[ie 1075] (23 diciembre 1939) - Gobierno

Anuncio
Año XLV
Pamplona 23 de diciembre de 1939
_ O re o A N o
DE LA "BIBLIOTECA CATÓLICO PROPAGANDISTA,
UNA PATRIA - UN ESTADO - UN CAUDILLO
LA NOCHE DEL NACIMIENTO
Núm. 1.072
ADMINISTRACIÓN, ESTAFETA, 31
DIRECCIÓN. NAVAS DE TOLOSA. 21, 2.° iiq,
UNA PATRIA: ESPAÑA — UN CAUDILLO: FRANCO
No intentaremos nosotros, con menos inspiración y
con menos méritos que los Evangelistas, ir más allá que
ellos en la narración; pero en medio del desierto de la vida y en el rudo arenal de los días que uno a uno se van
LBERGÁBANSE muy cerca—dice el Evangelio—
desgranando bajo nuestros pies, sin poner nunca a descuunos pastores que velaban durante la noche,
bierto una flor que alegre nuestra vida y que embalsame
quienes repentinamente vieron aparecer un
nuestro ambiente, séanos al menos lícito detenernos unos
ángel rodeado de vivo resplandor, que les di>,. instantes en la contemplación de
jo no Tuviesen miedo, sino que,
NAVARRA
ese dulcísimo oasis del Nacipor el contrarío, entrasen a gozar
miento de! Salvador, para aspide un justo júbilo, porque hoy
rar todos los perfumes y disfrumismo—les seguía diciendo—en
tar de todas las bellezas que en
la ciudad de David os ha naciél se encierran, a la vez que pado un Salvador, y es el Cristo,
ra refrescar nuestras fauces con
Nuestro Señor; mirad el signo
e!
agua de la gracia que de él
por el cual podéis conocerle:
brota a torrentes, y orear nuesencontraréis un Niño envueltros pulmones y reponer nuesto en pañales y acostado en un
tras fuerzas con la paz que despobre pestbre. En el mismo insde él se promete a todos los
tante, una legión numerosa de
hombres de buena voluntad.
la familia celestial, uniéndose al
ángel, enroñó este magnífico
¡Cómo se apaga la sed de
canto: «Gloria a Dios en las alnuestras ambiciones ante la poturas y paz en la tierra a los
breza y la miseria del divino pehombres de buena voluntad.»
sebre!
¡Cómo se expansiona el ániY apenas dicen más los Samo, cómo se respira al mismo
grados Evangelios del sublime
tiempo y cómo se disfruta ante
Misterio que en la noche de
la contemplación gratísima de
mañana conmemora la Crisaquella suave mansedumbre con
tiandad.
que José y María soportan la
Esta extraordinaria sobriedad
pobreza de su Hijo, y la afable
en la narración de un hecho de
sonrisa con que Este saluda al
tan gigantestas proporciones, paLUMBIER. - Detalle del retablo del altar mayor
mundo, que tan manguado trorece revelar en ios santos Evande la iglesia parroquial
no sabe ofrecer a su infinita
gelistas un justificado temor de
Foto Claverla
•••-..
Majestad!
empañar con el vaho de gárrula
palabrería la grandiosidad de un Misterio que excede a
¡Cómo en aquel humilde rincón de la ciudad de Belén
toda concepción y a todo poder.
todo es apacible y tranquilo, sin que lleguen hasta él ni
278
LA AVA L A N C H A
las inquietudes de la ciudad ni el continuo batallar de las
pasiones de los mortales!
¡Cómo el resplandor de aquella estrella, cobijada en la
modesta gruta de las inmediaciones de Judá, se extendió
rápidamente por la faz de la tierra y sedujo de la misma
manera a los pastores que a los reyes!
¡Ah, si nos Fuera dable que este bendito oasis se extendiera y que en todo lugar y en todo tiempo pudiéramos
saturarnos de sus auras y disfrutar de sus deberes! ¡Que
el Redentor del mundo naciera todos los días en nosotros
del mismo modo que nació hace poco más de dtez y nueve siglos en aquella humilde aldea de la ciudad de Judá!
y , sin embargo, así es. Todos los días son Navidad
para nuestro corazón, si ardientemente fo deseamos. Jesús
no es nunca sordo a nuestro llamamiento, y siempre que
le dispongamos en nuestro pecho un humilde pesebre como el de Belén, con la mansedumbre de José y de María,
la sencillez y la buena voluntad de los pastores y la dulzura y la paz de aquel apartado lugar, Jesucristo nacerá
en nosotros y nos socorrerá con la misma amable sonrisa
con que en los brazos de su Madre sonreía a aquel mundo que tan menguado trono sabía ofrecer a la inmensa
Majestad de Dios.
Pero ¡ay! que en nuestro pecho, en vez de la paja de la
humildad, depositamos continuamente la pluma y la lana
de la vanidad y de la soberbia; en vez de la mansedumbre de José y de María, nos revolcamos con la inquietud
de la ambición y del placer; en vez de la sencillez y de la
buena voluntad de los pastores, mostramos en todo instante doblez y mala intención; y en vez de la dulzura y
de la paz de Belén, vivimos siempre agitados con la aci*
dez del odio y de los temblores de la guerra,
Por eso huye Jesús de nuestros pechos; por eso no se
repite en nosotros cada día el sublime Misterio de la Natividad; por eso no se vislumbra nunca en el desierto de
nuestra vida ese dulcísimo oasis de regeneración y de
amor.
PABLO SAENE DE BARES
Fin de Año
Con íos rogocijos de Navidad se mezcían fas impre»
siones de fin de Año, que a todo corazón refléxi*
- vo no pueden dejar de serie serias y Basta tai vez
aBrumadoras.
Tenemos un año más, fo cuaf, en rigor de verdad y en
Suenas y exactas matemáticas, no significa sino
que tenemos un año menos.
Nos fo dio, como todos, ef Criador, para que con e'f
fe sirviésemos y con e'f nos agenciásemos méritos
para fa otra vida. Oigamos, pues, en estos días
1
fa voz severa de ese Año que nos ffama a Bafanee y nos pregunta, porque nos puede preguntar:
; <HomBre o mujer, quien quiera que seas, a quien
Bice entrega de este Año que va a conefuir y que
no vofveráya más a tus manos, ¿qué Bas hecho
de éf? ¿qué réditos me trae tu actividad de ese
• capitalque deBis te negociar en mi servicio? ¿que
cosecBa de este campo que te entregué para cuf»
Hvar?»
Acongojados nos encontraríamos, y como se dice, en'
tre espada y pared, si deSiésemos darfe a un juez
de fa tierra respuesta a tan grave interrogatorio,
soBre todo si supiésemos cierto que de safir maf
fiBrados de éf quedamos sentenciados a confiscación de Bienes, y aun taf vez a pena capitaf
Y es cierto, no oBstante, ciertfsimo todo esto, y no se
tardarán muchos años, taf vez no muchos meses
o semanas que no fó sepamos por tremenda ex»
periencia.
Ef tiempo es nuestro principafcapitaf.
¿ Quién nos fo dio?
Ef Señor.
<
¿Para qué nos fo dio?
Para con éf servirfe y ganarnos ef ciefo,
¿Bajo qué condiciones?
Bajó fas muy rigurosas de que fo empfeásemos todo
en ef cumpfimiento de su Ley.
¿Con qué amenazas?
Con fas def infierno sin fin, si nos encuentra desprea
venidos a fa ñora en que nos fíame a generaf
Baíance.
¿ Y qué hora será esa?
La ignoramos; sáBese safo que ha de ser fa que menos
pensemos, y que más affá de afgunós pocos años,
no puede tardar, aunque dentro de muy pocos
días o minutos Bien pudiera sohrevenir.
