LA Redacción y fldminlstracioiu Call^ de Larra, 8. iAadrid. Diarlo Independiente de la nocfie nftoíV.—Núm. tííS 20 de abril de 1923 PrcQlo: 10 Qintimos. noticias de todas paHes -*»^ A.. .iWinMlli.t-H'J.I' SILUETAS DE ARTE La figura de Alfred Kerr Arte hispanoamericano Desde hace unos días es huésped de España el eminente escritor alemán Alfred Kerr, gran viajero y crítico de alt-a reputación. Su obra, cuantiosa y multiforme, Be dÍTÍde en dos series: una dedicada a sus viajes y otra al teatro, esta última con el título de Die Welt im Drama, de la cual van ya publicados siete volúmenes. Actualmente ejerce la crítica teatral en el Berliner Tageblatt, y es tal vez en Alemania la máxima autoridad en esa disciplina. Y fuera de su país, pocos son—en este período de decadencia general de la crítica—los que pueden comparársele. Alfred Kerr fué uno de los paladines del teatro moderno, que comienza en Alemania teniendo por órgano, en 1890, la revista Frcic Bühne (Escena Libre), así titulada como el grupo teatral del mismo nombre; luego, en 1894, se transforma en la Ncuo Deutsche, y en 1904, en la Nene Rtindschav, (La Nueva Revista), que adquiere un gran impulso bajo Kerr, y, a su vez, lo revela como uno de los críticos dramáticos más personales, valerosos y penetrantes. Por el año 1905 recoge en un libro. Das nene drama (El drama nuevo), los trabajos publicados en esos años acerca do los más ilustres dramatuí-gos de Europa aparecidos en la segunda mitad del siglo XIX, fijando su filiación histórica y una valoración intrínseca que todavía hoy, a los veinte años, se mantiene tan firmo como en el momento de ser escrita, con lo cual logra Kerr realizar su ideal de la crítica—que otro historiador del arte dramático, Robert Arnold, en su Das hwdertio drama, conceptúa imposible—, que consiste en situarse frente a las nuevas creaciones litoi-arias como pueden hacerlo sus historiadores veinticinco años más larde. Pero no a todos les son dados tales privilegios de intuición artística. La América español?, comienza a enviamos sus artistaV Bien venidos sean. ¿Traerán fennentos estéticos que de algún modo puedan contribuir a sacudir la añosa modorra que paraliza lo más visible do nuestras artes? ¿Contribuirán con sus obras a remover el estancamiento y desmayo ai-tístico de Madrid? Así es de esperar. Pues aunque por el momen:to la América española no ha producido—que sepamos—^ninguna al"a personalidad artística, cuenta ya, sin embargo—sobre todo la Argentina y Méjico—, con algunos vigorosos grupos de artistas ; ¡en orientados y fervientes. En loa años de la gran guerra ludimos ver en Madrid una expofiición de pintores argentinos quo venían, en gran parte, de París; y allí quien no fuera cegato pudo observar con qué energía y honestidad proíesional y conocimiento ibuscaban aquellos artistas americanos una orientación personal y nacional a la vez, en medio de las múltiples corrientes del arte actual europeo. La exposición que décimas representaba, sin duda, con bastante exactitud, las inquietudes y aspiraciones do los artistas hispanoamericanos más distinguidos, que tratan de dotar a sus respectivas patrias amaricanas de la distinción de las artes. Una parte de la critica madrileña—no toda, ciertamente—, con su habitual insensibOidad y miopía, consideró que los artistas argentinos macaneaban un poco, y no hubo de estudiarlos con la atención simpática que su noble esfuerzo mereció. Bien es verdad qu« la misma actitud—tan sólidamente autorizada por sus profundos estudios y conocimiento do las ai-tes—hubieran adoptado ante una exposición de obras maestras de Cezannc, Gauguin, Renoir, Picasso, Echevarría o Sunzer. De entonces a e-sta parte ha variado no poco el criterio artístico do nuesti-o público—quo marcha ahora acaso por delante de la mayoría de los críticos rotativos y de buena paito de los artistas, ¡oh los hermanos durmientes I—, y se puede afirmar, quizá sin gran riesgo de eciuivocarse, quo hoy sería recibida aquella exposición de un modo más reflexivo y con un espíritu mejor preparado por ulteriores experiencias estéticas. En esta ocasión, en que tanto se habla de nuestro acercamiento a los pueblos