Participación en proyecto de ley - Biblioteca del Congreso Nacional

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SERGIO FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
SENADOR
Téngase presente
Esta Labor Parlamentaria ha sido construida por la Biblioteca del Congreso Nacional a partir de la información seleccionada
desde los Diarios de Sesiones y del Sistema de Tramitación de Proyectos de Ley (SIL).
Se incluyen todas las intervenciones producidas en sala y las mociones del parlamentario ordenadas cronológicamente.
Para efectos de facilitar la revisión de la documentación de este archivo, se incorpora un índice desde el cual se puede
navegar directamente al texto completo de la intervención.
INDICE
1.- Legislatura 319, Sesión 0 de 11 de Marzo de 1990
1.1. INVESTIDURA DE SENADORES - 1
2.- Legislatura 319, Sesión 7 de 18 de Abril de 1990
2.1. INDULTO GENERAL - 1
3.- Legislatura 319, Sesión 12 de 09 de Mayo de 1990
3.1. AMPLIACIÓN DE PLAZO ESTABLECIDO POR LEY SOBRE ORGANIZACIONES COMUNITARIAS - 1
4.- Legislatura 320, Sesión 2 de 30 de Mayo de 1990
4.1. MOCION DEL HONORABLE SENADOR SEÑOR SERGIO FERNANDEZ CON LA CUAL INICIA UN PROYECTO DE LEY QUE
FIJA LA MAYORIA DE EDAD A PARTIR DE LOS DIECIOCHO AÑOS - 1
5.- Legislatura 320, Sesión 10 de 20 de Junio de 1990
5.1. CREACIÓN DE MINISTERIO DE PLANIFICACIÓN Y COOPERACIÓN; FONDO DE SOLIDARIDAD E INVERSIÓN SOCIAL, Y
AGENCIA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL - 1
6.- Legislatura 320, Sesión 11 de 26 de Junio de 1990
6.1. LIBERTAD DE EXPRESIÓN. MODIFICACIÓN DE LEY SOBRE ABUSOS DE PUBLICIDAD - 1
7.- Legislatura 320, Sesión 23 de 08 de Agosto de 1990
7.1. CASO DE UVAS SUPUESTAMENTE ENVENENADAS. MEDIDAS DISCRIMINATORIAS CONTRA FRUTA CHILENA
ACORDADAS POR SENADO NORTEAMERICANO - 1
8.- Legislatura 320, Sesión 25 de 21 de Agosto de 1990
8.1. TERMINACIÓN DE CONTRATO DE TRABAJO Y ESTABILIDAD EN EL EMPLEO - 1
9.- Legislatura 321, Sesión 4 de 10 de Octubre de 1990
9.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGOS PENAL Y DE JUSTICIA MILITAR Y DE OTROS TEXTOS LEGALES EN LO RELATIVO A LA
PENA DE MUERTE - 1
10.- Legislatura 321, Sesión 8 de 31 de Octubre de 1990
10.1. MODIFICACIÓN DE LEY N 18.962, ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE ENSEÑANZA. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
11.- Legislatura 321, Sesión 11 de 08 de Noviembre de 1990
11.1. MODIFICACIONES LEGALES PARA GARANTIZAR MEJOR DERECHOS DE LAS PERSONAS - 1
12.- Legislatura 321, Sesión 23 de 11 de Diciembre de 1990
12.1. POLÍTICA EXTERIOR CHILENA - 1
13.- Legislatura 321, Sesión 32 de 10 de Enero de 1991
13.1. CONSULTA DE COMITÉS ACERCA DE SITUACIÓN PRODUCIDA EN TRAMITACIÓN DE PROYECTO QUE MODIFICA LA
LEY N 18.892, GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA, A RAÍZ DE SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL - 1
14.- Legislatura 321, Sesión 34 de 16 de Enero de 1991
14.1. PROPIEDAD INDUSTRIAL. VETO - 1
14.2. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE MUNICIPALIDADES - 1
15.- Legislatura 321, Sesión 44 de 16 de Abril de 1991
15.1. AUTORIZACIÓN DE EJERCICIO PROFESIONAL A CHILENOS QUE OBTUVIERON GRADOS Y TÍTULOS EN EL EXILIO 1
16.- Legislatura 321, Sesión 45 de 17 de Abril de 1991
16.1. ATRIBUCIÓN DEL SENADO PARA DECIDIR SOBRE ADMISIBILIDAD DE ACCIONES JUDICIALES CONTRA UN
MINISTRO DE ESTADO - 1
17.- Legislatura 321, Sesión 47 de 24 de Abril de 1991
17.1. NUEVAS NORMAS SOBRE ORGANIZACIONES SINDICALES Y NEGOCIACIÓN COLECTIVA - 1
17.2. PROCEDENCIA DE FORMACIÓN DE COMISIONES MIXTAS EN PROYECTOS DE REFORMA CONSTITUCIONAL.
INFORME DE COMISIÓN - 1
17.3. PROCEDENCIA DE FORMACIÓN DE COMISIONES MIXTAS EN PROYECTOS DE REFORMA CONSTITUCIONAL.
INFORME DE COMISIÓN - 2
17.4. PROCEDIMIENTO DE PAREOS EN VOTACIONES CON QUÓRUM ESPECIALES. INFORME DE COMISIÓN DE
CONSTITUCIÓN - 1
18.- Legislatura 321, Sesión 52 de 16 de Mayo de 1991
18.1. MODIFICACIONES A CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL EN LO RELATIVO A LOS DELITOS DE ROBO Y HURTO - 1
19.- Legislatura 322, Sesión 1 de 04 de Junio de 1991
19.1. MEDIDAS DE COORDINACIÓN SOLICITADAS POR EL GOBIERNO - 1
20.- Legislatura 322, Sesión 2 de 05 de Junio de 1991
20.1. AUTORIZA EL ESTABLECIMIENTO DE EMPRESAS INDIVIDUALES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA - 1
21.- Legislatura 322, Sesión 3 de 06 de Junio de 1991
21.1. ACCIÓN JUDICIAL DE DOÑA MARIANA MARTELLI CONTRA MINISTROS DE ESTADO - 1
22.- Legislatura 322, Sesión 7 de 18 de Junio de 1991
22.1. PRÓRROGA DE ENTRADA EN VIGENCIA DE LEY N 18.892, GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA - 1
22.2. INFORME DE COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN SOBRE LAS PROPOSICIONES DE LAS COMISIONES MIXTAS.ESTATUTO DOCENTE - 1
23.- Legislatura 322, Sesión 15 de 09 de Julio de 1991
23.1. MODIFICACIÓN DE TITULO VII DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 1
24.- Legislatura 322, Sesión 19 de 17 de Julio de 1991
24.1. RECHAZO DE RESOLUCIÓN DE NACIONES UNIDAS SOBRE EL SIONISMO - 1
25.- Legislatura 322, Sesión 24 de 07 de Agosto de 1991
25.1. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 1
25.2. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 2
25.3. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 3
25.4. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 4
25.5. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 5
25.6. INTRODUCE UN INCISO SEGUNDO AL ARTÍCULO 65 DEL CÓDIGO DEL TRABAJO, AUMENTANDO EL FERIADO
ANUAL A TRABAJADORES QUE PRESTEN SERVICIOS EN LA XI Y XII REGIÓN DEL PAÍS. - 1
26.- Legislatura 322, Sesión 25 de 08 de Agosto de 1991
26.1. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULO 71 DE LA CONSTITUCIÓN EN MATERIA DE URGENCIA - 1
26.2. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULO 71 DE LA CONSTITUCIÓN EN MATERIA DE URGENCIA - 2
27.- Legislatura 322, Sesión 26 de 13 de Agosto de 1991
27.1. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULO 71 DE LA CONSTITUCIÓN EN MATERIA DE URGENCIA - 1
27.2. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULO 71 DE LA CONSTITUCIÓN EN MATERIA DE URGENCIA - 2
28.- Legislatura 322, Sesión 29 de 20 de Agosto de 1991
28.1. ERECCIÓN DE MONUMENTOS EN MEMORIA DE EX SENADOR DON JAIME GUZMAN ERRAZURIZ - 1
29.- Legislatura 322, Sesión 32 de 22 de Agosto de 1991
29.1. DECLARA, INTERPRETANDO EL ART. 748 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL QUE LOS JUICIOS DE CARACTER
PREVISIONAL QUE COMPROMETAN RECURSOS PUBLICOS QUE INDICA, SERAN JUICIOS DE HACIENDA.- - 1
30.- Legislatura 322, Sesión 33 de 27 de Agosto de 1991
30.1. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 1
30.2. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 2
30.3. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 3
30.4. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 4
30.5. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 5
30.6. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 6
30.7. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 7
30.8. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y PROVINCIAL Y
ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 8
31.- Legislatura 322, Sesión 34 de 03 de Septiembre de 1991
31.1. DEROGACIÓN DE ARTICULO 3 TRANSITORIO DE LEY N 18.918, ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DEL CONGRESO
NACIONAL, SOBRE JUICIO POLÍTICO - 1
32.- Legislatura 322, Sesión 37 de 10 de Septiembre de 1991
32.1. MAYORÍA DE EDAD A 18 AÑOS - 1
33.- Legislatura 322, Sesión 38 de 12 de Septiembre de 1991
33.1. FERIADO ANUAL A TRABAJADORES QUE PRESTAN SERVICIOS EN REGIONES UNDÉCIMA Y DUODÉCIMA - 1
34.- Legislatura 323, Sesión 2 de 03 de Octubre de 1991
34.1. AUMENTO DE PERSONAL DE GENDARMERÍA DE CHILE - 1
34.2. LEGITIMACIÓN DE HIJOS NATURALES Y SITUACIÓN JURÍDICA DE HIJOS ILEGÍTIMOS. INFORME DE COMISIÓN
MIXTA - 1
35.- Legislatura 323, Sesión 3 de 15 de Octubre de 1991
35.1. LEYES SECRETAS DICTADAS ENTRE 1973 Y 1990. INFORME DE COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 1
36.- Legislatura 323, Sesión 5 de 17 de Octubre de 1991
36.1. BENEFICIOS PARA ADQUIRENTES DE PREDIOS CORA - 1
37.- Legislatura 323, Sesión 7 de 23 de Octubre de 1991
37.1. MODIFICACIÓN DE LEY N 16.282, QUE FIJA NORMAS PARA CASOS DE SISMOS O CATÁSTROFES. INFORMES DE
COMISIONES DE CONSTITUCIÓN Y MIXTA - 1
38.- Legislatura 323, Sesión 13 de 19 de Noviembre de 1991
38.1. MODIFICACIÓN DE LEY N 18.838, SOBRE CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN - 1
38.2. MODIFICACIÓN DE LEY N 18.838, SOBRE CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN - 2
39.- Legislatura 323, Sesión 26 de 11 de Diciembre de 1991
39.1. INTERPRETACIÓN DE NORMAS ATINENTES A FACULTAD DE COMISIONES MIXTAS Y A MODO DE VOTAR SUS
PROPOSICIONES - 1
40.- Legislatura 323, Sesión 31 de 08 de Enero de 1992
40.1. MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE MUNICIPALIDADES - 1
41.- Legislatura 323, Sesión 32 de 09 de Enero de 1992
41.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGOS PENAL, DE JUSTICIA MILITAR, Y DE PROCEDIMIENTO PENAL Y OTRAS
DISPOSICIONES LEGALES EN MATERIA DE SEGURIDAD DE LAS PERSONAS - 1
41.2. MODIFICACIÓN DE CÓDIGOS PENAL, DE JUSTICIA MILITAR, Y DE PROCEDIMIENTO PENAL Y OTRAS
DISPOSICIONES LEGALES EN MATERIA DE SEGURIDAD DE LAS PERSONAS - 2
42.- Legislatura 323, Sesión 33 de 14 de Enero de 1992
42.1. REHABILITACIÓN DE CIUDADANÍA A PERSONAS ACOGIDAS A LEY DE AMNISTÍA. INFORME DE COMISIÓN DE
CONSTITUCIÓN - 1
42.2. REHABILITACIÓN DE CIUDADANÍA A PERSONAS ACOGIDAS A LEY DE AMNISTÍA. INFORME DE COMISIÓN DE
CONSTITUCIÓN - 2
42.3. REHABILITACIÓN DE CIUDADANÍA A PERSONAS ACOGIDAS A LEY DE AMNISTÍA. INFORME DE COMISIÓN DE
CONSTITUCIÓN - 3
42.4. REHABILITACIÓN DE CIUDADANÍA A PERSONAS ACOGIDAS A LEY DE AMNISTÍA. INFORME DE COMISIÓN DE
CONSTITUCIÓN - 4
43.- Legislatura 323, Sesión 34 de 15 de Enero de 1992
43.1. MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE MUNICIPALIDADES - 1
44.- Legislatura 323, Sesión 41 de 27 de Febrero de 1992
44.1. MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE MUNICIPALIDADES. VETO - 1
45.- Legislatura 323, Sesión 44 de 18 de Marzo de 1992
45.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO PENAL Y DE LEY N 18.314 - 1
46.- Legislatura 323, Sesión 45 de 24 de Marzo de 1992
46.1. OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 1
46.2. OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 2
46.3. OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 3
46.4. OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 4
47.- Legislatura 323, Sesión 49 de 07 de Abril de 1992
47.1. TRATAMIENTO ADUANERO Y TRIBUTARIO PREFERENCIAL PARA COMUNAS DE PORVENIR Y PRIMAVERA
(DUODÉCIMA REGIÓN) - 1
48.- Legislatura 323, Sesión 50 de 08 de Abril de 1992
48.1. MOCIÓN DE LOS HH. SENADORES SEÑORES SERGIO DIEZ, SERGIO FERNÁNDEZ, CARLOS LETELIER, MÁXIMO
PACHECO Y HERNÁN VODANOVIC, CON LA QUE INICIAN UN PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 25 DE LA
LEY Nº.18.918, ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DEL CONGRESO NACIONAL. - 1
49.- Legislatura 323, Sesión 52 de 15 de Abril de 1992
49.1. OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 1
49.2. OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 2
49.3. OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 3
49.4. OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 4
49.5. OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 5
49.6. OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 6
50.- Legislatura 323, Sesión 58 de 12 de Mayo de 1992
50.1. MODIFICACIÓN DEL CÓDIGO PENAL EN LO RELATIVO A DERECHO A LEGÍTIMA DEFENSA - 1
51.- Legislatura 323, Sesión 60 de 19 de Mayo de 1992
51.1. MODIFICACIÓN DE LEY DE ADMINISTRACIÓN DE LA EMPRESA DE LOS FERROCARRILES DEL ESTADO - 1
51.2. MODIFICACIÓN DE LEY DE ADMINISTRACIÓN DE LA EMPRESA DE LOS FERROCARRILES DEL ESTADO - 2
51.3. MODIFICACIÓN DE LEY DE ADMINISTRACIÓN DE LA EMPRESA DE LOS FERROCARRILES DEL ESTADO - 3
51.4. MODIFICACIÓN DE LEY DE ADMINISTRACIÓN DE LA EMPRESA DE LOS FERROCARRILES DEL ESTADO - 4
52.- Legislatura 323, Sesión 61 de 20 de Mayo de 1992
52.1. AUMENTO DE INGRESO MÍNIMO MENSUAL - 1
52.2. AUMENTO DE INGRESO MÍNIMO MENSUAL - 2
53.- Legislatura 324, Sesión 2 de 03 de Junio de 1992
53.1. MODIFICA EL ARTÍCULO 183 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL, EN LEY QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 183
DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL, EN LO RELATIVO AL SECRETO PROFESIONAL Y A LA INVIOLABILIDAD DE LAS
COMUNICACIONES. - 1
54.- Legislatura 324, Sesión 9 de 09 de Julio de 1992
54.1. MODIFICACIÓN DE LEY SOBRE IMPUESTO A LA RENTA Y DE OTRAS DISPOSICIONES TRIBUTARIAS - 1
55.- Legislatura 324, Sesión 12 de 21 de Julio de 1992
55.1. MODIFICACIÓN DE PLANTAS DE PERSONAL DE CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA - 1
55.2. MODIFICACIÓN DE LEY N 19.047 - 1
56.- Legislatura 324, Sesión 14 de 04 de Agosto de 1992
56.1. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 1
57.- Legislatura 324, Sesión 15 de 06 de Agosto de 1992
57.1. PROCEDIMIENTO EN CONCURSOS PARA PROFESIONALES FUNCIONARIOS QUE SEÑALA LEY N 15.076 - 1
57.2. MODIFICACIÓN DE LEY DE ADMINISTRACIÓN DE EMPRESA DE FERROCARRILES DEL ESTADO. INFORME DE
COMISIÓN MIXTA - 1
58.- Legislatura 324, Sesión 17 de 13 de Agosto de 1992
58.1. HOMENAJE A GRAN LOGIA DE LA ORDEN MASÓNICA DE CHILE - 1
59.- Legislatura 324, Sesión 20 de 20 de Agosto de 1992
59.1. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 1
59.2. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 2
59.3. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 3
59.4. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 4
59.5. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 5
59.6. GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 6
60.- Legislatura 324, Sesión 22 de 03 de Septiembre de 1992
60.1. MODIFICACIÓN DE NORMAS PREVISIONALES DE PROCEDIMIENTOS EN JUICIOS QUE INDICA - 1
60.2. MODIFICACIÓN DE NORMAS PREVISIONALES DE PROCEDIMIENTOS EN JUICIOS QUE INDICA - 2
61.- Legislatura 324, Sesión 26 de 16 de Septiembre de 1992
61.1. MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 1
61.2. MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 2
61.3. MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 3
62.- Legislatura 325, Sesión 2 de 08 de Octubre de 1992
62.1. MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 1
63.- Legislatura 325, Sesión 3 de 13 de Octubre de 1992
63.1. NORMAS SOBRE CORPORACIONES Y FUNDACIONES - 1
64.- Legislatura 325, Sesión 5 de 20 de Octubre de 1992
64.1. MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA DEL CONSEJO DE DEFENSA DEL ESTADO Y DE PLANTAS DE SU PERSONAL - 1
64.2. MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA DEL CONSEJO DE DEFENSA DEL ESTADO Y DE PLANTAS DE SU PERSONAL - 2
65.- Legislatura 325, Sesión 9 de 10 de Noviembre de 1992
65.1. FONDOS PARA INSTALACIÓN DE SISTEMAS DE RECEPCIÓN SATELITAL TELEVISIVA - 1
66.- Legislatura 325, Sesión 12 de 19 de Noviembre de 1992
66.1. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1993 - 1
66.2. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1993 - 2
66.3. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1993 - 3
67.- Legislatura 325, Sesión 14 de 26 de Noviembre de 1992
67.1. MODIFICACIÓN DE LEY N 19.175, SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 1
68.- Legislatura 325, Sesión 16 de 10 de Diciembre de 1992
68.1. SANCIÓN A MIEMBROS, COLABORADORES Y PROPAGANDISTAS DE GRUPOS TERRORISTAS - 1
68.2. SANCIÓN A MIEMBROS, COLABORADORES Y PROPAGANDISTAS DE GRUPOS TERRORISTAS - 2
68.3. SANCIÓN A MIEMBROS, COLABORADORES Y PROPAGANDISTAS DE GRUPOS TERRORISTAS - 3
68.4. SANCIÓN A MIEMBROS, COLABORADORES Y PROPAGANDISTAS DE GRUPOS TERRORISTAS - 4
69.- Legislatura 325, Sesión 17 de 15 de Diciembre de 1992
69.1. CREACIÓN DE DIRECCIÓN DE SEGURIDAD PUBLICA E INFORMACIONES - 1
70.- Legislatura 325, Sesión 20 de 05 de Enero de 1993
70.1. MODIFICACIÓN DEL REGLAMENTO DEL SENADO - 1
71.- Legislatura 325, Sesión 21 de 07 de Enero de 1993
71.1. CREACION DE DIRECCION DE SEGURIDAD PUBLICA E INFORMACIONES - 1
71.2. MODIFICACION DE REGLAMENTO DEL SENADO - 1
71.3. CONTROVERSIA SOBRE CONSTRUCCION DE CENTRAL HIDROELECTRICA PANGUE EN EL ALTO BIOBIO - 1
72.- Legislatura 325, Sesión 22 de 12 de Enero de 1993
72.1. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE MATERIAS ELECTORALES - 1
73.- Legislatura 325, Sesión 27 de 20 de Enero de 1993
73.1. ACUSACIÓN CONSTITUCIONAL CONTRA TRES MINISTROS DE CORTE SUPREMA Y AUDITOR GENERAL DEL
EJÉRCITO, COMO MINISTRO INTEGRANTE - 1
74.- Legislatura 325, Sesión 29 de 26 de Enero de 1993
74.1. MODIFICACIÓN DE ARTICULO 505 DE CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL, EN LO RELATIVO A LA NOTIFICACIÓN
DE SENTENCIAS JUDICIALES - 1
74.2. MODIFICACIÓN DE ARTICULO 505 DE CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL, EN LO RELATIVO A LA NOTIFICACIÓN
DE SENTENCIAS JUDICIALES - 2
75.- Legislatura 325, Sesión 30 de 28 de Enero de 1993
75.1. AMNISTÍA A INFRACTORES DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL SOBRE VOTACIONES POPULARES Y
ESCRUTINIOS - 1
76.- Legislatura 325, Sesión 31 de 09 de Marzo de 1993
76.1. NORMAS SOBRE JUECES ÁRBITROS Y PROCEDIMIENTO ARBITRAL - 1
77.- Legislatura 325, Sesión 32 de 11 de Marzo de 1993
77.1. NORMAS SOBRE DELITO INFORMÁTICO - 1
77.2. NORMAS SOBRE DELITO INFORMÁTICO - 2
78.- Legislatura 325, Sesión 37 de 30 de Marzo de 1993
78.1. AMNISTÍA A PERSONAS NATURALES PROCESADAS O CONDENADAS POR HURTO DE ENERGÍA ELÉCTRICA.
MOCIÓN - 1
78.2. AMNISTÍA A PERSONAS NATURALES PROCESADAS O CONDENADAS POR HURTO DE ENERGÍA ELÉCTRICA.
MOCIÓN - 2
78.3. AMNISTÍA A PERSONAS NATURALES PROCESADAS O CONDENADAS POR HURTO DE ENERGÍA ELÉCTRICA.
MOCIÓN - 3
79.- Legislatura 325, Sesión 43 de 14 de Abril de 1993
79.1. MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE VOTACIONES POPULARES Y ESCRUTINIOS - 1
80.- Legislatura 325, Sesión 46 de 21 de Abril de 1993
80.1. MODIFICACIÓN DE LIBROS I, II Y V DEL CÓDIGO DEL TRABAJO - 1
81.- Legislatura 325, Sesión 47 de 04 de Mayo de 1993
81.1. MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE VOTACIONES POPULARES Y ESCRUTINIOS - 1
82.- Legislatura 325, Sesión 49 de 05 de Mayo de 1993
82.1. MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE VOTACIONES POPULARES Y ESCRUTINIOS - 1
82.2. MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE VOTACIONES POPULARES Y ESCRUTINIOS - 2
83.- Legislatura 325, Sesión 50 de 11 de Mayo de 1993
83.1. NORMAS SOBRE DELITO INFORMÁTICO - 1
84.- Legislatura 326, Sesión 7 de 30 de Junio de 1993
84.1. EMPRESAS INDIVIDUALES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA - 1
85.- Legislatura 326, Sesión 8 de 06 de Julio de 1993
85.1. EMPRESAS INDIVIDUALES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA - 1
86.- Legislatura 326, Sesión 11 de 14 de Julio de 1993
86.1. BENEFICIOS A EXONERADOS POR RAZONES POLÍTICAS - 1
87.- Legislatura 326, Sesión 17 de 11 de Agosto de 1993
87.1. ENMIENDAS A COMPOSICION, ORGANIZACION Y ATRIBUCIONES DE CORTE SUPREMA Y A RECURSOS DE QUEJA
Y DE CASACION - 1
88.- Legislatura 326, Sesión 18 de 17 de Agosto de 1993
88.1. PLANTAS DE SUBSECRETARÍAS DE MINISTERIO DE TRANSPORTES Y TELECOMUNICACIONES Y DE JUNTA DE
AERONÁUTICA CIVIL - 1
89.- Legislatura 326, Sesión 25 de 14 de Septiembre de 1993
89.1. DURACIÓN DE MANDATO PRESIDENCIAL - 1
89.2. DURACIÓN DE MANDATO PRESIDENCIAL - 2
90.- Legislatura 326, Sesión 26 de 15 de Septiembre de 1993
90.1. BENEFICIOS A INTEGRANTES DE SELECCIÓN NACIONAL DE FÚTBOL "SUB-17" - 1
91.- Legislatura 327, Sesión 2 de 05 de Octubre de 1993
91.1. CARRERA FUNCIONARÍA DEL PODER JUDICIAL - 1
92.- Legislatura 327, Sesión 3 de 06 de Octubre de 1993
92.1. DURACION DE MANDATO PRESIDENCIAL - 1
93.- Legislatura 327, Sesión 6 de 19 de Octubre de 1993
93.1. ARRENDAMIENTO DE VIVIENDAS CON PROMESA DE COMPRAVENTA - 1
93.2. ARRENDAMIENTO DE VIVIENDAS CON PROMESA DE COMPRAVENTA - 2
93.3. ARRENDAMIENTO DE VIVIENDAS CON PROMESA DE COMPRAVENTA - 3
93.4. ARRENDAMIENTO DE VIVIENDAS CON PROMESA DE COMPRAVENTA - 4
93.5. ARRENDAMIENTO DE VIVIENDAS CON PROMESA DE COMPRAVENTA - 5
93.6. RÉGIMEN LABORAL DE PERSONAL DE CORPORACIÓN DE ASISTENCIA JUDICIAL - 1
94.- Legislatura 327, Sesión 7 de 19 de Octubre de 1993
94.1. MODIFICACION DE CODIGO CIVIL EN MATERIA DE REGIMEN PATRIMONIAL DEL MATRIMONIO - 1
95.- Legislatura 327, Sesión 10 de 02 de Noviembre de 1993
95.1. ENMIENDAS A COMPOSICIÓN, ORGANIZACIÓN Y ATRIBUCIONES DE CORTE SUPREMA Y A RECURSOS DE QUEJA
Y DE CASACIÓN - 1
96.- Legislatura 327, Sesión 13 de 10 de Noviembre de 1993
96.1. RECURSOS PARA DUODÉCIMA REGIÓN - 1
97.- Legislatura 327, Sesión 15 de 17 de Noviembre de 1993
97.1. BASES DE PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS - 1
98.- Legislatura 327, Sesión 16 de 23 de Noviembre de 1993
98.1. JUZGADOS VECINALES - 1
99.- Legislatura 327, Sesión 18 de 14 de Diciembre de 1993
99.1. DURACIÓN DEL MANDATO PRESIDENCIAL - 1
100.- Legislatura 327, Sesión 19 de 15 de Diciembre de 1993
100.1. TRAFICO ILICITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTROPICAS - 1
101.- Legislatura 327, Sesión 20 de 04 de Enero de 1994
101.1. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR - 1
102.- Legislatura 327, Sesión 24 de 13 de Enero de 1994
102.1. HOMENAJE A DIARIO “EL MAGALLANES” EN SU CENTENARIO. COMUNICACIÓN - 1
103.- Legislatura 327, Sesión 30 de 25 de Enero de 1994
103.1. MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 1
104.- Legislatura 328, Sesión 4 de 05 de Abril de 1994
104.1. TRÁFICO ILÍCITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTRÓPICAS - 1
105.- Legislatura 328, Sesión 7 de 13 de Abril de 1994
105.1. ELECCIÓN DE RECTOR EN UNIVERSIDADES ESTATALES - 1
106.- Legislatura 328, Sesión 9 de 20 de Abril de 1994
106.1. NORMATIVA SOBRE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
107.- Legislatura 328, Sesión 10 de 03 de Mayo de 1994
107.1. AMNISTÍA POR DELITO DE SUPOSICIÓN DE PARTO - 1
108.- Legislatura 328, Sesión 11 de 04 de Mayo de 1994
108.1. AUMENTO DE REMUNERACIONES EN PODER JUDICIAL Y NORMAS SOBRE SECRETARIOS DE JUZGADOS - 1
109.- Legislatura 329, Sesión 1 de 31 de Mayo de 1994
109.1. NORMATIVA SOBRE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. VETO - 1
110.- Legislatura 329, Sesión 3 de 07 de Junio de 1994
110.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGOS ORGÁNICO DE TRIBUNALES Y DE PROCEDIMIENTO CIVIL - 1
111.- Legislatura 329, Sesión 4 de 09 de Junio de 1994
111.1. FIJA REQUISITO ADICIONAL PARA CONDECER INDULTOS PARTICULARES - 1
112.- Legislatura 329, Sesión 6 de 16 de Junio de 1994
112.1. CREACIÓN DE ESCUELA JUDICIAL - 1
112.2. CREACIÓN DE ESCUELA JUDICIAL - 2
113.- Legislatura 329, Sesión 12 de 12 de Julio de 1994
113.1. MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 1
114.- Legislatura 329, Sesión 13 de 14 de Julio de 1994
114.1. CANCELACIÓN DE ANOTACIONES EN BOLETÍN COMERCIAL - 1
114.2. CANCELACIÓN DE ANOTACIONES EN BOLETÍN COMERCIAL - 2
114.3. CANCELACIÓN DE ANOTACIONES EN BOLETÍN COMERCIAL - 3
115.- Legislatura 329, Sesión 21 de 10 de Agosto de 1994
115.1. SITUACION DE REGIONES EXTREMAS Y DE ISLA DE PASCUA - 1
116.- Legislatura 329, Sesión 22 de 11 de Agosto de 1994
116.1. MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 1
116.2. MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 2
116.3. MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 3
116.4. MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 4
116.5. MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 5
116.6. SOLUCIÓN DE PROBLEMAS DE ZONAS EXTREMAS E ISLA DE PASCUA. PROYECTO DE ACUERDO - 1
117.- Legislatura 329, Sesión 24 de 17 de Agosto de 1994
117.1. CALENDARIO PARA FUNCIONAMIENTO DE SISTEMA MULTIPORTADOR DISCADO - 1
118.- Legislatura 329, Sesión 27 de 31 de Agosto de 1994
118.1. FERIADO ANUAL A TRABAJADORES QUE PRESTAN SERVICIOS EN REGIONES UNDÉCIMA Y DUODÉCIMA.
INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
118.2. FERIADO ANUAL A TRABAJADORES QUE PRESTAN SERVICIOS EN REGIONES UNDÉCIMA Y DUODÉCIMA.
INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 2
119.- Legislatura 329, Sesión 28 de 31 de Agosto de 1994
119.1. REAJUSLABILIDAD DE SUBSIDIOS POR INCAPACIDAD LABORAL Y MODIFICACIÓN DE NORMAS SOBRE
SEGURIDAD SOCIAL - 1
119.2. REAJUSLABILIDAD DE SUBSIDIOS POR INCAPACIDAD LABORAL Y MODIFICACIÓN DE NORMAS SOBRE
SEGURIDAD SOCIAL - 2
119.3. REAJUSLABILIDAD DE SUBSIDIOS POR INCAPACIDAD LABORAL Y MODIFICACIÓN DE NORMAS SOBRE
SEGURIDAD SOCIAL - 3
119.4. REAJUSLABILIDAD DE SUBSIDIOS POR INCAPACIDAD LABORAL Y MODIFICACIÓN DE NORMAS SOBRE
SEGURIDAD SOCIAL - 4
120.- Legislatura 329, Sesión 29 de 01 de Septiembre de 1994
120.1. RESTRICCIONES A ACTIVIDADES RELACIONADAS CON EL TABACO - 1
120.2. RESTRICCIONES A ACTIVIDADES RELACIONADAS CON EL TABACO - 2
121.- Legislatura 329, Sesión 35 de 14 de Septiembre de 1994
121.1. JUNTAS DE VECINOS Y ORGANIZACIONES COMUNITARIAS FUNCIONALES. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
121.2. MODIFICACIÓN DE BASE DE CÁLCULO DE ASIGNACIÓN DE ZONA - 1
121.3. PROHIBICIÓN DE EXPENDIO Y CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS EN ESTABLECIMIENTOS EDUCACIONALES 1
121.4. MODIFICACIÓN DE LEYES SOBRE RENTAS MUNICIPALES E IMPUESTO TERRITORIAL - 1
121.5. MODIFICACIÓN DE LEYES SOBRE RENTAS MUNICIPALES E IMPUESTO TERRITORIAL - 2
121.6. MODIFICACIÓN DE LEYES SOBRE RENTAS MUNICIPALES E IMPUESTO TERRITORIAL - 3
121.7. MODIFICACIÓN DE LEYES SOBRE RENTAS MUNICIPALES E IMPUESTO TERRITORIAL - 4
121.8. MODIFICACIÓN DE LEYES SOBRE RENTAS MUNICIPALES E IMPUESTO TERRITORIAL - 5
122.- Legislatura 330, Sesión 3 de 06 de Octubre de 1994
122.1. ACUERDOS DE COMITÉS - 1
123.- Legislatura 330, Sesión 6 de 19 de Octubre de 1994
123.1. ENMIENDA A CÓDIGO PENAL EN MATERIA DE RECEPTACIÓN - 1
124.- Legislatura 330, Sesión 7 de 20 de Octubre de 1994
124.1. NORMAS SOBRE TRASPLANTE DE ORGANOS - 1
125.- Legislatura 330, Sesión 8 de 25 de Octubre de 1994
125.1. FALLO ARBITRAL SOBRE LAGUNA DEL DESIERTO - 1
126.- Legislatura 330, Sesión 11 de 03 de Noviembre de 1994
126.1. MODIFICACIÓN DE BASE DE CALCULO DE ASIGNACIÓN DE ZONA - 1
127.- Legislatura 330, Sesión 14 de 09 de Noviembre de 1994
127.1. CONTIENDAS DE COMPETENCIA ENTRE LA CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA Y LA CORTE DE
APELACIONES DE SANTIAGO - 1
128.- Legislatura 330, Sesión 16 de 15 de Noviembre de 1994
128.1. REHABILITACIÓN DE PERSONAS POR CUMPLIMIENTO DE CONDENAS - 1
128.2. REGLAMENTO DE PERSONAL DEL SENADO - 1
128.3. REGLAMENTO DE PERSONAL DEL SENADO - 2
128.4. REGLAMENTO DE PERSONAL DEL SENADO - 3
129.- Legislatura 330, Sesión 20 de 23 de Noviembre de 1994
129.1. REAJUSTE PARA SECTOR PÚBLICO - 1
130.- Legislatura 330, Sesión 22 de 24 de Noviembre de 1994
130.1. REFORMA DE LEGISLACIÓN SOBRE MERCADO DE CAPITALES - 1
130.2. REFORMA DE LEGISLACIÓN SOBRE MERCADO DE CAPITALES - 2
130.3. REFORMA DE LEGISLACIÓN SOBRE MERCADO DE CAPITALES - 3
131.- Legislatura 330, Sesión 23 de 06 de Diciembre de 1994
131.1. REFORMA DE LEGISLACION SOBRE MERCADO DE CAPITALES - 1
131.2. REFORMA DE LEGISLACION SOBRE MERCADO DE CAPITALES - 2
132.- Legislatura 330, Sesión 25 de 07 de Diciembre de 1994
132.1. NORMAS CONTRA SUPERPOSICION DE PERTENENCIAS MINERAS - 1
133.- Legislatura 330, Sesión 26 de 13 de Diciembre de 1994
133.1. MODIFICACIÓN DE LEY DE BANCOS Y TRATAMIENTO DE DEUDA SUBORDINADA - 1
134.- Legislatura 330, Sesión 27 de 14 de Diciembre de 1994
134.1. REGULARIZACION DE ENTIDADES FINANCIERAS INTERVENIDAS - 1
134.2. REGULARIZACION DE ENTIDADES FINANCIERAS INTERVENIDAS - 2
135.- Legislatura 330, Sesión 29 de 20 de Diciembre de 1994
135.1. APORTE EXTRAORDINARIO A SISTEMA SUBVENCIONADO DE EDUCACION - 1
136.- Legislatura 330, Sesión 30 de 21 de Diciembre de 1994
136.1. PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA LA LEY 18.892,GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA. - 1
137.- Legislatura 330, Sesión 31 de 03 de Enero de 1995
137.1. MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE URBANISMO Y CONSTRUCCIONES - 1
138.- Legislatura 330, Sesión 39 de 19 de Enero de 1995
138.1. CAPITALIZACION DE DIVIDENDOS EN BANCOS CON OBLIGACION SUBORDINADA - 1
138.2. MODIFICACION DE CODIGOS DE JUSTICIA MILITAR Y DE PROCEDIMIENTO PENAL, Y DE LEY ORGANICA DE
GENDARMERIA. NFORME DE COMISION MIXTA - 1
139.- Legislatura 330, Sesión 40 de 02 de Marzo de 1995
139.1. ADMINISTRADORAS DE RECURSOS DE TERCEROS - 1
140.- Legislatura 330, Sesión 42 de 08 de Marzo de 1995
140.1. APLICACIÓN DE REAVALÚOS DE BIENES RAÍCES NO AGRÍCOLAS - 1
141.- Legislatura 330, Sesión 43 de 14 de Marzo de 1995
141.1. NORMAS SOBRE TRASPLANTE DE ÓRGANOS - 1
141.2. NORMAS SOBRE TRASPLANTE DE ÓRGANOS - 2
142.- Legislatura 330, Sesión 47 de 22 de Marzo de 1995
142.1. DENOMINACION DE AEROPUERTO GABRIELA MISTRAL A AEROPUERTO LA FLORIDA DE LA SERENA - 1
143.- Legislatura 330, Sesión 49 de 05 de Abril de 1995
143.1. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 1
143.2. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 2
143.3. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 3
144.- Legislatura 330, Sesión 51 de 11 de Abril de 1995
144.1. RECONSTITUCION DE OFICINAS AGRICOLAS DEL COMMONWEALTH - 1
145.- Legislatura 330, Sesión 52 de 12 de Abril de 1995
145.1. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULOS 796 Y 800 DE CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL Y 513 DE CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTO PENAL - 1
146.- Legislatura 330, Sesión 53 de 18 de Abril de 1995
146.1. TRAFICO ILICITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTROPICAS - 1
147.- Legislatura 330, Sesión 55 de 19 de Abril de 1995
147.1. PERMISOS TRANSITORIOS EN CONCESIONES ACUÍCOLAS - 1
148.- Legislatura 330, Sesión 56 de 02 de Mayo de 1995
148.1. CREACIÓN DE SERVICIO NACIONAL DE ASISTENCIA JURÍDICA - 1
149.- Legislatura 330, Sesión 57 de 03 de Mayo de 1995
149.1. AMNISTÍA A INFRACTORES DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL SOBRE VOTACIONES POPULARES Y
ESCRUTINIOS - 1
150.- Legislatura 330, Sesión 59 de 10 de Mayo de 1995
150.1. MODIFICACION DEL ESTATUTO DOCENTE Y DE NORMAS SOBRE SUBVENCIONES EDUCACIONALES - 1
151.- Legislatura 330, Sesión 60 de 10 de Mayo de 1995
151.1. TRATADO DE NO PROLIFERACION DE ARMAS NUCLEARES - 1
152.- Legislatura 330, Sesión 61 de 11 de Mayo de 1995
152.1. CREACION DE OFICINA DE PRESUPUESTO DEL CONGRESO NACIONAL - 1
153.- Legislatura 330, Sesión 62 de 16 de Mayo de 1995
153.1. DIFUSION DE ENCUESTAS EN FECHAS CERCANAS A ACTOS ELECTORALES - 1
154.- Legislatura 330, Sesión 63 de 17 de Mayo de 1995
154.1. HOMENAJE EN MEMORIA DE DON JUAN PEDRALS GILI - 1
155.- Legislatura 331, Sesión 1 de 30 de Mayo de 1995
155.1. MOCIÓN DE LOS HH. SENADORES SEÑORES SERGIO FERNÁNDEZ, HERNÁN LARRAÍN, MIGUEL OTERO, ANSELMO
SULE Y ADOLFO ZALDÍVAR, QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 74 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
156.- Legislatura 331, Sesión 5 de 07 de Junio de 1995
156.1. PROTECCIÓN DE VIDA PRIVADA - 1
156.2. PROTECCIÓN DE VIDA PRIVADA - 2
157.- Legislatura 331, Sesión 8 de 20 de Junio de 1995
157.1. MODIFICACIÓN DE ESTATUTO DOCENTE Y DE NORMAS SOBRE SUBVENCIONES EDUCACIONALES - 1
158.- Legislatura 331, Sesión 9 de 21 de Junio de 1995
158.1. MODIFICACIÓN DE ARTICULO 227 DE LEY N 18.175, SOBRE QUIEBRAS - 1
159.- Legislatura 331, Sesión 12 de 05 de Julio de 1995
159.1. MODIFICACIÓN DE REQUISITOS PARA EJERCER ACTIVIDAD DE NOTARIO - 1
160.- Legislatura 331, Sesión 16 de 12 de Julio de 1995
160.1. MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE ELECCIÓN DE AUTORIDADES COMUNALES - 1
161.- Legislatura 331, Sesión 17 de 13 de Julio de 1995
161.1. REFORMA DE CONSTITUCIÓN EN MATERIA DE URGENCIAS - 1
162.- Legislatura 331, Sesión 23 de 02 de Agosto de 1995
162.1. INCENTIVOS PARA DESARROLLO ECONÓMICO DE PROVINCIAS DE ARICA Y PARINACOTA - 1
163.- Legislatura 331, Sesión 24 de 08 de Agosto de 1995
163.1. PLAZO A LA CORTE SUPREMA PARA LA EMISIÓN DE INFORMES DE SU COMPETENCIA - 1
163.2. MODIFICACIÓN A CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL Y A LEY SOBRE CUENTAS CORRIENTES BANCARIAS Y
CHEQUES - 1
164.- Legislatura 331, Sesión 25 de 09 de Agosto de 1995
164.1. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULOS 450, 521 Y 523 DE CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL. INFORME DE COMISIÓN
MIXTA - 1
164.2. CONFERENCIA MUNDIAL DE LA MUJER: IGUALDAD, DESARROLLO Y PAZ. PROYECTO DE ACUERDO - 1
165.- Legislatura 331, Sesión 30 de 23 de Agosto de 1995
165.1. MEDIDAS DE EMERGENCIA PARA GANADERÍA DE SÉPTIMA A DUODÉCIMA REGIONES AFECTADAS POR
TERREMOTO BLANCO - 1
166.- Legislatura 331, Sesión 33 de 07 de Septiembre de 1995
166.1. MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO - 1
166.2. MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO - 2
166.3. MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO - 3
167.- Legislatura 332, Sesión 1 de 03 de Octubre de 1995
167.1. PROTECCIÓN DE VIDA PRIVADA - 1
167.2. PROTECCIÓN DE VIDA PRIVADA - 2
167.3. PROTECCIÓN DE VIDA PRIVADA - 3
168.- Legislatura 332, Sesión 5 de 11 de Octubre de 1995
168.1. INTERPRETACIÓN DE ARTÍCULOS 22 DE LEY ORGÁNICA DEL CONGRESO Y 38 DEL REGLAMENTO - 1
169.- Legislatura 332, Sesión 6 de 17 de Octubre de 1995
169.1. AUMENTO DE EDAD MÍNIMA PARA CONTRAER MATRIMONIO - 1
170.- Legislatura 332, Sesión 9 de 24 de Octubre de 1995
170.1. NORMAS SOBRE JUECES ARBITROS Y PROCEDIMIENTO ARBITRAL - 1
171.- Legislatura 332, Sesión 10 de 25 de Octubre de 1995
171.1. MODIFICACIÓN DE NORMA REGLAMENTARIA RELATIVA A FORMALIDAD DE APERTURA DE SESIONES DEL
SENADO - 1
171.2. ALCANCE DE ATRIBUCIONES DEL PARLAMENTO PARA APROBACIÓN DE LEY DE PRESUPUESTOS. INFORME DE
COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 1
172.- Legislatura 332, Sesión 18 de 22 de Noviembre de 1995
172.1. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1996 - 1
172.2. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1996 - 2
172.3. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1996 - 3
172.4. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1996 - 4
172.5. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1996 - 5
172.6. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1996 - 6
173.- Legislatura 332, Sesión 24 de 13 de Diciembre de 1995
173.1. REPRESENTACIÓN DE CONGRESO NACIONAL EN EDITORIAL JURÍDICA DE CHILE - 1
173.2. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE FECHA DE ELECCIONES MUNICIPALES - 1
173.3. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE FECHA DE ELECCIONES MUNICIPALES - 2
173.4. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE FECHA DE ELECCIONES MUNICIPALES - 3
173.5. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE FECHA DE ELECCIONES MUNICIPALES - 4
173.6. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE FECHA DE ELECCIONES MUNICIPALES - 5
173.7. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE FECHA DE ELECCIONES MUNICIPALES - 6
174.- Legislatura 332, Sesión 28 de 10 de Enero de 1996
174.1. DEROGACIÓN DE LEY N 17.454 - 1
175.- Legislatura 332, Sesión 30 de 16 de Enero de 1996
175.1. PLAN DE DESARROLLO DE ZONA AUSTRAL DE CHILE. - 1
175.2. PLAN DE DESARROLLO DE ZONA AUSTRAL DE CHILE. - 2
176.- Legislatura 332, Sesión 34 de 23 de Enero de 1996
176.1. HOMENAJE EN MEMORIA DE DON EDUARDO SIMIÁN GALLET - 1
176.2. MODIFICACIÓN DE RÉGIMEN JURÍDICO APLICABLE A SERVICIOS SANITARIOS - 1
177.- Legislatura 332, Sesión 37 de 06 de Marzo de 1996
177.1. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 1
177.2. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 2
177.3. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 3
177.4. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 4
177.5. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 5
177.6. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 6
178.- Legislatura 332, Sesión 38 de 07 de Marzo de 1996
178.1. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 1
178.2. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 2
178.3. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 3
178.4. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 4
179.- Legislatura 332, Sesión 44 de 02 de Abril de 1996
179.1. MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA EN MATERIA DE SISTEMA DE POSICIONAMIENTO
GEOGRÁFICO EN NAVES PESQUERAS - 1
180.- Legislatura 332, Sesión 48 de 10 de Abril de 1996
180.1. REFORMAS CONSTITUCIONALES - 1
181.- Legislatura 332, Sesión 51 de 16 de Abril de 1996
181.1. EXTENSIÓN DE SUBSIDIO FAMILIAR, BENEFICIOS A PENSIONADOS Y ENMIENDA A NORMAS DE SEGURIDAD
SOCIAL - 1
182.- Legislatura 332, Sesión 53 de 18 de Abril de 1996
182.1. EXTENSIÓN DE SUBSIDIO FAMILIAR, BENEFICIOS A PENSIONADOS Y ENMIENDA A NORMAS DE SEGURIDAD
SOCIAL - 1
182.2. EXTENSIÓN DE SUBSIDIO FAMILIAR, BENEFICIOS A PENSIONADOS Y ENMIENDA A NORMAS DE SEGURIDAD
SOCIAL - 2
182.3. EXTENSIÓN DE SUBSIDIO FAMILIAR, BENEFICIOS A PENSIONADOS Y ENMIENDA A NORMAS DE SEGURIDAD
SOCIAL - 3
183.- Legislatura 332, Sesión 54 de 30 de Abril de 1996
183.1. COMPLEMENTACIÓN DE LEY SOBRE DEUDA SUBORDINADA - 1
184.- Legislatura 332, Sesión 56 de 07 de Mayo de 1996
184.1. AUMENTO DE EDAD MÍNIMA PARA CONTRAER MATRIMONIO - 1
185.- Legislatura 332, Sesión 57 de 08 de Mayo de 1996
185.1. COMBATE CONTRA LA POBREZA - 1
186.- Legislatura 332, Sesión 60 de 15 de Mayo de 1996
186.1. EXENCIÓN TRIBUTARIA A PESCADORES ARTESANALES - 1
187.- Legislatura 332, Sesión 61 de 15 de Mayo de 1996
187.1. FIJACIÓN DE SEDE DE CONGRESO NACIONAL EN SANTIAGO - 1
188.- Legislatura 333, Sesión 4 de 05 de Junio de 1996
188.1. MODIFICACIÓN DE LEY DE CAZA. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
188.2. MODIFICACIÓN DE LEY DE CAZA. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 2
189.- Legislatura 333, Sesión 5 de 11 de Junio de 1996
189.1. REFORMA SOBRE ADMINISTRACIÓN COMUNAL. TRÁMITE A COMISIÓN DE HACIENDA - 1
189.2. REFORMA SOBRE ADMINISTRACIÓN COMUNAL. TRÁMITE A COMISIÓN DE HACIENDA - 2
190.- Legislatura 333, Sesión 8 de 18 de Junio de 1996
190.1. MODIFICACIÓN DE DECRETO SUPREMO Nº 294, DE 1984, DEL MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS. VETO - 1
190.2. MODIFICACIÓN DE DECRETO SUPREMO Nº 294, DE 1984, DEL MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS. VETO - 2
191.- Legislatura 333, Sesión 9 de 19 de Junio de 1996
191.1. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE REELECCIÓN DE SENADORES - 1
192.- Legislatura 333, Sesión 11 de 02 de Julio de 1996
192.1. REGULACIÓN DE CONTRATOS DE EXPORTACIÓN DE PRODUCTOS HORTOFRUTÍCOLAS - 1
193.- Legislatura 333, Sesión 12 de 03 de Julio de 1996
193.1. ADMINISTRACIÓN DE BIENES DE SOCIEDAD CONYUGAL - 1
194.- Legislatura 333, Sesión 15 de 09 de Julio de 1996
194.1. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULO 1709 DEL CÓDIGO CIVIL - 1
195.- Legislatura 333, Sesión 17 de 10 de Julio de 1996
195.1. ADMINISTRADORAS DE FONDOS DE TERCEROS. VETO - 1
196.- Legislatura 333, Sesión 19 de 16 de Julio de 1996
196.1. MOCIÓN DE LOS HH. SENADORES SEÑORES ERRÁZURIZ, FERNÁNDEZ, HAMILTON, LARRAÍN Y OTERO, CON LA
QUE INICIAN UN PROYECTO QUE MODIFICA LA LEY Nº 19.366, QUE SANCIONA EL TRÁFICO ILÍCITO DE
ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTRÓPICAS, ESTABLECIENDO EL DELITO DE CONSUMO DE DROGAS
RESPECTO DEL FUNCIONARIO PÚBLICO. - 1
197.- Legislatura 333, Sesión 20 de 17 de Julio de 1996
197.1. PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA EL INCISO TERCERO DEL ARTÍCULO 6 DE LA LEY 18.603, CON EL OBJETO DE
SIMPLIFICAR LOS TRÁMITES DE CONSTITUCIÓN DE UN PARTIDO POLÍTICO. - 1
198.- Legislatura 333, Sesión 23 de 31 de Julio de 1996
198.1. AUTORIZACIÓN PARA SALIDA DE TROPAS NACIONALES - 1
198.2. REFORMA DE ARTÍCULOS 32 Y 50 DE LA CONSTITUCIÓN - 1
199.- Legislatura 333, Sesión 29 de 14 de Agosto de 1996
199.1. PROHIBICIÓN PARA FLUORACIÓN DE AGUA POTABLE - 1
200.- Legislatura 333, Sesión 31 de 27 de Agosto de 1996
200.1. MOCIÓN DE LOS HH. SENADORES SEÑORES FERNÁNDEZ Y OMINAMI, CON LA QUE INICIAN UN PROYECTO DE
LEY QUE MODIFICA LA LEY Nº 18.603, ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS, RESPECTO DE LA
CONSTITUCIÓN, AFILIACIÓN, ORGANIZACIÓN INTERNA, FUSIÓN Y DISOLUCIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS. - 1
201.- Legislatura 333, Sesión 34 de 03 de Septiembre de 1996
201.1. MODIFICACIÓN DE RÉGIMEN JURÍDICO APLICABLE A SERVICIOS SANITARIOS - 1
202.- Legislatura 333, Sesión 36 de 04 de Septiembre de 1996
202.1. MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
203.- Legislatura 333, Sesión 38 de 09 de Septiembre de 1996
203.1. MOCIÓN DE LOS SENADORES SEÑORES CANTAURIAS, DÍEZ, FERNÁNDEZ, MC INTYRE Y URENDA, CON LA QUE
INICIAN UN PROYECTO DE LEY QUE AUTORIZA LA CONSTRUCCIÓN DE UN MONUMENTO, EN LA CIUDAD DE
VALPARAÍSO, EN MEMORIA DEL ALMIRANTE DON JOSÉ TORIBIO MERINO CASTRO. - 1
204.- Legislatura 333, Sesión 39 de 10 de Septiembre de 1996
204.1. ACUERDO CHILE-MERCOSUR - 1
205.- Legislatura 334, Sesión 1 de 01 de Octubre de 1996
205.1. HOMENAJE EN MEMORIA DE ALMIRANTE DON JOSÉ TORIBIO MERINO CASTRO - 1
205.2. MODIFICACIÓN DE DECRETO LEY Nº 1.094, DE 1975, RELATIVO A REFUGIADOS. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
205.3. MOCIÓN DEL H. SENADOR SEÑOR FERNÁNDEZ, CON LA QUE INICIA UN PROYECTO DE REFORMA
CONSTITUCIONAL QUE DEROGA EL INCISO SEGUNDO DEL ARTÍCULO 19 NÚMERO 4º DE LA CARTA FUNDAMENTAL. - 1
206.- Legislatura 334, Sesión 5 de 29 de Octubre de 1996
206.1. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULO 33 DE REGLAMENTO DEL SENADO - 1
207.- Legislatura 334, Sesión 8 de 06 de Noviembre de 1996
207.1. PROYECTOS DE ACUERDO SOBRE VI CUMBRE IBEROAMERICANA DE JEFES DE ESTADO Y DE GOBIERNO - 1
208.- Legislatura 334, Sesión 9 de 19 de Noviembre de 1996
208.1. REAJUSTE PARA SECTOR PÚBLICO - 1
209.- Legislatura 334, Sesión 10 de 20 de Noviembre de 1996
209.1. TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN HUMANA ASISTIDA - 1
210.- Legislatura 334, Sesión 18 de 18 de Diciembre de 1996
210.1. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES. VETO - 1
211.- Legislatura 334, Sesión 20 de 07 de Enero de 1997
211.1. NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES. VETO - 1
212.- Legislatura 334, Sesión 21 de 08 de Enero de 1997
212.1. COMBATE CONTRA LA POBREZA - 1
213.- Legislatura 334, Sesión 24 de 14 de Enero de 1997
213.1. MODIFICACIÓN DE REGIMEN DE FILIACIÓN - 1
213.2. REAPERTURA DEL DEBATE SOBRE SOLICITUD DE REHABILITACIÓN DE CIUDADANÍA Y PROYECTO DE ACUERDO
RELATIVO A ACTUACION DE CONSEJO DE DEFENSA DEL ESTADO ANTE JUICIO POR ASESINATO DEL SENADOR JAIME
GUZMAN - 1
214.- Legislatura 334, Sesión 25 de 15 de Enero de 1997
214.1. REFORMA TRIBUTARIA - 1
215.- Legislatura 334, Sesión 27 de 21 de Enero de 1997
215.1. SANEAMIENTO DE VICIOS DE NULIDAD DE SOCIEDADES - 1
215.2. MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO - 1
216.- Legislatura 334, Sesión 33 de 18 de Marzo de 1997
216.1. MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE BANCOS Y OTROS CUERPOS LEGALES - 1
216.2. ABOLICIÓN DE PENA DE MUERTE - 1
216.3. ABOLICIÓN DE PENA DE MUERTE - 2
217.- Legislatura 334, Sesión 35 de 01 de Abril de 1997
217.1. MODIFICACIÓN DE NORMAS LEGALES SOBRE DELITO DE VIOLACIÓN - 1
218.- Legislatura 334, Sesión 38 de 08 de Abril de 1997
218.1. REFORMA TRIBUTARIA - 1
218.2. REFORMA TRIBUTARIA - 2
218.3. REFORMA TRIBUTARIA - 3
218.4. REFORMA TRIBUTARIA - 4
218.5. REFORMA TRIBUTARIA - 5
218.6. REFORMA TRIBUTARIA - 6
218.7. PUBLICIDAD DE VOTACIONES - 1
219.- Legislatura 334, Sesión 39 de 09 de Abril de 1997
219.1. DETENCIÓN DE CIUDADANOS Y PROTECCIÓN DE SUS DERECHOS - 1
220.- Legislatura 334, Sesión 40 de 15 de Abril de 1997
220.1. CREACIÓN DE MINISTERIO PÚBLICO - 1
220.2. CREACIÓN DE MINISTERIO PÚBLICO - 2
221.- Legislatura 334, Sesión 43 de 29 de Abril de 1997
221.1. COPROPIEDAD INMOBILIARIA - 1
222.- Legislatura 334, Sesión 45 de 06 de Mayo de 1997
222.1. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 1
223.- Legislatura 334, Sesión 50 de 14 de Mayo de 1997
223.1. CONSTITUCIÓN JURÍDICA Y FUNCIONAMIENTO DE IGLESIAS Y ORGANIZACIONES RELIGIOSAS - 1
224.- Legislatura 334, Sesión 53 de 20 de Mayo de 1997
224.1. RESTITUCIÓN O INDEMNIZACIÓN POR BIENES CONFISCADOS - 1
225.- Legislatura 335, Sesión 1 de 03 de Junio de 1997
225.1. CREACIÓN DE MINISTERIO PÚBLICO - 1
225.2. CREACIÓN DE MINISTERIO PÚBLICO - 2
225.3. CREACIÓN DE MINISTERIO PÚBLICO - 3
226.- Legislatura 335, Sesión 6 de 17 de Junio de 1997
226.1. MODIFICACIÓN DE COMPOSICIÓN DEL SENADO - 1
227.- Legislatura 335, Sesión 11 de 02 de Julio de 1997
227.1. TRATADO DE LIBRE COMERCIO ENTRE CHILE Y CANADÁ - 1
228.- Legislatura 335, Sesión 12 de 03 de Julio de 1997
228.1. FECHA DE ELECCIONES PARLAMENTARIAS. TRÁMITE A COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 1
228.2. FECHA DE ELECCIONES PARLAMENTARIAS. TRÁMITE A COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 2
228.3. FECHA DE ELECCIONES PARLAMENTARIAS. TRÁMITE A COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 3
228.4. FECHA DE ELECCIONES PARLAMENTARIAS. TRÁMITE A COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 4
228.5. FECHA DE ELECCIONES PARLAMENTARIAS. TRÁMITE A COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 5
228.6. FECHA DE ELECCIONES PARLAMENTARIAS. TRÁMITE A COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 6
229.- Legislatura 335, Sesión 18 de 17 de Julio de 1997
229.1. CATEGORÍA DE HABITANTES DE ZONAS FRONTERIZAS PARA EXTRANJEROS - 1
230.- Legislatura 335, Sesión 19 de 29 de Julio de 1997
230.1. ERECCIÓN DE MONUMENTOS EN MEMORIA DE EX PRESIDENTE EDUARDO FREI MONTALVA - 1
230.2. DEROGACIÓN DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE CADA AÑO COMO FERIADO LEGAL - 1
230.3. DEROGACIÓN DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE CADA AÑO COMO FERIADO LEGAL - 2
231.- Legislatura 335, Sesión 20 de 30 de Julio de 1997
231.1. RECONSIDERACIÓN DE SOLICITUDES DE REHABILITACIÓN DE CIUDADANÍA RECHAZADAS POR EL SENADO.
INFORME DE COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 1
232.- Legislatura 335, Sesión 24 de 12 de Agosto de 1997
232.1. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 1
232.2. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 2
232.3. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 3
233.- Legislatura 335, Sesión 26 de 26 de Agosto de 1997
233.1. MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA EN MATERIA DE SISTEMA DE POSICIONAMIENTO
GEOGRÁFICO EN NAVES PESQUERAS. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
233.2. PAGO POR USO DE VÍAS URBANAS - 1
234.- Legislatura 335, Sesión 27 de 27 de Agosto de 1997
234.1. RELACIONES INTERNACIONALES ENTRE CHILE, ARGENTINA Y ESTADOS UNIDOS - 1
235.- Legislatura 335, Sesión 28 de 27 de Agosto de 1997
235.1. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE CORTE SUPREMA - 1
236.- Legislatura 335, Sesión 29 de 02 de Septiembre de 1997
236.1. MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE BANCOS Y OTROS CUERPOS LEGALES. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
236.2. MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE BANCOS Y OTROS CUERPOS LEGALES. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 2
