discurso del presidente de la corte superior de justicia de lima norte

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DISCURSO DEL SEÑOR PRESIDENTE DE LA CORTE SUPERIOR DE
JUSTICIA DE LIMA NORTE, POR CONMEMORARSE EL 194 ANIVERSARIO
DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
Señores Jueces, señoras juezas, personal administrativo, jurisdiccional y usuarios
de los servicios de justicia de esta Corte Superior, es un honor para mí dirigirme a
ustedes en razón de conmemorarse un aniversario más de nuestra patria y
empezaré señalando que:
Cuando los españoles llegaron en 1532 al Imperio de los Incas y lo “conquistaron”
el Perú aún no existía, pero cuando terminó la dominación española en 1824 con
las batallas de Junín y Ayacucho, el Perú sí existía. Es por ello que en el transcurso
de casi 300 años de dominación Española, se fue formando aquí una obra
imperceptible e impalpable, y es lo que se ha venido a llamar la NACION
PERUANA.
Esto quiere decir entonces, que el proceso de nuestra independencia fue el
resultado de un largo proceso, que se inició en las colonias españolas y poco
después la conquista, sin embargo, una vez iniciado el proceso de dominación
española, se produjo una activa oposición a la invasión que se expresó en la
rebeldía de los Incas de Vilcabamba iniciada por Manco Inca, que prosiguió con la
rebeldía de Tupac Amaru I, de Juan Santos Atahuallpa caudillo de la rebelión
aborigen en la zona de la sierra y selva central de nuestro país, continuando luego
con la rebelión de Tupac Amaru II quien luego de arduas batallas, finalmente fue
derrotado y ejecutado el 18 de mayo de 1781.
Pero no obstante haber sido ejecutado, el movimiento revolucionario que iniciara
Tupac Amaru II prosiguió en el resto de nuestra patria, bajo la dirección de
Cristobal Tupac Amaru y Pedro Vilcapaza que hizo de Azángaro-Puno, la capital de
la nación indígena.
Pero también los criollos (hijos de españoles nacidos en el Perú) y mestizos (hijos
de indias y españoles), empezaron a sentir amor por el Perú, ya que no se
consideraban españoles, sino americanos y especialmente peruanos, aquí tenemos
a José Baquíjano y Carrillo, Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, Hipólito Unanue,
Toribio Rodríguez de Mendoza, Manuel Lorenzo de Vidaurre y Faustino Sánchez
Carrión, a quienes ya no les interesaba la patria de su(s) padre(s), ellos querían al
Perú, escenario geográfico donde nacieron, donde vivían y por cuyo destino
política se preocupaban.
Así mismo, el 02 de agosto de 1814 se inició en el Cusco, la segunda gran
revolución libertaria de nuestro país que fue dirigida por el Brigadier Mateo García
Pumacahua y los hermanos Juan, Vicente y Mariano Angulo, apoyados por
numerosos indios, mestizos y criollos.
Como resultado de todos estos movimientos emancipadores, se proclamó nuestra
independencia el 28 de julio de 1821; gracias a la corriente libertadora del Sur
dirigida por el General San Martín, donde más tarde se le unió la corriente
libertadora del Norte, encabezada por Simón Bolívar, ambas fuerzas se unieron y
derrotaron definitivamente al ejército español en las Batallas de Junín y Ayacucho.
Estimados compatriotas, estimados jueces y servidores de esta Corte Superior, el
próximo 28 de Julio se celebra un año más de nuestra independencia, cumpliremos
194 años de ser un país “libre e independiente”, gracias al esfuerzo y sacrificio de
nuestros antepasados; es por ello que se hace necesario rememorar estos datos
para que recordemos qué fuimos, para reconocernos a nosotros mismos y saber
qué somos hoy, y proyectarnos al futuro.
Sin embargo, nosotros debemos seguir luchando y trabajando para que nuestro
Perú sea más grande de lo que es, para que nosotros los peruanos seamos más
unidos y nos aceptemos tal cual somos, es decir, reconozcamos que somos un país
de “todas las sangres” y donde hemos confluido varias culturas, la cultura andina
que es la base y madre de nuestro ser, la europea, los afrodescendientes y la
oriental, y es precisamente este legado es lo que nos hace diferente a los demás
países, es de allí de donde brota nuestra fortaleza y nuestra riqueza cultural.
En lo que nos toca a los jueces, nosotros reiteramos nuestro compromiso de
servicio a la ciudadanía a quienes debemos servir con mística, transparencia,
rectitud y ética, puesto que se nos ha encomendado juzgar a nuestros
compatriotas; es decir, decidir sobre su familia, sobre su libertad, sobre su
patrimonio, y en resumen yo me atrevería a decir “sobre su vida”; es por ello que
nosotros -reitero- no debemos perder de vista que somos servidores públicos y
como tal, debemos escuchar a nuestros conciudadanos cortésmente, responderles
sabiamente, ponderar prudentemente y resolver los casos imparcialmente.
¡¡ Que viva el Perú !!
Muchas gracias.
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