REA :: EJAutopsy 2004, 26-41 Amparo Nogales Espert Universidad Rey Juan Carlos Departamento de CC de la Salud Correspondencia: Universidad Rey Juan Carlos Departamento de CC de la Salud Av de Atenas s/n 28922 Alcorcón, Madrid (España) Telf:+34 91 488 88 83 Fax:+34 91 488 88 31 E-mail: [email protected] http://rea.uninet.edu/ojs/ REVISIÓN APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DE LAS AUTOPSIAS IV.- S. XVII Barroco. S. XVIII Ilustración. S. XIX Romanticismo. El interés por asomarse al interior del cuerpo humano se observa desde las sociedades más antiguas; sin embargo, no será hasta el siglo XIX cuando alcance plena sistematización y vigencia. La autopsia constituye uno de los procedimientos primordiales para conocer el cuerpo humano sano y enfermo, y por ello nos ha parecido interesante rastrear a lo largo de la historia los avatares de esta técnica. Para la realización de este estudio nos planteamos dos preguntas: ¿ la práctica de las autopsias ha tenido una continuidad a lo largo de la historia de la medicina?; ¿cuál ha sido la repercusión del ejercicio de las autopsias en la evolución de la ciencia médica?. El trabajo que presentamos se ha dividido en las siguientes partes: I.- Civilizaciones Antiguas. Medicina Hipocrática. Escuela de Alejandría. Galeno . II.- Alta Edad Media. Baja Edad Media. III.- Época prevesaliana. Renacimiento.Vesalio. Época postvesaliana. IV.- S XVII Barroco. S. XVIII Ilustración. S. XIX Romanticismo. Palabras clave: Historia, Autopsia, Barroco, Ilustración, Romanticismo SIGLO XVII. BARROCO La gran obra de carácter moderno de Vesalio fue la anatomía; la fisiología en cambio aún respondía a un concepto galénico antiguo. Será por tanto en fisiología donde se producirá el cambio más importante hacia la modernidad en el siglo XVII, que consistirá en un especial interés por conocer del modo más fiel la forma en que se producen las funciones fisiológicas. El estatismo hacia la arquitectura corporal propio del renacimiento, se verá sustituido en el barroco por un marcado dinamismo. Una de las figuras más representativas de esta postura será Fabricio d´Acquapendente, descubridor de las válvulas venosas. En el siglo XVII el disector se sentirá especialmente interesado por la interpretación de los descubrimientos anatómicos, por conocer la función de las formas anatómicas, cuál es su movimiento y utilidad. Poco a poco y de este modo, la anatomía irá separándose hasta quedar convertida finalmente en una disciplina independiente y básica. Pedro Laín y José Luis Peset han señalado las tendencias que marcarán el siglo XVII con respecto a los avances en el campo de la anatomía y fisiología (1): 1.- El cambio geográfico respecto al cultivo de la anatomía humana. En el siglo XVI los investigadores formados en los anfiteatros de Pádua y Bolonia difundieron los conocimientos sobre el cuerpo humano. Otros países absorberán dichos conocimientos: Inglaterra, Holanda, Francia y Dinamarca alcanzarán los primeros puestos en investigación anatómica. La Guerra de los Treinta Años y la Contrarreforma fueron la causa de que Alemania y España quedaran rezagadas con respecto al desarrollo anatómico. 2.- El esqueleto humano había quedado prácticamente definido desde la anatomía del renacimiento. Ahora el interés por la fisiología y en especial por la angiología se vio muy estimulado por el descubrimiento fisiológico de Harvey, Así, las sustancias solidificadas y coloreables inyectadas en los vasos sanguíneos del cadáver, ya practicadas por Leonardo, se reinventan en el siglo XVII resultando de gran interés para los investigadores. 3.- El interés del disector en el siglo XVII irá buscando el detalle completo, el secreto de la dinámica fisiológica de las partes del cuerpo, los movimientos de los vasos, las glándulas, los conductos excretores, dando lugar a la aparición de la fisiología moderna. La imponente fábrica humana levantada por Vesalio en el renacimiento se enriqueció The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert con los avances de la investigación posterior, y se puso en funcionamiento en el siglo XVII gracias a la fisiología; había surgido una nueva mentalidad anatomofisiológica. Se editarán libros de anatomía y se crearán cátedras en toda Europa. Las universidades más importantes levantarán teatros anatómicos para la formación de los médicos y cirujanos. Para algunos autores en el siglo XVII se produce una verdadera revolución científica, base fundamental de la ciencia médica moderna (2). A lo largo del siglo XVII, los descubrimientos anatómicos que se fueron produciendo, así como las observaciones de la estructura anatómica, también surgidas, permitieron que desde la medicina comenzase a proyectarse una imagen del cuerpo humano con las características de una máquina formada por sólidos, las fibras, rodeadas de líquidos, cuyas partes se hallaban en constante movilidad (3). Mientras un grupo de médicos concentran sus esfuerzos en la observación del enfermo, para ordenar después las enfermedades, otro grupo intentará llegar a una concepción fisiopatológica de la enfermedad. El examen post mortem de los enfermos fue practicado por numerosos médicos del siglo XVII, que facilitaron la obtención de importantes hallazgos. Teophile Bonet (1620-1689), ginebrino graduado en medicina en 1643, recopiló más de tres mil autopsias realizadas por otros médicos y las ordenó de la cabeza a los pies, no por lesiones internas, sino por los signos dominantes de la enfermedad. Se trataba de una erudita compilación destinada a llegar a conclusiones válidas. En la obra de Bonet faltó la elaboración de un índice que comparara los síntomas en el enfermo vivo con las lesiones aparecidas posteriormente en los cadáveres. Esta idea será desarrollada por Morgagni. Giovanni María Lancisi (1654-1720) nació en Roma, graduándose en la Sapienza, donde después sería profesor en 1672, así como médico del Hospital del Santo Spíritu. Entre sus obras se encuentra la “Anatomía” (1691); en “De subitaneis mortibus“ (1707) estudió las lesiones encontradas en cadáveres de fallecidos de muerte repentina en 1706, describiendo de forma magistral la hipertrofia y dilatación cardiaca; y en otra obra de 1728, “De motu cordis et aneurysmatibus”, describió de una forma muy real las lesiones de los aneurismas. Lancisi se dedicó muy seriamente a la investigación anatomopatológica. Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 27 William Harvey (1578-1657) nació en la ciudad inglesa de Folkestone y estudió medicina en la universidad de Pádua. Gracias a su formación en Italia conocía la circulación pulmonar. Lo importante de su aportación fue demostrar por vez primera la circulación mayor utilizando dos recursos del método científico moderno. Investigando los mecanismos del corazón se atrevió a afirmar que “el movimiento de la sangre es continuo y circula gracias a los latidos del corazón” (4). Entre los discípulos ingleses de Harvey destacó el anatomista Thomas Willis, el cual fue uno de los primeros estudiosos del sistema nervioso, y el que acuñó el término “neurología”. El descubrimiento de Harvey provocó una larga polémica que perduró durante la centuria entre los médicos tradicionales apegados al galenismo, los cuales desmintieron el hallazgo, o pretendieron restarle importancia por encontrarlo imposible, y los médicos defensores de la renovación, que defendieron el descubrimiento calificándolo como una revolución metodológica. La capacidad de observación de los científicos del siglo XVII pudo ampliarse gracias a la aparición de dos nuevos instrumentos, el anteojo astronómico, que permitió ampliar el conocimiento de los fenómenos celestes, y el microscopio, que posibilitó a los estudiosos de la medicina acercarse a la textura más íntima de los seres y al reconocimiento de aquellos otros más diminutos. Marcelo Malpighi (1628-1694), catedrático de la universidad de Bolonia, introdujo dos aportaciones de capital importancia: por una parte el descubrimiento de los vasos capilares, con lo que se completaba la obra de Harvey sobre la circulación sanguínea, y por otra la demostración de que los pulmones estaban formados por gran cantidad de saquitos minúsculos o alvéolos. Así pues los medios facilitadores del avance científico fueron: 1.- Las interpretaciones químicas de los procesos fisiológicos, patológicos y terapéuticos propias de los paracelsistas. 2.- La nueva anatomía basada en la disección de cadáveres humanos, que se había ya impuesto con más fuerza desde la reforma vesaliana. The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert 3.- La doctrina de la circulación de la sangre. 4.- La observación de casos clínicos. 5.-La observación necróptica de las lesiones anatómicas internas. La nueva anatomía de Vesalio surgida en el siglo XVI influyó después en la práctica de autopsias con intención anatomopatológica, para completar observaciones sobre casos concretos. Esta práctica, efectuada ya por Juan Tomás Porcell (1528-1583), tratando de confirmar visualmente las lesiones anatómicas en las autopsias sistemáticas practicadas a los apestados por la epidemia de peste de Zaragoza en 1564, se convirtió después en una práctica más generalizada, como se ha visto. Después de Vesalio el estudio de la anatomía buscó la relación entre las enfermedades de los vivos y los signos patológicos aparecidos posteriormente en los cadáveres. Giovanni Battista Morgagni (16821771) confirmó con sus experimentaciones la necesidad de los estudios post mortem para descubrir los cambios físicos producidos por la enfermedad en el organismo, e igualmente se veía cómo la autopsia podía incluso confirmar la causa de la muerte en casos concretos. La extraordinaria experiencia alcanzada por Morgagni fue el resultado de realizar personalmente unas setecientas autopsias buscando demostrar cómo los órganos del cuerpo muestran palpablemente las huellas de la enfermedad. Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 28 Diversos científicos expusieron sus distintas concepciones del cuerpo humano. Herman Boerhaave (1668-1738), catedrático en Leiden, y uno de los mejores profesores de medicina, expuso su visión del sistema corporal como un conjunto armonioso, integrado y equilibrado, en el que funcionaban la presión y los fluidos de forma ordenada y dentro de un nivel adecuado. No compartía la visión mecanicista del cuerpo, por encontrarla elemental y tosca, más bien concebía el organismo como una red bien construida de fontanería, con sus conductos y vasos, por donde circulaban los fluidos corporales. De este modo la salud no era más que el resultado del movimiento libre y vigoroso de los líquidos en el interior del sistema vascular, y la enfermedad significaba el bloqueo, o estancamiento de aquéllos. Perduraba así la antigua idea del equilibrio humoral, pero expresado en términos hidrostáticos y mecánicos. Con sus experiencias Morgagni logró implantar dos premisas que se convertirían en sólido fundamento para la educación y práctica de los futuros estudiantes y médicos: 1.- Las enfermedades generalmente dejan huellas en el organismo que son reveladoras. 2.- La forma más clara de verificar el tipo de enfermedad que lleva a la muerte al paciente es, precisamente, el estudio de las huellas dejadas por la enfermedad. Morggani elaboró por fin una lista detallada en la que comentaba lo que los médicos habían encontrado en los enfermos vivos, y otra detallando las observaciones hechas en los cadáveres: “de modo que si cualquier médico observa algo singular, cualquier síntoma en un paciente, y desea saber qué lesión interna debe corresponder a tal síntoma, o si cualquier anatomista descubre alguna aparición mórbida particular en la disección de un cuerpo y desea saber qué síntoma precedió a la lesión de este tipo en otros cuerpos, el médico, inspeccionando el primero de estos índices, y el anatomista inspeccionando el segundo, inmediatamente encontrarán la observación que contiene ambas” (5). Esta teoría de las huellas dejadas por la enfermedad en el cuerpo, y la importancia de describirlas a través de disecciones de cadáveres, no fue aceptada por toda la comunidad médica; ciertos grupos mostraron su desconfianza hacia los estudios anatómicos, ya expresado en el siglo anterior por algunos médicos como Sydenham; dudas sostenidas por la creencia de que los resultados anatómicos obtenidos en la autopsia, podían ser respuesta de la descomposición natural después de la muerte, o bien deberse a modificaciones orgánicas producidas por la terapia administrada antes de la muerte. Por otra parte, para sostener su escepticismo, afirmaban que en última instancia las lesiones anatómicas indicaban únicamente efectos y no causas de la enfermedad. Durante la Ilustración prosiguió la investigación de anatomías, publicándose atlas de gran belleza, confirmándose de este modo la íntima relación entre materia y arte. Morgagni respondió a estas disertaciones defendiendo que los trabajos disectivos anatómicos, realizados de forma sistemática y detallada por los médicos anatomistas, irían mostrando a estos a través The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert de experiencias y repitiendo comparaciones durante tiempo, cómo distinguir las lesiones que habían sido generadas por la enfermedad, de las que no lo eran; con ello aumentaba la capacidad para diagnosticar enfermedades en los vivos, e incluso a diferenciar pacientes curables de los que no lo eran. Finalmente Morgagni defendía que la disección podía hacer avanzar el conocimiento sobre los orígenes de la enfermedad, y poner en alerta a los médicos ante cualquier situación peligrosa u otra circunstancia, como los factores hereditarios, o cualquier accidente en la vida del enfermo, que podían ser causa de alteraciones anatómicas. Los anatomistas del siglo XVII partieron de la reforma introducida por Vesalio, pero la aplicaron con una orientación más amplia, propia de la mentalidad barroca, en la que se ponen en práctica varios aspectos, algunos ya comentados: 1.- El dinamismo aplicado a la creación anatómica y a la fisiología, es decir, el intento de comprender el por qué de los órganos anatómicos, y el cómo funcionan éstos. 2.