237.- Legislatura 335, Sesión 31 de 03 de Septiembre de 1997
237.1. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE CORTE SUPREMA - 1
237.2. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE CORTE SUPREMA - 2
237.3. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE CORTE SUPREMA - 3
238.- Legislatura 335, Sesión 34 de 10 de Septiembre de 1997
238.1. RECONSIDERACIÓN DE SOLICITUDES DE REHABILITACIÓN DE CIUDADANÍA RECHAZADAS POR EL SENADO.
INFORME DE COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 1
239.- Legislatura 336, Sesión 5 de 14 de Octubre de 1997
239.1. PROBIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO - 1
240.- Legislatura 336, Sesión 9 de 04 de Noviembre de 1997
240.1. LIBERTAD DE OPINIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 1
240.2. LIBERTAD DE OPINIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 2
241.- Legislatura 336, Sesión 13 de 18 de Noviembre de 1997
241.1. ASIGNACIÓN PARA PERSONAL DE GENDARMERÍA DE CHILE - 1
242.- Legislatura 336, Sesión 21 de 17 de Diciembre de 1997
242.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO DEL TRABAJO EN MATERIA DE NEGOCIACIÓN COLECTIVA Y OTRAS - 1
243.- Legislatura 336, Sesión 29 de 20 de Enero de 1998
243.1. NORMAS SOBRE PROTECCIÓN AGRÍCOLA. VETO - 1
244.- Legislatura 336, Sesión 34 de 27 de Enero de 1998
244.1. ENMIENDA A LEY ORGÁNICA DE MUNICIPALIDADES EN MATERIA DE GESTIÓN MUNICIPAL - 1
244.2. ENMIENDA A LEY ORGÁNICA DE MUNICIPALIDADES EN MATERIA DE GESTIÓN MUNICIPAL - 2
245.- Legislatura 336, Sesión 36 de 10 de Marzo de 1998
245.1. DESPEDIDA A SENADORES POR TÉRMINO DE MANDATO - 1
246.- Legislatura 337, Sesión 0 de 11 de Marzo de 1998
246.1. DESIGNACION DE LA DECIMO NOVENA CIRCUNSCRIPCION - 1
247.- Legislatura 337, Sesión 2 de 18 de Marzo de 1998
247.1. CONDONACIONES PARA ADQUIRENTES DE EDIFICACIONES MUNICIPALES - 1
247.2. CONDONACIONES PARA ADQUIRENTES DE EDIFICACIONES MUNICIPALES - 2
247.3. CONDONACIONES PARA ADQUIRENTES DE EDIFICACIONES MUNICIPALES - 3
247.4. CONDONACIONES PARA ADQUIRENTES DE EDIFICACIONES MUNICIPALES - 4
248.- Legislatura 337, Sesión 3 de 31 de Marzo de 1998
248.1. ENMIENDA A LEY ORGÁNICA DE MUNICIPALIDADES EN MATERIA DE GESTIÓN MUNICIPAL - 1
249.- Legislatura 337, Sesión 5 de 07 de Abril de 1998
249.1. ENMIENDA A LEY ORGÁNICA DE MUNICIPALIDADES EN MATERIA DE GESTIÓN MUNICIPAL - 1
249.2. ENMIENDA A LEY ORGÁNICA DE MUNICIPALIDADES EN MATERIA DE GESTIÓN MUNICIPAL - 2
250.- Legislatura 337, Sesión 6 de 08 de Abril de 1998
250.1. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 1
250.2. ASIGNACIONES Y OTROS BENEFICIOS A PERSONAL DE CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA - 1
251.- Legislatura 337, Sesión 8 de 15 de Abril de 1998
251.1. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 1
251.2. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 2
251.3. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 3
251.4. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 4
251.5. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 5
252.- Legislatura 337, Sesión 9 de 21 de Abril de 1998
252.1. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 1
252.2. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 2
252.3. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 3
252.4. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 4
252.5. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 5
252.6. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 6
252.7. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 7
252.8. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 8
252.9. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 9
252.10. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 10
252.11. LIBERTAD DE EXPRESIÓN, INFORMACIÓN Y EJERCICIO DEL PERIODISMO - 11
253.- Legislatura 337, Sesión 11 de 05 de Mayo de 1998
253.1. CONTIENDAS DE COMPETENCIA ENTRE CONTRALOR GENERAL DE LA REPÚBLICA Y TRIBUNALES SUPERIORES
DE JUSTICIA. INFORME DE COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 1
254.- Legislatura 337, Sesión 13 de 12 de Mayo de 1998
254.1. DECLARACIONES DE PRENSA SOBRE RECHAZO DE PROYECTO DE ACUERDO RELATIVO A PRESENCIA DE
DETENIDOS DESAPARECIDOS EN EX COLONIA DIGNIDAD - 1
255.- Legislatura 337, Sesión 14 de 13 de Mayo de 1998
255.1. REAJUSTE DE INGRESO MÍNIMO, ASIGNACIONES FAMILIAR Y MATERNAL, Y SUBSIDIO FAMILIAR - 1
256.- Legislatura 337, Sesión 17 de 20 de Mayo de 1998
256.1. DETENCIÓN DE CIUDADANOS Y PROTECCIÓN DE SUS DERECHOS. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
256.2. DETENCIÓN DE CIUDADANOS Y PROTECCIÓN DE SUS DERECHOS. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 2
257.- Legislatura 338, Sesión 1 de 02 de Junio de 1998
257.1. MONUMENTO EN MEMORIA DE CARDENAL ANTONIO SAMORÉ - 1
257.2. PLAZO A LA CORTE SUPREMA PARA LA EMISIÓN DE INFORMES DE SU COMPETENCIA - 1
257.3. PLAZO A LA CORTE SUPREMA PARA LA EMISIÓN DE INFORMES DE SU COMPETENCIA - 2
258.- Legislatura 338, Sesión 3 de 09 de Junio de 1998
258.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO DE JUSTICIA MILITAR - 1
259.- Legislatura 338, Sesión 4 de 10 de Junio de 1998
259.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO DEL TRABAJO SOBRE PROTECCIÓN A LA MATERNIDAD - 1
259.2. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO DEL TRABAJO SOBRE PROTECCIÓN A LA MATERNIDAD - 2
260.- Legislatura 338, Sesión 5 de 10 de Junio de 1998
260.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO DEL TRABAJO SOBRE PROTECCIÓN A LA MATERNIDAD - 1
260.2. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO DEL TRABAJO SOBRE PROTECCIÓN A LA MATERNIDAD - 2
261.- Legislatura 338, Sesión 6 de 16 de Junio de 1998
261.1. PROBIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO - 1
261.2. PROBIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO - 2
261.3. PROBIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO - 3
262.- Legislatura 338, Sesión 10 de 01 de Julio de 1998
262.1. PROBIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO - 1
262.2. PROBIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO - 2
262.3. PROBIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO - 3
262.4. PROBIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO - 4
263.- Legislatura 338, Sesión 11 de 07 de Julio de 1998
263.1. INTERVENCIÓN DE NOTARIOS EN CONTRATOS DE PROMESA DE COMPRAVENTA DE VIVIENDAS SERVIU - 1
263.2. INTERVENCIÓN DE NOTARIOS EN CONTRATOS DE PROMESA DE COMPRAVENTA DE VIVIENDAS SERVIU - 2
264.- Legislatura 338, Sesión 12 de 08 de Julio de 1998
264.1. ENAJENACIÓN POR ESCRITURA SEPARADA DE PARCELAS CORA - 1
265.- Legislatura 338, Sesión 15 de 21 de Julio de 1998
265.1. REAJUSTE DE PENSIONES Y MODIFICACIÓN TRIBUTARIA - 1
266.- Legislatura 338, Sesión 17 de 04 de Agosto de 1998
266.1. MODIFICACIÓN DE RÉGIMEN DE FILIACIÓN - 1
266.2. MODIFICACIÓN DE RÉGIMEN DE FILIACIÓN - 2
266.3. MODIFICACIÓN DE RÉGIMEN DE FILIACIÓN - 3
267.- Legislatura 338, Sesión 18 de 05 de Agosto de 1998
267.1. NUEVAS PLANTAS PARA POLICÍA DE INVESTIGACIONES - 1
267.2. NUEVAS PLANTAS PARA POLICÍA DE INVESTIGACIONES - 2
268.- Legislatura 338, Sesión 20 de 12 de Agosto de 1998
268.1. AUMENTO DE PENALIDAD DE ABORTO - 1
269.- Legislatura 338, Sesión 22 de 18 de Agosto de 1998
269.1. DEROGACIÓN DE 11 DE SEPTIEMBRE COMO FERIADO LEGAL - 1
269.2. DEROGACIÓN DE 11 DE SEPTIEMBRE COMO FERIADO LEGAL - 2
270.- Legislatura 338, Sesión 23 de 19 de Agosto de 1998
270.1. NUEVO CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL - 1
271.- Legislatura 338, Sesión 25 de 01 de Septiembre de 1998
271.1. MOCION DE LOS HH. SENADORES CARIOLA, FERNANDEZ, LARRAIN, STANGE Y URENDA, CON LA QUE INICIAN UN
PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA EL DECRETO LEY Nº 321, SOBRE LIBERTAD CONDICIONAL, Y LA LEY Nº 18.216,
SOBRE BENEFICIOS ALTERNATIVOS A LAS PENAS PRIVATIVAS Y RESTRICTIVAS DE LIBERTAD - 1
272.- Legislatura 338, Sesión 26 de 02 de Septiembre de 1998
272.1. INCENTIVOS A DESARROLLO ECONÓMICO DE AISÉN, MAGALLANES Y PROVINCIA DE PALENA - 1
273.- Legislatura 338, Sesión 28 de 08 de Septiembre de 1998
273.1. INCENTIVOS A DESARROLLO ECONÓMICO DE AYSÉN, MAGALLANES Y PROVINCIA DE PALENA - 1
273.2. INCENTIVOS A DESARROLLO ECONÓMICO DE AYSÉN, MAGALLANES Y PROVINCIA DE PALENA - 2
274.- Legislatura 338, Sesión 30 de 15 de Septiembre de 1998
274.1. PLAZO A CORTE SUPREMA PARA LA EMISIÓN DE INFORMES DE SU COMPETENCIA. VETO - 1
275.- Legislatura 338, Sesión 31 de 16 de Septiembre de 1998
275.1. CASOS Y FORMAS EN QUE PROCEDE INDULTO PARTICULAR - 1
275.2. REBAJA DE ARANCELES Y ENMIENDAS A NORMAS TRIBUTARIAS Y ECONÓMICAS - 1
275.3. REBAJA DE ARANCELES Y ENMIENDAS A NORMAS TRIBUTARIAS Y ECONÓMICAS - 2
275.4. REBAJA DE ARANCELES Y ENMIENDAS A NORMAS TRIBUTARIAS Y ECONÓMICAS - 3
275.5. REBAJA DE ARANCELES Y ENMIENDAS A NORMAS TRIBUTARIAS Y ECONÓMICAS - 4
276.- Legislatura 339, Sesión 4 de 03 de Noviembre de 1998
276.1. SITUACIÓN DE CHILE POR DETENCIÓN Y ARRAIGO DE SENADOR SEÑOR PINOCHET EN REINO UNIDO - 1
276.2. SITUACIÓN DE CHILE POR DETENCIÓN Y ARRAIGO DE SENADOR SEÑOR PINOCHET EN REINO UNIDO - 2
276.3. SITUACIÓN DE CHILE POR DETENCIÓN Y ARRAIGO DE SENADOR SEÑOR PINOCHET EN REINO UNIDO - 3
276.4. SITUACIÓN DE CHILE POR DETENCIÓN Y ARRAIGO DE SENADOR SEÑOR PINOCHET EN REINO UNIDO - 4
277.- Legislatura 339, Sesión 5 de 04 de Noviembre de 1998
277.1. CONVENIO DE OIT SOBRE LIBERTAD SINDICAL Y PROTECCIÓN DE DERECHO A SINDICACIÓN - 1
278.- Legislatura 339, Sesión 8 de 11 de Noviembre de 1998
278.1. SOLICITUD DE EXTRADICIÓN DE SENADOR SEÑOR PINOCHET: RELACIONES DE CHILE Y ESPAÑA - 1
278.2. SOLICITUD DE EXTRADICIÓN DE SENADOR SEÑOR PINOCHET: RELACIONES DE CHILE Y ESPAÑA - 2
279.- Legislatura 339, Sesión 11 de 15 de Diciembre de 1998
279.1. RECHAZO A SOLICITUD ESPAÑOLA DE EXTRADICIÓN DE SENADOR SEÑOR PINOCHET. PROYECTO DE ACUERDO
-1
280.- Legislatura 339, Sesión 15 de 06 de Enero de 1999
280.1. TRANSFERENCIA DE PRESOS CONDENADOS ENTRE CHILE Y BRASIL - 1
281.- Legislatura 339, Sesión 18 de 19 de Enero de 1999
281.1. RECOPILACIÓN DE ANTECEDENTES SOBRE PARADERO DE DETENIDOS DESAPARECIDOS - 1
281.2. RECOPILACIÓN DE ANTECEDENTES SOBRE PARADERO DE DETENIDOS DESAPARECIDOS - 2
281.3. RECOPILACIÓN DE ANTECEDENTES SOBRE PARADERO DE DETENIDOS DESAPARECIDOS - 3
282.- Legislatura 339, Sesión 19 de 20 de Enero de 1999
282.1. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULO 30 J DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 1
283.- Legislatura 339, Sesión 23 de 10 de Marzo de 1999
283.1. NORMAS SOBRE DEPORTE - 1
284.- Legislatura 339, Sesión 30 de 06 de Abril de 1999
284.1. ANTICIPOS DE RECURSOS DE FONDO COMÚN MUNICIPAL - 1
285.- Legislatura 339, Sesión 31 de 07 de Abril de 1999
285.1. DEROGACIÓN DE ARTÍCULO 2º DE DECRETO LEY Nº 480, DE 1974 - 1
285.2. DEROGACIÓN DE ARTÍCULO 2º DE DECRETO LEY Nº 480, DE 1974 - 2
286.- Legislatura 339, Sesión 36 de 04 de Mayo de 1999
286.1. RECONOCIMIENTO CONSTITUCIONAL DE EDUCACIÓN PARVULARIA - 1
286.2. RECONOCIMIENTO CONSTITUCIONAL DE EDUCACIÓN PARVULARIA - 2
286.3. RECONOCIMIENTO CONSTITUCIONAL DE EDUCACIÓN PARVULARIA - 3
286.4. RECONOCIMIENTO CONSTITUCIONAL DE EDUCACIÓN PARVULARIA - 4
286.5. RECONOCIMIENTO CONSTITUCIONAL DE EDUCACIÓN PARVULARIA - 5
287.- Legislatura 339, Sesión 37 de 05 de Mayo de 1999
287.1. CONTIENDA DE COMPETENCIA ENTRE LA CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA Y LA CORTE DE
APELACIONES DE PUNTA ARENAS - 1
288.- Legislatura 339, Sesión 38 de 11 de Mayo de 1999
288.1. CONTIENDA DE COMPETENCIA ENTRE CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA Y LA CORTE DE
APELACIONES DE PUNTA ARENAS - 1
289.- Legislatura 339, Sesión 39 de 12 de Mayo de 1999
289.1. FORTALECIMIENTO DE RÉGIMEN DE FISCALIZACION DE EMPRESAS ELÉCTRICAS - 1
290.- Legislatura 339, Sesión 40 de 18 de Mayo de 1999
290.1. CONTIENDA DE COMPETENCIA ENTRE CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA Y CORTE DE APELACIONES
DE PUNTA ARENAS - 1
290.2. CONTIENDA DE COMPETENCIA ENTRE CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA Y CORTE DE APELACIONES
DE PUNTA ARENAS - 2
291.- Legislatura 339, Sesión 41 de 19 de Mayo de 1999
291.1. FORTALECIMIENTO DE RÉGIMEN DE FISCALIZACIÓN DE EMPRESAS ELÉCTRICAS. INFORME DE COMISIÓN MIXTA
-1
292.- Legislatura 340, Sesión 2 de 02 de Junio de 1999
292.1. PROPOSICIÓN DE CÁMARA DE DIPUTADOS PARA ARCHIVO DE PROYECTOS - 1
292.2. PROBIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO. INFORME DE COMISIÓN
MIXTA. - 1
293.- Legislatura 340, Sesión 7 de 16 de Junio de 1999
293.1. MODIFICACIÓN DE NORMAS LEGALES SOBRE DELITO DE VIOLACIÓN. VETO - 1
294.- Legislatura 340, Sesión 8 de 22 de Junio de 1999
294.1. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULOS 26, 27 Y 84 DE CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
294.2. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULOS 26, 27 Y 84 DE CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
294.3. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULOS 26, 27 Y 84 DE CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 3
294.4. MODIFICACIÓN DE ARTÍCULOS 26, 27 Y 84 DE CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 4
295.- Legislatura 340, Sesión 9 de 23 de Junio de 1999
295.1. SECURITIZACIÓN Y DEPÓSITO DE VALORES - 1
296.- Legislatura 340, Sesión 10 de 06 de Julio de 1999
296.1. CONSTITUCIÓN JURÍDICA Y FUNCIONAMIENTO DE IGLESIAS Y ORGANIZACIONES RELIGIOSAS - 1
296.2. CONSTITUCIÓN JURÍDICA Y FUNCIONAMIENTO DE IGLESIAS Y ORGANIZACIONES RELIGIOSAS - 2
297.- Legislatura 340, Sesión 16 de 20 de Julio de 1999
297.1. BENEFICIOS ECONÓMICOS A PERSONAL DE SERVICIOS PÚBLICOS Y FUERZAS ARMADAS - 1
298.- Legislatura 340, Sesión 18 de 03 de Agosto de 1999
298.1. NUEVOS INCENTIVOS PARA DESARROLLO ECONÓMICO DE PROVINCIAS DE ARICA Y PARINACOTA - 1
298.2. NUEVOS INCENTIVOS PARA DESARROLLO ECONÓMICO DE PROVINCIAS DE ARICA Y PARINACOTA - 2
298.3. NUEVOS INCENTIVOS PARA DESARROLLO ECONÓMICO DE PROVINCIAS DE ARICA Y PARINACOTA - 3
299.- Legislatura 340, Sesión 19 de 04 de Agosto de 1999
299.1. NUEVOS INCENTIVOS PARA DESARROLLO ECONÓMICO DE PROVINCIAS DE ARICA Y PARINACOTA - 1
300.- Legislatura 340, Sesión 21 de 11 de Agosto de 1999
300.1. PAGO DE COTIZACIONES ATRASADAS ANTES DE TÉRMINO DE RELACIÓN LABORAL - 1
301.- Legislatura 340, Sesión 23 de 17 de Agosto de 1999
301.1. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES CARIOLA, DÍEZ, FERNÁNDEZ, LARRAÍN Y ROMERO, CON
LA QUE INICIAN UN PROYECTO DE LEY QUE PERMITE LA PRESENTACIÓN DE CANDIDATURAS A LA PRESIDENCIA DE LA
REPÚBLICA EN DIRECCIONES REGIONALES DEL SERVICIO ELECTORAL (2379-06). - 1
302.- Legislatura 340, Sesión 24 de 18 de Agosto de 1999
302.1. MODIFICACIÓN DE RÉGIMEN TRIBUTARIO DE IMPORTACIÓN DE AUTOMÓVILES CON FRANQUICIAS ESPECIALES 1
303.- Legislatura 340, Sesión 27 de 01 de Septiembre de 1999
303.1. BENEFICIOS ECONÓMICOS A PERSONAL DE SERVICIOS PÚBLICOS Y FUERZAS ARMADAS - 1
304.- Legislatura 340, Sesión 30 de 08 de Septiembre de 1999
304.1. PERFECCIONAMIENTO DE NORMAS DEL SECTOR SALUD - 1
305.- Legislatura 340, Sesión 32 de 14 de Septiembre de 1999
305.1. NORMAS SOBRE DEPORTE - 1
306.- Legislatura 341, Sesión 1 de 05 de Octubre de 1999
306.1. CALIDAD DE EXPORTADORAS A EMPRESAS QUE EXPLOTEN U OPEREN PUERTOS MARÍTIMOS - 1
307.- Legislatura 341, Sesión 5 de 16 de Octubre de 1999
307.1. PERFECCIONAMIENTO DE NORMAS DEL SECTOR SALUD - 1
307.2. PERFECCIONAMIENTO DE NORMAS DEL SECTOR SALUD - 2
308.- Legislatura 341, Sesión 7 de 20 de Octubre de 1999
308.1. PROBIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS ÓRGANOS DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO. VETO - 1
309.- Legislatura 341, Sesión 8 de 04 de Noviembre de 1999
309.1. LIBERTAD PROVISIONAL Y PROTECCIÓN DE PERSONAS ANTE DELINCUENCIA - 1
309.2. LIBERTAD PROVISIONAL Y PROTECCIÓN DE PERSONAS ANTE DELINCUENCIA - 2
309.3. LIBERTAD PROVISIONAL Y PROTECCIÓN DE PERSONAS ANTE DELINCUENCIA - 3
310.- Legislatura 341, Sesión 9 de 09 de Noviembre de 1999
310.1. TITULARIDAD A DOCENTES "CONTRATADOS". VETO - 1
310.2. ENMIENDA A LEY DE CONTROL DE ARMAS Y EXPLOSIVOS - 1
310.3. PUBLICACIÓN DE LEYES SECRETAS. PROYECTO DE ACUERDO - 1
311.- Legislatura 341, Sesión 12 de 16 de Noviembre de 1999
311.1. ENMIENDA A LEY DE CONTROL DE ARMAS Y EXPLOSIVOS - 1
312.- Legislatura 341, Sesión 17 de 01 de Diciembre de 1999
312.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO DEL TRABAJO EN MATERIA DE NEGOCIACIÓN COLECTIVA Y OTRAS. INFORME DE
COMISIÓN MIXTA - 1
313.- Legislatura 341, Sesión 18 de 15 de Octubre de 1999
313.1. LIBERTAD PROVISIONAL Y PROTECCIÓN DE PERSONAS ANTE DELINCUENCIA - 1
314.- Legislatura 341, Sesión 19 de 04 de Enero de 2000
314.1. REHABILITACIÓN DE NACIONALIDAD A CHILENOS NACIONALIZADOS EN EL EXTRANJERO - 1
314.2. REHABILITACIÓN DE NACIONALIDAD A CHILENOS NACIONALIZADOS EN EL EXTRANJERO - 2
314.3. INCREMENTO DE FONDO DE ESTABILIZACIÓN DE PRECIOS DEL PETRÓLEO - 1
315.- Legislatura 341, Sesión 20 de 18 de Enero de 2000
315.1. REFORMA DEL CÓDIGO ORGÁNICO DE TRIBUNALES - 1
316.- Legislatura 341, Sesión 22 de 07 de Marzo de 2000
316.1. ENMIENDA A LEY DE CONTROL DE ARMAS Y EXPLOSIVOS. INFORME DE COMISIÓN MIXTA. - 1
317.- Legislatura 341, Sesión 23 de 14 de Marzo de 2000
317.1. NUEVOS INCENTIVOS PARA DESARROLLO ECONÓMICO DE PROVINCIAS DE ARICA Y PARINACOTA. INFORME DE
COMISIÓN MIXTA - 1
318.- Legislatura 341, Sesión 25 de 21 de Marzo de 2000
318.1. EXTENSIÓN DE FUERO MATERNAL - 1
319.- Legislatura 341, Sesión 27 de 04 de Abril de 2000
319.1. PROYECTO DE ACUERDO, DE DIVERSOS SEÑORES SENADORES, CON EL OBJETO DE SOLUCIONAR
DEFINITIVAMENTE LA SITUACIÓN QUE AFECTA A PROFESORES DEL PAÍS QUE NO HAN PERCIBIDO LA ASIGNACIÓN
DISPUESTA EN EL ARTÍCULO 40 DEL DL Nº 3.551 (S 480-12) - 1
320.- Legislatura 341, Sesión 28 de 05 de Abril de 2000
320.1. MODIFICACIÓN A CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL EN MATERIA DE FUERO - 1
321.- Legislatura 341, Sesión 29 de 11 de Abril de 2000
321.1. MODIFICACIÓN DE LEYES Nºs 18.287, SOBRE PROCEDIMIENTO EN JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL, Y Nº 18.290,
LEY DE TRÁNSITO. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
321.2. PROTECCIÓN DE DERECHO DE SINDICACIÓN Y CONDICIONES DE EMPLEO EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA - 1
322.- Legislatura 341, Sesión 30 de 12 de Abril de 2000
322.1. EXTENSIÓN DE INCOMPATIBILIDAD DE CONSEJEROS DEL BANCO CENTRAL - 1
322.2. EXTENSIÓN DE INCOMPATIBILIDAD DE CONSEJEROS DEL BANCO CENTRAL - 2
323.- Legislatura 341, Sesión 32 de 02 de Mayo de 2000
323.1. CONVENIO DE OIT SOBRE PROHIBICIÓN Y ELIMINACIÓN DE PEORES FORMAS DE TRABAJO INFANTIL - 1
324.- Legislatura 341, Sesión 36 de 16 de Mayo de 2000
324.1. ABOLICIÓN DE TRABAJO DE MENORES DE QUINCE AÑOS - 1
325.- Legislatura 341, Sesión 37 de 17 de Mayo de 2000
325.1. ELECCIÓN SEPARADA DE ALCALDES Y CONCEJALES - 1
326.- Legislatura 342, Sesión 1 de 06 de Junio de 2000
326.1. PROVISIÓN DE VACANTES DE PARLAMENTARIOS - 1
327.- Legislatura 342, Sesión 3 de 13 de Junio de 2000
327.1. MOCIÓN DEL HONORABLE SENADOR SEÑOR FERNÁNDEZ, CON LA QUE INICIA UN PROYECTO DE LEY QUE
PROHÍBE EL PORTE DE ARMAS BLANCAS (2510-07) - 1
328.- Legislatura 342, Sesión 7 de 04 de Julio de 2000
328.1. NUEVO CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL - 1
329.- Legislatura 342, Sesión 8 de 05 de Julio de 2000
329.1. NUEVO CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL - 1
330.- Legislatura 342, Sesión 9 de 11 de Julio de 2000
330.1. ACUERDO ENTRE CHILE Y CUBA SOBRE PROMOCIÓN Y PROTECCIÓN RECÍPROCA DE INVERSIONES - 1
331.- Legislatura 342, Sesión 10 de 12 de Julio de 2000
331.1. CREACIÓN DE DEFENSORÍA PENAL PÚBLICA - 1
332.- Legislatura 342, Sesión 11 de 18 de Julio de 2000
332.1. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES FERNÁNDEZ, STANGE Y URENDA, CON LA QUE INICIAN
UN PROYECTO DE LEY QUE ESTABLECE COMO CIRCUNSTANCIA AGRAVANTE DE RESPONSABILIDAD CRIMINAL LA
EVASIÓN DE PERSONAS SUJETAS A DETENCIÓN O PRISIÓN PREVENTIVA (2550-07) - 1
333.- Legislatura 342, Sesión 14 de 02 de Agosto de 2000
333.1. INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SER HUMANO, SU GENOMA, Y PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA - 1
334.- Legislatura 342, Sesión 17 de 16 de Agosto de 2000
334.1. CAUSAS DE SITUACIÓN EXISTENTE EN CHILE EL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973 - 1
335.- Legislatura 342, Sesión 19 de 29 de Agosto de 2000
335.1. TRATADO ENTRE CHILE Y ARGENTINA SOBRE INTEGRACIÓN Y COMPLEMENTACIÓN MINERA - 1
336.- Legislatura 342, Sesión 20 de 30 de Agosto de 2000
336.1. NORMAS SOBRE DEPORTE. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
336.2. NORMAS SOBRE DEPORTE. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 2
336.3. NORMAS SOBRE DEPORTE. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 3
336.4. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES FERNÁNDEZ, MORENO, NÚÑEZ, PIZARRO Y ZALDÍVAR,
DON ADOLFO, CON LA QUE INICIAN UN PROYECTO DE LEY DE AMNISTÍA A FAVOR DE PERSONAS QUE HAN
INFRINGIDO DISPOSICIONES SOBRE RECLUTAMIENTO DE LAS FUERZAS ARMADAS (2576-07) - 1
337.- Legislatura 342, Sesión 21 de 05 de Septiembre de 2000
337.1. MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO EN CUANTO A OBTENCIÓN DE LICENCIAS DE CONDUCIR - 1
338.- Legislatura 342, Sesión 24 de 13 de Septiembre de 2000
338.1. CONDENA Y RECHAZO A VIOLENCIA TERRORISTA DE ETA. PROYECTO DE ACUERDO - 1
339.- Legislatura 343, Sesión 1 de 03 de Octubre de 2000
339.1. MODIFICACIÓN DE LEY DEL TRÁNSITO - 1
340.- Legislatura 343, Sesión 5 de 17 de Octubre de 2000
340.1. ABOLICIÓN DE PENA DE MUERTE - 1
340.2. ABOLICIÓN DE PENA DE MUERTE - 2
341.- Legislatura 343, Sesión 6 de 18 de Octubre de 2000
341.1. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES FERNÁNDEZ, HAMILTON, LAGOS, MORENO Y ZALDÍVAR,
DON ANDRÉS, CON LA QUE INICIAN UN PROYECTO DE LEY QUE POSTERGA LA EXIGENCIA DE REQUISITOS
CONTEMPLADOS EN LA LEY Nº 19.495, PARA OTORGAR LICENCIAS DE CONDUCIR (2607-15). - 1
341.2. MODIFICACIÓN DE NORMAS SOBRE INSCRIPCIÓN DE TAXIS - 1
341.3. BENEFICIOS A FUNCIONARIOS PÚBLICOS ESTUDIANTES DE CARRERAS TÉCNICAS DE NIVEL SUPERIOR - 1
341.4. BENEFICIOS A FUNCIONARIOS PÚBLICOS ESTUDIANTES DE CARRERAS TÉCNICAS DE NIVEL SUPERIOR - 2
342.- Legislatura 343, Sesión 7 de 31 de Octubre de 2000
342.1. MODIFICACIÓN DE NORMAS SOBRE INSCRIPCIÓN DE TAXIS - 1
342.2. MODIFICACIÓN DE NORMAS SOBRE INSCRIPCIÓN DE TAXIS - 2
343.- Legislatura 343, Sesión 11 de 15 de Noviembre de 2000
343.1. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA EL AÑO 2001 - 1
344.- Legislatura 343, Sesión 13 de 28 de Noviembre de 2000
344.1. MODIFICACIÓN DE D.L. Nº 3.500 EN MATERIA DE PENSIONES VÍA RENTAS VITALICIAS - 1
345.- Legislatura 343, Sesión 14 de 29 de Noviembre de 2000
345.1. REAJUSTE PARA SECTOR PÚBLICO - 1
346.- Legislatura 343, Sesión 16 de 12 de Diciembre de 2000
346.1. NORMAS SOBRE DEPORTE. VETO - 1
346.2. NORMAS SOBRE DEPORTE. VETO - 2
346.3. NORMAS SOBRE DEPORTE. VETO - 3
347.- Legislatura 343, Sesión 18 de 13 de Diciembre de 2000
347.1. NORMAS SOBRE DEPORTE. VETO - 1
348.- Legislatura 343, Sesión 25 de 23 de Enero de 2001
348.1. ADECUACIÓN DE IMPUESTO ADICIONAL A BEBIDAS ALCOHÓLICAS A NORMAS DE OMC - 1
349.- Legislatura 343, Sesión 27 de 13 de Marzo de 2001
349.1. INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SER HUMANO, SU GENOMA, Y PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA - 1
349.2. INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SER HUMANO, SU GENOMA, Y PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA - 2
349.3. INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN SER HUMANO, SU GENOMA, Y PROHIBICIÓN DE CLONACIÓN HUMANA - 3
350.- Legislatura 343, Sesión 29 de 20 de Marzo de 2001
350.1. ESTABLECIMIENTO DE SEGURO DE DESEMPLEO - 1
351.- Legislatura 343, Sesión 31 de 21 de Marzo de 2001
351.1. PRÓRROGA DE REGULARIZACIÓN DE BIENES RAÍCES URBANOS SIN RECEPCIÓN DEFINITIVA - 1
351.2. PRÓRROGA DE REGULARIZACIÓN DE BIENES RAÍCES URBANOS SIN RECEPCIÓN DEFINITIVA - 2
351.3. MODIFICACIÓN DE LEY Nº 18.168 EN CUANTO A FONDO DE DESARROLLO DE TELECOMUNICACIONES - 1
351.4. MODIFICACIÓN DE LEY Nº 18.168 EN CUANTO A FONDO DE DESARROLLO DE TELECOMUNICACIONES - 2
352.- Legislatura 343, Sesión 32 de 03 de Abril de 2001
352.1. ELECCIÓN SEPARADA DE ALCALDES Y CONCEJALES - 1
353.- Legislatura 343, Sesión 37 de 17 de Abril de 2001
353.1. CAMBIO DE NOMBRE DE COMUNA DE NAVARINO POR CABO DE HORNOS Y ESTABLECIMIENTO DE AGRUPACIÓN
DE COMUNAS - 1
354.- Legislatura 343, Sesión 39 de 18 de Abril de 2001
354.1. SISTEMAS DE PREVENCIÓN ANTE VIRUS DE INMUNODEFICIENCIA HUMANA - 1
354.2. SISTEMAS DE PREVENCIÓN ANTE VIRUS DE INMUNODEFICIENCIA HUMANA - 2
354.3. SISTEMAS DE PREVENCIÓN ANTE VIRUS DE INMUNODEFICIENCIA HUMANA - 3
355.- Legislatura 343, Sesión 40 de 02 de Mayo de 2001
355.1. DERECHO A LIBRE CREACIÓN ARTÍSTICA Y ELIMINACIÓN DE CENSURA CINEMATOGRÁFICA - 1
356.- Legislatura 343, Sesión 41 de 03 de Mayo de 2001
356.1. MODIFICACIÓN DE LEY Nº 14.908, SOBRE ABANDONO DE FAMILIA Y PAGO DE PENSIONES ALIMENTICIAS.
INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
357.- Legislatura 343, Sesión 43 de 09 de Mayo de 2001
357.1. ALZAS EN TARIFAS DE SERVICIOS PÚBLICOS Y MEDIDAS ANTE SUS EFECTOS NEGATIVOS EN LA POBLACIÓN - 1
358.- Legislatura 343, Sesión 45 de 15 de Mayo de 2001
358.1. NORMAS SOBRE EVASIÓN TRIBUTARIA - 1
358.2. NORMAS SOBRE EVASIÓN TRIBUTARIA - 2
358.3. NORMAS SOBRE EVASIÓN TRIBUTARIA - 3
359.- Legislatura 344, Sesión 1 de 05 de Junio de 2001
359.1. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES CARIOLA, FERNÁNDEZ, LARRAÍN Y PRAT, CON LA QUE
INICIAN UN PROYECTO DE LEY RELATIVO A PUBLICIDAD DE TODOS LOS DOCUMENTOS RELACIONADOS CON LA
FIJACIÓN DE TARIFAS DE SERVICIOS SANITARIOS, ELÉCTRICOS Y DE TELECOMUNICACIONES (2713-03) - 1
360.- Legislatura 344, Sesión 2 de 05 de Junio de 2001
360.1. CREACIÓN DE SERVICIO NACIONAL DEL ADULTO MAYOR - 1
361.- Legislatura 344, Sesión 3 de 06 de Junio de 2001
361.1. INDULTO GENERAL CON MOTIVO DE JUBILEO 2000 - 1
362.- Legislatura 344, Sesión 5 de 13 de Junio de 2001
362.1. FACILIDADES PARA CREACIÓN DE MICROEMPRESAS FAMILIARES - 1
362.2. FACILIDADES PARA CREACIÓN DE MICROEMPRESAS FAMILIARES - 2
363.- Legislatura 344, Sesión 9 de 03 de Julio de 2001
363.1. MODIFICACIÓN DEL CÓDIGO DEL TRABAJO EN CUANTO A CONTRATACIÓN, SINDICACIÓN Y DERECHOS
LABORALES - 1
363.2. MODIFICACIÓN DEL CÓDIGO DEL TRABAJO EN CUANTO A CONTRATACIÓN, SINDICACIÓN Y DERECHOS
LABORALES - 2
364.- Legislatura 344, Sesión 10 de 04 de Julio de 2001
364.1. MODIFICACIÓN DEL CÓDIGO DEL TRABAJO EN CUANTO A CONTRATACIÓN, SINDICACIÓN Y DERECHOS
LABORALES - 1
365.- Legislatura 344, Sesión 12 de 10 de Julio de 2001
365.1. MODIFICACIONES A LEY ORGÁNICA DE CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA - 1
365.2. ACUERDO SOBRE CONTRATO DE TRANSPORTE Y RESPONSABILIDAD CIVIL DE PORTEADOR EN TRANSPORTE
INTERNACIONAL POR CARRETERA - 1
366.- Legislatura 344, Sesión 14 de 17 de Julio de 2001
366.1. NUEVA FECHA PARA ELECCIONES PARLAMENTARIAS DE 2001 - 1
367.- Legislatura 344, Sesión 17 de 01 de Agosto de 2001
367.1. SISTEMAS DE PREVENCIÓN ANTE VIRUS DE INMUNODEFICIENCIA HUMANA - 1
368.- Legislatura 344, Sesión 18 de 07 de Agosto de 2001
368.1. MODERNIZACIÓN DE MERCADO DE CAPITALES - 1
369.- Legislatura 344, Sesión 19 de 08 de Agosto de 2001
369.1. POLÍTICA DE ESTADO SOBRE INMIGRACIÓN Y SUS PROYECCIONES - 1
370.- Legislatura 344, Sesión 21 de 08 de Agosto de 2001
370.1. ESTABLECIMIENTO DE SISTEMA DE FIRMA ELECTRÓNICA Y DE SERVICIOS DE CERTIFICACIÓN - 1
371.- Legislatura 344, Sesión 22 de 14 de Agosto de 2001
371.1. MODERNIZACIÓN DE NORMAS REGULADORAS DE ARRENDAMIENTOS DE PREDIOS URBANOS - 1
372.- Legislatura 344, Sesión 24 de 21 de Agosto de 2001
372.1. TRANSPARENCIA, LÍMITE Y CONTROL DE GASTO ELECTORAL - 1
373.- Legislatura 344, Sesión 28 de 11 de Septiembre de 2001
373.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO DEL TRABAJO EN CUANTO A CONTRATACIÓN, SINDICACIÓN Y DERECHOS
LABORALES - 1
374.- Legislatura 344, Sesión 30 de 12 de Septiembre de 2001
374.1. CREACIÓN DE JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL EN DIVERSAS COMUNAS - 1
375.- Legislatura 345, Sesión 4 de 03 de Octubre de 2001
375.1. MODIFICACIÓN A LEY Nº 19.175 Y OTROS CUERPOS LEGALES EN MATERIA DE PLANES REGULADORES - 1
376.- Legislatura 345, Sesión 5 de 09 de Octubre de 2001
376.1. CONVENIO PARA REPRESIÓN DE FINANCIACIÓN DEL TERRORISMO - 1
377.- Legislatura 345, Sesión 6 de 10 de Octubre de 2001
377.1. REQUISITO DE ENSEÑANZA MEDIA O EQUIVALENTE PARA CARGO DE ALCALDE - 1
377.2. REQUISITO DE ENSEÑANZA MEDIA O EQUIVALENTE PARA CARGO DE ALCALDE - 2
378.- Legislatura 345, Sesión 12 de 06 de Noviembre de 2001
378.1. ASPECTOS TÉCNICOS Y COSTO DE APLICACIÓN DE CONVENCIÓN SOBRE MINAS ANTIPERSONALES. INFORME
DE COMISIÓN DE DEFENSA - 1
379.- Legislatura 345, Sesión 14 de 07 de Noviembre de 2001
379.1. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA EL AÑO 2002 - 1
380.- Legislatura 345, Sesión 15 de 13 de Noviembre de 2001
380.1. MODIFICACIÓN DE LEY SOBRE MONUMENTOS NACIONALES - 1
381.- Legislatura 345, Sesión 17 de 20 de Noviembre de 2001
381.1. AGRUPACIÓN DE TRIBUNALES DE REFORMA PROCESAL PENAL DE SANTIAGO - 1
381.2. MODIFICACIONES A CÓDIGO PROCESAL PENAL EN CUANTO A PRECISIÓN Y REFORZAMIENTO DE
ATRIBUCIONES POLICIALES - 1
382.- Legislatura 345, Sesión 18 de 18 de Diciembre de 2001
382.1. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES CORDERO, FERNÁNDEZ, MARTÍNEZ Y STANGE, CON LA
QUE INICIAN UN PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA LOS ARTÍCULOS 436 Y 446 DEL CÓDIGO PENAL, RELATIVOS A
DELITOS DE ROBO Y HURTO, RESPECTIVAMENTE (2836-07) - 1
382.2. MOCIÓN DEL HONORABLE SENADOR SEÑOR FERNÁNDEZ, CON LA QUE INICIA UN PROYECTO DE REFORMA
CONSTITUCIONAL QUE DISPONE LA OBLIGACIÓN PARA EL ESTADO DE PRACTICAR INSCRIPCIONES ELECTORALES Y
ESTABLECE LA VOLUNTARIEDAD DEL SUFRAGIO (2837-07) - 1
383.- Legislatura 345, Sesión 20 de 19 de Diciembre de 2001
383.1. OBLIGATORIEDAD DE INSTALACIÓN DE SALAS CUNAS: MODIFICACIÓN DE CÓDIGO LABORAL - 1
383.2. OBLIGATORIEDAD DE INSTALACIÓN DE SALAS CUNAS: MODIFICACIÓN DE CÓDIGO LABORAL - 2
383.3. OBLIGATORIEDAD DE INSTALACIÓN DE SALAS CUNAS: MODIFICACIÓN DE CÓDIGO LABORAL - 3
384.- Legislatura 345, Sesión 23 de 15 de Enero de 2002
384.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VII, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
384.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VII, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
385.- Legislatura 345, Sesión 24 de 16 de Enero de 2002
385.1. MODIFICACIÓN DE DENOMINACIONES DE GRADOS DE OFICIALES GENERALES DEL EJÉRCITO - 1
386.- Legislatura 345, Sesión 28 de 05 de Marzo de 2002
386.1. FIJACIÓN DE LÍMITE MÁXIMO DE CAPTURA POR ARMADOR: ENMIENDA A LEY Nº 19.713 - 1
386.2. FIJACIÓN DE LÍMITE MÁXIMO DE CAPTURA POR ARMADOR: ENMIENDA A LEY Nº 19.713 - 2
387.- Legislatura 346, Sesión 1 de 13 de Marzo de 2002
387.1. PUBLICIDAD DE DOCUMENTOS SOBRE FIJACIÓN DE TARIFAS DE SERVICIOS SANITARIOS, ELÉCTRICOS Y DE
TELECOMUNICACIONES - 1
388.- Legislatura 346, Sesión 2 de 19 de Marzo de 2002
388.1. JUECES DE TURNO Y DE DEDICACIÓN EXCLUSIVA EN MATERIA PENAL - 1
389.- Legislatura 346, Sesión 6 de 03 de Abril de 2002
389.1. PRECISIÓN DE RÉGIMEN TRIBUTARIO APLICABLE A MAYOR VALOR DE ENAJENACIÓN DE ACCIONES DE
SOCIEDADES ANÓNIMAS ABIERTAS - 1
389.2. PROYECTO DE ACUERDO SOBRE ADOPCIÓN DE MEDIDAS LEGISLATIVAS Y DE ADMINISTRACIÓN
GUBERNAMENTAL EN MATERIAS QUE SEÑALA, CON EL PROPÓSITO DE SUPERAR DEFICIENCIAS QUE PRESENTA EL
SECTOR SANITARIO (S 603-12) - 1
390.- Legislatura 346, Sesión 8 de 10 de Abril de 2002
390.1. MODIFICACIÓN DE REGLAMENTO DEL SENADO SOBRE ARCHIVO Y DESARCHIVO DE MATERIAS - 1
390.2. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES ARANCIBIA, FERNÁNDEZ, LARRAÍN, NOVOA Y ORPIS,
MEDIANTE LA CUAL INICIAN UN PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA LA LEY Nº 18.778, SOBRE SUBSIDIO AL PAGO DE
CONSUMO DE AGUA POTABLE Y SERVICIO DE ALCANTARILLADO O DE AGUAS SERVIDAS, PARA ESTABLECER LA
OBLIGACIÓN DE INFORMAR LA DISMINUCIÓN EN LOS PORCENTAJES DE SUBSIDIOS DE AGUA POTABLE (2908-03) - 1
391.- Legislatura 346, Sesión 12 de 07 de Mayo de 2002
391.1. MOCIÓN DEL HONORABLE SENADOR SEÑOR FERNÁNDEZ, CON LA QUE INICIA UN PROYECTO DE LEY QUE
MODIFICA EL ARTÍCULO 281 DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL, EN MATERIA DE ACTUACIONES PREVIAS AL JUICIO ORAL
(2924-07) - 1
392.- Legislatura 346, Sesión 14 de 08 de Mayo de 2002
392.1. CONVENIO CON UNIÓN EUROPEA - 1
393.- Legislatura 347, Sesión 1 de 21 de Mayo de 2002
393.1. MODIFICACIÓN DE LEY QUE CREÓ SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS SANITARIOS Y DEROGACIÓN DE LEY
SOBRE NEUTRALIZACIÓN DE RESIDUOS INDUSTRIALES - 1
394.- Legislatura 347, Sesión 4 de 05 de Junio de 2002
394.1. MODIFICACIÓN DE DL Nº 1.939, SOBRE ADQUISICIÓN, ADMINISTRACIÓN Y DISPOSICIÓN DE BIENES DEL ESTADO
-1
394.2. MODIFICACIÓN DE DL Nº 1.939, SOBRE ADQUISICIÓN, ADMINISTRACIÓN Y DISPOSICIÓN DE BIENES DEL ESTADO
-2
394.3. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES PROKURICA, GARCÍA, HORVATH, FERNÁNDEZ Y
LARRAÍN, MEDIANTE LA CUAL INICIAN UN PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA EL CÓDIGO PENAL CON EL OBJETO DE
TIPIFICAR COMO DELITOS DE ROBO CON FUERZA EN LAS COSAS A LOS QUE SE COMETAN EN UNA PROPIEDAD CON
OCASIÓN DE CATÁSTROFE, DESGRACIA, CALAMIDAD Y DEMÁS CIRCUNSTANCIAS QUE SEÑALA (2955-07) - 1
395.- Legislatura 347, Sesión 5 de 11 de Junio de 2002
395.1. MODIFICACIÓN DE LEY Nº 17.105, EN LO RELATIVO A CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS Y EBRIEDAD EN VÍA
PÚBLICA - 1
396.- Legislatura 347, Sesión 7 de 18 de Junio de 2002
396.1. IMPUTACIÓN DE TIEMPOS DE ESPERA A JORNADA DE CHOFERES DE VEHÍCULOS DE CARGA TERRESTRE
INTERURBANA - 1
397.- Legislatura 347, Sesión 9 de 19 de Junio de 2002
397.1. MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO EN CUANTO A COBRO ELECTRÓNICO DE PEAJES Y DE LEY SOBRE
PROCEDIMIENTOS ANTE JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL - 1
397.2. MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO EN CUANTO A COBRO ELECTRÓNICO DE PEAJES Y DE LEY SOBRE
PROCEDIMIENTOS ANTE JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL - 2
397.3. MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO EN CUANTO A COBRO ELECTRÓNICO DE PEAJES Y DE LEY SOBRE
PROCEDIMIENTOS ANTE JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL - 3
397.4. MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO EN CUANTO A COBRO ELECTRÓNICO DE PEAJES Y DE LEY SOBRE
PROCEDIMIENTOS ANTE JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL - 4
397.5. MODIFICACIÓN DE LEY DE TRÁNSITO EN CUANTO A COBRO ELECTRÓNICO DE PEAJES Y DE LEY SOBRE
PROCEDIMIENTOS ANTE JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL - 5
398.- Legislatura 347, Sesión 10 de 02 de Julio de 2002
398.1. ACUSACIÓN DE PRODUCTORES ESCOCESES E IRLANDESES CONTRA INDUSTRIA SALMONERA CHILENA POR
DUMPING. PROYECTO DE ACUERDO.- PRESENTACIÓN - 1
399.- Legislatura 347, Sesión 11 de 03 de Julio de 2002
399.1. MODIFICACIÓN DE D.L. Nº 3.063 EN MATERIA DE RECAUDACIÓN DE DERECHOS POR TRANSFERENCIA DE
VEHÍCULOS MOTORIZADOS - 1
399.2. MODIFICACIÓN DE D.L. Nº 3.063 EN MATERIA DE RECAUDACIÓN DE DERECHOS POR TRANSFERENCIA DE
VEHÍCULOS MOTORIZADOS - 2
399.3. MODIFICACIÓN DE FORMALIDADES DE FINIQUITO DE CONTRATO DE TRABAJO - 1
399.4. MODIFICACIÓN DE FORMALIDADES DE FINIQUITO DE CONTRATO DE TRABAJO - 2
399.5. MODIFICACIÓN DE FORMALIDADES DE FINIQUITO DE CONTRATO DE TRABAJO - 3
400.- Legislatura 347, Sesión 13 de 10 de Julio de 2002
400.1. NUEVO SISTEMA PARA CALIFICACIÓN DE PRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA - 1
400.2. NUEVO SISTEMA PARA CALIFICACIÓN DE PRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA - 2
401.- Legislatura 347, Sesión 17 de 31 de Julio de 2002
401.1. LEY MARCO SOBRE PROTECCIÓN DE ANIMALES - 1
402.- Legislatura 347, Sesión 19 de 07 de Agosto de 2002
402.1. MODIFICACIONES A LEGISLACIÓN SOBRE ZONAS FRANCAS - 1
403.- Legislatura 347, Sesión 24 de 22 de Agosto de 2002
403.1. CREACIÓN DE SISTEMA NACIONAL DE REGISTRO DE ADN - 1
404.- Legislatura 347, Sesión 27 de 10 de Septiembre de 2002
404.1. NORMAS TRIBUTARIAS PARA INVERSIONES DESDE CHILE AL EXTRANJERO POR EMPRESAS CON CAPITAL
FORÁNEO - 1
405.- Legislatura 347, Sesión 29 de 11 de Septiembre de 2002
405.1. PLAZOS PARA PROCEDIMIENTO Y REGULACIÓN DE SILENCIO ADMINISTRATIVO - 1
405.2. PLAZOS PARA PROCEDIMIENTO Y REGULACIÓN DE SILENCIO ADMINISTRATIVO - 2
405.3. PLAZOS PARA PROCEDIMIENTO Y REGULACIÓN DE SILENCIO ADMINISTRATIVO - 3
406.- Legislatura 348, Sesión 2 de 02 de Octubre de 2002
406.1. PRÓRROGA DE CONCESIONES DE RADIODIFUSIÓN SONORA - 1
407.- Legislatura 348, Sesión 4 de 09 de Octubre de 2002
407.1. MEJORAMIENTO DE BENEFICIOS DE SEGURO OBLIGATORIO DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO - 1
407.2. MEJORAMIENTO DE BENEFICIOS DE SEGURO OBLIGATORIO DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO - 2
408.- Legislatura 348, Sesión 8 de 30 de Octubre de 2002
408.1. CREACIÓN DE NUEVA INSTITUCIONALIDAD CULTURAL - 1
409.- Legislatura 348, Sesión 9 de 05 de Noviembre de 2002
409.1. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES PROKURICA, FERNÁNDEZ, HORVATH, ORPIS Y ROMERO
MEDIANTE LA CUAL INICIAN UN PROYECTO QUE MODIFICA LA LEY Nº 19.496, SOBRE PROTECCIÓN DE DERECHOS DE
LOS CONSUMIDORES EN LO RELATIVO A DERECHO A LA SEGURIDAD EN EL CONSUMO (3110-03) - 1
410.- Legislatura 348, Sesión 12 de 13 de Noviembre de 2002
410.1. MODIFICACIÓN DE FORMALIDADES DE FINIQUITO DE CONTRATO DE TRABAJO - 1
411.- Legislatura 348, Sesión 17 de 04 de Diciembre de 2002
411.1. PRÓRROGA DE VIGENCIA DE LEY Nº 19.713, AUMENTO EN PATENTE PESQUERA INDUSTRIAL Y ENMIENDAS A
LEY GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA - 1
411.2. PRÓRROGA DE VIGENCIA DE LEY Nº 19.713, AUMENTO EN PATENTE PESQUERA INDUSTRIAL Y ENMIENDAS A
LEY GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA - 2
412.- Legislatura 348, Sesión 19 de 11 de Diciembre de 2002
412.1. LIBERACIÓN DE CAUCIONES DE PERSONAS NATURALES GARANTES DE CRÉDITOS DE INDAP - 1
413.- Legislatura 348, Sesión 20 de 17 de Diciembre de 2002
413.1. CREACIÓN DE SISTEMA NACIONAL DE REGISTROS DE ADN - 1
414.- Legislatura 348, Sesión 21 de 18 de Diciembre de 2002
414.1. BONIFICACIÓN A CONTRATACIÓN DE MANO DE OBRA EN REGIONES PRIMERA, UNDÉCIMA Y DUODÉCIMA Y EN
PROVINCIAS DE CHILOÉ Y PALENA - 1
414.2. BONIFICACIÓN A CONTRATACIÓN DE MANO DE OBRA EN REGIONES PRIMERA, UNDÉCIMA Y DUODÉCIMA Y EN
PROVINCIAS DE CHILOÉ Y PALENA - 2
415.- Legislatura 348, Sesión 22 de 07 de Enero de 2003
415.1. LEY MARCO PARA COMPRAS Y CONTRATACIONES DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO - 1
416.- Legislatura 348, Sesión 23 de 08 de Enero de 2003
416.1. MODERNIZACIÓN DE GESTIÓN Y MODIFICACIÓN DE PLANTAS DE GENDARMERÍA DE CHILE - 1
417.- Legislatura 348, Sesión 24 de 14 de Enero de 2003
417.1. ASOCIACIÓN ENTRE CHILE Y LA COMUNIDAD EUROPEA Y SUS ESTADOS MIEMBROS - 1
418.- Legislatura 348, Sesión 28 de 04 de Marzo de 2003
418.1. POSTERGACIÓN DE ENTRADA EN VIGENCIA DE REAVALÚO DE BIENES RAÍCES AGRÍCOLAS Y FACULTAD
DELEGADA EN MATERIA DE PLANTAS DE SERVICIO DE IMPUESTO INTERNOS - 1
419.- Legislatura 348, Sesión 31 de 11 de Marzo de 2003
419.1. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES CANTERO, FERNÁNDEZ, NARANJO, SILVA Y VALDÉS,
CON LA QUE INICIAN UN PROYECTO DE ACUERDO QUE MODIFICA EL REGLAMENTO DE LA CORPORACIÓN CON EL
OBJETO DE CREAR EN EL SENADO UNA COMISIÓN DE ÉTICA (S 660-09) - 1
420.- Legislatura 348, Sesión 33 de 18 de Marzo de 2003
420.1. REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE OBLIGATORIEDAD Y GRATUIDAD DE EDUCACIÓN MEDIA - 1
421.- Legislatura 348, Sesión 36 de 26 de Marzo de 2003
421.1. FUNCIONAMIENTO PERMANENTE DE COMISIÓN ESPECIAL MIXTA DE PRESUPUESTOS - 1
422.- Legislatura 348, Sesión 37 de 01 de Abril de 2003
422.1. ELIMINACIÓN DE ANOTACIONES EN REGISTRO NACIONAL DE CONDUCTORES DE VEHÍCULOS MOTORIZADOS - 1
423.- Legislatura 348, Sesión 38 de 02 de Abril de 2003
423.1. MEJORAMIENTO DE BENEFICIOS DE SEGURO OBLIGATORIO DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO - 1
423.2. MEJORAMIENTO DE BENEFICIOS DE SEGURO OBLIGATORIO DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO - 2
424.- Legislatura 348, Sesión 41 de 16 de Abril de 2003
424.1. REGULACIÓN DE CONDICIONES DE TRABAJO Y CONTRATACIÓN DE ARTISTAS Y TÉCNICOS DE ESPECTÁCULOS 1
425.- Legislatura 348, Sesión 43 de 30 de Abril de 2003
425.1. CREACIÓN DE NUEVA INSTITUCIONALIDAD CULTURAL - 1
426.- Legislatura 348, Sesión 46 de 06 de Mayo de 2003
426.1. CREACIÓN DE NUEVA INSTITUCIONALIDAD CULTURAL - 1
427.- Legislatura 348, Sesión 47 de 07 de Mayo de 2003
427.1. CREACIÓN DE NUEVA INSTITUCIONALIDAD CULTURAL - 1
427.2. CREACIÓN DE NUEVA INSTITUCIONALIDAD CULTURAL - 2
428.- Legislatura 348, Sesión 48 de 08 de Mayo de 2003
428.1. ESTABLECIMIENTO Y REGULACIÓN DE SISTEMA DE INTELIGENCIA DEL ESTADO Y CREACIÓN DE AGENCIA
NACIONAL DE INTELIGENCIA - 1
429.- Legislatura 348, Sesión 54 de 15 de Mayo de 2003
429.1. NUEVO TRATO LABORAL PARA FUNCIONARIOS DE ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO - 1
430.- Legislatura 349, Sesión 2 de 03 de Junio de 2003
430.1. NORMAS PARA CREACIÓN DE SOCIEDADES ANÓNIMAS DEPORTIVAS PROFESIONALES - 1
431.- Legislatura 349, Sesión 3 de 10 de Junio de 2003
431.1. MEJORAMIENTO DE BENEFICIOS DE SEGURO OBLIGATORIO DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO - 1
432.- Legislatura 349, Sesión 4 de 11 de Junio de 2003
432.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI-A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
432.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI-A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
433.- Legislatura 349, Sesión 5 de 17 de Junio de 2003
433.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI-A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
434.- Legislatura 349, Sesión 8 de 02 de Julio de 2003
434.1. ENMIENDA A LEGISLACIÓN TRIBUTARIA PARA FINANCIAMIENTO DE PROGRAMAS SOCIALES DEL GOBIERNO - 1
434.2. PROYECTO DE ACUERDO SOBRE SOLIDARIDAD CON PARLAMENTARIOS VÍCTIMAS DE ATAQUES DE
AUTORIDADES DE GOBIERNO EN ACTOS OFICIALES (S 678-12) - 1
435.- Legislatura 349, Sesión 10 de 09 de Julio de 2003
435.1. REGULACIÓN DE CONDICIONES DE TRABAJO Y CONTRATACIÓN DE ARTISTAS Y TÉCNICOS DE ESPECTÁCULOS 1
435.2. REGULACIÓN DE CONDICIONES DE TRABAJO Y CONTRATACIÓN DE ARTISTAS Y TÉCNICOS DE ESPECTÁCULOS 2
435.3. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES FERNÁNDEZ Y NOVOA, MEDIANTE LA CUAL INICIAN UN
PROYECTO DE LEY QUE DEROGA EL NÚMERO 32 DEL ARTÍCULO 496 DEL CÓDIGO PENAL, QUE SANCIONA AL QUE CON
OBJETO DE LUCRO INTERPRETARE SUEÑOS, HICIERE PRONÓSTICOS O ADIVINACIONES (3282-07) - 1
436.- Legislatura 349, Sesión 11 de 09 de Julio de 2003
436.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI-A, VII, IX, X XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
437.- Legislatura 349, Sesión 14 de 16 de Julio de 2003
437.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XII, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
437.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XII, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
437.3. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XII, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 3
438.- Legislatura 349, Sesión 19 de 05 de Agosto de 2003
438.1. NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL - 1
439.- Legislatura 349, Sesión 25 de 13 de Agosto de 2003
439.1. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES FERNÁNDEZ, FLORES, ORPIS Y ZALDÍVAR, DON ADOLFO,
POR MEDIO DE LA CUAL INICIAN UN PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA EL DECRETO LEY Nº 2.564, DE 1979, SOBRE
AVIACIÓN COMERCIAL (3316-15) - 1
440.- Legislatura 349, Sesión 28 de 26 de Agosto de 2003
440.1. CREACIÓN DE UNIDAD DE ANÁLISIS FINANCIERO Y ESTABLECIMIENTO DE NORMAS SOBRE LAVADO DE DINERO 1
440.2. CREACIÓN DE UNIDAD DE ANÁLISIS FINANCIERO Y ESTABLECIMIENTO DE NORMAS SOBRE LAVADO DE DINERO 2
441.- Legislatura 349, Sesión 31 de 03 de Septiembre de 2003
441.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
441.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
441.3. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 3
442.- Legislatura 349, Sesión 35 de 16 de Septiembre de 2003
442.1. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 1
443.- Legislatura 350, Sesión 3 de 14 de Octubre de 2003
443.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
443.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
443.3. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 3
444.- Legislatura 350, Sesión 4 de 15 de Octubre de 2003
444.1. ENMIENDA DE LEGISLACIÓN PENAL Y PROCESAL PENAL SOBRE DELITOS DE PORNOGRAFÍA INFANTIL - 1
444.2. ENMIENDA DE LEGISLACIÓN PENAL Y PROCESAL PENAL SOBRE DELITOS DE PORNOGRAFÍA INFANTIL - 2
445.- Legislatura 350, Sesión 5 de 21 de Octubre de 2003
445.1. ENMIENDA DE LEGISLACIÓN PENAL Y PROCESAL PENAL SOBRE DELITOS DE PORNOGRAFÍA INFANTIL - 1
446.- Legislatura 350, Sesión 6 de 22 de Octubre de 2003
446.1. TRATADO DE LIBRE COMERCIO CON ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA - 1
447.- Legislatura 350, Sesión 9 de 11 de Noviembre de 2003
447.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
448.- Legislatura 350, Sesión 10 de 12 de Noviembre de 2003
448.1. PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA EL AÑO 2004 - 1
449.- Legislatura 350, Sesión 12 de 18 de Noviembre de 2003
449.1. BASES GENERALES PARA LA AUTORIZACIÓN, FUNCIONAMIENTO Y FISCALIZACIÓN DE CASINOS - 1
450.- Legislatura 350, Sesión 13 de 19 de Noviembre de 2003
450.1. BASES GENERALES PARA AUTORIZACIÓN, FUNCIONAMIENTO Y FISCALIZACIÓN DE CASINOS - 1
451.- Legislatura 350, Sesión 14 de 02 de Diciembre de 2003
451.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
452.- Legislatura 350, Sesión 16 de 03 de Diciembre de 2003
452.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
452.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
453.- Legislatura 350, Sesión 18 de 10 de Diciembre de 2003
453.1. LIMITACIÓN DE EXENCIONES PARA IMPORTACIÓN DE PERTRECHOS - 1
454.- Legislatura 350, Sesión 20 de 17 de Diciembre de 2003
454.1. ANÁLISIS SOBRE APLICACIÓN DE REFORMA PROCESAL PENAL - 1
455.- Legislatura 350, Sesión 24 de 07 de Enero de 2004
455.1. NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL - 1
455.2. NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL - 2
455.3. NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL - 3
455.4. NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL - 4
456.- Legislatura 350, Sesión 29 de 15 de Enero de 2004
456.1. NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL - 1
456.2. NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL - 2
457.- Legislatura 350, Sesión 31 de 20 de Enero de 2004
457.1. MODIFICACIÓN DE DECRETO LEY Nº 2.763, DE 1979, SOBRE ESTABLECIMIENTO DE NUEVA CONCEPCIÓN DE LA
AUTORIDAD SANITARIA - 1
457.2. MODIFICACIÓN DE DECRETO LEY Nº 2.763, DE 1979, SOBRE ESTABLECIMIENTO DE NUEVA CONCEPCIÓN DE LA
AUTORIDAD SANITARIA - 2
458.- Legislatura 350, Sesión 33 de 21 de Enero de 2004
458.1. NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL - 1
459.- Legislatura 350, Sesión 34 de 22 de Enero de 2004
459.1. NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL - 1
459.2. NUEVA LEY DE MATRIMONIO CIVIL - 2
459.3. TRATADO DE LIBRE COMERCIO CON COREA DEL SUR - 1
460.- Legislatura 350, Sesión 35 de 02 de Marzo de 2004
460.1. AUTORIZACIÓN PARA SALIDA DE TROPAS NACIONALES A HAITÍ - 1
461.- Legislatura 350, Sesión 37 de 09 de Marzo de 2004
461.1. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJO EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 1
461.2. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJO EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 2
461.3. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJO EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 3
461.4. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJO EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 4
461.5. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJO EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 5
461.6. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJO EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 6
461.7. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJO EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 7
462.- Legislatura 350, Sesión 40 de 17 de Marzo de 2004
462.1. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 1
462.2. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 2
462.3. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 3
462.4. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 4
462.5. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 5
462.6. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRATACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 6
463.- Legislatura 350, Sesión 41 de 30 de Marzo de 2004
463.1. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 1
463.2. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 2
463.3. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 3
463.4. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 4
463.5. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 5
463.6. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 6
464.- Legislatura 350, Sesión 43 de 31 de Marzo de 2004
464.1. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 1
464.2. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 2
464.3. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 3
464.4. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 4
464.5. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 5
464.6. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 6
464.7. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 7
464.8. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 8
464.9. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 9
464.10. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 10
464.11. MARCO JURÍDICO PARA TRABAJOS EN RÉGIMEN DE SUBCONTRACIÓN Y EN EMPRESAS DE SERVICIOS
TEMPORARIOS - 11
465.- Legislatura 350, Sesión 44 de 06 de Abril de 2004
465.1. MODIFICACIÓN DE RÉGIMEN DE JORNADA ESCOLAR COMPLETA DIURNA Y DE OTRAS NORMAS RELATIVAS A
EDUCACIÓN - 1
466.- Legislatura 350, Sesión 45 de 07 de Abril de 2004
466.1. TELEVISIÓN PÚBLICA Y MATERIAS ANEXAS - 1
466.2. TELEVISIÓN PÚBLICA Y MATERIAS ANEXAS - 2
467.- Legislatura 350, Sesión 47 de 07 de Abril de 2004
467.1. MODIFICACIÓN DE INCENTIVOS PARA DESARROLLO ECONÓMICO DE AISÉN, MAGALLANES Y PALENA, Y
AMPLIACIÓN DE ZONA FRANCA DE EXTENSIÓN DE PUNTA ARENAS - 1
467.2. MODIFICACIÓN DE INCENTIVOS PARA DESARROLLO ECONÓMICO DE AISÉN, MAGALLANES Y PALENA, Y
AMPLIACIÓN DE ZONA FRANCA DE EXTENSIÓN DE PUNTA ARENAS - 2
467.3. MODIFICACIÓN DE INCENTIVOS PARA DESARROLLO ECONÓMICO DE AISÉN, MAGALLANES Y PALENA, Y
AMPLIACIÓN DE ZONA FRANCA DE EXTENSIÓN DE PUNTA ARENAS - 3
468.- Legislatura 350, Sesión 48 de 13 de Abril de 2004
468.1. PROYECTO DE ACUERDO DE DIVERSOS HONORABLES SENADORES, MEDIANTE EL CUAL PROPONEN AL
SENADO LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS TENDIENTES A EXPRESAR EL RECHAZO A VIOLACIONES DE DERECHOS
HUMANOS EN CUBA (S 728-12) - 1
469.- Legislatura 350, Sesión 51 de 20 de Abril de 2004
469.1. MAYORES FONDOS PARA MUNICIPALIDADES Y MEJORAMIENTO DE GESTIÓN FINANCIERA - 1
470.- Legislatura 350, Sesión 52 de 21 de Abril de 2004
470.1. CREACIÓN DE SISTEMA NACIONAL DE REGISTRO DE ADN - 1
471.- Legislatura 350, Sesión 53 de 04 de Mayo de 2004
471.1. ESTABLECIMIENTO Y REGULACIÓN DE SISTEMA DE INTELIGENCIA DEL ESTADO Y CREACIÓN DE AGENCIA
NACIONAL DE INTELIGENCIA - 1
471.2. ESTABLECIMIENTO Y REGULACIÓN DE SISTEMA DE INTELIGENCIA DEL ESTADO Y CREACIÓN DE AGENCIA
NACIONAL DE INTELIGENCIA - 2
471.3. ESTABLECIMIENTO Y REGULACIÓN DE SISTEMA DE INTELIGENCIA DEL ESTADO Y CREACIÓN DE AGENCIA
NACIONAL DE INTELIGENCIA - 3
472.- Legislatura 350, Sesión 54 de 05 de Mayo de 2004
472.1. ENMIENDAS A NORMAS SOBRE PROCESO ELECTORAL MUNICIPAL - 1
472.2. ENMIENDAS A NORMAS SOBRE PROCESO ELECTORAL MUNICIPAL - 2
473.- Legislatura 350, Sesión 55 de 11 de Mayo de 2004
473.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO PENAL EN MATERIA DE USO Y PORTE DE ARMAS - 1
474.- Legislatura 350, Sesión 59 de 19 de Mayo de 2004
474.1. PROYECTO DE ACUERDO DE LOS LOS HONORABLES SENADORES ABURTO, CANESSA, COLOMA, CORDERO,
ESPINA, FERNÁNDEZ, HORVATH, MARTÍNEZ, LAVANDERO, RÍOS, ROMERO, PROKURICA, STANGE, VEGA Y ZURITA,
MEDIANTE EL CUAL PROPONEN ENVIAR OFICIO A SU EXCELENCIA EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA PARA
SOLICITARLE QUE MODIFIQUE LA LEGISLACIÓN TRIBUTARIA SOBRE COMBUSTIBLES (S 740-12) - 1
475.- Legislatura 350, Sesión 60 de 19 de Mayo de 2004
475.1. SOLICITUD DE AUTORIZACIÓN PARA SALIDA DE TROPAS NACIONALES A HAITÍ - 1
476.- Legislatura 351, Sesión 1 de 08 de Junio de 2004
476.1. MODIFICACIÓN DE RÉGIMEN DE JORNADA ESCOLAR COMPLETA DIURNA Y DE OTRAS NORMAS RELATIVAS A
EDUCACIÓN. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
477.- Legislatura 351, Sesión 3 de 09 de Junio de 2004
477.1. DESCANSO DOMINICAL PARA TRABAJADORES DEL COMERCIO - 1
478.- Legislatura 351, Sesión 6 de 22 de Junio de 2004
478.1. PROYECTO DE ACUERDO DE DIVERSOS SEÑORES SENADORES, MEDIANTE EL CUAL PROPONEN APOYAR EL
RECLAMO DEL GOBIERNO DE GRECIA PARA RECUPERAR LOS MÁRMOLES DEL PARTENÓN QUE SE ENCUENTRAN EN
EL MUSEO BRITÁNICO DE LONDRES, GRAN BRETAÑA (S 746-12) - 1
479.- Legislatura 351, Sesión 7 de 23 de Junio de 2004
479.1. BENEFICIOS PARA CONDENADOS O PROCESADOS POR VIOLENCIA CON MÓVILES POLÍTICOS - 1
479.2. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES ESPINA, CANTERO, CHADWICK, GARCÍA Y FERNÁNDEZ, CON LA
CUAL INICIAN UN PROYECTO DE LEY QUE HACE APLICABLE EL RECURSO DE NULIDAD ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO
372 DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL, EN EL PLAZO QUE SEÑALA, A CONDENADOS O PROCESADOS POR DELITOS QUE
INDICA (3580-07) - 1
480.- Legislatura 351, Sesión 8 de 06 de Julio de 2004
480.1. MODIFICACIÓN DE ESTRUCTURA Y FUNCIONES DE GOBIERNOS REGIONALES - 1
481.- Legislatura 351, Sesión 12 de 14 de Julio de 2004
481.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO PENAL EN MATERIA DE USO Y PORTE DE ARMAS - 1
481.2. ELIMINACIÓN DE ANOTACIONES PRONTUARIALES POR CONDENAS DE TRIBUNALES MILITARES - 1
482.- Legislatura 351, Sesión 13 de 20 de Julio de 2004
482.1. CREACIÓN DE SISTEMA NACIONAL DE ASEGURAMIENTO DE CALIDAD DE EDUCACIÓN SUPERIOR - 1
482.2. CREACIÓN DE SISTEMA NACIONAL DE ASEGURAMIENTO DE CALIDAD DE EDUCACIÓN SUPERIOR - 2
482.3. CREACIÓN DE SISTEMA NACIONAL DE ASEGURAMIENTO DE CALIDAD DE EDUCACIÓN SUPERIOR - 3
483.- Legislatura 351, Sesión 20 de 11 de Agosto de 2004
483.1. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 1
483.2. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 2
484.- Legislatura 351, Sesión 21 de 17 de Agosto de 2004
484.1. NUEVA NORMATIVA SOBRE PENALIZACIÓN DE TRÁFICO ILÍCITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS
SICOTRÓPICAS - 1
485.- Legislatura 351, Sesión 25 de 01 de Septiembre de 2004
485.1. DECLARACIÓN DE FERIADOS - 1
485.2. DETERMINACIÓN DE ÓRGANO DEL SENADO COMPETENTE EN MATERIA DE ENTRADAS A ESTADIO NACIONAL - 1
486.- Legislatura 351, Sesión 26 de 07 de Septiembre de 2004
486.1. NUEVAS NORMAS DE NOMBRAMIENTO DE DIRECTOR GENERAL Y DE SUBSECRETARIO DE INVESTIGACIONES - 1
486.2. NUEVAS NORMAS DE NOMBRAMIENTO DE DIRECTOR GENERAL Y DE SUBSECRETARIO DE INVESTIGACIONES - 2
486.3. FACILIDADES PARA FUNCIONAMIENTO DE MICROEMPRESAS FAMILIARES - 1
487.- Legislatura 351, Sesión 27 de 08 de Septiembre de 2004
487.1. ENMIENDA DE LEY GENERAL DE URBANISMO Y CONSTRUCCIONES EN CUANTO A PROMESA DE COMPRAVENTA
DE BIENES RAÍCES SIN RECEPCIÓN DEFINITIVA - 1
488.- Legislatura 352, Sesión 2 de 06 de Octubre de 2004
488.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
488.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
488.3. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 3
488.4. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 4
489.- Legislatura 352, Sesión 3 de 06 de Octubre de 2004
489.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
489.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
490.- Legislatura 352, Sesión 4 de 12 de Octubre de 2004
490.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
491.- Legislatura 352, Sesión 7 de 20 de Octubre de 2004
491.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
491.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
491.3. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 3
492.- Legislatura 352, Sesión 8 de 20 de Octubre de 2004
492.1. BASES GENERALES PARA AUTORIZACIÓN, FUNCIONAMIENTO Y FISCALIZACIÓN DE CASINOS. INFORME DE
COMISIÓN MIXTA - 1
492.2. BASES GENERALES PARA AUTORIZACIÓN, FUNCIONAMIENTO Y FISCALIZACIÓN DE CASINOS. INFORME DE
COMISIÓN MIXTA - 2
492.3. FINANCIAMIENTO DE ESTUDIOS DE EDUCACIÓN SUPERIOR - 1
493.- Legislatura 352, Sesión 9 de 02 de Noviembre de 2004
493.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
493.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
494.- Legislatura 352, Sesión 11 de 09 de Noviembre de 2004
494.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
494.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
494.3. PROYECTO DE ACUERDO DE DIVERSOS SEÑORES SENADORES MEDIANTE EL CUAL SOLICITAN A S. E. EL
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA PONER TÉRMINO A DEUDA DEL ESTADO DE CHILE CON SUS PROFESORES POR NO
PAGO OPORTUNO DE ASIGNACIÓN ESTABLECIDA POR D.L. Nº 3.551 (S 765-12) - 1
495.- Legislatura 352, Sesión 17 de 30 de Noviembre de 2004
495.1. BASES GENERALES PARA AUTORIZACIÓN, FUNCIONAMIENTO Y FISCALIZACIÓN DE CASINOS. VETO - 1
495.2. BASES GENERALES PARA AUTORIZACIÓN, FUNCIONAMIENTO Y FISCALIZACIÓN DE CASINOS. VETO - 2
496.- Legislatura 352, Sesión 18 de 01 de Diciembre de 2004
496.1. REPROGRAMACIÓN DE DEUDAS A FONDOS DE CRÉDITO SOLIDARIO - 1
497.- Legislatura 352, Sesión 19 de 06 de Diciembre de 2004
497.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO DE AGUAS - 1
497.2. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO DE AGUAS - 2
497.3. MODERNIZACIÓN DE SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO - 1
498.- Legislatura 352, Sesión 20 de 14 de Diciembre de 2004
498.1. ERECCIÓN DE MONUMENTOS EN MEMORIA DE PADRE HURTADO - 1
499.- Legislatura 352, Sesión 23 de 04 de Enero de 2005
499.1. ERECCIÓN DE MONUMENTOS EN MEMORIA DE PADRE HURTADO - 1
499.2. ERECCIÓN DE MONUMENTOS EN MEMORIA DE PADRE HURTADO - 2
499.3. PROYECTO DE ACUERDO DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORA FREI (DOÑA CARMEN) Y SEÑORES
LARRAÍN, FERNÁNDEZ, NÚÑEZ Y RÍOS, MEDIANTE EL CUAL SOLICITAN A S. E. EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA LA
DICTACIÓN DE REGLAMENTOS QUE DEN PLENA APLICACIÓN A LA LEY DE CULTOS (S 775-12) - 1
500.- Legislatura 352, Sesión 24 de 05 de Enero de 2005
500.1. MODIFICACIÓN DE ESTRUCTURA Y FUNCIONES DE GOBIERNOS REGIONALES - 1
501.- Legislatura 352, Sesión 26 de 11 de Enero de 2005
501.1. ENMIENDA A ESTATUTO DOCENTE EN MATERIA DE CONCURSABILIDAD DE CARGOS DE DIRECTORES DE
ESTABLECIMIENTOS EDUCACIONALES MUNICIPALES - 1
501.2. MODIFICACIÓN A SISTEMA PREVISIONAL DE FUERZAS ARMADAS - 1
502.- Legislatura 352, Sesión 28 de 18 de Enero de 2005
502.1. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 1
502.2. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 2
502.3. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 3
502.4. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 4
502.5. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 5
502.6. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 6
502.7. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 7
502.8. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 8
502.9. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 9
502.10. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 10
502.11. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 11
502.12. MAYORES EXIGENCIAS PARA INSCRIPCIÓN Y PORTE DE ARMAS - 12
503.- Legislatura 352, Sesión 30 de 19 de Enero de 2005
503.1. BONIFICACIÓN POR EGRESO A PERSONAL DE GENDARMERÍA DE CHILE - 1
503.2. BONIFICACIÓN POR EGRESO A PERSONAL DE GENDARMERÍA DE CHILE - 2
504.- Legislatura 352, Sesión 33 de 08 de Marzo de 2005
504.1. FINANCIAMIENTO DE ESTUDIOS DE EDUCACIÓN SUPERIOR - 1
504.2. FINANCIAMIENTO DE ESTUDIOS DE EDUCACIÓN SUPERIOR - 2
505.- Legislatura 352, Sesión 37 de 16 de Marzo de 2005
505.1. MODIFICACIÓN DE NORMAS SOBRE INSCRIPCIÓN ELECTORAL Y VOTACIONES POPULARES Y ESCRUTINIOS - 1
506.- Legislatura 352, Sesión 39 de 23 de Marzo de 2005
506.1. MODERNIZACIÓN DE SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO - 1
506.2. MODERNIZACIÓN DE SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO - 2
506.3. MODERNIZACIÓN DE SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO - 3
506.4. MODERNIZACIÓN DE SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO - 4
506.5. MODERNIZACIÓN DE SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO - 5
506.6. FINANCIAMIENTO DE ESTUDIOS DE EDUCACIÓN SUPERIOR - 1
506.7. FINANCIAMIENTO DE ESTUDIOS DE EDUCACIÓN SUPERIOR - 2
507.- Legislatura 352, Sesión 41 de 05 de Abril de 2005
507.1. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES FERNÁNDEZ, HORVATH, NARANJO, ROMERO Y SABAJ, CON LA QUE
INICIAN UN PROYECTO DE LEY QUE AUTORIZA ERIGIR UN MONUMENTO EN LA COMUNA DE PUYEHUE A SU SANTIDAD
JUAN PABLO II (3828-04) - 1
508.- Legislatura 352, Sesión 42 de 06 de Abril de 2005
508.1. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO LABORAL EN MATERIA DE TÉRMINO DEL CONTRATO Y DE FERIADO ANUAL EN
DUODÉCIMA REGIÓN - 1
508.2. MODIFICACIÓN DE CÓDIGO LABORAL EN MATERIA DE TÉRMINO DEL CONTRATO Y DE FERIADO ANUAL EN
DUODÉCIMA REGIÓN - 2
509.- Legislatura 352, Sesión 48 de 03 de Mayo de 2005
509.1. CUMPLIMIENTO DE GARANTÍAS CONSTITUCIONALES SOBRE DEBIDO PROCESO Y DERECHO DE PROPIEDAD EN
COBRANZAS JUDICIALES - 1
509.2. AUTORIZACIÓN PARA ADQUISICIÓN SIN RECETA MÉDICA DE LENTES CONTRA PRESBICIA - 1
509.3. AUTORIZACIÓN PARA ADQUISICIÓN SIN RECETA MÉDICA DE LENTES CONTRA PRESBICIA - 2
510.- Legislatura 352, Sesión 52 de 17 de Mayo de 2005
510.1. INCENTIVOS PARA USO DE COMBUSTIBLES GASEOSOS EN VEHÍCULOS MOTORIZADOS - 1
511.- Legislatura 353, Sesión 1 de 07 de Junio de 2005
511.1. AUTORIZACIÓN PARA ADQUISICIÓN SIN RECETA MÉDICA DE LENTES CONTRA PRESBICIA - 1
512.- Legislatura 353, Sesión 8 de 21 de Junio de 2005
512.1. OBLIGACIÓN PARA AUTORIDADES PÚBLICAS DE DECLARACIÓN JURADA PATRIMONIAL - 1
512.2. OBLIGACIÓN PARA AUTORIDADES PÚBLICAS DE DECLARACIÓN JURADA PATRIMONIAL - 2
513.- Legislatura 353, Sesión 9 de 22 de Junio de 2005
513.1. SUSPENSIÓN DE REEMPLAZO DE INSCRIPCIONES EN REGISTRO PESQUERO ARTESANAL - 1
513.2. MODERNIZACIÓN DE SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
513.3. MODERNIZACIÓN DE SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 2
513.4. MODERNIZACIÓN DE SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 3
513.5. MODERNIZACIÓN DE SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 4
514.- Legislatura 353, Sesión 14 de 12 de Julio de 2005
514.1. FACULTADES FINANCIERAS PARA UNIVERSIDADES ESTATALES - 1
515.- Legislatura 353, Sesión 15 de 13 de Julio de 2005
515.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI-A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
515.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI-A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
515.3. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI-A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 3
515.4. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI-A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 4
515.5. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI-A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 5
516.- Legislatura 353, Sesión 16 de 13 de Julio de 2005
516.1. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
516.2. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 2
516.3. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 3
516.4. REFORMA DE CAPÍTULOS I, II, III, IV, V, VI, VI A, VII, IX, X, XI, XIII Y XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 4
517.- Legislatura 353, Sesión 29 de 30 de Agosto de 2005
517.1. MONUMENTO, ARCHIVO Y MUSEO EN AISÉN EN MEMORIA DE JUAN STEFFEN - 1
518.- Legislatura 353, Sesión 31 de 31 de Agosto de 2005
518.1. AUTORIZACIÓN PARA MODIFICACIÓN DE ESTATUTOS DE UNIVERSIDAD DE CHILE - 1
518.2. AUTORIZACIÓN PARA MODIFICACIÓN DE ESTATUTOS DE UNIVERSIDAD DE CHILE - 2
518.3. MOCIÓN DEL HONORABLE SENADOR FERNÁNDEZ, CON LA QUE INICIA UN PROYECTO DE LEY RELATIVO A
HURTO-FALTA (3969-07) - 1
519.- Legislatura 353, Sesión 35 de 13 de Septiembre de 2005
519.1. ESTABLECIMIENTO DE SISTEMA DE RESPONSABILIDAD PENAL ESPECIAL PARA ADOLESCENTES - 1
519.2. ESTABLECIMIENTO DE SISTEMA DE RESPONSABILIDAD PENAL ESPECIAL PARA ADOLESCENTES - 2
520.- Legislatura 353, Sesión 39 de 05 de Octubre de 2005
520.1. RESTABLECIMIENTO DE EXCLUSIVIDAD UNIVERSITARIA PARA DIVERSAS CARRERAS DEL ÁREA DE LA SALUD - 1
521.- Legislatura 353, Sesión 40 de 11 de Octubre de 2005
521.1. MODIFICACIÓN DE LEY DE NAVEGACIÓN RESPECTO DE NAVES ABANDONADAS - 1
522.- Legislatura 353, Sesión 42 de 18 de Octubre de 2005
522.1. REQUISITO DE LICENCIA ESPECIAL CLASE “F” PARA CONDUCTORES DE CARROBOMBAS - 1
522.2. REQUISITO DE LICENCIA ESPECIAL CLASE “F” PARA CONDUCTORES DE CARROBOMBAS - 2
522.3. PROYECTO DE ACUERDO DE DIVERSOS SEÑORES SENADORES MEDIANTE EL CUAL SOLICITAN A SU
EXCELENCIA EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA QUE LA ASIGNACIÓN DE ZONA DE LOS FUNCIONARIOS FISCALES DE
LA PROVINCIA DE PALENA Y DE LA REGIÓN DE AYSÉN SE CALCULE SOBRE LA BASE DEL SUELDO IMPONIBLE (S
829-12) - 1
522.4. MOCIÓN DE LOS HONORABLES SENADORES SEÑORES CHADWICK, COLOMA, FERNÁNDEZ, LARRAÍN , NOVOA Y
STANGE, CON LA QUE INICIAN UN PROYECTO DE LEY QUE EXIME A CARABINEROS DE RESPONSABILIDAD PENAL POR
EL USO DE ARMAS EN CUMPLIMIENTO DE SUS FUNCIONES (4016-07) - 1
523.- Legislatura 353, Sesión 47 de 09 de Noviembre de 2005
523.1. ESTABLECIMIENTO DE PENA PARA HURTO FALTA FRUSTRADO - 1
523.2. ESTABLECIMIENTO DE PENA PARA HURTO FALTA FRUSTRADO - 2
523.3. INCREMENTO DE REMUNERACIONES PARA PERSONAL MILITAR EN OPERACIONES DE PAZ EN EL EXTERIOR - 1
523.4. INCREMENTO DE REMUNERACIONES PARA PERSONAL MILITAR EN OPERACIONES DE PAZ EN EL EXTERIOR - 2
524.- Legislatura 353, Sesión 49 de 14 de Diciembre de 2005
524.1. PROYECTO DE ACUERDO DE LOS HONORABLES SENADORES PROKURICA, ARANCIBIA, FERNÁNDEZ, HORVATH,
OMINAMI, ROMERO, RUIZ Y VEGA MEDIANTE EL CUAL PROPONEN SOLICITAR A SU EXCELENCIA EL PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA LA ADOPCIÓN DE MEDIDAS QUE PERMITAN A VOCALES DE MESA QUE CUMPLAN FUNCIONES EN LA
PRÓXIMA ELECCIÓN PRESIDENCIAL RECIBIR UNA COLACIÓN ADECUADA (S 834-12) - 1
525.- Legislatura 353, Sesión 52 de 21 de Diciembre de 2005
525.1. CREACIÓN DE SISTEMA NACIONAL DE ASEGURAMIENTO DE CALIDAD DE EDUCACIÓN SUPERIOR - 1
526.- Legislatura 353, Sesión 58 de 17 de Enero de 2006
526.1. PROYECTO DE ACUERDO DE DIVERSOS SEÑORES SENADORES CON EL QUE SOLICITAN A SU EXCELENCIA EL
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA INSTRUIR AL MINISTERIO DE TRANSPORTES PARA QUE ADOPTE LAS MEDIDAS
CONDUCENTES A RESTABLECER LAS CONDICIONES NECESARIAS PARA LA PRESTACIÓN DEL SERVICIO DE
TRANSPORTE POR EMPRESAS NACIONALES, PROMOVER BASES DE INTEGRACIÓN DE MERCADO Y LIBERTAD DE
TRANSPORTE EN EL CONO SUR (S 840-12) - 1
527.- Legislatura 353, Sesión 59 de 18 de Enero de 2006
527.1. ESTABLECIMIENTO DE SISTEMA DE REGULACIÓN SOBRE ABOGADOS INTEGRANTES DE TRIBUNALES
SUPERIORES DE JUSTICIA - 1
528.- Legislatura 353, Sesión 62 de 08 de Marzo de 2006
528.1. DESPEDIDA DE SENADORES AL TÉRMINO DE SU MANDATO - 1
Legislatura 319, Sesión 0 de 11 de Marzo de 1990
Debate en sala
INVESTIDURA DE SENADORES - 1
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—Prestan juramento o promesa los Senadores señores Alessandri, Arturo; Calderón, Rolando; Cantuarias, Eugenio; Cooper,
Alberto; Díaz, Nicolás; Díez, Sergio; Feliú, Olga; Fernández, Sergio; Frei, Arturo; Frei, Carmen; Frei, Eduardo; Gazmuri, Jaime;
González, Carlos; Guzmán, Jaime; Hormazábal, Ricardo; Huerta, Vicente; Jarpa, Sergio; Lagos, Julio; Larre, Enrique;
Lavandero, Jorge; Letelier, Carlos; Mc-Intyre, Ronald; Navarrete, Ricardo; Núñez, Ricardo; Ortiz, Hugo; Pacheco, Máximo;
Páez, Sergio; Palza, Humberto; Papi, Mario; Pérez, Ignacio; Piñera, Sebastián; Prat, Francisco; Ríos, Mario; Romero, Sergio;
Ruiz, César; Ruiz, José; Ruiz-Esquide, Mariano; Siebert, Bruno; Sinclair, Santiago; Soto, Laura; Sule, Anselmo; Thayer,
William; Urenda, Beltrán; Valdés, Gabriel; Vodanovic, Hernán, y Zaldívar, Andrés.
