Población y familias en la región del Río Cuarto. Fines del siglo XVIII

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Población y familias en la región del Río Cuarto. Fines del siglo
XVIII
María Rosa Carbonari (Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina)
Iván Baggini (Universidad Nacional de Río Cuarto, Argentina)
Introducción
El padrón censal del partido de Río Cuarto de 1778 –jurisdicción sur de Córdobamuestra la relación que espacio y población constituyen a la vez que permite conocer quiénes lo
habitaban. En este espacio, transicional entre sierra y pampa cordobesa, el trabajo identifica las
familias de la élite regional – termino relativo a la propia región- integrada por los herederos de los
conquistadores y por los primeros pobladores que arribaron entre fines del siglo XVII y XVIII. Para su
elaboración se utilizó como fuente principal el padrón virreinal de 1778, completándose con otras
fuentes cualitativas.
De esta manera se pretende tener un primer acercamiento para el estudio de la familia
en una región marginal, muestra como un reducido grupo de familias generaron estrategias colectivas
de supervivencia conformando redes de parentesco con vínculos intrarregionales y extrarregionales
fundamentalmente a través de la práctica del matrimonio.
Aportes para la Historia de la Familia desde punto de vista historiográfico
Respecto a estudios historiográficos sobre la Familia, Anderson (1998) distingue tres
aproximaciones que merecen su análisis: 1) La demográfica; 2) La de los sentimientos; y 3) La de la economía
doméstica. Cada uno de estos enfoques ha hecho aportes interesantes para la comprensión de la vida familiar en
el pasado. Por su parte Reher (1996) clarifica estos esfuerzos identificando los estudios sobre la familia dentro de
enfoques disciplinarios: el demográfico, el económico-sociológico, el antropológico y el genealógico.
Así, para los demógrafos históricos, la familia conyugal ha interesado porque facilita las
reconstrucciones familiares y se ha constituido en la base de conocimiento de la reproducción demográfica de la
sociedad. Las investigaciones sobre los tipos de hogar, tan difundidos entre los historiadores de la familia como
en los sociólogos, son básicos para entender la forma esencial de las familias que vivían, comían y muchas veces
trabajaban juntas. El grupo de parentesco considerado básico en la transmisión del patrimonio familiar y en la
utilización de ciertos comportamientos de supervivencia, ha sido el punto de partida de estudios antropológicos.
La genealogía que examina la formación de los grupos de parentesco a lo largo del tiempo permite identificar, por
ejemplo, los logros o fracasos de las estrategias empleadas. (Reher, 1996: 28, 29).
Cuadro 1: Distintos enfoques para el estudio de la Familia
Demográficos
históricos
Sociológicos y
Económicos
Antropológicos
Genealógicos
Reconstrucción de familia
Para comprender la reproducción
demográfica de la familia y la
sociedad
Estudios sobre el hogar
Para comprender como vivían,
comían y muchas veces trabajaban
juntas
Grupo de parentesco y red de Para comprender la transmisión del
alianzas
patrimonio y las estrategias de
manutención o supervivencia
Formación del parentesco a lo Para juzgar el éxito o fracaso de las
largo del tiempo
estrategias
empleadas
de
supervivencia
Fuente: Elaboración propia en base al texto de Reher, 1996.
García González (1995) analiza la historiografía española sobre la familia y considera
que la misma ingresa actualmente en un momento en la que el denominador común podría estar
dado por la interdisciplinariedad y el cruce de distintas fuentes que supere perspectivas estrechas de
la familia funcional y estructural. Plantea la necesidad de comprender y explicar los mecanismos de
estructuración y funcionamiento en relación a la realidad socioeconómica. Para este autor una de las
prácticas metodológicas prioritarias sería el establecimiento de genealogías sociales, por cuanto
permiten apreciar las redes de relación y los mecanismos de permanencia y cambio del sistema
social (1995: 333). De allí la importancia del “estudio de la red social, las relaciones de parentesco,
residencia y vecindad; estrategias matrimoniales y sistemas de herencia; el papel de los vínculos de
amistad y solidaridad y en definitiva, todo el universo de sociabilidad en el que se inserta el individuo”
(1995: 334). Se busca, entonces, orientar el estudio de las familias en relación a sus estrategias: la
transmisión de la propiedad, las relaciones de parentesco, los círculos de sociabilidad, los lazos de
amistad y solidaridad, la influencia de las estructuras de poder.
Para García González, en sociedades donde el vínculo de consanguinidad era entendido
como “donadora de identidad”, y al mismo tiempo como “causa de exclusión”, el mismo se coloca
como elemento articulador de las relaciones sociales. (1995: 336). Así, desde esta perspectiva, la
familia es entendida como una continuidad simbólica que se perpetúa a través de una red de
relaciones sociales que transmite señas de identidad y que en las primeras generaciones determina
las nuevas formaciones familiares con ciertas pautas matrimoniales que permiten mantener el
patrimonio.
Historias de familias de elite en el contexto latinoamericano
Para Latinoamérica, Sargiotto (1991) sostiene que el estudio de la familia, desde una perspectiva
histórica, representa un nuevo campo dentro de la historiografía, considerándola dentro del campo de la historia
social con un fuerte impulso en las décadas de los setenta y ochenta. Para esta autora, el análisis de la familia de
élite, si bien tiene su origen en la producción de las genealogías, a partir de los setenta se focalizó en la estrecha
relación dada por este tipo de familia y el control de las estructuras políticas y económicas. Desde entonces, la
familia de elite ha sido entendida “como un actor social colectivo formado por una familia extendida que
desarrollaba estrategias en lo político, lo económico, lo social y lo ideológico (1991:4). De esta manera, la
historia de la familia de élite contribuyó al enriquecimiento de la historia latinoamericana sobre todo en cuanto a
entender el papel que tuvieron luego de la crisis del orden colonial y antes de la formación de los Estados. Estos
trabajos abordan: mecanismos de formación de las vinculaciones familiares; estrategias de estas redes familiares
como modo eficiente de estructura de poder, de acumulación de capital y de adquisición de propiedad; relación
entre estos grupos familiares y el sistema de clientela de control social como complemento; y predominio de
estos grupos en determinado tipo de sociedad y la decadencia de los mismos por modificaciones de las
estructuras sociales que lo sostenían.
El estudio de la familia en la época colonial
La familia, en el período colonial ejerció importancia fundamental en el montaje y
funcionamiento de las actividades económicas y en las relaciones sociales y política. Fue de la familia
o para ella, y no necesariamente cosanguinea, que todos los aspectos de la vida cotidiana, pública o
privada convergían o se originaban. La familia confería a los hombres estabilidad o movimiento,
además de influir en el status y en la clasificación social. Poco se refería al individuo en cuanto figura
aislada, su identificación era siempre en relación a un grupo más amplio. El término familia apareció
siempre ligado a elementos que van más allá
de los límites de consanguinidad, donde se
entremezclaban la cohabitación, la parentela que incluía relaciones rituales y las alianzas políticas.
(Castro Faría, 1997)
Sobre historia de las vinculaciones familiares en distintas regiones del Plata, autores
como Socolow y Moutoukias se han
transformado últimamente en autores referenciales
1
fundamentales, sobre todo cuando se estudia las redes parentales en relación con el poder .
