4.6 Fármacos utilizados en las náuseas y el vértigo Los antieméticos sólo deben prescribirse si se conoce la causa del vómito porque, por lo demás, pueden retrasar el diagnóstico, sobre todo en pediatría. Los antieméticos son innecesarios y, a veces, perjudiciales cuando se puede tratar la causa, por ejemplo, la cetoacidosis diabética o la intoxicación por sobredosis de digoxina o de antiepilépticos. Si está indicado el tratamiento con un fármaco antiemético, éste se escogerá según la causa del vómito. Los antihistamínicos son eficaces frente a las náuseas y vómitos producidos por muchos trastornos diferentes. No hay pruebas de que ningún antihistamínico ofrezca mejores resultados que los demás, si bien la duración de sus efectos en la incidencia de las reacciones adversas (somnolencia y efectos antimuscarínicos) difieren. Las fenotiazinas son antagonistas de la dopamina que actúan por vía central bloqueando la zona de activación de los quimiorreceptores. Son de especial interés en la profilaxis y tratamiento de las náuseas y vómitos asociados con las enfermedades neoplásicas difusas, la enfermedad por radiación y la émesis causada por fármacos como los opioides, los anestésicos generales y los citotóxicos. La proclorperazina, la perfenazina y la trifluoperazina son menos sedantes que laclorpromazina; las fenotiazinas pueden producir reacciones distónicas graves, sobre todo entre los niños. Otros antipsicóticos como el haloperidol y la levomepromazina (metotrimeprazina)(sección 4.2.1) también se emplean para aliviar las náuseas. Algunas fenotiazinas se suministran en supositorios para administración rectal, que pueden resultar útiles a los pacientes con vómitos persistentes o con náuseas intensas; la proclorperazina también se puede administrar en un comprimido bucal que se coloca entre el labio superior y la encía. La metoclopramida es un antiemético eficaz y su actividad se parece mucho a la de las fenotiazinas. Actúa directamente sobre el tracto gastrointestinal y ofrece resultados superiores a los de las fenotiazinas en la émesis asociada con las enfermedades gastroduodenales, hepáticas y biliares. La metoclopramida, en dosis de 10 mg, posee una eficacia limitada en las náuseas y vómitos postoperatorios. Hoy, la inyección de una dosis alta de metoclopramida se utiliza cada vez menos frente a las náuseas y vómitos inducidos por los fármacos citotóxicos. Como ocurre con las fenotiazinas, la metoclopramida puede inducir reacciones distónicas agudas, entre otras espasmos de la musculatura facial y esquelética y crisis oculógiras. Estos efectos distónicos son más comunes entre los niños (en particular, niñas y mujeres jóvenes) y los ancianos; suelen ocurrir inmediatamente después de iniciar el tratamiento con la metoclopramida y remiten en las primeras 24 h después de su retirada. La inyección de un antiparkinsoniano, como la prociclidina (sección 4.9.2), corta las crisis distónicas. La domperidona actúa sobre la zona de activación de los quimiorreceptores y se utiliza para aliviar las náuseas y los vómitos, sobre todo cuando se asocian con el tratamiento citotóxico. Posee la ventaja, sobre la metoclopramida y las fenotiazinas, de que induce menos efectos centrales del tipo de sedación y reacciones distónicas, pues no atraviesa fácilmente la barrera hematoencefálica. En la enfermedad de Parkinson previene las náuseas y los vómitos durante el tratamiento con apomorfina y también combate las náuseas causadas por otros dopaminérgicos (sección 4.9.1). La domperidona se emplea asimismo para tratar los vómitos inducidos por la anticoncepción hormonal urgente (Anticoncepción de urgencia). El dolasetrón, el granisetrón, el ondansetrón y el tropisetrón son antagonistas específicos de los receptores de 5HT3 que bloquean los receptores de 5HT3 del tracto gastrointestinal y del SNC. Se utilizan frente a las náuseas y vómitos de los pacientes que reciben fármacos citotóxicos así como frente a las náuseas y vómitos postoperatorios. El palonosetrón está autorizado para la prevención de las náuseas y vómitos relacionados con la quimioterapia citotóxica moderadamente o muy emetógena. La dexametasona ejerce efectos antieméticos y se emplea frente a los vómitos asociados a la quimioterapia anticancerosa. Se puede utilizar sola o junto con la metoclopramida, proclorperazina, lorazepam o antagonistas de 5HT3 (v. también Efectos adversos de los citotóxicos). El aprepitant, un antagonista de los receptores tipo 1 de la neurocinina, está registrado para prevenir las náuseas y vómitos agudos o tardíos asociados a la quimioterapia citotóxica basada en el cisplatino; se administra con la dexametasona y un antagonista de 5HT3. La nabilona es un cannabinoide de síntesis con propiedades antieméticas. Se puede emplear frente a las náuseas y vómitos causados por la quimioterapia citotóxica, si el paciente no responde a los antieméticos convencionales. Los efectos adversos, como somnolencia y mareos, se dan a menudo con las dosis habituales ¿Qué tipos de medicamentos de venta libre tratan la náusea y los vómitos? Los medicamentos de venta libre (OTC) son medicamentos que puede comprar sin una receta médica del médico. Los medicamentos para la náusea se conocen como antieméticos. Pueden ayudar a aliviar la náusea y los vómitos. Varios medicamentos de venta libre se usan como antieméticos. Subsalicilato de bismuto (algunos nombres de marca: Kaopectate, Pepto-Bismol) puede ayudar a tratar algunos tipos de náusea y vómitos, como de la gastroenteritis (también conocida como “gripe estomacal”). También se usa para el malestar estomacal y como antidiarreico (medicamento para tratar la diarrea). Determinados antihistamínicos pueden ayudar a evitar la náusea y los vómitos ocasionados por el mareo por el movimiento. Estos incluyen dimenhidrinato (nombre de marca: Dramamine) y clorhidrato de meclizina (nombre de marca: Dramamine Less Drowsy). ¿Cómo funcionan los medicamentos antieméticos? El subsalicilato de bismuto funciona al proteger el recubrimiento del estómago. Los antihistamínicos parecieran aliviar la habilidad del oído interno para detectar movimiento. Ellos “bloquean” los mensajes en la parte del cerebro que controla la náusea y los vómitos. Esto es la razón por la cual trabajan mejor si los toma antes de considerar que podría tener un problema con quinetosis. ¿Cómo debo tomar de forma segura los medicamentos antieméticos de venta libre? Lea las instrucciones en la etiqueta del medicamento para saber cuánto medicamento debe tomar y con qué frecuencia. Si tiene alguna pregunta acerca de cuánto medicamento debe tomar, llame a su médico de cabecera o farmacéutico. Lleve un registro (PDF de 1 página; Acerca de los PDF) de los medicamentos de venta libre que usa y cuándo los toma. Si necesita ir al médico, lleve esta lista con usted. Siga estas sugerencias para asegurarse que está tomando la cantidad correcta del medicamento: Tome solo la cantidad recomendada en la etiqueta del medicamento. No asuma que más medicamento funcionará mejor o más rápido. Tomar más de la cantidad recomendada puede ser peligroso. Si toma un medicamento con receta médica, pregunte a su médico si está bien tomar también un medicamento antiemético de venta libre. No use más de 1 tipo de medicamento antiemético de OTC a la vez a menos que su médico le indique que está bien. Es posible que tengan ingredientes activos similares que resulten ser demasiado medicamento. ¿Cómo puede almacenar de forma segura los medicamentos antieméticos de venta libre? Almacene todas las medicinas en un lugar alto y fuera del alcance y vista de niños pequeños. Mantener los medicamentos en un lugar frío y seco evitará que pierdan su eficacia antes de su fecha de vencimiento. No almacene los medicamentos en baños o gabinetes de los baños que con frecuencia son calientes y húmedos. ¿Cuáles son los efectos secundarios más comunes de los medicamentos antieméticos? Los adultos saludables generalmente no experimentan efectos secundarios debido a los medicamentos antieméticos. Los efectos secundarios pueden ser un problema para adultos mayores o personas que tienen problemas de salud. Los efectos secundarios más comunes del subsalicilato de bismuto son oscurecer las heces o la lengua, estreñimiento y un sonido de timbre en los oídos (zumbido en los oídos). Estos son efectos secundarios a corto plazo. Los antihistamínicos pueden hacerlo sentir soñoliento. Esto puede afectar su capacidad de conducir u operar maquinaria y podría dificultar que piense con claridad. El alcohol puede aumentar el mareo ocasionado por los antihistamínicos. Los antihistamínicos también pueden ocasionarle que sienta seca su boca y sus ojos. ¿Quiénes no deberían tomar medicamentos antieméticos de venta libre? Las personas que son alérgicas a la aspirina o a otros medicamentos que contienen salicilato no deben tomar bismuto de subsalicilato. No administre bismuto de subsalicilato a niños menores de 12 años de edad. No administre bismuto de subsalicilato a niños o adolescentes de 12 a 18 años de edad que tienen influenza o varicela. Esto aumenta su riesgo de sufrir síndrome de Reye que es una enfermedad grave que puede ocasionar la muerte. ¿Pueden los medicamentos antieméticos de venta libre ocasionar problemas con cualquier otro medicamento que tomo? El bismuto de subsalicilato puede afectar a algunos medicamentos de manera que no funcionarán tan bien. También puede ocasionar efectos secundarios si se combina con otros medicamentos. Pregunte a su médico antes de tomar el bismuto de subsalicilato si también toma: Medicamentos anticoagulantes Medicamentos para gota Medicamentos para artritis Medicamentos para diabetes Consulte con su médico antes de tomar bismuto de subsalicilato si toma analgésicos o medicamentos para el resfriado. Estos medicamentos pueden contener aspirina que es un salicilato. Puede tomar demasiado salicilato si toma más de uno de estos medicamentos a la vez. Hable con su médico antes de tomar un antihistamínico si toma pastillas para dormir, sedantes o relajantes musculares. Muchos medicamentos contra la alergia y el resfriado de venta libre contienen antihistamínicos. Si toma más de 1 de estos medicamentos, puede tomar más antihistamínico del que pensaba. Algunos medicamentos con receta médica tienen efectos secundarios similares a los efectos secundarios de los antihistamínicos (incluso la boca seca y la somnolencia), así que debería hablar con su médico antes de tomar estos medicamentos al mismo tiempo. ¿Debería hablar con mi médico por alguna otra razón antes de tomar un medicamento antiemético de venta libre? Antes de tomar un antihistamínico, hable con su médico si tiene alguno de los siguientes problemas: Glaucoma Dificultad para orinar (a causa de una glándula prostática agrandada) Problemas para respirar, como el asma, enfisema o bronquitis crónica Enfermedad de la tiroides Enfermedad del corazón Presión arterial alta Prevención de las náuseas y los vómitos (emesis) agudos o diferidos Fenotiazinas Proclorperazina Butirofenonas Droperidol y haloperidol Antagonistas de la dopamina 2 Metoclopramida Antagonistas del receptor 5-HT3 Ondansetrón Granisetrón Dolasetrón Palonosetrón Comparación de fármacos Antagonistas de la sustancia P (antagonistas del receptor de NK-1) Corticoesteroides Cannabis Benzodiacepinas Lorazepam Olanzapina Otros fármacos Jengibre Manejo de la náusea y vómito inducidos por la quimioterapia Ensayos clínicos en curso Los antieméticos son la forma más común de intervención en el manejo de náuseas y vómitos (NyV) relacionados con el tratamiento. La terapia antiemética se funda en el control neuroquímico del vómito. A pesar de que no se comprende con claridad el mecanismo exacto, se sabe que los neurorreceptores periféricos y la zona desencadenante de los quimiorreceptores (ZDQ) contienen receptores de serotonina, histamina (H1 y H2), dopamina, acetilcolina, opioides y muchos otros neurotransmisores endógenos.[1,2,2] Muchos antieméticos actúan al bloquear competitivamente los receptores de estas sustancias, inhibiendo así la estimulación de los nervios periféricos en la ZDQ y, posiblemente, en el centro del vómito. La mayoría de los fármacos que tienen una actividad antiemética comprobada pueden clasificarse en uno de los siguientes grupos: Antagonistas competitivos en los receptores dopaminérgicos (del subtipo D2): o Fenotiazinas. o Benzamidas sustituidas. o Butirofenonas. Antagonistas competitivos en receptores serotoninérgicos (del subtipo 5-HT3 o 5hidroxitriptamina-3). Antagonistas de la sustancia P (antagonistas del receptor de NK-1). Corticoesteroides. Canabinoides. Benzodiacepinas. Olanzapina. Aunque se enumeran todas las vías de administración para cada uno de los fármacos siguientes, la vía intramuscular (IM) se utiliza solamente cuando no se dispone de otra vía de acceso. La administración IM es dolorosa, se relaciona con absorción errática del fármaco y puede producir un absceso estéril o fibrosis de los tejidos. Esto adquiere una importancia particular cuando han de administrarse más de una o dos dosis de un fármaco. Fenotiazinas Las fenotiazinas actúan sobre los receptores dopaminérgicos en la zona desencadenante de los quimiorreceptores y, posiblemente, en otros centros del sistema nervioso central (SNC) y periféricamente. Con excepción de la tioridacina, muchas fenotiazinas poseen actividad antiemética, incluyendo la clorpromacina administrada en una dosis de 10 a 50 mg por vía oral, intramuscular, intravenosa y rectal (dosis pediátrica para pacientes >12 años: 10 mg cada 6 a 8 horas; para pacientes <12 años: 5 mg cada 6 a 8 horas); la tietilperacina administrada en una dosis de 5 a 10 mg por vía oral, intramuscular e intravenosa; y la perfenacina. La consideración principal al seleccionar de las fenotiazinas es la diferencia en sus perfiles de efectos adversos, que se correlacionan significativamente con su clase estructural. Generalmente las fenotiazinas alifáticas (por ejemplo, la clorpromacina, la metotrimeprazina) producen sedación y efectos anticolinérgicos, mientras que las piperazinas (por ejemplo, proclorperazina, tietilperacina, perfenazina flufenazina) están relacionadas con una sedación menor pero con mayor predominio de reacciones extrapiramidales (REP). Proclorperazina La proclorperazina es quizás el antiemético de uso más frecuente (y empírico) y, en dosis bajas, suele ser eficaz en la prevención de las náuseas relacionadas con la radioterapia y en el tratamiento de NyV atribuidos a los fármacos quimioterapéuticos que son muy pocos o moderadamente eméticos. La proclorperazina es una fenotiazina y se puede administrar por vía oral, intramuscular, intravenosa y rectal. Se administra generalmente en dosis de 10 a 50 mg (dosis pediátrica para niños que pesan >10 kg o que tienen >2 años: en forma rectal u oral, 0,4 mg/kg/dosis 3 o 4 cuatro veces por día; o IM, 0,1–0,15 mg/kg/dosis 3 o 4 veces por día, máximo de 40 mg/día). También se administran dosis más altas de proclorperazina (por ejemplo, 0,2 a 0,6 mg/kg/dosis) de forma intravenosa en los pacientes que reciben quimioterapia de alto potencial emético.