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Un modelo para la evaluación del crecimiento científico de las
Relaciones Internacionales
Hernán Olmedo González1
Resumen: los estudiosos de las relaciones internacionales habitualmente han aplicado
distintos modelos provenientes de la Filosofía de la Ciencia para evaluar el crecimiento
científico de este campo de estudios. En ese sentido, una gran cantidad de
investigadores adhirieron a la metodología de Tomas Kuhn sobre paradigmas de
investigación, al tiempo que otros consideraron una mejor alternativa adherir a la
metodología de los programas de investigación de Imre Lakatos. Este trabajo parte del
supuesto que ambos modelos presentan una estructura interna por demás rígida que
erosiona la evaluación del crecimiento científico de este dominio. En su defecto, este
trabajo presenta una alternativa diferente, concretamente, propone que el modelo de las
Tradiciones de Investigación desarrollado por Larry Laudan ofrece mayores
potencialidades para evaluar el crecimiento de científico de las Relaciones
Internacionales. Dos resultados es posible visualizar de una aproximación parcial de la
aplicación del modelo: en primer lugar, la constatación de que en las Relaciones
Internacionales es posible distinguir tres tradiciones de investigación en competencia en
las cuales se inscriben las principales teorías de este campo de estudios; segundo, en
base al criterio de resolución de problemas conceptuales y empíricos, se visualiza que el
campo de estudios presenta dos características notables: por un lado, el disenso entre
tradiciones de investigación en lo que respecta a definiciones conceptuales; por otro, la
ausencia de resolución de problemas empíricos de carácter universal de los cuales sea
posible establecer leyes científicas al propio campo de estudios.
Crecimiento científico - Tradiciones de Investigación – Relaciones Internacionales
1
Investigador y docente de Teoría de las Relaciones Internacionales del Programa en Estudios
Internacionales de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, Uruguay. Email.:
[email protected]
1
1. Presentación
¿Cómo evaluar el crecimiento científico de las Relaciones Internacionales? Esta
es la pregunta que se propone abordar en este trabajo. La evaluación sobre el
crecimiento científico de un campo de estudios es una tarea por demás compleja y
discutible, máxime, si se trata de un campo de estudio en el que su propia autonomía
como dominio científico, para muchos aún se encuentra en discusión. Proponer criterios
de evaluación exige, en primera instancia, realizar un ejercicio de retrospección
orientado a indagar cuáles han sido las evaluaciones o propuestas aplicadas en tal
sentido. Asiduamente, los estudiosos de las relaciones internacionales han aplicado
distintos modelos epistemológicos provenientes del campo de la Filosofía de la Ciencia
a los efectos de caracterizar y evaluar el crecimiento de las Relaciones Internacionales.
Posterior al segundo debate entre los estudiosos de las relaciones
internacionales, comenzaron a abundar volúmenes en los cuales se articulan las teorías
de las Relaciones Internacionales con el modelo desarrollado por Thomas Kuhn sobre
paradigmas de investigación (1971).2 Otros autores, han procurado analizar los avances
en las Relaciones Internacionales a partir de la metodología de los programas de
investigación propuesta por Imre Lakatos (1993), asociando teorías de las relaciones
internacionales con programas de investigación. Ahora bien, teniendo en cuenta las
debilidades que ambos modelos poseen para abordar el problema planteado, este trabajo
propone una alternativa diferente, concretamente, analiza y articula parcialmente el
modelo epistemológico de Larry Laudan sobre tradiciones de investigación a las
Relaciones Internacionales, a los efectos de proponer criterios precisos para evaluar el
crecimiento científico del campo de estudios.
A los efectos de presentar una respuesta aproximada al problema planteado, el
trabajo se estructura de la siguiente manera. Primero, se presentan las potencialidades y
debilidades que ofrecen los modelos de Kuhn y Lakatos aplicados a las Relaciones
Internacionales para evaluar su crecimiento científico. Seguidamente, se presenta el
modelo de Larry Laudan y se lo articula con la Teoría de las Relaciones Internacionales
2
El segundo debate se produjo durante los años sesenta del siglo XX y fue extensivo a todo el espectro de
las Ciencias Sociales. Entre los estudiosos de las relaciones internacionales, este debate fue protagonizado
por los defensores de los enfoques tradicionalista, de fuerte impronta historicista, filosófica y jurídica, con
las perspectivas conductistas, defensoras de un enfoque empírico basado el planteo de hipótesis y
corroboración a través de parámetros observables y medibles. Este debate superó al primero ya que tanto
entre tradicionalistas como entre los conductistas se encontraron autores liberales y realistas. Para una
sistematización sobre los contenidos de este debate, véase, DEL ARENAL, C., Introducción a las
Relaciones Internacionales, Tercera Edición, Tecnos, Madrid, 1990, pp. 111-120.
