DERECHOS RESERVADOS

Anuncio
9
UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE DERECHO
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Muerte Asistida: ¿Delito o Derecho?
Trabajo Especial de Grado para
optar al Título de Abogada,
Realizado por la Bachiller:
Villalobos Sánchez, Daniela Beatriz
V.-18.063.831
Tutor Académico:
Abg. Gustavo Róquez Hernández.
Maracaibo, abril de 2007
10
HOJA DE EVALUACIÓN
Este Jurado aprueba el Trabajo Especial de Grado Titulado: “Muerte Asistida:
¿Delito o Derecho?”, que la Bachiller Villalobos Sánchez, Daniela Beatríz, presentó
para optar al Título de Abogada.
OS
D
A
RV
Abg. Gustavo RóquezE
Hernández
S
E
Tutor
R
S
HO
C
E
DER
_____________________
____________________
___________________________
Dra. Anabella Del Moral
Jurado
Dra. Marisela Párraga de Esparza
Jurado
____________________
____________________
Dra. Anabella del Moral
Directora de la Escuela de Derecho.
Econ. Alfredo León
Decano de la Facultad de Ciencias
Políticas, Administrativas y Sociales.
Maracaibo, mayo de 2007
11
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Solo quiero ser feliz.
No vivir feliz, sólo ser feliz.
Anónimo.
12
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
A todos los que tienen
“una esquinita de mi título”
13
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Para quienes merecen tanto
respeto en su voluntad
como ella…
Danny
14
RESUMEN
Villalobos Sánchez, Daniela Beatriz. Trabajo Especial de Grado para optar al Título
de Abogada. “Muerte Asistida: ¿Delito o Derecho?”. Universidad Rafael Urdaneta.
Facultad de Ciencias Políticas, Administrativas y Sociales. Escuela de Derecho.
Maracaibo, abril de 2007.
La Muerte Asistida como institución jurídica en Venezuela ha sido durante décadas
erróneamente incluida en la esfera de regulación del delito de homicidio intencional
simple. Sucede ahora que con el progreso de derechos específicos como la libre
disposición sobre el propio cuerpo, el libre desarrollo de la personalidad y sobre todo
el derecho a la autodeterminación, junto con la entrada en vigencia de la aún reciente
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, la institución de la
Muerte Asistida se constituye como tal y se abre paso escudada por una regulación
bastante abstracta y a la vez ineficiente a los efectos prácticos. Esto sirve de punto de
partida este trabajo de investigación, al identificar y resaltar la actual regulación y
probar su insuficiencia práctica para los casos en discusión. Pretende además esta
investigación brindar lineamientos que en un futuro puedan inspirar una legislación
especial y efectiva para regular la Muerte Asistida como institución en Derecho,
estableciendo así un respeto legítimo al derecho de autodeterminación directamente
referido a los casos de Muerte Asistida contando siempre con un consentimiento
debidamente informado y otorgado.
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Palabras Clave: Muerte Asistida. Institución jurídica. Dignidad. Medicina.
Consentimiento. Autodeterminación.
15
INDICE GENERAL
Pág.
Epígrafe.
Agradecimiento.
Dedicatoria.
Pagina de Evaluación.
Resumen.
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
Introducción…………………………………………………………….……………..9
H
C
E
R
E
CapítuloD
1: NOCIONES PRELIMINARES.
Índice General.
1.1.-Ética y Bioética……………………………………………………………….18
1.2.-Vida y Muerte………………………………………………………………...20
1.3.-Muerte Asistida, Eutanasia y Suicidio………………………………………..25
1.4.-Dignidad……………………………………………………………………...28
1.4.1.-Dignidad en la Vida y Dignidad en la Muerte. Calidad de Vida y Muerte
Digna……………………………………..…………………………….29
1.4.2.-Dignidad Intrínseca y Dignidad Social. Posiciones Pro-Eutanasia y
Posiciones Pro-Vida……………………………………………………31
Capítulo 2: LA VISIÓN DEL INDIVIDUO.
2.1.-La Relación Médico-Paciente. El Rol del Médico…………………………...37
2.2.-El Rol del Paciente. La Toma de Decisión…………………………………..44
2.3.-La Decisión del Afectado. El Consentimiento Informado…………………...49
2.4.-¿Ensañamiento Médico o Práctica Profesional? Licitud Moral………….…..51
16
Capítulo 3: EL ENFOQUE JURÍDICO.
3.1.-La Muerte Asistida en el Derecho Comparado………………………………57
3.1.1.-Derecho Español………………………………………………………57
3.1.2.-Derecho Holandés……………………………………………………..59
3.1.3.-Derecho Colombiano………………………………………………….60
3.1.4.-Otras Legislaciones……………………………………………………61
3.2.-Marco Constitucional. Derechos Humanos y Derechos Individuales………..65
OS
D
A
V Piadoso y Muerte
RHomicidio
3.4.-Derecho Penal Venezolano. Homicidio,
E
S
E
Asistida………………………………………………………………………72
R
S
O
H
C
E
3.5.-DerechosR
DE de la Personalidad. La Autodeterminación como Derecho………..80
3.3.-Derecho Civil Venezolano. Voluntad y Capacidad…………………………..70
Capítulo 4: MUERTE ASISTIDA: ¿DELITO O DERECHO?
4.1.-Muerte Asistida: ¿Delito?..…………………………………………………...90
4.2.-Muerte Asistida: ¿Derecho?………………………………………………….91
4.3.-Muerte Asistida: ¿Delito o Derecho?………………………………………...92
Conclusiones…………………………………………………………………………94
Recomendaciones……………………………………………………………………97
Bibliografía…………………………………………………………………………..98
17
INTRODUCCIÓN
Inicialmente, la Muerte Asistida deviene de otra institución llamada
Eutanasia. La Eutanasia o buena muerte se puede definir como el acortamiento
voluntario de la vida de quien sufre una enfermedad incurable para poner fin a su
sufrimiento. Cuenta con dos formas de ejecución: la Eutanasia Pasiva, que consiste en
provocar la muerte por medio de una omisión como por ejemplo negar los medios
artificiales que prolongan la vida; y la Eutanasia Activa, donde la muerte es
OS
D
A
RV
provocada por una acción, clásico el caso de una persona que solicita a otra le procure
E
S
E
SR
O
H
C
E
denominamos Muerte
Asistida.
R
DE
la muerte en virtud de un sufrimiento físico o moral. Es a esta última a la que
La Muerte Asistida se fundamenta en el llamado Derecho a una Muerte Digna,
el cual está referido, como derecho personal de todo ser humano, al derecho de elegir
cómo morir; sin embargo, este derecho no conlleva una capacidad de ejercicio plena
sino más bien condicionada al padecimiento físico que disminuye la calidad de vida
del Derechohabiente o solicitante de la Muerte Asistida.
Ahora bien, la calidad de vida no es un valor cuantificable sólo pueden
tomarse indicios con respecto al sujeto, como por ejemplo, cuando una persona no es
capaz de cubrir por sí misma sus propias necesidades fisiológicas se considera que
está por debajo del mínimo de calidad de vida, pero este criterio obedece en mayor
medida a estudios desarrollados en el campo médico que a estudios desarrollados en
el campo jurídico.
18
En el contexto de la Muerte Asistida, la dignidad se relaciona con el control
sobre el proceso vital y con la apreciación de que la situación indigna afecta a la
condición intrínseca del sufriente. La aceptación de la Muerte Asistida conlleva la
aceptación de que la dignidad humana es afectada e incluso minimizada, por el
sufrimiento, la debilidad, la dependencia de otros y la enfermedad terminal.
La determinación del impacto del sufrimiento sobre la dignidad del enfermo
se ha convertido en uno de los factores fundamentales en la defensa del derecho a una
OS
D
A
RV
Muerte Asistida. Es razonable pensar que una opción de este tipo no tiene por qué ser
E
S
E
SR
O
H
Cel sufrimiento actúa desfavorablemente sobre la dignidad
E
opción según R
la cual
DE
compartida por el conjunto social, por cuanto resulta necesario tomar en cuenta que la
humana intrínseca del ser humano, conduce a razonamientos difíciles de asumir, tal
como: El tratamiento del dolor no es la solución al problema, sino más bien un
retardante de sus efectos, y siempre que exista una angustia existencial o un
cansancio de vivir, la Muerte Asistida seguirá mereciendo un lugar en el
ordenamiento jurídico.
Ahora bien, el ordenamiento jurídico venezolano con la finalidad de
desarrollar la protección del derecho a la vida contenido en el artículo 43 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, consagra en su Código Penal,
artículo 405, la figura del homicidio intencional. Esta norma legal resulta amplísima y
no brinda regulación directa alguna a la figura de la Muerte Asistida. Por otra parte, el
artículo 412 del mismo código consagra una figura más similar al objeto de estudio,
ésta es el delito de Inducción y Ayuda al Suicidio.
19
Enmarcando la situación de hecho en la forma de derecho del artículo 412 del
Código Penal se encuentran elementos constitutivos de un delito, a saber: Acción,
Tipicidad, Antijuricidad, Culpabilidad y la Pena, bien como elementos diferenciados
o como interdependientes. Se reconoce entonces la presencia de un delito que prevé
una condena directa para el asistente o ejecutante de la Muerte Asistida, pero no se ve
en modo alguno que la voluntad o deseo de morir de la persona considerada víctima
sea tomada en cuenta expresamente por el legislador patrio como una atenuante,
OS
D
A
V actual.
R
está contemplado en el ordenamiento jurídico-penal
venezolano
E
S
E
R
S
O
H
C
E
Son la voluntad
individual, el fuero personal y las decisiones subjetivas de la
DER
mucho menos como un eximente de responsabilidad sobre el homicidio tal y como
persona que busca su propia muerte, los verdaderos caracteres relevantes en esta
temática. Al afirmar que toda persona que sufre una enfermedad incurable puede
ordenar su propia liberación a través de un acto que cause la muerte rápida, se afirma
también que esta orden no puede ser llamada suicidio y que ese acto no puede
denominado homicidio.
En los casos de enfermedades terminales, incurables o degenerativas pudiera
pensarse que las personas contemplan el quitarse la vida porque tienen el autorrespeto
debido y no desean morir en circunstancias donde ya no sean autónomos o no tengan
el control de su vida, por lo que además de su deseo de morir con dignidad también
habría cabida para morir con autonomía y en ejercicio de su autodeterminación, ya
que lo que desean es morir como seres humanos autónomos que están, al menos hasta
cierto punto, en control de sus propias vidas.
20
Así pues, el derecho que tiene cada persona a controlar al máximo la manera
de morir incluye además el derecho a establecer la relación médico-paciente y a
controlar las especificaciones del tratamiento médico. Si se tiene un derecho personal
a acabar con la propia vida en las situaciones ya descritas y en otras similares,
entonces no debería estar penalizado por la ley el ejercicio de ese derecho y se podría
razonablemente solicitar a un tercero, profesional sanitario o no, el auxilio necesario
para terminar con la propia vida provocando la muerte.
OS
D
A
RV
Éste podría ser el fundamento que justifique la inclusión de la acción de dar
E
S
E
SR
O
H
CFontiveros, donde se considera que, siempre que se cuente
E
el Dr. Alejandro
Angulo
R
DE
muerte por piedad en el artículo 217 del anteproyecto de código penal presentado por
con el consentimiento del afectado el agente no es punible, es decir, la Muerte
Asistida como modo de dar muerte por piedad con el consentimiento del sujeto
pasivo no constituiría delito alguno.
Los derechos de la personalidad son la principal base jurídica que sustenta el
derecho a una Muerte Digna, ya que éstos incluyen el derecho a la propia identidad, a
la intimidad de la vida privada, a la autodeterminación, a la disposición total del
cuerpo y los derechos relacionados con el cuerpo humano. Dichos derechos están
consagrados en normas internacionales tales como el artículo 29 de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y la Declaración Universal de los
Derechos Humanos del año 1948 y tomadas por normas nacionales como el artículo
20 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 que
consagra el Derecho al Libre Desarrollo de la Personalidad.
21
De lo que se ha dicho hasta ahora se puede deducir que en la actualidad, frente
al respeto de la autonomía personal del individuo, la ley no debería prohibir y castigar
que en ciertas circunstancias la gente se quite la vida cada quien a su manera. Queda
claro que el hecho de que el Estado despenalice la Muerte Asistida no implica que la
ratifique dentro de la sociedad, sino que simplemente se trata del reconocimiento de
un derecho de cada persona a decidir cuando dejar de ejercer su derecho a la vida a
razón de un debilitamiento del mismo.
OS
D
A
RV
Desde siempre se ha luchado por el derecho a una muerte digna, pero ha sido
E
S
E
SR
O
H
Cjurídico venezolano que atañe a la materia y en vista de este
E
torno al ordenamiento
R
DE
en los últimos años que la figura de la Muerte Asistida ha levantado controversia en
avance, una legislación especializada sobre la materia es requerida.
Es el caso que en Venezuela, la Muerte Asistida queda encerrada en los
presupuestos legales del homicidio intencional consagrado en principio en el artículo
405 del Código Penal Venezolano el cual constituye una norma legal amplísima, que
no ofrece regulación directa alguna a la figura de la Muerte Asistida. Por su parte, en
el artículo 412 del mismo código encontramos el delito de Inducción o Ayuda al
Suicidio que si bien ofrece regulación directa a la cuestión de la acción de un tercero
en la ejecución de la Muerte Asistida, ésta resulta demasiado amplia para el caso
concreto sin mencionar su ineficacia.
Se trata de instituciones jurídicas totalmente distintas que merecen y exigen
un tratamiento jurídico diferenciado. Cada institución tiene presupuestos y
22
características propias que la diferencian de las otras, incluso sus bases jurídicas son
distintas; mientras que el homicidio simple y la ayuda al suicidio se basan en el
derecho a la vida como Derecho Fundamental, la Muerte Asistida encuentra su base
en los derechos de libre desarrollo de la personalidad, de libre disposición, de
autodeterminación y de respeto a la vida privada como Derechos Inherentes a la
Persona.
La decisión de optar por una Muerte Asistida es una decisión responsable de
OS
D
A
RV
cada persona, bajo la convicción de que al tomar responsabilidad sobre la propia vida,
E
S
E
SR
O
H
C vez que permite a la persona tomar una decisión y ser
E
autonomía personal,
toda
R
DE
se toma también la responsabilidad sobre la propia muerte y se consolida la
responsable por las consecuencias, quedando esa decisión exclusivamente al sentido
de moral y de ética propios de esa persona que a pesar de ser objeto de presiones y
persuasiones externas, la decisión es de cada persona.
El derecho del hombre a una muerte digna está directamente relacionado con
el derecho a una vida digna, por ello cuando causas de naturaleza médica impiden al
ser humano desarrollar su vida propia, o lo ponen en situación de fuerte menoscabo
de su dignidad como persona o supongan padecimientos físicos permanentes e
irreversibles, abren una ventana para dar la oportunidad de dar fin a una vida de
manera digna, desde el punto de vista de quien decida.
En pocas palabras, morir es el cierre o lacre con el que una persona finaliza su
vida tal y como decidió vivirla, se considera entonces que cada persona debería
23
controlar ese hecho siempre dentro de sus posibilidades; dicho de otro modo, cada
persona debe tener el derecho a determinar y controlar las circunstancias de su
muerte, de la misma manera en que tienen el derecho a determinar y controlar los
momentos de su vida.
La Muerte Asistida en su faceta humanitaria, se justifica fundamentalmente en
dos causas reales, una, el dolor extremo en los casos de enfermos terminales; y la
segunda, el ensañamiento terapéutico que se ha dado y se sigue dando en muchos
hospitales.
OS
D
A
RV
E
S
E
S Rla sanción, en ciertas circunstancias, de actos
O
Se trata en definitiva,
de impedir
H
C
E
R
DE están sancionados: aquellos por los que una persona da muerte a
que generalmente
otra. La defensa del derecho a una Muerte Asistida gravita en la reivindicación de un
derecho absoluto como es el de la autodeterminación.
Basándose en lo anterior, el enfoque de esta investigación está destinado al
reconocimiento de la Muerte Asistida como institución jurídica dentro del
ordenamiento jurídico venezolano para que, mediante lineamientos y limitaciones
legales, estas personas en condiciones excepcionales de vida puedan disponer
libremente de su muerte.
El presente trabajo de grado tiene como finalidad dar respuesta a los objetivos
planteados utilizando doctrina, leyes y jurisprudencia como una investigación de
método jurídico documental de forma tal que permita analizar y recomendar criterios
jurídicos aplicables al tópico de ésta investigación, tipológicamente clasificada como
24
jurídico Descriptiva-Propositiva, tópico éste referido a determinar la posición de la
institución de la Muerte Asistida dentro del catalogo de delitos sancionados por el
Derecho Penal Venezolano, o dentro del catálogo de derechos consagrados y
protegidos por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
La presente investigación está estructurada en cuatro (04) capítulos: El
capítulo No. 1, que se refiere a las Nociones Preliminares que comprende las
definiciones terminológicas y regulación general de los conceptos básicos dentro de
OS
D
A
RV
la Bioética y la Muerte Asistida; el capítulo No. 2 abarca todos los elementos y
E
S
E
SR
O
H
Cse explica la actual regulación jurídica dada a la Muerte
E
capítulo No. 3R
donde
DE
opiniones ligadas a la toma de decisión del individuo afectado y la ejecución; el
Asistida; y por último, el capítulo No. 4 explicativo de la insuficiencia e inefectividad
de la regulación actual sobre la institución de la Muerte Asistida.
25
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Capítulo 1: NOCIONES PRELIMINARES.
“La muerte es una dimensión de la vida,
de hecho forma parte de ella igual que la desembocadura forma parte del río”.
Louis Evely
Questions de Vie et de Mort
26
1.1.-Ética y Bioética.
Se entiende la ética como la rama de la filosofía que trata de la moral, pero en
realidad es mucho más que eso. Para Niceto Blázquez, autor cristiano, explica que
“La ética sería el arte o modo de solución de controversias de tal modo que se
salvaguarde hasta donde sea posible el respeto casi absoluto a las posiciones
antagónicas originales”.1 Por su parte, el profesor Andrew C. Varga expone:
La ética es el estudio de la bondad o malicia de la conducta
humana. Los principios éticos generales adquiridos por medio de
esta ciencia pueden aplicarse a las áreas particulares de la actividad
humana. El resultado de este procedimiento ha sido la formación de
disciplinas diferentes de ética especializada, por ejemplo, ética
social, ética política, ética médica, ética de los negocios, ética de
los medios de comunicación.2
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
Ahora
DEbien, la ética es aplicable a toda posición en la sociedad, mucho más al
ejemplo mayor como lo es el propio Estado. Se evidencia entonces la aplicación de la
ética en el Estado de Derecho, creando así un Estado Ético de Derecho. Se dice que
para la existencia de un llamado Estado Ético se necesita que la ética sea un valor tan
intrínseco, tan elemental en su esencia, que en la definición del Estado se mencione la
ética como característica, en signo de la participación entre la ética y lo jurídico.3 Esta
inclusión o participación de lo ético en lo jurídico se puede producir
…por la aceptación del valor de la dignidad humana como objetivo
central y total del Derecho y del Estado.
Igualmente, la inclusión de lo ético en lo jurídico puede producirse
porque la Constitución consagre expresamente la Ética como factor
primordial del Estado y del ordenamiento jurídico.
Blázquez, Niceto. Bioética La Nueva Ciencia de la Vida. Madrid-España. Biblioteca de Autores Cristianos.
2000. p. 48.
2 Varga, Andrew C. Bioética Principales Problemas. Tr: Alfonso Llano Escobar. Santa Fe de Bogota-Colombia.
Sociedad de San Pablo. 2002. p. 5.
3 Cfr. Bocaranda E., Juan José. Ius-ética El Derecho del Nuevo Milenio. Caracas-Venezuela. PrincipiosVigencia, Editores. 2004. p. XXVI.
1
27
Esta segunda forma de recepción es la que ha tenido lugar en
Venezuela a partir de la Constitución Bolivariana de 1999, donde
se define el Estado venezolano como “Estado democrático y social
de Derecho y de Justicia”. Definición esta incompleta, pues debió
tomar en cuenta también el elemento ético que consagra la misma
disposición (Artículo 2º): hubiese expresado, entonces, que se trata
de un “Estado ético, democrático y social de Derecho y de
Justicia”. Con ello hubiese sugerido que los elementos democrático
y social, el Estado mismo, el Derecho y la Justicia, debían regirse
por los valores éticos y por los principios morales, todo lo cual
supone, al mismo tiempo, un Estado necesariamente humanista.4
El profesor Ramón Lucas Lucas define la bioética como “…la ciencia que
regula la conducta humana, en el campo de la vida y la salud, a la luz de los valores y
OS
D
A
RV
principios morales racionales”,5 y la caracteriza como humana, racional, universal e
E
S
E
SR
O
H
C
E
La bioética
es
R
DE aplicable entonces a los casos en los que se debate la licitud
interdisciplinar.
moral, es decir, aquellos casos en los que es necesario descifrar si una determinada
conducta es correcta o no según un conjunto de principios, valores y usos morales que
son los que al final determinan la aceptación o repudio de esa conducta por parte de la
sociedad.
