La anestesiologia en los sucesos belicos

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Título:
La Anestesiología en los sucesos bélicos
Autor:
MSc. Dr. Carlos Antonio Vilaplana Santaló.specialista de I y II grado en Anestesiología
y Reanimación.
Profesor asistente e Investigador agregado del Centro de Humanidades de la
Universidad Médica de Camagüey.
Hospital Universitario “Manuel Ascunce Domenech”, Camagüey, Cuba.
[email protected]
Introducción:
La anestesiología, especialidad médica en desarrollo constante, requiere para su
administración habitual en los quirófanos monitorización básica y de normas de
seguridad para el equipo de anestesiólogos y para los pacientes en tiempo de paz. El
escenario bélico difiere de esta situación, por tanto múltiples artículos en la literatura
actual recogen el actuar de los médicos y específicamente de los anestesiólogos en
tiempo de guerra.
Repasemos brevemente algunos de los sucesos y las personalidades mas destacadas en
el siglo XIX y XX a nivel mundial,para luego adentrarnos en como se administró
anestesia en la lucha armada de nuestro país.
La historia de la primera anestesia en un conflicto bélico, tuvo lugar en nuestro
continente específicamente durante la guerra entre México y los Estados Unidos en
Veracruz en el mes de marzo de 1847, cuando contingentes de la marina norteamericana
desembarcaron en el puerto de Jarocho, aclaración histórica indispensable pues se creía
que había ocurrido en la Guerra de Crimea en 1854.
Al respecto el profesor Dr. José Antonio Aldrete escribió:
“Aparentemente, el cirujano militar Edward H. Barton sugirió en diciembre de 1846 la
utilización del éter como anestésico para los conflictos bélicos, lo cual fue avalado por
el presidente de los Estados Unidos. A mediados de febrero de 1847, Barton se reunió
(vía La Habana) con la flotilla que bloqueaba Veracruz y aproximadamente el 29 de
marzo el Dr. Barton administró la primera anestesia con éter a un cargador alemán
que accidentalmente se había disparado a sí mismo con un mosquete.”
Edward Hall Barton (1796-1859)
En. http://libguides.tulane.edu/EHBarton
La administración de las primeras anestesias en el siglo XIX en muchos paises de
America tuvieron relación con sucesos bélicos a citar por ejemplo:
Uruguay: La operación se llevo a cabo en el Hospital de la Caridad de Montevideo y
fue una amputación en el tercio inferior del brazo derecho en un soldado de nombre
Pedro Rivas, de 42 años, herido accidentalmente mientras manipulaba un cañón.
Paraguay: La Dra. Ludgarda Sanabria Ortiz, describe el siguiente suceso ocurrido
durante la Guerra de la Triple Alianza (1865 – 1870):
“El Doctor Skinner, cuando iba a amputar la pierna al general José E. Díaz, preguntó
a éste si aceptaba el cloroformo, a lo que respondió desdeñosamente, "corte sin temor
ni contemplaciones, lo que deseo es que sea breve" (año 1867). Probablemente se
empezó con la anestesia gaseosa en este período”.
Ya en el siglo XX y particularmente en abril de 1917, la 1ª Guerra Mundial está en su
apogeo, el gobierno norteamericano decide iniciar la beligerancia contra las potencias
centrales, pero tienen un problema entre su cuerpo de oficiales médicos. De los casi 500
de los que disponen en las Fuerzas Americanas Expedicionarias, ninguno de ellos es
especialista en anestesia. Arthur E. Guedel, es por entonces un joven médico que se ha
licenciado apenas ocho años antes y que está interesado en la práctica de la
especialidad.
Arthur E. Guedel en 1919. (1883 – 1956)
En: www. mdconsult.com (Courtesy of the Guedel Memorial Anesthesia Center, San
Francisco, CA.)
Debido a sus conocimientos es reclutado y desembarca en agosto de dicho año en
Francia. El teniente Guedel (posteriormente capitán), se encuentra un panorama
desalentador, cuenta tan solo con un grupo de tres médicos y un dentista para atender
cuarenta salas de operaciones al mismo tiempo. Tras 72 horas de trabajo ininterrumpido
se percata de la necesidad de crear una escuela para formación de médicos y enfermeras
y así suplir esta carencia de profesionales. Pronto es consciente que ha de desarrollar
unas tablas gráficas que permitan a estos profesionales controlar el grado de
profundidad anestésica sin necesidad de su inmediata supervisión.
