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2
Zulianidad
auténtica
y de
corazón
Editorial
Estamos en la semana de la Zulianidad, en celebración del acontecimiento histórico ocurrido el 28 de enero de 1821, cuando el
entonces gobernador de la Provincia de Maracaibo (lo que es actualmente el territorio zuliano), Francisco Delgado, declaró la independencia de este territorio de la corona española y su adscripción a la República de Colombia, propuesta por el Libertador Simón Bolívar en 1819. Hemos emprendido con toda la gente de
buena voluntad de la región el rescate de nuestra verdadera esencia, del real significado del 28 de enero de 1821, que marca lo que
es la auténtica Zulianidad y venezolanidad.
Zulianidad es, primero que todo, venezolanidad, pues hemos sido la gente y el territorio donde se han gestado fundamentales
acontecimientos para la consolidación de nuestra República: desde el mismo nombre del Territorio Nacional, la Batalla Naval del
Lago, el nexo con la hermana Colombia, los Andes y el Caribe, la
irrupción de la industria petrolera nacional, el aporte de los pioneros que implantaron por primera vez en el país los avances de la
Ciencia, entre otros.
Entender la zulianidad es sentirnos orgullosos de la amalgama
étnica y cultural que hoy somos, unidos en el amor y el respeto por
este lago, esta tierra, esta gente y su historia; es preservar y promover nuestro patrimonio cultural; es ser responsables por el manejo
racional de los recursos naturales que contiene nuestra Cuenca.
Ser zuliano y sentir la zulianidad trasciende al lugar de nacimiento, pues muchos son los que venidos de otras tierras se hermanan con los que aquí vinieron al mundo, para dar lo mejor de
cada uno en el afán de cada día, en el hogar, en el trabajo, en la comunidad. Zulianidad es seguir el ejemplo de nuestros próceres, es
sentirnos orgullosos de ser venezolanos, y de responder al llamado de la Patria, especialmente hoy, para producir y consolidar
nuestra soberanía e integración a la Gran Patria Latinoamericana.
Esto es lo que significa la “Orden de la Zulianidad”, que entregamos ahora, para reconocer los aportes de quienes con su labor han
contribuido a ser del Zulia “Nombre y Luz de Venezuela”.
Lucía Contreras Vílchez
Directora
Jesús Faría Rodríguez
Subdirector
Yina Urzola Erazo
Coordinadora General
María Paola Semprún
Coordinadora de Mercadeo
Francisco J. Arias Cárdenas
GOBERNADOR BOLIVARIANO DEL ZULIA
Impreso en los Talleres
del Servicio Autónomo
Imprenta del Estado Zulia
Edición de Imágenes
Anibal Pérez
Diseño y Diagramación
Yina Urzola
CORREO
¡El Zulia Nombre y
Luz de Venezuela!
Francisco Javier Arias Cárdenas
Gobernador Bolivariano del
Estado Zulia
Salvador González
Secretario de Administración y
Finanzas
Lucía Contreras Vílchez
Directora
Gerarda Santelíz
Jefa de Información
@Correo_delLago
CorreodelLago
www.correodellago.com.ve
Redacción
Celeny Cañizáles
Gerarda Santelíz
Juan Carlos Guillén
Lucía Contreras
Ricardo Camejo
Yralí Izarra
+58.261.723.08.04
Casco Central de Maracaibo,
Edo. Zulia Venezuela
500 Ejemplares
@SAIEZ_
SAIEZ
www.imprentadelestadozulia.com.ve
3
El Torito Fernández
fue el adalid
inspirador de Gallegos
JUAN CARLOS GUILLÉN
Rómulo Gallegos es quien mejor describe los espacios áridos
e interminables donde se desenvolvieron aquellos cruciales
eventos que a la postre, elevaron el nombre de José de la Rosa
Fernández, al sitial de las leyendas con uno mas corto y efectivo:
el “Torito” Fernández.
Sí, “Sobre la Misma Tierra” ofrece el marco geográfico para relatar desde la urgencia, las peripecias de un hombre que se adaptó visionariamente a su tiempo, llegándose a reunir de tú a tú
con unpersonaje no menos ladino.
Toolo, como aun se le recuerda en Wayuunaiki, allá en la Alta
Guajira, nació de la unión entre Rosana Fernández, de la casta
Uliana y Mo´uwala, de la casta Ja´yaliyuu.El matrimonio, consagrado con el nacimiento del bebé que parecía un torito robusto, -de allí su título, más que sobre- nombre, reafirmó la
unión de las castas más poderosas de la sociedad Wayúu.
Todos los investigadores coinciden en que el nacimiento de
Torito Fernández, llegó en el
momento histórico y en la hora más apremiante en las relaciones entre las castas mismas
y los tirantes encuentros con
los Alijunas (blancos), a quienes consideraban invasores de
sus espacios ancestrales. En
efecto, un tenebroso militar,
comandante del puesto de Paraguaipoa, Juan Bautista Reyes, impuso el terror asaltando
haciendas, robando el ganado
de los guajiros y para sacarle el
brillo a sus infamias, secuestraba jóvenes wayúus de ambos
sexos para venderlos como esclavos en Maracaibo y el Sur
del Lago.
de las divididas castas de la
etnia que orgullosamente
representaba y la segunda,
el reconocimiento binacional de un concepto abstracto, concertado en el espíritude
la Nación Wayúu, válido tanto
en Colombia como en Venezuela.
Impensable hazaña para el
joven Torito Fernández cuando en aquella fresca tarde caraqueña -junto a 15 jefes de
clanes de la Guajira, en plena
celebración del Centenario de
la Independencia el 5 de julio
de 1911-, le estrechó la mano
enguantada a un hombre alto,
flaco pero barrigón y con ojillos de serpiente, era el presiTorito Fernández le hizo la dente Juan Vicente Gómez.
guerra y obtuvo dos victorias;
la primera contra un enemigo
feroz que conminó a la unidad
4
Después de la capitulación los dejó en La Habana
Felipe Baptista
se llevó a Morales y lo mandó
a paseo
JUAN CARLOS GUILLÉN
El 7 de enero de 1780, los Puertos de Altagracia asistieron al nacimiento de un chico
quien cuarenta y un años más tarde surcaría el Caribe Mar con el pecho repleto de orgullo
zuliano; zuliano y venezolano, que nacía con la fuerza telúrica que reverberaba en espíritus
persistentes como el del partero de la Patria, Simón Bolívar.
Felipe Baptista, tal es su nombre, recordaría aquella importante travesía como colofón de
una indetenible carrera de armas que tendría como teatro de operaciones lo acuoso, quizás
respondiendo a su natural disposición por lo que representaba su Coquivacoa, su Lago de
Maracaibo. El ya prócer, pues se había ganado sus insignias a sangre y fuego, había sido
condecorado por el Libertador con la Estrella de los Libertadores, jugueteaba con el medallón recostado en el catre militar, que jamás abandonaría desde sus tiempos como soldado.
Era el 26 de julio de 1849 y recordaba sin nostalgia los acontecimientos de hacía 28 años.
Había obtenido el grado de
Capitán de Navío durante la
guerra de Independencia, y en
1821 acudió desde Boconó para sostener el pronunciamiento de Maracaibo. Formando
parte de la Escuadra de Padilla, en la Batalla Naval del Lago, actuó como Segundo Comandante de la goleta Peacook, donde se comportó heroicamente rindiendo a la goleta española “Liberal”.
Pero lo que en ese instante de
recuerdos ocupaba su cerebro,
fue la travesía a Cuba donde
llevaba a los vencidos: a los últimos españoles que nos hicieron la guerra; iban todos, incluyendo a Francisco Tomás
Morales, el sangriento lugar teniente de Boves y a la sazón, jefe realista responsable de la capitulación.
A la vista de La Habana, en
el puente de mando del buque
bajo su mando Morales se
acercó y le dijo: “Siempre preferí las peleas a lomo de caballo, clavando con mi lanza a
quien tuviera enfrente…”.
Baptista, con media sonrisa
aflorando en sus labios le atajó
la reflexión al vuelo e inhalando ruidosamente la fragancia
del Mar Caribe soltó :”El Coquivacoa, a quienes ustedes
llaman el Lago de Maracaibo,
es un alazán mi general, sólo
que usted se acostumbró a los
jumentos y por eso perdió, y
por eso es mi prisionero. Disfrute lo que resta de nuestra
hospitalidad y no vuelva a
aparecer, más nunca, por Maracaibo”.