Antecedentes para la historia de la familia en la región
El estudio de la familia en la región del Río Cuarto ha sido apenas marcado por las investigaciones
sobre otros espacios coloniales y por las aproximaciones historiográficas europeas. En primer lugar se tiene
varios estudios genealógicos de los descendientes de los conquistadores (Lascano Colodrero, 1936; Moyano
Aliaga, 2000), así como de linajes de los primeros pobladores de la Villa de la Concepción del Río Cuarto.
(Mayol Laferrere, 1975, 1976, 1979, 1980, 1981) .
Contemporáneamente, con el desarrollo de la demografía histórica, a partir de la utilización de
registros de bautismo, casamiento y óbito, se cuenta con un trabajo que toma como modelo el abordaje de la
vertiente francesa (Fourcade, 1991)2 y otro estudio que a partir de la lista nominativa del padrón censal de 1778,
trata de identificar la relación que espacio y población constituían así como también la composición de sus
hogares. (Carbonari, 1998). Esta última investigación fue influenciada por la metodología inglesa de Peter
Laslett a través de otros trabajos realizados tanto en la frontera bonaerense como en otras regiones coloniales3
Estos análisis, si bien ninguno es específico sobre el tema, funcionan como referenciales en la
búsqueda de construir la Historia de la Familia en la región del Río Cuarto. De los mismos se puede considerar
que: a) los estudios genealógicos, vinculados a determinadas familias de las cuales se construían aisladamente la
familia-tronco y su descendencia o ramas, dejaban de lado la mayoría de familias residentes en estos parajes; b)
1
Ello se observa en el Simposio “Parentesco y poder en América” organizado por N. Areces, D. Barriera y S. Mata en
Neuquén para las VII Jornadas Interescuelas/Departamento de Historia. Comanhue, 1999. También en el a artículo en
Familia, Parientes y clientes de una provincia criolla. Historia de la Vida privada en la Argentina de Beatriz Bragoni Taurus,
1999.
2
Fourcade estudió la dinámica poblacional de la Villa de la Concepción del Río Cuarto en la primera mitad del siglo XIX,
mostrando que ésta tiene “el comportamiento propio de una sociedad marginal: alta ilegitimidad (39.8 %) en los nacimientos,
baja nupcialidad y elevada edad al primer matrimonio (25 años)”. Ello lo explica por “el temor de sus miembros a establecer
hogares perdurables y la ausencia de controles sociales convencionales. Por otra parte considera que los altos índices de
mortalidad infantil y masculina reflejan “las circunstancias de pobreza y riesgo permanente” en la frontera. (Fourcade, 1991:
55)
3
En ese estudio se identificó el espacio de la Región del Río Cuarto comprendido en cuatro sub-sectores, dos en la llanura y
dos en la sierra, tratando de relacionar los espacios geográficos con los tipos de hogares. En la distribución espacial, la sierra,
región más rica, cuenta con una mayoría de hogares compuestos mientras que los simples están en espacios fronterizos más
pobres, de incipiente ocupación, donde aparentemente no habría problemas respecto a la ocupación de la tierra, independiente
del acceso legal a la misma. Carbonari (1998). En relación con otros trabajos de la frontera bonaerense ver, por ejemplo
Gararaglia (1993)
el abordaje demográfico, con la intención de conocer la estructura y dinámica poblacional, la reconstrucción
familiar se toma de forma homogénea y no permite identificar las características de los distintos tipos de familia.
Finalmente c) el abordaje demográfico, propuesto por la Escuela de Cambridge, permite identificar los distintos
grupos de hogares en relación con los distintos sub-espacios que conforman la región del Río Cuarto en la época
colonial4. Sin embargo, los estudios basados únicamente en la composición de los hogares, como este último
caso, cortan arbitrariamente las relaciones familiares. Por lo que el estudio de la familia trasciende el censo, y la
complejidad familiar es difícilmente observable si se asimila solo a los que “comparten un mismo fuego”. En
síntesis, el primer caso mantiene un enfoque generacional y diacrónico aunque restringido a las familias de
“estirpe”, el segundo estudio busca mostrar la reproducción demográfica y familiar cercano a una perspectiva
estructuralista, ya el tercero queda en un abordaje sincrónico y estático.
Las familias de la elite rural regional colonial
A partir de estos antecedentes, complementados con otras investigaciones y fuentes, permitió
plantear la existencia de “familias de elite”: conformadas, la mayoría, por descendientes de los conquistadores
(Siglo XVI) y primeros pobladores (Siglo XVII y XVIII). Éstas se vinculaban en diverso grado al sistema socioeconómico y político del mundo colonial, fundamentalmente cordobés.
Para el estudio de la elite de la época colonial se ha tomado el concepto de elite
entendido como
5
grupo que concentró “rango, poder y riqueza” .
Sin embargo, salvando las
distancias de lo que eran las grandes elites coloniales, aquí, en un espacio marginal, se está frente a
un grupo de relativa autonomía para tomar decisiones por si mismo. Por eso, para la región, este
concepto se debe tomar de forma laxa, abierta y provisoria. La mayoría de estas familias poseían
rango, por tener escudo de armas, además, conservan el uso del significativo “Don” que solamente
podían utilizarlo aquellos que lo tenían por herencia familiar, algunas tenían cierto poder militar, todas
eran propietarias de tierras y esclavos; pero, por sobre todo, buscaban afianzarse económicamente
en un nuevo espacio que comenzaba a tener importancia en el contexto interregional de fines del
siglo XVIII.
Como se expuso en trabajos anteriores (Carbonari, 1999), la región del Río Cuarto
desde sus inicios formaba parte de las márgenes de control de la Gobernación del Tucumán del
Virreinato del Perú (Ver Anexo I). En las postrimerías del siglo XVIII fue el momento en que, por el
Reformismo Borbónico, este espacio comienza a adquirir una relativa importancia en el contexto
interregional. La vieja estructura económica colonial orientada hacia el norte -de la cual se dependíaentraba en crisis y la región del Río Cuarto, marginal hasta entonces, se trasformaba en una región
de frontera, es decir espacio a controlar en relación con la reestructuración del espacio colonial
6
rioplatense .
4
Reher sostiene que Pese a las críticas y dudas que se plantearon acerca de la metodología de Laslett, muchos historiadores
siguen de los postulados originales de Laslett utilizando el hogar como fuente esencial de datos sobre la familia y aplicando
algún tipo de esquema clasificatoria de las estructuras de hogar (1996: 17-18)
5
Esta explicación del término, tomado de Peter Burke. Venecia y Amsterdam, Estudios sobre la élites del siglo XVII (1996:
32) es el que han utilizado para otros trabajos que estudian las relaciones parentales a fines del siglo XVIII. Ver por ejemplo
Cristina del Valle (1997) y Griselda Tarragó (1999) entre otros.
6
Esta temática se viene desarrollando actualmente como tesis doctoral por María Rosa Carbonari (Universidade Federal
Fluminense, R. J. Brasil -1997-2000)
La mayoría de estas familias eran propietarias de la riqueza básica del período colonial: tierras y
mano de obra, fundamentalmente esclavos para este período. Algunas mantenían la tierra porque continuaban
con parte de la “merced” o donaciones de tierras que habían obtenido sus antecesores por reconocimientos de
“méritos y servicios” o porque la habían adquirido por compra o por vínculos de parentesco continuando así con
la posesión7.
A estas familias se las puede encontrar en estudios genealógicos. Algunas de ellas,
tuvieron en cierto momento poder económico y político de importancia. Tenían en común el haber
nacido en estas tierras, es decir eran criollas, aunque en el siglo XVIII se puede identificar españoles,
fundamentalmente oriundos de la región de la Vascongada que se integran a las familias criollas a
través de alianzas matrimoniales.
