Afto x u . mraiEao 6,730. Domingo 1 0 de Octubre 4» IU9». PUNTOS DE SUSCRICIOIS. PRECIOS DE SUSCRICION. 3iez y seis reales al mes en Madrid. K8DACCI0N, C A U B DB i A 8 T0RBB8, StU. j * ' ' * ^ demás naciones de Europav25 <r8. tres mese». Ldadres, una libra esterlina el trimestre. Por un mes 10 francos. Wrigioado libranza, 90 rs. trimestre, franco de porte; y hecha en casa de los comisionados, 100. C I U P I I V A S T AnES&ICA E S P A I V O I Í A . Cients veinte reales trimestre, franco de porte. p»OTinrciA«i. Dirigiendolibranza 60 rs. por trimestre, y 60 haciéndola suscricion por los comisionaoos. os anuncios de Madrid se admiten k real linea de cnarenti letras, aa las oflcinaí do ÍA BPOCA , calle de las Torres, número l l , y los de provincias enviando libranzas al administrador. Comanicados á i rs. linea. • ;k:T0'''^l* ' ¿'Eil mitírme molestar la atención de las Cortes dando lectura de un segundo parte recibido hoy de la isla de Cuba, y aprovecbp esta ocasión antes de que el Congreso se reúna en sec' E$tracto de la senon celebrada el día 9 de octubre de 1869. ciones, porque creo del mayor interés para las Corles y para la nación el saber cómo siguen los negocios de las provincias ÍBKSIDENCIA DEL SR. VICE-PRESIDENTE D. CRISTINO HARTOS. de Ultramar y cuál es la suerte da aquellos esp ifloles, que no por estar á 2,000 leguas de la metrópoli son menos espaAbierta la sesión á las dos y cuarto, y leida el acta de ñoles que nosotros. El parte dice aíii: (el que adelantamos la anterior por el señor secretario mar<jués de Sardoal, fué ayer.) aprobada en votación nominal, á petición del Sr. Romero Si las Cortes me lo permiten, esplicaré el sentido de las Robledo, par los 135 señores diputados que se hallaban preprimeras palabras de este parle. Teaieodo en cuenta los essentes, en esta forma: fuerzos que está haciendo este gobierno para sofocar la Llano y Persi.—Marqués de Sardoal.—Carratalá.—Prim. insurrección, esfuerzos que está en el deber de hacer, y que *-8»gasta (0. Práxedes).—Ruiz Zorrilla (D. Manuel).—Echesi exigieran un sacrificio estraordinario, no vacilaría el gogiray.—Silvela.—Ardanaz.—Becerra.-Topete.—De Pedro. bierno en acudir á las Cortes en dem.inda de autorización; -rJ(avarro y.Rodrigo.—León y Medina.—Paslor y Landero. teniendo en cuenta al mismo tiempo el estado angustioso del —Gil Vírseda.—Delgado (D. Justo).—Mala.—Alcalá Zamora Tesoro español, el Banco de la Habana ha reunido 1¿0 mi(D. Luis). —Morales Diaz.—Montero Telioge.—De Ulas.— llones de reales para los gastos estraordinarios de la gnerra. Bueno y Gómez.—León (D. Eduardo).—Coronel y Orliz.— Siempre que se han mandado tropas, en la» dos é ire.' Bueno (D. Juan Andrés).—Abascal.—Balaguer.—Damato.— ocasiones en que se han pedido saerificins á aquel estableciCarretero.—Vázquez Cnriel.—Soto.—Conde de Encinas.— miento de crédito, ha contestado aceptándolos: nace tresdias Alcalá Zamora (D. José).—Alvarez Sotomayor..M)eboa (don giró el ministerio de Ultramar 5 millones de reales contra el <3roz).—Monteverdo.—Méndez'de Vigo.—Gapdeponi—QoiroBanco de la Habana, y las primeras palab: as de este parte ga.*-^arqoés de Camposagrado.—^Monlejo.—López Butas.— son la contestación de estar el giro acept>ida. OQSZQOJ—González Alegre.—Jalo».—Alonso.—-González (don Por lo demás, nuestros negocios en Ultramar, como ven Venancio).—Gidioe» de Paz.—ArquiítgJ —García Ruiz (don los señores diputados, no pueden ir mejor, lo cual no' será Kwgenie).—Garrido (D. Joaquín).—Moftiz,-—Martínez Ricart. obiláculo para que ni el gobierno, ni las Cortes, ni la nación •^González Marr>n.—Rodrignez (O.' Vicente).—Bastida.— entera descuiden por un momento el enviar los refuerzos Roiz Goraez;—Romero Ortiz.-^Vázquez d» fuga.—Riostra.— que fueran necesarios para concluir pronto aquella insurToro y Moya.->-Mootem«r.—Eraso.—River.—Gonsatez del rección, por honra de España, por honra de la humanidad Wacio.—BaBoa.—Bellestero (0. Mariano).—Navarro yOohotambién, porque por la humanidad deben concluirse pronto teooi—Sagasta (D. Pedro).—Diegaez Amoeiro.—Nieutant.— las discordias civiles. Hadoz.fc-Milaos del Bosch.—Marios.—Madrazo.—Gil Sanz.— Arguelles.—Santiago.—Salazar y Mazarredo.—Hernández.— E l S r . P r e a l d e n t e i Se suspende la sesión, que conEldaayen.—García de Quesada.—García Briz.—Vidal y Vitinuará de nuevo á las seis. liUaeva.—Jover.—Pérez Zamora.—Fernandez del Cuelo,— Eran las tres menos cuarto. Qereia Ruiz (D. Gregorio).—Rius.-MuBoz de Sepúlveda.— HaOez de < Aree.—Moreno Beniíez.—Plaja.—Santa Cruz.— Abierta de nuevo la sesión á las seis, dióse cuenta de que Hacbicote.