Población y familias en la región del Río Cuarto. Fines del siglo XVIII María Rosa Carbonari (Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina) Iván Baggini (Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina) Introducción El padrón censal del partido de Río Cuarto de 1778 –jurisdicción sur de Córdobamuestra la relación que espacio y población constituyen a la vez que permite conocer quiénes lo habitaban. En este espacio, transicional entre sierra y pampa cordobesa, el trabajo identifica las familias de la élite regional – termino relativo a la propia región- integrada por los herederos de los conquistadores y por los primeros pobladores que arribaron entre fines del siglo XVII y XVIII. Para su elaboración se utilizó como fuente principal el padrón virreinal de 1778, completándose con otras fuentes cualitativas. De esta manera se pretende tener un primer acercamiento para el estudio de la familia en una región marginal, muestra como un reducido grupo de familias generaron estrategias colectivas de supervivencia conformando redes de parentesco con vínculos intrarregionales y extrarregionales fundamentalmente a través de la práctica del matrimonio. Aportes para la Historia de la Familia desde punto de vista historiográfico Respecto a estudios historiográficos sobre la Familia, Anderson (1998) distingue tres aproximaciones que merecen su análisis: 1) La demográfica; 2) La de los sentimientos; y 3) La de la economía doméstica. Cada uno de estos enfoques ha hecho aportes interesantes para la comprensión de la vida familiar en el pasado. Por su parte Reher (1996) clarifica estos esfuerzos identificando los estudios sobre la familia dentro de enfoques disciplinarios: el demográfico, el económico-sociológico, el antropológico y el genealógico. Así, para los demógrafos históricos, la familia conyugal ha interesado porque facilita las reconstrucciones familiares y se ha constituido en la base de conocimiento de la reproducción demográfica de la sociedad. Las investigaciones sobre los tipos de hogar, tan difundidos entre los historiadores de la familia como en los sociólogos, son básicos para entender la forma esencial de las familias que vivían, comían y muchas veces trabajaban juntas. El grupo de parentesco considerado básico en la transmisión del patrimonio familiar y en la utilización de ciertos comportamientos de supervivencia, ha sido el punto de partida de estudios antropológicos. La genealogía que examina la formación de los grupos de parentesco a lo largo del tiempo permite identificar, por ejemplo, los logros o fracasos de las estrategias empleadas. (Reher, 1996: 28, 29). Cuadro 1: Distintos enfoques para el estudio de la Familia Demográficos históricos Sociológicos y Económicos Antropológicos Genealógicos Reconstrucción de familia Para comprender la reproducción demográfica de la familia y la sociedad Estudios sobre el hogar Para comprender como vivían, comían y muchas veces trabajaban juntas Grupo de parentesco y red de Para comprender la transmisión del alianzas patrimonio y las estrategias de manutención o supervivencia Formación del parentesco a lo Para juzgar el éxito o fracaso de las largo del tiempo estrategias empleadas de supervivencia Fuente: Elaboración propia en base al texto de Reher, 1996. García González (1995) analiza la historiografía española sobre la familia y considera que la misma ingresa actualmente en un momento en la que el denominador común podría estar dado por la interdisciplinariedad y el cruce de distintas fuentes que supere perspectivas estrechas de la familia funcional y estructural. Plantea la necesidad de comprender y explicar los mecanismos de estructuración y funcionamiento en relación a la realidad socioeconómica. Para este autor una de las prácticas metodológicas prioritarias sería el establecimiento de genealogías sociales, por cuanto permiten apreciar las redes de relación y los mecanismos de permanencia y cambio del sistema social (1995: 333). De allí la importancia del “estudio de la red social, las relaciones de parentesco, residencia y vecindad; estrategias matrimoniales y sistemas de herencia; el papel de los vínculos de amistad y solidaridad y en definitiva, todo el universo de sociabilidad en el que se inserta el individuo” (1995: 334). Se busca, entonces, orientar el estudio de las familias en relación a sus estrategias: la transmisión de la propiedad, las relaciones de parentesco, los círculos de sociabilidad, los lazos de amistad y solidaridad, la influencia de las estructuras de poder. Para García González, en sociedades donde el vínculo de consanguinidad era entendido como “donadora de identidad”, y al mismo tiempo como “causa de exclusión”, el mismo se coloca como elemento articulador de las relaciones sociales. (1995: 336). Así, desde esta perspectiva, la familia es entendida como una continuidad simbólica que se perpetúa a través de una red de relaciones sociales que transmite señas de identidad y que en las primeras generaciones determina las nuevas formaciones familiares con ciertas pautas matrimoniales que permiten mantener el patrimonio. Historias de familias de elite en el contexto latinoamericano Para Latinoamérica, Sargiotto (1991) sostiene que el estudio de la familia, desde una perspectiva histórica, representa un nuevo campo dentro de la historiografía, considerándola dentro del campo de la historia social con un fuerte impulso en las décadas de los setenta y ochenta. Para esta autora, el análisis de la familia de élite, si bien tiene su origen en la producción de las genealogías, a partir de los setenta se focalizó en la estrecha relación dada por este tipo de familia y el control de las estructuras políticas y económicas. Desde entonces, la familia de elite ha sido entendida “como un actor social colectivo formado por una familia extendida que desarrollaba estrategias en lo político, lo económico, lo social y lo ideológico (1991:4). De esta manera, la historia de la familia de élite contribuyó al enriquecimiento de la historia latinoamericana sobre todo en cuanto a entender el papel que tuvieron luego de la crisis del orden colonial y antes de la formación de los Estados. Estos trabajos abordan: mecanismos de formación de las vinculaciones familiares; estrategias de estas redes familiares como modo eficiente de estructura de poder, de acumulación de capital y de adquisición de propiedad; relación entre estos grupos familiares y el sistema de clientela de control social como complemento; y predominio de estos grupos en determinado tipo de sociedad y la decadencia de los mismos por modificaciones de las estructuras sociales que lo sostenían. El estudio de la familia en la época colonial La familia, en el período colonial ejerció importancia fundamental en el montaje y funcionamiento de las actividades económicas y en las relaciones sociales y política. Fue de la familia o para ella, y no necesariamente cosanguinea, que todos los aspectos de la vida cotidiana, pública o privada convergían o se originaban. La familia confería a los hombres estabilidad o movimiento, además de influir en el status y en la clasificación social. Poco se refería al individuo en cuanto figura aislada, su identificación era siempre en relación a un grupo