Narciso (gr. Navr kissoı, Nárkissos, lat. Narcissus), hijo del dios

Anuncio
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 569
Narciso
569
N
Narciso (gr. Navrkissoı, Nárkissos, lat. Narcissus), hijo del dios fluvial Cefiso y de la náyade Liríope
M
Muchachos y muchachas se enamoran del hermoso N., pero él los rechaza
a todos, y lo mismo hace con la ninfa → Eco. Por ello → Némesis le castiga
con un insaciable amor hacia sí mismo: al inclinarse para beber en una
fuente se enamora de su propia imagen; como el objeto de su amor le resulta inalcanzable, el anhelo le consume cada vez más, hasta que finalmente se transforma en la flor del narciso, a la que da su nombre.1 – Seguramente
es más antigua la variante beocia del mito, que se vincula al culto a → Eros
en Tespias: N. vivía allí y rechazaba todas las aproximaciones masculinas;
cuando Aminias, uno de sus enamorados, se quitó la vida con la espada que
N. le había enviado, Eros hizo que se cumpliese su maldición: N. se suicidó
en una fuente (a la que después dio nombre) a causa de un súbito y ardiente
amor por su imagen reflejada. Los tespios fundaron, sin embargo, un culto
al poderoso Eros y creyeron que de la sangre de N. había brotado la flor.2
R
La historia de N. es sin duda un producto del mundo helenístico. La investigación moderna ve el núcleo del mito en la versión beocia, en la que
Eros actúa como protector del amor homoerótico, pues la relación homosexual se correspondía con la praxis educativa de los griegos. En Ovidio, la
negativa de N. significa el rechazo a cualquier amistad razonable. El motivo
básico –aquel que desprecia el amor debe perecer de amor– recuerda una
variante del mito de → Dafne. – La contemplación de la propia imagen reflejada significaba la muerte, según los antiguos libros sobre interpretación
de los sueños.3
A
En obras de arte únicamente hemos conservado ejemplos procedentes del
Imperio Romano. Sólo de Pompeya, con su predilección por las representaciones eróticas idílicas, se conocen cuarenta y cinco imágenes de N.;
abundantes representaciones de mosaicos (por ejemplo de Antioquía, siglo II d. C., Baltimore, Mus. of Art) y numerosos ejemplos en sarcófagos (N.
como alegoría de la muerte por amor) muestran cuán popular fue el mito
hasta la Antigüedad tardía. La imagen descrita por FILÓSTRATO, Imágenes
1, 23, se apoya seguramente en la versión beocia de la historia.
1
2
3
OVIDIO, Metamorfosis 3, 339-510. Metamorfosis en flores de otros hermosos muchachos: S ERVIO, Églogas 2, 47s; N ONO, Dionisíacas 48, 581ss; cf. también Jacinto.
CONÓN FGrH 26 F 1, 24.
Cf. S. E ITREM , s. v. «Narkissos» en RE 16/2, 1728.
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
570
Re.
Seite 570
Narciso
El mito de N. se interpretó en la literatura de la Edad Media y de la Edad
Moderna como advertencia contra el orgullo y el mundo de la apariencia
(el motivo de la vanitas), por ejemplo G. B OCCACCIO (L’amorosa visione,
1340); en la emblemática, N. ilustraba tanto el tema de que «el amor propio
produce ceguera» como el tema (positivo) del «conócete a ti mismo»; a
fines del siglo XIX y en el siglo XX representaba más frecuentemente la renuncia al amor corporal o también la contemplación estética. En el psicoanálisis (S. Freud), N. sirvió para acuñar el concepto del erotismo enfermizo
concentrado en la propia persona. – La posibilidad de desarrollar en el reflejo el refinamiento gráfico, estimuló a muchos artistas a representarlo.
Escultura: Narciso, B. Cellini, hacia 1548, Florencia, Bargello. – Narciso,
G. Grupello, 1670-71, Bruselas, Mus. Royaux des Beaux-Arts. – Fuente de
Narciso, rehecha en 1827 por J. Dumandre, Madrid, Jardines de Aranjuez.
– Narciso, G. Marcks, 1942, Bremen, G. Marcks-Stiftung (bronce). – Narciso,
O. Zadkine, 1952, Colonia, Wallraf-Richartz-Mus. (ébano).
Pintura: Narciso, Apollonio di Giovanni (hacia 1415-65), Londres,Victoria
and Albert Mus. – Narciso, G. A. Boltraffio (1467-1516), (a) Florencia, Uffizi;
(b) Londres, Nat. Gall. – Narciso junto a la fuente, Bacchiacca <F. Ubertini>
(1494-1557), Florencia, Pal. Corsini. – Narciso junto a la fuente, J.Tintoretto
(1518-94), Roma, Gall. Colonna. – Narciso, A. Schiavone (1522-63), Split,
Gall. Unijetnina. – Narciso, M. Caravaggio, hacia 1600, Roma, Gall. Naz. (→
fig. 128) – Narciso junto a la fuente, F. Curradi (1576-1661), Florencia, Pal.
Pitti. – Narciso junto a la fuente, C. Saraceni (1585-1620), Nápoles, Mus. Naz.
Fig. 128:
Narciso,
M. Caravaggio,
hacia 1600
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 571
Narciso
571
Fig. 129:
Eco y Narciso, N.
Poussin,
hacia 1630
– Narciso, Domenichino, hacia 1602/03, Roma, Pal. Farnese (fresco). – Narciso junto a la fuente, G. Rosa (1591-1638), Génova, Pal. Reale. – Eco y Narciso, N. Poussin, (a) hacia 1630, París, Louvre (→ fig. 129), (b) posterior a
1635, Dresde, Gemäldegal. – Narciso junto a la fuente, D. Vertangen (15981681/84), Kassel, Gal. – Narciso, Jan Cossiers (1600-71). Madrid. Mus. del
Prado. – Narciso junto a la fuente, Cl. Lorrain (1600-82), Londres, Nat. Gall.
– Narciso junto a la fuente, G. Cagnacci (1601-81), Brunswick, Mus. – Narciso
junto a la fuente, P. F. Mola (1612-66), Oxford, Ashmolean Mus. – Narciso junto a la fuente, R.-A. Houasse (1644/45-1710), Versalles, Grand Trianon.
– Narciso junto a la fuente, B. Lamberti (1651/ 52-1721), Roma, Pal. Gabrielli. – Narciso junto a la fuente, A. Schoonjans (1655-1726), Schleißheim, Gal.
– Narciso, F. Lemoyne (1688-1737), Hamburgo, Kunsthalle. – Narciso junto
a la fuente, N.-B. Lépicié, 1771, Versalles, Petit Trianon. – Narciso junto a la
fuente, L. Hersent (1777-1860), Arras, Mus. – Eco y Narciso, G. F. Watts
(1817-1904), Londres,Tate Gall. – Narciso, G. Benczúr (1844-1920), Budapest, Mus. de Bellas Artes. – Eco y Narciso, J.W. Waterhouse, 1903, Liverpool,
Walker Art Gall. – La ninfa Eco, M. Ernst, 1936-37, (a) Atenas, Col. A. Iolaos;
(b) Nueva York, Mus. of Modern Art; (c) París, Col. particular (pinturas surrealistas). – Metamorfosis de Narciso, S. Dalí, 1937, Londres,Tate Gall. – Narciso o el molino de agua, G. Pérez Villalta, 1989, Col. particular.
Adaptaciones dramáticas: Eco y Narciso (comedia), P. Calderón de la Barca,
1661. – El Divino Narciso (auto sacramental), Sor Juana Inés de la Cruz
(hacia 1648-95). – Narcissus, A. P. Sumarokov (1718-77, comedia). – Narcisse, J. B. Rousseau, 1750. – Narcisse, A. F. Herbold, 1868. – Echo, K. Rostworowski, 1911. – Narzissos, M. Pulver, 1919. – Narciso, M. Aub, 1927 (Eco
y Narciso). – Narziß, W. Riemerschmied, 1955.
Letra N, O:Layout 1
572
13.06.2008
12:42
Seite 572
Narciso
Poesía: La fábula de Narciso, Hernando de Acuña (hacia 1520-80). – La fábula de Narciso, G. Silvestre Rodríguez de Mesa (1520-69). – El Narciso,
J. Bermúdez y Alfaro (1579?-1621). – Ecco and Narcissus, J. Shirley, 1618
(posteriormente titulado Narcissus, or The Self-Love). – The Tale of Narcissus
(en Mythomystes), H. Reynolds, hacia 1625. – Fábula de Eco y Narciso, J. del
Valle Caviedes (hacia 1651-97). – Narcisse dans l’île de Vénus, J. Ch. L. Malfilâtre, 1769. – Narkissos, E. Carpenter, 1873. – Narcisse parle, P. Valéry 1891.