hispanoamericanos, convendría, sin embargo, que no nos dejáramos g^iar por una mal entendida política, en virtud de la cual depusiéramos nuestro criterio y sentido crítico ante la obra artística americana, y, dejándola de estudiar con toda la simpatía y buen acogimiento que merece, substituyéramos el análisis do sus cualidades y características por crítica crea una obra de arte. Toda otra significación está vacía. Entre los críticos, sólo tiene dereclio a aproximarse a un poeta de marca quien lo sea él mismo." Para Kerr, pues, crítico y artista se equivalen. "En la crítica no sólo hay que decir la verdad (lo cual se presupone), sino formar con su expresión una obra de arte, producir una belleza, construir una creación. Ese es para el crítico el punto en que cesan las diferencias íntimas entre el poeta de cuño y el crítico, en que éste no corre al fronte del enjambre como adversa, rio, sino que vive en él, como de su misma condición, como representante de una modalidad poética... Pero es pequeña l a crítica que quiero ponerse a la obra a costa de un autor. Más bien tiene el crítico que ser, al principio y al ün, una cosa aún: un hombre moral." Por lo apuntado se desprende cuál es la actitud de Kerr ante el teatro moderno: poeta entusiasta con los grandes poetas; poeta satírico con los mediocres. Para él es Ibsen—no podía menos de ser así— no principio do una nueva era dramática, sino término; no cimiento, sino cima. "Aquí—escribe—aparece como un concluidor, no como un fundador. Como tienen que ser concluidores los hombres do su grandeza. Spinoza vale como pensador-término. Shakespeare, después do Marlowo y compañeros, fué un concluidor. Concluidor, Wágner, después de Wébcr y aun Meyorbeer. Zola, quo ha conquistado el mundo, está sobre los hombros de Balzac, que no lo conquistó. Así son los últimos precursores de Ibsen, en una parto importante de la forma dramática, Hebbel y Otto Ludwig. Pero él trae los más maduros y victoriosos re^ sultados finales de la evolución en cuyo centro ellos se alzan. También es él un pensador-término. Movimientos de almas, como sombras; modificaciones en los secretos movimientos de lo íntimo; ocultos impulsos: eso sabe crear él intensamente con los estrechos recursos de una técnica realista del drama. Es la suya una manera grandiosa, segura y clara de dejar leer enti'e lineas, que desdeña las expresiones directas y, sin embargo, permito mirar en el interior de los seres como en los miem. bros abiertos y cristalizados de perros sometidos a vivisección." El método crítico de Alfred Kerr es más arte que ciencia; en rigor, es una actividad puramente artística, una creación que puede ser tan bella—a veces más bollacomo las creaciones sobre las cua^ les opera. Más que un magisterio con pretensiones de apodíctica y universal autoridad, es la expresión de ideas y emociones personales, que valen por la forma que les imprime el crítico, no por-la doctrina que aspií-an a imponer. Con gusto quisiera extenderme Pero dejemos a Kerr que se explique a sí mismo, tal como lo hace sobre otros juicios de Kerr acerca p,n la introducción a su Das neue de la crítica en general y de los mejores dramaturgos europeos en dramai sus estudios específicos. Pero es "iSí, si la crítica fuera unacienprobable que mañana él mismo decia! Pero es demasiado fuerte lo fina en el Ateneo su concepto de imponderable. En el más hermoso la crítica. Estas líneas sólo quiedo los casos, es un arte, y será tan- ren ser Un sumarísimo bosquejo to más grande cuanto más arte de esta interesante personalidad Pea. Piénsese en el sublime Les- que hoy visita a España. sing: hoy es un desatino su tco!rta del momento ti-ansitorio, y haLUIS A R A Q U I S T A I N bladurías su doctrina de la catareis, fundada en el incomprendido Aristóteles; sólo la manera en que dice ambas cosas queda inmortal. El arte está en el crítico, sigue viviendo en él. ¿Qué es una crítiESTOCOLMO 20 (2 t.)—Ha ca fecunda? ¡Ningún crítico ha quedado constituido el nuevo Goproducido aún un poeta I Crítica bierno de coaJición, que preside el productiva es aquella que con la Sr. Trygger. (Fabra.) El Gobierno sueco ARiyWCRATICAS bEÑOKITAS QUE HAN TOMADO l'ARri: EN LA FIESTA BENÉFICA A FAVOR ESCOLAR", CELEBRADA EN EL TEATRO DE LA COMEDIA' ~ ••'.