hipeRtensión ARteRiAl y DiABetes Moderadores: Dr. Josep Redón (Valencia) Dr. Antonio Coca (Barcelona) Fisiopatología de la hipertensión arterial del diabético y su correlato clínico Resumen de la ponencia presentada por el: Dr. Josep Franch nadal Barcelona. españa Resumen elaborado por la Dra. esther Gargallo y el Dr. pedro pablo Casado para poder explicar la relación fisipatológica entre hipertensión Arterial (htA) y Diabetes Mellitus (DM), hay que remontarse en el tiempo, tanto como unos cinco millones de años, momento en el cual en la evolución surgió una resistencia selectiva a la insulina por parte del músculo, la cual permitía que ante excesos de ingesta se acumulara energía en forma de tejido adiposo que se pudiera utilizar en los períodos prolongados de ayuno. podemos hablar de un genotipo ahorrador (genes ahorradores metabólicos) lo cual fue una ventaja evolutiva en el momento en el que la ingesta calórica no estaba asegurada y era conveniente poder crear unas reservas en las épocas en las que sí se podía tener un aporte mínimo. el problema se presenta con el desarrollo evolutivo más reciente, con la llegada de la ganadería y la agricultura que permiten una alimentación más sostenida, y posteriormente con la reducción de actividad física y los cambios actuales en el patrón alimenticio, todo ello lleva a una mayor ingesta de nutrientes con menor consumo de los mismos, favoreciendo el depósito graso y con ello la evolución hacia la diabetes (en mayor medida en aquellas poblaciones en las que existe una mayor predominancia de ese genotipo ahorrador metabólico que ocasiona una resistencia a la insulina [sirva de ejemplo la población de los indios pima de norteamérica, donde la prevalencia de diabetes ha pasado del 8 al 50% a consecuencia de los cambios en los estilos de vida]). para la htA también existen varias hipótesis para intentar explicar su origen en el contexto de la evolución: • hipótesis del sodio y del gen ahorrativo (mediante un proceso de selección natural, en entornos con reducida disponibilidad de sal se selecciona un genotipo que es ahorrador con la sal o sodiosensible, lo que es una ventaja evolutiva en esos contextos y, por lo tanto, se perpetúa con la descendencia). 5 hipeRtensión ARteRiAl y DiABetes • hipótesis del fenotipo ahorrador (aboga por una plasticidad genómica fetal en dependencia del entorno intrauterino, pudiendo producir efectos de forma compensadora que den lugar a una mayor retención de sodio). • hipótesis del ácido úrico (los niveles de ácido úrico en los humanos son mayores que en otros mamíferos, lo cual puede contribuir a la htA, bien mediante vasoconstricción en entornos con poco sodio o mediante lesión renal y sodiosensibilidad en entornos con abundancia del mismo). • hipótesis de la esclavitud (las condiciones extremas sufridas por los esclavos hacía que la sodiosensibilidad fuera una ventaja que hiciera sobrevivir a los sujetos y se perpetuara mediante la descendencia). si analizamos la fisiopatología básica de la htA podremos apreciar cómo hay múltiples elementos en común con respecto a la DM (como se aprecia en la Fig. 1, hay componentes fisiopatológicos comunes en la génesis de ambas entidades). A nivel clínico se deben destacar una serie de diferencias de la htA en el paciente diabético: • los pacientes diabéticos tienen una mayor sensibilidad a la sal (con un aumento de la reabsorción de sodio en el túbulo renal), por lo que en ellos este papel etiopatogénico de la htA es más preponderante. • Desaparece el descenso nocturno de la presión arterial (son pacientes “no dip- pers”), con descensos inferiores al 10% de la presión Arterial (pA) durante la noche. • en la DM existe una fuerte asociación a que la resistencia insulínica se asocia a microalbuminuria e hipertrofia ventricular izquierda. • la hiperinsulinemia provoca una hiperactivación del sistema nervioso simpático como consecuencia de una hiperactividad del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal. • en la DM existe un aumento de la actividad de la renina plasmática. • se producen alteraciones de los cationes intracelulares por disregulación de las bombas de sodio y calcio (con un aumento del calcio intracelular y una hiperactividad vascular). • en los diabéticos la progresión de la aterosclerosis ocasiona una pérdida de la elasticidad en las grandes arterias, haciendo más frecuente la presencia de htA sistólica aislada. 