Alcalibe 10. La Desamortización de Mendizábal y Espartero en

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LA DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL
Y ESPARTERO EN ALCAUDETE DE LA JARA (Toledo)
J. Francisco Uceda
RESUMEN: En el siglo XIX, tras la muerte de Fernando VII, los liberales tenían el poder
económico y político, pero no un cuerpo jurídico acorde a su predominancia. Por este motivo modificaron la legislación existente con el objetivo de consolidar su posición. Una de
las reestructuraciones legales afectó a la forma de poseer la tierra, pasando de ser algo inseparable a una persona o institución a un bien privado transferible. Además, con la adquisición de la mayor parte de estos bienes, estas élites se consolidaron. Así se percibe en
los expedientes (conservados el Archivo Histórico Provincial de Toledo) de las tierras alcaudetanas que se subastaron.
ABSTRACT: In the Nineteenth Century, after the death of Fernand the Seventh, the liberals had the economic and political power, but they hadn’t a legal system that matched their
predominance. For this reason they changed the legislation to consolidate their position.
One of the legal reorganizations affected the way to own the land, from being something
inseparable to a person or institution to transferable private property. Moreover, with the
purchase of most of the lands, these elites were consolidated. It can be seen in the files
(conserved in The Archivo Histórico Provincial of Toledo) about Alcaudete’s lands that
were auctioned.
El cambio en el modo de poseer la tierra concebido por el sistema liberal que se abrió paso en el siglo XIX, y la forma en que se resolvió en
gran parte de los casos, dio lugar a una acumulación de tierras en manos
de unas oligarquías, que, aunque nuevas respecto a las existentes del Antiguo Régimen, ya detentaban el poder político y económico antes de la
desamortización. En este sentido Alcaudete de la Jara no fue una excepción
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al resto de los territorios situados en la zona centro-sur de la Península Ibérica. La adquisición de gran parte de las tierras (las de mejor calidad, además) nacionalizadas en las subastas, bien de origen eclesiástico, bien de
origen civil (los denominados bienes propios) consolidó la posición de familias que ya gozaban de una buena situación socio-económica (estas además, acabaron emparentando, con el consecuente aumento de su poderío
como terratenientes locales), así como el latifundismo en nuestro municipio durante la centuria decimonónica, el cual se prolongará en el siglo siguiente. Estas élites tenían un poder político de alcance nacional incluso,
como puede ser el caso de la familia Mansi-Bonilla, cuyos troncos originarios son de los que más posesiones adquirieron a la luz de la documentación examinada del Archivo Histórico Provincial de Toledo (AHPT). En
este trabajo nos centraremos fundamentalmente en las fincas vendidas en
los primeros impulsos desamortizadores, cuyos expedientes hemos encontrado en dicho Archivo. De este modo dejamos una ventana abierta a
futuras investigaciones que complementen a la aquí realizada, con el objetivo de montar una pieza más en el gran mosaico que es la Historia Contemporánea de Alcaudete.
LOS PROCESOS DE DESAMORTIZACIÓN
Dentro de la desamortización, se pueden distinguir tres pasos hasta
la adquisición definitiva de las tierras por los compradores.
– La primera fue la nacionalización de los bienes eclesiásticos.
– A continuación se venderían en subasta pública.
– Acto seguido se crearían las disposiciones jurídicas para legalizar
estas ventas.
En los casos aquí expuestos partimos de unos terrenos que ya están
nacionalizados.
La adquisición de las tierras que iban saliendo a subasta tenían, por
decirlo de alguna manera un itinerario (que podía prolongarse más de un
año) cuyas actuaciones estaban reguladas por los diferentes artículos del
Real Decreto del 18 de febrero de 1836 y la Instrucción del 1 de marzo del
mismo año1. A ambas disposiciones legales se hace referencia de forma
continua en las diferentes fases de los expedientes investigados.
1
Sobre todo en lo que se refiere al proceso de tasación y subasta.
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Evidentemente en cada caso surgen particularidades, pero en líneas
generales, podemos hacer una reconstrucción de todo el trámite burocrático que conllevaba cada desamortización realizada sobre una o varias fincas.
Si nos apoyamos en los documentos del AHPT, podemos observar
todo el desarrollo del procedimiento, al estar descrito bastante bien en la
mayoría de los expedientes abiertos para cada conjunto de tierras puestas
en venta por la Dirección Nacional de Venta de Bienes Nacionales, aunque también los encontramos incompletos, sobre todo en la segunda gran
ola desamortizadora iniciada en el Bienio Progresista (1854-1856).
De este modo la enajenación de las posesiones de las monacales Ildefonsas y Bernardas de Talavera (no muy lejanas entre sí) comenzaba con
la solicitud escrita de D. Pedro Nolasco Mansi2 al Intendente de la provincia de Toledo, en marzo de 1841 y agosto de 1842, respectivamente. En
esta misiva le informa de la existencia de una serie de tierras que pertenecieron a las mencionadas conventuales (Los Rasillos, los Burdiales...), pidiendo al intendente que dé la orden al alcalde constitucional para que la
Junta Agricultora considere:
“...acerca de las ventajas que han de
seguirse de dividir aquellas en suertes pequeñas
y en el caso que esta fuere su opinión que se verifique su tasación...” 3
Como vemos el solicitante sabe bien la forma en que debía dirigirse
al intendente para que éste diera luz verde a al proceso que llevaría a la
venta de estas tierras, no olvidándose la petición de su fragmentación en
2
JIMÉNEZ DE GREGORIO, F., Historia de Belvís. Lugar en la comarca de La Jara, Madrid, 1953,
pp. 163 y 196. MORENO NIETO, Luis, La Historia de la Diputación Provincial de Toledo,
Excma. Diputación de Toledo, Talavera de la Reina, 1986, ISBN: 84-505-2918-2, pp. 49 y 100.
D. Pedro Nolasco Mansi Sánchez durante el Bienio Progresista estuvo al mando del 11 Batallón de Granaderos en el que se integraban las dos compañías de la Milicia Nacional que
actuaban en la zona de la Jara. Fue varias veces diputado y senador. D. Matías Bonilla y
Contreras, fue diputado provincial, alcalde y escribano de Alcaudete de la Jara. Según el
art. IV del mencionado Decreto, se podía solicitar la tasación de aquellas fincas no tasadas
por iniciativa estatal, teniendo preferencia el solicitante, siempre que igualase el precio en
que se había tasado (Art. VI y IX), y no hubiese quien pujase por cantidad mayor. La división de los terrenos estaba aconsejado por el RD. de 19-II-1836, en su art. III.
3
Archivo Histórico Provincial de Toledo (AHPT), Desamortización, Fondo Hacienda, 1983,
Exp.22 y 1985, Exp. 6.
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lotes separados4. Aunque al final, en la mayoría de los casos las suertes
acabarán en manos de uno o muy pocos propietarios, que curiosamente,
ya tienen tierras cercanas a las adquiridas, como se puede contemplar en
las menciones a las zonas con las que limitan las suertes desamortizadas.