En palabras de Niceto Blázquez:
Lo que llamamos bioética ha surgido de la ética médica clásica,
influida por creencias religiosas y el paternalismo de los médicos,
al margen de la sociedad en general y de la intervención de las
autoridades públicas. …[omissis]. La bioética es el término mágico
con el cual se trata ahora de crear un modelo distinto de ética
médica de corte más social que personal, aprovechando el
Ibidem. pp. XXVI-XXVII.
Lucas Lucas, Ramón. Explícame la Bioética Guía Explicativa de los Temas más Controvertidos sobre la Vida
Humana. Madrid-España. Ediciones Palabra, S.A. 2005. p. 14.
4
5
28
desarrollo de las nuevas técnicas biomédicas y la aparición de
problemas sociales también nuevos.6
Se constituye así la bioética en un instrumento fundamental para la resolución
de los principales conflictos éticos actuales. Con respecto a la competencia de la
bioética se dice que:
La competencia de la bioética se extiende al ámbito forense ya que
si concretáramos los ámbitos en que aplica, podríamos señalar que
tiene ingerencia [SIC] en 2 de los 4 aspectos de competencia de la
bioética:
1. investiga los problemas éticos de las profesiones sanitarias;
2. estudia los problemas éticos a que se plantean en el campo de las
investigaciones sobre el hombre, aunque no sean directamente
terapéuticas;
3. atiende a los problemas sociales inherentes a las políticas
sanitarias, a la medicina del trabajo y a las políticas de control
natal;
4. y analiza los problemas relacionados con la intervención de la
vida de los demás seres vivos y el equilibrio del ecosistema.7
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Mientras que la ética se encarga propiamente de las personas, de su conducta
y forma de actuar, la bioética se encarga de las conductas de la vida,
independientemente de quien las realice o ejecute.
1.2.-Vida y Muerte.
Es imposible definir la vida de forma universal. Existen definiciones de la
vida tan variadas que van desde un concepto tan simple como el “Tiempo que
transcurre entre el nacimiento y la muerte”,8 hasta definiciones tan complejas que se
ramifican en conceptos de seres vivientes y valores de vida. Tomaría un estudio
Blázquez, Niceto. Op. Cit. pp. 70-71.
“¿Bioética Forense?”. Artículo por: Alexandra E. Serrano de la Mora. Versión completa disponible, a la fecha
de consulta, en: http://www.bioetica.org/colab15.htm
8 Ossorio, Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Buenos Aires-Argentina. Editorial
Heliasta, S.R.L. 2001. p. 1.018.
6
7
29
extenso y monográfico la tarea analizar y desarrollar cada concepto de la vida, por lo
que, a los efectos de esta investigación, se atiende a la definición de vida como el
“Estado de funcionamiento orgánico de los seres”.9
La vida tal como se dijo, está protegida en el artículo 43 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela bajo la simple premisa de “El derecho a la
vida es inviolable…”. El conflicto se presenta cuando el venezolano se pregunta ¿qué
clase de vida se le garantiza?.
OS
D
A
RenVVenezuela se ha convertido
Para nadie es secreto que el derecho a laE
vida
S
E
R
S
Otodo cuando se analiza bajo las ópticas de la calidad
en una sensación ilusoria,H
sobre
C
E
DEdeRvida. La misma Constitución no diferencia la vida que garantiza por
y la dignidad
lo que, tomando un sentido amplio, se podría decir que se garantiza incluso la vida de
seres vivientes no humanos como lo son los animales y las plantas. También se podría
decir que se garantiza la vida como el simple funcionamiento orgánico de la persona,
pero al continuar el análisis de la misma Constitución, se encuentran derechos como
la integridad personal, la seguridad social, el honor y otros derechos que nos hacen
presumir que la protección conferida por la Constitución no se limita al resguardo de
simplemente las funciones orgánicas.
El desarrollo de estos derechos implica la garantía de una vida libre, sana,
segura. Una Vida Digna. “El respeto a la vida queda superado por el respeto a la
9
Idem.
30
persona que quiere morir con dignidad. No es la duración de la vida lo que importa,
sino su calidad”.10
El derecho a la vida tiene que ser protegido y garantizado sin descuidar la
dignidad de vida que también necesita respeto y debe ser recordada y retomada por el
ordenamiento jurídico venezolano.
Por otra parte, la muerte, en términos concretos puede definirse como el cese
OS
D
A
RVtodos los días alrededor del
poco discutido, por ser un acto o hecho que E
sucede
S
E
R
S
mundo, pero sin importar
HlaOinterpretación que cada persona le pueda dar, lo
C
E
R
resaltanteD
yE
común es que para todos siempre va a significar la ausencia de una
de las funciones vitales. Es un punto muy controversial y considerado trillado, aunque
persona en su vida, su familia y su entorno.
La medicina, por su parte, tiene un concepto muy diferente, concibe la muerte
simplemente como el cese de los sistemas que integran el cuerpo los cuales en su
conjunto mantienen vivo el cuerpo humano, pero este no es en sí el problema sino las
distintas nociones desprendidas de la medicina para definir muerte. A continuación
entonces y de una manera general algunas clasificaciones médicas de la muerte como
concepto.
Evely, Louis. El Hombre Moderno ante la Muerte. Salamanca-España. Ediciones Sígueme, S.A. 1980. p.
129.
10
31
Desde el punto de vista anatómico, se encuentran:
-Muerte Somática: Este tipo de muerte es muy particular debido a que si bien
la persona está muerta, es decir dentro de su cuerpo se han dejado de cumplir las
funciones vitales, como es principalmente el respirar, sus órganos continúan
trabajando normalmente como si la persona estuviese viva pero por un período de
tiempo muy corto. Esto trae un gran beneficio ya que, al producirse muertes de este
tipo, se puede proceder a la donación de órganos a personas que lo necesiten con
urgencia.11
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
-Muerte Celular: Considerada
una muerte progresiva y lenta por estar referida
H
C
E
DERa la muerte de los distintos grupos celulares que integran el
exclusivamente
organismo. Este hecho en sí no es la cotidiana concepción de muerte, ya que para
llegar aquí normalmente ya la persona ha pasado al menos por una muerte somática, a
excepción de los casos de cáncer, donde se procede a matar aquellas células que están
infectadas para evitar que se reproduzcan, pero de resto la muerte celular deviene de
la muerta somática. Es lo que comúnmente conocemos como necrosis, una afección
que incluso se puede presentar en personas vivas.12
Desde el punto de vista medicolegal, se presentan:
-Muerte Aparente: Es aquella en la cual, tal y como su nombre lo indica, la
persona solo aparenta estar muerta; es decir, no respira ni se mueve, por la acción de
11 Cfr. Vargas Alvarado, Eduardo. Medicina Legal. Ciudad de México-México. Editorial Trillas, S.A. de C.V. 2003.
p. 89.
12 Idem.
32
un tercero o de sí misma, pero que, si de manera inmediata se le aplican métodos de
resucitación, esta persona que aparentemente estaba muerta puede volver a la vida.13
-Muerte Verdadera: Esta deviene de la anterior ya que si al momento en que la
persona se le aplica las técnicas de resucitación ésta no responde se considera
entonces que la persona esta verdaderamente muerta; es decir, sin ninguna posibilidad
de que resucite, por el cese de sus funciones vitales internas del cuerpo humano.14
OS
D
A
RV
Desde el punto de vista clínico, se clasifica en:
E
S
E
SR
O
H
Cmédico en principio lo parezca debido a que una persona que
E
desde el punto de
vista
R
DE
-Estado Vegetativo: Este estado no puede considerarse como muerte. Aunque
esté en estado vegetativo no ha dejado de respirar ni sus órganos han dejado de
funcionar, sólo se encuentra privado de la función de respuesta producto de la
actividad cerebral superior por tener un daño severo en el cerebro. Esto no es razón
suficiente para considerar a una persona muerta sino más bien prestarle todo el
tratamiento posible incluso por un largo período de tiempo tratando de obtener lo que
en muchos casos pasa que es la respuesta positiva de esas personas que caen en ese
estado.15
-Muerte Cerebral: Esta es muy similar a la anterior. Se diferencian en que sólo
se va a considerar que una persona tiene muerte cerebral cuando estando previamente
en un estado vegetativo se le aplican medios artificiales para mantener la respiración
Idem.
Idem.
15 Ibidem. p. 90.
13
14
33
y la circulación, ya que el individuo no las puede mantener por sí solo. Clínicamente,
al momento de colocar o utilizar los medios artificiales ya se declara la muerte,
debido a que médicamente es imposible que el individuo pueda tener mejoría, pero
dichos métodos se aplican con el fin de poder mantener los órganos vivos y
funcionando para que puedan ser donados. Es importante destacar que el médico,
antes de declarar definitivamente la muerte de la persona, debe realizar primero una
serie de pruebas y exámenes que lo prevenga de emitir un diagnostico erróneo.16
OS
D
A
RV
Se evidencia entonces que la medicina basa sus conceptos en las funciones
E
S
E
SR
O
H
C la muerte se traduce como la ausencia y pérdida de un
Para la familia R
y laE
sociedad
DE
orgánicas; sin embargo, coincide con la definición común en el hecho de la ausencia.
miembro o de un ser querido; para la medicina es solo la ausencia y pérdida de las
funciones orgánicas vitales.
1.3.-Muerte Asistida, Eutanasia y Suicidio.
Como se dijo al principio de este trabajo, la eutanasia es conocida como la
buena muerte por considerarse una muerte totalmente sin dolor, pero realmente
consiste en dar muerte a otra persona por razones de piedad, para evitar un
sufrimiento continuo mayor o incluso progresivo. Se relaciona entonces con otras
figuras tales como la Eugenesia, donde la muerte se justifica en una deformación o
anomalía física de quien la padece; la Ortotanasia, donde al afectado solo se le
suministran cuidados paliativos para aliviar su dolor y dejar que la enfermedad siga
16
Idem.
34
su curso; y la Distanasia, donde se aplican todos los medios posibles, ordinarios o
extraordinarios, proporcionados o no, para retrasar la muerte. Es la distanasia la que
se conoce como Ensañamiento Terapéutico.
La eutanasia, como ya se dijo, puede ser activa o pasiva, siendo ésta última
aquella que se ejecuta por la no aplicación del tratamiento del cual depende la vida o
de estar ya en aplicación, por el retiro del mismo, entendido el tratamiento como
cualquier medicamento, aparato o cualquier otro medio de prolongación de vida.
OS
D
A
RqueVse configura por una acción
Por su parte, la eutanasia activa es aquella
E
S
E
R
S
dirigida a acabar con la vida.
Puede comprender desde asfixiar a la persona con una
HO
C
E
ERel suministro de alguna sustancia tóxica o una herida mortal con
almohadaD
hasta
cualquier arma. Es ésta última figura la que se conoce como Muerte Asistida. El dar
muerte intencionalmente mediante una acción para evitar un dolor o sufrimiento
humano por una dignidad y calidad de vida debilitadas.
La muerte asistida frecuentemente es denominada suicidio asistido, esto es por
la finalidad similar en ambas figuras. El objetivo que se desea alcanzar tanto en el
suicidio como en la muerte asistida es acabar con la vida de quien sufre. La diferencia
surge al analizar quién realiza la acción que provoca la muerte. En el caso del suicidio
es la misma persona la que se da muerte; en la muerte asistida la persona se encuentra
impedida a darse muerte a sí misma por lo que depende de la asistencia de un tercero
para lograr su cometido.
35
En Venezuela, al igual que en la mayoría de las legislaciones el suicidio no es
punible por razones obvias, no es físicamente posible castigar al actor; y en el caso de
un suicidio no consumado, se dice que es inhumano imponer un castigo, por
considerar que la persona ya debe haber sufrido lo suficiente como para llegar al
extremo de intentar suicidio. El suicidio no consumado no se castiga por razones
humanitarias, y además porque la persona no causa daño a otros con su acción, solo
busca dañarse a sí mismo; cabe destacar que, en Venezuela las autolesiones no
comportan delito.
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
Cni para quien asiste la muerte ni mucho menos para el
E
considerarse unR
delito,
DE
La muerte asistida considerada como un suicidio de brazo largo, no podría
fallecido. El problema se presenta al examinar el artículo 412 del Código Penal de
Venezuela, el cual establece el delito de ayuda al suicidio. Resultará de esta
investigación la determinación de la viabilidad de una reforma de este delito o la
inclusión de una excepción al mismo (conservando el delito de inducción al suicidio
contenido en el mismo artículo) para así permitir la aplicación de la muerte asistida.
Frente a la indisponibilidad de la vida como bien jurídico tutelado
básicamente no hay mayores discusiones, sin embargo, se abren ciertos espacios
cuando la discusión se sustenta en función de términos como la condición de una
vida digna, por lo que no se trata simplemente de proteger el nacimiento y el
desarrollo de la vida de una persona mientras llega el momento de su muerte; se trata
más bien de la calidad de ese desarrollo de vida -caracterizada por la dignidad- y de la
calidad de la inevitable muerte; pues, si bien no se puede escoger el cuándo de nacer
36
y morir, existe la posibilidad de escoger el cómo se vive y debería existir también la
posibilidad de escoger el cómo se muere dado que es la culminación del desarrollo
de vida y con ello mantener la dignidad desde el nacimiento hasta la muerte, tal como
se explica en las páginas que componen este trabajo.
1.4.-Dignidad.
La dignidad es un valor no solo inherente sino también esencial en la vida del
OS
D
A
RV
ser humano. En palabras de Carlos Ganzemüller y José Escudero:
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
El hombre, cualquiera que sea su miseria, posee siempre una cosa
de alto valor que debe defender a toda costa: su dignidad humana.
…[omissis]. Conforme a nuestro ordenamiento jurídico, todos los
seres humanos, sin excepción, poseen un haz inherente de
derechos, y el más relevante de ellos es, sin duda alguna, el
reconocimiento
y
respeto
como
personas,
principio
constitucionalmente denominado como categórico, incondicionado
o absoluto que implica el respeto de su dignidad.17
La pregunta ahora recae en el como ejercer esa dignidad. Nos encontramos
entonces con que la dignidad requiere
…la actuación del resto de seres humanos y del poder político para
que sea efectiva. Pese a lo que pudiera parecer, esta afirmación no
implica, que la dignidad exista solo tras el reconocimiento por la
organización social en la que el individuo existe sino al contrario.
La dignidad es una parte esencial de los atributos de la persona,
independientemente de que el derecho la reconozca o no. La
dignidad de la persona no se decide en una asamblea de
congresistas de un partido político, o porque lo reconozca un
parlamento, por muy democráticas que sean ambas formas de
decidir. Los textos normativos, tanto nacionales como
internacionales reconocen la dignidad, pero no justifican su
fundamento, la razón de ser de su origen. De esta forma, y previo
cualquier reconocimiento jurídico, la persona es el fin último de
cualquier organización social. Por ello, la aproximación jurídica a
Ganzemüller, Carlos y Escudero, José. Discapacidad y Derecho Tratamiento Jurídico y Sociológico.
Barcelona-España. Editorial Bosch, S.A. 2005. p. 54.
17
37
la dignidad se manifiesta como una perspectiva mas de las posibles,
y en ningún caso la única o verdadera.18
Queda claro que dignidad como valor no deriva de su regulación ni mucho
menos depende de ella. La dignidad resulta un valor inherente y propio de la persona,
que merece respeto y necesita legislación para su respeto, más no para su limitación.
Se recuerda que “La dignidad de la persona existe mas allá de lo que el derecho la
reconoce, y existe no solo en la medida en que el derecho la reconoce, pese a que su
ejercicio efectivo necesita de éste…El derecho no crea la dignidad de la persona, pero
OS
D
A
RV
sí asegura su eficacia, garantiza su respeto y posibilita su desarrollo”.19
E
S
E
R en la Muerte. Calidad de Vida y
Sy Dignidad
1.4.1.-Dignidad en la Vida
O
H
C
Muerte
Digna.
E
R
DE
El concepto de vida digna es aun más difícil de establecer por el alto
contenido de subjetividad en su determinación. Bien lo explicaban, los ahora
abogados, Roberto Blasoni y Hernando Martín en su trabajo de grado:
En ocasiones el titular de la vida puede no parecerle digna vivirla,
claro está que caeríamos en un campo muy subjetivo, lo que es
digno para el lector quizás no lo es para los realizadores de esta
investigación o viceversa, pero al final de cuentas, en nuestra
opinión, la que cuenta es la de la persona que padece la condición
sanitaria desfavorable, …[omissis]20
Nos explica además el Dr. José Miguel Serrano Ruiz-Calderón, en palabras de
Gonzalo Herranz, que:
Rebollo Delgado, Lucrecio. El Derecho Fundamental a la Intimidad. Madrid-España. Editorial Dykinson, S.L.
2005. p. 108.
19 Idem.
20 Martín, Hernando y Blasoni, Roberto. “Aspectos Jurídicos de la Eutanasia en el Actual Sistema Normativa
Venezolano”. Trabajo Especial de Grado para Optar al Título de Abogado no Publicado. Maracaibo. Universidad
Rafael Urdaneta. Mayo de 2000. p. 98.
18
38
…la dignidad consiste en calidad de vida, en fundada aspiración
por la excelencia. Cuando la calidad decae por debajo de un nivel
crítico, la vida pierde su dignidad … Sin dignidad, la vida del
hombre deja de ser verdaderamente humana … esa vida ya no es
vida. Entonces, anticipar la muerte es la solución apetecible cuando
la vida pierde su dignidad.21
Ahora bien, nos preguntamos quién o quiénes son responsables de mantener
esa calidad, esa dignidad de vida. El Dr. Antonio José Chacón Pinzón, en un estudio
sobre este punto, ha podido determinar la participación de los sistemas de salud en
esta garantía de dignidad y expone:
OS
D
A
RV
Los servicios de salud actualmente ya no son ofrecidos por un
médico particular sino por un sistema que involucra acción
coordinada de muchos individuos, en forma compleja y tecnificada.
Se reconoce que más del 80% de los errores que se cometen en la
atención médica no se originan en un médico particular sino en un
defecto del Sistema de Salud. Sin embargo, es el médico quien
habitualmente debe responder ante el paciente.22
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Pero sucede algo más. Todo el sistema de salud al igual que cualquier otro
servicio depende directamente de la acción, provisión y vigilancia del Estado. No se
debe dejar de lado que la salud y el acceso gratuito a instituciones médicas también
constituyen derechos humanos consagrados en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. Este particular será debatido más adelante.
Por su parte, la dignidad en la muerte no depende exclusivamente de las
condiciones al momento de morir, sino de todas las circunstancias que han llevado a
la muerte, esto es, que depende de la misma dignidad de vida. La concepción de
dignidad al momento de la muerte, al igual que la dignidad en la vida, queda
21 Serrano Ruíz-Calderón, José Miguel. Eutanasia y Vida Dependiente Inconvenientes Jurídicos y
Consecuencias Sociales de la Despenalización de la Eutanasia. Madrid-España. Ediciones Internacionales
Universitarias. 2001. p. 41.
22 Chacón Pinzón, Antonio José. Fundamentos de la Responsabilidad Médica. Bogotá-Colombia. Ediciones
Jurídicas Gustavo Ibáñez, LTDA. 2004. pp. 59-60.
39
supeditada a la percepción de cada persona. Mientras que para una persona puede ser
digno morir en un campo de guerra a causa de un ataque del enemigo, para otra puede
serlo morir en la tranquilidad de su hogar mientras duerme a causa de un paro
respiratorio.
Lo que si no se puede negar bajo ningún concepto es la exagerada
disminución de la dignidad que causa la humillación o el desprecio. Bajo ningún
concepto puede considerarse digno morir por inanición o escaras por ser un vegetal
OS
D
A
RV
inanimado. No puede existir dignidad alguna en morir hundido en sus propios
E
S
E
SR
O
H
Cpara autodeterminarse y a la vez ser físicamente incapaz de
E
en tener la conciencia
R
DE
desechos abandonado por la familia y la sociedad. No puede existir dignidad alguna
hacerlo. De allí la necesidad de otra persona como instrumento para el ejercicio de la
propia autodeterminación.
1.4.2.-Dignidad Intrínseca y Dignidad Social. Posiciones Pro-Muerte Digna y
Posiciones Pro-Vida.
Se ha dicho que la dignidad constituye un valor intrínseco propio de cada
persona por el simple hecho de serlo, pero nos encontramos con otro concepto muy
distinto, que afirma que la dignidad deviene de la condición social de la persona
titular. Este último es la llamada dignidad social.