6 Fisiopatología de la hipertensión arterial del diabético y su correlato clínico esquema fisiopatológico clásico de la htA ingesta excesiva de na Reducción del número de nefronas Retención renal de na+ Alteración genética stress Reducción del filtrado sobreestimu- exceso Alteración de la de Reninaangiotensina membrana celular lación del sistema simpático Volumen de líquido Constricción venosa presión arterial hipertensión Constricción funcional Contractibilidad precarga = = Obesidad Gasto cardiaco Aumento de CO X y/o Factores derivados del endotelio hiperinsulinemia hipertrofia estructural incremento de resistencias periféricas Autorregulación DM Kaplan’s Clinical hypertension 2002 Fig. 1. esquema de la fisiopatología de la htA, rodeados en color rojo aquellos elementos que también forman parte de la fisiopatología de la DM. • en la diabetes de larga evolución la disfunción autonómica puede provocar que la acumulación excesiva de sangre en el territorio venoso desencadene hipotensión ortostática con la consecuente posible reducción de flujo sanguíneo al cerebro. si nos referimos a las relaciones fisiopatológicas de la htA y la DM deberíamos diferenciar según el tipo de DM: • en la DM tipo 1 la htA suele estar condicionada por el daño renal (el cual suele aparecer entre 10 y 15 años después del diagnóstico) y lo hace a través de dos mecanismos; por el aumento en la retención de sodio derivado de la disfunción renal (aumentando el volumen plasmático) y por la elevación de las resistencias periféricas por arteriosclerosis (efecto paralelo a la microangiopatía). • en la DM tipo 2 la htA suele coexistir en el momento del diagnóstico de la diabetes y el mecanismo fisiopatológico es complejo y está relacionado con la 7 hipeRtensión ARteRiAl y DiABetes Cambios de sensibilidad a la insulina Doxazosina Captopril Moxonidina prazosin enalapril Furosemida Diltiacem Verapamilo hidroclorotiacida pindolol espironolactona nitrendipino Atenolol Metropolol propanolol - 40 - 30 - 20 - 10 -0 10 20 30% Berne. D. Care 1991;14:39-47 prisant. Am. J. hypertens. 1992;5:7765-777 luthell h. Diabetes Care 1991:14:203-209 haenni A. J hypertens 1999;17(suppl.3):s29-s35 Fig. 2. efectos de diferentes fármacos antihipertensivos sobre la sensibili- dad a la insulina. resistencia a la insulina y el hiperinsulinismo, actuando a través de varios mecanismos; se produce un aumento de la reabsorción de sodio, una activación del sistema nervioso simpático y las catecolaminas, acontece una vasoconstricción de las arteriolas eferentes, el efecto mitogénico de la insulina produce una proliferación de la célula muscular lisa del vaso y hay una alteración de la función de las bombas iónicas transmembrana de sodio y calcio. A la hora de enfocar el tratamiento hay que tener en cuenta algunos factores como la vasoconstricción de la arteriola eferente que produce el hiperinsulinismo (fármacos como los ieCA y ARA-ii producen vasodilatación de la arteriola eferente, lo que condiciona una reducción de la presión intraglomerular y con ello mejoría en la filtración de proteínas, etc.), y como ese mismo hiperinsulinismo provoca una activación del sistema nervioso simpático y un incremento de la renina plasmática, fármacos que puedan actuar a estos niveles pueden alterar la resistencia insulínica en el paciente diabético (Fig. 2). 