ESTUDIOS ECONO~{ICOS I ~"ISCALES FOR ANIBAL GALINDO. BOGOTÁ. HIPREXTA A CARGO DE Il. :1880. AXDRADE. RAFAEL NUffEZ, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA, HACE SABER: Que el señor doctor Anlbal Galindo ha solicitado privilejio esclusivo para publi'.'~r i vender una obra de ~u propiedad, cuyo titulo, que ha depositado en la Gober'Iacion del Estado Soberano de Cundinamarca, prestando el juramento requerido por :a Ici, es como sigue: " ESTUDIOS ECONOMIGOS I FISCALES POR ANIBAL GALINDO," l'or tanto, en uso de la atribucion que le confiere el articulo 66 de la ConshtuCion, pone, mediante la presente, al Señor doctor Anibal Galindo, en posesion del pri\-ilejio por quince años, de conformidad de la Lei 1.' Parte 1.' Tratado 3.0 cie I" Ut'copilacion Granadina, "que asegura por cierto tiempo la propiedad de las pro,:l1ccic.nes literarias íalgunas otras." Dada en Bogotá, a seis de setiembre de mil ochocientos ochenta. El Secretario de Fomento, GR.GORIO OBRIIOON. .\ LA SOCIEDAD DE ECONOUIA DE POLITICA PARIS. ·e· Sei10res : Tengo la honra de poner bajo el patrocinio de ustedes el presente libro, fi'uto de 25 años de aplicacion al estudio de esta ciencia de la Economía política, a cuya ditùsion sirven ustedes, con tanto empeño como proveeho, desde la metrópoli del mundo civilizado. Sin haber tenido la pretension de escribir una obra didáctica, a siquiera elemental sobre la materia, el libro que ofrezco a ustedes, recorre por via de nplicacion a los divcrsos asuntos que él truta, todo el campo de las doctrinas económicas; i es un esfucl'ZO con que COIl'tribuyo, desde esta apartada seccion de la América del 8ur, Il la defensa del principio dû libertnd, aplicado a la mas sagrada categoría de los esfuerzos de la actividad humana - a los que el hombre hace en la lucha pacífica del trabajo, para proveer a la satistaccion de sus neccsidades, para sustraerse al imperio de la miseria i del dolor, i pura remontarse, sometiendo la naturaleza a. su servicio, a las mas altas ('sferas del progreso • .Juzgando, como puedo hacerla, sin pretensioB£>s de ninguna clase, este libro, séame permitido sei1alar algunas partes de la obra a la ilustrada consideraciou de ustedes. En la "Teoría de los Bancos," consiùero habermo aproximado casi a la precision matemática, esplicando cómo, por qué procedimientos, viene a quedar el¡minada, por lo mismo uLorruda para la sociedad, idisponible para II A LA SOCIEDAD otro empleo, una suma considerable de numerario, dosde el momento en· que los Bancos introducen, por medio de arreglos de pura i simple teneduría de libros, el principio de la separacion de ocupaciones en el mccanismo de los cambios. Tambien reputo orijinal, i gráficamente escrita, la teoría de las compensaciones o traspasos del comercio internacional, en el capítulo II; i doi la preferencia, en todo el opúsculo, al capítulo VIII, en la parte que emite un juicio crítico sobre el monopolio conferido al Banco de Inglaterra, como banco de emision, i en que se hace la esplicacion del fenómeno de las crísis mercantiles. El tratado sobre nuestros proyectados ferrocarriles, representa una labor mui considerable de investigacion i de lectura, i forma un. estudio de los más completos que pueden hacerse aquí, sobre los resultados obtenidos con la aplicacion de estos poderosos ajentes del progreso moderno, en paises como la Rusia, la India, Chile i los Estados Unidos. M'e permito llamar la atencion de ustedes, hácia la esposicion rie la doctrina sobre la naturaleza del servicio económico de la locomocion, formulada en Jas pájinas 103 a 107 deJ libro. El al'tículo "-Papel Moneda" de las pájinas 55 a 63, pertenece al jénero burlèscointroducido por Bastiat; fué escrito en 1863 para ridiculizar Jos despropósitos de un Gobiel'fio arbitrario, que pretendia fabricar oro en prensas litográficas. Creo que Sopol'taria la traduccion francesa. En las 87 pájinas que ocupan los "Apuntami·entos sobre Jos progresos de las ideas económicas," hallarán ustedes un resúmen completo del sistema colonial que la España aplicó a sus vastos dominios de América, i una noticia, para ustedes curiosa, por tratarse de paises tan remotos e ignorados como éste, de Jos esfuerzos con que en el curso de pocos años, lograron distinguidos hombres de Estado, presentar a Colombia, mucho ántes que ninguna otra de las nacionalidades de este Continente, rompiendo con la tI'adicion del sistema colonial, i rijiéndose por los mas adelantados principios de la libertad comercial, DE ECON01llÍA POLíTICA DE PARIS. JI I En el artículo relativo a la confiscacion de la p,'opiedad raiz, verán ustedes el triste espectáculo de la inseguridad a que nos han reducido nuestras constantes revoluciones. Pero a lo que especialmente me permito llamar la atencion de ustedes, es al capítulo sobre concesion i adjudicaciûn de tierras baldías, que trata cucstione~ ecunómicas de la mayor importancia, relativas a la ocupacion de los territorios desiertos i a la constitucion de la propiedad territorial; cuestiones desconocidas Cil Europa, i que no tengo noticia hayan sido ántes trat3lias por ningun economista europeo. N o quiero disimular a ustedes que, apesar de la sinceridad con que Jas profeso, emitido esas opiniones con desconfianza, porque ellas forman, con respecto a la tierra, una csccpcion al principio de la libertad de comercio i de cambios, que sirve de fundamento a la ciencia de la .EconomÍa. OjaJú quisieran ustedes examinarlas i darnos su opinion sobre el particular. Finalmente, la carta al sefior Castelar, con motivo dc un artículo suyo títulado "El Trabajador," es el ensayo de IIna breve esposicion de la teoría del progreso en la )ibcrtad, por contraposicion a las utopías socialis-tas, que huscan el mejoramiento de la condicion económica de la cluse obrera, en sistemas de ol'ganizacion artificial, tan empíricos como urbitmrios. No dudando que ustedes acojan con la induljencia que caracteriza a todos los hombres de verdadero mérito i distinguida posicion, el pequeño tributo que me permito colocar bajo el patrocinio de esa ilustro Sociedad, tengo la honra de ofrecer a ustedes las seguridades de mi consideracion mui distinguida. he ANIBAL GALINDO. TEORÍA DE LOS J3ANCOS. ------ ESTUDIO SOBRE LA DE ORGANIZACION DEL BANCO INGLATERRA. Este opúsculo publicado en 136D, fué, siu disputa, el escrito que más inUuy6 parll determiuar el establecimiento del primer ballco en Bogotá; fué UDa verdadera revelacion sobre las gaDllncias do este comercio, que animó Il buscar cou aDsia tan ventajosa eolocaeion. Reproducido despues en los" Anales de la Universidad" en marzo de 1874, ha sorvido de texto para la enseiianza do III materia en la Universidad i en el Colejio del Rosario. CAPITULO 1. Breve esposicion ùe las funciones de TIn banco, i del modo como introduce economía de tiempo, ùe capital i de trabajo ell el aparato ùe la circulacion i del cambio. Aunque no me propongo escribir un tratado elemental fobre bancos, este libro quedaria en cierto modo incompleto si le faltara un capítulo de!itinado a esplicar, en el lenguaje cIa. ro i prúctico de los negocios, las fuociones jenerales de un banco i la naturaleza de los servicios que estos ajentes prestan en el mecanismo do la circulacion i de los cambios. Procuraré pues hacerme entender, apartando hasta donde sea posible el lenguaje enfadoso i pedantesco de la ciencia. El cambio es la sociodll.u. Cambiar es comprar o ll.dquirir por medio del comercio la que nos costaria más caro producir directamen te. Merced al cambio, los hombres no están obligados a producir azúcar en los polos, ni nieve eu el ecuador, o a pasarse 108 2 TEORÍA DE LOS BA.KCOS. habitantes de una zona sin los frutos de las otras latitudes; porque ocupúndose cllda puis en aquello para lo cuà1 ba recibido de la naturaleza directa o indirectamente mas ventajas naturales, el cambio lo pone en capacidad de procmarse la~ diversas e innumerables cosas qUé necesita para satisfacer sus necesidades. Es la facultad de cambiar la que distingue por escelencia. al homhre de las dcmas especies bajo el punto de vista. económico, i la que determina su marcha progresiva de acumulacion i de conquistas, así como es la negacion de esta misma facultad la que condena. al bruto al aislamiento i al statu, quo . . El cambio es pues la trasmision universal de los productos o de los servicios de cada uno, por los productos o los servicios de todos. No se estudia aquí el fenómeno económico del cambio como una de las fuerzas elementales que contribuyel:1 a la obra de la produccion. Bajo este punto de vista la ciencia lo ha ana. lizado hácir.. adentro; ha medido i pesado su fecundidad i su importancia, considerándolo a un tiempo como causa í efecto de la ¡;epamcion de ocupaciones. Nosotros no lo tomamos aquí sino en el acto de su manifestacion; nos apoderamos de él cuando sale al esterior ; queremos damos cueuta de los obstáculos que el cambio encuentra para ejecutarse, para realizarse, para cumplirse; en otros términos, i hablando Cll lenguaje vulgar, quere. mos saber cómo se compra i se vende en el mercado del mundo, i qué progresos, qué adelantos, qué perfeccionamiento ba hecho la sociedad para facilitar sus compras,i sus ventas. Una grau parte, una parte mui considerable del trabajo del hombre, consiste en el trabajo de cambiar. Esto significa que el cambio cuesta, es decir, que encuentra obstáculos i exije esfuer. zos: facilitar el cambio, perfeccionarlo, hacerlo mejor, mÚs económica i má:¡ rápidamente, es llUes un progreso qne tiene los mismos resultados que cualquier otro: aumentar la relacion cntre al tr~hAjo i la satisfaceion. A dos clases pueden reducirse las dificultades que encuentra el cambio: la primera se refiere a la trasmis·íon de los va lores; la segunda a la. t'l'asmision material de las cosas. La moneda, sus signos repre~entativos, la letra' de camhio i las operaciones análogas que ba. desarrollado el crédito, constituyen los progre. sos hechos en el primer sentido: la locomocion a vapor es. con respecto al segundo, la última palabra ~le la. civilizacion en el tiempo en que escribimos. Mejor dicbo, cada. productor necesita para que el cambio completo: ea 1.0 Llevar, trasladar, poner sus productos al al. ance del consumidor; 2.0 Venderlo!> asegurándose de su valor; .0 Distribuir ese valor, si fnere posible sin necesidad de reci.rlo, eu tre sus acreedores. Sí fuéramos a :malizar los hechor; l TEOJ~Í_\. Dl:: Lm; BANCOS. 3 pam. jenern,li7.ar Ins ideas, diriamos que en la. cesion de los valores en el en-mIlia, liai que yencer el obst:iculainsr(Ju?'Ùlad ; que In trasluciau material de las cosas equivale al vencimiento dol oh;;Llculo di~tancÜl ,. i que para (lue el roem bolso del valor cedido Rea cOll1¡)leto, es preciso vencer el obstúculo distl"ibucion. Al comparar un centro meL'cantil importante con los mer. cados de uu pucLlo pobre, se nota a primera vista esta diferencia: (ltlC cu aquél, et trabn,jo del cambio está dividido; es decir, que hai proj';)siancs cncargadas de prestar los servicios a quo dan Iugar lo~;ob:;t;'tculos arriva indicados, cargadores, corredores, cambistas, asegur:1dores, comisionistas, banqueros; i que ell lOf! otros, en nuestros lllerc:H10s, por ejemplo, las ocupaciones del cambio no se hall separado; qua en Ir.,mayor parte de los caSOB Jas procludores trasladan por sí mismos sus productos al lugar de su destino, arreglan llar sí mi~ll1os SllS contratos, reciben el precio do sus Ill·tículos i la distribuyoll entre sus acreedores. En Ulln. palabrn., de los ajcIltes qno sirven de vehículo cco. nÓmico al cUn Lio, nosotros 110conocemos sillo..la moneda, que e!l apénn.s el primer p¿tSO de progreso dacio por elliombre para salir del trueq ue, del cambio en especie, artículo por artículo, como en las tribus salvajes. I he aquí que hcmos lIe[':ado nI fin a un punto cn que priede avanzarse b primera definicion clemental 80bre la materia do que trata e~te libro. Un bcm:.:oes 1/ JW de los mw;ho8 ojcntes a que hct dado lU(Ja¡' la sP'!7c¿i'acic n de ocnp~tcione8, intl'odtwiclo pal'ct facilitar ·i PC?'. feccionrtl' el ím.'JajtJ clel cambio; a eu otros términos: Sail casas de comercio es :alllccidas para traficar a negociar sollre la mercancia diuero; CR (lecir, para vender, para. comprar, para cambiar, para recibir i para pagar (lincra, hien sea ell la forma de oro i plata amonedado;J i en han'as, a cnla cie sns diversos títulos a signos representativos. De este comercio sobre la moneda, que cs el medio uEaclo en todos los pnises civilizados para representar i paru. trasIlIitirse el valor de los servicios i de las cosas, resulta necesariamente una inmensa economía de tiempo, de capital i de trahajo ell el mccanismo de la circulacion i del cambio, cs decir, en la aperacion de trasmitirnos recíprocamente los valores de los 8cn-icios quc compramos i vendemos, o sca on la dû saldar nuestras cuentas en el mercado del mundo. Espliquemos vrevemente cómo se verifica este ahorro. Por ahora prescindimos de estudiar la instituciou b,anco, conside. rada como el ajente a el intcrnw.dinrÎ.o que, colectando el capital dispolJible de un pais, ha traido uno en presencia Je otro, al prestam;sta i al prestador, para negociar en los términos mils ventajosos esta asociacion cntre el capital i el trabajo, do cuya estre(;ha union nace el pro¿;reso. Trátase .3implemcute de 4 TEORÍA DE LOS BA~COS. considerar1o como intermediario del cambio, como instrumento aparato inventado para saldar Cïiiñtíi.S:í por lo mÍ!;IDodivi. diremos las operaciones en pago inmediato o actual, i pago mediato o a distancia. O PAGO INMEDIATO O ACTUAL. A debe a E; E a C, i CaD de Bogotá, una suma de $1,000. Sin el intermediario de un banco, estos señores tendrán qne tras. mitirse sucesivamente el saco de dinero; pero si la. magnitud de los negocios i Io. seguridad i la confianza que reinen en el pais, permiten separar las operaciones; si en vez de ser cada uno su propio cajero, hai álguien que baya concebido el negocio de ofrecerse, sobre la garantía de su probidad i de su capi. tal, para hacer los oficios de cajero i de tenedor de libros de los que quieran acordade su confianza, es claro que entónces vendrán a encontrarse en la cartera de este comerciante que se llama banquero, las obligaciones activas i pasivas de sus clientes, las cuales pueden saldarse por medio de un simple traspaso en sus respectivas cuentas. Este hecho sencillísimo en apariencia, da la idea perfecta, i encierra en sí la esplicacion del gran aparato de la circulacion ( universal. La moneda que representó un papel tan importan, te en otro tiempo, i cuya invencion fué en efecto un gran paso de progreso, desempeña hoi funciones mui secundarias, mui insignificantes en el cambio. El mundo mercantil ha compren_ dido que donde todos son simultáneamente deudores i acreedo. res, basta hacer endosas para saldar cuentas. Que el espíritu se fije bien en el hecho del ejemplo anterior; piéusese en que lo que han hecho A, E, O i D, pueden hacerlo i lo hacen esactamente todos los millones de acreedores i deudores en el mercado del mundo, i esto bastará para comprender a fondo el sistema. cuya esposicion es el objeto del presente opúsculo. Con efecto, basta dar ensanche con la imajinacion al caso propuesto, para comprender a fondo las transacciones de una gran metr6poli, lo mismo que las de un pequeño villorrio: en vez de un banco habrá diez, cincuenta o ciento; i despues, los banqueros mismos, en calidad de particulares, tendrán un ban. ea - comun doude saldar sus cuentas, como sucede en L6ndres. Los banqueros de esta ciudad, que es el centro donde vienen a realizarse la mayor parte de las obligaciones que el comercio de la Gran Bretaña pone en circulacion, i de las letras de cam_ bio que sobre él se jiran, mantienen un establecimiento central, que es uu espacioso salon llamado el Clearing House, o sea, Casa de compensacion, a donde cada uno envia diariamente, despues de la hora en que se cierran los negocios un depenj TEORÍA. DE LOS BANCOS. 5 diente llevando las letras i jiros que en el curso del dio.ha. reci. bido coutra los otros bancos,i despues de compensarlos contra las letras i cheque!'!jirados a. su cargo, entrega o recibe el saldo en Ull cheque contra el banco de Inglaterra. Las transacciones o sean las cuentas saldadas en el Clearing House, ascendieron en el afio de 1866 a cuatro mil quinientos ochenta i oc)¡o millones de libras esterlinas (£ 4,588.000,000 ), sin haber empleado para eUo ni una nota. de banco, ni una sola moneda. l lo que pasa en el Clearing House de Lóndres, no es sino la imájen de lo que pasa en pequeño en todos los bancos. Los ( negocios diarios de un banquero no son sino un cambio o una compemacion constante de dinero o de crédito entre particulares. " En consecuencia de estas i otras facilidades nacidas de la intervencion de los banqueros para el arreglo de las transac •. ciones pecuniarias, dice 1\1c. Culloch en su diccionario de : comercio, .la suma en :uetálico que se nece~jta }?at?' c.onducir .J los negociOs de Ull palS, se reduce a una. CIfra Inslgmficante, 'I comparada con la que en su ausencia seria preciso emplear.¡ No es posible hacer un avalúo esacto del ahorro total que así:1 se efectúa; pero suponiendo que la suma en circulacion DO pase actualmente de cincuenta o sesenta millones de libras, no es exajerado concluir que por 10 ménos se necesitarÎan doscientos/': millones eI: oro, plata o signos representativos, para transar la misma suma de negocios, si no fuera por los otros medios 1Io \ que se ha recurrido para economizar el uso del dinero en las operacionm; del cambio. Si este cálculo es aproximadamente esacto, i hai buenos fundamentos para creerlo mas bien inferior que exajerado, él solo revela la vasta importancia de los bancos bajo el punto de vista de la utilidad pública. Por medio de ellos, cincuenta o sesenta millones son capaces de pres. tal' 105 mismos servicios, i de una manera infinitamente más c6moda, que la que exijiria el empleo de una suma cuatro veces mayor; i suponiendo que veinte o treinta millones :sea el ea. pital empleado por los banqueros, no ménos de ciento veinte o ciento t?'ei;~ta que dejan de emplearse como instrumento de cir. culacion, quedan disponihles para alimentar la agricultura las manufacturas i el comercio." , Serit:., !lo la par que interesante, curioso, descender hasta el fondo de la sociedad, penetrar, por decirlo así, hasta el mostra • . del teudero, para inquirir cómo se va elaborando, do quó . iJculas se compone este aborro de capital en numerario o "';clilico, que queda disponible p:l;ra alimentar la industria, a ;,ud de estos arreglos de pura 1 simple teneduría de libros. En 1804 'Gratamos de analizar los hechos para hacer algunas apreciaciones de esta naturaleza. De nuestros artículos sobre I G TEORÍA Dli: LOS BANCOS. bancos publicados en los números 161 a. 179 del" Diario Ofi. cial," tomamos lo que sigue: En los paises nacientes, i por decirlo así, rudimentarios i primitivos, donde el crédito es escaso, i las pocas transacciones que sobre él se apoyan no han perdido su carácter aislado e individual, para convertirse en instituciones sociales, la moneda metálica desempeña esclusivamente los oficios de intermediario de los cambios: en otr03 términos, los cambios de esa sociedad estlín reducidos al trueque en e"pecie, descompuesto en dos factores; cada uno vende el artículo que produye o el ser. vicio que presta por dinero, i compra con dinero la que ne. cesita para sus consumos. Examinemos ahora cómo pasan los hechos que determinan las acumulaciones metálicas de una sociedad así constituida. Nótese en primer lugar que la moneda, como toùa otra mercancía, viene a poder de los individ nos para prestar dos clases de servicios esencialmente distintos: uno inmediato i activo; otro pa¡,ivo i de reserva: Con escepcion del mendigo que vive no con el dia, sino con el momento, pocos son los que DO tienen en su poder, reducida a dinero, la suusisteneia del dia de mañana. Fijémonos solamente en el caso de cien familias que reciben al principio de cada semana fiscal, <I'le en Bogotá se cuenta de viérues a juéves, $ 20 para SIlS gastos ordinarios, de los cuales emplean $ 8 en el primer dia, i los $ 12 restantes Il 2 diarios, en los seis siguientes. Es evideutc que caJa Ulla de estas familias tiene en el primer dia un escedente de doce pesos, diez en el segundo, ocho en el tercero, seis en el cuarto, cuatro en el quinto i dol>' en el.~esto: igual a $ 47, que dividido por $ 6 da uu término medio de $ 8 8emonules, i de ;j; 800 entre todas, que representan la sustraccion permanente, eterna, que estas cien familias hacen del capital activo de la. sociedad, para convertirlo en un fondo de reserva improductivo. Si de los cambios puramente domésticos pasamos a los negocios, el desperdicio de capital monetario en una sociedad primiti_ va escede a toda ponderacion. Fijémonos solamcnte en el cuso de cien tenderos o de cien matadores de ganad'Û, flue hacen SllS re_ tornos a sus pagos al import-adoro al hacendado, semanalment.e, reservando $ 40 diarios: 40 +80+ 120+ 160+200+2'10=840, que dividido por 6 da un término medio de $ 140, que representan la sustraccion perrrl!anente, eterna, que caùa uno de ellos hace del capital activo de la sociedad, para convertido en UD fondo de reserva improductivo: es decir que los cien detallado res requieren diariamente $ 14,000 mas ùe la que en otro pais, con inlltituciones de crédito, seria necesario paru. conducir lilUS ncgocios. * 'l'F.oní ¡\ Di': LOS BANCOS. 7 Ahom, si el importaùor i el propietario tienen a su turno que capitulizllr en dinero una parte con¡;;iderable de sus entradas, para emplearlas en 'tnejoras a cnviarlas en especie al cstranjero, el consnmo improductivo de numerario se desarrolla en una progresion tal, qllQ el cálculo más atrevido no puede reducir a gu~,rismo, por la di~ersidad de los elementos lIritmé- ; ticos, cn c:1nti(laùes de tiempo, valores, &, &, como seria preciso : reunir para apreciado. Este desperdicio de moneda es el que J se ahorra centralizando las cuentas en los bancos, como se ahorra carbon cocinando en COlfiun por familias, i no por individuos, a como se ahorran fuerzas animales a mecánicas, haciendo los trasportes sobre rueùas i no a lomo de bestia, PAGO MEDIATO O A DISTANCIA. Pero no bastaba tener en los bancos de depósito i en Jas C\1eutas corrientes nu foco comun donde vinieran a saldarse toda'! las transac~iones directas: era preciso universalizar la circulf\cioll i unir el pasado al presente i el presente al porvenil'; pn5flr, en una pabhra, del sistema pasivo de depósito al sistema actico de emision. Ln. letra de camhio se encarg6 de traspasar esos límites, i desde eS3 momento, las relaciones locales e inst:H1táneas se oonvirtiel'on en relaciones a distanc'Íct i ~lJ!a:::o. Un comen:iante del SU?' que es acreedor del Norte, en vez de Lacer veuil' el dillero, jira sobre su deudor i vende la letra, i Qni{~n la compra? Otro comerciant.e del SU?' que es deudor del.;VU1·(e. i que en vez de enviar el dinero, remite la letra a su acreedor. Este último se encuentra así pagado i justamente con el dinl::o que su vecino hubiera debido enviar al SM'. Pero el SU?' i el Xorw no se limitan a comerciar entre sÍ, sino que tienen tamùien relaciones con el O?'iente i el Occiden. te. Cada punto cnrdinal tiene i puede tener por acreedores i deudores 11 los otros tres puntos cardin'lles restantes, de la misma lUanera eRactamente que cn el " Clearing ¡louse" cada depeIl(rcIlte puede tcnel' por dcu<lores i acreedores a todos sus colegas. Pueden ¡mes compensarse los créditos activos i pasivo!>, encontrados, de todas partes del mundo, como se com. rcman los de una ciudad; i este es el trabajo del banquero. Uno de RUS ramos de especulacion consiste precisamente en el comercio de letras ùe cambio, para hacerlas viajar por todo el mmdo, hasta encontrar el deudor que las necesite, para compensar SlIS créditos. Si el SWI' no debe nada al Norte, el banqm.ro envia las letras sobre el Norte al Occidente. Si en ese mOtncuto el Occidente es acredor del Su?' por mercancías esportlJ,das, se encontrará pagaùo con la letra sobre el Norte 8 TEORÍA DE LOS RANCOS. quo le llega. á tiempo. Pero si el Occidente DOes acreedor del S'LW, debe reembolsarle el mlor de su jiro sobre el Norte que acaba de recibir. Puede suceder qde el Occidente sea acreedor del 01'Íente, i cDtónces jirará sobre él una letra do cambio que enviará en pago al Sur. Si el Sur debe al Oriente, no tiene que hacer para saldar su cuenta sino. enviarle la letra que acaba de recibir del Occidente, i de esta manera los cuatro puntos cardinales se encontrarán indirectamente compensados. Los banqueros cambian cutre sí sus letras, como sus depen. dientes cambian sus delegaciones. Los banquero.'l forman \lDa gran cámara de compensacion permanente entre todos los paises. Para cada pais los otros DOrepresentan sino uno solo, i de esta manera cada pais no esporta o importa en moneda, sino la dife. rencia entre el valor de todas las mercancías o títulos impor. tados, i el valor do todas las mercancías a títulos esportados ; de la misma manera que en la cárnara de (}(Yff¿pcn8acion cada ajente no paga sino un solo saldo a todos sus colegas, tomados colectivamente. La letra de cambio no circula para alimentar el crédito sino para suprimir los trasportes dc numerario, para saldar ]0 que los paises se doben mútuamente. La letra de cambio no es sino un medio económico de hacer 108 pagos, i como tal las ventajas que asegura son tau importantes, que todos los paises se han aplicado unánimemente á rodearla de cuantas garantias puede imajinar la prevision bumaDa. Todo el que pone su firma sobre UDa letra de cambio, garantiza solidariamente so pago i lo garantiza con su fortuua i con su honor: el que deja de pagarla pierde el derecho de tener un escritorio. Todos 109 lejisladoreshan hecho de esta promesa una cosa sagra.da.: es el oro a distancia. El aceptan te de una. letra de cambio se constituye cajero; so cuenta sobre su fidelidad. Como todo cajero, no es inocente sino en el caso de que la caja haya sido forzada; de otra manera es culpable; es un quebrado fraudulento. CAPITULO II. Importancia de este sistema de compcnsacion universal, tomado en su conjunto.- Vista jeneral ùel comercio ùellllunùo. Jamás será inoficioso repetir que la moneda no proveé hoi a las necesidades del camhio siuo en una escala mui limitada, quo su oficio se reduce a arreglar las ventas por menor i el pago de salarios; i que los signos representativos mismos, las notas de banco, por ejemplo, que tanta importancia parecen toner a primera vista en el mecanismo de la circulaciou, son comparativamente insignificantes delante del ntÍmero i de la suma de los cambios que se efectuan por medio de ~imples traspasos en las cueutas corrientes de los contratantes. El oro i la plata ban perùido completamente el carácter singular que :lntes tenian de intermediarios universales de la circulacion; i hoi el comercio de metales preciosos no tiene mas importan! cia quo el de cualquiera otra mercancíl.l ; se compran i venden, como se compra i vende seda, té, azúcar, lana i algodon j i vau donde se necesitan para ser camb.iados por otros productos, a para balancear el saldo del pais que los remite. Los Estados atlánticos de la Union americana, por ejemplo, sumimistran a California harina i otms provisiones, i reciben en cambio oro, oro que Nueva York i Filadelfia envian a Inglaterra en pago de sus mercau·cias. Inglaterra despadm este oro a Francia para ser cambiado por plata, i envia la plata a Oriente para saldar sus cuentas por importaciones de té, seda, lino, índlgo, lana, cúñamo i azúcar. Anteriormente uua fuerte esportacion de oro i plata se tomaba como un signo desfavora. ble do los cambios; i al contrario, su importacion presajiabn. un curso ventajoso. Hoi la salida i entrada de especies metálicas no tiene, como he dicho ántes, mas importancia que la del movimiento de l.malquiemotramercancía, porque aun en los casos escepcionales de que la reserva metálica de la sociedad, la que pudiera llamarse la existencia en caja, sea inferior o superior a la cantidad conveniente para atender a las nccesidades del camLio, el movimiento de la especie no es por eso mas intere~ante que la importacion o la esportacion de otros artículos, cuando las existencias son superiores a inferiores en mucho a su pedido. Si Inglaterra, por ejemplo, recibe de los paises mineros una gran cantidad de metales preciosos, es claro que solo le son útiles en cuanto la, habilitan para procurarse en otros ¡raises, que no ofre- 10 'TEORÍ.\ DE LOS n.\~COS. cen mercado a sus tejidos, las materias primeras i los artículos de subsistencia que necesita para. renOV:H sus retornos. Pam acabar de comprender mejor, de una Inanera jeneral, cómo se efectúan hoi en el mundo los camhios por mayor, véa. mas cómo pasan los hechos en el comercio de los paises mas importantes, el que hacen entfe sí Inglaterra, la India, China, Anstralia i los Estados Unidos. El comercio directo entre la China (' Inglaterra deja anua1. meute un saldo de mucha cousideracion en favor de la pril11em, porque miéntras que la Inglaterra saca de la China más de £ 9.(l00,000, solo esporta a aquel pais mercancías por va.lor de lin poco ménos de £ 3.000,000, silldo que se aumenta en mncllo todavía en el cl1rso del tráfico entre la China i Australia., i la China i los Estados Unidos. Australia saca anualmente de la. China nna inmensa cantidad de té, i no tiene ningun producto que encuentre mercado en aquel pais. Los estados Unidos reciben tamhien seda i té por un valor que escede mucho al de sus esportaciones. Véarnos r.hora como se saldan las cuentas pUl' mé. dio del comercio de uu gran pais. Australi<1 consigna todo Sil oro a, IlJglaterra, superior en mucho al valor de los tejidos que de ella recihe, i paga el t6 cIe la China jirando sobre I"óndres contra sus dep(Jsitos. Los Estados Unidos a su vez pagan el té i la. seda que importan jirando sobre lllglaterra contra el valor de SIIS algodone:;; i la Inglaterra misma encuen tra cu 1a India el médio de saldar sus cuentas call la China, porque é~tl1.recibe de aquella enopio i algodon cercade,£ 10.000,000 i sus esportaciones a la Indi<~ no l1.lcanzan nunca Il £ 1.000,000; de tal mauera que el saldo que Inglaterra, Australia i los Estados Unidos CatiSan It deber anualmente a la China sohre el balance de su oomercio, se paga en gran parte con el opio i el algotiou que la Inùia le suministra. A primera vista los hechos parecen mili sencillos i en efecto lo sail; pero pibusese un momento ell la multitud de Cambios parciales Illle contit.llyeu el cambio jenera]; piénsese en que cuando decimos la China esporta té i seda; Australia euvia oro a Inglaterra i recihe mercancías; los Estados Unidos dan en cambio a]godon; la India envia o?io, &<:, &c, no son ciuco individualidades las que hacen este comercio, sino mi. llares de millones de hombres, los que forman, uuidos por la confiamlU, esa ead¿na inmensa que se llama la soeiedad. Antes cIe que el té i la sella de la China, el algodon de América, los tejidos de In¡rlaterrn, el oro de Australia i el opio de la India lleguen allngar de m Jestino, ha sido preciso qlle cada uno de esos articulas sufra una série indeterminada Je permutas, que pase sucesivamente por las manos de muchos industriales i empresa. rios, que van agregándole una forma determinada. Sí fuera TEoníA DL LOR T>AXCOS. 11 posihle hr.cer nu cálculo aproximado del valor de todas las transaceioncs parciale¡; qne cntmn en la creacion de los productos que forman el comercio esterior de esos paises, no <;eria fácil percibir clàramente la reln.cion o la idea de la cantidaù, por la magnitud del guarismo. I sincrnbargo, todos esos roilJ0113S de homhres no han incnrrido ~n error de un centavo; cada uno ba sabido h:tllar a su deudor, reintegrarse de su., anticipa.ciones i balancear sus cuellt:~s de la manera mÚs econ(~mica ; i en fin, la máquina entera funciona con una esactitnd asombrosa, presentando Il. los ojos del espectador la imií.jen de la scncille7-, de la regularidad i del l¡rden. Pero lo admirable es que pam obtener este resultado br.sta si1l1l)lemente la ausencia de toda coercion; lJasta abandonnr a sí n~innos esos elementos hctcrojéueos i al parecer enemigos; l.ojar a los hombres nsociars(~, obmr i reohrar libremente los U\!o~sO;lrlllos otros; (k.iarlos que se ocupen en ar¡nello para. la cual creen que han rceibido de Dios directa a indirectamente, mús vCllta.i::.s lmturn.les; (lue hagan por sí ¡ni~IllOsla aprcciacion de la utilidad de tocbs ~as cosas i de todos los servicios, i que p"ogreS(~lI o se :::rruinen bnjo ¡';I~p~0pia rcsp011sal,ilidad. Cua vIo ulla quiere darse Clwuèa de esto., feaúll1cnos ¡.;cnci110!;e!l sí, pero co,llplieadísimof; por f'ollenlace i su conjtll1t0, que cO:1stitllyen la \'ida económica de una socicr1ad, 110 consegniria su oh.icto si quiLiesc abarcar deó:de la j1rimeri~ mirada t.oc\os lcc; c\etalles del gran cnadro qne se ofrece a :m vista; como un vin,jero que nI trnsmoutar las cmpill:ld¿~s eU,1I1,res U<l los Andes, ell vc? de ¡¡:a r!'e en las Œrnudcs fuCl;iollOSdel (listante panorama <¡u~ 'desde allí :;c '·~lcallza; eu el 1'01 que sc bunde, como llU incendio, en 1:1 llanura u?1I1del mar Pacífico, en el lal>m'into de montaiías 'lile se pier(len u su espalJa, en una sllccsion de caJeuas sin término, selllejando la:; ola!:;en erespallas Je otro mar, en el verde i dilatado valle que a su,; piés se estiendc, i cu el rio que baja manso, tranquilo, cnrcc\iíndose CCIllOumt cinta de plata entre 8liS praderns; si en "Ve~ de estasiarse con este ensnefío ùe armonía, de belleza i de lu~, quisie!:;'.lcontar los picos mas enHlinac\os de la cord;Uera, bs vueltas del gran rio i los bosque;; dd frondoso ,al le, estas pequeîicees le harian perder la armonía- del conjnnto, Ir. estupeIH'ln, magnificeneia de ln. na', uraleza eu una de sus mas pf,rtentosLS revelaciones, i lo q ne es peor, la abatirian fi la tierra, en vez de levantarlo hácia el Supremo Hacedor de tanta bellew, fuente de tod~ inspiracion i de toda lu~. 12 TEORÍA DI~ LOS BANCOS. CAPITULO Ill. Importancia del Banco de lnglaterra.-Su historia.-Ideajeneral de su organizacion.-El perímetro de la figura.-Allálisis de sus operaciones sobre la cueuta. El Banco de Inglaterra es una Con'lpañía anónima, cuya primera carta de incorporacion lleva la fecha de 27 de julio de 1694. Los apuros en que se encontraba ent6nces el gobierno inglés para proseguir la guerra contra la Francia, hicieron ocurrir al arbitrio de autorizar la contratacion de un empréstito voluntario, hasta por la suma de £ 1.200,000, a cuyos Buscritores se reconoci6 en corporacion i sociedad, bajo el nombre de "El Gobernador i Compafiía del Banco de Ing]a. terra," con el privilejio esclusivo, durante once afios, de emitir notas o billetes al portador, de jirar letras de cambio i de descontar pagarés o efectos de comercio. El Banco recibia ademas 8 por 100 de interes anual sobre la suma prestada al gobierno i £ 4,000 por el manejo de los fondos públicos; no podia emitir billetes de méno!l de £ 20. De entónces acá ]30 carta de privilejio ha sido renovada mas de diez veces, siempre bajo la condicion de nuevos préstamos hechos al Tesoro, cuya deuda asciende hoya £ 11.015,100 al 3 por 100 de interes anual ~ siendo estc enorme gravámell la principal dificultad del Gobierno para recojer el privi]ejio, que puede cauce]arse sinembargo en cualquier tiempo, dando aviso a la Compañía cou doce meses de anticipacioll i previo pago de la deuda i sus intereses, sin deduccion, descuento ni rebaja. Aunque no entra. Cll nuestro plan escribir la historia deta. lIada de los cambios que se han hecho en la constitucion de la Compañía, i de la série de enmiendas, ampliaciones i restricciones que ha sufrido su privilejio, hasta llegar al acto de 1844, que es la lei vijente sobre bancos en la Gran Bretaña, es indispensable sinernhargo enumerar los cambios mas sustanciales, para comprender la posicion actual i la importancia mercantil, política i fisr,al de aquel establecimiento. Bajo el Gobierno de la reina Ana, en 1708, el apremio de dinero para proseguir la guerra proporcionó al Banco la oportunidad de echar los fundamentos del monopolio bancario de que TEORÍA DE LOS I3A~COS. 13 llOi disfruta. JI cùi:lllte el préstamo de .£ 400,000, su privilejio se cstcndió basta 1.0 de agosto de 1732, pero con reducciou del interes al G por 100 sobre toda ln. deuda, desde 1.0 de agosto de 1711. Decretóse entónces que durante la existencia de la Compañía no le seria lícito a ninguna otra compafiía a asociacion compuesta de mas de seis individuos, en aquella parte de la Gran Bretaña llamada Inglaterra, prestar, deber, ni tomar suma alguna de dinero sobre pagarés a billetes redimiblcs a la vista, a que tuvieran un plazo menor de seis meRes. Confirióse, pues, por este acto, 11 la Compañía, el privilejio esclusivo del comercio de banco, i el de crear a emitir papel moneda. En 1826, i mediante el consentimiento del Banco, se relajó la restriccion que habia permanecido en vigor por mas de un siglo, per:nitiéndose la formacion de compañías uvónimas a por accioneR, i regulares colectivas con mas de seis asociados, para el establecimiento de bancos de emision, depósito i descuento, con tal que se establecieran para obrar fuera de un radio de 65 millas :::uyocentro era Lóndres. Les era. prohibido a estos bancos tener sucursales dentro del distrito del Banco de Inglaterra, i jirar sobre Lóndres por sumas menores de £ 50. Así permanecieron las cosas hasta la renovacion del privi. lejio en 1833 en que se introdujeron enmiendas mui sustan. ciales. Se autorizó a los bancos por acciones a de mas de seis asociados, para estaùlecerse en Lóndres, i dentro dcl distrito o radio de 65 millas ántes escluido. Autorizóseles para ejercer todas las opcraciones propias de los ùancos de depósito i descuento, pero sin poder emitir billetes al portador, ni dar a recibir prestado, ni tomar dentro de dicho radio de 65 millas suma alguna de dinero cuyo vencimiento tuviera un plazo menor de tres meses- Las notas del Banco de Inglaterra se declararon moneda legal; aboliéronse las leyes sobre usura i permitióse a los otros bancos, los de fuera del radio, llamados Count1'y, Joint Btock Bœnks, tener un Ajente en Lóndres. I tal es hasta hoi, con poca diferencia, el estado de la lejislacion jurisdiccional a permisiva cn materia de bancos. El acto de 1844, que es el que está cn vigor, tiende por el coutrario a et>tender los privilcjios del Banco como banco de emision, i hacerla dueño de la circulacion del pais. El artículo 11) dispone que con escepcion de los bancos que el dia 6 de mayo do ese año (1844) se encontraban cn posesion del privilejio de emitir notas a binetes al portador, fuera del distrito o radio de 65 minas reservado al Banco, no podrá for. marse ningun otro banco de emision en ninguna parte del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda, ménos Escocia. Los artículos 12 i 13 mandan que se averigÜe i fije por la It TEORíA VE LOS BAKCOS. autoridad que allí designan, la suma a que por término medio ascendia la circulucion de cada uno de los bancos de Ioulaterrll. i el pais de G¡ílcs, que el dia 6 de mayo de 1844- gozJ)an del privilejio de emitir sus billetes al portador, para. que un la sucesivo no puedan aumentar dicha emision. El mismo acto autoriza al Banco de Inglaterra para aumen. tar la emision de sus billetes, sin aumen tar su reserva metálica, sino sobre se¡l:uridades de ot.ro órden, a medida que desaparezcan a suspendan su ,i iro los otro>! bancos del reino, i hasta ln. concurrencia de Jas dos tace'l'as pm·tes Je lu circulacion média Je cada uno de diehos bancos. Le\'¿UltÓse eo fin, por el artículo 26, la prohibieion impuesta por la lei de lH~)i~ a los bancosp.)r acciones a de mas de seis asociados. qu~ se establecieran en Lóndres a deD.tro del distrito de 65 millas reservado al Banco, de DO poder dar a recibir prei>tado, ni tamal' dentro de dicho radio ¡¡uma alguna de dinero cuyo vencimiento t.uviera un plazo menor de seis meso¡¡; i en su cou,secuoncia dichos baucos, la mismo que Jas dem~lS del reino, puctlen ejercer Sill rc¡¡trict:ion toda¡¡ las operaciones propias del comercio de banco, ménos emitir a poner en cirt:ulacion billeti?s al portador. La posicion del Baneo como persona jurídica i civil, a sean los pri\'ilcjios de que actualmente gozU" se reducen, pues, en sustancia a los fo'i~uielltes: 1.0 Es el únic'o ballCO Cjue puede emitir billetes al portador ('n Lúndres i en toJo el pais comprendido dentro de un radio de 6;') millas, con el derecho de ensanchar su circulacion, hasta quedar corno el único bauco de emision, Il medida que deôaparezcan a suspendan su jira los bancos que el din. 6 \le mayo de 1844 gozaban del privílejio de emitir bilJetes al portador. 2.° E:; el único banco del reino, Irlunda i Escocia compren_ didas, cuyos llilletes sean moneda legal (Legal tender) de obligatorio recibo en el pago de todos los impuestos i en las transacciones particulares, a ln. par con las monedas de oro i plata. 3.° Es el encargado de la recaudacion de las reutas públicas, i del pago de los intereses de la deuda nacional. OlWA~IZACION DINiMICA. Habria otro lIlétOllo enteramente nuevo, i tal .ez el mas luminoso de e¡¡poner la econoinía política; método claro, al alcallce de toùo el mundo, i seria el de "escriGir unu esnecie de dinámica social, comparando las fuerzas que mueven el mundo c,c<,>nÓmicoa las fuerzas mec,inicas que mue\'en los cuerpos fl!)lco~. TEOUÍA VE LOr:; ]USCO~. Lj Sigulen(lo este pens(l,miento i couoeiùas con toùa precision, como las ¡lCllIOSe~puesto en los capítulos precedentcs, \as ope. racioncs Je un hlllCO, podemos cOll'par~r cll3allco de Inglate. rra a una palanca de primer jéuero, cuyo Funlo de apoyo es el crédito, reprcsentuJo en el capital i en la confianza 'lue inspira la Compatira; la ?'c8i8tencia estaria espresaJa par el capilnl qne pone cn uccion, es dccir, por elllÚlllero i In cantldad de las tr;:¡'llsacciolles <jue fac.:ilitu, i la pulciwia por las Dccesidades de la soc.:ie(;ad (~nque aura. Hagamos, pues, la duscripcion dclaparato para analizar la,., término,; (le esa eCllacian. El Danca est!l separado en dos Jepartamcntos formal i ;natcriulmente distintos, llamaclos: "Dcp:utamelJto de emision " i " Departalilell ta Je desc.:uenta," 'lue son, el llno rúspccto del otro, como <1(,;;hanc.:os a casas corresponsales. El dl!part:wlÜnto de cmision es el encargado csclusivamento de la fuhri(;ueiou i Je ln. vellt.a, o s~a b ün;isioll de las notns o billetes al por'ador. Esta emisioll a esta venÜt fie verifica soure las base< sig~¡jelltes: el departame:lto de descuento, 'l\le e!')In. easa encargada de 1111(;erlos negocios, es decir, de colectar las rentas dd GüLi:Jrno, recibir depósitos, a,hrir cuentas corrientes i descontar pa;;-arés, está autorizado para exijir i reciuir del departunento de elllision hasta Ii> millones de li1ras estcrlillas on nota;! ùe 1aneo, sobrë la garantía de igual Sllma en seguridades. Di<.;has ;;eguridades se componen de los £ 11.015,100 Je la deuda del Gobierno, i £ 4.984,900 en documentos de otra naturaleza . .Fuera de estos 15 millones de Dotas que se cmiten sobre dÏ\;ha garantía, el departamento de olnision no puede ontregar ulla sGla Ilota de 1anco sino en cambio de oro amonedado o en barras, a la par. Al dedo, el dûpartamento de ernision est(L obligado por la lei a dar billetes Cil cambio de libras cster:inus, i u comprar todo el oro que sa le presente, reduc.:ido a \a Ici de 22 (luilates, al precio de 3 libras, 17 chelines i 9 penÏ<¡ues por onza. Como la casa do moneda. a su turno, está obligada a entregar 3 liuras 17 chelines 10~· por OD7.a,el banco gamL cm esta. oper:l.(;ion l~ peni(lueS por alloza, que representan call tocla propiedad una comi~ion pagada. por el vendedor, que economiza. así el t.iempo i las molestias de hacer la operacíoll direl.:tmucnte. I he aquí que, descu1iert.o oste hecho, tenemos conocido t.Ddo el secreto del mecanismo i del juego dol Banco como banco de olllision ; o en otros términos: conOCClllOSel punto de apoyo do la. pa1allcu. Si hai 20,30, 4.0 millon~s Ile notus en circulacíon, d públi('u sabe que esa suma está representada así, 15 millonc;! en deud .• pÚ1lica, i el resto cu los sótanos del departamento de emision on oro i plata a:noncJadoH i en barras. Lo c;; permitido 8.1 Bat1eo teuer .:(de la resl'rva met.:ilica en Illata; los :,'re~Jt.llltcs cu arc. 16 TEORÍA DE LOS BAXCCS. En el caso, pues, de que un pánico a una crísis hiciera afluir a todos los tenedores de billetes para exijir su cambio, i de que la reserva metálica estuviera ya para agotarse, ¿quó haria el Ballco para atender al reembolso de sus notas? Ocurriria al Gobierno inglés para que le convirtiera su deuda en vales de renta sobre el Tesoro al 3 por 100 i pondria en yenta dichos vales. La convertibilidad de los billetes del Banco de Inglaterra se apoya, pues, en una reserva metálica que por término medio representa un 35 por 100 de la suma. en circulacion, i en la seguridad de que siempre i a cualquiera hora se encon. trarian compradores de consolidados in gloses por 15 millones de libras. Como todos los billetes han sido comprados al departa. mento de emision, parte con los £ 15.000,000 de la garantía, parte en oro a la par, es el mismo departamento el encargado de redimidos. Mejor dicho, i para que se comprenda con toda claridad la naturaleza de la division fundamental del Banco, las funcioaes del departamento de emisión se reducen esclusivamente a las siguientes: 1." fabricar las notas de banco; entregar al departamento de descuento 15 millones en los términos úntes dichos; 3." vender notas en cambio de oro amonedado a la par, o de oro en barras al precio de £ 3-17-9 por onza de 22 quilates; 4: cambiar todas las notas emitidas por oro i plata amonedadc>s, en el acto de su presentacion. Todas las otras operaciones que COn propiedad constitu. yen el comercio a los negocios del Banco, recibir, descontar, deber, pagar, se hacen· como se ha dicho, en el departamento de descuento. En una palabra, todo el que deba recibir algo del Banco por cualquier título que sea, escepto por venta de oro en barras, lo recibe en primer término en billetes al portador que le entrega el departamento de descuento, con quien ha contratado, aunque tenga el derecho de ir en segui. da a exijir su cambio por dinero al departamento de emision. Los billetes de menor valor son de £ 5. El Banco no ha aumentado su capital 90cial desde 1816 en que se le autorizó para dividir utilidades acumuladas por £ 2.910,600, las cuales se capitalizaron, formando un total de £ 14.553,000 que es el capital actual de los propietarios. Conocidas estas bases fundamentales sobre las cuales se apoya et mecanismo del Banco, tome~os la cuenta de sus operaciones en un dia cualquiera, porque cada uno de sus guarismos nos va a revelar, mejor de lo que pudiera hacerlo un libro, la naturaleza, la estension i la cuantía de los servi. cios que este aparato complicado en apariencia, pero sencillí~ simo en el fondo, presta a la comunidad. 2: 17 TEORíA. DE LOS 13!.'SCOS. SITUAClOX DEL BANCO DE I~GLATERRA. OCTUBRE DE EL 14 DE 1868. Depa?'tanwnto de emision. HABER. DEBE. Notas emitidas .... £ 34.083,870 Deuda del Gobierno £ 1l.015,100 Otras seguridades 3.984,900 Oro amonedado i en barras 19.083,870 34.083,870 3-1.083,870 Depal'tanwnto de descuento. HABER. DEUE. Al capital social...£ 14.5.')3,000 Al fondo de reserva 3.081,950 A depósitos ptiblicos, en su mayor parte fondos del Go. bierno 3.838,119 A depósitos parti. culares 20.231,481 A varios 701,897 42.406,447 Documentos de deuda pública £ 15.935,874 Pagarés i letras por cobrar 15.822,238 N atas a billetes del mismo banco en cartera ... 9.567,9:'5 Oro i plata amonedados 1.080,380 42.406,447 Como se ve, del departamento de emision habian pasado al de descuento £ 34.083,870 en billetes al portador; pero como aÚn existían en la cartera del departamento de descuento £ 9.567,9':>5, es claro que ese dia solo estaban en circulacion £ 21.515,015. Previa esta csplicacioD, refundamos ahora en una ¡¡ola las cuentas de ambos depal'tamento¡¡, de manera que el resÚmen de ese balance U0S d6 a conoce~ al primer golpe de vista, i con toda claridad, la verdadera situacíon del Banco el 14 de octubre do 18G8. 18 TEORA Dli LOS BANCOS.' EL BANCO TIENE. Lo que le debe el Gobierno £ Otras seguridades, fincas raices, por ~jemplo Pagarés i letras por cobrar Eu deuda pública En oro i plata .....•. u EL BANCO DEBE. A 11.015,100 3.984,900 15.822,238 15.935,874 20.164,250 los tenedores de billetes en circulacion ... £ ~4.515,915 A los depósitos públicos 3.838,119 A los id. particu. lares 20.231,481 A varios 701,891 Saldo a favor del Banco 17.634,950 £ 66.922,362 £ 66.922,362 que la cuento. joueraI está bien hecha, que el saldo de £ 17.634,950 que hemos sacado a favor del Banco, es esactamente igual a la suma de las dos primeras partidas que figuran en la columna de la izquierda. de la cuenta. del departamento de descuento, a saber: Capital social.. £ 14.553,000 U tilidades no capitalizadas 3.0S1,950 I es tan cierto oo ••••• £ 17.634,950 Concluida la diseccion anatómica de este cetáceo del mUlldo mercantil, entremos en el análisis de esos guarismos, para saber el papel que cada uno de ellos representa en la ecoJJomía social del cambio i de la circulacion. Deben notarse, en primer lugar, los siguientes hechos o 1'csultados jenemles que esa cuenta presenta, como los rasgos característicos de una prosperidad debida toda a la confianza. De los £ 66.922,362 a que asciende el capital que maneja el Banco, solo los £ 20.164,250 de la reserva metálica permallccen ociosos: los £ 46.758,112 restantes están empleados re~ prooucti vamen te en esta· forma: Prestados al comercio a cortos plazos i al des.:uouto corriente £ 15.822,238 Prestados al Gobieno con plazo indefinldo al ~) por 100 11,015,100 En cartera, en documentos de deuda pública con interes 15.935,874Otras seguridades, fincas raices probablemente, 3.984,900 oo.oo oO •••••••••••••• 1'otaI. •••••••••••••• oo ••••••••••• £ 46.758,112 Por Qtra parte, el Banco no paga. un solo centavo de ¡nteras 19 rlilOBÍ:\. DB LOS BA.NCOS. :!obre los guarismos que forman el pasivo del balance, pues los billetes al portador que están en circulacion no ganan interes, ni él lo paga sobre los dep6sitos que se le confian. N6tese que los depósitos públicos i particulares ascienden a £ 24.069,600, i qne solo tiene una reserva. metálica de .£ 20.164,250; es decir, que no solamente no paga interel! alguno sobre aquella suma, sino que ha dispuesto, a título gratúito, de un capital ajeno de .£ 3.905,350. En nna palabra, el Banco gana íntegra i gratúitamente los intereses de uu capital ajeno de £ 28.421,265, fuera del de su propio capital, que hemos visto asciende a £ 17.634,950. Ese capital ajeno, de que goza gratúitamente se compone: De la difereucia cutre 103 ùep6sitos i la snma que guarùa ('n caja £ 3.905,350 De la suma total de los billetes puestos en circulacion, que nacla le cuestan, puesto que la re. ~crva metiilica call que hace frente a los pagos es iùferior a los depósitos que ha recibido 24.515,91.j Total.. '¡' £ 28.421,2Gj I..• Ç>s20 millones de la reserva esbí.n hacicndo frente: 1. o A \Ina circulacioll fiduciaria de 24 millones; 2.0 A 108 retiros parciales que puedan ocurrir de fondos depositados por valor de 24 millones; por todo un servicio de circulacion i de cam0;0 que ex:ijiria un capital efectivo de 48 millones. Tratemos de esplicar ctJmo i en qué consiste este ahorro. Hemos visto que el capital monetario de tm pais es sucep. tible de sufrir una reduce ion a una economía mui considemblt,_ ¡;,i se arreglall las cosas de manera. que cada uno encuentre:lo su vencimiento el dinero que necesite, sin cuidarse de COll~ervar un solo centavo en metÚlico sobre el que diariameute es Í:ldispensable para los cambios que la requieren. Esta reserva, suceptible de ser economizada, se compone: 1..0 del chuero que se aparta de una sola. vez para g&.starlo paulatinamente eu el curso de uu período determinado; :!.o del que se destiua a hacer acumulaciones sucesivas hasta reunir la suma a sumas que se emplean en b renovacion de las operaciones de ln. inùustria. Para comprenderlo, supongamos ql'.e no existe el Banco, (:s decir, ningull banco; porque aquí no tomamos el Banco dl~ Inglaterra sino como ejemplo para juzgar en Sll cabeza la institucioL Lo que de él decimos es COIUUllal servicio. prestad\) pOl' todos 'os bancos del mundo. Si en Lónures no existiera, pues, el bauco, es decir, gi cada nno fuera allú como aquí) su propio cajero) el mO'iimipnto d:.· 20 TJ:OllÍA DE W~ BANCO~. cambio representado por esos guarismos requeriria un capital en efectivo numerario, distribuido entre las cajas i los bolsillos de todos los que se sirven de sus billetes, de sus sótanos i de sus libros, igual esactaroente a las SUIDll.8 nominales que figuran èn esa cuenta. El banco existe, porque existe ese movimiento, i para ser. virlo; pero él no lo determina. Los 20 millones de los depósitos particulares estarian en las cajas fuertes de sus dueños, esperando coloqacion. Los 4 millones depositados por el Gobierno estarian en sus Tesorerías esperando a los acreedores. I para reemplazar los 24 roilIones de los billetes que están en circulacion, haciendo los oficios de moneda, seria preciso traer al mercado una suma igual en libras esterlinas. Esto lo comprende el último de los tenderos. N o hai en todo esto, como el comun de las jentes cree, misterios fundados en uua série de trasposicioues designadas, vulgar pero mui significativamente, con el nombre de enredo8, que son los sofismas de los negocios i las trampas ilustradas de los hombres de talento. Aquella situacion, fundada a primera vista en una especie de juego a las escondidas, i cuyo éxito depende, como en la. trama de las novelas, de que los protagonistas no se reunan o encuentren para esplicarse con una sola palabra. el laberinto en que los ha puesto un intrigante; aquella situacion, decimos, que parece ta.n frájil como una. bomba de jabon, tiene la solidez de la. Daturaleza i de la sociedad a quien sirve. e A PIT U L o IH. Deparlamento de la deuda nacional. La deuda del Gobierno inglés no anda como aquí en las cn.rteras i en los bolsillos de todo el mundo: no hai vales con cnpones anexos para. ser cortados i distribuidos a los cuatro vientos por todas las oficinas de la Nacion. En una palabra, nadie tiene en su poder título traslativo de dominio, que pase de mano en lUano, para justificar que es acreedor del Tesoro público. Lo que el Gobierno inglés concede !lo sus acreedores es una g-ran oficina, admirablemente organizada, bajo la garantía del Banco de Inglaterra, para el reconocimiento i administracion de la deuda. No hai pues ernision propiamente dicha, porque no se espiden vales. Los acreedores tienen en aquella oficina su cajero i su teneclar•.de libros, i la venta a cesian de sus derechos se verifica por meclio de simples traspasos en los libros de la cuenta. Aquel sistema es el único admisible vara el manejo de la deuda. pública de una nacían: ei que aqUl se prosigue, deja de ser absurdo para ser hrutal. ~Cómo puede admitirse siquiera la posibilidad de que haya úrden en la administracion de una deuda, que se amortiza en todas las oficinas ùe recaudacion ide pago de la República ~ No habiendo un responsable único, ni una cuenta jeneral, porque no puede babcrla, ninguna ofiainll. sabe aquí la que debe la Nacion, sino por '(JW,l'¿cia o cálculo8 aproximados; i por la mismo, ningun funcionario público está en capa.cidad de prevenir ni descubrir los innumerables fraudes que pueden cometerse. V(:amas ahora cómo pasan las cosas en el departamento del Banco de Iuglaterra. consagrado al manejo de la deuda nacional. RECONOCIMIE~1'O. Hai una oficina encargada de llevar la cuenta jeneral, el Stocl~ Office, (lue pudiéramos llamar Direccion del Orédito nacional. Supo/lJ:llnos que se contrata un empréstito. Eleajero principal del Rauco recibe de quien corresponde la lista de 108 suscritorcfl para cobrar los instalamcnt08, i despues de paga.dos 22 TEORíA. ni: LOS BANCOS. entrega a cada accionista un certificado provisional, Scrip ee1'. t'ificate, con espresion de la suma pagada, nombre, residencia i calidad del suseritor. El prestamista lleva en seguida el eerti6.eado a la oficina de reconocimiento, Stock Office, i allí lo deja para que se rejistre en un libro ausilial', Scrip Book, de donde pasa a los libros formales de la cuenta, Diario i Mayor. Con. cluida esta operacion, es decir, una vez que el acreeùor tiene cuenta abierta en el gran libro de la deuda pública, puede negociar su crédito en el mercado, con mas facilidad que si tuviera en Sil poder un vale de deuda pública al portador; porque puede vender la suma que quiera, hasta 6 peniques, sin gasto adicional de ninguna clase, sujetándose a las formalidades siguientes: La venta debe hacerse por conducto de un corredor. El corredor que ha vendido en nombre de A £ 1,000 de cierta clase de deuda, por ejemplo, consolidados del 3, la haec saber al Stock Officepor medio de una nota llamada tmnsfer-tícket, boleta o billete de cesion, en la cual solicita o previene que se trasfieran £ 1,000 de la cuenta. de A a la cuenta de B. El aviso o boleta de cesion, el trawfer-ticlcet, se rejistra en un libro ausiliar llamado tmnJer-book, libro de traspasos, compuesto de modelos en blanco impresos conforme a los actos del parlamento, una vez que el dependiente encargado de atender~ las transacciones de las cuentas que principian con la letra A, se ha cerciorado de que A es poseedor dl;'la suma que desea vender. El mismo corredor, el que hace la venta, debe preparar el recibo o documento de la transaccion, stock-receipt, arreglado a lo,.; modelos impresos que suministra la oficina, para que sea firmado en presencia de ella por el vendedor mismo o por su apode. rado, úntea de hacer el traspaso formal en los libros de la cuenta. Se exije tambien que uno u otro firmen la partida del libro ausiliar, transfer-book, donde se rejistró el transjer-t,wket.' Todas estas formalidades son necesarias, porque el Banco es responsable de todo error que se cometa en las tran<>aceiones,i de cualquier fraude con que se obtenga un traspaso. El error de cuenta, la falsificacion a el fra~de con que se haya obtenido un falso crédit{l en la cuenta de e, no es reversible ni persegui. ble por el Banco sino en la cuenta de e; pero el Banco responde directamente a. B, en cuyo perjuicio se baya obtenido, i no puede contradecir ni oponerse a la cesion que de esos mismos derechos obtenidos fraudulentamente haga e a favor de D. Las boletas de cesion, los transfer-tickets úntes mencionados, i que se coosideran como el fundamento de las transacciones en deuda. pública., lOBconserva el Banco en un lugar destinado es. pecialmente para ellos, i mui sepa.ra.do, por precaueion, de los departamentos del Stoelt-Office. Sí acaeciese, pues, que por cualquier accidente ee destruyeran o perdieran los libroB de 23 TEORiA DE LOS BANCOS. esta oficina, las boletas de cesion o transfer-tickets habilitarian al Banco para formar nuevos lib~os.. La ob.ra presupondria S~ll duda una suma inmensa de trabajo 1 de cUIdado; pero podrm hacerse fácilmente, ayudada por los libros semestrales sobre pago de di...-idendos,de los cuales se envia copia al Gobierno. PAGO DE LOS DIVIDENDOS. Los dividendos de las (liversas clases de la deuda consolidaùa inglesa se pagan por semestres, los unos en enero i julio, los otros en abril i octubre. Cinco semanas ántes del vencimiento de un dividendo, los libros de la respectiva deuda quedan cerrados, para los efectos jenerales de hacer traspasos i cambiar de propietario, con el objeto de que puedan prepararse los libros del dividendo i las órdenes de pago. Los lloros del dividendo se componen de grandes pliegos, n.rreglados por órden alfabético i rayados con cinco columnas para cOlltener : el nombre del acreedor; el capital de la. porcioll de deuda que está en su nombre; el interes bruto que le corresponde; la.suma. a deducir por impuesto directo; i el interes neto que debe recibir. Suma.dos los libros para. saber si el total de las columnas corresponde esactamente con las sumas conocidas del importe capiÚtl de la deuda, del dividendo i del impuesto, el Srock-Office los pasa, junto con laB respectivas órde. nes de pago, a otra oficiua llamada Dividend Rooms, salas del dividendo, para. que sean entregadas nominalmente a cada acreedor. SALAS DEL DIVIDENDO. L:LSforma.lida.des para entregar las ódenes de pago a Io~ interesados, una vez indentificada la persona del reclamante, w reducen a hacerlo firmar a la mát:ien del libro de dividendos, frente a su Dombre: se le exije igualmente que firme la 6rden misma que se le entrega, i esta última. firma se hace au· tenticar por la de uno de los emplea.dos de la oficina, el que atieude a. la seccion que le corresponde. Las órdenes de pago se libran contra una oficina especial d.el departamento de descuento, llamada Dividend Pay Oifke, de la cual se hablará en su lugar. OFICINA DE VERIFICACION, "CIIEQUE OFFICE." LaB órdenes de pago, warrants, se remiten a eata oficina 24 TEORÍA. DE LOS BANCOS. dia por dia, a medida que son cubiertas, para que Jas anote en ltn rejistro que corresponde por órden numérico con la n~meracion de las 6rdenes. Los números del rejistro que vau que.dando en blanco, o c~>ntraJos cuales no se han hecho anotaciones, representan naturalmente las órdenes que no han Bido sacadas de Ja oficina del dividendo, o sacadas i no presentadas para ser cubiertas en la oficina de pago, lo cual se sabe ocurriendo a la 06cinadel dividendo para completar el Rejistro. Al fin de cada año fiscal, es decir, despues del p~go del 2. :1ividendo, las órdenes de pago de cada deuda se envian, junto con una copia del Rejistro, al Andit Office en Smru!1'set House, El número de órdenes, waT1'ants, varia de 500 a 540 mil. Tambien se manda a la misma oficina un duplicado del libro del dividendo. Es pues física, por no decir metafísicamente imposible, que lleguen a desaparecer, ni en caso de incendio, ni en caso de robo, las pruebas materiales, sean los testimonios e.critos sobre IOil cuales reposa la fe de la deuda pública. He aquí en efecto la serie de documentos relaciopados, pero independientes i separados materialmente unos de otros, que pueden suministrar los datos necesarios para reconstituir los libros de la deuda i poner a salvo 10.i derechos de los tenedores: 1.° Las listas orijinales de lC)ssuscritores de cada empréstito que reposan en la oficina del cajero principal; 2.0 Los certificados provisionaJe8, Scrip-Certificates, que espide el mismo cajero; 3.° El libro ausiliar Scrip-Book, del Stock-O.iJ'we en que se copian los &rrip-Certiji.cates; 4.0 Los libros Diario i Mayor de la cuenta; 5.0 Las boletas de cesion de cada traspaso espedidas por los corredores, Trans/er-Tickets; . 6.° El libro ausilial', Trans/er-Book donde se copian los Transfer-Tickets ; 7.° Los recibos o documentos de cada traspaso otorgados por el vendedor, Stock-Receipts; 8.0 Los libros del Dividendo, Dividend-Books; 9.° Las órdenes de pago, waT1'ants; 10. El libro ausiliar o rejistro de los Wa1'rants del Cheque0 ° Office j L . d ... d I A d't Oln; . 11. a copla e este reJlstro enVIa a a u ~ - JJ£ce en SO?ne?'set-House; 12. La copia del libro del Dividendo enviada a la misma. oficina. Adernas de las oficinas fiscales que acabl\mos de describir, el Gobierno ha establecido otras, civiles o curiales en el mismo départamento del Banco, encargado del tnanejo de la deuda TEORÍA pÚblica, para saber: OFICIO resguarJo DE NOTARIO DB LOS BANCOS. de los derechos PARA PODERES, de los acreedores, LLAMADO" ATTORNEY-OFFICE.' POWER a OF , Como el Banco es responsable de cualquier fraude con que se obtenga un falso crédito en los libros de la cuenta, exijo que los paJe res para vender. ceder a traspasar i para recibir di videndos, se otorguen ante un Notario especial, creado para este solo efecto en las oficinas del Banco; i ¡;inembargo, apesar de todas las precauciones que se toman en la preparacion i en el exámen de estos documentos, es imposible evitar equivocacio. nes, i el Banco ba incurrido algunas veces en pérdidas de mucha. consideraciou. El número Je poderes otorgados en la oficina asciende a cerca de 30,000 por año. OFICINA DE REJISTllO, "REGISTER OFFICE." Tiene por objeto recibir, sust¡¡.nciar a legalizar las declaraciones de Ilefuncion, t.estada a in testada, de los tenedores de deuda pública, para hacer Clue se annlen la cuenta a cuentas del difunto en los libros del Banco, i que sean reempbza.das por las de la.s personas, sus hereùeros a acreedores, a quienes se declare con derecho a tal propiedad. Mas de 4,000 de l::stos espedien tes se sustancian anualmente en la. otieina. OFICINA DE DEUDA I DIVIDIŒDOS CLAIMED DIVIDEND KO RECLAMADOS .•• UK- OFE'ICE." Se ha. instituido e¡;ta oficina para sustanciar las causas Je las perf'onrls que por cualquier circunstancia, muerte, ausencia, ignorancia a de>lcuido dejan sin reclamar su cilpital a sus dividendos. Cuaudo una suma ha permanecido abandonada durante diez ll.llOS, se trafitiere a la. cuenta de los" ComiEarios para ln. reduccion de ln, deuda nacional," pero los interefiados pueden en cualquier tiempo reclamada, i si prueban su derecbo, las sumas trasferida.s vuelven a pasar a sus respectivas cuentas. ARCIIIVO DE LA DEUDA NACIONAL. "STOCK OFFICE LIBRARY." El archivo de esta oficina contiene todos los libros de la cucnta, Diarios i Mayores, los ausiliares, libros de dividcndos, TEORÍA Di: LOS BANCOS. poderes i numerosísimos otros documentos, desde el estableci. miento del Banco en 1694. Se encuentran allí las cuentas oriji. nales de la distribucion de las acciones del Banco en aquel remoto período, i la historia documentada de las diversas deudas contratadas por el Gobierno basta nuestros dias. Hai más de 100,000 volúmenes a cargo de un bibliotecario especial, i tan ordenada i sistem~ticamente arreglados, que cualquier dato puede obtenerse con la mayor facilidad, casi instantáneamente. No es aventurado decir que Jos títulos de todos los que hayan sido tenedores de deuda pública, pueden verificarse eon más prontitud i más satisfactoriamente que. los de cualquiera otra propiedad. NOTICIAS VARIAS RELATIVAS A ESTE DEPARTAMENTO. La administracion del departamento de la deuda nacional ocupa un personal de 400 empleados con un cuerpo de 50 super. numerarios en la época del pll.go de Jos dividendos, i hai cons. tantemente en uso más de 1,700 libros. El Banco recibe por remuneracion de este servicio u.na·comision de £, 300 por millon sobre los primeros 600 millones del capital de la deuda, i £, 150 por cada uno de los millones restantes, o sean £ 200,000 por sfio. Pero como tiene que pagar al Gobierno £ 120,000 por el privi. lejio de emitir billet,es, i £, 68,000 por la esencion del impuesto ùe sello o timbre sobre los mismos, sus respectivos créditos que. dan casi compensados. El número de cuentas en que se subdi vide la propiedad de la deuda pública, varía de 250 a 270 mil por año. Se necesita la edncacion peculiar, i la. práctica del hombre de negocios, pa.ra. comprender de una sola mira.da la enorme suma de trabajo que representan los resultados i las operaciones que hemos descrito. El número de traspasos o cesiones, por ejemplo, llega a 176,000 en el curso del año, que representan 352,000 alteraciones en los libros de la cuenta. I este es un solo ejemplo de los muchos que suministra la obra de este inmenso departamento. No es el menor de ellos la formacion de los libros del dividendo, en que hai- que arreglar cada una de las 270,000 cuenta.s, de manera que formen reunida.s el total cono. cido del capital de Iii. deuda, importe del dividendo, i del impuesto directo; porque un solo error en cualquiera de esta.s operaciones, lo arroja sobre el resultado jeneral, i exije un trabajo de verificacion superior en muchos casos al que se ha empleado en formar los libros. I a/unque los dividendos se vencen unos sobre otros, siempre .se ba encontrado que este complicadísimo aparato funciona Con 27 TEORÍA DE LOS BANCOS. la. mayar perfeccian. Llegado el dia del pago, los tenedores ocurren por su dinero, sin la. menor sombra de duda, ni respecta de las operaciones del Banco, ni de la buena. fe del Estado para con sus acreedores. Crea que ningun otro pais del mundo civilizado ofrece un ejemplo tan brillante de integridad nacional por una parte, i de perfecta, ilimitada confianza. por otra, como el que presentan Jas relaciones monetarias del Gabierno i nel pueblo inglés, en la administracion de una deuda de £ 800,000,000, que no hemas intentada describir sino mui superficialmente en las pá.jinas que preceden. El Dlimero de cuentas i el de trapasos verificadas en las operaciones de la deuda pública ha sido, en lo.scuatro períodos de. cenales, el siguiente: Traspa!ol, Alios. Cueutae. 1839 201,190 .....•.......... 1849 ....•............ 190,912 279,584 277 ,506 1859 171,881. 269,304 1865 162,187 245,973 CAPITAL DE LA DEUDA CONSOLIDADA. 1839 1849 1859 1865 £ 767.469,210 759.487,036 780.363,509 708.321,095 CAPITULO IV. Departameto de emision. Habiendo esplícado estensamente en el capítulo 2.° las funciones de este departamento, reducidas en el mecanismo económico del Banco à trasferir al departamento de descuento hasta 15 millones de notas, en cambio de la garantía de una suma igual representada en la deuda del Gobierno i en otras seguridades; a entregar notas al que las pida en cambio de oro, al precio de £ 3-17-9 por onza de 22 quilates, i a redi. mir las notas emitidas en el acto de su presentacion, por mo. neda de oro i plata, lo demas de la organizacion material del departamento, rela.tivo a los arreglos de pura i simple tene. duría de libros para llevar con esactitud la cuenta de la emi. sion, si bien es mui interesante para el estudio de un depen. diente, presenta, por la magnitud i la complicacion de su cuenta, poca cosa aprovechable que importar en nuestro pais. No es por falta. de tenedores. de libros por partidn. doble, pues los tenemos tan entendidos ltan espertos calDolos mejo. res de Europa, que nuestro Tesoro carece de dinero i nuestro Gobierno de crédito. No puede haber buena cuenta, es decir, cuenta clara, donde bai confusion en las ideas, i por consiguiente en los negocios: por eso, aunque nuestros tenedores de lihros son escelentes, los balances de nuestras oficinas de Hacienda son íninteliiibles. Creo pues inútil pèrder el tiempo en hacer esplicaciones detalladas sobre la manera. como se lleva la cuenta de este departamento, que por otra. parte no se comprenderian sin la prlÍ,ctica; i me limitaré Únicamente a describir las operaciones que puedan lSerconductoras de alguna idea. El Banco gasta anualmente cerca. Je 213,000 resmas de papel de It 5UO pliegos en la preparaeion Je sus notas, Los grabados CJuese emplean en las marcas de agua, water marek, i las planchas para estampar las nota...<;, se fabrican dentro del edificio del Banco; i las operaciones se ejecutan bajo la viji. lancia colectiva del impresor en jefe, del injeniero en jefe, del cajero principal i de uno de los comitós de la Corte de Directores. La impresion i grabado de las notas se divide en dos tiempos: el prim-ero lo comprende todo, ménos el número i la fecha. Despues de esta primera operacion, las notas se entregan al cajero principal, quien desde ese lliomento es res. ponsahle de su custodia. La segunda operacion de fecharlas, numerarlas i firmarlas, DO se hace sino a medida que se ne. cesitan para pasarIas al departamento de emisioD, el único, TF,ORÜ DE l,OS B.\NCO~. como se ha diello, que puede ponedas orijinariamcnte en eirculacion. Hemo!'; dicho ya repetidas veces que son dos los caminos que dan salida a las notas. Eu primer lugar, todo 01 mundo puede pedirlas en cmnLio de oro amonedado a en barras, al .~ precio de £ 3-17-[) por onza; en ~cgundo Ingar, todo el que tiene cuenta corriente en el Banco, jim a cargo del departa~ento de descuento, i es cubierto en notas a en oro a su elcc· CIOn. A toda nota emitida se da entrada individualmente en los libros del departamento de emision, i cuando la nota vu~lve para sef pagada, se anula su crédito por una especie de contrapartida sentada al frente, con la fecha en que ha sido cubierta. De esta manera, balanceados los libros todos los dias, el Banco conoce esactamente no solo el valor total de las notas en circulacion, sino su número, serie i fecha. Adamas, la cuenta del cajero principal señala diariamente la cantidad do notas redimidas por el Banco, i la cn.ntidad de las que ban sido dadas en pago. El Contador jeneral lleva uua cuenta análoga, en abstracto, de las notas cambiadas por oro, i oro cambiado por notas, i de las notas pagadas a recibidas en las oücinas de descuento, i estas dos cuentas deben convenir entre sí i con las cuentas reuuidas de ámbos departamentos. Las notas recibidas se anulan inmediatamente, rasgando la esquina que lleva la firma del cajero i perforando el lugar que ocupa la suma en el ángulo superior de la izquierda. Una voz canceladas .i anotadas en los libros del Contador, se sepa_ ran por séries i fechas i se arreglan por órden numérico en paquetes de 300 a 1,500. A cada nota se estampa ademas una marca sellada sobre el reverso, indicando el folio del rejistro a que corresponde, de modo que un dependiente puede en pocos momentos averiguar quién la presentó i cuando fué pagada, pues el portador de una nota está obligado a t'8cribir en ella su nombre i su domicilio. Las notas canceladas se depo_ sitan en el archivo del Contador en cajas de zinc que contienen de 3 a 6,000 paquetes de 1,000 notas cada uno, i se conservan allí por 10 años, al cabo de 108 cuales se incineran en presen_ cia de un comité de la Corte de Directores. - El número de notas presentadas diariamente al Banco para su pago varia de 30 a 61 mil, dando un término medio de 45,000 por dia. En el archivo del Contador hai 16 mil cajas, i el número do notas canceladas que contienen asciende jenemlmente a la enorme i cagi increible suma de 90 millo_ nes; i cualquiera de ellas puedo verificarse en cuatro o cinco minutos, con tal que el-que lo necesite indique el número, la fecha i la serie de la. nota. 30 TllIOBÍA n. LOi BANCOS, Hai 30 personas empleadas en la fabricacion e impresion de las notas, de las cuales 24 son, por principio, muchachos que no pasan de doce años. Hai 15 empleados que atienden al cambio de notas por oro i oro por notas, i tres tesoreros encarga.dos de la custodia. d~ las notas que están en depósito para ser emitidas. El personal de la oficina del Contador, empleado en rejis. trar, arreglar i perforar las notas canceladas, llega a 125, incluyendo 15 inspectores, dedicados esclusivamente a examinar las notas para dar aviso en el caso de que llegue a descubrirse alguna falsificacion. Otra oticina dd Banco que está en relacion directa Con el departamento de emision, es la de los sótanos en que se guaro da el otO i la plata en barras, Bullion Office: porque, como tantas Teces hemos dicho, aquel departamento está obligado a comprar oro al precio de £ 3-17-9 por onza de 22 quilates. El Banco envia sus b~ras, a medida que lo necesita, a la Casa tIe moneùa, donde obticne .£ 3-17-10t por onza, diferencia. que puede considerarse como el pago de una comision. El Banco permite a los particulares hacer uso de sus sÚtll.. DOS para guard!l-r en depósito metales i piedras preciosas u otros efectos de valor, pagando un derecho iusignificant~ por el uso de las escalas i prensas de empaque, o por comision de cobro del flete de las barras. Los sótanos están divididos en dos compartimientos, uno para el oro i otro para la plata. Para el recibo del oro amonedado bai una oficina especial llamada Gold Weigh:ing Room, cuarto de pesar 01'0. La operacion se verifica en doce máquinas inventadas por M. Cotton, antiguo Gobernador del Banco; las unas calculadas para pesar soberanos, i las otras medial! sobel'anos. Cargadas las máquinas con soberanos i medios soberanos, ellas mismas van separando las monedas febles, de las que tienen el peso legal, a razon de 2,000 piezas por hora. Por este procedi. miento se contaron i pesaron en el año de 1866 £ 20.000,000 en oro, compuestos de 22 millones de piezas, haciendo un término medio de 68,000 piezas por dia. Los aparatos se malltienen en movimiento por medio de un motor atmosférico puesto en relacion con las máquinas de vapor. El Banco estima en £ 100,000 el beneficio amml neto que le reporta el privilejio esclusivo de emitir notas. Este beneficio está reducido al interes del capital de 15 millones de libras que se le permite emitir sobre la garantía de la deuda del Gobierno, deducidas las siguientes cantidades: £ 120,000 por el privilejio; £ 60,000 por la esencion del impuesto de timbre; i £ 175,000 por gastos de personal i ma.terial del departamento. CAPITULO V. Departamento de jiro i descuento. Remos llegado por fin a.la. parte del establecimiento que comprende las operaciones del comercio de banco propiamen te dicho. El departamento de la deuda nacional no eBen rigor sino la. oficina del Crédito público del Gobierno inglés, i el de emision, annque de grande i trascendental importancia por el privilejio, no la es con relacioD a los negocios, pnes acaba. mas de 'ler que del capital de crédito que la lei le concede, solo deriva la Compañía la insignificante suma de £ 100,000 o an w~les. Entremos pueHen las oficinas donde se transan los negocios ordinarios del Banco, como banqueros particulares, en su cali. dad de banqueros de Lóndres, recibiendo depósitos, abrieodo cueuta.'3 corrientes, descontando pagarés i letras de cambio, &c. &c. De estas oficinas las mas importantes son: OFICINA DE DESCUENTO, "DISCOUNT OFFICE." El Banco emplea una suma mui considerable de sus depÓ' sitos en descontar efectos de comercio, pagarés í letras de cambio, considerados como el medio mas seguro de negociar Call dinero a la 6rden. Si la suma que se emplea se mantuvie. se siempre en la proporcion de i a t con la suma de los depósitos, siendo el plazo mas largo de Ins letras 90 dias, i el térmi. no medio G8, es cbro que la suma que entrara. al Banco cou los pagarés que vencen' diariamente, bastaria para mantener un equilibrio mui satisfactorio en esta parte de la caja; pero DO es siempre fúcil conservar el descuento dentro de estos límites, porque los banqueros, i el comercio en jeneral, estáu habituados a contar, coUla si se les debiera do derecho, con el crédito del Banco para que les abra sus cofres en el momento en que un pedido estraordínario de fondos viene a refluir sobre ellos. Toda persona ql1e se encuentre a la cabcza de ncgocios respetables en Lóndres, puede abrirse en el Banco la que se llama una cuenta de descuento, discount account, con tal que sea introducido por alguno de los directores a que sea prescntaùo al Gob~rnador con las referencias de estilo; i una vez 32 TEORÍA DE LOS BA1!WOS. abierta su cuenta se admitirán al descuento sus letras o pagarés, sujetos sin embargo a la calificacion que de ellos haga, así por la calidad comp por la suma que se conceda, el comité de directores en servicio diario. La oficina de deiOcuento·no es una oficina de caja en que se lleven cuent::>.scorrientes. Si hemos dicho que allí se abre una cuenta de descuento, es simplemente por conformarnos a ho espresion consagrada por los hombres del oficio, para significar que se honra la firma de un individuo; pero ella no es la encargada de recaudar los efectos, ni siq\1Íera.de prèsentarlos para. su cobro al vencimiento. Sus funciones se reducen a entenderse con los particulares para notificarles si han sido admitidos o rechazados los efectos ofrecidos al descuento. OFICINA DE LETRAS A COBRAR "BILL OFFICE." Todas las letras, pagarés i ~heques contra otros banqueros, entregados por los que tienen cuenta corriente en el Banco, o pertenecientes al Banco por haberlos descontado, pasan a esta oficina para que los custodie, cuide de presentarlos opor. tunamente a su vencimiento, recaudarlos o hacerlos protestar. Hai 32 corredores empleados en esta operacion. La ciudad está dividida con respecto a la oficina en dos circÚitos de re. ca.udacion, llamados, el circûito esterior " Out Walk" i el circúito interior" City Walk." En el primero, que comprende toda la parto occidental de la. ciuda.d i los suburbios, solo hai dos colectns dia.rias; a las 9 de la maña.na. i al medio dia. En el segundo, las hai hora por hora, hasta las 3 de la tarde. Cnstódianse tambien en esta oficina todos los documentos que se depositan en garantía de las cnentas corrientes, i si los papeles depositados, vales de deuda pública estranjera, acciones de caminos de hierro, &c, tuvieran dividendos que cobrar, ella se encarga de recaudarlos a su vencimiento. OFICINA DE JIRO l'ARA CUENTAS PARTICULARES. "PRIVATE DRAWING-OFFICE." Está consagrada, para la. mayor comodidad i conveniencia del público, al manejo de las cuentas corrientes eon particulares, es decir, a pagar i recibir en cuenta corriente con par. ticulares, Toda persona puede abrirse una cuenta corriente en el TEORÍA DE LOS DANCOS. 33 Banco si fuere respetablemente introducida, con la única con dicion de que Sil cuenta se considere provechoso. o remunera. tiva. No hai sobre el particular reglas determinadas j pero por punto jeneral una cuenta DOse considera remunerativa, si el !ialdo permanente sin emplear, tomado al interes corriente del dinero, no deja a favor del Banco un beneficio de 6 peniques por cada cheque que jire el parroquiano. Por ejemplo: para que la cuenta de un individuo que no deja un saldo mayor de £ 400 se considere provechosa, es preciso que este individuo no jire en el curso del año más de 480 cheques, que a 6 peniqlles hacen £ 12, interes al 3 por 100 de las £ 400. Si este mismo individuo usara. de su cuenta jirando 1,000 cheques por año, creemos que el jefe del departamento le baria saber sin .demora que su cuenta no podia continuar. Por una escepcion se permite mantener algunas cuentas sin necesidad de que se deje sin emplear un saldo remunerativo. En este caso se carga una comisioDproporcional al trabajo que da la cuenta. Pero la repetimos, es una. rara escepcion al prin. cipio jeneral. Como Banco de depósito, el Banco ofrece todas las ventajas posibles a sus parroquianos: él se encarga de comprar, de vender, a de custodiar en depósito para cobrar los intereses, los documentos de crédito a efectos de comercio que se le designen a encomienden, i de remesar fondos a casi todas las plazas del mundo. A nadie le es permitido esceder su cuenta, haciéndose a los cajeros responsables por el pago de cheques falsos i por las sumas con que se esceda una cuenta. Para facilitar las operaciones, el mostrador de la sala está dividido por secciones en órden alfabético, i los libros se mantienen constantemente al alcance de los dependientes, para que puedan cerciorarse, ántes de pagar un cheque, si el saldo de la cuenta lo permite. Todos los oanqueros de Lóndes mantienen una cuenta corriente en el Banco de Inglaterra, cou el objeto de facilitar el inmenso cambio diario de sus jiros recíprocos, que vieneu a fundirse en un centro comun. La operacion de compensacion i de traspaso eu las cuentas, es demasiado elemental para que haya necesidad de esplícarla por medio de un ejemplo. El mostrador de la oficina tiene un departamento reservado esclusivamente para las cuentas de los banqueros, i como casi todos ellos han consentido, desde 1856, en secundar las miras del Banco, reuniéndose al ClearingHouse, o Casa de compensacioD, de que hablamos en el capítulo 1,° la suma de cam_ bios que se ajusta. por medio de estas operaciones de pura i simple teneduría de libros, sin emplear para ello uua sola. moneda. ni Ulla Bola nota de banco, es verdaderamente prodijiosa. 3 34 'l'EORÍA DE LOS BANCOS. Los jiros compensados en el Clearing Howe, ascendieron en 1866 a cuatro 'mit quinúnto8 ochenta i ocho millonea de librall. OFICINA DE JIRO PARA. CUENTAS PÚBLICAS. Sns funciones son esactamente las mismas qne las de la oficina de jiros en cuenta particular, pero reducidas, para facilitar el trab~io, al manejo de las cuenta.'l con el Gobierno o con ~ grandes compañías de trahajos públicos. No hai nino gnna diferenci~ práctica entre el dinero pagado o recibido por cuenta del Gobierno, o por cuenta de un particular: todas las entradas se acreditan a la cuenta jeneral de depósitos, i todos los pagos se cargan Il su débito. Hai 109 dependientes empleados en las dOBoficinas i 221libros en constante uso. OFICINA DE LETRAS DE BANCO, "BANK POST DILL." U no de los huenos negocios del Banco, de ganancia sólida ,i segura, aunque no figure por una suma roui importante, es el que sa hace en esta oneiDa. El Banco jira letras sobre sí mismo, por toJa clase da sumas, hasta por 6 peniques, a 7 i 60 dias de la facha, haciéndose pagar su importe de contado. Estas letras tienen un gran pedido, porque de ellas se usa COIllO del medio mas eC9nómico i conveniente de hacer una remesa. i A qué pa.rte del mundo civilizado no podrá enviarse como dinero una. tetra ya aceptada 60bre ~l Banco de Inglaterra? &ta operacion permite al Banco disponer de un balance constante de ;£ 500,OQO, que se emplea libremente en el descuento, cuyo intores, daducidos los gastos de la oficina, es el beneficio neto del jiro. JÍranse por término medio 110,000 letras anuales: por 'o'alor de 6 a 8 millones de libras. OFICINA PARA EL PAGO DE LOS DIVIDENDOS, "DIVIDEND PAY OFFICE." Hemos hablado ya estensamente de ella. en el capítulo 4•.0 tratando de la organizacion del Departamento de la deuda nacional. Sus funciones están reducidas ti. pagar los intereses semestrales de la deuda, sobre las 6rdenes, 'toorrants, que jira el Stock Office. Su tra.bajo es insignificante en el resto del ailo, pero es mui considerable en los meSes en que vence el divi_ 35 TEORÍA DE LOS DANC08. dendo: entónces hai hasta 88 dependientes empleados en la oficina, pues llegan muchas veces a 5,000 las órdenes separadas que hai que cubrir en el curso del dia. OFIcmA DE I.O CO~TENCIOSO, "CHANCERY EXCHEQUER OFFICE." AND Fundada en el principio de facilitar el trabajo por medio de la separacion de ocupaciones, tiene por objeto conocer i llevar las cuentas de las per¡;;onas cuyos fondos en el Banco han caido bajo la jurisdiccion de los tribunales, i de las muchas cuentas en que frecuentemente se subdividen los fondos contenciosos por órden de la. Corte en cancillería. Los pagos sobre estas cuentas se verifican por medio de las orde. nes que jira el liquidador de la Corte, las cuales examina i visa esta oficina, ántes de ser cubiertas: muchas veces llegan a 700 por dill.. OBSERVACIONES JENERAL"ES RELATIVAS A ESTE DEP ARTA:ME~l'O. Hemos visto la importancia de los negocios que cursan por las oficinas de jiro i de descuento del Banco de Inglaterra; i sinembargo, para formarse una idea aproximada del movimiento comercial de Lúndres, es conveniente saber que las transacciones a que sirven de centro los otros bancos son €n su conjunto mucho mas valiosas. Los depósitos de todas clases, públicos iprivados, en el Danco de Inglaterra, rara "Vez €sceùen de 20 millones, en tanto que los que ~uardan los bancos por acciones solamente, Joint Stock Banks, llegan a 44 millones, fuera de las sumas depositadas en mas de cincuen. ta bancos particulares, algunos de los cuales conducen negocios de mucha consideracion. Son vários los cálculos que se han hecho para averiguar la suma de dinero que circula en el Reino Unido. Respecto del papel moneda o notas de banco, su cifra puede fijarse con toda esactitud, como que solo pueden ser emitidas por el Banco de Inglaterra i por los pocos bancos que en 6 de mayo de 1844 estaban en posesion de ,ese privilejio, los cuales no pueden esceder la sUIlla que entonces se fijó como el término medio ùo la circulacion de sus billetes. Conforme a las cuen. tas publicadas, la suma en circulacion de billetes al portador o notas de banco no escedia en 30 de junio de 1866 de £ 39.487,000 así: 36 RORÍA DE LOB BANCOS. Banco de Inglaterra ...••••••••.................. Otros ba.ncos , £ 24.800,000 14.681,000 Total.. £ 39.487,000 Pero no es fácil obtener los mismos datos respecto de la moneda metálica. En una esposicion del Gobernador del Banco ante un Comité de la Cámara. de los Comunes, leemos que en su concepto la suma de oro amonedado era de 40 a 50 millones de libras; pero Mr. Miller, uno de los oficiales supe. riores del Banco, persona mui competente i que ha estudiado con mucho cuidado este asunto de la circulo.cion del pais, piensa que no hai mónos de 80 millones de oro i 12 millones de plata. Sea. de esto lo qùe quiera, la verdad importante para el estudio que hacemos es, que sin el intermediario de los bancos, por lo ménos se necesitaria una suma cuatro veces mayor para suplir, i mui imperfectamente, a. las necesidades de la oircula.cion del paii. CAPITULO VI. Sucursales. Hai diez en los condados i una en Lóndree, inn completamente subordinadas al establecimiento principal, que pueden considerarse Con toda propiedad como una prolongacion de 1M oficinas del departamento de descuento, pues su organizacion no difiere en nada de la que ya conocemos; i todas cllas cstán autorizada.s para transar los mismos negocios que hacen la!! oficinas del Bcmking Department en Lóndres : recibir depósito!! en cuenta corriente i cobrar, pagar i trasmitir fondos al lugar que se les designe; descontar pagarés i letras de cambio; jirar letras sobre sí mismas a 7 o 60 dias vista; i poner en circulacion, pagando con ellas, las notas que les remita para sus negocios el banco de Lóndres. Las notas emitidas por una sucursal no son exijibles en dinero sino en la oficiua de que proceden, o en el departamento de emision en Lóndres. Las sucursalcl!I debe u balancear sus cuent,as dia por dia, i enviar el balance todas las noches por el correo a la oficina de Lóndres. Uno de los servicios mas importantes que prestan las sucursales es el de la recaudacion de las rentas i contribuciones del Estado, que enteran dia por dia los colectores en las cabeceras de lo!! circúitos de recibo, a los dependientes que la oficina envia. con tal objeto. Si hemos pues consagrado un capítulo a tratar de esta materia, no es por que la exija. su estensioD, sino porque lo exija el método. Kada nuevo tenemos que agregar en esta. parte del libro que no esté ya dicho en el capítulo precedente. En Buma, no hai otra diferencia. entre una. sucur6al i una de las oficinas de depósito, jira i descuento del Banking IJepartament, sino que no están bajo el mismo techo. e AP I 'rULO VII. Administracion superior dcl Banco. El gobierno superior de la Compañía reside en dos gober. nadores i en veinticuatro directores, elejidos anualmente por los propietarios; i estos funcionarios reunidos toman colectivamente el nombre de "Corte de Directores. " Como el Banco de Inglaterra en su calidad de corporacion está sometido a la lei comnn que reglamenta las Compañías anónimas, su administracion no difiere en el fondo de la de los otros bancos, i por lo mismo es inútil'para el fin que nos proponemos, entrar en la esposicion de detalles que pueden conl.mltarse en el texto de la lei i en los estatutos de cualquier compañía regularmente administrada. Aunque tocan naturalmente al gobernador todas las funcio. nes ejecutivas propias de la administracion regular de los ne:~ociosi del órden económico del establecimiento, para cumplir 1 cuida.r de que tooos los funciona.rios al servicio de la Compañía c'umplan puntualmente sus deberes; sinembargo, el gobierno del Banco no sigue estrictamente el principio de la division de los pederes, i la Corte misma se divide en comités ejecutivos para el despacho de los negocios: estos comités se llaman: Del Tesoro ; Del servicio diario ; De lo contencioso en negocios ch'iles i criminales, i del manejo de las sucursales; De lo interior i del servicio económico i doméstico del establecimiento ; De la inspeccion de las oficinas del contador jenera.l; i De igual clase para las oficinas del cajero. El comité del tesoro se compone de los dos gobernadores i de 108 directores que ya han ejercido aquel empleo. El del servicio diario, que es el mas importante, examina, para aceptar o rechaza.r, las seguridades i efectos que se ofre. cen al descuento j recibe i entrega. cloro i plata. de l(ls sóta. nos; cuida de -que los efectos de cartera se custodien en la ofi. cina donde deben reposar; examina de tiempo en tiempo las TEORÍA DE LOS DA:s'COS. 30 seguridades depositadas por los que tienen cuenta corriente en el Banco, i atiende en jeneral al desempeño de cualquier tra.bajo que le sea designado por el gobernador .. El comité de la interior examina i aprueba todas las cuen. tas do gastos ¿.el servicio económico del Banco, ordena el pago de los sueldos i pensiones, examina los candidatos que solicitan empleo, i cuiùa del exámen periódico do los que están en servicio. I.os dos comités para la inspeccion de las oficinas del contador i del cn,iero, conoren de todas las quejas sobre irregularidad en el servicio, e informan sobre todofl los camùios que eu su. concepto deban introducirse cu el manejo de los negoclOs. De las cuestiones de ménor importa.ncia, relativas a la disciplina del servicio, conoce en primer lugar el vice.gobernador. La correspondencia entre el Gobierno i el Banco, i en jeneral todos los negocios que afecten en pricipio la. administracion i el gobierno del esta.ulecimiento, se conducen directamente por el Gobernador, que es la autoridad superior que decide en todos los casos cn que los .iefes de departamento no se consideran :mficientemente alltori:l.ados para resolver. La Cort.e <le Directores, en su calidad de Consejo administrati va de ln. Com p:Lf¡ía, se reune ordinariamente los jU('ves de cada. Reman a, para recibir i examinar el informe que se le presenta sohre el l:~tarlo de los negocios i la cnenta jenern.l quo tOmprende ks 0IJCl':\l'ÎOílflS practicallas hasta el dia anterior. La Corto COUllcede "odos los negocios que afecten la rcsponsa. tilidad de lit Compañ;:l., tales corno concedor peusiones, autorizar cucntn.s de descuento, ordenar el pago de notlts perclidas, i eu jeneral dl; todos los asuntos on que falta la autoridad del Gobernador, a que éste considere snficientemente importantes para Rometerlos a su deliberacion. Tal es en pernlla estructura del Goùierno superior de ln Compañía. La administracion propiamente dicha, a sea la manera ùe conducir i reunir para ùar1es unidad de responsabilidad, unidad de euenta i unidad de caja los negocios de ln.s trell divisiones principales - el de la deuda nacional, el de emision i el de descuento - está a cargo de dos departamentos administrativos, el del tesoro i el de la contabilidad jeueral, de qne sou jefes respect~vamente el Cajero principal i el Contador jeneral. El Contltclor jeneral tiene fi su cargo todo la relativo a la ceutralizacioll de las cuentas, inclusive la de la deuda nacional, lo mismo esn.ctamente que hace el departamento de nuestra contabilidad .ienera! en la administracion de la hacienda públi. ea, para la centralizacion de la cuenta del presupuesto i del Tesoro. 