Otra información importante que nos arrojan estas solicitudes es el derecho del peticionario a un perito que“...la ley le dispensa...”5
Esta información que entresacamos de los expedientes, nos hace pensar que aquellos que querían iniciar estos procesos desamortizadores eran
perfectos conocedores del protocolo burocrático que se debía de realizar
de antemano, quizás por haber participado en procesos anteriores, así
como por tener buenos conocimientos de los vericuetos administrativos
para tramitar estas adquisiciones. Lo que no cabe duda es que pertenecían
a esa nueva clase emergente, que pugnaba por consolidar su posición con
el incremento de su poderío latifundista.
La aceptación de esta petición se puede cerciorar en la carta que
desde Toledo dirigen al “alcalde constitucional” de Alcaudete para que, tras
reunirse con la comisión agricultora del municipio, designe dos peritos
que tasen el valor en venta y en renta de los terrenos en cuestión. De estos
dos “agrimensores”, uno sería designado por el alcalde y el otro lo haría
el Procurador Síndico de la localidad.
Asimismo la entidad local se encarga de poner en conocimiento de
la Junta Agricultora del pueblo la realización de una valoración de los terrenos que se han de tasar. El dictamen de ésta, en todos los casos revisados fue favorable a las intenciones de los solicitantes:
“La Junta tiene por conducente y
ventajoso para el Estado, y licitadores el que su
tasación y benta se execute del modo que ha solitado el peticionario.”6
El no consultar y enviar su resultado a la “contaduría del ramo”, puede
suponer que ésta considere oportuna la opinión de esta comisión, dejando
4
MARTÍ GILABERT, Francisco, La desamortización española, Rialp, Madrid, 2003, ISBN: 84321-3450-3, pp. 121-126. Además de políticos como Cándido Nocedal, el mencionado autor
nos habla de unos 259 alcaldes, 32 tenientes de alcalde, 257 concejales y 59 secretarios (a los
que sumar escribanos, comisionados o subalternos, entre otros funcionarios) que adquirieron tierras procedentes de las desamortizaciones.
5
AHPT, Desamortización, Fondo Hacienda, 1983, Exp. 22.
6
AHPT, Desamortización, Fondo Hacienda, 1983, Exp. 22.
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de dar continuidad al expediente. Así sucedería en la venta de los bienes
de la capellanía de Antonio Mazariegos en la parroquia de la localidad.
El número de peritos se incrementa en el caso de las posesiones de
las Ildefonsas, al existir una labranza en uno de los pedazos, lo que determina que Alcalde y Procurador nombren, además de un perito para la valoración de la tierra, a otro que haga lo mismo con el caserío7.
Estos peritos realizaran una tasación, en la que no sólo aportan el
valor en renta y venta, sino también los límites de los pedazos y su calidad,
que en ninguno de los casos vistos es de primera, siendo en el mejor de los
casos de segunda, y en el peor “infructífera” o “montuosa” (incluso ambas
definiciones aparecen juntas).
Este veredicto que los peritos dan al ayuntamiento será enviado por
éste al Intendente de Rentas Nacionales para la capitalización de las mismas, que no es, sino el valor que se le calculará para que sirva de base en
la subasta (si es superior a la tasación) que se realizará en un futuro próximo por parte de la contaduría de esta institución “desamortizadora”. El
cálculo lo realizará en función de las rentas que se han estado cobrando por
las tierras y el gravamen que se las imponía a las mismas. Asimismo se
asegura de que las fincas en cuestión no tengan cargas. En el caso de existir, como sucede con la mencionada capellanía de Mazariegos (que posteriormente describiremos con más detalle, en cuyo expediente encontramos
menciones a leyes de la denominada “Desamortización de Espartero”8,
que amplió la nacionalización de los bienes eclesiásticos al clero secular)
se puede ver reflejado en el expediente:
“No constan tengan más cagas que las de misas [de]
las que está pendiente de resolución del Gobierno”
Tras ser anunciada la tasación de los terrenos en el Boletín Oficial de
la Provincia, el peticionario puede solicitar la fijación de la fecha de la subasta. Ésta se publicará en el mencionado Boletín (concretando día y horas
7
Los designados fueron: Manuel Costa (o Acosta), “operario de alvañilería” y el labrador
Luís Gutiérrez, por parte del alcalde, mientras que el Procurador Síndico eligió a Juan Manuel Estévez (para el edificio) y a Agapito de Miguel (labrador). Todos afirman residir en
el pueblo.
8
Se trata de artículos de la Ley de 2 de septiembre de 1842 y la Instrucción del 15 del mismo
mes y año, aunque también se menciona tanto en Real Decreto del 19 de febrero de 1836,
así como la Instrucción del 1 de marzo de este año mencionado. Estas dos últimas disposiciones legales son el soporte jurídico empleado en las dos primeras ventas.
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en las que se podrá pujar), haciéndose al tiempo una breve descripción de
las suertes que saldrán a subasta y la mención de las personalidades que
deberán asistir al acto, tales como el juez de primera instancia, el Procurador Síndico (del ayuntamiento en el que se realiza la venta), el Comisionado Principal de Arbitrios y Amortizaciones de la provincia, así como de
un escribano que tomará nota y dará fe de lo acontecido en la subasta y trámites posteriores derivados de la misma.
Antes de esta venta pública, este mismo juez mandará que se expongan en sitios públicos de Toledo, del pueblo en el que están sitas las tierras y en el más cercano a éste de cédulas que informen de la próxima
subasta. Tras estas acciones puramente de trámite, se realiza la subasta
para el remate de los terrenos.
Esta venta al mejor postor, se suele realizar en la capital de la provincia, concretamente en una de las salas del ayuntamiento de la ciudad,
ante las personalidades mencionadas y tras el anuncio por parte de un pregonero de las características, ubicación y precio de salida de las fincas, así
como la legislación a que se atiene la “almoneda”. Terminado el espacio
cronológico marcado, se designará un rematador, el cual podrá ceder los
bienes adquiridos a otra persona, como sucede en no pocos casos.
La sesión se completa con la presencia de una serie de testigos, que
en los casos tratados son siempre tres y originarios de la localidad en que
se realizó el remate, así como la firma de los representantes oficiales, el rematador (o su testaferro) y el escribano dando fe del hecho legal.
El siguiente “filtro” a pasar será el del Intendente de Ventas de la
provincia, a quien el juez pasa “los testimonios” (incluidos dentro del expediente)9 , y tras cuya aprobación se procederá a publicar en el Boletín
Oficial el comprador y cantidades por las que se le asignaron sus nuevas
adquisiciones. En este punto es donde encontramos la diferencia más notable de estos tres primeros casos, debido a que en el de la capellanía mencionada, el Intendente decide que el remate se verifique en Madrid por la
Junta Superior de Venta de Bienes Nacionales, teniendo que pasar un procedimiento similar, tras cuya aprobación, vuelve a Toledo, donde termina
la tramitación y liquidación de gastos, que en este caso se multiplican al
9
Datos registrados en el papel por el escribano, referentes a la subasta de los terrenos correspondientes.
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tener que correr el rematador con los de los dos jueces, los dos escribanos,
pregoneros, papel empleado, etc.
Y para finalizar el juez solicitará al comprador, bien por medio de
un “oficio exhortatorio”, que remitía al alcalde de la localidad, o por el representante de la persona en Toledo, que defina como realizará el pago y
donde, ya que puede optar por esta ciudad o hacerlo en Madrid. También
se le comunica el plazo de 15 días para finiquitar sus nuevas adquisiciones.