Dígasenos, por caridad: ¿hay virtudes más ciertas
que esas? ¿fas hay de carácter más práctico y
positivo y a fa vez más fraseen den taf? ¿fas hay
que más de cerca interesen af Bienestar y suerte
distinta de cada uno?
Se puede ser indiferente a fas ciencias, a fa pofítica, a
ios negocios, a fa misma safudpropia y a fa mis»
ma existencia témporaf; pero, ¿se puede ser indife»
rente a fo que para mi feficidad eterna es cuestión
de vida o muerte, de ser o no ser? Diríamos que
no, si una ojeada a nuestro rededor no nos con»
venciese de que desdichadamente para nada def
mundo Bay indiferencia, y sofo en fa mayor parte
de ios BomBres, para eso, fa hay.
Guardémonos de tan funesta ohcecación, que es ver»
dadera focura. Cuento daremos def año que va a
expirar, como de ios que puede aun misericordia»
sámente concedernos fa Providencia. A ios pies
def Miño divino reconozcamos ef tiempo desapro»
vechado; prometamos ef que en adeíante senos dé
empfearfo mejor.
F. S. y S.
LA LOTERÍA DE NAVIDAD
i
A famosa lechera de la fábula es considerada por
todo el mundo como una alucinada, revestida
de candidez infantil; pero, no obstante ello, tiene
incontables imitadores de sus fantasías, en grado
mayor o menor, siendo éstos en numero muy
crecido cuando entra por medio el juego de la
lotería, ya que en expresión def vate P Vinuesa:
Como el niño que corría
tras la sombra que él hacía,
al ponerse ayer el sol,
así corre el español
detrás de la lotería.
LA
274
A V A L A N C H A
A decir verdad, no estaba incluido entre ellos Pedro
Migue!, el honrado carbonero de Elzaburu, pues ocupado
en las faenas del campo y del bosque, ni envidiado ni envidioso, para nada se cuidaba de semejante fascinación, y
eso que le llenaban los oídos y le invitaban a tomar parte
activa, cuando iba a Pamplona a vender carbón, o algún
cordero, sobre todo, en los mercados concurridos y bulliciosos de las próximas fiestas de Navidad.
Pero, al fin, picó en el anzuelo.
Recordando una vez que la mujer y los hijos le reprochaban porque en semejante época nunca (es traía algo
de turrón, mazapán y de confites de la antigua Iruña, determinó echar un cuarto a espadas, y tomó una participación pequeña en el billete de un acreditado tratante de la
comarca.
Metió el papelito bien doblado en lo más hondo del bolsillo del pantalón, y mientras se dirigía de vuelta a su hogar, montado en el caballito que pacientemente solía llevar los sacos de corbón, decía, hablando consigo mismo
en voz alta, como si tuviera a su lado algún compañero:
—Ya jugaría, sí, cualquier cosa a que la Jossepa <su
mujer) me pregunta si hay comprao turrunes o marzapanes pa ella y pa los hijos, y les hay de decir que en todavía no ha Ilegao Navidad, y nada más. Y o no les diré que
hay cogido ese papel del tratante; pero, si me cae la lotería, todo hay de emplear en marzapanes, higos, orejones
y otras lamínurías, hasta que se harten la jossepa y todos
los hijos. A la Virgen de Veíate un rosario le hay de rezar pa que me se caiga la lotería; antes de ahora ya hemos cogido otros favores de la Virgen, y éste, a lo mejor,
también... A alguno la de caer de contao.
Entre estos soliloquios y ratos de silencio llegó a su
casa, y apenas se reunió en la cocina con los suyos y se
enteró la mujer de lo bien que había vendido el carbón, le
preguntó muy enfadada:
—¿A que no has traído algo pa la juamilia? ¡Qué poco
tas acordao de nosotros! Ya habrás visto, pues, turrunes
y otras cosas en las tiendas.
x
—Calla; aun no sa Ilegao Navidad.
II
Para el siguiente mercado ya había tenido lugar la lotería, y cuando Pedro Miguel llegó a Pamplona con el caballo cargado de sacos de carbón, oyó que alguien íe llamaba por su nombre.
Era el tratante que le había dado participación en el
billete.
— ¡Qu.é hay, Pedro Miguel! ¿Qué me dices de la lotería?
Yo, ¿qué hay de decir? No leo pedioricos ni otros
papeles. Tú sí qué sabrás algo.
—Pues, mira, nuestro número ha salido premiado con
un premio modesto; pero algo es algo. A ti te tocan
ochenta pesetas.
— ¡Recondo! Bastante es pa la primera. ¡Gracias a la
Virgen de Veíate!
—Pues así son las cosas.
Y echando mano a la cartera, le entregó las consabidas
pesetas, y rasgó el papelito de participación que le devolvió Pedro Miguel y que había tomado ya el color del
carbón.
Se despidieron muy cordialmente, y Pedro Miguel fue
a descargar en casa de un parroquiano el combustible, y
fiel a su palabra, entró en la primera confitería que encontró a su pase, y allí invirtió las ochenta pesetas en golosinas, entregándole la tendera mucha cantidad de turrón de
Jijona y de almendras, mazapán de Murcia, peladillas de
Alcoy y un papelón de orejones.
Hizo que le envolviesen todo en papel de estraza, y al
llegar a su posada metió la mercancía en el fondo de un
saco, y le puso sobre su caballo, colocando encima los
demás sacos vacíos para que no se conociese que llevaba
cosa de particular.
En el camino rezó el santo Rosario, y cuando llegó a
Elzaburu, la mujer se fijó en el caballo y también en su
marido, y se convenció de que no traía cosa alguna peculiar para celebrar la Nochebuena.
Así lo comunicó a sus hijos, y todos quedaron tristes,
pero resignados. A l día siguiente marcaba el calendario el
24 de diciembre, y cuando anocheció comenzó la Jossepa
a llenar el tamboril de castañas para completar la frugal
cena, que consistía en patatas, leche, y para postre lo que
contenía el tamboril.
Mientras se asaban las castañas se rezó el Rosario, presidido por la abuela, o sea, la madre de Pedro Miguel, que
lo recitaba lentamente y con una fe capaz de trasladar los
montes.
Cenaron lo especificado, y cuando creyeron que todo
había concluido y que Pedro Miguel se levantaba para
dar de comer al ganado, como de costumbre, vieron, llenos de alborozo, que volvía con unos cuantos paquetes
conocidos del lector.
Les contó minuciosamente el caso, y comenzó a distribuir (a colación. A su bendita madre le dio el suave mazapán, que no requiere dientes para ser desmenuzado; a
su mujer, el delicado y sabroso turrón de Jijona, y a los
rapazuelos, el rico turrón de almendras, peladillas de A l coy y orejones, todo en abundancia.
Después que despacharon aquellos dulces, Pedro M i guel les dijo:
—Vaya; muy bien amos celebrao la Nochebuena este
año y amos rezao también a Jesús, María y José; a ver sí
sernos siempre, yo, como San José; tú, Jossepa, como la
Virgen, y vosotros, chiquitos, como el Niño Jesús.
EL
PRIOR DE RONCESVALLES.
LA NOCHEBUENA EN LA ALDEA
UÉ fría, qué helada (a noche en el
pueblo, el pueblecito pobre que
cree, que adora, que reza, que
construye el pesebre en un rínconcíto del templo vetusto y ruinoso, y canta sus villancicos al
Divino Niño—villancicos de muchas generaciones — deleitando
sus sentidos y enfervorizando su
alma ante aquellas figuritas de
barro que entusiasman a los ninoi
y embelesan a adultos y ancianos.
En la Nochebuena y en los
hogares humild2s de los sufridos
esclavos del terruño, se ríe y se
canta, se come y se bebe, en un ambiente de rebosante y
pura alegría que emana de todos los corazones y a todos
une estrechamente, y hasta hace olvidar los rigores de la
habitual pobreza, que se ausenta por unas horas de las
chozas donde no falta el extraordinario, frugal sí, pero
apetitoso.
