Nuevo estatuto del Personal Investigador en Formación

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Nuevo estatuto del Personal
Investigador en Formación
ZP remienda la investigación
de espaldas a Europa
junio 2005
federación de jóvenes investigadores / precarios
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doorreess-FJI/Precarios
Índice de contenidos
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1
Introducción...................................................................................................................3
2
Aplicación limitada .......................................................................................................4
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Beneficios insuficientes.................................................................................................4
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Indefinición....................................................................................................................5
5
Valoración general.........................................................................................................5
6
Glosario de términos y acrónimos .................................................................................6
Nuevo Estatuto del Personal Investigador en Formación
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Introducción
La Federación de Jóvenes Investigadores/ Precarios (FJI/Precarios) nació en abril de
2000 para aunar los esfuerzos de varias asociaciones locales de jóvenes investigadores.
Desde entonces hasta la consecución del malogrado Estatuto del Becario en octubre de
2003, se sucedieron muchas manifestaciones, actos, reuniones, documentos y comunicados
de prensa.
El Estatuto del Becario, aprobado por el gobierno de Aznar, del que desde un principio
se sabía que no iba a resolver el problema del colectivo de IIFI y cuyas carencias ya había
denunciado el CES en su informe, terminó siendo peor de lo que la FJI suponía. Debido al
conjunto de inconsistencias legales que presentaba, la FJI decidió recurrirlo ante el
Tribunal Supremo, donde está pendiente de sentencia.
En 2004, con el cambio de gobierno, se abrió una etapa en la que, de cumplirse el
programa electoral y las promesas de cuando el PSOE estaba en la oposición, se esperaban
cambios significativos en la política científica de España. Sin embargo, el nuevo Estatuto
del Personal Investigador en Formación, que no es más que una reforma del anterior
Estatuto del Becario, lejos de marcar un punto de inflexión en el reconocimiento de los
derechos laborales del peón de la investigación, escenifica la continuación de una política
de parches y de reacción a destiempo, que caracterizaron al anterior ejecutivo.
Este maquillado estatuto, es verdad, introduce por fin la contratación en la etapa
predoctoral; pero sólo se contempla para dos de los cuatro años de financiación y ni
siquiera es una innovación relevante, ya que cinco comunidades autónomas han puesto en
marcha modelos parecidos. Eso sin mencionar las ayudantías en el ámbito universitario,
que permiten a un licenciado realizar su tesis bajo contrato. Además, y lo que es peor,
mantiene tres de los cuatro grandes fallos que presentaba su predecesor e introduce uno
nuevo:
ƒ
Su objetivo teórico de establecer un marco jurídico común para todo el colectivo de
becarios de investigación queda limitado por el propio texto, ya que las condiciones
que propone contribuyen a aumentar la desigualdad que ya existe en el heterogéneo
panorama español de becas de investigación, acentuando la discriminación de parte de
los becarios de investigación.
ƒ
A pesar de su vocación de ser una normativa homogénea, deja muchos aspectos
normativos a los detalles de cada programa de becas y de cada centro de trabajo;
provocando que, dentro del grupo de los beneficiarios, siga persistiendo un alto grado
de indefinición.
ƒ
La cobertura que ofrece es claramente insuficiente, refiriéndose esto, principalmente, a
que la base de cotización que se fija para los becarios de investigación sea por el
Salario Mínimo Interprofesional (SMI), y a que no está contemplado el subsidio por
desempleo para dicho becarios.
ƒ
El anterior RD del Estatuto del Becario de Investigación, en tanto que “del becario”,
cubre a los becarios postdoctorales. La mera existencia de becas para doctores es una
aberración del propio sistema de investigación. Sin embargo, el pequeño paraguas de
protección que ofrece el Estatuto en vigor desaparece con el nuevo, a pesar de que las
becas para doctores permanecen. De esta forma, se pone de manifiesto una vez más la
necesidad de implantación de una norma específica para la contratación de doctores.