Son las conocidas “Tablas de Guedel” y que constituyen el primer intento por clasificar
la profundidad anestésica, en base a la respiración, el tamaño pupilar…etc.
A pesar de ello, su presencia se hace necesaria entre los seis hospitales a su cargo, por lo
que sus continuos desplazamientos en motocicleta le valen el sobrenombre del
“anestesista motorizado”, dos años después retornó a los Estados Unidos de
Norteamérica, logrando éxitos importante en su brillante carrera que lo condujeron al
Portal de la Fama en la Medicina, sus esfuerzos dieron frutos y en poco tiempo, más de
200 enfermeras estaban especializadas en la práctica de la anestesia.
Ivan Magill (1888-1986)
En: Sir Ivan Magill KCVO, DSc, MB, BCh, BAO, FRCS, FFARCS (Hon),
FFARCSI (Hon), DA Ulster Med J 2008; 77 (3) 146-152
Otro genio de nuestra especialidad fue Ivan Magill que laboraba como anestesista en el
Queen’s Hospital para la atención de heridos en el frente en la primera guerra mundial,
que requerían cirugía plástica y maxilofacial al frente e cuya unidad se encontraba un
ilustre cirujano el Mayor Harold Gillies.
El trabajo de nuestro protagonista no era fácil, la zona quirúrgica sobre la que
trabajaban incompatibilizaba el trabajo del cirujano con la ventilación del paciente. Asi
es que un día Gillies le sugirió a Magill que buscase una alternativa que permitiera la
anestesia del paciente sin necesidad de dormir al cirujano.
Magill entonces ideó una técnica según la cuál se podía conseguir introducir un tubo de
goma en la traquea del paciente a través de las fosas nasales, impidiendo el retorno de
los gases hacia la faringe mediante un taponamiento con gasas. Para ello diseñó las
pinzas que conocemos con su nombre y recomendaba para la inserción de dicho tubo
que el paciente estuviera en una posición que el definió como de olfatear el aire.
Recordemos que también ideó un laringoscopio de pala recta y luz en la punta para la
intubación traqueal que aún hoy se sigue usando con alguna modificación, entre otros
aportes al desarrollo de nuestra especialidad.
Un suceso bélico de trascendencia internacional, lo constituyó la revolución cubana que
triunfó en el año 1959 y fue un hito en el siglo pasado en Latinoamérica, nos
preguntamos entonces:
¿Cómo se adminsitró anestesia en los dos años que duró la guerra por la liberación de
nuestro país en el siglo XX y cuál fue la labor de algunos de sus protagonistas?
Los siguientes testimonios evidencian los métodos anestésicos utilizados en la Sierra
Maestra desde sus inicios en 1957 hasta la victoria del ejército rebelde:
•
Testimonio del Comandante Dr. Julio Martínez Páez:
“Al terminar la batalla de El Jigue, todavía el hospital iba por la mitad. Ya en esa
época, cuando empieza, la ofensiva, había llegado Oscar Fernández Mel. Llegó Vallejo
con Piti Fajardo y entonces ya estábamos mejor, porque hasta ese momento todas las
operaciones yo tenía que hacerlas con anestesia local, que nunca me falto, porque
siempre de Manzanillo o Santiago nos mandaban.
Cuando llegó Vallejo se empezó a dar anestesia general. El llevó a su hermano
Rolando, que es anestesista, y Rolando daba la anestesia. Después recibimos un
refuerzo con la llegada de Ordaz, que también es anestesista.
Ya en ese momento, para las operaciones de hueso, Vallejo me llamaba al Hospital de
Pozo Azul y yo iba para allá; él me ayudaba y operábamos de lo más bien. Otras veces
el venía al hospitalito de Puerto Malanga y yo le ayudaba a él, y el hacia las
operaciones de vientre. Por otro lado estaban Ordaz y Trillo con el otro “team”, de
manera que ya así se podían hacer las operaciones con más comodidad para
nosotros”.
