la nación de los medios - Centro de Formación en Periodismo Digital

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C UA D E R N O S D E N AC I Ó N
LA NACIÓN DE LOS MEDIOS
2
C UA D E R N O S D E N AC I Ó N
M I N I S T E R I O D E C U LT U R A
3
LA NACIÓN DE LOS MEDIOS
/COMÓ PASA LA NACIÓN POR LAS PÁGINAS DE NACIÓN/
OMAR RINCÓN
Coordinador
MARÍA SOLEDAD GARCÍA
J I M E N A Z U L UAG A T R U J I L L O
Investigadoras
OBSERVATORIO DE MEDIOS – ESPECIALIZACIÓN EN PERIODISMO
Facultad de Artes y Humanidades – Universidad de los Andes
4
Presidente de la República de Colombia
Alvaro Uribe Vélez
Ministra de Cultura
María Consuelo Araújo Castro
Viceministro de Cultura
Adriana Mejía Hernández
Secretaría General
María Beatriz Canal Acero
CUADERNOS DE NACIÓN
Editor
Diego García Devis
Diseño de Cubierta y diagramación páginas interiores
Juan Pablo Torres Agudelo
Ministerio de Cultura
Calle 8 nº 6 -97
Bogotá D.C. Colombia
ISBN 8159-12-1
Cuadernos de Nación es una realización del proyecto
¨Observatorio de Políticas Culturales¨ del Ministerio de Cultura.
5
LA NACIÓN DE LOS MEDIOS
/COMÓ PASA LA NACIÓN POR LAS PÁGINAS DE NACIÓN/
7
Introducción
Medios y representación social
11
La nación como happening mediático
Medios de comunicación y nación ima ginada
Por: Omar Rincón
22
Colombia pareciera carecer de sentido
La nación de la prensa nacional/bogotana
Por: María Soledad García
41
La homogeneidad de la diferencia
La nación de la prensa regional
Por: Jimena Zulua ga
56
La guerra como viaje al interior de la identidad no reconocida
La nación que pasa por las secciones de nación de la pr ensa escrita
Por: Omar rincón
66
La cultura: espectáculo y olvido
Medios de comunicación y patrimonio cultural intangible
Por: Omar rincón
84
Reseña Omar Rincón
6
Introducción
INTRODUCCIÓN
MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y REPRESENTACIÓN SOCIAL
L os medios de comunicación masiva se han convertido en las fuentes desde las
cuales se determina la conciencia, la conducta, los sueños, los miedos y esperanzas
de los sujetos y colectivos sociales. Los medios masivos han dejado de registrar la
realidad para pasar a producirla. Y al mirarnos en esos espejos masivos, las imágenes
que vemos nos muestran que no estamos satisfechos con el cómo venimos siendo,
nos sentimos precarios frente a los ideales mediáticos de lo que debemos ser. En
estos tiempos mediáticos, asistimos a una crisis de referencia, hemos perdido el
control sobre las imágenes de quiénes somos o queremos ser porque los medios
masivos se han convertido en una fuente importante para evaluar y comprender
nuestras experiencias.
El evangelio de los medios puede ser comprendido como una tragedia política
y cultural, ya que por sus enseñanzas y propuestas simbólicas ha de habitar el mundo
de lo efímero, de lo veloz, de lo móvil. Este evangelio nos ha llevado a “la tragedia de
la falta de reflexión” y a la ausencia de pausa para la vida, mencionadas por Edgar
Morin, promoviendo la aparición y proliferación de pensadores rápidos con ideas
cortas y desechables (los fast-thinker de Bourdieu). Éstos han producido una inflación
y superabundancia de imágenes para ver, más no para pensar, a las que se refiere
Sartori. Habitamos un mundo falso lleno de sombras, vivimos en imágenes-simulacro
que se insertan entre lo real y lo verdadero según Baudrillard. La tragedia
contemporánea, según los críticos razonados, está en que los medios de comunicación
sólo nos brindan espejos falsos que nos llevan a ninguna parte.
Pero los medios de comunicación, también, permiten la participación de cada
uno desde sus necesidades y competencias en la construcción de un espacio público
más plural y reflexivo, potenciando nuevos imaginarios sociales dónde reconocerse
y mirarse. Lo cierto es que en las imágenes mediáticas existimos como individuos y
INTRODUCCIÓN
7
colectivos, por allí pasan representaciones significativas de la sociedad que
habitamos; en sus mensajes se juegan las identidades que se socializan y los
símbolos de referencia para significar la existencia. Es más, los mensajes
mediáticos producen los símbolos más comunes sobre sí mismo y los referentes
sociales y culturales que tenemos los individuos contemporáneos.
Si los medios son escenarios privilegiados y masivos de la representación
social, y si la nación es la referencia fundadora y productora del sentido colectivo,
estudiar cómo los medios representan a la nación significa comprender qué es la
colombianidad. En este Cuaderno de Nación se analizarán dos representaciones
fundamentales: la nación que pasa por las secciones de nación de la prensa escrita
y las configuraciones que sobre lo cultural producen los medios de comunicación.
La metodología que se usa es el observatorio de medios cuyo objetivo es buscar
y analizar las estrategias informativas, narrativas y estéticas de los medios en la
producción de la realidad social. Esta manera de estudiar los medios de
comunicación no se interesa en el análisis cultural o de audiencias o en las
condiciones de producción de la información, sino que describe la coyuntura o
la actualidad de la producción de sentido mediático, se interesa en las formas
como los medios de comunicación (1) construyen los acontecimientos, (2)
representan la realidad, (3) establecen agendas temáticas. El valor de este tipo de
estudio radica en la producción de un diagnóstico de la colombianidad, desde y
según las tendencias informativas. El interés se centra principalmente en la prensa
en cuanto estabiliza la memoria y los relatos del presente, la realidad informada
no pasa al olvido sino que queda impresa para siempre, construye un referente
del devenir de la sociedad. La prensa genera historia y memoria, mientras la
televisión y la radio desaparecen del universo simbólico una vez han sido emitidos
los mensajes.
Este Cuaderno de Nación busca analizar las formas como la nación, esa
comunidad de sentido imaginado, se representa en las secciones llamadas nación
de la prensa colombiana, qué incluye y qué excluye, qué referentes se ofrecen
para la creación de imaginarios colectivos, qué actores son los legitimados como
voces de la colombianidad, qué hechos producen esa representación social llamada
Colombia. Así mismo, asumiendo que lo cultural es fundamental para diversificar
y crear referentes más autónomos y potentes del sí mismo y de lo nacional, se
analizará, también, las representaciones de lo cultural que pasan por la prensa
escrita y la televisión. Este Cuaderno de Nación se interesa, entonces, por
comprender las imágenes de nación y cultura que la prensa expone en sus mensajes
y lo hace desde los siguientes criterios:
INTRODUCCIÓN
8
-
Lo informable: tratamiento y valoración que se hace sobre la información,
perspectivas desde y sobre lo que se informa.,
- Lo narrativo: lenguaje que se utiliza, estilo informativo y estrategias de
narración,
- Las representaciones de nación que emergen desde lo informado.
Como resultado de estos análisis realizados por el Observatorio de Medios de
la Especialización en Periodismo de la Facultad de Artes y Humanidades de la
Universidad de los Andes aparece este texto La nación de los medios, el cual describe a
un país comunicado y significado masivamente, un país que por su impacto social se
convierte en la representación más cotidiana.
En el texto número 1, “La nación como happening mediático” a manera de
referencia teórica se analiza la relación medios de comunicación y nación imaginada.
En este texto se intenta explicar cómo se inscribe y construye el concepto de nación,
los modos de actuar y representar de los medios y las imágenes que los medios
producen sobre la nación colombiana.
En el texto 2, “Colombia pareciera carecer de sentido [entre la retórica del
desastre cotidiano, la mujer bonita y la magia en la adversidad]”, se describen y analizan
las estrategias y las representaciones que, sobre la nación colombiana, produce la
prensa llamada nacional pero que se piensa y edita en Bogotá (Revistas Cambio,
Semana y Cromos, semanario El Espectador y diario El Tiempo).
El texto 3, “La homogeneidad de la diferencia” se refiere a las representaciones
de la nación producidas por la prensa regional (Los diarios El Colombiano, El País,
La Vanguardia Liberal, El Heraldo).
El texto 4, “La guerra como viaje al interior de la identidad no reconocida”
propone las imágenes más significativas sobre nación producidas por las secciones
de nación de la prensa escrita.
En el texto 5, “LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO” se describe y
analiza la presencia de lo cultural como temática en los medios de comunicación (El
Tiempo, El Espectador y El Colombiano; Cambio y Semana; Noticias RCN y Caracol;
Señal Colombia). Qué tipo de manifestaciones, prácticas, procesos y producciones
constituyen la cultura representada y bajo qué estrategias informativas y narrativas
se realiza esa representación.
La nación, Colombia, la identidad. Requerimos con urgencia construir una
imagen colectiva. Nuestro proyecto de futuro tiene memoria, pero exige a su vez un
presente más diverso, más plural, más profundo; un presente orgulloso de Shakira,
Juanes y Carlos Vives, Betty y Pedro, Juan Pablo Montoya y Santiago Botero pero
que necesita más héroes locales, más anónimos visibles, más diversidad cultural en
INTRODUCCIÓN
9
su representación. Y esa construcción del presente está determinada por la acción
mediática. ¿Qué nación surge de los medios de comunicación? ¿Cómo es representada
la cultura? ¿Cómo venimos siendo Colombia en el símbolo mediático? A estas
preguntas se intenta responder en los textos que componen este Cuaderno de Nación.
La nación de los medios existe también como la nación de los miedos y de la
esperanza, en ella hay mucho más país y cultura de lo que nos imaginamos. En
apariencia mediática, somos una nación caótica, violenta, desinstitucionalizada, y al
mismo tiempo leve, espectacular y mágica. Somos el producto de la construcción
que hacen los medios de la actualidad. ¿Cómo es esa nación de los medios de
comunicación? Leer este texto y creer en los medios es otro acto de fe, como el de
ser colombianos.
Omar Rincón, julio 2002
INTRODUCCIÓN
10
La nación como happening mediático
LA NACIÓN COMO UN
HAPPENING MEDIÁTICO
MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y NACIÓN IMAGINADA
OMAR RINCÓN
Observatorio de Medios – Especialización en Periodismo
Facultad de Arte y Humanidades – Universidad de los Andes
En un país tan dividido y desgarrado, tan incomunicado como Colombia, los medios de
comunicación se han convertido en escenario de encuentros (…) y ocupan un lugar estratégico en
la cultura cotidiana de las mayorías, en la transformación de las sensibilidades, en los modos de
percibir el espacio y el tiempo y de construir imaginarios e identidades.
Jesús Martín-Barbero
A los tiempos los marca el símbolo. Y nuestros tiempos toman la forma que le dan
los medios masivos de comunicación. ¿Qué son los medios de comunicación?
Historias que se expresan en un lenguaje afectivo, espectacular y gozoso; historias
que exhiben las maneras de ser, sentir, pensar y representarse de una sociedad; historias
que nos dicen cómo venimos siendo. Los medios de comunicación a través de sus
mensajes y consistencia de actuación cotidiana han demostrado que son agentes de
socialización, mecanismos por los cuales devenimos colectivo, de los cuales
aprendemos las formas de comportarnos, valorarnos y aprender en la sociedad.
Los medios masivos son dispositivos tecnológicos y lugares de expresión que
se han convertido en instituciones sociales y culturales. A través de sus estrategias
de representación se aumentó y diversificó el acceso de la gente común a los productos
culturales y se generaron, a su vez, nuevas formas para el encuentro social.
Como herencia del siglo XIX, el reino ilustrado y el reino de lo legítimo
encontraron su lugar en la prensa, por donde pasaron los movimientos políticos y de
las ideas. Para existir había que estar registrado en el papel periódico.
LA NACIÓN COMO HAPPENING MEDIÁTICO
11
Los trabajadores urbanos inventaron lo que al final del milenio se llamaría
consumo cultural. El cine llenó el tiempo libre y creó el nuevo olimpo que alumbraría
el universo simbólico de la gente del común, una potente estrategia para soñar.
Muchos lo llamaron arte y lo hicieron como arte. La mayoría lo produce y lo ve
como comunicación de masas. El cine creó las masas, inventó los mitos
contemporáneos, construyó los ídolos masivos y creó una de las industrias más
productivas del mundo.
En el siglo XX, la radio se ubicó cada vez más cerca de lo cotidiano, se impuso
como el acompañante ideal para la vida diaria, el estar informados y sentir la música.
La radio destacó las formas de la tradición oral y logró que lo popular - que no tenía
cabida en la prensa - encontrara su posibilidad de comunicación, caracterizándose
por renovar la cultura oral, esa vitalidad de lo espontáneo, de lo directo; la voz colectiva.
Las noticias y la música se convirtieron en el fuerte de la radio.
Al siglo XXI ingresamos de la mano de la televisión, y si bien los intelectuales
la tienen en el centro de sus críticas, a ella le importa muy poco que se vea como la
boba mediática ya que habita hasta lo más íntimo de los hogares y la vida cotidiana.
Hoy es el medio infaltable, el negocio perfecto, la dueña del tiempo libre de los seres
humanos. El más polémico y sugestivo invento comunicativo llegó para adueñarse
del alma de las personas y meterse en la vida íntima de todas las culturas. Por su
centralidad se ha convertido en el objeto de todas las polémicas, ya que a la pantalla
hogareña se le considera como uno de los mayores provocadores de los hechos de
barbarie y desenfreno hedonista que mueve a los individuos de estos tiempos. La
televisión es, hoy, el centro de la industria cultural: su poder está construir la realidad
más común para todos, reinventándose en múltiples y variadas recetas.
Se supone que más adelante vendrá la dictadura de la red, ella será el reino
mediático y se encontrarán nuevas formas para lo masivo desde lo interpersonal,
la conexión es de uno en uno hasta armar red-mundo. La red está destinada a
fundir a todos los medios en un abrazo electrónico que promete reinventarlos. La
red es la revolución social, cultural y política de los mundos por venir.
Los medios de comunicación han determinado las formas de hacer la política en
la sociedad contemporánea ya que se han establecido como el escenario prioritario
para el debate de las ideas; el dispositivo preferido y más efectivo para comunicarse
entre gobiernos y ciudadanos, políticos y candidatos; el mecanismo preferido para
consultar las opiniones de la sociedad; el lenguaje más atractivo para construir consensos
y disensos. En este sentido, todos los elementos de la política han sido transformados
y extendidos por los medios de comunicación. Mientras antes se actuaba guiados por
ideologías e ideas de gran aliento, con los medios de comunicación la política busca
LA NACIÓN COMO HAPPENING MEDIÁTICO
12
estilos contundentes desde la imagología e ideas instantáneas y efímeras para convocar
más al individuo que a la sociedad como colectivo.
Desde el futuro nuestras realidades serán lo que de él hicieron los medios
masivos de comunicación, ya que crean mitos cercanos, multiplican y diversifican
los relatos, elevan el individuo a objeto de culto, hacen extrañar el colectivo, venden
que es mejor tener estilo que ideología y exponen el drama del reconocimiento popular
sobre la lógica del conocimiento ilustrado.
Estos tiempos serán recordados como de significados leves en razones pero
extensos en sentimientos, símbolos masivos donde lo popular encuentra su espejo y
lo ilustrado se distancia de la masa. Sociedades en las cuales los individuos son
comunicados, juntados, reunidos, conectados, sentimentalizados y educados por los
medios de comunicación.
Habitamos los medios de comunicación. Estos se han convertido en los ejes
centrales de la vida social. Pero su acción es criticada porque para muchos son el
peor mal que le ha sucedido al mundo de la vida porque son unos dispositivos
banales que nos impiden pensar y nos roban el alma; para otros su influencia valorativa
y comportamental es evidente y problemática porque se siente en la vida de cada
uno, sobre todo de los niños y los sectores populares; unos más se sienten horrorizados
ante la explotación comercial de los sueños colectivos que hacen los intereses
mercantiles que dominan a los medios y llevan al empobrecimiento del imaginario
social; para unos pocos son los grandes inventos para fabular la vida y contarse al
infinito; para las culturas populares son estrategias para reconocerse en su memoria
y experiencia sentimental.
Los medios de comunicación se han convertido en un espejo donde una cultura
como la colombiana se muestra en lo que quiere ser o en lo que viene siendo, ya que
estos construyen imaginarios y representaciones sobre lo que somos, crean referentes
comunes sobre cómo es la vida, las relaciones sociales y los estándares culturales que
nos caracterizan. Así mismo, los medios de comunicación nos enseñan modelos de
pensar, formas de establecer relaciones, manuales de solución a los problemas, pautas
para actuar en la vida social y generan los temas para la conversación cotidiana, las
maneras de asignar sentido en el día a día y los estilos validados socialmente para
actuar aparentando pensar.
En este Cuaderno de Nación se propone dejar de asignarle a los medios de
comunicación el adjetivo de problema para pensarlos como estrategias del símbolo
contemporáneo que hay que comprender, como lugares privilegiados donde las
representaciones de la nación colombiana se exponen y hacen visibles. ¿Pero qué
nación?
LA NACIÓN COMO HAPPENING MEDIÁTICO
13
LA NACIÓN PRODUCIDA
La identidad cultural no es una esencia, es una necesidad para juntar alrededor
de referentes comunes. Según Levi-Strauss, la identidad es una especie de lugar virtual,
el cual nos resulta indispensable para referirnos y explicarnos cierto número de cosas,
pero no posee, en verdad, una existencia real. Por lo tanto como dice Renato Ortiz1,
la identidad es una construcción simbólica (producto de la historia) que se hace en
relación con un referente (nación, cultura, etnia, color, género) y que resulta válida,
lo que no significa que sea verdadera o falsa.
Uno de los referentes más potentes y aceptados como producción de identidad
es la nación. Marcel Mauss comprende a la Nación como una “sociedad material y
moralmente integrada a un poder central estable y permanente, con fronteras
determinadas, y a una relativa unidad moral, mental y cultural de los habitantes que
adhieren conscientemente al Estado y a sus leyes”2. Una estrategia de producción
del sentido, eso es la nación. La nación es una novedad histórica, un modo de
organización social que se realiza a través de la modernidad, un modo de vida social
que surge con la revolución francesa y la sociedad industrial. El capitalismo logró
consolidar una cultura verdaderamente nacional a través de la democracia, que es su
producto, la escuela primaria, el servicio militar obligatorio, el sufragio igualitario y
por medio de una integración material a través de un mercado nacional.
La nación es un principio espiritual, una conciencia moral, una nueva
solidaridad, una comunidad de destino que se caracteriza por:
- Una unidad territorial.
- Una integración económica: el mercado.
- Una unidad lingüística: el idioma.
- Una unidad social: escuela para todos los ciudadanos.
- Una política: la democracia como ordenadora de las relaciones sociales.
- Una integración comunicativa: transporte y telecomunicaciones.
- Una producción cultural: la invención simbólica de la nacionalidad a través de
fiestas cívicas, desfiles patrios, la bandera, el himno, los héroes nacionales, objetos
de culto.
De aquí en adelante se sigue las reflexiones de Renato Ortiz, Otros ter ritorios, Secab, Bogotá,
1998, p. 52-67.
2
Marcel Mauss, citado por Renato Ortiz, Otros territorios, Secab, Bogotá, 1998, p. 52.
1
LA NACIÓN COMO HAPPENING MEDIÁTICO
14
Renato Ortiz concluye que la memoria nacional es una construcción cultural e
ideológica, una selección, un ordenamiento de determinados recuerdos; memoria
que no es homogénea sino un terreno de disputas. La nación es una sociedad que se
imagina siendo una comunidad; comunidad de ciudadanos que comparten la misma
conciencia. Bajo la idea de nación, esta posee el monopolio de la definición de sentido
y somete a las otras identidades posibles. Para el caso colombiano es un asunto vital
ya que requerimos con urgencia construir esa “comunidad de ciudadanos que
comparten la misma conciencia”, una “comunidad de sentido” que nos permita
producir sentido en medio del caos, y tal vez, la mejor estrategia para hacer sentido
sobre el desorden público que nos habita y el individualismo que nos caracteriza sea
desde la levedad, esa producida por los medios de comunicación.
La nación tiene valor en nuestro mundo globalizado en cuanto sigue siendo una
utopía, una búsqueda situada en el futuro, ya que “para ser modernos es necesario ser
nacionales” explica Ortiz. Necesitamos romper con ese pesimismo que nos produce y
nos explica como una nación no-futuro, requerimos con urgencia aferrarnos a algo
que nos permita ilusionar referencias comunes, confianzas posibles y futuros comunes.
En América Latina el Estado-nación ha sido una lucha por la modernidad en
contra del atraso, un desarrollo que se ha dado en lo político-administrativo y en la
construcción de símbolos para producir sentido. La paradoja en América Latina es
que hemos venido siendo modernos sin, necesariamente, ser nacionales(…) porque
el Estado-nación es una utopía que desde una unidad territorial político-administrativa
promete la ciudadanía para “todos” los individuos(…) y la ciudadanía aún no se ha
realizado3.
El Estado-nación conoce su reinado en los siglos XIX y XX y se expone a su
disolución en el siglo XXI, época en la cual la globalización hace que la identidad
nacional pierda su posición privilegiada como fuente productora de sentido. “En la
globalización está en juego la nación en cuanto formación social particular, como
estructura capaz de soldar a los individuos y sus destinos en contexto de un territorio
específico(…) porque la modernidad-mundo radicaliza el movimiento de
desterritorialización, rompiendo la unidad nacional”4.
El proceso de globalización libera las identidades locales del peso de la cultura
nacional y promete la posibilidad de estructurar identidades transnacionales. La nación
pierde su poder convocatorio de unidad y su poder de conferir el sentido a las acciones
3
4
5
Renato Ortiz, Otros ter ritorios, Secab, Bogotá, 1998, p. 121
Renato Ortiz, Otros territorios, Secab, Bogotá, 1998, p. 119.
Renato Ortiz, Otros territorios, Secab, Bogotá, 1998, p. 62-63.
LA NACIÓN COMO HAPPENING MEDIÁTICO
15
colectivas ante el surgimiento de nuevos referentes identitarios en el proceso de
mundialización de la cultura5, universos de sentido como:
- La juventud: un universo de significación mundo, más allá de lo nacional, con
referencias desterritorializadas, un léxico y una memoria juvenil internacionalpopular que aproxima personas a pesar de su nacionalidad o etnia. La unidad
moral de los jóvenes está tejida en el círculo de las estructuras mundiales. Se
identifican entre sí (complicidad) y se diferencian del universo adulto (diferencia).
- El consumo: una práctica donde se significa desde las mercancías y que como
lugar de intercambio produce un tipo de ética y una conducta, genera un mismo
imaginario colectivo común a grupos de clases medias mundializadas que, a través
del consumo, se comunican, aproximan, juntan, comparten gustos y expectativas.
- Nuevas instancias de legitimación cultural marcadas por el mercado, las
transnacionales y los medios masivos que construyen las identidades
desterritorializadas, definen normas y orientan la conducta, modelan las
disposiciones estéticas y las maneras de ser sin referencia a la nación.
- Movimientos identitarios que sobrepasan la nación como los discursos ecológicos,
étnicos, sexuales. Estrategias de significación que unifican globalmente en un
conjunto de símbolos y producen conciencias similares aunque separadas por
distancias y nacionalidades.