2
a los efectos de evaluar parcialmente su crecimiento. Posteriormente, se analiza la
potencialidad de aplicar el criterio de resolución de problemas como indicador del
crecimiento de este campo de estudios. Por último, el artículo presenta una conclusión
en la que se destacan los aportes más salientes del mismo en aras de aproximarnos a una
respuesta parcial a la pregunta que orienta este trabajo.
2. Modelos epistemológicos aplicados en las Relaciones Internacionales
A los efectos de caracterizar la evolución de las Relaciones Internacionales, ha
sido habitual por parte de los teóricos de este campo de estudios la aplicación de los
modelos epistemológicos construidos por Thomas Kuhn e Imre Lakatos en el campo de
la Filosofía de la Ciencia. Tomando como referencia el modelo de Thomas Kuhn, una
gran cantidad de teóricos consideraron que en las Relaciones Internacionales pueden
identificarse distintos paradigmas de investigación. A modo de ejemplo, algunos
estudiosos identificaron la existencia de tres grandes paradigmas, a saber: el paradigma
tradicional; el de la sociedad mundial; el de la dependencia. Otros autores propusieron
otra clasificación identificando el paradigma realista, transnacionalista, estructuralista
(del Arenal, 1990; Barbé, 1995; Bernal Meza, 2005).
La obra de Thomas Kuhn aportó un modelo para ilustrar el proceso histórico por
el cual transita una ciencia identificando distintas etapas: pre-ciencia; ciencia normal;
crisis; revolución; nueva ciencia normal. La ciencia adquiere una estructura ordenada,
un estado de ciencia normal, cuando la comunidad científica de un campo de estudio
adhiera mayormente a un paradigma.3 En una etapa de ciencia normal, los científicos no
critican los fundamentos del paradigma en el cual trabajan y predican suponiendo que
su comunidad sabe cómo es el mundo. Gran parte del éxito de la ciencia normal se debe
a que la comunidad científica está dispuesta a defender esas suposiciones a un costo
muy elevado. Sin embargo, cuando los científicos de una comunidad no pueden resolver
problemas y se acumulan mayores anomalías, comienzan a producirse las
investigaciones extraordinarias. Si las investigaciones extraordinarias no logran resolver
3
Son múltiple las referencias conceptuales sobre los paradigmas que aparecen en la obra de Kuhn, sin
embargo, de las mismas no es posible identificar una definición precisa y excluyente. En muchos pasajes
de su obra los paradigmas son asociados al estado de ciencia normal; en otros esboza componentes para
una definición. No obstante ello, en términos generales es posible entender los paradigmas como
modelos, patrones y compromisos aceptados por los miembros de una comunidad científica que orientan
el proceso de investigación científica para la resolución de problemas. Véase, KUHN, T.: La estructura
de las revoluciones científicas.
3
los problemas y anomalías, suceden los episodios extraordinarios caracterizados por la
pérdida de adherentes al paradigma en estado de ciencia normal, en términos de Kuhn,
es así que se producen las revoluciones científicas (Kuhn, 1971: 20-32).
Sin embargo, por más que este modelo ha sido el que más se ha utilizado entre
los estudiosos de las relaciones internacionales, se considera que el mismo contiene
algunas limitaciones importantes. Señalemos en este apartado cuatro de estas
limitaciones. Primero, ya que un dominio en estado de ciencia normal es dominado por
un paradigma, en el modelo de Kuhn no es del todo evidente si los enfoques teóricos
disidentes constituyen también paradigmas de investigación o son más bien enfoques
teóricos en estado pre-científico. Si estos enfoques alternativos son entendidos como
paradigmas, a priori resulta un tanto contradictorio la existencia de diversos paradigmas
en momentos simultáneos. Segundo, si bien un paradigma de investigación puede
ingresar en una etapa de crisis si acumula muchas anomalías, no es evidente cuál debe
ser el umbral para identificar que un paradigma ha ingresado en un proceso crítico.
Tercero, no es del todo claro si el paradigma precede a las teorías y, en tal sentido, las
condiciona, o son las propias teorías las que construyen el paradigma. Por último, el
modelo de los paradigmas de investigación se basa en la resolución de problemas
empíricos, en tal sentido, omite que la resolución de problemas conceptuales también
puede ser un indicador de progreso científico.
Otros autores han procurado analizar los avances en las Relaciones
Internacionales a partir de la metodología de los programas de investigación propuesta
por Imre Lakatos (Elman; Elman, 2000; Moure, 2011). La metodología de los
programas de investigación tiene una estructura tridimensional, están conformadas por
un núcleo duro, una heurística negativa y una heurística positiva. El núcleo duro lo
integran las hipótesis generales sobre las cuales existe un consenso entre los científicos
adscriptos al programa de investigación. Este núcleo firme está fuertemente protegido
por un cinturón protector de hipótesis, puntualmente por la heurística positiva, la cual es
entendida como los procedimientos a seguir en el proceso de resolución de problemas;
la heurística negativa especifica los procedimientos a evitar para la resolución de
problemas (Lakatos, 1993: 65-119). Esta metodología implica que una teoría sólo puede
eliminarse si la teoría desafiante excede en contenido empírico a sus predecesoras y
parte de dicho contenido luego es confirmado. Esto dará la pauta de que el programa de
investigación ha transitado por un proceso progresivo. En cambio, si el crecimiento
teórico del programa de investigación se encuentra estancado con relación a su
4
crecimiento empírico, o sus predicciones han sido descubiertas por un programa rival, el
programa de investigación ha transitado por un proceso degenerativo.
