a. Tocando con las balsas está un salero, en que cabe toda la sal que
se fabrica; y en el mismo edificio tienen sus habitaciones el guarda y el encargado de dirigir las
operaciones. La conducción de cada a. de sal desde la salina á Requena cuesta á la empre
sa 46 mrs.
RÍOS Y ARROYOS. El Cabriel toca en algunos puntos los lim. del temí, por la parte S.; el
Olearia ó r. de la Vega, luego que sale de Utiel se dirige al E. fertilizando una hermosa huerta de 3
leg. de longitud; pasa á 1/4 de leg. al S. de la c; vuelve al SE., y en esta dirección continúa hasta
entrar en el reino de Valencia. Antes de llegar á Requena se le unen las escasas aguas de la rambla
de Estenas, las de la de San Antonio y las del regajo de Utiel ó sea rambla de Rozaleme, que hasta
su incorporación marchan todas de N. á S. A poco de pasada la pobl. se le juntan las del regajo de
Reinas, que tiene su origen debajo de la fuente de su mismo nombre, y sigue su curso de N. á S. por
el saliente de la c. cuyas casas toca en el puente de las Ollerías. En Hortunas de Abajo se le incor
poran las de la rambla de Juan Biche, que sale en el cas. de los Pedrones, y corre poco mas de 1
leg. de O. E. Por último, después de meterse en el reino de Valencia, junto al monte Mutraton
recoge el caudal del arroyo Mijares, del que forma parte el de la rambla del Quizal, que principia
en el SE., y continuando su marcha al S. hasta su incorporación. La rambla deAlbósa después de
cruzar por el term. de Venta del Moro, entra en el de Requena por el SO., y siguiendo su curso al
S., recibe á las de la Alcantarilla y Morenos, y con el nombre de rambla Carretera va á perderse en
el Cabriel. En el carrascal de la Vaca, jurisd. de Chelva, principia un pequeño arroyo, que tocando
en el Norte de la de Requena, toma el agua que baja de las Nogueras, Villar de Olmos y Villar de
Salas. Y con ellas el nombre de Reatillo. Todas juntas caminan al E., é inclinándose al NE., mas
adelante van á mezclarse con las del Turia entre Sot de Chera y Chulilla. Otros arroyos pudieran
mencionarse; pero no se nombran porque su caudal, ó no es permanente ó es dema
siado insignificante.
CAMINOS. Los mas principales son los que de esta c. dirigen á la cap. de prov., los cuales
se ponen intransitables en el invierno á causa de las desbordaciones de los r. Moya, Cabriel y
Guadazaon. De mayor interés para esta c. y aun para la mayor parte de la prov. es la carretera
titulada de las Cabrillas, la cual pasa por el centro de la c, cuyo estado es el mas Usongero, sin
embargo de no estar enteramente concuida: los demás caminos que conducen á los pueblos inme
diatos se hallan en mal estado por lo escabroso del terreno.
CORREOS Y DILIGENCIAS. En esta c. hay una adm. subalterna de correos dependiente
de la principal de la prov. que es la de Tarancon, en ella se recibe de Madrid los lunes, jueves y
sábados, y de Valencia los domingos, martes y jueves: hay también una parada de postas sujeta á la
adm. de Valencia.
PRODUCCIONES. Por el año común de un quinquenio se cogen 61,000 fan. de trigo,
24,000 de cebada, 44,000 de las demás camuñas, 2,800 de panizo, 160,000 a. de patatas,
156,000 de vino, 200 de aceite, 450 de cáñamo, 265 de lino, 3,000 de habichuelas, 16,000 de
zanahorias, 570 libras de azafrán; hortalizas mas de las necesarias para el consumo de los vec; se
crian 3,600 corderos, 3,200 cabritos, 4,200 cerdos y 40 muletos. Hay abundancia de caza menor;
no dejan de verse
algunas cabras montesas, corzos, zorras y lobos.
INDUSTRIA. La principal consiste en la agricultura y tejidos de seda; en la primera se
ocupan 400 vec. con sus correspondientes labores, y en la segunda se cuentan 16 fabricantes de
sedas, que sostienen 550 telares de tafetanes, grós y sargas; tres de terciopelos y 36 máquinas de
jacuar; cuatro tintes y 14 tornos, y como cada tinte da ocupación á cuatro personas, cada torno á
cinco y 16 mujeres, y cada telar a un hombre y una mujer ó niño, resulta que en este ramo de ind.
se emplean 665 hombres y 813 individuos entre mujeres y niños; total 1,178 personas. Debe
advertirse que en algunas épocas se paraliza la fabricación hasta el punto de quedar reducidos los
telares que trabajan á la mitad de los indicados; pero como en otras se ponen en movimiento de
60
800 á 900 se Ha tomado un término medio. Hay ademas muchas personas dedicadas á los oñcios y
artes indispensables; 40 molinos harineros, uno de aceite, dos fábricas de aguardiente, una de
jabón y una prensa de fideos y pastas.
COMERCIO. Consiste en la esportacion del sobrante de su ind. agrícola y manufacturera
para Valencia y Castilla, y en la imporacion de algunos art. de consumo para sus fáb., tales como
la seda. Se cuentan 29 tiendas de abacería, y 6 de ropas hechas con otras varias de
comestibles.
FERIAS Y MERCADOS. De las primeras se celebra una en el mes de setiembre desde el
8 al 15, es poco concurrida; también tiene licencia para celebrar un mercado los jueves de cada
semana, pero no hace uso de ella por creerlo perjudicial al vecindario.
POBLACIÓN Y RIQUEZA: 2,616 vec, 10.404 alm., inclusos los 10 barrios de que
hemos hecho mención en otro lugar CAP. PROD.: 35.589,600 rs., IMP.: 1.779.480. El PRESU
PUESTO MUNICIPAL asciende á 38,616 rs. 31 mr., y las rentas con que para atender á estos
gastos cuenta consisten en 6,620 rs., cubriéndose el déficit con los productos del arrendamiento de
puestos públicos, y el déficit por reparto vecinal.
HISTORIA. Se ignora el origen de Requena. Sus primeras memorias la ofrecen bajo la
dominación de los árabes. En 1184 el conde de Urgel cayó en una celada, y fue muerto por estos
junto á Requena. El arzobispo de Toledo la sitió en 29 de octubre de 1219, habiendo estado sobre
ella hasta el 11 dé noviembre, perdió 1.000 hombres, por cuyo motivo tuvo que abandonar la
empresa. No tardó en venir al poder cristiano, corriendo la suerte común del pais. En 1273 los
reyes de Aragón y Castilla se avistaron en Requena para tomar acuerdo sobre la guerra contra
moros y D. Alonso (de Castilla), padeció entonces una grande enfermedad en ella. En cierto 1. sit
entre Requena y Buñol se confederaron el rey de Aragón y el infante D. Sancho, en 14 de setiem
bre de 1279. Este infante en 1281 prometió al rey de Aragón la v. de Requena. En 1347 mientras
que los infantes de Aragón D. Juan y D. Fernando se pusieron al frente de los pueblos alborotados,
su madre residía comunmente en Requena y Cuenca. En 1369, el alcaide de esta v. la entregó al
rey de Aragón, después de la muerte de D. Pedro; pero en el mismo año los capitanes de D. Enri
que la recobraron, echando de ella la guarnición aragonesa. En 1449 talaron los aragoneses la
comarca de Requena, llevándose muchos ganados: los habitantes de esta v. salieron en su persecu
ción y fueron vencidos en 10 de enero de dicho año. En 1470 la dio el rey al marqués de Villena,
«con los derechos del puerto, que son de mucho interés, por estar aquel pueblo á la raya del reino
de Valencia (Mariana) en recompensa de otras pobl. de su pertenencia que dio el mismo rey al
marqués de Santularia. En 28 de agosto de 1706 el archiduque Carlos, dejando el cuerpo del ejér
cito, se dirigió á Valencia por Requena, acompañado del conde de Peterborough. En esta v. esta
blecieron sus almacenes los imperiales. Después de la célebre batalla de Almansa, habiendo
dividido su ejército el duque de Orleans en dos cuerpos, de los que encargó uno á Berwyck, este se
presentó delante de Requena, que le abrió las puertas sin resistirse, quedando prisionera la guarni
ción, compuesta de 400 hombres y su gobernador D. José Iñigo de Abarca. A la una de la tarde del
19 de setiembre de 1835 se dirigió Cabrera desde Utiel contra Requena capitaneando 1,200 hom
bres y 50 caballos, bien instruidos y regimentados, conducidos por Quilez y Forcadell. Guarnecían
solo á Requena los urbanos y un destacamento de caballería; siendo este muy escaso y aquellos sin
armas, á no ser las compañías de granaderos y cazadores. No obstante, estos valientes salieron á
tirotearse con las guerrillas de Cabrera, y defendieron tan decididame la pobl. que los carlistas se
retiraron á Siete-aguas, sin haber conseguido ocuparla; llevándose algunos heridos y dejando siete
muertos en el campo. Mas considerable fue aun la defensa de Requena contra los embates de la
famosa espedicion del carlista Gómez. En 13 de setiembre de 1836 se dirigió este sobre ella con un
total de 7 á 8,000 hombres y dos piezas de artillería. El coronel D. José Albornoz, comandante
militar de la v. y su cantón, con la guardia nacional de la misma y una compañía titulada provisio
nal, compuesta de los enfermos y cansados de varios cuerpos del ejército, consiguió rechazar cuan
tos ataques le dirigieron con grande ostinacion, particularmente al ver que se negaban á admitir la
oferta de que se respetarían las personas y propiedades, si permitía la entrada de las tropas espedicionarias en la v. El 14 se retiraron los carlistas á Utiel con funestos resultados hasta para lo suce61
sivo de la espedicion. Por este hecho de armas concedió el Gobierno de S. M. titulo de ciudad á
Requena. Cabrera volvió sobre ella en marzo de 1837, y desde Utiel la tuvo bloqueada seis dias,
hostilizándola cuanto pudo, y sus tropas se ocuparon en abrasar y destruir los cas. de las
inmediaciones.
Es patria de Fr. Antonio de Heredia, reformador con Santa Teresa de Jesús, de la orden
carmelita; y de D. Diego Garda de Trasmiera, ob. electo de Zamora y autor de varias
obras teológicas.
REQUENA: r. en la prov. de Cuenca (V. Magro).
REQUENA (DE):
salinas en la prov.
de
Cuenca,
part. jud.
y térm. jurísd.
de
Requena.
SINARCAS: v. con ayunt de la prov., aud. terr. y c. g. de Valencia (17 leg.), part jud. de
Chelva (4), dióc. de Segorbe (15). SIT. en terreno llano: la baten los vientos del NE. y O: SU
CLIMA es templado y sano. Tiene 119 CASAS la del ayunt y cárcel; escuela de niños á la que
concurren 27, dotada con 1,100 rs.; otra de niñas asistida por 22 y 700 rs. de dotación; igl. párr.
(Santiago Apóstol) de segundo ascenso, servida por un cura de patronato real y un beneficiado que
presentan el cura, ayunt y parientes: 2 ermitas (San Marcos y San Roque) á corta dist de la pobl.
y un cementerio al E. Los vec. se surten de una fuente que hay inmediata, de buena calidad. Con
fina el TÉRM. por N. con Talayuelas y Tuejar, E. Requena de Castilla; S. Utiel, y O. Aliaguilla:
su estension es 2 1/4 leg. de N. á S; y 1 1/4 de E. a O.: en su radio comprende los cas. del Campo
de las Herrerías, Lurdilla y los Bolobos; algunos montes con pinos, rodenos, carrascos, romeros y
sabinas y una cantera de yeso. El TERRENO es secano, de inferior calidad, bañado en parte por
un arroyo que nace en Talayuelas y que se une luego al r. Turia, sin regar mas que algunas cortas
porciones de tierra en sus marg. Los CAMINOS son locales, en regular estado. El CORREO se
recibe de Utiel por un asalariado. PROD.: trigo, cebada, avena, vino y patatas: mantiene ganado
lanar, cabrio, y hay caza de conejos, liebres, perdices, venados y corzos. IND.: la agrícola, 2 moli
nos harineros, 3 hornos de pan cocer y una tienda abacería. POBL.: 174 vec, 513 alm. CAP.
PROD.: 1.089,696 rs. IMP.: 43,198. CONTÉ.: 10.827.