Estos referentes identitarios mundializados atentan contra la potencia simbólica
y política de la nación, ya que ésta pierde su poder de significación en lo económico
y cultural: Paradójicamente cuando se diluye la referencia de nación, esta ha encontrado
estrategias de reinvención desde la política, en el proyecto de constituirnos ciudadanos
y sociedad con proyecto colectivo común. Se habita, entonces, la rareza de ser
provinciano siendo también global. Así reaparece el potencial del concepto de nación
como unidad que reinventa las identidades con la promesa de ganar un lugar específico
en el mundo. Nunca se había sido tan nacional como cuando se habita la globalización,
ya que aunque participar de culturas-mundo asigna seguridades individuales, fragiliza
las posibilidades de colectivo y de diferencia. Se revalorizan, entonces, las ideas de
nacionalidad presentes en fenómenos de carácter cotidiano, abierto y masivo. Surge
una nación construida desde el flujo de comprensiones hechas relatos, signos,
mediaciones comunicativas sobre cómo nos venimos construyendo un ser, un devenir,
unas imágenes, unas lecturas que no terminan por encontrar su personalidad, aunque
imaginan un carácter particular frente a lo globalizado.
El sentido de lo nacional pasa por una reconfiguración de lo público que
asume los nuevos modos de representar y los nuevos imaginarios desde los que
nuestras sociedades conjuran sus riesgos de desaparición (como unidades
LA NACIÓN COMO HAPPENING MEDIÁTICO
16
económicas). Aparecen otra vez, después del 11 de septiembre de 2001, los
sentimientos nacionales como movilizadores psicológicos y culturales, pero ya no se
habla de una nación como entidad pura sino negociada frente al imperio americano.
Los nacionalismos se convierten en figuras ideológicas para manipular a la sociedad,
mientras la nación, la colombianidad por ejemplo, se convierte en el horizonte de la
ciudadanía6. Según el ensayista mexicano Carlos Monsivais, asistimos al revival de
conceptos en desuso como lo son el nacionalismo, la soberanía, la identidad nacional,
ya que ante un sistema de globalización que excluye a las masas, estas se declaran
nacionales7. Surge, entonces, una paradoja terrible y cínica porque mientras “los de
arriba quieren cada vez más ser menos de la nación, las masas se sienten más del
adentro” y surgen “nuevas formas de expresión de nacionalidad como la violencia,
el rencor, la rabia”8. En este proceso de reinvención de lo nacional, los medios de
comunicación sostienen los nacionalismos como estrategia de la identidad, la
autonomía y la dignidad y hacen de la nación un pacto renovado a diario desde lo
local cotidiano y desde un nuevo patriotismo de la esperanza en un deportista, un
escritor o una estrella en Hollywood. Monsivais concluye que hoy el nacionalismo es
“un happening, una ideología sentimental de lo vivido y lo imaginado… en el deporte,
el espectáculo y el caos (…) la nación está llena de documentos, relatos, símbolos,
emociones de pertenencia (deporte, reinas) y movilizaciones de opinión (justicia,
indígenas, paz). Una identidad emocional de adjetivos: somos astutos, creativos,
trabajadores… un gol, una canción, una fiesta, un amor, una indignación9
MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y SENTIDOS DE NACIÓN
Manuel Castells10 plantea como necesidad contemporánea la búsqueda de una
nueva capacidad de conectar en torno a una identidad compartida, reconstruida…
una necesidad de construir un nuevo yo colectivo… y de eso es que tratan los medios
masivos de comunicación, de reinventar las formas del yo colectivo y la civilidad.
6
Jesús Martín-Barbero, Pensar en medio de la tormenta,En: Imaginarios de nación, Ministerio de
Cultura, Bogotá, 2001, p. 7-10.
7
Carlos Monsivais en Jesús Martín-Barbero, Pensar en medio de la tormenta, En: Imaginarios de
nación, Ministerio de Cultura, Bogotá, 2001, p. 31-32.
8
Carlos Monsivais en Jesús Martín-Barbero, Pensar en medio de la tormenta, En: Imaginarios de
nación, Ministerio de Cultura, Bogotá, 2001, p. 33-34.
9
Carlos Monsivais en Jesús Martín-Barbero, Pensar en medio de la tormenta,En: Imaginarios de
nación, Ministerio de Cultura, Bogotá, 2001, p. 37.
10
Manuel Castells, La era de la información. La sociedad en red. Vol. 1. Siglo XXI, Madrid, 1999,
pp. 49-50.
LA NACIÓN COMO HAPPENING MEDIÁTICO
17
El concepto y los imaginarios de nación se convierten, entonces, en estrategias
vitales para imaginar el colectivo, a través de su potencial simbólico para el encuentro
y la referencia común. La nación resurge como símbolo para conectarnos de nuevo
como yo colectivo, construir lo público, reconocernos como ciudadanos activos y
con agendas de futuro, reconstruir los pactos de confianza en la vida política y
responder a las necesidades culturales de la vida diaria. Para sobrevivir en la culturamundo hay que buscar reconstituirse en las maneras cercanas de la diferencia. Se es
ciudadano-mundo pero se habita la localidad, se participa del paisaje globalizado
pero se requiere la identidad producida desde lo cercano. Lo próximo se convierte
en el discurso a comunicar en formas globales de la conectividad.
Esta necesidad de colectivo, de referentes comunes, de proyecto nacional
plantea a los medios de comunicación un reto: construir los escenarios simbólicos
de la nación porque sin país imaginado, sin referente de futuro, sin proyecto de
sociedad… para qué informar. Salud Hernández-Mora, corresponsal del diario El
Mundo de Madrid, expone que los medios de comunicación colombianos no han
sido competentes en la producción de una idea moderna de nación: “Los medios de
comunicación no han contribuido ni contribuyen a modernizar Colombia, a establecer
una ética en una sociedad que se está desmoronando moralmente, a crear un espíritu
crítico, imprescindible para progresar, y a desterrar la frivolidad y el amiguismo
impuesto por una clase dirigente nefasta”11. Los medios de comunicación están
llamados a modernizar la sociedad y a crear una ética colectiva que direccione a los
colombianos hacia la convivencia pacífica.
Esta necesidad de referentes comunes, de instancias legitimas de producción
del sentido colectivo, de proyectos de nación en paz convierte a los medios de
comunicación en escenarios clave para la reinvención de la nación colombiana. Cuando
el periodista y el libretista de telenovela y el medio televisivo son actores éticos de la
libertad y la convivencia, están luchando la vida en cada pregunta, cada nota, cada
diálogo, cada imagen… están construyendo las imágenes de la nueva nación
colombiana. Así se hace prioritario describir, comprender y explicar las estrategias
informativas, las practicas de sentido y los relatos construidos sobre la nación en los
medios de comunicación.
Salud Hernández-Mora, Corresponsal del diario El Mundo de Madrid, Revista Número 29, Junio, julio y
Agosto, 2001.
11
LA NACIÓN COMO HAPPENING MEDIÁTICO
18
PARA PENSAR LA PRENSA
El siglo XX vivió el auge y la caída de la prensa como el medio más importante de
comunicación. Los medios escritos perdieron su centralidad comunicativa pero siguen
siendo el lugar de la información, la cultura, la política. En ellos, los ilustrados y la
razón política encuentran su lugar natural. La prensa vivió su momento de gloria
con el Watergate o cuando dos periodistas Woodward & Bernstein del Washington
Post comieron presidente. Desde ese día la prensa se convirtió en la conciencia del
mundo; en Colombia, los medios escritos son la conciencia de la nación. El periodismo
escrito sigue siendo el lugar del análisis, la contextualización, la reflexión y la pausa
sobre la vida veloz en la que estamos metidos todos los humanos. La prensa se
reinventa, volviéndose más narrativa, buscando más el análisis y encontrando en la
lentitud su virtud contra la velocidad. Hoy, aunque no llegue a todos, sigue siendo el
lugar donde se estabilizan las representaciones sociales, donde el poder se despliega
y se concretan las maneras de ser en sociedad. “Lo que estamos viviendo no es la
disolución de la política sino la reconfiguración de las mediaciones que constituyen su
modo de interpelación de los sujetos y de representación de los vínculos que
cohesionan la sociedad”12.
LA NACIÓN CONTADA
La nación colombiana tiene dos imágenes fuertes en su representación
mediática: su obsesión por contarse violenta y su paranoia por producir “buena
imagen”. ¿Por qué se sigue insistiendo en contar la violencia y lo sórdido como
temática única de la nación colombiana? ¿Por qué nos preocupa tanto el que dirán, el
que pensarán los extranjeros de nosotros? Posibles respuestas instantáneas y efímeras
que surgen de mirar las representaciones mediáticas:
- La violencia es el único imaginario construido y reflexionado como lugar para la
producción narrativa de la nación colombiana. Nos hemos acostumbrado a que
para reconocernos debemos mirarnos en el espejo de la sangre (Marx y Carlos
Mario Perea han dicho que la sangre es espíritu).
- Contar el país es referirse a nuestro drama por el reconocimiento y esta historia
está marcada por las violencias. Pocas veces nos damos el chance de expresar las
historias propias, las obsesiones, las ilusiones e ingenuidades que nos producen
como colombianos desde lo cotidiano y existencial. Nos parece que contar lo
simple es un desperdicio, requerimos de demasiada realidad para vernos. Nos
Jesús Martín-Barbero, De las políticas de comunicación a la reimaginación de la política, Revista Nueva Sociedad
#175, sept-oct, 2001, Caracas, p. 70
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LA NACIÓN COMO HAPPENING MEDIÁTICO
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-
hemos negado a elaborar relatos amorosos a menos que sean en tono de humor;
Betty y Pedro, dos esperanzas.
Las audiencias (lectores y televidentes) se han acostumbrado a las historias
violentas y las exigen. Sólo vemos aquello que nos genere confort en nuestra
patética vida; necesitamos y requerimos ver que hay otros que sufren más. Eso
que llaman efecto catártico de la violencia, ver en el espectáculo de la violencia,
una estrategia pública para redimir nuestras miserias cotidianas.
-
Colombia se ha constituido como un símbolo exótico marcado por la violencia.
El escritor mexicano Juan Villoro en la Revista Malpensante apuntaba que para
los europeos solo tenemos sentido desde nuestra barbarie, primitivismo y
exuberancia natural, que si quisiéramos atraer sus miradas podríamos montar un
gran parque temático a lo Disney donde se expusieran guerrilleros, bandoleros,
indígenas, pobreza, decadencia moral. Tal vez sepamos que para vendernos
debemos contarnos en nuestra exótica violencia.
Tal vez para borrar ese imaginario violento que nos marca, nace esa otra
paranoia, la de tener buena imagen. Los colombianos tenemos una obsesión casi
enfermiza acerca de aparentar buena imagen (sobre todo frente a los Estados Unidos):
cuando secuestran o somos guaches o no podemos con nuestra democracia o tenemos
un presidente corrupto o nos matamos por nada(...) no nos preocupa que estemos
acabando con el país, nos molesta “la imagen” que estamos proyectando. Desde
niños nos dicen que da pena mostrar que estamos mal, hay que simular que se está,
se piensa o se vive muy bien. Somos una sociedad programada para la apariencia.
Pero, ¿por qué esta obsesión mediática con la buena imagen?
Toda sociedad recurre a los medios para contarse y preguntarse por el sentido
de colectivo, para examinar las raíces de su desazón, para encontrar explicaciones a
su contradicción. Argentina es un gran relato obsesivo sobre la dictadura y los
desaparecidos y ahora sobre su fracaso como país-empresa; los Estados Unidos
requirió de muchas películas y series para lavar la culpa de Vietnam; Colombia para
exorcizar sus miedos exige contar hasta el cansancio esa manera trágica y primaria de
ser violenta. Para Colombia la violencia no es una ética, ni una realidad, sino una
estética, una narrativa, una forma de contarse. Para Colombia, la buena imagen no es
una enfermedad; es una necesidad para mejorar su alma pública, su presencia en el
mundo, su autoestima e identidad.
Lo complicado de este país construido desde las violencias y las buenas
imágenes es que estamos heredando a las nuevas generaciones una nación del
desencanto y el fracaso, un país que se diluye en el caos y que no ha sido capaz de
LA NACIÓN COMO HAPPENING MEDIÁTICO
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inventar nuevas formas para la utopía. El himno nacional, la corrupción, los directores
de cine, los académicos, la televisión, la estética que vendemos al mundo, la sociedad
pensante, el país sin memoria, la afirmación del no-futuro, la crisis institucionalizada
del Estado, el patetismo de las élites están llevando a construir un imaginario de
nación sin salida. La nación colombiana debe permitirse pensar en el amor, rebuscar
la ironía, jugar por las nuevas formas de ser mujer, indígena, afrocolombiano, intentar
la ingenuidad del alma, olvidarse de todo y contarse en imágenes sin pretensión;
permitirse reír, tener humor, reinventar las maneras de contar. Hay que ir en busca
de las nuevas expresiones, las nuevas representaciones, los nuevos tiempos. Hacer
de Colombia un happening novedoso, imaginativo y renovador de nuestras angustias.
LA NACIÓN COMO HAPPENING MEDIÁTICO
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Colombia pareciera carecer de sentido
C O L O M B I A PA R E C I E R A
CARECER DE SENTIDO
[ E N T R E L A R E T Ó R I C A D E L D E S A S T R E C OT I D I A N O ,
L A M U J E R B O N I TA Y L A M AG I A E N L A A DV E R S I DA D ]
LA NACIÓN DE LA PRENSA NACIONAL/BOGOTANA
MARÍA SOLEDAD GARCÍA
Historiadora de Arte
La mayoría de los colombianos entrevistados no quieren saber nada de Colombia. Tampoco
quieren ser identificados como colombianos por el estereotipo que los persigue por cuenta del
narcotráfico y la violencia. E. Gamarra y M. Collier.; La diáspora colombiana en la Florida.13
La nación como un conjunto de símbolos que convocan a una territorialidad, a un
sentido de pertenencia, puede ser pensada desde diversos puntos de vista. El sentido
de nación que comienza cada seis horas con la emisión del himno nacional en los
medios de comunicación, y termina en los siguientes cinco minutos. La nación
encarnada en la figura presidencial o a través de las instituciones, pero
indefectiblemente abstracta. La nación del fútbol, la música, la comida y los amigos
que posibilitan una identificación.
Cada una de estas figuras remite a una imagen de nación y constituye en su
representación imaginaria la multiplicidad misma del concepto. Así, la nación no es
constituida a través de una serie de rasgos estáticos, homogéneos y definidos de una
vez. Difícilmente se encuentre un consenso determinante para definir el concepto
de nación y, sin embargo, pensar ese concepto de nación genera la multiplicidad de
enfoques y perspectivas que necesita una nación para ser pensada.
Jean Baudrillard escribió a propósito de la experiencia y el concepto de nación:
“El territorio ya no precede al mapa ni le sobrevive. En adelante será el mapa el que preceda al
Centro para América Latina y el Caribe de la Universidad de la Florida en Miami, Citado por
la Revista Semana, mayo 14 de 2001. p 27.
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COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
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territorio –PRECESION DE LOS SIMULACROS- y el que lo engendre, y si fuera preciso
retomar la fábula, hoy serían los girones del territorio los que se pudrirían sobre la superficie del
mapa”. La magia del pensamiento como abstracción sobre la nación que antecede a
cualquier noción de territorialidad en tanto instancia de experiencia y espacio de
proyección limitado para el sentido sobre lo nacional, se constituye en un punto de
partida para el concepto de nación. No ya desde la ilusión abarcativa de una inclusión
totalizadora, la nación es imaginada y recorrida en la particularidad de los sentidos y
de los símbolos que individual y comunitariamente se construyen en torno a una
experiencia concreta.
En este sentido, la idea de nación constituiría lo que Baudrillard entiende como
un simulacro en donde se finge tener lo que no se tiene, y por lo tanto la simulación
se erige como estrategia de validación.
Nación: n.f (lat. nationem). Comunidad de individuos, asentada en un territorio
determinado, con etnia, lengua, historia y tradiciones comunes y dotada de conciencia de
constituir un cuerpo étnico-político diferenciado.
La nación nominal existe en los símbolos que agrupan diferencias y refuerzan
un sentido de lo nacional. El himno, la bandera y el escudo representan a esa nación
que se abstrae de la experiencia para forjar su imagen en la distancia de lo histórico
y lo emblemático. Entonces, el simulacro de nación se constituye en la fuerza general
y homogenizadora del concepto, alterando la diversidad y lo particular que cuestionan
la verdad fundante del simulacro nacional. Así, la ilusión de lo nacional resguarda las
tensiones propias que se juegan en un espacio de negociación a través de la imagen
reiterada de figuras y símbolos.
Pensar en los quiebres al interior de la ilusión de lo nacional posibilitaría observar
otra forma de pensar la nación alejada de los intentos de reducción y simplificación
de las definiciones. Distanciarse de las formas de la retórica que producen un sentido
de nación ampliaría la perspectiva hacia ese eje tensional de lo individual y colectivo
como estrategias mínimas de ser ciudadano y, en última instancia, de ser nacional
bajo la liviandad de los ritos cotidianos que finalmente nos hacen pertenecer a otro
simulacro inestable e infiel de nación.
Las imágenes que emergen del concepto de nación advierten una lógica y
estrategias similares. No son únicas ni hegemónicas, pero sin embargo dibujan un
paisaje común de experiencias; finalmente, el territorio para lo nacional a lo largo de
la historia ha sustentado el escenario de reconocimiento colectivo, más allá de que se
desconozca de quién o dónde se habla. Por lo tanto, es posible pensar que en cada
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
23
región, población y zona se configure y actualice un nuevo paisaje de la nación:
Cómo es vista, quién mira la nación en su abstracción o en sus hechos concretos,
qué observa y, finalmente, qué dibuja en la distorsión de su ilusión de lo nacional.
Sobre la producción de estas imágenes se proyectará una mirada que bocete el
concepto de nación que pasa por los medios de comunicación escritos de Colombia,
o mejor de Bogotá. Los medios estudiados son las revistas Cambio, Semana y Cromos
y los periódicos El Tiempo y El Espectador, mirados durante los meses de mayo de
2001 y de 2002.
Representar es sustituir a un ausente, adjudicarle un cuerpo y espesor y, a
través de esta acción, confirmar su ausencia. Re-presentar es presentar nuevamente,
reconstituir en la materialidad aquello que no tenemos presente. Así, la nación como
representación no deviene solamente en un tipo formal de imagen que podría
caracterizarse a través de los límites del mapa. La nación representada a través de la
palabra, de los sentidos inscritos en los medios de comunicación, es una imagen
proyectada del pensamiento y la experiencia de la nación. La nación expresada
comprende lo variable y transitorio de quien escribe sobre ella, su percepción y la
movilidad de la actualidad que produce la realidad nacional. En este sentido, los
medios de comunicación no escriben en términos objetivos, sino que presentan los
acontecimientos de la nación bajo la forma de noticia. Sin embargo, aquellas
características que configuran el hecho informativo o la noticia se inscriben en un
espacio más amplio, superficie de discursividad, conformando una proyección de
nación.
La primera representación podría ser pensada a través de las estrategias
simbólicas de la nación, en la medida en que ellas representan sintéticamente
(sustitución) a la nación. Por el contrario, la noción de re-presentar es más cercana al
tipo de proyección individual y social que sobre la idea de nación se realiza. Se vuelve
a presentar el pensamiento y experiencia de nación a través de los múltiples relatos y
ritos de cotidianidad como formas inestables e inclusivas de una ilusión de sujeto
nacional. Estas estrategias, denominadas por los teóricos como nacionalismo banal,
son un conjunto de actos y ritos de carácter nacional. Philip Schlesinger refiere sobre
el texto de Billing algunos ejemplos de estos ritos nacionales: “Las banderas nacionales
ondean diariamente como adorno de los edificios públicos sin atraer mayor atención; las
noticias clasifican algunos eventos como asuntos internos y los distinguen de los informes
extranjeros; el pronóstico del tiempo refuerza la conciencia de la geografía política; los
héroes deportivos personifican las virtudes nacionales y movilizan las lealtades colectivas;
los momentos de crisis –en especial las guerras– producen discursos patrióticos por parte
de los dirigentes políticos; (...).”
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
24
En este entramado de relaciones y sustituciones, los medios de comunicación
masivos actualizan una proyección para la nación. Las secciones clasificatorias que
cada medio conforma se instauran como el primer espacio de construcción desde
donde estas proyecciones se enlazan. La sección como instancia enunciativa nos
refiere en primera medida a ese marco de referencia desde donde “se habla” la nación.
Qué contiene esa sección, bajo qué otras operaciones los titulares “hablan” de una
nación, qué temáticas se recortan en el espacio de lo nacional; son algunas de las
instancias por donde aproximarse a las representaciones de la nación que construyen
los medios de comunicación.
EL CONFLICTO NACIONAL.
Para la Revista Cambio la nación se reconoce a través de la designación política
de “país”. La sección titulada “El País” se ubica generalmente después de la noticia
de tapa de la publicación, describiendo una agenda temática descentralizada en el
ámbito geográfico, pero continúa en el enfoque informativo de “interés” para hablar
del país. Así, Cambio perfila una representación de país que en sus titulares de sección
se caracterizaría por la “corrupción”, el tráfico ilegal de “armas”, las injusticias de la
“justicia”, la “controversia”, el “fraude”, la “muerte” y las “masacres”. El país
presentado por esta revista se debate entre el funcionamiento irregular de las
instituciones, los funcionarios públicos corruptos y el cruce bélico entre la guerrilla
y las autodefensas.
Los titulares de los meses de mayo de 2001 y mayo de 2002 dibujan un paisaje
desde el que se piensa la nación colombiana, la nación como conflicto no sólo
circunscrito a la confrontación armada, sino principalmente política e institucional.
Resulta interesante destacar que ningún titular de la sección, durante este segmento
temporal, es remitido desde la portada. Es decir, el desarrollo de la sección es interno
y progresivo, como la representación de nación en tanto sumatoria de conflictos
internos, como algo no explícito pero que siempre aparece, una nación que no alcanza
portada pero si revisión continua.
El mes de mayo de 2001 la revista dedica su sección al desarrollo de tres ejes
a través de su nota de fondo o principal. La corrupción política14, la detención del
narcotraficante Fernandinho15 y los nombramientos políticos al interior del gobierno
Bush.16 La agenda de intereses presentada por la revista describe una secuencia de
“Cacique sin plumas”, Revista Cambio, 7 de mayo de 2001. p24.
“La pelea por Fernandinho”, Revista Cambio, 30 de abril de 2001. p26.
16
“La línea dura”, Revista Cambio, 21 de mayo de 2001. p24.
14
15
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
25
problemas que observa el país como denominación política y como recorte
enunciativo de la publicación, desde los cuales se proyecta la idea de nación: La
corrupción, las redes de narcotráfico y las relaciones políticas entre Colombia y
Estados Unidos. De manera complementaria, “El País” de la Revista Cambio observó
en el horizonte de intereses “La ayudita europea”17; “Zarpazo en Meta”18 y “Al amparo
del terror”19. Aquella secuencia de intereses y preocupaciones que delimitaron el
territorio y ámbito de lo nacional, se refuerza por los titulares secundarios o notas
complementarias. Nuevamente el país, visto por Cambio, ubica a la nación cruzada
por los conflictos sustentados a partir de los tres ejes, pero con una leve modificación.
Allí donde se ubicaba el narcotráfico como temática nacional, su complemento lo
constituyen los nexos entre las autodefensas y las bandas de sicarios en Medellín. El
cierre de sección, caracterizado por una nota breve, vuelve la mirada de “El País”
hacia acontecimientos de menor escala según una lógica de organización y
diagramación del hecho informativo. Sin embargo, el tercer orden desde donde se
observa el país termina de configurar la representación de la nación en función del
narcotráfico, el fracaso económico y las relaciones internacionales del gobierno
colombiano. Los titulares que cierran la sección destacan: “En abril, viajes mil”20,
“Polvos.com”21 y “La confesión”22. Los titulares constituyen los primeros trazos
que delimitan una representación de nación. Es necesario ahora observar el contenido
de este mapa en conflicto.