más amplio. El término familia apareció siempre ligado a elementos que van más allá de los límites de consanguinidad, donde se entremezclaban la cohabitación, la parentela que incluía relaciones rituales y las alianzas políticas. (Castro Faría, 1997) Sobre historia de las vinculaciones familiares en distintas regiones del Plata, autores como Socolow y Moutoukias se han transformado últimamente en autores referenciales 1 fundamentales, sobre todo cuando se estudia las redes parentales en relación con el poder . Antecedentes para la historia de la familia en la región El estudio de la familia en la región del Río Cuarto ha sido apenas marcado por las investigaciones sobre otros espacios coloniales y por las aproximaciones historiográficas europeas. En primer lugar se tiene varios estudios genealógicos de los descendientes de los conquistadores (Lascano Colodrero, 1936; Moyano Aliaga, 2000), así como de linajes de los primeros pobladores de la Villa de la Concepción del Río Cuarto. (Mayol Laferrere, 1975, 1976, 1979, 1980, 1981) . Contemporáneamente, con el desarrollo de la demografía histórica, a partir de la utilización de registros de bautismo, casamiento y óbito, se cuenta con un trabajo que toma como modelo el abordaje de la vertiente francesa (Fourcade, 1991)2 y otro estudio que a partir de la lista nominativa del padrón censal de 1778, trata de identificar la relación que espacio y población constituían así como también la composición de sus hogares. (Carbonari, 1998). Esta última investigación fue influenciada por la metodología inglesa de Peter Laslett a través de otros trabajos realizados tanto en la frontera bonaerense como en otras regiones coloniales3 Estos análisis, si bien ninguno es específico sobre el tema, funcionan como referenciales en la búsqueda de construir la Historia de la Familia en la región del Río Cuarto. De los mismos se puede considerar que: a) los estudios genealógicos, vinculados a determinadas familias de las cuales se construían aisladamente la familia-tronco y su descendencia o ramas, dejaban de lado la mayoría de familias residentes en estos parajes; b) 1 Ello se observa en el Simposio “Parentesco y poder en América” organizado por N. Areces, D. Barriera y S. Mata en Neuquén para las VII Jornadas Interescuelas/Departamento de Historia. Comanhue, 1999. También en el a artículo en Familia, Parientes y clientes de una provincia criolla. Historia de la Vida privada en la Argentina de Beatriz Bragoni Taurus, 1999. 2 Fourcade estudió la dinámica poblacional de la Villa de la Concepción del Río Cuarto en la primera mitad del siglo XIX, mostrando que ésta tiene “el comportamiento propio de una sociedad marginal: alta ilegitimidad (39.8 %) en los nacimientos, baja nupcialidad y elevada edad al primer matrimonio (25 años)”. Ello lo explica por “el temor de sus miembros a establecer hogares perdurables y la ausencia de controles sociales convencionales. Por otra parte considera que los altos índices de mortalidad infantil y masculina reflejan “las circunstancias de pobreza y riesgo permanente” en la frontera. (Fourcade, 1991: 55) 3 En ese estudio se identificó el espacio de la Región del Río Cuarto comprendido en cuatro sub-sectores, dos en la llanura y dos en la sierra, tratando de relacionar los espacios geográficos con los tipos de hogares. En la distribución espacial, la sierra, región más rica, cuenta con una mayoría de hogares compuestos mientras que los simples están en espacios fronterizos más pobres, de incipiente ocupación, donde aparentemente no habría problemas respecto a la ocupación de la tierra, independiente del acceso legal a la misma. Carbonari (1998). En relación con otros trabajos de la frontera bonaerense ver, por ejemplo Gararaglia (1993) el abordaje demográfico, con la intención de conocer la estructura y dinámica poblacional, la reconstrucción familiar se toma de forma homogénea y no permite identificar las características de los distintos tipos de familia. Finalmente c) el abordaje demográfico, propuesto por la Escuela de Cambridge, permite identificar los distintos grupos de hogares en relación con los distintos sub-espacios que conforman la región del Río Cuarto en la época colonial4. Sin embargo, los estudios basados únicamente en la composición de los hogares, como este último caso, cortan arbitrariamente las relaciones familiares. Por lo que el estudio de la familia trasciende el censo, y la complejidad familiar es difícilmente observable si se asimila solo a los que “comparten un mismo fuego”. En síntesis, el primer caso mantiene un enfoque generacional y diacrónico aunque restringido a las familias de “estirpe”, el segundo estudio busca mostrar la reproducción demográfica y familiar cercano a una perspectiva estructuralista, ya el tercero queda en un abordaje sincrónico y estático. Las familias de la elite rural regional colonial A partir de estos antecedentes, complementados con otras investigaciones y fuentes, permitió plantear la existencia de “familias de elite”: conformadas, la mayoría, por descendientes de los conquistadores (Siglo XVI) y primeros pobladores (Siglo XVII y XVIII). Éstas se vinculaban en diverso grado al sistema socioeconómico y político del mundo colonial, fundamentalmente cordobés. Para el estudio de la elite de la época colonial se ha tomado el concepto de elite entendido como 5 grupo que concentró “rango, poder y riqueza” . Sin embargo, salvando las distancias de lo que eran las grandes elites coloniales, aquí, en un espacio marginal, se está frente a un grupo de relativa autonomía para tomar decisiones por si mismo. Por eso, para la región, este concepto se debe tomar de forma laxa, abierta y provisoria. La mayoría de estas familias poseían rango, por tener escudo de armas, además, conservan el uso del significativo “Don” que solamente podían utilizarlo aquellos que lo tenían por herencia familiar, algunas tenían cierto poder militar, todas eran propietarias de tierras y esclavos; pero, por sobre todo, buscaban afianzarse económicamente en un nuevo espacio que comenzaba a tener importancia en el contexto interregional de fines del siglo XVIII. Como se expuso en trabajos anteriores (Carbonari, 1999), la región del Río Cuarto desde sus inicios formaba parte de las márgenes de control de la Gobernación del Tucumán del Virreinato del Perú (Ver Anexo I). En las postrimerías del siglo XVIII fue el momento en que, por el Reformismo Borbónico, este espacio comienza a adquirir una relativa importancia en el contexto interregional. La vieja estructura económica colonial orientada hacia el norte -de la cual se dependíaentraba en crisis y la región del Río Cuarto, marginal hasta entonces, se trasformaba en una región de frontera, es decir espacio a controlar en relación con la reestructuración del espacio colonial 6 rioplatense . 4 Reher sostiene que Pese a las críticas y dudas que se plantearon acerca de la metodología de Laslett, muchos historiadores siguen de los postulados originales de Laslett utilizando el hogar como fuente esencial de datos sobre la familia y aplicando algún tipo de esquema clasificatoria de las estructuras de hogar (1996: 17-18) 5 Esta explicación del término, tomado de Peter Burke. Venecia y Amsterdam, Estudios sobre la élites del siglo XVII (1996: 32) es el que han utilizado para otros trabajos que estudian las relaciones parentales a fines del siglo XVIII. Ver por ejemplo Cristina del Valle (1997) y Griselda Tarragó (1999) entre otros. 