40 TEORÍA DE LOS BANCOS. El Cajero principal, como jefe del departamento del tesoro, tiene a su cargo todo lo relativo al movimiento de caudales, recibo de depósitos, pago de depósitos,jiro de libranzas, cambio de notas por oro u oro por notas, e interviene, en suma, en todas las operaciones de banco propiamente dichas, qlle no afectan el activo ni el pasivo de la cuenta. El Contador i el Cajero SOn los 6rganos del Banco para entenderse con el público en todos los negocios que respectivamente les conciernen. La Corte de Directores trabaja con asistencia de secreta. rios, que son sus órganos de comunicacion, i cuyas funciones principales son: Llevar las actas de las sesiones de la Corte i trasmitir las órdenes que de ella emanan. Convocar i atender a las sesiones de los comités, redactar sus actas i poner en debida forma lOBnegocios que deban someter¡;;e a la deliheracion de la Corte. Recibir i sllstanciar las demandas sobre reposieioll o pago Ile notas i letras perdidas; llevar la correspondencia relativa :\ este negocio; recibir las declaraciones i pruebas f;upletorias <]l1ese presentan; i aceptar las fianzas que se esti pulan cuando se acnerda el pago. Mas de 600 de estas solicituc1es se de8pachan anualmente, por valor de £ 16,000 i en las cuales hai que recibir mas de 1,000 declaraciones. Llevar el rejistro de todos los empleados del Banco, e informar sobre sus salarios, aumento o promocion. Preparar los balances i documentos para el reconocimiento i pago trimestral de los sueldos, pensiones i retiros. Examinar e informar sobre fodas las cuentas de gastos del esta hlecimien to. El edificio del Banco de Inglaterra ocupa una ?oreade cuatro acres de tierra., i su renta. se estima en £ 70,000 por año. Hai mas de 1,000 personas empleadas en SIlS oficinas, contando las de las sucursales, i sus sueldos i pensiones ascienden a £ 260,000 anuales. Los empleados han establecido entre ellos una sociedad de aseguro, en que con una móùica prima pueden obtener un modesto retiro de supervivencia en la vejez o el pago de nna pension para su familia en caso de blUerte. 'l'ieuen tambien una magnífica biblioteca, cuyos volúmenes llan sido obsequiados en su mayor parte por los Directores. CAPITULO VIII. Jllicio sobre lfl institucion, crisis mercantiles, resultados practica para nuestro pais. de aplicacion No es este el lugar de discutir los méritos a deméritos de In organizacion del crédito en la Gran Bretaña: las bibliotecas están llenas de estas controversias, exajeradas de una i otra parte, cOmo sucede siempre que se pone en tela de juicio la existencia de una institllcion poderosa, que ha ejercido una grande influencia sobre las persollils i las cosas de su tiempo. Basta para justiticar esta asercion citar la opinion contradictoria de dos eminentes publicistas. Ah,. Cal'cy, en su tratado elemental de ecollomÍa política, despucs de examinar las dife. rentes crisis mercantiles que han uflijido al comercio inglés, concluye por atribuir todas las calamidades sociales de la Gran Bretaña al monopolio del Banco. H Tal es, dice, la condicion del pueblo inglés bajo la auto. ridad de su gran institucion de monopolio, dependiendo de las meùidas capriehosas de un cuerpo ùe cahalleros, gentlemen, ninguno de los cuales ha podido esplicar jamas los principios que rijen la administracion del poderoso instrumento que ma· neja. Todos ellos, en su calidad de propietarios i de directores t'¿enen un intel'cs dÚ'ecto en p1'oduci'r cŒmlt¿osen la cil'culacion, porque haciéndolo, disminuyen la confianza pública i aumen. tan así la necesidad de dirijirse a sus sótanos, como el único lugar de depósito seguro." I Mr. Hm'ile Pel'cÍ1'6, una de las cabezlls mas poderosas de hombre de negocios i de jénio práctico que tiene la Europa, deplorando que la organizacion del crédito en Francia esté tan distante de la perfeccion que ha alcanzado en Inglaterra, Call· cluye en estos términos: " Independientemente de esta circula.cion de 776 millones, los 600 bancos que cubren el suelo británico sostienen una circulacion de 1,700 millones de francos en billetes. "~sta cadena de union (mppl'ochement) es la que ùa el secreto de la potencia industrial i política de la Gran Bret.aña; potencia que en vano trataria de esplicarse por otros motivos, porque no es sino con capitales abundantes i baratos que se 42 TEORÍA.. DE LOS BANCOS. --------------- _-------------~---_.~~-- tiene una gran marina militar i mercante, un gran comercio, una agricultura floreciente, i que se reali7.an por la mecánica todas las maravillas de la produccion manufacturera. Procuremos a nuestra industria recursos análogos en capitales, en instituciones de crédito, en medios de circulacion prontos, fáciles, i económicos, i habremos hallado la base principal de nuestra reforma financiero i comeroial." La verdad es que el Banco de Inglaterra i la organizacion del crédito en que él representa tan importante papel, no son merecedores de que se les atribuyan escluai.amente las maravillas del progreso i de la prosperidad nacional, cuando esas instituciones pueden considerarse mas como efecto de esa prosperidad que como causa determinante de ella; i que el Banco es tambieu impotente en el mismo grado, para producir las calamidades que se le imputan. La separacian del Banco en dos departamentos lo' coloca con poca.diferencia, eu la misma condicion que cualquier otro hanco, puesto que como hemos visto, fuera del crédito legal de los 15 millones represent.ados en la deuda del Gobierno i otras seguridades, no puede emitir una sola n,ota que no esté representada por oro i plata en dep{lsito.. Le sucede al Banco la que a tallo el que se coloca en el puuto culminante de Ulla situacion dada; que como la sociedad tieue que descargar sobre álguien la culpa de las calami. dades que le acontecen, arroja sobre él en los momentos de conflicto todo el peso de su cólera, El público tiene siempre necesidad de inmolar una víctima, diciéndole como en la con. sagracion de los obispos: " viS portare p'xcata populi? " De quú puede en efecto culparse al Banco en una crísis? De que ua quiere a no pued~ prestar más; pero es ridículo \ suponer que las cala.midades producidas por el pánico de una crísis tau grande como la que se necesita para conmover el comercio de la Gran Bretaña, puedan contenerse a agravarse porque el Banco cierre a ahra sus cofres por uno a dos millones mas de libras, que seria el máximum del ausílio que podia prestar, sobre sus recursos ordinarios, sin comprometer su propia situacion. ¿ Qué son los reClJ,rsos del Banco comparados con el resto del capital flotante del pais? Lo que son para Bogotá los de un rico capitalista que en un momento de desconfianza, i en pleno uso de su miedo i de su derecho, rehusa. el concurso de su dinero .. I He aquí lo que sobre el particular dice con mucha justicia. J{r. James M01'ri8, en su declaracion rendida 'ante el comité del parlamento, sobre las cuestiones de banco, con motivo de la. crísis de 1847. -" Hai la opinion jeneral de que el público se cree con TEORÍA DE LOS BANCOS. 43 derecho a contar con el Banco de Inglaterra para recurso!f estraordinarios, i que a la última hora cualquiera puede ir al Banco i decirle: "vos debeis ayudarme." -" i Piensa usted que una crísis puede atenuarse por me. dio de una emision de papel-moneda? ¿ La esperiencia no ha demostrado que siempre que se ha recurrido a esto arbitrio, 10 q.ue se ha hecho es agravar el peligro que queria evitarse? -" Tal es mi opinion en tésis jeneraI." En resúmcn, pues, todo el defecto de que se culpa al Banco es el de que usa con demasiada prudencia del crédito. Santo defecto. " En presencia de una circulacion tan desarrollada como la del Banco de Francia, dice .Mr. Isaac Pereire, hai razon para. asegurar que lo que falta a este establecimiento es una cantidad suficientû en metálico; él tiene nocesidad de aumentar su reserva para ponerla en relacion con su circulacion, miént?'as que el Banco de Inglater1'f), tem:l1,ía ru:ce8Ídacl de que se le diese '(nas latitud para emiti1' billetes, consicleracion habÙ:la al cline1'0 de que dispone." Todos estos errores sobre la circulacion i el crédito de}1enden de la confusion fascinadora entre la moneda, sus signos l'epresentativos, i la riqueza. Pero no hai que perder nunca de vista, i tratándose del cambio mucho ménos, que la moneda es apénas un instrumento, el intermediario del cambio, pero 110 01 objeto de él: lo que los hombres se distribuyen en definitiva son las cosas que sirven para satisfacer sus necesidaùes. Cuando una crísis o un pánico sobreviene, oimos a todos decir: "no hai dinero, me arruino por falta do dinero." Lo que escasea sinemb&.rgo no es cloro, sino el crédito o el capital. Ni la. desconfianza ni la crísis provrenen de qlle haya falta de numerario, sino de que los que pueden disponer ùe capital no quieren darlo por falta de seguridad. La mayor parte do las erísis mercantiles son el resultado ùe especulaciones frustradas. Entiendo por espec1llacion las operaciones que se ejecutan con la esperanza ùe un cambio cstraordinario en el precio de un artículo de vasta proJuccion. Nuestro comercio interior sufri6 una verdadera crísis con el abatimiento del precio del tabaco i con la depreciacion absoluta de las quinas. En 1855 i 1856, por llU concnrso de cil'. cunstancias estraordinarias, aq uellos artículos alcanzaron en los mercados de Europa, precios qne no podian subsistir. Los especuladores acudieron sinembargo con furor a ensanchar su produccion; los bosques i los terrenos de cultivo se vendieron o arrendaron a precios exorbitantes; los jornales se encare. cieron en un ciento por ciento, i un capital mui considerable se retiró violentamente de otras empresas para acudir a. la nueva que tan fuertes ganancia.s prometia. Pero de repent() 44 TEonfA DE LOS BANCOS. los precios que habian determinado este movimiento caen de un 50 por 100; el mercado estranjero se encuentra supera. bundantemente abastecido, i los que no se arruinan por COOl. pleto, sufren pérdidas de mucha consideracion. El fen6meno es mui fácil de comprender; sus efectos sobre 11\ circulacion son tambien demasiado claros. Los que perdieron su propio capital tratan de reemplazado prestando ~.los que perdieron el capital ajeno quieren llenar sus ('omprometimientos por el mismo medio. Pero como estas cosas no pasan en secreto, los capitalistas se alarman i rehusan sus fondos, bien sea simplemente por no comprometerlos, o para especular a la baja con los artículos depreciados. Entre tanto, muchos suspenden sus operaciones, mayor número falta a sus compromisos, i el pánico i la desconfianza se estienden rápidamente por todas partes. Pero 10 que falta no es el capital sino el cl"édito, porque aunque la crisis sea el resultado de grandes pérdidas efectivas, la humanidad no es tau pobre que se arruine por la pérdida de uua cosecha: siempre quedan muchos capitales disponibles, pero sus poseedores no quieren contiarlos para renovar operaciones aventuradas, o para. saldar cuenta~. Sin embargo, como todas las transacciones se l\valúau refiriéudolas al capital circu. lante, los hombres de negocios esclaman: "el numerario está c~caso; nos arruinamos por falta de dinero;" es decir, confun. den e11nedio ('on el fin i el signo con la cosa representada. Tan cierto es que lo que falta no es metálico, que son el oro i la plata los artículos que mas abundan en las crísis mercantiles. J amas hahian llegado las acumulaciones en especie, en los bancos de Inglaterra, Francia i los Estados Unidos, a una suma tal! fuerte como la que afluyó a sus reservas despues de la terrible crísis de 1857. Eu julio de ese año, inmediatamente ántes de la crísis, la reserva del Banco de Inglate. rra ascendia a pénas a.once millones de libras i la del Banco de Francia no pasaba de diez. Los bancos dè Nueva York, que Son los mas importantes, tenia.n 14 milwne8 de pesos; i en julio de 1858, pasados· apénas los efectos del pánico, el Bauco de Inglaterra tenia en metálico, £ 17.938,000; el de Francia £ 20.000,000 i los de Nueva York 34.000,000. La abundancia de metálico prueba., por el contrario; que la industria no ha recuperado aún todo su vigor, ni el comer. cio, por consiguiente, toda. su actividad. Aunque las grandes transacciones no necesitan del intermediario de la. circulacion metálica., no por eso es ménos cierto que la actividad o inac. cion del comercio obra estensamente sobre esa circulacion. Si el cambio por mayor se arregla por medio de letras, làs pequeñas compras se efectuan en dinero sonante. Hai adema8 * TEORÍA DE LOS BANCOS. 41) otro artículo de inmenso consumo que se paga en la misma moneda: los salarios o jornales. UDa industria activa i un comercio estenso absorben por consiguiente una cantidad mui considerable de circulacion metálica: las clases obreras en prosperidad, requieren talvez para sus pequeñas transacciones, un~ suma mayor que la que las clases ricas emplean en las suyas. La actividad del comercio es, pues, bajo este aspecto, una especie de cosecha que tiende a reducir las reservas me. tálicas de los bancos, para distribuirlas en centavos por toda la nacion. ' De estas observaciones concluyo, que la libertad es la mejor solucion que puede darse en todos los paises del mundo a. la cuestion bancos, i a.lo que se ha llamado i se llama impro. piamente organizacíon del crédito, por la sencilla. razon ne que la libertad es la mejor solucion de todos los problemas sociales; pero considerado bajo el punto de vista fiscal, elmonopolio que el Gobierno de un pais s61idawente constituido se atribuya, reservándose para. sí 6010 el derecho de crear i emitir papel moneda, sobre base!! que ha.gan de los billetes en circulacion verdaderos recibos por oro i plata. en dep6sito, es tal vez el impuesto que ménos inconvenientes tiene, porquo está reducido a esplotar el uso de un capital de crédito, cuyos heneficios se repartirian sin el monopolio los otros bancos del pais. Supongamos representada. por 100 la masa.de los valores, moneda i signos representativos, por medio de los cuales se efectúa la circulacion; i por t de estos 100, o sean 20, la. parte de ese capital disponible de la sociedad que el monopo. lia esplota gratúitamente sobre el crédito, representado en los billetes que en cada momento dado esceden a su reserva metálica, i que no le cuestan nada. He aquí en toda su desnu, dez el mod'u,soperandi de este monopolio i la materia imponi. ble sobre la cual se ejerce. i. A qué se reducen, piles, en todo rigor econ6mico, los males que causa a la socieded ? o en otros términos: t sobre qué punto se efectúa, c6mo se verifica la. absorcion del impuesto? Pues no puede estar representada de otra. manera. que en el alza, que la falta de competencia. en la movilizacion de ese quinto del capital disponible, pueda., en rigor de doctrina, producir en el interes del dinero; es decir, que si esas veinte unidades las prestaran u ofrecieran diez banqueros en vez de uno, es posible que la competencia produjera una baja proporcional en el alquiler del capital. i. I puede imajina.rse un impuesto mas equitativo, mejor repartido que el que toca al ~ntere8, elemento quo entra necesa. riamente en el precio de todos los productos? Hemos dicho en rigor de doctrina, i es posible, pues no es seguro que en la 46 TEORíA DE LOS BANCOS. práctica. la abolicion del monopolio determinara siempre una baja correspondiente en el intere8 del dinero, porque el precio de éste, como el de todas las cosas, se fija por la lei inevitable de la ofertai la demanda. Sucede frecuentemente que a una produccion mayor no sigue uua. rebaja en los precios, cuando el pedido del artículo aumenta i la oferta no es suficiente para satisfacer las exijen~ías del mercado. Por fortuna, ·los principios elementales de la ciencia se han difundido tan jenemlmente entre las clases educadas de la sociedad, que no hai mucho~que esforzarse para combatir la opinion de algunas jentes, que atribuyen falsamente el alza o baja del interes Il. la abundancia o escasez de numera· Estas personas creen, por supuesto, que la existencia de muchos bancos que pongan en circulacion masas enormes de papel-moneda, es un hecho de la misma naturaleza que el descubrimiento de una mina de oro o de plata; piensan que por este aumento ficticio de numerario es que se produce una mejora en la tasa del intereso " Su error es completo, dice con raZODun eminente econ@misto. frances, examinando el sistema de Law; ellos confun. den el signo con la cosa representada. Auméntese la. masa de los signos representativos i no se habrá agregado una sola partícula. a la riqueza del pais; se habrá elevado solamente el precio nominal de los productos; pero la tasa del interes no variará, porque la masa relativa de lOi)valores reales, es decir, de los instrumentos d~ trabajo, permanece la misma en presencia de las mismas necesida.dlls." Habria otras razones J;>ara.justificar el monopolio, aunque no se le considere com(}.~mpuesto, i son las mismas que han decidido a todos los pueblos civiliza.dos del mundo a no con. fiar la erhision de la moneda sino al Gobierno, pa.ra que la sociedad pueda abandonarse con entera, ilimitada confianza, a los actos ordinarios de su vida cotidiana. Sustitúyase a la fe de una nacion la. fe púnica del comercio, en la fabricacion de la mercancía - valor patron - que sirve de signo, de tipo i de garantía a todos los cambios; &nójense despues unas cuantas monedas falsas en el gran receptáculo de que todos se proveen, i conseguiriamos producir un des6rden mayor que el que introdujo la. confusio~ de las lenguas en los tiempos "w. bíblicos. La moneda es el intermediario de los innumerables cambios cotidianos que forman la vida. de cada uno, desde que el sol se levanta hasta que el sol se pone; pequefios cambios, instantáneos, que no admiten tiempo de v~riticacion ni de exámen. Los pa. garés, la. letra de cambio, los jiros i los traspasos sobre las cuentas corrientes, son, por el contrario, el vehículo de las TEORÍ.\. DE LOS BAKCOS. 47 grandes transacciones entre las clases ilustradas i ricas de la 1I0ciedad,i por tanto no existen las mismas razones de conve. niencia. pública para que intervenga la lei preventiva en IllS unas como en las otras. Una casa de comercio que conciba el negocio de vender buenas letras de cambio durante diez años, pa.ra quebrar despues que ha monopoli:r.adoel jiro de su plaza., arruina a una veintena de comerciantes que ha podido i debido asegurarse bien de las condiciones de la person/).con la cual contrataba; pero un fabricante de moneda o un banco de emision que realice el mismo negocio, conmueve a la sociedad desde el fondo hasta la. superficie, porque pasa. la. hoz del des. pojo por todos los bolsillos, desde el mendigo hasta el rico. Repito que eu tésis jeneral la mejor Golucionde todos los problemas económicos es la libertad; pero que hai sólidas razones para sostener como un buen impuesto, el de la esplotacion del crédito por el papel-moneda, bajo la garantía de un gobierno respetable como el de Inglaterra o los Estados Unidos, que pueden, sin que nadie se alarme, erijirse en cajeros de la comunidad. CAPITULO IX . .Aplicacion de este estuùio Il. la centralizacion ùe la cuenta i del manejo de la deuùa nacional. Seria del todo insostenible que en ,un pais como el nuestro, falto.. de seguridad, pTetendier~ el Gobierno despojar a los a.creedores de la posesion de los títulos que comprueban su derecho, para que se conformaran con la garantía de una cuenta corriente abierta en los grandes libros del crédito nacional. No lo defiendo de ninguna manera: los archivos del Banco de Inglaterra no están espuestos a ocupacion militar, miéntras que los nuestros pueden servir de trinchera una vez POTaño, amen de los frecuentes trasteos, que equivalen a un incendio. Pero si el que se espidan vales de deuda pública para que cada uno custodie su título donde mejor le parezca, es una cosa a que el acreedor tiene perfecto derecho, porque así lo exije la instabilidad del órden público en el pais, no hai nom. bre para calificar la torpeza del error cometido descentralizan. do 10 que no a.dmite deacentralzacion - el pago o amortizacion de la deuda - que debe estar rigorosamente centralizado en la misma oficina del crédito nacional que ha hecho el recono. cimiento. Desde 1859 venimos declamando contra la inconveniencia de permitir que los acreedores puedan presentar directamente en todas las oficinas de Hacienda los vales de la deuda pública, ~n pago de las cuotas de amortizacion designadas por la lei; porque así es imposible que haya cuenta, 6rdèn ni moralidad en el servicio de la deuda. Hemos declamado, pero en vano, porque ningun Gobierno ha querido oirnos. " Meditando en las causas de la bancarrota del Tesoro, (de. damos en un artículo publicado en el número de" El Comercio" de 1859),. hemos adquirido la conviccion de que los trastornos políticos mismos no han influido tanto en esta ruina, como el des6rden en que ha estado la administracion de la. deuda pública: creemos firmemente que la Nacíon ha pagado por lo ménos dos veces cada una. de las deudas que ha contrai. GO. Para no perjudicar con digresiones estemporáneas, no! 49 rEORÍA DE LOS BAKOns. limitaremos a hacer ln. apreciacion de un hecho reciente, por el cual puede juzgarse de la magnitud de los abusos que se han cometido .. " Los vales flotant.es de l.~ i 2." clase provienen, como todos saben, de la conversíon de libranzas jiradas en virtud de contratos de empréstito hechos al Gobierno en 18.54i 1855. Si hai uno. deuda cuyo monto debia conocerse con toda exactitud era ésta, porque ln. emision estaba centralizada. en la Secretaría de Hacienda i la cuer.ta de su amortizacion en la Tesorería jeneraI. El sefiar Núñez, en la circular de 17 de junio de 1856, " haciendo algunas observaciones sobre la lei de arbitrios fiscales," publicada con otros documentos en un cuaderno especial cuyo título es: " Arreglo de las deudas flotante i de Tesorería," estimaba los documentos convertibles en -yalesflotb.ntes de l.a clase en $199,717, en esta forma: "Libranzas contra las rentas i contribuciones al 18 por ciento anual t 10~,619 " Libranzas contra la totalidad de los derechos de importacion con igual interes 93,098 $ 199,717 "I ahora resulta que, segun los datos suministrados por la Memoria de Hacienda, pájina 17, los reconocimientos hechos por la 'resorería jeneral i la. Direccion hasta 18 de agosto de 1858, ascienden ya a la suma de $; 358,710 ! " i Quién ignora que la República ha espedido billetes de manumision por una suma tres veces mayor que el valor de los esclavos que libertó? i Para quién es un secreto que los fraudes cometidos poniendo en circulacion vales de renta sobre el Tesoro, i cupones amortizados, por cantidades enormes, se han des. cubierto por 'liwra casualidad, i no porque alguna oficina baya notado el fraude en la cuenta? i Qué garantías tiene por la mismo la Nacion de que esos fraudes no se hayan repetido? "Panel.' tórmino a este desórden, debe ser el fundamento de todos los arreglos quo puedan bacerse para llegar al equilibrio de los presupuestos." Posteriormente, en 20 de marzo de 18G3, escribiamos en nuestra Revista del Crédito público la siguiente: " No parece sino que la memoria fuera ln. facultad ménos viva de los pueblos de la raza latina. Ya nadie se acuerda de que aquí están, por decirlo así, tirados en medio de la calle los a.rchivos públicos, con motivo de nuestras constantes revolucionesi nadie se acuerda de los inmensos fraudes, consistentes en falsificaciones i sustmcciones de cupones, vales de renta idocumentos del cupo colombiano, amortizados i presentados de nuevo Il. la cOllversion, que se Jescubricron por una casualidad 4 50 TEORÍA DE LOS BANCOS. eu 1856; nadie se acuerùa de que los créditos supuestos estaban estendidos en esqueletos lejítimos, &: &:" La demostracion puramente especulativa o teórica de la facilidad, de la practicabilidad i de la impunidad con que pueden mantenQrse en circulacioD, entrando por una puerta i sa· liendo por otra, los documentos de una deuda que S6 enúte en una oficina i se amortiza en mil, podria estenderse basta el infinito; pero no hai nada tan convincente como la elocuencia do los hechos: dos o tres ejemplos tomados de la cuenta de Duestras oficinas de Hacienda, servirán para llevar la convic. cion sobro la necesidad de una reforma, al espíritu de nuestros 1ejisladores, mas que un libro entero de dÜ,ertaciones. Sabedores del fin patriótico con que yo hago este trabajo, los jefes de los departamentos fiscales a quienes me he dirijido, se han prestado gustosos a suministrar me todos los datos que los he pedido . .Meha parecido mui conveniente, segun el método ",glés, conservar on la forma de un iutcrrogatorie las opiniones de las persolms cuyo testimonio so consulta en casos semejantes. Principiemos pues por la Corte de cnentas, donde mis interlocutores son el señor Evaristo Escobar, uno de lOBjueces, i el señor Lara, Secretario do la Corte. -~, Creen ustedes que la disemillacion de la deuda pública., permitiéndose que sea amortizada directamente en todas las oficinas de recaudaciorr i de pago, es un sistema vicioso que apa.reja peligrOBmui sérios para el1'esol"o nacionall -Tal es i ha sido siempre nuestra opinion. P&ra COnveD. cerse de ello basta tomll.r al acaso una cuenta. cualquiera de 1011 responsables del Erario. Tomemos, por ejemplo, las de las Aduanas, i en ellas encontraremos uniformemente la siguiente par. tida, descrita el 31 de agosto, para cerrar la cuenta del año económico: ,. El Tesoro a varios. Por los siguientes saldos de cuentas que se abonau tlOrque DOdeben obrar en la cuenta del servicio de 1867 a. 1868: a vales flotantes de 5: clase $ 31,1873S! a billetos especiales de Tesorería 21,329 4() a libranzas de la Tesorería jeneraI. , 104,802 36 Total.. * 157,319 14!" Por consiguiente, COIllO cualquiera la comprende, los saldos de 108 papeles acreditados en la partida que testualmente hemos copiado, representaban las existencias materiales de dichos documentos en la caja de la oficina e131 de agosto de 1867. Cancela. 'l'I.;QltíA DR LOS BA~C()S. ól ~os pues dichos saldofl, incorporados des pues de ese asiento en la cuenta ficticia, insondable, de "El Tesoro," ellos desapare. cen por completo, pues no pasan 11 figurar en la cuenta del año siguiente :queda a voluntad del responsable remitir o no los vales amortízados a la Dircccion del crèdito público. No de • • cimas que DOse hayan remitido: examinamos en abstracto, sin cOllsideracion 3, la probidad del empleado, un punto de canta. bilidad i de adlllinistrucion, i afirmamos que el sistema actual de amortizacioll de la deuda pública no puede ser fiscalizado, porquo carece de unidad de cuenta i de unidad de responsabi. lid:¡,d., prestándose por consiguiente IL que se cometan fraudes inmensos conL'a el Tesoro nacional. Ultirnamente la Corte ha glosado ell principio esas partidas, mandando que las existen. ' .cias en papeles se salden por la cuenta. de " Remesa.s a la Di. reccion del Cnídito nacional," i que el asiento se compruebe con el recibo de esta oficina; pero eso no basta. Ademas, el per. sonal de la Corte es notoriamcnte insuficiente para examinar las cuentas de todos los responsables del Erario: ahí están los estantes llenos de cuentas sin examinar, que tienen un atraso de diez años. Todavía no so ha enruinado una sola cuenta do la Ajencia jeneral de bienes desamortizados, <]ue representa un manejo de 20 millones de pesos cn denda pública. Calcúlese, pues, si es posible en principio, que un mismo vale entre i salga .cuantas veces quiera por las puertas de la misma. Tesorería. Pasemos ahora a la Direccion del Crédito nacional, 'donde el señor Padilla, Tenedor de libros de aquella oficina, ha teni. do la bondad de suministrarme a este respecto todos los datos que le he pedido. La integridad de su carácter i su versacion en los negocios dan a su testimonio toda la respetabilidad ape. tecible. Oigámoslo. -i Cree usted que pueda llevarse, con el sistema actual, cuenta esacta del movimiento de la deuda pública 1 i No cree usted que diseminando su amortizacion puede defraudarse impunemente al Tesoro naciona11 -Así es: la cuenta que aquí se lleva, !'ujeta a los datos que quieran remitir las diversas oficinas de recaudacion, diseminadas en todo el territorio de la República, no puede ser nunca completa; i en cuanto a las oportunidades que e I desórden en su manejo pueda ofrecer para defraudar al Tesoro, usted mismo la juzgará por los casos que voi a esponerle. Hará cuatro o cinco años, me parece que fué en 1864, que al ir a tomar razon de los billetes amortizados, remitidos por la Tesorería jeneral, para formar la relucion que debe presentarse u las comi:>iones lejislativas de Crédito público, encontré ~,oucnt(G m,il piSO:> en billetes perfectamonte fianos, Sill perfo. 52 TEORÍA DE LOS BANCOS. racion ni nota de amortiz:lcion, los cuales habria podido apropiarme sin que nadie hubiera podido descubrir, ni siquiera sospechar el fraude. Desde ese momento mi situacion fué mui embarazosa.: no me atrevia 1\ descubrir esta falta ni a entregar los documentos al Jefe de la Ofic,ina,sin asegurarme un compro-. bante que pusiese fuera de toda duda mi reputacion. Busqué ent6nces al sefior doctor J\lan de Dios Ríomalo, amigo particular del Presidente, i le hice decir por su conducto, que Importaba para comprobar ciertos bechos, ordenara a la Tesorería jeneraI formase de nuevo una relacion completa, por séries i números de los billetes amortizaùos que había remitido a la Direccíon del Crédito público. Así se hizo, i cuando vi que la relacion coincidia, con solo la diferencia de ciento i pico de pesos, con 13.s existencias que estaban en mi poder, entregué los billetcs i los hice inutilizar. Por la que hace a. cuenta que pueda llamarse tal, juzgue usted si será posible formaria, viendo por sus propios ojos lo que pasa con una sola clase de docnmentos. Los vales de 5.· ciMe, deuda Mackintosh, 80n admisibles unicamente en la Aduana, es 'decir, en solo seis oficinas de las mas respetables i ordenadas de la República: debería pues tenerse Doticias regulares ó aproximadas siquiera de su amortizacion, i sinembargo no las hai. Segun el dato suministrado por la Legacion Británica, en noviembre de 1868, que orijinal enseño a usted con el pormenor de sus números, el saldo de la deuda Mackintosh solo era. en aquella época de $ 41,165 ;i se~un los da.tos recibidos en la oficina, todavía quedaban en circulacion $ 90,036. -I respecto de los bonos flotantes ~ -No he podido formar, como yo deseabaf los rejistros nu. méricos de su emision i de su amortizacion, porque se han perdido muchos de los talones de los vales. Como mis observaciones sé contraen únicamente a la admi. nistracion de los documentos que forman cou propiedad la deuda pública interior, dividida en consolidada i flotante, DO he 'podido aprovecharme de los bondadosos ofrecimientos quo espontáneamente me ha hecho, leyendo estos escritos, mi res. petable amigo el señor Flavio Pinzon, actual Tesorero ieneral de la Reptíblica, por si necesitaba algnnos datos tomados de la cuenta de su oficina, para fundar mis observaciones. I la siento en efecto, porque si yo me bubiera estendido al manejo do los documentos de la deuda de Tesorería, la cuenta de esta oficina, que he tenido ocasion de ver fenecida mes por mes, i llevada. con una pulcritud q'lle le haria. bonor a la mejor ofi. cina del mundo, me habría facilitado instantáneamente Cuan. tos datos hubiera apetecido. TEORÍA DE LOS BANCOS. 53 Seria pues preciso cerrar los ojos a la evidencia, para deil. COnocerque miéntras subsista el desórden que actualmento reina en el manejo de la deuda pública, es imposible que la. Nacion tenga crédito. Perùóneseme el que recurra para buscar un ejemplo a la literatura fósil; pero nuestro 'resoro, entregado así a todas las oscilaciones del ajiotaje i a todas las tentacio. nes de la venalidad, es la verdadera im~jen del tonel mitol6 • .lico que las Danáides se esforzaban en vano por colmar. Para sU'ltituir, pues, en reemplazo de la absurdo, algo que tenga viBOsde racional, algo que se parezca, no diré a lo que se practica en los paises civilizados, sino a la que hace todo ham. bre de sentido comun que lleva órden en sus negocios, es de instante, de indispensable necesidad que la lei disponga: 1.0 Que la cuenta de la emision i de la amortizacion de la deuda consolidada i flotante quede esclusivamente centra. lizada en la Direccion del Crédito nacional. 2.° Que los vales de ámbas deudas se rejistren en libros ausiliares, en los cuales se dé entrada individualmente a cada. documento, por número, serie i fecha, para aunarIos tambien, individualmente, por medio de un asiento en el libro, imitando la que se hace con las notas del Banco de Inglaterra. 3.0 Que como una garantía adicional para los tenedores i para el Gobierno, se establezca un oficio de Notario, formal i materialmente separa,do de la oncina del crédito público, para llevar un duplicado de los rejistros i custodiar el archivo de la. deuda pública. 4.° Que los fondos asignados para el pago de los intereses de la deuda interior consolidada, no so distribuyan por el sistema inmoral de remates, sino como debe hacerlo un go. bierno honraùo, declarando el tanto por ciento que ha corres. pondido al dividendo, para distribuirlo entre 'l'ODOS los tenedoref!. Bajo el sistema de remates, es imposible que la familia. o la persona que ha comprado sus vales alI50, al 200 i quizá al 300 por 100, con los valores efectivos que le fueron espro. piados, mas los intereses del capital en seis u ocho años, pueda. competir en el remate con el negociante a quien esos vales han costado al 8 a al 10 por 100. Es claro que esto último, por el bajo precio a que puede ofrecer sus cupones, absorbe. rá. siempre el fondo del dividendo, miéntras que el propietario de mejor derecho permanecerá esperando a quo lleguen los tiempos promotidos de la abundancia i del crédito. Para hacer €omprender mejor mis ideas me serviré de un ejemplo. Supongamos que sean 6 millones el capital de la deuda. interior consolidada. Supongamos que lOB fondos señalados para el pago de intereses han ascendido en el semestre a $ TEORíA DE LOS DA~COS. 72,000: como el dividendo vale $ 180,000, es claro que 6010' alcanza a pagarse el 40 por 100 del interes del semestre. Reu~ nidos los fondos en la Tesorerfa del Crédito público, esta. oficina anunciaria el tanto PO?' ciento del dividendo, para que dentro de los treinta dias siguientes ocurrieran a ser cubiert{)s, en esa 'proporcion, todos los tenedores .de la deuda. PasadO' dicho tennmo, quedaría de hecho i de derecho cancelada la. cuenta del semestre, i anulados materialmente en lOAlibros; de la deuda los cupones de ese semestre. Los fondos Bobran. tes, de los que no se hubieran presentado, acrecerian a llli cuenta del semestre en curso. De esta. manera, el Gobierno habrá principiado ~ hacer algo que tenga visos de decencia i de probidad en BUS relaciones con los acree~ores públicos. I la necesidad de levantar el crédito interior del pais de la. postracion en que yace, es de vital importancia. Esta. inani. cion que hiere de muerte nuestra industria i ciega todas las fuentes del trabajo, proviene no tanto de la inseguridad polí. tica, cuanto de la inseguridad civil de las personns i de las cosas. La diversidad i el cáos ~e la lejislacion, producidos por el sistema federal, agregados a la corrupcion del foro, han concluido con el crédito hipotecario. Todo el mundo sabe que el modo exijido para constituir hoi esta garantía, es en la forma de venta con pacto de retroventa, condicion excesivamente onerosa para el deudor, i que nadie acepta sino en el último caso de la miseria o del deshonor. Bajo-el peso de estas condiciones, no es estraño pues que se sienta este malestar. que ya toca a la desesperacion i 1\ la miseria para las clases laboriasas de la sociedad. Pero que el Go. bierno principie a revivir la confianza, poniendo órden i regula. ridad en el manejo de nuei>tradeuda interior, que representa. un capital relativamente inmenso, berido de inanicion para la industria, i es seguro que al impulso de esta primera corrien. te del crédito, veremos reaparecer la animacion en los negocios i bajar la tasa del interes, íntimamente relacionada con las fuentes mismas de la produccion. "Puede considerarse la tasa del interes, ha dicho Turgot, como una especie de nivel, bajo del cual todo cultivo, todo comercio i toda industria cesan. Es como un mar que se estiende sobre un vasto pais; las cimas de las montañas que se elevan sobre las aguas forman islas fórtiles i cultivadas; pero si este mar se abate, las faldas de las montañas, dcspues las altiplanicies, i finalmente los valles, aparecen i se cubren de producciones de toda especie: basta que el agua suba o descienda un pié para inundar o para devolver al cultivo comarcas inmensas." ~L fAPEL }\ONEDAft Este articulo, publicado en " Ln Paz" en febrero de lSr,3, pl\ra combatir [09 de cretos del Jen~ral Mosquera, que deelnrsban moneda legal de obligatorio recibo 109 billetes de Te~orcrin, paréceme quc alguna infiueDcia tuvo eD la sancion de la lei 28 d<l19 de mayo de 1863,espedida por la Con••• encion nacionsl, cuyo articulo 9.' d;cc: •• Los billetc~ de Tesoreris no tendrán el carácter de moneda para el efccto de ser obligatorio su recibo en las contrataciones entre particulares, quedando cnternmente libre la circulacion i el cambio." En UllO ùe los últimos dias del mes de junio de 1862, las j13ntesde la capital se agolpaban con ansia. para leer un deere. to del Gobierno, mandado fijar en grandes carteles, fulminando rayos i centellas contra los incrédulos que se resistieran a recibir los billetes de Tei;orerÍa como diaero sonante. EscUl5adoes decir que todo el mundo se reia de las eseomu. niones del decreto; que la sociedad continuó aquel dia vivien. do como había vivido desde la creacion, cada cual de su trabajo o del trabajo ajeno, pero ninguno de la nada; que de todas las ca.sas enviaron a comprar el pan nuestro de cada dia con el di· nero propio o con el del amigo; que muchos infelices emplea. dos o pensionados no almorzaron basta las doce, porque los billetes baj:1ron repentinamentente 50 °10 despues de la publica. cion del decreto; i finalmente, que ninguno se sintió mas inquieto que si hu~iera leido un firman de la Sublime Puerta, previniendo que se respirara mimos cantidad de azoe, porque el aire atmosférico estaba próximo a sufrir una descomposicion universal. Sinembargo, hubo un oficial de la guarnicion de la plaza, que no pudiendo soportar la injusticia de verse él, vencedor en Campo-Amalia, calzado de alpargatas, apesar de tener en su bolsillo muchos pesos fuertes de la moneda de p:I.pel de los Es. tados Unidos, Be resolvió a. abrirles paso con la punta de la espada. 56 EL PAPEL MONEDA. Acertaba yo Il pasar frente al taller de un excelente artesano, liberal exaltado i antiguo miembro de la sociedad demo. crática, cuando me detuvo el escándalo de la escena singular que allí ocurria. Un oficial, sostenido por cuatro carabineros, queria arrastrar por fuerza al pobre maestro, para. llevarlo a la cárcel, de órden del Visitador fiscal, Il quien S6 habia. puesto la queja por el delito de inoredulidad. Sí señor, el maestro no queria creer que los billetes de Te. sorería contuvieran el 90 010 de plata fina, i se habia resistido Il vender unos botines al oficial por la moneda lecral del Go~~ ~ -Ola, señor economista! me gritó, al verme; venga usted acá; yo lo tomo a usted por "árbitro. Dígame usted si este papel es dinero i dígame usted si es corriente, si es justo que ver.ga.na despojarme de una parte dlel valor de mi trabajo, Il mí, pobre artesano, que. perdí una pierna creyendo combatir en s~nyiciodel liberalismo el 4 de diciembre de 1854, i que así mutilado i arras~rándome me encerré el 25 de febrero en San Agustin, i combatí como todos en el puesto que me tocó. Apesar de tan justas i sentidas reclamaciones, el oooial se llev6 los botines por seis pesos en billetes, i el maestro tuvo, p~ra DO ir a la cárcel, que pagar veinte pesos de multa en pesos de plata. -Cálmese usted, le dije, luego que se fueron los soldados: d6me usted esos billetes i veremos si es posible estraerle¡¡ la parte metálica. -i Luego estos papeles contienen efectivamente la sustancia preciosa que remueve todas Jas enerjías, despierta tod06 los instintos, i enciende todos J08 deseos1 i Contendrán efQctiva. mente plata estos papeles ¡ I el maestro los examinaba con una>atenêion devoradora. -N nestro amigo Ricardo de la Parra, le dije, estuvo en dias pasados resolviendo el mismo problema. Vinieron a sus manos unos 300 pesos en billetes, i por pocoplerde el juicio sin encon. trar el reactivo que debia precipitar en sus bolsillos el oro de esos papeles. -Pero hablando en serio i c6mo permiten ustedes que se consumen en silencio estas iniquidades, que se mantenga una trampa. armada detras de todo derecho lejítimo, que se intro. duzca un nuevo elemento de desconfianza en la sociedad, que así amena.za.el último óbolo de la propiedad del mendigo como la fortuna del rico 1 Va.mos: yo sé que ustedes tienen el valor vulgar del soldado, que se ponen delante de las balas cuando es necesario, pero carecen del valor civil del ciudadano. -Que quiere usted ~ el Gobierno provÎ80rio se ha puesto en rebclion contra. la ciencia, i nadie dice una palabra. porque .. EL PAPEL MONEDA. 57 es preciso, como observaba con sobra de talento el Jeneral Sucre, soportar con paciencia las chocheras del Libertador. -A propósito de ciencia, usted se referirá sin duda a eso que llaman economía política. Podria usted decirme de qu6 trata esa ciencia 1 Cuando el Jeneral Mosquera, que sabe hasta teolojía, no ha querido estudiarla, nada de bueno tendrá; i si no me engafio, fu6 con esos mismos principios que ustedes nos arruinaron aboliendo los derechos restrictivos sobre el calzado i los vestidos estranjeros. -Vamos por partes, mi querido maestro; si usted tiene un poco de paciencia, i si mi visita no perjudica a sus ocupaciones, prometo introducirle en cinco minutos toda la ciencia económic~ en la cabeza; enseñarle todo lo que saben Malthus, Smith, Say, Bastiat, Cobden i Rossi, i principalmente hacerlo a. usted creyente i fervoroso devoto dé la escuela. -~ A mí ~ -A usted, mi querido maestro. Va usted a escandalizarse de la sepcillez de la ciencia, i a renegar del mal gusto del Gobierno provisorio. La economía política es una ciencia esperimental, como la física, como la química o la botànica; o para que usted me comprenda mejor, le dité que su estudio se asemeja al de la astronomía. El sol, la tierra, la luna, las estrellas i todos esos cuerpos celestes que usted ve jirar en la inmensidad del espacio, están sujetos a leyes ménos infalibles tahez, que las que rijen el curso de nuestros instintos, de nuestras pasiones, de nuestros móviles i de nuestras necesidades. El hombre tiene capacidad indefinida de recibir sensaciones: sobre el teclado de su delicada organizacion, por las estremid!lodesdo sus nervios i por la masa de su cerebro i de su sangre, puede recorrerse el ai! del dolor o del placer en todos los tonos, desde los goces de la avaricia. hasta las fruiciones del heroismo i de la gloria; desde la venganza hasta el martirio; desde el hambre, el mas vulgar de todos los dolores, ha..~tala locura do amor el mas espiritual de todos 108 placeres. Satisfacciones puramente físicas o sensuales, satisfacciones morales, i placeres de la intelijencia; dígame usted si este horizonte no es mil veces mas estenso que el espacio en que jiran los planetas. Pues bien: el hombre como el sol en el mundo celeste, es el centro de atraccion en el mundo econ6mico i moral: él comunica la luz, la animacion i la vida a cuanto le rodea; de él parten todos los esfuerzos; en él terminan tambien los placeres i el dolor: el medio en que está. sumerjido, la materia. que lo rodea, es susceptible do a.similarse a sus necesidades: los desees que lo estimulan son ilimitados e indefinidos; pero los obstáculos que tiene que voncer para satisfacerlos tampoco tienen término. Es decir que el hombre está fatalmente con- 58 EL PAPEL MONEDA. denado a elejir entre males,-la privacíon o el trabajo. TrlÍtase, pues, de saber c6mo aprovecharti mejor sus fuenas mus· culares, su talento, en una. palabra, su aptitud; c6mo conse. guirá mayor suma de satisfacciones por cada esfuerzo dado; c6mo echará la carga pesada del tra.bajo sobre la. natu"'leza, sobre el vapor, la.electricidad, la gravitaoion o el calórico, &", en vez de llevarla sobre sus hombros; en fin, trátase de saber cómo conseguirá cada uno, con la misma suma de trabajo, la. mayor cantidad posible de esta ma.teria asimila.da, vestidos, alimentos, libros, muebles, instrumentos, que se llama la riqueza. De esto se ocupa la economía política -No puedo negar que usted me interesa, aunqne el pro· blema de hacerse rico me pa.rece difícil de resolver. Todavía me parece, sinembargo, mas difícil el qne usted cumpla su promesa de enseñarme esa. ciencia. en una leocion, a ménos que fuera usted capaz de insvjlarme elodilio económico, como di. ria nuestro excelente amigo Parra. - La eoonomia política' no promete la renovacion del paraíso terrenal. El <Tolorentra fatal i necesariamente en la orga.. nizacion Datural: no promete tampoco la igua.ldad absoluta, porque es una quimera i una injusticia; promete únicamente que viviendo bajo el amparo de sus leyes eternas, el mal tiende a estinguirse i el bien crece costantemente. Promete, en fin, que la recompensa de cada uno se aproximará mÍls i más a.la suma de costancia, de prevision, de cnerjía i de aptitud q~e baya puesto en acciono , -Eso es bastante por sí solo: yo no aspiro a bacerme rico fabricando ca.lzado; me contentaría con que se acabaran los petardistas i tramposos, i principalmente con que no me de. fraudaran la mitad de mi trabajo pagándome en billetes. -Pues bien, le repito a usted que toda la ciencia econ6mica, todo lo que pueden enseñar Say, Bastiat, Rossi, Chevalier i Cobden, se resume en tres grandes verdades de sentido comun, a saber: l.a Debe dejarse a cada uno cn libertad para escojer su ofiicio, i que se ocupe en¡aquello para lo cual cree que ha recibido de Dios, directa. o indirectament&, mas ventajas naturales. Qué dice ultted de esto ~ -Me parece una verdad trivial, i me admiro de que todos esos señores que usted nombra hayan empleado su vida. en demostrar lo que todo el mundo comprende. _2.a Debe dejarse a cada uno en libertad para vender en el mercado del mundo, sus productos al que mejor Ilelos pague. -Usted se está burlando de mí. t C6mo puedo yo creer que la economía política, esa ciencia ta.n abstrusa i tan misteriosa, se resuelva en unas proposiciones que nadie contradice. EL PAPEL :MONEDA. lJ9 -Eso le parece a usted; i si no bubiera. usted perdido una pierna, le propondria que se pusiera en camino, para ganar un premio de cien millones de pesos, amen de la inmortalidad, que tengo encargo de ofrecer al que haga adoptar estos prin. cipios a los Gobiernos ilustrados del mundo. La Inglaterra. pagó a. Cobden cien mil libras esterlinas por su trabajo de siet(l afios, empleados en convencer a los Doblesde que debian permitir a los pobres comprar el trigo de Turquía. -I 3.&Debe dejarse a todo el mundo en libertad para que compre lo que necesite a quien mas barato se lo venda. - ¿ I es este todo el secreto; a eso se reduce la ciencia ~ -Ni una palabra más: le repito a usted que si quiere bao cerse millonario, no tiene mas trabajo que convencer a uno de los gobiernos de Europa, al Gobierno frances, por ejemplo, para. que deje el paso libre Il esas tres proposiciones. La Francis no seria ménos jenerosa que la Inglaterra. I usted mismo, usted, a quien estos principios parecen verdades triviales, usted no resiste el escalpelo en su propia carne: no bace un momento me reconvcllia usted por haber contribuido a la re· baja. de la ta.rifa. , -Toùo eso será roui hueno, pero usted so ha olvidado de que yo no la llamé para que me entretuviese con discursos de la. Escuela republicana, sino para que me dijera si los billetes son o no dinero sonante. ¿ En qué consiste que solo aquí pasan las cosas al reves de lo que sucede en los paises civilizados ~ Yo he aida decir que en Lóndres i en Paris todo el mundo compra i vende con unos papelitos iguales a los billetes, quo se llaman notas de Banco, i que aun los prefieren al oro, porque son mas fáciles de guardar i de trasportar. i Esp1íqneme usted en qué consiste esto? i Por qu6 no habriamos nosotros de fundar el mismo sistema, que me parece mui c6modo i sobre todo mui barato? Razon i mucha. tien"eel Jeneral :Mosquera en molestarse con 106 que a fuer de ignorantes no quieren recibir los billetes. -Sí sefior, no lo han engañado a usted: en Europa se compra. i vende con unos papelitos iguales a los billetes de Tesorería; i si no me engaño los nuestros son de mejor papel i mas elegantes: los de allá no tienen retratos ni grabadoS' i dicen simplemente: " Prometo pagar al portador, en el acto de su presentacion, tantas libras esterlinas.- Firmado, el Gobernador del Banco de Inglaterra." -Entónces, qué diferencia hai entre los billetes de Teso. rería. i las Notas del Banco de Inglaterra 1 -Ninguna: que las de allá tienen en alguna parte una. cantidr.d correspondiente en barras de oro i plata que está eli- 60 EL P APELMONEDA. perando a su dueño, i los de aquí andan buscando el tesoro i i DOlo encuentran jamas. -g Es decir q.ue esos billetes de Banco se pagan en dinero sonantel -Precisamente: todos los días encuentra usted abiertas lasoficinas del Banco, para cambiar por libras esterlinas, que es una moneda de oro de valor de 5 fu~rtes, los billetes que se presenten. -Pero así ¿ qué gracia tiene esa operacion 1 Yo creía que los Bancos i los billetes eran el rnaná de la. ciencia moderna., que eran un presente hecho a la humanidad para redimida de la esclavitud del dinero; i si un banco no es otra cosa que lo que usted acaba de esplicarme, yo me atrevería a ser banquero. -Sí; teniendo los fondos es el oficio mas sencillo y más có. modo del mundo. -á Es decir que los tales billetes no son sino recibos por oro i plata en depósito t -Esactamente, ha hablado usted como un sabio. Yo he visto en los sótanos del Banco de Inglaterra 108 millones de li. bras esterlinas que sirven de fiadores a los billetes que están en cÍTculacion. -De todo esto concluyo que la idea del J eneral Mosquera cs en el fondo excelente: él quiere cambiar la pesada circula. cion metálica, por la leve i aérea circulacion fiduciaria, que, se~un me ha esplicado usted, es más c6moda, más económica i mas rápida. -SI; excelente como puod eser la iJea de construir un camino carretero al Magdalena, o una. Penitencia.ria; tan buena como ~l consejo que se da al que es pobre diciéndole:" hágase usted rico," o al que está enfermo: " mejórese usted." -Pero ontónces, nada me parece más sencillo que depositar en la. Tesorería. jeneral los $ 500,000, valor de los billetes, i hacer con ellos lo quo hace el Banco de Inglaterra en el ejemplo con que usted me ha ilustrado. -Todavía no seria. suficiente esa garantía.. -Por quó no? En primer lugar usted se ha olvidado de que el Bancode Inglaterra, como lo seria un negociante en su caso, es al propio tiempo acreedor i deudor de los billetes que pone en circulacion j los ha dado enpréstamo, i no en pago, como la Tesorería jeuera.I. Sucedería, pues, quo el dia en que se anunciara que estabaD listos los 500,000 para. cambiar los billetes, todo el mundo ocurriría con los suyos i quedaba terminada la operacion. 1aun suponiendo que la Tesorería. organízara un sistema ~rmanente de cambio, que emitiera billetes al portador, admISibles como dinero eIlla totalidad, de las rentas i contribuciones nacionales) * EL PAPEr¡ ~lONEDA; .. 61 i redimibles adernas en todas las oficinas de Hacienda, todavía así no podia crear el Gobierno, en estas circunstancias, un signo representativo, un medio circulante, sino un efecto de comercio, una buena mercancía de bolsa. -i Qué quiere usted decir con esa palabrería? Esplíquese usted en casl,ellano. -Digo que todavía con esos billetes no compraria su mujer los huevos, la carne, el pan, las velas, el jabon, el chocolate, ni la manteca, ni yo el calzado que can tanto gusto lile vende usted por mi dinero. -Por qué no? -Porque faltaría la confianza que es todo el secreto de la circulacion de las notas de Banco. Dígame maestro, i se iria usted cou toda tranquilidad a hacer un viaje ùe seis meses !lo Ambalerna, despues de baber realizado su establecimiento por billetes de tesorería? Sin contar con las eventualidades de la guerra i no temeria usted que el Gobierno faltara Il sus promesas, que cercenara poco a poco el fonùo de amortizacion, o que .suspendiera. la circulacion de ellos seis veces en el curso de un afio ? Dígame ¿ vendió usted alguna vez sus botas por cupones de Renta sobre el Tesoro? -No, sefior, no conod ese papel. -I sinembargo, aquí circu16 por mucho tiempo a la par de la moneda de baja lei, i con un pequeño descuento sobre los fuertes; pero no penetró nunca en el mercado, porque ademas de que le faltaban las condiciones de un verdadero billete de Banco, el Gobierno de un. pais en revol'l.WÍon no puede aspirar a Ber el cajero rle la, c07lw,nidad. -i E~ de cirque el Gobierno provisorio no conseguirá, con to~ da su voluntad de hierro, aunque fulmine decreto sobre decreto, hacer pasar los billetes de Tesorería como dinero sonante ~ -Nunca maestro: primero conseguiria detener el curso de los rios o envenenar la masa del aire atmosférico, ántes que introducir subrepticiamente una. moneda falsa en el gran labo. ratorio de los cambios. No digo el Gobierno provisorio; ni el Aut6crata de las Rusias; ni Rosas, cuyos ajentes de policía pega.ban con brea hirviendo, sohro la frente de las seiloras que no las lleva.ban, las cintas oficiales de " I Viva la Confede. racion Arjentina, mueran los salvajes unitarios! "; ni el Go. bierno de los Incas, el despotismo mejor organizado que bayn. existido jamas, donde la autoridad se encargaba de elejirle ti. uno su propia mujer, nadie sobre la tierra puede despotizar la conciencia ni el crédito; nadie puede reducir a los hombres a que consientan en engañarse sobre el precio de todas las cosas, sobre el valor de los innumerahles servicios que cadn uno ofrece i solicita ùiariamente en el gran mercado de la.' 62 E~ PAPEL JWNEDA. -~~~~---~~-----~ _------------------,....,..,...,--~ ..•.. sociedad humana. La Repóblica fraJ}{lesacon su cortejo de mártires i de demonios, con su lejion de filósofos, de demoledores i de héroes, que removió el mundo desde sus cimientos, que redujo a polvo los tronos de los reyes, que, desafió a.la. Em'opa i encadenó a.sus déspotas, que negó a. Dios i se bastó a sí misma ... no pudo meter en el bolsillo de los panaderos de Paris sus asignaM8. Cuando la conversacion lIegt'í a este punto, los ojos del maestro hrillaban con un resplandor siniestro: se ha.bia.levan. tado gradualmente $obre su pierna., sin servirse de las muletas : el entusiasmo i la admimcion la dominaban: í)oseu~ un gra.do superior de lucidez. -i Cómo, me dijó, h libertad económica, el libre cambio, la. soberanía. del bolsillo, están fuera del alcance de la fuerza., i la libertad civil i politica, la vida del hombre permanece aun ba.jo el hacha ael verdugo? i Esplíqueme usted este misterio; dígame usted en qué consiste que la solidaridad proteje tan eficazmente los intereres económicos contra los atentados de la espoliacion, i que esa misma. solidaridad no defiende 108 derechos maR sagrados del hombre contra la.iniquidad i el despotismo? i Por qué no puo<lell los hombres aprovecharse del derecho legal de despojarse los unos a los otros con el papelmoneda., i ~ han usado i usan todavía de la esclavitud, del duelo, Je la guerra i del verdugo ~ e Por qué no se subleva la humanidad conira estas iniquidades, como se ha sublevado J3wmpre contea los billetes de Tesorería 1 -Por una razon que en mecánica seria contraproducente i que es lójica en moral: porque la cadena de la solidaridad tiene mas anillos en el un caso que en el otro, i es por lo mis_ mo mas fuerte; porque el bien i el mal ecoù6micos obran sobre todos los hombres inmediata i poderosamente, i todos no son sensibles al bien inmaterial de la justicia. -Pero el Jeneral Mosqner¡\,que disputa sobre cánones con el mejor fmile, e iguorará estas cosas, desconocerá los principios mas triviales de la economía política; i si él los desconoce, puede de. cirse la mismo de BU Secretario del Tesoro i Crédito nacional ~ -Sí, señor, el Jeneral Mosquefl\ afecta despreciar la cieucia: dice que es pura teoría i que él es bombre prácti{lo. -t Hai, pues, alguna. diferencia. entre los teóricos i los prác. ticos 1 -Sí, una mui grande: que los teóricos descllbl-en i formulan las verdades, i los prácticos las prueban. Así, Ell Jeneral Mosquera, hombre práctico, procede en sus negocios propios ~omo los teóricos a quienes desprecia: sostiene que los billetes Bon dinero, pero manda cobrar un empréstito, i previene que se pague en pesos de plata . • EL PAPEL 1rlONEDA. 63 -I sus Secretarios piensan la mismo 1 -El Jenoral Mosquera tiono, como todos los hombres, 109 defectos ùe sus buenas cualidades: hombre l>uperior, de ancho horizonte intelectual i de grandes ideas en casi todos los ramos de la administracioü pública, es hasta cierto punto incompetente para el análisis i para el desarrollo; pero él, como todos los hombres superiores, no puede consentir en que no sirve para algunas cosaf;,i no admite la eolaboracion de sus cuadjutores sino cn calidad de instrumcnt1s. Los hombres eminen. tes del partiùo liberal que ban scrvido fi. su lado, han debido, pues, hacer cn mucllOs casos el sacrificio de su amor propio, sin fijarse en las pequeñeces, por contribuir a la oùra de los resultados finales. -Qué ¿iria él si nos oyera? -Nada maestro: estrujaria el kepi, se rascaria la cabeza, so impacientaria, pero al fin ln.vcrdad la hiere i concluye por poseerlo. -Pero ¿ no cree usted que estas discllsiones son en estrem() perjudiciales pam el éxito de la. lucha, que la censura nos debilita, i que aclara nuestras filas en vez de compactarlas ? -Por el contrario, maestro: la dignidad léjos de perjudicarnos bajo el punto de vista politico, nos procura simpatías, i nos da cohesion i entusiasmo. Nuestros contrarios comprenderán lo que deben esperar de nosotros cuando termine la guerra, i el partido Eheral que vive del entusiasmo, de la altivez i de la. controversia; ql.íl no puede soportar ni accidentalmente el yugo del silencio; que se enciende de vergüenza i se cree deshonrado cuando calla; el partido liberal combatirá, miéntras mas suelto se sienta, con más brio contra el enemigo comun. Ademas, el partido liberal juega con cuarenta cartas: tiene para. todo el mundo: puede atender al frente, al centro, al flanco,atras. -Bueno; perQ no olvide usted hacer publicar la leccion que me ba. daùo sobre los billetes. -Con tnucho gusto, siempre que tl.'lted pague la improsion. -Estamos convenidos, creo que hago un excelente negocio. El maestro salió contentísimo acompañándome hasta. la. imprenta, i al tiempo de despedirse me preguntó: -Puesto que el papel-moned(l" sin lastre, no sirve sino para. mantener la desconfianza i el alarma, para alimentar las especulaciones estériles sobre los fondos públicos i para hacer fácil, segura e impune la corrupcion oficial, ¿ qué pena merecerian los nuevos discípulos de Cagliostro que derrot9.uos de la química se han pasado a las prensas litográficas para producir el oro ~ -Con todas sus buenas intenciones, si el Dante viviera, habrian merecido el bonor de que los colocara en su infleruo, como ll. Felipe el Hermoso) por monederos falsos. rUESTRA PEUDÁ ~STERIOIt. Este escrito, publicado en los números 135 i siguientes de "El Liberal" de 10 de junio de ¡S70, (ué el que preparó la opinion para la celebracíon del convenio vijente de 1.0 de enero de 1878, quo redujo el capital dQ la Deuda a 9.756,000. l:lu autor presentó el proyecto de lei de autorizaciones al Poder Ejecutivo, a la Cáfijara de 1872. Antes de esa élloca, tod08 los arreglos babian rodado sobre el reconocimiento del valor nominal, orijinario, de la Deuda. * REMINISCENCIAS HISTÓRICAS. Antes de renovar la dolorosa discusion, cerrada desde 1834, 80breel oríjen i los elementos aritméticos i mora.les do que se componen los gruesos millones de nuestra deuda esteriaf, para saber si tenemos, por qué l\vergonzarnos de proponer ~ue1t. N acion restrinja a. Jos menores términos legales las er()gac¡(:iries estipuladas en el convenio de 1861, con el objeto de obligar-a, los acreedores a entrar en un nuevo arreglo para. la. amortiza~ cion definitiva de Ja deuda, es preciso ooloc3.rla cuestion 'en verdadero terreno, en el terreno prosaico de los negocioa i de la justicia civil., . Háse repetido sin contradiccion, i el pais continúa. creyéndolo, que la gra.titud i el decoro nos probiben discutir los sacri. ficios impuestos a la Nacion pare. el pago de esta deuda, por. que se trata~ dicen, de devolver 10l! millones que la. jenerosidád inglesa dió para. conquistar nuestra independencia, cuando el territorio de la gran República esta.ba reducido al que pisaban los restos de sus ejércitos dispersos en los confines deJ Orinoco i del Apure. Estos caballerosos sentimientos h~ honor a quien se deja arrastra.r por ellos; pero carecen de verdad histó. rica. i no pasan de ser una. metáfora. ' Ni es cierto que la Nacíon inglesa, como tal, representada por su Gobierno o por alguna otra entidad, fuera la que decre. su ~UEST RA DEUDA ESTERIOR. 65 tara por amor a ln. inrlependencia de estos paises los empréstitos de 1822 i 1824, ni en estos negocios entr<Í para nada el elemonto 8Împ{Ltíco, la h~nevolencia, la. caridad a el amor del prójimo, como q niera 110,nilrsele. Los emprt~~titos sc ,:antrataron con negociantes que no tu vieron en mira sino las ganancias que de ellos padian derivar: la cualida,l de inglés, Jrances, ruso a aleman no se computó para nada Cll el lJeg-ocio ni sus resultados bucnas a malos son adscrihibles a I:t nucion:Llidacl de los presta.mistas: los negocios ua reconocen frontera ni ticnen patria propia. I si aquellos estuvi,)ron en su derecho como negociantes, cuyo oficio es ganar dinero. para esplotar la situac;an desventajosa en que noS eneolltr{ihnn10fl, pam vendemos el servicio por la que valin, nosotro, estamofl en el nuestro para reducir a su, valm' le.wtl1as obligaciones que hemos contraido. Confunoir el respet) i la gratitud que dehemos a la gran Nacion inglesn. por la sangre de sus hijos, derramada, sin pouerle pre15io, en los campos clû hatalla, con los vínculos de las obligaciones pUl'amente civiles que nos ligan a los suce~ores de Herring, Graharn, PO'UÙ8 i Goldsc7wcidt de Lúndres, solo pue~ de pasar el, boca de elbs por un reeurso oratorio, tun inocente como simp;ttieo, para aS'lgurar el fruto cie su industria. Lo q Ile ménos se pl' )sla para hacer la novela son los negocios. Estos se rijen es:;lusivamente por las leyes del interes privado que unda tiene de poético. Si los hábiles negociantes de los empréstitos de lE 22 i 1824 se levantaran de sus cenizas, protestarian contra la i nputacion de que ell SIlScálculos habia entrado para :l.lgo la filautropía. Por fortuna la historia con~ tempoT<Íuca, la historia de ayer, con sus documentos incontestables est¡j, ahí para no ¡.>ermitir que se les calumnie. Reasuma.ll1os, pues, egta historia, apoyando toda. asercion de Ull hecho fundamental Call la cita del documento que la comprueba. * Los 33.779,607-3) a que nscendia en 1.0 de julio de 1869 el capital de la deuda. lsterior, provienen, como se sabe, del 50 por ciento que la Nl.eva Granada se obligó a reconocer del cn.pital i d() los i!ltorosos atrasados de los dos empréstitos colom. hianos, contrataoo elLO en 1822 por do~ millones de libras, S 10.000,000; iel S>egUIll0 en 1824 por;£ 4.750,000, $ 23.750,000. Por todo ~33.750,000. Resalta, 1mes, Il.pr.rnera vista, el hecho de que, fncra de la. enorme suma qne hem)s pagado por intereser.; des pues del convenio do 1845, i que l.Sciende 3. cerca de cinco millones di 5 J)U&STRA DEUDA ESTERIOR. pesos, el capital que boi grava&. la.República eDIl los Ùltereses llue se haD,capitalizado, es cua.tr4.lveces ma.YOl· q 1\0 la cuotapM'te del6apital primitivo de que procede la deuda. ' Pero la manera de hacer rellaltar la ellormidaù del gravá. men. no es comparando el importe de 1a deuda. actual con el va.lor de la. mitad del empréstito orijinario, sino con la suma. efectiva que recibió la N&cion.Es.t.os d~talles son tall lastimeros como vergonzosos; pero es preciso recordarlos i agru. parlos en cifras bien hirientes, para quo la Nacion se sienta fuerte en el uso de su derecho,. i para. que todo aquel a quien por razon de su oficio le toque hacerlo efectivo, lo haga con el sentimiento i la conciencia del deber. Sábese que el señor Zen, tan ilustre en los fastos de Colombia por su fillocuencia.,('OU,O funesto por su ineptitud para los negocios, i por su loca prodigalidaQ, no dejó cuentas de su ma.. DQjo. ·EI MiDistro HurtadO,llslindo de sus plenos poderes, tuvo qoo saldarlas sin datos Di comproba.ntes ùe ning~a clase, pasando por cuanto quisieron hacer los sefíores Her·ring, (h:akam i Powles l'epresentautes de 108 acrcedol'es, F..st08dijeron que lo único que dchi~n al Ministro Zea por saldo del emprés_ tito de dos millone:i de libras eran £ 165,000, las cuales se a.plicaron para pagar a ellos misulos tres dividendos del mismo empréstito, que .importaban £ 184,500, i 384 de gastos de las nuevas obligaciones, La diferencia entre lo que confesaron deber i lo que reclamaron por intereses vencidos, lo completó el Ministro Hurtado tomándolo de los fondos del em. prést.ito de 1824. (I ) .. , SiIlembarg(l, a fa.Jta. de detalle!'!, ~a historia D.Oll_ ha cpn&e.r. vad~ los datos, &\lficie~tes l>araoa.lcular con bas~te·~~ ... maClon por cuanto esta representa.do el abuso escaDda.losl):qu& loa acreedores hicieroD de nuestra. atlictiva situacion i del carácter de Ze4\.. El empréstito de 13 de marzo de 1822, por dos millones de libras, fué una opera.cioD ficticia, fué por decirlo así un empréstito de cuenta, que tuvo por objeto legalizar las antici_ pa.ciones de suministros que desde 1817 se habian hecho al ~iêl1te 'de Vllnezuela don Lui8 López Méndez i al mismo Zea. 1Estos créditos habian ¡lido reconQcido8 por Zea por conv~niQ de 1.0 de agosw de 1820, ~pidiendo eD pago de ellos vales o .pagarés provisionales, con el nombre de Deventures por la BUllia de £ 731,762 o sean .$ 3:65:8,810. (') ;Esttpul6$e, pues, por el menciona.docontrMo de 13 de marzo.de 1822, que el dicho empréstito de doemillones dQ li1xksse cubriria al 80 por !09,admitiéndose-en pa.go, p~r J ~jpdlllciondelMinlttro llutt&\1o,pijina 7. s NDta5,', R~strepo, I'Qmo 3,· ptjina 6~, XUE8'l'R.l DEL:DA ESTERTOR. 67 Sil mlor nominal, o a. la l,ar, el importe de los Deventures por principal e intereses. Se concedió a los prestamist~6 Ull 2 por 100 de comision sobre el monto total de los dos mIllones; 2! por 100 para satisfacer intereses i 1 por 100 para foudo do amortizacion. Es decir, que con los descuentos iniciales el empréstito q uedú reducido ,,1 7 4 ~ por 100 ùe su valor nomi. nal, o sea á.£ 1.4fJO,OOO, '1A50,000, con los cuales se amortizó <lU primer lugal el total importe de los Deventures i sus intcreses al lO p:>r 100 i a III par. (3) Pero Úntes de seguir haciendo cuentas, oigamos el testimonio del historiallor Res1repo, para ¡:aber de qué procedia i cómo se habia formn.do ese capital de $ 3.658,810 importe de los Devent1we,~ espedi,los por Zea. "En cumplilllicnto d'i semejante transaccion, (la. de 1.° de agosto de 1820, sobre reconocimiento de los suministros), es~ pidió Zen la:; vales a la; diferentes a.creedores. Estas ohliga_ ciones se diGron call linO. prodigalidad estupenùa. Los acreedoreg, verdaderos a supues:os, las recibieron de la. funesta. jonero. cidad de Zea, sin haber presentado documentos ni precediclo liquidacion, i solamente por la que ellos aseguraron que se les dehia: a.3í la confesé el wismo negociador en oficio de 9 <le octubre de 1821, dir jido a su gobierno." ( • ) "Las operaciones de Zea DO podian ser mas ruinosas n. la. prosperidad futura de olombia. Segun la liquidacion que formara el mÜ;mo Zen en L° de agosto de 1820, i haciendo a los acreedores con la mayol prodigalidad todas las concesiones que quisieron, pa.m compelisar los daños i perjuicios que reclama. bau, ascelldió la deuda a £ 547,783. Despues añadierou por nuevas liquidaciones £ 183,978. Para un viaje inútil a España. obtuvo un prÓstamo de £ 20,000 dando en obligaciones la. suma de £ 66,666. AdJmas, para satisfacer los intereses ven. cidos en fc";:¡rero de 1E22, negoció £ 140,000 de obligaciones colombianas al 65i por 100, que produjeron £ 91.700. Ahora, por el nuevo emprús·,ito ascendió la deuda estranjera a £ 2.000,000 o $ 10.000,e OO. En año i medio se habia duplicado con mui fuerte exceso sin que en pocler de los prestamistas quedara mas que un s lIdo de £ 800,000. Crecimiento fi!pido en estremo, de que ha',ia reportado Colombia pocas ventaja!! para el sostenimiento (!o h guerra a para el alivio de sus habi_ tantes, que por muc:lOs años iban a sentir el peso de aquolla. deuda." ( ") Por último, conclu:'o el historiador Restrepo eu el exámou * e a Pormenor del cOllveni 4 Tomo ;~.• pájil'la S5. • 1:01\\0 S.' p{¡ib~ 237. J, Tomo 3.' pájina :!36 (i8 NU¡;]STRA DEUDA EST¡:RlOR, de este empréstito: "La deuda esterior de Colombia hasta. marzo de 1821 no debia haber a:;,cendido a quinientas mil libras esterlinas ($ 2..500,000), Las ruinosas operaciones de Zea la hicieron montar en breve a una cantidad mucho mayor ;" ( .) a $ 10,000,000. Con razon llamaban, pues, en aquella época a laR Deventures, las Desv0nturas colombianas! Con rozan decia, pues, el J enel'al Santander en su mensaje al Congreso de 1826, que los negocios fiscale8 de Colombia en Europa babian sido para RU Tesoro, la que la espedicion de ~lorillo para la gUel'ra de la independencia! Con razon pues, el Congreso de 1823, penetrado de la. irregularidad, de los abusos i de los fraudes que existian eD el fondo de todo este negocio, dictó In lei de L' de junio deseo. naciendo i desaprobando las operaciones fiscaies del ex-Mi. nistro Zea. Uno de los considerandos de aquella lei dice así: "Segundo: Que el Ex-ministro Zea no solo contrajo en Europa un empréstito de dos millones de libras esterlinas a nombro de la Replíblica, sino que en su mayor parte la ha recibido, distribuido i consumido de propia autoridad, en hacer transacciones de créditos anteriores sin competente liquida. cion, i de los posteriores que él mismo ha causado con ope. raciones enormemente gravosas al Estado; ya elevando.l08 ca.pitales, duplicando de gracia los intereses, i haciendo reconocimientos, unos sin la debida. justificacion, otros puramente gratúitos, icon a.diciones exorbitantes a muchos; i en fin, admitiendo como numerario las obliga.ciones o pagarés que hahía dado el mismo Zello a loS"acreedores de la República, en virtud del acta. celebrada en Lóndres elLo de agosto de 1820y sin haberse liquidado i calificado legalmente sus respectivas cuentas; fuera de otras obligaciones que tambien puso en circulacion con la misma. arbitrariedad, sin haber oportuna_ mente solicitado, esperado, ni obtenido jamas la indispensa. ble aprobacion de semejantes operaciones." Sinembargo, 108 apuros en que 80 encontró la República para la consecusion del nuevo empréstito de 1824, obligaron al Ministl'o ITnrtado a ponerle el sello definitivo a las iniquidadea del empréstito do 1822, ratificando solemnemonte por convenio de l.' de julio do 1824 las obligaciones contraidas por Zca en el contrato de 13 de marzo do 1822. Por el artículo 4.· de dicho convenio los acreedores confesaron dober únicamente por saldo de lOB2 millones de libras la BIlma de £ 165,000, las cnales aplicaron al pago de 10.8 trei G Tomo 3.· paj¡na 85. NUESTRA DEuDA 69 ESTERIOR. dividendos vencidos en 9 de octubro de 1824, 30 de abril i 10 do octnbre de 1825, por valor de £ 184,500. La diforencia so les abonó con los fondos del nuevo empréstito. (7) Puede, pnes, a8egurarse con el testimonio del historiador Restrepo, qne la República solo recibiÓ la cnarta parte de la ~1l\na nominal con quo la g-ravaran las funestas operaciones do Zea. Veamos, uhora, cxhumándola de entro el polvo de los archi vos colombianos, la cnenta desnuda del producto i de la inversion del empréstito do 1824. La sevCI'iùad de las cifru¡¡ nos dispensa del trabajo de comentarla. ( ') Importe nominal del ernlm~~tito £ 4.150,000 A deducir': Descnento inicial de 15 por 100 £ 712,500 2 por 100 comision 90,500 Gastos u\:onados a los prestamistas 5,193 .4 à.ividendos quo so dedujeron por antiClpacr.)ll , 576,459 1.384,652 "\ alar efecti YO del empréstito Mas lOBintereses qne devengó der de los prcstamistas £ 3.365,348 a sn favor en po, 29,283 Líqnido quo debió ingres:lr en el Tesoro 3.394,631 Dcdúcese el saldo Sill emplear quo cxistia en poder de la casa prestamista al tiempo de sn qniclwl\, i que la Hepúb]ica perùió por sentencia de los Tribunales ingkscs 402,100 I qucdó reducido a £ 2.992,531 Pero la misma casa prcstamista de Goldschmidt i Compll.fiÍa dedujo por comision all por ciento por el pago de ]aa letras jil'arlH8 a SI1 cnrgo las siguientes cnntidades. Soùre £ 4G,451-19-5 jiradas desde San Tomas por cnenta (') Datos Ministro Panamá (.), tomados HurtLdo, de la cuenta anexa Il por 01 do 6 do junio de J828, impresa en por su csposicion cargo i ùata, rendida por José Anjel Sántos. Datos tomaùos tHlo publicó empréstito. do la cuenta especial, por órden del Poder Ejecutivo, documentada, del producto que el sellar Casi de la inversion del 7Ó NÙFlSTRA D:&UDA :iSTJl:RlOR. del Gobierno, por el sefíor E. SRi'gUY ••••••••.• 464MlO-5 . Sobre £ 136,684-4-8 jiradaB por el senor H. Goldmann .. : ••.••..•••.......•..•..•...•... 897-10-10 Sob're £ 300,000 jiradas por el sefíor Leandro PalacioB de Filadeltia ...•...•.•.............• 3,000 Sobre £ 163,565-7-9 iiradas por el sefior Francisco Infanson, desde Kingston .•.....•... 957- 3- 4 • Suman estas comisiones .... ,£ 5,319- 4- 7 En la cnenta de oro i plata amonedado i en barras que so envió a.Colombia por valor de £ 810,324-12-2 figura la enorme suma de £ 27,306-10-3 por gastos de estas remcsas, t'uera de £ 1,769-0-11101' flete; i como por el artículo 8.0 del contrato del empréstito los senores Gold~chmidt i Compañía se reservaron el monopolio de los negocios fiscales de la República en Europa, eBmui natural suponer que la mayor parte de esa Burna, aunque la cuenta no lo especifica, proviene de comisiones de embarque cobradas pOl' los prestamistas. En el.Estado A, anexo a la cuenta del empréstito presentada por el sefior Castillo, con el nombre de" PagoB hechos con 108 fondos del empréstito por gastos del mismo," encontramos Ja suma de £ 18,777-0-6 intereses abonados a Goldschmidt i Compafiía por anticipacion de fondos de Jos instulamentos 2.° 3.° i 4.° Estas diversas partidas de nuevas comisiones ascienden juntas a £ 51,402; .. Rebajada esta "uma del saldo de ;£ 2:992,531, a que hemos visto quedó reducido el empréstito despues de los gastos orii1nárioB de cousecucion, hallaremos que la. suma efectiva que se puso a disposicion del (}obierno no pasó en números redondos de £ 2.941,000, $ 14.705,000. La República se cargó pues desde el principio con nna deuda ficticia de NUl-;VE MILLONES D¡¡; PESOS. Ocupacioncs preferentes i la falta. de algunos datos que debemos toma.r en la Direccion del Crédit{) nacíOlJal, no nos hanperII1itido preparar para. este número el segundo artículo sobre la.deuda esterior. Como no es nuestro ánimo sorprender al público COD el estudio que hemos hecho de esta important6 ~GESTRA DEUDA ESTERIOR. 71 cuestion, i como por el contrario tenemos interes en que el pais forme StlS opiniones a la luz de un debate franco, ilustmdo i Revera, hemos dado con mucho gusto cabiùa en nuestras columnas al remitido que en defensa de la causa de los acree· dores nos ha enviado nuestro amigo el señor Guillermo E. :Martin. Séa.nos, sinembargo, permitido rectificar desde ahora dos errores fundamentales en que el señor Martin incurre al abordar la cuestion, para inpugnar nuestras ideas. Es el pri. mero, que nesotros no hemos pretendido establecer ninguna relacion entre laR despilfarros de los Miuistros colombianos, los cuales Ron esclusi vaIllente a cargo de la N acion, i los dere. chas civile8 ¿.c los actuales acreedores, sino entre el escanda_ loso abuso qlle sus causantes hicieron para esplotar nuestrn situacion, vendiéndonos uno por cuatro, i la obligacion mo. raI que tenga la N acion de convertir en pesos de plata cada. \lno de los peKOsuOlllinuleK de ese empréstito. Por eso, al formular la. cuenta del producto líquido de los empréstitos no nOi; ha ocurrido traer a colacion Ins sumas malversadas por nuestros ajentes en E1Lopa, ni el descabella. do empleo que dieron a la mayor parte de los foudos, com. prando por precios fabulosos cordaje, balas, ca.fiones i mil otros artÍl;llJc,s iuútiles, que vinieron a perderse íntegramente en nuestros puertos. La cuenta se ha detenido en la suma lí<luiùa que los prestamistas pusieron a dispoÚcion del Gabier· no, de~pues de todos los descuentos i comisiones con que gra_ varon la necociacion. Segundo:'que nosotros no pretendemos ni aconsejamos que la Nacion se sllstraiga fraudulentamente al cumplimiento de las obligaciones que contrajo por el convenio de 1861; sino que teniendo ese convenio un mínimum forzoso i un ?luÍœ-i. ?num voluntario, la Nacion, con la conciencia de que no tiene ningun víncdo moral de gratitud que la ligue a los sucesores de lIen-in:;, Gmham, Pm.clf's i GoldschmÙlt de Lóndres, se reduzca, a pesados en la misL.la balanza. de la justicia i de la. moral ecouómica eu que SIIS causantes no!>pesaron a nosotros. Si cada peso de los que 110S dieron en 1822 costó cuatro, nosotros no tenemos por (Iué im pouerle a este pais tan pobre, tau atra. sada i tan ignorante, un sacriticio de cuatrocicntos a quiniento!>mil pesos an ualcs, sobre el mínimum de ti 300,000 que hemos garantizado a los tenedores de nuestras obligaciones, para pago de intereses i amortizacion gradual de la deuda. Ese sacrificio gratuito i gracioso de medio roillon de pesos, representa la sustraccion vanidosa quo hacemos a la masa. desheredada de este pais, del capital que necesita para salir 3. las rejione~ de la luz, con la lllstruccion primaria., i a las 12 NUESTRA DÈUDA ESTERIOR r~jio~es del traba.jo i de la industTia abriendo vias de cornu· nlcaClon. Así, pues, lo que él sefior Martin debe demostrar es que estamos moralmente obligados a pagar lo que no recibimos, o que violnmos alguna estipulacion del convenio de 1861, re· duciéndonos a dar los $ 300,000 que hemos garantizado Como minimum: esta es la cuestion qne se debate, la cual se resuelve con la historia de la denda i eon el texto del convenio vijente. Pero i el crédito! se dirá; quú ~a a fler del crédito de la Nacion! Nos arruinamos sin crédito! Hai mueho bueno que decir sobre este tema; pero es necesario no dejarse alucinar con' el abuso de fra.ses sentimentales i apasionadas; i sobre todo, es preciso analizar para saber donde termin;~ el principio i donde principia elsofis77l..a. Con el sofisma del crédito engnfiaron a la Nacion los dilapidadores de los empréstitos de 1822 i 1824 para disculpar su ineptitud i su prodigalidad. Zea i López :à-Iéndez decian que no se habían parado en precio pa.ra tomar dinero, ni eu escrÚpulos para gastado, " porque era preciso q~le la Europa adquiriera una idea cxajerada, ca>;i fabulosa de nuestras riquezas." Esto se creyó entónees aquí por los tontos, i es posible que la creyeran tumbien de buena fe nuestros ajentes; pero tene. mos por cierto que Zea no engañlí a nadie en EUl'opa con su ostentosa prodigalidad; i es ridículo suponer que Mr. Canning se deeidiera a reconocer ln. independeneia de Colombia, porque creyera que aquí teniamos guardadas montañas de oro que iban a vaciarse en 108 mercados ingleses. No l~gaha a tanto la ignorancia sobre la jeografía de estos paises, su pobla. cion i su industria. I la prueba era bien clara: si aquí teninmos tanto oro, por qué ibamos a mendigado a Lóndres? No nos dejemos, pues, seducir por el sofisma del crédito, fundatÎo en la ostentacioll i en la vanidad. Kallie se desacredita, al rnénos no dehe desacreditarse, porque declare que 110 puede aceptar cargas superiores a sus recunos. Adema.s, si hemos de hablar con franqueza, ni nos pesa, ni creemos quo sea un mal, el que la Nacion carezca de créJito i de recursos para. contratar empréstitos estranjeros para operaciones de 1.'eliorerla .. El señor Martin ha vivido muchos años en Europa, i debe conocer la historia dolorosa de los empréstitos sur-americanos. Los paises que los han contratado no han hecho sino brindar un ancho campo a la venalidad de sus a:jentes i El la. codicia de los especuladores. En Èuropa se pasea.n, haciendo ostentacion de fortunas coloales, que debetia.n oculta.r por un ·sentimiento de vergÜenza. NU¡';STRA. DEUDA ESTERTOR. 73 unos cuantos de esos traficantes indignos enriquecidos con el peculado i la infamia. Pero a falta de ese cn:dito pam contratar empréstitos ruinosos, que S0]0 aprovecha a los encargados de la negociacion, i que DO nos hace falta, queremos que la Nacion aspire a fundar otro crédito m:.ís sólido, mas provechoso i mas duradero- el crédito resultante de la esta.bilidad de nuestras instituciones, cimentado por la paz, i por la seguridad efectiva de que aquí gocen las personas i los capitales, que vengan Il. esplotar lo~ abundantes elemeutos de trabajo con que la naturaleza. enriqueGió nuestro suelo. LA LÓJlCA DE LOS LOGARIT)roS. El presen te artículo es mui corto, porque está escrito en el lenguaje ideográñeo de los nlÍmeros, que tanto ahrevia i CODdensa la. espresion del pensamiento. Tionc la. forma plástica. del esqueleto armado con los huesos desnudos do lin cadáver. Eu el artículo primero del nlÍmero 135 de este periódico, vimos, con la historia de la negociacion eu la mano, i sobre el testimonio de documentos irrecuRables, que el valor nominal de los ern::lré¡,titos de 1822 i 1824, quedó reducido, despues do apartados los descuentos iniciales, los descuentos de camuio i las comisiones (lue dedujeron los miRmos prt'stamiRtas, sin hacer figurar para nada los despilfarros de nuestros ajentes, a Ins siguientes sUOJas: Los des millories de libras del de 1822, a solo la cuarta parte, ""£ 500,000 " ti 2.500,000 Los £ 4.750,000, del de 1824 a £ 2.9H,000 14.705,000 Por todo ~ 17.200..ï,OOO que fué b suma efectiva (Juo se puso 11 disposieion de los ajentes coloml;ianos, despues de que la nego~iacion salió del domi. nia del áljebra. i de los logaritmos. I todavía la hemos llamado impropíamcnte suma eJ'ecÛvŒ, cuando deberíamos llli.marla. segunda S1~ma nom'Ínal, pues como so sabe, una gran parte de ella so suministró en artículos de guerra por prceioR fabulosas; pero 110 es nuestro ánimo entrar en el laberinto de semejantes cuentas. Aceptando, pues, los hechos cumplidos i la baRe adoptada en la Convencion internacional de 23 de diciembre de 1834, sobre reconocimiento i divisiou de los créditos activos i pasivos de Colombia, nosotros deberemos reconocer que recibimos la mitad de esa suma, habiendo reeonocido Venezuela 28 ! uni- dades i el Ecuador 21 i. 74 NUlilSTRA. DEUDA. ESTEBIOlL Procede, pucs, nuestra deuda, de un crédito orijinario, efec. tivo, (ya sabemos lo quc significa este efectivo), de. 8.625,000. Vcamos ahora. a. cuánto ascienden las erogaciones en efec. tivo numerario que ha hecho la parte de la Nueva Granada. •. (actual Colombia), para el pago de intereses i amortizacion gradua.l del capital, i a cuánto Be ha eleva.do a.pesar de eso el impdrte nominal de la deuda.. Por fortuna, aunque no exist& en la Direccion del Crédito público la. cuenta técnica i corrien. te de los empréstitos, desde su contratacion hasta nuestros dias, la. costanci'a de los pagos hechos, sí ha quedado perfectamento establecida en las liquidaciones de los dos Convenios celebrados con los acreedores, el de 15 de enero de 1845 i el de 25 de marzo de 1861. Dividamos, pues, para mayor claridad, esta cuenta en t.res épocas: la].a que comprende la época colombiana, desde 1824 hasta 15 de enero de 1845, fecha del primer convenio grana. dino, por el 50 por 100 de la deuda; la 2.&, de 1845 a 1861, fecha. del convenio vijente ; i la 3.", de 1861 a 31 de agosto de 1870. El capital primitivo de £ 6.625,750, importe nominal de los dos empréstitos, ganaba 6 por 100 de interes anual, confor. me a los contratos orijinarios. En los veinte años corridos de 1824 a. 1844, habia devengado pues el capital 120 por 100. Pero en el convenio de 15 de enero de 184;') se reconoci6 que lo que quedaba a deberse por intereses devengados i· no satis. fechos eran 114 libras por 100, C") Luego es claro, (los acree. dores no han podido equivocarse), qne basta esa fecha se habian cubierto laB 6 libras restantes, o sean £ 397,557, *1.987,785. En esta suma no están. computados los cuatro primeros dividendos que los prestamistas retuvieron, por anticipa.cion, de los fondos mismos del empréstito, i que ya dedujimos eu ']a liqui. daciau de los descuentos orijinarios. Mitad abonable a la Nueva Granada $ 993,892-50 Siendo esta la primera partida líquida de la cuenta de erogaciones que n08 proponemos hacer. La de la 2: época, de 1845 a 1860, es matemáticamente esacta, porque es la de la liquidacion del segundo convenio, vijente en la actualidad. De 1.0 de enero de 1845 a 31 pa diciembre de 1860, que fué el período de liquidacion que incluyó el convenio vijente, habian trascurrido diez i seis afios o seau 32 dividendos semestrales, de 108cuales se capitalizaron 15-10s dividendos 18 a 32; porque se habian cubierto íntegn,· mente los dividendos 1 a. 17. (') Memoria sobre la deuda esterior, presentada al Congreso quo debia reunir¡;e en 1861, páj. 2. KUEl!lTRA DECD.! 75 ES'l'EB.IOR. e Estos 17 dividendos importaban 1.918,125 conforme a la escala. m6vil del convenio (le 1845, en esta forma: ('0) 8 dividendos all por 100 anual sobre un capital de deuda activa de $ 16.564,87:, .................••............ $ 660,000 9 i 10 0.111- por 100 206,250 11 i 12 alIi id. id 247/)00 13 i 14 alIi id. id 288,750 15 i 16 al 2 id. id 330,000 17 rJ 2! id. id 185,625 Totr..l de las erogaciones de la 2.· época Pasemos a las de la 3.Remitido a Lóndrcs en 1861.. Id. 1862 $ 199,958-081 204,759-313 200,776-8:12 199,796-459 272,D66-625 265,505-124 202,641-666 . Id. 1863 Id. 1864 Id. 1865 1.918,125 . oo •••••••••••••••••••••••••••••• : •• . IJ. 1866 . Id. l8G7, 1)rimersemcstre . De 1.°de-setiembre de 67 a 31 de agosto de 68 . De L° de setiembre de 68 a 31 de agosto de 69 . 269,772-390 487,393-250 ---2.305,659-540 I de 1.0 d(: setiembre de 1869 a 31 de agosto de 1870. el ::l7t por 100 de las aduanas, incluyendo las remesas que aun no hahian llegado 3. Lóndre~ procedentes de las liquidaciones del afio anterior, no puede estimarse en ménas de $ Total de la. tercera época 750,000 3.055,059-540 RF.CAPITULAC108. Recibimos un capital orijinario de Hemos pagaùo por intereses. Mitad abonu?le a h~ Nueva Granada en la prImera epOl:a .. '" Pagado en la segunda Id. en la tercera TotaL H •••••••••••• $ 8.602,500 de lo pagado . . . oo •••••••••••• 993,892 1.918,125 3.055,659 5.967,676 (10 j Documento número XXVII anexo a la misma Esposicíon. . 76 NUESTRA DEUDA ESTERIOR. I debiamos en 1.0 de julio de 1869. Por deuda activa. . Id. id. diferida . Id. nueva deuda. activa procedente de los intere. ses capitalizados en 1861.. . Tota.l. '..,' . ]5.041,000 14.851,250 3.887,357 33.779,607 . Ha llegadl;l el tiempo de que la prensa, si quiere ponerse Il la altura de las necesidades del pais, i-ejercer ~\lgunascendiente sobre la opinion, abandone un poco las l'ejiones abstractas de la política especulativa, para aplica.n;e a estudiar las cuestiones prácticas de interes palpitante para el progreso i el desarrollo intelectual i material de la sociedad: instruccion pÚùlica, apero tura de vias de cOlllunicacion, i como base del fomento qua el Gobierno debe prestarles, los problemas relacionados con el cré. dito intel'Îor i esterior i con las rentas i los gastos públicos; he aquí los puntos a que principalmente deben dirijirse los esfuerzos de los bombres que quieran ocuparse con provecho en la direccion de los negocios públicos. El tesoro federal está en baucarota; i esta Gituacion ni puede ni debe continuar asÍ. Entre las causa!; más poderosas de nuestros embarazos fiscales, está el enorme gravámen que nos impone el convenio vijente, de 30 de octubre de 1860, pa. rn pago de intereses i gradual i mui lenta amortizacion de la deuda estranjera.. En los ulÎmeros ]34 a 142 de este periódico, publicamos un estudio minucioso de la histQria de esta deuda, con el objeto de probar que estamos en nuestro perfecto derel;ho para exijir que los acreedores reduzcan sus exijencias a la tasa mínima esti. pulada en el convenio. Apoyados en el testimonio de documentos irrefragables, que nadie ha contradicho, demostramos (lue el va. lor nominal de los dos emprÓstitos de 1822 i 1824, quedó reducido despues de aparta.dos los descuentos iniciales, los de cambio i las comisiones que dedujeron los mismos prestamistas, sin hacer cuenta de los despilfarros de nuestros ajentes, ni del precio fabuloso de los artículos suministrados, a las siguientes sumas: Los 2 millones de £ del de 1822, a solo la cuarta parte, £ 500,000 $ 2.WO,OOO Los £ 4.750,000 del de 1824, a £ 2.941,000 14.705,000 Por todo 17.205,000 Es decir, que, aceptando la base de la. division de créditos );:GESTRA DEUDA 77 };STERIOR. colombianos, la Nueva Granado. solo recibió efectivamente $ 8.625,000, annque hubiera tenido que reconocer el 50 por 100 del importe nominal de lORempréstitos. Para comprender bien las indicaciones que respetuosamente sometemos a la consideracion del Cotlgreso i del Poder ~iecu. tivo, sobre un nuevo convenio para la amortizacion de III cleuda, es preciso recordar cuáles son las bases cardinales del convenio viJentc. Los intereses corridos i no satisfechos de la Deuda, desde su conv8rsion hasta 1.0 de diciembre de 1860, se capitalizaron icon Sll Lnporte 80 formó un nuevo capital de deuda activa, de $ 3.887,000, quo permanece estacionario, porque no tiene fondo de amortizacion, i cuyos intereses, al 3 por 100, deben cubrirse íntegra i preferentemente con los fonùos asignados en el converjo. El producto del 37 ~ por 100 de las aduanas, se distribuye así: la por 100 para amortizacion, en remate, del capital de la. antigua deuda, en la proporcion de dos terceras partes para la activa, i una tercera parte para la diferida; el 90 por 100 res. tante, deducidos los intereses de 106 $ 3.887,000 de la nueva. deuda activa, que no entra a la amortizacion, se proratean entre los intereses de las antiguas deudas, en la proporcion de ! para el capital ùe la activa, i i paru el de la diferida. En los últimos años, el 37! por 100 de las aduanas TIa subido progresivamente, hasta alcanzar a repartir, en diciembre de 69 i junio de 1870, un dividendo de l-95k por 100 a. la antigua activa, i 0-63~ a la diferida. Se ha estipulado que los intereses de la activa DO pasarán en ningun caso del 3 por 100 anual, ni los de la diferida dell!. Cuando el 37 t (le las aduanas, deducidos ellO por 100 r,eñala. do para la amortizacion i el importe de los intereses de la nueva deuda, se anmente de tal manera que aleance Il repartir un di. videndo de 3 por 100 para la antigua deuda activa i I! para la diferida, el exceso se aplicará a la amortizacion de la deuda, en las proporciones ya referidas. Para que esto sucediera, era preciso que el 37 k de los derechos de importacion produjese más de $ 900,000, los cuales serian distribuidos en la forma siguiente: 10 por 100 para amortizacion 90,000 Intereses al 3 por 100 del capital de la nueva. deuda sobre $ 3.887,000 116,610 In~ereses ~l 3 por 100 sobre los 15 millones de la antlgna actIva 450,000 Intereses alIi sobre los 15 millones de la dife. rida , o •• o ••••• 'fotlll. o •••••• o. o. o •••••• o. o •••• o •••••••••••••••• o' ••••••• 225,000 881,610 18 NUESTRA DEUDA ESTERlOR. -----~._-~_._-~_.-_-,----_.~--~.. Excesoaplica.ble a la a..morti2acion --._~~ . 18;300 900,000 El convenio es ta.n gra.voso bajo este punto de vista, que en los 9 años'corridos de junio de 61 a junio de 70, .apénas ha alcanzado a ¡¡.mortizarse con el 10 por 100 de los fondos $ 1.284,250 de deuda activa i $ 1.261,500 de deuda diferida. Los £aIdas a. deber de las tres cla.ses de deuda eraD en 1. de julio ùe ] 870 los siguientes: N ueva.activa $ 3.887,000 Antigua activa 14.972,250 Diferida. 14.784,000 0 0 o ••••••••••••• ••••••••• ' •••••• Total.. ... 33.643,250 S~uiendo esa propOrcion senec~8itarian 153 años para la estinclOn de la deuda; pero como a medida que crezca el 37+ pOI' 100 de las aduanas, i a medida que disminuya el capital .con cada arnortizacion, el remanente sube de precio, porque VA tomando un interes mayor, es claro que las a.mortizaciouessucesivas serian cada vez más altas, i qUe si para-amortiza.r 2 millones se han gasta.do 9 años, para. amortizar 34 millones no bastarían 153, siJ,loprobablemente 200 años. 1esto es precisamente Jo que ha sucedido: que el precio de amortizll.cion ha subido de 14-471 a qne se cotizó la activa en Josremates de 67 i 68, a 24-65 en el remate de junio de 1870; i de 6-88!, a 10-75 en la diferida, ;El seoor 19ua{;ioGutiéuez en los ~uo.drosd~mostr"ti¥6~ de las ventajas obtenidas por el nU6VO convenio, compaf&d() COD el de 1845, calcula, como una cosaIDui lisonJer-., que en el curE!& d.e 58 años, hasta 1918, solo tenqremos que pagar la módica .suma de $ 49.390,496 en la. forma siguiente: Para pago de intereses ..............................• 44.451,i41 Para amortizacion del ~pital.. .... 4.939,049 o •••••••• o ••••••••••••••• o' ••••••••••••••• $ 49.390,496 Ba.sta la enunciacion de estosresultadQs; basta leer estas cifras, para. comprend~r que el c()llvenio aotual es absurdo,; que 'Su cumplimiento es de todo 'Punto imposible para nuestro tesoro, aparte de que tenemos derecho perfectQ, pareI oríjen 'd.e IQ deuda i por los sacriticios que hemos hecho, para exi;ir que los ac¡:eedores reduzcan sus e.x:~jenciasa términ~ compatibles eon la satisfaccion de nue¡¡tr~ necesidades interuas. No deherá de ninguna manera. insi8tirse ~n un plan tan 'Complica.docomo el que propuso el seùor Camacho R, ique loa &Cr6idol'ell han rechaza.do COll justa. razo •. La propiedad i el ~GESTR,\ DEUDA EST~:RroR 79 valor es~imado de las salinas de Cundinamarcll. i Boyacil carece de toda base cierta de cálculo, sepat'aùos del monopolio; i cuando este monopolio Cll.!iino puede sostenerse en manos del Gobierno, como una renta nacional directamente aplicada a la satiRfaccion de las mas premiosas necesidades del servicio público, es imposible que una compañíll. estranjera, a una naciona.l, consienta en colocarse en una posicion tan falsa, como odiosa e insostenible. Q.ué deberá pues bacerse ? Una Gasa mui sencilla, tan sencilla, que por serIo no se ha visto, porque se tiene la idea fija. ùe que un convenio sobre amortiza:.:ion de Ulla gran deuda debe ser siempre algo mui complicado. Los articulas 12 i 13 del convenio vijente nos reconocen clara i terminantemente el derecho de amortizar en remate i de comprar la deuda al precio del mcrcaùo; clúusula cspec'ial, porque en todos los contratos de empréstito se estipula que la amortiza:.;ion se efectúe en lotería i a la par. Aquollas cláusulas contiosull pues clar:llnente, que por eloríjcn i las anormalidades e irreguInrida{les de los empréstitos colombianos, los acreedores re<.:onoceL que nosotros no estamos moralmente ohligados a pagar el importe nominal Je lu. deuda, sino su precio de bolsa. La oporacion es pues roui son cilla. Deberemos decir a los n<.:reo(;oros: ., señores, nosotros no podemos ùe ninguna nJl1.nera continul1r aplicando la cuarta parte del producto bruto de nuestras rontas para pagar indefinidamente los intereses de esta deuùa; estas operaciones pueden hUGCrse sobre el Tesoro de una nacían afianzada i rica, pero no sobre los escasos recursos de un pueblo pobre que apénas principia a vivir; tenemos pues necesidad indispensable de poner termino a una nego~ ciacion que nos abruma, que DOS condena a la miseria i a la. ignorancia; i usando del derecho que nos cODcede el convenio vijente, exijimos que el sacrificio que hacemos se aplique sin pérdida. de tiempo a la amortizacion de Ja deuda." Esta deuda vale lo sit;uiente, segun Jas últimns cotizaciones que tomamos del" Economista" de 31 de diciembre Último. N úmeros redondos: $ 4.000,000 de la nueva activa al 38 por 100 1.520,000 15.000,000 Je la antigua activa al 21.. 