UTIEL: v. con ayunt en la prov. y dióc. de Cuenca (18 leg.), part jud. de Requena (2),
aud. terr. de Albacete (11) y c. g. de Castilla la Nueva (Madrid 39). SIT. hacia la parte E. de la
prov. y á corta dist del r. Raneta ú Olearia, en una hermosa llanura rodeada de viñedo: SU
CLIMA es benigno, bien ventilado y sano. Consta de unas 1,300 CASAS, que se distribuyen en
37 calles, de las cuales 17 que son ant se hallan empedradas y muy estrechas, y las restantes que
son mas modernas están llanas, anchas y sin empedrar hay 3 escuelas de niños y una de niñas; la
primera de aquellas es de clase superior elemental, cuya dotación consiste en 4,000 rs. el maestro
y, 1,300 el pasante, pagados de los fondos propios; igualmente que otros 1,000 que dan á la maes
tra de niñas a cuya clase asisten 53; ademas hay otras dos escuelas particulares, cuyos maestros no
perciben otra retribución que la que reciben de los alumnos; el número de estos entre las 3 escuelas
es de 230: para surtido de la pob. tiene en su térm. 11 fuentes de regulares aguas, siendo las mas
abundantes las tituladas Alberca y la del Cristal; ademas hay dentro de la v. varios pozos, cuyas
aguas aprovechan para los usos domésticos y aun para beber: la igl. parro. (Ntra. Sra. de la Asun
ción), es un edificio de mucha solidez y de orden gótico; esta servida por un cura de térm. un bene
ficiado y 3 tenientes, uno para la matriz y los otros 2 para los anejos las Cuevas y Corrales:
ademas de las ermitas que hay en cada uno de estos anejos, se encuentra otra en la Sierra de
Negrete 2 horas de dist al N. de la v. con el titulo de Ntra. Sra. de los Remedios. Al estremo E. de
la pobl. hubo un conv. de mercenarios y otro de franciscanos observantes al O. El TÉRM. confina
por N. con el de Chelva prov. de Valencia; E. y S. Requena, y O. Camporrobres: la cabidad del
TERRENO es de 30,735 almudes; por la parte E. S. y O. puede llamarse llano, puesto que solo se
encuentran algunos pequeños barrancos, no asi por el N., por cuyo lado se halla la sierra de
Negrete, que aunque tiene algún terreno cultivable, no por eso deja de ser bastante quebrada: de los
citados almudes que comprende el térm. 2,628 se riegan con las aguas de la fuente de Caudete y de
la llamada Ranera (jurisd. de Talayuelas) y algunos otros manantiales. Lo restante del térm. está
62
destinado á cereales y patatas, 16.107 almudes, 9,000 ocupados por 3.057,000 vides y algunos
olivos, y 3,000 incultos, que no producen sino pastos y monte bajo: los ríos y arroyos que cruzan el
térm. son el r. Olearia o de la Vega, cuya descripción hemos hecho en el lugar oportuno, y el
arroyo titulado de la Rambla de Estenas, que naciendo en la sierra pasa por el E. del pueblo, y á
1/2 leg. de él va á unirse al anterior los CAMINOS son locales y en mal estado y ademas la carretera'de las Cabrillas también pasa por el térm. La CORRESPONDENCIA se recibe tres veces á
la semana de Valencia y de Madrid, cuyos conductores la toman y dejan en la misma pobl. en una
cartería que hay sujeta a la adm. de Requena. PROD.: por un quinquenio se puede decir que se
cojen cada año 41,000 fan., de trigo, 9,200 de cebada, 3,800 de avena, 800 de panizo, 12,000 a.
de patatas, 220 de cáñamo, 380 libras de azafrán, 288,000 a. de vino, 120 a. de miel de mediana
calidad, y las hortalizas necesarias para el consumo de la pobl.: se cria ganado lanar y algún
cabrio, y el número de cab. será de 10,000; y caza de liebres, perdices, conejos y algunas zorras.
IND.: hay 5 fáb. de aguardiente en que se quema la mayor parte del vino que se coge, también hay
3 calderas de jabón y 11 molinos harineros; muchas tiendas de todas clases surtidas perfectamente;
varios especuladores en granos y ganados, muchos arrieros, é infínidad de personas dedicadas á los
oficios indispensables en una pobl. de algún vecindario. COMERCIO: la esportacion del sobrante
de sus productos é industria, é importación de algunos art de consumo diario. POBL.: 1,647 vec,
6,550 aun.: de los primeros solo viven 1,259 en la v., los demás en las diferentes ald. y cas. del
térm.. cuales son las Casas al O, 3/4 de hora, los Corrales á igual dist al SO., las Cuevas hora y
1/2 también al O. con inclinación al N., la Torre, cast del Campo, Cabanas, Estenas y Sierra.
CAP. PROD.: 23.792,960 rs. IMP.: 1.189,648.
Es muy problable la reducción de la ant Putialia de los bastíanos, mansión del Itinerario
Romano á esta villa.
VENTA DE LA CRUZ: venta en la prov. de Cuenca, part. jud. de Requena, térm. jurisd.
de Venta del Moro.
VENTA DEL MORO: 1. con ayunt. en la prov. y dióc. de Cuenca (18 leg.), part jud. de
Requena (4), aud. terr. de Albacete (12) y c. g. de Castilla la Nueva Madrid (37). SIT. á la márg.
izq. del r. Gabriel y al estremo SE. de la prov. en una ligera pendiente: SU CLIMA es poco frío,
bien ventilado y sano. Consta de 262 CASAS de un solo piso, pero apropósito para labradores;
hay escuela de primeras letras cuyo maestro está dotado con 1,000 rs.: al S. y á dist de 120 pies
hay una fuente de que se surten los vec. la igl. parr. (Ntra. Sra. de Loreto) es aneja a la de San Sal
vador de Requena, y está servida por un teniente nombrado por el cura párroco de aquella; en los
cas. de Jaraguas, Casa de lo Alto, Casa de los Marcos y casas de la ribera del Cabriel se encuen
tran otras tantas ermitas. El TÉRM. confína por N. con Caudete y Fuenterrobres; E. Requena, y
S. y O. r. Cabriel'. de la gran estension que tiene este terreno y en particular por S. y O. solo se cul
tivan 21,000 almudes por ser muy escabrosos y mas principalmente por las vertientes del Cabriel,
el cual baña una gran porción asi como otros varios arroyos que por él cruzan, sirviendo para regar
algunas huertas; hay bastante terreno plantado de viñas y olivos, y lo demás inculto está poblado
de pinos que solo sirven para quemar, mata parda, romero, sabinas y otros arbustos: los CAMI
NOS son locales y en mal estado, la CORRESPONDENCIA se recibe de Villargordo del Cabriel
dos veces á la semana. PROD.: trigo, cebada, centeno, avena, escaña, vino, aceite, azafrán, pata
tas, lino, cáñamo, miel y las hortalizas necesarias para el consumo, y frutas: se cria ganado lanar y
cabrio, y alguno de cerda; caza de liebres, conejos, perdices, cabras montesas, corzos y lobos, y
alguna pesca. IND.: la agrícola, una fáb. de jabón, otra de aguardiente y 2 molinos de aceite: 2
tejedores de lienzos vastos y telas del pais y demás oficios indispensables. COMERCIO: la venta
de los productos sobrantes é importación de algunos artículos de consumo diario. POBL.: 360 vec.
1.132 alm. CAP. PROD.: 3.189,980 rs. IMP.: 159,400: el PRESUPUESTO MUNICIPAL
asciende á 3,000 rs. y se pagan con el prod. del arrendamiento de pastos y otros arbitrios.
VILLARGORDO DEL CABRIEL: v. con ayunt en la prov. y dióc. de Cuenca (18 leg.),
par. jud. de Requena (5), aud. terr. de Albacete (12) y c. g. de Castilla la Nueva (Madrid 36). SIT.
á la márg. izq. del r. Cabriel y en la conclusión de sus vertientes, en una pequeña llanura entre los
puentes de Pajazo y Contreras: SU CLIMA es poco frió, bien ventilado y sano. Consta de 175
63
CASAS, por lo regular de un solo piso y reducidas, las calles anchas, rectas y llanas; una pequeña
plaza, en cuyo centro se ve una casita destinada á cubrir el pozo del común, cuyas aguas aunque
abundantes, no agradan tanto al vecindario como las de otros dos que hay en las posadas, de las
cuales se surten, y al SO. 1/2 leg. de la v. se encuentra la fuente del Buitre, que riega las huertas de
Peraleja, y 1,500 varas mas habajo hacia el Cabriel está la de los Arrieros; otras 3 ó 4 en el térm.,
que solo sirven de abrevaderos á los ganados; la igl. parr. (San Roque) es eneja de la de Sta. Mana
de Requena, y está servida por un teniente nombrado por el cura de su matriz. El TÉRM. confína
por N. con el de Mira, Camporrobres y Fuenterrobres; E. y S. Venta del Moro, y O. r. Cabriel,
linea divisoria de esta v. y las de Minglanilla y la Pesquera: la cabida del terreno que se cultiva es
de 1,400 almudes, el resto está destinado para pastos: el lado N., O. y S. es tan quebrado que ape
nas se ha reducido á cultivo una sesta parte, las otras 5 solo producen pinos y monte bajo; á escep-
cion de las huertas nada de este terreno puede calificarse de bueno; también hay en el térm. como
unos 100 almudes plantados de viñas y olivos, y en las huertas perales y moreras bastante produc
tivos. Al NO. de la pobl. y á dist de 1/4 de hora y en el centro de un barranco, hay una salina de
agua, perteneciente á la Inacion, que consta de 121 balsas, que se llenan con el agua de 4 depósitos
que se han construido en los mismos parajes en que nace: se fabrican anualmente cerca de 6,700 a.
de sal, quizás de la mejor en su clase y de la mas blanca. En la misma salina existe un buen alma
cén, donde pueden conservarse 3,000 fan. de sal, y una casa que sirve de habitación al encargado.
El r. Cabriel ya citado corre por su térm. y abunda en pesca aunque de mala calidad. LOS CAMI
NOS son locales y malos; también pasa por el térm. la carretera de Madrid á Valencia denominada
de las Cabrillas: la CORRESPONDENCIA se recibe en la cartería de esta v. sujeta á la adm.
subalterna de Requena todos los jueves, lunes y sábados de Madrid, y martes, jueves y domingos
de Valencia; hay parada de postas con obligación de correr por una parte hasta Minglanilla, y por
otra hasta Caudete. PROD.: trigo, cebada y demás cereales, vino, aceite, seda, miel, azafrán y
algunas legumbres: se cria ganado lanar y cabrio; caza de liebres, perdices y conejos, y alguna
pesca. IND.: la agrícola, un molino harinero y los oficios indispensables á aquella. COMERCIO:
la venta del sobrante de sus prod. y la importación de algunos art POBL.: 116 vec. 464 alm. CAP.
PROD.: 1.558,160 rs. IMP.: 77,903. El PRESUPUESTO MUNICIPAL asciende á 6,534 rs., y
se cubre con el producto de las fincas de propios.
VILLAR DE TEJAS: cas. en la prov. de Cuenca, part jud. y térm. juris. de Requena.
64
DESARROLLO URBANO DE REQUENA
por
Juan Piqueras Haba
LAS RAICES DE UNA CAPITAL COMARCAL
La ciudad de Requena en sus orígenes, que corresponden al actual barrio de la Villa, está
asentada en una plataforma de toba caliza que se levanta entre 6 y 12 metros sobre el resto del gla
cis que desciende del anticlinal jurásico de Juan Navarro al río Magro. La erosión de las aguas ha
dado lugar a sendos escarpes por los lados oriental (regajo de Reinas y fuente de Bernate) y occi
dental (fuentes de Peral, Pino y Pilas). Orientadas de NE a SW, la toba cubre una longitud de 420
m. una anchura máxima de 160 m. a la altura de la calle Somera de Arriba y otra mínima de 50 m.
a la altura de la Placeta del Pozo. Los barrios de Las Peñas y de La Loma, aunque posteriores,
nacieron sobre otras tablas tobáceas que, por lo demás, han servido como techo para viviendas tro
gloditas y bodegas'".
Dentro del Altiplano de Requena, enmarcado por las sierras de Utiel, Juan Navarro y el
Tejo, por el NE; por las de Malacara y Martes, al E, y por el inmenso arco que describe el río
Cabriel por los lados S y W, la posición de la ciudad, rodeada por las más copiosas fuentes de toda
la comarca, factor muy importante a la hora de elegir el lugar para el poblado, controla el inicio de
uno de los pasos naturales que comunica las tierras de la Meseta con el litoral valenciano y la
huerta del Tuna, por el llano del Rebollar y el paso de las Cabrillas. El otro paso, menos acciden
tado pero más largo, es por el valle de Montesa y lo controlan Xátiva y Almansa'2', siendo esta
última rival de Requena cuando la existencia de aduanas entre los reinos de Castilla y Valencia.
Desde esta posición Requena controlaría además los caminos que fueron apareciendo sucesiva
mente hacia Almansa y Alicante, por los valles de Ayora y del Vinalopó; hacia Albacete y Cór
doba, por el Cabriel; hacia Cuenca y Madrid, por el Pajazo o Camporrobles; hacia Aragón, por
Moya; hacia Llíria y Segorbe, por la fosa tectónica del Reatillo.
No se puede definir una ciudad sin tener en cuenta sus funciones, aunque aquí sólo nos limi
taremos a hacer algunas cortas referencias. Requena nace con una función viaria, de la cual quedan
múltiples testimonios en el trazado urbano, ya que sus principales calles o ejes en cada período de
la historia han correspondido a los sucesivos trazados del camino entre la Meseta y Valencia. Asi
se puede apreciar en la calle del Rosario, musulmana; en las del Carmen y Botica, correspondien
tes al período medieval cristiano; en la del Peso, durante los Austrias, y en la de San Carlos, con la
carretera de las Cabrillas desde su inauguración en 1847 hasta mediados del presente siglo, en que
se realizó el desvio de la carretera. La función viaria ha sido más o menos importante según el
volumen de intercambios comerciales y humanos entre el interior y la costa. Tras la conquista cris
tiana reforzará esta función la creación de la Aduana y Puerto en la línea fronteriza entre Castilla y
Valencia, al tiempo que se acrecentará la función defensiva o militar que ya había adquirido tras la
(1) I. G. M. E., Mapa geológico de España. 1:50.000. Madrid, segunda serie, 1973, hoja y memoria explicativa núm.