—^lontoya.—Marqués de la Esperanza.—García las secciones en su reunión de esta tarde hablan hecho los <iomflzde la Surna.—López Dominguez.—Fuente Alcázar.— siguienles nombramientos do comisión. Cascajares.—^Vado.—García (D. Diego).—Ramos Cdderoo.— Para la que ha de dar dictamen sobre la comunicación del Hacías Acosla.—Romero y Robledo.—Carrillo.-Lssala.— gobierno dando cuenta á las Cortes de los señores diputados Marqués de la Vega de Armijo.—.Moret.—Prieto.—Rodríguez que han tomado parte en la insurrección: (©. Gabriel).—Fernandez de las Cuevas.—Uodriguez Pioilla. Srés. Romero y Robledo.—Jontoya.—Carretero.—Méndez —fellon y Rodríguez.—Anglada.—Merelles,—Ríos y Rosas. de Yigo.—01ózaga(D. José).—Marqués de Sardoal.—Esco—Alarcon.—Herrero.—Moya. —Martínez Pérez. —Peset,— riaza. Carrascon.—Masa.—Sánchez Gnardamino.—Marqués de SanPara la que ha de emitir su opinión acerca de la propota Cruz de Aguirre.—Moliní.-Sánchez Borguella.—Escoriasición de ley para que se conceda un ferro-carril de Escaría.—Vázquez Curiel.—Linares.—Puig.—SeQor presidente. tron á Zaragoza, Sres. Mala.—Santa Cruz.—Rodríguez Pinilla,—Pastor y Pasaron á la comisión de presupuestos las siguientes coLandero.—De Pedro.—Merelles.-Navarro y Rodrigo. nniiicaoioues del sefior ministro de Hacienda: Las Cortes quedaron enteradas de ^ue la comisión que / . .Caá relativa á la inclusión en el presupuesto de una plaha de dar dictamen sobre la comunicación del gobierno danxa de jN-ofesor de la escuela da pintura, escultura y granado cuenta á las Cortes de los señores .diputados que han todo, con el haber de 3,000 pesetas. mado parte en la insurrección habia elegido presidente al ' Otra para que se adicionen al presupuesto de gastos del Sr. Olózaga (D. José) y suorelario al sefior marqués de Sardoal. -MW aotual algunos que no se hallan incluidos en él por no É ! Sr. M a r q u é s d e S a r d o a l : La comisión que iaberse podido prever cuándo se formaron. ha sido nombrada en la sesión de esta tarde, para dar -r» Y otra en que «e participaba haber aprobado S. A. el Redictamen sobre la comunicación del gobierno no ha podido gente del reino la nueva reforma en la plantilla del Consejo presentarlo, como deseabí, por la premura del tiempo; á ae Estado, sin perjuicio de las alteraciones que las Cortes estas horas se encuentra deliberando, y el próximo lunes se'*5oerden en su día. . . . gnramentepodrá presentar á las Cortes su meocianado dic% Dióse cuenta de la siguiente comunicación : tamen. «Presidencia |del Consejo de Minislros.—Por las causas Se leyó y quedó sobre la masa, acordando se imprimiera de etínspiracion y rebelión que se están instruyendo en vay repartiera á los seOores diputados, el dictamen de la coríos pantos de k Península, y por las noticias unciales que misión sobre el suplicatorio del juez de primera instancia de el gobtet'DO ha recibido, está fuera de toda duda que alguPamplona para procesar á los se&ores diputados Ochoa de nos represctntaales tlel país, abandonando el puesto que la nación les coofiaraí se oan levantado en armas contra la' Olza y Zabalza. El Sr. P r e s i d e n t e : Orden del día para el lunes. €o«.atituciott del Estado y contra las mismas Cortes ConstlDictámea para que U9 meróancías procedentes de las tnyenteis de que forman parte. Aolillasdevengoen en la aduana de Barcelona los derechos No quiere el gobierno juzgar en osle momento conduela lijados por la Junta revolucionaria. l«»{w»itada;pei-o creyendo que las Cortes Constituyentes no ídem sobre ks cuentas generales del Estado correspon* pueden sin mengua de su dignidad continuar por mas tiemdientes al ano económico de ISSOpo abrigando enín seno y cubriendo con el manto de su ioÍdem paia que no se discuta ningún proyecto que aumennanidad á los que se han atrevido á cambiar la sagrada inte los gastos. vestidura del legislador por ol arma del faccioso, se consideAprobación definitiva de los siguienteí proyectos de ley: ra en el .«eiisible deber de poner en conocimiento de las misPensiones á los marineros cumplidos que conliaúen en mas aquella conducta para los fines que á su elevado criteel servicio. rio y á la cumplida satisfacción de su dignidad corresDeclarando libre la cre^icion de sociedades anónimas y de crédito. Por las causas y noticias oficiales arriba indicadas, y de Sobro reformas y mejoras de las cárceles y establecimienpública voí y fjma. se sabe que loí diputados hasta ahora tos penales. JmblevadíjáWít',t)3 qtfe aífetáúfanfos ea fl mimero de ayer. Condonación ds multas impuestas á los p^rióJioos. E l S r . P r e s i d e n t e ! Señares diputados: el presiPensión á la viuda de D. CáaJiJo Capilla. dente de las Cortes cree deber llamarla atención suprema Se levanta la sesión. de las mismas sobre la comunicación del gobierno que acaba Eran las seis y cuarto. de leerse. Es un hacho tan grave como doloroso que varios de los elegidos por el sufragio universal é investidos de la repre• CJiRTAS PAHISieWSfi». íenlacion de diputados constiluyenles hajan roto su investidura y se hayan sublevado contra autoridad suprema y omLOS CAFÉS. nipotente délas Cortes: coyuntura difícil y oeasion gravísima ¡Qué prodigiosa trasfo.