Capítulo II Sentidos sobre la pobreza en

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Capítulo II
Sentidos sobre la pobreza en artículos editoriales del
Diario El Ancasti
II.1. Introducción
La prensa resulta un campo propicio para analizar la pobreza en su
dimensión significante. Ocuparse de los medios en un intento de analizar los
editoriales en los que se aborda el problema de la pobreza no es una cuestión
menor.
Dentro
del
contexto
de
nuestras
sociedades
posindustriales
mediatizadas, la prensa escrita representa un laboratorio para el analista de
discursos, en la búsqueda de poner a prueba sus supuestos teóricos (Verón,
2009).
El camino a recorrer en el presente capítulo es el de analizar el sentido
producido en torno a la pobreza, plasmados en los editoriales de la prensa
gráfica (Diario El Ancasti) de la Provincia de Catamarca. Nos orientan
preguntas tales como: ¿cuándo los medios hablan de pobreza y cómo
construyen al sujeto pobre?, ¿en qué contextos de producción se habla de los
pobres?, ¿qué discursos dialogan en los editoriales del diario?
Las condiciones de producción de los discursos sociales son definidas por
Verón como aquellas que tienen ver, ya sea con las determinaciones que dan
cuenta de las restricciones de generación de un discurso o un tipo de discurso,
ya sea con las determinaciones que definen las restricciones de su recepción.
Llamamos a las primeras condiciones de producción, y a las segundas,
condiciones de reconocimiento. Generados bajo condiciones determinadas, que
producen sus efectos bajo condiciones también determinadas, es entre estos dos
conjuntos que circulan los discursos sociales (Verón, 1993:127). Cabe destacar
que en este trabajo pretendemos reconstruir la primera de las condiciones, es
decir las de producción.
En este marco, para superar el inmanentismo que pretende dar cuenta
del sentido aislado y ahistórico del texto, como es el caso del determinismo, que
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lo considera producto de una situación englobante, adherimos a una serie de
categorías teóricas que nos permiten dilucidar cómo se configura el discurso de
la pobreza en notas editoriales de la prensa de un diario local. Para ello nos
parece importante recuperar lo siguiente matrices teóricas.
En cuanto a las categorías bajtinianas nos orientan para dilucidar los
diferentes matices dialógicos de un enunciado. Bajtín (2005) sostiene que cada
enunciado aislado representa un eslabón de la cadena discursiva. La teoría de la
polifonía no se reduce a una teoría sintáctica de la intertextualidad, es decir a
los modos de inserción de fragmentos textuales distintos en el discurso propio.
En esta línea teórica encontramos en Angenot (1998) un acercamiento a la
propuesta planteada por Bajtín. A la lectura de un texto determinado se
sobreimprimen otros (Angenot, 1998: 34). Angenot sostiene que en cada
sociedad el peso de su memoria sociológica y la acumulación de signos y
modelos discursivos del pasado, producen dominancia de ciertos hechos
semióticos de „forma‟ y „contenido‟ que sobredeterminan lo enunciable. A esto le
llama „hegemonía‟ que corresponde a la función primera del discurso social, a la
que se subordinan las funciones derivadas de la rutinización de la novedad
(Angenot, 1998: 21).
La puesta del discurso detrás de la diversidad de escrituras conlleva una
tópica común más allá de las argumentaciones y de las narraciones que se
enfrentan y se polemizan (Angenot, 1998).
Sobre la base de lo expresado por Angenot, buscaremos analizar los
tópicos presentes en el discurso mediático y como estos tópicos remiten a una
mirada homogeneizante y estigmatizante sobre los pobres y la pobreza.
El análisis semiótico de los medios de comunicación y el análisis del
discurso se encuentran en un lugar teórico crucial: el de la producción del
sentido a partir de la organización textual de los géneros y su enclave en la
semiosis social (Escudero, 2000: 1).
Es decir que la idea de „fabricación‟ propuesta por Verón viene bien para
este trabajo, en el sentido de que brinda un soporte teórico respecto de algunas
premisas clave para orientarlo. Al respecto el autor señala que “los medios no
copian nada (más o menos mal) producen realidad” (Verón, 1987: 3).
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En este sentido la „actualidad‟ de ninguna manera supone una ilusión o
un simulacro, sino que se trata de pensarla como “producción de la realidad
social en devenir, presente como experiencia colectiva para los actores sociales”
(Verón, 1987: 4). Después de que los medios construyen los acontecimientos
sociales empiezan a tener múltiples existencias fuera de los medios: se los
retoma al infinito en la palabra de los actores sociales, palabra que no es
„mediática‟. Esta realidad es inter-subjetiva (Verón 1987: 5).
Agrega Verón que “todo funcionamiento social tiene una dimensión
significante constitutiva. Toda producción de sentido está inserta en lo social.
Este doble anclaje: el sentido en lo social y de lo social en el sentido, sólo se
puede develar cuando se considera la producción de sentido como discursiva”
(Verón, 1993:126).
Por otro lado los medios operan, de distintas maneras y con resultados
diferentes según las circunstancias, sobre las tres dimensiones básicas de la
comunicación: la dimensión de las reglas (qué se debe hacer o no hacer: el
componente ético); la dimensión de los hechos (cómo se describe un
acontecimiento determinado, cómo se lo narra, cómo se lo contextualiza: el
componente relativo a la veracidad de la información) y los sentimientos
(qué sensaciones, impresiones, afectos, son asociados a tal o cual hecho: el
componente emocional de la información). Las estrategias de comunicación
(tanto de los medios mismos como de los actores sociales que usan los medios)
se pueden caracterizar en términos de qué dimensión se privilegia en un
momento dado (Verón: 1999:131-132). Nos interesa reconocer en los discursos
que sometemos a análisis, la dominancia de estas dimensiones y explicar estas
dominancias atendiendo tanto al género editorial que analizamos como también
a las condiciones sociopolíticas que dan lugar a los discursos.
Por su parte Bourdieu (1997) pone énfasis en reforzar la idea de que en
el campo periodístico cobra peso lo comercial, en base al reconocimiento de que
este campo se halla cada vez más sometido a las exigencias del mercado (de los
lectores y los anunciantes, ejercen en primer lugar sobre los periodistas (y los
intelectuales periodistas) y luego, en parte a través de ellos, sobre los diferentes
campos de la producción cultural: el jurídico, el literario, el artístico, el
científico. Se trata de examinar cómo la coerción estructural que impone este
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campo a su vez dominado por las coerciones del mercado, modifica más o
menos las relaciones de fuerza de los distintos campos, afecta a lo que se hace y
lo que se produce en ellos y tiene unos efectos muy parecidos en esos universos
fenomenalmente muy diferentes.
El campo periodístico hace recaer sobre los diferentes campos de
producción cultural un conjunto de efectos que van ligados, en su forma y su
eficacia, a su estructura propia, es decir, a la distribución de los diferentes
periódicos y periodistas según su autonomía en relación con las
fuerzas
externas, las del mercado de los lectores y las del mercado de los anunciantes. El
grado de autonomía de un medio de comunicación se mide, sin duda, por la
parte de sus ingresos que provienen de la publicidad o de la ayuda del Estado
(en forma de publicidad o de subvenciones), así como por el grado de
concentración de los anunciantes (Bourdieu 1997: 101-103).
No es pretensión del presente trabajo analizar cómo influye el campo
periodístico sobre los campo de producción cultural, pero de estas nociones nos
interesa rescatar el concepto que hace al grado de autonomía que tiene el campo
periodístico con el del mercado de anunciantes y en este caso en particular la
relación que mantiene con el Estado. Estas nociones son importantes en tanto
nos permitirán reconstruir las condiciones de producción del discurso sobre los
pobres y la pobreza en un contexto socio – político determinado (Momento
político electoral).
Champagne (1999) alude, al referirse a la visión mediática, a la
„fabricación‟ del acontecimiento. Al respecto sostiene que “los malestares
sociales sólo tienen existencia visible cuando los medios hablan de ellos”
(Champagne, 1999: 51).
Por otro lado, Ammann expresa que “no todos los malestares sociales son
igualmente „mediáticos‟ y, lejos de limitarse a registrarlos „el campo periodístico‟
los somete a un verdadero trabajo de construcción. Esta construcción tiene que
ver con lo comercialmente rentable, es decir, con hechos que respondan a la
definición social del acontecimiento digno de aparecer en primera plana”
(Ammann, 2011:4).
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Coincidimos con Champagne (1999) que lo que se denomina
acontecimiento nunca es más que el resultado de la movilización- que puede ser
espontánea o provocada- de los medios alrededor de algo que, durante un cierto
tiempo, éstos convienen en considerar como tal. Cuando las atrae la atención
periodística son
poblaciones marginales o desfavorecidas, los efectos de la
mediatización distan de ser los que estos grupos sociales podrían esperar,
porque los periodistas disponen en ese caso de un poder de constitución
particularmente importante, y la fabricación del acontecimiento escapa casi
íntegramente a esas poblaciones.
En esta misma línea de análisis estamos en condiciones de afirmar que
“asistimos a un cruzamiento de lógicas ficcionales donde los personajes de la
información sufren transformaciones, cumplen programas narrativos y se le
asignan descripciones y propiedades específicas” (Escudero, 2000: 80).
Por último, otro aspecto que nos parece importante tener en cuenta, en
torno al discurso de los medios es que poder, autoridad y legitimidad operan
como estrategias del modelo que ordena el proceso que siguen los medios en la
actualidad y se erige como uno de los marcos fundamentales para la
construcción de la realidad social. Los medios son el sitio de residencia y
operación de algunas de las lógicas del sentido (Vázquez Villanueva, 1991: 123).
El contrato mediático del discurso de los medios “opera desde un pacto
de verdad con sus receptores y su única condición de felicidad, a fin de que ese
pacto se concrete, es el establecimiento de la dimensión veredictiva del discurso
a partir de una compleja trama de estrategias discursivas de referencialidad y
utilización de fuentes textuales” (Escudero, 2000: 79).
II.2. En cuanto a la argumentación
La argumentación es central en un editorial y por tanto en gran parte del
análisis vamos a trabajar a partir de los postulados de la teoría de la
argumentación. En este sentido, consideramos que la argumentación es la
operación por la cual un enunciador busca transformar por medios lingüísticos
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el sistema de creencias y de representaciones de su interlocutor (Marafioti,
1998: 184). En este apartado presentaremos algunos principios generales sobre
las categorías relevantes que orientan el análisis que proponemos.
El propósito de la argumentación es siempre defender un punto de vista.
Si el punto de vista es positivo, la defensa consiste en la justificación de la
proposición respecto de la cual se refiere. Si la argumentación es empleada para
defender un punto de vista negativo, entonces se trata de la refutación de la
proposición. La argumentación es siempre un intento de justificar o refutar algo
(Frans van Eemeren et al., 2006: 45-46).
Todo discurso supone siempre un modelo y un dueño. Ese discurso está
dotado de poder que oscila entre la institución que la cobija y quien lo profiere.
Ambos son sus patrones (Marafioti, 1998).
Basándonos en la Teoría de la argumentación tomaremos algunos
aspectos de la estructura argumentativa que nos permiten realizar una primera
entrada analítica a los textos de editoriales.
El origen de las múltiples técnicas discursivas (la escritura poética, la
retórica, la argumentación dialéctica y la demostración científica) fueron
codificadas en la Grecia Clásica en siglo V antes de Cristo. Lo que definió la
retórica aristotélica son tres tipos de modalidades de la palabra pública que
conforman tres géneros: el judicial, el deliberativo y el epidíctico. Sobre esta
base Roland Barthes, realiza un estudio de revalorización de la retórica
aristotélica. En estos géneros existen ciertos componentes dominantes en
relación a: auditorio, finalidad, objeto, tiempo, razonamiento y lugares
comunes.
El tipo de argumentación judicial tiene como finalidad acusar o defender.
Así el tiempo de este discurso es el pasado y el tipo de razonamiento es un
entinema10. Mientras que el deliberativo se orienta a aconsejar/desaconsejar; el
tiempo predominante es el futuro, el tipo de razonamiento es un exempla. El
“género epidíctico” está más centrado a elogiar o reprobar una tesis, en un
Es esencial al entinema ser retórico y persuadir, como es esencial de la deducción científica
demostrar o de la deducción dialéctica, refutar (Barthes, 1966).
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tiempo presente,
el
razonamiento
está
basado
en una
comparación
amplificatoria (Marafioti 2003: 32).
Retomamos estos tres tipos de argumentación dado que los artículos
editoriales son un ejemplo claro de la función social e ideológica de la
argumentación (Lavandera, 1992, citado por Garimaldi Amuchástegui, 2009:
25).
El género predominante en un editorial es el deliberativo, que es
también utilizado en el discurso político, en tanto discurso que se profiere con el
objeto de presentar una opinión en relación a un hacer futuro, que pude
fundarse en un ejemplo particular o en un dato general, pero que siempre tiene
una orientación ética que se expresa en la estructura argumentativa del
editorial.
Recuperando esta idea que la argumentación es siempre un intento de
justificar o de refutar algo, nos preguntamos cómo se puede reconocer la
argumentación en los textos construidos por el editorial del diario. Identificar
los enunciados que, en conjunto, forman la argumentación constituye el primer
paso hacia el reconocimiento del punto de vista implicado en la argumentación.
Teniendo en cuenta estos conceptos, el análisis se orienta a descifrar los
mecanismos argumentativos empleados por el editorialista para instalar el
problema de la pobreza en Catamarca y los modos de construcción de las
inferencias, sea a partir de máximas, de ejemplos, de hechos específicos, etc. que
están condensados
en el conjunto de titulares y en los contenidos de los
editoriales que integran nuestro corpus,
como punto de partida que nos
permite dilucidar las tesis que defiende. Las máximas, las sentencias o lo que se
conocen como aforismos, se caracterizan por apuntar a lo general y no a lo
particular, y se refieren a lo que debe ser elegido o evitado en la acción. Son
aserciones simples, sin inferencias que pueden tener las „premisas‟ o las
conclusiones de un „entinema‟.
Resulta también importante identificar las operaciones técnicas
empleadas en el andamiaje argumental de los editoriales del diario. Siempre un
texto, por más estructurado que esté, supone un sujeto que lo enuncia, que de
diferentes modos aparece en la superficie textual. Los discursos de artículos
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editoriales producidos por el Diario El Ancasti durante los años 2006 y 2007
analizados se encuadran dentro del fenómeno de la argumentación desarrollado
por la retórica clásica.
Generalmente en estos editoriales se respeta la estructura clásica:
introducción del tema, pregunta retórica, desarrollo y conclusión. Siguiendo
esta estructura, los textos tienen coherencia en el estilo y son un ejemplo del
discurso argumentativo, su estructura es clásica y se mantiene la preferencia por
determinadas estrategias argumentativas.
La retórica genera en los textos una serie de operaciones técnicas que
Aristóteles se encargó de revelar: 1) La inventio; 2) La dispositio, 3) La
elocutio: 4) La
memoria y 5) el actio (Barthes, 1966). A continuación
desarrollaremos las tres primeras técnicas citadas que nos sirven a los fines de
este análisis.
1) La inventio consiste en el establecimiento de pruebas, razones o
argumentos. La acción de encontrar qué decir. Se refiere a la ubicación de los
argumentos que se emplearán. Aquí se orientan dos líneas: una lógica destinada
a convencer y la otra psicológica destinada a conmover. La primera utiliza un
aparato lógico, la probatio, que ofrece pruebas que fundamentan la
argumentación. La segunda, para emocionar, lleva a pensar la estrategia
argumentativa desde el receptor del mensaje mediante el empleo de recursos
morales o subjetivos (Barthes, 1966).
1.1) La tópica
Además de delimitar las características de las premisas, es preciso
señalar los mecanismos a partir de los cuales se llenan de contenidos los
razonamientos.
Cada tema precisa de un razonamiento oportuno y de argumentaciones
pertinentes y se organizan a partir de un conjunto preexistente de contenidos
que paulatinamente llenarán los razonamientos: son los topoi (lugares
comunes).
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La tópica está conformada por dos partes: una tópica de los lugares
comunes (topoi) y una tópica de los lugares especiales o específicos (eide).
Los lugares comunes sirven para ser utilizados en cualquier ciencia y en
relación a cualquier tema. Los lugares específicos son propios de una ciencia
particular
o
de
un
género
determinado,
son
verdades
particulares,
proposiciones especiales que alcanzaron un amplio acuerdo.