Cuatro limitaciones importantes se identifican de la propuesta de Lakatos, dos de
ellas tienen importantes similitudes con el modelo de Kuhn. En primer lugar, la
metodología de los programas de investigación de Lakatos presenta una estructura por
demás rígida ya que su propuesta no admite la posibilidad de modificar ninguno de los
componentes que conforman el núcleo duro de los programas de investigación. Se
considera que ello puede conspirar en la resolución de problemas empíricos, en especial,
de aquellos que pueden ubicarse en las fronteras de programas de investigación
diferentes. Segundo, al igual que Kuhn, en la metodología de Lakatos son los problemas
empíricos, no los conceptuales, los indicadores esenciales del progreso de los programas
de investigación. Tercero, no considera que las anomalías condicionen la agenda de los
programas de investigación sino que son más bien problemas a resolver, en tal sentido,
las anomalías constituyen problemas de segundo orden. Por último, los programas de
investigación entendidos como sucesiones de teorías implican que las teorías presentan
una relación de implicación, es decir, las teorías posteriores implican a sus precedentes
(Chalmers, 1983: 70-97).4 En los hechos, y específicamente entre las Teorías de las
Relaciones Internacionales, dicha relación de implicación no es realista.
En suma, se considera que la aplicación por parte de los estudiosos de las
relaciones internacionales de los modelos de Kuhn y Lakatos ha dejado resultados por
demás confusos que limitan la evaluación del crecimiento científico de este campo de
estudios. A modo de ejemplo, ha sido habitual identificar en el campo de estudios
distintos paradigmas de investigación en momentos simultáneos, sin reparar que la
existencia de un paradigma supone el predominio de éste por sobre otros enfoques que
no adquieren dicho estatus. Asimismo, ha sido habitual, fundamentalmente entre los
teóricos de las Relaciones Internacionales, no considerar a los programas de
investigación como macroteorías o teorías de gran alcance sino como teorías de alcance
medio, cuando éstas últimas, en el modelo de Lakatos, perfectamente pueden
considerarse parte de la heurística positiva de los programas de investigación.
4
Esta metodología consiste en enfrentar teorías a los efectos de estudiar si una nueva puede sustituir a su
teoría precedente. La nueva teoría, será digna de atención por parte de la comunidad científica si es más
falsable que su predecesora y, especialmente, si tiene la capacidad de predecir nuevos fenómenos no
contemplados por la teoría anterior. Para el falsacionista sofisticado una teoría (t) quedará falsada si una
teoría (t1) cumple con dos requisitos: en primer lugar que (t 1) tenga exceso de contenido empírico con
relación a (t); en segundo lugar que todo el contenido no falsado de (t) esté incluido en el contenido de
(t1). Una sistematización sobre el falsacionismo metodológico modificado se encuentra en CHALMERS,
A.: ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?
5
Teniendo en cuenta las limitaciones reseñadas, se considera que el modelo
epistemológico de Larry Laudan ofrece criterios más precisos que permiten una
evaluación con mayor potencialidad a las habituales en las Relaciones Internacionales.
Tres atributos esenciales posee el modelo de Laudan para evaluar el crecimiento
científico de un campo de estudios: 1. en cualquier dominio científico compiten de
manera simultánea distintas tradiciones de investigación, independientemente de su
grado de desarrollo teórico y científico; 2. si bien las teorías son determinadas por la
ontología de la tradición de investigación, modificaciones parciales a los supuestos
centrales de la tradición de investigación puede favorecer la resolución de problemas; 3.
el crecimiento científico de un campo de estudio se evalúa en función de la resolución
de problemas empíricos y conceptuales.
