REVISTA DIGITAL DE CRIMINOLOGÍA Y SEGURIDAD “PRINCIPIOS DEL COMPORTAMIENTO VIAL” Por Victoriano Francisco Flores Corzo TEMA’S Revista Digital de Criminología y Seguridad https://www.facebook.com/revista.temas Watson Consultores Revista TEMA’S http://revista-temas.blogspot.com.ar/ REVISTA DIGITAL DE PRINCIPIOS DEL COMPORTAMIENTO VIAL C Por Victoriano Francisco Flores Corso omo conductores y peatones que somos de todo este enentramado de la circulación vial tenemos derecho a suponer que el resto de usuarios también debe cumplir las normas que regulan la circulación del tráfico. El comportamiento de los demás nos afectará de tal manera que adecuará nuestra forma de poder desenvolvernos por la red vial. Tan fácil, como esperar de manera confiada a que respeten, por ejemplo, nuestra prioridad de paso en una intersección, la distancia de seguridad entre vehículos, así como las buenas prácticas al volante que aprendimos en su momento. Victoriano Francisco Flores Corso, es Especialista en Criminalidad y Seguridad Pública. Universidad de Sevilla. Especializado en Derecho y Criminología U.N.E.D. Se desempeña en el Equipo de Atestados e Informes de la Guardia Civil en Sevilla, España en Investigación de Accidentes de Tráfico. 78 Revista TEMA’S Año II - Número 7 - Marzo 2013 CRIMINOLOGÍA Y SEGURIDAD Los principios que rigen en la conducción están explícitamente desarrollados en las normas de circulación para que durante su aprendizaje vayamos tomando nota sobre la forma de convivir con los demás si hacemos uso de las vías públicas. Por lo pronto, para recordar algunas normas sobre el comportamiento vial, hoy, comenzamos con el principio de confianza en la normalidad del tráfico. Un principio también denominado de expectativa adecuada por ese derecho a esperar de los demás un uso adecuado de las normas que regulan la circulación. Para ello, necesitamos saber qué van a hacer los otros conductores o peatones, cómo van a hacerlo, desde dónde y cuándo iniciarán su decisión. EL SIGNO DE EXCLAMACIÓN EN LAS NORMAS DE TRÁFICO que bajemos la guardia y la atención que se requiere al volante, ya que ante esa falta de compromiso o ante cualquier indicio de comportamiento indebido por parte de los demás usuarios de la vía, tenemos que ceder, es decir, poner de nuestra parte para evitar cualquier conflicto. El desarrollo estricto de la norma por parte de todos los usuarios de la red vial es lo único que garantiza el conocimiento de lo que van a hacer los demás. Es decir, intentar prever cómo van a actuar los demás usuarios de la vía es lo que nos proporciona la tranquilidad y la confianza necesaria para anticiparnos a las posibles situaciones más o menos peligrosas y nos permite estar en una posición adecuada para tomar decisiones correctas. Por el contrario, cuando no respetamos la normativa de tráfico, podemos poner en grave riesgo nuestra propia seguridad y la del resto de usuarios de la vía, al hacer inesperado nuestro comportamiento. Un comportamiento que puede ser previsible por ese margen de desconfianza pero que no siempre se da, precisamente, debido a una mala interpretación o error de apreciación por parte de alguno de los intervinientes. CUANDO TOLERANCIA Y CONFIANZA SE MEZCLA Fuente fickr.com por: Teclasrorg. bajo licencia C.C. De acuerdo con este principio de expectativa adecuada o legítima, todo conductor necesita circular con la relativa certeza y confianza de saber que los demás usuarios de la vía van a respetar las normas establecidas para la circulación. Conocer la reacción de los conductores y peatones próximos a nuestro entorno, dará la tranquilidad suficiente para anticiparse y prevenir situaciones de riesgo y así poder actuar adecuadamente en cada caso para evitarlas. No obstante, el hecho de presuponer que los demás conocen las normas, no significa Dos conceptos que quiero desarrollar para llegar a la conclusión de que el espacio compartido por todos