2 Zulianidad auténtica y de corazón Editorial Estamos en la semana de la Zulianidad, en celebración del acontecimiento histórico ocurrido el 28 de enero de 1821, cuando el entonces gobernador de la Provincia de Maracaibo (lo que es actualmente el territorio zuliano), Francisco Delgado, declaró la independencia de este territorio de la corona española y su adscripción a la República de Colombia, propuesta por el Libertador Simón Bolívar en 1819. Hemos emprendido con toda la gente de buena voluntad de la región el rescate de nuestra verdadera esencia, del real significado del 28 de enero de 1821, que marca lo que es la auténtica Zulianidad y venezolanidad. Zulianidad es, primero que todo, venezolanidad, pues hemos sido la gente y el territorio donde se han gestado fundamentales acontecimientos para la consolidación de nuestra República: desde el mismo nombre del Territorio Nacional, la Batalla Naval del Lago, el nexo con la hermana Colombia, los Andes y el Caribe, la irrupción de la industria petrolera nacional, el aporte de los pioneros que implantaron por primera vez en el país los avances de la Ciencia, entre otros. Entender la zulianidad es sentirnos orgullosos de la amalgama étnica y cultural que hoy somos, unidos en el amor y el respeto por este lago, esta tierra, esta gente y su historia; es preservar y promover nuestro patrimonio cultural; es ser responsables por el manejo racional de los recursos naturales que contiene nuestra Cuenca. Ser zuliano y sentir la zulianidad trasciende al lugar de nacimiento, pues muchos son los que venidos de otras tierras se hermanan con los que aquí vinieron al mundo, para dar lo mejor de cada uno en el afán de cada día, en el hogar, en el trabajo, en la comunidad. Zulianidad es seguir el ejemplo de nuestros próceres, es sentirnos orgullosos de ser venezolanos, y de responder al llamado de la Patria, especialmente hoy, para producir y consolidar nuestra soberanía e integración a la Gran Patria Latinoamericana. Esto es lo que significa la “Orden de la Zulianidad”, que entregamos ahora, para reconocer los aportes de quienes con su labor han contribuido a ser del Zulia “Nombre y Luz de Venezuela”. Lucía Contreras Vílchez Directora Jesús Faría Rodríguez Subdirector Yina Urzola Erazo Coordinadora General María Paola Semprún Coordinadora de Mercadeo Francisco J. Arias Cárdenas GOBERNADOR BOLIVARIANO DEL ZULIA Impreso en los Talleres del Servicio Autónomo Imprenta del Estado Zulia Edición de Imágenes Anibal Pérez Diseño y Diagramación Yina Urzola CORREO ¡El Zulia Nombre y Luz de Venezuela! Francisco Javier Arias Cárdenas Gobernador Bolivariano del Estado Zulia Salvador González Secretario de Administración y Finanzas Lucía Contreras Vílchez Directora Gerarda Santelíz Jefa de Información @Correo_delLago CorreodelLago www.correodellago.com.ve Redacción Celeny Cañizáles Gerarda Santelíz Juan Carlos Guillén Lucía Contreras Ricardo Camejo Yralí Izarra +58.261.723.08.04 Casco Central de Maracaibo, Edo. Zulia Venezuela 500 Ejemplares @SAIEZ_ SAIEZ www.imprentadelestadozulia.com.ve 3 El Torito Fernández fue el adalid inspirador de Gallegos JUAN CARLOS GUILLÉN Rómulo Gallegos es quien mejor describe los espacios áridos e interminables donde se desenvolvieron aquellos cruciales eventos que a la postre, elevaron el nombre de José de la Rosa Fernández, al sitial de las leyendas con uno mas corto y efectivo: el “Torito” Fernández. Sí, “Sobre la Misma Tierra” ofrece el marco geográfico para relatar desde la urgencia, las peripecias de un hombre que se adaptó visionariamente a su tiempo, llegándose a reunir de tú a tú con unpersonaje no menos ladino. Toolo, como aun se le recuerda en Wayuunaiki, allá en la Alta Guajira, nació de la unión entre Rosana Fernández, de la casta Uliana y Mo´uwala, de la casta Ja´yaliyuu.El matrimonio, consagrado con el nacimiento del bebé que parecía un torito robusto, -de allí su título, más que sobre- nombre, reafirmó la unión de las castas más poderosas de la sociedad Wayúu. Todos los investigadores coinciden en que el nacimiento de Torito Fernández, llegó en el momento histórico y en la hora más apremiante en las relaciones entre las castas mismas y los tirantes encuentros con los Alijunas (blancos), a quienes consideraban invasores de sus espacios ancestrales. En efecto, un tenebroso militar, comandante del puesto de Paraguaipoa, Juan Bautista Reyes, impuso el terror asaltando haciendas, robando el ganado de los guajiros y para sacarle el brillo a sus infamias, secuestraba jóvenes wayúus de ambos sexos para venderlos como esclavos en Maracaibo y el Sur del Lago. de las divididas castas de la etnia que orgullosamente representaba y la segunda, el reconocimiento binacional de un concepto abstracto, concertado en el espíritude la Nación Wayúu, válido tanto en Colombia como en Venezuela. Impensable hazaña para el joven Torito Fernández cuando en aquella fresca tarde caraqueña -junto a 15 jefes de clanes de la Guajira, en plena celebración del Centenario de la Independencia el 5 de julio de 1911-, le estrechó la mano enguantada a un hombre alto, flaco pero barrigón y con ojillos de serpiente, era el presiTorito Fernández le hizo la dente Juan Vicente Gómez. guerra y obtuvo dos victorias; la primera contra un enemigo feroz que conminó a la unidad 4 Después de la capitulación los dejó en La Habana Felipe Baptista se llevó a Morales y lo mandó a paseo JUAN CARLOS GUILLÉN El 7 de enero de 1780, los Puertos de Altagracia asistieron al nacimiento de un chico quien cuarenta y un años más tarde surcaría el Caribe Mar con el pecho repleto de orgullo zuliano; zuliano y venezolano, que nacía con la fuerza telúrica que reverberaba en espíritus persistentes como el del partero de la Patria, Simón Bolívar. Felipe Baptista, tal es su nombre, recordaría aquella importante travesía como colofón de una indetenible carrera de armas que tendría como teatro de operaciones lo acuoso, quizás respondiendo a su natural disposición por lo que representaba su Coquivacoa, su Lago de Maracaibo. El ya prócer, pues se había ganado sus insignias a sangre y fuego, había sido condecorado por el Libertador con la Estrella de los Libertadores, jugueteaba con el medallón recostado en el catre militar, que jamás abandonaría desde sus tiempos como soldado. Era el 26 de julio de 1849 y recordaba sin nostalgia los acontecimientos de hacía 28 años. Había obtenido el grado de Capitán de Navío durante la guerra de Independencia, y en 1821 acudió desde Boconó para sostener el pronunciamiento de Maracaibo. Formando parte de la Escuadra de Padilla, en la Batalla Naval del Lago, actuó como Segundo Comandante de la goleta Peacook, donde se comportó heroicamente rindiendo a la goleta española “Liberal”. Pero lo que en ese instante de recuerdos ocupaba su cerebro, fue la travesía a Cuba donde llevaba a los vencidos: a los últimos españoles que nos hicieron la guerra; iban todos, incluyendo a Francisco Tomás Morales, el sangriento lugar teniente de Boves y a la sazón, jefe realista responsable de la capitulación. A la vista de La Habana, en el puente de mando del buque bajo su mando Morales se acercó y le dijo: “Siempre preferí las peleas a lomo de caballo, clavando con mi lanza a quien tuviera enfrente…”. Baptista, con media sonrisa aflorando en sus labios le atajó la reflexión al vuelo e inhalando ruidosamente la fragancia del Mar Caribe soltó :”El Coquivacoa, a quienes ustedes llaman el Lago de Maracaibo, es un alazán mi general, sólo que usted se acostumbró a los jumentos y por eso perdió, y por eso es mi prisionero. Disfrute lo que resta de nuestra hospitalidad y no vuelva a aparecer, más nunca, por Maracaibo”. El altagraciano se sentía mal esa tarde del 26 de julio del ´48, pese a ello, el recuerdo le arrancó una carcajada a viva voz; sus allegados, sombríos como adivinadores de lo luctuoso se persignaron al asegurar que esa era la alegría del tísico. Felipe Baptista murió al día siguiente. 