720, Requena Según la memoria explicativa, el asentamiento de la ciudad seria sobre un travertino en relación con un
potente manantial mesozoico.
(2) Ambas ciudades han sido objeto de estudios por parte de A. López Gómez, «Játiva: la ciudad y su huerta», Saitabi,
L XVI, 1966, pp. 167-189, y R. Piqueras Garda, «Almansa. Desarrollo Económico y urbano», Cuadernos de Geografía.
16, Valencia, 1975, pp. 41-63.
65
disgregación del Califato en taifas'3'.
Otra función a tener en cuenta sería la importancia como centro de una comarca o esfera de
influencia'4', especialmente si la ejerce sobre una zona rural y si esa relación es de tipo comercial.
Dicha función está en la base de toda ciudad y puede ser catalogada como consustancial al hecho
urbano, desempeñando un papel primordial la posición de centro-mercado, cuyo valor cuantitativo
depende del alcance de sus conexiones con el territorio circundante0'. La posesión legal de un mer
cado desde finales del siglo XV, y feria desde posiblemente mucho antes, hubiera valido ya en
aquella época para definir virtualmente a Requena como una ciudad. Mientras existió la división
territorial entre los reinos de Castilla y Valencia, Requena, parte del primero, detentó la capitali
dad de una extensa área, ya que no muy poblada, que se prolongaba al W del rio Cabríel, por tierra
de la actual provincia de Cuenca. Hoy sigue ejerciendo su influencia, aunque compartida la capita
lidad con Utiel, habiéndose extendido su área de influencia a tierras del antiguo reino de Valencia,
como Sinarcas, Chera y Valle de Ayora.
LA CIUDAD MUSULMANA
Aunque los hallazgos arqueológicos, conservados en el Museo Arqueológico Municipal,
permiten asegurar un poblamiento ibérico, una intensa romanización y una ocupación visigótica,
ninguna de estas tres culturas ha dejado restos urbanos, probablemente destruidos por edificacio
nes posteriores, en el solar que hoy ocupa la ciudad. Hemos recogido restos de cerámica ibérica y
medieval incrustados en la argamasa de los muros del castillo y de la cerca meridional; puesto que
la construcción de los muros se realizaba aprovechando el material más próximo, es de suponer
que bajo el actual barrio de la Villa hubo un poblamiento ibérico.
Sin embargo no hay dificultad en identificar el recinto musulmán, puesto que se puede
seguir casi en su totalidad la cerca murada jalonada con torres, a pesar de que una y otras se
encuentran en muchos casos ocultas a la vista exterior por los edificios adosados a las mismas. El
levantamiento del plano de esta cerca nos ha permitido dilucidar en parte el desarrollo urbano del
barrio de la Villa, en contra de la opinión local tradicional. En efecto, Herrero y Moral, que escri
bió a finales del XIX, suponía que el núcleo musulmán primitivo debió estar en el extremo meri
dional de la toba, en torno a la iglesia de San Nicolás —que él identifica como la mezquita
árabe—y las calles Somera de Arriba y Somera de Abajo. Abundando en su teoría, el muro que va
desde la angostura de Santa María hasta la puerta del Ángel serviría de cierre septentrional a dicho
núcleo y el Palacio del Cid habría sido edificado en el siglo XV sobre el primitivo alcázar musul
mán, en el que debió alojarse Rodrigo Díaz de Vivar a finales del XI*6'. Herrero se dejó llevar por la
antigüedad de la iglesia de San Nicolás, de finales del XIII, y por el fenómeno de que en esta zona
se hallen los edificios más antiguos, además de la presencia de adarves, algorfas y arcos musulma
nes, no tan abundantes en el resto de la Villa, sin pensar que ésta pudo ser objeto —como de hecho
lo fue— de una reforma posterior a los musulmanes.
La misma configuración topográfica de la toba, con un desnivel de 29 m. entre la zona del
castillo y la iglesia de San Nicolás, hace sospechoso que una ciudad musulmana, que a la hora de
ser construida tiene muy en cuenta el factor defensivo, quedara enclavada en la parte inferior de la
cuesta. Por otro lado, y este argumento lo consideramos más convincente, un examen del plano
actual y de la fotografía aérea deja ver enseguida que la calle del Rosario, paralela a la muralla
meridional, presenta forma arqueada con su parte convexa hacia San Nicolás, y la parte convexa
(3) Desde el año 1021 Requena marcó la divisoria entre los reinos taifas de Valencia y Toledo, formando parte del pri
mero, excepto en el período 1065-1076, en que perteneció al de Toledo. M. Sanchis Guarner, Hostería del País Valencia,
I, «Época musulmana», Valencia, 1965, pp. 306-336.
(4) Chabot, Georges, Las ciudades, Barcelona, 1972, p. 154, y Johnson, James, Geografía urbana, Barcelona, 1974,
p. 123.
(5) Teixidor de Otto, María Jesús, Funciones y desarrollo urbano de Valencia, Valencia, 1976, p. 14.
(6)
Herrero y Moral, Enrique, Historia de las tres veces muy leal, dos veces muy noble, y fidelísima ciudad de
Requena, Valencia, 1890, p. 17.
66
suele ser siempre la exterior. Un recorrido por el interior trasero de las casas con números pares de
dicha calle permite descubrir que el muro que aparece en el arco del Ovejero y en la angostura de
Santa María tiene en realidad más de 180 m. de longitud y conserva adosadas a él hasta siete
torres que avanzan todas ellas hacia lo que Herrero suponía núcleo primitivo. Es evidente que
estas torres no defendían el lado meridional, sino el septentrional, ya que, además, los muros
siguen luego hacia el N buscando, por un lado, la puerta y torre del Cristo y, por otro, la iglesia de
Santa María, dirigiéndose por ambos lados hacia el castillo en el extremo septentrional de
la toba.
mt
A
E B
— C
.- O
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
Torre
Mayor
Torre san Julián
Arte Mayor de la seda
callejón de Segura
el salvador
T Ruis
Concejo
Puerta del Cristo
casa de a Teresa
santa María
i? del Ángel /
judería
13 palacio del Cid
14 t. Horno de la Purísima
15 X y Arco del Ovejera
15 san nicola*s
REQUENA
CIUDAD
MUS
■SCALA
SO
100
Requena. Plano del recinto musulmán (siglos X-XIII). A: Muralla y torres en pie. B: Muralla
derruida. C: Cerca del Arrabal de San Nicolás. D: ídem, derruida.
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En ese caso el barrio de San Nicolás debió ser un arrabal que, al alcanzar cierta extensión,
fue rodeado por una muralla nueva, manteniéndose la antigua cerca medianera en la que se abrie
ron puertas o arcos de comunicación como el del Ovejero, todavía en pie, los de la Purísima y
Santa María, ya desaparecidos, y la misma puerta del Ángel, si es que ésta no era una puerta origi
nal del primer recinto murado. Precisamente la cerca murada, ya que no la trama de sus calles, era
lo único que los musulmanes planificaban en su trazado, aditamentos y puertas'7*, y ello nos va a
permitir reconstruir la Requena musulmana, por lo menos en lo que a su perímetro se refiere.
LA ALCAZABA
Toda ciudad hispano musulmana se componía de tres elementos fundamentales; alcazaba,
medina y arrabales'8'. La alcazaba ocupaba la parte más elevada, estaba defendida por torres y
muros y era la sede del príncipe o señor de la comarca. Por otro lado, se ubicaba siempre en la
periferia de la cerca general y algo distanciada del resto de la ciudad, para protegerse no sólo del
enemigo exterior sino también del de intramuros. La alcazaba de Requena se levanta en el extremo
N de la cerca y de la toba, en la zona más elevada (690 m.). Su puerta principal, flanqueada por
dos torres, mira hacia la ciudad, aunque hoy sólo es visible desde la plaza de Armas, ya que por el
exterior se halla oculta por las casas adosadas al muro. La construcción de la alcazaba está catalo
gada como anterior al siglo XI"", probablemente durante el período califal. Actualmente han desa
parecido los muros y torres que miraban hacia el N (calle del Peso), aunque por este lado los
muros no debieron ser tan potentes, ya que se contaba con la defensa natural que es el desnivel de
12 m. en cortado que hay entre el piso del castillo y la actual calle del Peso. En el lado S queda un
lienzo de muralla de tierra de casi SO m. de longitud, 2 de anchura y 15 de altitud, sobre el que
sobresalen las dos torres de la puerta, también de tierra pero reforzadas en sus esquinas con pie
dras de sillería y ladrillos. En el extremo occidental del muro hay un montón de tierra, lo que
queda de un antiguo torreón derruido. Independientemente del resto de la alcazaba, protegiendo la
subida por la cuesta del Castillo, está la torre mayor, reconstruida totalmente de sillería durante el
siglo XV y comunicada con el resto mediante un puente levadizo ya desaparecido.
LA MEDINA Y SU CERCA
Delante de la alcazaba se abría un espacio libre que corresponde hoy a la plaza del Castillo
y a las casas que hay entre ésta y la plaza de Armas. La medina vendría a comenzar donde hoy ter
mina la plaza del Castillo, siempre siguiendo la pendiente abajo de la toba, y terminaría en la mura
lla que corre paralela a la actual calle del Rosario, la mezquita, que generalmente quedaba en la
calle principal de la medina y hacia la mitad de la misma, no sabemos exactamente dónde estuvo,
pero todo parece indicar que debió ser a la altura de la actual iglesia de Santa María, a la mitad de
la calle del mismo nombre y junto a la puerta de Fargalla, que mira hacia el oriente. A pesar de la
profunda remodelación de que fue objeto la antigua medina en la época de los Austrias, el callejero
musulmán puede ser reconocido en los adarves'10' de la Placeta del Pozo, en el callejón de Segura,
cubierto por una magnífica algorfa, en los callejones de Poblete y la plaza de la Jorra o en el quie
bro que da la calle de Marinieves para seguir paralela a si misma.
Numerosos son los balcones enrejados, derivados de los ajimeces o celosías musulmanas,
mientras que el intento de ampliar el espacio habitable de los pisos superiores mediante tornajuntas
(7) Roselló Verger, V. M., y Cano García. G. M., Evolucióm urbana de la ciudad de Murcia (831-1973), Murcia,
1975, p. 28.
(8) Torres Balbás, Leopoldo, Ciudades hispano-musulmanas, Ministerio de Asuntos Exteriores, Instituto HispanoÁrabe de Cultura, t I, s. a., p. 127.
(9) Paz y Espejo, Julián, «Castillos y fortalezas del Reino», Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, XXVII, 1912,
2, p. 443.
(10) Adarve: en árabe la palabra «darb» significa calle o callejón, casi siempre sin salida, con una o varias puertas para
su cierre. Adarve sifnifícó en castellano desde el siglo XII al XVI muro o muralla: más tarde se reservó únicamente al estre
cho paso que va por encima de la muralla y protege el parapeto almenado, Torres Balbás, L. op. cífc, p.369,
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o jabalcones de madera se puede apreciar en el callejón de Segura, la calle de la Cárcel o
en la de Piñuelo.
La cerca, más débil en las zonas E y W, en donde el desnivel del terreno servia ya como
defensa natural, casi ha desaparecido totalmente entre la torre mayor del Castillo y la puerta del
Cristo (mirando a Cantarranas), así como entre la plaza de las Almenas y la puerta de Fargalla,
pero entre esta puerta y la del Cristo se mantiene casi completo. A la altura de las casas números
37 y 39 de Santa María existen dos torres, que protegían la puerta de Fargalla, visibles única y
parcialmente desde extramuros. Entre ambas casas se descubre el arranque del muro hacia el W.
La destrucción de unas casas en el otro lado de la calle hace totalmente visible tanto el muro como
una de las torres; cruza la calle de la Purísima; tiene una torre a la altura de los números 12 y 14 de
la calle del Rosario, a partir de la cual falta un trozo de muro que se arruinó en 1934; aparece de
nuevo en el arco del Ovejero, en donde hay otra torre; desde allí a la puerta del Ángel aparece otra
(número 21 de la plaza de la Jorra y 8 de la calle del Ángel); en la misma puerta hay una tercera
torre, tras la cual el muro gira hacia el N buscando la de la puerta del Cristo, antes de llegar a la
cual hay que contabilizar una torre más. En total, contando la del Cristo, son nueve torres, todas
ellas de tres pisos, construidas de tapial, como los muros, aunque unos y otras presenten una espe
cie de zócalo mampuesto de 1*30 m. de altura. El grosor del tapial es siempre, en muros y torres,
de 135-140 cm. La altura de la muralla oscila entre los 9 y 10 m., mientras que las torres parece
que fueron de la misma altura. Cada torre avanza unos 5 m. de la muralla y tiene un
frente de 6'5 m.