requiere adaptarse a unas normas consentidas y admitidas para ser aplicadas. Me refiero a la expectativa adecuada y al margen de confianza que debe existir en la conducción. Es decir, esperar la reacción de los demás a sabiendas de que puede haber una mala interpretación o un fallo externo y ajeno so TEMA’S Revista Digital de Criminología y Seguridad WATSON CONSULTORES 79 REVISTA DIGITAL DE sobre alguno de los que comparten el mismo escenario. Una señal de tráfico que no ha sido restituida por otra nueva, una obstrucción visual que no permite ver la proximidad de otro vehículo en un cruce, el exceso de confianza de algunos conductores experimentados o la falta de pericia en la conducción de un conductor novel, son claros ejemplos de que debemos ampliar esa expectativa y ese margen de confianza para no ocasionar un conflicto. Además, con los ejemplos anteriores no sólo se hace imprevisible el comportamiento del infractor, sino que también se pueden provocar comportamientos igualmente extraños en los otros conductores. Estos, ante una grave alteración de la normativa, pueden no saber cómo reaccionar, al no estar contemplada esta circunstancia en las normas de circulación, y se pueden provocar a su vez nuevas situaciones de riesgo encadenadas que pueden dar lugar al incidente. Pero insisto, lo imprevisible no tiene por qué ser inevitable ni tampoco la experiencia en la conducción es la que resuelve todas las situaciones de riesgo. Por tanto, es la suma de dos hechos realizados por dos intervinientes y que llevados a una situación de riesgo no han podido resolver posiblemente por ese exceso o falta de confianza. Por otra parte, el principio de confianza está basado, como es lógico, en el conocimiento y cumplimiento estricto por parte de todos los usuarios de las reglas y normas que regulan la circulación por las vías públicas, lo que obliga a las autoridades competentes a supervisar que todo aquel que circule por ellas esté debidamente formado y autorizado. Conocer y cumplir las normas es la garantía fundamental para la seguridad de todos los que compartimos el mismo escenario vial. Por eso, debemos respetarlas para que se confíe en nosotros como conductores y como peatones. LA PREVISION Como ya sabemos, tras ver el comportamiento que pueden tener los demás y a pesar de utilizar el principio de confianza, toda precaución es po- 80 ca a la hora de ponerse al volante. De ahí, la previsión como principio basado en que todo obstáculo o situación que pueda sorprendernos deberá ser aceptado sin alterar nuestra capacidad de anticipación para evitar cualquier incidente vial. La anticipación como alternativa a la propia seguridad personal, siempre que la situación de peligro inicial sea de tal naturaleza que, efectivamente, exija una resolución del conflicto como, por ejemplo, una maniobra evasiva consistente en el giro de volante hacia la derecha para impedir una colisión por alcance en una vía de doble sentido de circulación. Pero, hay muchos más ejemplos… No pretendo hacer un guión sobre las buenas prácticas en la conducción pero mi experiencia de muchos años conduciendo vehículos, me ha enseñado no sólo a tener una expectativa adecuada, por ese derecho a esperar de los demás un uso adecuado de las normas que regulan la circulación sino también, intentar superar con éxito o estar a la altura ante cualquier imprevisto que se presente, salvo que se trate de incidentes: voluntarios, fortuitos como por ejemplo, derrame de líquido deslizante sobre la calzada o de fuerza mayor como por ejemplo, la caída de un árbol a nuestro paso con nuestro vehículo. En consecuencia, descartando aquellos factores que con ocasión del tráfico sean inevitables, el principio de previsión también denominado de precaución en materia de seguridad vial respalda la adopción de medidas protectoras ante conductas que puedan crear situaciones de grave riesgo para la circulación u otras