8 Fisiopatología de la hipertensión arterial del diabético y su correlato clínico estudio (pAs lograda) AsCOt-BplA (136,9 mmhg) AllhAt (138 mmhg) iDnt (138 mmhg) RenAAl (141 mmhg) UKpDs (144 mmhg) ABCD (132 mmhg) MDRD (132 mmhg) hOt (138 mmhg) AAsK /128 mmhg) 1 2 3 4 nº. promedio de medicamentos antihipertensivos Fig. 3. Gráfica que ilustra el promedio de fármacos antihipertensivos utilizados y las cifras tensionales alcanzadas en diferentes ensayos clínicos con pacientes diabéticos. en cuanto a los objetivos de control de la pA en el paciente diabético, éstos pueden variar según la sociedad científica o la guía clínica que sigamos, en principio comentaremos las recomendaciones propuestas por la ADA (Asociación Americana de Diabetes). la cifra de control óptimo se establece en una pA inferior a 130/80 mmhg (existe discrepancia sobre si el objetivo de pA sistólica debe ser 130 o 140 mmhg en base a las evidencias actuales, y así sociedades como la niCe británica o la sociedad europea de Cardiología e hipertensión prefieren marcarlo en 140 mmhg). el tratamiento debe iniciarse cuando la pA sea superior a 140/90 mmhg o si se encuentra entre 130-139 de sistólica y 80-89 de diastólica sin haber mejorado tras tres meses de modificaciones de estilo de vida. el tratamiento inicial de elección será con ieCA o ARA-ii (las sociedades europeas de cardiología e hipertensión aceptan cualquier fármaco en primera línea, aunque puntualizan que si se precisa de una asociación de dos fármacos uno de ellos deberá ser ieCA o ARA-ii). en el caso de precisar añadir otro fármaco se incluirá un diurético de preferencia; hidroclorotiazida si el filtrado glomerular es superior a 30 ml/min o furosemida si está 9 hipeRtensión ARteRiAl y DiABetes por debajo de esta cifra (otras sociedades recomiendan la combinación de ieCA o ARA-ii con calcioantagonista antes que con un diurético a consecuencia de los resultados del estudio ACCOMplish). se debe evitar la combinación de diurético y beta-bloqueante, pues puede empeorar el control metabólico. lo habitual es que el paciente diabético precise de terapia combinada para poder intentar alcanzar los objetivos marcados para el control tensional (Fig. 3). 10 hipeRtensión ARteRiAl y DiABetes Moderadores: Dr. Josep Redón (Valencia) Dr. Antonio Coca (Barcelona) Presión arterial y protección renal en la nefropatía diabética Resumen de la ponencia presentada por el: Dr. Michel Burnier lausanne. suiza Resumen elaborado por la Dra. esther Gargallo y el Dr. pedro pablo Casado si bien la mortalidad cardiovascular es una de las principales causas de mortalidad mundial (principalmente en países desarrollados) la concienciación sobre su impacto y las mejoras en tratamientos y prevención han motivado que la mortalidad atribuida a este origen se haya mantenido estable en los últimos años. por el contrario, se aprecia una tendencia evolutiva hacia mayor incidencia de daño renal en la población (motivado por el envejecimiento y el incremento de la prevalencia de enfermedades como la diabetes que implican un daño renal con el tiempo de evolución), en la Fig. 1 puede apreciarse la diferente evolución de estas dos afectaciones. las principales causas o diagnósticos basales en los pacientes con insuficiencia renal terminal son la diabetes y la hipertensión arterial (Fig. 2). el adecuado control glucémico (unido también a un óptimo control de la presión arterial y del colesterol lDl) ha demostrado una reducción significativa de la mortalidad cardiovascular (principal evidencia en el estudio stenO), e igualmente la reducción de los niveles de hemoglobina glicada (hbA1c) proporciona una reducción en la incidencia de la microangiopatía. en particular, referidos a la nefropatía diabética, los factores fundamentales implicados en su posible evolución son el control de la diabetes, el control sobre la presión arterial y la albuminuria. esta ponencia va encaminada a explicar la influencia particular de uno de esos factores, la presión arterial, sobre la nefropatía diabética. en todo sujeto, diabético o no, se produce una pérdida progresiva de filtrado glomerular, esta pérdida es menor cuanto más baja es la presión arterial (Fig. 3). Ante esta evidencia cabría preguntarse cuál es el objetivo de presión arterial a alcanzar en el paciente diabético. la mayoría de las guías de práctica clínica reco- 11 HIpERTENSIóN ARTERIAl y DIAbETES Sujetos mayores de 75 años Incidencia diálisis Mortalidad cardiovascular 15.000 12.000 Incidencia de diálisis por millón de habitantes Mortalidad CV por 100.000 habitantes 500 400 9.000 300 6.000 200 3.000 100 0 94 95 96 97 98 Norte 94 95 96 97 98 Este/Centro 94 95 96 97 98 0 Sur Registro EDTA Fig. 1. Mortalidad cardiovascular e incidencia de pacientes en diálisis en población mayor de 75 años en diferentes zonas geográficas según los resultados del registro EDTA. Diagnósticos principales en los pacientes que entran en diálisis Otros 10% Diabetes 50% Glomerulonefritis 13% Hipertensión 27% United States Renal Data Systema (USRDS) 2000 Annual Data Report • www.USRDS.ORG Fig. 2. 