La fábrica de la cerca puede darnos una pista para conocer su datación. Normalmente dicha
fábrica estaba en función del material existente al pie de la obra, pero también de los recursos eco
nómicos de las gentes que los levantaban y de la moda militar dominante en cada período. En el
caso de Requena pudo haberse empleado tanto la tierra como la toba, pero sus constructores prefi
rieron el primer elemento formando una argamasa en la que incluían, además de barro, cal, piedras
pequeñas y casquijo de adobes y cerámicas. El empleo de tapial es propio del período califal, aun
que se generalizó en el siglo XII con los almorávides y siguió luego con los almohades y los naza-
ries"". El supuesto de que la cerca general no pudo ser posterior a la alcazaba (la arquitectura y
materiales son los mismos) y la aparición de una segunda cerca en torno a un arrabal, que por
necesidad no puede ser posterior al siglo XII, nos induce a pensar que dicha cerca fue levantada
durante el período califal, entre los siglos VIII al XI.
EL ARRABAL DE SAN NICOLÁS
Respecto al arrabal que se extendió por la parte meridional de la toba y que ya estaba cer
cado cuando Requena fue atacada por Ximénez de Rada en 1219, sus defensas artificiales, apoya
das por el desnivel del terreno, son más reducidas que en la medina. Las torres de Montijana y
Grande (esta última ya desaparecida) fueron reconstruidas en el siglo XV. La de Montijana es de
forma redonda, construida de manipostería y con basamento de sillería, y la protege una sitara de
sillería y ladrillo. La puerta de Alcalá, en recodo, denota origen musulmán. Algunos adarves como
los que salen de la Somera de Arriba, y el callejón de Paniagua, el de Cantero y el de la Cortina,
así como los quiebros de la calle de Santa María denuncian un trazado musulmán, si bien las calles
Somera de Arriba y Somera de Abajo, con la plaza de San Nicolás entre ambas, forman un con
junto rectilíneo y cuadriculado propio de ciudades cristianas posteriores a la conquista (casos de
Vila-real y Castellón), lo que nos hace suponer una reforma de este barrio en el siglo XIV o XV,
siendo el Palacio del Cid (siglo XV)
el edificio que parece debió marcar tal
reforma
urbana.
LAS PUERTAS
La puerta es un elemento de la ciudad que adquiere un carácter decisivo con los musulma-
(11) Torres Balbás, L., op. ciL, p. 561.
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nes. No era una simple entrada, sino que venía a significar la separación radical entre el campo
abierto y el espacio interior, entre el peligro y la seguridad, entre lo público y lo privado. De las
puertas arrancaban los caminos hacia las ciudades populosas de las que con frecuencia recibían el
nombre. De los nombres actuales sólo recuerda la toponimia árabe la de Alcalá, que marca el ini
cio del camino de Alicante y que seguramente está en relación con el puente sobre el río Magro que
hay en dicho camino a menos de un kilómetro de Requena. Otra puerta, la de Fargalla, marcaba el
inicio del viejo camino de Valencia, pero su nombre recuerda más bien la toponimia mozárabe y
estaría en relación con alguna antigua forja.
La puerta musulmana solía ser doble; una primera daba paso a una pequeña plaza o patío
de armas, en donde solía estar la guardia, y la segunda daba acceso a la ciudad. En su interior for
maba a veces uno o varios recodos, disposición heredada de la arquitectura militar bizantina, para
dificultar el acceso del asaltante. El recodo rara vez fue empleado en las urbes cristianas medieva
les. Al igual que la puerta de Alcalá, las de Cristo y de Fargalla son también en recodo, si bien en
esta segunda no se aprecia a simple vista por hallarse velada por edificaciones adosadas a
la misma.
El conjunto murado musulmán comprendía a finales del XII el espacio que hoy ocupa el
barrio de la Villa, con una extensión de 4'7 Ha., a la que correspondería una población aproximada
de 1.600 habitantes, si aplicamos el patrón de 348 habitantes por Ha. ya clásico en los tratados de
ciudades hispanomusulmanas"21. Tal número de habitantes no difiere mucho del actual, ya que en
ese mismo recinto habitan 1.443 habitantes. Si la comparamos con otras ciudades de Al-Andalus,
Requena se aproximaba mucho a la población de Elx, que era de 1.750, pero quedaba muy por
tras de las grandes aglomeraciones urbanas del momento, como eran Valencia y Murcia, con
15.000 y 14.000 habitantes respectivamente"51.
DE LA CONQUISTA CASTELLANA A LOS REYES CATÓLICOS
A fínales del siglo XII Requena se había convertido en plaza fronteriza entre el reino
musulmán de Valencia, al que pertenecía desde la disgregación del Califato, y el de Castilla. La
caída de Cuenca en 1177 y la de Moya, «llave de Requena» según el-Edrisi, en 1181, la situaba en
primera linea frente al peligro castellano, por lo que sus defensas fueron reforzadas a cargo de los
de Valencia, englobando también el arrabal de San Nicolás. En otoño de 1219, el arzobispo de
Toledo, Ximénez de Rada, fracasaría en su intento de conquistarla a pesar de que atacó «con
almajaneques et con delibra e derribaron torres e azitaras e antemurales»"4'.
Se desconoce la fecha de la conquista definitiva, que muy probablemente se limitó a una
ocupación pacífica tras la caída de Valencia en 1238; el caso de que, tras un breve litigio jurisdic
cional entre Jaime I y Alfonso X, Requena quedaría formando parte del reino de Castilla y fron
tera con el de Valencia. Este carácter fronterizo deteminaría sus funciones, conservando y viendo
reforzadas sus murallas y castillos, y pasando a ocupar un importante papel aduanero en las rela
ciones comerciales entre ambos reinos, sobre todo con la concesión del Puerto Seco y Almojari
fazgo por Alfonso X en 1264"5). La economía del Altiplano requenense, como la de Castilla, se
convirtió en ganadera, y el ganado, la lana y el trigo fueren los tres principales productos que coti
zaban en su Puerto Seco, camino de Valencia. La aduana, instalada junto al regajo de Reinas, a la
altura del puente de Santa Cruz, daría origen a un caserío que ya a fínales del siglo XIII aparece
con el nombre de «Ollerías viexas» y que hoy sigue llamándose de «Las Ollerías».
(12) Torres Balbás, L., Extensión y demografía de las ciudades hispanomusulmanas, Studia Islámica, III (19SS), pp.
33-59.
(13) Gonzálvez Pérez, Vicente, La ciudad de Elche, Valencia, 1976, p. 36; Sánchez Guarner, Manuel, La ciutal de
Valencia, Valencia, 1973, p. 56; Reselló Verger, V. M., y Cano Garda, G. M., op. c/fc. p. 44.
(14) Anales Toledanos, Primeros, Crónicas latinas de la Reconquista, edición de Ambrosio Huici Miranda, Valencia,
1913, vol. I, p. 353.
(15) Herrero y Moral, E., op. cil, p. 64.
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El camino de Valencia, entre el puente de Santa Cruz y la puerta de Fargalla, habría de
convertirse pronto en lugar preferible para nuevas edificaciones. Cerrada la puerta de Fargalla y
abierta una nueva entrada por la cuesta de las Carnicerías, ya en el siglo XV, el citado camino se
había convertido en una larga calle compuesta por las actuales de Caracuesta, Carmen, Botica y
Cuesta de las Carnicerías o de San Julián.
La judería, buscando la vida comercial, se instaló en tomo a la calle de la Botica, al pie de
la muralla y protegida por la torre de San Julián, dando lugar a calles como las de La Cava,
Médico Pavón y Picazo de Narrica, cuyos apellidos denotan su ascendencia hebrea. El camino de
Valencia, desde la entrada a la Cuesta de las Carnicerías, se desdoblaría hacia la puerta de Alcalá,
por debajo de los Huertos y en extramuros, para enlazar con el camino de Alicante. El carril prin
cipal entraría por las Carnicerías, pasaría por delante de la iglesia del Salvador, siguiendo por Los
Casares y saliendo hacia Castilla por la puerta del Cristo. Los actuales subterráneos de la plaza de
la Villa, a semejanza de los manchegos, sirvieron de silos o almacenes de trigo, en donde cargaban
las acémilas y bueyes que hacían el trayecto de Requena a Valencia.
DESARROLLO URBANO EXTRAMUROS
En la Baja Edad Media el crecimiento fuera de las murallas musulmanas se concentró en
dos puntos. La vía comercial en la salida hacia Valencia, que no hacia Castilla, daría origen al
actual Arrabal, habitado por comerciantes judíos, arrieros, herreros, mesoneros y frailes. Más
hacia el N y fuera de toda vía comercial, los moriscos expulsados de su antiguo recinto amurallado
se agrupaban en una elevación salpicada de peñascos, el barrio de «Las Peñas».
El Arrabal.— Entre los siglos XIII y XV el Arrabal se limitó casi exclusivamente al barrio
judío, agrupado en torno a la Botica y a la calle del Carmen. Esta calle recibiría el nombre del con
vento o monasterio de Santa María del Carmen de Requena, edificado al final de la cuesta que
sube desde el puente de Santa Cruz y cuya fundación se atribuye al infante Alfonso de la Cerda y a
su esposa Mafalda de Narbona"6', estando catalogado como el primero de las dos Castillas"7'. Sus
primeras obras datan de finales del siglo XIII, si bien experimentó diversas ampliaciones en siglos
posteriores. Frente al monasterio, movido por el agua de la acequia de Rózateme, sería construido
el Molino del Carmen; a poca distancia, y marcando la salida hacia Valencia, las herrerías. Entre
el edificio del Carmen y el barrio judío, contribuirían a la configuración de la calle el Hospital y la
Posada de los Frailes, ambos del siglo XIV, y el Mesón del Conde Ibangrande, algo posterior. De
los mismos años es también la calle del Burdel, a espaldas del convento del Carmen, ya
citada en 1417(l8>.
Las Peñas.— Las eras y corralizas de las Peñas de San Sebastián, lugar de moriscos, apa
recen citadas, según Bernabeu, hacia comienzos del siglo XIV. La topografía sobre la que se
asienta es una toba semejante a la del barrio de la Villa, estrecha y alargada de N a S. Entre la
ermita de San Sebastián y el estrecho de las Arenas, y desde el callejón del Piojo hasta la calle de
las Bodegas el callejero típicamente musulmán es todavía reconocible por sus adarves o callejones
sin salida como el de la Era.
REFORMA INTRAMUROS
En principio, los cristianos que ocupaban las ciudades musulmanas siguieron respetando su
callejero angosto y retorcido, así como los salidizos, arquillos y ajimeces. Solamente en los casos
de nuevas fundaciones, como Vila-real o Castellón, en la Plana, se adoptaron desde el principio los
(16) Archivo Municipal de Requena, Acuerdos de 1757, Col. 35.
(17) Porteño, B., Memoria de las casas notables que tiene la Ciudad de Cuenca y su obispado, s. a.
(18) Pleito
del Burdel,
manuscrito
de
1417
perteneciente
a
la
colección
particular de
Pérez
Carrasco
(Requena), II, 3.
71
planos en cuadrícula, con calles y plazas rectilíneas. Sin embargo, en la segunda mitad del XIV
cierto aire renovador procedente de Italia comenzaba a introducirse en la Península precisamente
por Valencia. Francesc Eiximenis (1325-1409) dedica uno de los capítulos de su obra enciclopé
dica Lo Crestiá a «Quina forma deu haver ciutat bella i de be edificada», abogando por el trazado
rectilíneo de las calles y la creación de una gran plaza, a imitación de las ciudades renacentistas
italianas, antecedente de la «plaza mayor» castellana. A esta concepción responden los trazados
de las calles Somera de Arriba y Somera de Abajo, así como la plaza de San Nicolás, abiertas en
el centro del primitivo arrabal musulmán sobre un callejero anterior a la conquista como lo atesti
guan los callejones y adarves que todavía perduran. En la calle Somera de Arriba destaca el «Pala
cio del Cid», levantado en el siglo XV siendo el estilo gótico. Las calles de la Purísima, Collado,
parte de la de Marinieves y la misma plaza de la Villa responden igualmente al planteamiento rena
centista, aunque su trazado o remodelación sean ya de la época de los Austrias. La calle de Mari-
nieves, esquina con la del Cristo, conservó hasta hace poco un azulejo en el que rezaba la fecha de
su apertura, siglo XVI.
Las iglesias.— Las tres iglesias del barrio de la Villa fueron construidas entre los siglos
XIII y XVI, si bien más tarde sufrirían notables ampliaciones. La iglesia de San Nicolás, en el
extremo meridional de la Villa, fue consagrada poco después de la conquista cristiana, ya que en
las paredes de la capilla mayor estaban pintadas las armas del obispo de Cuenca, Gonzalo Gudiel,
que regentó su diócesis hacia 1275. Fue ampliada en 1459, 1553 y 1585. De comienzos del XVI
era su portada gótica, similar a las que se contemplan en el Salvador y Santa María, pero en 1706,
durante la Guerra de Sucesión, las tropas austracistas de Peterborough bombardearon la ciudad,
adicta a Felipe de Anjou, y destruyeron totalmente la fachada, resultando tan dañado el resto de la
iglesia que todo el edificio fue reconstruido entre 1721 y 1727, conservando únicamente su planta
románica de transición y adquiriendo una arquitectura superior neoclásica.