3. Tradiciones de investigación en las Relaciones Internacionales
En su propuesta epistemológica, Larry Laudan concibe que en cualquier dominio
científico es posible identificar distintas tradiciones de investigación. Estas tradiciones
de investigación se estructuran a partir de una serie de componentes que determinan los
problemas a resolver. Estos componentes son: compromisos ontológicos que no son
directamente verificables y una metodología, ambos componentes entendidos como
supuestos generales sobre cómo se entiende el mundo y cómo se lo estudia; una historia
que se desarrolla en un período prolongado; un buen número de teorías constitutivas que
sí son corroboradas empíricamente pero con una vida útil limitada (Laudan, 1986: 113116).5 La evolución de las tradiciones de investigación puede darse a través de dos
modalidades: una de ellas es por modificación de las propias teorías que conforman la
tradición de investigación; la segunda, por modificación de algunos de los elementos
ontológicos básicos de una tradición de investigación, lo cual puede generar la
integración de tradiciones de investigación diferentes en pro de la resolución de
problemas. Sin embargo, la integración de tradiciones de investigación diferentes a
partir del rechazo de los supuestos ontológicos y metodológicos de las tradiciones
5
En palabras de Larry Laudan, “una tradición de investigación es un conjunto de síes y noes ontológicos
y metodológicos. Intentar lo que está prohibido por la metafísica y la metodología de la tradición de
investigación, supone que uno mismo se sitúa fuera de la tradición y la repudia. Eso no necesariamente
es malo. Pero lo que se debe conservar es la noción de integridad de una tradición de investigación, esa
integridad es lo que delimita, estimula y define lo que puede ser considerado como solución para muchos
problemas científicos importantes.” Véase, LAUDAN, L., El progreso y sus problemas. Hacia una teoría
del crecimiento científico.
6
precedentes, supone el surgimiento de una nueva tradición de investigación, es
precisamente de esta forma que en el modelo de Larry Laudan se producen las
revoluciones científicas.
Ahora bien, si se toma como criterio excluyente únicamente a los supuestos
ontológicos que pautan a las tradiciones de investigación, en las Relaciones
Internacionales es posible identificar parcialmente al menos tres grandes tradiciones:
realista, liberal y marxista. No obstante ello, es importante señalar que una aplicación
que reporte mayor consistencia del modelo laudiano debe necesariamente articular
también los supuestos epistemológicos, los cuales han sido también diversos en el
campo de las Relaciones Internacionales.6 La articulación del modelo laudiano en
función de la ontología y epistemología, probablemente arroje como resultado un mayor
número de tradiciones de investigación pero con un menor grado de desarrollo en
cuanto a las teorías construidas en su interior. En consecuencia, este trabajo propone
realizar la articulación únicamente a partir de los supuestos ontológicos, los cuales
permiten identificar una gran cantidad de teorías al interior de las tradiciones de
investigación mencionadas. El número de teorías no constituye un indicador de
potencialidad de la tradición de investigación, más bien constituye un indicador de la
propia evolución histórica de la tradición en lo que respecta a su dimensión
esencialmente teórica.
3.1. La tradición de investigación realista: sus problemas y teorías
Los estudiosos pertenecientes a esta tradición encuentran sus raíces en los
escritos de Tucídides, Maquiavelo, Hobbes, Clausewitz, entre otros filósofos y
pensadores. Entre los componentes fundamentales que conforman la ontología de la
tradición se encuentran: 1. el estado de anarquía en que se desarrollan las relaciones
internacionales; 2. entender las relaciones internacionales a partir de relaciones entre
Estados soberanos; 3. los problemas asociados a la guerra y la paz son relevantes para
los estudiosos realistas de las relaciones internacionales. En lo que respecta a los
problemas empíricos, ocupa un lugar preponderante en las agendas de investigación
6
Sobre la epistemología del campo de estudios, Jackson ha identificado al menos cuatro formas de
estudiar las relaciones internacionales: neopositivisa, realista crítica, analítica, reflexiva. Sobre el
particular, véase, Jackson, P.: The Conduct of Inquiri in International Relations. Philosophy of science for
the study of world politics.
7
identificar las causas de la guerra y la paz. En ese sentido, las alianzas, el equilibrio de
poder, la estructura del sistema internacional y hasta el propio papel de las arman
nucleares, son considerados como factores que eventualmente pueden incidir en el
surgimiento de los conflictos o en la preservación de la paz. Para dar cuenta de este
problema principal, en el marco de esta tradición se construyeron diversas teorías en el
transcurso de su evolución histórica, las cuales, sin omitir otras problemáticas de las
relaciones internacionales, tuvieron como principal problema a resolver explicar las
causas de las guerras y la paz. Entre las teorías realistas es posible identificar al menos
cuatro generaciones.
Una de estas generaciones la conforma el realismo clásico, el cual divide sus
explicaciones entre quienes entienden que son las cualidades de los líderes políticos
determinantes para la existencia de un sistema internacional más conflictivo, y entre
quienes consideran que es en las características de los propios Estados se encuentran las
causas de los conflictos internacionales (Morgenthau; 1986 Aron, 1986; Kissinger,
1973). Una segunda generación, ha postulado que las relaciones y conflictos
internacionales se explican por la estructura de poder que asume el propio sistema
internacional, no por las características de los Estados o el rol de los líderes políticos
(Waltz, 1988; Jervis, 1989; Mearsheimer, 2001). La tercera generación, divide sus
explicaciones entre quienes consideran que la guerra se explica por los desafíos y
amenazas que una potencia contendiente depara al orden internacional construido por el
Estado hegemónico del sistema, y aquellos que consideran que la guerra sistémica se
explica por la convergencia de grandes potencias en los puntos de críticos de un ciclo de
poder en sus respectivas fases de crecimiento, maduración y declive (Organski,
Kuggler, 1989; Tammen et.at, 2000; Doran, 2000). Una cuarta generación ha puesto el
foco en la influencia de las armas nucleares, en ese marco, las hipótesis se dividen entre
quienes enuncian que la proliferación gradual de armas nucleares ha tenido como efecto
evitar la guerra entre los Estados más poderosos del sistema internacional, y aquellos
que enuncian que si bien las armas nucleares han tenido como efecto favorecer la paz
entre grandes potencias, también incidió en que las grandes potencias explotaran sus
asimetrías de poder en niveles más bajos de violencia (Jevis, 1989; Waltz, 2003; Geller,
2012).
