Lacan 10 Años Después: Inventar Una Sexualidad Que No Sea

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"Lacan 10 Años Después: Inventar Una Sexualidad Que No Sea Perversa"
(*) Publicado En "más Allá Del Falo...". Buenos Aires: Lugar Editorial; 1996.
Benjamín Domb
Para comenzar voy a proponer dos afirmaciones:
1) La constitución del sujeto, no es aquello de lo que se trata en el final del análisis, lo que allí
se pone en juego es la destitución subjetiva.
2) La normalidad no es una virtud ligada al fin del análisis.
Dos afirmaciones referidas al fin del análisis, problema que llevé a Caracas, hace ya más de
diez años, poco tiempo después sobrevino la muerte de Lacan. Mi interrogación acerca del fin
del análisis continuó y si bien he podido avanzar algo, también debo reconocer que esta
cuestión sigue en pie para mí.
Es en este punto en donde las diferencias entre Freud y Lacan son radicales y con
consecuencias en la clínica psicoanalítica, se podría incluso decir que se ponen aquí de
manifiesto lo que se podría llamar la invención lacaniana con respecto a su maestro.
Despleguemos, al menos, algunos aspectos del problema.
Durante una gran parte de su enseñanza y siguiendo la consigna del retorno a Freud, Lacan
nos muestra como el sujeto se constituye en relación al Otro, representado este por la batería
de los significantes. Este gran Otro (A) viene acompañado del pequeño otro, el semejante, es
decir el otro imaginario i(a). En aquel tiempo de su enseñanza, que no era el tiempo del nudo
borromeo, sino el del grafo, el Otro real, el padre, es el agente de la castración.
Así entramos, necesariamente, en la dialéctica edípica, con todos los avatares que la misma
ofrece:
1) La forclusión del Nombre del padre conduce a la psicosis.
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2) La renegación de la castración a la perversión, y
3) La represión -podríamos preguntarnos, la represión de qué?, respondemos en esta ocasión
del deseo de la madre, a la neurosis, es decir represión del deseo del Otro primordial-.
Sigamos con esta rápida revisión del grafo desarrollado por Lacan en el seminario de las
formaciones del Inconsciente (1) y seguido luego en los seminarios siguientes, además de en
su escrito a cerca de la Subversión del Sujeto (2) y utilizado en otras múltiples oportunidades,
aunque luego quedó algo alejado de su enseñanza especialmente cuando introduce el nudo
borromeo.
Recordemos que a partir de la Demanda del Otro se constituye la pulsión SD. Así como la
falta del Otro, el significante de esa falta S (A) es rápidamente bouché, taponada, por el
fantasma Sa que pasa a constituir la estofa propiamente dicha del deseo.
Allí Lacan produce casi toda su álgebra, sin embargo a esta altura de su enseñanza el
fundamento del psicoanálisis no era "no hay relación sexual", esto ocurre años después. En
1963-64 por ejemplo cuando nos habla sobre los fundamentos del psicoanálisis, estos son
freudianos: Inconsciente, Repetición, Transferencia y Pulsión.
Este grafo, que es de la constitución del Sujeto, es el mismo que utiliza en la primera versión
oral de su proposición del 9 de octubre de 1967 (3'). Ubicando por ejemplo a los Analistas de
la Escuela (A.E.) en el lugar correspondiente al significante de la falta en el Otro S (A), etc. Si
Lacan utiliza el grafo en dicha oportunidad es porque no dispone de algo mejor para poder
representar aquello de lo que se trata en el fin del análisis. Dando lugar tal vez, a se confunda
fin de análisis y constitución del sujeto.
Podríamos decir que la constitución del Sujeto ha sido el gran invento freudiano, que luego
Lacan reordena. Esta constitución da como resultado, la neurosis.
El fin del análisis, con todas sus consecuencias, es el invento lacaniano, un invento que
requiere aún ser demostrado en la práctica, y que implica un modo de salida de la neurosis.
Ahora bien, extendiendo la fórmula lacaniana referida al Nombre del padre, y aplicándola al fin
del análisis, decimos que el psicoanálisis de triunfar, debe probar que de él, del psicoanálisis
se puede prescindir.. Se puede prescindir pero a condición de servirse de él. Se trata de que
el psicoanálisis triunfe, es decir que no se convierta en una religión, que no sea interminable,
que encuentre su fin.
