pollitos de colores. páginas de muestra.

Anuncio
POLLITOS DE COLORES. PÁGINAS DE MUESTRA.
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
POLLITOS DE COLORES. ESTUDIO DE PERSONAJES.
17
POLLITOS DE COLORES. SINOPSIS ARGUMENTAL.
Extensión de la novela gráfica: 100 páginas.
(El texto en cursiva es la parte ya realizada.)
Katia y José son una extraña pareja de novios que viven juntos. Ella es de origen ruso,
alta rubia y guapa. Él es de aquí, calvo, con gafas y muy, muy bajito. Cuando hacen el amor
ella no muestra ningún interés y José no entiende por qué. Ella, estudiante de arte en su
juventud, está entusiasmada con un onírico cuadro que han colocado ese mismo día en el
descansillo de la escalera de su apartamento. Lo puede ver a través de la mirilla de la puerta.
Es una vista general de una extraña granja, llamada O.K. Corral, en la que vemos un pollo
humanoide fardando junto a un Ferrari.
Katia abandona a José en mitad del acto sexual porque recuerda que ha quedado en
acompañar a su amiga Adela a comprarse un par de pollitos de esos de colores. José no
entiende nada. Discuten mientras ella se viste, él sigue desnudo. La discusión sigue hasta el
rellano de la escalera donde José es sorprendido todavía en cueros por su vecina Virtudes y
sus tres hijos pequeños. Virtudes es una mujer muy pía y beata. José sale corriendo.
Las dos amigas quedan en la puerta de la tienda de animales especializada en pollitos
de colores. Como Adela no ha llegado aún, Katia entra a la tienda a ver si está allí. El neurótico
vendedor empieza a contarle sus problemas con el olor que desprenden los pollitos y lo que
afectó esto a su matrimonio. Poco a poco se va calentando y acabará por tratar a Katia de un
modo soez y vejatorio. Katia responde sin perder la calma metiéndole en la boca una pistola
que saca del bolso. Ese cabrón va a pagar por lo que le ha dicho. Le obliga a ponerse un
disfraz de pollo gigante que tiene en la trastienda. Es un disfraz tipo mascota de equipo
deportivo, que el “pollero” utiliza para publicitar el local por el centro comercial. Lo amordaza,
pero al llevar la máscara con la forma de la cabeza del pollo no se nota y no levanta
sospechas. Le coloca el disfraz de tal modo que no puede usar los brazos, por lo que no se
podrá liberar sin ayuda. Como escarmiento, y ante la perplejidad de Adela que ha llegado ya a
la puerta de la tienda, lo mete en un taxi y lo envía a un polígono industrial del extrarradio
donde por las noches los travestis ejercen la prostitución.
Katia regala a Adela dos pollitos de la tienda que ha tomado “prestados” y se van a
cenar juntas. Katia y Adela son amantes.
José, al quedarse solo en casa ha de prepararse él la cena, pero comprobamos que
resulta bastante inútil en estas tareas.
Las dos amigas van a cenar a un restaurante donde todos los camareros son gays.
Adela, que está casada con Manuel, una persona con bastante poder social que la maltrata,
comenta que su marido nunca la llevaría allí porque odia a los gays y todo lo que se salga de lo
tradicionalmente convencional…
Manuel, Don Manuel, como le llaman sus empleados, es un tipo bastante despreciable.
Ahora lo vemos en su salsa, en una de las cenas de su empresa, una importante gestoría,
donde ejerce todo su poder sobre sus subordinados. En la cena disfruta maltratando y
humillando a los camareros (que se vengan de él discretamente).
Al acabar decide que han de ir todos a un club de alterne, pero un empleado le
convence para pasar con sus cochazos antes por “donde los travestis” para reírse un rato.
Casualidades de la vida, empiezan a cebarse con un travesti que está intentando ayudar al
“hombre pollo” a quitarse el disfraz sin éxito. La cremallera está atascada.
18
Don Manuel, cada vez más borracho, baja del coche para agredir al travesti. Borracho
como está lo confunde con su mujer Adela. Pero antes de golpearle pisa mal y se rompe la
pierna cayendo al suelo desmayado. Sus empleados se asustan, creen que ha sido el travesti
quien le ha agredido. En su cobardía ninguno se atreve a bajar del coche y salen huyendo de
allí. El travesti avisa a emergencias.
Paralelamente, regresando a casa en taxi, Adela cuenta a Katia que sólo sale de casa
cuando Manuel no está. Si no sabe que se ganará una buena paliza. Cuando Katia llega al
rellano de su escalera vuelve a observar el extraño cuadro de la granja. Alguien ha pegado
sobre él un post-it donde ha dibujado con trazo infantil un pollito asesinado con un cuchillo.