8
3.2. La tradición de investigación liberal: sus problemas y teorías
Esta tradición encuentra su génesis en pensadores destacados en distintos
ámbitos: políticos, económicos, filosóficos, jurídicos. Entre ellos se destacan Adam
Smith, Immanuel Kant, John Locke, entre otros. A partir de estos antecedentes, se
construyó la ontología de la tradición de investigación liberal caracterizarla por los
siguientes postulados: 1. la anarquía es, en esencia, una variable en transformación ya
que es posible limitar sus efectos a través de diversos factores: económicos,
diplomáticos, institucionales; 2. los Estados, si bien son los actores principales de la
arena internacional, otros actores con capacidad de ejercer influencia también forman
parte de las relaciones internacionales; 3. si bien los problemas asociados a la guerra y
la paz son importantes, no son exclusivos, emergen otras problemáticas asociadas al
bienestar de la humanidad, como pueden ser la prevención de epidemias mundiales, la
defensa de los Derechos Humanos, el calentamiento global, problemas que requieren el
estudio de la cooperación internacional. A partir de dicha ontología se construyeron
distintas teorías en el marco de esta tradición de investigación, entre las más destacadas
se encuentran: liberalismo de la interdependencia compleja; liberalismo institucional;
liberalismo republicano; liberalismo de la sociedad internacional.
El liberalismo de la interdependencia compleja postula que las interacciones y
transacciones existentes en la arena internacional entre diversos actores tienen efectos y
costos recíprocos para las partes, costos que en el plano estrictamente político se
expresan en la pérdida de autonomía de los Estados. En relación a los conflictos
internacionales, una de las hipótesis centrales de esta teoría enuncia que a mayor grado
de interdependencia entre los Estados, menores probabilidades de conflicto (Keohane;
Nye: 1988). El liberalismo institucional ha encontrado un importante desarrollo de la
mano de la teoría de los regímenes internacionales, los cuales son entendidos como el
conjunto de principios, normar reglas y procedimientos sobre los cuales convergen los
intereses de los Estrados en un campo dado de las relaciones internacionales (Krasner,
1983; Keohane, 1988).
Otra variante teórica en el marco de esta tradición se identifica en el liberalismo
republicano. Tomando como problema de estudio la guerra y la paz, enuncian
básicamente tres postulados: las democracias liberales nunca o casi nunca se han hecho
la guerra entre sí; las democracias liberales no son ni más ni menos propensas a la
guerra que los Estados autocráticos; aunque las democracias liberales no se han hecho
la guerra entre ellas, sí han tenido conflictos armados con Estados no democráticos
9
(Babst, 1964; Singer y Small, 1976; Levy, 1988; Doyle, 1996; Russet, 1993; Peñas,
1997: 120) Por último, las teorías de la sociedad internacional, en su vertiente española
o inglesa, consideran que el estudio de las relaciones internacionales no debe estar
restringido al estudio de relaciones entre Estados. En el plano epistemológico, estas
teorías se diferencias de las teorías precedentes ya que promueven un modo de
aproximación a los objetos de estudio diametralmente diferente de las teorías
mencionadas anteriormente (Bull, 2005; Medina, 1982; del Arenal, 1990).
3.3. La tradición de investigación marxista: sus problemas y teorías
Los estudiosos de las relaciones internacionales que se inscriben en esta
tradición de investigación hunden sus raíces en los escritos de Marx y Engels. Según
estos pensadores, la historia de la humanidad ha sido la historia de la lucha de clases,
caracteriza por estar en continuo cambio dialéctico entre oposiciones binarias. La
ontología de esta tradición de investigación en el estudio de las relaciones
internacionales se caracteriza por los siguientes supuestos: 1. las relaciones
internacionales presentan una fuerte estratificación en lo que respecta a la concentración
de recursos económicos que determinan la confluencia de zonas desarrolladas y
subdesarrolladas; 2. los actores relevantes en las relaciones internacionales derivan del
sistema económico predominante, el sistema capitalista, éste es quien ejerce influencia
en las estructuras de dominación, en ese sentido, las empresas transnacionales adquieren
un rol sustancial en las relaciones internacionales; 3. los problemas centrales que
conforman la agenda de investigación de los estudiosos inscriptos en esta tradición
están determinados por los efectos de la distribución desigual de recursos económicos,
algunas de ellas se concentran en explicar las guerras, otras la desigualdad y el
subdesarrollo.