Para los niños que juegan con más algazara que nunca,
para la juventud que ama con más amor y ternura, para
la vejez que se reanima y se vuelve contra las inclemencias de los años ingratos, es la Nochebuena la noche suspirada, de fe prístina sin dudas, de alegría sin sombras.
Porque hasta la dolorosa memoria de las desgracias pasadas tiene en aquellas horas su lenitivo eficaz en los corazones cristianos que amoldan sus sentimientos a los de la
Iglesia santa.
Las familias y las casas se confunden en una sola, donde todos los resentimientos se disipan, todos los odios se
deshacen y la fraternidad cristiana se patentiza como
nunca. Es la casa de Dios. Allí se congregan los labriegos,
abandonando con gusto sus tertulias y festejos para acompañar al sacerdote en el momento solemne de entonar el
«¡Gloria!» que hace veinte siglos cantaron los ángeles en
el portal de Belén.
Remedando a los pastores, con admirable fe que se adivina en su compostura y recogimiento, se acercan humildes a besar los piececitos del Niño Jesús. A l alma indiferente llega también aquella poderosa fuerza que no tiene nada de natural y humaru, que rompe la tibieza del
280
LA
AVALA NCH A
corazón e infunde la fe, arrastrando al hombre hacia Dios
con imperiosa voluntad.
En las sombras de la noche y por las cortas y angostas callejuelas de la aldea desaparecen paulatinamente los
devotos adoradores. Oyese luego el rechinar de los viejos goznes de las puertas al cerrarse éstas, y poco después todo queda sumido en un silencio imponente: un silencio que protege la fantasía del espíritu y que aconseja
sublimes meditaciones cuando, en un instante de recogimiento espiritual, nuestro pensamiento vuela lejos, muy
lejos, más allá de los picachos de (a cordillera que, coronados de nieve, son reyes y vigías del adormecido vaíle.
A. C.
CRÓNICA
iWI
MADRE
ii
El «Tío Esparavanes»
Allá, en los revueltos días de la revolución de septiembre, era la provincia de Toledo una de nuestras provin»
cias centrales más carlistas. De la Junta (Zatófico-mo*
nárquica toledana era presidente el egregio Conde de
Cedillo (pariente de mi fraternal amigo Jerónimo, digno
heredero actual de las virtudes y de los títulos de su progenitor); y mi difunto padre era el vicepresidente de la
misma Junta, que tantas veces puso en jaque al Gobierno
y tantas desazones dio a Sagasta.
En unas elecciones generales se empeñó Sagasta, ministro de la Gobernación entonces, que Toledo eligiese
diputado al oficialmente encasillado don Pío Guitón, que
andando el tiempo fue ministro sagastino varias veces en
el reinado de Alfonso XII. Pero los carlistas de Toledo y
su distrito se empeñaron en que mi padre fuese el diputado; y aconteció que eran tantos los votos con que éste
contaba y tan pocos los partidarios de don Pío, que el
gobernador, apremiado por el ministro para que saliese
Gullón, dijo en vísperas de la elección y por telégrafo a
Sagasta que para que el candidato del Gobierno saliese
triunfante era preciso dar un saíto mortaf por encima
de fa fey.
A ese telegrama respondió impávidamente Sagasta con
otro que a fa Cetra decía así:
*Safte usted por encima de fa Catedraf de Tofedo.»
Y, en efecto, el gobernador saltó de esta manera.
Llegó el día de la elección; se hizo el escrutinio; sacó
mi padre cincuenta veces más votos que Gullón; y entonces el presidente dijo así, con la mayor frescura;
«Don Manuel Marín del Campo, diez mif votos.
»Don Pío Gullón, doscientos.
» Queda procfamado diputado Don Pío Guffón.»
No embargante los pelotones de milicianos y civiles
que el gobernador radical, oliéndose el poste, tenía apercibidos en aquel futuro campo de Agramante contra «I
temeroso nublado de los carlistas, ¿quién dirá el belén y
el zafarrancho que allí se armó? Pero no hablemos ahora
de aquel gran jollín, de aquel tiberio, de la colosal trifulca,
de la feroz sarracina, de la zalagarda de pópufo Bárbaro,
del cisco de mil demonios y de la de San Quintín que allí
estalló.
Los carlistas más principales de Toledo y su provincia
fueron desterrados. Mi padre logró librarse del destierro
gracias a los mismos revolucionarios de mi pueblo y de la
provincia, ios cuales querían venderle este favor y otros
por si el día menos pensado entraba triunfante Don Carlos en Madrid.
Por aquellos días nombraron secretario municipal de mi
pueblo <pueblo de unas doce mil almas), a un perdulario
cincuentón, alto, flaco, feísmo, desgarbado, de bigotes lacios y tordos, y que, por ser cegato, llevaba siempre unas
enormes antiparras de armadura oxidada y casi negra,
y como a mayor abundamiento de desgarbamiento y fealdad no podía andar sino dando pequeños saltos, quiero
decir, levantando alternativamente las rodillas hasta la altura del estómago, con movimiento nervioso y rápido,
movimiento muy parecido al de los caballos o las muías
cuando carecen de esparaván,.. aconteció que a los ocho
días de aparecer en mi pueblo el sujeto referido, dio en
llamarle todo el mundo el Tío Esparavanes, porque en
él era doble el esparaván maldito. Con ese mote vivió el
año que todavía le quedó de vida, y con ese mote murió
en la miseria aquel perdulario que estaba casado por fo
civif con una pobre mujer portuguesa, vieja y coja.
Pero, ¿de dónde habría salido aquella pareja de /áñeros?
Llevado de la codicia aquel maldito curial, digno del
pincel de don Francisco de Qyevedo, tuvo la avilantez de
denunciar a mi padre como uno de los principales jefes
carlistas de la provincia, para que todos sus bienes fuesen
embargados. Con lo cual el muy ladino tiraba a redon*
dearse para toda su vida con los miles de pesetas que
montaba el tanto por ciento correspondiente al capital de
mi padre, que era el primer contribuyente de mi pueblo;
tanto por ciento que la ley revolucionaria otorgaba en tales casos al denunciante, como premio o paga de su de»
nuncia y fechoría.
¡Qijé calvario pasó entonces mi madre! Mi padre se
hallaba a la sazón oculto en las dependencias del convento de Religiosas Carmelitas de Jaén; y las comunicaciones entre esposa y esposo eran muy difíciles, porque la
policía le andaba buscando por todas partes. ¡Cuántos oficios tuvo entonces que leer mi madre, cuántas notificaciones y citaciones que firmar, cuántos requerimientos que
responder, cuántas conferencias que celebrar con el juez
de primera instancia, con el municipal, con los caciques
del pueblo, con parientes y con amigos, todos los cuales
señores <sin exceptuar ni uno solo) estaban de nuestra
parte, aunque muchos tenían forzosamente que aparentar
que cumplían con la Ley! Pero lo que más trabajo debía
costarle a la noble señora y lo que más debía de ejercitar
su paciencia y resignación en aquellos días tan amargos y
luctuosos para una madre de tantos hijos menores, privada de la compañía y amparo de su marido, era la desfachatez y desvergüenza con que el mismo denunciante
(siendo, como quien dice, juez y parte en las diligencias
del embargo), se presentaba a todas horas en mi casa para notificar o requerir judicialmente a su dueña.
Algunas desvergüenzas (muy graciosas, por cierto, algunas de eilas) le dijeron al 7>b Esparavanes en mi propia casa las dos personas que más confianza tenían con
mi madre, que eran mí abuela materna y una antigua y
fidelísima criada, ambas a dos muy irascibles; pero esto lo
sentía mi santa madre más que el embargo, porque tenía
muy bien claveteadas en su corazón las excelencias del
perdón de fos enemigos y la historia edificantísima <que
cuando éramos niños nos contaba) de aquella heroica Tía
CSicfana que al propio matador de su hijo único le libró
ella misma de la muerte, burlando a los que al matador
infame perseguían.