La tópica supone una esquematización de los contenidos culturales
comunes empleados en una sociedad y en un tiempo preciso (Barthes, 1966).
Lo interesante de este planteo que tomamos para esta investigación es la
idea de „tópica‟ trabajada por Angenot (1998). En este caso podríamos
reconstituir las reglas generales de lo decible y escribible, una tópica que
determine con sistematicidad lo aceptable. Es decir, poder captar los temas
recurrentes, dominantes, los lugares comunes, los efectos de evidencia en la
prensa escrita.
1.2)
Tesis, hipótesis y causa
La quaestio es el contenido, asunto a debatir. Puede ser clasificada en dos
grandes tipos:
1.
la tesis responde a la pregunta general acerca de lo que se trata, no
necesita tener una localización temporal o espacial, y
2.
la hipótesis supone una especificidad mayor referida a los hechos y
circunstancias y condiciones que provocan la tesis; es la causa.
1.3)
Pruebas subjetivas destinadas a conmover
Dado que la retórica tiene como finalidad el juzgar, hay que procurar no
sólo que el discurso sea apto para demostrar sino también que el orador esté en
cierto estado de ánimo y disponga favorablemente al auditorio. Estas pruebas
destinadas a conmover se organizan en dos bloques:
a)
ethé (familiaridad) son los atributos del orador, rasgos que debe
mostrar al auditorio para provocar su captura imaginaria. Por ejemplo para que
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el orador sea digno de crédito además de las demostraciones debe poseer
prudencia, virtud, benevolencia y
b)
pathé (pasiones) son los sentimientos que el orador supone que
tiene del auditorio, cambiantes en función de las circunstancias exteriores. Son
pasiones: la ira, el deseo, la audacia, la envidia, la alegría, la amistad, el odio, el
deseo de lo ausente, la emulación, la compasión y, en general, todo lo que va
acompañado del placer o de la pena. La opinión del público es el dato primero y
principal; el que argumenta debe estar al tanto de las opiniones que manejan los
oyentes (Barthes, 1966).
2) La dispositio debe ser entendida como dos grandes partes que
conforman el discurso. Aristóteles enumera las partes: la exposición y
demostración o prueba, porque es preciso declarar el tema que se trata y luego
demostrar. Las otras porciones que reconoce son el exordio y la peroración. La
refutación del adversario pertenece a la demostración y la confrontación de
pruebas resulta ser una amplificación de las que el orador mismo aduce, de
modo que también pertenece a la demostración.
El exordio es la primera parte del discurso, su comienzo y anuncio. Sólo
se inicia en el momento en que se descubre el objeto y la finalidad del discurso y
se puede dividir en dos momentos:
1. captatio benevolentiae es el momento de seducción, en el que se busca
capturar la atención y complicidad del auditorio y,
2. partitio es el momento siguiente, cuando se enumeran las divisiones
que se harán, que provoca la distensión al hacérsele conocer al oyente aquello
que se puede esperar.
También se puede distinguir el exordio simple, que es el que presenta
una exposición clara del tema a tratar; el exordio insinuante, que presenta otro
tema al que se juzga que el auditorio esté en mejores condiciones de recibir que
el tema verdadero del discurso; el exordio pomposo, propio de las
circunstancias solemnes: discurso académico, fúnebre, etc.
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La exposición o narratio es la diégesis, el relato de los hechos que
conforman la causa, pero este relato está compuesto sólo desde el punto de vista
de la prueba y conforma una estructura argumentativa. Cumple la función de
preparar para el despliegue argumentativo. Incluye dos componentes: los
hechos y las descripciones.
Los hechos se someten a una regla referida a la verosimilitud. El orden es
natural si se cuentan los sucesos en la misma sucesión en que ocurrieron y es
artificial si se elige un corte diferente en la exposición de los acontecimientos.
Este orden provoca una inteligibilidad particular.
Las descripciones remiten no al eje temporal sino al eje aspectual: a
conformar descripciones temporales, de lugares, etc.
En la demostración, prueba o confirmatio se pasa a la exposición de los
argumentos
La peroración o el epílogo es la parte final del discurso. Brinda el impulso
final para que el auditorio se vuelque a favor o en contra de lo que se ha
presentado.
3) Elocutio: es la composición verbal de los argumentos, la introducción
de los adornos (tropos) y las figuras.
Dice Aristóteles que no basta tener qué decir, además es necesario decirlo
como conviene, y esto es fundamental si se orienta a que el discurso aparezca
dotado de características peculiares para convencer al auditorio.
Dentro del elocutio existe la oposición entre elegir (electio) las palabras
apropiadas y reunirlas (compositio) en un discurso.
La electio supone el principio de sustitución de un término por otro
equivalente. Todos los tipos de sustitución son tropos, pero el sentido es
reducido para poder enfrentarlo a figuras.
En la segunda mitad del siglo XX han aparecido un conjunto de trabajos
destinados al estudio de la argumentación. Posiciones como las propuestas en
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las obras de Perelman y Toulmin han realizado interesantes aportes sobre los
mecanismos de análisis para el reconocimiento de las distintas estrategias
argumentativas empleadas.
Otro concepto trabajado por los teóricos de la argumentación es la idea
de auditorio11. Perelman y Olbrechts-Tyteca entienden la teoría de la
argumentación como “el estudio de las técnicas discursivas que permiten
provocar o aumentar la adhesión de las personas a la tesis que se presenta para
su asentimiento”. Perelman presenta la argumentación sin recurrir a la noción
de verdad, para él la perspectiva argumentativa se define en términos de la
mayor o menor influencia que se ejerce sobre un auditorio.
Toda argumentación implica una selección previa, selección de hechos y
valores, selección de un modo de descripción o de presentación, juicio de valor
o importancia que se le otorgue en relación con otros testimonios en sentido
opuesto.
Como Aristóteles, Perelman y Olbrechts- Tyteca retornan al análisis de la
interacción auditorio-orador. Se convierten en analistas que desmontan el
mecanismo articulador del pensamiento a través del lenguaje y no se refieren
sólo a la elocuencia verbal. El interés de esta posición analítica reside en que la
propuesta resulta eficaz para advertir los mecanismos que utilizan los hablantes
a fin de imponer sus puntos de vista a los interlocutores (Marafioti, 2003: 93).
Argumentar empleando un ejemplo es presuponer la existencia de
algunas regularidades de las que los ejemplos dan cuenta, es decir, el grado de
generalización que se intenta mostrar a partir del caso individual.
Por su parte, la ilustración debe ser sobre todo llamativa para la
imaginación. Mientras el ejemplo busca el fundamento de la regla, la ilustración
busca la adhesión a una norma. Cuando se argumenta proponiendo una
conducta ya no como pauta o como generalización sino como una guía que se
debe imitar, se trata de un modelo (Marafioti, 2003: 114).
La analogía difiere de la proporción matemática pues no plantea una
igualdad entre los términos sino sólo una semejanza. En situaciones y dominios
Este concepto es dejado de lado en las posiciones lógicas. Ver con más detallado en Marafioti
(2003: 100).
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11
en los que la certeza resulta imposible de ser convocada, la analogía actúa como
un recurso argumentativo imprescindible.
La metáfora es una figura que consiste en dar a un objeto un nombre que
conviene a otro; esta transferencia se hace del género a la especie o de la especie
al género, o de una especie a otra sobre la base de una analogía. La metáfora
tiene la capacidad de captar la atención del auditorio por la eficacia de los
términos puestos en relación. Su eficacia se desencadena a través de la sorpresa
que provoca un vínculo imprevisto entre términos, conceptos, ideas o
situaciones que no son próximas pero que a partir de su uso metafórico
descubren un nuevo registro de producción de sentido (Marafioti, 2003: 118).
El modelo de Toulmin (1958) en su obra: Usos y funcionamientos de la
argumentación se sostiene a partir de la concepción de campos argumentativos
en los que se despliegan los componentes formales del modelo. En este sentido
difiere de la postura de Perelman en tanto sostiene que se argumenta de modo
diferente según los distintos ámbitos (jurídico, político, científico, etc.)
(Marafioti, 2003: 93-94).
A los fines de este trabajo tomamos esta idea para intentar reconocer
cómo se argumenta en el campo mediático o al menos, cómo se argumenta en
este caso en particular constituido por editoriales sobre la pobreza en un
periódico específico, sometido a determinadas condiciones productivas. Este
modelo de argumentación nos permite realizar una lectura de los artículos
editoriales y las técnicas por las que un locutor brinda una justificación a una
determinada aserción.
Las situaciones o problemas a partir de los cuales se argumenta pueden
sobrevenir por distintos motivos y el razonamiento cambia según las
situaciones. Pero hay algunas cuestiones que permanecen estables y ello tiene
que ver con la estructura de los argumentos, los elementos que los conforman,
las funciones que cumplen y cómo éstas se relacionan entre sí. Otra cuestión
relevante tiene que ver con la fuerza de los argumentos, la intensidad y las
circunstancias que rodean su presentación.
Otro tema que resulta importante es la argumentación ética. El conjunto
de principios que conforman la conciencia ética constituyen la base de aquello
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que Kant y Aristóteles llamaron „razón práctica‟ y que Toulmin retoma para
poner de manifiesto que en la conciencia ética actúa algo que se asemeja a la
razón. Son también principios racionales, evidentes, de los cuales surge, de la
práctica de los hechos, la valoración de la acción.
Un análisis de estos principios de conciencia ética lleva a la aparición de
calificativos éticos como bueno, malo, correcto, incorrecto, justo, injusto.
II.3. El editorial
El editorial puede ser encuadrado dentro de los géneros opinativos, en los
que se plantea un determinado punto de vista; en el caso que nos ocupa, el
punto de vista del diario. En estos artículos se plantea el punto de vista del
diario.
Las páginas editoriales incluyen mensajes que trasmiten juicios. Su
basamento son los hechos, pero su finalidad es la opinión, el cuestionamiento, el
juicio del periodista. La forma discursiva que se usa fundamentalmente en este
género
es la argumentación, aunque también se aceptan otras formas
discursivas tales como la narración, la descripción, etc. Este espacio es
argumentativo, el periódico aplaude y apoya lo que considera que está bien
hecho o, por el contrario, reprueba o repudia lo que a su entender está mal
hecho. Igualmente el propósito de esta sección es hacer crítica social y política.
El tono es generalmente serio por tratarse de la opinión institucional aunque
admite ironía y el sarcasmo (González Reyna, 2005: 8-9).
En el mensaje periodístico la argumentación se interesa más por la
verosimilitud que por el proceso lógico, en consecuencia se auxilia con recursos
de carácter más pragmático y afectivos que los rigurosamente lógicos y retóricos
Así la eficacia de los artículos de opinión depende en gran medida de la
verosimilitud del mensaje y la consistencia de su fundamentación. La
argumentación y el entimema es la forma del discurso basada en premisas que
no ofrecen certeza, pero que resultan aceptables y razonables, a diferencia de la
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demostración, de base estrictamente lógica y silogística (González Reyna, 2005:
20).
El periódico, con base en su propia concepción del mundo, a través de las
páginas editoriales subraya los acontecimientos que ya se informaron en la
sección noticiosa del periódico y los resalta con la reflexión, la fundamentación
y la experiencia profesional.
El editorial es el instrumento más directo del periodismo para encauzar
la opinión pública porque allí el medio de comunicación expresa explícitamente
su posición respecto de un acontecimiento. Es decir que el medio de
comunicación da a conocer los fundamentos de su discurso, su doctrina, su
ideología y visión del mundo, pero también sus vínculos con las demás
instituciones con las que interactúa, incluidas las esferas de poder (Varillas Paz,
2004).
La naturaleza de los artículos de opinión es polémica, debido a lo cual
incluyen: a) La información necesaria para la comprensión del suceso (forma
expositiva), y b) el razonamiento (forma argumentativa), que tiene las
características de probabilidad y verosimilitud ya señaladas (González Reyna,
2005: 20-21).
El editorial está vinculado temáticamente con la información más
importante del día. Su propósito es mostrar la posición del periódico respecto a
la noticia (González Reyna, 2005: 59).
Según Charaudeau el editorialista o el cronista político son libres de
adherirse a su punto de vista partidario, en relación con las fuerzas y valores que
entran en conflicto en un determinado contexto, si ese punto de vista se
argumenta y la opinión se razona, especialmente porque ese punto de vista con
frecuencia compromete también al conjunto de la redacción del periódico
(Charaudeau, 2003: 250-251).
El editorial es también un elemento paratextual con respecto al cuerpo
central del diario o la revista: un dispositivo que acompaña al texto con la
intención de asegurar su
legibilidad,
ampliarlo,
ubicarlo,
justificarlo,
legitimarlo. La relación entre un soporte y su lectura reposa sobre lo que Verón
llama el „contrato de lectura‟ (Verón, 1985) que en el caso de las comunicaciones
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de masa es propuesto por el medio. Se deben distinguir dos niveles de
funcionamiento en el discurso: el del enunciado y el de la enunciación, dado que
es a través de las modalidades que asume esta última que el discurso construye
una cierta imagen del enunciador, una imagen del destinatario, y una relación
entre ambos que va más allá del plano del contenido de los enunciados
(Alvarado, 1994).
En este sentido, se puede decir que en los repertorios discursivos es
posible inferir huellas12 que imprime la prensa escrita que tiende a influir y
persuadir a la audiencia. Bourdieu (2000: 92) le llama “poder simbólico” a la
sumisión de la audiencia. El poder simbólico es un poder de construcción de la
realidad que aspira a establecer un orden gnoseológico: el sentido inmediato del
mundo (y en particular del mundo social). El poder simbólico como poder de
construir el dato a través del enunciado, de hacer ver y creer, de confirmar o
transformar la visión del mundo y, mediante eso, la acción sobre el mundo
(Bourdieu, 2000: 98).
El discurso de la prensa escrita no se limita sólo al imaginario del saber.
De una manera u otra siempre está ligado al imaginario del poder (Charaudeau,
2003). Esto significa que el poder simbólico se define en y por una relación
determinada entre quienes ejercen el poder y quienes lo sufren, es decir en la
estructura misma del campo donde se produce y se reproduce la creencia
(Bourdieu, 2000: 98). El poder simbólico es un poder de hacer las cosas con
palabras. En este sentido es un poder de consagración o revelación, un poder de
consagrar o de revelar las cosas que ya existen (Bourdieu, 1996: 141).
La violencia simbólica supone una relación de coerción. Los medios de
comunicación contribuyen, según la teoría de Bourdieu (2000) a reforzar un
hábito, es decir el lugar desde donde la violencia simbólica, en particular la que
se ejerce mediante performativos, deriva su misteriosa eficacia.
12
Una huella es una marca que ha sido sometida a análisis por el analista. Las huellas son
elementos de la superficie discursiva que se explican a partir de sus condiciones de producción
(Verón 1993: 129).
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En síntesis, puede decirse que en general, la trama del discurso editorial
es argumentativa porque su propósito es persuadir al lector acerca de una
hipótesis o interpretación determinada (Tenewicki, 1995).
II.4.1. Contexto socio – político
Trataremos de trazar las principales características de la coyuntura
social y política, como horizonte global de la descripción histórica de la
provincia y el país en relación a la problemática de la pobreza durante el recorte
temporo espacial en el que se inscriben los textos escritos condensados en el
corpus de los editoriales seleccionados para el análisis.
En esta sección describiremos algunos trazos del contexto en que se
inscribe la Argentina durante los años 2006 y 2007. Asimismo consideramos
importante, a los fines del análisis, recuperar algunos rasgos sobresalientes de la
memoria histórica reciente del país generados a partir de los acontecimientos
producidos en diciembre de 2001.
El fin de la convertibilidad, con su ficticia paridad entre pesos y dólares,
los desgobiernos y la recesión que llevaron al estallido social en diciembre de
2001, sumergieron a la Argentina en una de las peores crisis económicas que se
registra en la historia del país. Estas marcas proyectan un mapa con severas
dislocaciones sociales y una reducción progresiva del bienestar de los más
pobres. La famosa frase “que se vayan todos” fue el discurso instalado en el país
que condensaba la sensación generalizada que se vivía en ese momento: la falta
de representatividad política, la corrupción etc.