– Echo and Narcissus, R. Garnett, 1893. – Narciß I; Narziß II, R. M. Rilke,
1913. – «Ése ya tu Narciso» (en Proverbios y cantares, 161), A. Machado,
1917. – Spiegelmensch, F. Werfel, 1920. – Fragments du Narcisse, P. Valéry, 1922.
– Narciso, F. García Lorca, 1925. – «Narciso» (en Cal y canto), R. Alberti,
1926-27. – Narcisse, J. Gasquet, 1931. – Echo’s Bones, S. Beckett, 1935. –
Cantate du Narcisse, P. Valéry, 1938 (para la música de G. Tailleferre, 1937).
– Narciso, M. Altolaguirre (1905-59). – Narziß, G. Grass, 1960. – «Yo y Yo»
(en Homenaje), J. Guillén, 1978. – «Narciso I, Narciso II» (en Por la pendiente
oscura), J. Aumente, 1982. – Narcisia, J. Castro, 1986.
Prosa: Le traité du Narcisse: Théorie du symbole, A. Gide, 1891 (ensayo). –
Narcissus op vrijersvoeten, S.Vestdijk, 1938 (novela). – Narciso bajo las aguas,
M. Buñuel, 1959 (novela). – «Narcís» (en Les roques i el mar, el blau), S. Espriu, 1981 [trad. cast., Las rocas y el mar, lo azul, Alianza-Enciclopèdia Catalana, Madrid 1986] (relato breve). – Narciso y Armonía, N. Amat, 1982.
– «Pasmo de Narciso» (en La piedra y el centro, J. Á. Valente, 1983 (prosa
poética).
Canciones: Narciss, J. Sibelius (letra de B. Gripenberg), hacia 1918. – The
Song of the Narcissus, R. Gipps, 1951.
Ópera: Narcisso trasformato,V. Puccitelli, 1638. – Narcisso ed Eco immortalati,
F. Cavalli, 1642 (libreto de O. Persiani). – Narcisso, C. Bozzio, 1676 (libreto
de F. de Lemene). – Eco ravvivata, A. Gianettini, 1681. – Narcissus, J. S. Kusser,
1692 (libreto de G. Fiedler). – Narcissus, G. F. Stölzel, 1711 (libreto del compositor). – Amor d’un ombra e gelosia d’un aura, D. Scarlatti, 1714 (libreto de
C. S. Capece; reelab. como Narciso, 1729, libreto de A. Rolli). – Narciso,
G. Sarti, 1763 (libreto de A. Zeno). – Echo et Narcisse, Ch. W. Gluck, 1779
(libreto de J. B. de Tschudi). – Narcisse, J. Massenet, 1878.
Ballet: Echo und Narziß, J. Dalcroze, 1912. – Narcissus and Echo, A. Bliss,
1931. – Narciso, V. Davico, 1935. – Narciso, E. Villela, 1966 (música de
R. Prince).
Bibliografía: I. C UÑA , El mito de Narciso en la poesía de Lorca, Bahía Blanca 1958. –
L. V INGE , The Narcissus Theme in Western European Literature up to the Early 19th Century, Lund 1967. – B. M ANUWALD , «Narcissus bei Konon und Ovid», en Hermes 103
(1975) 349-372. – K. J. K NOESPEL , Narcissus and the Invention of Personal History, Nueva
York-Londres 1985 (pervivencia hasta la Edad Media). – S ERGENT (1986) 105-110.
– R. LAPESA , «Sobre el mito de Narciso en la lírica medieval y renacentista», en Epos
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 573
Narciso − Nauplio
573
4 (1988) 9-20. – Y. RUIZ E STEBAN , «Dos fábulas burlescas de Narciso», Dicenda 8
(1989) 181-198. – M. A LGANZA ROLDÁN , «Dos poemas sobre Narciso de Manuel
Altolaguirre», en Actas del VII congreso español de estudios clásicos, vol. 3, Madrid 1989,
353-358. – L. G ENTILLI , «Eco y Narciso en el mito y en la alegoría: los ejemplos de
Sor Juana y de Calderón de la Barca», en Diálogos Hispánicos de Amsterdam 8 (1989)
383-407. – L. B ALENSIEFEN , Die Bedeutung des Spiegelbildes als ikonographisches Motiv
in der antiken Kunst, Tubinga 1990. – K. K AMINSKI -K NORR , Zur Problematik der psychoanalytischen Symbol- und Mythentheorie: eine Auseinandersetzung mit dem NarzissMythus, Berlín 1990. – Y. RUIZ E STEBAN , El mito de Narciso en la literatura española,
tesis, Universidad Complutense, Madrid 1990. – A. VALBUENA B RIONES , «El tratamiento del tema de Eco y Narciso en Calderón», en Hispania 74 (1991) 250-254.
U. y R. O RLOWSKY , Narziß und Narzißmus im Spiegel von Literatur, Bildender Kunst
und Psychoanalyse. Vom Mythos zur leeren Selbstinszenierung, Múnich 1992. – LIMC VI
(1992) 703-711 (B. R AFN ). – M. D. S OLÍS P ERALES , «La fábula de Narciso de Gregorio Silvestre», en Ágora 4 (2002), 153-189. – R. S ALAS , «Narcisos», en Imágenes y
ficción: 8 ideaciones clave en la cultura occidental (cuarto ciclo), Las Palmas 2003, 129-149.
– M. B ETTINI y E. P ELLIZER , Il mito di Narciso. Immagini e racconti dalla Grecia a oggi,
Milán 2003.
Nauplio (gr. Nauvplioı, Naúplios, lat. Nauplius), hijo de → Posidón y de
→ Amimone, padre de Palamedes; rey de Eubea
M
R
A causa de las intrigas de → Odisea cayeron sobre Palamedes sospechas de
alta traición y por ello fue lapidado por los griegos frente a → Troya; entonces N. se dirigió al campamento del ejército griego exigiendo una satisfacción por el asesinato de su hijo. Pero los jefes del ejército le rechazaron burlándose, y él se tomó venganza cuando la flota griega emprendía
el regreso tras la conquista de Troya: desde el promontorio eubeo de Cafereo lanza engañosas señales luminosas y provoca que los barcos se dirijan
a los acantilados, de manera que una gran parte de las tripulaciones perdió
la vida.1
En torno a N., el experimentado marino, se agrupan algunas leyendas
eubeas y argivas que comprenden desde la época de → Heracles hasta el
fin de la guerra de Troya. N. se caracterizó, por tanto, por una vida inusitadamente larga;2 aunque en ocasiones se ha distinguido entre el héroe fundador de la ciudad de Nauplia, como el más antiguo, y el N. eubeo.3
1
2
3
Re.
S ÓFOCLES TrGF 4 F 425-438 («Nauplio»); E URÍPIDES, Helena 766s; 1126ss; A PO LODORO, Epítome 6, 7-11; escolio a E URÍPIDES, Orestes 432.
A POLODORO, Biblioteca 2 [23], 1, 5.
PAUSANIAS 2, 38, 2; 4, 35, 2.
Pintura: La venganza de Nauplio, G. B. de Rossi (1494-1541), Fontainebleau
(fresco).
Letra N, O:Layout 1
574
13.06.2008
12:42
Seite 574
Nausícaa
Nausícaa (gr. Nausikava, lat. Nausicaa), hija de Alcínoo, rey de los →
feacios
M, A
Con ayuda de la diosa marina → Ino-Leucótea, → Odiseo, cuya balsa fue
destruida por una de las tormentas enviadas por → Posidón, pudo salvarse
alcanzando las orillas de Esqueria, la isla de los feacios. Allí, exhausto por
las penalidades sufridas, durmió durante treinta horas escondido entre unos
arbustos. Entretanto → Atenea se apareció en sueños a N. y le insufló el
deseo de salir en carro de la ciudad con sus doncellas a la mañana siguiente
hasta la desembocadura del río, para lavar sus ropas. Eso hicieron y, finalizada
la tarea, las doncellas se dieron un baño y pasaban el tiempo, mientras esperaban que se secaran las ropas, jugando a la pelota. Pero al caer la pelota
al agua, sus compañeras dieron tales gritos, que Odiseo despertó y se arrastró –desnudo y encostrado de suciedad y sal– fuera de la maleza. Mientras
que las demás doncellas, aterrorizadas por el «salvaje», huían inmediatamente, N. se quedó quieta, saludó al náufrago y le ofreció su ayuda, atendiendo a la muy ponderada petición de éste. Tras un baño en el río, recién
ungido y vestido, Odiseo se mostró en toda la magnificencia del héroe, de
manera que N. deseó para sí a aquel hombre como esposo. Le llevó entonces a la ciudad al palacio de su padre, y Alcínoo honró al forastero con un
banquete; también a él le habría gustado tener a Odiseo como yerno.