3.150,000 15.000,000 de la diferida al 9 1.350,000 S 6.020,000 Cuál es, pues, el problema que hai que resolver? El de dar _ a los acreedores, Call todas Jas garantías que ellos exijan, confondos cspocialea sobre el producto bruto de toùas nuestras I\lo.tas, t:.U~I, ailul1.li.daJ. fij3. e invariable, !n. que sea ne~csaria 80 NUESTRA DEUDA ESTERIOR. para que ellos contraten en Europa un empréstito que les pro(~uzca la su~a efectiva de 6 millones de pesos, eu clloJ1lbio del Itnporte nomInal de Id. deuùa. Bastaria que el emprÚstito con~r~tado fuese de 7 millones, al 85 i al 5 por 100, qlle pro. ducll'la $ 5.950,~00; pero fijemof;la operacioll en 8 millones, que al tUlsmotipo produciria $ 6.800,000, para que fueran de nuestro cargo todo') los descuentos i todas las comisiones ·ima.jinahles. Pucs bien, una anualida.d de 500,000 por 29 años, es la qu~ se necesita para cubrir lOi;intereses de los 8 millones al 5 por 100 i para amortizar el capital. El que quiera puedo rectificar la operacion con esta fórmula: * .. n _~~.-log~-",~-,') - log: (1 x r) n repre¡;enta el número de -aiíos que se busca, P la an ua. lidad de $ .'100,000,A el capital $ 8.000,000, i l' el iuteres de un peso en un ano. EPíLOGO. En vez de contratar un empréstito para rcdimil' 108 83 milloncs de la Deuda al precio del mercado, los acrecdores mismos convinieron en hacer ese empréstito con 81lS propios documentos, reduciendo su ,valora $ 9.756,000 conforme al convenio de 1.° de enal'O de 1873. Antes de estos escritos no r~jistra la prensa nacional nna sola línea encaminada a rastrear los oríjenes de estas negociaciones ni a demostrar la justicia mOl'al ilegal que nos asistia para pedir la red uccion de la Deuda a S11insto valol'. Si otro ántes qne el antOl' de este libro la hizo, que muestre BUStítulos, Tengo pues derecho para reclamar la precedencia en el importante servicio prestado al pais con el conxoeniode 1.0 de enero de 1878. Pero toda vía cste convenio no satisface a la JUBticia. Un T'laistan pobre como el nuestro, qne no tiene con qué construir un ferrocarril, no debe Bujetarse a nna erogacion de medio mi\lon de pesos an'uales solo para pago de intereses. Deberá pucs moè1ificarseel convenio, en el sentido de que esa suma se aplique íntegra i preferentemente a la amortizacion del capital, en sorteo i a la par, i dcspnes a la amo,rtizacion de lOBintereBCs) como se indicó nesde 1870' en la pájina. 79. NUESTRA CONTROVERSIAS DECDA SUSCITAllA8 D~: 1.0 lufo-me prc.entallo (Diario ~ODRE DR F.NF.ItO LA EJF.C'CCION llR DEL CONVENIO 1873. a la Cámara dc Reprcsentante. Oficia11lÙmero 81 ESTEnIOR. en 1816. 3706, de 6 de ab"il de 1510.) He examinado con la circunspeccion que la magnitud del negocio exije, todos los documentos relativos a las cuestiones i controversias que se ban suscitado sobre la intelijellcia i cumplimiento del convenio de 1.0 de enero de 1873 sobro amortizacion i pa.go de intereses de la Deuda esterior, de que el Poder Ejecutivo ha dado cuenta al Congreso, en la nota documentada de la Secretaría del Tesoro, de 2D de febrero \¡!timo, número 26, con cuyo estuùio me honr6 el Presidente de la Cámara. Las cnesti011cS promovidas por el Consejo do ~enedores de Bonos residente en Lóndres, solo merecen el nombre de tales por el hecho de haberse promovido.; porque todo, aun la que parece evidente, puede sujetarse a duda; porque no hai, Cll fin, palabras a signas pam. la comunicacion de las ideas sobre cuyo significado no pueda alzarse disputa; pero no porque los términos del convenio, entendidos gmmatical i racio. nalmente, puedan prestar el más lijero apoyo a las pretensiones del Comité de L6ndres; pues de paso advertiré que los acrcedores de Amsterdam ban hecho, en oposicion a los de Inglaterra, la mejor i mûs honrada dcfensa de nucstros derechos. Principiemos por el estudio de la que se llama la cuestion del fond() acumulai'ivo de umortizl1cion. El artículo 4.° del convenio, Único que trata o habla en todo él ùe fondo de amortizacion, dice así: " Durante los primeros cinco años, a partir de la fecha del presente convenio, el Gobierno de Colombia no estará obligado u asignar cantidad alguna para ln. amortizacion del capital de la Deuda estcrior. De 1878 en adelante destinará por trimestres £ 25,000, (8125,000), en cada año para la amortization de dicho capital. l,a dispuesto en este artículo no obsta para que el Gobierno de ColomlJia pueda señalar o aumentar en cualquier tiempo i en cllal(plicra suma el fondo de mnortizacion." En cumplimiento ùe este artículo, Duestro :Ministro señor Justo Arosemena, a quien tocó ln. ejecucion del convenio, hizo redactar el tex~o (le los Donas, dicicmlo (p1() dichos Valcs son ti 82 NL;ESTRA. DEUDA. ESTEIUOR. " redimihles por medio de un fondo de amortizacion acumular¿va de uno i cuarto por ciento al año"; eu vez de decir lisa i llanamente, empleandó los términos del artículo 4.°; que eran redimihles con nn fondo de $ 125,000 por año. El capital de la deuda era, cnando se firmaron los bonos, de ::; 10.000,000; i como $ 125,000 es uno i cuarto por ciento de 10.000,000, el señor Aroi';emena, allnC(ue no hizo bien en sustituir una frase técnica, por la frase corriente del artículo 4,° no incurrió en error aritmético al decir que los Bonos eran l'edimibles con un fondo acumnlativo de Ulla i cuarto por ciento anual; porque los $ 125,000 que en el primer ai'ío de la amortizacion (18iS) corresponden a 1 i t pOI' 100 del capital, (8 10.000,000), no son ya 1 i i, sino un poeo mái'; sobre el eapi. tal del segundo año, disminuido en S 125,000 importe de la amortizacion del primer, año; i así sucesi vamen te; i como el fondo permanece el mismo, aunque el capital mengÜe por las o.mortizaciones sucesivas, a en otros téJ;minos, como la proporcion del fondo con el capital va aumentando incesantemente a medida (lue este disminuye, por Ci';Ose dice que el fondo es acumulativo. Con efecto, cuando el capital sea solo de ~ 5.000;000, los 8 125,000 no representan ya ,un fondo de amortizaciQu de 1 i t sino de 2 i t por ciento. T sin embargo, apesar de esta claridad que abruma, los a.creedores, nuestra Ministro en Emopa i el i:3ecretariQ del Tesoro, han incurrido eil. el grave error de creer que el señor Arosemena tuvo laintencion de estipular¡ i estipuló en efecto, que la parte de interes correspondiente !II, 108 Bonos que fueran amortizándose acrecia a los $ 125,000 del fondo de amortizacion de la Deuda. El señor Zapata, cuyas opiniones respeto, incurrió en este error, aunque opina, por supuesto, que nuestro Ministro carocia de facultad pam hacer esa estipula.cion contra el texto del convenio, al cual debió ajustarse en la redaccion de los Bonùs ; i que por tanto ella, (la nueva ei';tipulacion), cailla GIla entiende, DO Ci';ouligatoria para la Repúhlica. " La formacion de un fondo acumulativo anual para la amortizacion del capital, dice en nota de 2 de juuio de 18ï;', es una condicion tan importante, que si ella se tuvo en ruira, ha debido estipularse espresaroente en el contrato. Si esa estipulacion 'falta, no hai duda que la obligacion del Gobierno está reduc.:ida fi destinar anllu.lmente b suma de $ 125,000 para amortizar el capital, i la suma necesaria para pagar les interetes cn la pro pare ion correspondiente a los Bonos amortiz!Hlos. " Pero como él parte tiel error de dar n. la fra¡;e del Bono un i:iguilicado insost(:lIible l'OHsu c:ollstruccion gramatic:al i Call él N ¡;BS'1'J:.\ OEun.\ ¡';STEIWlJL o·, O·) 1exto del convellio, ell ln. misma notu. agrega: " (jl/() CaIlla CIl Ulla deuda al portador, que se compra i vell<le liln'elllClÜe Cil till mere'tdo estra1.1.iero, os elllolJo nrmll(lo por el represen. tante del GoLiefllO el quc CSprll~u. las 01¡ligaciolJcs contraidas por éste, si despucs dc año i llledio Jc omitida la Deuda viuicra el Goùierno a resolver que el f01.1doIle :lmortizaeion no es acu. n.1Ulativo, i (lue 011los llanos hai error, este ado ¡;eria cOll¡;iderada de mala fe, i de Ulm plumada quedaria arruinado el cré_ dito de la Itep:íLlieu.." .El Se¡;ruturio ùel Tesoro. <lice, p;'jillU lU de lu. :Memoria; " .Eu rigor de dere¡;ho podria des¡;onoccrse la cláusuln refe_ rCllte al fOlldo acumubtivo, porquc !lO cOllteni~ndola el COllvenia, su inclusioll en los DallaS impli(;a una moJifiea(;ioll sustancial de la pactado, que el representalltc del Gobierno colombiano no tcuia autorizucion para !t(;cptar; i probaLlemellte no habria tribunal cn el mUltdo c¡ue condenase a la RejJúLlicl1 11 somcterse a ell:1, si el caso huhiera dejtlzgarse por la lei del contrato que diú oríjen a la. cll1ision de aquellos documento~. Pero i serin. decoroso pam Colombia i convenicnte n su ¡;rédito replllliar una ohligacioll sOlen1l1Clllente aceptada i recollocida por un Ajellte suyo, inve'itido de clevado carácter público 1 Las poderosas considemciolles cspuestas ell lu nota de nucstro Ministro en Europa, a que me he referido, responden ncgativamente a esa pregunta." rHas yu hemos visto que se ha ineucido en un gravísimo error al dar a la frase del BOllO \Ina intelijencia insostellilJle Con Sll construccicn gramatical i con los térmillos claros del contrato, al cuul, como lt su le.iítima fuente, ùeueria ocurrirse para uusear su rect~ i raturaI interpretucioll. Para comprender la l'ccta illtdi.ieneia, (aun prescindiendo de los térrllillo;;clcl Convenio), de la frasc Cll disputa, supongamos q lie ell vez de dècir: " redilllibles por l1Jedio de un fondo de :1lllorLizacioll UCn1ii'L*d¿t·o de uno i cuarto por eiento al año," huLiera dicho: "redimibles por mellio de UlI foudo de amortizacion do uno i cuarto Ijar cicuta al aîío." . Ent(Jl1ccS 'lucrria esto decir qlle aunque el esponent.e de b amortizacion, (1~),permanecia el mismo, su y11,10rcorno cantidad ùc¡;recia an lInlmentc a medida que disminuia el capital de la Dcuda con caùa amortizacion. En el primer año seria];} dc S 10.000,000 igUllI a 8 12¡j ,000 . En el 2.° It de 8 9.875,000 123,1:H-üO En el 3.0 l~ de 8 9.750,000 121,875 . En el 4.0 I} do 8 9.625,000 120,312-50 En el5.o q de S !JJ>OO,OOO .......•...•............ 118,7:>0 '" I ad suCe~iYallicllte. 84 NUESTRA DEUDA ESTERTOR. El acumulativo significa, pues, que la mengua en, el valor relativo del esponente de amortizacion se acumula siempre a l>Í mismo para que no decrezca. Para que los $ 125,000-li del capital orijinario de la Deuda - so acumulara, a otra cantidad distinta, cual ]0 es ]a de los intereses sobrantes de los Bonos que van amortizándose, seria preciso haberlo dicho espresa i claramente, COmosi se hubiera querido estipular que a dicho It 'acreciera otro cualquier fondo, por ejemplo, el excedente de la renta de adut.nas sobre tres millones de pesos. ' De acuerdo con la estipulado en el convenio de 18 de diciembre de 1873, tuvo lugar en Lóndres, el17 de diciembre del mismo aüo, una amortizacion pot sorteo i a la par de £ 48,800, $ 244,000 de Bonos, lo que redujo el capitaL de la Deuda a $ 9.756,000. , A la suma amortizada, $ 244,000, corresponden $ 10,980 de interes anual al 4t por 100, a sea.n .915 por mes, que con•. forme a la corruptela establecida por el Comité de Tenedores i a la indebida condescendencia del Gobierno, se en. tregan mensualmente en la Tesorería al Ajente de los acreedores contra todo derecho. Tambien debe deducirse del capital de la Deuda la suma , de £, 16,000 o $ 80,000 importe de Bonos que quedaron sin emitir desde 1861, por no haberse presentado los dueños de los antiguos vales neo-granadinos, i que hoi pertenecen a la República por prescripcíon. El señor Arosemena reclamó esta suma., pero el Consejo de 'l'enedoresha rehusado su e~tr~ga, segun nos la informa el Secretario del Tesoro en la pájina. 28 de la Memoria. El Consejo pretende que los indicados Bonos se le entreguen para aplicar una parte de su valor a gastos de conversion'de la .Deuda, i la otra pa.ra hacer frente a las reclamaciones que pueùan presentarse por los Tenedores los antiguos vales. El capital de la Deuda solo es, pues, de $ 9.676,000, deduccion hecha de los $ 80,~OO de los Bonos prescritos. Este capital gana 4~por 100 hasta 31 de enero de 1877, i 4~de 1877 en adelanto i i como solo estamos obligados a aplicar para su amortizacion $ 125,000 desde 1878,]a diferencia de erogacion de numerario para servicio de amortizacion de la. Deuda, segun que el Convenio se cumpla COIllOestá escrito, o que so tolere el abuso del fondo acumulativo, tal como la entienden los acreedores, es el que resulta do los guarismos del siguiente cuadro, en el trascurso de diez afios solamente: <f NUESTRA DEUDA 85 ESTERIOR. :i:~S-.---_.- Er;g~~i~~-:OnfOr::l-. . -f874- .. ~=]1875 1876 1877 1878 187!) 1880 1881 1882 1883 Totales $ ., 125,000 125,000 125,000 125,000 125,000 125,000 !50,000 con;e~~o~-¡~O~-OqUie~e~:~ acreedores. =::-:~$-10:980 . 10,980 10,980 11,590 136,5!)0 142,527-50 148,4135 . 154,402-50 160,340 . 1136,277 -50 $1 !);,)3,132-50 La cuestion es tan importante que, como lo observa el señor Zapata en su nota de 2 junio, si el fondo acumulativo se entiende como lo sostienen los acreeùores, ln. Deuda quedad, estinguida Cil un período de 30 años, a contar desde 1878, a tiempo que si solo se aplica a la amortizacion la suma de $ 125,00U, será necesario el trascurso de más de 80 aiios para su redencioll final. Se comprende igualmente que 'el precio de la Deuda tiene que afectarse mucho, segun que la euestion se resuelva en uno u otro sentido j i como ln. República tiene por el Couvenia la faculta<.lde aplicar otros fondos para la amortizacion de los BOllOSal preoiu l'ibre del ?1w?'cwlo, la diferencia pueùe ser <.leuno u.dos millones de pesos en toda la operacion. Yo por mi parte creo que la Hepública llO debe despreciar esta ventaja, sin faltar en nada al tenor literal de las estipulaciones del Convenio. Pero se dice, ciudadanos Representantes, que debemos permitir ostas cosas, para no l)erjudicar nuestro crédito. Este es un sofisma con quo se osplota lluestra credulidad. La Nacion no tiene crédito propio, si puedo esplicarme así, por mu.s sacrificios que baga para pagar la que deùo, como lo prueùa el hecho de que nadie nos da una libra en Europa sin exijir110S prendl.l,. Entónces no somos nosotros sino la prenda la quo goza de crédito, i es, por tanto, completamente inútil el que nos dejemos esplotar por pretensiones injustas con el sofisma del créùito. SG ~UESTRA DEUDA DESCUE~TO ESTERIOR. DE LAS LETRAS. :El artículo 3.° del Convenio dicé : " Las sumas destinadas al pago de intereses, ($ 37,500 por mes en los primeros cinço años, i despues en la proporciou correspondiente), lo mismo (lue las destinadas a la amortiztlcion del capital, se eutregar{m en la Tesorería jeneral de la Union por mensualidades vencidas, en libras esterlinas o su equivalente, al Ajcnte de los tenedores de Bonos en BogotÚ. Hecha la entrega a dicho Aj'ente ee~a toda responsabilidad por parto de la República." I el artículo 5.° dice: _ " Los Cupones i los Bonos sorteados serán pagados en Lúndrcs por los Banqueros i Ajentes del Gobierno, a por los de 108 tenedores de Bonos, i el Consejo do dichos tenedores determinará los honorarios que deben pagarse a los que intervengan en esta operacion, la mismo que en las demas relacionadas con el presente convenio. Para atender a estos i demas gastos se deducirá de los intereses pagados i del fondo de amor tizacion de los Bonos sorteados, hasta un dos i medio por «ciento. El pago de los Cupones tendrá lugar cada tres meses." Por manera que la RepÚblica tiene el derecho de bacer los pagos eu Bogotá, i la. obligaciou de rescatar los Cnpones i Bonos en Lúndres. Los acreedores tienen a sn tUrllOla obliga. ciou de recibir el dinero cu Bogotá, pero tienen el derecho 'eIe trasladar sus fondos a Lóndres en especie a por medio de letras, como ellos lo crean más económico i seguro, puesto que la. operaciou se hace bajo su responsabilidad. Los foudos se entregan aquí en especjes metálicas al Ajente, Con más el premio de cambio comercial entre las dos plazas, para reducir pesos colombianos a libras esterlinas en Lóndrcs; i el Ajente en uso de su derecho compra letras a 90 dias vistas, que es el plazo del jiro corriente. Sucedió, pues, que por esta razon-Ia del plazo de las letras ag~egado a los 45 dias qúe tardau en llegar a Lóndres-el1.° de abril de 1875 solo habia en caja la tercera parte del dinero que se necesitaba para pagar el cupon del trimestre que ven· ció eu 31 de diciembre de 1874; la otra tercera parte ingre. saria el 18 del mismo abril, i el saldo cI 2 de junio. Para salir de la dificultad resolvió el Consejo descontar las letras no vencidas. El descuento costó £ 136-:.?chelines i 11 peniques; icon tal motivo se ba suscitado la disputa de si cuando esto ocurra i haya necesidad de descontar las letras no vencidas para pagar oportunamente el importe de un CUPOD, este gasto es de cucu. ta del GoLierno a de los acreedores. ~UES'l'lL\ UEGD.\ m'TERroR. 87 Creo que en estricta .iusticia. el gasto debe ser de cuenta del Gouicrno couforme al artículo 5.°; pero en la práctica la cuestion car,}ce absolutamente de importancia, porque si se declarara qUJ era de cargo de los acreedores, a éstos les bastaria, para evi'Alr esa pérdida, dar óroen a su Ajente en Bogot:í para comprar letras pagaderas a 30 Gias a a la mas a 60, i cailla estas letras valen naturalmente más que las letras onlinarias a 90 días, i como el oallll.io es de cargo del Gouierno, seria el GoLierno en detinitiva el que pagaria la. diferencia. PÉRDlDJ. DE FO~DOS l'Olt PROTESTO DE LETRAS. Ape¡;ar <le lu. perentoria estipulacioll contenida en el artí. culo ;~.odel call venia, cuya lectura delle repetirse en este lu. gar, en virtud de la cual la RcpúLlica queda libre de toda res. ponsabilidad call el pago hecho en Bogotá, el Presidente del Consejo de t3ueJores, Mr. Leonel N. BOHal', ha pretendido en nota dirijida al l'erraI' Zapata con fecha 13 de noviemure último, que se encuentra entre los documentos, poner en duda la. respomabilidad eJe los tCIleùores en caso de pérdida a protesto de \as letras de cambio, que su Ajeute compra en Bogotá por su cuenta i riesgo con los fondos que le entrega la Tesorería. Semejante prc-,.ension es verdaderamente escandalosa, siendo este el térmiuo mas suave que vuestra comisiou deba emplear para calificarla.. l'ero Cailla de llecllo, en caso de pérdida do las letras, 101> cupones 110 pa.gados, que son ùocumcntos al portador, queda. rian circulando en el mercado, sin poder ser l'ecojidos, i como a la larga, por mas injusta que fuera, se formularía i I>osten. dría la correspondiente reclamacion, i Corno al tin nosotros concluiriamos por satisfacerla, Con el sofisma del crédito, es iudispensallc, ciudadanos Representantes, que no dejeis pasar las presentes sesiones sin lejislar sobre el particular. El infrn.sc:rito ha cumplido con su deller estudiando este negocio Call la más granùe atencion. Toca ahora a la sabiduría de la C:í.mar:\ pesar con imparcialidad Jas l'nones espuestas en (lste informe i deciùir la que exijan la justicia i la honradez. En conseJuencia de este informe, la Cámara de 1877 adoptó las siguientec:; resoluciones que han sido cumplidas: "1.0 El Poder Ejecutivo procederá inmediatamente a exijir -que el Ajent{l del COllsejo de Tenedore':i de BOllOSde la Deuùa 88 NUESTRA DEUDA ESTERIOR. eBt~riorreintegre al Tesoro las dos mil libras esterlinas (£ 2,000) sus intereses i premio de jiro, que el Ministro de la República en Lóndres suministró en calidad de reintegro a dicho CODsejo en julio de 1876, en reemplazo de una letra de igual valor, que el mencionado Ajente compró aquí, bajo su responsabilidad, para el servicio de la Deuda, con los fondos que le entrega la Tesorería jeneral, de conformidad con el artículo 3.° del Con. venio de l.e de enero de 1873, i que fué protestada. "En lo sucesivo se exijirá <tueel Ajente de los acreedores dé a la Tesorería jeneral un recibo en forma de cada pago, en el cual se incluya la parte final del artículo 3: del Convenio. Al completarse aquí la suma correspondiente a los intereses de un trimestre, se exijirá que el recibo esprese que por este mismo hecho ha quedado i queda cancelado el respectivo cupon de la. Deuda. Si el .A.jente de los Tenedores se denegare a espedir los recibos de los pagos en esta forma, o si de cualquiera manera. se continuase sosteniendo for parte de los a.creedorefl,contra la perentoria estipulacion de artículo 3." del convenio, que a la República puedo quedar alguna responsabilidad por pérùida de fondos o protesto de letras en manos del Ajente, el Poder Ejecutivo dispondrá que el servicio de la Deuda so haga en lo sucesivo en Lóndres, remitiéndose 108 fondos directamente por la Tesorería jeneral, como lo autorizó el inciso 4.° de la lei 55 de 1876." pERVICIO POSTAL FRANCES. Sinúpsis del estudio hecho Cil las Administraciones ~ de correos de Paris Cil 186R, acojido por ci Gobierno Colombiano i publicado en el" Diario Oficial" del mismo a;;o, con el objeto de servir a la mejora de e.te importante ralJlO en los Estados Unidos de Colombia. DE IJO QUI~ DEBE ESTUDIARSE, I DE LO QUE 1'0 DEIŒ ESTODIARSrl EN FRA~CIA. Seria necesario cerrar los ojos Il. In. luz del medio dia í negar la historia., para desconocer que despues del gran alumbramiento de la revoluciou de 89, la Francia ha teniùo costantemente, bien levantada, independientemente i al traves de todos sus cambios de gobierno, la antorcha que ilumina el munùo civilizado; i que su literatura, su periodismo, sus libros, han sido i son los grandes conductores todas las verdades política,;, rcIijiosas i sociales que forman el credo de los paises Ii bres. Bien sé que muchas de estas ideas han nacido i se han elaborado en el cerebro de otros paises, sin la concurrencia de la Francia; que la soberanía de la conciencia i la libertad relijiosa sou hij3.s de la Alemania. del norte; que el gobierno representativo, las ~arautías individuales i Jas liuertades públicas florecian ell lnglaterra, i habian ya fUlldado del otro laùo del Atláutico las doce colonias liures que hoi forman el gran pueblo americano, ántes de que la Francia pensara en despertar del sueño del feudalismo. Sin embargo, esto no camùia ni rebaja en nada el destino asignado a la Francia: siu su cooperacion, Sill Sll con tacto, esas conquistas, esas revoluciones, habrian quedado confinaclas a los paises que lus eln boraron, o se Laùrian clesnrrollado en el munclo con suma leutitud, porque a los otros pueblos les falta el don de la comunicabilidad, la faculta.d de lu asilllilacion, el misterioso pocIer ùe la simpatía quo tiene el pueùlo frances. La .Alemania es paru ue DO SERVICIO POSTAL FRANOES. los alemanes; la. In~laterra. ès para los ingleses; la Francia es para todo el mun<1o. I como si hubiera necesidad, para que este fuego no se estinga, de que la nacion que lo alienta ande siempre, como en pos de un fuego fátuo, en persecucion de su lumbre, la Providencia, en castigo de sus estra vios" parece que ha condenado a la Francia a no alcanzar nunCa la luz que espa\,ce a su alrededor. Semejante a esos faros iluminados por la luz eléctrica, cuya claridad se proyecta a muchas leguas en el océano, i que dejan en la sombra la base que los sostiene. La templanza es la lei moral a la cual está sujeto el goce de todo bien, i esta es ]a virtud de que la lt'rancia carece. Nunca ha sabido usar, sino abusar de la libertad, i por eso la lihertad huye de ella, como huyen los placeres de los sentidos entorpecidos i estragados por una disipacion prematura. Así, al pais que s~ ha sacrificl!do por h libertad de los otros pueblos no se puede venir a estudiar prácticamente, en forma de instituciones, los resultados de sus docirinas; pero si el americano del sur no puede ni debe venir a estudiar en lt'rancia la política, sí debe venir a estudiar la administracion. No hai ningun pueblo en el mundo, tan admirablemente dota. do, ni donde se haya hecho el estudio que se ha hecho aquí, para administrar todó'lo que exije la paciente labor del mó. todo. La reglamentacion i el centralismo son la manía de la administracioll pública eu Francia, de donde resulta que, como el gobièrno tiene que esforzarse por gobernar lo ingoberlla.ble, su obra es perfecta en todos ·108 departamentos administrati vos que caen naturalmente en la esfera del gobierno. No creo que haya un solo viajero, por superfiúial que sen, sea cual fue re la ciudad del mundo en que habite, que no se haya sorprendido de admiracion a la vista del servicio municipal de la ciudad de Paris. Solo es permitido a] parisiense, es decir, al que ha naciùo viéndo]o, di:spensarse de admirarlo ; pero DO bai estranjero, el hijo de Nueva York inclnsive, que no deba asombrarse de este prodijio de arte en materia de regla.mentacion oficial; porque es verdaderamente estraordinario ver unn ciudad de dos millones de almas, tan linda, tan aseada, tan coqueta como la quinta de recreo de un opulento millonario: ver esta ciudad donde puede salirse con botin de rasa en invierno, porque DO hai una sola calle, por retirada que fiea, donde sus barredores no hayan limpiado una faja para pasat, i donde no hai polvo etl verano, porque los bomberos nolo dejan levantar con su incesante riego. En Franda, pues, debe estudiarse, con seguridad de obte. ner gran provecho, todo lo qué:exija el mecanismo de la regla. mentacion i de la vijilancia administrativa. mŒVlCTO POSTAI, Dl FR:\~CES. Deho n. los "[menos oficios del señor Geofroy, antiguo secretario de In. l,e;;acion francesa en Bogotá, la recomcndaciou que oùtuve del jlinistro Je negocios estranjeros para el señor Vaudal, Director jeneral de correos del Imperio, con la cual se me diú carta Llanca para ser admitido en todas las oficinas de la capital con órdeu de que se pusieran a mi disposicion todos los datos, lil)ros i lUoJelos que necesitase, i de que se me diesen por los empleados cuan tos informes creyera con venien te pam llenar mi ol¡jeto. Las observaciones con tenidas en este escrito son, pues, el resultado de un estuùio prÚctico hoe1l0 en las oficinas ùe Correos de Paris, principiando por el burean de menor categoría i concluyendo por Iv. A(lmillistracion jeneraI, donde se centralizan toùas las operaciones. m: LA XAl'URALE7,,\ DE LOS SERVICIOS SE ENCARGA Qt;J<: EL CORREO DE PRESTAR. 1\0 creo que nosotros debamos imitar a la Francia, atrillllyéndose el Estado el monopolio del correo, para venir así a crear un delito irnajinario i sujetar a pesquisa el ejercicio de la llecesiùaL mas imperiosa de la vidû social, el de la comunicacion del bombre con el hombre. El Gobierno de un pais libre no debe preocuparse de hacer del correo una renta, silla de preselltar pr.rfectamonte organizado, l>ajo ln, fe i la rr.spollsabilidad de la N acion, el servicio de la cOlllunicacion interior i esterior, como un elemento indispensable de vida i de progreso, i como un título sin el cual no puede ningun Gohierno llamarse civilizado. Si el objeto, pues, del correo oficial es el de prestar un servicio público, apénas es eODeebible el absurdo de impedir que el público se sirva libremente a sí mismo por otros conductos, haciendo del correo un monopolio fiscal. Por tanto debe ser permitido a los viajeros í a todas las com. pañías i empresas particulares, conùucir i trasportar Correspondencias, 11eriódicos, papeles, caudales i los demas oujetos que trasporte el correo oficial, escepto cuanùo se haga soLre los vehículos flnviales i marítimos que la N acion paga. En 185G, siendo yo Director jeneral do rentas, i cuando esü~ba de Ill~da, como el non' plU8 ultm deL liberalismo, la doctrina ecollómica del deju1' hace?', falsa como principio ah. soluto, verd[;dera solo en su acepcion paradójica, de que los gobiernos deLen dejar hacer todo aquello que no deban hacer; en IS5û, digo, liaS propusimos el scñ0r N {¡fiez, Secretario de Hacienda, i yo, dejar ¡weer los corroos, es decir, dejar Sill 92 SERVICIO l'OSi'AL FRANCES. comunicacion a 108 pueblos que estábamos encargado8 de ser. vir. Entónces suprimimos, como medida liberal la mayor parte de los correos internos, dejándolos reduci~os a unos pocos que ponian en comunicacion la capital de la República con las capitales de las provincias i con las administraciones de rentas. Creo que mi ilustrado amigo el señor Núñez, que despues se ha puesto en contacto con el mundo civilizado, recor. dará este acto, no diré con vergüenza, pero sí con tristeza. Lacomunicacion acelerada i regular entre los diversos pueblos que forman una Nacion, es una necesidad tan urjente como la de que se administre justicia i que haya una fuerza pú. blica que reprima a. los malos i dé seguridad a los inocen. tes. Hoi no se concibe un pueblo civilizado sin correos, como no se le concibe sin tribunales i sin policía. -i Cómo está servido el correo en los distritos rurales i en 'los campos? preguntaba. yo a Mr. Paturaud, el Jefe de la Oficina principa.l de la calle de Helder donde principié esto estudio. -De la misma manera que en Paris, me contestó; no hai una. habitacion francesa, no hai una sola cabaña del Imperio, por pobre i retirada que esté, a cuya puerta no .aya a tocar el factor del correo. Esto se llama administrar; esto es devolver ciento por uno del dinero que se arranca al contribuyente para los gastos del servicio público. La lei atribuye en Francia il. los correos nacionales el monopolio del trasporte de laB cartas, de los diarios, hojas sueltas, publicaciones periódicas, i paquetes de papeles, C1lyo peso no exceda de nn kilógramo. Están esceptllados cie este monopolio: ].0 Las cartas i paquetes de papeles que un particular envíe a otro particular por medio de su criado o de un espreso. 2.° Los manuscritos, cartas i planos. 3.° L03 autos i procesos, es decir, las piezas relativas a una actuacÏon civil que se siga ante los tribunales. 4.° La.s publicaciones no periódicas, i en jeneraI todo im. preso no periódico, Con tal que no lleve escritura caligráfica, i que no tenga el carácter de aviso o de circular. 5.° Los diarios, relaciones, anales, memorias i boletines, periódicos consagrados únicamente a lils letras, las ciencias, las artes, la aO'rLcultura i la industria, cuando están' reunidos en un paquet~ cuyo peso exceda de un kilógramo, o cuapdo hacen parte do una remesa do librero, que excede este mismo peso, pero bajo la condicion espresa do que en uno i otro caso los ejemplares no lleven ninguna moncion o inscripcion desti- RETIVTCIO PORTAL FRA~CES. 03 nada n facilitar su envio n. otms personas distintas .ùe los destinatarios del paquete. 13.°Los conoèimicntos i factums que acompañen las mer. cancías, cuando no contienen sino las enunciaciones indispensables para la entrega del objeto mismo que se acompaña al conocimiento a la factura. 7.° Las notas de comision de que son portadores los ajontes mismos, i cuyo o~jeto esclusivo es couferirles autorizacion o mandato pam entregar la mercancía que conducen a para tomar la que dehen traer. 8. Los papcles relativos al servicio personal de un empresario de caminos, cuando circulan sobre la línea que él esplota. Las piezas ù,].'lignadasen los tres Últimos parágrafos deben estar siempre ahicrtas fi. la inspeccion, bajo fajas. Los paquetes de papeles que exceden del peso de un kiló. gramo, despachados por otra vía. que no sea la del correo, no <Ieboucontener ninguna carta a nota que tenga el carncter de una correspond.encia, ni diario a publicacion periódica que trate en todo a en parte de materias políticas o de economía social, ni prosllecto, circular ni aviso impreso, litografiado o autografiado. toda eontravencion contra el monopolio atrihuido al correo se castiga con una multa de 150 a. 300 francos. En caso de reincidencia, la multa no puede ser menor de 300 francos, pudiendo llegar hasta 3,000. AJ-emas del monopolio atribuido para el trasporte ùe las cartas, diarios, hojas suoltas i publicaciones periódicas, i paquetes de papeles Jel peso do UIl kilógramo, el correo se encarga.: 1.0 Del traRporte de los títulos i valores fidnciarios de toda naturale7.u. 2.° Del trasporte de objetos preciosos de pequelin. dimension, designados bajo el nomhre de "valores cot.izados." 3." Del trasporte de libros, grabados,litografías iautografías. 4. o Del trasporte de muestras. 5.° Del trll,sporte de tarjetas de visita .. 6.° De ln. trasmision de fondos por medio de jiras de unas oficinas de correos sobre otras, jiras que se entregan en cambio del d.incro que so deposita. 7.0 De ln. recepcion del precio de suscricion a Jas diarios oficiales. 0 D E; LA CORRESPONDENCIA EPISTOLAR. Cuando el que dirijo una carta no quiere que se lleve :lo domicilio, SiDOque se conserve en la oficina hasta que el destinatario venga :lo lmscn.rla, debe indicado por estas palabras: " Poste restar. te," sllstituidas a ]a direccion de] domicilio. 94 Sl<mVICIO rOS'l'AL FRANCES. -_.~---------_._-_.-_. __ .__ .._----,~ Es prohibido hacerse dirijir cartas ba.io un nombre supuesto, pero es permitido hacérselas dirijir bajo simples iniciales. Las cartas que por cualquier circunstancia no han podido ser entregadas, se devuelven de oficio al remitente, siempre que por el sello, o por una mencion manuscrita, pueda conocerse el nombre i domicilio del autor. Es permitido encerrar en las cartas certificadas, leUres chargées, títulos i valores fiduciarios de toda naturaleza. La lei prohibe incluir en las cartas, certificadas o no, ma. terias de oro a plata, alhajas u otros ohjetos preciosos: prohibe ademas en las cartas no certificadas la inclusion de billetes de hanco, bonos, cheques al portador, cupones de dividendos o intereses pagaderos al portador. La infraceion de estas disposi. ciones so castiga con una multa de 50 a 500 francos. Cuando un pat,ticulo.r quiere rectificar la direccion de una carta arrojada ya al huson de una oficina, i de que aun no se ha dispuesto, puede hacerla en presencia del empleado i sin retirada, presentando el sello i un .fac símil de la direccion. Para que un particular pueda retirar una carta, es preciso, independientemente de las precauciones arriba indicadas: 1.0 Que por Uila declaracion escrita se constituya autor de la carta. 2.· Qlre se someta a responder, a quien haya Ingar en de re· C11O, de todos los efectos de la supre~ioll o del retardo de la carta. 3,° Que sea personalmente conocido del jefe ùe la oficina, o que venga acompañado de dos testigos domiciliados i conocidos. 4,° Que la carta sea abierta en presencia de estos testigos, a fin de que el efe se asegure de la identda.d de la fhma de la carta, con la firma del reclamt\llte. La Francia conserVlt tod::..vía el pemieioso sistema, cuerda. mente abolido en Colombia, de admitir correspondencia a debe (lettl'os et paqnets taxés), disposicion que da lugar a innumera. bleil abusos, i a que la Adrninistracion se cargue anualmente con el trasporte de muchas toneladas de correrpondencias i paqnetes rechazados por los desti:lll.tarios. Ademas, no debe ser lícito poner a nadie a' disposicion de todos los impertinentes que quieran escribirle, ni roortificarlocon la ansie,dad i la duda de si deber:l rehusar una carta cuya procedencia ignora, Los ahusos fiscales pueden ser por otra parte mui cousiderables. MonsieÚr Paturaud me decia que últimamente se habia descu. hierto una t¡'ampa roui cUriOSI\: dos negociantes tuvieron por muchos aîíos como señal convenida para practicar cierta ope. raeion, el envio de ulla carta a debe, carta quü el destinatal' io rehu'iuba siempre, la cual vino a de.scubrirse por la repeticio Il .r SERnCTO rOST.\L FRAKCES. regular i constante del hecho, que despertó de Ull empleado del ramo. al fin las F;ospechas DE LAS CARTAS CERTIFICADAS. I~lámase certificada la carta cuyo depósito se hace constar auténticam:mte ell una oncina de correos i por la cual se da Ull recibo al depositario. Estf\s cutas i -paquetes no pueden pasar de manos de Ull ajente a otro, Sill que el ajente que las recibe descargue al qne las traFmite; i no pucden ser entregadas sino al destinata. rio mismo, o a un delegado de este destiuatnrio, provisto de un poder en forma. Ln. administ.racion se encuent.ra, por cOllsi. guiente, en cupaeidad de seguir el curso de una carta o de un pa(luete cerlificltdo, i de justificar en todo tiempo su entrega al destinatario, el dia i la hora en que esta entrega ha tenido lugnr, o de devolver la carta i dar las esplicaciolles necesarias cuando por cualquiem causa no ha podiJo efectuarse la entrega. Al reve:\ de lo que suceJe entre nosotros, la Administracion en Francia no tiene nada que ver con el contenido de una carta certificada, ni el que la deposita tienc l)aTa qué enseñarla ni abrirla en la oficina. Las disposiciones a este respecto, i que me parecen dignas de atlopt:tr~e, son las sigui en tes: El deponente presenta su carta CerTalla i sellada con su sello particular, ·3n lllímero de cinco, para que cierren el centro i los cuatro ángnlos de la cubiürta: el deponente puedo hacer o no la declaracion del valor de sn contelJido. Si no }¡ace lleelaracion de valor, el Estado le tJ,cuerda en caso de pérdida, una indemnizacion de 50 francos. En caso de declaracion de valor, esta declaracion no puede exceùcr de 2,000 francos por cada carta o plic:~o, ni el Estado responde por Ulm suma mayor. Pero es permitido al doponente dividir los valores do qne qllip.re ase!!urarse, rep;¡.rti,;n(lo]os en tantos pliegos certificados de a 2,000 francos, euantos sean necesarios para cubrir la suma, aunque se dirijnll It Ulla misma persona. Preguutaùo monsiclU' Pduraud qué objeto tenia una disposicion qne podia cludirse tan fÚcilmellte, me contestó: (lue era puramente preventiva, para notentar la probil1ad ùe un simple factor con la sustracion de una curta que contuviera 20, 50 o 100,000 frar.cos, no siendo probable Cjue por 2,000 francos alguicn sc nH'l1tllrase a perder su empleo i a desafiar hs severas penas impuestas por la lei, en un pais donde 110se practica la Ï!npulliclu(~. Las cartas i pa(ll;ct(;~ (;<:r'tifi<:ado;;lmeùcl.: dÜijil~C, COInO la~ 96 SERVICIO POSTAL FRANCES. cartas ordinarias, a domicilio o a la lista (poste restante). Sin' embargo, cuando una carta certificada contiene valores declarados, esta. carta o este paquete, si está dirijido a una habitacion rural, no se lleva a domicilio: en este caso el jefe de la oficina. debe enviar gratúitamente un aviso al interesado. Todos los factores de los distritos rurales están autorizados para aceptar de los particulares el encargo de retirar de las ofi. cÍi1a8las cartas que contienen valores declarados, pero sin que por este acto se haga responsable la administracion. DE LOS VALORES COTIZADOS. Llámarise valores cotizados los objetos preciosos de pequeña dimension admitidos para responder de sn valor. La estimacion de un valor cotizado no puede bajar de 30 francos, ni exceder de 1,000 : este valor se establece contradic. toriamente entre el empleado i el deponen te ; en caso de discordia prevalece la estimacion del empleado. Los valores cotiz~dos tienen, pues, que exhibirse para su ndmision: la caja que los contenga no puede exceder·de 10 centímetros de larQ"O,8 de ancho i 5 de espesor, ni los objetos i la caja reunidos exceder del peso de trescientos gramos. Los valores cotizados no se llevan fi. domicilio sino en los distritos donde existen oficinas principales de correos: cuando están dirijidos a distritos rurales, el destinatario debe venir a retirados en persona o por apoderado. En caso de pérdida de un va.lor cotizado, la administracion reembolsa el precio de estimn.cion a que fu~ admitido. DE LOS UBROS, GRABADOS, LITOGRAFÍAS E mPRESos EN JENERAL. Los impre~os de cuyo trasporte se encarga el correo en el interior de Francia i para las colonias, se dividen en tres clases. La primera comprende los peri6dicos i te vistas periódicas que tratan en todo o en parte de materias políticas o de economía social, i que aparecen por lo ménos una vez por trimestre. 06. brase por estas un porte uniforme de 4 céntimos por cada ejemplar hasta el peso de 40 gramos. Excediendo de 40 gramos, el porte se aumenta en la. proporcion de un céntimo por cada. 10 gramos o fraccion de 10 gramos. La segunda categoría comprende los -péri6dic08,anales, me. marias i boletines periódicos consagrados unicamente fi las letras, las ciencias, las artes, la agricultura i la industria, con tal de que aparezcan por la ménos una vez por trimestre. Oóbrase por estos un porte de 2 céntimos por cada ejemplar hasta el SERVICIO pOSTArJ FRANCES. 97 peso de 20 gramos: de ahí en adelante e: porte se aumenta en la proporcion :le un céntimo por cada 10 gramos a fraccion de JO gramos. Los impresos tle las clos primeras clas3s, destinados para el interior del departamento en el cual se publican, no pagan sino !a mitad de los portes arriba indicados. La tercera clase de impresos se compone de circulares, pros_ pectos, avisos diversos i rrecios corrientes, con a sin muestras, libros, grabados, litografías i autografías, en hojas sueltas, a la rú~tica a encuadernados; i en ieneral, de todos los impresos. dis_ tiutos de los especificados en las dos primeras clases i cuyo porte es de 1 cÚntimo por cada ejemplar hasta el peso de 5 gramos. Forman la cuarta clase, los llamados papeles de comercio o de negocios, (palne?' d'affaires). Se consideran como pnpeles de negocios: Jas documentos de toda clase autorizados por abogados. notarios, escribanos, oficiales de justieia i funciona. rios plíblicos en jeneral; los couocililientos, las p{¡lizas, do_ cumentos de contabilidad, facturas i p61izas de seguro; las copias de documentos privados escritos en papel sellado, los borradores a manuscritos destinados a. la prem;a, a dirijidos a. las academias, liceos i sociedades de cualquiera clase, i jeneral. mente toùo ma.J.uscrito destinado a no a la publicidad, con ta.l que no contellg'a nada que pueda darle el ca.rúcter de una conespondencia actual i personal. Como no creo que en ningun caso deba abrogarse la regla. felizmente establecida en Colombia, que prohibe la admision de correspondencia que no haya. sido préviamente franqueada, me abstengo de esplicar las disposiciones de la lei francesa. sobre correspondencia a debe. Debe saberse, sinembargo, que esto apareja aquí mismo grandes inconvenientes, i que solo se sostiene por no chocar con las costumbres tradicionales del pais. Así, en el año de 1867 la Administracion se ha cargado con el trasporte de 2.066,688 cartas cuyos portes no han podido percibirse. Gozan igualmente de la reduccion del precio de la tarifa: 1.0 Las circulares a las cuales se haya agregado despues de impresas, sea por medio de un procedimiento tipográfico a a la mano, cifras a palabras que no les quiten el carácter de circulares i que no presenten ningun indicio de correspondencia personal. 2.° Los precios corrientes sobre los cuales se hayan hecho por los mismos proceùimientos operaciones destinadas a indicar el precio ùe las mercancías. 3.° Los libros i panfletos, aunque contengan una. dedicatoria manuscrita. '1.° Las muestras con la marca ùo la fábricu o del comercian_ 7 9$ SERVICIO POSTAL FRANCES. te, aunque se hayan escrito a la mano nÚmeroR de órden i de precios, con los rótulos que contienen estas indicaciones. 5.° Las pruebas de imprenta conteniendo correcciones tipo. gráficas, i los manuscritos referentes a dichas pruebas. Los autores de obras, opúsculos o escrit,()s literarios o cientí. ficos, obtienen con mucha facilidad, de la Direccion, la esencion de todo porte para la correspondencia con sus editores. Yo la obtuve para la traduccion del Paraiso Perùido de Milt<>n,que se imprimió en Gante, (Bruxelas). Duélenos alltl, por lo que tenemos de indios, las esenciones i privilejios de que disfrutan los estra.njf:ros; i por mucho que hagamos jamas llegaremos a pagar la delicadeza, la esquisita cortesanía, la jenerosa hospitalidad que aq'Ui se prodiga a todos,. pero mui especialmente a los sur.americanos. Es prodijiosa la rapidez con que se verifica la diRtribucion de la correspondencia en la AdministraciOD jeneral del Ramo. He presenciado esta operacion, i puedo asegurar que una hora dtlspues de haber entrado en la sala las numerosas mslas de un correo de ultramar o del Continente, se hallan los milla. res de cartas que trae, en poder de los cart.eros. Débese esto al mecanismo de un, 6rden material, reglado J¡asta en sus mas minuciosos detalles, a la habilidad de los empleados, adquirida en muchos años de la práctica constante de un mismo método, i a la n.plicacion del principio de la separacion de ocupaciones, e~crupulosatlleIlte practicado. Ademas, los paquetes de corres. pondencia que proceden del interior, vienen ya arreglados a. Jas circunscripciones postales de la ciudad de Paris, i distri. lmidos por (¡rden alfabético, de m~nera que la operacion de juntarlos i distribuirlos de nuevo en la Administracion jeneral está mui simplificada. ~I'odoestá previsto, todas las operaciones estJn arregladas a modelos, en los cuales solo queda a cargo del empleado, estam. par lwtornát.icamente las cifras con que llena sus columnatl. Pero ebte prodijio de 6rden i de celeridad cuesta tambien mucho dinero, i aunque no hubiera otra razon,esta sola bastaria para que nosotros no podallio8 imitarJo. ~OS FERROCARRILESPOLOMBIANOSr Esto olllíseulo escrito en 1374, para responder alas opiniones contrarias de nuestro diótinguido amigo el seÜor doctor ~"lvador Camacho Roldan, ha sido cuidadosamente despojado de todo colorido de controversia, conserv(Í.ndolo Bi el sabor de lo. discusiou. Reconozco que en el fondo, más que vacilaciones eeonómiell.s, eran vacilaciones políticas i temores de carácter fiscal los que asaltaban el nl1imo dd seiior Camacho: él tcmia que este nc!o;ociado del fomento de grandes obms pÚblicas, ua se convirtiese a la larga en un scmillero de rivaliclades entre los Estados, i que el Tesoro federal no fuera Il vcrse comprometido en empresas ruinosas superiores a sus recursos. £1 seÜor Camacho se ha incorporaclo dcspucs al tllo\"Ímiento i lo Birvc provechosarnen tc. Por mi parte, firmemente conl'oneido, como aun lo estoi, dc que cs prcciso arries~urlo lodo para salir del estado de miseria i de postracion cu que nos ba1lamos, con elllombrc de ••ferrocarril del Curarc," (que fué la líDea elejida con cI dictámen dc cmincntes injeniero.), sostuve i sostengo en c.te escrito, In neccsidad de cOll~truir n todo trancc i a todo precio, pOt donde Ben maS f:'cil, pat donde sc pueda, un f~l'rocarril ul ~fagdalena. Asi es que, como ningun ¡nteres personal t<lugo en ello, he so~tcnido alternativamcnte tudos los prO)'ectoB quc se han preseutado como praclicaù;e~-cl del Carare, el de Honda, i ahora el do Jírardot, CAPITULO 1. Del f:llso p1lnlo de ,,¡sIn. bajo el cual consiùera el Sr. CamU(,110 los re. sultados CCOllOlniCOSùe la constracc¡oll tIel ferrocarril. Eu la diHcusionde cuestiones complejas es necesario proceder con método; de otra manera se perderia uno eu los detalles, i no lograria allnca llevar al ánimo de sus lectores el convcllcimiento de ninguna de las proposiciones fundamenta. les en que'se apoya la discusion. Tratando con el señor Cama_ cho, la necesidad de formarse un plan regular de ataque parn. combatirlo, es indispensable, porque él es en el debate una especie de jeneral que, ocultando cuidadosamente la verdadera posicion que ocupa i el número i calidad de sus fuerzas, fasci. na al enemigo, haciendo desfilar sus sohládos, que son sus argu_ mentos, vestidos de wil diversos colores. Hai, pl<es, que oLIi- 100 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. garlo a que se concentre, para que sea patente su debilidad; i esto es la que nosotros vamos a hacer empleando el método sintético, pam. reducir toda aquella multitud de hechos par. ticulares, de detalles i de cifras, a principios .ienerales quo revistan forma i cuerpo sensibles, fi. fin de que haya sujeto con. quiÚn entenderse i persona con quién discutir. En el número 1,371 del Dúww fie Oundinarnarca, despnes de haber tratado ya estem;amente las cuestiones relativas a. la capacidad productiva de las poblaciones que recorrerá la. línea preyectada, i a la capacidad financiera del pais, el señor Camacho resume sus ideas en los siguientes términos: "Las vias de comunica.cion no son medio's directos, sino indirectos de la. produccion de las riquezas, i su objeto se reduce: ••A trasportar con más economía los productos en los lugares en que la abundancia de estos ha encarecido demasiado los trasportes . ••A crear la posibilidad del trasporte en todos los casos en que otra clase de vehículos seria insuficiente. Ejemplo: el número de caballos que exijiria el trasporte de 125 millones de toneladas de carbon que se conducen· anualmente en In. glaterra a 20 leguas de distancia, en término medio, exijiria una cantidad tal de cabllllos o bueyes, que esa operacion seria. imposible sin ferrocarriles. " A dar rapidez;a los trasporte¡;, pam llacer posible en lu. gares distantes el consumo de artículos que se deterioran rápidamente. Ejemplo: los víveres frescos de todas clases. " A trasportar con rapidez los hombres i las cosas en los lugares en que la economía de tiempo, exijida por una circulacion mui abundante i rápida¡da al trascurso del tiempo un valor inestimable. " Ninguna de estas necesidades se siente entre nosotros, en donde todo lo que es trasportable puede, en el dia, trasportar. se en camino de herradura. Si este medio de locomocionfuese insuficiente en algunos casos, un camino de ruedas daria medios cuatro o cinco veces mayores. En ninguna parte del pais, que yo sepa, hai carga demorada por falta de vebículos, si se esceptúa en Honda durante el rigor del invierno. "Los trasportes cuestan de diez a veinticinco centavos por carga o por pasajero i por legua en nuestros caminos de herradura .. Término medio, doce i medio o quince centavos por carga 1 por legua. " En suma, el señor Camacho sostiene que el pais no necesita. el forrocarril, i que ademas de eso 110 tiene con qué partarlo. Las proposiciones que' dejamos copiadas son el fundame:to de sus raciocinios en el primer sentido: todo lo demas se reduce LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. 101 pruebas colaterales i argumentos de analojía, tomados de cifras de estadística estranjera, que poca conexion tienen con nuestro modo de ser económico i social. Ensayarémos demostrar que esa.> proposiciones son, las unas, las que se refieren a la condicion actual de nuestros trasportes, notoriamente erro· neas, i las que formulan las leyes jenerales de la accion econ6mica de los caminos de hierro, completamente deficientes. Principiemos por los hecbos propios. Dice el señor Camacbo : "Ninguna de estas necesidades, (la de hacer los trasportes mas fáciles, mas rápidos i mas baratos), se siente entre nosotros, en donde todo lo que es t1'a.~po,,.úible puede en el dia tl'aslx>1'tarseen camino de he1'rad'u1'a.Los trasportes cuestan por término ~nedio de doce a quince centavos do peso, (t} a Ji real), por carga i por legua," o lo que es lo mismo Ii a I~ centavos por arroba i por legua. liai en lai! dos proposiciones ántes copiadas un error de hecho i un falso modo de raciocinar. Es el primero que los trasportes cuesten de Ji a I~ reales por carga i por legua. El falso modo de raciocinar es el de aplicar, para deducir térmi. nos medios, la division aritmética a lo que no admite divisor comun. Tratándose de un ferrocarril al Magdalena, los fletes que deben tenerse en cuenta, son naturalmente los de las sendas a caminos de herradura que conducen de la altiplanicie al rio, porque esa es precisamente la dificultad que tratamos de vencer: lo demas DO viene al caso. Pues bien, ni aun tomando solo en consideracion las cargas que vienen en mula, es esacto que los trasportes cuesten ùo 12~ a 15 cer..tavos por carga i por legua. El flete ordinario de una carga, de Honda a :Facatativ{¡, en el borde de la altiplanicie, es de $ 6, i como entre los dos puntos solo hai catar. co leguas, el flete por legua i por carga es do 42~ centavos i no de 15. I la demora, i la incertidumbre, i las averías, i las pérdidas, i la impo;¡ibilidad de combinar los negocios, i no vale eso nada, no representa pérdida, ni el instrumento que elimina esos obstáculos representa ganancia ~ Pero aun dando por cierto que las cargas a mula, del rio a la Sabana, costaran a razon de Il reales por legua, el señor Camacho se desentiende completamente de lo que viene en rastra, de lo que viene a espalda do indios cargueros i de lo que no pueùe venir de nillgun modo; es decir, se desentiende de las dificulta.des que nos tienen en esta discusion. Véamos unos pocos ejemplos de lo que cuesta el trasporte de las mercancías traidas a espalda de indios cargueros: 8 BANCO DE LA REPUBLICA 1l18UOTtO LUIS·ANGtl ARAt~G;' 102 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. Un piano comun con peso de 375 kil6gramos, o sean 30 arrobas, cuesta. de Honda a la Sabana. $ 160, o sea a 38 centavos por arroba. i por legua. Uno grande de cola, con peso de 60 arrobas, cuesta 400, o sea. ll. razon de 47 centavos por arroba. i por legua. Una máquina de despulpar café, que pesaba 367 kil6gra. mos, o 29 arrobas, costó $ 67-60, o sea a.razon de 17 centavos por arroba i por legua. Una máquina de trillar con peso do 1,030 kil6gramos, ape!ar de haberse acomodado, en 35 bultos, costó $164-80, o sea a razon do 14 centavos por arroba i por legua. Los bultos con artículos franceses de peso de 66 kil6gramos, o 5 arrobas, cuestan $ 9-50, ,o sea a razon da 14 dEmtavos por arroba i por legua .. Un bulto Con artículos de metal fundido i peso de 90 ki16. gramos, o 7 arrobas, costó $ 14-40, o sea a razon de 15 centavos por arroba i por legua. Un fondo de cobre con peso de 62t kil6gramos, o 5 arrobas, costó $10-80,!lo 14 centavos l)Or arroba i por legua. Los bultos de cristalería con peso de 62 kil6gramos, o 5 arrobas, cuestan de 9 a $ 14, O sea tambien a razon de 15 centavos por arroba i por legua. La conduccion de la prensa mecánica del .l)iœrio, en que se imprimieron los artículos del señor Camacho, con peso de 5,000 libras inglesas, o 200 arrobas, costó $ 1,000, o sea a razon de 36 centavos por arroba i por legua, amen de las infi. nitas molestias que soportó el señor Gaitan para realizar este portento, i amen de las piezas rotas,cuya. maJa composicion ha. costado un sentido. El trapiche de San Jorje, de la. hacienda de "La Union," en Lagunilla, distrito de Ambalema, mui cerca a la orilla del rio, habria sido del todo imposible internarlo a nin[una hacienda. de las faldas de la cordillera en el Estado de uundina. marca. Este trapiche hace rendir el 70 por 100 de ca.ldo del peso bruto de la caña: los trapiches mui lruerws de Cundina. marca apénas dan el 18 por 100; los comunes no dan 10. Dejamos a cargo del señor Camacho, el que baga la cuenta de lo que pierde la industria sacarina por la. falta de trapiches de alto. presion. El Banco de Lóndres, Méjico i Sud.america, hizo traer una caja fuerte a propósito para un establecimiento de su clase, la. cual hace diez años permanece tirada. en la playa de Honda. El estimable caballero don Patricio Wilson puedè informar al sefior Camacho, que hace treinta afios tuvo que dejar abandonada. i perdida. en Honda la. maquinaria que trajo para. las miuas de plata de Santa.na. * * LOS FERnOCARRILES COLOMBIANOS. 103 i Poùrá 'el señor Camacho hacer el cálculo do la que deja de rendir la industria minera, por hita de la maquinaria com. petente para esplotarla, i abonar su producto a la cuenta del ferrocarril ~ El bulto de mayor peso recientemente trasportado a estas al. turas, ha sido la caldera ùe vapor para la fábrica de ácido Rl1lfúri. co, de solo la fuerza de 4 caLallos, cuya conduccion costó $ 860. La de las láminas de plomo costo S 7GO. Rai en el pais un proverbio mui popular, que burlándose de los viajeros atascados ea los lodazales de los caminos, tan pomposamente dcscritos en los informes oficiales, dice: " échese usted por donde dice la gaceta." De hoi en adelanto, a todo el que se encuentre por nuestras breñas sudando sangre, paciencia i dinero, en Ït\ tarea de conducir a este" nido de águilas" los hultos que no puedan acomodarse a lomo de mula, dobed dccírsele: tráigalos usted por doncle dice el seíïor Camacho . • Son, pues, artículos de prohidida importacion para el inte. rior del pai!'., toda la maquinaria de vapor para la agricultura i la minería, las grandes bombas, los puentes de hierro, la tubería para acueductos, los coches i carruajes, i en jeneral toJo la que excclla del peso de média tonelada; i sinembargo el señor Camacho afirma, " que todo la que ~s trasportable puede en el dio. traspartarse en camino de hern,dura." I en ~eguida agrega: "En ninguna parte del pais, que yo sepa, hai carga demorada. por fa.lta de vehículos, si se esceptúa eu Hon(h durante el rigor del invierno"j sin fijarse en que el estado normal de las comunicacioues entre Bogotá i el :Magda. lena. es una u.normalidad crónica. Para que los buques lleguen. a. Honda es preciso que llueva, i cntónces no hai camino de tierra, e:Jtónces es que la carga está demorada; i para que haya camino de tierra i la. carga n.o se demore, es preciso que no llueva" i eutónces no pueden s<lùir los vapores. I todavía hai quien se subleve i se indigne contra el proyecto de construir un ferrocarril al Jajo Magdalena! I todavía. es preciso sosteuer aquí esta discusion i hacer estas demostra. ciones, para que toùa la América del Sur se ria ùe nosotros: El !'efior Camacho concluye su esposicion de principios rela. tiva a los resultados económicos del mejoramiento de las vías de comuniclLcion, aplicándola al proyectado ferrocarril del Norte, er. los siguientes términos: "Si cn. un ferrocarril hubiesen de costar más (los trasportes), 104 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. léjOB de realizarse un prógrcso, se causaria pérdida a la rique· za. pública.. "Ejemplo: si en la. línea del Carare Il Bogotá no hubiese mas que un tráfico de 500,000 cargas al año, que recorriesen una con otra en sus diversos trayectos diez leguas cada una, esto equivaldria. sobre 66 leguas a solo 75,000 cargas que recorriesen la. línea on toda su estension. "Ahora bien: si para. el servicio de 75,000 cargas a.nuales fuese preciso gastar, como bernas visto, !; 3.128,000 anuales, el trasporte de cada carga resultaria. costando:il 41-70; es decir, ochO veces i média 'ilUtS que hoi, porque esa distancia la recorre UDa carga desde Bogotá, por el camino de Honda i el rio Ma.g. dalena, con un gasto de solo $ 6. i" En qué consistiria, pues, el progreso 1 " Yo tambien participé de estos errores en 1869, i con ellos combatí, en un Informe como Secretario de Hacienda de Cundinarnarca, las ideas de nuestro adelantado compatriota el señor Florentino Vezga, que fué el primero que vió claro en esta. cuestiono Yo incurrí entónces en la ofuscacion de aplicar a. los resultados i al servicio económico de las vias de comunicacion, las estrechas reglas que se aplican al trabajo de la industria privada. Yo dije entónces que el fe. rrocarril al Magdalena debia considerarse simplemente como una máquina para producir trasportes a bajo precio, del mismo modo que Jas cocinas de hierro, (por ser los metales mejores conductores del calórico que la al"cilla), èran máquinas in:ventadas para producir calórico a bajo precio; i que así como a una familia de pocas personas !lO le era ven_ tajoso reemplazar el fogon ordinario por una cocina de hierro, porque su consumo no era suficientemente estenso para repartîr entre muchofl productos el mayor gasto dellluevo procedi. miento, de la. misma manera un pais debia desechar un ferro. carril en que las cargas por él trasportadas no le salieran, desde elprincipio, mas baratas que por el camino de herradura. Hai en este modo de tratar la cuestion dos grn ves errores: 1.0 El que procode del desconocimiento de la verdadera naturaleza del servicio económico de la locomocion; i 2.° El que consiste en imputa.r a la cuenta. del primer ferrocarril que va a construirse en un pais, la totalidad del gasto, cuando una gran parte de él, nmi probablemente la mayor, debe considerarse como una verdadera anticipacion para la construccion de las otras vias que completen su red ferrocarril era. A este error se enlaza un tercero dependiente de él, pero qUEl bien merece considerarse por separado, i es el de hablar del Asunto como si se tratara del servicio de un in~ dividuo i no del de una nacion. LOS FERROCARRILES COLmIBIA.NOS. 105 Al primor ferrocarril quo se construya para escalar lo!; Andes, no poùrá hacérsele la cuenta con propiedad sino por nuestro; nietos, dentro de 40 a 50 años, (mando él baya servido para cO:lducir el material para la construccion de las demas vias que fundan en un centro comun do actividad i de cam. bias la poLlacion do estas comarcas, i cuando se baya desarrollado el movimiento industrial quo esta revolucioll econó. mica es'.:Í\llamada a efectuar. Lo contrario es tan absurdo corno seria el procedimiento del fabricante que imputara a los productos del primer año todos los gastos de cntretencion i todos los intereses del capital empleado en fuudar i montar la fábrica, capital cuya amortizacion debe distl'ibuirse en ci curso de 20 a 30 años, sobre una produccion cada vez mayor; tan absurdo como el procedimiento del hacendado que cargara el primer producto de una raza mejorada, con todos 108 gastos hechos en la traida del reproductor estranjero, que bien ha podido costarle algunos miles de pesos. I si esto sucede en UM. eillpresa particular ¿ c6mo quiere el señor Oamácho aplicar eSl1contabilidad a una empresa social, cuya influencia se estiende a un pais entero i a una poùlucion de centenares de miles de habitantes? Regresemos ahora al primer error. I.. a regla de (lue el producto que no se paga por sí mismo DO es producto sino contm.]J1'oducto, es el principio jeneral en materias econ6rnicas; esa es la regla que se aplica a todos los proùuctos singulares de la industria privada, a ln. producc:íoll de los servicios que llamaremos int1'arw'it-ivos; con esa regla se producen el a-ñil, las velas, los fósforos, el vino, el calzado, los muehles i las telas; pero ella es inaplicable, por pequeña i estrecha, a los ¡.¡ervicios sociales que llamaremos" servicios económicos t1'ansítívos," es decir que tienen la virtud, la facultad de hacer tr:ínsito pr..ra ir a fecundar otros departalllelltos de la actividad humana. De es:a naturaleza son los servicios que se aplican a ln. difusion (b las luces i a b. aproximacion materi111 de los hOIllbres i de las COSl1S,que tanta parte tienen en la creacion de las riquezas. En casi todos los paises ci \'ilizados la. instruccioll pública, elemental i secundaria, no se produciria en el grado que se necesita., si la socieebd no se cotizara para pagar corno servieio jeuerallo q ne 110 pueden pagar los consumidores directos de ella. Puede suceder, i suce(le frecuentemente, quo de 100 bombres . que se educall, a 90 no les sirvan los conocimientos elementa. les o profesionales que ban adquirido en la escuela a en el colcjio, para ganar la vida, quo nUllca llegue el caso do cm- 106 LOS FERROCARRILES COLOMBIANÓS. pléa.rlos como elemento de prodllccion; más todavia: que )~jos de servirles económicamente, la. educacion los haga en muchos casos inhábiles para el trabajo. Pero la sociedad tiene' intereses morales de otro órden, mui superiores a los intereses materiales, en virtud de los cuales obliga a mantener las escuelas, los colejios, 1M universidades, los museos, los institutos científicos i literarios, las academias, los talleres modelos, &.B, &.", aunque todos ellos dejen pérdida de trueque, pérdida. de mostrador, como negocio. Los sabios viven i mueren jeneralmente en la miseria. i I por qué 1 Será porque sus productos son económicamente malos? No; por el contrario, porque sOn demasiado buenos; porque una verdad descubierta por un sabio sirve para aprovisionar de' una vez a. toda la humanidad, no se gasta nunca i po~ con~~gui~nteno se renueva.. el pedi~o. Sublime a~ributo de la llltehJenCll.l.humana que casI puede Igualarse a DIOS en la fecundidad de su creacion! La humanidad puede tomar las cantidades que quiera de las leyes descu biertas por Arist6tel,es, por Descartes, pór Galileo, por Newton, por Fulton, por :Franklin, por Chappe, por Cuvier, por Humboldt, por Cáldas i por Moorse, como puede tomar las cantidades que quiera de las leyes do la pesantez, de la gravitacion, de la electricidad, del calórico i del magnetismo animal, sin disminuirIas en un átomo. Pues lo mismo esactamente sncede con ese otro servicio transitivo de naturaleza social, que provee al cambio material de los hombres i de las cosas, el cual no puede medirse en todos los casos por los beneficios directos que.i>erecojen sobre la Huea por donde pasa. Puede mui bien suceder, i sucede en los paises incipientes, que uu ferro~arril deje pérdida como negocio particular; pero de ahí no se deduce que no esté produ. ciendo beneficios inmensos a la sociedád. Sin aceptar los cálculos del señor Camacho, que esperamos rectificar en el curso de estos escritos, de que el. ferrocarril del Norte no tendria mas carga que la que ahora tienen las mulas, lo cual equivale a decir quo despues de construido el ferrocarril no se traerá al pais nada de lo que hoi no p1lede importarse por falta de vehículos, ni un kiló~ramo más de lo que se carga en indios, aunque los gastos de trasporte se reduzcan a la centésima parte de lo que hoi ctlestan; sin admitir esto, admitimos i reconocemos el becho de que por algunos años, el ferrocarril puede dejar pérdida como negocio particular, ique agregando al flete directo de la tarifa, el flete oculto de la subvencion del Gobierno, que sale de las cOl}tribuciones públicas, el trasporte de cada. carga. saldria costando más de lo quo hoi cuesta por el camino de herradura. No oclw veces i LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. 107 --------~---~--_ ---------------------~---...• média más como afirma el señor Camacho, - porque él, como hemos dicho, no hace sino descargar las mulas para cargar el ferrocarril j pero sí dos veces o tres veces más que hoi. Pero el señor Camacho no advierte que este doble flete comprenderia el de las cargas posibles i el de las iml10sibles de hoi, i que este punto, al parecer insignificante, es el que divide sus opiniones de las de toda la Nacion. Bastará, por ejemplo, que de las 500 mil cargas de movi. miento jeneral que admite el señor Camacho, la décima parte se componga de los instrumentos que boy no pueden importarse: maquinaria de vapor para la agricultura i la minería, carruajes, materiales para caminos, bombas, molinos, trapiches, máquinas de aserrar, &: &.• Bastará esto, para que la que los nüevos instrumentos de trabajo desarrollen en la zona servidfl. por el ferrocarril, valga. diez veces más qne la diferencia de flete entre los dos caminos, miéntras se restablece el equilibrio, a medida que se complete la red comercial del pais. Hemos demostrado en el último artículo, 11a8tn. donde es posible que se dG la demostracion de un hecho en el campo del racioeinio puro, sin el ausilio de pruebas directas: 1.0 que los beneficios económicos, que las ganancias de un ferrocarril no se miden por la que su tarifa de fletes produzca como negocio particular en las estaciones de la compañía; 2.0 que los ferrocarriles no se cargan con la mÍ-srna cantidad de efectos que están trasportando las mulas de la trocha que él va a reemplazar; porque es momlmente imposible que se encuentre NI ninguna parte del munùo civilizaùo, una poblacion de 300 a 500 milll.lmas, suficientemente ignorante, pobre, inactiva e imbécil, para que continúe trayendo por un ferrocaril el rnismo nÚrneTO de pianos, de bombas, de prensas, de calderos, de carruajes i de máquinas que ántes traia, con un gasto 10 o 20 veces mayor, en rastra o a espalda de indios cargueros. Pero ya que no puede darse con aplicacion al ferrocarril del Norte, por tratarse de hechos continjentes, la plena pruelJa de sus resultados sobre el desarrollo de la riqueza pública, réstanos únicamente, para producir el grado de certidumbre que es posi. ble llevar al entendimieato, respecto de las verdades que no pueden probarse con evidencia, réstanos, decimos, apelar a las pruebas de induccion, exhibiendo los resultados que el mismo becho ha producido en paises a pueblos que se encontraban en condiciones económioas análogas al nuestro . .Prescindamos en este estudio do la Europa ocridcntal i 108 LOB FERROCARRILES COLOMBIANOS. de los Estados atlánticos de la Union Americana, porque se dirá que estos paises, que eran ya ricos i popnlosos sin los ferrocarri. les, no son tipos de comparacion con el nuestro; no hablemos de Méjico ni siquiera del Perú; hablemos de Chile, a cuyo ejem. plo aludimos en 1870, que no tiene huano, i que en el curso de 20 afíos se ha levantado,. por el solo esfuerzo de su industria i de su patriotismo, al alto grado de prosperidad en que hoi lo vemos. Mas para que la comparacion sea esacta, i para que el ejemplo de este pais pueda servir como prueba de que no per. seguimos una quimera, al sostener que es ya tiempo de que el nuestro se lance en la misma via, es preciso considerar la situacioll en que se encontraba Chile en 1847, cuando acometió la construccion del ferrocarril entre Valparaiso i Santiago. El crédito de Chile estaba en e.,a époc:a al ni,el del de la jeneralidad de los Estados de la América del Sur, es decir, a poco ménos que cero, porque habia dejado sin pagar los dividendos de su deuda esterior, desde 1826 hasta 1842, en que hizo el primer arreglo con SUB acreedores. 'if El valor de sus importaciones i esportaciones no pasaba de 21 millones de pesos, (2 millones ménos que las nuestras en 1873). Las aduanas produ€ian en 1849 $ 2.300,000, ($ 470,000 ménos que las nuestras en 1873); i la poblacion de las dos ciudades, Valparaiso su puerto principal, i Santiago la capital de la República, reunidas por la via férrea, no excedia de 100,000 almas. Con escepcion de los pequefios pueblos de Quillota i Llallai, el ferrocarril atravesaba un desierto. No parece, pues, que el problema econ6mico de la prospa. ridad de Chile en 1847 fuera mui distinto del que tiene que resolver nuestro pais en 1874. Si hai algunas diferencias, son todas razones que arguyen en contra nuestra, para obligarnos a resolver mas pronto ese problema. Entre Santiago i Valparaiso existía un magnífico camino carretero, que nosotros no tenemos, i quo Chile lJ.bandonócon desprecio, tan pronto como comprendió que las carretas tiradas por mulas i bueyes, eran indigna~ de su posicion en el mundo civilizado, e incapaces de desarrollar en el pais el progreso a quo él aspira bao I cosa singular! no se encontró ontre los estadistas chilenos ninguno que se pusiera al servicio de las mulas i canetas que circulaban entre Valparaiso i Santiago. Quo el señor Camacho nos cite al Montt, al Matta, al Errázuri que escribiera opúsculo contra el ferrocarril. La línea del camino de hierro decretada en 18!7, priuci • •• Fenn, •• Fondos estl'llujeros," pá,iinll 14'1. IOD LOS PEHROCARRILBS COLO:lŒlANOS. }liada en 18)2 i concluida en 1863, mide 110 millas inglesas, ménos de lo Ilue nosotr08 necesitamos para llegar del Carafe a Chiquinquin't o Sahoy:i, o sea para trepar el riel a la altipla. nicie, que es todo el problemCL que hwi que ?'csolver. El ferroca. rril de Santiago trepa a 2,400 piés sobre el nivel del mar, i atraviesa dos ramales de cordillera en que hubo que vencer grandes diticultades. " A uno i otro lado del camino, dice el injeniero inglés Campbell, g¡lC hizo el trazo, se levantan desde las montañas elevados picos que llegan a una altura de 5 i 7 mil piés. El terreno que ha de atravesarse abraza accidentes topográficos ùe la natu;:aleza mas estraordinaria i rara, tanto que muchas personas versadas en materia de ferrocarriles, creian que la construccio:l de la linea propuesta era por la ménos mui pro. blemática." * La sunB, de cscavacion a que debia proveerse, segun el presupuesto de Campbell, era de 900,000 yardas cúbicll.s de ?'oca, i 3.000,OOQ de tOdl\ otril. clase. Las 110 millas incluyen 2,710 piés de túnel i el trabajo del camino se clasifica como sigue: 35 mil:as pesadísimo, 35 id. mediano, i 50 id. lijero. i No es cierto que este ejemplo l)arece como pnesto por la historia. ddante de nosotros, para que nos atrevamos a. resol ver el problema de la prosperidad del pais 'I El Gobierno dió principio a. la oùra, cuyo presupuesto era Je $ 7.500,000, entrando como accionista por 2 millones; cI comercio de Valparaiso suscribió por otros 2, i el déficit ùe :1 se pensó 'lue podia cubrirse emitiendo acciones por esa suma. Pero la empresa así organizada apGnas alcanzó a construir la. tercera parte de la línea entre Valparaiso i Quillota: ni hubo quien tomara mas acciones, ni los primeros 6uscritores alcanzaron a cubrir sus dividendos. Eu tan dificiles circunstancias el Gobierno chileno no desmayó: aquella obra cra. el primer ensayo quo Chile hacia de su crédit:>, de su poder como nacion, i de la encrjia i la perseverancia de su carúcter, i cra preciso salir triunfante a cualquier precio; el abandono a la eiecucion de esta obra iba a decidir del porvenir del pais, como sucederá entre nosotros con los ferrocarriles del Magdalena i del Cauca. Delantc de estas obras están Jas campos risueños del progreso, de la actividad i de la paz; detrás, los antiguos camiJ:lOs de la. revolucion i de la anarquía. :No hai término medio, porque la sangre que corre •• "Historia oneia! do los ferrocarriles de Chile," publiealln 32, libro 'luc se encuentra en la lliLliotcca de Ragot.£¡, CD 18G3, pájinn 110 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. on nuestras venas no puede permanecer inactiva: ti. la hora en quo no pueda construirso el ferrocarril, podrá levantarse la revoluciono Poseido de est{)ssentimientos, el Congreso espidió la lei de [) de noviembre de 1857, que mandaba continuar el ferrocarril por cuenta. de la República, autorizando con tal fin al Poder Ejecutivo para levantar un empréstito de 7 millones de pesos, destinado a la compra de las 1,000 acciones del comercio de Valpa.raiso, i a. la terminacion de la. via entre Quillota i Sa.n. tiago. l elLo de setiembre de 1863 la obra principiada. en 1852 estaba concluida: la locomotora que habia llenado sus calderas en las aguas del Pacífico hacia su entrada victoriosa en la capital de la República. En esta larga i penosa campafia de 11 años librada por el jenio del patriotismo i del progreso, contra el espíritu indolente, apático, pesimista i rutinero de la antigua colonia caste. llana, deben oponerse a las doctrinas del señor Camacho sobre vias de comunicacion, los conceptos i las doctrinas de los esta. ùistas chilenos. , ".El ferrocarril, decia el Ministro de lo Interior, señor Vams, en la Memoria de 1851, pájina 29, es una de aquellas obras de utilidad incalculable que debe acometerse sin acobar. darse por dificultades. Muchas habrá sin duda, sobre todo al principio, para levantar los fondos i para poner en planta la obra: la~ circunstancias obligarán a adoptar no el modo do ejocucion mas económico i fácil, sino el mas embarazoso tal vez ùe dificultades de administracion, i apesar de todo debe marcharse de frente." "Señores, decia el Almirante Blanco Encalada, Intendente de Valparaiso, a los representa.ntes del comercio de la ciudad reunidos eu ei Hotel del Consulado, el 13 de enero de 1852: la. empresa del ferrocarril en estai! circustancias, es, a mi modo de ver, no solo llna medida de alto interes materi¡"l para el pais, sino tambien aconsejada por una súbia política; dando ocupa. cion al pueblo, entretenimiento útil a las imajinaciones exal· tadas, i abriendo una. ma.rcha franca en el sentido de las mejo. ras, habremos con'seguido aniquilar de una vez ese espíritu anárquico que no há mucho amenazaba consumimos." "Si pues podemos estar seguros, decia en su informe el • injeniero Campbell, de que no es diminuta la apreciacion del qosto del ferrocarril de Santiago i de los gastos que ha de Cau. sar anualmente cuando estó en actividad; i si por otra parte no se han exajerado las entradas, no podemos ménos que CODcluir que, meramente bajo el punto do vista de pesos i centavos i del capital invertido, puede esperarse confiadamente Ulla liberal remuneracíou. WS FERROCARRILES COL03IBIANOS. 111 "Aunque este es Rin duda el medio mas seguro <.le exami~ nnr nna mejora proyectada, para una empresa nacional ESA };S LA !trAS LBf1TADA l']<;RSPECTIV A del gran proyecto de que se trata, i considera<.las to<.laslas circunstancias no puede ser mas rnczqU'¿na. ,. El pueblo i el gobierno participarian igualmente de sus heneficios: el primero por el crecimiento del valor en el trabajo, tierras i propie<.lades; el seguudo por el crecimiento de las reutas consiguiente a ln. estensiou del comercio i al superior valor de las propiedades que pag'1n impuesto." Pero la prueba! la prueba! esclamará el señor Camac}JO, de que todos esos visionarios fabricantes <.lediscursos no engañaron a la Nacio!'. ; la prucba! d(Ju<.leestá? La prucha, ¡¡evertl. como los números, imponente como los hecl10s cumplidos, héla aquí: En la ~lemoria <.leISu periutendente delferroearril de V 11.1paraiso a Santiago, comprensiva del movimiento del camino en 1871 i 1872 , anexa a la :Memoria del Ministro Je lo Interior prese:ltada al Congreso de 1873, pú.jina 341, se lee lo siguiente: " Los <.latos que preceden darán a ustedes una idea de la situacio:l actual de la importante empresa que administro; pero úntes de pasar a informar a ustedes sobre otrOl>puntol> i entrar a oilo jénero de considcra.ciones, creo convcniente apuntar Ull dato que manifiesta claramente el impulso estraordinario que toma dia por dia. " En el aîío de ] 850 el notable injeniero Mr. AlIan Cam. pbell en su informe sobre la practicabilidll.d de un ferrocarril entre Santiago i Valparaiso, calculaba qne el trático entre estas dos ciudades en esa época ern. de 50,000 pasajeros i 90,000 toneladas de carga, incluyendo el tráfico del valle de Acon. cagua. "Este cálculo so consi<.leró entónces exajerado, i US. ve que ¡:;e han movilizado por el ferrocarril en 1872 mas de 608,000 pasajeros i mas de 340,000 toneladas de carga." I en la pájina 8 del texto de la Memoria del Ministro, se dice: " En la última Memoria quo tuvo el honor do presentaros, os daba cuenta de que estaba pendiente una indicacion <.leI contratista del ferrocarril entre Talcahuano i Chillan pllra cambiar la superestructura do algunos puentes, usando el fierro en lugar del ladrillo. " Al calcular el movimionto i los resultados proùaùles de la esplot3.cion de este ferrocarril, nos hcmos engañado, pero cn el mismo scntido, felizmente, cu que nos cngaÏialllos al ]]2 LOS FERROCARRILES COLOMnrANOS. calcular los rendimientos del ramal a San Felipe, el mismo por Último en que nos engañamos al calcular el movimiento que debia tener en el porvenir el ferrocarril entre Valparaiso i Santiago .. " Este Último ferrocarril moviliza hoi en pasajeros i carga, ántes de cumplir los primeros diez años de esplotacion, la que debia movilizar 30 años despues, segun los cálculos formados al iniciar los trabajos. " El mismo fenómeno va a repetirse en la esplotacion del ferrocarril de Talcahuano a Chillan." Por eso en la portada de la "Historia oficial de los ferrocarriles de Chile," cuya¡:; preciosas pájinas me han servido para este .estudio, se lee la siguiente dedicatoria: " A todos los hombres de bueua volu1J.tad que con su inte. lijencia, con su patriotismo, Con sus capitales, con 8U fe, con su ciencia o con su brazo han contribuido a elevar el gran monumento de Chile, a esos dedicamos el siguiente trabajo. El es la historia de la constancia de unos, de la ciencia de otros, de la Œudacia de muchos, del jenio de uno, (.Meiggs), del tra. hajo de todos. En pocas pájinas está encerrado todo ese inmen. so esfuerzo; pero en ellas no se encuentra el detalle de esa bbor, que solo la imajinacion es capaz de abarcar, que solo el patriotismo es capaz de aplaudir como merece, i ante la cual callamos i admiramos! " Como se ve, lia bai allí un solo elojio a la prudencia, ni al c~lculo que se pierde en los detalles de las pequeñas gananClas. Para finalizar este capítulo en que creo haber-demostrado, hasta donde es posible dar la demostracíon de estas cosas," que los beneficios económicos de un ferrocarril, i principalmente en los paises nuevos, donde todo está por crear, no se miden por los rendimientos de su tarifa de fletes," réstame hacer 10 que los ánjeles buenos en la guerra de rebelion descrita por Milton: agarrar una montaña por la melena de sus montes i descn,rgarla sobre el sefior Camacho para que sus opiniones queden sepultadas bajo el peso de la jigante mole. Esa montafia es la autoridad del hecho de mayor importancia que haya ocurrido eu el comercio del mundo moderno, a virtud de perturbaciones introducic4'lS por el mejoramiento de las vias de comunicacion. Súhese que los Estados Unidos de América i la Rusia han sido los dos grandes competidores para abastecer de trigo a la Gran Bretaña. Hasta 1866 el trigo americano habia consegui. do rechazar call ventaja al de los valles del Don i del Volga; LOS PERROCARnU,ES h:~sta. esa época la importacion l·os paises so repartia así: 113 COLO)fBIANOS. en Inglaterra del trigo de ám. Fanegas. '* Do Rnsin ..............................................• 47.376,809 De los E:;tados Unidos 127.047,126 Pero estr, ventaja la dobian 108 americanos esclusivamentc Il los cnormcs gastos de trasporte i al mucho tiempo que gastaba el trigo ruso para llegar a Odessa sobre el Mar Negro. Las tierras que producen el 90 por 100 del trigo que la Rusia esporta para la, Enropa occidental, distan por término medio 500 kilómetros de Odessa, (100 leguas): son las tierras de la Besarabia, de la Podolia, de una parte de la Yalhynia i del Gobierno de Kiew. El trigo yenia a Odessa gastando de 8 a la sema. nus, en pe1lueñas carretas toscas, de construccion primitiva, tiradas por oueyes que caminaban 2 o 3 leguas por dia, i cada una. de las cuales arrastraba 10 a 12 sacos de trigo. Era. pues imposible j'lellar ventajosamente con la competencia del trigo americano, que todo venia a los puertos de embarque por ferrocarrilo por buques de vapor. Así lo comprendió el ilustrado Gobierno de Rusia, quien sin utenerso a las doctrinas económicas de :Mr. Thiers, emprendió paciente, pero resueltamente, desde 1860, la obra jigantesca de unir por medio de una red de caminos de hierro todos los centros prùduetores de su vasto pais, a los puertos del Báltico i del Mar Negro. Estos caminos que parten de San Petersburgo se estiendcn por el un lado hasta Yarsovia i Cl'acovia, para enlazarse allí a los rieles prusianos; i por el ot.ro hasta Mas. cou; de Moscou al Este hasta Nijni-Novogorod, i al Sur hasta. Teodosia I;olm~ el Mar Negro, en la estremidad de la Crimea, puerto q uü ha reemplazado a Odessa. I por el centro, a partir de Orel, 'ln ramal se dirije al Noroeste hasta Lebau sobre el Báltico. Esta vasta red, que hasta 1869 (últimas noticias que hemos podido ccnseguir (.¡¡ *), comprendía una. estension de 3,005 millas, las cuales habian costado 56 millones de libras ester. linas, o 280 millones de pesos, imponia al Gobierno ruso una responsabilidad de £ 2.798,130 anuales por la garantía de 5 por 100 i por el término cie 99 años, con la cual se habian cons. truido dichos ferrocarriles. Es curioso estudiar en el siguiente cuadro la marcha decreciente que habia seguido la parte en descubierto de la garantía, * El bU.jnet te inglés: 8 bushels hacen un quarter, i 1 quarter es equivalen. 2 hectíJlitros i 0,81816. ** ECOllomi8ta ùe Lúnùres de 16 de abril de 1870, pájina 180. Il 8 114 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. a medida que se iba estendiendo la red de comuuicacion entre las diversas partes de aquel dilatado Imperio: .l-~-. ----------·----¡)'rol>Qrt'j;:m-- a .• :l " :¡"" AÑOS. Suma ¡rarnntlzada. ~ ;.~ Z=~ -"-- o ----1----·1-----£ 340 . 647 . . 1,349 1860 1861. 1862 1863 . 1,441 1864 1865 1866 1867 1868 1869 . . . . . . _ 1,494 1,494 1,877 2,014 3,005 3,005 . ¡entre lo gaSuma en des- rantizatl" I cubierto. lo llagado. 3,808 144,488 917,571 993,673 1.003,868 1.021,164 1.128,013 1.335,033 2.016,028 2.798,130 £ 126,141 833,083 913,968 886,273 8&9,081 715,2!J3 700,201 542,605 669,244 87-30 90-79 92-04 88-29 86-81 63-41 52-45 26-91 23-92 I sinembargo i qué le importa a.la. nacion moscovita haber tenido que pagar en 1869 .£ 669,244 por la garantia en descu" bierto, si ya por este tiempo la dislocacion efectuada por con. secuencia inmediata de la construccion de esos caminos, en solo el comercio de trigo con Inglaterra, valia diez veces mas que la subvellcion del Gobierno ~ Efectivamente, las importaciones de trigo a la Gran Breta. fia las encontramos ya representadas en el período de 68 a 72 de la manera siguiente: Fanegas., De Rusia 117.967,022 De los Estados Unidos 116.462,390 O lo que es 10 mismo un aumento de 70.600,000 fanegas de importacioll rusa, contra una diminucion de 10.600,000 del trigo de los Estados Unidos. Hagamos por via de ensayo, con seguridad de equivo. carnos en 200 por 100 contra la Rusia, un ¡ijero, un mui dimi. nuto cálculo de lo que esas cifras representan en el aumento de la riqueza pública. Suponiendo que el trigo del consumo interior i el de la esportacion para otros paises solo llegue al triple de la canti. dad esportada para la Gran Bretafia, (cálculo mui diminuto), tendremos un movimiento de 300 millones de fanegas de trigo por los ferrocarriles rusos; i suponiendo que el ferrocarril solo haya efectuado, !lo partir do la carreta, una economía de 20 centavos por fanega, este ahorro representa una ganancia de 660.000,000. LOS FBRIWC.\RRIUS 115 COLü:\IBIANOS. Ahora, admitiendo el cálculo americano de 20 fanegas por acre, los 300 millolles de fanegas se habrán producido en 15 millonos de acres; i :rdmitiendo tambien que el propietario territorial solo haya gunudo ln. mitad del ahorro, o sean centavos por fanega, dejando los otros la a beneficio del consumidor, esos la centavos representan una mayor renta de ~ 2 por acre, en las 20 fanegas; o lo que es lo mismo, un aumento en el valor capital de las tierras de $ 20 por acre, aun com. putando la renta al la por 100 de intereso Los 15 millones de acres en q l;e se cultiva el trigo ruso, habrán recibido pues un aumento de valor de $ 300.000,000. Luego el gobierno ruso no es tao tonto como yo pensaba cuando media los ferrocarriles con el patron de las cocinas de hierro. El algodon de los Estados Unido:; ha tenido tambien quo retroceder delante del de otros paises, por consecuencia inme. diata de la constrnccion de los ferrocarriles de la India ingle. sa i del Bn:.sil, como lo demuestran las siguientes cifras: la I:>Il'OltTACIOKES DE ALGODO:-f E:-f LA GRAN 18GO. BRETAÑA. r,ibras inglesas. ])e los Estados Unidos De otros paises 1,115.890,608 275.048,144 1872. De los Estados U nidos De otros paises . . 625.600,080 783.237,392 Estas cifras ban arrancado un grito de dolor al pueblo ame· 1."Ïcano,i el Senado de los Estados Unidos acaba de tomar este negocio en séria eonsideracion, segun puede verse en el núme. 1'0 G de ]a Revista mensual, The Republic, do Washington, de junio último ( 1874), que un amigo nuestro acaba de suminis. tramos, i del lu. cual hemos tomado las cifras copiadas on oste artículo. La cuestion ln. consideró el Senado únicamente baj o el punto de vista de la trasportacian de los productos americanos a los puertos de embarque, i como tal so sometió al estuùio del Senador lV·,~ndo?n. Pero {¡ntes de llegar no las conclusiones de la comisiOIl del Senado, que son decisivas contra las opiniones del seîior Camacho, sobre la naturaleza del servicio económico de las vins de comunicacion, es conveniente, para respetarlas en lo que valen, saber en qué términos habla de ellas la prensa americana: "El iniorme de la cOllisioll nombrada para estudiar el 116 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. asunto de la trasportacion por los caminos que conduc~n al mar, dice el periódico ántes citado, es uno de aquellos docu. mentos solemnes, (ponderous), que mui pocas personas podrán leer en estenso. El cuerpo del informe tiene 254 p:ijinas, el ap6ndice 232, i los documentos en que se apoya ~e han impreso en volúmen separado de 1,000 pájinas .. " La gran importancia del asunto nos ha impuesto el deher de estudiar estos documentos COll gran cuidado; i nos es satis. factorio decir que este informe es uno de los mas interesantes i valiosos papeles de Estado que hayan visto Iff luz en la 6poca. preslo'nte. El Senador Windom puede descansar trallquilo en la reputacion de su carrera senatorial, porque este informe es el primer esfuerzo intelijente i laborioso que se haya hecho para ilustrar i profundizar el problema de la trasportacion. Dentro de Ull siglo, cuando este pais e.sté .poblado por 200 millones de hombres, las recomendaciones de este informe serán consideradas como el primer esfuerzo hecho para resolver este intere. sante problema." I i qué cree el señor Camacho que ha propuesto al Senado americano el Senador Windom en el ponderoso informe de que el periódico ántes citado habla con""tan~orespeto 1 Pues ha propuesto, contra la economía política que yo usaba. en 1869, i que ahora usa usted en 1874, ha propuesto, oh escándalo! que la Nacion que ya posee 60,000 millas de caminos de l1Ïerro, emprenda un nuevo plan de mejoras materia_ les, por el cllal debe gastar 20 millones de pesos anuales, por un período de 40 a 50 años, para poner todos los puntos cardinales, todas las zonas del territorio de los Estados Unidos en cornu. nicacion fluvial con los puertos del Atlántico i del Pacífico, a efecto de conseguir que la que allí se Uaman artículos de 4." clase, (algodon, trigo, maiz, papas, maderas i otros frutos pesados), puedan trasportarse a razon de 0,004 do peso por tonelada i por milla sobre los rios, 0,006 sobre las aguas muer. tas, i 0,008 sobre los lagos. Este plan comprende la canali7.acion del Mississippi, del Fox, del Wisconsin, del Ohio, del Kanawha, del Tennessee; la coustruccion del canal de Hennepin, de 65 millas, para unir el Mississippi al Illinois; la nueva escavacion i mejora del Erie, del Oneida, del Champlain i de Wclland ; i Ill. construccion de un canal para unir los rios Ohio i Kanawha, cerca de Charleston. Oigamos ahora por via de estudio, (pues para nosotros tio. ne la misma importancia relativa la construccion del ferroca. rril del Norte, que para 108 Estados Unidos el va¡¡to plan de obras citado), c6mo es qne el Senador Windom hace la cuenta de las ganancias que el pais obtendria. con la cjecucion de di. chas obras. LOS FERROCARRILES COLMIHAl\OS. 117 "Las cifra:; en que se apoya este informe comprueùan que cuando se bay..! mejorado la n:1vegacioll del Mississippi, el trasporte del trigo i los cereales de .Minnesota, low 3, Wisconsin, Illinois, Indiana, Missouri i <le los otros Estados arriLa del Cairo, hasta Nueva Orleans, no costar~a mas de 17 centavos por fanega (bushcll). El término medio del costo de Nueva Orleans a Li,erpool, fué en 1872, de 27 centavos por fanega; pero éste podria reducirse con la mejora de las Locas del rio a 18 a 20 centavos, i el costo total de trasporte desde el contra de los Estados productores hasta Liverpool a 39 centavos, en vez de 67, que costó en 1872, a sea una economÍll. de 28 centavos por fanega desde San Pablo hasta Liverpool. ,. En el solo comercio. interior del pais la economb en el trasporte de ~ereales a los mercados del Orien te i del Sur no seria de mGnos de 20 centavos por fanega. " El movimiento del comercio de granos con dichos Estados ascendió ell 1872 a 213 millones de fanegas. Una economía de 20 centavos sohre esa sola cifra habria equivalido a un poco mas de 42 millones de ]Jesos; pero si se considera que una gran cantidad de trigo no puùo encontrar salida por los altos gastos de trasporte, no será exajerado calcular que el comercio interior de granos cutre los E~tados productores dcl Norte, con los Estados J.thí.ntl¡;os i con los del Sur, seria mucho mayor. "A la ganailcia ohtenida por la e~onOUl¡a ell los gastos de trasporte debe aiíadirse la del mayor valor que recibirian las tierras cuLivaùas del Oeste, que llegan en 108 ocho Estados productoreó de granos a 55.841,000 acres. Estimando la capacidad productiva de estas tierras eu solo 20 fanegas por acre, una gana1l<:ia adicional de solo 10 centavos, ( solo la mitad de la economÍ:. en los gastos de trasporte, a sean 20 centa,os, que es raciona-l suponer se divide entre el productor i el consumidor), agregada al valor de los cereales que aquellos Estados pueden producir, equivaldria a Ull beneficio neto de $ 2 por acre, que GS el interes 30110 por 100 de un capital de S 20; i $ 20 por acre agregados al valor Je las tierras cultivadas de aquellos Estados, son mas de 1,000 millonos de pesos. l' Agréguese a esto el mayor valor que recibirian las tierras no cultivadas, el mayor valor de las plantaciones de algodon del Sur, los Leuefi¡;ios obtenido!> por la economía en los gastos de trasporte de todos los otros productos del pais, i solo de esta manera podrá formarse una mediana idea del incremento que a la riqueza púulica i a la prosperidad jeneral daria el vasto plan de mejoras p:·opuesto." Se ve, pues, que esta manera de apreciar los resultados económicos de la mejora de las vias de comunicacion, difiere un poco de le ql¡e nuestro ilustrado compatriota el sellar Camacho aplica al ferrocarril del Norte. 118 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. Paréceme más que agotada la materia de este capítulo, en el cual, si la vanidad de autor no me engaria, creo haber recti. ficado satisfactoriamente las opiniones del señor Camacho en los P\lDtos siguientes: . 1.0 Que n~ es cierto que todo la que es tral>portable, pueda trasportarse hoi en camino de herradura. 2.° Que no es cierto que los trasportes cuesten de 12 a 15 centavos de peso por carga i por legua, sino a 42! centavos por carga i por legua., la que puede cargarse a mula, i desde 14 hasta 47 centavos por arroba i por legua la poco qne puede cargarse a indio, i la que es peor a india. Qué vergüenza! qué degradacion ! El sei'íor Camacho ha incmrido pues en un error funda. mental de 300por 100 respecta de la que ménos se discute, que es la que se carga. en mulas; de 2,000 por 100 respecto ùe los trasportes que constituyen el punto objetivo del proùlema, que son los de los bultos que vienen a espalda de hombres, i del infinito por 100 respect<>de los bultos de imposible trasportacion. EL edificio de sus cálculos está, pues, zapado por su base. S.o Que los bu1tüs cuyo peso excede de média tonelada, en los cuales están comprendidas todas las grandes máquinas, son de imposible introduccion en el interior del pais; i qlle esta parte, de que!;e desentiende el señor Camacho, es precisamente la que má5 debe tenerse en consideracioll pam apreciar los beneficios cconómicos del ferrocarril-escalera, que vamos a poner del Magdalena a. los Andes, para incorporar estos puc_ bIas en el movimiento del comercio del mundo. 