Legislatura 319, Sesión 7 de 18 de Abril de 1990
Participación en proyecto de ley
INDULTO GENERAL - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, no está en mi ánimo postergar la discusión de este proyecto, ni menos, por cierto,
impedir su aprobación, atendida la urgencia con que ha sido presentado. Sin embargo, creo del mayor interés dejar constancia
de algunos hechos que a mi juicio son absolutamente indispensables para los efectos del tratamiento de esta materia, del
mismo modo que lo son las consideraciones jurídicas que me parece necesario tener presentes con el objeto de que una
legislación de esta naturaleza, que envuelve tantos valores y principios, jurídicos y morales, sea adecuadamente recogida
tanto por esta Honorable Corporación cuanto por la opinión pública. Y no quisiera que ni por un instante se entendiera, como
consecuencia de esta intervención, ánimo alguno que pudiere significar entorpecimiento en el trámite de la iniciativa. Por el
contrario, es mi propósito y es mi decisión enriquecer en lo que me sea posible el debate, con el objeto de que este proyecto,
de ser aprobado, lo sea en conciencia y a sabiendas de lo que cada uno está votando. En primer lugar, la iniciativa —y así lo
señala el Mensaje que el Presidente de la República envió a este Senado— tiene un propósito múltiple o dual. Por una parte,
se busca a través de ella la reconciliación nacional; por la otra, se pretende paliar los efectos de una crisis carcelaria que el
propio Mensaje determina con alguna precisión. A mi juicio, cuando legislamos sobre valores en que están comprometidas
cuestiones morales de tanta importancia, debemos precisar qué objetivos perseguimos. Y, aparentemente, de la mera lectura
del texto surge que esas dos finalidades son irreconciliables: no podemos hablar, por un lado, de la pacificación del país, y por
otro, de la atención de las deficiencias carcelarias que tiene el país. Es cierto que todo puede conjugarse en el mundo de las
ideas y que todo puede conjugarse en materia jurídica. Sin embargo, hay principios que no pueden conjugarse. Y creo que en
esta materia debemos sostener, lisa y llanamente, que estamos legislando con el objeto de dar satisfacción a necesidades de
tipo material que se presentan en los recintos penales a raíz de la insuficiencia de los medios con que cuenta el sistema
carcelario, situación que es indispensable afrontar con absoluta urgencia. Por eso, en mi opinión, este proyecto tiene un
objetivo práctico y material, pero no el de reconciliación; porque, si hablamos de reconciliación nacional, podría no ser
necesario aprobar este tipo de proyectos, por cuanto estamos en presencia de un indulto para delincuentes comunes que han
sido condenados. Por lo tanto, con relación a ese propósito, quiero dejar muy claramente señalada mi opinión en el sentido de
que concurriré a aprobar la iniciativa en el entendido de que se trata de la solución a un problema material producto de las
razones que he indicado. Ahora, en lo particular del proyecto, no quiero dejar pasar esta oportunidad. Y se me podrá decir que
en otras ocasiones las iniciativas de indulto general han sido muy semejantes a ésta. Es cierto. Pero creo que debemos
recoger las experiencias que esos indultos generales han tenido y, por ende, perfeccionarlos. Y hago presente —no lo
plantearé como indicación, para no entorpecer la tramitación del proyecto— que quedan indultados delitos que, a mi juicio, son
extraordinariamente graves. Desde luego, quedan en situación de ser indultadas personas que han cometido infanticidio.
Quedan en posición de ser indultados quienes han cometido rapto; porque el secuestro a que se refiere la ley en estudio es
distinto del rapto que se realiza con propósitos deshonestos. Quedan también en situación de ser indultados aquellos que han
cometido incesto. Queda en posición de ser indultado el que ha cometido el delito de incendio. Y quedan en situación de ser
indultados quienes han cometido el delito de aborto; pero no sólo las personas que lo han perpetrado, sino todas, incluso quien
comercia y usa y abusa de todos los mecanismos materiales o morales, haciendo tabla rasa de los principios morales
envueltos. Esa persona que se dedica profesional-mente al aborto —¡esa persona!— podrá ser indultada. Quiero hacer
presente esta circunstancia por un problema de conciencia, tanto para esta ocasión (a fin de que la Cámara de Diputados,
cuando conozca el proyecto, considere los aspectos señalados) cuanto para lo futuro, pues sobre esta materia probablemente
será necesario legislar de nuevo. Por eso, señor Presidente, quería hacer constar mi opinión respecto de estas materias y
expresar que, con la misma responsabilidad con que estoy planteando estas objeciones, votaré a favor de esta iniciativa,
asumiendo la responsabilidad política que significa aprobar un proyecto de esta naturaleza. Y lo digo para que no quepa
ninguna duda, por cuanto, al aprobar un indulto general, estamos haciéndonos responsables de lo que pueda ocurrir luego de
ello, del mismo modo en que, cuando el Presidente de la República otorga un indulto particular, es él quien asume la
responsabilidad. Aquí están asumiendo la responsabilidad tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo —en este caso, el
Senado—, que lo está aprobando. Muchas gracias, señor Presidente.
Legislatura 319, Sesión 12 de 09 de Mayo de 1990
Participación en proyecto de ley
AMPLIACIÓN DE PLAZO ESTABLECIDO POR LEY SOBRE ORGANIZACIONES COMUNITARIAS 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, quiero formular una observación sobre técnica legislativa, para tenerla presente, no
en esta oportunidad, sino en futuros proyectos de ley. Aquí se han dado diferentes argumentos para los efectos de prorrogar el
plazo establecido en la ley 18.893. Pero, dentro de la fundamentación que se señala en el Mensaje, se expone, entre otras
razones, que no existiría adecuado conocimiento por parte de la población y que, por lo tanto, esto se prestaría para
confusiones. Creo que ése es un mal argumento para consignar en el Mensaje los motivos que justifican la prórroga. Porque,
de ser así, debería haber una mayor difusión y no una ampliación de plazo. Por otra parte, si estamos por discutir un nuevo
cuerpo legal que reglamentará esta materia de tanta importancia para las organizaciones comunitarias, no veo la necesidad de
prorrogar el plazo; lo correcto, desde el punto de vista de una buena técnica legislativa, sería suspender el cumplimiento del
requisito, a la espera de la nueva legislación. Porque el mero establecimiento de 24 meses no exime a las organizaciones
comunitarias del cumplimiento de la exigencia -y perfectamente podría ocurrir que algunas estuvieran cumpliéndola-, pues no
se la está suspendiendo, sino que, simplemente, se esta prorrogando el plazo para tal efecto. En todo caso, atendidas las
razones que se han dado, voy a votar favorablemente el proyecto, en el entendido de que para el futuro sería preferible,
respecto de estas situaciones, evitar la prórroga de los plazos y, sencillamente, suspender el cumplimiento del requisito.
Legislatura 320, Sesión 2 de 30 de Mayo de 1990
Mociones Presentadas
MOCION DEL HONORABLE SENADOR SEÑOR SERGIO FERNANDEZ CON LA CUAL INICIA UN
PROYECTO DE LEY QUE FIJA LA MAYORIA DE EDAD A PARTIR DE LOS DIECIOCHO AÑOS - 1
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Honorable Senado:Los progresos alcanzados por la humanidad permiten reconocer que la persona logra el pleno desarrollo
de sus aptitudes mentales cada vez más a la par con su desarrollo físico. El amplio despliegue de múltiples facetas de la
cultura, como la educación formal, el acceso a la información general, el ensanchamiento del mundo del trabajo, etcétera, así
como los avances de la técnica, constituyen factores que contribuyen decisivamente a formarse la convicción de que los
hombres y mujeres de Chile han adquirido un sentido de responsabilidad conveniente para reconocerles una capacidad propio
de la madurez legal.El propio Código Civil, que, inicialmente, fijó la mayor edad al cumplirse los veinticinco años, no pudo
menos que admitir la posibilidad de la habilitación de edad, mediante la cual esa mayoridad podía realmente obtenerse
antes.La Ley Nº 7.612, de 1943, reconociendo la tendencia progresista de la humanidad, fijó la edad límite a los veintiún años
cumplidos. La Legislación penal y laboral han hecho otro tanto, pero yendo más allá, pues dan cuenta de la constatación
práctica de que la responsabilidad se alcanza por los jóvenes a los dieciocho años de edad. La norma suprema, por su parte,
reconoce el derecho cívico de emitir el sufragio para elegir a las autoridades políticas y participar en plebiscitos a todos los
chilenos que han cumplido esa edad.De la breve reseña anterior, resulta evidente que le derecho chileno han venido
evolucionando hacia el reconocimiento de que los jóvenes mayores de dieciocho años tienen la suficiente capacidad para
realizar por sí mismos los más importantes y graves actos que les conciernen.Las consideraciones precedentes constituyen
fundamento sólido para sostener el proyecto de ley que someto a la consideración de esta alta corporación.El proyecto de ley
que sigue de dos artículos.El primero señala que se adquiere la mayor edad al cumplirse los dieciocho años de edad, con
efecto de toda la legislación civil, comercial y administrativa. Para llenar este efecto, se modifica expresamente el artículo 26
del Código Civil, por ser de carácter definitorio del concepto de mayor edad, y se declara que la modificación que introduce
esta norma se extiende a todos los casos en que le mismo código y el resto de la legislación civil, comercial o administrativa
hagan referencia a los veintiún años o a la mayor edad.El segundo artículo establece, por una parte, que la rebaja de la edad
inicial para la mayor edad no altera la legislación penal, por cuanto, en tal caso, aparte de haberse ya previsto esa rebaja
existen normas especiales que reconocen la imputabilidad incluso antes de cumplirse los dieciocho años. Es pertinente tener
presente que, especialmente en el párrafo del Código Penal relativo a los delitos en los que uno de sus elementos es una edad
determinada, lo que no tiene fundamento en la carencia de responsabilidad de la víctima, sino, más bien, en su protección. Por
otra parte, la disposición que se propone tampoco altera la legislación y reglamentación administrativa que reconozcan
derechos y otorguen beneficios de carácter social, sea en materia de salud, previsional, educacional y otra, en razón de la
edad.En virtud de lo anterior, vengo en someter al H. Senado el siguienteProyecto de LeyArtículo 1º .- Establécese que es
mayor de edad la persona que ha cumplido dieciocho añosReemplázase, en el artículo 26 del Código Civil, el vocablo
“veintiún” por la palabra “dieciocho”.Los dispuesto en este artículo es aplicable a la legislación civil, comercial y administrativa,
para cuyos efectos los mayores de dieciocho años se considerarán en posesión plena de su capacidad de ejercicio de los
derechos.Artículos 2º - Lo dispuesto en el artículo anterior no altera la legislación penal ni las normas que reconozcan
derechos u otorguen beneficios de carácter social en razón de la edad.
Legislatura 320, Sesión 10 de 20 de Junio de 1990
Participación en proyecto de ley
CREACIÓN DE MINISTERIO DE PLANIFICACIÓN Y COOPERACIÓN; FONDO DE SOLIDARIDAD E
INVERSIÓN SOCIAL, Y AGENCIA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, participo de la observación formulada por el Honorable señor Ortiz, por cuanto
con otra redacción nos encontraríamos en presencia, más que de una derogación tácita, de una eventual derogación orgánica,
la que es distinta: tiene alcances y consecuencias diferentes, y todo un tratamiento jurídico que excede a lo que es derogación
tácita. Por lo tanto, para evitar discusiones posteriores, estimo conveniente la indicación de los Honorables señores Diez y
Ríos, con lo cual la ley en proyecto tendrá un recto cumplimiento y una recta interpretación. Nada más, señor Presidente.
Legislatura 320, Sesión 11 de 26 de Junio de 1990
Participación en proyecto de ley
LIBERTAD DE EXPRESIÓN. MODIFICACIÓN DE LEY SOBRE ABUSOS DE PUBLICIDAD - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, estoy en favor de que se legisle para perfeccionar las normas que resguardan la
libertad de expresión. En consecuencia, estoy de acuerdo en que se deroguen normas legales que pueden limitar los derechos
de información y de opinión dictadas en circunstancias muy distintas de las presentes. Hay consenso en que la libertad de
informar y de emitir opinión, por su influencia social determinante, debe verse exenta de toda traba que restrinja
injustificadamente su ejercicio. No obstante, resulta igualmente justo recordar que son bienes jurídicos no menos valiosos la
honra y el derecho a la intimidad de las personas. De allí que exijan también un eficaz amparo, que permita su vigencia real.
Estos derechos, a diferencia de la libertad de expresión, muestran un alcance colectivo aparentemente menor. Sus
proyecciones individuales, en cambio, son mucho más inmediatamente visibles. De allí que el derecho a la honra y el derecho
a la intimidad pudieran parecer, a primera vista, como de menor jerarquía frente a la libertad de información y de opinión, de
más inmediato efecto social. Pero semejante subestimación sería engañosa. El derecho a gozar de una efectiva libertad de
expresión no es incompatible con el respeto del honor y la vida pública y privada de las personas. Estos últimos merecen igual
protección. Más aún, el honor y la intimidad suelen vincularse a situaciones en que la persona se encuentra muy sola frente al
juicio de la opinión colectiva, quizás infundado, quizás equivocado, quizás irremisiblemente destructor. Precisamente por eso
resulta tanto más imperativa la obligación del legislador de hallar para tales derechos una protección eficaz, que asegure su
efectivo imperio. En modo alguno desconozco la función determinante de los medios de comunicación social. Pienso que sin
ellos no hay democracia, pues ésta no sólo se ejerce mediante el sufragio universal, sino también a través de medios de
información y de opinión libres e independientes que contribuyen a formar el juicio ciudadano. Pero tampoco hay verdadera
democracia si los derechos a la honra y a la intimidad se ven gravemente amenazados o son meras declaraciones sin
contenido real. Si ésa fuese una consecuencia -incluso involuntaria- de una iniciativa que busca amparar mejor la libertad de
expresión, nuestra sociedad sufriría un grave retroceso en la suma de sus libertades individuales. No es casual que, en este
conflicto de derechos frente al cual nos encontramos, el Derecho Internacional haya prestado cuidadosa y elocuente atención
a los derechos a la honra y a la intimidad. Así lo hacen, entre otros, diversos tratados internacionales ratificados por Chile y hoy
vigentes, siendo de recordar que a su respecto la Constitución establece para los órganos del Estado el "deber" de "respetar y
promover" los derechos que tales instrumentos internacionales consagran. Es el caso de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y de la Declaración Universal de
Derechos Humanos. Estos tres cuerpos normativos reconocen expresamente el derecho a la honra y a la intimidad como
libertades fundamentales de la persona humana. Los legisladores chilenos, por tanto, no podemos desconocerlos. Así lo hace
también la Constitución de 1980, que asegura a todas las personas "El respeto y protección a la vida privada y pública y a la
honra de la persona y de su familia.". Libertad de expresión, derecho a la protección de la honra y derecho a la intimidad, son
atributos de la personalidad inherentes a la naturaleza humana. Sería erróneo dar prioridad a algunos de estos derechos sobre
otros, porque todos ellos tienden a la perfección del hombre y de la sociedad en distintos planos. Un equilibrado régimen de
resguardos frente a los atentados más graves cometidos contra la honra y la intimidad permite que estos derechos dejen de
ser letra muerta en los textos constitucionales y legales y en los tratados internacionales, para incorporarse de verdad al
ámbito de las libertades efectivas, adecuadamente amparadas por el Derecho. Lo contrario equivaldría a un retroceso que
facilitaría la posibilidad de atropellar impunemente garantías ligadas a la personalidad. Al legislar, en consecuencia, debemos
atender a que tanto las garantías contempladas en el Nº 4 como aquellas que consagra el Nº 12 del artículo 19 de la
Constitución encuentren una armónica regulación, para que de ninguna manera la protección de las unas ocurra a expensas
de las otras. La democracia es equilibrio de derechos. Por eso, tanto para que se perfeccionen las normas sobre la libertad de
información cuanto para que se resguarde debidamente el derecho a la honra y a la intimidad de las personas, votaré a favor
de la idea de legislar en esta materia.
Legislatura 320, Sesión 23 de 08 de Agosto de 1990
Participación en proyecto de ley
CASO DE UVAS SUPUESTAMENTE ENVENENADAS. MEDIDAS DISCRIMINATORIAS CONTRA
FRUTA CHILENA ACORDADAS POR SENADO NORTEAMERICANO - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, adhiero plenamente a las palabras del Honorable señor Romero, quien, en una
intervención valiente, decidida y documentada, se ha referido a un tema de gran interés nacional. El Senado norteamericano
debe rectificar un profundo error y una gran injusticia. Es por ello que no puedo menos que referirme al daño que se ha
ocasionado en días recientes a nuestro país, con motivo de las medidas restrictivas para nuestras exportaciones agrícolas
adoptadas por el Senado norteamericano. Como es indiscutible, constituyen ellas, desde luego, un atentado directo contra los
miles de trabajadores y empresarios chilenos que, con inmenso esfuerzo, durante la última década y media han logrado
transformar la economía nacional en la más vigorosa de Latinoamérica; y es un atentado contra los miles de compatriotas que
abrieron paso al país en los mercados mundiales, el principal de los cuales es el norteamericano. Innecesario sería abundar
aquí en la relación estrecha que existe entre el comercio internacional y el desarrollo. En este punto hay prácticamente
coincidencia mundial, más allá de cualquier ideología. Los conocidos casos de quienes se han cerrado a esa evidencia han
debido pagar muy caro, en miseria para sus pueblos y conmoción para sus instituciones. Por paradoja, precisamente el
Senado del país que recaba para sí el máximo liderazgo de un sistema de libertades políticas y económicas, incurre ahora en
este contrasentido. Las restricciones comerciales contra Chile constituyen una contradicción flagrante con todos los principios
que sustentan el sistema de vida norteamericano. No fue por la vía del comercio encerrado en sus propias fronteras que los
Estados Unidos alcanzaron el apogeo. Lo anterior, que tiene validez manifiesta en cualquier punto del pasado, cobra en
nuestros días un valor multiplicado. Las grandes potencias de nuestro tiempo no se apoyan ya en la sola apertura de sus
economías a los mercados mundiales: ellas van más allá y practican el sistemático fomento de unidades económicas
supranacionales, integradas y crecientes. Ese es el mayor éxito del mundo contemporáneo. Esa es la tendencia de la historia
actual. Ese es el rasgo más exitoso de hoy, que ha permitido, a la vez, libertad, prosperidad y paz. El ejemplo de la Comunidad
Económica Europea es más que decidor. La actual Administración estadounidense parece tener clara conciencia de ello. No
de otro modo se explica que el propio Presidente Bush haya propiciado recientemente la idea de un verdadero mercado común
para todo el continente americano. Es precisamente contra la esencia de esa idea que conspiran los acuerdos del Senado
estadounidense que impugnamos. Y porque hay en esa idea mucho más que un contenido meramente mercantil, en el
acuerdo que golpea a Chile hay también mucho más que alcances económicos. Las implicaciones políticas de esa decisión
son profundamente contradictorias con los principios que los Estados Unidos declaran vitales, intransables y de exigible
aplicación universal. Pues a nadie escapará la enormidad de la contradicción que existe entre predicar la democracia y clamar
por su más inmediato restablecimiento, y luego asestar un golpe grave a uno de los apoyos económicos principales de esa
misma democracia. Ello antes de que se cumplan siquiera cinco meses desde su reanudación. Peor aún, y como si no
bastase, haciendo a nuestro país blanco de restricciones que no se aplican a otras naciones. ¿Por qué se discrimina así a
Chile? Hasta ayer se aducían razones políticas. ¿Qué argumentos puede invocar hoy el Senado norteamericano? Son estas
preguntas para las que no encontramos respuesta. Pero tenemos derecho a esperarla del Senado norteamericano. O, mejor
aún, creo que Chile tiene el derecho a esperar de él una inmediata rectificación. Porque cuando a las palabras no se siguen
actos consecuentes, no sólo sufren las víctimas de la inconsecuencia; sufren también, por igual, los principios que se
defienden. Es urgente, pues, que cuanto antes recapaciten los Senadores norteamericanos que prestaron su voto a ese
acuerdo, y corrijan una decisión que es un profundo error y una gran injusticia, agraviante para todos los chilenos. He dicho.
Legislatura 320, Sesión 25 de 21 de Agosto de 1990
Participación en proyecto de ley
TERMINACIÓN DE CONTRATO DE TRABAJO Y ESTABILIDAD EN EL EMPLEO - 1
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El señor FERNANDEZ.- Señor Presidente, se ha llegado a acuerdo en una materia especialmente significativa para el país,
los trabajadores y el propio Congreso, y en particular para el Senado. El acuerdo es especialmente significativo para el país en
el período que vivimos, por cuanto las relaciones laborales configuran un elemento que en general es extraordinariamente
preocupante y que distorsiona la realidad. Su relevancia va mucho más allá de la vinculación económica existente entre
trabajador y empresario, ya que en ellas están envueltos valores superiores a los simples actos materiales mediante los cuales
se expresan. Representan, en proporción muy importante, la dignidad del hombre que está en juego día a día, constituyendo
parte de su vida, de su quehacer y de las aspiraciones naturales de todo ser humano. Por ello, las relaciones laborales tienen
esa significación profunda que va más allá de los actos materiales a que me referí. Lograr un acuerdo en materias laborales
tiene el especial sentido de traer consigo una tranquilidad muy importante para los más amplios sectores del país, la que se
refuerza y se extiende también a todas las actividades nacionales, pues el trabajo, como motor de la actividad del país, es un
elemento indispensable e insustituible en toda comunidad organizada que se desarrolla, el cual no sólo sirve para fijar las
relaciones entre los trabajadores y entre éstos en relación con la empresa, sino también el vínculo que debe existir en cuanto
al comercio internacional y a las distintas posibilidades que un país tiene para poder enfrentar los diversos y múltiples aspectos
que comprende el trabajo y el producto del mismo que se logra en común en una empresa. Sin perjuicio de estas
consideraciones generales, el acuerdo tiene también una especial significación -considerando el hecho de que ha sido logrado
entre sectores muy distintos, con concepciones diferentes y que tienen apreciaciones respecto de la realidad nacional muy
disímiles entre sí- por haberse logrado en esta Alta Corporación y en aspectos que son de amplia e importante generalidad. Es
el Senado de la República el que ha permitido que este acuerdo -el cual va a favorecer a trabajadores, empresarios y a los
chilenos en general- se logre en un clima de armonía y de entendimiento, recogiendo diversas apreciaciones que los distintos
sectores han querido dar a conocer; y por otro lado también entendiendo que en cada negociación existen concesiones
recíprocas que las partes necesariamente deben dejar en el camino, por cuanto para que haya realmente un grado de
transacción importante en materias de esta naturaleza es preciso que cada parte ceda lo que en definitiva constituye su
proyecto completo. El acuerdo en definitiva -no obstante significar importantes concesiones para las partes que estaban
negociando- se presenta como un todo coherente y equilibrado. Coherente, porque persigue objetivos muy claros: por un lado,
dar estabilidad en el empleo, y por otro, permitir asegurar la gestión que el empresario haga de su propia empresa o actividad.
Conjugar estos dos aspectos constituye precisamente el equilibrio y la justicia de esta legislación. Por otra parte, esta iniciativa
contiene logros concretos de mucha significación: se doblan las indemnizaciones en el caso de las empresas con menos de 50
trabajadores y se llega mucho más allá en aquellas con más de 50. Esta diferencia, que beneficia en forma muy significativa a
los trabajadores chilenos, ha sido criticada por algunos sectores en cuanto al corte o distinción sobre el número de
trabajadores que existe en una empresa, señalándose que no es posible distinguir en las grandes y las pequeñas el número de
ellos involucrados. A este respecto, conviene tener presente que son múltiples los casos en que la legislación se refiere a la
cantidad de trabajadores para los efectos de hacer distinciones. Con ello quiero referirme a la negociación colectiva, al
establecimiento de reglamentos en las empresas y también a la constitución de sindicatos. En nuestra legislación no constituye
una novedad el que se distingan determinadas normas sobre el número de trabajadores para los efectos de fijar ciertos
derechos o establecer obligaciones específicas. En cambio, esta distinción reviste especial importancia, por cuanto de esta
manera se permite y facilita que los pequeños empresarios puedan continuar sus actividades, considerando que son sectores
que tienen amplia cobertura en el ámbito nacional, especialmente en lo que dice relación al empleo. Por ello, esta distinción,
lejos de ser inconveniente, a mi juicio, constituye un beneficio y una posibilidad real para que los pequeños empresarios
puedan continuar con sus labores en los términos en que actualmente están llevando a cabo. El proyecto también se refiere a
las causales de terminación del contrato de trabajo, perfeccionando las normas que al respecto existían. En esta materia hay
un mejoramiento evidente, ya que se eliminan aquellas causales ajenas al contrato de trabajo, con lo cual se establece una
relación laboral limitada, clara y específica en materia contractual, dejando al margen asuntos ajenos a ella y cuidando, sin
embargo, mantener la nomenclatura que contiene la legislación, para los efectos de conservar la rica jurisprudencia que en
este aspecto existe. Por lo tanto, haciendo salvedad de aquellos casos en que específicamente el legislador -a través de las
Comisiones unidas que trabajaron sobre el particular- ha querido introducir modificaciones expresas en algunas disposiciones,
en el resto se ha procurado mantener las normas respecto de la legislación vigente, con el objeto de conservar la
jurisprudencia. Sin embargo, hay una materia sobre la cual en su oportunidad hice presente mi opinión contraria en las
Comisiones y, en consecuencia, voté en contra de ella. Me refiero al artículo 6º transitorio, el cual dispone retroactividad para
los efectos de la aplicación de las indemnizaciones contenidas en esta legislación. A mi juicio -y ésa fue la razón de haber
votado en su contra- no se puede afectar retroactivamente contratos vigentes, menos aún los que han terminado, los cuales
han dejado de producir sus efectos por una causal legal vigente. De modo que, a mi juicio, ese tipo de contratos no debieran
estar afectados por esta disposición, pues no sólo se trata de los anteriores a la vigencia de la ley, sino de aquellos ya
terminados. Por otra parte, en esta materia también se afectan en forma importante los juicios pendientes. Si bien se resguarda
-como no podía ser de otra manera- la situación de los fallos pronunciados, se afectan las causas pendientes, por cuanto el
legislador señala que el juez tendrá que dictar sentencia de acuerdo con la legislación vigente al momento del fallo. Hecha esta
salvedad en cuanto al artículo 6º transitorio, hay un aspecto que, sin embargo, reviste la máxima trascendencia y que tiene
gran significación, el cual, a mi juicio, fue recogido en forma muy afortunada por el Ejecutivo al considerar las labores de los
trabajadores domésticos o de casas particulares. Ese punto fue tomado de la iniciativa que el Honorable señor Jarpa planteó
en las Comisiones el jueves 16 del presente. En mi opinión, esto representa un avance extraordinariamente importante, por
cuanto el incluir a los trabajadores de casas particulares en esta materia, sin perjuicio de constituir un elemento de gran justicia
social, de solidaridad y de gratitud de todos respecto de estos trabajadores, constituye un derecho que, en definitiva, el
legislador de 1990 viene a recoger en plenitud, dando la categoría que realmente corresponde a este tipo de trabajadores.
Este aspecto significa de por sí un avance fundamental, decisivo y determinante en la orientación que la legislación laboral ha
querido dar en este proyecto. Señor Presidente, al terminar estas palabras, quiero señalar mi complacencia por los efectos
logrados con este acuerdo; anunciar, por cierto, mi votación favorable al proyecto, y hacer votos para que este tipo de
concurso de opiniones y de voluntades que tan grandemente pueden enriquecer una iniciativa sea también el objetivo
permanente de este Senado, con lo cual no sólo se prestigiará esta Alta Corporación en cuanto a sus funciones, sino que
prestaría un inestimable apoyo al engrandecimiento y perfeccionamiento de nuestro régimen democrático. He dicho, señor
Presidente.
Legislatura 321, Sesión 4 de 10 de Octubre de 1990
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE CÓDIGOS PENAL Y DE JUSTICIA MILITAR Y DE OTROS TEXTOS LEGALES
EN LO RELATIVO A LA PENA DE MUERTE - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, sobre la pena de muerte, su mantención o eliminación, no me parece aceptable
un pronunciamiento precipitado y sin cuidadosas distinciones. Por el contrario, creo indispensable la consideración de algunas
bases doctrinarias. Además, deben tenerse presentes ciertos elementos de hecho. Si se desatiende a éstos, las normas que
aprobemos serán inadecuadas a la realidad y largamente superadas por ésta.Aspectos jurídico-penales La sociedad tiene el
derecho de castigar, aplicando una pena, a quienes atenten contra los valores fundamentales de la convivencia social
organizada; pero en torno de la pena de muerte, las discusiones a menudo exceden el campo puramente jurídico, para
adentrarse en el filosófico, religioso y sociológico. Son poderosos los argumentos en favor tanto de su preservación como de
su abolición. El cristianismo mismo no proporciona una respuesta inequívoca, como lo ilustran los criterios diametralmente
opuestos sostenidos por San Agustín y Santo Tomás. El primero afirma que no existe poder terrenal facultado para privar de la
vida a otro, pues ésta es una atribución exclusivamente divina. El segundo argumenta en favor de la legitimidad de la pena
capital: si de Dios proviene toda autoridad, ésta, en su tarea de alcanzar el bien común, puede disponer de la vida humana.
Debates similares se registran entre los autores Rousseau y Beccaria, y en diversas otras ideologías, lo que confirma la
dificultad de la solución. En favor de la mantención de la pena capital se sostiene que ésta es una sanción de acto de justicia
de la sociedad; que es una adecuada respuesta social ante crímenes especialmente horrendos y repudiables; que es una
medida eficaz en términos de prevención general, y que es una especie de "legítima defensa" del cuerpo social ante quienes
han atentado gravísimamente contra los valores más preciados de la sociedad. Por el contrario, los abolicionistas objetan el
carácter puramente retributivo de dicha pena. Rebaten su efecto disuasivo o de prevención general, el que ven desmentido por
estadísticas. Y según algunos estudios, la comisión de delitos amaina sólo inicialmente cuando se impone la pena de muerte,
para luego volver a los niveles corrientes. Además, quien quiere delinquir no se impresionará realmente por la ejecución de la
pena, pues siempre confiará en eludir sus efectos. Los países que han suprimido la pena capital no han visto —se dice—
aumentar significativamente los niveles de criminalidad, por lo que sus efectos disuasivos resultan discutibles. Inútil sería
pretender agotar aquí un debate que ya es secular. Más conducente resultaría, a la luz de las nociones básicas precedentes,
intentar una solución propia, que haga aplicable lo esencial de los principios fundamentales a nuestra compleja realidad.La
pena de muerte en la Constitución de1980 El constituyente reconoce como primera garantía constitucional el derecho a la vida
y a la integridad física y síquica de las personas. La protección de la vida humana en todas sus formas, incluso desde el primer
instante de su gestación, es de importancia fundamental para nuestra concepción. Por eso, sin tomar partido por abolicionistas
o retencionistas, la Constitución formula, en el artículo 19, número 1o, la exigencia según la cual "La pena de muerte sólo
podrá establecerse por delito contemplado en ley aprobada con quórum calificado.". Atendiendo previsoramente a la
cambiante dinámica social, que puede mudar las convicciones culturales hoy vigentes. El constituyente de 1980 quiso que todo
futuro proyecto de ley en esta materia requiera para su aprobación de la mayoría absoluta de los Senadores y Diputados en
ejercicio. Se busca evitar así la aprobación súbita de leyes que impongan la pena capital por simple mayoría de los presentes,
leyes que podrían originarse en la reacción emocional ante crímenes que causen conmoción pública. Sin perjuicio de lo
expuesto, una serie de consideraciones y preceptos de la parte dogmática de la Constitución hacen que las ideas
preservacionistas de esta pena encuentren hoy fundamentos constitucionales distintos a los del pasado. Pienso que la pena de
muerte, desde la vigencia de la Constitución de 1980, puede sostenerse sólo como una sanción especial y calificada en el
ordenamiento jurídico. Sin embargo, el mismo hecho de que esa pena no haya sido derechamente abolida por la Carta
Fundamental, significa que ésta la permite en casos excepcionales, precisamente aquellos que debe establecer una ley como
la que estamos estudiando. La pena capital, herencia de la tradición hispánica, fue incorporada al ordenamiento chileno para
una serie de delitos contra la seguridad exterior y soberanía del Estado, contra los derechos y garantías establecidas por la
Constitución, contra el orden y seguridad públicos cometidos por particulares, contra la moralidad pública y el orden de las
familias, contra las personas y la propiedad. La ley N 17.266, de 1970, introdujo una serie de reformas destinadas a limitar el
ámbito de aplicación de estas penas. Sin embargo, desde 1973, y en directa relación con el desarrollo del terrorismo, el
número de delitos punibles con pena de muerte aumentó, tanto en el ámbito del Código Penal como en el de leyes especiales.
Pese a esto último, es muy vasto el alcance de las normas procesales y penales que limitan la aplicación de la pena de
muerte, lo cual explica el bajo número de casos en que ella efectivamente se aplica. Ya se ha recordado que dichas
limitaciones son excepcionales, y que determinan que la pena de muerte sólo puede aplicarse en casos muy limitados, ya que
no se la puede aplicar cuando el hecho punible y la participación culpable del agente sean demostrados sólo por presunciones.
La ley no ha querido que la más débil de las pruebas sirva para condenar a muerte. Si el delito no lleva acarreada por ley la
pena capital, no se podrá imponer ésta por aplicación de reglas sobre la concurrencia de circunstancias agravantes. Las
Cortes de Apelaciones y las Cortes Marciales podrán imponer la pena de muerte sólo cuando así lo resuelva la unanimidad de
sus miembros. Aunque no exista regla expresa en tal sentido para la Corte Suprema, ésta siempre ha impuesto condenas a
muerte sólo cuando la unanimidad de una de sus salas así lo ha decretado. Si los tribunales de alzada condenan a muerte a
una persona, deberán deliberar inmediatamente sobre si el reo parece digno de clemencia y sobre qué sanción proporcional al
delito podría imponerse en sustitución de la pena capital. El resultado del debate se transmitirá al Presidente de la República,
para que resuelva la eventual conmutación de la sanción impuesta.La pena de muerte y el terrorismo El terrorismo, que azota
con brutal salvajismo a las sociedades contemporáneas, es, en todas sus formas, una práctica intolerable que debe ser
enfrentada con la máxima energía por los órganos del poder político. El mero establecimiento de penas muy rigurosas para
quienes cometen delitos terroristas no parece producir efectos disuasivos substanciales, debido a que la anómala mentalidad
de tales criminales no les induce a modificar su conducta en función de dichas penas. Pero no puede desconocerse que las
penas tienen también una función preventiva. La sociedad tiene derecho a defenderse en proporción directa al peligro que la
amenaza. El terrorista, precisamente por el componente desviado de su mentalidad, será siempre un reincidente cierto, si se le
da la menor ocasión para ello. Y, por ese mismo componente, la experiencia enseña que tal reincidencia será un crimen igual o
peor al que ya ha cometido. En consecuencia, cuando la sociedad resuelve la pena de muerte para el terrorista, en realidad
está optando entre la muerte del culpable o la muerte de nuevos inocentes. Admito que es duro asumir la responsabilidad de
propiciar la mantención de la pena capital como castigo para determinados delincuentes. Pero mucho más duro sería aceptar
la responsabilidad por no haber apoyado una norma que, oportunamente aplicada, salvaría la vida de una o muchas personas.
En fin, tampoco puede desestimarse sin más la función retributiva de la pena, que, a mi juicio, satisface la necesidad de íntima
justicia propia del ser humano. Si no existiese la pena de muerte dentro del ordenamiento legal frente a los delitos atroces y
sistemáticos que perpetran los terroristas, se estaría estimulando, también sistemáticamente, la vindicta al margen de dicho
ordenamiento. No son éstas meras lucubraciones teóricas, sino consideraciones prácticas, que sería imprudente ignorar.La
pena de muerte y el Derecho Penal Militar Los bienes jurídicos que tutela el Derecho Penal Militar son distintos de los que
defiende el Derecho Penal común. Algunos valores que cautela el primero tienen una connotación diferente y se les pondera
de distinto modo en tiempo de guerra. Existen valores frente a los cuales la exigibilidad de respeto tiene otra intensidad para el
común de los ciudadanos, en tanto que para los militares resultan de indispensable acatamiento, por la misma naturaleza de
sus funciones y por la trascendencia de éstas para el cumplimiento de los fines del Estado. Ante valores de máxima prioridad
en tiempo de guerra, las leyes establecen penas de máxima severidad para quienes atentan contra ellos, como una manera de
reparar el mal causado. Asimismo, ellas tienen el propósito de notificar a los militares los efectos que su conducta puede
acarrear en el evento de que infrinjan las reglas penales militares. El carácter retributivo y preventivo general de la pena de
muerte por delitos militares graves resulta especialmente notorio al efecto. En la guerra, desgraciadamente, la vida humana se
aprecia en términos tales que las penas privativas de libertad pueden a veces convertirse en un premio que libera del peligro
de morir. Por otra parte, en tiempos de guerra, los males causados por el delito tienden a extenderse en proporciones
enormemente mayores que en una situación de paz. Ello explica la subsistencia de penas de mayor severidad y aun la pena
capital. En fin, aquí también hay una razón práctica, de sentido común: en los delitos militares de tiempo de guerra se ven
afectadas, por cierto, en términos generales, la soberanía nacional y la supervivencia patria, elementos que por su propia
jerarquía bastarían para justificar la mantención de la pena capital para su resguardo. Pero, además, en términos específicos e
inmediatos, tales delitos ponen también en peligro directo o cuestan la vida de los propios camaradas de armas del hechor,
traduciéndose eventualmente en un número muy elevado de bajas. Ello, quizás, en el mismo campo de batalla. ¿Es realista
suponer que en tales condiciones, abolida que fuera la pena de muerte a su respecto, el delincuente, que puede ser un traidor,
espía o delator, sería juzgado y, hallado culpable, remitido a un recinto penal para que cumpla la pena? Pienso que uno de los
primeros deberes del legislador es ser realista. Si suprimimos la legalidad de la pena de muerte para delitos militares en tiempo
de guerra, estaremos estimulando la transgresión del derecho precisamente en una situación límite, como lo es la
guerra.Conclusiones La vida humana es un valor fundamental que merece la máxima protección y respeto. Así lo reconoce la
Constitución de 1980 —como he señalado—, cuyos principios hacen muy difícil cualquier iniciativa legal que tienda a extender
el ámbito de aplicación de la pena de muerte. El Derecho contiene, además, otras soluciones punitivas de suficiente severidad,
que no consisten necesariamente en privar de la vida al reo. En cuanto no aparece como socialmente indispensable, cabe
concluir que la pena capital puede desaparecer del derecho penal como pena única. Distintos son los casos de las situaciones
límites de guerra, por una parte, y del terrorismo y otros delitos gravísimos, por otra. Creo posible, en consecuencia, que la
sociedad elimine la pena de muerte en la gran mayoría de los casos, en aras del respeto al derecho a la vida. Pero es por
respeto a ese mismo derecho y por su protección frente a los peores peligros que lo amenazan que, a mi juicio, debe
mantenerse dicha pena en los casos excepcionales que he señalado. He dicho, señor Presidente.
Legislatura 321, Sesión 8 de 31 de Octubre de 1990
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY N 18.962, ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE ENSEÑANZA. INFORME DE
COMISIÓN MIXTA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, la Constitución de 1980 estableció normas muy particulares y especiales para los
efectos del tratamiento de las leyes orgánicas constitucionales. Y ése es un tratamiento con significación particular, atendidas
las características de las leyes orgánicas y la legislación en todo nuestro sistema jurídico. Una de las novedades del Texto
Fundamental de 1980 radicó en el establecimiento de las llamadas leyes orgánicas constitucionales, que versan sobre
materias de especial trascendencia y significación para todo el ordenamiento jurídico del país, como las que afectan nuestro
sistema económico, social y político. Por ello, el constituyente estableció el quórum especial de las cuatro séptimas partes de
los parlamentarios en ejercicio en cada Cámara para su aprobación, modificación o derogación, con una finalidad muy clara y
precisa: evitar que mayorías ocasionales aprobaran materias —como he señalado— de gran significación y trascendencia para
la estabilidad, desenvolvimiento y desarrollo del país. Y la voluntad del constituyente otorgó las máximas jerarquías e
importancia a este tipo de leyes, con el objeto de lograr, asimismo, los consensos máximos. De no exigirse ese quórum
especial de los cuatro séptimos cuando cada una de las ramas del Congreso exprese su voluntad sobre estos temas, se
vulneraría gravemente el artículo 63 de la Carta Fundamental: bastaría un solo pronunciamiento de las cuatro séptimas partes
de los miembros en ejercicio para que en definitiva la norma resultara modificada. En mi opinión, no cabe duda sobre el
particular. De lo contrario, no tendría razón de ser lo dispuesto en el inciso final del artículo 63, que dice: "Las demás normas
legales requerirán la mayoría de los miembros presentes de cada Cámara, o las mayorías que sean aplicables conforme a los
artículos 65 y siguientes.". Vale decir, no se refiere a los tres primeros incisos del mismo artículo 63, que establecen quórum
específicos para la tramitación de las leyes de carácter orgánico constitucional. Cada vez que la voluntad de una de las ramas
del Congreso deba manifestarse, tiene que hacerlo —en cada trámite, en cada instancia— conforme a las mayorías que el
constituyente exige. Por lo tanto, el sentido claro y lógico de las disposiciones constitucionales, en especial del inciso final del
artículo 63, me lleva a concluir, sin ninguna duda, que la manifestación de la voluntad soberana de cada Cámara debe
ajustarse al quórum que el Texto Fundamental consagra para la aprobación o modificación o derogación de un precepto de
carácter orgánico constitucional. De lo contrario, no se cumple el requisito esencial de garantizar la seriedad y permanencia de
normas que el propio constituyente elevó a la calidad de orgánica constitucional atendida su importancia y trascendencia para
la estabilidad del régimen jurídico del país. El hecho de exigir otro tipo de mayorías que pudiere alterar una norma de esa
naturaleza significaría atentar gravemente contra el sentido lógico y el espíritu de su texto. En mi opinión, señor Presidente,
esta clase de enmiendas de disposiciones a las cuales la Constitución confiere el rango de orgánicas constitucionales
—cualquiera que sea el trámite en que el Senado o la Cámara de Diputados deba expresar su voluntad— siempre requerirán
para su aprobación, modificación o derogación el quórum que dispone el artículo 63 de la Constitución Política. He dicho.
Legislatura 321, Sesión 11 de 08 de Noviembre de 1990
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIONES LEGALES PARA GARANTIZAR MEJOR DERECHOS DE LAS PERSONAS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, debido al tiempo de que disponemos, voy a limitar mi intervención a aspectos muy
generales —los argumentos principales ya se dieron a conocer—, para el efecto de fundamentar mi pronunciamiento positivo
sobre la idea de legislar. En definitiva, estamos frente a una iniciativa que, mirada desde un punto de vista jurídico y político,
introduce importantes avances que son necesarios y que deben recogerse en toda legislación moderna, dinámica y adecuada
a la realidad que se vive. En ese sentido, se han destacado importantes innovaciones de la iniciativa que beneficiarán a todo el
régimen y ordenamiento jurídico, atendido el desarrollo de la ciencia jurídica y las circunstancias por las que atraviesa el país.
El proceso de normalización democrática exige la modificación de ciertas normas que fueron dictadas —como muy bien se ha
señalado por el propio señor Ministro— en situaciones históricas completamente diferentes y frente a hechos que el país
también conoció, que eran del todo distintos de los que estamos viviendo actualmente. Hay aspectos —como los planteados
en esta Sala— extraordinariamente positivos, en especial los atinentes a la libertad provisional. Uno de los grandes avances
de la legislación contenida en la Constitución de 1980 —que vienen de las Actas Constitucionales anteriores, de 1976—, es
tratar de regular lo relativo a la libertad provisional. En Chile, por diversos aspectos de nuestra legislación procesal, y tal vez
por una inadecuada información que se dispone por parte de la judicatura, muchas veces la libertad provisional no ha sido
otorgada a quien corresponde, en atención a circunstancias muy distintas de las que deben requerirse para negar una
situación de esa naturaleza. Por ello, se avanzó en la Constitución de 1980, y ahora también se ratifica el principio de que,
mientras no existan antecedentes que justifiquen la mantención de la persona en calidad de detenida durante el tiempo en que
se halla sometida a proceso, deben otorgarse todas las facilidades necesarias para que pueda permanecer en libertad. Por
otra parte, es muy importante considerar que normalmente en nuestro país las personas que están siendo sometidas a
proceso, sufren las consecuencias propias de las ya condenadas. Después de la declaración de reo, el procesado aparece
ante la opinión pública y la sociedad —porque así lo entiende el común de las personas—, como un individuo ya condenado y,
por lo tanto, su absolución posterior en nada puede reparar ni el daño causado por la mera encargatoria de reo ni el
sufrimiento que puede significar esa detención, situaciones que, en buena parte, pienso que también están recogidas en esta
legislación. Será muy importante defender esta posición relativa a la libertad provisional y darla a conocer en forma muy amplia
al país con el objeto de crear conciencia en los tribunales respecto de la verdadera intención de los legisladores en la materia y
de que las normas —que se van a aprobar— tengan adecuada correspondencia en los hechos. Considero absolutamente
indispensable la formación de esa conciencia respecto de dicho beneficio. También creo que todas las normas sobre
limitaciones a la incomunicación son de gran valor tanto jurídico como moral. Hay un aspecto que ha sido muy importante: la
Comisión ha modificado el criterio adoptado por la Cámara de Diputados respecto del requerimiento establecido en la Ley
sobre Control de Armas, que limitó esa posibilidad solamente a la autoridad política. A mi juicio, atendida la gravedad de las
infracciones consagradas en esa ley, no podríamos limitar ese requerimiento, y la posterior facultad de desistirse, sólo a la
autoridad política, por cuanto los bienes jurídicos protegidos en esta materia son muy distintos de los meramente políticos.
Estamos en presencia de la defensa de toda la sociedad. Por lo tanto, debe aprobarse la proposición de la Comisión en ese
sentido; es un elemento que defiende a toda la sociedad. Del mismo modo, participo plenamente de lo señalado por la
Comisión en cuanto a la integración de las cortes marciales, especialmente con el agregado respecto de la inamovilidad por
dos años de los miembros que no la tienen, como es el caso de los oficiales militares. En los artículos transitorios se entra a un
tema extraordinariamente delicado. A mi juicio, se comete una grave injusticia cuando se pretende hacer calificaciones o
imputaciones respecto de determinados hechos sólo a un sector de los que han intervenido en los distintos acontecimientos
que el país conoce. Considero que no es la oportunidad de entrar a analizar en profundidad las circunstancias en que
ocurrieron esos actos. Y tampoco es conveniente, atendido el proceso democrático que estamos viviendo. Porque de una u
otra manera todos hemos sido actores de ese proceso y todavía no tenemos la suficiente objetividad para poder conocerlos y
ponderarlos debidamente. Por ello, si queremos soluciones que efectivamente contribuyan a la reconciliación, ellas deben
procurar no sólo ir en beneficio de un determinado sector, sino también dar tranquilidad y paz social a todo el país, porque eso
es lo que necesita, más allá del logro, como dije, de determinados beneficios que puedan favorecer a unos u otros. Por este
camino, que en lo personal a veces puede entenderse justificado y otras no, me parece que se sigue una orientación que, en
definitiva, no va a contribuir de un modo permanente y estable a consolidar las bases de una tranquilidad a la cual todo Chile
aspira. Por eso, cuando se trata de encontrar soluciones para determinadas personas actualmente detenidas, procesadas o
condenadas, y de procurar paz, tranquilidad social y reconciliación, soy resuelto partidario de buscar fórmulas políticas. Pienso
que el país ansía entendimientos que vayan mucho más allá de rebajas de penas o de cambios en la situación procesal de
personas. Eso reviste importancia para casos particulares; pero la búsqueda de la tranquilidad y del orden público requieren
consensos globales que permitan a la nación desarrollarse plenamente sin sobresaltos, buscando la reconciliación y borrando
los rencores. Por eso, señor Presidente, he querido pronunciar estas breves palabras. A mi parecer, aprobando estas normas
relativas a beneficios procesales —que son positivos—, con los aportes muy valiosos de la Comisión y teniendo presente
algunas intervenciones —por no decir todas—, se contribuye en forma muy importante a dar pasos hacia la ansiada
tranquilidad y paz social que el país busca. He dicho.
Legislatura 321, Sesión 23 de 11 de Diciembre de 1990
Participación en proyecto de ley
POLÍTICA EXTERIOR CHILENA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, cualquier examen de las relaciones internacionales de nuestro país debe estar
inspirado, antes que todo, en un sentido de Estado y de nación. Estos son los intereses de máxima prioridad. A ellos debemos
supeditar cualquier otra consideración. En las áreas internas, las divisiones entre Gobierno y Oposición pueden marcarse con
nitidez, y en ellas quizás hay a veces razones que impiden superarlas. Pero frente a terceros, la necesidad de unidad superior
como nación es indispensable e inexcusable, porque están en juego valores e intereses duraderos por definición, llamados a
perdurar más allá de los intereses de gobiernistas y opositores. Asimismo, creo imprescindible no olvidar que las críticas que
se formulen a la política exterior en determinado momento habrán de atender a que en caso alguno puedan ser utilizadas
como instrumento por otros países, en perjuicio del nuestro. Lo anterior, además, porque cabe presumir que las decisiones en
materia de política exterior son adoptadas por el Ejecutivo en cuanto máximo órgano del Estado, como expresión de todo el
cuerpo social, con independencia de los Gobiernos. Para alcanzar esta expresión general de voluntad nacional, cabe esperar
que tales decisiones sean tomadas, en lo esencial, apoyándose en la certeza fundada de que se basan en el apoyo
mayoritario de todos los sectores. Ellas deben mirar más allá de las diferencias entre Gobierno y Oposición, y con una exigible
perspectiva de largo plazo, porque continuarán afectando al país, tal vez por muchas generaciones, cuando el respectivo
Gobierno y su Oposición ya sean cosa del pasado. Como contrapartida, es deseable que cualquier Gobierno reciba las críticas
como la expresión, en principio, de preocupaciones que exceden con mucho las conveniencias contingentes de un grupo
político y que apuntan al interés de todos. La máxima exigencia de altura que debemos imponernos en este campo nos obliga
al mayor esfuerzo de comprensión; comprensión no fácil, por la complejidad grande y creciente de la realidad internacional.
Para desentrañaría, son importantes los avances que ha efectuado la teoría sobre las relaciones internacionales, desde las
posiciones historicistas, en boga hasta la primera guerra mundial, hasta la aproximación científica, que viene explorándose en
las ultimas tres décadas, y el nuevo debate teórico que de allí ha surgido. Esta evolución ha ido poniendo de manifiesto las
limitaciones que supone el aproximarse al problema con un enfoque excluyente, sólo atento al Derecho Internacional o sólo
basado en consideraciones de "Real-politik", como otrora se hizo en otras partes del mundo. La simple mención de dicha
evolución, que actualmente sigue su curso, evidencia, por otra parte, que las relaciones internacionales son tan complejas, que
el gobernante no. puede hoy pretender abordarlas simplemente a partir de la intuición, el interés aficionado o circunscritas
experiencias personales, por llamativas que éstas sean. Semejante intento está llamado inevitablemente a ser estéril, cuando
no un fracaso. En nuestro tiempo no podemos olvidar que un Ministerio de Relaciones Exteriores es un órgano preeminente en
la formulación y la ejecución de una política exterior. Pero es sólo eso: un órgano, entre varios que deben efectuar simultáneas
y coherentes aportaciones al resultado final, que es la política externa de un país. Hasta la época de Talleyrand, y aún antes
de 1914, la diplomacia de gabinete, la diplomacia aristocrática, podía entenderse como aproximadamente equivalente a la
política exterior. Hoy día la situación es muy distinta. La diplomacia y el órgano que la corporifica (el Ministerio de Relaciones
Exteriores) son un instrumento, pero no la política en sí misma. Suelen confundirse ambos elementos; pero hay entre ellos una
relación equiparable a la existente entre el conjunto de propósitos, por una parte, y algunas acciones para alcanzarlos, por la
otra. Digo "algunas acciones". Pero hay otras, ajenas a la diplomacia propiamente tal, que también son o pueden ser fuentes o
instrumentos de la política externa de un Estado. Entre ellas cabe mencionar a los factores económico, militar, ideológico y
cultural. La diplomacia es el canal oficial, pero hay otros canales reales. Esta interdependencia es una realidad ineludible. En
su olvido debemos ver una de las causas de la pérdida de posiciones relativas de la situación internacional de Chile en el
curso de este siglo. Circunscribir este retroceso sólo a los errores o limitaciones de un Gobierno, en un campo u otro, es un
reductivismo que no nos ayudará a superar el problema. Si aceptamos las premisas con que iniciamos estas palabras,
habremos de concluir que el único objetivo que debe tener una sesión como ésta es contribuir a resolverlo. Y este propósito
supone mejorar la eficacia nacional en la formulación y aplicación su política externa, lo que lleva, a su vez, a cobrar
conciencia cabal de que ésta es la resultante equilibrada de variados afluentes, sin que pueda omitirse ninguno. Así, ninguna
política externa prescinde de una cierta dosis de componente ideológico. Pero lo prudente es dar a éste una dimensión vasta,
capaz de contener y canalizar el más amplio consenso posible, que incluya también los valores básicos de las grandes
corrientes de Oposición, porque en una democracia ellas son la potencialidad del Gobierno del mañana. Si así no ocurre, la
política externa sufrirá inevitables contratiempos, en su propio desmedro. La pretensión de hacer de ella una simple cara
internacional del Gobierno en el Poder es probadamente estéril. Peor aún: es debilitador, porque subraya ante ojos ajenos las
fracturas internas y las ofrece al aprovechamiento de terceros. Del mismo modo, virtualmente toda política externa contiene un
componente militar. Excepciones son ciertos Estados, muy pequeños, que sólo confirman la regla general. Según ésta, el
factor militar es irreemplazable como antecedente, fuente y respaldo de decisiones. Otro tanto vale para el factor económico.
Porque, como ya se ha observado en ocasiones anteriores, toda posición internacional se debilita si no cuenta con el más
sólido cimiento económico posible. Existe una estrecha relación entre desarrollo económico y presencia política en el mundo.
Este es un hecho que la realidad contemporánea de nuestro país prefirió ignorar por largos años. Lo cierto es que ambos
elementos se potencian, pero no se suplen recíprocamente. Cuando la solidez económica existe, las vías diplomáticas pueden
acrecentar su eficacia; cuando no, la más brillante diplomacia tiende a derivar en ejercicio ceremonial, sin mayor resultado
práctico. En cuanto al instrumento más específico de la política exterior, el Servicio Diplomático, pienso que debe ser, por eso
mismo, especializado. La profesionalización de este Servicio hoy es una realidad, pero debe ser fortalecida sustancialmente
con una mayor capacitación en diversas áreas, que la época contemporánea exige. Destacan entre ellas la economía y el
comercio internacionales, de tal modo que cada agente pueda asumir un papel más activo en la apertura del país hacia nuevos
mercados. Lo anterior no significa que el Servicio Exterior deba cerrarse enteramente a los "diplomáticos políticos", lo que lo
privaría de un elemento de vitalidad que, bien dosificado y seleccionado, puede ser de gran utilidad para Chile. Pero la nota
dominante debe ser la profesional, entre otras razones por permitir aprovechar mejor "la memoria colectiva institucional", que
nuestra Cancillería posee y que, con razón, ha sido destacada por todos los analistas. Fundamentalmente, en consecuencia, el
desafío de nuestro tiempo para la política exterior es la eficaz defensa del comercio libre, de la apertura sin restricciones al
mercado internacional en condiciones de competitividad realistas. Dondequiera que se planteen restricciones en esta materia,
nuestros intereses estarán directamente afectados y, por lo tanto, la voz de Chile deberá alzarse con energía para combatirlas.
Si se trata de respeto, de prestigio y de solidaridad internacionales, no olvidemos que son sólo la plataforma desde la cual
nuestros derechos e intereses pueden ser mejor defendidos. Los contactos y relaciones que el país cultive no bastan por sí
mismos si no logran traducirse en la eliminación de obstáculos para nuestra legítima e imprescindible actividad económica. A
este respecto, hoy encontramos limitaciones severas en nuestra relación con los Estados Unidos, la Comunidad Económica
Europea y Japón, sin perjuicio de otras igualmente indeseables. Basta citar las primeras para apreciar cuan afectado se ve
nuestro comercio externo por las tres potencias que dominan sin contrapeso la economía mundial y donde, en consecuencia,
está la prioridad real de nuestra política exterior. Particularizando en esta materia, no puede omitirse el caso de las uvas
presuntamente envenenadas, hoy gravemente pendiente, con relación al cual se ha sostenido que para la defensa de Chile "se
optó por una línea judicial y no política". Nadie puede discutir la importancia de la línea judicial, ni del éxito que eventualmente
pueda obtenerse por su intermedio. Pero ella en modo alguno basta, porque alcanza sólo a los hechos pasados. Y ocurre que
éstos, según los antecedentes disponibles, habrían sido perpetrados por funcionarios de una agencia oficial estadounidense.
Eso significa que funcionarios públicos gozan en este campo de un grado de discrecionalidad muy amplio. Nada garantiza a
nuestro país que esta discrecionalidad no será empleada nuevamente mañana en otro caso, con derivaciones tan desastrosas
como el de las uvas. En consecuencia, sin perjuicio de la vía judicial, no deberíamos por motivo alguno renunciar a la
simultánea apelación a la vía política, porque es la única que puede dar seguridades para el futuro mediante la corrección de la
normativa que hizo posible el problema de las uvas. Imperioso es insistir en que la vía política es irrenunciable: Primero,
porque se trató de actos cometidos, no por particulares, sino por funcionarios públicos, lo cual por sí solo impide considerarlos
como ajenos al marco político. Segundo, porque se causó un daño efectivo y gravísimo, no sólo a los productores chilenos,
sino al país entero, lo que requiere urgente y justa reparación, y no permite al Gobierno chileno ignorar su alcance político ni
escatimar esfuerzo alguno para alcanzarla. Tercero, porque sólo la vía política, mas no la judicial, ofrece garantías de que en
el futuro otros funcionarios públicos estadounidenses no incurrirán discrecional e impunemente en actos semejantes. Son
éstas responsabilidades que alcanzan a uno y otro Gobierno, y por lo tanto, no cabe declinar —repito—, la vía política.
Ciertamente, si el daño hubiese sido cometido por funcionarios chilenos en perjuicio de la población estadounidense, el
Gobierno de ese país no se habría autolimitado con la mera acción judicial. Este caso, inmediato, pone de manifiesto que en
nuestros días la defensa del libre comercio no es un factor lateral, sino central de toda nuestra política exterior. De ello deriva
una consecuencia de primera importancia: en su faceta jurídica, interesa a nuestra política exterior desplegar su máximo
esfuerzo por perfeccionar los mecanismos de Derecho Internacional conducentes a eliminar el poder de sanción de un Estado
respecto de otro, sin que previamente la controversia haya sido sometida al pronunciamiento de un órgano jurisdiccional de
competencia supraestatal. Admitir que pueda operarse de otra manera es admitir el principio de la destrucción o de la inutilidad
del orden jurídico internacional. Porque es un principio básico del Derecho, como tal, el que la sanción no pueda ser resuelta y
aplicada unilateral-mente por la parte que se siente afectada. Y eso no es sólo válido en el plano del comercio internacional,
sino en todos los aspectos. Prudente será recordar, entonces, que si ese principio no es respetado en lo comercial, menos
puede esperarse que lo sea en otras materias. Un país como Chile, que ha sido invariablemente respetuoso del Derecho
Internacional, está en la más sólida posición moral y jurídica para exigir de ese ordenamiento un pronunciamiento justo y una
protección consecuente. He dicho, señor Presidente.
Legislatura 321, Sesión 32 de 10 de Enero de 1991
Participación en proyecto de ley
CONSULTA DE COMITÉS ACERCA DE SITUACIÓN PRODUCIDA EN TRAMITACIÓN DE
PROYECTO QUE MODIFICA LA LEY N 18.892, GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA, A RAÍZ DE
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, intervengo en el debate con el objeto de fijar mi posición respecto de algunas
aseveraciones relativas al sentido de la expresión de la voluntad del Senado, en este caso, y del Congreso, en general,
cuando deben atenerse al cumplimiento de las normas constitucionales para manifestarla. Es atendible lo aquí señalado en
cuanto a que existen razones de conveniencia, prácticas, que pudieran aconsejar omitir el cumplimiento de determinadas
formalidades que la Carta Fundamental y la ley prescriben para que el Parlamento dé a conocer su voluntad. Entiendo que
resulta de toda conveniencia que la ley de pesca -que dice relación con la materia que estamos comentando- se apruebe a la
mayor brevedad, pero ello no puede hacerse vulnerando claros preceptos del Derecho en general y de nuestra Constitución en
particular. En el caso que analizamos hubo inconstitucionalidad porque el Congreso no expreso su voluntad con el quórum
constitucional requerido para una ley de esta naturaleza. Pues bien, cuando ello ocurre significa que el Parlamento no se
pronunció y, al no hacerlo, no aprobó norma legal alguna. En consecuencia, más allá de la distinción entre inconstitucionalidad
de forma o de fondo, en la tramitación de esta iniciativa ha faltado un requisito vital en todo acto jurídico y en la formación de la
ley: la expresión de la voluntad de la Cámara de Diputados y del Congreso en general, requisito que es de la esencia de la
tramitación legal. No estamos sosteniendo meros tecnicismos jurídicos ni ateniéndonos a un rigorismo formal. Simplemente, no
ha habido expresión de la voluntad del Parlamento. Puede afirmarse que sí había mayoría suficiente o que hoy existiría, por
otros medios, una manera de subsanar una falta de voluntad. Pero, en este último caso, la nulidad se sanearía a posteriori
aduciendo que, si bien no hubo manifestación de voluntad en la forma prescrita por la Constitución, tal vicio se separaba
mediante las indicaciones que podrían formularse al proyecto con posterioridad. Repito: la conveniencia de la aprobación de la
iniciativa no justifica, a mi juicio, vulnerar un principio tan fundamental e importante del Derecho, cual es que las materias que
adolecen de nulidad no pueden sanearse. Y si no hubo voluntad de ninguna de las Cámaras para aprobar las normas con el
quórum establecido, no hay ley, y si no la ha habido, mal pueden formularse indicaciones a una ley inexistente. Insisto:
pretender subsanar una nulidad por la vía de indicaciones es atentar contra preceptos -o vulnerarlos- muy importantes, lo que,
en otras materias objeto de ley o, incluso, de reforma constitucional, puede ser extraordinariamente decisivo. Al omitir
solemnidades o soslayar quórum o formalidades, podríamos empezar a transitar caminos muy peligrosos y sumamente
perniciosos para el cumplimiento de las altas funciones del Senado. ¿Qué ocurriría si a una determinada Comisión -por
ejemplo, la de Constitución- asistieran todos los miembros de la Corporación y por unanimidad aprobaran una determinada
norma? No obstante ser la unanimidad de los Senadores que en una Comisión expresan su voluntad, ¿vale como acuerdo de
la Sala? ¿No podría alguien, con el mismo criterio economicista y práctico, argumentar que es innecesario que la Sala ratifique
tal resolución porque todos los Senadores en ejercicio ya manifestaron su voluntad en esa Comisión? El legislador y el
constituyente exigen que determinadas materias deben ser sometidas a formalidades o a quórum específicos sobre la base de
normas de procedimiento mínimas. Vale decir, no basta la mera intención, o conveniencia, en un momento determinado, sino
que su expresión debe ajustarse a lo preceptuado por la Carta Fundamental. Por eso advierto que este tipo de nulidades
puede tener muchas e importantes consecuencias. Si aceptamos que actos nulos puedan ser saneados con posterioridad,
podríamos también admitir que los que realizan autoridades incompetentes para una determinada decisión, pudieran ser
ratificados más tarde por el Congreso. A mi juicio, sostener tamaña idea, vulnera todo nuestro sistema constitucional y
administrativo. Por lo anterior, señor Presidente, considero de la mayor conveniencia que en esta materia nos atengamos a las
normas legales y, muy particularmente, que respetemos el procedimiento para poder expresar la voluntad del Congreso. Y, si
se trata de agilizar la aprobación de la ley en estudio -en lo cual todos los Senadores estamos conscientes de que así debe
hacerse-, es preciso comenzar la labor de inmediato, y apresurar todos los trámites en la medida de lo posible, lo cual tendrá
un efecto muy similar en el tiempo al que podría lograrse por la vía de normas que, a mi entender, se estarían vulnerando en la
forma que he expresado. Por lo tanto, voy a manifestar mi voluntad en orden a aceptar lo que la mayoría de la Comisión de
Constitución, Legislación y Justicia ha señalado en su informe. He dicho.
Legislatura 321, Sesión 34 de 16 de Enero de 1991
Participación en proyecto de ley
PROPIEDAD INDUSTRIAL. VETO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, el Gobierno formuló dos observaciones al proyecto sobre Propiedad Industrial: una,
relativa al período de vigencia o duración efectiva de la patente de invención, y otra, respecto de la tipificación de las causales
de abuso, monopólico para el otorgamiento de licencias no voluntarias. En cuanto a la primera, la norma aprobada por el
Congreso establece que las patentes de invención durarán 15 años, contados desde la presentación de la solicitud. La
iniciativa enviada por el Ejecutivo disponía una duración efectiva de las patentes por 15 años, ya que se daba al solicitante un
plazo adicional por el tiempo consumido en la tramitación de la solicitud. La actual Ley de Propiedad Industrial -el decreto N
958, de 1931- consagra, por su parte, un término de 15 años al respecto, también contado desde la concesión. La modificación
introducida por el Congreso significaba, en la práctica, reducir el período de vigencia a 13 años, dado el hecho de que el
tiempo de la tramitación de la patente normalmente es de 2 años. El veto del Ejecutivo señala que la tendencia mundial, de
acuerdo con la mayoría de las legislaciones modernas, es a dar plazos en materia de propiedad industrial incluso bastante más
largos que los 15 años contemplados por nuestra ley. Se ha hecho presente que países como Bélgica, Dinamarca, España,
Finlandia, Francia, Hungría, Israel y otros, así como la misma Convención Europea de Patentes, consideran 20 años de
duración de la patente, a contar de la presentación de la solicitud. Atendido lo anterior, estimamos de toda conveniencia
aprobar el veto en lo que dice relación a esta materia, ya que resulta necesario otorgar, para los efectos de una adecuada
protección de la propiedad industrial, un plazo de efectiva vigencia de 15 años. El segundo aspecto de las observaciones se
vincula con la tipificación de causales de abuso monopólico. El proyecto original no contemplaba una determinación ejemplar
de las mismas, sino que simplemente contenía la norma general que permitía a la Comisión Resolutiva, conforme al decreto
ley N 211, de 1973, en definitiva otorgar licencias no voluntarias en casos monopólicos. El Ejecutivo estimó que la tipificación
aprobada por el Congreso en alguna medida podía limitar o restringir las facultades de la Comisión Resolutiva, lo cual no fue el
ánimo, por cierto. Por esta razón, se acordó acoger el veto del Presidente de la República, pero dejando constancia de que los
casos señalados en las letras b) y c) del inciso segundo del artículo 51 quedan comprendidos, en conceptos de la Comisión,
en la regla general consignada en esta norma. Además, se sugiere que en una legislación posterior el Ejecutivo incluya en el
decreto ley N 211, de 1973, las situaciones contempladas en dichas letras, ahora vetadas. Por las razones expuestas en su
oportunidad, así como en este momento, concurriré con mi voto a aprobar la proposición del Ejecutivo, en el sentido de
establecer que el período de vigencia de las patentes durará 15 años efectivos, y que la tipificación de la causal de abuso
monopólico será la que el proyecto consagrará en forma genérica. He dicho.
Participación en proyecto de ley
REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE MUNICIPALIDADES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Mi intervención acerca de la reforma municipal abordará, en primer lugar, el significado y la esencia de
la modificación constitucional que analizamos. En mi opinión, existen atributos, requisitos y elementos fundamentales para que
las sociedades progresen y que contribuyen en forma muy relevante a que los pueblos puedan vencer los distintos obstáculos
que se les presentan, tanto naturales como económicos y políticos. Uno de dichos elementos, constituido por la estabilidad de
las normas jurídicas, su certeza y aplicación constante en el tiempo, ayuda poderosamente al desarrollo de los pueblos. Por
ello, creo firmemente que uno de los factores que colaborará en forma muy importante a consolidar nuestro régimen
democrático consiste en una norma o principio básico rector: la estabilidad y certeza de las normas jurídicas y,
fundamentalmente, constitucionales. A mi entender, atentan contra este concepto básico de toda sociedad moderna la
permanente revisión de preceptos. No estoy tratando de defender la intangibilidad de las disposiciones jurídicas o el
inmovilismo del texto constitucional, sino de destacar que posean cierto grado de estabilidad y certeza. Hace poco más de un
año, en 1989, se aprobaron 54 enmiendas a la Carta Fundamental -convenidas por el Gobierno militar con Renovación
Nacional y personeros del actual Gobierno- por estimarse que perfeccionaban el régimen democrático y eran pasos
sustanciales -como así se hizo- hacia un régimen como el que estamos viviendo, plenamente democrático. La semana pasada
se modificó la Constitución, por razones dadas a conocer en esa oportunidad, en el artículo 9 y otras disposiciones, con el
objeto de hacer consecuente esa reforma con los propósitos que se perseguían. Hoy, una semana después, nuevamente
discutimos enmiendas al Texto Fundamental. Además, se han anunciado otras, como la dependencia de Carabineros del
Ministerio del Interior y un paquete de innovaciones sobre aspectos importantes y sustanciales. Cuando hablo de la estabilidad
del régimen institucional, me refiero a que debe poseer algún grado de certeza para que los ciudadanos sepan en qué
materias la Constitución tendrá valor permanente o estable en el tiempo. Estamos conscientes de que no existen normas de
ninguna especie que puedan ser inmutables, intangibles o inmodificables. Pero es preciso, para que el país pueda
desarrollarse adecuadamente, la existencia de un cuerpo constitucional con algún grado de estabilidad en el tiempo. Sólo
quiero preguntar qué podrá pensar un inversionista extranjero o nacional que está estudiando algún proyecto de trascendental
importancia para sus intereses -que también puede tenerla para el país-, si en este cúmulo de reformas estuvieran
involucradas, las normas relativas, por ejemplo, al derecho de propiedad. Nadie podría darle hoy una respuesta cierta; sólo es
posible emitir opiniones. Por el camino que vamos, las reformas irán sucediéndose unas a otras; en el tiempo; y, en definitiva,
las tan preciadas estabilidad y certeza, indispensables para el progreso del país, a mi entender, se ven seriamente afectadas.
Por otra parte, también me parece inconveniente la modificación parcial y sistemática de la Carta Fundamental. Las reformas
que se le introduzcan deberían integrar un todo armónico que considere sus distintos aspectos. Las enmiendas aisladas,
desconectadas unas de otras, sin objetivos unitarios previamente definidos, pueden convertir la Constitución en un texto
inorgánico e inarticulado. Una racionalidad mínima indica que, en ese sentido, la reforma del sistema municipal debe ser
analizada simultáneamente con las relativas a los regímenes provincial y regional. También parece técnicamente discutible que
materias tan importantes como aquellas en las que se ponen en juego principios básicos del orden social libre, tales como el
sistema de elección de alcaldes y de concejales, las formas de participación de los grupos intermedios o la autonomía del
régimen financiero municipal no sean abordados por la reforma constitucional y su regulación quede entregada a una
normativa de menor jerarquía. En otro orden de ideas, quiero señalar que, aparte estas consideraciones previas que dicen
relación a la estabilidad, certeza y la forma parcial de reformar la Ley Fundamental, es de justicia expresar que, respecto de las
normas permanentes a que en esta materia se refiere la Constitución, no ha existido el tiempo suficiente para apreciar
adecuada y debidamente su funcionamiento, su eficacia y la forma en que ellas se concibieron. A mi entender, una de las
grandes obras del Gobierno de las Fuerzas Armadas fue la revitalización del municipio. Hasta 1973, estábamos en presencia
de entes politizados, poco relevantes, mayoritariamente ineficientes y que se habían convertido en un factor que, en definitiva,
afectaba el desarrollo de las comunas. Por el contrario, a partir de entonces, dotados los municipios de recursos que se
multiplicaron varias veces en términos reales, éstos tienen hoy día injerencia en las materias más relevantes para el ciudadano
medio, lo que permite su mayor participación en ellas, realidad que hoy se aprecia en las comunas que han contado con
alcaldes dinámicos y eficientes. Fruto visible del nuevo municipio y de la acción de sus alcaldes -a quienes es de justicia
reconocer su gran labor-, lo constituye el hecho que los chilenos podamos disfrutar de comunas que, en la mayoría de los
casos, han cambiado sustancialmente, transformándose en modernas y pujantes. Por ello creo que ha faltado el tiempo
suficiente para que estas normas constitucionales puedan tener la debida aplicación y probar su eficacia. Son normas que
estaban diseñadas para permitir la participación de los distintos elementos que conjugan y forman parte de una comunidad. La
realidad no es la señalada por algunos señores Senadores que intervinieron con anterioridad, en el sentido de que el sistema
permitía designar en forma arbitraria a las autoridades. Lo común es que se tratara de personas muy respetables que cumplían
sus labores en forma efectiva, abnegada y con gran sacrificio, por lo cual su labor debería medirse en cuanto a su mérito. Si
así se hiciera no me cabe duda alguna de que el juicio que pueden merecer en sus respectivas comunas puede evaluarse en
forma muy positiva por los efectivos actores de ellas. Pero hay otro aspecto que también es preciso tener en cuenta. Estamos
modificando la Constitución y con tal medida alterando el régimen establecido para la administración municipal. Con ello se
varían los plazos vigentes de los alcaldes, los cuales están ejerciendo sus cargos conforme a las normas constitucionales.