Casi todas las posteriores representaciones literarias y figurativas siguieron este relato homérico (Odisea, cantos 6 y 7). Célebre era la tragedia
(conservada tan sólo fragmentariamente) Nausícaa o Las lavanderas de S ÓFO CLES , una obra en la que, según se relataba con agrado en la propia Antigüedad, el mismo poeta salía a escena como elegante jugador de pelota en
el papel de N.1 Igualmente célebre (y hoy desaparecido) era el cuadro pintado sobre tabla, «Odiseo se aproxima a Nausícaa y a sus doncellas», que Polignoto realizó para la pinacoteca que se hallaba junto a los propíleos de
Atenas (hacia 460 a. C.);2 por lo demás, N. no se representó demasiado a
menudo en el arte; su imagen más antigua conservada, en un ánfora ática
de figuras rojas (hacia 440 a. C.), se encuentra en Múnich, Antikenslg.
1
2
Re.
ATENEO 1, 20s; S ÓFOCLES TrGF 4 F 439-441.
PAUSANIAS 1, 22, 6; Pausanias prueba también que N. fue representada en el arca
de Cipselo (una primorosa arca de mediados del siglo VI a. C.) yendo en carro al lavadero (5, 19, 9).
Escultura: Odiseo y Nausícaa, E. Gill (1882-1940), Morecambe (Inglaterra).
Pintura: Odiseo y Nausícaa, G. Reni (1575-1642), Nápoles, Mus. Naz.
– Odiseo y Nausícaa, P. Lastman, (a) 1609, Brunswick, Mus.; (b) 1619,
Augsburgo, Gal. – Odiseo y Nausícaa, P. P. Rubens, 1630-35, Florencia, Pal.
Pitti. – El sueño de Nausícaa, Ch. A. Dufresnoy (1611-68), Salzburgo, Resi-
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 575
Nausícaa − Náyades
575
denz. – Odiseo y Nausícaa, S. Rosa (1615-73), San Petersburgo, Ermitage. –
Odiseo y Nausícaa, J. H. W. Tischbein, 1819, Kassel, Landesmus. – Paisaje
con Odiseo y Nausícaa, M. d’Azeglio, 1866, Turín, Gall. Civica d’Arte Moderna. – Nausícaa y sus doncellas, B. Burroughs, hacia 1914 (?), Baltimore,
Burroughs Coll. – Odiseo y Nausícaa, N. Hajikyriakos, 1949, Col. particular.
Adaptaciones dramáticas: Nausikaa, J. W. von Goethe, 1786-88 (fragmento) [trad. cast., Nausícaa, en Obras completas, III, Aguilar, Madrid 1987,
1969-1977]. – Nausikaa, A.Widmann, 1858. – Nausikaa, H. Schreyer, 1884.
– Nausikaa, H. Hango, 1897. – Nausikaa, S. Anger, 1900. – Nausikaa, A. Bungert, 1901. – Nausikaa, E. Rosmer, 1906. – Odysseus auf Scheria, H. Helge,
1907. – Nausikaa, O. Weddingen, 1909. – Odysseus und Nausikaa, R. Faesi, 1911. – Nausica, J. Maragall, 1919 (inspirada en la Nausikaa de Goethe;
texto establecido sobre el manuscrito del autor por C. Riba, Ariel, Barcelona 1983). – Nausikaa, H. Langenhagen, 1929. – Nausica, S. Juan Arbó,
1937. – Nausikaa, W. Becker, 1939. – Nausikaa, E. Peterich, 1943. – Nausikaa, K. Mickel, 1968.
Epopeyas: Telemach und Nausikaa, J. J. Bodmer, 1776. – Nausikaa, K. Grassberger, 1930.
Poesía: Nausicaa, R. Garnett, 1893. – Nausikaa, K. Schiffmeister-Gugg,
1929. – Nausikaa,W. Hundertmark, 1939. – Nausikaa I; Nausikaa II, G. Kunert, 1970 (dos poemas). – «Al margen de la Odisea. Náufrago atónito»
(de Homenaje), J. Guillén, 1978. – «Nausícaa» (en El hacha y la rosa, antología
de J. Pérez Olivares), L. Alberto de Cuenca, 1993.
Novela: Nausikaa, J. Gall, 1892. – Nausikaa, S. Berger, 1941. – Homer’s
Daughter, R. Graves, 1955 [trad. cast., La hija de Homero, Edhasa, Barcelona
1980, 2001].
Ópera: Nausikaa, A. Bungert, 1901 (segunda parte de la tetralogía Die Homerische Welt). – Nausicaa (libreto de R. Fauchois) R. Hahn, 1919. – Odysseus
és Nausikaa, Z. Pongrácz, 1949-50. – Nausicaa, P. Glanville-Hicks, 1961 (libreto de R. Graves).
Ballet: Nausicaa, S. Michaelides, 1950. – Nausikaa, B. Aakesson, 1966 (música: I. Lidholm; danza moderna).
Bibliografía: J. H EILBORN , Nausikaa in der deutschen Dichtung, tesis, Wroclaw 1921. –
LIMC VI (1992) 712-714 (O. TOUCHEFEU -M EYNIER ). – H. A. S HAPIRO , «Coming
of Age in Phaiakia:The Meeting of Odysseus and Nausicaa», en B. C OHEN (ed.), The
Distaff Side. Representing the Female in Homer’s Odyssey, Nueva York 1995. – F RAGA
I RIBARNE (1998) 55-77.
Nausínoo (gr. Nausivnooı, Nausínoos) y Nausítoo (gr. Nausivqooı, Nausíthoos), hijos de → Calipso
Náyades (gr. Nai>avdeı, lat. Naiades) → ninfas
Letra N, O:Layout 1
576
13.06.2008
12:42
Seite 576
Néfele − Némesis
Néfele (gr. Nefevlh, lat. Nephele), madre de → Frixo
Neleo (gr. Nhleuvı, lat. Neleus), hijo de → Tiro, padre de → Néstor; v. Argonautas
Némesis (gr. Nevmesiı, lat. Nemesis), diosa griega, personificación de la
venganza
M
N. es en Hesíodo hija de Nyx («la Noche»);1 la esencia de N. se hace reconocible al final de su mito de las → edades del mundo: en él profetiza el
aniquilamiento de los hombres, cuando su maldad y la corrupción de las
costumbres sea de tal magnitud que Aidós («Temor», personificación de la
veneración / respeto de todo aquello que merece atención) y N. («la Reprensión» de la desmesura de los demás) deban abandonar la tierra y volver
al cielo.2 N. castiga cualquier soberbia humana (hýbris).3 – En su calidad de
madre de → Helena, N. tuvo relevancia en el mito (poshomérico) de →
Troya: → Zeus planeaba una guerra para destruir a los hombres a causa de
su impiedad;4 para ello debía nacer Helena y N. debía ser su madre. Pero
N. intentó eludir a Zeus huyendo y transformándose en distintos animales;
pero cuando se metamorfoseó en ganso, Zeus la sometió adoptando la
forma de un cisne, y del huevo que fecundó nació Helena.5
R
El concepto (y nombre) de «Némesis» no se halla únicamente en relación
con el gr. némein («retribuir»), sino que traduce al mismo tiempo la indignación frente a la injusticia y lo inmerecido (nemesan), incluso de forma
muy trivial, por ejemplo frente a la buena suerte inmerecida. La personificación de esta «justa ira» no se conoce aún en la epopeya homérica, donde
se califica de némesis la reacción de los dioses y los hombres ante los comportamientos (moralmente) erróneos de los demás.6 – En calidad de alguien
a quien se adjudica la «satisfacción por las faltas», N. se convirtió ante todo
en la vengadora de las impiedades (no sólo de las cometidas contra los dioses y los hombres, sino también contra los muertos), y como tal fue equiparada a menudo con → Adrastea.
Los principales lugares de culto de N. eran Ramnunte (Ática) y Esmirna.7 – Durante el Imperio Romano, como diosa de los agones (de las
competiciones de todo tipo) fue venerada especialmente en los anfiteatros
y circos. En el himno de Mesomedes (primera mitad del siglo II d. C.), N.
es la diosa del destino, que reúne en sí misma las funciones de Dike («derecho, justicia») y de → Tique («Destino»).
1
2
3
H ESÍODO, Teogonía 223s.
H ESÍODO, Trabajos y días 197-201.
E SQUILO TrGF 3 F 266; P ÍNDARO, Píticas 10, 44; S ÓFOCLES, Electra 792. – N. vigila
las palabras impías y soberbias de los hombres: P LATÓN, Leyes 717d; C ALÍMACO,
Himnos 6, 56; N ONO, Dionisíacas 1, 481.