6 Esta temática se viene desarrollando actualmente como tesis doctoral por María Rosa Carbonari (Universidade Federal Fluminense, R. J. Brasil -1997-2000) La mayoría de estas familias eran propietarias de la riqueza básica del período colonial: tierras y mano de obra, fundamentalmente esclavos para este período. Algunas mantenían la tierra porque continuaban con parte de la “merced” o donaciones de tierras que habían obtenido sus antecesores por reconocimientos de “méritos y servicios” o porque la habían adquirido por compra o por vínculos de parentesco continuando así con la posesión7. A estas familias se las puede encontrar en estudios genealógicos. Algunas de ellas, tuvieron en cierto momento poder económico y político de importancia. Tenían en común el haber nacido en estas tierras, es decir eran criollas, aunque en el siglo XVIII se puede identificar españoles, fundamentalmente oriundos de la región de la Vascongada que se integran a las familias criollas a través de alianzas matrimoniales. A partir de estudios genealógicos cotejados con el censo nominal de 1778 y otros documentos cualitativos, se identificaron en los distintos sectores del Río Cuarto a las familias de la elite criolla agrupadas según su procedencia en : a) Descendientes de conquistadores de fines del siglo XVI, y b) Descendientes de españoles que arribaron a Córdoba a fines del siglo XVII. 7 Respecto a la mano de obra indígena los españoles se encontraron en este espacio con gran escasez desde el inicio, por lo es necesario recordar que la tierra aquí tenía poco valor. Cuadro 2: Relación entre Familias de elite y sectores en la región del Río Cuarto a fines del siglo XVIII Familias/ Sectores Tegua-Las Peñas (sierra) Molina Navarrete Descendientes de Conquistadores Fernández Montiel Río Arriba (sierra) Cabrera Río Abajo (llanuera) Cabrera Arias de Cabrera Arias de Cabrera Fernández Montiel Soria Garay Argüello Echenique Irusta Irusta Freytes Acosta Freytes Argüello Descendientes de Acosta Familias Berrotarán españolas que Irusta arribaron desde Bengolea fines del siglo XVII Fuente: Elaboración de los autores (ver Mapa Región del Río Cuarto Anexo I) Punta del Sauce (llanura) Bengolea Echeverría A continuación se presentan algunas de las trayectorias de familias de elite teniendo en cuenta la familia-tronco, los descendientes en relación con la propiedad de tierras y esclavos y las estrategias familiares de vinculaciones entre las mismas. a) Familias descendientes de Conquistadores Dentro de esta categoría se identifica a aquellos grupos familiares que descienden del grupo expedicionario fundador de Córdoba como los Cabrera, primeros poseedores de estas tierras por reconocimiento de “méritos y servicios”, y los Molina Navarrete, que acceden a la propiedad de la tierra en Tegua por vínculo matrimonial. También están los que siendo descendientes de conquistadores arriban desde otras regiones coloniales, como el caso de los Fernández Montiel, quienes provenientes de Santa Fe se afincan en la región a fines del siglo XVII El principal apellido de la región se corresponde a los herederos del fundador de Córdoba en 1573, don Jerónimo Luis de Cabrera. Estos se establecen en la zona a raíz de una merced hecha a su hijo don Gonzalo Martel de Cabrera a fines del siglo XVI (Ver Anexo II). Este territorio alcanzó su máxima extensión a fines del siglo XVII. Posteriormente, las estancias, así como otros dominios sobre la región, comenzaron a ser vendidas (Tegua), heredadas entre los descendientes (Río Arriba) o hipotecadas (Río Abajo) en función de obtener nuevas conquistas de territorios, lo que llevaría a los herederos a una situación de ruina. Mientras algunos herederos de los Cabrera (5ta generación), caso de María Rosa Cabrera, María Francisca y Antonia de Herrera y Cabrera a través de alianzas matrimoniales con españoles (vazcos) logran mantener su prestigio en la sociedad colonial, otros sufren un declive económico aunque la pérdida de su prestigio social. En el primer caso, doña María Rosa de Cabrera y Velazco había heredado de su padre las Estancias de San Lorenzo Licsin, Partido de Calamuchita, San Bartolomé, La Tapa y Piedra Blanca (Partido de Río Cuarto) y contrae matrimonio con el 8 comerciante vazco don Juan de Echenique y Echenique . Pero, a principios del siglo XVIII la situación económica de los Cabrera va desmejorando a tal punto que en momentos de contraer 8 . Este personaje se había avecindado en Córdoba a mediados del siglo XVII, ocupando importantes cargos políticos y desempeñándose económicamente como fletador de mulas (Lascano Colodrero, 1968-1969: 199). Este vínculo le permitió a los Echenique, no solo consolidar su prestigio social al ingresar al círculo más tradicional de Córdoba, sino también dedicarse a la actividad agropecuaria, al transformarse sus herederos en importantes hacendados de la región. matrimonio doña Antonia de Herrera y Cabrera, su padre dice estar imposibilitado de dotarla “por no estar juntos los pocos vienes que le prometí a dicha mi hija para la carga del matrimonio abiendo 9 reservado cuando estuviesen todos juntos” . Esta situación no la afectaría demasiado pues doña Antonia se casa con Miguel de Sopeña, español, personaje con importantes vinculaciones 10 comerciales con Buenos Aires . Por su parte, doña María Francisca de Cabrera y Solórzano (nieta del General Jerónimo 11 Luis de Cabrera III) quien recibe en herencia las estancias de Las Lajas, Achiras y La Punilla , se casa con Pedro de Larramendi, oriundo de Santa Fe radicándose en la misma. Las tierras heredadas fueron luego vendidas al clérigo don José Rosa de Córdoba quien inmediatamente se desprende de las mismas vendiéndolas a distintos compradores entre los que podemos encontrar a Don Narciso de 12 Bengolea , Joseph Cabrera El destino de 13 14 e Ignacio Soria y Medrano . doña Isabel de Cabrera y Velazco fue muy diferente al de los casos 15 anteriores, dado que no pudo mantener el patrimonio económico heredado de su padre , sino que vende esclavos para subsistir y posteriormente su hijo se desliga de las tierras del Río Cuarto por la 16 imposibilidad de afrontar el pago de las deudas heredadas . A estas tierras accedieron, primero por arrendamiento y luego por compra, distintos grupos de familias. Algunos mantendrán una pequeña explotación de una “suerte de tierra” de extensión reducida y conformarán las familias campesinas propietarias. Otras que como los Bengolea y Soria, formarán parte de la nueva elite que se constituye en el lugar. Tanto unas como las otras serán los apellidos que figuran entre los primeros pobladores de la villa. El apellido Arias de Cabrera (5ª generación de descendencia directa del conquistador) tiene su origen en una descendencia fuera del vínculo matrimonial del General Jerónimo Luis de Cabrera (III). Su hijo don Juan Arias de Cabrera obtuvo por herencia la propiedad de la Estancia de 17 San Francisco de “El Cano” , entre otras. La familia Arias de Cabrera se localizan en las sierras de comechingones sur, tanto en Calamuchita (Estancia de El Cano) como en Yacanto Partido de Traslasierra, ocupando y poblando un espacio preferentemente serrano. Luego, hay un desplazamiento posterior hacia el sur. Muchos de ellos se instalan en el Partido de Río Cuarto. Tal es el caso de Esteban Rosa Arias de Cabrera y Ceballos, nacido en San Javier y propietario de dicha 18 Estancia, que aparece registrado en 1778 en Río Abajo, junto a su esposa y un esclavo . Aquí se dedicó a tareas rurales y políticas dado que en el año 1801 fue elegido Regidor Defensor de Pobres del Cabildo de la Villa de la Concepción del Río Cuarto. 