BREVES APUITACIOItES SOBRE EITRACCIDlES DEITALES

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BREVES APUIT ACIOItES
SOBRE EITRACCIDlES DEITALES
T (sis para el Doctorado tn
Cirugía Dental presentada
= y sostmida por
=
MCMXVIII- Tip. Áugusta-BOGOT A
BREVES APUIITAelBlES
SOBRE EITRACCIOlES DEITAlES
T(sis pan tI Doctorado en
Cirugía Dental prcSCDtada
=
y sostalida. por
=
MCMXVill-Típ.
BANCO
BIBLIOTECA
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Augusta-BOGOTA..
DE Ll., RE?:.J3UCA
LUIS-ANGEL
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Homenaje
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Cariñosamente
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Respetuosamente
/1 MI ESTlMffDO ff¡,7IGO
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(}u:
51.
JURADO
DE
CALIFICACION
Presidente de Tesis
DOCTOR
LUIS A. DE MEDlNACELl
CIRUJANO
Rector y Fundador
DENTISTA
de la Escucla
Dental Naciunal
Examinadores
DOCTOR
PATROCINIO
MEDlCO
DIAZ
y CIRUJANO
Profesor de Materia Médica
DOCTOR
M. A. CUELLAR DURAN
MEDICO
y CIRUJANO
Profesor de E¡¡tomatclogía
DOCTOR
GABRIEL CAMARGO
MEDICO
y CIRUJANO
Profe.sor de Física y Química
INFORME DEL PRESIDENTE DE TESIS
Bogotá, noviembre 27 de 1917
Señor don Marco E. Rangel-L.
C.
Apreciado discipulo:
Del estudio que he hecho de su muy
plausible
trabajo
denominado
"Breves
apuntaciones sobre extracciones de dientes ", vengo en conocimiento de que usted,
estimando las cosas
ha consagrado
tan delicada
en su justo
sus últimos
como
valor,
esfuerzos a
expuesta
operación
quirúrgica, mirada hasta hoy con el desprecio del ignorante que no entiende, o
el del que no quiere entender su importancia en la Odontología.
Al presentarse usted
hoy como uno
de los modernos ilustradares
sobre esta
importante parte de la Cirugla
Dental,
lo felicito por la clara e inteligente manera de expresar/a,
y lo autorizo
para
darle publicidad.
Quedo a sus órdenes, y me suscribo
su afectlslmo
maestro y seguro servidor,
LUIS .4. DE MEDINACELl
PR8PRCIO
Para cumplir con 108 1'8g10.
mentos 08 la escuela Dental Nacional de Bogotá,presentamos ha l'
como tesis alganos ligeras apun'
laciones sobre 8xtl'aciones Denla/es.
Hemos escogido este asun((}
por ser do suma importancia g8nera/ l' por constituir la base d8
,1(1 Cirugla Dental.
BREVES APUNtACIONES SOBRE EXfRACCIONES DE DIENTES
CAPITULO
PRIMERO
Definición. CollSídtracíoDes e Historia
DEPINlCION-Extraer un diente es desalojarlo del
alvéolo en que está implantado.
CONSIDERACIONES-Aun cuando esta operación es
por 10 general de fácil ejecución, hay ocasiones en que
es muy dificil practicarla, y aún acontece a veces que se
complica de tal modo, que se convierte en una operación
quirúrgica de mucha gravedad, y que puede ser seguida
de accidentes mortales. Por esto es preciso estudiar con
el mayor cuidado su técnica operatoria, a fin de practicarla convenientemente, y estar listos para combatir cualquier accidente que se presente durante el curso de la
operación o después de ella. En efecto, si existen en
las rafees anomalías de forma, de desarrollo (hipercementosis), de dirección o de número (raíces I,:onvergentes,
divergentes, supernumenarias),
o se presentan complicaciones post-operatorias
(síncope, hemorragia, etc.), las
dificultades aumentan y exigen del operador mucha san •.
-
12-
(re frfa y bastante habilidad. Por otra parte, como es
imposible preveer estas dificultades y suelen presentarse
inopinada mente, es menester estar alerta y proceder
liempre a la extracción como sí se tratara de un caso
muy difícil.
Así pues, para ejecutar con seguridad y buen éxito
la operación de que tratamos, hay que tener en cuenta
cinco cosas: Primera, anatomía de la boca; segunda,
la de los huesos maxilares, tercera, la de los dientes;
cuarta, el número, forma y dirección de las ralces, y
quinta, el caso po,ible de ser hemofilico el paciente.
ANATOMIA
DE LA BOCA
BOCA EN GENERAL-La boca es la entrada del tubo
digestivo, de forma oval colocada entre las dos man.
dibulas, debajo de las fosas nasales, entre los carrillqa
y detrás de los labios; está destinada a recibir los ali.
mentos, apreciando su sabor y facilitando el principio
de su deglución por medio de la rnasticación e insalivación, tambien sirve para· la articulación de los sonidos.
Esta cavidad es sólida, para~ólica e inmóvil en su
parte superior, siendo en las otras partes sumamente
movible hasta el extremo de contraerse .y dilatarse de
un modo considerable, su dirección horizontal como en
todos los animales, pero sin que su diámetro antero.
posterior sea tan predominante
en el sér humano como
e'o aquéllos.
La boca anatómlcamente
estudiada
presenta una
pared anterior, formada por los labios, dos paredes late.
rales, los carrillos, una pared superior, la bóveda palati.