que por omisión o desconocimiento de la norma sean mal interpretadas. HAY QUE SABER PREVENIR PARA ANTICIPARSE Por tanto, el principio de previsión junto con el de confianza pretende que la conducción se realice de la forma más natural posible. Es decir, que la circulación vial sea lo menos exigente posible, con el menor número de obstáculos, traRevista TEMA’S Año II - Número 7 - Marzo 2013 CRIMINOLOGÍA Y SEGURIDAD PRINCIPIOS DEL COMPORTAMIENTO VIAL. Por Victoriano Francisco Flores Corso mos rectos, buena visibilidad de la señalización, etcétera. Son condiciones que nos ayudarán a controlar en cada momento nuestra propia intervención de acuerdo con nuestra capacidad y experiencia. De todas maneras, con estos dos ejemplos seguro que se entenderá mejor: Supuesto 1: El conductor que circula por el casco urbano debe prever que en un momento determinado puede irrumpir un peatón y cruzar la calzada, por lo tanto debe ajustar su conducción a las circunstancias que puedan presentarse. En el caso de no hacerse y producirse el siniestro vial, aunque fuese inevitable, la responsabilidad recaerá sobre el propio conductor. Del mismo modo, la previsión del incidente vial juega un papel muy importante, como hemos explicado antes, en tanto que se responsabiliza por completo al que pudo y no lo hizo. Supuesto 2: El conductor que no puede prever la aparición de un animal suelto transitando por la calzada sobre todo si desconocemos la carretera. Pero si se trata de un tramo recto con buena visibilidad, aunque fuese de noche, lo más probable es que nos permita realizar una maniobra evasiva como por ejemplo advertir a los demás nuestra intención de detenernos. En el caso de producirse el atropello podría plantearse: una velocidad excesiva, falta de atención o una impericia del conductor. LA IMPORTANCIA DE LA CONDUCCIÓN DIRIGIDA Siguiendo con los principios del comportamiento vial ya enumerados, como conductores, estamos como dirigidos en todo mo- mento por la señalización existente de la red vial. Es decir, mientras no exista señalización que indique una alteración de la normalidad en el tráfico, podemos circular en la confianza de que no vamos a encontrar ninguna anomalía. Pero si además, asumimos algunas dificultades que nos podemos encontrar como por ejemplo, suelo mojado por lluvia, calzada en obras, etcétera; sólo nos queda utilizar la previsión, es decir, adoptar las medidas adecuadas para superarlas sin dificultad. Otro aspecto a tener en cuenta es el de la obligación que tienen los usuarios de las vías de señalizar las maniobras que realicen. Como sabemos, tales maniobras implican un movimiento que, si no se anuncia con antelación, pueden suponer un peligro potencial importante para el resto de los usuarios puesto que suponen desplazamientos laterales o cambio de carril no esperados en los que se pueden cruzar las trayectorias de los vehículos con riesgo de sufrir alguna colisión o conflicto. A veces, al volante, necesitamos reforzar nuestras maniobras para que sean vistas por el resto de usuarios. Es más, no podemos dar por hecho que los demás han entendido nuestras intenciones. Por ejemplo, cuando circulamos por el carril exterior de una rotonda y no deseamos salir por la primera salida. En este caso, si advertimos con el intermitente izquierdo estaremos dando a entender a los demás, que nos siguen, que no vamos a salirnos de la rotonda. Cuando vamos en paralelo y junto a un vehículo articulado (cabeza tractora más semirremolque) tenemos que prever que su ángulo muerto le impide vernos. Si vamos detrás de un conductor o conductora de avanzada edad tenemos que prever que puede aminorar la velocidad sin motivo aparente… En definitiva, previsión en la conducción es anticiparse a las maniobras de los demás para facilitar la correcta utilización de nuestro entorno vial y en todo caso evitar un conflicto sabiendo de antemano que podemos dominar la situación. Como