Quita el dibujo enfadada por ensuciar su cuadro favorito y no le da mayor importancia. Al entrar
en casa ve a José dormidito en el sofá, en posición fetal, con el dedo pulgar en la boca. Parece
un bebé. Lo lleva en brazos a la cama, lo desnuda y hace como que lo amamanta.
El travesti y el “hombre pollo” salen por piernas de la escena del accidente temiendo
meterse en más líos cuando lleguen la ambulancia y la policía. Hay unos gitanos que
deambulan por el descampado, han tomado potentes drogas alucinógenas y al ver al “hombre
pollo” correr piensan que es un ave de corral gigante y le quieren dar caza con un machete.
Al día siguiente, Don Manuel está en el hospital con la pierna rota y diversas
contusiones en la cabeza. Parece que no recuerda nada del accidente. Sus empleados van a
visitarle y le siguen la corriente haciéndole creer que el travesti fue quien le golpeó y ellos le
ayudaron y llamaron a la ambulancia. Manuel los envía a la gestoría a trabajar.
Adela baja al bar del hospital a desayunar. Quiere aprovechar para llamar a Katia con
su móvil, pero no lo tiene. Don Manuel se lo ha quitado. Éste llama a Katia. Sabe que Katia
está en situación ilegal en España y la amenaza con que la denunciará y usará sus influencias
políticas para que la deporten a su país si se sigue viendo con su mujer. Un amigo suyo las vio
ayer en el restaurante gay… Al subir Adela del bar, Manuel le recrimina lo que hizo anoche.
Discuten. Manuel le lanza el móvil a la cabeza, destrozándolo.
Katia ve las noticias en televisión. El “hombre pollo” aparece en los sucesos. Ha sido
agredido por los gitanos pero no de gravedad. La policía le interroga pero dice que no recuerda
nada. Katia se acuerda del dibujito del pollo apuñalado en el post-it. Era premonitorio. Se
asoma a la mirilla de su puerta a ver si ve otro dibujo y efectivamente allí está. Llaman a la
puerta, es la vecina Virtudes con sus tres hijos. Quiere un poco de azúcar. Katia ve que uno de
los niños lleva un bloque de post-it. Él es quien ha hecho los dibujos. La señora y los niños se
van con el azúcar. Katia coge el nuevo dibujo: es alguien gigante con la pierna escayolada que
da una patada a otro personaje más pequeño que lleva a tres niños de la mano ¿será la
vecina?
Adela, aprovechando que Manuel duerme en el hospital, consigue al fin contactar con
Katia llamándole desde una cabina de teléfono. Se ponen al día y Katia empieza a entender el
dibujo. El gigante es Don Manuel… El resto del dibujo lo entendemos enseguida:
Juan Peláez es un empleado de Don Manuel que ronda los 50 años, demasiada buena
persona para esa empresa, demasiado blando, por eso Manuel decide despedirlo con una
llamada desde el hospital. Peláez está desconcertado, destrozado, piensa incluso en ir al
hospital y ajustar las cuentas con su exjefe, pero se acobarda y desiste. Vuelve a su casa.
Resulta ser el marido de Virtudes, la vecina que antes pidió azúcar a Katia. Su mujer está
rezando, como siempre. Le sorprende la actitud de su hijo Francisco, dibujando casi a oscuras,
lejos de sus hermanas. El niño le enseña un dibujo parecido al que había encontrado Katia
pegado al cuadro. Juan se sorprende de lo que ve, el niño parece que sabía lo que le iba a
pasar, que don Manuel le iba “a dar la patada” de su empresa. Le enseña otros dibujos también
19
premonitorios, no da crédito a sus ojos. Le dice que todo se lo cuenta la “Señora que brilla”
señalando a su derecha. Pero allí no hay nadie. Sin embargo el niño sí que la ve. Es la Virgen.
Ella es quien le susurra al oído lo que ha de dibujar… Una extraña combinación entre los rezos
de su madre y su don vidente hacen que se produzca el milagro. El niño, en otro papelito,
dibuja a sus padres y hermanas ciegos. A Ella sólo él puede verla.
Llegados a la mitad de toda esta rocambolesca historia vemos como todo lo contado no
son más que las páginas de un comic que está realizando un historietista muy peculiar. ¡Un
pollo humanoide que ha triunfado con sus historias sobre humanos! El mismo que farda con su
Ferrari en el cuadro del rellano de Katia. Los humanos no existen en su mundo de aves de
corral, pero forman parte de la iconografía de su cultura, algo así como puedan ser aquí los
nomos o los orcos, que no existen, pero están muy presentes en las vidas de muchos
humanos.