~(¡, una pared inferior formada en s'u ma~~r parte por
Já lengua, una pared posterior formada por el velo del
paladar, dos cavidades u orificios,
uno anterior for.
diado por la abertura de los labIOS, ótro posterior que
el
-
13
se comunica con la faringe y
que
toma el nombre de
anteriores y laterales
de la boca son dobles, como igualmente los arcos dentales y alveolares, la cavidad bucal se divide también
en dos partes, la anterior, formada por los labios y carrillos que se designan con el nombre de vestibulo de
la boca, y la posterior que la constituye la porción.
comprendida detras de los arcos alveolares y dentales
hasta las fatlces y es la que propiamente se llama ca~
,,¡dad bucal. Dentro de ella se efectua la secresión dé
las glándulas parótidas, submaxilares
y sublinguales,
que elaboran la saliva.
istmo de las fauces. Las paredes
ANATOMIA
DE LOS MAXILA~ES
Cuando se hace una extracción casi siempre sucede
que una de las paredes alveolares cede o se rompe
para dejar salir la raíz del diente. Sabiendo esto, conviene averiguar cual de las paredes (bucal o Iingual)
es más débil, y por consiguiente la que puede ceder o
ensancharse con mayor facilidad, puesto que es hacia
este sitio sobre el que debe hacerse el mayor esfuerzo
.11 ejecutarse la operación.
En el maxilar inferior la pared Iingual es menos
resistente que la bucal al nivel del segundo molar y la
cordalj por el contrario en los sitios correspondientes a
las biscúspides, caninos e incisivos, es la bucal la más
débil y estas dos paredes son poco más o menos del
mismo espesor al nivel del primer molar.
Hay aún en este maxilar dos consideraciones anatómicas importantes que son: la posición de la rama
ascendente en relación con la cordal, la movilidad de
toda la mandibula; circunstancias ambas que contribuyen a aumentar las dificultades de la extracción.
En el maxilar superi0r es siempre la pared bucal
la más delgada, y por lo tanto la que ofrece menos
- 14-
es
re.lstencla.
preciso recordar que en esta mandibula;
el seno maxilar está en relación más o menos inmediata
con el vértice de la rafces de las bicúspides y los molares
y que por consiguiente debemos evitar el hacer una presión demasiado fuerte sobre estas rafees, por que corredamos el riesgo de desfondar el piso de esta cavidad y
hacerlas penetrar en ella. También bay que tener pre.
sente, al e~traer las cordales superiores que la tuberocidad muilar es muy frágil, y que si hacemos movimientos demasiado fuertes nos e~ponemos a romperla.
ANA TOMIA
oe
LOS DIENTES
A este respecto recordaremos algunas particularidades
dignas de ser consideradas. Como la cámara pulpal
f'stá situada al nivel del cuello, y éste es de un diámetro menor que la corona, es en este sitio en donde
está más expuesto a fracturarse el diente.
Algunas piezas, tales como los incisivos superiores,
tienen las raíces sensiblemente cilíndricas, mientras que
otros, por el contrario, las poseen aplanadas lateralmente,
como por ejemplo, los incisivos Inferiores, las bicúspi.
des, ete. Como se comprende la extracción no puede
practlcarse de la misma manera en ambos casos. A los
primeros se les imprimirán ligeros movimientos rotato.
dos, seguidos de movimientos de vaivén dirigidos de
adentro hacia afuera y viceversa, en tanto que para
extraer los segundos y entre éstos los molares inferiores,
precisa efectuar fuertes movimientos de adentro hacia
fuera, y viceversa, en el sentido de la dirección del eje
mayor del diente. En cuanto a los molares superiores, a
causa de la dirección oblicua de su raiz palatina, requie.
ren para ser extraidos que el movimiento se acentúe
más hacia la parte e~terna, es decir, hacia la pared
bucal.
-
15-
las rafces de las cordales inferlore~ se dirigen
hacia atrás, lo que hace que para removerlas se le
!mpriman movimientos hacia ese sitio.
Voy a enumerar ahora efertos Carélcteres de dientes
que hacen que sea más dificil la extracción. Estos son
los que tienen coronas cortas y gruesas, ofrecen por lo
general rafees largas, y muy implantadas,
en los ind.
si vos, a más de grande espesor, que articulen al tope,
es decir, que sus bordes cortantes se encuentren con
los bordes cortantes de los del maxilar opuesto, o tengan
muy ligeras desviaciones,
ausencias de prominencias en
las superficies trituradoras de los biscúspides y molares
y existencia de todas las piezas de la dentadura y en
íntimo contacto unas con otras. Otros dientes también
dificiles de extraer, son los que tienen coronas de regular tamano y cuellos muy reducidos con relación al diámetro de la superficie masticatoría; las raíces de estas
piezas son delgadas, largas y divergentes y ofrecen
algunas veces curvas tan pronunciadas que es casi imposible extraerlas sin que se vengan adheridas a ellas
partes del alvéolo, lo que ocurre con mayor frecuencía
al extraer los caninos. También f¡ay casos en que (as
raíces de los molares son muy convergentes, de modo
que al ser removidas se traen consigo la por'ción del
tabique interalveolar colocado entre elJas.
Cuando se produce hipercementosis,
que consiste
en un desarrollo anormal del cemento de la raíz de 1(¡8
dientes (de tejido de nueva formación que se fonna
exitado por una irritación cualquiera en ese tejido,) en
estos casos se produce una especie de deformidad en
las rafees que forman especies de tumores por decirlo
así, que se incrustan entre ras paredes alveolares. lo
f¡ue hace muy dificit la extracción <fe estas piezas.
- 16WSTORIA
La operación de extraer dientes es casi tan antigua
como la humanidad misma.
Se comprueba que esta operación era practicada en
remotas épocas, por los cráneos encontrados en algunas
tumbas antiguas, así como en las momias encontrada!
en Egipto.
También se han encontrado en los monumentos antiguos algunos instrumentos de Cirugía Dental que atestiguan que aquella práctica era muy conocida en aquella época.
Algunos escritos hallados también en las obras antiguas, nos demuestran que esa práctica constituía una
rama especial en la Cirugía, estableciendo reglas para la
extracción de cada una de ,las piezas de la dentadura.
En el museo de Pekln, existe una biblioteca antigua,.
cuyos libros son grandes montones de_ladrillos en que
bacen relato de la manera de extraer dientes y las sustancias empleadas como analgésicos para producir la insensibilidad en las extracciones. El opio era su analgésico favorito, el que empleaban por medio de la aspiración que les producía una especie de sueno o letargo,
durante el cual, las piezas eran extraídas sin sentirse
mayor dolor.