La dignidad social es si se quiere el principal arma de ataque de las posiciones
pro-vida en contra de las posiciones pro-muerte digna, siendo las primeras todas
aquellas organizaciones dedicadas a la defensa del derecho a la vida frente a lo que
llaman excesiva disposición sobre uno mismo. La posiciones pro-muerte digna son
40
los organismos de cualquier naturaleza que defienden el llamado derecho a una
muerte digna, a la autodeterminación, a un libre ejercicio de la voluntad de morir.
Las posiciones pro-vida se enfrentan a las posiciones pro-muerte digna en una
base diaria en defensa de los derechos de una tercera persona, rara vez miembro de
alguna de ellas. La principal razón de este conflicto es bastante obvia: la persecución
de un fin distinto; pero es al examinar la motivación individual de cada defensa que
encontramos el verdadero ataque a la dignidad.
OS
D
A
R
Las posiciones pro-muerte digna defienden
losV
derechos de una persona que
E
S
E
SdeRla persona, la voluntad producto de la propia
O
desea morir, defienden laH
voluntad
C
E
R
DE de la persona. Se apoyan en principios como la calidad de vida en
autodeterminación
su rol de indicativo de dignidad y el deseo de morir como exteriorización de la
autodeterminación; defienden que la calidad de la vida es directamente proporcional
al grado de dignidad; sostienen que una persona cuya calidad de vida se ve mermada,
se ve disminuida en su dignidad pero aclaran que no es esta condición lo que la hace
merecedora de una mal llamada liberación de su dolor sino su capacidad de
autodeterminarse.
Las posiciones pro-muerte digna dicen cimentarse en el derecho a la
autodeterminación propio de cada persona, derecho éste que resulta tan inherente,
elemental y esencial como la misma dignidad. Mientras que la calidad de vida puede
obedecer a muy diversos factores, la autodeterminación depende única y
exclusivamente de la persona titular, de su deseo y de la exteriorización del mismo.
41
Ahora bien, aclarado el punto de la defensa de las posiciones pro-muerte
digna, se pasa a resaltar la defensa de las posiciones pro-vida la cual, irónicamente, es
justamente la posición pro-muerte digna. La posiciones pro-vida fundamentan su
argumento afirmando que las posiciones pro-muerte digna miden la dignidad en base
a la calidad de vida de cada persona, tal y como ya se explicó en el fundamento de las
posiciones pro-muerte digna. La diferencia viene cuando las posiciones pro-vida
agregan otra palabra a ese fundamento. Recordando lo expuesto anteriormente: la
OS
D
A
RenV
diferencia. Las posiciones pro-vida se fundamentan
que las posiciones pro-muerte
E
S
E
SlaR
O
digna toman como base únicamente
dignidad social, por zazoso que parezca.
H
C
E
DER
calidad de la vida es directamente proporcional al grado de dignidad social. He allí la
23
Éstas posiciones acusan a las posiciones pro-muerte digna de limitar los
derechos de una persona a la forma o manera como ésta es vista dentro de la
sociedad. Implica esta afirmación que un cuadrapléjico no es menos digno por el
hecho de no poder valerse por sí mismo, sino por el hecho de no poder interactuar de
la misma manera y estar al mismo nivel que el resto de la sociedad. Este no es el
fundamento de las posiciones pro-muerte digna.
Las posiciones pro-muerte digna defienden justamente eso: una muerte gozosa
de la dignidad intrínseca de la persona. La dignidad como valor autónomo, tan
autónomo como la persona que la merece, no dependiente de la sociedad ni de ningún
otro aspecto. El conflicto entre ambas posiciones podría deberse simplemente a una
indeterminación conceptual.
23
Cfr. Serrano Ruíz-Calderón, José Miguel. Op. Cit. pp. 125-129.
42
Pero se preguntan los investigadores ¿cómo es posible que se condene en
estos casos la dependencia de un daño a su efecto sobre la sociedad?. Si se trata de
establecer que esta mal hacer de la dignidad un valor dependiente del aprecio o no de
la sociedad, ¿por qué el mismo ordenamiento jurídico condena más duramente los
daños que provoquen un desprecio por parte de la sociedad?.
Un ejemplo de esta condena diferenciada se encuentra a simple vista en el
Código Penal Venezolano vigente en los artículos 413-417* en lo referente a las
OS
D
A
RV
lesiones personales como delito contra las personas. En un análisis detallado de la
E
S
E
SR
O
H
C “…alguna cicatriz notable en la cara…” y otra pena de diez
cuatro (4) años R
por E
causar
DE
redacción de los artículos 415 y 417, donde señalan una pena de prisión de uno (1) a
(10) a cuarenta y cinco (45) días de arresto por causar una lesión que “…no ha
acarreado enfermedad que necesite asistencia médica…”, respectivamente. Se
evidencia que la sociedad si juega un papel importante al momento de medir la
Capítulo II: De las lesiones personales
Artículo 413. El que sin intención de matar, pero si de causarle dañó, haya ocasionado a alguna persona un
sufrimiento físico, un perjuicio a la salud o una perturbación en las facultades intelectuales, será castigado con
prisión de tres a doce meses.
Artículo 414. Si el hecho ha causado una enfermedad mental o corporal, cierta o probablemente incurable, o la
pérdida de algún sentido de una mano, de un pie, de la palabra, de la capacidad de engendrar o del uso de algún
órgano, o si ha producido alguna herida que desfigure a la persona; en fin, si habiéndose cometido el delito
contra una mujer en cinta le hubiere ocasionado el aborto, será castigado con presidio de tres a seis años.
Artículo 415. Si el hecho ha causado inhabilitación permanente de algún sentido o de un órgano, dificultad
permanente de la palabra o alguna cicatriz notable en la cara o si ha puesto en peligro la vida de la persona
ofendida o producido alguna enfermedad mental o corporal que dure veinte días o más, o si por un tiempo igual
queda la dicha persona incapacitada de entregarse a sus ocupaciones habituales, o, en fin, si habiéndose
cometido el delito contra una mujer en cinta, causa un parto prematuro, la pena será de prisión de uno a cuatro
años.
Artículo 416. Si el delito previsto en el artículo 413 hubiere acarreado a la persona ofendida, enfermedad que
solo necesita asistencia médica por menos de diez días o sólo la hubiere incapacitado por igual tiempo para
dedicarse a sus negocios ordinarios, u ocupaciones habituales, la pena será de arresto de tres a seis meses.
Artículo 417. Si el delito previsto en el artículo 413, no solo no ha acarreado enfermedad que necesite asistencia
médica, sino que tampoco ha incapacitado a la persona ofendida para dedicarse a sus negocios u ocupaciones
habituales, la pena será de arresto de diez a cuarenta y cinco días.
*
43
gravedad de un daño, dado que ni para la misma legislación merece la misma
atención una lesión que no requiera atención médica frente a otra en un lugar tan
resaltante como la cara.
Otro ejemplo se encuentra en el artículo 380* del mismo instrumento
normativo el cual, al referirse al delito de incesto, somete la efectiva comisión del
delito a la concurrencia de “…circunstancias capaces de causar escándalo público,
…”. La redacción del artículo no deja más que pensar que si las relaciones
OS
D
A
RV
incestuosas realizadas a puerta cerrada no constituyen delito por no provocar escarnio
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DEentonces la dignidad social un
¿Es
público, el desprecio de la sociedad.
valor
positivo
o
negativo?.
Independientemente de si el ordenamiento jurídico presta o no atención a la dignidad
social, es la dignidad intrínseca de cada persona la que realmente tiene peso y se
relaciona directamente con la voluntad y autodeterminación de la persona. Y aunque
no considera esta investigación que la dignidad social sea impertinente al
ordenamiento jurídico, no la coloca como condición sine qua non para el ejercicio de
la voluntad, de la autodeterminación de la persona.
* Artículo 380. Todo individuo que, en circunstancias capaces de causar escándalo público, tenga relaciones
incestuosas con un ascendiente o descendiente, aunque fuere ilegítimo, con algún afín en línea recta o con un
hermano o hermana, hermanos, consanguíneos o uterinos, será castigado con presidio de tres a seis años.
44
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Capítulo 2: EL INDIVIDUO Y SU ENTORNO.
“Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino”.
Amado Nervo
La Paz
45
2.1.-La Relación Médico-Paciente. El Rol del Médico.
La medicina como ciencia es probablemente la principal protagonista en la
historia real de la muerte asistida, ya que su papel es el determinar el punto, estado,
circunstancia, momento justo en que se cumplen los requisitos para la aplicación de la
muerte asistida. Es justamente la medicina la encargada de determinar la existencia de
la enfermedad y del sufrimiento, pero sobre todo de determinar si el sufrimiento
humano es insoportable e irreversible ya que, de serlo, se consideraría que la persona
OS
D
A
RV
está en plena capacidad para ejercer su derecho a la disposición sobre el propio
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DEde una relación cualquier vínculo, conexión, correspondencia, trato,
Dícese
cuerpo, en la forma de una muerte asistida.
comunicación, analogía o semejanza entre dos o más sujetos o cosas. Es obvia la
insuficiencia de estos términos para definir la relación médico-paciente.
La relación médico-paciente se da entre una persona que funge como tratante
de salud llamada médico, y otra persona que presenta alguna deficiencia de salud que
necesite ser tratada, conocida como paciente, en una situación de coordinación cuya
única finalidad es el tratamiento de la salud del paciente. De este concepto se pueden
distinguir ciertas características o puntos de especial interés, a saber: el consenso de
voluntades entre el médico y el paciente, el carácter de coordinación que rige la
relación médico-paciente, la salud del paciente como objeto de la relación y la
finalidad de tratamiento más no de mejora.
46
Se evidencian entonces los elementos de una relación contractual; objeto,
consentimiento y causa. Más detenidamente, los elementos contractuales para el
paciente implicarían: en el objeto, su propia salud; en el consentimiento, la potestad
de decidir si se somete o no al tratamiento ofrecido por el médico; y en la causa, el
deseo de darle solución a su problema de salud. Ahora bien, para el médico estos
elementos no son tan distintos: en el objeto, se refiere al tratamiento aplicado a la
salud del paciente; en el consentimiento, la potestad de decidir el o los tratamientos
OS
D
A
RaVsu padecimiento físico.
deseos y en su determinación de la forma de poner
fin
E
S
E
R
S
O
H
C
E
Entendida
entonces la relación médico-paciente como una relación
DER
que le ofrece y aplica a su paciente; y en la causa, complacer al paciente en sus
contractual, se acoge la definición del Dr. Rafael Aguiar-Guevara como la:
Relación jurídica civil, libremente establecida entre el médico y su
paciente, mediante la cual, conformado un consentimiento
legítimamente declarado por ambos, se consagra el cumplimiento
de obligaciones orientadas a la prestación de servicios encaminados
a la conservación, fomento, restitución de la salud, a través del
diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, dentro de los
parámetros establecidos en las leyes que la regulan y
fundamentado, tal vínculo jurídico, en el respeto y cumplimiento de
los derechos y obligaciones de cada una de las partes de dicha
relación, es decir, tanto del médico como del paciente.24
Queda claro entonces la naturaleza jurídica de carácter contractual que
comporta la relación médico-paciente, pero se cuestiona ahora ¿de qué forma debe
denominarse el contrato contentivo de la relación médico-paciente?. En este sentido
nos adherimos y honramos la denominación aceptada internacionalmente como
Contrato de Asistencia Médica, denominación propuesta por el Dr. Arturo Ricardo
Aguiar-Guevara, Rafael. Tratado de Derecho Médico. (3) Caracas-Venezuela. Legislec Editores, C.A. 2001.
pp. 132-133.
24
47
Yungano en un simposio internacional de malpraxis celebrado en Buenos AiresArgentina en octubre de 1979, donde fue aceptada por unanimidad. Expresa el Dr.
Yungano:
La apreciación de la culpa médica -como capítulo dentro de la
culpa profesional y esta dentro de la general-, la naturaleza y forma
de responsabilidad o de las respectivas obligaciones, han implicado
la necesidad de una figura específica, comprensiva de todos los
elementos y matices y con una denominación acorde con su
especificidad. Por estos motivos considero que la relación médicopaciente, en forma directa o a través de organismos intermedios,
implica la existencia de un contrato específico con matices propios
y contenidos determinados que debe ser calificado como “contrato
de asistencia medica”.25
OS
D
A
RV
E
S
E
OS Ra realizar una determinada acción a favor o
contractual, el deudorC
se H
compromete
E
R
E
D
En la relación médico-paciente, tal y como se deriva de una relación
beneficio del acreedor la cual es de carácter obligatorio por lo que si deja de
realizarla, éste incumplirá con el contrato generando una responsabilidad
dependiendo del tipo de contrato pactado.
En la clasificación de las obligaciones realizada por el Dr. Eloy Maduro
Luyando, según el fin perseguido por la prestación, las obligaciones se dividen en
obligaciones de medio y obligaciones de resultado; éstas últimas definidas como
“aquellas en las cuales la prestación a que se obliga el deudor es un efecto especifico,
preciso y concreto de su actividad; la prestación es un fin en sí mismo, pues el deudor
se compromete a obtener un determinado resultado”;26 en cambio, las obligaciones de
medio son aquellas en las que “el deudor no se compromete a obtener un determinado
25 Yungano, Arturo Ricardo. Responsabilidad Profesional de los Médicos Cuestiones Civiles. Buenos AiresArgentina. Editorial Universal. 1992. p. 89.
26 Maduro Luyando, Eloy y Pittier Sucre, Emilio. Curso de Obligaciones Derecho Civil III. Tomo I. CaracasVenezuela. Publicaciones UCAB. 2003. p. 70.
48
resultado, no garantiza ese resultado, la prestación esta constituida por hechos o
actividades que pueden producir o no determinado resultado”,27 y su principal
característica es que, como obligación de medio, no compromete, en principio, la
responsabilidad del deudor, por lo que corresponde al acreedor probar la culpa de su
deudor.
En los casos médicos ocurre lo mismo dentro de la relación médico-paciente,
pues se genera una obligación para ambos pero siendo la del médico la de mayor
OS
D
A
RV
importancia y cuidado debido a que éste sólo se compromete a garantizar la
E
S
E
SR
O
H
Cél considere necesario para obtener el fin solicitado pero sin
E
cualquier otro medio
que
R
DE
aplicación de la medicina a través de diligencia, cuidados, conocimientos, destrezas y
garantizar el resultado. Esto evidencia una obligación de medio debido a la
complejidad que implica el ejercicio de la medicina.
En base a esto, el paciente siempre debe determinar con el médico el tipo de
resultado al cual se quiere llegar y los pasos para lograrlo, es decir, las obligaciones
de medio a las que se van a comprometer, aunque frecuentemente y tal como lo
expresa el Profesor Antonio José Chacón Pinzón, se puede determinar una obligación
de medio bajo el siguiente criterio:
Cuando el legislador ni las partes han determinado si la obligación
es de medio o de resultado, se debe tener en cuenta el número de
probabilidades de alcanzar el objeto pactado entre las partes. En el
caso de la medicina, debido al gran número de circunstancias y
variables no controlables (anatomía humana, reacciones
fisiológicas, enfermedades y lesiones no detectadas a pesar de un
buen estudio previo) y de una serie de innumerables sucesos
27
Ibidem. p. 71.
49
imprescindibles, todo acto médico, incluyendo la cirugía estética,
debería considerarse como una obligación de medio y no de
resultado.28
Se deduce de esto, que si bien la función del médico es utilizar todo los
medios posibles para alcanzar el resultado deseado por el paciente, esto no quiere
decir que el médico se vaya a obligar para con el paciente a obtener el resultado
solicitado, sino más bien se va a comprometer a utilizar y aplicar todas las medidas
necesarias para tratar de obtener el fin deseado por ambos. Debe tenerse siempre
S
O
D
A
paciente no origina una obligación de resultado sinoR
de V
medios.
E
S
E
R
S
HO en palabras del Dr. Augusto León sería:
El rol del médico
resumido
C
E
DER
presente que a razón de la dificultad que acarrea dicha profesión, la relación médico-
En ocasiones los deseos de la familia se imponen al criterio del
médico y le conducen a tomar decisiones inconvenientes. En otras
circunstancias es el médico el que se debate ante la incertidumbre y
no se atreve a emitir un veredicto definitivo. Ha vivido la
experiencia de recuperaciones inesperadas en situaciones similares;
o por convicciones religiosas espera fervientemente la producción
de un milagro o, aunque se halla seguro de su fracaso en base a sus
conocimientos, justifica su persistencia en aplicar procedimientos
enérgicos utilizando el argumento de que “la información adquirida
con el empleo de nuevos ensayos, aunque no beneficiará al enfermo
podrá ser útil para futuros pacientes”.
…
para esto solo puede haber una respuesta optimista: nuestra fe en la
compasión, integridad y buen sentido de la mayoría de los
integrantes de nuestra profesión, virtudes suficientes para
enfrentarlos en forma racional a la par que humanitaria a los
problemas que afligen a los enfermos en la fase final de su
existencia.29
Se avanza a profundizar sobre un elemento del importante Contrato de
Asistencia Médica: La Coordinación. Señala el Dr. Rafael Aguiar-Guevara que la
28
29
Chacón Pinzón, Antonio José. Op. Cit. p. 133.
León C., Augusto. La Muerte y el Morir. Caracas-Venezuela. Lagoven, S.A. 1980. pp. 162-163.
50
relación médico-paciente “…ya no es más en sentido vertical proteccionista,
paternalista, en la cual el médico convertido en Dios decide qué es lo que al paciente
le conviene, sin tomar en cuenta para nada su opinión, sus intereses, sus sentimientos,
sus problemas”.30
Afirma además que para el efectivo tratamiento médico “…el paciente, como
sujeto de derecho, debe intervenir activamente en la toma de decisiones con respecto
a su persona, a su salud, cumpliéndose con el principio de autodeterminación”.31
OS
D
A
Vmoral que comporta para el
Es vital destacar el deber, la obligación,E
la R
carga
S
E
R
S
O
médico el informarle totalH
y verazmente
al paciente todo sobre su padecimiento y los
C
E
R posibles, viables, e incluso los experimentales al igual que
DEexistentes,
tratamientos
cualquier otra forma conocida de poner fin a su padecimiento a los fines de que el
paciente pueda participar activamente en su tratamiento y pueda dar o negar su
consentimiento informado y así verificar el Contrato de Asistencia Médica dando
inicio a la relación médico-paciente.
Este consentimiento no es protegido ni considerado únicamente como carácter
contractual dentro del Código Civil. El Código de Deontología Médica en su artículo
50 señala “Si el enfermo debidamente informado se negare a un examen o al
tratamiento propuesto, el médico puede declinar su actuación en las mismas
Aguiar-Guevara, Rafael. Eutanasia: Mitos y Realidades. (2) Caracas-Venezuela. Editorial Tahmer, C.A. 2003.
p. 49.
31 Idem.
30
51
condiciones previstas en el artículo anterior”; y en su artículo 69, ordinales 3 y 4*,
resume el derecho del enfermo a ser informado de la naturaleza de su padecimiento y
de los tratamientos posibles en virtud de la obtención de un consentimiento válido.
Por su parte la Ley Orgánica de Salud vigente, de fecha 11 de noviembre de
1998, incluye imposiciones específicas para el médico en materia de información al
paciente tales como el de emitir la información en términos comprensibles para el
fácil entendimiento por parte del paciente.
OS
D
A
RVactualmente en discusión, se
También el proyecto de Ley Orgánica deE
Salud,
S
E
R
S
incluye además:
HO
C
E
DER
Artículo 166. Las personas tendrán los siguientes derechos:
…[omissis]
4. Recibir y obtener información oportuna, veraz y en termino
comúnmente comprensibles, sobre todo su proceso de salud y
enfermedad, las distintas modalidades diagnosticas y terapéuticas y
los riesgos involucrados en las mismas, con el propósito de hacer
Artículo 69 Código de Deontología Médica. El enfermo tiene derecho a:
1) Exigir de los médicos que lo asisten y de los demás integrantes del equipo de salud, un elevado grado de
competencia profesional y a esperar de los mismos una conducta moral irreprochable.
2) Ser atendido en forma respetuosa y cordial por el médico y por los demás integrantes del equipo de salud.
3) Ser informado de la naturaleza de su padecimiento, de los riesgos inherentes a la aplicación de los
procedimientos diagnósticos y a conocer las posibles opciones.
4) Recibir la información necesaria para dar un consentimiento válido (libre), previo a la aplicación de cualquier
procedimiento diagnóstico o terapéutico.
5) Que se respecte su intimidad, violada con elevada frecuencia al hallarse recluido en instituciones docenteasistenciales.
6) Que se respeten sus confidencias y a que las discusiones concernientes a la información que ha suministrado,
exámenes practicados y estado de salud, se conduzcan con discreción y carácter confidencial.