La nota de fondo del día 30 de abril, “La pelea por Fernandinho”, presenta
una crónica de la captura del narcotraficante más importante de Brasil, a decir de la
publicación, “el denominado Pablo Escobar de Brasil”. Colombia hace su aparición en el
escenario por dos vías; la primera se refiere a la captura del narcotraficante brasileño
apresado en tierras colombianas, acto realizado sin conciencia de las consecuencias
de tal detención como lo expresa el texto periodístico al concluir que “las autoridades
colombianas tenían entre las manos una verdadera papa caliente”. Así, la
representación institucional (la Colombia que detiene en nombre de la ley), primera
vía de ingreso al escenario, queda descalificada a través del seudo desconocimiento
de las implicaciones de tal detención. La segunda entrada de lo nacional a la
información se produce al “colombianizar” al capturado al denominarlo “el Pablo
Revista Cambio, 7 de mayo de 2001. p28.
Revista Cambio, 30 de abril de 2001. p32.
19
Revista Cambio, 21 de mayo de 2001. p 29.
20
Revista Cambio, 30 de abril de 2001. p35.
21
Revista Cambio, 7 de mayo de 2001. p.30
22
Revista Cambio, 21 de mayo de 2001. p. 30
17
18
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
26
Escobar brasilero”; así se crea un referente común de identidad pero se legitima una
identificación negativa de la nación colombiana en el ámbito internacional. En el
desarrollo de la nota, el DAS, la Fiscalía y el Gobierno se presentan como la abstracción
nacional en el proceso legal de la captura y su posterior extradición. Sin embargo, al
final del artículo la presencia de Colombia vuelve a adquirir el espesor de lo cotidiano
conocido e identificable para el reconocimiento público a través de una segunda
comparación: la revista Cambio especula que “lo ocurrido demuestra que el país más grande
de suramérica podría vivir un escándalo parecido al proceso 8.000 de Colombia23.” Una
Colombia que no tiene conciencia de sí misma en lo institucional (no sabe qué ha
logrado) pero reconocible en lo cotidiano aunque negativo (Pablo Escobar y el proceso
8000).
En la segunda nota del mes de mayo la revista Cambio hace más explícita la
entrada nacional al contenido de la información, cuando en el desarrollo del artículo
“Cacique sin plumas”, afirma que “en Colombia no es noticia que los caciques políticos
controlen las entidades públicas, pero sí lo es que uno de los más representativos vaya por primera
vez a juicio sindicado de un millonario saqueo al Estado”24. Esta afirmación relaciona
aquella figura corrupta del país con un contenido de extendida injusticia en los
procesos políticos; por lo menos, la noticia se descentra del hecho de corrupción
para señalar el avance del sistema judicial en ese sentido. Sin embargo, al cierre del
artículo los límites del accionar de la justicia vuelven a configurarse cuando se señala:
“El caso no está cerrado. Al cabo de la audiencia pública, en la que quizá no estén todos los
sindicados porque García [principal acusado] no ha sido localizado, el juez de la causa tendrá
la última palabra25.” No es posible establecer el límite exacto entre la corrupción y el
sistema judicial. La nación nuevamente se ubica en la incertidumbre por los manejos
políticos sobre el sistema judicial.
En este espacio de tensiones en donde cada aspecto encuentra su relación y
figura de identificación negativa habitan los colombianos, quienes hablan a través de
las páginas de la sección en tanto fuentes informativas que legitiman la información.
¿Cómo son representados los colombianos fuera de los personajes antagónicos y
protagónicos que constituyen lo informable en las páginas de Cambio? La fuente,
como denomina la revista a las voces nacionales, adquiere el espesor de lo cuantificable
en contraposición a las valoraciones cualificables de los protagonistas de la
información: “una fuente de la casa de Nariño”, “relató a CAMBIO un oficial del DAS”,
“dijo a CAMBIO uno de los investigadores”. Los actores de verificación de la información
“La pelea por Fernandinho”, Revista Cambio, 30 de abril de 2001. p. 28
“Cacique sin plumas”, Revista Cambio, 7 de mayo de 2001. p24.
25
Idem. p. 26
23
24
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
27
son anónimos, impersonales, sin cuerpo y sin voz en la configuración de la idea de
nación. Como contraparte, el cuerpo y representación devienen con la palabra
autorizada o la opinión calificada dentro del debate particular. Así, los investigadores,
mandatarios y especialistas son identificados en la revistas según su condición.
La nación representada en mayo de 2001 no se diferencia sustancialmente de
la presentada en la misma sección para mayo de 2002. Los escándalos de corrupción26,
los asesinatos y masacres en el territorio colombiano27 y los atentados políticos28
aportan nuevos elementos para la descripción del país en conflicto. Las notas de
fondo y los artículos complementarios en la sección refuerzan los ejes temáticos
sobre los que se perfila un contorno para la idea de nación. La controversia entre
justicia y voluntad política, el tráfico de armas de las autodefensas y el asesinato de
Monseñor Duarte Cancino procuran ampliar los motivos nacionales desde los cuales
la revista habla del país.
La primera observación sobre la voz de los colombianos, en el mes de mayo
de 2001, se restringe a la enunciación anónima; en mayo de 2002 la noticia de cierre
“Justos por pecadores”29 recoge el testimonio de Carmelo Miguel Guerrero quien “lleva
22 meses en la cárcel porque usaron su firma en transacciones ilícitas para lavar $310.000 millones
de pesos”. Bajo el subtítulo de sección “Justicia”, la ironía se hace explícita para hablar
de la injusticia y lentitud del sistema judicial: “Después de meses de averiguaciones, en
febrero pasado la Fiscalía entendió que los capturados no eran peces gordos sino personas humildes
cuyos nombres fueron utilizados para la constitución de las empresas de fachada.”
La nación conformada por la injusticia, la muerte de inocentes y la despreocupación
del gobierno en los problemas coyunturales parece afirmarse a través de la ironía
cuando Cambio señala: “A lo largo de su vida Andrés Pastrana ha demostrado ser un hombre
valeroso y audaz. Nunca ha temido, por ejemplo, subirse a un avión, ya sea para ir a la zona de
distensión o a la antípoda de Colombia. (...) abril fue un mes decididamente internacionalista para
el gobierno de Pastrana. (...) Quizá sea la demostración más contundente de que los problemas del
país no son tan graves, si el Jefe de Estado puede encargar a su ministro delegatario de los asuntos
internos.”
El entramado de acontecimientos que construye el perfil del país pareciera no
tener otra alternativa: “el país parece acostumbrarse a convivir con los atentados”30. Los
conflictos con la guerrilla y autodefensas son una constante que “demuestra que los
“Aguas contaminadas”, Revista Cambio, 13 de mayo de 2002. p 30.
“Campamento de la muerte”, Revista Cambio 20 de mayo de 2002. p28.
28
“Se salvó de milagro”, Revista Cambio, 22 de abril de 2002. p24.
29
Revista Cambio, 13 de mayo de 2002. p38.
30
“Al amparo del terror”, Revista Cambio, 21 de mayo de 2001. p. 29
26
27
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
28
grupos al margen de la ley se arman con más rapidez que las fuerza que representan al Estado31”,
al tiempo que la protección a la población civil por parte de las instituciones estatales
“carece de mecanismos eficaces para proteger a la población civil”32.
LA NACIÓN PARALELA
En las páginas de la revista Cambio no sólo se configura el perfil del país del
cual habla. A través de las noticias de política exterior, Colombia es representada en
el doble juego entre los intereses nacionales y la imagen internacional.
Paradójicamente, la imagen de Colombia en el ámbito internacional se proyecta a
través del Proceso de Paz y las relaciones que éste estableció con la comunidad
internacional. Colombia, por fuera de la nación en conflicto, es un país que requiere
ayudas económicas y políticas para continuar en su desarrollo: “encaminados a combatir
el narcotráfico e invertir en el mejoramiento de las condiciones de vida de los colombianos”33. En
este proceso, apuntalado por el Plan Colombia, “los compromisos y aportes no pueden
limitarse a las críticas”34. El respaldo económico y político para Colombia se encuentra
en Estados Unidos en el gobierno de Bush, en contraposición al respaldo de la
Unión Europea, por lo menos, así lo advierte la publicación cuando señala: “Esas
partidas [apoyo económico para el Plan Colombia] ya se han empezado a materializar con
el desembolso efectivo de recursos, mientras por el lado europeo los aportes se han limitado a la
retórica y a criticar el énfasis antinarcóticos de la ayuda norteamericana.35”
Así, Colombia se refleja como proyección a futuro en los acontecimientos
políticos de Estados Unidos, permanente referencia en la construcción de la nación
paralela. “Las reglas del juego”36 en las relaciones internacionales se presentan
dependientes del orden interno de Estados Unidos. Así, los asuntos de política interior
norteamericanos son incluidos en la sección “El País”, según su vinculación temática
con los intereses particulares de Colombia. En una nota publicada el día 6 de mayo,
Cambio escribe: “la administración Bush examinará con lupa cada miembro del gabinete y de la
nueva cúpula militar (...) Es evidente que Colombia conseguirá el respaldo necesario para librar la
doble batalla contra el narcotráfico y el terrorismo. Pero también lo es que, a cambio, el país entero
–su Gobierno y su sociedad- tendrá que comprometerse a fondo en el alcance de esos objetivos.” La
“La ruta de los AK-47”, Revista Cambio 13 de mayo de 2002. p. 35
“Campamento de la muerte”, Revista Cambio, 20 de mayo de 2002. p28.
33
“La ayudita europea”, Revista Cambio, 7 de mayo de 2001. p. 28
34
Idem. p. 29
35
Idem. p29
36
Revista Cambio, 6 de mayo de 2002. p22.
31
32
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
29
relación entre proyección de nación e imagen internacional es tan fuerte que en la
misma publicación donde se anuncian las anteriores condiciones se publica una nota
bajo el titular de “Carta abierta a los candidatos”, escrita por Pete Romero, funcionario
de la administración Clinton, en donde señala que “es de suma importancia que cada uno
de ustedes considere lo que la comunidad internacional piensa sobre Colombia y cómo puede ayudarlos.
Como bien saben, la línea divisoria entre asuntos internos y externos de Colombia es casi invisible”.37
Esa línea invisible entre la nación y lo internacional parece diluirse aún más en la
sección de la revista Cambio. Si anteriormente se había descrito una proyección de
nación en conflicto, marcada por los desequilibrios políticos, institucionales, judiciales
y armados, la intervención de la comunidad internacional (figurada a partir de Estados
Unidos) emerge como una gran mirada sobre los límites de lo nacional y su contenido.
Sin embargo, las dos representaciones, el conflicto nacional y la nación paralela,
revisten características diferentes. La nación paralela no se construye a partir de los
acontecimientos internos, sino de los aspectos internos que exteriormente son
señalados, circunscribiendo la dinámica nacional hacia el facto bélico y de
confrontación. Al igual que en la primera proyección, local si se quiere, los actores
nacionales son genéricos y anónimos definidos a partir de sus posiciones antagónicas:
guerrilla/paramilitares vs. Estado/población civil.
Quizás el artículo que mejor recoge las alternancias e intereses de esta nación
paralela y representada por el ámbito internacional sea “La ayudita europea”, ironía
para señalar la acción europea de señalar errores y críticas, pero no aportar
“solidariamente” el dinero que Colombia necesita para configurar un nuevo perfil
de nación. Como en las calles de las ciudades colombianas, el artículo de la Revista
Cambio murmura de espaldas a la negativa europea “(...) La Unión Europea, en consecuencia,
está en mora de pasar de la retórica y meterle sustancia a su apoyo. Sin embargo, el viejo continente
parece ser mucho más expedito a la hora de imponerles a los colombianos el requisito de la visa, que
de mostrar solidaridad cuando se trata de dinero”.38
LA NACIÓN SIN ESTADO
No muy lejana a la proyección de nación como conflicto, la Revista Semana
introduce nuevos elementos al escenario del conflicto nacional, para hablar de una
idea de nación más vinculada al desarrollo de las instituciones políticas, no por ello
37
38
Revista Cambio, 6 de mayo de 2002. p26.
“La ayudita europea”, Revista Cambio, 7 de mayo de 2001. p29.
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
30
menos conflictiva que la proyección de Cambio, pero sí mucho más centrada en las
alternancias del proceso de paz, justicia, narcotráfico y, de manera complementaria,
en acontecimientos relevantes de orden nacional.
La sección “Nación” de la revista Semana se presenta como la primera en el
desarrollo de la publicación, remitiendo generalmente sus titulares desde la tapa de
presentación. El protagonismo que Semana asigna al cubrimiento de la nación no
sólo se verifica en los títulos de tapa, sino también en la denominación de rubro
“Actualidad”, en contraposición a las secciones generales que la revista asigna al
resto de la información. Durante el período mayo 2001 y mayo de 2002, la publicación
destaca en sus titulares principales de la sección: “La paz, la guerra ¿qué sigue?”39;
“¿Censura el gobierno?”40; “Sueño Americano”41; “Regreso a casa”42; “Agonía sin
fin”43; “Hagan sus apuestas”44 y “Bomba de tiempo”45. La agenda temática descrita
por estos titulares refiere a la actualidad nacional en tanto coyuntura del proceso de
paz y escenarios posibles de negociación política, la controversia entre el gobierno y
la libertad informativa, el crecimiento de la colonia colombiana en Norteamérica, el
acuerdo humanitario entre el gobierno y las Farc, la masacre de Bellavista, la
proyección de los candidatos presidenciales y la situación social crítica de Colombia.
La nación presentada por Semana se describe principalmente a través de los
acontecimientos coyunturales. Dominada por la actualidad, se construye y define a
partir del desarrollo de las noticias. Sin embargo, esta contingencia se escribe a partir
del accionar institucional, es decir, los acontecimientos protagonistas de la sección
están relacionados con la política del gobierno y sus representantes en las
negociaciones del proceso de paz y el conflicto armado en Colombia y, por otro
lado, con los efectos de la guerra en la población civil.
La conciencia del desarrollo de la guerra en el territorio colombiano pareciera
ser el principio desde el cual se proyecta la nación. Los artículos complementarios de
la sección refuerzan este sentido; así, la publicación del 30 de abril de 2001 retoma la
temática del narcotráfico y la guerra con la captura de Fernandinho: “Las Farc son la
guerrilla más rica y poderosa del mundo. Sus jefes viven como cualquier millonario capitalista:
buenas mujeres, buena comida y buen licor”. El narcotráfico se constituye en un eje dentro
Revista Semana, Abril 30 de 2001. p. 28
Revista Semana, 7 de mayo 2001. p. 42
41
Revista Semana, Mayo 14 de 2001. p. 26
42
Revista Semana, Mayo 21 de 2001. p. 26
43
Revista Semana, Mayo 13 de 2002. p. 32.
44
Revista Semana, Mayo 20 de 2002. p. 20
45
Revista Semana, Mayo 6 de 2002. p. 30
39
40
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
31
de la nación en guerra que presenta la publicación cuando interroga: “De comprobarse
estas acusaciones necesariamente el proceso de paz con las Farc se verá afectado, sobre todo por el
impacto que ello tendría ante la comunidad internacional. Si las Farc son traficantes de gran escala
¿cómo justificar que se puede negociar con ellos como una fuerza política?”. El proceso de paz y
el narcotráfico logran inscribirse en el mismo espacio de la actualidad nacional.
“Pronto habrá resultados”46 es la declaración del Comisionado de Paz con la cual la
Revista Semana titula la entrevista complementaria del 14 de mayo, en donde se vuelve
a configurar la nación entre la guerra y el proceso de paz. El atentado en Medellín
“muestra cómo los paisas están en medio de la guerra entre Castaño y La Terraza”47 señala el 21
de mayo. Un año después, la dinámica de titulación para las notas complementarias
vuelve a configurar un escenario de nación en la guerra en donde la latencia de la
crisis social vuelve a cuestionar el papel del Estado en la acción y promoción social:
“Semana presenta casos de la vida real que ilustran el país que heredará el próximo presidente”.
Frente a esta nación en guerra, la figura del Estado a través de sus representantes se
vuelve el punto de reflexión y de crítica por parte de la publicación.
La guerra cubre todos los ámbitos por donde se mueve la actualidad nacional,
las elecciones no son excluidas de este contexto y con similar proyección la revista
analiza los resultados de la encuesta: “En el trasfondo de esta frenética competencia hay un
paisaje de violencia, debilidad institucional y crisis económica”48, características que para el
semanario recorren el territorio y los límites de lo nacional, “lo que es evidente es que
faltan recursos para la guerra; pero también queda claro que faltan voluntad política, esfuerzos y
sacrificios para proteger a la población civil”.49 En esta representación bélica de lo nacional,
el Estado y la guerrilla son los protagonistas del conflicto que se resuelve en un
campo más amplio en donde las víctimas esperan ser nombradas por el accionar de
uno y la indiferencia del otro: “Otros pueblos del Atrato, el Catatumbo y varios de Nariño y
Arauca. Se sabrá sus nombres cuando la guerrilla o las autodefensas comentan otro acto de barbarie”.
El Estado de la nación en guerra es representado a través de la ausencia, en la negación
de los actos que no observa y en la “indiferencia” con que observa los hechos: “la
respuesta no ha sido masiva, ni excepcional, ni urgente. Las rutinas del gobierno y de los ciudadanos
a los que aún no toca la guerra continúan como si la situación no exigiera reacciones extraordinarias.
Las soluciones han sido insuficientes y la tragedia derivada del conflicto se agrava y se extiende”.50
Revista Semana, 14 de mayo de 2001. p. 32
“Noche de horror”, Revista Semana, 21 de mayo de 2001. p 30
48
“Hagan sus apuestas”, Revista Semana, Especial Elecciones. 20 de mayo de 2002. p 21.
49
“Tragedia anunciada”, Revista Semana, 13 de mayo de 2002. p 43
50
“Bomba de tiempo”, Revista Semana, 6 de mayo de 2002. p 31.
46
47
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
32
Así, las acciones institucionales no alcanzan a equilibrar los efectos de una
nación en guerra, las acciones “no llegan” y los ciudadanos negocian en el campo de
guerra las estrategias de subsistencia mientras “el país cuenta y llora todos los días sus
tragedias pero no moviliza todos sus mejores recursos para detener el agujero negro que es la guerra”
porque “la principal debilidad de la acción estatal radica en la ausencia de una visión integral de
las consecuencias del conflicto armado en la población civil”.
En este escenario de representación, la voz nacional se hace presente a través
de los testimonios de la población civil y de los funcionarios del gobierno, quienes
describen diferentes paisajes sobre lo nacional. Frente a los acontecimientos en
Bellavista, “El Almirante Mauricio Soto explicó a SEMANA las dificultades que tienen las
tropas para reaccionar ante un evento como el de Chocó por la falta de soldados y de recursos”51,
declaración que se confronta con las declaraciones “usamos las manos. Huíamos agachados
para esquivar balas. Algunas caían cerca como cuando se lanzan piedritas al agua”.52 En la
disposición y organización de los artículos la revista presenta primero la voz de la
población civil para confrontarla con la opinión de los funcionarios estatales en
particular. En el cruce de versiones, legitima su objetividad y la profundidad con la
que representa a una nación sin Estado y en guerra.
Finalmente está la representación de lo nacional en tanto escenario bélico, los
antagónicos no parecieran ser solamente la guerrilla y las autodefensas, en la nación
sin Estado y en guerra la población civil es el botín de guerra y de elecciones: “continúa
la guerra entre paras y guerrilla (...). Las víctimas inocentes no los desaniman. Al contrario, la
población inerme, hace tiempo abandonada por el Estado, es el botín”.53
LA NACIÓN MEDIÁTICA
Moda, farándula, reinas, secretos de belleza, desplazados, horóscopo, asesinatos,
crónicas insólitas, colas cotizadas, son algunos de los elementos que conforman la
nación positiva del semanario Cromos. Sin sección específica y sin una agenda temática
definida, la revista Cromos presenta un itinerario sobre lo nacional a través de la
diversidad y lo dispar.
La reina nacional de belleza pareciera simbolizar los atributos que caracterizan
a Colombia, o por lo menos, los que promueven el orgullo nacional: “En exclusiva
para CROMOS, la señorita Colombia, Vanessa Mendoza, posó con los trajes diseñados por Jaime
Arango que llevará a Miss Universo. Escogimos el escenario perfecto: las salas del Museo de
Revista Semana, 13 de Mayo de 2002. p42
idem. p32
53
“Guerra privada”. Revista Semana. 13 de mayo de 2002. p. 44.
51
52
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
33
Antioquia donde se expone la donación Botero, otro orgullo nacional.”. El vestido de la señorita
Colombia “Así es Colombia” fue el nombre que Vanessa eligió para su traje de fantasía, en él se
conjugan elementos típicos de todo el país”.54 Pero también la nación está constituida,
alternativamente, por los políticos, su vida, sus declaraciones y sus decisiones, en
tanto personajes públicos que hablan de la nación. Así, una de las pocas secciones
estables del semanario intenta configurar una nueva dimensión sobre la nación a
través de la historia y sus personajes. “Documento Cromos” recoge los
acontecimientos más relevantes en la historia de Colombia, representando a través
del testimonio legitimado de la fuente documental otra imagen sobre la nación
complementaria a la que se presenta en la tapa de la revista.
Esta nación mediática, sujeta al perfil de los acontecimientos pero definida a
través de las portadas de bellas mujeres y sensuales miradas, recoge toda suerte de
eventualidades en materia informativa. La multiplicidad de los acontecimientos a
nivel político, espectáculos, moda, cultura, farándula local e internacional, aportan la
dinámica propia del escenario nacional. Sin unidad ni pretensión hegemónica, la
nación mediática asimila todo al mismo nivel de profundidad analítica, en donde lo
visual es el vínculo por el cual emergen los registros. Así, la portada del semanario
del 10 de mayo desplaza a la modelo o reina de la portada para registrar el drama del
Chocó. Al interior de la revista, la columna “Apuntes” señala: “Ahora queda el éxodo.
Más chocoanos recorriendo las calles del país, con sus cartulinas de desplazados, en las esquinas de
Bogotá, Cali, Medellín, Colombia. Miserables y humillados. Porque del Chocó no se sabe nada.
Ni en paz. Ni en guerra. Y CROMOS quiere esto: ayudar a ver. Y si se puede, también a
entender. Si hay algo que entender”.55
La nación mediática espera la coronación de Miss Universo mientras señala
“El peaje de los candidatos”56, se preocupa por los desamores de “Julia Roberts.
Fama, dinero y soledad”57, observa el “Infierno en el templo de Bojayá”58 y descubre
“la cola de los 600 millones que tiene enredada a la Grisales”59.
Entre “la cara positiva de Colombia” y “la vida muy bien contada”, la nación
se representa en la nivelación de intereses y temáticas de los acontecimientos que
hablan de la nación por lo visual y efímero de su referencia mediática.
“Vanessa lista para Miss Universo”, Revista Cromos, 3 de mayo de 2002. p 40.
“Apuntes”, Revista Cromos, 10 de mayo de 2002. p 18
56
Revista Cromos, 3 de mayo de 2002. p. 38.
57
Idem. Pp53.
58
Revista Cromos, Mayo 10 de 2002. p.23.