5 Jorge Bello: El que paró al imperio teutón JUAN CARLOS GUILLÉN Cuando en aquella brumosa mañana los vigías del bastión zuliano divisaron la silueta del cañonero, se decidió ponerle acento, signos de exclamación y punto final a la proclama gritada en Caracas y hecha verdad en la barra del Coquivacoa. La guachafita comenzó en 1666 cuando el pirata Jean David Nau, El Olonés, con una flota de 8 naves y 650 hombres llegó a la boca del lago de Maracaibo donde se encontraba el Castillo de San Carlos armado con 16 cañones. Tras un intercambio de artillería los piratas tomaron el castillo en menos de tres horas. Tres años más tarde el invasor fue Henry Morgan, quien en marzo de 1669, burló la defensa del emblemático castillo en la ida y en la vuelta, tras saquear Maracaibo, y así siguió ocurriendo cada vez que a los europeos les daba por vapulearnos la dignidad. Sin embargo en 1823, en una operación independentista que se llamó el forzamiento de la barra del Lago de Maracaibo, la escuadra comandada por el Almirante José Prudencio Padilla atacó y tomó el castillo arrebatándoselo a los españoles. Pero el Imperialismo es necio y siguió con sus intentos hasta que se consiguió con Jorge Bello. Durante el bloqueo naval impuesto por las potencias europeas que reclamaban el pago de la deuda externa, el 17 de enero de 1903, el cañonero SMS Panther apoyado por el crucero ligero SMS Falke, ambos de bandera alemana, persiguen a una goleta mercante que había burlado el bloqueo e intentan pasar por la barra del Lago de Maracaibo. El Panther al no conocer la batimetría de las aguas someras del lugar, encalló quedando a tiro de los cañones del fortín. Tras un duelo de artillería entre los buques invasores y la fortaleza, los soldados venezolanos bajo el comando del General Jorge Antonio Bello rompieron el bloqueo y los alemanes indignados por la hazaña, respondieron con un bombardeo de ocho horas sobre la población de San Carlos dejando como saldo 40 muertos en el poblado de pescadores. Una semana más tarde el 24 de enero, Cipriano Castro al enterarse de la noticia y sus consecuencias, agitando en sus manos la recién impresa proclama que alertaba al pueblo sobre la planta insolente del extranjero, gritaba “¡Vivan los zulianos, viva Jorge Bello!”. -¿Y eso comapdre? Le preguntó Gómez adusto como siempre. -Compadre -dijo con un entusiasmo febril inundándole la mirada-, en el lago pararon a los alemanes. 6 Américo Negrette: “Soy un quijote soñador” CELENY CAÑIZALES Un ser humano humilde y luchador por las causas justas, entregado a sus pacientes en cuerpo y alma sin importarle el tipo de enfermedad que los aquejaba, así fue el doctor Américo Negrette, nacido en La Cañada, municipio Maracaibo del estado Zulia un 13 de diciembre de 1924. Según algunos relatos, este profesional de la medicina llegó al municipio San Francisco en el año 1952, apenas dos años después de haberse graduado en la Universidad Central de Venezuela; esta comunidad al principio lo trató como cualquier otro médico que pasaba por allí, pero su preocupación por los enfermos, por aquellas personas que caminaban como si estuvieran borrachos, tambaleándose de un lado a otro, lo motivaron a quedarse y así poder descubrir ese tipo de enfermedad que él, siendo galeno ignoraba por completo. Poco a poco fue ganándose el cariño de esos pobladores llamados Sanviteros y a quienes en ese entonces el resto de los habitantes rechazaban, discriminaban y despreciaban; con ese acercamiento que se dio gracias al amor y a la entrega por sus pacientes pudo descubrir, mediante observaciones cuidadosas en cada uno de ellos, que esa enfermedad que los mantenía inmersos en la más oscura de la soledad, era la Corea de Huntington, una patología neurodegenerativa que se manifiesta en disfunciones motoras, cognoscitivas y psiquiátricas. Tres años después, en 1955 el hombre simple, el médico simple, un quijote soñador -como él mismo se describió en uno de sus escritos- presentó el estudio Corea de Huntington durante el sexto Congreso de Ciencias Médicas en Venezuela; y en 1963 publicó un libro sobre la enfermedad. Américo Negrette fue fundador de la revista Investigaciones Clínicas, y del Instituto de Investigaciones Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia. Murió en Maracaibo el 14 de septiembre del 2003. Una vida dedicada a la enseñanza CELENY CAÑIZALES Un 24 de octubre de 1877, por allá por los lados de San Carlos del Zulia; Distrito Colón (hoy municipio Colón), en una finca agropecuaria nació un niño a quien sus padres Don Francisco Javier Pulgar y Doña Carmen Fuenmayor, llamaron Francisco Javier Pulgar. Con apenas 15 años y antes de graduarse de bachiller, este amante de la educación impartía clases de aritmética, geometría, y analogía castellana en el colegio Sagrado Corazón de Jesús en Maracaibo, donde obtuvo el título de bachiller en Filosofía a los 17 años de edad. También dedicó parte de su tiempo a enseñar en varios institutos de San Carlos del Zulia, su pueblo natal, allí compartía los conocimientos adquiridos durante su trayectoria con jóvenes de ese municipio , a quienes siempre les decía: Fue Profesor y subdirector del antiguo colegio Sagrado Corazón de Jesús en Maracaibo; Fundador y director del extinto Colegio Sagrado Corazón de Jesús en San Carlos de Zulia. Subdirector del Colegio Federal de Varones, hoy liceo Baralt; también se desempeñó como director de la escuela municipal de Instrucción Primaria Superior “Severiano Rodríguez Hernández”, Profesor de Aritmética Comercial de las Escuelas de Comercio de los Colegios San Francisco de Asís y Sucre en Maracaibo. Entre sus escritos destacan Nociones del Sistema Métrico «Es necesario abrir caminos Decimal y su correspondenpara poder andar y andando, cia con nuestro sistema anticaminando, se evoluciona, se guo de medidas y el de otros países. Este insigne hombre progresa». muere el 5 de agosto de 1959 en la ciudad de Maracaibo, en donde reposan sus restos. 7 Margarita Soto: la comadrona “más buena” de Cabimas RICARDO CAMEJO Adentrarse en la vida de Margarita es revivir esos años de aquella Cabimas de palmeras de cocos, ciénagas, montes, calles de tierra y empetroladas. Esta memorable señora de carácter apacible y tranquilo, pintora de gran talento y partera de aún mayor reconocimiento, nació un 19 de junio de 1917. Reconocida en la historia de la ciudad por su vocación de servicio y por haber atendido alrededor de 42 mil partos en Cabimas y otras ciudades del estado Zulia. Convertida en cabeza de familia tras su divorcio, decidió hacer el curso de nueve meses que le daría credencial para convertirse en partera. Aprobó 130 tesis sobre partos normales y anormales con apenas 19 años, al cabo de sus estudios se convirtió en la comadrona más joven, y la preferida por todas las mujeres de Cabimas. También fue fundadora de la Casa Maternal Infantil de Cabimas en 1940, asistió el parto de los primeros siameses conocidos en Cabimas en la clínica Dr. José Gregorio Hernández. Según los cronistas, dada su vocación, no tenía horario para atender partos, fuese de madrugada, noche o mañana se movilizaba en burro, camión o bicicleta para llegar a los partos. Su diligencia era admirada por miles de familias quienes precisaban exclusivamente de los servicios de esta comadrona, en muchas ocasiones sólo recibió las gracias a cambio. Y ella era feliz al respecto. Tras 42 años al servicio de las familias zulianas retomó su pasión por el arte, en sus pinturas siempre imperó el movimiento, todos sus personajes bailan, cantan o actúan, sus motivos predilectos eran sucesos de su entorno, fiestas religiosas, instantáneas de gru- pos sorprendidos en plena fiesta de San Benito, en una parranda navideña, o retratos de capítulos bíblicos y temas históricos. En el año 1984 ofreció una muestra individual en la Casa de la Cultura de Mérida, tres años más tarde formó parte de la exposición Pintores de Cabimas y de la I Bienal de Arte Popular Bárbaro Rivas, en el que obtuvo el segundo premio. Ambos eventos fueron realizados en el Museo de Arte Popular de Petare, Caracas. Esta cabimense representa la entrega y el talento innato en todos los zulianos, que con su dedicación y vocación por el servicio elevan hasta lo más alto la zulianidad. La comadrona ‘más buena’, como fue inmortalizada por “Neguito” Borjas en su gaita Punta Icotea, partió a los brazos de Dios el 10 de octubre de 1994, hoy su casa, ubicada en la calle San José del centro de Cabimas, funge como un museo, aunque en situación de abandono. 