Entre los griegos eran muy' pocas las extracciones
que se hacían, pues su régimen alimenticio, sus costumbres y la higiene que se observaba en la boca y demás
partes del cuerpo, se consideraba como un precepto religioso y por lo tanto impedían en mayor parte que la:
dentadura fuera atacada por el caries.
Los escritos encontrados
en las ruinas de Mentis·
hacen mención. 'de un anestésico local para extracciones·
cle dientes sindolor, llamado la famosa -Piedra de Mentis"
-
17-
En tiempos de Jacob, en (1700) Y de Heródoto, 500
anos antes de Jesucristo, existlan profesionales médicos
y cirujanos dentistas, dedicados a esta especialidad.
En Egipto fue donde primero se perfeccionó esta
profesión y despues se fue extendiendo esta practica a
Fenicia, Grecia, Roma y China.
Después de la Edad Media, la practica de extraer
dientes se llevó a cabo por profesionales bastante com.
petentes.
Finalmente, desde el siglo pasado (1844) en que fue
descubierta la anesteda local por Horacio Welles (Den.
tista americano) para extraer dientes, y la perfección a
que ha lIegado la construcción de instrumentos para ex.
traer las diferentes piezas de la dentadura, la cirugia
dental ha tenido un adelanto colosal.
CAPITULO
SEGUNDO
Indica.ciones de la extracción
Por regla general deben extraerse los dientes que
han dejado de ¡;;er útiles como órganos masticatorios, y
a los cuales sea imposible hacerlos aptos para lIenar su
función, por medio de los diversos procedimientos
de
que dispone el dentista.
La extracción de una pieza está indicada en lot
casos siguientes:
DIENTES TEMPORALES-Lo Salida de los dientes
permanentes, encima o debajo de la pieza que van a
reemplazar; 2.<1 Abscesos alveolares con fístula cutánea,
necrosis de los alvéolos, y exposición de la raiz fuera
de la encía.
DIENTES PERMANENTES-l.o Absceso alvcolar varias
veces repetido y rebelde ¡ todo tratamiento; 2.0 Caries
-
18-
total de la corona con imposibilidad de utilizar la ralz
colocando en ella una corona artificial; 3.° Supuraciones
alveolares continuas y abundantes, poliartritis
alveolodentales en su periodo final; 4.° Neuralgias persistentes;
5.° Contractura de los maxilares, provocada por la salida de la muela cordal o neuralgias rebeldes producidas
por esta misma causa; 6.° Abscesos del antro; 7.° Desproporción entre los dientes y los arcos alveolares; 8.•
Irregularidades
de los dientes que exijan para su corrección la extracción de una o más piezas; 9.° Necrosis; 10. Dientes supernumerarios
y tI. Necesidad de
arreglar convenientemente
la boca para colocar un aparato de prótesis, pero esto solamente en casos de perentoria exigencia del paciente 'o de verdadera utilidad
y siempre que no pasen de cuatro las piezas que se
hayan extraer.
ESTADO FISIOLOGlCO EN QUE DEBE HALLAI{SE
LA PER.50NA
Para que la extracción tenga buen éxito y no sobrevenga ninglín accidente se necesita que el paciente
se halle en perfecto estado fisiológico.
Si se trata de un paciente cuya exitabilidad nerviosa es excesiva, la extracción puede ocasionar un síncope
nervioso, o cardiaco si el paciente sufre del corazón.
En la mujer, la extracción es una operación que
exije mayor cuidado, debido a que sus funciones fisiológicas son diferentes a las del hombre. En ellas su
sistema nervioso es más impresionable, y no en todo
tiempo se les puede operar; pues en el período de la
mestruación, del embarazo y de la lactancia se encuentra
debilitada por la denutrición que causan estos fenómenos.
eXT~ACCIONES
19EN LOS HEMOPIL1COS
Cuando la extracción se hace en individuos hemofí!leos o de temperamento
linfático, pueden prodllcirse
hemorragias mortales y por consiguiente en estos individuos, si no se sospecha en su aspecto fisico la predisposición a las hemorragias,
hay necesidad de averi.
guarles, si en las pequetias heridas o cuando le hall
hecho alguna extracción, ha habido mucho dcsangre o
les ha sobrevenido una constante hemorragia.
CAR.ACTER.ES DISTINTIVOS EN LOS HEMOFILlCOS
Se nota en estos individuos, una palidez en la piel
que caracteriza el estado anémico, falta de tono en las
partes blandas, los ojos y los cabellos claros, abundancia
en la secreción salival y mucosa.
En caso de hemofilia no debe operarse a no ser
que haya necesidad absoluta, es :'decir un peligro evidente para la salud general y en este caso debe proce.
derse con mucho cuidado teniendo a la mallo tudos los
recursos posibles para combatir la hemorragia.
CAPITULO
TERCERO
Asepcia y antisepcia de la boca r de los instrumentos
Para que no sobrevengan infecciones después de la
extracción, es necesario que la boca esté lo má5 aseada
posible, pues en una boca mal aseada, pueden sobreve.
nir autoinfecciones
motivadas
por el polimicrobismo
bucal.
Para evitar esto, es necesario practicar antes de la
operación la desinfección de la boca, la cual se consigue con enjuagatorios hechos varia~ veces con soluciones
antisépticas (ácido bórico al 3 por 100, cloral al ) por
100, timol al 2 por 100).
- 20Los instrumentos se deben desinfectar, al calor seco
lo cual se consigue colocándolos en una vasija apropiada que contenga una onza de alcohol, poco más o meno~
y se prende el alcohol hasta consumirlo, esto es cuando
haya premura en la operación.
Regularmente el método de desinfección más venta~
joso y más empleado es el del calor húmedo, que con~
sistc en e5terilizar los instrumentos
al autoclave, y
en defecto de éste en agua hirviendo mezclada con bi.
carbonato de soda o sal de cocina, que tiene por objeto
elevar la temperatura.
También se usa la desinfección por medio de los
antisépticos como el formol solucionado a 10 o al 20
por 100, el timol al 5 por 1000, ttc.