en el ajedrez: pensar dos jugadas por delante. http://revista-temas.blogspot.com.ar/ 81 REVISTA DIGITAL DE LA SEGURIDAD La seguridad en la conducción, como principio del comportamiento vial, exige al conductor la concentración de sus facultades físicas y psíquicas para un correcto dominio de las actividades que requiere la conducción. El estudio del movimiento del vehículo con la confianza y previsión que ya conocemos para estar preparado ante cualquier situación de riesgo que se presente. El objetivo de este principio es dar una respuesta adecuada a las distintas y cambiantes incidencias que presenta la circulación vial con especial atención a la tarea de conducir. De esta manera, evitaremos poner en peligro nuestra vida y la de terceros ante la posibilidad de sufrir un siniestro vial. Si recordáis el artículo anterior, con la previsión se logra una mayor capacidad de respuesta a los mandos del vehículo. Pues bien, con el principio de seguridad utilizaremos lo aprendido sobre algunos comportamientos viales para describir primero la situación y anticiparnos después, sin poner en peligro la seguridad vial. UN CONDUCTOR SEGURO ES UN CONDUCTOR FORMADO Digamos que este principio tiene como fundamento subjetivo el mecanismo que implica concentrar la atención en la tarea de conducir y sobre esto nos habla el artículo 17 del Reglamento General de Circulación al referirse al control del vehículo o de animales dentro de las normas generales de los conductores: 1. Los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos o animales. Al aproximarse a otros usuarios de la vía, deberán adoptar las precauciones necesarias para su seguridad, especialmente cuando se trate de niños, ancianos, invidentes u otras personas manifiestamente impedidas. 82 2. A los conductores de caballerías, ganados y vehículos de carga de tracción animal les está prohibido llevarlos corriendo por la vía en las inmediaciones de otros de la misma especie o de las personas que van a pie, así como abandonar su conducción, dejándoles marchar libremente por el camino o detenerse en él. El principio de seguridad aporta al conductor un perfecto dominio del vehículo para afrontar las situaciones que presenta la circulación vial. Si conseguimos con nuestra conducta dominar el coche, controlar su movimiento y velocidad aplicando al mismo tiempo el conocimiento de las normas de circulación alcanzamos la conducción defensiva o lo que es lo mismo, la suma de las dos técnicas: saber conducir + saber circular. EL INTERCAMBIO SOCIAL EN LA CONDUCCIÓN Hace tiempo, Josep nos explicó algunas claves para una conducción defensiva y que vienen muy bien al hilo de lo que estamos hablando. Además, aprovecho para recordar esa pregunta casi al final del artículo: ¿Cuál debe ser la respuesta adecuada?, es decir, mientras manejamos el vehículo en un entorno compartido como es el escenario vial, ante la multitud de factores que intervienen en el fenómeno vial, ¿cómo podemos evitar las situaciones de riesgo? No quiero dar pistas… pero, algo tienen que ver las personas que intervienen en la circulación vial (conductores, peatones, ciclistas…) y las circunstancias que le rodean e influyen en la conducción (alcohol, drogas, velocidad…). Si conocemos, por tanto, los factores de riesgo y somos capaces de reconocerlos podremos dar una respuesta adecuada a cualquier situación irregular que se nos presente a los mandos del vehículo durante la conducción. Un ejemplo lo tenemos en el artículo 45 del Reglamento General de Circulación en cuanto a la adecuación de la velocidad a las circunstanci Revista TEMA’S Año II - Número 7 - Marzo 2013 CRIMINOLOGÍA Y SEGURIDAD as, dentro de los límites de velocidad regulados: Todo conductor está obligado a respetar los límites de velocidad establecidos y a tener en cuenta, además, sus propias condiciones físicas y psíquicas, las características y el estado de la vía, del vehículo y de