8 Valmore Rodríguez GERARDA SANTELÍZ Con la siempre y viva esperanza que mantenía por una Venezuela Justa, libre y democrática, Valmore Rodríguez ejerció de manera destacada sus oficios de Periodista, Político y dirigente sindical. Sus encarcelamientos y exilios forzados por la tiranía de Juan Vicente Gómez no menguaron ni amilanaron sus luchas contra el régimen, por el contrario, en cada regreso retomaba con más ahínco sus actividades revolucionarias, por el bien común de los venezolanos. Valmore Rodríguez, un falconiano nacido el 11 de abril de 1900, desde muy joven se radicó y vivió por muchos años en el Zulia, donde comenzó su intensa carrera como periodista y luchador social, mostrando su amor por las letras y su sangre de poeta, y aun cuando no tenía una educación formal, se convirtió en un autodidacta que destacó en los grupos literarios de la época. En este sentido, y a los 23 años, formaba parte del grupo literario Seremos, de Maracaibo, y fundó el periódico El Nivel, como vocero de los intelectuales, cultores y educadores; pero, sin olvidar los problemas sociales que vivía Venezuela, la crítica al gobierno de Gómez era fuerte y constante. Estas denuncias contra la dictadura le valió el cierre del periódico y su encarcelamiento en 1928, ya que durante la celebración de la Semana del Estudiante el periódico mostró su simpatía al movimiento estudiantil y sus críticas contra el régimen fueron cada día más evidentes. Hasta 1930 estuvo preso en el castillo de San Carlos, y una vez liberado se marchó a Curazao y de allí a Colombia, siendo miembro fundador en este país, en Barranquilla, de la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI). Valmore Rodríguez junto a otros destacados jóvenes políticos insurgentes también en el exilio, tales como Raúl Leoni, Rómulo Betancourt, Pedro Juliac, Rodríguez Berrueta, Ricardo Montilla, entre otros, firmaron un documento considerado por los historiadores como “uno de los documentos más importantes de la historia política venezolana del siglo XX” : El Plan de Barranquilla. AD en 1941 ya residenciado en Caracas, asumiendo la dirección de lo que fue su primer órgano de divulgación, El País de caracas. En 1933 nuevamente regresa al Zulia de manera clandestina y organiza los primero sindicatos petroleros de Venezuela, como el SOEP de Cabimas, Lagunillas y Mene grande; así mismo, la Sociedad de Obreros del Bien. Como fundador del Bloque Nacional Democrático fue expulsado nuevamente del país en 1937, al ser ilegalizado ese partido. Nuevamente en el exilio viaja a México y Colombia, pero casi inmediatamente ingresa por la frontera para continuar la lucha política contra Gómez desde el Zulia y es con el seudónimo de “Abigail” que forma parte del Partido Democrático Nacional y luego de Tras el derrocamiento de Isaías Medina Angarita en 1945, desempeñó los cargos de ministro de Relaciones Interiores y Comunicaciones, en 1948 fue electo Senador al Congreso Nacional y luego Presidente de este organismo, pero al derrocamiento de Rómulo Gallegos, de ese mismo año, intentó asumir la presidencia de la República, pero ello fue impedido por los militares golpistas, hecho prisionero y, nuevamente expulsado del país, se radicó en Chile donde murió en el año 1955. En 1959 sus restos fueron trasladados a Caracas e inhumados en el Cementerio General del Sur 9 Dr. A.J. Urquinaona GERARDA SANTELÍZ Quien no conozca la historia del Dr. A.J. Urquinaona, pensará que el Hospital Central de Maracaibo lleva su nombre en su honor por ser un destacado médico zuliano. Cierto que fue en su honor que en 1944 le colocaron su nombre a este centro asistencial hospitalario, pero no por ser médico, sino por ser un destacado filántropo, reconocido hombre caritativo y ciudadano ejemplar de Maracaibo. El Dr. Antonio José Urquinaona nació en la población de El Carmelo el 24 de diciembre de 1823, doctor en Derecho Civil, abogado y educador. En el ejercicio su profesión fue catedrático de Derecho Canónico y Filosofía en el Colegio Nacional de Maracaibo, donde también ejerció como vice-rector y rector encargado durante los años 1845-1859. Uno de los méritos que se le reconoce al Dr. Urquinaona, es el de haber sido iniciador de los estudios de jurisprudencia en el Zulia, en el mismo Colegio Nacional de Maracaibo con once alumnos. Paralelamente a su oficio de abogado y educador, se dedicaba a a ayudar a la gente de menores recursos, especialmente a los mendigos que deambulaban por la ciudad y, según cuentan los historiadores y cronistas, la idea de crear una casa de beneficencia fue para brindarle cobijo y cuidados a esos mendigos, convirtiéndose en uno de los fundadores de la Casa de la Beneficencia de Maracaibo en 1860, años después de su construcción, ya que, según la historia, para el año 1642 la sede del hoy Hospital Central sobrevivió a los constantes saqueos de los piratas del lago y durante un tiempo sirvió como cárcel, cuartel de artillería y asilo de ancianos. Señalan los cronistas que el doctor Urquinaona “fue quien le dio vida a la brillante idea del periodista Pedro José Hernández de establecer una casa de mendigos..” y con el apoyo de la Logia Regeneradores Nro.15 logró crear la Casa de la Beneficencia de Maracaibo, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves. El Dr. Urquinaona muere el 3 de abril de 1872 en la ciudad de San Antonio de Cúcuta, Colombia, y sus restos fueron exhumados y trasladados a Maracaibo para ser enterrado en el Cementerio El Cuadrado. 10 Eduardo López Rivas GERARDA SANTELÍZ Este reconocido marabino fundó y editó importantes publicaciones periodísticas de carácter político y de oposición al régimen del caudillo Antonio Guzmán Blanco, considerado como un gobierno déspota, feroz e ignorante, y del cual padeció persecuciones y encarcelamiento en varias ocasiones, y que López Rivas soportó estoicamente en su afán cívico de educar e ilustrar a la gente, y el bienestar público en general en su lucha por las libertades democráticas. El historiador Alfredo Tarre Murzi describe a Eduardo López Rivas como “un periodista brillante, fundador de la dinastía de escritores, editores e intelectuales”, así como uno de los primeros civilizadores de la joven república “en tiempos donde reinaba la autocracia y el pueblo padecía bajo las garras de la barbarie y la ignorancia”. La infancia de López Rivas, nacido en Maracaibo en septiembre de 1850, transcurre en un ambiente instruido y cultivado que sentó las bases para su futura formación académica; sus primeros estudios los realizó en el Colegio Federal y posteriormente se marchó a Francia para continuar sus estudios, y donde “pudo absorber lo mejor de aquella singular época, la de mayor floración de genios que conoció Europa entre 1850 y 1890” según lo expresa Tarre Murzi. También Atenógenes Olivares hijo señala que López Rivas desde sus años de liceísta mostró siempre su inclinación al cultivo de las letras. que lo llevó más tarde a convertirse en “antorcha del periodismo”, en “intérprete viril de una raza que tarde o temprano se sacudiría ante el torbellino arrollador de la explotación de los tiranos”. De regreso a Maracaibo en 1870, y con 20 años de edad, trae a consigo las nuevas ideas del Viejo Mundo. Se traslada a Caracas y enseña los idiomas inglés y francés que los habla- ba perfectamente, asimismo da cátedra de dibujo natural, elaboración de planos y mapas geográficos y gramática castellana, actividades que conjugaba con su colaboración a los círculos intelectuales de la ciudad, lo que motivó a desarrollar en sus discípulos un espíritu crítico y capacidad de análisis. Sin embargo, su espíritu combativo, su talento y convicciones sobre la libertad y la democracia lo llevan a ocupar su rol de periodista como un medio de denuncia, para luchar contra los abusos y la tiranía de Antonio Guzmán Blanco y posteriormente, contra Juan Vicente Gómez. Es así como entre 1873 y 1877 comienza su oficio de periodista y dirige cinco periódicos en Maracaibo: El Semanario, La Antorcha, El Periódico, El Mensajero y El Boletín Mercantil. En mayo de 1879 circuló por primera vez en Maracaibo El Fonógrafo que tuvo una larga y digna trayectoria hasta su cierre en 1917 y por el cual López Rivas sufriría abusos, persecuciones y prisiones. 