En los dos primeros casos, si bien D. Matías Bonilla y Contreras realiza el
pago de una quinta parte, para las tierras de las Ildefonsas, en el caso de
las que pertenecieron a las Bernardas simplemente hace saber que los hará
en metálico y en Toledo, mientras que el de la capellanía (también adquirida por él) se especifica que se pagará en cinco plazos, repartidos en un
lustro, haciéndose el primer pago a la entrega de las escrituras, y el resto
a lo largo de los cuatro años restantes del siguiente modo:
– 10% en metálico.
– 30% en deuda consolidada a un interés de un 4 ó 5%.
– 30% en cupones vencidos de la misma deuda, o de la capitalización
(3%).
– 30% en deuda sin interés, vales no consolidados, o deuda negociable con interés a papel según los tipos establecidos10.
Una información a destacar, que nos permite ver claramente que las
diferentes tierras transformadas en propiedad privada y libre coinciden
con los tres grandes impulsos desamortizadores del XIX, es la base legal en
la que se apoyan y que citan en varias ocasiones a lo largo de los expedientes.
Respecto a la desamortización de Mendizábal, que causó la venta de
las tierras de las monjas Ildefonsas y de las Bernardas talaveranas, se men10
MARTÍ GILABERT, Francisco, La desamortización española, Rialp, Madrid, 2003, ISBN: 84321-3450-3, pp. 37-42. El pago se podía hacer en metálico o en Deuda, según el art. 10 del
RD de 19-II-1836. En el segundo caso los títulos de deuda se aceptaban si se pagaba (art.
11); un tercio en Deuda consolidada a un 5% de interés, otro tercio de idéntico tipo a un
4% de interés y el resto en Deuda por consolidar al 5% de interés. La falta de capitales forzó
a facilitar aún más las formas de pago. TOMÁS Y VALIENTE, F. “El marco político de la
desamortización...” pp. 589. Una vez pagada la quinta parte se le entregaban las escrituras
de la finca adquirida al rematante (en las que se reflejaba que la propiedad estaba hipotecada para garantizar que se cumpliría con el 80% del precio del remate), quien estaba obligado a extender documentos que acreditaran que iban a pagar las partes restantes.
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cionan de forma constante las disposiciones jurídicas propias de este proceso en las notificaciones y autos del juez o en la aprobación del remate por
parte de intendente. Por ejemplo, se alude a los artículos del Real Decreto
de 19 de febrero de 1836, así como a la Instrucción del 1 de marzo del
mismo año. Ambas se crearon durante el corto espacio en el que estuvo
Mendizábal en el poder11, quien reimplantó y potenció las medidas desamortizadoras del interrumpido Trienio Liberal (1820-1823).
En el caso de la capellanía de Antonio Mazariegos, aparecen en el
expediente la Ley del 2 de septiembre de 1841, conocida como Ley Espartero, así como la Instrucción del 16 del mismo mes y año.
A grandes rasgos esta es la evolución desde la notificación hasta la
adjudicación al rematador, que se va a mantener con matices en las desamortizaciones que se realizaron en Alcaudete de la Jara como causa de la
reactivación por parte de Pascual Madoz durante el Bienio Progresista
(1854-1856), extendiéndose a las posesiones de los municipios, y que se
prolongaran (pasando por el Sexenio Democrático) hasta el año 1878,
cuando ya estaban restablecidos los Borbones en la figura de Alfonso XII
con D. Antonio Cánovas como hombre fuerte e ideólogo de un sistema político que duró hasta el golpe de Primo de Rivera en 1923.
CLERO REGULAR
En las Cortes de Cádiz se decretaba la incautación de los bienes de
aquellos conventos reformados, extinguidos o afectados por la revuelta
contra el invasor o por el gobierno de José I. Esta medida, aunque temporal, ponía en relación la reforma de los regulares con la desamortización de
sus propiedades, enlazando con el concepto ilustrado de que toda institución tiene razón de ser en función de su utilidad.
El Decreto del 08-III-1835, especificaba mejor como se debía realizar
la desamortización y suprimía todos los conventos de varones, permitiendo la existencia de los femeninos, siempre que no existiesen dos en la
misma ciudad y que superasen las 20 profesas.
11
Ministro de Hacienda con el conde de Toreno desde agosto de 1835, permaneciendo en
el poder hasta mayo de 1836, aunque lo recupero tras el “Motín de los Sargentos” en la
Granja, en agosto de ese mismo año siendo Ministro de Hacienda hasta 1837 y nuevamente en 1842, huirá tras la caída de Espartero, volviendo a España en 1847, pero ya no desempeñará ningún cargo importante hasta su muerte en 1853.
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Un decreto de las Cortes del 29-VII-1837 iba más allá, suspendía las
casas de religiosos de ambos sexos con algunas excepciones12 (llegándose
a prohibir el hábito propio de las órdenes incluso) obligándoles a integrarse en el clero secular. Se creaban unas Juntas Diocesanas que se encargarían de administrar y otorgar pensiones, así como los destinos de
estos religiosos exclaustrados.
A pesar de esta disposición claramente progresista, los conventos de
religiosas siguieron perviviendo, como lo demuestran las diferentes peticiones a la Administración para que se les hagan efectivas las pensiones
que se les asignaron tras la nacionalización de sus propiedades, desde diversos puntos de España.
El 19 de julio de 1835, el Gobernador Civil de la provincia de Toledo
enviaba una orden a los justicias de los pueblos para que declararan si existían en sus respectivos pueblos conventos. De 32 que contestaron, sólo 4 lo
hicieron afirmativamente.
En el caso de Talavera de la Reina, la orden de exclaustración (RD 8VII-1836) no fue recogida con mucho entusiasmo, a pesar de la renovación
de los cargos en personas fieles al nuevo régimen. Las religiosas aunque
solamente se redujeron, tuvieron que acudir a la limosna, los trabajos manuales o la enseñanza, ante la excesiva demora de los pagos prometidos
por el Estado13.
En nuestra localidad, los primeros documentos que encontramos en
el AHPT, datan del año 1841. En este sentido hay que tener en cuenta que
las desamortizaciones no se llevaron a la práctica de forma generalizada
hasta 1838 por varias causas14. Tampoco hay que desdeñar el incendio que
padeció el Archivo de la Delegación de Hacienda en Toledo en 1921, en el
que probablemente desapareció una parte importante de la documenta-
12
MARTÍ GILABERT..., pp. 42-52 Entre estos estaban los misioneros para Asia de Valladolid, Ocaña y Monteagudo, las casas de clérigos de Escuelas Pías y conventos de Hospitalarios de S. Juan de Dios.
13
HIGUERUELA DEL PINO..., pp. 11-13 y 43.
14
MARTÍ GILABERT, Francisco, La desamortización española…. Entre éstas destacar; la escasez de dinero por la mayor parte del pueblo, la dilatación del proceso de inventariado,
tasación y subasta, el obstruccionismo del clero, el temor a la experiencia de los bienes comprados en el Trienio o la especulación que hizo que se tendiese a comprar primero las fincas urbanas.
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ción. Los fondos de esta institución son los que nutrieron los actuales del
Archivo Provincial15.