59
Idem. p. 40
54
55
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
34
LA NACIÓN COMO SERVICIOS
El semanario El Espectador describe a la nación desde su sección “nacional”,
reconociéndola en algunos elementos como sus regiones, sus problemáticas locales
y sus festividades populares.
La sección, organizada en una página del primer cuerpo del periódico, distribuye
su información de acuerdo con un criterio de diagramación que destaca la noticia
principal bajo un amplio titular; sobre la columna derecha se reserva la extensión de
una columna vertical para el desarrollo de noticias breves encabezadas por el titular
“Hechos Nacionales”. En el cuerpo general de la página y por debajo de la nota
principal se ubican la noticia secundaria y complementaria, y la nota de cierre. Se
duplica la extensión de la sección durante los fines de semana, en donde lo “Nacional”
se despliega en doble página.
La nación geográfica y territorial descrita por el periódico observó algunas
variaciones en cuanto a la territorialidad descrita: Valledupar, Medellín, Bucaramanga,
Bogotá y Buenaventura, fueron algunos de los sitios por donde la sección nacional
transitó en su descripción de una nación descentralizada. Sin embargo, la pretensión
de descentralización que a primera vista pareciera lograrse, se interrumpe en el
desarrollo de las noticias secundarias, complementarias y la columna “Hechos
nacionales”; allí, la centralidad se menciona como Bogotá y circunscribe la esfera
nacional al orden informativo de la capital, contrariamente a lo que sucediera con las
notas de primer orden en la sección, generalmente las noticias desde Bogotá no
tienen firmas de artículos, sólo la referencia de ciudad inscribe un marco de validación
para la información, impersonal y presente a través de Bogotá.
Las investigaciones y observaciones sobre el funcionamiento de las instituciones
de bienestar social, parecieran ser el eje desde el cual se construye esta imagen de
nación social. “El Ministerio de Educación controlará carreras de impacto social”60;
“Pruebas dudosas de paternidad”61; “Cuestionan fríjol soya transgénico”62 son algunos
de los titulares que refuerzan la visión sobre lo nacional a partir de las instituciones
e informaciones de bienestar social.
El otro eje desde donde es pensada la nación se relaciona profundamente con
las necesidades y problemáticas locales, más allá de sus aspectos y problemas
contingentes, la sección pareciera rescatar las necesidades constantes que atraviesan
El Espectador, Martes 1 de mayo de 2001. p5A.
El Espectador, Jueves 3 de mayo de 2001. p4A.
62
El Espectador, Viernes 4 de mayo de 2001. p8A.
60
61
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
35
a cada región colombiana en el relato de sus protagonistas como crónicas de los
acontecimientos. La voz nacional es presentada a través de los titulares en donde la
comunidad exclama “No queremos la basura de los otros”63 o en el desarrollo de la
información: “Nos van a perseguir a donde vayamos. Ahora estamos más perdidos que cuando
salimos del Chocó, sin saber a dónde coger. Ya se estaba uno resignando a vivir en una ciudad como
esta” declara uno de los desplazados que protagoniza la nota titulada “Perseguidos
hasta en el exilio”64. La nación latente en los problemas de las comunidades regionales
describe una agenda de preocupaciones inmediata y permanente con la cual a diario
pareciera construirse la realidad del país.
Así, las inundaciones, los problemas de vivienda, educación, salud, calidad de
vida, recorren la agenda temática que posibilita hablar de una nación escrita a diario
a partir de sus necesidades constantes. Sin embargo, no todas las proyecciones sobre
la nación responden a este perfil de necesidades y servicios; también a través de la
sección es posible configurar la representación de la nación insólita o folclórica que
vuelve la atención hacia los efectos mediáticos que promueven un tipo de cultura
nacional. “En busca de un “escamoso”65 tituló como nota principal la sección nacional
del periódico para hablar del efecto cultural que genera el personaje de ficción en el
ámbito nacional o “Amor eterno de 12 horas”66 para consultar la opinión de los
colombianos con relación a la virginidad para el matrimonio.
Entonces, la nación de El Espectador no sólo es la representación de las
necesidades y servicios de las comunidades regionales, también lo es en la construcción
social de símbolos y valores desde los cuales hablan los ciudadanos, en medio de las
crisis particulares, como instancia de construcción de lo colectivo.
LA NACIÓN DAMNIFICADA
La nación damnificada por el conflicto armado, el terrorismo, el accionar de la
delincuencia común e institucional pareciera marcar los límites y el contenido desde
el cual El Tiempo habla desde su sección “Nación”. Mediada por los testimonios de
los afectados, la nación adquiere relevancia frente a la injusticia y desconsuelo del
accionar violento o amenazador de los frentes del conflicto colombiano.
La sección organizada a partir de la extensión de una página diaria y en ocasiones
en doble página, reserva su columna derecha para las noticias breves de carácter
El Espectador, Sábado 5 de mayo de 2001. p 4ª.
El Espectador, Jueves 3 de mayo de 2001. p 4ª.
65
El Espectador, Jueves 10 de mayo de 2001. p7A.
66
El Espectador, Viernes 4 de mayo de 2001. p8A.
63
64
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
36
nacional, mientras en el cuerpo central de la sección jerarquiza a través de los titulares,
el grado de importancia y relevancia de la información nacional. Al igual que en El
Espectador, la presencia regional se realiza a través de la denominación nominal de la
región en el comienzo del artículo periodístico.
La nación damnificada se presenta a través de los titulares y entradas que
declaran que “según las autoridades, los retenidos habrían participado en la masacre de por lo
menos 40 campesinos e indígenas del Naya en Semana Santa”; “Los habitantes de este sector dicen
que están siendo azotados por una banda de atracadores”67, los ciudadanos y las autoridades
representan la voz nacional, denuncian, señalan y comentan las alternativas de la
experiencia en medio del conflicto “las autoridades militares y de derechos humanos advirtieron
que los “paras” se están insertando entre la población con donaciones, préstamos y hasta bazares”.68
La nación representada, contrariamente a la proyección de nación que construye
la Revista Semana, posiciona claramente a los actores del conflicto en sus desarrollos
antagónicos, la comunidad civil es representada por las autoridades y la figura del
Estado, mientras que la guerrilla y los paras, ingresan en el escenario de acción como
la sombra y el fantasma genérico del conflicto armado colombiano. Así, parece
describirlo el periódico cuando recoge las expresiones “No renunciaremos a aprovechar
cada minuto de nuestro periodo de gobierno para cumplir el mandato que el pueblo nos ha dado”69,
mientras la voz del ciudadano común víctima del conflicto señala “aquí [Vigía del
Fuerte] nos quedamos los más pobres, los que no tuvimos ni para el pasaje”.70
Sin embargo, ante esta proyección de nación como víctima del conflicto armado,
existe otra representación que alternativa y paralelamente describe otra dinámica
nacional, caracterizada por sus habitantes en la promoción de estrategias de
supervivencia frente a la nación en conflicto. La necesidad de relatar los testimonios
de esta otra nación se vuelca en las páginas de la sección, destacando “El hombre
que ensayó su propio funeral”71 y, como ironía frente al conflicto, “Carlos Escobar;
abogado, artesano y esposo de profesión, fundó con 14 amigos la Asociación de Pre muertos, quienes
se comprometieron a usar la “piyama de la eternidad”. La nación damnificada pareciera
exigir la creatividad e ingenio de los ciudadanos, por lo menos así pareciera presentarse
en la página del periódico del día 13 de mayo en donde la nota principal destaca
“Denuncian presencia de “paras” en Vigía del Fuerte”72 reseñando la información
“Piratería en las islas del Rosario”, El Tiempo, miércoles 2 de mayo de 2001. p1.3
“Plomo y plata en Barranca”, El Tiempo, Viernes 4 de mayo de 2001. p1.3
69
“Nadie está dispuesto a irse de su puesto”, El Tiempo, sábado 5 de mayo de 2001. p1.5
70
“Las heridas del primer mes”, El Tiempo, domingo 2 de junio de 2002. p 1.6
71
El Tiempo, Domingo 16 de junio de 2002.
72
El Tiempo, Lunes 13 de mayo de 2002. p 1.4
67
68
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
37
sobre el avance guerrillero y paramilitar en Chocó; opuesta a esta información, el
articulo secundario señala “Se venden arepas vía Internet”.73 Que se vendan arepas
en la red y la población de Chocó sienta nuevamente la amenaza de una masacre, son
presentados en el mismo nivel para la representación de nación en donde convive
una imagen del conflicto y otra de ingenio e ironía. Sin embargo, la nación proyectada
en la coyuntura de los acontecimientos no admite otro escenario alternativo que no
sea el conflicto y sus consecuencias. En este espacio de confrontación “Los cadáveres
se pudren”74 mientras que “Cada hora, 42 desplazados”.75 Los registros de la nación
damnificada por el conflicto crecen frente a cada atentado en el territorio nacional,
las voces oficiales y los testimonios de los protagonistas avanzan en las páginas de la
sección desarrollando al interior de la información un espacio alterno del debate
sobre la política internacional para la nación “si masacrar niños, mujeres y ancianos que
estaban protegiéndose en una iglesia no es terrorismo, entonces yo me pregunto qué es”76 interpela
a la comunidad internacional el Presidente de la República. Así, la nación mediada
por el conflicto armado se posiciona con la misma proyección en el escenario
internacional.
La nación alternativa, esa de los personajes y las disputas locales se inscribe al
margen de esta primera proyección, volviendo a cobrar protagonismo en las páginas
de la sección frente al reclamo organizado o al evento singular. “Rebelión de
peneleros”77 titula el periódico el día 11 de mayo, recogiendo la crónica del sindicato
frente a la unificación industrial de la producción, advierte complementariamente
que la nación damnificada no sólo se registra por los atentados, sino también por la
injusticia y el eventual desempleo.
La nación insólita, escrita paralelamente a la nación damnificada, se reconstruye
a partir de los testimonios y crónicas de personajes singulares en las diferentes regiones
del país. “El padre de los trasteos”78 recoge la historia de Alfredo Vesgas quien
“trabaja y confiesa en un camión” mientras que el día 23 de mayo la sección dedica
el titular principal a un “Duende que asusta a colegialas”79. Frente a los acontecimientos
relevantes, la construcción de nación se alterna y margina, el espacio de la columna
derecha, reservado para las noticias breves, advierte el desplazamiento de esta
Idem
El Tiempo, Martes 7 de mayo de 2002. p1.3
75
El Tiempo, viernes 10 de mayo de 2002. p1.7
76
“Pastrana pide misión de ONU”. El Tiempo. martes 7 de mayo de 2002. Pp 1.3
77
El Tiempo. sábado 11 de mayo de 2002. p 1.3
78
idem.
79
El Tiempo. jueves 23 de mayo de 2002. Pp 1.12
73
74
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
38
operatoria que otorga el lugar protagónico en titulares y extensión a la nación
damnificada.
Atentados, masacres, incursiones guerrilleras, apagones de luz, desplazados
y milicias urbanas, son algunos de los caminos por donde transita la nación escrita
por El Tiempo, sin posicionar la figura del Estado al margen de las acciones, la
nación se proyecta desde el sufrimiento de las poblaciones y los comentarios y
explicaciones oficiales que intentan reconstruir la nación más allá del conflicto.
LA SIMULTANEIDAD DE NACIONES EN COLOMBIA
El análisis de la construcción y proyección de nación a través de los medios
de comunicación escritos nacionales/bogotanos demuestra que existe un común
denominador para hablar de la nación: el conflicto armado y la crisis institucional
son el soporte común desde donde el evento discursivo adquiere relevancia y
espesor. Surge una “nación en conflicto” y “una nación en crisis institucional”. La
nación institucional en crisis se manifiesta en las diferentes representaciones que
se proyectan sobre la nación, la corrupción política, el fraude, las promesas estatales
nunca cumplidas son algunos de los ejes por donde se dibuja (desdibuja) el carácter
nacional legitimado. Una tercera nación, esa del ciudadano que mira un espectáculo
de tragedia que no le pertenece, “nación para ver/sufrir”. Las voces de lo nacional
no encuentran el mismo consenso a la hora de legitimar a los actores nacionales,
por un lado se los presenta desde el anonimato y lo impersonal de la designación
general como “un testigo” o “una fuente dijo...”. El cuerpo del ciudadano, es la
víctima “inerme” que observa los acontecimientos o por el contrario, es el personaje
de la nota insólita desde donde se escribe una nación alterna, colorida y folclórica.
“La nación del deseo”, esa Colombia bella, digna y que tiene símbolos
construidos en reinas, vestuario y paisaje, aparece en las páginas de Cromos, esta
imagen deseada sólo se altera ante el hecho consumado de la masacre y los atentados.
La nación positiva surge de la realidad mediática, el mundo de lo frívolo y bello,
pero del paisaje y la arquitectura, de la gente buena y la sociedad que todavía
brinda en cocteles estimula el pasaje espectacular de la nación damnificada a la
nación insólita, en donde recae la belleza de las mujeres colombianas, el orgullo
nacional, los “problemas” de los famosos y las opiniones de los políticos. Todo en
un mismo espacio. Todos hablando en el mismo tono y al mismo tiempo, sin
distinciones ni sentimientos de culpa. Así quiere ser pensada la nación colombiana,
a través de sus personajes mediáticos que diluyen la trascendencia trágica de los
conflictos armados.
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
39
Sin embargo, pensar la nación colombiana implica observar la multiplicidad y
pervivencia contaminada de todas las proyecciones de nación que desde los medios
se realizan. Lo inmediato arroja a “la nación damnificada”, la proyección de los
acontecimientos dibujan una nación en conflicto y sin Estado, abandonada al
movimiento involuntario de los ciudadanos anónimos y a la acción bélica entre partes
y pendiente de la aprobación por parte de los Estados Unidos. Hacia el afuera se
construye “la nación paralela”, toda una obsesión colombiana, esa que busca
responder al qué dirán, esa que observan los ojos de la especular comunidad
internacional; esta tal vez, la única nación del simulacro.
Adentro o fuera, la noción de territorio como argumento para hablar de nación
pareciera carecer de sentido. Ni afuera ni al interior, la nación colombiana convive
con la retórica del desastre cotidiano, exhibe el rostro de tapa de la mujer bonita, es
consciente de un estado de guerra, pero necesita de lo insólito para mostrar su calidez
y magia en la adversidad. La nación se proyecta en la pasarela nacional, muestra
todo, para luego esconder los efectos de entrecasa, detrás de los telones cuando se
anuncia el visitante. Quizá por esto, Colombia centra su proyección de nación en lo
visual como estrategia discursiva, en la representación la ilusión de nación es doble,
en tanto que pareciera por un lado, que la nación está allí, en las múltiples imágenes
que sobre ella se registran, y por otro, la representación sólo se presenta a sí misma.
Por detrás de lo visual y de las proyecciones de nación, no hay ni nación ni imágenes,
sólo efectos de la nación descrita en la ilusión y magia de una representación: nación
en conflicto, nación en crisis institucional, nación damnificada, nación de excluidos,
nación de deseo, nación paralela… ¿Cuál es la nación colombiana representada?
COLOMBIA PARECIERA CARECER DE SENTIDO
40
La homogeneidad de la diferencia
LA HOMOGENEIDAD
DE LA DIFERENCIA
LA NACIÓN DE LA PRENSA REGIONAL
J I M E N A Z U L UAG A T R U J I L L O
Antropóloga - Universidad de los Andes
‘Mientras para unos autores la nación es un fenómeno histórico típicamente moderno, para
otros estudiosos, la nación es un dato, una formación social-cultural caracterizada por la
existenciade distintos vínculos primordiales’ 80
Puntualizar una definición única de la nación colombiana o del deber ser de ésta
resultaría contradictorio con su esencia diversa y multicultural y con su condición de
país joven y en construcción. A lo más sensato que podría aspirarse es a identificar y
analizar las posibles manifestaciones sociales del concepto de nacionalidad, las
prácticas de arraigo, de identidad nacional y, en ello, partir siempre del respeto por
las diferencias culturales que puedan encontrarse en las distintas regiones del país.
El concepto de nación, entre muchos otros escenarios y prácticas, se materializa
en las expresiones culturales y comunicativas de la sociedad. Por ello, los medios de
comunicación juegan un significativo papel en la dinámica cultural, ya que no sólo
difunden información sino que, al divulgar, construyen o refuerzan representaciones
y modelos de identidad y de nacionalidad.
Para el caso particular de este texto, la forma de comunicación que se escogió
para estudiar es la prensa escrita regional, las noticias que periódicos regionales ubican
Bolívar, I (2002). “La construcción de la nación y la transformación de lo político”. en Nación y
sociedad contemporánea. Cuadernos de nación. Ministerio de Cultura. p. 9.
80
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
41
en su sección nacional. La noticia81 es una forma de discurso público y por lo tanto
su estructura se relaciona directamente con las prácticas y las condiciones sociales e
ideológicas del contexto en el que se produce82. En este orden de ideas, resulta por
demás indispensable partir de las condiciones particulares de Colombia, y por supuesto
de cada una de sus regiones, al analizar e interpretar las noticias que registran los
diarios regionales sobre hechos de carácter nacional.
Resulta especialmente relevante la idea de ver la nación a través de la región si
se tiene en cuenta que Colombia ha sido definida como un país de regiones, no sólo
geográficas sino también culturales, y en tanto se entiende que las identidades se
construyen desde lo local. En el imaginario popular de los colombianos es a veces
más fácil pensar en elementos identitarios característicos de grupos regionales que
de todos los colombianos como una colectividad nacional. Partiendo de que en la
región están los elementos más significativos de identificación y arraigo, uno de los
objetivos específicos de este estudio fue evaluar la presencia de manifestaciones de
estos regionalismos en los discursos periodísticos de los diarios locales y confirmar
si en la prensa escrita está presente tal regionalismo nacional. ¿Cómo aparecen las
visiones regionales en la construcción de la nación? ¿Esta diversidad cultural permea
el discurso sobre la nación que aparece en la prensa escrita? ¿El periodismo con sus
lógicas y narrativas es una práctica de homogenización de las diferencias culturales?
Los diarios objeto de estudio fueron: El Colombiano (Medellín, Antioquia), El
País (Cali, Valle), Vanguardia Liberal (Bucaramanga, Santander) y El Heraldo
(Barranquilla, Atlántico)83. Las ediciones consultadas fueron las correspondientes a
los meses de mayo de 2001 y mayo de 2002, el mismo mes comparado en dos años
distintos para comprobar si la nación representada variaba o si su construcción era
diferente. La primera etapa del proyecto consistió en un trabajo de registro sistemático
La noción de noticia es ampliamente discutida por Van Dijk T(1990). La discusión puede resumirse
en la siguiente cita: ‘en el uso diario, el concepto de la noticia en los medios implica los siguientes
conceptos:
1. Nueva información sobre sucesos, objetos o personas.
2. Un programa tipo (de televisión o radio) en el cual se presentan ítems periodísticos.
3. Un ítem o informe periodístico, como por ejemplo un texto o discurso en la radio, en la televisión
o en el diario, en el cual se ofrece una nueva información sobre sucesos recientes’ (Van Dijk T,
1990: 17).
82
Van Dijk T, La noticia como discurso. Comprensión, estructura y producción de la información, Paidós,
Barcelona, 1990, p. 145.
83
Cuatro presencias regionales tradicionalmente delimitadas geográfica y culturalmente por lo
que, supusimos, producirían cuatro ideas de nación diferentes.
81
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
42
del contenido de las secciones de nación contenidas en los cuatros diarios. A partir
de estos registros se establecieron las generalidades temáticas en forma descriptiva.
Posteriormente se realizó el análisis de las representaciones e imágenes presentes en
dichos diarios.
Por representaciones sociales se entiende “las construcciones simbólicas
individuales y/o colectivas a las que los sujetos apelan o aquellas que crean para
interpretar el mundo, para reflexionar sobre su propia situación o la de los demás y
para determinar el alcance y la posibilidad de su acción histórica”. 84 Así, las
representaciones sociales son posibles a partir de cualquier situación social o cualquier
manifestación cultural o comunicativa, son indesligables del contexto en el que se
producen y terminan siendo referencias simbólicas para actuar en la vida cotidiana.
La primera herramienta que se utilizó para esclarecer la nación que se representa
en cada diario fue por supuesto las temáticas abordadas en estas páginas. Las secciones
de los cuatro diarios (Nación hoy en El Colombiano; La nación en El País; Nacional en
Vanguardia Liberal; Generales y Nacionales en El Heraldo) conservan más similitudes de
las que podría creerse, el mito del país de regiones se desvanece en la primera mirada,
solo con describir los temas generales de las noticias la diversidad comienza a
desaparecer y la homogeneidad a tomar lugar. Partiendo de la frecuencia observada
en la descripción detallada de cada publicación, las temáticas de las noticias encontrada
en estos cuatro diarios se pueden agrupar en seis grandes grupos:
1. Orden Público. Noticias acerca del conflicto armado, atentados terroristas, violencia
urbana, incursiones guerrilleras y paramilitares, delincuencia común, desplazados
por la violencia, paros y proceso de paz.
2. Instituciones y Justicia. Noticias sobre investigaciones, denuncias, demandas, capturas,
incautaciones, debates en y entre entes oficiales, obras públicas, pronunciamientos
oficiales, política.
3. Frontera. Visitas oficiales, tratados fronterizos, visitas internacionales,
pronunciamientos de extranjeros frente al país, acontecimientos en la frontera.
4. Estados Unidos, Unión Europea y organismos internacionales y multinacionales influyentes.
Información acerca de Estados Unidos (EU) y la Unión Europea (UE), DEA,
ONU, OEA, AI, UNICEF, entre otros, respecto a Colombia.
5. Educación.
Vasilachis, I (1999). Las acciones de privación de identidad en la representación social de los pobres. Un
análisis sociológico y lingüístico. en: Revista iberoamericana de discurso y sociedad. Vol 1 (1). Barcelona:
Gedisa. pp. 59.
84
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
43
6. Varios. Información que no cabe en las categorías anteriores, pero no presenta
volumen suficiente para conformar una categoría nueva. Emergencias invernales
y medio ambiente, entre otros.
En las páginas siguientes intentaré describir y analizar la nación representada
en las secciones nacionales de los diarios mencionados bajo el hilo conductor de
estas temáticas, partiendo de que la nación de la prensa está contenida en éstas. Para
el caso de El Colombiano, Vanguardia Liberal y El País, se presenta en primer lugar, la
construcción de la representación que cada periódico hace de la nación a partir de la
temática preponderante. En el caso de El Heraldo, dadas las características propias de
las noticias que registra este diario, la representación se construye a partir de otros
elementos del discurso informativo y de los códigos comunicativos. Luego se
presentan las temáticas comunes a todos los diarios consultados, la representación
de nación que se construye a partir de ellas y sus implicaciones.
EL COLOMBIANO Y VANGUARDIA LIBERAL: LA NACIÓN INSTITUCIONAL
El diario El Colombiano fue fundado en Medellín en 1912 por Francisco de
Paula Pérez. Su directora actual es Ana Mercedes Gómez Martínez. Por lo general,
el periódico se compone de cuatro cuadernillos distribuidos en secciones. El
cuadernillo A lo componen las noticias de Medellín, las regionales, las nacionales, las
internacionales, las políticas y el editorial. Una particularidad interesante de este
periódico es la sección Paz y DH, que aparece todos los días generalmente en el
cuadernillo principal. El cuadernillo B presenta las secciones de economía, cultura y
entretenimiento, el cuadernillo C los deportes y los clasificados y, a manera de
apéndice, el cuadernillo D la sección Vida y Sociedad.
