Colombia: Consejo de Derechos Humanos de la ONU

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Índice AI: AMR 23/1283/2015
25 de marzo de 2015
Consejo de Derechos Humanos de la ONU
28 periodo de sesiones
2 – 27 de marzo de 2015
Punto 2: Informe anual del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos e informes de la Oficina del Alto Comisionado y del Secretario General
Presentación de los informes de país elaborados por el secretario general y el alto
comisionado para los derechos humanos, seguida de un debate general (incluido el
informe del alto comisionado sobre Colombia)1
Señor Presidente:
Amnistía Internacional ha presentado a este periodo de sesiones del Consejo una
declaración escrita sobre Colombia.2
Las conversaciones de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) siguen progresando. La disposición de ambas partes
a iniciar conversaciones sobre un cese de hostilidades bilateral, y la posibilidad de que se
inicien conversaciones formales entre el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional
(ELN), también son un buen presagio respecto a los esfuerzos por terminar
definitivamente con las hostilidades.
Sin embargo, ni el gobierno ni las FARC se han comprometido de manera explícita a
garantizar justicia para todas las víctimas del conflicto con arreglo al derecho
internacional de los derechos humanos. Esto, sumado a los intentos gubernamentales de
promover legislación que añadiría más obstáculos al procesamiento de los presuntos
autores, podría menoscabar la viabilidad a largo plazo de un posible acuerdo de paz.
A pesar del proceso de paz, todas las partes del conflicto –las fuerzas de seguridad y los
paramilitares, actuando en solitario o en connivencia mutua, así como las FARC y el
ELN–, siguen cometiendo abusos y violaciones de derechos humanos, y también
Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los
derechos humanos en Colombia, A/HRC/28/3/Add.3.
1
La situación de los derechos humanos en Colombia: Declaración escrita de Amnistía Internacional ante el
Consejo de Derechos Humanos de la ONU en su 28 periodo de sesiones (2-27 de marzo de 2015)
https://www.amnesty.org/es/documents/amr23/0004/2015/es/ [consultado por última vez el 24 de marzo de
2015]
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violaciones del derecho internacional humanitario, especialmente contra comunidades
indígenas, afrodescendientes y campesinas, defensores y defensoras de los derechos
humanos y sindicalistas.
Al menos 55 defensores y defensoras de los derechos humanos y 20 sindicalistas fueron
víctimas de homicidio en 2014. También hubo un incremento de las amenazas de
muerte colectivas contra defensores y defensoras de los derechos humanos, activistas que
trabajan sobre cuestiones relativas a la paz y la tierra, políticos y periodistas.
Amnistía Internacional insiste en que, para proteger eficazmente a quienes están en
situación de riesgo, las autoridades deben garantizar el procesamiento de los presuntos
responsables penales de abusos y violaciones de derechos humanos. Sin embargo, las
investigaciones criminales a este respecto apenas han avanzado.
La impunidad sigue siendo un rasgo característico del conflicto. El apoyo del gobierno a
medidas para proteger a los presuntos autores de los abusos, como el Marco Legal para la
Paz [y el Proyecto de Ley nº 85 del Senado], arroja dudas sobre su compromiso para con
el derecho de las víctimas a obtener verdad y justicia. En septiembre de 2014, 12
expertos en derechos humanos de la ONU advirtieron de que el Proyecto de Ley nº 85 del
Senado supondría un retroceso para los derechos humanos.3
En la base del conflicto está la falta de medidas para garantizar la justa distribución de
las tierras. La Ley de Víctimas y Restitución de Tierras es un importante primer paso para
conseguir que al fin pueda realizarse el derecho de algunas de las víctimas del conflicto a
una reparación integral, incluida la restitución de sus tierras.
Aun así, la Ley sigue adoleciendo de graves defectos, muchas víctimas continúan
excluidas de sus disposiciones y su aplicación atraviesa numerosas dificultades. Aun en
los contados casos en que se han adjudicado tierras a sus legítimos ocupantes, muchas
de las personas que desean retornar a sus tierras no han podido hacerlo porque apenas se
han aplicado las medidas necesarias para garantizar que pueden mantenerse
económicamente, con garantías de seguridad. Los reclamantes de tierras, y las personas
que los representan, siguen siendo víctimas de amenazas y, en ocasiones, homicidios.
El papel de los miembros y observadores del Consejo de Derechos Humanos es decisivo
para garantizar que el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación,
incluida una restitución sostenible de tierras, se puede hacer efectivo en consonancia con
las normas internacionales de derechos humanos. Deben insistir en que estos derechos
son fundamentales para que Colombia pueda disfrutar de una paz efectiva y duradera.
Instamos a los miembros y observadores del Consejo de Derechos Humanos a plantear
estas preocupaciones y recomendaciones en los debates del Consejo y en las
conversaciones bilaterales con el gobierno colombiano.
Gracias, señor Presidente.
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http://www.ohchr.org/SP/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=15116&LangID=S
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