Documento 862063

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OBESIDAD
La obesidad, es un síndrome de evolución crónica, caracterizado por un aumento
generalizado de la grasa corporal, que se asocia a co-morbilidades que deterioran la calidad y
reducen las expectativas de vida. Desde el punto de vista de la Salud Publica, es importante
considerar la relación existente entre composición corporal, adiposidad y la morbilidad a
largo plazo. En la actualidad el grado de obesidad se establece con relación al índice de masa
corporal (IMC), por ser este valor el que mejor correlación tiene con el porcentaje de grasa
corporal. El riesgo de mortalidad se incrementa a partir de un valor del índice de masa
corporal (IMC = peso en kg / (altura en metros al cuadrado).
Se define obesidad como la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser
perjudicial para la salud, es un trastorno nutricional que produce hipertrofia del tejido
adiposo extendido a todo el organismo por desajuste entre la cantidad de energía aportada al
organismo y la que es consumida.
La obesidad es uno de los problemas de salud más graves y de más rápido crecimiento de la
nación. A menos que se actúe para tratar los temas emocionales que conducen a comer en
exceso, podría enfrentar problemas a largo plazo. Si el índice de masa corporal (BMI, por sus
siglas en inglés) es muy alto (es decir, el peso es significativamente superior al que se
considera saludable para la altura de un individuo) puede que este incremente el riesgo de
muchas condiciones médicas
Existen complicaciones derivadas de la obesidad; patologías tales como la diabetes, la
hipertensión arterial, hiperglicemia, colelitiasis y apnea del sueño aparecen 3 veces más en las
personas con obesidad. Además, en la actualidad, ya existen evidencias de que la presencia de
obesidad conlleva un aumento del riesgo de algunos tipos de tumores, como el cáncer de
mama o el cáncer de colon; por esto es importante concientizar a la población para optar más
bien por la prevención antes que por el tratamiento, esto con la finalidad de impedir mayores
complicaciones en la salud.
En las mujeres, la obesidad puede causar problemas en el sistema reproductivo. Y los
estudios muestran que casos severos de obesidad pueden reducir su expectativa de vida,
particularmente si es un joven adulto.
Las causas de la obesidad rara vez se limitan a factores genéticos, al comer en exceso
por periodos prolongados, o a un estilo de vida sedentario. Lo que hacemos y no hacemos a
menudo se deriva de cómo pensamos y nos sentimos. Por ejemplo, sentimientos de tristeza,
ansiedad o estrés a menudo llevan a las personas a comer más de lo usual. Sin embargo, a
menos que actúe para enfrentar estas emociones, estas estrategias a corto plazo pueden
ocasionar problemas a largo plazo.
Las causas de la obesidad se deben a factores tales como:
Factores Genéticos: Sucede que cuando uno o ambos padres sufren de esta afección,
existe más probabilidades de que los hijos sean propensos a sufrir de obesidad, ya que se
estima que los hijos tienen entre un 50% y un 80% de serlo si uno de los padres es obeso o
ambos lo son, respectivamente.
Está plenamente demostrado que los genes tienen participación en el centro del
hambre, en la regulación del peso, y en la distribución del tejido graso en diferentes partes del
cuerpo, así como en el gasto energético. Se deduce que el balance energético de una persona
puede determinarse hasta en un 40% por su herencia genética, afectando tanto a su apetito
como a su metabolismo y composición corporal. Por el momento tan sólo han sido detectados
algunos de los genes implicados en la aparición de la obesidad.
Factores Socioculturales: La influencia que tiene la sociedad, es en parte responsable
de la existencia de un porcentaje de obesidad. Desde niños, se nos inculca que, especialmente
los dulces, suelen ser un premio. Es común que en cualquier actividad social haya alguna
especie de banquete o comidas, pues la comida suele ser parte de la celebración o sirve de
integrador social, tanto como de la vida cotidiana (comida rápida, cenar con los amigos etc.)
como en la vida íntima (comida de celebración, por fechas especiales, comida para pasar el
rato, especialmente caramelos o golosinas). Hoy día, es más sencillo ingerir comida chatarra
que preparar una comida sana y balanceada.
Factores metabólicos: El metabolismo usa la energía que consumimos de los
alimentos como un combustible necesario para nuestros movimientos, crecimientos, entre
otros. Las proteínas del cuerpo controlan las reacciones químicas del metabolismo y estas
están ordenadas con otros trabajos físicos. Estas reacciones hacen factibles que nuestras
células estén sanas y funcionen adecuadamente. En la adolescencia de las personas,
especialmente de las mujeres, existe la probabilidad de un desajuste hormonal, lo que hace
propenso el descontrol de la regulación y distribución de grasa corporal, y el cuerpo asimila
más lentamente los lípidos y lipoproteínas, lo que hace que se quemen más lento y se
acumulen en mayor cantidad.