12 presión arterial y protección renal en la nefropatía diabética Metaanálisis: presiones arteriales menores provocan una menor pérdida de filtrado glomerular en sujetos diabéticos y no diabéticos presión Arterial Media (mmhg) 95 98 101 04 107 110 113 116 119 pérdida de filtrado glomerular (ml/min/año) 0 -2 r = 0,69; p < 0,05 -4 -6 -8 -10 -12 -14 130/85 140/90 Bakris Gl, et al. Am J Kidney Dis. 2000 Fig. 3. pérdida por año de filtrado glomerular en sujetos diabéticos y no diabéticos en dependencia de la presión arterial. miendan la cifra de 140/90 mmhg para la población general, reduciéndolo a 130/80 mmhg para la población diabética particular. el problema es que esta afirmación está asentada sobre cierta falta de evidencia, pues como puede apreciarse en la Fig. 4, los ensayos clínicos sobre pacientes diabéticos no han logrado alcanzar cifras de tensión arterial sistólica por debajo de 130 mmhg como para demostrar la mayor eficacia de este objetivo con respecto al de 140 mmhg de la población general. para la presión arterial diastólica sí hay mayor evidencia del beneficio de alcanzar objetivos por debajo de los 80 mmhg como la aportada por el estudio hOt. si analizamos uno de estos ensayos en particular, el UKpDs para control de la presión arterial (pA), tenemos un grupo de control estándar de la pA y otro con control estricto, en la Fig. 5 podemos apreciar las diferencias de pA sistólica (s) y diastólica (D) alcanzadas en cada grupo. Al final se observó una reducción del 37% de eventos microangiopáticos en el grupo de control estricto con respecto al estándar (p = 0,009), aunque el UKpDs no es el mejor trabajo para evaluar el beneficio del control arterial sobre la nefropatía diabética dado que en este ensayo hubo muy pocos eventos renales. 13 hipeRtensión ARteRiAl y DiABetes 170 150 pAs 154 144 144 141 140 138 pAD 137 130 132 128 110 87 90 82 85 83 81 86 81 78 70 50 UKpDs Control menos estricto de pA UKpDs Control estricto de pA hiperten- normohOt hOt hOt objetivo objetivo objetivo siva ABCD tensivo <90 pAD <85 pAD <80 pAD Moderado ABCD de sangre Moderado controlar de sangre presión controlar presión hipertensiva ABCD intensivo de sangre controlar presión 75 JnC objetivo<130/80 presión arterial (mmhg) presiones arteriales alcanzadas en pacientes diabéticos en los ensayos UKpDs, hOt y ABCD normotensivo ABCD intensivo de sangre controlar presión schner RW et al. (2007) Appropriate blod pressure control in hypertensive and normotensive type 2 diabetes mellitus a summary of the ABCD trial. nat Clin pract nephrol 3:428-438 Fig. 4. Otra lección extraída del UKpDs en el control de pA es que con el paso del tiempo y una vez que los sujetos ya no estaban sometidos a intervención, las cifras de pAs y pAD se igualaron entre grupos, y al reevaluar los resultados de ambos grupos 10 años después, se había perdido el beneficio tanto para cualquier evento relacionado con la diabetes como para los eventos microangiopáticos (Fig. 6), lo cual demuestra que no existe un efecto de “legado o herencia” con el manejo temprano estricto de la pA (a diferencia de lo que sí ocurre en el control glucémico, donde se vio que en los sujetos con control estricto de la glucosa el beneficio obtenido al finalizar el estudio se prolongaba 10 años después a pesar de no realizar nuevas intervenciones), por lo que el posible beneficio que se obtiene del óptimo control de la pA sobre la nefropatía diabética se pierde al poco tiempo de ceder la intervención. Otro gran ensayo que ha abordado este tema es el estudio ADVAnCe, dividiendo a los pacientes entre tratamiento intensivo de la pA vs tratamiento