El altagraciano se sentía mal esa tarde
del 26 de julio del ´48, pese a ello, el recuerdo le arrancó una carcajada a viva
voz; sus allegados, sombríos como adivinadores de lo luctuoso se persignaron al
asegurar que esa era la alegría del tísico.
Felipe Baptista murió al día siguiente.
5
Jorge
Bello:
El que paró al
imperio teutón
JUAN CARLOS GUILLÉN
Cuando en aquella brumosa mañana los vigías del bastión
zuliano divisaron la silueta del cañonero, se decidió ponerle
acento, signos de exclamación y punto final a la proclama gritada en Caracas y hecha verdad en la barra del Coquivacoa. La
guachafita comenzó en 1666 cuando el pirata Jean David Nau,
El Olonés, con una flota de 8 naves y 650 hombres llegó a la boca del lago de Maracaibo donde se encontraba el Castillo de
San Carlos armado con 16 cañones. Tras un intercambio de artillería los piratas tomaron el castillo en menos de tres horas.
Tres años más tarde el invasor fue Henry Morgan, quien en
marzo de 1669, burló la defensa del emblemático castillo en la
ida y en la vuelta, tras saquear Maracaibo, y así siguió ocurriendo cada vez que a los europeos les daba por vapulearnos la dignidad.
Sin embargo en 1823, en una operación independentista que
se llamó el forzamiento de la barra del Lago de Maracaibo, la
escuadra comandada por el Almirante José Prudencio Padilla
atacó y tomó el castillo arrebatándoselo a los españoles. Pero el
Imperialismo es necio y siguió con sus intentos hasta que se
consiguió con Jorge Bello.
Durante el bloqueo naval
impuesto por las potencias europeas que reclamaban el pago
de la deuda externa, el 17 de
enero de 1903, el cañonero
SMS Panther apoyado por el
crucero ligero SMS Falke, ambos de bandera alemana, persiguen a una goleta mercante
que había burlado el bloqueo e
intentan pasar por la barra del
Lago de Maracaibo. El Panther
al no conocer la batimetría de
las aguas someras del lugar,
encalló quedando a tiro de los
cañones del fortín.
Tras un duelo de artillería
entre los buques invasores y la
fortaleza, los soldados venezolanos bajo el comando del General Jorge Antonio Bello
rompieron el bloqueo y los alemanes indignados por la hazaña, respondieron con un bombardeo de ocho horas sobre la
población de San Carlos dejando como saldo 40 muertos
en el poblado de pescadores.
Una semana más
tarde el 24 de
enero,
Cipriano
Castro al
enterarse de
la noticia y
sus
consecuencias, agitando en sus
manos la recién
impresa proclama que alertaba al
pueblo sobre la
planta insolente del
extranjero, gritaba
“¡Vivan los zulianos, viva Jorge Bello!”.
-¿Y eso comapdre? Le preguntó Gómez adusto como
siempre.
-Compadre -dijo con un entusiasmo febril inundándole
la mirada-, en el lago pararon
a los alemanes.
6
Américo
Negrette:
“Soy un quijote soñador”
CELENY CAÑIZALES
Un ser humano humilde y luchador por las causas justas, entregado a sus pacientes en cuerpo y alma sin importarle el tipo de enfermedad que los aquejaba, así fue el doctor Américo Negrette, nacido en La Cañada, municipio
Maracaibo del estado Zulia un 13 de diciembre de 1924.
Según algunos relatos, este profesional de la medicina
llegó al municipio San Francisco en el año 1952, apenas
dos años después de haberse graduado en la Universidad
Central de Venezuela; esta comunidad al principio lo trató como cualquier otro médico que pasaba por allí, pero
su preocupación por los enfermos, por aquellas personas
que caminaban como si estuvieran borrachos, tambaleándose de un lado a otro, lo motivaron a quedarse y así
poder descubrir ese tipo de enfermedad que él, siendo galeno ignoraba por completo.
Poco a poco fue ganándose el cariño de esos pobladores llamados Sanviteros y
a quienes en ese entonces el
resto de los habitantes rechazaban, discriminaban y
despreciaban; con ese acercamiento que se dio gracias
al amor y a la entrega por
sus pacientes pudo descubrir, mediante observaciones cuidadosas en cada uno
de ellos, que esa enfermedad que los mantenía inmersos en la más oscura de
la soledad, era la Corea de
Huntington, una patología
neurodegenerativa que se
manifiesta en disfunciones
motoras, cognoscitivas y
psiquiátricas.
Tres años después, en
1955 el hombre simple, el
médico simple, un quijote
soñador -como él mismo se
describió en uno de sus escritos- presentó el estudio
Corea de Huntington durante el sexto Congreso de
Ciencias Médicas en Venezuela; y en 1963 publicó un
libro sobre la enfermedad.
Américo Negrette fue
fundador de la revista Investigaciones Clínicas, y del
Instituto de Investigaciones
Clínicas de la Facultad de
Medicina de la Universidad
del Zulia. Murió en Maracaibo el 14 de septiembre
del 2003.
Una vida dedicada
a la enseñanza
CELENY CAÑIZALES
Un 24 de octubre de 1877, por allá por los lados de San
Carlos del Zulia; Distrito Colón (hoy municipio Colón),
en una finca agropecuaria nació un niño a quien sus padres Don Francisco Javier Pulgar y Doña Carmen Fuenmayor, llamaron Francisco Javier Pulgar.
Con apenas 15 años y antes
de graduarse de bachiller, este
amante de la educación impartía clases de aritmética,
geometría, y analogía castellana en el colegio Sagrado Corazón de Jesús en Maracaibo,
donde obtuvo el título de bachiller en Filosofía a los 17
años de edad.
También dedicó parte de su
tiempo a enseñar en varios
institutos de San Carlos del
Zulia, su pueblo natal, allí
compartía los conocimientos
adquiridos durante su trayectoria con jóvenes de ese municipio , a quienes siempre les
decía:
Fue Profesor
y subdirector del antiguo colegio Sagrado Corazón de Jesús en Maracaibo; Fundador y
director del extinto Colegio
Sagrado Corazón de Jesús en
San Carlos de Zulia. Subdirector del Colegio Federal de
Varones, hoy liceo Baralt;
también se desempeñó como
director de la escuela municipal de Instrucción Primaria
Superior “Severiano Rodríguez Hernández”, Profesor de
Aritmética Comercial de las
Escuelas de Comercio de los
Colegios San Francisco de
Asís y Sucre en Maracaibo.
Entre sus escritos destacan
Nociones del Sistema Métrico
«Es necesario abrir caminos Decimal y su correspondenpara poder andar y andando, cia con nuestro sistema anticaminando, se evoluciona, se guo de medidas y el de otros
países. Este insigne hombre
progresa».
muere el 5 de agosto de 1959
en la ciudad de Maracaibo, en
donde reposan sus restos.
7
Margarita Soto:
la comadrona “más
buena” de Cabimas
RICARDO CAMEJO
Adentrarse en la vida de Margarita es revivir esos años de
aquella Cabimas de palmeras de cocos, ciénagas, montes, calles
de tierra y empetroladas. Esta memorable señora de carácter
apacible y tranquilo, pintora de gran talento y partera de aún
mayor reconocimiento, nació un 19 de junio de 1917. Reconocida en la historia de la ciudad por su vocación de servicio y por
haber atendido alrededor de 42 mil partos en
Cabimas y otras ciudades del estado Zulia.
Convertida en cabeza de familia tras su divorcio, decidió hacer el curso de nueve meses
que le daría credencial para convertirse en partera. Aprobó 130 tesis sobre partos normales y
anormales con apenas 19 años, al cabo de sus
estudios se convirtió en la comadrona más joven, y la preferida por todas las mujeres de Cabimas.
También fue fundadora de la
Casa Maternal Infantil de Cabimas en 1940, asistió el parto
de los primeros siameses conocidos en Cabimas en la
clínica Dr. José Gregorio
Hernández. Según los cronistas, dada su vocación,
no tenía horario para
atender partos, fuese de
madrugada, noche o
mañana se movilizaba
en burro, camión o
bicicleta para llegar a
los partos. Su diligencia era admirada por miles de familias quienes
precisaban exclusivamente de
los servicios de esta comadrona, en muchas ocasiones sólo recibió las gracias a
cambio. Y ella era feliz al respecto. Tras 42 años al servicio
de las familias zulianas retomó
su pasión por el arte, en sus
pinturas siempre imperó el
movimiento, todos sus personajes bailan, cantan o actúan,
sus motivos predilectos eran
sucesos de su entorno, fiestas
religiosas, instantáneas de gru-
pos sorprendidos en plena
fiesta de San Benito, en una
parranda navideña, o retratos
de capítulos bíblicos y temas
históricos.