Estamos en presencia de una enmienda que modifica un plazo de vigencia en curso, lo cual el constituyente puede señalar,
obviamente, pero atenta en forma grave contra los principios fundamentales de cualquier precepto de Derecho Político y, por
cierto, de Derecho Constitucional. Es norma de Derecho Constitucional que los plazos por los cuales las autoridades han sido
elegidas -caso de los alcaldes, elegidos conforme la Constitución y la ley orgánica que así lo indica- se cumplan conforme a los
preceptos legales que los señalan. Establecer una norma constitucional que modifique esa situación en forma sustancial e
interrumpa al plazo ya en vigencia, atenta, en mi opinión, contra un principio constitucional que debe ser cuidadosamente
analizado y respetado. Entrando ya a la reforma que comentamos, creo que efectivamente -como aquí se ha señaladoestamos en presencia de uno de los temas prioritarios en el debate público. No se ha abundado, sin embargo, en el recuerdo
de que, al abordar la reestructuración del régimen municipal, estamos incursionando en algo en lo cual se ha intentado en
repetidas oportunidades en nuestra historia; y, por lo tanto, si se ha de emprender otra reforma, tengamos presente lo anterior
para que procuremos arribar esta vez a mecanismos más eficaces, valiosos y duraderos que los del pasado. Al respecto,
pienso que eso puede lograrse en mejor medida si conseguimos hacer de la organización municipal un mecanismo
efectivamente democrático. Democrático en el sentido de que permita a la base poblacional local decidir y participar por sí
misma en la solución de los problemas que más inmediatamente le atañen. Creo que sería sólo formalmente democrática una
organización que hiciera de las personas, de las comunidades locales, aquello que se ha llamado acertadamente "meros
espectadores con derecho a voto". Nadie puede poner en duda la importancia trascendental de los partidos políticos en un
régimen democrático. Pero estos partidos tienen una natural vocación, ya que buscan el poder a escala nacional, y su
organización, visión y prioridades tienen, consecuencialmente, ese carácter. La vida cotidiana de las personas, en cambio -así
como la de las comunidades regionales y provinciales- tiene un componente local mucho más acentuado, no menos legítimo ni
menos real que el nacional, pero que es más apremiante. Un ordenamiento institucional que se llame equilibrado es aquel que
atiende a la vez los componentes nacionales y los comuna-, les sin que ninguno de ellos opere en desmedro del otro. De allí
que resulte inquietante cualquier fórmula que no conduzca a ese acertado equilibrio; porque, si no lo consigue al menos en un
grado aceptable, probablemente observaremos en lo venidero distorsiones como las que se conocieron en el pasado y que
hoy día, por cierto, todos estamos de acuerdo en corregir. Y observaremos también -lo que es más importante- un desarraigo
del ordenamiento institucional en la vida real de las personas. Estaríamos, en consecuencia, construyendo una democracia
sólo formal, incluso deforme, en que las decisiones, paradójicamente, no surgirían de la base de la población, sino desde la
cúpula hacia ella. Atendamos, pues, a no confundir la vida de los partidos con la total del país. La primera es una parte muy
importante de la segunda; pero sólo una parte. En el plano municipal, ese riesgo se corre con demasiada facilidad. Tal vez las
consecuencias negativas de esa confusión no se adviertan de inmediato, pero son inevitables. Atendamos asimismo a que lo
municipal no es un compartimiento estanco. Esa área es una parte capital de la estructura que hace posible la
descentralización. Esta no conlleva sólo una limitación de las ventajas de la Capital en favor de las regiones y de las
provincias; significa también, y no menos importantemente, la devolución a las organizaciones menores de facultades y
atribuciones que en la práctica fueron absorbidas por el Estado en el curso del siglo. Significa, en definitiva, la devolución a las
comunas de múltiples derechos y libertades que les han sido silenciosamente arrebatados por el estatismo y que corresponde
restituir urgentemente. La Constitución actual ha tenido muy presente esta relación. El régimen de Gobierno y la administración
regional y comunal constituyen hoy un todo lógico apenas puesto en funcionamiento y que dista mucho de haber desplegado
sus potencialidades. Pienso, en consecuencia, que en cualquier premisa prioritaria esa reforma debe constituir una reducción
efectiva de las atribuciones nacionales en beneficio de las comunidades de base comunal, provincial y regional. Teniendo en
cuenta ese criterio básico -cual es fortalecer las atribuciones locales y comunales-, estamos en cierta manera asegurando que
cada cuerpo intermedio y cada persona, puedan participar día tras día en las decisiones que realmente le atañen de modo
inmediato. Si, en cambio, la comuna resulta debilitada, o aún más, si la reforma es simplemente neutra al respecto, todo el
sentido de la misma resulta por completo discutible e inaplicable. En general, la reforma constitucional que hoy se analiza
significa que, de hecho, los Consejos Regionales de Desarrollo y los Comunales dejarán de tener importancia práctica. Me
parece indispensable que esto no retrotraiga la situación a la antigua indiferencia del Estado central por las comunidades
locales, más allá de lo meramente electoral. Al respecto, no parece suficiente el argumento de que la generación electoral de
los municipios vaya a suplir lo que las regiones y las corporaciones edilicias pierdan, porque elecciones ha tenido el país por
más de un siglo y medio, pero ellas por sí solas, como aparece de manifiesto, no han bastado para asegurar un desarrollo
regional y comunal armónico. En consecuencia, si hemos de ir a la reforma municipal, que ella no se circunscriba a establecer
éste o aquel mecanismo de elecciones para sus autoridades. El tiempo dirá si un sistema es o no es mejor que el otro; pero lo
que no puede esperar más es el fortalecimiento de las instancias locales en su conjunto, tanto comunales como regionales. En
los últimos años, se han producido importantes avances regionalizadores. Pero, por una parte, las condiciones no son aún
aceptablemente semejantes para todos los chilenos que viven en regiones respecto de los que residen en la Capital. Y, por
otra, el proceso regionalizador mismo ha ido perdiendo impulso en muchos aspectos. Esa es una distorsión básica de nuestra
evolución institucional, a cuya corrección urge abocarse. No cabe completa democracia si la mayoría de nuestros
connacionales se encuentra en desventaja por el hecho de residir en una región respecto de los que residen en la Capital,
porque tienen menor posibilidad real de participar en las decisiones nacionales y, peor aún, en aquellas que les atañen
directamente a ellos y a sus regiones. En consecuencia, una reforma constitucional debería, en todo caso, significar un paso
adelante en la igualdad entre las regiones y la capital. Desde esa perspectiva, nuestras decisiones, tanto en lo municipal como
en toda reforma del régimen de gobierno interior, deberían ser basadas en la realidad y, después de habernos asegurado de
que todas ellas favorecen en forma efectiva el proceso regionalizador. Esto es determinante para el desarrollo global. Sin
desenvolvimiento armónico de todas las partes, el peligro de estancamiento descentralizador se multiplica. La práctica así lo
confirma. Durante la última década y media, regiones y comunas han ido asumiendo crecientes responsabilidades. Su
desempeño exitoso evidencia que ellas son capaces de desarrollar un potencial hoy apenas sospechado. En síntesis, señor
Presidente, si este Senado y el Congreso van a abocarse a una reforma constitucional sobre el sistema municipal, pienso que
sería una estrecha e innecesaria limitación el circunscribirla a la mera generación electoral de alcaldes y concejales. Mucho
más que eso: lo que está en juego es toda una filosofía regionalizadora, toda una necesidad nacional de fortalecer las regiones
y las comunas. Pienso que el desarrollo del país, el bienestar de su población, la ampliación de la democracia real, la
consolidación de un régimen político verdaderamente moderno exigirían mucho más: una visión más vasta, de conjunto y de
largo plazo. Una visión en que las reales libertades y derechos de sus ciudadanos fuesen la efectiva primera prioridad. Todo
ello exige una estructura administrativa y municipal consecuentemente orientada hacia la descentralización. El que sus
autoridades sean generadas electoralmente representa sólo un factor, que no basta por sí mismo para garantizar el
cumplimiento de metas mucho más amplias. Olvidarlo equivaldría a confundir los instrumentos con los objetivos. No hay
verdadera democracia sin verdadera participación. Y no existe tal participación si las comunidades regionales y comunales no
tienen efectiva decisión en todo el ámbito que les compete. He dicho, señor Presidente.
Legislatura 321, Sesión 44 de 16 de Abril de 1991
Participación en proyecto de ley
AUTORIZACIÓN DE EJERCICIO PROFESIONAL A CHILENOS QUE OBTUVIERON GRADOS Y
TÍTULOS EN EL EXILIO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, estoy muy consciente de que estamos en presencia de una legislación de
carácter excepcional para regular casos muy concretos y específicos dentro de un cuadro nacional de reencuentro de todos los
chilenos. Creo que, desde otros aspectos, la iniciativa podría merecer objeciones de carácter técnico, pero, desde el punto de
vista que señalo —el del reencuentro—, en esa línea, en esa inspiración, tenemos que enmarcar nuestra conducta para fijar
posiciones al respecto. A mi entender, ello nos lleva a mirar la situación como un caso de excepción al cual no pueden
aplicarse las reglas generales propias de todos los ciudadanos, y, por tratarse de circunstancias extraordinarias, estará incluida
en normas que habitualmente no se aplican a todos los chilenos. Por las razones que motivan mi apoyo al proyecto, y como
una manera de resolver el problema que enfrentan las personas que han estado viviendo en el extranjero, al votar cada
artículo lo haré inspirado en ese pensamiento: el de buscar una solución. Por lo tanto, en la medida en que por impedimentos
constitucionales o de tramitación reglamentaria no sea posible superar las dificultades que los textos legales o constitucionales
plantean, voy a preferir siempre la opción que beneficie a quienes el proyecto tiende en definitiva a favorecer. He dicho, señor
Presidente.
Legislatura 321, Sesión 45 de 17 de Abril de 1991
Proyectos de Acuerdo Presentados
ATRIBUCIÓN DEL SENADO PARA DECIDIR SOBRE ADMISIBILIDAD DE ACCIONES JUDICIALES
CONTRA UN MINISTRO DE ESTADO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, estamos analizando una materia que tiene la mayor significación, por cuanto se
trata de precisar el alcance y el sentido que tienen facultades que la Constitución otorga al Senado de la República. Y, por otra
parte, también estamos, de una u otra manera, viendo y determinando la posibilidad que tienen los particulares de poder
ejercer acciones judiciales. El Senado ha sido llamado, no a pronunciarse sobre la aplicación de esta norma a un caso
particular, sino a determinar el exacto sentido y alcance que ella tiene en términos generales. A este respecto, deseo hacer
una primera consideración sobre el objetivo que la norma constitucional del artículo 49, número 2), de la Constitución persigue.
A mi entender, el referido número es claro y preciso al otorgar al Senado una facultad que nace de la prudencia política:
impedir que los Ministros de Estado vean entrabada su labor por acciones judiciales que no se sustenten en motivo
notoriamente plausible, y cuyo propósito sea entorpecer la acción de esas autoridades. Al Senado no le corresponde
pronunciarse sobre la pretensión de fondo del particular. Sólo está llamado a ponderar si los motivos de la acción judicial que
pretende emprender contra un Ministro de Estado configuran una iniciativa temeraria. Si así lo estima, declarará inadmisible
aquella acción judicial. Por el contrario, si estimara que ella parece fundarse en antecedentes serios y que merecen ser
considerados por los tribunales de justicia, la ha de declarar admisible. Serán esos tribunales, empero, los que resolverán la
controversia entre el particular y el Ministro; no el Senado. Éste agota su atribución en el solo decidir entre lo admisible o lo
inadmisible. Esta decisión equivale a zanjar una cuestión previa a la acción misma. Corrobora lo anterior el hecho de que el
particular cuyo intento es declarado admisible por el Senado pueda, posteriormente, iniciar o no la gestión judicial, según lo
desee. Si el particular no ha emprendido todavía ninguna acción judicial —esto es, acción ante los tribunales de justicia—, mal
podría el Senado pronunciarse sobre una acción que aún no existe. Tanto menos podría llegar a pronunciarse sobre los
efectos de esa misma acción. En consecuencia, el constituyente no ha ido tan lejos. Sólo ha sentado un mecanismo de
equilibrio equitativo, armonizando, por una parte, el derecho de una autoridad a no ser turbada por iniciativas aventuradas de
cualquiera, y, por la otra, el derecho de toda persona a ser tratada con igualdad ante la ley y a recibir igual protección en el
ejercicio de sus derechos. En segundo lugar, deseo hacer una consideración sobre la literalidad del texto constitucional: él
alude a "acciones judiciales". Estas no son otras que aquellas cuyo conocimiento es atribución del Poder Judicial. Por mandato
de la Constitución, solamente este Poder tiene ia facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y de
hacer ejecutar lo juzgado. Y ese Poder está integrado únicamente por los tribunales que la misma Constitución y la ley
establecen. Sólo excepcionalmente —y, por cierto, de modo expreso— la Constitución otorga al Senado facultades
jurisdiccionales. Cuando así lo hace, emplea el mismo verbo que define la función de los tribunales ordinarios y especiales de
justicia: "conocer". Son sólo dos los casos en los que el Senado actúa como tribunal. El primero de ellos es cuando debe
"conocer" de las acusaciones que la Cámara de Diputados entabla contra determinadas personas, según el número 1) del
mismo artículo 49. A este respecto, debemos tener presente que mientras el número 1) emplea el término "conocer", el número
2) utiliza la frase "decidir si ha o no lugar". Evidentemente, la Constitución se está refiriendo a dos cosas muy distintas. En el
número 1), el Senado entra al fondo de la controversia en el caso de las acusaciones constitucionales; en el número 2), sólo
decide una cuestión previa. Si así no fuera, la Carta habría empleado la misma voz en ambos casos. Esta misma razón se
aplica al segundo caso de actuación del Senado como tribunal, contemplado en el número 3) del mismo artículo 49, cuando
esta Cámara debe "conocer" de las contiendas de competencia que se susciten entre las autoridades políticas o
administrativas y los tribunales superiores de justicia. En este caso, una vez más, la Carta emplea el término que usó en el
número 1), con su mismo significado; una vez más alude a una función distinta —a mi entender— de la preceptuada en el
número 2) que nos ocupa. Naturalmente, en cuanto excepcionales, las normas de los números 1) y 3) sólo pueden ser
interpretadas en forma restrictiva. En ningún otro caso está facultado el Senado para "conocer" acciones judiciales, esto es,
para ejercer funciones jurisdiccionales. Si lo hiciera, incurriría en un ilícito constitucional, aquel que sanciona el artículo 7o de la
Constitución, al disponer que ninguna magistratura puede atribuirse otra autoridad o derechos que los que expresamente se le
hayan conferido por la Constitución o las leyes. En síntesis, a mi juicio, el número 2) del artículo 49 sólo faculta para que el
Senado decida sobre una cuestión previa al conocimiento de la acción judicial. Por lo tanto, no puede ejercerse de modo que
signifique un pronunciamiento sobre la materia controvertida. Será el tribunal competente el que resuelva al respecto, si el
Senado decide que es admisible; decisión que no es jurisdiccional, sino, como se dijo, de prudencia. No decide sobre el
contenido específico del derecho que el particular pueda impetrar, sino sobre la posibilidad de que lo pueda hacer, formulando
una valoración general respecto de la plausibilidad de los motivos. Tales son, en mi opinión, el significado que tiene el artículo
49 número 2) de la Carta y su inteligencia en el contexto armónico de las demás normas constitucionales. Finalmente, estimo
que esta interpretación se ve reforzada por la historia de la norma en examen. Porque es de recordar que el número 2) del
artículo 49 de la Constitución vigente reproduce de modo virtualmente textual el número 2o del artículo 42 de la Constitución
de 1925. Sin embargo, esta última disponía, además, que la referida decisión del Senado debería adoptarse "según los
mismos procedimientos del número anterior"; esto es, según los procedimientos pertinentes a la acusación constitucional en
que el Senado actúa como tribunal. La Carta de 1980, en cambio, eliminó esa norma relativa a procedimientos y, con ello, la
vinculación que antes existía entre los números 1) y 2) del artículo. Lo hizo así a mi entender— por cuanto existía el concepto
inequívoco de que se trataba de una función distinta, ejercida respecto de una situación de naturaleza y gravedad diferentes, y
que, por tanto, también tiene otro tipo de procedimientos y efectos. He dicho, señor Presidente.
Legislatura 321, Sesión 47 de 24 de Abril de 1991
Participación en proyecto de ley
NUEVAS NORMAS SOBRE ORGANIZACIONES SINDICALES Y NEGOCIACIÓN COLECTIVA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el proyecto en análisis contiene en lo fundamental las mismas normas que, en
definitiva, el Senado había aprobado, con algunas modificaciones, a las que en especial se ha referido el señor Ministro. A este
respecto, quiero señalar que no participo de la orientación general de la iniciativa en lo que dice relación a los aspectos
esenciales que orientan un derecho laboral en una sociedad de economía libre y en un proceso democrático como el que yo
acepto y que estoy convencido es el mejor para lograr beneficios para los trabajadores. Sobre el particular, tengo serias
observaciones sobre la negociación colectiva y el sistema de huelga diseñado. Al respecto quiero remitirme a lo que en su
oportunidad señaló aquí el Senador señor Guzmán durante la discusión de este proyecto, cuando, con meridiana claridad
—con aquel brillo y talento que caracterizaban sus intervenciones—, fijó su posición definitiva, con referencia a las normas
generales del mismo; de tal manera que sobre el particular me remito a lo dicho en tal oportunidad. En cuanto a las
observaciones de la Cámara, hay una —a la cual se refirió ahora el señor Ministro— que votaré en contra, porque no participo
de la idea de aumentar la cotización ordinaria de los trabajadores que no se encuentren afiliados o que no participen en la
negociación colectiva, pero que se ven beneficiados con ella, de 50 a 75 por ciento. Creo que éste es un sistema que no se
aviene con los principios de una relación laboral libre, efectiva y de real beneficio para los trabajadores, por cuanto es un
principio o un germen que conduce por vía indirecta a una afiliación y cotización obligatorias. Por esa razón, no voy a aprobar
tal disposición. Del mismo modo, quiero hacer presente mi opinión general respecto del proyecto: la aprobación de sus normas
no significan aceptar su contenido ni su inspiración —que considero inadecuadas—, remitiéndome, en definitiva, a las
opiniones ya señaladas. He dicho, señor Presidente.
Participación en proyecto de ley
PROCEDENCIA DE FORMACIÓN DE COMISIONES MIXTAS EN PROYECTOS DE REFORMA
CONSTITUCIONAL. INFORME DE COMISIÓN - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, se ha solicitado a esta Corporación que se pronuncie sobre la procedencia de
constituir una comisión mixta que resuelva el "impasse" generado por el rechazo que el Senado, como Cámara revisora, otorgó
al proyecto de reforma constitucional relativo a nuestro sistema municipal. Podemos analizar esta materia desde distintos
ángulos y desde distintos cuerpos legales o constitucionales que se refieren o podrían referirse a ella. Veamos, en primer
término, qué dice nuestra Carta Fundamental. La Constitución de 1980 estableció con precisión, en su Capítulo XIV, las
normas que deben observarse para introducir reformas a la Carta Fundamental, y, dentro de los casos contemplados, no figura
la exigencia de una comisión mixta cuando existiere desacuerdo entre el pronunciamiento por una Cámara y lo resuelto por la
otra. El constituyente de 1980, con el propósito de dotar a nuestro ordenamiento constitucional de grados crecientes de
estabilidad —porque ése es el sentido de todas las normas que establecen el procedimiento para reformar la Ley
Fundamental: dar estabilidad a sus disposiciones—, creó una estructura normativa compleja, pero ordenada, y que regula todo
el proceso de reforma constitucional. Como es sabido, ésta contempla la concurrencia de requisitos de mayor exigencia que
para modificar una ley común o, incluso, una ley orgánica, y esta mayor exigencia se refiere a los quórum, como, asimismo, a
la obligación de que, 60 días después de aprobado el proyecto de reforma por ambas Cámaras, éste sea ratificado en una
sesión de Congreso Pleno. Ante la claridad con que el texto de la Carta de 1980 resuelve el problema planteado en su
Capítulo XIV, creo que no cabe sostener que procede la exigencia de comisiones mixtas. Es decir, por disposición de las
normas constitucionales, cabría rechazar esta exigencia o esta posibilidad de formación de comisiones mixtas. Sin embargo,
creo que podemos analizar otras posibilidades, a fin de ver si es procedente o no el caso de la creación de comisiones mixtas
cuando una Cámara revisora rechaza el proyecto de la Cámara de origen. A este respecto, podemos estimar que debemos
recurrir a otras normas distintas de las concernientes a las reformas constitucionales, a saber, a las disposiciones de los
artículos 67 y 68 de la Constitución. Este camino, el de buscar la procedencia de comisiones mixtas a través de lo dispuesto en
los artículos mencionados, también debe ser desestimado, de la misma forma que el anterior. En primer término, debe ser
rechazado porque éste es un sistema creado por el constituyente expresamente como instancia válida en la formación de la
ley y, dado que el sistema de reforma constitucional tiene en la Carta de 1980 su propio Capítulo, que nada dice sobre el
particular, debemos concluir que la voluntad del legislador en la materia era diferente a la contenida en los referidos preceptos
constitucionales. En segundo término, aun en el supuesto de aceptar la remisión a los artículos mencionados —es decir, a los
artículos 67 y 68— para hacer procedente la creación de estas comisiones mixtas, haríamos entrar con ello al Texto
Fundamental —a mi entender— en una abierta contradicción normativa. En efecto, dichos artículos admiten, como solución
final después de la creación y fracaso de la comisión mixta respectiva, que la Cámara de origen imponga el texto del proyecto
que aprobó en primer trámite por los dos tercios de sus miembros presentes, pudiendo ser nuevamente rechazado por la
Cámara revisora sólo con igual quórum que el anterior. Esta salida del problema, como se puede observar, implicaría alterar
por completo el sistema de mayorías exigido por el artículo 116 de la Constitución, relativo a las reformas constitucionales.
Desde otra perspectiva —no ya la constitucional, sino la meramente legal—, se ha señalado que sería posible salvar el
impedimento aludido si recurriéramos a las normas complementarias de la Constitución. Dentro de éstas, sería en la norma de
la Ley Orgánica relativa al Congreso donde podríamos hallar alguna solución. Sin embargo, la respuesta negativa a esta
posibilidad fluye de inmediato. El constituyente previo taxativamente en la Constitución de 1980 cuáles serían las instituciones
que debía regular la Ley Orgánica Constitucional, señalando, además, qué materias comprenderían esos textos legales. En
cuanto a la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, la Constitución le asignó, específicamente, la tramitación de la
ley, la calificación de las urgencias y el sistema de vetos que puede ejercer el Presidente de la República sobre un
determinado proyecto de reforma constitucional, no haciendo mención alguna a la alternativa de que se ocupase del asunto
que nos interesa, y, por lo tanto, corresponde ahora al legislador introducir modificaciones a este respecto. Para agotar el
análisis del tema en cuestión, debemos detenernos en las opciones que podrían presentársenos, ya no en el ámbito
constitucional o en él de la Ley Orgánica, sino en el ámbito de la ley común. A este propósito, y sin necesidad de entrar en
mayores ahondamientos, el constituyente de 1980 delimitó, en forma precisa y excluyente, en el artículo 60 de la Carta las
materias que tienen rango legal. Ninguna alusión hay dentro del artículo señalado a un precepto que regule el proceso de
tramitación de una reforma constitucional. A nuestro entender, la única opción para validar jurídicamente la formación de este
tipo de comisiones sería la de recurrir a los reglamentos que la Cámara de Diputados y el Senado pudieran darse. Como es
sabido, ambas Cámaras pueden dictar sus propios reglamentos en todas las materias propias de su competencia, con la única
limitación de que deben ajustarse a la Carta Fundamental y a la ley. Siguiendo esta vía, según la que podrían existir
comisiones mixtas cuando los Reglamentos de la Cámara y del Senado así lo establecieren, creo necesario hacer una
distinción pertinente al caso que nos ocupa: si el rechazo por la Cámara revisora del proyecto de reforma constitucional fuera
total —por tratarse de un proyecto muy complejo o de un proyecto de artículo único—, no procede la creación de una comisión
mixta, ya que la Constitución Política del Estado no puede reformarse en un sentido general si éste ha sido desaprobado o
rechazado por una de las Cámaras. Si, en cambio, el rechazo fuere sólo parcial, es menester que distingamos si recae sobre
las ideas matrices o de fondo del proyecto —por ejemplo, incorporar o eliminar una institución, modificar sus atribuciones o
alterar su composición— o si sólo lo hace sobre correcciones formales que no alteren lo medular en que ambas Cámaras
coinciden, sino que sólo se limiten a discrepancias en los términos en que deben expresarse. En este caso procedería, a mi
entender, la creación de una comisión mixta, porque no podría darse el caso absurdo de que para la tramitación del proyecto
de reforma constitucional se exigiera que lo que aprobara la Cámara de origen fuera exactamente lo mismo que debe aprobar
con posterioridad la Cámara revisora, sin que ésta pudiera introducirle ni siquiera modificaciones meramente formales. Pero
este caso —repito— se referiría sólo a la situación, contemplada en los Reglamentos de ambas Cámaras, en que la
discrepancia en un proyecto de reforma constitucional recayera en un aspecto solamente formal, y no cuando el rechazo fuera
respecto de la idea matriz de una reforma constitucional. En este último caso, no procedería formar una comisión mixta, ya que
faltaría un requisito esencial para que concurriera la voluntad del Congreso en los términos que establece la Constitución; es
decir, una Cámara no habría prestado su voluntad, y no podemos pretender que se apruebe una reforma constitucional con la
voluntad en contra de una rama del Congreso, aun cuando la otra la hubiera aprobado con el quórum constitucional exigido.
Por esta razón, señor Presidente, estimo que en el caso en cuestión, que tiene que ver con la reforma municipal, no procede la
formación de una comisión mixta, por cuanto ella está reglamentada, como lo indiqué en los términos que la Constitución
señala. Sin embargo, creo que sería útil y muy conveniente que el Senado incluyera en su Reglamento una norma que
permitiera la formación de comisiones mixtas para el caso en que el rechazo afectare aspectos meramente formales —no de
fondo—, a fin de evitar que una corrección que haga una Cámara a la otra impida que se forme el consentimiento necesario o
la voluntad del legislador para aprobar una reforma constitucional, en circunstancias de que, en el fondo, están pensando lo
mismo y la corrección es meramente formal. Creo necesario incluirlo en el Reglamento y procurar que la Cámara de Diputados
haga otro tanto tratándose, repito, de observaciones formales. He dicho, señor Presidente.
Participación en proyecto de ley
PROCEDENCIA DE FORMACIÓN DE COMISIONES MIXTAS EN PROYECTOS DE REFORMA
CONSTITUCIONAL. INFORME DE COMISIÓN - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Al no estar en el informe, no procedería que se votara. No obstante, en la oportunidad que
corresponda haré presente en la Comisión la posibilidad de incluir en los Reglamentos de ambas Cámaras —al menos, en el
del Senado— la forma de zanjar la dificultad cuando existan modificaciones meramente formales introducidas por una Cámara
a lo despachado por la otra, y ello no afecte al fondo. En este último caso, tal como señalé en mi intervención, estimo que no
procede la formación de la comisión mixta. Cuando se trate de aspectos meramente formales —repito—, creo que -podría
solucionarse el problema a través de los Reglamentos de ambas Cámaras. Lo plantearé en su oportunidad, señor Presidente.
Participación en proyecto de ley
PROCEDIMIENTO DE PAREOS EN VOTACIONES CON QUÓRUM ESPECIALES. INFORME DE
COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, participé en el trabajo de la Comisión y, por lo tanto, concuerdo con el informe
dado a conocer. La conclusión a que se llegó, en lo que a mí respecta, se basa fundamentalmente en lo dispuesto en el
artículo 9o del Reglamento, que no permite una interpretación distinta, por ser muy claro. Sin perjuicio de lo anterior, existe
concordancia en que los pareos no deben aplicarse en las Comisiones, en razón de que en éstas no coinciden los mismos
integrantes, de modo que podrían significar una distorsión completa del trabajo que se realiza. En la discusión de este tema
hice presente una observación relativa a los proyectos para cuya aprobación se exige un quórum especial, diferente del que
normalmente requiere una iniciativa común, en el sentido de que en esos casos es necesario considerar la posibilidad de
excluir los pareos. ¿Por qué motivo? Porque cuando se precisa un quórum, normal, es decir, la mayoría absoluta de los
Senadores presentes, el pareo tiene por objeto mantener la correlación de fuerzas en el Senado. En consecuencia, cumple a
cabalidad el propósito de conservar ese equilibrio e impedir la alteración de las mayorías por circunstancias a veces fortuitas o
ajenas a la voluntad de los señores Senadores. Sin embargo, cuando el pareo se refiere a un proyecto que debe aprobarse, no
ya por simple mayoría, sino con quórum especial, en que los votos no son equivalentes, estimo que pierde su razón de ser. Me
explico. Cuando una iniciativa de ley requiere un quórum calificado —cuatro séptimos o dos tercios, por ejemplo—, los votos y
los pareos no son equivalentes, ya que estos últimos perjudican a la parte que intenta lograr el quórum superior, la cual no se
encuentra equiparada con aquella que no tiene que alcanzarlo, sino a la que simplemente le basta con que no se logre la
votación necesaria. O sea, el interesado en reunir el quórum especial tiene un voto que debe remontar una mayoría más alta
que el de su contraparte en el pareo, que no enfrenta ese requisito. Por una razón matemática, la finalidad del pareo de
mantener el equilibrio de las fuerzas políticas se pierde en este caso. Por tales motivos, y no obstante la norma expresa y clara
del artículo 9o del Reglamento, es aconsejable determinar. que no se aplique el sistema de pareo en esa situación, pues de
otro modo podría cerrarse la posibilidad de aprobar materias con votación especial. Por ejemplo, bastaría con que 10
Senadores se parearan para elevar a 20 el número de quienes no pudieran votar, lo que impediría aprobar normas con quórum
calificado, reformas constitucionales, o leyes orgánicas constitucionales. Elto implica que el sistema de pareo no se ajusta a la
realidad en esos casos. He formulado esta prevención, señor Presidente, a fin de que en el momento de convenirse un pareo
se tenga presente la circunstancia de que su sentido se pierde cuando se trata de alcanzar un quórum calificado, porque no se
mantiene —repito— la equivalencia o equilibrio que se pretende conservar. He dicho.
Legislatura 321, Sesión 52 de 16 de Mayo de 1991
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIONES A CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL EN LO RELATIVO A LOS DELITOS
DE ROBO Y HURTO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, con relación a la idea general del proyecto, en la Comisión de Constitución
concurrí con mi voto favorable a la aprobación de las disposiciones legales que hoy analizamos. Sin perjuicio de lo anterior,
quiero hacer presente que una iniciativa de esta naturaleza no debe movernos a engaño en cuanto a lo que ella significa como
combate o eficacia respecto del problema de la delincuencia, que afecta gravemente a nuestra sociedad. El país, con justa
razón, requiere y exige la mayor eficiencia en esta materia, por cuanto la seguridad de los ciudadanos constituye un valor
fundamental que todos aprecian y necesitan. Dentro del cuadro general de combate a la violencia y de control eficiente de la
delincuencia, creemos muy oportuno señalar que proyectos de esta naturaleza se refieren sólo a aspectos muy específicos y
puntuales, los que, por cierto, podrán contribuir en alguna medida a la solución del problema general. Sin embargo, no nos
equivoquemos. Estamos muy lejos de lograr con ello quedarnos tranquilos en esta lucha contra la delincuencia. Con esta
iniciativa enfrentamos sólo un aspecto —que es importante, pero no decisivo—, referente a la represión y a la sanción de
determinados delitos con el objeto de hacer más eficaz la penalidad que deben aplicar los tribunales de justicia. Porque una
política global y más efectiva, que comprenda la universalidad del problema, está pendiente en el Parlamento. Y a ella todos
debemos contribuir, a fin de que se dicten las normas adecuadas y se apoyen las iniciativas que correspondan para otorgar
una adecuada solución a un problema de esta magnitud que, no en vano, constituye una preocupación pública y ocupa, en las
encuestas de todo tipo, el primer lugar. Sabemos que los delitos de esta naturaleza no se combaten sólo aumentando la
penalidad, toda vez que involucran problemas mucho más profundos, como son los de tipo social, económico y educativo, y los
referentes a medidas preventivas, rehabilitación, etcétera. Y todo ello debe ir unido a una dotación adecuada de los servicios
de Carabineros e Investigaciones, en conjunto con los recursos que en un momento determinado el Estado pueda destinarles.
Por lo expuesto, junto con aprobar la idea de legislar acerca de esta materia —porque apunta en la línea correcta—, quiero
llamar la atención y señalar que estamos muy distantes de hallar una solución con este tipo de proyectos, o de satisfacer
adecuadamente el requerimiento de la población en cuanto a obtener la mayor seguridad y el debido éxito frente a la violencia
delictual. En consecuencia, al votar favorablemente esta iniciativa, deseo requerir el concurso de todos los que tenemos
experiencia en esta clase de materias, a fin de estudiar en conjunto, con quien corresponda, las medidas adecuadas para
diseñar una política de Estado que vaya mucho más allá de lo que es una política de gobierno, con el objeto de enfrentar este
problema, que, en la medida en que no logremos encontrarle pronto una solución adecuada y eficiente, podría dañar en forma
muy importante el desarrollo de todo el régimen democrático, en términos de afectar uno de los valores más importantes que
pretende la ciudadanía: la seguridad. He dicho.
Legislatura 322, Sesión 1 de 04 de Junio de 1991
Proyectos de Acuerdo Presentados
MEDIDAS DE COORDINACIÓN SOLICITADAS POR EL GOBIERNO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, concurrí al acuerdo de mayoría de la Comisión en lo relativo a la asistencia de los
Ministros de Estado a la Sala de este Senado, en primer lugar, en razón de que es la propia Constitución, en su artículo 37, la
que define en forma expresa la situación en que se encuentran aquéllos en su relación con el Congreso Nacional, señalando el
derecho que tienen de asistir a las sesiones, tanto del Senado como de la Cámara de Diputados, cuando lo estimen
conveniente y de hacer uso de la palabra con preferencia. Incluso, les otorga el derecho excepcionalísimo de rectificar los
conceptos emitidos por cualquier Parlamentario al fundamentar su voto. Y, por lo mismo que la Carta estableció en forma
excepcional este derecho, lo limitó exclusivamente a los Ministros de Estado, pues procuró consagrar jerarquías compatibles
con la máxima dignidad que quiso conferir al Congreso. El constituyente intentó que estos Poderes colegisladores —el
Parlamento y el Presidente de la República— estuvieran representados por jerarquías máximas, con el mayor nivel, con la más
elevada categoría, posibilitando así la expresión de la voz oficial del Gobierno en los debates. De más está decir que esto en
nada afecta la jerarquía de los Subsecretarios; por cierto, tampoco tiene sentido peyorativo a su respecto. Lo que ocurre es
que dentro del propio Ministerio, y en conformidad a la Ley Orgánica pertinente, existen estas jerarquías; y corresponde que el
Senado se relacione con la más alta. Por otra parte, con respecto a la argumentación expuesta tanto en la Comisión como en
esta Sala en el sentido de que el cúmulo de actividades que tienen los señores Ministros les impediría muchas veces asistir a
las sesiones, creo importante señalar que el constituyente y el propio Congreso quieren establecer una categoría diferente. Por
lo tanto, es del caso puntualizar en forma muy clara que su presencia en el Parlamento para la discusión de los proyectos de
ley no implica una función irrelevante o de menor entidad. Por otro lado, considerando que los Ministros siempre van a tener
múltiples actividades, es muy fácil suponer que, en el caso de que se permitiera la concurrencia de otros funcionarios,
inevitablemente encargarían a éstos la presencia del Ejecutivo en el Congreso, presencia que —repito— es muy necesaria
para enriquecer e ilustrar el debate acerca de una determinada materia con la voz oficial y final del Gobierno. Por ello, estimé
necesario limitar la asistencia a la Sala sólo para los señores Ministros de Estado, lo que ciertamente no obsta a que los
señores Subsecretarios puedan ingresar a ella curando se hallen en calidad de Ministros subrogantes, porque no sería
necesaria autorización de ninguna especie. En casos calificados y excepcionales —que deberá determinar en cada ocasión el
Senado, según la necesidad o conveniencia—, podrá permitirse el ingreso de otras autoridades o de altos funcionarios en
lugar del titular de la respectiva Cartera. Si el Secretario de Estado tiene razones muy fundadas, graves, importantes e
impostergables que impidan su asistencia a los debates en la Corporación, ellas deberán ser apreciadas en su oportunidad.
Por lo anterior, señor Presidente, en la Comisión voté por la mantención de la normativa vigente relativa a la presencia de los
señores Ministros de Estado en las sesiones del Senado. He dicho.
Legislatura 322, Sesión 2 de 05 de Junio de 1991
Mociones Presentadas
AUTORIZA EL ESTABLECIMIENTO DE EMPRESAS INDIVIDUALES DE RESPONSABILIDAD
LIMITADA - 1
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Honorable Senado:Existe, cada vez más, conciencia general acerca de la necesidad de incentivar las actividades económicas,
que den paso seguro a la iniciativa individual creadora, pues en ella se sustenta el progreso creciente de los pueblos. El
subdesarrollo económico tiene una raíz también de índole jurídica, basada en la consideración de mecanismos que entraban el
libre desenvolvimiento de los negocios y que se traducen en reglas que atemorizan el riesgo en que consiste la aventura de
crear empresas. Afortunadamente, el mundo se ha dado cuenta de que las restricciones que no tienen un fundamento práctico,
más que otorgar seguridad a1 quehacer económico, son fuente de distorsiones y de complejas búsquedas por alcanzar,
mediante torcidas fórmulas, lo que naturalmente es viable hacer por caminos mas simples y más fructíferos. Es lo que ha
sucedido, en materia comercial, con la exigencia de asociarse para limitar la responsabilidad. Esta protección es un requisito
conveniente y fundamental cuando se trata de enfrentar grandes riesgos. Comprender la responsabilidad moral de aventurar
capital -muchas veces sobre la base del crédito- y de crear nuevas plazas de trabajo, no es una cuestión ligera y fácil;
corrientemente se piensa que el empresario tiene la obligación legal de dar, empleo, más no siempre se repara en que su
obligación primera es producir bienes y servicios y que, de ahí, deriva la creación de empleos, y que, para lograr todo ello, se
está arriesgando esfuerzo y ahorro, que, eventualmente, puede terminar en un fracaso y en la ruina. Por eso es que la
evolución que han experimentado las concepciones jurídicas ha ido permitiendo las posibilidades de adscribir ciertas bienes
que se dedican y arriesgan a determinados negocios, como los capitales limitados de las sociedades la fortuna de mar del
naviero a los peculios seccionados, casos todos en que se abandona la extricta doctrina de la indivisibilidad del patrimonio, y la
regla general de que la persona responde de sus obligaciones con todos sus activos, pues se admite que ella, en su vida
económica, puede perseguir distintos intereses o fines específicos.Se advierte, en consecuencia, que hoy día la excesiva
amplitud de la responsabilidad retrae la iniciativa de las personas. La facilidad para constituir sociedades ha sido una
preocupación que sobresale en la relativamente reciente legislación, pero subsiste la obligación de involucrar a terceros que
carecen de un interés directo en la marcha de la expresa, por la que se tiene que recurrir a testaferros para dar existencia a la
empresa; la contrario implica arriesgar todos los bienes personales, incluso los de la familia.El proyecto, que ahora
presentamos, se basa en consideraciones eminentemente prácticas y, como tales, pretende salvar las diferentes dificultades
que se presentan para dar entidad a un conjunto de activos y pasivos, bajo el ordenamiento de un titular, que sea provechoso
para la vida económica y que no ocasione perjuicios a quienes se relacionen con aquélla o con éste.Las primeras
disposiciones del proyecto autorizan a toda persona capaz para constituir una empresa individual, la cual responderá
exclusivamente con sus activos por las obligaciones contraídas en sus negocios (arts. 2 , 4 letra e, y 5 . Los arts. 3 a 8 señalan
los procedimientos a seguir para constituir la empresa y para modificar su estatuto, para cuyo objeto se siguen las pautas, ya
generales, aplicables a las sociedades: escritura pública inscrita y publicada dentro de cierto plazo. Se proponen normas
indispensables para proteger a los terceros: art. 4 , letra b, sobre el nombre de la empresa; art. 4 , letra c y art. 8 , sobre monto
del capital comprometido; art. 4 , letra d, y art. 11, sobre giro específico que se podrá emprender; art. 10, que otorga el derecho
a los interesados que puedan perjudicarse , a oponerse a la creación de la empresa con responsabilidad limitada o, en el art.
14, a la modificación del estatuto empresarial; art. 4 letra g, art. 15 y 16, que prescriban exigencias de buen orden
administrativo y contable, y art. 18, que considera los casos excepcionales en que el empresario responderá ilimitadamente. El
proyecto constituye una empresa con personalidad jurídica bajo la responsabilidad de un siglo titular o dueño (art. 2 ),
manifiesta en un acto solemne y público, quién arriesgará un capital que se define como mínimo (art. 8 ), y cuya quiebra no
acarreará la quiebra personal (art. 19), pero en la que los acreedores personales tendrán acceso al remanente.El conjunto de
disposiciones son simples y siguen muy de cerca antiguos estudios de los señores Gastón Cruzat P. y Marcos Libedinsky T.
Resta señalar que la materia ha sido abordada en 1os Estados Unidos, en Lichtenstein y en Perú. Podría a objetarse que,
reconocer personalidad jurídica radicada en un conjunto de bienes de un titular, no se justificaría si se entiende separada de la
que a él mismo corresponde per se. Sin embargo, el proyecto, más que a disquisiciones teóricas, quiere responder a los
problemas prácticos que hoy existen y si, al conjunto de bienes y obligaciones bajo un titular, que proponemos reconocer, con
individualidad propia, se le da un carácter- un poco diferente, ella no sería relevante siempre que no se pierda de vista la
finalidad general perseguida. En todo caso, advertimos que si se otorga personalidad a un ente formado por dos personas, que
limitan su responsabilidad (sociedades), no se divisan inconvenientes insalvables hacerlo respecto de una, la cual,
probablemente desplegará con mayores frutos su actividad. En consideración a lo expuesto, venimos en someter a vuestra
consideración el siguientePROYECTO DE LEY“ Art. 1 Se autoriza a toda persona natural capaz de ejercer el comercio para
constituir una empresa individual de responsabilidad limitada, con sujeción a las normas de esta ley.La mujer casada, en el
ejercicio de una profesión, industria, empleo u oficio separado del de su marido, y el menor adulto en la administración de su
peculio profesional o industrial, no necesitarán de autorización alguna para constituirla.Art. 2 La empresa individual de
responsabilidad limitada es una persona jurídica con patrimonio propia distinto al del titular, es siempre comercial y está
sometida al Código de comercio cualquiera que sea su objeto; podrá realizar toda clase de operaciones civiles y comerciales,
excepto las reservadas por la ley a las sociedades anónimas.Art. 3 La constitución se hará por escritura pública, en la cual
constará el estatuto de la empresa, que inscribirá y publicará con arreglo a los artículos 4 y 5 .Art. 4 En la escritura, el
constituyente expresará: a) Nombre, apellidos, nacionalidad, estado civil, edad y domicilio del constituyente; b) Nombre de la
empresa, que contendrá, al menos, el nombre y apellidos del constituyente, y deberá concluirse con las palabras "empresa
limitada" o las abreviaturas "Ltda." O "E.L."; c) El monto preciso del capital inicial afecto y que se compromete en la empresa, y
la indicación de si se aporta en dinero o en especies y, en este último caso, el valor que les asigna con los antecedentes
fidedignos que justifiquen esa estimación; d) La actividad económica específica que constituirá el objeto o giro de la empresa;
si fuere el comercio o la industria, deberá indicarse el ramo especifico de estos;e) La declaración de que la empresa
responderá por las obligaciones que ella contraiga dentro de su giro sólo hasta el monto de su capital y reservas; f) El domicilio
de la empresa;g) Las normas básicas a que se sujetarán la confección del balance general anual y demás estatutos
financieros, las que se harán, por la menos, al 31 de Diciembre de cada año calendario, yh) Plazo de duración de la empresa,
sin perjuicio de su prórroga.Art. 5 Un extracto del estatuto autorizado por el notario ante quien se otorgó la escritura, y que
resumirá los elementos que exige el artículo anterior, se inscribirá en el registro de comercio del domicilio de la empresa y se
publicará por una vez en el Diario Oficial, dentro de los sesenta días siguientes a la fecha de la escritura.Art. 6 El aumento o
disminución de capital, la terminación anticipa, la prórroga y, en general, toda modificación del acto constitutivo, deberán
observar las solemnidades del artículo anterior, de la que se deberá tomar nota al margen de la inscripción original, sin la cual
no producirá efectos respecto de terceros.Art. 7 La omisión de alguna de las solemnidades de los artículos 4 y 5 , o de alguna
de las referidasen el artículo 6 , importará la nulidad absoluta del acto respectivo. Si se tratare de la nulidad absoluta del acto
constitutivo, el titular responderá personal e ilimitadamente de las obligaciones que contraiga en el giro de la empresa.Art. 8 El
capital inicial de la empresa no podrá ser inferior a quince unidades tributarias anuales a la fecha de la escritura. Los aportes a
capital que no sean dinero se individualizarán e inventariarán en 1a escritura pública de constitución o en la de modificación,
según corresponda, con indicación de las obligaciones y gravámenes que les afecten; se entenderán transferidos a la empresa
desde la inscripción de que tratan los artículos 5 y 6 , respectivamente. Si se trataré de bienes sujetos legalmente a inscripción
en registro público, se entenderán transferidos a la empresa sólo desde la inscripción de ellos a su nombre dentro de los
sesenta días siguientes a la escritura, la que procederá con el solo título de ésta. El empresario responderá con todos sus
bienes por el exceso de valor asignado a estos bienes, así como por la falta de antecedentes fidedignos que justifiquen su
avaluación.Los aportes en dinero deberán depositarse en una cuenta corriente bancaria abierta a nombre de 1a empresa,
dentro de los sesenta días siguientes al otorgamiento de 1a escritura.El capital se entenderá modificado de pleno derecho
cada vez que se establezca el balance anual, el que deberá expresar el valor del nuevo capital.Art. 9 El Capital comprometido
en la empresa responde exclusivamente de las obligaciones contraídas por ella dentro de su giro y con sujeción a los artículos
11 y 12.El patrimonio del titular separado del de la empresa no responderá de las deudas de éstas, sino hasta el monto en que
se hubiere comprometido en virtud de la letra e) del e artículo 4 .Art. 10 Los acreedores personales del titular u otros
interesados que se consideren perjudicados por la creación de la empresa individual, podrán oponerse a su constitución dentro
de los sesenta días siguientes a la publicación del extracto referido en el articulo 5 , ocurriendo ante el juez de letras del
domicilio de la empresa, el que resolverá en procedimiento sumario sobre la constitución, debiendo negarla si la creación de la
empresa pudiere seguirse perjuicio a terceros y el empresario no dé garantías suficientes para el pago de sus deudas.La
resolución del juez que no dé lugar a la constitución de la empresa ordenará su publicación en el Diario Oficial, en una extracto
que indicará el nombre y el domicilio de la empresa afectada y la fecha y número del Diario Oficial en que originalmente se
había publicado el extracto de su estatuto, y su anotación al margen de la inscripción estatutaria.Art. 11 Son actos de la
empresa los ejecutados bajo el nombre y representación de ella por administrador.La administración Corresponderá al titular
de la empresa, el que podrá ejecutar todos los actos y contraer toda clase de obligaciones, dentro del giro de aquella y bajo su
nombre y representación.El titular, o su mandatario debidamente facultado, podrá designar un gerente general, que tendrá
todas las facultades del administrador excepto las que excluya expresamente, mediante escritura pública que se inscribirá en
el registro de comercio del domicilio de la empresa y se anotará al margen de la inscripción estatutaria. Lo dispuesto en este
inciso no obsta a la facultad del titular de conferir mandatos generales o especiales para actuar a nombre de la empresa, por
escritura pública que se inscribirá y anotará en la forma señalada en este inciso.Las notificaciones judiciales siempre podrán
practicarse válidamente al titular de la empresa, no obstante las facultades de recibirlas que se hayan otorgado a una o más
gerentes o mandatarios.Art. 12 Los actos que el titular de la empresa individual celebre con su patrimonio no comprometido en
la empresa, por una parte, y con el patrimonio de la empresa, por la otra, sólo tendrán valor si constan por escrito y desde que
se protocolicen ante notario público. Estos actos se anotarán al margen de la inscripción estatutaria dentro del plazo de
sesenta días contados desde su otorgamiento.Art. 13 La pena del delito contemplado en el número 2 del artículo 471 del
Código Penal se aplicará aumentado en un grado si fuere cometido por un empresario de responsabilidad limitada.Art. 14 Los
acreedores de la empresa podrán oponerse a toda modificación que signifique disminución de las garantías o respaldos que la
empresa represente en consideración a su patrimonio, en la misma forma y oportunidad establecidos en el inciso primera del
articulo 10.Art. 15 La empresa llevará su contabilidad en registros permanentes y con sujeción a las normas del Código
Tributario.Los balances serán ejecutados por un contador registrado. En todo caso, el empresario deberá designar uno a más
inspectores de cuenta o auditores externos con el objeto de que examinen la contabilidad y demás estados financieros y
vigilen las operaciones y fiscalicen las actuaciones de la administración, así como el fiel cumplimiento de las normas legales,
reglamento reglamentarias y estatutarias, debiendo emitir un informe escrito sobre aquéllos al término de cada ejercicio.Art. 16
El Servicio de Impuestos Internos podrá eliminar de la contabilidad las partidas que no digan relación con el objeto de la
empresa, o agregar las realizadas en su giro y que no aparezcan en ella. La empresa podrá reclamar de esta resolución ante
el juez de letras de su domicilio, la que se tramitará en procedimiento sumario.Cualquier acreedor podrá pedir al juez de letras
del la empresa, que se eliminen a agreguen, según las partidas a que se refiere el inciso anterior, la que se substanciará en
juicio sumario con audiencia del Servicio de Impuestos Internos.Art. 17 La empresa destinará anualmente el cinco por ciento, a
la menos, de las utilidades liquidas a un fondo de utilidades retenidas hasta completar un mínimo del veinte por, ciento del
capital que establezca el balance del ejercicio anual, que se destinará a absorber pérdidas o a pagar deudas en casa de
liquidación.Completado el fondo legal, podrá todo o parte de éste destinarse a aumentar el capital de la empresa, caso en el
cual deberá formarse nuevamente con las futuras utilidades liquidas, en aplicación del inciso anterior. Si la empresa tuviere
pérdidas acumuladas, las utilidades del ejercicio se destinarán primeramente a absorberlas; al fondo referido en los incisos
anteriores.El resto de las utilidades líquidas pertenecerán al patrimonio del titular separado del patrimonio de la empresa, una
vez que se hubieren retirado, y no habrá acción contra ellas por las deudas sociales.Art. 18 El titular responderá ilimitadamente
con sus bienes no comprometidos en la empresa en los siguientes casos:a) Por los actos efectuados fuera del objeto de la
empresa, para pagar las obligaciones que emanen de esos actos;b) Por los actos que se ejecutaren sin el nombre o
representación de la empresa, para cumplir las obligaciones que emanen de tales actos;c) Sí la empresa no llevare la
contabilidad a que refiere el artículo 15;d) Si la empresa no cumpliere con las reservas ordenadas en el artículo 17;e) Si la
empresa celebrare actos simulados, ocultare sus bienes a reconociere deudas supuestas, aunque de tales actos no se siga
perjuicio inmediato;f) Si el titular percibiere rentas de la empresa que no guarden relación con la importancia de su giro, o
efectuare retiros que no correspondiere a utilidades líquidas y realizables de que pueda percibir según el inciso final del
artículo 17, og) Si la empresa fuere declarada en quiebra, culpable o fraudulenta.Art. 19 La quiebra fortuita de la empresa no
llevará la quiebra personal del titular, pero la de éste importará la de la empresa.Los acreedores de la empresa gozarán de
preferencia para el pago de sus créditos sobre los bienes comprometidos en ella. Los acreedores personales del titular no
tendrán acción sobre los bienes de la empresa. En caso de liquidación, tales acreedores sólo podrán accionar contra los
beneficios o utilidades que la empresa correspondan al titular y sobre el remanente una vez satisfechos los acreedores de la
empresa.Art. 20 La empresa individual de responsabilidad limitada terminará: a) por voluntad del empresario; b) por la llegada
del plazo prevista en el estatuto; c) por el cumplimiento de su objeto; d) por el aporte del capital de la empresa individual a una
sociedad, de acuerdo con lo previsto en el artículo 20; e) por la reducción del capital de la empresa a menos del veinte por
ciento del mismo establecido por la ley para constituirse; f) por quiebra, o g) por la muerte del titular. Los herederos podrán
designar un gerente común para la continuación del giro de la empresa hasta por el plazo de un año, al cabo del cual terminará
la responsabilidad limitada.Cualquiera que sea la causa de la terminación, ésta deberá declararse por escritura pública,
inscribirse y publicarse con arreglo al artículo 6 . En el caso de letrag), corresponderá a cualquier heredero declarar la
terminación; excepto si el giro hubiere continuado y se hubiere designado gerente común, pero, vencido el plazo, cualquier
heredero podrá hacerlo. Valdrán los legados que el titular hubiere señalado sobre derechos o bienes singulares de la empresa,
los que no serán afectados por la continuación de ésta, y se sujetarán a las normas de derecho común.Las causales de
terminación se establecen tanto en favor del empresario como de sus acreedores.Art. 21 El aporte de capital de la empresa
individual a una sociedad hace responsable a ésta por las deudas contraídas por la primera, a menos que su titular declare,
con las formalidades del inciso segundo del articulado anterior, asumirlas ilimitadamente.Art. 22 En el caso de la letra f) del
artículo anterior, el adjudicatario único de la empresa podrá continuar con ella, en cuanto titular, para lo cual así deberá
declararlo con sujeción a las formalidades del artículo 6 .Art. 23 La liquidación de la empresa podrá hacerse por el mismo
empresario; por un liquidador designado por la justicia ordinaria en el caso de la letra g) del artículo 20 y, en todo caso, si lo
solicitaren al menos tres acreedores de la empresa, o de acuerdo a la legislación del ramo en el caso de quiebra.El empresario
podrá evitar la liquidación haciéndose cargo del activo y pasivo de la empresa, en cuyo caso responderá con todos sus bienes
por las obligaciones respectivas. Los acreedores podrán exigir las garantías necesarias, y si no fueren otorgadas éstas a
satisfacción del juez, se nombrará por éste un liquidador. Lo dispuesto en este inciso se entiende sin perjuicio de las normas
aplicables a la quiebra. Art. 24 Todas las actuaciones a que dé origen la aplicación de las acciones emanadas de esta ley se
substanciarán en procedimiento sumario ante el juez del domicilio de la empresa".
Legislatura 322, Sesión 3 de 06 de Junio de 1991
Participación en proyecto de ley
ACCIÓN JUDICIAL DE DOÑA MARIANA MARTELLI CONTRA MINISTROS DE ESTADO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, recientemente el Senado se pronunció sobre el sentido y alcance del artículo 49,
N 2), de la Constitución Política de la República. Y señaló que, conforme a la Ley Fundamental, el artículo 49, N 2), sólo
establece un procedimiento de pase o permiso previo del Senado, destinado a allanar el fuero de los Ministros de Estado, para
permitir a los particulares perseguir ante los tribunales ordinarios de justicia la responsabilidad civil que pudiera caber a
aquéllos por algún acto ejecutado en el ejercicio de sus cargos. En consecuencia, no corresponde que el Senado entre a
conocer del fondo del asunto; sólo debe verificar si, de los antecedentes que se presentan, hay fundamento racional de
controversia jurídica sobre la eventualidad de que los actos del Ministro o de los Ministros pudieran haber ocasionado
perjuicios injustos al solicitante. Por lo tanto, no se trata de una acusación en contra de los Ministros, sino de la admisibilidad
de una acción judicial que un particular, que se siente perjudicado por un acto de éstos, quiere entablar, no ante el Senado,
sino ante los tribunales ordinarios de justicia. Tal como lo señalamos, el Senado en su oportunidad resolvió sobre el criterio
general con que debía tratarse y entenderse el artículo 49, N 2), de la Constitución. Hoy, esta Corporación debe ejercer esta
atribución en un caso concreto. El acuerdo anterior, aprobado por la inmensa mayoría del Senado, se refirió a la norma
general, a la pauta general respecto de la aplicación de este precepto constitucional. Ahora, esa norma general debe aplicarse
a un caso concreto y preciso. No creo que sea necesario reiterar aquí todos los argumentos planteados en aquel debate en
esta Sala, que ha sido uno de los más trascendentales que ha tenido esta Honorable Corporación en los últimos tiempos. Sin
embargo, baste recapitular lo más sustancial de lo acordado en aquella ocasión, para dar mayor claridad en cuanto a la
decisión que ahora adoptaremos. En primer lugar, debemos recordar que, sea nuestro voto afirmativo o negativo en este caso,
no nos estamos pronunciando sobre el fondo del asunto controvertido; que no estamos resolviendo sobre si el derecho asiste a
la parte reclamante o a la parte en contra de la cual se reclama; que no estamos emitiendo un juicio acerca de si los Ministros
de Estado, en el ejercicio de sus cargos, ocasionaron o no ocasionaron un perjuicio injusto a la reclamante. En cambio, esta
Corporación sí se pronunciará en cuanto a si estima que hay fundamento racional de controversia entre esa reclamante y los
Ministros de Estado. Si decidimos que hay fundamento, sobre aquella controversia han de resolver, en su momento, los
tribunales competentes. Y cualquiera que fuere su fallo, sea que favorezca o desfavorezca a la reclamante, en él nada podrá
concernir al Senado. Como contrapartida, cabe aquí recordar una consecuencia natural de la correcta inteligencia de la
separación de funciones públicas. Si nuestro pronunciamiento acoge la admisibilidad de la acción judicial que intenta la
reclamante, esa admisibilidad tampoco equivaldría ante el tribunal a una presunción en favor o en contra de la tesis de dicha
reclamante. En suma, al pronunciarnos hoy, no lo haremos erigidos en tribunal. Nuestra Constitución sólo excepcionalmente
—y, por cierto, de modo expreso— otorga al Senado facultades judiciales. Cuando así lo hace, emplea siempre el mismo verbo
que define la función de los tribunales ordinarios: "conocer". Y dos son los casos en que la Corporación actúa como tribunal:
primero, cuando debe conocer de las acusaciones que la Cámara de Diputados entabla contra determinadas personas,
conforme al N 1) del artículo 49 de la Carta Fundamental, ya que él usa la expresión "conocer", en tanto que el N 2), que es el
que se aplica al caso de los Ministros de Estado, emplea la frase "Decidir si ha o no lugar...". Evidentemente, la Carta Política
se está refiriendo a dos cosas muy distintas: mientras en el N 1) —en el caso de las acusaciones constitucionales— el Senado
entra al fondo de la controversia, en el N 2) sólo decide una cuestión previa. Si así no fuera, habría empleado la misma voz en
ambos preceptos. Igual razón se aplica al segundo caso de actuación de la Cámara Alta como tribunal, contemplado en el N 3)
del mismo artículo 49, cuando debe "Conocer de las contiendas de competencia que se susciten entre las autoridades políticas
o administrativas y los tribunales superiores de justicia;". Naturalmente, en cuanto excepcionales, las normas de los N s. 1) y 3)
de la referida disposición sólo pueden ser interpretadas en forma restrictiva. En ningún otro caso está facultada la Corporación
para conocer de acciones judiciales, esto es, para ejercer funciones jurisdiccionales. Si así lo hiciera, incurriría en el ilícito
constitucional que sanciona el artículo 7 del Texto Fundamental, al disponer que ninguna magistratura puede atribuirse otra
autoridad o derechos que los que expresamente se le haya conferido por la Constitución o las leyes. ¿En qué consistirá,
entonces, nuestra decisión? ¿Será ella acaso una decisión política? ¿Votaremos por afinidad o por distancia ideológica?
¿Hemos de votar "Sí" o "No", según queramos favorecer o desfavorecer a los Ministros de Estado contra quienes se reclama?
Ciertamente, no es ése el sentido de la norma constitucional. Como señalé en su oportunidad, estimo que ella ha querido
establecer un mecanismo de equilibrio equitativo: por una parte, que la autoridad no sea turbada por iniciativas aventuradas; y,
por otra, el derecho de toda persona a ser tratada con igualdad ante la ley y a recibir igual protección en el ejercicio de sus
derechos. Se trata, pues, de una facultad vinculada a la prudencia política o, incluso, a la prudencia institucional, en cuanto ella
supone el equilibrio entre las instituciones y la persona individual. Pero aquélla no se orienta a hacer efectivas
responsabilidades políticas, ni a expresar estas o aquellas simpatías o antipatías ideológicas. Emplear esta facultad
constitucional con un propósito político es desnaturalizarla. Porque, para responsabilidades políticas, otros son los
instrumentos constitucionales contemplados en normas distintas. Tan evidente es esto, que la declaración de admisibilidad
carece de todo efecto sobre el ejercicio del cargo ministerial por sus titulares; vale decir, la aprobación de la admisibilidad por
el Senado no impide, naturalmente, que los Secretarios de Estado continúen en el ejercicio de sus cargos. En cambio, cuando
la acusación es política —como aquella que se entabla ante la Cámara de Diputados—, de acogerse, quedan suspendidos de
ellos. Y en el caso de que el Senado la apruebe, quedan destituidos de los mismos. Incidentalmente, es también por eso que
la Cámara de Diputados no se ha pronunciado en este caso: porque no ha habido acusación constitucional, no está en juego la
responsabilidad política de los Ministros. La responsabilidad política y la responsabilidad civil son dos cosas enteramente
distintas. Como tales, son justamente diferenciadas por la Carta Fundamental. Y, para hacerlas efectivas, también son
diferentes los instrumentos constitucionales. Del mismo modo, para expresar apoyos o rechazos políticos, otras son las vías
adecuadas. Hemos dicho que se trata de prudencia. Pero, ¿prudencia respecto de qué? ¿Adónde se orienta la norma
constitucional que analizamos? ¿Cuál es el bien jurídico que protege? Ya se ha mencionado ese doble objetivo: por una parte,
la expedita labor de los Ministros de Estado, que no debe verse entorpecida por acciones judiciales no sustentadas en motivo
notoriamente plausible; por la otra, los derechos del particular, que bien podrían haber sido injustamente perjudicados por un
acto del Ministro en el ejercicio de su cargo. Y, ¿dónde opera la prudencia? En discernir si lo invocado por el reclamante es o
no plausible. Por cierto, podría resultar difícil formarse un juicio categórico a este respecto. Pero no es eso lo que pide la Carta
Política. Porque, para poder ser fundadamente categórico, habría que entrar a conocer del fondo del asunto, en todos sus
aspectos y en cada uno de sus elementos. Y es ese conocer del fondo lo que, precisamente, la norma examinada no permite
al Senado, sino sólo a los tribunales ordinarios de justicia. Siendo así, lo que el Texto Fundamental encomienda a esta
Corporación es sólo una apreciación genérica, previa, prejudicial, que no presume ni establece derechos definitivos. Pero,
también esa apreciación genérica podría ser, en conciencia, difícil. Porque, efectivamente, parecerían estar en juego, por un
lado, los intereses colectivos del cuerpo social, encarnados en los Ministros de Estado; y por otro, intereses meramente
particulares, de una persona individual. Si así fuera, parecería, en consecuencia, que la balanza, en caso de duda, debiera
inclinarse siempre en favor del Ministro de Estado y en contra del particular. No me parece que sea ése el sentido de la norma
constitucional. Por el contrario, estimo que, si a alguien quiere favorecer con ligera benevolencia, debiera ser al particular. ¿Por
qué concluyo lo anterior? Porque el orden de los preceptos constitucionales no es arbitrario ni caprichoso. Su ubicación en la
Carta tiene un sentido preciso. Así, tiene un significado claro el que la primera de todas las disposiciones constitucionales sea
aquella que en el artículo 1 consagra el principio de que "Los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos.". Entre
las normas fundamentales, ésa es primordial. Pienso que esa prioridad es la que se refleja en la norma del artículo 49, N 2). La
Constitución ha querido que el particular no quede en la indefensión frente al fuero del Ministro de Estado, si aquél estima
haber sido perjudicado por un acto de éste en el ejercicio de su cargo. La barrera insalvable que el fuero representa se hace
salvable por la declaración de admisibilidad por el Senado. Ello pone en un pie de igualdad al particular y al Ministro,
cumpliéndose así el primer mandato constitucional. En mi concepto, contribuye a corroborar la interpretación anterior el inciso
tercero del mismo artículo 1 de la Carta Política, según el cual "El Estado está al servicio de la persona...". En este caso de
controversia entre un Ministro de Estado y una persona individual, el artículo 1 también arroja luz sobre la norma del 49, N 2).
En suma, a mi juicio, de producirse una eventual dificultad para resolver acerca de cuál es el criterio más prudente, la propia
Constitución contiene los elementos para facilitar tal decisión. Finalmente, estos mismos criterios contradicen un argumento
que se planteó en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, según el cual la controversia entre el Estado —en la
persona de los Ministros— y el particular ya habría quedado resuelta en favor del primero desde el momento en que se dictó el
decreto de insistencia, en conformidad al artículo 88 del Texto Fundamental. En estricto rigor, el decreto de insistencia zanja la
controversia entre el Ejecutivo y la Contraloría General de la República —lo hace en cuanto a la legalidad del decreto—, sin
perjuicio de las atribuciones de la Cámara de Diputados. Mas no dirime la polémica (ni podría hacerlo) entre el Estado —o
Ejecutivo— y el particular. Esa otra controversia es la que se centra en los eventuales perjuicios, y de ella sólo pueden conocer
los tribunales de justicia. No estaría el particular en igualdad ante la ley si un conflicto jurídico que lo afecta pudiera ser resuelto
entre dos instancias estatales, sin intervención alguna de su parte. Para que esa igualdad sea efectiva, para que ese
conocimiento por los tribunales pueda ocurrir, se ha recabado la declaración de admisibilidad del Senado. ¿Se han cumplido
todos los requisitos formales que la Constitución señala para tal solicitud de admisibilidad? Sí, se han cumplido. ¿Se cumplen
las condiciones establecidas en el informe de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, hechas suyas por el Senado,
en cuanto a que se trata de un acto personal del Ministro o de los Ministros en el ejercicio de sus cargos? Sí, se cumplen.
¿Aparecen fundamentos racionales de controversia jurídica acerca de la eventualidad de que ese acto pudiere haber
ocasionado perjuicios injustos a la solicitante? Sí, aparecen efectivos. ¿Son plausibles los motivos de esta acción judicial que
pretende emprender la reclamante contra un Ministro o Ministros de Estado? ¿Parecen fundarse en antecedentes serios, que
merecerían ser considerados por los tribunales de justicia? A mi juicio, en conciencia, sí, por todas las razones expuestas. En
consecuencia, estimo que se encuentran reunidos todos los requisitos constitucionales y legales. Y, atendidos los
antecedentes invocados por la solicitante, considero admisible su solicitud para ocurrir ante los tribunales y hacer comparecer
ante ellos a los Ministros de Estado que señala, para que sean dichos tribunales los que resuelvan en definitiva la controversia
planteada, la que —repito— no tiene origen político, sino meramente jurídico. Por lo tanto, serán los tribunales los que
resuelvan esta contienda jurídica. El Honorable Senado, cuando decida respecto de si ha o no lugar a la admisibilidad de esa
acción, estará resolviendo acerca de una materia sobre la cual debe pronunciarse en conciencia y con prudencia, la que
—reitero— carece de contenido político o ideológico y se encuentra al margen de la conducta de los Ministros como agentes
del Estado o en su actuación pública, que tiene por objeto, exclusivamente, permitir a un particular que se siente afectado
entablar la acción respectiva ante los tribunales de justicia, donde se resolverá si tiene razón o no, y, en caso afirmativo, la
indemnización de perjuicios a que tiene derecho. No es el Senado el que debe entrar a conocer el fondo de la materia, a
conocer los antecedentes que motivaron al Ejecutivo a dictar el decreto de insistencia correspondiente. Cometeríamos un
grave error y estaríamos contraviniendo nuestro propio acuerdo respecto del sentido cabal del artículo 49, número 2), de la
Constitución Política, si entráramos a conocer el fondo del asunto: si tuvo o no razón el decreto firmado por todos los Ministros
de Estado, o si la tuvo o no la Contraloría General de la República, o si la tuvo o no —lo que es más— el reclamante para
fundamentar su acción. Lo anterior no procede en la intervención que nos cabe. Lo que debemos analizar es si se trata de una
controversia con fundamento plausible; si ha causado perjuicios, o pudiere eventualmente causarlos, los que serán
determinados por los tribunales de justicia. Por esas consideraciones, señor Presidente, solicito que en su oportunidad esta
Honorable Sala dé lugar a la admisibilidad que nos ocupa y permita que un particular, en ejercicio de sus derechos, entable las
acciones que estime conveniente, privando en este caso a los Ministros del fuero que la Constitución les otorga sólo para
evitar aquellas de carácter aventurado que se intenten en su contra. Muchas gracias, señor Presidente.
Legislatura 322, Sesión 7 de 18 de Junio de 1991
Participación en proyecto de ley
PRÓRROGA DE ENTRADA EN VIGENCIA DE LEY N 18.892, GENERAL DE PESCA Y
ACUICULTURA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en cuanto al proyecto para prorrogar la entrada en vigencia de la Ley de Pesca,
sería necesario dejar constancia del número de señores Senadores presentes, para los efectos del quórum calificado que se
requiere en este caso.
Debate en sala
INFORME DE COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN SOBRE LAS PROPOSICIONES DE LAS
COMISIONES MIXTAS.- ESTATUTO DOCENTE - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, se han señalado aquí distintos argumentos que abonan la opinión que en su
oportunidad expresé en la Comisión de Constitución en cuanto a que las proposiciones que formule una Comisión Mixta deben
votarse en conjunto. Se han invocado las razones de texto, que, a mi juicio, no sólo son suficientemente explícitas para
entender el alcance de la norma, sino que también corresponden a todo el sistema lógico derivado de la filosofía y del principio
de las Comisiones Mixtas. Tal como acertadamente lo dijo el Senador señor Thayer, el sentido que tienen las Comisiones
Mixtas es el de buscar "la forma y modo" —como lo indica la Constitución— de resolver la controversia planteada entre ambas
Cámaras. No olvidemos la situación en que nos encontramos: la formación de una Comisión Mixta obedece a una disparidad
de criterios entre la Cámara de origen y la Cámara revisora, manifestada en la votación realizada en cada una de ellas con
resultado diverso. ¿Qué persigue la norma constitucional que dispone la creación de una Comisión Mixta para esa
circunstancia? Que a través de este mecanismo, que integra tanto a Diputados como a Senadores, se procure encontrar al
problema una solución que considere los distintos factores envueltos en la divergencia. Por lo tanto, no es posible que la
proposición de una Comisión Mixta sea aceptada sólo en parte por una Cámara u otra, pues su carácter unitario tiende a
buscar una salida global y no una parcial. En mi opinión, ése es el fin de las Comisiones Mixtas: intentar una solución
completa, que naturalmente será distinta de la voluntad manifestada por los señores Diputados o los señores Senadores al
votar el correspondiente proyecto. Otra cosa es que la propia Comisión Mixta proponga diversas alternativas para zanjar el
conjunto de problemas producidos. Por eso la Constitución, muy acertadamente, estableció que una Comisión Mixta
"propondrá la forma y modo de resolver las dificultades". Si la Comisión Mixta estima que el problema debe resolverse votando
una sola proposición que englobe todos los distintos aspectos que han estado en discusión, hará una. Si, en cambio, considera
que debe superarse mediante diversas alternativas, así lo planteará. Pero el sentido de ese organismo es buscar la armonía
entre las dos Cámaras en conflicto; tratar de encontrar un mecanismo de solución, que, por cierto, no necesariamente debe ser
el que guste a cada una de las partes, sino uno que, en concepto de la Comisión Mixta, permita superar las divergencias de
manera armónica. Ése es, en mi opinión, el sentido que deben tener las Comisiones Mixtas. Y en la medida en que demos
fuerza e importancia a esa concepción —búsqueda de entendimiento entre las dos Cámaras—, veremos que aquéllas tendrán
un papel diferente del asignado a los distintos trámites constitucionales en la Carta de 1925. Entendida así la Comisión Mixta,
no cabe ninguna duda de que puede proponer una sola forma de solucionar el conflicto, aunque también es cierto que puede
plantear varias. Por lo tanto, sin perjuicio de que podemos estudiar con mayor profundidad el tema —y estaría de acuerdo en
que volviera a Comisión—, he querido adelantar esa opinión acerca del sentido que debe tener la Comisión Mixta. He dicho,
señor Presidente.
Legislatura 322, Sesión 15 de 09 de Julio de 1991
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE TITULO VII DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, creo necesario que el Senado legisle para perfeccionar la normativa que
actualmente establece la ley N 18.168, General de Telecomunicaciones. Los preceptos vigentes han quedado manifiestamente
sobrepasados por la evolución tecnológica y la realidad social. Las nuevas posibilidades en este campo, unidas a la más fácil
difusión de esos conocimientos en el promedio de la población, han facilitado el ocupamiento del espacio radioeléctrico. Desde
cierta perspectiva, eso incrementa la libertad de información, en cuanto multiplica las opciones de radiodifusión. Sin embargo,
evidentemente, la mayor libertad para algunos no puede ejercerse a costa de la libertad y derechos de otros. Urge, pues,
terminar con manifestaciones anárquicas al respecto y restablecer el orden en el espacio radioeléctrico. Para ello, es preciso
que la autoridad disponga de facultades claras y específicas en esta materia, las que, a su vez, conllevan deberes igualmente
claros que esa autoridad no podría olvidar sin incurrir en infracción. Tal necesidad constituye algo que va mucho más allá del
color político de estos o de aquellos usuarios irregulares. El contenido ideológico de las transmisiones realizadas al margen de
la ley implica un problema distinto, el cual —a mi juicio— debe tratarse por separado. Otros son los instrumentos institucionales
y jurídicos para eso. Lo que interesa aquí es que, con la acción de las radios ilegales, se ha generado una situación de
anarquía que pone a Chile en el incumplimiento de obligaciones internacionales vigentes. Eso debe corregirse cuanto antes. El
ordenamiento del espacio radioeléctrico es una responsabilidad del Estado, por su directa incidencia en el derecho
constitucional de la libertad de expresión. Esa función le está encomendada por ley al Ministerio de Transportes y
Telecomunicaciones, a través de la Subsecretaría correspondiente; y ella debe cumplirse por medio de canales institucionales
bien delimitados y funcionales. Por su parte, la radiodifusión debe operar necesariamente en condiciones tales que con ella no
se afecte la expresión legítima de quienes tienen derecho a comunicarse según las normas fijadas por el Estado conforme a la
ley. Así, éste debe velar por el expedito derecho a una adecuada recepción de las emisiones por la comunidad, sin que tales
emisiones sean afectadas por otras ilegales. En los países que han descuidado el resguardo cabal de ese derecho, no ha
tardado en imponerse un cuadro de caos. Si la autoridad no vela por la libertad de expresión, ella desaparece fácilmente. Las
emisoras ilegales, al no sujetarse a las directivas técnicas y jurídicas que permitan compatibilizar el ejercicio del derecho a la
libre expresión, atentan peligrosamente contra éste. El estricto cumplimiento de las normas no va, pues, en contra de la libre
expresión, sino en urgente defensa de ella. Se observa, sin embargo, que los recursos legales con que está actualmente
dotado el órgano fiscalizador son inadecuados. Es apremiante, en consecuencia, llenar los vacíos detectados en la legislación
sobre telecomunicaciones. Si el órgano público competente ha expresado carecer de atribuciones suficientes para regularizar
la situación denunciada, resulta impostergable detener el funcionamiento de equipos clandestinos; obligarlos a atenerse a la
ley y sancionar las infracciones. No podemos postergar la subsanación de tal situación. En esto no debe quedar lugar a duda
alguna: las normas que aprobemos deben permitir que, sin dilación, las transmisiones irregulares se ajusten a Derecho o
cesen. No se trata aquí de permitir un margen de tolerancia para con una infracción calificada como menor. La libertad de
expresión es esencial en una democracia plena; no cabe admitir que se le atropelle en ninguno de sus elementos. Si se admite
un atropello menor, no tardarán en producirse otros mayores; y cuando se tolera que una libertad sea conculcada, no tardarán
en verse afectadas otras. La experiencia enseña que una violación del Estado de Derecho lleva a otra. El debilitamiento del
imperio de la ley y del principio de autoridad, aun en materias de entidad aparentemente menor, tiene un efecto acumulativo;
se sientan precedentes que luego son emulados en otros ámbitos. Para llegar a la consolidación de un sistema democrático,
debemos dotar al Estado de atribuciones eficaces, para que la ley pueda ser efectivamente cumplida. Sólo así podremos exigir
la realización cabal de su obligación de imponer el acatamiento de la ley en igualdad de condiciones para todos, sin excepción
ninguna. En consecuencia, votaré favorablemente esta iniciativa, porque el restablecimiento de la plena legalidad no puede
tardar más.
