PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO POR EL QUE SE EXHORTA AL EJECUTIVO FEDERAL A SUSCRIBIR EL PROTOCOLO II ADICIONAL DE LOS CONVENIOS DE GINEBRA DE 1949, RELATIVO A LA PROTECCIÓN DE LAS VÍCTIMAS DE LOS CONFLICTOS ARMADOS SIN CARÁCTER INTERNACIONAL. La suscrita, Senadora GABRIELA CUEVAS BARRON, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional en esta LXII Legislatura, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 8 numeral 1, fracción II, y 276 numeral 1, del Reglamento del Senado de la República, someto a consideración de esta Honorable Asamblea la siguiente proposición con punto de acuerdo por el que se exhorta al Ejecutivo Federal a que, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, suscriba el II Protocolo Adicional de los Convenios de Ginebra de 1949, al tenor de las siguientes: CONSIDERACIONES 1. Los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales son tratados internacionales que contienen las principales normas destinadas a limitar los excesos de la guerra. Buscan establecer el límite entre las “necesidades de la guerra” y el respeto de los derechos humanos de las personas que participan activa o pasivamente en un conflicto armado. Ahora bien, considerando los nuevos problemas de seguridad que enfrenta México y la comunidad internacional, es necesario impulsar, desde el punto de vista del derecho internacional humanitario, la protección de todas las personas que sufran alguna violación en sus derechos como consecuencia de un conflicto armado, ya sea internacional o no internacional. 2. El origen del Derecho Internacional Humanitario (en adelante DIH) se remonta a las normas dictadas por las antiguas civilizaciones, ya que la guerra siempre ha estado sujeta a ciertas leyes y costumbres. Sin embargo, el desarrollo del DIH moderno puede atribuirse a los esfuerzos de Henry Dunant, empresario suizo del siglo XIX quien en 1859 observó las consecuencias de una sangrienta batalla entre los ejércitos de Francia y Austria en Solferino, Italia. A su retirada, los ejércitos dejaron el campo de batalla regado de hombres heridos y moribundos y pese al esfuerzo de Dunant, destinado a movilizar ayuda para los soldados heridos, miles de ellos murieron.1 En este sentido, el DIH es la rama del derecho internacional constituido por los principios humanitarios y los tratados internacionales que procuran salvar vidas y aliviar el sufrimiento de combatientes y no combatientes durante un conflicto armado; protege a las personas que no participan o que ya no participan en los combates y limita los medios y métodos de hacer la guerra. Así, puede decirse que el DIH, que también suele llamarse "derecho de la guerra" o "derecho de los conflictos armados", es la parte del derecho internacional que regula las relaciones entre los Estados en materia del respeto de los derechos humanos durante un conflicto armado. Está integrado por acuerdos firmados entre Estados, por el derecho consuetudinario internacional -que se compone a su vez de la práctica de los Estados que éstos reconocen como obligatoria-, así como por principios generales del derecho.2 Los principales instrumentos legales que constituyen el DIH son los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 que hasta el momento han sido adoptados universalmente por 196 países del mundo, entre ellos México. Estos Convenios incluyen normas específicas diseñadas para proteger a los combatientes (miembros de las fuerzas armadas), heridos, enfermos o náufragos, prisioneros de guerra y civiles, así como personal médico, militares y personal de apoyo civil de las fuerzas armadas. Los Convenios de Ginebra de 1949 son tratados internacionales que se aplican en todos los casos de guerra declarada o en cualquier otro conflicto armado. Además, se aplican en aquellos casos de ocupación parcial o total de un país por soldados de otro país, aún cuando no haya resistencia armada a esa ocupación. Los países que ratificaron los Convenios de Ginebra de 1949 deben respetar ciertos principios humanitarios e imponer sanciones legales contra quienes los violen. Asimismo, están obligados a “dictar la legislación necesaria para establecer sanciones penales efectivas para las personas que cometan u ordenen la comisión cualquiera de las infracciones (violaciones) graves”. 3 Los cuatro convenios de Ginebra de 1949 son: El Convenio de Ginebra para Aliviar la Suerte que Corren los Heridos y los Enfermos de las Fuerzas Armadas en Campaña; El Convenio de Ginebra para Aliviar la Suerte que Corren los Heridos, los Enfermos y los Náufragos de las Fuerzas Armadas en el Mar; El Convenio de Ginebra relativo al Trato Debido a los Prisioneros de Guerra; y El Convenio de Ginebra relativo a la Protección Debida a las Personas Civiles en Tiempo de Guerra. Además de estos Convenios, existen tres Protocolos que complementan y amplían estas normas humanitarias. Dos de estos Protocolos Adicionales se aprobaron en 1977 (uno se refiere a la "Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados Internacionales" y el otro a la "Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados sin Carácter Internacional”) y el 8 de diciembre de 2005 se aprobó el tercer Protocolo “Relativo a la aprobación