A partir de estudios genealógicos cotejados con el censo nominal de 1778 y otros documentos
cualitativos, se identificaron en los distintos sectores del Río Cuarto a las familias de la elite criolla agrupadas
según su procedencia en : a) Descendientes de conquistadores de fines del siglo XVI, y b) Descendientes de
españoles que arribaron a Córdoba a fines del siglo XVII.
7
Respecto a la mano de obra indígena los españoles se encontraron en este espacio con gran escasez desde el inicio, por lo es
necesario recordar que la tierra aquí tenía poco valor.
Cuadro 2: Relación entre Familias de elite y sectores en la región del Río Cuarto a fines del siglo XVIII
Familias/ Sectores Tegua-Las Peñas
(sierra)
Molina Navarrete
Descendientes de
Conquistadores
Fernández Montiel
Río Arriba
(sierra)
Cabrera
Río Abajo
(llanuera)
Cabrera
Arias de Cabrera
Arias de Cabrera Fernández Montiel
Soria
Garay
Argüello
Echenique
Irusta
Irusta
Freytes
Acosta
Freytes
Argüello
Descendientes de Acosta
Familias
Berrotarán
españolas que
Irusta
arribaron desde
Bengolea
fines del siglo XVII
Fuente: Elaboración de los autores (ver Mapa Región del Río Cuarto Anexo I)
Punta del Sauce
(llanura)
Bengolea
Echeverría
A continuación se presentan algunas de las trayectorias de familias de elite teniendo en cuenta la
familia-tronco, los descendientes en relación con la propiedad de tierras y esclavos y las estrategias familiares de
vinculaciones entre las mismas.
a) Familias descendientes de Conquistadores
Dentro de esta categoría se identifica a aquellos grupos familiares que descienden del
grupo expedicionario fundador de Córdoba como los Cabrera, primeros poseedores de estas tierras
por reconocimiento de “méritos y servicios”, y los Molina Navarrete, que acceden a la propiedad de la
tierra en Tegua por vínculo matrimonial.
También están los que siendo descendientes de
conquistadores arriban desde otras regiones coloniales, como el caso de los Fernández Montiel,
quienes provenientes de Santa Fe se afincan en la región a fines del siglo XVII
El principal
apellido de la región se corresponde a los herederos del fundador de
Córdoba en 1573, don Jerónimo Luis de Cabrera. Estos se establecen en la zona a raíz de una
merced hecha a su hijo don Gonzalo Martel de Cabrera a fines del siglo XVI (Ver Anexo II). Este
territorio alcanzó su máxima extensión a fines del siglo XVII. Posteriormente, las estancias, así como
otros dominios sobre la región, comenzaron a ser vendidas (Tegua),
heredadas entre los
descendientes (Río Arriba) o hipotecadas (Río Abajo) en función de obtener nuevas conquistas de
territorios, lo que llevaría a los herederos a una situación de ruina.
Mientras algunos herederos de los Cabrera (5ta generación), caso de María Rosa
Cabrera, María Francisca y Antonia de Herrera y Cabrera a través de alianzas matrimoniales con
españoles (vazcos) logran mantener su prestigio en la sociedad colonial, otros sufren un declive
económico aunque la pérdida de su prestigio social. En el primer caso, doña María Rosa de Cabrera
y Velazco había heredado de su padre las Estancias de San Lorenzo Licsin, Partido de Calamuchita,
San Bartolomé, La Tapa y Piedra Blanca (Partido de Río Cuarto) y contrae matrimonio con el
8
comerciante vazco don Juan de Echenique y Echenique .
Pero, a principios del siglo XVIII la
situación económica de los Cabrera va desmejorando a tal punto que en momentos de contraer
8
. Este personaje se había avecindado en Córdoba a mediados del siglo XVII, ocupando importantes cargos
políticos y desempeñándose económicamente como fletador de mulas (Lascano Colodrero, 1968-1969: 199).
Este vínculo le permitió a los Echenique, no solo consolidar su prestigio social al ingresar al círculo más
tradicional de Córdoba, sino también dedicarse a la actividad agropecuaria, al transformarse sus herederos en
importantes hacendados de la región.
matrimonio doña Antonia de Herrera y Cabrera, su padre dice estar imposibilitado de dotarla “por no
estar juntos los pocos vienes que le prometí a dicha mi hija para la carga del matrimonio abiendo
9
reservado cuando estuviesen todos juntos” . Esta situación no la afectaría demasiado pues doña
Antonia se casa con Miguel de Sopeña, español, personaje con importantes vinculaciones
10
comerciales con Buenos Aires .
Por su parte, doña María Francisca de Cabrera y Solórzano (nieta del General Jerónimo
11
Luis de Cabrera III) quien recibe en herencia las estancias de Las Lajas, Achiras y La Punilla , se
casa con Pedro de Larramendi, oriundo de Santa Fe radicándose en la misma. Las tierras heredadas
fueron luego vendidas al clérigo don José Rosa de Córdoba quien inmediatamente se desprende de
las mismas vendiéndolas a distintos compradores entre los que podemos encontrar a Don Narciso de
12
Bengolea , Joseph Cabrera
El destino de
13
14
e Ignacio Soria y Medrano .
doña Isabel de Cabrera y Velazco fue muy diferente al de los casos
15
anteriores, dado que no pudo mantener el patrimonio económico heredado de su padre , sino que
vende esclavos para subsistir y posteriormente su hijo se desliga de las tierras del Río Cuarto por la
16
imposibilidad de afrontar el pago de las deudas heredadas .
A estas tierras accedieron, primero por arrendamiento y luego por compra, distintos
grupos de familias. Algunos mantendrán una pequeña explotación de una “suerte de tierra” de
extensión reducida y conformarán las familias campesinas propietarias. Otras que como los Bengolea
y Soria, formarán parte de la nueva elite que se constituye en el lugar. Tanto unas como las otras
serán los apellidos que figuran entre los primeros pobladores de la villa.
El apellido Arias de Cabrera (5ª generación de descendencia directa del conquistador)
tiene su origen en una descendencia fuera del vínculo matrimonial del General Jerónimo Luis de
Cabrera (III). Su hijo don Juan Arias de Cabrera obtuvo por herencia la propiedad de la Estancia de
17
San Francisco de “El Cano” , entre otras. La familia Arias de Cabrera se localizan en las sierras de
comechingones sur, tanto en Calamuchita (Estancia de El Cano) como en Yacanto Partido de
Traslasierra, ocupando y poblando un espacio preferentemente serrano. Luego, hay un
desplazamiento posterior hacia el sur. Muchos de ellos se instalan en el Partido de Río Cuarto. Tal es
el caso de Esteban Rosa Arias de Cabrera y Ceballos, nacido en San Javier y propietario de dicha
18
Estancia, que aparece registrado en 1778 en Río Abajo, junto a su esposa y un esclavo . Aquí se
dedicó a tareas rurales y políticas dado que en el año 1801 fue elegido Regidor Defensor de Pobres
del Cabildo de la Villa de la Concepción del Río Cuarto.
9
A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventario 114. Año 1726-28. Folio 67.