En el año 1984 ofreció una
muestra individual en la Casa
de la Cultura de Mérida, tres
años más tarde formó parte de
la exposición Pintores de Cabimas y de la I Bienal de Arte
Popular Bárbaro Rivas, en el
que obtuvo el segundo premio. Ambos eventos fueron
realizados en el Museo de Arte
Popular de Petare, Caracas.
Esta cabimense representa la
entrega y el talento innato en
todos los zulianos, que con su
dedicación y vocación por el
servicio elevan hasta lo más alto la zulianidad. La comadrona ‘más buena’, como fue inmortalizada por “Neguito”
Borjas en su gaita Punta Icotea, partió a los brazos de Dios
el 10 de octubre de 1994, hoy
su casa, ubicada en la calle San
José del centro de Cabimas,
funge como un museo, aunque en situación de abandono.
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Valmore Rodríguez
GERARDA SANTELÍZ
Con la siempre y viva esperanza que mantenía por una
Venezuela Justa, libre y democrática, Valmore Rodríguez
ejerció de manera destacada sus oficios de Periodista, Político y dirigente sindical. Sus encarcelamientos y exilios
forzados por la tiranía de Juan Vicente Gómez no menguaron ni amilanaron sus luchas contra el régimen, por el
contrario, en cada regreso retomaba con más ahínco sus
actividades revolucionarias, por el bien común de los venezolanos.
Valmore Rodríguez, un falconiano nacido el 11 de abril
de 1900, desde muy joven se radicó y vivió por muchos
años en el Zulia, donde comenzó su intensa carrera como
periodista y luchador social, mostrando su amor por las
letras y su sangre de poeta, y aun cuando no tenía una educación formal, se convirtió en un autodidacta que destacó
en los grupos literarios de la época. En este sentido, y a los
23 años, formaba parte del grupo literario Seremos, de
Maracaibo, y fundó el periódico El Nivel, como vocero de
los intelectuales, cultores y educadores; pero, sin olvidar
los problemas sociales que vivía Venezuela, la crítica al gobierno de Gómez era fuerte y constante.
Estas denuncias contra la
dictadura le valió el cierre del
periódico y su encarcelamiento en 1928, ya que durante la
celebración de la Semana del
Estudiante el periódico mostró su simpatía al movimiento
estudiantil y sus críticas contra
el régimen fueron cada día
más evidentes.
Hasta 1930 estuvo preso en
el castillo de San Carlos, y una
vez liberado se marchó a Curazao y de allí a Colombia, siendo miembro fundador en este
país, en Barranquilla, de la
Agrupación Revolucionaria
de Izquierda (ARDI). Valmore
Rodríguez junto a otros destacados jóvenes políticos insurgentes también en el exilio, tales como Raúl Leoni, Rómulo
Betancourt, Pedro Juliac, Rodríguez Berrueta, Ricardo
Montilla, entre otros, firmaron
un documento considerado
por los historiadores como
“uno de los documentos más
importantes de la historia política venezolana del siglo XX”
: El Plan de Barranquilla.
AD en 1941 ya residenciado
en Caracas, asumiendo la dirección de lo que fue su primer órgano de divulgación, El
País de caracas.
En 1933 nuevamente regresa al Zulia de manera clandestina y organiza los primero
sindicatos petroleros de Venezuela, como el SOEP de Cabimas, Lagunillas y Mene grande; así mismo, la Sociedad de
Obreros del Bien. Como fundador del Bloque Nacional
Democrático fue expulsado
nuevamente del país en 1937,
al ser ilegalizado ese partido.
Nuevamente en el exilio viaja
a México y Colombia, pero casi inmediatamente ingresa
por la frontera para continuar
la lucha política contra Gómez desde el Zulia y es con el
seudónimo de “Abigail” que
forma parte del Partido Democrático Nacional y luego de
Tras el derrocamiento de
Isaías Medina Angarita en
1945, desempeñó los cargos
de ministro de Relaciones Interiores y Comunicaciones, en
1948 fue electo Senador al
Congreso Nacional y luego
Presidente de este organismo,
pero al derrocamiento de Rómulo Gallegos, de ese mismo
año, intentó asumir la presidencia de la República, pero
ello fue impedido por los militares golpistas, hecho prisionero y, nuevamente expulsado
del país, se radicó en Chile
donde murió en el año 1955.
En 1959 sus restos fueron trasladados a Caracas e inhumados en el Cementerio General
del Sur
9
Dr. A.J. Urquinaona
GERARDA SANTELÍZ
Quien no conozca la historia del Dr. A.J. Urquinaona, pensará que el Hospital Central de Maracaibo lleva su nombre en su
honor por ser un destacado médico zuliano. Cierto que fue en
su honor que en 1944 le colocaron su nombre a este centro asistencial hospitalario, pero no por ser médico, sino por ser un
destacado filántropo, reconocido hombre caritativo y ciudadano ejemplar de Maracaibo.
El Dr. Antonio José Urquinaona nació en la población de El
Carmelo el 24 de diciembre de 1823, doctor en Derecho Civil,
abogado y educador. En el ejercicio su profesión fue catedrático
de Derecho Canónico y Filosofía en el Colegio Nacional
de Maracaibo, donde también
ejerció como vice-rector y rector encargado durante los años
1845-1859. Uno de los méritos
que se le reconoce al Dr. Urquinaona, es el de haber sido
iniciador de los estudios de jurisprudencia en el Zulia, en el
mismo Colegio Nacional de
Maracaibo con once alumnos.
Paralelamente a su oficio de
abogado y educador, se dedicaba a a ayudar a la gente de
menores recursos, especialmente a los mendigos que
deambulaban por la ciudad y,
según cuentan los historiadores y cronistas, la idea de crear
una casa de beneficencia fue
para brindarle cobijo y cuidados a esos mendigos, convirtiéndose en uno de los fundadores de la Casa de la Beneficencia de Maracaibo en 1860,
años después de su construcción, ya que, según la historia,
para el año 1642 la sede del
hoy Hospital Central sobrevivió a los constantes saqueos de
los piratas del lago y durante
un tiempo sirvió como cárcel,
cuartel de artillería y asilo de
ancianos.
Señalan los cronistas que el
doctor Urquinaona “fue quien
le dio vida a la brillante idea
del periodista Pedro José Hernández de establecer una casa
de mendigos..” y con el apoyo
de la Logia Regeneradores
Nro.15 logró crear la Casa de
la Beneficencia de Maracaibo,
bajo la advocación de Nuestra
Señora de las Nieves.
El Dr. Urquinaona muere el
3 de abril de 1872 en la ciudad
de San Antonio de Cúcuta,
Colombia, y sus restos fueron
exhumados y trasladados a
Maracaibo para ser enterrado
en el Cementerio El Cuadrado.
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Eduardo López Rivas
GERARDA SANTELÍZ
Este reconocido marabino fundó y editó importantes publicaciones periodísticas de carácter político y de oposición al régimen del caudillo Antonio Guzmán Blanco, considerado como
un gobierno déspota, feroz e ignorante, y del cual padeció persecuciones y encarcelamiento en varias ocasiones, y que López Rivas soportó estoicamente en su afán cívico de educar e ilustrar a
la gente, y el bienestar público en general en su lucha por las libertades democráticas. El historiador Alfredo Tarre Murzi describe a Eduardo López Rivas como “un periodista brillante, fundador de la dinastía de escritores, editores e intelectuales”, así como uno de los primeros civilizadores de la joven república “en
tiempos donde reinaba la autocracia y el pueblo padecía bajo las
garras de la barbarie y la ignorancia”.
La infancia de López Rivas,
nacido en Maracaibo en septiembre de 1850, transcurre
en un ambiente instruido y
cultivado que sentó las bases
para su futura formación académica; sus primeros estudios
los realizó en el Colegio Federal y posteriormente se marchó a Francia para continuar
sus estudios, y donde “pudo
absorber lo mejor de aquella
singular época, la de mayor
floración de genios que conoció Europa entre 1850 y 1890”
según lo expresa Tarre Murzi.
También Atenógenes Olivares
hijo señala que López Rivas
desde sus años de liceísta mostró siempre su inclinación al
cultivo de las letras. que lo llevó más tarde a convertirse en
“antorcha del periodismo”, en
“intérprete viril de una raza
que tarde o temprano se sacudiría ante el torbellino arrollador de la explotación de los tiranos”.