de un signo distintivo adicional”. Pero a la fecha, México no ha ratificado el Protocolo II, el cual aplica a todos los conflictos armados que se desarrollen en el territorio de un Estado entre sus fuerzas armadas y fuerzas armadas disidentes o grupos armados organizados que, bajo la dirección de un mando responsable controlan parte del territorio nacional, acotándose que no aplica a situaciones de tensiones internas y disturbios interiores como los motines, los actos esporádicos y aislados de violencia y otros actos análogos que no son conflictos armados.4 3. Tomando en cuenta que el artículo 89 de la Constitución establece que dentro de las facultades y obligaciones que tiene el Presidente de la República se encuentra la de celebrar tratados internacionales sometiéndolos a la aprobación del Senado, y conducir la política exterior bajo principios normativos claramente definidos, es importante mencionar que el Protocolo II de los Convenios de Ginebra no se contrapone a lo estipulado en la Constitución. En primer lugar, es importante mencionar que el Artículo 3 del referido Protocolo señala el principio de “no intervención”, aclarando que no podrá invocarse disposición alguna del mismo con objeto de menoscabar la soberanía de un Estado o la responsabilidad que incumbe al gobierno de mantener o restablecer la ley y el orden en el Estado o de defender la unidad nacional y la integridad territorial del Estado por todos los medios legítimos. Asimismo, estipula que no podrá invocarse disposición alguna como justificación para intervenir, directa o indirectamente, sea cual fuere la razón, en el conflicto armado o en los asuntos internos o externos de la Alta Parte contratante en cuyo territorio tenga lugar ese conflicto. Por otro lado, y desde el punto de vista del derecho consuetudinario, llama la atención que México no haya suscrito este Protocolo considerando que en el escenario internacional somos un activo promotor de la protección de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario como se manifiesta en los distintos instrumentos jurídicos que se han suscrito al respecto, por ejemplo, la Carta de la Organización de las Naciones Unidas; el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional; el Tratado para Evitar o Prevenir conflictos entre los Estados Americanos (Tratado Gondra); la Convención sobre Mantenimiento, Afianzamiento y Reestablecimiento de la Paz; la Convención para el Arreglo Pacífico de los Conflictos Internacionales; y el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la Participación de Niños en Conflictos Armados, por mencionar algunos. Asimismo, es importante señalar que el pasado mes de diciembre la delegación mexicana que participó en el Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos señaló que no es posible implementar la recomendación 148.6 emitida por el Gobierno de Estonia relativa a que nuestro país se adhiera al Protocolo II de los Convenios de Ginebra de 1949, al señalar que “México asume todas las obligaciones de derecho internacional humanitario aplicables en todas las circunstancias, tanto en situaciones de conflicto armado, como en tiempos de paz. Además del umbral amplio previsto en el artículo 3 común de los Convenios de Ginebra, la definición de conflicto armado no internacional contenida en el Estatuto de Roma es más amplia que la contenida en el Protocolo Adicional II a los Convenios de Ginebra”.5 Sin embargo, y a pesar de que el artículo 3 común de los Convenios de Ginebra de 1949 hace referencia a las disposiciones mínimas que se deberán aplicar en los conflictos armados no internacionales y de que el Estatuto de Roma enlista una serie de actos que se consideran como conflictos armados no internacionales, ninguno de los dos pone especial énfasis en las características que se pueden identificar en los actores que ocasionan dichos conflictos armados de forma tan explícita como lo hace el artículo primero del Protocolo II de los Convenios de Ginebra. Y en este sentido, México debería explorar la posibilidad de adherirse a un instrumento que en lugar de 6contradecir su política exterior, la fortalece y la complementa. De esta manera, y en pleno reconocimiento de que el Examen Periódico Universal constituye una valiosa herramienta para promover la cooperación y consolidación de un sistema internacional de derechos humanos, resulta importante que el gobierno de México reconsidere esta postura y analice, de manera conjunta con la sociedad civil organizada y organismos internacionales, la planeación y la ejecución de las políticas de derechos humanos y de derecho internacional humanitario que se deberían impulsar en nuestro país, de forma tal que se reitere el compromiso del Gobierno mexicano de mantener la interlocución con la comunidad internacional y el seguimiento objetivo a las recomendaciones internacionales. 