la absurda defensa del general augusto pinochet

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La absurda defensa del
General Augusto Pinochet
por parte del parlamentario de
NSW - Peter Phelps
Declaración del Diputado Telmo Languiller, Parlamento de Victoria Australia.
El 11 de septiembre de 2013, el Parlamentario Liberal Dr. Peter Phelps hizo una defensa
vergonzosa y absurda del ex dictador chileno Augusto Pinochet en el Parlamento de
Nueva Gales del Sur. En esa declaración el Dr. Phelps, quien ocupa el cargo de Coordinador
de Bloque Liberal en la Cámara Alta de NSW, demostró un desprecio por las atrocidades
sufridas por el pueblo chileno en virtud de un régimen cruel y antidemocrático.
El 11 de septiembre 2013 marcó el cuadragésimo aniversario del golpe militar encabezado
por el general Pinochet que derrocó violentamente al presidente democráticamente electo
Salvador Allende. El General Pinochet actuó como Jefe de Estado chileno hasta 1991, y
durante su gobierno presidió la ejecución de más de 3.000 personas por motivos políticos
y la tortura de otros 30.000 más. El régimen encabezado por Pinochet fue, sin duda, brutal
y represivo, y la comunidad internacional condenó ampliamente la violencia de su gobierno.
En su discurso ante el Parlamento de NSW, el Dr. Phelps describió en repetidas ocasiones al
General Pinochet como "un hombre moralmente valiente" que se defendió contra las fuerzas
del comunismo, para introducir la prosperidad a la nación de Chile, a través de su apoyo a la
Escuela de economía de Chicago. El Dr. Phelps caracterizó al gobierno de Pinochet como una
dictadura benigna, que actuó en nombre de los mejores intereses del pueblo chileno cuando
aplicó la violencia política, la tortura y las ejecuciones. En su discurso, el Dr. Phelps afirma
"tenemos que aceptar que a veces hay que hacer cosas malas para evitar que cosas terribles
sucedan”.
El Informe Valech publicado por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura en 2004
encontró que había documentados más de 38.000 prisioneros políticos durante el gobierno
del General Pinochet. De estos presos, más del 94 por ciento se consideró que habían sido
objeto de torturas. El informe encontró que los métodos de tortura ejecutada y promovida
por el régimen de Pinochet incluyeron submarino, palizas, descargas eléctricas, la violación
y el abuso sexual - incluso casos de incesto forzado-, aplicación de corriente eléctrica en los
genitales y abortos involuntarios forzados.
Otros investigadores estimaron que el número de personas torturadas fue sustancialmente
mayor, al señalar que la Comisión solo calificó como víctima a aquellos detenidos por un
período de al menos cinco días. Vale aclarar que muchas personas, que fueron detenidas
por períodos más cortos, fueron sometidas a torturas y malos tratos. Incluso el Informe
Valech no tuvo en cuenta muchos casos de tortura que se produjeron fuera de las
instalaciones designadas para detención o tortura.
Es totalmente extraño que cualquiera de las infracciones graves de los derechos humanos
sean consideradas por un representante elegido democráticamente, como una mera
"cosa mala" justificándolo en el contexto de la Guerra Fría en general. El Dr. Phelps admitió
en el Parlamento: "Sí, Pinochet mató gente. Según la comisión de 2011, el régimen mató
a unas 3.065 personas mayores de 17 años y es un número terrible. Pero los sandinistas
marxistas en Nicaragua mataron a otros tantos en los primeros años de su régimen".
Está claro que el Dr. Phelps no se da cuenta de que “dos errores no hacen un acierto”, y que
la santidad de la vida humana es algo universal y no depende de las afiliaciones políticas de
los individuos. No hay nada "moralmente valiente" en la tortura, y no hay nada "moralmente
valiente" en la toma de una vida humana. En su discurso ante el Parlamento de NSW, el
Dr. Phelps menosprecia a aquellos de nosotros que rechazamos la idea de que el Estado no
debe participar en abusos contra los derechos humanos, afirmando que "estos principios son
necios y autodestructivos en el mundo real”.