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 577
Némesis − Neoptólemo
4
5
6
7
Re.
577
Tras tomar consejo de → Temis (así Cantos ciprios, argum. EpGF p. 31) y/o de Momo
(«Reproche»): Cantos ciprios, F 1 EpGF.
Cantos ciprios, F 7 y 8 EpGF; cf. W. L UPPE , «Zeus und Nemesis in den Kyprien», en
Philologus 118 (1974) 193-202. – Seguramente es más moderno el rasgo de la leyenda que nos presenta también a los → Dioscuros nacidos de esta unión (E USTA CIO, Ilíada 23, 639).
Cf. M. S COTT , «Aidos and Nemesis in the Works of Homer, and Their Relevance
to Social or Co-operative Values», en AC 23 (1980) 13-35.
En Ramnunte se han conservado restos de un templo del siglo V a. C., para el que
Fidias realizó la imagen de culto (PAUSANIAS 1, 33, 2s; cf. al respecto P. K ARANAS TASSI , «Wer ist die Frau hinter Nemesis?», en MDAI (A) 109, 1994, 121-131). Allí
se consideraba a N. hija de → Océano. En Esmirna N. tuvo culto como dualidad
(PAUSANIAS 7, 5, 3).
Calcografía: Némesis, Durero, hacia 1503.
Bibliografía: J. C OMAN, L’idée de la Némésis chez Eschyle, París 1931. – E. PANOFSKY ,
«“Virgo et Victrix”, a Note in Dürer’s Nemesis», en C. Z IGROSSER (ed.), Prints, Nueva
York 1962, 13-38. – J. G RUBER , Über einige abstrakte Begriffe des frühen Griechischen,
Meisenheim am Glan 1963, 65ss. – N. D. ROBERTSON , Nemesis.The History of a Social
and Religious Idea in Early Greece, tesis, Ithaca 1964. – LIMC VI (1992) 733-762 (P. K A RANASTASSI ; en colaboración con F. R AUSA : «Nemesis im römischen Reich»,
762-770). – M. B. H ORNUM , Nemesis, the Roman State, and the Games, Leiden 1993.
– F. F ORTEA L ÓPEZ , Némesis en el Occidente romano: ensayo de interpretación histórica y
corpus de materiales, Zaragoza 1994.
Neoptólemo (gr. Neoptovlemoı , Neoptólemos, lat. Neoptolemus) (o
Pirro,1 gr. Puvrro", Pýrros, lat. Pyrrhus), hijo de → Aquiles y de Deidamía
M
Los griegos supieron a través del adivino troyano Heleno, al que habían
hecho prisionero, que sin la participación de N. la conquista de → Troya
era impensable; hacia el final de la contienda fue atraído por Odiseo (variante: y por Fénix) de la isla de Esciro, donde se había criado en la corte
de su abuelo Licomedes, con la visión de la espléndida armadura de su
padre, y acto seguido destacó reiteradamente en el campo de batalla.2 –
Sólo en el Filoctetes de S Ó F O C L E S presta su ayuda a Odiseo en la difícil
empresa de arrebatar en Lemnos al solitario → Filoctetes el arco de →
Heracles, igualmente imprescindible para vencer en Troya, y llevarlo hasta
el ejército griego. – N. formó parte también del escogido grupo de héroes
a los que se les permitió introducirse en el caballo de madera. Durante la
conquista de la ciudad desató su furia contra los troyanos y mató al anciano rey → Príamo junto al altar de → Zeús Herkeios («Protector del
hogar»);3 a la princesa → Políxena la sacrificó en la tumba de su padre, que
se le había aparecido en una visión y le había pedido que lo hiciera.
En el reparto del botín, N. obtuvo no sólo al adivino Heleno como esclavo, sino también a la viuda de Héctor, → Andrómaca, cuya desgracia si-
Letra N, O:Layout 1
578
13.06.2008
12:42
Seite 578
Neoptólemo
guió acrecentándose por los celos de Hermíone, la esposa de N. (v. Andrómaca). Pero este matrimonio quedó ensombrecido por la rivalidad de N.
con → Orestes: mientras que, según Homero, → Menelao había prometido antes de la caída de Troya la mano de su hija Hermíone a N., promesa
que cumplió al regreso de N.,4 los trágicos conocían otra historia: Sófocles
cuenta que Tindáreo prometió a su nieta Hermíone como esposa a Orestes en ausencia del padre de ella, pero Menelao la entregó en matrimonio
a N.;5 Eurípides narra que Menelao había casado a Hermíone con Orestes
antes del comienzo de la expedición.6 Esta rivalidad tuvo un fatal desenlace:
Orestes dio muerte a N. en Delfos o bien contrató asesinos que lo mataron
en el templo de Apolo.7 Frente a esto, es más antigua la versión de los delfios, que también mostraban la tumba de N.:8 éste llegó a Delfos para vengarse del dios Apolo por la muerte de su padre Aquiles (y para saquear el
templo); por el contrario, según Píndaro, la verdadera razón de la muerte
de N. fue la ira de Apolo por el asesinato de Príamo en el altar de Zeus.9
Frente al perfil generalmente simpático y heroico de N. que ofrecen
la Odisea y el Filoctetes de S ÓFOCLES , V IRGILIO (Eneida 2, 526ss) hace actuar a su Eneas con un carácter completamente opuesto a N. / Pirro: en
Virgilio, N. no es más que el cruel asesino de Polites, el hijo de Príamo, y
finalmente del mismo Príamo.
R
N. era un nombre parlante («joven guerrero»), que, según testimonios antiguos, había sido inventado para el todavía muy joven hijo de Aquiles. A favor
de ello está el hecho de que, según el mito, también Aquiles fue recogido un
día en Esciro (donde se había ocultado) para que se uniera a la guerra con
Troya; pero Aquiles murió, y sólo su hijo iba a ser el destructor de Troya: por
tanto, es evidente la sospecha de que se ve en N. a un «doble» de Aquiles.10
Fig. 130:
Odiseo y Neoptólemo,
plato de Duris,
comienzos del siglo V a. C.
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 579
Neoptólemo
A
579
En la pintura de vasos, N. es representado desde el siglo V a. C. en escenas
aisladas de la guerra de Troya: cf. «Odiseo y Neoptólemo» en el plato de
Duris (comienzos del siglo V a. C., Viena, Kunsthist. Mus.; → fig. 130), o
«Neoptólemo mata a Príamo» en una crátera de figuras rojas hacia 465 a.
C. (Boston, Mus.). No hay estatuas de N.
1
El nombre de Pirro aparece ya en el ciclo épico (Cantos ciprios, F 16 EpGF); pero se
afianzó a partir del siglo IV a. C. con la creciente influencia de los reyes de Epiro (¡que
también descendían de Olimpia, madre de Alejandro Magno!), quienes tenían a N. por
antepasado suyo. Los poetas romanos prefirieron el nombre de Pirro para N.
2
H OMERO, Odisea 11, 506ss; Ilíada menor, argum. 12ss, así como F 14-16 y 18 EpGF;
S ÓFOCLES, Filoctetes 343ss; A POLODORO, Epítome 6, 9-12.
3
E URÍPIDES, Hécuba 21ss; en la Ilíada menor se contaba (según el testimonio de PAU SANIAS 10, 27, 2) que el cruento acto sucedió en la entrada del palacio de Príamo.
4
H OMERO, Odisea 4, 3ss y escolio a A POLODORO, Epítome 6, 14 (con variantes).
5
La información sobre el contenido de la Hermíone de S ÓFOCLES en E USTACIO
1479 (sobre H OMERO, Odisea 4, 3).
6
E URÍPIDES, Andrómaca 966ss. Variante: Hermíone estaba casada con Orestes y esperaba un hijo suyo: escolio a E URÍPIDES, Andrómaca 32; cf. OVIDIO, Heroínas 8.
7
E URÍPIDES, Andrómaca 1085ss.
8
PAUSANIAS 10, 24, 6.
9
P ÍNDARO, Peán 6, 105-120 (Fr. 52s): este peán se representó seguramente en el año
490 en Delfos; cf. sin embargo Nemeas 7, 40-46 (muerte a manos de un habitante
de Delfos). N. fue asesinado por un sacerdote de Delfos o por algunos habitantes de
Delfos en el altar de Apolo (igual que él había matado a Príamo en el altar de Zeus):
escolio a E URÍPIDES, Orestes 1655; escolio a E URÍPIDES, Andrómaca 53.