su carga, las condiciones meteorológicas, ambientales y de circulación, y, en general, cuantas circunstancias concurran en cada momento, a fin de adecuar la velocidad de su vehículo a ellas, de manera que siempre pueda detenerlo dentro de los límites de su campo de visión y ante cualquier obstáculo que pueda presentarse. Existen estudios sociológicos sobre el comportamiento y actitudes de los conductores al volante y cuando nos preguntan, decimos que somos muy buenos conduciendo y además, nos sentimos muy buenos cumplidores de las normas de tráfico. Sin embargo pensamos que los otros no son así. Esto genera un exceso de confianza que hace delegar la responsabilidad hacia terceras personas. También, son importantes las condiciones del tráfico en la red vial: las deficiencias de la vía, las retenciones de vehículos por imperativo de la circulación, por ejemplo, suponen un cambio en las actitudes de los conductores. No obstante, de la experiencia del conductor y su carácter dependerá su conducción segura. Reaccionar con actitudes y comportamientos peligrosos ante cualquier presión dentro del entorno vial es propio de un carácter inmaduro. Evitemos, por tanto, esa inseguridad vial que a nada nos conduce. Watson Consultores PRINCIPIOS DEL COMPORTAMIENTO VIAL. Por Victoriano Francisco Flores Corso LA RESPONSABILIDAD Recordad que habíamos dicho que el hecho de conocer y cumplir las normas es la garantía fundamental para la seguridad de todos los que compartimos el mismo escenario vial cuando hablábamos de la confianza; después, vimos la previsión, o lo que es lo mismo, anticiparse a cualquier obstáculo o situación que pueda sorprendernos sin alterar nuestra capacidad de actuación para evitar cualquier incidente vial y por último, tener la seguridad, es decir, la concentración necesaria de nuestras facultades físicas y psíquicas para un correcto dominio de las actividades que requiere la conducción y así dar la respuesta adecuada. Pues bien, hoy, terminamos esta serie de artículos sobre los principios del comportamiento vial que nos afectan a todos, especialmente a conductores y peatones, dentro del fenómeno del tráfico con la responsabilidad. De esta forma sabremos diferenciar los cuatro principios unidos a su vez por un denominador común: la conducta al volante. LA CONDUCCIÓN ES UNA TAREA DE RESPONSABILIDAD La sociedad nos otorga la convicción de que cuando nos subimos a un vehículo o cuando circulamos como peatones todos somos responsables de nuestros actos. Cuando se toman decisiones erróneas o cuando nos comportamos de manera irresponsable en el ámbito vial se rompe la seguridad en la circulación. (Programa de intervención, sensibilización y reeducación vial) El principio de responsabilidad se basa en el cumplimiento por parte de conductores y peatones de la normativa existente, evitando ser WATSON CONSULTORES 83 REVISTA DIGITAL DE un peligro u obstáculo a los demás usuarios de la vía, con un comportamiento adecuado en cada momento y asumiendo las consecuencias de sus propios actos. El aspirante a conductor debe formarse debidamente para asumir que el hecho de conducir y después circular con el vehículo es una tarea de responsabilidad, sabilidad, y que vimos con ejemplos cuando hablábamos de la respuesta adecuada, el elemento humano es capaz de prever y afrontar con éxito muchas circunstancias. De hecho, la responsabilidad en la conducción viene recogida en el Reglamento General de Conductores, al referirse a la expedición de los permisos de conducir, incluyendo las antiguas licencias de conducción, así como los deberes de los titulares de los distintos tipos de autorizaciones para conducir. 