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Es a partir de su interrogación sobre el fin del análisis y sólo a partir de aquí que poco a poco
Lacan va a introducir su invención, conducido en principio por las vías del objeto "a". Habría
que remarcar que la propuesta acerca del fin del análisis no ha de ser leída sólo en la
proposición del 9 de octubre del 67 (3), sino también en la continuación, en lo producido hasta
el final de su enseñanza, sin dejar de tener en cuenta también, las referencias previas.
Casi todo el álgebra lacaniano estaba ya escrito en el mencionado grafo allí figura el objeto
"a", en la fórmula del fantasma, y también en la escritura del yo ideal como i (a), el significante
de la falta del Otro S (A), etc. Sin embargo "no hay relación sexual" y lo que se desprende de
este nuevo fundamento que Lacan le da al psicoanálisis, sólo aparece escrito a partir de
L'Etourdit (4), habiendo comenzado su desarrollo en los seminarios contemporáneos a ese
escrito, es decir...Ou Pire (5) y el Saber del Analista (6).(II)
Seminario tras seminario va anudando cada vez más firmemente lo que llama su invención y
sus diferencias con Freud. Dice por ejemplo en el seminario Le Sinthome el 13-04-76 "La
instancia del saber que Freud renueva, quiero decir, que renueva bajo la forma del
inconsciente, es una cosa que no supone para nada obligatoriamente lo Real del que yo me
sirvo", y continúa poco más adelante, "En lo que yo llamo lo Real, he inventado",
especificando qué: "He inventado lo que se escribe como lo real, escrito bajo la forma de lo
que se llama el nudo borromeo". Lo cual implica una nueva reformulación de lo Real producida
en estos tiempos que da lugar a una reubicación en el nudo borromeano, a pesar de que lo
Real estaba ya planteado desde 1953. Es en la medida en que el nudo borromeo plantea que
los tres R.S.I. se inscriben de entrada, que se comienza a contar a partir del tres como
primero, que es necesario a partir de allí reinterrogar todo lo que Lacan ha dicho desde el
comienzo.
No es lo mismo pensar la relación del sujeto al Otro representando este la estructura del
inconsciente, que plantear la cuestión de la estructura del sujeto a partir del nudo borromeo
teniendo como fundamento "no hay relación sexual". Esto tiene consecuencias clínicas
fundamentales.
Dicho de otro modo, ¿la neurosis se constituye a partir de una falla en la función paterna, que
hace que la represión del deseo materno sea fallida, es decir que no se separa firmemente al
niño de la madre? o ¿a partir del fundamento "no hay relación sexual" la función paterna no
puede ser sino fallida, ya que trata vanamente de obviar la ausencia de relación sexual?
Sin duda todo el problema no radica solamente en la
separación del niño de la madre, además si no hay relación sexual esta unión es imposible.
Habrá que investigar qué pasa en las psicosis, qué tipo de cuestionamiento del fundamento
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plan-tean las estructuras psicóticas.
De todos modos la práctica demuestra que es necesario que esta separación se produzca (III)
, que la represión se constituya, ya que allí donde esta falla, los síntomas neuróticos, reflejan
que algo no anda en el campo de lo real, es decir que el síntoma con el goce que conlleva,
viene también a suplir la falla en la represión; el goce del síntoma.
¿De qué manera, desde la última producción de Lacan se podría plantear una salida distinta
que el camino de un refuerzo de la represión? La suplencia del Nombre del Padre, es una
salida al problema de la forclusión. ¿Deberemos pensar una salida similar tanto en la neurosis
como en la psicosis?
La producción de un sinthome que suple al Nombre del Padre forcluido es una salida para las
psicosis, como pareciera proponerlo Lacan en el seminario Le Sinthome.
En cambio en las neurosis se trataría de otra cosa, el sinthome en la neurosis deberíamos
pensarlo entonces no como suplencia sino como ir más allá del padre, es decir algo que
implica "fundar una sabiduría sobre la falta del Otro", al decir de Lacan "un saber hacer allí,
eso es el sinthome y un sinthome tal que no haya nada que hacer allí para analizarlo".
Entonces, el sinthome, lo que se llama con este nombre inventado por Lacan en el seminario
del año 1975/76, no significa lo mismo si se trata de una psicosis, donde implica un modo de
anudamiento para sostener una estructura mal anudada, es decir trata de estabilizar la
estructura del psicótico; que la producción de un sinthome en una estructura neurótica que
habría que entenderlo como un modo de saber hacer allí con lo real, un modo de acoger ese
goce del que antes hablamos de otro modo, pasaje de un goce sintomático a Otro goce.