CONVENTO DE LAS AGUSTINAS CALZADAS DE S. ILDEFONSO
Fue fundado en 1573 por el P. Alonso de Orozco en el solar de la familia con los bienes de su hermana Francisca, quien formó parte del grupo
de monjas (junto a otras venidas de Madrigal) que profesaron en dicho
convento.
A estas propiedades se añadieron otras procedentes de donaciones.
Estos bienes debieron ser de cierta valía, sobre todo en lo que se refiere a
fincas urbanas en Talavera, ya que tempranamente (en 1837) se pedía por
parte de D. Román Taranco a la comisión agrícola si se debía dividir o no
un olivar en el camino viejo de Oropesa.
El ayuntamiento de esta ciudad no sentía mucho entusiasmo por las
ventas, pero las abundantes y continuas peticiones al Intendente le forzaron a ceder ante las mismas.
En el expediente de remate que se encuentra en el Archivo Histórico
Provincial16 , encontramos un total de 114 fanegas y 3 celemines, repartidas
en diferentes parcelas, ubicadas en diferentes lugares. Estaban separadas
antes de que se realizara la tasación, como así lo reflejó la Junta Agricultora
en su recomendación.
El 30 de marzo de 1841, D. Pedro Nolasco Mansi, solicitaba al Intendente de la provincia que diera la orden al alcalde constitucional de Alcaudete (D. Nicolás del Pino) para que éste reuniera a la mencionada Junta,
como así fue17.
Tras el nombramiento de los peritos mencionados (véase nota 7) por
el alcalde y el Procurador Síndico, se procedió a la tasación, así como a la
descripción de la calidad de los diferentes trozos y sus límites:
15
PORRES MARTÍN-CLETO, Julio, La desamortización del siglo XIX en Toledo IPIET, Toledo,
2001, ISBN: 84-87103-98-7.
16
AHPT, Desamortización, Fondo Hacienda, 1983, Exp. 22.
17
Poniéndoselo en conocimiento a los señores Antonio Bonilla y Contreras, Jerónimo Aparicio, y Miguel Gutiérrez, quienes ratificaron la petición del Sr. Mansi de vender por suertes separadas dichas posesiones, y dando el visto bueno a que se procediera a la tasación,
el 6 de abril del mismo año.
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Una suerte de tierra al Fontarrón, de cuatro fanegas de segunda clase
una, y tres de tercera que linda por saliente y poniente con tierras de D.
Matías Bonilla y Contreras, por norte con camino que va de Alcaudete a
Santa Ana y por mediodía con el reguero que baja al juncar de Los Rasillos.
Otra suerte llamada Solana de Gaspar, de 4 fanegas (2 de segunda y
2 de tercera), que linda por saliente con tierras del dicho Bonilla, por norte
con camino de Alcaudete a Santa Ana, por poniente con tierras de “la otra
labranza Rasillos” y por mediodía con el reguero que baja al juncar.
Otra llamada de los Tajos de la Olivilla, de 2 fanegas de tercera clase
y seis montuosa e infructífera, que linda por saliente con tierras de la Bañuela Baja, por el norte con un pedazo de Eusebio Paredes, y por poniente
y mediodía con tierras del mencionado Bonilla.
Otra a la cabecera de La Alameda de 2 fanegas de labrantío (3ª clase),
y 4 montuosas e infructíferas. Lindan por saliente con tierras de Bonilla,
por el norte con otras que fueron de las Bernardas de Talavera, por poniente con suertes desmontadas de la Raña y por mediodía con el camino
de Alcaudete a Sta. Ana.
La Encina, de 8 fanegas de labrantío (4 de segunda y 4 de tercera). Limita por todos lados con las tierras de D. Matías Bonilla.
Dos fanegas a Los Atravesados, (1 de segunda y 1 de tercera), y otras
2 montuosas e infructíferas. Limita por saliente y norte con camino de La
Alameda a Valdelostrigos, por poniente con tierras de la capellanía de las
Ánimas de Torrecilla y por mediodía con carril de la raña que da vista al
valle de La Alameda.
Otra suerte en el mismo sitio de 14 fanegas labrantías (6 de segunda
y 8 de tercera), con otras 14 montuosas e infructíferas que linda por saliente con el reguero del Pozo de Beber, por el norte con el camino que de
dicho sitio va a La Alameda, por poniente con tierras de Nicolás del Pino
y las del “Tocador”, y por mediodía con otras de la capellanía de las Ánimas de Torrecilla.
Otra suerte a las Coladillas, de 9 celemines de labrantío de segunda
clase. Linda por todas partes con tierras de D. Matías Bonilla.
Otra al Piruétano de 3 fanegas de tercera clase. Limita por saliente
con el comienzo del Valle de la Fragua, por norte y mediodía con tierras del
Bonilla y por poniente con las de la capellanía de Polonia Fernández.
Otra al Pozo de Beber de Valdelostrigos, de 3 fanegas labrantías (2 de
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segunda y 1 de tercera). Linda por saliente con el camino que desde Valdelostrigos baja al Pozo de Beber, por el norte con el de La Alameda y vereda que va a la Berciosa y por poniente y mediodía con un pedazo
llamado Burdiales.
Otra a las Rozas, de 20 fanegas labrantías (8 de segunda y 12 de tercera). Linda con el comienzo del valle del Pozo de Beber de Valdelostrigos,
por norte con tierras del Almendrillo de D. Matías Bonilla y Contreras, por
poniente con capellanía de Polonia Fernández y por mediodía con las de
la capellanía de las Ánimas de Torrecilla.
Otra llamada de la Casa de 21 fanegas de labrantía (14 de segunda
clase y 7 de tercera con 11 olivas de ínfima clase) y también la posesión de
la labranza situada a la parte de saliente, dentro del mencionado pedazo.
Limita por saliente con tierra del Almendrillo de Bonilla, por norte con
cuatro del mismo llamada del Fontarrón, por poniente con el reguero que
baja al juncar y vereda que de la labranza sale por la calle que divide las
posesiones a Valdelostrigos y por mediodía con la “cuerda” del collado que
da vista a dicho Valdelostrigos y con tierras de la capellanía de Polonia
Fernández.
La tasación total de los diferentes pedazos fue de 13.684 reales en
venta, y 458 en renta, siendo enviada esta valoración al Intendente de Rentas Nacionales, por orden del alcalde el 14 de abril d 1841. La capitalización
que hizo la Contaduría dio como resultado un precio muy superior al que
habían dado los peritos anteriormente18.
Tras la anunciación de la tasación, el 28 de julio del mismo año el Sr.
Mansi solicitaba al Intendente que fijara la fecha de la subasta, siendo
anunciado en el Boletín Oficial de la Provincia del 7 de agosto con los valores de venta dados en la capitalización de las suertes por la Contaduría.
Determinaba la fecha de subasta el día 4 de septiembre de 8 a 10 de la mañana en una de las salas del ayuntamiento habilitadas para tal acto. El rematador fue D. José Gómez Alía, quien lo cedió en favor de Matías Bonilla
y Contreras. Éste se hizo cargo del pago de dichas suertes por un total de
49.640 reales, y, tras el exhorto que se le hizo para que concretase la forma
de pago en el plazo de 15 días desde la notificación del mismo liquidó la
18
AHPT, Desamortización, Fondo Hacienda, 1983, Exp. 22. Más del doble e incluso del triple en algunas suertes.