estándar (cifras de pA alcanzadas de 134,7/74,8 mmhg vs 140,3/77,0 mmhg). en el grupo de tratamiento intensivo se logró una reducción de la mortalidad por cualquier causa del 14 presión arterial y protección renal en la nefropatía diabética estudio UKpDs control de pA: Control, estándar vs estricto Control estándar Comienzo 160/94 mmhg Final 154/87 mmhg Control estricto Comienzo 161/94 mmhg Final 144/82 mmhg presión arterial (mmhg) Cambios en pAs y pAD estándar 160 140 presión arterial sistólica estricto 120 100 estándar 80 presión arterial diastólica 0 1 2 3 4 5 6 7 estricto 8 9 Años desde la randomización UKpDs Group. BMJ. 1998;317:703-713 Fig. 5. 14% y se apreció cómo a menor pA alcanzada menor era la tasa de eventos renales en este estudio (Fig. 7), pero también se apreció cómo la combinación de un tratamiento intensivo para el control de la pA unido a un control intensivo de la glucosa proporcionaba más beneficio a nivel renal que cada uno de esos apartados de forma independiente (Fig. 8). Uno de los últimos trabajos que ha evaluado el control intensivo de la pA en el paciente diabético ha sido el estudio ACCORD, en el cual sí encontramos que el grupo de tratamiento intensivo logre bajar de la cifra de pAs de 130 mmhg marcada como supuesto objetivo para este perfil de paciente (119,3 mmhg vs 133,5 mmhg del grupo estándar). A pesar de la clara diferencia de pA no se observaron diferencias significativas entre ambos grupos para los eventos cardiovasculares mayores (leve reducción del ictus en el grupo de tratamiento intensivo, pero con la misma mortalidad cardiovascular e incidencia de cardiopatía isquémica), motivo por el que se ha cuestionado la cifra de 130 mmhg como objetivo de pAs en el paciente diabético. Referido a eventos renales destaca cómo el grupo de tratamiento intensivo para la tA reporta un mayor número de casos de hiperpotasemia, 15 hipeRtensión ARteRiAl y DiABetes Riesgo relativo de enfermedad Microvascular Fotocoagulación, hemorragea vítrea, insuficiencia renal 1,6 Riesgo relativo 1,4 1,2 estricto vs. control convencional de pA enfermedad microvascular RR = 0,63 p = 0,0092 RR = 0,84 p = 0,20 RR (95%Ci) 1,0 0,8 0,6 0,4 0,2 número de eventos e: 54 66 72 75 79 82 C: 68 88 108 124 133 141 1997 1999 2001 2003 2005 2007 UKpDs 81. n eng J Med 2008;359. Fig. 6. tasa de eventos de enfermedad microvascular en el estudio UKpDs entre los grupos de control estricto de pA vs control estándar. se aprecia cómo el beneficio obtenido al finalizar el estudio en el 1997, se pierde a los 10 años cuando ambos grupos estaban sujetos a un tratamiento estándar y se habían igualado las cifras de pA entre ambos. más casos de fracaso renal y un mayor porcentaje de pacientes con filtrado glomerular inferior a 30 ml/min/1,73 m3, con similares tasas de pacientes que precisan diálisis o en insuficiencia renal terminal. estos datos contradicen la creencia de que a mayor control de la pA mayor beneficio se obtiene en la protección renal y en la prevención o regresión de la nefropatía diabética. Un dato de elevada significación en este ámbito es que la forma en la que afecta el grado de control de la pA a la evolución de la nefropatía depende de cómo sea dicha nefropatía así vemos en la Fig. 9, cómo en paciente con nefropatía pero con proteinuria menor de 1 g/día, el diferente grado de control de la pA no modifica en exceso la evolución o desarrollo de la nefropatía, por el contrario, en paciente con proteinuria de base mayor de 1 g/día, cifras tensionales muy elevadas, o por el contrario cifras muy bajas de pA, favorecen el desarrollo y progresión del daño renal. este mismo efecto de curva en “J” sobre el efecto del control de la pA sobre la aparición de eventos renales también acontece cuando nos referimos a la posible 16 presión arterial y protección renal en la nefropatía diabética tasa anual de eventos por paciente (%) eventos renales en relación con la pA 10 9 8 7 6 5 4 100 110 120 130 140 150 160 170 pAs alcanzado (mmhg) Mediana de pAs (mmhg):106 116 125 135 144 154 168 no, de personas años: 1413 4266 8974 11983 9138 1942 3470 Fig. 7. nueva nefropatía o empeoramiento Riesgo relativo A favor de intensivo todos los participantes standard intensivo Brazo pA tasa de eventos anuales A favor de Reducción del riesgo placebo relativo (95% Ci) 1,2 18% (–1 to 32) 18% (–7 to 37) 1,0 17% (–12 to 38) 0,5 1,0 2,0 Riesgo relativo Brazo Glucosa A favor de intensivo todos los participantes placebo intensivo 0,8 1,02 RRR 33%, p=0,005 0,6 estandar A favor de standard 0,82 0,84 0,68 intensivo 19% (2 to 34) 20% (4 to 39) 18% (–9 to 39) 0,5 1,0 2,0 Riesgo relativo Fig. 8. 