El colapso del Plan de convertibilidad, el congelamiento de los depósitos
bancarios, el incumplimiento de los pagos de la deuda externa, la alta inflación
resultante, la caída del producto y la devaluación del tipo de cambio tuvieron
serias consecuencias en la estructura social.
En este contexto la población en condiciones de pobreza que hasta
octubre del año 2001 ascendía a 14.567.000 personas, se transformará en
17.167.000 en mayo del 2002 y se ubicará en 20.085.000 hacia finales del
70
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mismo año (INDEC 2003). El número de personas que están por debajo de la
línea de indigencia se duplicó. La distribución del ingreso empeoró y los
segmentos más pobres de la población sufrieron más que otros en mejor
situación. Aumentó el desempleo pero no tanto como se esperaba, tal vez por los
efectos mitigadores de los programas de empleo del gobierno. No obstante, el
índice de desempleo continuó siendo alto, y se mantuvo en el 18%.
Las
organizaciones
de
desocupados
–popularmente
llamadas
„piqueteras‟– adquirieron visibilidad pública en el proceso de descomposición
del orden neoliberal inaugurado por el Plan de convertibilidad. Este proceso,
que alcanzó su máximo nivel de degradación en la crisis institucional de
diciembre de 2001, fue acompañado en su derrotero por la manifestación y el
auge de los movimientos de desocupados como portadores de las demandas de
un sector social –los desocupados pobres– que se sentía traicionado por la
dirigencia tradicional, invisibilizado y privado del acceso a los derechos políticos
y sociales más elementales.
Más precisamente hacia fines del 2001, con la caída del gobierno de
Fernando de La Rúa, el mapa social del país se vio marcado por la conjunción de
un rápido proceso de empobrecimiento, crecientes protestas sociales y el
quiebre de los sistemas financieros. Este panorama evidencia brechas y
distancias sociales en la vida cotidiana de los grandes aglomerados urbanos. En
tal sentido “aparecen en la escena de la agenda pública ciertos actores sociales
que funcionan como símbolos que escenifican la desigualdad y la pobreza en
sectores urbanos, en este caso son los Jefes y Jefas de Hogar Desocupados”
(Garber y Tabbush 2007: 2).
El plan mencionado surge como respuesta a la crisis sin precedentes en la
Argentina, a principios del año 2002, durante el mandato del presidente E.
Duhalde se comenzó a gestionar el Programa Jefes de Hogar en nuestro país.
Dicho Programa se creó por medio del decreto Nº 565 del Poder Ejecutivo
Nacional, de abril de 2002. Consideró la emergencia social y económica, la
extensión de la pobreza y la profundización del carácter regresivo de la
distribución del ingreso. Su objetivo principal fue
brindar un beneficio
económico a los jefes y jefas de hogar desempleados con hijos menores de 18
años con el fin de propender a la protección integral de los hogares, asegurando
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tanto la concurrencia escolar como el control de la salud de los hijos a cargo
(Perona, Rocchi, Mariani, 2007).
En este contexto global, Catamarca fue una de las provincias más
golpeadas por esta realidad. Inundada, como tantos otros distritos, por bonos
que simbolizaban dinero y no servían ni siquiera para pagar los servicios
(papeles rescatados luego por la Nación) con una alarmante escasez de oferta
laboral y una comunidad sepultada por sus propias deudas, muchas familias
cayeron en un abismo.
Se multiplicaron los comedores comunitarios y las ollas populares en
todos los barrios y hasta se improvisaron estrategias de clubes de trueque,
donde se llegaron a cambiar paquetes de fideos por prendas de vestir usadas. El
cuadro era crítico y la asistencia oficial –que ni siquiera en aquellos momentos
extremos estuvo libre de manipulaciones proselitista– se tornó vital para la
subsistencia de los sectores pobres.
Si bien los años 2006 y 2007 constituyen un período de recuperación
lenta de la crisis iniciada durante 2001, aún se evidencian marcas de la
fragilización del tejido social. Los problemas de la pobreza y el desempleo
constituyen algunos de los principales temas instalados en la realidad social
local.
Las
organizaciones
de
desocupados
–popularmente
llamadas
„piqueteras‟– mantiene su poder de presión sobre el gobierno local, a través de
la movilización con la modalidad instalada en ese momento de los “piquetes”.
En este contexto de post-devaluación, durante el año 2006 en la
provincia de Catamarca se inicia una contienda electoral importante para el
destino del Frente Cívico y Social, partido gobernante de entonces. En este
período se realizarían las elecciones para definir el presidente del partido radical
en Catamarca, cargo importante que ubicaría al candidato ganador de esta
contienda electoral como unas de las figuras mejor posicionado para ocupar la
candidatura a gobernador por el mencionado Frente Cívico y Social, en las
elecciones de marzo de 2007.
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Las dos líneas mayoritarias que participan de la disputa electoral son: La
línea Renovadora, en el que se enrola el entonces gobernador de ese momento,
Ing. Eduardo Brizuela del Moral (Renovadores) y por otra parte de la línea
Celeste, el ex gobernador de la provincia, Oscar Castillo (Castillismo).
El 12 de Marzo del año 2006 los resultados de las elecciones consagran a
Brizuela del Moral como presidente del Partido Radical, quien se constituiría en
uno de los principales candidatos de ese partido para disputar el cargo a
Gobernador de la provincia.
En el año 2007 se realizan las elecciones para gobernador y las
presidenciales. En Catamarca los resultados electorales favorecen al entonces
gobernador de ese momento, Brizuela del Moral.
Los discursos que analizaremos a continuación se encadenan con estos
problemas y con las disputas electorales.
conexiones y se enuncie un
objetividad
Aunque no se expliciten estas
discurso con pretensiones de neutralidad y
a los fines de presentarse como un argumentador verosímil,
trataremos de reconstruir las condiciones de producción presentes en el
producto discursivo (editoriales y titulares del diario el Ancasti).
II.4.2. El diario El Ancasti: breve reseña
En este momento de nuestra investigación cabe hacer una reseña del
diario El Ancasti, que constituye el caso analizado. El diario salió por primera
vez a la calle el 8 de julio de 1988 y desde entonces comenzó un proceso de
afianzamiento y consolidación entre los lectores.
Con mucho esfuerzo salía a la calle, en sus comienzos, con 600
ejemplares por día, pero en poco tiempo multiplicó su tirada y las ventas, hasta
ser el principal diario de la provincia. Comenzó con su redacción en un piso
ubicado en el edificio del Hotel Ancasti y con la imprenta en la Avenida
Gobernador Galíndez, donde se imprimía el diario mediante una máquina
rotativa sin color. Luego construyó su propio edificio en el que funcionan las
oficinas comerciales, administrativas y de redacción, y las otras áreas como
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archivo, corrección, dirección, etc. El edificio está ubicado en el centro
comercial de la ciudad, calle Sarmiento 518, y la imprenta en las afueras, hacia
el este, Av. Pte. Castillo y Av. San Martín.
El progreso tecnológico del diario fue notable: hoy llega a la imprenta
mediante un sistema de enlace, desde las oficinas de redacción, y se imprime
luego de algunos procesos técnicos en una impresora rotativa color. El inicio de
la impresión a color data del año 1994, y es uno de los tantos aspectos en los
cuales el diario fue pionero absoluto en Catamarca.
El Ancasti participa activamente en ADEPA (Asociación de Entidades
Periodísticas Argentinas) y forma parte de la comisión directiva.
El diario tiene un formato tabloide y está dividido en distintas secciones,
entre ellas Política y Economía, Judiciales y Policiales, Información General,
Educación, Cultura y Espectáculos, Nacionales e Internacionales, más un
amplio espacio dedicado a los lectores, que se expresan libremente a través de
cartas y llamados telefónicos.
Ofrece diariamente diversos suplementos que se entregan gratuitamente.
Representa lo que dentro de la jerga de los editores de diarios se llama un „diario
limpio‟ por el tipo de tipografía y los colores que utiliza y por cómo están
distribuidas las noticias, los espacios de interlineado, la ubicación de la
publicidad. Esto hace que el lector vea en el papel mucho blanco, en
consonancia con las pautas de diagramación moderna. Una característica muy
particular es que es el diario que mayor cantidad de avisos fúnebres publica a
nivel nacional.
El perfil editorial del diario se presenta como una línea crítica, enfocada
en las noticias, política y economía de la provincia. Contiene información del
orden nacional e internacional, pero prioriza las noticias locales.
El diario tiene la mayor tirada en Catamarca. Se llama tirada al total de
diarios impresos por día, aunque no todos salen a la venta. Los diarios
producidos son los correctamente impresos y que salen de la imprenta para su
venta y distribución. A su vez, de los diarios producidos algunos se entregan sin
cargo y otros son vendidos, por ejemplo se entregan sin cargo a radios FM del
interior de la provincia, Ministerio de Gobierno, comisarías, y otras
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instituciones. Los diarios producidos y que se venden son los que forman la CNP
(Circulación Neta Pagada).
Todos estos datos se informan al IVC (Instituto de Verificación de
Circulación), que ejerce el control de la circulación de los diarios y revistas más
importantes del país. El diario El Ancasti es el único diario en la provincia que
está inscripto en el IVC, esto hace que tenga credibilidad al momento de vender
publicidad, ya que las empresas nacionales y provinciales de importancia que
contratan publicidad en un diario lo hacen previa verificación de cuál es la
tirada y la venta real del diario, de esta manera pueden saber a cuánta gente
llega su publicidad.
El Ancasti tiene distinta tirada según el día de la semana, y además la
venta es estacional en Catamarca puesto que aumentan en verano y disminuyen
en invierno. Asimismo se vende más los domingos que el resto de la semana, y
dentro de los días hábiles se vende más el lunes. En los días feriados la venta
aumenta. El promedio de la tirada es de unos 12.500 ejemplares diarios.
El Ancasti también está presente en la red Internet, con un diario digital.
Este diario, en la web www.elancasti.com.ar, tiene la característica de
actualizarse varias veces al día, lo cual le da al lector la posibilidad de tener a su
alcance las noticias antes de que salgan impresas al día siguiente.
El diario digital no compite con el diario de papel ya que son estructuras
de lectura y contenido de noticias distintos. El diario digital contiene las noticias
del diario en papel, las actualizadas y las de Radio Ancasti. La página digital de
El Ancasti tiene un promedio de 5.600 visitas diarias, de las cuales el 60%
permanece por más de 15 minutos en la página, tiempo suficiente para leer los
titulares. Este dato de importancia es brindado diariamente por los servidores
de Internet de Telecom.
II.4.2.1. Condiciones institucionales
Consideramos necesario reconstruir las condiciones institucionales de las
que emana el discurso de la pobreza en la empresa Ancasti.
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Esta empresa empezó junto con un proyecto político, dentro de la línea
en la que estaba originalmente el dueño de la empresa, quien se inició durante
el gobierno de Vicente Saadi13 (Partido Justicialista) en el que cumplió
funciones como ministro de Economía de dicho gobierno. En algunos
momentos tuvo aspiraciones políticas que luego dejó de lado14. El diario cobra
peso y circulación en el escenario local a partir de caso „María Soledad Morales‟,
cuando alcanzó relevancia como medio y se convirtió en el primer periódico de
la provincia en ventas y cobró gran influencia sobre el campo político. Desde esa
época mantiene el nivel de venta y publicidad.
En la actualidad el dueño del diario es un empresario que diversificó sus
actividades empresariales a otros rubros tales como productoras de aceite de
oliva, la cría, engorde y cabaña de animales de raza Bradford 15, y también a
empresas de hotelería y radio. Estos datos fueron recabados la exposición de la
Fiesta Nacional del Poncho (2009) (un evento provincial que realiza una
muestra de todas las producciones locales vinculadas con empresas del medio,
como así también de artesanías locales y de otras provincia).
El Dr. Vicente Saadi llegó a gobernador de Catamarca por primera vez en 1949. En el mismo
año el Gral. Perón ordenó intervenir la gobernación y deponer a Saadi argumentando que la
provincia vivía un nepotismo y un clima de persecución y negación de los derechos
fundamentales. Expulsaron a Saadi del partido, fue procesado y encarcelado. Desde entonces, su
vida política siguió una línea sinuosa. Durante la dictadura militar, Saadi militó en la izquierda
peronista. Con la llegada de la democracia se alió con Herminio Iglesias y ocupó la
vicepresidencia el Partido Justicialista. De 1987 a 1988 ejerció nuevamente el cargo de
Gobernador de Catamarca. Su hijo, Ramón Saadi, lo sucedió y continuó en el poder hasta el
momento en que se produce la intervención federal de la provincia, en el año 1990.
13
En la historia política de Catamarca ha predominado el bipartidismo, el poder se repartía
entre los dos partidos tradicionales: el radicalismo y el justicialismo. Luego de la intervención al
gobierno provincial en la década del 90, en ese entonces gobernado por el peronista Dr. Ramón
Saadi, emerge el Frente Cívico y Social que se constituye en un frente de partidos políticos en el
que la principal fuerza fue el radicalismo, aunque también fue integrado por una coalición de
distintos partidos: Movilización (conformado por algunos dirigentes del peronismo de
izquierda) y algunos resabios del peronismo disidente tales como el Movimiento Popular
Catamarqueño, Opción Provincial, entre otros. Cabe destacar que esta nueva fuerza nace en un
contexto marcado por una fuerte tensión social y política generada por el macabro crimen de la
adolescente María Soledad Morales que trajo aparejada la intervención a la provincia como
anteriormente se mencionara.
15 Desarrollada en el emprendimiento Estancias El Ancasti, se extiende sobre 7.600 has
distribuidas en 3 campos colindantes entre sí. En las actividades de hacienda, todos los terneros
nacidos y criados en los campos terminan como hacienda de consumo. Actualmente hay 700
animales Bradford destinados a esta actividad. En relación con la actividad de cría, cuenta con
400 cabezas y con un 90% de reposición de vaquillonas hasta llegar al nivel óptimo de rodeo.
También cuenta con la Cabaña Ancasti cuyo objetivo principal es generar los mejores
ejemplares machos y hembras de raza Bradford para que los productores del NOA y de otras
regiones puedan mejorar la calidad de sus rodeos y perfeccionar sus características fenotípicas.
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14
II.4.2.2.El poder institucional: La línea editorial del diario El
Ancasti
Una de las razones por la que nos interesa el análisis del tipo de notas
editoriales es que, entre otros aspectos, este estudio implica mostrar la posición
institucional de la empresa mediática frente al resto de los poderes vigentes.
La línea editorial de El Ancasti está sujeta a los intereses particulares de
su propietario, que es un empresario16. Los editoriales se escriben sobre la base
de un tema nacional o bien sobre alguno de nivel local que ya fue publicado y
que decide editorializarse como un texto argumentativo.
En una nota recientemente publicada en el Diario Digital Catamarca Ya
9/10/2011- (El artículo aparece publicado en catamarcactual.com.ar), en
relación al dueño del Diario El Ancasti, donde en su titular expone:
Apostillas, censurados, amores y odios de un “Pigmeo intelectual”.
En dicha nota se expresan cosas tales como:
El diario (El Ancasti) nació como un proyecto para castigar al entonces
Gobernador Ramón Saadi porque Zitelli creía que lo había bajado de la
candidatura a diputado nacional para favorecer a Jorge Díaz Martínez,
quien finalmente fue a ocupar la banca en el Congreso Nacional. Esto
Zitelli jamás se lo perdonó y juró venganza. La muerte de María
Soledad Morales fue un hecho que torcería la historia de Catamarca y la
ocasión propicia para que Zitelli desate su desquite hacia Saadi. Una
permanente campaña mediática por el diario y la radio El Ancasti, que
prácticamente monopolizaban la información en los 90, demonizó al
gobierno justicialista y la investigación por el asesinato de la joven se
tornó confusa y politizada. Saadi finalmente fue intervenido y
comenzaría el reinado del FCS y el apogeo de El Ancasti.
El empresario Silvestre Zitelli usa su medio El Ancasti para hacer
negocios y como instrumento de venganzas de sus odios más recónditos.
En relación al ex – gobernador Oscar Castillo: Al ex gobernador radical
lo considera su enemigo acérrimo. También mantiene un pleito judicial.
Toda información producida en este apartado fue obtenida mediante una entrevista realizada
a un informante clave y chequeada mediante diferentes informantes y recursos.
