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BORRADOR (NO PUBLICABLE)
¿SON REALMENTE INTEGRADORES LOS PROGRAMAS DE INTEGRACIÓN
CÍVICA EN EUROPA?
Carmen Innerarity
Universidad Pública de Navarra
Al hilo de las directrices de la Unión Europea (Consejo de la Unión Europea 2004), los
países europeos han recurrido a distintas medidas con el objetivo de avanzar en la
integración de la población inmigrante, promoviendo tanto una equiparación de
derechos como un sentimiento de pertenencia que permita una mayor cohesión social.
Una de esas medidas es la realización de cursos y exámenes de ciudadanía con el fin de
lograr “un conocimiento básico del idioma, la historia y las instituciones de la sociedad
de acogida” desde la convicción de que ese conocimiento “es esencial para que
integración tenga éxito”, tal y como queda recogido en el cuarto de los Principios
Básicos Comunes para la política de integración de los inmigrantes acordados por el
Consejo de la Unión Europea en el año 2004. Por otro lado, el mismo documento
incluye una idea de integración como “un proceso bidireccional y dinámico de ajuste
mutuo” (Consejode la Unión Europea 2004), que exige la participación, la interacción,
el diálogo. Se trata de un modelo intercultural, que pretende superar tanto el monismo
cultural del asimilacionismo, como la imposibilidad de diálogo del multiculturalismo
cerrado (Consejo de Europa 2008).
Por otra parte, el segundo de los Principios comunes establece ya cuáles son los valores
a los que los inmigrantes deberán adaptarse en ese proceso bidireccional que es la
integración. Estos son: “la observancia
de los principios de libertad, democracia,
respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales, así como el Estado de
Derecho. Incluyen asimismo la observancia de las disposiciones de la Carta de los
Derechos Fundamentales de la Unión, que consagra los conceptos de dignidad, libertad,
igualdad, no discriminación, solidaridad, derechos cívicos y justicia” (Consejo de la
Unión Europea 2004). Se trata, por tanto, de principios formales, que muestran un
entendimiento universalista de la pertenencia
En esta misma línea, algunos autores (Joppke 2007) señalan que las políticas de
ciudadanía en Europa han evolucionado hasta la convergencia en torno a formas cívicas
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de entender la pertenencia, como algo que gira en torno a los valores liberales,
superando los modelos nacionales de integración. Pero, aunque el objetivo de los
programas de integración sea convertir a los inmigrantes en ciudadanos, como un
proceso que pasa por el conocimiento o la adopción de
los principios y valores
liberales, estos pueden aparecer en distintas versiones, otorgando mayor peso a las
cuestiones procedimentales o a los valores compartidos (Gray 2000), dando lugar a
distintas configuraciones entre cultura, identidad y cohesión social, que en algunos
casos pueden tener un carácter excluyente. La comunicación analiza los programas de
integración cívica en Francia, Alemania, Gran Bretaña y España con el fin de ver cómo
se entiende en ellos la pertenencia a la nación. En este contexto, la comunicación
pretende observar si en los programas de integración cívica se manifiesta un giro hacia
una pertenencia basada en valores políticos o, por el contrario, permanecen anclados en
concepciones claramente identitarias, reflejando las formas específicas de entender la
pertenencia en cada país, lo que podrían constituir un obstáculo para la integración.
Más allá de esta distinción, la integración no es algo que “se hace sobre ellos”, sino un
proceso que inmigrantes y autónomos realizamos en común y, por lo tanto, no tiene por
que implicar un aimilacionismo contrario a la diferencia (Brubaker 2001).
Alemania
Es obligatorio realizar un test y existen cursos de formación cívica para prepararlo. El
curriculum de los cursos de formación cívica y la batería de preguntas para el diseño del
test resultan accesibles de forma gratuita en la página web del Ministerio de
Inmigración, material que se analizará aquí.
Francia
En Francia no se exige un test escrito sino únicamente llevar a cabo una entrevista con
el fin de comprobar el conocimiento del idioma y de la vida en Francia. Analizo dos
documentos. En primer lugar, el informe Le contrat et l’integration, elaborado por el
Haut Conseil a l’integration en el año 2003, que recoge el curriculum propuesto para la
jornada de formación cívica a la que deberán asistir los candidatos. Y, en segundo lugar,
el contenido del Livret du citoyen, publicado por el Ministerio del Interior en el año
2015 con el fin de ayudar a los aspirantes a prepararse para la entrevista.
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Gran Bretaña
En Gran Bretaña es necesario realizar un test. El gobierno británico no proporciona
información sobre las preguntas, pero pone a disposición de los aspirantes el manual
Life in the United Kingdom. A guide for new residents, cuya primera edición salió a la
luz en el año 2004. Su contenido se analiza aquí.
España
En el caso de España, el Instituto Cervantes publica en su página web tanto las
preguntas como un breve manual para prepararse para el examen. Ambos documentos
se analizan en este trabajo.
Principales conclusiones
Si en Alemania el test implica la identificación con el estado de derecho frente al
fanatismo y el extremismo asociado a los inmigrantes musulmanes, en Gran Bretaña es
la expresión de un liberalismo político que no interfiere en las vidas de los individuos,
permitiendo que cada uno viva como quiera, con una actitud tolerante hacia la
diversidad religiosa (liberalismo centrado en la sociedad, en la autonomía individual).
El estado no se inmiscuye en las creencias de los individuos, cosa que sí ocurre en
algunos modelos de exámenes que se han aplicado en otros países, como Alemania.
Al mismo tiempo, quizás como consecuencia de un sentimiento de devaluación de la
ciudadanía, reducida a algo de carácter meramente instrumental, en los programas de
integración cívica se constata también una insistencia en la ciudadanía “activa”,
“comprometida”, en un sentido más republicano que liberal. Esto es así sobre todo en el
caso de Gran Bretaña -y no tanto en Alemania o Francia- que apuesta por el “buen
ciudadano”, comprometido con la comunidad como un medio para volver a unir grupos
que el multiculturalismo pudiera haber dividido. El discurso de la “separación” entre
comunidades es una constante en la época en la que se introducen los test.
Por otro lado, en Gran Bretaña se observa una continuidad con el multiculturalismo
típicamente británico del laissez faire. Un multiculturalismo de corte liberal que trae
como consecuencia, en primer lugar, que la identidad británica –y, por tanto, la
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ciudadanía- no tenga un carácter estatal ni cultural y, junto a ello, el compromiso con la
diversidad, que lleva a permitir que los individuos y grupos etnorreligiosos interactúen
y se organicen de manera autónoma en la sociedad civil. Se observa aquí una mayor
preocupación que en otros países por la cohesión social. Quizá por este motivo se pone
el acento en esa forma específicamente británica de entender el liberalismo que lleva al
compromiso con la comunidad local.
Referencias
Brubaker, Roges. 2001. “The return of assimilation? Changing perspectives on
immigration and its sequels in France, Germany and the United States”, Ethnic
and racial studies, 24 (4): 531-548.
Gray, John. (2000). Las dos caras del liberalismo. Una interpretación de la tolerancia
liberal. Barcelona: Paidós.
Consejo de la Unión Europea. 2004. Conclusiones del Consejo y de los Representantes
de los Gobiernos de los Estados Miembros sobre los Principios Básicos
Comunes de Integración, Consejo de Asuntos de Justicia e Interior, Bruselas, 19
de noviembre de 2004.
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