De regreso a Maracaibo en
1870, y con 20 años de edad,
trae a consigo las nuevas ideas
del Viejo Mundo. Se traslada a
Caracas y enseña los idiomas
inglés y francés que los habla-
ba perfectamente, asimismo
da cátedra de dibujo natural,
elaboración de planos y mapas
geográficos y gramática castellana, actividades que conjugaba con su colaboración a los
círculos intelectuales de la ciudad, lo que motivó a desarrollar en sus discípulos un espíritu crítico y capacidad de análisis.
Sin embargo, su espíritu
combativo, su talento y convicciones sobre la libertad y la
democracia lo llevan a ocupar
su rol de periodista como un
medio de denuncia, para luchar contra los abusos y la tiranía de Antonio Guzmán Blanco y posteriormente, contra
Juan Vicente Gómez. Es así como entre 1873 y 1877 comienza su oficio de periodista y dirige cinco periódicos en Maracaibo: El Semanario, La Antorcha, El Periódico, El Mensajero y El Boletín Mercantil.
En mayo de 1879 circuló por
primera vez en Maracaibo El
Fonógrafo que tuvo una larga
y digna trayectoria hasta su
cierre en 1917 y por el cual
López Rivas sufriría abusos,
persecuciones y prisiones.
11
11
Virgilio Carruyo,
el indolente
RICARDO CAMEJO
GERARDA SANTELÍZ
Ilustre artista de nuestra época, uno de los máximos exponentes
del arte venezolano. Nacido un 27 de enero de 1940 en Cabimas,
fue un pintor empírico que abandonó la escuela en sexto grado y
estudió artes por poco tiempo, luego se encerró en su propio mundo marcando lienzos con trazos de una calidad y trascendencia
que elude cualquier tipo de catalogaciones, de obra fecunda y original.
Este fiel exponente y destacado compositor de la décima
y la gaita tradicional nacido en el corazón de Maracaibo,
El Saladillo, es un ejemplo siempre presente en los gaiteros
cuando se trata de protestar por alguna circunstancia que
el pueblo considera injusta o tiene alguna exigencia que
hacer generalmente al gobierno de turno.
Al principio fue visto con distancia porque resultaba
inaceptable que alguien sin academia pintara
de tal forma, lo miraron como caballo de poca monta por no
haberse formado a
los
pies de los
grandes maestros y sus
corrientes. Pero después reconocieron su legado pese a su estilo inusual: creaba con pintura
industrial de aceite —amarilla,
azul, rojo, blanco y negro, y de
ahí sacaba todas las mezclas—,
con lonetas sin preparar como
lienzo, pegadas con tachuelas
sobre una mesa curtida, vieja,
sin patas.
Lejos de ser un pintor ingenuo,
dada su alta técnica, encontró
sus años más productivos entre
1968 y 1975, años en los que se
incorpora con determinación a
la pintura, este corresponde su
mejor período de “calidad sostenida y uniforme” según la opinión de Juan Calzadilla, quien
sería el más calificado critico en
valorar y contextualizar la obra
de este ejemplar artista. Para
muchos su trascendencia artística solo es superada por Armando Reverón. Pintó centenares de
obras que por calidad y cantidad
resultan incalculables hoy día, muchas de las cuales vendió en vida, algunas destruidas por el
propio artista cuando el mal humor arreciaba. Otras 117 de sus
obras fueron robadas de la casa
de su familia en 2010, y permanecen perdidas. Nunca se casó,
ni tuvo hijos, decía que aquello
era una atadura muy grande.
Vivió toda su vida en una humilde casita del sector Las Cabillas en Cabimas, mismo lugar
donde vio su vida apagarse tranquilamente acostado en la cama
de su entrañable y humilde
cuartico de pintura un 22 de noviembre de 1990, a sus 50 años
debido a un cáncer de pulmón.
Emerio fue grande, y quizá ni
él mismo lo supo porque vivía
en su mundo, aparte, tal vez
tampoco imaginó que sus cuadros ocuparían hoy los más
grandes exhibidores a nivel nacional e internacional. Su arte,
enteramente empírico y personal le valió el apodo por parte de
los críticos de “el gran inclasificable”. De Cabimas, estado Zulia para el mundo.
Don Virgilio Carruyo se hizo popular al componer y
expresar con sus gaitas la cotidianidad de los marabinos, sus tradiciones, idiosincrasia y la cultura de este
pueblo más allá de los límites del Zulia, especialmente cuando se trataba de alzar la voz de protesta, y en
este sentido fue reconocido como el cantor de la
protesta al recaudador de impuestos, personaje
que, sin ninguna misericordia y despiadada actitud con los trabajadores, aumentaba los impuestos a los vendedores de la ciudad duplicando sus
tributos cuantas veces le pareciera. De allí surge
El Indolente, compuesta
por cuatro gaitas que hacían referencia a este abuso
del recaudador y, aunque por ello fue
detenido por ocho días, continuó
componiendo gaitas de este estilo al
mismo personaje .
Don Virgilio Carruyo es
el autor de la famosa gaita
La Flor de la Habana, La
Cañonera, El Paludismo, El
Polvo Virginal, El Superior,
Ronda Antañona, Las píldoras Laberan, Empieza La
Lotería, entre muchas otras
que han sido interpretadas
y popularizadas por famosos conjuntos gaiteros del
Zulia, tales como El Saladillo, Viejo Saladillo y Gaiteros de Pillopo.
Su educación formal terminó en el segundo año de
bachillerato, que para la
época y según destacados
educadores era merecedor
de reconocimiento, pero
fue su genuina y natural
condición de poeta que lle-
gó a penetrar en el corazón
del pueblo, que tanto sus
gaitas como décimas el
pueblo las coreaba y las hacía suyas al identificarse
con sus letras.
Una de estas manifestaciones de apoyo y aceptación a sus composiciones,
es una anécdota que según
los cronistas relata que recibió un pago de 100 bolívares por la composición de
una gaita a la Cervecería
Maracaibo y la parranda
fue tan prolongada en El
Saladillo y El Empedrao
que les costó el despido a
todos los trabajadores de la
cervecería que habían participado de la celebración.
12
Slavia Cristina Ryder
La batalla contra la
Encefalitis Equina
Agustín Pérez
Piñango
LUCÍA CONTRERAS VÍLCHEZ
LUCÍA CONTRERAS VÍLCHEZ
Viejas fotografías en blanco y negro muestran una joven de
rostro lozano que sonríe confiada a su compromiso vital con la
ciencia, rodeada de monte, compañeros de investigación y aliados campesinos. Es Slavia Cristina Ryder Jaksic, nacida en Maracaibo el 16 de junio de 1938, quien dedicó su vida a la investigación en Medicina.
Unos seis meses antes de partir de esta dimensión, en 1989,
entrevistamos en su humilde casa de Los Haticos a Agustín Pérez Piñango, naturalista, investigador incansable de los secretos
de la naturaleza tangible e intangible, museólogo, trotamundos
circense de los cinco continentes, un caraqueño cuyo espíritu de
pionero se materializó en el Instituto de Ciencias Naturales de
Maracaibo a mediados del siglo XX.
La foto corresponde a un trabajo de campo, y evidentemente,
pertenece a la época en que decidió dedicar sus desvelos al estudio de la Encefalitis Equina en la Guajira.
En su tercer año de la carrera de Medicina, fue captada por el
doctor Américo Negrette -junto con su hermana y otro grupo
de estudiantes- para formar el embrión de lo que hoy constituye
el Instituto de Investigaciones Clínicas de la Universidad del
Zulia.
Por esa época, el doctor Américo Negrette estaba dedicado al
estudio de ciertas enfermedades virales, como la Mononucleosis Infecciosa y la Encefalitis Equina Venezolana, siendo el primero que alertó sobre la aparición de epidemias de esta última
en la zona norte del Estado Zulia. En 1962, cuando Slavia entró
al IVIC, se inicia una de las más importantes epidemias de encefalitis equina venezolana en el Estado Zulia, así que, junto
con los demás integrantes del laboratorio de Virología del instituto, participó activamente en el estudio de dicha enfermedad.
A mediados de 1963 fue becada por LUZ para proseguir estudios de Virología en Communicable Disease Center (hoy Center for Disease Control) de Atlanta, en los Estados Unidos.
A su regreso a su país natal,
en la Sección de Virología del
Instituto de Investigaciones
Clínicas de LUZ, se dedica a
consolidar un grupo de investigación en Encefalitis Equina
Venezolana, virus a cuyo estudio le dedicó su vida profesional desde ese momento en
adelante. Las inmunizaciones
a que debió someterse a lo largo de todos esos años, por su
permanencia en el medio rural, afectarían a la larga su salud.