10
Así ya J. F ONTENROSE , «The Cult and Myth of Pyrros at Delphi», en University of
California publications in classical archaeology 4, 3 (1960) 206-211; cf. PAUSANIAS 10,
26, 4.
Re.
Ilustraciones en libros: «Neoptólemo rapta a Hermíone» en OVIDIO , Heroides, Cod. 2624, fol. 45r, comienzos del siglo XVI ,Viena, Österr. Nat. Bibl.;
cf. PÄCHT-T HOSS , II, 51-56.
Adaptaciones dramáticas: Pyrrhus, P. J. Crébillon, 1726. – Hermione, J. F.
Brömel, 1778. – Orest und Hermione, F. G. Steidele, 1788. – Pirro re di Epiro,
G. Gamerra, 1798 (música de N. A. Zingarelli).
Ópera: Ermiona, P. E. Obizzi, 1636. – Pirro,A. Draghi, 1675 (libreto de N. Minato). – Ermione, G. A. Bernabei, 1680 (libreto de V. Terzago). – Die glücklich wiedererlangte Hermione, Ch. H. Postel, 1695. – Pyrrhus et Polyxène,
A. Dauvergne, 1763 (libreto de N.-R. Joliveau). – Pirro, G. Paisiello, 1787
(libreto de G. de Gamerra). – Pirro, re d’Epiro, N. A. Zingarelli, 1791 (libreto
de G. de Gamerra). – Ermione, Rossini, 1819 (libreto de L. A.Tottola a partir de J. Racine, Andromaque, 1667). – Pyrrhus in Delphi, E. Seidelmann, 1834
(libreto de Perglass). – Hermione, M. Bruch, 1872.
Ballet: Pyrrhus und Polyxena, P. Winter, 1781.
V. también Andrómaca.
Letra N, O:Layout 1
580
13.06.2008
12:42
Seite 580
Neoptólemo − Nereidas
Bibliografía: H. E RBSE , «Neoptolemos und Philoktet bei Sophokles», en Hermes 94
(1966) 177-201. – A. RUIZ DE E LVIRA P RIETO, «Filoctetes y Neoptólemo», en CFC
16 (1979) 9-16. – R. F LACELIÈRE , «Pyrrhos et Delphes», en REA 70 (1968) 295-303.
– LIMC VI (1992) 773-779 (O. T OUCHEFEU -M EYNIER ). – E. S UÁREZ DE LA
TORRE , «Neoptolemos at Delphi», en Kernos 10 (1997) 153-176. – M. TORRES TO LEDANO, «El personaje de Neoptólemo en las “Posthoméricas” de Quinto de Esmirna», en Epos 18 (2002) 19-42.
Neptuno (lat. Neptunus), dios itálico de las aguas, y más tarde del mar
R
En origen el nombre significaba sin duda algo así como «Señor del agua del
cielo»; N. era, por tanto, el dios de las estaciones, de la lluvia y de las aguas.1
Los etruscos lo aceptaron, lo llamaron Nethuns y ampliaron el campo de sus
funciones al mar, de manera análoga al → Posidón de los griegos, con quienes los etruscos mantenían relaciones comerciales. También los romanos
identificaron pronto a N. con Posidón, pero además lo vinculaban constantemente al ámbito del agua dulce: solía ser el protector de los puentes, y durante el período de mayor sequía veraniega caía su fiesta, la Neptunalia (23
de julio), durante la cual se colocaban en Roma tallos frescos y se ofrecían
ramas al dios;2 los ritos ligados a la fiesta tendrían sin duda como objeto impedir que el agua se agotase.3
A
Para la iconografía, v. Posidón.
1
2
3
H. P ETERSMANN , «Neptuns ursprüngliche Rolle im römischen Pantheon. Ein etymologisch-religionsgeschichtlicher Erklärungsversuch», en ZAnt 45 (1995) 253264 (conexión con la raíz nebh- = «agua del cielo»; -tu- se refiere a la soberanía).
F ESTO 509, 1s (Lindsay). – N. como soberano del mar y del agua dulce, por ej. en
C ATULO 31, 2s.
Cf. G. D UMÉZIL , Fêtes romaines d’été et d’automne, París 1975, 25-31.
Nereidas (gr. Nhrhi?deı, lat. Nereides), las cincuenta hijas de → Nereo
M
R
Las nereidas son hermosas y amistosas ninfas marinas. Ellas forman el séquito de → Posidón y de → Anfitrite –que pertenece asimismo al grupo
de las nereidas–, pero suelen también acompañar a dioses y héroes cuando
éstos se mueven por su elemento. Juguetean entre las olas y en la playa y
divierten a los marineros con sus juegos y sus danzas;1 les ayudan también
frente a los peligros del mar2 y (como otras divinidades marinas) poseen el
don de la profecía.
Con excepción de Anfitrite, → Tetis y Galatea, las nereidas no muestran
ningún rasgo individual, sino que hacen su aparición en grupo. De cuatro
grandes catálogos de nereidas conservados, con numerosos nombres que
varían, el de Hesíodo es el único que reseña cincuenta nereidas:3 generalmente se trata de nombres parlantes, que reflejan los múltiples aspectos y
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 581
Nereidas
581
bellezas del mar y de la costa. Por eso tampoco asombra que se confundan
bastante a menudo con sus parientes las oceánides, y que en definitiva en
las creencias populares griegas contemporáneas la denominación de Neraides abarque a toda clase de ninfas.
A
Los artistas gustaron de representar a las nereidas, envueltas en vestidos
transparentes o completamente desnudas, cabalgando a lomos de animales
marinos y en compañía de los dioses del mar viajando en carro sobre las
olas4 (como, por ejemplo, en la descripción del grupo de las nereidas de Escopas que figura en PLINIO, Historia natural 36, 26); cf. las estatuas del célebre monumento de las nereidas en Janto (Turquía; hacia 410 a. C., Londres, Brit. Mus.), o las nereidas en el acroterio del Asklepieion de Epidauro
(370 a. C., Atenas, Mus. Nac.). Pero a partir del siglo II d. C. también se representaron en muchos sarcófagos romanos: cf. por ejemplo el llamado sarcófago de las nereidas en Roma (Mus. Naz. Arch.). Un bello trabajo de la
Antigüedad tardía es el plato argénteo de las nereidas del 541 d. C. (Turín,
Gall. Sabauda). – Como exponente de la representación conjunta de las
nereidas con un héroe en la pintura de vasos, cf. la hidria corintia, «Nereidas
llorando a Aquiles» (hacia 570 a. C., París, Louvre).
1
2
3
4
Re.
E URÍPIDES, Electra 433s; Ifigenia en Táuride 427ss; Ion 1080ss.
H ESÍODO, Teogonía 252ss; Antología palatina 6, 349. – Alejandro Magno hizo ofrendas
a las nereidas en el momento de cruzar Asia: A RRIANO, Anábasis 1, 11, 6.
H ESÍODO, Teogonía 240-264; cf. H OMERO, Ilíada 18, 37-49; A POLODORO, Biblioteca
1 [11 s] 2, 6; H IGINO, Fábulas Pref. 8.
Pero raramente con una cola de pez.
El arte de la Edad Moderna cultivó muy gustosamente el tema de las nereidas, a menudo junto con Nereo o con → Tritón, pero también los poetas
lo abordaron ocasionalmente; así, por ejemplo, G OETHE hace aparecer a
Nereo y a las nereidas en la «Noche de Walpurgis» (Fausto II 8044ss).
Escultura: Nereidas, J. Goujon, 1549-62, París, Louvre (relieve). – Nereida
(I y II), A. Solà, 1802, Barcelona, Casa Llotja (mármol). – Tritón y nereidas,
A. Rodin, (a) 1886, Nueva York, Metropol. Mus. (terracota), (b) 1900, París,
Mus. Rodin (grupo de mármol).
Pintura: Tritón y nereidas, P. di Cosimo, hacia 1505, Cambridge (MA),
Freedberg Coll. – Nereidas en el ciclo de María de Médicis, P. P. Rubens, 162225, París, Louvre (escena del desembarco en el puerto de Marsella). – Nereida, E. Delacroix, 1822, Basilea, Kunstmus. (según un detalle de Rubens).
– Tritón y nereidas, Böcklin, repetidas veces: por ej. (a) 1873/74, Múnich, Bayerische Staatsgemäldeslg.; (b) 1875,Winterthur, Stiftung Oskar Reinhart.
Poesía: Nereides, W. Diaper, 1712.