Legislatura 322, Sesión 19 de 17 de Julio de 1991
Proyectos de Acuerdo Presentados
RECHAZO DE RESOLUCIÓN DE NACIONES UNIDAS SOBRE EL SIONISMO - 1
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El señor VALDÉS (Presidente).— Ha llegado a la Mesa un proyecto de acuerdo, suscrito por los Honorables señores
Navarrete, Páez, Hormazábal, Pacheco, Martin, González, Soto, Urenda, Diez y Fernández, del siguiente tenor: "Visto: "Que la
resolución vigente N 3379 (XXX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de fecha 10 de noviembre de 1975, sobre
"Eliminación de todas las formas de discriminación racial", determinó que "el sionismo es una forma de racismo y
discriminación racial". "Considerando: "Que no existen razones valederas que puedan servir de fundamento para sostener que
el sionismo constituye una forma de racismo o discriminación racial y que, por el contrario, la realidad histórica demuestra que
el sionismo respeta todas las razas y, de hecho, ha contribuido a integrar a hombres y mujeres de los más diversos orígenes y
rasgos. "Que el mantenimiento de la referida resolución no contribuye a los esfuerzos de entendimiento y paz en el medio
oriente, y que el deterioro de la situación en esa zona puede comprometer gravemente la concordia y la seguridad
internacional. "Que por el contrario, el tenor de la resolución antedicha fomenta la intolerancia religiosa e incita al
antisemitismo, perjudicando al pueblo judío en todo el mundo. "Que la posición tradicional de Chile respecto al problema del
medio oriente ha sido de estricta adhesión a los principios de derecho internacional, reconociendo, por una parte, el derecho
inalienable del pueblo palestino a su autodeterminación y a la constitución de un Estado soberano e independiente,
condenando todas las políticas y prácticas que violan los derechos humanos del pueblo palestino. Y por otra parte,
reconociendo también el derecho de Israel a vivir en paz, dentro de fronteras seguras y reconocidas. "Que es deber de todos
los miembros de la comunidad internacional propiciar un clima de entendimiento entre los pueblos. "Que en su oportunidad,
Chile se abstuvo en la votación de la mencionada resolución. "Que existe un amplio movimiento parlamentario para pedir la
revocación de la resolución señalada, y en este sentido han actuado los Congresos de Argentina, Ecuador, Guatemala,
Honduras, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, así como también el Parlamento Europeo. "El Senado de la
República de Chile, "Acuerda: "Expresar su rechazo a la Resolución N 3379 (XXX) de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, por estimar que ella incurre en conceptos equívocos que no favorecen la solución pacífica de las controversias ni la
comprensión entre los pueblos del orbe, y "Comunicar el presente Acuerdo al Sr. Secretario General de las Naciones Unidas,
para los fines a que haya lugar.".
Legislatura 322, Sesión 24 de 07 de Agosto de 1991
Participación en proyecto de ley
REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y
PROVINCIAL Y ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, en esta primera parte de mi intervención voy a referirme a los aspectos generales
que dicen relación con este proyecto de reforma constitucional; y luego -si hubiere tiempo- formularé algunas consideraciones
particulares más concretas acerca del texto aprobado por las Comisiones unidas. En frecuentes ocasiones he expresado mi
opinión en cuanto a que el sistema vigente en la Constitución de 1980 sobre gobierno y administración regional y comunal
debe tener una oportunidad razonable para desplegar sus potencialidades. Los primeros frutos observados en el breve lapso
en que se ha aplicado integralmente son, a mi juicio, esperanzadores. Pienso que las características del debate suscitado
acerca del régimen regional y también no pocos aspectos del relativo a la administración comunal confirman los fundamentos
de mis anteriores apreciaciones en esta materia. Si embargo, ante el hecho de que los diversos sectores políticos han
aceptado ya la idea de reformar integralmente el gobierno y administración regional y provincial y el régimen comunal, estimo
necesario concentrar nuestro esfuerzo en lograr que tales modificaciones sean efectivamente conducentes al fin perseguido.
Destaco este punto, porque, en el calor de una polémica donde inciden importantes y legítimos intereses electorales y
partidistas, se corre el riesgo de olvidar un tanto cuál es el verdadero objetivo final que deben tener estas reformas.
"Descentralización y desconcentración de la administración del Estado" y "democratización en la generación de autoridades a
nivel comunal" son los fines que señala el mensaje de este proyecto. Este enunciado requiere de cierto grado de clarificación.
En efecto, la descentralización administrativa, si bien es muy deseable, difícilmente puede erigirse en una meta en sí misma.
Es una modalidad, un sistema, un mecanismo, que en determinados momentos históricos se considerará tal vez favorable, y
en otros, negativo. Pero es sólo un instrumento que mira hacia valores superiores y que no se basta por sí solo. La doctrina
observa que será descentralizado aquel sistema en que las necesidades públicas locales se satisfagan mediante servicios
públicos independientes del poder central. Descentralización es, en consecuencia, transferencia o repartición de potestades
entre autoridades diferentes; esto es, entre entes públicos distintos. Otro propósito del Ejecutivo es la "desconcentración".
También ella alude a la entrega a subordinados jerárquicos de poderes de decisión y competencia propios, en razón de la
especialidad técnica o índole de un determinado servicio. Ciertas atribuciones se separan para ser desarrolladas con relativa
independencia del poder administrador central. Pero quien ejerce esas atribuciones desconcentradas lo hace como
mandatario, por ley, del poder central. Esta es una modalidad más típica de un régimen de administración centralizada.
Simplificando: parece desprenderse que con "descentralización" el Ejecutivo se refiere a las competencias y facultades que
mediante este proyecto se traspasarían a los Consejos Regionales y Concejos comunales; y con "desconcentración", a las
facultades que la ley asignaría a intendentes y gobernadores -y otros funcionarios-, en cuanto mandatarios del Ejecutivo. En
ambos casos, se trata de que el poder central se desprenda de ciertas competencias y atribuciones y las traspase a otro titular.
De la propia definición reseñada se concluye que la descentralización supone la idea de un traspaso de facultades más
completo y definitivo. La desconcentración, en cambio, se acerca más a la idea de una delegación, sujeta a que el mandatario
mantenga una conducta que complazca al superior. Este último, por vías jerárquicas, podrá influir en el ejercicio de las
atribuciones asignadas. No obstante, en los dos casos queda en evidencia que ese traspaso no se basta a sí mismo. El
mensaje hace referencia, en segundo lugar, a la expresión "democratización en la generación de las autoridades a nivel
comunal" y regional. Manifiestamente, "democratización" es un término en exceso genérico. Indispensable resulta, entonces,
precisar qué es lo más esencial de su contenido. Quizás podamos concordar en que "democratizar" es dar acceso al
ciudadano a las decisiones públicas y verdadera incidencia en las mismas; y muy en especial en aquellas que más
inmediatamente le conciernen. Lo anterior, proyectado a la región y a la comuna, equivale a ampliar sustancialmente el actual
ámbito de libertades y decisiones propias de las comunidades de base regionales y comunales. Ello incluye, por cierto, las
libertades y decisiones de la ciudadanía, de las personas que la componen y de los cuerpos intermedios en que se agrupen,
como instancias orgánicas y funcionales. Esta concepción excede -con mucho- lo meramente electoral. El sistema
representativo es graficable como una pirámide. Pero esa pirámide no sería sino formalmente democrática si las decisiones
compitieran sólo a la cúspide. Por el contrario, será verdaderamente democrática si en cada nivel de ella es posible adoptar las
decisiones que corresponden a ese nivel, sin tener que depender de una resolución que descienda de lo alto. A mi juicio, el
verdadero objetivo de esta reforma debe ser una mejor y más profunda democracia para las regiones y las comunas.
Democracia en la base y para la base. A esa meta deben servir la descentralización y la desconcentración aludidas. En ese
sentido, "democratizar" significa aumentar la participación en las decisiones. Mas esa participación no se agota en el mero acto
de votar para preferir a este candidato o aquel otro, de entre los designados por un grupo de partidos, a menudo sin injerencia
alguna del ciudadano votante. En el pasado se asistió en Chile al espectáculo de la formalidad electoral cumplida con ritualidad
casi religiosa. Pero será insuficiente y frágil aquella democracia en que, concluidos los comicios, el ciudadano se vea retraído
-como aquí se ha definido- a la calidad de "espectador con derecho a voto". Por lo tanto, poco se ganaría en democracia y en
participación si las reformas en estudio se tradujesen fundamentalmente en que el gobierno y la administración regional y
comunal se entregaran a la decisión de los partidos políticos; y si, finalizadas las elecciones, el ciudadano ya no tuviese más
oportunidad de intervención real en la solución de sus problemas locales. Con lo anterior no se pretende desmerecer en nada
la trascendental importancia de las elecciones en una democracia. Sólo se precisa que ellas no agotan la participación
necesaria ni, por tanto, conforman exclusivamente la democracia. Con ello tampoco se ignora la necesidad de un adecuado
sistema representativo. Pero sí se hace hincapié en que una verdadera democratización no es en absoluto incompatible con
aquél, ya que lo perfecciona y enriquece. Siendo así, no basta establecer un mecanismo electoral para concluir que con ello se
ha democratizado el municipio o la región. Este país tuvo elecciones por muchas décadas; pero no resolvieron el problema de
la insuficiente participación de las comunidades regionales y comunales. Y, en cuanto no lo hicieron, las elecciones no
equivalieron a una suficiente democratización. Para ser realmente operativa, una reforma en este ámbito debe fundarse, en mi
opinión, en un cabal concepto de regionalización y de municipalización participativas. Esto significa atender debidamente a las
responsabilidades, atribuciones y libertades que corresponden a la comunidad regional y comunal, a los cuerpos y
asociaciones intermedios y, en definitiva, a la ciudadanía; esto es, a las personas. Eso la transformará en un instrumento de
democratización eficaz y enriquecedor. La reforma propende a la descentralización y a la desconcentración, y lo hace bien. Es
muy positivo que el Estado traspase facultades del poder central, al regional y comunal. Pero, en cuanto sólo descentralización
y sólo desconcentración, ése es un traspaso de un órgano público a otro órgano público. En suma, de un órgano estatal a otro
de igual naturaleza. En la medida en que se detuviese ahí, sería un mero planteamiento estatista. Los cuerpos intermedios, la
ciudadanía, las personas, poco o nada recibirían por esta vía. Si así ocurriese, la reforma representaría una limitación, frente a
los objetivos de participación más amplia, de decisión más libre, de democracia más profunda. Poco o nada se avanzaría si el
esquema actual se reemplazase hoy por otro que simplemente trasladase esos elementos, de la capital nacional, a las
capitales regionales. No creo que el país hubiese progresado mucho si, en vez de tener un solo Gran Santiago, pasase a tener
un Santiago y doce copias menores. No puede ser ése el sentido, ni debería ser ése el resultado de la reforma constitucional.
Por el contrario, ella debería orientarse a entregar o a restituir sus legítimas atribuciones y responsabilidades a la base, esto es
a las comunidades regionales, comunales y, por cierto, a los propios ciudadanos. Insuficiente, y quizás contraproducente, sería
que la regionalización resultase en un mero fortalecimiento de las estructuras que ya tiene el Estado en cada Región. En tal
caso, la comunidad y sus miembros sólo habrían cambiado un estatismo por otro, sin aumento verdadero de su libertad y sus
posibilidades. A este respecto, creo útil considerar esta reforma desde la perspectiva de lo que ella debe representar en la
línea de evolución del pensamiento y de la práctica en Chile en cuanto a las nociones de comuna, provincia y región. Basta
una sucinta mirada a la evolución del municipio (precisamente, porque en ese sentido suele reiterarse que nuestro país tiene
una larga experiencia) para reparar en que ella no ha sido especialmente afortunada. Hace exactamente un siglo, con la
dictación de la Ley de la Comuna Autónoma, entra a nuestro ordenamiento jurídico la idea de un municipio dotado de
autonomía respecto del poder central. La anterior ley orgánica, de 1854, consagraba un sistema de total centralismo
administrativo, con municipalidades dependientes del gobernador o subdelegado. Las decisiones del incipiente poder local
estaban sometidas a la aprobación del Ejecutivo, esquema este que encuentra sus raíces en el centralismo borbónico. Carente
de un financiamiento suficiente, sin la madurez política necesaria y sin vías de participación para la comunidad, la comuna
autónoma no fue un éxito. En 1915, otra ley orgánica confirió nuevas atribuciones a los municipios, reglamentando las
responsabilidades del alcalde. Pero las limitaciones preexistentes subsistieron. Eran organismos muy débiles los que recogió y
consagró la Carta de 1925, sin añadir las atribuciones substanciales previstas en la de 1833. En lo político, la Constitución de
1925 atendió a la supervigilancia de las municipalidades por asambleas provinciales, así como al nombramiento de algunos
alcaldes por el Presidente de la República, como norma excepcional respecto de la elección directa de los regidores, que
designaban al alcalde de entre ellos. En cuanto a los demás elementos que podían dar vida y vigor a las municipalidades, no
hubo un avance importante; faltaban los recursos suficientes. Es muy elocuente, en cuanto al criterio centralista prevaleciente
en la práctica, el que las asambleas provinciales no hayan llegado a existir jamás, y que las municipalidades no hayan tenido
sino una vida muy lánguida en lo funcional, si bien activa en lo político. El colapso del antiguo régimen arrastró consigo la
institución de los regidores electos, cerrando con ello todo un capítulo de nuestra historia. El Gobierno plantea que hoy
estamos abriendo uno nuevo. Si así ha de ser, recordemos la generalizada conciencia colectiva que existía en 1973 acerca de
la inoperancia del régimen de regidores entonces vigente. En los hechos, su colapso careció de significación para la vida
cotidiana de la población. Esto, junto a la escasa o nula repercusión práctica que tuvieron las sucesivas desapariciones de los
sistemas anteriores a él, indica que ninguno de ellos llegó a hacerse carne en la vida cívica real de los chilenos. Recordemos
también las causas principales de ese descrédito, que ya era inocultable en la década de los sesenta: influencia exorbitante de
los intereses políticos por sobre cualesquiera otros, falta de adecuado financiamiento, excesiva' improvisación en la acción
comunal, insuficiencias técnicas y, por sobre todo, desvinculación entre el municipio y la comunidad, por la ausencia de
mecanismos efectivos de participación. En ese elemento debemos reparar a la hora de emprender este nuevo ensayo, porque,
a lo largo de la vida republicana -como se aprecia-, son ya varios los experimentos de distintas formas de organización del
régimen municipal. Sin embargo, de ninguno de ellos puede afirmarse que haya sido un éxito. Su variación muestra que el país
no ha encontrado, hasta ahora, una estructura que equilibre mejor las facultades del poder central y aquellas, legítimas y
necesarias, de las comunidades locales. La gran empresa regionalizadora y municipalizadora acometida por el Gobierno de las
Fuerzas Armadas y de Orden es profundamente innovadora porque, por primera vez, ha querido ir más allá de las facultades y
deberes del Estado, para considerar las facultades y responsabilidades de la propia comunidad. Antes del proceso
regionalizador que inició ese Gobierno en 1974, el sector público hipertrofiado se había constituido en una de las trabas
fundamentales para el desarrollo nacional. En ese cuadro, la antigua organización en provincias y departamentos, así como
sus modalidades de organización nacional, habían llevado a que Santiago fuese, de hecho, el único centro de decisiones del
país. La nueva estructura y organización regional que fue necesario construir tuvo por meta maximizar el desarrollo de Chile,
preservando el principio unitario, pero equilibrado con una suficiente capacidad de decisión regional y local. Eso debió ir a la
par con una división geográfico-administrativa que fomentase y generase el desarrollo, en vez de obstaculizarlo. Ese es el
proceso hoy en marcha, que no deberíamos eliminar, sino perfeccionar. En lo político, el proceso referido se tradujo en una
nueva división administrativa del país y en la definición de una estructura de administración y gobierno interior acorde en el
plano regional, provincial y comunal. Se crearon nuevas comunas, reduciendo la extensión territorial de algunas existentes,
para atender más eficientemente a la población. La solidaridad, la prevención, la información, la colaboración tienden a
manifestarse mejor en unidades más pequeñas. Ellas tienen más fuerte conciencia de identidad y problemas comunes. Esto
puede ser determinante en cuanto al apoyo que la autoridad reciba de la comunidad. Aunque sólo fuese por esa razón,
deberíamos atender a que el proceso en curso no se detenga. La presente reforma debería significar un estímulo para avanzar
hacia la reducción de las dimensiones comunales. Eso contribuye a alcanzar comunas más humanizadas. También durante el
Gobierno anterior se crearon los COREDE y CODECO, para permitir la participación de la comunidad organizada en el
desarrollo regional y comunal. Con ellos se buscaba suplir la larga deficiencia de los cuerpos excluyentemente políticos, que
no dejaban espacio o que controlaban indebidamente las demás formas de organización. Si la presente reforma los enriquece,
completa y perfecciona con una equilibrada integración electoral, ciertamente habrá dado un paso muy positivo. Pero, si los
desplaza hacia una vacía posición simbólica, ella habrá significado un evidente retroceso. Apoyados en las normas jurídicas
correspondientes, se crearon servicios públicos regionales, dependientes del intendente respectivo o supervigilados por éste,
en reemplazo de la antigua estructura nacional centralizada. Se estableció un sistema general y coordinado de delegación de
funciones. Se facultó a los servicios públicos para encomendar la ejecución de sus acciones y la administración de sus
establecimientos o bienes a las municipalidades o a entidades de Derecho Privado. Se crearon organismos técnicos de
asesoría permanente a las autoridades regionales y comunales, antes inexistentes (SEREMI, SERPLAC, SECPLAC). Se
integró a las regiones y comunas al sistema de planificación regional, mediante el desarrollo y aplicación de instrumentos para
ello (Banco Integrado de Proyectos, Plan Comunal de Desarrollo). Se desconcentraron los Ministerios, servicios públicos y
empresas del Estado. Se inició la capacitación permanente del recurso humano en el nivel regional y comunal, en técnicas de
evaluación socioeconómica de proyectos, para mejorar la capacidad de gestión y la calidad de la inversión pública. Se
descentralizó la enseñanza superior mediante la creación de dieciséis universidades regionales, además de permitir la
creación de planteles privados de enseñanza superior. Se puso en marcha el plan de desconcentración metropolitana, por
medio del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo. Para mejorar la calidad y satisfacer oportunamente las necesidades básicas
de la comunidad, se traspasó a los municipios la administración de los establecimientos educacionales y la atención primaria
de salud. Se regionalizaron los programas de empleo, el subsidio único familiar y las pensiones asistenciales. Se puso en
marcha el Plan Nacional de Desarrollo Rural, para mejorar la calidad de vida del sector. La regionalización y la
municipalización, así concebidas, permitieron, por primera vez en nuestra historia, un manejo sistemático de los recursos
públicos en forma descentralizada. Para ello se creó el Fondo Nacional de Desarrollo, orientado a satisfacer necesidades de
inversión pública regional. Con el mismo objeto, se dictó en 1979 la Ley de Rentas Municipales, que aumentó
substancialmente los recursos financieros de las comunas. Adicionalmente, actuó él como mecanismo compensatorio,
favoreciendo a las comunas con menor generación de recursos propios. Se extendió a todas las regiones una labor de apoyo
al sector exportador chileno, especialmente para pequeños y medianos productores. Mediante franquicias tributarias y
aduaneras, junto a bonificaciones directas a los sectores productivos, se apoyó a las zonas extremas del país, que enfrentan
mayores obstáculos para alcanzar el desarrollo económico. En ese esquema se insertan las zonas francas de Iquique y Punta
Arenas. Con parecidos instrumentos, se atendió al fomento forestal y del riego, para incorporar nuevas superficies
aprovechables. Todo lo anterior se realizó poniendo el acento principal de la confianza pública en la capacidad de la persona y
de las organizaciones que ella misma crea y hace actuar. Esa confianza es la que la presente reforma no debería retirar. Ella
es la que ha hecho posibles los avances antes esbozados, que son sólo algunos, entre muchos. Por cierto, resta mucho por
hacer, mucho por perfeccionar. Pero la dirección seguida por más de una década y media es la correcta. Los resultados lo
comprueban, como se desprende de la historia de todo el siglo en curso, y aún más. Regionalizar y municipalizar es mucho
más que sólo dar al Intendente una facultad que antes poseía el Ministro. Eso puede ser útil y conveniente en determinadas
circunstancias, pero es obviamente insuficiente. Para el ciudadano común, la lejanía del Ministro puede ser prácticamente tan
grande como la del Intendente. Baste pensar tan sólo en las .enormes distancias que separan a innumerables localidades de
la respectiva capital regional, para advertir cuan insuficiente puede resultar un mero proceso que se reduzca a aquello. En
cambio, en un proceso global de regionalización y municipalización, es evidente y real el acercamiento del aparato estatal a la
comunidad. Ese es, por ejemplo, el sentido de la municipalización de la salud, de la educación, de la vivienda, de los servicios
auxiliares de la justicia y de muchos otros. Toda una gama en inicio, o por iniciarse, se abre en los campos de la asistencia
social, la urbanización, la prevención de riesgos, el medio ambiente, el turismo, el deporte, la cultura. De allí que regionalizar y
municipalizar sea perfeccionar la democracia, ya que ello significa creer en la libertad y en la capacidad de las personas y de
las comunidades de basé. Regionalizar y municipalizar no significa que el Estado aporte menos recursos, sino que aproveche
mejor esos recursos, en la forma en que la comunidad más lo necesite, donde más lo requiera, según ella misma lo resuelva,
en lugar de depender de las planificaciones teóricas y las decisiones de una autoridad central remota. De allí que exista una
vinculación entre la subsidiariedad estatal, la regionalización y la municipalización. Si éstas se debilitan o se paralizan, ni las
elecciones ni la mera transferencia de facultades resolverán los problemas de retraso regional, de falta de participación, de
centralismo y de formalismo en nuestros regímenes democráticos. Cuando la regionalización y la municipalización se enfocan
con los criterios ya descritos, se desvanece el peligro de atomización y disgregación de la unidad nacional, que se suele
invocar contra aquéllas. Porque la participación eficaz, la igualdad de oportunidades y la apertura a posibilidades de bienestar
más generalizado son elementos que mueven a la unión del país. Normalmente, nadie desea abandonar esas condiciones. No
se justifica, pues, vacilar ante un proceso que fortalece la unidad en torno a lo fundamental, precisamente porque despeja lo
entrabante, lo innecesariamente subordinante. Es preciso destacar que los principios expuestos precedentemente se aplican
tanto a la regionalización como a la municipalización propiamente tal. Sin embargo, ambos procesos son de naturaleza distinta,
y por eso los designamos con términos diferentes. Tal diversidad deriva de que cada región y comuna no se diferencian
meramente por su extensión territorial. La organización de la vida comunitaria a que ambos conceptos aluden es distinta.
Podría graneársela diciendo que lo comunal se relaciona y aproxima a lo concreto de las necesidades más cotidianas,
especiales y aun personales, de una comunidad y de sus miembros. La ilimitada variabilidad de lo específico, e incluso
individual, es un rasgo que le es propio. Lo regional, en cambio, apartándose de lo más particular, mira hacia el ámbito de lo
más general y abstracto. Entre uno y otro plano hay un desplazamiento de grado. Pero es lo suficientemente importante entre
lo comunal y lo regional como para hacer exigible la distinción profunda a que aludo. La municipalización exige un análisis y un
tratamiento concretos: qué competencias y facultades se traspasan al nivel local; a qué órganos se encomiendan ellas; qué
recursos se destinan a éste para servir sus obligaciones. En suma, incluso en la amplia acepción que le asignamos, supone
básicamente acentuar la descentralización y perfeccionar los instrumentos técnicos para dar más libertad y bienestar a las
bases ciudadanas en la instancia comunal. Supone incorporar al sistema la elección de sus autoridades, con todo lo que ello
conlleva. Pero eso, a grandes rasgos, puede funcionar bien. La municipalización es ya una realidad, incipiente todavía; sin
embargo, efectiva. Y ella puede seguir operando sobre la base de perfeccionar la estructura existente, en especial si se
complementan, y no se desmantelan, los nuevos canales que han comenzado a funcionar en la última década. La
regionalización, en cambio, es un proceso en que la buena intención empieza a abrirse paso con mayor vigor. Pero las
grandes metas de éste exigen avanzar mucho más allá de todas las estructuras que hoy día existen. Ella también es
descentralización y desconcentración; es desprendimiento de atribuciones del poder central; es entrega de competencias; es
destinación de fondos. La regionalización es todo eso. Sin embargo, la mayor autonomía y el mayor desarrollo de las regiones
dependen de algo más: de ir al fondo de los mecanismos que animan la vida de una nación. Por eso, nunca se llegará a
niveles satisfactorios de desarrollo regional si no se potencia de verdad al sector privado y a las personas. Porque ese sector
es el que afianza el desenvolvimiento regional. Cuando me refiero al sector privado no estoy aludiendo sólo a lo económico o
empresarial, por esencial que ello sea, sino al conjunto completo de las manifestaciones vitales de una sociedad regional, toda
vez que el centralismo que hoy impera no sólo es una centralización o concentración de facultades, sino que alcanza a todos
los aspectos: la educación, la salud, el deporte, la cultura, el arte y la recreación. En una palabra, abarca todo. No sería
democrático postular o aceptar que en esos innumerables campos el Estado se hiciese cargo de la superación del centralismo,
cuando y como el gobernante de turno lo estimase adecuado. Por lo demás, las limitaciones propias de aquél en esta materia
están a la vista, tanto en nuestro país como en el resto del mundo. No es casual, sino causal, la relación que existe entre
centralismo, economías centralizadas y el retraso de los países así organizados. Tampoco es casual, sino causal, la relación
entre desarrollo armónico de las regiones, economía libre y desarrollo de las naciones. De allí la vinculación necesaria entre el
proceso regionalizador y el potenciamiento del sector privado, el cual, en general, en todos los ámbitos, equivale a
descentralización del funcionamiento económico, a desconcentración y a desburocratización. Esa es la esencia de una vida
política verdaderamente regionalizadora, que consiste en dar libertad y estímulos. Eso es lo que permitirá un desarrollo
equilibrado, incluso en lo espacial del territorio. Ello, evidentemente, es mucho más vasto y profundo que una mera
reasignación de funciones o de recursos dentro del aparato estatal. No me extenderé más en la consideración de principios de
la presente reforma. Lo dicho baste para ilustrar por qué ella, si bien me parece útil en algunos aspectos, debe corregirse y
profundizarse. La realidad -tal como se ha señalado- es mucho más compleja. Y porque lo es, requiere de instrumentos de
igual carácter. La vida cotidiana de las personas y de las organizaciones de la comuna tiene un componente local más
acentuado que el que considera exclusivamente la reforma planteada. Y ese componente local no es menos legítimo, ni menos
real, ni menos apremiante. De allí que un ordenamiento institucional equilibrado sólo será aquel que atienda a la vez a los
componentes nacional y local, sin que ninguno opere en desmedro del otro. La reforma hace bien en fortalecer las estructuras
administrativas locales del Estado. Pero también debería hacerlo respecto de sus comunidades de base. Si logramos que así
sea, habremos aprovechado una gran oportunidad para avanzar hacia una mejor participación. El proceso de regionalización
supone un fomento sistemático de la acción autosuficiente de los agentes de base, de las personas, en vez de la pasiva
espera de una parte mayor del presupuesto público. El significa fomentar la instalación de centros productivos en las regiones,
favoreciendo los estímulos para que así ocurra. Y no estoy hablando de burocráticos conglomerados estatales con el nombre
de empresas, ya que la experiencia universal lo desaconseja, sino de centros productivos viables que respondan a las
verdaderas necesidades, realidades y capacidades de cada región, capaces de sostenerse a sí mismos en la prueba de la
competencia nacional e internacional. Los desafíos son las principales vías que, a mi juicio, permitirán al país obtener
beneficios de los inmensos recursos desaprovechados de nuestro territorio. Ellos son los que posibilitarán descentralizar y
desconcentrar hacia las regiones y en las mismas; ellos son los que permitirán ir más allá de eso: hacia la mayor autonomía e
igualdad de posibilidades de los gobiernos central, regional y comunal. Tales principios e instrumentos ya están en acción.
Permitámosles seguir haciéndolo a fin de que perfeccionen nuestra democracia. Por las razones antes señaladas, votaré a
favor de la idea de legislar, sin perjuicio de que, si hay el tiempo suficiente, realizaré un análisis respecto de los principales
aspectos que, a mi juicio, comprende la reforma constitucional que hoy estamos aprobando, los cuales apuntan -tal como
señalé al comienzo- a dar mayor democracia y más participación a las regiones, y, al mismo tiempo, permiten que
efectivamente, por la vía del proceso electoral que la propia Constitución establece, sean elegidas las autoridades regionales y
comunales, en su caso; y se ha estimado conveniente que así sea. Si es posible, en mi segunda intervención haré una
referencia pormenorizada en cuanto a las principales ideas contenidas en los artículos del informe aprobado por las
Comisiones unidas, en lo que dice relación a los principios generales ya expuestos. He dicho.
Participación en proyecto de ley
REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y
PROVINCIAL Y ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 2
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, en la mañana hice presentes los aspectos doctrinarios y de principios que, en mi
concepto, debieran inspirar la reforma constitucional del régimen regional y comunal. Señalé cuál de esos principios debe
prevalecer con respecto a otros, con el objeto de dar adecuado cumplimiento al anhelo, compartido por todos, de avanzar en la
regionalización, democratizar los municipios y darles la autonomía económica y financiera que requieren para el cumplimiento
de sus funciones. Deseo abordar ahora algunas materias contenidas en el proyecto, cuyo primer informe hoy debatimos, y que
fueron aprobados por las Comisiones unidas. Me referiré, en primer lugar, a lo dispuesto en el artículo 1 de la iniciativa, que
sustituye el artículo 3 de la Carta Fundamental. El Senador señor Calderón señaló que la forma en que está redactado
constituía un error jurídico, por cuanto, a su juicio, debilitaría la regionalización.
Participación en proyecto de ley
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El señor FERNÁNDEZ.- Creo que la simple lectura del artículo 3 , en los términos en que fue aprobado por las Comisiones, y
su comparación con el vigente, ahorran todo comentario. Es necesario aclarar, sin embargo, lo siguiente. La disposición
constitucional en vigor dice que "El Estado de Chile es unitario. Su territorio se divide en regiones.". Y agrega: "La ley
propenderá a que su administración sea funcional y territorialmente descentralizada.". El precepto acogido por las Comisiones,
por su parte, no se remite a que "propenderá" a la descentralización, sino a que "será funcional y territorialmente
descentralizada"; es decir, el actual constituyente, al abordar la descentralización, revela mayor énfasis y decisión. La
Constitución habla de "propenderá"; el proyecto, de "será".
Participación en proyecto de ley
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El señor FERNÁNDEZ.- No estoy aludiendo a mérito mío, sino a lo que el señor Senador señaló.
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El señor FERNÁNDEZ.- Creo que, por desgracia, el Senador señor Calderón no ha entendido bien. A mi modo de ver, el
artículo se explica por sí solo. Es lamentable que Su Señoría no advierta la diferencia entre un texto y otro. Confío en que con
el tiempo podrá advertir que cuando se agrega la desconcentración a la descentralización se está afianzando, reforzando, el
proceso de regionalización, el que puede realizarse -no sé si lo sabrá el señor Senador- no sólo a través de la
descentralización, sino también de la desconcentración, que son dos principios completamente distintos desde el punto de
vista jurídico, pero que convergen en un mismo objetivo: hacer más eficiente la administración regional. En mi concepto, la
simple comparación de los textos y la recta inteligencia de lo que debe entenderse por descentralización, con el agregado de la
desconcentración, sustentan suficientemente la aprobación del precepto por las Comisiones, por cuanto refuerza de una
manera muy positiva todo el proceso. Creo que la disposición propuesta constituye un avance en la regionalización, ya que,
como he dicho, comprende, además del concepto de descentralización, el de desconcentración, elemento que potencia todo
un esfuerzo regionalizador que el país entero anhela concretar. Pero no sólo esa norma constituye un avance muy importante.
Hay muchas otras, acogidas por las Comisiones unidas, que dan vigor al proceso regionalizador y al relativo a las
municipalidades. Por ejemplo, se modifica el artículo 85 de la Constitución, referente a los tribunales electorales regionales,
que constituyeron una novedad en la Carta de 1980, pero que sólo estaban encargados de calificar las elecciones de carácter
gremial. Ahora, en cambio, estos tribunales -que han funcionado en forma acertada y correcta- tendrán además competencia
en las elecciones que la propia ley les encomiende. En seguida, nos encontramos con una disposición de gran contenido, que
reviste suma importancia para los efectos de la regionalización y en lo tocante a los municipios. A mi juicio, es uno de los
preceptos claves. Me refiero al artículo 100 que, después de un largo debate en la Comisión, fue aprobado en su oportunidad.
Esta norma precisa y distingue con especial calidad la diferencia entre gobierno y administración. Señala que el gobierno de
cada región reside en el Intendente, y que la administración superior corresponde al gobierno regional -formado por el
Intendente más el Consejo Regional-, cuyo objetivo es el desarrollo social, cultural y económico. El gobierno regional gozará
de personalidad jurídica de Derecho Público y tendrá también patrimonio propio. Sin perjuicio de lo que en su oportunidad se
decida en el segundo informe, advierto que constituye una impropiedad jurídica otorgar patrimonio y personalidad jurídica al
gobierno regional. Habría sido más propio dárselos a la Región. Creo que, en estricta doctrina, los gobiernos son los
instrumentos de los cuales un ente puede valerse para el cumplimiento de sus obligaciones. Debemos hacer notar, por
ejemplo, que el gobierno central no cuenta con personalidad jurídica ni posee patrimonio propio. En cambio, de acuerdo con
esta norma, los tendría el gobierno regional. Es -repito- una impropiedad jurídica que en su oportunidad trataré de corregir.
Además, señor Presidente, dentro de las múltiples normas que apuntan hacia ese avance regionalizador y comunal se
encuentra la que establece la composición del Consejo Regional, el que, según lo aprobado por las Comisiones, será elegido
por sufragio universal. En cuanto al patrimonio del gobierno regional, el artículo 104 del proyecto dispone que estará
constituido por los aportes que le otorgue el Presupuesto de la Nación, pero además le fija un porcentaje del Fondo Nacional
de Desarrollo Regional. Al respecto, no obstante la conveniencia de la idea de entregar a dicho Fondo un porcentaje
importante, significativo y de gran trascendencia, para los efectos de que el gobierno regional pueda manejar su patrimonio,
creo que no es necesario que esté contenida en una norma de carácter constitucional. Todavía más: desde un punto de vista
estrictamente constitucional, las disposiciones no debieran tener un grado de inflexibilidad que pudiera en el futuro perjudicar
determinadas decisiones gubernativas. De modo que, si en esta materia se mantuviera el principio de dar a las regiones una
fuerte, decisiva e importante participación en el Fondo Nacional de Desarrollo mediante un porcentaje de los gastos de
inversión del Presupuesto de la Nación, y esto se consignara en forma concluyente y tajante en otro cuerpo legal -como la Ley
de Rentas Municipales o la relativa a la regionalización-, estimo que podría obviarse el recurrir a la rigidez de una norma
constitucional. En seguida, entre las diversas disposiciones -en aras de la brevedad, me referiré a una que reviste particular
significación- figura la contenida en el artículo 107, relativo a la administración comunal. En él, junto con definir claramente al
municipio, le agrega como norma constitucional el carácter de autónomo; vale decir, precisa que se trata de una corporación
de Derecho Público dotada de autonomía. De esta manera se resalta un aspecto tan importante y decisivo para que este
cuerpo fundamental de nuestra sociedad pueda cumplir con sus objetivos. Se trata de un aporte muy significativo y
trascendente de la norma constitucional incluida en el artículo 107. A continuación, el artículo 108 se refiere al Concejo, a su
número de miembros y a que éstos se elegirán por sufragio universal. Será alcalde el que entre ellos obtenga más votos,
siempre que supere por lo menos el 30 por ciento de las preferencias. Quiero señalar que esta norma -el artículo 109- permite
la elección directa del alcalde. ¡Más claro, imposible! Lo que ocurre es que el concejal que no haya logrado el 30 por ciento
-por no contar con un suficiente respaldo ciudadano-, para poder ser designado jefe edilicio tendrá que lograr el apoyo de los
demás concejales. Esta norma es muy similar a la que existía en la Constitución de 1925 en lo atinente a la elección de
Presidente de la República, y de acuerdo con ella fueron elegidos varios Mandatarios cuando no habían logrado superar la
mayoría absoluta de los votos válidamente emitidos. .En ese caso correspondía al Congreso designar al Presidente de la
República, como sucedió con Gabriel González Videla, Carlos Ibáñez del Campo, Jorge Alessandri y Salvador Allende. Este
precepto incluso es menos estricto, por cuanto exige solamente superar el 30 por ciento. Reitero: si una persona quiere ser
alcalde por sufragio y votación directa, por lo menos debe tener el 30 por ciento de las preferencias. En el artículo 111 se
incluyen también disposiciones relativas a la administración financiera, que permiten a los municipios disponer de recursos
propios para cumplir sus objetivos. Me parece que será necesario afinar el precepto a fin de asegurar la disponibilidad de tales
fondos, pues es sabido que la tendencia de los gobiernos centrales es restringir el gasto municipal, y, bajo cualquier
circunstancia o pretexto extraordinario, recurrir a aquéllos para el financiamiento de otras necesidades. En este sentido, creo
que será muy importante el establecer limitaciones para el caso de condonaciones de impuestos, a fin de que cuando el Fisco
pretenda hacerlo lo lleve a cabo con fondos propios, y no con los municipales. Finalmente, hay una norma de gran significación
-la trigésima tercera- que estatuye que las elecciones municipales y las demás a que esta reforma constitucional se refiere
deberán efectuarse antes del 30 de junio de 1992, con lo cual se logra un objetivo calificado por todos los partidos políticos
como de la mayor trascendencia. En esta forma se asegura que las elecciones se realizarán dentro del primer semestre del
próximo año, una vez cumplidos los demás trámites que restan para que ellas puedan llevarse a cabo en dicho plazo. Tales
son, señor Presidente, algunas de las normas más importantes del proyecto cuyo primer informe estamos analizando. El
estudio de cada artículo en particular se hará al elaborar el segundo informe, el que será examinado en esta Sala la próxima
semana. He dicho.
Mociones Presentadas
INTRODUCE UN INCISO SEGUNDO AL ARTÍCULO 65 DEL CÓDIGO DEL TRABAJO,
AUMENTANDO EL FERIADO ANUAL A TRABAJADORES QUE PRESTEN SERVICIOS EN LA XI Y
XII REGIÓN DEL PAÍS. - 1
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Introdúcese el siguiente inciso 2 al 1er. inciso del art. 65 del Código del Trabajo, pasando el actual inciso 2 a 3 :"Los
trabajadores que presten servicios en las regiones XI y XII de Aysén y Magallanes respectivamente, tendrán derecho a un
feriado anual de veinticinco días hábiles"FUNDAMENTO DEL PROYECTO LEY1 La legislación social de todo el mundo ha
considerado como un derecho básico e inalienable de los trabajadores las vacaciones anuales pagadas, preferentemente en la
época más benigna del año.2 Este derecho se torna particularmente necesario en las regiones de clima frío y duramente
azotadas por lluvias, nieve y viento, que exigen para el trabajador y su familia no sólo el descanso anual, sino el
desplazamiento hacia lugares más soleados y hospitalarios.3 En un país de la configuración geográfica y climática de Chile la
regulación pareja y sin distingos del derecho a vacaciones se transforma en una atroz injusticia para aquellos trabajadores
que, impelidos a trasladarse al centro o norte del país durante su feriado anual, deben enfrentar la insoportable alternativa de
hacerlo por vía aérea, cuyo costo les consume parte principal, o total de sus remuneraciones -dependiendo del grupo familiar -,
o los obliga a endeudarse desmedidamente, o si desean optar por un medio más a su alcance delocomoción, consumen en la
duración de viaje la mitad del feriado, porlo menos.4 Esta situación especial que afecta a la población de las regiones del
extremo sur de Chile, que son las más australes del mundo, siempre fue reconocida, tanto por motivos sociales, como de
estimulo a la radicación de chilenos en territorios de enorme importancia geopolítica y económica. Sin embargo, una legislación
que buscó terminar con el exceso de particularismos y regímenes laborales que existían en Chile, incurrió en el error de
desconocer el derecho a vacaciones más prolongadas que asistía a los trabajadores de Aysén y Magallanes, no como
privilegio especial, sino como necesaria compensación a las exigencias mayores que les impone la residencia en el extremo
sur del país.
Legislatura 322, Sesión 25 de 08 de Agosto de 1991
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE ARTÍCULO 71 DE LA CONSTITUCIÓN EN MATERIA DE URGENCIA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, no soy partidario de esta reforma, en primer lugar, por consideraciones de orden
general que dicen relación a todo el proceso que estamos viviendo. Estas sucesivas y permanentes modificaciones de nuestra
Constitución afectan, a mi entender en forma muy importante, la estabilidad del Régimen, no en términos de su
quebrantamiento, sino en cuanto a la seguridad y a la confianza que las personas puedan tener en la Carta Fundamental. En
segundo término, tampoco estoy de acuerdo con la reforma en sí misma. En particular, me referiré a ello más adelante. La
estabilidad en la legislación es un valor a que toda sociedad aspira. Pero la estabilidad constitucional es un valor aún más
preciado y propio de todos los países desarrollados que gozan de prestigio y del progreso: los rigen Textos Fundamentales y
normas jurídicas claras y precisas que determinan cuándo se pueden hacer ciertas cosas y cuándo no. En definitiva, todas las
naciones desarrolladas han alcanzado este grado de crecimiento por haber sabido conservar la estabilidad y certeza en las
reglas del juego, que permiten a los particulares saber qué pueden hacer, en qué oportunidad y de qué forma. Como digo, es
gravemente atentatorio contra la estabilidad constitucional y el desarrollo de todo nuestro proceso estar permanentemente
alterando la Carta Fundamental. Ayer lo hicimos, después de un largo debate, en una materia trascendental, que por sí sola
constituía una unidad: la reforma regional y comunal, como conjunto, asunto que requería ordenamiento y estudio acabados. Y
así se hizo. Ahora, ¿con qué nos encontramos? Con aspectos relativos a la tramitación de las leyes, lo que también incide en
las facultades del Presidente de la República, que se ven seriamente afectadas, sin existir en ello unidad alguna. Vale decir,
estamos enmendando el esquema constitucional en un aspecto, pero olvidando otros que son esenciales. Reitero: la Carta
tiene una unidad, un pensamiento, una filosofía y una doctrina. No puede modificarse aisladamente una de sus normas, por
cuanto la respectiva facultad del Primer Mandatario está inserta dentro de un conjunto que da sentido a toda la normativa
constitucional. Por lo tanto, me parece que someter a nuestra consideración día tras día modificaciones constitucionales
aisladas -en este caso, cercenando una facultad del Jefe del Estado para dársela al Congreso- es grave, porque no estamos
tomando en cuenta el proceso constitucional en su globalidad, sino separadamente, con buenos fundamentos para sostenerlo
o para rechazarlo, pero -repito- sin apreciar la Constitución en su conjunto, como unidad. Estimamos extremadamente serio
dar signos de inestabilidad permanente para todo nuestro régimen institucional. Es más: esta sensación de inestabilidad no
sólo se manifiesta en esta reforma, sino también en otras pendientes del conocimiento del Parlamento, que afectan igualmente
las facultades del Jefe del Estado y, por ende, las de aquél. Vale decir, se halla en tramitación una serie de iniciativas de esta
índole. Es así como, además del proyecto en debate, hay otros: los que requieren el concurso del Senado, para el
nombramiento de embajadores y jefes de misiones diplomáticas y para aprobar ascensos en ciertos grados de las Fuerzas
Armadas, y el que le permite conocer el reemplazo de Senadores, en caso de fallecimiento o de imposibilidad. Ayer el
Presidente de la República anunció el envío de una iniciativa tendiente a alterar la duración del período presidencial como
norma permanente. Además, se ha señalado la existencia de otras enmiendas a nuestro ordenamiento institucional igualmente
importantes. Hasta hoy habría cinco o seis, y estoy cierto de que, si buscamos, encontraremos más. Es extraordinariamente
grave -vuelvo a decir- que el Parlamento apruebe una a una y día a día modificaciones constitucionales, pues, con toda
seguridad y razón, el ciudadano preguntará: "Señores, ¿cuál es la próxima reforma? ¿Cuándo se van a afectar otras normas?".
Todo está en permanente inestabilidad, todo es susceptible de alterarse. En consecuencia, si bien es facultad de los
Parlamentarios presentar mociones, también lo es que el valor -y el sentido- de la estabilidad de las instituciones en un país es
extremadamente importante, más aún en un período de consolidación del régimen democrático, en el cual están probando su
eficacia. Por ello, desde el punto de vista del interés general, considero inconveniente la iniciativa en debate y, por la misma
razón, toda otra que pretenda alterar el sentido de la Carta Fundamental. Por otro lado, no debemos olvidar que la normativa
constitucional, junto con enumerar las facultades presidenciales -las cita una a una- y precisar su contenido, alcances y
atribuciones, también impone obligaciones. Y, en este caso particular, el Primer Mandatario tiene la facultad de hacer presente
la urgencia de los proyectos, no por capricho del constituyente, sino porque le ha encargado un deber: que gobierne y
administre el Estado, conforme lo preceptúa el artículo 24 del Texto Fundamental. O sea, por mandato constitucional, el
gobierno y la administración corresponden al Jefe del Estado elegido por la ciudadanía -no al Congreso- y por eso asume la
responsabilidad de determinar la oportunidad en que las medidas respectivas se adopten y cumplan. El Parlamento tendrá
siempre la facultad suprema de aprobar o rechazar el fondo de la materia puesta en su conocimiento, pero no para cuestionar
su oportunidad. Me refiero a casos en que los actos de la administración pueden afectar al país entero. Es cierto que hay
situaciones en que el tiempo puede no tener la importancia o el rigor que estoy señalando y que hay asuntos que pueden
estudiarse con mayor demora; pero otros, no. ¿Qué habría ocurrido si el Senado hubiera estimado que no debía aprobarse
con suma urgencia el proyecto económico relativo a rebaja de aranceles? ¿Qué habría sucedido si lo hubiera despachado con
simple urgencia? ¿Qué habría pasado en el país? ¿De quién habría sido la responsabilidad de ese desastre? Del
administrador, del que propuso la medida, del que tiene la responsabilidad constitucional de gobernar y administrar el país y no
del Congreso. Este podría haber aducido razones muy importantes, pero también de corte meramente político, con el propósito
de obstruir la labor del Jefe del Estado. Por ello, estimo de extraordinaria gravedad que una materia de esta naturaleza quede
entregada a un cuerpo colegiado. Quien tiene las atribuciones debe disponer de los medios para hacerlas cumplir. Si por
mandato constitucional el Presidente de la República -quien es depositario de la ciudadanía- administra y gobierna, deben
proporcionársele las facultades correspondientes. Por otra parte, se ha señalado que debemos legislar para el futuro y que no
debiéramos considerar la situación actual porque sería excepcional, atendidas las fuerzas políticas que hoy día conforman el
Parlamento. Estimo que ese argumento sirve para sostener las posiciones de uno y otro sector. ¿Qué ocurriría si en el
Congreso hubiera una oposición tenaz al Primer Mandatario, como la ejercida en una época pasada que le negó "la sal y el
agua", y, frente a cada urgencia propuesta, aprobara la que permita la tramitación más extensa? Ese Gobierno sería conducido
inevitablemente al fracaso, por cuanto no se adoptarían con oportunidad las medidas administrativas del caso y quedaría
sujeto a una oposición política que se ejercería por razones diferentes de las que podría aducir para impugnar las urgencias
hechas presentes. Por lo demás, esta materia ha sido largamente analizada por los tratadistas. En el informe de la Comisión
de Constitución se alude también a la muy versada opinión del jurista Alejandro Silva Bascuñán acerca del tema, y, con toda
razón, se señala -sin entrar a hacer un juicio histórico de lo ocurrido en Chile respecto del uso de tales facultades- que gran
parte del fracaso de los regímenes parlamentarios que tuvo el país entre 1891 y 1924 se debió a ese tipo de atribuciones de
que disponía el Congreso, en que no estaba obligado a aprobar los proyectos dentro de un plazo definido. La falta de
oportunidad para acoger determinada norma es, a veces, igual o peor que rechazarla. Por lo tanto, en este aspecto debemos
obrar con extraordinaria prudencia y realismo. Y el Ejecutivo tendrá que proceder con mucho conocimiento de la realidad
política del Congreso, por cuanto, si extrema el uso o abusa de las facultades en materia de urgencias, ello puede ser
severamente castigado por el Congreso mediante el rechazo del proyecto. Es decir, el Parlamento posee una arma
poderosísima: rechazar la iniciativa, si no tiene la posibilidad de estudiarla seria y responsablemente. Y así podrá hacérselo
saber al Ejecutivo, el que, a su vez -como ha ocurrido siempre hasta el presenté-, en cada oportunidad en que el Poder
Legislativo le ha pedido mayor plazo, lo ha otorgado. ¿Por qué? Porque sabe necesariamente que, en caso de no acceder,
corre el riesgo de que el proyecto sea rechazado. En consecuencia, sobre este punto, estimamos que también debemos
recoger la experiencia adquirida durante el funcionamiento del Congreso en estos meses; experiencia adecuada, conveniente
y que no se ha prestado a dificultades. En cambio, modificar la norma para permitir que el Parlamento califique las urgencias,
daría lugar a que en el futuro éste u otro Congreso creará obstáculos insalvables para un Gobierno y -lo que es más gravepara un país entero. Aquí se ha expresado que la actual Administración sería partidaria de una reforma de esa naturaleza...
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE ARTÍCULO 71 DE LA CONSTITUCIÓN EN MATERIA DE URGENCIA - 2
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El señor FERNÁNDEZ.- Gracias, señor Presidente. Planteo al país y al Congreso: ¿qué habría ocurrido si el Parlamento no
hubiera aprobado las medidas de rebajas arancelarias -el paquete económico recientemente enviado por el Gobierno- con la
celeridad con que procedió? En esa materia el Ejecutivo solicitó extrema urgencia, atendidas las razones muy poderosas que
le asistían para que lo propuesto se resolviera en el más breve plazo. Sin embargo -reitero-, ¿que habría sucedido si el
Congreso, por diferentes razones políticas, hubiera estimado que dicho plazo no podía ser tan extremo -discrepar en lo
substancial del Gobierno en cuanto a la urgencia- y, de buena fe, que debía ser más largo? A mi entender, habría conducido al
país a una situación muy grave, que perfectamente puede producirse cuando el debate político es enconado y sin cuartel,
como lo observamos en el pasado en que, a veces, se le negaban al Gobierno la sal y el agua. Por consiguiente, en este
punto, quiero llamar la atención respecto de lo que podría ocurrir. Tampoco podemos legislar pensando en atribuciones que
deben otorgarse al Congreso para que éste tenga mayor respetabilidad. Estimo que ella existe, el Parlamento la tiene; emana
de la propia Constitución y de la voluntad mayoritariamente manifestada por el país, que desea naturalmente un Poder
Legislativo con prestigio y que pueda ejercer en forma eficiente sus facultades. Pero las atribuciones que tiene el Congreso las
debe ejercitar en cuanto aquellas son las normales y propias de él; vale decir, despachar adecuadamente los proyectos de ley
en la oportunidad que corresponde. Y en la medida en que el Parlamento lo haga bien -como ha sucedido hasta ahora-, pienso
que su prestigio será cada vez más grande, porque ésa es su función fundamental: aprobar la legislación e introducir las
modificaciones del caso que proponga el Ejecutivo. Pero no determinar necesariamente la oportunidad en que las iniciativas
deben ser despachadas. La administración -reitero- y el gobierno del país corresponden al Ejecutivo. El Congreso tiene la
facultad de legislar y aprobar los grandes principios ordenamientos jurídicos que deben regir Chile, los cuales, además, deben
poseer estabilidad. Por otra parte, no debemos olvidar que el tiempo en que las medidas deben adoptarse es, a veces,
extraordinariamente breve. En la actualidad, considerando el avance tecnológico de las comunicaciones, las medidas que se
toman en determinado país deben ponerse en práctica también con gran rapidez en otro, y éstas, en muchas ocasiones,
requieren de aprobaciones legales. Cuando así ocurre, debe actuarse acorde con los tiempos modernos. En el pasado, el
plazo de las urgencias estaba determinado -diría- por una concepción del tiempo distinta, donde las cosas podían demorar sin
grave detrimento o perjuicio para la nación. En la actualidad, el desarrollo de los medios de comunicación y la velocidad del
avance tecnológico de todos los elementos en juego hacen imposible que un retraso en esta materia deje de causar daño. Por
lo expuesto, señor Presidente, y -repito- en primer lugar, por una razón general, de estimar extraordinariamente grave
modificar todos los días la Constitución, con lo cual se afectan de manera seria e importante -inclusive, puede ser
irremediablemente- la estabilidad y la confianza en el sistema jurídico chileno, considero que no debe aceptarse esta
enmienda. Pero, además, en lo particular, pienso que ésta es una facultad propia de un régimen presidencial, propia de un
Ejecutivo que quiere cumplir eficientemente el mandato popular, y que debe tener las facultades para ello. Si, efectivamente,
deseamos modificar el sistema presidencial; si queremos cambiarlo porque juzgamos que el Primer Mandatario tiene
demasiadas facultades y que el Parlamento cuenta con muy pocas, veámoslo. Pero veámoslo en el conjunto: analicemos
todas y cada una de las facultades del Presidente y, también, todas y cada una de las atribuciones del Congreso Nacional. A
mi entender, ésa es la única manera de estudiar en forma seria y equilibrada un problema de esta envergadura, en que se
hallan involucradas normas que dicen relación a las reglas del juego por las que deben regirse todos los chilenos.
Legislatura 322, Sesión 26 de 13 de Agosto de 1991
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE ARTÍCULO 71 DE LA CONSTITUCIÓN EN MATERIA DE URGENCIA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, ya en la sesión anterior expuse las razones que fundamentan mi votación contraria
a este proyecto de reforma constitucional. Señalé la existencia de motivos generales y particulares relacionados estrictamente
con la iniciativa. Ahora deseo recordar las primeras e indicar que están plenamente vigentes. La estabilidad constitucional de
un país es un valor indispensable para su desarrollo político, económico y social. Las naciones no progresan si todo se halla
en permanente cambio, en constante cuestionamiento, y si cada una de las materias que conforman nuestra legislación básica
y nuestra Constitución están en entredicho; vale decir, si cada día el Congreso apoya o aprueba proyectos que reforman la
Carta Fundamental. Los pueblos...
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE ARTÍCULO 71 DE LA CONSTITUCIÓN EN MATERIA DE URGENCIA - 2
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El señor FERNÁNDEZ.- En la sesión anterior -repito- sostuve que los países progresan cuando tienen estabilidad, la que es
indispensable, porque tanto ellos como las empresas y las personas exigen, para desarrollar sus actividades, reglas del juego
conocidas por todos. Nadie puede proyectar a largo plazo y así contribuir al progreso de Chile y crear mayores fuentes de
trabajo si todo está en permanente cuestionamiento. Si a la reforma que estamos viendo hoy se agregan las indicadas por el
Honorable señor Diez, resulta que gran parte del aparato constitucional está en entredicho. Por lo tanto, creo que esa
consideración general es básica y determinante para apreciar la conveniencia o inconveniencia de legislar en una materia de
esta naturaleza. Y eso es previo a cualquier otra fórmula que pueda corregir, moderar o morigerar el proyecto presentado.
Reitero: el país requiere, a mi entender, estabilidad y reglas del juego claras y conocidas para progresar. Las continuas y
permanentes reformas constitucionales que es-tamos conociendo y las anunciadas por el Ejecutivo son especialmente
atentatorias contra ese principio de estabilidad. Además, y sin perjuicio de las razones que aduje en la sesión anterior sobre el
tema de las urgencias, me parece que hay ciertos hechos que conviene precisar. Se ha señalado que el Ejecutivo acepta este
sistema, y además, que el propio Ministro de Justicia manifestó ser partidario de reformar la legislación en esta materia. El
señor Ministro de Justicia sostuvo en la Comisión que este asunto debía estar estrechamente ligado a un conjunto de normas
tendiente a abreviar el estudio y tramitación de las iniciativas de ley en el Congreso. Y a este respecto, recordó que el 23 de
enero de 1970 se dictó la ley N 17.284 que modificó el artículo 51 de la Constitución Política de 1925 en el sentido de autorizar
a los Reglamentos de ambas ramas del Parlamento para establecer normas en virtud de las cuales la discusión y votación en
particular de proyectos ya aprobados en general por la respectiva Cámara, podían quedar entregadas a sus Comisiones, sin
necesidad de discusión y votación en particular en la Sala. El representante del Ejecutivo señaló que ese sistema morigeraba
la facultad del Congreso para negar determinada urgencia. Con un procedimiento abreviado de discusión de la iniciativa legal
-más efectivo, más rápido- el tema de las urgencias adquiere una dimensión diferente. Por ello, señor Presidente, existen
razones no sólo de tipo general y de conveniencia -que, a mi entender, son definitorias para un problema de esta naturaleza-,
sino también particulares, a las cuales me referí en su oportunidad: la agilidad y prontitud con que debe proceder el Presidente
de la República para administrar y gobernar, gestión de la que responde ante el país. Al Congreso sólo compete coadyuvar a
esa función y, por lo tanto, no le corresponde esa responsabilidad. Reitero: la razón contenida en el informe de la Comisión,
dada a conocer por el señor Ministro de Justicia, es distinta de lo señalado en la Sala respecto de la absoluta concordancia del
Ejecutivo en esta materia. He dicho.
Legislatura 322, Sesión 29 de 20 de Agosto de 1991
Participación en proyecto de ley
ERECCIÓN DE MONUMENTOS EN MEMORIA DE EX SENADOR DON JAIME GUZMAN
ERRAZURIZ - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el Comité Independiente de 6 Senadores se suma con especial satisfacción e
interés al muy merecido homenaje a una figura tan preclara como fue nuestro querido amigo don Jaime Guzmán. En la sesión
especial celebrada en esta Sala, en que a pocos días de su asesinato rendimos tributo a su memoria, dimos a conocer nuestra
opinión respecto de sus relevantes virtudes y brillante trayectoria tanto en el campo académico como en el político. Fue de
esas personalidades que sólo de tarde en tarde aparecen en el cuadro político nacional. Pienso que su permanente
consecuencia en cada uno de los actos que llevó a cabo en su vida demostraron cuan hondo puede llegar el pensamiento de
una persona cuando a su brillo, coherencia y profundidad se une una claridad virtualmente inigualada. También señalamos en
esa oportunidad que su pérdida era irreparable. Y el transcurso del tiempo nos lo ha ido demostrando: Jaime Guzmán es
irreemplazable. Fue de aquellas figuras que difícilmente pueden repetirse, y menos, por cierto, se tiene la ocasión de conocer.
Por ello, considero de extraordinaria importancia y muy justo este homenaje que se le rinde mediante la moción, para erigirle
un monumento, patrocinada por el Honorable señor Cantuarias, de la Unión Demócrata Independiente, que el Senado
aprobará. Es un homenaje muy merecido al talento y capacidad del Senador señor Guzmán, y señalará a las generaciones
jóvenes que tanto quiso y con las cuales trabajó durante mucho tiempo, el rumbo que deben seguir en cuanto a principios y a
materias de gran interés nacional, como son las políticas. He dicho.
Legislatura 322, Sesión 32 de 22 de Agosto de 1991
Mociones Presentadas
DECLARA, INTERPRETANDO EL ART. 748 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL QUE LOS
JUICIOS DE CARACTER PREVISIONAL QUE COMPROMETAN RECURSOS PUBLICOS QUE
INDICA, SERAN JUICIOS DE HACIENDA.- - 1
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Valparaíso, 20 de Agosto de 1991.Honorable Senado:El Instituto de Normalización Previsional, organismo del Estado
encargado de administrar la casi totalidad de los regímenes previsionales existentes con anterioridad a la vigencia del nuevo
sistema de pensiones, creado por el DL 3500, de 1980, esta siendo objeto de numerosas demandas -más de 3.000 a la fechaque tienen por objeto obtener, para los demandantes, beneficios previsionales que han sido denegados por la Administración,
de conformidad con las normas legales que los rigen y la jurisprudencia administrativa sobre la materia. Los beneficios
previsionales que se solicitan, se financian con recursos del Estado. Muchas de estas demandas han sido interpuestas ante
Tribunales Especiales del Trabajo, cuya finalidad y procedimientos no son conciliables con este tipo de juicios, los que dada la
complejidad de las materias controvertidas deben ser conocidos por los Tribunales ordinarios, por la vía de juicios de lato
conocimiento y no mediante el procedimiento especial laboral establecido para juicios de naturaleza distinta. Si bien algunos
juzgados del Trabajo no han dado lugar a este tipo de demandas, otros, las han admitido a tramitación. Esta situación
perjudica los intereses del Estado, pues le impide defenderse adecuadamente, por ello, hemos estimado conveniente someter
al conocimiento de este H. Senado, un Proyecto de Ley que aclara, por la vía interpretativa, que los juicios de esta naturaleza
son juicios de hacienda y deben ser conocidos por los Tribunales ordinarios con sujeción a los procedimientos
comunes.PROYECTO DE LEYArtículo único.- Declárase, interpretando el artículo 748 del Código de Procedimiento Civil, que
todos los juicios, cuestiones y reclamaciones de previsión o seguridad social, cualquiera sea su naturaleza, época u origen,
que comprometan recursos públicos comprendidos en la ley de Presupuestos de la Nación son juicios de hacienda regidos por
el Título XVI del Libro III de ese Código, de conocimiento de los tribunales ordinarios. Los jueces especiales del trabajo, desde
la publicación de la presente ley, declararán su incompetencia, absteniéndose de seguir conociendo asuntos de la naturaleza
indicada en el inciso anterior y remitirán los que se encuentren pendientes al juez ordinario que corresponda. Los jueces
ordinarios de competencia común, que los estuvieren conociendo con arreglo al procedimiento laboral, los someterán de
inmediato al señalado en el inciso primero. Dios guarde a V.E.
Legislatura 322, Sesión 33 de 27 de Agosto de 1991
Participación en proyecto de ley
REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y
PROVINCIAL Y ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, a mi entender, la indicación, en la forma en que está planteada, se ajusta a los
criterios de admisibilidad comúnmente aceptados por este Senado y por el Congreso. Ella debe referirse a las ideas matrices
del proyecto; y es obvio que una de las ideas matrices o centrales del que se debate es todo el proceso de regionalización. Y si
a través de este proceso se presenta indicación para determinar cómo puede crearse una Región, me parece que resulta
pertinente y concordante con la idea matriz de la reforma. Por consiguiente, creo que la indicación se ajusta a la normativa y
que es admisible. Sobre este particular, quiero señalar que no debemos confundir la admisibilidad con la constitucionalidad.
Tratándose de una reforma de la Carta Fundamental, es obvio que no puede haber inconstitucionalidad, por cuanto la iniciativa
en sí misma tiene por objeto modificar la propia Carta. Lo que sí puede ocurrir es que determinado proyecto de reforma
constitucional no se avenga con las ideas matrices. De ser así, se declara inadmisible, caso en el cual los Parlamentarios
pueden presentar un proyecto de reforma constitucional aparte. Ésa es, a mi entender, la diferencia entre inadmisibilidad e
inconstitucionalidad.
Participación en proyecto de ley
REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y
PROVINCIAL Y ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, esa norma del nuevo artículo 100 fue objeto de enmienda en las Comisiones
unidas, en el sentido de modificar lo originalmente aprobado en el primer informe en cuanto a que el Gobierno Regional
gozaría de personalidad jurídica. Para los efectos de la correcta comprensión del precepto y del empleo de la acepción jurídica
adecuada, se había formulado una indicación tendiente a dar personalidad jurídica a la Región —probablemente, es lo más
propio en Derecho—, la cual se acogió, en principio. Sin embargo, se estimó que dotar de personalidad jurídica a la Región
podría significar algún tipo de alteración de nuestro sistema político-administrativo, pues con el correr del tiempo pudiera
entenderse que ella, además, es titular del territorio, lo cual iría mucho más lejos de lo que el constituyente está tratando de
llevar a cabo en este momento. Por esa razón, se volvió a la idea anterior, consistente en dar personalidad jurídica al Gobierno
Regional. No obstante, y tal como señalé en la discusión del primer informe, aquél no puede tener personalidad jurídica, por
cuanto ésta es el medio o el instrumento mediante el cual se ejercitan determinadas atribuciones. Y si no la tiene el Gobierno
Central, tampoco puede disponer de ella el Regional. Con el objeto de solucionar ese aspecto técnico, se agregó que para "el
ejercicio de sus funciones" el Gobierno Regional gozará de personalidad jurídica. Es decir, se recurrió a la ficción consistente
en que para el solo efecto de ejercitarlas aquél gozará de personalidad jurídica, con lo cual, a mi entender, por un lado se salva
el problema técnico observado, y por otro, no se va más lejos de lo que el constituyente ha querido. Ése es el sentido de la
modificación del inciso final del artículo 100 que se propone. He dicho.
Participación en proyecto de ley
REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y
PROVINCIAL Y ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 3
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, no obstante la premura con que tuvieron que trabajar las Comisiones unidas, lo
hicieron con mucha acuciosidad y con perfecto conocimiento de lo que estaban aprobando. En lo que respecta al artículo 100,
lo que acordaron es acertado y no genera las dificultades de entendimiento a que se refirió el Honorable señor Otero. En
Derecho es muy corriente que una persona tenga dos, tres, cuatro, diez o cien calidades. Y la representación con que obra es
la indicada en el acto jurídico respectivo. Entonces, cuando el Intendente actúe en nombre del Presidente de la República, así
se hará constar; si lo hace en representación del Gobierno Regional, se dejará constancia de ello. Por lo tanto, la dualidad de
caracteres del Intendente —representante del Primer Mandatario y administrador del Gobierno Regional—, a mi juicio, no se
presta para ninguna confusión, por cuanto deberá señalarse cuál es la representación con que está obrando. Por otra parte,
estimo que hay algunos errores —provenientes, probablemente, de la premura con que debió estudiarse el proyecto— y
apreciaciones equivocadas. El Intendente no constituye el Gobierno Regional. Éste se halla integrado por aquél y el Consejo
Regional; o sea, es bastante más que el Intendente. Ahora, quien tiene personalidad jurídica de Derecho Público es el
Gobierno Regional. Y ello no es novedad. Se trata de una situación muy común en nuestro Derecho. ¿Cuáles son las
características de las personas jurídicas? Tienen un nombre, un domicilio, un patrimonio. Se parecen mucho a las personas
morales, como también se las denomina. Y aquí el constituyente está creando una persona jurídica, el Gobierno Regional, que
ejercerá sus funciones, obviamente, en la Región respectiva. Por lo tanto, no veo inconveniente de ninguna especie. Cada
Región tendrá un Gobierno con una denominación, un domicilio, una representación —la que corresponda según la ley
orgánica pertinente— y un patrimonio, al que se refiere la propia Constitución, en el artículo 104 (entiendo que, en la discusión
del proyecto en las Comisiones unidas, esto fue producto de un aporte del Partido Renovación Nacional; porque el artículo que
habíamos aprobado en el primer informe era distinto). De manera que no será cualquier patrimonio, sino uno muy
considerable. Y, además, la ley orgánica —nos hemos comprometido a despacharla con la mayor brevedad— deberá
contemplar cada uno de los demás bienes que conformen el patrimonio regional. En consecuencia, lejos de advertir algún
grado de dificultad en estas normas creo que son de mucha claridad y tienen que interpretarse conforme a los otros preceptos
que la Constitución establecerá y a los que deberán incorporarse en la ley orgánica respectiva. En lo que dice relación al
personal, me remito a lo señalado por la Senadora señora Feliú. He dicho.
Participación en proyecto de ley
REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y
PROVINCIAL Y ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 4
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, la indicación en debate, al establecer que el Intendente tendrá la coordinación,
supervigilancia y fiscalización de los servicios públicos en general —no sólo de los creados por ley—, inevitablemente
comprende a las municipalidades, y también las afecta en algo fundamental, que constituye uno de los grandes avances
contenidos en esta reforma: en la autonomía especial, de carácter financiero y administrativo, de la comuna respecto de todos
los demás órganos del Estado. La comuna no es un ente dependiente de la Intendencia ni del gobierno central: es autónoma.
Y si, en virtud de la facultad que la indicación renovada pretende conceder, el Intendente pasa a tener la coordinación,
supervigilancia o fiscalización de los municipios, se pone término a la autonomía establecida en otros artículos. Vale decir, todo
el proceso que conduce a la autonomía municipal desaparece, o se revierte, con este tipo de normas, que por naturaleza son
centralistas y, por lo tanto, atentan contra esa autonomía, que —creo— representa el espíritu y la esencia de esta reforma
constitucional. Resulta indispensable mantener el texto del artículo 101 en la forma aprobada por las Comisiones, en el sentido
de que sólo corresponde al Intendente "la coordinación, supervigilancia o fiscalización de los servicios públicos creados por
ley". De esta manera, se exceptúan expresamente de esta disposición la Contraloría General de la República, el Banco
Central, los municipios y los demás organismos autónomos. Reitero que la indicación transgrede el principio esencial, básico,
de la reforma que estamos analizando: la autonomía de estos cuerpos intermedios. Como he dicho, el municipio no es un
órgano del gobierno interior; no está en la línea de mando de Intendentes y Gobernadores; no es una organización que
dependa de esas autoridades, pues tiene un título —que ahora mismo estamos aprobando— que va a emanar de la propia
ciudadanía, no del Intendente. He dicho.
Participación en proyecto de ley
REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL Y
PROVINCIAL Y ADMINISTRACIÓN COMUNAL - 5
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El señor FERNÁNDEZ.— Concuerdo con los señalado por el Honorable señor Diez. Si el legislador puede conceder ciertas
facultades o atribuciones a las municipalidades, también podría otorgarles recursos. El dar o no dar es facultativo del
legislador. Entonces, si puede no hacerlo, con mayor razón puede entregarlos en forma condicionada. Vale decir: puede
darlos; puede condicionarlos o negarlos. Repito: ello es una facultad del legislador. Y obviamente, al otorgar recursos
condicionados a determinada reglamentación, está resguardándose y posibilitando que se fiscalice adecuadamente el uso de
los fondos destinados con cargo a la Ley de Presupuestos. Voto en contra de la indicación.
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en la Comisión me opuse a esta indicación (y a otras semejantes), por cuanto, a
mi entender, con ella se vulnera en forma grave y seria la administración autónoma que corresponde a cada municipio, ya que
pretende entregar a través de la ley esa facultad a un órgano distinto. Por lo tanto, lo que persiguen normas de esta índole es
sustituir la capacidad de administración del municipio. De aceptarse esta fórmula, quedaría entregado a la ley decidir la
modalidad con que esa función se ha de ejercitar. Es decir, todo lo que aprobáramos en beneficio de la autonomía comunal
pasaría a ser letra muerta, ya que una simple ley podría imponer normas distintas de administración. La Constitución vigente
dispone, en su artículo 112, que "La ley podrá establecer fórmulas de coordinación para la administración de todos o algunos
de los municipios que integren las regiones con respecto a los problemas que les sean comunes, como, asimismo, en relación
a los servicios públicos existentes en la correspondiente región.". Creemos que esa norma es suficiente para satisfacer los
intereses comunes a diversas municipalidades; no es necesario agregar un precepto como el contenido en la indicación. Por
otra parte, el inciso segundo que estamos conociendo a través de la indicación señala que se trata de "diversas modalidades",
o sea, de todas las que el legislador pueda querer establecer. Pero, además, dice: "para la administración de las áreas
metropolitanas". Para entender la expresión "área metropolitana" —que no se define en la ley—, debemos considerar que
"metrópoli", según el Diccionario, es la ciudad principal, cabeza de provincia o de Estado, y que "metropolitano" es lo
perteneciente o relativo a la metrópoli. Como se emplea la palabra en plural, es obvio que la referencia se hace a una metrópoli
como ciudad principal cabeza de provincia, no de Estado. Es decir, habrá tantas cabezas de provincia, tantas áreas
metropolitanas, como el legislador quiera establecer. Repito: por esta vía, la autonomía de administración que hemos querido
otorgar a los municipios, con el objeto de darles el vigor suficiente para cumplir con los objetivos que hemos concordado en
fijarles por intermedio de la reforma constitucional, queda absolutamente desvirtuada, y una simple ley podrá borrar todo
aquello que hemos aprobado con anterioridad. Por estas razones, señor Presidente, voy a votar en contra de la indicación,
defendiendo precisamente la autonomía comunal y la administración que se entrega a autoridades que ahora, con la reforma
que estamos aprobando, serán elegidas directamente por la ciudadanía. En cambio, las fórmulas de coordinación del área
metropolitana podrán estar referidas, incluso, a autoridades administrativas designadas de un modo que la propia ley tendrá
que determinar, pero que en ningún caso va a corresponder a la voluntad ciudadana. He dicho.
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el Honorable señor Diez ha señalado muy claramente que el artículo 112
aprobado por las Comisiones unidas —que es muy semejante a la norma vigente— permite a los municipios contar con cada
una de sus facultades y otorgar a las autoridades las atribuciones que correspondan para dar satisfacción a las necesidades
de las áreas metropolitanas con relación a los problemas de salud, educación, transporte, contaminación, ecológicos, etcétera.
Con tal propósito, las municipalidades podrán coordinar su acción en la forma que determine la ley. Por lo tanto, estimo
innecesario agregar el inciso propuesto en la indicación renovada, el cual sí puede implicar mayor centralización, en desmedro
de las comunas; más capacidad de gestión de un órgano central, también en perjuicio de las comunas; y, en definitiva, la
inclusión de un concepto centralista trasnochado que ha sido superado ampliamente por el contexto y el espíritu de la reforma
constitucional que nos ocupa. Me parece que la creación de un órgano burocrático llamado "gobierno metropolitano" sólo
significaría aumentar el número de funcionarios, mayores gastos y, por cierto, más ineficiencia en el ejercicio de las facultades
que la ley otorga hoy a otras autoridades. A este respecto, reitero lo que ya dije en las Comisiones. En la actualidad, todos los
problemas mencionados —y tiene mucha razón el Senador señor Zaldívar— pueden ser abordados por las distintas
autoridades con las facultades de que están dotadas. Y si ellas fueran insuficientes, perfectamente podrían modificarse las
normas legales pertinentes para ampliar las atribuciones del Intendente, de los Ministerios o de otros personeros públicos sin
menoscabar en absoluto la autonomía municipal. En consecuencia, para los efectos de la necesaria coordinación entre los
distintos municipios, soy partidario de mantener el texto del artículo 112 aprobado por las Comisiones unidas y rechazar la
indicación renovada.