La iglesia gótica de Santa María fue levantada a comienzos del siglo XIV sobre otra ante
rior dedicada a Nuestra Señora del Pópulo y que probablemente había sido antes mezquita musul
mana. Su portada gótica, declarada monumento nacional, es de comienzos del XVI y la protege un
alero construido en 1536. Su única nave fue ampliada entre 1730 y 1734 y cubierta con adornos
neoclásicos, destacando la azulejería de su zócalo.
La iglesia arciprestal del Salvador, también de estilo gótico, consagrada a comienzos del
XIV, estuvo dedicada en un principio a Santa Bárbara. La composición de su forma actual empezó
en 1380 y se concluyó en 1533, según reza en la imagen del apóstol San Andrés, en la portada de
su fachada principal. El interior consta de tres naves, revestidas de barroco a comienzos del XVIII
por el maestro Juan Pérez Castiel. La torre, de mediados del XVI, fue reconstruida en 1636, dán
dole tanta altura que se derrumbó en 1779 y destruyó parte del templo, volviendo a ser restablecida
en 1781"91.
La ermita de San Sebastián estaba ya levantada a mediados del XIV, si bien sufriría luego
varias ampliaciones, especialmente en el XVIII.
Las cercas de defensa.— La Baja Edad Media, hasta el advenimiento de los Reyes Católi
cos, se caracterizó por las luchas fronterizas y por las disputas internas entre nobleza y monarquía.
Tales trastornos políticos dieron pie a que la Aduana y el Puerto Seco tuvieran que ser cerrados en
más de una ocasión; en 1419, debido a las luchas contra los valencianos, fueron cerrados, en bene
ficio de los de Almansa, la otra ruta de mercancías entre el interior y Valencia. La gestión de unos
judíos hizo posible que esta fuente de ingresos no fuera suprimida totalmente, consiguiendo que por
lo menos se pudiera cobrar cierto peaje. La reapertura definitiva no tendría lugar hasta 1456. La
plaza de Requena, villa real, sería pieza apetecida por aragoneses y nobles castellanos. Entre 1370
y 1374 estuvo ocupada por los aragoneses que habían derrotado a Enrique de Trastámara en su
guerra contra Pedro el Cruel. La derrota de este segundo y el hecho de que Requena hubiera defen-
(19) Bernabeu López, Rafael, Historia de Requena, Requena, 1945, p. 415.
72
dido su causa le valió la segregación de Utiel. Los aragoneses realizaron algunas obras de fortifica
ción por las que los vecinos se vieron obligados a pagar la suma de 180.000 florines. El marqués
de Villena, que controlaba la otra ruta más meridional entre Castilla y Valencia, intentó repetidas
veces adueñarse de Requena y conseguir asi el monopolio aduanero. En 1449 sus huestes arrasa
ron el Arrabal y en 1467 llegó incluso a apoderarse de la plaza y su castillo por algún tiempo. La
eventualidad de estos peligros obligó a una continua renovación de medidas defensivas. De 1397
data el privilegio de Enrique II confirmando los 2.000 maravedíes que la villa tenía en el diezmo
para la reparación de muros y fosos'"'", cantidad que en 1468 se elevó a 20.000. Las torres de San
Julián y de Montijana, sin fecha conocida, debieron ser edificadas en este periodo. En el castillo
las obras serian más importantes. Su torre principal, de argamasa, fue sustituida por otra de sillería
en 1423, e incluso se intentó sustituir todo el muro musulmán que mira hacia el interior de la ciu
dad por otro de sillería, como se desprende del inacabado lienzo de muro pétreo que parte de la
torre principal hacia las dos torres que protegen la entrada a la plaza de Armas.
Sobre la cuestión demográfica poco se puede decir de este período, ya que no se conserva
ningún padrón de habitantes anterior a 1543. Sólo sabemos que los «Treynta Cavalleros y escude
ros ffijos dalgo y otros treynta ciptadanos y peones quantos oy copieren» procedentes de Cuenca,
Rioja y Soria a los que Alfonso X de Castilla otorgó carta puebla en 1257'2". La llegada de los
cristianos supuso la expulsión de los moriscos de la ciudad hacia el barrio de las Peñas y otros
caseríos de la Vega del Magro. La peste negra debió causar estragos entre la población, puesto que
en 1402 el rey excusó a la entonces villa de pagar sus impuestos como compensación a las pérdi
das demográficas"21.
LOS REYES CATÓLICOS Y LOS AUSTRIAS
La subida al poder de la reina Isabel supondría la derrota de las fuerzas nobiliarias, siendo
uno de los grandes perdedores el marqués de Villena, enemigo número uno de Requena. La pacifi
cación se vio reforzada por el matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, que
daban fin a las luchas fronterizas y, al mantener los aranceles aduaneros entre los dos reinos,
fomentaban los ingresos que Requena percibía por su condición de Puerto Seco. En efecto, las
relaciones comerciales entre Castilla y Valencia por Requena crecieron de tal manera que los
ingresos extraídos por la Aduana y Puerto Seco en alcabalas, tercias y otras rentas, se multiplica
ron por diez en menos de treinta años. En 1477 habían sido de 360.000 mrs, pasando a ser de
1.251.550 en 1482 y de 3.610.333 en 1504. En la segunda mitad del XVI esta cantidad debía
seguir siendo considerable, puesto que en 1571 Melchor Herrero, marqués de Valderacete, adqui
rió los derechos de la Aduana en 3.75O.OOO mrs.
La expulsión de los judíos afectó solamente a unas doce familias, ya que un buen número de
ellos, ligados a intereses especulativos con la Aduana, permanecieron en Requena, previa reconci
liación pública'"1.
Requena se convertiría en el principal y más próximo mercado suministrador de cereales
para la ciudad de Valencia, y de ello eran conscientes los requenenses de finales del XV. Las orde
nanzas municipales de 1479 indican un aumento en la producción de cereales, así como una regu
lación de la cosecha de vino, muy abundante'"'. Un privilegio de 1486 autorizaba el rompimiento
de baldíos y favorecía el incremento de la agricultura y la ganadería.
Requena perdía su función militar y acrecentaba la comercial y de comunicaciones entre
Valencia y la Meseta. El camino de Valencia, construido entre 1427 y 1438, según Escolano, sería
(20) AMR, Colección privilegios, núm. 38.
(21) AMR, Colección privilegios, núm. 1, copia de la carta puebla.
(22) Bernabeu López, R. op. ciL, p. 143.
(23) Ibidem. p. 171.
(24) Archivo de Simancas, Carpeta de Requena, Ord. Munic. de 1479.
73
reparado por el concejo valenciano en 1515, mientras que los de Requena reforzaron los puentes
del mismo con el arbitrio de dos mrs., por libra de carne que pasara hacia Valencia.
La abundancia de ganadería lanar, además de favorecer la exportación de lana bruta, sirvió
también para dar pie a una industria pañera que habría de mantenerse hasta mediados del siglo
XVIII en que sería absorbida por la de la seda. Las ordenanzas de 1479 cuentan ya con un capí
tulo dedicado a los tejedores, cuyo número se acrecentó en los comienzos del XVI, según se lee en
las ordenanzas de 1535, en las que hubo que nombrar «vendedores bataneros cardadores e hyladores por existir muchos officiales cardadores e texedores de paños perayles e tyntoreros».
El aumento del tráfico comercial y el desarrollo de los medios de transporte, con la intro
ducción de grande carretas que difícilmente podían remontar las cuestas de acceso al barrio de la
Villa, así como el peligro de que se hundieran bajo su peso las bodegas abiertas en el subsuelo'2",
aparte de otras razones de transporte, aconsejaron la desviación de la ruta comercial por extramu
ros, dando origen a la calle del Peso y al Portal de Castilla, y creando la Plaza del Arrabal en la
confluencia entre las calles del Carmen, Botica y Peso. La nueva vía comercial aparece denomi
nada como «calle Nueva» en el año 1550.
El periodo de los Austrias viene caracterizado por la expansión general de la «Playa
Mayor» renacentista. El resurgir económico de Castilla trajo consigo las remodelaciones urbanas,
la destrucción de viejos edificios, la remodelación de calles, que ahora debían ser rectas y anchas
para facilitar la circulación de carretas. Las nuevas calles del Arrabal siguen el padrón renacen
tista: tales son las del Peso, la calle Ancha del Arrabal —(luego de Olivas y últimamente del Poeta
Herrero)—, las de las Cojas (Pérez Galdós) y del Rey de Francia, denominadas «calles nuevas»
en 1635. De la misma época deben ser las calles del Diezmo y del Almazar.
El barrio de la Villa tampoco escapó a la nueva corriente renovadora: las calles de Marinie-
ves, Purísima, del Cristo y, especialmente, la plaza Mayor de la Villa, de grandes proporciones,
son obra de este período. La casa del Concejo, instalada en 1350 en las Cuatro Esquinas del Rosa
rio y en 1552 entre la plaza de la Villa y el callejón del Perejil, ocuparía finalmente un gran edificio
porticado hacia la mitad de plaza en 1685, delante de la Cárcel. Arruinado este edificio a media
dos del XIX, en su solar se hallan hoy unas escuelas. La misma Cárcel y la casa del Corregidor, en
la calle de la Cárcel, serían levantadas en la segunda mitad del XVII*26.
LOS CONVENTOS
Dos conventos serían construidos en este período, sumándose al ya existente del Carmen.
El
mismo
de
los carmelitas
se
vería
ampliado
durante
el
XVII
y
su portada
actual
rematada en 1660.
El convento de San Francisco fue proyectado sobre La Loma, otra mesa tobácea situada al
NW del casco urbano, al otro lado de la Hoya de los Molinos, por el año 1569. En su lugar había
una ermita construida poco después de la conquista cristiana y dedicada a Nuestra Señora de la
Gracia127', y en torno a ella se instalaron los primeros frailes, ya que el edificio conventual y la igle
sia no serían edificados hasta 1619, siendo ampliado con nuevas dependencias en 1646(28>. En
1822 fueron expulsados los 22 religiosos que lo habitaban, aunque la exclaustración definitiva no
tuvo lugar hasta 1835, el edificio sirvió primero de fuerte durante la Guerra Carlista'2" y luego de
presidio durante 1845 hasta 1847 en que se terminó la carretera de las Cabrillas. Más tarde fue
(25) Según las Ordenanzas de 1479 se prohibía el tránsito de carretas por la calle de Santa Mana y otras en las que
había bodegas.
(26) Bernabeu López, R-, op. cit, p. 245.
(27) Alfaro, F., ed., Historia y milagros de Nuestra Señora de Grafio, que se venera en el Santuario de la Muy Noble
Villa de Requena, Cuenca, 1560.
(28) A.M.R., Acuerdos de 1646, fol. 377.
(29) Servicio Geográfico del Ejercito, Plano de la casa fuerte de Requena, núm. 261, Provincia de Valencia.
74
convertido en hospital y en la actualidad es centro de readaptación de disminuidos.
El segundo convento de este período fue el de las agustinas recoletas, llamado de San José,
levantado en el Portal de Castilla, el lugar de mayor tránsito, confluencia de las salidas hacia
Madrid y hacia Albacete. La primera parte del edificio databa de 1631, mientras que su iglesia no
sería construida hasta el año 1700. Este edificio fue considerado como un obstáculo por quienes
proyectaban el desarrollo lineal de la calle del Peso. Aprovechando que el convento había sido
incendiado en los inicios de la Guerra Civil (1936), todo el edificio fue demolido y sobre su solar
se delineó la avenida del General Várela y la nueva plaza del Portal.
EL HOSPITAL DEL NOVILLERO Y EL COLEGIO
En 1583, para sustituir al antiguo «Spital» de los frailes carmelitas, se construyó, frente al
parador del Carmen y en la calle del mismo nombre, el Hospital del Dulce Nombre de Jesús o del
Niño Perdido, popularmente del Novillero130'. En 1637, dicho hospital sería restaurado y ampliado,
inviniéndose en las obras 5.000 reales.
En cuanto al Colegio de San José y San Nicolás, fundado por Juan García Dávila «para
educación de la jubentud donden ayan maestros que enseñen assi a leer y escribir como latinidad y
buenas letras», y al que podían asistir tanto los niños de Requena como los de Siete Aguas y
Buñol, fue inaugurado en 1668 en un edificio construido expresamente para tal fin en la plazuela
de Celda, junto a la antigua judería, próximo a la cuesta de las Carnicerías y a la izquierda del
camino real de Debajo de los Huertos. Fue sede de la Sociedad Económica de Amigos del País de
Requena y, hasta su demolición en los años 1960, vino sirviendo como local para escuelas
de niños.
Pocas reformas en la cerca defensiva podía haber en una etapa de pacificación interior. Sólo
se sabe de ciertas modificaciones realizadas en 1544 en la torre principal del castillo y de que en
1527 había sido cegado el foso que separaba a dicha torre de la plaza de Armas. El miedo a los
ladrones nocturnos, pero sobre todo a la peste, hizo conveniente una tapia en torno al Arrabal,
cerrándose incluso calles y postigos en años de epidemia como 1581 y 1587.