Es muy preocupante que una figura política de alto nivel en nuestro país haya mostrado tal
insensibilidad hacia el valor de una vida humana. El Dr. Phelps “compara” la cantidad de
personas que fueron asesinadas por regímenes brutales, concediendo que la toma de una
vida humana se justifica porque en algún otro lugar en el mundo otro régimen estaba
cometiendo peores atrocidades. En su discurso, el Dr. Phelps no tiene en cuenta el uso la
tortura y otros abusos del régimen de Pinochet como causa de condena.
El Dr. Phelps parece ser igualmente ignorante del contexto histórico en el que el general
Pinochet llegó al poder, con el argumento de que el presidente Allende fue tan extremo en
la promoción de las políticas socialistas que la intervención militar era necesaria para preservar
la naturaleza democrática del Estado chileno.
En una comparación un tanto extraña y ofensiva, el Dr. Phelps declaró que "Allende fue elegido
con sólo un tercio de los votos para su partido, más o menos lo mismo que Hitler tuvo.
"No sólo es este comentario muy inapropiado, sino que es fundamentalmente engañoso.
Durante las elecciones presidenciales de 1970 más de 64 por ciento del pueblo chileno
apoyó la administración de Salvador Allende.
El Dr. Phelps también demuestra una incomprensión fundamental de las funciones de una
democracia, afirmando: "sí, Pinochet mató gente. Si alguien sabe de alguna otra manera de
derrocar a un gobierno que por la fuerza militar, quiero escucharlo." El Dr. Phelps no
reconoce que hasta el momento de la presidencia de Salvador Allende, Chile había
mantenido una democracia que funcionaba celebrando elecciones presidenciales
regularmente.
Las atrocidades cometidas por el régimen de Pinochet han sido ampliamente condenadas.
En 1998, la notablemente conservadora Cámara de los Lores Británica determinó que la
doctrina de la inmunidad no es aplicable a los delitos de Augusto Pinochet, y que Pinochet
debía ser considerado responsable por sus graves violaciones a la Convención contra todas
las formas de tortura. En el caso Pinochet, la Cámara de los Lores consideró que había
pruebas suficientes para sugerir que el general Pinochet había cometido delitos tipificados
en la Convención contra todas las formas de tortura, para justificar su extradición a España.
La decisión, en el Caso Pinochet, de negar la inmunidad de enjuiciamiento a los ex jefes de
Estado, fue anunciada como un paso significativo y un avance de la legislación internacional
de derechos humanos.
Del mismo modo, Amnistía Internacional, El Observatorio de Derechos Humanos y el
Parlamento chileno condenaron la opresión sistémica y violación de los derechos humanos
durante el régimen de Pinochet.
La comunidad internacional también ha condenado ampliamente el régimen del General
Pinochet, que incluye una extensa lista de los estados europeos, que apoyaron activamente
el caso para su extradición a España a finales de 1990.
Cabe señalar que la elección del momento para realizar los comentarios, por parte del
Dr. Phelps al Parlamento de NSW, fue particularmente insensible. Para muchos chilenos,
el 11 de septiembre es un día de luto nacional y de recuerdo por quienes sufrieron o murieron
bajo el cruel régimen de Augusto Pinochet.
Estas observaciones descuidadas, ofensivas y ridículas del Dr. Phelps han recibido una condena
generalizada por parte de la comunidad chilena en Australia.
Como diputado elegido democráticamente me uno a las voces que reclaman, por parte del
Dr. Phelps, una disculpa sin reservas a las personas que sufrieron bajo las crueldades del
régimen de Pinochet, sus familias y el público australiano. De igual manera insto al Premier
de NSW condene estas observaciones, para tranquilizar al público australiano, y con ello
demuestre que su gobierno no sólo ha rechazado esta burda defensa del dictador violento,
sino también que repudia por completo la declaración del Dr. Phelps.
En los próximos meses habrá una campaña permanente e implacable en los parlamentos
australianos para condenar esos comentarios atroces realizados por el Parlamentario
Peter Phelps. Confío en que los australianos que valoran los derechos humanos y la
democracia, no se prestarán a la utilización de nuestros parlamentos para justificar
actos horribles de tortura y violencia.
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