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16
Alguien que alguna vez fue de su confianza dijo que Zitelli lo odia. Hay
quienes dicen que Castillo le habría negado participar en el negocio
minero.
Según fuentes consultadas, hay algunos temas que son definidos por el
dueño, y a través del Director del periódico solicitados al editorialista. Los
temas van variando en función de los intereses y el contexto.
El diario también pertenece a una red de periodismo social, que es una
asociación de diarios del interior que trabajan organizados en red y publican
noticias vinculadas con temas sociales en la sección de información general.
Lo expresado por una fuente consultada, “el director del diario es quien
baja la línea y él a su vez responde al dueño. Es también quien controla, revisa el
texto y si lo considera necesario le hace reformas. El diario presenta una oferta
informativa variada porque tiene que vender, es un producto de consumo, no
está pensado para cambiar el mundo. Busca de algún modo conformar o estar
en consonancia con los lectores. El editorial refleja la línea política del diario
pero no es un texto de lectura masiva, está dirigido a dos sectores bien
diferenciados: los políticos y los intelectuales. Los lectores del primer grupo
leen los editoriales como un termómetro de sus acciones, especialmente cuando
presentan críticas”.
La persona que se desempeña como editorialista es la misma desde 1990
hasta la actualidad, es docente en Literatura, con formación en oratoria.
Según la fuente de consulta, “la persona que hace el editorial no cree que
sus notas tengan peso para cambiar una representación. El editorialista se
considera portavoz del medio, porque aunque muchas veces su opinión personal
no coincida debe hacer su texto en función de lo que el medio le pide. Se
posiciona como un observador, como un redactor de una idea que le bajan de la
realidad para emitir una opinión”.
Los editoriales en este diario siempre se escriben después de producidos
los acontecimientos y la publicación de las notas en otras secciones (sección
información general, sección política, sección nacional, entre otras).
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II.5. Pobreza y argumentaciones
En los editoriales producidos durante los años 2006 y 2007 puede
reconocerse un claro posicionamiento del diario El Ancasti, el que no es
independiente de intereses empresariales que se conjugan con los intereses
periodísticos y políticos, como sucede en todo emprendimiento informativo a
gran escala. En este sentido, la masa mayoritaria de publicidad oficial que
sostiene al diario en este período es un dato que no puede desconocerse a la
hora de intentar explicar ciertas modalidades de presentación de la pobreza en
los editoriales.
Como hemos indicado, Los acontecimientos sociales no son objetos que
se encuentran ya hechos en alguna parte en la realidad y cuyas propiedades y
avatares nos son dados a conocer de inmediato por los medios con mayor o
menor fidelidad. Sólo existen en la medida en que estos se elaboran. Pero en
términos generales los medios de comunicación no pueden permitirse tratar esa
cuestión y deben atenerse a una ideología de la representación cuyo eje
fundamental sigue siendo la sacrosanta “objetividad” (Grassi, 2004:10).
La lógica constitutiva de la producción textual del diario es presentarse
como portador de verdad y como un discurso neutral y que a través de sus
argumentos intenta persuadir a una audiencia con la que comparte un conjunto
de supuestos y representaciones. En este sentido, la persuasión es posible en
tanto confirmación de este horizonte compartido. Los editoriales del diario se
construyen dirigidos a un receptor que en su gran mayoría adhiere a un credo
religioso y que conoce por anticipado –o comparte- los topoi, las imágenes, los
argumentos que el editorialista utilizará.
El editorialista se presenta (ethos) como un argumentador universal que
representa la opinión de la mayoría, y básicamente, cuyos argumentos se
fundan, aparentemente de manera exclusiva, en la razón, con independencia de
cualquier actitud apasionada. Por un lado, su voz pretende ser la voz de la
“gente” que se recoge a la manera de cita directa o indirecta. Pero, por otro lado,
se ubica más allá de la voz del pueblo en tanto se construye como un sujeto que
no sólo tiene la capacidad de conocer lo que la gente piensa, sus deseos, dolores,
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angustias, sino también como quien sabe aquello que la gente vivencia y de lo
que ella misma es ignorante, como quien está en condiciones de proponer una
interpretación “verdadera” de los hechos pasados, presentes y futuros.
EL ANCASTI ■ Catamarca “Los comprovincianos del departamento Santa Rosa -en particular los de las
localidades de Los Altos, Manantiales y Alijilán- sin duda conocen esa verdad que
entraña el abecé del federalismo interno, pero es probable que ese conocimiento sea
directamente proporcional al escepticismo con respecto a las soluciones…. Han de estar
convencidos de que desde sus localidades no pueden partir las políticas salvadoras y
habrán llegado a la conclusión de que las posibilidades municipales y las de quien los
representa en el Senado de la provincia ya están agotadas y que, en consecuencia, no
queda otra alternativa que endurecerse para soportar cuanto exija su destino por lo visto
adverso” (EDITORIAL “ESTAMPAS DE LA CRISIS”, 26/10/2006).
“Para las amas de casa el supuesto descenso de los costos ha de haber sido
motivo de sorpresa e indignación, pues saben mejor que nadie que la inflación no puede
encubrirse ante una realidad que diariamente limita el poder de compra de los salarios
(EDITORIAL “DE ESPALDAS A LA INFLACIÓN”, 4/5/2007).
“La preservación del medio ambiente en el contexto del cambio climático, la
previsión que implica la detección y orientación de los talentos humanos singulares que
podrán plasmar el cambio saludable que debe gestarse desde ahora, la construcción de
una integración regional sólida y permanente y tantas otras “materias” que se ven como
urgencias cuando se las contempla desde el futuro son todos aspectos de primera
importancia que deberían atenderse por lo menos con el mismo celo que se aplica a la
coyuntura diaria. Lo lejano en el tiempo y en el espacio también es parte de la realidad
que debe administrarse. Una visión integral debe apurarse y de ese modo el presente
servirá al porvenir y el futuro iluminará el presente” (EDITORIAL “VÍCTIMAS DE LA
LEJANÍA”, 15/5/2007).
“Ningún escrache debe mirarse con simpatía, por más que alguna vez
impresionase como traducción de una pasión noble. Siempre es violencia, demostración
de escepticismo con respecto a la justicia, revelación de desborde pasional que lesiona la
necesaria armonía comunitaria. No puede haber repudio para algunos y permisión
complaciente para otros. Los escarches retrotraen a edades del hombre ya superadas.
No hay que pactar con la anarquía, sino desarrollar la aptitud democrática. Hay que huir
de la frontera entre la República y el orden bárbaro en donde las sociedades se empeñan
en seguir ancladas” (EDITORIAL “NO PACTAR CON LA ANARQUÍA”, 17/5/2007).
Como tal argumentador que se construye como universal, se dirige a un
auditorio al que también construye como universal, al que increpa en su
racionalidad, aunque sabemos, “cada cultura, e incluso, cada individuo, posee
su propia concepción del auditorio universal” (Perelman, 1994: 75).
Esta construcción se revela en el hecho de que el locutor propone a su
auditorio un esquema argumentativo de base lógica con un armazón de razones
orientadas a la conclusión que se confirma en cada párrafo mediante el recurso
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al ejemplo, a las cifras estadísticas y a los hechos locales o nacionales que valen
como pruebas o argumentos de las conclusiones a las que se orienta cada
Editorial. Mediante esta modalidad, se supone que cualquier sujeto adulto
racional terminará admitiendo las razones que el editorialista presenta, lo cual,
sin duda, es sólo una cuestión de forma y no de hecho. “Una argumentación
dirigida a un auditorio universal debe convencer al lector del carácter
apremiante de las razones aducidas, de su evidencia, de su validez intemporal y
absoluta…” (Perelman, 1994:72).
La forma universal y racional de la argumentación se expresa, entre otros
indicadores, en la ausencia de marcas explícitas del sujeto de la enunciación y
en el carácter apodíctico y asertórico de los enunciados, tanto en lo relativo al
ser como al deber hacer en relación a los hechos sobre los que argumenta. Los
enunciados generales que toman la forma de máximas o verdades
incuestionables basadas en un saber universal constituyen el soporte de las
argumentaciones.
A este auditorio se le ofrecen argumentos de validez universal aparente
como necesarios, de manera que cualquier sujeto de entendimiento suscribiría,
y en ellos se basa la construcción del edificio entimemático:
EL ANCASTI ■ Catamarca
“Pero como el deber mayor es con la verdad -si la originalidad no sirve para
iluminar la verdad y para volverla más accesible y convincente, es sólo vanidad y
“bostezo de Salomón” como diría Antonio Machado…” (EDITORIAL “EXTREMO
CONDENABLE”, 01/03/ 2007).
“Más que la originalidad se ha de buscar la verdad, cuando se trata de la
búsqueda del bien común” (EDITORIAL “EXTREMO CONDENABLE” 01/03/ 2007).
“no ha de haber nadie que no coincida con aquella afirmación de Buda según la
cual “el hambre y el amor constituyen el germen d toda la historia humana”
(EDITORIAL: “LA DESNUTRICIÓN TAMBIÉN ES MAL CATAMARQUEÑO”,
09/10/2007).
Si bien la construcción entimemática de las argumentaciones de los
editoriales es una constante, argumentador y auditorio deben cumplir ciertas
condiciones previas y deben compartir un universo cognitivo para que la
función persuasiva se ponga en funcionamiento y, en este sentido, se supone un
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universo de referencias compartidas, entre las cuales se encuentran los hechos
de la realidad local y nacional de actualidad. En primer lugar, se debe atraer la
atención de este auditorio, y para ello, los titulares cumplen una función
esencial, como se verá en el próximo acápite. El conocimiento, por parte del
orador, de aquellos cuya adhesión pretende obtener, es otra condición. El
auditorio heterogéneo al que se destinan los editoriales cobra unidad en la
construcción que el periódico hace de éste como un sujeto racional, por un lado,
y en el conocimiento de aquello que este auditorio considera verdadero o
convincente:
EL ANCASTI ■ Catamarca
“Han de ser pocos los que no admitan, como dato poco menos que infalible, que
no hay nadie como la mujer para gobernar la casa, que por más de una razón no es
menos compleja que un gobierno”
(EDITORIAL “POSIBLES GÉRMENES
ANÁRQUICOS”, 03/03/ 2007).
En este espacio de la argumentación se introducen numerosos
enunciados y narraciones destinados a generar ciertas pasiones en el auditorio
(pathos), que en el caso de los editoriales sobre la pobreza se relacionan con
apelaciones a la sensibilidad social, solidaridad, misericordia del auditorio para
con los pobres.
EL ANCASTI ■ Catamarca
“Espanta imaginar una noche como estas últimas que nos ha deparado mayo en
esas “viviendas” que recuerdan edades remotísimas de la especie humana. A las
carencias por la estrechez económica se le añade el suplicio de la intemperie que cala los
huesos como si quisiera exacerbar un destino que más se parece a una maldición que a
una experiencia verdaderamente humana. Y en estas familias hay niños, y ancianos, y
enfermos, todos inermes, todos a la espera de que el tiempo cambie y de que el sol
asome. El sol, que han de mirar como la Providencia misma y como el protector más
confiable” (EDITORIAL “CUANDO LA IMPREVISIÓN ESTALLA”, 01/06/2007).
“La luz roja contra un mal que alguien incluyó entre los signos de la crisis
pluridimensional de estos tiempos -la tendencia a la autodestrucción- se encendió en
Tinogasta pero habría que decir que en toda la provincia, porque duele a lo largo y
ancho de Catamarca “(EDITORIAL “LUZ ROJA CONTRA EL SUICIDIO”,
29/12/2007).
Sin embargo, por las mismas argumentaciones, aparentemente lógicas y
basadas en pruebas “objetivas” constituidas por hechos, acontecimientos,
números, etc. se filtran las orientaciones evaluativas del diario, de modo que las
opiniones vertidas pueden entenderse como una función de las condiciones de
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producción en las que se discursiviza. Y los editoriales en los que se alude al
tema de la pobreza son la mejor prueba de lo que decimos.
Por un lado, entre estas condiciones hay que considerar, en primer lugar,
el género discursivo con el que trabajamos, que es un determinante de primer
orden para explicar la emergencia de las argumentaciones como secuencias
discursivas dominantes, así como de otras formas y contenidos. Los contenidos
relativos a la pobreza tienen un fuerte anclaje en las condiciones políticas en las
que se producen los editoriales que tratan esta temática, y son estas condiciones
de fundamental importancia para explicar su emergencia. En otras palabras, la
descripción de las condiciones de producción -en cuanto a su dimensión
política- dan respuesta a cuándo y cómo se instala la problemática de la pobreza
en el Diario.
Otros fenómenos relativos a acontecimientos de actualidad, y en
particular, a informes estadísticos de diferente tipo, actúan también como
generadores de contenidos relativos a la pobreza. Interesa destacar la
importancia, entre otros, de las intensas demandas por recursos sociales en este
período por parte de grupos piqueteros, la fuerte presencia de la iglesia en la
escena local y su ascendencia sobre la población catamarqueña que en su
mayoría adhiere a la religión católica. Como escenario discursivo que es el
diario hace jugar en sus argumentaciones otros discursos que provienen de
otros campos tales como el discurso de la academia y el discurso religioso.
Es
interesante
observar
que
el
tema
de
la
pobreza
surge,
mayoritariamente, en el contexto de otros problemas, sin encontrar, por lo
general, un artículo de opinión que lo trate de modo autónomo. En el curso del
año 2006, los editoriales que aluden directa o indirectamente al tema de la
pobreza y que se concentran entre los meses de enero y marzo, se explican en
relación con la contienda electoral de las internas del partido radical principal
componente del frente Cívico y Social quien gobernaba la provincia para ese
entonces. Se enfrentan, por lado el sector del Castillismo (Línea Celeste)
representado por el ex gobernador Oscar Castillo y el Brizuelismo (Línea
Renovadora) representado por el entonces gobernador Eduardo Brizuela del
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Moral. En estos editoriales las argumentaciones se orientan a demostrar que
uno de los candidatos (Brizuela del Moral), ha realizado las acciones correctas
en relación a la población más necesitada, mientras que el otro candidato
(Castillo), ha actuado fuera de toda ética.
La notoria parcialidad del Diario a favor del sector brizuelista tiene que
ver con la ruptura de intereses económicos que tuvo con el castillismo, dado que
éste en su periodo de gobierno lo apartó de determinados negocios como
proveedor del Estado, creando sus propios empresarios, al punto de que -según
fuentes consultadas- los empresarios creados al amparo del castillismo fueron
los que compraron el diario La Unión que pretendió erigirse en el competidor de
la circulación de sentido del Diario El Ancasti. El castillismo presentó serias
dificultades en el manejo y administración de los recursos asistenciales del
estado destinados a los sectores pobres durante su periodo de gobierno, lo que
generó gran rechazo en la opinión pública de entonces, lo cual lo hacía objeto
fácil de la crítica en torno al manejo de los recursos destinados a los sectores
pobres.
Por otro lado, para ese entonces las relaciones del dueño de El Ancasti,
con el entonces oficialismo, el sector del brizuelismo eran excelentes. Cabe
destacar que la elección se define a favor de la línea brizuelista, encabezada por
el Gobernador Eduardo Brizuela del Moral. Este factor explica la emergencia del
tema de la pobreza en las páginas de editoriales en los tres meses en los que se
desarrolla la campaña electoral. En este contexto, la pobreza parece ser un
recurso argumentativo en orden a las demostraciones de orden político.