- La indagación de la textura íntima de los tejidos, tratando de conocer la parte más interna de ellos. De este modo se producía el inicio de la anatomía microscópica. Una aportación importante a la iconografía del XVII la dio el grabador valenciano Crisóstomo Martínez, que recibió una beca del Gobierno Municipal de Valencia para marchar a París en 1687 a fin de dibujar un Atlas Anatómico. Las láminas macroscópicas de Martínez representan el 90 % del esqueleto humano y la musculatura. Los originales se conservan en su mayor parte en el Archivo Municipal de Valencia. Se trata de obras de gran belleza, naturalidad y dinamismo (6). En el siglo XVII la Escuela Anatómica Valenciana siguió practicando disecciones de cadáveres humanos en el Hospital General de Valencia para enseñanza de los estudiantes de medicina, encargándose los magistrados municipales de mantener y acondicionar las dependencias en que se realizaban las disecciones (7). Esta práctica habitual de disecciones, dentro de los programas docentes de la Facultad de Medicina de Valencia influyó en la formación sólida adquirida por Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 29 los estudiantes, motivo por el que esta institución alcanzó gran prestigio. Pongamos como ejemplo el documento original fechado el 26 de Mayo de 1638, en el cual el Rey accede a la petición de los magistrados de la ciudad para aumentar el sueldo en cien libras al catedrático de anatomía de la Facultad de Valencia, Patricio Vendier, por las veinte anatomías que realiza al año, cuya práctica suponía, según los redactores, peligros para la salud y era un trabajo pesado y fatigoso, valorando su importancia por el gran beneficio que significaba para los estudiantes que, tan solo en un año, alcanzaban más conocimientos que los de otras universidades en muchos años, y por ello, decían, tenía la Universidad de Valencia un nombre tan ilustre: “Lo doctor Patricio Vendier doctor en medicina cathedratich de la cátedra de Anatomia en esta Universitat de Valencia… per raho de les Anotomies ques fan ab tans perills de la salut per ser actio tan enulhosa i factichosa i per altra part tan precisa y necesaria per a la conservacio de la salut humana i benefici publich, fonch servida la prefeta Real Magestat de augmentar lo salari en dita cáthedra en quantitat de 50 lliures que en augment venen a ser 100…lo qual cathedratich de dita cátedra ha de fer 12 anotomies mes entre el any, que en totes fan numero de 20 en les quals venen los estudiants a colegir un gran benefici, puix se fan capasos en un any de lo que en altres universitats no alcançen en molts i per aixo esta Universitat te lo nom tan Illustre…” (8). También en el Nuevo Mundo se practicaron disecciones anatómicas. Juan de Correa, nacido en Nueva España, no sabemos el lugar y el año, fue cirujano del Santo Oficio de la Inquisición, sustituto y ayudante en la cátedra de anatomía y cirugía en la Universidad de México, y allí, el 8 de Octubre de 1646 “puso en ejecución por sí mismo lo que jamás se había hecho en México… una anatomía…” (9). Efectivamente, Juan de Correa desarrolló gran habilidad como cirujano, llevando a la práctica disecciones anatomopatológicas con fines didácticos. Por otra parte dejó escrita la primera historia clínica de México, donde Correa relata con detalle y día a día el desarrollo de la enfermedad desde su inicio hasta el fallecimiento del paciente, y después describe minuciosamente las particularidades que encontró al realizar la autopsia con posterioridad. Correa se considera incluido en el grupo de médicos que desarrollaron la medicina española de la The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert época, caracterizándose por incorporar tres novedades: Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 3.- A la nosografía, o clasificación de las enfermedades, seguiría una descripción de las mismas para llegar a encontrar regularidades sintomáticas. 1.- Práctica de autopsias 2.- Realización de historias clínicas como resultado de la observación directa del enfermo 3.- Enseñanza práctica a los alumnos junto al lecho del enfermo. 4.- El desarrollo sistemático de la observación anatomopatológica y anatomoclínica. 5.- La aparición de novedades de carácter terapéutico y profiláctico de gran importancia, como la introducción por Withering de la cura digitálica, o la invención por Jenner de la vacuna antivariólica. SIGLO XVIII. ILUSTRACIÓN La Ilustración trajo consigo por una parte, un movimiento de secularización, por otra, el interés general por la filosofía y la economía política, generalizándose una idea que fue característica del pensamiento ilustrado, sobre la posibilidad de progreso y expansión económica ilimitados. Al mismo tiempo tenían lugar cambios radicales en la propia estructura de la sociedad, tradicionalmente organizada, que terminarán en la Revolución Francesa de 1789-1799. El Llamado siglo de las luces estuvo guiado por un racionalismo confiado plenamente en la capacidad del hombre para comprenderse a sí mismo y para entender igualmente a la naturaleza con el objetivo de dominarla. El racionalismo impulsó el desarrollo de la ciencia matemática y dio lugar al nacimiento de la química y a las grandes conquistas de la física; las ciencias naturales se ordenaron en sistemas, enriquecidas enormemente por las nuevas especies procedentes de las expediciones científicas, introducidas también en medicina. Las principales líneas de la ciencia racionalizada de la ilustración se han descrito del siguiente modo: 1.- El paso de la experiencia a la experimentación. Aunque la observación atenta del mundo entorno había dado grandes resultados, como la morfología comparada y las autopsias anatomopatológicas, sin embargo fue abriéndose paso de forma natural la idea de la investigación moderna, la búsqueda del conocimiento de la verdad, mediante la unión de la observación con la experimentación de laboratorio. 2.- La creciente tecnificación física y química con una elaboración de la semiología. A los síntomas observados había que añadir los signos y someterlos a medición, siempre que fuera posible. Una característica de los estudios anatómicos de la Ilustración fue el carácter de utilitarismo dado a la investigación. Si las investigaciones realizadas en los siglos XVI y XVII estaban guiadas por un afán de conocer, de desvelar lo desconocido, en el siglo XVIII sin embargo, las investigaciones anatómicas se dirigirán sobre todo a realizar descubrimientos de los que obtener una aplicación práctica. En las primeras décadas del XVIII el uso del microscopio fue prácticamente abandonado, pues las dificultades de su manejo, que requería una habilidad técnica difícil de adquirir, unido a su coste elevado y a la escasa perfección todavía de las lentes, justificaron este detenimiento. Pero en la segunda mitad del siglo la óptica mejoró extraordinariamente las posibilidades de este instrumento, cuya utilización se reanudó intensamente. Sin embargo en las salas de disección solo se utilizaba en muy contadas ocasiones y no de forma habitual. En Gran Bretaña los estudios anatómicos se hallaban en manos de los cirujanos, totalmente separados en este país y subordinados a los médicos. Pues bien, los cirujanos sentían la necesidad práctica de realizar investigaciones por medio de disecciones humanas, encontrándose con graves dificultades para ello, ya que la legislación prohibía la utilización libre de cadáveres, permitiendo las disecciones anatómicas únicamente con aquellos cuerpos de condenados a muerte, después de ser ajusticiados. El aumento de estudiantes de medicina, y el desarrollo de los estudios anatómicos, incrementó la demanda de cadáveres para responder a los