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, la norma transitoria trigésima cuarta es discriminatoria e injusta, pues atenta
contra la igualdad que la propia Constitución Política garantiza a todos los chilenos. ¿Por qué lo es? Porque establece y
preceptúa una inhabilidad sólo para un caso determinado: para las próximas elecciones parlamentarias, no podrán ser
candidatos quienes resulten elegidos alcaldes, miembros de los consejos regionales o concejales en los comicios que se
celebren en 1992. Solamente en este caso. Y se dice aquí que su objetivo es evitar la politización de los municipios, impedir
que "la política entre a jugar el papel que legítimamente le corresponde. Y resulta que, conforme a la propia Carta
Fundamental, que hoy día modificamos, estamos permitiendo que los partidos políticos participen en la gestación de los
municipios. Vale decir, en la propia reforma posibilitamos que sus integrantes se elijan por votación popular, y estamos
admitiendo legítimamente que sean los partidos los que intervengan en estos comicios. Pero, por otra parte, señalamos que
con esta norma no queremos politizar. Realmente, es muy difícil entender ese tipo de lógica. Si establecemos un sistema
basado en el sufragio universal y en la participación de los partidos políticos, tenemos que permitir que ellos decidan si llevan o
no candidatos a una elección. No puede el legislador, de antemano, impedir que determinadas personas participen. Y esta
opinión no es sólo la de un partido político, como aquí se ha señalado: varias son las colectividades que estiman inadecuado y
discriminatorio el establecimiento de una norma de tal naturaleza. Sin embargo, a la próxima elección de Parlamentarios no
podría optar nadie que resultara elegido en 1992, conforme al precepto en discusión. Es decir, somos partidarios de dar
libertad para postular, pero con temor: cuidando que dicha libertad no se ejerza; en suma, impidiendo que algunas personas
participen. Creo que es un mal comienzo, que no prestigia la reforma que estamos llevando a cabo, ni menos al Congreso.
Porque la opinión pública, que está atenta a este debate, ha de preguntarse, con toda razón: ¿a quiénes favorece la norma?
¿Favorece a la población? ¿Favorece a quienes propician el sufragio universal? ¡Favorece a personas determinadas, y estoy
cierto de que ni siquiera han pedido beneficiarse con una disposición de esa naturaleza! Conozco a muchos, que podrían
sacar provecho de esto, que han manifestado su repudio al otorgamiento de un privilegio y un monopolio que ellos no buscan.
Si, en definitiva, en virtud de la disposición en debate, resultan elegidas personas que posteriormente los partidos políticos
postulan como Parlamentarios, y la ciudadanía las escoge, creo que el pueblo es soberano para hacerlo. Pero no podemos,
los Parlamentarios, limitar esa posibilidad. Porque, so pretexto de evitar la politización, vamos a impedir que tales personas
puedan ser candidatos a Senadores o Diputados en los próximos comicios. Pero —repito— se intenta colocar ese
impedimento sólo para la elección de 1992. No para las siguientes. ¡Ésas ya no importan! Ahí se aplicará el artículo 54
—permanente— de la Constitución. Y ocurre que con este precepto se producirá, siempre, exactamente el mismo efecto que
se desea evitar sólo para el próximo año. ¿Qué pasará en los comicios de 1996? Porque los concejales elegidos el 30 de junio
de 1992 terminarán su mandato el 30 de junio de 1996. Pues bien, las personas que resulten elegidas al 30 de junio de 1996 sí
podrán postular a cargos parlamentarios. ¿Cuándo? En el acto electoral que se realizará el 14 de diciembre de 1997. Para ello,
tendrán que renunciar antes del 14 de diciembre de 1996. Es decir, van a durar alrededor de tres meses en sus cargos. Se
producirá el mismo efecto que hoy queremos evitar con la norma transitoria en discusión. Sin embargo, para el caso que ella
prescribe, la severidad máxima. Para los futuros, ¡no importa: que sean elegidos por tres meses, y que después renuncien!
Éstas son las discriminaciones odiosas. Y las discriminaciones, cuando llegan a irritar a la ciudadanía —con toda justicia—,
producen el efecto contrario al que se pretende lograr. Pueden ser muy razonables los fundamentos para evitar la politización
de los municipios, pero no es ése el sentido que hemos querido dar a la reforma. Por el contrario, le hemos querido dar un
sentido profundamente democrático: que la que elija sea la ciudadanía, expresada a través de los independientes y de los
partidos políticos. Serán los independientes, los partidos políticos y, en definitiva, la ciudadanía, los que determinen si una
persona hizo bien o no en renunciar a su cargo y postular a Diputado o Senador. Pienso que el actual artículo 54 de la
Constitución es suficientemente garantizador del resguardo que se ha querido establecer. Y creemos que basta con su
mantención. No es necesario agregar una disposición transitoria, menos si ella consagra un irritante y tremendamente injusto
privilegio. Por eso, señor Presidente, voy a votar en contra de la norma, a fin de que siga vigente —para todos— el referido
artículo 54, sin discriminación de ninguna especie. A mi juicio, las personas a quienes se pretende proteger con esto no
necesitan ese tipo de recursos, y están dispuestas a competir sanamente en la elección parlamentaria de 1993, en iguales
condiciones que los demás. Sobre el particular, han sido múltiples las declaraciones de distintos partidos y personalidades que
han señalado su opinión en este sentido. Me voy a referir en especial a la del señor Alcalde de Santiago, quien, pese a que ha
dicho que no será candidato, estima que la norma es gravemente discriminatoria. Por las razones expuestas, señor Presidente,
voy a votar en contra de ella, para permitir que sea la ciudadanía la que decida, y no una disposición inhabilitadora. He dicho.
Legislatura 322, Sesión 34 de 03 de Septiembre de 1991
Participación en proyecto de ley
DEROGACIÓN DE ARTICULO 3 TRANSITORIO DE LEY N 18.918, ORGÁNICA CONSTITUCIONAL
DEL CONGRESO NACIONAL, SOBRE JUICIO POLÍTICO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el proyecto en estudio pretende derogar el artículo 3 transitorio de la Ley Orgánica
Constitucional del Congreso Nacional, el que dispone que las acusaciones constitucionales a que se refiere el artículo 48,
número 2), de la Carta Fundamental sólo podrán formularse con motivo de actos realizados a contar del 11 de marzo de 1990.
Esta norma, en consecuencia, se refiere a la limitación que consagró dicho cuerpo legal para interponer, por parte de los
Diputados, el recurso de la acusación constitucional contra el Presidente de la República, los Ministros de Estado, los
magistrados de los tribunales superiores de justicia, y los intendentes y gobernadores. Sólo se podía ejercitar esta acción
respecto de actos acaecidos con posterioridad al 11 de marzo de 1990. La materia, en su momento, generó amplio debate en
diversos sectores políticos, como asimismo entre juristas y hombres de Derecho. Sin embargo, esto fue debidamente resuelto
por fallo del Tribunal Constitucional de fecha 18 de enero de 1990, el cual determinó la constitucionalidad de dicho precepto,
como de casi la totalidad de los demás. Los fundamentos que tuvo el Tribunal para arribar a esa solución vinieron de la
combinación del artículo 19, número 3 , inciso cuarto, y la disposición vigesimaprimera transitoria, letra b), de la Ley
Fundamental. Respecto de éstos, no es del caso detenerse aquí en la explicación de sus respectivos contenidos. Quienes
impugnaron el fallo aludido sostuvieron que por está vía se consagraba una "total impunidad futura", o "una segunda ley de
amnistía" para las autoridades entonces gobernantes. El argumento, sin embargo, carece de toda consistencia jurídica, dado
que dicha norma —el artículo 3 transitorio— no privaba a las autoridades de entonces de tener que responder ante los
tribunales de justicia en caso de eventuales denuncias; de tal suerte que no hay tal impunidad ni tal segunda ley de amnistía.
Estas denuncias podrían ser presentadas por particulares a través de una querella, o bien, por los propios tribunales, de oficio,
si estaban legalmente facultados para hacerlo. La materia que hoy discutimos dice relación con los efectos que —debe
entenderse— tendría una eventual derogación del artículo 3 transitorio aludido. Al respecto, me parece necesario hacer
algunas precisiones. Primero, resulta absurdo abocarse al estudio de esta materia en las actuales circunstancias, por razones
de carácter tanto jurídico como político. En el plano jurídico, es necesario considerar, ante todo, que el artículo 3 que nos
ocupa se dictó con carácter transitorio, cuya vigencia era de antemano limitada en el tiempo, para regir por un lapso
determinado. Y éste se fijaría por los plazos que el recurso de la acusación constitucional —tal como se halla consagrado en
los artículos 48 y 49 de nuestra Constitución Política— establece como los máximos posibles para su interposición: los seis o
los tres meses siguientes a la cesación en el cargo de la autoridad requerida, según sean el Presidente de la República o las
demás que se contemplan en dichas normas. De esta forma, aparece claro que el artículo 3 transitorio cumplió el propósito
para el que fue creado, dado que ya han transcurrido de sobra los plazos que fija la Carta Fundamental; y, aunque se quisiera,
no es posible interponer acusación constitucional alguna en contra de las autoridades del Gobierno anterior. En otro orden,
pero siempre en el plano jurídico, la llegada de los plazos que señala la Constitución hace que para los posibles acusados
exista en la materia un derecho adquirido, cual sería la imposibilidad de ser sujeto de tales acusaciones en la actualidad.
Ninguna derogación puede revertir este estado de consolidación jurídica. Asimismo, quienes promueven la derogación del
precepto transitorio de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional piensan que por esa vía será posible "revivir el
derecho" de acusar constitucionalmente a las más altas autoridades del Estado que ejercieron durante el Gobierno pasado. Es
necesario reiterar aquí que la existencia del precepto que nos ocupa precisamente establecía la inexistencia de ese derecho
que se reclama, y que, por lo mismo, la derogación que se promueve no puede tener la virtud de revivir algo que nunca existió.
Para concluir las consideraciones de alcance jurídico, habría que señalar lo inconducente que resulta dedicar tiempo a estudiar
la aprobación de un proyecto —derogatorio— que, por las condiciones antes descritas, al convertirse en ley no puede producir
efecto alguno. Ni siquiera razones de ordenamiento legislativo, ni de economía normativa, justifican adentrarse en esta
iniciativa. El país y la ciudadanía exigen que dediquemos nuestras mejores energías y los mayores esfuerzos al análisis de
proyectos que realmente incidan en el bienestar colectivo y que preocupen a todos los sectores. En el ámbito de las
consideraciones meramente políticas, es útil observar las verdaderas finalidades que tuvo en vista la norma que hoy se
pretende derogar. El objetivo que se persiguió entonces fue el de coadyuvar al pacífico desenvolvimiento del proceso de
transición iniciado en el país a partir del 11 de marzo de 1990. Las múltiples heridas y los rencores no despejados que
mostraba nuestro panorama político, hicieron aconsejable incluir una disposición de esa naturaleza. Porque la existencia de
una facultad como aquélla, ponía en peligro la paz social de una comunidad, como la nuestra, la cual atravesaba de un
régimen con autoridad —con todas las características de excepción que éstos tienen— a uno plenamente democrático. La
eventualidad de haber transformado el Congreso Nacional —recién reinstalado— en una instancia de fricción, de pugna o de
combate permanente entre los nuevos gobernantes y las Fuerzas Armadas y de Orden, era demasiado grave. El curso que
han tomado los hechos y el clima de reconciliación nacional- que impera en la actualidad, permiten observar
retrospectivamente la sabiduría que contenía dicha norma, la cual, junto con tantas otras, en su momento merecieron todo tipo
de comentarios adversos. Por lo tanto, señor Presidente, resulta del todo desaconsejable introducir en nuestro ordenamiento
jurídico alteraciones que pudieran revivir viejas pasiones, que todo el país anhela enterrar para siempre. Por las razones
jurídicas y políticas antes expuestas, en su oportunidad, conformando el voto de mayoría de la Comisión de Constitución,
Legislación, Justicia y Reglamento, señalamos que esta norma debe ser mantenida y, en consecuencia, rechazarse el
proyecto en análisis, por cuanto su aplicación no tiene ningún sentido y, al contrario, puede conducir a graves problemas tanto
jurídicos como políticos.
Legislatura 322, Sesión 37 de 10 de Septiembre de 1991
Participación en proyecto de ley
MAYORÍA DE EDAD A 18 AÑOS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, en mayo de 1990 presenté al Senado una moción por la cual se propone modificar
el Código Civil en su artículo 26, fijando la mayoría de edad, para los efectos civiles, en 18 años en lugar de 21 años. La
enmienda sería aplicable, igualmente, a la legislación civil, comercial y administrativa. Como se señala en la exposición de
motivos del proyecto, nuestro tiempo se caracteriza por empujar a los jóvenes, en muchos aspectos, a un desarrollo de sus
aptitudes mentales a una edad más cercana a la de su plenitud física. No ignoro que éstas son, inevitablemente, evaluaciones
relativas. Tienden a variar de un individuo a otro, de un medio a otro, de una zona a otra; pero también varían de una época a
otra. Y ésa es la realidad que el proyecto quiere recoger. La realidad social era ciertamente distinta durante la vigencia de la
Carta de 1833, que fijaba la mayoría de edad en 25 años para los solteros y en 21 años para los casados; requisito que
subsistió hasta 1888, en que se igualó en 21 para los efectos de la ciudadanía. Pese a esto último, persistió el criterio de
mantener en 25 años la mayoría de edad civil hasta tan tardíamente como octubre de 1943. Se criticaba entonces, con
fundamentos, que se adquiriera la facultad para intervenir en los negocios de la comunidad antes que para intervenir en los
propios. Visiblemente había en ello un contrasentido. Nos encontramos hoy en una situación parecida a la de 1943: la
Constitución de 1925 concedió el derecho a sufragio a los 21 años; y, desde la reforma de enero de 1970 se otorgó también a
los mayores de 18 años, norma que recogió sin cambios la Constitución de 1980. Pese a esto, la ley civil sigue fijando la
mayoría de edad en 21 años. Con ello se crea una disparidad evidente e injustificada con las normas penales y laborales, que
coinciden con el criterio constitucional. Otro tanto hacen las normas sobre obligaciones militares. Todas éstas han asimilado la
realidad de que los jóvenes mayores de 18 años tienen hoy capacidad suficiente para resolver y realizar por sí mismos actos
de la mayor importancia y gravedad. Innecesario sería abundar en la evidencia de que, conforme a normas vigentes hace ya
mucho tiempo, el joven de 18 años puede resolver desde a quién desea como Jefe del Estado hasta a qué actividad laboral
desea dedicar su vida. Es plenamente imputable frente al Derecho Penal y tiene la obligación de sacrificar su vida en
cumplimiento de sus deberes militares. Más aún, el mismo Derecho Civil reconoce hace mucho tiempo la institución del menor
adulto, esto es, el varón mayor de 14 años y la mujer mayor de 12 años pero menores de 21 años, indicio de que hasta la más
severa normativa recoge la realidad de una adultez bastante anterior a lo que considera como mayoría de edad. A ello se
añade igualmente el reconocimiento de otras dos instituciones del Derecho Civil que confirman la amplitud de las facultades
que reconoce no sólo al menor de 21 años, sino también al menor de 18 años. Una de ellas es la del peculio profesional o
industrial del hijo, conformado por los bienes adquiridos por el hijo menor adulto en el ejercicio de todo empleo, profesión
liberal, industria u oficio. A su respecto el padre está exceptuado del usufructo y el hijo se estima como un mayor de edad no
sólo para su dominio, sino también para su administración y goce. Eso es lo que señala el Código Civil. Resumiendo, puede
decirse que en cuanto a este peculio el menor adulto—aun el menor de 18 años— tiene hoy amplias facultades para poder
contratar. Mantener, pues, la restricción formal vigente para jóvenes de 18, 19 ó 20 años, que a menudo han venido trabajando
desde bastante antes, carece hoy de todo sentido. Es necesario hacer algunas precisiones frente a observaciones que han
surgido en la discusión de este proyecto. Una de ellas dice relación con el orden penal. Desde luego, el proyecto contiene en
su artículo 9 una declaración expresa de que la rebaja de la mayoría de edad civil no altera la legislación penal en ningún
aspecto relativo a la edad. En esta última, los 18 años señalan la plena responsabilidad. Las normas penales especiales fijan
la imputabilidad incluso antes de esa edad. Especialmente en el párrafo del Código Penal relativo a los delitos contra la familia
y contra la moralidad pública, se establecen delitos a cuyo respecto cierta edad que allí se determina es uno de sus elementos.
La referencia a la edad, en el caso de estas normas, mira a la protección de la víctima y, por cierto, en nada se modifica. Por lo
tanto, el proyecto mantiene la norma de que la plenitud de la responsabilidad penal se adquiere a los 18 años, tal como señala
actualmente la legislación penal, y de que entre los 16 y los 18 será el juez quien determine si le corresponde imputabilidad o
responsabilidad. En el orden de los derechos y beneficios establecidos por la legislación social en razón de la edad, la reforma
propuesta tampoco altera la legislación ni la reglamentación administrativa que reconozcan derechos u otorguen beneficios
establecidos por la legislación social en razón de la edad, sea en materia de salud, de seguridad social, de educación o
cualesquiera otros. En el orden del "régimen matrimonial —aquí tal vez se presenta una de las materias más largamente
discutidas—, los artículos 105 a 116 del Código Civil regulan minuciosamente el contrato de matrimonio con relación a diversas
situaciones vinculadas al asenso o licencia de la persona o personas cuyo consentimiento sea necesario para ello. A este
respecto, creo importante señalar el anacronismo que significan estas normas del Código Civil que consagran el disenso
absoluto. Claramente, las más relevantes, entre ellas las que aluden a la edad de los contrayentes, están establecidas en
dicho cuerpo legal. Los menores de 21 años se encuentran hoy obligados a obtener el consentimiento expreso de su padre
legítimo; si él faltare, de su madre legítima; a falta de ambos, del ascendiente o ascendientes legítimos de grado más próximo.
El hijo natural menor de 21 años debe obtenerlo del padre o madre natural que lo haya reconocido según ciertos requisitos. A
falta de dichos padres, madre o ascendientes, será necesario el consentimiento de su curador general. En su defecto, dará al
menor el consentimiento el oficial del Registro Civil que deba intervenir en la celebración del matrimonio o, en ciertos casos, el
juez de letras de mayor cuantía del departamento. Como es manifiesto, dichas disposiciones no sirven hoy al propósito de
resguardo de los contrayentes ni al interés social que se tuvieron en vista al dictarlas. La realidad contemporánea muestra que
el disenso absoluto de los ascendientes —esto es, aquel que no necesita expresar justificación alguna— es hoy algo
enteramente anacrónico. Todo el sistema educacional moderno, apoyándose en los avances de la sicología, se funda en ideas
de intercambio de razones entre padres e hijos, de fundamentación racional de las decisiones, especialmente de las
prohibiciones. En suma, se basa en la noción de entendimiento, más que en la de imposición. El disenso absoluto, en cambio,
es la expresión máxima de la concepción opuesta. A mi juicio, la buena constitución de la familia no se funda en la imposición,
sino en el recíproco entendimiento. Si eso es así en general, tanto más lo es, en nuestra sociedad, después de los 18 años. La
mera imposición no es una base sólida antes de esa edad. Después de ella, en nuestros días, creo que resulta simplemente
insostenible. No es necesario que el jefe de familia disponga de semejante facultad absoluta, si ha logrado que en su familia
reine una armonía suficiente. Y si no lo ha logrado, es improbable que lo consiga mediante el uso de esa facultad. En una
familia bien constituida, prevalecerán las razones respecto de una eventual inconveniencia matrimonial, incluso respecto de
una persona de mayor edad. La autoridad moral es independiente de la edad. En una familia mal constituida, en cambio, la
facultad de disenso absoluto no resolverá tal situación. Es más, no es imposible que la ausencia de tal facultad sea incluso un
estímulo para un temprano redoblamiento de la atención de los padres para con sus hijos. En tal caso, no podrían los padres
confiarse en la facilidad de un más largo plazo para corregir más tarde lo que era posible corregir más temprano. En cualquier
caso, es de recordar a este respecto que el proyecto propuesto no elimina del todo esa facultad de disenso absoluto, sino que
reduce en tres años —de 21 a 18 años— el lapso en que puede ejercerse sobre quienes quieren contraer matrimonio. Nótese
finalmente respecto de este punto que la sanción en que actualmente incurre el menor que se casa sin obtener el
consentimiento legal no es la nulidad del matrimonio. El impedimento al respecto es meramente impediente y no vicia de
nulidad dicho contrato. Las sanciones civiles que proceden son de escasa importancia práctica para el grueso de la población:
desheredamiento por los ascendientes —por lo demás, facultativo—; reducción a la mitad de la porción que le correspondiere
en la sucesión intestada, y revocación —también facultativa— de las donaciones que hubiere recibido antes del matrimonio de
parte de quien debió dar el consentimiento. En lo penal procede la reclusión menor en su grado mínimo, sólo a requerimiento
de las personas llamadas a prestar el consentimiento; y relegación menor en su grado medio y multa de ciento a quinientos
pesos para el funcionario eclesiástico o civil que autorice matrimonio prohibido. Creo inoficioso extenderme en la consideración
del anacronismo de estas sanciones en la sociedad de hoy respecto de jóvenes que viven en condiciones completamente
distintas de aquellas prevalecientes cuando se establecieron. Ese anacronismo flagrante de las penas que determina su virtual
desuso total en nuestros días confirma que no podemos seguir respaldando estos criterios. Sobre este particular, conviene
señalar además que la facilidad para poder contraer matrimonio es un elemento que contribuye en forma importante a la
filiación legítima, que es un interés social que el legislador debe perseguir. El disenso absoluto a que nos referíamos, además,
tiene como una de sus facetas el interés social de que haya el mayor número posible de familias bien constituidas, y una de
sus consecuencias sería, de ejercitarse el disenso, el número más bajo posible de menores en situación irregular, en cuanto
esa irregularidad tenga su origen en problemas de tuición inexistente, o inconveniente, para el menor. El interés referido me
parece razonable. Sin embargo, el instrumento empleado —esto es, el disenso absoluto prolongado hasta los 21 años— me
parece absolutamente contraproducente. En la realidad social actual, el disenso resulta más bien un estímulo para el
incremento del número de hijos no legítimos o, aún más, del número de abortos. Ocurre que frecuentemente los padres de la
menor de 21 años que queda embarazada darán su asenso para que contraiga matrimonio con el padre de la criatura por
nacer. Este padre, sin embargo, es también, muy a menudo, un menor. Y, por ser un menor, con frecuencia sucederá que sus
propios padres pueden optar por el disenso, impidiendo el matrimonio, aunque ese padre menor desee contraerlo. Con ello, se
pone a la menor en la situación de tener un hijo no legítimo, o de abortar, en circunstancias de que el padre, que quiere ser
legítimo, no puede serlo. Si opta por lo segundo, se habrá visto empujada a una situación que entra en conflicto con la ética y
contra su propio razonamiento. En consecuencia, al disminuir a los 18 años el plazo de aplicabilidad del disenso absoluto, se
estará disminuyendo con ello un factor coadyuvante de un grave problema social, que a su vez —también lo debemos
señalar— es moral. ¿Cuál es la posición de la Iglesia Católica en lo que dice relación a la edad para contraer matrimonio? En
el mismo orden matrimonial, la posición de la Iglesia Católica también arroja luz a este respecto. En general, sus normas han
sido mucho más flexibles y realistas que nuestra legislación civil. El canon 1058 del Derecho Canónico vigente desde 1983
permite "contraer matrimonio a todos aquellos a quienes el derecho no se lo prohíbe". El canon 1072 dispone que "procuren
los pastores de almas disuadir de la celebración del matrimonio a los jóvenes que aún no han alcanzado la edad en la que
según la costumbre de la región se suele contraer". Y el canon 1083 preceptúa que no puede contraer matrimonio válido el
varón antes de los 16 años cumplidos ni la mujer antes de los 14 años, también cumplidos. El número 2 del mismo canon
añade que "puede la Conferencia Episcopal establecer una edad superior para la celebración lícita del matrimonio".
Precisamente, a comienzos de julio pasado se informó que la Conferencia Episcopal de Chile había solicitado al Sumo
Pontífice que prohibiese en nuestro país contraer matrimonio a los menores de 18 años. El Papa accedió a ello como una
manera de reducir la gran cantidad de fracasos matrimoniales en la juventud. Así, la edad canónica para contraer matrimonio
en Chile hoy es de 18 años. En consecuencia, si nuestra ley civil permitiese otro tanto libremente, como una consecuencia de
fijar la mayoría de edad a los 18 años, como se propone, estaría produciéndose una completa armonía y coincidencia entre las
normas canónicas y las normas civiles, lo cual no puede ser, por cierto, indiferente en un país de mayoría católica. Eso
añadiría, además, a la nueva norma civil el respaldo de la experiencia y sabiduría secular de la Iglesia Católica.En el orden de
los cargos de derecho público o privado Quiero hacer notar, asimismo, que este proyecto no innova respecto de la exigencia
vigente de tener 21 años cumplidos, o edades mayores en los correspondientes casos, para ser tutor o curador; y que ha
seguido como regla general el criterio de no alterar los preceptos en que el límite de edad se halla establecido como requisito
para ejercer un cargo o para optar a él. Sugerencias de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile Es de tener
presente que la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia solicitó informe sobre el proyecto a la Facultad de Derecho de
la Universidad de Chile. Ésta manifestó compartir plenamente las razones que fundamentaron la moción respectiva. "Aún
más," —expresó— "ella materializaría en nuestro ordenamiento una cierta tendencia que, en tal sentido, es dable percibir en el
derecho comparado.". Sin perjuicio de ello, dicha Facultad sugirió que el proyecto hiciera referencia expresa a diversas
disposiciones de nuestro ordenamiento legal, referentes a la edad, que se verían afectadas por la sustitución del límite que, en
tal sentido, esta iniciativa plantea. Propuso, asimismo, precisar en forma explícita en su texto el alcance de dicho reemplazo
del límite de edad. En concordancia con ello, presentamos, junto con el Honorable señor Vodanovic, una indicación que recoge
la mayor parte de los puntos planteados por la Facultad de Derecho. Lo anterior, unido a los perfeccionamientos que introdujo
la Comisión a través de cada uno de sus miembros, cuyos acuerdos fueron todos adoptados por unanimidad, explica la
modificación —más formal que substancial— experimentada por el proyecto, desde su presentación hasta su redacción
actual.Conclusiones Sabemos muy bien, señor Presidente, que en toda época las innovaciones encuentran contradictores.
Para éstos, las modernizaciones nunca son oportunas; siempre requieren de más y más estudios, más y más tiempo antes de
aplicarse, estudio que en este caso equivale a una postergación que ya nada justifica. El que, no obstante todos los hechos
expuestos, la ley no reconozca todavía plena capacidad civil al mayor de 18 años es algo que no resiste mayor prolongación.
Cuando la ley se aparta tanto de la realidad, es ella la que pierde vigor y, con eso, en algún grado, todo el Derecho. En tal
caso, es la realidad la que tiende a desenvolverse al margen del Derecho. Esta situación debe ser corregida prontamente.
Urge, en consecuencia, actualizar las normas pertinentes y permitirles recoger una realidad. Operan hoy factores
educacionales, culturales, técnicos, laborales y sociales muy diferentes de los de 1943. Otro es el peso de las
responsabilidades y exigencias que gravitan sobre los jóvenes. Admitámoslo así, y actuemos en consecuencia. Demos a toda
la juventud chilena mayor de 18 años la plena capacidad civil para contratar. No es otro, en lo substancial, el efecto de la
reforma que proponemos. Ya la tiene hoy en amplia medida, y las restricciones que todavía subsisten carecen de mayor
significación. Removamos estos obstáculos de otra época, ratificando con ello la confianza que nos merecen las nuevas
generaciones. El proyecto que se somete al conocimiento de la Sala contenía, en un principio —tal como señalé— muy pocas
disposiciones, por cuanto, simplemente, modificaba el artículo 26 del Código Civil, en orden a permitir el cambio de 21 a 18
años como mayoría de edad. En concordancia con lo sugerido por la Facultad de Derecho, introdujimos las enmiendas
necesarias con el objeto de ir adecuando cada una de la normas a que se refiere ese Código, y las leyes pertinentes, lo que
conforma el conjunto de las normas que estamos estudiando. En razón de lo expuesto, por los fundamentos que señalé y
atendida la importancia del tema; además del hecho de que el texto fue aprobado por la unanimidad de la Comisión, y
constituye un avance en nuestra legislación civil y administrativa, que permitirá a los jóvenes alcanzar la mayoría de edad en
consonancia con la que hoy tienen para ejercer sus derechos cívicos, sus obligaciones militares y responder ante la justicia
penal, pido a esta Sala la aprobación, tanto en general como en particular, del proyecto en estudio. He dicho.
Legislatura 322, Sesión 38 de 12 de Septiembre de 1991
Participación en proyecto de ley
FERIADO ANUAL A TRABAJADORES QUE PRESTAN SERVICIOS EN REGIONES UNDÉCIMA Y
DUODÉCIMA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, el proyecto en estudio —que suscribimos con el Honorable señor Ruiz y otros
señores Senadores— es, a mi juicio, de entera justicia para los trabajadores de la Duodécima Región y, además, se aviene
con las normas de la Constitución Política. En cuanto a su justificación, ya se han señalado aquí las razones de ubicación
geográfica, geopolíticas, económicas y sociales que ameritan que la iniciativa sea aprobada y se otorgue así a los trabajadores
de Magallanes el beneficio del feriado por un período mayor al que tienen otros trabajadores del país. Ahora, se ha planteado
la inadmisibilidad del proyecto —se invoca el número 4 del artículo 112 del Reglamento del Senado—, por ser contrario al
número 4 del artículo 62 de la Carta Fundamental, pretendiéndose englobar dentro del concepto de "beneficios económicos" el
aumento del feriado anual a quienes laboran en las zonas extremas. Al respecto, debemos tener presente que el inciso
primero del artículo 62 del Texto Fundamental establece la norma general acerca de quiénes pueden presentar proyectos,
determinando que las leyes pueden tener origen en la Cámara de Diputados o en el Senado, por mensaje del Presidente de la
República o por mociones de los Parlamentarios, las que no pueden ser firmadas por más de diez señores Diputados ni por
más de cinco señores Senadores. Las excepciones están contenidas en los números 1 , 2 , 3 , 4 , 5 y 6 del inciso cuarto de la
misma disposición. Se trata de preceptos excepcionales que, como tales, tienen que interpretarse en forma restrictiva, pues
existe una norma de hermenéutica en cuya virtud no debe darse mayor amplitud a la excepción. Por lo tanto, el concepto de
"beneficio económico" debemos entenderlo conforme a su significado literal y no referido a beneficios sociales que pueden
tener contenido económico. Por consiguiente, sin perjuicio de los argumentos formulados por los Senadores señores
Vodanovic y Thayer, creo que este aspecto revela la admisibilidad y constitucionalidad del proyecto, conforme lo dispone el
inciso primero del artículo 62 de la Constitución Política, que es la regla general. La norma invocada para declarar la
inadmisibilidad es una excepción que —reitero— debe interpretarse en forma restrictiva. En consecuencia, señor Presidente,
creo que el proyecto se aviene con la Carta Fundamental y puede continuar su tramitación.
Legislatura 323, Sesión 2 de 03 de Octubre de 1991
Participación en proyecto de ley
AUMENTO DE PERSONAL DE GENDARMERÍA DE CHILE - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, durante el análisis del
proyecto que ahora se discute, oímos una exposición completísima del señor Director Nacional de Gendarmería, don Isidro
Solís, quien presentó una documentada cuenta de las muy importantes funciones de ese Servicio —destacó, asimismo, los
ímprobos esfuerzos de su personal para llevarlas a cabo—, las que se han visto incrementadas en el último tiempo con el
aumento de la población penal, pero, además, por el hecho de que Gendarmería debe dar cumplimiento a diversas otras
obligaciones, como la rehabilitación y la readaptación de las personas privadas de libertad, y la asistencia en el medio libre de
quienes resultan favorecidos por la ley N 18.216, que regula los beneficios alternativos a las penas restrictivas o privativas de
libertad. Dichos beneficios son la remisión condicional de la pena, la reclusión nocturna y la libertad vigilada. Para el
cumplimiento de las funciones que la ley impone a Gendarmería, su personal resulta notoriamente insuficiente. Por ese motivo,
es preciso aumentar la planta, tal como lo ha propuesto el Ejecutivo, dentro de ciertos plazos, hasta completar el número de
funcionarios que requiere aquel importante servicio público. Deseo señalar que, al igual que en la Comisión, en la Sala votaré
favorablemente el proyecto que aumenta la dotación de Gendarmería de Chile, por cuanto se trata de una medida adecuada,
que hace plena justicia a un trabajo muy abnegado y poco reconocido. Los gendarmes realizan, a través de todo Chile, una
labor fundamental para resguardar la seguridad del país y de sus habitantes, y para cumplir las normas propias de un Estado
de Derecho. He dicho.
Participación en proyecto de ley
LEGITIMACIÓN DE HIJOS NATURALES Y SITUACIÓN JURÍDICA DE HIJOS ILEGÍTIMOS.
INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, durante la tramitación del proyecto hubo criterios dispares entre la Cámara de
Diputados y el Senado, no obstante concordar en la finalidad perseguida, cual es la fijación de un procedimiento que permita
establecer la calidad de hijo natural del nacido en forma póstuma, o de aquel cuya madre fallezca dentro de los treinta días
posteriores al parto sin haberlo reconocido como hijo suyo, situación no prevista en nuestra legislación. Como es de
conocimiento de esta Sala, en conformidad a las normas del Código Civil, existe una filiación legítima y una ilegítima —esta
última puede subdividirse en natural y en simplemente ilegítima—, además de la adoptiva. La tendencia mundial consiste en
disminuir las diferencias entre uno y otro tipo de filiación, siendo lo ideal llegar a contar con normas semejantes para todos los
hijos. Sin embargo —y fundamentalmente por razones de prueba y, además, para no atentar contra el buen orden de la familia
y mantener su unidad como núcleo fundamental de la sociedad—, es obvio que el legislador debe tomar todos los resguardos
posibles para evitar la imposición, por vía subrepticia o indebidamente calificada, de algún tipo de filiación. Por eso, en general,
las normas que regulan esta institución son extraordinariamente severas, especialmente en el caso de la legítima; tienen
menos rigor respecto de la filiación natural; y, la simplemente ilegítima sólo habilita para poder cobrar pensión de alimentos. Es
decir, los requisitos son menores. Sin embargo —reitero—, la situación del hijo póstumo o de aquel cuya progenitora muere
dentro de los treinta días siguientes al parto sin haberlo reconocido como suyo no está legislada en nuestro Código Civil. La
Cámara de Diputados estableció que una forma de acreditar, en este caso, la calidad de hijo natural consistía en ceñirse a las
normas generales de los actos judiciales no contenciosos, con algunas modificaciones: determinada publicidad en un diario o
periódico y la obligación de oír, con conocimiento de causa, al defensor público. Ésa era la tesis sustentada por la Cámara
Baja. El Senado, en cambio, optó por un procedimiento distinto, más severo y estricto que el aprobado por la otra rama del
Congreso, consistente en exigir que el reconocimiento de la filiación en el caso a que me he referido se ajuste a lo previsto en
los juicios ordinarios contradictorios, debiendo notificarse la demanda a alguno de los parientes a que alude el artículo 42 del
Código Civil; o sea, a quienes pueden tener derechos e interés en la materia. De esta manera se dan amplias garantías a los
parientes para hacer efectivas sus observaciones en el juicio, atendidos los efectos que produce la filiación natural, entre otros,
los sucesorios. La Comisión Mixta analizó ambos predicamentos y, en definitiva, por cinco votos a favor —de los Senadores
señores Letelier, Pacheco y el que habla, y de los Diputados señores Rocha y Urrutia— y uno en contra —el del Diputado
señor Molina—, se inclinó por el del Senado, en el sentido de exigir un juicio contradictorio, ordinario, en el cual la demanda
debiera notificarse a alguno de los parientes de la madre fallecida. Por las razones señaladas, y para ser consecuentes con lo
ya aprobado por la Comisión Mixta y anteriormente por la Sala, resulta conveniente acoger el informe. He dicho.
Legislatura 323, Sesión 3 de 15 de Octubre de 1991
Debate en sala
LEYES SECRETAS DICTADAS ENTRE 1973 Y 1990. INFORME DE COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN
-1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, en mi concepto, no corresponde a esta Sala, ni tampoco a la Comisión, entrar a
determinar cuáles normas tienen carácter legal y cuáles no lo tienen. Ésa es una materia privativa de los tribunales de justicia
o, en su caso, del Tribunal Constitucional. La facultad de conocer de esa materia —y, con mayor razón aun, la de resolver
respecto de ella— no le corresponde constitucionalmente al Senado. De tal manera que no creo necesario que se encargue a
la Comisión un estudio de esa naturaleza, ni menos, por cierto, que esta Corporación entre a conocer de tal materia. Por lo
tanto, estimo que el informe de la Comisión se basta a sí mismo, y concluye cuál ha sido el desarrollo de estas leyes, que han
sido discutidas y analizadas en el seno de ella con los informes pertinentes —del señor Ministro de Defensa, del Diario Oficial,
de la Contraloría, etcétera—, de modo que no corresponde que el Senado entre a determinar si son o no son leyes; si
cumplieron o no cumplieron con los trámites necesarios para adquirir ese carácter. Para eso están nuestros tribunales de
justicia, y, a mi juicio, invadir facultades propias de éstos es extraordinariamente grave. Por otra parte, no debemos olvidar que
también en esta materia, de alguna u otra forma, ya estamos invadiendo una facultad propia de la Cámara de Diputados, cual
es la de investigación. Aquí se pidió un informe a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, la que lo ha
evacuado. Ahora bien, ir más allá de eso e iniciar una investigación, no corresponde al Senado, sino, exclusivamente, a la
Cámara de Diputados. Por eso, señor Presidente, estimo que esta Sala debe conocer del informe en los términos en que ha
sido evacuado. Creo que no es procedente llevar a cabo otro tipo de investigación.
Legislatura 323, Sesión 5 de 17 de Octubre de 1991
Participación en proyecto de ley
BENEFICIOS PARA ADQUIRENTES DE PREDIOS CORA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, votaré favorablemente el proyecto, sin perjuicio de que algunas de sus
disposiciones me merecen observaciones, las que haré presente en su oportunidad, con motivo del debate particular del
mismo. Sin embargo, hay una de carácter general que deseo señalar, y dice relación con la justicia del beneficio que se viene
otorgando. La iniciativa establece normas para condonar ciertas deudas a los adquirentes de predios CORA, en las
condiciones que indica. Cabe aclarar que las circunstancias que rodearon en el tiempo la compra de esas parcelas han sido
objeto de una amplia discusión en esta Sala y ameritan y justifican la condonación que se pretende. Sin embargo, pienso que
se repite la injusticia que normalmente se ha cometido en las leyes que condonan intereses o pagos, situación que se presenta
con extraordinaria frecuencia en nuestra legislación, cual es no otorgar premio o beneficio alguno a quien ha cumplido rigurosa
y escrupulosamente sus compromisos. Conozco muchos casos de asignatarios —suman miles en el país— que han pagado
oportunamente cada una de sus cuotas, con gran sacrificio de su parte, debiendo privarse del producto de su esfuerzo para
satisfacer como corresponde sus obligaciones. Por desgracia, en este proyecto no aprecio —lamentablemente, no es de
iniciativa parlamentaria— que se contemple alguna forma de beneficio para quien paga dentro del plazo estipulado; es más: se
favorece a aquellas personas que, por las razones dadas en esta Sala —son muy justificadas—, no cumplieron. De manera
que se produce una situación de injusticia y desventaja para el primero, respecto de los demás. Señor Presidente,
desafortunadamente, ello se presenta no sólo en este tipo de normas, sino también en las tributarias, mediante las cuales, por
lo general, se condonan impuestos, multas e intereses, sin que se beneficie de manera alguna a quien ha hecho un esfuerzo
por estar al día en sus compromisos. Me gustaría, si fuera posible, que en la discusión particular de la iniciativa, o en las
Comisiones, se buscara cierta fórmula que permitiera recompensar en algún grado a los miles de asignatarios de estas
parcelas que en su oportunidad cumplieron y hoy se encuentran al día en sus pagos, quienes, incluso, han tenido que vender
bienes para salir adelante con sus obligaciones. Eso es lo que precisamente este proyecto, en norma de justicia, pretende
establecer para aquellos que —repito—, por razones muy justificadas, no han podido cumplir con sus pagos. Por tal razón,
señor Presidente, deseo que, cuando corresponda, pueda plantearse este tema en la Sala, o en la Comisión, y solicitar al
Ejecutivo que incluya alguna disposición que vaya en beneficio de aquellos que han cumplido escrupulosa y puntualmente con
sus obligaciones y se encuentran al día en sus pagos. He dicho.
Legislatura 323, Sesión 7 de 23 de Octubre de 1991
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY N 16.282, QUE FIJA NORMAS PARA CASOS DE SISMOS O
CATÁSTROFES. INFORMES DE COMISIONES DE CONSTITUCIÓN Y MIXTA - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, en la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento analizamos la
situación en relación con la ley N 16.282, que otorga determinadas facultades al Presidente de la República en caso de sismos
o catástrofes. A este respecto, conviene hacer presente al Honorable Senado que, producida una catástrofe, la autoridad
presidencial tiene varios caminos por seguir: uno, declarar el estado de catástrofe a que se refieren los artículos 39, 40 y 41 de
la Constitución; o bien, regirse por las normas de la ley N 16.282, o ambas cosas, es decir, declarar el estado de catástrofe y
aplicar las disposiciones que le señala dicha ley. Pues bien, la normativa legal que dio origen al conflicto y a la dispar opinión
que se tuvo en la Sala respecto de su vigencia y de su aplicación, fue dictada con anterioridad a la Carta de 1980. Contiene
preceptos de diversa naturaleza, y son facultades que se otorgan al Presidente de la República para el caso de producirse una
catástrofe. Obviamente que, producida una catástrofe, están plenamente vigentes, y el Primer Mandatario puede disponer
todas aquellas medidas, para lo cual la propia ley le concede atribuciones, como prorrogar plazos en materia de impuestos;
hacer excepciones relacionadas con el funcionamiento de servicios públicos; otorgar prórrogas o, eventualmente, condonar
determinados tributos. Esas son —reitero— facultades que la ley confiere al Jefe del Estado, de carácter permanente, que él
puede ejercitar cuando se declare o se produzca una catástrofe. En este caso, no es necesario que se declare para los efectos
de los estados de excepción constitucional, pues se trata de medidas adoptadas mediante decreto supremo. Además, en las
normas de la ley N 16.282 se contienen facultades delegadas al Primer Mandatario, que le otorgan la posibilidad de dictar
decretos con fuerza de ley, conforme a lo establecido en el artículo 61 de la Carta. A este último respecto, la Comisión señala
que los plazos a que se refiere el mencionado cuerpo legal se encuentran vencidos. El Texto Fundamental dispone que, para
los efectos de la delegación de facultades, el lapso sea de un año, el cual, ajuicio de la Comisión, debe contarse desde la
fecha de vigencia de la ley delegatoria. Es decir, cada vez que exista la intención o decisión del Congreso de otorgar
facultades al Presidente de la República, debe hacerse mediante ley, la que no puede exceder el plazo de un año. Lo que no
puede ocurrir, a juicio de la Comisión, es que haya una ley de efectos permanentes. Si se produce una catástrofe y en ese
momento surge o comienza la facultad del Ejecutivo de dictar decretos con fuerza de ley, ello vulneraría el artículo 61 de la
Constitución, por cuanto la facultad presidencial de dictar tales decretos estaría sujeta a una condición, en circunstancias de
que la norma constitucional dispone de un plazo. La condición sería el sismo o catástrofe. Por lo tanto, la facultad delegada no
puede estar sujeta o pendiente de un evento futuro e incierto; y la Comisión concluyó que el plazo, para los efectos de la
facultad delegada, debe ser cierto y estar contenido en la ley delegatoria correspondiente. Sin perjuicio de lo anterior, en la ley
antes citada se encuentra un sinnúmero de disposiciones obsoletas, sea por no tener aplicación práctica debido a la distinta
legislación aplicable, o por referirse a instituciones que ya no existen, lo cual hace aconsejable y necesario adecuar la
normativa a la realidad jurídica actual. Por eso estimamos conveniente derogar las normas de la ley N 16.282 y enviar un
nuevo proyecto que no contenga esas disposiciones anacrónicas. En todo caso, se trata de una facultad que corresponde a la
autoridad ejercitar y no a la Comisión. En síntesis, de conformidad con la ley N 16.282, a juicio de la Comisión, manteniendo lo
dicho en el informe anterior, permanecen vigentes todas aquellas facultades administrativas otorgadas al Presidente de la
República para casos de sismos y catástrofes. Pero las facultades legislativas delegadas al Primer Mandatario, de acuerdo con
dicho precepto, deben entenderse extinguidas, por cuanto no pueden exceder del plazo de un año. La delegación de
facultades no puede estar sujeta a una condición —la ocurrencia de un fenómeno natural—, y sólo puede otorgarse por un
plazo no superior a 12 meses; vale decir, si frente a una catástrofe el Jefe de Estado aplica las facultades administrativas que
la ley le otorga y requiere delegación de facultades legislativas, deberá solicitar al Congreso una ley especial para ese efecto
por el plazo que él otorgue. En lo que dice relación a aquellas normas que se hallan obsoletas por no existir dentro de nuestra
institucionalidad administrativa las entidades a las que se refieren —por ejemplo, la Caja Central de Ahorro y Préstamo, la Caja
de Crédito Minero—, creemos aconsejable que dichas disposiciones sean modificadas o derogadas para adecuarlas a las
necesidades del actual ordenamiento jurídico. Esa es la opinión de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y
Reglamento respecto de la compatibilidad de la ley N 16.282 con la Carta Fundamental.
Legislatura 323, Sesión 13 de 19 de Noviembre de 1991
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY N 18.838, SOBRE CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el conjunto de proyectos de ley para enmendar el régimen legal de la televisión
chilena se incluye entre las iniciativas política y socialmente más importantes que está conociendo el Congreso. Ello es así
porque afectará directamente a millones de personas. Y lo es, también, porque incide en factores fundamentales de un orden
social libre y democrático. El proyecto en estudio se refiere específicamente al Consejo Nacional de Televisión. Sin embargo,
la extensión de las atribuciones que se asignan a este organismo hace necesario que, al examinarlo, se planteen
permanentemente consideraciones generales sobre todo nuestro sistema de televisión. En este sentido, me parece que la
iniciativa —como bien lo señala el informe— ha adolecido de numerosos defectos, los que fueron corregidos por la Comisión.
Antes de referirme al articulado propuesto, quiero dejar constancia de que las normas que estamos estatuyendo deben
trascender cualquier Gobierno, y, por ende, las observaciones que se formulen acerca de cómo una Administración ejecute
una determinada acción se relacionan con un principio de libertad que, a nuestro juicio, debe ser siempre resguardado. I.
PRINCIPIOS DEL RÉGIMEN GENERAL DE TELEVISIÓNLibertad de expresión En primer lugar, debe observarse que el
proyecto, dentro del conjunto de iniciativas atinentes a nuestra televisión, contiene un elemento básico que afecta la libertad de
expresión: la mantención de un canal estatal. Sin perjuicio de que en su oportunidad conoceremos el proyecto sobre Televisión
Nacional, cabe hacer presente que un canal de esa índole es, por definición, dentro del esquema mencionado, ajeno a toda
competencia libre y potencialmente extraño al pluralismo ideológico. Y, por cierto, dependiente del Gobierno de turno. Su sola
existencia es un factor profundamente distorsionador, que nada justifica. Porque si el Gobierno desea transmitir a la población
cualquier información necesaria para la seguridad o bienestar de ésta, siempre podrá hacerlo a través de los medios de
comunicación privados. Para difundir lo que sea menester, no necesita ser propietario de un canal de televisión, o de un diario,
o de una radioemisora. Este reparo tiene, a mi juicio, la calidad de una consideración previa. La propiedad estatal de un medio
de comunicación tan determinante es, por su sola existencia, un factor que distorsiona la libertad de información. Mientras
exista, en éste o en cualquier tipo de Gobierno, en el pasado o en el futuro, representará siempre una barrera para esa
libertad, en forma real o potencial. En consecuencia, deberíamos pensar derechamente en la eliminación de todos los medios
de comunicación estatales. Los privados podrán tener imperfecciones, pero su nocividad potencial siempre será menor que la
de un órgano del Estado, cuya lesión a la libertad de información en cualquier momento puede tornarse grave.Propiedad y
libertad de información En segundo término, en cuanto a la propiedad y libertad de información —aparte la propiedad estatal a
que nos referíamos—, conviene recordar que entre los conceptos de "propiedad" y "libertad" existe una relación estrecha e
indisoluble. La televisión chilena no está adscrita a un régimen de propiedad plena, sino de concesión, el que, por definición,
es menos intenso. El concesionario es propietario de la concesión, pero esa propiedad no tiene los mismos atributos. Pues
bien, la concesión es un elemento que debilita el derecho de propiedad. En el campo de la minería fue necesario dictar una ley
orgánica constitucional que reglamentara en forma muy minuciosa las características del derecho de concesión, a fin de
permitir que un derecho de esa naturaleza pudiera ser ejercitado en los mismos términos que un régimen de plena propiedad.
De tal manera que, de partida, hablar de concesión y no de propiedad ya significa una limitación importante dentro de nuestro
esquema jurídico. Desde esta perspectiva, el régimen más adecuado sería uno en que el Estado no tuviera medios de
comunicación y éstos quedaran entregados a los particulares en plena propiedad.Duración de las concesiones La duración de
las concesiones, con excepción de las vigentes, será de sólo 25 años, plazo manifiestamente insuficiente. Si no se acepta la
propiedad de los canales, las concesiones televisuales debieran ser, a lo menos, indefinidas, como las mineras. No existe
razón sustancial para que no lo sean. Con lo anterior, no sólo se pretende proteger el legítimo patrimonio del concesionario,
sino también otro bien jurídico y social no menos importante: la libertad de información, pues, por la vía de aducir insuficiencias
técnicas, administrativas o cualesquiera otras, la autoridad podría obrar en contra de un canal que no le sea ideológicamente
afín, poniendo término a sus transmisiones. Además, resulta obvio que la libertad de información de una estación televisual se
verá adversamente influida a medida que se acerque el final de la concesión. En efecto, difícilmente se sentirá libre para
evaluar la gestión de la autoridad de la que al cabo de un determinado tiempo dependerá su subsistencia o eliminación. En
todo caso, hago notar que, mientras más breve sea el plazo de la concesión, tanto menor será el estímulo para que durante los
últimos años, el concesionario efectúe inversiones en su canal, por la incertidumbre natural acerca de su futuro. Al imponerse
un límite tan estrecho, se introduce un factor de retraso tecnológico, lo que al mismo tiempo afecta la calidad de la información
que recibe la población.Renovación de las concesiones El proyecto establece un sistema de renovación de concesiones que, a
mi entender, es insuficientemente objetivo, en el que los criterios políticos pueden tener un influjo indebido. La atribución que al
respecto se otorga al Consejo Nacional de Televisión está regulada en forma que no asegura necesariamente la renovación de
todo concesionario. El mecanismo para otorgar nuevas concesiones debe modificarse en un elemento central, pues la iniciativa
sobre la materia se entrega exclusivamente a dicha entidad, que determina cuándo otorgar una concesión, para lo cual debe
llamar a concurso público. El sistema vigente propende mucho más a la libertad, ya que entrega la iniciativa a los particulares,
a quienes, si reúnen los requisitos legales, el Consejo no puede negarles la concesión.Caducidad de las concesiones En
cuanto a esta materia, debe mantenerse el criterio que plantea la Comisión respecto a que los votos requeridos para declarar
la caducidad de una concesión deben ser 7, o su equivalente proporcional, si en el trámite legislativo se redujere el número de
integrantes del Consejo. Este es un mínimo que tal vez sería conveniente elevar. II. CONSIDERACIÓN GENERAL DEL
ARTICULADOIntegración del Consejo Nacional de Televisión Si consideramos el Consejo Nacional de Televisión que propone
el proyecto, de inmediato salta a la vista la necesidad de asegurar mejor una integración verdaderamente pluralista. La
iniciativa plantea una generación principalmente política, en la que el pluralismo podría resultar más aparente que real. El
presidente del Consejo sería designado por el Jefe del Estado, a quien, en consecuencia, estaría subordinado. Es un mal
principio en este campo. Mejor sería que los propios consejeros eligieran a quien debe presidirlos. Los restantes 10 miembros
también serían designados por el Primer Mandatario, con acuerdo del Senado y cumplidas determinadas características que el
proyecto señala. Con esto, el Presidente de la República tendría una influencia y una injerencia excesivas en el Consejo.
Además, cabe observar que la intervención del Senado en este proceso probablemente derivará, tarde o temprano, en una
politización del organismo. No debemos olvidar que esta Corporación debe tomar resoluciones de todo tipo, algunas de ellas
de carácter político, y que su conformación mayoritaria es de esa misma índole. Recientemente, a raíz de la designación de un
consejero del Banco Central, advertimos que la aplicación de este mecanismo no siempre conduce al consenso. A mi
entender, un nombramiento de esa naturaleza debiera contar con mucho más que la simple mayoría de los Senadores en
ejercicio. En todo caso, de no procederse así, debiera establecerse algún sistema que asegure, de una forma u otra, el
pluralismo y la expresión de los distintos sectores de la sociedad. El texto de la Comisión elimina como consejeros,
lamentablemente, a los representantes de las Fuerzas Armadas y de Carabineros y al de la Corte Suprema, personas que hoy
están ejerciendo sus cargos en el Consejo Nacional de Televisión. A uno lo nombró el Ejército, y a otro, la Armada (en el
próximo período les correspondía designarlos a Carabineros y a la Fuerza Aérea, por acuerdo entre todas esas Instituciones),
y un tercero es un abogado integrante elegido por la Corte Suprema. Según las informaciones de que dispongo, ellos han
cumplido sus funciones cabalmente y con mucha responsabilidad y seriedad. He presentado indicación para reponerlos, con el
objeto de que el Consejo tenga mayor equilibrio y una representación de los demás Poderes del Estado, por cuanto...
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY N 18.838, SOBRE CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en todo caso, quiero señalar que no son diferencias odiosas: una dice relación a
un Poder del Estado, y la otra, a las Fuerzas Armadas, que conjuntamente con las Fuerzas de Orden son garantes de la
institucionalidad. Esa es mi posición. Y si Su Señoría tiene otra distinta, puede presentar las indicaciones que estime del caso,
ya que aún está a tiempo para formularlas. Repito que soy partidario de una integración en los términos que he
planteado.Atribuciones del Consejo Ahora, en cuanto a las atribuciones del Consejo, el artículo 1 del proyecto indica como
objetivo del correcto funcionamiento de los servicios la constante afirmación, "a través de su programación, a los valores
morales y culturales propios de la Nación; a la dignidad de las personas; a la protección de la familia; al pluralismo; a la
democracia; a la paz; a la protección del medio ambiente, y a la formación espiritual e intelectual de la niñez y la juventud".
Consideramos que todo ello es adecuado y muy loable, y que, además, reviste una profunda significación. Sin embargo,
creemos que la forma en que está expresado y precisado es muy imperfecta y que puede prestarse a distintas
interpretaciones. Al respecto, cabe recordar, señor Presidente, que la disposición vigente es muy similar y que ha dado lugar a
que el canal estatal inicie un proceso de reclamación en la Corte de Apelaciones, en el que impugna las atribuciones del
Consejo Nacional de Televisión, expresando que éste tiene las facultades de supervigilancia y fiscalización, pero que "no
implican, por sí solas, la posibilidad de aplicar sanciones, sino, simplemente, la de criticar y cuidar de las acciones u obras de
otros. El solo hecho de poder fiscalizar o supervigilar no implica, por consiguiente, la facultad de castigar". Lo anterior, señor
Presidente, lo dice hoy día Televisión Nacional —reitero— en un proceso de reclamación en contra del Consejo en funciones.
Por consiguiente, si una norma de esta naturaleza en la actualidad está siendo cuestionada ante los tribunales de justicia, y si
ahora se consagraría un precepto similar, estimo que debiéramos entrar a perfeccionar este tipo de disposiciones; de lo
contrario, serán meramente letra muerta. Televisión Nacional alega en su escrito —que está firmado por su Director General,
señor Jorge Navarrete Martínez, quien es su representante— que el inciso tercero del artículo 1 de la ley N 18.838 "no tipifica
un hecho ilícito administrativo". Se trata de una norma simplemente interpretativa que se limita a expresar lo que debe
entenderse, para los efectos de la ley, "por correcto funcionamiento de los servicios". Insisto, señor Presidente, en que hoy día
se está cuestionando el precepto; hoy día esa facultad se estima susceptible de ser interpretada en distinta forma, sosteniendo
Televisión Nacional —repito— que ese precepto no habilita para sancionar. Se trata de una situación en que dicho canal fue
objeto de una amonestación, a raíz de un programa transmitido el día 18 de septiembre, relativo a los valores patrios, con un
contenido que, en concepto del Consejo Nacional de Televisión, habría infringido la legislación vigente. Por lo tanto, si no se
corrige o no se perfecciona esta iniciativa, puede ser letra muerta, porque el punto está siendo discutido en la actualidad por
las propias estaciones. No sé qué resolverán en definitiva los tribunales, pero, en todo caso, llamo la atención respecto a este
asunto, que es controvertido. Con relación a otro tipo de materias, señor Presidente, me parece inadecuada la obligación de
que el Consejo establezca una franja cultural obligatoria para todos los canales en horas de alta audiencia. A mi entender, se
trata de una imposición arbitraria, para la que no se contempla financiamiento. La medida que se propone previsiblemente
despertará una reacción adversa y tendrá efectos contraproducentes. Confío más en la libre y espontánea creatividad de los
canales, de la que, ciertamente, pueden surgir frutos más atractivos y valiosos, que en el mero cumplimiento de una obligación
impuesta por la ley. Por otra parte, esa franja me parece una innecesaria restricción a la libertad de informar. Porque bien
pudiera ocurrir que algún canal quisiera especializarse —como sucede en diferentes países— en un campo determinado,
como, por ejemplo, los deportes, la ininterrumpida transmisión de noticias u otros. ¿Por qué habría de imponérsele una franja,
que acataría por mera fórmula, con detrimento de la calidad y de sus recursos, para cumplir su objetivo principal? Y, a la
inversa, ¿por qué habría de imponerse a toda la población tener que ver tal programa en determinadas horas, aunque no fuere
en el mismo día? Creo que la mayor libertad debe ser para todos. El "dirigismo" suele surtir los más inesperados efectos. En
seguida, particularmente discutible y distorsionador me parece el proyecto de norma, dentro de las funciones del Consejo,
relativa a garantizar que en los programas de opinión y debate político se respete el pluralismo. A fin de garantizar dicho
pluralismo, se faculta al Consejo para adoptar las medidas y procedimientos necesarios. La obligación que se impone a los
canales constituye una limitación a su libertad editorial. Puede encontrarse justificación para tal cortapisa sólo en períodos muy
breves y en épocas preelectorales; pero no cabe justificarla como norma permanente sin lesionar la libertad de opinión e
información de los medios de comunicación, la cual se expresa, entre otros aspectos, precisamente en que el medio, como
norma general, puede favorecer ciertas posiciones, destacarlas y exponerlas más extensamente. Hay programas en los que
resulta difícil respetar esa exigencia sin distorsionar gravemente la independencia editorial. Por otra parte, cabe advertir que el
pluralismo no se logra sólo mediante una u otra ecuación matemática supuestamente representativa de las diversas corrientes
políticas. El pluralismo es más bien una predisposición o un estado de conciencia, y depende, mucho más que de cuotas de
tiempo, por ejemplo, de quién establece la agenda, quién formula las preguntas, cómo las hace, desde qué ángulos, a quiénes
invita, etcétera. Lo anterior constituye una obligación que, de ser impuesta, debe recaer, tal como he señalado, sólo en el canal
estatal —éste, a mi juicio, no debería existir—, y no en los canales privados.Responsabilidad de la autoridad Es indispensable,
además, que se delimiten con toda precisión las responsabilidades de la autoridad en este campo. De no ser así, la simple
omisión otorgaría impunidad para atropellar el derecho que hoy estamos cautelando. Ello se advierte, en especial, con relación
al trámite que debe seguir la solicitud de concesión. El plazo de 30 días para que la autoridad gubernativa se pronuncie al
respecto y evacue una resolución técnica me parece suficiente y racionalmente breve. Si no lo hace dentro de ese lapso, debe
existir una sanción expresa, que podría ser semejante a la contemplada en el artículo 25 del proyecto. Además, en tal caso, la
solicitud debiera pasar automáticamente al Consejo, para que se pronuncie dentro de otro término, el que, a mi juicio, también
debería ser muy breve.Acción pública El informe señala que hay acción pública para denunciar a los concesionarios que
infrinjan los objetivos que el artículo 1 atribuye al Consejo. Tal situación hace más necesario, en todo caso, precisar dichas
finalidades, conforme a lo ya expuesto acerca de las dudas existentes sobre su interpretación.III. CONSIDERACIONES
FINALES Son múltiples las consideraciones que podrían hacerse en cuanto al proyecto. Sobre ellas, o formularé indicaciones,
o participaré en el debate cuando analicemos la iniciativa artículo por artículo. Pero, frente a algo tan trascendental como lo es
ahora la televisión —y aun llamada a serlo con mayor fuerza en el futuro—, debemos actuar guiados por consideraciones
distintas de las meramente coyunturales. El que hoy día unos sean Gobierno y otros Oposición no significa que debamos tener
respecto del tema algún tipo de definición que no sea una que cautele el libre ejercicio del derecho de información. La
televisión, como medio de comunicación de masas y de influjo sobre las mismas, es en la actualidad, por su importancia y por
su carácter revolucionador de la vida colectiva, equiparable a la invención y difusión de la escritura. Y así como hace siglos
hubo grupos que quisieron retener para sí ese saber y el poder que significaba, hoy vemos que pueden existir personas que
también pretendan hacer otro tanto con la televisión. En el fondo, esto no es sino tratar de favorecer al Estado con el dominio y
control de ese medio. Se dirá que todos los Gobiernos del pasado hicieron lo mismo. Pero la prolongación de un error y de una
injusticia no basta para justificarlo, ni menos para defender su continuación. Se sostendrá que la televisión estatal es necesaria
para el desarrollo socioeconómico y la democracia. Sin embargo, ocurre que hay países democráticos donde la televisión
estatal no existe, lo cual no ha impedido el progreso de esas naciones. La solución de fondo —la única que real y
definitivamente evita tales distorsiones— es que exista la máxima competencia posible entre las distintas estaciones
televisoras. Creo que ésa es la forma de asegurar que los televidentes y la población chilena en general puedan disponer de
los programas de mayor calidad y más adecuados al medio en que vivimos y a las condiciones del país, con respecto a los
distintos valores sobre los cuales se asienta la chilenidad. Sostengo que las normas impuestas a través de organismos
centralizados que, de una u otra forma, van tratando de fijar pautas de acción a las personas son tan inconvenientes en este
campo como en todos los demás. La experiencia de los últimos tiempos en Chile demuestra que, cada vez que se confía en
sistemas que pueden dar más y mejores posibilidades de que la ciudadanía entera resuelva sus problemas, se obtienen
mejores resultados. Por eso, a mi entender, tendremos que analizar en tal contexto lo relativo a ese tipo de Consejos y al resto
de la legislación concerniente a televisión y a los demás medios de comunicación social del Estado, considerando los factores
de competencia, libertad y seguridad de que los particulares puedan ejercer en plenitud los derechos que les otorga la
Constitución. Muchas gracias.
Legislatura 323, Sesión 26 de 11 de Diciembre de 1991
Debate en sala
INTERPRETACIÓN DE NORMAS ATINENTES A FACULTAD DE COMISIONES MIXTAS Y A MODO
DE VOTAR SUS PROPOSICIONES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, tal como lo señaló el Honorable señor Pacheco al relatar el informe de la .Comisión
de Constitución, Legislación y Justicia, para poder entender cabalmente las argumentaciones y conclusiones de ésta es
necesario conocer el sentido y alcance de las Comisiones Mixtas prescritas en los artículos 67 y 68 de la Carta Fundamental.
El origen de las Comisiones Mixtas se remonta a la Carta de 1925, pero la de 1980 amplió sus posibilidades de acción,
eliminando con ello ciertos trámites constitucionales que constituían problemas en la discusión y aprobación de los proyectos.
La supresión del cuarto y quinto trámites, con todo el proceso de insistencias de las distintas Cámaras, asegura, por medio de
esas Comisiones, un mejor entendimiento y mayores posibilidades de consensos entre ambas ramas del Parlamento.
Inspirados en la idea de dar a las Comisiones Mixtas un campo de acción más amplio para superar dificultades por la vía del
acuerdo logrado en ellas, hemos dado esta extensión a la interpretación respecto del papel que les cabe. Habría sido muy fácil
apegarnos estrictamente a la letra de las normas constitucionales y dictaminar que el informe de las Comisiones Mixtas debe
votarse en forma global y sólo respecto de determinadas materias sujetas a discrepancias entre ambas Cámaras. Sin
embargo, a mi juicio, habríamos limitado el espíritu de la Carta en lo atinente al sentido que dichas Comisiones deben tener.
Por eso, mediante esta interpretación -que, a nuestro entender, es adecuada a lo estatuido en la Constitución- queremos que
se transformen en un lugar de encuentro donde, más allá de la legítima defensa que cada parte pueda hacer de sus opiniones,
se llegue a fórmulas de consenso que permitan superar los obstáculos que impiden la aprobación de un proyecto rechazado
por una o ambas ramas del Parlamento. Lo anterior requerirá un papel más amplio del que hasta la fecha han tenido las
Comisiones Mixtas, pues no se limitarán a analizar las discrepancias; a comprobar quiénes están a favor de una tesis y
quiénes en contra, y después, a recoger la votación. Estimamos que deben explorar todas las fórmulas tendientes a que los
acuerdos logrados en ellas se traduzcan en ley. Tal es el sentido que pretendemos dar a las Comisiones Mixtas. Y en esa
línea, y sólo con el propósito de solucionar los conflictos, hemos pensado que, tratándose de la forma y modo de resolver las
dificultades -como dice la Constitución-, podrían incluso proponer materias no sujetas expresamente a la discusión si, como
consecuencia de la inclusión de ellas, se llega a una solución. Obviamente, si no tienen por objeto la solución de la
controversia, carece de sentido entrar al conocimiento de materias que no están en pugna. Pero tal es también -repito- el
sentido y alcance que queremos dar a las Comisiones Mixtas: que busquen, con la mayor competencia posible, fórmulas que
permitan que el proceso legislativo trabado como consecuencia de determinada discrepancia siga avanzando a fin de que, en
definitiva, los proyectos puedan ser aprobados. Nos parece que, en esta clase de interpretaciones, debemos buscar siempre
las que favorezcan el despacho de la ley, el avance y desarrollo del proceso legislativo. De otra manera, al limitarlas a formular
proposiciones acerca de determinada materia y excluyendo otras, estaríamos atribuyendo a las Comisiones Mixtas un sentido
extraordinariamente restrictivo y meramente formal. En esa misma línea, recogiendo la norma constitucional que habla de "la
forma y modo de resolver las dificultades", expresamos que las Comisiones Mixtas pueden proponer distintas formas de
votaciones, en el sentido de que la Sala puede votar separadamente ciertas materias según la sugerencia que le haga la
Comisión Mixta. Por supuesto, ésta, dentro de la fórmula de consenso que esté considerando, deberá decidir cómo presenta a
la Sala las distintas alternativas que han de votarse de manera independiente. En todo caso, éste es un elemento que facilita el
despacho de un proyecto. Si nada estipula la Comisión Mixta, es obvio que su proposición debe votarse en un solo todo y no
cabe la división de la votación por materias. Se trata de un punto que deberán resolver las propias Comisiones Mixtas:
determinar cuándo debe votarse en forma separada y cuándo no. El informe también precisa que, en el caso de normas que
requieran quórum distinto del de otras, deben votarse separadamente para los efectos de dar cumplimiento al más alto. En
general, señor Presidente, ése es el sentido del informe, que, a nuestro entender, reviste suma importancia para la futura
tramitación de los proyectos. Además, tiene la ventaja de estar siendo considerado en un momento en que no tenemos
problemas contingentes. Creo que ésa es la gran virtud del informe: no estamos resolviendo el tema frente a una materia
pendiente; vale decir, no nos encontramos tratando un punto que pudiera perturbar nuestro juicio en un sentido u otro; no
tenemos ningún tema pendiente de este informe. O sea, podemos estudiar el asunto desde un punto de vista muy amplio, con
la disposición de otorgar a las Comisiones Mixtas las máximas atribuciones para resolver las controversias, porque es nuestra
voluntad que ellas contribuyan en forma eficaz a que el proceso legislativo pueda continuar cuando surge alguna controversia.
Es cuanto quería señalar, señor Presidente.
Legislatura 323, Sesión 31 de 08 de Enero de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE MUNICIPALIDADES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, estamos discutiendo un proyecto de ley fundamental para el desarrollo social y
democrático del país, ya que todo sistema municipal tiene por objeto dar a la ciudadanía un elemento de participación que es
determinante en toda democracia. Estamos discutiendo las normas de un nuevo régimen municipal, y aun cuando el debate se
ha desviado hacia aspectos meramente formales o electorales, como los planteamientos básicos formulados respecto a
determinados capítulos que se relacionan con la designación de ese tipo de autoridades que son los concejales y la forma en
que se participará en este proceso, no voy a dejar de considerar —sin perjuicio de que también me deferiré a esas materias—
los que, a mi entender, constituyen los elementos esenciales, de fondo, que conforman el sistema. Todo el proceso electoral
es un instrumento para determinar la voluntad soberana y la forma en que se deberá elegir a determinadas personas, y ése
instrumento y esa forma de elegir a las personas no puede, por cierto, pasar a ocupar un lugar relevante frente a otras normas
mucho más trascendentales, porque son las permanentes o de fondo. El primero es transitorio, meramente adjetivo, y podrá
hoy favorecer a un partido, a un independiente, o a un sector determinado; en cambio, las últimas son las que, a mi juicio,
interesan a las grandes mayorías nacionales. Creo que el país desea una ley municipal eficiente, moderna, que dé solución a
las grandes inquietudes sociales y materiales en las comunas. El problema electoral, discutido con tanta pasión en esta
oportunidad, es simplemente secundario para la población chilena. El país espera una respuesta que signifique mayor eficacia
por parte del municipio, que implique incorporar todos los principios de modernidad a fin de que ella pueda lograrse, de modo
que las autoridades edilicias que próximamente serán elegidas cuenten, además tanto con instrumentos materiales, que se
otorgarán a través de la Ley de Rentas Municipales, como jurídicos que estamos entregando con el proyecto en discusión; es
decir, con las facultades que permitan a quienes serán elegidos democráticamente cumplir de manera cabal con lo que Chile y
cada comuna esperan. A mi juicio, es completamente accidental y meramente transitoria la discusión —a la que me referiré
más adelante— tocante a los aspectos electorales, de si los votos se suman aquí o se agregan allá. Pienso que en las
comunas, los pobladores, los trabajadores, los estudiantes, las dueñas de casa, quieren solución a sus problemas reales, a
aquellos qué están ocurriendo diariamente, y no a asuntos ajenos a ese punto esencial. Lamentablemente, la discusión en
general del proyecto se ha desviado a un debate particular que, a mi entender, es propio del segundo informe, como es el
análisis de la constitucionalidad de un artículo determinado. Estamos en presencia de una modificación de la Ley Orgánica
Constitucional de Municipalidades, de 1988, que, en rasgos generales y dentro de los grandes principios que inspiran la nueva
línea de acción municipal, apunta en la dirección adecuada para lograr la eficacia, la estabilidad y la modernidad que
pretendemos en los municipios. Lo anterior se acomoda a las normas que dicen relación a todo lo que significa la enmienda de
la Carta, en cuanto a la forma de constituir los municipios, los concejales, los alcaldes y los demás consejos; se precisan las
distintas facultades que debe tener el jefe comunal, así como lo que es el municipio; se señalan detalladamente las formas en
que el concejo municipal debe actuar para cumplir con los objetivos que la propia iniciativa dispone. De manera muy minuciosa
y cuidando de equilibrar las atribuciones que ha de poseer un buen administrador, como debe serlo el alcalde, y un buen
fiscalizador normalizador, carácter que debe tener el concejo, creo que, acertadamente, se van introduciendo algunas
modificaciones que permiten que los objetivos que persigue la comuna se logren con eficacia, para el efecto de materializar las
finalidades que se procuran alcanzar con una reforma de esta naturaleza. Por ello, se otorgan las facultades combinando algo
esencial en todo sistema municipal eficiente: por una parte, las atribuciones para que las autoridades actúen con prontitud y,
por otra, el debido resguardo de los intereses municipales —que, en definitiva, son de toda la comunidad—, especialmente en
lo relativo a la importante tarea de disponer de los recursos, que corresponde tanto al alcalde como al concejo. No es el
momento de entrar a analizar en detalle la regulación de estas materias, pero deseo expresar que éstas fueron establecidas de
manera muy relevante en el texto, y creo qué las disposiciones consiguen dar énfasis a la descentralización administrativa, lo
cual otorgará una verdadera oportunidad para que los alcaldes y concejales cumplan con sus objetivos. También, dentro de los
propósitos generales que se pretenden con el proyecto, estimo que aumentan la libertad y autonomía edilicias, en forma
global, al establecerse, en la medida de lo posible, una mayor descentralización de facultades hacia el municipio, a fin de que
éste pueda llegar a donde las necesidades de la población son más apremiantes y más directas. Creo que las carencias de la
comunidad local podrán ser satisfechas con mayor prontitud de acuerdo con las nuevas facultades que se están otorgando.
Asimismo, y como una condición íntimamente ligada a lo anterior, el incremento de los recursos financieros —a ello está
destinada la Ley de Rentas Municipales— permitirá concretar la concepción del nuevo y moderno municipio que consagra esta
normativa. Además, me parece que el proyecto introduce elementos de gran tecnificación que conducen a una actualización
en la materia, del mismo modo en que lo hizo la ley dictada en 1988, que adecuó el sistema, a mi entender con gran eficacia y
gran éxito. La iniciativa incorpora ciertos aspectos que deben tenerse presentes para los efectos de un cabal entendimiento de
la ley municipal: se establecen el alcalde —con sus facultades—, el concejo y un consejo económico social asesor; se permite
la asociación de municipalidades; se reglamentan normas que dicen relación a las corporaciones y fundaciones; se consagra,
por primera vez, el concepto de administrador municipal, para determinadas comunas con un número importante de
habitantes. En definitiva, estamos ante un proyecto que avanza en todo aquello en que es posible hacerlo en el presente y,
aun con la premura con que fue estudiado, en un campo fundamental para el desarrollo social y democrático de Chile, como es
el área municipal. La ley respectiva —como todas— está sujeta a una constante revisión, con el objeto de que la aplicación de
los avances tecnológicos, o bien, la corrección de las fallas que se vayan advirtiendo en el uso de las facultades de las nuevas
autoridades, permita que éstas cumplan con sus objetivos en la forma deseada por el legislador. Por ello, a mi entender,
estamos frente a una modernización relevante, pero siempre atentos y alertas a que esta modificación considere la satisfacción
de las necesidades comunales, las que van en creciente aumento, en cuanto al imperativo de satisfacerlas y a la posibilidad de
lograrlo. En lo que dice relación a las materias propiamente adjetivas, formales o de procedimiento a que se ha hecho
referencia en la Sala y, fundamentalmente, al tema electoral —reitero que no es el aspecto más importante y que no debiera
haber ocupado toda la discusión general de una iniciativa de tanta trascendencia—, pienso que ello no debe ser enfocado de
una manera en exceso estricta, como han pretendido hacerlo algunos señores Senadores, especialmente en lo relativo a los
independientes. Sobre el particular, me parece que existe un principio básico y esencial: el sistema electoral intenta medir cuál
es la verdadera voluntad soberana. Es un medio, un instrumento para auscultar y determinar al respecto con algún grado de
precisión. Por lo tanto, la norma que debe presidir la discusión no es la del artículo 18 de la Carta Fundamental, que es muy
relevante, desde luego, sino la del artículo, 5 , que lo es mucho más, el cual expresa que "La soberanía reside esencialmente
en la Nación. Su ejercicio se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las
autoridades que esta Constitución establece.". Por consiguiente, a través del proyecto en debate consagramos disposiciones
para los efectos de establecer cómo está conformada esa voluntad soberana. Esa es la esencia de un sistema electoral: en
este caso, tratar de medir cómo quiere determinar su destino una comuna en un momento determinado de la historia de un
pueblo. Y el instrumento adecuado para ello es el electoral, a través de un sistema que la propia ley debe diseñar.