7) Exigir honorarios justos y a examinar y pedir información adecuada del monto de los mismos, no pudiendo el
médico tratante negarse a suministrar las explicaciones que el primero considere convenientes.
8) Rehusar determinadas indicaciones diagnósticas o terapéuticas siempre que se trate de un adulto
mentalmente competente. El derecho a la autodeterminación no puede ser abrogado por la sociedad a menos
que el ejercicio interfiera los derechos de los demás. Si tal decisión pone en peligro la vida del enfermo, debe el
médico exigir la presencia de testigos que de fe de la decisión del mismo y anotar la información pertinente en la
correspondiente historia clínica.
9) Rechazar su participación en procedimientos de investigación en seres humanos y a conocer el reglamento de
la institución donde se halla, incluyendo las regularidades concernientes a sus limitaciones personales.
*
52
efectiva la autodeterminación y la autonomía de la voluntad
(Resaltado Nuestro).*
Se puede concluir hasta ahora que si bien la relación médico-paciente es de
naturaleza contractual, ésta no comporta una obligación unilateral sino más bien
bilateral con una relación de coordinación entre las partes, es decir médico y paciente,
y que por ser el consentimiento un elemento esencial en el contrato, ambas partes
deben prestar su voluntad para que se de la efectividad del tratamiento pudiendo cada
uno negarse a brindarlo o a recibirlo.
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
Cdel paciente no se esta refiriendo únicamente a los llamados
Cuando se habla
E
R
DE
2.2.-El Rol del Paciente. La Toma de Decisión.
enfermos terminales, sino a toda persona que acude en busca de asistencia médica.
Son pacientes incluso las personas que acuden a una consulta externa y aun ellas
tienen la posibilidad y el derecho de negarse a determinado examen o día de cita para
la siguiente consulta. Todo paciente sea interno, externo, habitual u ocasional, tiene
derecho a participar en la elección de su tratamiento y, en todo caso, a negarse a éste.
Ahora bien, en el proceso de la toma de decisión por parte del paciente tiene
un alto grado de participación su entorno, comprendido éste por la familia, la
sociedad, la religión y la medicina. Profundizando en cada elemento, encontramos
que la familia, como entorno del enfermo debe tener la posibilidad de opinar sobre la
aplicación o no de la muerte asistida, entiéndase bien, opinar más no decidir. La
Versión Completa del Proyecto de Ley Orgánica de Salud propuesto por la Vicepresidencia Ejecutiva de la
República Bolivariana de Venezuela disponible en: http://www.asambleanacional.gov.ve/ns2/leyes.asp?id=306
*
53
decisión sobre la aplicación de cualquier tratamiento corresponde única y
exclusivamente al afectado por ser su vida, su persona y su cuerpo sobre el que en
última instancia, recaerá la muerte asistida. La familia debe limitarse a brindar su
opinión en forma de consejos y sobretodo de apoyo a la decisión del afectado.
En cuanto a la sociedad, se discute si su papel es mayor o menor, más o menos
importante, que el papel de la familia sobre este mismo particular. Si bien es cierto
que la sociedad tiene el deber de proteger a sus miembros, no es menos cierto que
OS
D
A
RV
cada persona tiene derecho a una intimidad, a una privacidad que le protege de las
E
S
E
SR
O
H
C
E
protegerle.
R
DE
inclementes críticas y la desaprobación de esa misma sociedad encargada de
La sociedad al igual que la familia, debe tener voz más no voto en el asunto de
la aplicación de la muerte asistida. Deben entonces, ambos sujetos, mantenerse al
margen y respetar los derechos del enfermo que solicita la muerte y las decisiones
que en ejecución de ese derecho deriven.
En cuanto a la religión, sea cual sea, se guía por una misma premisa: Dios da
la vida. En la mayoría de las religiones, esto desemboca en un pensamiento de que
solo Dios puede quitar la vida porque es a él a quien la vida pertenece, dejando al ser
humano como un simple administrador de un bien dado en préstamo, pero se deben
analizar las razones por las que Dios da la vida. Cabría preguntar ¿sería la intención
de Dios que su creación sufriese innecesariamente? ¿Un Dios tan bueno no
concedería la súplica de un hijo que sufre?. Se llega una vez más en la diatriba de
54
cómo debe considerarse la vida, ¿como una obligación?, ¿como un derecho?, ¿o
como un bien disponible?.
El Episcopado Español ha seguido siempre fielmente la premisa descrita al
inicio de este punto, pero al analizar y recordar el mensaje cristiano sobre el respeto
debido a toda vida humana en el curso de su existencia, ha llegado a aceptar el
contenido de la Congregación para la Doctrina de la Fe donde se afirma, entre otras
cosas, que la Iglesia
OS
D
A
V (o positiva)
…nunca ha admitido la llamada eutanasia
activa
R
E
S
directa, es decir, la acción con E
la que se pretende exclusivamente
R
poner fin a la vida de un
paciente
o acelerar su muerte. Tal práctica
S
O
H
es un atentado
contra la indisponibilidad de la vida humana.
C
E pero la tradición de la Iglesia ha admitido, basándose
…[omissis]
R
E
D en el principio moral del doble efecto, la legitimidad del uso de
calmantes…aunque su administración pudiese ocasionar
indirectamente un acortamiento de la vida. La misma moral
católica, basándose en la distinción entre medios ordinarios y
extraordinarios o, mejor, proporcionados y no proporcionados,
afirma también que la medicina no esta siempre obligada a hacer
todo lo posible por prolongar la vida de un paciente. Existen
situaciones en las que es legítimo, e incluso hasta obligatorio,
abstenerse de aplicar terapias no proporcionadas y no habituales,
que únicamente sirven para prolongar abusivamente el proceso
irreversible de morir.32
Si bien el documento vaticano descarta de plano la aceptación de la eutanasia
activa o muerte asistida, por otra parte y ante la muerte inminente, admite la licitud
moral de “renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una
prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir, sin embargo, las
curas normales debidas al enfermo en casos similares”.33
32
33
Congregación para la Doctrina de la Fe. Citado por Blázquez, Niceto. Op. Cit. pp. 339-340.
Idem.
55
Por otra parte, el Papa Pío XII, expresó: es lícito suprimir el dolor por medio
de narcóticos a pesar de tener como consecuencia limitar la conciencia y abreviar la
vida.
Como último elemento del entorno del paciente que participa en su toma de
decisión se encuentra la medicina. Esto es en atención a la necesidad de la propuesta
médica de un tratamiento sobre la cual decidir su aceptación o rechazo. La propuesta
médica y la toma responsable de decisión obedecen a la obligación de información
OS
D
A
RV
del médico para con el paciente. Solo el cumplimiento de esta obligación hace posible
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
E
Dproblemática
La
se presenta al momento de dejar constancia de la decisión
que el paciente brinde su consentimiento informado.
tomada, de esa voluntad de morir asistidamente. Es allí cuando surge algo llamado
testamento vital, el cual el Dr. Ramón Lucas Lucas define como
…la voluntad expresada por una persona sobre las elecciones
terapéuticas y médicas que le afectaran en la fase final de la vida.
Se manifiesta la voluntad de ser asistido o de no ser asistido e,
incluso, de dejar morir rechazando cualquier medio, proporcionado
o menos, de sostén vital, cuando se encuentre afectado por una
grave enfermedad que compromete la calidad de vida.34
Roberto Blasoni y Hernando Martín definían en su trabajo de grado el
testamento vital como:
…la manifestación de voluntad plasmada en un documento, donde
una persona manifiesta sus deseos expresos acerca de la retirada o
no iniciación de un tratamiento médico en caso de enfermedad
Terminal. Es en sí, la voluntad del afectado plasmada en un
documento formal, que opera a futuro en resguardo del respeto a la
34
Lucas Lucas, Ramón. Op. Cit. p. 204.
56
autodeterminación o autonomía individual por efectos de
incapacidad (Resaltado Nuestro).35
Continúan los investigadores y exponen sobre la regulación jurídica del
testamento vital:
No se han [SIC] establecido forma alguna en cuanto a las
menciones que debe contener, …[omissis] sin embargo
consideramos apropiado otorgarlo ante un Notario Público, para
que dicho documento, a la hora de inconvenientes legales, tenga fe
pública.
Éste documento es por naturaleza revocable, pues como acto
unilateral la sola voluntad en contrario puede dejarlo sin efecto,
cuestión ésta, la de revocación que también consideramos debe
hacerse frente a un Notario Público.
Aun cuando la situación legal no está regulada, dicha manifestación
podría servir como medio de prueba para la no aplicación de
medios desproporcionados para el mantenimiento de la vida.36
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
La decisiónE
delC
afectado al momento de solicitar la muerte asistida debe ser
R
E
D
firme, reiterada, inequívoca, pero sobre todo debe ser propia. Ninguna persona,
absolutamente ninguna persona, puede tomar la decisión de asistir a una muerte no
deseada. Esto podría ser considerado bajo la concepción de cualquier otra institución
jurídica, más no de la muerte asistida.
… No se le puede pedir legítimamente hacer o abstenerse de hacer
algo, con la excusa de que sería mejor para él, que le hará más feliz,
o que según la opinión de los otros hacerlo sería acertado o incluso
correcto. Estas son buenas razones para reconvenirle, razonar con
él, persuadirle o suplicarle, pero no para imponerle o hacerle
ningún mal, en caso de que actuara de otra manera…37
La voluntad de una persona es la expresión de su decisión, es su
autodeterminación.
Martín, Hernando y Blasoni, Roberto. Op. Cit. p. 119.
Ibidem. p. 120.
37 Mill, John Stuart. “On Liberty”. Citado por: Charlesworth, Max. La Bioética en una Sociedad Liberal. Tr:
Mercedes González con la colaboración de Language Consultancy Systems, S.L. Cambridge-Gran Bretaña.
Cambridge University Press. 1996. p. 19.
35
36
57
2.3.-La Decisión del Afectado. El Consentimiento Informado.
Visto que en el proceso de toma de decisión de la persona ante la posibilidad
de una muerte asistida influyen y participan elementos externos en la forma de
opiniones y recomendaciones de distintos orígenes, se pasa a analizar más
detenidamente la participación de la medicina.
Es obvia la gran importancia de la medicina en esta problemática, ya que será
OS
D
A
RV
suficiente en la persona que solicita la muerte asistida.
E
S
E
R
S
O
H
C
E
La representación
de la medicina en la relación con el paciente no debe
DER
ella la encargada de certificar la existencia de una condición sanitaria desfavorable
limitarse únicamente al medico tratante. Las personas que mas trato tienen con los
pacientes son las enfermeras, técnicos y demás asistentes. Una palabra de un
camillero puede ser la diferencia entre la información o desinformación de un
paciente. Es por esto que, como cabeza de la relación, el médico debe cuidar el
derecho del paciente a estar informado oportuna y verazmente. Solo estando
debidamente instruido sobre sus opciones podrá el paciente brindar su consentimiento
informado.
El Consentimiento Informado es entendido como el
…acto de decisión en forma libre, voluntaria y consciente realizado
por una persona competente, por el cual acepta o rechaza las
acciones diagnósticas o terapéuticas sugeridas por los profesionales
de la salud y/o investigadores, fundado en la comprensión de la
información revelada respecto de los riesgos y beneficios que le
58
pueden ocasionar, así como de las alternativas posibles con sus
respectivos riesgos y beneficios.38
El consentimiento informado aparece como un nuevo ideal de autonomía y
racionalidad, expresión de una nueva cultura de la información y el pluralismo. No
existe posibilidad de una comunicación perfecta, los pacientes siempre esconden
algo, se reservan algo, que limita su dedicación, su compromiso con el tratamiento.
He allí la necesidad de un buen dialogo abierto con la finalidad de llegar a un
entendimiento sobre el tratamiento. Como no existe una visión autoritaria de la vida
OS
D
A
RV
buena, ni de las metas concretas de la medicina, resulta obligado crear un modo
E
S
E
SR
O
H
un papel esencial. EC
DER
común de entenderla y es aquí donde el consentimiento libre e informado desempeña
39
El Dr. José Calleja explica que:
Existen cuatro condiciones elementales del Consentimiento
Informado: La Información, la Comprensión, la Voluntariedad y la
Capacidad del paciente. Con respecto a la información existen tres
diferentes criterios de suficiencia y validez de la información: La
práctica médica habitual; la persona razonable; la individualidad
del enfermo en cuestión. Para comprender la información
adecuadamente se debe evitar tantos tecnicismos, con lenguaje
asequible e invitar a preguntar y participar. La Voluntariedad y
autenticidad se refiere a encontrarse libre para decidir de acuerdo a
sus propios valores, evitando la manipulación y la coacción.
(Sánchez M.,1996).
Y por último la Capacidad: Ser competente para tomar la decisión
en cuestión. Existe capacidad para decidir cuando se posee ciertas
aptitudes: Para darse cuenta de la propia situación y de expectativas
razonables; para comprender la información relevante; para
deliberar sobre las opciones que se ofrecen según sus valores y
objetivos personales.; capacidad para comunicarse verbalmente o
no con el profesional. (Simón L, 1995).40
38 Sánchez, Miguel. El Consentimiento Informado. En: Cuadernos del Programa Regional de Bioética. CaracasVenezuela. No. 2 Abril 1996. p. 56.
39 Cfr. Calleja, José. “El Consentimiento Informado”. Ponencia presentada en: Bioética: Consentimiento
Informado. Maracaibo, marzo de 2007.
40 Idem.
59
Con respecto a las funciones del consentimiento informado están sumamente
ligadas a la autodeterminación de la persona, tal y como se ha explicado hasta ahora.
Sus funciones principales comprenden:
…promover la autonomía de los individuos, fomentar la autonomía
de los individuos, fomentar la racionalidad en la toma de decisiones
medicas, proteger a los enfermos y los sujetos de investigación,
evitar el fraude y la coacción, alentar la autoevaluación y el auto
examen en los profesionales de la salud, introducir en la medicina
una mentalidad mas probabilística, y mas capaz de hacer frente a la
incertidumbre. Y su principal objetivo consiste, no en forzar al
paciente a ser autónomo, sino brindarle la oportunidad de serlo en
su elección de tratamiento médico.41
S
O
D
A
Queda claro entonces que el rol de la medicina
RVen la decisión del paciente
E
S
E
R
consiste simplemente en proporcionar
la información necesaria para la obtención del
S
HO
C
E
consentimiento
DERproducto de la toma de una decisión conciente, responsable,
indubitada y sin coacción alguna.
2.4.-¿Ensañamiento Médico o Práctica Profesional?. Licitud Moral.
Se ha demostrado que la relación médico-paciente constituye deberes y
derechos para cada parte, tal y como sucede en cualquier relación contractual. Ahora
bien, corresponde analizar los derechos de los que goza cada parte dentro de la
relación asistencial. El Sistema Canario de la Salud, en su Carta de los Deberes y
Derechos de los Pacientes y Usuarios cuenta que los pacientes tienen entre otros, los
siguientes derechos:
-A ser respetado, a ser informado y a la confidencialidad.
Costa, MV. El Concepto de Autonomía en la Ética Médica: Problemas de Fundamentación y Aplicación. En:
Perspectivas Bioéticas en las Américas. Buenos Aires-Argentina. Vol. 1. No. 2. p. 92.
41
60
-A la igualdad en el acceso y el uso de los servicios sanitarios.
-A la asignación e identificación de un médico.
-A revocar por escrito su consentimiento previo.
-A programas y actuaciones especiales y preferentes (niños, ancianos,
enfermos mentales…).
OS
D
A
RV
-A manifestar por escrito sus instrucciones previas. (Resaltado nuestro).*
E
S
E
SR
O
H
C
E
deberes, incluyeR
para
DE el paciente un deber que podría traducirse en un derecho del
Esta misma Carta, como instrumento normativo en su artículo 4 de los
médico: “Deber de respeto a la dignidad personal y profesional de cuantos prestan sus
servicios en el Sistema Canario de la Salud”.
Se evidencia entonces que los deberes y derechos de ambas partes están
íntimamente ligados, demostrando así que el médico también tiene derechos frente al
paciente. Ahora bien, ¿cuáles serían estos derechos adaptados al ordenamiento
jurídico venezolano?. Pues éstos derechos debemos dividirlos en dos grupos: Los
derechos derivados de su carácter de médico y los derechos derivados de su carácter
de ciudadano venezolano.
* Versión Completa de la Carta de los Derechos y de los Deberes de los Pacientes y Usuarios del Sistema
Canario de la Salud disponible en:
http://www.gobiernodecanarias.org/sanidad/sgt/oddus/DERECHOSYDEBERESDIPTICO.pdf
61
Dentro del primer grupo se encuentran el derecho de recibir honorarios
profesionales, el derecho a aceptar o no un paciente (con las excepciones impuestas
por ley), el derecho al ascenso profesional, el derecho a asistirse y apoyarse en otros
colegas y profesionales de la medicina en distintos procesos de su actividad diaria,
entre otros. Pero es dentro del segundo grupo que se hallan los derechos que en
verdad conciernen a esta investigación ya que como derechos constitucionales, estos
tienen mayor jerarquía y son éstos los que debaten su aplicación frente a los derechos
OS
D
A
RV de Venezuela el que
artículo 112 de la Constitución de la República
Bolivariana
E
S
E
R
S
confiere a todos los ciudadanos
HOel derecho a dedicarse a la actividad económica de su
C
E
R
DE
preferencia,
significando esto el derecho a un libre desenvolvimiento en el ámbito
fundamentales de los pacientes dentro de la relación contractual. Es entonces el
*
laboral y al libre desarrollo de su profesión pero que en el caso del médico pueden
desembocar en un problema mayor: el ensañamiento terapéutico.
Se entiende por ensañamiento terapéutico “…el uso de terapias inútiles o
ineficaces para la curación de enfermo, que aumentan las penalidades de la
enfermedad y se configuran como desproporcionadas en la relación entre riesgo y
beneficio, condenando artificialmente al enfermo a una agonía prolongada, mas que a
una curación de la enfermedad”.42 El ensañamiento o encarnizamiento terapéutico
Artículo 112 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Todas las personas pueden
dedicarse libremente a la actividad económica, sin más limitaciones que las previstas en este Constitución y las
que establezcan las leyes, por razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad, protección del ambiente u
otras de interés social. El Estado promoverá la iniciativa privada, garantizando la creación y justa distribución de
la riqueza, así como la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades de la población, la
libertad de trabajo, empresa, comercio, industria sin perjuicio de su facultad para dictar medidas para planificar,
racionalizar y regular la economía e impulsar el desarrollo integral del país.
42 Lucas Lucas, Ramón. Op. Cit. p. 179.
*
62
será entonces aquella aplicación desmedida de los medios fútiles explicados
anteriormente, escudado el médico tanto en su supuesto deber moral de profesional de
la salud como en su derecho a la práctica profesional.
Es vital entender que, si bien el médico tiene el derecho a practicar su
profesión sin más limitaciones que las establecidas en la ley y en los códigos de ética,
son justamente éstos instrumentos los que le obligan a limitarse en sus funciones para
no pasar por encima de los derechos fundamentales de su paciente. Como ejemplo de
OS
D
A
RV
esta situación basta recordar la obligatoriedad de un consentimiento debidamente
E
S
E
SR
O
H
Cla medicina, al igual que el entrenamiento médico, jamás
E
avance y evolución
de
R
DE
otorgado por parte del paciente en los casos de las pruebas experimentales, donde el
podrán pasar por encima de la autonomía y deseo de un paciente de negarse a un
determinado ensayo.
Es sabido que no todos los procedimientos exhiben el mismo rango de
moralidad. Pueden darse casos en los que de la negociación entre las partes no se
produzca una decisión éticamente correcta resultado de estrategias racionales más que
de un auténtico dialogo en respeto a la dignidad humana. De aquí que una importante
cuestión en bioética la constituyen los problemas de fundamentación, en los que se
juega no solo el tipo de racionalidad que subyace a los procedimientos de decisión
sino también la posibilidad de legitimación normativa de la ética.43
Cfr. “Bioética, Racionalidad y Principio de Realidad”. Artículo por: Silvia L. Brussino. Versión completa
disponible en: http://www.cuadernos.bioetica.org/doctrina7.htm
43
63
Con respecto a la licitud moral:
Existe el peligro de que el tecnicismo terapéutico se convierta en
abusivo. En tal sentido, <<algunos hablan del derecho a morir,
expresión que no designa el derecho a procurarse o hacerse
procurar una muerte como se quiere, sino el derecho de morir con
toda serenidad, con dignidad humana y cristiana>>. … Dejando
bien claro que la ultima palabra sobre el recurso a los medios
terapéuticos extremos corresponde al enfermo concernido…44
Bajo ningún concepto puede considerarse el ensañamiento o encarnizamiento
terapéutico como una práctica aceptada o moralmente lícita. Recordemos que la
OS
D
A
cualquier tercero que la consienta y, aun con laE
aprobación
RV del mismo paciente, esta
S
E
R
S
conducta es contraria a los O
H mismísimos fundamentos éticos de la sociedad, de la
C
E
R
medicinaD
yE
del derecho constitucional a la Integridad Personal por implicar una
aplicación de medios fútiles comporta una conducta egoísta por parte del médico y de
tortura para el paciente.