Diéronse largas a las diligencias del embargo, que al
fin y a la postre se declaró nulo cuando tornó mi padre
de su encierro; y poco tiempo después le quitaron la secretaría al Tío Esparavanes, cuando soñaba el pobre
hombre con ser juez municipal.
El pobre hombre quedó en la mayor miseria y soledad,
y luego cayó enfermo de muerte; pero pidió en buen hora
los Santos Sacramentos, y se casó ¿miarticufo mortis
con la portuguesa, Y cuando se sonó en m¡ casa que iban
a administrarle el Santísimo Viático, nos endomingó mi
santa madre a mi hermano Vidal y a mí; y los dos niños,
con sendas velas encendidas y en compañía del morriffe»
ro de mi casa, acompañamos a Su Divina Majestad, entramos llenos de miedo a ia misma alcoba del moribundo,
a quien solo acompañaban en su agonía un hijo suyo <mo*
LA
281
AVALANCHA
zo de unos veinte años que no ¡hacía más que llorar) y
aquella pobre mujer.
Mt santa madre no quiso ir con nosotros para que en
acto tan solemne su presencia no mortificase a los dolientes, y mayormente al moribundo, con recuerdos tristes de
ya pasadas historias.
Cuando dejamos a Su Divina Majestad en la Parroquia
y tornamos a mi casa, tenía ya mi madre apercibida una
canasta, que bien repuesta de pan y de comestibles con»
fortativos, fue llevada a la casa del Tío Esparavanes
por el mayordomo de mi casa, a quien también acompa*
namos mí hermano y yo con dos cartuchos de dinero.
¡Cómo lloraba aquella pobre vieja! ¡Con qué ansia y
agradecimiento recibió la limosna de mi santa madre! ¡Con
qué catino nos abrazaba, y ccn qué respeto nos besó y
nos acompañó sollozando hasta la puerta de la calle para
despedirnos!
Jamás se olvidan estas escenas tan dramáticas, tan edificantes y tan santas.
Mas no es esta la única vez que he visto el divino desenlace con que Dios corona los episodios en donde interviene eíperdón de fos enemigos, y cómo premia a los
buenos cristianos que de corazón perdonan a sus deudores¡La venganza es mía/ <dice e! Señor en los Libros
Santos). Y Yo mismo fa tomaré en tiempo oportuno¡Palabras estupendas! ¿Por ventura no son propiedad o
hacienda de Dios todas las casas? Pues, ¿por qué, en tratándose de la venganza, alega títulos especiales? Para que
nadie la tome de obra, de palabra ni aun de pensamiento,
como cosa sacratísima y propia del Señor.
Dios castigará al ofensor injusto, y aun te castigará delante del perdonador generoso; pero no de manera que éste se goce en el castigo, sino de que crezca y se aventaje
en afectos de compasión, de caridad y de misericordia; y
a mayor abundamiento, infundirá el Señor en el castigado
sentimientos de arrepentimiento y de humildad; y la divina alquimia del Supremo Juez, siempre misericordioso, trocará en amigos y en hermanos a los que fueron antes contrarios o enemigos.
¡LJftio est Mifn'f La venganza es mía <dtce Dios). ¡Ay
de los que invaden esta hacienda sacratísima del Señor!
Pero bienaventurados en la vida temporal y en la eterna
los que perdonan.—CHAFAROTE
Adoración de los Reyes
L invierno, gran señor del silencio, cubrió de
sombras los valles agazapados bajo la hosca
amenaza de las cumbres. En la misteriosa luz
de la colína, como a un mágico conjuro, van
apareciendo figuras y contornos de humanas
siluetas, hasta que la visión se concreta y las vagas imágenes toman forma. Una caravana numerosa parece acudir al reflejo de esta luz; hombres cubiertos con mantos
recamados de oro y de púrpura, seguidos de lujoso séquito de servidores y esclavos, avanzan lentamente; tras ellos
van otros hombres y mujeres de traza humilde: pastores,
campesinos, labradores y zagales; todos siguen la misma
ruta y todos entonan el mismo canto, dulce como una epifanía: ¡Gloria, gloria: el Hijo de Dios ha nacido en la tierra!... y cuando la multitud rodea la colina, acállase de
pronto el místico himno, y una voz infinitamente dulce y
dolorida extiende el eco de su acento: ¡Padre: los hombres
me olvidan! ¡Haz que vuelva a nacer entre ellos para poder perdonarlos!
El camino, después de los muros de los pesebres del
tránsito, rodeaba el ejido, y encorvándose, se hundía en
la anchura del valle. Campos matizados de verdor, campos en reposo, sernas de gleba recién desnuda, umbrías
de terebintos, calma de olivar, tranquilidad de rediles, marginan la ruta de los Magos, plateada de luz estelar que
guía a la comitiva principesca en dirección al pueblo de
Belén. Los que venían de las labores del campo, los que
trabajaban en el obrador artesano, los que ambulaban en
vesperal paseo, contemplan COR emoción extática la brillante cabalgata, y a ella se suman, anhelantes ante el prodigio.
Ya frente a la morada humilde, descabalgan los magnates y penetran en el establo, postrándose de hinojos ante el Niño recién nacido. Un murmurio de avidez expectante silabea la multitud atónita. La escena es emotiva.
Con dulzura Melchor expresa: «Soy del Irán; a través
de desiertos y montañas he venido para adoraros, y traigo
flores de la ciudad de las rosas, perfumes de inciensos y
bálsamos, perlas de Ormúz, oro y plata, paños bordados
con leopardos y gacelas, cojines y alcatifas de los bazares de mi pueblo. Estos son mis regalos al Señor, que, ni*
ño y pobre, ha nacido en este establo.»
y Gaspar, sentimentalmente, agrega: «yo vengo de la
región del Tigris y del Eufrates: he recorrido los bosques
inmensos de palmeras; pasé por las ciudades de mi reino,
pletórico de ruinas y de sepulcros, archivos imponentes
de la historia. En Bagdad y en Basora, en Nínive y en
Babilonia cargué mis camellos con alhajas de oro y relicarios magníficos de los reyes de Siria, para ofrendarlos a
Jesús, nacido en Belén.»
y Baltasar, sugestivo y emocionado, dice: «El sol esplendoroso de Etiopía ennegreció mi tez. Bañé mi cuerpo
en el Nilo azul, y a través del mar rojo y de la Arabia,
de Medina y de Jerusalén, he llegado a Belén. Proveíme
de tejidos de púrpura en Damasco, cargué mi caravana de
sándalos y aloes, mirras y cinamomos en las montañas del
Líbano, y en mis ventrudos equipajes traigo juguetes mil
para los niños que adoran a Jesús, recién nacido.»
Cuando trasmontan en los hombres los días viriles, reverdece su recuerdo la ventura que los Magos marcaron
en el archivo de sus impresiones más lejanas; entrelaza
entonces la ilusión pasada con la de los nietos que en ella
se fascinan y gozan de sus encantos por un fenómeno explicable de reversión que da en la vida tonos eternos de
niñez feliz. ¡Que nunca se esfume la ilusión que poetiza la
fiesta, porque el aroma fragante de sus candores es perfume, delicioso y santo que alegra eternamente la vida!
MIGUEL ANCIL.
Al Niño Jesús
Duérmete, Jesús mío.
Duerme en mis Brazos,
Y no ífores, no ííores
Por mis pecados.
Duérmete, duerme,
Y aunque íforar me sientas,
¡No te despiertes/
No me arrojes deí Portaf:
Yo me estaré en un rincón',
Y ya nos arregfaremos
La muía, y eí buey y yo.