[3];[4][Grado de comprobación: I] Las fenotiazinas pueden tener un valor especial en el tratamiento de pacientes que tienen NyV retrasados (síntomas posteriores a la fase aguda) en los regímenes de cisplatino.[5][Grado de comprobación: I] Como con otros antagonistas dopaminérgicos, los efectos secundarios más comunes de la proclorperazina son las REP (distonías agudas, acatisias, síndrome neuroléptico maligno [poco común] y, raras veces, acinesias y discinesias) y sedación. Si la proclorperazina se administra rápidamente mediante IV en dosis elevadas, también puede causar una marcada hipotensión. La administración que se prolonga por lo menos 30 minutos parece adecuada para evitar episodios de hipotensión.[6-8] Butirofenonas Droperidol y haloperidol Droperidol y haloperidol representan otra clase de antagonistas de los receptores dopaminérgicos (subtipo D2) que son similares a las fenotiazinas estructural y farmacológicamente. Mientras que el droperidol se usa principalmente como un adyuvante para la inducción de anestesia, el haloperidol es indicado como fármaco neuroléptico antipsicótico; sin embargo, ambos fármacos presentan alguna actividad antiemética. El droperidol se administra por vía intramuscular o intravenosa, típicamente de 1 a 2,5 mg cada 2-6 horas, aunque se han administrado dosis más elevadas (hasta 10 mg) sin complicaciones.[9,10] El haloperidol se administra por vía intramuscular, intravenosa u oral, típicamente de 1 a 4 mg cada 2 a 6 horas.[11] En un estudio abierto, no controlado y pequeño, se mostró alguna eficacia en el uso del haloperidol en el cuidado paliativo de los pacientes.[12] Ambos fármacos pueden producir REP, acatisia, hipotensión y sedación. Antagonistas de la dopamina 2 Metoclopramida La metoclopramida es una benzamida de sustitución que, antes de la introducción de los antagonistas de los receptores de serotonina (5-HT3), se consideraba el fármaco antiemético más eficaz por sí solo ante la quimioterapia altamente emetogénica como el cisplatino. Aunque la metoclopramida es un antagonista competitivo en receptores dopaminérgicos (D2), es más eficaz contra los vómitos agudos cuando se administra por vía intravenosa en dosis elevadas (por ejemplo, de 0,5 a 3 mg/kg/dosis), probablemente porque es un antagonista competitivo débil (con relación a otros antagonistas de la serotonina) en los receptores de 5HT3. Puede que actúe sobre la ZDQ y la periferia. La metoclopramida también aumenta la presión inferior del esfínter esofágico y mejoría la tasa del vaciado gástrico, lo cual puede contribuir a su efecto antiemético global. Se puede administrar por vía intravenosa en la dosis aprobada por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) de 1 a 2 mg/kg cada 2 horas (o con menor frecuencia) por tres a cinco dosis. La metoclopramida ha sido administrada de forma inocua por inyección de bolo endovenoso en mayores dosis únicas (hasta 6 mg/kg) y por infusión endovenosa continua, con una dosis de bolo de carga y sin este, con una eficacia comparable a los horarios de múltiples dosis intermitentes.[13-15] La metoclopramida está relacionada con la acatisia y con efectos distónicos extrapiramidales; viéndose la acatisia con mayor frecuencia en personas mayores de 30 años, apareciendo los efectos distónicos extrapiramidales con mayor frecuencia en pacientes menores de 30 años. La difenhidramina, el mesilato de benzotropina y el trihexilfenidilo se suelen usar profiláctica o terapéuticamente para contrarrestar por medios farmacológicos las reacciones extrapiramidales REP.[7,16] Mientras que la rigidez de rueda dentada, la distonía aguda y el temblor responden a medicamentos anticolinérgicos, la acatisia, la sensación subjetiva de desasosiego o la incapacidad para permanecer sentado, se tratan mejor mediante: Cambiando, si es posible, a un neuroléptico de menor potencia emética. Bajando la dosis. Añadiendo una benzodiacepina (o sea, lorazepam) o un bloqueador beta (como el propanolol). Antagonistas del receptor 5-HT3 Cuatro antagonistas de los receptores de serotonina, ondansetrón, granisetrón, dolasetrón y la palonosetrón están a la venta en los Estados Unidos. Si bien el tropisetrón no está aprobado por la FDA, está disponible internacionalmente. Se cree que los fármacos de esta clase previenen las NyV al impedir que serotonina, liberada por las células enterocromafinas en la mucosa gastrointestinal (GI), inicie la transmisión aferente al SNC a través de los nervios simpáticos vago y espinal.[17] Es posible que los antagonistas del receptor 5-HT3 también bloqueen la estimulación de la serotonina en la ZDQ y otras estructuras del SNC. Ondansetrón En varios estudios se ha mostrado que el ondansetrón produce una respuesta antiemética que es igual o superior a las dosis elevadas de metoclopramida, pero el ondansetrón tiene un perfil superior de toxicidad comparada con los antagonistas dopaminérgicos.[18-22][Grado de comprobación: I][23,24] El ondansetrón (0,15 mg/kg) se administra por vía intravenosa 15 a 30 minutos antes de la quimioterapia y se repite cada 4 horas por dos dosis adicionales. Alternativamente, para los pacientes mayores de 18 años, en un amplio estudio multicéntrico, se determinó que una sola dosis de 32 mg de ondansetrón es más eficaz para tratar las NyV inducidos por el cisplatino que una sola dosis de 8-mg y es tan eficaz como el régimen estándar de tres dosis de 0,15 mg/kg administradas cada 4 horas empezando 30 minutos antes de la quimioterapia.[25][Grado de comprobación: I] Un análisis retrospectivo de una gráfica proveniente de un solo centro ha informado que la carga de dosis de ondansetrón de 16 mg/m² (máximo, 24 mg) IV resulta inocua en lactantes, niños y adolescentes.[26] Sin embargo, la información suministrada a la FDA, genera preocupación sobre la prolongación del intervalo QT y las arritmias potencialmente mortales con una IV de una sola dosis de 32 mg. En el etiquetado actual de los fármacos se indica una sola dósis máxima de 16 mg vía IV.[27] Actualmente, las preparaciones orales e inyectables de ondansetrón están aprobadas para utilizarse sin modificar la dosis en los pacientes mayores de 4 años, incluso los pacientes ancianos y los pacientes con insuficiencia renal. El ondansetrón oral se administra tres veces al día empezando 30 minutos antes de la quimioterapia y continuando durante dos días después de terminar la quimioterapia. Los pacientes mayores de 12 años reciben 4 mg por dosis. El uso de ondansetrón no está aprobado en niños menores de 4 años. La depuración del cuerpo del ondansetrón disminuye en pacientes con insuficiencia hepática grave; por lo tanto, tales pacientes reciben una sola dosis oral o inyectable no mayor de 8 mg. Actualmente no se cuenta con ninguna información que evalúe la inocuidad de dosis repetidas diarias de ondansetrón en los pacientes con insuficiencia hepática. También se han evaluado otros programas de dosificación como la infusión continua con IV (por ejemplo, 1 mg/h por 24 h) o por administración oral.[25] Los efectos adversos principales son los siguientes:[28] Dolor de cabeza (que se puede tratar con analgésicos suaves). Estreñimiento o diarrea. Fatiga. Sequedad bucal. Elevación transitoria asintomática en las pruebas de función hepática (transaminasas de alanina y de aspartato), que se pueden relacionar con la administración simultánea de cisplatino. El ondansetrón se vinculó etiológicamente en algunos estudios de casos relacionados con trombocitopenia, insuficiencia renal y episodios trombóticos.[29] Además, algunos informes de casos vincularon el ondansetrón como causante de REP. Sin embargo, no resulta claro en algunos casos si los episodios descritos fueron de hecho REP; en otros informes, los datos probatorios se confunden por el uso simultáneo de otros fármacos que se sabe que producen REP. De todos modos, la mayor ventaja de los antagonistas de los receptores de serotonina sobre los antagonistas de los receptores dopaminérgicos es que tienen menos efectos adversos. A pesar del tratamiento profiláctico con ondansetrón, muchos de los pacientes que reciben doxorrubicina, cisplatino o carboplatino presentarán NyV diferidos o agudos.[30][Grado de comprobación: II] En un ensayo, controlado mediante placebo, doble ciego, aleatorizado, se indica que la adición de aprepitant, un antagonista del receptor neuroquinina-1 (NK-1), puede mitigar las NyV.[31][Grado de comprobación: I] La dosis óptima de aprepitant puede ser de 125 mg el día 1, seguida de 80 mg los días 2 a 5.[32][Grado de comprobación: I] Granisetrón El granisetrón ha mostrado eficacia para prevenir y controlar las NyV en una amplia gama de dosis (por ejemplo, 10 a 80 μg/kg y, empíricamente, 3 mg/dosis). En los Estados Unidos, la inyección, parches trascutáneos y las tabletas orales de granisetrón están aprobadas para la profilaxis inicial y de repetición para pacientes que reciben quimioterapia emetogénica, incluso dosis elevadas de cisplatino. El granisetrón es distinto del ondansetrón desde el punto de vista farmacológico y farmacocinético; sin embargo, clínicamente parece ofrecer igual eficacia e inocuidad.[33-36][Grado de comprobación: I] Ambas preparaciones de granisetrón se administran antes de la quimioterapia, ya sea como una sola dosis intravenosa de 10 microgramos por kilogramo (0,01 μg/kg) o 1 mg oralmente (tabletas de 1 mg) cada 12 horas. Las preparaciones de granisetrón y la inyección de ondansetrón comparten la misma indicación contra la quimioterapia altamente emetogénica. En contraste, la preparación oral de ondansetrón está aprobada solo para usar contra las NyV relacionados con la quimioterapia moderadamente emetogénica. Actualmente, la inyección de granisetrón está aprobada para usarse sin modificar la dosificación en pacientes mayores de 2 años, incluso los pacientes ancianos y los pacientes con insuficiencia hepática y renal. El granisetrón oral no ha sido aprobado todavía para usarse en los pacientes pediátricos. Dolasetrón Las preparaciones orales e inyectables de dolasetrón se indican para la prevención de las NyV relacionados con la quimioterapia anticancerosa moderadamente emetogénica, incluso los cursos iniciales y repetidos. El dolasetrón oral se puede administrar en dosis de 100 mg dentro de 1 hora antes de la quimioterapia. El dolasetrón debe administrarse de forma oral o IV, en forma de una dosis única de 1,8 mg/kg aproximadamente 30 minutos antes de la quimioterapia. La eficacia del dolasetrón oral en la prevención de náuseas y vómitos inducidos por la quimioterapia (NVIQ) se ha comprobado en un gran ensayo comparativo aleatorio doblemente anónimo que abarcó 399 pacientes.[37][Grado de comprobación: I] Se administró entre 25 y 200 mg de dolasetrón oral una hora antes de la quimioterapia. El otro grupo de la investigación consistió en la administración de ondansetrón oral (8 mg) 1,5 horas antes de la quimioterapia y cada 8 horas después de la quimioterapia hasta un total de tres dosis. Las tasas de respuesta completa (RC) mejoraron según se aumentó la dosis de dolasetrón. Tanto los 200 mg de dolasetrón como el ondansetrón produjeron tasas de RC significativamente más elevadas en comparación con el dolasetrón en dosis de 25 o 50 mg (se definió la RC como la ausencia de episodios eméticos, sin usar medicamentos antieméticos de escape). La inyección de dolasetrón también se ha comprobado eficaz en la prevención de (NVIQ).[38][Grado de comprobación: I] Palonosetrón El palonosetrón es un antagonista (segunda generación) del receptor de 5-HT3 que tiene actividad antiemética tanto en el lugar central como en el GI. En comparación con el anterior antagonista del receptor de 5-HT3, este tiene una mayor afinidad en la capacidad de unirse a los receptores de 5-HT3, una mayor potencia, una vida media significativamente mayor (aproximadamente 40 horas, cuatro a cinco veces mayor que las del dolasetrón, granisetrón u ondansetrón) y un perfil de inocuidad excelente.[39][Grado de comprobación: I] En un estudio de dosificación, se mostró que una dosis eficaz consistía de 0,25 mg o más.[39] En dos estudios numerosos de pacientes que recibían quimioterapia emética moderada, la RC (no emesis, no rescate) mejoró de forma significativa tanto en el período agudo como en el diferido, en aquellos pacientes que recibieron 0,25 mg de palonosetrón solo en comparación con ya sea el ondansetrón o el dolasetrón solo.