-macion han sufrido estos estable«n que pocas Asambleas se habrán visto en el mundo. Pero cimientos, á los que nuestros padres iban pacHicamente á ytt tengo la seguridad d3 que las Cortes españolas, en esta ocasión, procederán con la (-alma y dignidad que correspontomar su taza de café ó de chocolate, y á pasar la noche ende á su alta investidura, á su representación y á la repretre una partida de billar, de dominó ó de tresillo! aentación déla soberanía nacional. Yo sé que 'as Corles, peA la primitiva sencillez de los caíés ha sucedido un lujo netradas de este sentí miento, alejarán de lodos sus actos la que vá siempre en aumento. idea de la ira y de la indignación. Sus actos estarán lodos «nvoeltos en la mas estricta justicia. No se vé en ellos mas que dorados, esculturas, espejos, Por lo mismo tengo el honor de proponer á las Cortes que mármoles, aranas, pinturas y dores. inmb'diatamente !e reúnan en .secciones para noaibrar una Todo, para atraer á ese tirano desdeñoso que se llama el comisión que llame todos los antecedentes y proponga alas público, y para alcanzar sus favores. Cortes objeto para deliberar, á fln de que en ks términos de * la mas estricta justicia puedan resolver respecto de aquellos ** <qoe han causado un (ao me atrevo á decirlo) tan grave ulLos cafés de París,—como los de Madrid,—se dividen en traje á la autoridad sooerana y omnipotente de la nación. diferentes clases y categorías. Se vá á preguntar á las Corles si se reunirán en secciones En algunos—muy pocos-solo se sirven té, café, chocoen el acto. Beeha la pregunta por el señor secretario mirquéi de lates y helados. S«r<loal, el acuerdo de las Cortes fué aHrmativo. £n otros se dan también almuerzos y comidas, y por eso E l S r . M i n l « t P « (le U l t r a m a r (Becerra): Conse llaman cafés restaurants. •ecuente el gobierno con la marcha que se ha propuesto seEn ün, los cafés-chanlants, en los cuilcs hay línicamenle guir en los negocios ultramarinos, que es la marcha que «orresponde á lodo gobierno de un pueblo libre, voy á permiísica y bebidas. CORTES CONSTITUYENTES. "<•: , Vít.".;.-*/- ti. Librerías de Cuesta, calle df Carretas, y de López, cail» del Carmen. «STKAWJrEIU». Lisboa, librería'de Campes, ma nova de Alnada, fi*. En París, librería Española de E. Denné Sctunilz , ra« Favan, núm. í, y K. C; A. Saavedra, rueTaltboal,núm. í». Léndres, Chidley yiCwAázw, M, Bwners Stree;, «i/or« Street. Sres. ff. C. Panfet, % London. Waü n. C, y A. Maurice, 14. TavistOk Strfeel Coventgarden W. c. '•" " ^ piipnLAÚÁHi •í (fewil#illi •f-.¡ ii cesible á los mas humildes consumidores, y annálosque Describamos estos dltimos. no cvnsuinian nada. Como en ellos se leian los periódicos en alta voz, los últimos se ponían, con poco gasto, al corriente de los asuntos públicos. La segunda cau.-a fué la instalación en los cafés «del noble juego de billar.» El efecto que produjo dura todavía, y apenas existen en París dos ó tres cafés donde se juega «I ajedrez, mientras que «e cuentan por centenares aqueiloit en que hay mesas de billar. Solo en ol Grand café parisiense, situado en el boulevard du Temple, y una de las curiosidades de la capital, se ven veinte y dos de ellas, quiniedias ordinarias y cuatro mil luces de gas. •* En ellos se ven un teatro elegante, una orquesta numerosa, mujeres en traje de baile, que cantan romanzas, árlelas de óperas ó cancioncillas cónicas, ante un público distmido que saliorea un vaso de eerveza, de ponche ó grog. Los prineipales , ca/l^i-cftanloMíJ de París son el Aícáíor (i'e((í,3situado en los Campos EJfseos, y donde por diez reales en las primeras filas, y cinco en las últimas, se tiene derecho .a un helado, á una laza de café ó de té, á una botella de limonada ó á cnaiquiera otra cosa, mientras se disfruta de una entretenida y variada función, en la que hay canto, música instrumental y baile. El de los Embajadores, que está junto al Alcázar d'eté. Y o\ EldoTodo, w el boulevard fle Sirasburgo. '* Bn este se representan también vandévilles y opereta» ep La costumbre de almorzar en el «café st ha.eatendido en un apto, ao peores que las que iSe dan en escenas de mayor París entre numerosas clases de la sociedad, y si se consideimportancia..