En este punto, las argumentaciones que se orientan a conclusiones tales
como “Brizuela del Moral sabe qué hacer con los pobres”, “Brizuela del Moral no
usa a los pobres”, “Brizuela del Moral ha terminado con el clientelismo político”,
o “Castillo ha usado a los pobres”, “Castillo ha alimentado el clientelismo”, etc.
son complejas, aunque con una estructura reiterativa. Así, por ejemplo, en el
editorial denominado El fin de los bolsones
se oponen dos sistemas de
asistencia social para las familias carenciadas: el sistema de “bolsones
alimentarios” y el de “vales de compra”, el primero implementado por Castillo,
el segundo, por Brizuela. Se argumenta que:
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El sistema de bolsones del castillismo:
Ha alimentado el clientelismo político
Es una forma de la dádiva
Sirvió para tener a los pobres como rehenes
Compró la voluntad social en tiempos de elecciones
Era el elemento persuasivo para asegurarse el apoyo en las urnas
Pruebas: camiones en casas de los punteros en tiempos de elecciones
Sirvieron también para silenciar protestas sociales
Creó una dependencia nefasta
No sirvió para paliar la pobreza y el hambre
Compró a los dirigentes sociales con el presupuesto de la provincia
No mejoró los índices de desempleo
El sistema de vales implementado por Brizuela:
Ha despertado las expectativas de todos (en enunciador se erige en
conocedor de los deseos de “todos”)
La modalidad implica un verdadero cambio cultural
Todavía hay desconocimiento e incertidumbre
Como puede observarse, los argumentos que orientan la conclusión de
que Castillo es un mal candidato para las próximas elecciones se refuerzan con
un número importante de argumentos, muchos de ellos a su vez demostrados
mediante ejemplos. Los argumentos que orientan la conclusión sobre la
excelencia de Brizuela como candidato están apenas esbozados, mitigados, no
explicitados. Sin embargo, ello se infiere de la relación de oposición que se
establece entre el sistema de vales y de bolsones: el primero, sin decirlo, dado
que implica un “cambio cultural”, se supone que es la inversión de los efectos
del segundo, y con ello, centro de positividad. Se trata de una forma clásica de
argumentar por negación: esto es, no destacando lo positivo del término que se
quiere apoyar sino lo negativo de su oposición.
De esta manera, el Diario, mantiene formalmente su aparente
neutralidad en la contienda, no ensalza las virtudes de Brizuela, pero orienta el
razonamiento hacia la conclusión a favor del voto para este candidato.
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En otros editoriales de estos mismos meses de interna, se ponen en
funcionamiento otros recursos, básicamente, estrategias de mitigación de los
aspectos negativos que el nuevo sistema de asistencia ha generado y la
focalización de las responsabilidades sobre el mal funcionamiento entre los
actores involucrados (beneficiarios, comerciantes, mayoristas), diluyendo las
culpas que le caben a los miembros del gobierno. Véase Editorial en Anexos
“Ajustes al sistema de vales” (06/01/06) en el que depositan los problemas con
el sistema de vales en los comerciantes y en los beneficiarios, asignándole una
mínima responsabilidad a la Secretaría de Desarrollo social, cuya tarea se
destaca, en el párrafo final del editorial que presenta la conclusión de la
argumentación:
EL ANCASTI ■ Catamarca
“Pero, por otra parte, que el comercio minorista carezca de margen financiero
para hacer frente a la reposición de la mercadería es un problema que debería haber
tenido en cuenta antes de sumarse al sistema, empadronándose en el listado de bocas de
expendio que maneja la Secretaría de Desarrollo Social…. resulta necesario que cada
uno asuma su responsabilidad: los beneficiarios deben denunciar ante el organismo
provincial las prácticas especulativas de los comerciantes, y éstos a su vez, si consideran
que el mecanismo les trae pérdidas, deben renunciar a aceptar los vales antes que
trasladar sus costos a la gente. Por su parte, la secretaría tiene que replantear el circuito
minoristas-mayoristas para que las cargas sean compartidas y evitar así las maniobras
usureras que sólo perjudican a las familias carenciadas objeto de la acción social”
(EDITORIAL “EL FIN DE LOS BOLSONES”4/01/06).
De la misma manera, el Editorial “El déficit comunicacional” (7/01/06)
vuelve al tema de los vales en oposición a los bolsones, en una clara advertencia
de que los problemas radican en una mala política de comunicación del nuevo
sistema. De este modo, aparentemente se trata de un editorial crítico al sistema.
Sin embargo, se mitigan estos problemas para terminar concluyendo: En
conclusión, como se señaló anteriormente en este espacio, cuanta más amplia
sea la circulación de los vales, mayor será su aceptación, de donde se infiere que
el problema central es el de la circulación, esto es, de los comerciantes que no
acuerdan con el sistema o que presentan obstáculos para su implementación.
El siguiente editorial que alude al tema de la pobreza (Editorial “Pobreza
sin perdón”, 2/09/2006), reproduce el mismo problema, vales vs. bolsones y,
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mediante un conjunto de estrategias a las que no podemos hacer referencia en
esta oportunidad, usa el pasado y la memoria de la acción de Castillo para
reforzar la tesis: el sistema de vales aún merece ajustes pero es mejor que el de
los bolsones. En este editorial, como en los anteriores, la pobreza aparece como
un argumento orientado a esa misma conclusión: el sistema de los bolsones fue
un negocio montado sobre la “necesidad y el hambre de los más vulnerables…”.
Otros editoriales de los meses de enero-marzo se pueden entender directamente
en relación a esta interna (Editorial “No solo justos y respetuosos”, 07/02/06),
en el que se depositan los problemas en los negocios que no aceptan los vales o
los devalúan, y en los beneficiarios, que no realizan las denuncias).
Es más, la actitud de los comerciantes mayoristas de suspender los vales
es interpretado como una estrategia pergeñada por operadores de la línea
Celeste (perteneciente al sector castillista), interesados en que el sistema por el
cual se reemplazaron los bolsones alimentarios por los vales de compra termine
en un fracaso. En estos editoriales se muestra explícitamente como el tema de
la pobreza se visibiliza en el marco de la interna radical de entonces, en torno al
nuevo sistema de vales para la distribución de alimentos. Donde demoniza
nuevamente al castillismo como ser los operadores en contra del nuevo sistema.
Un conjunto no desdeñable de notas de opinión que aluden al problema
de la pobreza, se explican en función de acontecimientos específicos ocurridos el
día del editorial o poco antes, como es el caso del editorial que narra la muerte
de un niño en el canal de la ciudad (Editorial “Desgracia con responsables
identificables”, 25/01/06).
En este caso, el diario se presenta como la voz de la conciencia, del deber
hacer, de la condolencia y la sensibilidad. La pobreza aparece sólo como un dato
en cuanto el drama y el peligro asechan a las familias más humildes.
2006 y 2007 fueron años de franco romance entre el entonces
presidente, Néstor Kirchner, y el grupo Clarín hasta el punto que el 7 de
diciembre, unos días antes de finalizar su mandato, el presidente firmó el
decreto de fusión Multicanal y Cablevisión, el primero propiedad del grupo
Clarín. El apoyo del diario Clarín a la campaña de Cristina Fernández es
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también un dato a considerar. Esta advertencia es necesaria por las continuas
referencias a citas tomadas del diario Clarín que se presentan en los editoriales
analizados, por un lado, y porque el diario asume, en relación a la pobreza, una
actitud de demanda, pero no constante ni abrumadora, al gobierno nacional y
local, en coalición desde agosto de 2006 cuando el gobernador Brizuela del
Moral se unió al grupo de los “Radicales K”. En este contexto, informes
estadísticos del INDEC, o investigaciones publicadas por del diario Clarín o La
Nación, dan lugar a editoriales específicos centrados en el problema de la
pobreza (Editoriales: “Calamidades sociales”, 04/02/06, “Una brecha peligrosa”
10/02/06, “Como una venganza”, “Pobreza sin perdón”,
2/09/2006;
“Estampas de la crisis”, 26/10/2006; “Tal vez no sólo Santa Rosa”, 12/12/2006)
en las que se exponen datos estadísticos sobre la situación en la Argentina con
una actitud de denuncia que puede calificarse de débil.
La constante es denunciar situaciones de pobreza en la provincia
recurriendo a estudios con abundantes datos numéricos pero, paralelamente,
depositar ese problema en algún elemento externo que justifica, indirectamente,
la responsabilidad del gobierno. En otras palabras, se da cuenta mediante datos
de numerosos indicadores sobre la pobreza como un mal que atañe a Catamarca
se destaca la responsabilidad del gobierno en la cuestión, pero ello se hace en
términos generales, sin especificar áreas de gobierno, funcionarios, actores
particulares, y sin centrar siquiera la responsabilidad en el gobierno:
EL ANCASTI ■ Catamarca
“La pobreza de Catamarca no es castigo divino, ni fruto de la Fatalidad, ni
producto histórico irreversible. Es creación, conservación y agudización colectiva, pero
responsabilidad primera de sus dirigentes de todo género” (EDITORIAL “POBREZA SIN
PERDÓN”, 2/09/2006).
Toda crítica, a su vez, va acompañada de algún reconocimiento:
“El país mejora, pero puede inferirse que su mayor deuda es la relacionada con
el nivel de desigualdad entre las regiones y entre los sectores. Se ha demostrado que el
factor mayor de malestar social es, precisamente, la desigualdad ” (EDITORIAL “LO
QUE MATA ES LA DESIGUALDAD”, 12/11/2006).
El editorial “Estampas de la crisis”, 26/10/2006 es un buen ejemplo de
ello: se presenta un informe del gobierno que pone en evidencia la situación de
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pobreza y marginalidad de la casi totalidad de la población de Santa Rosa y se
concluye invitando al Gobierno provincial a que realice estudios en toda la
provincia. En la nota de opinión se destaca en varias oportunidades que el
gobierno desconocía esta situación, con lo cual, se mitigan parte grande de sus
responsabilidades:
EL ANCASTI ■ Catamarca
“Y parece que puede hablarse, en esta oportunidad, de desconocimiento, pues
un estudio efectuado por el área de Desarrollo Social en la zona indicada dejó al
descubierto datos que sorprendieron al propio Gobierno, pues no estaba al tanto de lo
que el relevamiento mostró descarnadamente” (EDITORIAL “ESTAMPAS DE LA
CRISIS” 26/10/2006 ).
También en el Editorial “Tal vez no sólo Santa Rosa”,12/12/2006, se
recurre al mismo esquema argumentativo: por un lado se destacan las
calamidades que sufre el departamento de Santa Rosa y por el otro se expresa
que este informe es del gobierno y que el propio gobierno reconoce que:
EL ANCASTI ■ Catamarca
“por la polarización estructural del desarrollo productivo, hay muy pocos que
tienen mucho y muchos que no tienen prácticamente nada para su desarrollo personal y
empresarial”. Siempre en relación con las desigualdades, el documento alude a los
propietarios locales de tierras, que se ven obligados a venderlas por no poder ponerlas
en producción porque las políticas promotoras están destinadas a los inversores
foráneos y no contemplan al productor nativo. Al respecto, aporta un detalle por demás
patético, cuando observa que esos desalentados propietarios del lugar no sólo no pueden
evitar la venta de sus propiedades, sino que, además, se ven condenados a convertirse
en obreros rurales que deben trabajar en tierra ajena ” (EDITORIAL “TAL VEZ NO
SÓLO SANTA ROSA”,12/12/2006).
Finalmente, no faltan los editoriales que tratan de la pobreza que marcan
las bondades de ciertos planes sociales impulsados por el gobierno, aunque
aparentemente en el editorial se argumente con el objeto de destacar la labor de
los jóvenes que participan como voluntarios en este proyecto (Editorial
“Actividad que merece reconocimiento”, 18/12/2006).
Las elecciones a gobernador realizadas en el mes de marzo de 2007 y las
presidenciales, en el mes de octubre son factores determinantes para dar cuenta
de los sentidos relativos a la pobreza en los editoriales: su construcción como
problema a resolver, la asignación de determinados atributos a los pobres y la
configuración de una identidad esencializante. Los editoriales del año 2007
mantienen el mismo esquema. En los primeros meses del año la pobreza juega
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el papel de argumento de otras cuestiones. Cuando se la aborda de manera
directa, se la presenta en términos numéricos para destacar que, si bien hay
responsabilidad del Estado provincial, se están haciendo cosas en el sentido
correcto. Este juego con la pobreza sólo puede entenderse en el contexto de
unos difíciles meses electorales que culminaron el 11 de marzo de 2007 con la
victoria de Brizuela del Moral. En esta contienda el gobernador Brizuela del
Moral buscaba la renovación de su mandato. Esta elección fue la primera que se
desarrolló en nuestro país en la que se presentaron fórmulas mixtas, radicales K
con kirschneristas en la vicegobernación (en este caso, Lucía Corpacci).
Veamos algunos ejemplos. En el Editorial “En constante retroceso”, de
este año, relativo al trabajo infantil en Catamarca, se describe la situación, se
enuncian sus efectos negativos sin mencionar la responsabilidad del Estado en
esta situación, se la deposita en la totalidad de la sociedad, y se concluye
afirmando que:
EL ANCASTI ■ Catamarca
Pero es un círculo vicioso sin fin: la pobreza genera trabajo infantil que impide
la educación y la falta de educación deriva en más generaciones de pobres. Si una
sociedad es incapaz de defender a sus niños, entonces no es capaz de nada y las
consecuencias del trabajo infantil son tan graves que no admiten más omisiones
cómodas (“En constante retroceso”, 24/01/07).
En otras palabras, el problema es de la sociedad y no de algún
agente, institución y sector del gobierno.
En el Editorial “No un mal invencible”, 28/01/2007 tenemos el mismo
esquema: la inseguridad es un mal que afecta en el período de vacaciones, el
gobierno no ha hecho lo correcto
EL ANCASTI ■ Catamarca
“Si la exposición del ministro Cippitelli se hubiese limitado a lo aludido, la
conclusión, para el ciudadano del llano, no podría resultar más desalentadora. No
quedaría más remedio que deplorar el verano, y la circunstancia de que Catamarca es
parte de una nación asolada por la inseguridad, repudiar la drogadicción y lamentar el
derecho constitucional que habilita a todos para circular libremente por el territorio del
país. Pero, además, absorber la observación ministerial que recuerda que la seguridad
también depende de la participación ciudadana y no sólo de la acción policial.
Pero, por suerte, el Ministro hizo otras referencias de las que pueden extraerse
inferencias más reconfortantes. Como la que indica que dio instrucciones para ….
También el titular de la cartera de la que dependen las fuerzas del orden de la provincia
ponderó el crecimiento de la Ciudad operado a partir de 2003 –más de 60 mil
habitantes- y la extensión del radio urbano en ese período, para graficar el esfuerzo que
se ha hecho para ajustar la capacidad policial a ese proceso ” (EDITORIAL “NO UN MAL
INVENCIBLE”, 28/01/2007).
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“Con todo, se admite que aún no se ha logrado afrontar con éxito lo que es una
de las preocupaciones más agudas de los catamarqueños capitalinos …” (EDITORIAL
“NO UN MAL INVENCIBLE”, 28/01/2007).
Definida la candidatura a gobernador a favor de Brizuela del Moral y
negociado el cargo de vicegobernador con un sector perteneciente al
Kirchnerismo, en el resto del año 2007 el relato de la pobreza del diario El
Ancasti cobra relativa independencia del contexto político, para posicionarse en
un contexto de lógica comercial, que instala el problema de la pobreza en la
agenda mediática con un corte sensacionalista. Champagne (1999:51-64),
expresa que los malestares sociales tienen existencia visible cuando los medios
de comunicación hablan de ellos, es decir, cuando los periodistas los reconocen
como tales, según intereses propios del sector del cual dependen. Cabe destacar
que en su estrategia discursiva los editoriales de este año combinan la
dimensión de las reglas y de los sentimientos para dar cuenta del tema de la
pobreza. Esta explicación permite dar cuenta de la notoria desproporción
numérica que se encuentra entre los editoriales que abordan el tema entre el
año 2006 y en año 2007 (21 editoriales en el 2006 y 89 En el 2007) y también
de su disímil tratamiento.
En la Argentina se realizaron elecciones presidenciales y legislativas el 28
de octubre de 2007 mediante las que se eligió presidente de la Nación a Cristina
Fernández de Kirchner y vicepresidente a Julio Cobos, con un 45,29% de los
votos.
Las nuevas autoridades nacionales asumieron sus cargos el 10 de
diciembre de 2007. Un conjunto de editoriales relacionados con la pobreza se
posiciona en relación a estas elecciones, en las que las conclusiones se orientan
a destacar los importantes avances realizados por el gobierno nacional, a la vez
que presentan, como hemos dicho, la pobreza con una perspectiva de corte
sensacionalista. En todos los casos, los editoriales no dejan de destacar la franca
recuperación económica del kirschnerismo a la vez que se plantean los temas
pendientes en relación a la pobreza, al hambre, a la indigencia, etc. aspectos a
revertir, que se describen pormenorizadamente, pero siempre en el marco del
reconocimiento a los avances estatales en relación a estos hechos (Editorial: “El
hambre infantil”, 26/01/2007).