Naturalmente, todo sistema que pretende medir o apreciar la voluntad soberana dentro de ciertas formas o pautas es,
inevitablemente, inexacto: no puede medir con absoluta precisión cada una de las inquietudes, necesidades y requerimientos
de las personas que se pronuncian, de modo que nunca es matemático. Por ello, en el mundo entero existe la mayor variedad
al respecto, no obstante lo cual todos los regímenes son igualmente democráticos. Y así es como existen sistemas
mayoritarios, minoritarios, proporcionales o de otra naturaleza, cuya eficacia, sentido y grado de proporcionalidad podrán
discutirse de una u otra forma, pero que persiguen el propósito señalado. Creo que ése es el concepto que debe presidir en
todo, para los efectos de determinar la constitucionalidad o no de las normas contenidas en el proyecto que nos ocupa En
virtud de lo anterior, esta materia debe estar presidida por el artículo 5 de la Constitución, el cual es básico y esencial,
conformando uno de los capítulos principales dentro de las bases de la institucionalidad chilena. Si entre las normas de la
Carta tiene que haber armonía, dicho precepto ocupa un lugar preeminente, condición que mantiene respecto de cualquier
otro. Sin embargo, un principio que en esta materia también debemos considerar y apreciar adecuadamente es el relativo a la
naturaleza de los partidos políticos y de los independientes. El artículo 18 de la Carta Política preceptúa que una ley orgánica
constitucional garantizará en los procesos electorales "siempre la plena igualdad entre los independientes y los miembros de
partidos políticos tanto en la presentación de candidaturas como en su participación en los señalados procesos.". Por cierto,
estamos frente a dos entidades distintas, pues los independientes son diferentes de los partidos políticos. Y la ley debe dar a
aquéllos y a éstos la misma posibilidad de actuar en la vida pública. Pero lo que no pueden pretender la Constitución ni la ley
es otorgar igualdad absoluta, matemática, a los independientes y a los partidos políticos. Aunque se lo propusiera el legislador,
y aun cuando fuera aprobado por unanimidad, ello sería imposible, porque iría contra la esencia de dos cosas diversas. Si por
ficción de la ley o del constituyente, o por la voluntad soberana, se pudieran igualar dos cosas disímiles, no estaríamos en esta
discusión, porque se habría resuelto la materia en forma concluyente. Por lo tanto, siempre que nos veamos abocados a dar
igualdad a independientes y a partidos políticos nos encontraremos con dos elementos distintos a los que habrá que procurar
poner en un nivel que no puede lograr la Carta Fundamental. En todo caso, el sistema igualitario no es el semejante o gemelo,
sino el que tiende a hacer iguales. Así lo define el propio diccionario, que señala que lo que pretende ser igual nunca lo es;
siempre las cosas son diferentes. En consecuencia, si legislador, modestamente, sólo puede tender a la igualdad.
Naturalmente, sentado el principio de que primero está la soberanía popular, de que los medios para medirla son los
instrumentos electorales y de qué los partidos políticos son distintos de los independientes, no debemos olvidar que éstos,
para homologarse a aquéllos, tienen que ser disímiles. Si fueran exactamente iguales, no habría dificultad alguna en el
problema que estamos señalando. Van a ser siempre distintos, porque no se trata de la misma cosa. Y, siendo diversos,
debemos preservar el carácter independiente de una persona, calidad esencial que no se pierde por el hecho de dársele
privilegios o ventajas que la dejen en igualdad con otra. Si por la vía de otorgarle beneficios, privilegios, exenciones y toda
suerte de prebendas para los efectos de conseguir una igualdad la entidad independiente deja de ser tal, estaremos
violentando la Constitución. Ella debe conservar esa calidad para que el constituyente y los legisladores le demos oportunidad
de ser igual a los partidos. Pero si el in- dependiente deja de serlo, aquéllos no pueden otorgarle otros beneficios, porque
simplemente se encontrarían ante una imposibilidad material, jurídica, constitucional y, diría yo, incluso metafísica. Entonces,
señor Presidente, son estos principios básicos los que debemos tener presentes: el de la soberanía, el de la igualdad y el de
mantener la calidad de independiente. La leyN0 18.700, que me correspondió el honor de firmar en su oportunidad, permite
que los independientes pacten con un grupo de partidos que a su vez han celebrado un pacto. Vale decir, el legislador
posibilitó a éstos firmar un pacto. Y autorizó, por excepción, que a ese compromiso se incorporaran los independientes. La ley
no facultó a un partido para pactar con un independiente. Y no lo hizo porque el concepto de pacto político es diferente. Por
eso distingo entre el pacto político esencial y la incorporación a él. El legislador ha querido —fue un tema muy discutido;
incluso, en los primeros informes de la ley N 18.700 estaba prohibido ese tipo de acuerdos— que exista afinidad entre las
colectividades que suscriban el pacto político, la que, además, debe ser a nivel nacional. No puede haber una afinidad
regional, comunal o distrital, pues el partido perdería la esencia, ya que su acción está concebida para todo el territorio del
país. Por eso se permitió sólo celebrar el pacto entre partidos y a nivel nacional. Porque, no obstante que eso podría
entenderse como una desigualdad entre unos y otros, es obvio que una colectividad política no puede tener afinidad sólo con
un independiente. De manera que resulta absolutamente imposible que un partido político pacte con un independiente a nivel
nacional cuando su interés es meramente individual o local. Señor Presidente, admito que la referida excepción es dudosa. Y
si tuviéramos que estudiar muy a fondo el tema de la constitucionalidad, creo que podrían existir muy buenos argumentos para
sostener ambas posiciones; vale decir, autorizar a los independientes para incorporarse a un pacto o impedirles hacerlo. En
todo caso, estamos en presencia de una norma excepcional. Lo que extraordinariamente posibilitó el legislador fue que un
independiente se incorporara a un pacto. A lo que no accedió fue a que se integrara a una situación distinta: el pacto con un
partido político. Por lo tanto, si el legislador sólo ha permitido su incorporación a un pacto, mal podría el independiente
comprometerse con un partido mediante un subpacto, porque se estaría desnaturalizando el principio en cuya virtud el
constituyente estatuyó ese tipo de normas en nuestro sistema electoral. Por otra parte, también debemos entender que, al
hablar de independiente, se trata de una persona que no milita en un partido. No es un sujeto cualquiera, sino alguien cuya
cualidad esencial es no estar adscrito a una colectividad política. Esto, para los efectos de entender lo que es un
independiente; para otros fines, la acepción puede ser diferente. Ahora bien: el legislador debe entender que, cada vez que el
independiente se aleje de su carácter propiamente tal y se vincule a corrientes políticas en cuanto a sus resultados, irá
perdiendo su razón de ser. Y repito lo que señalé al comienzo: cuando el independiente vaya perdiendo su calidad, la
Constitución ya no lo protegerá, pues ella garantiza al independiente frente a los partidos políticos; pero el que actúa dentro de
éstos debe regirse por las reglas generales. A mi entender, en esa materia debemos ser extraordinariamente cuidadosos. Y en
la medida en que el independiente pacta con un grupo de partidos va perdiendo su calidad. Pero si pretendemos, no sólo que
pacte con un grupo de partidos, sino que además determine el destino de sus votos —o sea, que sus excedentes favorezcan a
otra corriente—, ese independiente deja de ser tal Por otra parte, no deseo dar respuesta a cifras, porque no es mi intención
calcular el beneficio electoral que esta fórmula puede significar para un sector u otro. Pero se han citado casos que, a mi
entender, no corresponden exactamente a lo que siempre puede ocurrir. Es factible citar ejemplos para probar que el
independiente se perjudica, y otros, para demostrar que se favorece. Obviamente, si el grupo de partidos políticos a los cuales
se incorpora tiene excedente de votación, el independiente resultará elegido. Del mismo modo, cuando él tenga sobrante,
puede beneficiar al grupo de partidos que lo patrocinó. Por lo tanto, no estamos en presencia de una situación discriminatoria,
porque lo que determinará en definitiva si el independiente va a poder ser elegido o si los partidos le traspasarán sus votos no
será la ley, sino la voluntad popular, el ciudadano que electoralmente marque su preferencia por un partido o por un
independiente. Por otro lado, creo que aquí habría cierto grado de privilegio para los independiente respecto de los partidos
políticos. En el caso de las colectividades que lleven más de un candidato en una lista, es obvio que tendrán que dividir su
votación entre las distintas personas incluidas en ella. En consecuencia, el independiente puede ir siempre en ventaja frente a
los partidos de no obtener la cifra repartidora que determine la voluntad popular. En cualquier ejemplo que se pueda dar, si no
se actúa con el rigor de determinar cuál ha sido la verdadera voluntad soberana en cuanto a favorecer a los partidos o a los
independientes, podría llegarse al absurdo de que la división natural que se produce en la lista de partidos no se da en el caso
del independiente que va solo. Se pueden multiplicar los ejemplos demostrar que no estamos ante normas arbitrarias o
discriminatorias. Y ello, por una razón muy simple: estamos frente a normas adjetivas, secundarias, accesorias. Lo importante
son las disposiciones sustanciales que regulan todo lo que dice relación a lo fundamental del municipio, a la forma en que ha
de ejercer sus facultades y satisfacer las necesidades de la comunidad. Aquéllos son aspectos, a mi entender, secundarios,
que el legislador debe señalar para los efectos de medir la voluntad soberana. Pero ésta no es para elegir autoridades como
un fin. Vale decir, el objeto no es elegir el Concejo. Y la finalidad de éste no es nombrar al alcalde. El propósito del Concejo y
del alcalde es satisfacer las necesidades de la comuna. Y para eso la comunidad local participa y ejerce la voluntad soberana
a que se refiere el artículo 5 de la Carta, base esencial de la institucionalidad. Señor Presidente, atendida la hora, no me puedo
referir a otras materias que habría deseado tocar. Me reservaré para la discusión particular respecto de muchos artículos que
son de gran interés para la población, la que —creo— está esperando ansiosa la solución de sus problemas a través de
numerosas de estas normas, que, en mi opinión, constituyen un avance muy importante en el ámbito comunal. Considero que
hay muchas materias de gran significación contenidas en la ley en proyecto, tal vez una de las más relevantes que el
Parlamento despachará en el presente período. Muchas gracias, señor Presidente.
Legislatura 323, Sesión 32 de 09 de Enero de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE CÓDIGOS PENAL, DE JUSTICIA MILITAR, Y DE PROCEDIMIENTO PENAL Y
OTRAS DISPOSICIONES LEGALES EN MATERIA DE SEGURIDAD DE LAS PERSONAS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, participo de la indicación que se hizo en la Comisión —incluso la suscribí—, de
manera que no me extenderé respecto de las razones que se han dado en relación con la necesidad de esta norma y el bien
jurídico que protege, o sea, la seguridad pública, porque concuerdo plenamente con lo que se ha señalado en esta Sala. Sin
embargo, para los efectos de precisar la disposición y, a su vez, de determinar cómo se debe votar, así como el quórum que se
exige, hago presente que estamos estableciendo un nuevo delito, con pena de muerte. La. sanción se encuentra fijada con
anterioridad, pero ocurre que agregaríamos otra figura, la cual tipifica hechos que en forma previa no son castigados con la
pena capital. Por lo tanto, el caso en estudio —que comparto— se vincula con la disposición del artículo 19, N 1 , de la Carta
en el sentido de que "La pena de muerte sólo podrá establecerse por delito contemplado en la ley" —eso es lo que hacemos—
"aprobada con quórum calificado.". Hago la observación para los efectos de determinar las mayorías necesarias para aprobar
una norma de esta naturaleza. Muchas gracias, señor Presidente.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE CÓDIGOS PENAL, DE JUSTICIA MILITAR, Y DE PROCEDIMIENTO PENAL Y
OTRAS DISPOSICIONES LEGALES EN MATERIA DE SEGURIDAD DE LAS PERSONAS - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— No obstante haber concurrido con mi voto a la aprobación unánime de esa norma, hice presente en
la Comisión que, aun cuando se eliminara la sanción, se aplicarían las normas generales. Vale decir, el funcionario que no
cumpla ese precepto estará dejando sin aplicación una ley e incurrirá en infracción, como todos los funcionarios que no
cumplen las leyes. Debemos considerar esta situación, porque, si bien la falta no tiene una sanción específica, concreta y
precisa en nuestro ordenamiento jurídico, se aplican las reglas generales que afectan a todo funcionario que deja de cumplir la
ley. De otra manera estaríamos en presencia de una norma meramente programática, sin sentido alguno. En ese entendido, y
por las razones expuestas, concurrí con mi voto en la Comisión a la aprobación unánime de dicha norma.
Legislatura 323, Sesión 33 de 14 de Enero de 1992
Debate en sala
REHABILITACIÓN DE CIUDADANÍA A PERSONAS ACOGIDAS A LEY DE AMNISTÍA. INFORME
DE COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 1
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El señor FERNANDEZ.- Señor Presidente, estamos en presencia de un tema del más alto interés jurídico y constitucional, pero
también práctico. Se trata de determinar qué efectos produce -como aquí sé ha señalado- una ley de amnistía respecto de
aquellas personas que, habiendo sido condenadas a pena aflictiva, han perdido la ciudadanía como sanción accesoria; vale
decir, nos encontramos frente a un individuo que ha cometido un delito y ha sido condenado, sanción que, además, tiene y trae
consigo la pérdida de la ciudadanía. Pues bien, para poder analizar el tema, a mi entender, debemos estudiar la naturaleza
que reviste la amnistía en sí misma, a fin de apreciar qué efectos producirá ella, por cuanto, determinándola, podremos
resolver, a mi juicio, en mejor forma la materia que estamos analizando. En efecto, la amnistía es uno de los actos legislativos
de la mayor trascendencia que puede llevar a cabo el Poder Legislativo; es el perdón más amplio que reconoce nuestro
Derecho con respecto a la responsabilidad penal; borra la sanción y todos sus efectos, según lo señala el artículo 93 del
Código Penal -es necesario destacar este texto-, y uno de ellos, que se aplica a la persona amnistiada, es perder la
ciudadanía. Por otra parte, la amnistía constituye, más que una liberación -como dice Rafael Fontecilla citando a Arrazola-, el
perdón de un delito; es un acto de alta política por el que los Gobiernos, después de perturbaciones o trastornos de los
pueblos, hacen nula la acción de las leyes, echando el velo de un eterno olvido sobre ciertos delitos que atacan el orden, la
seguridad y las instituciones fundamentales del Estado. Esto significa que, dictada una ley de amnistía, queda borrado el
delito. El artículo 17 de la Constitución establece que "Los que hubieren perdido la ciudadanía por la causal señalada en el
número 2 " -vale decir, por haber sido condenado a pena aflictiva- "podrán solicitar su rehabilitación al Senado, una vez
extinguida su responsabilidad penal.". Y dicha responsabilidad queda extinguida por la amnistía, que tiene la virtud de borrar la
pena y el delito. Precisamente, nos encontramos en presencia de una persona a la cual, en el concepto de la ley -repito-, se le
han eliminado la pena y el delito. Recordemos que una de las penas accesorias, o un efecto del delito, es la pérdida de la
ciudadanía. Por lo tanto, en mi opinión, exigirle al afectado que, no obstante haberse dictado una normativa que ha borrado su
delito y la pena, concurra al Senado para pedir la rehabilitación de su ciudadanía, constituye algo que no se aviene con el
criterio que debemos tener respecto de la amnistía, la cual, conjuntamente con eliminar el delito y la pena, a mi entender,
suprime también la pena accesoria de tener que tener la rehabilitación necesaria, lo que se produce por el solo ministerio de la
ley, por lo cual esa persona puede inscribirse en los registros electorales sin necesidad de recurrir al Senado. Porque podemos
encontrarnos con el absurdo de que una ley dictada por el propio Congreso, respecto de la cual ha participado el Senado,
estime que el individuo, por efecto de la amnistía, no ha delinquido y que, por lo tanto, se le ha borrado el delito y la pena. Sin
embargo, deberá concurrir a esta Corporación a pedir que se rehabilite su ciudadanía. Pregunto: ¿qué sustentación tiene esta
pena accesoria de privarlo de la ciudadanía si ya no existe delito? ¿Qué razón podría aducir el Senado para negarle la
rehabilitación? ¿Podría hacerlo atendido el hecho de que en el pasado cometió un delito que la propia ley ha amnistiado?
¿Qué sentido tendría solicitar la rehabilitación? ¿O acaso estamos en presencia de un mero trámite o formalidad al exigirle a
esta persona que concurra al Senado para ese efecto? Creo que el constituyente no debe llegar a ese exceso. Y no podemos
exigir, respecto del particular beneficiado con la amnistía, que, por un hecho que constituía delito al momento de delinquir, o
por una pena que estaba cumpliendo o que cumplió, se mantenga la privación de su ciudadanía, en circunstancias de que le
han sido borrados su delito y su pena. Señor Presidente, pienso que en este caso no procede que el Senado entre a conocer
de esta materia, sino que debe pronunciarse con relación a otras causales de extinción de responsabilidad penal, la cual no
sólo se extingue por amnistía; también puede quedar nula por la muerte del reo, por el perdón del ofendido, por la prescripción
de la acción penal o de la sanción, entre otras, y además por el indulto. El Senado debe entrar a conocer de todos esos casos
para los efectos de la rehabilitación de la ciudadanía, pero no así en el de la amnistía. Por otra parte, en la interpretación de las
normas, debemos tener presente siempre que debe preferirse aquella que beneficia al reo. Y esta interpretación que estoy
sosteniendo -que es minoritaria, sin embargo, en la Comisión- conduce a favorecer a la persona que ha sido amnistiada y le
evita el trámite inútil de tener que pedir al Senado su rehabilitación, porque no alcanzo a entender en qué circunstancias éste
podría negársela por un delito respecto del cual la propia ley ya le ha quitado el carácter de tal. Por esas circunstancias,"señor
Presidente, tal como lo señalo en los fundamentos que constan en el informe, soy partidario de que en estos casos la
rehabilitación se produzca por el solo ministerio de la ley, y que, cuando el legislador aprueba una amnistía, a partir de ese
instante, además, está rehabilitando de hecho y de derecho a la persona que ha cometido ese delito. Por eso, no procede en
este evento pedir la rehabilitación, ya que ésta deriva del solo ministerio de la ley. Además, en este mismo sentido se ha
pronunciado la Excelentísima Corte Suprema en fallos recientes; en uno de septiembre de 1990 y en otro de noviembre de
1991, los que a su vez han confirmado la tesis sustentada en forma permanente por ese Alto Tribunal desde el 10 de junio de
1915, en la que sostiene que la amnistía borra la existencia de lo pasado y hace desaparecer el delito y su consecuencia, recto
criterio que ha sostenido -repito- en forma invariable, incluso en fechas recientes como las que he mencionado. Siendo así
como ha fallado la Corte Suprema, sentando esta doctrina que comparto, no resulta procedente pedir la rehabilitación en la
forma señalada. Por las razones expuestas, a mi entender, el amnistiado no necesita rehabilitación del Senado para recuperar
la calidad ciudadana, toda vez que debe tenérsele como si jamás hubiese sido condenado a pena aflictiva. Ese es el efecto de
la ley de amnistía. He dicho.
Debate en sala
REHABILITACIÓN DE CIUDADANÍA A PERSONAS ACOGIDAS A LEY DE AMNISTÍA. INFORME
DE COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 2
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El señor FERNANDEZ.- Señor Presidente, interpretar la Constitución de otra manera no significa menospreciarla ni apartarse
de ella. Creo que quienes sostienen una posición diferente respecto de sus normas y del efecto de la amnistía se basan en
buenas razones. En su concepto, la Carta Fundamental dice algo distinto, lo cual -como he dicho- no implica un concepto
negativo del texto constitucional. En todo caso, si personalmente lo he interpretado como he manifestado, es porque creo que
tiene ese sentido, y no por vulnerarlo o pretender su incumplimiento. Por el contrario, le estoy buscando su alcance más
acertado, a fin de que ello permita su adecuada aplicación. A mi entender, en este caso hay argumentos irrebatibles, como el
hecho claro de que no puede existir sanción sin delito, porque sería un obvio contrasentido. Estamos ante un concepto
elemental en materia de Derecho Penal, y que señalan todos los tratadistas, calidad a la cual la Constitución no hace
referencia, pero cuyo pensamiento debemos respetar, naturalmente. El señalado es un principio de aplicación universal, de ley
natural, que está incluso por encima del texto expreso, y conforma una de las bases esenciales de un ordenamiento jurídico.
De tal manera que si, por ejemplo, nos encontramos frente a una persona a quien, en virtud de una ley de amnistía, se le ha
borrado el delito, y, en consecuencia, la pena principal, pero subsiste una pena accesoria, cabe afirmar que esta última,
jurídicamente, no obedece a nada, porque ya no existe delito. No deseo continuar con esta argumentación, por cuanto ya he
hecho valer todas mis razones en el informe, pero creo que la interpretación de la Carta debe ser desarrollada de una manera
tal, que tenga un sentido lógico y armónico, y no podemos desatender este aspecto...
Debate en sala
REHABILITACIÓN DE CIUDADANÍA A PERSONAS ACOGIDAS A LEY DE AMNISTÍA. INFORME
DE COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 3
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El señor FERNANDEZ.- No puedo, Honorable colega, porque estoy haciendo uso de una. A mi juicio, no hay un motivo que
permita sostener que subsiste la pena cuando el delito ha sido eliminado; es decir, que aquélla "viva" más allá de un delito que
no ha existido. Agradezco al Honorable señor Diez la interrupción concedida, y le devuelvo el uso de la palabra.
Debate en sala
REHABILITACIÓN DE CIUDADANÍA A PERSONAS ACOGIDAS A LEY DE AMNISTÍA. INFORME
DE COMISIÓN DE CONSTITUCIÓN - 4
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El señor FERNANDEZ.- Señor Presidente, mi intervención tiene por objeto aclarar la situación en que se encuentran las
personas que solicitan la rehabilitación de ciudadanía. La Corte Suprema ha sostenido -de acuerdo con los fundamentos que
hemos señalado- que no es necesaria la rehabilitación por parte del Senado. Si una persona acude a ese Alto Tribunal
utilizando el recurso de protección, éste puede disponer en su fallo que se acoja el recurso, ordenar la rehabilitación y, por
tanto, su inscripción en el Registro Electoral. Por otra parte, es factible que en el Senado se niegue la rehabilitación y la
persona recurra a la Corte Suprema, transformándose el asunto en una contienda de competencia entre ambos que la Cámara
Alta no podría solucionar, por ser parte del conflicto. Por consiguiente, estamos frente a una cuestión que debe resolverse.
Según señalé, mi solución parte del Texto Constitucional -no es una interpretación arbitraria- en el sentido de que, si no se
requiere la rehabilitación, la dificultad queda resuelta; si se necesita, surgen con mayor fuerza el problema y la eventual
contienda de competencia entre el Senado y la Corte Suprema. La cuestión no es indiferente para un particular. Si nos
ponemos en la situación de un simple particular que fue amnistiado y desea inscribirse en los registros electora debe optar por
recurrir al Senado o a la Corte Suprema, mediante el recurso de protección -pues, claramente, el Registro Electoral no permite
su inscripción-, trámite que puede ser muy oneroso. En consecuencia, estamos frente a un problema de orden práctico que
afecta a muchas personas. No sé a cuántas. Sin embargo, conozco numerosos casos.
Legislatura 323, Sesión 34 de 15 de Enero de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE MUNICIPALIDADES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, considero que es el Tribunal Constitucional el que debe decidir. No es una materia
que corresponda votar. Lo que aquí se resuelva no es obligatorio para los efectos de lo que determine aquél. Si aquí se
acuerda, por mayoría, que las normas tienen rango de ley orgánica constitucional, eso no obliga a ese Tribunal, ni tampoco a
quienes no votan en ese sentido. Y si se determina que son propias de ley simple, pasa exactamente lo mismo. Por eso, tengo
la impresión de que no se trata de una materia votable. Pero, en todo caso, voto que sí, tal como lo hice en las Comisiones
unidas.
Legislatura 323, Sesión 41 de 27 de Febrero de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE MUNICIPALIDADES. VETO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, estoy de acuerdo con las normas que la Carta de 1980 establece respecto del
Tribunal Constitucional, tanto en cuanto a su composición como a su competencia. No obstante lo anterior, ello no me impide
estar en desacuerdo con determinados fallos, uno de los cuales es el que hoy analizamos, como consecuencia de las
observaciones que Su Excelencia el Presidente de la República ha sometido a conocimiento del Senado. El veto, a mi
entender, cumple rigurosamente con lo señalado en el dictamen del Tribunal referido. Y, al hacerlo, persigue que la reforma de
ley orgánica constitucional se apruebe y que, en consecuencia, las elecciones se realicen de acuerdo con el plazo señalado en
la propia Carta. Vale decir, se acata la resolución y se la cumple, tanto por emanar de un tribunal cuanto porque hay una
norma constitucional que, además, dispone que los comicios habrán de llevarse a cabo el 28 de junio. Sin embargo, estimo
necesario dejar constancia de algunas observaciones que me merece el fallo, atendida su trascendencia para el desarrollo de
nuestra vida institucional y para los efectos de entender cabalmente cómo obedecer a nuestro sistema democrático, aprobado
por la Carta de 1980 y desarrollado por las diversas leyes orgánicas constitucionales que ella misma señala y prescribe. En
primer lugar, estamos en presencia de una resolución que no contiene consideraciones de Derecho ni recurre a ninguno de los
métodos tradicionales de interpretación de la ley. Si la analizamos detenidamente, no encontraremos una argumentación en
Derecho o acorde con la lógica que permita al Tribunal llevar a determinada conclusión, como la que se establece en la parte
resolutiva. Las consideraciones que señala el organismo en su voto de mayoría —me refiero fundamentalmente al tema de los
independientes— constituyen meras aseveraciones o afirmaciones respecto de determinadas formas de entender la ley, pero
no se dan argumentos para llegar a una conclusión. No es un capricho que los juristas y los legisladores hayan querido
establecer que los tribunales deben dictar sus fallos según determinado orden de ideas y fundamentos. Por eso, normalmente
se distingue al respecto una parte expositiva, una considerativa y otra resolutiva. Y, tal como he señalado, ello no corresponde
a un capricho, sino a una necesidad: la parte expositiva tiene por objeto dar a conocer el tema de que se trata y la
considerativa expone los fundamentos y razones que permiten resolver de determinada manera. Porque lo que persiguen el
legislador y el constituyente es que los tribunales, no obstante el imperio y la fuerza que emanan de la parte resolutiva de sus
dictámenes, también tengan la virtud de la consecuencia y de hacer comprender a las personas cuáles son sus fundamentos.
Vale decir, no sólo se pretende imponer determinada decisión, sino también convencer respecto de las bondades de su
razonamiento. Por ello, me preocupa que un fallo de la naturaleza del que analizamos no contenga consideraciones de
Derecho que permitan llegar a una conclusión como la que sustenta, la cual, por otra parte, y como lo señalaré, me parece que
reviste extraordinaria relevancia y gravedad. La resolución, en efecto, no sólo carece de los elementales e indispensables
considerandos de Derecho de toda sentencia, sino que, además, establece conclusiones sin señalar cómo arriba a ellas; o
sea, sin indicar qué elementos de interpretación de la ley se usaron. Todos los conocemos: el gramatical, el lógico, el
sistemático y la historia fidedigna del establecimiento de la ley. A ninguno de ellos se refiere el Tribunal. No tenemos una base
que emane de la propia sentencia para precisar cuáles empleó. Al respecto, no hay un análisis gramatical del contenido del
artículo 18 de la Constitución. No vemos en el fallo ninguna referencia a qué debe entenderse por independientes o por "plena
igualdad" —como la llama dicho precepto—, expresiones que, a mi juicio, son claves e indispensables para interpretar la
disposición. Para interpretar el artículo 18 y apreciar su verdadero sentido y alcance, necesariamente tenemos que utilizar el
elemento gramatical. Pero —repito— el Tribunal Constitucional no señala la forma como deben entenderse el término
"independiente" y la expresión "plena igualdad", a la luz de lo establecido en la referida norma. Por lo tanto, no sabemos si
estamos en presencia de una igualdad por identidad o de una igualdad por semejanza, por ejemplo, que son dos concepciones
fundamentalmente distintas. Y creo que la circunstancia de no haber precisado a qué tipo de igualdad se remite el artículo 18
ha hecho incurrir al Tribunal en una resolución que no se aviene con el texto constitucional, por cuanto ha confundido la
igualdad por identidad con la igualdad por semejanza. Es obvio que el artículo 18 de la Carta Fundamental sólo puede referirse
a la plena igualdad de los independientes por semejanza, pues ni el constituyente, ni el legislador, ni gobernante alguno
pueden hacer idénticas cosas que no lo son. El legislador y el constituyente, en esta materia, se han referido a una forma de
entender la igualdad. Pero no observamos en la sentencia análisis alguno al respecto. El elemento gramatical no está
presente, ni se han estudiado las formas como pueden entenderse las palabras. Y también se prescindió de los demás
elementos de interpretación de la ley: el lógico, el sistemático y la historia fidedigna del establecimiento de la ley. Todo lo
anterior —la falta de consideración jurídica en la sentencia y la omisión de los distintos elementos de interpretación de la ley—
hace que el fallo, en definitiva, contenga una parte resolutiva fundada en aseveraciones del Tribunal Constitucional. Y éste, no
obstante el imperio de la sentencia, respecto de la que no cabe recurso alguno, no puede impedir que las personas tengan el
legítimo derecho de conocer las razones que motivaron su parte resolutiva. El constituyente, al aprobar el artículo 18 de la
Carta, que consagra la plena igualdad entre los independientes y los miembros de partidos políticos, le dio todo un sentido
lógico y sistemático. Además, existe una historia del establecimiento de esa norma. Y habría sido muy importante y
conveniente que el Tribunal la hubiese considerado, porque no me cabe ninguna duda de que en tal caso habría derivado en
una resolución distinta. Como expresé, el artículo 18 de la Carta estatuye la plena igualdad entre los independientes y los
miembros de partidos políticos. Ahora bien: interpretado en la forma que señalé, necesariamente debe concluirse que ese
precepto, contenido en el capítulo "Nacionalidad y Ciudadanía", busca beneficiar a todos los ciudadanos. Tiene por objeto, no
sólo amparar a los independientes, sino también proteger a todo ciudadano que va a emitir libre y secretamente su voto, en el
sentido de que los independientes y los partidos políticos no se hallan en una desigualdad tal que puede confundir el ejercicio
de la, voluntad soberana al momento de sufragar. Vale decir, el sentido de la disposición es permitir que los electores tengan
cabal conocimiento de las alternativas que se les están presentando, saber si un candidato es miembro de un partido político o
independiente. Empero, la parte resolutiva del fallo posibilita llegar a la conclusión de que quien beneficia a un partido político
con el excedente de sus votos es tan independiente como el que va solo en una lista. En mi opinión, aquí estamos en
presencia de normas que desnaturalizan por completo lo que debemos entender por independientes dentro de nuestra
Constitución, pues en definitiva se transforman en el elemento que destruye a aquéllos en su participación en los procesos
electorales. Y los destruye porque los convierte en una cosa distinta: en militantes encubiertos o en independientes a punto de
ingresar a un partido. No se trata de independientes según el concepto del constituyente, o sea, de personas que no tienen
vínculo alguno con un partido y que, por lo tanto, asumen determinadas actitudes por su propia decisión. Pero, ¿por qué se
desnaturaliza, además, al independiente? Porque a partir de la vigencia de la norma que les permite subpactar, los
independientes propiamente tales, a los que en mi concepto se refiere la Constitución, ya no van a tener otra alternativa que
buscar un partido con el cual subpactar. Es obvio que, si no lo hacen, van a quedar en desventaja con respecto a los que
subpacten. Pero, como la decisión de subpactar depende de las colectividades políticas que integren el pacto, serán éstas las
que determinarán en definitiva la suerte del independiente, pues podrán decir "A este, sí, y a este, no". En consecuencia, la
norma y el fallo que estamos comentando desnaturalizan por completo al independiente y le hacen perder su calidad de tal,
pues tendrá que pedir a los partidos que lo incluyan en el subpacto; y aquel al que se le niegue ese derecho deberá ir solo. De
forma tal que mientras el primero podrá beneficiarse y beneficiar a su vez a los partidos políticos, el otro correrá su suerte en
forma individual. De ese modo, inevitablemente se produce una desigualdad entre los independientes, y además, una
desigualdad con relación a los miembros de los partidos políticos. Porque, contrariamente a lo que muchos creen, la igualdad
es entre independientes y miembros de partidos políticos, y no entre independientes y partidos. Y es obvio que los miembros
de éstos, como consecuencia de las normas que se van a aprobar, quedarán en situación desventajosa respecto de un
independiente. Así que la protección que el legislador desea otorgar al independiente para darle plena igualdad conduce,
además, a que se produzca una desigualdad con relación a los miembros de partidos políticos. Porque resulta obvio —basta
leer las normas legales correspondientes— que el miembro de una colectividad política no puede hacer por sí solo lo que el
independiente sí puede. El miembro de un partido sólo puede hacer lo que éste le permite o autoriza; de manera que si desea
subpactar con determinada colectividad, sólo podrá hacerlo si la suya celebra el subpacto, situación que no se da con el
independiente. En consecuencia, se produce una desigualdad entre el independiente y el miembro de un partido político, y
además, una desigualdad entre independientes, por cuanto el sistema que se propone arrastra y empuja a los independientes
a subpactar con los partidos políticos. Dicho sistema, que según se dice favorece a los independientes, en definitiva
desnaturaliza su calidad de tales y elimina de hecho a los que no se encuentren amparados por un partido político. Estoy cierto
de que lo vamos a ver en la próxima elección de concejales: el independiente que postule solo va a estar en abierta desventaja
frente al que lo haga avalado por una colectividad política. Se trata de un pretendido beneficio que, en último término,
significará la destrucción del independiente. Es factible que éste se beneficie individualmente o favorezca al partido con el que
subpacte; pero el elemento que distingue al independiente de una colectividad política queda absolutamente desnaturalizado,
con lo cual resultará imposible determinar quiénes están vinculados en forma total a un partido político para tomar sus
decisiones. En esta materia, señor Presidente, pienso que la situación que se va a presentar será ésa: independientes qué han
perdido su calidad de tales y que, en definitiva, van a arrastrar a los que no se sentían en condición de subpactar con partidos
políticos a hacerlo necesariamente, pues de otra manera quedarán en desventaja electoral frente a ellos. Pero esa entrada al
subpacto —repito— va a depender de los propios partidos. Por esta vía, entonces, se logra que la colectividad política controle
al independiente y le otorgue o no amparo, según su conveniencia. Y es obvio y lógico que así ocurra, porque un pacto o un
subpacto supone acuerdo de voluntades. Estas son, señor Presidente, algunas consideraciones que me merece el fallo y de
las que quiero dejar constancia. Son múltiples las otras que podría formular. Pero, atendida la hora, concluiré aquí. Es evidente
que, por emanar de un Tribunal Constitucional establecido en nuestro ordenamiento jurídico, tengo que acatar el fallo. Mas
este acatamiento no significa la obligación de participar de todas sus decisiones, sobre todo considerando que fueron tomadas
en forma muy estrecha, la más estrecha posible dentro de las mayorías que pueden darse en ese organismo. En definitiva,
creo que estamos en presencia de un fallo que no sienta jurisprudencia, tanto por su falta de razonamiento y de
consideraciones cuanto por la precaria mayoría con que se sostuvo. Y, a mi entender, es perfectamente posible que, con otra
argumentación, con nuevos antecedentes y con mejor estudio, el Tribunal Constitucional cambie de opinión. Se trata, a mi
juicio, de una sentencia que resuelve el problema para este caso, pero que no significa una decisión definitiva que reafirme
una concepción que considero errada respecto de lo qué debemos entender por independientes dentro de nuestro
ordenamiento institucional. He dicho.
Legislatura 323, Sesión 44 de 18 de Marzo de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE CÓDIGO PENAL Y DE LEY N 18.314 - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en la Comisión estuvimos analizando este proyecto en lo que dice relación con el
cambio de nombre o el uso de otro nombre. Y, al efecto, acordamos la norma que se propone en el informe, con el objeto de
dar la adecuada flexibilidad que requiere una materia de esta naturaleza. Frente a un tema de este carácter, en que la persona
se arrepiente, para que se produzca algún efecto, deben darse al individuo todas las posibilidades a fin de que pueda
reincorporarse a la vida normal, y también para que no sea perseguido por aquellos que en definitiva formaban parte de su
misma asociación ilícita. De lo contrario, cualquier beneficio que se le pretenda otorgar sería meramente ilusorio. Porque
procurar que una persona logre arrepentirse, que dé a conocer los antecedentes de una organización y que después pueda
actuar libremente en la sociedad en la cual ella había delatado, creo que resulta absolutamente ilusorio, toda vez que
inmediatamente sería víctima de todo tipo de represalias por parte de quienes eran sus antiguos asociados. Por eso, el artículo
5 permite al juez adoptar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad del individuo arrepentido. No se quiso
entrar en el detalle del asunto, ni reglamentar exhaustivamente las medidas de que se trata —porque éstas pueden ser muy
variadas—, sino dejar entregado cada caso y circunstancia a la voluntad del juez —naturalmente, considerando los
antecedentes del proceso y las solicitudes que le hagan las partes interesadas— para que pueda resolver y adoptar las
determinaciones que sean de mayor conveniencia para el arrepentido. En la Comisión se planteó también un debate respecto
de si se permitía el uso de otro nombre o si se autorizaba derechamente el cambio del mismo. Se optó por lo primero. ¿Por
qué razón? Porque lo último suponía cambiar el estado civil de la persona, con una serie de consecuencias jurídicas de la
mayor gravedad e importancia, y naturalmente no podían quedar entregadas al secreto más absoluto que el caso requería. El
hecho de permitir el cambio de nombre, y a la vez establecer la reserva total, significa romper todos los vínculos que unen a la
persona con la sociedad —familiares, hereditarios, laborales, de seguridad social y de cualquier naturaleza—, quedando en
una condición de ente aislado de la sociedad, con otro nombre y sin ningún nexo anterior, puesto que todo vínculo pasado
quedaría amparado por el secreto, lo cual impide averiguar su verdadera identidad. Por tal motivo, la Comisión —yo diría que
con un criterio más práctico—, mediante la redacción que propone al artículo 5 , permite que el juez autorice al individuo a usar
otro nombre. En todo caso, ello no significa que pierda el anterior. Naturalmente, las dificultades que se presenten irán
determinando qué garantías adicionales el magistrado deberá otorgar tanto a él como a sus parientes —en caso de que fuere
necesario— con el objeto de asegurar la reincorporación de la persona a la vida social. Pero quiero señalar que estamos en
presencia de una facultad amplia que se da al tribunal para permitir que el individuo use otro nombre o para adoptar cualquier
otra medida que tienda a proteger a la persona que se ha arrepentido. No quisimos entrar —repito— en una enumeración
exhaustiva de las distintas normas que puede decretar el juez, por cuanto éstas, en mi opinión, son tan amplias que deben
quedar sujetas al criterio del tribunal en cada caso. Esas son las razones por las cuales se ha permitido el uso de otro nombre
y no el cambio del mismo; vale decir, aquí no se produce el cambio de estado civil. En la Comisión incluso analizamos las
consecuencias que podrían generarse en caso de que el individuo quisiera incorporarse a la vida social o laborar sin poder
acreditar su propia identidad y, por lo tanto, sus antecedentes laborales. ¡Para qué decir de sus derechos de familia, de
afiliación o hereditarios, o de cualquier otra circunstancia relacionada con él, si se pretende realmente reintegrarlo a la
sociedad! Otra materia que conviene destacar —y está comprendida no solamente en el artículo 5 , sino en todo el proyecto
(creo que es bueno que quede constancia de ella para los efectos de la historia fidedigna de la ley)— es el hecho de que no
estamos en presencia de un mero cambio de penas, de rebajas o de eliminación de las mismas para el caso de que una
persona se hubiere arrepentido en las condiciones que hemos reglamentado. No se trata de eso. Porque ello significaría que el
juez debería condenar, y una vez que lo hiciere, rebajar o eliminar la sanción. Por una razón de procedimiento, y además
práctica, pienso que es conveniente que el magistrado tenga la facultad de poder absolver. Ahora bien, con este proyecto se
está permitiendo que el juez, en lugar de dictar sentencia y otorgar después el beneficio, simplemente absuelva a la persona,
para los efectos de dar cumplimiento a esta normativa. Esto, en definitiva, significa que el individuo arrepentido podrá ser
liberado y no que se le condene y después se le rebaje la pena. Porque creemos que de esta manera no se cumpliría el
objetivo que estamos buscando con esta legislación, vale decir, establecer un medio eficaz para combatir el terrorismo, el cual
se logra a través de la entrega de una información oportuna y eficaz que permita descubrir a los individuos que se han
asociado ilícitamente con el objeto de cometer actos terroristas, o que haga posible prevenir tales actos. De esta manera, la
sociedad obtendrá un gran beneficio, por cuanto contaría con un cúmulo de información útil para combatir el flagelo del
terrorismo. Ciertamente, todas estas normas tienen un elemento característico: son esencialmente temporales y, además,
excepcionales en su naturaleza. Porque lo normal es que la persona que cometa un delito, una acción antijurídica, sea
sancionada. Y en este caso estamos haciendo excepción a la regla general en Derecho referente a que todo individuo que ha
cometido una acción penada por la ley debe ser castigado, en aras de otro objetivo superior: la seguridad de la sociedad, la
cual, con la información que pueda proporcionar, se verá beneficiada en cuanto a su tranquilidad. Esas son las observaciones
que me merece el artículo 5 y la de carácter general sobre el proyecto, relativa a la absolución de la persona y no a la rebaja
de penas que contiene la iniciativa. He dicho, señor Presidente.
Legislatura 323, Sesión 45 de 24 de Marzo de 1992
Participación en proyecto de ley
OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, soy partidario de que se actúe con la mayor energía y eficiencia posibles en contra
del terrorismo y la delincuencia, y estoy dispuesto a otorgar a la autoridad cuantas facultades e instrumentos le permitan
cumplir con el objetivo esencial de todo Estado de garantizar la seguridad de sus habitantes, que en definitiva es la razón de
ser del Estado, lo cual está consagrado, en nuestra Constitución y en todas las Cartas Fundamentales modernas, dentro de lo
que podríamos entender como la teoría del Estado. Sin embargo, lamentablemente, en esta oportunidad no he prestado mi
aprobación al proyecto en estudio, por cuanto adolece de graves inconstitucionalidades, al mismo tiempo que es muy
defectuoso en su redacción y de difícil aplicación práctica, como lo explicaré más adelante. Antes de entrar a las cuestiones de
constitucionalidad que, a mi modo de ver, hacen imposible aprobar una iniciativa de esta naturaleza, quiero referirme a algunos
argumentos de mérito entregados aquí. Se ha manifestado que quien crea un riesgo debe asumirlo y, en definitiva, responder
ante el Estado. Considero sorprendente oír esa argumentación. Porque la teoría de los riesgos está contenida en lo que
entendemos como responsabilidad extracontractual ante la comisión de un acto ilícito; pero, el riesgo que aquí se consideraría
ilícito sería tener una empresa, crear trabajo, ofrecer desarrollo, tener un almacén, una firma constructora, un fundo, etcétera, o
desarrollar alguna de las actividades afectadas por la ley en proyecto. ¿Ése es el riesgo? ¿Crear una empresa que deba pagar
salarios en dinero efectivo a sus trabajadores? ¿O tener que atender a mucho público, como ocurre, por ejemplo, en los
mercados y en las ferias? Estas actividades son legítimas. Quienes las realizan, están dando trabajo, desarrollando al país,
pero no creando riesgos por guardar dineros en sus cajas o por atender a mucho público que les efectúa los pagos
pertinentes. Por esa vía podemos llegar al absurdo de que toda actividad constituye un riesgo. Deseo dejar constancia de mi
rechazo al hecho de que puede entenderse que la actividad de las empresas constituye un riesgo. Por consiguiente, al no ser
así, resulta imposible castigar a aquéllas con cargas que deberían soportar precisamente por estar originando riqueza. En otro
orden de ideas, aquí se señala que estaríamos en presencia de un proyecto que no afectaría a la mayor parte de los
empresarios, debido a que sus negocios estarían asegurados, de tal suerte que, en definitiva, les daría lo mismo que les
robaran o no, porque el seguro los cubriría. Creo que esa argumentación no admite mayor debate. El seguro es un negocio, y
quienes lo otorgan cobran una prima que está en relación directa con el riesgo. De manera que para un empresario no resulta
indiferente pagar una prima u otra. Y, obviamente, las primas son altas mientras mayor es el riesgo, y éste resulta superior si la
persona está expuesta a asaltos, robos o hurtos. Por lo tanto, dicho argumento tampoco es efectivo. En todo caso, nadie
desarrolla una actividad comercial para que le roben en su establecimiento. Todo empresario, obviamente, adopta las medidas
necesarias para evitar ser asaltado y que su patrimonio y el de sus trabajadores sean robados de modo que no es efectivo que
exista tal desaprensión como consecuencia de haberse contratado un seguro. Por otra parte, estimo conveniente señalar que
se puede producir una situación muy grave al exigirse ciertas condiciones a determinadas empresas: que el riesgo se desplace
a otras. Es decir, aquellas que cumplan con todas las normas de seguridad no serán asaltadas, pero el riesgo se trasladará a
otras empresas; y si éstas también cumplen, el peligro crecerá en los hogares, que no estarán debidamente protegidos. Por lo
tanto, este tipo de medidas no combate eficazmente la delincuencia ni el terrorismo en su esencia, sino que, simplemente,
traslada el foco de acción de los delincuentes. Se trata más bien —y estaremos todos contestes— de paliativos, pues el
problema de fondo real subsiste íntegramente, creándose por añadidura dificultades a los establecimientos que manejan
mucho dinero. Sin embargo, creo que carece de sentido esta discusión, porque el proyecto es abiertamente inconstitucional.
De manera que, si bien mis consideraciones podrían contribuir a corregirlo o a enriquecerlo, en definitiva no tiene objeto
continuar en esa línea, ya que aquél debiera rechazarse, por vulnerar la Carta Fundamental. Para entender la
inconstitucionalidad, basta leer la iniciativa. Ésta se refiere a determinadas empresas; pero las características son tan vagas e
imprecisas, que virtualmente puede aplicarse la normativa a cualesquiera empresas, incluso pequeñas. El artículo 1 del
proyecto señala: "Las entidades que por la naturaleza de sus actividades reciban o paguen valores o dinero a numerosas
personas," —repito: "reciban o paguen valores o dineros a numerosas personas"; podría ser un almacén, un supermercado,
una estación de servicios, una feria, un cine, un estadio, una empresa constructora que los días viernes paga los salarios a sus
trabajadores en dinero efectivo, etcétera— "tales como establecimientos comerciales, servicios de utilidad pública,
distribuidoras de combustibles e instituciones y empresas que realizan pagos en dinero efectivo a sus trabajadores, deberán
cumplir, en los recintos en que desarrollen tales labores, con las medidas de seguridad de la presente ley"... O sea, la
indeterminación es virtualmente total. No hay precisión de ninguna especie. Son muy pocas las empresas —quizá las muy
pequeñas— que no "reciban o paguen valores o dinero a numerosas personas". Pero la ley en proyecto no sólo indetermina el
sujeto de la carga pública, sino que además señala que será un decreto supremo el que precisará, en forma genérica o
específica, cuáles empresas estarán afectas a dicha carga. Primer problema de constitucionalidad: la determinación de las
empresas que quedarán sujetas a la carga pública se hará mediante decreto supremo y no por ley. Nosotros sabemos que la
Carta exige que toda carga sea establecida por ley. Sin embargo, aquí —de acuerdo con el proyecto— la obligación se
impondría por decreto supremo, el que diría: "Esta empresa, sí; ésa, no"; distinguiría. Más aún: el tipo específico de carga que
corresponde a cada empresa ni siquiera queda fijado por decreto supremo, sino entregado al gobernador o al intendente.
Porque la empresa estará obligada a presentar un plan de seguridad a dichas autoridades, quienes —como se menciona en el
proyecto— podrán aceptarlo o rechazarlo. O sea, las cargas específicas, en definitiva, las impondrá el gobernador o el
intendente, y podrán ser A para una empresa, B para otra y C para una tercera, dependiendo del criterio de la autoridad. En
consecuencia, creo que pocas veces hemos estado en presencia de una iniciativa que vulnere tan abiertamente las normas
constitucionales. Pero esa contravención a la Carta Fundamental no es la única. Y, para precisar aun más la argumentación,
señalaré algunas disposiciones. El artículo 2 del proyecto entrega a la potestad reglamentaria del Presidente de la República la
determinación, en forma genérica o específica, de las instituciones, empresas, establecimientos y demás entidades que
quedarían sometidas a la carga pública. Ésta se fijaría —como he mencionado— mediante decreto supremo, y consistiría en
medidas de seguridad que los afectados por el proyecto deberían proponer dentro de un plan de seguridad que calificaría
—según el artículo 5 del proyecto— el intendente o el gobernador que corresponda. La obligación, por tanto, se impondría en
forma vaga e imprecisa, dejándose entregada su determinación a funcionarios a quienes la Carta Fundamental en ningún caso
ha encomendado la delicada función de establecer cargas públicas. En consecuencia, se vulneran específicamente los
artículos 19, número 20 , y 62, número 1 , de la Constitución, que contienen el principio fundamental en cuya virtud las cargas
públicas sólo pueden imponerse por ley. La iniciativa en análisis, además, es incompatible con el número 20 del artículo 19 de
la Ley Fundamental en cuanto éste asegura a todas las personas "La igual repartición de los tributos en proporción a las rentas
o en la progresión o forma que fije la ley, y la igual repartición de las demás cargas públicas.". El proyecto violenta esta norma,
porque impone una carga pública, en forma desigual, sólo a un sector de personas: a las determinadas mediante un decreto
supremo. Por el contrario, el recto principio constitucional es que el Gobierno proporcione seguridad a todas las personas por
igual, con cargo a fondos públicos. Tocante a las obligaciones que impondría este proyecto de ley, son una carga pública con
destino especial. Su naturaleza es plenamente equiparable a la de un tributo. Pero, en cuanto tributo, no puede "estar afecta a
un destino determinado". No debemos olvidar que lo prohíbe expresamente el inciso tercero del número 20 del artículo 19 de la
Constitución. El proyecto quebranta, igualmente, el número 21 del artículo 19 de la Carta, que reconoce a toda persona el
derecho a desarrollar las actividades económicas que desee, si no atentan contra la moral, el orden público o la seguridad
nacional. Corresponde al Gobierno garantizar el orden público, que es el medio y la condición necesaria para permitir el cabal
ejercicio de esta garantía constitucional. La iniciativa vulnera también el número 22 del artículo 19 del Texto Fundamental, que
consagra el principio de la no discriminación arbitraria en el trato que deben dar el Estado y sus organismos en materia
económica, pues establece que sólo en virtud de una ley, y siempre que no signifique tal discriminación, se podrán establecer
gravámenes especiales que afecten a algún sector, actividad o zona geográfica. Es obvio que la decisión discrecional de un
intendente o de un gobernador respecto de las empresas no cumple con los requisitos constitucionales. El proyecto infringe,
asimismo, los números 23 y 24 del artículo 19 de la Carta. El primero de ellos garantiza la libertad para adquirir el dominio de
toda clase de bienes, y señala que sólo una ley de quórum calificado, y cuando así lo exija el interés nacional, puede
establecer limitaciones o requisitos para la adquisición del dominio de algunos bienes. Y el número 24 estipula que "Sólo la ley
puede establecer el modo de adquirir la propiedad, de usar, gozar y disponer de ella y las limitaciones y obligaciones que
deriven de su función social.". Esta iniciativa, al contrario, significa que por simple decisión de una autoridad administrativa
pueden establecerse respecto de la propiedad limitaciones, obligaciones y modos de uso y goce, lo cual violenta la garantía
constitucional pertinente. Señor Presidente, éstas son, someramente, las inconstitucionalidades que advierto en el proyecto,
las cuales me han inducido a votar en contra de la idea de legislar. Además, la redacción misma de la iniciativa es defectuosa
y contiene numerosos errores. Ellos podrían subsanarse por la vía de indicaciones. Y creo que existe la mejor voluntad para
acoger proposiciones que perfeccionen el texto en tal sentido. Sin embargo, a mi entender, la estructura, la filosofía y la
orientación del proyecto motivan que éste sea insalvablemente inconstitucional. Ahora bien: aparte las inconstitucionalidades,
la iniciativa adolece de otros graves defectos. Por ejemplo, las obligaciones impuestas a un empresario por resolución de un
intendente o de un gobernador pueden derivar en que su actividad sea antieconómica y pierda competitividad frente a lo que
disponga la autoridad de otra Región en cuanto a otro empresario (¡y para qué hablar de los competidores extranjeros!). El
establecimiento de dichas cargas es de extraordinaria gravedad y puede afectar la esencia misma de la empresa, pues por esa
vía la autoridad, sin cometer abuso, sino tratando de hacer aquélla lo más protegida y segura posible, puede exigir requisitos
tales que, en definitiva, coloquen al empresario ante la imposibilidad de continuar con su actividad, lo cual produciría
consecuencias indeseables, que se traducen en desempleo y falta de actividad en la zona o en el país. Empero, se expresa
que el empresario tendría la garantía de reclamar si la autoridad regional o provincial rechazara el plan de seguridad y exigiera
el cumplimiento de requisitos que aquél no pudiera cumplir. Puede reclamar; es cierto. ¿Pero ante quién? Ante el juez del
crimen, quien no es competente para resolver problemas de seguridad. Creo que todos estaremos contestes en que ésa no es
una autoridad calificada para determinar si las medidas que el empresario impugna son adecuadas o no, pues carece de
elementos en ese sentido. Y, por otra parte, no olvidemos nuestra realidad judicial: el juez del crimen vive abrumado por el
número de procesos pendientes. Es decir, por discrepar de lo que debe ser la seguridad de su empresa, el empresario queda
sometido a la justicia del crimen, a una autoridad que no es competente en esta materia. Puede serlo jurídicamente, porque es
factible que la ley le otorgue dicha competencia; pero no lo es técnicamente. ¿Qué antecedentes podrá tener el juez del crimen
para resolver al respecto? Deberá solicitar peritos. Pero, además (como manifesté), estamos en presencia de un juez
abrumado por miles de causas. Y la reforma en estudio precisamente tiene por objeto perfeccionar el proceso judicial, para
evitar que el magistrado tenga una labor excesiva y, así, permitir hacer justicia. Éste no es un asunto de competencia del juez
del crimen, pues el empresario no comete ningún delito por el hecho de discrepar de la autoridad administrativa en cuanto al
plan de seguridad de su empresa. Y, como dije, aquél no tiene ningún conocimiento para resolver sobre la materia. En
consecuencia, señor Presidente, el proyecto es extremadamente defectuoso. Y, a mi entender, no existe más salida que la de
redactar un nuevo texto, inspirado en otras ideas, orientado a algo que no sea perseguir al empresario y obligarlo a cumplir lo
que le exija la autoridad. Porque ésta podrá actuar de muy buena fe, pero, en definitiva, quien corre el riesgo del negocio es el
empresario y no la persona que impone medidas de seguridad que aquél no puede llevar a cabo. Y no corresponde al juez del
crimen determinar qué actividades pueden seguir subsistiendo en Chile. Por lo tanto, la esencia del proyecto debe modificarse
sustancialmente para lograr el objetivo que se persigue: permitir que la autoridad cumpla con su obligación principal y exclusiva
de garantizar el orden y la seguridad de los habitantes del país, pero en un esquema donde el particular pueda colaborar
otorgando todas las facilidades necesarias para que aquélla le sugiera medidas y no se las imponga; le otorgue ayuda; le
conceda beneficios; le señale caminos. O sea, que la autoridad utilice la vía de la persuasión, del convencimiento, lo que me
parece muy superior a la senda de la imposición por la vía legal, que en este caso no logrará ningún objetivo. Por otra parte,
dejemos en claro que no hay ningún empresario en Chile que quiera ser robado, vale decir, que no adopte las medidas
necesarias para resguardar el producto de su patrimonio. Los miles y miles de pequeños empresarios que hay en Chile lo
defienden con coraje y valor, porque es el resultado de su esfuerzo y trabajo, y no están dispuestos a que se lo roben. Pero
tampoco lo están para empeñar todo ese patrimonio en establecer medidas de seguridad que, en definitiva, los conduzcan a la
ruina, por cuanto estamos en presencia de obligaciones que pueden llevarlos a tal situación. Ésas son, señor Presidente, las
razones de orden constitucional y de conveniencia que me motivan a tener que votar en contra de la idea de legislar respecto
de este proyecto, además de los defectos que en él advierto.
Participación en proyecto de ley
OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 2
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, deseo hacer una precisión, porque en mi concepto no ha habido la suficiente
claridad para fijar el ámbito de aplicación de la ley. Las normas de este proyecto no se aplican a los bancos ni a las
instituciones financieras, por cuanto ellos se rigen por otras leyes, tienen una reglamentación distinta; de manera que aquí
estamos hablando de otras empresas. La banca y los entes financieros están sujetos a una normativa diferente, incluso
reglada por un decreto supremo dictado al efecto. Formulo esta aclaración para especificar el ámbito de competencia de la
iniciativa en estudio.
Participación en proyecto de ley
OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 3
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El señor FERNÁNDEZ.- Todos concordamos en que la propiedad desempeña una función social. La Constitución lo preceptúa
así; pero señala algo muy importante: que las limitaciones a tal derecho sólo pueden consagrarse por ley. Y en este proyecto,
las establece un funcionario. La diferencia es diametralmente distinta: si la limitación la estipula la ley, la graduará el Congreso;
en el otro caso, la carga la va a determinar el gobernador correspondiente.
Participación en proyecto de ley
OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 4
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El señor FERNÁNDEZ.- Gracias, señor Presidente. Al hacerse referencia a las normas sobre ecología o de salud, debemos
anotar que se trata de disposiciones generales para toda actividad, las cuales, además, son conocidas de antemano pero no
para cada caso en particular, pues no son determinadas. Puede ser que estén contenidas en leyes dictadas con anterioridad a
la Constitución de 1980 y, por lo tanto, deben entenderse tácitamente derogadas por ella. Por otra parte, siguiendo en rigor el
razonamiento señalado aquí por el señor Senador que me precedió en el uso de la palabra, sería válida o constitucional una
ley conforme a la cual el monto de los tributos debería ser determinado por un funcionario, porque es exactamente lo mismo
una carga que un tributo. De tal suerte que aquí nos encontramos frente a una indeterminación absoluta en la ley, y que en
definitiva quien impone la carga es el funcionario que aprueba o rechaza el plan de seguridad. Ese servidor es quien lo hace,
porque él dice: "Es insuficiente, gaste más. Utilice tales o cuales medios, que le van a costar determinadas sumas.". Eso es lo
que ocurre. Y lo mismo sucedería —repito— si la cantidad por pagar en impuestos fuese determinada por cierto funcionario
que dijera: "Pague tal cantidad, porque en definitiva usted está sometido a esta tasa y no a otra". Cuando la Constitución
dispone que la ley debe establecer las cargas, lo hace precisamente para evitar la arbitrariedad y mantener las reglas del
juego; para que no sea un funcionario —como en este caso el gobernador— de una determinada provincia quien establezca
una condición, y el de la inmediatamente vecina, por pensar distinto, consagre otra. Porque a la postre los que van a sufrir las
consecuencias son las empresas. Y cuando digo "las empresas" me estoy refiriendo al empresario, a los trabajadores y al
Estado; a todos. Por eso, señor Presidente, considero extraordinariamente grave prescindir de la aplicación de las normas
constitucionales, ya que éstas tienen un sentido. Y cuando se dice que las cargas públicas se consagran por ley, el
constituyente quiso que fuese el Congreso el que lo hiciera. Naturalmente, el detalle o la aplicación práctica de ello es otra
cosa; pero la ley es la que debe señalar la carga, en forma conceptual. Porque, de otra manera, por la vía de una sola persona
—un gobernador sin el criterio suficiente para medir el grado de efecto que produce en una empresa—, se podrían aplicar a
una empresa condiciones tales que signifiquen su ruina. Y eso, aunque no sea atribuible a mala fe, podría ser necesario para
la seguridad. Por otra parte —y con esto termino la interrupción—, al mencionar la negligencia de los empresarios, se habla
como si éstos estuvieran dispuestos a ser asaltados o robados. Quiero desvirtuar ese concepto. Los empresarios cuidan sus
bienes, los cuales son el producto de su trabajo. Están expuestos a un riesgo, pero éste no fue creado por ellos, como
tampoco la delincuencia. Me parece que estamos ante una concepción muy equivocada. El concepto de riesgo, o la teoría del
riesgo que se emplea aquí, es extraordinariamente grave, porque se están aplicando concepciones que, a mi entender, tienen
una repercusión que va mucho más allá de un debate de esta naturaleza. Los empresarios no crean el riesgo de que se trata.
El empresario que maneja dinero y que tiene un numeroso personal, o que atiende a muchas personas, crea una empresa,
pero no un riesgo. De tal manera que estamos en presencia de una ley penal que castiga no sólo al empresario negligente que
no cumple con las normas, sino a todos los empresarios. Muchas gracias por la interrupción, Honorable colega.
Legislatura 323, Sesión 49 de 07 de Abril de 1992
Proyectos de Acuerdo Presentados
TRATAMIENTO ADUANERO Y TRIBUTARIO PREFERENCIAL PARA COMUNAS DE PORVENIR Y
PRIMAVERA (DUODÉCIMA REGIÓN) - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, votaré favorablemente la ley en proyecto, por cuanto comprendo el grave
problema del habitante de las comunas de Tierra del Fuego, a las cuales se pretende favorecer con algunas disposiciones de
ella. No obstante, entiendo que una iniciativa de esta naturaleza no satisface en forma clara el objetivo de lograr que esa zona
del país, tan vasta y rica, pueda poblarse, para provecho de toda la nación. Estamos en presencia de territorios que, aparte el
rigor de su clima, la distancia y la dificultad de su acceso, poseen riquezas naturales muy difíciles de explotar, y que, de
hacerlo, dan pocas posibilidades de trabajo. Es así como las inmensas riquezas que Magallanes proporciona a Chile, como el
petróleo, el carbón, la pesca, la ganadería y la industria maderera, entre otras, aportan significativas cantidades de ingresos al
país, y, sin embargo, su explotación requiere del trabajo de pocas personas. La naturaleza feraz de esa área es tan rica en
recursos que con muy poca mano de obra se puede lograr un gran rendimiento, como sucede con las actividades recién
mencionadas. Baste señalar que, en el caso de la ganadería, en Magallanes, se puede utilizar una hectárea por oveja. Y en un
establecimiento normal, en una estancia de 4 mil animales, éstos pueden ser manejados por dos personas. Adviertan Sus
Señorías lo que significa una extensión de esa naturaleza en lo que a labores permanentes se refiere. Naturalmente, en
épocas de baño, de esquila, de marca u otras puede requerirse más personal; pero, en definitiva, son pocas las posibilidades
de encontrar actividades que precisen de un número importante de personas para desarrollar el trabajo. Y ello porque
—repito— las riquezas son enormes y se explotan con extraordinaria eficacia, como sucede con las instalaciones de la
Empresa Nacional del Petróleo, con el carbón, con las empresas de gas, que son muy eficientes y modernas, y utilizan poco
personal y gran tecnología. Lo anterior ha significado que, por ejemplo, la población de Porvenir, en 1989 cercana a las 10 mil
personas, hoy día esté reducida a la mitad, a menos de cinco mil. Y la comuna de Primavera, con alrededor de 2 mil 500
habitantes, en la actualidad posee cerca de un mil 600. Vale decir, la población, en lugar de ir creciendo y desarrollándose en
el tiempo, está disminuyendo a un ritmo extraordinariamente veloz. En consecuencia, participo de esta legislación en proyecto,
que otorga beneficios a comunas que no estaban incluidas en la Ley Navarino. No obstante ello, deseo llamar la atención
respecto de la orientación que debemos dar a quienes desean establecer algún plan de desarrollo para Magallanes. Como se
ha señalado, estamos ante una situación de emergencia, pues no se trata sólo de dar franquicias o beneficios para que
puedan instalarse actividades en la zona. A mi entender, en la normativa futura, urgente y próxima a dictarse, se deben dar
estímulos para que la gente se quede. Estamos otorgando franquicias tributarias para el establecimiento de industrias; pero,
lejos de ocurrir ello, la gente se está yendo de esos lugares. A mi juicio, la primera y gran prerrogativa que debemos dar a los
habitantes de la zona —incluyendo Punta Arenas, Puerto Natales y Tierra del Fuego— debe tener por finalidad que esas
personas, que están haciendo un gran sacrificio por vivir allí, permanezcan en la región, y no la abandonen en busca de otros
horizontes y de mejores oportunidades. Ese debe ser el criterio orientador, sin perjuicio de adoptar las medidas de desarrollo
del caso, como las que en este momento analizamos. Reitero: debemos favorecer a quienes viven en la zona, y disponer los
recursos suficientes para que se sientan interesados en permanecer allí. De otra manera nos podremos encontrar ante el
hecho de que con el transcurso del tiempo la población disminuirá aún más, como ha venido sucediendo desde 1989, en que
una sola comuna ha visto decrecer su población a la mitad. Como señalé, no es fácil vivir en esos lugares. Al rigor del clima se
unen también las dificultades de transporte, el aislamiento, y además la ventaja comparativa que ofrecen otros centros
industriales, comerciales o ganaderos del resto del país, que cuentan con mejor clima y condiciones económicas que permiten
a la gente salir del aislamiento y tener otro tipo de intereses (culturales o de diferente naturaleza), que hacen también más
llevadera la vida en otras regiones. En Magallanes todo es difícil, todo cuesta. Piense, señor Presidente, que para trasladarse
desde la comuna de Primavera o de Porvenir a Santiago, sus habitantes deben pagar pasajes cuyo valor es superior a los que
adquirirían si tuvieran que viajar desde la capital al extranjero. Vale decir, desembolsan más por ir a Santiago, que cualquier
capitalino por salir al extranjero, y en cantidades considerablemente mayores, no obstante que a veces la distancia es inferior.
Las condiciones de transporte son tan extraordinariamente severas en esos lugares, que hacen muy oneroso cualquier
desplazamiento del habitante de Magallanes —en este caso, concretamente, de Tierra del Fuego— hacia el centro del país.
¡Para qué decir las dificultades del hombre común magallánico (el trabajador, el empleado, el profesional), aquejado de
problemas de salud, que debe concurrir a la zona central, o de aquel cuyos hijos deben continuar sus estudios en
establecimientos con los que no cuenta la región! Todas éstas son dificultades reales que ameritan una legislación especial
para proteger a esa zona y a sus habitantes. Por esta razón, señor Presidente, voy a prestar mi aprobación a este proyecto de
ley, que constituye un elemento parcial para lograr, en alguna medida, una posibilidad de desarrollo. Pero no nos engañemos.
Con la dictación de la Ley Navarino, en 1985, que establece normas similares tendientes a desarrollar establecimientos
industriales en la zona, sólo 3 personas, naturales o jurídicas, han presentado solicitudes en tal sentido y han manifestado
interés en asentarse allí. Por mucho que esas empresas puedan contratar personal, no vamos a solucionar el problema de la
radicación en esta parte del territorio del mayor interés para Chile desde el punto de vista geopolítico. No olvidemos que sólo la
isla grande de Tierra del Fuego tiene 20 mil kilómetros cuadrados. Y debemos considerar que algunos países, que son
verdaderos Estados, cuentan con una superficie similar. Repito: sólo esa isla tiene 20 mil kilómetros cuadrados, y el
archipiélago es bastante más grande. Por lo tanto, señor Presidente, considero urgente dictar normas que favorezcan la
radicación en la zona en cuestión, pero partiendo por las personas que actualmente viven allá. Todo otro tipo de normativa que
vaya en beneficio del establecimiento futuro es bienvenida, pero insuficiente. Los habitantes de esa región requieren de
estímulos para continuar viviendo ahí y seguir cumpliendo, también, con el patriótico objetivo de hacer presencia en aquellos
lugares, extraordinariamente difíciles y remotos. Ellos, diría, constituyen un elemento de chilenidad permanente en cada uno
de esos sectores. Todo hombre que recorre la estepa de Tierra del Fuego o los bosques al sur de ella está haciendo presencia
y dando valor a la chilenidad en cada momento en que transita por esas extensiones. Y recorrer tales lugares constituye un
objetivo que no debemos perseguir a través de normas muy ambiciosas, sino mediante disposiciones sencillas, concretas y
muy precisas, que despierten en el humilde trabajador de la región interés por radicarse y formar su familia allá, para continuar
dando chilenidad a esos territorios. No olvidemos, por otra parte, que toda nuestra historia política en materia limítrofe está
determinada por el asentamiento humano. Si hay una constante en los problemas que se han resuelto favorablemente para
nuestra posición, ésa es el asentamiento humano, que —reitero— ha sido determinante. Por ello, señor Presidente, debemos
continuar en la línea de dar posibilidades de acceder a beneficios a los esforzados habitantes de Tierra del Fuego y de toda la
Duodécima Región. Muchas gracias, señor Presidente.
Legislatura 323, Sesión 50 de 08 de Abril de 1992
Mociones Presentadas
MOCIÓN DE LOS HH. SENADORES SEÑORES SERGIO DIEZ, SERGIO FERNÁNDEZ, CARLOS
LETELIER, MÁXIMO PACHECO Y HERNÁN VODANOVIC, CON LA QUE INICIAN UN PROYECTO
DE LEY QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 25 DE LA LEY Nº.18.918, ORGÁNICA CONSTITUCIONAL
DEL CONGRESO NACIONAL. - 1
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HONORABLE SENADO : Hace algún tiempo la sala consultó a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y
Reglamento “acerca de la debida inteligencia del artículo 25 de la ley N 18.918, Orgánica Constitucional del Congreso
Nacional, en armonía con el artículo 101 del Reglamento, particularmente en lo concerniente a la facultad del Presidente del
Senado para declarar la admisibilidad o la inadmisibilidad de indicaciones previamente declaradas inadmisibles por los
Presidentes de las Comisiones”. Al informar sobre la consulta formulada la referida Comisión expuso 108 argumentos
existentes tanto para considerar que el Senado tiene facultad para revertir 148 declaraciones de inadmisibilidad de
indicaciones hechas en Comisiones, Sin perjuicio de lo anterior, la citada Comisión hizo presente su opinión unánime en el
sentido de que la Sala del Senado debe tener la facultad de reconsiderar no sólo las declaraciones de admisibilidad de
indicaciones efectuadas en Comisiones, sino también las de inadmisibilidad, por lo que sugirió modificar el artículo 25 del la
Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, a fin de otorgarle expresamente la mencionada facultad. En sesión de
fecha 31 de marzo de 1992 el Senado acogió este último planteamiento y encomendó a los Senadores miembros de la
Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento la presentación del proyecto de ley correspondiente. En
cumplimiento del mencionado acuerdo, sometemos a la consideración del Senado un proyecto de ley que modifica el señalado
artículo 25 de la ley N 18.918, con el objeto, por una parte, de conceder explícitamente al Presidente del Senado, y a la Sala,
la facultad de revertir la declaración de admisibilidad o inadmisibilidad de una indicación hecha en Comisiones y, por otra, de
precaver la posibilidad de que, una vez resuelta la materia por el Senado, su decisión pueda ser reconsiderada en Comisiones.
Esta iniciativa se funda en que la Sala es la autoridad máxima de la Corporación, toda vez que en ella se manifiesta la voluntad
del Senado, mientras que las Comisiones son órganos internos de trabajo establecidos para hacer más eficiente y expedito el
estudio de las diversas materias de competencia de esta rama del Congreso Nacional, por lo que sus acuerdos sólo tienen el
carácter de proposiciones, correspondiéndole a la Sala la adopción de una resolución definitiva sobre las mismas. A la luz de lo
expuesto, nada parece justificar que una materia
Legislatura 323, Sesión 52 de 15 de Abril de 1992
Participación en proyecto de ley
OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, tal como se ha señalado, al dar facultades a Carabineros se quiso establecer una
instancia técnica, al margen de cualquier otra consideración, con miras a la aplicación de estas normas. Sin embargo, en este
punto hay una quietud implícita y una decisión que a futuro debe tomarse. Aquí estamos dando a Carabineros nuevas
funciones, las que, obviamente, vienen a recargar sus actuales actividades, de modo que, en la medida en que no procuremos,
en la oportunidad que corresponda y en virtud de un proyecto de ley —que debe contar con el patrocinio del Ejecutivo—,
otorgar a esa Institución los medios suficientes para cumplir con su labor, ella tendrá que restar personal de otros cometidos.
De tal manera que debemos considerar esta circunstancia para los efectos de que la ley en proyecto, en sí misma, represente
un elemento que contribuya a la seguridad ciudadana, sobre la base de que, correlativamente, se asignen a Carabinero los
recursos necesarios, tanto humanos como materiales, para abocarse a sus funciones. En caso contrario, para el cumplimiento
de estas obligaciones se va a restar personal adecuado que hoy está desempeñando otras labores de seguridad. No
olvidemos, por otra parte, que serán muy numerosas (cientos o miles) las medidas que en este ámbito deberán resolverlos
Prefectos de Carabineros, lo que obligadamente implicará distraer contingente de otras tareas. Es lo que quería señalar, señor
Presidente.
Participación en proyecto de ley
OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, tocante a este artículo, lo que en definitiva se debatió en la Comisión fue el hecho
de que Carabineros tuviera que comunicar al respectivo Intendente la circunstancia de que determinada empresa o
establecimiento contaba con medidas de seguridad. No recuerdo que se haya discutido si debía informarse sobre toda medida
específica de cada entidad. A mi entender, lo normal sería que Carabineros comunicara al Intendente que un establecimiento
adoptó medidas de seguridad, con el objeto de que sepa que se cumplió la obligación estipulada en la ley. Es impropio que el
Intendente tome conocimiento detallada de cada una de esas medidas respecto de todos los establecimientos. Eso constituiría
un trámite absolutamente burocrático, sin ninguna justificación, por cuanto la autoridad civil carece de atribuciones para
modificarlas. De manera que debemos concluir que la comunicación de ellas al Intendente sólo tiene por finalidad informarle
que cierto organismo dispone de medidas de seguridad, sin necesidad de especificarlas. No me cabe duda alguna de que si
para el mejor funcionamiento del gobierno regional el Intendente requiere del conocimiento detallado de determinadas medidas
de seguridad de una institución, la armonía y el buen entendimiento con Carabineros le permitirán conseguirlo por la vía de la
información reservada. Pienso que el sentido del artículo 6o —aunque de su redacción se desprenda algo distinto— es que la
comunicación mencionada debe circunscribirse a que tal o cual establecimiento cuenta con medidas de seguridad, sin entrar a
especificarlas. Creo que los pormenores no son necesarios; por el contrario, pueden ser muy riesgosos, incluso para la
seguridad de la propia Intendencia, por cuanto podrían disponer de esa información personas ajenas a las Intendencias y que
no la lograrían en las Prefecturas de Carabineros porque cuentan normalmente con mayores medidas de seguridad y
protección. Por lo tanto, señor Presidente, creo que la norma del artículo 6o deberíamos entenderla en ese sentido.