Bien lo dice el Dr. Hernando Grisanti Aveledo: “El hombre tiene derecho a
morir con dignidad. Por tanto, la Ciencia Médica ha de abstenerse de retardar el
desenlace postrero, cuando este es inexorable. Debe evitarse el encarnizamiento
terapéutico”.45
Blázquez, Niceto. Op. Cit. p. 335.
Grisanti Aveledo, Hernando y Grisanti Franceschi, Andrés. Manual de Derecho Penal Parte Especial.
Valencia-Venezuela. Vadell Hermanos Editores, C.A. 2004. p. 21.
44
45
64
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Capítulo 3: EL ENFOQUE JURÍDICO.
“Solamente si los actos de una persona dañan a otras o impiden
o inhiben a éstas de ejercitar su libertad personal,
podría intervenir el Estado a través de la ley”.
Max Charlesworth
La Bioética en una Sociedad Liberal
65
3.1.-La Muerte Asistida en el Derecho Comparado.
A continuación se estudiará como se considera la muerte asistida en otras
legislaciones del mundo así como también el fundamento para su aplicación o no, lo
cual servirá de guía para la legislación venezolana en cuanto y en tanto podrá dar
respuesta o simplemente podrá adoptar una posición frente a la figura de la muerte
asistida, para evitar así tener una figurar sin regulación la cual a medida que pase el
tiempo se irá incrementando considerablemente.
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
Cvarios países latinoamericanos, ha tenido problemas con la
España, R
así E
como
DE
3.1.1.-Derecho Español.
regulación normativa sobre la Muerte Asistida; tanto así, que es desde 1984 que
empiezan a surgir los primeros casos no de esta figura en sí, pero que contribuyeron
de manera muy significativa en el impulso de la misma, por tratarse de casos en los
cuales el paciente por estar bajo la religión de testigos de Jehová, no permitía al
médico aplicar transfusiones de sangre así las necesitara con urgencia, circunstancia
ésta que colocaba al médico en una situación sumamente difícil por no saber si
aceptar la petición del paciente o cumplir con su deber de salvar la vida del mismo,
pero con el paso del tiempo han venido apareciendo nuevos casos llegando al punto
de encontrarnos con la figura de muerte asistida y eutanasia pasiva, siendo esta última
aceptada por la comunidad española y la doctrina tal cual como lo expresa el Profesor
Francisco Farfán Molina en su estudio sobre la vida:
66
En términos generales la doctrina admite la eutanasia pasiva, o sea
la situación del paciente incurable y próximo a la muerte que
rechaza un tratamiento que sólo va a conseguir prolongar la vida
por cierto tiempo, de forma más o menos artificial, sin que existan
perspectivas de curación. Aquí el paciente desea morir con
dignidad y en paz, y el medico simplemente le ayuda al transito
definitivo, dejando que la naturaleza siga su curso.46
Pero no sólo es la sociedad o la doctrina quienes aceptan la eutanasia pasiva
sino que también es aceptada por los médicos y más importante aún, es permitida
legalmente según el artículo 27, numeral 2, del Código de Deontología Médica
Español que expresa: “El médico no deberá emprender o continuar acciones
OS
D
A
RV
diagnósticas o terapéuticas sin esperanza, inútiles u obstinadas. Ha de tener en cuenta
E
S
E
SR
O
H
C
morir con dignidad”.
E
R
DE
la voluntad explícita del paciente a rechazar el tratamiento para prolongar su vida y a
El problema se presenta cuando a la eutanasia pasiva se le adiciona la
voluntad del paciente para que el doctor realice una determinada acción que lo ayude
a morir, no como la situación anterior en la cual el médico se reservaba realizar o
suministrar un determinado medicamento convirtiéndose esto en una eutanasia activa
conocida como muerte asistida la cual está totalmente rechazada e incluso penada en
la legislación española ya que se considera un homicidio según el artículo 143,
ordinal 4 del Código Penal Español que reza:
4. El que causare o cooperare activamente con actos necesarios y
directos a la muerte de otro, por la petición expresa, seria e
inequívoca de éste, en el caso que la victima sufriera una
enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte, o
que produjera padecimientos permanentes y difíciles de soportar,
será castigado…
Farfán Molina, Francisco. Eutanasia, Derechos Humanos y la Ley Penal Un Estudio sobre el Derecho a
Disponer de la Vida Propia. Bogotá-Colombia. Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez C., Ltda. 1996. pp. 55-56.
46
67
Se apoya esta norma en el artículo 27, numeral 3, del Código de Deontología
Medica Español, que establece: “El médico nunca provocará intencionadamente la
muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa por parte de éste”.
3.1.2.-Derecho Holandés.
Holanda ha sido desde 1994 el país que más ha impulsado la figura de la
muerte asistida considerada como una forma de eutanasia. El 09 de febrero de ese
OS
D
A
RVPenal Holandés para aquellas
se sigue considerando como delito dentro del Código
E
S
E
R
S
O directa en su realización sin ser médicos, lo cual
personas que colaboren deH
manera
C
E
R a la practica exclusivamente médica y no solo eso, sino que
DEfigura
limita dicha
mismo año que se legaliza la eutanasia, pero no tan abiertamente como parece, ya que
además se exige el cumplimiento de tres condiciones establecidas en la Ley aprobada
por el Congreso de Diputados, a saber: primero, que la muerte sea solicitada
directamente por el paciente; segundo, que este sufra un mal incurable o insoportable;
y tercero, que la petición sea reiterada y en claro estado de conciencia. En adición a
todos estos requerimientos, el médico debe contar con la opinión favorable de un
segundo colega ya que, de no cumplir con alguna de estas condiciones, no se tomará
en cuenta su carácter de medico y se le sancionará con una pena de prisión de hasta
12 años. 47
Día a día en Holanda se va incrementando progresivamente la aplicación de la
eutanasia, así como también se va adaptando a cada grupo etario hasta el punto en
47
Ibidem. pp. 49-50.
68
que la eutanasia es permitida para los menores de edad de 16 y 17 años con una
consulta de sus padres y para los de entre 12 y 16 años con el visto bueno de los
progenitores. Incluso para estos últimos tiempos, hasta se está considerando la
aplicación de la misma a niños desde neonatos hasta los doce años. Se podrá
considerar a dicho país de muchas maneras según las perspectivas de cada persona,
pero lo que verdaderamente Holanda ha buscado y garantizado con la aplicación de
estas Leyes sobre la eutanasia es el ejercicio de los derechos de la personalidad y el
beneficio que puede traer la misma a la sociedad.
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
Cpaso hacia una verdadera capacidad de disposición sobre el
E
holandesa. Es elR
primer
DE
Desde 1994 la eutanasia es totalmente aceptada y regulada por la legislación
propio cuerpo como derecho de la personalidad en forma de una Muerte Asistida.
3.1.3.-Derecho Colombiano.
Colombia al igual que España coincide en la regulación jurídica sobre la
figura de muerte asistida y eutanasia pasiva siendo esta ultima igualmente permitida
por dicho país según resolución N° 13.437 del 01 de Noviembre de 1991 en su
artículo 1, numeral 10, al reconocer al paciente el derecho “…a morir con dignidad y
a que se le respete su voluntad de permitir que el proceso de la muerte siga su curso
natural en la fase terminal de su enfermedad”, en conjunto con el numeral 5 ejusdem
el cual otorga el derecho “…a que se le preste durante todo el proceso de la
enfermedad, la mejor asistencia médica disponible, pero respetando los deseos del
paciente en el caso de enfermedad irreversible”. Es evidente entonces que este ordinal
69
respeta los deseos del paciente dejando la puerta abierta a la aplicación de la Muerte
Asistida, pero esto cambia al momento de la reforma del Código Penal Colombiano.
El nuevo Código Penal Colombiano se castiga el homicidio piadoso en el
artículo 106, el cual reza: “El que matare a otro por piedad, para poner fin a intenso
sufrimiento provenientes de lesión corporal o enfermedad grave e incurable incurrirá
en prisión de uno (1) a tres (3) años”. Este artículo no despeja la interrogante de si se
permite o no la muerte asistida en Colombia, ya que, si bien se pronuncia sobre el
OS
D
A
RV
homicidio piadoso, no lo hace específicamente sobre la muerte asistida como una
E
S
E
SR
O
H
o penalización. REC
DE
acción consentida por el sujeto pasivo, dejando así el vacío legal sobre su aceptación
3.1.4.-Otras Legislaciones.
Una de las legislaciones que hay que tomar en cuenta para el desarrollo de
esta investigación es la de Uruguay, el cual posee un régimen muy parecido y casi
liberal como Holanda al tener implícitamente permitida la muerte asistida, esto
basado en el artículo 37 del Código Penal Uruguayo que le confiere a: “…los Jueces
la facultad de exonerar de castigo al sujeto de antecedentes honorables, autor de un
homicidio, efectuado por móviles de piedad, mediante súplicas reiteradas de la
víctima”. Sin embargo, a pesar de que este artículo pareciera permitir la muerte
asistida, no se ha legalizado del todo. Es ahora para estos últimos años que se está
intentando legalizar de manera absoluta y directa la Muerte Asistida mediante
70
proyectos de leyes y propuestas para su aprobación pero todavía no se ha llegado a
nada.
En este mismo orden de ideas encontramos a Bélgica, la cual se ha convertido
desde el año 2002 en el segundo país en legalizar la muerte asistida mediante la
promulgación de una ley en la cual se establecen ciertos requisitos para poder aplicar
dicha figura a una persona, y estos son:
OS
D
A
RV
-El paciente debe estar en condiciones de entender y decidir.
-Debe ser mayor de edad (en Bélgica, desde los 18 años).
-El pedido debe ser realizado en forma escrita, debe ser voluntario,
reflexionado y reiterado.
-El médico deberá verificar la magnitud de la enfermedad y del
sufrimiento que causa.
-Deberá informar al paciente sobre las posibilidades que ofrecen
las curas paliativas.
-También es necesario contar con la opinión de un segundo médico
independiente.
-Y si la enfermedad no hace prever una muerte en breve tiempo, se
deberá acudir a un tercer especialista.* (Resaltado Nuestro).
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Todos éstos requisitos se necesitan de manera concurrente para poder aplicar
la muerte asistida a un paciente, y como se denota solo puede ser practicada por
médicos, para brindar mayor seguridad a la persona -en virtud de sus conocimientos
especializados sobre la salud y su debido tratamiento- así como para la garantía y
eficacia del ejercicio de sus derechos de la personalidad, mas específicamente, su
derecho al libre desarrollo de la personalidad y a disponer sobre su propio cuerpo lo
cual fue el mayor motivo o mejor dicho, impulso para la creación de esta ley.
Cfr. Ley Especial de Bélgica sobre Eutanasia “Texte adopté par les Commissions Rénies de la justicie et des
affaire sociales”.
*
71
También el Reino Unido está encaminado a la aplicación y aprobación de la
muerte asistida, pero hasta el momento no se ha logrado por problemáticas con la
sociedad y la iglesia. Sin embargo, a medida que los años pasan los avances médicos
se incrementan y los casos se extienden. Este país aunque no ha aprobado todavía la
aplicación de la eutanasia sin el consentimiento del la persona, entendida
comúnmente como homicidio piadoso en Venezuela, si se ha aprobado que los
médicos prescriban una dosis letal de medicación a pacientes terminales que
OS
D
A
RV
consideren intolerable el dolor por el que deban atravesar, debido a una enfermedad.
E
S
E
SR
O
H
es muy similar R
a laE
queC
allí se aplica. Se diferencia en que en el Reino Unido actúa el
DE
Aunque no es la muerte asistida que se ha permitido en Holanda y en Bélgica,
médico de una manera indirecta interviniendo solo al momento de prescribir la dosis
letal más no al aplicarla como pasa en Holanda y Bélgica. Pero esto no la hace dejar
de ser muerte asistida.
Indiferentemente como actúe el médico, lo importante es que todas consiguen
el mismo fin, que es suprimir un sufrimiento intolerable por medio de la muerte de la
misma persona.
Entre los otros países que conforman algunas otras legislaciones dignas de
mencionar encontramos a:
- Francia: No hay una ley que prohíba específicamente un suicidio asistido,
pero los casos pueden discutirse bajo una ley de falta de asistencia a personas en
peligro.
72
-Suecia: No existe una ley que castigue el suicidio asistido, pero los que han
ayudado a otros han sido condenados por asesinato sin premeditación.
-Irlanda: La muerte asistida es ilegal.
-Suiza: El suicidio asistido es legal desde 1941. Suiza es el único país donde
se acepta el suicidio asistido ejecutado por no residentes.
-Estados Unidos: En la mayor parte de los Estados la ayuda a la muerte es
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
Cel suicidio asistido por médicos desde el año 1997. Para ello
E
Oregon se ha hecho
legal
R
DE
ilegal. Sin embargo recientemente se ha estado tratando de cambiar la situación en
California, Washington, Michigan, Maine, Hawaii y Vermont, pero sin éxito. Solo en
deben estar comprometidos dos médicos y no se puede usar un método de inyección
letal.
-Japón: La Eutanasia médica voluntaria es teóricamente legal, pero ha
sucedido en casos muy raros.
-Australia: La Muerte asistida es ilegal. La eutanasia fue legal por casi dos
años en el norte del territorio en el año 1997. Se ha intentado cambiar la ley en otros
estados, especialmente en el sur de Australia.
-Nueva Zelanda: La muerte asistida es ilegal.
73
3.2.-Marco Constitucional. Derechos Humanos y Derechos Individuales.
Es imperativo comprender la importancia del análisis de la Constitución ya
que es allí donde se reconocen todos los derechos establecidos en otros cuerpos
normativos que no son más que el producto del desarrollo de los Derechos
Constitucionales; además, es la Constitución la encargada de incluir a la legislación
nacional aquellos derechos fundamentales llamados Derechos Humanos contenidos
en tratados, pactos y otros instrumentos internacionales, y cualquier derecho que
reconozca y le merezca protección.
OS
D
A
RV
E
S
E
S deRlos Derechos Humanos comienza con su
O
En Venezuela, laH
inclusión
C
E
R
garantía D
en E
el artículo 19 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela que reza:
El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de
progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio
irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos
humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos
del Poder Público de conformidad con esta Constitución, con los
tratados sobre derechos humanos suscritos y ratificados por la
República y con las leyes que los desarrollen (Resaltado nuestro).
Es justamente esa garantía lo que permite desarrollar otros derechos a partir de
esos Derechos Humanos. Los mismos Derechos Individuales y Derechos Civiles
contemplados en la Constitución son producto del desarrollo de los Derechos
Humanos. Se observa por ejemplo el Derecho a la Vida consagrado en el artículo 3 de
74
la Declaración Universal de los Derechos Humanos* y acogido por la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 43.**
Se deduce entonces la existencia de un Derecho a la Integridad Personal
contemplada efectivamente como derecho en el artículo 46, ordinal primero, de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela*** casi con las mismas
palabras que el artículo 5 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,****
que a su vez deriva en un Derecho a la Salud (artículo 83 de la Constitución de la
OS
D
A
RV
República Bolivariana de Venezuela)***** como garantía de este Derecho a la Vida y
E
S
E
SR
O
H
Cde la República Bolivariana de Venezuela)
E
2, de la Constitución
R
DE
más específicamente en un Derecho a la Dignidad Humana (artículo 46, ordinales 1 y
******
reconocida
además como derecho inherente de la persona en el artículo primero de la misma
Artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Todo individuo tiene derecho a la vida, a
la libertad y a la seguridad de su persona.
** Artículo 43 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. El derecho a la vida es inviolable.
Ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla. El Estado protegerá la vida de las
personas que se encuentren privadas de su libertad, prestando el servicio militar o civil, o sometidas a su
autoridad en cualquier otra forma.
*** Artículo 46 ejusdem. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral, en
consecuencia: 1. Ninguna persona puede ser sometida a penas, torturas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. Toda víctima de tortura o trato cruel, inhumano o degradante practicado o tolerado por parte de
agentes del Estado, tiene derecho a la rehabilitación.
**** Artículo 5 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Nadie será sometido a torturas ni a
penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
***** Artículo 83 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. La salud es un derecho social
fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y
desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios.
Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber de participar activamente en su
promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley, de
conformidad con los tratados y convenios internacionales suscritos y ratificados por la República.
****** Artículo 46 ejusdem. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral, en
consecuencia: 1. Ninguna persona puede ser sometida a penas, torturas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. Toda víctima de tortura o trato cruel, inhumano o degradante practicado o tolerado por parte de
agentes del Estado, tiene derecho a la rehabilitación. 2. Toda persona privada de libertad será tratada con el
respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.
*
75
Declaración*, y que se inclina mas hacia la integridad moral de la persona a diferencia
del Derecho a la Salud que presta más atención a la integridad física.
Paralelamente, podemos observar el Derecho a la Libertad definido en el
artículo 4 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano** como el
“…poder hacer todo aquello que no perjudique a otro…”, pero al examinar el artículo
20 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, notamos más
amplitud en su definición o más bien un sentido distinto hacia el Derecho al Libre
OS
D
A
RV
Desarrollo de la Personalidad. Expresa el artículo: “Artículo 20. Toda persona tiene
E
S
E
SR
O
H
Cde las demás y del orden público y social”.
E
que derivan delR
derecho
DE
derecho al libre desenvolvimiento de su personalidad, sin más limitaciones que las
Este derecho presupone entonces un derecho a tomar decisiones propias que
sean respetadas, un derecho a una vida privada y un derecho a la intimidad,
consagradas éstas últimas garantías en el artículo 60 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.*** De igual manera se deduce la posibilidad de
manifestar, comunicar, expresar sus propias decisiones y pensamientos. Esta
deducción deja de ser una posibilidad para encontrar algo cierto en el artículo 57
Artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente
los unos con los otros.
** Artículo 4 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La libertad consiste en poder
hacer todo aquello que no perjudique a otro: por eso, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no
tiene otros límites que los que garantizan a los demás miembros de la sociedad el goce de estos mismos
derechos. Tales límites sólo pueden ser determinados por la ley.
*** Artículo 60 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Toda persona tiene derecho a la
protección de su honor, vida privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación.
La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los
ciudadanos y ciudadanas y el pleno ejercicio de sus derechos.
*
76
ejusdem* al reconocerse que “Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus
pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra
forma de expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y
difusión, sin que pueda establecerse censura”.
He allí ejemplos de cómo la Constitución reconoce y tutela derechos
basándose en los Derechos Humanos. Las leyes especiales lo que hacen es desarrollar
los postulados constitucionales, es decir crean su propio texto legal como desarrollo
OS
D
A
RV
de una premisa constitucional. No olvidemos que es esa misma Constitución de la
E
S
E
SR
O
H
C
E
tratados y pactos
internacionales
sobre Derechos
R
DE
República Bolivariana de Venezuela, lo que deja la puerta abierta a la aplicación de
Humanos y la forma y
procedimiento para ello en sus artículos 22** y 23***, esto por el principio de
progresividad de derechos o más bien de tutela progresiva lo que permite añadir
nuevos bienes contenidos en instrumentos internacionales a la tutela jurídica por parte
de la nación. Significa que una persona nunca deja de tener derechos, nunca los
Artículo 57 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Toda persona tiene derecho a
expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra
forma de expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda
establecerse censura. Quien haga uso de este derecho asume plena responsabilidad por todo lo expresado. No
se permite el anonimato, ni la propaganda de guerra, ni los mensajes discriminatorios, ni los que promuevan la
intolerancia religiosa.
** Artículo 22 ejusdem. La enunciación de los derechos y garantías contenidos en esta Constitución y en los
instrumentos internacionales sobre derechos humanos no debe entenderse como negación de otros que, siendo
inherentes a la persona, no figuren expresamente en ellos. La falta de ley reglamentaria de estos derechos no
menoscaba el ejercicio de los mismos.
*** Artículo 23 ejusdem. Los tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos, suscritos y
ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y prevalecen en el orden interno, en la medida en que
contengan normas sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas por esta Constitución y en las
leyes de la República, y son de aplicación inmediata y directa por los tribunales y demás órganos del Poder
Público.
*
77
pierde, por el contrario los derechos se van desarrollando y van derivando en nuevos
y más especiales derechos igualmente protegidos.