9 A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventario 114. Año 1726-28. Folio 67. Arcondo, Anibal (1993: 247) 11 Las Tierras de Las Lajas, Achiras y La Punilla que recibiera don Francisco de Cabrera en herencia se encontraban hipotecadas (desde 1698) y su hermano don Fernando de Cabrera las adquiere y levanta la hipoteca que recaía sobre las mismas en 1701. 12 A.H.P.C. Registro Notarial Nro. 1. Inventario Nro 152. Año 1769. Folio 334-337 y siguientes. 13 Citado por Miguel Angel Gutiérrez en Achiras Histórica. Cap. 3. (1996) 14 A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventario 152. Año 1779. Folio 462 a 466. 15 Doña Isabel de Cabrera era hija de don José de Cabrera y Velazco, quien recibió del mismo las Estancias del Tambo, Río Cuarto y San Bernardo, hipotecadas a favor del Convento de Santa Catalina. 16 A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventario Nro. 133 Año 1750. Folio 79-80. 17 Partido de Calamuchita, Barrinuevo Imposti (1986: 33) 18 Censo 1778. Casa Nro 69. 10 La ocupación de cargos religioso se transformó también en otro indicador para afirmar la importancia social de la familia. Tal es el caso del Cura y Vicario don Santiago Arias de Cabrera y 19 Montenegro , quien desde 1767 y hasta 1805 estuvo a cargo de Partido del Río Cuarto. Desde 1772 ubica la sede parroquial en “La Esquina” 20 Antonio Bricio Arias de Cabrera y Caceres, otro bisnieto de Juan Arias de Cabrera, era originario del paraje de Río de los Sauces y se vincula por matrimonio con María Catalina de Acosta y Sosa de reconocida familia del espacio de Calamuchita. Luego de la fundación del pueblo de la Concepción, se traslada a Río Cuarto y dona terrenos en donde se asentará la villa y fue incluido 21 entre los primeros pobladores . Se desempeñó en la administración pública como Juez o Alcalde Pedáneo entre 1795 a 1797 antes de la erección del Cabildo. Como miliciano actuó como Capitán de Urbanos en las Milicias de la Concepción desde 1794 a 1811. Fue Procurador en 1808 y también fue en 1810 designado regidor Defensor de Menores. Era propietario de la estancia “El Espinillo” en la 22 banda sur de río Cuarto, próximo al paraje de San José. Los Arias de Cabrera, al igual que el resto de las familias principales de la zona, utilizaron al matrimonio como una estrategia para establecer alianzas familiares que le permitieron mantener el control económico y social de la región. En el caso específico de esta familia los encontramos vinculados a los Molina Navarrete, Acosta, Echeverría, Sosa, Arias Montiel, entre otros. Se conforma así una red parental que genera mecanismos solidarios entre estos grupos. Como dice Gonzalbo y Rabel (1994), muchas familias en América Latina y en la España del antiguo régimen fundamentaron su prosperidad material sobre los lazos familiares. Sin embargo “a los criollos americanos de primera y segunda generación les faltó capacidad para el mando, flexibilidad para acomodarse a diferentes situaciones y habilidad para triunfar como empresarios” (1994: 31) Tal es el caso particular de la región del río Cuarto. Embriagado por el móvil de la conquista y de la expectativa de recuperación rápida del capital invertido, Jerónimo Luis de Cabrera II23 (3ta. Generación del Conquistador) solicitó un empréstito, hipotecando las tierras del río Cuarto que llevaría a la ruina a parte de sus herederos24. Al igual que en otras regiones coloniales en e siglo XVII hay una decadencia de los linajes españoles, participantes en la conquista, por lo que la afluencia de nuevos inmigrantes tanto de línea femenina o masculina continuaban ostentando el abolengo heredado de los antepasados conquistadores. En todo caso la 19 Santiago Arias de Cabrera y Montenegro (1740-1805) hijo de Juan Luis Arias de Cabrera y Gutiérrez y de Bernardina Montenegro, era tataranieto del General Jerónimo Luis de Cabrera III. Estudió en el Colegio de Nuestra Señora del Monserrat y en la Universidad de San Carlos, donde se recibió de Dr. en Teología en 1764. Ordenado Sacerdote su primer destino fue el Curato de Traslasierra como Teniente Cura entre los años 1765-1766. Al año siguiente, se lo encuentra en Río Cuarto de Cura Ayudante, hasta que en 1769 ocupe el cargo de Cura Vicario del Partido de Río Cuarto. (Mayol Laferrère, 1980: 23) 20 Allí es empadronado en 1778, cuenta a su cargo un notario, natural de Chile, seis esclavos, cinco indios y una familia en calidad de agregada con cinco miembros. 21 A.H.P.C. 1797.Expediente sobre la fundación de Río Cuarto. A.H.P.C. Tribunales. Escribanía 1. Leg. 53. Exp. 7. Se le otorgan tres sitios, para radicarse con su mujer, tres hijos, un esclavo y seis agregados, con un capital de 200 cabezas de ganado 22 Mayol Laferrère (1980: 19 y 20) 23 Jerónimo Luis de Cabrera II (3ª generación del conquistador) realizó la expedición de los Césares en 1622, participó en la guerra contra los Calchaquíes en 1631-33, fue Gobernador del Río de la Plata en 1641 y Gobernador del Tucumán en 1660. Agotando sus recursos propios solicita un empréstito al Monasterio de Santa Catalina de Siena en Córdoba e hipoteca en 1641 sus propiedades de La Lagunilla, Costasacate, San Bartolomé y Río Cuarto. 24 Dice Barrionuevo Imposti “...a costa de un fuerte endeudamiento, apenas superado por su inmensa ilusión aprontó gente, bestias, armas, enseres y vituallas al por mayor para el descubrimiento poblazón y conquista de la Provincia de los Césares. Tres años le llevó preparar aquella expedición en la que dispendió su opulenta fortuna. (1986: 17) permanencia o la extinción de linajes fundadores se puede relacionar con las estrategias familiares utilizadas para la manutención y transmisión de patrimonio logrado. Otra familia que se constituye partiendo de la comitiva fundadora que acompaña a Cabrera fueron los Molina Navarrete. La importancia de la misma estuvo desde un comienzo al ocupar don Juan de Molina Navarrete distintos cargos políticos en el Cabildo de Córdoba. Para la región es significativo dado que el Capitán Francisco de Molina Navarrete y Garay se transforma en un actor social importante luego de su alianza matrimonial a mediados del siglo XVIII con los Fernández Montiel o Arias Montiel, familia, oriunda de Santa Fe y afincada en Tegua desde el siglo XVII. Este enlace le permitió a los Molina transformarse, desde entonces, en uno de los principales hacendados de la zona. De los nueve hijos de Francisco de Molina Navarrete y Garay con Doña 25 Vicenta Arias Montiel y Sosa , se identifican en el censo de 1778 a José Luis de Molina, José Marcos 26 Molina y su hermana Francisca Vicenta Molina. . Don