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quinta parte del precio el 9 de febrero de 184219. Como vemos el espacio
cronológico que abarca ha sido de casi un año, por tanto, no es de extrañar que más tarde el Gobierno de Espartero, agobiado por la deuda, presionase con fuerza a los funcionarios para que se agilizaran las ventas20.
A estas posesiones había que añadir las que adquirió el mencionado
Matías Bonilla, y que el profesor Higueruela nos menciona en su trabajo
sobre la desamortización en Talavera de la Reina, villa a la que pertenecían
estas conventuales.
Una suerte al Valle de La Alameda, llamada los Encinares, de 2 fanegas de tercera clase, por 110 reales. Al mismo sitio, Las Aguezuelas, de
6 fanegas por 330 reales. La Pradera del Valle de La Alameda, 1 fanega, de
segunda clase. La Cormenilla, 10 fanegas de segunda clase adquiridas por
410 reales. A la Raña, 34 fanegas por 2.410 reales. Una heredad, también en
Alcaudete, de 2 fanegas, por 210 reales. Los Rosillos (puede que se trate de
una de las suertes mencionadas en el expediente del Archivo Provincial),
de 20 fanegas, fue comprada por 2.810 reales. La Vega, de 37 fanegas de tierra, por 6.003 reales. Otra suerte al Rincón, de 6 fanegas, por 905 rls.
BERNARDAS RECOLETAS DE LA ENCARNACIÓN
El matrimonio formado por Rodrigo de Albornoz y Teresa Saavedra, crearon un mayorazgo con un patrimonio de 3.000 ducados, cuyo
destino en caso de no tener herederos sería la fundación de un convento
de religiosas descalzas o de vida austera. Tras la muerte de dos de sus descendientes, y, al haber ingresado la otra hija (Catalina) en el monasterio
cisterciense de S. Benito, Doña Teresa decide crear este cenobio e integrarse
en él, al fallecer su marido. En el testamento que realizó el escribano Pedro
Villarroel en 1617, donaba a la comunidad, entre otros bienes, tres posadas
de colmenas en las parroquias de Alcaudete y Sevilleja, llamadas “Alcadanexo, Minbre y Valmorisco”, incluyendo en sus cláusulas que el número de
religiosas debía de ser 6, aportando éstas solamente su ajuar21.
19
Así lo permitía el artículo 13 del RD de 19-II-1836.
MARTÍ GILABERT..., pp. 69-73
21
DAMIÁN NEIRA, Fray María, El Monasterio Cisterciense de la Encarnación, Talavera de la
Reina, 2002, ISBN: 84-607-9182-6, pp. 25-33.
20
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La iglesia se inició en 1625. Las primeras moradoras procedían del
convento pucelano de esta orden. En este cenobio se hallan los restos del
cardenal Gil de Albornoz.
Las posesiones en los pueblos del antiguo alfoz talaverano de estas
monacales (e incluso fuera de él, como es el caso de Casarrubios del
Monte) eran abundantes. Así los encontramos en Calera, Lucillos, Los Navalmorales, Belvís de la Jara y Alcaudete, del que nos ocupamos a continuación. En nuestro caso, las propiedades eran pedazos pequeños, los
cuales fueron adquiridos por donaciones de fieles o pertenecientes a las
dotes de las que se convertían en novicias al ingresar en la orden (lo que
nos informa de la posible variación de las reglas fundacionales). En el siglo
XVIII, el profesor Jiménez de Gregorio nos informa de la posesión de 43 fanegas en el término de Alcaudete, ubicadas en “La Olivilla, La Pradera y
Valdetrigos”22. El expediente para la enajenación de las tierras de estas religiosas talaveranas dará comienzo también por iniciativa del Sr. Mansi,
quien ponía en conocimiento del Intendente de la provincia el 21 de abril
de 1842, de la existencia de tres pedazos pertenecientes “al convento de Religiosas Bernardas de Talavera”23.
Tras la aceptación por el Intendente, éste transmitirá la orden de verificación por parte de la Junta Agricultora y la designación de los peritos
al alcalde (que en ese momento era D. Matías Bonilla y Contreras). Las
suertes se tasarán el 6 de mayo de 1842, con el siguiente resultado24:
Un pedazo llamado Burdiales de 10 fanegas de labrantío (de mediana clase), sito al Valle del Pozo de Beber de Valdelostrigos y raña del camino de la Berciosa. Limita con tierras de D. Matías Bonilla y Contreras por
norte y saliente, por poniente con la raña de la Berciosa y por mediodía
con tierras de la capellanía de las Ánimas de Torrecilla.
Otro al Collado de La Alameda, con 4 fanegas de tierra labrantía y
1 montuosa. Linda por saliente con el camino de La Alameda a Valdelostrigos, por poniente y mediodía con tierras del mencionado Bonilla y por
22
JIMÉNEZ DE GREGORIO, F., “Iglesias y parroquias de la Jara”, Toletum, 1964, segunda
época, Núm. 3, p. 107.
23
AHPT, Desamortización, Fondo Hacienda, 1985, Exp. 6
24
La Junta la componían Julián de Bodas, Miguel Gutiérrez y Antonio Rodríguez. Los peritos designados fueron Jacinto Luís Blasco (por el procurador síndico D. Gregorio Pérez)
y Agapito de Miguel (por el alcalde).
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el norte con el citado camino y con tierras de Bonilla.
Otro al Valle de La Alameda, y sitio de las Zorreras, de 2 fanegas labrantías (de mediana calidad). Limita por saliente con tierras de la capellanía de Ana Vázquez del Pino y por el resto con tierras del Marqués de
Villatoya, llamadas Ucedo.
El 19 de julio, con Espartero ya en el poder (a quien se menciona,
aunque todavía no había decretado su famosa ley del 2 de septiembre), el
Boletín Oficial de Toledo anunciaba para el 17 de agosto la subasta de las
fincas mencionadas. En esta venta por puja, será D. Pedro Nolasco Mansi
quien remate los tres trozos, por 964 (Burdiales), 244 (Collado de la Alameda) y 244 reales (el pedazo situado a las Zorreras) respectivamente. Pero
no se quedará con ellas sino que se las cederá a D. Matías Bonilla y Contreras afirmando que:
“como encargado suyo aceptó igualmente dicha cesión obligándose a su pago si las fincas le fueran adjudicadas”
El pago total de las tres parcelas, contestará el Sr. Bonilla al exhorto
(el día 2 de noviembre), se realizará en dinero en efectivo y un solo plazo
en Toledo25.
MONASTERIO DE S. BENITO EL REAL
Tradicionalmente se ubica su origen en tiempos visigodos, en las
afueras de Talavera, pasado el arroyo Bárrago. Según parece posteriormente sería cluniacense. En 1126 se traslada a su actual ubicación, en la
calle Mérida, acogiéndose a la orden del Císter.
En el siglo XVIII las posesiones que nos aparecen en la bibliografía
consultada se aproximan bastante en cuanto a la extensión a las que se remataron en el expediente estudiado, aunque no todos las denominaciones
coinciden. Se trata de 324 fanegas repartidas entre la Mesa del Ángel, Las
Rozas, Cañalejal, Valle de la Marquesita, Pelangón, Valle del Zurdo, Llano
de las Monjas, Valle de la Vaca, La Magdalena, El Rincón, Barranca Rubia,
Eras de Abajo, la Colada de Castellanos, el camino de Belvís, el Cerro de
Antón y un olivar en la Galguera26.
