2012 octubre 7

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Fidelio
Ludwig van Beethoven (Alemania, 1770 – 1827)
Ópera en dos actos de Ludwig van Beethoven, sobre libreto de Joseph Sonnleithner y Georg
Friedrich Treischke, basado en la obra francesa de Jean Nicolas Bouilly.
Es la única ópera que compuso Beethoven. La creación de la obra resultó muy trabajosa para
el autor, que debió realizar varias versiones hasta alcanzar el éxito.
La primera versión, bajo el título de Leonora o El amor conyugal, se representó por primera
vez en Viena, en el Theater an der Wien, el 20 de noviembre de 1805. Este primer estreno
supuso un gran fracaso, por lo que el compositor volvió a revisar la obra e introdujo en ella
algunas modificaciones.
Al año siguiente, en el mismo teatro, se estrenó la segunda versión, bajo el título de Leonora.
El drama fue reducido de tres actos a dos y el texto modificado por parte de Breuning, pero,
aún así, el éxito tampoco fue satisfactorio. Tras dos representaciones, el músico, amargado,
retiró la partitura.
El 23 de mayo de 1814, en el Theater am Kärntnertor se representó en Viena una tercera y
definitiva versión, bajo el título de Fidelio, con la partitura también arreglada por Beethoven y
el texto modificado por Treitschke. El gran compositor se acercaba por primera vez al
melodrama.
En este tercer texto las exigencias de la trama fueron sacrificadas para destacar el significado
íntimo del drama, que vio en el heroísmo de Leonora, la tensión hacia los altos ideales civiles.
Esta es la versión en la cual se representa mayoritariamente Fidelio hoy en día.
La siguiente interpretación está a cargo de la Orquesta Filarmónica de Viena y Coro de la
Opera del Estado de Viena, bajo la dirección general del Maestro Leonard Bernstein.
Argumento
La acción se desarrolla en una fortaleza destinada a prisión del Estado, en las cercanías de
Sevilla, en el siglo XVII.
Florestán, alto funcionario español, desapareció misteriosamente dos años atrás. Su esposa,
Leonora, está convencida de que su desaparición está ligada a maquinaciones políticas. Los
amigos de Florestán creen que éste fue asesinado por sus enemigos, pero Leonora no se
resigna, y se aboca a la búsqueda de su esposo. Algunos indicios la conducen a una prisión
estatal de los alrededores de Sevilla, cuyo Gobernador es Don Pizarro. Leonora sospecha que
son los crímenes de Pizarro los que Florestán quería revelar. Guiada por su instinto, su
temeridad y el amor por su marido, consigue introducirse en la prisión, y disfrazada de
hombre, se hace contratar como ayudante del carcelero Rocco, bajo el nombre de Fidelio.
Acto I
Jaquino, portero de la prisión, recuerda a la hija de Rocco las promesas de amor que ella le ha
hecho, pero Marcelline se ha enamorado de Fidelio, y sueña casarse con él. También Rocco
piensa que su ayudante podría ser un yerno ideal. Leonora, con habilidad, se gana la confianza
de Marcelline y de Rocco, y saca provecho de las reflexiones de éste sobre la felicidad
conyugal. Al ganarse la confianza del carcelero, éste permite a Leonora acompañarlo en sus
desplazamientos por las celdas subterráneas, con la excepción de una, cuyo acceso le es
prohibido.
Don Pizarro, quien ha abusado de su poder para hacer desaparecer de la prisión a numerosos
adversarios, es avisado de que el ministro Don Fernando realizará, de improviso, una visita de
inspección a la cárcel. Pizarro ordena vigilar el camino y hacer sonar la trompeta cuando se
divise la llegada del ministro. Mientras tanto, deberá deshacerse de Florestán, a quien desde
hace dos años mantiene prisionero condenándolo a una muerte sumamente cruel, que consiste
en reducirle cada día más los alimentos.