El sostenimiento de las vías de comunicación exigía la construcción de puentes y calzadas,
La riada de 1540 y la consiguiente destrucción de los viejos pasos, muchas veces de madera, sobre
los riachuelos que circundan Requena, dieron pie a un plan de obras públicas que a mediados del
siglo XVI cristalizó en la construcción de los puentes de Santa Cruz (en la Aduana), de Jalance
(sobre el río Magro), del Regajo de Rózateme (salida hacia Madrid) y del Pontón (en la salida
hacia Albacete). El de Jalance sería destruido por otra riada en 1590 y levantado de nuevo en
1598, aunque tampoco por última vez.
La almazara de San Antonio, en la calle de Almazar, la casa del Pósito o del Peso de la
Harina, la del Diezmo o «Casa Grande» de los Ferrer de Plegamáns, y el Cuarto Salero del Car
men, fueron también construidas en estos dos siglos. Lo mismo se puede decir de muchas mansio
nes blasonadas en el barrio de la Villa, y de bastantes bodegas subterráneas, cuyas tinajas de barro,
fechadas y firmadas por sus alfareros nos dan fe de su antigüedad.
EL SIGLO XVIII
El triunfo de Felipe de Anjou en la Guerra de Sucesión supuso la derogación de los Fueros
de Valencia y la supresión de la Aduana y Puerto Seco de Requena, por lo que esta villa dejaría de
percibir unos importantes ingresos, si bien es verdad que iban a engrosar casi exclusivamente las
arcas de la familia que tenía arrendada la Aduana. Requena perdía así su carácter fronterizo, pero
no el de estación en la vía comercial entre la costa y el interior. Por haber abrazado la causa borbó
nica fue recompensada con varios privilegios que, unidos a la corriente artesanal sedera irradiada
desde Valencia y Toledo, acabarían haciendo de ella una población eminentemente fabril y el
(30) Bernabeu López, Rafael., Eslampas nquenenses. Requena, 1962, p. 71.
75
cuarto centro sedero en cuanto a consumo de materia prima, tras Valencia, Toledo y Murcia. La
función industrial, ayudada por la comercial y la agrícola, vendría a determinar el crecimiento
demográfico y urbano durante más de un siglo y medio.
LA SEDERÍA DE REQUENA
Aunque la existencia de telares sederos se remonta a comienzos del siglo XVI, la verdad es
que hasta comienzos del XVIII nunca sus productos habían sobrepasado el mercado local o
comarcal. La influencia de la sedería de Valencia fue decisiva: en 1692 llegaba a Requena el valen
ciano Bautista Martínez y se ofrecía a las autoridades locales para enseñar y fomentar la industria
de la seda según las nuevas innovaciones llegadas de Holanda e Inglaterra; Larruga recuerda que,
tras la Guerra de Sucesión, los moradores de Requena «sin tener que vivir, se habían ido aplicando
con la cercanía del Reyno de Valencia,- á tratar en seda, trayendo de él la necesaria» por lo que
hacia 1720 habían ya unos 300 telares, 6 tornos y 5 tintes0". Hasta tal punto la sedería de
Requena llegó a ser una proyección de la de Valencia lo demuestra el hecho de que, aunque «en los
demás pesos y medidas son como en Castilla, la seda se compra y vende por el peso y moneda
valenciana»'32'. Los apellidos valencianos son corrientes entre los tejedores y comerciantes, incluso
entre los tintoreros, si bien aquí aparecen también franceses y malteses. El número de telares era
de 445 en el año 1735; de 500 en 1742; de 750 en 1777, mientras que la Real Sociedad Econó
mica de Amigos del País, en la Aprobación Real de sus estatutos (1784) redondea la cifra en 800
telares'"'. En cambio, la industria lanera, que contaba con 61 telares en 1740, solamente mantenía
6 en 1790; la lana, antes consumida casi en su totalidad por los tejedores locales, era ahora expor
tada a Enguera. La estructura de la población laboral hacia 1752, extractada de las Respuestas
Generales o Catastro de Ensenada'34', puede darnos una idea de hasta qué punto Requena era una
villa eminentemente artesanal: mientras que el sector primario apenas si suponía el 24'1 % de la
población activa, el secundario o industrial alcanzaba un 61'7 %. El mundo de la seda, con 916
tejedores, 40 comerciantes y 30 arrieros acaparaba 986 puestos de trabajo sobre un total de 1.927.
Los comerciantes se encargaban de comprar seda hilada en Valencia y repartirla entre los tejedores
que trabajan para ellos según el sistema de trabajo a domicilio vigente hasta la desaparición de la
sedería a finales del XIX. Los arrieros llevaban las telas a los principales mercados, que entonces
eran Valencia, Salamanca, Sevilla y Madrid.
El auge de la industria sedera trajo consigo un extraordinario aumento de la población, que
pasó de 3.757 habitantes en 1699 a 9.500 en 1784, con la consiguiente repercusión en el ensanche
urbano y en la necesidad de ampliar el terreno cultivable para dar alimento a tantos trabajadores,
comenzando por el rompimiento de baldíos a partir de 1768o51.
EL DESARROLLO URBANO DEL XVIII
El siglo XVIII comienza con un preludio de destrucción. A pesar de las fortificaciones de los
accesos a la villa y de la construcción de un tapial que englobó al barrio del Arrabal en el recinto
murado, según disposición de Adrián de Bethancourt, capitán de la plaza en 1706, el ataque austracista del 24 de junio de aquel mismo año, con baterías instaladas en Las Peñas, supuso la des
trucción de más de 300 casas, según Domínguez de la Coba, arcipreste contemporáneo de los
(31) Larruga, Eugenio, Memorias políticas y económicas, sobre los frutos, comercios, fábricas y minas de España,
Madrid, MDCCXCII, t. XVIII, p. 176.
(32) Almanak Mercantil o Guia de Comerciantes para 1801, Madrid, 1800, p. 321.
(33) Real Cédula de S. M. y Señores del Consejo por la cual se aprueban los Estatutos de la Sociedad Económica de
Amigos del País de la
Villa de Requena.
En Valencia, en la Oficina de Joseph
y Thomas de Oiga,
MDCCLXXXIV, p. 1
(34) A.M.R., Respuestas Generales de 1752, Montes, 3.
(35) Piqueras Haba, Juan, «Propiedad agraria y cultivos en Requena (Valencia)», Cuadernos de Geografía, 19, Valen
cia. 1976. cfr. 23-40, p. 28.
76
hechos. La iglesia de San Nicolás perdió su portada gótica y el mismo templo resultó tan seria
mente dañado que tuvo que ser reconstruido en los años veinte; la torre se terminó en 1742 y la
nueva portada, una imitación de la del Temple de Valencia, en 1788. En el Arrabal fue incendiado
el Hospital, seriamente dañado el Colegio y saqueada la casa del Pósito"*'. El Hospital fue luego
derribado y se construyó otro sobre el mismo solar.
Tras una primera etapa de reconstrucción, el reinado de Carlos III (1759-1788), coincide
con una etapa de prosperidad económica y urbanística de Requena. La Sociedad Económica de
Amigos del País encargó hacia 1783 al arquitecto Bartolomé Ribelles unos planes de urbaniza-
ciónl>7> que, si bien no sabemos exactamente en qué consistieron, debieron afectar a las manzanas
construidas entre el Arrabal y las Peñas, cubriendo el campo abierto que quedaba entre los dos. La
misma sociedad puso nombre a las nuevas calles que, en honor a los Borbones, llevaron los nom
bres de San Luis, San Fernando y San Carlos. Del mismo momento son las calles de las Cruces, al
final de la cual se edificó el teatro de la familia Carrasco, la de los Tintes, la del Portalejo, la de
Juan Penen, etc. La calle de Talega, al comienzo de las Peñas, fue abierta en 1796, como reza un
retablillo de azulejos conmemorativo que hay en la misma.
El Arrabal se extendía entonces por el E hasta la calle de Antonio Pérez y por el W hasta la
calle de las Monjas. En la Loma algunas familias de gitanos excavaron viviendas trogloditas bajo
la toba. Otro foco de expansión seria la calle de Cantarranas, llamada así por las balsas llenas de
ranas y la especie de charquinero salpicado de muladares y estercoleros que había extramuros en
la zona NE del barrio de la Villa, entre la torre mayor del castillo y la puerta del Cristo, por desa
guar allí parte del caserío intramuros. En 1733 varios vecinos solicitaron del municipio permiso
para sanear aquel lugar y construir algunas casas08'. Comenzando por la zona más próxima al Por
tal, los edificios se fueron alineando pegados a la roca y dando una forma curva a la nueva calle por
donde discurría el camino de Albacete. Al terminar el siglo ya casi estaba completo el tramo entre
la cuesta del Castillo y la del Cristo, mientras que en la parte derecha de la nueva calle solamente
fue levantada, ya a finales del XVIII, la casa de los Ferrer de Plegamáns, inmediata al convento de
San José.
A mediados del XVIII componían el casco urbano 930 casas, quedando dentro de los
muros los barrios del Arrabal y de la Villa, y fuera, el de las Peñas. Del real alcázar solamente
quedaban los tres torreones que todavía hoy se mantienen y algunos muros. Contaba la población
con 3 iglesias parroquiales, 3 conventos con sus huertas muradas, 1 colegio, 1 hospital, 5 mesones
y un número elevado de bodegas subterráneas en el interior de las casas. Se enterraba en las igle
sias y en la fosa común que había entre El Salvador y la plaza de la Villa'3". Circunscribiéndonos
únicamente al espacio que ocupa el término actual'40' quedaban en diseminado otras 320 alquerías
que formaban 19 demarcaciones en torno a otras tantas ermitas.
En 1757 era restablecida la feria de septiembre, que había dejado de celebrarse desde la
Guerra de Sucesión y cuya antigüedad, según sus restauradores debía remontarse hasta fínales del
siglo XIII, cuando los Infantes de la Cerda trajeron al Carmen la imagen de la Virgen de Sote-
rraña, en cuyo honor se celebraba dicha feria'4". El lugar de la Feria se extendía entre la plaza de la
Villa y el monasterio del Carmen, cubriendo la cuesta de las Carnicerías, calle de la Botica, plaza
del Arrabal y calle del Carmen. La feria de ganados, hasta el año 1817 en que fue trasladada a la
explanada de la Loma, se celebró en la salida del camino hacia Madrid. La facultad de celebrar
mercado semanal le fue concedida por Enrique IV en 1478 y confirmada por Felipe V en
1721.
(36) Domínguez de la Coba, Pedro, Antigüedad i cosas memorables de la Villa de Requena, escritas i recopiladaspor
un vecino apassionado i amante de ella (manuscrito sin fechar, primer tercio del XVIII).
(37) Bemabeu López, Rafael, «El colegio García Dávila», en la revista local El Trullo, marzo de 1968.
(38) A.M.R., Acuerdos. 21-5-1733.
(39) A.M.R., Respuestas Generales de 1752, Montes, 3.
(40) En 1752 el término de Requena incluía los actuales de Venta del Moro, Villargordo del Cabriel, Caudete de las
Fuentes, Camporrobles y Fuenterrobles.
(41) A.M.R., Acuerdos, año 1757, fol. 34.
77
PUENTES
Las avenidas de 1728 destruyeron los puentes de Santa Cruz, Jalance y Regajo de Utiel. El
de Santa Cruz fue reconstruido en 1733 y costó 20.000 reales; el del Regajo, también de 1733,
costó 10.000. El puente de Jalance, de dos ojos, por ser el Magro río de mayor caudal, costó
54.000 y data de 1735. Los de Santa Cruz y Jalance conservan todavía su forma dieciochesca,
mientras que el del Regajo o puente de Utiel fue sustituido por uno más amplio cuando la construc
ción de la carretera de las Cabrillas en 1847.
Además de las ampliaciones llevadas a cabo en las distintas iglesias parroquiales y conven
tos, la ermita de las Peñas fue sustituida en 1786 por un nuevo templo de tres naves.
DEMOGRAFÍA DE LA EDAD MODERNA
En algunos documentos de finales del XV y comienzos del XVI comienzan a aparecer ape
llidos valencianos, sobre todo Ferrer, lo que hace suponer cierta inmigración desde el reino vecino,
probablemente muy en relación con el desarrollo artesanal lanero y la instalación de los primeros
telares de seda. El padrón de 1543, realizado por Alonso Núñez y Hernán López, da una cantidad
de 516 vecinos para el núcleo urbano y 203 para los caseríos'41'. Otro padrón, sin desglosar, da
para 1563 la cifra total de 1.033 vecinos, incluyendo a las aldeas que hoy son municipios indepen
dientes, por lo que el dato no nos sirve de mucho. La peste de 1558 produjo más de 600 bajas,
especialmente entre la «gente moca» del Arrabal y las Peñas, provocando además la huida de
muchos vecinos hacia otros lugares y la conminación del Concejo que en una Memoria e manda
miento sobre La Peste y testimonio amenazaba con la pérdida de vecindad y confiscación de bie
nes a los que pasaran al reino de Valencia'"'. La expulsión de los moriscos en 1609 afectó a más de
200 familias, de las cuales sólo la mitad pertenecían a las Peñas, mientras que las otras procedían
de Hortunas y otras aldeas de la Vega (Terbia, Cántemela, Santa Catalina, etc.). Nuevos casos de
peste se registraron en los años 1647,1681 y 1684, muriendo en el último casi todos los habitantes
de la Loma. El número de vecinos era de 737 en 1641, de 813 en 1685 y de 1.026 en 1699'44'. Este
crecimiento tan notable en la segunda mitad del XVII, cuando toda Castilla se hallaba estancada,
no parece tener otra explicación que la influencia del Reino de Valencia y su despegue económico
de finales de siglo.