Arcondo, Anibal (1993: 247)
11
Las Tierras de Las Lajas, Achiras y La Punilla que recibiera don Francisco de Cabrera en herencia se encontraban
hipotecadas (desde 1698) y su hermano don Fernando de Cabrera las adquiere y levanta la hipoteca que recaía sobre las
mismas en 1701.
12
A.H.P.C. Registro Notarial Nro. 1. Inventario Nro 152. Año 1769. Folio 334-337 y siguientes.
13
Citado por Miguel Angel Gutiérrez en Achiras Histórica. Cap. 3. (1996)
14
A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventario 152. Año 1779. Folio 462 a 466.
15
Doña Isabel de Cabrera era hija de don José de Cabrera y Velazco, quien recibió del mismo las Estancias del Tambo, Río
Cuarto y San Bernardo, hipotecadas a favor del Convento de Santa Catalina.
16
A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventario Nro. 133 Año 1750. Folio 79-80.
17
Partido de Calamuchita, Barrinuevo Imposti (1986: 33)
18
Censo 1778. Casa Nro 69.
10
La ocupación de cargos religioso se transformó también en otro indicador para afirmar la
importancia social de la familia. Tal es el caso del Cura y Vicario don Santiago Arias de Cabrera y
19
Montenegro , quien desde 1767 y hasta 1805 estuvo a cargo de Partido del Río Cuarto. Desde 1772
ubica la sede parroquial en “La Esquina”
20
Antonio Bricio Arias de Cabrera y Caceres, otro bisnieto de Juan Arias de Cabrera, era
originario del paraje de Río de los Sauces y se vincula por matrimonio con María Catalina de Acosta y
Sosa de reconocida familia del espacio de Calamuchita. Luego de la fundación del pueblo de la
Concepción, se traslada a Río Cuarto y dona terrenos en donde se asentará la villa y fue incluido
21
entre los primeros pobladores . Se desempeñó en la administración pública como Juez o Alcalde
Pedáneo entre 1795 a 1797 antes de la erección del Cabildo. Como miliciano actuó como Capitán de
Urbanos en las Milicias de la Concepción desde 1794 a 1811. Fue Procurador en 1808 y también fue
en 1810 designado regidor Defensor de Menores. Era propietario de la estancia “El Espinillo” en la
22
banda sur de río Cuarto, próximo al paraje de San José.
Los Arias de Cabrera, al igual que el resto de las familias principales de la zona,
utilizaron al matrimonio como una estrategia para establecer alianzas familiares que le permitieron
mantener el control económico y social de la región. En el caso específico de esta familia los
encontramos vinculados a los Molina Navarrete, Acosta, Echeverría, Sosa, Arias Montiel, entre otros.
Se conforma así una red parental que genera mecanismos solidarios entre estos grupos.
Como dice Gonzalbo y Rabel (1994), muchas familias en América Latina y en la España del
antiguo régimen fundamentaron su prosperidad material sobre los lazos familiares. Sin embargo “a los criollos
americanos de primera y segunda generación les faltó capacidad para el mando, flexibilidad para acomodarse a
diferentes situaciones y habilidad para triunfar como empresarios” (1994: 31) Tal es el caso particular de la
región del río Cuarto. Embriagado por el móvil de la conquista y de la expectativa de recuperación rápida del
capital invertido, Jerónimo Luis de Cabrera II23 (3ta. Generación del Conquistador) solicitó un empréstito,
hipotecando las tierras del río Cuarto que llevaría a la ruina a parte de sus herederos24.
Al igual que en otras regiones coloniales en e siglo XVII hay una decadencia de los linajes
españoles, participantes en la conquista, por lo que la afluencia de nuevos inmigrantes tanto de línea femenina o
masculina continuaban ostentando el abolengo heredado de los antepasados conquistadores. En todo caso la
19
Santiago Arias de Cabrera y Montenegro (1740-1805) hijo de Juan Luis Arias de Cabrera y Gutiérrez y de Bernardina
Montenegro, era tataranieto del General Jerónimo Luis de Cabrera III. Estudió en el Colegio de Nuestra Señora del Monserrat
y en la Universidad de San Carlos, donde se recibió de Dr. en Teología en 1764. Ordenado Sacerdote su primer destino fue el
Curato de Traslasierra como Teniente Cura entre los años 1765-1766. Al año siguiente, se lo encuentra en Río Cuarto de
Cura Ayudante, hasta que en 1769 ocupe el cargo de Cura Vicario del Partido de Río Cuarto. (Mayol Laferrère, 1980: 23)
20
Allí es empadronado en 1778, cuenta a su cargo un notario, natural de Chile, seis esclavos, cinco indios y una familia en
calidad de agregada con cinco miembros.
21
A.H.P.C. 1797.Expediente sobre la fundación de Río Cuarto. A.H.P.C. Tribunales. Escribanía 1. Leg. 53. Exp. 7. Se le
otorgan tres sitios, para radicarse con su mujer, tres hijos, un esclavo y seis agregados, con un capital de 200 cabezas de
ganado
22
Mayol Laferrère (1980: 19 y 20)
23
Jerónimo Luis de Cabrera II (3ª generación del conquistador) realizó la expedición de los Césares en 1622, participó en la
guerra contra los Calchaquíes en 1631-33, fue Gobernador del Río de la Plata en 1641 y Gobernador del Tucumán en 1660.
Agotando sus recursos propios solicita un empréstito al Monasterio de Santa Catalina de Siena en Córdoba e hipoteca en
1641 sus propiedades de La Lagunilla, Costasacate, San Bartolomé y Río Cuarto.
24
Dice Barrionuevo Imposti “...a costa de un fuerte endeudamiento, apenas superado por su inmensa ilusión aprontó gente,
bestias, armas, enseres y vituallas al por mayor para el descubrimiento poblazón y conquista de la Provincia de los Césares.
Tres años le llevó preparar aquella expedición en la que dispendió su opulenta fortuna. (1986: 17)
permanencia o la extinción de linajes fundadores se puede relacionar con las estrategias familiares utilizadas para
la manutención y transmisión de patrimonio logrado.
Otra familia que se constituye partiendo de la comitiva fundadora que acompaña a
Cabrera fueron los Molina Navarrete. La importancia de la misma estuvo desde un comienzo al
ocupar don Juan de Molina Navarrete distintos cargos políticos en el Cabildo de Córdoba. Para la
región es significativo dado que el Capitán Francisco de Molina Navarrete y Garay se transforma en
un actor social importante luego de su alianza matrimonial a mediados del siglo XVIII con los
Fernández Montiel o Arias Montiel, familia, oriunda de Santa Fe y afincada en Tegua desde el siglo
XVII. Este enlace le permitió a los Molina transformarse, desde entonces, en uno de los principales
hacendados de la zona. De los nueve hijos de Francisco de Molina Navarrete y Garay con Doña
25
Vicenta Arias Montiel y Sosa , se identifican en el censo de 1778 a José Luis de Molina, José Marcos
26
Molina y su hermana Francisca Vicenta Molina. . Don José Marcos Molina Navarrete recibe en
herencia por ser hijo menor la estancia y capilla del Rosario de Tegua, la cual vende a su hermano
27
mayor José Luis Molina en el año 1786 . Aunque figura integrando la lista de los primeros
28
pobladores de la villa de la Concepción del Río Cuarto, no solicita tierras para radicarse
encontramos en 1801 con el cargo de Alcalde de la Santa Hermandad del Cabildo de Córdoba
y lo
29
Asimismo, también arribaron a este espacio, familias criollas oriundas de otros espacios
coloniales, durante el siglo XVII y XVIII que se dedicaron a las actividades agropecuarias. Muchas de
ellas conformaron grupos familiares de importancia, cuyos miembros se vincularán al poder colonial
tanto en el orden político como el económico y religioso.