La sección de noticias nacionales recibe el nombre de Nación hoy, de lunes a
sábado, y los domingos se llama Rumbo Nacional. Por lo general la extensión de la
sección es de una página, con excepción de las ediciones dominicales en donde varía
entre tres y cinco. Se presenta siempre una noticia principal, acompañada de una
foto y generalmente de un recuadro adicional. A manera de subtítulo, en el inicio de
la noticia principal se presentan tres puntos, tres frases que la resumen. Hay además
en la sección entre una y tres noticias secundarias, más breves, más o menos de dos
columnas de media página. En alguno de los laterales, el derecho generalmente, se
presenta una franja de noticias breves, de uno o dos párrafos. Esta ‘columna’ llamada
Vuelta al país presenta en promedio de tres a seis noticias que no exceden los dos
párrafos. En el tope de la página hay todos los días, excepto de los domingos, dos
recuadros: El hecho, registra en un párrafo la noticia del día en esta sección; la noticia
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
44
de El hecho corresponde a veces con alguna de las noticias registradas. El segundo
recuadro, Suceso gráfico, es una foto con un pequeño pie de foto de dos o tres líneas
que la explican; a veces corresponde con alguna de las noticias registradas. Otros
dos recuadros aparecen alternadamente en la parte superior: La cifra registra algún
dato numérico significativo de alguna noticia; y El hecho político resume la noticia
política del día, ampliada en la siguiente sección. Los domingos los informes por lo
general son analíticos y detallados, en ocasiones inclusive toda la sección aborda un
solo tema mediante varias herramientas: entrevistas, crónicas, análisis.
La apariencia de Nación hoy es agradable, de fácil registro visual, el diseño es
ordenado, hay homogeneidad en los tipos de letra, las fotos no son escandalosas, los
títulos son discretos, la estructura y la redacción de las noticias es clara, amena y
profunda. La noticia principal, especialmente, es completa, detallada y en ocasiones
analítica; siempre la acompañan elementos como fotos y recuadros de opinión, de
antecedentes o de implicaciones del suceso en diferentes ámbitos. La mayoría de las
noticias principales están firmadas. Las secundarias y las de Vuelta al país tienen por
lo general a Colprensa, la agencia de prensa nacional que trabaja desde Bogotá para
los periódicos regionales, como fuente.
Vanguardia Liberal fue fundado en Bucaramanga el 1ro de septiembre de 1919
por Alejandro Galvis Galvis. Su director actual es Sebastián Hiller Galvis. El periódico
consta de dos o tres cuadernillos distribuidos en secciones. El cuadernillo A presenta
toda la información ‘importante’ o ‘seria’: Las noticias de la ciudad y el área
metropolitana, las noticias políticas y económicas, las nacionales, las internacionales,
la página editorial y la de opinión. El cuadernillo B presenta las variedades y el
entretenimiento, los pasatiempos, las páginas sociales, los deportes, las noticias
judiciales y los clasificados. En este periódico merece alusión especial la sección
Magdalena Medio, presente casi todos los días, que por supuesto contiene información
exclusiva de esta zona, con temas en su mayoría de orden público pero también de
contenido social85. La sección de noticias nacionales recibe el nombre de Nacional y
es la que menos movilidad visual o de página registra respecto a los demás diarios.
Esta sección comprende una página, con contadas excepciones los domingos en
que se puede extender a dos. No se presenta una noticia principal, sino varias noticias
de un cuarto de página o menos, algunas de ellas acompañadas por fotos. Con
frecuencia las noticias tienen un antetítulo explicativo, especialmente en las ediciones
Una explicación probable es que Vanguardia Liberal es el medio escrito más importante de la
región del Magdalena Medio, y allí la realidad se ha convertido en un laboratorio de guerra y paz
para la nación colombiana.
85
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
45
de 2001. Se presenta también, al igual que en El Colombiano, una columna lateral en la
que se registran noticias breves; en los periódicos de 2001 esta sección se llama El
País y en 2002 se convierte en Nación. La apariencia de Nacional es ordenada,
homogénea y clara. Las noticias por lo general no están firmadas y tiene como fuente
Colprensa, agencia de noticias con sede en Bogotá.
El volumen de noticias clasificadas dentro de la categoría de Instituciones y justicia,
que supera de lejos a las demás temáticas en estos dos diarios, nos hace pensar en la
elaboración de la representación de la nación institucional, legal, en la nación de los
grandes personajes, de las autoridades y los entes de control, de las políticas oficiales
y el mantenimiento del orden, de la validación y de la legitimación de las instituciones.
Una nación políticamente efectiva que investiga, denuncia, captura. La nación
omnipresente donde los grandes protagonistas son los gobernantes, los líderes; los
actores estelares son en su mayoría oficiales y buenos: el presidente, los honorables
representantes, congresistas y diputados, los ministros, las altas autoridades
eclesiásticas, los entes de denuncia y control, -Procuraduría, Fiscalía, Contraloría,
DAS- , los ejecutores del poder -altos mandos militares y policiales y el cuerpo mismo
de estas instituciones, el Ejercito y la Policía Nacional-. También otras entidades
como la Superintendencia de Salud, la Superintendencia de Servicios Públicos
Domiciliarios, el Consejo Nacional de Políticas Económicas y Sociales (Conpes), e
incluso el Inpec. La nación representada es la oficial, la institucional, la que funciona
como fuente informativa, la que produce realidad desde su actuar y su decir.
Ahora bien, ¿frente a qué se impone la institucionalidad y el orden de esta
nación? Frente a la subversión. Tras las noticias de orden público, nada despreciables
en volumen y cubrimiento por lo demás, saltan a la vista los actores antagónicos: las
guerrillas de la Farc y el Eln, las autodefensas, la delincuencia común, los
narcotraficantes y traficantes de armas (pero en estos casos los protagonistas son los
objetos y no las personas: ‘Cae cargamento de heroína’).
La institucionalidad de El Colombiano difiere de la de Vanguardia Liberal en los
elementos que permiten la validación y la narración de la oficialidad. El Colombiano
emplea un lenguaje y una redacción más formal. La seriedad, la veracidad y la extensión
en la cobertura de la noticia son las herramientas, la información se llena de detalles
y elementos para validar su autenticidad: recuadros, cifras, declaraciones oficiales, y
con frecuencia artículos de análisis. Vanguardia Liberal, en cambio, le propone al
lector una comunicación más elemental, basada en información breve y concreta,
usos del lenguaje coloquial, tanto que las expresiones familiares y populares hacen
en ocasiones parte de las noticias cortas y puntuales que caracterizan esta sección. Se
representa la misma nación oficial, estatal y controladora; en El Colombiano se construye
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
46
con base en relatos largos, argumentos y estrategias de apoyo, de alguna manera
brindando más elementos para la opinión del lector. En Vanguardia Liberal en cambio,
el mecanismo es más elemental, mucha información, mención y presencia, tanto en
términos de espacio dedicado en la sección, como en los relatos de acciones de
justicia.
Ahora bien, el hecho de hablar de una nación institucional no significa siempre
que se trate de una imagen positiva. Por el contrario: si bien el Estado y sus entidades
son protagonistas, se trata en la mayoría de los casos de hechos negativos (robos,
trafico ilegal, secuestros, crímenes, violación de derechos humanos, corrupción) frente
a los cuales el gobierno y las instituciones actúan como ente de control. Los
pronunciamientos y reacciones frente a sucesos que se repiten se vuelven lugares
comunes, juegos de poder protocolarios: esta es también la nación de la burocracia,
del funcionario y la asociación gremial. Cabe replantear entonces si la representación
más fuerte no es la de la nación institucional y legal, sino paradójicamente la de una
nación convulsionada, con una situación de orden público insostenible, respecto de
la cual una serie de actores toman parte, se hacen presentes como protagonistas,
pero en realidad lo que subyace es, aunque de manera episódica, una clara
representación de la problemática social.
EL PAÍS: LA NACIÓN EN GUERRA
El diario El País fue fundado en Cali el 23 de abril de 1950 por Alvaro Lloreda
Caicedo. Su director actual es Eduardo Fernández de Soto. El periódico se compone
de cuatro cuadernillos distribuidos en secciones. El cuadernillo A presenta la
información nacional, de la escena política, internacional, el editorial, las columnas de
opinión y la sección Gente y eventos. El cuadernillo B contiene la información económica,
las páginas sociales y la sección Justicia. El cuadernillo C presenta las noticias de Cali y
de la región, las páginas de información general y termina con los clasificados. El
cuadernillo D contiene la información deportiva, las variedades y los espectáculos.
La sección de noticias nacionales se titula La nación. Por lo general comprende
una página, aunque a veces pueden ser dos o incluso tres, y los domingos hasta cinco
y seis. Se presenta una noticia principal -a veces dos, cuando la sección excede una
página- que generalmente tiene un antetítulo que la explica o presenta algún dato
clave. Con contadas excepciones, la foto es el elemento que acompaña la noticia
principal. Los recuadros explicativos o que complementan la información son más
bien escasos. Las noticias secundarias, casi siempre más de dos, tienen también
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
47
antetítulos (sobretodo en las ediciones de 2001) y tienden a ser breves y concretas.
En el lateral de alguna de las páginas se presenta con cierta regularidad una columna
de noticias breves llamada Hechos, donde se presentan unas seis noticias de dos
párrafos, con títulos cortos; el mismo esquema de los diarios anteriores. La apariencia
de La Nación es un poco desordenada, no hay homogeneidad en los tipos y tamaños
de letra de los titulares, lo que puede confundir un poco al lector, no permite fácil
discriminación visual aunque los contenidos son profundos, completos y el lenguaje
es neutro y serio. Rara vez aparecen firmadas las noticias; las principales con frecuencia
se firman Redacción de El País, y las demás registran Redacción y agencias, Resumen
de agencias y Colprensa.
En las temáticas encontradas en este diario, la difícil situación de orden público
pasa ahora a matizar la representación de la nación institucional, compartiendo el
protagonismo, pero generando una serie de representaciones nuevas. Según el editor
de la sección La Nación del diario El País86, los temas que se cubren principalmente
son orden público, hechos políticos e información general, él lo resume en ‘temas de
coyuntura’. Y la coyuntura es el cubrimiento del orden público: las tomas guerrilleras,
los combates, las emboscadas, los secuestros, los asesinatos, la delincuencia común,
la violencia urbana, un sin fin de paros y manifestaciones, el drama de los desplazados,
todo este caos está a la orden del día en La Nación. El formato de la sección permite
abordar algunas noticias con profundidad, análisis, fotos y recuadros que
complementan el seguimiento de los hechos. Con frecuencia, los protagonistas de
las noticias suelen ser más las víctimas que los victimarios, lo que es muy interesante
como criterio informativo porque se cuenta la guerra también desde quienes la sufren
y no sólo desde quienes están interesados en promover el terror y el miedo: la noticia
sobre la toma guerrillera se acompaña de los testimonios de los habitantes del pueblo,
de los policías y hasta del párroco. Es decir, los protagonistas además de ser “los
delincuentes”, “los guerrilleros”, “los insurgentes” como colectividades simbólicas
comparten escena con “la sociedad civil”, encarnada en las víctimas de la guerra.
Este detalle diversifica la representación de La Nación: la nación en guerra; la nación
asaltada, asesinada, invadida; la nación de la sociedad civil en medio del fuego cruzado,
tanto en el campo como en las ciudades.
Así pues, tenemos hasta aquí la representación de una nación en guerra,
claramente dicotómica, que se debate entre el orden y la insurgencia, la
institucionalidad y la ilegalidad y el crimen, actores legítimos e ilegítimos, pero
Hans Vargas, editor encargado de la sección La Nación del diario El País. Comunicación personal,
julio de 2002.
86
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
48
igualmente protagónicos. A la representación política, legal, preponderante en El
Colombiano y Vanguardia Liberal, se añade ahora la representación de la sociedad civil,
elaborada de manera testimonial, desde una crónica novelada y un lenguaje familiar
y un tanto sensiblero al tocar el drama social. Esta representación no sólo es más
cercana al lector, sino también más dolorosa para quienes aún creemos en la nación,
lo que quiera que ésta sea.
Volvamos ahora sobre el tema de la coyuntura. ¿Qué significa cubrir la
coyuntura? Además del orden público, presentar una representación que responde a
la actualidad de la realidad nacional. De allí surge una nación episódica, producto de
la suma de hechos aislados, importantes en su momento como acontecimientos
pero no como parte de los procesos históricos, políticos, democráticos o sociales
sino como brochazos, fragmentos, retazos de nación. La noción de nación corre
aquí el riesgo de quedarse en la anécdota, en la imagen, en la declaración, en los
detalles del suceso, cuyo protagonismo será arrebatado por el próximo partido de
fútbol –como se ha dicho popularmente- o probablemente por otro crimen similar,
que se registrará como un episodio más.
EL HERALDO: LA NACIÓN DEL MÁS ALLÁ
El diario El Heraldo fue fundado en Barranquilla en 1933. Su director actual es
Juan B. Fernández Renowitzky. El periódico se compone por lo general de cuatro
cuadernillos divididos en secciones, aunque su distribución es variable. El cuadernillo
A, presenta la sección de opinión, el editorial, las noticias locales, económicas, los
deportes, algo de información general y la sección nacional, que no se publica todos
los días. El cuadernillo B, abre con las páginas sociales y tiene la información sobre
política, las noticias regionales e internacionales, las judiciales y algo más de generales,
precedidas por los espectáculos y las historietas. Alusión especial merece la sección
social del periódico, generalmente tres páginas llenas de fotos a color, que registran
todo tipo de eventos locales: el festival vallenato, cumpleaños, primeras comuniones,
día de la secretaria, showers, encuentros familiares, almuerzos, bautizos, grados, 15
años y también información de farándula.
De los cuatro periódicos regionales que constituyeron la muestra para este
análisis, El Heraldo es el único que no tiene una sección habitual de noticias nacionales.
De vez en cuando figura en el tope de la página el título Nacionales87, pero la
información aquí registrada no presenta mayores diferencias con la consignada en
87
22 de 62 registros.
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
49
Generales, sección que se compone de varias páginas distribuidas sin ningún orden a
lo largo del periódico en donde se encuentra la “información” nacional. Encontramos
entonces los hechos de importancia nacional, los llamados “temas de coyuntura”
distribuidos de manera dispersa por todo el periódico, mezclados con toda suerte de
sucesos locales menores, en ocasiones insólitos, noticias internacionales y chismes
de revistas. Voy a dejar de lado la discusión nominativa y simbólica que subyace al
hecho de que aparezca y desaparezca la sección de noticias nacionales a capricho,
para centrarme en otros detalles.
¿Si el lector se encuentra con las siguientes líneas pensaría que está en Colombia,
leyendo la sección nacional de un diario regional?
“Al menos seis muertos... dejó la noche del jueves la explosión de un cochebomba en un sector elegante de la ciudad colombiana de Medellín (noroeste)” 88
“Un periodista de la ciudad colombiana de Medellín fue asesinado a balazos, en un
nuevo ataque contra la prensa de este país agobiado por una guerra de casi cuatro
décadas” 89
La mayoría de las noticias nacionales de El Heraldo tienen como fuente
agencias internacionales como AP, AFP y Reuters y los textos aparentemente se
transcriben literalmente, tal y como se envían para el mundo, lo que significa unas
especificaciones completamente innecesarias del estilo de “...en la ciudad de Medellín
(noroeste de Colombia)” 90 o en el caso contrario y lo que es peor, información tan
general que realmente no informa mucho. ¿Qué tanto puede informarse un
colombiano si al referirse a la masacre de Bojayá lee,
“por lo menos 100 personas murieron, en su mayoría, dentro de una iglesia
mientras se enfrentaban paramilitares y guerrilleros en una localidad al noroeste del
país” 91,
y sólo varios párrafos después se completa la información?
Por el hecho de vivir en Colombia, los colombianos o quienes vivimos en estas
tierras independientemente del lugar de origen, compartimos una serie de códigos
de lenguaje y comunicación, símbolos, significados y figuras que hacen parte de los
hábitos, de la cotidianidad, de la misma identidad comunicativa, que solo un habitante
de otro lugar del planeta no comprendería, por ejemplo:
El Heraldo, mayo 18 de 2001. 2A.
El Heraldo, mayo 2 de 2001. 8A.
90
El Heraldo, mayo 3 de 2001. 7A.
91
El Heraldo, mayo 5 de 2002. 4A.
88
89
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
50
“Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc, marxista) es la
primera guerrilla del país y actualmente está comprometida en un proceso de paz
con el gobierno del presidente Andrés Pastrana” 92
“Gillibert aseguró que la red de narcotraficantes enviaba la heroína en mulas –
personas que ingieren la droga empacada en cápsulas plásticas- que viajaban a Estados
Unidos”93
Estos apartes de noticias desafían completamente los códigos establecidos y
presentan la información de manera tan descontextualizada y ajena que la
representación que salta a la vista es la de una nación que queda muy lejos, tan lejos
que son necesarias las contextualizaciones geográficas para saber dónde queda
Medellín, y explicaciones elementales como qué es una mula en la jerga policial, o
cual es la filiación ideológica de las Farc (detalle por demás obsoleto). En esa nación
lejana sobre la que leemos en El Heraldo, existe un lugar muy similar a las comunas
de Medellín, pero allí son “un barrio populoso, en las lomas de esta ciudad” 94.
No solamente la nación es lejana y ajena sino que además, me temo, es irreal.
¿Puede calificarse de acertada la siguiente información respecto al primer encuentro
del empalme Pastrana-Uribe?:
“Uribe, un político de derecha de origen liberal, agradeció la disposición del
gobernante conservador...”95
En la misma línea, ¿será verdad que la sigla DAS corresponde a la “Policía
Secreta de Colombia”96, y que durante el proceso electoral Ingrid Betancourt era “la
candidata ecologista” 97?
Es probable que esta sea la manera más acertada de tratar de explicar al mundo
nuestra lógica nacional, de normalizar o internacionalizar una realidad confusa; lo
cierto es que para quienes estamos inmersos en la realidad colombiana estos códigos
resultan ajenos e incluso falsos. ¿Estamos en Colombia realmente informándonos sobre
Colombia si encontramos las noticias nacionales en códigos extraños, escritas para
otros y lo que es más grave, tergiversadas y distorsionadas? ¿Será que para el caribe
colombiano la nación a la que pertenece le resulta así de extraña? Si la nación
representada en El País es una nación coyuntural, episódica y en guerra, y la de El
Colombiano y Vanguardia Liberal es la nación institucional, la de El Heraldo simplemente
El Heraldo, mayo 3 de 2001. 7A.
El Heraldo, mayo 20 de 2001. 5A.
94
El Heraldo, mayo 22 de 2002. 10A.
95
El Heraldo, mayo 28 de 2002. 2A.
96
El Heraldo, mayo 4 de 2002. 9A.
97
El Heraldo, mayo 25 de 2002. 7A.
92
93
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
51
no es la nación colombiana de ninguna manera, es mas bien un país extranjero, otra
realidad. Asistimos aquí a la representación irreal, falsa y distorsionada de la nación
y sus actores. Una nación tan lejana y ajena con la que no se comparten siquiera los
códigos de comunicación elementales.
LA NACIÓN TERCERMUNDISTA Y LA NACIÓN DE LA ESPERANZA
Existen otras temáticas que si bien no son la base de lo informable sobre la
nación, aparecen en las secciones de nación de los diarios y son por demás sugerentes
para ampliar las nociones de nación aquí expuestas. Las noticias de frontera98 por
ejemplo, representan la nación territorial, otra imagen tradicional, el espacio físico
propio de la nación, la defensa y reconocimiento de ese territorio frente a otras
naciones, y así mismo la legitimidad del Estado colombiano, de sus instituciones
frente a otras naciones pares, el reconocimiento internacional de Colombia como
nación, la identidad a partir del territorio.
Las noticias relativas a Estados Unidos, la Unión Europea y, en general, a
organismos internacionales y multinacionales influyentes en relación con Colombia
refuerzan un poco la imagen anterior, pero tienen a la vez un tratamiento más delicado
y una serie de sutilezas en la representación: la nación frente al mundo globalizado
en su condición de país tercermundista, intervenido y en juicio constante por parte
de los más fuertes. Esta representación de nación intervenida, sujeta a su condición
de país de segunda, se refuerza con la presencia de unos actores que matizan todas
las instancias del conflicto y la institucionalidad misma. Los actores invitados a
dirimir nuestra autonomía son el Departamento de Estado de EU, los representantes
de la ONU, los veedores de la OEA, los agentes de la DEA, la embajadora Patterson,
los voceros de la UE, y demás. Estos actores son tratados con sumo cuidado y
delicadeza, de manera casi reverencial por las instituciones locales. Las noticias que
aluden a ellos son en su mayoría acerca de evaluaciones y juicios, pronunciamientos
muchas veces sobrevalorados en importancia que generan la sensación de que
Colombia fuera mucho mas importante para el mundo de lo que realmente es. Esta
temática presenta un desafío a la imagen institucional de nación, dado que el poder
de estos actores y el tratamiento mismo de las relaciones internacionales ponen por
encima de la legitimidad nacional la aprobación internacional.
Como fue explicado anteriormente, esta es la tercera temática encontrada. Refiere a visitas oficiales,
tratados fronterizos, vistas internacionales, pronunciamientos de extranjeros frente al país,
acontecimientos en la frontera.
98
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
52
Queda abierto el debate acerca de qué representación es más fuerte, si la de la
nación institucional o la de la nación tercermundista intervenida y reverencial frente
a los poderosos. Pese a que el volumen de las temáticas relacionadas con organismos
externos influyentes no supera y ni siquiera iguala a las que refuerzan la
institucionalidad, valdría la pena preguntarse, en la cotidianidad cuál de las dos pesa
más para los colombianos. Nuestra identidad y sentido de nación está viciado por
esta intervención. No se trata de un problema exclusivamente político o institucional;
también tiene implicaciones en las manifestaciones culturales que se reflejan en los
modelos que imitamos, en los referentes que tenemos, en los sueños que anhelamos,
en la historia que conocemos, en la imagen de mundo que construimos. Somos una
nación que quiere ser como otra, una nación construida sobre la imagen reflejada en
espejos externos.
Pero no todo puede entenderse como desorden y desesperanza. Hay un
elemento que genera optimismo dentro de todas las temáticas contempladas: el tema
de la educación. Encontrar que la educación está presente en los temas de relevancia
nacional hace pensar en la nación en construcción, en la nación posible, en la
importancia del conocimiento, y del conocimiento del país, para el crecimiento de la
nación en construcción. Aunque la cobertura y la cantidad de registros de esta temática
es baja, y esto refleja un poco la situación misma del tema educativo en el ámbito
nacional, esta temática es un horizonte de optimismo y posibilidades a largo plazo,
de visión integral, de real generación de procesos constructivos y propositivos.
APUNTES PARA CONSTRUIR UN PROYECTO DE NACIÓN DESDE LOS MEDIOS
En conclusión, las páginas de nación de los diarios regionales consultados nos
presentan un panorama poco alentador de las representaciones mediáticas posibles.
