Año del Sacerdocio

Página 21• 8 al 14 de octubre de 2006 • EL VISITANTE
Año del Sacerdocio
Metamorfosis hacia el sacerdocio
Javier Pagán Dávila
Para El Visitante
El Padre Elvin Irizarry Román, nació en Arecibo y se crió en el barrio Abra
Honda de Camuy. Es el mayor de cuatro
hermanos. Sus padres son el señor Elvin
A. Irizarry Rivera y la señora Perfecta
Román Terrón.
A los 7 años hizo su primera comunión y fue monaguillo desde los 9, en la
Capilla Espíritu Santo de su barrio. A los 15
ingresa al Coro de la Parroquia San José
en Camuy; uniéndose simultá-neamente
a la Pastoral Juvenil y al Movimiento de la
Renovación Carismática.
Su vocación hacia el sacerdocio estuvo clara desde temprano. Tanto así, que
a los 13 años hizo tal mención y le contestaron: “Ahora sólo te falta crecer”. Esa respuesta no fue lo que el joven esperaba, por
lo que la llama vocacional fue mermando.
Su vida dio otro giro y llegó a la
Universidad de Puerto Rico, donde hizo
un grado asociado en contabilidad; la cual
nunca ejerció. Irrizarry siente que algo falta
en su vida, toca puertas, busca respuestas,
hasta llegar a Colombia, donde sirve como
misionero con los Padres Dominicos.
Regresa a La Isla a proseguir estudios.
En esta ocasión se inclina por la pedagogía, con concentración en música. Labora
entonces como maestro en su pueblo. Aún
le falta algo. Les comenta a sus padres que
el magisterio “no es lo mío”. Esta vez va a
la segura y le pide al Señor una señal.
Como parte del taller leyó el Capítulo
5 del Evangelio según San Lucas, sobre la
pesca milagrosa. Decidió adoptar la respuesta de Pedro y poner “sus redes” en
aguas más profundas. Elvin le dijo a Dios
en aquél momento “...Porque Tú mandas,
yo lo voy a hacer”. ¿Más señales? Al siguiente día Monseñor Iñaki Mallona pidió
verle en su oficina y le dijo las palabras que
tanto esperaba: “Elvin... tú, para España.”
Aquí estaba la señal. “Nunca más pregunté, sólo me entregué en las manos
del Señor” puntualizó el hoy Vicario de la
Parroquia Nuestra Señora del Rosario, en
Vega Baja.
Llega a Toledo y entra al Seminario
como Diocesano. Estaba claro que dedicaría por completo su vida al seminario
y luego al sacerdocio, dejando atrás sus
experiencias musicales, sin saber que eso
sería parte de su ministerio.
En su segundo año de teología, durante unos ejercicios espirituales, acoge diferentes características de varias órdenes
religiosas. “La espiritualidad y capacidad
de oración de los Carmelitas; el espíritu
de pobreza de los Franciscanos; la ca-
pacidad de predicación de los Dominicos;
la actualización e intelectualidad de los
Jesuitas; y la vivencia en comunidad de los
Diocesanos... formarían la radiografía del
sacerdote que deseaba ser” señaló.
El 21 de diciembre de 1996, es ordenado diácono, comenzando tal labor
en la Parroquia San Rafael Arcángel, de
Quebradillas y el 17 de mayo del próximo
año es ordenado sacerdote, ejerciendo
como Vicario de la Parroquia Sagrado
Corazón de Arecibo.
Recuerda en una ocasión las
Hermanas de Santa María Eufrasia, en
Arecibo, estando en plena construcción
de la casa de Madres Solteras en la búsqueda de fondos le piden ayuda al joven
sacerdote, quien no pudo ayudarles como
él quisiera. Este momento despierta un
entusiasmo en Padre Elvin de reutilizar la
música para ayudar a otros. Llevando así
el Evangelio fuera del templo parroquial,
junto a un grupo de jóvenes, realiza una
produción discográfica.
Al día de hoy el P. Elvin, desde Vega
Baja, preside la Pastoral Carcelaria en
nuestra Diócesis Arecibeña y es el Subdirector de la Comisión Episcopal de
Pastoral Carcelaria, a nivel Isla, que preside Monseñor Rubén A. González Medina,
Obispo de la Diócesis de Caguas.
El 24 de febrero, en Arecibo, Padre
Elvin deleitó a Dios, y a los feligreses, junto a Padre Adrián Jiménez y Padre Edwin
Mercado en el concierto “Sacerdotes
del Señor, cantad al Señor” Pro Obras
Diocesanas, celebrando también el año
del sacerdocio.