A fines del siglo XVII, el Alférez Miguel Fernández Montiel, quien declara venir de Santa
Fe compra al General don Jerónimo Luis de Cabrera (III) una suerte de tierra en el paraje de El Tala
30
(Tegua) y allí se establece . Se desconoce los motivos por el cual el Alférez (hijo del Sargento
Mayor Ignacio Fernández Montiel y de doña Josefa de Quiñones) se desplaza desde el espacio
colonial santafesino al cordobés. Sus
descendientes, con el tiempo, dan gran prosperidad a la
estancia del Rosario, lugar de cría mular. Y algunos de ellos se desplazarán a la Villa de la
Concepción, luego de su fundación, y actuarán en el cabildo.
La familia Argüello se encuentra establecida desde fines del siglo XVI en la ciudad de
Córdoba, integrándose a los principales cargos cabildantes de la época y a ocupaciones religiosas.
Los encontramos establecidos en la región del Río Cuarto desde el siglo XVII, pero recién adquieren
la propiedad de la Estancia de Las Peñas en 1730, cuando se paga el censo (hipoteca) al convento
31
de San Francisco de Córdoba . De este grupo familiar se identifica como al más importante a don
Juan de Argüello y Baigorrí, quien tiene una destacada actuación como militar en la frontera Este,
25
Mayol Laferrère Linajes Pobladores del Valle de Tegua: Los Molina Navarrete. (s/f) Trabajo inédito.
El hogar de don José Luis estaba constituido por su esposa doña Liboria Alvarez y cuatro hijos. También se registra en la
misma casa a su hermano José Marcos Molina. Integraba la vivienda además ocho esclavos más 15 dependientes y un familia
agregada compuesta por cuatro miembros. Censo 1778: Casa Nro 35
27
Mayol Laferrère, idem
28
No se encuentra registrado en el Expediente sobre la fundación de Río Cuarto. A.H.P.C. Tribunales. Escribanía 1. Leg. 53.
Exp. 7. Año 1797.
29
Moyano Aliaga, Alejandro, marzo de 2000. Trabajo Inédito.
30
Mayol Laferrère (1976), Baggini (1999)
31
Antelme (1997: 105, 107)
26
32
como Gobernador de Armas de los Presidios y Frontera de “El Tío” . A partir de 1750, don Juan
recibe el poder de las monjas Catalinas para que se haga cargo de las ventas de las tierras del Río
Cuarto, más precisamente entre El Tambo y Reducción, por ser “persona muy práctica de aquellos
33
lugares” . Su posición social se consolidó cuando se casa con doña María Sinforosa de Tejeda y
Ledesma, descendiente del conquistador Tristán de Tejeda, quien había participado de la expedición
fundadora de Córdoba.
Los Soria Medrano se radicaron en las tierras del río Cuarto a mediados del siglo XVIII.
Ignacio de Soria y Medrano, vecino morador de la ciudad de Córdoba, Sargento Mayor, se estableció
en el paraje de la Capilla del Río Cuarto, primero como arrendatario y luego como propietario
34
adquiriendo la Estancia de la Lagunilla a la banda sur y la estancia Sampacha . Tenía a cargo la
custodia de la frontera del Río Cuarto y participó en varias entradas a tierras indígenas. Cuando se
funda el pueblo de la Concepción (1786) el gobernador Intendente Sobre Monte dispone que la casa
de Juan Gualberto Soria, hijo del Sargento y de Juana Correa fuese la cede de dicho fuerte
designándolo a este como su Comandante y comisionándolo para la formación del pueblo. En 1794
Juana Correa, conjuntamente con sus hijos Juan José y María y su nuera Pascuala Ojeda, viuda de
Juan Gualberto Soria (1778) donaron terrenos para la fundación de la Villa de la Concepción, donde
35
se le asignarían seis sitios . Los miembros de esta familia a pesar de ser los protagonistas
principales en el proceso fundacional de la Villa, no detentaron un fuerte poder político en el
36
Cabildo .
El apellido Garay que tiene su origen en el conquistador de Santa Fe, Juan de Garay, se
hizo presente en la región desde los inicios de la Conquista. El Gobernador Jerónimo Luis de Cabrera
II (2º generación) se había casado con su prima Isabel de Garay y Arias de Saavedra lo que significa
a decir de Anibal Montes la “fusión de las dos más poderosas familias de la conquista española en
37
esta parte de América” . Esta muestra una vez más lo practicado en otras regiones, dado que el
casamiento entre descendientes de conquistadores fue considerado como una regla general
(Gozalbo Aispuru, 1994: 330). Es por ello que vamos a encontrar a los Garay en la región, en el siglo
XVIII. Entre ellos a don Pedro José Garay quien fue el empadronador del Censo en el sector de Río
Arriba, con el título de Ministro Cuadrillero de la Santa Hermandad, ocupando luego un cargo
Comandante del Fortín de San Bernardo. Su primo, Inocencio Garay, fue soldado partidario en Punta
32
Juan de Argüello estuvo en el año 1726 en “la misión de hacer salir pacíficamente a los indios aucaes y expulsar a los
pampas tierra adentro haciéndoles saber a unos y otros que los españoles no han intervenido en sus guerras ni en sus ofensas
y que solo tiran a defender su nación española”. Junto a Argüello se reunieron los vecinos de Tegua. Eran unos 300 hombres
armados con sus respectivos caballos. La rapidez de la movilización marca la solidaridad que existía entre los vecinos de
estas tierras ante el peligro indio. Montes menciona que estaban presente en esa concentración el Capitán Juan Tomás
Martínez, Antonio y Francisco Albarracin, Ignacio Méndez, don Francisco y don Pedro Garay, Roque Fernández, Pedro
Argüello y José de Molina (Montes, 1953: 42-43)
33
A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventario 134. Año 1751. Folio 152-156
34
A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventario 152. Año 1779. Folios 462-466.
35
A.H.P.C. Expediente sobre la Fundación de Río Cuarto. (1797). Los integrantes de la familia Soria tenían cierta fortuna.
Doña Juana Correa, viuda de Ignacio de Soria tenía hacia 1794 4 esclavos y 500 cabezas de ganado. Su hija, María de Soria
Medrano, viuda del Capitán Francisco Guerra tenía asignado seis sitios para si y sus hijos (4 hijos y 6 hijas), 5 esclavos y
700 cabezas de ganado. Su hermano don Juan José Soria era el que menos capital tenía dado que contaba con cuatro sitios,
dos esclavos y cuatrocientas cabezas de ganado
36
Solamente encontramos a Marcelino Soria, hijo de Juan Gualberto Soria, desempeñándose como Regidor Defensor de
Pobres en 1810 y Regidor Defensor de Menores en 1819 y a Juan Luis Soria Regidor Decano en 1817.Barrionuevo Imposti
(1986: 170). Actas del Cabildo de la Villa de la Concepción del Río Cuarto 1798-1812.