El siglo XVIII comenzó con malos augurios. La Guerra de Sucesión y las pestes que siguie
ron al asedio y bombardeo de 1706 ocasionaron aquel año más de 1.200 muertos, según Domín
guez de la Coba'45', si bien en los años siguientes, la recuperación económica y el extraordinario
auge de la sedería, asi como la ampliación del suelo cultivado, permitieron que la población se mul
tiplicase a un ritmo sin precedentes, siendo muy importante además el elemento inmigrado. En
1752 vivían en la ciudad 1.300 vecinos y en diseminado otros 300'**', las aldeas y caseríos, hoy
independientes, sumaban otros 1.371 vecinos. La seda atrajo mano de obra procedente del Reino
de Valencia, Francia, Malta, Italia, arrieros de Santander, comerciantes de Asturias, etc. Para
1761, sin distinguir entre núcleo y diseminado, había 2.000 vecinos, que ya sumaban 3.000 en
1776'47', mientras que la sociedad económica daba 9.500 habitantes sólo para el casco
urbano en 1783.
(42) Padrón de habitantes de 1543, citado por Bemabeu, R.,
op. ciu, p. 235.
(43) Bemabeu López, R., op. cit.. p. 243.
(44) Ibidem, p. 267.
(45) Domínguez de la Coba, P., op. cit.. sin paginar.
(46) A.M.R., Respuestas Generales de ¡752. Montes, 3, sin paginar.
(47) Bemabeu López, R., op. cit.. p. 294.
78
EL SIGLO XIX
CRISIS SEDERA Y TRANSFORMACIÓN AGRÍCOLA
Para Requena, el siglo XIX supone una gran mutación no sólo por las transformaciones que
suponen la introducción de los nuevos elementos urbanísticos, sino por el cambio en su estructura
económica y en sus funciones. En efecto, la ruina de su industria sedera y el auge casi simultáneo
de la viticultura harán que Requena pierda su función eminentemente industrial y se convierta en
pueblo agrario, aunque con la particularidad de que el nacimiento de múltiples aldeas y caseríos
provocado por la expansión y colonización-vinícola conferirá en breve plazo a la capital municipal
un carácter de centro abastecedor de productos y servicios que los viticultores no podían encontrar
en sus pequeños núcleos. Su posición viaria en la carretera de las Cabrillas (1847) y la llegada del
ferrocarril (188S), la convertirían, junto con Utiel, en el gran mercado exportador de vinos
del Altiplano.
La industria sedera comenzó a resentirse ya en los últimos años del XVIII, cuando la Socie
dad de Amigos del País luchaba por propagar el cultivo de la morera y se quejaba de que de los
800 telares existentes solamente funcionaban un centenar, mientras que el Ayuntamiento se veía
en la necesidad de repartir parcelas de tierra entre los obreros sin trabajo, echando mano de sus
bienes de Propios'48'. Los primeros decenios del XIX fueron malos y sin embargo por los años
veinte se instalaba en Requena un fabricante procedente de Gandía y montaba una fábrica de teji
dos de seda lisos con 74 telares, cuyos modelos imitaban a los del Piamonte'4". A partir de los años
treinta se aprecia cierta recuperación y para 1845 funcionaban 550 telares de los 900 existentes y
trabajaba en la seda un promedio de 1.200 personas. Luego, en 1864, vendría la crisis ocasionada
por la pebrina y, a pesar de que en 1858 se establecieran dos fábricas para el torcido de seda, una
de ellas empleando máquina de vapor, en 1863 el número de telares se había reducido a 175 y sólo
se consumían 18.000 libras de seda'301. En 1890 sólo quedaban 20 telares, se habían cerrado todos
los despachos de mercaderes en seda, todos los tintes, todos los tornos y se habían arrancado la
mayoría de las moreras de la huerta"".
En los años cincuenta, coincidiendo con la aceleración de la crisis sedera, la creciente
demanda de vino desde Europa, en donde el oidium había arruinado los viñedos, marcó el inicio
del despegue vinícola requenense, que se acrecentaría en el último tercio del siglo al ser destruidos
los viñedos franceses y catalanes por la filoxera. Muchos comerciantes de seda invirtieron sus aho
rros en la compra de tierras y se convirtieron en cosecheros de vino. En cincuenta años fueron
plantadas de vid más de 15.000 hectáreas, ganadas al pastizal y al monte en muchas ocasiones.
Colonos venidos de Cuenca y Albacete, así como antiguos tejedores sin trabajo, se esparcían por
todo el término y hacían de Requena un municipio esencialmente rural, hasta el punto que la pobla
ción dispersa llegó a superar a la concentrada en el núcleo urbano, que incluso perdería
población.
VÍAS DE COMUNICACIÓN
El XIX fue un siglo decisivo para Requena en cuanto a vías de comunicación. Dos grandes
obras, la carretera de las Cabrillas y el ferrocarril, realzarían hasta cotas muy altas su función via
ria. Se conoce por las Cabrillas el paso o puerto montañoso que hay entre Buñol y Siete Aguas y
que salva el desnivel entre la Hoya de Buñol y el Altiplano de Requena. Este tramo, junto con el
puerto de Contreras, en el valle del Cabriel, habían sido siempre un gran obstáculo en las relacio-
(48) Gil Adela, «La revolución histórica de Requena y su comarca», Estudios Geográficos, 50,1953, pp. 49-66; cfr. p. 55.
(49) López Ballesteros, Luis., Memoria de la Junta de Calificación de los productos de la Industria Española....
Exposición de 1827..., Madrid, 1828. p. 135.
(50) Archivo Diputación Provincial de Valencia, Informe sobre la situación de la industria sedera emitido por el
Ayuntamiento de Requena, Sección Industria, leg. 63.
(51) Herrero y Moral, E., op. ciL. p. 213.
79
nes comerciales y de comunicación entre Madrid y Valencia, a pesar de ser el trayecto más corto.
El primer proyecto de convertir en carretera el antiguo camino de herradura data de mediados del
XVIII, cuando se comenzó la de Madrid a Alicante por Almansa, pero se prefirió establecer la
variante Almansa-Valencia, como pasaría a mediados del XIX con el trazado del ferrocarril. La
presión e influencia ejercida por la familia Iranzo de Utiel sobre el general Elío hicieron que éste
autorízase en 1816 el levantamiento de los planos para el tramo de las Cabrillas. Con todo, las
obras no darían comienzo hasta 182S y durarían hasta 1847, siendo reputada como «la mejor
carretera de España»'"'. El tramo de Contreras no seria habilitado hasta dos años más tarde, y
tanto uno como otro estarían muy en relación con los intereses comerciales de los exportadores de
harina_que negociaban en el puerto del Grau por los años cuarenta'"'. Primero como ruta del trigo
conquense y de la misma Requena, y luego ruta del vino hasta el puerto del Grau, la carretera de
las Cabrillas influyó decisivamente en el desarrollo agrícola de todo el Altiplano. El mismo fenó
meno habría que atribuirle al ferrocarril, inaugurado en 1885 y con término en Utiel hasta bien
pasado el primer tercio del siglo XX, en que se construyó el tramo Utiel-Cuenca y se finalizó la
línea Madrid-Valencia.
INDICENCIA DE LA CARRETERA Y EL FERROCARRIL
EN EL DESARROLLO URBANO
La travesía de las Cabrillas por la población siguió la calle de San Carlos y su ejecución
tuvo lugar en el año 1847; tres años antes el antiguo convento de San Francisco había sido habili
tado para albergar a la mitad del Presidio de las Cabrillas, ejecutor material de la obra. En las sali
das de Requena se construyeron dos nuevos puentes: el de Valencia, sobre el regajo de Reinas, y el
de Utiel, sobre el de Rózateme, ambos de 1844. Sobre la calle de San Carlos aparecían los nuevos
paradores y posadas de «San Carlos», «El Caballo» y «El Contador», que relevarían a las de «La
Carlota», «Torratero», «Carmen», «Mesón del Conde» y «Parador del Comercio» construidos
anteriormente sobre el camino real por las calles del Carmen, Peso, Portal y San Agustín. A pesar
de todo, la calle de San Carlos nunca robó su carácter de centro comercial al antiguo camino y la
crisis de sus paradores, que sirvieron para albergar a los carreteros que transportaban el vino hasta
el Grau, se inició con la llegada del ferrocarril en 1885. En torno a la estación del ferrocarril y
entre éste y la carretera (avenida del General Pereyra) irían levantándose a finales del XIX y
comienzos del XX la mayoría de bodegas, almacenes, fábricas de alcohol y de harina, marcando
además una línea de expansión hacia el W que había de seguir en el XX la avenida del General
Várela, paralela a la del General Pereyra.
La carretera de Almansa, proyectada en 1834 por la Sociedad Económica y no llevada a
cabo hasta finales del XIX, siguió el trayecto de la calle de Cantarranas y dio pie a que se constru
yeran varias casas en el lado del poniente; al final de la misma y ya en 1895 sería inaugurado el
Matadero Público.
La carretera de Chera, prolongación de la calle de San Luis, daría origen a la calle de la
Libertad, ya en Las Peñas, en donde el desarrollo urbano decimonónico hay que buscarlo en la
calle de las Bodegas y en la plaza de San Cayetano.
OTROS CAMBIOS URBANOS
José Trinidad Herrero, autor del artículo sobre Requena que aparece en el diccionario de
Pascual Madoz, resume en breves líneas el aspecto urbano de los tres barrios de Requena. La Villa
tenía calles estrechas e irregulares, con casas de 3 y 4 pisos, de pobre aspecto exterior, en las que
vivían hidalgos y obreros de la seda; la mayoría de las casas poseían bodega. Las Peñas contaba
con calles más anchas y de piso desigual, casas de dos pisos, de planta rural y habitadas en su
mayoría por labradores. En el Arrabal, sobre suelo más llano, había calles irregulares pero mejores
(52) «Carretera de las Cabrillas», en el Boletín de la Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, t III, pp.
168-176; cfr. p. 170.
(33) Piqueras Haba, J., op. cit., p. 30.
80
que las de los barrios anteriores; sus edificios eran más sólidos y los habitaban comerciantes, terra
tenientes y sederos"4'.
La breve dominación francesa, durante la Guerra de la Independencia, dejaría un aspecto
positivo por sus medidas de salubridad: bajo la dirección del coronel Lamrandier se iniciaron las
obras del cementerio en las cercanías del barrio de las Ollerías, inaugurado en 1813, aunque algu
nas familias de abolengo nobiliario siguieron enterrando en las iglesias hasta 1828 en que se prohi
bió tal costumbre.
En 1814 fue derribada la ermita de San Agustín, en la salida hacia Madrid, construyéndose
en su lugar el parador de Fuera o del Comercio. Próximo a este parador y bajo la iniciativa de los
Amigos del País se delineó en 1834, sobre seis tahúllas de terreno, el Paseo de María Cristina,
luego Glorieta de Isabel II, que por ser lugar húmedo y poco frecuentado fue cerrada y sustituida
por una nueva en 1852 junto a la alameda que había detrás del convento del Carmen. Con ligeras
variaciones es la misma Glorieta de hoy'551.
La desamortización de los bienes eclesiásticos produjo también algunas alteraciones. El
convento de San Francisco sirvió como fuerte en la Guerra Carlista, pasó a Presidio en 1844 y a
Hospital en 1851. El del Carmen albergó diversos organismos, destacando el Ayuntamiento, desde
1851, y el Instituto de Enseñanza Media, desde 1869.
De 1870 era el alumbrado de gas, que pudo ser sustituido por otro eléctrico cuando en 1898
el Marqués de Caro montó en San Blas una fábrica de energía aprovechando el agua del Magro.
Las torres del telégrafo óptico datan de 1848, mietras que la estación de morse por cables es de
1876. Hacia 1880 la Casa de Comedias de la calle de las Cruces fue remodelada y convertida en
Teatro Jordá; por los mismos años se constituyó la Escuela Vitivinícola, preludio de la Estación
Enológica del siglo XX.
DEFENSAS MILITARES
La guerra napoleónica y las numerosas guerras civiles durante el XIX, devolvieron a
Requena su carácter estratégico, olvidado desde 1707, con las consiguientes obras de protección y
defensa. Partidaria de la causa de Isabel II, Requena fue atacada por el general carlista Cabrera en
septiembre de 1835, si bien no llegó a ocuparla. A raíz de este ataque se abrieron algunas zanjas y
se formaron barricadas. En el verano de 1836 se construyeron algunas baterías y se abrió un foso
con puente levadizo en la Puerta de Valencia, que sirvieron para rechazar un nuevo ataque carlista,
ahora a cargo de Gómez, en septiembre de 1836, suceso que le valió el título de Ciudad. Atacada
de nuevo en marzo de 1837 por Cabrera, las autoridades militares decidieron dotar a la ciudad de
nuevas y más potentes defensas. Bajo la dirección de Pedro Ortiz de Pinedo y Juan Ramón Carbonell, se mejoraron las murallas existentes, se construyeron muros de cal y canto, tapias, fosos,
baterías, tambores, aspilleras, etc.(5S). Restos de aquellas defensas son el tambor del cerrito de Isa
bel II, lo que queda de los de Reinas y Honrubia y numerosos tramos de muro aspillerado que apa
recen en el pedazo de los Muertos, la senda de los Asnos, recodo de las Higuerillas o corrales de
Verdú, entre la calle de Pérez Arcas y el Ambulatorio.
