En la biblioteca - IES María Moliner

Anuncio
CIENCIA
En la biblioteca
FICCIÓN
En la biblioteca...
Una selección con algunas de las mejores NOVELAS de
CIENCIA FICCIÓN del siglo XX y unos pocos clásicos del cine
Ciencia ficción en la biblioteca
Una breve reseña histórica
La expresión ciencia ficción es un calco literal del inglés science fiction, cuya traducción más
correcta sería “ficción científica”. El término se acuñó en los años veinte del pasado siglo para
referirse a un subgénero narrativo que suele situar los acontecimientos en un futuro a menudo
lejano, marcado por importantes avances científicos y tecnológicos.
Podemos encontrar algunas novelas interesantes sobre viajes a la luna o inventos originales en
siglos pasados, como las obras de Bergerac o Munchhausen, o la romántica Frankenstein de
Mary Shelley; pero los indiscutibles precursores de la ciencia ficción fueron (a caballo entre los
siglos XIX y XX) Julio Verne y H.G. Wells, autores de famosas novelas de anticipación
científica y creadores de algunos mitos contemporáneos conocidos por todo el mundo, como el
enigmático capitán Nemo o el hombre invisible, entre otros.
Tras algunas décadas de aprendizaje, los años 40 suponen el despegue de la ciencia ficción,
que se va convirtiendo no solo en un éxito de público, sino también en un género serio y capaz
de producir obras literarias de calidad. Durante los años 50 y 60, autores como Ray Bradbury,
Arthur C. Clarke, Frank Herbert o Philip K. Dick son sus más destacados cultivadores y
divulgadores, mientras otros como George Orwell o Aldoux Huxley lo emplean ocasionalmente
para componer algunas obras maestras.
A partir de los 70, el género ha ido renovándose técnica y temáticamente, con novelistas como
Ursula Le Guin y su saga de Terramar; o George R.R. Martin (creador de la serie fantástica
Canción de hielo y fuego) que comenzó su andadura literaria con Muerte de la luz, una de las
mejores novelas sci-fi de los últimos años.
Y un apunte literario
La crítica literaria suele caer en el lugar común de considerar la ciencia ficción como una
literatura de segunda, a menudo inverosímil, abonada a tópicos futuristas y repleta de ovnis,
marcianos y viajes interestelares sin fundamento. Entiendo que se trata de una postura
demasiado cómoda y poco razonada, basada en tópicos y generalizaciones.
Afortunadamente, estos tópicos no siempre son ciertos. Aunque haya muchas novelas cuya
única pretensión (respetable) sea el entretenimiento, la ficción científica nos ha regalado un buen
número de obras literarias de calidad que desmontan sin dificultad los anteriores prejuicios.
En contra de la supuesta inverosimilitud de estas obras, puedo decir que a menudo empleo
ejemplos de la ciencia ficción para explicar en clase el concepto de verosimilitud, sobre todo
porque entiendo que una novela de este tipo necesita resultar verosímil tanto o más que
cualquiera de otro género. Me explico: puesto que casi siempre se sitúan en un futuro distante o
“en galaxias muy lejanas”, el lector solo aceptará el argumento de estas obras si resulta
coherente. Aquí la verosimilitud no se sostiene en la aparente justificación científica de lo que
pasa (que a menudo solo es un recurso literario más, mucho menos importante de lo que
parece), sino en la credibilidad de los personajes y acontecimientos dentro del “mundo posible”
en el que aparecen; por ejemplo, un lector no pondrá en duda los viajes intergalácticos (por muy
improbables o inverosímiles que sean) si en un principio el autor le ha dejado claro que dentro de
su novela eso puede pasar.
Por otra parte, el mundo del que nos hablan estas obras quizá esté mucho más próximo a
nosotros de lo que pensamos; y no me refiero únicamente a novelas como 1984 o 2001, que han
viajado del futuro al pasado sin dejar de ser ciencia ficción. Sobre todo en las mejores obras, el
futuro no es más que un espacio atemporal y un tanto exótico que sirve como marco narrativo
para desarrollar argumentos universales y siempre actuales sobre la condición humana: la lucha
por el poder, por la libertad o la supervivencia; las tendencias destructivas o autodestructivas,
insolidarias o vengativas; la soledad o la capacidad para la compasión, la solidaridad y la
generosidad, etc. Es sencillo descubrir estas teorías en títulos como Crónicas marcianas de
Bradbury o El nombre del mundo es Bosque de Le Guin.
Es frecuente encontrar el término distopía asociado a la ficción científica. Su significado
etimológico (algo así como “lugar contrario”, en oposición a utopía como lugar ideal) remite a una
tendencia bastante común en la ficción científica: la imagen pesimista y negativa de un incierto
mundo futuro, con una sociedad abocada al totalitarismo, la alienación del individuo, la
destrucción o el exterminio. No mucho después de la Segunda Guerra Mundial, y en gran
medida como consecuencia de ella, aparecen novelas como Un mundo feliz de A. Huxley o la
citada 1984 de Orwell, distopías que constituyen un buen ejemplo del desencanto dominante tras
el conflicto bélico.
A estas alturas, casi nadie discute el derecho de la ciencia ficción a figurar como un género
narrativo más en cualquier estudio serio sobre literatura. En la biblioteca encontrarás una
pequeña selección de buenos títulos; cualquiera de ellos es ya un clásico acreditado por
innumerables lectores. Tú puedes ser uno más.
Miguel Ángel (encargado de la biblioteca)
Novelas seleccionadas (disponibles en la biblioteca)
Frankenstein de Mary Shelley
Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio verne
La guerra de los mundos de H.G. Wells
La máquina del tiempo de H.G. Wells
1984 de George Orwell
Un mundo feliz de Aldoux Huxley
Fahrenheit 451 de Ray Bradbury
Crónicas marcianas de Ray Bradbury
Fundación de Isacc Asimov
Blade Runner de Philip K. Dick
Dune de Frank Herbert
La naranja mecánica de Anthony Burgess
Muerte de la luz de George R.R. Martin
Historias de Terramar I de Ursula K. Le Guin
Guía de autoestopista galáctico de Douglas Adams
La invención de Morel de Adolfo Bioy Casares
Películas recomendadas
En la biblioteca:
Metrópolis de Fritz Lang (1926)
El doctor Frankenstein de James Whale (1931)
El increíble hombre menguante de Jack Arnold (1957)
El planeta de los simios de F.J. Schaffner (1968)
Saga La guerra de las galaxias de George Lucas
Moon de Sam Rockwell (2009)
Y estas no las tenemos:
Blade Runner de Ridley Scott (1982)
Dune de David Lynch (1984)
Alien, el octavo pasajero de Ridley Scott (1979)
2001, una odisea del espacio de Stanley Kubrick (1968)
Inteligencia artificial de Steven Spielberg (2001)
El origen del planeta de los simios de Rupert Wyatt (2011)
Hijos de los hombres de Alfonso Cuarón (2006)
Distrito 9 de Neill Blomkamp (2009)
Descargar