Este pollo tiene una novia muy guapa, una pollita que conoce desde hace quince días y
que ha ido a visitarle ese fin de semana. Rápidamente se ha sentido cautivada por las
historietas que dibuja el pollo. Los dos disfrutan hablando sobre el proceso de creación de una
historia.
El pollo está obsesionado con llegar a tiempo con la fecha de entrega. Su editor quiere
sacar el volumen para Navidad y ya tiene casi cerrada la venta de los derechos para la
película. Sin embargo su novia no le deja trabajar. Le tienta constantemente con distracciones
de todo tipo.
Después de hacer el amor en uno de los caros coches que tiene pollo en su garaje, ven
alguien sospechoso rondando en el interior de la granja. Parece el “hombre pollo”. Pollo dice
que deben ser patos disfrazados de pollos que vienen a veces en busca de gallinas, pero no. Al
acercarse comprueban que sí es el “hombre pollo”. Increíble. Un personaje suyo ha venido a
visitarle. Pero la visita no es de cortesía. Consiguen quitarle el disfraz después de muchos
esfuerzos. El pollero no entiende nada de lo que pasa. Pollo intenta hacerle entender que no es
más que un personaje suyo, mostrándole las páginas del comic donde sale, pero el pollero las
rompe. Al destruir las páginas se destruye a sí mismo y desaparece como si nunca hubiese
existido. Pero instantes antes de desaparecer toma consciencia de que en realidad solo es una
ficción y amenaza al pollo con volver por él si no lo vuelve a dibujar y le da una vida plena, una
vida de millonario.
Pollo y su novia empiezan a rehacer las páginas rotas al tiempo que intentan buscar
una explicación a la extraña irrupción de este personaje en el mundo real. Pero al pegar las
páginas como si de un puzle se tratara, el pollero reaparece de nuevo en su casa. Les da una
extraña versión de cómo llegó hasta allí. Desde que acabó con los gitanos, hasta llegar a este
mundo a través del misterioso cuadro. Una historia ilógica inventada por él, pero que al contarla
desde el mundo “real”, no el imaginado, cobra verosimilitud y sienta un peligroso precedente.
Hace que el pollero cambie incluso su aspecto físico, haciéndose más fuerte y musculoso, con
un aspecto a lo Rambo. Los pollos amantes toman consciencia de que alguien que está en un
plano superior está jugando con sus vidas, con su acontecer en el mundo, tal y como pollo ha
jugado con las de sus personajes.
Volvemos a la historia inicial. Adela está aburrida jugando con los pollitos que le regaló
Katia. Ahora tiene en casa a Isidro, un guardaespaldas que ha contratado Manuel para que no
salga de casa, no conteste al teléfono, etc. Está prisionera en su propio hogar.
La voz se ha corrido con los milagros sucedidos en casa de los Peláez. Han empezado
a llegar gentes queriendo ver al niño que ve el futuro y habla con la Virgen. Don Manuel, que ya
le han dado el alta en el hospital, ha decidido volver a contratar a Peláez. Quiere tenerlo a su
20
lado. Se ha olido grandes posibilidades de negocio con todo esto de las apariciones y no quiere
perder su oportunidad. También involucrará al padre Pinilla, el párroco del barrio, y a todos los
vecinos del inmueble para la pronta construcción de un Santuario remodelando dicho edificio,
que dice reportará grandes beneficios para todos… sobre todo para él.
Las masas de peregrinos que intentan acceder al niño Francisco ya son considerables
y dan varias vueltas al inmueble. El pollero entra en el “piso santo” apartando a la gente a su
paso y consigue, bajo amenazas, que la Virgen le de los números premiados del próximo
sorteo de la primitiva. Francisco también le da un dibujo donde se presagia cómo será su
muerte, pero el pollero desprecia la advertencia.
Adela consigue escapar de casa y de su guardaespaldas timándolo con proposiciones
sexuales, lo que afectará mucho al pobre Isidro, que empieza a enamorarse de ella.
Adela queda con Katia y discuten. Adela no entiende el por qué de la relación tan
extraña entre Katia y José. La explicación está en el pasado de Katia: Hace cinco años estaba
casada con Vladimir, en Rusia. Tuvieron un hijo que murió en un accidente por culpa de que
Vladimir andaba medio borracho jugando con el niño. Vladimir quedó traumatizado y tras cuatro
días en estado de shock, despertó sin recordar nada. Ni tan siquiera quién era él mismo. El
médico le dijo a Katia que ya no podría tener más hijos y el odio hacia su marido se acrecentó.
Se separaron. Katia vino a España a acabar sus estudios de arte, y aquí conoció a José. Era
alguien débil, pequeño, asustadizo… alguien a quién proteger como a un hijo.