[40]; [41][Grado de comprobación: I] No se administró dexametasona con el antagonista del receptor 5-HT3 en estos estudios y aún no se sabe si las diferencias en cuanto a la RC persistirían si se hubiese utilizado la dexametasona. En otro estudio,[42] [Grado de comprobación: I] con 650 pacientes que recibían quimioterapia altamente emética (cisplatino ≥60 mg/m2) también recibieron ya sea dexametasona y una de dos dosis de palonosetrón (0,25 mg o 0,75 mg) o dexametasona y ondansetrón (32 mg). El palonosetrón de dosis única fue tan eficaz como el ondansetrón en la prevención de la (NVIQ) agudos cuando se administró tratamiento previo con dexametasona; fue significativamente mucho más eficaz que el ondansetrón durante los cinco días posteriores a la quimioterapia. En un análisis de los pacientes en los estudios mencionados anteriormente que recibieron ciclos repetidos de quimioterapia, un autor [43] informó que las tasas de RC, tanto para (NVIQ) (agudo o diferido), se mantuvieron con dosis únicas mediante IV de palonosetrón sin corticoesteroides concomitantes. Estos datos requieren de una mayor revisión. Con base en los estudios antes mencionados, el palonosetrón fue aprobado por la FDA en julio de 2003 para prevenir la NyV agudo relacionado con cursos iniciales y repetidos de quimioterapia contra el cáncer, moderada o altamente emético, y para prevenir la NyV diferido relacionado con cursos iniciales y repetidos de quimioterapia contra el cáncer moderadamente emético. Un ensayo aleatorizado, doble ciego, en fase III comparó el palonosetrón más dexametasona con el granisetrón más dexametasona para la prevención de la NVIQ en pacientes que reciben quimioterapia altamente emetogénica. Palonosetrón fue equivalente al granisetrón en la fase aguda (primeras 24 horas) y mejor que el granisetrón en la fase diferida (24–120 horas), con un perfil de inocuidad comparable en ambos tratamientos.[44][Grado de comprobación: I] Se completó un estudio o ensayo abierto en una cohorte de pacientes que habían participado en este ensayo controlado, aleatorizado de fase III que comparó el palonosetrón al granisetrón, con aquellos pacientes que originalmente respondieron al palonosetrón y continuaron el tratamiento con cursos repetidos de quimioterapia. Con el tiempo, los investigadores informaron sobre un perfil de inocuidad bueno pero proporcionaron datos limitados sobre los efectos adversos. Otra limitación del estudio fue que no más de 25% de los pacientes estaban recibiendo palonosetrón al momento del curso 4; no se comunicaron las razones que motivaron los retiros del ensayo (fueran estas por la falta de efecto, efectos adversos u otras razones).[45] Comparación de fármacos En los estudios se indica que no hay grandes diferencias en la eficacia y toxicidad de los tres antagonistas de los receptores de 5 HT3 (dolasetrón, granisetrón y ondansetrón) de primera generación para el tratamiento de (NVIQ) agudo. Estos tres fármacos son equivalentes en eficacia y toxicidad cuando se utilizan en dosis apropiadas.[46]; [47-49][Grado de comprobación: I] A pesar de que estos fármacos han mostrado ser eficaces en las primeras 24 horas posteriores a la quimioterapia (fase aguda), no mostraron ser eficaces entre el segundo y el quinto día después de la quimioterapia (fase diferida).[30,50,51] El palonosetrón, un antagonista de segunda generación del receptor de 5-HT3, ha sido aprobado para el control de la emesis diferida en pacientes que reciben quimioterapia moderadamente emética.[40]; [41][Grado de comprobación: I] A pesar de que el uso de ambos antagonistas de los receptores de 5-HT3, tanto los de primera generación como los de segunda generación, el control de las (NVIQ) agudas y, sobre todo, las NyV diferidos, es subóptimo y se presenta una considerable oportunidad para introducir mejoría ya sea añadiendo o sustituyendo nuevos fármacos en los regímenes actuales.[30][Grado de comprobación: II];[52][Grado de comprobación: I][50,51] Antagonistas de la sustancia P (antagonistas del receptor de NK-1) En los estudios clínicos iniciales en los que se utilizan antagonistas de receptores de NK-1, [53-55][Grado de comprobación: I][56] se mostró que el añadir un antagonista del receptor de NK-1 (CP-122,721, CJ-11,794, MK-0869 [aprepitant]) a un antagonista del receptor de 5HT3 más dexametasona antes de la quimioterapia con cisplatino, mejoró el control de la emesis aguda en comparación con un receptor antagonista 5-HT3 más dexametasona y mejoró el control de la emesis diferida en comparación con el placebo. Además, como fármaco único, el aprepitant (MK-0869) tuvo un efecto similar al ondansetrón en la emesis aguda inducida por cisplatino, pero fue superior en el control de la emesis diferida. En estudios subsiguientes,[57,58][Grado de comprobación: I] se observó que la combinación de aprepitant y dexametasona fue similar a un antagonista del receptor de 5-HT3 más dexametasona en el control de la emesis aguda, pero fue inferior para controlar la emesis aguda, en comparación con la terapia triple (aprepitant, antagonista del receptor de 5-HT3 y dexametasona). Estos estudios también confirmaron la mejoría de la emesis diferida con el uso de aprepitant en comparación con un placebo. En dos estudios,[32,59][Grado de comprobación: I] también se observó una mejoría en la emesis diferida inducida por cisplatino con la combinación de aprepitant y dexametasona comparada con dexametasona sola, con mejoría sostenida durante ciclos repetidos de quimioterapia con cisplatino. En dos estudios controlados, aleatorizados, doble ciegos, paralelos, multicéntricos (con 520 pacientes en cada estudio), los pacientes recibieron cisplatino (≥70 mg/m2) y fueron asignados de forma aleatorizada para recibir ya sea terapia estándar con un antagonista del receptor de 5-HT3(ondansetrón) y dexametasona antes de la quimioterapia, más dexametasona después de la quimioterapia (días 2–4), o terapia estándar más aprepitant antes de la quimioterapia y en los días 2 y 3 posteriores a la quimioterapia.[31,60][Grado de comprobación: I] La respuesta completa (no emesis, no rescate) en el grupo de aprepitant en ambos estudios fue significativamente más alto en ambos, el período agudo (83–89%) y el período diferido (68– 75%), en comparación con la RC del grupo bajo terapia estándar en el período agudo (68– 78%) y el período diferido (47–56%). Las náuseas mejoraron en el grupo bajo aprepitant en algunas, pero no todas la medidas específicas de la náusea.[31] La FDA se basó en los estudios mencionados anteriormente para aprobar aprepitant en marzo de 2003. En combinación con otros antieméticos, aprepitant es indicado en la prevención de la NyV agudo o diferido, relacionada con cursos iniciales y repetidos de quimioterapia contra el cáncer altamente emética, incluyendo alta dosis de cisplatino. En un estudio adicional, se confirmó la eficacia de aprepitant en el período diferido cuando se comparó con ondansetrón.[61][Grado de comprobación: I] Todos los estudios iniciales que utilizaron aprepitant se realizaron en pacientes que recibieron quimioterapia altamente emética como los regímenes quimioterapéuticos con base en el cisplatino. De forma subsiguiente, un grupo [62][Grado de comprobación: I] presentó un estudio sobre el uso de aprepitant en 862 pacientes de cáncer del seno que recibieron quimioterapia moderadamente emética (por ejemplo ciclofosfamida, doxorrubicina). Se compararon dos regímenes. Dado que la quimioterapia era moderadamente emética, se omitieron los esteroides en ambas grupos, como lo ilustra el Cuadro 2. Cuadro 2. Comparación de los regímenes de aprepitant y estándar Ampliar Régimen aprepitant Día 1 Antes de la quimioterapia: aprepitant (125 mg), ondansetrón (8 mg), Días 2 y 3 aprepitant (80 mg/d) dexametasona (12 mg) Después de 8 h: ondansetrón (8 mg) Estándar Antes de la quimioterapia: ondansetrón (8 mg), dexametasona (20 mg) Ondansetrón (8 mg, dos veces al día) Después de 8 h: ondansetrón (8 mg) Se notó una mejoría significativa en cuanto a la RC (no emesis, no rescate) en las 24 horas luego de la quimioterapia en los pacientes que recibieron aprepitant; sin embargo, no hubo mejoría significativa en la RC durante los días 2 a 5 posteriores a la quimioterapia cuando se comparó el aprepitant solo con el ondansetrón solo. La RC en general (del 1er al 5to día) mejoró de forma significativa en el régimen que contenía aprepitant, probablemente debido a la mejoría en las primeras 24 horas. El control de las náuseas durante la quimioterapia moderadamente emética no mejoró con el uso de aprepitant sin esteroides durante la posquimioterapia en los días segundo y tercero. Estos resultados permanecieron congruentes durante ciclos múltiples de quimioterapia.[63] La función del aprepitant durante la quimioterapia moderadamente emética, no ha sido determinada. En un estudio sin anonimato se demostró que en los 5 días posteriores a la quimioterapia, el aprepitant en combinación con palonosetrón y dexametasona resulta inocuo y altamente eficaz para prevenir la NVIQ en pacientes que reciben quimioterapia emetogénica en forma moderada.[64][Grado de comprobación: II] En otro estudio, se notificó que el aprepitant combinado con el ondansetrón y dexametasona proporcionó una eficacia superior para prevenir las NVIQ agudas y diferidas en una amplia gama de pacientes que recibieron quimioterapia moderadamente emetogénica (tanto regímenes de antraciclina-ciclofosfamida como regímenes sin antraciclina-ciclofosfamida).[65] Se desconoce si el aprepitant es necesario en todos los regímenes moderadamente emetogénicos. En un ensayo aleatorizado de fase III se evaluó el uso del aprepitant en combinación con el antagonista del receptor 5-HT3 y la dexametasona en pacientes con tumores de células germinativas, quienes recibían quimioterapia combinada con cisplatino por cinco días.[66] Hubo una reducción significativa en la cantidad de emesis y en el uso de medicamentos de rescate, con el uso del aprepitant. Este estudio indica que el aprepitant puede ser útil en la prevención de la NVIQ en los regímenes quimioterapéuticos de varios días. El fosaprepitant dimeglumina, un análogo fosforilado del aprepitant, es soluble en agua y se convierte rápidamente en aprepitant luego de una administración IV.[67] Fosaprepitant (115 mg) fue aprobado por la FDA como una alternativa a la dosis de aprepitant oral de 125 mg en el primer día de un régimen de tres días. Según se observó en un estudio doble ciego, aleatorizado, con pacientes que recibieron quimioterapia con cisplatino, una sola dosis de aprepitant IV (150 mg) administrado con ondansetrón y dexametasona no mostró inferioridad ante el régimen de dosificación estándar de tres días con aprepitant oral, en la prevención de NVIQ.[68] Corticoesteroides A veces se usan esteroides como fármacos únicos contra la quimioterapia emetogénica leve y moderada, pero se utilizan más a menudo en combinaciones de fármacos antieméticos.[69][Grado de comprobación: II];[70,71][Grado de comprobación: I] Su mecanismo de acción antiemética no se comprende cabalmente, pero puede ser que afecten la actividad prostaglandina en el cerebro. Clínicamente, los esteroides disminuyen cuantitativamente o eliminan los episodios de NyV y pueden mejorar el humor de los pacientes, produciendo de esta forma una sensación subjetiva de bienestar o euforia (aunque también pueden causar depresión y ansiedad). En combinación con la metoclopramida en dosis elevadas, los esteroides pueden mitigar los efectos adversos, tales como la frecuencia de episodios de diarrea. Los esteroides se administran con frecuencia por vía intravenosa antes de la quimioterapia y pueden ser repetidos o no. La dosificación y los horarios de administración se seleccionan de forma empírica. La dexametasona es a menudo el tratamiento de elección para NyV en los pacientes que reciben radiación al cerebro, ya que también reduce el edema cerebral. Se administra por vía oral, intramuscular o intravenosa en dosis de 8 mg a 40 mg (dosis pediátrica: 0,25 a 0,5 mg/kg).[72-76] La metilprednisolona también se administra de forma oral, intramuscular o intravenosa en dosis y horarios que varían de 40 mg a 500 mg cada 6 a 12 horas y hasta 20 dosis.[71,77] La dexametasona también se usa oralmente para las NyV diferidos. Sin embargo, el uso prolongado de corticoesteroides es improcedente y puede causar morbilidad substancial, incluso lo siguiente: Inmunodepresión. Debilidad muscular proximal (especialmente implicando los muslos y antebrazos). Necrosis aséptica de los huesos largos. Formación de cataratas. Hiperglucemia y exacerbación de la diabetes preexistente o escalamiento de la diabetes subclínica a patología clínica. Supresión suprarrenal con hipocortisolismo. Letargo. Aumento de peso. Irritación GI. Insomnio. Ansiedad. Cambios de humor. Psicosis. En un estudio en el que se examinó la quimioterapia en un grupo de pacientes con cáncer de ovario, se encontró que usar glucocorticoides como antieméticos por corto tiempo, no conlleva efectos negativos en los resultados (por ejemplo, supervivencia general o eficacia de la quimioterapia).[78] Como se mostró anteriormente con la metoclopramida, varios ensayos han mostrado que la dexametasona puede potenciar las propiedades antieméticas de los fármacos bloqueadores del 5-HT3.[79-83] Si se administra de forma IV, la dexametasona se puede administrar por 10 a 15 minutos, ya que una administración rápida, podría causar sensación de calor generalizado, sensación de hormigueo o ardor faríngeo, o dolor agudo perineal o rectal transitorio.