No solamente por las imágenes de la guerra, el drama social, la inoperancia
institucional, la falsa presencia del Estado, sino por el carácter negativo y poco
constructivo de estas representaciones. Es poco lo que puede comprenderse, no son
claros ni fuertes los elementos que pueden rescatarse para aportar a un proyecto de
construcción de nación a partir de esta representación episódica, de la coyuntura, de
la inmediatez que nos plantea el discurso periodístico. ¿Cómo percibir una colectividad
nacional desde esta imagen? ¿Dónde está reflejada aquí la nación cotidiana? ¿No hay
una contradicción entre esta nación institucional, abatida, intervenida, en guerra, y
los reales generadores de identidad, los elementos no formales presentes en la
cotidianidad, en los hábitos diarios, en los proyectos de construcción de nación de
las pequeñas colectividades a partir de la organización y la cooperación social, por
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
53
ejemplo? Este no es el reflejo de la nación real, de la que habitamos y construimos
los colombianos todos los días a través de la convivencia misma, de los actos cotidianos
de socialización, comunicación y expresión. Como bien lo dice la Constitución
Nacional, “la cultura en sus diversas manifestaciones es el fundamento de la
nacionalidad”. 99
La idea de que este es un país fragmentado se maneja popular y recurrentemente
en diferentes tipos de discursos y sirve de punto de partida para argumentar un
sinnúmero de explicaciones de toda índole: geográficas, históricas, políticas,
económicas y sociológicas. Sin embargo, en este caso no hay indicios de
fragmentación, de sellos regionales en la información nacional presentada en los
diarios, la representación construida es homogénea y gira en todos los casos en
torno a las mismas temáticas - aunque de un diario a otro varíe el volumen y la
frecuencia -. La información se presenta siempre de la misma manera
descontextualizada y coyuntural. Se puede incluso afirmar que muchas veces las
noticias son exactamente las mismas, ya que por lo general no están firmadas y
tienen las mismas agencias como fuentes.
Así pues, se esperaría que al no encontrar elementos identitarios de la cultura
regional se contribuya a la generación de identidades con la presencia de elementos
nacionales, pero tampoco es así. El carácter episódico e inmediato de estas noticias
y la desarticulación en la información lleva a que nos enteremos de hechos, más no
conozcamos los procesos ni los contextos; nos alarmemos por el escándalo, más no
reparemos en sus implicaciones reales.
Ante la pregunta precisa de si estas representaciones son generadoras de
identidades nacionales contestaría que no. Diría que, en tanto, son representaciones
comunes y reiterativas, es probable que sí estén procurando el reforzamiento de
imaginarios y nociones leves y efímeras de la situación nacional, o de hechos concretos,
más no de la nación en general.
De otra parte, según el periodista Carlos Alberto Chica100, los medios, al igual
que otros sectores gremiales, están sometidos a una cultura política que ha perdido
la noción de lo colectivo, de lo social, de lo público, de la responsabilidad de las
acciones sobre el futuro, los medios han perdido su capacidad propositiva, se han
convertido en relatores de los acontecimientos más no en convocadores de un real
acompañamiento social y público de los procesos nacionales.
99
Constitución Política de Colombia (1991). Artículo 70.
Carlos Alberto Chica, periodista. Comunicación personal, julio de 2002.
100
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
54
“Si bien el periodismo no es una ciencia, sí es un oficio delegado por la sociedad
y por el Estado que, ante todo, exige responsabilidad y no sólo intuición..., voluntad
sobre el porvenir y búsqueda de una acción sobre el futuro que era como entendían
los griegos la política... Un periodista es responsable, socialmente hablando, cuando
asume una actitud propositiva en la construcción de lo público”101
A partir de lo expuesto en este ensayo, me pregunto ¿por qué no contemplar
la posibilidad de contribuir a la construcción de un proyecto de nación desde los
medios que abarque no sólo el manejo de la información noticiosa sino también que
utilice su gran poder de convocatoria, de divulgación, de construcción de modelos y
de recreación de representaciones populares para abrir espacios reales de participación
y de reflexión, de construcción común, de búsqueda de la auténtica identidad nacional
que ha de encontrarse en su esencia diversa?
REFERENCIAS
Bolívar, I (2002), “La construcción de la nación y la transformación de lo político”,
en Nación y sociedad contemporánea. Cuadernos de nación. Ministerio de Cultura.
Constitución Política de Colombia 1991.
Chica Carlos, Ética para reporteros en un mundo globalizado, 1999.
Ministerio de Cultura, “Diálogos de nación. Una política para la integración de las
culturas”, Cuadernos de nación, 2002.
Van Dijk T, La noticia como discurso. Comprensión, estructura y producción de la información,
Barcelona, Piados, 1990.
Vasilachis, I, Las acciones de privación de identidad en la representación social de los pobres. Un
análisis sociológico y lingüístico, en: Revista iberoamericana de discurso y sociedad, Vol 1 (1),
Barcelona, Gedisa, 1999.
101
Chica, C (1999), Ética para reporteros en un mundo globalizado, pp. 4.
LA HOMOGENEIDAD DE LA DIFERENCIA
55
La guerra como viaje al interior de la identidad no reconocida
LA GUERRA COMO
VIAJE AL INTERIOR DE LA
IDENTIDAD NO RECONOCIDA
LA NACIÓN QUE PASA POR LAS SECCIONES DE NACIÓN DE LA PRENSA ESCRITA
OMAR RINCÓN
Profesor Universidad de los Andes - Crítico de Televisión El Tiempo
Lo que producen los medios masivos está íntimamente unido a quienes somos,
individual y socialmente (…) Los medios de comunicación no sólo reportan y
circulan conocimiento, ellos participan de su producción.
John Fiske
I. PATRIA
Resulta paradójico que una sociedad que nos expulsa de su seno, de un sistema
político que nos humilla, explota, y por último nos obliga a huir, se vuelva aquí (en el
extranjero) la Patria y sea recordada y anhelada como el Parche. 102
II. INGENIO Y PRECARIEDAD
Para no ser desempleados, muchos colombianos han apelado al ingenio. En
Bogotá, una mujer saca piojos a domicilio; en Medellín, unos jóvenes les lavan las
manos a los transeúntes y, en la Costa, un grupo de rezanderos se dedica a elevar
oraciones por muertos ajenos. En muchos casos, estas iniciativas fracasarían en poco
tiempo en un país más desarrollado, pues se nutren de la ausencia de infraestructura
102
Molano Alfredo, Revista Semana 20 Años, Julio 15, 2002.
LA GUERRA COMO VIAJE AL INTERIOR DE LA IDENTIDAD NO RECONOCIDA
56
pública, de las condiciones extraordinarias que crea la pobreza o de la deficiencia en
la prestación de los servicios básicos.103
III. EL PAÍS QUE LE TEME A LA DIVERSIDAD
Sería un engaño pretender que es la guerra actual la que nos impide poseer el
país de un modo más agradecido y más consistente. Aquí siempre fue la pobreza la
que confinó a la mayor parte de la población en un territorio al que no siempre
aprendió a amar, y le prohibió circular por el maravilloso país hipotético que le
pertenecía. Y en cambio lo único que lanzó a las muchedumbres a conocer la
diversidad del país fue la expulsión implacable y no la tentación de lo diverso.104
IV. EL PAÍS QUEDA FUERA DE LA REGIÓN, NO ES ECONOMÍA, NI DEPORTE, NI FARÁNDULA
Alfonso Ospina Torres, Editor de la sección Nación, El País (Cali) explica los
criterios que determinan lo informable sobre la nación:
¿Bajo qué criterio se selecciona una noticia para la sección La Nación?
Para El País una noticia incluida en La Nación es cualquier hecho noticioso
que suceda fuera de nuestra área de influencia (Cali, Valle, Cauca, Nariño y Eje
Cafetero) y que no sea económica, deportiva o de farándula.
¿Cuáles son las temáticas generales de estas noticias?
Lo que más nos ocupa es el orden público, después lo político y después los
hechos generados por el Gobierno. En el tiempo y espacio restantes intentamos
incluir temas de salud, educación, laborales, medio ambiente, sociales y culturales.
¿Cuál es la representación o noción de la nación que se está transmitiendo a los
lectores en la sección La Nación?
Transmitimos un concepto de Nación integrada, con problemas, realidades y
soluciones comunes con la esperanza de superar sus dificultades.
V. EL PAÍS ES LA REGIÓN, NO INCLUYE POLÍTICA NI ECONOMÍA PERO SI MUCHA FIESTA
Sergio Ocampo, Editor sección Nación, El Tiempo, explica que la nación es
todo lo que no cabe en política ni economía. Todo lo que surge de las regiones, la
guerra y violencia. Esta sección busca ampliar la oferta informativa al registrar las
tradiciones y crear perspectivas nuevas para temas recurrentes en la agenda
103
104
El Tiempo, Redacción Nacional, Junio 30, p. 1-9, 2002.
Ospina William, Cromos # 4.401, Junio 14, 2002.
LA GUERRA COMO VIAJE AL INTERIOR DE LA IDENTIDAD NO RECONOCIDA
57
informativa. Nuestra fórmula es buscar historias diferentes, excepcionales; generar
identidad, construir valores, rescatar tradiciones. El resultado, cuando se sobrepasa
el síndrome de la guerra, es que se encuentra un país maravilloso, diverso, festivo.
Tal vez, el defecto del periodismo es que se queda en lo anecdótico, lo exótico, lo
espectacular… y en la mirada desde el afuera. Pero esto es un síndrome del oficio:
Hay noticia donde sucede algo excepcional y nunca se tiene el tiempo suficiente para
comprender las realidades desde adentro.
Colombia es un país que sorprende con sus relatos, nostalgias, rostros. Colombia
es su representación, no ya de los símbolos sin referencia como lo son el escudo, el
himno, la Historia, sino esa representación más actual, más cercana, convocada y
producida por los medios de comunicación. Colombia vista en estos cinco fragmentos
mencionados surge en toda su complejidad e ironía, veamos esas imágenes de nación:
La “nación nostalgia”, un sentimiento que se añora desde la lejanía, es la patria
a la que pertenecemos.
La “nación ingenio”, esa que nos ha llevado a sobrevivir con imaginación y
que nos permite pensar siempre en un futuro mejor.
La “nación atraso”, esa que no ha sido capaz de crear las condiciones mínimas
para que sus ciudadanos vivan con dignidad.
La “nación está más allá”, es eso que no es la región; la región es ese territorio
y tradición que convoca como identidad actuante y significante de la vida cotidiana.
La nación es cualquier hecho noticioso que suceda fuera de la región.
La “nación es región” vista desde el centro. Paradójico mientras para las regiones
la nación está en el centro, en la capital eso que se llama nación se produce y expresa
en la diversidad y potencia del símbolo y realidad regional.
La “nación expulsada”, esa obligada a emigrar y que a punta de violencias ha
tenido que encontrarse con los otros, se ha visto obligada a construirse en signo de
diversidad, a dejar el encierro de lo conocido.
La “nación institucional”, esa que genera noticia desde el gobierno, siempre
en crisis.
La “nación desorden público”, esa que narra la guerra y las violencias que nos
habitan, esa que nos abruma con su poder de barbarie y terror.
La “nación miscelánea”, esa de salud, educación, laborales, medio ambiente,
sociales y culturales; esa de lo importante para la vida pero no para la economía ni el
gobierno.
La “nación está hecha de lo no importante”, no está en la economía, la política,
el deporte o la farándula. Lo paradójico es que la nación hoy se produce
simbólicamente desde la economía informal que resiste a la nueva economía globo,
LA GUERRA COMO VIAJE AL INTERIOR DE LA IDENTIDAD NO RECONOCIDA
58
desde la política de la solidaridad primaria y las fidelidades feudales, desde el deporte
y la farándula que ofrecen los nuevos sujetos de la identidad actuada, tanto que
somos el país de Shakira, Vives, Juanes, Niche, Andrea Echeverri, Juan Pablo Montoya,
Santiago Botero… En la sección Nación de la prensa escrita pasa lo que no importa,
tal vez la nación es un lugar simbólico donde queda el reino de lo desechable para la
productividad y el mercado. La nación parece una figura obsoleta vista desde la
economía y la política.
La “nación excepcional”. Esa nación que no se “expresa” en la economía, ni
en la política, ni en el deporte, ni en la farándula, aparece imaginativa y convincente
porque se llena de la potencia creativa, la tradición e identidad y descubre ese país
maravilloso, diverso, festivo que es Colombia.
La nación representada en las secciones de nación de la prensa colombiana es
una nación integrada a partir de sus problemas y sus esperanzas, una referencia en la
cual, en simultáneo, se sufre y sueña. Una nación que se queda en lo anecdótico y lo
exótico porque el periodismo mira, describe, comprende y asigna sentido desde el
afuera; esta nación se produce a partir de prácticas, procesos, rituales y símbolos
que están en los otros, pocas veces quien relata se incluye en esa representación que
se hace de la nación. La nación es la que habitan los otros.
Las representaciones que hace la prensa escrita de la nación en sus páginas de
nación conforman un paisaje para el reconocimiento colectivo, imágenes diversas y
fragmentadas; eso somos, o, por lo menos, eso nos dicen que somos. En el estudio
realizado sobre la producción de representaciones de nación que pasa por los medios
de comunicación y que se describió en los textos presentados en los dos capítulos
anteriores surgen imágenes recurrentes, las cuales se analizan a continuación.
CAMBIO: LA NACIÓN EMPROBLEMADA QUE GENERA COMPASIÓN INTERNACIONAL
La nación “corrupción”, “ilegal”, “injusta”, “fraude”, “muerte”, “masacre”,
“narcotráfico”. Esta representación no generaliza que toda la nación sea así, solo
que a este país lo corrompen unas costumbres que le impiden alcanzar el ideal de
sociedad desarrollada y civilizada. Esta revista se ha especializado en la denuncia, en
desenmascarar a ese país del atraso y la irregularidad. Existe una especie de rabia
colombiana frente a ese estado de cosas ilegales que nos impiden desarrollarnos. Y a
Cambio le produce más bronca porque su referente legitimador no es Colombia, sino
los Estados Unidos. Por eso, parte del problema colombiano es su imagen. Surge
entonces, la nación imagen que depende para su autoestima de la mirada extranjera,
sobre todo de la aprobación norteamericana, ya que Estados Unidos se ha convertido
LA GUERRA COMO VIAJE AL INTERIOR DE LA IDENTIDAD NO RECONOCIDA
59
en permanente referencia para la construcción de la nación colombiana. Lo paradójico
es que mientras nos interesa mostrar una buena imagen, se informa sobre cómo
cada vez estamos peor, somos mas mala imagen. Aunque es preocupante nuestro
mal comportamiento como colectividad, la información nacional de esta revista se
encarga de recordar en cada texto esa negatividad de nación que hemos construido.
El efecto de sentido es producir una “nación emproblemada” que requiere de la
compasión, caridad y ayuda del mundo desarrollado para salir de la precariedad
institucional y el horror de realidad.
SEMANA: LA NACIÓN DE LAS VÍCTIMAS
La nación es la actualidad para la Revista Semana, un referente importante donde
se constituye lo informable, el lugar por excelencia para el desarrollo de las noticias
y cuyo eje de análisis son los efectos de la guerra en la población civil y la ausencia y
la indiferencia del Estado. El resultado es una nación de víctimas que lloran su
desamparo, ya que las voces de los ciudadanos siempre aparece como referente que
enfrenta las versiones del Estado. Una nación en crisis, de guerreros pero sobre todo
de víctimas, que sufren sin comprender qué está pasando o por qué.
CROMOS: LA NACIÓN DEL DESEO
Cromos representa esa nación donde la guerra alcanza a diluirse a través de
imágenes contundentes sobre esa nación del deseo; frente a la barbarie está la belleza
de paisajes, mujeres, modas y costumbres colombianas. Cromos, que lleva por eslogan
“la vida bien contada”, en el mes de mayo de 2002 contó muy bien la otra nación,
la que no va a cocteles en Bogotá, la que no se desnuda en pasarela en Medellín, ni
se encuentra en Cartagena, la que no es paisaje exótico para visitar. Esa otra nación
que está descubriendo su belleza negra en la reina, creando así un nuevo motivo
para el listado de efímeros orgullos nacionales, y la nación de la barbarie que visitó
al Chocó y eliminó de la faz de la memoria a la población de Bojayá. Ambos hechos
contados en fotos; imágenes para crear representaciones contundentes. El relato lo
pone el lector que se maravilla con la reina y se entristece con la desolación que
queda después de la visita de la muerte masiva. En Cromos conviven las dos versiones
más potentes de nación: la nación del caos y muerte frente a la nación del deseo y
la esperanza. De ironía colombiana, el traje que vestiría la reina Vanessa Primera
del Chocó en la cultura-mundo del Miss Universo (y que aparece en Cromos) se
llamaba “Así es Colombia”.
LA GUERRA COMO VIAJE AL INTERIOR DE LA IDENTIDAD NO RECONOCIDA
60
La nación Cromos es más visual que escrita, colorida y diversa; una nación en
guerra por fuera de las ciudades, pero llena de actividad social en las noches bogotanas;
una sociedad que vive bien a pesar de la guerra que ocurre en las lejanías. La nación
positiva de Cromos es esa que no mira a la guerra sino que reporta los paisajes que
otorgan orgullo; las mujeres que sirven de referentes; las modas y costumbres que
nos muestran como desarrollados; la farándula, el arte y el deporte que documentan
esa otra Colombia, la que no cree en la guerra sino que trabaja por el progreso, que
habla bien del país; una nación que se explica entre el ensayo intelectual y literario
del colombianólogo William Ospina y la prescripción nueva era y de buena energía
de Walter Riso. Colombia es guerra que se diluye en las buenas imágenes, violencias
que se pueden comprender desde la inteligencia Ospina (“La verdad es que aquí (en
Colombia) todos andamos en busca de algo distinto, porque todos hemos perdido
algo105”) o la buena energía hecha eslogan de Riso (“Perdonar es para valientes.
¿Qué otra cosa puede ser amar a los enemigos?”106).
EL ESPECTADOR: LA NACIÓN REGIONAL
La nación reconocida en sus regiones, en sus problemáticas locales y en sus
festividades populares; la nación social que se reconoce en sus carencias y sus
necesidades, nación preocupante por olvidada; la nación insólita que así como habita
la guerra se emociona con los héroes televisivos. El Espectador pareciese registrar con
desdén el conflicto e imagina con entusiasmo los símbolos, creatividades y valores
nacidos de las gentes comunes que habitan el país. Así surge que la nación representada
es una llena de problemáticas, pero vital en su regiones y brillante en sus expresiones
y costumbres de identidad; una nación que todavía cree que es posible la construcción
de lo colectivo.
EL TIEMPO: LA NACIÓN MARAVILLOSA (POR LA GUERRA Y POR LA INVENCIÓN FESTIVA)
Según El Tiempo este es el país de lo maravilloso y festivo pero de la guerra y el
terror. La nación del conflicto nacional, las historias regionales y los acontecimientos
excepcionales desde la gente común. El Tiempo ha cedido su poder de descriptor
oficial de la barbarie para dejar que el relato de las comunidades testimonien esa otra
nación, la de la creatividad e ingenio de los ciudadanos, la de la ironía y la denuncia.
Surge así una nación alternativa, no siempre presente, pero que llega para refrescar el
105
106
Cromos # 4.401, Junio 14 de 2002.
Cromos # 4.400, Junio 7 de 2002.
LA GUERRA COMO VIAJE AL INTERIOR DE LA IDENTIDAD NO RECONOCIDA
61
alma colombiana con historias contundentes de la supervivencia como acto creativo;
esta nación cultural desplaza a la representación hegemónica, esa de atentados,
masacres, incursiones guerrilleras, apagones de luz, desplazados y milicias urbanas.
Obviamente esta nación terrorífica por su grado de barbarie, que confunde en su
contundencia de muerte y destrucción, gana la visibilidad porque evidentemente
produce noticia. Afortunadamente aparece esa otra nación, la maravillosa por la
capacidad de la gente para ficcionar su realidad y construir esperanzas.
EL COLOMBIANO: LA NACIÓN INSTITUCIONAL
La nación institucional. Una nación que no es una sino dos institucionalidades:
la legítima y otra la que inestabiliza: la de la subversión, el crimen y la corrupción.
Así se construye una imagen dramática de nación: una institucional que busca el
orden y una ilegítima que provee el caos. Una representación analítica, que explica y
defiende la institucionalidad, un periodismo positivo que denuncia el desorden público
pero que cree en Colombia, en la productividad y creatividad de sus gentes.
VANGUARDIA LIBERAL: LA NACIÓN PROBLEMA
La nación problema, la nación oficial, estatal y controladora e inoperante del
discurso vacío. Una nación difícil de contar porque su territorio informativo es el
Magadalena Medio, donde Colombia se está jugando su proyecto de futuro, donde
confluyen todas las diversidades y todas las ilusiones de salir rápido de pobre. Frente
a esta nación de la dificultad, aparece la nación de pronunciamientos y reacciones
retóricas que no hacen más que actuar su indignación de palabra ante los sucesos de
barbarie que se repiten; nación de juegos verbales que se vuelve lugar común, juegos
de poder protocolario.
EL PAÍS: LA NACIÓN COYUNTURAL
La nación coyuntural es esa que produce diariamente tomas guerrilleras,
combates, emboscadas, secuestros, asesinatos, delincuencia, violencia,
manifestaciones, desplazados. Nación coyuntural que se narra desde quienes la sufren
y no desde quienes están interesados en promover el terror y el miedo. La nación de
la sociedad civil en medio del fuego cruzado. Nación que es vista más allá de la
frontera regional. La nación está en otra parte; lo cercano es regional o local.
LA GUERRA COMO VIAJE AL INTERIOR DE LA IDENTIDAD NO RECONOCIDA
62
EL HERALDO: LA NACIÓN EXTRANJERA
La nación como referente no constituye un eje establecido para la producción
de la información. Lo nacional no figura ni como sección fija y se construye con
base en despachos de agencias de noticias internacionales. La nación resultante es la
de lejanía, lo extraño, lo lejano, lo que se informa con base en la mirada del
corresponsal extranjero. El país Colombia se representa como una entidad lejana,
sin implicación local. La nación-Colombia está allá, muy lejos, es otra realidad. Y es
que la nación es lo que se produce en Bogotá.
LA NACIÓN TERRITORIO: NOTICIAS DE FRONTERA PARA GANAR SIGNO COLECTIVO
Real, ubicable, reconocible frente al vecino, signo de ser nacional; el límite que
recuerda el ser nacional y que marca la legitimidad del Estado colombiano, de sus
instituciones frente a otras naciones. Frontera prisión que determina un territorio
problema para el mundo desarrollado. Territorio a intervenir desde el afuera. Territorio
intervenido desde el adentro ya que la guerrilla y los paramilitares y los narcotraficantes
ejercen como Estado en muchas partes de esa nación delimitada por la frontera.
Frontera problema para los vecinos que ven cómo el límite geográfico no alcanza a
frenar la expansión de la nación subversiva y guerrera que diluye cualquier límite
físico. Frontera que marca territorio físico pero que no actúa como límite simbólico
para la guerra.
LA NACIÓN INTERVENIDA: QUERER SER DE OTRA PARTE
La nación territorio se ve invadida por instituciones internacionales,
organizaciones no gubernamentales y gobiernos extranjeros que se convierten en
mediadores y garantes de la existencia del Estado de Derecho, jueces que determinan
el ser nacional. La legitimidad del Estado depende de la aprobación internacional.
La imagen que surge: nación intervenida, una comunidad que quiere ser de otra
parte.
LA NACIÓN SIN DOLIENTES: ESTÁ EN OTRA PARTE
Colombia es diversa culturalmente; pero esa diversidad no ha sido convertida
en símbolo de referencia. Mientras los diarios regionales ubican la nación en el centro,
Bogotá ubica la nación en la región; la nación se convierte en un referente estabilizador
y homogéneo de la realidad, tanto que la prensa bogotana y regional constituyen las
LA GUERRA COMO VIAJE AL INTERIOR DE LA IDENTIDAD NO RECONOCIDA
63
mismas imágenes, lo informable y representable es lo mismo. La diversidad cultural
en la construcción simbólica no aparece, los diarios regionales parecieran no ser
regionales porque construyen una imagen homogénea y oficiosa de nación. La tan
mentada nación fragmento no es verdad, ya que surge un relato común para todos
los hechos; un significante lleno de las mismas imágenes, una retórica sin vacío, una
realidad cuyo único doliente es el Estado. Colombia es un signo estable pero que no
compromete a nadie. La nación no tiene arraigo en el pueblo pero si discurso desde
el gobierno. Nadie se hace responsable de ella.