José Marcos Molina Navarrete recibe en herencia por ser hijo menor la estancia y capilla del Rosario de Tegua, la cual vende a su hermano 27 mayor José Luis Molina en el año 1786 . Aunque figura integrando la lista de los primeros 28 pobladores de la villa de la Concepción del Río Cuarto, no solicita tierras para radicarse encontramos en 1801 con el cargo de Alcalde de la Santa Hermandad del Cabildo de Córdoba y lo 29 Asimismo, también arribaron a este espacio, familias criollas oriundas de otros espacios coloniales, durante el siglo XVII y XVIII que se dedicaron a las actividades agropecuarias. Muchas de ellas conformaron grupos familiares de importancia, cuyos miembros se vincularán al poder colonial tanto en el orden político como el económico y religioso. A fines del siglo XVII, el Alférez Miguel Fernández Montiel, quien declara venir de Santa Fe compra al General don Jerónimo Luis de Cabrera (III) una suerte de tierra en el paraje de El Tala 30 (Tegua) y allí se establece . Se desconoce los motivos por el cual el Alférez (hijo del Sargento Mayor Ignacio Fernández Montiel y de doña Josefa de Quiñones) se desplaza desde el espacio colonial santafesino al cordobés. Sus descendientes, con el tiempo, dan gran prosperidad a la estancia del Rosario, lugar de cría mular. Y algunos de ellos se desplazarán a la Villa de la Concepción, luego de su fundación, y actuarán en el cabildo. La familia Argüello se encuentra establecida desde fines del siglo XVI en la ciudad de Córdoba, integrándose a los principales cargos cabildantes de la época y a ocupaciones religiosas. Los encontramos establecidos en la región del Río Cuarto desde el siglo XVII, pero recién adquieren la propiedad de la Estancia de Las Peñas en 1730, cuando se paga el censo (hipoteca) al convento 31 de San Francisco de Córdoba . De este grupo familiar se identifica como al más importante a don Juan de Argüello y Baigorrí, quien tiene una destacada actuación como militar en la frontera Este, 25 Mayol Laferrère Linajes Pobladores del Valle de Tegua: Los Molina Navarrete. (s/f) Trabajo inédito. El hogar de don José Luis estaba constituido por su esposa doña Liboria Alvarez y cuatro hijos. También se registra en la misma casa a su hermano José Marcos Molina. Integraba la vivienda además ocho esclavos más 15 dependientes y un familia agregada compuesta por cuatro miembros. Censo 1778: Casa Nro 35 27 Mayol Laferrère, idem 28 No se encuentra registrado en el Expediente sobre la fundación de Río Cuarto. A.H.P.C. Tribunales. Escribanía 1. Leg. 53. Exp. 7. Año 1797. 29 Moyano Aliaga, Alejandro, marzo de 2000. Trabajo Inédito. 30 Mayol Laferrère (1976), Baggini (1999) 31 Antelme (1997: 105, 107) 26 32 como Gobernador de Armas de los Presidios y Frontera de “El Tío” . A partir de 1750, don Juan recibe el poder de las monjas Catalinas para que se haga cargo de las ventas de las tierras del Río Cuarto, más precisamente entre El Tambo y Reducción, por ser “persona muy práctica de aquellos 33 lugares” . Su posición social se consolidó cuando se casa con doña María Sinforosa de Tejeda y Ledesma, descendiente del conquistador Tristán de Tejeda, quien había participado de la expedición fundadora de Córdoba. Los Soria Medrano se radicaron en las tierras del río Cuarto a mediados del siglo XVIII. Ignacio de Soria y Medrano, vecino morador de la ciudad de Córdoba, Sargento Mayor, se estableció en el paraje de la Capilla del Río Cuarto, primero como arrendatario y luego como propietario 34 adquiriendo la Estancia de la Lagunilla a la banda sur y la estancia Sampacha . Tenía a cargo la custodia de la frontera del Río Cuarto y participó en varias entradas a tierras indígenas. Cuando se funda el pueblo de la Concepción (1786) el gobernador Intendente Sobre Monte dispone que la casa de Juan Gualberto Soria, hijo del Sargento y de Juana Correa fuese la cede de dicho fuerte designándolo a este como su Comandante y comisionándolo para la formación del pueblo. En 1794 Juana Correa, conjuntamente con sus hijos Juan José y María y su nuera Pascuala Ojeda, viuda de Juan Gualberto Soria (1778) donaron terrenos para la fundación de la Villa de la Concepción, donde 35 se le asignarían seis sitios . Los miembros de esta familia a pesar de ser los protagonistas principales en el proceso fundacional de la Villa, no detentaron un fuerte poder político en el 36 Cabildo . El apellido Garay que tiene su origen en el conquistador de Santa Fe, Juan de Garay, se hizo presente en la región desde los inicios de la Conquista. El Gobernador Jerónimo Luis de Cabrera II (2º generación) se había casado con su prima Isabel de Garay y Arias de Saavedra lo que significa a decir de Anibal Montes la “fusión de las dos más poderosas familias de la conquista española en 37 esta parte de América” . Esta muestra una vez más lo practicado en otras regiones, dado que el casamiento entre descendientes de conquistadores fue considerado como una regla general (Gozalbo Aispuru, 1994: 330). Es por ello que vamos a encontrar a los Garay en la región, en el siglo XVIII. Entre ellos a don Pedro José Garay quien fue el empadronador del Censo en el sector de Río Arriba, con el título de Ministro Cuadrillero de la Santa Hermandad, ocupando luego un cargo Comandante del Fortín de San Bernardo. Su primo, Inocencio Garay, fue soldado partidario en Punta 32 Juan de Argüello estuvo en el año 1726 en “la misión de hacer salir pacíficamente a los indios aucaes y expulsar a los pampas tierra adentro haciéndoles saber a unos y otros que los españoles no han intervenido en sus guerras ni en sus ofensas y que solo tiran a defender su nación española”. Junto a Argüello se reunieron los vecinos de Tegua. Eran unos 300 hombres armados con sus respectivos caballos. La rapidez de la movilización marca la solidaridad que existía entre los vecinos de estas tierras ante el peligro indio. Montes menciona que estaban presente en esa concentración el Capitán Juan Tomás Martínez, Antonio y Francisco Albarracin, Ignacio Méndez, don Francisco y don Pedro Garay, Roque Fernández, Pedro Argüello y José de Molina (Montes, 1953: 42-43) 33 A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventario 134. Año 1751. Folio 152-156 34 A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventario 152. Año 1779. Folios 462-466. 35 A.H.P.C. Expediente sobre la Fundación de Río Cuarto. (1797). Los integrantes de la familia Soria tenían cierta fortuna. Doña Juana Correa, viuda de Ignacio de Soria tenía hacia 1794 4 esclavos y 500 cabezas de ganado. Su hija, María de Soria Medrano, viuda del Capitán Francisco Guerra tenía asignado seis sitios para si y sus hijos (4 hijos y 6 hijas), 5 esclavos y 700 cabezas de ganado. Su hermano don Juan José Soria era el que menos capital tenía dado que contaba con cuatro sitios, dos esclavos y cuatrocientas cabezas de ganado 36 Solamente encontramos a Marcelino Soria, hijo de Juan Gualberto Soria, desempeñándose como Regidor Defensor de Pobres en 1810 y Regidor Defensor de Menores en 1819 y a Juan Luis Soria Regidor Decano en 1817.Barrionuevo Imposti (1986: 170). Actas del Cabildo de la Villa de la Concepción del Río Cuarto 1798-1812. 