Las manos del operador deben ser también desinfectadas, lo cual se consigue lavándolas minuciosamente
con agua y jabón y luégo empapándolas
con alcohol
que contenga en disolución una substancia antiséptica
apropiada, biclorudo de mercurio, timol, fenol, etc.
EXAMEN DEL DIENTE QUE VA A EXT~AER.SE
De C!4te examen depende en gran parte el buen
éxito de la operación. En efecto, de la atenta observación que hagamos de la pieza por remover, podemos
inferir el grado de fuerza que sea necesario desplegar,
así como también el lugar más adecuado para colocar
el instrumento extractor y de esta manera aminoraremos
las probabilidades de fracturar el diente. El examen no
solamente se hará desde el punto de vista de la menor
o mayor resistencia que haya que vencer, si no también
del sitio que ocupe el caries y de su extensión, y de
)a colocación más o menos correcta de la pieza en el
arco alveolar.
-
21
Acontece muy a menudo que el dolor se fija sobre
un diente sano y el paciente exige su extracción. En
estos casos debemos determinar con certeza, cual es el
órgano dental realmente enfermo, por que de lo contrario, nos expondríamos a causar un daf'io que, tras de
no tener excusa, es irreparable.
POSICIONES EN C)UE DEBE COL.OCA~SE
EL. PACIENTE
PAR.A L.A EXTR,ACCION
Para extraer los dientes del maxilar superior, el paciente debe estar sentado a una altura suficiente para
que el operador provisto de sus pinzas pueda desplegar
con facilidad toda la fuerza necesaria para la operación.
Tanto el espaldar de la silla como la testera estarán
inclinados hacia atrás de modo que la luz ilumine directamente el arco dental superior.
La cabeza del paciente debe apoyarse en la testera,
y el operador colocado a la derecha, la rodeará con el
brazo izquierdo y la mantendrá firmemente inmóvil en
tanto que con los dedos fndice y medio de esta misma
mano mantiene levantado el labio superior. La inmovilización de la cabeza del paciente es un punto de importancia capital en esos casos, por que mientras que con
mayor solidez se le mantenga, más fácilmente se podrá
operar. La posición del operador se puede variar un tanto
cuando se trate del lado derecho de la boca; se situará
un poco al frente del enfermo, levantará con los dedos
de la mano izquierda el labio, y una vez colocada la pinza
sobre la corona de la pieza por extraer, y antes de introducirla se pasará el antebrazo por sobre la frente
del paciente.
Si de lo que se trata es de piezas del maxilar inferior el paciente debe estar sentado verticalmente y
mucho más bajo que en el caso ~nterior; esto, con el
- 22fin de que el operador
operatorio ,
domine completamente
.
el campo
Como esta mandibula es móvil hay necesidad de
fijarla para impedir que siga los movimientos que se le
impriman a las pinzas durante la extracción, y tambien
para evitar su luxación o su fractura. La inmovilización
se consigue colocando la palma de la mano il.quierda
debajo del mentón, de modo que sirva de punto de
apoyo a la mandíbula, en tanto que con los dedos de
la misma mano se procura levantar los labios y evitar
al mismo tiempo los movimientos de lateridad del maxilar. Este procedimiento me parece mucho mejor que el
del empleo del dedo pulgar o el (ndice, por que cuando
hay resistencia de parte del paciente o necesidad de
emplear mucha fuerza en la extracción, se puede pro.
ducir sobre la piel o mucho dolor o equimosis de color
azul más o menos oscuro, que tardan algunos días en
desaparecer lo que suele ser desagradable para los pacientes especialmente si son mujeres.
Si en este maxilar el diente que va a extraerse es
del lado izquierdo, el operador se situará a la derecha
del paciente y rodeará con el brazo izquierdo la cabeza
del operado, si por el contrario se va a practicar la
extración de' una pieza del lado derecho, el operador
se colocará casi enfrente del enfermo. En ambos casos
con los dedos de la mano izquierda se apartarán
los
labios a fin de conseguir luz y espacio suficiente para
colocar las pinzas y poder seguir con la vista todos
los movimientos que se ejecuten durante la extracción.
Una vez colocados en posición el operador y paciente se procederá a la extracción.
Es esencialísimo el siguiente principio que debe
precidir toda extracción: internar los picos del instrumen-
to lo más profundamente posible de manera de asir
sólidamente la base de la raiz del diente.
- 23En efecto, si nos contentamos con agarrar el cuello
del diente y éste está sólidamente
implantado, o tiene
la corona muy frágil o profundamente cariada, nos exponemos o a romper esta parte con los picos de las
pinzas, o a fracturar el diente en el cuello.
Es, pues, necesario proceder lenta y metódicamente,
con fuerza y pulso firme, pero sin brusquedad, a introducir los picos de las pinzas hasta el reborde alveolar,
y si posible fuere entre este reborde y la raiz, y aun en
rigor y si es preciso asir una parte de dicho reborde y
a extraerlo con el diente. En realidad el dat'lo que de
esto resulta es de poca importancia, siempre que no se
extienda a los alvéolos vecinos. puesto que el fragmento
así extraído está destinado a desaparecer por absorción.
Además si se ha tenido el cuidado de separar la enda,
y luégo de extraido el diente se procura que ella recubra las paredes alveolares restantes la curación se efectúa con rapidez, y por decirlo asi sin accidentes inflamatorios.
Lo esencial en estos casos es cuidar de que no quede
debajo de la encía fragmento alveolar alguno o insufi.
cientemente adherido para que se consolide, por que la
curación no se obtendrá hasta tanto que se haya eliminado la esquirla. Una vez agarrado el diente como dejo
ya dicho, se le imprime una serie de movimientos que
difieren según el número, forma y dirección de sus raíces,
y que tienen por objeto conseguir su luxación. Estos
movimientos deben ejecutarse lenta y suavemente, y se
irán acentuando cada vez más según la resistencia que
haya que vencer; pero en todo caso estarán exentos de
brusquedad y sobre todo de sacudidas violentas.
