REELECCION PRESIDENCIAL REELECCION PRESIDENCIAL La crítica política dice que la reelección es mala porque la experiencia señala que los reelegidos terminaron gobernando mal al Perú. Si ese simplismo analítico fuera bueno, también lo deberíamos aplica no sólo a la reelección, sino a la elección, ya que los presidentes elegidos tampoco escaparían a la misma crítica. Así tendríamos que seguir los consejos de San Martín para establecer en el Perú una monarquía. Que nadie tenga poder Se dice que teniendo el presidente tanto poder es preferible que lo tenga por un tiempo corto. Si llevamos 249 CARLOS TORRES Y TORRES LARA esta criterio a su extremo deberíamos tener un presidente cada año o tal vez menos. Lo prudente es observar lo que sucede en otros países que sean exitosos y que tengan el mismo sistema de gobierno. También debemos tener en cuenta que quienes reclaman más sobre la cortedad del poder, son singularmente quienes lo tienen permanentemente, sea por su condición de ílderes vitalicios de grupos políticos o conductores de medios de comunic ación o empresarios mercantilistas. Ellos sí tienen el poder permanente. También reclaman el cambio rápido las elites sociales que pululan en las cercanías del poder. Exigen que cualquier cambio sea corto ante el riesgo de ser desplazados. No están unidos por una ideología común, sino por algo indestructible: destruir al exitoso. Luis Alberto Sánchez lo dijo muy bien: en el Perú la única realidad es la del palo encebado: todos contra el que está subiendo. Veamos cómo han resuelto el tema de la reelección los demás países de cada parte del mundo: a) Norteamérica Sin duda, en Norteamérica está el país más poderoso del mundo, con una Constitución que ya superó los 200 años. En Estados Unidos la reelección ha estado permitida permanentemente. Actualmente se permite una reelección inmediata. 250 REELECCION PRESIDENCIAL b) Europa Francia es el único país europeo con un sistema constitucional como el americano o el peruano. Resulta, además, que Francia es la primera potencia cultural, política y económica de Europa, sin considerar a Alemania que tiene un sistema jurídico constitucional donde es el Parlamento el que elige al Presidente. La Constitución de Francia no impide la reelección, la cual puede ser incluso de carácter indefinida. Estamos hablando del país donde nació la democracia moderna. c) Africa Sin duda, el país africano con más peso específico es Egipto, Sudáfrica está muy lejos en su desarrollo político, aun cuando tenga poder económico. El artículo 77 de la Constitución de 1980 de Egipto dice textualmente que: “El mandato de la Presidencia de la República es de seis años, calculados, según el calendario gregoriano, a partir de la fecha de la proclamación del resultado del referéndum. El Presidente de la República puede ser reelegido por nuevos mandatos”. Aquí como en Francia la reelección también puede ser permanente. d) América del Sur Sin duda, el país con mayor peso es Argentina. Compite en el liderazgo con Brasil, pero si ambos fueran similares es necesario definir el tema viendo el futuro. Así mientras que Brasil no sale de su crisis e incluso algunos aluden al 251 CARLOS TORRES Y TORRES LARA separatismo entre un Brasil del Norte pobre y otro rico al Sur, Argentina se presenta ante el mundo como la próxima potencia cultural y económica sudamericana. Argentina está unida y ha logrado ponerse de acuerdo no sólo en su política económica, sino además, en la modificación de su Constitución para permitir precisamente la reelección del presidente. La oposición y el gobierno han armonizado criterios incorporando desde 1994 el siguiente texto constitucional: “Art. 90º. El presidente y vicepresidente duran en sus funciones el término de cuatro años y podrán ser reelegidos o sucederse recíprocamente por un solo período consecutivo. Si han sido reelectos o se han sucedido recíprocamente no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos, sino con el intervalo de un período”. En concreto, ahora en Argentina la reelección está expresamente autorizada. Sin duda, algunos podrán decir que no es Argentina sino tal vez Chile el país que mejor representa el futuro de América del Sur y que es precisamente un país que prohíbe al presidente ser reelecto. Pero ése no es sólo un mal ejemplo, sino que redunda en contra de sus defensores, por dos razones: la primera, porque precisamente el éxito chileno se funda en su autor y en la continuidad de su política económica: Pinochet, que precisamente no es un buen ejemplo para hablar de democracia. No sólo gobernó durante muchos años y aun cogobierna, sino que les dejó una Constitución que fue más reeleccionista que cualquier 252 REELECCION PRESIDENCIAL otra, porque el período de gobierno que señaló fue el doble del normal, en vez de ser cuatro años lo fijó en ocho. Aunque la norma ha sufrido variación, los autores del éxito de Chile estuvieron seguros que cierta continuidad era mejor que el desorden. En efecto, el artículo 25º de su Constitución de 1980 dijo textualmente que: “para ser elegido Presidente de la República se requiere haber nacido en el territorio de Chile, tener cumplidos cuarenta años de edad y poseer las demás calidades necesarias para ser ciudadano con derecho a sufragio. El Presidente de la República durará en el ejercicio de sus funciones por el término de ocho años, y no podrá ser reelegido para el período siguiente”. Los Chilenos, en esta materia, siguieron el ejemplo de la Constitución de Francia: alargar el período. En efecto, el artículo 6º de la Constitución de Francia dice: “El presidente de la República será elegido por siete años mediante sufragio universal y directo”. Siete u ocho años en realidad representan dos gobiernos si nos atenemos al promedio usual. En el Perú, el artículo 112º de la nueva Constitución permite la reelección sólo para un período inmediato, fórmula con la cual el país puede tener dos períodos gubernamentales seguidos bajo la dirección del mismo presidente. Pero no impositivamente, sino mediante un proceso electoral, en donde el ciudadano puede decidir si vale la pena la continuidad cuando observa razones de eficiencia y honradez en el manejo de la cosa pública. 253