37 Montes (1953: 8) del Sauce y en la guarnición del fuerte de Santa Catalina. Los dos se afincaron en la Villa de la Concepción recibiendo los beneficios acordados a los primeros pobladores 38 . Asimismo una 39 descendiente de los Garay, doña Petrona Isabel de Garay, se casa con Narciso Bengolea b. Descendientes de españoles que arribaron a Córdoba en el siglo XVII y principios del XVIII Desde fines del siglo XVII y principios del XVIII, familias españolas, fundamentalmente vascas que arribaron a Córdoba, tuvieron un rápido ascenso social al dedicarse a las actividades comerciales y a entrar en relación con los grupos de poder en ese momento. Estos “nuevos vecinos” se integraron a las familias de la elite tradicional cordobesa llegando hasta ocupar cargos políticos. La familia Echenique, originaria de Bidasoa, era ya de gran prestigio en España, según expresan los genealogistas consultados. La rama argentina llega a Córdoba por vía del Perú y comienza a intervenir en los sucesos de la época. Por alianza matrimonial adquieren parte de las tierra de la merced de los Cabrera. Sus descendientes ocuparán puestos políticos importantes en el Cabildo cordobés, así como también ocuparán cargos religiosos y militares. Aunque establecidos en la región serrana del Río Cuarto, la familia Echenique seguía manteniéndose en Córdoba donde actuaron en la vida política del momento. Los personajes más importantes fueron don Juan Agustín de Echenique y Cabrera quien se desempeñó como Maestre de Campo, Regidor y Depositario General; Don José Gerónimo Santiago de Echenique y Cabrera, Maestre de Campo, Regidor Propietario y familiar del Santo Oficio, Don Jerónimo Luis de Echenique y Cabrera, Maestre de Campo, Alcalde Mayo Provincial de la Santa Hermandad, Familiar y Alguacil Mayor del Santo Oficio y Gregorio Silvestre de Echenique y Cabrera, Maestre de Campo; todos hijos de la alianza Cabrera y Echenique, quienes monopolizaron las actividades comerciales de Córdoba y las complementaron con sus prácticas ganaderas. También estuvieron íntimamente vinculados a la Iglesia, dado que 40 fueron prestamistas a dicha institución, ejerciendo también importantes cargos eclesiásticos . El poder de esta familia se observa gracias a las alianzas matrimoniales que se celebraban entre estas familias y los grupos de poder tanto a nivel intrarregional como interregional. En el primer caso, Los Echenique y Cabrera se vinculan con los Molina Navarrete, con los Arias de Cabrera, con los Garay, los Acosta, entre otros. En el segundo caso, las alianzas matrimoniales se mantienen con miembros de la elite cordobesa como la familia Isasi, los Noble Canelas, la elite catamarqueña como los Villafañe, y la elite santiagueña como los Uturbey. En este caso se puede hablar con precisión de una familia de elite colonial (ver Anexo III) En la región del Río Cuarto, se dedicarán a una de las actividades económicas más importante como lo fue la producción y el comercio mular en la zona serrana, fundamentalmente en las estancias que recibieron por herencia como son las de San Bartolomé, Piedra Blanca, Las Tapias 41 y Rodeo Viejo . En el censo de 1778 se los localiza formando una unidad censal pequeña: José Gabriel de Echenique y Molina junto a su hijo José Urbano de Echenique y de Las Casas. 38 Barrinuevo Imposti (11986: 72 a 80) A.H.P.C. Censo 1778. Casa Nro 180 40 Don Gregorio Silvestre de Echenique y Cabrera fue durante la primera mitad del siglo XVIII un importante prestamista, cuyo radio de acción era sumamente amplio, intervino con transacciones comerciales tanto en Salta como en el puerto de Buenos Aires. A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventarios varios 41 A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventarios varios. 39 Urbano de Echenique casado con María del Rosario Arias quedó como propietario de la Estancia de San Bartolomé. En 1800 contaba con un esclavo, una casa en la ciudad de Córdoba, 42 dinero efectivo, cabezas de ganado vacuno y ovino y también ganado menor . Domingo Irusta, oriundo de Vizcaya, se establece en Córdoba a fines del siglo XVII sirviendo en las milicias de Córdoba. Este dará origen a la familia-tronco de los Irusta. Sus descendientes se trasladan a la región de Calamuchita, posteriormente se emparentan con los Montiel y se avecinan en el sector de Tegua. José Asencio de Irusta y Tello, quien participa en el reconocimiento del río Quinto en 1773, y se avecina en el Saucesito, tiene hijos (2da generación) que se encuentran distribuidos en los distintos sectores del Río Cuarto según el registro del censo de 1778. En el Saucesito, se localizan las casas de José Domingo Irusta y Montiel, quien había comprado tierras al Monasterio de Santa Catalina en la banda norte del arroyo de La Lagunilla. A la familia Irusta se la puede identificar como de propietaria de tierras y una pequeña proporción de esclavos que se asentaron en la zona de Tegua, y posteriormente se distribuyeron por distintos subespacios de la región. Tienen cierto rango y riqueza, pero no se vinculan con el poder. Uno de los Irusta se casa con Catalina Freytes. De la familia Freytes, no se ha podido establecer su procedencia, aunque se sabe que el Capitan Freytes y Mendoza adquiere la estancia 43 del Tambo al Monasterio de Santa Catalina. Son catorce los hogares que se encuentran en el censo de 1778 con el apellido Freytes, siendo la mayoría mujeres, cuatro en río abajo o zona de llanura y los restantes en río arriba, es decir en la sierra. La mayoría de estos hogares tenían en poder entre uno hasta tres esclavos. Celedonio Casimiro Freytes, nieto del Capitán Joseph Freytes heredó las 44 tierras en el paraje de La Esquina. Figura entre los primeros pobladores de la Villa . Este apellido también se hizo presente ocupando cargo en el cabildo. Respecto a la familia Acosta, Andrés Francisco Acosta, natural de Cádiz, llega a Córdoba y compra tierras en el Sauce. Este se avecina con su familia en Calamuchita, partido colindante del Río Cuarto. Nombrado Capitán, resguarda las fronteras del Río Cuarto y realiza entradas por la frontera del este. Entre sus descendientes se encuentran familias con cargos religiosos, civiles y militares. Esta familia fue incluida entre las que fueron a poblar la Villa de la Concepción y adquirieron tierras en el río Cuarto, ocupando puestos claves en el Cabildo de la villa. Este apellido no aparece en el empadronamiento de 1778 del Río Cuarto, pero en 1784 el Sargento Mayor don José Vicente Acosta y su hermano Andrés Angel (3 generación) figuran en la lista de las nuevas familias que proyectan instalarse en el pueblo a formar. En función de esto fueron incluida, luego entre los primeros pobladores. Este es el caso de una familia que se traslada de la zona de la sierra tal vez en búsqueda de mayor riqueza y de prestigio. Andrés Angel Acosta se lo encuentra adquiriendo tierras en estos suelos (arroyo de Santa Catalina). Bajo el título de Juez o Alcalde de Pedáneo, en reemplazo de Soria, junto al Comandante de Milicias, Ventura de Echeverría practicó, los repartos y 42 Archivo Histórico Municipal Río Cuarto. (A.H.M.R.C.) Documentos del Extinguido Cabildo, Serie Juzgado, Echienique, Urbano. Inventario, tasación y partición de sus bienes. Caja 6. Exp. 9. Año 1800. Por este documento se puede observar que tanto el ganado como la mano de obra esclava era mucho más importante que la propiedad de la tierra. 