37
Montes (1953: 8)
del Sauce y en la guarnición del fuerte de Santa Catalina. Los dos se afincaron en la Villa de la
Concepción recibiendo los beneficios acordados a los primeros pobladores
38
. Asimismo una
39
descendiente de los Garay, doña Petrona Isabel de Garay, se casa con Narciso Bengolea
b. Descendientes de españoles que arribaron a Córdoba en el siglo XVII y principios del XVIII
Desde fines del siglo XVII y principios del XVIII, familias españolas, fundamentalmente
vascas que arribaron a Córdoba, tuvieron un rápido ascenso social al dedicarse a las actividades
comerciales y a entrar en relación con los grupos de poder en ese momento. Estos “nuevos vecinos”
se integraron a las familias de la elite tradicional cordobesa llegando hasta ocupar cargos políticos.
La familia Echenique, originaria de Bidasoa, era ya de gran prestigio en España, según
expresan los genealogistas consultados. La rama argentina llega a Córdoba por vía del Perú y
comienza a intervenir en los sucesos de la época. Por alianza matrimonial adquieren parte de las
tierra de la merced de los Cabrera. Sus descendientes ocuparán puestos políticos importantes en el
Cabildo cordobés, así como también ocuparán cargos religiosos y militares. Aunque establecidos en
la región serrana del Río Cuarto, la familia Echenique seguía manteniéndose en Córdoba donde
actuaron en la vida política del momento. Los personajes más importantes fueron don Juan Agustín
de Echenique y Cabrera quien se desempeñó como Maestre de Campo, Regidor y Depositario
General; Don José Gerónimo Santiago de Echenique y Cabrera, Maestre de Campo, Regidor
Propietario y familiar del Santo Oficio, Don Jerónimo Luis de Echenique y Cabrera, Maestre de
Campo, Alcalde Mayo Provincial de la Santa Hermandad, Familiar y Alguacil Mayor del Santo Oficio y
Gregorio Silvestre de Echenique y Cabrera, Maestre de Campo; todos hijos de la alianza Cabrera y
Echenique, quienes monopolizaron las actividades comerciales de Córdoba y las complementaron
con sus prácticas ganaderas. También estuvieron íntimamente vinculados a la Iglesia, dado que
40
fueron prestamistas a dicha institución, ejerciendo también importantes cargos eclesiásticos .
El poder de esta familia se observa gracias a las alianzas matrimoniales que se
celebraban entre estas familias y los grupos de poder tanto a nivel intrarregional como interregional.
En el primer caso, Los Echenique y Cabrera se vinculan con los Molina Navarrete, con los Arias de
Cabrera, con los Garay, los Acosta, entre otros. En el segundo caso, las alianzas matrimoniales se
mantienen con miembros de la elite cordobesa como la familia Isasi, los Noble Canelas, la elite
catamarqueña como los Villafañe, y la elite santiagueña como los Uturbey. En este caso se puede
hablar con precisión de una familia de elite colonial (ver Anexo III)
En la región del Río Cuarto, se dedicarán a una de las actividades económicas más
importante como lo fue la producción y el comercio mular en la zona serrana, fundamentalmente en
las estancias que recibieron por herencia como son las de San Bartolomé, Piedra Blanca, Las Tapias
41
y Rodeo Viejo . En el censo de 1778 se los localiza formando una unidad censal pequeña: José
Gabriel de Echenique y Molina junto a su hijo José Urbano de Echenique y de Las Casas.
38
Barrinuevo Imposti (11986: 72 a 80)
A.H.P.C. Censo 1778. Casa Nro 180
40
Don Gregorio Silvestre de Echenique y Cabrera fue durante la primera mitad del siglo XVIII un importante prestamista,
cuyo radio de acción era sumamente amplio, intervino con transacciones comerciales tanto en Salta como en el puerto de
Buenos Aires. A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventarios varios
41
A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1. Inventarios varios.
39
Urbano de Echenique casado con María del Rosario Arias quedó como propietario de la
Estancia de San Bartolomé. En 1800 contaba con un esclavo, una casa en la ciudad de Córdoba,
42
dinero efectivo, cabezas de ganado vacuno y ovino y también ganado menor .
Domingo Irusta, oriundo de Vizcaya, se establece en Córdoba a fines del siglo XVII
sirviendo en las milicias de Córdoba. Este dará origen a la familia-tronco de los Irusta. Sus
descendientes se trasladan a la región de Calamuchita, posteriormente se emparentan con los
Montiel y se avecinan en el sector de Tegua. José Asencio de Irusta y Tello, quien participa en el
reconocimiento del río Quinto en 1773, y se avecina en el Saucesito, tiene hijos (2da generación) que
se encuentran distribuidos en los distintos sectores del Río Cuarto según el registro del censo de
1778. En el Saucesito, se localizan las casas de José Domingo Irusta y Montiel, quien había
comprado tierras al Monasterio de Santa Catalina en la banda norte del arroyo de La Lagunilla. A la
familia Irusta se la puede identificar como de propietaria de tierras y una pequeña proporción de
esclavos que se asentaron en la zona de Tegua, y posteriormente se distribuyeron por distintos
subespacios de la región. Tienen cierto rango y riqueza, pero no se vinculan con el poder.
Uno de los Irusta se casa con Catalina Freytes. De la familia Freytes, no se ha podido
establecer su procedencia, aunque se sabe que el Capitan Freytes y Mendoza adquiere la estancia
43
del Tambo
al Monasterio de Santa Catalina. Son catorce los hogares que se encuentran en el censo
de 1778 con el apellido Freytes, siendo la mayoría mujeres, cuatro en río abajo o zona de llanura y
los restantes en río arriba, es decir en la sierra. La mayoría de estos hogares tenían en poder entre
uno hasta tres esclavos. Celedonio Casimiro Freytes, nieto del Capitán Joseph Freytes heredó las
44
tierras en el paraje de La Esquina. Figura entre los primeros pobladores de la Villa . Este apellido
también se hizo presente ocupando cargo en el cabildo.
Respecto a la familia Acosta, Andrés Francisco Acosta, natural de Cádiz, llega a
Córdoba y compra tierras en el Sauce. Este se avecina con su familia en Calamuchita, partido
colindante del Río Cuarto. Nombrado Capitán, resguarda las fronteras del Río Cuarto y realiza
entradas por la frontera del este. Entre sus descendientes se encuentran familias con cargos
religiosos, civiles y militares. Esta familia fue incluida entre las que fueron a poblar la Villa de la
Concepción y adquirieron tierras en el río Cuarto, ocupando puestos claves en el Cabildo de la villa.
Este apellido no aparece en el empadronamiento de 1778 del Río Cuarto, pero en 1784 el Sargento
Mayor don José Vicente Acosta y su hermano Andrés Angel (3 generación) figuran en la lista de las
nuevas familias que proyectan instalarse en el pueblo a formar. En función de esto fueron incluida,
luego entre los primeros pobladores.
Este es el caso de una familia que se traslada de la zona de la sierra tal vez en
búsqueda de mayor riqueza y de prestigio. Andrés Angel Acosta se lo encuentra adquiriendo tierras
en estos suelos (arroyo de Santa Catalina). Bajo el título de Juez o Alcalde de Pedáneo, en
reemplazo de Soria, junto al Comandante de Milicias, Ventura de Echeverría practicó, los repartos y
42
Archivo Histórico Municipal Río Cuarto. (A.H.M.R.C.) Documentos del Extinguido Cabildo, Serie Juzgado, Echienique,
Urbano. Inventario, tasación y partición de sus bienes. Caja 6. Exp. 9. Año 1800. Por este documento se puede observar que
tanto el ganado como la mano de obra esclava era mucho más importante que la propiedad de la tierra.