4.° Que los ferrocarriles no se cargan en ninguna parte del mundo con la que descargan las mulas í los indios, sino con al[¡o más, 5.° Que no es exequible imputar al primer ferrocarril que se construya en un pais, sobre todo si ese ferrocarril tiene el carácter de ferroca?'?víl-escalera, todos los gastos en él impendi. dos, porque la mayor parte de e])08 deben considerarse como meras anticipaciones para la construccion de la!; otras vias; i 6.° Que un ferrocarril puede estar dando pérdida de mos_ trado?' en ta tarifa, i ganancias c6ntuplas de esa pl~rdida en la feoudacion que está ejerciendo en el radio a que alcanzan sus efectos. Las leyes de la certidumbre matemática solo alcan~an a determinar con precision los movimientos de la materill; pero son un criterio incompleto e insuficiente para medir los fenó. LOS FERROCARRILES COLmmIANOS. 119 menos en que toma parte la actividad intelijente del hom?re, porque su espíritu creador es demasiado grande para reducIrlo a ecnaciones. Lo que un nuevo deseo, lo que UDanueva necesidad creada i sr.tisfecha, la que un nuevo juicio formado sobre la utilidad de ~lguna cosa pueden dislocar i mover en el munJo económico, lia puede medirse de antemano por ninguna in. telijencia. N ada grande se ha hecho en el mundo que no sea el fruto de esperanzas e:mjeradas. Por el camino de nuestros opositores, que quieren que la humanidad no levante un pié sino cua.ndo, despues de haher sometido al cálculo de las probabilidades todos los accidentes posibles de la creacion, esté completamente segura, con evidencia matemática, de que nunca, en ningun caso, ni bajo ningun pretesto llegará a hundirse la nueva. tierra. en que va a pisar; por ese camino no se ha hecho ni se hará Dunca nada grande en el mundo. Lo más que un hombre prudente hace es adelantar el bordan para tantear el terreno en que va a pisar. Pero el bordan de los ferrocarriles la tienen adelantado por el mismo camino que nosotros llevamos los cien mil viajeros que nos preceden en la via del progreso: solo falta que nos tomen la delantera las hordas salvajes del África i de la OceanÍI.',. Por eso nuestro ilustrado compatriota Núñez, que se eleva más a la síntesis del pro~reso con ménos análisis, no se ha dignado entrar a tratar en el fondo la cuestion de si necesitamos o no construir ferrocarriles en Colombia, sino que se ba reducido, en el opúsculo que recibimos por el último correo de Europa, a hacer alguna.Badvertencias provechosas para evitar que seamos engañados en los contratos de construccion. " Los ferrocarriles, dice, son hoi condicion de existencia social i económica, de la misma manera que los bancos, los aseguras, las escuelas, el periodismo, &, &, i prescindir de ellos es condenarse al aniquilamiento. " La época del vapor ha llegado i todos los pueblos que no quieran quedar a retaguardia, decaer i morir deben apresurarse a hacer uso de este moderno ajente de locomocion. " Resolvamos, pues, sin mas demora acometer la útil empresa; organicemos nuestro Estado mayor de injenieros, i pronunciemos con fe, esperanza i valor la. palabra definitiva de órden: Laü(yrernus." El señor Núñez, apesar de haber vivido diez años entre los ingleses, envuelto en las brumas de Liverpool i de Manches. ter, habla de fe, enerjía i valor para construir ferrocarriles; i nuestros opositores, viviendo en medio de esta naturaleza de América, tan grande, tan poética, tan linda, donde todo convida a la espansion i a la vida, se han enfermado de juicio, que es el peor achaque de la humanidad. 120 LOS FERROCARRIJ,ES COLOMBIANOS. " Ved, dice Chevalier, a Ill. ciudad de Charlestor. que va a buscar, recorriendo 219 kilóm, a Augusta on Georjia, los algodones que se cosechan en el valle de Savannah. La distancia es grande i en Charleston hai poca plata; PERO SE INJENIAN, SE ESFUERZAN I LLEGAN A LO QUE DESEAN. Yo visité este camiuo en 1834 cuando acababa de construirse i era el mas largo que habia entónces en el mundo. Con todo su ma-terial.de esplotacion, locomotoras i carros solo habia costado 6 millones de francos, a 28,000 francos el kilómetro. Aquí i allí estaba construido sobre estacones de madera, como colgado sobre anda. mios (perché sur des echasses) sirviéndose de los mismos árboles que habían sido derribados en la selva primitiva. Pero cuando alguien recomienda entre nosotros la economía da estas construcciones lijeras de que está cubierto el suelo de la América, se responde que en Francia no poàrian soste. norse, como si las leyes de la gravitacion no fueran las mismas en los dos hemisferios. Lo que es distinto en ámbos no son las leyes de la gravitacioD sino el sentido comuu." De la capacidad productiva del pais; o de lo que puede traerse i de la que puede llevarse por el ferrocarril. En este capítulo como en el anterior es tambien necesario perseguir al señor Camacho, hasta darle caza en alguna o algunas proposiciones jenerales, claras, netas, bien definidas, desentendiéndonos de los infinitos cálculos i detalles en que él entra para llegar a establecerlas, porque de otro modo fatigariamos la atencion de nuestros lectores, perùeriamos 1l0ROtras mismos el rumho, el punto objetivo del debate, i no Ilegariamos nunca. a dewanecer las aseveraciones fundamentales con que mestro ilustrado compatriota niega al pais así la nccesidad como los medios de construir el ferrocarril. El señor Camacho ha em'pleado todo el articulo 3.° de su serie, puhlicado en el número 1,300 de este mismo Diw'io, para averiguar, por medio de cálculos tan minuciosos i tan complicados como prolijos, cuál es el movimiento actual Je cargas entre Bogotá i el rio Chicamocha, a la largo de los caminos centrales de Cundinamarca, BoyaciÍ i Santander, a fiu de abonado con toda escrupulosidad al ferrocarril del Norte, lo que lo corresponda de ese movimiento, por la parte comprendida entre Bogotá i Carare, por Cipaquirá, Chiquinquid. i Vélez. Dice así: " El movimiento de cargas entro el rio Chicamocha i Bogotá, a la largo de los caminos centrales de los Estados de Boyacá, Santander i norte de Cundinamarca, puede calcularse ell un millon J..ecargas de 112¡ kilúgramo8 cada 1.ma. " Esto no quiere decir que todo ese número de cargas transite toda la estensiou de esos caminos, sino que ese número entra a ellos i recorre distancias mas o ménos considerables, desde dos o tri)S leguas hasta la totalidad de la estension en a.lgunos casos; de manera que podria calcularse que ese número total de cargas recorre diez leguas, o quo la totalidad de dichos caminos cs recorrida por un número de cargas do BO a 100,000. " Esto número de cargas se descompone on los siguientes cfectos : 122 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. "SI(1 . esacta ) :l. CI ra. caSi . 100,000 " Panela i mie!. . 360,000 e; Trigos~de Boyacá . 60,000 "Id. de Cundinamarca . 2u,000 " Azúcar de Santander . 12,OuO " Tabaco . 15,000 e, Efectos estranjeros ........•........................... 3,000 "Tejidos del pais (mantas, lienzos, al parga.tas, sacos, ruanas, cobijas, lazos, &.") . 30,000 " !\;laiz . 150,000. " Efectos diversos (papas, plátanos, yucas, loza del pais, garbanzos, habas, frisoles, huevos, pollos, &.a) 300,000 TotaL 1.050,000 "Este tráfico, dividido entre las diversas porciones del ea· mino, puede estimarse así: ( Aquí dichas cifras, de que no nos ocupamos ahora ). " A este cómputo tengo que hacer la rectificacion de que, con posterioridad he visto clatDs estadísticos del peaje, formados por la Junta del camino del. Norte, en los que solo figu. Tan entre Bogotá i el Puente del Comun ]80,000 cargas. "Sobre la base de estos c6mputos aproximados podria esta. blecerse 1I.l. circulacion de cargas por el ferrocarril del Carare así: "Entre Bogotá i Cipnquirá, cargas 150,000 " Entre Cipaquirá i Chiquinquirá 100,000 "Entre Chiquinquirá i Vélez 80,000 "Entre Vélez i el rio Carare 40,000 " Pero debe tenerse presente que la cuarta de estas parti. das figura en las tres primeras, la tercera en las otras dos, i la segunda en la primera; - de suerte que la vel'dadera circula. cion puede reducirse a lo siguiente: "De Bogotá a Carare i viceversa, 40,000 cargas a $ 6 cada una $ 240,000 "De Bogotá á Vélez 20,000 a $4 cada una . 80,000 e, De Bogotá a Chiquinquirá 6,000 fi. $2.. . 12,000 "De Bogotá a Cipaquirá 100,000 a t 1.. . 100,000 "Movimiento intermedio 100,000 a $0-50 .' . 50,000 "Pasajeros de 1.& i 2: fi. la sumo . 100,000 "Total producto del ferrocarril sin riesgo de pe. car por diminuto " , $ 482,000 Estas cifras admitirian muchas rectificaciones, pero no queremos entrar en ellas, por la ménos ahora, para. no ombro- LOS FERROCARRILES COLo~mIANOS. 123 llar la discu¡¡ion, que así se haria interminable. Damos por cierto que ese es, sin faltar una sola, el movimiento actuaL Je cargas a la largo de la línea por donde paga el ferrocR-rril. Pues bien, aun recibiendo como buenas esas cuentas, nosotros decimos: el señor Camacho yerra en ellas tan notoriamente como se equivoc6 al calcular el término medio de los actua_ les gastos dû trasporte entre el rio i la Sabana; ese movimiento no da ni mediana idea del que tendrá el ferrocarril del Carare. l por qué? Porque el señor Camacho, como ven nuestros lectores, no le coucede al ferrocarril la virtud de dislocar en el cambio de los productos del comercio interior i esteriar, '11.11, lcílúgramo más de la que trasportan la8 mulas i los indios. En otros términos, el sefior Camacho anrma que por un ferrocarril en que todo la que es tragportable, podrá tmsportarse Il razon de diez centavos por carga i por legua ($ 6 por 60 leguas de Bogotá a Carare) i con una velocidad média i contin·ua de 5 leguas por hora, cOl1tiuuariÍ. trn.yéndose esactamente, sin aumentar una libra, la misma cantidad i calidad de efectos que hai se traen por los caminos de montafía, a razon de 42, de 140 i hasta 470 centavos por carga i por legna, i con una velocidad mét1ia i discontÍ1wa, (computando las horas en que no caminan las mulas ni los cargueros), de !- de legua por hora. Si esto no fuere cierto, que el señor Camacho DOS señale en sus cál<:ulos la partida de 1~ncenúwo más que él haya abo. nado al ferrocarril por la que este nuevo instrumento de locollocion remueva en los cambios del pais. Desde luego debe advertirse que la posicion de la persona que se limita tí. contar la que existe, es muy distinta de la posi. cion en que se coloca la persona que va ú calcular lo que existi. rá en virtnd de las leyes jenerales del progreso. A la intelijencia del hombre, probablemente, ni al jéllio mismo, le es daùo estender la vis'va para medir el desenvolvimiento del bien i del mal más allá de un horizonte lUui limitado i de un corto período de tiempo. Si le hubieran preguntado a Stephenson mismo, cuando luchaba con la incredulidad de los mercaderes de Li. verpool, cuáles serian los resultados de la aplicacion del vapor al camino de hierro; si le hubieran preguntado a G1~tterrnbe-r.g a qué cambios daria Ingar el descubrimiento de sus caractlSres movibles aplicados a la reprodnccion de las copias; si le hubieran preguntado a Morse hasta dónde creia él que podria llevarse, al traves de los continentes i de los mares, la repercusion del alambre eléctrico, veriamos hoi, leyendo esas respuestas, cómo la intelijencia del hombre al despedir las chispas con que ha de iluminar al mundo, no puede disipur las tinieblas que le ocultan 124 LOS FERROCA.RRILES COLOMBIANOS. el porvenir; cómo el jénio' mismo es pequeño para medir la fecundidad del bien. Sin pretender, pues, descubrir los arcanos del porvenir ni adivinar-, ni ménos magnificar los cambios que en el curso de medio siglo introducirá el camino de hierro en la condicion económica i social del pais; limitándonos a contar los resultados tanjibles que 8urjirán al dia siguiente de introducido en los cambios este poderoso elemento de produccion i de vida, vamos a complementar la cuenta del ferrrocarril, abonando a su haber las partidas omitidas por el señor CUl)1ucho. Pero desconfiando de nuestro grado de lucidez, aun para al. canzar la vision de los resultados del dia siguiente, ocurriósenos suplicar a nuestro amigo Camacbo, tuviese la bondad de prestarse a servir de me(lium para. esta revelacion ; i habiendo Convenido gustoso en ello, ambos nos dirijimos sin pérdida de tiempo al Observatorio astronómico, donde pasó la qne se refiore en el siguiente diálogo: G-Póngase usted en relacion con el espíritu del inmortal Stephenson, el inventor del camino de hierro. C.- Ya lo estai. G-i Divisa usted bien toda la línea del camino del Norte hasta Chiquinquirá? ' C-¿ Tal como boi se encuentra, sin ferrocarril1 G-Sí. C- Perfectamente. G-i Qué ve usted en ella ademas de la sal, la panela, la miel, el trigo i los demas efectos con que usted hizo la cuenta del movimiento del ferrocarril del Norte? C.-Nada, escept~ los transeuntes. G.- Ya esoS los contó usted por 100,000 entre los pasajeros de 1.& i 2.& clase. Aun está usted bajo la ofuscacion de sus escritos; qué más ve usted! C.-Ah! veo todo el ganado flaco que sale por Sogamoso i que va en busca de las dehesas de la tierra calieIl~e; entre esaS partidas veo una que va para mis pasta les de Utica. Veo el gana.do gordo que viene desde Ubaté para ser consllrnido en las plazas del tránsito basta Bogotá. Veo todas las partidas de ganado lanar que transitan por eSa via. G.-¿I por qué dejó usted de incluir todos esos animales, que mucho significan en la cuenta del movimiento del ferrocarril del Norte? ¿O creia usted que despues de construido el ferrocarril, los duefios de esos cuadrúpedos serian tan tontos para continuar conduciéndolos a pié a razon de 2 o 3 leguas por dia? o.-Fuó un olvido involuntario. G.-No tiene usted necesidad de afirmarlo: el pais entero que lo conoce, sabe que usted es incapaz de un acto de disimulo WS FF.RIWC.\RRILES COLOi\fllTANOS. 125 o Je falsía. As', puos, usted conviene gustoso en que aclicionemas la cuenta del trÚfico probable del ferrocarril del N arte con la siguiente pa.rtiJa: . " Animales en pié " C.-Por supucsto: mal podria yo negar la que estai viendo i la que todos vemos, esto es, que hoi transita por la vía del Norte un nÚmero mui considerable de calJezas de ganado, i que la construcion del ferrocarril, léjos Je ser mzon para que dismi. nuya, seri fU7.0n para que aumente ese tráfico. G.-Estiel1da usted la. vista a 1880. 'If C.-Ya está. G.-Qué VJ usted? C.-Veo una cinta de hierro que surca la tierra, i sobre ella. veo deslizarse con la velocidad del ra.yo, arrastrados por el vapor iserpen teaudo como una culebra., los largos trenes del ferrocarril. Con su penacho de espirales de humo, Que el viento envuelve en la sutil neblina, Es e, rei majestuoso del progreso, Que con orgullo su!' dominios mira. G.-Bueno, me gustan los poetas: la imajinacíon i el sentimiento son Jas grandes facultades que sirven tambien para comprender la verdad. Pero dígame usted, i qué ve usted allá en Puerto-Curare, en la estremidad del ferrocarri11 C.-Veo dos vapores listos ya para. levar anclas, que están cargando a taja prisa una tierra. a unos terrones negros que no alcanzo a Jistingllir quó sean .. G.-Sígalos usted en su viaje basta Barranquilla, ¿ qué ve usted? a.-Veo que no llegan COLla ::lntes dos a tres veces por dia. 11 tomar leña i que solo se detienen en los puertos de escala. G.-Avcr;gÜe usted la cnusa de ese cambio estraordinario en la navegacion del Magdalena. C.-Ah! Es que el combustible de que se sirven es el carbon de piedra de las abundantes minas que se encuentran en toda. la línea del ferrocarril. G.-I porqué se sorprende usted? De qué 8e admira usted? i No ha leido usted el reciente informe del injeniero señor Rid. ley? Oiga usted lo que él dice en el capítulo en que describe la formacion jeolójica, la agricultura i las riquezas naturales del terreno qèle atraviesa la línea principal: "Tanto el carbon de este punto (Cucunubá ) como el de las montañas ùe Tausa es de Ulla C'alidad muy superior. "" Por ùcsgncia estamos en lSS0 i el problema ùe la construccion de un ferrocarril al Magdalena no se ba resuelto. Los lJue no hemos tenido sino nuestra pluma pua servir las ideas, no SOlllOS pasiblcs de sonrojo ni de vitu. perio por esto fiasco j qlle respondan ùe éllaa revol uciones i l(Js gobiernos. 126 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. " El análisis que de él se bizo en Lóndres dió los siguientes resultados: Carbono 80-99 Hidrójeno 5-51 OxíjeD<Yi nitrójeno 6-82 Azufre : O-51 Ceniza '" 4 '" Agua 2-17 100-... "I en cuanto a sus propiedades resultado en una vasija cerrada: Coke Materia gaseosa Agua productoras, dió el siguiente 66-72 31-U 2-17 100 " Existen en el pais minas inagotables cobre, carbon, hierro i plomo. Cerca de todas líneas, i creo que si se beneficiasen como se debe, tener en cuenta otra clase de tráfico) bastarian ferrocarriles, dando una buena utilidaù." ... i riquísimas de ellas paRau 1M ellas solas (sin a. alimentar los Este cambio al parecer insignificante ha realizado mejoras de mucha importancia en el servicio de la navegacion del rio. Se acabaron las insoportables i costosas demoras de 3 i 4 horas diarias que cada vapor empleaba en llegar a cargar leña; i los bu. ques han ganado en capacidad para la carga la mitad por la ménos del espa.cio que ántes ocupaba el combustible. Pudiera hacerse la cuenta del número de viajes redondos que cada vapor puede aumentar al año con las horas economizadas en el acarreo de lefia, i de la rebaja que por esta causa i por el aumento de capacidad para la carga. p9diera hacerse eu el fiete del rio; pero renunciamos a entrar en estos detalles porque el pais mar. cha de prisa, i la opinion exije que los escritores públicos le den verdades hechas en párrafos cortos: es preciso curarse de la manía de escribir llevaudo hasta el último estremo el análisis de todas las cosa.s, sin contar con el sentido comun de los lectores. Baste a nuestro propósito decir que segun los datos autén. ticos que hemos consultado, el consumo actual de leña que hacen los vapores del Magdalena no es de ménos de $ 100,000 por año. La sola Compañía Unida, cuyas cuentas hemos visto, gasta de 12 a 13,000 pesos por trimestre; la Alemana i la Internacional juntas gastarán otro tanto; i como los vapores se contcnt..'\riall cou las dos ganancias de tiempo ~de capacidad, LOS FERROCARRILES COLmIBlANOS. ----~._------~-_ _----------------_.~~~- 127 .. estarian dispuestos a gastar en carbon cuando ménos la misma. suma que hoi gU;otanen leña. l si siguen canalizándose naturalmente las bocas del Magdalena, i pueden evitarse para un artículo de poco valor el flete i los gastos de carga i descarga del ferrocarril de Barranquilla, no seria mui difícil que el ferrocarril del Norte pudiera suministrar carhon a los vapores de las líneas trasatlánticas en Sabanilla. Pero no contemos con esto, i limitémonos a adicionar con permiso del señor Camacho la cuenta del movimiento de cargas del ferrocarril de Cara re con la siguiente partida: " Carbon para los vapores del Magdalena Toneladas " Cuando se formaba ahora 25 años la primera Compañía para la naveg'lcion por vapor del rio Magdalena, el señor Joaquin de Mier, uno de los principales accionistas, decia en la junta Do sus compañeros: "Señores, yo tomo parte CR este negocio por patriotismo i por dar gusto a ustedes; pero ya verán ustel:es que los tales vapores apénas tendrán carga para un viaje i que no sabremos qué hacer con ellos en todo el resto del aÎÍo." I diez años mas tarde el comercio del Magdalena daba lo suficiente para que pudieran establecerse tres Compañías de navegacion a vapor, haciéndose formidable competencia en la rebaja de los fletes; ya ve usted que el rio Magdalena es un cementerio de vapores sepultados bajo sus aguas, i que las utilidades del tráfico han sido suficientemente cuantiosas pa.ra qne las Compañías de navegacion sigan imperturbables por encima de esas pérdidas i de esos obstáculos. Cada vapor perdido ha sido inmediatamente repuesto por otro mejor. Es que a la simiente del progreó;Ole basta la menor dósis de actividad i de vida en 108 pueblos que la reciben, para. obrar en ellos 8US portentos; él es en los tiempos modernos la verdadera imájen del fénix de la fábula, que renacia de sus propias cenizas i perdon por este trozo de literatura muérgano. Ya nuestro ilustrado compatriota el señor :M:iguel Samper, habia espresado el mismo pensamiento en la carta que sobre este asunto dirijió al Gobierno con fecha 8 de agosto de 1872. Dice así: " Cuaudo hace veinte años el Gobierno resolvió fomentar la. navegacion del Magdalena. por buques de vapor, el tráfico de n,quella época no daba aliciente para fundar sobre él cálculos ni esperanza de buen éxito, i sinembargo el rio está. surcado pol' hermosos vapores a 108 cuales no ha faltado carga. La. sola idea de rer:.unciar a esa clase de vehículos o de volver al uso de los champaneB, aterrada a nuestro comercio. 128 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. No considero mas u1jente el establecimiento de la línea de vapores en la época ántcs citada, que lo que es !wi la construecion del ferrocar·ril del Norte. 'il Mas continuemos la sesion de espiritismo ferrocarrilero. Q.-E~tamos en 1880. i Qué pasa en Puerto Carare 1 Limpio usted bien el anteojo de la vision interior. C.-Han llegado al puerto los vapores" Parra," "Vezga" i " Galindo." G. -- Cómo! ¿ un vapor con mi nombre? O.-Sí, señor, en premio de los disparates que usted escribió en favor del ferrocarril, de 1870 a 1874. G.-I qué traen 1 C.-Están descargando en abundancia muchos efectos de los que ántes venian aquí por rareza, a lomo de india, de los que eran privilejio de los cicos: pianos, coches, espejos, cristalería, bombas, amdos, máquinas de trillar, &,' &." Entre ellos veo dos coches preciosos, una vict01'Ía í un coupé para. nuestro amigo que se ba retirado de los negocios con 200,000 patacones (pesos fuertes). G.- Cómo ¿ mi compadre importando coches por el ferrocarril? C.-Por supuesto; la circunstancia de que él hubiera opinado contra el camino DO es razon para que no se aproveche del disparate que ustedes hicieron, para que deje de traer por $ 20 un coche cuya conduccion costaba ántes $ 200. Pero sí le digo a ústed que es enorme la cantidad de esas cosas que están metiendo a. la bodega! G.-1 por qué se admira nsted de ese cambio en lo~ consu. mos del pais? Yo lo encuentro mui lójico. Usted sabe que si hai algun principio evidente en la ciencia de la economía, que casi pudiera Ilamaroe "verdad de Pero G?'ullo " es el de que toda diminucionobtenida en Jos gastos de produccion de un artículo, pone ese artículo al alcance de mayor número de consumidores, o en otros términos: que los productos son atraídos al consumo en razon directa de su baratura e inversa de su carestía. Pero no como usted quiera, sino en los ténninos de una progresion jeométrica cuyo esponeute es 10. Las fortunas privadas i la distribllciOD de la riqueza pública se han representado admirablemente por una pirámide cuyos conos o segmentos se desarrollan en esa proporcion: en la cúspide de la pirámide está el Rostchíld de la humanidad j en la capa ¡ * Memoria de Hacienda do 1678, pájina 42. LOS FERROCARRILES 129 COLOMBIANOS. inferior bai 10 homùres que tienen la mitad de la fortuna del primero; en la 3: hai 100 con la mitad de la de los segundos j en la 4: 1,000 con la mitad de lo que tienen los terceros; en la 5.~ 10,000 con la mitad de lo que tienen los cuartos j en la 6: 100,000 con la mitad del caudal de los quintos, i así sucesivamente. De esta manera, cuando un producto baja a la mitad de sus -antiguos gastos de produccion, si el artículo era ántes consumido por la personas, se pondÓ inmediatamente al alcan. ce, no de 20 sino de 100. Por esta razon ha causado mucha estrañeza que un economista de Sil reputacion i de su ciencia, se hubiera limitado a cargar los futuros trenes de este ferrocarril con la mismo que descargahan los indios i las mulas. Por tanto, ahora que usted est:! viendo con sus propios ojos, que tener pianos i coches no es ya privilejio esc1usivo de los que estáu cn la cúspide de la pirámide, usted me permitirá que adicionemos la cuenta del ferrocarril con la siguiente partida: " Por el aumento en el' consumo de los artículos voluminosos, cuyos gastos de trasporte se han reducido a la déc'Íllna parte de la que ántes costaban cargas " Descr-nse usted un momento, i dígame i qué otros camùios nota usted en el movimiento de la bodega de la estacion del Carare ? C.-Veo que entran i salen de esa bodega cosas estraordinarias, que yo no habia visto ántes en el pais, i que muchas de las jentes ilustradas de nuestra tierra ~o conoceu ni auD. en pintura. G.- Pero en fin, diga usted qué es, sírvase usted hacerme una descripcion de esos objetos. e.-Son uuas piezas de fierro mui grandes, como calderas, i ruedas, i cilindros, i chimeneas para máquinas de vapor. Ah! sí, ya adivino: son trapiches, injenios, molinos, alambiques i máquinas de vapor pam la agricultura i ln.minerin" &." &.8 Vienen tambien muchos aparatos pura el establecimiento del alumbrado de gas; vienen cuatro Road-Steamers para los ea. minas laterales del ferrocarril, i muchas otras mlÍquinas de las que ántes no podian iutroducirse al pais. G.-1 sinembargo era claro como el agua. 'Mal pudo usted imajinarse que la poblacion de Cundinarnarca i Boyacá, que ocupa una de las rejiones mas feraces del globo, continua_ ra trabajando como bestia de carga con los mismos instrumen. tos toscos i primitivos que le dejó la. colonia, despues de tener a su alcance los medios de adquirir a bél.joprecio las máquinas con que trabaja la industria moderna; esos instrumentos que, segun la feliz espresion de usted en la memoria de Hacienda. de 1872, ,¡ proporcionan fi. un tiempo la abundancia i lu. bara. 9 130 LOS }'ERROCARRILES COLOMBIANOS. I tura i reemplazan los brazos humanos donde éstos escasean o son caros." Por tanto, usted no tendrá inconveniente en admitir la 4.a gruesa partida con que me permito adicionar, desde el dia siguiente al de concluido el camino, la cuenta del movimiento de cargas por el ferrocarril del .Norte, en los siguientes tér. minos: "Maquinaria. para la agricultura i para la minería, i en jeneral aparatos i bultos de los que úntes no podian venir por los caminos de montafia. Cargas " Concedamos siquiera dos años de plazo a esa maq uinaria. para que vaya a remover las inagotables riquezas minerales en que abundan los terrenos contiguos a la via férrea; esperémonos ¡¡iquiera a 1882, i dígame usted qué otra cosa ve en el puerto de embarque sobre el Carare 1 " C.-Veo una cantidad enorme de zurrones, que por su tamafío no pueden ser ni de quina, ni de tabaco, ni de ninguu otro de los frutos esportables que yo conozco. G.- I no adivina usted lo que contienen? C.-No, no lo sé. G.-Pues es el mineral de cobre de las minas de Moniquirá, que están allí a un pasO'de la línea; minas de las cuales dijo el Baron de Humboldt que serian suficientes para. abastecer el comercio del mundo. Usted sabe que Chile, apesar de estar separado por 6,000 millas de los puertos de Europa, construyó un ferrocarril que le costó $ 4.000,000 para esplotar las famosas minas de Copíapó, que distan 70 kilómetros de la costa, i que con todas estas desventajàs ha esporta.do mas de 200,000 quintales de mineral pot año, haciendo una competencia formidable al cobre de Bolivia, de Europa, de Australia, del Africa meridional i de los Estados Unidos. Desde 1874 personas roui competentes habian dicho al Secretario de Hacienda lo siguiente: I" Nunca podrá decirse demasiado de suestension i riqueza; i creo que no tendrán segundo en las demas mina.s de cobre de Sur-América. ' El mineral de ellas ha sido ensayado por una de las personaS maScompetentes del pais, el sefíor R. J. Treffry, i segun su opinion, produce 35 por ciento i 135 onzaS de plata por tone. lada en algunos casos. H " Las enormes dificultades i el costo de trasporte a un puerto de mar, han obligado a los dueños a limitar el producto a la demanda inmediata de los alrededores, i ésta es demasiado insig. niticante para arrostrar los gastos de uu laboreo estenso. ws FF.R1WC.iRItILBS COLO:lmIANOS. 131 " Las mismas dificultades de trasporte ocurren respecto Je la esplotacion de carbon de las iurnensas capas qlle hai en Samacá, do quo se tratará luego . ................................... , . "So ver[t claramente que lo úuico qne se necesita es aùrir vias de comunicacion con la costa, i este ferrocarril lo efectuará tan luego como ;.;econstruya, porque prácticamente no tiene límite la cartid!1d de mineral que se puede obtener allí, sino es por la falta de caminos para trasportado i la cantidad adecuada do trabajo." , Las mismas personas calculaban que, aun soportando un flete de 5-62} centavos para llevar a mula cada carga de 10 arroba,'!, de la mina al Magdalena, poùria ponerse una tonelada de mineral en Inglaterra por £ 23 i venderlo con una ganancia de £ 2 a £ 7 por tonelada. Pero agregaban: " Aun suponiendo que pueda confiarse en los números quo anteceden, la gran dificultad para conseguir suficiente cantidad de mulas, para hacer el trasporte en escala suficientemente grande para que hubiera ganancia, seria siempre un obstáculo con que habria que luchar. En efecto, seria mui difícil trasportar aun la pequeña cantidad de 120 toneladas por mes, que puede considerarse corno el resultado mínimo para quo valiera la pena de trabajar las minas esclusivamente. "Sinembargo, si el ferrocarril se bace, el éxito de la empresa seria inmenso, porque podria hacerse la esportacion hasta por ln. cantidad que uno quisiera; i como puede mui bien supo_ nerse que el costo de flete se rebajaría en £ 7 sobre losallteriores datos, el producto neto ( tomando el menor de los dos precios cotizados para la venta) seria de casi £ D por tonelada. " Si el coùre se funde i esporta en barras, pueJe ponerse en Sabanilla, a razon de £ 45 por tonelada. " Poniondo el precio de mercado en Inglaterra a £ 75 por tonela.da, el presupuesto quo antecede daria una ganancia de .£ 35 por tonelada. Abora, suponiendo que solo so esportarall 120 toneladas por mes, el producto neto anual no lmjaria Je £ 43,200. " Por supuesto, al empezar habria quo poner la maquinaria conveniente, bomm.s, &.", la cual costaria probablemente unas £ 40,000, a sea la ganancia del primer año en la esportacion de barras solumente." 'Ii Por tanto, usted nos permitin¡ que adicionemos la cuenta del mo.imient{} probable del ferrocarril del Norte, desde el se.Jundo año en adelante, con la sigu.iente partida: " Miueral de todas clases, pero principalmente del cobre do Moniquirá Toneladas " " MCUloli~ de llaciehùa ùe 1874, I){¡jinas 112 i 113. 132 T.OS FERROCARRILES COLO.MBIANOS. La industria minera estabn. en Chile ántes de la construc. cion de sus ferrocarriles, como hemos visto que estaban su agricultura i su comercio: abatida, postrada.. Antes de 1840 no se esplotaban en el pais sino minerales oxidados i sul£ul'o. sos conocidos con el nombre de 'Y"IWtales de color. Pero a par. tir de 1851, en que se conr;truyó el primer ferrocarril para. esplotar sus riquezas minerales, de Copiapó a. la. Caldera, su puerto en el Pacífico, aquella industria principió a descnvol. Terse r<lpidllmente basta llegar a las estraordinarias cifras con que figura bai en el comercio del mundo. El procedimiento semibárbaro de los h01'noS de ?nanga que dejaron los españoles, parecidos a los que llsamos en Cipaquirá para compactar la sal, i que aIl~ se empleaban para la fundicion del mineral, fué reemplazado por los magníficos bornas de reverbero, i por las numerosas fundiciones dotadas con toda la maquiul,l.rio.de la industria europea, que cubren los distritos mineros de Copia.pó i Coquimbo.. El ferrocarril de la Caldera se abrió en 1851, i tres años despues, en ]854, ya se contaban en Copiapó 824 minas en actlvidad : 22 de oro, 536 de plata, i 266 de cobre .•• I si Cbile ha podido llevar su industria minera al punto en que hoi la vemos, teniendo que hacer una navegacioD de G,OOO millas al rededor de la América para llegar a Europa ¿ por qué eon minerales tanto a mas ricos que los suyos, i separados apé. nas de los puertos de su destino por la mitad de la distancia que tienen que recorrer los de Chile, por qué no habriamos de llegar nosotros en el curso de·. pocos años a obtener iguales o mejores resultados 1 , Los errores con que el señor Camacho ha reducido a. $ 482,000 anuales el producto bruto del tráfico probable del futuro ferrocarril del Norte, en relacion con la capacidad productiva del pais, se dividen en dos clases: I." Los puramente estadísticos que afectan la cuenta de la. suma de poiJlacion, de riqueza i de cambios actualmente ex'is. tentes on 01 territorio que va a ser servido por el ferrocarril. De esta clase son los errores que en los cálculos del señor Ca. macho han limitado a 264,400 habitantes la poblacion que podrá servirse del ferrocarril. del Carare; a 75,000 cargas el nú. mero de las que recorrerán la línea on toda sn estem;ion; i a 70.000,000 ùe pesos la riqueza mueble e inmueble de los Esta. dos de Cunùinamarca, Boyacá i Santander. Forman la 2.&los errores económicos quo, desconociendo los resultados precisos, infalibles de la accion directa del nue. vo vehículo delocomocion, se desentienden del incremento de * Artículo na 83(). Copiapó, del Diccionario de Comercio universal, tomo l, páji- WS FERROCARRILES cOLO~rnIANOS. 133 produccion i de cambios que él va a determinar, por su propia virtud, sobre esa misma riqueza i esa misma poblacion. Los errores de esta clase han llegado hasta reducir a cero la accion propia del ferrocarril. Como tantas veces la hemos dicho, i Como no nos cansaremos de repetirlo, esos errores provienen de limitarse a cargar los trenes de 1880 a 1890 con la mismo que descarg::m las mulas i los indios en 1874. El señor Camacho ba dicho: "Las vias de comunicacion no son medios directos, sino indirectos de la produccion de las riquezas, i su objeto se reduce: " A trasportar con mas economía los productos en 108 lugares en que la abundancia de estos ha encarecido los trasportes. " A crear la posibilidad del trasporte en todos los casos en que otra. dnse de vehículos seria insuficiente. Ejemplo: el nú' mero de caballos que exijiera. el trasporte de 125 millones de toneladas de carbon, que se conducen anualmente en Inglate. rra a 20 leguas de distancia, en término medio, exijiria una cantidad tal de caballos a bueyes, que esa operacion seria imposible sin ferrocarriles. " A dar rapidez a los trasportes, para hacer posible en Iuga'res distantes, el consumo de artículos que se deterioran rápida. mente. Ejemplo: los víveres frescos de todas clases. " A trasportar con rapidez los hombres i las cosas en los lugares en qua la economía de tiempo, ex~jida por una circula. cion rnui abundante i rápida, da al trascurso del tiempo un valor inestimable." Esta' esposicion de principios, deficiente para apreciar los resultados comerciales de la loçomocion a vapor, que tanta parte tiene eu esto desarrollo inmenso de la riqueza del siglo en que vivimos, necesita Il.mplificaciotl. No hai necesidad de que sea la abundancia de un pro. dueto lo que haya encarecido por competencia sus gastos de trasporte, para que un nuevo ajente de locomocion realice nna economía. Basta que exista la carestía del trasporte, por cual. quier cansa que sca, para que la diminucion del gasto sea un beneficio neto para la sociedad. Ejemplo: no es la abundancia de maiz, de maderas, de yuca, de plátanos, de arroz, de miel, de panela, de azúcar ni de uingullo ùe los otros productos agríeolas, la que hace que el fiete de una carga cueste 5 o 6 pesos del Magda.lena a Bogotá; es que esa suma representa los gastos naturales do trasporte, para recorrer 15, 20 o 25 leguas de camino de montaña. Léjos de ser la abunda.ncia de esos fru. tos la que ha encarecido el trasporte, el hecho contrario es el que es cierto: que lu.carestía natural, intrínseca del trasporte, es la que no permite que se produzcan en abundancia los fru. 134 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. tos ~e la tierra fria i de la tierra caliente para. venderse a bajo precIO. La accíon comercial de los ferrocarriles no se limita fi preservar de la. descomposicion la leche, las frutas i las legumbres. Es posible que a éstas les aproveche más que a 108 jéneros secos; pero la mismo se consume en N ueva York, en I.. óndres i en Paris leche venida por el ferrocarril de 100 le. guas de distancia, que carnes, queso, madera, carbon, huevos i harina, lana, quina i azúcar venidos de 500 a 2,000 leguas. La circunstancia de que estos últimos frutos hubieran podido soportar sin daîíarse 2 a 3 meses de viaje, en nada disminuye el valor de la economía que sobre su trasporte ha efectuado el ferrocarril. Los maestros del progreso, los americanos, han formulado ln. doctrina de la accion comercial del camino de hierro en lOB términos siguientes: " El tonelaje neto de mercancías trasportlJ.das sobre las 53,000 millas de ferrocarril en 1870, deduccion hecha del tone· laje duplicado que ha pasado por mas de un camino, se com· puta en 97.000,000 de toneladas. "Este vasto tráfico, dice Henry V. Poor, autor oel libro "Los ferrocarriles de los Estaoos Unidos, 1871-1872," ha sido creado en su totalidad por la "reduccion efectuada en los gastos de trasporte. El costo del acarreo del maiz i del trigo en los caminos carreteros (high ways) era de 20 centavos de peso por tonelada ipor milla. A esta rata, el primero, el maiz, solo podia caminar 125 millas para que su precio de mercado no excediera. de 75 centavos de peso por fanega, (bushel), i el trigo 250 millas, para que su precio no excediera de $ I-50 por fanega. Con semejantes caminos nuestros mas valiosos cereales no tenian valor comercial fuera de círculos de un radio de 125 i 250 millas respectivamente. Sobre los ferrocarriles el trasporte de los cereales apéuas sube a 1 i t centavos de peso (medio cuartillo de nuestra moneda) por tonelada i por milla. Con la. ayuda de semejante instrumento, el círculo dentro del cual puede comprarse maiz a 75 centavos i trigo íÍ. $1-75 fanega, se estiende a radios de 1,600 i 3,200 millas respectivamente. El área de un círculo con radio de 125 millas es de 49,087 millas; el de un círculo con radio de 1,600 millas es 160 veces mayor a sea 8.042, 406 millas cuadradas. Tal diferencia, enorme como ella es, apéaas miùe el valor económico de los nuevos ajontes empleados en ]a trasportacion." 'if Apliquemos ahora, aunque no COn tanta precision en los números, por carecer de datos esactos, la doctrina americana, * Dicho libro, pnjina XXVII j i como no l'xiste aquí sino un solo pjeropIar que es el que yo poseo, él está a disposicion del que quiera consultarlo. LOS FERROCARRILES COLOMnrANOS. 135 qne tiene a su favor la autoridad de los hechos cumplidos, a. los resultados que el ferr08arril, (es decir los ferrocarriles), efectuarian en el cambio de nuestros propios productos. Pero ántes, séanos permitido recor<.1ar, no para el señor Camacho, silla para el comun de los lectores poco versados en la. materia, una verdad axiomáticn. de economía, a saber: que aunque aparentemente los productos se compran con dinero, la moneda DO hace en el ~amhio sino el oficio de un pasador de manos; pero que la que en definitiva se trasmiten los hombres son produc. tos por productos; que el valor, representado en cualquier cosa, es la susianc'ia con que se bacen los cambios; i que así cuando una persona dice: "no tengo dinero con qué comprar la que necesito," esta espresion significa en economía: "DO tengo va. lores que convertir en dinero." Esto quiere decir en lenguaje vulgar, que el modo de estar uno provisto de lana, es producir trigo; que el modo de tener trigo, es tener papas; que el modo de tener papas, es tener leche; que el modo de tener carne, es tener plátanos; i así respecto de todas las Jemns COSasque sirven para satisfacer nuestras necesidades; i que es la cantidad i la abundancia de estas cosas la que forma la riqueza de los individuos i de los puehlos .. En esta tarea, el ideal del esfuerzo humano seria la quo pudiera llamarse da1·leal cambio densidad uniJorrne, es decir, aproximarse cuanto fuera posible a que cada producto ob. tuviera en cambio una cantidad igual del valor de los otros productos, en el lugar de su produccion; a en otros términos, llegar al resultado de que el inglés, el frances, el americano, el aleman, el sueco, nos dieran la cantidad de productos que ellos obtienen allá con 10 jornales, por la que nosotros obte. nemos aquí con 10 jornales; eliminar el trabajo de cambiar, puesto que el cambio mismo, en sí, no le agrega nueva utilidad a Ias casas. I al contrario, en su marcha retrógrada el último límite del cambio es este: que las dificultades que encuentre seau tales, <Jue a cada cornarea le sea más económico producir directamente, en snclo i clima inadecuados, los productos de las otras zonas, quc adquiridos por medio del cambio. l csta es con poca diferencia la situacion de nuestros cambios interiores. Para la jcneralidad de los habitantes de Bogotá son artículos de lujo lo~ frutos del Magdalena; i para la jeneralidad de los hahitantes ùe tierra caliente son artículos de imposible consumo las papas, la mantequilla i las legumbres de la alti. planicie. Los gastos de trasporte DOS anulan la parte gratui. ta de fecundidad que nuestra exuberante naturaleza puso en la creacion de esos productos; cuando llegan a su destino 136 LOS FERltOCARRILÉS COLOMBIANOS. esa parte está consumida por ]a trasportacion, que es un sèr. vicio negativo. He aquí los precios de nuestros principales jéneros alimen. ticio!>,a 20 leguas de distancia: 1 arroba de plátanos, que en las orillas del Magdalena podria obtenerse por 2 reales, vale en Bogotá 8. 1 arroba de yuca, que allá vale un real, vale aquí 4. El azúcar es un artículo que hoi no puedeo consumir sino las clases acomodadas; los pobres solo lo usan como remedio. Hoi vale a $4-40 la arroba, porque el flete de una carga de 8 arobas, del Socorro a Bogota, vale a $ 12. La mantequilla, que la Sabana poùria producir indefinidamente a 1 o 1~ reales libra, vale en el !Iagdalena a 6 l'eales. Las papas, que aquí valen, una cosecha con otra, a $ 4 la carga, no pueden caminar en ninguna direccion mas de 20 leguas, para ir a venderse eo Honda i Ambalema a $ 1 arroba, que eB el último término del cambio útil de este proùucto con aquellos pueblos. El arroz vale aquí a $ 1-60 arroba, porque el flete de una carga de 8 arrobas, de Muzo a Bogotá, vale :J; 5. El trigo que la altiplanicie podria producir en cantidad ilimitada está tambien circunscrito por Ull radio de 20 leguas; enf Honda se ellbuentra ya Call la harina de los Estados Unidos, que ha podido recorrer unas 300 leguas de camino con un gasto menor que la nuestra en 20. El cacao vale aquí, una cosecha COll otra., a :il 2 el millar de 4 libras: el flete de Neiva a Bogotá vale $ 10 carga. El carbon vejetal, que es el combustible de que todos usan, vale a $ 1-20 la carga de tres arrobas. Una familia de seis personas consume por término medio una carga por semana o $ 62 por año. El ahorro que en este solo artículo introduciria la mejora de las vias de comunicacion, cuya base es el ferrocarril del Magdalena, seria enorme. Lo mismo puede decirse de las maderas de construccion, que para ciertas localidades tienen ya precIos fabulosos. Los materiales de construccion, piedra, ladrillo, adobe i teja no pueden traerse en ninguna parte de más de 4 leguas de di:>tancia, i aun es mucho. Es incalculable la economía que el ferrocarril, i los futuros ferrocarriles, introducirian en los gastos de produccion de este artículo. En fin, no acabaríamos nunca si quisiéramor recorrer todo el círcnlo de la revolucion que el camino de hierro está llamado a hacer en el cambio de los productos del comercio interior del pais. Por término medio, pues, los productos agrícolas que forman la base de la alimentacion públicá, no pueden caminar con los actuales medios de trasportacion mas de 20 leguas, pam que su LOS FERROCARRILES COLo~mIANOS. 137 --~---~-------.._--------~---------- ~---precio de mercado no toque al término en que el cambio deja de ser provechoso: mas allá de ese rádio, a cada pueblo le ten. drill. mas cuenta privarse del artículo que se le ofrece o proJu. cirIo artificial mente en su propio suelo. Pero el dill. en que hayamos construido nuestra red de caminos, compuesta de 2 o 3 troncos principales de ferrocarril i de los caminos laterales de montaña, cada producto verá estenderse, con los actuales gastos de trasporte, el radio de su consumo a 40, 60 a 100 leguas más, i de esta t.:lanera habremos multiplicado por 2, por 10 o por 100 la masa de los cambios del comercio interior. Hai mucbas jentes superficiales que creen que la estraordi. naria care~tía de los principales jéneros alimenticios de la pro. d\lccion interior, es un síntoma de nuestra próspera situacion eco. nómica; creen que esosjéneros ban duplicado de valor eu el cur. so de los últimos 15 años, porque se ha duplicado tambien la ri. quez:\' .ieneral del país; creen, en suma, que esa es una carestia ficticia, que corresponde simplemente a los precios nomiuales de las cosas con rebcion al dinero; pero que en realidad todos estamos mas ricos, porque todos estamos mejor provistos de esas mismas Cosas que han encarecido. Semejante aseveracion carece de todo fundamento. Et pueblo de Bogotá no está hai mejor alimentado de lo que estaba ahora 20 años. Por el contrario, la clase jornalera ha tenido que disminuir la cantidad, o renunciar TJor completo a alguuos ar~Ículos de los que ántes consumia en abuudancia, como la carne, el a.zúcar, el cacao, la leche, las papas i algunos otros. Personas Lieu informadas me aseguran que en la comida diaria de uu jornalero no entran boi 2 onzas de canw ; que la mayor paree de las familias de la clase média ha teniùo que renunciar por completo al uso del azúcar; i que todas ellas endulzan su cacao o su café con panela. Si descendiéramos al fondo de lai'> habitaciones del poùre; si lleg:lramos a visitado a la hora de comel',cuáuta suma de dolor i de miseria no encontraria.mos allí! La carestía pue'! de estos iéneros no tiene sino una sola es'plicacion econ{¡mica, vergonzosa para nosotros, a saber: que nuestros medios de produccion, entre los cuales dcheu contarse las vias de comullicacion, han permanecido con 'rnui poca dile'('encía los mismos que eran bace meùio siglo, en presencia de mayores nocesidades. Eu 18G\) se publicaron con el Mensaje i las :Memorias de los Secretariof: de Estado de Gundinamarca algunos datos estadíf:. ticos del mismo. De ellos resulta que la industria de uu Estado que cuenta 4:00,000 habitantes, el mas rico i civilizado de la Union, está fotografiada en las siguientes cifras: 96 molinos movidos por agua. 138 LOS FERROCARRILES' COLOMBIANOS. 1 movido por vapor. '* 17 trapiches movidos por agua. 4,319 por fuerza animal. Ninguno 'movido pm' vapor. 74 tenerías primitivas, de las mismas que dejaron los espa. ñoles. 406 destilaciones de aguardiente. 75 estanques de añil (ya hoi no existe ninguno). He aquí todos los establecimientos fabriles de Cundinamar. ea. En medio de 4,000 trapiches de mayal, como los que exis. tian en tiempo del Arzobispo- Virei, ni una sola chimenea que anuncie la presencia del vapor, sin el cual no se concibe la accion de la industria en el siglo en que vivimos! El único disfraz de esta miseria es la baratura de las telas de que nos vestimos, producto de la industria estranjera. Gracias a que los ingleses i los franceses, los americanos i los alemanes han construido ferrocarriles i vapores, de que nosotros nos servimos gratuitamente; gracias a que ellos poseen en sus mÚquinas \lUOS 1,000 millones de esclavos que trabajan por salarios infinitecimales para nosotros; gracias a los estrajeros, tenemos el cnerpo mejor vestido de lo que tenemos alimentado el estómago. Resumiendo pues la doctrina de este capítulo, podemos afirmar contra las conclusiones del señor Camacho lo siguiente: 1.° Que cI mejoramiento de las vias de comunicacion tiene una influencia tan directa en el incremento de la produccion como cualquier otro de Jas elementos que concurren a la crea. cion material de las cosas, porque su efecto inmediato es uno mismo: aumentar la relacio'n entre el trabajo i la utilidad; disminuir los gastDs de prociuccion, i provocar una mayor, po. niendo los productos al alcance de mayor número de consumi. dores. 2.° Que la accion comercial de los caminos de hierro no se limita" a. hacer posihle en lugares distantes el consumo de artí. culos que se deterioran rápidamente, ni a crear la posibilidad del trasporte euando se hayan agotado las mulas i los caballos," sino que su accion jeueraI es ]0. de estender a radios décuplos i centup]os el acarreo de todos los productos de la industria humana, hasta llegar de progreso en progreso a la unificacion del mercado del mundo, para bacer solidarios para. todos los hombres los dones de la naturaleza, diversamente distribuidos sobre la superfiGie de la tierra. 3.° Que la çapacidad productiva de un ¡;ais, como la de un individuo, tiene dos medios de acrecerse: 1. por el incremento material de las fuerzas elementales de esa produccion, que son -l< Ya de5up:mció: era el de la familia Sayer en Bogotá. LOS FERROCARRTL'ES cüWMI3TANOS. 139 poblacion,capitales e industria; i 2, o por el incremento económico ùe los cstí?n1~lo8 i de las facilidades para producir, que determina el mejoramiento de las vias de comunicacion. Ea otros términas: que. una misma cantidad x de poblàcion; una misma cantidad z de industria, i llna misma cantidad t Je capitales, puede dar uu. resultado como 10 en un pais que haga sus camùios en mulas i en cargueros, i un resultado como 1,000 en un pais que haga sus cambios por ferrocarril. 4.° Que hahiéndose desentendido el señor Camacho de este segundo ele-ne~lto de cálculo, que vale millones, para apreciar el movimiento del ferrocarríl en relucían con la capacidad producti va del pais; habiéndose limitado a descargar los indios i ks ?n'ulas paJ"a cargar los trenes, el edificio de sus cálculos está minado por la base i no hai esfuerzo que pueda. impedir su ruina. 5.° Que para que un ferrocarril produzca los resultados económicos que se le atribuyen, es indispensable, por supuesto, (eso no se discute), que baya poblacion e industria qué fecundar, suficientes para que las ganancias que se dilatan por toda la masa, sean mucho mayores que la pérdida sufrida en el punto donde se aplica el esfuerzo. 6.° Que no puede decirse con esactitlld, i de una manera jeneral para todos los paises, quú poblacion i qué grado de ri. queza se necesita para que un ferrocarril sea económica, aunque no sea conw1'cialJ"Mntc útil como negocio particular. 7.° Que los hechos no se han estudilido la bastante para reducirlos a teoremas a verdades especulativas de un órden jeneral; pero qne, puesto que no hai en los Estados Unidos de América, ni en el continente europeo, ninguna pohlacion, rica o pobre, de 40,000 almas (probablemente ni de 20,000), a la cual no se llegue i de la cunl no se salga en ferrocarril, parece que puede concluirse con toda evidencia que la ciudad de Ba. got:l con 80,000 habitantes (no tiene ménos) i el territorio que atravesaría la línea, con una. poblacion civilizada i laboriosa de :WO,OüO hahitantes, por un lado; i por el ot.ro un rio nave. gada por buques de vapor, que da salida al comercio interior, i pone esa pohlacion en comunicacion inmediata i rápida con otros 20ü,OuO habitantes de la costa i del bajo Magdalena, son términos mas que suficientes para un ferrocarril que cueste 14 o 20 millones de pesos. 8.0 Que si no la fueran, deberian abnndonarse como contra. proùucentes las tres cuartas partes de las líneas de ferrocarril dellllundo. e APIT ùe III TI LO III. constitucionalidnd de la intervencion del Gobierno en el negociado de obras publicns, i de la estension de esta intervencion. La parte de este escrito que podemos llamar puramente económica, dilucidada en los dos capítulos precedentes, no ba exijido de nosotros sino una sola cosa: laboriosidad i paciencia para recojer i estudiar los hechos relativos a la accion propia de las vias de comunicacion, principalmente de 108 caminos de hierro, i para deducir de ellos, con el mayor grado de cer_ teza a que pueden aproximarse las verdades de induccion, cuáles serlÍn los cambios que la construccion de un ferroca.rril introducirá en la condicion económica. i comercial del pais. Pero la. parte en que entramos, esta que el público llama simplomente " la cuestion fiscal," exije algo mas: exije valor para decir la verdad, toda. la verdad que es preciso que el pais conozca, sin rodeos ni ambajes de ninguna clase, para impedir que en busca del progreso, de la riqueza i del engrandecimiento, tropecemos con el abismo del descrédito,de la bancarrota, probablemente de la disociacion del pais. Jamas, desde la fundacion de la República, se babia presentado Il.la consideracion del Gobierno i de la opinion, asunto que bajQ el aspecto de una simple cnestion de finanzas, envolviera en sí un cúmulo tan considerable de dificultades políticas i administrativas, como esta cuestion del fomento de las mejoras materiales por parte del Gobierno jeneraI. Jamas cuestioll algulll.\ bahia exijido de parte de los homores públicos llamados a resolverla i ejecutarla, mayor grado de probidad, de enerjía i de prudencia a un mismo tiem. po, do ilustraríon, de tino i de huen sentido para. salir triunfante df3sus dificultades. Porque no hai qne disimularlo: la alternativa Cil quo nos encontramos es la siguiente: Si la Nacion, representadfl. 'en el Gobierno jeneral, se declara impotente para promover el de5arroHo de los intereses materiales, por medio de la contrucciOIl de las grandes vias comerciales que necesitamos para incorporar los centros populosos del pais en el movimiento del mundo civilizado, la conservacion de la unidad nacional es poco ménos que imposible. LOS FERROCARRILES COLmIDIANOS. 141 I si por falta de prudente encrjía, por impaciencia, por falta do habilidad a do prevision, nuestros proyectados ferrocarriles, despues de abandonados, no dan otro resultado que el do cargar a la Nacion con una deuda inmensa, que haciendo pri. mero imposible la marcha espedita de la Administracion pública, no tenga mas salida que la de una infamante bancarrota, el pais, des pues de dos a tres años de revolucion, quedaria tam. bien disuelto. En tan crítica situacion la que aconsejan la. política i el ps.triotismo no es la que hacen nuestros opositores-predicar la inaccion i la incredulidad, apagar todos los estímulos del progreso, i señalarnos el camino del desierto para que vayamos a ocultar en el fondo de las selvaR nuestra miseria i nuestra ignorancia. No, creemos que por el contrario la que debe hacerse es : DarIe al pais la conciencia intelijente del bien a que aspira, para que lo quiera con razon, i persevere en el propósito do alcanzado; advertirle que debe estar prevenido para vencer con paciencia muchas dificultades, para soportar i enmendar con abnegacion muchos errores, porque es una lei moral ineludible de nuestra naturaleza, que nada grande ni glorioso puede alcanzar el hombre sobre la tierra, si no sabe luchar contra la advers:dad; ilustrado sobre los medios seguros, aunque lentos de llegar al resultado que se apetece; i finalmente, combatir con enerjía los intereses egoistas que pululan i se ocultan a la sombra de toda gran causa, i que semejantes a los insectos, con. siguen frecuentemente devorar la Sil. via del arbusto, ántes de CI nc se conviErta en árbol i dé sus primeros frutos. Bajo las modestas i engañadoras apariencias de una simple cuestion fiscal, se oculta en este asunto de la construccion de los ferrocarriles una cucstion política de la mas alta impar. tancia, cual es la de determinar con toda esactitud hasta dónde debe llevarse la intervencion del Gobierno jeneral en el fomento de las mejoras materiales. La. cuestion fiscal está comprendida en la cuestion política, i cI exámen de es~a de be principiar p~r rec~)Oocer con toda franqueza, que la llltervenClOn del GobIerno Jeneral en el fomento de las vias de comunicacion, es una enmienda que el pais, por un consentimiento unúnime espresado por actos so· lemnes del Congreso i de las Lejislaturas de los Estados, i ratiti. cado por los órganos mas calificados de la opinion pública, ha convenido en hacer al texto de la Constitucion; porque eu la. letra de esta no hai disposicion en cuyo sentido literal apoyarse para dar al Goùierno jenern.l semejante intervencioll. Pero esta manera de corrojir los defectos, a de llenar en la l)ráctica los vacíos de la Constitucioll, sin falsear sus bases fun- 142 LOS FERROCARRILES COLGMBIANOS. damentales, léjos de revelar los antiguos vicios de nuestro carácter indisciplinado, chicanero i anárquico, muestra por el contrario que el:tamos educándonos en la práctica de las ins. tituciones democráticas, i que nos apartamos incesantemente del camino de la violencia i de la revoluciono Así ha formado su Constituoion en los tiempos modern.os, por meùio de la cos. tumbre, el pueblo inglés, el mas respetuoso a la lei i el mejor gobernado del mundo. La constitucion inglesa no se encuentra reducida a cuader. no: ella se compone de una serie de cOliquistas hechas sobre los abusos del poder absoluto, sancionadas como cánones fun. damentales del pais por actos del parlamento i por las decisiones de las Cortes de justicia. En escala mas reducida, porque existiendo un código fun. mental no habia. necesidad de formarIo por sistema, el pueblo americano ha ocurrido tambien al mismo espediente, no para falsear sino para sostener el edificio de la constitucion i de la. unidad nacional. Allá se suscitó esta misma disputa de la intervencion der Gobierno en el fomento de las mejoras materiales. Conocido del mundo político es el famoso Mensaje del Presi_ dente Mon'foe a la' Cámara de Representantes, de 4 de mayo de 1822, oponiendo el veto constitucional al "{Yill del Congreso, titulado "An act Jar the prese'l'vat'¿onand repair of the Oum. bC1'land Road." " Lei para la conservacion i mejora del camino de Cumberland," El Presidente Monroe pudo demostrar, como demostró teó. ?'Ícamente, que no habia ninguna cláusula de la constitucion que autorizara al Gobierno jeneral 'rara mezclarse en la eje. cucion de estac1ase de obras; pero e Congreso, Jas L~jislaturas de los Estados i el sentido COmnn del pais, el instinto de su consel'vacion i de &u grandeza, superior fi, toda demostracion didáctica, sostuvieron que semejante intervcncion estaba virtualmente comprendida en aquellas clúllsu]as de la Constitu. cion, que atribuian al Gobierno jeneral el derecho de declarar i hacer la guerra, de reglar el comercio esterior, i principal. mente en la de bacer todas las leyes necesarias para llevar a. cumplida ejecucion los poderes conferidos al Gobierno jeneral de los Estados U nidos, Las objeciones del Presidente fueron declaradas infundadas ; la lei fué sancionada, i establecido el principio de que la intervencion del Gobierno jeneral era. lejítima i necesaria l. para la ejecucion de las grandes o')ras de carácter nacional, superiores a. 108 recursos, !lo la.prevision i a los estímulos de los gobiernos seccionales." El mismo Presidente .Monr,oe, cambió de modo de pensar ti. este respect~ i se puso fielmente al servicio del deseu vol vi- LOS FF.RROC1RRILES COLOMBIANOS. miento de los intereses materiales de la Union, como podemos verlo en el Mensaje especial que dirijiú a la Cámara do Repre. sentantes con feeLa 14 de febrero de 1825, recomendando varias obras entre los rios Potomac i Ohio, cntre los rios Allega. ny i ScLuylkil; entre el Delaware i el Raritan; entre las ùa. hias de Buzzard i Barnstable; i entre el camino de Narrangan. set i la 'Jahia de Boston. En el mismo año i bajo la Administracion de John Q. .Adams fué sancionado el acto del Congreso de 3 de marzo de 1825, que ordenaba al Secretario del Tesoro suscribir on nombre i por cuenta de los Estados Unidos, 1,500 acciones para la obra del canal de Delaware i Chesapeake. I resumiendo en un ejemplo vigoroso la doctrina america. na: suplÍmase finalmellte COllla imajinacion el gran ferroca. rril in teroceánico de N ueva York a San Frnncisco, i dígase qué punto de contacto, qué vínculo de union podria tener todo el pais que demora al occidente de las montañas Hocallosas, con los pueblos del valle del .Misissippi i de las llanuras del AtlántÎl;o? i Cómo podria el Gobierno americano mantener la unidad nacional viajando del Atlántico al Pacífico por el istmo de Panamá? Pucs bien, la enmienda constitucional que en los Estados Unidos del Norte se hizo para prevenir un peligro lejano de relajacíon del vínculo federal, era entre nosotros de im;tante, de m:iente necesidad. Los pneblos mas remotos de la Union Americana, a falta de vínculos materiales, tenian el vínculo moral de una gran nacionalidad, cuyo pabelloll servia para ]¡acer respetar sus derechos en las cinco partes del mundo; al paso que los pueblos de la Union colombiana, jeográficamente ma3 separados que los de la América del Norte, necesitan, para permanecer unidos, del roce constante de sus intereses entre las diversas secciones de la Union. Por eso el Presidente JlfonToe al someterse a las decisio. nes de la opinion nacional, concluia majistralmente su Men. saje de 4 de mayo de 1822 en los siguientes términos: ••He cumplido con el deber que me impuse de examinar el derecho que el Congreso tuviera para fomentar un sistema de mejoras materiales en el territorio de la Union, i creo haber demostrado que tal derecho no existe. Creo tambieu que si los Estados convinieran en otorgar ese poder al Congreso i que si de él se usara sabiamente, tenùria los Illas felices resultados para el desarrollo de los grandes intereses de la Union. Pero es sinembargo mi opinion, que semejante poder debe limitarse a la ejecllcion i fomento de las !J1'andcs obras nacionales Ú.N!CAHENTE, porque ¡;¡i se ejerciera discrecionalmente produema muchos males. Para todas las ouras do IDellor importun- 144 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. cia, (minor improverment8), 108 Estados deben bastarse a. sí mismos i las Secciones deben ejecutarlas con mu venta.jas que la Union, porque ellas deben entender mejor 10 que concierne al desarrollo de sus intereses locales.e inmediatos." En cuanto a la lejitimidad de la enmienda, considerada deede el punto de vi>itadel respeto a la Constitucion, oigamos 10 que el Presidente Jackson decía en su Mensaje a. la Cáma.. ra, de 27 de mayo de 1830, despuesde haber compendiado las opiniones de Jefferson, de Madison i de Monroe. " Esta breve referencia de hechos bien marcados, es sufi. ciento para probar la dificultad, si no la imposibilidad de ha. cer retroeeder la accion del Gobierno a la letra de la CODstitucion, tal como fué redactada en 1793, suponiendo que tal sea el verdadero sentido _de las disposiciones con respecto al asunto de que se trata." ( Es decir, suponiendo que fuera cierto que ella se oponia de una. manera absoluta a la intervencion del ,Gobierno en el fomento de las obras públicas.) . "Pero aunque es el deber de todos nosotros mantener la. vista constantemente fija en aquel sagrado Código, para repudiar todas las falsificaciones que quieran hacerse en el espíri. tu de la. Constitu<:Îon, DOes ménos cierto que el iDteres público i la naturaleza de Duestras instituciones políticas, exijan que las opiniones individuales se inclinen ante una. opinion bien pronunciada, (well settled acquiescence ), del pueblo de los Es. tados Unidos i de las autoridades confederadas, en la interpre. ta.cion de puntos dudosos de la CoDstitucion. No conceder esto al espí'í'itu de nuestras institueWnes seria ponCTen peligro su estabilidad i hacer nugátorios los objetos para l08cuales se orcùnú la Constit1tcion." Como se ve, pues, lo que se ha llamado "la cuestion fiscal" debe principiar por el exámen de la cuestion prévia, la de deter. mina.r con toda eSll.ctitud quó estension debemos da.r a.,la intervencioll del Gobierno en el fomento de las obras públicas, por. que hai un presupuesto que nadie puede colmar: el presupues. to del desórdeD. Las obras públicas manda.das ejecutar o fomentar por las . diversas leyes espedidas sobre fomento de mejoras materiales, desde la de 5 de junio de 1871, hasta la lei 59 de 24 de junio de 1874, que autoriza al Poder Ejecutivo para establacer una ferrería. eu grande escala, son las que en seguida pasan a. espresarse .. (Seguia aquí la Hsta de 38 obras de magnitud, mandadas construir, ausiliar, garantizar o fomentar por las leyes vijen. LOS FF.RROCARRILES 145 COLOMBIANGlS. tes cn 1874 i que seria. inútil repetir en este libro). A pllS:U del prolijo estudio que hemos hecho de las leyes vijentes solJre fomcnto de mejoras materiales, tenemos seguri. dad de (Ille ball qucdado muchas que no están contenidas ell esta rebcion ; pero ella. sola basta i sobra a nuestro prop6. sito, que e" el de poner de bulto, en relieve, de una manera gráfica ante la opinion pública, el absurdo de la marcha que sigue este ncgociado. La mayor parte de estas leyes parecen bechas por los ene. migas de b construccion de las tres a cuatro grandes vias fé. rreas que necesitamos para movilizar los grandes centros popu. losas i ricos del pais: de ellos como de un gran r.io se estendo. rian despues a las otras secciones del territorio los canales del progreso que deben vivificado i fecundarlo; pero no hai me. dio mas f>egul'O de desvirtuar, de detener el paso de una re. forma, que el de ensancharla hasta el ridículo de la mas absur. da exajeracion. Que la Nacion no puedo acometer todas las obras manda· das fomentar por las leye·s vijentes sobre mejoras materiales, es una ·verdad que no puede admitirse a discusion; la eviden. te no se discute, i mucho ménos la evidencia de sentido comUD. Yo no discuto, en mi sano juicio, si UD hombre con 10 quin. tales sobre la cabeza puede mantenerse flotando en 10 brazas de agua. r q nc: la Nacion no debe, aunque pueda, tomar a su cargo el fomento de muchas de esas obras, por scr de carácter muni. cil)ctl, tunpoco debe discutirse; porque el absurdo político que de ello resultn" conforme al espíritu de nuestras instituciones, es tun evidente, como el absurdo ·físico contra las leyes de la graveùad puesto en el ejemplo anterior. Muchas de estn,s leyes son idénticas a aquellas quedecian : " Lei û de 10 de mayo de 1844, autorizando al Concejo municipal de Antioquil1 para aplicar ciertos fondoil a la esplo. racion i apertura. de un camino Mein, el golfo de Urabá. " Lei 7 de 10 de mayo de 1839 para la construcciOD del puente de Sube sobre el rio Chicamocha. " Lei 14 de 13 de maya de 1839, autorizando la aplicacioD del ponton de Bocachica a la apertura del Dique de Cartajena." Nirgun debate, pero mucho ménos éste, que en la práctica. tiene que reducirse al severo análisis de los nÚmeros, debe aceptarse partiendo de supuestos falsos: ante todo es preciso restahlecer la verdad de los hechos. Si los grandes grupos jeográficos del pais, Cundiaamarca i Boyacá, Santander, Tolima, el Cau::a i la Costa, no se convienen en pedir i sostener la ejecucion de una Bola obm para cada rejion, la destinada a incorporarlos en el movimiento del comercio esterior, 8in pre. 10 146 LOS FERROCARlULES COLOMBIANOS. tender que la Nacíon los ausiJíe para obras munwipales, per. deremos en una tarea estéril, por la concurrencia de aspiraciones que se escluyen i que son imposibles de satisfacerse, las fuerzas que bien empleadas cambiarian en pocos años la faz econ6mica i material del pais. Antes que crédito i paz, o junto con ellos, necesitamos saturarnos de patriotismo i de sentido comun. CAPITULO IV. Xegudu~ "al'ios relacionados FEn lnfvrmc rrc"elltndo fi b con este ~sllnto, R O e A R R I L e F.!\T It Ar., CÚmfil'll <le R~pre5cntantes ,;c ell sus sesiones ]879, Creo que esta Cámara debe al Poder Ejecutivo un va. to de aprobaeion por la Jiscreta manera con que ha pro. ceùiùo en el importante asunto del ferrocarril central, hasta dictar la resolueion de 15 de feln'ero último, por la cual se declara cuùueado el contrato que se celebrÓ en esta ciudad el 2-1 de setiembre de 1877, cutre el Poùer Ejecutivo de la Union i el seîíor Enrique F. Ross, para la construccion de di. cha fcrrot:alTil. EI1'ollcr Ejecutivo ha dado cuenta a la Cámara con esa resolucioll cn lIota de 17 de febrero, i sobre sn contenido me toca el honor de daros el presente informe. A las razones (lSpuestas p0r el Poder Ejecutivo en defen. sa de aCjuel ado, Lastarin. agregar la consiùeracion de que fueron las A,ambbls lejisIativus de los Eotaùos de CunJi. namarca i :Boyacá, (especialmente interesados en la ejeeu. cion de Cf;aobra), las quo tuvieron el Lucn juicio de oponer. se a la concesion de una nueva pr(;roga, para llegar a la ùe. claratorilJ, de caùuciùall; i esto solo ¡;cria suficiellte para per. SllltdLl' dû quo la resolucion del Ooùieruo estÚ revestida del mayor graùo ùe acierto que pucde daŒo a los juicios hu. r,HUJOS. SillC11l1lurgo, creo que la C(uuam de Representantes no puede dÏf;pcnsarse de l1aoer una esposicion razonaùa ùe lo:; hechos Oll C]ue funde su o~)inion, porque este negocio lia tenido i ticlle aúr gran resonancia en el pais i en el estraujero, i el preseute inf:mne no quedaria completo si no contuviera esa espo. sicion de motivos. Desùe el prillC¡pIO, eó,ta negociaeion no se presentó bajo hucHas auspicios. Aca:uaua do ser dosechado como impracticaLle el proye'~to del ferrocE,nil del Curare, cuya línea IlrineipaI, 148 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. escluyendo los ramales, se avaluaba en 12 o 1.5 millones de pesos, i a renglon seguido, i como para reparar aquella contra. riedad, se anuncia al pais que se ba contratado en su reemplazo la construccian de una nueva línea, de mas de 100 leguas, en. tre Bogotá i Paturin, a la largo de 108 tres Estados de la cordi. llera i al traves del territorio mas fragoso i quebrado de los Andes'orientales, por valor de 20 millones.. A despecho de la prensa que defendió este contrato, la opio nion no se engañó, i el buen sentido pÚblico lo resistió desdo un principio, como un proyecto atrevido, en que las aspiracio. nes patrióticas del Gobierno se habian dejado arrastrar a una negociacion, que segun todas las apariencias solo se proponia entmr en el manejo de lin empréstito ruinoso, amen de adqui. rir derocho !lo las injentes reclamaciones por daños i perjuicios que estipulan 108 artículos 15 i 16 del contrato. " El trayecto del ferrocarril será el siguiente, ( decia el señor Ross, en el memorial dirijido al Gobierno' con fecha 16 de julio de 1877): Bogot~, Funza, Cipaquirá, Nema. con, Chocontá i Tun.ia. Aquí tomará, 8egun et terl'en(), por GiÍmbita, Cunacua, Charalá, Sanjil i Cepitá; a por Tunja, Moniquirá, Suúrez abajo hasta el Socorro, Sanjil i Cepitá; o por Tuuja, Santa Rosa, Soatá, Sube abajo a Cepitá. De Ce. pitá irá a Piedecucsta, Florida, Bucararnapga, el rio Lebrija abajo hasta el puerto Botijas; , i de ahí a la ribera del :Magda. lena, o al lago de Paturia, segun convenga." I así ha quedado en el artículo 2.° del contrato. Esta diversidad de líneas trazadas desde el papel, sobre un territorio que comprende los mas variados accidentes topográficos: unas por el espinazo de los A.ndes; otras por la hoya do rios encajonados entre famllones de granito, era suficiente para juzga.r de ln.precipitacion de la propuesta. Para pasar de Sanjil a Bucaramanga, la línea atraviesa la inmensa hoya.del Sube o Chicamocba, que debe presentar di. ficultades de arte casi insuperables para la construccion de un ferrocarril. Oigamo~la descripcion que de ella hace Codazzi en la jeografía redactada por el señor Felipe Pérez, tomo II, pájina 399. Dice así: "La mesa de Jéridas termina por paredones verticales calzados al pié con amontonadas ruinas de cerros, que al desprenderse do lo alto dejaron desnudos los estratos de caliza i arenizca, que desde el borde hasta la base de la mesa ofrecen 30 metros de capas sucesivas continuadas todavía debajo de la tierra. El aislamiento de esta mesa rodeada por rios encajonados en cortaduras profundas, i su correspondencÍ,a.con las esplanadas que desde Aratoca i Macaregua se estienden hácia Barichara i Curití, demuestra que ha. sido cortada i separada de los terrenos adyacentes por' corrientes de aguas impet uosas." \ LOS FERROCA.RRILES COLOMBIANOS. 149 Entre Moniqllirá i Sanjil, por la hoya de los rios Saniil i Suárez, solo existen los trabajos del injeniero inglés Mr. Ridley, que hizo por allí una esploracion preliminar, i de su informe tomamos la siguiente: "Del Socorro para abajo hallé que el valle se hacia cada vez mas u;reste i mas i mas escarpadas las orillas; hasta que a un diu de jornada presentaLan esactarnente la apariencia de muros vcrticales, i continuaLull así por mucLas millas, encajollanùc el rio quo so precipita on una serie de raudales, hasta que al fin se abre paso por el cerro tic la I'az a lus llanuras del :MJ.gtIalcll!l.." "Fuí de opinion que mas abajo de la confluencia de los rios Suúrez i Sube em materialmente imposible construir un ferrocarril. Seguí por varias millas ln. coriente del Sogamoso hasta llegar a un punto culminante, dostIe dontIc putIe ver un trecho considerable tiel valle. Los peñascos se veian desnudos do vejetacion, semejantes a escarpas de mil pi{~sdo elevacion, i tan eriz'l.dos en su cima que me dalHlU la idca de una seccion tomada por medio de un grupo de campanarios, en una cs. cala jigantesca. " Supe, por informes que recibí, que estos peñascos seguian por unas •.einte millas mas allá del lugar donde yo estaLa colocado, i que allí terminaban en una escarpa vertical, formando lÍngulo recto con el curso del rio, i de algunos centenares de piés tic altura, la cual semeja un arroyo quo se abriese paso por una profunda abertura Lecha en una masa enormo de roca sólida," El error fundamental del contrato Ross para la construccion del llamado ferrocarril central, es un error jeográfico. Consiste en pretender reunir para su comunicacion con el rio Magdalena poblaciones de comarcas jeográficas totalmente diver. sas, quo doben ser sorvidas por distintas vias férreas. Estas comarcas son: lo" la que poùemos llamar la rejion de las sabanas chíbclut8, que se estiende, con pequeñas interrupciones de la cordillera, desde el valle del Funza hasta Ubaté i Chiquinquirá hácia el N. O., i hasta Paipa, Dnitama, Santa Rasp.. i SogamosQ hltcia el N. E. ; 2." La rejíon que forma los DCJlr.rtumcntos del Socorro j de GUf'nentú, en el Estado ùe SUIJ¿ander, e!ltre el rio SuÚrez a·. Occidente i el Suue a CJ¡icai~1ocltr. ::-.1 Oriente i al Norte; püis:llontañoso, envueltc entre las ;'.Sp3r:lSquiebras de la cordillera oriental; i 3." El Departamento de Soto, donde están Jiron, Bucaramanga i Piedecuesta, al norte del Chicamocha, mas llJlá de la mesa J éridas, ántes descrita, que forma 150 LOS FERROCA.RRILES COLOMBIANOS. una. eminencia aislada, separada por decirlo así de la tierra. firme, al Occidente por el Chicamocha i los desiertos de la hoya del :Magdalena, al Sur por la inmensa hoya del Sube, i al Este por el laberinto de montañas i páramos que la separan del Departament{) de Pamplona. La Lejislatura de Boyacá no· podia pues engañarse. Solo un completa desconocimiento de la jeografía del pais podia hacerles creer, que Chiquinquirá i 'l'unja, Sogamoso i Paipa quedarian mas cerca de la estacion de Bucaramanga que de la de Bogotá. Cuatro o cinco años despues de qlle el ferrocarril trepe por el Occidente a la Sabana de ~ogotá, habrá llegado a Tunja. Veinte años despues de que el riel llegue a Bucaramanga, no habrá pasado la hoya del Sube. Boyacá procedió, pues, con mucha cordura al solicitar del Poder Ejecutivo que no se concedieran nuevas prórogas al señor Ross, a fin de que cuanto ántes pudiera. declararse la caducidad del contrato. Para Cundinamarca el error era palpable. La capital de la República i las poblaciones de la altiplanicie cundinamarquesa no pueden esperar a unirse al Magdalena por la via de Bucaramanga. A nadie que tenga mediana idea de las distancias i de la configuracion topográfica de nuestro territorio, podrá. hacérsele creer que Paturia es el puerto natural de Bogotá en el Magdalena. Aun suponiendo construido el ferrocarril central, los frutos esportables de Cundioamarca no podrian resistir el flete de una línea de mas de 100 leguas de estension. Para los cueros, las papas, las quinas, el café de Fusagasugá i de las faldas de la cordilJera, seria mas barato bajar en mula a Honda o Jirardot, i en champan hasta Conejo, Bllenavista o Nare. Cundinamarca hizo pues bien en oponerse a la próroga del contrato. Pasemos ahora a la parte financiera de la negociacion. Esta tiene por base la autorizacion conferida a la Compañía empresaria para negociaT un empréstit{) nominal de 2.500.000, con hipoteca de la renta del ferrocarril de Panumá, al15 por 100 de descuento inicial i 3i por ciento de comision de banco; por todo 18!. El producto del empréstito debia aplicarse: 1.0 A cubrir los intereses del mismo empréstito hasta la fecha en quo estuviera libre la renta del ferrocarril de Panamá, que el Gobierno habia recibido por anticipacion ; 2. A la amortizacion a. la par del saldo a deber del empréstito de 1863; i 3.° Al pago de 108 primeros insta.lamentos de las acciones del Gobierno. * 0 LOS FERROCA.RRILES COLOMBIANOS. 151 Alegrémonos sinceramente de que no hubiera podido reaH. zarso esta funesta negociacion. Véamos a. la que ella habria. quedado reducida. Valor nominal del empréstito .........•..•..••....•. $ 2.500,000 A deducir: 15 per 100, descuento inicia.l.. .......•.. $ 375,000 3i por 100, comision de Banco 87,500 Intereses de un año que faltaba para li. bortar la renta del ferrocarril... ..........•... 175,000 ~aIdo del empréstito de 1863 (aproxi_ maClOn ) ..•.•••...•..••..•.•..•••. 400,000 1.037,500 oo •• oo ••••••••••••• Líquido 1.462,500 Igual al valor nominal.. $ 2.500.000 Como el empréstito de 1863 salió al 78 por 100, por los $ 400,000 del saldo en circulacion solo recibimos entónces $ 312,000, la que representa una pérdida de $ 88,000 ; i como para obtoner el nuevo capital con que ahora lo pagamos, ($ 400,000), hemos tenido que perder otro 22 por 100, el último guarismo do la operacion del empréstito representa una pér. dida 8 176,000. Hechas las correspondientes operaciones, que cualquiera puede rectificar, la amortizacion de los 2.500,000, al 7 por 100 de ::ntcres i 2 por 100 de fondo acumulativo, habria. em. pIcado el servicio de los $ 225,000 de la renta del ferrocarril de PanlJ.má en 22 años 7 meses. Al cabo de este tiempo la República habria erogado una suma de 5 millones de pesos, en pago deI millon i medio producto líquido de dicho em· présti to. * Conforme a los artículos 12, 17 i 18 del contrato, el Go. -oierno debia pagar los veinte millones de sus acciones, a partir Je la. fecba de la sllscricion, en libras esterlinas a su equi. valente, por instalamentos mensuales de 8 69,441-70 centavos a sea S 333,300 anuales en los primeros doce afios, i $ 64,102-50 centavos a $ 769,230 anuales en los últimos 13 años. Es evidente que la República no habria podido hacer este desemLolso, i que agotados los fondos del empréstito del ferro_ carril de Panamá, habria caido en las tremendas responsabi. lid3;des de los artículos' 15 i 16 del contrato, que despues copIaremos. Nuestra situacion fiscal, eliminada la renta del ferroca. rril de Panamá, es, sin ambajes ni sofismas de contabilidad, la.siguient~: 152 LOS FERROCARRILES Rentas, unos $ 5.000,000 COL0MBIANOS. así: Aduanas (producto ordinario ) Salinas (id. íd. ) Te16grafos,correos, &, &. (id. id. ) $ 3.600,000 1.200,000 200,000 $ 5.000,000 Gastos: Servicio de la Deuda esterior $ 650,000 Id . de Ia 1'd . Intenor ... ( mlDlIno ,. ) '* . 1.300.000 Vales de acrcencias estranjems , . 216,000 Lista civil, diplomática i consular . 540,000 Guardia colombiana (sin incluir vestuario ni armamento) . 1.000,000 lnstruccion pública.,Universidad nacionaL . 300,000 Pensiones . 270,000 Gastos de Aduanas i Salinas . 450,000 Obras públicas (Capitolio i l'eparacion de edificios) : . 100,000 Ferrocarril de Antioquia . 100,000 Id. del Pacífico . 100,000 Telégrafos i correos . 37ù,000 Resguardo de Rentas . 170,COO $ 5.566,000 * Habria sido, pues, poco ménos que imposible, hacer el pago de los instalamentos anuales de 833,:iOO que nos imponia.el contrato. I detras de esta falta, estaban allí esperándonos los artículos 15 i 16 del contrato Ross, que a la letra dicen así: "ARTíCULO 15. " Demoras en los pagos i en la entrega de tierras. "Si el Gobierno por cualquier causa dejare de pagar algun instalamento mensual o una parte de él despues de catorce dias de vencido el dia del pago, o si dejare de pouel' :lo la Compañía en posesion de las tierras requeridas para la construccion de las obras, un mes despues de haberse dado noticia al Gobierno de que dichas tierras se necesitan para el ferrocarril, la Compañía del ferrocarril puede suspender la ejecucion de las obras; i si trascurrieren dos meses sin que el Gabierno haya efectuado dichos pagos o entregado las tierras requeridas, la. Compañía del' ferrocarril puede abandonar las obras i retirarse de la ejecucion de este contrato. Esto no obstante, el * clllStl, Reota privilejiada, id. eomun, Libranzas, Pagarós, Vales de l.- i 2.&, &. LOS FER1~OCARRILES COL01IBIAKOS. 151 Gobieruo quedarÚ obligado tanto a pagar a la Compañía. toda!> las sumas que se hayan causado a del,eI' a ésta Lasta la fccha en que la Compañía dé noticia al Gobierno del abandono del contrato, como a cumplir todas SIlS de mas ollligacioDc¡¡ hasta aquella fecba, i a indemnizar a la Compafiía del ferrocarril los daños i perjuicios de que trata el artículo 10 siguicnte: •. ARTiCULO 16. " DnÎluB i perj uicius. " La Compañía del ferrocarril no estará ohligada a ejecutar tralmjos de coustruccion de las Obl'¡tSsino en tanto que el Gobierno d0posite puntualmente en la forma estipulada en el artículo 12, los instalamcntos mensuales cid capital de sus ac. cioues; por tanto, si la Compañír. se viere en el caso de suspender los trabajos de construcciol1, el GoLierno quedan! obli. gada pam con la Compafiía por rawn de dailos i perjuicios; " 1.0 A pagar durante el tiempo de ]a suspensioulos sueldos i salarios de los empleados i trabajadores que por virtud de contratos prúvios no Imedan ser despedidos (discharged) sin remunemcion, en la fecba de dicha suspension; " 2.0 A sustituirse a la Compafiía en el cumplimiento de todos los contratos que ésta tenga celebrados para la provision de materiales i ejecucion de obras; i " 3.° A pagar a Iv. Co:npañfa cualquiera suma que ésta haya anticipado para la ejecucion de los trahajos, Dlas un interes de 7 por cielito annal Hobre dichas sumas. " Si la Compañía del ferrocarril se viese en el caso de abandonar lus alItas, despues de trascurrido el tiempo estipulado en el artlculo 15, el Gobierno lluedarií. obligaC:o para con la Compañía. por l'UZan de daños i perjuicios: 1.0 A pagar toda!') las indemnizaciones Il que la Compañía esté obligada por la ruptura a rescision de los contratos que dicba Compañía tenga celellrados Call empleados, trabajadores, contratistas para la fCovision de materiales i subcontratÏstas para la ejecu. cioll do ohras; 2.0 A pagar a la Compañía todas las antici. paciones i avances que ésta pneda Laber becho en la ejecucion de las obras, mas un interes de 7 por ciento anual; i 3.0 A ahonar a la Compañía un interes de 5 por 100 sobre los bonos dados en pago a ésta conformo al artículo ]7, hasta la fecba de la umortizacion de tales bonos. " Ell f;eguridad del pago de daíios i perjuicios de que trata este artículo, la Compañía del ferrocarril conservará la pose. sion i usufructo de las obras construidas hasta la completa in. demnizaeion de tales daños i perjuicios, i podrá bacer efectivas (to enforee) ante la Corte Suprema federal las demas garan. 154 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. tías i seguridades este contrato." dadas por el Gobierno para la ejecucion de Puede asegurarse, pues, con la evidencia. que da el exámen de los hechos, que el resultado matemático de esta. negociacion habria sido el siguiente: En cambio de un principio de ferro_ carril entre Paturia i Bucaramanga., i de un principio de ferrocarril entre Bogotá i Chapinero, para qué habrian alcanzado los fondos del empréstito, la República habria perdido por veintitres años ln. renta del ferrocarril de Panama i habria legado al pais reclamaciones de daños i perjuicios, de que no sè habria desembarazado en medio siglo más. El informe concluia proponiendo un voto de aprobacion al Poder Ejecutivo por la resolucion de 15 de febrero de 1879 que declaró la caducidad del contrato; i así lo acordó la Cámara por una inmensa mayoría en la sesion del 28 de. marzo. FERROCARRIL A JIBARDOT. (Artículo publicado en el Diario de Gltndinamarca de 2 de julio de 1880). Casi, casi deberia uno velar su nombre para escribir sobre esta materia, porque el título so)o basta. para excitar la hilaridad del público. Hace 22 años, desde 1858 en que el seffor Camacho R. publicó su opiísculo titula.do "Camino carretero al Magdalena," que los Congresos, el Gobierno nacional i el del Estaùo de Cundinumarea, la prensa i todos los que nos hemos creido con aIgu. na competencia para terciar en el asunto, nos ocupamos de él, i no hemos podido resolverlo. Hoi, como en 1858, el problema permanece de pié, erizado al parecer de dificultades técnicas, comerciales. financieras i políticas; hoi como hace diez años, todo está aún en discusion, la línea que deba adaptarse, los presupuestos de gastos i la manera a la forma en que deba asociarse el Estado a la ejecucion de la obra. I en tanto que nosotros no hemos podido, en un cuarto de siglo, ponernos siquiera de acuerdo sobre la línea quo deba. adoptarse, para la principal i mas import,ante de las vias férreas que dehen cOllstruirse en el interior del pais,- la destinada a unir la capital de la República i la opulenta rejion de las sabanas cundinamarquesas con los vapores del Magdalena,- todos los paises del mundo, inclusive aquellos que parecen colo- ¡,)fi l"ERROCARUn,ES COLm[IHA~OS. 155 cadOfl en eonà icioues políticas i econ~micas mas desventajosas (lue el nuestro, han marchado con pasos de jigante hácia el progreso. Solo nosotrOfl parecemos condenados, como en castigo de ln pedautería.laciorIll-l que nos aqueja, a permanecer sustraidos ùei movimiento d31 mundo civilizado, i a gastar lastimosamen. te el tiempo ell fmguar revoluciones i en discutir teorías, Du. rante los últimos veinte años en que nosotros no bemos poùido clavar un riel, .Méjico construyó en medio de la invasion francesa i do toda, sus desgracias el gran ferrocarril de Veracruz a ~réjico, i recientemente los de 1\1orélos, Ormetuno, Potosí, Zacat6cas, S~a 11uis, ~lérid3, i Cuantiltan; el Perú hizo un esfuerzo heriíico para desviar los millones delllUano, de la corrapcion otie:al, a la construceion de vias férreas, i cruzó en todas direcciones el pais d2 ferrocarriles que, buenos a ma· los, son i sodn siempre un monumento del patriotismo i de la cnerjía de ln ua.cion peruana i la Australia que hace veinte allOS cru una colonia de pueblos nómados, es hoi uno de los paises mas próspero;; i ricos, merced en gran parte a la red de caminos de hierro que lo cruza en todas direcciones; la Ru. sia que en 1858, cuando nosotros principiamos a discutir la lía ea de un camino al Magdalena, no pose'ia 'Un solo 1'iel, tieno hoi enlazados por medio de lIna vasta red todos los cent.ros productores de su dilatado imperio a los puertos del Báit.ico i del 1I1ar Negro, desde San Petersburgo hasta Varsovia i Cracovia, desde Moscow hasta Teodosia sobre el Mar Negro, i desde Orel hasta Lebau sobre el Báltico: i ahora se ocupa en esten. der el ferrocarril del Caúcaso hasta la frontera de Persia. La Francia emprende la coustn,ccion de 17,000 kilómetros más, con un costo de 150 millones de libras, Austria i Suiza, Rumelia i Bulgaria, Sal6nica i Bolgrado quedarán vanta unidos por vias férreas. Fuera de las UO,OOO millas que los Estados Unidos tenian en csplotacion en 1878, se construyen hoi 15,000 millas más, i dos nuevas vias interocennicas atravesarlÍn el continente americano, del Atlántico al Pacífico, la de 'l'éjas que mide 1,200 millas i cuesta S 24.000,000, i la del Canadá que recorre una estension de 2,000 millas . .Pero e:itn. fiebre del progreso, este gran movimiento de la. cOllstruccicn de los caminos de hierro, no está confiuado úui. camente al gr,lpo de lus naciones quo forman la civilizacion ocidental, ,illo que ha iuvadido tamLien a los pueblos delleja. DO Oriente i i el .Japon i la India, el Eúfrates i el GÚlljes, el Mar de ~rárma'~a i Alepo, Alejandría i Bagdad, se abren para recio bir a dn,r :)a80 al mensajero de la civilizacion i del progreso, a este riel portentoso que va a resolver por la union de los con. 156 LOS FERROCARRILES' ,COLOMBIANOS. tinentes i la dislocacion de la poblacion, estos problemas sociales que parecen la esfinje del siglo en que vivimos. El progreso es el verdadero emblema de la leyenda bíblica. Ai! del pueblo que no se ponga eu movimiento para marchar adelante, sin volver a mirar atras, porque quedará como la mujer de Loth convertido en estatua de sal. En un opúsculo que sobre este mismo asunto publicÓ en Europa el señor Núñez decia: "Los ferrocarriles son hOhcondicion de existencia social i económica de la misma llIaDera que los ban· cos, los asegurofl, las escuelas, el periodismo, &, i prescindir de ellos es condenarse al aniquilamiento. " La época del vapor ha. llegado, i todos los pueblos que no quieran quedar a retaguardia, decaer i morir, deben apresurarse a hacer uso de este moderno ajente de locomocion." El publicista de 1874 eshoi Presidente de la República, i com~ tal tiene a su disposicion la autoridad i el tesoro de la nacion para ponerlos al servicio de sus ideas. Que el señor N úfiez se aplique pues, sin pérdida de tiempo, a resolver el problema de la construccion del ferrocarril al Magdalena, que no ha podido resolverse en ocho años de vacilaciones i de ensayos. Por mi parte, i para ayudar a la.rcalizacion de la obra, en la medida de mis débiles fuerzas, vuelvo, venciendo grandes repugnancias, a tomar la misma pluma que durante muchos años empapé inútilmente en la tinta dc csta discusion. Digamos, pues, brevemente, lo poco que tenemos que decir, concretándqllos a estraer de todo lo que sobre esto se ha escrito, aquellas verdades de simple sentido comun que están al alcance de todo el mundo. i Cuál seria, en tésis general, económica i comercialmente la mejor línea de este ferrocarril 1 Pues indudablemcnte la que fuera a. tomar el rio Magdalena en un punto desde el cual sea navegable en todo el tiempo del año, i la qne, ademas de esta ventaja, corriera enlnzando la mayor cstcnsion de territorio cultivado i poblado, para fecundarlo. Nosotros nos esplicamos perfectamente, no solo la tristeza, sino la amargura del señor Vezga, cuando recuerda los errores, las faltas o las desgracias que ocasionaron el abandono de la línea del Carare; porque nosotros contribuimos, tanto quizá como él, con nuestra pluma, que era lo único que podiamos poner al servicio del progreso, a demostrar las ventajas de ese proyecto, hasta que los hombres que tenian la direccion de los negocios públicos, hasta que ,el mismo sellor Parra, lo abandonó con laudable franqueza, por haberse convencido de su impracticabilidad. En un escrito redactado por mí, que dirijió al Secretario de LW; },EUnOC.\Rr.rLES ..-'_._------..._- cOl,o:iImANOS. _.