17 Glucosa placebo intensivo pA p para interacción = 0,93 hipeRtensión ARteRiAl y DiABetes Riesgo relativo ¿existe curva en “J” en la protección renal? 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 0 proteínas en la orina actual nivel < 1 g/d proteínas en la orina actual nivel ≥ 1 g/d <110 110-119 120-129 130-139 140-159 Current systolic Blood pressure, mmhg ≥160 Jafar et al, Ann intern Med. 2003;139:244-252 Fig. 9. Riesgo relativo de desarrollo progresión de nefropatía en dependencia del grado de control de pA alcanzado y de la proteinuria de base. aparición de nuevos episodios de infartos agudos de miocardio u otros eventos cardiovasculares (Fig. 10). Respecto al tratamiento farmacológico para la htA también debemos tener en cuenta las opciones terapéuticas que mayor nefroprotección pueden ofrecer al paciente diabético. A este respecto son múltiples los trabajos que han demostrado que los bloqueadores del sistema renina-angiotensina-aldosterona, ieCA (inhibidores de la enzima de conversión de angiotensina) y ARA-ii (antagonistas del receptor de la angiotensina-ii) son los grupos de antihipertensivos que mayor nefroprotección reportan, tanto en evolución hacia insuficiencia renal terminal como en retardar la progresión de la microalbuminuria, etc. el problema en el paciente diabético es que la mayoría van a necesitar combinaciones de varios antihipertensivos para lograr alcanzar los objetivos terapéuticos, y sobre qué combinación puede aportar el mayor beneficio en un paciente como el diabético existe menos evidencia, aunque de forma reciente se cuenta con el estudio ACCOMplish, en el cual se comparaba la combinación farmacológica de un ieCA (benazeprilo) con un diurético (hidroclorotiazida) vs un calcioantagonista (amlodipino). 18 presión arterial y protección renal en la nefropatía diabética 30 25 20 15 10 5 0 30 25 20 15 10 5 0 Objetivo primario 112 121126 130 133 136 140 144 149 161 infarto de miocardio 112 121 126 130 133 136 140 144 149 161 3 2,5 2 1,5 1 0,5 0 30 25 20 15 10 5 0 3 2,5 2 2 1,5 1 0,5 0 30 25 20 15 10 5 0 Mortalidad cardiovascular 3 2,5 2 1,5 1 0,5 112 121126 130 133 136 140 144 149 161 ictus 0 10 8 Riesgo relativo, (iC 95%) Riesgo de eventos a 4-5 años, % Riesgo de eventos según pAs alcanzado por deciles 6 4 2 112 121 126 130 133 136 140 144 149 161 pAs en tratamiento, deciles (mmhg) 0 sleight et al. J hypertens, 27:1360,2009 Fig. 10. Riesgo de presentar nuevos eventos durante el período de seguimiento del estudio OntARGet en dependencia de las cifras de pA alcanzadas por los pacientes. Como se aprecia para todos los parámetros excepto para el ictus hay un repunte de eventos cuando se reduce la pAs por debajo de 121 mmhg. A pesar de que el control tensional fue muy similar entre ambos grupos, la combinación con calcioantagonista fue más beneficiosa en cuanto a reducción de eventos cardiovasculares. Referidos a los eventos renales, la combinación con amlodipino fue también claramente superior a la de hidroclorotiazida en parámetros como progresión a enfermedad renal terminal, duplicación de los niveles de creatinina sérica, reducción media en el filtrado glomerular, etc., por lo que esta combinación no sólo reporta mayor beneficio cardiovascular, sino también una mayor nefroprotección. A forma de conclusiones destacar: • el control adecuado de la pA es un paso esencial en la prevención de la nefropatía diabética. 