[75,84-86] La prednisona y la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) administradas simultáneamente con otros fármacos activos antieméticos también han mostrado eficacia contra la quimioterapia con base en el cisplatino durante el estadio agudo (dentro de las 24 horas después de recibir la quimioterapia).[87,88] En un estudio aleatorizado doble ciego de la metoclopramida y la dexametasona con 1 mg de ACTH o sin este, los pacientes que recibieron profilaxis de ACTH para la quimioterapia que contenía cisplatino presentaron una disminución considerable en la incidencia y la gravedad de la emesis diferida hasta 72 horas después del tratamiento.[89] Cannabis La planta Cannabis contiene más de 60 tipos diferentes de canabinoides o componentes psicoactivos. El más popular, y quizás el más psicoactivo, es δ-9-tetrahydrocannabinol (δ(9)THC).[90] Hay dos productos aprobados por el FDA para las NVIQ: Dronabinol (un δ(9)-THC sintético), como profiláctico para las NVIQ, 5 mg/m2 orales 1 a 3 horas antes de la quimioterapia y cada 2 a 4 horas después de la quimioterapia, para un total de no más de seis dosis por día. Nabilona, 1 a 2 mg orales dos veces por día, para NVIQ que no respondieron a otros antieméticos. Con respecto a las NVIQ, los productos de Cannabis probablemente se enfocan en los receptores canabinoide-1 (CB-1) y CB-2, ubicados en el SNC.[91] Otro producto, Sativex, es un canabidiol en forma de aerosol que está bajo investigación.[92,93] Gran parte de la investigación de esta clase de sustancia se realizó a fines de la década de 1970 y 1980, cuando se comparó Cannabis con sustancias antieméticas más antiguas dirigidas al receptor de la dopamina, como la proclorperazina (Compazine) y la metoclopramida (Reglan).[90,94-101] Este grupo de estudios demostró que Cannabis era tan eficaz para la quimioterapia emetogénica moderada como los antieméticos dopaminérgicos o que era más eficaz que un placebo.[90] Los efectos secundarios de los productos de Cannabis incluyeron euforia, mareos, disforia, alucinaciones e hipotensión.[90] A pesar de informes anteriores sobre la eficacia en por lo menos un estudio, los pacientes no prefirieron sustancias con Cannabis en forma significativa debido a los efectos secundarios.[94] Desde la década de 1990, la investigación sobre náuseas y vómitos dilucidó objetivos más nuevos y fisiológicos, como los receptores 5-HT3 y NK-1. Posteriormente, los antagonistas de los receptores 5-HT3 y NK-1 pasaron a ser el tratamiento profiláctico estándar de las NVIQ. Los estudios que investigan la función de Cannabis con estas sustancias nuevas son escasos; en consecuencia, son pocas las conclusiones que se pueden sacar. No obstante, en los ensayos publicados, Cannabis no demostró más eficacia que los antagonistas de los receptores 5-HT3; además, los efectos sinérgicos y aditivos no se investigaron plenamente.[91,102,103] En resumen, no se conoce el lugar que ocupa actualmente Cannabis en el arsenal de antieméticos para la prevención y el tratamiento de las NVIQ. Las consultas con los pacientes acerca de su uso pueden incluir respuestas a las sustancias disponibles, los efectos secundarios comprobados deCannabis y una evaluación de los riesgos frente a los beneficios de esta terapia.[104] Para una exposición más amplia de los temas relacionados con el uso de Cannabis, consultar el sumario del PDQ en inglés sobre Cannabis y canabinoides. Benzodiacepinas Las benzodiacepinas, tales como el lorazepam, el midazolam y el alprazolam, han llegado a reconocerse como valiosos adyuvantes en la prevención y el tratamiento de la ansiedad y de l los síntomas anticipatorios de NVA que están relacionados con la quimioterapia, especialmente con los regímenes altamente eméticos dados a los niños.[105-107] Las benzodiacepinas no han mostrado una actividad antiemética intrínseca como fármacos individuales. Por lo tanto, su lugar en la profilaxis y el tratamiento antieméticos es complementario a otros antieméticos.[108] Las benzodiacepinas actúan supuestamente en las estructuras superiores del SNC, en el tronco cerebral y la médula espinal y producen efectos ansiolíticos, sedantes y amnésicos anterógrados. Además, disminuyen significativamente la intensidad de las reacciones extrapiramidales, especialmente la acatisia, relacionadas con los antieméticos antagonistas de los receptores dopaminérgicos. Lorazepam El lorazepam se puede administrar por vía oral, intramuscular, intravenosa y sublingual. Las dosificaciones oscilan de 0,5 a 3 mg (alternativamente, 0,025 a 0,05 mg/kg, o 1,5 mg/m2, pero ≤4 mg por dosis) en adultos y 0,03 a 0,05 mg/kg en niños cada 6 a12 horas.[109][Grado de comprobación: I][105,110,111] El midazolam produce una sedación que puede ir de leve a marcada durante 1 a 4,5 horas en dosis equivalentes a 0,04 mg/kg administradas por vía intravenosa en 3 a 5 minutos.[112,113] Se ha mostrado que el alprazolam es eficaz cuando se administra en combinación con metoclopramida y metilprednisolona.[114] Entre los efectos adversos del lorazepam se incluyen:[115] Sedación. Trastornos de la percepción. Trastornos de micción o defecación. Trastornos visuales. Hipotensión. Amnesia anterógrada. Dependencia psicológica. Confusión. Ataxia. Disminución de la agudeza mental. Olanzapina La olanzapina es un antipsicótico en la clase de fármacos de tienobenzodiazepina que bloquea múltiples neurotransmisores: dopamina en D1, D2, D3 y receptores cerebrales D4; serotonina en 5-HT2a, 5-HT2c, 5-HT3 y receptores de 5-HT6; catecolaminas en los receptores androgénicos alfa-1; acetilcolina en los receptores muscarínicos, e histamina en los receptores de H1.[116] Entre los efectos secundarios comunes están los siguientes:[117-119] Sedación. Boca reseca. Aumento de apetito. Aumento de peso. Hipotensión por postura. Mareos. La olanzapina también ha sido relacionada con un aumento en la hiperlipidemia, hiperglicemia, aparición nueva de diabetes y en casos raros, cetoacidosis diabética.[117,119,120] La olanzapina se utiliza con precaución en los pacientes de edad avanzada: se la relacionó con un aumento de la mortalidad y de la incidencia de accidentes cerebrovasculares adversos en pacientes psicóticos a causa de la demencia y, por tanto, contiene un recuadro de alerta en el envase sobre dicho efecto.[117] La actividad de la olanzapina en múltiples receptores, particularmente en el D2 y los receptores de 5-HT3 que parecen tener una complicación en la NyV, indica que pueden tener propiedades antieméticas significativas. Hay informes de casos clínicos sobre el uso de la olanzapina como antiemético.[121][Grado de comprobación: II];[122-125] Estos informes de casos conllevaron a que se realizara un estudio de fase I en el cual se utilizó olanzapina para la prevención de la emesis diferida en los pacientes con cáncer que recibían su primer ciclo de quimioterapia el cual consistía de ciclofosfamida, doxorrubicina, cisplatino o irinotecán.[126] Quince pacientes terminaron el protocolo y no se observó efectos tóxicos de grado 4. La dosis máxima tolerada fue de 5 mg/día por dos días antes de la quimioterapia y 10 mg/por siete días posquimioterapia. Sobre la base de estos datos, la olanzapina parece ser un fármaco inocuo y eficaz para la prevención de la emesis diferida en pacientes de cáncer que no reciben tratamiento quimioterapéutico y que reciben ciclofosfamida, doxorrubicina, cisplatino o irinotecán. Se llevó a cabo un estudio o ensayo clínico de fase II en el cual se usó la dosis máxima de tolerancia a la olanzapina en el ensayo de fase I, para la prevención de la NVIQ en pacientes que recibían el primer curso de ya sea una quimioterapia alta o moderadamente emética. Se añadió olanzapina al granisetrón y la dexametasona prequimioteraupéuticas, y a la dexametasona posterior a la quimioterapia. RC (no emesis, no rescate) fue de 100% para el periodo agudo (24 horas posquimioterapia), 80% para el periodo diferido (días 2–5 posquimioterapia) y 80% para el periodo completo (0–120 horas posquimioterapia) en 10 pacientes que recibían quimioterapia altamente emética (cisplatino, ≥70 mg/m2). RC también resultó ser 100% para el período agudo, 85% para el período diferido y 85% para el período completo en 20 pacientes que recibían quimioterapia moderadamente emética (doxorrubicina, ≥50 mg/m2). Las náuseas se controlaron muy bien en aquellos pacientes que recibían quimioterapia altamente emética y ningún paciente presentó náuseas (0 en una escala de 0– 10, M. D. Anderson Symptom Inventory ) durante los períodos agudos o diferidos. Las náuseas también fueron bien controladas en aquellos pacientes que recibían quimioterapia moderadamente emética, sin ningún caso de náuseas en 85% de los pacientes en el período agudo y en 65% en los períodos diferidos y los completos. No se presentó efecto tóxico de grado 3 o 4. Sobre la base de estos datos, la olanzapina muestra ser inocua (la sedación fue el único efecto secundario que impuso límite a la dosis) y a la vez eficaz para el control de la NVIQ agudo y diferido en pacientes que recibían quimioterapia alta o moderadamente emética.[127][Grado de comprobación: II] Hay estudios posteriores en los que se ha mostrado la eficacia de la olanzapina como antiemético. La olanzapina combinada con una sola dosis de dexametasona y una sola dosis de palonosetrón resultaron muy eficaces en el control de la NVIQ diferida en pacientes que reciben ya sea quimioterapia moderadamente emetogénica o quimioterapia altamente emetogénica.[128] En un estudio numeroso, [129][Grado de comprobación: I] se mostró que los pacientes que recibieron ya fuera quimioterapia alta o moderadamente emetogénica, la adición de olanzapina al azasetrón y dexametasona mejoró la tasa de RC de la NVIQ diferida. Otros fármacos Jengibre En un ensayo aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, se estudió el efecto antiemético del jengibre en polvo (Zingiber officinale) entre 32 niños y adultos jóvenes, en edades entre 8 y 21 años, con sarcomas óseos recién diagnosticados.[130] Los ciclos de quimioterapia fueron asignados de forma aleatoria al jengibre en polvo (1.000 a 2.000 mg al día) o placebo en los días 1 a 3 del tratamiento. A los pacientes se les permitió recibir los antieméticos estándar ondansetrón y dexametasona. Los criterios de valoración fueron la incidencia y gravedad de NyV agudos (que se presentan ≤24 horas del inicio de la quimioterapia) y NyV diferidos (que se presentan >24 horas después de terminar la quimioterapia). Los autores notificaron una reducción en la incidencia de las náuseas agudas de moderadas a graves en el grupo experimental (55,6% de los ciclos), comparada con el grupo placebo (93,3% de los ciclos) (P = 0,003). Se observó una reducción en la incidencia de vómito de moderado a grave en el grupo experimental (33,3%), comparado con el grupo placebo (76,7%) (P = 0,002). Los autores también notificaron de una reducción en la incidencia de náuseas diferidas de moderadas a graves (P < 0,001) y vómito (P = 0,022) en el grupo experimental comparado con placebo. No se reportaron efectos secundarios.[130] Aunque estos resultados son alentadores, el estudio tuvo algunas limitaciones, como el tamaño de muestra pequeño, ausencia de estratificación de acuerdo al régimen antiemético y carencia de informes intra o interindividuales. En un estudio aleatorizado de fase III con 576 pacientes de cáncer para determinar la dosis, se evaluó 0,5 g, 1 g, y 1,5 g de jengibre versus placebo en una dosificación de dos veces al día para la prevención de la náusea aguda (definida como el día 1 posquimioterapia) en pacientes que presentaban cierto grado de náusea (según se midió en una escala de 11 puntos) ocasionada por el régimen quimioterapéutico en uso, a pesar de la profilaxis estándar con un receptor antagonista 5-HT3. Los pacientes empezaron a tomar tabletas de jengibre o placebo 3 días antes de cada tratamiento de quimioterapia y las continuaron por 6 días. Para la náusea promedio, 0,5 g de jengibre resultó significativamente mejor que el placebo; ambas dosis, 0,5 g y 1 g fueron significativamente mejor que el placebo para el "peor tipo de náusea". Los efectos en cuanto a la náusea y vómito demorados no resultaron significativos. No hubo controles de emetogenicidad para el régimen quimioterapéutico. Los efectos secundarios fueros poco frecuentes y no resultaron graves.[131] Manejo de la náusea y vómito inducidos por la quimioterapia Las pautas actuales [132,133] recomiendan que el manejo prequimioterápico de NVIQ se base en el potencial emético de los medicamentos seleccionados para la quimioterapia. Para los pacientes que reciben regímenes con potencial emético alto, se recomienda la combinación del antagonista del receptor de 5-HT3, aprepitant y dexametasona antes de la quimioterapia; también se puede utilizar lorazepam. El aprepitant y la dexametasona se recomiendan después de la quimioterapia para prevenir la emesis demorada. Para los pacientes que reciben quimioterapia moderadamente emética, se utiliza la combinación de un antagonista del receptor de 5-HT3 y dexametasona para la prequimioterapia, con lorazepam o sin este. Los pacientes que reciben la combinación de una antraciclina y ciclofosfamida y para pacientes seleccionados que reciben ciertos otros fármacos eméticos de riesgo moderado, como cisplatino (<50 mg/m2) o doxorrubicina, también pueden recibir aprepitant. Para la posquimioterapia, se recomienda un antagonista del receptor de 5-HT3, dexametasona o ambos para prevenir la emesis diferida. Para los regímenes con bajo potencial emético, se recomienda la dexametasona con lorazepam o sin este. Para los regímenes con riesgo emético mínimo, no se recomienda profilaxis.