•
Testimonio del Comandante Dr. Oscar Fernández Mel:
“Nos trajeron al compañero Meriño, que cuando llegó ya tenía cinco días de herido. Yo
lo que hacía era ortopedia aquí, entonces el tiro era en el abdomen. Aparte de todas las
complicaciones que podría traer el hecho de que yo lo interviniera, que no era muy
ducho en esas cosas, estaba el problema de que yo estaba completamente solo. Allí no
tenía a nadie. No tenía quien diera anestesia”.
“Comienza la invasión: las leguas que caminamos la primera noche, que no se olvidan
muy fácil, yo cargaba una mochila donde llevaba aparte de mis cosas personales, una
general
casi completa de cirugía, anestésicos, varios frascos, plasma liofilizado,
sueros ,antibióticos, vitaminas, analgésicos, jeringuillas, etc., en total alrededor de 80
libras”.
•
Testimonio del Dr. Enrique Font D Escoubet:
“Machado utilizaba este hospital (Majimiana, Segundo Frente Oriental), para operar y
yo en muchas ocasiones iba a darle anestesia a los casos: regulaciones de muñones,
hernias, apendicitis, etc.”
•
Testimonio del Comandante Dr. Eduardo Bernabé Ordaz Ducunge:
“A todas estas medicinas les hicimos un gran inventario, y se clasificaron, pues el Dr.
Trillo, además de medico era farmacéutico, y estaba practico en este aspecto.
Reglamentamos la manera de usar las medicinas, tanto para los hospitalizados como
para la gran cantidad de campesinos que asistían a las consultas que teníamos
establecidas. Además, ya teníamos una gran cantidad de material, así como equipos e
instrumentos para cirugía de tórax, dos equipos de trileno, para dar anestesia, y
equipos para venoclisis”.
Aparato de administrar anestesia: “Trilene”
a) Vista lateral
b) Vista superior
Fotos: Archivo personal del autor.
El Dr. Ordaz, realizó su tesis de grado titulada: “Anestesia en cirugía de urgencia” y
fue médico residente de anestesiología en el Hospital Universitario “Calixto García”.
De las actividades de las especialidades médicas en la guerra de guerrillas el
Comandante Dr. Ernesto Che Guevara expresó el siguiente testimonio:
“Los médicos necesarios para este tipo de guerra son de varias características, el médico
combatiente, el compañero de sus hombres, es el tipo de primer momento y sus
funciones van finalizando a medida que se va complejizando la acción guerrillera y se
va estructurando una serie de organismos anexos. Los cirujanos generales, son la mejor
adquisición para un ejército de estas características.
Si se contara con un anestesista sería mejor, aún cuando casi todas las operaciones
sean realizadas más con anestesia gasificada con la base “largactil”(cloropromacina)
y pentotal sódico, mucho más fácil de administrar y también de conseguir y conservar.
Además de los cirujanos generales, son muy útiles los ortopédicos, pues hay cantidad de
fracturas provocadas por accidentes en la zona y también, muy frecuentemente, por
balas en los miembros, que producen este tipo de herida. El clínico cumple sus
funciónes dentro de la masa campesina, pues en general las enfermedades de los
ejércitos guerrilleros son de más fácil diagnóstico, al alcance de cualquiera, y lo más
difícil es la corrección de las que se producen por carencias nutricionales”.
El Dr. Ernesto Guevara al centro, curando un herido, identificados con números:
1. Ciro Redondo, 2. Universo Sánchez, 3. Camilo Cienfuegos, 4. Haydee Santamaría.
En: El médico revolucionario. Ernesto “Che” Guevara, Revista Tricontinental,
Órgano teórico del secretariado ejecutivo de la organización de solidaridad de los
pueblos de África, Asia y América Latina. No. 83, Bimestral 5 – 1982, página 34.
Esperamos esta breve reseña historica sirva de homenaje a nuestros médicos guerrilleros
y a todos los medicos cubanos internacionalistas que en diferentes etapas cumplieron
misiones en tiempo de guerra y de paz y muy en especial a los que fallecieron en estas
contiendas, a todos nuestros anestesiologos que estan fuera de nuestro pais este sencillo
homenaje.
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