Factores Psicológicos: En muchas ocasiones la obesidad puede tener su causa por
problemas psicológicos. Por ejemplo, la ansiedad o el nerviosismo pueden afectar a una
persona de manera que esta recurra a los alimentos para poder tranquilizarse. Igualmente los
episodios de depresión, pues el hecho de aislarse, sin nada qué hacer, puede hacer factible el
problema de recurrir a la comida para encontrar un consuelo.
Factores Médicos o Farmacológicos: Algunas enfermedades incrementan la
posibilidad de que una persona sufra de obesidad mórbida, ya que afectan el organismo de
manera que se aumenta peso de forma considerable. Entre estas enfermedades podemos
encontrar: Hipotiroidismo, reduciendo el ritmo metabólico y el gasto de energía en nuestro
organismo; Síndrome de Cushing, que consiste en un exceso de producción de cortisol que
conlleva a un aumento de peso; Problemas neurológicos, existen trastornos neurológicos
que hacen que la persona afectada no pueda controlar su ingesta de comida y le llevan a
sobrealimentarse. A su vez, la ingesta de ciertos medicamentos, pueden lograr el aumento de
peso. Muchas medicinas que tienen fin psiquiátrico o psicológico puede causar la alteración
del apetito o alteraciones metabólicas, especialmente las medicinas de esteroides,
medicamentos antidepresivos, o antipsicóticos.
Factores Neuroendocrinos: Implica disfunciones en casi todos los órganos
endocrinos y en el sistema nervioso central, principalmente en la actividad hipotalámica.
Estas alteraciones afectan principalmente a los ejes neuroendocrinos hipotálamo, hipofisoadrenal, adipo-insular y al control hipotalámico, tanto del consumo de alimentos como del
almacenamiento y gasto energético.
Factores Sedentarios: La falta de actividad física, ejecución de deportes, o
movimiento activo, puede ser causante de la obesidad, y de problemas cardíacos. La vida
actual ha traído muchas ventajas con máquinas que nos facilitan el trabajo y el transporte que
permiten movernos fácilmente, o incluso eliminar la necesidad de movernos. También se han
divulgado formas de ocio como la televisión, el ordenador o el chat, no requieren de esfuerzo
físico y favorecen el sedentarismo.
Manifestaciones clínicas de la obesidad
La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica puede
ejercer presión en los pulmones, provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un
esfuerzo mínimo. La dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño,
provocando la parada momentánea de la respiración (apnea del sueño), lo que causa
somnolencia durante el día y otras complicaciones.
La obesidad puede causar varios problemas ortopédicos, incluyendo dolor en la zona
inferior de la espalda y agravamiento de la artrosis, especialmente en las caderas, rodillas y
tobillos.
Los trastornos cutáneos son particularmente frecuentes. Dado que los obesos tienen
una superficie corporal escasa con relación a su peso, no pueden eliminar el calor del cuerpo
de forma eficiente, por lo que sudan más que las personas delgada. Es frecuente asimismo la
tumefacción de los pies y los tobillos, causada por la acumulación a este nivel de pequeñas a
moderadas cantidades de líquido (edemas).
La obesidad usualmente ocurre con el tiempo. El síntoma más obvio es el aumento de
peso, pero otros síntomas de la obesidad incluyen:
Dificultad para dormir
Roncar
Apnea al dormir
Dolor en la espalda y/o en las articulaciones
Sudor excesivo
Sentir calor siempre
Salpullido o infecciones en los dobleces de la piel
Sentir que te falta el aire con el mínimo esfuerzo
Sueño durante el día o fatiga
Depresión.
Tipos de obesidad
La obesidad se clasifica en dos tipos: central o androide y periférica o ginecoide. La
primera es la más grave y puede conllevar importantes complicaciones patológicas. La
obesidad central localiza la grasa en el tronco y predispone a sufrir complicaciones
metabólicas (especialmente la diabetes tipo 2 y las dislipidemias). La obesidad periférica
acumula el depósito de grasa de cintura para abajo y produce problemas de sobrecarga en las
articulaciones.

Obesidad mórbida.
La obesidad mórbida es una de las enfermedades más características de nuestro
tiempo, sobre todo por el número de complicaciones que tiene asociadas. Para tratarla es
necesario el empleo de la cirugía, ya que las dietas no surten ningún tipo de efecto. Las
segundas son menos agresivas, ya que no precisan resecar nada; basta con reducir el tamaño
del estómago para que el paciente no pueda comer.