^ ra bajo el punto de vista de lafamiüa, no se puede menos de Lni.dos primeros están al airo libre,, y. son por 1Q tanto condenarla. • i muy cómodo&, y agradables para verano; Desde el punto de vista de los negocios ya es otra: El 4'í'ííí*'' durante el inviiír.;0 se traslada á otro local de cosa. '• ' • ' la calle del Faubourg IPoisüoniere, donde dds-Je el. 1 .°.de ocLos france-ies van volviéndose un tanto ingleses en el sen-; tubre en adelante tienen lugar sus cooourridos espectáculos. lido de que aprecian mejor que antes el valor del tiempo,'^! * El hombre de ocupaciones que sale de casa por la maftanal De muchos de esos teatril;o3 han salido actores y cantantemprano, no vuelve á ella para desayunarse. •! tes, que fueron después gloría y orgallo del arte. £1 café está al paso; y entra en él con Unto mas gusto Una distinguida y billa actriz del teatro de la Opera Cócuanto que se halla seguro de enoantrar en él conocidos y' mica, Mlle. Darcier,—la CUAI abandonó la escena en lo mejor amigos, para hablar de negocios mientras almuerza» de su juventud y en el apogeo de su celebridad,—dio sus primeros pasos en un mfé-cantante. Existía antes una profunda diferencia entre el café y el De otro salió la famosa María Sass, una de las estrellas de esiaminét ó fumadero. la escuela francesa, que hoy empero se dedica á la itaDesde la gran invasión del cigarro, esa diferencia ha desliana. Bertellier, el mejor actor de los ««/•« parisienses, tiene la aparecido. Ahora se fuma en todas partes. —El eslaminet es el refumisma humilde procedencia. gio de los fumadores de pipa; pero llegará un dia, por desY sería muy larga la lista si faérauos á enumerar todos gracia, en que esta se éntrenles hasta en los cafés.—Será un los artistas que se han dado á conocer por medio de los caverdadero progreso al revés. fés-cantantes. * Uay pocas industrias tan pingües como la de que traMuy kjos estaban de prever los primeros i quienes ocurtamos. rió la idea de atraer consumidores k «nt tiendas, ofreciéndoAsí los cafés se multiplican, no solo en París, sino aun les la infusión de café tostado, que creaban asi una industria en los mas humildes y modestos pueblos. floreciente y productiva. £1 café, la cervecería, el fumadero, como sitios depon El mas atrevido de tales innovadores fué Florentino Prosumo, de sociedad y de pasatioiupo, se han hecho una nececopio, el cual dio su nombre á nn establecimiento cuya mesijdad que tratan de satisfacer crecido número de indusmoria no se borrará t^n pronto. triales. Procopio descubrió el medio de helar el agua de limón; y Las grandes ciudades de Francia, Lyon, Jíarsella, Burno se necesitó Otra cosa para'atraer la genle á su botillería.— deos, etc., tienen cafés ds un lujo aun mas deslumbrador £n^e sus parro(|aiano8 habia poetas, escritores y filósofos, que el de los de París, que proporcionaron la inmortalidad al botillero italiano." El café Procopio se hallaba fitpado en la calle de gaint.üermaintdes-Prés. , Dubuissoo, que sucedió á Proeopio, inventó algo también: su descubrimiento fué el sorbete de fratás. tí, hizo servir al dizque de Cht^rMÍ—ifoo de sus mejores BAFrp<|uJia|iai^-'m hei^de dondo fe V;eja« ««# amas con todos loa oolorsg bmuUdlcos, .,• . ¿, Desde acpiet momento IQS escudos ktladoí hiolBron furor. Élai-té.da lanosa y de T^toni ha hecho en nueiStrOi .días (419^ progresos, que hoy se contideracomf) una fruslería lo que fué la admiración de nuestros antepasados. No fuerou|únicamente los holadqs, sino taq^bieo los licores 10 que los italianos imporlMon en Francia en la época del matrimonio de Catalina de Médicií con Enrique lll, entonces presunto heredero de la corona, Licores, sorbites, café, té, chocolate, jarabes de todas clases formaban ya un conjunto considarablo; y los que servían al público [en '.eslableciinientoj especiales productos 14!) varados ,'eniao derecho á constituirse en corporación. Obtuvieron este privilegio en 1678, siendo designados con el nombre general de botilleros (limonadiers), que conservan todavía, Permiliós^les vender, no solo café en bebida, limopada, chocoloite, etc., sino también cafó en grano y en polvo y aguardiente por mayor y menor. Pero esta desgraciada corporación pasó por muy diferentes vicisitudes; y el Tesoro se valió de ella cuando se hallaba apurado, retirándola y devolviéndola sus privilegios á peso de oro. El primer edicto que se los restituyó exigía el pago de 820,000 libra,», lo que representa raa« de un millón de francos en nuestros dias: • * Dv)3 causas mpy deseinejantei eástiibuyeron al desarrollo de esta industria. La revolución de 1789 en primer término, que convirtió cada café en una especie de club; en un punto do cita para todas las opiniones políticas; en un terreno de discusión ac. M';>:2-c:>".