Venezuela se consagra como un Estado respetuoso, obediente y garantista de
los derechos y de las personas mismas en los artículos 2* y 3** de su Constitución,
hasta el punto de obligarse a indemnizar a las victimas de violación de sus Derechos
Humanos y procurar una reparación de los daños por parte de los culpables (artículo
30 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela).***
OS
D
A
RVy en desarrollo del concepto
Con respecto a ese artículo 2 de la Constitución
E
S
E
R
S
O
de un Estado Social, la Sala
del Tribunal Supremo de Justicia expresa:
HConstitucional
C
E
DER
A juicio de esta Sala, el Estado Social debe tutelar a personas o
grupos que en relación con otros se encuentran en estado de
debilidad o minusvalía jurídica, a pesar del principio del Estado de
Derecho Liberal de la igualdad ante la ley, el cual en la práctica no
resuelve nada, ya que situaciones desiguales no pueden tratarse con
soluciones iguales.
…
El Estado Social, trata de armonizar intereses antagónicos de la
sociedad, sin permitir actuaciones ilimitadas a las fuerzas sociales,
en base al silencio de la ley o ambigüedades de la misma,…este
concepto de Estado Social de Derecho, no está limitado a los
Artículo 2 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Venezuela se constituye en un
Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su
ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia,
la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.
** Artículo 3 ejusdem. El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto
a su dignidad, el ejercicio dem.ocrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de
la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios,
derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución. La educación y el trabajo son los procesos
fundamentales para alcanzar dichos fines.
*** Artículo 30 ejusdem. El Estado tendrá la obligación de indemnizar integralmente a las víctimas de violaciones
de los derechos humanos que le sean imputables, o a su derechohabientes, incluido el pago de daños y
perjuicios. El Estado adoptará las medidas legislativas y de otra naturaleza, para hacer efectivas las
indemnizaciones establecidas en este artículo. El Estado protegerá a las víctimas de delitos comunes y procurará
que los culpables reparen los daños causados.
*
78
derechos sociales que la Constitución menciona expresamente
como tales, ya que de ser así dicho Estado Social fracasaría.48
De igual forma, a modo de explicar la función garantista del Estado, la misma
sala expone:
Al Estado de Derecho le corresponde cumplir un cometido de
enorme relevancia, cual es la función de garantizar la seguridad,
que, junto con la función de mantener y realizar la igualdad y de
preservar la libertad, forman la tríada constitutiva del contenido
esencial de la legitimidad del ejercicio del poder. Esa función de
seguridad es decisiva para identificar el Estado de Derecho, esto es,
garantía de certeza, de saber a qué atenerse.49
OS
D
A
RV
El Derecho a la Vida implica justo eso, un derecho, el cual cada persona
E
S
E
SR
O
H
interesante reflexión
sobre
C la mal llamada obligación de vida, expone:
E
R
DE
puede decidir si ejerce o no. En este punto, el Dr. Rafael Aguiar-Guevara hace una
Dejemos, pues, de combatir y restringir los avances de la dinámica
ciencia de la Medicina, y dejemos que los derechos humanos se
impongan, en la forma en que, como expresamos, el hecho de
quedar establecida la legalidad de la eutanasia no significa, en
forma alguna, que a ninguna persona podrá ser impuesta si no la
desea; como tampoco a ningún médico se le podrá exigir una
obligada actuación que esté fuera de sus criterios y valores.
…[omissis]
El ejercicio de mi derecho a bien morir, a morir con dignidad no
daña a ningún tercero, no obliga a ningún médico o persona a
asistirme, así como tampoco elimino la posibilidad de algún uso al
Estado, toda vez que me encuentro en fase Terminal; ergo, nadie
puede abrogarme ni limitarme el sagrado derecho de mi propia
autodeterminación y autonomía de la voluntad; concluyendo así
que el derecho a vivir no puede ni debe entenderse nunca como una
obligación impuesta de terceros a vivir, sin importar la calidad de
vida que se me intente llevar y sufrir (Resaltado Nuestro).50
Bajo ningún concepto puede considerarse la vida como una obligación ya que
las obligaciones implican un consenso al que las personas se someten por su propia
48 Tribunal Supremo de Justicia. Sala Constitucional. Sentencia No. 85 de fecha 24-01-2002. Caso:
Asodeviprilara. Expediente No. 01-1274.
49 Tribunal Supremo de Justicia. Sala Constitucional. Sentencia No. 1415 de fecha 22-11-2000. Caso: Freddy A.
Rangel Rojas. Expediente No. 00-1725.
50 Rafael Aguiar-Guevara. Op. Cit. (2) pp. 66-67.
79
voluntad y nadie elige nacer, pero el derecho a la vida como tal permite elegir si se
ejerce o no y también en caso de ejercerlo, el cómo ejercerlo, el cómo vivir. Siendo la
vida de la persona que sufre la única afectada ¿por qué sustituir su por la voluntad de
un tercero, la sociedad o hasta el mismo Estado?.
Sólo la misma persona puede decidir si ejerce su derecho a la vida o no y
debería ser capaz de hacerlo sin presiones y sin la imposición -o pretendida
imposición- de obligaciones no suscritas y por lo tanto inexistentes.
OS
D
A
RV
3.3.-Derecho Civil Venezolano. Voluntad y Capacidad.
E
S
E
R
S
O
H
C
E
En Venezuela
al igual que en muchos otros países, la voluntad de la persona
DER
no es suficiente, su capacidad de goce (entendida ésta como la aptitud para adquirir o
tener derechos) no es suficiente para ejecutar una decisión propia. Esta situación se
debe a la adquisición progresiva de la capacidad de ejercicio por razones como la
edad. Esto significa que las personas no siempre son aptas para disponer de sus
derechos, sino que al reunir ciertos requisitos, cierta edad o estado civil, la persona
adquiere la aptitud de ejercer los derechos que ya le pertenecían.
Se ha dicho que los derechos a la personalidad, más específicamente el
derecho al libre desarrollo de la personalidad y el derecho a disponer sobre el propio
cuerpo, pertenecen a las personas por el simple hecho de serlo, pero es necesario
determinar si exigen requisitos especiales para su ejercicio. La Dra. Anabella Del
Moral, en referencia al derecho al libre desarrollo de la personalidad de los niños y
adolescentes, expone que:
80
No se discute la titularidad de este derecho por parte de estos
individuos en desarrollo, ya que cuando la Constitución lo consagra
en su artículo 20 no hace distinción en razón de la edad, lo
importante aquí es determinar cómo se respeta y garantiza a cada
niño el libre desarrollo de su personalidad.51
Por su parte, el derecho a la disposición sobre el propio cuerpo, tal como lo
contempla el Dr. José Luís Aguilar Gorrondona, presupone la necesidad de una
capacidad de ejercicio por involucrar la forma más pura y esencial del ejercicio de un
derecho: la disposición.
OS
D
A
RV
Para que una persona pueda disponer de cualquier objeto de su propiedad, es
E
S
E
SR
O
ella sea válida y conformeH
a derecho.
Basta con que la persona adquiera la capacidad
C
E
DEparaRpoder disponer y ejercer libremente todos los derechos que le
de ejercicio
necesario seguir una serie de lineamientos y normas para que su disposición sobre
corresponden, entre ellos el derecho a la disposición sobre el propio cuerpo como
derecho de la personalidad. Para disponer de su propio cuerpo y vida no se necesita
más que eso, llegando incluso a ser innecesaria esta capacidad en ciertos casos por el
reconocimiento inherente a cualquier persona del derecho a autodeterminarse.
La misma Ley sobre Transplante de Órganos y Materiales Anatómicos en
Seres Humanos, en su artículo 12, ordinal 1º,* señala claramente la capacidad de
51 Del Moral, Anabella. “El Derecho al Libre Desarrollo de la Personalidad de los Niños y Adolescentes”. En:
Cornieles, Cristóbal y Moráis, María G. (Coord.). Tercer Año de Vigencia de la Ley Orgánica para la
Protección del Niño y del Adolescente IV Jornadas sobre la LOPNA. Caracas-Venezuela. Publicaciones
UCAB. 2004. p. 118.
* Artículo 12 de la Ley sobre el Transplante de Órganos y Materiales Anatómicos en Seres Humanos.
Cuando se trate de transplantes provenientes de un donante vivo, éste deberá:
1) Ser mayor de edad, a menos que se trate de los parientes previstos en el artículo 11.
2) Contar con dictamen médico actualizado y favorable sobre su estado de salud, incluyendo el aspecto
psiquiátrico.
81
ejercicio como requisito para efectuar legalmente un transplante de órganos entre
vivos, atendiendo al criterio general establecido en el Código Civil Venezolano
vigente que reconoce la capacidad de ejercicio al cumplir la mayoría de edad. Cabe
destacar que también es exigido el consentimiento informado, expresado además por
escrito, del donante.
3.4.-Derecho Penal Venezolano. Homicidio, Homicidio Piadoso y Muerte Asistida.
OS
D
A
RV no puede ser considerado
conducta inaceptable. Desde el punto de vista
moral,
E
S
E
R
S
O y bajo la óptica social, constituye una acción
aceptable por razones deH
conciencia
C
E
DEalRdeber de la sociedad de proteger y defender a cada uno de sus
contradictoria
Para nadie es un secreto que el dar muerte a una persona constituye una
miembros. Ahora bien, considerada esta acción en el ámbito jurídico, queda claro que
toda conducta intencional que implique dar muerte a alguna persona recibe la
denominación de Homicidio como un delito.
Se entiende que el Homicidio constituye un delito dentro del ordenamiento
jurídico-penal venezolano (entendido el delito como la conducta o acción típicamente
antijurídica y culpable que conlleva una pena en contra del actor) y que tiene distintas
especies o modalidades. Resulta obvio entonces que la Eutanasia en sus formas de
Muerte Asistida y Eutanasia Pasiva, y cualquier otra figura similar, queda
3) Tener compatibilidad con el receptor, de conformidad con las pruebas médicas practicadas, en los casos que
si requiera.
4) Haber recibido información completa sobre los riesgos de la operación y las consecuencias de la
extirpación del órgano en su caso, así como las probabilidades de éxito para el receptor.
5) Haber expresado su voluntad por escrito, libre de coalición física o moral, otorgada ante dos (2) testigos
idóneos. (Resaltado nuestro).
82
irremediablemente incluida en esa amplia esfera de antijuricidad que castiga el delito
de homicidio, pero, con un estudio más detenido, se probará que la institución de la
Muerte Asistida constituye una figura ajena al esquema jurídico del Homicidio como
delito dentro del ordenamiento jurídico-penal venezolano. De hecho, ya en el
anteproyecto de Código Penal presentado por el Dr. Alejandro Angulo Fontiveros,
valioso a esta investigación por ser el más importante y reciente precedente para la
despenalización de ésta figura en Venezuela, la Muerte Asistida no es considerada
OS
D
A
Vexpuestas más adelante.
R
anteproyecto también se acotan algunas críticas que
serán
E
S
E
R
S
O
H
C
E
Es necesario
resaltar con respecto a la acción de dar muerte en estos casos,
DER
delito dentro de los presupuestos de un homicidio, pero si bien se apoya este
debido a su motivación fundada en la piedad, el sujeto activo del delito generalmente
resulta ser un ascendiente, descendiente o cónyuge del sujeto pasivo, lo cual cambia
la calificación de un homicidio simple a un homicidio agravado o calificado (delitos
contenidos en los artículos 406* y 407** del Código Penal de Venezuela vigente) por
Artículo 406. En los casos que se enumeran a continuación se aplicarán las siguientes penas:
1. Quince años a veinte años de prisión a quien cometa el homicidio por medio de veneno o de incendio,
sumersión u otro de los delitos previstos en el Título VII de este libro, con alevosía o por motivos fútiles o
innobles, o en el curso de la ejecución de los delitos previstos en los artículos 449, 450, 451, 453, 456 y 458 de
este Código.
2. Veinte años a veintiséis años de prisión si concurrieren en el hecho dos o más de las circunstancias indicadas
en el numeral que antecede.
3. De veintiocho años a treinta años de prisión para los que lo perpetren:
a. En la persona de su ascendiente o descendiente o en la de su cónyuge.
b. En la persona del Presidente de la República o de quien ejerciere interinamente las funciones de dicho cargo.
Parágrafo Único: Quienes resulten implicados en cualquiera de los supuestos expresados en los numerales
anteriores, no tendrán derecho a gozar de los beneficios procesales de ley ni a la aplicación de medidas
alternativas del cumplimiento de la pena. (Resaltado nuestro)
** Artículo 407. La pena del delito previsto en el artículo 405 de este Código, será de veinte años a veinticinco
años de presidio:
1. Para los que lo perpetren en la persona de su hermano.
2. Para los que lo cometan en la persona del Vicepresidente Ejecutivo de la República, de alguno de los
Magistrados o Magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, de un Ministro del Despacho, de un Gobernador de
*
83
lo que se ha referido únicamente al homicidio intencional para incluir estas otras dos
figuras como modos de configuración de la muerte asistida. Queda entonces
entendido el homicidio intencional como la modalidad más amplia de homicidio más
no como la única forma de configuración de la Muerte Asistida.
El artículo 405 del Código Penal de Venezuela vigente contempla el delito de
homicidio bajo la premisa de que “El que intencionalmente haya dado muerte a
alguna persona será penado con presidio de doce a dieciocho años”.
OS
D
A
RV
Utilizando de base el esquema propuesto
por
el Dr. Luís Jiménez de Asúa,
E
S
E
S delRdelito de homicidio según el Dr. Hernando
O
pasamos a desglosar los H
elementos
C
E
R
E
Grisanti D
Aveledo:
-Acto: Dar muerte de forma intencional.
-Tipicidad: Se refiere a la posibilidad de enmarcar el hecho dentro de la norma
penal. Es necesario que el hecho encuadre en el presupuesto de la norma penal con la
misma perfección que una mano en un guante. La Muerte Asistida se subsume en la
regulación de ese delito de homicidio por incurrir en esa premisa tan amplia como lo
es el dar muerte de forma intencional.
estado, de un diputado o diputada de la Asamblea Nacional, del Alcalde Metropolitano, de los Alcaldes, o de
algún rector o rectora del Consejo Nacional Electoral, o del Defensor del Pueblo, o del Procurador General, o del
Fiscal General o del Contralor General de la República, o de algún miembro del Alto Mando Militar, de la Policía,
o de algún otro funcionario público, siempre que respecto a estos últimos el delito se hubiere cometido a causa
de sus funciones.
Parágrafo Único: Quienes resulten implicados en cualquiera de los supuestos expresados en los numerales
anteriores, no tendrán derecho a gozar de los beneficios procesales de ley ni a la aplicación de medidas
alternativas del cumplimiento de la pena. (Resaltado nuestro).
84
-Antijuricidad: Se considera que una conducta es antijurídica por ser contraria
a derecho, esto es por contradecir una norma objetiva del derecho positivo vigente.
En este punto, la Muerte Asistida nos presenta una contradicción, ya que, si bien el
dar muerte constituye una violación al derecho a la Vida consagrado en el artículo 43
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el no dar muerte en
ciertos casos puede también constituir una violación al derecho a la Integridad
Personal contemplada en el artículo 46, ordinal 1, ejusdem* toda vez que se somete al
OS
D
A
RV
enfermo a un sufrimiento fútil e innecesario. Esto será ampliado más adelante.
E
S
E
SR
O
H
C debe reunir un conjunto de condiciones físicas y psíquicas
delito. El actor R
delE
delito
DE
-Imputabilidad: Se refiere a la capacidad con la que actúa quien comete el
exigidas legalmente para considerar a una persona como responsable de sus actos.
-Culpabilidad: Se refiere al conjunto de presupuestos que fundamentan la
reprochabilidad personal de la conducta antijurídica. Es el nexo intelectual y
emocional (subjetivo) que liga al sujeto con su acto y a su vez con la norma jurídica.
En el caso específico de la Muerte Asistida el elemento de culpabilidad viene
reflejado en el elemento intencional, pues no es únicamente la acción de dar muerte lo
que la comporta, sino que son las razones humanitarias o piadosas las que
configuran la Muerte Asistida.
Artículo 46. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral; en
consecuencia: 1. Ninguna persona puede ser sometida a penas, torturas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes.
*
85
-Punibilidad: Es el castigo o pena que conlleva todo delito. En este particular
se ha explicado anteriormente que la Muerte Asistida queda irremediablemente
incluida en el delito de homicidio intencional en cualquiera de sus formas, siendo
ambas instituciones jurídicas totalmente independientes una de la otra.
Es enseñanza primordial en materia de Derecho Penal que cualquier conducta,
para ser considerada delito, debe cumplir con todos y cada uno de los elementos supra
explicados. La falta de tan sólo uno de estos elementos, convierte la conducta en un
OS
D
A
RV
acto que no constituye delito; entonces, al considerar las circunstancias especiales que
E
S
E
SR
O
H
Cpor poseer elementos de culpabilidad distintos, sino que
E
distinta del homicidio
R
DE
caracterizan a la muerte asistida, se concluye que se está frente a una figura no solo
además no constituiría delito alguno una vez aceptada su inclusión como derecho.
Ampliando la antijuricidad, como elemento del esquema del delito según
Jiménez de Asúa, se afirma que merece un estudio más detenido en lo que a la Muerte
Asistida concierne. Como ya se ha explicado antes, la conducta antijurídica comporta
una acción contraria a derecho; pero es el caso que el ni libre albedrío ni la voluntad,
como elementos para el ejercicio del derecho a la autodeterminación, ni mucho
menos la acción misma que lleve a la muerte podrán ser considerados conductas
antijurídicas, ya que no comportan una acción contraria a derecho sino más bien una
acción a los fines del ejercicio de un legítimo derecho, el derecho a la
autodeterminación, lo cual comporta una causal de justificación lo que anula el
elemento antijuricidad y, por tanto, el delito mismo.
86
Ahora bien, anteriormente se ha hablado de la Eutanasia como la buena
muerte y que se divide en dos clases: la Eutanasia Pasiva y la Eutanasia Activa,
siendo ésta última la llamada Muerte Asistida objeto de ésta investigación, pero es la
Eutanasia Pasiva la que corresponde con el llamado Homicidio Piadoso. Consiste
entonces el Homicidio Piadoso o Eutanasia Pasiva en la terminación de la vida por
medio del cese de aquellos tratamientos de los cuales la vida depende, distinta es la
figura conocida como Ortotanasia donde la muerte se causa por la negación de
OS
D
A
R
métodos fútiles o extraordinarios. Se explica con
un V
ejemplo: en caso de que una
E
S
E
S enRun coma y necesite un respirador artificial, si
O
persona a raíz de un accidente
caiga
H
C
E
R
DEal respirador y luego se le provoca la muerte mediante la desconexión
se le conecta
tratamientos vitales que solo prolongan una vida vegetativa, es decir que constituyen
del mismo se está frente a un caso de Eutanasia Pasiva; en cambio, si no se le conecta
al respirador por determinarse previamente la imposibilidad de recuperación se trata
de un caso de Ortotanasia.52 Dicha verificación deberá hacerse de conformidad al
procedimiento establecido en obediencia al aparte único del artículo 32 de la Ley de
Ejercicio de la Medicina y al artículo 138 del Código de Deontología Médica.
El Homicidio Piadoso se verifica con un dejar de hacer a diferencia de la
Muerte Asistida que necesariamente comporta un hacer, además si bien esta primera
figura requiere el consentimiento del afectado éste no tiene que ser suministrado al
momento en que se exige, al momento en que se pretende aplicar, pero se acepta y
reconoce el valor de cualquier instrumento autenticado o protocolizado que contenga
52
Cfr. Grisanti Aveledo, Hernando y Grisanti Franceschi, Andrés. Op. Cit. p. 21.
87
la voluntad para el caso que se presenta. En el caso de la Muerte Asistida se acepta
también la concepción de un consentimiento previo, pero se prefiere que el
consentimiento se produzca al momento en que se exige a los fines de brindar
seguridad tanto al paciente como al asistente a la muerte, médico o no.
Es vital destacar que el Homicidio Piadoso no constituye un delito
especialmente tipificado, sino que actúa más bien como una extensión del delito de
homicidio por el presupuesto general de “el que intencionalmente haya dado
OS
D
A
RV
muerte…” establecido en el artículo 405 del Código Penal de Venezuela vigente.
E
S
E
R se diferencia del homicidio intencional
SAsistida,
O
Éste, al igual que H
la Muerte
C
E
R
DEde sus formas por tener un elemento intención especial y calificado
en cualquiera
como lo es la razón de naturaleza humanitaria. Corre entonces esta figura la misma
suerte que la Muerte Asistida al ser erróneamente incluidas en una norma amplísima
que no ofrece regulación efectiva alguna a estas instituciones especialísimas.
El Homicidio Piadoso se configura, sólo si se da muerte con el único fin de
suprimir o abreviar una inevitable, larga y dolorosa agonía, producto de enfermedades
o incapacidades permanentes e incurables. Son precisamente estas razones tan
especiales las que los jueces generalmente consideran como atenuantes al momento
de sentenciar con base al ordinal 4 del artículo 74 del Código Penal de Venezuela
vigente, el cual expresa:
Artículo 74. Se considerarán circunstancias atenuantes que, salvo
disposiciones especiales de la ley, no dan lugar a rebaja especial de
pena, sino a que se las tome en cuenta para aplicar ésta en menos
88
del termino medio, pero sin bajar del límite inferior de la que al
respectivo hecho punible asigne la ley, las siguientes:
…[omissis]
4. Cualquier otra circunstancia de igual entidad que a juicio del
tribunal aminore la gravedad del hecho.