Obesidad infantil.
Entraña alteraciones endocrinas metabólicas que condicionan un mayor riesgo
cardiovascular en la edad adulta. Estos factores se relacionan, fundamentalmente, con la edad
de inicio de la obesidad y con el tiempo de evolución.
Cuando la obesidad se presenta en edades muy tempranas o cuando el tiempo que se
ha estado padeciendo es prolongado, el riesgo de presentar eventos cardiovasculares en la
edad adulta es también más elevado.
Los médicos aconsejan que para prevenir la obesidad en los niños es bueno que la
dieta sea variada y elástica, reduciendo las grasas de la bollería, pastelería y la comida
industrial en general. También es fundamental que hagan ejercicio, que sean conscientes de
que deben tener una alimentación sana y que no vean tanto la televisión.
El diagnóstico de obesidad se determina según el IMC y su distribución, con el
perímetro de cintura.
IMC
Sobrepeso
25,0 – 29,9
Obesidad grado I
30,0 – 34.9
Obesidad grado II
35,0 – 39,9
Obesidad grado III (mórbida)
≥ 40
El perímetro de cintura se considera elevado:
Hombres > 102 cm
Mujeres > 88 cm
Además, se deben consignar los diagnósticos de las patologías asociadas.
Entre ellas está el Síndrome Metabólico, cuyo criterio diagnóstico más usado es el del NCEPATP III (USA).
Según éste, se diagnostica Síndrome Metabólico:
Si existen 3 o más elementos siguientes:
Obesidad abdominal (perímetro cintura > 102 cm en hombres y > 88 cm en mujeres)
Triglicéridos ≥ 150 mg/dl, o en tratamiento
C-HDL < 40 en hombres y < 50 mg/dl en mujeres, o en tratamiento
P. arterial ≥ 130/85 mm de Hg, o en tratamiento
Glicemia en ayunas ≥ 100 mg/dl, o en tratamiento
Factores que inciden en la obesidad
Para prevenir la obesidad y el sobrepeso se recomienda seguir un estilo de vida
saludable basado en un ejercicio físico regular, comidas ordenadas y una alimentación pobre
en grasas y rica en almidón y fibra. El tratamiento de la obesidad es siempre difícil, y se
caracteriza por su duración y la manifestación del sobrepeso. En algunos casos es imposible la
curación del resto de enfermedades provocadas por la obesidad mediante la reducción del
peso. Por ello, siempre es mejor controlar regularmente el peso y actuar enseguida en caso de
un leve aumento del mismo.
Un problema importante es que muchas personas carecen de actividad física en su
vida diaria, laboral o privada. En estos casos es útil cualquier clase de movimiento adicional
para prevenir el sobrepeso y la obesidad. Así, por ejemplo, en la oficina se recomienda alejar
determinados objetos como el teléfono, la impresora o los manuales de la zona más cercana
del escritorio de manera que se deba interrumpir la actividad que se realiza sentado al
ponerse en pie en repetidas ocasiones. Evite siempre las escaleras mecánicas y los ascensores.
Realizar los trayectos cortos que se suelen hacer con el coche, dando un paseo al aire libre.
Más allá del riesgo existente para la salud por el fuerte sobrepeso,
la obesidad representa en los países occidentales industrializados una alta carga económica y
social. Por este motivo es importante que tanto por parte de la política sanitaria como por
parte de la población se realicen todos los esfuerzos necesarios para evitar la aparición del
sobrepeso. Las medidas apropiadas para prevenir el sobrepeso se han de introducir en la
familia durante la infancia: en los niños con sobrepeso, los programas asistenciales conducen
a una reducción del peso a largo plazo si los padres de los niños se implican en la terapia
conductual.
El tratamiento de la obesidad es descorazonador, el 95% recupera su peso a largo
plazo, por ello las investigaciones se dirigen a buscar tratamientos efectivos que se puedan
mantener de forma crónica. El tratamiento farmacológico debe utilizarse como apoyo del
dietético y del ejercicio, pero no debe utilizarse nunca como único tratamiento. Requiere una
estricta indicación y supervisión médica.
La posibilidad de su prescripción puede considerarse en obesos con un IMC de 30
kg/m2 ó más, en los que haya fallado la dieta, el ejercicio y los cambios conductuales, o en
aquéllos con un IMC de 27 ó más si se asocian factores importantes de morbilidad como
diabetes, hipertensión, dislipidemia, etc, a pesar de otros tratamientos.
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