Por último, y rotas ya las adherencias del diente, se
procederá a ejecutar la extracción propiamente dicha, es
decir, a sacar la pieza del alvéolo. Este movimiento ha
-
24
de hacerse siempre siguiendo el eje del4liente o la resultante de los ejes de sus ralces.
Algunos operadores acostumbran antes de aplicar las
pinzas, separar con una lanceta la encia del cuello del
diente. No creo que esta precaución sea de absoluta necesidad:; solamente la aconsejo cuando se trate de personas de edad madura, cuyos dientes se han aflojado y
estan al parecer retenidos unicamente por la encla o en
el caso de estar la pieza aislada. En los demás casos
esto prolonga la operación sin gran beneficio para el
paciente.
Inmediatamente
después
examina el alvéolo para ver
mentos óseos, y caso de que
los por medio de una pinza
CAPITULO
de extraído el diente se
si han quedado en él fraglos haya, hay que extraerfina.
CU ARTO
Instrumentos empleados para extracciones ck dientes
Se han err.pleado numerosos instrumentos
para la
extracción de dientes, cada uno de éstos ha sido modificado de diversas maneras.
LA LLAVE-Instrumento usado antes que el forceps o
pinzas, hace la adhesión en un lado de la pieza, poniéndose en contacto con una sola pequena porción de ella,
y halla su punto de apoyo en las partes adyacentes,
esto es, en la encía y el alvéolo; hoy no se usa.
Hay otra clase de instrumentos diferentes de éstos
pero que tienen aplicación semejante. Por ejemplo, el
elevador solo toca un punto de la pieza que ha de
extraerse; ejerse su acción apoyado contra una pieza
próxima o sobre el alvéolo, y necesita de impulso en el
mango para que por movimientos de palanca se produzca
-25la remoción. El tornillo se afianza en el interior
del
diente en vez de hacerla por fuera como los forceps, y
no toca ninguna de las extructuras inmediatas.
Los forceps son instrumentos en forma de pi.lzas o
lanzas con ciertas modificaciones para aplicarlos a determinado objeto. Se componen de tres partes: las mandíbulas, picos o cuchillas, que comprenden la porción situada más allá de la articulación, la articulación propiamente dicha y los mangos; deben ser de acero bien templado y tales que no puedan romperse fácilmente. Los
destinados
a la extracción de raíces generalmente se
hacen de manera que tengan en la extremidad
de los
picos un borde cortante, que sirve para separar el tejido cercano al diente, y evitar por lo mismo el empleo
de la lanceta. Los picos regularmente se construyen en
forma cÓncava en su parte interior, a fin de que puedan acomodarse con precisión a los cuellos de las piezas sin tocar sus coronas, y por lo mismo tienen rugosidades a rayas en forma de lima, con el objeto de asegurar mejor la pieza y de evitar que el instrumento
resbale al ejecutar los movimientos de la exracción.
La articulación del forceps es de importancia; de
la manera como esté construida depende que el instrumento no se rompa en este punto, durante la extracción
y que no se ocasione algún accidente de consideración
en la boca del paciente o que por la manera como funcione vaya o no a cortar el labio, la lengua u otras
estructuras blandas. Los manufac~ureros americanos han
adoptado en la articulación de los forceps un sistema
por el cual se evitan estos riesgos, no sucede igual
cosa con los forceps ingleses en que las ramas del ins~ru"1ento suelen estar unid"s por un tornillo, y, por
consiguiente están más expuestos
a ser fracturados al
~~cer esfuerzo sobre la pieza que va a removerse.
- 26El estuche de instrumentos de extracciones debe:
estar provisto de algunos excavadores para explorar cavidades en los dientes, de uno o dos espejos de boca
para examinar pie%as situadas en la parte posterior de
los maxilares, de lancetas para separar las endas adheridas. Estas últimas son necesarias particularmente en
casos en que la pieza se halle aislada, pues en ocasiones cuando se olvida hacer la separación indicada, puede producirse desgarramiento de la membrana mucosa
adherida al diente y causar grandes heridas.
Frecuentemente ha sucedido que se extraiga la cordal, junto con una porción considerable de enda, y en
tin, conviene llevar algunos medicamentos junto con el
estuche de que se ha hablado.
CAPITULO
QUINTO
MocIo de haccr la extracti6n
DIENTES PERMANENTES-Todo lo que hemos dicho
de la extracción en general se refiere a los dientes
permanentes, sólo nos resta aplicar estas reglas a cada
diente en particular.
INCISIVOS
CENTR.ALES
SUPER IOR,ES
Para extraer estas piezas, se emplea una piRza recta de picos anchos. Colocado el operador a la derecha
del paciente, introducirá los picos de las pinzas por debajo de la encia, tan profundamente como lo exija el
caso, procurando ir siempre más allá del cuelfo, y cuidando de no asir la pieza hasta no haber llegado a la
base misma de la raiz. Una vez asido el diente con las
pinzas se le imprimirán movimientos de vaivén y rotatoríos, €alCi:ulílndo el no hacer lIna fuerza demasiado
- 27fuerte, para impedir que
más
menos deteriorada.
y de vaivén) combinados
po, y sirven para romper
de este modo facilitar la
°
se rompa la corona si está
Estos movimientos (rotatorio
se ejecutan en muy poco tiemlas adherencias de la pieza y
salida de la raíz.
INCISIVOS LATERALES
SUPERIORES
Para la extracción de estos dientes, se emplean
unas pinzas iguales a las anteriores, pero cuyos picos
son más angostos. El modo de operar y la posición
son poco más o menos los mismos, los movimientos se
diferencian un poco de los anteriores, pues los rotatonos no pueden hacerse en estos dientes, a causa de ser
un poco plana la raiz, y como desviada hacia un lado.
En estas piezas se imprimirán solamente los movimientos de vaivén.
CANINOS 5UPE~IO~ES
Para remover estas piezas se usan las mismas pInzas que para los centrales, o unas especiales que tienen
el pico bucal más largo que el palatino, esto con el fin
de que la palanca sea más fuerte.