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Aplicación limitada
La presentación del Estatuto considera que la protección social de los becarios de
investigación debe ser "objeto de una regulación que lo haga común a todos ellos". A pesar
de ello, la aplicación del Estatuto tiene graves limitaciones:
ƒ
La aplicación se restringe a los programas de becas que se inscriban en un Registro.
Dicho Registro podría ser el instrumento de homogeneización que la FJI/ Precarios
siempre ha solicitado. Sin embargo, la inscripción de estos programas es totalmente
voluntaria para las entidades que convocan los diferentes programas, con lo que es
previsible que origine un aumento de las desigualdades en el colectivo en cuanto a
derechos laborales fundamentales. Este punto fue muy criticado por el CES en su
informe sobre el Estatuto del Becario, señalando que este punto era una vulneración de
algunos principios constitucionales.
ƒ
La inscripción está limitada a los programas financiados con fondos públicos de
organismos estatales o entidades privadas sin ánimo de lucro. Esto cierra totalmente las
puertas al ámbito privado, para que pueda incorporar de manera regulada a personal
investigador en formación a sus plantillas. Este hecho entra en contraposición con lo
que se ha manifestado desde el gobierno sobre el gran interés en fomentar la
investigación por parte del tejido empresarial español.
Una de las más importantes consecuencias de todo este planteamiento es que sólo una
pequeña parte de los becarios de investigación existentes en estos momentos en España
quedará acogido al Estatuto de Personal Investigador en Formación, ya que la inscripción
en el actual registro no ha sido masivo: prácticamente ninguna convocatoria de las
administraciones autonómicas o de las universidades. No es posible consultar ni el número
exacto de entidades acogidas ni saber cuáles son, puesto que el registro no es de acceso
público. En consecuencia, no es probable que aquellos organismos que no se han acogido
al Estatuto del Becario se inscriban ahora con este nuevo Real Decreto.
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Beneficios insuficientes
Básicamente, el Gobierno dice conceder a los becarios de primer y segundo año, con
este Estatuto, "todos los derechos del Régimen General de la Seguridad Social (RGSS),
menos la protección por desempleo". Pero esta declaración es engañosa porque, aparte de
esta importante salvedad, el resto de los derechos están severamente recortados, puesto que
la base de cotización no será equivalente a la dotación mensual de la beca (como está
establecido por ley para el RGSS) sino al SMI.
La cuantía de las becas predoctorales ministeriales está en torno a 1100 €/mes en doce
pagas, y es de suponer que las becas registradas se sitúen en esa cantidad. Con el tope
mínimo de cotización (SMI más un sexto), actualmente en 520 €/mes, en caso de baja por
enfermedad o por maternidad o paternidad, los ingresos de un becario predoctoral se
reducirían más de un 50%, precisamente en una situación de necesidad, y en contraste con
lo que ocurriría con otro trabajador de similares ingresos. Además, con relación a becas
que ya contemplan el permiso de maternidad con el 100% de los ingresos, se produce un
gran retraso con esta medida, perjudicando más a los afectados.
Algunos Organismos Públicos de Investigación (OPI), para poder formalizar un
contrato requieren una cuantía superior a la que ofrece el ministerio en sus programas, en
torno a 1500€ e en catorce pagas, debido a lo estipulado en sus respectivos convenios. Tal
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diferencia supone, en la práctica, que el Investigador en fase inicial no pueda firmar un
contrato y que, por tanto, se quede sin ningún tipo de protección social. Este hecho es
conocido por el ejecutivo central desde el año pasado, cuando diferentes comunidades
autónomas con un modelo 2+2, como Aragón y Catalunya, no pudieron ofrecer un contrato
a aquellos investigadores que realizaban su tesis en centros del CSIC. La reforma del
estatuto en vigor ignora esta realidad.
Finalmente: para que se pueda contratar a un becario de investigación se le exige estar
en posesión del Diploma de Estudios Avanzados (DEA), y pretende delimitar la
posibilidad de tenerlo al finalizar el segundo año de beca. Además de no contemplar el
panorama académico español en lo que respecta al Tercer Ciclo y a la obtención del DEA,
esta distinción entre investigadores predoctorales pre-DEA y post-DEA es artificial,
arbitraria y contraria a las recomendaciones de la Unión Europea.