Bibliografía: J. C. B ERMEJO BARRERA , «“Nerítes”: contribución al estudio de la mitología marina de la Antigua Grecia», en Emerita (1980), 127-131. – LIMC VI (1992)
Letra N, O:Layout 1
582
13.06.2008
12:42
Seite 582
Nereidas − Néstor
785-824 (N. I CARD -G IANOLIO , A.V. S ZABADOS ). – J. M. BARRINGER , Divine Escorts:
Nereids in Archaic and Classical Art, Ann Arbor (MI) 1995. – M. L. N EIRA J IMÉNEZ ,
«Representaciones de nereidas: La pervivencia de algunas series tipológicas en los mosaicos romanos de la Antigüedad tardía», en Antigüedad y cristianismo: Monografías históricas sobre la Antigüedad tardía, 14 (1997) 363-402.
Nereo (gr. Nhreuvı, lat. Nereus), hijo de → Ponto y de → Gea
M
R, A
N. es el padre de las cincuenta → nereidas habidas con Doris («la Dispensadora»), hija de Océano. Al igual que otras divinidades marinas, N. posee
el don de la profecía y es «el anciano sin falsedad y al mismo tiempo amistoso»:1 por eso → Heracles desea recabar su consejo sobre el viaje al jardín
de las → Hespérides; no obstante, N. trató de eludirle adoptando diversas
formas –facultad que tienen todas las divinidades marinas–, pero finalmente
fue obligado por Heracles a hablar y darle una respuesta.2
N., cuyo nombre quizá pueda compararse con el lituano nérti («sumergir»),
pertenece a los dioses preolímpicos; en el mito constituyó una figura difusa
y no pasaba de ser el «viejo del mar» (v. también Proteo, Forcis) y el padre
de las nereidas; no tenía culto alguno. El arte arcaico le representó como
un digno anciano con cola de pez (y también con cetro y tridente) y tematizó con agrado su episodio con Heracles.
1
2
H ESÍODO, Teogonía 233ss. – Su carácter amistoso le distingue sobre todo del casi
siempre malhumorado → Posidón.
A POLODORO, Biblioteca 2 [115] 5, 11.
Poesía: Profecía del Tajo (imitación del horaciano Vaticinio de Nereo), Fray
Luis de León (1527-91).
Bibliografía: LIMC VI (1992) 824-837 (M. P IPILI ).
Neso (gr. Nevssoı, Néssos, lat. Nessus), centauro; → Heracles
Néstor (gr. Nevstwr, lat. Nestor), el hijo más joven de Neleo y de Cloris,
rey de Pilo (Mesenia)
M
Los once hermanos de N. cayeron durante la expedición de → Heracles
contra Pilos; de entre los hijos de Neleo tan sólo N., el más joven, permaneció con vida,1 pues se encontraba por aquel entonces en la ciudad de Gerenia (para educarse, como señalan algunos) y, por tanto, no participó en los
combates.2
Al debilitarse de esta manera la casa real pilia, los habitantes de Élide
efectuaron razias contra el territorio pilio; cuando N. llegó a la edad adulta,
se encargó de llevar a cabo la correspondiente represalia y se distinguió durante el contraataque de los eleos, sobre todo frente a los → Moliónidas.3
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 583
Néstor − Nicipe
583
Participó también en numerosas luchas, como por ejemplo en la batalla de
los lapitas contra los → centauros. – Siendo ya muy viejo dirigió noventa
naves de Pilos contra → Troya y allí, mientras duró la guerra, fue útil a los
griegos gracias a su larga experiencia, que iba aparejada a una brillante
oratoria. Ante Troya perdió a su hijo Antíloco, caído a manos de → Memnón;4 pero él fue uno de los pocos jefes griegos que regresó sano y salvo
a su patria.5
R
N., uno de los griegos más importantes en el mito de la guerra de Troya,
encarna en ella al héroe envejecido en medio de los honores, que ciertamente ya no posee la misma fuerza y destreza que alcanzó en su juventud
(de la que le gusta hablar), pero disfruta de la más alta consideración en el
consejo castrense gracias a su experiencia y a su prudencia cuando surgen
disputas.6 La historia de N. en Gerenia no constituye sino el antiguo intento
de explicar el epíteto (frecuente en Homero) Gerénios para N., que todavía
hoy no tiene una explicación segura, como tampoco la tuvo en la Antigüedad.7 – La época antigua conoció tres intentos de localización de Pilos, la
capital del territorio bajo la autoridad de N., en el Peloponeso occidental;8
las excavaciones han descubierto un gran palacio micénico en Ano Englianos (en las cercanías de la actual Pilos), que generalmente se tiene por
el palacio de N.
1
2
3
4
5
6
7
8
H OMERO, Ilíada 11, 690ss. Entre sus hermanos se contaba también a → Periclímeno,
que se distinguió especialmente como rival de Heracles; su única hermana fue la
muy cortejada Pero (v. Melampo).
H ESÍODO Fr. 34 y 35, 4-9 (Merkelbach-West); escolio a H OMERO, Ilíada 11, 692;
E USTACIO, Ilíada 231, 26ss.
H OMERO, Ilíada 11, 670ss. Las historias que cuenta N. en el canto 11 de la Ilíada se
consideran hoy día resto de una antigua Nestorís, que tuvo por tema el destino del
héroe (o del reino pilio): cf. ya en F. B ÖLTE , «Ein pylisches Epos», en RhM 83 (1934),
319-347; R. C ANTIENI , Die Nestorerzählung im 11. Gesang der Ilias, Zúrich 1942.
H OMERO, Odisea 4, 187s.
H OMERO, Odisea 3, 276ss.
Por lo cual la Antigüedad le consideró un «maestro de la táctica» (taktikótatos,
E LIANO, Historia de los animales 10, 8, 13); en sustancia, el sabio consejo del anciano
N. se convirtió en algo proverbial.
Cf. C. B RILLANTE , «Nestore Gerenio: Le origini di un epiteto», en E. de MIRO y
otros (eds.), Atti e memorie del 2o congresso internaz. di micenologia (1991), vol. 1, Roma
1996, 209-219.
E STRABÓN 8, 3, 26-29.
Bibliografía: H. E RBSE , «Nestor und Antilochos bei Homer und Arktinos», en Hermes
121 (1993) 385-403. – LIMC VII Add. (1994) 1060-1065 (E. LYGOURI -TOLIA ). –
K. D ICKSON , Nestor: Poetic Memory in Greek Epic, Nueva York-Londres 1995.
Nicipe (gr. Nikivpph, Nikíppe), madre de Euristeo; v. Heracles
Letra N, O:Layout 1
584
13.06.2008
12:42
Seite 584
Nicómaco − Nike
Nicómaco (gr. Nikovmacoı, Nikómachos) → Macaón
Nicóstrato (gr. Nikovstratoı, Nikóstratos, lat. Nicostratus), hijo de → Menelao y de → Helena
Nicteo (gr. Nukteuvı, lat. Nycteus), padre de → Antíope (II)
Nike (gr. Nivkh, lat. Nice), diosa griega de la Victoria; su correspondiente romano: → Victoria
R
En la epopeya homérica no se menciona a N. En Hesíodo es la hija del gigantesco titán Palas y de la fértil Estigia; sus hermanos son Zelos («Envidia»),
Crátos («Poder») y Bía («Fuerza»), y los cuatro, dice Hesíodo, se hallan continuamente cerca de Zeus.1 Estas potencias preludian el comienzo del reinado de Zeus y se mantendrán siempre como ayudantes suyos. → Zeus o
→ Atenea concedían la victoria;2 esto se refleja también en el arte: las estatuas de estos dioses llevan respectivamente una pequeña imagen de N.
en la mano (por ejemplo, el Zeus de Olimpia y la Atenea criselefantina en
el Partenón). El templo de N., levantado hacia 430 a. C. en la Acrópolis ateniense, estaba dedicado a la propia Atenea como diosa de la victoria, y su
suntuosa balaustrada estaba engalanada por una serie de relieves con varias
Níkai (hoy en el museo de la Acrópolis),3 evidentemente como séquito de
la diosa Atenea.
En el culto y la religión griega, N. desempeñaba únicamente un papel
de escasa importancia; esto sólo cambiaría por su aproximación al concepto
romano de la Victoria (con su culto estatal); en cambio, las estatuillas de N.
como exvotos para agradecer una victoria, ya fuera militar, deportiva o musical, en Grecia no constituían ninguna rareza.
A
En época arcaica la iconografía de N. no se había fijado aún, con excepción
de la llamada «flexión de la rodilla», que simboliza su paso apresurado: cf.
la N. de Aquermo de Delos (mediados del siglo VI a. C., Atenas, Mus. Nac.).