ííí«í^'' ' t " í ' f • :• - . Sabana, enlaProj&áeináliitl^'artsi,. allvéela Habana. Mam, e n la rrujinKnuuA i«iwi « > » > , •"•" "•" "• • » " " tu «aillla, casa de M Si%<t'. «aiulrel t Gir»»^** Les anincios estranjeroa 'ae recübeu ta Piirte, cti.ja d« Us Sres. Algarra y Saavedfk, 5», rué Taitbont. Cuando el Tribunal de comercio publicó s i último censo de las industrias parisienses, hizo constar la existencia de 2,200 cafés, de los cuales 20 se dedican esclusivamenteáhacar helados para bailes y fieiitas.partioularos,, Dichos eslableoimieatOs dan ocupación á 4 ó 8,000 personas, y el movimiento do csitdjilesciae representan asciende á | S iííll^éa dé A«ncos por tértnfDOjiífidio^a aiima coúsid«raWo *t se atiende á que puede... calificarse de gasto supéríluo y ageno á las necesidades imprescindibles de las familias. Los barrios de París en que hay mayor niimero de caféa y en los queganaq mas son los del Palacio Real, los Mercados, arrábil Hontmartre, la Puerta de San Mai tin y la Villete. t t * Los salarios de los mozos de café los pagan directamente en casi lodos ellos los consumidores por medio de la propina. Muy cortos nos quedareaioj eslimaado en cinco millones de francos por aQq la suma que importan solatuente en los cafés las tales propinas. Algunos cafeteros, creyendo que causaba dUgusto al público ese impuesto supletorio, trataron de suprimirlo aftos ftlrfta. Ya que nosotros retribuimos á nuestros dependientos— decian—paguen Vds. el precio do lo que toman y nada mas. Pero el público mismo protestó manteniendo la coslum* bre de la propíoí), liemos asentado arriba que de los 2,200 cafés que seQala el censo del Tribunal de comercio, hay 20 dedicados esclusivamente á hacer sorbetes, quesilos^y bebidas para banquetes y saraos. Este total se ha aumentado lan considerablemente desde el último censo, que se puede afirmar sin temor de engañarse que hoy es triple. La afición del público á los helados se ha convertido en delirio: en consecuencia, el arte de Tortoni ha hecho en los últimos líempos adelantos muy notables. Muy lejos nos encontramos del limón helado y de los sor lietes primitivo» que el itüliaoo Procopio ¡üiporló con Uiúa éiito en París á fines del siglo XVH. ^uestrós modernos reposteros 6 cafeiei-o* no so bmilan á hacer lo concerniente á «ú oficio, sino que h-m invadido et terreno del confiloro y del pastelero. Ahora tíenea un material inmenso: bandtji» de plat», cristalería lujosísima, y suministran todo lo que »e nec««ita en el mas suntuoso sarao. * é Ilmosdieboque los italianos importaron en Francia los licores inventados por ellos. Durante mucho tiempo nadie les aventajó en el arte de comMlsar el alcohol, el aiúrar y ciertos perfwtoes' Sromltictísi " Actualmente sé had quedado mny atrás, y solo su narra»' qúiti» deZM gai&'úa grande ytóerfecidareputpcios. Las comunidades téligiósas fHbrietin licores c»qui^ilos> los ciiálb forman lá párfé principard0 to» reourise» ron que oueiilánpara WsOsténtteientO. '< ' Loé trapenses y < los cartujos son los que hrin conseguido mejei'es rebultados en gn'^iifoso comercio. ün helado vale nn franco y 2S céotiibos ttihs primeros cafés de París,y se calcula qué tiene de cofti meto» d» 1* mitad.—Imagínese porfío mismo la ganancia del cafet<'F4« Hace 20 afios costaba ^olo medio franco, cvfflo«n Madriii. Pero en 1839 hnbo en América mala zafra, y str. encareció el azúcar. Con tal motive el viejo Tortoni, du«bo é la sazbit del jprimer café de París, dobló el precio de sus género». ' Á t l i O la zafra tiié esoe\^nte, y la aaúear se puso muy barata. Sin embargo, los hiriados no bajaron. Uno de sus ptrroi^manos se lo hizo notar k Toi toni: —¿Qué he i de bajar?—«scíamé.—(Si en un «ibete no entra apenas azúcarl l'.ii i)í«co«oeiDO. París B da octubre de 1869. Se ka presentado por el Sr. C^rratalá y otros dipntadoa una adición al proyeeto da ley sobre las murallas dtt B^reelona. En esta adición se propone Que seí conceda sTi munici pió de Alicante el solar y maleriale» de h» m'".v.il'as y foHin de dicha plaza pagando un 1 l [ i por in^, (i<ii p>t«-io d« h que S9 dest'oe á edificación y parqun^^ «' obt.'niviílo «ralii los que se empleen en estableoii»;',enl08 de benrficeneia, iastrucoion ú objetos análogos. La comisión d^ Cortes que entiende en los nm vacíos de ley sobré A.