Los movimientos deben ser: uno pequefto hacia adentro, y otro fuerte hacia abajo y hacia afuera, describiendo con la mano un semi circulo.
B1CUSPIOES SUPERIOR.ES
Para extraer estas piezas, se puede hacer, o con
uno de los forceps para dientes centrales, o con una
pinza apropiada, más o menos curva; en mi práctica he
aplicado, con muy buenos resultados, la pinza número
siete del catálogo de White. Esta pinza tiene sus picos
dirigidos hacia arriba, en dirección oblicua y ligeramente
curvos. La unión de sus mandibulas o picos se hace en
-28un solo punto, siguiendo una abertura en dirección obn.
cua y describiendo un simícírculo de modo que sus picos
vienen a quedar en forma de cunas. La abertura que
tiene hacia su ajuste, hace que cuando la muela esté
desarticulada, resbale por su misma abertura, evitando
el movimiento hacia abajo.
Como las raíces de estas piezas son generalmente
planas)" bifurca das, son muy frágiles, y por consiguiente,
los movimientos deben ser de adentro ha~ja afuera, cuando están con inclinación hacia afuera, y de afuera hacia
ádentro, cuando la corona está inclinada hacia adentro.
En la.. extracción de estos dientes he obtenido buenos resultados con el manejo ~e !a p~nza descrita. Como
los picos 'y el mango de la pinza, no san derechos, el
óperador no puede colocarSe ~nfrente del paciente, por
werle incÓmodo el manejo de dicho ins,trumento; hay ne...
cesidad de colocar al paciente en posición bien inclinada
hacia atrás y lo más bajo pÓSlbté, para 'que el operador
colocado hacia atrás del paciente, pueda dominar bien
tI campooperatotioe
iÍtJpHrhfr 'lóS !tnbviii1terifdston más
fomodidad.
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Cogida la 'pinzacon
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dS lo m~sarrlt>a que sea posfbt~C:tetaeoroh'a ~r diente,
eón el fin de agarrar bien la raiz ;y
ptactí~
caremos 10$ movimientos Yat ilt'd'¡tadOs.
en ~eguh:ia
MOLAQ.ESSUPB~IO~ES
.
(Primero y segundo) Las pinzas para extraer estas
pi'ezas son dos: unas para el lado derecho y otras para
el lado izquierdo. Uno de los picos, el destinado a la
~aiz, palatina, es de borde liso y de superficie interior
cóntava, y el otro se compone de dos pequeflos semidrculQs, unidos por una parte saliente terminada en
- 29punta. Las dos cavidades deben abrazar las dos raices
bucales, y la punta penetrar entre ellas. Los mangos son
más o menos encorvados y tienen una vuelta que corresponde al dedo menique.
El primer movimiento para luxar estos dientes se
hace hacia afuera; el segundo hacia adentro, y el tercero y ultimo, hacia afuera, siguiendo el eje de la raiz
palatina. Si estos tres movimientos
no son suficientes,
se les vuelve a ejecutar en el mismo orden pero con
mayor fuerza. El último movimiento, el que consiste en
extraer la pieza, se hará siempre hacia afuera.
Convien"e no olvidar que en estos casos la cabeza
del padente debe estar firmemente apoyada tn la testera,
y el brazo del operador rodeándola, para impedir que
siga los movimientos dados a las pinzas. Si la inmovilización no puede conseguirse por el medio dicho, por
tratarse de las piezas del lado derecho, puede obtenerso
apoyandv el brazo sobre la frente del paciente.
COR,DALES
SUPER.IORES
Lo que acabamos de decir en el párrafo anterior, ft
igualmente aplicable en estos casos.
Como por lo regular las rafcu de estos dientes
están muy separadas, los picos de las pinzas son cortO¡
y muy semejantes. Generalmente tienen estas pinzcrs
forma de bayoneta.
Las pinzas deben colocarse de manera que los piéos
queden perpendiculares al plano del arco, y no obncuamente hacia atrás, porque si hiciéramos en este sentido
la imputsión, nos expondríamos
a que resbalara el Ínstrumento y fracturarse la tuberocidad maxilar.
no
fa
INCISIVOS y CANINOS INFER,IOR.ES
Para los incisivos se usan pinzas en ángulo más o
menos recto, y de picos angostos;
para los caninos,
unas de la misma forma, pero de picos más ancnos.
- 30Si la pieza que se va a extraer es del lado Iz.
quierdo, la palma y los últimos dedos de la mano izquierda se colocan debajo de la barba y con el ¡ndice
y el pulgar se aparta el labio; si por el contrario es
del lado derecho, solamente el pulgar p~lede utilizarse
para abatir el labio.
La forma aplanada de las raíces de estas piezas
exige para extraerlas que se emple~n únicamente mo.
vimientos de' vaivén hacia atrás y hacia adelante, y de
tracción hacia arriba, y que el último impulso se imprima siempre hacia adelante.
BICUSPIDESINFERIORES-Las pinzas son las mismas
que se usan para remover los caninos, y los movimientos muy semejantes, aun cuando a las segundas se les
puede imprimir una ligera rotación.
MOLARES INFERIORES. {Primera y segunda)-Las
pinzas para extraer estas piezas tienen los picos encorvados y ofrecen en su borde cortante unas a modo de
medias lunas, pequenas, unidas por una espina o prolongación aguda cuyo objeto es colocarse entre las dos
ralces que tiener. estas dos piezas. Cuando la pieza es
del lado izquierdo nos colocaremos a la derecha del
paciente y rodearemos su cabeza con nuestro brazo iz.
quierdo; con el dedo índice apartaremos el labio, en
seguida colocaremos' las pinzas en su posicMn sin cerrar las palancas; luégo pasaremos rápidamente la palma
y los dedos de esta mano izquierda
bajo la barba, en
tanto que apoyaremos el dedo pulgar de la mano derecha sobre la parte articulada o cabeza de las pinzas,
y haremos sobre los mangos la fuerza necesaria para
que los picos penetren tan profundamente como sea
posible.