En lo que respecta a las teorías de esta tradición orientada, entre otras cosas, a
dar cuenta de las guerras, se encuentra las teorías del imperialismo. Los teóricos del
imperialismo postularon al menos tres factores de las causas de las guerras: el declive en
la demanda interna de bienes en los países capitalistas; el declive en la tasa de ganancia
de los capitalistas; el subconsumo de la clases trabajadoras que impulsa a la exploración
de nuevos mercados por parte de los Estados (Santi: 1977; Bobbio; Mateucci; Pasquino,
10
Luxemburgo). Todos estos elementos conducen a los países capitalistas a la búsqueda
de nuevos mercados mediante su expansión y provocando guerras.
Por su parte, para explicar la desigualdad y el subdesarrollo es posible identificar
tres generaciones de teorías. En la primera de ellas se inscriben la teoría centroperiferia, para la cual las diferencias de velocidad en el progreso tecnológico y el
deterioro de los términos de intercambio consolida la estratificación binaria del sistema
entre un centro -desarrollados e industrializados- y una periferia -subdesarrolladas y
exportadoras de productos primarios- (Prebisch, 1986; Rodriguez, 2006; Bernal Meza,
2005). En una segunda generación se encuentran las teorías de la dependencia y del
sistema mundial. Para las teorías de la dependencia, el subdesarrollo y la desigualdad se
explica por la transferencia de excedentes económicos desde países subdesarrollados
hacia los países centrales (Rodríguez, 2006; Cardoso y Faletto, 1987). La teoría del
sistema mundial postula que son las relaciones económicas las que determinan el
sistema mundial, el cual trasciende a los Estados y configura zonas desarrolladas, semidesarrolladas y subdesarrolladas (Wallerstein, 2010). En la tercera generación se
encuentran los teóricos neoestructuralistas que focalizan su indagación en los efectos
que ha tenido en las relaciones internacionales la fase actual del proceso de
globalización. Uno de los efectos más destacados de la globalización destacado por
estos estudiosos son los nuevos regionalismos (Ferrer, 1996; Bernal Meza, 2005:
Bizzozero, 2011; Hettne, 2002).
3.4. La integración de tradiciones y la teoría de regímenes internacionales
En líneas precedentes se enunció que, a los efectos de resolver problemas o
anomalías, el modelo laudiano admite la integración de tradiciones de investigación. En
las Relaciones Internacionales, frente a diversos problemas centrales propios al campo
de estudios, como ser el de la gobernabilidad mundial sin gobierno, la cooperación
internacional, el rol de las instituciones internacionales en la política internacional, entre
otros, los investigadores comenzaron a desarrollar teorías, pasibles de verificación,
resultado más de una aproximación y diálogo teórica que de la confrontación (Krasner,
1983; Baldwin, 1993; Salomón, 2002). La teoría de regímenes internacionales, en su
expresión racionalista, es un claro ejemplo de la integración de teorías inscriptas en las
tradiciones de investigación realista y liberal.
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Dos hipótesis sustanciales evidencian la aproximación o integración de
tradiciones de investigación diferentes en la teoría de los regímenes internacionales.
Una de ellas, derivada de la tradición realista, denominada como neorrealista
modificada, enuncia que si bien las fuerzas materiales, concretamente el poder, es el
factor que explica la existencia de regímenes internacionales y su grado de autonomía,
es preciso tener en cuenta que los propios regímenes internacionales deben ser
entendidos como algo más que arreglos temporarios y, una vez que han sido creados,
pueden tener la capacidad de incidir en los comportamientos de los Estados. Este
enfoque reconoce que en ciertos contextos no caracterizados por los conflictos de suma
cero, puede ser posible la construcción de regímenes que tengan por fin impulsar la
cooperación en el sistema internacional. Dicho de otra manera, en las áreas que no
pertenecen a la alta política o seguridad, los regímenes internacionales pueden adquirir
cierto grado de autonomía (Jervis, 1983: 173-194; Krasner, 1983: 3; Krasner, 1989: 35;
Gilpin, 1981).
La segunda hipótesis reveladora de la integración de tradiciones de investigación
emerge de la tradición liberal a través de la teoría neoliberal. Esta teoría enuncia que los
regímenes internacionales son instituciones formales promovidas por el Estado más
poderoso del régimen internacional a los efectos de asegurar sus intereses en un área
determinada de las relaciones internacionales. Sin embargo, el acatamiento de los
Estados más débiles no puede llevarse adelante sin un cierto grado de consentimiento y
convergencia, por lo cual, es el Estado hegemónico quien suministra recursos, liderazgo
e instituciones para alcanzar sus intereses, intereses que son compartidos y demandados
también por los Estados más débiles del sistema internacional (Keohane, 1988: 66-67).