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Indefinición
El documento aborda también los derechos y deberes que debe cumplir el investigador
en formación, así como los deberes del organismo donde éste trabaje, y los mínimos que
deberá cumplir el programa de becas para poder incluirse en el Registro. A pesar de aclarar
aspectos como la propiedad intelectual y la propiedad industrial, o establecer la
mensualidad en el pago de las cuotas a la SS (lo que podría ayudar a acabar con los
importantes retrasos que se dan en los pagos), sigue dejando un completo vacío en temas
como las vacaciones o la posibilidad de suspensión de la beca en ciertas circunstancias,
quedando su regulación totalmente abierta a las diferentes formas de actuación de los
organismos receptores de becarios. Habida cuenta de que, tanto en muchos programas de
becas como en los reglamentos de algunos centros, no se abordan estas cuestiones; el
Estatuto debería incluir directrices precisas al respecto, como señaló el CES en su informe
sobre el Estatuto del Becario.
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Valoración general
¿Cómo quieren que la sociedad perciba la importancia de la investigación para su
desarrollo, si ni tan sólo son capaces de legislar para reconocer los derechos laborales de
los profesionales que nos dedicamos a ella? Por desgracia, con esta nueva propuesta de
Estatuto, se está perdiendo una importante oportunidad para reconocer que la investigación
es una actividad profesional, como ha manifestado en alguna ocasión el Sr. Rodríguez
Zapatero: “…son los poderes públicos los que deben aplicar esta equiparación laboral,
porque son ellos los que tienen que dar ejemplo.” (El País, 2 de diciembre de 2002). Es
necesario proporcionar una regulación laboral adecuada a todos los investigadores en
España.
Al haber excluido al ámbito empresarial de la posibilidad de acogerse a esta normativa,
han complicado aún más la posibilidad de que, algún día, la inversión privada en
investigación por lo menos iguale a la pública, haciendo que sea cada vez más difícil que
aumente la inversión en investigación en España.
Todo lo comentado anteriormente pone de manifiesto la indefinición y la falta de
universalidad que hacen que esta medida no pueda llegar a la categoría de Estatuto.
Por otro lado, los graves recortes en las prestaciones sociales, habida cuenta del
mínimo coste que le supondría al Gobierno, según sus propios cálculos (menos de 1300 €
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por becario y año), y el largo periodo que se ha tenido que esperar, han ido irritando al
colectivo de becarios de investigación, ya que nuestra petición fue siempre la de obtener el
estatus de trabajador con todas las consecuencias, que este Estatuto está muy lejos de
satisfacer.
Aragón se decantó en 2001 por financiar mediante contratos una parte de la etapa
predoctoral, tras el DEA. Catalunya ha manifestado públicamente su intención de ir hacia
un 1+3 en la próxima convocatoria, reconociendo al mismo tiempo que no pueden ir más
allá porque la legislación laboral actual no se lo permite. El propio Ministerio de Sanidad y
Consumo contrata a los médicos especialistas para formarse como investigadores. Y, sin
embargo, el Estatuto del Personal Investigador en Formación llega tarde, es insuficiente y
parcial.
Más aún, esto ocurre mientras España ocupa en Europa un pésimo lugar en cuanto a las
condiciones de trabajo de los investigadores más jóvenes, y la Unión Europea señala la
importancia de los recursos humanos en la consecución de los objetivos de la conferencia
de Lisboa.
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Glosario de términos y acrónimos
CES: Consejo Económico y Social
CSIC: Consejo Superior de Investigaciones Científicas
DEA: Diploma de Estudios Avanzados, obtenido tras la prueba de Suficiencia
Investigadora. Habitualmente se obtiene en el segundo año de doctorado.
FJI: Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, responsable del presente documento.
IFI: Investigador en Fase Inicial
OPI: Organismo Público de Investigación
RD: Real Decreto
RGSS: Régimen General de la Seguridad Social
SMI: Salario Mínimo Interprofesional
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