11 11 Virgilio Carruyo, el indolente RICARDO CAMEJO GERARDA SANTELÍZ Ilustre artista de nuestra época, uno de los máximos exponentes del arte venezolano. Nacido un 27 de enero de 1940 en Cabimas, fue un pintor empírico que abandonó la escuela en sexto grado y estudió artes por poco tiempo, luego se encerró en su propio mundo marcando lienzos con trazos de una calidad y trascendencia que elude cualquier tipo de catalogaciones, de obra fecunda y original. Este fiel exponente y destacado compositor de la décima y la gaita tradicional nacido en el corazón de Maracaibo, El Saladillo, es un ejemplo siempre presente en los gaiteros cuando se trata de protestar por alguna circunstancia que el pueblo considera injusta o tiene alguna exigencia que hacer generalmente al gobierno de turno. Al principio fue visto con distancia porque resultaba inaceptable que alguien sin academia pintara de tal forma, lo miraron como caballo de poca monta por no haberse formado a los pies de los grandes maestros y sus corrientes. Pero después reconocieron su legado pese a su estilo inusual: creaba con pintura industrial de aceite —amarilla, azul, rojo, blanco y negro, y de ahí sacaba todas las mezclas—, con lonetas sin preparar como lienzo, pegadas con tachuelas sobre una mesa curtida, vieja, sin patas. Lejos de ser un pintor ingenuo, dada su alta técnica, encontró sus años más productivos entre 1968 y 1975, años en los que se incorpora con determinación a la pintura, este corresponde su mejor período de “calidad sostenida y uniforme” según la opinión de Juan Calzadilla, quien sería el más calificado critico en valorar y contextualizar la obra de este ejemplar artista. Para muchos su trascendencia artística solo es superada por Armando Reverón. Pintó centenares de obras que por calidad y cantidad resultan incalculables hoy día, muchas de las cuales vendió en vida, algunas destruidas por el propio artista cuando el mal humor arreciaba. Otras 117 de sus obras fueron robadas de la casa de su familia en 2010, y permanecen perdidas. Nunca se casó, ni tuvo hijos, decía que aquello era una atadura muy grande. Vivió toda su vida en una humilde casita del sector Las Cabillas en Cabimas, mismo lugar donde vio su vida apagarse tranquilamente acostado en la cama de su entrañable y humilde cuartico de pintura un 22 de noviembre de 1990, a sus 50 años debido a un cáncer de pulmón. Emerio fue grande, y quizá ni él mismo lo supo porque vivía en su mundo, aparte, tal vez tampoco imaginó que sus cuadros ocuparían hoy los más grandes exhibidores a nivel nacional e internacional. Su arte, enteramente empírico y personal le valió el apodo por parte de los críticos de “el gran inclasificable”. De Cabimas, estado Zulia para el mundo. Don Virgilio Carruyo se hizo popular al componer y expresar con sus gaitas la cotidianidad de los marabinos, sus tradiciones, idiosincrasia y la cultura de este pueblo más allá de los límites del Zulia, especialmente cuando se trataba de alzar la voz de protesta, y en este sentido fue reconocido como el cantor de la protesta al recaudador de impuestos, personaje que, sin ninguna misericordia y despiadada actitud con los trabajadores, aumentaba los impuestos a los vendedores de la ciudad duplicando sus tributos cuantas veces le pareciera. De allí surge El Indolente, compuesta por cuatro gaitas que hacían referencia a este abuso del recaudador y, aunque por ello fue detenido por ocho días, continuó componiendo gaitas de este estilo al mismo personaje . Don Virgilio Carruyo es el autor de la famosa gaita La Flor de la Habana, La Cañonera, El Paludismo, El Polvo Virginal, El Superior, Ronda Antañona, Las píldoras Laberan, Empieza La Lotería, entre muchas otras que han sido interpretadas y popularizadas por famosos conjuntos gaiteros del Zulia, tales como El Saladillo, Viejo Saladillo y Gaiteros de Pillopo. Su educación formal terminó en el segundo año de bachillerato, que para la época y según destacados educadores era merecedor de reconocimiento, pero fue su genuina y natural condición de poeta que lle- gó a penetrar en el corazón del pueblo, que tanto sus gaitas como décimas el pueblo las coreaba y las hacía suyas al identificarse con sus letras. Una de estas manifestaciones de apoyo y aceptación a sus composiciones, es una anécdota que según los cronistas relata que recibió un pago de 100 bolívares por la composición de una gaita a la Cervecería Maracaibo y la parranda fue tan prolongada en El Saladillo y El Empedrao que les costó el despido a todos los trabajadores de la cervecería que habían participado de la celebración. 12 Slavia Cristina Ryder La batalla contra la Encefalitis Equina Agustín Pérez Piñango LUCÍA CONTRERAS VÍLCHEZ LUCÍA CONTRERAS VÍLCHEZ Viejas fotografías en blanco y negro muestran una joven de rostro lozano que sonríe confiada a su compromiso vital con la ciencia, rodeada de monte, compañeros de investigación y aliados campesinos. Es Slavia Cristina Ryder Jaksic, nacida en Maracaibo el 16 de junio de 1938, quien dedicó su vida a la investigación en Medicina. Unos seis meses antes de partir de esta dimensión, en 1989, entrevistamos en su humilde casa de Los Haticos a Agustín Pérez Piñango, naturalista, investigador incansable de los secretos de la naturaleza tangible e intangible, museólogo, trotamundos circense de los cinco continentes, un caraqueño cuyo espíritu de pionero se materializó en el Instituto de Ciencias Naturales de Maracaibo a mediados del siglo XX. La foto corresponde a un trabajo de campo, y evidentemente, pertenece a la época en que decidió dedicar sus desvelos al estudio de la Encefalitis Equina en la Guajira. En su tercer año de la carrera de Medicina, fue captada por el doctor Américo Negrette -junto con su hermana y otro grupo de estudiantes- para formar el embrión de lo que hoy constituye el Instituto de Investigaciones Clínicas de la Universidad del Zulia. Por esa época, el doctor Américo Negrette estaba dedicado al estudio de ciertas enfermedades virales, como la Mononucleosis Infecciosa y la Encefalitis Equina Venezolana, siendo el primero que alertó sobre la aparición de epidemias de esta última en la zona norte del Estado Zulia. En 1962, cuando Slavia entró al IVIC, se inicia una de las más importantes epidemias de encefalitis equina venezolana en el Estado Zulia, así que, junto con los demás integrantes del laboratorio de Virología del instituto, participó activamente en el estudio de dicha enfermedad. A mediados de 1963 fue becada por LUZ para proseguir estudios de Virología en Communicable Disease Center (hoy Center for Disease Control) de Atlanta, en los Estados Unidos. A su regreso a su país natal, en la Sección de Virología del Instituto de Investigaciones Clínicas de LUZ, se dedica a consolidar un grupo de investigación en Encefalitis Equina Venezolana, virus a cuyo estudio le dedicó su vida profesional desde ese momento en adelante. Las inmunizaciones