Todo eí mundo anda revueftó:
Pastores, ángefes, astros.
Se conoce que este Niño
Es gran revofucionario.
•w»
Ef Niño, aunque tan Niño,
Dicen que come
Corazoncitos tiernos
De pecadores.
¡Jesús divino/
Aunque está un poco duro.
Toma aífá ef mío.
Ef corazón, Niño mío.
Le tengo chorreando sangre;
Y estas heridas defafma
Sofo Tú curarías saBes.
JULIO 5\L3\nc.ÓN. Y MELfNDEZ. S.J.
282
LA
A VA L A N C H A
La villa de Lumbier
ni
Su religiosidad: las ermitas, el templo, el convento/
monumentos de su fe
demos decir de Lumbier, que tenía ambas cosas. Las murallas desaparecieron. Tampoco hacen ya falta. Pero no
desaparecieron las ermitas. Son símbolo de su piedad y
de su fe, y sin eso no se puede vivir, Lumbier no tiene en
sus alrededores preciosos palacios; poco importa. Como
cantaba Navarro Vílloslada:
Fafacios de opufentos siBaritas
No ostentan nuestros campos sofitarios;
Pero fiay en camBio aítares, fiay ermitas...
Era preciso que todos trajeran su ramito de boj, señal
inequívoca de haber subido de romeraje a la cumbre, don*
y eso era debido a su gran cristiandad. Los montes,
de se da cuito ai primero y más augusto de nuestros mis*
los campos, los bosques, todo querían que quedara consateños: la Santísima Trinidad.
grado a su Dios. Rezumaban sus almas la piedad.
y los niños, tan amigos de acomodarse a cuanto exY fa piedad, fecunda a maraviffa.
presa fiesta, y solemnidad, y símbolo, jamás faltaban a es*
Cuaja de ermitas campos y fugares.
ta consigna, y entraban triunfadores en la villa, muy conLos Bosques, e(peñón, def mar fa oriffa.
vencidos de haber realizado una hazaña. ¿Acaso no lo
Por eso nuestras quintas son aftares;
era haber vencido la empinada cuesta y oído formalmente
Y si afcazares rústicos nos faftan,
la Misa, que en día tan señalado en la humilde y sencilla
May para ef poBre asifos a mi fiar es.
ermita se celebra, y tomado la refección en compañía de
Y desde ef pico en que fos corzos saftan
las personas más conspicuas del pueblo, y contemplado
A fa campiña en que se duerme ef rio.
el panorama que desde allí se contempla, divisando en la
lejanía montes y montes que se hacinan y aupan para reSantas ermitas nuestro suefo esmaftan.
matar en el castillo roquero de Santa María de Uxue, a
(De la «Canción de las ermitas», de Navarro Villoslada.)
la que siempre se la saluda con
l
una «Salve», y en fin y sobre
NAVARRA
y las ermitas, y con ellas el
todo, no era hazaña el haber ya
templo, son los indicadores de
merecido entroncarse con los
la religiosidad de Lumbier.
antepasados que allí también ascendieron, ligándose con su hisAquéllas, lámparas encenditoria, recogiendo sus tradiciones
das en el altar de la fe, cuyo
y empapándose en la mística de
monumento es la mole parrosu espíritu?
quial. Así podemos calificar a
la iglesia, fábrica de no muy
Porque eso es lo que entraña
remotos tiempos que seguramenla romería a la ermita de la Trite reemplazó a otra de estilo ronidad y la que en su día se dirimánico, la que a su vez sería
ge a la ermita de San Bartoloallí no la primera, sino la segunmé, sita a la izquierda de la ca~
da o tercera mansión del Dios
rretera a Aíbar, junto al cruce
de los cristianos. Ese templo de
con la que viene de Pamplona a
piedras sillares, de una grandioSangüesa y cercana a la famosa
sidad semicatedraiicia, supone
venta de Judas, y las que se hauna enorme suma de dinero que
cen en rogativa a las de San
saldría, naturalmente, de la aporCosme y San Damián y de la
tación de los vecinos, y más que
Magdalena.
nada, de los bienes que entonEstas ermitas que esparcidas
ces poseería la iglesia. Su planvemos por los términos jurisdicta es una cruz latina, y campea
cionales de Lumbier y de otros
sobre
el edificio en general un
pueblos de Navarra, como jaenorme torreón cuadrangular,
lones que nos señalan el paso
cuyo aspecto no es el airoso y
de generaciones sincera y hongrácil
del estilo ojival, ni el visdamente cristianas, como símbotoso y de tanta gracia del bolo de sus trascendentales esperrominesco, sino el austero del
ranzas y eflorescencia espontárománico, sin sus adornos en
nea en un campo que miraban
los ventanales, donde cuelgan
como vía sacra que les condulas campanas, y sin el recamado
cía a la patria de las almas, van,
de sus molduras en los capiteno pueden menos de ir ligadas
les y arquería. En cambio, en
a los más bellos recuerdos de
su interior, ofrece una vista granuestra vida.
tísima por su amplitud, por sus
Por eso subsisten, como nota
líneas bien trazadas, por su bóLUMBIER.—Iglesia parroquial
poética y alegre en el vivir, coveda
con hermosa y elegante
Foto. Cía vería
mo el rayo de luz en un cuadro,
crucería. N o obstante, no es su
mientras el pueblo conserva su
fe y su sentido cristiano. Esas ermitas son como luces
estilo el puro estilo ojival, es decir, se advierte no ser heque brillan en torno de los vecindarios católicos, como
chura de los siglos en que dicho estilo gótico floreció, lleestrellas fijas que parpadean en su cielo, mientras dura
gando a su apogeo, dejando cincelado en sus obras gela noche de su existencia y viven aguardando la salida del
nuinas y maestras primor de gracia en las líneas, de filisol, el amanecer del día de la eternidad.
grana en la piedra, de espiritualidad en el conjunto. Podemos calificar el templo de Lumbier de pseudo-ojival. Por
En torno de nuestras ciudades modernas se suelen conslo menos esta es la idea que se forma quien lo contempla
truir preciosos «chalets», moradas de comodidad, de lujo,
y pone algo la atención en su fábrica. Hasta el presente
de extremado «confort» a veces... Es un índice del espírino ha llegado a mi conocimiento noticia alguna del siglo
tu materialista y de miras terrenales de estos tiempos. En
de su construcción ni de los maestros y mazoneros que
siglos pasados se edificaban cínturones de murallas, símen ella trabajaron.
bolo de una época de lucha, y más afuera, ermitas que
eran como una más sentida y eficaz defensa. Por eso, al
Qyien pasa por Lumbier en el tren eléctrico, se queda
contemplar el turista éstas y aquéllas, se dice: Por aquí
sin ver su iglesia, porque se hallan arremolinados en torno
ha pasado un pueblo católico y guerrero, y es lo que posuyo, como haciendo fuerza para no desprenderse de su
LA
AVALANCHA
cariño, los edificios-viviendas, ocultando el perfil de sus
contornos y líneas, y además no descuella, por ser el
mismo plano donde una y otros se encuentran enclavados. Para vérsele campear es preciso mirar Lumbier desde
el alto de Loiti, del monte de la Trinidad o de algunos
otros puntos elevados de sus alrededores. Bien lo distinguieron los criminales aviadores marxistas, que enviados
por quien, ocupando un alto puesto en su gobierno y tener intereses en esta villa, en fecha infausta lanzaron sus
bombas sobre algunas casas, derrumbándolas y haciendo
víctimas, y dando con otra en el rafe de la torre, destrozando algunos de sus sillares, sin más consecuencias.
383
eos años se había dispuesto por el Santo Concilio de
Trento <sesión 25, cap. 15), que los Superiores de los Monasterios de monjas sitos en despoblados, cuidasen de llevarlos adentro de ios muros de las villas o ciudades, para
que no quedaran expuestos a las violencias de ladrones y
malos hombres.