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Esto es, luego de la victoria de Brizuela del Moral los editoriales abundan
en descripciones y denuncias de la pobreza y de los pobres en un estilo amarillo
que presenta los hechos como una anomalía, algo espectacular -lo que
disminuye la posibilidad de que se perciban como un síntoma de un problema
que requiere el debate social y público de la ciudadanía- pero, sin embargo, esto
no implica asignar responsables entre los hombres de gobierno. Entre los
procedimientos propios de este discurso amarillo se destacan las acumulaciones
de atributos negativos, las previsiones catastróficas o apocalípticas, la
presentación de casos anómalos que destacan por su particularidad y que
constituyen excepciones a la regla de buen actuar, la presentación de
información que apele directamente a la sensibilidad de los lectores, la
presentación del mal como una mancha que se extiende de manera
incontrolable, etc.
EL ANCASTI ■ Catamarca “Pero la violencia que se está comparando con una manifestación contaminante
no es la legítima y virtuosa fortaleza de los pueblos que saben lo que quieren y no pactan
con las debilidades y corrupciones de sus clases dirigentes. Es, por el contrario, la que
trae dolor, frustración, desprestigio, involución, atraso….. Si, como se piensa, la pobreza,
la constatación de la creciente desigualdad social, la carencia educativa, la decadencia o
la inexistencia de la estructura familiar, el consumo cada vez más extendido de alcohol,
la drogadicción, si éstos son estímulos indiscutibles de la violencia, deberá estar claro
para todos que habrá que trabajar en esas áreas… las primeras que deben afrontar el
Estado y la sociedad en su conjunto” (EDITORIAL “MUCHO MENOS PACÍFICOS”,
30/05/2007).
“Y en estas familias hay niños, y ancianos, y enfermos, todos inermes, todos a la
espera de que el tiempo cambie y de que el sol asome. El sol, que han de mirar como la
Providencia misma y como el protector más confiable. Anteayer, EL ANCASTI informó
sobre el caso de una madre de cinco hijos que vive bajo una carpa de plástico, sin luz y
sin baño. Duermen ella y sus hijos en colchones puestos sobre cartones, amontonados
por la precariedad y para darse calor mutuamente” (EDITORIAL “LA HISTORIA COMO
FUSIL Y CORTINA”, 10/06/2007).
EL ANCASTI ■ Catamarca “En estos días, al allanar los sumariantes de la Unidad Judicial Nº 7 una
vivienda de un sector periférico de la ciudad, se hallaron con un cuadro por demás
impresionante: en el lugar vive una joven madre de 32 años con sus hijos, uno de 5 y el
otro de 10 años. El mayor es discapacitado mental, y estaba en una pieza, desnudo,
sobre un piso donde una suciedad de los más revulsivos orígenes denunciaba el
aislamiento más cruel, que ya hacía presumir la puerta atada, por afuera, con una
cadena. Un plato de comida estaba en el piso, que, por lo visto, es la única “mesa” a
disposición del infortunado niño. La accidental -buscaban otra cosa- presencia de los
sumariantes permitió que el caso perdiera su reserva y que los niños fueran rescatados
de su marginación y derivados, el mayor -junto con su madre- al Hospital de Niños, y el
más chico a la Casa Cuna. La reserva a que se ha hecho referencia no era tanta. Vecinos
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del barrio Altos de Choya, donde está ubicada la vivienda, conocían el modo irregular en
que vivían los moradores de la casa allanada. Declararon que los niños vivían
“prácticamente abandonados, en la calle, juntando basura”. Comentaron que la madre
suele dejarlos solos por varias horas y “encerrados en la casa”. Y que esto ocurría
también “los sábados a la noche, cuando ella se va a bailar”. Una vecina fue más
patética, al señalar que “a veces los escuchamos a los chicos llorar durante toda la noche,
pero no podemos sacarlos porque la casa está cerrada”. Otra vecina apuntó que “estos
días que hizo frío, él -por el chico discapacitado- salía a la calle desnudo completamente;
nosotros le decíamos a la madre que lo vistiera, pero ella nos dice que él se saca la ropa”.
Las dificultades de esta familia tampoco eran desconocidas para el Hospital, cuyos
médicos atendieron al niño discapacitado por quemaduras sufridas en ocasión de un
incendio que al parecer los chicos habían generado en su casa al manipular una vela
encendida mientras estaban solos” (EDITORIAL “CUANDO ENTROMETERSE ES UN
DEBER”, 08/06/2007).
“Ahora se ha fijado la atención en el alza desmesurada de los precios de las
verduras y frutas, y en verdad resulta alarmante que los incrementos sean aquí hasta del
100% como ocurre en el caso del pimiento rojo, de la chaucha, el zapallito verde. Como
declaró el propietario de una verdulería barrial, “todos los días la papa, la cebolla y el
tomate tienen un precio distinto” (EDITORIAL “LA INFLACIÓN, CADA VEZ MÁS
DESINHIBIDA”, 20/08/2007).
“En Catamarca la situación es más grave que en la mayoría de las jurisdicciones
del país. Una información del INDEC difundida por EL ANCASTI el domingo último,
coloca la provincia entre las de mayor inflación en lo que respecta al costo de vida total
acumulado en los últimos siete meses. Después de Mendoza (13,5 por ciento), y San Luis
(13,2 por ciento), se ubica en tercer lugar con un 8,4 por ciento. Esta indeseable
ubicación en la tabla nacional de la inflación viene desde antes, pues debe recordarse
que mediciones no estatales conocidas en diciembre el año pasado ponían a Catamarca
a la cabeza de todas las provincias. Que esto ocurra donde las estadísticas de desempleo
y pobreza son tan impiadosas desnuda una paradoja inadmisible. Es cierto que el
consumo ha crecido en todo el país…” (EDITORIAL “CON TANTA POBREZA, LA
INFLACIÓN ES UN ESCÁNDALO”, 2/09/2007).
El discurso, así, oscila entre la presentación descarnada de la pobreza en
sus detalles, por un lado, y la imposibilidad de establecer conexiones directas
entre ésta y los actores políticos responsables de la conducción del país o de la
provincia. Ambas modalidades de presentación de la pobreza se relacionan con
cuestiones empresariales, como indicamos. En el Editorial “El desafío
inmediato”, 19/01/2007 se lee como premisa de toda la argumentación destinada
a demostrar mediante información numérica y estadística la situación de la
pobreza en Catamarca:
EL ANCASTI ■ Catamarca “La macroeconomía nacional ofreció un lustro después innegables signos de
recuperación, y hoy atraviesa un período donde existen buenos recursos, las arcas
fiscales ya no están flacas, y los indicadores dejan margen para el optimismo. Sin
embargo, existen cuentas pendientes, asignaturas que no se lograron resolver, y se
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vinculan precisamente con el aspecto más delicado de la realidad: el social”
“EL DESAFÍO INMEDIATO”, 19/01/2007)
.
(EDITORIAL
La conclusión no es sino una instigación a la acción a quienes sean
responsables de la nueva conducción del país. La pobreza, se observa, adquiere
en este segmento del año una mayor visibilidad aunque nunca se presentan de
manera explícita sus responsables.
En el Editorial “El fantasma de la inflación” se reconoce el mismo
esquema: se advierte sobre el avance de la inflación y sobre los peligros de las
manipulaciones realizadas recientemente por el gobierno en su organismo de
estadísticas (INDEC), se citan notas de Clarín y La Nación sobre el particular
para advertir que:
EL ANCASTI ■ Catamarca “Lo que se dice, en verdad, es que los progresos logrados durante la actual
gestión presidencial podrían comprometerse y que esto hace que la inflación sea “el
principal riesgo del país”, como acaba de señalarlo la Organización Mundial del
Comercio (OMC). Se recuerda que la cantidad de pobres había caído 28,3 puntos en
promedio, esto es, una reducción de 54,7 a 26,4 en tres años, aunque se observa que
“este significativo descenso de la pobreza encuentra sus principales causas no en la
generación de empleo, que permanece estancada en ese lapso, sino en la suba salarial”.
Otra comparación también resulta optimista….” (EDITORIAL “EL FANTASMA DE LA
INFLACIÓN”, 14/02/07).
Desde mediados del año 2007 el gobierno provincial aparece cada vez
más responsable directo de las situaciones de pobreza de la provincia y ya no se
observan las estrategias mitigadoras comunes en los años anteriores. El proceso
es gradual, aunque nunca se le asigna una responsabilidad directa a su
conductor, Brizuela del Moral:
EL ANCASTI ■ Catamarca “Tan a tiro de adversidades sorpresivas y de las otras están tantos
comprovincianos, que habría que esperar que Dios evite aquí las penurias del frío, por
resultar excesivamente crueles en una provincia de elevado porcentaje de seres
humanos con necesidades básicas insatisfechas. Que si hay frío desmesurado, que no
haya pobres. Y si hay pobres, que haya gobiernos que los disminuyan y los pongan a
resguardo de los inevitables rigores de la Naturaleza” (EDITORIAL “CUANDO LA
IMPREVISIÓN ESTALLA”, 01/06/2007)
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“… la mayor parte de las oficinas y dependencias públicas están conducidas por
personas que no tienen ni la más pálida idea del significado del cargo que ocupan…. A
mayor cercanía y afinidad con los hombres fuertes de la cúpula de Gobierno, mejores
puestos se obtendrán,… Sin embargo, esta inutilidad manifiesta, que en cualquier otro
ámbito generaría inevitables escollos, para ellos no representa amenaza alguna.
Mientras cuenten con un buen padrinazgo, su futuro está libre de riesgos” (EDITORIAL:
“EL PARAÍSO EN UN SILLÓN”, 07/07/2007).
“Finalmente, un número importante de editoriales presenta la pobreza como un
argumento relativo a otras cuestiones tales como problemas con los gremios de la salud
que afectan a un servicio tan esencial sobre todo para los sectores sociales menos
consistentes (EDITORIAL “OTRA VEZ LA SALUD Y LA EDUCACIÓN”, 2/07/2007).
Los periódicos informes estadísticos sobre inflación también dan lugar a
débiles relaciones con el problema de la pobreza, y siempre en el marco de
argumentaciones
cuyas
conclusiones
no
se
orientan
a
destacar
responsabilidades específicas de algún gobierno nacional o provincial. Así, por
ejemplo, el editorial del 02/09/2007 (“Con tanta pobreza la inflación es un
escándalo”), destaca las últimas mediciones sobre el aumento inflacionario, e
insiste en la situación particularmente negativa de Catamarca en este escenario,
contexto en el que se alude a la pobreza de manera pasajera:
EL ANCASTI ■ Catamarca “En Catamarca la situación es más grave que en la mayoría de las jurisdicciones
del país. Una información del INDEC difundida por EL ANCASTI el domingo último,
coloca a la provincia entre las de mayor inflación en lo que respecta al costo de vida total
acumulado en los últimos siete meses… Que esto ocurra donde las estadísticas de
desempleo y pobreza son tan impiadosas desnuda una paradoja inadmisible
Pero, la conclusión, sorprende por su nivel de generalidad e indefinición:
Como si los datos negativos fuesen inagotables, todavía debe anotarse que no se
han visto estrategias locales que logren acuerdos de precios que traigan algún alivio a los
sectores menos habilitados para afrontar un costo de vida –de vida precaria, por
añadidura- menos segregador. No puede verse como normal que Catamarca se halle
entre las jurisdicciones con índices de precios al consumidor más empinados. Ha de
haber espacio para introducir variantes que impliquen una reparación” (EDITORIAL
“CON TANTA POBREZA, LA INFLACIÓN ES UN ESCÁNDALO” 02/09/07).
Algo semejante se observa en el editorial del 16/09/2007 en el que se
aborda el tema del desempleo con informes estadísticos que dan cuenta de la
situación extrema de Catamarca, en el contexto del panorama nacional. El
editorial concluye afirmando que
“Habrá que trabajar para liberar a Catamarca de la condición de isla, que no la
favorece, como parece estar largamente demostrado (EDITORIAL “EL DESEMPLEO:
FLAGELO CON RESPONSABLES”, 16/09/07).
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.
Otras noticias de actualidad que dan origen a editoriales sobre la pobreza
y que actualiza el mismo esquema argumentativo puede ejemplificarse con el
editorial del 26/09/2007 (“Mal de más de un origen”):
EL ANCASTI ■ Catamarca “La noticia de que en un local nocturno de esta ciudad se halló, entre las
mujeres que ejercen allí la prostitución, a una menor, ha reactualizado un asunto que
por más de un motivo ha perdido interés y está lejos de provocar la repulsa que hubiese
producido en un pasado no tan lejano” (EDITORIAL“MAL DE MÁS DE UN ORIGEN”,
26/09/07).
Se relaciona la pobreza con la prostitución, estableciendo una
determinación directa entre ambas, para terminar concluyendo que los
problemas son de los padres, las iglesias, familias, escuelas etc. Se culpabiliza a
“los corruptos y explotadores” y se postula la necesidad futura de una guerra
contra este mal. En otras palabras, las responsabilidades del Estado en esta
materia se debilitan y ocultan:
EL ANCASTI ■ Catamarca “Seguramente, la prostitución no puede atribuirse sólo a la miseria. Pero es
innegable que ella es factor de fuerte incidencia. Se han conocido casos de familias que
promueven al comercio carnal entre los hijos, de modo que los alientan a explotar su
cuerpo con la misma naturalidad con que en los hogares comunes se espera que los hijos
aprendan a ganarse la vida decorosamente. Pobreza y déficit en materia de autoestima y
de adhesión a valores que se juzgan imprescindibles están en la raíz de ese extravío de
una de las más ricas dimensiones humanas. Parece evidente que la lucha contra este mal
social deberá darse a través de políticas socio –económicas que disminuyan aquí los
elevados índices de desempleo y pobreza. Pero también en los dominios de la educación,
tanto la que se ofrece sistemáticamente, como la que brindan, a menudo tal vez sin
suficiente conciencia de ello, la familia, las iglesias, los centros a los que concurren los
niños y jóvenes y el comportamiento de la sociedad en general por medio de lo que se
conoce desde antiguo como “el buen ejemplo”….Desde luego, el combate contra los
corruptos y los explotadores tendrá que ser guerra sin pausa y sin debilidades. Hay que
salvar a los comprovincianos más jóvenes de los peligros de su situación de extremo
riesgo (EDITORIAL “MAL DE MÁS DE UN ORIGEN”, 26/09/07).
En síntesis, el argumentador para fundamentar sus tesis o conclusiones
recurre a un esquema entimemático clásico, proporcionando un conjunto de
informaciones simplificadas y estereotipadas que suponen un trabajo de
selección, interpretación y ensamblaje (Ammann, 2011). De este modo, las
argumentaciones, bajo la forma de una racionalidad impecable y con la aparente
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neutralidad propia del realismo mediático (Ammann, 2011), se orientan a la
presentación de la pobreza como un argumento que interviene para la
comprensión y explicación de otras problemáticas, pero que carece de
potencialidad generativa de argumentaciones. Esto es, no es una tópica digna
para dar lugar a argumentaciones. Completaremos este análisis en lo que sigue.
II.5.1. Los titulares
En el contexto de estas consideraciones, resulta interesante conocer la
función argumentativa de los titulares, en virtud de su carácter condensador del
tema central (Van Dijk, 1990) y porque en ellos puede observarse generalmente
ya la orientación argumentativa que se defenderá en el cuerpo del texto. Los
titulares, además, permiten ingresar a un primer nivel de la trama de sentido.
Consideramos que un título tiene dos dimensiones fundamentales. Una
dimensión metalingüística, en tanto se trata siempre de un discurso que
presenta a otro, que le sucede, nombrándolo, calificándolo, habilitándolo. La
segunda dimensión es referencial: como el discurso del cual es el nombre, habla
también de algo. Llamaremos encuadre del discurso a esta manera particular en
la que se combinan ambas dimensiones en un título, que en el discurso de la
información, siempre es simultáneamente, el encuadre del acontecimiento en
cuestión (Verón, 2004: 82).