[132,133] Las pautas antieméticas [132,133] incluyen los antagonistas del receptor de 5-HT3 oral disponibles como terapia opcional para prevenir la emesis diferida, pero el grado de comprobación científica que respalda esta práctica es bajo.[50] Los estudios indican de manera contundente que los pacientes padecen más NVIQ agudos y diferidos, que los que el personal sanitario percibe.[50,134,135] En un estudio se encontró que los pacientes que tienen mayores expectativas de presentar náuseas, manifiestan más náuseas después de la quimioterapia.[136] Además, tanto los fármacos actuales como los nuevos se han utilizado como profilácticos para las NVIQ, y no se han estudiado para utilizarse en NVIQ causados por la quimioterapia.[50,51] En un estudio se informó sobre el uso eficaz de palonosetrón IV y dexametasona para prevenir NVIQ en los pacientes que recibían quimioterapia en múltiples días.[137] Las recomendaciones para la pre y la posquimioterapia por capacidad emética se resumen a continuación en el Cuadro 3. Cuadro 3. Recomendaciones de antieméticos por categorías de riesgo emético a Ampliar Categoría Pautas de ASCO Pautas de NCCN Riesgo alto La prequimioterapia recomendada incluye una Se recomienda prequimioterapia con un antagonista (90%) combinación de tres medicamentos: del receptor de 5-HT3(ondansetrón, granisetrón, antagonista del receptor de 5-HT3, dolasetrón o palonosetrónb), dexametasona (12 mg) dexametasona y aprepitant. y aprepitant (125 mg), con lorazepam o sin este. Para los pacientes que reciben cisplatino y Para prevenir la emesis diferida, dexametasona (8 todos los otros medicamentos de riesgo mg) los días 2–4 más aprepitant (80 mg) los días 2 y emético alto, se recomienda la combinación de 3, con lorazepam o sin este los días 2–4. de riesgo emético Categoría Pautas de ASCO Pautas de NCCN de riesgo emético dos fármacos: dexametasona y aprepitant para prevenir la emesis diferida. Riesgo Para pacientes que reciben una antraciclina y Para los pacientes que reciben una antraciclina y moderado ciclofosfamida, se recomienda la ciclofosfamida, y para pacientes que reciben otros (30–90%) prequimioterapia con la combinación de tres tipos de quimioterapia de riesgo emético moderado fármacos: un antagonista del receptor de 5- (por ejemplo, carboplatino, cisplatino, doxorrubicina, HT3, dexametasona y aprepitant; para la epirrubicina, ifosfamida, irinotecán o metotrexato), se prevención de la emesis diferida se recomienda un antagonista del receptor de 5- recomienda aprepitant solo los días 2 y 3. HT3 (ondansetrón, granisetrón, dolasetrón o palonosetrónb), dexametasona (12 mg) y aprepitant (125 mg), con lorazepam o sin este; para otros pacientes no se recomienda aprepitant. Para pacientes que reciben otros tipos de Para la prevención de la emesis diferida, se quimioterapia de riesgo emético moderado, se recomienda dexametasona (8 mg) o un antagonista recomienda prequimioterapia con la del receptor de 5-HT3 los días 2–4 o, si se usa en el combinación de dos fármacos de un día 1, aprepitant (80 mg) los días 2 y 3, con antagonista del receptor de 5-HT3 y dexametasona o sin esta (8 mg) los días 2–4, con dexametasona; para prevenir la emesis lorazepam o sin este los días 2–4. diferida se recomienda un régimen con un solo fármaco: dexametasona o un antagonista del receptor de 5-HT3 los días 2 y 4. Riesgo bajo Se recomienda dexametasona (8 mg); no se Se recomienda metoclopramida, con difenhidramina (10–30%) recomienda el uso preventivo de antieméticos o sin esta; dexametasona (12 mg) o proclorperazina, para la emesis diferida. con lorazepam o sin este. Riesgo No se administran antieméticos en forma No se brinda profilaxis de rutina. Considerar el uso mínimo rutinaria ni antes ni después de la de los antieméticos listados bajo profilaxis primaria (10%) quimioterapia. como tratamiento. ASCO = American Society of Clinical Oncology; NCCN = National Comprehensive Cancer Network. a Adaptado de Navari.[138] b El orden de los antieméticos listados no indica preferencia. Ensayos clínicos en curso Consultar la lista del NCI de estudios o ensayos clínicos sobre cuidados médicos de apoyo y paliativos que se realizan en los Estados Unidos y que actualmente aceptan participantes. Para realizar la búsqueda, usar el término en inglés nausea and vomiting therapy. La lista de ensayos se puede reducir aun más por lugar, medicamento, intervención y otros criterios. Nota: los resultados obtenidos solo estarán disponibles en inglés. Asimismo, se dispone de información general sobre ensayos clínicos en el portal de Internet del NCI. Bibliografía 1. Miller AD, Leslie RA: The area postrema and vomiting. 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Haematology and Radiotherapy Aura Erazo Valle-Solís a, Guadalupe Cervantes-Sánchez b, Edwin Efraín Franco-González c, Guadalupe García d, Guillermo Allan Hernández-Chávez e, Manuel López-Hernández f, Gilberto Morgan-Villela g, Ángel Porras-Ramírez h, Juan Alejandro Silva i, Pedro de Jesús Sobrevilla-Calvo j, Eduardo Téllez-Bernal k, Homero Fuentes de-la-Peña l, Alberto Villalobos m a Subdirectora de Enseñanza e Investigación, CMN 20 de Noviembre, ISSSTE, México, D.F. Jefa de Servicio de Oncología Médica, CMN 20 de Noviembre, ISSSTE, México, D.F. c Oncología Médica, Mérida, Yucatán d Adscrita al Servicio de Radioterapia, CMN 20 de Noviembre, ISSSTE e Jefe de División de Oncología y Hematología, Guadalajara, Jalisco f Jefe del Servicio de Hematología, CMN 20 de Noviembre, ISSSTE g Oncología Médica, Guadalajara, Jalisco h Oncología Médica, Oaxaca, Oaxaca i Jefe de Oncología, CMN Siglo XXI, IMSS, México, D.F. j Oncohematólogo, México, D.F. k Oncología Médica, Puebla, Puebla l Oncología Médica, Tijuana, BC m Hematólogo, Hospital ABC b Palabras Clave Antiemético, efectos adversos asociados con quimioterapia, lineamientos. Keywords Antiemetic, chemotherapy related adverse effects, guidelines. Resumen Hasta hace un par de décadas, los efectos adversos de la quimioterapia en los pacientes oncológicos representaron un problema grave, ya que los efectos adversos típicos de ésta, como náusea, vómito, alopecia, pancitopenia, dolor y fatiga, pueden resultar, en no pocas ocasiones, en falta de apego terapéutico y hasta abandono del tratamiento. En años recientes, el mejor diseño de los fármacos usados y su uso más racional han permitido a los clínicos disminuir el impacto de estos efectos. En México, con el aval de la Sociedad Mexicana de Oncología (SMeO), un grupo de especialistas se reunió en la Ciudad de México con el fin de establecer lineamientos o guías para el manejo específico de la emesis producida por la quimioterapia y radioterapia. Los expertos respondieron previamente un cuestionario de tipo Delphi, en el que declaraban estar de acuerdo o no con una lista de aseveraciones que resumen el manejo antiemético actual. A partir de las coincidencias y disidencias así establecidas, se dio paso a la formación de 2 grupos, al trabajo de los mismos, y a la revisión de los reportes de la literatura más recientes, así como de otras guías del 2010, propuestas por las principales instancias relacionadas en Norteamérica y en Europa, tomando en consideración las características demográficas, asistenciales y de los diversos recursos nacionales. De esta manera se presentan guías actualizadas y adaptadas a nuestro país. Artículo ¿ ANTECEDENTES El propósito de la terapia antiemética moderna es evitar la náusea y el vómito. Todavía en los años ochenta, tanto la náusea como el vómito eran parte de la constelación de efectos adversos que acompañaban a los regímenes quimioterapéuticos, llevando a ~20% de los pacientes a la suspensión esporádica o definitiva del beneficio que representa la quimioterapia. La investigación realizada durante los últimos 25 años logró una mejoría significativa en el control del vómito y la náusea inducidos por quimioterapia o CINV (por las siglas en inglés para chemotherapy induced nausea and vomiting), en esta población de pacientes. El desarrollo de antagonistas del receptor de serotonina (5HT3RAs) al inicio de los años ochenta fue sin duda un logro significativo, al igual que el desarrollo de los antagonistas del receptor de neurocinina-1 (NK1RA), ya incorporados al arsenal terapéutico contra CINV. 1,2 Hacia 1998, la publicación de los lineamientos de la Asociación Multinacional de Cuidados Paliativos en Cáncer (MASCC), basados en buena medida en lo expuesto en la conferencia del Consenso de Perugia, Italia, fue seguida de la publicación de los lineamientos de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) en 1999.3 Una década después, en el 2009, estos dos lineamientos fueron actualizados, agregándose además una actualización de los lineamientos de la Red Nacional Comprehensiva del Cáncer (NCCN) de los Estados Unidos del 2007.4 Esto responde, lógicamente, a la necesidad de comunicar nuevos criterios y conceptos en la selección y desarrollo del tratamiento antiemético. Y, por ello, el grupo de expertos mexicanos publica a través de este documento las guías mexicanas que, aunque toman elementos de los antedichos lineamientos, son adaptadas de la manera más conveniente para nuestro país. ¿ CLASIFICACIÓN DE CINV Existe una clasificación para el vómito y la náusea inducidos por quimioterapia o CINV, en la cual se diferencia en tres posibles categorías: se le considera aguda cuando los síntomas se presentan dentro de las 24 horas posteriores a la administración inicial de la quimioterapia; se le considera como de inicio retardado cuando se presenta 24 horas después de la administración de la quimioterapia o en días subsecuentes; y por último se le considera como anticipatoria cuando los episodios eméticos se registran o disparan con el solo sabor, olor o ante la ansiedad registrada ante pasados fracasos con el tratamiento antiemético en un ciclo previo de quimioterapia.5,6 ¿ EMETOGENICIDAD DE LOS FÁRMACOS ANTINEOPLÁSICOS Definir la emetogenicidad de los fármacos oncológicos es importante por dos razones: En primer lugar porque una clasificación puede usarse como marco de referencia para crear los lineamientos racionalmente, así como una manera que facilite a los investigadores clínicos llevar a cabo su trabajo contando con una definición más precisa y universal con la cual trabajar en los estudios clínicos. En el pasado, los agentes quimioterapéuticos se clasificaron en tres o cinco niveles o grupos emetogénicos. Por otro lado, las clasificaciones no diferenciaban a la emesis en aguda, tardía o anticipatoria, y no se han documentado los datos de variables importantes como la dosis y las vías de administración, o bien el género, la edad y el estilo de vida (ingesta de alcohol) de los pacientes.6 Recientemente, la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) propuso un sistema de cuatro niveles de clasificación para la quimioterapia intravenosa y su emetogenicidad, que les divide en alto, moderado, bajo y mínimo. En el congreso anual de la ESMO del 2009, ese esquema de clasificación de la emetogenicidad se mantuvo intacto, y es seguido hoy por la mayoría de las instancias internacionales en sus recomendaciones sobre agentes por sí solos. De cualquier modo, se reconoce que las combinaciones comunes de agentes moderadamente emetogénicos (doxorrubicina y ciclofosfamida) se describen como capaces de producir un constante efecto emetogénico de tipo moderado, y esto es importante por tratarse de una combinación muy usada, por lo que se usan como referencia en los estudios clínicos (Tablas 1 y 2).6 ¿ ANTAGONISTAS DEL RECEPTOR DE 5HT3 Los antagonistas que inhiben a la serotonina han sido los antieméticos más empleados en el manejo de CINV en las dos últimas décadas. Cinco antagonistas del receptor de serotonina o 5HT3RAs se encuentran disponibles en nuestro país (ondansetrón, granisetrón, tropisetrón, dolasetrón y, más recientemente, palonosetrón). Al administrarles en dosis equivalentes para esta indicación (emesis aguda), muestran equivalencia tanto en términos de eficacia como de seguridad, independientemente de las vías en que sean administrados. Siendo palonosetrón inyectable, en combinación con dexametasona, quien demostró una eficacia mayor en emesis tardía, publicado en un estudio de revisión.7 ¿ CORTICOIDES Los corticoides, corticoesteroides o esteroides forman parte importante en el combate de la náusea y el vómito (CINV), aunque no se les ha aprobado como antieméticos. Cuando se les usa en combinación con otros agentes como los señalados en este documento, los esteroides cumplen con un papel potenciador del efecto terapéutico, elevando el umbral emético. La dexametasona es el esteroide más comúnmente usado. Los lineamientos de hoy parecen coincidir en la administración de 20 mg (sólo 12 mg cuando se usa aprepitant) en pacientes con riesgo alto, y sólo una dosis de 8 mg de dexametasona cuando el paciente es de riesgo medio o mínimo. Los esteroides son fármacos subutilizados debido a su perfil de efectos colaterales; sin embargo, cuando se usan por un plazo corto dentro de un esquema de manejo antiemético, no suelen presentarse reacciones adversas importantes.7 ¿ BENZODIACEPINAS Las benzodiacepinas pueden ser útiles al adicionarse a regímenes eméticos en ciertas circunstancias. Se les ha usado frecuentemente como ansiolíticos para reducir la incidencia de CINV anticipatoria, así como en pacientes con emesis refractaria y de aparición súbita.7 ¿ ANTAGONISTAS DEL RECEPTOR DE NEUROCININA 1 El primer antagonista del receptor de neurocinina 1 (NK1RA) fue aprobado en el 2003, con el nombre de aprepitant. Estos fármacos son varios (el aprepitant es el más usado, mientras que casopitant, netupitant y rolapitant se encuentran bajo investigación). El aprepitant ejerce su acción antiemética por medio de la inhibición de la