Su Tesis de Doctorado en
Medicina, “Encefalitis Equina
Venezolana: epidemiología de
la enfermedad entre 1962 y
1971 en la Guajira Venezolana” presentada en 1972, representa un clásico sobre el tema.
Para 1990 la situación seguía igual en el Distrito (hoy Municipio) Mara, lo que representaba un alerta sobre la situación inmunológica de
la población, advirtiendo que en cualquier momento podía originarse una epidemia, lo que
de hecho ocurrió en 1995, cuando una epidemia de altas proporciones afectó la zona.Los
periódicos regionales y nacionales de esos años
reseñan la presencia del grupo de médicos investigadores de LUZ apoyando a las autoridades sanitarias regionales y nacionales, vacunando equinos, informando, para detener el
mal que asolaba a las comunidades indígenas.
La magnífica relación de Slavia con los epidemiólogos regionales permitió, en acción conjunta, el control de estas epidemias.
Por su trabajo tesonero ha recibido muchos
reconocimientos, pero quizás el mejor sea el
que un colegio de la Guajira ha honrado con su
nombre su Centro de Ciencias: un ejemplo inspirador.
Ese lugar, ubicado en la avenida Los Haticos, se convirtió en
visita obligada de los domingos
para familias enteras, que iban a
aprender recrearse al mismo
tiempo. Fue ese el hogar durante
dos años del pingüino que cayó
de un barco en las playas de Caimare Chico, y escenario de colecciones variadas de animales,
incluida la más grande de mariposas de toda Venezuela.
Las colecciones, los animales
disecados, las visitas de los domingos, todo, fue arrasado “…
por los intereses creados… quitaron el instituto para construir
la Casa Sindical de AD… usted
sabe, esas cosas no dejan dinero,
a nadie le interesó continuarlas…” nos narró sin amargura,
pero con lágrimas en los ojos, en
esa oportunidad.
Agustín Pérez Piñango descansó de sus andanzas por el
mundo en Maracaibo, donde
murió a los 86 años. Con el tiempo, los periodistas dejaron de
buscarlo, y hoy pocos recuerdan
lo importante que fue con su iniciativa que hasta ahora no se ha
repetido en el Zulia: un museo
de ciencias naturales.
A pesar de los pesares, mantuvo hasta el final su convicción de
“todo es posible si se confía en el
poder del pensamiento… Sé que
existe el vacío, que es el espíritu, y
la nada, que es la materia-lo que
se destruye- y cuando eso sucede, el espíritu queda liberado”.
13
Elena Margarita
Ryder Jaksic
La investigación al
servicio de los diabéticos
LUCÍA CONTRERAS VÍLCHEZ
Siendo aún estudiante, se constituyó en cofundadora
del Instituto de Investigaciones Clínicas de la Facultad
de Medicina de LUZ (1959), bajo la tutela del doctor
Américo Negrette. Elena Margarita Ryder Elena Ryder
Jaksic nació en el Hospital Chiquinquirá de Maracaibo, el 20 de mayo de 1940. Llegó como la hija menor
del matrimonio de inmigrantes constituido por Luis
Ryder, un mecánico venido de Polonia, y de Oliva de
Ryder, ama de casa de origen yugoslavo.
Doctora en Ciencias
Médicas, su disciplina,
persistencia y calidad investigativa han permitido
la permanencia de la revista Investigación Clínica,
de la cual fue editora, a
partir de 1990.
Elena Ryder es autora de
más de 80 trabajos de investigación publicados en
revistas científicas internacionales en el área de la
Bioquímica y Endocrinología.
Su aporte a la salud humana se refleja en el resultado de las investigaciones
sobre enfermedades metabólicas (lipidemias) –especialmente diabetes- las
cuales afectan a casi 200
millones de personas en el
mundo. De acuerdo con la
Sociedad Venezolana de
Endocrinología y Metabolismo (SVEM), es una enfermedad en aumento de-
bido al estilo de vida contemporáneo, afectando a
casi 200 millones de personas en todo el mundo;
en Latinoamérica, la probabilidad de desarrollar la
diabetes es casi el doble
que en la población general.
Entre los años 1966 y
1967, con beca del IVIC,
trabajó como Investigador Asistente en el Departamento de Bioquímica
de la Universidad de Nueva York, a la sazón dirigido por el Premio Nobel
Severo Ochoa, bajo la tutoría del Dr. Daniel Lane.
Junto con su grupo de
investigación, abrió en el
instituto una Consulta de
Enfermedades Metabólicas, la cual ha conducido a
hacer importantes aportes
en patologías asociadas
como son la obesidad y las
alteraciones del metabolismo de los lípidos.
Juan de Dios
Martínez
El hombre que
agasajó a la nodriza
africana ignorada
LUCÍA CONTRERAS VÍLCHEZ
Juan de Dios Martínez descubrió y revalorizó para
el pueblo venezolano y más allá de nuestras fronteras, a nuestra nodriza africana, esa otra madre de
nuestra cultura y etnicidad.
Juan de Dios nació el l6 de Marzo de 1945, en Bobures, al Sur del Lago de Maracaibo, hijo de Pedro
Martínez y Maria Isabel de Jesús Suárez. Contaba
que su papá y su mamá se conocieron en una noche
de gaita de tambora y a los nueve meses nació él. De
las tardes de relatos de su abuela “vendutera” (vendía dulces típicos de la zona) tomó el gusto por ir recopilando historias de los ancianos de su pueblo, en
los cuales vivían la vida y hazañas, magia y realidades de los ancestros africanos. Con Juan de Dios
Martínez, los chimbangueleros, los vasallos de San
Benito, el Santo Negro, la gaita de tambora, se convirtieron en un símbolo de afrovenezolanidad, vibrante, polícroma, rítmica. Nos hizo saber de la sacralidad y significado de cada uno de sus ritmos, banalizados a veces en su interpretación utilitaria. En
una entrevista para la revista de Abrapalabra (Ediluz
1992) contaba cómo estudiando en la Universidad
del Zulia, leyendo los versos del Renacimiento español, éstos no lograban tocarle las cuerdas del alma;
nada rozaban de la fibra de sus vivencias de su natal
y cálido Bobures: “Yo decía, ¿que vaina es ésta, moza
tan fermosa non vide en la pradera/como esta vaqueira de la Finojosa…? Eso no me dice nada a
mí…”. Así se lanzó a investigar por su cuenta, a registrar la historia oral de los pueblos afrodescendientes
de los pueblos de Venezuela y el mundo, hilando,
encontrando las coincidencias y raíces comunes.
Martínez creó la Fundación Ajé en 1972, que se
encarga de mantener y preservar las manifestaciones de la cultura afrodescendiente. También forma
y promueve la enseñanza de este patrimonio intangible. Fruto de sus investigaciones son los siguientes
libros: Antecedentes y Orígenes del Chimbángueles
(1983); Las Barbúas, Mitos y Leyendas de Origen
Africanos en el Sur del Lago de Maracaibo; La Gaita
de Tambora (1990); Cómo Bailar Chimbángueles
(1992); el Gobierno del Chimbángueles (1992) y El
Culto de San Benito de Palermo (1999).
Partió de esta dimensión el 2 de octubre de 2005,
despedido en La Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá con los cánticos melancólicos y rítmicos
de la Cantata Negra Vazimba, que en su homenaje
compusiera en 1993 otro orgullo del Zulia, el maestro Juan Belmonte.
14
Humberto Fernández
Morán; un zuliano de
diamante
RICARDO CAMEJO
Los zulianos son reconocidos a nivel nacional e internacional
por su talento, estirpe a la que hace honor Humberto
Fernández Morán, científico nacido en
Maracaibo un 18 de febrero de
1924 que contribuyó al
desarrollo de la
ciencia
en diversos ámbitos, considerado por la
Universidad de Harvard como
unos de los 100 científicos más
brillantes del siglo veinte.
Ingresó en el instituto Schulgemeinde Wichersdorf de Sallfeld, Alemania, en 1937, donde
cursó estudios de secundaria.
En 1939, a los 15 años ingresó a
la Universidad de Munich, y cinco años más tarde, un 1 de junio
de 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, a escasos seis días
del desembarco de las tropas
aliadas en Normandía, se graduó en Medicina con distinción
summa cum laude, resguardado
en un sótano bajo un bombardeo.