El pollero gana la lotería y al hacerle una entrevista en directo por televisión, Katia y
José asisten a su rocambolesca muerte. Pollo se ha vengado de su propia creación.
Con el paso de los días la familia Peláez está desbordada. Cada vez son más los peregrinos
que exigen ver al niño Francisco, que está muy débil de tanto trabajo. Juan, desesperado, pide
ayuda a su vecina Katia. Como él trabaja en la gestoría de Don Manuel sabe lo que este
personaje trama contra ella. Para la construcción del “Santuario” necesitan realojar a todos los
vecinos en otros lugares y Katia y José no quieren ceder a intercambiar su piso por otro en otro
inmueble. Don Manuel va a amenazarla de nuevo con la deportación. Peláez ofrece a Katia
darle escondite durante un tiempo si se lleva a Francisco con ella y cuida de él. Pero Virtudes,
la madre de Francisco, está en contra de separarse de su hijo y rompe a llorar y a rezar, lo cual
provoca una nueva aparición de la Virgen, quien dice a Francisco que ya no volverá más a
verla. Le da un incomprensible dibujo a Katia donde aparece rodeada por dos niños. También
le dice quien es el culpable de toda esta situación y de cómo encontrarlo. El niño muestra un
dibujo del pollo humanoide y guía a todos hasta el cuadro de la granja. El cuadro absorbe a
todos los personajes hasta el mundo de los pollos.
Volvemos a la granja del pollo historietista. Unos patos humanoides disfrazados de
pollos que andan por allí buscando gallinas ven la repentina aparición de los humanos en
medio de la granja y huyen. Pero avisan a la policía de lo que ocurre en O.K. Corral.
Pollo ve en un email de su editor que este no está contento con el final que ha dado a
la historia, le parece demasiado previsible y ha decidido que cambie las últimas páginas con un
giro argumental: quiere algo inteligente que capte la atención de su público más intelectual, y al
mismo tiempo que tenga más acción, acabar la historia con algo espectacular. Tal
contradicción hace cabrear al pollo. ¿Cómo combinar erudición con comercialidad? Imposible.
El pollo empieza a leer el nuevo final que propone su editor, comprueba que lo que escrito le
involucra de nuevo a él en la trama de sus personajes, y además ¡va contando lo que va a
pasar en ese momento!
Las Fuerzas Especiales, un grupo de elite del ejército de los pollos, irrumpe en la casa
disparando a todo lo que se menea (esto es lo que el editor entiende por un final espectacular).
21
Francisco y Katia consiguen escapar de sus balas, pero el resto de los personajes caen bajo el
fuego de los soldados. Katia logra acabar con algunos militares y escapan. Cuando atraviesan
los límites de la propiedad de O.K. Corral desaparecen para volver a su mundo de nuevo a
través del cuadro.
Katia lleva a dormir a su casa a Francisco. El pobre niño se ha quedado sin familia.
Cuando despiertan al día siguiente, José ha aceptado sin más a Francisco como uno más de la
familia y le ha preparado el desayuno. Katia ve a los dos allí sentaditos y besa
apasionadamente a José, quien no cabe en sí de gozo, aunque no entiende nada.
Al no aparecer por ningún lado ni la Virgen, ni Francisco, ni el resto de la familia
Peláez, los peregrinos poco a poco dejan de visitar el “Santuario” y Don Manuel se da cuenta
de que su emergente negocio se va a desmoronar. Vuelve a su casa desesperado y medio
borracho a pagarlo con su mujer, pero se encuentra con que Isidro no va a dejar que la
maltrate más. Lleno de ira, intenta agredirle con la muleta pero vuelve a pisar mal con la pierna
mala, aún enyesada, y se la vuelve a partir de nuevo con tal mala suerte que se marea y se
golpea en la sien, muriendo en el acto.
Katia comprende al fin el significado del dibujo de Francisco. No son ella y dos niños.
Son ella, Francisco y José. Una nueva familia.
Epílogo:
Vemos que pollo ha tenido que remodelar toda la decoración de su vivienda después
del paso de los militares. Ahora está todo decorado en un estilo más moderno, lo cual es del
agrado de su novia, que llega para hacerle una visita. Ésta le dice, a propósito de su nueva
historia ya publicada, que hubiera preferido otro final, uno en el que Katia y Adela se quedasen
juntas. Pero pollo prefirió un final menos evidente, más abierto.
FIN.
POLLITOS DE COLORES. DATOS DEL AUTOR.
Guión y dibujos: Vicente Montalbá.
Telf: 665.978.045 - 96.384.31.40
E-mail: [email protected]
Web: http://elciclopebizco.blogspot.com
22
Descargar