43
Mayol Laferrère (1981: 3) y Barrionuevo Imposti (1986: 74)
44
En 1797 accedió a dos sitios, de la villa, tenía tres hijos, tres esclavos, dos agregados y cuenta con 500 cabezas de ganado
distribución de solares de la Villa. También participó en la confección del nuevo padrón de
45
pobladores .
El Sargento Mayor José Vicente de Acosta, hermano del anterior, estaba al frente de las
milicias calamuchitanas que acudían a defender la frontera de Río Cuarto, también fue incluido en la
lista de los pobladores de la villa. Compra una extensión de tierra en 1801. Su hijo mayor José de la
Presentación Acosta y Sosa, oriundo de Córdoba, contrajo matrimonio con doña Pascuala Ojeda,
oriunda de San Luis viuda de Juan Gualberto de Soria Medrano, quien falleciera en 1788. Gozaba de
46
una sólida posición económica y social por los bienes aportados por su esposa al matrimonio . En
1798 fue Aguacil mayor del Cabildo de la Concepción y en 1800 fue elegido Alcalde Ordinario. En
1807 se desempeña como regidor fiel ejecutor e interinamente como procurador y alcalde ordinario y
47
en 1810 ejerce el oficio de regidor decano
La familia Bengolea, originaria del país vasco se afinca en Córdoba a comienzos del
siglo XVIII, desarrollando una importante labor militar política y religiosa. La rama de los Bengolea
establecidos en el Río Cuarto son descendientes de don Silverio de Arrenga y Bengolea y de doña
Catalina de Argüello. Sus hijos se ubicaron en las distintas sub-sectores del Río Cuarto. En el caso de
don Francisco de Bengolea y Argüello se localizan en la zona de Punta del Sauce desempeñando
actividades militares, tuvo el cargo de Teniente y Capitán en el Partido de Calamuchita con
anterioridad a 1770 y a partir de esa fecha, como Maestre de Campo de Reformados en la zona
donde se establece. También desempeña actividades agrícola-ganaderas, dado que en 1750 compra
48
tierras al convento de Santa Catalina de Siena , y refuncionaliza la estancia de San Bernardo que
había pertenecido a doña Isabel de Cabrera y Velazco. Dentro de sus descendientes el más
significativo fue don Narciso de Bengolea y González Carriazo, quien tuvo una destacada actuación
en varias entradas al territorio de los indígenas. Asimismo, este personaje compra tierras en la subregión de Teguas-Las Peñas, se casa con Isabel de Garay donde no sólo da origen a una nutrida
familia (11 hijos) sino también que se transforma en uno de los dueños de tierras más importantes en
49
la región de la década del 80 del siglo XVIII. . Su hermano Silverio de Bengolea fue muerto por los
indios en una invasión que hicieran al río Cuarto, oportunidad en que se llevaron a tres hijos cautivos,
mataron a uno de pocos meses y arriaron con toda la hacienda que encontraron
50
Figura también en el padrón de 1778 su hija María Isabel Bengolea de Garay casada con
don Juan José Abaca, con dos hijos, 7 esclavos y dos mulatos libres. Desempeñó importantes
45
A.H.P.C. Tribunales, Escribanía 3. 1797 Leg. 52. Exp.7. En estos documentos están sentado los nombres de
los primeros pobladores “españoles” o descendientes de los mismos del ejido urbano. En dicho padrón figura
primero en la lista con su mujer 9 hijos, 5 esclavos, 17 agregados y con un capital de 300 cabezas de ganado. Se
había casado con Josefa Arias Cabrera (descendiente del linaje del fundador de Córdoba). A él se le asignó 8
sitios, la única cantidad mayor otorgada a los pobladores. Don Andrés Angel Acosta ocupó cargos políticos en la
Villa, fue Regidor Decano en 1798 y en 1802 Alcalde Ordinario.
46
Idem. El padrón levantado en 1794 figura conviviendo con su esposa, tres hijos, cuatro esclavos, diez agregados y dos mil
cabezas de ganados. El mayor caudal de bienes de todos los pobladores. Figura con la asignación de seis sitios.
47
En 1804 envía carta al Gobernador solicitando que se le asignara algún sueldo para continuar con el servicio que le
ocasionaba los gastos de hospedaje y alimentación de los indios que entraban en la concepción con fines de comercio. El
cabildo le concede más terrenos al año siguiente. A decir de Mayol Laferrère, “sus ambiciones de propietario no parecen
colmarse nunca. En efecto, contemporáneamente, litiga con doña Juana Correa de Lemos (madre de Juan Gualberto Soria)
por los derechos que se le atribuye a los terrenos continuos al fuerte” (1975: 23 y 24 )
48
A.H.P.C. Registro Notarial Nro 1: Inventario 149, año 1750. Folio 115.
49
En el año del empadronamiento censal contaba con 8 hijos, 11 esclavos en su casa junto a 13 libres con vínculos con los
esclavos, más cuatro sobrinos a su cargo y dos esclavos de sus sobrinos
cargos políticos y militares, en los cabildos de la Villa de la Concepción y de la Villa de La Carlota.
Fue Regidor Decano en el cabildo de la villa de La Carlota antes de ser designado en 1815
Comandante del Fuerte de Santa Catalina.
Aunque se instalaron a principios del siglo XVIII en la ciudad de Córdoba, los Berrotarán
no llegaron a desempeñar un rol importante en la región hasta que don Juan Domingo de Berrotarán
y Carricaburu contrae enlace con María Mercedes de Allende y Villamonte, instalándose en Las
Peñas, a partir de 1754. Este matrimonio con una de las familias más tradicionales de Las Peñas, le
permitió a los Berrotarán detentar un poder económico importante que será complementado con los
cargos políticos que ocuparán en el Cabildo de la Villa de la Concepción a comienzos del siglo XIX.
Dentro de esta familia, se destaca don Gregorio Manuel de Berrotarán y Allende (hijo de don Juan
Domingo de Berrotarán y Carricaburu y de María Mercedes de Allende y Argüello), quien recibe de su
madre en 1798, por disposición testamentaria, la estancia de Las Peñas. De profesión hacendado –
según el censo de 1813- su acción política es notable al considerar los distintos cargos que ocupó en
el Cabildo de la Villa de la Concepción, dado que en 1801 fue Alcalde Ordinario, en 1812 Regidor Fiel
Ejecutor y en 1817 Alcalde Ordinario.