- ... -~-------- 157 llar-ie1lda el inj1miero Werhan, publicado en el mímero 2,lï8 del Dia1'io Oji.ciu,l, de ;-}de marzo de 1871, se lee la siguiente: " El cam' no a 1 Magdalena, en direccioll norte, por Cipafluirá, ChiquinquirÚ, Saboyá, el Vll.lle de Jesus i la hoya del Carare, es indU(bblemente, -como usted piensa, el gran camino del pCl'venir de este pais, la que puùiera ll.unarse con propiedad el "gni:u tronr-o de toda la altiplanicie andina." El camino perp~ndicular 11occidental, de la sabana de Bogotá- al rio Magdalena, por mucl'\a impor,ancia que tenga, es, sin disputa, compar:tdo con la via del Norte, un camino seccional, cuyo costo nunca guardará justa proJlorcion con su utilidad. Esta via pondrá en comunic:acion directa con el Mllgdalena una poblacion de un millon de habitantes, i tieue para toda la altiplanicie ;ludiu:1 las siguientes ventajas: ., 1." Que este camino marcha en línea recta a su objeto; que cada mdro que de él se coustruya va acercando la rejion que deja attas ú la costa del mar, al re ves de las líueas qua parten al Sudoeste i al Sur, las cuales, ademas de interesar a una pobbciou menor, hacen caminar los productos, por un trecho mas o ménos cOllsidel'uolo, en direccioll inversa de su destino. "2.:\ Qnc este camino, atravesando 30 lcgu:ts de las mas feraces i mejor cultivadn.s de la República, producirá un inmenso aUlll~uto en el valor de las propiedades raices i por consig nie" t 3 en la rit¡ neza, del pais. "3." Qt1e e.;te camino va a buscar el rio ~Iagdalena en el punto dœue el cÙal es nll.vcgable en todo tiempo del año, ahorrando por comiguiente para el comercio de esta gran rejion andina, los peligros, las pérdidas i los Illayores gastos dû la ùifícil na vegacion entre N are i Honùa. "4," Que esta línea. va literalmente pisando, cn toda su estoDsion, sobre inmensos depósitos de sal, de hulla i de hierro, es decir, SOJre tres de los productos mas valiosos del mundo, dos ùc los Gliales, ci carbon i el hierro, constituyen los elementos primordiales de la industria moderna . ..5: Que su t:osto de construccion seria comparativamente menor, por la abundancia i la ùaratura del trabajo en los Es_ tados del Norte." Parécemc que no puedo encerrarse en ménos líneas un elojio mas ::ouvencido ni mas espresivo de la línea del Carare, que el que dejamos copiado; pero Jcspues de la que ha pasa_ do ell el pa.is CODrebcion a este proyecto, i que DO hai para. qué reconlar, porque no Imi para qué entrar en el campo de las reeriminaciones; en el actual estado de postracion de las finanzas públicas, l puede reasu::nirse sériamente la discusion soùre una obra a valuada Sill sus ramales en 15 millones de posos ~ 158 LOS FERROCARRILES COLOMBTANOfl. Yo por mi parte declinaria el houor de semejaute discusion, porque nadie me haria creer que tenia funùameuto en qll~ apo.varse. Vienen en seguida los proyectos de ferrocarril, de Bo!!otá t1. Guarumo, par la via de" Sietevueltns," i de Bogot[~ a Honda por el trazado Brown; pero no hai que 01 \:idar que todas las líneas que lleven esa direceion, deben considerarse como obras de primera clase en el mundo, tanto por la altu~ a que as. cienden, como por los accidentes del terreno que tienen que atravesar, i que el costo de cualquiera de ellas está tambien, pOT ahom, fuera de los recursos fiscales de la N acion. Para formar una idea jeneral de las dificultades técnicas o de arte de este ferrocarril, oigamos la descripcion del terreno que atraviesa esta línea, hecha por el injeniero señor In. dalecio Liévano en el informe que presentó al Gobierno de Cun. dinamarca en febrero de 1866. Dice así:· ,. La sabana de Bogotá se aproxima al rio :Magdalena. en dist~ncia directa, 43 kilómetros, (distancia del Roble a Chaguaní), i la diferencia de Divel es de 2,500 metros. Si hubiese pues nn plano incli~lado continuo desde ~l RabI: hasta el rio Magdalena, la pendIente de este plano sCrla de ;).81 por 100; es decir, mayor que la máxima adoptada para camiuos carreteros. Agr6guese ahora, que esta penùiente no solo no es lmiforme, sino que el terreno está sumamento accidentado. Las cordilleras secundarias que ùescienden h{¡cia el rio .MagllaJcna, jeneralmente se terminan pronto o presentan grandes cortaduras o gargantas. I lo que es todavía peor, frecuentemente se presentan cordilleras terciarias, es decir, quo llevan la di. reccion jeneral de los Andes, las cuales habria que atravesar por túnel o por medio de pendientes negativas. Esto sucede casi por todas partes, siempre que DO se torna la direccion de alguu rio. Es cierto que estas cordilleras terciarias son cortadas por los rios; pero las rutas por Jos rios llemn jellCralmen. te estos dos inconv~nientes: 1.0 el de ser mui fuorte la pendiente en el primer descenso de la altiplanicie, ùe manera de e:xijir un desarrollo doble o triple en una distancia directa ùe unas tres leguas; i 2.' que donde quiera que los rios atraviesan las cordilleras terciarias, éstas presentan puntos abrupto::" o sean escarpes verticales en roca viva; dificultades que para vencer seria preciso, o hacer tÚnel, o fortísimos desmontes, o bien puentes continuos a lo largo del rio ha¡;ta past\[ la diûcuItad: de todos modos sumamente costoso." El injeniero señor González V. que a SllS conocimientos teó. ricos reune la autoridad de la práctica, i que fué comisionado por el Gobierno nacional, para unirse.'11 señor Lievíluo Cll la esplo· Taeioll i estudio de las diversas líneas o proyectos do ferrocarril LUS FERROCAJtRILES COLü:\1BIANUb. I ij!) al MagdalelHl" por In. via de Occidente, presenta la siguiente descripcion de ]a que él considera como la mas apropiada para lu, construcciOll de dicho ferrocarril: " Saliendo de Bogotá se atraviesa la sabana en dos direcciones: la primera de Bogotá al Sarnozo, i la segunda del Sarnozo a las cabeceras del ric ùe Pueblo-viejo, a sea .al paso del camino de Subaehoque a Pacha; aquí volveriamos MCla b izr¡ uierda, i continuando por las cabecer::.s del rio San .Miguel, del rio ~añas, del Sulmchoquc, del rio de San Juan, dclrio Perucho, lhl Gun.livá, dcl Dulce, dcl Namai, atravesaríamos el Síquimu hasta ne~ar a la depres:on cerca del cerrito Pun de Azúcar; seguirittillos despucs por las cabeceras de] rio Contador hastn. el boqueron de Chnmbumui; de este hoqueron al alto de las Tablas; ùc aquí faldeando basta el alto Chag-noní ; del alto Chaguaní d alto del Portan, en el camino de Guaduas a Méndez; . de este punto, pasando a la falda occiental i costeando la falda hasta las cabeceras del rio Seco, se pasaria de aqní a lu vertiente occidental del valle del rio Cambrás, que se continuaria hasta la depresion en frente al charco de la Ceibita en el rio Negro; i è.e este punto se bajaria al :Magdalena a salir a un punto comprendido entre Conejo i el Guarumo." Entre las principales obras de arte de esta línea so cuentan las siguientes: El túnel para atravesar la cordillera a la salida do la Saùana, de 3,000 metros do lonjitud. Cinco puentes en las cabeceras del rio Cañas. Dos id. sobre el rio Subachoque. Túnel pam atravesar l(~ cordillera que separa 01 Suhachoque del rio Ilá, de 1.500 metros de lonjitud. Túnel de 1,000 metros l)aru pasar del cerrito de " Pan de Azúcar" a "Chumbamui." Túnel en " Las Tablas" do 400 metros. Túnel de 300 metros en la serranía que forma las cabeceras del rio Seco i del rio Cambrás. El señor González V. hace subir el presupuesto del costo de esta obra a 8 13.245,020. I no DOS engañemos: todos los trazados de ferrocarril que partan a buscar el rio l\Iagllalena ell esta direccion, tienen que ofrecer con poca diferencia las mismas dificultades; porqne todos ellos tienen que atravesar las abruptas cordilleras tercia. rias que se interponen paralelamente entre el borde de la altipll.lnicie i el Magdalena; todos ellos presuponen un gasto mínimo de 10 millones de pesos, que estún, '[J0r ahora, absolutamente fuera de los recursos fiscales de la Nacían. Pero, porque no podamos construir el ?ncjm' ferrocarril al bajo Magdalena i deberemos abstenernos de construir otro, ill- l'JO LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS: ferior cuanto se quiera, pero útil i conveniente :para dar prin. cipio a la obra de nuestra trasformacion econÓmIca? i Es esta alguna cuestion de orgullo, de delicadeza personal a de amor propio, en que nos sea lícito decir: ya que no pue. do hacer todo aquello que tengo derecho a conseguir, prefiero no hacer nada? Pero e¡;;toseria colocar una cuestion de progreso i de admi. n!stracion pública en el terreno de la mas indisculpa~e obseca. ClOD. i Qué deberemos pues hacer? Pues una cosa mui sencilla; una cosa que está al alcance de nuestros medios i del simple sentido comun. y Il que no podemos cODstruir el ferrocarril al hajo Magda. lena, porque no tenemos con qué, construyamos el ferrocarril • fácil i barato por la via de Jirardot. 'l'odo el que ha viajado por esta parte del pais conoce el tra. Eado de la línea, hecho por la Naturaleza, en la abertura o en. trada que en plano continuo nivelado, sin la mas lijera depre. sion, presenta el valle del Bogotá desde JirarJot hasta las Jun. tas de Apulo, en una estension de nueve leguas. Todavia de allí puede uno continuar acercandose al pié de la altiplanicie, por el otro plano, casi nivelado, que en una estension de cinco leguas presenta el valle del Apulo desde Juntas hasta San ~·oaquin. Es deeir que, con un gasto que no excederá, me parece, ùe $ 100,000 por legua, o sea con $ 1.000,000, traeriamos el Magdalena a 10 a 12 leguas de Bogotá. Los injenieros buscarian despues cómo bajl\r de la altiplanicie al Apulo. Opino sinembargo que el Gobierno debería limitarse, por ahora, a construir el ferrocarril de Jirardot a las Juntas, 9 leguas distante de la orilla del rio, det¡miéndose en este punto donde se reunen los dos trazados recientemente hechos por el sefior Liévano, el que desciende de la sabana por el. Apulo i el que desciende por las faldas del Bogotá. Una vez puesto el ferrocarril en Juntas de Apulo, cosa que puede hacerse con un millon de pesos, queda.ria a cargo del comercio de Bogotá i de la'opulenta masa de propietarios cun. dinamarqueses, trasportado a la altiplanicie. Si uo lo hicieran, probarian que el pais ni merecia. estos esfuerzos ni estaba preparado para el progreso. Danùo principio al ferrocarril de "La Dorada" por la construccion de una simple tranvía, de dos millas, entre Caracolí, actual atracadero de los vnpores del bajo Magdalena,i La Noria, arriba del Salto de Honda~ para arrastrar la carga a los vapores del alto Magdalena, creemos que el comercio de Bogotá aballl.lonaria la ruta de ViIleta, por la de Jirardot, si como es posible, los gastos de trasporte por la última, pudieran ser éstos: LOS FERROCARRILES 161 COLmmIANOS. De Caracolí a ln. Noria i Jirardot De .J ir ilnlot a Bogotá $ 2 , 4 TotaL $ 6 Contra El 8 término medio del flete de una carga por la via de ViIleta. En cuanto a las facilidades que hoi ofrece el mercado inglés para ln. wustruccion de ferrocarriles, es importante traducir la que a propósito leemos en el "Economista" de Lóndres de 3 de marzo último, número 1,907, pájina 52. Dice así: " Corno una prueba del bajo precio relativo que se obtiene bai en los gastos de construcciou de los caminos de hierro, es interesante recordar que los primeros rieles de acero que la Compaîíla del Pacífico compró a g 234 por tonelada en 1875, se han ven:lido hoi a ln. misma Compaûía a \3 43 por tonelada. Lo mismo 1m. sucedido con las compañía.s inglesas de farrocarriles que compran ahora, (nov. de 1879), a £ 4 por tonelada los rie. les que en 1873 pagabu'1 a £ 15-10 s. En otros términos, los gastos de coustruceion en el artículo rieles han disminuido de £ 2,000 a £ 4,000 por milla, segun la calidad i peso de los rie. les empleados; i todo ferrocarril que realmente se necesite i que muestre un razonable prospecto de dar el mas pequel'lo di I'idellllo, (t7te smallest IUvidencl ), tiene toda probabilidad de encontrar los medios i recursos de hacerse, en un tiempo en que hai tanta abundancia de capital, i en que la rata del Ban. ea es tan baja. Ademas no debú olvidarse que los ferrocarriles no se consideran únicamente como empresas de colocacion de fondos. Se les considera i con justicia como los medios indis. pensables para un fin mui anheludo,- como las avenidas a los canales por medio de los cuales se derrama el comercio; i bajo este punto de vista todo Gobierno que no se encuentre en completa bancarota, (not altogether banlcrupt), está dispuesto no solo a prestades su cooperacion sino a dar la iniciativa al espíritu de empresa i de interes particular." I si esto dicen en Inglaterra ¿ qué diremos nosotros? El 'J.ltimo párrafo del opúsculo del doctor N nñez, citado al principio de este escrito, dice así: " Resolvamos, plies, sin mas demora acometer la útil em. presa j organicemos nuestro Estado mayor de injenieros, i pronunciemos con fé, esperanza i valor la palabra definitiva-La. b01'e?n1tS !" ~Que espera pues el Presidente? Manos a la obra. L.1BOREMUS. 11 162 LOS FIŒnOCARRILES COLOMBIAXOS. Las inùicaciones contenidas en el precedente artículo han f;ido favorahlemente acojidas por el Congreso, que acaba de espeùir la lei de 26 de .iulio de 1880, designando la via de Jirardot para la construccion del ferrocarril al alto-Magdalena. LA LECClON DEL PASADO. En la p,ijina 125 de este libro se encuentra esta nota.: "130rdesgracia estamos en 1880 i el problema de la construc. cion de un ferrocarril al Magdalena no se ha resuelto. Los que no hemos tenido sino nuestra pluma para servir las ideas, no somos pasibles de sonrojo ni de vituperio por este fiasco; que respondan de él las revoluciones i los Gobiernos." Ella me obliga a escribir el presente capítulo para rectificar esos conceptos. No son los gobiernos, ni sirJ.uiern. las revolucio_ Iles las responsalJles de los errores cometidos en la direc(;ion i administracion de este vasto negociado de la construccion de llUestros primeros ferrocarriles: estos errores eran inherentes a la naturaleza del asunto, tratÚndose de resolver el difí~il pro. blema de escalar los Anùes colombianos a 2,600 metros ùe altu. l'a, en un pais iuesplorado, cubierto de selvas vírjenes, i sobre un territorio despedazado por decido así en su formacion jeolójica i en sn configuracion topogrática, por los mas abruptos i varia. dos accidentes de la naturaleza. Habidas estas consideraciones, de la que por el contrario debemos admirarnos es de que los ensayos de esploracion, trazuùo i ejecucion de las diversas líneas proyectadas para. descender al Magdalena, no bayan salido mas caros. Sinembargo, bai que aprovechar las lecciones de estos dolorosos esperimentos para no repetidos en la porvenir; icon tal objeto es oportnno recordar a grandes rasgos la historia ad· ministrativa del malogrado ferrocarril del Norte, que escribimos en presencia de todos los documentos oficial e>!,i sin temor de que nadie pueda contradecir una línea. En virtud de las autorizaciones conferidas por la lei de 5 de junio· de .1871, el Ministro de la República en Europa, señor Justo Arosemena, celebró en 10 de enero de 1872 un convenio con la, "Public W01'ks Construction Company" de Lóndres, para que ella enviara por su cuenta, pero a costa del Gobierno, un injeniero destinado a hacer la esploracion i trazado ùe la línea de Ull ferrocarril al bajo Magdalena. Por dicho cOllvenio se reservaba la compañía la preferencia, en igualdad de condiciones, sobre todas las propuestas que se hicieran para. el contrato de construccion. Primer error: en vez de -contratar en Europa UD injeniero por cuenta esclusiva del Gobierno, ¡banse a colocar los secrcto~ cle la esplol'ae::on ell lIl:tuos de la cOIllpai"iía 3 quien sc habia resùrvado lu preferencia pa fa el CODtrato de construecion. l,lct,in.do al pais el s~iíor Rielle.'\'. quc filé el injeniero envia. do por h comp:tflÍa, ell abril dG 18ï2, el seilor Parra, Secretario ùe l!aeiend:t de la Ael1l1inistraeion 1\luri1l0, ql:iso desde el principio iuRuen:;iar sns opiuiolles i hacer di;:i.iir sus miras l¡{¡cia lt\ Huea mas seLmtáo~lal de lu. hoy;]. del t)uÚe7., como pueLle Vlrs~ ell lu. llo:a Je iustI'ucciones que le Llirijió con fecba 10 dû abril, en la CIal le dice; "La ¡Jr:ml:n1. de estas líneas, (ln, del C:nare), ha sido indio caeb pDr pcrwIl;:s corn petei1 tGf; ell la Illateria, pr3vio UD estu. dia de la e~t[\ jCî;.;r(lli.ca dcl pais i algu;JU iWipeccioll ocular hedlt\ lijen1111tll1tefio!)re cI ter,'ellO. "Ln segullda, (ln Jel Swirez), sujcrida ¡)oï·la simple ObS61'. '¿'ucion del ?¡wlx", Ci'; sille'ill)ar:~o b (lue el l>oder .Ejecutivo (;()llfiider:t prde:'i~)I(), salvo el rc:;ultndo cOlllpa.rativo de las esplol';¡.cionu:;, lJOl' la,; r~~zon3f; si '.'U iCll~(:s," El suITor fLi,;i0y dec:l~r{¡"si~l()Ill;)ar/o, desùe la primera esplo. racion ocular, qU0 el Foj"ec:to de un i'cr¡·ocr..rril por la hoya dû los rios ~3ll:J(),[;u;::'(:/. i :3~)'.;àmosocm o1soldulllente impractica_ 1)10; o¡linioa (11\(:eClllir,u;; dC:;¡!1wS ell el ¡:d'urlne tIe la espIara. cion cieIl:.í¡'¡et" cla,~o, 1:0 al Co]¡ie,;¡o l¡HG la ]1n~aLa, sino a lai> Dil'Jclores de la COiupa¡;¡a, con fecha 2:J ùe setiembre de 1873, i del cual h(:lllOSC:O¡Ji:lllola condnccn:e e:l In pájina 149 de este libro; pero so urc,¡:urÚ t1 eslilliUr en b ,nifima nota el costo ùe lu línea del Cal';U0, Call fiUSramn Ic~;,en g 12.500,000. COjlclllido~;, a decL1l'ados por él concl uiùos los trabajos de r.sploracion i trai,uc1o llo la linea del Carat'e, i prod llcido en Ll'lIldressll ill"cn:10, el SGîíuc.•\roseilleua cr3Yó conveniente con_ finItar s01)re e~te dOe;UI\lCil~Ob opinion de otro il¡jeniero, El s¡:îíor Marti:.w:w quo fuú e! ;;scojido pr.ra éXHminarlo, quedó por (lec:irlo así at.íûito al considerar lafi ]1crteutos::s ollras de arte lJue u<lu::1prQjecto jlre~illpÙlli:t: mural; ùe nroyo de mamposte_ ri:\ para frau:¡l\ear largofi tra:.'edos <¡ue no ofreciau fundamento para. termp!eue., ; inmenso:> viaductos de piuo ereosotado para fid v:tr ell.iiudas, " Ú:¡d!Wlo.'; CFIJ una cllispa de 1:1locomotora harin. m'der como pnjuehs"; tt'tileles de 1,000 i de DOO metros de cs. tension; fOflllidal¡]c cantiùad de escavaciou en piedra, &, &. ~oLre todo, C3 diguo de leerse cn ay,uel documento el siguiente p:í.rrafo, <¡ue los futuros negociadores de eSjJlor:tciones i traza. dos dcberi~1.ll nprell<lcr de mcmoria, para no dejarse elwañar .1 1 .1·Ù • o COll trn~aU()s Où ul uJO. " Ustedes liIC pregu uLan si ann falta algo, (adornas de las secciones tra&versales de cuya falta he hecllO ya meucion), para cOlllpletar lo~ csl.udios i paner a un injeniero en c3.pae;idud ùe C~lclllal' el trabajo, Los datos cOlltüllidos cnlos pIanos i se8cio. lü4 LOS FERROCARRILES COLOMBIANOS. nes preliminares que tengo a la. vista, aunque dilmjad<>sa ma. rav'flla, no pueden compararse con los planos que los injenie. TOS lllgloses acostumbran preparar j los cuales detallan minuciosamente cada ramo i sesgo de la obra, con el objeto de guiar al contratante al bacer su propuesta para la const.ruccion de ella por una suma fija. Con este objeto es preciso determinar esactamente el rumbo de la línea; 'l'R.AZARLA EN EL TERRENO rOR 'MEDIO DE ESTACAS; dibujar los planos i perfiles en una escala mucho mayor i mas pormcnorizados ; tOInar Con intér. valos £reenentes perfiles trasversales minucioi-los,i estudiar por separado cada puente, viaducto u otra obm. de arte; tDdo esto acompafíado de dibujos en una escala suficientemente grande para que vean claramente los diversos puntos de la obra. Para efectuar eso, un cuerpo de injenieros esperimentados emplearia por lo ménos dos años; i no me parece deseable perder tanto tiempo antes de dar principio a las obras." Todo esto, unido a la circunstancia de que los $ 12.500,000 de b. primera avaluacion de las líneas, subia ahora en los presupuestos de tanteo de Mr. Ridley a iS 30.199,810, debió desconcertar al señor Parra. Sinembargo, no era posible de. jarse derrotar por la primera contrariedad. Pidióronse nuevas autorizaciones al Congreso de 1874, que las otorgó amplísimas en la lei de 6 de junio; i en virtud de ellas se dictó el decreto ùe 24 del mismo mes creando un cuerpo lle in.ienieros nacionales "enca.rgaùo de rectificar la parte del trazado comprendida entre Saboyá i el rio Carare, i de .la. formacion de un nuevo presupuesto de ga.stospara esa parte de la línea." El señor J ua.n N. González V. recibió como injeniero en jefe tan honrosa misioD, i partió inmediatamente a su destino el 1.° de julio. , En uso de otra parte de las autorizaciones de la misma lei, promovió el Poùer Ejecutivo la organizacion de una Compañía na.cional, con la cual celeuró el contrato de 25 de enero de 1875 para la construccion de la obra. Esta. Compañía. no ma.nejaba en efecto sino el capital de las 12,000 acciones del Gobierno: sus socios solo habian suscrito 370; pero el señor Parra apeló a este recurso creyendo poner así la. obra del ferrocarril del Norte a salvo de toda veleidad lejislativa. Cuando ya se acercaba el término de los trabajos del cuero po de injenieros nacionales, la Compañía resolvió contratar en Europa los servicios de dos eminentes injenieros "encargados de recibir i rectificar los trabajos hechos por los injenieros del . pais." Los señores Enrique F. Ross i Frank Geneste, designados al efecto, llegaron a Bogotá en octubro de 1875, i en junio de 1876 producia 01 señor Ross su informe, totalmente adverso i dcsfavorablo a los trabnjos de los injeni~ros nacionales. En LOS FERROCARRILES COL01l1BB.NOS. lG5 aquel informe pul.,licado entre los documentos anexos a la :Memoria de Hacienda de 1877 se lec la siguiente: " Los trabajos de los injenieros del Gobierno DO estaban terminados cuando el Gobierno decidi!) concluir el estudio, i por consiO'uiente fueron entregados incompletos. " J.a tarea de examinarlos en este estado incompleto es difícil; bacer cambios a correcciones i formar un presupuesto de las obras de un ferrocarril, cuyo estudio en gran parte no es ma.9 que tanteo, es simplemente imposible; faltan los datos necesarios. 1Jnicamente eu el perfit del trozo desde el hoqueron de AO'urJria hasta la peña de Orgallos, se encuentran perfiles tras;en;ales; i es ademas este trozo de 17 kilómetros de estension, lo Ún'ico en todo el trayecto que puede llamarso terminado." " Habiendo ba bitado algunos aDOS el l)erú i presenciado estos errores, nadio estrañará que yo como injeniero de la Compañía we oponga a que aquí sigan el mismo camino, i quo yo, en vista de estos resultados tan recientes, califique la cons. truccion de la via de Carare, con sus auras magnas i costosísimas, i pasando cn una gran parte de la estension por despoblados, una locum. i Para qué sirve la esperiencia siuo pam aproveehan:e de ulla ~ " El señor González V. 'replic6 por medio de un contra-informe a las ohservaciones del sefíor Ross, i la discusion asumi6 el ¡;arácter de la mas acerba polémica. " Empe;~aré por hacer notar, dico el señor González en su rúplica, q Ile el escrito del señor Ross sobre la vin. del Cara re es un alegato de fiscal acusador, i no la que debiera ser: 11ll informe imparcial solire las ventajas, desventajas, facilidaùes i dificult.ades de la aura. " Ha tomado los estudios que lie le presentaron, no pnra estudiarlos e informar soure el mejor rcsultaùo que pudiera obtenerse, sino para paller de relieve, acentuando i exa.ierando cuanto le hn sido posible, tanto ell ln. forma como ell el fondo, todo aquello que puùiera producir un juicio desfavoraùle a la via." Se comprende que DO pretendo de ninguna manera erijirme en juez de la disputa: ni soi in.iuniero, ni creo que lmya en el pais qUi311pue!ht dirilllirla. l\le limito a historiar los hocLos para dar la esplicaciou de la sucedido; i el hecho es que los cuatro eminentes injenieroiO cmpleados por el Gobicrno -los señores Hidley, Martineau, GonzáImr. V. i Hoss -lia pudieron ponerse de ncuerdo ni Roure la línea que dcbia adoptar:;e, ni soure la pIIl.etica1JiIidad de las 01)[[1.sde arte, ni soure el costo de la obra. liáse dicho sin contradiccion que el cuerpo de inje. ] 66 LOS PERTIOCA.RRILES COLOMllIANOS. nieros nacionales finalizó sus trahajos entregando los planos, perfiles, presupuestos, &c, do toda la. línea.. Esto no es cierto. Prescindiendo de que los ejecutados tengan o no el grado de perfeccion apetecible, asunto que no es de mi incumbencia, faltó en absoluto el tra7.ado de los 72 kilÓmetros comprélldidos entre el "Eslaboll de Armas," i el kilómetro 25 del ....alle del Carar,e. Así lo dice el Secretario de Hacienda en su Memoria. al Congreso de 1877, pájina 71, i el Presidente de la Compañía nacional en la pújina 1,'·de sU Informo, pulJlica20 entre los documentos anexos a la m'isma Memoria. Llegó pues un moment.o en qne fué imposible sostenerse contm s('mejuntes contrariedades. El Presidente sillticí que el terreno del ferrocarril del N arte se hunàia bajo sus pies, i no le quedó otro recurso sino pasar a la Cámara el )Iensllje de 9 de junio de 18i6 en el cual se lee la siguiente: " La insistencia en construir la línea del Carare, en CUY30 esploracion se La estado trabajando, "fW parece po'r lo rnénos imp1'udente, despnes de los informes del señor Ross, aun cuando a esa línea haya sido favorable In,opinioli del Reñor Ridley, no ménos digna de respeto, i la de los injcllieros del pais entre los cuales figuran hombres que, ¡\unque carecen de r~put:H;ion europea, hall dado repetidas pruebas de IlIui notables aptitudes. Basta que los estudios hechos no ofre7.('[tli todavia el grado de eertidumùre- <¡ue se necesita en esta clase Je cm presas, respecto de la posibilidad material de concluir 1:\ ohm i de su cost.o, para que, en mi concepto, debamos abstenernos de com. prometer eu ella los escasos recursos del pais." Fué éste un acto de doloroso patriotismo de parte del f'error Parra. Otro nO se resueh'a quizá a hacer el Racrificio de su amor propio tan comprometido en el {'xito de esta obra: fácil le habria sido ocultar la verdad, Qngañar por algun tiempo más la opinion i prolongar los sacrificios pecuniarios para <lue la empresa muriera en otras manos. Su única falta consistiÓ en haberse prestado f1 celebrar, hajo el influjo de las confiadas opiuiones del seîior Hoss, el contrato de 24 de setiembre de 1877, para la construccion de ln. estellsa línea de Pat.uria, sobre nn territorio mil veces mas accidentado que el que acababa de abandonarse, i respecto del cual solo existia. la inspeccion ocular del proponente. Pero afortunadamente para la República i para el seÎlor Parra, esa error no costó un centavo al Tesoro nacional, pOfll'le ci señor Ross no cn(;ontró en Europa los medios de entrar en posesion del contrato ántes de que se declarara su caduci<lfld. LOS FERROC.mmLER COLŒrBIAXOS. lû7 J~os seis años i la:;;300 a 400 mil pesos invertidos en las es. ploraciones del Carare deben enseñamos algo, i ese algo me parece (jue pueùe ccmpendiarse en las siguientes observaciones. 1." Debemos estar apercibidos de qne la. construccion de ferrocarriles para ascender del mar, o de los rios navegables, n. los elevados valles o altiplanicies de los Andes, envuelve en sí problemas técnicos de los mas difíciles que la ciencia del injeuiero esté llamada a resolver, iguales il. los de las mas estu. pendas obras de esta clase que se hayan construido en el mundo, i que debe por tanto procederse en todo sobre esa base. 2: Que no dehe por la mismo aventurarse un centavo en principio de construccion de una obra, ántes de haber adquirido el trazado científico, completo i definitivo de toda la línea, hecho, no sobre el papel sino boure el terreno, cailla aconseja el serrar Martineau, i el presupuesto esacto del costo de la obra. Que atendida la exigÜidad de recurso!> (le quo podemos disponer, deUer-illn05 dar principio a la construccion do nuestra red ferl'ocarribra, no por los mas difíciles i costosos, sino por los mas k,cederos i baratos: por ejemplo, el de Jirardot, que presonta del rio Meia el interior una abra. de nuevo leguas niveladas por la naturaleza, i el de La DO~'ada, principiando por una t,'([j¿'/:ia de Caracolí a La Noria; ferrocarril de cintum para salvar las corrientes del salto de Honda i unir las aguas Jel alto i bajo .lIIa¡Tdulena. Qne tallo f~rracarril al .Magdalena deberá principiarse ni deredw, de la orilla del rio h:í.cia la altiplanicie, pa?yt qlW ellcnoca?'I'il vcng(~ pm' j'Cl'roca1'Til, i quo deben desecharse por lo mismo 1.odos los proyectos de traer ferrocarriles en indios pura aflllll rIos cn b Sabana. 5." Que el {¡rden de preferencia en que el Gobierno doLe a!'lociarse It la l~jecucioll de estas obras, en conformidad con la. sana i probada doctrina que aconsejr.. a los Gobiornos no bacerse emJlre~arios de industria, dollel'ia ser éste: 1.0 Si se presenta cillpresario particular, vordadera Compañía capitalista, q Ile quiera acometer la oLm por Sil cuenta, doborá prefel'írselo, limitándoso el Goljicrno cn este caso a darle, con las debidas seguridades, nua subvellcioil gmtuita para ayudar a la l'cali. z3,t;ion de dicha obra, por el interes económico i social que en ello tiene el pais; 2.° A falta de verdadero ompresario, doberá celelrran,o coutrato de construccion •. poro COll entidad respetable que ofrezca todas las garantias apetocibles sobre su cumplimiento, i no con simples cspeculadores que solo se propongan (lutrn en el manojo de los fondos do la obra. Para esto delle adherirse fielmente al principio tutelar do la con. curroncia, publit;8ndo el correspondiente pliego de cargos, para celebrar el eOlltruto en licitacian pública; 3.° Solo :lo falta de 3: 1: 168 LOS FERROCARRILES COtOlŒIANOS. empresario o contratista deberá hacerse la obra por a.dministracion; i 6: Que puesto que estamos lanzados en el camino de la construccion de ferrocarriles, debe el Gobierno contratar ell. Europa a los Estados Unidos, pn.ratenado permanentemente a su senTicio,un injeniero teórico i práctico de la mayor respe. tabilidad, que le sirva de consultor en estas materias, al cual no deberá permitírsele que se convierta eu empresario o contratista de ninguna obra. Era preciso que el pais sufriera estas contra.riedades i el Tesoro nacional estas pérdidas, para saber si sobre ellas confirmaba su resolucion de incorporarse por medio de la locomocion a vapor en el movimiento del mundo civilizado; i el ahinco con que los partidos liberales reclaman de cousuno la construccion de nuestros ferrocarriles, prueba que la victoria alcanzada por los estadistas del progreso fué definitiva i solemne; que las derrotas impuestas por la magnitud del problema i por los errores inherentes a todo noviciado, léjos de deslustmr hacen mas honrosa esta campafía; Î que por tanto, donde se clave el primer riel, donde suene el pito de la primera loc<r motora, allí está nuestra obra, allí está nuestra gloria. ftPUNTAMIENTOS PARA LA HISTORIA ECONÓMICA I :FISCAL DEL PAIS. (Escrito pub.ic3ÙO en 1874. como Jcfe de 13 oficina de Estlldísticl\ nl\cionnl. ) CAPITULO 1. Breve resumen ùe los principos qne servian ùe hase al sist.cm~ colonial bajo el punto de vista cconomko. Al trazar la historia de los progresos de las ideas económi. con aplicacion a las finanzas del pais, me ha parecido con. veniente que dehia hacerla preceder ùe nn estudio, aune¡ ue breve, de los principios fundamentales del sistema colonial, bajo el pnnto de vista económico. De otro modo no podrian apreciarse en su justo valor, ni los obstáculos que detuvieron la marcha de esas ideas, ni los es. fuerzas cor, que eu el curso de pocos años, lograron algunos de nuestros mas distinguidos hombres de Estado, presentar a nues. tro pais, mucho nntcs qne otro alguno del continent.e, rompien_ ùo con lu. tmdicion del sistema restrictivo i rijiéndose por los mas adelantados principios de la libertad comercial. Debe comprenderse desde luego, que no pretendo de ninguna manera escribir la historia del sistema colonial que la España aplicó a sus vastas posesiones de América, oùra mui superior a los límites de un capítulo, al objeto de este libro, i roui probahlemente a mis propios conocimientos . .Me propongo simplemente hacer resaltar de la manera mas com:isa los puntos culminantes de ese sistema, seña.lar los errores fundamentales quo le sirvieron de hase, para esplicar la inmcns3. suma Je miseria lJue él eujendró en los paises mas profu8:J.lllonte dota. elloS, 170 APU~TAMIE~TOS SORRE LOS PROGRESOS dos por la naturaleza, i construir por decido así el primer eslabon en qne debe apoyarse esta narracion. Servirá, pues a mi propósito, i a ello se contraerá est.e proemio, el considerar únicamente cómo estaban constituidos en la colonia estos tres elementos primordiales de la produccion en todo pais: la propiedad del suelo, la actividad industrial del hombre, i la libertad de los cambios. Privile.iio funesto ha sido en todos tiempos para España, éste de que las preocupaciones i los errores de todas las edades, hayan encontrado siempre en su pueblo i en su suelo sn mas fecunda i su mas honda encarnacion; fenÓmeno que puede fácilment.e esplicari"e, si se considora que Iii mayor parte de los errores i <le los vicios de los sistemas políticos, son tanto mas intemos cuanto mejor formado est:\. el espíritu municipal de la nacían; porque es el falso orgullo nacional, la fatuiùaù nacional la quo esos vicios lisonjean i adulan; i nadio podr:i negar que el pucIllo español ha sido i es el pueblo mas municipal del mundo. / Digamos ahora, contraY{'ndonos al objeto de este proemio, i sin tcmor de ser ùesmentidos, que fué la España la que recio hiÓ iutacta, sin la mas lijerll. modificacioll, la 'herencia de las ideas oconÓmicas del pueblo romano, cuya base fundamental cm el desprecio de las clases elevadas por el trabajo productivo, i la creencia inconcusa de que en {·l solo debi:m emplearse bs manos mercenarias del esc1:tvo i del plebeyo. AgrÓguese a la twrlicion de estas idens, la circunstancia de que halJiéudose formado la nacionalidad española en ocho "iglos de guerras rclijiosas contra los moros, ademas de la dureza, de la crueldad, del egoismo i de los vicios políticos de toda clas~, que el fana. tismo relijioso que inflamó el espíritu guerrero de la nacion, enjendrú en el cadcter del puehlo español, el pais subyugado por el sentimiento relijioso, se entregÚ indefenso a la insaciable codi~ia del c1áo. Call estos llutececlentes fácil es comprender bajo qué prin. ci pios debiÓ constituirse la propiedad territorial del vasto suelo do América que pasó a los dominios de la corona de España. RepartiÔse b tierra entre los conquistadores por Encomienda", caballerías i peonías. La Encomienda, de que tan prolijamente trata el título 8.0 libro G.o de la Recopilacion de Indias, era Ull verdadero feudo. Llamar(Înse así porque se dieron con el objeto de encomendar los indios a la guarda de un Señor que los enseñase, los amparase i defendiese. Repartiéronse entre los primeros descubridores i des pues entre los descendientes de estos. IJa. ordenanz~ de 10 Je octubre ce 1618, que es la lei 27 de dicho 171 título 8,° pTOhibió que se dividieran a particran las Encomiendas del número de indios que en esa fecha teninn en cada provincia, con el où.ieto de que no hubiera J<:neomen{leros po. bres, qne no Encaran de los tributos a peDsir,nos de los indios un cómodo i deccnte mantenimiento. La mayor renta que a un Encomendero f-e l1crmitia sacar, era la de dos mi! pesos. Sohre el resto de los trihutos de las Eucomi{mdas ~Tantlos se carga. ban pensiol' es n fnvor de r)~rSOllas hcnemérit3s i pobres, hijos o nietos de descuùridorC)s. El tercio dd producto bruto de las Encomien(hs se elltcmb~t cn la real Hacicnda. Finalmente, la. EncomicndJ. era una vinculacion que pasal!,1 por mayorazgo a. la terecra ·vitla. Todo el título 11 de dicho li')l'O G.o tmta Je la sucesion de las ei1colllielldas. De esb mancra quedú el sucIo de !as colonias espaiíolas apropiado par.t maniener una raza de hol':a:>:i\l1es,que sia aptituùes ni ü':t.ílllU10Spam r:lc.ioraI'Jo, devoJ'n1¡a los escasos frutos, que en haras hnrtaJas Il LL l"nti611, poJi.a armuc:ule la mUlla e;;clava dol ÍIu;io uiiJ1lt.11ric, Pero ]lO era eëio solo. Los nuevos i)l"opictnrios !la se con. tent.ahnn C:llI vivir ell h í ierra sin trahr>',inr, silla (Jlw empleahan los nhorros tIel tral,ajo ajmlo en n'~o¡)iarla COll 1l1levas cargas.KI.¡ct1dos Oil la Jl)[lS p'osera. slljJ'lrsticion, creyendo que ellíai{lo i.lCdio Jo aSeéTllrHrla sillvaeiOIl ctel'lllt era el ne comprarla Cal' dinero en m~llos de ln. Iglesia, medio siglo des. pues de la. ea lqnista, ya no <Jlledaha ea .América Ull palmo de t.erreno que no cstuvicrr., ~~r¡>.:":lllo Call el COHSOell favor de las inDumeml)les ficstas re1ij:osus, sufrajios tIe almus, i aJvoc~z;io. lles del calendario romano. 11ldJllidn la !':~paîía ell la collicios:1. i(lea Ile <¡ne en la América no dcbia llll:icarse ëillO oro, toda su atcneion econ::mica b ocupó el de,:culJriuliento de ¡lUeVaS millas, En el volnminoso euerpo dc leyes (le India.s, (tue la llIandu.ùau todo, la re.~~lnment.aball t.Olio, no se e'lC:llCiltra, nila Eola providoncia oncaminada. a Jalar estos paises <':Oll]luevas [uentcs de illdnstria: las colonias espnííohu.; no p:t~aroll jumn.~ de ln. catc~ol'í[\ ùe pueùlos pastoros a l1li!lel'o~. Pero estos mismos metales co.traiflos del sella (le la ti:èrra. en climas (:t~!et(l'eos, en iug:ues dcspro\'i~tos de todo rO<.:l1r>;o, aUll de lo:; alill\êllt.os nc<.:esarios ]1:1.mlos trnl,;tjadorcs, sill capi. tales ni it:stLlIlHmtos rpropiaJos para el Iah:.J;:'code las l11irms, i empleando cn ellus el ~ervit:io forzaJo (le los iudios, c05tn.lmu Cll bs vidas de vstos mucllO ilJás de la quc valia. el oro. Pura' ralJujar bs minas dcl Potosi cn 1;')7;'), asigulÍ el Vi. rei del Pul'lí, dou Francisco de Toledo, 9;"),000 indios de 17 p'·ovi~lcias .. :F:Jl1:1sordenamms qne l'Orlllrl pam reglamcnt.:!," sus trabaJO:;. dIspmo (11'0 se rellOVns(m ',mlnljr'.1\do cn cada aITo la 172 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS sétima parte de dícbp número; i sinembargo, fueron tantos 108 que murieron, que en el año de 16::l3 no quedahan sino 25,000, í en el de 1678 solo babía 1,674 iudios. '" Es verdad q~, de 1545 en quo se descubrió esta mina, a 1704, es decir en 159 años, habia producido el 5.° de la real Hacienda 190.000,000 de pesos ensayados de l\, 13 reales i cuartillo cada. uno, que reducidos a peBOs corrientes hacian 314 millones, los cuales corresponden a un producto bruto de 1,570 millones de pesos. Pero como segun el mismo autor, cada 50 quintales de mineral tenían 100 pesos de costo para sacarlo, molerlo, azogarIo i fundirlo, isolo producian 200 pesos por término medio, los 1.570 millones del producto bruto quedaron reducidos a 785 de producto líquido. "''1'\ • Ahora, si de este producto deducimos el valor de los 93,000 de indios que perecieron en este laboreo, estimando cada hombre s610 como animal de t.rabajo en $ 1,000 cada uno, resulta quo la estraccion de la plata del Potosí costó a estos paises en los j6rmenes de su poblacion muchos millones más de lo que produjo el metal. De esta manera se esplica c6mo consiguió la España, con sus vicios i sus errores, arruinarse ella misma i arruinar las colonias que poseia sobre el suelo mas rico del mundo. De este modo viene siempre lu. lei indeclinable de la respoDsabilidad, que encadena todo efecto a una causa, todo error a un desengaño, i todo vicio a un castigo, a comprobar que la felicidad .de los individuos como la de las naciones no puede edificarse de una manera estable sino sobre los fundamentos indestructibles de la justicia. E5 cierto que lo~ monarcas españoles, desde Carlos V en 1526, (lei 1; título 2,° libro 6.° R. de l.), dictaron lIna serie no intenunpida de providencias, que hacen honor a su filantropí,~ i a su piedad, definiendo i asegurando la libertad personal de los indios. La mas famosa de Ústas es la cédula dada on Valladolid a 24 de noviembre de lG01 por la cual se dispuso: "<lue de aquí CD adelante no haya ni se consientan en ninguna parte de Indias los servicios personales que se reparten por via de tributo a los indios de las Encomiendas; i que los jueces i las personas que hicieren las tasas de los tributos, no los tasen por ningun caso en servicio personal, sinembargo de cualquiera introducion a costumbre que acerca de ellos se haya permitido, so pena que el Encomendcro que usare de ellos, por el mismo caso pierda la Encomienda." * Solórzano, Política indiana, edicion de 1736, tomo 1,° pájina 148. • '" Id id. id. pájina 149: Jm LAS IDE.\S F.CONÚ3fICAS. 173 Pero estas eran unas de aquellas disposiciones respecto de las cuales los vireyes i gobernadores españoles usaban de la famosa fórmula: "'ohedéccse pero DO se cumple." Si hoi mismo, despues de medio siglo de repúbliea, DO exiRte para estos illfeliceci mas lei que la voluntad úespótica del dueño de tierras; si todavía no han f<aEdo de la gleba, puede fácilmente imajinnrse cUlin poco les aprovecharian los mandatas de las cédulas reales para no ser oprimidos en tiempo de la colonia. Hablando el historiador Solórzano de las cargas de los tributos se espreRa así: "I en el individuo de nuestras Indias lo dicen dos cédulas dignas de leerse del año de 1582, que muestran justo Rc:ntimiClIto por haber lIegr.do a los aidas reales que a causa de estos trabajos las madres aborrecian a sus hijos i se holgaban. de no tellerlos a de abortarlos." 'If I sinembarg-o, la constitucion de la propiedad territorial i la condicion económica del trahajo aplicado a la tierra, inmovili. liada bajo el triple peso de la ignorancia, el feudalismo i la. enfiteusis, eran modelos de Rahiduría i de libertad comparados con los prill:lipios que gobernaban la política comercial de las colonias. Blanqui en RUhistoria de la Economía política ha demos. trado perentorimnent.e que el sistema restrictivo atribuido a. Colbert, es de invencion española. ¡. Miéntras que las máximas del gobierno de Cárlos V, dice este eminente pulJlicista, fundaban en América la esclavitud i los mas odiosos monopolios, fomentaùau en Europa el despotismo i la fllerl'.a por toda clase cie medios. Los conventos se multiplicabl).n i se enriquecian a costa de la agricultura i del trabajo. Organizóse bajo su reinado la trata de negros como una institueion lejítima i regular, i se renov6 la doctrina, fu. nesta herencia de griegos i romanos, ell virtud de la cual los frutos ciel trabajo pertenecian de derecho a algunos pri vilejia. dos. El gobierno de este monarca apartó violentamente a la Europa de las vias regulares de la produccion, para precipitar. la cu todos los azares de h~ guerra i de la espoliacion del feu. dalismo. Dificilmente puede formarse idea completa de los absurdos que se imajinaron en esa época, para asegurar a la metrópoli cloro de las nuevas colouias. La audacia del privilejio no se habia manifestado jamas de una manera tan tirániea. La metrópoli impuso todos sus productos a la colonia i le prohibió proclll'árselos aun en su propio suelo. Era pro. hibido a los americanos cultivar el lino, el cáñamo i la viña, establecer manufacturas, aprender el arte de las construcciones navales, i educar sus hijos fuera de España. Fué la é.poca '" Solórzano, Política IodiaDIl, tomo I,' p3j. 87. 171 Al'U:ST~~IlE;STOS SODR~; LOS l'IWGIŒ80S de todo'l 10'1 malos pen,samientos, de todos los sistemas faJso~ eu economía, en política i en relijiion. Nosotros !lO cometemos hoi unn. falta, no obedecemos a una sola prcocupaci()ll industrial que no !lOShn.ya sido legada por este poder funesto, que pudo convertir cn leyes sus mas fatales aberraciones." *Siuernhargo, es preciso ser justos i reconocer que estos errores no fueron patrimonio escl mi va del pueblo español ni de su gobierno, sino de la ignoranci:¡, de una época que todavía no ha pasado completamente para la historia. Si en nuestros dias vemos todavía a hombres de Estado del caudal científico del señor Thiers, ahogaudo en Francia por las muletillas del sistèma restrictivo, no debemos asombramos de que cuatro siglos atms, cn una ~poca en que no se conocia la. ciencia de la .EconomÍ1\, se considerase el comercio como una industria aleatoria, i no como una de las fuentes de la riqueza pública. Nadie comprendia en tÓnccs, CaIlla no la comprenden hoi lI1UC\..¡os espíritus elevados, Je <¡ul·. manera es que el comercio COllcurre al incremeuto material de la produccioll, en los mismos tl~r1l1illOSque la agri~ultura, la minería i la industria rnanufacturera. No comprelldi(~ndose que el comercio es a Ull tiempo causa i efecto de la separacion de ocupaciones, que en ..•.irtud de él es r¡ ue carla l!Ombre i caela pais puede contraerse csclusinllneute a traJmjar sola·e los elementos Call que la naturaleza la ha dotado, la que equivale necl;sariamentc a un incremento material en la produccioll; creyendo, como {¡Iltes he ùicho, que el comercio era una industria. aleatoria, en la cual lo que ulla ganaba era la que otro perdia., los gobiernos i los pueblos llegaron fácilmente a la. couclusion d<t que el colmo ue la sahiduría en la relativo al comercio esterior, estaba reducido a que cada uno tratara de yender pm' ({inc?'o sus productos, sin comprar los del estranjero, i a procllmrse grandes colonias para imponerles por meùÍo del monopolio la ovligacion de comprar caro i de vender J¡arato. La E':ipaiía aplicó, pues, a sus colonias de América, en todo su rigor, el mismo sistema que aplicaron a las suy?s el Portugal, la Holanda i la Inglaterra, i nada tenemos que rcprocharle singularmente a este respecto. Ella i nosotros fuimos ..•.íctimas de la ignorancia de aquellos siglos. "La España, como dico Blanqui, ha expiaùo cruelmente este fatal error; perdió sus fábricas porque creyó que todo lo tenia Call el oro de SIlS colonias; i lUas tarde 110 ha podiùo conServar el mercado livre de " Blanqui, p5j. 2St llistoire de l'Economic polilj(lUe, vul. 1: Chap. XXI 170 sus antiguas colouias, porque no tiene que venderles." (1) DetrM del VIaje de los primeros descubridores, la Españn. cerró el comercio de sus colonias de América a todos los pnehlos de la tiw:ra, inclusive a la jeneralidad do sus propios puortos, resor'i:ílldolo como monopolio csclusivo, primero al puerto de Sevilla i des pues al de CÚdi7.. Los cronistas no han podido puutul\li7.ar la fecha en que termiuaron htf; espedicioncs i armamentos militares de la Corona, i Cll r¡ue principin;-on a rcjir las leyes que reg-Jumentaron lu na\'egacion lllcn;alltil propiamcnte die;m ; pero por las leyes recopiladas plll~de :'.jároela con 1aotante 3proxil'.1acion en 14 de febrero de 1;)0:3, fecha de la f,IlJlOSa cédula de la Reina cnt,)lica esprclid:1. en Alcalá de llenÚres i dirijiùa al doctor S.mello de :\btien7.o, cau()lIi~ro de Sevilla, a Francisco Pinelo,. jurado i fiel eje~lltol' dO) ell:~: i fi Ximcllo de Dl'iGiesca, cauta. dol' de In tmnnd;:¡ dc Iudias, hnciéndolcs saGer: "que junta~ meute con el f0i, haJJia maudado ei;taJ¡lcC0r en aquella ciudad mm casa l'ara la (;()utratacion i l1cgociaciol1 de las Indias i Canarías, i de otras islas quo se habian dcscu'uierto i se descubriesen, 3. la emt so habian de tra8r tcdas las mercaderías i otras COS:l!:l (lIle T\ocesarin.s fnoson para la dicha contratacíon, i las que se hnlJiese/l de llevar a Jas dichas islas i traer do elIas."(2) Posteriormcnte, en provision do 15 de mayo de 1509, la Reina. doita .J wltln, atendiendo a las quejas ùe los mercaderes, que represcl!taron so1m] 01 mucho daño, peligro i dilacion que recibían ell irse a rejistrar a Sevilla, "por estar mui a trasmauo, i teu(,r la entl'l1da tm!mjosa," m:1ndú que en adelanto todos los navíos qlle en cual(lllÏera parte se cargasen de fuera cle la cindad de t)evilla pam ir a Indias, i no quisiesen ir a rejistrarse 8n db, puùiesc:J. ejecutarlo en la ciudad de Cít. diz. (3) Tall estrecb. ern la prohillicioll ùe comerciar con el ostranjero, que 1:1 real céclula de 3 {le octubre de 1G14, que es la lei 7" tít. 27, .lib. D, R. de Ind. dico Ui:ií: "ordenamos iman. damos que oJll ningun puerto ni p::..rte de nuestras Iudias Occi· dentales, Is~as i Tierra firme ùe los mares del norte i del sur, se admita ningllD jéncro de trato con estralljeros, aunque sea por ( i). BlJllqui id. id. pajo 293. (2). i Acevedo, comercio Ant·~nez Memorias Ilistvricas sobre la lej:slacion tÍc los cdpuf¡olcs con ses colonias, cùicioli de 1'747, p{¡j!on 3. ( 3) Anl:lCez i Acc.cllo id. it.!. iJ. pájilla fl. i el 176 APUNTAMIENTOS SOBRE WS PROGRESOS via de rescate o cualquier otro comercio, pC1't<:£ de la vida, i perdimiento de todos sus bienes Il los que contravinieren a esta nuestra lei, de cualquier estado i condicion que sean.:' Pero no debemos admirarnos de que eil esa época se hubie. ra espedido la bárbara lei, que fué muchas veces ejecutada a bordo de las naves españolas, cuando toda.vía en 1740, Ustaríz despues de baber sido Ministro escribia en su "Teoría del comercio," capítulo 4.° pájina 13, de la. edícion francesa, lo si. guiente: " Es necesario emplear con rigor todos los medios que puedan conducirnos a vender a los estranjeros mayor canti'dad de nuestros productos que la que ellos nos vendan de los suyos: éste es todo clsccreto i la únWa utilidad dc~comercio." Des~ues de 262 afíos, contados desde 1503, al fin en 1765 vió CádlZ caer de sus manos el monopolio de que habia disfrutado para el comercio de las colonias de América. Bajo la presion de las quejas i reclamaciones que contra tan injusto privilejio se levantaron de todas las ciudades comerciales del Reino, Cárlos III se decidió !lo espedir su famoso decreto de 16 de octubre de aquel año, conocido en la historia de España i de América con el nombre de " Comercio libre." Por él se habilitaron para el comercio de las iflll\sde Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, Margarita i Trinidad, los puer. tos de CÚdiz, Sevilla, Alicante, Cartajena, Málaga, Barcelona, Santander, La Coruña i Gijon, aboliendo los derechos de pal. mea, toneladas, estra.njería, semina.rio de San Telmo, visitas, habilitaciones i licencias. En otro de 2 de febrero de 1778, se amplió aquella conce. sion Il. los navios que se despachasen para la provincia de Buenos Aires i reinos de Chile i el Perú. I finalmente, en 12 de octubre del mismo año se cstendió la libertad del comercio de la Pimín. sula a todas las Indias, habilitando los puertos de Sevilla, Cádiz, Málaga, Almería, Cartajenb., Alicante, Alfágues de Tortosa., J3arcelona.,Santander, Oijon,Coruña, Palma de Mayorca i Santa Cruz de Tenerife en Canarias. Los efectos de esta libertad fueron tan grandes, que en 1789 decia el Arzobispo- Virei en la Relacion de mando que presentaba a su sucesor don Francisco Jil i Lémus lo síguieate: "Lo que más sensiblemente prueba los efectos del comercio libre es la estraccion de frutos, pues de los informes de la Aduana de Santamarta consta, que de 30,791 pesos que salieron el afio de 84,ha ido subiendo gradualmente hasta 247,039 pesos a que llegaron en el año pasado de 88." Talc8 fucroD, scfialados Il. grandes rasgos, i solo en sus pun. DE LAS IDEAS 177 EOONÓJfIOAS. tos mas culminantes, los vicios fundamentales de la política. que presidió al gobierno de las colonias de Espafia. La vinculacion del welo, la esclavitud, la gleba, el monopolio i la espoliacion, en una palabra, las restricciones de todo jénero impues_ tas a la actividad industrial del hombre, produjeron necesa. riamente SllS lejítimas consecuencias: la miseria, la. iguorancia i la desmoralizacion del pueblo. Conocidas estaI:!causas, se lee con tristeza pero sin asom'oro, la pintura que de la miseria de los pueblos del vireinato hacen las Memorias de lo¡; Vireyes, publicadas en Nueva York por nuestro distinguido huésl)ed el señor Antonio García i García, Ministro que fué del Perú cer. ea de nuestro gobierno en 1865. " Por los padrones actuales, dice la Memoria anónima escrita en tiempo del Virei Mejía de la Zerda, en 1772, Se numeran en esta capital 25,000 almas. Entre ellas son en corto número las de alguna comodidad; pues la mayor parte son pobres, no encontrándose como en otros reinos sujetos capaces de hacer algull desembolso en las urjencias que suelen ocurrir. Los que disfrutan 1,000, 2,000 o 3,000 pesos, que son bien pocos, los dan a lucro para su manutencion, reduciéndose todos a solicitar algun empleo cuyo sueldo les sirva para asegurar el alimento, por ser mui escaso el comercio i arbitrios para la negociacion, en tanto grado que faltan seguridades para fincar algunos principales, pues no ofrecen ningunas ventajas las haciendas de campo así de ganados como de frutos. Ningun comercio activo disfruta este Reino. Como se ha dicho, depende su subsistencia del oro que saca ùe sus minas, sin jiro, espendio ni salida de sus frutos. Su provision de mer. caderías i jéneros de Castilla depende de uno que otro rejistro remitido por el comercio de Cádiz a la plaza de Cartajena, de donde se trasladan estos efectos al interior del Reino, causando tales costos en su conduccion i derechos, que son mui raros los que disfrutan alguna utilidad." La falta de comercio en el Reino es tan excesiva, decía el señor Mejía de la Zerda, que ninguno tiene activo, a escepcion de algunas cortas manufacturas ordinarias que sirven para el interior de los lugares donde se consumen." ( 'if) Tan hondas eran las causas que enjendraron esta miseria, que la jeneracion viviente puede acordarse de haber conocido a nuestro pais casi en la misma. situacion en que la describen las :Memorias do los Vireyes. Il Il (*) Rclaciones 26, 67 i !l7. de Mando, impresas en Nueva York en 1869, pájinas 12 CAPITULO Il. Del sistema tributario de la Colonia. La República recibi6 en herencia de la colonia. un sistema de impuestos igualmente complicado i vicioso, fruto de la igno. rancia. de aquellos tiempos i de la rapacidad del fisco esparíol. Su larga lista, prescindiendo de muchos de menor cuantía, puede clasificarse así: IMPUESTOS SOBRE EL COMERCIO l:STERIOR. Derechos de almoja.rifazgo, de alca.bala, de toneladas, de . avería, &, &.. SOBRE LA AGRICULTURA, LA. MINERíA I LA INDUSTRIA. EN JENERAL. Diezmos-Quintos de oro.i plata. j demas metales-Fundi. cion, ensaye i marca de los mismos-8isa. IMPUESTOS SOBRE LAS TRANSACCIONES. Alcabala-Papel sioion de tierras. sellado-Herencias trasversales-Compo_ RENTAS ESTANCADAS. Salinas- Tabaco-Aguardiente nedacion. IMPUESTOS -N aipes- Pólvora- Amo- PERSONALES. Tributo de indios-Subsidio eclesiástico-Medias anatasEspolios-Oficios vendibles- Vacantes mayores i menores. nlPUESTOS I RENTAS VARIAS. Temporalidades-Mina,> de plata. en arrendamiento-Bulas de cruzada i de carne, &, &, &. Alguuos de estos impuestos merecen ser brevemente ana.li. zados. DE LAS IlJE.\S ECO~ÓÎlI]CAS. 179 Lo que en todos los paises se conoce COllel nomore de con. tl'Íbucion de aduanas, se llamaba cn la lejislacion antigua espafíola COll el nombre de alrlwja?'í}'az{JO, de oríjen arábigo, que como dice la lei 5,a tit. 7, Partida 5.a son "los derechos de la tierra debidos al rei por razon de portazgo," es decir por el permiso de eutrada a su reino. El comercio colonial estaba gravado por razon de este derecho COIllas siguientes cuotas: Cinco i medio por ciento de esportacion en Sevilla sobre el valor total ùe los cargamentos despachados para las Indias. Diez i medio por ciento ùe derechos de importacion sobre las mismas mercaderías en los puertos de su destino; i Dos i medio por ciento de esportacioll soùre los frutos de la colonia ell los puertos de embarque pam España. Estab~n escntos del pago de estos derechos los jéneros a mercaderJas españolas que se reesportaran a llevaran de unas colonias a otras; pero los frutos coloniales pagaban dos i medio por ciento de esportacion, i cinco por ciento de importacion, aua entre los puertos de una misma provincia. Do los esclavos, reputados cosas a mercaderías, se pagaban los derechos de alrnojarifazgo. No parece fuera del caso referir aquí que la España tocó todos los inconvenientes do los diversos sistemas que nosotros hemos ensayado para el cobro de los derechos de importacion. Hasta 1629 se cobraron los derechos ad valol'em; pero con un sistema tan liberal como nunca lo ban conocido las leyes de la República. Las ordenanz48 formadas en 1554 prohibian la apertura i reconocimiento ocular de las mercancías. La real cédula de 22 ùe diciembre de 1579 ordenó: "que hts avaluaciones no se hicieran a los precios a como so vendian las mercadería~ entre regatones, a por menor, sino a los que laR tales mercaderías tuvieran dentro de los treinta dias primeros siguientes, despues de llegadas Ins flotas al puerto, tomando para ello, de 108 precios mayor, mediano i menor, el precio mediano." Er. real cédula de 24 de enero de 1580 se orden6 el cumplimiento da la anterior, mandando "que las avaluaciones se hiciesen por los rejistros (facturas) que de España se llevasen, sin desempacar ni abrir las dichas mercaderías, sino por el juramento en forma que los dueños de ellas hiciesen de ser las mismas contenidas en los r~jistros." ('lo ) Pero los muchos abusos quo sin duda se cometian haciendo declaraciones notoriamente rebajadas, obligaron al Gobierno español, por cédula de 9 de enero de 1629, a cambiar este sistema por el ùe la imposicion do un derecho uniforme 8om-e el peso bn¿to de las 7lwrcadertas. Desde la fecha de esta roal ( '" ) Antúncz ¡Acevedo, rarte 4,. pájilla 23G. 180 APUNTAllHENTOS SOBRE LOS PROGRESOS 6rden se observ61a forma de aforar cada. arroba de fardo para 'rierra firme a 5,100 tnaravedis, i para Nueva. España a 3,600 de principal. ( 1) . El historiador don Miguel Álvarez Osorio calcula que este derecho equivalia a un 20 por 100. Don Jer6nimo Ustaríz lo hace subir al 30 i al 40. (2) Este método se observó hasta 1672 en que se volvi6 al sis. tema de avalúo por factura, sin reconocimiento. Entre las leyes recopiladas en 1680 está la lei 7, tit. 16, lib. 8, que manda: "que las avaluaciones se hagan por los rejistI'os i sobordos, sin desempacar ni abrir los fardos, defiriendo al juramento en forma que los dueños o consignatarios de las mercancías hicie. ran de ser las mismas contenidas en los rejistros," como se dis. ponia en la cédula. de 1579.Sin duda nuevos abusos de la mala. fé del comercio, obli. garon otra vez al Gobierno a desistir de su liberalida.d, i por real cédula de 5 de abril de 1707 se recurrió !lo un nuévo sistema de aforo por palmos cúbicos, a razon de 5 rea.les i medio de plata antigua. por cada uno. Se declaró que en esta exaccion queda. ban comprendidas todas las contribuciones, así de embarque en España como de almojarifazgo de entrada en Indias, i'que no la salida de Cádiz no se habian de reconocer en su interior los fardos, tercios, paquetes o barriles de mercaderías que hu. bieran pagado la contribucion, regulada por palmos cúbicos. (3) Observóse constantemente este sistema, que en su esen()Ía no difiere del que aètualmente practicamos cobrando los dere. chos sobre el peso bruto de las mercaderías, por espacio de 58 años. En 1765 se abandonó parcialmente, sustituyéndolo con el de:avalúo por arancel o derechos específicos, para el comercio de las islas de Barlovento. Rízose mas tarde estensivo al co. mercio de las provincias de Luisiana i Campeche, i última. mente se aplicó al comereio de todas las India& por el decreto de comercio libre de 12 de octubre de 1778; pero nosotros no hemos podido encontrar en ninguna parte la tarifa que rejia en nuestros puertos cuando esta.lló la guerra de indepen. dencia. Debe tenerse presente que estos derechos solo rejian en lo relativo a las esportaciones e importaciones tie Iudias, i a las esportaciones de España para sus colonias, pues por cédula. de 11 de marzo de 1660 se abolieron todos los derechos de importacion de los frutos coloniales en los puertos de la península. ( 1) Antúnez i Acevedo, parte 4,~ páj. 243. (2) Id. hl. id. páj. 247 i 248. (::l) 1,1. i<l. id, pájinas 247 i 24.8, DE LAS IDEAS ECONóMICAS. 181 El llamado "derecho de avería" era un impuesto distinto del de almo:arifazgo, que se repartia o cobraba a prorata sobre el valor de los cargamentos del comercio con las colonias, así en los puertos de España como en los de Indias, para pagar los gastos que hacian las flotas a armadas que protejian i custodiaban a los buques a goleones empleados en este comercio. Por cédula de 7 de junio de 1644, que es la lei 43, tit. ~. lib. 9. R de I, .~eredujo este impuesto a la tasa uniforme de doce por ciento para el ga8to de cada viaje ordinario, i se man~ dó que si el gasto causado en el despacho de la flota saliese a mayor cantidad, tal exceso lo pagaria la Real Hacienda. Por cédula de 11 de marzo de 1660 se abolieron todos los derechos con que estaban gravados cloro, plata, frutos i mercaderías coloniales a su entrada en España, con tal que el comercio contribuyese para los gastos de las armadas i flotas con Jas cuotas siguientes: El del Perú con 350,000 ducados. El de Nueva España con 200,000 id. El del Nuevo Reino de Granada con.. 90,000 id. La Real Hacienda contribuiria con 150,000 ducados para completar los 7DO mil que se computaron suficientes para el mantenim:ento anual de las flotas destinadas a la proteccion del comercio de Indias. (*) En 1667 se redujeron ::t 40 millas 90 mil ducados impuestos al comercio del Vireinato. En las capitulaciones insertas en ln. cédula de 18 de julio de 17:12 se suprimió el cobro de aquellas contribuciones, con. tentándose la corona con el ofrecimiento qne el comercio español hizo de contribuir con el cuatro por ciento sobre todos los caudales que se condujesen de América. en oro i plata. Por último, en el reglamento del comercio libre de 12 de octubre de 1778, se redujo la contribucion al medio por ciento sobre la plata., como ya la estaba en elora; i mui probable. mente éste era el oríjen de la contribucion que con el nombre de "aver:a" se encuentra ell el Estado de ingresos de las rentas del Vireinl1.to anexo a la Memoria de mando del Virei Montalvo en 1818. La alcabala gravaba todas las ventas, trueques i cambios, así de las mercaderías que se traian de España, como de todas las cosas que se cojieran i criaran, vendieran i contrataran, de labranza, crianza, frutos de granjería, tratos u oficios o en otra. cualquiera forma (leyes 2 i 14, tit. 13, Iib. 8,° R. de I). Se ( '1<) Antúnez i Acevedo, pájina 201. 182 APUNTAMIENTOS/SODRE LOS PROGRESOS cobraba pues alcabala en las aduanas por derecho presunto de consumo, i la lei 29 del mismo título i libro, di¡:ponia que todas las ventas i trueques de cua.lesquiera bienes raices, muebles o semovicntes que causaran alcabala, se hicieran ante escribano. Los quintos de oro i plata constituían el ll..rbitrio predilecto del sistema fiscal de la colonia: eran el Dorado del Tesoro Espafiol en estos paises; de tal manera. que ningun otro im. puesto se encuentra. tan cuidadosamente rodeado de precaucio. nes, penas i requisitos para su puntual exaccion como éste. El rei de Espafia se consideraba duefio nato de todas las minas de metales i piedras preciosas que encerraba el suelo de América,.i por eso la lei de los Reyes Católicos espedida inme_ diatamente despues del descubrimiento, en Medina del Campo a 5 de febrero de 1504, dice así: " mandamos que todos los veci. noS i moradores de nuestras Indias, que compren o saquen en cualquier provincia oro, plata, plomo, estaño, azogue, hierro u otro cualquier metal, nos paguen la quinta parte de lo que cojieren o sacaren neto; que nuestra voluntad es hacerles mer. ced de las otras cuatro parries, en consideracion a los costos i gastos que hicieren &." Fuera de la exaccion de la quinta parte del metal debia. paga~se uno i medio por ciento de derechos de fundicion, ensaye 1 marca. Las Jeyes 47 i 49 tit. 10, lib. 8.° de la R. de l, dadas en 1559 i 1622, imponian la pena de perdimiento de todos los bienes al indio o espafiol que tuviera, recibiera o usara de oro, plata o pieùras sin quintar. En la memoria del Virei Mendinuetn, presentada a.su suce. sor en 1803, se dice que para alivio de la minería habia creido conveniente conservar a. los mineros la rebaja de que disfrutaban en los derechos de quinto i covo, i aunque no hemos en. contrado en ninguna. parte el texto mismo de la. lei que hizo la. rebaja, nos atenemos al testimonio del historiador Plaza que en la pájina 362 de su obra dice: "Suavizóse andando el tiempo este impuesto, i qued6 reducido al tres por ciento en el oro, al seis por ciento en la plata, i al cinco por ciento en el cobre i demas llletales." El estanco del tabaco fué establecido en el tiempo del Vi. rei Mejía de la Zerda en 1772, i producia ya en ese año, segun leemos en la Memoria que presentó a su sncesor, $100,000 de ingreso líquido 11.1 Tesoro colonial. DE LAS IDEAS ECONÓ1tfICAS. 183 El tributo de indios ,'ariaba en cada circunscripcion. Ln. lei 21, tit. 15, lib. G.o R. de 1. mandaba que la tasa se hiciera. despues que los tasadores asistieran a una misa solemne del Espíritu Santo que alumbrara sus entendimientos) "dejando a. los indios con qué poder pasar, dotar i alimentar sus hijos, reserva para curarse en sus enfermedades i suplir otras necesi. daJes comunes." Solo pagaban el tributo los varones desdo 18 hasta 50 años, i conforme al testimonio del historiador Plaza, piÍjina.391, la cuota ,ariaba de 3 hasta 6 pesos por individuo. De la ominosa i bárbara contribucion del diezmo, que re. caia sobre los proùuctos brutos de la agricultura i de la gana. dería, el Estado tomaba dos novenos que se llamaban reales, deducidos de la mitad de la gruesa decimal. Posteriormente se mandó dedl.cir de toda la masa otro noveno que se llamó de consolidacion. Se sacaba tambien una cuota para el seminario de nobles de Madrid, i otra para la órden de Oírlos III. En la ~Iemoria de Hacienda presentada por el señor José l. de Márquez a la Convencion Granadina de 1831, encontramos el importante dato del producto de los diezmos del Arzobispado en l(lsaños de 17VO a 1805 que fué el siguiente: 1790 ...•.............................................. $ 195,748. 1791. ............................•..................... 1792 1793 1794 oo 167,867. 191,718. 216,121. 200,160. 279,562. 280,966. 286,996. 304,350. 301,834. •••••••••••••••• 1801. ...............................•.................. 1802 1803 ...............................................•... 1804 ..............•................................... 1805 ..................................................• * Total de los diez años ..... fuertes 2.425,652 Estas cifras representan el producto líquido que dieron 109 remates en la Tosorería del ramo; i come en una contribucion tan vejatoria, tan odiosa i tan mal administrada, DO puede cal. eularse, como la afirma el señor Castillo i Ra.daen la pájina 3 de su Memoria de Hacienda de 1823, que entrara más de un quinto de la que se arrancaba al contribuyente, resulta que en solo la. contribucion decimal, i en solo la eircuscripcion del arzobispado de Bogotá, la Iglesia imponia a la agricultura un sacrificio bárbaro de mas de un millon de pesos por año; en lo~ tiempos en que esos mismos pueblos sumidos en la miseria. i en la. ignorancia no tenian ni un camino ni una escuela. • 184 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS Por el mismo tiempo, al clero en cuyo provecho se esqui!maba la tierra, no la animaba ya Ulla chispa del espíritu relijioso, que tanto valor habia infundido en otros tiempos a los misioneros católicos, para llevar a las tribus salvajes la luz del cvanjelio. Hablando del abandono que las 6J'denes relijiosas habian hecho de los pueblos de Pecunté i la Ceja, que servian de escala a las misiones de la Goajira i los Andaquíes, decia el Virei Mendinueta a su sucesor la siguiente: "debo decir u y, E. con admiracion, que practicadas por el espacio de dos afios las mas activas dilijencias para encontrar misioneros entre el clero secular i regular de esta Di6sesis i la de Popayan, no se ha conseguido ni U?W sow: únicamente ~e ha respondido por todos que no tienen individuos que poder franquear para el ministerio de conversores, i vi~ndo apurados todos mis esfuerzos, he tenido el dolor de dejar abandonados aquellos dos pueblos, i de acordar dar cuenta de ello a S. M. con testimonio del espediente, impetrando el envio de misioneros." Relaciones de .Manda pájina 433. I Llamábase bulas de cruzada el producto de la venta de estas bulas, que dejaron las empresas caballerescas de la edad media para rescatar el santo sepulcro .. Oficios vendibles era el producto del tráfico que se hacia vendiendo el derecho de desempefiar en propiedad ciertos destinos. Medias anata8 era. la contribucion concedida desde 1754 por los Papas, a los Reyes de Espafia, para que los promovidos a dignidades eclesiásticas dejasen la mitad de sn renta del primer afio, en favor del fisco. Mesada, eclesiástica era la duodécima parte de la renta. de un afio, de todos los individuos beneficiados del clero, desde el arzobispo hasta el último párroco, que se dejaba en favor del fisco. Finalmente el monopolio coronaba este edificio fiscal de pequefieees i descuentos: él era el gran recurso de los fina.ncistas españoles. Apénas asomaba a la superficie de la tierra. o del comercio algun fruto que prometiera convertirse en una produccion valiosa, cuando le caia para. ahogado la codicia del fisco. "Trascendiendo mi celo por el Gobierno de Su Majestad en el aumento del real erario, decia el Virei Guirior en su Relacion de mando, espuse con fecha 15 de mayo de 1773 la. importancia de estancar la quina que rroduce este Reino, de lo cual resultaría. un beneficio a. la rea Hacienda, comparable DE L!l.S lDJ<;AS ECONÓ1IICAS. solo al que logran los holandeses 1 8.j en las especerías del Orien. te." ("') La ignorancia en estas materias era tan crasa, que un hombre por otm parte tan ilustrado como el Arzobispo Caballero i Góngora, que en su Memoria de mando se revela como un hombre ùe Estado que conoce las fuentes en que se elabora la riqueza de b.s naciones, renovó con ahinco la solicitud a la Corte para el estanco de la quina. "Parece, decia, que la mis_ ma naturaleza indica el estanco de este precioso febrífugo, con producirlo esclusivamente este Reillo, sin ocurrir a esta de vastacion que los holandeses ban ejecutado en las Indias Orientales, para reconcentrar en la isla de Ceilan la canela que toman de su mano todas las naciones. Poniéndole un precio equitativo produciria líquiJo a la Real Hacienda 8M8,162." . En su admillistracion se monopolizó para el fisco la es portacion del prolo bmsilete, de que se componen h. mayor parte de los montes de Santa marta, Riohacba i Valledupar. El Virei Espeleta, que tan probo i hábil administrador se mostró en el Gobierno del Vireinato, rechazó con firmeza estas sujestiones: la historia debe bacerle justicia. El siguiente ac:ipite de su Relacion de manda le harÜ~ honor a un financista de nuestro tiempo: "El señor Arzobispo Virei, dice, propuso el estanco de quina por cuenta de la Real Hacienda, i aunque Su Majestad no la La resuelto, con viene decir aquí que no es conveniente, como tampoco el de ningull otro fruto a produccion del Reino: qne :lntes bien se deben dejar en libertad para que los esporte el comercio; i que en la satisfaccion de los moJerados impuestos que, 8e les carguen a su entrada a los puertos de la Metrópoli encontrará el Rei mas seguras ntilidades que culos estancos demasiado dispendiosos para la Real Hacienda, i mal recibidos Jel público." De las :.\'lemorias de los Vireyes tomamos Jas únicos datos que han llegado basta nosotros, sobre el producto que tuvierou en los últimos veinte años del siglo pasado bs rentas i contribuciones del Vireinato, i el movimiento de su escaso comercio esterior. El taba.co dejó en el cuatrienio de 80 a 84 un producto líquido de $ 1.149,095; i de 84 a 88$ 1.270,057. Los productos de la renta de aguardientes en el mismo tiem. po fueron, de $ 1.153,OD5 en el primer cuatrienio i $ 1.164,86G en el segt:ndo. La aduana de Cartajena, que era la principal, produjo en ( *) R()Ir.ciones ti e Maudo, páj. 160. 186 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS ~l año de 83, despues de la publicacion de la paz, $ 270,242 ; en el año de 88 $ 296,374. El producto de los ramos de alcabalas, tributos, salinas, sisas, quintos de oro i plata, novenos de diezmos i otros muchos que se cobraban en la.s 18 cajas reales del Vireinato, la calcu. laba el señor Caballero para el año de 88 en 2 millones de pe. sos, cantidad, dice, que parecerá excesiva, pero que es aun mayor. Las rentas del Vireinat~ ascendian, pues, en su tiempo, cosa que parece increible, a la enorme suma de 4.154,025, escluyendo como dice el Virei 800,000 de gastos ordinarios i estraordinarios de administracion i produccion de las rentas estancadas, pues repite "que los cálculos han jirado sobre las utilidades líquidas deducido todo gasto." En un quinquenio contado de 1784 a 1788, dice el señor Espeleta, se introdujeron en Cartajena jéneros, frutos i efectos de Europa por valor de 11.292,779, i en el otro de 89 a 93 por $ 8.263,747. Las esportaciones segun el mismo documento ascendieron en el primer quinquenio a $ 10.817,110, í en el segundo a $ 10.235,482. La aduana de Cartajena produjo líquido en 1789, $ 251,275 i en 1795 descendi6 a $ 94,262. Los aguardientes produjeron en el quinquenio de 86 a 90 !í(luido $ 1.727,357. Las alca balas produjeron en el año de 91 $ 71,818; i subie. ron en 95 a $ 75,708. Del producto de las salinas no habian podido obtenerse datos esactos. Durante el primer semestre de 1802, que son los únicos datos que sobre el movimiento del comercio esterior trae la Memoria del señor Mendiuueta, habian entrado en Cartajena solo 10 buques con mercancías por valor de medio millon de pesos, i habían salido 25 con $ 1.500,000 en moneda i barras, i $ 634,823 en frutos del pais. La arluana de Cartajena produjo en el quinquenio de 1796 a 1800 $ 373,483, cuando en el quinquenio de 91 a 95 habia producido 756,575. Los Vi reyes se quejaban ya del estenso i sostenido contrabando qne se hacia por aquella costa. La aduana de Santamarta produjo líquido en el mismo quinquenio de 96 a 800, $ 11] ,356. Esta decadencia provenia tambien de la interrupcion del comercio con motivo de la guerra europea. .. EL estanco de aguardientes produjo líquido en el mismo quinquenio $ 1.486,786, lo que daba un aumento de $ 344,594 comparado con e"producto del quinquenio anterior . 1 * * * * . IlE LAS IDEAS ECONÓMICAS. 187 Los estancos de tabaco i pólvora dieron en el mismo tiempo, cI primero $1.834,281, i el segundo $ 57,358. Las alcabalas, que de 91 a 95 dieron en un año comun $ 71,694, produjeron por término medio en cada uno de los años de 98 a 802 $ 108,992. Por la que hace a los productos de estos impuestos en lOB últimos diez años de la colonia, solo tencmos dos documentos que son: el Estado anexo a la Relacion de mando del Virei Montalvo, fechado en Cartajena a 30 de enero de 1818, de los ingresos que tuvieron las rentaS del Vireinato en 1808 i 1809 ; i £'1 cuadro comparativo de los productos de los mismos impues.. tos en 1801, i en un año comun de los que le precedieron, trabajado por el señor Soto, anexo a su .Memoria de Hacienda de 1837; pero ámbos documentos son defectuosos, porque una parte considerable de los ingresos figura con el nomhre de "Hacienda en comun" i "Recaudado por las Tesorerías de pro. vincia," en cuya suma se comprende una parte ùel proùucto de cada contribucion i de cada renta. Sinembargo, de esos datos nos' servimos para formar el cuadro número 1.0 de los anexos a esta Memoria. Aunque referente solo a los progresos de las ideas econó. micas con aplicacion a las finanzas del pais, la parte de este lihro relativa a la Administracion colonial, seria no solo deficiente sino injusta, si terminase sin hacer mencion de los trabajos de dos hombres de Estado, que brillan por sus luces i por su talento, en medio de aquella atmósfera entenebrecida por la ignorancia. Aunque para hacerles justicia hubiera necesidad de apartarse un poco del órden de ideas en que se encierra este libro, ¡:eria preciso incurrir en este desvío. Prescindiendo de las ideas políticas a cuya causa servian, i de las cuales no podemos pretender que ellos se hubieran sus. traido, las Memorias de mando de los Vireyes Góngora i Es· peleta, revelan un cauda.l de conocimientos, i un espíritu de adelanto i de progreso, mui superior a su época. El Arzobispo Virei fué el primero que concibi6 el pensa. miento, verdaderamente audaz en aquellos tiempos, de dar nueva direccion a la educacion de la juventud, rompiendo las cadenas en qne la tenian aprisionada la teolojía i la peripatética, i sefialándole por término de sus estudios todo el campo do la naturaleza. Él sostuvo una lucha enérjica i tenaz por secularizar la instruccion secundaria, arrancándola del claustro de los padres dominicanos, a cuyo cargo estaba la Univer. 188 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS sidad del Reino. El formó el plan, reunió los recursos pecuniarios i propuso a la Corte la formacion de una Universidad pública para el estudio de las ciencias naturales. Él comprendió los peligros i los vicios econ6micos i sociales de un sistema de educacion en que solo se abren a. la juventud las mui nobles, pero frecuentemente estériles carreras del profesorado en ciencias políticas. " Todo el objeto del plan, dice en su Memoria, se dirije a sustituir las útiles ciencias esactas, en lugar de las meramente especulativas, en que hasta ahora se ha. perdido el tiempo lastimosamente j porque un Reino lleno de preciosas producciones que utilizar, de montes que allanar, de caminos que abrir, de pantanos i minas que desecar, de aguas que dirijir, i de metales que depurar, necesita mas personas que sepan conocer i observar la naturaleza i manejar el cálculo, el compas i el nivel, que de sujetos que crean i entiendan el ente de razon, la primera materia i la forma sustancial." El señor Góngora organizó i despachó la espedicion botá· nica que tuvo por jefe al sabio Mútis, cuyos trabajos han sido el punto de partida de los estudios posteriores, i los que revelaron al mundo científico las maraviUosas riquezas naturales con que Dios dotó nuestro suelo. Él propuso que se enviaran a sus espensas dos mineros instruidos en los métodos de fundicion practicados ên las millas de Suecia i Alemania, con el fin de difundir sus conocimientos en el pais. La ignorancia de nuestros minero~ habia desacreditado las empresas de minas de plata, por la poca utilidad que dejaba el dispendioso método de amalgamacion que anti. guamente se practicaba. Por instancias suyas la Corte envió al mineralojista don Juan José D'Eluyar que conocia los últimos progresos ùe la ciencia por su estudio en las minas de Alemania. Por los nuevos métodos de fundicion, que el señor D'Eluyar aplicó a las minas de Mariquita, se verificaba en cuatro horas, pudiéndose repetir dos veces al dia, la operacion en que ántes se gastaban diez dias; podia estraerse de una vez toda la plata, cuando por el método antiguo se perdia uua tercera parte entre el mineral, i se ahorraban las tres cuartas partes del azogue que ántes se empleaba en la amalgamacion. Las considHraciones económicas que hoi nos han decidido a construir el camino ùe Bogotá a.l Magdalena por la via del Norte, en direccion al Carare, las comprendió el señor G6n. gora. con admirable claridad desde aquella época. Lástima que sobre la memoria de este hombre pese la sacrílega violacion de las capitulaciones de Cipaquirá i la sangre de los comuneros del Socorro! ~iguiendo el señor Espeleta las huellas progresistas del DE LAS IDEAS ECONÓ:mCAS. 189 señor Góngora, se ocupó en dar algun impulso a la instruccion pública, fundando escuelas de primeras letras en los barrios de la capital; construyó con un gasto de mas de 100 mil pesos el magnífico puente del Cornun, sobre el rio Bogotá, i dejó formado el proyecto para la construccion del de Balsíllas, o Puente-grande en el camino del sur. Comprendiendo la importancia de la via del Carare tuvo solícito empefío en la reduccion de la tribu de los Yariquíes, cuyas constantes depredaciones eran el obstáculo principal para mantenerla espedita i darle la preferencia sobre la de Honda. " Es tan importante este camino, dice en su Memoria, que por él se evitan los riesgos del rio Magdalena, ¿esde el estrecho de Carare hasta Honda, se abrevia la conduccion de los cargamentos de Europa al interior del Reino, i se facio lita la esportacion de las harinas de Leiva, azúcares i dulces de Vélez, algodones i manufacturas bastas del Socorro i San Jil, que son los lugares mas poblados i mas abundantes de frutos de estas provincias." CAPITULO III. La epoca colombiana de 1821 a 1830. La época. de 1810 a 1821, en que se constituyó la. Repú. blica de Colombia, no tiene historia fiscal. Seria completa_ mente injusto pedir cuenta d~ reformas econ6micas, o de in. version de caudales públicoR,a los hombres de Estado i a los guerreros que 'conquistaron la. independencia i libertad de la América del Sur con el esfuerzo de aquella epopeya inmortal. Reasumamos, ~ues, el hilo de nuestra relacion en los trabajos del Congreso Constituyente de 1821. Solo rebajándolas de su importancia trascendental, a la categoría de simples reformas económicas, encontramos en la época colombiana de 1821 a 1830, tres medidas que merezcan señalarse Il. la consideracion pública en este órden de ideas, a saber: la lei de 19 de julio' de 1821 sobre libertad de los partos, manumisiou i abolicion del tráfico de esclavos; la de 28 del mismo mes i año sobre supresion de. conventos menores i aplicacion de sus bienes a la enseñanza pública; i la famosa lei de 7 de julio de 1824 sobre estincion de mayorazgos, vin. culaciones i sustituciones. Combatiendo a un tiempo contra los ejércitos del Rei de España, i contra las resistencias que a toda medida de progreso oponian los innumerables partidarios del antiguo réjimen, (quo vencidos en los campos de batalla, emprendieron desde el dia siguiente al de la derrota, esta lucha tenaz en que alin se les ve mantenerse, para reconstituir bajo el disfraz de b República las mismas posiciones de escepcion i de privilejio que les daba el réjimen colonial), el Congreso Constituyente no pudo afrontar de lleno las preocupaciones de la sociedad, i no se atrevió a consagrar sino a medias los principios de las dos grandes medidas que hemos enunciado. Junto con las vinculaciones civiles de los mayorazgos, debieron haberse estinguido desde entónces las vinculaciones eclesiásticas de los patronatos i capellanías. I en vel':de abolir de un golpe la esclavitud, la. lei tuvo que contentarse, para no comprometer la tranquilidad pública, como dice uno de sus considerandos, con declarar simplemente la libertad de los hijos de las esclavas que nacieran desde el dia de su publicacion; con prohibir de una manera DE LAS IDEAS ECONΡMICAS. lIH absoluta este infame tráfico, i con establecer una contribuciou moderada sobre las herencias para la manumision paulatina de los esclavos. La completa abolicion de la esclavitud debia hacerse esperar treinta años más, hasta 1850; i es realmente vergonzoso que despues de medio siglo no se haya podido aun complementar el pensamiento económico de la lei de 1824, estinguiendo las vinculaciones eclesiásticas. El elemento aristocrático pere. ció en la lucha. Un padre no puede, al morir, enlazar a los prim~iénitos de sus descendientes con los vínculos de una fortuna ~U3 se trasmita intacta de una mano a otra, i contem. plarse aSI desde el borde del sepulcro representado por una posteridad que deriva de las previsiones de su orgullo, su opu. lencia i su fuerza: la lei se la prohibe en nombre de todos sus descendientes i de la riqueza pública en jeneral; pero sí es permitido que uno asegure por toda la eternidad la subsistencia de los representantes de su alma a de alguno de los santos del Reino de los Cielos. Por la que hace a las ideas económicas propiamente dichas, los errores de la teoría de la balanza de comercio i del sistema restrictivo, estaban tan arraigados en aquellos tiempos, que ni el señor Castillo i Rada, a quien veramos descollar como un jigante sobre el nivel de su época, pudo sustraerse de ellos. Allejislar sobre el comercio esterior, el Congreso Constituyente cometió el nunca bien deplorado error, de fundar, en busca de la creacion de una marina nacional, los derechos diferenciales, i en busca del adelanto de la industria. nacional, el sistema restrictivo. La lei de 28 de setiembre de 1821 consolidó en lID solo derecho de importacion todos los derechos de entrada conocidos anteriormente con varin.s denominaciones; i dividió las mercaderías estranjaras para este efecto en siete clases, a saber: 1.· el fierro, el cobre i los metales en barras que pagarian un 15 por 100; 2: los tejidos de algodon, lana, lino, cáñamo i estambre que pagarian 17 t por 100; 3: los sombreros, la esperma i el sebo manufacturados, los vinos, las sillas de mon. t~r, la loza, i los cristales i vidrios que pagarian 20 por 100; 4.~ los jéneros de seda, los encajes, joyas, perfumes, espejos i artículos de lujo que pagarían 22; por 100; 5: el calzado, los muebles, los vestidos i ropae hechas, las harinas i los ali. mentas preparados que pagarian 25 por 100; 6.8 el aguardiente i los licores de uva i caña que pagarían 35 por 100; i 7,"las otras mercaderías no espresadas en las clasificaciones anterio. res, que pagarian 20 por 100. Para protejer la agricultura fueron declarados artículos de 192 APUNTAMIENTO S SOBRE LOS PROGRESOS prohibida importacíon, bajo pena de pérdida del cargamento, el cacao, el café, el aliil, el azúcar i las mieles. Estos derechos eran para las importaciones que se hicieran en buques nacionales. Las que se hicieran en buques estranjeros estaban sujetas a un recargo de 5 por 100. Se rebajaria 7! por 100 a los cargamentos que se introdujeran en buques na. cionales, i 5 por 100 a los que vinieran en buques estranjeros, siempre que procedieran directamente de puertos de Europa. Por la lei de 23 de junio de 1823 se hizo estensiva esta re. baja a los buques que procedieran de los Estados Unidos de América. Las leyes de 2 de agosto de 1823 i 13 de marzo de 1826 conservaron con pequelias variaciones la misma clasificacion de mercaderías para el co~ro de los derechos, i las mÍi;mas dife. rencia.s, segun que la importa.cíon se hiciera en buques nacionales o estranjeros, i que estos procedieran de colonias, o di. rectamente de los puertos de Europa i Estados Unidos de América, La Inglaterra se sustrajo a los derechos diferenciales por los artículos 5,° 6.° i 7.° del Tratado de 18 de abril de 1825, que estipuló la igualdad absoluta de derechos para las importaciones i esportaciones recíprocas en buques colombianos o británicos. Pero como estaba estipulado por el artículo 3.° del Tratado de Amistad, Comercio i Navegacíon entre Colombia i los Estados Unidos, qne los ciudadanos americanos no pagarian otros o mayores derechos que los que pagara la Nacion mas favorecida, el Poder ~jecutivo declaró con fecha 30 de enero de 1826, que las importaciones i esportaciones hechas en buques americanos quedaban igualadas en todo a las que se hi. cieran en buques nacionales. La lei de 29 de setiembre de 1821 consolidó en uno solo los derechos de esportacion, i los arregló de la manera siguien_ te: eximióse por 10 alios del pago de t{)do derecho al café, algodon, azúcar, mieles, aguardiente i maderas de construccion. Los cueros, el cacao i el alii!. pagaban 10 por 100 ad valorem; las mulas i caballos 15 pesos por cabeza; el ganado vacuno 12 !pesos por cabeza. Las leyes posteriores de 10 de julio de 1824 i 13 de ma.rzo de 1826 mantuvieron con pequelias variaciones los mismos de. rechos de esportacion sobre los articulos gravados por la lei de 1821. La última de aquellas hizo estensiva la esencion de derechos, a la quina, el arroz, el maiz i demas granos alimen. ticios. Con respecto al comercio de metales preciosos, las leyes colombianas mantuvieron laB lllismas rigurosas prohibiciortes de las leyes españolas. La. lei de 10 de julio de 1824 prohibió ! Dy.; LAS IDEAS ECONÓMICAS. lD3 J.e una manera nhsoluta lu. esportacion de la plata amonedada o en pasta, i la del oro en polvo o en barras. Permitió¡;c h. esportacion del oro amonedado pagando 3 por 100. Para prennir el fraude de ln. esportacion clandestina del oro, la lei de 20 .le setiembre de 182l conservó el absurdo derecho conocido ea las leyes españolas con el nombre de cstmc. cion píYJsuntc;, el cual se c:msaba a la importacion de las mer. caderías i efectos cstral1jeros, cuyo valor no se hubiera rejis. trado de antemano en las aduan2.s, en oro amonedado. Para no causar eS~3 derecho em necesario acreditar que las mercancías habian sido compradas con el producto de otros frutos de esportacion. En el sistema tributario heredado dû la colonia se hicieron las siguientes variaciones: El Congr3so de J 821 abolió los derechos de sisa i esporta. cion interior, qüe se causn.ban sobre ~odos los frutos que se conducian de puc>blo a pueblo i de provincia a provincia. Suprimiú3c b alcabala en todas las ventas de las produc. ciones del pais, dej{mdola. reducida al 2 i -} por 100 cnla venta de bielles raices, hasta quo el Poder Ejecutivo, a excitacion del jencral Bolívar, dió el decreto de 7 de setiembre de 1826, suspcndienùo las leyes sobre contribucion directa i restahle. ciendo la alcabala al mi~mo pilS eu que se hallaba ántes de 1821, es decir :~ uu 5 por 100. Lu. lei de 26 de setiembre de 1827 ordenó despu('fl se cobrara dicho impuesto a un 4 por 100. Abolióse el tributo de indios por la memora?le i filantrópi~ ca lei de 11 de octubre de 1821; pero el .ieneral Bolívar la restableciú por decret.o dictatorial de 15 de octubre de 1828. La lei dG 26 de octubre de 1821 suprimió el efltanco de aguardientes en Nueva Granada i Ecuador, i mandó cobrar, como estaba en Venezuela, un derecho de destiladon i venta por menor; pero el jeneraI Bolívar restableció el estanco en los departamentos del Centro i Sur al pi6 en que estaba antigua. mente, por decreto dictatorial de 14 de marzo de 1828. La lei de 28 de mayo de 1825 suprimió la contribucion de medias anatas, anualidades i mesadas eclesiásticas; pero el jeneral Bolívar la restableció por decreto dictatorial de 28 de julio de 1828. Monopolizúse por cuenta del Gobierno el comercio de la platina. Defleando Colombia tener una moneda especial, decretó su acuñacion, dándole a cada onza de platina purificada el valor ùe cuatro fU~l'tc~. Se acuñaría!.'. monedas de valor de 4, 13 194 APGN'l'A:MIEN'l'OS SOBRE LOS PROGRESOS 2 i 1 peso. Tambien se mandó emitir moneda de cobre del valor de un cuartillo i medio cuartillo; pero estas leyes DO pudieron cumplirse. Por la lei de 29 de setiembre de 1821 se mandó conservar en toda la República el estanco del tabaco, corno la estaba bajo el Gobierno español. Igual cosa se dispuso por la lei de 7 de julio de 1823 respecto del estan00 de la púlvora. La gran medida financiera contra la cual se estrellaron los esfuerzos de los lejisladores i hombres ùe Estado de aque. lla época, fué la del establecimiento de la contribucion directa. El señor Castillo, que fuó el padre de la idea i el que la impul. s6 con todo su vigor, procedia en esto guiado por un senti. miento de probidad. El deseaba aliviar de parte del peso de los impuestos a la masa de la clase menesterosa,'que era la que hasta entónces los habia soportado. "Los impuestos directos, decia en su Memoria de 18:33, igualan a los ciudadanos en la contribucion como lo estíÍn en los derechos; i esta igualdad no es grata ni provechosa a ciertos hombres, que acostumbra. dos a no hacer desembolsos en beneficio de la República, quieren sacar todas lai; ventajas de la independellcia, dejando todas las cargas a la clase que nunca pudo evitar las contribu. ciones, i sobre la cual pesaron cruelmente las indirectas. Es. tos hombres han sido los cllemigos de ln. lei, los que han predicado contra ella i han logrado hacerla ineficaz i poco o nada proùueti va." ~l señor Castillo i los lejisladores colombianos preocupados de la justicia abstracta a meramente especulativa dè la distri. bucion del impuesto directo, ignoraban, (porque es la esperieu. cia de los últimos 50 años del siglo la que ha venido a demos_ trado ), que la forma del impuesto no es cuestion de s·i.stema, sino cuestion esperimental, que se resuelve por el estado industrial i económico de la soci.,dad a que se aplique. La forma del impuesto directo está en razon directa del estado de civilizacion de cada pais; i si los pueblos colombia. nos lia estaban tan atrasados que necesitaran conservar un sistema tributario inquisitorial i vejatorio, deteniendo al hombre en todos los actos de la vida civil i a la propiedad en todos sus cam bios -i en todas sus trasmisiones, no estaban tnm. poco tan civilizados i tan ricos que pudieran hacer pesar la ma. yor parte de sus gastos sobre la propiedad raiz, que aun est.'Í mui léjos de tener el valor que la seguridad i la publacion Je dan en Europa i los Estados opulentos del Norte i del Este de la Union Americana. Es a medida que se desarrollan la riqueza i la poh1acioll; a mediùa que crl.lCe b diversidad de profesiones; a medida quu 1::)5 por la. division del trabajo las rentas i los capitales tienen pasos obligados donJe pueden iiJventariarse; a meùiùa que la tierra, ese fon¿;o comull dando van a capitalizarse todas las economías, crece en valor; es a medida que eso sucede, que el lejislador pueùe ir como con una sonda profundizando el imllUesto directo. Los Estados Uuiùos nos ofrecen a este respecto el tablero mns variaùo i la escab mas correcta pam demostrar la eSJ.ctitull de este I)rincipio, a medida que se pasa de los Estados agrícoL.s ¿el Sur, a las opuleubs poulaciones manufactureras i comerciales del Norte i del Este. Pero el señor Ca;;tillo, arrehatado por su amor a la justicia, no veia que iba Il caer en el escollo de la arbitrarieùnd de la reparticion del im¡lllûsto directo, en Ull pais sin catastro i Sill base alguna m;i~m',ble para F11 imposicion . .Este sed. siempre el gran ohst~iculo para la imposicion de lM contrilmciones direc_ tas: que ellejisbdor carecerá siempre de medios para avaluar los capitales o las nmtas de los individuus, al paso que éstos tendrán siempre, cn todas las \:pocas i en todOi! los paises, un gran interes ne,tural en hacer del verdadero estado dc su fortuna UllO de sus mas in violahlcs secreto;;; i así la gran vcntaja preconomi;o;adfl. por los economistafl, de la proporcionalidad del impuesto dircdo, carece de fundamcilto desde que es poco múnos que imposil)le acercarse a esa distrihucion. El proverbio inglés que dice: "la que disgusta no es pagar la cOlltribllcioll sino verle la cara al recaudador," hará siempre da las eOlltriuucio/lCS indirectas, moderadas en su cuota, que no entraben la illdustrifl. i que recuigan soùre artículoB ùe estcllso consuma, uua de las formas IllUSaceptahlos de imposicion eu todos los pueLlos del mundo. La primenl, lei lIUO so espidiú ¡;olJre Ill. materia fué la do 30 de setiemhre de 1821, que ~ravaha con diez por ciento todas las rentas provenientes del empleo de capitales raices i flotantes; con dos i meùio por ciento las rentas industriales Je 150 a 1,000 pesos; i con tres por ciento las de 1,000 en adelante. Esta lei encortró dificultades insuperahles para su c.iecucioll, tauto que uno de los primeros actos del Congreso de 1823 fuó mandarla suspellder, decretando en su lugar un subsidio estraordinario entrc las personas pudientes, cn una. escala que variaba. <.lesde 1 ha.sta 180 pesos de imposicion, conforme a hs reglas dadas poe la lei de 31 de mayo ùe ese año, La lei de 4 do maya de 1825 reformÓ la lei de 1821, re<.ludeudo 01 impuesto a las reùtas provenieIltes de capitales i tiorra.s; autoriz!í al Poder Ejecutivo para. formar el catastro sin sujecion a ~as reglas de la. lei anterior, i para rebajar pru(kllCiullllente has~a nna 5. parte de las CHotas que lag juntas %Iilicadom~ ü.siguaru.n a los ~ontriullyelltcs. l'cru tOllo ell nll1o. A HlG APU~TA:MIE~TOS SOBRE LOS PIWmŒSOS Puede uno fácilmente imajinarse ln. magnitud i la imposibili. dad de esta tare:¡ en el vasto territorio de Colombia I Finalmente, él último esfuerzo hecho en este sentido fué el de la lei de 11 de maya de 182G"estableciendo la contribucion de patentes industriales, con 22 clasificaciones, que grao vaban desde el comerciante por mayor, el mercader, el abogado, el médico i el empleado, basta los últimos artesanos i pulperos; i que tampoco pudo cumplirse. Estas leyes fueron una de las causas mas vivas de la impopularidad del Gobierno constitucional, i el asidero mas fuerte que encontró la reaccion contra las instituciones, encabezada por el jeneral Bolívar a su vuelta del Perú. Pasando ahora de las leyes a las ideas, nadie que estudie la historia <le aquella época baIlará cxaíerado decir, que el señor Castillo, sólo, la llena en el 6rden económico con sus avanzados principios, su erudicion, su probida<l i su talent{). Es verdademmente admirable ver, que a nn hombre eduoado en las escuelas de la colonia, le fueran familiares, i en un grado JÇl lucidez que es hoi mismo superior al nivel comun, los principios mas profundos de la ciencia de la Economía. "Si se quiero hacer abundante el producto de las contribu_ ciones, decia en su Memoria al Congreso de 1823, es indispensable estimular el interes do los ciudadanos i facilitarles los medios de ejercer libremente todo jénero de industria, removiendo todas las trabas que la entorpecen. "Todo el misterio consiste en abrir las fuentes cegadas de la. riqueza, dando movimiento vital a la industria i al tráfico. "La. lei quo establece los derechos de esportacion es un obstáculo para la prosperidad del pais, i puedo asegumr que disminuye mui considerablemente los derechos de importacion." Aquel grande hombre de Estado predicó la desamortizacion civil i eclesiástica, i la aLolicion del diezmo, con un valor de convicciones no excedido por los apóstoles de estas reformas en la época presonte. " El diezmo eclesiástico, decia en su Memoria de 1826, es el primer obstáculo que impide los progresos de la agicultura. El diezmo es una contribucion directa sobre sus productos brutos, que no baja de un 30 por 100, i que en muchas partes de la República excede de un 40. Debe, pues, abolirse para siem. pre tan injusto tributo: tributo que 110se conoció en el mundo cristiano hasta el siglo IV, ni en España, de donde nos vino, hasta el XII; que se estendió i propagó a la sombra de la barbarie, en razon de los progresos del despotismo, i de la opinion . que atribuia a los Pontífices i a los Reyes facultad para dispo. 11erùe los bienes'i haciendas de los particulares como de su DE LAS IDEAS ECONÓMICAS. 