a que debió someterse a lo largo de todos esos años, por su permanencia en el medio rural, afectarían a la larga su salud. Su Tesis de Doctorado en Medicina, “Encefalitis Equina Venezolana: epidemiología de la enfermedad entre 1962 y 1971 en la Guajira Venezolana” presentada en 1972, representa un clásico sobre el tema. Para 1990 la situación seguía igual en el Distrito (hoy Municipio) Mara, lo que representaba un alerta sobre la situación inmunológica de la población, advirtiendo que en cualquier momento podía originarse una epidemia, lo que de hecho ocurrió en 1995, cuando una epidemia de altas proporciones afectó la zona.Los periódicos regionales y nacionales de esos años reseñan la presencia del grupo de médicos investigadores de LUZ apoyando a las autoridades sanitarias regionales y nacionales, vacunando equinos, informando, para detener el mal que asolaba a las comunidades indígenas. La magnífica relación de Slavia con los epidemiólogos regionales permitió, en acción conjunta, el control de estas epidemias. Por su trabajo tesonero ha recibido muchos reconocimientos, pero quizás el mejor sea el que un colegio de la Guajira ha honrado con su nombre su Centro de Ciencias: un ejemplo inspirador. Ese lugar, ubicado en la avenida Los Haticos, se convirtió en visita obligada de los domingos para familias enteras, que iban a aprender recrearse al mismo tiempo. Fue ese el hogar durante dos años del pingüino que cayó de un barco en las playas de Caimare Chico, y escenario de colecciones variadas de animales, incluida la más grande de mariposas de toda Venezuela. Las colecciones, los animales disecados, las visitas de los domingos, todo, fue arrasado “… por los intereses creados… quitaron el instituto para construir la Casa Sindical de AD… usted sabe, esas cosas no dejan dinero, a nadie le interesó continuarlas…” nos narró sin amargura, pero con lágrimas en los ojos, en esa oportunidad. Agustín Pérez Piñango descansó de sus andanzas por el mundo en Maracaibo, donde murió a los 86 años. Con el tiempo, los periodistas dejaron de buscarlo, y hoy pocos recuerdan lo importante que fue con su iniciativa que hasta ahora no se ha repetido en el Zulia: un museo de ciencias naturales. A pesar de los pesares, mantuvo hasta el final su convicción de “todo es posible si se confía en el poder del pensamiento… Sé que existe el vacío, que es el espíritu, y la nada, que es la materia-lo que se destruye- y cuando eso sucede, el espíritu queda liberado”. 13 Elena Margarita Ryder Jaksic La investigación al servicio de los diabéticos LUCÍA CONTRERAS VÍLCHEZ Siendo aún estudiante, se constituyó en cofundadora del Instituto de Investigaciones Clínicas de la Facultad de Medicina de LUZ (1959), bajo la tutela del doctor Américo Negrette. Elena Margarita Ryder Elena Ryder Jaksic nació en el Hospital Chiquinquirá de Maracaibo, el 20 de mayo de 1940. Llegó como la hija menor del matrimonio de inmigrantes constituido por Luis Ryder, un mecánico venido de Polonia, y de Oliva de Ryder, ama de casa de origen yugoslavo. Doctora en Ciencias Médicas, su disciplina, persistencia y calidad investigativa han permitido la permanencia de la revista Investigación Clínica, de la cual fue editora, a partir de 1990. Elena Ryder es autora de más de 80 trabajos de investigación publicados en revistas científicas internacionales en el área de la Bioquímica y Endocrinología. Su aporte a la salud humana se refleja en el resultado de las investigaciones sobre enfermedades metabólicas (lipidemias) –especialmente diabetes- las cuales afectan a casi 200 millones de personas en el mundo. De acuerdo con la Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo (SVEM), es una enfermedad en aumento de- bido al estilo de vida contemporáneo, afectando a casi 200 millones de personas en todo el mundo; en Latinoamérica, la probabilidad de desarrollar la diabetes es casi el doble que en la población general. Entre los años 1966 y 1967, con beca del IVIC, trabajó como Investigador Asistente en el Departamento de Bioquímica de la Universidad de Nueva York, a la sazón dirigido por el Premio Nobel Severo Ochoa, bajo la tutoría del Dr. Daniel Lane. Junto con su grupo de investigación, abrió en el instituto una Consulta de Enfermedades Metabólicas, la cual ha conducido a hacer importantes aportes en patologías asociadas como son la obesidad y las alteraciones del metabolismo de los lípidos. Juan de Dios Martínez El hombre que agasajó a la nodriza africana ignorada LUCÍA CONTRERAS VÍLCHEZ Juan de Dios Martínez descubrió y revalorizó para el pueblo venezolano y más allá de nuestras fronteras, a nuestra nodriza africana, esa otra madre de nuestra cultura y etnicidad. Juan de Dios nació el l6 de Marzo de 1945, en Bobures, al Sur del Lago de Maracaibo, hijo de Pedro Martínez y Maria Isabel de Jesús Suárez. Contaba que su papá y su mamá se conocieron en una noche de gaita de tambora y a los nueve meses nació él. De las tardes de relatos de su abuela “vendutera” (vendía dulces típicos de la zona) tomó el gusto por ir recopilando historias de los ancianos de su pueblo, en los cuales vivían la vida y hazañas, magia y realidades de los ancestros africanos. Con Juan de Dios Martínez, los chimbangueleros, los vasallos de San Benito, el Santo Negro, la gaita de tambora, se convirtieron en un símbolo de afrovenezolanidad, vibrante, polícroma, rítmica. Nos hizo saber de la sacralidad y significado de cada uno de sus ritmos, banalizados a veces en su interpretación utilitaria. En una entrevista para la revista de Abrapalabra (Ediluz 1992) contaba cómo estudiando en la Universidad del Zulia, leyendo los versos del Renacimiento español, éstos no lograban tocarle las cuerdas del alma; nada rozaban de la fibra de sus vivencias de su natal y cálido Bobures: “Yo decía, ¿que vaina es ésta, moza tan fermosa non vide en la pradera/como esta vaqueira de la Finojosa…? Eso no me dice nada a mí…”. Así se lanzó a investigar por su cuenta, a registrar la historia oral de los pueblos afrodescendientes de los pueblos de Venezuela y el mundo, hilando, encontrando las coincidencias y raíces comunes. Martínez creó la Fundación Ajé en 1972, que se encarga de mantener y preservar las manifestaciones de la cultura afrodescendiente. También forma y promueve la enseñanza de este patrimonio intangible. Fruto de sus investigaciones son los siguientes libros: Antecedentes y Orígenes del Chimbángueles (1983); Las Barbúas, Mitos y Leyendas de Origen Africanos en el Sur del Lago de Maracaibo; La Gaita de Tambora (1990); Cómo Bailar Chimbángueles (1992); el Gobierno del Chimbángueles (1992) y El Culto de San Benito de Palermo (1999). Partió de esta dimensión el 2 de octubre de 2005, despedido en La Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá con los cánticos melancólicos y rítmicos de la Cantata Negra Vazimba, que en su homenaje compusiera en 1993 otro orgullo del Zulia, el maestro Juan Belmonte. 