25
También se le daba al comprador la opción de pagarlo en Madrid, según los Art. 10 y 12
del RD del 19-II-1836.
26
JIMÉNEZ DE GREGORIO, F., “Iglesias y parroquias de la Jara”, Toletum, 1964, segunda
época, Núm. 3, p. 107.
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La invasión francesa le perjudicó de tal manera, que, a pesar de devolvérsele los bienes en 1814, no se evitó su decadencia. La acumulación
de posesiones, se debe, en gran parte, a los favores regios a esta comunidad.
El profesor Higueruela nos refleja otras posesiones en Alcaudete
que fueron rematadas por los siguientes compradores27:
Matías Bonilla y Contreras remató; La Vega, con 37 fanegas de tierra por 6.000 reales. “...otra de 6 fanegas al Rincón, en Alcaudete también,
por 905 rls...”. Aquí también compra una de 5 fanegas, por 755 rls. Otra al
Cerro, de 6 fanegas, por 900 rls. Santa Ana, de 21 fanegas, por 8.000 rls.
Barrancón, de 1 fanega y 6 celemines, por 4.805 rls. Otra de 6 fanegas a La
Cruz, por 7.000 rls. Otra de 8 fanegas a Las Tapias, por 2.400 rls. Otra de 6
fanegas al Rodeo, por 2.100 rls. 4 fanegas al Palomeque, por 1.800 rls. 5 fanegas en La Raña, por 1.180 rls. 8 fanegas a La Magdalena, por 2.410 rls.
12 fanegas a la Colada, por 6000 rls. 18 fanegas al Moral, por 10.000 rls. 8
fanegas al Perdigón, por 1.400 rls. En las eras del tejar que llaman La Frontera, compra un trozo de 10 celemines, por 900 rls. Un cercado de 1 fanega
a Calle Real, por 3.510 rls.
Julián Martínez de Tejada adquirió; 4 fanegas a La Raña, por 600
rls., 7 fanegas al Valle, por 1.500 rls. 10 fanegas al Valle Postrero, por 2.400
rls. 2 fanegas a Cuesta Abajo, por 720 rls. Valderrama, de 24 fanegas, por
4500 rls.
Francisco Cabezas Herrera remató; La labranza El Cañijal, compuesta de casas, de 114 fanegas de tierra, de las cuales 45 son de 2ª clase,
45 de 3ª, y 25 de monte e infructuosas. Todo por 125.000 rls.
CONVENTO DE LOS JERÓNIMOS
La relación de este cenobio con Alcaudete se encuentra en la dehesa
de Castellanos, la cual en su origen era de realengo, siendo cedida en 1309
a Fernán Álvarez por el rey en compensación a la ayuda en Algeciras contra los musulmanes. Vuelve a ser de patrimonio regio hasta que Alfonso XI
se la entrega a Fernán Gutiérrez con motivo de las bodas reales con Doña
María de Portugal.
27
HIGUERUELA DEL PINO, Leandro, La desamortización en Talavera de la Reina, Excmo.
Ayto. de Talavera de la Reina, Talavera de la Reina, ISBN: 84-88439-26-1.También menciona
propiedades en Talavera, Calera y Puente del Arzobispo.
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En tiempos del primer Trastámara (Enrique II) Juan Ortiz Calderón
la cede (en 1372) a la Orden de los Jerónimos, para que levanten en estas
tierras un monasterio. Pero su albacea, el arzobispo D. Pedro Tenorio decide que se ubique en Talavera, donde aún se contempla, siendo su monumentalidad reflejo de su riqueza en el pasado. Hoy tristemente se
mantiene más por la robustez de la obra que por la atención que se le
presta, quizás sus dimensiones y calidad le condenaron a una imposible
adquisición por parte de los rematadores, a pesar de que se llegó a sacar a
la venta por fragmentos.
Era la orden monástica con mayores propiedades de las existentes en
Talavera de la Reina. Además de poseer una enorme cabaña ganadera
ovina, caprina, bovina (bueyes para labor y tiro), tenía una yeguada para
la que gozaba de una licencia otorgada por Felipe II desde 1567. Vizuete
nos menciona unas 4.800 fanegas, ubicando la dehesa de Castellanos en
término de Belvís. Jiménez de Gregorio ubica esta finca en Alcaudete con
una extensión era de 4.000 fanegas28.
En función a las alusiones que nos hace el profesor Jiménez de Gregorio a la enajenación de las posesiones de este convento, podemos pensar que su desamortización se realizó durante el Trienio Liberal.
Tras una reunión en abril de 1821, los alcaldes de las Herencias, Alcaudete y Belvís, deciden elevar una petición al Congreso, con la esperanza de que tras la previsible nacionalización de las tierras que pertenecen
a la dehesa de Castellanos, se repartan en pequeños lotes que permitan acceder a los campesinos que las cultivaban en condiciones ventajosas, bien
por subasta a los mismos, o por el pago de estos de la tercera parte de su
valor, liquidando el resto mediante censo (acorde al art. 12 del RD de 9IX-1820).
La Comisión Subalterna de Crédito Público de Talavera, en cuyas
manos estaba el destino de estos bienes rústicos prefirió sacarla a venta en
quintos (quinientas fanegas aproximadamente) alejando la posibilidad an-
28
VIZUETE MENDOZA, J. Carlos, Los Jerónimos hacia su ocaso, Santa Catalina de Talavera de
la Reina, Universidad de Castilla la Mancha, 1994, ISBN: 84-88255-56-9, pp. 24-26. Para hacerse una idea de su poderío ganadero, decir que en el recuento entre 1780-1781 poseía
5343 cabezas solamente en ganado ovino trashumante; JIMÉNEZ DE GREGORIO, F., “Iglesias y parroquias de la Jara”, Toletum, 1964, segunda época, Núm. 3, p. 107.
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teriormente mencionada, ya que estas posesiones sólo las podían adquirir
grandes potentados económicos o instituciones financieras.
Según el profesor Jiménez de Gregorio hasta 1928 la Dehesa de Castellanos se estará arrendando. En dicho año, se venderá en trozos de de
500 a 1000 fanegas de 500 estadales (unos 4.709,38 m2 cada fanega). De
dicha dehesa resultaron las siguientes fincas; Aguilera, La Golilleja Alta, La
Golilleja Baja, El Viñazo, El Torno, La Casa de la Torre, Las Monjas y El
Soto de la Vega. Éstas fueron adquiridas por vecinos de Alcaudete y de
Belvís29.
CLERO SECULAR
Los bienes de estos religiosos como hemos dicho ya eran menores
en cantidad y calidad de los que habían acumulado los regulares. Aunque
había legislación que disponía que se incluyeran en las nacionalizaciones
estas propiedades eclesiásticas (RD 29-VII-1837), la realidad es que estas
disposiciones no se pusieron en práctica hasta la consolidación en el poder
de Espartero30. Éste, tras la caída de un gobierno, consiguió la sanción real
el 23 de agosto de 1841, promulgándose el 2 de septiembre. Las formalidades que para llevar a cabo esta nueva serie de nacionalizaciones y ventas fueron prácticamente las mismas que las que se dieron para los
regulares.