1U7 propiedad; tributo que ni los Papas pudieron imponer ni los Monarca.,; confirmar; tributo, en fin, que choca directamente con los progresos de la agricultura, i que es el que más ha influido en la miseria del labrador." I en otra parte del mismo documento: " La amortizacion eclesiástica es otro obstáculo perjudicial a la agricultura. Ya, pues, que habeis dado el primer golpe a la amortir.ucioll civil, completad Ja obra d{mdolo tambien a la eclesiástica. Disponed que se enajenen precisamente, i sin ad. mitir protestas, todos Jas bienes raices amortizados, pertenezcan a conventos, monasterios, cupellanías, cofradías, obras pía.,;, memori:J.sde misas, casas de misericordia o colcjios, i a las ciudades i villas; por manera que no haya uno que no vuelva al comercio de los hombres i que no pueda entrar en el dominio particular, prohibicndo qne esas comunidades a cuerpos puedan adq niridos nuevamente por ningun título. Las leyes que diereis sobre esto darún vida í movimiento a nna gran riqueza que estt: muerta para la N acion, i estimularán el interes indiviùual fomcntando el cultivo i !lacicnùo amar la propiedad." PasclI1o;;a lu. !listoría de lu N ueva Granada. CAPITUtO IV. De 1831'a 1846. Al reconstituirse la l'ueva Granada en Estado indepen. diente, la reaccion lJatnral <lelas ideas contra el inmenso de. sórden de la administracion central de Colombia, i contra la ll.narquí(\,de quo hahia sido presa la. República desde 1826, debia llevar a sus gobernantes a ser profundamente conserva. dores en todos los ramos del gobierno, pero principalmente en todo la relativo a la Hacienda nacional, de que dependia la subsistencia misma del Estado. Este espíritu exajerado de órden i ùe economía, i este te. mor o toda. innovacion, que marca con el sello del stah~ quo la época que estudiamos, estaba en la naturaleza de hs cosas, i en las necesidades de aquellos tiempos. Por otra parte, aun continuaban dominando en Europa, en todo su crédito, las funestas doctrinas de la balanza de comer. cio i del sistema. protector: el dia no habia llegado aun para las verdades tan sencillas como fecundas de la libertad de los cambios. La Inglaterra QllC por tan largo espacio de tiempcr parecia IJaber labrado su fortuna con el sistema restrictivo, principiaba a mostrarse dispuesta a abandonarlo, por la ménos en la relativo a los productos de la industria £abril, pues aun mantenia en toda su cr,uel severidad las leyes prohibitivas de la importacion del trigo estranjero. Pero las ot.ras naciones no querian creerle : pensaban que despues de haber adquirido bajo la restriccion 11lla inmensa superioridad, preùicaba p(~rfidamente h libertn.cl de comercio, porque no tenia ya rival en la industria de los otros pueblos. La~ ideas económicas de los mas adelantados estadistas neo. granadinos de esa época, no son pues sino el refle.io, i casi pu. diera decirse, una copia servil de las doctrinas de Ganilh ide lós ùemas oráculos del proteccionismo europeo. La historia debo recojerlas hoi, despues de medio siglo, para confrontarlas con el testimonio irrecusable de los números, para. corroborar con nuestro ejemplo la demostracion que la ciencia ha hecho, deducida de la rigurosa ohservacion de los hechos, de que esas doctrinas léjos de estimular el trabajo nacional, de aumentar la riqueza pública i de mejorar la condicion fiscal del Estado, DE LAS lDEAS ECON6:mCAS. 19D no hacen sino retardar los progresos de la inùustria, hacerla languidecer en el sopor del privilejio, i mantener estancado el desenvolvimiento de la riqueza i de los recursos fiscales de la nacion. Toda la pretension de los lejisladores colombiados i grana. dinos, desde 1821 hasta 1846, fué la de levantar las fábricas de lienzos i mantas del Soeorro al nivel de las fábricas euro. peas, por medio de los derechos restrictivos, i la de fomentar la nacionalizacion de buques estrunjeros, por medio de los derechos diferenciales. " Las artes, decia el señor José 1. de l\Lí.rquez en su Memoria de Hacienda a la Convencion Granadina de 1831, están bien atrasadas entre nosotros, por una consecuencia del bárbaro réji:nen colonial. Este mal proviene principalmente de la estension ilimitada que se ha dado al comercio estranjero. Esta libertad ha puesto ademas las grandes especulaciones en manos Je los estranjeros; j los nacionales, que no pueùen con. tal' con tan crecidos fonùos, se ven casi arruinados. Si se quiere, pues, vivificar el comercio interior i beneficiar a los colom. bianos, preciso es que se pongan trabas al comercio estranjero, pl'ohibie?ulo aùsoluta'lnente la introduccion de varias jéneros, frutos i efectos que se producen eu nuestro pais, i de todo cuanto pnedan proporcionamos nuestras nacientes artes irecar· gando de derechos a los que no siendo de necesidad sirven solo para estender el lujo i crear necesidades facticias. Seria pam esto mui benéfico el restablecimiento de la lei de consignacioDes, i que les estranjeros no pudiesen vender por menor." Los milagros que el señor Márquez esperaba del sistema. protector, estt:n admirablemente condensados en este otro pi. rrafo de la misma esposicioll : " Limitada la libertad del comercio, decia, se aumentará infaliblemente el consumo de nuestras manufacturas, crecerÚn las deœalldas, se multiplicará la produccion, se mejorarán nuestras f{¡bricn.s, se cultivarán las materias primeras, i queda. rán entre nosotros los valores producidos i el valor moneda. Por consiguiente habrá mas riqueza. aunque no baya mas lujo. " Como si trabajar m':s para producir ménos, no fuera preci. samente todo la contral'Ío de la que el hombre se propone al aplicar sus facultades a la obra de la produccion. Creer que una Nacion pueJe sustraerse a la pérllida natural de los valores consumidos, guardando en el pais el ùinero que ha servido de intermediario en los cambios, i creer qne es posible vender. le al estranjero sin comprarle sus productos, tales fueron las ilusiones económicas que produjo el sistema restrictivo. El señor Soto, repetía las mismas doctrinas en su Memoria nI Congreso de J833· ' 200 APU~""T.A.MIENTOSSOBRE LOS PROGRESOS " El arancel o tarifa, i el decreto de 8 de mayo de 1829 que aprecia el valor de las mercaderías para fijar los derechos de importacion, decia en aquel documento, exijen imperiosamente su exámen i rectificacion. Necesario es que aquellos efectos estranjeros que son análogos a los de la produccion interior, paguen un impuesto mucho mas crecido que aquellos que no tienen su equivalente entre nosotros. De otro modo habrá de resultar, como alguna vez ha sucedido, que nuestros artefactos nacientes no puedan concurrir con los del estranjero, i caigan por lo mismo en el estado de languidez, que insensi. blemente los conduzca a su aniquilamiento. El Poder Ejecutivo detesta las prohibiciones absolutas, en jeneral; pero sí cree que la libertad del comercio esterior no debe envolver nunca la ruina de las manufacturas interiores; i si está persuadido de que la industria fabril no es el objet{) a que por ahora debe contraerse.la. Nueva Granada, cuando tiene tantos objetos agrícolas a que consagrar su atencion, no desconoce p(lr eso quo aqueIlas provincias eu las cuales los tejidos de algodon han venido a ser el emplco de algunos capitales, i la ocupacion de multitud de personas, llccesitan la conservacion de cstos medios de existir, i que esta. conservacion presupone que no venga la concurrencia de productos cstranjeros análogos, mas baratos, a destrnir la salida de los nuestros." ' El mismo miedo, el mismo horror a las innovaciones prevalccia en materia de reformas fiscales. "Cuando he osado, señores, decia el mismo señor Soto al Congreso de 1833, dejaras entrever Mejoras en el sistema de las rentas, no eSl)ereis que ln. A¡lministracion reclame del Congreso, con aque nombre, variacioues sustanciales que arranquen de raiz el árbol que ahora está fructificando, i cuyos frutos pueden aumentarse con el tiempo, por la confiam:a lisonjera de que abonado de otro modo el terreno, a dejiindolo entregado a las solas fuerzas de la natllfaleza, habrian de ser infinitamente mayores sus productos. Despues de los grandes males que en el Ílrden de las contribuciones i su reeaudacion sufrió la. Nueva Granada durante el Gobierno central de Colombia, por las frecuentes alteraciones que se hicieron en ramo tan importante; i despues que la espericncia ha acreditado entre nosotros que las trasplantacionos de leyes estrañas son demasiado peligrosas, i que en ninguna materia mas que en la presente es necesario qu':} los goùiernos respeten las costumbres, i no contrarien abiertamente las preocupaciones populares; el Ejecutivo estiÍ convencido de que no tanto importa crear como conservar la que existe; i que es ménos conveniente a la Nueva Granada imitar servilmellte la que en otros paises ha sido provechoso, que perfeccionar la que las costumbres i la opio nion jeneral sostienen para nosotroi:i." DE LAS IDEAS ECONóMICAS. ~Ol Como hs opiniones mas adelantadas del pais pidieran con ahinco algunos cambios en el sistema tributario, como puede verse en la prensa periódica de aquel tiempo, el Gobierno, poco inclinado a las reformas prematuras, decia en la Memoria del ramo, al Congreso de 1835, la siguiente: "El sistema tributario de la Nueva Granada ha sufrido censura de los quo la han examinado en diferentes épocas do una manera especulativa, sin compararlo con las circunstancias del pais en toda su estension; i ha excitado por la mismo el celo de los reformadores, que tal vez no se han formado una idea esaçta del negocio, porque no han considerado sino los malos positivos de las contribuciones, sin cstender su vista Il los demas objetos enlazados con ellas, como son los rendimientos que produceu i la inversion que se les da. ,.lh jUílgado, (el Ejecutivo), que en un pais como el DUCS. tro, la destruecion de ciertas contribuciones para suplantadas por otras, es por ahora un paso 'imprudente, que puede llegar a comprometer la segl!fidad del Estado; i se atreve a croer que una refleccion detenida sobre la historia de la Nueva Granada desdo 1810, es una demostracion irresistible de que los usos i costumbres dol pais no permiten la suplantacíon indicadn., sin correr el riesgo de que las nuevas contribuciones, no reemplazando el proô.ucto de las suprimidas, seau sólo ocasion de dis. gustos i de medios vejatorios para su recaudaciou." El estanco dol tahaco solo producía en aquella época 8231,000 líquidos al Tesoro Nacional; i sinembargo, apesar de que la Admiuistracion contaba ya a fines del año vencido en 31 de agoi'lto de 1835 con un sobrtwte on dinoro i existencias de $) 801,0'10, no se atrevió a desprenderse del monopolio: tan estrechas así eran las ideas fiscales i olmiccia Il toda iUllOvacíoll que dominabn. en aquellos tiempos. (*) La Cámara de provincia del Socorro, imbuida eu aquel espíritu liberal i progresista, i con aquel sentido pr(lCtico 'lue siempre ia distinguido a los pueLlos de aquella adelnntada seccion <.l13 la H.epúLlica, propuso en 1834 que se reemplazara el monopolio del tabaco con un impuesto de ocho reales sobre cada millar de matas. La Cámara calculaha que con escepcion do Vélez, '1.'uuja i Dogotá, las Jicz i seis provincias restantes po<.lril\Dseruhn:..r 1GO millones de matas; que auu re· . bajado este nlÍmero a DG millones, i suponiendo que se gastaran 26 mil pesos ell la recaudacion, todavía el impuesto dejaria un producto líquido de 70 mil pesos. ( *) IIabiarnos olvidado advcrtir que todas las cantidadcs dc cste capitulo i las del anterior estin cspresadas en los pesos sencillos o ùe 80 contavos, <lue cra la uniùaù lllonctaria. de la época. BANCO D[ I\lílUOTëCA LA REPU8L1CA lUIS - ANGEl AR¡.NGO 202 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS La Administracion sIOnes. combatió enérjicamente estas preten- Los hombres de aquella época no podian recojer de un órden económico basado csclusivamente en un sistema de severa economía, lo que la aplicacion de principios mas fecundos i mas liberales habria producido rompiendo las trabas del monopolio i de la restriccion, que detenian el desenvolvimiento de la riqueza pública. Pero el sistema de los pequeños aborros, i de un órden minucioso i disciplinario, aplicado a todos los departamentos de la administracion pública, fué completo entrê las IUallOSdel señor Soto. Segun resulta de Sil última Memoria de Hacienda, presen. tada al Congreso de 1837, i confirmada por las de sus sucesores, la Administracion Santander dejaba pam fin del año terminado en 31 de agosto de 1836 nna existencia de $ 1.042,188 representada así: 374,562 En tabaco en especie $ 24,526 En pagarés de tabaco . 274,225 En pagarés de Ad uana . 31,102 En la Tesorería del Chocó . 2,803 Eu cartas sobrantes . 334,970 En dinero . 1.042,188 :Fuera de 76,671 Pertenecientes a ramos ajenos. ----Por todo , $ 1.118,859 I habiendo deducido previamente de la existencia en dinero la suma de ~ ~3,363 de suplementos hechos por In. renta do diezmos a la de tabacos. Pero la historia, para no apartarse del criterio de su enseñanza tral';cendental, dehe colocar aquí, junto a las cifras que atestiguan los resultados de las virtudes cívicas do los goùernantes, las que confirman los principios eternos de Io. ciencia, sobre la infecundidad de las doctrinas económicas que les servian de guia. Las rontas nacionales, que ert el primer año de la Administracion Santander, de 1.0 de diciembre de 1832 a 30 de noviembre de 1833, produjeron $ 2.485,015, solo habian producido en el último año de 1835 a 1836 $ 2.517,044. Por todo, i despues de cuatro años de completa paz, solo un aumento de $ 32,029, que seria un resultado insignificante eu 108 negocios comerciales de un simplo particular. Para apreciar eu su justo va.lor, considerado ya dosde el • Ii·; L.\S lDr:.\~ 203 :F:(;0Xu,'.rTCML '~)Unto de vista histórico el 811peravit dejado por la Administracion SanÜ~D(lcr, i para que este contraste no pese como una acusacion '¿nj¿¿stc" contra las Administraciones posteriores, que vor tantos afios lucharon COntra el déjicit proveniente del aumento progresivo de los gastos públicos, la imparcialidad nos obliga a decir qnc al señor Soto le fué comparativamente fúcil llegar Il. este resultado, pore¡ ne todavía no pesaban sobre el TeHoro las cU:1lJtiosns deducciones que posteriormente sufrieron las rentas, pam. atender a los compromisos del crédito interior i esterior. Ln. comision lir¡uidadora establecida por la Convencion internaeiowi.l ",oka division de créditos colomhianos, de 23 de dieiembre de 1834, no se reunió hasta el 25 de abril de 1838. Sin embargo, el CongTeso se habia anticipado a dictar la lei de 27 de mayo tle 183G, aplicando fondos para el pago de la parte correspondiente a la :Nueva Granada; pero esta lei, que principi6 a ejecutarse cn 1.0 de setiembre de ese año, no afect(S la cuenta del Tesol'O para el erédito esterinr Lasta enero de 1838. El señor Soto informa en la pú.jina 10 de su Memoria de 1837, qne se habi¡tn reeaudado i estaban en dep6sito, por cuenta de la octava parte de los dercehos de importacion aplicados al crédito esterior, $ 213,506, en los cuatro meses trascurridos de 1.0 de setiembre a 31 de diciembre de 183G. Eu enero do 1838 so envió a Lóndres la primera remesa de GO,OOO, en onzas del cuño de b Nueva Granada, como puedo verse cn la p(ljina 8 de la .Memoria de Hacienda do 1838. I.Ja Jeuda flotante de Colomhia radicada en las aduanafl do la Nueva Granada, sí habia sido disminuida en $ 287,215, desde 5 de enero de 1832 haflta 31 de agosto de 1835, seguu resulta de la eu~nta presentada por el sefior Soto ell 10. p~íjina {) de la Memoria de 1837; siendo esta Sllma la úuica exaccion positiva que ~ufrieron los ingresof> ordinarios del Tesoro para el crédito pÚblico, duran le la Admillistraeion' Santander; pues aun cuanùo en el mismo tiempo se amort.izarol1 S 2.213,213 eu vales de de\l'Ja consolidada, estas operaciones se verificaron por n~~dio de renmtes, a preci"os que no excederian de un 10 por 100, i en camLio de los siguientes valores: e Valor non1ÏnnJ nmortizaùo. Por Por Por Por l'or azo'è'uo tab~co tierras baldías biŒllos mue LIes doudas ocultas 8 1.f>9G,991 3lü,ú 16 2ïl,D72 27,122 212 2.213,213 204 APUNTAMIENTOS BOBRE LOS PROGRESOS Véase la pájina 7 de la Memoria de Hacienda de 1837. El resto del período fiscal que estamos examinando, hasta la abolicion de los derechos diferenciales i del sistema protec. tor en 1847, está marcado por el imperio de las mismas doctrinas i por el mismo horror al espíritu de innovacion. Sinembargo, en ese tiempo se abolieron los derechos de esportacion, la alcabala menor i de fincas rl:\ices, ellO por 100 de rentas municipales, el derecho de tránsito, el de facturas no certifi. cadas, i el descuento temporal sobre sueldos i pensiones. El Secretario de Hacienda, señor Calvo, calculaba ell la Memoria de Hacienda, presentada al Congreso de 1841, que los impuestos suprimidos habrian debido producir en el cua. trienio de 1836 a 1840 $ 810,274. Aunque los trastorno" políticos de 1839 a 1842 no nos permiten apreciar con esactitud el movimiento de lus rentas públicas en ese período, siuembargo, los re~mltados de los dos últimos allaS de paz, revelan, por el persistente estancamiento de sus productos, el de las ideas econÓmicas que la gobernaban. En el cuatrienio de 1832 a 1836, su producto fuó, $ 9,288,464 En el de 18360. 1840 , 9.811,141 En el de 1840:lo 1844.. 9.GH1,n;,' El movimiento Je las importa0iones i esportaciones fué el . siguiente: ('IF) ARos. 1835 1838 1840 1841 1842 a 1845 0.1840 a 1841 a 1842 a 184-4 lMl'OnTACIO~. $ 3.292,G26 G.584,53i~ M5,3(li) 2.330,438 8.381,696 ESl'ORTAClOli. 2)66,209 5.4G7,752 284,GGG 1.50::l,G74 5.ü08,78i) Estas últimas cifras deben lieme por supuesto C<ln suma desconfianza, por la oscuridad Je los documcntos estadísticos de ac!uella época. Estimábanse los cfectos importados por el precio que les daba el arancel de aduanas, o por el avalúo de los peritos, cuando los efectos no estaban comprcndidos en el arancel. La cstimacion de éste era roui subida, pues habia az:tÍculos que estaban aforados al 100 por 100 de su lejítimo precio, i el avalúo de los peritos por lo regular era inferior al precio corriente del mercado; por lo que hace al valor de las csportaciones, no se oLtcnian datos estadísticos bren csactos, i (*) Memoria de lIacienùa ùc 18-15, p(ljina 32 i cuaùro número 15. 1)10; 1•.'l.S IDE.\S ECON6}IICAS. 205 dche snpOllcrsc qun los efectos se estimaban por nn precio mui inferior al que tenian en los puertos de embarque. Los 26 UllOS que il uró en c;ercicio el sistema protector, que restrinjia call altísimos derechos la importacion ùo los teji(los de algodon, destinados al COnHUInf)jeneral de la poblacion, i el calzado, los muobles, la ropa hecha, las sillas de montar, la cervew, el iierro i el cobre en bruto, la harina, la pólvora, el sebo manufacturado, la loza i otros artículos de produccion nacional, no dejaron la menor huella de progreso o adelanto en la industria £abril del pais. Por el contrario, estas manufacturas, adormecidas con la proteccion de la lei, mantenidas por un impuesto odioso e injusto, que gravaba en favor de unos pocos a la jeneralidad de los contribuyentes, léjos de adelantar fueron retrogradando; i cosa singular! el pais no ha tenido artesanos de primera clase, sastres, carpinteros, zapateros, tabbarteros, herreros, &,' &,' que rivalicen con los productos estranjeros, sino cuando eu medio de In. lihertad, el estímulo de la competencia los ha obligado a formarse. Es que la accion de las leyes eternas a las cuales ha encomendado Di03 el desenvolvimiento de nuestra especie, no pueden violarse impunemente. Disminúyase en cualquier punto la accion de la responsabilidad i se habrá paralizado, por el mismo hecho, una cantidad inmensa de estímulos i do esfuerzos. Procúrense a costa del trahajo aJeno satisfacciones que no sean el resultado del esfuerzo propio, i se herirá a un tiempo de inanicion las fuerzas del despojado, i las del que vive a espensas del despojo. Con el sistema protector se retrocedería hasta el feudalis. ma, si las byes admitieran, que de particular a particular, pallia haber en las transacciones económicas, algo lejítimo, distinto de un cambio do servicios, libremente consentidos, sobre el pié de la IllaS perfecta igualdad. No debemos terminar este capítulo sin hablar de una cuestion quo on aquel tiempo fué calurosamente deùatida, i que hoi ha perdido ya su importancia, por haùer pasado a la cate. goría de los hechos definidos i resueltos por la ciencia i por la lejislacion de los paises que más se obstinaron en poner un remeùio artificial a los males que pretendían detener. Habla. mas de la k,sa legal del interes del dinero, o mejor dicho, do la fijacioD de un máxim,u?n de interes, a cuyo pago l)foste sn sancion la lei ci vil. 20G Al'U.N'l'AMIE~TOS SOllltE LOS 1'1WGHESüS Despues de largos i mlli acalorados debates, el ConCTreso de 1835 espidió la lei de 26 de mayo de ese año, derog"'ando el auto acordado, (16, título 21, libro 5.° de la Recopila.cion Cas· tellalla), <¡ue limitaba el alquiler del dincro dado 11. premio a intereso En otros términos, esta lei hizo clltrar el contmto de mútuo, bajo las mismas condiciones de libertad i de proteccion que los demas cont.ratos por medio de los cuales se adquiere a se trasmite el uso o el dominio de las cosas, en cualquiera otra forma. Pensadores profundos, con A dam SrnÚh, el padre de la ciencia, a la 'cabeza, i fil{¡ntropos i hombres de hien rnui sinceros, los unos apoyados en los preceptos relijiosos que del judaismo pasaron a la moral cie la IgleBia, los otros conmovidos por el espectáculo de las catástrofes i de las iniquidadcs causadas por la tiranía. a el abuso del capital, amparado, por la lei, han creido que ella debia hacerse el árbitro de lu. equidad i de. la justicia, fijando el límite del interes al cual presta su sanClOn. I no deja de ser raro que en este camilla se hayun enCOlltrado, perfectamente identificados en sentimientos i en principios, dos de nuestros homùres públicos, de que, nosotros tengamos noticia, pertenecientes a escuelas políticas diametralmente opuestas: el señor Mariano Calvo, Secretario de Hacienda de la Adrnioistracion Herran en 1841, i el señor Murillo, actual Presidente de la República. El primero se esforzó en hacer derogar la lei de 1835, i dedicó a este efecto un capítulo entero de su Memoria al Congreso de 1841, del cúal tomamos lo siguiente: " Considero como perniciosa al comercio, a la agricultura, a la inùustria i a la moral misma, la lei de 26 de maya de 1835 que autorizó el libre ioteres del dinero. Los resultatlos que ella ha traido, léjos de ser ventajosos a esta EOcicdad naciente, han sido funestos, porque han debilitado en algunos el estímulo para el trabajo, han causado eu otros pérdidas i bancarotas, han becho abandonar a muchos profesiones útiles, i pocos se han aprovechado de esta medida con la prudencia. i cálculo que ella demanda. Los lejisladorcs do 1835, al dictar aquella lei, incurrieron en el estremo contrario de lo que prevenia la eKpañola que derogaron; i casi al mismo tiempo que en Francia, despues de muchos siglos de esperiencia e ilustracion, una considerable mayoría de diputados negaba lo. libertad legal del interes del dinero, en la Nueva Granada se permitill. sin restriccion alguna. " En apoyo de la inconveniencia de esta medida, bastal'lí trazar el cu~dro rápido de los males que produce la arbitrariedut1 de las estipulaciones del ífiteres, i las vcntaja;; que Dl': LAS lDBAS EGO.NÓ~lCAS. 20ï resultan de (lue su tasa se fije sobre los productos territoriales, 103 recursos de la agricultura i de la industria, la cantidad circulante en numerario i las necesidades del comercio. Este cuadro no será obra mia: yo invoco la. misma voz que en la Cámara francesa. supo eficazmente desarrollarlo. "Yo no pretendo que se haga revivir en la materia la lei espafiola, qre confiseaba el valor del préstamo i conminaba con la infamia al prestamista: solamente deseo que la lei reconozca como intere3 legal el mismo que (mtes estaba fijado, i que se. pa el prestamista que no puede exijir en juicio un interes mayor del que la lei haya designado." I el señor }Iurillo, abundando mas tarde en las mismas ideas, que desenvolvió ampliamente en varios artículos del perió<lico El Tiempo, propuso a la Lejislatura de Cundinamarea, en 185!), un proyecto de lei concebido en estos términos: "Artícr.lo único. Los contratantes pueden estipular por via de intcres del capital la cuota que a bien tengan, pero no producirá obligacioll legal que haya de hacerse efectiva por los trámite¡; establecidos en las Jeyes, i por las autorida<les del Estado, la cuota que exceda del 5 por 100 auual, sea cual fuere la naturaleza del contrato." Compreudicwlo todo el sentimiento ùe equidad i todo el interes en ::avor de los industriales i empresarios que revelan estas opiniones, i honrán<lolas con todo el respeto que ellas merecen, creemos, sínemb¡ugo, con el testimonio casi unánime de toda la escuela económica, qne las leyes coutra la usura no han hecho sino empeorar los males de la clase a quien se pretendía favorecer. Despues do Bentlutm, ha escrito recientemente sobre esta grave cuestÏoll John Stuart .Alill, n-ada sospechoso de parcialidad en favor del capital, i su testimonio es irrecusable. Oigamoslo: "Examinando abora, dice, el motivo de la restriccion, por intero;; en favor del que toma prestado, es difícil concebir un caso en que la ternura del lejislador esté' peor colocada. Una persona que ha llegado a la edad en que la lei lo reputa competente para manejar sus negocios, debe presumirse que es el mejor guardian de sus intereses pecuniarios. Si puede arrui. narse vendiendo su hacienda, a haciendo malos negocios, es incomprensible que el único contrato que no pueda celebrar sin iutervcncion de la lei, sea el de tomar dinero a intereso " Bajo la influencia dc las leyes inglesas contra la usura, felizmente a1.Jolidas, las limitaciones impuestas se hicieron sen. tir corno una agravacion terrible en todas las crísis comercia. les. Negociantes que Sill los obstáculos de la lei, habrian podio 208 APUNTAMlENTOS SORRE LOS PROGRESOS do obener f~cilmente la ayuda que necesitaban, a 8 a 9 por 100, tuvieron que obtenerla a 20 a 30 por 100, o que recurrir a ventas forzadas de sus jéneros, con una pérdida todavía mayor. "Con respecto a los pródigos i a los p'l'oyectistas, de que habla Aclam Smith, ninguna lei puede impedir a un pr6digo que se arruine a ménos que le ponga curador; i en cuanto a los llamados proyectistas, término injustamente aplicado, en la mala acepcioll de esta palabra, a los bomhres de accion ide empresa· en el campo de la induiltria, semejantes leyes no }¡acen sino dificultar los mas fecundos proyectos, cuando son conceùidos, como jeneralmente sucede, por personas que no tienen capital. Muchos de esos proyect{)s, considerados hoi como los portentos de la civilizacion, fueron recibidos como locuras por los capitalistas; i fué preciso que trascurriera mucho tiempo ántes de que se encontrara uno, bastante aventurado para dar el primer paso, aun consintiendo en pagarlo bien caro. Cuántos años pasaron ántes de que Stephenson pudiera convencer a los mercaderes de ciudades tan empresarias como Liverpool i ~Ianchester de las ventajas de sustituir los ferro. carriles a los caminos carreteros! " (*) I 110 puede ser de otra. manera: la. lei, en materia de con; tratos, tiene que aceptar como justos los que, versando sobre objetos lícitos, han sido libremente estipulados sin mediar fuero za o engaño. Fuera de esta regla, tan sencilla como equitativa., no se encuentra otra salida a las cuestiones de interes privado, que se resuel ven por el principio de libertad, sino la de la arbi. trariedad i el despotismo. I pasando de las ideas jenerales i abstractas de derecho, al campo de la economía, i qué diferencia hai, científicamente hablando, entre la aquisicion del dominio, i la adquisicion del uso de las cosas? i Por qué si la lei no se mezcla en la fijacion del precio, en los contratos de la primera clase, ha de mezclarse en los de la segunda? Las leyes contra. la usura conducirian necesariamente, en el desarrollo lójico de las ideas, a la fija. cion del precio del arriendo, de los víveres, de los salarios, &. Creemos, pues, que la lei de 1835, fué una conquÍf;ta notable i fecunda en el ca¡;ninodel progreso i de la libertad. Ninguna otra cosa digna de notarse en el órden do las ideas. económicas, ocurrió en el periodo que acabamos de examInar. (*) Political EconolfY, edicion de 1867, pájína 560. CAPITULO V. Lns rcformas ()coJ1omlcas llc 1840 a 1840. El allO de 1845 cierra el período del quictismo i del miedo a toda. innovacion económica, CJ.ue ha.bia dominado desde 1831; i el año do 18'17 abre rotunda.mente la érn. do las grandes re. formas liberales, que son como los oríjenes de este movimiento progresista, que con mtts o m6nos fijeza, pero ya sin retrogra. dar, ha seguido el pais desde aquella época, i que en pocos años más la conducirá a poner en accion los elementos vitales de su prosperidad. Al llegar aquí, se ve que el curso de las ideas cambia brus. camente cie direccion i de aspecto, como se ven el sesgo i el cambio de color en Jas aguas de un rio que entra en el mar. De las cstrechas illeas que buscabll.n el desenvolvimiento in. dustrial i mercantil del pais en Ja.iruposicion de derechos res. trictivos, p.'tra favorecer las toscas i escasas manufacturas del pais, se 'pasa de un solo golpe a Jas grandes ideas económiCIlS, que midiendo la riqueza, no por la intensidad del trabajo, sino por su relacion con la SUillaefectiva de bienestar i de satisfacciones qno él IlOS procura, hacen solidario el progreso de todos los pueblos de la tierra, i van a buscar el resultado económico del trabajo intelijente del hombre en la unidad del mercado del mundo. Pero corno un cambio tan Datable no pue. de esplicnrse, i ménos en un pais incipiente como el nuestro, que siempre ha recibido el impulso de las ideas estra.njeras, por un simple cambio de Administracion ejecutiva, o por el ingreso do determinada persona en los consejos del Gobierno, la historia debe buscarlo, i así lo hallará, eu el movimiento de las ideas económicas que por aquel tiempo predominaban en la política comercial de la Gran Bretaña, que es la que más ha. influido en el curso de nuestras ideas a este respecto .. La Inglaterra ponia cn aquellos momentos el sello a la obra. de las reformas económicas, que tímidamente al principio, pero. con gran decision al fin, había acometido desde 1841, para buscar por la. libertad de la j¡j(lustria i do Jos cambios, en el incremento do la riqueza nacional, Ull remedio contra la mi. seria qne afliji.'t a Jas pobl::tcioll~s obreras i contra el déficit ~l'\;t:iL'~:~;'; ,_1,~ 11,;_ ·~~i':'L.;J;;:.~ .••'J't1. f;'~~J~0 ..(.\..1 Ü~ tl4Jl ~~JuC~ùllÓ. 11 210 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRES015 mico de 1841 ese déficit habia llegado a la enorme suma. de ;£ 2.101,369. I cosa singular: los liberales o whigs que ha.cia algunos afios estaban en el poder, obsecados, como bernas visto a los gobernantes neo-granadinos desde 1831, por los errores económicos de a.quella época, se esforzaban en colmar el déficit rea.. gravando la cuota del impuesto. Pero apesar de este aumento el déficit para el año de 1842 se estimaba en ;£ 2.570,000. La contribucion para los pobres, term6metro oficial de la miseria, aumentaba rápidamente. Stocloport, que en 1837 pagaba £ 2,628, habia tenido que triplical' la cuota i pagaba en 1841 £ 7,128 ; i así en las otras ciudades manufactureras del Reino. ELmundo político CODservatodavía el recuerdo del famoso discurso pronunciado por Sir Rober Peel en 1841, en que abrumando bajo. el peso de una lójica. inflexible i de una invectiva sangrienta. al Canciller del Exchequer, la comparaba a un pescador aturdido que se esforzaba. en pescar su presupuesto tirando sus redes sobre aguas estancadas. Llegado al ministerio a fines de 1841, i comprendiendo que la embarazosa i humillante situacion quo sus antecesores le habian legado, no tenia. otra salida que la inauguracion de un s.istema económico que, dando a.cti••idad a.la industria, fecundara más i más el trabajo nacional, e biciera la vida barata. por la facilidad que diera. a los cambios internacionales, se aplicó a ponerlo por obra, revisando las adua.nas. La tarifa inglesa fué ~ompletamente reformada en 1842. Redújose la cuota de la mayor parte de los derechos, i otros fueron completamente suprimidos. La reduccion recay6 principalmente sobre todas la.s materias primerJ.s, dándole a este tórmino su mas lata signifi.cacion. La prohibicion que rechazaba la mayor pa.rte de los artículos alimenticios del reino animal, fué reemplazada por un derecho moderado. Rebajáronse notablemente los derechos sobre el cafó i las maderas de construccion, i redujéronse a tórminos casi insignificantes los derechos de esportacíon. En 1844 BI esfuerzo libre cambista cobró nuevo aliento. La sesion de 1845 se sefial6 con una. llueva moditicacion de la tarifa. Supl'imióse enteramente el derecho sobre el algo. don en bruto, que producia.£ 700,000. Suprimióse el derecho sobre las lanas, i rebajáronse considerablemente los derecbos sobre el azúcar estranjero, sacrificio para el 'l'esoro que no era. de ménos de 2 œillones de libras. En enero de 1846 Sir Robed Peel tomó al fin la gran determinacion de dal' a sus ideas todo su desarrollo lójico, proclamando la libertad absoluta del comercio, como el principio que en adelante debia servir de base a la política industrial del Gobiel'llo. El 26 de junio de eso año, despues de largos debates, DE LAS IDEAS 211 ECONóMICAS. fué nI fin proclamada la lei que fundaba el nuevo réjimen res. pecto de los cereal os i de las harinas, quo eran los l!ltimos baluartes del sistema protector. Vencido sobro este punto, donde se reunian en un lazo comun los grandes intereses de la aris. tocracia inglesa, el proteccionismo quedaba derrotado en toda la línea. La lei estatuia que a partir del 1.0 de febrero de 1840, los granos no quedarian somotidos sino a un derecho do 43 céntimos de franco por hectólitro, i las harinas a un derecho proporcional. Para la mayor parte de los artículos el derecho de importacion quedaba reducido a un 10 por 100, en vez del 25 idol 30 con que ántes estaban gravados. Los financistas que so han ocupado en 01 exámen de estaq reformas, calculan que el sacri1icio momentáneo aceptado por el 'res oro inglés, con la diminucion de lar. derechos, no valia ménos ùe O millones de libras; pero era un sacrificio igual a la pérdida aparente que hace el labrador, cuando ocuL ta bajo una tierra hien preparada la semilla que debo aparecer centuplicada en el valor do la cosecha. Efectivarhente los resultados no se hicieron esperar mucho tiempo. EL 1842 el monto de las esportaciones, segun la deela. mcion .iun.da do Jas comerciantes habia siùo de £ 47.381,023 ; i en 1850 ascendieron ya a £ 71.359,184, a sea en 8 años Ull aumento ào 50 por 100. Por el mismo tiempo el déficit habia desaparecido. En vez de los 2.101,360 libras que faltaban en 1841, el Tesoro tenia un excedente de £ 2.578,806 ell 1850. 'If Bajo el influjo de estas ideas i de estas roformas, que él habia estuùiaùo durante su larga permanencia eu Europa, fué de allí llamado a desempeñar la Secretaría do Hacieuùa el señal Florentino González en octubro de 1846. Tres cuestiones importantes encontraba el señor González sobre la carpeta de la Secretaría, que la Opillioll pÚblica ajitabu. con gran calor: la revision i simplificacion de la tarifa j eJ arreglo del sistúma monetario; i la aholicion delrnolJopolio del ta. Laca. V éarnos qué hizo la Administracion Mosquera a este respecto. LA REFOR1tIA ADUANEUA. El comercio de importaeion estaba arreglado por Ja lei Je 5 de junio de 1845, que no tuvo otro mérito (lue el de haLor * Datos tOUlados de Chevalier, Sislème Commercial, lS¡¡3. 212 APUNTAMIENTOS SOTIRE LOS PROGRESOS consolidado eu uno solo los derechos conocidos con los nombre de importacion, alcabala, caminos, sueldos militares i derecho de San Lázaro, i el de haber establecido en un arancel completo los derechos específicos sobre todos los articulos. Esta lei libertó al comercio de la arbitrariedad del sistema de avalúo por peritos, heredado de 1;1. colonia.; pero fundó el réjimon no ménos arbitrario de los aranceles, con el co~plicado i vejatorio reconoci_ miento de los artículos, unos por peso, otros por número de objetos i otros por medi<;lalineal., Leyendo estas obras biza1'rCtS del atraso de aquellos tiempos, difícilmente se concibe cómo podia un comerciante desembarazarse al fin de aquel cúmulo ùe complicaciones, de cuentas i de trabajo que lo ,cercaba en la Aduana, teniendo que pasar por la prueba del reconocimiento i liquidacion de una tarifa conma.s d.800 clasificaciones jenéricas, amen de las divisiones i subdivisiones específicas. I todo esto en prosecusion de la quimera. de hallar la reparticiou proporcional del impuesto entre, los consumidores de las mercancías estranjeras, por medio de una reparticion proporcional en la tarifa. 'l'rataremos esta cuestion, cuando examinemos la reforma funùamental del impuesto uniforme sobre el peso bruto de las mercaderías, que sirve de base a nuestro sistema aduanero, propuesta por el Secretario de Hacienda señor Juan Nepomuceno Gómez, en 1853. La lei que examinamos, aferrada a la teoría de los derechos diferenéiales, mandaba en su artículo 44 que la liquidacion de las mercancías importadas en buques estranjeros, se h)ciera recargando con un 20 -por 100 la suma total de 10& derechos fijados en el arancel, los cuales eran únicamente para las im. portaciones hechas en buques granadinos. Los derechos sobre los tojidos ordinarios de algodon, que proveen al consumo do la masa jeneral de la poblacion, i sobre los artefactos análogos de la industria nacional, eran mostruosos, como que tenian en lUira pl'otejer las fábricas de lienzos i mantas de las provincia:o del norte i los talleres de la capital. He aquí algunas muestras del impuesto restrictivo, redu. cidas a pesos fuertes: Las domésticas o lienzos del norte, hasta de 3 cuartas de ancho, pagaban 5 i i centavos por vara o 38 i ! centavos la libra, puesto que 7 varas de lienzo pesan una libra. El fierro en bruto o sin manufacturar, $ 1-65 el quintal. Un par pantalones de seda, paño o casimir $ 3-7 i. Una levita 12-52i. Un chaleco $ 3-7t. La bayeta de 100 hilos, 25~ centavos vara. Un sombrero de pelo, 1-62!. * * DE LA.S IDEAS ECONÓMICA.S. 213 Uno de paja de Italia, $1-13t. Un elástico con galon fino, $ 7-10. Uno con galon ordinario, $ 5-10. La lJogotana 10 centavos vara. La docena de piezas grandes de loza de porcelana COUllln $1-82i· Id. id. pequefias, 45 centavos. Una ruana hecha, de algodon, lino o lana, $ 10-12~. La. vara de jénero para ruana, $ 2-04. Una c6moda o armario, $ 25-04. Un escritorio o escribanía, $ 32-40. Una silla de montar sin arnescs, $ 8-27 t. Una con arnesos, $ 12-55. Costales o sacos de fique, Ulla, 211 centavos. Harina de trigo, $ 3-87 por barril basta de oeho arrobas. Contra la iniquidad de semejante contrilmcioll, que clcvalm. de una manera bárbara, en provecho de algullos centenares do malos fabricantes, el precio de Ulla multitud do artículos Jo primera necesidad, i con la cual las clases trabajadoras veian disminuir casi en un 50 por 100 el importe de su jornal, levantó el sefior González su voz con toda la enerjía del ta.lento, la. ilustra.cion i el patriotismo, i luchó con valor, arrostrando la impopularidad de la ignorancia i el odio de la claso privilejiada cuyos intereses horia, hasta que viú sustituido en su patria el réjimen espoliador del protoccioDismo, por el reinado de la justicia con la absoluta libertad de los camùios. La. esposicioll de principios con que este grande hombre de Estado inició la lucha contra las l'utillas del sistema protector en su Memoria de Hacieuda do 1847, debo pasar a lu. historia: " En un pais rico en minas i en productos agrícolas, qua pueden alimontar uu comercio de esportacion considerable i provechoso, decía tratanJo de la tarifa, no deben las leyes propender a. fomentar industrias que distraigan a los habitantes de las ocupaciones de la agricultura i minería, de que pueden Bacar mas ventajas. Los granadinos uo puedeu sostener en las manufacturas la concurrencia de los europeos i de los ameri. canos del Norto, i las disposiciones que puedan inducirlos a dedicarso a la industria fabril, despreciando los recursos quo las producciones agrícolas pueden proporcionarlos, no estlÍn fundada, en los principios que debe cODsultar un Gobierno que desea hacer el bIen de la Nacion que Je ha encargado 01 ma" nejo de sus negocios. La Europa eon una poblacion intelijente, poseodora del vapor i de sus aplicaciones, educada en las manufacturas,llena su misiOIl en el'muudo industrial dando divcf!jas formas il. las m¡¡,tcri~.3primeras. Nosotros debemos tam1.Jicu 214 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS llenar la nuestra; i no podemos dudar cual es, al ver la pro. fusion con que la Providencia ha. dotado esta. tierra. de ricos productos naturales. Debemos ofrecer a la Europa las primeras materias, i abrir la. puerta a sus manufacturas para facilitar los cambios i el lucro que traen consigo, i para proporcionar al consumidor, a precio cómodo, los productos de la industria fabril. "Por desgracia, la tarifa que fija 108 derechos que deben pagarse sobre las mercancías que se importan para el consumo interior, no ha consultado los principios que dejo estable~os. Basada sohre los errores del sistema protector i restrictivo, ha tenido lo. influencia funesta que los errores económicostienen siempre sobre la riqueza nacional i sobre la disminucion de las rentas, que nunca pueden ser pingües en un pais en quo las leyes se propongan sacar recursos de los ciudadanos, sin facilitarles los medios de ganar. Entre los documentos que acompañan este informe, hallareis el que manifiesta cuáles han sido los productos de la renta de aduanas en el último aîio económico. Este documento da lugar a reflexiones que yo quisiera omitir; pero son indispensables para persuadir que lo· que existe no debe continuar. "Tiene la Nueva Granada cerca de dos millones de ho.bi~ tantes, situados en una parte del globo la mas favorecida. para el comercio por su posicion jeográfica.i por sus productos naturaIes; i a. la. Nueva. Granada no vienen productos estranjeros que pagueu a su importacion mas de un roillon de pesos, cuando en cualquiera de los otros vaises de la América del Sur el producto de esta· renta excede en mucho a esta proporciono Este es un hecho que debe llamar mui seriamente la atencion de las Cámaras, para averiguar la causa i poner el remedio al mal. " En mi concepto, hai diferentes causas que contribuyen a producir lo: 1." el fuerte derecho irofuesto sobre las telas de algodon destinada.s al consumojenera de la poblacion, aleja la importacion de estos productos, induce a los granadinos a convertirse en fabricantes, i mantiene a una parte de la pohlacion en la ocupacion improductiva de manufacturas montadas sin intelijencia, i cuyos artefa.ctos no pueden tener salida ventajosa. Se descuida en consecuencia la agricultura i la mineda ; se dejan de aprovechar las ganancias que ellas podian propor. cionar; no hai medios de comprar porque no se cria la riqueza que pudiera dárnoslos, i el consumo es necesariamente mui limitado, aunque la poblacion no es escasa. Porque no basta para consumir el que haya ea unpais muchos habitantes; eB menester que estos habitantes tengan medios de consumir, i estos medio~son la. riqueza, qne no se obtiene sino produciendo DE LAS lDl<:,\S ECONÓmCAS. 215 cosas que puedan venderse con utilidad, como nuestros tabacos, nuestros azúcares, nuestros añiles, el café, el cacao, el algodon, las maderas preciosas, el oro, la plata i el cobre do nuestras minas, que se llevan a vender al mercado inmenso i rico de la Europa; i no fabricando aisladame:lte i sin máquinas lienr-os i bayetas que se han de vender a la miserable pohlacion indíjena del pais; 2." la tenacidad con que se ha man. tenido el derecho diferencial sobre Jas importaciones becbas en lJUques de naciones que no están con la Nueva Granada sobre el pió de la mas favorecida. Se ha sostenido así un privilejio en favor de dos :.:laciones poderosas, que han hecho esclusivamen. te suyo nuestro comercio de importacion; porque solamente sus manufacturas i sus buques podian venir a nuestros puertos con ventaja; i hemos estado privados de los beneficios que el libre i franco acceso de los buques i productos de todas las naciones a las costas granadinas nos hubiera proporcionado; 3." la desmoralizacion que introducen en el comercio de importacion los altos derechos i las tarifas restrictivas i prohibitivas. El aliciente es grande para el contrabando; i cuando se cuen. ta con que los empleados serán induljentes por las faltas cometidas en contravencion a una lei injusta, preciso es que se baga; i hecho por un comerciante es seguro que se hará por los demas, a ménos que consientan en arruinarse, vendiendo despues de pagar los derechos a los mismos precios a que venden los que no los pagaron. El contrabando es un mal contajioso por necesidad, i es preciso adoptar toda clase de precauciones para que no aparezca; porque es seguro quo se difun. dirá con presteza. " El derecho de importacion moderado que establece la ta. rifa que presento a las Cámaras, i el medio sencillo que en ell&. se adopta pam cr.lcular este derecho soLre los efectos de un con. snmo mas jeneral, son, en mi concepto, el remedio eficaz que puede aplicarse a los males do que han sido causa las leyes vijentes soLre el comercio de importacion. Puedo asegurar a las Cámaras que la renta de aduanas tendrá un aumento considerable, si la tarifa se aprueba, i que los embarazos del co. mercio, i el malestar de la poblacion, desaparecerán gradualmente. "Frecuentados nuestros puertos por la marina de todas las naciones, facilitándose el ingreso a nuestro pais de todos sus productos con el pago de una contribucion moderada, desaparece el aliciente para defraudar el Tesoro; i a tiempo que pesan más 108 riesgos en el ánimo del importador, se diRminuye la induljencia de los encargados de celar el contrabando, que verán en el que Jo bace un criminal que priva de un derecho justo al Estado, i no un hombre industrioso que evita una vejacion i una estorsiOll insoportable. 216 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS " Por otra parte, la ~bundancia de vehículos en que esportar nuestros productos, I la afluencia de capitales que vendrán a b~scarl08, darán a la produccion i al comercio de esportacion un Impulso tan poderoso, que nos hará reparar en pocos años el tiempo que hemos perdido sometidos a leyes basadas sobre lOBmas crasos errores económicos.La escuela práctica de sufri~iento ~n que hemos estudiado, debe dejamos algun provecho; 1 las mUIHonorables Cámaras verán con placer que las lecciones no han sido perdidas: Un cambio feliz se ha efectuado en las ideas; las elecciones se han hecho bajo la influencia.de las opiniones liberales de la mayoría; i los lejisladores represen. tan en este Congreso los mas sanos principios, así como vienen animados de los deseos mas ardientes de sacar a este pais de la senda tortuosa de las rutinas, para encaminarlo por la via ám. plia i recta de los principios." I despues : " De buen agüero es para mí que granndinos i estranjeros manifiesten la esperanza de un porvenir dichoso pam la Nue. va Granada, fundado en los principios que han guiado la con. ductil. del Ejecutivo en el uso do las facultades que las leyes vijentes le conceden; pero todavía es un presajio mas feliz para la patria el que, en esta época en que va a decidirse de sus grandes intereses, en que vamos a emprender nuestra rejeneracion económica i financiera, toque hacerlo a lejisla.dores ilustrados, animados del mas puro patriotismo i penetra. dos de la necesidad de librar a nuestra patria del imperio de las viejas rutinas, i ponerla bajo el dominio de los mas sanos principios. "Nuevo es en la Nueva Granada lo que propongo :lo los lejisladores, i no se me oculta que, por esta sola razon, está sujeto a objeciones i que pOl'muchos se creerá impracticable. Es mui difícil resolverse a olvidar lo que se habia aprendido, dejar los hábitos que se habian contraido por muchos años, prescindir de intereses que se han formado sobre prácticas consagradas por la sancion del tiempo, para pasar a una vida nueva, en que hai que estudiar, eu que lo que va a.existir no tiene semejanza con lo que ha existido, i en que por consiguiente hai que renunciar a las convicciones adquiridas para formarso otras, romper la relaoion de las esperanzas con los recuerdos, i arrostrar las dificultades de la. transicion de lo conocido a lo deaconocido. Consideraciones son estas, que talvez obrarán con fuerza 8()brela meute de algunos, para decidirse por el statu quo ~n que permanecemos hace tantos auos; pero que estoi seguro no arredrarán a los Representautes del pueblo en la empresa loable de mejorar nuestra condiciono ~'Las ocasiones de hacer reformas importautes no se pre. DE LAS IDEAS ECONóMICAS. 217 sentan todos los dias, i si cuando se presentan no se aprovechan, talvez no vuelven a aparecer en muchos aîíos; porque pasan los hombres que pudieran llevadas a cabo, pasa la buena disposicion de los pueblos para aceptadas, i se arraigan mús los abusos con el tras curso del tiempo. Aprovechemos, pues, esta época. de esperanzas i de decision; alentemos a los ciuda. danos abriéndoles el campo en que puedan emplear su enero jía i el espíritu de empresa que han de¡;plegado Call el solo anuncio de que el Gobierno se proponia sacar al pais de la senda. tortuosa de las rutinas, i hacerla marchar por la via recta i ámplia de los principios. La Providencia, siempre propicia 11 las buenas intenciones i 11 b pen;everancia en reali. zarlas, bendecirá nllestros trabajos, i prestad su favor a lo" que estamos encargaùos de ejecutados." La. Lejislatura de 1847, eu la cual tenian asiento muchas de las altas ilustraciones del pais, corresponùió plenameute a los esfuerzos del Gobierno i a las esperanzas de la Nacion, sancionando siu vacilaciones la famosa lei ùe 14 ùe julio de aquel afio, que marca la época de la libertad comercial ell el pais. Su artículo 39 dice así: "Art. 39. Sobre las mcrcaderías o productos cstmnjúros que se importen en la Nueva Granada, por los puertos habili. tados para el comercio de importacion, cualquiera que sea su procodenGia a el buque en qne se importen, se coural'Ú,Ull solo impuesto a contribucion, que se denominará" derecho de im. portacion," i se pagará en las cuotas establecidas por la tarifa. o arancel aùjunto a esta lei." Aboliéronse casi por completo los derechos restrictivos, i la rebaja jeneral en la cuota del impuesto fué de más de un 25 por 100. Abolióse el ùcrecho de tránBito sobre las mercancías estranjeras por el Istmo, i se hizo una considerable rebaja en el derecho de toneladas. Comparemos estas cuotas con las 'de la tarifa de 1844. El algodon manufacturado en toda clase do hilos i tejidos, comprendiendo bajo esta denomiuacion los lienzos i domésticas, 11 centavos libra, en vez de 38t. La harina de trigo, maiz a avena, 8 céntimos de real la libra o $ I-GO por barril de 8 arrobas, en vez de $ 3-87 ï. La lana manufacturada en ropa hecha, 75 centavos libra, en vez de $ 12-52! porlevita i €s 3-7! por pantalon o chaleco. Una montura para hombre o mujer, con a sin arneses, $ 4, en vez do :il 12 i $ 8, respectivamente. Lu. docena de sombreros de pela, ~ tl-GO, en vez de \fi 1\)-4.·1. 218 APUNTAMIENTOS SORRE LOS PROGRESOS La loza blanca, $ 1-20 docena de piezas, en vez de I así de la demas. $ 1-82!. Los hombres que sancionaron la reforma económica de 1847, nO esperaban que el progreso en las rentas públicas se hicieran sentir inmediatamente, como por un efecto májico de la rebaja en los derechos de importacion. Ellos sabian por el contrario que momentáneamente el producto de la renta de aduanas esperimentaria un déficit mui Datable. Lo mismo le ]Hl.biaacontecido a Peel en la Gran Bretaña, por la cual, agobiado por el odio de sus enemigos i por la vocinglería. de la iw. paciencia i de la ignorancia, tuvo que abandonar el poder el 5 de julio de 1846. Los efectos económicos i fiscales de la reforma debian esperarse del incremento que la economía realizada por los contribuyentes diera a la capacidad consumidora del pais, cuando esos ahorros se hubieran convertido en capital produc. tivo, i cuando el trabajo, libre de los obstáculos de la restric. cion, hubiera comunicado nuevo vigor a la produccion nacio. nal. Pero estos fenómenos no se cumplen en un dia, i ménos en las transacciones de un pueblo atrasado i pobre: ellos necesitan años para realizarse. ' Es verdad que en el año inmediatamente anterior a la reforma, 1846 a 1847, las aduanas habian producido $ 859,727, i que en el año siguiente, de 47 a 48, ba.jaron a $ 692,037. Pero aun este mismo déficit era ya mas aparente que real; porque habiéndose rebajado los derechos en un -25 por 100, suponiendo que las importaciones hubieran sido las mismas, las aduanas 8010 deberian haber producido $ 644,795, o sea un 25 por 100 ménos que en el año anterior; mas como el producto alcanzó a $ 692,037, es claro que por efecto inmediato de la rebaja en los derechos, las aduanas tuvieron un aumento de 7 por 100 sobre el producto de 46 a 47. Desde elLO de enero de 1848, en qne qued6 abolido el sistema protector ¡restrictivo, pudieron venir a nuestros puer. tos los buques i productos de todas las naciones, que no B6 . habian eximido por tratados de los errores de nuestras leyes. La primera bandera que se vió en la bahía de Santa Marta, la víspera de ponerse en cjecucion la lei, fué la. de los Estad{)s Unidos de América, que habia quedado escluiJa desde que terminó el tratado de 1824. Dando cuenta de los resultados de la lei al Congreso de 1848, decia el sefior González la siguiente: " No faltarán talyez reclamaciones para quo se restablez. DE LAB !DEAB ECONÓMICAS. 219 can los derechos protectores de ciertas indnstrias, que pretenden no poder sostener la concurrencia estranjera.; mas el Ejecutivo confín. en que los lejisladores no atenderán estas solicitudes perjudiciales, que se traducen por la pretension de que se imponga lIna contribucion a los consumidores, en favor de ciertos industrialefl que en nada contribuyen al fomento de la riqueza nacional. Cuando la agricultura i la minería, q ne son laR fuentes de nuestra riqueza i alimento de nuestro comercio, ~,ehallan gravadas, la una con el diezmo, i la otra con el derecho de quintofl, protejer los artefactos que la Europa i la América del Norte pueden enviar a precios baratísimos a todos los mercados del mundo, seria un contrasentiùo económico imperdonable. Libertad para producir i cambiar, he aquí lo qne ellejisbdor debe conceder a todos, i dejar a la intelijencia i a. la acti viciacl el campo Ebre para obtener 1o.sventajas que la poca hahilidad o la pereza pretenden conseguir con una proteccion onerosa para la sociedad entera." La. Administracion .M:of;quera no se desalentó por los primeros resultados fiscales de la reforma, ni por los embarazos en <tue la rebaja de los derechos, combinada con el creciente pago <e los dividenrIos de la deuda estranjera, i con el aumento do Josgastos públicos, ln. habia puesto; tuvo hasta el último momento fe en los principios de la ciencia, i pOI eso decia al Congreso de 1849, en la Memoria del ramo la siguiente: "Ln. lei i tarifa de 14 de .iunio de 1847, sobre los derechos que se cob-mn en las aduanas, aunque basada en principios económicos qne nunca fallan, no ha producido todavía los resu1tl\dos ventajosos que promete: ellos son obra del tiempo; i sin embargo, causas estrañas i las cOllsiguientes a 1:1 transicion, han contribuido a arrebatarnos por ahora parte de los frutos quo mas tarde debemos recojer. Nuestro comercio ha debido por cierto resentirse de la crÎsis mercantil i do los trastornos quo han aflijillo a casi todas las naciones europeas. Paralizadas por otra parte1:1s importaciones durante et primer tercio del año, para gozar los interesados cio la rebaja concodida por la lei en los derechos, i apesar de que en los ültimos ocho meses excedieron notablemente al mismo período del año anterior, nunca. alcanzaron al del último uña económico. D6bese osperar, pues, que en la venidero se repare casi el déficit, i en adelante haya un numento progresivo, a. medida que tome la actividad que, sin duda, tomará nnestro comercio, si la mejora de los principale" caminos nacionalefl se lleva, como la exije la pros_ peridad de ln. H.epúhlica, al punto que facilite el movimiento do los cambios i trasportes a un precio soportable." 220 APUNTAMIENTOB SOBRE LOS,PROGRESOS LA REFORMA DEL SISTEMA. MONETARIO. Por esta vez nO podemos acusar sino mui parcialmente a la madre patria, de los males que por tantos afiOBsufrió la Repú. blica con las perturbaciones, la desconfianza i la. falsificacion introducidas en el mecanismo de los cambios, por el desconoci. miento de las leyes económicas que determinan el valor natural de las monedas, i que deben servir de lei a la probidad del Gobierno. Sea dicho en honor de la justicia: el Gobierno espa. tIoI no figura entre los autores principales del arbitrio fiscal de la reduccion forzada i fraudulenta del peso i de la lei de las monedas. El Dante tuvo que ~buscar en Francia a Felipe el Hermoso para colocarlo en su infierno por monedero,falso. Las monedas espl.l.fiolashan,sido en todos tiompos unas de las mas apreciadas del mundo por su belleza. i por el crédito de su peso i de BU lei. El oro que se dispuso amonedar en las casas del Nuevo Rei. no por la ordenn.nza real de 13 de diciembre de 1751, debia tener la lei de 22 quilates (0,916!) de fino. De cada marco de oro que pesaba 230 gramos, debian sacarse 68escudos de a 2 pesos, 0136 pesos fuertes; i como se pagaba a los introductores a. $ 128 i 32 maravedis, la Real Hacienda ganaba 7 pesos, 7 reales i 2 mara· vedis. El peso espafiol de 8 reales era un poco mayor que el peso fuerte de nuestros dias, piles pesaba 542 granos i l'f de grano (26.47 gramos) a lei de 10 dineros 20 granos (0,9021-) Haciendo las convenientes reducciones, la onza ~spafiola pesaba. 27,580 milígramos; la media onza 13,529; el doblon de 2 escudos 6,764; i el escudo 3,382. Con la lei de 22 quilates se estuvieron emitiendo las monedas de oro españolas hasta que se disminuyeron a lei de 21 quilates, 2! granos, o sean 0,901 en vez de 0,916t, por la real cédula. de 18 de marzo de 1771. La España se vió obligada a dictar esta medida para rebajar la lei de sus monodas do oro al nivel de las otras monedas de Europa, principalmente do Inglaterra i Francia. Por otra' real órden mui reservada, de 25 de fehrero de 1786 se previno al Virei de Bogotá que desde 1.0 de enero de 1787 se rebajase la lei de las monedas de oro a 21 qui. lates (0,875). La unidad de las monedas de plata españolas era, como hemos dicho, el peso fuerte do 8 reales con el peso de 542 i l~ de grano (26,47 gramos) a la. lei de O,902j do fino. DE LAS IDEAS ECONÓMICAS. 221 .'.~--~-----------~---------Fn6 el Gobierno delll.ntiguo Estado de Cundinll.luarca., en 1813, presidido por dOli :Mauuel Bernardo Álvarez, el que, n semejanza de los romano~) que durante la segunda güerra pú. nico. redujeron a ~tnn onza de cobre el as que pesaba dos, mandó emitir como arbitrio fiscal para las necesidades de la guerra unn. moneda de platr.. de 7 dineros (0,5831) que es la que todavía circula hoi entro nosotros, con premio de 4 i 5 por 100 sobre cloro de 0,900, conocida con el nombre de " peso chino," porque tiene por el anverso el busto de una india ea. rouada de plumas. (Así estaba el cambio en 1874). Por iguales motivos de escasez de recursos con que soste. ner la guerra, los realistas ocurrieron al mismo arbitrio de los patriotas, emitiendo monedas de baja lei; i el Capitan " jeneral Montalvo durante su gobierno en 'Santa Marta, de 1812 a 1818, hizo acufiar unn. moneda de plata de lei todavía inferior a la cundinamarquesa. Las tropas del jeneral Morillo difundieron esta moneda por todo el pais cuando reconquistaron las provincias de la Nueva Granada en 1816. ('if) El Congreso Constituyente de Cúcuta, queriendo, como dicen los considerandos de la lei, remediar los males mui gra_ ves que sufrían los pueblos por la diversidad de monedas intro_ ducidas con la guerra, persuadido de que estos males no se cortarian miéntras todas esas monedas no se redujeran a un peso i lei uniformes, dict6 la lei de 1.° de octubre de 1821 mandando: 10° que todas las monedas do oro colombianas tuvie. ran el mismo peso i lei que se les daba por la ordenanza es. pañola; i 2.° 'lue todas las monedas de plata en circulacioD, esceptuando las de cordoncillo espaflol i la macuquina anti. gUllo,se reacuñasen con la misma lei i peso de las antiguas monedas españolas. Pero esta lei DOpudo cumplirse por abso_ luta escasez de fondos j i el Gobierno de Colombia, para elu_ dir la prohibicion legal, continuó emitiendo monedas de plata de baja lei, poniéndoles fecha anterior a su reacufiacion. El Congreso de 1823, urjido por las necesidades de la guerra., autorizó la emision de la moneda de 8 dineros por la lei de 4 de junio de 1823. La lei de 14 de marzo de 1826 repitió el mandato de que las monedas de oro se acunasen con el mismo peso i lei que se les daba bajo el Gobierno español; pero nada dispuso respecto de las monedas de plata, las cuales continuaron acu· fiándose a la lei de 8 dineros ( 0,6661.). Fué la lei granadina de 20 de abril de 1836, (lei 16, p. 4.·, t. 5.° R. G. ) la que volvió a bacer un esfuerzo para uniformar el sistema monetario, poniendo las monedas de plata en relacion con el valor del oro. Esta lei dispuso que los pesos, medios pesos (*) Dato3 estadísticos e hi~tóricos tomaùos de la Memoria sobre nmoncdacioD, cscrita por el señor José Manuel Restrepo, CIl 1861. 222 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESO S i cuartos de posoo pesetas, tuvieran en adelante la lei de 10 dineros 20 granos (0,902j,) la misma que habian tenido las monedas de plata españolas desde 1772. Acuñátonse a esta lei 19,559 marcos de plata que produjeron $ 166,.500: pero hoi no se encuentra en el pais una muestra de esta moneda, porque toda se llevó a l¡¡glaterra para hacer el apartado del oro que contiene la plata aurífera de nuestras minas. La lei de 9 de abril de 1839, (17, p. t.O5,° R. G.), volvióa permitir la acuñacion do monedas de plata a la lei de 8 dineros. 4: ~n esto estado,encontró las cosasla Administracion Mosquera, OR decir retrotraidas al que tenian cuando la provincia de Cundinamarca, en 18I;~,o~urrió al arbitrio de la emision de moneda de .plata de baja lei. Las leyes granadinas sobre monedas continuaban pues empeñadas en mantener la ilusion de que un peso de 8 dineros valia lo mismoque un pesode Il dineros, i en forzar a los dueños de las onzas de oro a que dieran una onza de oro por 16 pesos de 8 dineros, que solo contienen 245 gramos de plata fina, comola daban· por 16 pesos españoles, que conte. nian 382 gramos de plata pura, despreciando fracciones. La Administracion Mosquera se decidió con voluntad firmo ll. cortar los males de raiz, acelerando la amortizacion de la moneda macuquina, i restableciendo entre las monedas de oro i plata la relacion de valor intrínseco jeneràlmente admitida. en todos los pueblos civilizados, en vez de la relacion absurda i contradictoria que por las leyes vijentes existia entre las monedas de plata de 8 dineros, o la macuquina, i· la moneda de oro de 21 quilates (0,875). Los perjuicios que semejante estado de cosas causaba en la circulacion, i la inseguridad con que afectaba todos lOB cambios, eran inmensos. En una semana habia 6UbiJoel premio del oro sobre la plata del 8 al 18 por 100. ~Quién podia. calcular sus ganancias ni sus pérdidas bajo la inBuencia de tan ~arosas circunstancias? La oscasez de numerario era mui grande, i esto tenia tres causas: La que la mayor parte de la moneda de 8 dineros corria a las provincias del Sur i de allí pasaba a la vecina República del Ecuador, donde se admitia con premio sobre las piezas franCesas de 5 francos; 2: que nuestras leyes mantenían rigurosamente prohibida la reimportacion de nuestra moneda j i 3: que desde la emision de monedas de baja lei, habiamos desterrado naturalmente de nuestro mercado las monodas de los otros paises, que nadie volvi6 a traer a la N ueva Granada, porque se habria visto forzaùo a vendedas l)crdiendo. 223 DE LAS IDEAS ECONóMICAS. --.--------------.----.------- .•. ----.-.------- La escasez de numerario contribuia poderosamente nI alto intcres del dinero, que babia subido desde el 5 por 100 anual, que se pagaba cun.ndo todas las monedas del Continente circulabn.n con facilidad cutre nosotros, hasta el 24 i el 36 por 100, que era el precio corriente en 1846. Para remediar estos males i los de la csportacion clandestina del oro, que no tenia. otro camino para bu ir de los inso. portables derechos con que estn.ba gravado; propuso la. Administracion Mosquera al Congreso de 1846, por conducto de su Secretario de Hacienda señor Lino de Pamba, dos proyectos de lei que hacen época en la historia de la libertad del comercio de meta1.es preciosos; el uno permitiendo la esportacion del oro en pasta i polvo con un derecho de 7 por 100, i reduciendo al 6 por 100 todos los derechos de quinto, fundicion i porte de correo del oro destinado a la amonedacion ; i el otro adoptando el sistema decimal i la lei uniforme de 0,900 para la acuñacion de las monedas de pln.ta, cuya unidad seria el real con el peso de 2} gramos. El señor Pamba estimn.ba que el gravámen actual, recarga. do con la pérdida que la prohibicion de esportar las pastas im. ponia al dueño del oro, era de 10-ô por 100; i que el gravúmen futuro COll la libertad de esportacion solo seria de 4-5ô La gran dificultad para realizar la reforma del sistema mo. netario consistia en el temor quo todos abrigaban de que la. moneda de plata do ocho dineros iba a sufrir una depreciacion correspondiente a la diferencia entre su lei i la de 0,900; es decir que un peso de 8 reales solo quedaria valiendo 6 reales i 3 cuartillos. El señor Pamba desvaneció con una claridad majistral ese temor, racional eu el fondo, pero que él comprendia que no podia realizarse por la influencia del hábito i de otras circunstancias; i es realmento admirable ver hoi, <lepuesde 30 años, cómo se han realizado al pié de la letra sus cálculos sobre el curso quo ha seguido el valor relativo de los dos metales, i sobre el papel que las dos monedas de oro i plata están llamadas a desempeñar como iutermediarias de la circulacion. Al efecto decia: . "El tropiezo único eon que se tocará será la presunta depreciacion de la moneda actual de plata, con respecto a la moneda de oro: juzgo de mi deber esforzarme en deshacer de antemano toda equivocacion sobre este punto capital. "De ningun modo debe temerse que la depreciacion do la moneda circulante de plata siga la misma proporcion do ocho a diez, pues han de impedirlo forzosamente diversas causas que procuraré esplan'1rj siendo la principal de todas el becho notorio de hallarse en la N ueVllGranada, apesar de sus mal compajinadas leyes monetarias, o por el vicio mi'imo de ellas, los precios 224 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS venales o de cambio de las monedas de oro i plata en la relacion de sus valores nominales. El oro se cambia, por plata con un premio hasta de 8 por 100 en las provincias deLinterior, i hasta. de 12:por 100 en las marítimas, no siendo todavía mucho mayor este premio por la., supera.bundancia de la moneda de oro, i por lo limitado del movimiento mercantil. Promulgada que sea. la lei que restablezca a su lejít.im~ proporcion 108 valores nominales relativos de las monedas de plata i oro, varia. rá la apariencia de las cosas sin variar éstas sino paulatina.mente en la realidad: vendrá. a pasar a la plata, en la forma, el premio de cambio de que hoi disfruta el oro, i es seguro e in. dudable que tardará muchos afíos en correr a la par como mercancía., pues aparte de otras rAzones las acuñaciones de oro habrán do duplicarse,.i tripli<:arse, sin 9Ul;l sé verifique. aumento notable en las acuña.ClOneso mtroducClones de plata, 1 la plata será por largo tiempo la reguladora del cambio. " Los precios de los artículos ordinarios o indispensables de COllsumo,ninguna altera.cion sufrirán, o si la sufren será. de un modo lento e imperceftible, i sin afectar por consiguiente los intereses de nadie. E Gobierno no exijirá. en sus ad'uanas, ni por la sal, ni por el tabaco, ni por el pa.pel sellado, ni por razon de otro impuesto alguno, mayor cantidad de plata que la que ahora exije, ántes exijirá ménos por porte de correo si se adop. ta. la reforma solicitada de la. tarifa, i en cuanto a la sal, su precio de venta. acaba de rebajarse en la salina del distrito de Cipaquirá: tampoco pagará a sus empleados i ajentes sino como actualmente los paga. El arancel de derechos judiciales; bueno o malo, permanece tal cual se halla establecido. El ,es. pendedor de mercancías estranjeras no subirá los precios de éstas en el menudeo; porque su importacion no cuesta más, i porque el oro con qno ha de cubrise su valor en Europa se ob. tiene despues de la nueva lei al mismo o poco mayor costo que ántes: ni alzarán los !)uyoslos vivanderos, los artesanos i menes. traIes, los dueños de fincas rurales o urbanas, porque lo que ellos necesitan, no ha encarecido. Tampoco padecerán menos. cabo sensible, aunque al afirmado lleve visos de paradoja, lOB contratos i transacciones) pecuniarias anteriores a la reforma:, lo que haya de pagarse o cobrarse en pesos de a ocho rel\lee granadinos, Ilepagará. o cobrará, pudiendo adquiriese entónces en. cambio de ese valor lo mismo, con poca o ninguna diferencia, que se adquiere en la actualidad. "I aun concediendo como posible que la depreciacion no. minaI necesaria de la moneda de plata de ocho dineros llegue a afectar sensiblemente, dentro de poco su valor convencional circulante, concesion hipotética que no debe estenderse sino a lo sumo hasta un cinco o cinco i medio por ciento adicional de DE LAS IDEAS 225 ECON(¡;lIICt.8. b:tja, no pal' eRa la refor,n:1 mouctaria pro pueRta será taehablo de injusta a irrpolíticfl, ui ncreeertL repulsa ci proyecto que la establece. La depreciacioIl efectiva de la IllOUetht actual de plata seria consiJerada. como una cot'.tribuciou imp~()sta para el impol'tanti:'iimo o~)jeto de amortizar la mda moneda; opera. cion que t:t,·tlc o :.cll1prano ha de verificarse fi espensas del Te. sara llD,cioil:1l,es (hcir a espenms de los contribuyentes CI ue llenan sus (l,rcas i que cuanto ,UURtarùe se ejecute ha de ser mas dificil i ¡na:; costosa. El redizar cou un gfl1vámen tan lijero la colo,ml cll111c;sa, tlU'Cve¡·el.'.lOSc;uJl1jJliùa si pasc,n los proyectos de loi, (de :lli1o;:t;7.arcerca ùe t:,es miJloncs de pesos de corùoncillo i mn.cwlllira, il,hor¡'audo al Tesoro el sacrificio de mns de un miJloll que so 1m eomlJUt:l.l!O cost:1.ria hacerla por los medios ordinario:;), será lIll rc~;ultario (lue pareciera proùijio si no so viese cOllspir,u natmn.luwnte a p;'odlleido una feliz comùi. naeion de cj<·c.lIlsta·:ci:l~;. K:a cOllt"i1J1wion, notaré <lepaso, tcn(hia carv.etC·C8 d;:; hor~(;:l(l ,;i!ll~':llares; ~Tavi:a"ia ('0'\ igur.ldad sobre todos los JJal)il;:lJ~~s del ¡')<1is,1J1\~!'-;(lUC n,Jo. uuo ia pagaha ell esactr. proporcioll cou St\S pocos a 'llucl~os habètes en numerl'xio; s~ p,lgt'.riu. casi sin :J.dvcrtirlo. i gota a gota, ¡;egun la. medid[t dEl COlliHntlOi reprocl \leeion tIel capital; i de ella se nprovechn.ria inteL~mmeut() la Nacion, por no necesitarse do aj en tl!S pan" recauùarJa. ui ser posiLle~ los frU1ll'es." Efectiv:1l1leute, el Congreso de 18·16 ospidió la lei de 23 de mayo de ese ~;'ío, permitie¡;do b cRportacion del oro sin amone. dar con el pago do un derecho único de 6 por JOO e¡1 especie por raZa!! de <1U[ut08, funùicion i IJorte de corroo; i la de 2 de junio sobre 1ll0neJas ur.ciolla.lèS. Por esta Últin':1 se adoptó el sÜ,tema decimul i ln. lei uniformo de 0,900 para h~:;monedas de oro i pb:l.ta. La. uuièaù monetaria seria el real de pbta con el poso do un adarme, once f~rallos i uu quiuto de ~rano, equivalente a. 2~ gramos i a. la lei de 0,000. El artículo 11 dispuso, como era z:.aturn.l, quo continuaran en circulacion por su valor nominal la.s monedas de plata gmnaùinas i colomuianas; pero conser. vándose prohibida su ilIlPortacion de pais estranjero. El oro se pagaria a los introùuctores dándolcs su proùucido íntegro, con solo la deduccion de 3·~ por 100 .. Esta le;., sinemhargo, no era completa; ella atlolecia de dos defectos principales: que al mismo tiempo que mantenia prohibida la reimportacion ùe la moneda nacional de ocho dineros, no habia abierto las puertas a las monedas estranjeras de igual peso i lei ùe las que ahorD. se Inl1ndalmn emitir; i como continuaba la escasez de numerario, por la afluencia ùe las anti. guas monedas de plata a los mercados del Sur, eran muchos los males ~.ue ~e ~ufriail C'l hs p,oyincias del Ncrle i Centro 15 226 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS de la ~pública; i segundo, que la lei, aferrada a los ríjido¡:; principios de Juan B. Sa.y, i sin tener en cuenta las modifi. caciones que esos principios pueden sufrir i sufren en la práctica por la influencia de los uSQ.<; i costumbres de cada pueblo, no habia querido fija.r la equivalencia oficial entre el valor del oro i de la plata. Cornoobservaba el señor Florentino González en su esposi. cion al Congreso de 1848, seguíanse de aquí males de mucha. consideracion. Como la verdadera unidad monetaria del pais, tanto por la lei como por la costumbre era la plata, las monedas de oro no entraban en la circulacion, i habian quedado reducidas a la condicion de pastas selladas con grandes fluctuaciones en su precio. E., cierto que desde que en un pais hai mo. nedas de distintos metales, la lei no puede fijar con rigurosa esactitud su valor relativo, i que el curso natural del cambio determinará siempre un premio en favor de las mas solicitadas; pero estas flutuaciones serán menores, o casi insignificantes, si a estas mOlledas se les fija su valor relativo en la proporcion conocida ell el mundo .comercial entre el valor del oro i de la plata, i si se facilita su circulacion adLl1itiéndolasel Estado en pago de sus estellsas transacciones. El señor González se empeñó en que las lejislaturas de 1841 i 1848 corrijieran estos defectos; pero solo se consiguió parcial. mente: la lei de 27 de abrillle 1847 mandó admitir en pago de las contribuciones nacionales las monedas de plata de Fran. cia, Béljica i Cerdeña arregladas al sistema decimal, a raZOD de 2 reales el franco. La lei de 20 de marzo de 1848 hizo es· tensiv3s estas disposiciones a todas las monedas 'estranjeras, iguales en peso i lei a las granadinas. La lei de 4 de junio de 1849 permiti6 la ~portacion del mineral concentrado de oro i plata, pagando un derecho de 3 por 100 sobre el valor que contuviera el mineral reducido a moneda Je oro o plata. Para completar la reforma del sistema monetario, quedaba aún por retirar de la circulacion la antigua moneda macuquina o de cruz, de forma irregular, sin peso i lei conocidos, la cual era un elemento permanente de inseguridad i de desconfianza, por las facilidades que ofrecia para su falsificacion, i sobre todo para ser impunemente recortada a cercenada .. La lei de 30 de mayo de 1838 habia autorizado al Poder Ejecutivo para su paulatina amortizacion, a medida que 10 permi. tieran los recursos del Tesoro; i para que fuera retirándola por provincias, de la ciroulacion. Estas operaciones comenzadas bajo la Administracion Márquez se practicaron principalmente bajo la del jeneral Herran; i en 1848 eran ya muipocas las provin. cias donde circulaba la macuquina, la cual habia re fluido en m; LAS IDEAS ECONÓmCAS. 227 r,mn p~rte 3. la de Bogotâ. So ca.lculaba una existencia de medio millon de pesos .. Pero decidiùos el jeneral Uosquera i el señor Gonzále? a poner término a esta vergonzosa situacion, espidieroll el memorable decrc-;o do 1'1 de junio de 1847, declarando que cI3l de a60sto de 1848 dejn.ria de ser do obligatorio recibo, n.sí en las transacciol13S particulares como en pago de Jas contribuciones púhlicas, ln.mOTlaùa macuquiaa, i disponiondo el modo i términos do su alllorti,mcioll con billetes de Tesorería. Grande fué lu. alarma que prod njo esta medida; pero el Gobierno, que no sabia retroceder ante esos obstáculos, la llevó a efocto con laudable firmeza, i elLO do setiembre de 1848, dejó de ser moneda legal lu. maeuquina. En el n~islr..oaño llegaron de Inglatorra Jas nuevas máqui. nas peclid.a~ para la acufiacioll de las 1I1011edl~s mandadas emitir por la lui de 2 de junio de 184G, i de este moùo se complementó la reforma i unificacion de nuestro sistema monetario. La única cllestion prácticn que nos queda por resol ver eil ln. de cOllse.!,uir (!lIC clora penotre eu la maso. jeneral de las transacciones, que adquiera por el uso el carácter de verdadera moneda (lue hoi no tieue, para que desaparezcan las dificul. tades COll(PlOtropie7.a la circuIacioJl mouetaria del pais, i COll ellas el des~uell to absurdo, porque ot;~onomhro no mereco, de 4 a 10 por 100 l/lIe la ignorancia i la ospeculacion hacen sufrir en el mercad.o a las monedr.s do oro. (Esto se escribia en 1874). Fijado como está el valor legal relativo del oro i de ln. plata, cn la proporcion en que está ell el mundo civilizado el valor relativo de lOf) dos metales, la no circulacion de las mo. nedas de oro a la par de las monedas do plata, no tiene otra callsa quo ln. desconfianza i el atraso comparativo de nuestr:..s pohlaciones internas, apegadas todavía a los usos i tradiciones lllullicipales de la Colonia, i separadas del contacto inmediato Call el comercio de los otros pueblos. Tambieu hai que reconocer quo el descrédit<l del oro provino, i proviene tod:wía, de In. illlperfeccioll a sea Je la mala calidad extrinseca ùe nuestras monedas, i do la cstensa falsifi. caciou que por esta causa so ha hecho de ellas. Si todo el mun. do pono gran cuiJado en el exárnell de una mOlieda de plata Je valor de 10 o 20 centavos icúmo puede exijirse que el pue. blo admita cou facilidad monedas de oro quo no está acostum. brada a examinar, i en qne la pérdida, por el riesgo de la falo sificacion, no es de 10 a 20 centavos sino ùe 1 a 10 pesos? Pero el ell11Ílibrio eutre el valor corriente del oro i de la plata se restablecerá a. mediùa que mejoren nuestras monedaR, (lile se aleje la.descoll(jauzu i que vuyu form(mdose por el hú.bito lu eùucu<.:ion lllcrcaur,il de nuestrus masas . .En esto, como 228 APUNTAMIENTOS SORRE LOS PROGRESOS en todo, hai que confiar ~ la accion del tiempo el encargo ùe vencer el imperio de la rutina i do las preocupaciones; pero no debemos arredrarnos ni retroceder ante 108 primeros obs. táculos. La abolicion del monopolio del tabaco pertenoce con propiedad a la. matoría del capítulo siguiente. ________ ...•__ ~__ •.•....•.•..• __ ,",r _ CAPITULO V!. El movimientoliberal de 1849 3. 1853. Solo el período que estamos atravesando, ésto en quo va. mas n. poner cou la instruccion, el créditD, el ferrocarril i el teI6gra~'0 bs bases seguras i permanentes del .' "nroll0 eco. nómico e industrial del pais, podrá dentro de ~ J.ños,cuando este cultivo haya principiado :.t cambiar la fa;. de la nacion, compararse en fecundidad, en elevacion i en verdadera grandeza al período do 18!9 a 1853. Si en la época actual se cavan cou ma'lO firmo los cimientos del progreso, en aquella so ejecut6 un trabajo colosal para preparar el terrello, limpiándolo de las nalezas i de las ¿!antas agrestes que absorbian los jugos nutritivos de la tierra, para abatir resueltamcnte el bosque secular de las rutinas i del empirismo, quo mantenia ese suelo oculto u 103 rayos viviûcu.ntes del sol, i para romper el dique del centralismo que ma::J.tenia estancada.s las aguas quo dobian abonado i fecundarlo. Ya han desapareci(~o afortunadamente los intereses oligárquicos quo ostallaron con toda la vohemencia do la pasion i del odio contm los reforrnadores de aquella época. liai solo quodan en pié, de relieve, los benéficos resultados de aquella reforma, convert~das eu fundamentos de nuestra constitucion política i social, i aceptadas por los hombres ilustrados do todos los par. tidos. For la mismo podemos ya apreciarlas en completa calma; pero manteniéndonos en el terreno do los intereses económi. cos, c011sideraremos eûas reformas con absolutfl, proscindencia del movin:Îento político que las iÚlpeliÓ; i por la mismo que fueron ln. obra victoriosa del partido liooral, pondremos espe. cial cuitlado en ser sóbrios en su elojio. Auuque la Lejisbtura do 1843 espidió la Ici de 23 do mayo decretando que desde 1.0 de enero ùe ] 850 seria libre en toda la Repúhlica el cultivo i comercio dol tabaco, sujeto solo a un ù3reuho de esportacion do t\4 por cada quintal que se esporta:;e on rama, i Je 82 por cada quintal do cigarros, pecando al parecer contra la cronolojía, no homos croido qllo debiamos colocar ni atribuir esta importante mcdida al período de 4G a 40: 1.0 porque ella no se complement6 sino por las leyes do 12 de junio de 1810 i lG de mayo do 1850; i 2: por. 230 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS que la. promesa de là.abolicion del monopolio para 1.0 de enero de 1850, que era. lo único que en reflúmen contenia. la lei de 48, fué obtenida a. despecho de todos los esfuerzos que para. impedirla hizo la. Administracion Ejecutiva. El Presidente, Jenelli.l Mosquera, 10 único que tuvo fué el talento de no objetar una lei que la. opinion pública. reclamaba con gran calor que aún tenia 18 meseflpara su ejecucion. Mas no por esto es nuestro ánimo acusar a la Administracion Mosquera de que procediera por espíritu retrógrado o ili. beral en la oposicion que bizo a la inmediata abolicion del monopolio. Sus objeciones se dirijieron únicamente contra los resultados fiscales de la medida, por 01 temor de que un desfalco repentino de cerca de medio millon de pesos, que era el producto líquido de la renta, cayendo ya sobre un tesoro en des. cubierto, pusiera en sério peligro la marcha del Gobierno. El sefior González, comprendiendo que cuando está de por medio el interes jeneral de los pueblos, la opinion que ha resuelto hacer una conquista importante en el camino de la. libertad i del progreso, no se apiada do las penurias del fisco, no habló una palabra. de esto en la Memoria de ]847, i se propuso combatir la reforma con razones mas o ménos espociosas do conveniencia. pública. Segun él los productores granadinos no tenian todavía la capacidad industrial ni mercantil necesaria para aprovecharse de la libertad del cultivo i del comercio del tabaco; i era. preciso preparar su educacion por algunos años más bajo el monopolio. "Oportunamente, decia, se pasarán a las Oámaraslas £life. rentes solicitudes q\le ban venido al despacho de mi cargo, sobre que se permita el libre cultiV'Oi comercio del tabaco. Deseoso el Ejecutivo de que esa medida no se tome sino cuando se tenga seguridad de que puede ser provechosa a la nacion, ha fija_ do en el proyecto la produccion que, cuando se alcance, será una prueba de que ya puede cesar el monopolio sin menoscabo de las rentafl nacionalc8, i con ventaja de los que se ocupen en el cultivo i comercio del tabaco. "En nuestro pais, en que todos trabajan aislados, en quo no se tienen ideas del modo de hacer ventajosamnte el comer. cio de esportacion, fácil es concebir los resultados que tendria. el inmediato desestanco del tabaco. Otros productos esportables son abundantes i baratos en varias provincias de la Repú. blica, i podri~n esportarse con utilidad crecida, si se supiese hacer este comercio; pero el hombre que trabaja aislado, como jeneralmente trabaja el granadino, con un corto capital que invierte en una. pequeña cantidad de frutos, que conduce i va a vender él mismo, no puede tener utilidad; porque los gastos personales, el valor del tiempo, del trabajo i ~e la intelijencia.) DE 1,,\8 lDEAS ECONúl\rICAS. 231 son los mismos para conducir i realizar un pequeño cargamen_ to, quo uno grande; pero las ganancias de uno pequeño no dan lo bastnllte para hacer estos gastos. El habitante del interior quo lleva a la Costa cien quintales de azúcar, por ejemplo, tiene que venderlos con un 200 por 100 de recargo para sacar sus gastos; i si en lugar do 100 llevara 1,000, con yondedos al ciento por ciento tendria mas de 50 por 100 de utilidad neta. Sinombargo, 01 granadino no sabe todavía hacer este cálculo; no sabe que asociándose a otros pequeños capitalistas puedo hacer grandes acopios de frutos, mandarlos al estranjero i realizar Sll valor, por medio de letras de cambio, sin mover¡:e del lugar de su residencia, ni desatender sus ocupacionos. Un gobierno quc conoce que tal es el estado en que se hallan los co· nocimientos mercantiles en el pais, obraria con imprudencia, si promoviera inmediatamente el que se dejase libre el cultivo i comercio del tabaco. Ha becho, pues, lo que su deseo de proporcionar ventajas a la nacion le dictaba como necesario. Ha promovido la formacion de compañías que, en los distritos en que la produccion es buena, cultivén el tabaco, lo acopien i preparen con intelijencia, i en cantidad hastante para dejadell utilidad, f:¡.cilitándole~ el pago en letras sobre los lugares Il. donde lo e~porten. El dia que la esportacion haya subido a l3. cantidn.d que se fija corno condicion pam. el desestuneo, 'ese dia. hai ya pruebas de que el comercio de esportacion se hace de una manera. provechosa, de que la prodllccion se prepara con iutelijencia en el interior, i de que una gran cantidad del jénero tiene salida en el estarior. Entónces puede dejarse libro la prol~uccion i el comercio del tabaco, pagándose la eontribucion que estableco el proyecto, sin que haya riesgo de un déficit en los produc.:tos de las rentas, ni de que la nacion deje de sacar ventajas de este comercio. Estas son las ideas del Ejecutivo, i las que espero consagrarán los lejisladores con su san- cion." La Aclministracion creia eludir la dificultad, aplazándola, i para satisfacer las exijellcias reiteradas de la opinion presentó ti. la misma Lcjislatura de 47 un proyecto de lei orgánico de la renta, cuyo artíc.:ulo 48 decia: "El primero do enero siguiente al año económico en que la esportacion anual de tabaco para. paises Gstmnjeros haya excedido de 50 mil quintales en el año, cesará el estanco del tabaco, i scrán libres su produccion i venta pam el consumo interior i para la esportacion." En el año siguiente de 1848, la Administracion continuan. do en el sistema de alegar razonnes de otro órden para aplazar la medida, decía al Congreso en la Memoria de Hacienda, todavía bajo la firma del señor González 10 siguiente: " Las nnevas factorías establecidas en el año anterior, han 232 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS empezado a producir tabaco de buena calidad, que se esUIes. portando a los mercados estranjeros. Los empresarios de dichas factorías se han esmerado en difundir el conocimiento de los mejores métodos para el cultivo i preparacion del tabaco, i a su solicitud cuidadosa se debe el que la poblacion de los dis. tritos a propósito para la produccion de la planta, se vaya instruyendo en-el cultivo, Es probable que dentro de poco tiem. po, el comercio que se haga con este artículo sea de mucha consideracion ; pero como a meùida que él abunde en los mercados estranjeros, el precio habrá. de bajar naturalmente, no deben formarse cAlculosexajerados de las utilidades que reportará el pais, basados sobre el precio que ahora obtieue el tabaco granadino. Dificultades grandes habrán de vencerse para abrir a nuestro ta.baco otros mercados que aquellos en que ahora se vende; porque el gusto do los pueblos por este artículo de lujo, no ~e cambia en un dia, i los que están acostumbrados a.l uso del tabaco de otro pais, no admitirán repentinamente al consumo el de la Nueva Granada, para sustituirlo al que es conforme a su gusto. Sinemhrgo, la superioridaù reconocida del tabaco granadino, debe darnos esperanzas de que llamará la atencion de los consumidores, i hará que con m.Jnos embarazos que cualquiera otro, encuontre mercados en dondo espenderse. Ent6nces, al)lpliándose la proùuccion i esportacíon, podrá cobrarse sobre una fuerte cantidad un l¡equeí'ío derecho, que igualad el producto de la renta actual, que es una de las mas pingües de la República i que no puede destruirse sin reemplazarZa con otra, sin graves embarazos para la marcha de la Ad. nistracioll. " Pendiente so halla en las mui Honorables Cámaras lejislhtivas el proyecto de lei que tuve el honor de presentar en el año pasado sobre uu nuevo arreglo de esta reuta, i en él están consignadas las ideas del Ejecutivo sobre las nniaciones (lue podrían hacerse con ventaja Jel pais. El Presidente de la República habria deseado que en el caflOde hacerse ulla variacion, se hubiera hecho en el año pasado, porque la Aùrninistrcion presente habria tenido entónces tiempo do plantear la combinacion quo contiene el proyecto, i sobre ella habria recaido la responsabilidad de los resultados. Mas en la época en que nos encontramos no sucede la mismo, i es justo i prudente abstencI'se de cargar con la cjccucion de una lei tan iUllJOrtante, a individuos que. pueden no haber tenido parte en su adopcicn, i que aun la crean perjudicial." Pero en realiùad lo que en el fondo habia era el tomor mui justificado a la buncarota. DE LAS 1DE.\8 ECONllJ¡UCAS. ----------------- 233 --~ ---------.------_. ~----; Como êra natural, (porque la diminucion en la cuota de los impuestos pam. buscar su reemplazo en el incremento que recio ban de la prosperidad jeneral i del aumento en la produccioll, no Be realiza de un dia para otro), el déficit habia aparecido ya de una manera alarmante en el balance de los presupuestos. Ya en 1846 el Congreso habia tenido que autorizar al Eje. cutivo para contratar un empréstito de $ ?4U,OOO, deuda que Be estaba pagando todavía en 1848, segun informa. el Secretario, en la pájina 21 de su Memoria. En el Bonicio de 47 n 48, el mismo señor González calcu. laba. quo habria un déficit de 1'i7 ,8n, icon talmoti VD decia : " El Ei ccutivo lmùia omitiùo CIl lc:; allaS nnt¡3rior~s hacer a la Lcji:;la:ul't- n,ílocciol:cf. da esta clase; porque c1.Presidcllte, resuelto a promover la ID2jom <le nuestra,,; leyes fiscales, al traves de cualeslluieúl. dificultades, no quise ocurur a los Icjisladores con ln. c:onHÍdornci.:m de esos emharazos, 11 que tendriau que ocurrir, adernas ùe lOf; inherentes a lu. traueiciou que íbamos a ~1acer de un sistema a oL·o. !!I¡¡,shoi, quo escá próxi. ma el térmiuo del período de la netual admillistracioD, ha llegado el caROde hacer ¡)resente a bs m;¡i hOllOm.blcs CámaraR, que deùe e~uilil)r~.:-5J el presnpnesto de gastos con el de reutas i fI uo si ésto se halle. dcfici'Jnte, se autoric(;u r:.lcursos estraordillurioR, pam. qua plleeb hacerse el servicio de la manera que dispollen b.s leyes." Por otra partu, laR di"id.undos D.scemlentes de 1:1 JC.lda es. terior, conforrre a la e~;cdl', rnó\'il Jel cCilvenio de lo45, crecian rápidamellto. Ln lî..<Lllinistraciou j\losquem no lmLlv YJ. ]lagar el ùivilkllr10 número 8, ciell }lOL' 10(), correspoi)(liunte a lU de diciemhre do 18-i8, (}I'C iC:l}Jortah['. c,(j W,5G4- e:) Los Ji vidcndos números DilO, de iUllio i diciomb:ce de -HJ, imlJorta'.Ja cD..Ùauuo £ 20,Gl O. Posteriormente Re hu. pretenclillo estalJIeccr COilhaJ)ajos Je simple contahilidad, iudml:\blcmente csucto:; soure 01 pap;,:l, erróneos hajo el puuto (le vista Je los negocios, qUlJ el 'l'esoro teuiu. en 1:' de setiemLrlJ de Ii>!!) Ull cnpital G snjlGrcw¿t· ( nominal) Je 8 425,\)"/0. Pero 1Jastar:í rcrrotlncii :lJ¡uí los elementos cardillales de es:;¡, cuenta, (lue Ciitlí ell el iû.forme del Director de la Contal;ilidad jülwral, sobre ln formacioll de las C\lCutaR jenerales de 49 n. 57, anexo a la Jlemoria de n~cienda de 1859, para qne se com)rcnda lo err!Jnco ùe U\!. cálculo priÍ.ctico soLre la situacion efectiva del Tesoro, basado cu aquellas cuentas. Los elementos aritméticos que arrojan dicho supéravit, son en compendio los siguientes: .. -. e (*) Informe del Director de Crédito público de 1850, V:íj. 13i.. • 234 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS Saldos de rentas por recaudar de 1832 a 1849 ... $ 2.009,605 Deudas positivas por pagar acumuladas en el mismo tiempo ...................•..•.................. 1'583,626 Capital nominal del Tesoro en 1.° de setiembre de 1849 ........................................................• 425,979 Pero cualquiera. comprende que un particular o un gobierno que tenga que pagar como 15, i que solo cuente para hacer el pago con deudas perdidas como 20, está quebrado; i esa cra. positivamente la situacion del Gobierno en 1847. Tan justificado era este temor, que de él IJarticiparon con patriótico interes i con un espíritu de probidad política que los honra, dos de los miembros mas ca.racterizados de b oposicion liberal en la Cámara de 48. La comision mixta de que ellos hacían parte, nombrada para estudiar este árduo negocio, pre. sent6 un proyecto de lei acompafiado de un informe, en el cual leemos la siguiente: " La comision especial, encargada. de presentar un proyecto de lei sobre estincion del monopolio del talw.co, que obviase los incon venientes del proyecto primitivo, i consultase las TlC. cesidades dell'esoro, somete su trabajo a. vuestra ilustrada consideracion. " Los miembros de la comision, aunque encontrados en sus opiniones sobre el proyecto primitivo, juzgan ahora uná. nimes, que las disposiciones que os proponon serán útiles para la H.epúLlica. " Acaso se equivocará la comision, pero sus miembros creen que el proyecto de lei acordado, tiende: 1.0 a estender por necesidad el cultivo del tabaco en la Nueva Granada; 2.° a aumentar su consumo cn el esterior; 3.0 a propor. cionar mejores salarios al agricultor; 4.° a aumentar las rentas del Estado." J,os artículos 9 i 10 del proyecto, conciliando las necesidades del 'l'esoro cou las exijellcias de la. opinion, aplazaban a 4 años la abolicion del monopolio; ellos decian : " Art. 9.° Tan pronto como el derecho de esportacion quo se impone sobre el tabaco, produzca la cantidad de cuatro. cientos mil pesos al año, cesará. el monopolio en toda. la República; i solo continuará cobrándose para el Tesoro la cantidad de veintidos rJaws por caeta quintal de tabaco i la de dos reales por cada arroba de cigarros que se esportnren. " Art. 10. Si en el cuarto año contado desde la sancion de la presente lei, no hubiere producido el derecho de esportacion sobre el tabaco los cuatrocientos mil pesos anuales de que habla. el artículo 9.°, será sinembargo estinguido el monopolio en toda la República; pero en esto caso SC proce- " DB LAS IDEAS ECONóMICAS. 235 ùerá del modo que se prescribe en los artículos siguientes. ("') Sinembargo, naùa fué bastante a contener el empuje de la opinion que pedia con ardor la abolicion del monopolio. El pais estaba impaciente por ganar la primera victoria decisiva en la lucha que ya se habia empeñado para hacer el tránsito definitivo Je las ideas viejas a las ideas nuevas, i no podia ni queria con. tentarse con medidas a medias. Bajo la presion de esta exijencia i a despecho de todos los vaticinios sobre la indefectible hancarota del Tesoro i las funestas consecuencias que ella traeria consigo, la Lejislatura de 1848 espidi6 la lei de 23 de mayo, a que ántes hemos aludido, disponiendo que desde 1.