1. El titular de un permiso o de una licencia de conducción, así como de cualquier otra autorización o documento que habilite para conducir, deberá hacerlo con sujeción a las menciones, adaptaciones, restricciones y otras limitaciones respecto de las personas, vehículos o de circulación que, en su caso, figuren en el permiso o licencia de conducción… Por tanto, este principio de responsabilidad ha de hacernos reflexionar sobre la especial relevancia que tiene el factor humano en la explicación no sólo de cualquier siniestro vial que ocurra, sino de todo el fenómeno del tráfico. Además, añado que más allá del principio de respon- 84 CUANDO LA ACTITUD Y APTITUD SE MEZCLA EN LA FORMACIÓN VIAL Revista TEMA’S Año II - Número 7 - Marzo 2013 CRIMINOLOGÍA Y SEGURIDAD 2. El conductor de un vehículo queda obligado a estar en posesión y llevar consigo su permiso o licencia de conducción, así como cualquier otro documento o autorización que, de acuerdo con la normativa vigente, necesite para poder conducir. Estos documentos deberán ser válidos, estar vigentes y se deberán exhibir ante los agentes de la autoridad que lo soliciten. (Artículo 3 del Reglamento General de Conductores) Es importante, pues, generar y transmitir un sentimiento auténtico de responsabilidad personal, donde la identificación del riesgo vial tiene que ser prioritaria y presumible. A su vez nuestra responsabilidad como conductores ha de hacernos conscientes de que la clave para lograr una mayor seguridad en la circulación está en nuestras propias manos la mayoría de la veces, tengamos o no experiencia, porque lo que vale es asumir el rol de conductor desde el principio, desde cuando nos dan carta blanca para conducir con independencia de quien pueda considerarse en último término responsable del riesgo o incidente que con ocasión del tráfico se ha originado. Por otro lado sería conveniente, hacer comprender a nuestros legisladores y a su vez hacer llegar a la sociedad, que para obtener un permiso de conducir, desde los conocimientos que se adquieren tras obtener el permiso de ciclomotor hasta un permiso profesional, el aspirante debe recibir una enseñanza específica y sin olvidar las clases teóricas necesarias relacionadas con las actitudes y aptitudes, para que pueda llegar a comprender, interiorizar y hacerse suya, la práctica de la responsabilidad en la conducción. ¿Por qué la formación vial no contempla la posibilidad de dar el curso de recuperación de puntos a los aspirantes al permiso de conducir de la clase B, por ejemplo? ¿Habrá que empezar por la formación adecuada sobre las actitudes y comportamientos en la conducción a los principiantes? En definitiva, todo es cuestión de confianza, previsión, seguridad… pero sobre todo de responsabilidad, de nuestra capacidad para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente. http://revista-temas.blogspot.com.ar/ 85 REVISTA DIGITAL DE CRIMINOLOGÍA Y SEGURIDAD CAPACITACIÓN A DISTANCIA CICLO 2013 Watson Consultores ofrece capacitación en diversos campos de la Criminología, la Criminalística y la Seguridad a Instituciones o profesionales a un bajo costo y con un alto rendimiento, mediante la correcta aplicación del conocimiento y un incomparable uso de los métodos educativos multimediales, brindándole las herramientas educativas y operativas necesarias para que pueda mejorar sus resultados, reducir los riesgos y disminuir los costos de la inseguridad actual. Con nuestros cursos la distancia ya no es un problema. 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Viabilidad del ADN en Muestras de Sangre Degradada para su uso en la Perfilación Genética. ¿ADÓNDE DIRIGIR NUESTROS DISPAROS? Cuarta Parte del “CODIGO PENAL ARGENTINO COMENTADO” Dr. Carlos A. Parma ENTEVISTA: WAEL S. HIKAL Asesoría Forense y en Seguridad http://revista-temas.blogspot.com.ar/ Distribución Gratuita REVISTA DIGITAL DE CRIMINOLOGÍA Y SEGURIDAD TEMA’S Año II Nro. 07 ISSN 2314-1166 REVISTA DIGITAL DE CRIMINOLOGÍA Y SEGURIDAD CUIDEMOS EL PLANETA. Antes de imprimir piensa que estarás contribuyendo para que un bosque desaparezca de la faz Tierra. 66 WATSON CONSULTORES TEMA’S Revista Digital de Criminología y Seguridad