De la Agenda
del Obispo Iñaki
07
Misa Patronal
Parroquia Ntra. Sra. del Rosario, Ciales
09
Encuentro Centro Interparroquial Utuado
San Miguel, Utuado
10
Retiro mensual del Clero
Centro Diocesano, Arecibo
11
Reunión de ASPRI
Guaynabo
Encuentro Centro Interparroquial
Florida-Barceloneta
Parroquia Ntra. Sra. del Carmen
– Barceloneta
Encuentro Centro Interparroquial
Morovis-Ciales-Orocovis
Ntra. Sra. del Rosario, Ciales
13
Confirmaciones
Parroquia Sagrada Familia, Manatí
14
50 años de vida religiosa
Sor María Mercedes Nieves Rodríguez
Cincuenta años atrás una joven, siendo dócil al Espíritu Santo, decidió responder a la llamada del Señor. Así consagró
a Dios su vida, María Mercedes Nieves
Rodríguez, quinta hija, de siete, 3 varones
y 4 mujeres de Don Marceliano Nieves y
Doña Mercedes Rodríguez. Nació el 4
de abril de 1935, siendo bautizada el 8 de
mayo de 1935 por el muy recordado Padre
Francisco Vigo Salas en la Parroquia San
Rafael Arcángel en Quebradillas. Fueron
sus padrinos Don Juan Hernández y Doña
María Pérez. Ese mismo año, como se
acostumbraba en aquel tiempo en Puerto
Rico y aprovechando la llegada del obispo
desde San Juan, fue confirmada en mayo
por Monseñor Edwin Byrne.
Así, desde pequeña, demostró una
gran fe y un gran tesón de hacer la voluntad
de Dios. Asistiendo a Misa diaria, iba a pie
desde el Barrio San José hasta la iglesia
parroquial del pueblo. Perteneció al grupo
de las Hijas de María e impartía catecismo.
Un día, le preguntó al venerable sacerdote,
Monseñor Juan Bautista Acevedo, párroco
en aquel momento, si había alguna congregación a la cual ella pudiera ingresar.
Ni corto ni perezoso Monseñor inmediatamente la montó en su carrito y la llevó a
la Congregación de las Hermanas de los
Ancianos Desamparados. Así fue que sa-
lió hacia Puerta de Tierra el 20 de octubre
de 1954 para nunca más regresar, pues ya
la meta y la vocación estaban muy claras
para ella. De allí partió hacia Cuba para
hacer votos simples y en México hizo los
votos perpetuos. Ha estado designada a
Puerto Rico hasta el presente en las casas
de Puerta de Tierra, Cupey, Hormigueros
y Ponce.
El 14 de octubre de 2006, celebramos la Eucaristía en Acción de Gracias a
Dios por 50 años de vida consagrada en
la Parroquia San Rafael Arcángel a las
10:30 a.m., presidida por Monseñor Iñaki
Mallona, Obispo de Arecibo.
Sor María Mercedes, una mujer para
la historia. Mientras que en el mundo crece el maltrato a los ancianos, Sor María
Mercedes, por 50 años, junto a su comunidad religiosa, han dado un verdadero
signo de esperanza. Han limpiado el rostro
del Cristo viviente en el enfermo y desamparado. Esta mujer quebradillana ha sido
fiel a las palabras de su fundadora Santa
Teresa de Jesús Jornet e Ibars refiriéndose a Jesús: “Por eso, su Corazón arde
en llamas de purísimo amor; con ese purísimo amor, es menester que amemos y
tratemos a nuestros pobres, interesándonos muchísimo por su bienestar temporal
y eterno”. Estamos seguros que el corazón
de Sor Mercedes está lleno de ese amor y
lo ha dado y lo sigue dando como desde el
primer día que comenzó. Pues al dar gracias por tantos años de vida consagrada,
Sor Mercedes puede decir lo que dijo Juan
Pablo II a los consagrados: “También hoy
el testimonio de la vida plenamente consagrada a Dios es una elocuente proclamación de que El basta para llenar la vida
de cualquier persona”. – Sor Mercedes:
¡Gracias y enhorabuena!
Misa XXXVI Asamblea General de
Superiores Mayores
Misión Claret, Bayamón
Misa 50 Aniversario
Sor María Mercedes Nieves Rodríguez
Hna. De los Ancianos Desamparados
Parroquia San Rafael Arcángel,
Quebradillas
Hermano Bernardo Pérez
El Hermano Bernardo Pérez nació el 23 de julio del
1924 en un pueblo de la Provincia de Palencia, España Sus
primeros años de formación Marista, los realizó en España y
Francia. Durante 18 años trabajó como educador en Cuba, en
los Colegios Maristas de Cienfuegos y Camaguey. En 1964
llega a la Isla del Encanto, siendo uno de los Fundadores
de la obra Marista en Puerto Rico, don donde permaneció
durante 42 años. Han sido 42 años de ardua e ímproba labor
dedicados a la formación y educación cristianas de la niñez
y de la juventud puertorriqueñas. Falleció el 9 de julio a punto de cumplir los 82 años. Nos dejó un edificante ejemplo de
fidelidad a Dios.