Rocco se deja utilizar como verdugo. Será el propio Pizarro el que deberá ejecutar al
prisionero, pero la tarea de excavar una fosa le corresponde al carcelero. Leonora ha
escuchado todo, y , con el coraje de la desesperación consigue persuadir a Rocco de abrir las
puertas de la celda. Entre los prisioneros que avanzan lentamente, no consigue divisar a su
esposo.
Rocco ha obtenido el consentimiento de Pizarro para que Marcelline y Fidelio celebren la
boda. Ya que Fidelio (Leonora) es ahora oficial ayudante, deberá excavar junto a Rocco la
fosa para arrojar el cuerpo de su marido, y le será permitido entrar en la celda del prisionero
misterioso.
Informado por los centinelas de que Rocco ha hecho salir a los prisioneros, Pizarro se indigna
ante la temeraria iniciativa del carcelero. Este, argumenta que ese día es el cumpleaños del
Rey, y también le recuerda el apoyo secreto que deberá darle cuando se trate de eliminar a
Florestán. Pizarro decide entonces no castigar a su carcelero.
Los prisioneros retornarán a sus celdas, mientras Rocco y Leonora se aprestan a cumplir su
desagradable tarea.
Acto II
Florestán yace encadenado en una celda subterránea; no sabe dónde se encuentra ni que es
prisionero de Pizarro. Siente llegar el fin de sus sufrimientos; delirando, cree ver a un ángel –
con el rostro de Leonora– que lo guía hacia la libertad.
Rocco y Leonora deben apelar a todas sus fuerzas para iniciar los preparativos ordenados por
Pizarro. Leonora aún desconoce la identidad del prisionero, pero está resuelta a liberarlo.
Reconoce a su esposo a través de la voz; le da un poco de vino y restos de pan, procurando
aliviar el sufrimiento de Florestán, ya en el límite de sus fuerzas por la gran debilidad. A una
señal de Rocco, el Gobernador aparece dispuesto a matar al prisionero. Alzando su puñal,
Pizarro revela su identidad; en ese instante, Leonora, saliendo de un escondite, apunta al
Gobernador con una pistola, y le grita “Mata primero a su esposa”. Ninguno de los presentes
acierta a reaccionar, y en ese momento se oye la señal convenida: Jaquino confirma la llegada
del Ministro. Pizarro y Rocco, enfurecidos, deben salir precipitadamente al recibir a su
superior. Leonora y Florestán se abrazan.
El pueblo y los prisioneros se reúnen en la plaza de armas del castillo. En nombre del Rey, el
Ministro Don Fernando revela públicamente las acciones criminales de Pizarro y pone en
libertad a todos aquellos que habían sido injustamente encarcelados.
Para su sorpresa ve avanzar, ente los prisioneros, a su amigo Florestán, a quien creía muerto, y
se entera de las intenciones homicidas del Gobernador. Una vez que éste es arrestado, Don
Fernando hace que Leonora sea quien libere de sus cadenas a Florestán. Por encima aún del
amor conyugal, triunfa el amor de los hombres. El bello sueño de una humanidad unida en la
fraternidad parece haber cristalizado en el ejemplo suministrado por Florestán, con su
doloroso combate por la justicia, y por Leonora, con su amor que llegó a la abnegación, con su
acción liberadora.
Reparto
Don Fernando, Ministro.............................. Barítono Dietrich Fischer- Dieskau
Don Pizarro, Gobernador de la prisión…… Bajo Hans Sotin
Florestan, prisionero……………………..
Tenor Rene Kollo
Leonora, su mujer, bajo el nombre de
Fidelio…………………………………..
Soprano Gundula Janowitz
Rocco, carcelero…………………………
Bajo Manfred Jungwirth
Marcelline, su hija………………………
Soprano Lucia Popp
Jaquino, portero de la prisión……………
Tenor Adolfo Dallapozza
Primer prisionero ……………………….
Tenor Karl Terkal
Segundo prisionero……………………...
Bajo Alfred Sramek
Coro y Orquesta Filarmónica de Viena. Dir: Leonard Bernstein
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