NACIÓN ESPECTÁCULO: VER SIN SENTIR
La nación no es de nadie, es un espectáculo decadente que se mira de lejos y
que infunde terror cuando se acerca a donde uno vive. El habitante común es la
víctima “inerme” que en cualquier momento será alcanzado por la violencia pero
que mientras tanto lee/ve sin sentir los acontecimientos terribles que se suceden en
esa nación distante. Somos espectadores, no queremos ser protagonistas, de ese
espectáculo de tragedia porque no nos pertenece. La nación es un referente para ver
que no nos implica. Tal vez aquí, la prensa debería informar que esa nación no queda
en las lejanías, ni se construye para seducir a los países extranjeros sino que es un
símbolo que nos convoca a construir un pacto colectivo, un proyecto común, una
comunidad de sentido desde la cual comprender el futuro sin perder la memoria
para reintentar el presente.
LA NACIÓN LIGHT: DILUIR LOS MIEDOS
Ante la barbarie y el sinsentido aparece la nación positiva, la que permite soñar,
la que recrea las imágenes buenas y bellas, sin profundidad de pensamiento pero
llenas de paisaje exótico que no se podrá visitar, gente buena y sociedad fashion. Esta
es una estrategia mediática para reinventar el orgullo nacional y crear referentes leves
para olvidar el caos, el objetivo de diluir la trascendencia trágica de los conflictos
armados que nos habitan. Lástima que la información light no salve vidas y no sirva
para que las poblaciones de las lejanías vivan mejor y exorcicen sus miedos.
FIN
La nación como referente simbólico que se actualiza en hechos produce miedos
porque cuando la nación hace presencia, lo hace de la mano de la violencia y
LA GUERRA COMO VIAJE AL INTERIOR DE LA IDENTIDAD NO RECONOCIDA
64
transforma lo local; la aparición de la nación en las lejanías produce la barbarie; si no
mata, expulsa; si expulsa, en el nuevo territorio, que también hace parte de esa nación,
hace sentir al que llega, extranjero, sin lugar en el mundo. La nación se hace guerra y
realiza viajes al interior de la identidad no reconocida para descubrir esa Colombia
que poco se representa, que no hacía parte del símbolo colectivo. A esa Colombia
extraña que se visita en forma de guerra, a esa nación se refieren las páginas de
nación de la prensa escrita. Y los rostros cotidianos no se cansan de decir que “están
al margen del conflicto” y las voces oficiales no se cansan de explicar que “los
guerrilleros están metiendo a la sociedad civil en el conflicto” y los ciudadanosconsumidores de información-guerra no se cansan de aprender geografías de las
violencias. La nación también existe en lejanías desconocidas como Bojayá.
LA GUERRA COMO VIAJE AL INTERIOR DE LA IDENTIDAD NO RECONOCIDA
65
La cultura: espectáculo y olvido
LA CULTURA:
ESPECTÁCULO Y OLVIDO
108
MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y PATRIMONIO CULTURAL INTANGIBLE107
Omar Rincón108
Profesor Universidad de los Andes y Universidad Javeriana – Crítico de tevé El Tiempo
Toda nuestra experiencia posee ya un contenido. Su contenido será el que le de nuestro espíritu.
La experiencia carece de sentido y de espíritu sólo para aquellos que carecen de
antemano tanto de lo uno como de lo otro.
Walter Benjamin
La cultura es vista como ese algo que nos hace humanos e inimitables, aquello que
nos produce sentido para habitar las rutinas e imaginar los posibles. Es algo que es
inasible pero sin lo cual no podemos vivir. Alberto Aguirre, ese cronista inconforme
de nuestra Colombia cultural, recuerda en la Revista Cromos (Julio 26, 2002) que
Hegel dice que “Cultura es lo que queda cuando se ha olvidado todo”. Así mismo
llama a cuento a Gramsci cuando expresa que “Cultura es la superior conciencia de
sí mismo” y concluye con su propia concepción afirmando que la “Cultura es cuestión
del espíritu. Ese pozo que queda en el fondo del ser, a manera de precipitado químico,
luego de mezclas y formulaciones. O como la destilación de un finísimo sinfín. La
cultura no es el artefacto, ni son los instrumentos; tampoco, sus productos. Esos son
apenas huellas, cuando de veras corresponden a aquella conciencia de sí mismo. Y
no se puede confundir la cultura con el folclor, con los hábitos de un pueblo”. Vista
Este texto surge del estudio realizado para el Seminario Internacional “Medios de Comunicación
y Patrimonio Inmaterial” realizado por el Ministerio de Cultura de Colombia, Convenio Andrés
Bello y la UNESCO, en Cartagena, Colombia, 2 - 4 Mayo 2002.
107
Este texto fue escrito por Omar Rincón con base en la investigaciones realizadas por María
Soledad García, Fernando Alonso Rozo, Santiago Flórez y José Humberto Beltrán (Universidad
de los Andes: Posgrado en Periodismo)
108
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
66
así, la cultura es algo vital pero inasible, algo que necesitamos para vivir pero que no
se compra. Desde esta perspectiva es inconcebible aceptar como cultura lo que los
estudios antropológicos han rescatado como necesario e indispensable para la
identidad, como las expresiones populares y sus manifestaciones en carnavales,
prácticas, ritmos y rituales de la colectividad; tampoco se podría comprender eso
que los estudios de la comunicación han encontrado de significativo para la
constitución de lo subjetivo y lo colectivo en los medios y prácticas masivas del
símbolo y en la sociedad del entretenimiento como la música contagiosa de Carlos
Vives y Shakira, el poder de convocatoria de Santiago Botero y Juan Pablo Montoya,
el imaginario actuado cada noviembre en el reinado nacional de Belleza y la conversión
del vallenato en auténtica música nacional. Por eso Aguirre culmina su análisis diciendo
que “este es un país arrevesado. Los valores andan de cabeza. En tal entorno, no es
extraño que la mojiganga publicitaria y el sainete ocupen el camino de la cultura”.
Este es el tema que nos convoca en este texto: la relación medios de comunicación
y cultura. ¿Será que los medios de comunicación son los responsables de que la
cultura que le gusta a los intelectuales, esa de las siete artes109, haya desaparecido de
la conciencia colectiva de lo importante? ¿Será que son los medios los culpables de
haber convertido en héroes de identidad a las figuras de lo masivo por encima de los
cultores del espíritu? En últimas, ¿cuánta cultura le cabe a los medios de comunicación?
¿Cuánta cultura para “pasar” o “transmitir”? ¿Cuánta cultura crean los propios medios
de comunicación?
II
Este texto se aleja de la visión de la cultura alta, de tradición y valores fuertes
de don Alberto Aguirre y todos los expertos ya que se va a concentrar en un tipo de
cultura, esa llamada inmaterial o intangible, esa que fue definida por la Unesco como
“los conocimientos, habilidades y creatividades que son producidos y desarrollados
por la gente; los productos que se crean y los recursos, espacios y demás aspectos
sociales y naturales que son necesarios para la sostenibilidad de las comunidades;
los procesos que proveen a las comunidades con un sentido de continuidad en relación
Que según creíamos los hijos mediáticos eran la pintura, la escultura, la arquitectura, la
música, el teatro, la literatura y el cine… pero no, mi ignorancia es total. Don Manuel Drezner
(El Espectador, Octubre 20, 2002) explica que “había siete artes liberales que eran la gramática
y retórica, la lógica, la aritmética, la geometría, la música y la astronomía”, solo adiviné una. Y es
más don Manuel explica que “sea como fuere, en forma peyorativa han bautizado al cine como
séptimo arte”. O sea que el cine, que considerábamos los hijos de la masa como elevado a arte,
solo lo fue de manera peyorativa, despectiva, como un guiño irónico.
109
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
67
con las generaciones anteriores y que son importantes para la identidad cultural,
como para la protección y promoción de la diversidad cultural y la creatividad
humana”. El patrimonio intangible existe en la vida espiritual, el conocimiento, las
experiencias y las técnicas de un individuo o de una comunidad. Las manifestaciones
del patrimonio intangible son diversas, bien sea que se relacionen con los lenguajes,
la literatura oral, el conocimiento tradicional, la música y las artes escénicas, o con el
conocimiento asociado con las diferentes formas de cultura material. Se consideran
como dominios del Patrimonio Cultural Intangible manifestaciones como la cultura
oral, las tradiciones, las lenguas, las artes de actuación y las fiestas, los rituales y
prácticas sociales, las cosmologías y los conocimientos creados, las creencias y
relaciones con la naturaleza.
La importancia que ha adquirido para la sociedad contemporánea el patrimonio
cultural intangible se encuentra en que sus expresiones son usualmente exclusivas de
las comunidades locales en las cuales se practican y son esenciales para la coherencia,
el bienestar y el refuerzo de la identidad cultural. A medida que estas expresiones se
van enclavando en las vidas de una comunidad, su supervivencia depende a menudo
del valor que la respectiva comunidad asigne a este patrimonio y en preservar los
entornos que conducen a su vitalidad y en garantizar su transmisión en forma
continua. En este marco, se hace indispensable implementar sistemas de protección
en un mundo en donde la globalización representa tanto una oportunidad como una
amenaza, una fuerza constructiva a la vez que destructiva, para las identidades locales
y nacionales.
En este contexto, reflexionar sobre el patrimonio cultural intangible se convierte
en una prioridad de la agenda social ya que en sus manifestaciones se está jugando
muchos de los procesos de constitución de la identidad, el sujeto y la comunidad
contemporánea y es fundamental para la defensa de la diversidad cultural, la cual
debe ser reconocida y afirmada para el beneficio de las generaciones presentes y
futuras.
III
Uno de los escenarios más potentes para la construcción de universos
simbólicos y de mayor incidencia social para la generación de conciencia colectiva
son los medios de comunicación, que se han vuelto cada vez más importantes y
tienen influencia sobre los modos en que las personas se perciben a ellas mismas y a
los otros. Los medios masivos de comunicación juegan un papel fundamental para
llamar la atención sobre el valor y la necesidad de salvaguardar el patrimonio intangible
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
68
dentro de las comunidades locales, las autoridades y el público en general. En general,
los medios de comunicación son muy incómodos para la Cultura (con mayúscula)
pero muy productivos para la constitución de los nuevos significados colectivos
compartidos por una sociedad, las culturas (en minúscula y plural)
Los medios masivos son modos de inscribir el mundo, instrumentos para la
comprensión humana y una poderosa estrategia para crear conciencia social acerca
de lo importante y significativo para una sociedad; ofrecen información valiosa para
el presente y para la vida cotidiana de la gente, trabajan con un lenguaje que funciona
dentro del horizonte de lo dramático y emocional y buscan presentar contenidos
relacionados con las necesidades y expectativas de las audiencias y cercanos al
momento social de la comunidad. El impacto de los medios de comunicación es
reconocido porque a través de sus mensajes crean referencias comunes para la
comunidad; logran que las audiencias discutan acerca de los mismos temas; promueven
formas de actuar en la cotidianidad, generan la pertinencia y la referencia a la identidad,
crean los recuerdos relacionados con la cultura local y proveen un destino común
para la sociedad.
IV
Este texto trata de dilucidar la relación entre los medios masivos y el Patrimonio
Cultural Intangible: ¿Cómo perciben los medios masivos las manifestaciones de este
patrimonio y cómo las presentan?. En el fondo es un análisis de los modos como los
medios de comunicación “representan” la cultura. El análisis parte de la descripción
de la información aparecida sobre el tema del patrimonio cultural intangible en los
medios de Comunicación de Colombia [El Tiempo, El Colombiano, El Espectador, Semana
y Cambio] [Noticias Caracol y Noticias RCN] [Televisión pública: programas del Ministerio
de Cultura, Audiovisuales y Señal Colombia]. La muestra analizada cubrió los meses
de diciembre, 2001 y enero, 2002.
PRENSA ESCRITA: SÓLO EVENTOS
Lo cultural como referencia simbólica siempre se realiza e inscribe con base
en las ideas de colectivo, comunidad y nación que existen en un tiempo y un territorio
determinado. Generalmente a la cultura se le relaciona con la identidad nacional y la
promoción del buen gusto y los intereses espirituales; estos son los argumentos
por los cuales algo es cultural, se convierte en un valor informativo y amerita su
“aparición” dentro de lo informable y publicable. Mientras, según El Colombiano, la
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
69
cultura es un asunto fiestero y regional, El Tiempo busca referir lo cultural a lo
nacional y versa sobre identidades y eventos, la revista Semana hace visible los
eventos y las implicaciones económicas de lo cultural, la revista Cambio se interesa
en los eventos bogotanos y para el semanario El Espectador únicamente la literatura,
el cine y arte clasifican como cultural. De esta generalización sobre los modos
de representar lo cultural que hacen los medios de comunicación escrita surge
una idea de Colombia como una nación fiestera reconocida en la celebración de
eventos. La cultura es entonces, goce y espectáculo.
El patrimonio cultural intangible interesa a la prensa escrita en cuanto se
refiere a eventos como las ferias de Cali y Manizales; los carnavales de Barranquilla
y de blancos y negros, fiestas populares como las corralejas; los reinados; las
actividades provenientes de los indígenas y las comunidades negras; festivales y
encuentros de cine como el de Cartagena y Bogotá y festivales de literatura y
poesía; celebraciones musicales y ritmos autóctonos como la cumbia, el
bullerengue, la puya, el porro o el mapalé; artesanías y diseño. Los lugares de
valor arquitectónico y paisajístico como la Sierra Nevada de Santa Marta y la
zona cafetera; costumbres como los silleteros y arrieros; actividades como la
ganadería y la minería; productos como el café; de vez en cuando aparecen en
alguna investigación y han comenzado a sobresalir los informes sobre el apoyo
económico de la empresa privada a la cultura y la productividad de la cultura
como industria. Reciben especial atención eventos tradicionales de la cultura
colombiana como el Salón Nacional de Artistas, Rock al parque, el Festival
Iberoamericano de Teatro, el Festival Vallenato, la feria Expoartesanías, el Bogotá
Fashion y la Semana Santa.
Si estas son las manifestaciones y prácticas consideradas culturales por la
prensa escrita, se puede concluir que los criterios informativos privilegiados a la
hora de establecer lo cultural intangible como noticia son los siguientes:
-
-
La promoción de eventos. La información busca invitar al lector a asistir; presenta
los eventos como el estar en la moda y aparece como criterio informativo el
turismo, informando sobre actividades como cabalgatas, reinados, concursos
y el ritual del alcohol que acompaña las mismas actividades. Turismo y
Patrimonio Intangible van de la mano. Como su interés es divulgar, los
informes son mas parecidos a un folleto turístico que a un texto periodístico.
El tono informativo es la fiesta. Se promueve, reconoce y celebra el espíritu festivo
de los colombianos, se le asigna valor cultural a las fiestas populares y se informa
sobre una identidad festiva.
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
70
-
-
-
-
-
-
-
Lo cultural intangible como orgullo nacional. La cultura intangible se asume como “lo
colombiano”, lo propio; se busca resaltar lo que es fuente de prestigio y de
economía para la región.
Lo cultural intangible es lo “exótico”. La cultura se relaciona con lo indígena, lo
étnico o las manifestaciones culturales lejanas a lo urbano; surge una valoración
especial de la diversidad como enriquecimiento de la nación. Ahora, esto no
significa que se privilegie la perspectiva de identidad o la búsqueda de significado
cultural.
La postura informativa es condescendiente ya que se limita a describir cifras, grupos,
obras, eventos sin tomar una postura crítica. Una redacción que en lugar mostrar,
simplemente dice. Se trabaja como periodismo “positivo”, periodismo optimista,
sin postura crítica o análisis del significado.
La perspectiva del relato es desde el afuera, el extraño. Se cubre lo intangible como
aquello que es excepcional, tierno, compasivo, lo otro que no toca a la sociedad
en su conjunto.
Lo cultural intangible interesa si es cercano al territorio de cubrimiento del medio. Solo es
noticia aquello que pueda tener interés para los lectores, por eso se informa
sobre lo próximo, cercano, propio, lo regional y local.
En lo narrativo predomina la noticia. No existe diversidad de géneros, se privilegia
el dato acompañado de la foto, la anécdota y lo descriptivo testimonial. Los
géneros que son vitales para contar la cultura inmaterial por su carácter de proceso
y memoria, no aparecen.
La perspectiva es superficial. No existe la interpretación, ni la contextualización, ni
su relación con la tradición o la memoria. En general no se justifica la relevancia
de los temas seleccionados, el rigor es débil y se ignoran los principios básicos
del periodismo como el contrastar fuentes, el informar desde fuentes distintas a
las oficiales y el usar diferentes géneros a la noticia.
Lo cultural es un adjetivo. El lenguaje que se utiliza se caracteriza por el uso excesivo
de los adjetivos positivos como cálido, hermoso, excelente, brillante.
Los modos de construir lo cultural y lo que se considera cultural para la
prensa escrita permite descubrir algunas las representaciones específicas sobre el
tema de patrimonio cultural intangible. Entre estas se pueden encontrar las
siguientes tendencias:
No existe como área o temática o sección. Lo intangible hace parte de lo cultural
como un todo, no existe conciencia sobre la importancia de estas manifestaciones
en la construcción de la diversidad ni como prácticas y manifestaciones de identidad.
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
71
En este sentido se puede apreciar que la cultura sigue siendo estimada desde una
perspectiva culta donde se enfatiza el cine, las artes plásticas, la música y las expresiones
populares.
Dice más, sobre el tratamiento del patrimonio intangible, lo que se ignora que lo que se
resalta. En la sección cultura, lo informable hace referencia a las noticias y reseñas
de discos, libros, eventos y películas. Entretenimiento y cultura van de la mano,
con una clara intención cosmopolita de por medio; esto significa que interesa
aquello que pueda generar diversión en los lectores y que incluya a Colombia en
el movimiento de la moda cultural mundo. Las exposiciones de artistas
colombianos, el cine y los eventos musicales son los temas más frecuentes en la
sección cultural.
El patrimonio intangible tiene potencial informativo si se vende como moda o tendencias. En
esta óptica, se han convertido en moda los eventos y prácticas que tienen que ver
con las fiestas populares (carnavales y festivales) o modos alternativos de vida
(ecoaldeas, manifestaciones de comunidades negras y la diversidad étnica y social).
El patrimonio intangible interesa desde la perspectiva del turismo y la promoción comercial.
La prensa escrita valora aquellos eventos, manifestaciones o prácticas que pueden
generar interés de ser visitadas o vividas por los lectores, en esa medida se
promueve como una actividad turística sobre la identidad y que genera a su vez
divisas económicas a sus organizadores.
El patrimonio cultural intangible es un eje transversal de información, no un compartimento
establecido. La información sobre las prácticas y procesos que generan identidad y
continuidad simbólica a las comunidades por su potencial de diversidad de saberes
y procesos supera la sección cultural e ingresa en otros ámbitos de la información.
Así en El Colombiano lo cultural intangible pasa por las secciones Regional, Arte
y cultura, Historia que contar, Nación; en El Tiempo aparece en las secciones de
Educación, Vida de hoy, información general, Opinión, Política, Cultura, Nación;
en la revista Semana se lee en Informe Especial, Cultura, Economía, Vida Moderna.
Este hecho es muy positivo y manifiesta cómo la cultura en cuanto proceso
cotidiano pero histórico, práctica de goce pero proceso de identidad, necesidad
de reconocimiento y mecanismo de expresión supera las clasificaciones impuestas
a lo informable y se convierte eje de sentimiento, pensamiento y acción del
periodismo. Aquí, frágilmente se reconoce a la cultura como estrategia de
memoria, expresión, encuentro e imaginación de la sociedad.
La noticia es el evento cultural. Si no existe un evento pareciese que no hubiese
nada que contar sobre lo cultural. De todo aquello que engloba el patrimonio cultural
intangible brillan por su ausencia la cultura oral y las cosmologías. No se puede
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
72
negar que todas las actividades y prácticas mencionadas son vitales para la
construcción de la nación diversa y pluricultural que tenemos y queremos, pero es
una imagen muy fragmentada, coyuntural y sin profundidad de identidad, ni de
comunidad. Poco se informa sobre los procesos que proveen a las comunidades con
un sentido de continuidad en relación con las generaciones anteriores y que son
importantes para la identidad cultural. Hay que valorar que se reconoce que la cultura
pasa por muy diversos escenarios, prácticas, territorios y manifestaciones pero solo
se reconoce la fiesta, el goce, la diversión; informativamente se valora la cultura
como algo que ofrece alternativa a la rutina diaria, lo extraño a la vida diaria, lo que
está fuera de la rutina.
TELEVISIÓN INFORMATIVA: SOLO ESPECTÁCULO
Una manera directa para darnos cuenta cómo se informa en televisión está en
la transcripción de los titulares de los noticieros:
Titulares CARACOL: Crónica de Rolando Patarroyo, héroe de Expedición Robinson /
Expedición Robinson un éxito/ Resultados de la encuesta virtual / Escándalo de Madona en entrega
de premios en Londres / Campaña de Caracol por la navidad / Desfile de ropa interior/ Desfile
de ropa informal y casual en restaurante / Campaña Caracol por juguetes para niños
hospitalizado / Terminator lesionado / Premier de Vanilla Sky / Romance de Cruise y Cruz /
Presentación de la publicación mexicana MÁXIME / Los corridos prohibidos critican al presidente
Chavez / Mañana llega Sofía Vergara a nuestro país / Bogotá: moda y desfile / Candidatura de
Benjumea / Carrozas navideñas en Bogotá / Sofía Vergara en Barranquilla / Autógrafos de modelos
colombianos en Centro Comercial / Campaña de regalos de Caracol / Villancicos de Destiny´s
Child / Competencia entre hermanos. Hernán Zajar y Alvaro Zajar / Entrega de regalos de la
campaña de Caracol. / Alvaro Uribe Vélez en campaña / Andrea Echeverry regala concierto en
Cúcuta / Mensaje de feliz navidad para Barranquilla/ Imágenes de la ciudad de Barranquilla iluminada
para navidad / Despedida con imágenes de las luces de Ibagué. (Señal en vivo y en directo desde
Ciudad Montes) Iluminación navideña. Despedida desde estudio.
TITULARES Noticias RCN: Presentadora en directo desde el Parque Nacional en Bogotá.
Paulina Rubio invitada para posar en Soho. Ministra de Comercio apoya el Bogotá Fashion. La
modelo y ahora empresaria Belky Ariza, inaugura su comercio. Miguel Bosé odia la navidad.
(DIRECTO) desde Parque El Virrey. Colombia Tex. Crecimiento de la feria de la moda. Jet Set y la
tapa de Shakira. Vitrinas de la ciudad. Estímulo de la cámara de comercio para la decoración.
Lanzamiento político de Benjumea. Reconocimiento a la agencia publicitaria de Postobon.
Arborizarte, muestra de arte más grande América latina. (DIRECTO) Desde la Plaza de Bolívar.