Se destaca entonces que ésta figura constituye un delito dentro del
ordenamiento jurídico-penal venezolano, su móvil piadoso y humanitario se
considera de suficiente envergadura como para ser tomado en cuenta por un tribunal,
al menos como causa atenuante de responsabilidad penal. Ahora bien, el
OS
D
A
RV
Anteproyecto de Código Penal propuesto por el Dr. Alejandro Angulo Fontiveros a
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DEArtículo 217. Dar Muerte por Piedad. No comete delito quien
petición del Tribunal Supremo de Justicia lo contempla ya como un acto no punible
en el artículo 217, el cual reza:
para evitar o aliviar el inaguantable dolor o sufrimiento al que
padezca una enfermedad terminal o incurable, haga cesar el
tratamiento médico a sabiendas que podría sobrevenir la muerte o
aún que la producirá. Tampoco comete delito quien administre a un
enfermo tal calmantes [SIC] en dosis masivas que puedan mitigar
el dolor pero también provocar la muerte. Ni cometerá delito es que
por piedad y de modo directo cause la muerte para mitigar su dolor
o sufrimiento.
En todos estos casos se requerirá indefectiblemente el
consentimiento del paciente y de un modo conciente, expreso e
inequívoco. Si no estuviera en condiciones de dar su
consentimiento, este podrá ser suplido por un testamento vital o
documento autentico en el cual haya manifestado su deseo sobre
los tratamientos médicos que desea recibir en caso de sufrir una
enfermedad terminal e irreversible, cuando esta le impidiere
expresarse de viva voz o directamente en tal eventualidad. El
testamento mencionado debe ser evaluado por una comisión
integrada por un familiar del paciente; un médico y un abogado
designados por el Estado. A ésta comisión podrá agregársele un
médico y un abogado designados por la familia. Si hubiere
desacuerdo entre los integrantes de la comisión, éstos deberán
enviar inmediatamente el testamento a un tribunal penal, al que
corresponderá la decisión definitiva sobre el caso.
Si pese a que no hubiere tal consentimiento ni aquel testamento o
documento autentico, alguna persona da muerte a otra si se
comprobare que mediaron razones de misericordia, se tendrá esa
acción como un homicidio pero la pena de prisión será de uno a
cinco años y multa de cien a quinientas unidades tributarias.
89
En primer lugar no comparte esta investigación la idea de limitar la regulación
de una figura tan delicada a tan sólo un artículo, por resultar de esta forzada
aglomeración una larga extensión de su redacción y de su campo de acción. Y
segundo, porque buscando condensar toda la regulación necesaria y que la Muerte
Asistida como institución jurídica requiere se incluye también una especie de
procedimiento para su ejecución e incluso para la validación del consentimiento del
afectado, lo cual merece y necesariamente debe ser regulado más extensa y
detenidamente.
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
Cen los casos en los que no se cuente con el consentimiento
E
piedad como delito
sólo
R
DE
En pocas palabras, se comparte la inclusión de la acción de dar muerte por
del enfermo o afectado pero se considera necesaria la creación de una ley especial
que brinde el desarrollo y la extensión necesaria para la correcta y justa regulación de
la figura de la Muerte Asistida en Venezuela.
Con tan solo una rápida lectura se evidencia la despenalización de todo
supuesto de Muerte Asistida y Homicidio Piadoso siempre y cuando cuente con el
consentimiento expreso del afectado emitido al momento o con anterioridad, y se siga
una serie de pasos o lineamientos allí mismo establecidos. De no existir ese
consentimiento del afectado sí se tomaría la acción como una conducta punible por ya
no considerarse el ejercicio de un derecho sino la violación del mismo.
90
3.5.-Derechos de la Personalidad. La Autodeterminación como Derecho.
El Dr. José Luís Aguilar Gorrondona define los derechos de la personalidad
como “…los derechos subjetivos, privados, absolutos y extrapatrimoniales que posee
todo ser humano por el solo hecho de serlo y que protegen la esencia de la
personalidad y sus mas importantes elementos o atributos…”.53 Se complementa ésta
definición con la ofrecida por la Dra. Anabella Del Moral en su artículo “Derecho al
Libre Desarrollo de la Personalidad de Niños, Niñas y Adolescentes” publicado en
OS
D
A
RV
2004 al afirmar que “este derecho lo tiene toda persona desde el momento en que
E
S
E
SR
O
H
E
manera de obrar
oC
no, pero sin olvidar que
R
DE
nace y encierra la potestad individual de autodeterminarse, de decidir acerca de la
paralelamente también debe
responsabilizarse de sus actos (Resaltado Nuestro)”.54
Sobre la definición de la Dra. Del Moral es vital recalcar esa “potestad
individual de autodeterminarse” ya que es sólo esa potestad la que permite a cada
persona el controlar las formas y momentos de su vida. Es justamente esa potestad la
que consagra a la persona como ser capaz de disponer de sus propios derechos, los
cuales van desde el derecho a la vida hasta el derecho a morir pasando por el derecho
a una calidad de vida y a una vida digna. Esa “potestad individual de
autodeterminarse” se ve reflejada a diario en cómo cada persona reacciona de forma
única ante cada situación que se le presenta, en cómo cada persona elige actuar.
53
54
Aguilar Gorrondona, José Luís. Derecho Civil Personas. Caracas-Venezuela. Editorial Ex Libris. 1987. p. 130.
Del Moral, Anabella. Op. Cit. p. 109.
91
Igualmente interesante es la posición del Dr. Rafael Aguiar-Guevara al señalar
que:
Debemos analizar que un derecho, de acuerdo al pensamiento
jurídico de Kant, es el conjunto de condiciones por las cuales el
arbitrio de cada uno puede coexistir con el arbitrio de los demás,
según la <<ley universal de libertad>>. Según esto, yo como ser
humano, tengo el arbitrio, facultad, libertad, autonomía de decisión,
de aceptar una resolución con preferencia a otra. Es mi derecho,
entonces, a la vida. No se trata, en la norma constitucional, del
derecho de otro, de un tercero, sino del mío, mi derecho a la vida;
por supuesto, en el entendido que igualmente debo respetar el
derecho de los demás a su decisión o no de vivir; ese es su derecho.
Lo que sí, ciertamente, impone la norma constitucional es una
conducta de abstención por parte del Estado y de los particulares, a
la restricción a que ninguna autoridad me imponga una pena,
entendido como sanción o castigo por una conducta antijurídica, a
la muerte; debe el estado garantizarme, como ciudadano, que nadie
podrá violentar mi derecho a la vida, y si acaso me he apartado de
la norma de conducta esperada por el legislador, e incurra en delito,
se me impondrá cualquier pena, privativa de la libertad o
accesorias, cualquier otra, excepto la de muerte. Ese es el derecho
garantista impuesto por la norma constitucional.
…
Pero de allí, a pensar o admitir, por errónea o manipulada
interpretación, que otra persona, tercero ajeno a mí, puede ejercer
en mi nombre, en contra de mi voluntad, sin facultad, mandato o
poder alguno, un derecho que no es suyo y obligarme a vivir, en
cualesquiera fueran las condiciones del momento, es jurídica y
humanamente inaceptable.55
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Con esto desarrolla la posibilidad de cualquier persona de negarse al ejercicio
de su derecho a la vida como tal, sin ser limitado por ninguna autoridad ni particular
por respeto a su autodeterminación, al ejercicio de una vida motus proprio. Es
justamente ese motus proprio lo que marca el punto de partida de la
autodeterminación.
La autodeterminación tiene su origen en algo tan simple y genérico como lo es
el libre albedrío; es éste el que determina la voluntad del sujeto, lo que permite la
55
Aguiar-Guevara, Rafael. Op. Cit. (2). pp. 63-64.
92
toma de una decisión libre y sin coacción. Se habla de una libertad de querer como
indicativo de capacidad; así lo expresa el Dr. Alberto Arteaga Sánchez al desarrollar
la imputabilidad del sujeto:
De acuerdo con la posición que compartimos, hemos de afirmar
enfáticamente, que la responsabilidad penal como la
responsabilidad humana en general, tienen como presupuesto
inconmovible la libertad del ser humano, y la imputabilidad penal,
precisamente, la capacidad de entender y de querer, se reduce en
última instancia a la capacidad de elección que tiene el hombre en
cuanto ser personal dotado de inteligencia y de voluntad libre.
Ahora bien, digámoslo de una vez para que quede perfectamente
delimitada nuestra posición: cuando nos referimos a una voluntad
libre, a la capacidad de elección del hombre, a quien toca decidir
por sí mismo lo que hace y lo que no hace, no significa que
aceptemos la idea de una libertad absoluta, de una voluntad
incondicionada, de una voluntad que actúa al margen de la
consideración de los motivos, al margen de toda influencia externa
e interna. El hombre es libre, si tiene capacidad de elección, pero
esto implica, como apunta Bettiol, no que la voluntad cuando actúe
opere al margen de toda consideración de los motivos, sino que el
drama de la voluntad, precisamente radica en la escogencia que ella
debe operar entre los motivos antagónicos, los cuales no actúan
jamás en sentido mecánico, aun cuando se presenten como
completamente extrínsecos…Y entre estos varios motivos el
hombre escoge, no en virtud de la fuerza de atracción del motivo,
sino por su determinación propia. Y añade de seguidas Bettiol, con
sus palabras, que cuando se habla de libertad, de la voluntad o del
libre arbitrio, no se trata de admitir, por consiguiente, la existencia
de un libre arbitrio inmotivado que no existe en la realidad, sino de
reconocer que la voluntad es libre, precisamente, porque es
motivada, precisamente porque en la lucha entre los motivos
antagónicos ella es capaz de autodeterminarse después de haber
escogido el motivo preferencial.56
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Cabe destacar que el libre albedrío o libre arbitrio es considerado como un don
divino, como otra característica de la creación que separa al hombre de los animales,
por lo que conlleva una relevancia que además de jurídica es religiosa y moral.
Arteaga Sánchez, Alberto. Derecho Penal Venezolano. (1). Caracas-Venezuela. McGraw-Hill Interamericana
de Venezuela, S.A. 2001. pp. 224-225.
56
93
Consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se
encuentran el derecho a desarrollar libremente la propia personalidad y el derecho a
no recibir tratos degradantes, lo que implica que nadie puede recibir un tratamiento
médico que no quiera ya que esto puede ser equivalente a someterlo a un trato
inhumano o degradante.
Se ha dicho que la muerte es parte de la vida y de hecho lo es, la muerte es el
punto final de la vida y siendo parte de la vida ¿por qué negarle a una persona su
OS
D
A
RV
legítima potestad de autodeterminar la culminación de su propia vida?. Al reconocer
E
S
E
SR
O
H
C las condiciones de su propia muerte.
E
también su derecho
a controlar
R
DE
el derecho de una persona a controlar sus condiciones de vida debe reconocerse
Por su parte, los derechos individuales pueden definirse como el conjunto de
facultades de las que gozan los individuos como particulares y que no pueden ser
restringidos por los gobernantes. Éstos generalmente están contemplados en el cuerpo
normativo constitucional como forma de garantía de su respeto y valoración. En
Venezuela, los derechos individuales están contemplados en el capítulo IV del título
III de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, capítulo referente a
los derechos civiles.
Los derechos de la personalidad se diferencian de los derechos individuales
por su rango de reconocimiento. Los derechos de la personalidad son exclusivos de la
persona por el simple hecho de serlo y son reconocidos y ejercidos sin limitación
alguna, ni siquiera geográfica según el lugar en que se ejerzan o se menoscaben. Por
94
su parte, los derechos individuales, si bien también son exclusivos de las personas,
están sometidos a un proceso de reconocimiento, por formar parte de cuerpos
normativos de aplicación nacional como la Constitución, ya que solo podrán
imponerse sanciones por su menoscabo en aquellas localidades donde se reconozca su
existencia.
Los derechos individuales en Venezuela incluyen entre otros el derecho a la
vida, el derecho a la inviolabilidad de la libertad personal, el derecho a la integridad
OS
D
A
RV
personal, el derecho a la libre expresión del pensamiento, el derecho a la información
E
S
E
SR
O
H
E
derechos de
la C
personalidad. Clasificados por
R
DE
y el derecho a la libertad de conciencia, todos ellos considerados también dentro de
los
el Dr. José Luís Aguilar
Gorrondona, se observan cuatro grupos: Derechos a la Individualidad o Identidad,
Derechos sobre el Cuerpo, Derechos Relativos a la Personalidad Moral y Derecho
Personal o Moral del Autor.57
En un examen relativo a los Derechos sobre el Cuerpo el Dr. Aguilar
Gorrondona incluye:
-Derecho a la Vida: Expresa el Dr. Aguilar Gorrondona que el derecho a la
vida “…es ciertamente el mas esencial de todos los derechos de la personalidad, ya
que sin la vida no cabe la existencia y disfrute de los demás bienes”.58 El autor
denomina bienes a los derechos.
57
58
Cfr. Aguilar Gorrondona, José Luís. Op. Cit. p. 135.
Ibidem. p.136.
95
-Derecho a la Integridad Física: El autor amplía la esfera de este derecho al
exponer que “…implica incluso el derecho a negarse a someterse a inspecciones
corporales, a cuidados médicos o a intervenciones quirúrgicas, salvo ciertas
excepciones”.59
-Derecho a Disponer del Propio Cuerpo: Expone el autor que la persona “no
solo puede disponer de su propio cuerpo para fines de utilidad propia sino que
también puede hacerlo, dentro de ciertos límites, para fines altruistas”,60 como la
OS
D
A
RV
donación de sangre. Estos ciertos límites de los que habla el autor son obviamente de
E
S
E
SR
O
H
C a excepción de la Ley sobre Transplante de Órganos y
E
disponer del propio
cuerpo,
R
DE
carácter legal, pero en Venezuela no existe regulación especial alguna sobre cómo
Materiales Anatómicos en Seres Humanos, la cual se limita a establecer ciertos
requisitos para determinar la capacidad de la persona para donar sus órganos, sangre
y hasta sus tejidos. En cambio, en países como Italia, la legislación limita el derecho a
disponer del propio cuerpo en los casos en que esa disposición cause disminuciones
permanentes en la persona que dispone y ejerce el derecho, pero esto seria inaplicable
en Venezuela precisamente por la regulación especial de la ya mencionada Ley sobre
Transplante de Órganos y Materiales Anatómicos en Seres Humanos.
Por ser los derechos de la personalidad inherentes a la persona
independientemente de la nacionalidad, raza, credo, ubicación geográfica u
ordenamiento jurídico al cual esté sometida, portan éstos una mayor jerarquía que los
59
60
Idem.
Idem.
96
derechos individuales de carácter constitucional, por lo que son de obligatorio
cumplimiento y respeto sin importar las circunstancias ni los efectos que acarree el
ejercicio de la disposición sobre el mismo disponente, dejando a salvo siempre su
responsabilidad en los casos en que su disposición conlleve a un menoscabo de los
derechos de otra persona.
La idea de autonomía, la posibilidad de autodeterminarse puede resumirse en
que cada persona debe elegir por si mismo (atendiendo las opiniones que desee pero
OS
D
A
RV
siempre decidiendo por sí mismo) lo que va a hacer y la forma de hacerlo en atención
E
S
E
SR
O
H
Cdigna de elogio o de culpa.
responsabilidad,R
seaE
esta
DE
a sus propios conceptos éticos y morales, considerando que todo acto propio acarrea
61
En perfectas palabras explica el Dr. Max Charlesworth lo que comprende la
autonomía personal, la capacidad de autodeterminarse:
La libertad para elegir, que es la esencia de la autonomía personal,
es por supuesto libertad para elegir una línea concreta de acción
que consideramos moralmente buena. La autonomía no significa
simplemente elegir por elegir. Pero esto no implica, como alguien
ha objetado, que la libertad para elegir no tenga un valor ético en si
mismo sino que solo llega a ser valioso a la luz de las acciones
concretas elegidas: en otras palabras, debido a que estas acciones
son buenas, o se consideran buenas, esa libertad para elegir y
autonomía son buenas. Sin embargo, la autonomía, la capacidad de
autodeterminación, es también valiosa en si misma en el sentido de
que, incluso si lo que eligo [SIC] (el contenido de mi acto) es
objetivamente malo, mi elección es todavía buena en cuanto que es
un acto libre y autónomo, en oposición a una que es coaccionada.
Si contrastamos dos actos: a) uno elegido libremente pero
objetivamente equivocado, y b) uno coaccionado y no elegido
libremente, pero que objetivamente también es bueno, el liberal
Cfr. Charlesworth, Max. La Bioética en una Sociedad Liberal. Tr: Mercedes González con la colaboración de
Language Consultancy Systems, S.L. Cambridge-Gran Bretaña. Cambridge University Press. 1996. p. 11.
61
97
dirá que el primer acto es moralmente más valioso que el
segundo.62
La autonomía personal, como elemento intrínseco de cada persona, obedece a
la moral y a la ética que cada uno elige para regirse internamente, de allí la
afirmación de que:
…nadie es quien para decirme lo que tengo que hacer. Todos
somos iguales, por eso nadie puede imponer a los demás sus
propias ideas morales. Es cierto: el único que en lo más íntimo de
mi conciencia y de mi ser puede establecer, para mí, qué está mal y
qué está bien soy yo. Por eso soy autónomo, en el sentido de que yo
me doy a mi mismo mi ley moral…63
OS
D
A
Cada persona es, entonces, autónoma en
virtud de su individualidad,
RV
E
S
E
R
característica ésta que demarca
suS
derecho a la autodeterminación.
O
H
C
E
R
DE
Ibidem. p. 15.
Recuero, José Ramón. La Eutanasia en la Encrucijada El sentido de la Vida y de la Muerte. Madrid-España.
Editorial Biblioteca Nueva, S.L. 2004. pp. 21-22.
62
63
98
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Capítulo 4: MUERTE ASISTIDA: ¿DELITO O DERECHO?.
“Afectar a alguien en su ideología es ‘moverle el tapete’,
es hacerle sentir una amenaza para resquebrajar su personalidad;
por eso toda tesis que contradice una ideología se expone a ser rechazada;
y máxime cuando interfiere con intereses de grupos sociales o instituciones”.
Mauro Rodríguez Estrada
¿Eutanasia o Autanasia? Por una Muerte Digna
99
4.1.-Muerte Asistida: ¿Delito?.
Se ha visto hasta ahora que la regulación aplicada a la institución de la Muerte
Asistida dentro del ordenamiento jurídico venezolano obedece fundamentalmente en
materia penal (sin olvidar las regulaciones sobre los indignos en materia de
sucesiones y los procedimientos disciplinarios a los que están sometidos los
profesionales de la medicina), mediante la imposición de una sanción para la persona
que asiste la muerte, aun siendo esta asistencia producto de una solicitud por parte del
OS
D
A
RV
afectado y esta a su vez derivada de una toma de decisión de forma conciente,
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
E ofrecida por el derecho penal llega a sancionar los casos de
Dregulación
La
responsable y debidamente informada.
Muerte Asistida como un efecto de su misma amplitud. Es justamente esa amplitud la
que condena esta regulación a ser ineficaz sobre el caso específico que se aquí trata.
Podría entonces llegar a pensarse que el atender a los casos de Muerte Asistida fue
incluso un efecto indeseado fruto de una regulación tan general, efecto producto del
olvido por parte del legislador de las circunstancias especiales que envuelven esta
institución.
Desde la amplitud general del homicidio intencional contemplado en el
artículo 405 del Código Penal Venezolano vigente, hasta la no consideración del
consentimiento del afectado dentro de la asistencia al suicidio del artículo 412
ejusdem, la regulación del derecho penal se demuestra impertinente ante la
especialidad del caso.
100
Podría decirse que la Muerte Asistida como delito no es más que el producto
de la no consideración de todos los elementos de una acción típica. Desde las
primeras clases de Derecho Penal en las universidades se deja en claro que una acción
que no contenga todos y cada uno de los elementos establecidos en un tipo penal no
constituye delito, pero nunca se enseña que hacer ante aquellos elementos que, aun
sin ser parte del esquema del delito, se encuentran presentes en la acción, son
elementos sobrantes, pero que pueden ser aun mas importantes que los elementos
OS
D
A
RV
dentro del esquema del delito al momento de calificar la acción en cuestión.
E
S
E
SR
O
H
C
E
intención en sí R
ya que
indudablemente se persigue como fin el acabar con la vida de
DE
En los casos de Muerte Asistida es el elemento intencional, pero no por la
otra persona, sino en el carácter especialísimo que comporta la motivación de esa
intención: la solicitud del afectado a la asistencia de su propia muerte, el
consentimiento a poner fin a su propia vida.