19 hipeRtensión ARteRiAl y DiABetes • el objetivo de pA para el paciente diabético debe ser alcanzar cifras por debajo de 140/90 mmhg. • la principal opción terapéutica de la nefropatía diabética pasa por el bloqueo farmacológico del sistema renina-angiotensina. • tanto diuréticos como calcioantagonistas son fármacos útiles en la reducción de la pA y la proteinuria, y dado que habitualmente para alcanzar objetivos de pA se necesita la combinación de al menos dos fármacos, se recomienda que de forma inicial esta combinación sea con calcioantagonistas a raíz de las últimas evidencias. 20 hipeRteNsióN ARteRiAl y DiABetes Moderadores: Dr. Josep Redón (Valencia) Dr. Antonio Coca (Barcelona) Tratamiento hipoglucemiante y riesgo cardiovascular Resumen de la ponencia presentada por el: Dr. Juan Ascaso Valencia. españa Resumen elaborado por la Dra. esther Gargallo y el Dr. pedro pablo Casado la diabetes mellitus (DM) es una enfermedad con un alto riesgo de desarrollo de enfermedad cardiaca. Una vez ajustado para el resto de factores de riesgo, el presentar DM duplica en los varones el riesgo de fallecer por enfermedad cardiovascular, mientras que en la mujer el riesgo se multiplica por tres. esto se debe al efecto de la glucotoxicidad sobre el endotelio de forma fundamental y este riesgo se incrementa de forma progresiva cuanto mayor es la hemoglobina glicada (Fig. 1), duplicando el riesgo de la población normal cuando la hemoglobina glicada es mayor de 6,5%, precisamente el dintel diagnóstico para DM recientemente introducido como herramienta para el diagnóstico, pudiéndose asumir que por cada incremento ponderal de un 1% de la hbA1c se incrementa un 15-20% la presencia de episodios cardiovasculares mortales y no mortales (de forma independiente a la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular). De forma inversa, la corrección de la hiperglucemia (al igual que el control de la tensión arterial y del perfil lipídico) ha demostrado reducir las complicaciones micro y macrovasculares, de tal manera que cada reducción de un 1% de la hbA1c reduce la incidencia de infarto agudo de miocardio en un 14%, de insuficiencia cardiaca en un16%, etc., y por ello en la actualidad se postula por la necesidad de un manejo conjunto del paciente diabético. para lograr este buen control glucémico en la actualidad disponemos de diferentes opciones farmacológicas (siendo la base del tratamiento la dieta, el ejercicio y las modificaciones en el estilo de vida), con mecanismos diferentes y peculiaridades, tanto en ventajas como en inconvenientes, que obligan a individualizar el tratamiento en el paciente con DM. la mayoría de los tratamientos han demostrado un beneficio reduciendo la microangiopatía con el adecuado control glucémico, pero no todas las opciones tera- 21 hipeRteNsióN ARteRiAl y DiABetes 3,0 1,50 - 3,72 p tendencia < 0,0001 1,30 - 3,19 RR eCV 2,0 1,0 0 (0,98 - 2,52) (iC 95%) Referencia 1,00 < 5,2 (0,77 - 1,98) 2,30 2,00 1,60 1,20 5,2 - 5,6 5,7 - 6,4 6,5 - 8,1 Quintilos de hbA1c% ≥ 8,2 RR ajustado por edad, sexo, iMC, tabaco, cintura, actividad física, pAs y pAD, tratamiento de htA y lípidos Fig. 1. péuticas en la DM han logrado mejorar las complicaciones macrovasculares, las cuales son la principal causa de muerte en el paciente diabético. trabajos como el UKpDs y el steNO (este último de manejo multidisciplinar con tensión arterial y perfil lipídico) sí habían obtenido beneficios con el tratamiento intensivo en la reducción de eventos macrovasculares comparado con el tratamiento estándar (ambos con diabéticos recién diagnosticados). por el contrario otros trabajos que pretendían replicar los mismos hallazgos no lo lograron, especial mención a los ensayos casi simultáneos de ACCORD, ADVANCe y VADt, en los cuales el tratamiento intensivo no redujo los eventos macrovasculares con respecto al estándar, y de por sí en el ACCORD el tratamiento intensivo presentó una mayor mortalidad global que el estándar. Una de las posibles justificaciones podría encontrarse en que si bien en los tres trabajos se logró una hbA 1c más reducida en el grupo de tratamiento intensivo, el resto de los factores de riesgo tenían un control muy similar entre ambos grupos, siendo óptimo, con porcentajes muy similares en el tratamiento con estatinas o antiagregación (Fig. 2), lo