No obstante, los artistas posteriores representaron a N. como una alada
diosa mensajera con corona de laurel, cinta y palma, a menudo en vuelo o
descendiendo del cielo: la célebre N. de Peonio de Mende (hacia 425 a. C.,
Olimpia, Mus.) muestra, por ejemplo, el movimiento propio del vuelo por
medio del ropaje que ondea hacia atrás y del águila de Zeus que está a sus
pies (→ fig. 131); muy semejante es la figura de la también célebre N. de
Samotracia (hacia 190 a. C., París, Louvre), pero que ofrece una potente flexión del cuerpo y un movimiento que se adueña del espacio. En cambio,
el tipo romano de la Victoria se aferró con mayor empeño a la N. de Peonio,
con variaciones en el águila, que afectaban casi siempre a la esfera del
mundo bajo sus garras. – Durante el Imperio Romano, en el cual la Victoria
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 585
Nike
Fig. 131: Nike de Peonio,
hacia 425 a. C.
585
Fig. 132:Victoria. Estatua de bronce,
siglo I d. C.
simbolizaba la imagen personal del emperador, convivieron ambos tipos
(el helenístico dinámico y el más estático, clásico): cf. la Victoria del siglo I d.
C. (Brescia; → fig. 132), o el altar con N. de Éfeso (siglo I d. C., Viena,
Kunsthist. Mus.), así como el relieve de N. del siglo V d. C. en Estambul,
Mus. Arqueol. En los sarcófagos cristianos los ángeles eran representados a
menudo en la actitud de N. con la palma.
1
2
3
Re.
H ESÍODO, Teogonía 383ss.
H ESÍODO, Teogonía 401; B AQUÍLIDES 11, 1ss. Estrecha relación entre Atenea y N.:
E LIO A RÍSTIDES, Himno a Atenea 26; siempre en la descripción de la Gigantomaquia: por ej. E URÍPIDES, Ion 457; 1528s.
Cf. I. S. M ARK , The Sanctuary of Athena Nike in Athens: Architectural Stages and Chronology, Princeton (NJ) 1993; cf. también PAUSANIAS 5, 11, 2. – Copias en serie de
N. se encuentran sólo en las artes plásticas.
En época moderna, cuando la diosa de la victoria sirvió a menudo (tanto
en el arte como en la literatura) para la glorificación de los gobernantes, el
tipo de Peonio fue el modelo que solía copiarse para las estelas y arcos
triunfales.
Escultura: Imagen ecuestre (General Sherman) con una Victoria que marcha a la
cabeza, A. Saint-Gaudens, 1900, Nueva York. – Victoria alada, F. Coullaut
Valera, 1975, Madrid, Edificio Metrópolis (bronce).
Bibliografía: T. H ÖLSCHER , Victoria Romana. Archäologische Untersuchungen zur Geschichte und Wesensart der römischen Siegesgöttin von den Anfängen bis zum Ende des 3. Jh.
n. Chr., Maguncia 1967. – W. D EONNA , La Niké de Paeonios de Mendé et le triangle sacré
Letra N, O:Layout 1
586
13.06.2008
12:42
Seite 586
Nike − Ninfas
des monuments figurés, Bruselas 1968. – J. R. F EARS , «The Theology of Victory at
Rome», en A N RW II 17, 2 (1981) 736-826. – M.-L. VON F RANZ , «Nike und die
Gewässer der Styx», en Eranos-Jb. 54 (1985) 455-483. – W. C H . S CHNEIDER , «Victoria
sive angelus victoriae: Zur Gestalt des Sieges in der Zeit des Übergangs von der antiken Religion zum Christentum», en A. M EHL y W. C H . S CHNEIDER (eds.), Reformatio et reformationes: Festschrift L. Graf zu Dohna, Darmstadt 1989, 29-64. – LIMC VI
(1992) 850-904 (A. G OULAKI -VOUTIRA , A. M OUSTAKA , U. G ROTE ). – C. T HÖNE ,
Ikonographische Studien zu Nike im 5. Jh. v. Chr., Heidelberg 1999.
Nikephóros (gr. Nikhfovroı) → Zeus
Ninfas (gr. Nuvmfai, Nýmphai, lat. Nymphae), divinidades de la naturaleza,
hijas de → Zeus1
M
Según la representación antigua, las ninfas vivían en plena naturaleza y en
las grutas, y ahí bailaban por todas partes, preferentemente en corro;2 estaban especialmente vinculadas a → Hermes y a → Pan, pero a menudo
también conformaban el séquito de otras divinidades que actuaban en la
naturaleza: así, por ejemplo, pertenecían a → Ártemis,3 pero también al
grupo de → Dioniso, grupo en el que los lujuriosos → sátiros y → silenos
eran sus acompañantes masculinos.
En época poshomérica se distinguieron distintos tipos de ninfas según
las zonas donde vivieran, pues para los griegos las ninfas no habitaban únicamente en las montañas (oréadas) y el mar (→ nereidas, oceánides), sino
también en fuentes (náyades) y árboles (dríades, hamadríades). Se pensaba
que el destino de las ninfas habitantes de los árboles estaba estrechamente
vinculado al del árbol: si moría el árbol, también lo hacía la ninfa.4 Se creía
que las ninfas más antiguas eran las ninfas melias («ninfas de los fresnos»).5
Algunas ninfas recibieron, como seres individuales, su propio nombre, por
ejemplo → Aretusa, → Maya (madre de Hermes), Salmácide (→ Hermafrodito), Eurídice (la esposa de → Orfeo).
Los antiguos genealogistas, que andaban a la busca de madres para sus
héroes, a menudo recurrían a las ninfas.6 Pero también se contaba que el
cuidado de los dioses durante su infancia, como es el caso del pequeño →
Zeus y el de Dioniso, era confiado a las ninfas.7
R
Las ninfas son daímones de la naturaleza que hacen su aparición de manera
colectiva, cuyo nombre en singular (gr. nýmphe) significa muy en general
«mujer joven, novia». Su designación como «hijas de Zeus» alude a su carácter divino.8 Las ninfas no sólo recibieron culto en fuentes, sino especialmente en cuevas y grutas.
La unión de mortales con divinidades naturales femeninas, de lo que
tan gustosamente se aprovecharon los mitógrafos antiguos para crear sus
genealogías, es en el fondo un motivo muy apreciado en el cuento popular;
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 587
Ninfas
587
posiblemente esas ideas se remontan incluso a época prehistórica.9 Al igual
que a otros espíritus elementales, a las ninfas les desagradaba ser observadas
por los seres humanos, y podían resultar incluso peligrosas para los mortales
que se les acercaran: → Dafnis e → Hilas, por ejemplo, son esa clase de
víctimas de los daímones de la naturaleza; para los griegos, quien estuviera
poseído por las ninfas (= nymphóleptos) pasaba no sólo a estar embelesado,
sino además loco. La creencia en las ninfas se ha mantenido en Grecia hasta
hoy día; son conocidas con el nombre de Neraides, que a lo largo de los siglos se ha extendido para denominar a todas las divinidades femeninas de
la naturaleza.
A
En el arte figurativo se representó a las ninfas como doncellas adultas (a
las ninfas de las aguas, desnudas): por ejemplo, en el «vaso François» (hacia 570 a. C. Florencia, Mus. Arch.); para la escultura, cf. el relieve que se
encuentra en Roma (Vaticano), del siglo II d. C., que representa a las ninfas
con el dios Pan (→ fig. 133).
Fig. 133:
Escena bucólica
con ninfa y Pan niño,
siglo II d. C.
1
2
3
Cf. H OMERO, Ilíada 6, 420.
Así ya en H OMERO, Ilíada 20, 8s; 24, 614s; H OMERO, Odisea 12, 317s (la gruta de
las ninfas).
H OMERO, Odisea 6, 102ss.
Letra N, O:Layout 1
588
4
5
6
7
8
9
Re.
13.06.2008
12:42
Seite 588
Ninfas
P ÍNDARO Fr. 165; Himno homérico a Afrodita (5) 264ss; cf. también OVIDIO, Fastos
4, 231s.
H ESÍODO, Teogonía 187; según una vieja creencia, los primeros hombres procedían
también de los fresnos.
Especialmente en leyendas locales: H OMERO, Ilíada 6, 21s; 14, 444s; 20, 382ss.
C ALÍMACO, Himnos 1, 34ss; D IODORO 4, 2, 3.
W ILAMOWITZ , Glaube, I, 186.
N ILSSON , Gesch. d. griech. Rel., I, 234ss.
El arte figurativo de época moderna unió frecuentemente a las ninfas con
el elemento acuático y las utilizó para la decoración de fuentes, pilones de
fuentes y similares. Desempeñan un papel en la literatura moderna (desde Boccaccio), sobre todo en la poesía bucólica pastoril.