Para efectuar este traslado se pactó entre el Sr. Presidente, monjas y (a villa con las siguientes condiciones:
«i.o, que las hijas, hermanas o sobrinas de los vecinos
de Lumbier, teniendo las calidades que se requieren, de*
ban ser admitidas para monjas deteste Monasterio por el
dote que las hijas de la ciudad de Jaca pagan al de Santa
Cruz de Seros en la misma ciudad, según se capituló
cuando se trasladaron a ella; z.°, que la Abadesa y monjas de Lisau se trasladen a la dicha villa de Lumbier y caOtro edificio religioso que merece ser aquí consignado
sas de Valentín Sanz y Jaso, sitas en el barrio de San Fecomo monumento de fe y testimonio de religiosidad de los
lices; 3.0, que la referida villa haya de contribuir al Mohijos de Lumbier, es el convento de las monjas Benedictinasterio de monjas con 1.000 ducados <de oro viejo, connas. Esta afirmación hará ciertamente novedad a quien no
tando por ducado a cincuenta tarse halle enterado de la historia de
jas). Los 400 en valor, a las dichas'
ese monasterio. Porque en grandes
NAVARRA
casas, y los 600, para la obra; 4.°,
y pequeñas poblaciones hallamos
que la misma villa da al expresado
tales monasterios, sin que ninguna
Monasterio la ermita de San Baro bien muy poca descollada relatolomé y4 la de Santa María Magción guarden con ellas; y nada didalena, <con todas sus casas, pie*
gamos de las moradas de los muzas, viñas, heredades, derechos y
chos institutos de enseñanza que
pertenencias); 5.0, que también dase sitúan en lugares estratégicos
ría la propia villa una buena calera
para ejercer su apostolado libre y
de cal, y por seis años, en cada
espontánearr(ente. El convento de
uno, dos jornales por vecino.»
Benitas, de Lumbier, estuvo primi(Contrato firmado a 18 de octubre
tivamente a unos doscientos pasos
de 1572 ante Martín Sarri, notade Leire. Llevó el título de San
rio Rl.)
Cristóbal- Debió de ser el monasterio de San Salvador de Leire,
Por todo lo aquí expuesto quefundado acaso lo mismo que el de
da patente el interés de la villa de
las monjas, por D. Gimeno, padre
Lumbier en tener dentro de su rede Iñigo Arista <?>, uno de los que
cinto un monasterio de monjas que
llamaban dúplices. ' En tiempo de
con su vida santa y plegarias fue-1
D. Teobaldo II, los monjes Beneran una garantía para sus habitan*
dictinos de San Salvador de Leire
- tes de la protección divina, y la
fueron sustituidos por Cistercienfidelidad en cumpPr el contrato y
ses. y este motivo y el carecer de
la buena voluntad que pusieron en
suficientes heredades para atender
la edificación del convento, lo pruea su mantenimiento, parece que deba la hermosa fábrica que aun hoy
terminó bastantes años más tarde
está en pie, toda ella de piedra, con
a las monjas a solicitar su traslado
artística portada de Renacimiento
al fundo propio que reñían en Lila iglesia, en la que el turista y el
sau, junto a Lumbier, donde había
amante del arte podrán descubrir
una capilla dedicada a Santa May admirar algunos cuadros pictóriría Magdalena, Elevaron la peticos de mérito. En cuanto a mí, coción en el año 1456 al Capítulo Gemo historiador, me falta, para terneral de la Sagrada Congregación
minar este artículo, citar los docuBenedictina Claustral Tarraconenmentos existentes en el Archivo
se Cesaraugustana de Huesca, y
del Monasterio, que he revisado, y
se les otorgó lo que pedían, con la
que son pocos si tenemos en cuenobligación de dejar un hombre o
ta con los muchos que faltan y de
una mujer en San Cristóbal para
los cuales algunos se hallan guarcuidar de la iglesia. - La fábrica
dados en el Archivo General de
del nuevo monasterio se hizo de
Navarra, llevados, y mejor, restipiedra traída de 3una peña sita a 50
tuidos no há muchos años de la
pasos de Lisau. Parece que este
LUMBIER
Delegación de Hacienda. A dicho
monasterio resultó muy insano, de— Puente de la Magdalena sobre el Salazar
Archivo tendrá que recurrir quien
bido a la humedad y vientos que
y parte del pueblo visco desde un arco
desee hacer una cumplida y fiel
le castigaban, pues enfermaban y
historia de este Monasterio, con
2°—Fábrica
de
Harinas
y
carretera
de
morían bastantes religiosas; y reotros curiosos datos que con él se
Lumbier- A ibar
sultas de ello fue que se retraían
relacionan.
3." -El tren de «El Irati» pasando por el
de entrar jóvenes para monjas. Vipuente
de
hierro,
sobre
el
Salazar
no, por consiguiente, a gran dismiDocumentos existentes en el Arnución su número. Compadecidas
Potos Cía verla
chivo del Monasterio relativos a su
ias villas de Lumbier y Sangüesa del triste estado de las
fundación son, entre otros, los que
Benedictinas de Lisau, les instaban a que, dejando aquel
siguen: N.° 1.—Pergamino de traslado del Monasterio de
monasterio, les hicieran el honor de fundar dentro de una
San Cristóbal de Leire a la granja de Lisau. N.° 3.—Perde estas dos poblaciones. Mas para efectuarlo precisaban
gamino de la sentencia que manda que los pecheros de
licencia de su Superior el limo. Presidente de la CongreCabanas y Apardués paguen al monasterio de San Crisgación, cuyo cargo lo ejercía entonces el Sr. D. Fr. Pedro
tóbal la pecha acostumbrada: su fecha, en diciembre de
Martín, Prior de Graus; y fue la villa de Lumbier [a que
1254, e:i Pamplona. N.o 6.—Tributo o censo que este Mose adelantó a recurrir a dicho Sr. Presidente, No costó
nasterio recibía de Artieda. N.° 8.—Fórmula de obedien*
gran cosa lograr esta licencia, puesto caso que hacía pocia que las Abadesas hacían al Abad de Leire. N.° 10.—
Varios papeles sobre lo que Lumbier trabajó para que el
LA AV A LANCHA
284
Monasterio de Lisau se trasladase a esta villa, y fas Benedictinas de Estella no se vinieran a vivir con ellas. Número i6.— Orden del Sr. Abad de San Juan de la Peña
para que la Sra. Abadesa de Lisau vaya a Jaca mientras
se construya el Monasterio de Lumbier. N.° 18.—Muerte
de la M. 1. Abadesa Sra. María Magdalena Solchaga, última Abadesa de Lisau y primera de Lumbier. Falleció el
9 de junio de 1592. N.o 19.—Copia del título de Abadesa
de doña María de Villanueva, venida del Monasterio de
Jaca para desempeñar este cargo. 1593.
Ligarza 1.a—Escritura censal de 1.000 ducados que este Monasterio prestó a los Cistercienses de San Salvador
de Leire, 1715.—Permiso del Sr. Obispo para bendecir la
ermita de Apardués, año 1733, y permiso para demolerla
el ano 1796, ya que por estar en despoblado entraban pastores y gente pobre trashumante, y se la profanaba.
NOTAS:
1
Asi lo dice el manuscrito de D. Fr. Francisco Benito de Ara,
Prior de la villa de Ruesca y Mayor de Claustro del Rl. Monasterio
de San Juan de la Peña. Este manuscrito se conserva en el Archivo
del convento de Benedictinas de Lumbier, y cuanto se dice en él se
fonda en general en lo que cantan los documentos aichivados.
2
Archivo del Monasterio de Lumbier, núm. 10. Copia del misn o núm. 5.