Si se trata de piezas del lado derecho del maxilar,
el paciente estará sentado mucho más bajo que en el
caso anterior. El operador se colocará un poco al frente,
-
31 -
pero a la derecha, de modo que domine el campo operatorio y pueda seguir con la vista los diversos movimientos que hay que emplear al extraer estas piezas.
Se sostendrá con la palma y los dedos de la mano
izquierda la barba del paciente; con el dedo pulgar do
esta misma apartará el labio; hecho esto se introducirán
las pinzas y se hará la fuerza necesaria
para que los
picos lleguen al lugar requerido.
Asida la pieza, se procurará luxarla por medio de
movimientos suaves y lentos, hací:. adentro y hacia
afuera, los que se irán aumentando sucesivamente hasta
conseguir desarticularla. Una vez que esto se haya logrado se procederá a sacarla del alvéolo, levantando
un poco los mangos de las pinzas de modo que se
mueva la pieza hacia atrás.
Este último movimiento es muy útil, especialmente
cuando se trata del segundo molar, pues por lo regular
la raíz posterior de esta pieza se dirige hacia el lado
ascendente del maxilar.
CORDALES INFE~IORES
Para remover estos dientes pueden usarse las pinzas
para los segundos molares de que ya hablamos, o las
pinzas cuyos picos son en ángulo recto, y se amoldan a
los lados de la corona de estas piezas.
Para extraer estos dientes hay que hacer el mayor
esfuerzo hacia la parte Iingual, imprimiéndoles
también
un movimiento hacia atrás, como dejamos descrito para
remover el segundo molar inferior.
EXTR.ACCIONES DE LOS DIENTES
TEMPORALES
Las reglas que se han dado para extraer los dientes
permanentes se aplican a los temporales.
La única diferencia que hay entre y unos y otros, es el menor vo-
- 32lumen de éstos, 1<;>
ql:!e hace que los picos 4e las pinzas
con que se l~s extraen 'sean 'más' pequeRos y que la
fuerza empleada s~a menor.
Cua,ndo la época de. la, s,alida del diente que va a
reemplazar al qu~ va a extraerse está lejana, es preciso
h~cer penetrar los picos del instrumento tan profundamente como si se tratase de un diente permanente, porque como las rafees aún no están absorvidas se corre
el, riesgo de fracturar la corona, o de que las pinzas
se deslicen por encima de ella, lo que es de consecuencias deplorables. pues el nin.o casi nunca se presta a
que se haga una nueva t.entativa de extracción.
Los instrumentos empleados son unas pinzas rectas
con mangos ligeramente encorvados para extraer los
dientes superiores, y una en ~ngulo recto para los inferiores.
Para romper las ~dherencias de los dientes supe",:
riores que tengan r~ices ciUndricas, basta un ligero movimiento rotatorio, el cual debe hacers~ teniendo el
cuidado de no ir a romper los dientes permanentes vecinos o el diente de ree~pl~~o que ha hecho su aparición encima o debajo del caduco que va a extraerse.
~n caso de estar próximé\ la erupción de la pieza per~anente hay que procedef a la extracción con sumo
cuidado: porque a cualqui~r brusquedad sea al introducir
los picos de las pinzas ~ al efectuar los movimientos
de luxación, puede e~t[ae~~~ la corona del diente de
reemplazo que está ~ituado inmediatamente del diente
temporal.
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CAPITULO
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SEXTO
Extraccionu de las ratees
Las ralces SQ~ las prolonga!=ione~ del diente que
~irven para sostenerl~' ~ .
¡n~iústa9~~' ~n'~I ~lvéo'l~.
~st~~
- 33Cuando el caries ha destruido la corona de una,;
pieza y la rafz ha permanecido por largo tiempo abandonada, su remoción es generalmente fácil, porque la naturaleza ha empezado ya a expulsarla del alvéolo; pero
si el caries ha avanzado de modo que el canal pulpal
se encuentre muy ensanchado la operación se dificulta,
porque la más ligera presión ejercida sobre la raiz así
ahuecada da por resultado su fractura.
Las pinzas más generalmente uSildas son las suoalveolares las que deben introducirse en tre la raiz y el
alvéolo lo más profundamente
posible. Las destinadas
para las raíces superiores son en forma d e bayoneta, y
la de los inferiores en ángulo recto.
En los casos en que las raíces se hayan roto al nivel del reborde alveolar, o más abajo de él durante la
extracción, o que el avance del caries las haya colocado
en estas mismas circunstancias, hay necesidad de emplear las pinzas llamadas a/veo/ares.
Estas se aplican deslizando sus picos por debajo
de la encfa casi, hasta el nivel del ápice de la raíz, de
modo que abracen a la vez las paredes alveolares, \ingual y bucal, y la raíz; luégo cerrando enérgicamente
los mangos se procura cortar o triturar estas paredes
hasta consGguir que la raíz quede suficientemente móvil y
se la pueda extraer o hacer salir fácilmente.
Esto último no debe ejecutarse hasta estar seguros
de que la raíz está completamente móvil.
Los desgastes que se producen en el alvéolo son
de poca importancia, a condición de que el tejido óseo
permanezca cubierto por la encía.
En tres o cuatro semanas los pequenos fragmentos
rotos se eliminan y la curación se efectúa fácilmente.
Cuando las raíces en lugar de ser simples son teipIes, como las de los molares superiores
o dobles.
como las de los inferiores, se puede proceder de dos
- 34maneras, a saber: si existe una parte de la corona suficientemente sólida para mantener unidas las raíces, se
procurará extraerl,ls de una vez por medio de las pinzas indicadas, pero cuando no existe la corona o el sitio de unión de las raíces está cariado y reblandecido,
se les separará C01 unas pinzas especiales (escisorias).
Cuando la raíz está un poco más metida que el
nivel del alvéolo, se puede mover haciendo uso de la
palanca, lo que se consigue haciendo uso de unos instrumentos llamado:, elevadores o botadores que se introducen entre la raíz y una de las paredes alveolares
buscando por puntos de apoyo, el borde alveo lar o la
pieza vecinJ, y haciendo movimientos de palanca.