En 1945 regresa a Venezuela y
obtiene la equivalencia del título
de Médico Cirujano en la Universidad Central de Venezuela.
Luego en 1946 entró como interno residente en la Universidad
George Washington para especializarse en el estudio de la patología del sistema nervioso.
nervioso, tomando como
muestras insectos y animales del trópico, además de
lograr materializar el proyecto de un centro de investigaRegresó a Eu- ción que pudiera ser una referopa en 1947, donde rencia continental y mundial
inició formalmente su carrera en el ámbito científico.
como investigador en Microscopía Electrónica en el Instituto
Asumió el Ministerio de
Nobel de Física Nuclear, en Es- Educación el 13 de enero de
tocolmo, Suecia. En 1951 reci- 1958, diez días antes del debió el grado de Maestría en Bio- rrocamiento cívico-militar
logía Celular y Genética en el que reinstauró la democracia.
Departamento de Investigacio- La situación de Venezuela se
nes Celulares y Genéticas del transformó sensiblemente paInstituto Karolinska, y en 1952 ra el científico zuliano y aunobtuvo el Doctorado en Filoso- que en principio intentó perfía, mención Biofísica, en la manecer en el país, manteUniversidad de Estocolmo. Allí niendo su trabajo como invesdesarrolló el concepto de crioul- tigador en el Ivnic, el clima getramicrotomía e inventó el bis- neral derivado del cambio poturí de diamante, lo que le valió lítico lo llevó a emigrar a Bosel Premio John Scott unos años ton meses después.
más tarde y gran prestigio internacional.
Durante su exilio voluntario, inició su etapa más proFernández Morán retorna a ductiva de la investigación. En
Caracas en 1954 y se embarca 1962, fue nombrado profesor
en el proyecto de construcción titular de Biofísica en la Unidel Instituto Venezolano de versidad de Chicago. En 1967
Neurología e Investigaciones le fue conferida la silla profeCerebrales (Ivnic), el cual se sional A. N. Pritzker de la Diasentó en el tope de una monta- visión de Ciencias Biológicas
ña, Los Altos de Pipe. Para ese de la Escuela de Medicina de
entonces, el joven investigador esa Universidad. Ostentó destenía una clara idea de lo que de 1953 el sillón XXVI de la
quería hacer en su país: trabajar Academia de Ciencias Físicas,
en Medicina Tropical y estudiar Matemáticas y Naturales en
la estructura fina del sistema Caracas.
En 1969, la Asociación Aeronáutica y del Espacio (NASA,
por sus siglas en inglés) lo designó como uno de sus investigadores principales para el proyecto lunar de Estados Unidos
y además le confió el estudio de
las rocas lunares traídas por el
Apolo 11.
El Dr. Humberto Fernández
Morán fallece el 17 de marzo de
1999 en Estocolmo, Suecia.
Aunque su amplia producción
intelectual era reconocida sobre todo por la comunidad
científica internacional, no
rompió sus vínculos afectivos
con su tierra natal, a la que dedicó proyectos de alta envergadura como un Centro de Investigaciones Tecnológicas para la
región de Guayana y el Centro
Politécnico de Estudios para
Occidente, orientado éste a la
investigación en los campos petrolero, petroquímico, petrofísico, agropecuario y ecológico
en el Zulia. Muchos de estos
proyectos, no obstante, no llegaron nunca a concretarse.
Hoy día sus restos descansan
en el cementerio El Cuadrado
de su ciudad natal, Maracaibo.
15
Francisco Ochoa,
un jurista cabal
Primer rector de
la Universidad del
Zulia
YRALÍ IZARRA
El doctor Francisco Ochoa, como se le nombra solemnemente en el ámbito universitario, fue un jurista, intelectual, político
y escritor zuliano que con una prolífica obra sustentada con valores como la probidad, la honradez, la responsabilidad, el compromiso social y la justicia.
A mediados del siglo XIX, el 19 de abril de 1849, en un
hogar humilde, nace en Maracaibo. Su madre Ramona Ochoa
Parra, mujer de pueblo, trabajadora y profundamente cristiana,
cultivó en él su formación religiosa, y ejerció una influencia determinante en la conducta moral que tuvo durante su vida.
Ochoa fue un aventajado estudiante, y en diciembre de
1873, a los 24 años de edad, la
Suprema Corte del Estado Zulia le confiere el título de Abogado de la República. Ocho
meses después, en 1874, se gradúa con honores en la Universidad de los Andes de Licenciado y de Doctor en Ciencias
Políticas.
Al retornar a Maracaibo le
conceden su nombramiento
en la Corte Suprema del Estado, cargo en el que fue ratificado en los años 1875, 1878,1879,
1880,1886 y 1890. Sus méritos
hicieron que en 1891, fuese
considerado como el intelectual y humanista más adecuado para convertirse en el primer rector de La Universidad
del Zulia, dada las circunstancias ideológica-políticas que
vivía Maracaibo y el país en general a finales de Siglo XIX.
En sus variadas facetas, co-
mo jurista, su amigo Aniceto
Ramírez y Astier escribió: “Su
bufete fue frecuentado siempre por todas las clases sociales
y los problemas más arduos se
resolvían allí, honrada y puntualmente: la sociedad zuliana
tenía en el Dr. Ochoa un consejero discreto, y sus fallos se
reputaban como verdades oráculos… a nadie se le ocurría
prescindir de su consulta”.
En su proceder como hombre político, “es importante señalar que el Dr. Francisco
Ochoa se definía como apolítico en cuanto a una militancia
determinada. Una evidencia
de esto fue su renuncia al cargo
de Gobernador de la Sección
Zulia del Gran Estado Falcón,
cargo que le fue propuesto en
1884 por el partido Guzmancista …”, dice Nevi Ortín.
Como escritor el doctor
Ochoa publicó en diversos pe-
riódicos de la época, entre ellos:
El Mentor, El Derecho y El Zulia
Ilustrado. Entre sus publicaciones se cuentan: Estudios jurídicos, La abolición de la esclavitud
en Venezuela, El juicio crítico
sobre la Escuela Penal Antropológica, La misión del abogado,
La misión del Ministerio Público, La misión del juez, y su obra
cumbre: La exposición del Código Penal Venezolano (1883),
todas con la mejor crítica de los
jurados y especialistas de los tema.
Francisco Ochoa falleció el 9
de abril de 1907, en la parroquia
hoy denominada Santa Lucía, a
los 57 años de edad. Sus restos
reposan el Panteón del Estado
Zulia.
16
Imelda
Rincón
La primera rectora de LUZ
y subversiva
LUCÍA CONTRERAS VÍLCHEZ
Dice haber salido del rectorado envuelta en el olor acre de las bombas lacrimógenas.
Eran tiempos de cambios y reacomodos: El Caracazo del 27 y 28 de febrero de 1989, y la
rebelión cívico militar del 4 de febrero de 1991, ocurrieron durante el período rectoral
de la primera mujer escogida por profesores y alumnos para dirigir los destinos de la
Universidad del Zulia. Era la primera vez que ocurría ese avance de la equidad de géneros en una universidad latinoamericana autónoma, donde las autoridades son elegidas
por el claustro universitario.
Sin lugar a dudas, la figura femenina de Imelda Rincón como rectora evocaba el concepto de protección en los estudiantes, y no era casual: ella ejecutó medidas que protegieron a estudiantes de escasos recursos económicos, a los “sin cupo” y a los indígenas.
Primera decana de la Facultad de Humanidades, primera vicerrectora, primera rectora. También durante su período rectoral se creó la Beca Trabajo, y la primera asociación
de estudiantes indígenas de LUZ.
“A pesar de no tener el marco jurídico de
hoy, luchaba… las primeras medidas para
favorecer el acceso de los indígenas a la
universidad se tomaron en mi rectoría”.
Su defensa de la no restricción en el ingreso a la universidad, así como otras posiciones asumidas en la vida, la hacen un
ejemplo de disciplina y lucidez hoy.
“Ser maestro, ser profesor es un asunto
muy complejo, muy profundo, se requiere
formación científica, sicológica y pedagógica, y sobre todo, amor por el otro. No
puede desentenderse del estudiante con
problemas de desadaptación, tiene que
acercarse a él, con sentido de humanidad…”
Imelda Rincón se considera privilegiada
por la vida, al tener la oportunidad de crecer y madurar “en escenarios intelectuales
y culturales de avanzada… Yo regresé de la
UCV como una mujer de izquierda, luchadora, buscando siempre la igualidad”.