*antamÍ6Dlo» y DipOtaCtonijs provinci* u^ coutinu* '.üBSÍando conibiisi^íto'ás'idiiiJaá, habi. nii) en m í&aHioatíltfina dejado caWUonélOida la^revi ion d^i p'inríro de dichos proyecto». En «uintoal do Dipuiaci><4-, p&reee que hay gran divergencia -o opinioa if. Díce.n de Sevilla que lá Dípñtáciuií p.OficoivI, IÍÜUSÍ JA disúl^^fsé, tomó los acuerdos siguientes r «Subveüoionar con 1,000 duroi por ki'ómptro 'a paria del ierro-carril de Huelva á Sevilla , comprnuJidí c» tus ii • mites de aquella provincia. Completar las enseílanzas de la UOÍVM'^J Id li^ei'ari^ de lá'misma con los estadios de la f^ou-iud ilii 'i'^ncia* y dereeho «dmidistraltvo ,1 hasta., el p&tig^a .de U;fa.;iatura. ... jxifflir del derecho de natricuta éo el lustituto de aganda ItíseSanía-á los jóvenes del nospiaio pr'.'Vi„cial qae pasan á estudiar en aquel establecimiento.» Las^oorrefpondeneias delpard dicí*n que no po^-do ser mas triste ni mas alarmanti la e.snictativa en IÍ-.G ¡iiTsa 'eheuénfht iqnei plflK:-tedo» léméu un nuevo ifs "áiKi.iIo de guerra ervil, y parece que lo» «lera íntotwwttulAdos al etacte no son peqneQos. «I Dice LAS PROVINCIAS dé Valencia con fecha «: «Ayer salieron de las cárceles eclfl,sláftiei»s, d.n.'la «e hallaban detenidos como complicados en h non'Siiiríüion carlista, los Sres. D. Ramón Montero y I). Joso í>aon(, vicarios de la parroquia de Süiito Tomás, y D. Jasé Vicente Domeoech, D. LUIS Gomar, D, losé Loarte y D. Jaime Pérez, sacerdotes también. Diez do los seglares detenidos en las torres de Serrano.^, pareceque fueron también pnesto.s en libertad. Nos alegramos de que hayan ^cesado para pilos las molestias de una prisión preventiva. En laS oáreelés eclesiásMIas sólo aaeda ya detenido na sacerdote por la cansa carlista.» Por la Dirección del patrimonio que fué de la corona g* han dado las órdenes oportunas para que par la comisión de invefltsriijs se forme uno general con lodo* los parciales ds las administraciones subalternas, dándoss una nnraerawon correlativa h todos los efectos inventariados, con cuya medida se garantiíaa masltig intereses y se facilita la administración, En estos dias se ha suscitado en los periódicos franceses una polémica relativamente á un seguro que se habría hecho sobre la vida del príncipe imperial. LA FH\NCI<: dice que esa polémica cae por su hsse, toda vez que la única operación de este género hecha por la familia imperial está en nombre de la emperatriz. S. M. ha qugido asegurar una dotación i las establecimiéntüs^de beneñcencia fundados bajo su patronato, y con ese objeto hizo asegurar su vida por una sama considerable quo pasará á esos establecimientos detspae« de su muerte. '-^iH^'-:':-^*í*¡-'.:t'SMMMSN IrOIiI^ETISr D E I.A É P O C A . 8 ANTONIA POR JORGE SAND. PRIMERA PARTE. •^¡Oh! ¡Dios me libre! esclamó la condesa. —¿Queréis acaso vivir sola y enterraros í vuestra «dad...? ¡No puede ser! —No podré deciros que sea de mi gusto: nada «é. He pasado de tal modo al lado de lo que constituye la •Vida Í6 las jóvenes, matrimonio, fortuna y libertad, que Bída heffó'mprendtdo.Sé que he consumido dos años en la tristeza y en el aturdimiento, y que ahora en mi soiedad, esceptuando ios apuros de dinero que me repugnan mucho, pero que procuro soportar sin exasperarño, me encuentro en un estado mas soportable que por I*s que he pasado anteriormente. Soy quizás da un carácter sin elasticidad, como que mi espíritu carece de facetas. Obligada á oóüparme en algo para matar el tiempo, he *Omado"afiMon alas distracciones tranquilas. Leo mu*6bo, dibujo algo, toco el piano, bordo y escribo alíi;unas cartas á antiguas amigas de colegio. Recibo á cuatro ó cinco personas bastante formales, pero buenas y siempre b s mismas, lo cual me conserva los hábitos de tranquilidad y juicio. En una palabra, no sufro ni me aburro, y esto ya es mucho para quien siempre ha estado sufriendo 6 aburrida. Dejadme, pues, así, amiga mia. Venida verme lo mas frecuentemente que podáis, sin privaros de vuestras diversiones, y no os'inquietéis por mi suerte, que •después de todo no es de las peores. —Todo eso e» muy bueno para poco tiempo, querida, y procedéis como mujer de talento haciendo dñ tripas ^«opazon; pero cada cosa tiene su sa^on y no debe dejarse "pMar demasiado el tiempo en la edad de la"belleza y de «aventajas que esta prooura. No sois, diclio sea sin oftírtsa, de muy elevado nacimiento, pero habéis ganado «on vuestro triste himeneo un nombre hermoso y un tí<iilo que realzan vucfttra cnndicion en el mundo. Sois ^íuda, lo cual os permite dejaros ver y conocer, y no te•cis hijos, corj lo que conserváis toda la flor de vuestra juventud. No tenéis bienes, pero como vuestro patrimo- . nio gravado de deudas no será una gran pérdida, podéis muy bien deshaceros de él y bascar un partido mejor que el primero. Si queráis fiaros de raí, rae encargo de procuraros el género de matrimonio á que podéis aspirar perfectamente. —¿El género de matrimonio? ¡Me sorprenden vuestras palabras! Esplicaos. —Quiero dejir que.sois demasiado encantadora para que no os caséis por amor. —.