43 Mayol Laferrère (1981: 3) y Barrionuevo Imposti (1986: 74) 44 En 1797 accedió a dos sitios, de la villa, tenía tres hijos, tres esclavos, dos agregados y cuenta con 500 cabezas de ganado distribución de solares de la Villa. También participó en la confección del nuevo padrón de 45 pobladores . El Sargento Mayor José Vicente de Acosta, hermano del anterior, estaba al frente de las milicias calamuchitanas que acudían a defender la frontera de Río Cuarto, también fue incluido en la lista de los pobladores de la villa. Compra una extensión de tierra en 1801. Su hijo mayor José de la Presentación Acosta y Sosa, oriundo de Córdoba, contrajo matrimonio con doña Pascuala Ojeda, oriunda de San Luis viuda de Juan Gualberto de Soria Medrano, quien falleciera en 1788. Gozaba de 46 una sólida posición económica y social por los bienes aportados por su esposa al matrimonio . En 1798 fue Aguacil mayor del Cabildo de la Concepción y en 1800 fue elegido Alcalde Ordinario. En 1807 se desempeña como regidor fiel ejecutor e interinamente como procurador y alcalde ordinario y 47 en 1810 ejerce el oficio de regidor decano La familia Bengolea, originaria del país vasco se afinca en Córdoba a comienzos del siglo XVIII, desarrollando una importante labor militar política y religiosa. La rama de los Bengolea establecidos en el Río Cuarto son descendientes de don Silverio de Arrenga y Bengolea y de doña Catalina de Argüello. Sus hijos se ubicaron en las distintas sub-sectores del Río Cuarto. En el caso de don Francisco de Bengolea y Argüello se localizan en la zona de Punta del Sauce desempeñando actividades militares, tuvo el cargo de Teniente y Capitán en el Partido de Calamuchita con anterioridad a 1770 y a partir de esa fecha, como Maestre de Campo de Reformados en la zona donde se establece. También desempeña actividades agrícola-ganaderas, dado que en 1750 compra 48 tierras al convento de Santa Catalina de Siena , y refuncionaliza la estancia de San Bernardo que había pertenecido a doña Isabel de Cabrera y Velazco. Dentro de sus descendientes el más significativo fue don Narciso de Bengolea y González Carriazo, quien tuvo una destacada actuación en varias entradas al territorio de los indígenas. Asimismo, este personaje compra tierras en la subregión de Teguas-Las Peñas, se casa con Isabel de Garay donde no sólo da origen a una nutrida familia (11 hijos) sino también que se transforma en uno de los dueños de tierras más importantes en 49 la región de la década del 80 del siglo XVIII. . Su hermano Silverio de Bengolea fue muerto por los indios en una invasión que hicieran al río Cuarto, oportunidad en que se llevaron a tres hijos cautivos, mataron a uno de pocos meses y arriaron con toda la hacienda que encontraron 50 Figura también en el padrón de 1778 su hija María Isabel Bengolea de Garay casada con don Juan José Abaca, con dos hijos, 7 esclavos y dos mulatos libres. Desempeñó importantes 45 A.H.P.C. Tribunales, Escribanía 3. 1797 Leg. 52. Exp.7. En estos documentos están sentado los nombres de los primeros pobladores “españoles” o descendientes de los mismos del ejido urbano. En dicho padrón figura primero en la lista con su mujer 9 hijos, 5 esclavos, 17 agregados y con un capital de 300 cabezas de ganado. Se había casado con Josefa Arias Cabrera (descendiente del linaje del fundador de Córdoba). A él se le asignó 8 sitios, la única cantidad mayor otorgada a los pobladores. Don Andrés Angel Acosta ocupó cargos políticos en la Villa, fue Regidor Decano en 1798 y en 1802 Alcalde Ordinario. 46 Idem. El padrón levantado en 1794 figura conviviendo con su esposa, tres hijos, cuatro esclavos, diez agregados y dos mil cabezas de ganados. El mayor caudal de bienes de todos los pobladores. Figura con la asignación de seis sitios. 47 En 1804 envía carta al Gobernador solicitando que se le asignara algún sueldo para continuar con el servicio que le ocasionaba los gastos de hospedaje y alimentación de los indios que entraban en la concepción con fines de comercio. El cabildo le concede más terrenos al año siguiente. A decir de Mayol Laferrère, “sus ambiciones de propietario no parecen colmarse nunca. En efecto, contemporáneamente, litiga con doña Juana Correa de Lemos (madre de Juan Gualberto Soria) por los derechos que se le atribuye a los terrenos continuos al fuerte” (1975: 23 y 24 ) 48 A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1: Inventario 149, año 1750. Folio 115. 49 En el año del empadronamiento censal contaba con 8 hijos, 11 esclavos en su casa junto a 13 libres con vínculos con los esclavos, más cuatro sobrinos a su cargo y dos esclavos de sus sobrinos cargos políticos y militares, en los cabildos de la Villa de la Concepción y de la Villa de La Carlota. Fue Regidor Decano en el cabildo de la villa de La Carlota antes de ser designado en 1815 Comandante del Fuerte de Santa Catalina. Aunque se instalaron a principios del siglo XVIII en la ciudad de Córdoba, los Berrotarán no llegaron a desempeñar un rol importante en la región hasta que don Juan Domingo de Berrotarán y Carricaburu contrae enlace con María Mercedes de Allende y Villamonte, instalándose en Las Peñas, a partir de 1754. Este matrimonio con una de las familias más tradicionales de Las Peñas, le permitió a los Berrotarán detentar un poder económico importante que será complementado con los cargos políticos que ocuparán en el Cabildo de la Villa de la Concepción a comienzos del siglo XIX. Dentro de esta familia, se destaca don Gregorio Manuel de Berrotarán y Allende (hijo de don Juan Domingo de Berrotarán y Carricaburu y de María Mercedes de Allende y Argüello), quien recibe de su madre en 1798, por disposición testamentaria, la estancia de Las Peñas. De profesión hacendado – según el censo de 1813- su acción política es notable al considerar los distintos cargos que ocupó en el Cabildo de la Villa de la Concepción, dado que en 1801 fue Alcalde Ordinario, en 1812 Regidor Fiel Ejecutor y en 1817 Alcalde Ordinario. A diferencia de las otras familias, cuyos ancestros provenían del “espacio peruano” y afincándose en la jurisdicción de Córdoba del Tucumán, los Echeverría provenían del espacio rioplantense. El Maestre de Campo don Ventura de Echeverría oriundo de Buenos Aires en 1718 pasa a mediados del siglo XVIII a la ciudad de Córdoba, en calidad de “mercader tratante”. Es probable que se haya vinculado rápidamente con la estructura de poder de Córdoba, pues en 1761 es nombrado Juez Sub delegado en el deslinde de tierras del Cano, Calamuchita y desde 1765 se lo encuentra actuando en actividades militares en el Presidio de Punta del Sauce, primero 51 reemplazando a don Miguel de Arrascaeta y posteriormente a Ventura de Montoya . A partir de 1776 y hasta 1791 es comandante de la Frontera del Sauce desde donde realiza una serie de incursiones a los indios ranqueles. Posteriormente se avecina en la Villa de la Concepción y toma el cargo de comandante de Milicias de la Concepción y San Bernardo, motivo por el cual goza de derechos y prerrogativas al ser designado por el Gobernador Intendente de Córdoba del Tucumán, Marqués de Sobre Monte, como encargado de repartir los