29
El profesor Jiménez de Gregorio nos da cuenta de esta finca en las siguientes obras: La
Villa de Alcaudete de la Jara..., pp.114-118. Historia de Belvís. Un lugar en la comarca de La Jara,
Soler, Madrid, 1953, pp. 49-50 y 152. En esta obra el cronista de nuestra provincia nos referencia el manuscrito de un coetáneo de los hechos, D. Manuel Díaz Toledano, en el que se
narran entre otros hechos el referido aquí a la enajenación de las propiedades del monasterio de Sta. Catalina de Talavera. “La población de la Jara V” Estudios Geográficos, Vol. 16,
Núm. 60, 1955, pp. 585-590. Para la equivalencia en metros nos basamos en, MARCOS BURRIEL, Andrés, Informe de la ciudad de Toledo al Consejo de Castilla sobre igualación de pesos y
medidas, IPIET, Diputación de Toledo, Toledo, 1991, ISBN: 84-8710326-1, p. 38.
30
VVAA, Historia de España Contemporánea. Historia Política (1808-1874), Madrid, 2004, ISBN:
84-7090-321-7, pp. 209-212. Según la Constitución de 1837, las Cortes, tras la renuncia de la
regente Mª Cristina, debía nombrar tres regentes, algo que compartía la mayoría de los
progresistas. Pero, Espartero con el apoyo de los “ayacuchos” (militares que había luchado
con él en América) y de algunos civiles como Olózaga, Cortina o Mendizábal consiguió
que lo nombrasen como único regente.
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En un primer momento se asignó a los ayuntamientos la atención
de los párrocos desposeídos, pero, debido a los abusos de los alcaldes, el
Gobierno se encargó directamente por medio de la dotación de culto y
clero.
En Talavera, ciudad como ya hemos podido comprobar con una
fuerte influencia sobre su “hinterland” histórico (dentro del cual se encontraba nuestra localidad), el proceso consistía en la entrega de las llaves de
los archivos y el cambio de cerraduras de los mismos en cada una de las
parroquias, acto que llevaban a cabo el alcalde y el síndico. Además el primero ordenó emitir un bando en el que se especificaba que los deudores y
arrendadores de los bienes del clero secular, debían abonar desde entonces los pagos a los comisionados de amortización31.
Según la jurisdicción mencionada, los trozos de menos de 40.000 reales sería objeto de dos subastas, uno en la capital de provincia y otra en
la cabeza de partido, en el mismo día y hora. Desde el comienzo del proceso desamortizador aquellas de mayor cuantía debían rematarse en Madrid y la capital de provincia, lo que explica la venta por triplicado de
tierras como las de la capellanía de Antonio Mazariegos, que superaron
los 40.000 reales que suponían la línea de separación entre las fincas de
menor y mayor cuantía.
El pago, en este caso, se podría realizar en metálico en 20 plazos.
Esta ley permanecería vigente hasta el RD de 26-VII-1844, dictado tras el
advenimiento de Narváez32.
Como vemos nos aparece la subdivisión territorial de las provincias
en partidos judiciales. Esta fragmentación determinada por el Real Decreto del 21 de marzo de 1834 (publicado en la Gaceta de Madrid del día
23), completó a la que Javier Burgos llevó a cabo a través del Real Decreto
del 21 de noviembre de 1833 (en la Gaceta el 3 de diciembre). Estructuración que se mantendrá hasta la organización del Poder Judicial (15-V-1870),
donde se jerarquizaba el territorio en provincias, distritos, partidos judiciales, estos en circunscripciones, que a su vez se dividían en municipios.
31
HIGUERUELA DEL PINO, L., La desamortización en Talavera..., pp.71-72.
VVAA, Historia de España Contemporánea…, pp. 223,224 y 246. Tras la victoria de sus tropas en Torrejón de Ardoz, el 3 de mayo de 1843 comienza una nueva etapa de la política
española decimonónica, denominada La Década Moderada, que durará hasta el pronunciamiento acaudillado (entre otros) por O’Donnel el 28 de junio 1854.
32
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En 1965 (RD del 11-XI-1965), el partido de Puente se integraba en el Talavera de la Reina. Anteriormente, durante el Trienio Constitucional (18201823) Alcaudete perteneció al partido de Talavera. En la Década
Absolutista (1823-1833) el alcalde de nuestro municipio es definido en el
Diccionario de Miñano y Bedoya (publicado en 1826) como pedáneo33.
CAPELLANÍA DE ANTONIO MAZARIEGOS
Su origen lo data el profesor Jiménez de Gregorio en 159034. Posteriormente los visitadores del partido eclesiástico de Talavera nos vuelven
a dar cuenta de la misma a lo largo del siglo XVIII.
Se trataba de una capellanía colativa, fundada con cargo a 3 misas semanales y residencia en el lugar del capellán. En 1720 tenía asignadas unas
rentas que consistían en dos censos perpetuos de 15 fanegas de trigo y algo
más de 13 de cebada. Un año más tarde el visitador nos dice que posee
una renta de 60 fanegas de trigo aproximadamente en tierras sueltas del
capital asignado para su mantenimiento35.
Centrándonos en el proceso desamortizador, D. Matías Bonilla y
Contreras enviaba el 15 de octubre de 1841 una carta en la que informa al
Intendente de la existencia de:
“Tres Cercados pequeños al sitio del Calbario; quinze suertes ó pedazos de tierra labrantías y montuosas en diferentes sitios con algunas pocas de oliba en la que llaman
de Fuente de la Zarza; y una
Huerta en el Arroyo Gébalo”36
33
CAMACHO CABELLO, José, La población de Castilla La Mancha (siglos XIX y XX), Conserjería de Cultura de la JCCM, Toledo, 1999, ISBN: 84-7788-219-3, p. 23. DE MIÑANO Y
BEDOYA, Sebastián, Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal. Provincias de
Cuenca, Madrid y Toledo, obispados de Cuenca y Sigüenza, reedición de la JCCM, 2001, ISBN:
84-86711-15-0, Vol. I, pp. 40-41.
34
JIMÉNEZ DE GREGORIO, Fernando, La villa de Alcaudete..., p. 80, También nos menciona
el citado estudioso la existencia de otra capellanía, fundada por Lorenzo del Cueto, quien
probablemente fuera de Talavera de la Reina, si nos atenemos la información que nos aportan las Relaciones Topográficas de Felipe II. VIÑAS Carmelo y PAZ, Ramón (1578). Relaciones de Felipe II, pp. 66 a 53. Volumen I.
35
ADT, Visitas al Partido de Talavera, caja 5.
36
AHPT, Desamortización, Fondo Hacienda, 1985, Exp. 11.
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En este caso el alcalde delega en el regidor primero del Alcaudete, D.
Manuel de Bodas para que designe su perito tasador.
En el dictamen de los agrimensores (entregado por los mencionados
J. Luís Blasco y Agapito de Miguel el 19 de abril de 1842) se informaba del
mal estado de las tres cercas que limitaban los trozos verificados, así como
el de la huerta. En cuanto a las olivas cuentan 46 pies, entre grandes y pequeñas. Definen que tiene bastante tierra de monte y que es de baja calidad en su mayor parte. En conjunto, suertes y huerta tienen una extensión
de 90 fanegas. En función a estas observaciones deciden tasarlas en 40.050
reales en venta y 1.000 en renta.