fines investigadores y didácticos, motivo por el que, desde finales del siglo XVII en adelante, se produjo una verdadera búsqueda de cadáveres, abriéndose un comercio de individuos poco escrupulosos con las The Electronic Journal of Autopsy 30 A. Nogales Espert escuelas anatómicas, muchas de ellas privadas, llegándose hasta a desenterrar ilegalmente de noche algunos cuerpos recientemente fallecidos. Esta situación tuvo como consecuencia el rechazo de la sociedad hacia estas prácticas y hacia los que las realizaban, produciéndose una verdadera lucha entre aquella y los llamados “resurreccionistas”. En consecuencia, los cirujanos encargados de la disección de los cuerpos de los ajusticiados, según marcaba la ley, fueron despreciados recibiendo incluso agresiones personales, con graves heridas, por parte de amigos de un criminal ahorcado, cuyo cuerpo se trasladaba legalmente para ser anatomizado. Este estado de cosas hizo que la disección fuera rechazada de plano por la sociedad, y que incluso profesores de anatomía y estudiantes llegaran a ser procesados, bajo la acusación de obtener cuerpos que no habían sido condenados por la justicia y someterlos al indigno proceso de disección. Esto ocurría en Escocia, cuando se convirtió en un centro importante de estudios anatómicos, y como otra forma de obtención de cadáveres para investigar se organizó la importación desde Francia, enviando clandestinamente cuerpos de individuos recientemente fallecidos, dentro de cajas bien embaladas con falsas etiquetas de mercancías. Finalmente el Parlamento tomó en consideración la situación a que había llegado la escuela inglesa de anatomía, a través de una ley que eliminando los excesos a que se había llegado, permitía a los científicos satisfacer sus necesidades legítimas para la enseñanza y la investigación, eliminando viejos reglamentos ya obsoletos (10). La anatomía en España tuvo un gran auge desde principios del siglo XVIII, gracias a la presencia en la corte de profesionales de prestigio, llegados con el séquito del primer rey borbón. Estos profesionales desde los puestos privilegiados que ocuparon en la corte, se encargaron de impulsar los estudios anatómicos. Florencio Kelli, formado en París, enseñó anatomía en el existente “teatro anatómico” de Madrid hacia 1703. Fueron sus discípulos los primeros autores de tratados anatómicos españoles de la época: Manuel de Porras y Martín Martínez. José Cervi, médico de Felipe V, impulsó la labor realizada por los anatomistas franceses Blas Beaumont y Guillermo Jacobe en la Regia Sociedad Médica de Sevilla, y logró la traducción al castellano de los tratados de anatomía de Laurencio Heister, 1755, y Bernardo Genga, 1744. Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX Bajo el impulso de las disposiciones reales de Carlos III y Carlos IV, la enseñanza de la anatomía mejoró en las universidades españolas. Se dictaron lecciones de anatomía y se ejecutaron prácticas de disección en el Hospital General de Madrid y en la Sociedad de Medicina de Sevilla, experimentando la enseñanza de la anatomía un gran impulso con la fundación de los Reales Colegios de Cádiz en 1748, Barcelona en 1764, y de San Carlos de Madrid en 1787. En estos colegios los cirujanos recibían una formación en anatomía muy sólida, gracias a la extraordinaria experiencia de los fundadores de estas instituciones, Pedro Virgili y Antonio Gimbernat (11). En el anfiteatro anatómico del Real Colegio de Cirugía de Cádiz, construido bajo la dirección de Pedro Virgili, trabajaron con este último Lorenzo Roland, que fue el primer demostrador anatómico, Canivell y Gimbernat. Ignacio Lacaba también se formó en Cádiz, siendo después disector del Colegio de San Carlos de Madrid. Lacaba y Bonells fueron autores conjuntamente del texto de anatomía español más importante del siglo. Más tarde, en 1764, Pedro Virgili fue nombrado director del Colegio de Cirugía de Barcelona, siendo autor del proyecto de fundación. Las prácticas anatómicas se realizaban en principio en la sala de anatomía cedida por el hospital. Virgili llevó consigo como anatomistas a Lorenzo Roland y a Gimbernat. La fundación del Colegio de Cirugía de San Carlos de Madrid fue encomendada a Antonio Gimbernat, quien por su condición de experto anatomista se preocupó del progreso de los estudios anatómicos y de la enseñanza de la anatomía, a través de la práctica de disecciones. El primer profesor del Colegio de San Carlos fue Diego Rodríguez del Pino, y como disector actuaba Ignacio Lacaba. El primer curso en que se impartió docencia en Madrid solo hubo tres alumnos oficialmente matriculados, sin embargo asistieron como oyentes a las clases entre veinte y sesenta estudiantes. A partir de 1793 se abrieron los servicios clínicos y aumentó el número de alumnos. Fue tal el incremento de estudiantes que el año 1806 se hizo necesario habilitar una sala nueva en los sótanos del Hospital General para realizar las disecciones anatómicas, pues los asistentes eran ya más de doscientos (12). The Electronic Journal of Autopsy 31 A. Nogales Espert La importancia de los textos anatómicos publicados en España en el siglo XVIII indica la oportunidad de hacer referencia a los más destacados, para comprender la notoriedad adquirida por esta materia: Manuel Porras escribe la “Anatomía Galénica Moderna” en 1716; Martín Martínez publicó en 1718 “Anatomía completa del hombre”; Blas Beaumont, destacado anatomista, escribió como fruto de una gran labor de disección “Exercitaciones Anatómicas” en 1728, “Instrucciones Chirúrgicas y Anatómicas” en 1753; Jaime Bonells e Ignacio Lacaba publicaron a finales de siglo la obra titulada “Curso completo de Anatomía del cuerpo humano”, considerada como el texto más importante español del siglo XVIII. De esta obra merece destacarse el capítulo “Anatomía Práctica”, donde de forma extensa y bien detallada se exponen las normas a seguir en el ejercicio correcto de las disecciones, que constituye la primera referencia sobre este aspecto en la literatura anatómica española. Diversas Academias y Sociedades científicas españolas desarrollaron una intensa actividad científica como impulsoras del auge de la anatomía y cirugía, y por tanto de la disección anatómica. Así Francisco de Vincueiro leyó en la Academia de Ciencias y Arte de Zaragoza el año 1760 el trabajo titulado “Disertación sobre la utilidad de los experimentos anatómicos y quirúrgicos en los cadáveres para el estudio y práctica de la cirugía”. Esta pequeña, aunque importante muestra de publicaciones anatómicas españolas que encontramos en el siglo XVIII, indica la notable formación que se dio a los estudiantes en los Reales Colegios de Cirugía de este país, partiendo de la práctica de la disección y el perfeccionamiento de sus técnicas, pues bajo la dirección de Pedro Virgili y Antonio Gimbernat, en estas instituciones se enseñó anatomía y se practicaron disecciones con entusiasmo y continuidad. Ambos se consideran las dos figuras más importantes de la cirugía española del siglo XVIII. Fueron anatomistas excepcionales, y a su incansable trabajo y valía se debió el desarrollo de la anatomía y la investigación española de su época, pues en los Reales Colegios de Cirugía, en los que intervinieron directamente, se planificó e impartió la enseñanza a través de cursos en los que se ofrecía un riguroso conocimiento de la morfología humana mediante la práctica regular de disecciones anatómicas. Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 32 - Pedro Virgili (1699-1776) había estudiado en Montpellier y París y al regresar a España trabajó como cirujano del ejército, donde conoció a Juan Lacomba, cirujano mayor de la Armada, y de esta amistad surgió el proyecto de crear un Colegio de Cirugía en Cádiz, lo que, como se ha dicho, fue una realidad finalmente. Virgili elaboró los planes de estudio de los reales Colegios de Cirugía de Cádiz y Barcelona, y dentro de ellos, proyectó con gran eficacia la enseñanza de la anatomía. - Antonio Gimbernat (1734-1816), estudiante en el Colegio de Cirugía de Cádiz, fue discípulo de Virgili y continuador de su obra. Al terminar los estudios fue profesor de anatomía en el mismo Colegio de Cádiz, y después en el de Barcelona. Viajó a París, donde entabló relación con importantes anatomistas y cirujanos. Posteriormente se le encomendó la labor de fundar en la Corte el Colegio de Cirugía de San Carlos, y en él la enseñanza de la anatomía y la prácti-ca de disecciones se llevaron a cabo con la misma amplitud y dedicación que en los Colegios de Cádiz y Barcelona, siguiendo a su maestro Virgili. Gimbernat testimonió su pericia como disector e investigador implantando una técnica personal para operar la hernia crural, experimentación a la que llegó mediante una detallada indagación anatómica que le permitió conocer perfectamente la región y describir lo que llamó “arco crural”, importante contribución al conocimiento del cuerpo humano. Esta técnica de intervención quirúrgica la expuso en Londres ante John Hunter en 1777, mereciendo la aprobación de dicho cirujano, considerado el más ilustre del siglo. - Abert Haller (1708-1777) anatomista suizo, gran estudioso de la fisiología humana, realizó buen número de trabajos anatómicos; llegó a disecar más de cuatrocientos cadáveres y a utitizar inyecciones intravasculares, lo que le llevó a desvelar con exactitud la red vascular de los testículos, los conos vasculares del epidídimo y el círculo venoso superficial de la mama, que llevaron su nombre. Sus profundos conocimientos anatómicos le permitieron realizar importantes descripciones sobre el ojo, y el corazón. Publicó obras tan extensas como importantes: “Icones anatomicae”, 1743-1754 en cuatro partes; “Disputationes anatomicae selectae”, en Göttingen en siete partes, 1746-1752; y la “Biblioteca anatomicae” en Zurich, 1774-1777. En esta última obra se recoge toda la literatura sobre anatomía publicada hasta entonces. The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert - Jacob Winslow (1669-1760), de origen danés, se graduó en medicina en 1704 en el Hôtel Dieu de París, y practicó personalmente disecciones. Su gran preparación le llevó a convertirse en anatomista del Jardin du Roi, y posteriormente fue nombrado Regente de la Facultad de Medicina de París en 1728, y en dicha facultad mandó construir un nuevo anfiteatro anatómico. Considerado el mejor anatomista de su epoca, la obra más importante de Winslow se titula “Exposition anatomique de la structure du corps humain”, editada en París en 1732. - Tres generaciones de médicos de la familia Monro encabezan la enseñanza de la anatomía escocesa durante más de cien años (1720-1846). Alexander Monro primus (1697-1767) nacido en Londres, fue educado por su padre, cirujano militar, para la enseñanza de la anatomía. Después de una educación médica adquirida en París, Edimburgo y Leiden, Monro se dedicó a la enseñanza de la anatomía, destacando especialmente como gran disector. Su prestigio le permitió influir decisivamente en la fundación del Hospital Clínico de Edimburgo, y en la publicación de los “Medical Essays and Observations” (1732-1744). Su hijo Alexander Monro secundus nació en Edimburgo (1733-1817); fue doctor en medicina en 1755 y recibió una sólida formación en anatomía en Londres, Berlín y Leiden, sustituyendo a su padre como profesor de anatomía en Edimburgo, y fue un buen maestro en historia de la antomía, anatomía descriptiva, fisiología y cirugía. Su obra escrita más importante es la titulada “Observations on the structure and functions of the Nervous System”, editada en Edimburgo en 1783, con originales descripciones como la comunicación entre los ventrículos del cerebro. Alexander Monro tercius (17731859), hijo del anterior, llegó a ser profesor de anatomía en 1798 gracias a su padre, pero fue un mediocre maestro, que únicamente se limitó a repetir en clase las lecciones impartidas por su abuelo. La escisión entre cirujanos y barberos, que en Gran Bretaña habían constituido tradicionalmente un gremio, se produjo en 1719. A partir de entonces y por falta de catedráticos de anatomía, algunos cirujanos, que ya enseñaban anatomía cuando trabajaban en común con los barberos, comenzaron a practicar la disección privada en los hospitales. William Hunter (1718-1783), que había estudiado anatomía en Edimburgo con Monro, fue el primero que inició un curso de anatomía en su casa, con suficiente éxito; esto le animó a levantar un teatro anatómico en 1767 Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 33 en Londres, en la calle Great Winmill, teniendo como ayudante de disección a su hermano John Hunter (1723-1793), formándose en su escuela los mejores cirujanos del momento. Recibió el doctorado en medicina por la universidad de Glasgow, y al morir legó su importante museo anatómico a dicha universidad. - John Hunter abandonó el trabajo de colaborador de su hermano, e ingresó como cirujano en el ejército. Posteriormente, por su buena formación como anatomista, se dedicó a la enseñanza de anatomía y cirugía a partir de 1783, formándose con él los mejores cirujanos ingleses y norteamericanos. Se dice de él que fue uno de los que salían con sus discípulos a la búsqueda de sujetos recién fallecidos para proseguir sus actividades disectivas docentes. Calificado como uno de los más insignes anatomistas de la época, John Hunter publicó en Londres, en 1771 la obra “Treatise on the Natural History of the Human Teeth”, donde explicaba el desarrollo y las características y diferencias del diente humano. - Johannes N. Lieberkün (1711-1756) nació en Berlín. Graduado en medicina en 1739, su interés por la investigación le llevó a dominar las técnicas microscópicas y las inyecciones vasculares con resina coloreada y cera, y así pudo describir la circulación del quilo en las vellosidades intestinales y la estructura y función de sus glándulas. Este magnífico trabajo fue la causa de su elección como miembro de la Real Society of London en 1740, y de su acceso a otras Academias. A dicho descubrimiento se le ha dado su propio nombre (13). SIGLO XIX. ROMANTICISMO Fue una época de grandes acontecimientos en todos los órdenes y en sucesión ininterrumpida, que transformaron las mentalidades y el modo de vida de las sociedades en todo el mundo. Recordaremos los siguientes: 1.- En Europa durante el año 1848 se producirá la primera revolución de las clases trabajadoras y aparecerá el Manifiesto Comunista de Marx y Engels. 2.