La integración de las tradiciones de investigación realista y liberal se detectó
perfectamente a través de las pequeñas modificaciones a los núcleos ontológicos de las
tradiciones de investigación realista y liberal, formuladas tanto en la teoría neorrealista
modificada como en la teoría neoliberal. En la teoría neorrealista modificada, el ajuste
al núcleo ontológico del realismo se detecta en la aceptación de la existencia de
regímenes internacionales con cierto grado de autonomía que pueden favorecer la
cooperación entre Estados, especialmente en temas de baja política. Por su parte, la
modificación en la teoría liberal se detecta en reconocer que los regímenes
internacionales son impulsados esencialmente por los Estados más poderosos del propio
régimen internacional.
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4. La resolución de problemas como criterio de evaluación
La propuesta epistemológica de Laudan considera que la ciencia es una actividad
que tiene como finalidad sustancial resolver problemas. Estos problemas de
investigación pueden ser de dos tipos: conceptuales y empíricos. Los problemas
conceptuales surgen por inconsistencias teóricas, es decir, cuando una teoría (t) se
encuentra en conflicto con otra teoría (t1) en el marco de una misma tradición. Por su
parte, los problemas empíricos son, básicamente, preguntas sobre los objetos materiales
de un dominio dado y que requieren explicación. Este tipo de problemas surge, o bien
por ausencia de explicación teórica sobre ciertos fenómenos, o bien porque los
problemas son resueltos por teorías que forman parte de una tradición de investigación
rival. Uno de los aspectos distintivos del progreso científico es la transformación de
problemas empíricos no resueltos y anómalos en problemas resueltos (Laudan, 1977).
Con respecto a la evaluación de teorías y tradiciones de investigación, el modelo
postula que una teoría, cuanto más numerosos e importantes sean los problemas que
resuelve, mejor éxito tendrá en la competencia con las teorías rivales, ya sea al interior
como al exterior de la tradición de investigación. En ese sentido, la efectividad de una
teoría se determina evaluando el número y la importancia de los problemas empíricos
que resuelve, restando el número de problemas y anomalías que deja por resolver. Por
su parte, la evaluación de las tradiciones de investigación es un ejercicio de
comparación a partir de la identificación de los cambios entre las teorías de una
tradición, por ejemplo entre (t), (t1), (t2) sucesivamente. Si una tradición de
investigación (T) tiene una tasa de progreso más elevada que una tradición rival (Tr), la
tradición (T) estará mejor posicionada en la competencia científica de un campo de
estudio. En ese sentido, será siempre racional para el científico adherir a una tradición
de investigación que tenga una tasa de progreso más elevada que la de sus rivales.
En lo que respecta a los problemas conceptuales, en núcleo de la cuestión no lo
constituye en sí misma las definiciones sobre distintos conceptos inherentes al campo de
estudios, como puede ser el propio concepto de relaciones internacionales, sistema
internacional, alianzas y hasta el propio concepto de guerras, sino que dichos conceptos
estén articulados a la ontología de la tradición de investigación y que los mismos, a su
vez, sean pasibles de medición, en el entendido que éste es uno de los rasgos
característicos de la ciencia que la distingue de otros formas de conocimiento, como
puede ser el filosófico, metafísico y religioso. En ese sentido, la resolución de
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problemas conceptuales en el marco de una tradición de investigación implica al menos
dos cuestiones. Por un lado, que sus teóricos evidencien un importante grado de
consenso sobre los conceptos claves al campo de estudios, independientemente de las
distintas hipótesis formuladas para resolver un problema empírico. Por otro, que dichos
conceptos sean precisos y pasibles de medición, evitando lo más posible el estiramiento
conceptual.
Teniendo en cuenta estos elementos, si bien es posible afirmar que al interior de
las tradiciones de investigación pueden identificarse amplios consensos sobre las
definiciones conceptuales básicas, entre tradiciones de investigación lo que predomina
es el disenso en cuestiones tan relevantes como: qué son las relaciones internacionales,
qué es el poder y cómo medirlo, o cómo entender el sistema internacional, entre otros
conceptos medulares al propio campo de estudios. No obstante ello, sí es posible
identificar que, al menos en lo que respecta a la articulación entre conceptos y referentes
empíricos medibles, en el marco de la tradición de investigación realista se ofrece una
mayor precisión y simplicidad en la definición de sus conceptos medulares que las
tradiciones liberales y marxistas, estas últimas encuentran mayores dificultades para
alcanzar la misma precisión y simplicidad.