EXTR.ACCIONES DIFICILES
Todo lo dicho hasta ahora de la extracción de los
dientes, se refiere a la de aquellos cuya forma e implantación son normales; pero cuando existen anomaHas
en estos órganos o en los maxilares, es preciso echar
mano de ciertas modificaciones en los procedimientos
operatorios y en la forma de los instrumentos. Estas anomalías son las que constituyen tac; dificultades de la
extracción.
Las dificultades se refieren ya a la posición que
ocupen los dientes, ya a la forma y número de las raíces,
y ya, en fin, a la dirección de estas mismas.
POSICIONDE LOSDIENTES-Cuando los dientes están
apinadús, los picos de las pinzas deben ser suficientemente angostos, para que puedan introducirse y ser
manejados sin lesionar los díentes vecinos o el que va
a extraerse.
En la extracción de estas piezas apifiadas n(} pueden hacerse movimientos de torción porque a ello se
oponen los dientes vecinos, y los únicos posibles son
los de vaivén
y de tracción.
- 35Uno de los dientes más difíciles de extraer cuando
se encuentra en esta posición es la segunda bicúspide,
especialmente cuando se sitúa en el interior del arco.
Para extraer estas piezas se usan pinzas curvas y de
picos angostos.
La cordal inferior suele situarse oblícuamente en el
maxilar de modo que la superficie coronaria mira hacia
adelante, y está casi en contacto con la corona distante
del segundo molar. Si en estas condiciones
la pieza
IItga a cariarse, la extracción es muy difícil.
Para extraer estas piezas hay necesidad de poner
en su corona un anillo de caucho, el que resbalándose
hacia la raíz la afloja un poco, y permite después removerla con unas pinzas de picos angostos y en dirección de su cje.
Cuando una gran molar se halla colocada entre sus
vecinas, con la corona más corta que aquéllas y el espacio de salida se halla estrechado por las coronas de
los molares vecinos, su remoción se hace difícil; en
estos casos hay necesidad de fracturar su corona con
unas pinzas c5peciales, y proceder a sacar raiz por ralz.
Entre los obstáculos para la extracción ha solido
enumerarse la unión ósea de las piezas; mas esto raras
veces acontece, si es que puede ocurrir en realidad; el
modo como tiene lugar el desarrollo de los dientes hace
imposible, que ello pueda tener lugar, por lo que apenas
debe mencionarse tal circunstancia.
ALGUNAS
OBSER.VACIONES
Después de hacer una extracción dental pueden sobrevenir ciertos accidentes que pueden ser más o menos
graves, tales como síncopes, neuralgias, hemorragias,
etc., y por esto hay necesidad de tener en cuenta.la
constitución del individuo a quien se le va a hacer la
extracción.
- 36La avulsión no debe practicarse:
1.0 en caso de
diabetes, glicosuria y hemofilia i 2,° en las personas epilépticas y en las que presentan una irritabilidad
nerviosa exagerada; 3,° en individuos de extremada debilidad, y 4.~ en las mujeres en estado de mel16truación,
de gestación o de lactancia.
Como se comprende estas contraindicaciones
no
son absolutas, porque si después de haber agotado todos
los medios para combatir el dolor o la inflamlción, éste
continúa de manera intolerable y priva al paciente de
todo reposo, hay necesidad de proceder a la extracción,
toda vez que sea menos funesta para la salud del individuo, que la continuación indefinida y extenuadora de
la odontalgia.
Respecto a la extracción en la época de la menstruación o en el de la gestación, hay que considerar
que los dolores que sobrevienen
son reflejos; además
la extracción en el primer caso puede provocar la suspensi6n de este fenómeno fisiológico, o producir hemorragias, y en el de la gestación puede causar el aborto,
especialmente en los tres primeros y los tres últimos
meses del embarazo.
SINCOPE-Este ocurre con frecuencia en las personas nerviosas o se produce en los n¡nos a la vista de
la sangre, por lo regular de poca gravedad. Para hacerlo
cesar basta casi siempre colocar al paciente en el decúbito
dorsal, la cabeza lo más baja posible, y en un lugar fresco y ventilado. Las asperciones de agua sobre la cara,
algunas ligeras aspiraciones de sales volátiles amoniacales, ayudan también a volver al paciente en sí; pero
si este accidente persiste, pueden empIcarse los vaso
dilatadores, como el nitrito de ami/o, o recurrir a la respiraci6n artificial.
- 37Un medio rápido y sencillo para volver a una persona del sincope, consiste en verterle una gota de éter
en el ojo.
NEURALGIAS-Estas son poco frecuentes cuando la
extracción se hace sin anestésico; las neuralgias-pueden
ofrecer un carácter intermitente o persistente obstinadamente por algunos días y hasta por meses. Casi por lo
general ceden con la aplicación, en el fondo del alvéolo
de una bolita de algodón empapada en una mezcla de
acónito, de yodo y cloroformo, o simplemente de éter.
Este último se puede renovar cada vez que evapore.
También puede recurrirse en los casos de intermitencia
a la quinina, la fenacetina, la aspirina y el piramidón,
etc., y en los casos de persistencia extrema a las inyecciones de alcohol o a la neurotomia auriculo temporal.
HEMORRAGIA
En las extracciones dentales las hemorragias
son
accidentes que suceden con frecuencia, y son debidas a
deficiencia en los componentes de la sangre, que hace
que no se coagule en lugar herido o roto o la ruptura
de una arteria o de una vena. Cuando la hemorragia
es arterial la sangre es de un color rojo bermejo, y
sale a intervalos regulares; cuando es venosa o capilar,
tiene coloración más obscura y fluye continuamente.
TRATAMIENTO-El mejor medio para contener una
hemorragia que sobrevenga a una extracción dental,
consiste en introducir en el alvéolo un tap6n de algodón
absorvente,
humedecido en una solución hemostática
(agua oxigenada a 12 volumenes), adrenalina, y a comprimirlo en el alvéolo, bien sea con el dedo o colocando
un corcho sobre el tapón de algod6n, y haciendo que el
paciente cierre con fuerza las mandlbulas.
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