De un goce por una represión insuficiente que deja al sujeto aprisionado al goce de la madre,
fantasmático, por lo tanto masoquista, es decir de ser el objeto que tapona fallidamente la falta
del Otro, ligado al deseo del Otro por insuficiencia en la constitución de la metáfora paterna.
Ahora bien, aquí surge digamos el punto crucial para un neurótico, no sólo se trata de la falta,
es decir del deseo de la madre y el fantasma correspondiente, sino que también entra en
juego la falta de aquel que viene a sustituir a la madre, el padre.
Hagamos un pequeño paréntesis para decir que la función paterna no puede ser sino fallida.
Cuando decimos que "no hay relación sexual" no la hay tampoco entre la madre y el niño, el
incesto es un mito que supone una unión imposible porque desde el momento que la madre
desea un hijo lo hace como salida fálica al enigma de su femeneidad, como sustituto
simbólico, dirá Freud al penis-neid; entre ella y el niño, entre su deseo y su produc-to se
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establece de entrada al menos una relación de a tres, decíamos el tres es primero, en este
caso falo, lenguaje, falta, etc., que hará obstáculo y a la vez suplirá la relación que no hay.
Volvamos al padre, decíamos agente real de la castración, sirve para mantener la represión
en su justo "me-dios". Viene a separar lo que no se puede unir, por lo tanto viene a suplir la
ausencia de relación sexual.
Es a partir de allí que se supone al padre, fuera de la castración. Digo, se lo supone es una
necesidad de la estruc-tura. Y es a partir de allí y para suplir la insuficiencia para cumplir con
su función, que se constituye lo que conocemos como el amor al padre.
Decía en un reciente trabajo: cómo no amar a quien se supone prohíbe el incesto!(8)
Ahora bien, el llamado parlêtre, parece condenado a tapar la falta del Otro -como diría un
analisante "esa tendencia mía a completar a mi madre"-, esta es la llamada perversión
constitutiva del neurótico.
Dice Lacan al respecto el 11-05-76 (7) "...Pero es una ma-nera de articular precisamente esto,
que toda sexualidad humana es perversa, si seguimos bien lo que dice Freud. El no logró
jamás concebir dicha sexualidad de otro modo que perversa, y es por eso que yo interrogo lo
que llamaría la fecundidad del psicoanálisis, incluso no ha sido capaz de inventar una nueva
perversión. Es triste porque después de todo, si la perversión es la esencia del hombre, que
infecundidad en esta práctica". Aquí Lacan ironiza.
Es a partir de esto que propongo como título de este traba-jo, "inventar una sexualidad que no
sea perversa". Ligado a "no hay relación sexual", a las fórmulas de la sexuación del lado
llamado mujer, a la estructura borromea, en definitiva a partir del invento lacaniano de lo Real.
Volvamos por un momento al neurótico y a su aflicción de taponar la falta del Otro, pero ahora
no ya ligado al deseo de la madre, sino capturado en el amor, aunque a veces puede ser odio
al padre, ese padre que viene a separar, pero que también viene a calmar al sujeto que se
constituye como neurótico, con la ilusión que él no ha de ser tan castrado como su madre. Es
decir un Otro del Otro, uno al menos que le diga no a la cas-tración y que entonces a partir de
allí "puede" con lo real. Por eso Dios, padre nuestro de todos los días, sálvanos de la
cas-tración del Otro primordial.
Estos hijos dispuestos a cualquier sacrificio con tal que ese padre ex-sista taponan también
las fallas de su función.
¿Qué es lo que hace tan difícil a los hijos desprenderse de su padre? ¿Cómo convencer a un
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neurótico de su engaño, de que no hay Otro, siendo que toda la necesidad de la especie
humana es que haya un Otro? ¿Cómo decir que un padre también está castra-do? en
definitiva esta es la salida lacaniana que enfrenta al sujeto con lo Real.
El neurótico defiende su síntoma como su vida misma, eso es lo que él cree que tiene,
sufriente goce, él se reconoce allí y de esta manera, además hace consistir al Otro, taponando
su cas-tración. Existe, además, otra variante para este goce perverso, que como perversión
en la neurosis es siempre fallida, el goce de la transgresión, esto no se confunde con la caída
del Otro, este goce transgresivo no está más allá del Otro.