•¿.íifiítf-ií DICEN DESDÉfMELILLA DE •/íí/ DESAYUNO (Foto Alfonso.) LA JUSTICIA MILITAR Acerca de las gestiones de Él general Sánchez Ortega pacificación entabladas con entró ayer noche en Prisiones AM-el-Kriffl Militares Hay rumores de que lo tratado no se acoge con satisfacción ¿Disgusto? ^<''' Pare<'e que en los centros militares, por i-egla general, no so Jia recibido con satisfacción la noticia de las gestiones que hay planteadas con Abd-el-Krim. Desde el martes, día en que llegaron do Melilla alg^unos iniilitares, se supo que se trataba con Abd-el-Krim la sumiaión de las cabilas rebeldes mediante algunas compensaciones, y que en aquella plaza africana se decía que el Gobierno había concedido al alto comisario un plazo de veinte días para iniciar la gestión. Ha vuelto a hablai-se con tal motivo de la reunión que celebraron en Capitanía General los sesenta y ocho generales y coi-onelc?. Por lo que respecta al Gobier- El éxito de los estudiantes portugueses no, si bien parece probable que en el Consejo último no se habló para nada do Mari-uecos, afírmase que más de un ministro no ve con agrado los términos em que se lleva la negociación, y, por tanto, será fácil que en el Consejo próximo haya que abordar reeiucltamente el problemíi. Lo que se dice en Melilla Las noticias que se reciben de Melilla por correo o por personas que llegan de allí, porque la censura para el telégrafo sigue siendo muy rigurosa, convienen todas en que se ven en la playa de Aydir numerosos moros, entre ellos aJgunos muy conocidos. Ginipos de moros jóvenes dan paseos en bote sin ser molestados. Afírmase también que entre ed Peñón do Alhucemas y la playa hizo estos días varios viajes el moro afecto BelcrLsto. Respecto a las negociaciones, afírmase que un emisario de Abdol-Krim, después de haber pedido parlamento con bandera blanca, entregó al comandante del Peñón de Alhucemas un mensaje importantísimo, que no va firmado por Abd-el-Krim, sino por Abd-el-Selam, a quien el cabecilla beniui-riaguel titula su ministro de Relaciones Exteriores. Según tales informes, en el documento se dice que, convencido Abd-el-Krim de que España es la única nación quo procede noblemente de cuantas se disputan la influencia en Marruecos, dcs-ca someterse al Rey cte España. Un ratero tiroteado -¿Que armáis una revolución en Madrid con vuestros "fados"? i Eso es viejo 1 BARCELONA 19 (11,30 n.).— Esta noche circuló un rumcr sensacional que, al cabo, fué desmentido. Se decía quo a las nueve y media de esta noche, en la barriada de Sans, había ocurrido un tiroteo entre dos grupos de los sindicatos libre y único, y que la Guardia Civil había intervenido, haciendo numerosos disparos, que habían causado numerosas víctimas, hasta el punto de que se había reclamado el auxilio de las camillas de la Ci-uz Roja. En los centros oficiales nada sabían, y, por fin, se averiguó que lo ocurrido era lo siguiente: un ratero había intentado forzar la puerta de la casa número 7 da la calle de San José, de la barriada do Sans, y habiéndolo notado un vigilante particular dio el alto al ladrón c hizo varios disparos de arma dt- fuego, que b puFÍei-on en fuga, y se supone aue resultó herido. Uí'ebos-^ Absolución en la causa por el fondo particular de una Remonta Aunque ayer tarde se dio por ingresado ca Prisiones Militares para cumplir su arresto al general Sánchez Ortega, lo cierto es que este señor llegó cerca de las ocho de la noche. Vestía de imiforme. Le acompañaban su ayudante, un hijo suyo, el coronel Riquelme y dos amigos; preguntó por el oficial de guardia. Este, que ei-a el teniente señor Guinot, se apresuró a salir al encuentro del general, a quien invitó a que pasase a descansar al cuarto de banderas. El general aceptó el oírechniento y permaneció allí algunos minutos. La guardia, constituida por fuerzas de Sanidad Militar, le rindió honores. Luego manifestó que se había presentado p a i - cumplir el arresto que le había sido impuesto por el Consejo Supremo, y pasó a las habitaciones del pabellón que ya se le habían preparado, acompañado del gobei-nador militar de la