sustancia P en los sistemas nerviosos central y periférico. El aprepitant se administra oralmente y -como el fosaprepitant- por vía intravenosa. Se ha probado su administración combinada con un antagonista del receptor de serotonina cinco (5HT3 RAs) de reciente desarrollo (palonosetrón) más dexametasona, o únicamente combinado con dexametasona, permitiendo usar sólo la mitad de la dosis de ésta, ya que el aprepitant duplica el ABC (área bajo la curva) de la dexametasona. Los regímenes que incluyen aprepitant han demostrado reducir significativamente la emesis aguda y tardía en pacientes que reciben quimioterapias alta y moderadamente eméticas, en comparación con la combinación de 5HT3 RAs+ dexametasona. Cuando el aprepitant se combina con dexametasona y palonosetrón ha mostrado alcanzar niveles importantes de control emético.7 ¿ NUEVAS TENDENCIAS Y DESARROLLOS RECIENTES El palonosetrón como un 5HT3 RAs con afinidad para unirse con el receptor de 5HT3 cien veces mayor que el resto de los agentes de su tipo, incluyendo a ondansetrón, granisetrón y dolasetrón. Posee una significativa vida media de 40 horas. Los estudios clínicos han demostrado que, como monoterapia, el palonosetrón ofrece un mejor control de CINV en comparación con otros 5HT3 RAs, y se ha demostrado una tendencia a un mejor efecto en CINV que el alcanzado con ondansetrón o granisetrón, al combinarse con dexametasona. Por otro lado, al agregarse aprepitant y dexametasona al palonosetrón, se ha encontrado una combinación que parece ser más que promisoria, ya que se han alcanzado respuestas completas generales (ausencia de vómito y de necesidad de medicamentos de rescate) en un 51% de los pacientes, con un 76% de éstos con problema agudo, y un 66% de pacientes con CINV de inicio retardado.7 En la terapia moderadamente emetogénica, se utiliza la siguiente combinación: antagonistas de serotonina (5HT3), antagonistas de neurocinina, y esteroide. Con respecto a este último, se debe valorar su uso. Se le puede omitir en pacientes seleccionados y usando aprepitant; en terapia moderadamente emetogénica, la dosis de dexametasona baja de 20 a 12 mg. Asimismo, el uso de lorazepam debe ser opcional (Tablas 3 a 8). En la terapia moderadamente emetogénica, el palonosetrón es la elección primaria. Después, cualquiera de los siguientes son similares: dolasetrón, granisetrón, u ondansetrón. En general, el aprepitant debe añadirse a un esquema de dexametasona y antagonista de serotonina, para pacientes de riesgo moderado emetogénico, que reciben otros medicamentos, excluyendo a pacientes sin uso de fármacos que produzcan emesis tardía e individualizar cada caso. En prevención de emesis en quimioterapia IV de alto riesgo emetogénica: granisetrón IV (1 mg máximo) u ondansetrón 16-24 mg (32 mg máximo) o palonosetrón 0.25 mg IV + dexametasona 12 mg IV más 8 mg VO días 2-4 + aprepitant 125 mg día 1 + 80 mg VO días 2 y 3, con lorazepam 0.5-1 mg VO días 1-4 + bloqueador H2 o inhibidor de la bomba de protones, ambos a criterio médico. ¿ CONCLUSIONES En las dos últimas décadas se ha logrado un avance sustancial en el manejo y prevención de CINV. Entre los antieméticos disponibles en la actualidad, 5HT3 RAs, NK1-RA y los corticoesteroides son los agentes más importantes. La mayoría de los pacientes tratados logran una protección completa a partir de estas terapias, pero un número considerable sigue cursando con CINV, por lo que se estima que deben diseñarse aún más fármacos, conceptos y criterios para su uso, con el fin de eliminar del todo la náusea y el vómito provocados por el tratamiento del cáncer con quimioterapia y radioterapia. Por otro lado, la publicación de guías y lineamientos es quizá aún más necesaria, pues alentará el uso adecuado de los recursos existentes, especialmente en el manejo de la náusea. El concepto de profilaxis antiemética de un día debe investigarse más ampliamente. Con mayor investigación se podrá además evaluar la eficacia de las combinaciones antieméticas, como la de aprepitant, palonosetrón y olanzapina en régimen de administración sostenida para riesgo alto, como la combinación de oxaliplatino, carboplatino e irinotecán.7 Correspondencia: Dr. Gilberto Morgan Villela. Oncología Privada Integral S.A. de C.V. Juan Palomar y Arias 530 C.P. 44680 Guadalajara, Jalisco. Teléfono: 3642 2939. Correo electrónico: [email protected] Bibliografía 1.Herrstedt J. Nausea and emesis: Still an unsolved problem in cancer patients? Supp Care Can 2002;10:85-87. 2.Roila F, MD, Del Favero A, MD, Gralla RJ, MD and Tonato M, MD. Prevention of chemotherapyand radiotherapy-induced emesis: results of the Perugia Consensus Conference. Ann Oncol 1998;9(8):811-819. 3.Gralla RJ, Osoba D, Kris MG, et al. Recommendations for the use of antiemetics: evidence-based, clinical practice guidelines. (ASCO) American Society of Clinical Oncology. J Clin Oncol 1999;17:2971-2994. 4.NCCN Antiemesis Clinical Practice Guidelines in Oncology. J Natl Compr Canc Netw 2004;2:470. 5.Aapro MS, Molassiotis A, Olver I. Anticipatory nausea and vomiting. Supp Care Can 2005;13:117121. 6.Roila F, Donati D, Tamberi S, et al. Delayed emesis: incidence, pattern, prognostic factors and optimal treatment. 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In press. 13.One third of patients with radiotherapy-induced nausea consider their antiemetic treatment insufficient. Supp Care Can 2009;17:23-32. MEDICAMENTO MECANISMO DE ACCIÓN ANTICOLINÉRGICOS Escopolamina Bloqueo anticolinérgico COMENTARIOS Los receptorescolinérgicos (y los de histamina) parecen muy relacionados con la transmisión de impulsos del órgano del equilibro y poco o nada con otros mecanismos excitatorios del vómito. La escopolamina se usa en mareo cinético. Su inconveniente son los efectos secundarios anticolinérgicos. ANTIHISTAMÍNICOS Dimenhidrinato Meclozina. Otros en el grupo R06A Bloqueo de receptores H1 de histamina. Acción anticolinérgica secundaria. Muy usados en mareo cinético. Menos potentes que la escopolamina pero con menos efectos adversos (anticolinérgicos, somnolencia). Las fenotiazinas son antieméticos de uso general, eficaces en una gran variedad de estímulos de intensidad baja o moderada. No son eficaces en vómitos por eméticos potentes, como la quimioterapia con cisplatino. FENOTIAZINAS Clorpromazina y otros del grupo N05A Tietilperazina BUTIROFENONAS Haloperidol (grupo N05A) Bloqueo de receptores dopaminérgicos ORTOPRAMIDAS Metoclopramida y otras del grupo A04A2 Bloqueo de receptores serotonérgicos y dopaminérgicos ANTISEROTONÉRGICOS Parece existir una relación dosis/efecto pero los efectos secundarios limitan la dosis máxima. Estos efectos son reacciones distónicas (sobre todo en niños), sedación e hipotensión. Las butirofenonas son más potentes como antieméticos pero también producen más efectos adversos. Posiblemente bloquean losreceptoresserotoninérgicos 5-HT4 . Las ortopramidas comparten muchas de laspropiedades e inconvenientes de las fenotiazinas (incluyendo las reacciones extrapiramides) pero tienen un mecanismo deacción más complejo y son preferibles en ciertos casos. La metoclopramida en dosis altas (1-3 mg/kg) era el antiemético más potente disponible para vómitos por quimioterapia hasta que apareció la ondansetrona. Forman el grupo de antieméticos más potente Granisetrón Ondansetrón Tropisetrón Bloqueo de receptores serotonérgicos 5-HT3 disponible para vómitos de quimioterapia, y posiblemente muy eficaces también en vómitos postoperatorios y por radioterapia. Con todo la eficacia parece mayor en vómitos inmediatos a la terapia que en los retardados. Efectos secundarios poco importantes, sobre todo cefaleas. La eficacia de los tres medicamentos es muy semejante. El análisis de varios ensayos clínicos comparativos empleando varias dosis, vías y regímenes de administración de antagonistas 5-HT3, muestra una eficacia similar para todos los agentes, especialmente en quimioterapia moderada o levemente emetogénica, con una mínima incidencia de efectos adversos. Granisetrón y ondansetrón son los antagonistas más estudiados. Granisetrón tiene la ventaja de poder ser administrada en una sola dosis IV. La adición de esteroides también parece mejorar los resultados. La eficacia de los antagonistas 5-HT3 en el control de los vómitos y náuseas tardíos en la quimioterapia está menos estudiada; es más, no existe una buena base científica para emplear estosfármacos en este tipo de vómitos, puesto que no se ha observado liberación de serotonina en los mismos. De hecho, los pocos estudios clínicos disponibles muestran poco o ningún beneficio por el empleo de estos fármacosfrente a placebo. Son los constituyentes activos de la marihuana, o derivados de los mismos. Se han usado en vómitos de quimioterapia. Por lo general la potencia es inferior a los anteriormente citados, y la incidencia de efectos CANNABINOIDES secundarios es elevada, especialmente Tetrahidrocannabinol en ancianos. No están comercializados en España. Hay diferencias de respuesta Nabilona según el agente causal: los vómitos por Desconocido, posiblemente carmustina responden bien, los del relacionado cisplatino o ciclofosfamida bastante con acción sobre receptores de peor. Se consideran medicamentos de opiáceos segunda línea. Desconocido Tienen una acción antiemética propia frente a vómitos de quimioterapia de intensidad moderada, pero lo más interesante es que la acción es aditiva con la de metoclopramida y ondansetrón (y seguramente con otros antagonistas de serotonina). La combinación ondansentrón/dexametasona proporciona la potencia antiemética más alta en la actualidad. En uso intermitente no se manifiestan los efectos secundarios típicos de los corticoides y no parece tampoco que favorezca la evolución tumoral. BENZODIAZEPINAS Las benzodiazepinas son poco potentes como antieméticos en uso aislado, pero son útiles como coadyuvantes de otro tratamiento. CORTICOSTEROIDES Dexametasona, y otros del grupo H02 Diazepam Lorazepam y otros de grupo N05B Desconocido El lorazepam en especial es bastante utilizado para prevenir el vómito anticipatorio que suele aparecer con la repetición de tratamientos de quimioterapia. TABLA II. TRATAMIENTO SEGuN TIPO DE VoMITO NATURALEZA DEL VOMITO MEDICACION APROPIADA Escopolamina Mareo cinético Cinarizina OBSERVACIONES La escopolamina es más efectiva que los antihistamínicos, aunque la incidencia de efectos secundarios (de tipo anticolinérgico, sobre todo sequedad de boca) es algo superior. La meclozina ANTIHISTAMINICOS: Dimenhidrinato Meclozina, etc. ANTIHISTAMINICOS: Prometazina Doxilamina FENOTIAZINAS: Embarazo. Tietilperazina tiene una duración de acción de 24 horas. El resto necesitan entre 2 y 4 tomas al día, pero son más apropiados para viajes cortos. Los comprimidos comercializados de cinarizina (75 mg) no son apropiados para uso en mareo cinético (dosis de 30 mg 1/2 hora antes de iniciar el viaje, 15 mg cada 8 horas después). Usar la presentación en gotas. A pesar de la controversia pública sobre efectos teratogénicos del MERBENTAL, el consenso general es que la asociación doxilamina/piridoxina no ha mostrado ser nociva para el feto. También se consideran seguros los dos fármacos que se citan en la columna precedente. De cualquier forma, el tratamiento farmacológico de los vómitos del embarazo debe reservarse a casos donde resulte imprescindible. ORTOPRAMIDAS Las ortopramidas no deben ser usadas tras cirugía FENOTIAZINAS gastrointestinal o en presencia de obstrucción Vómitos postoperatorios. ANTISEROTONÉRGICOS intestinal. Migraña. Metoclopramida Vómitos inducidos por medicamentos. FENOTIAZINAS Enfermedades hepatobiliares. Gastroenteritis viral aguda Síndrome de Meniere, laberintitis, etc. ORTOPRAMIDAS: Metoclopramida FENOTIAZINAS Betahistina Cinarizina Radioterapia. Quimioterapia. La metoclopramida alivia además el éstasis gástrico y permite la mejor absorción de otros medicamentos antimigrañosos. Todos En general no precisan más tratamiento que reposición de líquidos y electrolitos. Las bebidas a base de cola pueden aliviar la sintomatología. Evaluar sobre todo los problemas de prescribir fenotiazinas a niños. Pueden servir también los medicamentos indicados en mareos cinéticos, así como las fenotiazinas. En general son cuadros de difícil tratamiento. Ningún medicamento es totalmente satisfactorio. El tratamiento más efectivo en estos momentos es la asociación ondansentrona con dexametasona(1). Alternativas de menor poder antiemético son: antagonistas de serotonina solos, metoclopramida (dosis altas) + dexametasona, metoclopramida sola o dexametasona sola. Se han usado otros muchos fármacos. El lorazepam se emplea para prevenir vómitos anticipatorios. ANTIEMÉTICOS PARA REDUCIR LOS VÓMITOS RELACIONADOS CON LA GASTROENTERITIS AGUDA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES Autores Zbys Fedorowicz, Vanitha A Jagannath, Ben Carter Cómo citar la revisión: Fedorowicz Z, Jagannath V, Carter B. Antieméticos para reducir los vómitos relacionados con la gastroenteritis aguda en niños y adolescentes. Cochrane Database of Systematic Reviews 2011 Issue 9. Art. No.: CD005506. DOI: 10.1002/14651858.CD005506 Versión reducida de la revisión. Puede consultar la versión completa en inglés PULSANDO AQUÍ RESUMEN Antecedentes Los vómitos son una manifestación frecuente de la gastroenteritis aguda en niños y adolescentes. Cuando no son tratados pueden ser un obstáculo al tratamiento de rehidratación oral, que es la base del tratamiento de la gastroenteritis aguda. Se necesitan pruebas con respecto a la seguridad y la eficacia del uso de antieméticos para los vómitos en la gastroenteritis aguda en los niños. Objetivos Evaluar la seguridad y la efectividad de los antieméticos para los vómitos