A diferencia de las otras familias, cuyos ancestros provenían del “espacio peruano” y
afincándose en la jurisdicción de Córdoba del Tucumán, los Echeverría provenían del espacio
rioplantense. El Maestre de Campo don Ventura de Echeverría oriundo de Buenos Aires en 1718
pasa a mediados del siglo XVIII a la ciudad de Córdoba, en calidad de “mercader tratante”. Es
probable que se haya vinculado rápidamente con la estructura de poder de Córdoba, pues en 1761 es
nombrado Juez Sub delegado en el deslinde de tierras del Cano, Calamuchita y desde 1765 se lo
encuentra actuando en actividades militares en el Presidio de Punta del Sauce, primero
51
reemplazando a don Miguel de Arrascaeta y posteriormente a Ventura de Montoya . A partir de 1776
y hasta 1791 es comandante de la Frontera del Sauce desde donde realiza una serie de incursiones a
los indios ranqueles. Posteriormente se avecina en la Villa de la Concepción y toma el cargo de
comandante de Milicias de la Concepción y San Bernardo, motivo por el cual goza de derechos y
prerrogativas al ser designado por el Gobernador Intendente de Córdoba del Tucumán, Marqués de
Sobre Monte, como encargado de repartir los solares para el establecimiento de las familias que
52
poblarán la villa, concediéndose 4 sitios en la misma . Su vida política concluye en 1799 al
desempeñarse en el cargo de Síndico Procurador del Cabildo de la Villa de la Concepción. Su
posición social se consolida al contraer matrimonio con doña Antonia Arias de Cabrera y Cáceres,
53
descendiente de una de las familias más representativas de los vínculos sociales de la colonia
50
Lascano Colodrero (1936-1969)
Ventura de Echeverría sirvió 21 años en Buenos Aires, hizo 9 entradas generales contra los indios y en 1737 participó del
sitio de Colonia llegando hasta Río Grande. Luego sirvió con Ortiz de Rosas, Andonaegui y Cevallos. Los antecedentes de
este oficial se encuentran en el Archivo Municipal de Córdoba, Libro VI, folio 202. Citado por Gonzalez (1997:146)
52
A.H.P.C. Tribunales, Escribania 1, leg. 52, Exp. 7. Año 1797
53
. De sus sucesores el más importante fue, sin lugar a dudas, su nieto don Juan Gualberto Echeverría y Ferreyra militar
Comandante General de la Frontera Sur en 1821, involucrándose en las Guerras Civiles a principios del siglo XIX, situación
que lo conduciría a su fusilamiento en 1831.
51
Reflexiones finales
Con el registro nominal que proporciona el padrón censal de 1778 se pudo identificar a
las familias que dejaron registradas sus trayectorias a través de confecciones genealógicas. Los
datos suministrados por otras fuentes permitieron detectar que a pesar de ser este un espacio
fronterizo, inestable y demográficamente débil –comparándolo con otras regiones- estaba vinculado al
orden colonial. Y aunque era un espacio geográfico marginal, existía en él una sociedad jerarquizada
que reproducía los mecanismos propios de una sociedad estamental.
Entre los distintos sectores del espacio regional, los de la sierra y la llanura, había una
fluida red de parentescos. De los descendientes del conquistador y principales propietarios de la
sierra, algunos se van empobreciendo, mientras que otros por alianzas matrimoniales conservan y
hasta aumentan su patrimonio.
El principal “feudatario” de la región fue Jerónimo Luis de Cabrera III, el traspaso su propiedad a
nuevos protagonistas fue por herencia, por venta y por hipoteca. Entre quienes heredaron estas tierras,
fundamentalmente en la zona de la sierra Comechingones, los Echenique y Cabrera, Arias de Cabrera, pudieron
continuar con la posesión de las mismas a través de la producción, fundamentalmente a partir de la cría mular,
manteniendo vínculos con la economía cordobesa. Entre quienes compraron tierras en la zona de las sierras de las
Peñas, los Molina Navarrete, Montiel, Argüello, Irusta, aunque de menores extensiones, las mantuvieron en
producción, los que les permitió ciertas riquezas y mantener el prestigio económico-social.
Los que heredaron las tierras hipotecadas localizadas en la llanura se encontraron
imposibilitados de levantar las deudas. La pérdida de las tierras implicaron un desmembramiento aún
mayor, lo que contribuyó que hacia mediados del siglo XVIII, llegaran a ese espacio y accedieran a la
propiedad de la tierras algunos personajes vinculados con las actividades militares, caso los Soria
Medrano, los Bengolea, los Acosta, los Echeverría, los Freytes. Estos serán los principales
protagonistas en el proceso fundacional de la Villa de la Concepción.
A partir de ahora surgen inquietudes y nuevos interrogantes a desarrollar.¿Cómo se
explica decadencia de los descendientes de los principales protagonistas de la conquista expresados
en la unión Cabrera y Garay? ¿Tuvieron estas familias estrategias diferentes al de otros espacios
coloniales? ¿Qué estrategias llevaban a las familias fundamentalmente desde mediados del siglo
XVIII a ocupar estos espacios límites? Cabe todavía preguntarse, ¿Qué impronta tiene el hecho de
asentarse en una región marginal y de frontera? Interrogantes éstos, entre otros, que se abren para
futuras investigaciones.
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comienzos del XIX). Departamento de Historia. UNRC. (Trabajo Final de Licenciatura) 1997.
ANEXO I
Mapa 3:
subdivisão do rio Curato por setores segundo consta no recenseamento censal de 1778
FUENTE: Carbonari (1998: 174) Subdivisión del Partido del Río Cuarto por sectores según consta en
el censo de 1778
Anexo II
FAMILIA CABRERA (Siglos XVI XVII y princ. del XVIII)
I generación
Jerónimo Luis de Cabrera (fundador de Córdoba en 1573)
cc Luisa Martel de los Ríos
II Generación
Gonzalo Martel de Cabrera (¿-1582) Obtiene la Merced de las tierras del río Cuarto
cc María de Garay (hija de Juan de Garay)
II Generación
Gobernador Jerónimo Luis de Cabrera II Guerra contra los Calchaquíes 1631-33
Expedición y conquista a los “Cesares” 1622
cc Isabel Garay (prima)
Ampliación de la Merced 1633
Hipoteca parte de la Merced del Río Cuarto 1641
Hereda la hipoteca junto con las estancias
IV Generación
V Generación
General Jerónimo Luis de Cabrera III
Realiza las primeras ventas de tierras
cc Antonia Carabajal y Velasco Fracciona las tierras entre sus herederos
José de Cabrera y Velasco
cc Antonia M.Navarrete
(hereda la estancia de San
Bernardo y la de Río Cuarto)
Cap. Francisco de Cabrera y Velazco
cc Antonia Vera y Mujica
(hereda Estancia de Achiras,
Las Lajas Las Peñas )
María Rosa de Cabrera y Velazco
cc Juan de Echenique y Echenique
(Estancia de San Bartolomé, San
Lorenzo de Licsin, La Tapa y
Piedra Blanca)
Fernado de Cabrera y Velazco
cc María de Solórzano
(adquiere las tierras de su hermano
Francisco y levanta la hipoteca)
Juan Arias de Cabrera
cc Antonia Diaz de Quiñones
(hereda Estancia El Cano)
Anexo III
FAMILIA ECHENIQUE (Siglo XVIII)
I Gen.
II Gen.
Juan de Echenique y Echenique
cc María Rosa de Cabrera y Velazco (aporta Estancia de San Bartolome , La Tapia y Piedra
Blanca)
Juan Agustín de Echenique y Cabrera
cc María Josefa de Molina Navarrete
III Gen. Juana M. Luisa de Echenique y Molina
cc Juan Bautista Isasy
María Josefa de Echenique y Molina
cc Comandante José Benito de Acosta
José Gabriel de Echenique y Molina
cc Magdalena de las Casas
IV Gen
José Urbano de Echenique y de las Casas
cc. María del Rosario Arias de Cabrera
José Jerónimo Santiago de Echenique y Cabrera
cc Bartolina de Garay
Jerónimo Luis de Echenique y Cabrera
cc Josefa de Urtubey
Gregorio Silvestre de Echenique y Cabrera
cc Margarita de Villafañe
Catalina de Echenique y Cabrera
cc Manuel Nobles Canelas
Nota: En estos gráficos se presentan únicamente las alianzas matrimoniales más
significativas para el contexto de la región.
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