3
Así lo dice el manuscrito citado. Moret afirma que el Monasteilo de Lisau se construyó con la piedra de las ruinas del pueblecito
de Apardués, que estaba cerca de Lisau y del lugar donde boy tienen su huerto las religiosas, próximo a la ermita de Santa María
Magdalena. Apardués perteneció a las monjas, acaso por permuta
con las monjas de Leire, a quienes anteriormente pertenecía.
* No se ha de confundir esta ermita con la que antes y ahora todavía existe, dedicada a dicha Santa, debajo de la peña en Lisau.
Era otra con la misma advocación y propiedad de la villa de Lumbier, camino de Liédena.
JACINTO CLAVESÍA, C. M. F.
Tolosa, a 12 de diciembre de 1939.
das, del mismo modo podríamos afirmar que el día de
los Inocentes, mejor o peor designado, es el 28 de diciembre, aunque todos sepamos que las inocentadas, por
lo menos las cómicas y trágicas, y también las de mal
gusto, abundan todo el año, por desgracia de la humanidad.
El arte de engañar de broma o de veras ha sido usado
por el hombre desde los tiempos más antiguos. Lo que
hay es que el hombre unas veces engaña y otras lo engañan, y que con frecuencia va, como suele decirse, por
lana para salir trasquilado, pues de todo hay ejemplos en
la Historia, según los innumerables que pueden citarse.
Como el engaño hecho a Godoy por Napoleón, para
traer a España las tropas con las cuales invadió la Península. Como el engaño hecho por el General de las fuerzas napoleónicas, que en 1808 entraron en Pamplona
para hacer creer a los incautos jefes españoles que el avance de los soldados franceses hacia la muralla, arrojándose peliazos de nieve, era sólo un juego infantil practicado para reaccionar contra el frió, pero no un ardid para
apoderarse de la Ciudadela, como se apoderaron aquéllos. Corno el engaño hecho al Papa Pío II por el famoso mosén Pierres de Peralta, para hacerle creer que don
Nicolás de Chávarrt era pariente suyo (sin serlo) y que
por esa y otras razones debía nombrarlo Obispo de Pamplona, aunque luego fue absuelto por la mentira, según
dicen los "Anales de Navarra,,. Como el engaño que hizo o quiso hacer el general castellano don Pedro Manrique, de acuerdo con su rey Enrique II, con objeto de
hacer creer H Carlos II de Navarra la traición de dicho General para entregar al navarro la plaza de Logroño, pero con el firme propósito de cobrar las veinte mil
doblas de oro que debían ser pagadas, y sobre todo, de
apresar al Rey de Navarra, sucediendo lo primero, mas
no lo segundo, gracias a la sagacidad de don Carlos, que
sospechando algo de lo que contra él se tramaba, retrocedió hacia Viana, sin querer entrar a Logroño a tomar
posesión de la plaza, según le proponía Pedro Manrique.
El caso, algún tanto corriente, de ir por lana y salir
trasquilado, como suele decirse, lo dio también dicho monarca Carlos II de Navarra, siempre astuto y ocurrente*
en el año 1367.
En la guerra fratricida que sostuvieron en Castilla los
Engaños e inocentadas
hermanos don Pedro I el Cruel y O. Enrique II el Bastardo, el rey don Carlos II de Navarra se comprometió
1, 28 de diciembre es día que la Iglesia dedica a
los Santos Inocentes y que muchosfíelescon- a ayudar a \a vez a ambos contendientes, y para salir de
algún modo de tan mal paso, discurrió el siguiente plan:
memoraron y conmemoran con diversiones proOrdenó que se dejase entrar por Roncesvalles, para atrafanas cuyo artificio principal consiste en el envesar Navarra por la cuenca de Pamplona y tierras del
gaño infantil o en la mentira leve e inofensiva y
valle de Araquil hasta las de Álava y Rioja, al ejército
también graciosa, que pueden distraer y hasta
invasor que en favor de don Pedro de Casulla acaudillaservir de lección provechosa sin agravio de nadie.
ban este Rey, el de Mallorca, el Príncipe de Gales y
Claro es que la inocentada puede emplearse, y se emotras personas egregias, disponiendo que el alférez del
plea, todo el año; pero se ha convenido en que su día
Estandarte Real de Navarra don Martín Enriquez de Laprincipal sea el 28 de diciembre; y a la memoria del leccarra se uniese a los invasores con trescienias lanzas, setor acudirán seguramente bromas de inocentes dadas en
gún lo convenido. Pero mientras tanto el monarca navatodas las épocas del año; pero recordará especialmente
rro se fue a Tudela, donde él y el francés Olivier Mauni,
las del 28 de diciembre, algunas de las cuales resultan
que con sus tropas bretonas dominaba en Borja, se pumuy ingeniosas e interesantes.
sieron de acuerdo para que don Carlos fuese hecho priAsí como suele decirse que todo el año es Carnaval,
sionero
y encerrado en el castillo de la referida poblaaunque las mascaradas actúan más en las Carnestolen-
RASGOS DE LA PATRIA
Caja de Ahorros Municipal
Lleva SESENTA y SIETE años recibiendo y administrando ahorros del país
y tiene la garantía total y comprobada del Excmo. Ayuntamiento de Pamplona
INTERESES QUE ABONA A LOS IMPONENTES
Cuentas corrientes
0*50 por 100 anual
Libretas
2'00 „ „
Imposiciones anuales.
3'00 , „
„
Imposiciones semestrales
2'50 „ n
„
OFICINAS
Paseo de Sarasate, núm. S
LA
AJVALANCHA
ción aragonesa, ofreciendo a Olivier por su servicio el
gobierno de ia plaza de Cherburgo, en Normandía, con
renta de tres mil francos anuales. Y en efecto, el rey Carlos II de Navarra salió de cacería, y según lo concertado, fue apresado y recluido en la fortaleza de Borja.
Apenas don Carlos supo el resultado de la batalla de
Nájera que decidió la victoria en favor de Pedro I de
Castilla, pidió su liberación, según lo convenido; pero
Olivier, mal caballero, dominado por una avaricia sin límites, dijo al Rey de Navarra que no saldría del castillo
si, además de lo estipulado, no le pagaba por el rescate
una cantidad importantísima de dinero.
El monarca navarro, disimulando la indignación que
le causó tal felonía, contestó a Otivíer que aceptaba su
proposición; pero como estando preso no podía disponer
de la suma exigida por el rescate, solicitaba que, para poder entregarla, tenía que ir a su Reino, y por tanto, para
mayor seguridad, podía acompañarle a Tudela el mismo
Olivier para recibir el dinero exigido, quedando como
garantía en Borja, como rehenes, el infante navarro don
Pedro, hijo del rey de Navarra.
Accediendo Olivier a lo propuesto por don Carlos como único modo de cobrar el rescate deseado, fue el infante don Pedro a Borja, y marcharon a Tudela el Rey
de Navarra, acompañado de Olivier y de un hermano de
éste. Mas apenas llegaron a Tudela, don Carlos ordenó
la prisión de ambos franceses, resultando que el hermano de Olivier escapó por los tejados, en los cuales lo
mataron, y Olivier fue reducido a prisión, obligándole a
dar una orden escrita para que las autoridades de Borja
dejasen en libertad al infante don Pedro. Y como los bretones se resistían a cumplir el mandato, el Rey de" Navarra escribió al Rey de Aragón, amenazándole con invadir su Reino si no se libertaba a su hijo, y el monarca
aragonés que entonces pasaba por una situación muy difícil para él, ordenó que el mencionado infante navarro
saliera inmediatamente de la prisión. Con lo cual Olivier
tuvo que regresar a Borja, como dice Alesón, confuso y
sin dinero, y además, zumbándole en los oídos, como
burla sangrienta, las palabras que, según dicen, oyó el
Rey de Navarra en la despedida, al manifestarle que había dado pruebas de gran necedad, dejándose fiar de
quien primero le había engañado.