provocados por la gastroenteritis en niños y adolescentes. Estrategia de búsqueda Se realizaron búsquedas en el Registro Especializado de Ensayos Controlados del Grupo Cochrane de Enfermedades Esófago-gástricas, del Intestino Delgado y Pancreáticas (Cochrane Upper Gastrointestinal and Pancreatic Diseases Group Trials Register) que incluye las referencias identificadas en búsquedas en bases de datos electrónicas y búsquedas manuales exhaustivas de revistas pertinentes y libros de resúmenes de congresos. La búsqueda se ejecutó nuevamente y se actualizó el 20 de julio de 2010. Criterios de selección Ensayos controlados con asignación aleatoria que compararan los antieméticos con placebo o ningún tratamiento en niños o adolescentes menores de 18 años de edad, para los vómitos causados por la gastroenteritis. Obtención y análisis de los datos Dos revisores de la revisión evaluaron de forma independiente la calidad de los ensayos y extrajeron los datos. Resultados principales Se incluyeron siete estudios con 1 020 participantes. El tiempo medio hasta el cese de los vómitos en un estudio fue de 0,34 días menos con un supositorio de dimenhidrinato en comparación con placebo (valor de p = 0,036). Los datos agrupados de tres estudios que compararon el ondansetrón oral con placebo mostraron: una reducción de la tasa de ingreso inmediato al hospital (CR 0,40; NNT 17; IC del 95%: 10 a 100) aunque ninguna diferencia entre las tasas de hospitalización a las 72 horas después del alta del servicio de urgencias (SU); una reducción en las tasas de rehidratación IV tanto durante la estancia en el SU (CR 0,41; NNT 5; IC del 95%: 4 a 8), como en el seguimiento hasta las 72 horas después del alta del SU (peor-mejor caso para el ondansetrón, CR 0,57; NNT 6; IC del 95%: 4 a 13) y un aumento de la proporción de pacientes que presentaron el cese de los vómitos (CR 1,34; NNT 5; IC del 95%: 3 a 7). No se observó ninguna diferencia significativa en las tasas de nuevas consultas o los eventos adversos, aunque la diarrea se informó como un efecto secundario en cuatro de los cinco estudios del ondansetrón. En un estudio la proporción de pacientes que presentó el cese de los vómitos en 24 horas fue de (58%) con ondansetrón IV, (17%) en el grupo de placebo y (33%) en el de metoclopramida (valor de p = 0,039). Conclusiones de los autores El ondansetrón oral aumentó la proporción de pacientes que presentó el cese de los vómitos y redujo el número que necesitó rehidratación intravenosa y el ingreso inmediato en el hospital. El ondansetrón y la metoclopramida administrados por vía intravenosa redujeron el número de episodios de vómitos y los ingresos al hospital, y el dimenhidrinato en forma de supositorio redujo la duración de los vómitos. RESUMEN EN TÉRMINOS SENCILLOS Medicación anti-enfermedad para los vómitos en los trastornos gástricos agudos en niños Los vómitos causados por la gastroenteritis aguda son muy frecuentes en niños y adolescentes. El tratamiento de los vómitos en los niños con gastroenteritis aguda puede ser problemático y hay una falta de acuerdo entre los médicos sobre las indicaciones para el uso de antieméticos. También ha habido preocupación acerca de los niveles aparentemente inaceptables de efectos secundarios con algunos antieméticos de generaciones anteriores. El escaso número de ensayos incluidos proporcionó pruebas que parecieron favorecer el uso de antieméticos sobre el placebo para reducir el número de episodios de vómitos debido a la gastroenteritis en los niños. Una única dosis oral de ondansetrón administrado a los niños con deshidratación leve a moderada puede controlar los vómitos, evitar la hospitalización y la administración intravenosa de líquido que de otro modo serían necesarios. No hubo ningún efecto secundario grave diferente de unos pocos informes de un aumento de la frecuencia de diarrea. ANTECEDENTES Descripción de la condición Epidemiología La gastroenteritis aguda es la principal causa de vómitos en los niños menores de tres años y es un motivo muy frecuente de ingreso de niños y adolescentes en los servicios de urgencias. Aunque los vómitos se presentan con bastante frecuencia en los niños pequeños, tienden a ser menos prevalentes en los niños mayores (Taylor 1999). Los vómitos generalmente son acompañados de diarrea, y cada año en los Estados Unidos más de 200 000 niños menores de cinco años deben ser ingresados en el hospital para el tratamiento de la deshidratación secundaria a la gastroenteritis (Herikstad 2002). Existe un patrón similar en el Reino Unido, donde la gastroenteritis aguda en niños menores de cinco años representa el 20% de las consultas a médicos generales y causa 24 000 ingresos hospitalarios al año (Flake 2004). Los vómitos se definen generalmente como la expulsión violenta del contenido gástrico a través de la boca. El acto de vomitar requiere contracciones coordinadas de los músculos abdominales, acompañadas de una disminución de la presión del esfínter esofágico y una dilatación esofágica, donde el estómago desempeña una función algo pasiva. La deshidratación, que es la disminución de la cantidad total de agua corporal con reducción del volumen del líquido intracelular y extracelular, es una causa importante de morbilidad en niños con vómitos (AAP1996). Las manifestaciones clínicas de la deshidratación se relacionan estrechamente con la disminución del volumen intravascular, que puede provocar complicaciones como shock irreversible, crisis epilépticas intratables e insuficiencia renal. La inanición causada por una reducción de la ingesta calórica en niños con vómitos puede provocar cetonemia, que a su vez puede causar deshidratación adicional. Etiología La tasa de gastroenteritis debida a virus o bacterias en el Reino Unido es de 1,2 infecciones por persona por año y es más frecuente en otoño e invierno (Taylor 1999). Es probable que la incidencia en otros países desarrollados sea similar, pero posiblemente sea aún mayor en los países en vías de desarrollo. El rotavirus, el calcivirus, el astrovirus y los reovirus y adenovirus son los implicados con más frecuencia. Las causas bacterianas pueden incluir Staphylococcus aureus, Salmonella, Bacillus cereus, o Clostridium perfringens. Sin embargo, en los países en vías de desarrollo, el rotavirus sigue siendo la causa más frecuente de vómitos en niños menores de tres años de edad (Doan 2003). La irritación intestinal causada por la gastroenteritis parece ser el estímulo principal para los vómitos. A medida que el virus invade las células de la mucosa del aparato digestivo superior, interrumpe el equilibrio normal del sodio y el equilibrio intracelular osmótico y se pierde líquido intracelular, con la subsiguiente disminución del mismo. Se produce una parálisis intestinal que provoca distensión abdominal, lo cual induce aún más vómitos. Los vómitos, cualquiera sea la causa, ocurren debido a la estimulación de los dos centros ubicados en el cerebro, la zona desencadenante de quimiorreceptores y el centro del vómito. El centro del vómito, que controla e integra el acto de vomitar, se localiza cerca de otros centros que regulan la respiración y la función vasomotora, así como otras funciones autonómicas, los que pueden jugar un papel adicional en los vómitos. Los estímulos son recibidos por el centro del vómito procedentes del sistema digestivo, otras partes del cuerpo y la zona desencadenante de quimiorreceptores (Feldman 1989). A su vez, el centro del vómito estimula el centro de la salivación, el centro respiratorio y los músculos faríngeos, digestivos y abdominales, lo que resulta en vómitos (Friedman 1998). La zona desencadenante de quimiorreceptores (ZDQ) puede recibir estímulos de las toxinas bacterianas o de las anomalías metabólicas que ocurren con la uremia, pero no puede mediar de forma independiente el acto de vomitar (Brunton 1996). En cambio, los impulsos del ZDQ se transmiten al centro del vómito que coordina las diversas funciones fisiológicas, entre ellas los vómitos. Descripción de la intervención El vómito asociado a la gastroenteritis aguda es un síntoma angustiante para los niños y sus padres. Cuando los pediatras se enfrentan a padres angustiados, es posible que se sientan obligados a administrarles a los niños una medicación para evitar que continúen los vómitos. El tratamiento de los vómitos en los niños es un tema polémico. Aunque la American Academy of Pediatrics señaló en su declaración acerca del tratamiento de la gastroenteritis aguda en niños pequeños que no se evaluó específicamente el uso de fármacos antieméticos, confirmó que había un consenso de opinión de que no se recomiendan los fármacos antieméticos y de que los médicos deberían estar al tanto de sus efectos secundarios potenciales (AAP1996). Se sabe que los fármacos antieméticos alivian los vómitos al inhibir la zona desencadenante de quimiorreceptores (ZDQ) del organismo, o mediante una acción más directa sobre el centro del vómito del cerebro. En los niños se ha utilizado una amplia variedad de fármacos en formato oral o intravenoso como antieméticos. Estos fármacos incluyen: antagonistas de la dopamina (D2), antagonistas de la serotonina o 5-hidroxitriptamina (5-HT3), agentes anticolinérgicos, antihistamínicos, benzodiazepinas, corticosteroides y canabinoides (Brunton 1996). La prometazina fue el agente antiemético prescrito más comúnmente para los niños, y la metoclopramida y la proclorperazina se prescriben con menor frecuencia debido a los efectos secundarios importantes como la sedación y las reacciones extra piramidales (Taylor 1999). Los antagonistas de 5 hidroxitriptamina, como el ondansetrón, son una clase de fármacos antieméticos que tienen pocos efectos adversos y que se han utilizado de forma segura en los niños. La decisión entre estos agentes terapéuticos incluye la consideración cuidadosa de varios factores, que incluyen la efectividad, el perfil de efectos secundarios y los costes. Por qué es importante realizar esta revisión Los médicos que proporcionan atención a pacientes pediátricos en el servicio de urgencias (SU) generalmente prescriben el tratamiento con líquidos intravenosos (TIV) para la deshidratación leve o moderada cuando los vómitos son el síntoma principal. El tratamiento sintomático adicional de los vómitos con antieméticos podría dar lugar a una reducción importante del uso de rehidratación intravenosa así como de las hospitalizaciones, y a la reanudación del tratamiento de rehidratación oral (TRO). También ha habido preocupación acerca de los efectos secundarios de algunos antieméticos. Varios ensayos controlados con asignación aleatoria han investigado la efectividad de diferentes antieméticos, algunos de los cuales se han evaluado en varias revisiones sistemáticas recientes no Cochrane. OBJETIVOS El objetivo de esta revisión fue aportar pruebas fiables con respecto a la efectividad y la seguridad clínicas de los antieméticos prescritos para los vómitos causados por la gastroenteritis mediante la comparación de los resultados clínicos expresados como el cese de los vómitos, la reducción de la necesidad de rehidratación intravenosa o de hospitalización y la reanudación final del tratamiento de rehidratación oral. MÉTODOS Criterios para la inclusión de los estudios para esta revisión Tipos de estudios En esta revisión sólo se consideraron los ensayos clínicos controlados con asignación aleatoria. Tipos de participantes Estudios que habían reclutado niños y adolescentes menores de 18 años que presentaban vómitos y un diagnóstico clínico confirmado de gastroenteritis. Se excluyó cualquier estudio en el que los pacientes presentaban vómitos como resultado de la anestesia general o debido a la quimioterapia. Además, se excluyeron los estudios en los que los pacientes padecían afecciones quirúrgicas (por ejemplo, apendicitis aguda / absceso pélvico, enfermedad inflamatoria intestinal), o infecciones sistémicas (como infecciones urinarias, neumonía, meningitis) o afecciones metabólicas (diabetes mellitus o cualquier otro trastorno diagnosticado previamente, incluida la inmunodeficiencia). Tipos de intervenciones Intervenciones activas Se consideró cualquier antiemético administrado por vía oral, intravenosa o como supositorios en cualquier dosis, prescrito para detener o reducir los vómitos. Control Administración de placebo, vehículo o nada prescrito para detener los vómitos. Se incluyeron los estudios que compararon diferentes antieméticos. Tipos de medida de resultado Medidas de resultado principales Tiempo desde la primera administración del tratamiento hasta el cese de los vómitos. Medidas de resultado secundarias También se consideraron las siguientes medidas de resultado secundarias para esta revisión. Satisfacción de los padres, evaluada mediante un cuestionario o una entrevista Número de participantes que requirieron hospitalización: durante la estancia en el SU; y hasta 72 horas después del alta del servicio de urgencias Número de participantes que requirieron rehidratación intravenosa durante la estancia en el SU; y hasta 72 horas después del alta del servicio de urgencias Número medio de episodios de vómitos Proporción de participantes que presentó el cese de los vómitos Número de participantes que volvieron a consultar Número de participantes que reanudaron la rehidratación oral Eventos adversos Cualquier evento adverso documentado clínicamente o informado por los pacientes. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Para una presentación detallada de los resultados y de los gráficos, ver la versión PDF en inglés de esta revisión. Exhaustividad y aplicabilidad de la evidencia Las guías AAP (AAP1996), publicadas hace casi diez años, señalaron que hubo un consenso de opinión de que los antieméticos no son necesarios para el tratamiento de los vómitos provocados por la gastroenteritis en los niños. Las guías AAP también advirtieron que los médicos deberían estar al tanto de ciertos efectos adversos potenciales pero no especificados asociados a los antieméticos, no obstante estos estudios, aunque informan algunos efectos secundarios, parecieron indicar que, excepto por la diarrea, todos los fármacos fueron razonablemente bien tolerados. Esta revisión incluyó siete ensayos que fueron financiados al menos de forma parcial por la industria y proporcionaron algunas pruebas con respecto a la efectividad y seguridad clínicas de los antieméticos prescritos para los niños con vómitos debido a la gastroenteritis. Calidad de la evidencia Limitaciones en el diseño y la ejecución del estudio Aunque el diseño de estudio en los estudios incluidos pareció haber sido adecuado en términos generales, nuestras evaluaciones del riesgo de sesgo a nivel del estudio para algunos dominios en varios de estos estudios revelaron algunas de las limitaciones en su ejecución, que se informaron en la sección de “Riesgo de sesgo en los estudios incluidos” de esta revisión. Aunque se estableciera contacto de forma exitosa con los investigadores de varios de los estudios incluidos, la disposición de algunos de los participantes sigue siendo incierta. Aunque es muy probable que estas incongruencias resulten del error sistemático y la mayoría probablemente se asocie con la incorporación de los participantes a medida que fueron necesarios y con los retos afrontados en el seguimiento de los participantes pediátricos, no necesariamente indican alguna subversión intencional de los ensayos. En dos de los estudios, las inclusiones falsas se excluyeron de un análisis por intención de tratar (intention-to-treat analysis). Se considera que este hecho puede haber ocurrido como resultado de la metodología de detección deficiente aplicada en un ambiente hospitalario concurrido, y por lo tanto los criterios de ingreso no se aplicaron de un modo consistente entre los participantes del estudio. Sin embargo, aunque se reconocen estas limitaciones, los autores consideran que el grupo de pruebas resumidas en esta revisión es suficiente para permitir que se establezcan ciertas conclusiones acerca de la efectividad de las intervenciones utilizadas en el tratamiento de los vómitos relacionados con la gastroenteritis aguda en niños y adolescentes. Dificultad en la generalizabilidad de las pruebas Todos los estudios incluidos cumplieron con los criterios de elegibilidad para esta revisión, aunque la mayoría de los participantes incluidos en estos estudios presentaban gastroenteritis aguda de leve a moderada, y seis de los estudios se realizaron en servicios de urgencias de hospitales en contraposición con sólo uno en consultorios ambulatorios pediátricos. El impacto potencial de estos factores sobre la generalizabilidad y la validez externa de las pruebas aportadas en esta revisión debe ser considerado por los médicos al extrapolarlo a la toma de decisiones clínicas. El uso de placebo como el comparador en la mayoría de los estudios podría no facilitar las evaluaciones futuras sobre las ventajas o las desventajas de las intervenciones más nuevas en comparación con las existentes. Para llenar las brechas en las pruebas, los médicos deben tener acceso no sólo al riesgo y los beneficios de las intervenciones individuales, sino también a la eficacia relativa de estas intervenciones y por lo tanto es más probable que los ensayos de comparación directa hayan aportado pruebas tanto relevantes como directas. Heterogeneidad no explicada o inconsistencia de los resultados Los estudios identificados para la inclusión en esta revisión sistemática consideraron una diversidad relativamente limitada de intervenciones, y los hallazgos para los resultados específicos fueron bastante consistentes a través del número pequeño de estudios e intervenciones en los que el agrupamiento de los datos fue factible. Sin embargo, en uno de estos estudios no fue posible determinar claramente si cuatro de los participantes habían ingresado al hospital a o habían recibido tratamiento IV de rehidratación. En vista del estado incierto de estos participantes, se realizaron los análisis de sensibilidad del mejor-peor y del peor-mejor de los casos y se encontró que el resultado del ingreso al hospital fue sensible a los datos faltantes. Más precisamente, aunque el mejor-peor de los casos ofreció datos limitados para sugerir que el ondansetrón puede reducir la tasa de ingresos (hasta 72 horas después del alta del SU) (estadística I 2 = 49%), el peormejor de los casos indicó que fue improbable que el ondansetrón redujera la tasa de ingresos al hospital (estadística I2 = 0%). Después de considerar del grado de heterogeneidad en los dos casos, el peor-mejor de los casos sería más característico y por lo tanto parecería menos probable que el ondansetrón reduzca la tasa de ingreso en el hospital (hasta 72 horas después del alta del SU). Imprecisión de los resultados La escasez de estudios (aunque tuvieron un tamaño de la muestra y una duración adecuadas y examinaron intervenciones similares) incluidos en esta revisión proporcionaron cantidades limitadas de datos para realizar el agrupamiento y por lo tanto no fue factible la realización de cualquier evaluación importante del grado de precisión del efecto. Se ha obrado con cautela al extraer los datos de los estudios de investigación primarios y se han proporcionado intervalos de confianza para indicar la solidez de los datos sobre los cuales se podrían establecer conclusiones. Se ha informado incertidumbre conjuntamente con los IC del 95% y se ha presentado el impacto de un grupo mínimo de observaciones faltantes en los IC del 95% y en las conclusiones que se han destacado en el Análisis 1.2 y el Análisis 1.3. Sesgo de publicación Debido al escaso número de ensayos incluidos en esta revisión, no fue posible una estimación de esta evaluación. Sesgos potenciales en el proceso de revisión Se realizaron todos los intentos posibles para limitar el sesgo en el proceso de revisión asegurando una búsqueda exhaustiva de los estudios potencialmente elegibles. La evaluación de la elegibilidad de los estudios para su inclusión en esta revisión y la extracción de los datos realizadas de forma independiente por los autores minimizaron el potencial de sesgo adicional más allá del detallado en las tablas de Riesgo de sesgo de los estudios incluidos. Acuerdos y desacuerdos con otros estudios o revisiones La actualización de esta revisión Cochrane, junto con los ensayos adicionales, complementa dos revisiones recientes no Cochrane (Colletti 2009; DeCamp 2008) y contribuye aún más al grupo de pruebas que apoya la efectividad de los antieméticos para los vómitos relacionados con la gastroenteritis aguda en los niños. Una de estas revisiones (DeCamp 2008) se ha evaluado e informado como una fuente fiable y válida de pruebas sobre el uso de antieméticos para los vómitos relacionados con la gastroenteritis aguda en niños y adolescentes (Vreeman 2008). Los autores de la revisión identificaron 11 estudios elegibles; utilizaron una lista de verificación (Downs 1998) para asignar una puntuación de calidad a cada estudio; e indicaron que se habían realizado los análisis de sensibilidad sobre la base de la calidad; sin embargo, los detalles de estos análisis no fueron informados. Los autores también realizaron los metanálisis sobre la base del tratamiento y utilizaron un enfoque pragmático para el agrupamiento de los datos a través de las diferentes modalidades de administración y las edades de los participantes. Se cuestiona la validez de la decisión de los revisores de agrupar algunos de estos datos en vista de la diversidad clínica evidente entre los estudios seleccionados y más específicamente en cuanto a las diferencias en sus vías de administración. En esta versión actualizada se ha evaluado el riesgo de sesgo en cada estudio incluido y, sobre la base de la aclaración buscada y recibida de parte de los investigadores del ensayo, se han enmendado algunos de los juicios en varios de los dominios de acuerdo con dicha información. Los datos adicionales recibidos de los investigadores (Freedman 2006; Roslund 2008) también han permitido realizar los análisis por intención de tratar (intention-to-treat analysis) en comparación con el análisis de casos completos usado por los revisores en DeCamp 2008. Los hallazgos de esta revisión sistemática están de acuerdo en gran medida con los informados en DeCamp 2008; sin embargo esta revisión también difiere un poco al considerar dos puntos temporales clínicamente importantes: los resultados observados durante la estancia en el SU y los observados hasta 72 horas después del alta del SU. Aunque este hecho parecería fortalecer las conclusiones relevantes a la estancia en el SU, todavía existen dudas sobre si el ondansetrón oral en realidad reduce la tasa de ingreso al hospital en el período hasta las 72 horas después del alta del SU. Además, aunque la revisión de DeCamp 2008 trata la variabilidad entre los estudios al mostrar la efectividad del ondansetrón para reducir la tasa de ingresos, también sugiere un ahorro potencial de los costes asociado con una reducción de los ingresos al hospital y el uso de rehidratación intravenosa, un presuposición que no es apoyada por las pruebas poco concluyentes informadas en nuestra revisión. La revisión bibliográfica de Colletti 2009 evaluó los estudios publicados desde 1966 a 2006, aunque proporcionó muy pocos detalles sobre una evaluación de la calidad metodológica de los estudios incluidos, y presentó los resultados y las conclusiones de una manera descriptiva, lo que aportó muy poco al grupo de pruebas. CONCLUSIONES DE LOS AUTORES Implicaciones para la práctica Las guías para la práctica clínica en cuanto al tratamiento de los niños con gastroenteritis recomiendan la atención de apoyo mediante el tratamiento de rehidratación oral (TRO) para la deshidratación leve a moderada, aunque no proporcionan ninguna recomendación sobre el uso adicional de medicación antiemética para los vómitos. Sin embargo, en la práctica parecería que ahora existe una tendencia mayor hacia la prescripción de medicación antiemética por parte de los médicos (Li 2003; Kwon 2002). Se sabe que los antieméticos como la prometazina, la proclorperazina y la metoclopramida tienen efectos secundarios graves, en consecuencia se prescriben menos comúnmente. Esta revisión sistemática aporta pruebas que apoyan el uso del ondansetrón como un complemento al tratamiento de rehidratación oral para tratar a los niños con gastroenteritis aguda que presentan deshidratación leve a moderada. El ondansetrón administrado como una dosis única (0,1 mg/kg) (Freedman 2006; Roslund 2008) por vía oral, o por vía intravenosa en el servicio de urgencias a los niños con deshidratación leve a moderada, parece disminuir el número de niños que presentan vómitos persistentes como una barrera al TRO. Además, reduce el número de niños que requieren rehidratación intravenosa y que necesitan ingresar al hospital, aunque no puede disminuir las posibilidades de una nueva consulta o del ingreso después del alta del servicio de urgencias. El ondansetrón oral también puede resultar útil como una medida adyuvante al TRO en el contexto ambulatorio o domiciliario. Implicaciones para la investigación Una revisión de los antieméticos para reducir los vómitos relacionados con la gastroenteritis aguda en los niños y adolescentes proporciona un ejemplo de dónde hay pruebas de un beneficio de la intervención. Esta revisión muestra que actualmente debe considerarse que se respondió ampliamente a la pregunta sobre los efectos de los antieméticos en los niños con vómitos relacionados con la gastroenteritis aguda. Podría justificarse la realización de estudios de investigación adicionales que analicen los efectos relativos de los diferentes regímenes de dosificación, los diferentes ámbitos, es decir la atención ambulatoria y domiciliaria; el estado de hidratación y la gravedad de la enfermedad; y sobre los resultados que son de relevancia para los pacientes como, por ejemplo, el tiempo hasta el cese de los vómitos desde la administración del antiemético. Esta investigación también debe incluir un análisis formal de la relación costeefectividad entre los tratamientos, las vías de administración y los regímenes de seguimiento, y evaluarse por separado para los países desarrollados y en vías de desarrollo debido a que la toma de decisiones clínicas, las preferencias de los pacientes y las expectativas de los cuidadores sobre los resultados difieren a través de estas variables. Los ensayos controlados con asignación aleatoria futuros deben estar bien diseñados, bien realizados, administrados de forma adecuada e incluir el informe posterior y descripciones de alta calidad de todos los aspectos de la metodología. El informe riguroso debe ajustarse a la declaración Consolidated Standards of Reporting Trials (CONSORT) (http://www.consort- statement.org/) lo cual permitirá la evaluación y la interpretación de los resultados, y la realización de juicios exactos acerca del riesgo de sesgo y la calidad general de las pruebas. Aunque es incierto si la calidad informada refleja la realización real del estudio, debe mencionarse que se ha demostrado que los estudios con una metodología incierta producen cálculos sesgados de los efectos del tratamiento (Schulz 1995). El cumplimiento de las guías, como la declaración CONSORT, podría ayudar a asegurar el informe completo. Ver más recomendaciones para estudios de investigación adicional