° de enero de ] 850 seria libre en toda la HepÚblica el cultivo i comercio del tahaco. La Lejislntlll'a de 1849 ratificó, en la lei de 12 de junio, la promesa de la lei de 48, pero dejando gravado el cultivo con un impuesto de la reales por cada 1,000 matas, i la esportación con un derecho de 20 reales por quintal. Estas contribuciones eran monstruosas e insostonibles. Como cada 1,000 matas no producen por término medio sino 5 arrobas, i como cada quintal de tabaco, uno COD otro, no podia estimarse en mas de $ 12 en cllugur de su produccioll, el impllesto sobre 111 siembra equivalia a 6.66 sohre el valor del producto, i el de siembra. i esportacion reunidos al 23.33 por 100. Si las cosas hubieran continuado así, la medida habria carecido de fecundid::.d i de importancia; pero la Lejislatura de 1850 tuvo el buen juicio de complementarIa, dictando la lei de 26 de mayo, por la cual (IUeÙaron abolidos desde el dia de su sancion los im. puestos sohre la siembra i la esportacion. Es de justicia que consignemos aquí una parte de los lumi. nosos razonami"entos con que el sellor Manuel AncízaJ', Director jeneral de Ventas, abog6 por la abrogacion de estos impuestos en el Informe que dirijiú al roder Ejecutivo para el Congreso de 1850. " Entre v,quelIos dos impuestos, decia, el de h siembra es el mas gravoso, porque aparte de que tiene que pagarse aunquo la cosecha He pierda, i Je que tiene que desembolsarlo el pobre cultivador, i no el rico comerciante, seria ocasion de vcj{'lJ1cnes, Je constantes visitas en las plantaciones por parte de los rematadores dd impuesto, i do eternas disputas entre el rematador i el c08ec'1ero, que siempre terminarán en perjuicio ùel mas débil. " Los ve}ímenes i molestias que acarreará este impuesto al product{)r, no queclaráu siquiera compensados con los proùuctos (lUO riuda al '1'e:;o1'O. Actualmente se siembran en la Repú. (") Gaceta do la Nuovll Granada, do 2 do abril de 1848, nÚmero 968. , 236 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS hlica 38 millones de matas por afio, i suponiendo que a viftud de la libertad subiese esta cifra a. 60 millones) se causaria a favor del Tesoro solo un crMito de seiscientos mil reales ( Rs. GOO,OOO.) Solo la. mitad de esta suma alcanzaria a cobrarse, por las dificultades que para. su recaudacion opone la vasta estension del territorio, i de estos trescientos mil reales, puede calcularse que algo más de la tercera. parte seria preciso inver. tir en pago de empleados. Doscient()s mil reales o Eean veinticinco mil pesos sencillos, es una suma que no vale las molestias que se causarian a los pueblos i que no compensa la opresion a que todavía queda sometido este ramo principal de nuestra agricultura. " Soi, pues, por tanto de concepto que se solicite de la pró. xima Lejislatnra la abolicion de este impuesto." Pocas reformas económicas han ejercido sohro la prosporidatI jeueral del pais la influencia que tuvo el desestanco del tabaco. Como puede verse en el cuadro número 2, completo, do los anexos a esta Memoria, la produccioll del tabaco bajo el monopolio, en los 15 años de que tenemos datos, 18;36 a 1850, a.pénas alcanzó en números redondos a 26 millones de kilógramas, o sean 2.080,000 arrobas, vendidas para el consumo interior i para la csportacion. Tomemos ahora para compararlos los datos de la produccion en un período igual bajo la libertad, siendo de advertir que es mui probable qUé las cifras oficiales de la esportacion por las aduanas pequen por deficiencia .. Los únicos años de que hemos encontrado los datos de la esportacion del tabaco en las respectivas Memorias de Hacienda, son los de lf:l51 a lf:l52 -1854 a 1859 - i 18(;4 a ] 872. De cllos resulta que cn estos 14 años se esportaron 57.108,787 kilú~ramos. Agreguemos a la sllma allterior, pam completar 15años, el término medio del producto de un año comuu, estimado cn 3 millones do kill¡.~rarnos,i tendremos ell números redondos una esportacion de GOmillones en 15 años. I supolliendo que el conSumointerior, que eulos últimoRaños del monopolio cm de 125,000 arrobas, 110 se hubiera elevado con el aumento de poblacion i del uso del tabaco sino a 150,000 por término medio en los últimos 25 años, cálculo notoriamente deficiente, el consumo de los 15 años del período de comparacion vale 2.250,000 arrobas a 28.125,000 kilógramos, que unidos a la cantidad esportada hacen un total de produccion de 88.000,000 de kilógramos o de 7.000,000 de arrobas en los 15 años. Ya en 1856 la libertad habia triplicado la produccioll, i devuelto al fisco en forma de derechos de importacion lo (Ille habia perdido Call el monopolio. 237 Ln. pro:lllcclOll ùeI tuhaco ha alcnm;ado Jaspues de la liLertad un t~rmi\lo medio de 400,000 arraoas por año, la cual repre. sentn. un mOvimiento da 1.2000,000 l1 1.500Q,000 pesos anua. les, q!lC S(~ km hocha sentir provcchoS:llllC;:¡to en el alza de los jornales, :;n el buen precio ùe los productos agrícolas de la sabana ùo Dogotá, en el ::.ctivo come:.::cioùe ganaùos, cn la cria j ceLa de los mism~s, i Cil el incremento <10 muchas otras in. d\Jl;trias nlimcntadas por aquel vn.sto trMico. KI comercio tle esportacion del tabaco resolvió de una ma. net;), est::hle el problcmn, de la navegacion del 1\1agdalena, cubi-:;rto hoi de 1mqueG ùe vcpor, tmidos lx)r el movimiento (lue él eqclld,ú; i hn (¡o.i~do como mcjor:1 perm:mente del SllcIo, -,rn c:1pital de muc;103 ¡n:Ho;¡œ de p::r,OH, en esas inmen. sns prJ.,llo~n.s art~.fi01,1.1c;;\~U:J}roÍ sc d~spliegnn cu la.~ comarcas donde :b',08 GC r.'~cùt~·b:¡;:¡le::: bosques seculares do la tierra culicn:c. llero ,o: vamos r. la sitlrn.cion :m q.10 la n.bolicion del mono· polio dejabp, momeilttbcmnentc r.l 'resoIo nn.cionn!. Esa r,ibacion, como úntes lo hemos demostraùo con el testimouio irrccus<1'o1:::(}:;los námc:cs, era. en estremo alarrnante; no pudiÔ:c.tloso ni supÚmir gastos, :Li cret'.l' nue,os impuestos, ni aumcntar ln. cuota do los existentes, era necesario pensar en un rJmedio algo 1l1í'.3 profu:ll!o qne el de los manoseados arbitrio~ G.w2.lcs 11 que en casOG ordinarios se recurro para habncer,r Jo:: prcs¡¡p"es~os, Fuá pr:)ciso pensar en hacer una VO:¡:dUl;U~rcyolucion ccen6micr. en Jv,estructura i e:l b. organi. ~n.cion del departamento de la llacienda mwional ; tlidocar los puntos carllinu,lcs del sistcnw, ; llm"û.D.fr. b viù;), mWlon ceatros do ucÜ"idrd económica j traer, finalmcntc, CL. ansilio dc Ir., H:wiol' 103 recursos políticos i fiscales de las secciones, adel.1ilt".nc:O el en¡;ayo del Gobierno federativo en matQria de ;,ont.ri.lll1.cioneGi Gnstcs públicos. Pam comprender bien el pensamiento cardinal de la. reforma, cedámoflle ln, palabra a su autor, nI señor Murillo, Se·. ctetario de Ilaciend;:c de ln. Aùministracion López, copiando la parb relativa de flU Memoria al Congreso de 1850 cn que desarrolla i esponc sus ideas. Dicc así: "DESCENTRALIZA.CION DE RENTAS I GASTOS. " IT e hecho una dtpida resella del estado que presentan los Jiversos l":1mos que fOlIllan nuestro sistema Tcntístico i por la 238 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PIWGRESOS contraposicion de los presupuestos de rentas i gastos para el próximo año económico, prescindiendo de los Faldas por pagar que nos dejaran las cuentas de los últimos años, queda sentado el hecho grave i trascendental de que si nuestros negocios fiscales hubieran ùe continuar como hasta aquí, correriamosevideutC¡Ilente a la bancarota i a las desgracias inevitables de una mala situacion financiera. Ha llegado, pu~s, el momento ùc estudiar detenidamente el remedio radical que deLa aplicarse a cste estado de cosas. " La primera idea que naturalmente ocurre es la de reducir los gastos, i la de imponer una llueva contribueion ; pero se comprende bicn que estas dos cosas quo fácilmente se enuncian, ofrecen dificultades casi insuperables para. llevadas a cabo. Bajo UWl Administra.cion central, i en una sociedad rejida por instituciones democráticas o popula.res, la econoínía no es cosa sencillamente hacedera. Los puehlos se habittían a esperarlo todo del gobierno <.:entrai, a él ocurren por sueldo para sus funcionarios, i por todo jénero de ausilios para sus menesteres, para sus iglesias, casas de escuela, &, &, i los iutereses de partido, las iutrigas de localidad, i mil otras causas <Jue vosotros ùebeis comprcnder fácilmente por la csperiencia (liaria de los llegocios, hacen que, por estravagautes e injust.ificables que sean muchas veces esas solicitudes, i a despecho de las mas claras demostracioncs del déficit en las arcaS dcl :Estado, triunfen en las CÚ.maras. "No sou menores las dificultl.tdes que se palpan para el establecimiento de nuevas contribuciones. Reconozcamos primero que el pais está pobre, la industria incipiente, i que esta. situaciou es obra del mismo sistema fiscal que ha rejido desde el Gobieruo colonial, que los hombres que han gobcroado el pais posteriormente no se han atrevido a tocar. En un pueblo poùre, sin industria, que' careco de todos los o1ement{)s necesarios para el desenvolvimiento de la riqueza, como vias de comunicacion, cOllocimientos i capitales, impolier nuevas contribuciones sobre las defectuosísimas que cxtsten, seria agravar su coudicion i llenar de mayores embarazos el porvenil'; i no es improbable que por las mismas caUSáS que he apuntado ántes, esta nueva imposicion, causando un desagrado jeneral i desalentando más la industria, fuese tambien de insignificantes productos. " La contribucion directa eS la única que, gravados como están todos los consumos i casi todos 10&ramos de produccio:l, podria decretarse; pero no puede desconocerse que pam (pte ella sea productiva al mismo tiempo que justa o igual, e<¡preciso poder contar COll cI celo intclijcnto de los funcionarios i corporacioncs locales, a quienes incumbiría repartirla i recaudarla; pUtS ml LAS IDEAS ECO~¡)~:ICAS. 239 que ni aun Fosiblc es entre nosotros, por ln.s varias condiciones ùo lu constitucion oe la propiedad, de la industria i del comercio de nue>-tm8 poblacione~, fijar las huses o reglas n. que el repartimiento dcllia sujetar.:;c. Será, pues, iudispensaLle interesar en clIo a las localidaJes de una mancra directn, i es el plan que la Admillistracion se ha trazado proponi6ndoos, como os propongo, la adopcion del proyecto adjunto marcado con la lctm H. "La necesidad do entrar resuelt:1mente en esta nueva via, que es un paso av::wzado en el sistema del goúie'l'no propio, dando vida a las localidades, nuevo alimento i distinto campo de accioll a los partidos, libertad a b illùu<;tri~ i efcctivos golpes a los rr,onopolios que han empohreèido el rais i sèrviùo solo al egoismo de lJUOS pocos, es un convencimiento que nace de ln, historia de nuestras rcntas, de la impopuluridad que las l)ersigue, del lJrogreso de 108 conocimientos econÚmicos, i ,lel poder quo aùquieren lo~ pueblos Il proporcion que avanZt\ll en la práctica del sistema representativo. "El último dia de nuestro sistema tributario se acerca visi· blemente, sin que nada pueda sosteùerlo contra los embates poderosos de la ciencia i do la democracia; i es precisamelJte por esta prevision que importa adelantamos :1 prevenir los funestos efectos que ell el Tesoro debe producir este suceso. " Las dealocracias ejercitan mucho sus fuerzas i sus arranques voluntariosos en la demolicion de los obstáculos que las detienen a embarazan; pero es preciso convenir que se prestau poco a la sustitucion de la demolido i que solo a fuerza de ha})ilidad, de teson, i cstrechándolas con premiosas llecesidades, se les obliga il. ello. Os ruego, ciudadanos lejisladores, fijcis mu. cho vuest!'.'},atencion en esto, porqúc es de lo. mayor importan. cia para ~a soluciou de la grave dificultad que nos ocupa. " i Cuál cs la. marcha que ha llevado la democracia entre nosotros con relacion de las rentas públicas? V6amoslo. "Las primeras víctimas fueron los derechos ùe sisa i esportacion interior; los que se cobraban a los lavado res de oro, conocidos con el nomhre de mazamorreros; la reduccion eulos conocidos con el nombre de alcabala; i la estincion de los tri. butas de iudíjenas con algunas mui debidas esenciones do otros impuestos decretados por el nunca bien elojiado Congre. so constituyente de Cúcuta, en favor de algunas pt'oduciones o artículos. La desaparicion de estas rentas fuú inmediatamen. te un hecho cumplido; pero la contríbucion direct!), con que se les quizo reemplazar enca116 en sus primeros ensayos. Bajo la primera Administraciou constitucional, i a des})echo suyo, l'uando yu. las C~tllaras adquirieron mayor poùer () influjo, se suprimi':> del todo la renta de alcabala; la do aguardientes La 240 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS sufrido desdc catónccs i con posterioridad repetidos embates; la de quintos de oro se ha reducido considerablemente', i ya la. Cámara. provincial de Antioquia, apoyada por una fuerte opinion, pide encarecidamente la abolicion completa, que no puede dlldarse obtendrá al fin. La pingüe i talvez la ménos defec. tuosa de todas, procedente del monopolio en la produccion i i venta del tabaco, ha caido delante del enérjico querer de 103 pueblos, siu que pudieran sostcnerla ni la seguridad del défi. cit en el Tesoro ntl.cional, ni los graves i solemnes compromisos a que debia hacer frente. Los intereses de la agricultura, se. cundados eficazmente por los preceptos de la ciencia, preparan igual suerte a la ùe los diezmos, contra la cual se alza vigorosa la voz de mucbas Cámaras provinciales, La de salinas está amenazada en Sll crecimiento por la concesion becha a las provincias que DO se provean esclusivamente de sal elaborada por cuenta de la República, por los artículos 20 i 21 de la lei de 26 de mayo de 1847 orgánica de esta renta; i no tardará mucho el dia en que su chocante desigualdad, que hace pesar sobre lIDas pocas provincias solamente su enorme gmvá.men, i la circunstancia de recaer sobre un artículo de primera necesidad, axite contra ella un pronunciamiento jeneraI. " La rellta procedento de las aduanas es para nosotros el mM seguro i progresivo recurso fiscal, i si vosotros prestais decidido apoyo al plan de severa perseéucion del contrabando que la Administracion se ha. propuesto, i Il cuyo objeto tienden las disposiciones dol proyecto adjunto bajo la letra (B), con dicha. renta, que no dudo progresará mucho; con la procedento del papel sellado, i la quinta parte del producto bruto de las municipales, adoptando el pensamiento de descentralizar las demas rentas, i el que contiene el proyecto de lei de crédito nacional que os propongo, estad. seguros, ciudadanos lejislndores, que dentro do roui poco tiempo la HepÚblica proveerá holgadamente a sus necesidades, la industria estará ménos gravada, i nues· tro crédito nacional se habrá levantado de la postracion en que yace. "Eu vez del establecimiento de una oontribucion directa., que, decretada por el Congreso, i llevada a efecto por el Ejecu. tivo, no podria pesar con igualdad i justicia. en las diferentes provincias de la República, de tan diversas condiciones indus. triales, cometamos esta tarea a las Cámaras de provincia, que conociendo mejor las circunsta.ncias del pequefío territorio que administran, pueden con toda esactitud determinar el medio de hacer mas productivas las contribuciones, eliminando, si lo creen conveniente, la. renta de diezmos, la de aguardientes, o cualquiera otra, segun lo exijian las circustancias particulares de f:U situacion ; siendo cierto que, gravúnùolas con la quinta. DE LAS IDRAS ECO:N6MICAS. 241 parte del producto bruto de hs rentas, e imponiéndoles la obU. gacion de hacer sus gastos, so los apremia a meiorar su sistema. rentístico i habriÍ muchas que no vacilen en sustituir a las ac. h13.les rentas las de contribuciones directas. " La linica objecion que acaso puede presentarse a esta idea. fecunda i perfectamente congruente con la manera como está dist.ribuiûa la. poblacion en el vasto i singularmente variado territorio de la República, seri la desconfianza de que las Cá. maras pnvinciales i los funcionarios que dehen ayudarlas, no den las ba.stantes garantín,s del uso cuerdo i atinado que hagan del poder que va a conferírseles; mas semejante objecion apéna~ podr:í. enunciarse hoi que tanto se ha propagado la educa. cacion política, i cuando vemos que casi todos los miembros de las Ctímaras lejislativas figuran entre los de las Cámaras pro. vinciales. Por otra parte, el modo de acelerar la. educacion ad· ministrativa de los pueblos es d<Índole la práctica de los negocios. Es posible que al principio cometan notable!! desaciertos de que no han estado esentas las Cámaras lejislativas ni el poder Eje. cntivo, pero es seguro que mui pronto se correjirán i la esperiencia traza luego el camino del a.cierto. Habiendo la última Lejislatura adopta.do respecto del Itsmo de Panamá gran parte de este pensarniceto, no puede ya. hacerse semejante argumento. "Ademas, este proyecto de descentmlizacion no es sola. mente uu sesgo dado a la situacion económica en que nos en. contramos; es tambien un pemamiento político de suma trascen¿.encia. Se trata. de connaturalizar el espíritu de liber. tad por medio del impulso que se da al de localidad o consejil ; desembarazar al Gobierno de tantas menudencias, que sir. viendo Je alimento a los partidos i ocupando el tiempo de los altos funcionarios, ni son bien dirijidas por la autoridad cen. tral, ni sirven para otra cosa que para acarrear mayores odiosidades a los gobernantes i esponerlos a las mas groseras i degradantes calumnias. 'Un poder central, ha dicho un pro. fundo escritor contemporáneo, por mas cult-o i docto que se le suponga, no puede abarcar por sí solo t-oùos los pormenores de la vida de un pueblo grande, i no la puede, porque Remejante ta.rea sobrepuja a las fuerzas humanas. Cuando quiere con su solo esfuerzo formar i bacer andar tantas ruedas diversas, no obtiene sino un resultado mui incompleto i echa el resto en inútiles afanes.' Descentralizadas las rentas i cometido a las Cámaras provinciales el encargo de proveer a todo!:! los gastos que domanùa el servicio especial de las localidades, estas corpora.ciones adquieren una inmensa importancia, i los par. tidos, teniendo teatros diferentes, Ita se agrupan ya solo aIre. dedor del Gobierno nacional, haciéndolo el centro de miseraulcs ill':rig~s i embaraz;Ínllolo ell ~n:=;m:t8 Ímport:tntes deberes. Ir.ü 242 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS ~ no solamente se separa un poco el Gohierno de la accion de sí que tarnbien de la tutela de los capitalistas que especulan soùre las rentas uaeiollalcs. La política interior cambia completamente, i la. organizaciou misma de los pa.rtídOBeu que hoi está dividido el pais se modifica profundamente, al misillo tiempo que el órden público i la.~institucioncs demo. cráticas echarán raices mas profuuclas.Mc<lita.l bien, ciudadanoS Diputados, en la fecundidad de esta idea, i os conveucereis de sus incuestiollll.1Jlesventajas. En la discllsion podré presentaras datos seguros de que por la ménos diez i siete provincias pueden hacer Call holgura los gastos que se les imponen, con solo las rentas 'lue se les cellen. Do las Jelnas provincias, tres de ellas correspondell al Istmo de Panamá, que en virtud de la leiespecial .le franquicias no pueden cOllllJceuderse en los mismos oálculos. " . Apesar de la violenta. oposicion que las pasiones de partido hncian en que a'IueHa época a las ideas do la Adraiuistracion, el Congreso cQJ;JllUestoya de una mayoría liberal, sancionó el pensamiento del Gohierno eu la famosa lei (lo 2() do ahril de 1850, sobre descent.ralizacion de reutas i gastos. Por ella que. dó desde elltllnces planteado el sistema federativo en materias lilconómicasi fiscales. Los Departamentos admiuistrativos de gastos que aquella lei ùëj6 a carg-o del Tesoro nacional son los mismos que bai tieue el Gobierno fe,leral, a saher : De Gf)bierrw, compre1Hlielllloúnicamente la relativo a .'mel. dos i gastos de los indivilluos llamaJos a ejercer los poderes l~islll.tivo i ejecutivo i la SecretarÍ3. ,de Estado de ese wmbre. De JUl:!ticia, comprenJien(lo 10 relativo al personal i material de la Corte Suprema i cIel fiscal o procurador jene. raI de la Nacion. De Guerra i M",ri¡ùJ,.De Relaoion6s E8Urwres. De ObrClS PÙblMas. De Benefwencía i Recompensas .. De Gastos de lfLWienda i dÛ Tesoro. Todos los demas gastos no comprendidos en la precedente cl'asificaciou fueron declarado.3 Je ca.rgodel~ provincias, a las cuales se ceJieron en compeust\Ciou.Jas.~~as de diezmos, a,gQs:rdientes,hipotecas ~ rejistro, <1uín~:.;~~i, plata, peajes i otros impuesto.>Je menor cuantía." '\_~"",,,c:<., Los ellemigos do la reforma no quisierOO·réc~ocerle entónces, por que ua debe olviJarse que ella venia. 'éhvuelta en la tra.sformacioll política de aquella época, nillgun mérito sustancial. Decian que habia sido simplemente la iuvoncion de un arbitrio mezquillo para ec'¡ar sohre las provincias la l>ancarota del 'T<3~oroi ocultar así la incapacidad administrativa de los recien llegados al Gol>ierno. Pero hoi puede ya demostrarse que semejante acusacion no tenia siquiera en su apoyo el testi. monio de los números. ros partidos, 2-t;~ 'romClllOf>p11m ]:3.eer cstn, (iclllo:;trucÎon Io~ elementos aritméticos mas arher::;os a lu. refon,m, ~1saber, el producido efectiYO de las rentas ceJidas en el año inillCdi:1lamentc anterior al de la ùescc;¡tmliz!lcioll, dato fIllC tomamos de \lU trabajo cjecutado por In. Contabilidad jelleml l!ajo la Aùmiuistmcion Ospina ell H-;;j~'.('~) COUfOflllCa est3 llo~\lmeuto bs rcntas ce(li(hs produjeron cr.1 el año (le 40 n.GO la si;,;u:ente: Diezmos ~;Z;·)(),,127. Aguar. dlCntes tí 170,141. Qniutos de oro Si 74,020. Peajes ti 22,367. Hipotecas i rejistro t~ l:i,S()S. Impuestos var~os $ JO,OOO. Total cedido Cil rentas ti :J~~2,723. Los gastos c1csentmlizados 1ll11,in.n::;irlotnn l:iolo: Gohernucio. nes ti 93)5,). Trihunales S 1)7,OH3. Fiscales:3 17,0-13. Juzgados de eircúito ¿; 0-!,(j;'j3. Culto S G:1,221. Lazaretos, hospitales icolejías (aproximacion) €-î 23,000, Total ahorrado en gastos $ 35G,L5;) e*). I sll]lOl:ieIlclo flne las rentas ce,li'las tuvieran 20 por 100 de gastos de recall; !acial! iguuI n. $ 100,544, todavía quelluha una diferencia cOlltm el pre~upuesto de rentas oe Si 70,024. Lue;;o ln. lei de <lesce:Jtralizacioll fIJe rnéno::; qU(} un arbi. trio u.seaI, i mús Cj1l3IUl,:\'Lw •.lida eC0Il<Ît:lÍca,porqne fuó una gran reforma política para sacar al pais del' marasmo ùel ceutrnlislOo, i rel~lOver to,]n. sn at,tivÍtlall Call los estímulos del golJiüfllo l'muio. Las otras rcforl1w,s cconÓmicn.s rcalizn.llns en el mismo l)críodo, b;; c:¡corJlmmos ¿L<h;¡ira',!e:llct;(C COI,¡pc:Hliadas cu un artículo Jill:1]]cicl'o CO:¡ (lIle llllestro Ósti:li,"ui,Jo estn.rlistn señor Sa.l v ador (':\: ,1:\C!;0 n.ol,1[',:J,cO:ltril ¡l1YÚ par:!. la "Guia i AlmanarIue pclítieo ,lo Colom1,ia" en WUUj i a 61 prestamos su au. toriJa,l i Sil pablJra. Dice así: "Se ::;rprir;:¡ierol1lus [t(~lla¡;as Cil el htmo de Pana\11:1, (lS50). Se cOlltrntÚ ellcvautaL1icnto de la carta. corogrúfiea cou los señores CO(!azÚ i Allcízar, (18::;0). Se arrc~lú e hizo con hilletes I1rllllisihks e:¡ 1-:J por cicllto de la;; derecho::; de importacioll el pag-o (le los &C:~lcstresùe la. (lcuria esterior, (PIC se adeuo.abau desde 18-1-8. Se contratl' (lotillitivamcnte i (;on huen éxito el ferrocarril (1.e Palll1¡:¡¡í, (1850). Se reùajr) eonsiderahlemente la eontrilmeioD rIe papel se:lu(lo, (1850). Fueron aholirlas las eua· reiltena8, (B:,){)), Se rebajó illl 20 por 100 a la tarifa de aùua. nas, ( IS:;]). Se autorizó la renellcion ùe cellSOSen el Tesoro, (18ú1), Se eRtahleciero:J oficinas de cO~!Iercio en Bogotá, Me. dellin, Culi i J irati puru revisar el reconocimiento i aforo de bs merc;1IlGÍus cstru.njerati imporl<J.das al interior, (lB;)l). Se , Doc un·'L3 cila¿¡o, pÚjilla 11, . nÚUl~lc 1, :,I~lUori:J. de llac:clIù;¡ ¡Je ltJ¿;,3, ~mC'lt(J ", e uaùrL 244 APUNTAM1ENTOS BOBRE LOS PROGRESOS rebaj6 a 5(} centavos el precio de la ~rroba de sal, (1851). Los diezmos, quintos de oro, e impuestos de aguardientes, descentralizados, fueron suprimidos i reemplazados con contribucion directa en la. mayor parte de las provincias, (1851). Se con. trató la cOllstruccion de un camino a la Mac-Adams desde Bogotá hasta el término occidental de la esplanada; primer camino de esta clase construido en la República i hasta hoi el Único, (1851). Se inició vigorosamente el cobro de la deuda. del Perú a Colombia, (1852). Se permiti6 el comercio de cabotaje a los buques estranjeros, (1851). Se permitió la navega. cion ùe nuestros rios con bandera estranjera a los buques de vapor de todas las naciones, (1852). Aunque por la distancia a que ya están separados de noso. tras, pudiéramos, con seguridad de ser imparciales, estender este estudió basta el afio de 1861, en que se corta la historia económica i política del pais, prescindimos de entrar en el exámen de 1(,,; trabajos ejecutados por los señores Rafael N úflez e Ignacio Gutiérrez Vergara, Secretarios de Hacienda bajo las Administra.ciones Mallarino i Ospina; porque aunque mui im. portantes bajo el punto de vista. administsativo, no habiéndoles tocado servir de eslabon a una reforma económica, este exámen saldria de los límites en que hemos circunscrito este libro. Así, el último año que nos queda por estudiar, en la éMca a qne se estiende esta historia, es el de 1853, personificado en los trabajos de un hombre tan respetable por su ilustracion i su patriotismo, como interesante por su desgracia, el señor Juan N. Gómez, último Secretario de Hacienda de la Administracion López.•. Leyendo la notabilísima Memoria de Hacienda presentada por él al Congreso de 1853, se siente ubo avasalla.do por la profundidad i solidez de sus conocimientos econ6micos, 1 conmovido por la espresion de ardiente, de sincero patriotismo que brilla en aquel escrito. Fué el sefior Gómez el que espuso i presentó al Congreso eu la Memoria de ese año, la. idea cardinal, que todavía. no ha podido hacerse llegar a su desarrollo lójico, (tanto así ofusca i pesa sobre los entendimientos mas claros el poder de lo que existe), de cambiar el réjimen absurdo, arbitrario, bárbaro de los aranceles, por el de la imposicion de uu derecho uniforme sobre el peso bruto de las mercaderías. Entrando en los detalles de la reforma, el señor G6mez decia con admirable claridad: " IJor el arancel djente los aforos varian desde un décimo DE LAS IDEAS ECONÚ:mCAS. 245 de rcalla libra do peso neto, basta trescientos veinte reales, quedando en cierto modo al arbitrio de los reconocedores de mercancías, alzar a bajar la cuota del impuesto, o por impericia, o por malquerencia, o por amistad a por cobecho, &, &. j Cuánta dificultad cierta a finjida para decidir si una mercancía es de algodon puro a mezclada de seda., si es de lino a dñamos, si es pana o terciopelo, muselina u alan! i I cuánta diferenci •.•.en los derechos segun estas calificaciones! Los artícu108 de algodon pagan, por la jeneral, un real i doce centavos, i los de seda o mezclados, dos pesos i hasta treinta i seis reales por libra. Hai tambien injusticias inherentes :tI arancel, como la de exijir doce reales por libra de broches que no sean de metales preciosos, la que equivale a una confiscacion. " Estas diferencias en la cuota de la contribucion no afectan solo al comerciante: para el consumidor son todavía mas monstruosas. i Qué razon hai para que el granadino que prefiere el càñ:1mo en hilo a en tejido, pague apénas de veinticinco a cincuenta centavos de real por libra, cuando el que prefiere el algodon hilado a tejido, paga desde uu real i doce centavos basta trece reales i veinticinco centavos 1 No está del todo al arbitrio del bombre et vestirse de lana, lino &: la temperatura entre otras causas, la obliga a adoptar los tejidos do que deba servirse. Adviértase tambien qlle los pueblos donùe se prefieren los jéneros mas favoreciùos por el arancel, son en lo jeneral aquellos a. donde las mercancías importadas llegan con menores gastos de trasporte. Justo es por tanto, buscar en cuanto a los dereehos do importacion, ¡os medios de acercarse siquiera 31 equilibrio; i me parece que el proyecto desata estas dificul. tades, i que con él, el peso de la contribucion se reparte con muchísima equidad, siendo esta una de sus mas plausibles ven. taja.,>. "Pero queda otra de la mas grande importancia que no debo callar. El proyecto sepulta pa.ra siempre el mentido sistema protector. ¿ Qué mercancía pudiera quedar escluida del comercio de la N neva Granada 1 Ciertamente que ninguna. Luego el proyecto tiene a su favor todos los argumentos que se aducen cuando so propone la abolicion de las aduanas, sin que se le pueda oponer ninguno de los que hacen ahora imposible esta medida . •.Encierra, pues, el proyecto las principales condiciones científicas de las buenas contribuciones; siendo así innecesario para sostener las aduanas alegar las razones, demasiado jeneraIes, de que el pueLlo está habituado a pagar esa antiquísima coiltribucion, pues por el proyecto la pagará con mas gusto i casi insensiblemente. &< De esta manero. el arancel quedaria limitado a dos clases, 246 ArU~TAMTEN~OS SOBR~ LOS PROGRESOS ámbas sujetas a rejístro: la de los efectos libres, i la ùe los que pagasen veinticinco centavos; pues todo lo demas no men. ciona\lo en ellas, como no ~jèto a mayor derecho, no sería necesario especificarlo. La regla jeneral seria: todo lo no mencionado paga ciento veinticinco centavos de real por libra. Nada mas sccillo, nada mas espeditivo, liberal i progresista." Pero en medio de su decantado liberalismo, nuestro pais es en el fomlo, cuando bien se examina su historia, uno de los mas refractarios al espíritu de innovacion i ,le progreso, pues. to quo son mui pocas las reformas, por insignificantes que sea.n, quo no haya sido precil;o conquistar con sangre. Los aranceles estarian aún vijentes, si en medio de la revolncion de 1861 ne se hubiera espedido por el jeneral Mosquera el decret{) de lG (le octu1re de ese alla, mandando cobrar los de. rechos de importacion sohre el peso l¡ruto de las mercaderías, divididas en dos clases, a saber: la mercancÎ::l.ordinaria, que viene sin enfnnlelaje; i la mercancía fina que viene !lo bulto cerrado. Porque léjos de avanzar hácia la adopcion del derecho único, es decir, hácia la gran medida de simplificar el impuesto dej6udolo reùucido al cobro (le nu pe~je nacional en la. fronte. ra, hoi hemos retrogradado a la division de la tarifa en muchas c1a&es,con la Clllllse pierden todas las ventajas económicas i fiscales (le la. reforma; i esto porque no ha. sido posible todavia llevar al ánimo de los lejisladores el convencimiento de a.lgu. nas verdades, f¡ne en nuestro humilde concepto tienen la e.videncia de los axiomas matemáticos, i quo sou en compendio las siguicntes : . I: No es cierto qne el importe de todo impucsto seasiempre, fija e invariablemcnte pagado por el consumidor, recar. gándose eu la misma proporciou de su cuota. al precio del artículo. El impuesto, como ha dicho gráficamente el inmortal Scty, es semejante a In pÚlvora, que obra a un tiempo sobre la recámara del arma i sobre eJ proyectil que arroja; i 'lue en definitiva Reescapa, llovándose una parte de las ganancias del pro. d\ictor, a impouiéndole todo su peso al consumiflor, o repartiéndose cntre ámbos, en proporciones desconocitlas, segun qué las leyer. del pedido i de la oferti\. estén oontra el uno o contra. el otro. Sucedo frecuentemente que el consumidor no paga todo el impuesto: cuando el introductor mas Lien que perder el mer. cado se somete a disminuir su ganancia. Sucedo tambien, con mucha frecuencia, que a una rebaja en los derochos no s'iguo DE LAS IDEAS Eco~6MICAS. 247 una rebaja en los precios; cuando el pedido del artículo au· menta i la oferta no es suficiente para satisfacerl0. Ga?'nie1' la h~t (licho tambien en su último tratado de Ecomía política: no puede fornmlars"C nna lei .ioneral para deter. minar la incidencÍf6) la 1'(;pe1'cusion a la dífusion de los im. pueRtos. 2." Dedúcese de aquí que cuando se t.rata de impuestos in. directos, el mejor servicio, mejor dicho, el unico qne puede prestftr el lejiE'la(lor, es el de simplificar la contribucion, to. mándob cr: nil solo punto, i Je una sola vez, sobre la masa jeneral de la. mtÜeria imponíble; i tlej'1.r ft ln. lei económica. del pedi,lo i de ln. oferta la tarea de distrihuirla proporcional. mente cL'trc laR cow;ur;Üdores ; /'porqne b distrihucion que los gobiernes ktCCll ell sus nrallce1es va. por un lado, i la que esas leyeil realiw.ll ea 1m;precios Jel mercndo, signo imperturbablemeute fiU camino, sin Lacer I:HlS C:tSOde los cálculos de los financistas, (llle el llue ha hecho el munJo celeste Je los siste. mas inventad·)s }lar los astrúno:nos .. 3.& La a(luaua. así eiltnblecida equivalllrin. a un recargo adi. cional whre los gastos Ile trasporte (]ue han tenino l3.s merca. derías hasta el puerto de su Jestino; seria una simple adicion al flete llI;1rítimo. EquivalJria a que por cualquier circunstancia adversa al trasporte maritima, el flete Ile In1tr so encareciera en :;; 100 }lar tonele"b. i Le ocurriria a {¡lsuien decir (lue esta alza en el costo :le prod.nccioll de las mcrcancías estranjeras iba a causar ur.a. dislocacio:::!., lL1 trastorno w,t'VicÙÛ en el justo precio relativo '-.0 esas mercancías? i Le ocurriría a úlglliell ùecir que 108 artícnlbi:i precioilos, lrt t'eda, ellÎ:.1o, las joyas, los perfumes, estaban \clIdiúlll1oso a nn precio menor del que les correspondia, i esto n. costa. (le los cons\lI!Ütlores de artículos ordina. rios, encureciJos Í1¡jusÜ,; i artijLcialmente por el alza del flete marítimo '1 De ninguna manera. Caelo. cosa cuesta lo que cues. ta vencer los ohsuíc\dos naturales que exije su proJuccion; i porque artículos Jcsct:1cjantes en valor tongan algnnos gastos de produccion iguales o comunes entre sí, no se deduce que esté tnrba(h b acciou de las lcyes' econúr:1Ícas que determinan el valor de las cosas, i que <lehamos correjir por ordenanza. la plana, al BOLerano Autor de la naturaleza, para restableccr el equilil.rio. 4: Los ¡;t::sto~ùe trasporto, (que por regla jeneral se causan en raza n (leI volúmen i peso de la mercadería trasportada, i no eu raZOll do su valor, i que constituyen el últir.l0 gasto de produccion ùe un artículo), los carga el comerciante al valor jenerai de ht factum, i los distribuye dcspues a prorata del valor de cada a.rtículo. 248 APUNTAMIENTOB SOBRE LOS PROGRESOS 5: Los gastos naturales de trasporte, i por consiguiente el derecho de aduanas al peso bruto, (que es una simple adicion a. esos gastos,) se resolveria pues en definitiva, atendida la COffiposicion de los consumos de las diversas clases sosiales, eu uu. gravámen proporcional sobre la reuta del contribuyente. Los que, para juz9ar del impuesto uniforme sobre el peso bruto de la merc~dena, comparan el gravámen de la vara de terciopelo o lino, con el de la vara de fuIa o doméstica; i el del reloj o las joyas, con el de las aznelas, las bisagras o lOB candados, estas personas, debo decirlo con toda franqueza, no han pasado una línea mas allá de lb.superficie de la cues. tion que nos ocnpa .. Lo que bai que comparar no es el chaleco de terciopelo a.l calzou de lienzo, ni la saya de seda a la enagua de fula, ni el relqj del rico, al martillo a la azuela del artesano, sino la totalidad del peso bruto de los artículos que por analojía tiene que consumir el rico, con la totalidad del peso brnto de los artículos estranjeros que consume el pobre; i se verá que el flete es, en definitiva, por la naturaleza i la cnantía de los consumos, un impuesto proporcional sobre la renta. El jornalero que tiene $ 100 de renta anual, no consume, probablemente, mas de 5 kilógramos de efectos estranjeros en las pocas telas ordinarias de que se viste; pero el que tiene $ 1,000de renta sí consume 100 kilógramos, i el opulento propietario que tiene 10,000 consume con toda seguridad mas de 1,000 kilógramos de efectos estranjeros en sus muebles, sus licores, sus carruajes, su alumbrado, sus vestidos, sus bronces, SlIS már. moles, sus alfombras, su porcelana, &,& &.& 6." La tarea de repartir proporcionalmente el impuesto por medio de un sistema de division de clases, a de un arancel de derechos específicos, calculados ad v.Ûorem, es una pretension que raya en la imposible. Hoi, (1880), existen, fuera de la clase libre, cinco clases gravadas, incluyendo recargos, con 5, 20, 40, 60 i 75 centa. vos por kilógramo. Sin hacer la enumeracion de los artículos de que cada una de ellas se compone, se comprende por iutuicion, como una verdad de simple sentido comun, que semejante division o clasificacion tiene que ser esencialmente fal~a i absurda; que ella no puede corresponder a ninguna verdad econ6mica, a nimrun principio de distribucion equitativa del impuesto; porque es materialmente imposible dividir en cinco, ni en die:z: ni en veinte grupos la inmensa variedad de artículos que forma el comercio de importacion, sin que en cada grupo queden artículos más desemejantes por su peso i su valor que los que forman las distintas clases del mismo arancel. * DE LAS IDEAS ECO~ÓMICAS. 249 Leyendo entre los documentos anexos a las }1lemorias de Hacienda la infinidad de resoluciones dictadas para fijar la intelijencia de las clasificaciones del arancel, casi lia compren. de uno cómo se avienen en el estranjero para el despacho de las mercaderías destinadas a Colombia. Allí lie ve que en el curso ùe pocos años ha habido necesidad de dictar mui doclas resoluciones para declarar a qué clase de la tarifa corresponde el anis; a cuál la faja o cincha de cáñamo; a cuál las cinchas de Jos galápagos; a cuál los tacoli para billar; a cuál las almendras con cáscara o sin ella; a cuál las drogas o medicinas i ln. perfumería; a cwillos encurtidos; a cuál los bultos para escribir; a cuál los sacos de cañamazo alquitranados; Il cuál las paibs cuyo peso no exceda de 25 kilÔgmmos; 11 cuál el bicarbonato de soda; a cuál 108 teteros a chupos de cau(;ho; a cuúl los machetes; a cuál la. tejamanila j a cuál los £le.ies de hierro; a (;uúl los cedazos de hierro i alambre; a cual los mármoles para mesas; a cuál las cinchas de cuerdas de cáñamo; a cuí¡llas bandas i el paño para billares j a cuál las silecias i otros jéneros ùe algodon; a cuáL ; pero la lista seria interminable. t Puede baber comercio activo i libre con semejante legislacion 1 Creo que Colombia es el único pais del mundo a donde no pueda llegar un buque si no ha sido espresl1mente despachado para su'! puertos por los ajentes consulares del pais eu el estrau)ero ; el único a donde no pueden hacerse envias directos cie cualquier lugar, por los fabricantes mismos, o por cualquier persona; porque estos despal;bos no pueden verificarse silla por comisionÜ,tas especiales, que sepan preparar el espediente del caso ante los Cónsules residentes en los puertos de embarque. En todos los paises del mundo, las Aduanas liquidan los derechos sobre los sobordùs i los manifiestos que presentau los Capitanes i los consignl1tarios a dueños de las mercancías en el puerto de su destino, sin exijir que estos mismos documentos hayan sido ántes presentados ante los Cónsules del pais en el lugar de ]a esportacion. Semejante complicacioll, tantas dificultades, tau minuciosos detalles, tantos i tan pueriles requisitos, han conferido el monopolio de nuestro comercio a uuas pocas casas de comisiollistns, que han hecho una profesion aparte del estudio de semejante teolojía. Hablando "No del monopolio de la sal, el señor Gómez decia: era posible que eu su mar¡;ha liberal se olvidase la 250 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS Administmeion de una de las mas filantrópicas reformas: el cruel monopolio dd la. sal debia modifiearse, i el Poder Ejecutivo lo ha hecho abriendo todas las salinas 'lue erróneamente se mantenian cegadllos,a cuya elaboraeion ha llamado, dando así valor a. los terrenos i hosql1es, mínás de carbon i otros elementos de ela-boracion, facilitando ocupacion lucrativa a muchos braios, i preservando al pueblo de la escasez de este artículo de primera necesidad. que tanto la ha aflijido recientemen te: todo sin el menor perjuicio, i tal vez eon muchas ventajas para el Erario Jentro de lJOCOS años." Esto cm \)asta1lto en una época en que no podia pensarse, como no se piensa hoi 'mismo, eu la aùolicion del monopolio. Ya por aquel tiempo principiaba. a vislumbr:use que en un pais atrasado i pobre; la tarea del Gobierno no puede limitarse a. la accion pasiva de dejar hacer, contentándose con abolir sobre el papel los obst(\oulos legales que se opongan al libre desarrollo de las facultades del individuo, silla que es preciso emplear los recursos de la colectividad en romper los obstáculos m.ate1'i.alcs que so oponen a ese dos.'trroIlo, i que son de becho superiores a los estímulos i a la prevision del interes individual. Algo como un relámpago de 13 luz que hoi nos alumhra, pasó por el espíritu del señor Góraez, cuan<.lotuvo la feliz inspiracion de proponer al Congreso de 1853 la creacion de Escuelas esperinwntaks pura el estudio de la agricultura, la minería, &; &," pensamiento repetido hoi por el señor Parra en su blernoria al Congreso de 1874. Como las razones económicas e iwlustriales en que ese proYf;'ctose funda están aún. vijentes, no será fuera ,leI caso repetir aquí lo que eutónees decia el señor Ûlímez. " Los puelJlos ignorantes ven pasar el curso de los siglos sin apercibirse siquiera de su propio i mortal abatimiento. Ni vislumhran los bienes de otros pueLlos, 11Ï entiennen el i(lioma de la civilizacton: jemir en la lJarbarie essu destino lastimoso. Los Audaquíes, )Iocoa, la Goajira i difieren. hoi cn algo de lo que fueron trescientos años úntes j Lo mismo acontece en escala menor a las naciones que han avanzado algo en el camino de la civilizacion. si no se ponen al nivel con lOB pro. gresos \le la ciencia. ¿ Oultivamos hai la tierra de un moùo notablemente mas perfecto que en el siglo pasado? Mil obser. vaciones :\nálogas pu,liecuu aña(lirse para demostrar que eu la Nueva Grallada no se avam~3. hastante en los conocimientos modernos, en aquellos que más desarrollo dan a la. produccion. "Si cuando las uecesiùades públicas lo requieren, no DB LAS IDEAS ECOK(Œ1CAS. 2!H hallais emlJ3.mzo en apropiar ipjentcs sumas pam otros objetos, no deberf.os ser exiguos en asignar la suficiente pam. el plantel que os indico. "Esc'jelas esperimeutales en que se enseñen científIca i practicamente lu. agrieultum i la hotáuica, la jeolojía i la minería., la. veterinaria i la zoolojía, i ln.economía rura.l, darian no mui t:mlo n;In. Nacion los mas lisonjeros resultados. Con algunos pbntcles de esta clase, debeis estar seguros, q lIO dentro ùe pocos años los productos (le la industria agrícola hahrán alcum:adJ U:.w, perfeccion i un desarrollo céntuplos, devolviendo así pofusalUcute a la ~ acion los gastos que ella haya hecho en aquellos 3stahlecimicntos ci vilizrvlores. " Si ·)5 t'i;nais acojor este pensamicnto, no seais seuores, os repito, dcmasiado parcos. 'Una suma i:lsuficiente sed. un gasto p(~rdillo. N a pneden a htenerse profesores (¡Ile merezcan ese nombre, a hajo precia. Dotados hiu:1 i asignar]o l;uticiento pam. gas:os, es il1dispensabIe para que la ll1e,1ida surta !iUS efectos. j Que no os (}etenga una tími,b economía! Recordemos la que <lecia Ull <~istiuguido compatriota nuestro hn.ùIa11l10 en un dia sole.nne al ilustre jeneral Santuu(h;r, u nombre del colejio del Rosario, qHO dignar.1cnte rejeutn.ha: 'Las letras, señor, SOll agratlevjdas: ellas consagrara u un siglo a Augusto i otro a Luis XIV." Difundir cntre las clases populares los conocimientos elementales (le las ciencias <}no mús directamente se rozan con nuestro~ ramas de prorluccion; forrnar la educ:1.cion industrial de la clase ollrcra, i aùrir en fin fi. la jnventnù otras carreras distinta'; tie Ins del profesoraùo en medicina i jurisprudencia, es una de ln.s llccesi<intles más ilnperiosas del pais; i en este sentido algo ha prilJvipiu(Jo ya a ])a(:erso COll la .F:scnel(t de artes i ivfœ ¿08 fUlll.laùr\ en la Universidad nacional. Al t'crasat este ]ihTO, co:no bemos tenill0 <lue hacerla por la cel\tl~si:,l:;' vez, hemos a(lverticlo quo, ir;¡\lUidos en la idea de perseguir el CHrso de b;; reformas e(;on<~micas, i acaso so(Iu'ciclos !Jar SH :lfestijio, HO rtccnt;¡amos hi<!:), no dimos a la figura del señor Soto CIl el capítulo '1.0 tecla la luz que él refleja. Dijimos ap~nas SO¡:1Cramo:ltc, I':íjinn WB, <¡ue el espíritu conserv:\dor que dornill{¡ ell la. administracion de las finanzas del pais, o8taùa en la naturaleza de las cosas i en las necesida. des de aquellos ticmpoe ; pero (lohimos haber agregado, como ahora la h::.ce:nos, quo era casi moralmcutc imposihle que hom_ llrcs ocupados ell salvar <leI llrtufmjio de la anar<¡uía los elomentœ ùÜmorsos del órllcu ~;OCÜ1J, pcrdiùos entre el (lcsordcn ... ,r--r\ 252 APUYTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS de la guerra i las dilapidaciones del gobierno militar que habia afl.ijido a Colombia desde 1826, pudieran pensar en acometer i llevar a cl1bodesconocidas reformas económicas. El señor Soto fué lo que debia ser: el jenio del 6rden, de la economía i de la probidad. Encargado de administrar una Hacienda desmoralizada por la guerra i la' dictadura, él la OI:ganizÓrápidamente en el curso de pocos años, i dejó, por decirlo así, fundido en el molde de su probidad personal, este tipo tan respetable i tan simpático en la historia de la admi. nistracion nacional, QUE NO CONOCE.EL PECULADO. Como ántes dijimos, los añofelde 1854 a 1860, a~nque llenos de importantes trabajos administrativos, a los cuales están unidos los nombres de los señores Rafael Núñez e Ignacio Gutiérrez Vergara, no rejistran en sus anales el paso de una idea a de una reforma económica, que suministre materia para prolongar este escrito. Con la. Confederacion Granadina termina la historia de la escuela económica, o simple libre-cambista, a quien la libertad debe sus mas preciosas conquistas, bajo el principio del dejad hacer,. principio despreciado i calumniado por haber cumplido ya su mision.80bre la tierra. Con el año de 1863 principia para nosotros la historia de la escuela moderna del progreso, que apiadándose UR poco más que la escuela ríjidamente doctrina· ria, de la miseria del mayor número, asigna al Gobierno el deber moral de acelerar el advenimiento de un grado de bieuestar superior para las clases mene<¡tet"osas,empleando una parte de los recursos de la colectividad en difundir la instruc. cion i en romper los obstáculos materiales que se oponen a su desarrollo económico i social. Pero esta historia cst:i apenas en su oríjen: la. escribirá. la posteridad . •• ESCUELA DE ARTES I OFICIOS. El siguiente informe, presentado por mí a la Cámara de Re. presentantes en 1872, i que reproduzco fielmente, tal como se halla publicado en el número 2,507 del Diario Oficial,de 5 do abril de aquel año, pertenece con propiedad a la materia de estos apuntamientos, i la he escojido para que forme su capí. tulo fiual. Es un documento hist6nco, que atestigua que ellilyl'o cam1Jio, merced Il. los esfuerzos de los hombres ilustres que por tantos años pr~dicaron i difundieron las Sanas ideas económi. DE l. AS IDEAS f;CO~ú~[JCAS. 253 cas, hacia ya parte de nuestro derecho comun i de nuest.ra vida social i econSmica; i da la meùida del daño causado por los que, en pcrsecusion de malos fiues políticos, han venido a suscitar, sobre todas nuestras calamidades, una cuestion obrera i una di. vision de cbses, que hacia 26 años habian de~apareciùo del pais, i por los que han vuelto a plagar nuestra tarifa aduanera con todos los errores del mentido sistema protect.or. Los artesauos de la capital verán tambien, por este documento, que sus verdaderos amigos no so'} sus aduladores, sino 10~hombres de principios que quieren i buscan su bien en aro mouía Call la justicia, por medio' de la difusion de las luces ido los conocimieutos útiles, i vinculándolo al progreso jeneraI del pais. Dice aHí: La solicitud que han dirijido al Congreso, en número niui respetable, los artesanos de la ciudlld de Bogotá, pidiendo que la Lejislatura nacional apropie los recursos necesarios para que en la Escuela de Artes i Oficios se funden las ensellanzas teóricas i prácticas destinadas a fomentar el desarrollo de las artes mecánicas, i a dotar al pais de una clase obrera, ilustrada, intelijente i laboriosa, es un documento que bace mucho honor a quienes la suscriben, i mucho honor al pais. No hace todavía veinte aíïos que los artesanos ùe Bogotá, imbuidos en 1M falsas ideas del sistema proteccionista, se diri. jian al Congreso de 1853, pidiendo en nombre de la proteccion al trabajo nacional, que la lei rechazara en Jas aduanas los ar. tefactos estranjeros, para obligar a consumir a un alto precio los de inferior calidad fabricados en el pais; pedian en otros términos que la lei impusiera, cn provecho de unos pocos, una contribucion jeneral exorbitante, injusta i atentatoria, i cuyo resultado infalible habria sido, como el de todas las primas, mantener estacionario el trab3:jo nacional, retirándolo 01 agui. jan de la competencia estranjera. Pero qué de es tralla tiene, ciudadanos Representantes, que los artesanos de Bogotá creykran, en 1853, que el sistema pro. tector, que a!>egura por medio de derechos prohibitivos un mer. cado artificial a los productos nacionales, es el que vivifica, desarrolla i aumenta la produccion interior, si hoi mismo ve. mas al ilustre Presidonte de la República francesa, empeñado en resucitar las absurdas teorías de la balanza de comercio; empeñado en rechazar el fierro inglés, que la naturaleza pro. duce bueno i barato del otro lado del Canal, para que los capitales i el tro.bajo frances so empleen en producir, con gran detrimcnto de otms industrias, fierro malo i caro sobre el 25-! Al'ü.l\'l'AM1EN'I'OS SOUUI<; LOS PROGRESOS suelo de la. Francia! I esto en el pais donde Juan Bautista Say escribi6 i popularizó su famosa teoría de las salidas, demostrando que los productos se pagan con proc1uctoil; que un pais no importa mercaucíàs estranjeras sino porque forzosamente esporta Cil igual cantidad las suyas; i qne el sistema protector, que en último análisis se propone resolver el prohlemu de que un pa.is venrla sin comprar, persigue una ilusion irrisoria! Esto en el pais donde el ¡mortal Bastiat condenÓ n. la mllerte del ridícnlo ellllelltido sisteraa protector, escrilJif:udo en sus inimitahles sofismas la peticion cómica de los fabricantes de velas, bujías i lámparas, i de los productores de recinas, alcohol, acei. tes i gas c1estiuuJos al alumbrado, contra la lu? del sol que nos alumhra(le balllel Comparad, ciudadanos Representantes, el inmenso espacio que ban recorrrirlo las huenas ideas económicns, i el asombroso adelanto que toùas las clases sociales han !Jecho en la (!scuel3. del libre cambio, por la que hoi os piden los ahnegados i patriotas artesanos de Bogotá. Ese documento, que para honor del pais dehería traducirse ¡ puhlicarse en frances, se limita a pelliros que le ,leis a la clase obrera la justa part.icipacion que dehe tener en la instrucciou elemental, tC<Jrica i práctica, cos. teada con foudos pÜblicos, para ponerse en capacidad de dispntarle, en campo lihre, a la indu::¡tria estranjera, el mercado de nuestro propio pn.is. Os la repito, ciudadanos Representantes, e[.;te es probable. mente el documento mas ímportlWlte que se haya imido a la discusion del Con~;reso en las presentes sesiones, i vosotros cometeriais una brave falta po)¡t.ica, que es mas que 1111 crimen, si os pusieseis en receso Sill dar a las illstas i patrióticas aspi. raciones de la cJa.se obrera, ámplia, liberal e ilustrada satis. faccion. E,lucadn por los resultados esperimentales dellihre ca.mbio, la clase o!)reTa sahe r¡lle hoi no podría pedir la proteccion del sistemn. restrid'¡vo, sin (lue esas malas armns volvieran de re· chazo contra. eHn. misma. Con"tra el zapatero <Iue pidiera la prohibicioll del calzado estranjero, pediria el sastre vecino que se le desnuùara del vestido elegante i harato que compra en la confeccion estranjem, para encargarse él de vestirlo con ménos comodidad i a caro precio; i contra el carpintero i el talahar. tero que pidieran la imposicion de fnertes derechos sobre los muebles i los arnesos estranjeros, pediria el herrero nacional que se les rlesl,ojara de los instrumentos de la cuchillería ingle. 86., para encargarse él de vendedes las toscas herramientas que produce su fragua. I así retrocederiamos hasta la harbarie i la miseria, si nue¡;tro.s instituciones admitieran que de particular a particular, pueùo haber algo lejítimo, distinto dcI cambio de servicios, librc'~l(mte <.lcbl1tidos, sobre el pié ùe la mas perfecta igualdad. Riu(!aJ:lOs gracias par este progre.'lO (le lus illoa\l, que cs una sóli,1a gacu:dlL de (m1ün, :L los fundadores (le ln. República, que tall lLCertada t1irecciùn dieron:~ los estudios universitarios deslle 1826, fnndando i mantenienJo coutra el fanatislllo i las preo\:n]Jaciones ,le aquella época, las cátedras de Economín. poli(;ic~t i (le LejisJacioll por Dcntlmm i 'Entcy. Merced a las armiga(las call viccioues i a la probidad po1ít.ica del jeuera! S:llltall(ler i tIc sus i!ustraclos cobuora,lores, estamos hoi casi dew \' .los· del hábito tajar (le la Colollia, (jue conservan hoi, I'.lUS ajustado (lile llullca, otros lJ\lel,los hennuuos, que nacieron junto eOil 1l0sOtroS, dol mis:ao seno uatcrllo, ti. la vida Ile Pllehlos inrlepen,lieutes. Sail los hOT:llll'CSIle esto. clase los que pllellen vac;iar a \lit Pllel ,Jo en el r.lOl·.lc de f'llS llropias convicciones, ilia los caractére3 aCO:;lOlbticios i (;01'nrtle~, (IUO sin po'¡cr se.;;¡ir eu la Îl1ti;;lO de Ell cOIlcie:lCin.la corriente de las ideas de progreso, quieren couscrvar, CI; Jucha consigo mismos, el prestijiu i el hrillo de los aplí~toles de la lihertall ; portluO pam est·)s lJomhres la ReplÍ1Jlica. es ;,lU prosccilio i la causa liberal una (;O~ .ledia. Morcol! [l 10'; esfuerzos,Je los hornl'l'es tle Es~.a(lo lIue fundaron sol)re el priucipio ¿el libre cxámcIl 01 estudio d'e las ciencias políticas, est:t:'lOu hoi cn el polo opuesto (10 los erroros econÓmicos tlllO Voltaire escriLia hace Ull siglo 011 ol artículo " Patria" dei ,~iccionario filos,íiico, •.1iciel1< la: ., 'l'al os la COLldie ion hlllU~,Ua, 'Ille (lescar la graudoza de su pais es desear el mal Je Sil vecino. Es claro que un pai~ lia puoJe prosperar sin que otro l'ierùo,." Pero Ol..tre el sistema protector, C]ue prO(lllCe eJ resultado de imprÜ:iÏr a la actividad uaciona! nna direciou ,listinta de la que huhiera tOI'lado ell nerlio de la lihertad; entre esto i la iuiciativa (Ille Uti Goùicruo previsor e ilustrado dolJe tO¡:lar para educar el tralJa.io nacional, a fiu de hacerla mas intelijcllte, ma::; fecundo, mas pro\luctivo, hai tOlla la distancia que separan el error Je la verdad, i el torpe almlldoDo ùe la ignorancia i de la pereza, .le la activiJaJ intelijollte i previsora Jel verJa. dero hOI::.1lrre<le Estado. No se trata, ciu'l:l'b.nos Reprcscnt:J.ntes, de hacerle l)roducir al pais las maravillas de la iuJustria l:lalluf::wturera, que los capitabs, la cicncia i bs nuíC]uinas estranjeras nos trae~l a tall bajo precio; triítase de veuil' por me(lio de la eùucaclOn teÓrica i pr::letiuL de nuestros ohreros, on ansilio Jo muchas industrias nativu!';, <]UO par la misl:lo (Ille los elementos natura. les del pais les SOI.1 favorable¡;, han poùido sosteucr la COllCH- 256 APUNTAMIENTOS SOBRE LOS PROGRESOS rrencia est.ranjera, apesar de los procedimientos rudimentarios que emplean en su manipulacion .• Es cierto que nuestro pais está llamado principalmente a suministrar a la industria. manufacturera del viejo mundo 108 materiales que sus máquinas trasforman en esa infinidad de o?jetos que satisfacen nuestros mas raros caprichos; pero tambIen es cierto que solo las tribus semi - salvajes pueden tener una industria única, igual, eoruun, vaciada, estereotipada en el misruo molde. Despues, todo pueblo, por pobre i atrasado que sea, necesita diversificar sus ocupaciones, so peoa de dejar muchas facultades Sill empleo, muchos brazos sin trabajo. To. dos no podemos ocupamos en la ganadería, en la minería o en 108 rudos trabajos de la agricultura: por pocos que sean, algunos quedarán en las ciudades, que necesiten cultivar artes mas delicadas, so pena de morir de inanicion. Ademas, todo pueblo neceBita aclimatar en su propio suelo ciertas industrias, que llamaré elementales ijeneradoras, aunque en el principio tenga que hacer grandes sacrificios para fundarIas, para. que a la larga compre sus productos a mas bajo pre. cio, produciéndolos en el pais que importándolos del estranjero. Esas industrias son aquellas en que una gran parte del valor de sus productos está para el consumidor nacional en los gastos de trasporte, tales como las manufacturas pesadas iordinarias de fierro, de madera i de piedra, que suministran los materiales para la construccion arquitectónica i las vías de cO!1:lnoicacion. En este caso es mas económico hacer granJes anticipaciones para aclimatar esas artes en el pais, que quedarse perpetuamente importando sus productos del estranjero, i principalmen_ te en un pais sin caminos. Por eso es que no se concibe pais medianamente civilizado sin fundiciones, sin herreros i cerra. jeros, sin carpinteros, i sin canteros i albañile:;. De conformidad ,con la.s ideas contenidas en este informe tengo el honor de propaneros un proyecto de lei, adicional a la de 11 de julio de 1870, apropiando los recursos necesarios para que en la Escuela de Artes i Oficios se establezcan las ense. ñanzas elementales de las ciencias que mas íntimamente se rozan con las artes mecánicas, i para que se funden por ahora, con toda la maquinaria moderna, cuatro talleres modelos, de herrería i cerrajería, de carpintería, de talabartería, i de corte en piedra; i para hacer venir de Europa los maestros necesarios para dar estas enseñanzas. Aprovechemos, ciudadanos Representantes, la paz que reina en el pais, i las buenas ideas morales i económicas de que está impregnada nuestra clase obrera, para incorporada entre los buenos elementos del órden social, educándola i satisfaciendo sus lejítimas esperanzas. ~lMITACIONES 1 ADJUmCAcrON DE DE 'tIERRAS DOMINIO BALDiAS. En los diversos escritos publicados ce,mo Jefe de la Oficina de EstadísÚa Nacional, en 1873 i 1874, i en los discursos pronunciados en la Üímara de Representantes, en 1878, en apoyo de un proyecto de lei presentado por mí, sobre amparo a los pobladores i cultivadores de tierras baldas, he tratado de exa.minar esta cuestion econ6mica que abisma por su profundidad i por la magnitud de sus consecuencias, a saber: En paises como el nuestro, que encierran inmensos territorios desiertos, poseídos a déspota, i tiene el Gohierno que los administra por el dominio eminente de la Nacion, deberes de otro órden que llenar, distintos de los de simple comerciante en tierras baldías? O mejor dicho: i puede a debe el Gohierno desprenderse de la propiedad do dominio público sobre las tierras baldías, para constituir la de dominio privado, sin consideracion al objeto económico de esta enajenacion, a los derechos naturales del hombre a la accesion del desierto, ni a las necesidades ni a la independencia política i personal de las jeneraciones presentes i futuras? Yo creo, con la desconfianza natuml de quien se atreve a emitir una opinion sobre materia tan oscura i tan delicada, que la Nacion incurre en un gravísimo error, fecundo en males de toda. clase, cuando se presta, sin uu exámen detenido de estos fen6menos, a continuar fundando sobre el réjimen feudal del repartimiento de las Encomiendas, la propiedad anticipada de la tierra. que deben ocupar las jeneraciones futuras. Estas in~ mensas enajenaciones de tierras ba.ldía~,en favor de propietarios que no las reciben para cultival'las, sino para situarse a monopolizar en ellas el valor que les va, allegando el trabajo de todos, con el progreso social, i para. oprimir a las jeneraciones venideras, imponióndoles enormes sacrificios para la adquisi~ cion del suelo, tienen que ser fecund.as en perturbaciones inmensas sobre la distribucion de la ril!ueza pública. 17 258 LIMITA.CIONES DE DOMINIO 1 Creo, con pensadores profundos, que una de las causas m as bondas de pertllrbacion en la distribucion de la riqueza i en la jeneracion de la miseria de muchos millones de hombres, está en la viciosa constitucion de la propiedad territorial en el mundo. Es comparativamente insignificante el número de trabajadores que pide su subsistencia al comercio i a las manufac-. tu ras : no llega probablemente a la centésima parte de la po. blacion útil del globo; la gran masa tiene que pedirla direc. tamente a la tierra, en la. agricultura propiamente dicha, la minería, la pesca i las industrias estractivas; i si la tierra desierta o inculta so encuentra por todas partes ya apropiada; si unos pocos, como sucede ya entre nosotros, tienen adquirido ya el derecho de impe\lir ID accesion del jénero humano al de. sierto, la gran masa tiene forzosamente que caer en la mise. ria o en la servidumbre. No se trata de desconocer el principio, tan obvio como tri. vial, de que la tierra necesita ser apropiada para que desen_ vuelva basta el último término su potencia productiva, sino de averiguar científicamente dónde termina la razon de ser del derecho, o eu otros términos, cuándo UD d'erecho de propiedad sobre la tierra es contrario al principio de ntilidad pÚblica en que ese serecho se funda. El derecho de propiedad sobre la tierra, se ha introducid() para hacorque este ajen te natural, desenvuelva bajo la mano intelijente de un cultivador, que tiene asegurado el goce perpetuo de su mejora, todasu potencia productiva. El fundamento ético de este derecbo es la utilidad pública resultante de esa apropiacion. Donde falta, pues, la ocupacion real por el cul. tivo a la mejora del suelo, falta la razon del derecho de prQpiedad sobre él. No hai propiedad lejítima sino la que reca.e sobre los valores creados por la industria; e industria es la aplicacion de las facultades del hombre a la roodificacion útil de la materia, para asimilarla a la satisfaccion de nuestras necesidades. Pue· de haber sin duda propieqad consistente en valores producidos por la creacion de obstáculos artificiales, inventados COll el esclnsivo objeto de obligar a los hombres a pagar el trabajo de vencedos ; J>ero esto no es lo que la ciencia llama industl'Ía : todas estas categorías de servicios artificiales, que propiamente deberian 11.1.111arSe contra-servicios, es lo qua la cioncia de la economía llama despojo .. De esta clase es la propiedad consistente en tierrras baldías, que la Nacion enl~jena sin la' mira de ocuparlas o cultivadas, i cuyo único resultado es que esos propietarios titulares se sitúell eu los puntos privilejiados del territorio, para revender los dODesgratuitos de la natull\leza i los valores creados por el J .\l)J[Jl>lC.\CWN OF, 'l'IlmnAS ILo\LnÍ-\S. 2[)}) progreso, f. la poblacioll que necesite estenderse sobre esa tierra. Para mí no hai ninguna diferencia entre conceder a alguien el derecho de hacer el "acío del aire respirable, si esto pudiem efectuarse materialmente alrededor de una ciudad, con el objeto de crear la necesidad de comprado, i el título por el cual se ccncede el derecho de propiedad anticipado sobre las tierras baldías, con el csclusivo objeto do revenderlas, cuando el progreso social les baya dado valor, a la poblacion que necesite ¡;ituarse cU ellas. El valor del suelo se compone del valor directo del trabajo humano incorporado en él para su mejora material, i del valor Je la utilidad ql1e le agrega el progreso social, consistente eu el aumento de poblacion, la seguridad jeneral, la apertura do nuevas vias de comunicacion, &, &; i esto· e¡;plica el fenómeno econ6mico de que, miéntms que todos los productos de la industria tienden a lmjar constantemente de precio, la tierra sigue un camilla inverso, subiendo constantemente de valor: porquo la tierra es por excelencia el fondo donde vienen a capitalizarRo los valores creados por el progreso, i porque aunque especulat¿varnente haya todavía una cantidad indefinida de tierr/.l.S no apropiadas, práct'¿ca'Y"fl,ente la cantidad de tierra cultivable quo cada poblacion tiene a su alcance, en raZon de sus medios do oomunicacion, es una cllntidad limitada, En el número 3,211 del Dimio Oficial, de 15 de julio de 1874, se halla publicàda la cuenta formaùa por mí como Jefe de la Oficina de Estadística nacional, de la conccsion i adjudi. cacion d,a tierras baldías, de la cual resulta que hasta esa fecha se habian emitido títulos de concesion por 3.318,506 hectaras, i se habian hecho a aprobado adjudicaciones materiales sobre el terreno por 1.159,502 hectaras. De esta, inmensa cantidad de baldíos adjudicados, no hai sino unas 100 mil hect:uas que hayan sido concedidas a los ocupant'3s i cultivadores <.leI suelo, que son las únicas personas que en puridad de principios tienen derecho a adquirir el dominio d'3 las tierras incultas; las de mas representan concecio_ lles hechas Sill discrimiuacion, en contratos onerosos que han llevado siempre implícita la condicion de colonizar i cultivar las tierras concedidas, pero que no han sido cumplidos. I del milIon i lOa mil hectaras que han pasado al dominio privaùo por adjudicaciones materiales hechas sobre el terreno, puede IlBegurarse, sin temor de equivocacion, que no llega a la centésima parte la porcion de esa superficie que ba sido realmente ocupada i modificada por el cultivo. i Qué representan, pues, en rigor de verdad, estas adquisi. Giones de dominio sobre las tierras baldías? Pues representan 260 LIMITACIONES DE DOMINIO pura i simplemente la constitucion de una cstensa clase do propietarios feudales, de propietarios parúsitos del suelo, formada con el csclusivo objeto de acaparar el plus-valor que reciba la tierra por el progreso social, interponiéndose para pc. dir un precio d~onopolio entre el ajeute natural, tal como Dios la hizo, i lajeneracion que realmente necesite ocupar la tierra para el trabajo .. I es ésto justo 1 es ésto útil? i Las leyes civiles que así proceden se han detenido a pensar en los innumerables males políticos i sociales que resultan de esta viciosa constitucion de la propiedad territorial? Ran estudiado esas leyes los princi. pios económicos que sirven de fundamento al derecho de propiedad sobre la tierra? Saben ellas con qué objeto se ha. introducido ese derecho, i qué elementos econ6micos concurren a. la formacion del valor del suelo? Si la.propiedad territorial no se hubiera. fundado en el mo. nopolio, por el derecho de conquista, sino en la. ocupacion natural del suelo, por el principio científico de que el único fundamento lejítimo del valor de la tierra es el servicio humano incorporado en ella, su distribucion habria seguido una marcha mui distinta de la que ha tenido en nuestro pais. En vez de cien adquirientes orijiuarios, habria habido mil, diez mil, probablemente cien mil; el pl~¿s valor que el progreso social le agrega!constantemente, i que es el mayor de los factores que entran ell sn valor, se habria di~tribuido entre muchos; la fijacion do su preoio seria el. natural que lejítimamente le hubiera determinado una concurrencia. efecti va, i no el artificial que le ha dado el monopolio; el cultivo habria. cubierto, bajo la mano dil~jente de pequefios propietarios, lo que no puede nUllca hacerle producir el trabajo asalariado; i finalmente, en vez de una poblacion rural, dividida entre unos pocos propietarios, i millares de labriegos oprimidos en su condicion de locatarios, tendriamos un número mui considerable de labradores propietarios, clase que por sus condiciones murales i eco· nómicas es un baluarte inespugnable contra la miseria. El dere¡jho de propiedad sobre la tierra se funda esc1usivamente en un principio de utilidad pública. Se ba introducido para. estimular i asegurar a perpetuidad el trabajo del hombre que .la.mejore, confundiéndolo con la propiedad del suelo mismo, i elevarla de este manera a la mayor suma de su potencia productiva en servicio de la humanidad. Por consiguiente, donde faltan la. razon i el fundamento del derecho, falta el derecho mismo . . La tierra, tal como Dios la hizo, pertenece orijinaria.mente a la comunidad. La lei reconoce la apropiacion particular cnn el objeto de que 111. tierra sea rnejorada. Las mas profundas iuves- I ADJUDICACION DE TIERRAS BALDÍAS. 2ôl tigacione¡; de la ciencia no pueden descubrir otro fundamento ético al derecho de propiedad sobre la tierra. Por consiguiente, donde quiera que la sociedad la encuentre en estado de naturaleza. i necesite servirsa de ella i da sus materiales para rnejorarla, mal puede el propietario titular del suelo, que DO ha usado aún de su derecho de cultivo, alegado contra el dueño orijinario. Estos principios fueron espuestos por el eminente filósofo John Stuart MilI, en el seno del pueblo mas fauático por el de. recho de propiedad, i tuvieron una resonante aplicacion en la lei a.graria de Irlanda. Del cap. 11 (Property in Land) lib. II de Sll famoso tratado do Economía política, tomo los siguientes pasajes que servirán para autorizar este escrito: "Tales son, dice, las razonas que justifican bajo un punto de vista económico el derecho de propiedad sobre la tierra. Solo es válido en tanto que el propietario de la tierra es su beneficiador, (Us imp¡·over). Cuando en un pais, el propietario, jeneralmente hablando, (leja de ser su beneficin.dor,la economía política no tie. ne nada que alegar en defensa de semejante propiedad. En nin. guna sana (8ound) teoría sobre la propiedad, debe admitirse que el propietario de la tierra sea un mero sinecurista alojado en ella (Páj. 114.) " Aun tra.tándose de tierra culti\'ada, un individuo a quien la lei permite retener millares de acres como su patrimonio privado, no debe creer que tiene el derecho de usar i de abusar de esta propiedad, ni de manejarla como si solo lo interesara a (\1 i no a otro. La pretension de dos Duques do encerrar una parte de los Ili[Jhlanrl~, i escluir de muchas millas cuadradas al resto de la comunidad, solo con el objeto de que pudieran multiplicarRe a su agrado los animales de caza, es un abuso que excede los límites del derecho de propiedad sobre la tierra. (Páj. 142.) " En suma, el derecho del propietario territorial está ente. ramente subordinado a la conveniencia jeneral del Estado." (PÚj. 14.1.) El caso de Irlanda es roui notable i merece una breve recapitulacion. La Irlanda fué donnda al rei de In~lnterra Enrique II, por una bula del Papa Adriano IV en 115G, aunque la ocupa. cion completa de la isla no llegó a efectuarse hasta el tiempo de Cromwell. La tierra fuá repartida eutónces en grandes feudos, entre los vencedores, como la fueron las tierras del continente europeo, Il la caida del imperio romano, i las tierras de Am6rica, por Encomiendas, al tiempo de la conquista espa. fiola. No es, pues, el oríjeu del título el que se hn. disputado a los herederos de los conquistadores de Irlanda, porque en definitiva ellos la derivan de la misma fnente que los propio- 262 LIMITACIONES DE DOMINIO tarios de la isla vecina i los del suelo europeo: no ha sido el título, sino el uso que se ha hecho de él, lo que ha venido a invalidar i a ilejitima.r sus derechos. , Los lores ingleses, dueños,del suelo irlandes, residentes en Inglaterra, miraron siempre esos dominios, de donde los apartaban las antipatías relijiosas i políticas de los dos pueblos, como una especie de adehala agregada a sus cuantiosas fortu. nas de Inglaterra; i se limitaron, por siglos, a darlos en arren~ damiento, sin consentir en gastar un solo chelin para su mejora, a una clase intermediaria de agricultores, lla.mados middlemen, quienes a su turno subarrendaban las hacien,das, dividi6nùolas en pequeños lotes, hasta de un acre, para estirar la ganancia sin compasion. El suelo irlandes llegó a cubrirse así de esa multitud de mendigos, con cuyas cabatias miserables tanto nos han familiarizado los grabados de los pe1"Îódicos,de las novelas i de las relaciones de viaje. La isla que en 1766 no contaba todavía dos millones de habitantes, se elevaba en 1822 a 6.800,000 almas. Es de esta época que data la deplorable situacion de la, Irlanda. Puede fácilmentèconcebírse la estrechez i la miseria. de una poblacion de siete millones, reducida a vivir de la cosecha. de pata.tas, que el trabajo rudimental de sus propias manos, retiraba de un suelo donde el capital i el trabajo intelíjonte del propietario nada habian hecho para fecundarlo. "La miseria irlandesa, dice M?". de BeaumO'nt, forma un tipo aparte: se reconoce al verla. que no podria asignarse una forma determinad~ al ;infortunio de los pueblos. En todas las naciones so encuentran mas o ménos pobres; pero un pueblQ entero de pobres era. una cosa que no se había visto jamas." Cuando los dueños titulares de Irlanda se apercibieron de esta peligrosa situacion, quisieron ponerle remedio barriendo sus haciendas de este enjambre de pordioseros que las afeaba. Pero, i cómo espulsar de sus hogares a un pueblo entero? Los que intentaron ponerlo por obra, los ajentes que so aventura. ron a notificar los desahucios fueron escarmentados por las venganzas del labrador, a. quioo la poblacion entera ofrecia un asilo impenetrable contra las persecuciones de la justicia. El fenianismo vino en apoyo de los loeatarios, i la Inglaterra misma se vió por algun tiempo en s6rios peligros de perder la 'Irlanda. Esta situacion, como lwmos dicho, databa desde 1822. Los crímenes agrarios se multiplicaban, la fermentacion de los ánimos habia llegado a su colmo. La, palabra de órden de los loeatarios era ésta, bajo la cual capituló el Parlamento: fixity Dl ienU?'e at a ¡ai?" rent ~ mantenimiento del arriendo a un precio equitativo. Bajo la presion de estas circunstancias i a propuesta de I ADJODlCACION Dl~ TIERRAS BALDÍAS. 263 Mr. Gladst()ne, el Parlamento votó en las sesiones de 1870 el la,nd bill de Irlanda, que consagra el reconocimento del dere- cho del ocupante, i ampara su posesion, donde quiera que la costumbre lo autorice. Un tribunal especial establecido para poner en ejecl:lcion elland bill, la lei agraria, debia examinar qué derechos daba la costumbre, para hacerlos respetar del propietario. A falta de costumbre i de contrato, ln. lei proteje la posesion del locatario, estableciendo que no puede ser despedido, flino mediante una indemnizacion, que varia segun el impor. te dei arriendo. Para una locacion de ménos de ID libras, la indemnizacion puede elevarse, conforme lo decida el tribunal, hasta 7 veces el importe anual del arriendo; para una de 10 a 30 libras, hasta 5 veces su importe; i así disminuyendo, hasta equivaler sólo a un año de arriendo, cuando el precio del arriendo excede de 100 libras anuales. La lei inglesa ha reconocido, en suma, al locatario irlandes, por la ocupacion, la mejora i el cultivo de la tierra, un dere. cho de co-propiedad con el dueño titular del suelo. Como ántes dijimos, no fué el oríjen del título el que se tuvo en cuenta para decretar estas indemnizaciones, porque en definitiva ese título es en su fuente el mismo de donde derivan el suyo lORdemas propietarios del suelo europeo. No fué con argumentos derivados del oríjen del título, sino por considera. ciones de eqt-.idad fundadas en la naturaleza del valor de la tierra, en relucion con los deberes que impone su propiedad, que se llegó a esta soluciono Esta cuestion de los principios econ6micos por los cuales debe rejirse la formacion de la propiedad individual que se desprenda de las tierras incultas de dominio público, a sea el problema de la oportuna i conveniente ocupacion de los terri. torios desiertos del pais, es inmensa: para estudiarla seria preciso recorrer todo el campo de las cuestiones de agronomía que con ella se relacionan: yo no hago sino desfiorarla; i aunque quisiera sa.lir del campo puramente especulativo ùe los fundamentos éticos del derecho de propiedad sobre la tierra, para pasar al terreno práctico de los resultados sobre el cul. tivo, la mejora del suelo i los rendimientos de la agricultura, no podria dar un solo paso en esta direccion, porque no bai un solo dato para resolver estas cuestiones: aun no ha nacido para nosotros el A.1,thu1' Young que debe suministrárnoslos. Naùa sabemos en respuesta a estas preguntas: A.. i Cll~I es la condicioll ag!ícola de las pequefías propiedades cultivadas por sus propIOSduefíos? i Están en jeneral peor o mejor cultivados estos campos que los de 'las grande~ 264 LIMITACIONES DE DOMINIO haciendas? i Rinde más su agricultura? iEs numerosa esta.clas9 de propietarios? î Cuál es, en jeneral, el grado de comodidad i de bienestar de que disfrutan? B. i Cuál e~ la diferencia de condiciones, en cultivo, rendi. mient:<>i .m~ioras,.entre las propiedades cultivadas por arren. datarlos lIas cultivadas por sus propios duefios? G. i Cuáles son las condiciones jenerales del arrendamiento impuesto a los colonos que viven en tierra ajena? t Son mui onerosas? iEn qué se paga este arrendamiento; en trabll:10,en frutos o en dinero ª i Tienen algunas garantías de estabilidad estos contratos? ~O los arrendatarios son lanzados de la tierra a voluntad de los duefios 1 i Se les indemniza de las mejoras hechas cuando son despojados? i Ou:il es la condicion física i moral de estas personas? D. i Ouál es, por término medio, el jornal de un peon agricultor? i Se practica el sistema de los jornales por tareas? i A qué cultivo se aplica? i Qué resultados produce 1 E. ¿ Se practica el sistema. de cosecheros, en que él COIODO no paga arrendamiento, sino que se obliga a vender los frutos que prod \lee a un precio determinado? Qué resultados produce? F. i Se practica el sistema de medianeros, en que el colono tampoco paga arrendamiento, sino que divide en especie, con el dueño de la tierra, los frutos O los productos de los frutos î i Qué resultados produce este sistema? ¿ Cuál es la condiciou física i moral de estos co]onos? Si tuvieramos estos datos, con ellos seria que p()(lriamos ilustrar i tratar a fondo esta inmensa cuestion de la viciosa constitucion de la propiedad territorial, por consecuencia de estas inmensas enajenaciones del suelo del pais, que tienen por único objeto estorbar el libre acceso Ùe. la poblacion agrícola al territorio desierto, retardar su oCllpacion útil, e impedir la formacion do esa estensa clase de propietarios campesinos, económica, frugal i previsora, que tiende a reprimir el exc,eso de poblácion, i que es la mas sólida garantía de la libertad i del órden. Pero a falta de los datos necesarl0s para. hacer demostra. ciones prácticas, lo que dejamos sentado en el campo pummente especulativo de la economía, nos autoriza para concluir que las leyes sobre concesion i a.djudicacion de tierras baldías, deberian basarse sobre los siguientes principios. l.? Que todo el que de hecho ocupe i cultive UDaestension cualquiera de terren~ baldío, es el dueño lejítimo de esa es· tension; 2.° Que es de derecho natural la libre accesioD del hombre a la tierra inculta, i que la lei debe mantenerlo. como nu de. recho inherente a la existencia i al progreso del hombre sobre la tierra; l. I ADJUDlCACION DE TIERRAS BALDiAS. 2G5 3.° Que la propiedad sobre la. tierra inculta es condicional de que el dueño use de su derecho de dominio para. mejorarla; se ha concedido con ese objeto i depende necesariarMnte <.leI cumplimiento de esa condicion ; 4.° Que una buena lei agraria debe fijar un término de reversion del dominio de las tierras incultas a la comunidad; porque solo In ignorancia puede mantener un derecho de propiedad sobre la tierra, que tenga por único objeto escluir de ella al resto de la especie. Guiado por estos principios, i movido por un sentimiento de justicia i de compasion en favor de los infelices cultivadores de nuestras tierras baldias, frecuentemente desposeidos de sus labraIlza>:,a reducidos a la condicion de siervos por la rapacidad i la codicia de los tinterillos i gamonales, presenté a la Oámara de 1878 el siguiente proyecto de lei: Art. l.0 La lei mantiene el principio de que la propiedad de las tierras baldias se adquiere por el cultivo, cualquiera que Rea su estension, i ordena que el .Ministerio público ampare de oficio a los cultivadores i pobladores en la posesion de dichas tierras, de conformidad con la lei 61 de 24 de junio de 1874. Art. 2.' Los terrenos desiertos en que se hayan Qjecutado trabajos ùe cultivo, con habitacion i labranza, se reputan baldíos para el efecto de que los colonos que los ocupen sean considerados como poseedores de buena fe, i no puedan ser privados de la posesion sino por sentencia dictada en juicio civil ordinario. Art. 3.' Las tierras baldías se reputan bienes de uso público, i Rllpropiedad no se prescribe contra la Nacion en ningun caso, de conformidad con la dispuesto en el artículo 2,519 del Código civil. Art. 4.° Contra los cultivadores de terrenos desiertos, reputad0s Laldíos, no se admitirán los interdictos posesorios ùe que traLt el título XI Cap. VI del Código judicial. Art. 5.° Ell el juicio plenario de propiedall, único admisible contra 108 culti vadores de terrenos desiertos, establecidos en ellos con casa i labranza, el actor deberá exhibir el título primario de propiaùad de la tierra, emanado de la concesion del Soberano, en el cual ~e espresen con toda claridad los linderos del terreno que reclama COlUOsuyo, única prueba admisible contra la propiedad orijinaria do la Nacion. Art. G.o Aun en el caso de que el cultivador pierda el juicio plenario de propiedad, no será desposeido del terreno que ocupa sino despues de que haya sido indemnizado del valor de la.s mejoras puestas en el terreno, como poseedor de buella fe. Art. 7.° Los ajentes del Ministerio público ampararCm ùe 266 LIMITACIONES DE Do~nNIO oficio a los cultivadores de las tierras ba.ldías, debiéndose repu. tar a. dichos Ajentes como parte lejítima en los juicios de pro. piedad que contra. ellos se promueva.n. Art. 8.° En toda. adjudicacion de tierras baldías, por cuaJo quier título que ella se haga, se entenderán espresamente sal· vados los derechos de propiedad de los ocupantes, los cuales serán amparados contra. los adjudicatarios en los términos de la presente lei. Sosteniendo ese proyecto decia en la Cámara de 1878 : "Perseguidos por la necesidad, animados por la dulce espe. ranza de conquistar la independencia personal, de recuperar la dignidad de hombres, perdida bajo el látigo del dueño de tierras, emigran Il las montañas los valerosos hijos del pueblo, estos mismos a quienes nosotros llevamos amarrados a morir por causas que ellos ignoran; i cuando estos hombres, que principian por disput,ar a. las fieras el dominio del suelo, ban descuajado los montes i convertido en amenos prados, cubiertos por los plantíos del café, del plátano i de la caña de azúcar, la honda cañada, o el áspero declive de la montaña, ent6nees, incitados por la codicia, salen del pueblo vecino esas aves de rapiña que se llaman el gamonal i el tinterillo, i bacen el por. tentoso descubrimiento, de que esas tierras que permanecian tan ignoradas de todo el mundo corno'si'no existieran, -cuyo primer sendero fué trazado por la planta de sus actuales mo. radares, tienen otro dueno;, o si absolutamente ha siùo impo. sible descubrirles un dueño, solicitan la adjudicacion del terreno corno baldío, i reducen de nuevo a la escla.vitud" a la condicion de siervos a estos infelices, que ni en el fondo del desierto, ni en medio de las fieras han podido conquistar el bien inestimable de la independencia i de la libertad personal. " Hace pocos meses tuve ocasion de conocer prácticamente una de estas iniquidades. " Encontrábame de paspo visitando las plantaciones de una colonia de cultivadores recientemente establecida en una. de las abras de la cordillera central, que de la. ciudad de Ibagué ~;ube al fondo de la montaña por las márjenes del rio Coello. Quejábase uno de los colonos, en cuya casa. me hallaba, de que iba a ser despojado de su labranza por álguien que pretendia. ser dueño del bosque desierto, i b~biéndole preguntado ineon. cientemente si no tenia arreglados sus títulos de propiedad del terreno, el rudo montañes, (Avelino Guerrero, para salvar su nombre del olvido), me eontest6 al pié de la. letra. lo Riguiente: "Sí, señor: mis títulos están allí en la enramada del trapiche: son 18 cueros de tigre i 44 de oso que tuve que matar con mi propia mano para. establecerme aquí." "Qué respuesta, señores Representantes! No la habria I ADJUDlCACION DE TIERRAS BALDíAS. 267 dado mejor el economista que más profunùas meditaciones hubiera hecho sobre los fundamentos del derecho de propiedad sobre la tierra! " Faltan tambien en la lejislacion n~cional i en la de los Estados, cada una en lo que respectivamente lo concierne, disposiciones científicas que definan las limitaciones del derecho de propiedad individual sobre el suelo, en servicio de los derechos de uso inocente de la comunidaù, para refrenar los escandalosos abusos que se cometen en nombre del derecho de propiedad sobre la tierra. Estos abusos llegan basta el punto de qne aquí se hall olvidado completamente las nociones mas elementales que del derecho romano pasaron a las leyes españolas i que definian las cosas de propiedad comun. A8Î vemos, por ejemplo, el caso verdaderamente ignominioso, de que el E~tado de Cundinamarca carece de puerto propio sobre el rio Magdalena, para el servicio del comercio esterior, porque los aledafios de ese rio, uno de los grandes rios navegables del mundo, han absorvido en el derecho de propiedad sobre el predio confina!lte,los derechos de soberanía i dominio público sobre la ribera i 108 puertos. Algo se hizo a este respecto en el Congreso de 1876, en la lei 59 de ] 6 de junio que define la. servidumbre legal de uso público de las riberas de los rios cuya navegacion pertenece llo la República. El parágrafo final del artículo 4.°, propuesto por mí dice así: " En las espropiaciones que baya lugar a decretar por causa do necesidad pública para la ereccioll de las obras de que trata esta lei, los dueños del área o terreno espropiado no tendrán derecho Il qne se tome en cuenta. para. la indemnizacion el mayor valor que el terreno o el área debe adquirir por razon de la obra n obras que en él van a construirse." (Diario Oficial, número 3,767 de 17 de junio de 1876). Esta disposicion fué adoptada despues de una importante discu~ion sostenida contra mis colegas los señores Caro, Hol. guin i Cúrlos Martínez Silva, Diputaùos conservadores, sobre los fundamentos éticos del derecho de propiedad sobre la tierra, el cual no queda en manera alguDa vulnerado por la dir,;posicionJe la lei; porque en el valor de un terreno que deùe ser ocupado para la constrnccion de una obra pública, hai que distinguir cuidadosamente dos elementos: el de la propiedad actual, que lo constituye el valor que dicho terreno tenia úntes de quu se pensara en acometer Ill. obra de qne se 268 LIMITA.CIONES DE DOMINIO trata, i el que crea la lei que acomete una obra pública, que la misma lei que lo jenera debe reglar, para abrir paso al progreso. La lei americana, con esa sabiduria práctica que distingue a la raza sajona, no solamente no paga este último valor, sino que lo torna en cuenta para deducido de la indemnizarion que deba darse al propietario por el valor actual del terreno espropiado. Si así no fuera, el dueño de una roca erial soLre la cual hubiera de apoyarse el estribo de un puente colgante sobre el rio Magdalena, por e1emplo, tendria derecho a que esa roca le fuera pagada por una suma igual, por la ménos, a la. que se necesitara para levantar la misma roca en calicanto; lo cual es a todas luces absurdo; 10 cual no seria el derecho de propiedad, sino el abuso de ese derecho; la cual en fin, si no hubiera lei que lo reglara, seria una espoliacion; es decir, todo lo contrario de la nacían de la propiedad, que es la adquisicion lejitirnada por el trabajo. La misma disposicion fué adoptada en lalei del Tolima (26) de 18 de febrero de 1880, i ademas estas: "Todo predio rural está sujeto a servidumbre de tránsito para la cónstruccion, mantenimiento i uso de los caminos, ferrocarriles, canales, puertos i puentes que hayan de construirse con arreglo a las leyes o a los contratos que celebre el Poder Ejecutivo para la construccion de dichas obras. " Tampoco habrá lugar a reclamar indemnizacion de per. juicios resultantes de los cambios o mudanzas que en la direccion de las vias comerciales introduzca la obra que va a construirse. " Pos regla jeneral el dominio sobre las cosas muebles puede ser absoluto, miéntras que el domiuio sobre la tierra tiene que ser necesariamente limitado. En el primer caso se trata de cosas que !>onel producto esclusivo de la industria del hombre, i na. die tiene derecho a quejarse porque se le escluya de un bien que sin el trabajo de otro no habria existido; miéntras que la tierra, creacion de Dios, es fuera de muchas otras consideraciones, el espacio que de hecho circunscribe i limita la existencia del hombre sobre el planeta, i nadie puede apropiársela, puesto que no es suya, sin una raza n de utilidad pública que justifique dicha apropiacion. " Qué ataq}lc tau monstruoso COD tra el derecho de propiedad, csclamaba Clodio en el banquete de Diomédes, qué lei tan inÍCUll. es esta leí romana que no nos permite arrojar nueatros escIavosa nuestras cistl.'1rnas,para engordar nuestras lampreas!" Pues todavia hai quejas mucho más gráficas que un futuro Lytton poclr1iponer en boca de un amo de tierras, cuando la lei emprenùa la tarea de estudiar i correjir sus abusos. El estudio contenido en este Informe, que fné presentado n In Cámara en StlS scsiopes dc 167\1, i ~nû se halla publicado ell el ntÍmero 4,3G7dcl •• Diario Oficial," <lonSlrlera el amnt" desdc el punto de vista fiscal, en cI supucsto de ~ue la l\acion necesita CODser..,u'la renta que deriva <le este monopolio, Si no la necesitare Il !ladie le ocurrirá discutir la conveniencia de devolver n IlLpropiedad particuÍar 1 Il In industria prh'ad" este valioso fondo de csplot.aeíou i de t1'llbnjo; pero sin e~ta AdvertenCia.' álj!uíen vendria ese dia a hacer el descubrimiento de qne yo babla cmpleado mI palabra i mi pluma en defensa de los Cl'rores i de la injusticia del mODopolio, Dice así el informe: Debo informaros sobre el importante proyecto de lei presentado por el señor Rodríguez Pérez, en virtud ùel cual la República se desprenderia del monopolio de la cristalizacion i compactacion de la sal, abandonando estas operaciones a la industria privada, i reduciéndose el Gouierno a la venta de la sal vijua i del agua salada de las minas i fuentes de propiedad nacional. Esta i¿ea. contó al infracrito bace 22 años entre sus primeros iniciadores. Se encuentra calurosamente espuesta i defendida en el informe que como Subdirector de renta8 nacionales presentó :1 la Administracion Mallarino con fecha 15 de abril de 1857, i que la Cámara de Representantes dispuso publicar en la Gcweta, Ofiâal, por resolucion de 18 de mayo de ese mi;;mo año. ~ ueve años mas tarde la propuso a esta honorable Cámara, como Representante por el Estado del Tolimn, en el proyecto de lei que presentó el 10 de abril de 1866 i que se encuentra publicado en el número 616 del DiaTio Oficial, ocho años ántes de que la hubiera propuesto al Senado el ilustrado Senador señor Ignacio Gutiérrez Vergara, en 12 de mayo de 1874. Sinembargo, eiudadanos Representantes, el entusiasmo puramente especulativo por la consagracion de un principio de libertad industrial, ha sido reemplazado en mi espíritu por el estuùio reflexivo de los resultados prácticos a que conduciria la medida que se propone, bajo el punto de vista del progreso i de las finanzas públicas; i este estudio me ha conducido al convencimiento de que esa mediùa carece en absoluto del interes social con que so la defiende, i quo como medida de simple 270 LA. RENTA DE SALINAS. administracion conduciria. inevitablemente a la desorganizacioD de la renta de salin~a, en beneficio de uoos pocos especul:£dores. El monopolio en que la :N'acion funda la renta que deriva de la esplotacion de las salinas nacionales, es UIl monopolio de hecho, dependiente de la naturaleza i condiciones de esta pro. piedad: lo lleva necesariamente consigo el dominio de estos ricos bancos de sal jeroa, situados en el centro del territorio nacional, en medio de la parte mas poblada de él i a \lna gran distancia de la costa donde se produce la sal marina. Si la Na. cion no se hubiera reservado la propiedad de estos minas, el monopolio habria pasado de hecbo, icon caractéres mucho más odiosos, a los dueños superficiarios de la tierra. Cipaquirá, Ne. mocon, 'fausa, Sesquilé, Chita, Pajarito, Cumaral, &, no pueden ser sino propiedad de dominio público. A quién sino al Gobierno, es decir, a. la. comunidad misma, se concibe que pueda pertenecer' un banco de sal jema como el de Cipaquirá, que basta donde ba ;;ido posible apreciarlo, se reputa que contiene 78 mil 600 millones de arrobas, que a lO centavos la arroba vale siete mil millones de pesos! riqueza natural superior a toda la. riqueza social de que 8ctulllmente disponemos. Por eso decia majistralmente el señor Parra en su Memoria de Hacienda de 1875: "Es el Gobierno en su calidad de Representante de los intereses de la comunidad, quien tiene mejor título para aprovechar esta l'Íqueza, mayormente cuando es el único que dá completas garantías de que no abusará de su posicion privilejiada como productor del artí~mlo. Entre esto i la libre esplotacion de las salinas no hai medio alguno que pueda considerarse aceptable; i como la libertad de espIotarlas tendria en la práctica. inconvenientes de mucha gravedad, es claro que debe conservar siempre la propiedad i la administracion de esas minas j propiedad que le fu6 cedida por los Estados al sancionar el Pacto federal." ' En el impuesto que las poblaciones sujetas al monopolio pagan como precio de la sal, no entra un centavo de ganan_ cias que el Gobierno derive como fabricante del artículo. El plus valor lo impone él, no en su calidad de monopolista fabril, sino de dueño de la. matería prima. En Chita, donde el Góbierno se ve vergonzosamente obliga.do a dividir los provechos del monopolio con los dueños de los montes que suminis_ tran el combustible para. la elaboracion, estos gastos pesan no sobre los consumidores, sino sobre las ganancias del Gobierno. En las salinas de Cundinamarca. que suministran 11 millones 600 mil kil6gramos, de los 13 millones 740 'mil kil6gramos que se producen en todas las salinas, a sea el 85 por 100 de la produccion total, los gastos de elaboracion i esplotacion han sido LA RIŒ'rA DE SALINA.S. 271 • reducidos PO! la conmpetencia a su nivel natural, i en nada, absolutamell';e en nada, reagravan los males del monopolio. I aunque así no fuera, como la diferencia entre los gastos de produccion i el precio de venta es tan grande, queda al Gobierno un m:irjen mui considerable para rebajar el precio del artículo cn beneficio del consumidor, cuando por una lei económica no la fuera tambien en beneficio de sus intereses fiscales. Estas diferencias son las siguientes: Compactada, que cuesta a 171 centavos arroba, se vende a $ 1-60 cs. Caldero, que cuesta a 15 centavos arroba, se vende a ~ 1-45 cs. VijufL, que cuesta a 10 centavos arroba, se vende a $ 1-40 cs. El contrato en licitacion ha rebajado todavía los precios de elaboracion a 13, 7 i 3t centavos, respectivamente. El Gobierno tiene, pues, CD su mano todos los recursos necesarios pam. disminuir los males del monopolio, sin cuidarse de los precios de elaboracion, los cuules, técnicamente hablando, no determinan 01 precio venal del artículo. He dicho que no es un interes social el que con tanto ahinco solicita lu reforma, sino un interes industrial Je mera espe. culacion. Pura convencerse de ello ba~ta considerar que los gastos de produccioll de toda la sal compacta da i de caldero que se espencie en las salinas nacionales, apénas alcuza a la suma de iS150.000. Son, pues, 8 150,000 el producto bruto de la industria cmpleada en la compactacion i cristalizacion de la sal, deduccion hecha de unos $ 32,000 que vale la esplota. cion de 4 millones de kilogramos de vijua, a 10 centavos arro· bao Suponiendo que la industria privada realizara milagros de economía en la elaboracion de la sal, i que por procedimientos desconocidos lograra convertir en ganancia líquida el 50 por 100 de aquella suma, quedaría pues reducido a la. distribucion de unos 8 75,000 entre los especuladores que reemplazaran al Gobierno, el interes económico que solicita la medida. I bien se ve que este no es un interes social. Qué diferencia entre este interes i el que reclamó i obtuvo la abolicion del monopolio del tabaco al cuul quiere equipa. rarse 1 Aquí se trata únicamente de trasferir Be unas pOGas personas, ventajosamente situadas para hacer este negocio, una parte de los provechos del monopolio ùe la sal, tan solo lejíti. mo en manos del Gobierno. I allá se trataba de desestancar todas las tierras, todos los capitales i todos los brazos disponible para el cultiw de uuo d:.: los mas ricos productos del co. mercio esterio:, diseminados en toda la c;;tension del pais. Por la naturaleza de las cosas, de la libertad de elaboraciou • 272 LA RENTA DE SALINAS . de sales no podrian aprovecharse sino las pocas personas que de antemano han tomado alrededor de cada salina. posiciones ventajosas para hacer esta operacion. Admito que en las salinas de Cundinamarca, donde hai en esplotacion diversas minas de ulla i abundante oferta de combustible, este negocio podria ser acometido por muchos empresarios i aun por una parte considerable de las poblaciones de Cipaquirá, Nemocon i Tausa, que se convertirian en una inmensa fábrica de compactacion de sal. Siento de todo corazon oponerme a que se desestanque esta pequeña industria i se ofrezca como medio de subsistencia a los habitantes pobres <le aquellas ciudades j pero mis deberes de Representante de la Nacion me obligan a daros este informe. No defiendo el mono· polio como tal, sino la subsistencia de una renta que procura una entrada de un millon de pesos, i de la cual no podemos prescindir sin comprometer sériamente todos nuestrosproyec. tos sobre mejoras materiales, de los cuales pende el porvenir del pais .. En las salinas de Boyacá, dondo de tiempo inmemorial se ha cuidado de poner sitio al Gobierno, aduefièÍndose una sola persona, familia. o compañía de los montes que suministran el combustible para la elaboracion, abandonar éi>taseria trasfe. rir a aquellos el monopolio mas inicuo de cuantos pueden im. ponerse sobre el trabajo i la paciencia de los pueblos. De $149,000, producto bruto de la. salina de Chita, gasta la elabo. racion la enorme suma de $ 52,000, que representa en su ma. yor parte el alto precio impuesto al combustible por el duefio de los montes. Hoi esa exaccion èercena únicamente las uti. lidades del Gobierno, porque éste vende la sal al mismo pre. cio en Chita, donde le cuesta a 40 centavos arroba, que en Cipaquirá donde le cuesta a 17!; pero mañana, cuando el mo· nopolio de la compactacion cayera de hecho en manos de una sola persona, que pudiera a su antojo aumentar o disminuir la oferta del artículo, alzar o rebajar su precio, no sabemos hasta qué punto la codicia abusaria de este privilejio. He dicho al principio que la libre elaboracion constituye un peligro sério para la renta de salinas, i la razon es obvia. Hoi, como esta operacion está reservada al Gobierno nacional, el contrabando no puede usar sino de una manera mui clan. destina, por decirlo así mui ratera, i por lo mismo insignifi. cante, del agua de las muchas fuentes u ojos de agua salada de alta saturacion que se encuentran diseminados en el territorio que atraviesa el banco de la formacion salinífera; pero decre. tada la libre elaboracion, el agua de esas fuentes se trasladará toda a las fábricas que en sus cercanías se monten, las cuales sostendrán qne se alimentan esclllsivamente de la sal vijua 273 LA RENT.