cual podría traducirse en que en diabéticos de larga evolución con factores de riesgo (htA y lípidos) bien controlados no existe beneficio cardiovascular añadido al disminuir la hbA 1c. pero de forma añadida otro posible factor que podría explicar estos hallazgos fue la mayor tasa de hipoglucemias severas que se encontraron en los tres trabajos para el grupo de tratamiento intensivo (16,2% vs 5,1% en ACCORD, 2,7% vs 1,5% 22 tratamiento hipoglucemiante y riesgo cardiovascular VADt pA mmhg Advance estándar intensiva estándar intensiva 125/69 127/68 138/74 136/74 clDl mg/dl 80 80 102 102 chDl mg/dl 41 40 48 48 tG mg/dl 159 151 128 141 AAs% 91 94 57 55 estatinas % 83 86 46 47 Fig. 2. en ADVANCe y 21,2% vs 9,9% en VADt). la hipoglucemia acarrea una serie de complicaciones asociadas, y de por sí presentar hipoglucemia severa conlleva incrementos en el riesgo de presentar eventos macrovasculares futuros, incrementa la mortalidad cardiovascular y global, etc. esto se debe al efecto que tiene la hipoglucemia sobre factores hemodinámicos (alteración del endotelio vascular y alteración de la respuesta del sistema simpaticoadrenal), trombóticos e inflamatorios que favorecen la isquemia. la conclusión extraída no debe ser que no sea trascendente el control glucémico en el paciente diabético, en diferentes meta-análisis que incluyen a estos tres trabajos y otros en los que se comparaba el tratamiento intensivo vs estándar, se ha mostrado un beneficio para el tratamiento intensivo para la reducción de los iAM no fatales y la patología coronaria en aproximadamente un 20%, mientras que para lo que no ha mostrado beneficio es para la mortalidad global por cualquier causa. Uno de los factores que puede influir en estos datos es lo variable del resultado según el tiempo de evolución, trabajos como el UKpDs y el steNO en el que han manejado pacientes con diagnóstico reciente de DM han visto beneficio a largo plazo para la prevención de eventos macrovasculares a pesar de ceder la intervención intensiva, lo que se ha querido explicar como “legado o herencia” metabólica, en la que el beneficio de un buen control prematuro se va a manifestar de forma diferida en la presencia de eventos. por todo ello definir qué factores son los que implican riesgo en el paciente diabético para desarrollar enfermedad cardiovascular es muy complejo, pues no es sólo la hiperglucemia quien lo puede predecir, sino el grado de la misma y el tiempo de exposición quienes marcarán la carga de daño vascular, y al mismo tiempo el 23 hipeRteNsióN ARteRiAl y DiABetes Grado tiempo Microangiopatía Neuropatía hiperglucemia DM enfermedad cardiovascular hipoglucemia Dislipemia, htA, otros tabaco Fig. 3. Factores básicos implicados en el riesgo de desarrollar enferme- dad cardiovascular en el paciente diabético. efecto opuesto, la hipoglucemia, su presencia en grado severo también es un predictor para el desarrollo de enfermedad cardiovascular (Fig. 3). A forma de conclusiones podríamos resumir: • el control intensivo de la glucosa es menos eficaz en diabéticos de larga evolución y enfermedad cardiovascular avanzada, por lo que en ellos podría exigirse unos objetivos de hbA1c menos estrictos. • el control precoz se asocia con una protección prolongada a largo plazo, lo que se conoce como “legado metabólico”, debido precisamente a este efecto, para evaluar de forma correcta la eficacia de una intervención se requieren estudios muy prolongados (10-20 años), y se debe tener la concienciación de la importancia de actuar de forma precoz en la diabetes. • la hipoglucemia grave se puede asociar a arritmias y muerte súbita, sobre todo en pacientes con neuropatía, por ello, y a la luz de evidencia sobre el control intensivo en ciertos subgrupos de pacientes, no en todo diabético y en todos los casos será necesario normalizar o casi-normalizar el control glucémico (objetivos flexibles de hbA1c según tipo de paciente, riesgo de hipoglucemia, comorbilidad, tiempo de evolución de la DM, etc.). • la prevención cardiovascular, independientemente del control glucémico, requiere de una intervención multifactorial. 24