Siendo este un elemento tan importante y especialísimo, sin mencionar urgido
de regulación directa y efectiva, es vital su valoración para la creación y
establecimiento de una regulación suficiente y pertinente a los casos de Muerte
Asistida para así resolver la confusión entre esta institución y los tipos penales supra
mencionados.
4.2.-Muerte Asistida: ¿Derecho?.
El llamado Derecho a una Muerte Asistida esta ligado íntimamente con los
derechos de la personalidad, mas específicamente los derechos a disponer sobre el
101
propio cuerpo, al libre desarrollo de la personalidad y sobre todo esta ligado al
derecho a la autodeterminación. Tan ligado que llega el punto en que se ha dicho
que los dos anteriores constituyen el desarrollo de la autodeterminación como
derecho de la personalidad.
La Muerte Asistida como derecho no tiene su origen en el derecho penal, sino
más bien en los Derechos Humanos, los Derechos Inherentes a la Persona, en fin, en
los Derechos de la Personalidad, los cuales son generalmente recogidos en la
OS
D
A
RV
Constitución Nacional o incluso en el ordenamiento civil. Es aquí donde se prueba
E
S
E
SR
O
H
C a los derechos establecidos en el ordenamiento jurídico
E
sancionar las violaciones
R
DE
impertinente la regulación por parte del derecho penal, ya que este se limita a
referente a otras materias, mas nunca puede el derecho penal reconocer derechos de
forma autónoma.
Se divisa así claramente el conflicto de regulación al que se encuentra
sometido esta institución jurídica, donde si bien esta reconocido como derecho, este
reconocimiento esta tan negado de especialidad, y por tanto de eficacia, como su
inclusión en el catalogo de delitos en Venezuela.
4.3.-Muerte Asistida: ¿Delito o Derecho?.
En este punto es necesario recordar que la regulación por parte del derecho
penal resulta directamente proporcional al reconocimiento de derechos en la totalidad
del ordenamiento jurídico. Esto es, que si la Constitución (por ejemplo) reconoce
específicamente un determinado derecho, el ordenamiento jurídico penal deberá de la
102
misma forma adaptarse a la nueva regulación para así hacer efectiva su función
sancionando la violación a ese nuevo derecho.
Nos encontramos entonces que si bien la Constitución reconoce los Derechos
de la Personalidad, no los enumera, lo cual permite al intérprete considerar un
catálogo abierto donde podría perfectamente incluirse el Derecho a la
Autodeterminación. Esto implica un reconocimiento indirecto, pero reconocimiento
al fin, por parte de la norma constitucional, suficiente para obligar el desarrollo por
OS
D
A
RV
parte del ordenamiento jurídico en general, incluyendo el ordenamiento en materia
penal.
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DseEha hablado de la antijuricidad como elemento del delito y del ejercicio
Ya
de un legítimo derecho como causal de justificación, pero es necesario destacar una
vez más la autodeterminación como derecho inherente de la persona que goza de
protección constitucional. Es el derecho a la autodeterminación y sólo ese derecho el
que sirve como causal de justificación en los casos de Muerte Asistida, de otra
manera quedaría indefectiblemente sometido a la regulación del delito de homicidio
intencional en cualquiera de sus formas, es decir, quedaría sancionado.
Se evidencia entonces la necesidad de crear una legislación especial que se
encargue de regular los casos a los que la Muerte Asistida resulta aplicable,
determinando incluso requisitos y un procedimiento especialísimo para la ejecución
de la Muerte Asistida. De igual manera resulta necesaria la inclusión del ejercicio del
derecho a la autodeterminación en la forma exclusiva de la Muerte Asistida como
103
causal de justificación expresa en el Código Penal Venezolano, para evitar así
cualquier posible choque entre ese cuerpo normativo y la nueva ley especial.
Queda claro que no puede existir un castigo por el ejercicio de un derecho, ni
para el titular del derecho ni para cualquier otra persona partícipe en su ejercicio.
Resulta irrisorio negar el ejercicio de un derecho por estar este sometido a una
regulación jurídica ineficaz. Resulta ilógico que se nieguen los instrumentos para el
ejercicio de un derecho reconocido por miedo a una regulación penal demasiado
amplia.
OS
D
A
RV
E
S
E
S Rcomo derecho de la personalidad goza de más
O
La Muerte AsistidaH
reconocida
C
E
R
DEque cualquier derecho consagrado en el Código Civil Venezolano por
peso jurídico
ser un derecho inherente a la persona humana, independiente de cualquier
ordenamiento especial que lo reconozca específicamente como derecho en el interior
del país.
104
CONCLUSIONES
El concepto de Muerte, a pesar de sus distintas acepciones, obedece a una
juicio meramente médico que, como tal, necesita una regulación directa y sobre todo
concreta dentro de leyes sobre medicina y de salud, a lo fines de determinar los casos
de muerte y las características para su efectiva verificación.
La Muerte Asistida como institución obedece a una naturaleza en bioética, por
debatirse la licitud moral de una acción.
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
Cen ella presente entre la voluntad de morir, característica
E
combinación exclusiva
R
DE
La Muerte Asistida se diferencia de otras formas de terminación de vida por la
presente en el suicidio, y la acción de un tercero para causar la muerte, particular del
homicidio.
Siendo el consentimiento un elemento base de la Muerte Asistida, la toma de
decisión forma parte vital del proceso de ejecución de la misma, por lo que deben
tomarse en cuenta todas las opciones y soluciones posibles. Solo considerando todas
las posibilidades puede tomarse una decisión objetiva.
El Consentimiento Informado es la diferencia entre un homicidio intencional
en cualquiera de sus formas y una Muerte Asistida, por lo que necesita regulación y
tratamiento espacialísimos.
105
La relación médico-paciente se ha convertido en una obligación estrictamente
de medio y con un patrón rigurosamente horizontal, eliminando así el paternalismo
presente en el tratamiento del médico para con el paciente.
La medicina como ciencia es vital para confirmar la existencia del
padecimiento o condición sanitaria desfavorable, existencia esta necesaria para
comprobar la disminución o destrucción de la Calidad y/o Dignidad de Vida.
OS
D
A
RVejecución y aplicación de la
determinantes para identificar los casos y la correcta
E
S
E
R
S
Muerte Asistida.
HO
C
E
DER
La Dignidad de Vida y la Calidad de Vida son valores interdependientes y
La Dignidad de Vida es inherente a cada persona por el simple hecho de serlo,
y viene determinada por la Calidad de Vida cualitativamente medida. Una vida con
baja calidad de vida es pensada de ser escasa en dignidad y viceversa.
El ordenamiento jurídico venezolano, al consagrar los derechos de la
personalidad en la Constitución Nacional, deja abierta la posibilidad a otras leyes para
que los desarrollen, tomando en cuenta que todo lo que no este expresamente
prohibido se tiene como tácitamente permitido.
La vida se constituye como derecho tanto en el ordenamiento jurídico nacional
como en el internacional y, como derecho que es, no comporta obligación de ejercicio
alguna para el derechohabiente. Significa entonces que cada persona está en libertad
106
de tomar una decisión en la medida de su capacidad sobre su vive o no y, en el caso
de hacerlo, el cómo vivir.
El Derecho a la Vida tal y como está consagrado en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela debe ser considerado más que como un derecho
de la persona, como una obligación de protección y respeto por parte del Estado y
demás terceros a las decisiones del derechohabiente. El Derecho a la Vida impone la
prohibición de matar, dirigido esto principalmente a la pena de muerte, pero de
ninguna manera impone una obligación de vivir.
OS
D
A
RV
E
S
E
S R brinda al Derecho a la Autodeterminación
O
La protección queH
la Constitución
C
E
R
DEde la personalidad es suficiente para su ejercicio, más es necesaria la
como derecho
regulación brindada por una ley especial para evitar su excesiva, arbitraria y
descontrolada aplicación.
La Muerte Asistida constituye un derecho personal e inherente en virtud de
la autodeterminación y capacidad de cada persona.
107
RECOMENDACIONES
Se recomienda la modificación del delito de ayuda al suicidio contemplado en
el artículo 412 del Código Penal Venezolano vigente para excluir expresamente los
casos de Muerte Asistida de su esfera de regulación, dejando ileso el delito de
inducción al suicidio contemplado en el mismo artículo.
Igualmente se comparte la inclusión de la acción de dar muerte por piedad
OS
D
A
RV
como delito sólo en los casos en los que no se cuente con el consentimiento del
E
S
E
SR
O
H
C la creación de una ley especial que brinde el desarrollo
E
Se considera
necesaria
R
DE
afectado.
y la extensión necesarios para la correcta y justa regulación de la institución de
Muerte Asistida en Venezuela. Una ley especial que permita a la Muerte Asistida ser
ejecutada exclusivamente por profesionales de la medicina, y que desarrolle, entre
otros puntos, las formas de expresión y validación de la voluntad del afectado y un
catalogo meramente enunciativo de situaciones en las que se permita la Muerte
Asistida como ejercicio del Derecho a la Autodeterminación.
Se propone además incluir en dicha legislación especial un procedimiento y
condiciones especiales o requisitos para la ejecución de la Muerte Asistida en
ejercicio del Derecho a la Autodeterminación.
108
BIBLIOGRAFÍA
Libros:
Aguiar-Guevara, Rafael. Derecho Médico en Venezuela. (1) Caracas-Venezuela.
Livrosca. 1996. 419 pp.
-----------------------------. Eutanasia: Mitos y Realidades. (2) Caracas-Venezuela.
Editorial Tahmer, C.A. 2003. 126 pp.
-----------------------------. Tratado de Derecho Médico. (3) Caracas-Venezuela.
Legislec Editores, C.A. 2001. 1.296 pp.
OS
D
A
RV
Aguilar Gorrondona, José Luís. Derecho Civil Personas. Caracas-Venezuela.
Editorial Ex Libris. 1987. 414 pp.
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
E Ricardo. El Derecho, los Transplantes y las Transfusiones.
DParilli,
Antequera
Angulo Fontiveros, Alejandro. Anteproyecto de Código Penal. Caracas-Venezuela.
Tribunal Supremo de Justicia. 2004. 478 pp.
Barquisimeto-Venezuela. Ediciones Ucola. 1980. 224 pp.
Arteaga Sánchez, Alberto. Derecho Penal Venezolano. (1) Caracas-Venezuela.
McGraw-Hill Interamericana de Venezuela, S.A. 2001. 479 pp.
-------------------------------. La Responsabilidad Penal del Médico. (2) CaracasVenezuela. Lithobinder, C.A. 1986. 163 pp.
Balthazard, V. Manual de Medicina Legal. Traducido por: Wifredo Carolen.
Barcelona-España. Salvat Editores, S.A. 1947. 767 pp.
Benzo Cano, Eduardo. La Responsabilidad Profesional del Médico. MadridEspaña. Ediciones Escelicer, S.L. 1944. 528 pp.
Blázquez, Niceto. Bioética La Nueva Ciencia de la Vida. Madrid-España. Biblioteca
de Autores Cristianos. 2000. 482 pp.
Bocaranda E., Juan José. Ius-ética El Derecho del Nuevo Milenio. CaracasVenezuela. Principios-Vigencia, Editores. 2004. 807 pp.
Brewer-Carías, Allan R. La Constitución de 1999. Caracas-Venezuela. Editorial
Jurídica Venezolana y Editorial Arte. 2001. 492 pp.
109
Calles Paz, Solano. Antología del Suicidio. Maracaibo-Venezuela. Editorial de la
Universidad del Zulia. 1983. 84 pp.
Capotorti, Francesco. Estudio sobre los Derechos de las Personas Pertenecientes a
Minorías Étnicas, Religiosas o Lingüísticas. Nueva York-Estados Unidos de
Norteamérica. Publicación de las Naciones Unidas. 1991. 120 pp.
Chacón Pinzón, Antonio José. Fundamentos de la Responsabilidad Médica.
Bogotá-Colombia. Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez, LTDA. 2004. 222 pp.
Charlesworth, Max. La Bioética en una Sociedad Liberal. Traducido por: Mercedes
González con la colaboración de Language Consultancy Systems, S.L. CambridgeGran Bretaña. Cambridge University Press. 1996. 212 pp.
OS
D
A
RV
Cornieles, Cristóbal y Moráis, María G. (Coord.). Tercer Año de Vigencia de la Ley
Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente IV Jornadas sobre la
LOPNA. Caracas-Venezuela. Publicaciones UCAB. 2004. 543 pp.
E
S
E
SR
O
Daes, Erica-Irene. La Libertad
del Individuo ante la Ley Estudio sobre los Deberes
H
C de la Comunidad y las Limitaciones de los Derechos y
E
de toda PersonaR
Respecto
E según el Artículo 29 de la Declaración Universal de los
DHumanos
Libertades
Derechos Humanos. Nueva York-Estados Unidos de Norteamérica. Publicación de
las Naciones Unidas. 1990. 237 pp.
Díaz-Maroto, Julio y Suárez, Carlos (Edit.). Código Penal y Legislación
Complementaria. Madrid-España. Civitas Ediciones, S.C. 2004. 858 pp.
Evely, Louis. El Hombre Moderno ante la Muerte. Salamanca-España. Ediciones
Sígueme, S.A. 1980. 132 pp.
Farfán Molina, Francisco. Eutanasia, Derechos Humanos y la Ley Penal Un
Estudio sobre el Derecho a Disponer de la Vida Propia. Bogotá-Colombia. Ediciones
Jurídicas Gustavo Ibáñez C, Ltda. 1996. 147 pp.
Gajardo, Samuel. Medicina Legal. Tomo II. Santiago de Chile-Chile. Editorial
Nascimiento. 1939. 428 pp.
Ganzemüller, Carlos y Escudero, José. Discapacidad y Derecho Tratamiento
Jurídico y Sociológico. Barcelona-España. Editorial Bosch, S.A. 2005. 392 pp.
Garay, Juan. La Constitución Bolivariana. Caracas-Venezuela. Ediciones Juan
Garay. 2001. 176 pp.
110
Grisanti Aveledo, Hernando y Grisanti Franceschi, Andrés. Manual de Derecho
Penal Parte Especial. Valencia-Venezuela. Vadell Hermanos Editores, C.A. 2004.
1.252 pp.
Grisanti Aveledo, Hernando. Anotaciones a la Reforma del Código Penal. CaracasVenezuela. Vadell Hermanos Editores, C.A. 2005. 70 pp.
Hernández, Nelson. De la Responsabilidad Jurídica del Médico, Teoría General de
la Praxis Médica, Doctrina, Legislación, Jurisprudencia. Caracas-Venezuela. Editorial
Ateproca, C.A. 1999. 400 pp.
Iglesias, M. Aborto, Eutanasia y Fecundación Artificial. Barcelona-España. Dux,
Ediciones y Publicaciones, S.A. 1958. 316 pp.
OS
D
A
RV
Jiménez de Asúa, Luís. La Ley y el Delito. Buenos Aires-Argentina. Editorial
Sudamericana. 1984. 578 pp.
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DERamón. Explícame la Bioética Guía Explicativa de los Temas más
Lucas Lucas,
León C., Augusto. La Muerte y el Morir. Caracas-Venezuela. Lagoven, S.A. 1980.
207 pp.
Controvertidos sobre la Vida Humana. Madrid-España. Ediciones Palabra, S.A. 2005.
223 pp.
Maduro Luyando, Eloy y Pittier Sucre, Emilio. Curso de Obligaciones Derecho
Civil III. Tomo I. Caracas-Venezuela. Publicaciones UCAB. 2003. 508 pp.
Malherbe, Jean-Françoise. Hacia una Ética de la Medicina. Traducido por: Jorge
Gómez C. Santa Fe de Bogota-Colombia. Sociedad de San Pablo. 1998. 185 pp.
Nieto Loaiza, Rafael (Coord.). Discapacidad y Derechos Humanos. Costa Rica.
Servicio Editorial del Instituto Interamericano de Derechos Humanos. 1992. 161 pp.
Novoa Monreal, Eduardo. Derecho a la Vida Privada y Libertad de Información.
(1) Ciudad de México-México. Siglo Veintiuno Editores, S.A. 1979. 224 pp.
-------------------------------. El Derecho como Obstáculo al Cambio Social. (2)
Ciudad de México-México. Siglo Veintiuno Editores, S.A. 1985. 255 pp.
Nucette Ríos, Eligio. Intentos de Suicidio. Maracaibo-Venezuela. Ediciones Astro
Data, S.A. 1995. 227 pp.
Ossorio, Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Buenos
Aires-Argentina. Editorial Heliasta, S.R.L. 2001. 1.038 pp.
111
Ramsey, Paul. Fabricated Man The Ethics of Genetic Control. Connecticut-Estados
Unidos de América. Yale University Press. 1970. 184 pp.
Rebollo Delgado, Lucrecio. El Derecho Fundamental a la Intimidad. MadridEspaña. Editorial Dykinson, S.L. 2005. 466 pp.
Recuero, José Ramón. La Eutanasia en la Encrucijada El sentido de la Vida y de la
Muerte. Madrid-España. Editorial Biblioteca Nueva, S.L. 2004. 164 pp.
Rodríguez Estrada, Mauro. ¿Eutanasia o Autanasia? Por una Muerte Digna.
Ciudad de México-México. Editorial el Manual Moderno, S.A. de C.V. 1996. 116 pp.
Rojas, Nerio. Medicina Legal. Tomo II. Buenos Aires-Argentina. Librería y Editorial
El Ateneo. 1942. 419 pp.
OS
D
A
RV
E
S
E
R y Vida Dependiente Inconvenientes
S Eutanasia
O
Serrano Ruíz-Calderón, José
Miguel.
H
C Sociales de la Despenalización de la Eutanasia. MadridE
Jurídicos y Consecuencias
R
DE Internacionales Universitarias. 2001. 149 pp.
España. Ediciones
Sánchez, Luís y Diez, Crisanto. Dissociative States. Barcelona-España. SpringerVerlag Ibérica. 2000. 151 pp.
Teichman, Jenny. Ética Social. Traducido por: Elisa Lucena. Madrid-España.
Ediciones Cátedra, S.A. 1996. 232 pp.
Varga, Andrew C. Bioética Principales Problemas. Traducido por: Alfonso Llano
Escobar. Santa Fe de Bogota-Colombia. Sociedad de San Pablo. 2002. 363 pp.
Vargas Alvarado, Eduardo. Medicina Legal. Ciudad de México-México. Editorial
Trillas, S.A. de C.V. 2003. 472 pp.
Yungano, Arturo Ricardo. Responsabilidad Profesional de los Médicos Cuestiones
Civiles. Buenos Aires-Argentina. Editorial Universal. 1992. 220 pp.
Revistas:
Sánchez, Miguel. El Consentimiento Informado. En: Cuadernos del Programa
Regional de Bioética. Caracas-Venezuela. No. 2 Abril 1996. 117 pp.
Costa, MV. El Concepto de Autonomía en la Ética Médica: Problemas de
Fundamentación y Aplicación. En: Perspectivas Bioéticas en las Américas. Buenos
Aires-Argentina. Vol. 1. No. 2. 112 pp.
112
Leyes:
Asamblea Nacional Constituyente. “Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela”. Caracas-Venezuela. Gaceta Oficial Nº 5.453. 24 de marzo de 2000. Mes
III.
Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. “Código Penal”.
Caracas-Venezuela. Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 5.768. 13 de abril de 2005. Mes
IV.
Comisión Constitucional del Congreso Español. “Constitución Española”. MadridEspaña. Boletín Oficial del Estado de 29 de Diciembre de 1978. Mes XII.
Congreso de la República de Venezuela. “Ley del Ejercicio de la Medicina”.
Caracas-Venezuela. Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 3.002. 23 de agosto de 1982.
Mes VIII.
OS
D
A
RV
E
S
E
SR
O
H
C
E
R
DE
Federación Médica Venezolana. “Código de Deontología Médica”. CaracasVenezuela. Aprobada en la LXXVI Reunión Extraordinaria de la Asamblea de la
Federación Médica Venezolana. 29 de marzo de 1985. Mes III
Pleno del Congreso de los Diputados. “Código Penal”. Madrid-España. Boletín
Oficial del Estado Nº 54. 2 de marzo de 1996. Mes III.
Ponencias Derivadas de Eventos:
Calleja, José. “El Consentimiento Informado”. Ponencia presentada en: Bioética:
Consentimiento Informado. Maracaibo, marzo de 2007.
Trabajos y Tesis de Grado:
Martín, Hernando y Blasoni, Roberto. “Aspectos Jurídicos de la Eutanasia en el
Actual Sistema Normativa Venezolano”. Trabajo Especial de Grado para optar al
Título de Abogado no Publicado. Maracaibo. Universidad Rafael Urdaneta. Mayo de
2000.
Descargar