EL SIGLO XX
El crecimiento urbano de la primera mitad del siglo XX estará marcado por la dependencia
económica de la viticultura; más tarde se unirá al mismo, cierto desarrollo industrial (muebles,
(54) Madoz, Pascual., Diccionario Geográfico.... Madrid, 1845-1849, t XIII. p. 423.
(55) Bernabeu López, R., op. ciL, p. 334.
(56) A.M.R. leg. XVIII, Memoria presentada por el Comandante Militar (Don José García Orozco) para la total
defensa de Requena y decisión del Ayuntamiento y mayores contribuyentes a la vista, 1838. En el Servicio Geográfico del
Ejército, Madrid, Sección Cartoteca, Provincia de Valencia, núm. 262, se conserva un «Croquis del cerramiento aspille
rado de Requena» (1838).
81
cuero, tejidos, caldererías, etc.), que dará origen al levantamiento de fábricas en las salidas hacia
Valencia y Madrid, tomando como eje la carretera Nacional III. La realización de planos, bien por
eruditos, bien por los arquitectos del Ayuntamiento, nos dará un buen punto de apoyo para seguir
sobre el terreno el crecimiento urbano.
El primer plano de Requena que se conserva data de comienzos de los años veinte y lo rea
lizó Casimiro Pino, profesor de dibujo"7'. En él puede comprobarse el desarrollo urbano centrado
principalmente en la avenida del General Pereyra (correspondiente al tramo de la carretera de las
Cabrillas en su salida hacia Madrid) y dirigido desde dicha avenida hacia la estación del ferroca
rril, en cuyo entorno se habían edificado ya a finales del XIX algunas grandes bodegas propiedad
de exportadores, fenómeno similar, aunque no de tanta envergadura, al acaecido en torno a la esta
ción de Utiel. Este crecimiento, siempre hacia el W de la ciudad, lo integraban, además de las
bodegas almacenes de abonos, fábricas de alcohol, de harinas, serrerías, la Plaza de Toros y el
Barrio Obrero.
Al igual que las bodegas tuvieron su origen en la prosperidad vinícola del último tercio del
XIX, la aparición de las fábricas de alcohol fue la respuesta lógica a los enormes excedentes de
vino que se quedaban sin poder vender, toda vez que los viñedos franceses habían sido reconstitui
dos tras los ataques de la filoxera y se habían suspendido las exportaciones. Entre 1890 y 1920
aparecieron en el casco urbano y sus afueras hasta trece fábricas de alcohol, sin contar las esparci
das por aldeas y caseríos, localizándose nueve de ellas en el lado W de la ciudad y las cuatro res
tantes en el E.
'
La plaza de toros, iniciadas sus obras en 1857 e interrumpidas varias veces, fue por fin
inaugurada en 1901. Cuatro años más tarde, en 1905, el gran Teatro Circo levantado en la calle de
las Cruces, comenzaba a hacer competencia al viejo Teatro Romea (antes Jordá) situado al otro
lado de la misma calle. Vecina al Teatro Circo, y en 1910, serían instalada la Estación Enológica.
Al año siguiente quedaba terminada también la primera fase del Barrio Obrero, junto a la plaza de
toros, costeado por Bartolomé Ruiz de la Peña con. el deseo de entregar viviendas gratuitas a obre
ros pobres y con familia numerosa. Por otro lado, las familias pudientes reconstruyeron muchas de
sus viejas casonas de la calle del Peso y levantaron otras nuevas en la de San Carlos según el estilo
modernista imperante a comienzos de siglo.
La crisis de exportación vinícola, acentuada por la invasión de la plaga filoxérica a partir de
1914 y aumentada luego por las crisis económicas generales de 1920 y 1929, son seguramente res
ponsables, tanto de la emigración de esos años, como de la ausencia de crecimiento urbano. Efecti
vamente, entre el Plano de Pino y el Plan Borso levantado en 1941'"' apenas si existen diferencias.
Únicamente cabe señalar el nuevo edificio de la Estación Enológica, de 1933, y el derribo del con
vento de las Agustinas de 1936, tras ser incendiado. Basándose precisamente en la desaparición de
dicho edificio, el Plan Borso proyectaba la ampliación del recinto urbano en torno al eje de la
futura avenida del General Várela, que arrancaría desde el solar del convento en la plaza del Portal
de Castilla y se prolongaría hacia el W con ampliaciones sucesivas al correr de los años. Al mismo
tiempo se proyectaba también la remodelación de algunas calles como las de San Carlos, Monjas,
Peso, las Cruces y el Estrecho de las Arenas, remodelación que se viene llevando a efecto a
medida que se derriban los viejos edificios y se levantan otros nuevos sobre sus solares'9".
(57) Pino, Casimiro., Plano Estructural de la Ciudad de Requena, Escuela de Artes y Oficios, escala 1:4.000, sin
fechar (hacia 1920).
(58) Ayuntamiento de Requena, Sección Arquitectura, Plan Borso, 1941.
(59) Tal remodelación rompe la fisonomía urbana del antiguo barrio del Arrabal, verdadero centro comercial de la ciu
dad y de la comarca, en el que se suceden diversos estilos que abarcan desde el siglo XIV hasta el Modernismo de comien
zos del siglo XX.
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Desarrollo histórico del casco urbano de Requena.
LA POSTGUERRA Y LOS RECIENTES ENSANCHES
El Plan
Borso de 1941 marcaba de manera definitiva el gran ensanche hacia el W que
habría de tener lugar en los siguientes treinta y cinco años, con algunas variaciones sin importan-
¿
cía. Hasta 1945 la expansión es apenas perceptible: únicamente cabe señalar algunos edificios
públicos como el mercado municipal, en la recién planificada avenida del General Várela, la Cár
cel y la Bodega de la Cooperativa Vinícola Requenense, ambos frente a la Plaza de Toros. Tam
bién se levantaron algunas casas en la prolongación de la calle de San Agustín y en Cantarranas.
De la segunda mitad de la década de los cuarenta son ya el Teatro Principal (1946), edificado
sobre el solar del anterior Teatro Circo, el Grupo Escolar Alfonso X (1950) y el barrio compren
dido entre las calles de Villajoyosa y Cuenca, primero de una serie que habría de dar la tónica al
crecimiento urbano de los años cincuenta y sesenta, con edificios de una o dos plantas a lo sumo.
En efecto, a primeros de los cincuenta buscando más la proximidad del reciente desvío de la carre
tera Madrid-Valencia que el resto del espacio urbano, son construidos los barrios de «Manuel
Cánovas», en las inmediaciones del Campo Municipal de Deportes y el barrio de «Salas Pombo»
.
en el camino de la Torrecilla, ahora calle de Madrid. De finales de los cincuenta es la primera fase
;
del barrio de «Cirilo Cánovas», ampliado luego en los sesenta, en torno a las calles de Jerez, Val
depeñas y Rioja. El último de estos barrios de casas unifamiliares seria inaugurado en 1967 y es el
r.y
de «La Torrecilla», situado en el extremo SW, más allá de la carretera Valencia-Madrid.
También ha sido la zona W la elegida para la construcción de zonas residenciales estructu
radas en torno a la avenida de Lamo de Espinosa y al segundo tramo de la del General Várela, en
■""
las que predominan las viviendas de dos plantas con zonas ajardinadas privadas. En el cruce de
ambas avenidas fue construida en 1964 la Residencia Estudiantil Domingo Savio: al final de la del
General Várela y en la plaza de Juan Grandía se levantaría el nuevo Instituto de Enseñanza Media
(1968), al que hay que añadir luego la Escuela de Maestría (1969) y el Centro Escolar «Gil
Fagoaga» (1971), todos ellos muy próximos al Complejo Polideportivo que abarca una gran exten
sión de terreno.
En los años setenta, siguiendo el antiguo esquema del Plan Borso, será actualizado por el
Plan General de Urbanización de 1970 y el Plan de Ordenación Urbana de 1975, la expansión ha
venido cubriendo los espacios vacíos comprendidos entre la avenida del General Pereira y la línea
férrea (Barrio de Los Molinos, en torno a la calle del Capitán Gadea, y otra barriada más occiden
tal en torno a la calle de Rozaleme). También se viene edificando al S de la calle de Cuenca, entre
las avenidas de Lamo de Espinosa y de Valencia. En el lado oriental se han creado las barriadas de
->
la Fuente Remate y del Batanejo, además de algunos bloques de viviendas que alternan con talleres
y fábricas a lo largo de la carretera Madrid-Valencia.
Desde 1965 las edificaciones han perdido el carácter unifamiliar para convertirse en blo
ques tipo colmena de ocho y diez alturas, algunos de los cuales han invadido también el antiguo
barrio del Arrabal rompiendo totalmente la fisonomía urbana de esta área, sentenciada a muerte
también por los dos últimos planes (1970 y 1975) en los que se mantienen las remodelaciones del
Plan Borso y se aumentan a otras calles como las del Portalejo y del Diezmo.
El Plan de Ordenación Urbana de 1975 proyecta los nuevos ensanches hacia la zona orien
tal (Batanejo, Bemate y Hoya de Reinas) toda vez que la linea férrea por el N y la carretera por el
W y S, dificultan en gran manera el crecimiento hacia esas zonas. Por otro lado se conserva el
Barrio de ¡a Villa como de interés histórico-artístico y se limita la altura de las nuevas viviendas
que puedan edificarse próximas al mismo. En los extremos E y W se delimitan dos zonas indus
triales sobre la base de las fábricas ya existentes.
•i
LA DEMOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA
Durante la primera mitad del XIX el crecimiento fue nulo. En 1807 eran 2.289 vecinos en
el núcleo y 535 en los caseríos1601. La guerra napoleónica, la crisis agrícola que siguió y las guerras
carlistas, tanto como la decadencia de la sedería en el primer tercio del XIX hicieron que la pobla84
¿
ción disminuyera y que en un recuento efectuado en 1840 Requena apareciese con 7.397 habitan
tes y sus aldeas con 3.036. En 1845, según Madoz, eran 7.404 y 3.000, respectivamente mientras
que para 1857 eran 7.532 y 2.704. En censo de 1860 da un total de 12.081 habitantes para el tér
mino, sin desglosar las aldeas. Desde estos años en adelante comienza a dejarse sentir la decaden
cia sedera, que produce un estancamiento en la población de la ciudad, mientras que el desarrollo
vitivinícola puebla de colonos la zona rural y van multiplicándose aldeas y caseríos. El proceso de
ruralización se acrecentó en el siglo XX y la ciudad alcanzó un mínimo de habitantes en 1930, con
6.687 censados que suponían únicamente el 39*1 % de la población total del término. El aumento
experimentado en 1940 se debe a la inmigración de republicanos durante la Guerra Civil, pero la
verdadera recuperación demográfica de la ciudad coincidiendo con la emigración rural, no sucede
hasta los años sesenta, década en la que comienzan a instalarse algunas industrias. En 1975, con
10.895 habitantes, Requena representaba ya el 61'4 % de la población municipal, mientras que las
aldeas se hallan en franco retroceso y han quedado despoblados la inmensa mayoría de los case
ríos. Entre 1950 y 1975 la población rural ha descendido de 12.083 a 6.837; la ciudad ha pasado
de 8.170 a 10.895.
APÉNDICE
Evolución demográfica del término, aldeas y ciudades de Requena
Año
Término
Aldeas
Año
Término
1.600
2.312*
1860
1877
—
—
1887
12.081
13.610
14.457
—
—
1900
1200
1543
3.234*
1641
3.331*
3.658*
1685
1699
1752
1761
1776
1783
4.614*
6.930*
9.000*
13.500*
—
Ciudad
922*
859*
1.350*
—
3.756*
5.580*
—
—
9.500
1910
16.623
17.654
1920
1930
18.818
17.650
1940
1950
1807
12.725*
2.425*
10.300*
1840
10.435*
3.038*
7.397*
1960
1970
1845
10.404*
10.236
3.000*
2.704
7.404*
1975
7.532
1857
Aldeas
Ciudad
5.496
8.114
7.060
7.397
—
10.263
—
7.391
7.366
6.687
19.422
11.452
10.963
11.163
20.253
12.083
8.170
18.933
17.840
17.732
10.655
8.004
6.837
8.278
9.836
8.259
10.895
Las cifras con asterisco están calculadas en habitantes multiplicando el número de vecinos por 4'5.
Las fuentes hasta 1857 aparecen citadas en el capítulo sobre evolución demográfica. Las restantes pertenecen a
los censos oficiales.
85
-.*•
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La presente obra ha «Ido realizada
por el Centro de Entudioa RcqucncnBes con b aportación económica del
M. 1. Ayuntamiento de Requena, de la
Excmn. D¡¡)iitaclón Provincial y de la
Coatelleill de Cultura de la Comuni
dad Valenciana.
A todos ellos damos público reconocimiento de nue»Ira gratitud.
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