Al recorrer la superficie discursiva de los titulares de nuestro corpus se
pueden extraer una serie de modos iterativos de establecer los encuadres de los
discursos que anticipan el tratamiento de la tópica que nos ocupa. La primera
observación a destacar radica en el hecho de que los titulares de los editoriales
que aluden a la pobreza tienen una función referencial muy acotada, de manera
que mediante su lectura no se obtiene necesariamente una representación del
contenido del discurso. En otras palabras, los titulares no dan cuenta de manera
directa del tema del editorial, aunque lógicamente hay excepciones a esta regla
general. Su función, por el contrario, es claramente metalingüística porque
ubica al lector rápidamente en el orden de la evaluación, son indicadores de que
lo que sigue, esto es, aquello que está siendo encuadrado por el titular, se
concentrará en la expresión de la opinión del locutor editorialista. Más aún, esta
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opinión que se anticipa en el titular es generalmente una actitud crítica o
negativa hacia un referente, sin explicitar este referente, esto es, sin dar cuenta
necesariamente de cuál es el segmento de realidad respecto del cual se expresa
la actitud crítica (Vgr. “En constante retroceso”, “ La pelea que todo lo invade”,
“Una demanda que debe atenderse”). Se trata de dar a conocer al auditorio
simplemente que lo que sigue es una opinión, y que ésta no es complaciente sino
que, por el contrario, es crítica.
La característica de estos titulares, como en el caso de las notas
editoriales en su conjunto, es que justamente no tienen por función representar
una
realidad sino tomar posición en relación a ella. Los titulares son
interpretativos, evaluativos y tienen una función de captatio benevolentiae en
tanto tratan de atraer la atención y la complicidad del auditorio, generando el
interés mediante enunciados que requieren la lectura de la nota para ser
interpretados y a su vez establecen el primer lugar de construcción del ethos del
argumentador como un sujeto crítico frente a la actualidad.
La evaluación como enmarque privilegiado del editorial se reconoce no
sólo en el hecho de que los titulares orientan una conclusión sin que se indique
el sector de la realidad de la que hablara el editorial, sino que tampoco incluyen
una mínima estructura narrativa reconocible en enunciados transitivos que
propongan alguna transformación de estados o agentes. Esto es, estos titulares
se construyen con un grado mínimo de transitividad, sin verbos o con verbos
copulativos o de estado, como por ejemplo, “Trabajadores prematuros”, “Contra
el trabajo infantil”, “La drogadicción ya tiene sus raíces”, entre otros.
Esta modalidad descriptivo-evaluativa, elíptica, decididamente no
narrativa y aproximativa que propone el titular establece un enmarque de alta
efectividad de modo que la pobreza o los pobres pocas veces aparecen
directamente expresados. Más bien, en coherencia con las estrategias
mencionadas más arriba, se connota mediante enunciados que la presuponen y
que exigen la puesta en funcionamiento de un saber previo del lector para
inferir el contenido del editorial: “El hambre infantil”, “Niños en peligro”,
“Trabajadores prematuros”. Puede reconocerse un claro componente ético en
estos titulares, en tanto se basan en el sentido del deber hacer correcto.
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En síntesis, argumentativamente los titulares generan sorpresa, invitan a
develar una incógnita y cumplen la función esencial de la captatio benevolentia
de la retórica clásica, momento de seducción en el que se intenta captar la
atención y la complicidad del auditorio presentando un locutor crítico frente a
los hechos de actualidad.
II.5.2. La esencialización de la pobreza y de los pobres
La línea editorial instala una serie de tópicos locales y nacionales que de
algún modo, a partir de distintos argumentos, se relacionan con el tema de la
pobreza. Como hemos indicado, en los contenidos de los editoriales predomina
una tendencia a publicar temas asociados pero no centrados en la pobreza. Al
momento de la inventio es interesante observar que la pobreza (y los pobres, en
particular, los niños y jóvenes) constituyen argumentos, pruebas o razones de
argumentaciones que se orientan a la extracción de conclusiones que pertenecen
a otro campo de significación.
En muchos casos, estos otros universos de
sentidos que se activan con el recurso al argumento de la pobreza responden a
hechos puntuales, de actualidad, (INDEC, contienda electoral, festividad de la
virgen, conflictos gremiales, celebración de la fundación de la ciudad, etc.). En
muy pocos casos el interés se concentra en realizar un seguimiento del tema de
la pobreza, indagando en las diferentes aristas que presenta.
En este sentido, la axiomática del discurso de la prensa escrita local,
presenta un conjunto de enunciados donde es posible hacer visible los tópicos
en el que van abrevar las construcciones de los pobres y la pobreza que se
asocian a:

La violencia adolescente / El delito / La inseguridad

Las enfermedades de la pobreza / La alimentación / desnutrición

El trabajo infantil / El trabajo en negro / La ocupación ilegal / El
desempleo en la mujer/ Los planes de empleo / La drogadicción / La
prostitución
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
La inflación / El problema del agua / Los barrios populosos y la
demanda de servicios

El poder político nacional y la asistencia / La corrupción política /
Las elecciones y las demandas de diferentes grupos / Los programas de
asistencia a adolescentes.
Como puede observarse a partir de este breve listado, las tópicas más
comunes que configuran el sentido de la pobreza en la masa discursiva de la
prensa nacional construyen sentidos estereotipados, de modo que hablar de la
pobreza es, correlativamente, hablar de faltas o carencias (in-seguridad, desnutrición, no-agua, no-trabajo), o hablar de determinadas prácticas repudiadas
socialmente (violencia, delito, trabajo infantil, trabajo en negro, drogadicción,
prostitución, inflación, asistencialismo, corrupción política, etc.). Desde las
primeras relaciones de sentidos se puede percibir una construcción de la
pobreza asociada a aquello que significa una falta o una acción esencialmente
evaluada como negativa.
En el plano de la Elocutio, la pobreza encuentra su expresión también en
un conjunto limitado y estereotipado de metáforas que configuran el soporte de
las argumentaciones: el relato bélico y el relato médico habilitan la escritura de
la pobreza que se entiende así como una batalla que debe ser ganada o una
enfermedad que impregna el cuerpo social. En el eje del paradigma estas
modalidades de sustitución son coherentes con la falta y la negatividad a la que
hacíamos referencia anteriormente.
Otro conjunto de metáforas se asocian al relato religioso donde los
tópicos que se repiten nuevamente son la pobreza en los niños y en particular lo
referido al trabajo infantil a fines de explotar el suceso “extraordinario” que
implica la temática de los niños pobres y los construye como “marginados
irredimibles”.
EL ANCASTI ■ Catamarca “Los periódicos informes de esta célula de las Naciones Unidas hablan de
NIÑOS HAMBRIENTOS, de huérfanos, de VÍCTIMAS DE LA GUERRA, de
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EXPLOTADOS, DE ABUSADOS SEXUALMENTE, de enfermos con afecciones tan
graves como el sida, de abandonados, de objetos de maltrato físico; en fin, de habitantes
de ningún paraíso, sino de los más horrorosos infiernos” (EDITORIAL “EL MES DE LOS
NIÑOS”, 06/08/06).
“Y en esos verdaderos infiernos los niños no está ausentes -y muchos habrán
nacido en medio de esas llamas- y son el rostro acusador más irresistible contra el orden
social que los ha condenado a la categoría de MARGINADOS IRREDIMIBLES y,
además, los más irrebatibles anunciadores del tenebroso futuro que espera a las
sociedad humana” (EDITORIAL “CONTRA EL TRABAJO INFANTIL”, 12/06/06).
Finalmente, el relato de las cifras aparece sea con una función diegética,
en tanto se introduce como hecho que apoya el despliegue argumentativo, como
prueba, demostración o confirmatio, pero también con una fuerte función
retórica destinada a apoyar la distancia y la objetividad. La apelación a este
discurso minimista de la pobreza apoya las pretensiones del medio de erigirse
en fuente objetiva de la verdad. La construcción generalizante que hace de los
pobres tiene su explicación a través de las cifras, los números en donde no se
plantean casos. Este discurso tiende a ocultar los procesos que producen la
pobreza.
EL ANCASTI ■ Catamarca “Resultó que el 91% de las personas padecen de necesidades básicas
insatisfechas (EDITORIAL: “ESTAMPAS DE LA CRISIS”, 26/10/2006).
“¿Puede un ciudadano cualquiera sentir que se está desperdiciando el dinero del
pueblo, cuando más del 50% de los catamarqueños viven en situación de pobreza o
indigencia?” (EDITORIAL: “DERECHO A PREGUNTAR”, 22/01/2007).
“Los números son por demás elocuentes: la tasa de desocupación femenina es
aquí -en el Valle Central- del 14,2%, en tanto que la masculina es el 9,3%”. “Y si bien las
mujeres son más numerosas, ello no quita patetismo al dato, sobre todo cuando se
consideran determinados grupos de edad como el que llega hasta los 29 años, en que el
desempleo femenino arroja un índice del 27,6%, casi tres veces más que la media de la
provincia en el segundo trimestre del 2006 y una de las tasas más altas de las 31
concentraciones urbanas del país, cuyo índice promedio es del 18,9%” (EDITORIAL:
“TAMBIÉN APLAZADOS EN OCUPACIÓN FEMENINA”, 03/10/2007).
Tal como fue abordado en el Capítulo 1, este discurso minimista enfatiza
el componente descriptivo de las características del fenómeno y marca una
preocupación compulsiva por la medición de la pobreza. Así los pobres aparecen
reflejados en porcentajes de personas que padecen de necesidades básicas
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insatisfechas, en las cifras de quienes viven en situación de pobreza o
indigencia. El dato se constituye en la fuente primera de veracidad y objetividad
que usa el medio para argumentar
y construir el fenómeno digno de ser
mediatizado. Por esta misma operación, el medio se legitima y posiciona como
un locutor legítimo que sabe. Lo interesante es notar que este poder de cifrar de
la prensa se intensifica en el período electoral 2007. Una vez definida la elección
a gobernador a favor del Brizuelismo, aparece dicho relato en forma aislada y
con claro fin de instalar el hecho “extraordinario” con fines comerciales.
II.5.2. 1.Estereotipo y esencialización: De centro y periferia
Finalmente, en este punto haremos referencia al modo estereotipado y
esencializante de construcción de la pobreza y los pobres en los editoriales. Se
trata de la actualización constante de aquellos sentidos que circulan en el campo
social sobre la pobreza, muchos de los cuales son simplemente prejuicios y otros
están apoyados por el conocimiento académico, que construye un sujeto pobre
con determinados atributos esenciales: drogadicto, violento, delincuente, etc. y
de la pobreza con determinados efectos, tales como la prostitución y el trabajo
infantil, entre otros.
Esta modalidad de presentar al pobre y a la pobreza genera una identidad
esencial, no pasible de cambios ni de posibles variaciones, descontextualizada,
ahistórica, que pertenece de manera connatural a quienes la padecen. Es más, es
un atributo general, que no afecta a algunos o a la mayoría sino a la totalidad de
la población pobre.
El pobre, en este contexto de sentidos, aparece como un sujeto pasivo,
receptivo, un producto natural de la situación de carencia, que no actúa creativa
o individualmente ni tiene capacidad de modificar su situación. Sólo tiene como
posiblidad reproducir las mismas estrategias de todos los sometidos a su misma
situación:
EL ANCASTI ■ Catamarca “Así es, durante muchos años, el “bolsoneo” en Acción Social sirvió más que
todo para tener a los pobres como rehenes del poder político de turno. Con
comida, colchones, remedios y materiales de construcción se compraba la voluntad
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social en tiempos de elecciones”
04/01/06).
(EDITORIAL “EL
FIN DE LOS BOLSONES”,
Es más, estos pobres tienen ya un destino asignado por el propio medio,
el esencialismo se manifiesta también claramente en estas trayectorias
históricas y biográficas obligadas de mendicidad, delincuencia y prostitución.
De este modo se configura un pasado, un presente y un futuro invariante que
define la pobreza, el ser pobre y sus efectos, sin ninguna referencia a sus causas.
En estos argumentos cobra visibilidad un discurso de criminalización de la
pobreza:
EL ANCASTI ■ Catamarca “Aparte de la educación y la ausencia de controles responsables de la natalidad,
se suman la pobreza y la indigencia que día a día lanzan más criaturas al sórdido mundo
de las calles, donde se conforman grupos cada vez más numerosos de precoces
mendigos, aprendices de delincuentes, niñas que se prostituyen por monedas, etc.”
(EDITORIAL “CALAMIDADES SOCIALES”, 04/02/06).
EL ANCASTI■ Catamarca
“El niño descalzo y sucio despierta ternura cuando ruega por una moneda, no
puede evitar crecer, y chocará luego con otros gestos, seguramente de rechazo profundo,
cuando se convierta en un delincuente juvenil” (EDITORIAL “NIÑOS EN PELIGRO”,
23/12/2007).
Según esta construcción, este destino signado e imposible de evadir es
responsabilidad del mismo endogrupo, son los pobres los que construyen su
destino de pobreza, de manera que no hay razones exteriores que puedan
alegarse fuera de un modo de ser propio del grupo. Al respecto, es importante
recordar la observación de Vasilachis de Gialdino, quien expresa que los
procesos discriminatorios en los discursos suponen, además de relaciones
causales de tipo ineludible, atribuciones de culpa y de responsabilidad de las
que los individuos o grupos discriminados, prácticamente, no pueden liberarse
(Vasilachi de Gialdino, 2003:195).
EL ANCASTI ■ Catamarca “En Catamarca -debe decirse- el trabajo infantil no es consecuencia sólo de
estrecheces económicas inevitables. Es también derivación de la irresponsabilidad
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paterna que lleva a los primeros obligados a delegar en los hijos –a menudo pequeñosla función de conseguir dinero y otras asistencias imprescindibles para la familia. En
casos extremos, en los hogares de los que se está hablando el único recurso que llega es
el que logran los hijos, hijos obligados por sus progenitores a la tarea de mendigos, una
mendicidad que los pone en riesgo de caer en comportamientos que atentan contra su
salud física y moral” (EDITORIAL “TRABAJADORES PREMATUROS”, 21/03/06).
En los pocos editoriales en los que hace referencia a las numerosas
protestas sociales de estos años, se desestima a sus protagonistas, especialmente
a los piqueteros, separándolos del grupo de los pobres e incluyéndolos en el de
los proveedores, distribuidores, punteros, etc., todos “corsarios”, que negocian
con el hambre de los sectores más vulnerables, procedimiento que tiene el
mismo efecto de sentido: no son los pobres los que se quejan, los que luchan por
mejorar sus condiciones de vida, los pobres lo son porque quieren. Los que
protestan pertenecen a otro grupo, el de los corsarios:
EL ANCASTI ■Catamarca “Ningún sistema es inmune al fraude, y mucho menos en una provincia donde la
acción social fue excusa para que el Estado expidiera patentes de corso a una fauna
parásita compuesta por proveedores, distribuidores, punteros, dirigentes, tramitadores
y piqueteros, que montó un fabuloso y canalla negocio sobre el hambre y la necesidad de
los sectores más vulnerables” (EDITORIAL “UN GOLPE AL NEGOCIO DEL HAMBRE”,
08/01/06).
La protesta social es una modalidad del desequilibrio social, de la ruptura
de un orden que merece ser reestablecido. No hay razones legítimas para la
protesta:
EL ANCASTI ■ Catamarca “Con la fuerza que impone el número y que aparentemente legitima la miseria,
centenares de familias hicieron suyo un espacio ajeno, actitud que reduce el derecho a la
propiedad a una circunstancia flexible, casi una coyuntura que puede alterarse con la
sola aparición de alguien que precise del bien adquirido con más urgencia que quien lo
adquirió. Consumado el desborde, la ley deja de ser tenida en cuenta, los fallos judiciales
son desconocidos y el Estado se ve obligado a interceder, torpemente, para resolver el
dilema a último momento -en apariencia- a favor de los más necesitados. Si el Estado
tiene la obligación de brindar asistencia a quienes no cuentan con recursos mínimos
para sobrevivir, también tiene la obligación de hacer respetar las leyes y proteger la
propiedad privada. Avalar una usurpación marcha a contramano de la función misma
de las instituciones, que deben velar por la vigencia de las normas que regulan la
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convivencia de una sociedad” (EDITORIAL “SANTA MARTA Y LA DEMAGOGIA”,
20/03/06).
Delinquir, mendigar, pedir limosna, juntar desperdicios y venderlos,
constituyen otras tantas acciones rechazadas y sancionadas social y
moralmente, acciones que se describen como un imponderable, pero que no se
indagan en sus relaciones causales.