Como ya hemos comentado la notificación a la Contaduría del ramo
para que realizara la capitalización fue devuelta por ésta el 26 del mismo
mes al tasarse en un sólo precio sin haberse consultado la Junta Agricultora, la cual no tuvo el inconveniente de hacer un informe favorable a lo
establecido por los peritos.
Tras este pequeño contratiempo, la Contaduría procederá a la capitulación, que esta vez será inferior a la tasación (30.000 reales), informando,
además de que las únicas cargas que pueden tener son las misas pendientes, si así lo estima oportuno el Gobierno para rebajar el precio. También
afirma que sus arrendamientos cumplen el 15 de agosto y el 29 de septiembre de cada año.
La subasta para el remate se fijó para el día 5 de octubre de 1842,
siendo otorgado a D. Manuel López Infantes, quien cedió las suertes adquiridas a D. Matías Bonilla. El precio pagado fue de 40.060 reales.
En las oficinas de la Intendencia se aprueba el remate, pero, en la subasta realizada en Madrid, se elevará la cantidad a 50.300 reales, siendo
adjudicada a D. Mariano Gil, quien la cederá al mencionado Bonilla. Curiosamente aquí encontramos el anuncio de la subasta madrileña en el Boletín Oficial de Ventas de Bienes Nacionales, a diferencia de los anteriores
expedientes revisados, en los que los anuncios aparecen en el Boletín Oficial de la Provincia37.
El pago de la cantidad por la que se asignaron los terrenos será la
comentada (50.300 reales), no rebajándose nada por las mencionadas car37
Donde compartían espacio con los resultados de los exámenes, de la Comandancia Militar y hasta reseñas periodísticas, mientras el otro estaba creado had hoc, para los anuncios
referentes a los bienes nacionalizados.
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gas, lo que podemos interpretar como que el gobierno no debió considerarlo oportuno. Lo que sí se sumó fueron los gastos adicionales de subasta
y tramitación, que como para el resto de los casos se asignaban al comprador. Esta remuneración se realizará en 5 plazos, haciéndose el primero
a la entrega de las escrituras, y el resto repartidos entre los cuatro años siguientes38.
Una novedad más en este expediente es la mención a la legislación
creada por Espartero, concretamente a la ley del 2-IX-1841, así como a la
Instrucción del 15 del mismo mes y año. En las anteriores subastas se apoyaban fundamentalmente en artículos del Real Decreto de febrero de 1836
y la Instrucción del 1 de marzo de ese año.
Por tanto en los documentos encontrados hasta el momento en el
Archivo Histórico Provincial de Toledo, se puede percibir el impacto de
las dos primeras oleadas desamortizadoras, así como los objetivos que se
fijaron ambas, esto es; el clero regular por parte de Mendizábal (visible en
las tres primeras) y la extensión al clero regular, en el caso último. Además, la enajenación de bienes siguió un poco la tónica dominante a nivel
nacional, no apareciendo hasta años después del “escopetazo” de salida
dado por los progresistas. En este punto, hay que mencionar la estrecha
vinculación histórica, política y económica con Talavera de la Reina, ciudad en la que se alojaban las conventuales desamortizadas, con la diferencia de que en la localidad jareña, al tratarse de un núcleo rural, el
espacio urbano no era tan amplio como en la Ciudad de la Cerámica.
Otras posesiones de instituciones religiosas que en cierto modo tuvieron alguna relación con los personajes protagonistas de estos primeros
procesos desamortizadores fueron la capellanía de Manuel Aguirre sobre
la que el profesor Higueruela nos menciona la enajenación de una labranza
en término de Alcaudete “al sitio del valle de Cascajoso”. La extensión era de
72 fanegas, y limitaba al norte y ábrego (norte) con tierras de D. Antonio
Bonilla y Facundo Cáceres39. La Dignidad de S. Vicente tierras, que aunque
en jurisdicción de Belvís, fueron a parar a manos de D. Pedro Nolasco
38
Pagando el 10% en metálico y el resto en títulos de Deuda consolidada (el 30% a un interés del 4 ó 5% y otro 30% en cupones de interés vencido o de la capitalización a un 3%)
y sin consolidar (30%)
39
HIGUERUELA DEL PINO, Leandro, La desamortización en Talavera de la Reina..., p.111.
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Mansi, quien como hemos visto estuvo muy presente en los remates de
Alcaudete, y que de hecho está enterrado en el panteón que la familia Garnica-Mansi posee en este último municipio, junto a D. Matías Bonilla o Rufino Gómez (quien también fue alcalde de Alcaudete, diputado provincial
y protagonista con el Sr. Mansi en el siguiente ciclo desamortizador40). Por
este motivo, y por su cercanía, creemos conveniente mencionarlas, aunque no introducirlas en la aproximación de cómputo aproximado que haremos a continuación. En 1308 el arzobispo de Toledo, D. Gonzalo Díaz
Palomeque reconocía a la Abadía de S. Vicente de la sierra, las posesiones
que tenían en Alcaudete. A fines del siglo XV la heredad del Carpio aparece como propiedad de esta abadía, en el término talaverano41.
Estos bienes pasaron a ser Dignidad vinculada a uno de los canónigos de la Catedral de Toledo, en memoria del monasterio que existió en
esta serranía. La desamortización la desarraigó de la Iglesia, siendo rematada por D. José Villamil, quien cedió tres partes a D. Pedro Nolasco Mansi
de las 600 fanegas rematadas que tenía la dehesa de El Carpio42.
En total durante esta primera etapa se enajenaron unas 767 fanegas
por valor de unos 331.187 reales. Estos bienes no fueron de la magnitud y
calidad que tendrán los adquiridos en la desamortización de Madoz (tales
como la Dehesa Boyal, La Grajera, San Juan, Mondarga, Barranco de las
Malenas o en el Cordel, entre otros), adquiridos en gran parte por el diputado Mansi, pero si que nos indican al menos una parte de las élites económicas y políticas locales (e incluso provinciales como hemos visto) en
línea con el resto peninsular. Significativas son las tierras de la capellanía
de Mazariegos, por su cercanía al núcleo urbano y su más que probable feracidad. Dentro de éstas seguramente se encontraban las que posteriormente cedieron los descendientes de estos rematadores para la realización
de las escuelas públicas, la casa cuartel de la Guardia Civil o el Convento
en el que las hermanas de S. Vicente de Paul atienden a los ancianos de la
localidad.
40
MORENO NIETO, Luis, La Historia de la Diputación Provincial…, p. 120. Archivo Diocesano de Toledo, Reparación de Templos, Alcaudete de la Jara, To-7, Exp. 30.
41
PICAVEA MATILLA, Enrique, Orígenes y desarrollo de la señorialización en la villa de Talavera de la Reina y su tierra., Excmo. Ayto. de Talavera de la Reina, Talavera de la Reina, ISBN:
84-88439-97-0, p. 238.
42
HIGUERUELA DEL PINO, Leandro, La desamortización en Talavera..., pp. 115-116.