- Hacia final del siglo, 1895-1905, surgirá la revolución intelectual y científica. Europa perderá la supremacía mundial y se iniciará una vertiginosa carrera de armamentos, hasta llegar al comienzo de la primera Guerra Mundial en 1914. The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert 3.- Se producirá un incremento extraordinario de la población mundial que pasará de cien o ciento veinte millones de personas a mil seiscientos millones en 1850. De ellos corresponderán a Europa cuatrocientos cincuenta y dos millones, y grandes masas humanas se trasladarán del Viejo al Nuevo Mundo. Otro hecho significativo de la gran movilidad humana será el impresionante desplazamiento humano desde el campo a la ciudad, con lo que esta última se convierte en protagonista de la historia y de la vida social. 4.- La revolución industrial, que se inicia en las Islas Británicas comenzando por el campo textil, se extenderá rápidamente a todos los países de Europa y a Estados Unidos. 5.- La progresiva tecnificación de la vida trajo consigo aspectos positivos, como el aumento en la producción de bienes de consumo; pero también otros negativos, como la explotación del hombre por el hombre. 6.- En cuanto a las relaciones internacionales un rasgo distintivo será la expansión mundial de los europeos, partiendo de diferentes motivaciones: expediciones científicas, colonialismo, misiones religiosas o emigración. 7.- Desde mediados del siglo XIX, a partir de 1848, se producirá un hecho ocurrido por primera vez en la historia: el desarrollo constante de la civilización occidental, que se convertirá en patrimonio de todos los pueblos del planeta. 8.- Desde 1848 crecerá una burguesía dinámica y activa; se desarrollará el libre cambio y aparecerá el ferrocarril. Esta forma de sociedad, partiendo de Inglaterra, Francia y Estados Unidos irá extendiéndose a los demás países, dando paso a una nueva forma de pensamiento, el positivismo que, junto al evolucionismo, utilitarismo y realismo, pronto desplazarán a la mentalidad romántica con que había comenzado el siglo XIX. 9.- En medicina, la ciencia y la técnica enormemente potenciadas darán paso a una nueva visión en la práctica asistencial: la pérdida de la individualidad y la singularidad del ser humano enfermo. Se dirá: “no hay enfermedades sino enfermos” pero, desde la práctica, el médico pondrá todo su esfuerzo en el diagnóstico, con el advenimiento de la llamada Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 34 “patología constitucional”, a partir de la cual el individuo enfermo importaba poco o nada. Afortunadamente en la actualidad se está retomando la importancia de la singularidad humana (14). Respecto a las trasformaciones de la medicina, en concreto el acabado conocimiento de la anatomía descriptiva y de los planos de acceso topográfico, fueron de gran utilidad para el desarrollo de la cirugía, dándole sólidas bases para delimitar con exactitud las áreas de intervención en las lesiones que había ido mostrando la anatomía patológica. La patología externa siguió el método del examen clínico, desarrollando e impulsando a la medicina interna. Con esta orientación el cirujano, conocedor además del diagnóstico, podía llegar directamente a la zona afectada, realizando la intervención quirúrgica directa y correctamente. Comenzaron a interpretarse las lesiones y a mejorarse las técnicas operatorias en función de la zona intervenida, especialmente en el aparato locomotor, y ello contribuyó a dar contenido científico a la cirugía del romanticismo. La cirugía experimental con animales empezó a introducirse, dando grandes resultados orientados en un principio hacia la ortopedia y la cirugía plástica. Todo ello contribuyó al progreso de los cirujanos como profesionales, y al crecimiento de su status social, siendo especialmente ennoblecidos y distinguidos los grandes cirujanos por todas las monarquías de Europa (15). Desde el punto de vista de la práctica autópsica, los más eminentes médicos y cirujanos del siglo se distinguieron especialmente por su experiencia disectiva y docente en este campo, y por su dedicación a la investigación, usando como método la disección anatómica humana. Nos referiremos para terminar esta aproximación a la historia de las autopsias, como figuras representativas de su práctica y de los logros para la ciencia médica derivados de la disección anatómica, a los siguientes autores: Bichat, Rokitanski, Virchow y Maestre de San Juan. - Marie François Xavier Bichat (1771-1802) nació en Francia. Destacó extraordinariamente como anatomista y fisiólogo, y fue defensor del vitalismo que trataba de explicar, como doctrina biológica, todas las funciones de los seres vivos como el resultado de The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert una fuerza vital diferente de las fuerzas físicas, mecánicas y químicas. Esta doctrina se oponía al mecanicismo, que consideraba la vida como el resultado del conjunto de las fuerzas antedichas. Bichat contribuyó al avance conceptual de la época de una forma decisiva. En 1799 publicó el tratado de patología “Traité des membranes”, donde estudió las estructuras que compartían una textura semejante, y que al mismo tiempo se encontraban presentes en diferentes órganos, describiendo veintiún tejidos diferenciados por su apariencia y cualidades. Y al definir su estructura y propiedades vitales, capacidad de respuesta e irregularidades afirmó que en el futuro las enfermedades se considerarían lesiones de los tejidos, en lugar de lesiones de los órganos, manifestando: “Cuanto más observas las enfermedades en los cadáveres abiertos, más te convences de la necesidad de considerar las enfermedades no según el efecto que presentan los órganos en toda su complejidad, sino el que presentan los tejidos individualmente” (16). Afirmaba con esta manifestación la importancia de la experimentación con cadáveres humanos en el trabajo de los investigadores de la época. En la obra “Anatomía General aplicada a la Fisiología y a la Medicina” Bichat dejaba muy clara su interpretación de la enfermedad como una lesión local en uno de los diversos tejidos de cada órgano y no como una alteración general de todo el órgano. A partir de esta teoría pudieron distinguirse dos clases de síntomas patológicos: los del tejido afectado y los propios del órgano en que este se encontraba. Una vez más Bichat subrayaba la importancia de estudiar junto a los síntomas en el enfermo vivo, los efectos de las enfermedades en los cuerpos muertos: “ Podeis tomar notas durante veinte años, de la mañana a la noche al lado del lecho de los enfermos y todo será para vosotros una simple confusión de síntomas que no estando unidos en algún punto, presentarán necesariamente tan solo una serie de fenómenos incoherentes. Abrid unos cuantos cadáveres y esta oscuridad pronto desaparecerá, que la observación por sí sola nunca habría logrado disipar” (17). Desde esta nueva orientación de la patología Bichat sentaba las bases de la nueva medicina clínica del siglo XIX. Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 35 - El barón Karl von Rokitansky (1804-1878) nació en la ciudad checa de Hradec Králové y estudió medicina en las universidades de Praga y Viena. Comenzó a trabajar en el Instituto de Patología del Hospital General de Viena en calidad de asistente. Más tarde pasaría a ser director del mismo y catedrático de la Facultad de Medicina. Dedicó sus mayores esfuerzos al conocimiento de la anatomía del hombre para poder curar más y mejor las enfermedades. Defendía la realización de autopsias como mejor instrumento para llegar a conocer la constitución real del cuerpo humano. Fue un clínico importantísimo que sentó las bases físicas de la percusión y la auscultación. Como investigador realizó más de setenta y cinco mil trabajos relacionados directamente con las autopsias. Por ello su obra “Manual de Anatomía Patológica” se difundió por todo el mundo con una gran aceptación por su alta calidad. Describió la atrofia aguda amarilla del hígado, que ha recibido el nombre de “enfermedad de Rokitansky”, y en 1852 lanzó la hipótesis sobre el surgimiento de lo que hoy se conoce como aterosclerosis (18). Entre las más destacables aportaciones a la ciencia médica de Rokitansky se encuentran las siguientes: 1.- Desarrollo de la anatomía patológica como ciencia independiente de la clínica. 2.- Creación de métodos característicos para el examen de autopsias. 3.- Diferenciación de la existencia de numerosas lesiones en el organismo humano. 4.- Establecimiento de la anatomía patológica como especialidad, llegando a practicar personalmente veinte mil autopsias con gran dedicación y rigor (19). - Rudolf Ludwig Kar Virchow (1821-1902), uno de los más eminentes fisiólogos y anatomo-patólogos, nació en Prusia. Por su importante obra en torno a la célula, se le considera el fundador de la patología celular. De gran actividad investigadora fue un experto enormemente hábil en el anfiteatro, realizando disecciones anatómicas. Hacia 1849 fundó el “Archiv för pathologische Anatomie und Physiologie und klinische Medizin”. Cuando aconteció su muerte, dirigía el primer Instituto Anatómico de Patología en Berlín, donde contaba con numerosísimos discípulos. The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert Su contribución al desarrollo de la anatomía patológica es muy destacada por sus importantes aportaciones: la interpretación correcta de la leucemia y la leucocitosis, la trombosis y la embolia; la descripción de la mielina, la neuroglia, o la distinción entre hipertrofia e hiperplasia, entre otras muchas. Pero su aportación fundamental fue el reconocimiento de la célula como unidad central en la constitución interna del organismo. Si Morgagni había dado como elemento central el órgano, y Bichat el tejido, Virchow hizo lo mismo con la célula. De tal manera que esta representación del organismo como “república de células ordenadas recíprocamente”, fue tan decisiva para la aparición de una nueva concepción del cuerpo humano y de la patología, que ha convertido a Virchow en el patólogo más eminente de su época y el más grande de todos los tiempos. También alcanzó como médico una gran reputación. Una clara muestra de la maestría de Virchow como anatomista y disector aparece en su libro titulado “Técnica de Autopsias”, que fue impreso en Madrid en 1894. En él Virchow comienza remontándose a 1844 cuando fue ayudante del jefe de trabajos anatómicos de la Caridad, y empezó a descubrir los defectos con que se realizaban las autopsias: eran practicadas por jóvenes médicos sin experiencia, por lo que “…en general no se llevaba ningún registro de los trabajos practicados, y los datos correspondientes se fiaban a la memoria y no se anotaban hasta después de terminada la autopsia” (20, pág. 1). Cuando dos años más tarde, en 1846 fue nombrado Director de trabajos anatómicos, comenzó a introducir una serie de modificaciones en la práctica de las autopsias: que se practicaran por una sola persona; que se llevase un registro ordenado de ellas, y que se coleccionasen estos datos para obtener sumas útiles (20, pág. 2). Vio la necesidad de inventar un método ordenado de examen anatomo-patológico e introducir una técnica determinada. Este método que fue desarrollando y perfeccionando en el transcurso de los años, partía de unas premisas fundamentales. El método completo lo plasmó en el “Reglamento para el procedimiento que han de seguir los Médicos forenses en el examen medico-legal de los cadáveres” , que constituye la tercera parte de su libro “Técnica de las Autopsias”, motivo por el cual lo reproducimos, a modo de apéndice documental, al final de este tema. Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 36 Las premisas básicas que deben presidir una autopsia según Virchow son dos: 1.- “Ha de permitir una inspección lo más completa posible, para que se pueda formar juicio sobre la naturaleza y extensión de las lesiones de todos los órganos. 2.- A fin de proporcionar también la posibilidad de una demostración clara, utilizable para los fines de la enseñanza, debe ser realizada de tal modo que altere lo menos posible las conexiones de las partes correspondientes” (20, pág 3). En la primera parte de esta obra son interesantes los capítulos en los que aparece con detalle el orden y la forma en que debe realizarse la autopsia. Destacamos los siguientes: Capítulo IV: “Orden y plan de la autopsia. Situación del diafragma. Apertura de las cavidades torácica y abdominal.” Capítulo V: “Color de las partes y especialmente de la sangre. Repleción sanguínea e inyección capilar”. Capítulo VI: “Contenido insólito de las grandes cavidades. Examen de la cavidad torácica”. Capítulo VII: “Examen de la cavidad abdominal: intestinos, hígado, duodeno, estómago, bazo, páncreas, órganos urinarios y sexuales. Orden de sucesión”. En este capítulo Virchow describe el orden en que, según su método, deben examinarse los órganos de la cavidad abdominal, que es el siguiente: “1º Epiplon 2º Bazo 3º Riñón izquierdo, cápsula supra-renal y uréter 4º Riñón derecho, capsula, supra-renal y ureter 5º Vejiga urinaria, uretra, próstata, vesículas seminales 6º a: Pene, testículos, cordón espermático b: Vajina, matriz, trompas, ovarios, parametrio 7º Intestino recto 8º Duodeno, porción intestinal del conducto colédoco 9º Estómago 10º Ligamento hepático-duodenal, conductos excretores de la bilis, vena porta, vejiga de la hiel, hígado The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert 11º Páncreas, ganglio celíaco 12º Mesenterio con los ganglios linfáticos, vasos, etc. 13º Intestino delgado y grueso 14º Ganglios linfáticos retro-peritoneales, cisterna del quilo (o de Pecquet), aorta, vena cava inferior”. (20, pág, 36-37). Capítulo VIII: “Técnica de la disección anatomopatológica. Instrumentos de disección y modo de dar los cortes”. En este capítulo Virchow especifica que “la técnica de la disección patológica debe ser esencialmente distinta que aquella que procede seguir en el anfiteatro anatómico, o en la sala de preparaciones” (20,pág 38). Respecto a los instrumentos necesarios cita los siguientes: • Cuchillo de autopsias (modificado por el propio Virchow) • Cuchillo común de disección • Cuchillo de lomo más ancho, para cuando hay que ejercer una gran presión. Precisando más cita para realizar una autopsia lo que llama tres cuchillos diferentes: “un escalpelo ordinario, un cuchillo de autopsias y un condrótomo reforzado para todos los trabajos más groseros” (20, pág. 44-45). Capítulo IX: “Conservación de la continuidad de los órganos seccionados. Disección del cerebro. Ventrículos cerebrales”. Capítulo X: “Disección del corazón. Situación y dirección de los cortes. Examen de los orificios. Cortes en los ventrículos”. La segunda parte del libro que comentamos está dedicada a describir diversos casos prácticos. Citamos algunos títulos: 1.