Como rectora, tomó decisiones que,
controversiales o no, han tenido el cariz de
promoción de la educación con carácter de
igualdad y equidad, como la vía para la superación humana.
“De eso se trata, de tener una oportunidad y de tomar decisiones que favorezcan,
en el sentido democrático profundo, a la
totalidad”.
Recuerda que durante la rebelión del 4
de febrero, ocurrió una situación similar:
una importante porción de los estudiantes
apoyaba esa rebelión.
“En mi período rectoral, la Universidad
fue allanada muchas veces… yo salí del
rectorado con el olor de las bombas lacrimógenas. Yo sentía que todo mi cuerpo
olía a bomba lacrimógena, porque era la
violencia en contra de la Universidad. Fue
una violencia despiadada, fui acusada de
subversiva, por los sectores del momento
que apoyaban las políticas neoliberales.
Obviamente, yo me identificaba con esos
sectores que rechazaban esas políticas
neoliberales, las tendencias privatizadoras…”.
Frente al futuro, Imelda es optimista:
“Pasar de una mentalidad democrática representativa a una participativa y protagónica no se hace de la noche a la mañana.
Yo pienso que pasarán 3 generaciones…”.
Y cómo se define?. “Yo creo que pertenezco a ese tipo de personas que hacen de
la vida intelectual, del estudio, del servicio,
como su meta principal de vida”.
El multifacético
Jesús María
Semprún
CELENY CAÑIZÁLES
Jesus María Semprún considerado por
varios estudiosos, como el crítico literario más importante de Venezuela, fue
médico y escritor. Este multifacético
personaje nació el 26 de septiembre de
1882 en un pequeño caserío cercano a
Santa Bárbara del Zulia en el municipio
Colón del estado Zulia.
Pese a la dificultad que se le presentó
para culminar los estudios en su tierra
natal, sus padres Belisario Semprúm y
Margarita Pulgar de Semprúm, se vieron en la obligación de enviarlo a Maracaibo donde obtuvo el título de bachiller
en el colegio Sagrado Corazón de Jesús
en el año 1898; ese mismo año ingresó a
la Universidad del Zulia para cursar estudios de medicina pero lamentablemente no pudo culminarla porque en
1903 el entonces presidente venezolano
Cipriano Castro ordenó cerrarla. En
1905 obtuvo el título de doctor en Medicina por la Universidad de Caracas.
Semprún fue fundador del grupo literario Ariel (1901) y de la revista Sagitario (1911). Como analista político destaca su obra “El Canal de Panamá” (1912)
donde manifiesta su sentimiento antiimperialista. Sus artículos se recopilaron
póstumamente en Estudios críticos
(1938) y Crítica literaria (1956); fue
miembro correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua, cultivó la
poesía (Elegías) y la novela (El crucifijo).
A pesar de toda su experiencia laboral
como médico, y haber escrito para medios nacionales e internacionales como
“The World, “The Herald Tribune”, “Boletín de la Unión Panamericana”, “La Reforma Social” de la Habana, “Panorama”
y “Alma Latina” de Maracaibo y “el Heraldo” de Caracas; su desenlace fue triste
y deprimente, pues se conoce que debido a los daños causados por su alcoholismo, entre otras enfermedades , Jesús
María Semprún muere, en El Valle en
Caracas el 13 de enero de1931 abandonado y en la miseria.
17
símbolo dorado del
deporte zuliano
Pedro Lucas
Urribarrí:
El dominante de los
buques realistas
RICARDO CAMEJO
Como es característico en los zulianos; el ser precursores y grandes exponentes en distintos ámbitos de la cultura venezolana es un compromiso que se lleva con particular responsabilidad y esmero. Así ha quedado demostrado
en la historia, y lo propio hizo Luis Aparicio Ortega “El
Grande”, nacido en Maracaibo un 11 de marzo de 1910.
Luis Aparicio Ortega fue, junto a su hermano Ernesto,
uno de los principales precursores del desarrollo del béisbol en el estado Zulia. “El Grande” era un destacado atleta, incluso jugó al fútbol con el equipo Ayacucho y también con el Guaraní, en la Primera División del fútbol de
Maracaibo. Ambos practicaron al lado de una leyenda
del deporte nacional, José Encarnación “Pachencho” Romero, quien era hermano de Herminia, la esposa de Luis
Aparicio, “El Grande de Maracaibo”.
Viajó a Caracas en 1946
para disputar la primera
temporada en la historia de
la Liga Venezolana de Béisbol Profesional con el uniforme del Magallanes.
en sus servicios, pero una
operación de hernia le impidió convertirse, quizás, en
el primer venezolano en jugar en las Grandes Ligas,
por lo que tuvo que conformarse con participar en la
pelota profesional de República Dominicana y Puerto
Rico.
Aspiración que años más
tarde lograría su hijo, con
los méritos ampliamente
reconocidos. Siendo novato
en la liga profesional, nuestro Salón de la Fama, Luis
Aparicio Montiel, dijo sobre su padre: “Será difícil
hacer lo que él ha logrado
sobre el terreno, son cosas
increíbles. Yo apenas trataré
de imitarlo”.
“El Grande” fue el primer
bateador en el circuito rentado y entró en los libros como el autor del primer hit y
la primera carrera el 12 de
enero de 1946, precisamente en su primer turno al bate
ante el lanzador Carlos Rotjes. El precursor del béisbol
“romántico”, como se llama
a la pelota de esa época, fue
vital para el desarrollo del
potencial de su hijo, máximo estandarte del béisbol
venezolano y único Salón de
la Fama, Luis Aparicio Montiel, con quien practicaba Basta mirar las letras con
antes de sus juegos en la liga el nombre de “Luis Aparicio
profesional.
‘El Grande’” en la entrada
del imponente estadio de
Aparicio Ortega tuvo su las Águilas del Zulia para
única oportunidad de parti- definir cuan identificado
cipar en las grandes ligas de está la región con lo que hiEstados Unidos en 1934, zo Aparicio en el terreno de
cuando los Senadores de juego durante casi 22 años
Washington se interesaron como pelotero activo.
CELENY CAÑIZÁLES
Pedro Lucas Urribarrí padre de diez hijos, nació en Santa Rita estado Zulia el 18
de mayo de 1777. Fue militar en la guerra
de la independencia venezolana en el bando libertador; siendo muy joven partió a
las Islas Canarias, donde fue llamado por el
gobierno español para desempeñar la comandancia del bergantín Confianza.
En 1821 este teniente de navío se puso a
las órdenes de la Armada Colombiana, a la
cual se incorporó con el grado de teniente
de fragata, cuando la provincia de Maracaibo proclama la República el 17 de febrero de 1821. El 6 de septiembre de 1822 regresa a la ciudad de Maracaibo la cual había sido tomada por las tropas españolas
del general Francisco Tomás Morales.
Urribarrí, al mando del bergantín de
guerra Confianza, tomó parte de la Batalla
Naval del Lago de Maracaibo el 24 de julio,
en el cual venció a dos de los buques realistas.
Desde finales de 1826 hasta 1827 realizó
misión de guardacostas en aguas orientales
y luego en el Saco de Maracaibo, con el fin
de “limpiarlas” de los contrabandistas. En
abril de ese mismo año solicita licencia por
seis meses debido a su enfermedad, reincorporándose en el mes de septiembre al
mando de la goleta de guerra Atrevida Maracaibera. Pedro Lucas Urribarrí murió en
Santa Rita el 15 de julio de 1848
Instituciónes educativas en Cabimas llevan su nombre, igualmente la Avenida
principal que comunica la Ciudad de Cabimas con el Municipio Santa Rita, que comprende las poblaciones de El Mene, Puerto
Escondido y Barrancas.
18
Retrato de Neptalí Francisco Eugenio
Rincón Urdaneta un zuliano
Bustamante,
nacido en Coro
YRALÍ IZARRA
A finales del siglo XIX, en pleno auge cultural, cuando eran
cotidianas las tertulias literarias, donde los poetas discutían y recitaban en latín, griego o francés, cuando los periódicos y revistas eran prolíficos, puesto que, científicos, humanista y políticos
escribían por igual y las artes plásticas ya contaban con cierta
formalidad para su enseñanza, nace el 26 de julio de 1888, en
Maracaibo Neptalí Rincón Urdaneta.
Neptalí Rincón, fue un artista visual que trabajó la imagen a
través de la fotografía, el dibujo, y la pintura; dedicándose por
igual a la enseñanza de la plástica. Como creador sobresalió como retratista y exponente del naturalismo al plasmar sobre el
lienzo los dramas sociales de la ciudad.