prisión, coronel Daban. Es ese pabellón el señalado con el número 2, que consta de dos piezas: una de ellas es una salita amueblada con una sillería y varias sillas sueltas, una mesa de caoba y una cómoda, sobre la que se ve un retrato del Rey. Esta habitación es muy amplia. La otra es el dormitorio, y en ella no hay otros muebles que una sencilla cama do hierro, vainas perchas y unas sillas. La ventana por donde reciben luz estas habitaciones da a la calle del Rosario. do particular en el tercer establecimiento de Remonta de Ecija. lya .sentencia fué absolutoria con toda clase de pronunciamientos favorables, conforme al espíritu de la jui-ispradencia sentada por el )nismo íáto Tribunal, y reconociendo que aunque los hechos, que no pueden ser en modo alguno constitutivos de delito, lo fuesen de falta, no proce<le ni aun el apeix:ibimiento gubernativo, por estar amparados los sometidos al procedimiento a la amnistía del año 1918. Todos los sometidos al procedimiento fueron calurosamente felicitados, así como los defen.sorcs; uno de los más felicitados fué el comandante Matilla, defensor de tres, y que acertó en su defensa a fijar exactamente los términos jurídicos del caso sometido a la resolución del Consejo Supremo. Las responsabilidades administrativas El ministro de la Guerra, en su conversación con los periodistas, dijo: —He recibido la visita del general Bazán, eil cual me ha adelantado los planes que piensa seguir para depurar las responsaliilidades administrativas en el orden militar; labor que, como saben uste<les, le ha confiado el Gobienio. Los planes del general Bazán mo confinnan en el acierto con que procedí al nombíarlo. Hoy o mañana recibiré la propuesta del personal auxiliar que necesitíi para llevar a cabo su cometido. La reunión de hoy. El convoy a Tizza y el recurso del general Navarro Los ateneístas y el general Aguilera Esta mañana so reunió el Consejo Supremo en Sala de justicia. En primer término, acordaron que el nuevo consejero Sr. Bellod sea juez inptractor en la causa por el convoy a Tizza, misión encargada al general Pontán, cuya vacani'x, por ascenso, ocupa el general Bclloíl. Luego estudiaron el escrito del general Navarro pidiendo la anulación del auto de procesamiento dictado contra él. Estudiaron también el escrito del consejero instructor general Ayala y el del fiscal Sr. García Moreno, y el Consejo, sin apenas deliberar y por unanimidad, acordó que n,o había lugar a rectificar el auto de procesamiento dictado por el juez. Entre los socios del Ateneo cunde el propósito de dejar tarjeta en el domicilio del general Aguilera, como homenaje al presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina. El capitán Civantos MELILLA 19 (11 n.).—Ha inpresado en el fuerte de María Cristina el capitán de la Policía Indígena D. José Civantos. (Febus.) El auditor Bonal entra a cumplir su arresto MELILLA 19 (11 n.).—Esta tarde marchó a la estación de hidroaviones para cumplir arresto el auditor do división Sr. Bonal, quien, por tal motivo, hizo entrega al teniente coronel Tjfo de la Después continuó el Supremo Brigada Disciplinaria de las candeliberando acerca de la causa vis- ias que instniía y ciue éste se- El fondo particular en el Depósito de Remonta. Absolución ••"irá, (Febuij.) supeificiales cabalgadas a través del elogio ún conocimiento, o da la apología por moras razones de cortesía o política. No creemos que este sistema de c í t i c a nos lo hayan de agradecer a la larga los americanos, pues si innocuidad es manifiesta, y aviado estaría su arte si no pudiera resistir el contraste con la crítica analítica. Vengan, pues, los artistas americanos a Madrid, y cuenten con nuestra mejor acogida, la qua foi-man la simpatía y la comprea»', sión; pero que ella se manifiesta' con actitudes serias, discretas y; delicadas, no con aspavientos y ' ficciones do entusiasmo por inte-' res. Los artistas americanos no, son niños, y nuestra dclicodeza nos obliga a tratarlos, no como' huéspedes de un día festivo, sino! como hombres con quienes hemoa, de tratar largamente de asuntos importantes, en los que hay que" poner la más fina atención y el' vigor de nuestra inteligencia. Con