- Sujeto conocido. Muerte por asfixia, a consecuencia de hemorragia y edema de pulmón. 2.- Sujeto desconocido. Balazo en la cabeza (suicidio). El autor comienza con estos datos, prosiguiendo seguidamente a utilizar su propio método disectivo. Relata hasta un total de cuatro casos prácticos. Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 37 La tercera parte del libro la dedica a detallar una disección anatómica según su propio método, al que da el nombre de “Reglamento prusiano. Para el examen médico-legal de los cadáveres”. - Aureliano Maestre de San Juan (1828-1890), nacido en Granada, al terminar los estudios de medicina obtuvo por oposición una plaza de “Ayudante del preparador y conservador anatómico”, de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid, en 1848. Esto le permitió conseguir un conocimiento muy profundo de la anatomía y una perfección excepcional en la práctica de las disecciones anatómicas. En 1852 fue nombrado Profesor sustituto de Fisiología y Clínica Médica, desempeñando una importante labor docente y destacando por sus grandes dotes de dibujante, que le permitieron elaborar interesantes esquemas para las clases con los alumnos. En 1854 ocurrió en Madrid una grave epidemia de cólera asiático, Maestre de San Juan fue nombrado médico de distrito, y asistió también como médico en el Hospital de coléricos de San Jerónimo; allí atendió a más de 1700 enfermos de cólera, y pudo practicar la autopsia de aquellos enfermos que no consiguieron sobrevivir, obteniendo datos de gran valor, con los que logró reunir una importante colección de preparaciones de distintos órganos enfermos, los cuales enriquecieron la colección del museo de la Facultad. En 1857 obtuvo un puesto de profesor clínico en la Universidad de Granada. Allí trabajó durante tres años como docente y como asistencial, realizando más de trescientas intervenciones quirúrgicas, y por su gran destreza en anatomía adquirió también una importante experiencia como cirujano. En 1860 obtenía la cátedra de Anatomía Descriptiva y General de la Universidad de Granada. A partir de aquí se dedicó plenamente a su gran pasión, la Histología. Maestre de San Juan viajó para conocer los centros anatómicos más importantes de Europa y se relacionó con las más eminentes figuras. En Leiden conoció a Boogard y Zaayen, en Utrech a Harting y Donders, en Berlín conoció a Virchow, Reichert, Kühne y Klebs, en Estrasburgo contactó con Morel y en Inglaterra con Beale. De este modo pudo conocer el estado de la investigación histológica en los lugares más avanzados. The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX Su gran obra sobre anatomía titulada “Tratado de Anatomía General” apareció en 1872 y fue la primera obra original publicada sobre esta materia en España. Y en 1873 obtenía la cátedra de Histología Normal y Patológica de Madrid. Fue fundador y presidente de la Sociedad Histológica de Madrid, y creador en su cátedra de lo que llamó “Escuela práctica” en el laboratorio histológico de la Facultad de Medicina de Madrid (21). En 1879 salía publicada su obra “Tratado elemental de Histología normal y patológica”, que sería aceptada como texto oficial en las escuelas de medicina. En 1884 fue nombrado miembro de la Real Academia Nacional de Medicina, sección Anatomía. Su último trabajo, que se conserva en la Real Academia, fue el de contestación a la toma de posesión del Doctor Magaz y en él el Doctor Maestre de San Juan quiso demostrar que la anatomía e histología son el fundamento y base de la fisiología, e igualmente que las vivisecciones son también fundamento y base tanto de la fisiología como de la patología y la terapéutica. ************* 38 A lo largo de cuatro artículos hemos ido siguiendo la evolución histórica de la práctica de las autopsias desde las civilizaciones antiguas hasta finales del siglo XIX, pudiendo apreciarse de forma inequívoca cómo a través de las disecciones humanas se ha ido conociendo la verdadera constitución del ser humano. Se han corregido errores y efectuado descubrimientos por medio de la investigación humana post mortem, que cambiaron los conocimientos sobre anatomía y fisiología, haciendo que estas ciencias avanzasen hasta completar el conocimiento real de las características anatómicas y del modo de comportarse los órganos y sistemas. Por otra parte, los investigadores más formados, aquellos que se habían ejercitado ampliamente en la ejecución de prácticas disectivas humanas, han sido precisamente los que han pasado a la historia de la medicina con el descubrimiento de sistemas, órganos, fibras y tejidos, y su forma de comportarse fisiológicamente. En muchos de estos hallazgos han quedado inmortalizados sus descubridores, al otorgar la comunidad científica a estos descubrimientos el nombre de sus autores. Hoy las autopsias siguen proporcionando la misma riqueza de datos informativos para mejorar los diagnósticos, perfeccionar los tratamientos y despejar posibles errores. La práctica disectiva representa una forma de autocrítica, capaz al mismo tiempo de desvelar las posibles dudas acerca de la realidad que afectaba al paciente, por lo que constituye una fuente inagotable de aprendizaje para los médicos de cualquier especialidad, siempre que la autopsia se practique de manera eficaz, reuniendo las condiciones señaladas por Alberto Anaya de ser exhaustivas, ordenadas, realizarse de forma tranquila y estar informadas (22). The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 39 REFERENCIAS 1.- LAIN ENTRALGO, P.; PESET, José Luis. La morfología biológica del barroco. En: LAIN ENTRALGO, P. Historia Universal de la Medicina. Salvat. Barcelona, 1981, pág. 217 2.- LÓPEZ PIÑERO, José María. Breve Historia de la Medicina. Alianza. Madrid, 2001, pág. 112-113 3.- GUERRA, Francisco. Historia de la Medicina I. Ediciones Norma S.A. Madrid, 1989, pág. 373 4.- PORTER, Roy. Breve Historia de la Medicina. Desde la antigüedad hasta nuestros días. Taurus, Madrid, 2003, pág. 106 5.- REISSER, Stanley Joel. La medicina y el imperio de la tecnología. Fondo de Cultura Económica. México, 1990, pág. 29 6.- LÓPEZ PIÑERO, José María. El Atlas anatómico de Crisóstomo Martínez, Ayuntamiento de Valencia, 2001, pág. 5 7.- NOGALES ESPERT, Amparo. La Sanidad Municipal en la Valencia Foral Moderna: 1479-1707. Ayuntamiento de Valencia. Colección Estudis, Nº 10, Valencia, 1997, pág. 29 8.- NOGALES ESPERT, Amparo. Fuentes primarias. Archivo Municipal de Valencia. Serie Manuals de Consells. Signatura A-164 f 445. 26 Mayo, 1638 9.- RODRIGUEZ SALA Mª Luisa. Juan de Correa, cirujano del Santo Oficio de la Inquisición.En:http//morgan.iia.unam.mx/usr/humanid ades/204/columnas/rodriguezsala. Última consulta, 20 Junio, 2004 10.- CASTELLANI, Carlo. Anatomía de la Ilustración. En: LAIN ENTRALGO, P. Historia Universal de la Medicina. Tomo V. Anatomía de la Ilustración. En LAIN ENTRALGO, P. 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Nogales Espert Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX 40 The Electronic Journal of Autopsy A. Nogales Espert Historia de las autopsias. IV- Siglos XVII a XIX The Electronic Journal of Autopsy 41