14 Humberto Fernández Morán; un zuliano de diamante RICARDO CAMEJO Los zulianos son reconocidos a nivel nacional e internacional por su talento, estirpe a la que hace honor Humberto Fernández Morán, científico nacido en Maracaibo un 18 de febrero de 1924 que contribuyó al desarrollo de la ciencia en diversos ámbitos, considerado por la Universidad de Harvard como unos de los 100 científicos más brillantes del siglo veinte. Ingresó en el instituto Schulgemeinde Wichersdorf de Sallfeld, Alemania, en 1937, donde cursó estudios de secundaria. En 1939, a los 15 años ingresó a la Universidad de Munich, y cinco años más tarde, un 1 de junio de 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, a escasos seis días del desembarco de las tropas aliadas en Normandía, se graduó en Medicina con distinción summa cum laude, resguardado en un sótano bajo un bombardeo. En 1945 regresa a Venezuela y obtiene la equivalencia del título de Médico Cirujano en la Universidad Central de Venezuela. Luego en 1946 entró como interno residente en la Universidad George Washington para especializarse en el estudio de la patología del sistema nervioso. nervioso, tomando como muestras insectos y animales del trópico, además de lograr materializar el proyecto de un centro de investigaRegresó a Eu- ción que pudiera ser una referopa en 1947, donde rencia continental y mundial inició formalmente su carrera en el ámbito científico. como investigador en Microscopía Electrónica en el Instituto Asumió el Ministerio de Nobel de Física Nuclear, en Es- Educación el 13 de enero de tocolmo, Suecia. En 1951 reci- 1958, diez días antes del debió el grado de Maestría en Bio- rrocamiento cívico-militar logía Celular y Genética en el que reinstauró la democracia. Departamento de Investigacio- La situación de Venezuela se nes Celulares y Genéticas del transformó sensiblemente paInstituto Karolinska, y en 1952 ra el científico zuliano y aunobtuvo el Doctorado en Filoso- que en principio intentó perfía, mención Biofísica, en la manecer en el país, manteUniversidad de Estocolmo. Allí niendo su trabajo como invesdesarrolló el concepto de crioul- tigador en el Ivnic, el clima getramicrotomía e inventó el bis- neral derivado del cambio poturí de diamante, lo que le valió lítico lo llevó a emigrar a Bosel Premio John Scott unos años ton meses después. más tarde y gran prestigio internacional. Durante su exilio voluntario, inició su etapa más proFernández Morán retorna a ductiva de la investigación. En Caracas en 1954 y se embarca 1962, fue nombrado profesor en el proyecto de construcción titular de Biofísica en la Unidel Instituto Venezolano de versidad de Chicago. En 1967 Neurología e Investigaciones le fue conferida la silla profeCerebrales (Ivnic), el cual se sional A. N. Pritzker de la Diasentó en el tope de una monta- visión de Ciencias Biológicas ña, Los Altos de Pipe. Para ese de la Escuela de Medicina de entonces, el joven investigador esa Universidad. Ostentó destenía una clara idea de lo que de 1953 el sillón XXVI de la quería hacer en su país: trabajar Academia de Ciencias Físicas, en Medicina Tropical y estudiar Matemáticas y Naturales en la estructura fina del sistema Caracas. En 1969, la Asociación Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) lo designó como uno de sus investigadores principales para el proyecto lunar de Estados Unidos y además le confió el estudio de las rocas lunares traídas por el Apolo 11. El Dr. Humberto Fernández Morán fallece el 17 de marzo de 1999 en Estocolmo, Suecia. Aunque su amplia producción intelectual era reconocida sobre todo por la comunidad científica internacional, no rompió sus vínculos afectivos con su tierra natal, a la que dedicó proyectos de alta envergadura como un Centro de Investigaciones Tecnológicas para la región de Guayana y el Centro Politécnico de Estudios para Occidente, orientado éste a la investigación en los campos petrolero, petroquímico, petrofísico, agropecuario y ecológico en el Zulia. Muchos de estos proyectos, no obstante, no llegaron nunca a concretarse. Hoy día sus restos descansan en el cementerio El Cuadrado de su ciudad natal, Maracaibo. 15 Francisco Ochoa, un jurista cabal Primer rector de la Universidad del Zulia YRALÍ IZARRA El doctor Francisco Ochoa, como se le nombra solemnemente en el ámbito universitario, fue un jurista, intelectual, político y escritor zuliano que con una prolífica obra sustentada con valores como la probidad, la honradez, la responsabilidad, el compromiso social y la justicia. A mediados del siglo XIX, el 19 de abril de 1849, en un hogar humilde, nace en Maracaibo. Su madre Ramona Ochoa Parra, mujer de pueblo, trabajadora y profundamente cristiana, cultivó en él su formación religiosa, y ejerció una influencia determinante en la conducta moral que tuvo durante su vida. Ochoa fue un aventajado estudiante, y en diciembre de 1873, a los 24 años de edad, la Suprema Corte del Estado Zulia le confiere el título de Abogado de la República. Ocho meses después, en 1874, se gradúa con honores en la Universidad de los Andes de Licenciado y de Doctor en Ciencias Políticas. Al retornar a Maracaibo le conceden su nombramiento en la Corte Suprema del Estado, cargo en el que fue ratificado en los años 1875, 1878,1879, 1880,1886 y 1890. Sus méritos hicieron que en 1891, fuese considerado como el intelectual y humanista más adecuado para convertirse en el primer rector de La Universidad del Zulia, dada las circunstancias ideológica-políticas que vivía Maracaibo y el país en general a finales de Siglo XIX. En sus variadas facetas, co- mo jurista, su amigo Aniceto Ramírez y Astier escribió: “Su bufete fue frecuentado siempre por todas las clases sociales y los problemas más arduos se resolvían allí, honrada y puntualmente: la sociedad zuliana tenía en el Dr. Ochoa un consejero discreto, y sus fallos se reputaban como verdades oráculos… a nadie se le ocurría prescindir de su consulta”. En su proceder como hombre político, “es importante señalar que el Dr. Francisco Ochoa se definía como apolítico en cuanto a una militancia determinada. Una evidencia de esto fue su renuncia al cargo de Gobernador de la Sección Zulia del Gran Estado Falcón, cargo que le fue propuesto en 1884 por el partido Guzmancista …”, dice Nevi Ortín. Como escritor el doctor Ochoa publicó en diversos pe- riódicos de la época, entre ellos: El Mentor, El Derecho y El Zulia Ilustrado. Entre sus publicaciones se cuentan: Estudios jurídicos, La abolición de la esclavitud en Venezuela, El juicio crítico sobre la Escuela Penal Antropológica, La misión del abogado, La misión del Ministerio Público, La misión del juez, y su obra cumbre: La exposición del Código Penal Venezolano (1883), todas con la mejor crítica de los jurados y especialistas de los tema. Francisco Ochoa falleció el 9 de abril de 1907, en la parroquia hoy denominada Santa Lucía, a los 57 años de edad. Sus restos reposan el Panteón del Estado Zulia. 16 Imelda Rincón La primera rectora de LUZ y subversiva LUCÍA CONTRERAS VÍLCHEZ Dice haber salido del rectorado envuelta en el olor acre de las bombas lacrimógenas. Eran tiempos de cambios y reacomodos: El Caracazo del 27 y 28 de febrero de 1989, y la rebelión cívico militar del 4 de febrero de 1991, ocurrieron durante el período rectoral de la primera mujer escogida por profesores y alumnos para dirigir los destinos de la Universidad del Zulia. Era la primera vez que ocurría ese avance de la equidad de géneros en una universidad latinoamericana autónoma, donde las autoridades son elegidas por el claustro universitario. Sin lugar a dudas, la figura femenina de Imelda Rincón como rectora evocaba el concepto de protección en los estudiantes, y no era casual: ella ejecutó medidas que protegieron a estudiantes de escasos recursos económicos, a los “sin cupo” y a los indígenas. Primera decana de la Facultad de Humanidades, primera vicerrectora, primera rectora. También durante su período rectoral se creó la Beca Trabajo, y la primera asociación de estudiantes indígenas de LUZ. “A pesar de no tener el marco jurídico de hoy, luchaba… las primeras medidas para favorecer el acceso de los indígenas a la universidad se tomaron en mi rectoría”. Su defensa de la no restricción en el ingreso a la universidad, así como otras posiciones asumidas en la vida, la hacen un ejemplo de disciplina y lucidez hoy. “Ser maestro, ser profesor es un asunto muy complejo, muy profundo, se requiere formación científica, sicológica y pedagógica, y sobre todo, amor por el otro. No puede desentenderse del estudiante con problemas de desadaptación, tiene que acercarse a él, con sentido de humanidad…” Imelda Rincón se considera privilegiada por la vida, al tener la oportunidad de crecer y madurar “en escenarios intelectuales y culturales de avanzada… Yo regresé de la UCV como una mujer de izquierda, luchadora, buscando siempre la igualidad”. Como