Arborizarte. Homenaje a las viudas e hijos de los policías. (PROMOCIÓN DEL CANAL) RCN
ilumina el país. Luces y colores de Barranquilla. Reina del Carnaval María Gabriela Diago. Iluminación
de casas en sectores exclusivos de la ciudad. (DIRECTO) La navidad paisa desde la ciudadela
Botero en Medellín. (DIRECTO) Dónde rezan los caleños su novena. (DIRECTO) Desde Bogotá
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
73
en Ciudad Montes. Iluminación de las casas. Mamita Noel: Margarita Rosa Guerrero. Parque de la
cultura agropecuaria en Quindío. Parque PANACA. La Reina recibe las llaves de la ciudad en
Bucaramanga. (DIRECTO) desde Parque Simón Bolívar. (PROMOCIÓN DEL CANAL) RCN
Ilumina el país. Bogotá Fashion. Concurso de pesebres en Cali. (DIRECTO) Desde Parque de las
Banderas en Cali. La iluminación del paseo. (DIRECTO) La ciudad iluminada en Barranquilla
(presentadora la Reina del Carnaval María Gabriela Diago). (DIRECTO) Parque Nacional en Bogotá.
(DIRECTO) Mockus recorre la iluminación navideña. Restricción vehicular durante iluminación.
Medellín en navidad. Editorial Norma regalará libros en la navidad. Sofía Vergara y el lanzamiento
de MAXIME. Sofía Vergara es la tapa de la publicación MAXIME. Carlos Vives se presentó en el
show de Francisco. Recopilación de las mejores crónicas de Gatopardo en la Fundación Santillana.
Las tendencias que aparecen en los modos televisivos del cubrimiento e
información sobre el patrimonio cultural intangible son:
-
La ausencia verificable de noticias sobre el tema de patrimonio intangible. Cuando aparece,
alcanza el máximo de 30 segundos. Su visibilidad se reduce al “evento” popular.
Manifiesta la misma tendencia de la prensa escrita de reducir todo lo cultural a
los eventos. Existe un interés evidente por la fiesta, el baile, la música, el cuerpo,
los ritos comunitarios.
-
Lo cultural interesa como estrategia para vender la identidad del canal. La noticia, para el
canal, se traduce en estar en el lugar de los eventos y expresa por lo tanto un
interés especial del informativo por apoyar determinadas actividades de interés
social y cultural. Lo cultural sirve al canal para crear campañas que le otorguen
una legitimidad ante sus audiencias. En esta línea, se usa el informar en directo
como recurso haciendo que el periodista se convierta en la noticia y lo visible.
-
Lo cultural tiene valor turístico. El estilo informativo que se usa en televisión se
asemeja a la construcción de imágenes a la manera de postales turísticas sobre lo
patrimonial intangible.
-
La perspectiva de tratamiento de lo cultural intangible es desde la lógica del espectáculo. Los
eventos o experiencias de patrimonio intangible ganan en visibilidad si “invitan”
o “participan” estrellas del espectáculo televisivo, ojalá del mismo canal. Figuras/
héroes como las reinas o artistas materializan los valores de la tradición e identidad.
¿Las modelos? ¿Las reinas? ¿Los cuerpos pueden ser patrimonio intangible de la
colombianidad? Si no lo son, actúan como valor social colectivo de “lo
colombiano”.
-
El interés por lo regional o el regionalismo es otra estrategia de interpelación del televidente.
Una manera de mostrar interés en el país por parte del noticiero es resaltar los
eventos regionales. En esta búsqueda de lo regional, se enfatiza en lo exótico y se
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
74
personifica (en alguien representativo) las características de un evento local y
popular para anclarlo en la tradición.
El patrimonio cultural intangible en Colombia según el evangelio de RCN y
CARACOL no existe, es un silencio que no se habla, una ausencia que se expresa en
postales de la nostalgia pero que tiene valor informativo en cuanto se convierte en
fiesta, diversión colectiva, actividad turística, belleza en exposición. Se construye un
panorama lleno de elementos dispersos y fragmentarios que no colman el sentido de
una práctica simbólica y cultural particular. El patrimonio cultural intangible se
presenta como una promesa en actos retóricos de orgullos patrioteros sobre el cuerpo,
el baile, la comida, el fútbol, los héroes mediáticos y musicales. Además se presenta
como una promesa de futuro en cuanto realización y como fetiche cultural en la
figura de los héroes populares.
Lo cultural terminó siendo sólo espectáculos, parte de la farándula, el
entretenimiento pero presentado como las “noticias buenas”. Lo cultural cedió su
lugar a la lógica del espectáculo, desde ahí se decide el tratamiento que se le da, pero
sobre todo se convierte en el criterio para que una práctica, proceso o manifestación
cultural sea informable. No solo es la lógica del espectáculo, sino un tratamiento
donde predomina el chisme y el evento social y se enfatiza el protagonismo del canal
sobre la información, donde importan las campañas de efecto emocional y rápido.
La perspectiva es siempre desde fuera del significado de lo cultural y en un tono
emotivo dentro de un lenguaje que juega a ser coloquial pero vacío de significado.
La gran damnificada de la televisión informativa ha sido la cultura. En nuestros
noticieros la sección cultural ha sido reemplazada por el espectáculo. De los artistas
hemos pasado a las estrellas de la farándula y la moda. Si la literatura, las artes, el
teatro, las memorias y las creaciones populares quieren salir en la tele deben adaptarse
a la lógica del espectáculo, convertirse en exótico, buscar lo excéntrico o mostrar el
cuerpo. La cultura solo aparece bajo el tratamiento del show.
En la tele colombiana estamos haciendo homenaje al reinado de lo frívolo y al
estilo como los lugares de lo cultural. La cultura hoy es manejada por modelos y se
le da el nombre de espectáculo, farándula, entretenimiento, noticias buenas. Simple:
la lógica cultural cedió su lugar a la lógica del espectáculo, determinando el tratamiento
de lo poco simbólico que atraviesa la pantalla. El lenguaje que se usa es emotivo,
efectista, falsamente poético. Lo cultural, en últimas, termina siendo la feria del chisme
y el evento social.
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
75
TELEVISIÓN PÚBLICA: SOLO DISCURSO
El trabajo que realiza el Ministerio de Cultura en su unidad de televisión, la
programadora Audiovisuales y el canal Señal Colombia es mucho más responsable y
cercano a la densidad, diversidad y significado de las manifestaciones de patrimonio
cultural intangible. Por esta razón su interés temático está más cercano a los procesos
y prácticas culturales relacionadas con la identidad y la vida colectiva de las
comunidades en una perspectiva de tradición y diversidad de cosmovisiones. Así, en
lo informable se destacan las fiestas tradicionales en diferentes municipios del país: el
Festival de Bandas en Paipa; el Carnaval del Diablo, en Riosucio, Caldas; y el Corpus
Cristi, en Anolaima, entre otras. Se busca relacionar las prácticas religiosas, artesanales,
gastronómicas, agrícolas con la producción de sentido colectivo para la vida de los
sujetos y sus comunidades. En la misma línea se presentan historias que hacen
referencia a la influencia y participación de la diversidad de culturas en la construcción
de la nación. Así la nación se produce desde la tradición oral y la herencia presente
en los rituales, las artes, la danza, las artesanías, el teatro. También se hace referencia
a los eventos como prácticas de celebración de las identidades.
La lógica comunicativa es divulgativa de tradiciones, memorias y celebraciones
fundamentales para la producción de la nación colombiana, esa de la diversidad y lo
multicultural. Su objetivo parece ser dar a conocer al televidente tradiciones y
costumbres desconocidas de las diferentes regiones del país. Busca motivar a los
televidentes hacia el conocimiento de esas otras maneras de ser colombianos e invita
a conocer, viajar, probar la diversidad que constituye la nacionalidad.
Una tendencia se encamina hacia el anclaje histórico, geográfico y económico
que se realiza sobre las temáticas. De este modo se ofrecen datos relevantes para el
conocimiento, que en últimas termina siendo información bastante esquemática y
enciclopédica. En la serie “Colombia. Sitios y Gentes” (Audiovisuales), por ejemplo,
se busca rescatar el proceso colectivo y participativo de la comunidad en particular
en cada uno de los eventos de producción de memoria cultural. Existe en cada uno
de ellos un anclaje marcado en la producción cultural como valor patrimonial. Así,
en el caso específico de las celebraciones religiosas, la confluencia de los diversos
grupos sociales y étnicos lleva a la construcción de una identidad mediada por el
sincretismo y la pluralidad. La propuesta es interesante en la medida en que tiende a
rescatar las experiencias sociales que se integran en las celebraciones y festividades
populares de cada una de las zonas, lo cual implica una perspectiva respetuosa y
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
76
provechosa para hacer de la cultura intangible un valor social. Lástima que su
información tiene un marcado carácter reduccionista y enciclopédico.
Existen otras propuestas sobre lo patrimonial como la serie “Historia de los
Inventos”, que dentro de una búsqueda narrativa desde la animación, dirigida
específicamente al público infantil, no recae en la recurrencia del dato histórico o
geográfico, sino que construye a partir del relato mítico y de la leyenda sobre las
poblaciones indígenas colombianas anteriores a la conquista. La valoración patrimonial
no se centra en el evento o práctica o ritual, sino en las formas de organización y
celebración de las tribus precolombinas en Colombia, herencia que se sustenta en el
relato mitológico y de la leyenda hasta nuestros días.
Analizando los modos de contar de la televisión pública se puede encontrar
en lo narrativo dos tendencias para contar lo cultural intangible:
-
Representación externa formal a nombre del otro y en tono democrático. El realizador
“representa” lo contado, asume el rol de quien da la palabra y establece lo que es
importante al otorgarle un valor desde una visión de cultura democrática. Se
estructuran mensajes a la manera de reportaje-documental para “rescatar” los
rostros característicos de las tradiciones, las festividades, los lugares, los rituales,
lo típico. La estructura narrativa muestra que las comunidades y sus prácticas
acompañan a un narrador en off (no aparece dentro del programa, se limita a
narrar). El contenido se construye desde la música de fondo y en vivo, los
testimonios de los personajes y actores de las fiestas, y las opiniones de especialistas
e investigadores.
-
Representación propia del artista-video. Las secuencias, imágenes y sonidos no
encuentran anclaje en las tradiciones culturales ya que se busca la experimentación
narrativa del que realiza, profundizando desde sí mismo la diversidad cultural en
Colombia; se usan imágenes anecdóticas y descontextualizadas de cada práctica
simbólica.
En ambos modos de representación de lo cultural, se enfatiza el lenguaje retórico,
lleno de poesía y profundidad democrática. Se privilegia la voz de los actores populares
de las tradiciones, con un énfasis en los testimonios. Se reconoce que detrás de cada
programa existe una investigación y se presentan contextos y antecedentes. Los
mensajes tienen un anclaje en la tradición. El patrimonio cultural intangible es
sinónimo de colorido, música, arte, danza, festividades.
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
77
La televisión pública presenta reportajes documentales como un muestrario
de la diversidad cultural, y por lo tanto, de la diversidad patrimonial de Colombia. En
general, las expresiones culturales son muy institucionales y realizadas desde la ética
de la ilustración. El resultado, generalmente, programas aburridos. Se enfatizan valores
desde lo textual oral y pocos se trabajan en formatos atractivos y de interpelación
masiva, esos de la afectividad, el humor y el espectáculo.
Cuando los programas se alejan de la lógica institucional y del reportaje
documental de narrador omnisciente y autoridad intelectual en cámara, no muestran
un desarrollo secuencial narrativo claro y coherente tendiente al conocimiento y
aprendizaje, ya que se suceden sin aparente orden las secuencias narrativas del
fragmento y relato breves que no logran dar cuenta en profundidad del significado
cultural de la diversidad cultural nacional, y se queda en la enunciación de imágenes
de lo exótico y anecdótico de la identidad.
La instancia de producción audiovisual pública es, sin embargo, donde más
claramente se presenta una intencionalidad de reflexión y valoración sobre el
patrimonio oral e inmaterial de Colombia. Desde diferentes puntos de análisis y con
diversos tratamientos sintácticos, la problemática del patrimonio cultural intangible
se plantea y profundiza, no como una promesa de realización, sino en la coyuntura
de la eventual pérdida o del desconocimiento generalizado sobre su valor en la
construcción de una identidad múltiple y diversa de lo colombiano.
CONCLUSIÓN: ENTRE LO LIGHT Y LO ABURRIDO
Juntando lo encontrado acerca de la representación de la cultura intangible
en los medios escritos, los canales privados y la televisión pública aparecen dos
tendencias distintas:
Desde los medios de propiedad privada la cultura ha sido convertida en un
asunto de espectáculo y de promoción turística, el interés es la celebración de
una nación festiva, gozosa y farandulera.
Desde los medios de propiedad del estado y de interés público, la cultura es
representada como un asunto de reflexión y de llamado de urgencia hacia la
pérdida del patrimonio que nos constituyen como nación diversa y multicultural.
I
La prensa presenta una imagen muy fragmentada, coyuntural y sin profundidad
ya que poco se informa sobre los procesos que proveen a las comunidades con un
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
78
sentido de continuidad entre pasado y futuro en el horizonte de la identidad cultural.
Informativamente se valora la cultura como algo que ofrece alternativa a la rutina
diaria, lo extraño a la vida diaria, lo que está fuera de la rutina. Lo significativo es que
la cultura es una variable transversal que aparece en todas las secciones mostrando
su vitalidad narrativa, su potencia simbólica y su valor social.
II
La presencia de acontecimientos ligados al patrimonio cultural intangible en
los noticieros de televisión se vincula con una visión sobre lo popular como folclórico,
pintoresco o costumbrista, que alude a una visión cándida y un tanto nostálgica
sobre las producciones culturales, visión sobre la tradición que es presentada desde
lo circunstancial y particular del evento, sin alcanzar una proyección sobre la tradición
cultural que la genera, y mucho menos, sobre las características simbólicas que se
ponen en juego allí. De esta forma, el patrimonio cultural intangible a través de los
noticieros presenta el perfil de lo “éxotico”, y por lo tanto, se encuentra alejado de
cualquier vinculación cultural. La presencia temática del patrimonio cultural intangible
en los noticieros se reduce a la sola presentación anecdótica (más allá de un intento
informativo) de características particulares de una fiesta popular, sin desplegar a
partir del suceso una valoración o promoción patrimonial. Se podría argumentar
que el contenido informativo es lo relevante del caso particular, y que tal proyección
no es el objetivo de un noticiero; sin embargo, la presentación de un acontecimiento
cultural no adquiere las características genéricas del suceso informativo, y en su
especificidad requiere un anclaje preciso, tanto en su desarrollo como en su
trascendencia, mucho más si observamos la inexistente programación de carácter
cultural en los canales analizados.
En los noticieros de los canales privados RCN y Caracol, el patrimonio cultural
intangible aparece vinculado a eventos moda, ya que sólo interesa cubrir la cultura
como acto de exhibición narciso. Generalmente se le da un tono de postal turística
y se le visibiliza si un artista de la farándula asiste o está en la obra. Se busca producir
efectos afectivos y de poca reflexión, considerando cultural, preferencialmente, la
fiesta, el baile, la música, el cuerpo, la comida, el fútbol, los héroes mediáticos y
musicales. Según lo poco cultural que toca la tele, Colombia es un país para el turismo,
la fiesta, de gente bella y de buena energía, y una cantidad de actos retóricos llenos de
orgullos patrioteros. La cultura ha perdido legitimidad e interpelación social porque
la tele se interesa sólo en lo espectacular, las fiestas y los héroes del jet set criollo. Las
noticias culturales son informes sobre el espectáculo, reinas, transparencias y farándula.
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
79
¿Será que lo light y el espectáculo son toda la cultura, la tradición e identidad que
nos queda?
III
En la televisión pública, el patrimonio cultural intangible aparece en toda su
vitalidad y diversidad, se le asocia a la tradición y al futuro de constitución de la
nación. Si bien se busca rescatar el proceso colectivo y participativo de las comunidades
en cada una de las prácticas, procesos, rituales y manifestaciones que constituyen el
patrimonio cultural intangible, asumiendo la producción cultural como valor
patrimonial, su presentación es basada en los datos históricos, geográficos y
económicos desde una perspectiva reduccionista y enciclopédica. En algunos casos
se llega al ideal de pasar del hecho o práctica hacia el significado, las estrategias de
apropiación y de invención, y los procesos de integración social y cultural de la
comunidad, que genera el patrimonio cultural intangible. Así como es valioso el
hecho de profundizar e investigar las memorias y vitalidad de las prácticas, procesos
y rituales de la identidad, aparece como problemático que estos programas estén
llenos de discurso y tengan poco atractivo y fuerza narrativa televisiva, ya que se crea
otro imaginario peligroso: lo cultural es aburrido.
IV
En el ámbito da la producción de la información sobre el patrimonio cultural
intangible se pueden señalar tres estrategias diferentes de representación:
-
La supresión del contexto cultural, la tradición e historia, privilegiando el evento particular
como hecho anecdótico relevante. Esta situación se evidencia en los noticieros
informativos y en la prensa escrita, donde los acontecimientos patrimoniales no
tienen una clara connotación informativa, sólo de promoción turística o
espectacular.
-
Énfasis en los contextos culturales e históricos. Esta manera de producir los mensajes
culturales es propia de la televisión pública. Se produce la inversión del caso
anterior, pues se produce una mayor profundización en el anclaje histórico y de
la tradición de la comunidad, pero reduciendo la narrativa visual al comentario o
detalle del relato histórico.
-
Diversidad narrativa, celebración de la identidad. El patrimonio cultural intangible es
una propuesta para diversificar los modos de producir la memoria y la identidad.
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
80
En esta línea, existen propuestas (pocas pero existen) que diversifican los géneros
informativos y televisivos para la presentación de lo cultural, que superan el dato
histórico como eje de reflexión y lo espectacular coyuntural del evento y buscan
motivar la valoración y comprensión de estos procesos, prácticas, rituales y
manifestaciones no solo como alternativa vital y gozosa para el presente sino
como fundamento para la celebración y reconocimiento de la identidad nacional.
V
El resultado final de la cultura representada en la prensa, los noticieros de
televisión y los programas de televisión pública es que la cultura se vuelve atractiva
desde la lógica del espectáculo pero aburrida desde la lógica de la reflexión, y a su
vez que desde lo espectacular la cultura pierde su densidad de identidad y futuro
pero desde lo público pierde su atractivo y afectividad. La cultura se diluye mientras
no se encuentre un camino adecuado para representarla y comunicarla. Por ahora,
gana el espectáculo sin densidad ni diversidad cultural; la cultura es solo otro
espectáculo para divertir y entretener a la sociedad, de su potencial de memoria y
futuro, diversidad y creatividad está quedando muy poco. La nostalgia aparece, y
recuerda que antes había programas dedicados a la cultura y en la última sección del
noticiero lo cultural era tematizado y presentado con respeto y sentido.
VI
En este contexto, se legitiman las críticas que realiza la comunidad académica
y artística nacional hacia los medios masivos y sus modos de producir información
sobre la cultura. Estas críticas se pueden sistematizar en cinco aspectos:
-
Las noticias culturales se refieren únicamente a la alta cultura y a lo exótico de lo
popular.
El patrimonio cultural intangible interesa a los medios únicamente en la medida
en que sea posible usarlo desde la lógica del espectáculo y del negocio del
entretenimiento.
Los medios de comunicación producen noticias o mensajes acerca del patrimonio
cultural intangible con el fin de dar color a la realidad narrada, pero no intentan
crear una conciencia social y un diálogo comunitario.
Los medios, al cubrir el patrimonio intangible desde la perspectiva del turismo,
exotizan, estereotipan y folclorizan las costumbres, las lenguas y los estilos de vida.
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
81
-
Los medios promueven la estandarización de las formas y de las expresiones
culturales intangibles y realizan una reflexión superficial acerca del folclor vivo.
El impacto final de los mensajes de los medios suele ser la creación de una red
de invisibilidad alrededor de los procesos culturales del reconocimiento y de las
prácticas de identidad del patrimonio cultural intangible y una sobrevaloración de las
culturas hegemónicas de lo light y la industria del entretenimiento. El resultado: la
pérdida de la autoestima y subvaloración de la cultura local y que lo local está siendo
reemplazado por una cultura internacional estandarizada.
VI
Una necesidad contemporánea es la búsqueda de mensajes en los medios para
conectarse alrededor de una identidad compartida, un nuevo pensamiento y una
acción de orden colectivo con base en la diversidad. Quienes fabrican los medios
tienen que aprender que el patrimonio cultural intangible ofrece poderosas historias
para relacionar lo individual con lo colectivo, el pasado con el futuro, lo uno con los
otros. En este contexto, el patrimonio cultural intangible es una información valiosa
para los medios con el fin de generar mensajes que puedan relacionar de una nueva
manera lo individual con la comunidad debido a que:
Estas experiencias culturales tratan acerca de cómo generar nuevas estrategias
para conectar a las personas en nuevas formas de lo colectivo.
Estas experiencias ofrecen alternativas concretas y vitales para el pensamiento
y la sociedad actual.
El patrimonio intangible permite compartir la diversidad de puntos de vista en
un mismo escenario simbólico y así reconocer y habitar nuestra diversidad cultural.
Estas prácticas culturales son una estrategia para reinventar la identidad a partir
de los recuerdos, memorias y manifestaciones que conforman la historia humana.
El patrimonio intangible ofrece un vínculo cultural poderoso para crear una
nueva conciencia humana.
VII
La paradoja es fuerte: perder el patrimonio intangible es aceptar el hecho de
que las costumbres, las lenguas y los estilos de vida de miles de años se estén
disolviendo o desapareciendo para siempre, que nos acostumbremos a quedarnos
sin nación; eso significa que el patrimonio cultural intangible necesita pasar a través
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
82
de los medios para no quedarse en el olvido y ser arrasado por la cultura del espectáculo
y el olvido; pero pasar por los medios implica encontrar estrategias para pasar sin
perder el valor cultural intrínseco de cada experiencia.
Hoy la cultura que se socializa es lo desechable, es algo que hay que olvidar al
día siguiente. Lástima porque un país como Colombia requiere de memorias y
diversidad creativa para reinventarse. Y “la cultura es lo que queda antes del olvido”
y los medios de comunicación se están encargando de que quede poco, muy poco.
LA CULTURA: ESPECTÁCULO Y OLVIDO
83
Reseña Omar Rincón
RESEÑA COORDINADOR
Omar Rincón es investigador y analista de medios de comunicación. Profesional
en comunicación social en la Universidad Javeriana con estudios de posgrado en la
Universidad Estatal de Nueva York. Posteriormente adelantó estudios especializados
en televisión en la Universidad Católica de Lima y de dirección de cine en la
Universidad de Nueva York. En la actualidad se desempeña como profesor de
comunicación, televisión y sensibilidades en la Universidad Javeriana; ha sido profesor
invitado de la Universidad Internacional de Andalucía, España y es el coordinador
del posgrado de periodismo de la Universidad de los Andes.
Además, trabaja permanentemente como analista de medios de comunicación del
diario El Tiempo y ha sido columnista del periódico El Espectador y ensayista para las
revistas Gaceta del Ministerio de Cultura, Número, Signo y Pensamiento, Diálogos, Razón
& Palabra de México, Revista Javeriana y Revista Foro por Colombia.
Entre sus publicaciones se destacan: Televisión: Pantalla e identidad (Quito: Fes, 2000),
Televisión Pública: del consumidor al ciudadano (Bogotá: Secab/Fes, 2001), Relatos y memorias
leves de nación (Bogotá: Ministerio de Cultura, 2001), Televisión infantil: las voces de los
niños (Bogotá: FRB/Secab, 2002), Televisión, video y subjetividad (Buenos Aires: Norma,
2002), Bajo todos los fuegos (Bogotá: Proyecto Antonio Nariño, 2002) y este volumen
de la colección “Cuadernos de Nación” del Ministerio de Cultura.
RESEÑA OMAR RINCÓN
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