Otra alternativa aún de goce, que no es el goce del sínto-ma, el goce masoquista, ni el goce
de la transgresión. Un goce tal vez más gozoso, pero aún dentro de esta estructura, es el
goce del objeto "a", goce inscripto dentro del orden fálico.
"Del mismo modo que el plus-de-gozar proviene de la pere-versión de la versión a-per-itiva del
gozar", decía Lacan el 08-04-75 (9).
De todos modos este goce del objeto "a", sea lo que fuera que esté en el lugar de ese objeto
"a", una mujer para el hombre o viceversa o un hijo para la madre o lo que se les ocurra que
les falta y que despierta vuestro deseo: el goce del objeto tapona también la falta.
Llegado a este punto se nos plantea dar un salto, tal vez un salto al vacío. Este salto no
implica ningún progreso, sólo implica Otro goce. Un goce que no se liga a nada, que no se
relaciona a nada, que no implica ningún ideal, ni por supuesto ninguna voluntad, ni tampoco
ningún límite, ni ningún Otro. Decimos para contraponerlo al goce del objeto, goce de la falta,
de la falta radical.
Si un análisis debiera conducir a algún lado, ese lugar en la teoría se denomina S(A), que es
la puerta de salida de un análisis conducido hasta su fin.
Qué quiere decir esto, sin duda la caída del Otro, no sólo en este caso del analista, con toda la
suposición de saber im-plícita en la transferencia, sino también caída del Saber del
Inconsciente frente a lo imposible del goce. Porque cuando se produce sólo la caída de un
analista, sin la destitución subje-tiva, el Saber del inconsciente buscará indefectiblemente
tarde o temprano la suposición de un sujeto para su saber inconscien-te. Son esos análisis
que terminan y luego se retoman con el mismo u otro analista, cercana a la idea freudiana de
que hay que volver cada tanto.
No se trata de domeñar ni al inconsciente ni a la pulsión, por eso decimos que la normalidad
no es una virtud ligada al fin del análisis.
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Si no de alcanzar su falta, aquella que está en el origen de su propia constitución. Por eso
destitución subjetiva, no debe confundirse con regresión, no es volver a la madre después de
haber pasado por el padre, sino ir más allá del Complejo de Edipo.
Es enfrentar y a la vez soportar la inexistencia misma.
Es finalmente inventar cada vez un goce que no sería perverso pero del cual nada se podría
decir o mejor dicho todo lo que se dijera no podría de ningún modo servir de modelo ni de guía
para otro, de lo contrario se convertiría en un ideal, en un nuevo Otro.(IV)
NOTAS
(I) Trabajo presentado en el II Coloquio Interasociativo realizado en París, en octubre del '91,
con motivo del décimo aniversario de la muerte de Jacques Lacan. Inédito.(II) En realidad ya había comenzado estos desarrollos sobre el final del seminario anterior, De
un discours que ne serait desemblable. (Nº18)
(III) No se contradice lo imposible de la unión con lo necesario de la separación, se trata de
una lógica donde lo necesario puede no darse y que el sujeto se vea enfrentado a lo
imposible.
(IV) Aún me pregunto es esto posible? entonces el psicoanáli-sis habría de triunfar.
BIBLIOGRAFIA
1) J. Lacan, Seminario Las Formaciones del Inconsciente, 1957/58.
2) J. Lacan. Subversión del Sujeto y Dialéctica del Deseo en el Inconsciente Freudiano,
Lectura estructuralista de Freud, Pg.305.
3) J. Lacan, Proposición del 9 de Octubre de 1967, traducción, ficha de la E.F.B.A.
3') J. Lacan, Proposición del 9 de Octubre de 1967, versión oral, Ornicar? 1, en castellano, ed.
Petrel.
4) J. Lacan, L'Etourdit, Scilicet Nº4.
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5) J. Lacan, Seminario...Ou Pire Nº19.
6) J. Lacan, El Saber del Analista año 1972.
7) J. Lacan, Seminario Le Sinthome, 1975.76.
8) B. Domb, El Amor al Padre, inédito, Jornadas de la E.F.B.A. El Padre en la Clínica
Lacaniana, Julio 1991.
9) J. Lacan, Seminario R.S.I. 1974/75.
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