solares para el establecimiento de las familias que 52 poblarán la villa, concediéndose 4 sitios en la misma . Su vida política concluye en 1799 al desempeñarse en el cargo de Síndico Procurador del Cabildo de la Villa de la Concepción. Su posición social se consolida al contraer matrimonio con doña Antonia Arias de Cabrera y Cáceres, 53 descendiente de una de las familias más representativas de los vínculos sociales de la colonia 50 Lascano Colodrero (1936-1969) Ventura de Echeverría sirvió 21 años en Buenos Aires, hizo 9 entradas generales contra los indios y en 1737 participó del sitio de Colonia llegando hasta Río Grande. Luego sirvió con Ortiz de Rosas, Andonaegui y Cevallos. Los antecedentes de este oficial se encuentran en el Archivo Municipal de Córdoba, Libro VI, folio 202. Citado por Gonzalez (1997:146) 52 A.H.P.C. Tribunales, Escribania 1, leg. 52, Exp. 7. Año 1797 53 . De sus sucesores el más importante fue, sin lugar a dudas, su nieto don Juan Gualberto Echeverría y Ferreyra militar Comandante General de la Frontera Sur en 1821, involucrándose en las Guerras Civiles a principios del siglo XIX, situación que lo conduciría a su fusilamiento en 1831. 51 Reflexiones finales Con el registro nominal que proporciona el padrón censal de 1778 se pudo identificar a las familias que dejaron registradas sus trayectorias a través de confecciones genealógicas. Los datos suministrados por otras fuentes permitieron detectar que a pesar de ser este un espacio fronterizo, inestable y demográficamente débil –comparándolo con otras regiones- estaba vinculado al orden colonial. Y aunque era un espacio geográfico marginal, existía en él una sociedad jerarquizada que reproducía los mecanismos propios de una sociedad estamental. Entre los distintos sectores del espacio regional, los de la sierra y la llanura, había una fluida red de parentescos. De los descendientes del conquistador y principales propietarios de la sierra, algunos se van empobreciendo, mientras que otros por alianzas matrimoniales conservan y hasta aumentan su patrimonio. El principal “feudatario” de la región fue Jerónimo Luis de Cabrera III, el traspaso su propiedad a nuevos protagonistas fue por herencia, por venta y por hipoteca. Entre quienes heredaron estas tierras, fundamentalmente en la zona de la sierra Comechingones, los Echenique y Cabrera, Arias de Cabrera, pudieron continuar con la posesión de las mismas a través de la producción, fundamentalmente a partir de la cría mular, manteniendo vínculos con la economía cordobesa. Entre quienes compraron tierras en la zona de las sierras de las Peñas, los Molina Navarrete, Montiel, Argüello, Irusta, aunque de menores extensiones, las mantuvieron en producción, los que les permitió ciertas riquezas y mantener el prestigio económico-social. Los que heredaron las tierras hipotecadas localizadas en la llanura se encontraron imposibilitados de levantar las deudas. La pérdida de las tierras implicaron un desmembramiento aún mayor, lo que contribuyó que hacia mediados del siglo XVIII, llegaran a ese espacio y accedieran a la propiedad de la tierras algunos personajes vinculados con las actividades militares, caso los Soria Medrano, los Bengolea, los Acosta, los Echeverría, los Freytes. Estos serán los principales protagonistas en el proceso fundacional de la Villa de la Concepción. A partir de ahora surgen inquietudes y nuevos interrogantes a desarrollar.¿Cómo se explica decadencia de los descendientes de los principales protagonistas de la conquista expresados en la unión Cabrera y Garay? ¿Tuvieron estas familias estrategias diferentes al de otros espacios coloniales? ¿Qué estrategias llevaban a las familias fundamentalmente desde mediados del siglo XVIII a ocupar estos espacios límites? Cabe todavía preguntarse, ¿Qué impronta tiene el hecho de asentarse en una región marginal y de frontera? Interrogantes éstos, entre otros, que se abren para futuras investigaciones. BIBLIOGRAFÍA ANDERSON, Michael. Aproximaciones a la historia de la familia occidental 1500-1914. Siglo XIX. México, 1998 BAGGINI, Iván. Ocupación y poblamiento del espacio sur de Córdoba. (Proyecto de Trabajo Final de Licenciatura) (1997-2000). ------------------- Poblar la Frontera: un estudio sobre la apropiación del espacio rural del río Cuarto durante el siglo XVIII. Jornadas de Investigación Departamento de Historia. U.N.R.C- 1999. BARRIONUEVO IMPOSTI. Historia de Río Cuarto. Tomo I. En la época Hispánica y en la Independencia. 1986. Bueno Aires. Impresión TIPENC S.R.L. BUSCÁ-SUST FIGUEROA. Linajes pobladores de la Villa de la Concepción del Río Cuarto. Irusta. En Boletín del Instituto de Estudios Históricos. Lorenzo Suárez de Figueroa. Huanchilla. Año 1976. Nro. II CARBONARI, María Rosa. 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ANEXO I Mapa 3: subdivisão do rio Curato por setores segundo consta no recenseamento censal de 1778 FUENTE: Carbonari (1998: 174) Subdivisión del Partido del Río Cuarto por sectores según consta en el censo de 1778 Anexo II FAMILIA CABRERA (Siglos XVI XVII y princ. del XVIII) I generación Jerónimo Luis de Cabrera (fundador de Córdoba en 1573) cc Luisa Martel de los Ríos II Generación Gonzalo Martel de Cabrera (¿-1582) Obtiene la Merced de las tierras del río Cuarto cc María de Garay (hija de Juan de Garay) II Generación Gobernador Jerónimo Luis de Cabrera II Guerra contra los Calchaquíes 1631-33 Expedición y conquista a los “Cesares” 1622 cc Isabel Garay (prima) Ampliación de la Merced 1633 Hipoteca parte de la Merced del Río Cuarto 1641 Hereda la hipoteca junto con las estancias IV Generación V Generación General Jerónimo Luis de Cabrera III Realiza las primeras ventas de tierras cc Antonia Carabajal y Velasco Fracciona las tierras entre sus herederos José de Cabrera y Velasco cc Antonia M.Navarrete (hereda la estancia de San Bernardo y la de Río Cuarto) Cap. Francisco de Cabrera y Velazco cc Antonia Vera y Mujica (hereda Estancia de Achiras, Las Lajas Las Peñas ) María Rosa de Cabrera y Velazco cc Juan de Echenique y Echenique (Estancia de San Bartolomé, San Lorenzo de Licsin, La Tapa y Piedra Blanca) Fernado de Cabrera y Velazco cc María de Solórzano (adquiere las tierras de su hermano Francisco y levanta la hipoteca) Juan Arias de Cabrera cc Antonia Diaz de Quiñones (hereda Estancia El Cano) Anexo III FAMILIA ECHENIQUE (Siglo XVIII) I Gen. II Gen. Juan de Echenique y Echenique cc María Rosa de Cabrera y Velazco (aporta Estancia de San Bartolome , La Tapia y Piedra Blanca) Juan Agustín de Echenique y Cabrera cc María Josefa de Molina Navarrete III Gen. Juana M. Luisa de Echenique y Molina cc Juan Bautista Isasy María Josefa de Echenique y Molina cc Comandante José Benito de Acosta José Gabriel de Echenique y Molina cc Magdalena de las Casas IV Gen José Urbano de Echenique y de las Casas cc. María del Rosario Arias de Cabrera José Jerónimo Santiago de Echenique y Cabrera cc Bartolina de Garay Jerónimo Luis de Echenique y Cabrera cc Josefa de Urtubey Gregorio Silvestre de Echenique y Cabrera cc Margarita de Villafañe Catalina de Echenique y Cabrera cc Manuel Nobles Canelas Nota: En estos gráficos se presentan únicamente las alianzas matrimoniales más significativas para el contexto de la región.