EL ANCASTI■ Catamarca
“Los menores que no han pasado aún de los 14 no se reducen a pedir limosna”.
Toda concentración de desperdicios es vista por ellos como potencial escenario de
tesoros, y por eso revuelven todo y extraen aquello que podrían producirles un tesoro.
Cartones, papel, botellas, plástico, latas, eventuales piezas metálicas y especialmente de
cobre. Para todo esto encuentran compradores que pagan monedas y acumulan lo que
compran hasta contar con cantidades que les permitan concretar negocios nada
desdeñables” (EDITORIAL “PASADO YA EL „MES DE LOS NIÑOS”, 04/09/2007).
En este editorial la mendicidad y la explotación constituyen el binomio
de los argumentos que intentan hacer visible respecto a este grupo de niños. El
hecho de hallarse explotado por otros, impone la asunción de roles pasivos.
Estos roles son atribuidos a los niños de la ciudad y a los del interior de la
provincia. El diario pone en evidencia nuevamente el incremento de la
mendicidad y explotación, lo que da cuenta de esta permanencia del fenómeno
que remite a un pasado y a un presente.
EL ANCASTI■ Catamarca
“Tal vez ya en septiembre resulte menos bochornoso que en agosto -mes entero
consagrado aquí para la celebración de la niñez- hacer referencia al evidente aumento de
la mendicidad y la explotación de los niños en esta Ciudad y probablemente también en
el interior de la provincia” (EDITORIAL: “PASADO YA EL MES DE LOS NIÑOS”,
04/09/2007).
En el siguiente editorial, la mendicidad se presenta como una acción
condenada a „extenderse‟, a „propagarse‟, „profundizarse‟, como una llama. La
mendicidad es calificada como un „mal‟, tópico que marca también una
continuidad de los atributos negativos conferidos a distintos problemas
derivados de la pobreza. La narrativa de la prensa también abarca en sus
descripciones el rol pasivo atribuido a las personas que cumplen la función de
autoridades en las instituciones que se ocupan de esta problemática. La
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comparación de la mendicidad con las llamas de un incendio establece una
relación de sentido en la que la pobreza se asocia a las tragedias naturales:
EL ANCASTI ■ Catamarca
“Pero lo más tremendo es que las autoridades vinculadas con el desarrollo social
confiesan que no tienen cómo hacer frente a este mal que, por lo visto, está condenado a
extenderse y profundizarse como las llamas de los incendios forestales en períodos de
aguda sequía y vientos potentes” (EDITORIAL: “PASADO YA EL „MES DE LOS
NIÑOS”,04/09/2007).
La asociación de la pobreza con la drogadicción da lugar a más de un
editorial. Champagne expresa que cuando las que atraen la atención periodística
son poblaciones marginales o desfavorecidas, los efectos de mediatización
distan de ser lo que estos grupos sociales podrían esperar, porque los
periodistas disponen en este caso de un poder de construcción particularmente,
y la fabricación del acontecimiento escapa casi integralmente a estas
poblaciones (Champagne, 1999). Un editorial es especialmente destacable en
este sentido pues advierte cómo la droga es ya un problema en la provincia de
Catamarca, construyendo un malestar social que a partir de esta primera
narración comienza a tener existencia visible, construcción que tiene que ver
con lo comercialmente rentable, es decir, con hechos que respondan a la
definición social del acontecimiento digno de aparecer en la “primera plana”
(Ammann, 2011).
En este caso, la cobertura que se le da a este tema se corresponde con el
estilo amarillo que presenta los hechos como una anomalía, algo espectacular.
En otras palabras, construyen un suceso (Barthes: 1987 citado por Escudero
Chauvel, 1997) conmovedor y a la vez, incuestionable, objetivo. En efecto, esta
ilusión referencial se logra mediante la presentación de pruebas consistentes en
informes oficiales, fechas, números, etc. El enunciador pone en juego un
conjunto
de
estrategias
discursivas
(identificaciones,
localizaciones,
temporalización de actores y sus respectivos escenarios con vistas a producir ese
efecto de verdad del discurso (Escudero Chauvel, 1997). En la combinación de
un discurso religioso y médico le sirve como argumento en la conclusión para
realizar una construcción generalizante de las adicciones de los pobres.
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EL ANCASTI ■Catamarca “Un reciente informe de EL ANCASTI señala que la Dirección de Drogas
Peligrosas de la Policía provincial detuvo o demoró a un total de 222 personas en 2005
por infracción a la ley de drogas. Detalla que de ellas, 80 fueron menores de entre 5 y 18
años, afectos a distintos productos que van desde el pegamento hasta la cocaína.
El informe observa que entre los niños de 5 a 11 años se consume pegamento, del que se
usa en las tapicerías y que puede adquirirse por sólo 7 pesos. Un tarro de 250
centímetros cúbicos de esta sustancia tiene ese precio que lo pone al alcance de los
adictos de bajos recursos
Por otra parte, el avance de esta peste que afecta a todo el mundo.
El mal no sólo se ha instalado en la Capital. También hubo secuestros de drogas en
Santa María, Tinogasta y Belén, donde el consumo es hoy más alto” (EDITORIAL “LA
DROGADICCIÓN TIENE SUS RAÍCES” 11/01/06).
II.5.5. Polifonía de la pobreza en los editoriales, sentidos para
armar
Se observa, entonces, que en sus editoriales el medio gráfico construye
una identidad estigmatizante y por ende discriminitoria de los pobres. Este
discurso discriminatorio dialoga con el discurso hegemónico de la pobreza
presente en las teorías sociales de la academia (centro – periferia; arriba –
abajo; etc.). Vacilachis de Gialdino, plantea que el discurso discriminatorio,
tiene como característica, la construcción y o reproducción de un núcleo
cognitivo adecuado para justificar el rechazo, la separación, la negación, el
aislamiento del <otro> mediante el recurso de mostrar las características que
los diferencian de <nosotros>. Así, mientras en <ellos> se concentra lo
ilegitimo, pecaminoso, lo que viola la norma, las costumbres sociales, lo sucio, lo
malsano, en <nosotros> residen los atributos contrarios (Vasilachi de Gialdino,
2003:195). En este sentido, puede decirse que esta construcción del otro como
un sujeto que condensa lo negativo es también una construcción del sí mismo,
del no-pobre que los habla, que por oposición, se configura como el paradigma
de los atributos opuestos: lo legítimo, lo normal, lo normativo, lo social, lo
limpio, lo sano, etc.
Es más, la forma en que son construidos los niños que trabajan o viven en
la calle, se corresponde por lo general, con la manera que son categorizados, con
las metáforas a través el cual se los nombra, con los roles pasivos que se les
adjudican y con las acciones en su mayoría contrarias a las normas sociales,
jurídicas y morales que se le atribuyen (delinquir, consumir o distribuir droga,
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ejercer la prostitución, mendigar, vagar, deambular). De este modo, las acciones
de privación de identidad con las que los periodistas categorizan, clasifican,
adjudican roles, atribuyen y predican acciones y someten a procesos de carácter
ineludible a los niños que trabajan y/o viven en la calle se suman al entramado
de relaciones de privación a los niños se ven sometidos, consolidados,
naturalizando y justificando la desigualdad sociaL (Vasilachi de Gialdino,
2003:194).
El diario entrelaza discursos provenientes de la teoría social en torno a la
pobreza cuyo fundamento epistemológico deviene del paradigma positivista,
que pone en juego categorías dicotómicas tales como: adentro – afuera; centro –
periferia; arriba – abajo, teorías que parten de una noción de normalidad –
anormalidad, situando a la pobreza en esta última categoría y al sujeto pobre
como objeto de control social.
Una de las formas de nominación y categorización que utiliza el diario
para referirse a los niños que deambulan por las calles catamarqueñas es la de
los „pequeños marginados‟. Este modelo paradigmático de definir a los niños
pobres tiene su correlato con una de las formas de nominar a la pobreza, la
marginalidad explicada a través de la tesis centro-periferia. Estos argumentos
sitúan a los niños en los márgenes o afuera de la sociedad o del sistema social.
El adjetivo „marginado‟ construye una forma de representar espacialmente a los
niños pobres. Así se destaca el efecto y no el proceso que le dio lugar.
EL ANCASTI ■ Catamarca
“Pasaron muchos años desde que aparecieron los primeros niños deambulando
por las calles catamarqueñas, hasta que se reconoció oficialmente la existencia de los
pequeños marginados” (EDITORIAL “NIÑOS EN PELIGRO”, 23/12/2007).
Para realizar el cierre de éste capítulo retomaremos las preguntas que nos
formulamos al inicio del mismo: ¿cuándo los medios hablan de pobreza y cómo
construyen al sujeto pobre?; ¿en qué contextos de producción se habla de los
pobres?, ¿qué discursos dialogan en los editoriales del diario?
Consideramos que El Ancasti, en el año 2006 instala el tema de la
pobreza en un contexto de la interna radical y
posicionándose desde la
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dimensión de las reglas ha pretendido a partir de la polémica en torno al
sistema de asignación de los recurso asistenciales destinados a los sectores
pobres, una maniobra de persuasión al lector como parte de una estrategia
destinada a desacreditar al candidato castillista y de esta forma volcar la interna
radical a favor del brizuelismo y posicionando a éste
como candidato a
gobernador para las elecciones de marzo del 2007. Para ello el tema fue
organizado y ubicado en las editoriales y presentó la temática de la pobreza en
forma serializada, es decir, tematizada, reducida a argumento respecto de la
dicotomía vales vs. bolsones.
En el año 2007, definida la candidatura a gobernador a favor de Brizuela
del Moral y negociado el cargo de vicegobernador con un sector perteneciente al
Kirchnerismo, el relato de la pobreza en el diario el Ancasti cobra independencia
del contexto político, para posicionarse en un contexto de lógica comercial, que
instala el problema de la pobreza en la agenda mediática con un corte
sensacionalista. Cabe destacar que en su estrategia discursiva los editoriales de
este año combinan la dimensión de las reglas y de los sentimientos para dar
cuenta del tema de la pobreza y que la focalización de la pobreza en casos
particularmente aberrantes y distópicos no necesariamente implica una crítica a
los gobiernos nacional o provincial.
Se plantea, entonces, una radical diferenciación entre el tratamiento del
tema en un año y en otro. Sin embargo, en ambos casos la escritura busca
fuertes anclajes con el mundo de la “realidad objetiva” de los números y de los
casos empíricos, que hacen saber algo sobre la realidad, ilusión de
referencialidad que parece ocultar sus condiciones de producción, presentado al
producto discursivo como una superficie lisa y neutra (Escudero Chauvel, 1997).
La presencia de numerosas evaluaciones y de enunciados éticos y normativos no
obtura esta ilusión porque la primera es condición para que al argumentador se
le asigne la legitimidad necesaria para la evaluación y la indicación de la manera
correcta de conducirse la gente, la sociedad, los funcionarios, los gobiernos. En
otras palabras, este argumentador universal es una operación orientada al
reclamo de objetividad, que a su vez alimenta la necesidad de la creencia: no
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creo en un discurso porque es “objetivo”, es porque creo en él que lo defino
como “objetivo” (Verón: 1999:105).
Si damos crédito es porque algún discurso ha engendrado en nosotros la
creencia y en el hemos depositada la confianza. La confianza se apoya en el
siguiente mecanismo: el discurso en el que creemos es aquel cuyas
descripciones postulamos como las más próximas a las descripciones que
nosotros mismos hubiéramos hecho del acontecimiento.
Por otro lado en el relato del diario podemos afirmar que las voces de los
pobres quedan excluidas, en definitiva el medio construye al sujeto pobre al que
no sólo le atribuye determinados atributos, también sentimientos, saberes,
pasiones y un destino inexorable. Desde esta perspectiva, los problemas no
están dados en la realidad para ser descubiertos y explicados, sino que se
construyen a partir de complejos procesos caracterizados por la competencia y
el conflicto de principios productores de representaciones que expresan
diferentes intereses (Tenti Fanfani, 1991).
Para finalizar, destacamos que en las distintas formas que pone en juego
el editorial a la hora de referirse a los pobres, opera un mecanismo de
construcción de una identidad negativa del pobre que se apoya en fuertes rasgos
discriminatorios. Presenta al sujeto pobre estigmatizado como perteneciente a
una pobreza indigna, inmerso en una cultura que le impide integrarse al sistema
social, ocultando las desigualdades de un sistema social que priva al sujeto
pobre de acceder a recursos materiales y simbólicos para el logro de su pleno
desarrollo humano.
En este sentido, los relatos que el medio construye en torno al sujeto
pobre tiene otro objetivo que al decir de Bourdieu, “el mundo social puede ser
dicho y construido de diferentes modos según diferentes principios de visión y
división,
se presenta, objetivamente, como un sistema simbólico que está
organizado según la lógica de la diferencia, de la distancia diferencial”
(Bourdieu, 1996: 135). Es decir el medio construye ficcionalmente un relato de
los pobres que los ubica en las márgenes de la sociedad sin enunciar los
procesos sociales que están al origen de esas situaciones. De esta forma la
metáfora centro-periferia está presente en el relato de El Ancasti y se hace
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explícito en la categorización y atributos estigmatizantes con los que construye a
los sujetos pobres, de esta forma en la imagen, y en la definición que se
construye de ellos y de su situación, presenta a los pobres como separados de la
sociedad.
De este modo, la metáfora centro-periferia recurre a la ficción de suponer
a la sociedad como un sistema, análogo de los organismos vivos, cuya
integración y equilibrio dependen de los mecanismos de control social para
evitar los comportamientos desviados y de los procesos de socialización para
internalizar aquellos funcionales al sistema social (Vasilachis de Gialdino, 2003:
134). La metáfora centro – periferia refuerza la necesidad de “reincorporarlos” o
“reinsertarlos” al “sistema” (Vasilachis de Gialdino, 2003: 134), a los sujetos
pobres.
Por otro lado, en lo que se refiere a los discursos que hace dialogar el
diario encontramos al relato minimista y allí coincidimos con Quevedo en que
el formato que se utiliza cada vez más para manejar la pobreza es mostrar los
datos estadísticos, las encuestas, allí los pobres aparecen como problemas
sociales agregados bajo datos gruesos, sin rostros (Quevedo, 2009). Así las
cifras estadísticas y el número son utilizadas por el diario como principio de
verdad, de objetividad de lo que se dice. Reforzando con ello el contrato
mediático de la información que opera a partir de un “pacto de verdad” con sus
receptores (Escudero Chauvel, 2000).
Otro relato presente es el de criminalización de la pobreza que se deviene
de la metáfora centro – periferia (relato de la academia). Este relato opera en el
diario el Ancasti como argumento para solicitar al estado el cumplimiento de la
ley y la restitución del orden. También se hace visible en el diario el relato
religioso, que refuerza la dimensión pathémica con el fin de captar un receptor
que en su mayoría profesan la religión católica. De esta forma, el medio genera
un efecto de identificación, produciendo en el receptor la impresión que a él
también le hubiera pasado, por más alejados que puedan estar de la jerarquía
social, estos sujetos puestos en contacto a través del medio. El personaje se
vuelve verídico, las situaciones son probables, la identificación y la emoción son
en consecuencia legítima (Escudero Chauvel, 2000:93). Este relato también
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articula un componente ético que se acentúa en la valoración de las acciones a
través del uso de calificativos éticos, como bueno o malo, justo, injusto, etc.
Por último, diremos que el tema de la pobreza es un acontecimiento que
se construye en el Diario El Ancasti como un suceso conmovedor donde se
estigmatiza al sujeto pobre por intereses empresariales y con fines políticos
electorales.
Así la pobreza dialoga con otros discursos a través de diversos tópicos o,
lo que es lo mismo, el efecto de sentido de la pobreza se construye
polifónicamente mediante relaciones de sentido bastante estereotipadas. El
termino polifonía recubre las variadas formas que adopta la interacción de voces
dentro de una secuencia discursiva o de un enunciado. En este tejido textual y
de múltiples maneras está presente la ya dicho, los otros textos, así como las
diversas voces sociales con sus peculiares registros y sociolectos.
Estas modalidades de construir sentido en torno a la pobreza en estos
editoriales se corresponden con un conjunto de representaciones que circulan,
se filtran en lo que se dice, se argumenta y se escribe en materia de pobreza y
que tienen un efecto muy pregnante en las políticas de la intervención de la
pobreza.
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