rectora, tomó decisiones que, controversiales o no, han tenido el cariz de promoción de la educación con carácter de igualdad y equidad, como la vía para la superación humana. “De eso se trata, de tener una oportunidad y de tomar decisiones que favorezcan, en el sentido democrático profundo, a la totalidad”. Recuerda que durante la rebelión del 4 de febrero, ocurrió una situación similar: una importante porción de los estudiantes apoyaba esa rebelión. “En mi período rectoral, la Universidad fue allanada muchas veces… yo salí del rectorado con el olor de las bombas lacrimógenas. Yo sentía que todo mi cuerpo olía a bomba lacrimógena, porque era la violencia en contra de la Universidad. Fue una violencia despiadada, fui acusada de subversiva, por los sectores del momento que apoyaban las políticas neoliberales. Obviamente, yo me identificaba con esos sectores que rechazaban esas políticas neoliberales, las tendencias privatizadoras…”. Frente al futuro, Imelda es optimista: “Pasar de una mentalidad democrática representativa a una participativa y protagónica no se hace de la noche a la mañana. Yo pienso que pasarán 3 generaciones…”. Y cómo se define?. “Yo creo que pertenezco a ese tipo de personas que hacen de la vida intelectual, del estudio, del servicio, como su meta principal de vida”. El multifacético Jesús María Semprún CELENY CAÑIZÁLES Jesus María Semprún considerado por varios estudiosos, como el crítico literario más importante de Venezuela, fue médico y escritor. Este multifacético personaje nació el 26 de septiembre de 1882 en un pequeño caserío cercano a Santa Bárbara del Zulia en el municipio Colón del estado Zulia. Pese a la dificultad que se le presentó para culminar los estudios en su tierra natal, sus padres Belisario Semprúm y Margarita Pulgar de Semprúm, se vieron en la obligación de enviarlo a Maracaibo donde obtuvo el título de bachiller en el colegio Sagrado Corazón de Jesús en el año 1898; ese mismo año ingresó a la Universidad del Zulia para cursar estudios de medicina pero lamentablemente no pudo culminarla porque en 1903 el entonces presidente venezolano Cipriano Castro ordenó cerrarla. En 1905 obtuvo el título de doctor en Medicina por la Universidad de Caracas. Semprún fue fundador del grupo literario Ariel (1901) y de la revista Sagitario (1911). Como analista político destaca su obra “El Canal de Panamá” (1912) donde manifiesta su sentimiento antiimperialista. Sus artículos se recopilaron póstumamente en Estudios críticos (1938) y Crítica literaria (1956); fue miembro correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua, cultivó la poesía (Elegías) y la novela (El crucifijo). A pesar de toda su experiencia laboral como médico, y haber escrito para medios nacionales e internacionales como “The World, “The Herald Tribune”, “Boletín de la Unión Panamericana”, “La Reforma Social” de la Habana, “Panorama” y “Alma Latina” de Maracaibo y “el Heraldo” de Caracas; su desenlace fue triste y deprimente, pues se conoce que debido a los daños causados por su alcoholismo, entre otras enfermedades , Jesús María Semprún muere, en El Valle en Caracas el 13 de enero de1931 abandonado y en la miseria. 17 símbolo dorado del deporte zuliano Pedro Lucas Urribarrí: El dominante de los buques realistas RICARDO CAMEJO Como es característico en los zulianos; el ser precursores y grandes exponentes en distintos ámbitos de la cultura venezolana es un compromiso que se lleva con particular responsabilidad y esmero. Así ha quedado demostrado en la historia, y lo propio hizo Luis Aparicio Ortega “El Grande”, nacido en Maracaibo un 11 de marzo de 1910. Luis Aparicio Ortega fue, junto a su hermano Ernesto, uno de los principales precursores del desarrollo del béisbol en el estado Zulia. “El Grande” era un destacado atleta, incluso jugó al fútbol con el equipo Ayacucho y también con el Guaraní, en la Primera División del fútbol de Maracaibo. Ambos practicaron al lado de una leyenda del deporte nacional, José Encarnación “Pachencho” Romero, quien era hermano de Herminia, la esposa de Luis Aparicio, “El Grande de Maracaibo”. Viajó a Caracas en 1946 para disputar la primera temporada en la historia de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional con el uniforme del Magallanes. en sus servicios, pero una operación de hernia le impidió convertirse, quizás, en el primer venezolano en jugar en las Grandes Ligas, por lo que tuvo que conformarse con participar en la pelota profesional de República Dominicana y Puerto Rico. Aspiración que años más tarde lograría su hijo, con los méritos ampliamente reconocidos. Siendo novato en la liga profesional, nuestro Salón de la Fama, Luis Aparicio Montiel, dijo sobre su padre: “Será difícil hacer lo que él ha logrado sobre el terreno, son cosas increíbles. Yo apenas trataré de imitarlo”. “El Grande” fue el primer bateador en el circuito rentado y entró en los libros como el autor del primer hit y la primera carrera el 12 de enero de 1946, precisamente en su primer turno al bate ante el lanzador Carlos Rotjes. El precursor del béisbol “romántico”, como se llama a la pelota de esa época, fue vital para el desarrollo del potencial de su hijo, máximo estandarte del béisbol venezolano y único Salón de la Fama, Luis Aparicio Montiel, con quien practicaba Basta mirar las letras con antes de sus juegos en la liga el nombre de “Luis Aparicio profesional. ‘El Grande’” en la entrada del imponente estadio de Aparicio Ortega tuvo su las Águilas del Zulia para única oportunidad de parti- definir cuan identificado cipar en las grandes ligas de está la región con lo que hiEstados Unidos en 1934, zo Aparicio en el terreno de cuando los Senadores de juego durante casi 22 años Washington se interesaron como pelotero activo. CELENY CAÑIZÁLES Pedro Lucas Urribarrí padre de diez hijos, nació en Santa Rita estado Zulia el 18 de mayo de 1777. Fue militar en la guerra de la independencia venezolana en el bando libertador; siendo muy joven partió a las Islas Canarias, donde fue llamado por el gobierno español para desempeñar la comandancia del bergantín Confianza. En 1821 este teniente de navío se puso a las órdenes de la Armada Colombiana, a la cual se incorporó con el grado de teniente de fragata, cuando la provincia de Maracaibo proclama la República el 17 de febrero de 1821. El 6 de septiembre de 1822 regresa a la ciudad de Maracaibo la cual había sido tomada por las tropas españolas del general Francisco Tomás Morales. Urribarrí, al mando del bergantín de guerra Confianza, tomó parte de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo el 24 de julio, en el cual venció a dos de los buques realistas. Desde finales de 1826 hasta 1827 realizó misión de guardacostas en aguas orientales y luego en el Saco de Maracaibo, con el fin de “limpiarlas” de los contrabandistas. En abril de ese mismo año solicita licencia por seis meses debido a su enfermedad, reincorporándose en el mes de septiembre al mando de la goleta de guerra Atrevida Maracaibera. Pedro Lucas Urribarrí murió en Santa Rita el 15 de julio de 1848 Instituciónes educativas en Cabimas llevan su nombre, igualmente la Avenida principal que comunica la Ciudad de Cabimas con el Municipio Santa Rita, que comprende las poblaciones de El Mene, Puerto Escondido y Barrancas. 