este criterio estudiaremos,; pues, la personalidad del pintor, argentino Sr. Quinquela, cuya exposición en el Salón del Círculo' de Bellas Artes no hemos podido | aún ver por hallamos ausentes de Madrid, pero cuya obra conocemos desde hace algún tiempo. JUAN DE LA ENCINA'^ San Sebastián, abril. La constitución del Parlamento y el suplicatorio del general Berenguer El Gobierno ha cambiado ya impresiones acerca de la íecim probable en que podrá quedHr constituido el Parlamento y loa problemas que habrán do someterse a él en primer lugar. Segura loa cálculos, el Senado quedará constituido, el día 2 do junio, c inmediatamente se planteará ante la Alta Cámara el asunto que, en relación con él y con los ofrecimientos_ do la concentración, interesa más a la opinión pública: el suplicatorio pedido por el Clonscjo Supremo de Guerra y Marina para procesar al general Berenguer. Este será ca-si indudablemente el primer acuerdo que atiopte el Senado. Como es natura], no es Um fácil hader cálculos respecto de la constitución del Congreso, por ser en esta Cámara más numerosos y, más complicados lo.s debate;^ sobre; actas. Suponen algunos ministros ^ que la realidad del momer\to i?o: impondrá con tal fuerza a los diputados, que podría ser que prescindiesen de la prolija discu^jón sobre actas apenas vieran que e l ' Senado había concedido el suplicatorio del genoKil Berenguer. LA CENA DE LAS BURLAS Hoy lo mismo que ayer Se dice... En tm "se dice" cabe wi mundo de cosas. Pero en este "se dice" no creemos nosotros ni poco ni mucho. ¡Hasta ahí podían llegar las bromas] Se dice que un ministro do los más inseguros cn sus distritos mostrábase ayer muy encolerizado contra cierto Alto Tribunal, encargado de dictaminar sobre las actas. —¡Eso 110 es posible!—exclamaba—. O se tira do la manta para todos, o para ninguno... Si antes no se hila delgado, ¿por qué regla de tres se va a hitar delgado ahora? ¿Va a ser el hilo liberal más sutil que lo fué el hilo conservador? A nuestro parecer, el vdnistro aludido tiene razón sobrada. No se hilará ahora más delgado que antcf, porque si ahora ee tomara esa determinación sería neci^sario confesar que a~Jes se había obrado de ligero. I-0 creemos, pues, eso que "se ^icc" de que el citado Tribunal no haya de ceder, en adelante, a ninguna presión del Gobierno. Hará lo que ha hecho siempre. Y esto no lo interprete ningún malicioso en el sentido de que cederá, sino en el de que nunca ha cedido. No hay, por lo tanto, que hablar de cambios de actitud. Poner'en duda la independencia de ese Tribunal cfisi es obligarle a que no deje pasar ni un acta del Gobierno, en señal de inde¡)endencia. Ese es, precisamente, el temor de algunos candidatos ministeriales. Prefieren creer, en honor del Tribunal y cn provecho propio, que todo pastirá cojjio siempre ha vasiidít- El rumor falso No 03 fiéis, candidos Itombrea do la oposición, scneillos Sánchezouerristas, caiidoroaos maurislaa, ilusos republicanos, de lo quo 90 va propalando por ahí. ¿Supri' mir las dietas? Nadie ha pensado tal cosa. Es lo primero que se dice, secretamente, cn las esferas oficiales, al adicto: —St oye usted que las dietaf van a pasar a mejor vida, no haga caso. Es para ver sí ofroa lo creen. La cara del que recibe la confidencia, suele dilatarse, mostrando la íntima satisfacción. Alguno re¡dica: —¡Como eeo está todavía enai en el airel —¿Cómo en el aire?—se le contesta—. En la mano y muy en la mano si usted no se deja atrope' llar. Sale nuestro hombre del deitp<ieho oficial decidido a no consentir atropellos, y tan consolado va, tjptc compra pasteles a los chiquillos y le dice a la consorte: —Nada. ¡Era un rumor falso! —¡Ya decía yol—responde ella, que está haciendo cálculos con lae mil pesetas correspondientes a mor yo próximo. Entre tanto, sigue exlendiéndoso el rumor; pero ca para que llegue a loa adversaiios, a fin de que éstos no esgriman como anna un falso odio a las dietas, y a fin de que alguno, fomÁndolo demasiado en serio, pierda todo Interés y deje el campo libre. Ilcromcndamos a nueetrot anunciantes la mayor prontitud en la rntrega de ios originales, para no vernos nhligadna n demorar la QublicuciOii de ¿»tu>