\Iuy bien, ¿pero quién será la persona á quien pueda yo amar? —Si el hombre, en vez de ser un disipado y un loco es realmente rico. Lien nacido, porque esto es esencial ante todo, y no podéis descender sin mengua; si. tiene mundo, trato de gentes y los instintos de hombre de.distincion; finalmente, si es persona honrada... ¿qué mas podéis exigir? No debéis esperar un joven en toda su lozanía y del modelo de un héroe de novela... No se encuentran hoy esos personajes brillantes dispuestos á elegir una mujer de mérito solo por sus lindos ojos: todo el mundo está mas ó menos arruinado en los tiempos que corren. —Os comprendo, replicó Mad. de Estrelle con una triste sonrisa; queréis casarme con algún digno anciano amigo vuestro, porque supongo que no iréis á proponerme un monstruo. Gracias, querida baronesa: no quiero alquilarme al servicio de un enfermo por magníficos honorarios, porque hablando en puridad, esa es la felicidad 'q«e soñáis para mí. Pues bien, aunque me siento muy capii de servir y cuidar cariñosamente á un padre, si lo tuvi«M, ó á un antiguo amigo que necesitara de mí, estoy muy dÁeidida á no caer otra vez bajo el yugo de un estraño enfermizo y atrabiliario. He cumplido en conciencia esos triste» deberes con Mr. BstreHe, y todo el mundo me ha hecho justicia. Soy ya Ubre y quiero seguirlo siendo. No tengo padres, pero me quedan algunos amigos. Ko pido mas, y os ruego formalmente que no tratéis de procurarme una felicidad, según vuestris ide«8| que no son las mías. Estáis aun, arj^iga mia,cooifti(Mi^ yo i. los diez y .seis años cuando me casaron, Ilal)# con«eryado las ilusiones que me liabian hecho ooawbiri creéis que no pueda Una pasarse sin riquezas y sin ostentación, y de consiguieata sois mas joven que yo todavía. Tanto mejor para vos, pue»to qu? I3 sserte os ha dado un marido que nada os niega. Eso es cuanto necesitáis, ¿no es cierto? Yo sería mas ex,ifeTite y querría amar. Veo que 08 reís y no me estraña, pa«8 conozco vuastras teorías. Muchas veves me babeis diebo que la luna de miel es corta, al.Baío quelalona -deoro es la luz que nunca se apaga. Yo tengo la locura de pensar que aunque no sea masque un dk» el primero de mi matrimonio, quiero amar y creer. Sin BSO^ lo sé por esperi^ncia, el matrimonio es uo oprobio y un martirio. —Si así es, dijo la baronesa levantándose, os dejo con vuestros sueilos, querida, y os pido humildemente perdón da Itaberlos interrumpido. MarcWse ofendida porqueera perspicaz, aunque necia, y comprendía bien que la dulce Julia en aquel momento de rebelión, la hibia aludido claramente; pero no era mala, y al cabo de una hora ,habia desaparecido to lo rencor. Hasta llegó á sentir alguna tristeza, y casi decia entre sí por momentos: ¡qaién sabe si Julia tendrá razón! Por su parte Julia sintió flaquear su ánimo luego qtle estuvo sola y su oi^uUo eslalló en lágrimas. No era fuerte sino por reaccionáis nerviosas. Quizás por una necesidad de amar mas viva de lo que ella se ccnfesaba á sí propia. Era tímida pof natuMlez». conocía demasiado el Duen corazón de la baronesa para creer en un rompimiento, y decia entre sí tafl?bien: puede que Amalia tenga razón; pido lo imposible, las conveniencias del nacimiento y de las riquezas con el amir. ¿O lién encuentra; eso? Nadie en mi situación. Por falla de casa mejor voya «aei' quizás en lo peor, que es el aislamiento y la tristeza. Tomó la sombrilla, una deesas sombrillas blancas sin doblez que hacían mucho mas lindo efecto en los bosques que nuestras modernas setas, y posando suavemente sobre el césped el talón de sus finos chapines, con la falda graciosamente recogida sobre las enaguas , caminí) pensativa por bajo de las lüas respirando la primavera con muda angustia, estreigeciéiidose á la voz del ruiseñor, si,n pensar en nadie, pero estasiada por una aspiración inmensa. " D e enramada en enramada fué acercándose al pabeonde una hora antes trabajaba Julián Thierry, el O « 1 filtflr, sobrino del rico y primo del procurador, iljardlodra grande para jardín de París, y muy bello en punto á cuidado y vegetación. Todos los dias lo recorría Mad. de Estrelle dos ó tres veces, echando una mirada Baelancólica ó afectuosa á cada uno de los emanas-; á ella; pero apenas habia hecho alto en el sentimieoto d« tillos de flores sembrados en el césped. temor ó de altivez que habia impodido á Mad. Thierry Cuando llegaba junto á las ventanas del p4bellon ,pro(|ucirta. Cayó en la cuanta en aquel dia de e.