4. La revisión de esta postura también debe hacerse a la luz de la situación de violencia por la que atraviesan algunas zonas del territorio nacional y del deterioro permanente que se ha registrado en los niveles de paz de nuestro país. Tan sólo en los primeros 21 meses de gobierno de esta administración (de diciembre 2012 a agosto de 2014), se registraron cerca de 32 mil homicidios dolosos, lo que representa un incremento de aproximadamente 63% con relación a los 19,571 casos observados durante los primeros 21 meses de la pasada administración. Mientras que de enero a agosto de 2014, el total de homicidios dolosos y culposos cometidos ascendieron a 24,531, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.7 Adicionalmente, cabe reconocer que esta ola de violencia ha generado otras problemáticas tales como la migración internacional y el desplazamiento interno de personas. El Centro de Vigilancia del Desplazamiento Interno (Internal Displacement Monitoring Centre, IDMC por sus siglas en inglés) reportó que en México unas 160 mil personas han sido desplazadas de sus lugares de origen a otras regiones, principalmente por la violencia prevaleciente en el país.8 Ante esta situación, valdría la pena analizar si la violencia por la que atraviesa el país debería o no ser definida como un conflicto armado no internacional, entendido como aquél que surge en el territorio de una de las Altas Partes Contratantes y que cumple generalmente con dos criterios:9 Por una parte, las hostilidades deben alcanzar un nivel mínimo de intensidad. Puede ser el caso, por ejemplo, cuando las hostilidades son de índole colectiva o cuando el Gobierno tiene que recurrir a la fuerza militar contra los insurrectos, en lugar de recurrir únicamente a las fuerzas de policía.10 Por otra parte, los grupos no gubernamentales que participan en el conflicto deben ser considerados "partes en el conflicto", en el sentido de que disponen de fuerzas armadas organizadas. Esto significa, por ejemplo, que estas fuerzas tienen que estar sometidas a una cierta estructura de mando y tener la capacidad de mantener operaciones militares. 5. En este sentido, y en pleno reconocimiento y respeto a los lineamientos de política exterior que deberá respetar el Ejecutivo Federal, la adhesión al II Protocolo Adicional de los Convenios de Ginebra de 1949 no representa ninguna contradicción con los principios normativos de la Constitución. Por el contrario, complementa la protección y promoción de los derechos humanos en nuestro país. Finalmente, y dado que el Gobierno de México ha suscrito diversos instrumentos legales que sustentan una postura a favor del derecho internacional humanitario, se reconoce que el Protocolo II Adicional de los Convenios de Ginebra de 1949 complementa la obligación contraída por el Estado Mexicano en el artículo 3 común a dichos Convenios y al Estatuto de Roma, relativo a los conflictos armados no internacionales, de brindar a las personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas puestas fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por cualquier otra causa, serán, en todas las circunstancias, tratados con humanidad y en pleno respeto de sus derechos humanos. Por lo anteriormente expuesto, someto a la consideración de esta soberanía, el siguiente: PUNTO DE ACUERDO ÚNICO.- El Senado de la República exhorta al Ejecutivo Federal a suscribir el Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra de 1949, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional y a enviarlo a la brevedad posible a esta Soberanía para su eventual aprobación. Senado de la República, a 24 de febrero de 2015. SEN. GABRIELA CUEVAS BARRON 1 Cruz Roja Americana, Resumen de los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales, DE:http://www.redcross.org/images/MEDIA_CustomProductCatalog/m17540812_Resumen-de-los-Convenios-deGinebra-de-1949-y-sus-Protocolos-Adicionales.pdf, fecha de consulta: 4 de agosto de 2014. 2 CICR, ¿Qué es el Derecho Internacional Humanitario?, DE:http://cde.usal.es/arc/doc_curso_derechos_hum/derecho_internacional_humanitario.pdf, fecha de consulta: 4 de agosto de 2014. 3 “Resumen de los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales”, Op. Cit. 4 Los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra de 1949, Servicio de Asesoramiento en Derecho Internacional Humanitario, CICR, DE: https://www.icrc.org/spa/assets/files/other/protocoles_adicionales.pdf. Fecha de consulta: 23 de octubre de 2014. 5 Respuesta de México a las recomendaciones del Mecanismo de Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos. DE: http://www.sre.gob.mx/images/stories/docsdh/2014/addendum.pdf. Fecha de consulta: 23 de octubre de 2014. 6 Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, “Cifras de Incidencia Delictiva 1997-2014”, DE: http://secretariadoejecutivo.gob.mx/work/models/SecretariadoEjecutivo/Resource/1406/1/images/publicacionvicti masago14(1).pdf, fecha de consulta: 13 de octubre de 2014. 7 Animal Político, “160 mil desplazados por violencia en México: informe”, DE:http://www.animalpolitico.com/2013/04/desplazados/#ixzz39Z4wbEy6, fecha de consulta: 5 de agosto de 2014. 8 TPIY, The Prosecutor v. Dusko Tadic, Judgment, IT-94-1-T, 7 May 1997, para. 561-568; v. también TPIY, The Prosecutor v. Fatmir Limaj, Judgment, IT-03-66-T, 30 de noviembre de 2005, párr. 84. 9 ICRC, ¿Cuál es la definición de conflicto armado, según la definición del derecho internacional humanitario? DE.http://www.icrc.org/spa/assets/files/other/opinion-paper-armed-conflict-es.pdf, fecha de consulta: 5 de agosto 10 Ibid.