En lo que respecta a los problemas empíricos, como pueden ser el estudio de las
guerras, la paz, la cooperación, el subdesarrollo, lo primero que se debe señalar es que
los científicos de las Relaciones Internacionales, al igual que el resto de los científicos
sociales,
presentan
importantes
limitaciones
para
realizar
investigaciones
experimentales, las cuales se caracterizan por el pleno control que el investigador posee
sobre las variables implicadas, es decir, pleno control sobre los potenciales efectos de
una variable independiente sobre una dependiente. Dada esta dificultad, sumado a los
limitados avances en lo que respecta a la sistematización de información estadística a
pesar de los sustanciales desarrollos registrados en las últimas décadas, en las
Relaciones Internacionales hasta el momento, no ha sido posible verificar enunciados
universales que adquieran estatus de leyes científicas. El mayor avance en el plano
empírico puede ser posible observarlo en mayor medida a partir de la verificación de
enunciados carácter particular o singular. Por tanto, no es posible identificar hasta el
momento qué teoría inscripta en tradición de investigación resuelve mejor sus
problemas empíricos sustanciales.
En suma, el criterio de resolución de problemas conceptuales y empíricos
constituye una de las herramientas potentes para evaluar el crecimiento científico de
14
este campo de estudios. Sin embargo, de su aplicación no es posible identificar
claramente qué teoría y tradición de investigación resuelve mejor sus problemas. Ello es
revelador de dos cosas: por un lado, de que se está en presencia de ciencia social joven
que se caracteriza por la diferencia, el disenso y la ausencia de resolución de problemas.
En palabras del propio Kuhn, puede caracterizarse esta ciencia en estado pre-científico;
por otro, que los investigadores mayormente no están orientando sus estudios por
criterios racionales adhiriendo a la teoría o tradición que resuelve más problemas, sino
por criterios racionales asociados más a las ontologías o metafísicas que a la resolución
de problemas.
5. Conclusión: ¿cómo evaluar el crecimiento científico de las Relaciones
Internacionales?
Este trabajo tuvo como finalidad presentar y describir criterios para evaluar el
crecimiento científico de las Relaciones Internacionales. En ese sentido, constituye una
propuesta para la evaluación del crecimiento científico del campo de estudios, no una
evaluación en sí misma, pese a que el trabajo avanza de modo muy general y parcial en
esa dirección. En respuesta a la pregunta planteada al inicio de este trabajo, es preciso
tener en cuenta tres cuestiones esenciales, las cuales se desprenden de la aplicación
parcial del modelo de Larry Laudan, al cual se lo considera con mayor potencialidad de
los modelos de Kuhn y Lakatos, comúnmente utilizados por los estudiosos de las
relaciones internacionales.
En primer lugar, una forma de evaluación del crecimiento de un dominio
científico es a través de la sistematización de teorías desarrolladas en el campo de
estudios. Ello no arrojará resultados sustanciales en cuanto a la identificación de la
teoría con mayor potencialidad para resolver problemas, más bien permite identificar los
problemas inherentes a cada teoría, sus puntos de encuentro y desencuentro, e
identificar las hipótesis relevantes sobre distintos problemas de las relaciones
internacionales. A partir de la identificación de problemas comunes o transversales a las
tradiciones de investigación, la sistematización de teorías posibilita visualizar las
hipótesis en competencia que necesariamente deben ser sometidas a verificación. En
este trabajo, dicha sistematización teórica se realizó tomando como criterio excluyente
las ontologías de las tradiciones de investigación. En ese sentido, es preciso tener en
cuenta que el trabajo en sí mismo es una articulación parcial ya que no incorpora el
15
criterio epistemológico. En esta propuesta, se identificaron tres grandes tradiciones de
investigación en las Relaciones Internacionales: realista; liberal; marxista. En cada una
de ellas existe una multiplicidad de teorías construidas para dar cuenta de distintos
problemas de las relaciones internacionales.
En segundo término, la evaluación del crecimiento científico de las Relaciones
Internacionales requiere indagar si los conceptos teóricos poseen consistencia lógica, es
decir, si encuentran una clara conexión tanto con los núcleos ontológicos que
estructuran a las tradiciones de investigación y condicionan las teorías, como así
también con la realidad a través de referentes empíricos medibles y fiables, que gocen
de un amplia aceptación por parte de la comunidad de científicos que adhieren a una
tradición de investigación. Por último, una evaluación del crecimiento científico de las
Relaciones Internacionales requiere identificar cuáles han sido los problemas empíricos
resueltos, especialmente aquellos problemas de carácter universal y generalizables.
Sobre este último punto, es posible afirmar que las Relaciones Internacionales, en
cualquiera de sus tradiciones de investigación en competencia, aún no han podido
descubrir relaciones entre variables realmente importantes y de carácter universal de las
cuales sea posible establecer leyes científicas a su propio dominio. Los avances en la
resolución de problemas empíricos pueden identificarse sobre todo en la resolución de
problemas de carácter singular o particular.
Por tanto, la aplicación y evaluación parcial del crecimiento científico a partir
del modelo de Larry Laudan, esboza que en este campo de estudios es posible
identificar dos características notorias: por un lado, una multiplicidad de teorías y
problemas de investigación inscriptos en tradiciones de investigación en competencia;
por otro, el predominio del disenso en las Relaciones Internacionales sobre cuestiones
tan básicas como la definición de su objeto de estudio y la ausencia de resolución de
problemas empíricos de carácter universal.
16
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