18 Retrato de Neptalí Francisco Eugenio Rincón Urdaneta un zuliano Bustamante, nacido en Coro YRALÍ IZARRA A finales del siglo XIX, en pleno auge cultural, cuando eran cotidianas las tertulias literarias, donde los poetas discutían y recitaban en latín, griego o francés, cuando los periódicos y revistas eran prolíficos, puesto que, científicos, humanista y políticos escribían por igual y las artes plásticas ya contaban con cierta formalidad para su enseñanza, nace el 26 de julio de 1888, en Maracaibo Neptalí Rincón Urdaneta. Neptalí Rincón, fue un artista visual que trabajó la imagen a través de la fotografía, el dibujo, y la pintura; dedicándose por igual a la enseñanza de la plástica. Como creador sobresalió como retratista y exponente del naturalismo al plasmar sobre el lienzo los dramas sociales de la ciudad. Luis Guillermo Hernández y Jesús Ángel Parra reseñan en el Diccionario General del Zulia, que fundó un taller de fotograbado que denominó Talleres Gráficos Rincón. Allí realizaron trabajos con el sistema de fotograbado impresos en vidrio, que constituyeron un adelanto para la publicidad, tanto en cine como en carreteras. El 29 de junio de 1916, es cofundador del Círculo Artístico del Zulia, junto a un nutrido número de personalidades, entre ellos: Adolfo colina, el presbítero Olegario Villalobos, Pedro Villasmil, Erasmo Solarte y Edmundo Urdaneta. Nombrando como presidente a Julio Árraga. Abrió con las secciones de Pintura y Literatura y las primeras cátedras fueron de pintura, escultura y poesía. En 1921, constituye su Escuela de Dibujo, Pintura y Artes Aplicadas, con Pedro Villasmil V. y José Castillo Romero, de la cual fue director y profesor durante treinta y tres años, hasta su muerte el 17 de agosto de 1954. Años más tarde, en 1936, estimuló la conformación de la Asociación de Estudiantes de Dibujo y Pintura Círculo Artístico del Zulia. Cuatro años después, promueve la creación de la Sección de Literatura. Tres años luego de su fallecimiento el Gobierno del estado Zulia traslada la Escuela de Dibujo, Pintura y Artes Aplicadas al Centro Vocacional Octavio Hernández y le da su nombre; lo cual dio origen a la actual Escuela Superior de Artes Neptalí Rincón de la Secretaría de Cultura del Ejecutivo del Estado Zulia. YRALÍ IZARRA Si ser zuliano, es amar y dar lo mejor de sí por esta tierra, entonces, podría decirse que Francisco Eugenio Bustamante, nacido en Coro, estado Falcón, es un zuliano auténtico. Bustamante nació un 6 de septiembre de 1830 y cuando tenía cuatro años de edad, sus padres Antonio Bustamante y María Concepción Urdaneta, descendiente del general Rafael Urdaneta, se trasladan a Maracaibo. Aquí es donde realiza sus estudios primarios y secundarios. Luego va a Caracas, donde recibe el título de Doctor en Medicina y Cirugía en la Universidad Central de Venezuela en 1864. Ocho meses después, viaja a Europa, donde obtendría su Doctorado en Ciencia Médicas en la Universidad de París en 1868. Fue un hombre polifacético, científico, político, diplomático, escritor, rector de la Universidad del Zulia y docente. A Bustamante se le considera el fundador de la cirugía abdominal en Venezuela, porque en 1874, realizó en Maracaibo la primera ovariotomía, es decir la extirpación de un ovario. Trabajando en el Hospital Chiquinquirá, la Casa de Beneficencia, (hoy Hospital Central) se convirtió en precursor de cirugías con técnicas y procedimientos quirúrgicos de avanzada. Sus experiencias quirúrgicas y lecciones clínicas fueron publicadas en revistas científicas como La Beneficencia de Maracaibo; La Unión Médica y la Gaceta Médica de Caracas. De su gestión como rector de LUZ, entre 1898 y 1900, el doctor Adolfo D`Empaire, su discípulo, refirió que: “… en este pequeño lapso causó una revolución en la Universidad, sacudió la apatía que estaba cayendo sobre el Instituto y con su dinamismo y energía le imprimió una nueva vida…”. Para proyectar el quehacer universitario fundó en 1898 el periódico La Universidad del Zulia, que aún mantiene su circulación.Como profesor de LUZ dictó las cátedras de Patología Externa y Medicina Operatoria; Medicina Legal, Terapéutica y Materia Médica; Patología y Clínica Quirúrgica y Clínica Médico-Quirúrgica. Francisco E. Bustamante fallece en Maracaibo el 30 de diciembre de 1921 a los 82 años. La parroquia (en Maracaibo) más grande y con mayor número de habitantes del país lleva su nombre. 19 Paz Ipuana y Miguel Ángel Jusayú Luis Hómez GERARDA SANTELÍZ La inquietud que carcomía su mente y pensamientos por conocer el origen de su raza, su formación, creencias religiosas y de la eternidad del universo y de la vida, llevó al joven wayúu Ramón Paz Ipuana a escuchar por horas los cuentos que los mayores turas indígenas, porque como lo señala Esteban Emilio Mosonyi rela- marcó un hito en la antropolotaban sobre gía venezolana. la vida y la muerte, sus creencias, sus dioses y cas- Por su parte, Miguel Angel Jutigos; escuchaba con tanta aten- sayú, otro reconocido escritor ción como al que le revelan se- de la cultura de su raza wayúu se cretos muy bien escondidos, pa- dedicó a escribir libros con el ra luego, en la soledad y aridez método brille de la gramática de la Guajira, reflexionar y en- guajira, diccionarios y cuentos tender la creación del mundo : que “no hablan de hadas rubias, su mundo “sobre la misma tie- ni fresas, ni castillos de hielo”, sirra”. no de cuentos sobre burros, chinchorros y yucas y que hoy Por años escuchó relatos de leen en Dinamarca, Suecia y héroes y malvados, de brujas y Noruega en sus propias lenguas. princesas; de dioses y demonios Esta recopilación de su cultura y, sobre todo, de los vivos y los wayúu, la publicó Jusayú en su muertos, muy parecidos a los libro “Ni era vaca ni era Cabacuentos de otras tierras lejanas llo”, editado por el Banco del Lique había leído. La diferencia era bro. que los de la Península Guajira Muchos niños Jusayú y mutodavía no se habían escrito, por chos niños Paz Ipuana daneses, lo que años después desempolvó suecos y noruegos estarán lesu mente y los recuerdos de yendo estos relatos e imaginánaquellos cuentos de sus mayores, dose las fantásticas historias de los recopiló, redactó y publicó en sus cuentos como la de las vírge1972 en un un libro que llamó nes que habitan en estas tierras “Mitos, Leyendas y Cuentos bañadas de sol y tierras amarilGuajiros” relatos enriquecedo- llas que se sacan de la boca hilos res para los investigadores y an- brillantes para tejer sus chintropólogos que estudian las cul- chorros. “Luis Hómez tenía 42 años cuando murió en agosto de 1990. Le faltaba un mes para cumplir 43. Tal vez sin saberlo, intuía la brevedad de su estancia por estos predios y ello explique entonces la intensidad de su quehacer: fue dirigente estudiantil desde la adolescencia, se formó como pocos en las mejores universidades del mundo, se casó joven y tuvo dos hijos, no quiso más por los riesgos que constantemente corría. Fue además músico, deportista, cronista, escritor, político con brillo propio y servidor público por demás destacado. Pero, por encima de todo fue un gran venezolano, un gran maracucho, tenía conciencia de que encarnaba la zulianidad, sin pedantería ni falsas modestias. Sabía a gaita, a La Chinita, al puente, hablaba de vos y se comunicaba en “clave maracucha”. Pocas veces la provincia se sintió tano en el país y desde allí se hizo entender, sin hacerle concesiones al centralismo, sin negarse maracucho, sin negarnos. Luis Hómez convocaba al Zulia. Luis representa –y de qué modo- una manera de hacer política y ser político sin antecedentes y… sin seguidores. Lamentablemente, el “estilo Luis Hómez” no dejó escuela. Pocas veces un político regional ha tenido tanta trascendencia a nivel nacional. Fue un punto de inflexión en la política, especialmente en el Zulia, donde demostró que sí se puede hacer política con vocación social, alejado de los negocios y sin hipotecarse a los espacios de poder”. “Luishómez, como es nombrado y recordado, es una Memoria que se consolida en el tiempo y que se resignifica día a día en el recuerdo como ejemplo de lucha contra la corrupción, el narcotráfico, la estafa inmobiliaria, el delito ecológico, a favor del adecentamiento policial, la descentralización, el rescate de la zulianidad como eje del desarrollo cultural, por citar algunos de sus combates a lo largo de esos 6205 días que abarcaron su quehacer político”. (Morelis Gonzalo Vega:Tiempo y Memoria de Luis Hómez 1947/1990. 2011) CORREO ¡El Zulia Nombre y Luz de Venezuela!