\ámea d« Luis Xlll, ni se apartaba ni se cuidaba de las miradas, conciencia, y se reconvino de no haber prevenido el deno babien lo sido habitado a:]iiol pabellón durante muoho seo presumible de la pobre viuda. Si hubiese sido algutiempo. Julián y su madre solo hacía uu mes que estaban na gran señora arruinada , decia entre sí, habiia tenido instilados en 61. Mad. de Ifistrelle se había quejado á buen cuidado en no olvidar las consideraciones que se Marcelo Thierry de su .suegro, el marqués, que por no deben á la edad ó á la desgracia. Esa es una prueba mas desaprovechar el mezquino producto de una habitación de lo que decia á la baroflesa: fa'sean nue«tr» espíritu y tan modesta, habia metido en ella inquilinos desconosecan nuestro corazón , edueindonos ea las preocupación cidos. Marcelo la habia tranquilizado díc,iéndule que la nes de la sangre. Me reconozco egoísta y descortés con inquilina era la viuda discreta y respetable de su lio el esa personasque me han dicho ser en e s t r í o res{>etable artista. No le había hablado de Julián. Es posible que !a y estar en mala situación. ¿Cémo he podido olvidar lo condesa ignorase que el pintor habia dejado un hijo, pero que es un deber?... Pero así como así, se me presenta la verdad es que no pensó siquiera en averiguarlo. Nunca ahora una ocasión para repararlo todo y no la desperdile habia visto en las ventanas, primero porque era corta ciaré, porque tengo hoy necesidad de reconciliarme conde vista, y las jóvenes de aquella época no se servían de migo misma. lentes, y luego porque Ju'ian, advertido de que tenía en La condesa se acercó resueltamente á U veaUoi y su vecindad una persona de costumbres austeras, habia tosió dos ó tres veses como^ra dar aviso do su presenpuesto gran cuidado en no mostrarse. Algunas veces cia; mas como viese que nadie «alia, se aventura i dar Mad. de Estrelle habia visto en las ventanas del primor golpes en el cristal raspado. piso una cabeza lina y pálida, cubieMa con una gorra Julián había .salido^ pero. Mad. Thierry estaba allí toblanca que la saludaba con deferente reserva, y había de- .iayía. Acudía sorprendida , y al ver i aquella hermosa viielto francamente el saludo hasta con respeto á la afadama á quien eoqocía bien de vista, pero i quien nunea ble viuda; pero ni una palabra había mediado entre habia dirigido la palabra , abrió la ventana de par en pir. ambas. —Perdonad , seSora, le dijo la condesa, esU manw* 4^qijel dia , viendo Julia entreabierta la ventana del de entrar en relación con vos, pero todavía no he dejad» fikO'bajo, se preguntó por la vez primera por qué no hapor completo el luto como veis, no vislUí á nadie y tenbía entablado relación ni.iguna de vecindad con madama go algo que deciros, si me lo permitís. ¿ Podéis darmt Tíiierry, Examinóla fachada del pibellon y observó que desde ahí mismo audiencia por un momento? la puerta que daba al jardín seguía cerrada por fuera, —Con muchisimo gusto, señora, fwipondíó madama como cuando estaba aquel deshabitado. Mad. Thierry no Thierry con un desembarazo iigno y jovial que distaba tenía vistas mas que á los bosqueeillos que le ocultaban mucho de la.muj?r de pueblo deslumbrada eon una inviel palacio y una parte de la pradera principal. No tenia tación. siquiera derecho á sentarse al sol á lo largo de su pared, Sorprendió i la condesa su figura distinguida, o| al pié de aqusUos arbustos floridos que entraban hasta buen gusto de su porte, su voz dulce y no sé qué perfuen su habitación y que tampoco tenía derecho á cortar. me de elegancia difundido en toda su persona. Con mas fuerte razón le estaba prohibido oor las condi—Sentaos por favor, le di> viendo el sillón situado ciones del arriendo , pisar el suelo enarenaao de la arbodetrás del espesa alfeiaar de la ventana : no quiero quo leda contigua á la pared que daba á la calle. En una paoateis de pió. labra , la puerta estaba condenada, y la inquilina HQ ha—¿Y vos. seaora? replicó la viuda sonriéndose. Me bia hecho dén^anda ílgüna importuna sobre este partiocurre curre una idea. Si me lo permitís, voy á pasaros ana «ulav. silia Debomos decir en honor de la verdad, que la condesa habia esperado esa demanda con la resolución de acceder (Se eoMimará.)