Escultura: Ninfas, J. Goujon (hacia 1510-68), París, Fontaine des Innocents
(relieve en piedra). – Ninfa saliendo del baño, E. M. Falconet, 1757, París,
Louvre. – Ninfa y sátiro, C. M. Clodion (1738-1814), Nueva York, Metropol. Mus. – Ninfa acuática y de los campos, J. H. Dannecker, 1808-10, Stuttgart,
Mus. – Ninfa, J. Pradier, 1819, Ruán, Mus. – Una ninfa en la fuente, F. Moratilla, 1866, Santa Cruz de Tenerife, Mus. de Bellas Artes (depósito del
Mus. del Prado, Madrid). – Ninfas escuchando a Pan, G. Bayes (m. en 1872),
Fig. 134:
Hombre llevando
un caballo y ninfa,
H. von Marées,
1883
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 589
Ninfas
589
Birmingham, Art Gall. (relieve). – Ninfa peinándose, J. Borrell i Nicolau, Barcelona, Pl. de J. Folguera, 1928.
Pintura: Ninfa bañándose, B. Luini (1480/85-1532), Milán, Brera. – Dos
ninfas, Palma Vecchio, hacia 1510, Fráncfort del Meno, Städelsches Mus.;
del mismo, Ninfa bañándose, hacia 1525,Viena, Kunsthist. Mus. – Ninfa y sátiros, P. P. Rubens, 1612-13, Oldenburg, Mus. (una copia de este cuadro,
del siglo XVII , escuela madrileña, en Huesca, Mus. Provincial); del mismo,
Tres ninfas con el cuerno de la abundancia, 1615-17, Madrid, Mus. del Prado.
– Dioniso con las ninfas de Nisa, L. de Lahire (1606-56), San Petersburgo,
Ermitage. – Las ninfas de Diana sorprendidas por los sátiros, P. P. Rubens, 163540, Madrid, Mus. del Prado. – Ninfa y sátiros, D.Teniers el Viejo, 1638,Viena,
Kunsthist. Mus. – Ninfa y sátiro, J. A. Watteau (1684-1721), París, Louvre. –
Diana y ninfa, S. Ricci, hacia 1715, Londres, Royal Acad. – Centauro y ninfa,
A. Böcklin, 1855, Berlín, Staatl. Mus. – Ronda de las ninfas, C. Corot, 1857,
París, Louvre. – Ninfa junto a la fuente, A. Renoir (1841-1919), Londres,
Nat. Gall. – Hombre llevando un caballo y ninfa, H. von Marées, 1883, Múnich,
Neue Pinakothek (→ fig. 134). – Las ninfas del ocaso, J. Brull, 1899, Olot
(Girona), Mus. – Ninfas encontrando la cabeza de Orfeo, J. W. Waterhouse,
1900, Col. privada. – Centauro y ninfa, L. Corinth, 1918 (n.º de catálogo 729). – La dríade (Desnudo en el bosque), P. Picasso, 1908, San Petersburgo,
Ermitage. – Ninfas encadenando a Isleño, M. Blanchard, 1910, Col. particular. – Sátiro observando la danza de unas ninfas, J. M. Sert, 1913, Londres, Kent
House. – Barca de náyades y fauno herido, P. Picasso, 1937, Col. particular.
Adaptación dramática: Die Hochzeit der Dryade, F. Paludan-Müller, 1844.
Poesía: Égloga de las hamadríades, L. Barahona de Soto (1548-95). – Schäferey
von der Nymfen Hercynia, M. Opitz, 1630. – Dryades, W. Diaper, 1713. – An
die Nymphen, J. G. Herder, 1797. – «Ninfa y pastor, por Tiziano» (en Desolación de la quimera), L. Cernuda, 1962. – Las ninfas, J. L. Borges, 1967.
Novela: El fauno y la dríada, J. Ortega Munilla, 1882.
Relato: «La ninfa» (en Azul), R. Darío, 1888 (cuento).
Ópera: Les nymphes de Diane, Ch.-S. Favart, 1741 (ópera cómica).
Ballet: Sylvia ou la nymphe de Diane, L. Delibes, 1876. – Les Nymphes de Parnasse, Haring, 1895. – Les nymphes, G. Michiels, 1900.
Bibliografía: F. G ARCÍA L ORCA , «El mito de Orfeo, ninfas y sirenas», en ID., De Fray
Luis a San Juan: la escondida senda, Madrid 1972, 206-215. – M. T. C LAVO , «Ninfas de
Apolo, ninfas de Dioniso», en Faventia 8/2 (1986) 5-20. – LIMC VIII Add. (1997)
891-902 (M. H ALM -T ISSERAND y G. S IEBERT ). – A. RUIZ DE E LVIRA , «Ninfa de
la fuente», en CFC (L) 17 (1999) 177-180. – M. DE F. D ÍEZ P LATAS , «Naturaleza y
femineidad. Los epítetos de las ninfas en la épica griega arcaica», en CFC (G) 10 (2000)
19-38. – I D., Las ninfas en la literatura y en el arte de la Grecia Arcaica, tesis, Universidad
Complutense, Madrid 2002 [recurso electrónico: http://www.ucm.es/BUCM/tesis/
19911996/H/3/H3002601.pdf]. – I D., «Las ninfas en la literatura griega», en J. C.
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
590
Seite 590
Ninfas − Níobe
B ERMEJO B ARRERA y F. D ÍEZ P LATAS , Lecturas del mito griego, Madrid 2002, 169-328.
– ID., «Sobre ninfas y heroínas en la épica griega arcaica», en Fortunatae 14 (2003) 11-25.
Ninfas melias → ninfas
Níobe (gr. Niovbh, lat. Niobe), hija de → Tántalo, esposa de → Anfión, rey
de Tebas
M
N. se jactó ante → Leto de la abundancia de su prole, compuesta por siete
hijos y siete hijas, mientras que la diosa sólo había engendrado a dos hijos,
→ Apolo y → Ártemis;1 acto seguido, Apolo y Ártemis se tomaron una terrible venganza por la ofensa sufrida por su madre: el dios mató a los hijos
de N., y la diosa a las hijas, con sus infalibles flechas. En cambio, N. fue
transformada en piedra en el monte Sípilo.2 Pero también se contaba que
tras la muerte de sus hijos Anfión se quitó la vida,3 mientras que N. se
mudó de Tebas a su patria, Lidia, y allí quedó petrificada en el monte Sípilo,
que desde entonces vierte permanentes lágrimas.4
Fig. 135:
Nióbida moribunda,
segunda mitad
del siglo V a. C.
(copia romana)
Letra N, O:Layout 1
13.06.2008
12:42
Seite 591
Níobe
591
Fig. 136:
Apolo y Ártemis
matan a
los Nióbidas
R
N. es de origen minorasiático, como nos muestra ya su propio nombre, y
por ello figura estrechamente vinculada al monte lidio del Sípilo. También
la diosa con la que se mide N., en una excesiva alabanza de sí misma, tiene
su origen, juntamente con sus cultos, en el Asia Menor suroccidental (v.
Leto).5 – El punto de partida para la leyenda de la hýbris y el castigo de N.
puede haber sido una roca de llamativa forma humana,6 donde el agua que
resbalaba por encima recordaría unas lágrimas; también en otras partes se
conocen leyendas de mujeres transformadas en piedra.7 El intento de identificar un relieve rupestre hitita como monumento funerario de N. no gozó
de una aceptación duradera.8
La leyenda de N. fue extraordinariamente apreciada en toda la Antigüedad, sobre todo en la poesía y en el arte figurativo. También E SQUILO
y S ÓFOCLES trabajaron sobre el tema; sin embargo, las dos tragedias tituladas Níobe se han conservado sólo en fragmentos, y el desarrollo de la acción resulta por tanto nebuloso.9 Desde época helenística hasta ya avanzada
la época imperial romana, el destino y el carácter de N. se enjuiciaron bajo
puntos de vista muy distintos. Se dice que hasta el emperador Nerón compuso en verso una Níobe y que incluso la cantó.10
A
En el arte griego se representó casi exclusivamente la muerte de los Nióbidas: para las artes plásticas, v. por ejemplo «Nióbida moribunda» procedente del frontón de un templo, de la segunda mitad del siglo V a. C.
(copia: Roma, Mus. de las Termas; → fig. 135), así como el grupo escultórico atribuido a Praxíteles o a Escopas «Níobe y los Nióbidas atacados
por Apolo y Ártemis» (siglo IV a. C., copias: Florencia, Uffizi). Es asimismo
muy famosa la escena «Apolo y Ártemis matan a los Nióbidas» representada en una crátera de cáliz ática de figuras rojas, cuyo anónimo pintor
fue denominado el «pintor de los Nióbidas» precisamente por la perfección artística alcanzada en esta obra (hacia 460 a. C., París, Louvre; → fig.
136); de su mano se conocen, en números redondos, 140 vasos. – En cam-
Descargar