Pero aunque no sean históricos o famosos, hay en
nuestro tiempo muchos engaños que merecen ser clasificados entre las grandes inocentadas. Como la estupidez
de algunos aldeanos de caer en la trampa del timo de las
misas, o de los perdigones, o del cambio de billetes del
Banco de España por recortes de periódicos. Como la
estulticia de los avaros o memos que para aumentar sus
ganancias confían su dinero a los Stawinsky de tanda, u
otros granujas de parecido jaez, incorregibles en sus incesantes latrocinios. Como los papanatas dispuestos a
dar hasta la vida, luchando en las barricadas por ideales
perversos o embusteros, mientras los caudillos de los
mismos se hinchan de dinero y suben, gananciosos siempre, dejando a sus defensores caídos y descalificados.
Podría recordar otros muchos casos semejantes a los
citados, y no to hago porque se trata de engaños más
propios de tontos o de malvados que de las inocentadas
del día de Inocentes a que me refiero.
Lo que sí me gustaría es poder relatar anécdotas, chistes y episodios propios del 28 de diciembre; pero no es
posible ahora porque llevarían a mi pluma muy lejos y
alargarían demasiado este artículo. Quizá lo que ya no
puede ser hoy lo sea en otra ocasión oportuna.
285
Baste saber por ahora que una colección selecta y bien
escogida de inocentadas sencillas, infantiles, candorosas,
hábiles, o sea, adecuadas al día 28 de diciembre, festividad de los Santos Inocentes, sería interesantísima por el
ingenio de sus agudezas, por el encanto de sus gracias,
por la sal de sus chistes, por la belleza de sus relatos, en
suma, por sus muchos atractivos, todos del mejor gusto.
JUAN P. ESTEBAN y CHAVARRÍA
¡Madrid... Nochebuena de 1936!
¡Nochebuena!... No se oyen fas zamBomBas,
ni (os panderos suenan.
Están cerrados todos ios portafes
y fas caffes desiertas.
¡Pfaza de Santa Cruz/... ¿A dónde fueron .
tus * Be/enes* con grutas y praderas,
cotí reyes y pastores, que ffenaBan
nuestros hogares de afegría ingenua,
mientras chicos y grandes
cantahan */Esta noche es Nochebuena/*
• • •
Esta noche de paz, no hay paz ni cafma,
ni fumBre en ef hogar, ni afegre cena.
Hay hamBre y frío, fía tito y amarguras;
ya no es fa noche santal es noche negra,
porque af ahandonar a Dios fós hombres
se han convertido en fieras,
y en vez de oírse dulces viffandeos,
se oyen gritos, injurias y hfasfemias.
• • •
No fíaman esta noche fas campanas
a fa 'Misa def Gaffo*. Las igfesias
fueron pasto deffuego o son cuartefés,
y sus Bronces- son ya Bocas de guerra.
¿ Por qué tanto dofor, tantas mafdades
en esta NocheBuena?
• • •
—(Han ffamado af portad—dice fa madre,
Y todos de mortaf angustia tiemhfan;
que no es ef peregrino de otros años,
que en demanda de pan y aBrigo ffegaj
viene en auto ruidoso, con pistofas,
ebrio, con. faz de hiena.
Y a un Buen padre y a unos cristianos hijos
a ampefiones se ffevan,
ahogando en burfas cínicas :
de una dé BUmujer fa horrihfe pena.
• • •
Envueftas quedan en oscuro manto
fas caffes madrifeñas.
Ronda ef terror, ef crimen, fa fujuria,
y af fivido cfaror de fas estreffas,
affá, sobre ios Bordes
de frías carreteras,
ya están en paz de Dios ios que cayeron
en esta fría y roja NocheBuena.
DOMINGO MELERO BOLDCfVA
Madrid - 21 diciembre - 1936.
(De la colección «Gritos del cautiverio»)
1
1
Paquetería, Sedas
Hilos, Algodones
Lanas
- Botonería, Bisutería Juguetería
Géneros de punto
Guantes
HIJOS DE DOMINGO SÁEZ
(Antigua Casa de Jacinto Sáez)
Calceteros, 20, PAMPLONA
-
Quincalla, Mercería
Pasamanería
Petacas
Hu l e s , C e s t a s Gepilltría
Artículos para flora
y otro 5 artículos
1
1
PAMPLONA—Imprenta, Librería y Centra de suscripciones de Jesús García, calle de la Estafeta, número 31
LA
AVALANCHA
.onoooonoeooo nao Doaotm D O O O Ü O O O O D O O O O O O O O ao OD O OODO oa O a O O DOO D O O O O O oac ooaooo oa O O oooooa aooooaaoo DOODCMIOOO O D O O O O aooiier.
CRÉDITO NAVARRO
Sociedad Anónima fundada en Pamplona en l863
Capital social: 15.000.000 de
Capital desembolsado, 10000.000de pesetas
Fondos de reserva, 7.150,000 de pesetas
Con Sucursales en Alsasua, Aoiz, Buñuel, Caparroso, Cascante, Cintruénigo, Corelta,
Elizondo, Estella, Fitero, Irurzun, Lerín, Lumbier, Milagro, Ochagavía, Peralta, Puente la
Reina, Roncal, Sangüesa, Tafalla, Tudela, Vera de Bidasoa, Viana y Viilafranca.
Completa red de corresponsales en España y en el Exiranlero
Giros, transferencias, negociación de efectos. Préstamos con garantía de fondos públicos,
valores, mercancías, etc. Préstamos hipotecarios y toda clase de operaciones bancarias
Departamento especial de colres de alquiler, propios para guardar
amalas, documentos, valores, etc.
INTERESES QUE ABONA A SUS IMPONENTES
A las cuentas corrientes y depósitos a la vista . . 0*50 °¡0
Imposiciones a plazos de tres meses
2*00 °jo
Imposiciones a plazos de seis meses.
250 °/o
Imposiciones a plazo de un ano
3 °/o
o
o
oooopao
a
Libretas en Caja de flhorros al 2 por 100
IODO OOQ OOODOO OP D DOD OOQ OOOOOO OOO OOO • QO OO DÚOO DUDO CKJ ÚOOUOC OOO DDU UOHQQU& UO O DÚO OOO QO O DQlJ
OOuOÜOO
IR DE pROTOCLORURD
Empleado desde hace veinte añus por toda clase de personas, cada día es. más
apreciado y recomendado por los médicos más amantes de la verdad, a quienes
proporcionó grandes satisfacciones.
Las personas que sufren Anemia, Raquitismo, Coioies pálidos, Empobrecimiento de sangre, Debilidad, Inapetencia y Menstruaciones difíciles, ven desaparecer
sus padecimíenios, y ¡as convalecientes se fortalece n en forma inesperada, micho
más si emplearon reconstituyentes extranjeros y aun nacionales no en tan bu-.,
estado de asimilación y tolerancia.
Los informes que figuran en ptospecto, de las más sólidas reputaciones médicas españolas, prueban lo expuesio.
I_>e v e n t a e n . l a s pi-ii-ioii>±iit¿M r-"£ii-rr»£i.cia» y
droguería general: F a r m a c i a «le \ i v a s
Hijo de Quintín Ruiz de Qauna
VITOKIA (.Álava)
FABRICANTE DE VELAS LITÚRGICAS
use U. en sus velas el "CflPim OBUIIfl,, pateolstlo
' Academia de Comoicio
CANDIDO IÑIGO
dirigida por Juan Iñigo García
Anterior colaborador de !a Academia, Profesor Mercantil
í funcionarlo de la Caja de Ahorros Municipal
Aritmética comercial, Contabilidad. Caligrafía. Mecanografía,
Dibujo lineal. Documentación y Correspondencia mercantil
Hora de consulta sobre crginíiación de oficinas: De tres a cuatro de la tarde
Calderería, 28, 2.° - PAMPLONA
Descargar