Luis Guillermo Hernández y Jesús Ángel Parra reseñan en el
Diccionario General del Zulia, que fundó un taller de fotograbado que denominó Talleres Gráficos Rincón. Allí realizaron
trabajos con el sistema de fotograbado impresos en vidrio, que
constituyeron un adelanto para la publicidad, tanto en cine como en carreteras.
El 29 de junio de 1916, es cofundador del Círculo Artístico del Zulia, junto a un nutrido número de personalidades,
entre ellos: Adolfo colina, el
presbítero Olegario Villalobos, Pedro Villasmil, Erasmo
Solarte y Edmundo Urdaneta.
Nombrando como presidente
a Julio Árraga. Abrió con las
secciones de Pintura y Literatura y las primeras cátedras
fueron de pintura, escultura y
poesía.
En 1921, constituye su Escuela de Dibujo, Pintura y Artes Aplicadas, con Pedro Villasmil V. y José Castillo Romero, de la cual fue director y
profesor durante treinta y tres
años, hasta su muerte el 17 de
agosto de 1954.
Años más tarde, en 1936,
estimuló la conformación de
la Asociación de Estudiantes
de Dibujo y Pintura Círculo
Artístico del Zulia. Cuatro
años después, promueve la
creación de la Sección de Literatura.
Tres años luego de su fallecimiento el Gobierno del estado Zulia traslada la Escuela
de Dibujo, Pintura y Artes
Aplicadas al Centro Vocacional Octavio Hernández y le da
su nombre; lo cual dio origen
a la actual Escuela Superior de
Artes Neptalí Rincón de la Secretaría de Cultura del Ejecutivo del Estado Zulia.
YRALÍ IZARRA
Si ser zuliano, es amar y dar lo mejor de sí por esta tierra, entonces, podría decirse que Francisco Eugenio Bustamante, nacido en
Coro, estado Falcón, es un zuliano auténtico.
Bustamante nació un 6 de septiembre de 1830 y cuando tenía
cuatro años de edad, sus padres Antonio Bustamante y María
Concepción Urdaneta, descendiente del general Rafael Urdaneta,
se trasladan a Maracaibo. Aquí es donde realiza sus estudios primarios y secundarios. Luego va a Caracas, donde recibe el título
de Doctor en Medicina y Cirugía en la Universidad Central de
Venezuela en 1864. Ocho meses después, viaja a Europa, donde
obtendría su Doctorado en Ciencia Médicas
en la Universidad de París en 1868.
Fue un hombre polifacético, científico, político, diplomático, escritor, rector de la Universidad del Zulia y docente.
A Bustamante se le considera el
fundador de la cirugía abdominal
en Venezuela, porque en 1874,
realizó en
Maracaibo la primera ovariotomía,
es decir la extirpación de un ovario. Trabajando en el Hospital Chiquinquirá, la Casa de Beneficencia, (hoy Hospital Central) se convirtió en precursor de cirugías con técnicas y procedimientos quirúrgicos de
avanzada.
Sus experiencias quirúrgicas y lecciones clínicas fueron publicadas en revistas científicas como La Beneficencia de Maracaibo;
La Unión Médica y la Gaceta Médica de Caracas.
De su gestión como rector de LUZ, entre 1898 y 1900, el doctor
Adolfo D`Empaire, su discípulo, refirió que: “… en este pequeño
lapso causó una revolución en la Universidad, sacudió la apatía
que estaba cayendo sobre el Instituto y con su dinamismo y energía le imprimió una nueva vida…”. Para proyectar el quehacer
universitario fundó en 1898 el periódico La Universidad del Zulia, que aún mantiene su circulación.Como profesor de LUZ dictó
las cátedras de Patología Externa y Medicina Operatoria; Medicina Legal, Terapéutica y Materia Médica; Patología y Clínica Quirúrgica y Clínica Médico-Quirúrgica.
Francisco E. Bustamante fallece en Maracaibo el 30 de diciembre de 1921 a los 82 años. La parroquia (en Maracaibo) más grande y con mayor número de habitantes del país lleva su nombre.
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Paz Ipuana
y Miguel Ángel
Jusayú
Luis Hómez
GERARDA SANTELÍZ
La inquietud que carcomía su mente y pensamientos por conocer el origen de su raza, su formación, creencias religiosas y de la eternidad del universo y de la vida,
llevó al joven wayúu Ramón Paz
Ipuana a escuchar por horas los cuentos que
los mayores
turas
indígenas,
porque como lo señala Esteban Emilio Mosonyi
rela- marcó un hito en la antropolotaban sobre gía venezolana.
la vida y la muerte,
sus creencias, sus dioses y cas- Por su parte, Miguel Angel Jutigos; escuchaba con tanta aten- sayú, otro reconocido escritor
ción como al que le revelan se- de la cultura de su raza wayúu se
cretos muy bien escondidos, pa- dedicó a escribir libros con el
ra luego, en la soledad y aridez método brille de la gramática
de la Guajira, reflexionar y en- guajira, diccionarios y cuentos
tender la creación del mundo : que “no hablan de hadas rubias,
su mundo “sobre la misma tie- ni fresas, ni castillos de hielo”, sirra”.
no de cuentos sobre burros,
chinchorros y yucas y que hoy
Por años escuchó relatos de leen en Dinamarca, Suecia y
héroes y malvados, de brujas y Noruega en sus propias lenguas.
princesas; de dioses y demonios Esta recopilación de su cultura
y, sobre todo, de los vivos y los wayúu, la publicó Jusayú en su
muertos, muy parecidos a los libro “Ni era vaca ni era Cabacuentos de otras tierras lejanas llo”, editado por el Banco del Lique había leído. La diferencia era bro.
que los de la Península Guajira Muchos niños Jusayú y mutodavía no se habían escrito, por chos niños Paz Ipuana daneses,
lo que años después desempolvó suecos y noruegos estarán lesu mente y los recuerdos de yendo estos relatos e imaginánaquellos cuentos de sus mayores, dose las fantásticas historias de
los recopiló, redactó y publicó en sus cuentos como la de las vírge1972 en un un libro que llamó nes que habitan en estas tierras
“Mitos, Leyendas y Cuentos bañadas de sol y tierras amarilGuajiros” relatos enriquecedo- llas que se sacan de la boca hilos
res para los investigadores y an- brillantes para tejer sus chintropólogos que estudian las cul- chorros.
“Luis Hómez tenía 42 años
cuando murió en agosto de
1990. Le faltaba un mes para
cumplir 43. Tal vez sin saberlo, intuía la brevedad de
su estancia por estos predios y
ello explique entonces la intensidad de su quehacer: fue dirigente estudiantil desde la adolescencia, se formó como pocos en las mejores universidades del mundo, se casó joven y
tuvo dos hijos, no quiso más
por los riesgos que constantemente corría.
Fue además músico, deportista, cronista, escritor, político
con brillo propio y servidor público por demás destacado. Pero, por encima de todo fue un
gran venezolano, un gran maracucho, tenía conciencia de
que encarnaba la zulianidad,
sin pedantería ni falsas modestias. Sabía a gaita, a La Chinita,
al puente, hablaba de vos y se
comunicaba en “clave maracucha”. Pocas veces la provincia se
sintió tano en el país y desde
allí se hizo entender, sin hacerle
concesiones al centralismo, sin
negarse maracucho, sin negarnos.
Luis Hómez convocaba al
Zulia. Luis representa –y de
qué modo- una manera de hacer política y ser político sin antecedentes y… sin seguidores.
Lamentablemente, el “estilo
Luis Hómez” no dejó escuela.
Pocas veces un político regional ha tenido tanta trascendencia a nivel nacional.
Fue un punto de inflexión en
la política, especialmente en el
Zulia, donde demostró que sí
se puede hacer política con vocación social, alejado de los negocios y sin hipotecarse a los
espacios de poder”.
“Luishómez, como es nombrado y recordado, es una Memoria que se consolida en el
tiempo y que se resignifica día a
día en el recuerdo como ejemplo de lucha contra la corrupción, el narcotráfico, la estafa
inmobiliaria, el delito ecológico, a favor del adecentamiento
policial, la descentralización, el
rescate de la zulianidad como
eje del desarrollo cultural, por
citar algunos de sus combates a
lo largo de esos 6205 días que
abarcaron su quehacer político”.
(Morelis Gonzalo Vega:Tiempo y Memoria de Luis
Hómez 1947/1990. 2011)
CORREO
¡El Zulia Nombre y
Luz de Venezuela!
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