\. DE SALINAS. comprada en los almacenes del Gobierno. Hoi toda la sal com· pactada que no tenga lu. forma que recibe en las grandes mo· yas de compactacion de las fábricas del Gobierno, se reputa i e!';aprehendida como de contrabando- Mañana, perdidas las 8eñales esternas de verificacion del producto oficial, el contrabando seria inperBeguible, porque se haria impalpable. La gra.n medida de iuteres social, íntimamente relaciona. da con la administracion do esta renta, !lO consiste en desorganizarla por abandonar a la industria privada un centenar de miles de pesos, que no pasaria del bolsillo de unos pocos especuJadores, sino en administrarla Eberl! I i científicamente, çonfiando su progreso a la estension indefinida del consumo, por la baratura del artículo. Finall:::istas a quienes nO llegan los piés al suelo sentados en la silla de Castillo Rada, de Florentino González, de Plata, de Núñez, de Gutiérrez Verg-ara i de Cuenca, han sostenido quo siendo !ri. sal un artículo de primera necesidad, la misma can. tidad se vende cuando está cara que cuando estiÍ. barata, i que se puede i)or tanto duplicar i triplicur el precio sin perjudicar el consumo. Esta proposicioll solo tiene de cierto la parte que forma el mira.ie de todo sofisma. Es cierto que por ser la sal un artículo de primera necesidad, la ca::estía no restrinje el consumo en la misma pro por. cion en qne los altos precios Jo reducen en artículos de otra na. turaleza. Es cierto, por ejemplo, que aumentando en un 50 por 100 el precio de la sal, se verifica el fenómeno, que de seguro no se verificaría en otros consumos, de obtener un 20 o 25 por ciento de aumento en la renta. Pero b;Ü que comprender que éste no es un incremento con que contribuyan, a despecho de la carestía, las fuerzas activas del trabajo nacional, sino el último límite de un sacrificio im. puesto por el Fisco al hambre de los pueblos, i que este miraje del sofisma de los altos precios es el que ba condenado a la renta de salinas a permanecer estacionaria. Desele 1848 el consumo de sal de las salinas nacionales habia llegado ya a 9 millones de kilógramos. Tarùó 9 años ( 1857) en alcanzar a 10 millones. Hasta 1869 no llegó a 11 millones, i hoi apénas alcanza a 13 millones. Tan insignificante resultado obtenido en los progresos de una renta fundada en el monopc>lio de un artículo de primera necesidad para la vida, i de que tan estenso liSOpodria hacerse para la agricultura i la ganadería, está probando claramente que la teoría de imponer las contribuciones sobre el l¡ambre i no sobre la vida de los pueblos, concluce necesariaruclJtc a la csterilidall .i a la muerto .. 18 274 LA REN'l'A DE SALINAS. Es un grave error creer que el alto precio de la sal no limita el consumo. Lo limita aun para el COllsumoindividual, porqu~ las clases pobres, que forman la gran masa de los consumidores, tienen un poder espasmódico de contraccion para sustraerse a la carestía i para. encerrar sus necesidades dentro del límite del salario, de que las clases acomodadas i ricas no tienen idea. En la aplicacion de la sal a usos industriales, para la agricultura i la ganadería, el alto precio no solo restr~nje el consumo sino que lo suspende. Los hechos comprueban esta teoría. El señor Rico noS informa en la Memoria que se ha distribuido a las Cá. maras, que cuando el precio de la sal compactada es de $ 1-60 centavos arroba, se venden 47,221 arrobas por mes, i que cuando baja a $ 1-20 se venden 51,559; que cuando el precio de la de caldero es de $ 1-45, se venden 779 arrobas mensuales, i que cuando baja a 1 se venden 1,694; que cuando el precio de la vijua es de $ 1-40 se venden 21,000 arrobas, i que cuando se rebaja a 80 centavos se venden 41,106. Para mí no es dudoso que, si adhiriendo fielmente a estos principios, hubiéramos persistido por 20 años en mantener el precio de la sal vijua a 35 centa.vos arroba, para que todo el mundo, rico i pobre, pudiera dar sal abundante a sus ganados, hoi no venderia la Administracion ménos de 3 o 4 millones de arrobas, fuera de la sal compactada, i la. renta de salinas estaria. produciendo 2 millones de pesos. 'fratando de esta materia decia el señor Castillo i Rada en su Memoria de Hacienda de 1826 lo siguiente: "La República nO debe fundar sus rentas en la ruina. de los ciudadanos: sus leyef!fiscales no son justas ni productivas cuando ponen en con. tradiccion los intereses del Estado con los de los individuos. Las rentas de un Gobierno deben salir de las rentas de la poblacion; íes un deber de las leyes procurar el aumento de aquellas por las vias indirectas que hagan crecer las de ésta. cada vez mas." * PANAL J NTEROCl!;ANICO. --- Las personas quo ùeseen complementar su instruccion sobre la materia, deberán leer los notabilísimos escritos de nuestro emineute publicista el sefior M:iguel Samper, principalmente la esposicion y¡resentada por él al Congreso, con fecba 23 de febrero de 1869, como uno de los negociadores del Tratado de 16 de enero de 1869, la cual es un verdadero papel de Estado. De dOfldifltintas maneras puede nuestro paifl considerar i tratar este asunto del Canal, que domina por su. magnitud i su importancia todos Huestros intereses como nacion: o considerándolo como una empresa puramente industrial, que debe ponerse, bajo el pié de la mas perfecta igualdad idol princi. pio de la neutralidad absoluta, bajo el patrocinio colectivo del derecho de jentes i de los intereses pacíficos de todos los pueblos de la tierra; o como un asunto político para un tratado de alianza Con los Efltados Unidos, haciendo del Canal un es. trecho Américo-Colombiano rigurosamente cerrado a los buques de guerra de las naciones que se haIlen en guerra COll ellos o con nosotros, como lo estipulaban los Tratados SamperCueuca-Sullivan, de lG de enero de 18(39, i Arosemena-Hurlbut de 27 (:0 enero de 1870, qne los Congresos de 1869 i 1870 no acertaron a aprobar. El informe que a continuacion se puh1ica, estudió efle aSUDt.o bajo el primer punto de vista, i sirvió pam que flù llenaran los vacíos que habían dejado insegnros los derechos de la República en el COI! vellio vijente de que es conce"ionario el señorde Lesseps. Dicho convenio habia pasado sin la mas leve modificacion en el Senaelo. La Cámara de Represcntantes acojió i adoptó las importantes modificaciones indicadas en el Informe, coma puede verse CIl la lei 28, de 18 de mayo de 1878, aproba_ toria del Convenio, pújinas 43 a 54 del Código de leyes de aquel ano. Pero n(, quiero disimular que mifl opiniones librefl hn.brian preferido p·'lra mi pais la solucion mas pdctica, mas resonante en el mundo, i mas positi va de la alianza Americana; i por ella 276 CANAL INTEROCÉANICO. abogué calurosamente en defensa de aquellos Tratados desde la. redaccion de Hl Liberal en 1870. Los Estados Unidos no pretenden, ni nosotros podriamos otorgarles privilejios, asenciones o franqnicias comerciales. Bajo el punto de vista de la tarifa, sus buques i su comercio quedaban colocados bajo el pié de la mas perfecta igualdad con el comercio de las demas naciones. Las bases de la alianza eran éstas: Los Estados Unidos se obligaban: 1.° A abrir el canal a su propia costa; 2.° A garantizar la soberanía, propiedad i posesion de Colombia sobre el canal i el territorio del Istmo; 3.° A defender la inmunidad del canal contra toda hostilidad de parte de otra nacion; i 4.° A hacer esclusivamente suyos los gastos que esta garantía i esta defensa ocasionen. En cambio nos pedían: Que sus tropas, buques i municiones de guerra pudieran pasar libremente por el canal, lo mismo que los nuestros, así en tiempo de paz como en tiempo de guena, libres de todo gravámen; i que el paso del canal quedara rigurosamante cerrado a los buques de guerra de la nacion que se hallase en guerra con ellos o con nosotros, aunque dicha nacion llegase a ser posteriormente garante de la soberanía de Colombia i de la neutralidad del canal. El compromi<;o perentorio, definido, positivo de abrir el Canal, como la exijia el señor Martin en la nota que ha publicado el Diario de Cundina?narca de 24 de agosto de l8S0, tenia que ser la base sine qua 'lwn de la negociacioD. Respecto al interes que en ello tengan los Estados Unidos i a la confianza que merezca la fe de aquel Gobierno empeñada solemnemente en un pacto internacional, oigamos lo que el señor Samper dice en la Esposicion de 23 de febrero, citada al principio de este escrito : "El ferrocarril del Pacífico no debe verse como un concurrente de nuestro futuro canal. Aquella obra es un complemento del lazo constitucional que ha de mantener en la Union Es_ tados demasiado lejanos, i de suficientes elementos para pretender alguna vez su independencia. Es al propio tiempo el mas poderoso medio de poblar i cultivar el far west de aquella inmensa rej ion. "Suponer que es pura bro?na ]a aspiracion de un gran pueblo i de un Gobierno tan ilustrado i respetable como el de Washington, de redimirse de pérdidas enormes i de luchar ventajosamente con temibles. rivales, es exhibir dotes parroquiales en una cuestion internacional." Pero de todos modos importa Bobre manera. al pais acelerar cuanto sea posible la solucion de este imflOr~ante negocio. . No hai que confiarse en la creencia, destituida de todo fUIl_ damento científico, de que Colombia m~ntiene dClltro de ¡:,u CANAL I~TEROcf;ANICO. 277 jurisrliccion la, única garganta por donde sea posible abrir el paso entro los dos mares. E~ probable que nuestros istmos ofrezcan las mayores facilidades i ventajas para la perforacion del continente; pero no es imposible que los grandes intereses políticos i comerciales que buscan con afan la solucion del pro. blema, nos despertaran mañana de nuestro sueño anunciándonos qu~ la fortuna, cansada de nuestras veleidades, lo habia fijado en Tehuantepec o en Nicaragua. El informe sobre el Convenio vijente presentaùo a la Cámara de 1878, es como sigue: Hai dos puntos que el negociador de un convenio pam la apertura del caual interocéanico al traves del Istmo colombiano no debe nunca perder de vista. Es el primero el de las estipulaciones relativas al caso en que la Compañía empresa. ria no pueda llevar a efecto la obra; i es el segundo el Je los intereses que deben asegurarse en beneficio del comercio uni. versaI i do Colombia en el caso ùe que se abra el canal. No espereis de mí, ciudadanos Representantes, un discurso académico, ni siquiera uua disertacion sobre la influencia que esta obra portentosa está llamada a ejercer en el progreso i la civilií:acion del mundo. E~os discursos estún escritos en todas las lenguas i yo no podria hacer sino plajiarlos. Aspiro simplemente a ser en la C{lmara el abogado del positivismo en las cuestiones fiscales, i por lo mismo rue reduciré a daros un informe de esa cla~e en este importante asunto. Son dos cosas mui distintas ajustar un convenio definitivo para la apertura del canal interocéanico, i celebrar un con. trato preliminar o ad 1'efc1'cndnm para el caso en que la obra resulte pmcticable i que el concesionario encuentre capital i compañía que la lleve a cabo. De esta última clase es el con· venia sometido a vuestro ex{¡roen. Por la chiusuIa 3: del artículo 1, o la República se obliga a esperar hasta 31 de diciembre de Ul81 la noticia que el concesionario le dé respecto del resultado de las esploraciones, trazo definitivo del canal, i presupuesto o costo de la ohra. Si ln.obra resultare practicable, el concesionario tendrá dos afios mús, hasta 1883, para formar una compañía anónima universal quo se encargue de la empresa. I despues de formada esta Compañía, tendrá 12 años prorogables por 6 mlis, para la ejecucion de la obra. Por el artículo 2. el concesionario se obliga a otorgar, dentro de los 12 meses siguientes a la terminacion de los trabajos de esploracion, una fianza de El 150,000 en documentos 0 278 CA"NAIo INTEROC.FJANICO. ·de nuestra deuda esterior, al precio del mercado, para aarantizar el cumplimiento del Convenio. Despues veremos q;e esta fianza carece de interes i de valor para la República. I finJl,lmente, por el artículo 4.° se otorgan gratúitamente nI concesionario 500,000 hectaras de tierras baldías, con las minas que ellas puedan contener, las cuales le serán adjudicadas, tan pronto como las pida, despues del depósito de la fianza; es decir, aun ántes de que se haya formalizaGo la Compañía anónima que debe abrir el canal. Vosotros creereis sin duda, ciudadanos Representantes, porque ésto es la racional i porque así se ha estipulado en los contratos preceden teR, que en caso de caducidad del Convenio, estas 500,000 hectaras volverian al dominio de la República. Pues no sucede así en el presente ·caso. Aunque no se abra el canal, aunque no se forme la Compañía empresaria, aunque no se dé principio a. la obra, las 500,000 hectaras pa~an a ser propiedad del concesionario en cambio de los $ 150,000 en documentos de deuda esterior, que ningun interes tiene la Repú. blica en adquirir. Oíd cómo. El artículo 23 del contrato dice: "Artículo 23. En todos los casos de declaratoria de cl\Jucidad, las tierras baldías de que hablan las cláusulas 7: i 8: del artículo 1,° i las que no estuvieren enajenadas de las concedidas por el artículo 4.° volverán al dominio de la República, &." Pero es claro que todas ellas aparecerán enajenadas a la hora en que se pronuncie la declaratoria de caducidad del con. trato: es el derecho del concesiona.rio, i no debemos suponerlo tan cándido para que no use de él. Por primera vez aparece tan inepta estipulacion en los convenios que se han celebrado para la ejecucion de esta ohra. El artículo 40 del contrato de 25 de enero de 1866 impro. bada por el Congrcso, prévio informe que tambien me cupo la honra de dar para su exámen, decia así: ., Artículo 40. En cualquiera de los casos cn que se declaro la caducidad del privilejio, perderá la Compañía a favor de la República: L' las cantidades con que debe asegurar la ejeeucion de la obra conforme al artículo 33; 2.° todas las tierras baldías que se conceden a la Compañía, las cuales volverán al dominio de la República, en el estado en que se hallaren; 3.° todas las obras, edificios, &, &." Lo mismo disponia el artículo 16 del Tratado con cI Gobierno de los Estados Unidos de América, de 16 de cnero de 1869 ; i lo mismo el artículo 24 del Tratado de 27 de enero de 1870, con más la siguiente estipulacion: "I cn atcncion a que los Estados Unidos de Colombia quedarían privados de CANAL l~TEROCÉANICO. 279 hacer otras concesiones análogas, i sufririan el consiguiente per. juicio de que la obra del canal no se emprendiese i eiecutase dentro de los términos espresados, los Estados Unidos de Amé. rica indemnizarán este perjuicio COllla suma de 300,000 pesos, moneda colombiana, si la presente Convencion caducare por cualquiera. de las causales espresadas en este artículo:' Es la primera vez que se estipula que la República quede multada con la p6rdiùa de las tierras baldías cOllcedidas como ausilio para la apertura del canal, en. el caso de que el e"mpre. sario no pueda llevar a efecto la obra. Ademas, la can tida.d concedida es enorme i no tiene precedente que la justifique. El artículo 8. del contrato de 1866 solo concedia 64,000 hectaras. Por el artículo 2.' del Tratado de 16 de ellero de 1869 solo se concedieron 160,000 !Jectaras. I por el artículo 5. del Tratado de 27 de enero de 1870, con el mismo Gobierno americano, solo se dieron 494,220 acres equivalentes a 200,000 hectaras. Fué bajo la presion que en 1876 hizo el señor Gogorza, cuando estipulaba, sin el merwr rernonlimiento de conciencia, la construccion Je un canal a cielo abierto, sin túneles ni es. clusas, que se deslizÓ en el artículo 21 de la lei 33, de 26 de mayo, la frase incidental que solo comprende en la declaratoria de caducidad las tierras que no estén enajenadas. O ésta es una negociacion séria pum la apertura del canal interocéanico, o es una simple especulacion sobre adquisicion de tierras baldías. En el primer caso no hai ningun motivo que justifique la concesion del ausilio sin la ejecucion de la obra; i en el segundo es a. todas luces claro que a la República no le cOllviene vender 500,000 hectaras de tierras baldías, en la zona privilejiada. de nuestro territorio, por $ 150,000 en bonos de la deuda esterior. El propietario de esta. inmensa estension de terreno, tomado en las inmediaciones de la ruta del canal, quedaria en mejor posicion para tratar sobre este negocio que el Gobierno de la República, i seria. verdaderamente con él con quien debe. rian enter.derse los futuros negociadores de un contrato para la ejecucion de la obra.. Oigamos lo que a este respecto decian los Plenipotenciarios colombianos, señores Miguel Samper i Tomas Cuenca, en la esposicion que dirijieron al Poder Ejecutivo sobre el Tratado de 16 de enero de 1869. Dice así: "Segun el artículo 2.' del proyecto del señor Ministro, se concedería al Gobierno americano una faja de tierras baldías de diez millas a uno i otro lado del canal. Semejante exijencia 0 0 280 CANAL INTEROCÉANICO. fué constantemente rechazada. por los infrascritos, que no veian ni el motivo ni la necesidad de una. concesion de esa especie para que la obra se llevase Il. efecto . •, La'empresa del canal, como empresa industrial, DOpuede fundarse sobre adquisicion de baldíos, ni sobre proyectos de colonizacioD, sino sobre los productos del tráfico interocéanico en su relacion con el costo probable de la obra. Si el mundo comercial viese en ese tráfico un alimento insuficiente para servir el capital que ella exijiese, es bien seguro qne no se llevaria a cabo, cualesquiera que fuesen las concesiones de tierras baldías que se hiciesen en favor de la empresa. " De otro lado los infrascritos no creyeron prudento que el Gobierno de su pais se desapoderase de todas las tierras baldías adyacentes al canal, privándose de fundar allí poblaciones na. cionales, i condenando a. los colombianos a no poder establecerse en ellas sin permiso de una. Compafiía O de un Gobierno estranjeros.' , He dicho ilntes que la fianza de $ 150,000 en honos de la deuda esterior carece de interes i de valor para la República; i así es 'la verdad: porquo habiéndose destinado por el COD venio de 1.0 de enero de 1873, a la amortizacion de los diez mi. llones a que monta el capital de esta. deuda, un fondo anua.l de $ 125,000, que debe continuar siendo el mismo hasta el fin de la operacion, ningun interes tiene el Gobierno en la adquisi. cion de ta.n insignificante suma. Ni aUll siquiera dejan de enviarse a L6ndres los intereses' correspondientes a las sumas amortizaùas, los cuales se han declarado fondo acumulativo de amortizacion. Seria, pues, Jentro de medio siglo, al terminar la amortizacion de la deuda, que nos encontraríamos con estos $ 150,000 de ménos. En la práctica, en el hecho, pues, la fianza es de ninguu valor para la República. De todo lo espuesto resulta: 1.° Que la República, desde que el presente Convenio fuera aprobado por el Congreso, quedaria obligada a esperar 8 o 10 años el resultado de los trabajos de Mr. Wyse, con prohibicion absoluta de bacer jestion alguna rela.tiva a este negocio, ni do . aceptar ninguna otra propuesta, aunque fuese la formal i defi. nitiva para la ejecucion de la obra; i 2.° Que si el concesionario no pudiese llevar a efecto la obra, o hallase una combinacion financiera. mas ventajosa que lp. de promover la apertura del canal en territorio colombiano, todo el ne<Yocioquedaria ¡-educido a. comprarnos 500,000 hectaras de la~ mejores tierras, en la zona de las rutas esploradas del canal interocéanico, por 150,000 en documentos de la dell-da esterior. Estas son la.s que yo he llamado estipulaciones relativas àl * CANAL lNTEROCMANICO. 281 supuesto de que la obra no se ~jecute; ibien se ve que ellas son inaceptables. La República no puede conceder a nadie, por tan largo nÚ. mero de años, el derecho de disponer a su arbitrio de la suerte de esta obra, esponiéndonos a que el concesionario de seme. jante privilejio pueda sacrificar los intereses de Colombia a los de otra empresa rival. E'ita última suposicion no es ni injuriosa ni aventurada. No es injuriosa, porque las grandes especulaciones comer. ciales i financieras delmlludo, no se rijen por las leyes del ho. nor que se aplican al cumplimiento de los convcnios de carlÍ.cter personal i privado, sino por las leyes del intereso Ni los Go. hiernos, ni los pueblos, ni las Compañías anónimas pierden su honor por entrar en combinaciones de esta naturaleza. Es asunto de historia contemporúnea la tenaz oposicion que la Ingla. terra. hizo, miéntras Lord Palmerston vivi6, a la apertura del callaI de Suez, el cual no se habria realizado sin el jenio i la infati!j"able perseverancia de su autor i sin el ilustrado con. curso del Gobierno frances. Lord Palmerston encontró un in· jeniero ùe la rcputacion de Stephenson que declarara que el canal era impracticable; i miéntras el noble Lord vivi6, se consideraba casi como un deber de patriotismo decir que el canal ha se a briria jamas. Sábese que el Gohierno inglés es bai el mas fuerte accio. nista. en aquella. empresa, i su iuteres debe consistir natural. mente el: que todo el comercio de la Costa americana del Atlántico, desde el Canadá hasta el cabo de Hornos, se dirija a la India i a la China, al traves del Atlántico, por el Mediter. ránco, el MarUojo i el Océano Indico. I por su inmensa su. perioridD,d marítima, la Inglaterra, como la comprendia Lord Palmerston, está más 'ùien interesada. en conservar quc Cil suprimir la larga i costosa na.vegacion de los Cabos; porque en esta navegacion nadie puede luchar con ella, que posee mas buques, mas fierro i carbon, mas capitales i marineros, que todos los pueblos del munùo. Los Estados Unidos sail los únicos que hoi tiencn un inmenS? interes en la. apertura del Istmo americano, porque ahorra. rIun: 14,000 millas de Nueva York a San Francisco. 8,900 Il. Canton. 8,100 a Valparaiso. 4,100 a Calcuta. 2,830 a Mel. bourne. 2,620 a Nueva Zelandia. Pero los Estados Unidos no están precisamente interesados en que el canal se aura por nuestro territorio. Por el contrario, su iuteres está en que el paso se abra. lo más al norte po&ible, del Istmo americano. El proyecto de canalizacion por Nicaragua, patrocinado por el Gobierno de 108 Estados Uniùo~, es una 282 CANAL INTEOCÉANICO. empresa rival que no debe perderse de vista, i que puede, como la Inglaterra i Suez, disponer de muchos recursos para quitarnos la primacía. Por todas estas consideraciones, juzgo que seria en el más alto grado impolítico, consentir en que Colombia se ligara, por un pacto que llamaré de?Mm, e8ploracWn i tanteo para la apertura del canal, comprometiéndose a esperar por tan largo número de afios el resultado de esos trabajos, e inhabilitándose para tratar sobre este mismo asunto, con un Gobierno o una Compañía que propusiese la inmediata ejecucion de la obra. I para remediar este obstáculo, conciliando en cuanto sea posible los intereses del pais con los derechos del concesionario, os propongo en pliego separado las conveniente¡¡ modificaciones. Entremos ahora a examinar el contrato Salgar - Wyse bajo el segundo puuto de vista, es a sabel', en el supuesto de que la. obra va a realizarse, bajo las estipulaciones de un Convenio que aspira a colocada bajo el amparo colectivo de todos los pueblos de la tierra, En este sentido hai dos intereses que consultar i a.segurar: los del comercio universal, i los de Colombia como partícipe o condueño de la obra. Respecto de los primeros deben consagrarse estos principios: 1.0 una tarifa. igual para los buques, pasajeros i mercaderías de todas las naciones, sin esenciones, privilejios ni distinciones de ninguna clase; i 2:° la neutralidad absoluta del canal. La igualdad de la tarifa. está consagrada de una manera. absoluta i completa por el artículo 14 del convenio, i na.da hai que agregar a este respecto. El principio de la neutralidad estaba ámplia i perfectamente definido en los artículos 5,° i 6,°; pero el Senado ha. introducido dos modificaciones que considero antipáticas a la opiniondel mnndo civilizado, i por consiguiente desfavorables a la ejecucíon de la obra, peligrosas para el mantenimiento do la soberanía de Colombia sobre el territorio del Istmo, i contraproducentes para obtener los tratados de garantía de poscsion de ese territorio, i de neutralidad del canal, que aspiramos a obtener sobre la base de este Convenio. Las dos escepciones a rectricciones impuestas por 'el Senado al principio d~ la neutralidad son éstas: 1: que el paso del canal quede rigurosamente cerrado a las naves 'rlwrcantes de las naciones que estando en guerra con Colombia no hayan adquirido el derecho de tránsito por medio de tratados en los cuales nos garanticen la soberanía del Istmo i la neutralidad del canal; i 2." que el paso del canal quede igualmente cerrado a los buques de guerra de las naciones que estando en CANAL ISTEROCBANICO. 283 guerra con otra u otras, no hayan adquirido de nosotros el derecho de tránsito por tratados de igual clase. La primera de estas escepciones es injustificable en principio, ~ la segunda completamente exótica en el presente convenIO. El derecho de jentes considera hoi los estrechos de los pasos mediterráneos, interoceánicos o intercontinentales, como partefl adyacentes del Océano, que provee a la comunicacion de todos los pueblos de la tierra, sin reconocer en la nacion propietaria de las riberas otros derechos que los inherentes a la soheranía, para la defensa del territorio i el ejercicio de la jurisdiccion. Consagrar a estas horas del siglo, en que la civi. lizacion se esfuerza por reducir las guerras marítimas a las proporciones de un duelo entre las escuadras helijerantes, restricciones de h.ostilidad contra el comercio, es más que un error, es un anacrOnIsmo. La Turquía renunci6 al derecho de gravar con un impuesto el paso de los Dardanelos i el del Bósforo. La Dinamarca consagró en sus pactos internacionales el mismo principio, abrien. do paso libre a todas las naves del munùo por los estrechos del Belts i del Sund. l el canal de Suez está abierto a todas las banderas sin restricciones de ninguna clase. Supongamos que abierto el canal, i consagrada la primera escepcion, se encontrase mañana Colombia, por cualquier pretesto, en estado de guelvra con la Inglaterra, la cual, por no creer conveniente injerirfle en los negocios de América, hubiera rehusado suscribir un tratado de garantía. i Tendriamos nosotros por eso derecho a escluir las naves 'lnel'cante8 de Inglaterra, del paso por el canal? i Consentiria el comercio del mundo, que se conduce bajo pabellon inglés, en someterse a ese vej:írnen i en imponerse de nuevo el largo rodeo de la navegacion del Cabo, por respetar nuestro capricLo 1 De ninguna m~nera. Los tratados con los Estados Unidos, de 16 de enero de 1869, i 27 de enero de 1870, basados sobre el principio de la ncutmlirlad l'cst1'i71:j'icùt, sólo escluian el paso ùe las naves de guerra de las naciones que estuvieran en guerra con ellos o Con no. sotros. Por lo que hace a la segunùa escepcion, la inoportunidad de introducirla eu uu Convenio con el cual va a solicitarso el concurso de todas las Potencias, es manifiesta. Por el contrario, soi de opinion que el principio de la neutralidad, tratÚndose de un convenio de esta naturaleza, debe llevarse a. su último término, estipnlándose que ni Colombia, cuando sea belijerante, pueda usar del canal para el tránsito de tropas, h\ll'!ues o TIlunicionefl de guerra. 284 CANAL INTEROCÉ4NICO. Nosotros no podemos conceder a un belijerante el derecho de pasar sus escuadras por el canal, contra otro que no ha podido a no ha querido asentir a las condiciones mediante las cuales la hemos concedido' al primero, i consernltr al mismo tiempo el carácter de neutrales en la guerra: las dos cosas se escluyen. Las obligaciones que el derecho de jantes impone a los neutrales son absolutas, i nadie puede modificarlas en perjuicio de terceros por la que estipule en sus pactos con otra Nacion, sin asumir la responsabilidad de BU conducta. Si el paso del canal por los buques de guerra de un belijerante constituye un acto de hostilidad contra el otro, consentirlo es una iufraccion clara de las obligaciones de los neutrales, que no cubre ni escusa el pacto singular eon uno solo de los belijerantes. Supongamos que mañana se encontraran empeñados en una guerra marítima la gran Bretafia i 19s Estados Unidos. Pues la Inglaterra, aunque nosotros hubiéramos concedido el derecho de tránsito a los Estados Unidos, atacaría en el canal a la escuadra americana del Pacífico que quisiese pasar al Atlántico para romper el bloqueo de Nueva York, por ejemplo. i QuÓ obligacion tenia la Inglaterra de respetar en este caso las estipulaciones de un tratado, que en menoscabo de sus derechos hubieran celebrado Colombia i los Estados Unidos? Ninguna. La Inglaterra nos consideraria de hecho como belijerautes aliados de los Estados Unidos i nos envolveria en la guerra. ¿ I qué necesidad tiene Colombia, sin las ventajas de una alianza poderosa, de provocar estas disputas, ni de hacerse parte obligada en todas las guerras marítimas que tengan por teatro de operaciones las agnas de ambos Océanos? i No es mucho más ¡;eucil1oi mús conforme con la naturaleza de este convenio, consagrar en él, el principio de la neutralidad absoluta del canal Ein restricciones de ninguna clase? Tal es mi opinion, i por los fundamentos que dejo el3puestos os excito a rechazar las moùificaciones del Senado. 'if Pasemos ahora a considerar los intereses particulares Colombia en la negociacion. do * Las cosns deben hacerse bien i no n médja~. Si hacemos del Canal. como en este convenio, una empresa puramente industria], debe aplicarse el principio de la neutralidnd absoluta. Solo en el caso de una alianza poderosa, corno ]a de los Estados Unido~, podemos estipular ]a neutralidad restrinjida, corriendo los riesgos que elln n08 apareje, en cambio de las singulares i estraordiDarid6 ventajas que esa alianza nos dé. CANAL I~TEROCBANICO. 285 Estos int0reses son de dos clases: los relativos al mante. nimiento de su soberanía sobre las aguas i el territorio del canal, i los que miran a ln. iusta participacion que le corres. ponda en los productos de la empresa. Los primeros no han sido mouoscabados en ninguna de las estipulaciones del convenio. La jurisdiccion territorial i marí. tima de Colombia se reconoce i acepta por todas partos, i las controversias a que dtÍ lugar el convenio serán decididas por los tribunales del pais. Por la que bace a la participacion, ésta debe ser equitativa, clara i csenta de liquidaciones litijiosas, es decir, no di8puú~ble. El artículo 15 del convenio la fija en un 5 por ciento del producto bruto. Esta forma, la de deducir nuestra cuota del producto bruto, i no del producto neto, corresponde perfectamente a la cualidad de no disputable, no litijiosa que debe tener nuestra participacioIl; pero hace mas difícil éalcularla o apreciarla bajo el puuto de vista fundamental do la cuantía que 1l0S sea lícito pedir, sin anular ni menoscabar los derechos del empresario. Para hacer este cálculo sería preciso conocer con esactitud el costo de ]a obra al ponerse en servicio, el tráfico o sea el producto bruto del canal, i los gastos de conser. vacion i reparacion. Sinembargo, es preciso formular algunos cálculos aproxi. mados sobre los datos que nos son conocidos, i que tomo de documentos auténticos i de las mejores fuentes de autoridad en la materia. No habrá uno sólo que no esté comprobado. El canal de Suez, que mide 160 kilómetros, ha costado (incluyendo ell esta suma los intcreses de las acciones o sea dol capital invertido durante su construccion) £ 19.000,000, o seau $ 95.000,000. (Economista de Lúndres de 6 de marzo de 1875, número lü45). Admitamos, pues, que el nuestro, que es mucho mas corto, re~resente tambien una suma de$ 100.000,000 al ponerse en servicIo. Conforme a los datos del contra-almirante Davis, que se publicaron en el número 1,475 del Dia?"Ío Oficial, el comercio que se habria becho en 1857,usando del canal del Darien, representaba ent{mces 3.902,000 toneladas. Pero como segun observa .M. de Lesseps cD. el informe sobre el Canal de Suez, que present6 a la Ju,:lÍa jeneral de accionistas el 2 de Junio de 18GB, (Economista de Lúnd?'C8 de 13 de junio de 1868, número 1294 ) el comercio de las principales potencias se duplica cada 12 años, no es exajerado afirmar que el tonelaje del comercio interocéanico que haria uso del canal colombiano al principiar el año de 1900,en que el presente convenio entraria en ejecucion, es decir, 43 años despues de las cifras dadas al tráfico de 1857, no seria menor de 7 millones de toneladas, equivalentes a.8 millones de metros cúbicos de b. medida adoptada en el convenio. 28G ~~ CANAL .•,~" IN'rEROCÉAt\ICO .•w_, ~~~ __ ~ Para saber, pues, si la modificacion que yo propongo, de 5 por 100 en los primeros diez años i 10 por 100 en los siguientes, basta la terminacion del privilejio, es exajerada, veamos cómo afectaria esa cuota la situacion fiscal de la empresa. Producto bruto sobre 8 millones de metros cúbicos, a ¡; 2, prescindiendo de los otros derechos menores de faro, anclaje, pilotaje, remolque, balaje, depósito, & $ 16.000,000 ,5 por 100 para Colombia . 800,000 Gastos, máximum _ __ . 2.000,000 Producto líquido para la empresa (números re. dondos) 13.000,000 De la cual suma podria disponerse así: Para distribuir un dividendo de 10 por 100 en los primeros 10 años al capital, sobre 100 millones. 10.000,000 Para fondo de amortizacion 3.000,000 Tres millones de instalamento anual para fondo de amorti. zacion, al 4 por 100 de interes compuesto, que es la base uni. versalmente admitida para fundar estos cálculos, habrán amortizado en 10 años 40 millones de pesos. La situacion financiera de la empresa al comenzar el año 11.0 seria la siguiente: Producto bruto, calculando que el tráfico se haya aumenta. do apénas en un millon de metros cúbicos, o sea sobre 9 millo. nes, a $ 2 $ 18.000,000 10 por 100 para Colombia .....................•... 1.800,000 Gastos jenerales, máximum 2.000,000 Producto líquido, números redondos 14.000,000 Cuya suma podria considerarse técnicamente distribuida así: Intereses 0.115 por 100 sobre $ 60.000,000 ea. pital no retirado $ 9.000,000 Para fondo de amortizacion 5.000,000 I 5 millones de instalamento anual, al 4 por 100, habrían amortizado los 60 millones del capital no retirado en ménos de 10 auos. Es decir que al principiar el año 20.0 i sin calcular ningull aumento en el tráfico, la situacion financiéra de la Compañía. del canal seria ésta: . Capital no retirado ( cero) 0.000,000 Producto bruto ...••................................ i 18.000,000 10 por 100 para Colombia 1.800,000 Gastos 2.000,000 Producto líquido 14.000,000 Elévense los gastos, imaj ínense pérdidas, rebÚjesefinalmente esa SUUlaa.solo 10 millones, i l!l capital compuesto que ella prooo ••••••••••••••••••••••••••••••••• CANAL INTEROCf;ANICO. 287 duciria en los 79 años restantes de la concesion excederá de doa millares de millones. He becho, ciudadanos Representantes, cuanto ba estado a mi alcance pam corresponùer al honor que se me ha dispensa_ do cuando el Presiùente de la Cámara me designó para el estudio de este importante asunto. Ojalá que este estudio i e¡;te informe merezcan vuestra aprobacion. ~A I EL PROPIEDAD DERECHO DE LA RAIZ GUERRA, Resumen de los disrursos pronunciados por el antor, sicndo Representante por el Estado <lel Tolima, en las sesiones de los dias 21, 22 i 23 (le marzo ùe 1879, sosteniendo el proyecto de lei que mamlaba <levolver a sus 1ejltimos dueños las fincas rematadas en la ultima guerra civil. Viviendo cn un pais azotado por ]a guerra civil, donde ]a apc!acion a las armas e8 el recurso ordinario de alcanzar las soluciones polHicas, considero III boga que ban tcnido cstas idcns, como uno de los mas bellos triunfos que puedan obtenerse COD el prestijio de la raZan i del derecho, para]a civilizacion i ]ajusticia. Señor PresiJente. Parece que los argumentos hechos por el señor MantilI_ contra el proyecto que se discute, han causado honda impresion en la Cámara, puesto que han obtenido como primer triunfo el voto del señor Cucalon, con cuyo apoyo me prometia contar en este debate. Sostiene el señor Mantilla que, por injusta, dura ó inicua que haya sido la medid n.de la confiscacion de la propiedad raiz, rematàda para hacer efectivos los empréstitos de guerra decretados contra los rebeldes o sus cómplices, durante la guerra civil de ]876, el Congreso carece de autoridad constitucional para reparar la injusticia, porque los títulos en virtud de los cuales se han traspasado esas fincas son hoi del dominio de la lejislacion civil de los Estados, i es el Poder Judicial de éstos el único ante quien pueden intentarse las acciones del caso para reclamar lá nulidad de tales remates. El argumento es tentador, pero es falso. Las fincas de cuya devolucion se trata no fueron adquiridas por ninguno de los medios ordinarios que la lejislacion civil reconoce como medios lejítimos para adquirir el dominio de las EL DERECHO 289 DE LA GUERRA. cosas, sino úc.ica i esclusivamente en virtud del derecho de la <J'uerra, i esÜ:.ll por lo mismo sujetas a lo que la lei federal dispouera sobre 31 particular. El Congreso lejisla en este asunto, sob~~ efectos de la guerra federal, con absoluta independencia de los Esb1JOS, corno sucederia si en vez de haber sido una guerra civil hubiera sido una guerra internacional, i cstuvié. ramos ajustando los términos del tratado de paz. Algunos cjem. plos contribuirim más a poner en claro la competencia del Congreso para lejislar sobre este asunto, que los razonamientos pllr;mente especulativos. Supongamos que en vez de la guerra civil hubiéramos teuido una guerra int4ftnacional con alguno de nuestros vecinos; que el ejército colombiano hubiera ocu. pado una parte del territorio enemigo, i que bajo el imperio de autoridades colombianas se bubieran confiscado i rematado casas i hacicudas del enemigo. i Sostendria en este caso el señor Mantil la, que el tratado de paz nada podia disponer sobre devolucion de estas fincas, i que la nulidad de los remates dobia litigarse cu juicio civil ordinario ante el juez competente 1 Supoug&mos que en vez de caBas i hacielJdas, el Presidente de la República hubiera anexado una porcion del territorio onemigo al Estado limítrofe de la Union colombiana. ¿ Sosten. dria el señor Mantilla, nombrado negociador por parte de Colombia para ajustar el tratado de paz, que no podia devol. verse la proviucia anexada, porque el artículo 5.° de la Cons. titucion ne permite que puedan variarse los límites de los EBtados colomhianos s~n su consentimiento? Pero en este caso el negociador estranjero tendria que retirarse de la discusion diciéndole al señor Mantilla: "yo creia, señor, estar discutien. do con un diplomático, i veo que usted es un simple abogado." I como el derecho de jentes hace parte do la lejislacion nacional; como gUS disposiciones deben rejir especialmente en los casos de guerra civil, conforme al artículo 91 de la Consti. tucion, i como el derecho de' la guerra es el mismo en las guerras internacionales que en las guerras civiles, los dos ejemplos citados SaIl irrecusables para apoyar la autoridad del Congreso on el proyecto que se discute. Las guerras civiles no terminan, como las iuteruacionales, por un tratado de paz, sino por el sometimiento del partido vencido al partido vencedor, el cual, asumiendo o revistiéndose de la autoridad soberana de la Nacion, dicta por sí solo el tratado de paz en las leyes sobre amnis. tb o iudulto, i sobre indemnizaciones, suministros, espropiacio. nes, &,~ Yo sostengo, señor Presidente, con el apoyo de estas doctrinas, claras como la luz del medio dia, que los rematadores de las fincas raices de los rebeldes i sus c6mplices, no han po. dido adquirir ese título indiscutible i sagrado de dominio con que los favorece el señor ~:IantiJJa, asimilándolos en todo i por 19 290 LA PROPIEDAD RAIZ tod~ a los títul~s 9ue consagran la a~qui8i~ion de ~as cosas por e~hb~e consentImIento de sus duefios 1 medIante laJusta indem. DIzaClonde su valor. Los ocupantes de esas propiedades tienen un títu!o tan precario como el del soldad? q~o recoje una parte del botm en el campo de batalla, que esta sujeto a que nn artí. culo de la 6rden jeneraI del ejército disponga la devoluciou a sus duefias de 108 objetos tomados, o su entrega en las Comisarías de guerra para el servicio del ~jército. No tienen mejor título de propiedad los rematadores de las fincas raices confiscadas a los rebeldes. Pretender equiparar el título de esos detentadores con los títulds que se adquieren en virtud de las permutas lejí~ timas del comercio ordinario de las cosas, es un atentado contra. todas las nociones de justicia i de derecho que nos enseñaron en las aulas. La paz i la guerra forman dos estados esencialmente distintos, que se rijen por leyes separadas. El primero cOI1!>titu_ ye la vida ordinaria de la sociedad, sobre las hases de lalibel·tad .i de la justicia; el otro no tiene ml.l.S lei que la fuerza, i preten. der aplicar a las transacciones de la guerra, los títulos del Códi· go civil que reglamentan las trasmisiones de la propiedad en el libre comercio de los hombres, es una anoma¡ía tan absurda como insostenible. Permítaseme repetido: los rematadores de las fincas confisca. das a los rebeldes durante la última guerra civil, solo adquirie. ron un derecbo de simple espectativa, sujeto a la ratificacion de las leyes federales, en las cuales se di¡;ponga de los efcctos de la guerra. Esto por lo que hace a la jurisdiccion del Congreso para lejiBlar sobre esta materia. Por lo que respecta a la nulidad mis. ma de dichos remates, conforme a las prescripciones del derecbo de jentes, aquellos actos no tienen defensa. Es cierto que la guerra es un oficio ùe bárbaros, como la. defini6 NapolE:on despues de Austerlitz; pero la civilizacion, la filosofía, la bumanidad, se han esforzado en poner límites a la barbarie; i los códigos, i las compilaciones de principios i de máximas de los grandes publicistas i filósofos, que reglamentan el derecho de la guerra, son uno de los mayores timbres de la. civiliza.cion cristiana. Aquí tengo en mi mano el mi¡¡molibro de Vattel, que me sirvi6 en el colejio ; Vattel, considerado, icon raZOD, como la lumbrera de lo!! publicistas del derecho internacional. Sus máximas son el consejero i la guillo segura de los Gobiernos de Europa i América, i en él leo lo siguiente: Tratando de la. guerra civil, dice: .. " La oblicracion de ohservar 'entre sí las leyes comunes de la guerra es,'"pues, absoluta, indispensable para los dos parti. dos, i la misma que la. lei natural impone a todas las ll<'1ciones de Estado ti. Estado. , El, DlŒECJ[() DE J,.\. (;¡:ERRA. 2Dl " Solo el botin, los bienes ~nW3úl(',s cojiJ..os p01' el enemigo, serán considemdos perdidos para. los dueños, por la Jificultad tic reconocerlos i a causa de los innumerables inconvenientes que de su reivindicacion rcsultarinn; j()!leralmente todo esto suele arreglarse en el edicto de amnistía." La regla jeneral es ésta: que solo es lícito hacer en la guerra el mal estrictamente necesario para debilitar al enemigo i para veucerlo, i que todo la que de esto exceJa, es la obra de nn odio salvaje, condenado por la civilizacion i por la. moral. Vattel principia su tratado de la. guerra ha.ciéndonos distinguir entre el enemigo público i el enemigo particular, pa.ra que no nos creamos a.utorizados a.tratar al primero, que puede dofender una causa justa, i la defiende COllIas Ilrmascon el mismo derecho con que nosotros defenùemos la nuestra, como tra.tariamos al enemigo particular que procura nuestro mal i se complaco en él. "De este moJo, dice, si tornamos al enemigo mûs Je la q¡Ie debe, mls de la que de él se pretende, es con la intencion Je restituír el exceso por el tratado de paz." I en otra parte: " Si un jeneral quisiese gozar de una reputacion sin tacha, moderará las contribuciones i Ir.s proporcionará a Ins facultades de los contr:buyentes. El exceso en esta parte siempre de ùure. za i de inhumanidad es acusado. Si ménos ferocidad muestra. que la asolacioll i la destruccion, ruas avidez i codicia anuncia." Sí, señor Presidente: la guerra es un oficio ùe bárbaros; pero la filosofía i la civilizacion han puesto límites efectivos a ese derecho, i todo el que los traspasa incurre en el delito do felonía contra los fueros de la humanidad. La guerra es la violencia, pero no es el pillaje, la asolacion ni el asesinato. El sol. dado que finji6ndose rendido, mata al que lo toma prisinero; el que envenena las fuentes; el qne envenena los proyectiles; el que mata a los prisioneros rendidos, se Hawa asesino, i el que confisca i eutrega a saco la propiedad enemiga, se llama ladroD. El señor Ministro americano, mi honorable amigo el señor Ditchman, que tan grande interes toma en todo la que se rela. ciona con nuestra prosperidad, acaba de poner en mis manos el tomo 2.° del Libro Rojo do los Estados Unidos, correspon_ diente al año de 1875, para que lea en la declaracion concerniente a las leyes i costumbres de la guerra, adoptada por el Congreso de Bruselas, a propuesta del Emperador de Rusia, la siguiente: "Art. 23. Todo la que pertenezca personalmente a los prisioneros de guerra, escepto sus armas, permanecerá de su l}ropiedad. "Art. 38. Lu Propiedad ]'YI'ivada?w puede se?' confiscada. "Art. 3fl. El pillaje queda formalmente prohibido. 292 LA PROPIEDAD RAIZ " Art. 40. Como la propiedad privada debe ser respetada el enemigo sólo podrá exijir de las poblaciones a habitantes la~ contribuciones i servicios relativos a las necesidades de la crue. rra, eu proporcion a los recursos del pais, i que no impli~uen para la poblacion la abligacion de tomar parte eu las opera. ciones de la guerra contra. su propio pais. "Art. 41. El enemigo que levante contribuciones, bien como un equivalente de los impuestos ordinarios, a como sumi. nistros de guerra que deban pagarse en especie, a Comocasticro, procederá, en cuanto sea posible, segun las leyes que recru~n las contribuciones ordinarias del territorio ocupado." Ob~a ci. tada, pájina 1018. En el mismo tomo encuentro el decreto de represalias cspe. dido por el Gobierno español contra los carlistas, de 29 de julio de 1875, páji~a 1,129, i recorro en vano todas sm; dispo. siciones para buscar una que autorice la venta de las propiedades raices, pertenecientes a aquella secta de fanáticos, que ha deshonrado a la humanidad con sus crímenes, i contra los cuales era. lícito todo estrcmo de rigor. Solo se autoriza el em. bargo de sus propiedades, con aplicacion de la renta que produzcan al Tesoro público. El decreto está acompañado de instrucciones severas para asegurar el buen manejo de los administradores de las fincas embargadas. Por manera que la Rusia, a quien llamamos bárbara, i la España, a quien llamamos sanguinaria i cruel, nos dictan la leccion de la que debe hacerse en el caso presente. La medida que se discute tiene una trascendencia casi in. conmensurable para el porvenir de esta sociedad. Se trata de devolver a este pais, trabajado _por la anarquía i despedazado por las revoluciones, un rayo de esperanza. i de fe sobre el por. venir de la patria. El derecho de propiedad es la urdiembre misma sobre la cual reposa el ór.den social. La historia nos enseña que muchos pueblos han podido levantarse a las mas altas cimas de la gran. deza humana, sin el goce de las libertades políticas, sin liber. tad de conciencia, sin libertad de imprenta, sin libertad de asociaciacion; pero donde el hombre no puede contar con algo seguro para la vida, el territorio se conyierte en un yermo i la sociedad en hordas de tribus erra.ntes. Miéntras la naturaleza humana sea ésta. que nosotros conocemos; miéntras el hombre esté sujeto al imperio del dolor; míéntras las necesidades que causen este dolor no puedan satisfacerse sino con la riqueza; i miéntras no haya otro medio de producir' la riqueza que el tra. bajo, la propiedad será la primera condicion de todo progreso i ùe toda civilizacion •. La con6.scacion de la. propiedad raiz decretada contra el I EL DERECHO DE LA GUERRA. 293 mismo derecho bárbaro de la guerra, zapa, mina por sus fun. damento& el derecho de propiedad, i no deja esperanza de salud para lo porvenir. Las leyes cundinamarquesas que durante la última guerra civil abrieron el camino para estas confis. caciones, han causaùo mas daño moral a la sociedad que todos los daños materiales causados por la revoluciono Garanticémonos 11.10'0 en medio del furor de nuestras revoluciones; gflranticémo~os el techo que cubre a nuestras fami. lias i el pedazo de tierra que nos da la subsistencia; i despues; puesto que vivimos en un período de descomposicion i de tras. formacion, abandonemoH el resto de nuestros bienes al pillaje de las guerras civiles. Lo que queda es bastante para saciar las fauces de este monstruo. Estas confiscaciones recaen ademas sobre los inocentes; re· caen sohre nuestras esposas i nuestros hijos, que no pueden de. tenemos con su llanto en el camino de las revoluciones. La casa del hogar no pertenece al padre; pertenece, debe pertenecer a la familia. Decia el señor Mantilla, que el ejemplo invocado por mí en otra discusion célebre, de los fundamentos con que I.incoln decretó, como medida de guerra, la'libertad de los esclavos, que eran l0jítima propiedad de los rebeldes del Sur, deberia servir. me para sostener la lejitimidad de las confiscaciones hechas al enemigo en la última guerra civil. . Comparar, señor Presidente, los derechos de cuatro millones de hombres a la libertad, con los derechos de los rematadores de las casas i haciendas confiscadas al enemigo, i vendidas a vil precio en remates clandestinos i fraudulentos, es uu argumento que yo no hago el bonor de contestar! . Dice ademas el señor Mautilla, que con los mismos argumentos con que yo sostuve en las sesiones de 1877, la lei sobre cancelacion de la renta que el Gobierno reconocia a las enti. dades eclesiásticas, se lejitiman los remates de las propiedades particulares que abora combato. Esto sí merece una respuesta. Los dos casos son roui distintos. En el uno, en el de la cancelacicn de la reuta eclesiástica, se trataba de la ocupacion de uua propidad de dominio público, perteueciente al cnemigo históri~o del liberalismo en el mundo. Yo demostré entónces, con toda la historia de la lejislacion española, que los bienes de la Iglesia fueron considerados siempre como bienes de dominio público. I en este caso se trata de propiedades personales i priv:;.das, muchas do ellas pertenecientes a personas arbitra. riamente calificadas de enemigos del Gobierno. En el un caso se trataba de herir a una entidad enemiga de la República; i en el otro de reparar el daño excesivo causado por la guerra a 294 LA PROPIEDAD &AIZ. personas 1Wtumles que sufren todos los horrores de la miseria i del despojo. r sinembargo, aun tr~tándose de la renta eclesiástica, como 108 bienes de que procede fueron convertidos por las leyes de desamortizacion en un capital inscrito sobre el Tesoro público, forma esenta ya de toda objecion económica, si los prelados católicos variaran de conducta, si se reconciliaran con la República, si se contrajeran al ejercicio de su ministerio evanjélico i cesaran en la guerra que hacen a las inst.ituciones patrias, yo no adelanto opinion alguna, pero creo que las Cámaras esta.rian dispuestas a air la voz de la clerrleucia i de la jenera. sidad. Es vergonzoso que sea el partido liberal el que haya vendo a dar esta estension cruel al derecho bárbaro de la guerra; la escuela liberal que fué la encargada de reivindicar el derecho de propiedad contra todos los abusos del depotismo. El primer recuerdo que tengo de mi vids. es éste, señores Representantes: el de haber visto formado en la plaza de la ciudad de Ibagué, frente a mi casa, en 1841, un batallan del Gobierno, mandado por un Coronel Pacheco, esperando que desocupásemos la casa para cuarteL de la tropa. Recuerdo que vi arrojar a la plaza, donde fuimos recojidos por la caridad de una familia amiga, nuestras camas i nuestros muebles. Aque. lla era la casa del Coronel Tadeo Galindo, que llacia la guerra al Gobierno, i que selló en el pátibulo su lealtad a las opiniones liberales. I sin embargo, los conservadores de 1841 no nos confiscaron la casa ni el pedazo de tierra que allá poseiamos. Al regresar del confinamiento pudo mi hermano mayor vender estas propiedades, para proseguir su carrera i ausiliar la mia. El espectáculo que hoi ofrecen millares de colombianos despojados de sus propiedades en el Sur del Cauca, vagaudo en la miseria i consignados al látigo de los esbirros del Ecuador, es realmente afrentoso. Si mañana .necesitáramos formar un haz de toda la Nacion, para defender el honor del pabellon i el nombre que llevamos con orgullo, i con qué derecho solicitaria. mos el concurso de estas víctimas,de la injnsticia doméstica i de la tiranía estranjera? Bastaria esta sola consideracion para justificar la lei que se discute. pOCIALISMO I LA CLASE OBRERA. _~.-- --......• EL 'l'RA.BAJADOR. Carta al señal' Adolfo Llános i Alcaráz, funùador, propietario i director ùe " Lu. Raza Latina "-1\ucva York. BogotA, 2'1 do juUo do 1850 Mui señor mio :- H 3.cia mucho tiempo que deseaba retri. buir la ::incza con que he estado recibiendo de la Direccion, !J1'ríti8, el hermoso periódico que usted redacta; pero embebe. cidos, encenagados, esterili¡.:ados por decirlo así en Jas debates i Jas Iudlas de esta política incandescente de la raza la.tina, ni encontraba, ni mi pluma se atrevia a afrontar un tema. polí. tico a social digno de la.s columnas de esa hoja, cuando he aquí que usted mismo me lo proporciona Con la lectura del artículo de fondo, El Tl'ubajad01', del señor Castelar, inserto en el número 1,343 del 8 de mayo último. CÓ/r.o es posible! esclamé al terminarla, que el señor Caste. lar,en cuyos escritos ha resplandecido siempre la idea moral, venga, ~)or una lamentable exaltacion de simpatía en favor de las clases populares, a poner al servicio de la utopía socialista la majia de su poderosa palabra, en los momentos en que estas absurdas quimeras salen del campo de la teoría, para conver. tirse en conjuraciones sangrientas contra el órden social! El señor Castelar cuenta pocos admiradores mas apasiona. dos que yo de su talento i de su ilustmcion en el mundo de las letras. Yo he aprendido de memoria, a fuerza de leerlas i releer. las, páfnas Guteras de sus escritos, principalmente las de ese precioso libro" Recuerdos de un viaje a Italia," donde se en. cuentra a,!uella obra maestra de pintura con el pincel de la palabra humana, " La Capilla Sixtina," i aquel capítulo inmor. 296 EL SOCIALISMO tal, " El Dios del Vaticano," doude una verdadera inspiracioD ~a vuélto a: encontrar acent{)s proféticos para desenmascarar la lIDpostura 1 para elevarse al ideal del símbolo cristiano. Sí, todos sentimos el hálito, todos nos rendimos a la influencia fascinadora de esa palabra máj¡ca, que pasa como un simun cargada de las enseñanzas de la historia, i a la que su autor sabe comunicar todas las infle:x.iones del sentimiento i del arte' que ora ruje como la tempestad para maldecir el despotismo: .ora. se entenebrece como el averno dara condenar la iniquidad ora susurr~ como la brisa para modular cantos de amor, or~ reverbera I resplandece como un astro para adorar la liber. tad i la justicia. Pero esta.,; dotes de la im~iinacion, este pincel tan adm¡m. blemente adecuado para apasionar las almas, pvra trasmitir a las idea:; el fuego de la poesía, para dar al habla humana los encantos do un eterno lirismo, para destacar todas la bellezas del sentimiento i del arte; estas dotes8on un instrumento, DO solo inadecuado, sino peligroso, para bacer incursiones en el campo de estas ciencias sociales, áridas, prosaicas, doude es preciso que el entendimiento obre sólo, sin perturbaciones dE' la ¡ma_ jinacion, para analizar los hechos i reducir a ecuacioD las leyefl del progreso. La naturaleza es avara de sus dones, i niega a las intelijen_ cias que se ciernen en la atm6sfera de las verdades tr!1scenùcn. tes, la facultad de analizar i apreciar bien los fenómellos ùe estas ciencias subalternas, que se refieren al bienestar material del bombre. I esto es lo que ba sucedido al señor Castelar: él no es ni puede ser economista; e impulsado por un noble seutimieuto de compasion i de amor bácia las clases menesterosas, ha incllrrido, al escribir ese artículo, en errores i faltas graves, que por la mismo que vienen de él, no pueden dejarse pasar desaper. cibidos. Atravesamos una época de prueba para la justificacion de las doctrinas liberales, acusadas por los partido!; conservadores del mundo, de haber relajado por toda,> partes los vínculos del deber, de haber en.iendrado todas estas perturbaciones, todos estos sistemas absurdos de una nivelacion quimérica, con su cortejo de desmoralizacíon i de crímenes, que amenazan dostruir el órden social, i no debe por lo mismo permitirse que, apoyándose en la autoridad de tan eminente escritor, torne la juventud por axiomas económicos, ni se carguen a la cucllta dellibera.lismo, las proposiciones asentadas por el señor Caste. lar en el escrito a que aludimos. Tengo a la vista el texto inglés del discnrM pronunctado por Bakunin en Jinebra., en 1868, considerado por la prensa 1 LA CLASE OBRERA. 2D7 curopea :::01110 la mejor e~po~icion del nihilismo, i en 61leo lo siguiente: "Vuestra hermosa civilizacion, caballeros del Occidente, que vosotros enrostrais a los blÍrbaros del Ori~nte, c~t;i basada en la servidumbre forzosa de la inmensa mayoría de la l'Jza humana la cual está condenada a una existencia miserable i ca5i besÚal, a tin de que una mui pequeña minoría pueùa vivir en la opulencia. Esta monstruosa desigualdad en las condiciones de la, vida se debe a vuestro sistema occidental, sistema incapaz de mejoramiento, porque es la consecuencia necesaria de vuestra civilizacion, fundada en la bien combinada separa. cion que existe entre el trabajo mental i el trabajo manua!." I por una singular aborracion, casi pudiera decirse, por un8. ironía dJ la historia, la poesía puesta al servicio de un senti. miento mal comprendido de compasion i de liable interes por las clases tmba.jadoras, hace proferir a uno de los mas con~picuos representantes de la civilizacion, los mismos conceptos que ban salido de hoca del odioso tribuna de la harun.rie rusa. El señor Castelar, despues de pasar en fulgurante rcvisb las maravillas del progreso, realizadas por el trabajo del hombre sobre la tierra, esclama : .. " il cu:il ha sido la Ruerte del trabajw.loJ' que creó eRe mun· do de mara.villas i milagros? Subid al calvario Je la hiRt.oria i la ver'3is siempre crucificado. En Oriente, a es l):íria, o su amarga suerte no Re diferencia gran cosa ùe la SHerte del púria; en Grecia, Platon lo sujeta a ciega obediencia; en Romr.., ni es poseedor Je su vida ni dueño de sus sentimientos. I esos llOmbres tenidos en cOlldicion de bestias, habian lev:mtado aquellos templos resplandecientes en c¡\IC se ocultaba la sail t.i. dad de Brahama; aquellos renombrados palacios en (lUC vivian vida sohreuatural los :Baltasares i los Ciros; ellos amontonan las pir~,mides quc alzaIl su cúspide sobre el mar de las edades; construyeron el Parthenon, que eucerraba en S\lS armoniosas línenR el arte griego, i levantaron en sus brazos el Capitolio, sepulcro de la antigua civilizacion." Aparte la diferencia Je lenguaje, que proviene de la diferencia de sentimientos i de educacion, i en quú se diferenci:.m económicamente las clos doctrinas? En nada. Ambas proceden del error de conRiderar el trabajo mauual si no como superior, cuando ménos como igual al trabajo de :a intelijencia i al trabajo moral de la previRion, de la enerjía, del ahorro, de la abnegacion i de la constancia que comhina i dirije las operaciones de la industria; i por consiguiente en apoyar unn. teoría socia.lista que, tomando por patrou de la remuuemcion el trabajo mas grosero, el trabajo del homb:l'c 298 EL SOCIALISMO esclavo de ],a naturaleza, abate i degrada al hombre al nivel de los brutos .. ¡Curiosa ciencia social para el ennoblecimiento de la especie, ésta que coloca a Jenner al nivel del mozo que vació )11. pústula de donde el jenio estrajo el precioso virus que hoi preserva a la humanidad de la. deformidad i de la muerte; la que colo •. ea a Fulton i a Stephenson al nivel del guarda de esta.cion que camhia las señales o limpia los carriles del camino de hiena; la que coloca a :Franklin i a Moorse al nivel del peon que clava. el poste que sostiene el hilo misterioso, que ha dado al hombre la ubicuidad del espacio; la que ..... pero la relacion seria interminable; la que coloca al señor Castelar al nivel del tintorera que ayuda a multiplicar las copias de sus escritos inmortales! Call perdon del señor Castelar, no fueron los canteros, ni los albañiles, ni los cerrajeros, ni los carpinteros los que construyeron el Parthenon i el Capitolio, como no son los cajistas de las imprentas de Barcelona o de Madrid los autores de los libros con qne el señor Castelar llena el orbe de su fama. No; moral i económicamente construyeron el Parthenon i el Capitolio, los artistas divinos que en esas líneas dejaron esculpidos los modelos clásicos de la belleza i del arte. A la doctrina desconsoladora de la nivelacion de las recompensas, rebajada al tipo del trabajo muscular, la ciencia de la economía, basaùa en el estudio de la naturaleza humana, opoue de mui distinta mll.uem las verdaderas leyes del progreso i del ennoblecimiento de nuestra especie. Ella dice al hombre: Ko ha entrado en los planes de l~ Providencia la idea de una igualdad absoluta, que es un mero juego de la fantasía. A las mÚltiples necesidades del hombre, tal como está organizado, tienen que corrrespollder forzosamente múltiples i diversas aptitudes para satisfacerlas. Pero si no ha entrado en los planes de la Providencia la idea quimérica de la igualdad, sí ha: entrado b de la libertad individual, pam conseguir por ella el mayor grado de bienestar en lucha abierta contra el mal. La competencia en esta lucha del trabajo es la consecuencia necesaria del ejercicio de vuestra libertad. Elejid, pues: o la diferencia de remuneracioll con la. libertad, a la igualdad con la servidumbre; i la eleccion no puede ser dudosa. Nadie debe nacer atado, como en el mundo antiguo, al poste de su destino. Todos los caminos, sin privilejios, sin obstáculos artificiales de ninguna clase, deberán abrirse delante de vosotros. liabeis nacido esclavos de la naturaleza i de vuestras necesidades, que por t{ldas partes os cercan i os agobian; pero luchando, observando, combinando, economizando, podreis veucerlns, e ir elevandoos gradualmente del trabajo rudimental, del trabajo m~scular, semejante al do la bestia de carga, a las mas !lObles J L.\ GLAST-: OBRERA. categoríns de ese trn.bajo de la intelijencia, que arranca con el camhio de direceion de una línea en la mecánica, con la mezcla de dos sustaneias en la química, con el cambio de Ull grado de temperatura en la física, con el poder de una idea, sus mas reconditos secretos, sus mas poùerosas fuerzas, sus mas ricos proùuctos a la naturn.leza. Del un lado estún, pues, la,; quimera,; socialistas de una nivelacion aberrante, qne abate al hombre a la condicion de hestia de car~a; que desprecia su intelijencia, que es su ma. YOI' i mas poderosa fuerza; que desprqcia las facultades morales de la prevision, de la abnegacion, de la economía i del sacrificio, que son sus mas bellos atributos, i qne pretendiendo horrar la nocion de la responsabilidad inJividual en la nocion ùe una responsabilidad colectiva, concluiria, si pudiera, por hacer del homb¡:e el autómata í el esclavo del mas degradante servilismo .. I del otro está la santa lei natural de la libertad i de la responsabilidad individual, que eutregando al hombre por suyo todo el campo de la naturaleza, i la plenitud de sus facultades físicas, intelectuales i morales para obrar el bien, señala a la humaui¿.ad esa escala del tmbajo, de la perseverancia i de la enerjía, verdadera escala de Jacoh, que desciende del cielo a la tierra, para que se eleve por ella al ideal de su destino. Continúa el señor Castelar : " Abolida hasta sus últimas cOllf:ecuencias la propiedad feuJal; arrancaùo su patrimonio a la Iglesia ; e~critos los derechos en la conciencia, las libertades guardadas en el corazon, DO parecia sino que de tan jigantescaepopeya, el Aquíles i el Homero, que era el pueblo (1), hahia de salir feliz con los atributos de su soberanía i los despojos de su victoria. Fuerza es decirlo: no existe ya el esclavo sujeto a ]a voluntad de su señor, ni el siervo p2gado como el pólipo a la dura roca do naciera; pero existe el jornalero, acosado por las exijencias del capital, ides. poseido de todo linaje de derechos." Lo decimos con positiva pena: este lenguaje solo difiere en la belleza literaria, pero no en la amargura de las quejas, ni en la inj m ticia de las acusasiollcs, ni en la exajeracion de la li.sor:.ia a las clases popu lares, del que han usado todos los so. erahstas, i del que usa Bakunin en el discurso a que úntes hemos aludido. Si el señor Castelar apellida a las clases popu. lares los Aqllíles i los Horneros, es decir la fuerza, la belleza i la gloria de la humanidad, i qué deja para los destellos dela intelijencia i del jenio, que son como los luminares del planeta, I}lll: para los desvelos i los sacrificios de la sabiduria, que vive olleorva:b sobre el gran libro de la naturaleza arrancando sus f'ecretos a 11 ciencia? ' 300 EL SOCIALISMO ~---------------------Nada ciertamente mas di<tno de la rneditacion del filósofo ni de la atencion del hombre ode Estado, que el estudio de estos problemas sociales que se relaciona.n con el mejoramiento de la gran masa de la clase obrera, encorvada bajo el peso de un trabajo abrumador, i mui distante todavía del arado de bienes. tal' i de abundancia a que la lei del progreso'=' debe llevarla; pero es preciso cuidarse de no hacer de este asunto una novela, ni de convertir al obrero en héroe de romance. Aparte de la aspiracion quimérica de una nivelacion social, que se encuentra en el fondo de todas las ideas sociali~tas, parten tambien estos sistemas, del error fundamental de considerar el proùlema del mejoramiento de las clases populares, como aislado, separado e independiente del progreso jeneral de la especie; cuando en realidad todos los hombres que viven del trabajo, cualquiera que sea. su categoría, no forman sino 'mil. sola clase de operarios, unidos por la indisoluble solidaridad del progreso humano. J;a verda.dera, la lejítima, la única fuente sÓlida i fecunda del mejoramiento de cada clase, es la que se deriva del progreso jeneral de la especie, bajo el imperio de la libertad. Todo lo que no se dirija a buscar el bien económico en las fuentes del progreso, de la lihertad, del ahorro i de la justicia, DO puede conducir sino a lo que han conducido las utopías socialistas - nIa perturbacion de esa armonía, a la violacion de los derechos más sagrados de Ja. liberta.d i de la dignidad natural del hombre, i a retardar el advenimiento de ese grado de bienestar i de abundancia que se solicita para las masas desheredadas de la humanidaù. Pero la marcha del progreso no es un WU1' de force de la civili1.acion; no es negocio de un dia, ni siquiera de un siglo; no es un paseo a Ja aldea vecina: es la obra lenta, paciente, constante, de jeneraciones i de siglos. En vez de mirar impacientemente hácia adelante, deberia volverse la vista un poco hácia atras, para no desfallecer, para tener fe en la accion de la libertad i para no calumniar a la sociedad. ¿ Qué tienen ùe comun las masas obreras de nuestro siglo, con Jos proletarios i Jos ilotas de la antigÜedad? Dónde está el esclavo, dónde está el siervo feudal ~ I en cuanto a satisfacciones, comodidades i bienestar material, i en qué puede compararse, en qué se parece la clase obrera de hoi, a esas multitudes de mendigos vestidos de harapos, bacinados en asquerosa promiscuidad i alimentados con fétidas carnes o groseras yerbas, que infestaban los campos i las ciudades en tiempo de las cruzadas, i hasta hace un siglo apénas, ántes de que los progresos de la química, de la mecá. nica i de la industria manufacturera, vinieran a dotatla de los I LA CLASE OBRERA. 301 tejirlos de nlgodon, de los muebles, las habitaciones i la alirnen. tacion, que hoi confunde a esos obreros con las últimas clases de la bou?'gcoisie? i Quién no ha visto los domingos en las capi. tales de Europa, priucipalmeute en Paris, a esta clase obrera, limpia, aS'3ada, hien vestida, llenar los teatros, los paseos, las tabernas i los cafés, lleua de [tnimacion i de vida? En qué se parece la Francia de hoi, a la Francia de Luis XIV descrita por VauùJ.n en su p1'OyectOde diezmo real, donde se hizo cons. tar, (por la cual murió Vauban en la desgracia del soberano), que debajo de aquella gualdrapa luciente del despotismo, no habia en Francia sino ] 0,000 familias acomoda<.las, sobre 22.000,000 de mendigos? Estos son hecbos, no son metáforas. Pero por mucho que la humanidad progrese, no hai que olvidar qlle las aspiraciones de nna nivelacion comun i de una perfeccion absoluta, son, Cl\ boca del señor Castelar, meras quimeras, meras ilusiones de jeneroso corazon, i en boca ùe los demagogos, meros temas de especulacion para saciar su despecho i sus vicios. La igualdad i la perfeccion absolutas son contrarias a la naturaleza humana. Bastaria para convencerse <.leello una sola consideracion: que este cielo de las satisfacciones a que el hombre aspira, se retira a medida que se eleva. la esfera. en que está colocado; que las necesidades crecen con los goces, i que toda satisfaccion queda inmediatamente reem. plazada por un nuevo deseo. Todas las relijiones, la antigüedad i el cristianismo la han comprendido así: que el mundo será eternamente el asiento del dolor; la cual debe confirmar a los hombres sérias, a los verdaderos amigos de las clases menesterosas, en el convencimiento de que todos los sistemas que no se apliquen a curar sus male3 en las fuentes del progreso, de la libertad, del tra. bajo, de la perseverancia i de la economía, son tan est~riles, como falaces i empíricos. Analizando las relaciones entre el capital i el trabajo, dice el señor CasteJar: " Los trabajadores ponen su actividad, su vida, al servicio del capital; i cuando la asociacion no existe, la activiùad se pierde en el tra.bajo, la vida en el vacío." La última parte que descubre un sentimiento de simpatía por la organizacion de la industria sobre la quimera socialista ùe la asociacion entre el capital i el trabajo, la examinaremos separadamente; la primera no es esacta. Los trabajadores, (comprendiendo como debe comprenderse bajo esta denomina. cion, no solo a los operarios de un trabajo manual, sino a. todos los que concurren con sus facultades industriales a la creacion ùe los proùuctos), no ponen su actividad i su vida. al servicio 302 EL SOCIALISMO del c~pital, sino .al servicio d"e sí mismos, en la obra de la pro. dUc.cI.on;. tan CIerto como que todos ellos reciben su parte por nn~lcIpaclOn en la forma de sueldos, salarios a jornales, sin CUl?arSe d? los res~ltados de esa produccion: puede el empre. sarlO arrUl~arse. s~n que ellos S? preocypen. ~i se afecten por esa desgracIIl:; 1 SI la especulaClon deJa utIlIdad, el capital entra. el últImo a tomar su parte en las ganancias. Si a la economía política le fuera lícito asumir el tono sentimental del romance, podria decir que esta Compañía en que nno de los socios - el obrero - solo toma parte en las ganancias i ninguna en las pérdidas, era un pacto aleatorio, leonino e inmoral, que dehia modificarse en beneficio del capitalista, concediendo a ésto accion civil para el recobro total a parcial ùe los jorna. les, en todos los casos de pérdida en la especulacion. Pero la ciencia, basada en la observacion de los bechos i ~n la rigurosa deduccion de principios, sostiene, por el contrario, que las cosas estáu mui bien arregladas de esa manera; que la industria es uIIa especie de milicia, en que el éxito depende de la unidad de accion, con un jefo responsable de sus operaciones; que este jefe es el empresario, al cual debo dejarse en completa libertad para combinar los negocios i para que triunfe o se arruine bajo su responsabilidad; i finalmente que en esta organizacion, la única natural, la única racional, la única que permite al talento i al jenio desplegar todos sus recursos i levantar t{)do su vuelo, la forma natural, lejítima i conveniente del pago del trabajador, es el salario fijo, incondi. cional e independiente de los resultados de una empresa quo él no dirije ni debe dirijir. Continúa el señor Castelar : " El capital es un elemento productor, pero el trabajo le da vida, forma, movimiento, circulacion." "La masa inerte del capital nada produciria sin el aliento que la fatiga arrauca al pecho del obrero." Estas proposiciones son ciertas, pero tambien la son sus contrarias, la que prneba quo careceu de importancia en la discusion. Tambien puede decirse: El trabajo es un elemento productor, pero el capital le da vida, forma, movimiento, circulacion. La masa inerte del trabajo nada produciria sin el aliento que el capital arranca al pecho del obrero. Dice el señor Castelar: " El capital no es otra cosa que el objeto del t.rabajo, es el múrmol de que Fidias despierta uu Dios, es la piedra. c?n que Micruel Anjel levanta el mundo del arte entre la OSCUrIdad de la tierra i los arreboles del cielo." El capital es el conjunto de materiales i de instrumentos I L.1.C[,.\S~ OllREIU. i3ú3 de que se sirva el trabajo; el verdadero objeto del trabajo es la creacion d<3 las riquezas para la satisfaccion de las necesidades, de donde resulta qlle el valor del trabajo no se mide por la intensidad de la fatiga, sino por la fecundidad del resultado. Tod::.s las teorín.s, todos ios sistemas económicos que se empeñen en deprimir el capital para enalte~er el trabajo, a viceversa, proceden de un desconocimiento completo de las leyes de la produceioll. En definitiva el capital no es sino 'la acumulacion, el ahorro del trabajo de a:yer, élue merece tanto respeto CaIlla el trabajo de hoi. La produccion es el rwnJtado de la multiplicacion de estos factores: capital, industria i ajeutes naturales; i no hai ciencia que pueda decir cuál de esos tres factores tiene más parte en esa multiplicacion. Solo hai un medio práctico de saber, para los efectos de la remuneracio::!, cuál tiene Irús parte en el mármol animado por Indias i en la montaña de piedra convertiùa por :Migu~l Anjel "en el poema del catolicismo," i es el de dejar que fUllcione en toda su amplitud el principio de libertad, qne no es otro quo el de la competencia; dejar que capital i trabajo se estrechen en ese campo, i debatan el precio de sus servicios cn medio de la libertad. Ni ha sic'o má;; afortunado el señor Castelar en la seleccion del remedio que 61 considera como la panacea que ha de curar las miserias de la humanidad i levantar a la clase obrera al grado de prosperidad i de abundancia a donde solo pueden Ile. varla los principios: " Qué pide, dice, el trabajador, en cambio de SllS servicios? Asociacion. Como la relijion es la union de las conciencias en Dios, i el Estado la union de las voluntades en la lei, las asociaciones son la union de las fuerzas.en el trabajo." Prescindiendo de las comparaciones, que carecen de similitud ide unulojía, porque la union de las voluntades en Dios se verifica en el campo espiritual de las conciencias, sin sacrificio humano de ningnna clase, i en las asociaciones políticas que se llaman Estados, la primero que los asociados deben sustraer ùe ellas, es el ejercicio de todas aquellas facultades de uso inocente, que forman el vasto campo de la accion inui vidual; prescindiendo de las comparaciones, decimos, es rigurosamente esacto " que las asociacic·nes son la union de las fuerzas en el trabajo" ; mas para que esas asociaciones sean fecundas es preciso que sean lejítimas: nada vive en el mundo sino por la idea moral; i la base de toda lejitimad en el campo de lo tuyo i de la mío, es la libertad de las transacciones. Por eso las asociaciones de esa naturaleza, las que reconocen los códigos de comercio de todos los pueblos civilizados - la anónima, la comandita, la regular colectiva- han lIel1aJo el muudo coulas portentos de su esfner. 304 EL SOCIAJ.¡S!ltO zoo Son. ellas, sin necesidad de emplear una sola metáfol'a, las que estwnden dia por dia los términos del mundo civilizado ti. los confines de los más remotos. continentes; ellas las quo mandan sus numerosas naves, sobre todas las costas i sobre todos los mares, para conducir este inmenllO comercio, que hace comunes los doues de la. nll.turaleza entre todos los pueblos de la tierra; cI/as las que colectan gota a gota, por medio de las mas injeniosas combinaciones, los incontables millones del capital que alienta i vivifica estas empresas; ellas las que han nivelado la tierra con el camino de hierro, para volar sobre ella con la presteza del viento; ellas las que han descendido al fondo de los mares, para colgar de continente a continente, esos hilos misteriosos que so adelantan al tiempo. en alas de la electricidad; ellas las que han dotaclo Il la industria de esos millones de autómatas que se llaman las máquinas, merced a las cuale~, la sola industria del tejedor ]Jroduce anualmente, una cantidad de telas suficiente para tapizar diez veces el camino del sol soùre la tierra. Pero no suponemos que sea Il estas asociaciones libres del capital i de la -industria a las que ha querido referirse el sofior CastcIar; no, él se ba referido forzosamente Il las asociaciones peculiares de la clase obrera, que vamos a examinar: Sqn las primeras, las que podemos llamar sociedades de beneficencia a de socorros mutuos, que bajo distintas formas i diversas denominaciones tienen por ohjeto proveer con un fondo cornun, formado por medio del pago de cuotas semanales a mensuales, a las necesidades de sus miembros o de sus familias, en caso de muerte, enfermedad, lonjevidad, pérdida de instrument{)s, siniestros a cesacion de trabajo. Lejítimo, noble, santo oùjeto, digno de la ayuda de todas las intelijencías que buscan el progreso en la libertad, de todos los corazones jene. l'osas i de la ilustrada proteccion de la lei. r sinembargo, la mala fe en unos casos, la falta de conoci. mientas en otros, de parte de los obreros que intervienen en su direccion, ha conducido a los más lastimosos resultados. Es. tudiando este asunto, leo eu el Economista de Lóndres de 16 ùe mayo de 1874, pájina 587, que la más importante de dichas asociaciones, la llamada" Manchester Unity" que etlen. ta 426,663 miembros i maneja un fondo anual de £ 10.767,840, tenia ese año lin déficit de £ 1.343,447, la cual hace proferir al periódico citado, la primera autoridad europea en materias económicas, estos sensibles conceptos: " El resultado, por tanto, es que e¡;ta gran. sociedad que maneja tanto dinero i afecta tan' crecido número de pobres, está absoluta, completamente insolvente. I no hai razon para suponer que esta sociedad esté' peor que las demas; por el contrario, probablemente es la mejor, puesto que es l(b primem que publica sns cuenúbs i que examina su situacioll," I LA CLASE OBRERA. 30J Vese, PU01':, quo no ¡¡on tanto los medios Je ahorrar, cuanto las virtudes que da la eùucacion, la que mas falta hace a la clase obrera, i que es a este punto al que deoen Jirijirse los Coj· fuerzas de sus verdaderos amigos. Viene'u en seguiùa las sociedades de alianza o ligas industriules, cenociùas con el nombre de "Trade's Unions." E.'itJ.'i asociaciones, que tanto ruido han hecho en el mundo en los últimos 25 aJos, tienen un doble objeto: sou sociedades de ben(;licencia o socorros mutuos, como las llam!lùas "friendly societies," i son alianzas obreras, que es la que las caracteriza. CaIlla tales, 108 tr3s plll~tos cardinales ùe su programa son estos: resistír toda reliuccion ùe salario a aumento de horas de trahajo; ohtener aumento de salario; i atraer a todos los oLreros a la asociacioll. Sí lo~ lLiembros de estas asociaciones no apelaran a medía>. reprobados para conseguir su objeto, habrian estado í estarial; en su lejítimo dereclJo, porque, como dice Adam Smith, "L lUas sagrada de todas las propiedades es ésta que cada uno po~ee en su propio trabajo;" í como a toda otra propiedad, el dueño de ella está eu su perfecto derecho para buscarle, por medios lejítimos, el mejor prer.io en el mercado del mumlo. Pero su;; armas favoritas han sido hasta hoi la intimiJacion í b violeucia, por la cual estas sociedades uo han podido contar con ln;; ;;itnpatías de lusjentes honradús, ni de los verdaderos amigos de la!> clases populares. l,f'. historia de sus violencias ha quedado escrita en saJlgrícntc.s curactéres ell las calles i en las f:ibricas de Notti~lgham, de Sheffield i de :Manchester. Con efecto, los afiliados proscrioen, persigucn i castigan de hecJlo, con las JUus eXeCfl1!.Jles violencias, inclusive la muerte: l.u el jornal por tarca 0 -Fieee wO"l~; 2. la admision o empleo del trabr..jo femenil o juvenil en competencia con el del homure adulto; 3.0 los obreros no afiliados; 4.° la importaciou de trabajo estranjero; 5.° tOt',o aumento de velocidad en el uso de las máquinas o tc1arC3 -loo'Ti1-spcccl; 6.0 la iatroduccioll de nuevas máquiu::¡s, principalmente de ks llamadas,labou1' sa'ving 1nacldno'?J. i Ne es éste todo un progr&ma de barbarie, de violencias i de crír.)l~nes '1 .Pue('; ninguu hombre honrado, p¡¡cùe ninguna intelijencia ptwatll al servicio ùe la verdad, puede ·l.illgUU amante del lJrogr'~so i de la libertad simpatizar con estas asociaciones, mit:lI' tras ellas persistan Cll DO abandonar el terreno de la violencia ~ El sefior CasteJar puede leer en el interesante libro pu 'Jlicado por :Mr. G. Phillips Bevau, titulado" The Strikes of tbe last ten years" -las huelgas de los últimos diez l1ÎÍos-presentaùo a. la wcieùad de E,iadística de L{índres el20 de enero último, (1880), los resultados económicos de dichas huelgas en sus mÚ~ 20 306 EL SOCIALISMO mmuclOsos detalles. De ese escrito tomamos los siguiente!! datos: El número de huelgas ocurridas entre 1870 i 1879 ascendió :\ 2,352. Estas huelgas hicieron perder 54,162 dias de trabajo; i suponiendo, el cálculo es moderado, que el término medio del llúmero de obreros comprometido en ellas no bajara de 1,000, estimando un jornal con otro a 4 cbelines, ($ I), la pérdida efectiva no fné de ménos de cincuenta millones de pesos. N a será pues a estas asociaciones, tal como están constitui. das, sobre el réjimen de la intimidacion i de la violencia, a las 'llle un hombre como el señor Castelar puede dar el apoyo de SIlSsimpatías, de su palabra ni de su talento. Vienen en tercero i Último lugar, las llamadas sociedades cooperativas, asociaciones de obreros, inventadas o ideadas con el objeto de suprimir de la organi2acíon industrial el oficio i h\ remuueracion del empresario. Pero, ¿ lluién ignora que nadie se ocupa ya en el mundo cien. tífico, ni entre jentes sérias, de semejantes asociaciones, que debian conducir nccesariamente a. lo quo conduce toda quime. ra? Era la pretension de suprimir la oligarquía de la cabeza i la aristocracia de la intelijencia en la. direccion de las operaciones de la industria. El resultado no podio. ser dudoso. El sistema do la nivelacion 66 estrelló contra las leyes eternas de la naturaleza, que se cierran como un anillo de acero sobre todas las utopías: o las asociaciones eran conducidas por jentes igualadas por la ignorancia i sucumbían faltas de direccion, o eran dirijidas por uombres d~ talento, i entónces est08 hombres ~xi.iian la remuneracion olígarquica correspondiente a la rareza i a la capacidad de sus serviciOll. No hai término medio. El sistema quedó luzgado eon el ensayo que de fI se hizo por el Gobierno provisorio de la República francesa despues ,le la revolucion de 1848. La moneda corriente de la época Nan las asociaciones de obreros, para poner en planta el sistema cooperativo, para suprimir la oligarquía do la intelijell. cia en el mundo industrial. I qué sucedió! El señor Reybaud en su preciosa obra titulada" Los Eco. Ilomistas," ediçion de París de 1862, nos ha conservado, fielmente estractados de los documentos oficiales, los resultados deI ensayo. La Asamblea constituyente votó el 5 de julio de 1848 un préstamo de 3 millolles do francos, destinado a ausiliar, bajo la vijilancia del Estado, las asociaciones cooperativas entre obre· l'a;; stÍlos, o entre pa.tronos i obreros. Esta suma fué iumediat:\:nel1te distribuida ent,re 56 asociaciones, de las cuales 30 307 I LA CLASE OBRERA . •. _--~---~----~---------------- .. residiau cu Paris i 26 en los Departamentos. La mayor parte de los coutratos de préstamo tuvo lugar en los primeJos meses de 1849 ; i 18 meses despues, a mediados de 1S50, el Gobierno se veia obligado a dictar su decreto sobre revocacion de pr~st.amos, por el mal estado en que se encontraban bs empresas ausiliadas. Para saber qne las leyes econ6micas se cumplen, la mismo de éste que del o;ro lado del Atlántico, oigamos en elorijinal frances, la nota d'3 la pújina 282, con que concluye el capítulo del libro úntcs citado. Dice así: "Rien de plus curieux ni de plus significatif que la page d'observations où sont consignés les motifs ii. raison desquels ces prêts out été révoqués. Ici, c'est Ull gérant qui emporte la caisse et les registres de la comptabilité; ailleurs, cc sont des infractions multipliées aux statuts. Dans beaoucoup de cas, illl' y a ni travail positif, ni association sérieuse; deux ou trois personnes se partagent les avances du trésor et en disposent pour leurs besoins jusqu'à épuisement. Parfois la société est abandonnée de tous ses membres, et quand on se transporte au siége qu'etc a choisi, il ne s'y trouve personne pour In. re· présenter. En d'autres occassions, il y a dol réel, mauvais cm· ploi de matiè1es ou suppositions de signatures dans les sous. (;riptions d'actions: ici des ouvriers sans g{·rants, là des gerants SRUS ouvriers; enfin trois faillites légales, ouvertes ou déclarées, six mois après <les versements importants faits par l'administra. tion. Une circonstance est encore à noter pour s'être plusieurs fois reproduite: c'est que des ouvriers eux.mêmes, convaiucus cie lour impuis3an8e et voyant leurs fonds s'en aller sans profit, out demandé a l'Etat de vouloir bien dissoudre leur société et 1100céder le pIns tÛt possible à une liquidation. "D'après les derniers documents officiels, la liquidation lai. s~emit j'Etat en pertG do 1.500,000 fraucs, sur les 3 millions de prGts faits aux associations d'ouvriers en 1848 et 1840D. C'est payer Ull peu cher nile expérience qui 11 'etait cloutcuse pour ancun esprit sensé." Suplicando a nsted quiera bacerme el honor de ;nsertar esta carta eu las col umllUS ue su il ustrado periódico, wi con porfeeb. cOllsideracion su mui atento servidor. do Ha.sta aquí la carta que apareció en el D'ia1'io Ound'i. de 23 de julio tÍltill1o; pero no quiero cerrllrln. para c.3te libro, sin agregarle nnas pocas consideraciones, à~stilll\ÙaS :lo delinear, sOllleralllente, bs faces características i ln. marcha del progreso jeneral de b especie, Cll el sella de la libertad nanW1'C(t 308 EL SOCIALISMO individual, del cual es que debe esperarse el mejoramiento '<le la condicion econ6mica, intelectual i moral de las clases po_ pulares, Este progreso es de ayer, porque no ha nacido sino con la _aplicacion del vapor a la maquinaria de esplotacion, i princi_ palmente a la locomocion; i ya se ve el cambio prodijioso efectuado en la produccion, en las condiciones del t,rabajo i en la organizacion de la industria; i se adivina claramente la revolucion que ese movimiento va a efectuar en la distribucion i en los consumos. Ciego el que no la ve: la raro es que no lo vean los que están en Europa, i que la veamos aquí, desde la América del Sur, á donde no ha llegado. LaS faces características de esta revolucion eConomICa son tres: lo" La accesion de todas las clases, hasta las más ínfimas, a los bienes i comodidades de la riqueza, por el estraordillario incremento de la produccion i por la. ínfima baratura a que salen los productos fabricados con la ayuda de esos autómatas que trabajan por salarios intinitesirnales: la fotografía, la oleografía, la telegrafía, la litografía, la imprenta, la máquina de cocer, las máquinas de hilar i tejer el algodon, han puesto al alcance de las últimas claces sociales, comodidades, placeres i fruiciones que eran ántes el pri vilejio de los potentados de la tierra; 2: La anula.cion c¡reciente del trabajo muscular, del trabajo de bestia. de carga, impuesto al trabajador ántes del progreso, i su reemplazo por el trabajo intelectual i moral dû la atencion i de la vijilancia, a que van quedando reducidas las funcionefl del obrero en el taller moderno. Por todas partes, 'mutatis 'mutandi, el carguero pasa a la. categoría de guarda o vijía de un camino de hierro. Hasta en el oficio bárbaro de la guerra, la invencion de las armas de fuego Ila operado este cambio. Las antiguas armas -la clava a maza- hacian insepara. hIe el valor, de la pujanza, de la ajilidad i de la. fortaleza física. El héroe de Hornero no podia ser otro que Aquíles. Hoi el valor físico queda reemplazado por el valor moral; i el héroe de la epopeya moderna puede encerrarse en el mas débil, enfermizo i frájil organislllQ físico; i 3. o La dislocacioll de los grandes centros de poblacion, para buscar el nivel del trabajo i del salario en el mercado del mundo, merced a la rapidez, a las facilidades i a la baratura con que pueden efectuarse los viajes por las modernas vias de comunicacion. La antigÜedad no conoció sino la emigracion de lejiones de bárbaros, que invadian los paises civilizados, para. establecerse en ellos, despues de a:sesinar una parte de la poblacion i reducir la otra a la esclavitud. Hoi es el exceso de la poblacion industriosa de Europa el que emigra, a razon de 500,000 almas por año, para venir a. establecerse pacíficamente en las 1 L.\. CLASE onnER.\. ;;O~) ('i\lÙUlbs i en los ùesiertos del nuevo mundo. Son lo~ c-Jlir:.OF' ']Ile emigran por millones a. todas partes, los (lue desnlojan ell >iU proria. casa. 3.1 robusta 7Janbe, i la obligan a petlir projet;. t:ion contra la habilidad, la economía, la frugalidad i ln. pa. ciencia de su ri val. Sin ser profeta, puede anunciarse que dentro de un +:10. que es uu dia en la marcha de la humanidad, elmulldo cst:1l;~ ¡rasformado, ln. miseria, como lepra social, habrá dcsupnrct;i¡l(¡ de la tierra, i los sistemas de organizacion artificial ù() Jr, so.. eicùad, ahogados por el progreso, Se recordarán tan solo ell In!' l1iùliotocuE, como UJiO de tantos estravismos <rue La Eufrido el inicio delltombrc, cn su afan pOI penetrar los are~U1Osde s·, destino i adelantarsc al fin ùe su carrera.