Participación en proyecto de ley
OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 3
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en el mismo sentido, quiero señalar que, a mi entender, la norma es innecesaria.
Me parece que, dejando constancia de la intención en este aspecto en el informe, en la historia del establecimiento de la ley,
en el sentido de que se incluye para los efectos de llamar la atención respecto de su aplicación, es factible aprobarla. Pero
—repito— ello no es necesario. Y, por la vía de la interpretación, en otra normativa en que no se mencionara, por innecesaria,
podría estimarse que cuando el legislador quiso que se aplicara, debía señalarse. Entonces, tiene sus riesgos mencionar
preceptos que no son necesarios. En todo caso, estimo que debe quedar muy en claro —tal como se ha dicho aquí— que a las
organizaciones a que se refiere la ley N 16.744 no les corresponde lo relativo a la prevención de los delitos, por cuanto, en el
caso contrario estaríamos invadiendo las funciones de otros organismos. De tal manera que me parece peligroso mantener
esa norma y, de cualquier forma, creo absolutamente indispensable señalar cuál es su verdadero sentido: no tiene por objeto
la prevención ni la dictación de disposiciones de aplicación general respecto de la seguridad de las empresas, ni menos
preceptos de tipo particular, porque eso no les corresponde a las organizaciones regidas por esta ley.
Participación en proyecto de ley
OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 4
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, entiendo que el acuerdo anterior se tomó sobre la base de una petición del
Senador señor Diez, en el sentido de que el proyecto de que se trata pasara también a la Comisión de Constitución,
Legislación y Justicia. Y, en mi concepto, los acuerdos adoptados unánimemente por la Sala no se pueden modificar.
Participación en proyecto de ley
OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 5
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El señor FERNÁNDEZ.— ¡Claro! Sin embargo, estoy de acuerdo en mantener la resolución solicitada por el Honorable señor
Diez, especialmente considerando que él no está presente. No recuerdo exactamente las razones en que fundó su solicitud;
pero, a mi juicio, no puede modificarse un acuerdo de esa naturaleza si se halla ausente su autor.
Participación en proyecto de ley
OBLIGACIONES A DIVERSAS ENTIDADES, EN MATERIA DE SEGURIDAD PÚBLICA - 6
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, si eso fue lo solicitado por el Honorable señor Diez, entonces, doy mi acuerdo
para los efectos de modificar lo anterior.
Legislatura 323, Sesión 58 de 12 de Mayo de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DEL CÓDIGO PENAL EN LO RELATIVO A DERECHO A LEGÍTIMA DEFENSA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, estamos analizando un proyecto sobre la legítima defensa, originado en una
moción del Diputado señor Alberto Espina, que tiene por objeto hacer más eficaz una acción que, en definitiva, puede significar
una eximente de responsabilidad o una causal de justificación cuando una persona es injustamente agredida. Para este efecto,
la moción del aludido Parlamentario señala: "Durante los últimos meses se ha producido un aumento de los actos de violencia,
ya sean de carácter terrorista o de delitos comunes. Especial gravedad tiene el incremento de asaltos a casas particulares,
efectuados incluso a plena luz del día, lo que ha causado una gran preocupación e inseguridad en la ciudadanía.". Sin perjuicio
de la acción preventiva que corresponde a Carabineros de Chile y a Investigaciones para el cumplimiento de las leyes y el
logro de la captura de los delincuentes, las víctimas de los delitos tienen derecho a una legítima defensa, la cual se encuentra
regulada desde hace bastante tiempo en nuestra legislación —en el Código Penal—, y es una de las instituciones más
antiguas dentro de la legislación universal. Es más, muchos manifiestan que corresponde a normas provenientes del Derecho
Natural, por cuanto están comprendidas en el derecho innato a la defensa de la persona agredida. Éste es el fundamento de la
legítima defensa. Otros sostienen que el Estado, en el que se ha depositado confianza y del que se espera protección y
asistencia, debe encargarse de impedir, a través de los instrumentos legales, los ataques injustos. Cuando por diversas
circunstancias ello no ocurre, el ciudadano tiene derecho a hacerlo por sí mismo. Algunos aducen que el ataque es un acto
que ofende al Derecho, es ilegítimo y no puede tolerarse. Por lo tanto, debe combatírsele en una forma justa con el objeto de
restaurar el Derecho. Asimismo, se señala que al autor de un delito se aplica una pena por el juez; pero, si es posible repeler
un ataque injusto, el ofensor puede ser castigado en el mismo lugar de los hechos por el agredido. En definitiva —como he
señalado—, son múltiples las justificaciones y los fundamentos que existen en la doctrina, en las legislaciones chilena y
universal, y en nuestra jurisprudencia, que definen la naturaleza jurídica y las características del derecho a la legítima defensa.
La moción hoy día en análisis, después de sucesivas modificaciones que le introdujeron la Cámara de Diputados y la Comisión
de Constitución del Senado, tiene por objeto hacer más eficaz esa legítima defensa. Ahora bien, según nuestra legislación, hay
legítima defensa privilegiada cuando durante la noche se rechaza el escalamiento o fractura de los cercados, paredes o
entradas de una casa o departamento habitados o de sus dependencias, y cuando se impida o trate de impedir la
consumación de los delitos de robo con violencia o intimidación en las personas. Cabe agregar que existe legítima defensa en
general, no privilegiada, si concurren tres circunstancias: agresión ilegítima —vale decir, un ataque contrario a la ley—;
racionalidad en el medio empleado para repelerla o impedirla; y falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.
Esta es la que podría llamarse "legítima defensa general". Como manifesté, hay situaciones especiales que nuestra
jurisprudencia y doctrina definen como "legítima defensa privilegiada", en que no es necesario acreditar la concurrencia de las
circunstancias que acabo de citar. Pues bien, el proyecto tiene por objeto perfeccionar la institución jurídica de la legítima
defensa privilegiada, extendiéndola a otros casos, como el rechazo de la agresión ilegítima que se produzca a cualquier hora
del día, y no sólo de noche como es ahora, en casas o departamentos habitados o sus dependencias. Cabe advertir que la
característica esencial de la legítima defensa privilegiada es que invierte el peso de la prueba. De manera que si la agresión
ocurre de noche, en casa o departamento habitados, y hay fractura o escalamiento o se trate de evitar la consumación de los
delitos de robo con violencia o intimidación en las personas, no es necesario entrar a acreditar la prueba, aun cuando nuestra
legislación entiende que estamos en presencia de una presunción simplemente legal —y no de una presunción de derecho—,
la que, como tal, admite prueba en contrario. Ahora bien, al invertir el peso de la prueba en esta materia criminal, se facilita
enormemente la posibilidad de defensa del agredido que repele la acción y que daña o mata al ofensor. La eliminación de la
restricción horaria favorece, por cierto, la legítima defensa privilegiada. Además, el texto propuesto por la Cámara de
Diputados extiende esta figura a las agresiones ilegítimas que ocurran de noche en establecimientos de comercio. También la
moción amplía la legítima defensa privilegiada a otros delitos tipificados en el Código Penal: sustracción de menores, violación,
parricidio y homicidio calificado. Asimismo, la Cámara de Diputados introdujo a la moción un aspecto interesante: la entrada
indebida a una casa, departamento o establecimiento de comercio. Este nuevo elemento es del mayor interés, porque significa
que ya no es necesario que la entrada se haga con violencia, sino que simplemente —tal como lo analizó la Comisión de
Constitución del Senado— mediante el engaño y, luego, se cometa delito. Si el agredido repele el ataque, incluso con
resultado de muerte del agresor, también hay legítima defensa privilegiada. Igualmente, la iniciativa extiende la legítima
defensa privilegiada a quien acude en ayuda de parientes y de extraños. Conforme a la legislación chilena y a la universal y a
la doctrina, este instituto jurídico favorece no sólo a quien rechaza personalmente la agresión, sino también a los que
defiendan a familiares y terceros de ataques ilegítimos. Porque, en la medida en que concurran los requisitos y para que la
legítima defensa opere como causal de justificación de la responsabilidad, estaríamos frente a un objetivo muy noble, cual es
la comisión de un acto de solidaridad extrema en el que se expone la propia vida para salvar la de los demás. La Comisión de
Constitución del Senado aceptó las modificaciones que la Cámara de Diputados introdujo a la moción y adicionó otras con el
objeto de perfeccionarla. Es así como regula, como causal de exención de responsabilidad criminal, la defensa de los
derechos y la vida o la integridad propios o de parientes o de extraños en un solo número —el 4 —, en el cual refunde los
números 4 , 5 y 6 del artículo 10 del Código Penal. La doctrina denomina causal de justificación a esta eximente criminal. En
todo caso, más allá de la precisión doctrinaria, el resultado práctico es la absoluta falta de responsabilidad, y por lo tanto de
sanción o pena, para quien actúa en legítima defensa. La Comisión acogió la indicación del Senador señor Letelier para
incorporar las oficinas en la enumeración de recintos que pueden ser objeto de entrada indebida. También a proposición del
mismo Honorable colega, la Comisión aprobó un artículo nuevo con el objeto de permitir y facilitar la libertad de quien, en
legítima defensa, repele una agresión, para lo cual se agrega un inciso final nuevo al artículo 260 del Código de Procedimiento
Penal. Sucede que, en el caso de la legítima defensa privilegiada, de no mediar esta modificación, la persona es detenida al
igual que cualquier otra, y sometida a los trámites ordinarios que en estas circunstancias proceden. Y muchas veces debe
pasar largo tiempo en la cárcel, mientras no logre acreditar las circunstancias que permiten sostener la legítima defensa. Sobre
el particular, la Comisión aprobó la modificación sugerida por el Honorable señor Letelier al artículo 260 del Código de
Procedimiento Penal, a fin de establecer que en estos casos la persona debe ser puesta de inmediato a disposición del juez a
objeto de que él resuelva sobre la libertad de la misma. No hay que olvidar que en esta situación se trata de dos bienes o
valores muy importantes. El individuo que se ha defendido legítimamente puede haber causado la muerte a otro. Y, por lo
tanto, en modo alguno podemos partir del supuesto de una irresponsabilidad penal o falta de justificación que pueda acreditar
la mera comprobación policial. Atendida la gravedad que puede revestir la defensa que hace el agredido, es necesario que sea
el tribunal el que disponga la libertad. Con todo, la unanimidad de la Comisión fue de opinión de que en esta materia el juez
debería otorgar la libertad al momento. Conocidos los antecedentes —como se presume la legítima defensa privilegiada en
estas circunstancias—, el juez tendría que poner de inmediato en libertad a la persona. Pero, obviamente, el legislador no
puede obligarlo a que todas las veces proceda así, por cuanto debe analizarse caso por caso, dado que con ocasión de la
legítima defensa pueden producirse situaciones extraordinariamente complejas y muy variadas, las que eventualmente podrían
prestarse a venganzas, resentimientos u otro tipo de acciones que nuestra legislación debe precaver. De allí que esta facultad
quede entregada al juez, pero con la obligación de que los organismos policiales pongan a quien se defendió de inmediato a
disposición de aquél. Señor Presidente, estamos en presencia de un proyecto del mayor interés, que la Comisión aprobó por
unanimidad, salvo en dos aspectos, en los que hubo disidencia del Honorable señor Pacheco, quien estuvo en contra de la
expresión "entrada indebida", agregada por la Cámara de Diputados, y fue partidario de eliminarla por estimar que podía ser
ambigua y prestarse a alguna suerte de abuso. En todo caso, la Comisión dejó expresa constancia de que la entrada indebida
de que se trata se refiere a aquella que se produce cuando existe fraude o engaño. Vale decir, cuando ha habido fraude o
engaño para entrar a una casa habitación, a un establecimiento o a una oficina. En ese caso se habilita la legítima defensa; no
en otra circunstancia. También el Senador señor Pacheco se manifestó contrario a la norma relativa a la circunstancia del daño
que podía causarse al agresor, y se mostró partidario de eliminar la frase "cualquiera que sea el daño que, en ambos casos,
ocasione al agresor.". En definitiva, la mayoría de la Comisión estimó prudente rechazar la sugerencia del Honorable señor
Pacheco por cuanto está implícito que en la legítima defensa debe existir proporcionalidad entre la agresión y la defensa. Y,
por lo tanto, es obvio que si el daño causado al agresor no es proporcional a la agresión, no hay legítima defensa, sino que se
está cometiendo un delito puro y simple. El proyecto fue aprobado por unanimidad por la Comisión de Legislación, con esas
dos salvedades. He dicho.
Legislatura 323, Sesión 60 de 19 de Mayo de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY DE ADMINISTRACIÓN DE LA EMPRESA DE LOS FERROCARRILES DEL
ESTADO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, firmé la indicación renovada, y el debate que se ha ido desarrollando me confirma
plenamente sus bondades. Creo que la oración que se propone eliminar implica conceder una facultad muy amplia a la
Empresa, ya que dice: "Asimismo, podrá realizar toda otra actividad de carácter comercial o empresarial"... O sea, cualquier
tipo de actividad. Señor Presidente, nos hallamos en presencia de conceptos que el país conoció trágicamente en el pasado.
Estamos reviviendo actividades comerciales a la vieja usanza, que significó al Estado perder cuantiosos bienes. En mi opinión,
la Empresa de los Ferrocarriles del Estado debe dedicarse a su objeto, a la finalidad para la cual fue creada, y no a otro tipo de
actividades o negocios. Por otra parte, debemos entender que, cuando el Estado se asocia y pierde dinero, responden todos
los chilenos. La actividad empresarial del Estado debe ser lo más restringida posible, en consonancia con los tiempos de hoy.
En el mundo entero se están reduciendo al mínimo las actividades del Estado. Y aquí se permite a Ferrocarriles dedicarse a
cualquier tipo de actividad, a la que la Empresa estime conveniente. Es decir, volvemos a una época que creíamos superada
en cuanto a las actividades del Estado. Por ese motivo, la Empresa de los Ferrocarriles del Estado debería dedicarse a su
objeto principal —ya tiene suficientes problemas para los efectos de su cumplimiento, y son cuantiosos los recursos fiscales
que ello envuelve— y no a desarrollar otras operaciones que no le corresponden. En consecuencia, señor Presidente, votaré a
favor de la indicación renovada.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY DE ADMINISTRACIÓN DE LA EMPRESA DE LOS FERROCARRILES DEL
ESTADO - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, aquí se señaló algo que, a mi juicio, debe tenerse extraordinario cuidado en
entenderlo, y es lo relativo a la interpretación de la ley. Para una cabal hermenéutica legal por parte de los tribunales, no será
ni es suficiente lo que se diga en la Sala. De eso debemos estar conscientes. Según el Código Civil, cuando el sentido de la
ley es claro, no se desatenderá su tenor literal a pretexto de consultar su espíritu. Es decir, el primer elemento de interpretación
de la ley es su tenor gramatical. De modo que cuando el sentido de la norma es claro, no se recurre a los demás elementos de
interpretación como es, por ejemplo, la historia fidedigna de su establecimiento, o sea, el debate que estamos desarrollando. Y
el sentido de la disposición es extremadamente claro, como precisó el Senador señor Jarpa: comprende toda otra actividad
comercial o empresarial. Esto es, la Empresa puede dedicarse a cualquier actividad, comercial o empresarial, utilizando bienes
que en definitiva pertenecen al Estado y, por ende, a todos los chilenos. Me parece extraordinariamente grave dar una
autorización de esa naturaleza para que una empresa del Estado comprometa los bienes del país en cualquier actividad
empresarial que juzgue conveniente una determinada administración, que podrá estar muy bien inspirada, pero que en
definitiva los resultados, si son desfavorables, deberemos pagarlos todos. No nos olvidemos, además, que la normativa más
adelante permite a la Empresa constituir sociedades, es decir, aportar bienes. Y es de la esencia de éstas correr riesgos;
ninguna tiene garantizadas sus utilidades. Reitero: Es de la esencia de la gestión societaria y empresarial la contingencia de
ganar o perder. Por lo tanto, cuando la Empresa —y en este caso el Estado, todos los chilenos— desarrolle actividades
empresariales, está arriesgando patrimonio de Chile, y si sufre pérdidas, deben asumirlas todos los chilenos. A mi juicio, es
sumamente grave dejar abierta una norma de esa naturaleza. La actividad empresarial ajena a su objeto específico no es
propia de una empresa del Estado. Por lo tanto, participo plenamente de la indicación que la Senadora señora Feliú formuló
para suprimir la oración final del primer inciso del precepto que sustituye el artículo 2 del DFL N 94, de 1960. De lo contrario,
Ferrocarriles podrá asociarse para constituir cualquier tipo de empresa que estime necesaria para utilizar sus bienes.
Cualquiera, pero asumiendo los riesgos de una actividad empresarial. La Empresa podrá vender o arrendar bienes a los
particulares. Si los alquila, sólo corre el riesgo de que no le paguen la renta, pero no está comprometiendo otros bienes que no
sean los entregados en arrendamiento. Sin embargo, mediante la norma en discusión se permite una actividad empresarial
directa, es decir con la eventualidad de ganar o perder, comprometiendo, en este último caso, el patrimonio de la Empresa y
ocasionando ingentes pérdidas de recursos fiscales. He dicho.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY DE ADMINISTRACIÓN DE LA EMPRESA DE LOS FERROCARRILES DEL
ESTADO - 3
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El señor FERNÁNDEZ.— También voto a favor, señor Presidente. Participo plenamente de los argumentos de
inconstitucionalidad planteados por la Honorable señora Feliú, pues, de acuerdo con la Carta Fundamental, el inciso primero
del artículo 2 es de quórum calificado. Si dicho precepto ya se dio por aprobado por no haber sido objeto de indicación
renovada, no cumplió con la exigencia descrita, toda vez que no contó con el pronunciamiento favorable de 24 Senadores. Así
que, o se vota el inciso completo incluida su parte final, o quiere decir que se aprobó sin reunir el quórum respectivo.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY DE ADMINISTRACIÓN DE LA EMPRESA DE LOS FERROCARRILES DEL
ESTADO - 4
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El señor FERNÁNDEZ.— Conforme. Como hice notar, señor Presidente, tal como señaló la Honorable señora Feliú, estamos
en presencia de una norma con rango de quórum calificado. De lo contrario, el número 21 del artículo 19 de la Constitución no
tendría sentido: bastaría que, una vez autorizada cualquier empresa del Estado para desarrollar determinada actividad
económica, después, mediante una ley común se le diera un destino distinto, lo cual resulta completamente absurdo. Lo que
quiso el constituyente fue que el legislador, en cada oportunidad y con absoluta precisión y claridad, señalara qué actividad
empresarial autoriza al Estado a desarrollar, dado que se hallan comprometidos bienes fiscales. Y, en definitiva, no le interesa
que se indique en forma genérica, sino una actividad específica, para que se sepa a qué se van a destinar los recursos
estatales. Por eso, señor Presidente, reitero: estamos en presencia de una norma —el inciso primero del artículo 2 — que
requiere de quórum calificado para su aprobación. Voto a favor.
Legislatura 323, Sesión 61 de 20 de Mayo de 1992
Participación en proyecto de ley
AUMENTO DE INGRESO MÍNIMO MENSUAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, me referiré a diversos aspectos que dicen relación a la forma en que se ha gestado
esta iniciativa y llegado a la Sala para nuestro conocimiento. Tanto las normas jurídicas como las legales se dictan para ser
cumplidas y esto debe hacerse dentro de un ordenamiento previsto respecto de la conducta que los individuos deben
desarrollar, especialmente en el campo jurídico y político. Son obligatorias para ciertos funcionarios las disposiciones legales y
constitucionales así establecidas. Nuestra Constitución determina todo un procedimiento extraordinariamente preciso y
detallado para tramitar una ley; las distintas etapas que en ese proceso deben cumplirse. Siendo así, aquí nos encontramos,
curiosamente, con trámites no contemplados en la Constitución ni en la ley: acuerdos previos entre determinados sectores o
con ciertos funcionarios de Gobierno, repito, antes del envío de las iniciativas al Congreso Nacional: acuerdos entre la
Confederación de la Producción y del Comercio y la Central Unitaria de Trabajadores, suscritos además por los señores
Ministros, se dice, de Economía, de Hacienda y del Trabajo y Previsión Social. Me pregunto en virtud de qué facultad dichas
autoridades han llegado a un convenio de tal naturaleza. ¿Quién los autoriza? ¿Qué ley? ¿Qué norma constitucional les
permite firmar este tipo de acuerdos? Podemos decir que aquí se está poniendo en práctica un nuevo y previo procedimiento
para los efectos de determinar ciertas normas que, en definitiva, se traducen en el texto que se propone después al Poder
Legislativo. La formación de la ley debe seguir trámites distintos para su despacho, y es en el Parlamento, no afuera, donde
han de someterse a estudio y conocerse las opiniones de los sectores interesados. No puede enviarse al Congreso iniciativas
con normas previamente acordadas. En este Parlamento se debe oír a los trabajadores y empresarios. Las Comisiones del
Senado no han conocido los criterios de estos sectores. Los acuerdos vienen de afuera. Llamo, por lo tanto, la atención sobre
lo inconveniente que es un sistema de esta naturaleza, creado al margen del Congreso. Si bien es cierto que podrá aducirse
que ello corresponde a la necesidad de consultar a ciertos sectores, resulta que sus opiniones son tan determinantes y
gravitantes que, en definitiva, son las únicas que se oyen, ya que en el trámite legislativo no se escuchan otras.
Participación en proyecto de ley
AUMENTO DE INGRESO MÍNIMO MENSUAL - 2
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El señor FERNÁNDEZ.- No, señor Senador, no existe la misma razón. Son situaciones completamente distintas. En aquella a
que Su Señoría se refiere, se trata de organismos que deben ser oídos; en cambio, en este caso se ha atendido el parecer de
un grupo de personas, a un sector muy minoritario de trabajadores representado por la Central Unitaria. Y el resto del sector
laboral del país, que no está organizado ni pertenece a esa Central, ¿fue oído? Quienes no están sindicalizados, los
trabajadores independientes, los agricultores, los pequeños industriales, los pequeños comerciantes, los que buscan trabajo
por primera vez, los jóvenes, ¿fueron oídos? No. Por esas razones, creo absolutamente indispensable en este caso
escucharlos a todos. No me opongo a que se conozca también el pensamiento de la Central Unitaria de Trabajadores; puede
corresponder a una organización muy importante, pero no es la única, ni tiene la representación de todos los trabajadores, ni
de todos los chilenos, ni menos, por cierto, la del sector más amplio del país y que no ha sido consultado para nada: los
consumidores de Chile, que se sienten obviamente obligados por este tipo de normas y que, sin embargo, ni siquiera se les
escucha. Tales procedimientos, señor Presidente, están al margen de toda nuestra normativa legal y, en definitiva, son
inconvenientes. La autoridad podrá consultar a quien quiera y las veces que quiera antes de enviar un proyecto de ley al
Congreso. Está en su derecho; incluso me parece que es su obligación oír a todos los sectores. Pero no puede un acuerdo con
otros sectores ser tan vinculante que llegue a expresarse en una iniciativa que después se remite al Parlamento y que debe
ser aprobada con extrema urgencia, sin oír a nadie más, porque, según se afirma, ya se llegó a un convenio que ninguna
autoridad está facultada legalmente para suscribir. Los Ministros, como funcionarios públicos, sólo pueden hacer lo que la ley
expresamente les permite; de otro modo faltan a la ley y la Constitución. Señor Presidente, estimo sumamente grave crear
procedimientos extralegales, extralegislativos, para luego obligar al Congreso a trabajar con excesiva premura, sin el tiempo
suficiente ni siquiera para oír a las personas vinculadas a la materia. Es en el Parlamento donde los proyectos deben
debatirse; en las Comisiones, en las del Trabajo y de Hacienda, en las que correspondan a cada tema. Aquí es donde deben
recibirse a los trabajadores, a los jóvenes, a los agricultores, a los pequeños comerciantes. Aquí, y no afuera. El procedimiento,
ideado al margen de toda norma legal, y que por otra parte es excluyente (margina a gran parte de los trabajadores y
empresarios), infiere, a mi entender, una disminución grave a las facultades del Congreso, por cuanto lo deja en la posición de
tener que aprobar necesariamente un texto, ya que el debate no es posible al existir acuerdos previos. Nada más, señor
Presidente.
Legislatura 324, Sesión 2 de 03 de Junio de 1992
Mociones Presentadas
MODIFICA EL ARTÍCULO 183 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL, EN LEY QUE
MODIFICA EL ARTÍCULO 183 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL, EN LO RELATIVO AL
SECRETO PROFESIONAL Y A LA INVIOLABILIDAD DE LAS COMUNICACIONES. - 1
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Por los medios de prensa nos hemos enterado hace pocos días que un señor Ministro de Corte de Apelaciones, que tiene a su
cargo la investigación y juzgamiento en una causa criminal, habría autorizado la intervención de las comunicaciones
telefónicas de un profesional abogado, que aparece en dicho proceso actuando como defensor de uno de los encausados. Sin
pronunciarme sobre dicho juicio, ni respecto a las personas involucradas, o del profesional de que se trata, o la resolución por
la cual se habría autorizado dicha intervención, estimo necesario referirse a este tema debido a la gravedad, que de ser
efectivo, reviste una situación semejante. Nuestro ordenamiento constitucional, contempla entre las garantías constitucionales
el derecho a la defensa jurídica y, en el inciso segundo del N 3 del articulo 19, se asegura que toda persona tiene derecho a
esa defensa en la forma que la ley señale y que ninguna autoridad o individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida
intervención del letrado si hubiere sido requerida. Al respecto, resulta interesante considerar que la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, denominada Pacto de San José de Costa Rica, ratificado por nuestro país, previa aprobación del
Congreso Nacional, y publicado en el Diario Oficial con fecha 5 de enero de 1991, al referirse a las garantías judiciales,
establece que durante el proceso toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas,
contemplando en su letra "d) el derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su
elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor." La misma Convención agrega, en su artículo 29, sobre
Normas de Interpretación, que "Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de: a)
permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos
en la Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella;" y, d) excluir o limitar el efecto que puedan producir la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza.".
Considerando que la Constitución prescribe que corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un racional y
justo procedimiento, es que resulta indispensable analizar lo ocurrido, a fin de buscar una solución legal al problema, pues este
principio de Derecho, basado en las informaciones públicas que todos conocemos, pareciera no estar categóricamente
consagrado en nuestra ley positiva, ya que de otra forma no podemos interpretar los hechos a que nos referimos. Desde otro
punto de vista la misma Constitución establece en el número 5, del referido articulo 19, la inviolabilidad del hogar y de toda
forma de comunicación privada, aclarando que el hogar sólo puede allanarse y las comunicaciones y documentos privados
interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y formas determinados por la ley. Respecto de esta norma constitucional es
necesario tener presente que, como expresamente se dejó constancia, para la historia de la ley, a petición de don Enrique
Ortúzar, el precepto comprende todas las formas de interceptar una conversación, acordando, además, a petición de don
Jorge Ovalle, incorporar en el acta correspondiente una definición de don Raimundo del Río, para aclarar la extensión de la
norma, entendiendo que por hogar, casa o morada, - que para dicho autor son tres conceptos sinónimos- es el recinto de las
habitaciones y sus dependencias en que una persona vive o ejerce sus actividades de trabajo, y también los recintos cerrados
que tenga bajo su control a cualquier título, aunque no concurran las circunstancias de vida o actividad dentro de ella. Normas
semejantes han consagrado el artículo 12 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; el artículo 9 de la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, de Bogotá; el artículo 10 de la Ley Fundamental de la República Federal
de Alemania; el artículo 38 de la Constitución Política de Colombia; los artículos 23 y 24 de la Constitución Política de la
República de Costa Rica; el artículo 62 y 63 de la Constitución de la República de Venezuela o el artículo 61 y 66 de la
Constitución Política del Perú. Nuestra ley positiva contempla las excepciones a este principio, y es así como los artículos 176
y 177 del Código de Procedimiento Penal permiten al juez violar la intimidad. La primera de estas normas le faculta para
ordenar la retención de la correspondencia privada, sea postal, telegráfica o de otra clase, que el procesado o inculpado
remitiere o recibiere, y la de aquella que, por razón de especiales circunstancias, se presuma que emana de él o le está
dirigida, aún bajo nombre supuesto, siempre que se pueda presumir que su contenido tiene importancia para la investigación.
También podrá emitir esta orden el juez respecto de cualquier otro objeto que remitiere o recibiere el procesado. La segunda
de estas normas permite al juez ordenar que por cualquier empresa de telégrafos o cables, o de otros sistemas de
comunicación semejantes, se le faciliten copias de los telegramas, cablegramas o comunicaciones transmitidos o recibidos por
ella, si lo estimare conveniente para el descubrimiento o comprobación de algún hecho de la causa. Podrá, además, exigir las
versiones que existieren de las transmisiones por radio o televisión. Sin embargo, de la lectura de estas normas se entiende
que ambas excepciones tienen por objeto obtener antecedentes de "importancia para la investigación" o convenientes "para el
descubrimiento o comprobación de algún hecho de la causa", y que ambas autorizan a violar la privacidad o comunicaciones
del inculpado o sometido a proceso, pero ninguna de ellas debería interpretarse como una autorización para impedir, perturbar
o restringir el derecho a una defensa jurídica, lo que ocurriría al inmiscuirse en la privacidad o interferir las comunicaciones de
un abogado con sus defendidos. Constituyendo ambas normas excepciones a la garantía constitucional, no cabe sino aplicarla
en forma restringida, y sólo con el objeto que la misma norma precisa. Pero, lo que es más grave, es que ambas disposiciones
no han contemplado la posibilidad de interferir cualquier forma de comunicación de un inculpado o del procesado con su
abogado defensor. Si consideramos que nadie discute el derecho a defensa, es preciso concluir que este derecho lleva
consigo la posibilidad de comunicarse y confiar los hechos a un profesional que, al igual que el médico o el confesor tienen
obligación de guardar el secreto que se les confía y, este secreto se transforma en letra muerta y una mera ilusión si ni siquiera
es posible para dichos abogados, médicos o confesores guardar reserva, pues su intimidad está siendo violentada.El Código
Penal sanciona, en su articulo 146, al particular que " abriere o registrare la correspondencia de otro sin su voluntad",
castigando más severamente a quien "divulgare o se aprovechare de los secretos que ellos contienen"; Los artículos 155 y
156, del mismo cuerpo legal, penan, respectivamente, al empleado público que "abusando de su oficio, allanare un templo o la
casa de cualquiera persona o hiciere registro en sus papeles" excepto en los casos y la forma que la ley autoriza y, a "Los
empleados en el Servicio de Correos y Telégrafos u otros que prevaliéndose de su autoridad interceptaren o abrieren la
correspondencia o facilitaren a tercero su apertura o supresión", elevando la pena cuando "se aprovecharen de los secretos
que contiene o los divulgaren"; El artículo 231, refiriéndose a la prevaricación, establece como delito que un abogado o
procurador, con abuso malicioso de su oficio, “perjudicare a su cliente o descubriere sus secretos", estableciendo una sanción
que puede significar inhabilitación especial perpetua para el cargo o profesión, y el artículo 247, al referirse a la violación de
secretos, sanciona "a los que, ejerciendo alguna de las profesiones que requieren título, revelen los secretos que por razón de
ella se le hubieren confiado.". También el Código de Procedimiento Penal contiene normas sobre la materia. Su articulo 171
señala que las personas autorizadas por la ley para negarse a declarar no están obligadas a exhibir y entregar objetos o
papeles que tengan y puedan servir a la investigación; El artículo 201 N 2 señala que los abogados no están obligados a
declarar respecto al secreto que se les ha ya confiado; El artículo 202 N 2 obliga al abogado a declarar respecto a los
procesados que no se encuentren ligados por relaciones profesionales, salvo que su declaración pueda comprometer a
aquellos con quienes tiene tal relación. Similar sentido tienen las normas contenidas en los artículos 349 inciso 1º, 359 y 360 N
1 del Código de Procedimiento Civil. Si nuestra ley consagra "el deber de guardar el secreto" que se les ha confiado, para
ciertas personas considerando su estado, profesión o función legal, como es el caso del abogado, médico o confesor, por
ejemplo, es preciso que la misma ley impida que cualquier otra persona o autoridad puedan sustraer el secreto confiado del
ámbito de la conciencia o privacidad de quien lo recibe, sin una expresa norma que lo autorice. Por último, particular
importancia reviste la protección de la intimidad de tales personas cuando violentarla, además de afectarle en forma individual,
puede perjudicar a terceros que, podrían verse impedidos de concurrir ante la persona indicada, impidiendo no sólo el ejercicio
de una profesión, sino que también, en caso de tratarse de abogados, el derecho a la defensa jurídica, elemento esencial
dentro de un debido proceso. Por las razones expuestas, y a fin de regular el secreto profesional, y de garantizar nítidamente
la inviolabilidad de las comunicaciones entre las personas que por su estado, profesión u oficio, tienen el deber de guardar
secreto y quienes, precisamente por tal estado profesión u oficio les confían los mismos, es que doy a conocer a mis colegas
Senadores, y a la opinión pública nacional, que he presentado en el día de hoy una iniciativa en tal sentido, y que es del tenor
siguiente: PROYECTO DE LEYArtículo único.- Agrégase al artículo 183 del Código de Procedimiento Penal el siguiente inciso:
"En ningún caso podrá la autoridad administrativa o judicial ordenar la interferencia de las comunicaciones que, por cualquier
medio, sostenga el abogado con motivo del ejercicio de su profesión.".
Legislatura 324, Sesión 9 de 09 de Julio de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY SOBRE IMPUESTO A LA RENTA Y DE OTRAS DISPOSICIONES
TRIBUTARIAS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, a mi juicio la interpretación que se da al inciso final del artículo 137, que dispone
que no procederá la segunda discusión respecto de los asuntos acerca de los cuales se haya acordado la urgencia, no
corresponde a lo que debe entenderse conforme al Reglamento. A mi parecer, el derecho a pedir segunda discusión está
regulado en otras normas reglamentarias y no puede quedar afecto a la determinación o no de la urgencia por parte del
Ejecutivo, como un elemento que lo condiciona. La frase "se haya acordado la urgencia" se remonta a la vigencia de la
Constitución de 1925, de modo que la norma debe entenderse derogada —de manera orgánica o, por lo menos, tácita, si no
quiere aceptarse la primera— por la Carta de 1980. Creo que todo precepto reglamentario que contraviene las actuales
disposiciones constitucionales por basarse en el Texto Fundamental de 1925 debe estimarse derogado, entre ellos el que nos
ocupa, porque no es posible entender que "se haya acordado" la urgencia en circunstancias de que el Congreso no posee
dicha facultad. Por lo tanto, es un precepto sin sentido y, conforme a la hermenéutica legal, no puede dársele un alcance
restrictivo. En consecuencia, la norma en vigor es la que permite a los Parlamentarios pedir segunda discusión, salvo en los
casos —el propio Reglamento los prevé— en que el ejercicio de ese derecho vulnere la aprobación de una iniciativa dentro de
los plazos constitucionales. He dicho.
Legislatura 324, Sesión 12 de 21 de Julio de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE PLANTAS DE PERSONAL DE CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA
-1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, no cabe duda de que podemos dejar constancia del número de Senadores que
concurran a la aprobación de este proyecto —y creo útil hacerlo—, pero no olvidemos que, en el evento de que sea
considerado de rango orgánico constitucional, deberá ser sometido, además, al control del Tribunal Constitucional. Porque, de
omitirse este trámite, exigido para tal clase de disposiciones, una vez promulgada la ley podría ser declarada inconstitucional.
En consecuencia, creo conveniente dejar constancia del quórum de aprobación, con lo que salvaríamos la situación, por ahora.
Pero alguien deberá resolver en su momento si se consulta o no al Tribunal Constitucional.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY N 19.047 - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, tal como se ha señalado, el proyecto tiene por objeto facultar al Presidente de la
República para evitar que la expresión "reo" se haga extensiva a personas que están sometidas a proceso. Su origen obedece
a una indicación que, en su oportunidad, planteó el Senador señor Guzmán, quien dijo —con justa razón— que, en el concepto
popular, el hecho de tildar a un individuo de "reo" o de "encargado reo" equivalía a "condenado". Y no debemos olvidar que,
simplemente, se trata de alguien que está siendo procesado, cuya culpabilidad será determinada —o no lo será— a través de
una sentencia. Por consiguiente, esta iniciativa, mediante las correcciones que introduce, permite cumplir adecuadamente la
proposición que en su oportunidad hizo el Senador señor Guzmán, y por eso debe ser aprobada sin más trámite. He dicho.
Legislatura 324, Sesión 14 de 04 de Agosto de 1992
Participación en proyecto de ley
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, estamos analizando una iniciativa importante dentro del proceso de regionalización
del país. Y a raíz de las diversas intervenciones que se han hecho a su respecto, creo que no será necesario que haga una
exposición muy extensa sobre esta materia. Sin embargo, conviene precisar que de algunas opiniones que hemos escuchado
en esta oportunidad pareciera desprenderse que el proceso de regionalización parte como consecuencia de la dictación de
esta ley. Pensamos al menos que esta marcha comienza mucho antes y que ya en 1974, durante el Gobierno de las Fuerzas
Armadas y de Orden, se inicia un proceso de gran trascendencia que da mucha importancia y relevancia a todas las Regiones
del país, y parte precisamente por la creación de las que actualmente existen. El concepto de "región", en los términos en que
hoy día está vigente, comienza en esa época, en esa Administración. Reconozco, no obstante, que éste es un proceso que los
distintos Gobiernos deben ir ampliando, con el objeto de ir haciendo cada vez más fecunda la acción de los Gobiernos
Regionales y también más efectivo el proceso de regionalización. Las intervenciones anteriores -como señalaba- me ahorran
referirme en general a todos los demás aspectos que ya han sido abordados, y me obligan a circunscribirme sólo a algunos
puntos esenciales del proyecto que, en cierta medida, son más controvertidos que otros. Como apreciación general, creo que
esta iniciativa en su segundo informe debe ser corregida en muchos aspectos en cuanto a su concepción y a su técnica
jurídica. Creemos que se puede hacer un esfuerzo con el objeto de precisar con mayor certeza las distintas facultades que
están contenidas en la normativa, y, también, que una enumeración taxativa y minuciosa de las facultades puede conspirar en
contra de lo que debe ser una ley de carácter general. Pienso que se puede avanzar en una mejor redacción de las distintas
facultades que se otorgan tanto a los intendentes y a los gobernadores como al Consejo Regional. En todo caso, a mi
entender, es un problema de técnica jurídica, y no veo inconveniente sobre el particular. Además, en el debate de la Comisión
siempre se advirtió la mejor disposición para ir incorporando aquellas normas que perfeccionaran el proyecto. Me parece que
las indicaciones que harán los distintos señores Senadores enriquecerán y perfeccionarán la iniciativa, la cual -como dijeadolece de algunos defectos técnicos. En cuanto a determinadas materias que pudiéramos entender que son las más
discutibles o conflictivas, cabe señalar que en esta Sala se ha hablado de la eventual creación de gobiernos metropolitanos o
de elementos que permitan que dentro de una Región un organismo central pueda manejar y resolver aquellos grandes
problemas que la afectan. A este respecto, he expresado en diversas oportunidades mi opinión contraria a la existencia de
este tipo de centralización metropolitana, por cuanto ella importa, en definitiva, cercenar las facultades de las municipalidades
y de los órganos comunales y regionales que este propio proyecto viene creando. Lo anterior significa que la formación de
gobiernos metropolitanos u otros entes similares para el tratamiento de determinadas materias implica necesariamente privar a
otros órganos de sus facultades, sin beneficio alguno para lograr la consecución de los objetivos que se persiguen. Es así
como en numerosas oportunidades he señalado que los distintos problemas que puedan ser de competencia de un Gobierno
Metropolitano o de una organización central son factibles de resolverse con las atribuciones de las autoridades centrales.
Estas disponen de las facultades suficientes para poder manejar los diversos problemas nacionales, respecto de los cuales
algunos han expresado que sólo podrían resolverse a través de gobiernos metropolitanos. Como dije, existen esas
atribuciones, y si no están establecidas con la precisión requerida, creo que ello es motivo para modificar la ley
correspondiente y no para privar a las comunas de sus facultades, impidiendo que puedan administrar sus propios problemas.
A mi juicio, pretender privar de atribuciones a las comunas para dárselas a un Gobierno central o a una organización del
mismo carácter, es un camino extraordinariamente peligroso. Creemos que los ministerios, los intendentes y los gobernadores
disponen de las facultades suficientes para resolver los grandes problemas que requieren de una coordinación dentro de las
distintas actividades de una Región. Y las atribuciones que pudieren ser necesarias en un Gobierno central dicen relación
fundamentalmente con la coordinación, y perfectamente puede ejercerlas el intendente o el gobernador. Si se estima que no
cuentan con las facultades necesarias para ello, esta normativa permitiría que esas autoridades lleven a cabo esa labor, pero
no en desmedro de las comunas y de las municipalidades, ni menos de los concejales. Señor Presidente, otro aspecto que, en
mi opinión, es importante abordar apunta a la forma de poder elegir el Consejo Regional. La Constitución dispone que los
consejeros deben ser elegidos por los concejales. Y, a mi entender, dicho sistema debe quedar sujeto a lo que estos últimos
determinen; vale decir, tiene que haber libertad para que los concejales elijan a quienes estiman conveniente de acuerdo con
las normas establecidas en la ley, y no que se contemple un proceso electoral que, en definitiva, permita una forma de elección
que contraviene directamente el espíritu de la regionalización. Seamos claros. Si se consagra un sistema electoral,
proporcional, con listas de partidos, quienes en el fondo elegirán a los Consejos Regionales serán las directivas centrales de
los partidos políticos; o sea, se revierte el proceso de regionalización que queremos acrecentar, respecto del cual todos
estamos conscientes y contestes en que es necesario llevarlo a cabo. Porque la directiva central de las colectividades políticas
sería la que determinaría las listas y la forma en que la elección se llevaría a cabo. Yo soy partidario de que en el sistema
electoral que habrá que convenir, ese procedimiento tendrá que ser lo más simple posible. Probablemente bastará una mera
inscripción de candidatos, con el objeto de permitir cierta normalización dentro de las actividades que deben llevarse a cabo en
el acto electoral propiamente tal. Deberá evitarse que sea elegida una persona que en definitiva no acepte el cargo. Puede
disponerse la inscripción de una nómina de candidatos, patrocinada por uno o dos concejales, con el propósito de que éstos
sean quienes escojan y que salgan elegidos los candidatos que obtengan las primeras mayorías correspondientes. Ese
sistema, a mi entender, permite que el concejal pueda resolver libremente y, además, que sea la propia Región quien elija su
gobierno, y no las directivas centrales de los partidos políticos. Cualquier otro procedimiento que signifique listas de
colectividades políticas a través de todo el país, lisa y llanamente revierte la regionalización que hoy día estamos tratando de
profundizar. En lo que dice relación con las asociaciones que podrían tener los gobiernos regionales con personas jurídicas o
naturales, conformando una nueva persona jurídica, estimo que ello debe ser estudiado con arreglo a lo dispuesto por el
artículo 104 de la Constitución Política, y autorizado por ley, pero no por una normativa general para todos los casos iguales,
sino por una ley que, en definitiva, considere las ventajas que pueda presentar un tipo de asociación de esa naturaleza en
cada caso. No podría concederse una autorización genérica, para cualquier clase de asociación y para todas las regiones. No
es ése el espíritu ni el sentido de la Constitución. Por otra parte, de aprobarse una norma de esa índole, estaríamos ante una
disposición extraordinariamente peligrosa, tanto para los intereses de la región como para los del propio Estado, ya que los
bienes que se comprometan en esas asociaciones se distraerían de otros objetivos, los que a mi entender son enteramente
prescindibles. En seguida, se crean personas jurídicas regidas por el Derecho Privado, según lo dispone la propia Carta
Fundamental. Vale decir, ninguna de las normas sobre las cuales estamos legislando se extendería a esas asociaciones. En
otras palabras, éstas se regirían, en materia laboral, por disposiciones absolutamente distintas de las aplicables a los
funcionarios del gobierno regional, quienes se someterán a las normas del sector público. Además, todo lo referente al control
quedaría entregado a lo que habitual y normalmente corresponde a ese tipo de asociaciones. Ahora bien, debemos entender
que la existencia de estas entidades es algo excepcional, que no es de la esencia del sistema regional. La esencia del sistema
regional, en efecto, la constituyen los órganos que la propia ley establece para el ejercicio de las atribuciones y facultades que
estamos otorgando, y para casos muy especiales podrán formarse asociaciones con determinadas personas jurídicas o
naturales, a fin de constituir una corporación sin fines de lucro. Pero para casos excepcionales. La regla general no puede ser
la de que para el cumplimiento de las funciones de regionalización necesariamente se tenga que constituir una corporación. De
otro modo, tendríamos que modificar diametralmente la filosofía y reglamentación que hoy estamos analizando al discutir en
general este proyecto de ley. En consecuencia, en esto vemos un extraordinario peligro en cuanto a que eventualmente
puedan comprometerse fondos regionales en desmedro de la propia región, así como los del Estado, porque en definitiva sería
éste el que tendría que entrar a suplir las deficiencias que tales asociaciones pudieran tener en materia financiera. Pero,
además, se crea un tipo de asociación que va más allá de lo que consagra la ley respecto de la organización y atribuciones
que deben tener los gobiernos regionales, porque no está sujeta a ninguna de las normas que está regulando en forma
minuciosa, detallada y muy completa. De tal forma que estamos dejando abierta la puerta para que finalmente toda esta
iniciativa sea letra muerta y no tenga ningún sentido. Entiendo que las asociaciones sólo pueden crearse para efectos
específicos y en casos muy excepcionales. Y en esos casos específicos y excepcionales creo que es competente y es de rigor
que sea el Congreso Nacional el que las apruebe mediante una ley, determinando si conviene o no conviene que este órgano
del gobierno regional se asocie con particulares, comprometa los recursos del Estado y quede libre de la reglamentación que
se consagra. Podrá decirse que lo anterior es engorroso. Efectivamente. Porque estamos en presencia de una situación
excepcional, que no se planteará todos los días. En forma extraordinaria se podrán convenir determinadas asociaciones. No
me cabe ninguna duda de que si la asociación es favorable y presenta ventajas para la región, el Parlamento la aprobará, por
cuanto éste se halla constituido en forma abrumadora por representantes de las regiones. De tal manera que aquello que las
beneficia no enfrentará inconvenientes. Por lo tanto, señor Presidente, en este aspecto tengo una posición distinta a la
sustentada por algunos señores Senadores en el sentido de permitir este tipo de asociación. Sin estar en contra, pienso que
en cada oportunidad debe ser el legislador -repito-, por el carácter excepcional que ella reviste, quien la estudie, la analice y la
apruebe, si lo estima adecuado. Hay otro punto que se ha destacado aquí -y que considero un avance importante-, que dice
relación con el otorgamiento de personalidad jurídica a las corporaciones y fundaciones, lo que hoy está sometido a un trámite
bastante largo y engorroso, básicamente centralizado en el Ministerio de Justicia. Ello se modifica en forma sustancial al
permitir que la gestión pertinente sea realizada en las regiones. Me parece que esto correspondió a una moción del señor
Presidente y que fue aprobada por unanimidad en la Comisión. En la Comisión de Constitución se halla un proyecto del
Honorable señor Díez sobre estas materias. Y hemos conversado acerca de la necesidad de dar un paso aún mayor en cuanto
a la concesión de personalidad jurídica, sobre la base de que las corporaciones y fundaciones no sólo se constituyan en las
regiones, sino que, además, puedan hacerlo mediante el depósito de los estatutos -en este caso sería ante el Gobernador
Provincial o el Intendente, según se determine-, y tengan personalidad jurídica por ése mero hecho, tal como ocurre con las
asociaciones gremiales, al efectuar la misma diligencia en el Ministerio de Economía, o con los sindicatos, al cumplirla en la
Inspección del Trabajo. Consideramos que avanzar en ese sentido facilitaría enormemente la tramitación a que están sujetos
hoy los clubes deportivos, por ejemplo, que para obtener personalidad jurídica en definitiva deben llegar hasta la firma en el
Ministerio de Justicia e incurrir en desembolsos extraordinariamente onerosos. Y se requiere incluso un informe del Consejo de
Defensa del Estado en cada situación, lo cual, a nuestro entender, por tratarse de materias no esenciales, resiente la actividad
de un organismo que es básico para el resguardo del interés fiscal. En la medida en que se perfeccione la posibilidad del mero
depósito para otorgar personalidad jurídica a las corporaciones y fundaciones y de que ello se efectúe en la región, creo que
se habrá avanzado en forma importante. Además, estimo que ello va en beneficio directo de miles de chilenos que están
permanentemente sufriendo al respecto la tramitación que el centralismo les ocasiona. A mi juicio, éstas son algunas de las
materias relevantes dentro del proceso de regionalización en que estamos empeñados y, en particular, dentro de este
proyecto. Finalmente, quiero llamar la atención en cuanto a que, conforme a lo dispuesto por la norma trigesimatercera
transitoria de la Constitución -aprobada en la última enmienda introducida a la Carta-, para los efectos de los gobiernos
regionales y la administración comunal se estableció que los miembros de los consejos regionales deben ser elegidos 15 días
después de instalados los consejos municipales. Como esto último sucederá a fines de septiembre, de acuerdo a lo
preceptuado por la Constitución, la elección aludida deberá celebrarse a mediados de octubre. Ahora bien, tal como aquí se ha
señalado por parte del señor Ministro Secretario General de Gobierno, los plazos son estrechos para tener aprobada la ley con
la antelación necesaria. Por lo tanto, prevengo acerca de lo difícil que será cumplir con la norma constitucional. Por otro lado,
consideramos que no tiene excusa ante el país ni presentación de ninguna especie la infracción del precepto citado. Señalo
esto con el objeto de que prestemos verdadera atención sobre los plazos que hace unos momentos estuvimos analizando
respecto a la presentación de observaciones. Si bien éstas son muy legítimas, median plazos perentorios establecidos en la
Carta Fundamental, y creo que sería extraordinariamente grave no cumplirlos en forma oportuna. Incluso, sobre el particular
inciden factores -como también se ha señalado aquí- que no dependen ni siquiera del Congreso, sino de un organismo
completamente independiente, como es el Tribunal Constitucional. Como es natural, señor Presidente, en lo relativo al proceso
de regionalización y la ley regional asimismo existen otros temas muy importantes, que podrían ser objeto de un análisis más
amplio. Sin embargo, estimo que los que he planteado son algunos de los aspectos esenciales. En definitiva, será la discusión
particular la que recogerá también otras ideas, producto de indicaciones presentadas por los señores Parlamentarios, que
permitirán avanzar en la materia. Muchos señores Senadores ya me han expresado que formularán importantes observaciones
a esta iniciativa, las que sin lugar a dudas contribuirán a mejorarla, tanto desde un punto de vista político como de técnica
jurídica. Por las consideraciones expuestas, votaré en favor de la idea de legislar. He dicho.
Legislatura 324, Sesión 15 de 06 de Agosto de 1992
Participación en proyecto de ley
PROCEDIMIENTO EN CONCURSOS PARA PROFESIONALES FUNCIONARIOS QUE SEÑALA LEY
N 15.076 - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, la norma en análisis ha permitido desarrollar un diálogo sobre un tema muy
importante relacionado con uno de los principios que orientan la Constitución Política de 1980, cual es el reconocimiento de la
libertad individual. En tal sentido, comparto plenamente lo señalado por el Senador señor Diez, en orden a que en esta materia
el principio general es la libertad. Ésa es la norma inspiradora de la referida Carta Fundamental y, por lo tanto, en todas sus
disposiciones la libertad de asociación es parte de este conjunto inspirador. No debe existir precepto alguno que, por vía
directa o indirecta, obligue a las personas a asociarse a una determinada organización. Sin embargo, la norma en análisis lo
hace indirectamente; y, además, violenta la libertad respecto de la igualdad de oportunidades y de la igualdad ante la ley, por
cuanto resulta obvio que la persona que, en uso legítimo de su libertad, ha optado por no pertenecer a una asociación, no
puede ser juzgada en un concurso por otras que han tomado una decisión completamente distinta. Por otra parte, creo que en
esta materia estamos en presencia de normas que desconocen por completo el sentido de las asociaciones gremiales, cuya
finalidad es la defensa de los intereses generales de todos aquellos que comparten una misma profesión. Nos encontramos
muy lejos ya de conceptos que tuvieron vigencia especialmente en la Edad Media, cuando se exigía pertenecer a un
determinado gremio para poder ejercer un oficio. El desarrollo del mundo contemporáneo los ha ido abandonando, pues ahora
no se requiere que para el ejercicio de una actividad deba obligarse a una persona a ser miembro de una asociación. Opino
que el punto que nos ocupa constituye una forma indirecta de inducir a que se ingrese a este tipo de entidades, porque, en
definitiva, ellas influirían en la resolución que recaiga sobre el resultado de los concursos. Pero es necesario considerar el caso
concreto que estamos viendo, independientemente del claro texto constitucional: el de que en un servicio público intervenga
una organización ajena, con la que no tiene ninguna relación, para pronunciarse acerca de cargos correspondientes a
funciones públicas. Es decir, éstas serían decididas por personas que no pertenecen a la Administración, lo cual rompe un
principio básico. Me pregunto por qué, cada vez que postulan trabajadores a un cargo en la Administración Pública, no están
representadas las organizaciones laborales. ¿Por qué se las margina de los concursos y, en cambio, en esta situación se
obliga a que participe un representante de las asociaciones gremiales? Creo que aquí hay una inconsecuencia absoluta. No
conozco ninguna norma en la Administración Pública que señale que para otro tipo de profesionales —abogados, veterinarios,
ingenieros agrónomos, civiles o comerciales— se requiera la presencia de un representante del colegio respectivo en la
calificación de los concursos. Y en este caso ello sí se dispondría, lo cual, además, nos permite concluir que estamos ante un
precepto que rompe la igualdad ante la ley. Porque, si fuera válida la tesis de que siempre debe intervenir un miembro de la
asociación gremial respectiva cuando se trate de concursos públicos, ¿cómo se concilia con aquellos en que participan otros
profesionales? ¿En qué queda la igualdad ante la ley? ¿Solamente rige para los miembros de una determinada asociación?
Esto demuestra la inconveniencia e inconsecuencia de una norma de esta naturaleza, que, a mi entender, responde a
conceptos que afortunadamente van quedando cada vez más aislados en el mundo moderno. Sorprende, pues, que se trate
de volver a una situación que creemos definitivamente superada. A nuestro juicio, las autoridades de los servicios de salud
tienen perfecta competencia y capacidad técnica para resolver un concurso, y no requieren la asesoría de otros organismos.
De otro modo, querría decir que habrían sido mal designadas. Insisto en que la disposición significa volver a situaciones
extraordinariamente regresivas para el concepto de libertad tanto personal como de asociación. Por estas razones, la votaré
negativamente, y, además, por considerar, compartiendo los criterios que se han señalado en este sentido, que contraviene las
normas constitucionales.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY DE ADMINISTRACIÓN DE EMPRESA DE FERROCARRILES DEL
ESTADO. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Con mi voto por el rechazo, señor Presidente. Quiero dejar constancia de que —fuera de las
razones dadas por la Senadora señora Feliú— este proyecto no cautela adecuadamente los intereses fiscales. Y está
comprometida una cuantiosa cantidad de ellos que queda al margen de un adecuado control, por ejemplo, de la Contraloría
General de la República. Por las razones expuestas, me opongo a su aprobación.
Legislatura 324, Sesión 17 de 13 de Agosto de 1992
Debate en sala
HOMENAJE A GRAN LOGIA DE LA ORDEN MASÓNICA DE CHILE - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, tal como lo señalo en el informe de la Comisión de Constitución, no soy partidario
de una norma de esta naturaleza, por las razones de orden constitucional que no es del caso repetir, y que han sido
ampliamente debatidas en la Sala. No obstante, considero importante tener presente el siguiente concepto: si deseamos que
las universidades cuenten con mayor financiamiento para cumplir los importantes fines que les son propios, la asociación con
privados no es el camino adecuado, sino el de la vía presupuestaria directa. Las actividades empresariales implican
inevitablemente la posibilidad de pérdidas económicas, y como parte de los recursos de las universidades serán destinados a
esa área, estarán expuestas a los riesgos consiguientes. Si éstos se tradujeran en pérdidas, querría decir que mediante el
sistema propuesto estaríamos disminuyendo el presupuesto universitario. No debemos olvidar que cada vez que tal gestión
empresarial resulte deficitaria, se malgastarían fondos fiscales, pero, sobre todo, se limitaría el desarrollo de la respectiva
institución de educación superior. Señor Presidente, soy partidario de contribuir al financiamiento de las universidades, en
especial de las regionales, que tienen importantes necesidades de recursos —desde ya comprometo mi voto a cualquier
iniciativa del Ejecutivo que las beneficie en ese sentido—, pero no apruebo que se expongan a aventuras que conllevan la
posibilidad de ganancias o pérdidas, que es de la esencia de toda actividad empresarial. Por tales razones, y por estimar que
se atenta gravemente contra el presupuesto de las universidades, voto que no.
Legislatura 324, Sesión 20 de 20 de Agosto de 1992
Participación en proyecto de ley
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, tenemos que fijar un procedimiento para tratar las enmiendas que se rechazaron
pero cuyo texto se acogió posteriormente; es decir, hubo simples cambios de ubicación de los preceptos, derivados, muchos
de ellos, del ejercicio de la facultad que se entregó a la Mesa de las Comisiones unidas para introducir adecuaciones formales.
En el presente caso, por unanimidad aprobaron la idea de conceder al intendente la atribución de dar personalidad jurídica a
corporaciones y fundaciones. No se trata de un rechazo, sino de un mero cambio de letras. La voluntad clara e inequívoca de
las Comisiones unidas fue la de otorgar esa facultad. Reitero: es necesario buscar un procedimiento que facilite en algún grado
el despacho del proyecto; de lo contrario, tropezaremos con dificultades de esta naturaleza a cada instante.
Participación en proyecto de ley
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 2
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, además de lo expresado aquí respecto del contenido de la primera parte de la letra
b), sobre fijación de prioridades, quiero señalar que se trata de facultades que los gobiernos regionales poseen y que, de todas
maneras, pueden ejercer, merced a la aplicación de numerosas otras facultades de que disponen. Sin embargo, lo dispuesto
en la segunda parte de esta letra resulta especialmente peligroso, porque debemos considerar que si se les otorga la
atribución de establecer prioridades, ésta la podrán ejercer asociados con personas naturales o jurídicas. Es decir, el gobierno
regional, a través de un organismo privado, como lo son las asociaciones que formaría con aquéllas, podría ejercitar la
potestad que se le otorga. Y, de esta forma, se marginaría de la aplicación de la ley, porque dichas personas naturales o
jurídicas no están afectas al cumplimiento de normas tan severamente restrictivas y tan minuciosamente detalladas que se
establecen respecto del gobierno regional. O sea, que cualquier tipo de limitación que se disponga, no tendría efecto alguno de
asociarse con el sector privado. Considero extraordinariamente inconveniente delegar potestades públicas en personas
jurídicas de Derecho Privado, como lo serían tales organizaciones. Ahora bien, para corroborar lo anterior, el propio artículo
dispone que cuando esas asociaciones deseen dedicarse a actividades empresariales, requerirán de una ley especial que las
autorice. De modo que, en una u otra forma, se están delegando potestades públicas en entidades no sometidas al control
dispuesto en las normas contenidas en este proyecto de ley. Estimo extraordinariamente grave esta situación. Cuanto más
importante sea la primera parte de la letra b), tanto más grave resulta su parte final, porque si bien es conveniente otorgar la
facultad al gobierno regional, en ningún caso lo es concederla a organizaciones privadas o particulares. Por esa razón, señor
Presidente, soy partidario de suprimir la letra b), porque, al hacerlo, no impediremos a los gobiernos regionales la posibilidad
de llevar a cabo sus importantes funciones. En cambio —repito—, si les otorgamos esa atribución, podrán contar con ella entes
privados no sometidos ni a estas disposiciones ni a fiscalización alguna, sino a las leyes que rigen el Derecho Privado. De
manera que estaríamos entregando —insisto— una potestad pública a un ente privado.
Participación en proyecto de ley
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 3
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, voy a fundar brevemente mi voto. La facultad contemplada en la letra f) del artículo
19 está dentro de las materias de desarrollo social y cultural que puede llevar a cabo el gobierno regional y, dentro de ellas, la
que dice relación a "velar por la protección y el desarrollo de los pueblos indígenas". Es obvio que eso está comprendido en las
letras anteriores, como sucede por lo demás con numerosas normas del proyecto, que repiten —a mi entender,
innecesariamente— distintitas facultades que, en definitiva, dicen lo mismo. A modo de ejemplo, la letra a) del mismo artículo
19 señala que pueden "Establecer prioridades regionales para la erradicación de la pobreza, haciéndolas compatibles con las
políticas nacionales sobre la materia". La letra b) habla de "Participar, en coordinación con las autoridades competentes, en
acciones destinadas a facilitar el acceso de la población de escasos recursos o que viva en lugares aislados, a beneficios y
programas en el ámbito de la salud, educación y cultura, vivienda, seguridad social, deportes y recreación y asistencia judicial",
etcétera. Y podría continuar dando lectura a las normas del artículo 19. ¿En qué consiste la protección y el desarrollo de los
pueblos indígenas que no puedan llevarse a cabo conforme a las facultades otorgadas en las demás letras del artículo 19? A
mi entender, carece de sentido dar la contenida en la letra f). a no ser que se quiera remarcar una diferencia, la cual,
obviamente, resulta odiosa y contradictoria con la igualdad ante la ley que la Constitución consagra. Por esa razón, voto por la
supresión de la norma, para asegurar la igualdad a todos los habitantes de esta República.
Participación en proyecto de ley
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 4
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, tal vez una manera de solucionar el problema sería dividir la votación. En primer
término cabe pronunciarse sobre la norma excluyendo la frase que motivó la indicación, y, después, votar respecto de esa
frase, con lo cual quedaría superado el inconveniente.
Participación en proyecto de ley
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 5
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, pido división de la votación, a fin de que nos pronunciemos en primer término sobre
la parte que finaliza en la palabra "región".
Participación en proyecto de ley
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 6
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, estoy pareado con el Senador señor Palza. Sin embargo, quisiera manifestar que
participo plenamente de la proposición del Honorable señor Ruiz en el sentido de que es necesario considerar el factor
distancia para las regiones extremas. Como el Honorable señor Páez me levanta el pareo, voto que no.
Legislatura 324, Sesión 22 de 03 de Septiembre de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE NORMAS PREVISIONALES DE PROCEDIMIENTOS EN JUICIOS QUE INDICA 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, creo que, desde el punto de vista jurídico, no resulta aceptable considerar que a
partir de la notificación de la demanda surja un derecho, porque aquí no estamos en presencia de aquellos casos en que la ley
establece el nacimiento de ciertos derechos, por ejemplo, respecto de la mora, donde la posibilidad de cobrar determinados
intereses surge como consecuencia de la notificación de la demanda, al igual que en otras situaciones. Pero no se trata del
derecho en esencia. En el asunto que nos ocupa la persona tiene y ha adquirido el derecho a determinado beneficio, pero la
ley la privará de él respecto del período en que no demandó. Y lo que hará la sentencia judicial será declarar que ella siempre
ha tenido el derecho, vale decir, existe desde que concurrieron los requisitos para que pudiera impetrar ese beneficio. Por lo
tanto, la sentencia en este caso es meramente declarativa, y no constitutiva de un derecho: declara que la persona cumple con
los requisitos necesarios para solicitar dicho beneficio. De manera que la norma me parece altamente inconveniente. Si bien
podrían comprenderse las razones que justificaran su inclusión, en favor del ordenamiento fiscal, creo que ella vulnera otros
principios que son más caros para el derecho que esa pretensión. Y, por consiguiente, cabría entender que se puede
demandar incluso por un período anterior.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE NORMAS PREVISIONALES DE PROCEDIMIENTOS EN JUICIOS QUE INDICA 2
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, encuentro razonable el precepto, y por eso lo aprobaré. Sin embargo, deseo hacer
presente que, cuando por la vía legal se trata de solucionar un problema, pueden también surgir, en Derecho, formas de eludir
la ley. Aquí se pretende evitar que la multiplicidad de demandantes impida una adecuada defensa de los intereses del Estado
—lo cual considero acertado—, pero, en el hecho, esta norma igualmente podría ser burlada porque para los efectos de evitar
el aumento de plazo, esa pluralidad de demandantes podría transformarse en singularidad, y los mil que pensaban o
proyectaban actuar en conjunto, probablemente entablen mil demandas individuales, con lo cual no se aplicaría esta norma y
subsistiría la misma dificultad. Por consiguiente, no obstante estimar adecuada y justa la disposición, creo que, de todas
maneras, mediante demandas individuales, podría eludirse en perjuicio de los intereses del Estado. Voto que sí.
Legislatura 324, Sesión 26 de 16 de Septiembre de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, participo de la opinión de la Senadora señora Soto, en el sentido de que, antes de
entrar al estudio y, por ende, a la eventual aprobación de una iniciativa de esta naturaleza, ésta debe ir a la Comisión de
Constitución, Legislación y Justicia. Ello, porque contiene importantes y graves temas constitucionales y legales que requieren
examen. Por otra parte, creo que en el proyecto se han agregado algunos tipos de delitos de extraordinaria importancia, cuya
interpretación o conocimiento pueden determinar que ciertos hechos delictuales queden sin sanción. Pensamos que por su
extraordinaria trascendencia, un tema de esta naturaleza amerita -como lo ha señalado la Honorable señora Soto- su
conocimiento por la Comisión especializada, con el objeto de que la legislación que tenga vigencia en el país guarde entre sus
elementos la debida correspondencia y armonía. No se trata de que en cualquier ley se estén creando tipos penales,
procedimientos y sanciones (incluso el proyecto contiene sanciones de ley penal en blanco, expresamente prohibidas por la
Constitución). Opino que en el texto en proyecto hay materias demasiado delicadas como para tratarlas con la velocidad que
se pretende en este instante, en circunstancias de que, además, estamos en presencia de un informe que todos hemos
recibido recién en el día de hoy. Por consiguiente, la materia en cuestión debe ser considerada con la responsabilidad que
exige un tema tan importante, y por ningún motivo puede tratarse en general sin ese informe, ni menos darse por aprobada.
Además, en lo relativo a este punto, quiero puntualizar que no existe acuerdo de Comités que por unanimidad pueda
determinar que el proyecto deba aprobarse. Jamás. No es posible acordar por Comités que una iniciativa sea aprobada; sólo
puede serlo por la Sala. De manera que pienso que ése es un error grave en el que se está incurriendo, y no puedo aceptar
que un proyecto quede aprobado en Comités y no en el Hemiciclo. Es éste el que debe conocerlo, y determinar la forma en
que se seguirá su tramitación. Por tales razones, adhiero a la petición de la Senadora señora Soto en el sentido de que pase a
la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia para que allí se analicen los graves problemas constitucionales envueltos.
Por citar uno, señalo que se está discriminando entre chilenos y extranjeros respecto, no sólo del dominio o de la propiedad de
los medios de radiodifusión, sino de la posibilidad de ser administradores o gerentes de una empresa del rubro. Es decir,
estaríamos introduciendo normas extraordinariamente peligrosas, discriminatorias e inconstitucionales. Reitero mi pedido de
que el proyecto se envíe a la Comisión mencionada.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 2
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El señor FERNÁNDEZ.- Deseo aclarar al señor Senador que la circunstancia de que las normas figuren en otra ley no significa
que el error que se cometió con ocasión de aprobarla tenga que repetirse ahora. Por otra parte, me parece que la creación de
delitos y el establecimiento y tipificación de ellos es un tema que compete a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia,
por cuanto ésta es la que debe tratar de mantener la unidad, la uniformidad de criterios que debe existir respecto de toda la
legislación. Y no se trata de que en cualquier ley particular se introduzcan y se creen nuevos delitos, porque ello iría rompiendo
toda la unidad de nuestro sistema legal. Creo que uno de los grandes avances de la legislación es la codificación; es uno de
los grandes progresos del Derecho: que los delitos estén contemplados en el Código Penal y no en leyes especiales. Por la vía
de establecer en cada ley un delito especial, desintegraremos todo el ordenamiento jurídico. Muchas gracias, señor Senador.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 3
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, deseo precisar algunos aspectos reglamentarios, por la especial trascendencia que
tienen, no sólo para esta oportunidad, sino también para el futuro. Los Comités, por unanimidad, sólo en casos calificados
pueden "suspender la aplicación de una disposición reglamentaria, para un asunto concreto, de lo que se dejará expresa
constancia en el acta.". Es decir, hay que dejar constancia en el acta de la norma reglamentaria cuya aplicación se suspende,
porque de otra manera se priva a los Senadores de legítimos derechos establecidos en el Reglamento. Por otra parte, a mi
entender, ni aun la unanimidad de los Comités puede determinar que se prive a los Senadores de conocer una materia y se los
obligue a votarla sin siquiera haber tenido la posibilidad de leer el informe, como ocurre hoy día, salvo a los miembros de la
Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, quienes están al tanto de su contenido. No ha existido ninguna posibilidad
física de conocer en plenitud el informe respectivo, y, como aquí mismo se ha señalado, hubo grandes problemas
constitucionales que fueron resueltos por determinados expertos. Quisiéramos saber si están bien solucionados, cómo lo
hicieron y qué fundamentos dieron esos constitucionalistas. Porque no disponemos de la información pertinente. Por ende,
considero que es absolutamente indispensable que el proyecto pase a la Comisión de Constitución. Pero, además, deseo
reiterar que ni aun por unanimidad los Comités pueden privar a los Senadores del derecho a tomar conocimiento de
determinadas materias, ni tampoco suspender la aplicación de una norma reglamentaria sin que expresamente acuerden
hacerlo y sin dejar constancia de ello en el acta. He dicho.
Legislatura 325, Sesión 2 de 08 de Octubre de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, me interesa participar en este debate para precisar algunos aspectos que dicen
relación con los derechos de las personas, que podrían verse afectados con un proyecto de ley como el que estamos
analizando. En primer lugar, me referiré a la situación de quienes tienen una concesión. Y en esto quiero ser muy claro: a mi
entender, el proyecto no puede afectar los derechos de las personas, de tal suerte que si alguien tiene hoy una concesión por
plazo ilimitado, no es posible establecerle límites, por cuanto, de una u otra forma, estaríamos vulnerando esencialmente tales
derechos. Por otra parte, tampoco procede exigir a los actuales concesionarios el cumplimiento de normas que sí pueden
exigirse a los futuros concesionarios, como, por ejemplo, el que se transformen en personas jurídicas. Desde un punto de vista
metafísico, es imposible que una persona natural se transforme en persona jurídica. Lo que se podría establecer hacia el futuro
es que las concesiones se otorguen sólo a las personas jurídicas, pero no cabe obligar a los actuales concesionarios a
transformarse en tales, por cuanto ya adquirieron una concesión de acuerdo con su derecho. Quiero que estos aspectos
queden muy claros, para que no exista ninguna duda respecto de situaciones que pueden presentarse más adelante. Sé que
algunos miembros de la Comisión entienden que ése es el sentido del proyecto, pero me interesa dejar constancia de que las
concesiones ya otorgadas no serán afectadas en cuanto al derecho de las personas, sea en lo referente a duración, a
caducidad, a extensión o a cualquier otra materia. Al respecto, ya he hecho llegar a la Mesa una indicación —a fin de evitar
cualquier duda de interpretación de estas normas— que establece, precisamente, que tales concesiones continuarán
rigiéndose —en relación a su duración, caducidad, extensión y cualquier otra materia que afecte al derecho en su esencia—
por la ley vigente en el momento de su otorgamiento. Eso es cuanto quería decir en lo relativo a las concesiones. Ahora bien,
en lo que dice relación a los delitos que se tipifican en la ley en proyecto, he presentado una indicación para precisar que no
quedan impunes los hechos ocurridos bajo la vigencia de la actual ley. Ello, porque si no establecemos una norma expresa
que señale que los delitos cometidos bajo el imperio de la antigua ley continúan rigiéndose por ella, podría estimarse que han
de pasar a regirse por la nueva, especialmente si ésta es diferente, con lo cual puede producirse la misma situación que se
presentó hace un tiempo en relación con unos procesos que, como todos saben, concernían al Banco Central. En ese caso, la
misma norma antigua se trasladó, sin modificar su esencia; pero, en definitiva, al aplicarse el beneficio que más favorece al
reo, se aplicó la nueva legislación. Por eso, el texto de la indicación formulada establece que los procesos judiciales que estén
en conocimiento de los tribunales de justicia a la fecha de entrada en vigencia de la ley en proyecto y que hubieren sido
incoados conforme a lo dispuesto en la letra b) del artículo 36, seguirán rigiéndose por dicha disposición legal, y no por la
nueva. Ello, a fin de evitar la interpretación de que esta nueva ley constituye una situación distinta, y que, por lo tanto, los
hechos cometidos bajo el imperio del artículo 36 anterior podrían quedar sin sanción. Esas son las observaciones generales
que deseaba hacer en este debate. En el entendido de que no se afectan las concesiones ya otorgadas y de que se mantienen
los hechos delictivos bajo el imperio de la ley actualmente vigente, voy a prestar mi aprobación en general al presente
proyecto. Gracias.
Legislatura 325, Sesión 3 de 13 de Octubre de 1992
Participación en proyecto de ley
NORMAS SOBRE CORPORACIONES Y FUNDACIONES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, el proyecto que estamos analizando en general —y me correspondió también
firmar, conjuntamente con los demás miembros de la Comisión de Constitución, la indicación que propone el texto sustitutivo
de la moción— es una importante iniciativa legal, y va a facilitar enormemente el ejercicio de un derecho que está consagrado
en la Constitución, cual es el de asociación. La Carta de 1980 ha sido extraordinariamente respetuosa con este derecho. Ve en
él un vehículo del desarrollo tanto económico cuanto social, y, en consecuencia, lo ampara, protege y fomenta. Es más: incluso
con anterioridad a la dictación de ese texto fundamental, durante el Gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden, se avanzó
en esta materia al permitir que los sindicatos se constituyeran en una forma muy similar a la que estamos determinando en el
día de hoy. No debemos olvidar que antes de esa fecha dichas entidades estaban sometidas a una tramitación distinta;
requerían de autorizaciones que hacían engorroso el ejercicio de este derecho de los trabajadores. En esa época se hizo un
avance importantísimo en el derecho de asociación, al permitirse que los trabajadores constituyeran sindicatos mediante el
mero depósito de los estatutos de los mismos. Más adelante, se avanzó al establecer un sistema similar para las asociaciones
gremiales, un gran número de las cuales constituye hoy uno de los cuerpos intermedios de mayor importancia de nuestra
sociedad. Ahora estamos legislando de modo semejante en relación a otro grupo de asociaciones —y no sólo corresponden a
clubes deportivos, sino, también, a entidades sociales, culturales, científicas y de toda índole—, que se regía en cuanto a su
constitución por las normas contempladas en el Código Civil y su reglamento. El presente proyecto facilita enormemente la
concesión y la obtención del derecho de la personalidad jurídica. En ese sentido, constituye un avance importante. Es,
además, un avance en la dirección de ir facilitando los trámites de constitución de sociedades que permitan la asociación de
personas, no sólo con fines de lucro, sino, también, con otros propósitos. Pero creo que estamos en determinada etapa dentro
del desarrollo del derecho de asociación en nuestra sociedad, y que debemos dar, incluso, otro paso, que es mucho más
importante que el que estamos dando en este momento, a saber, el permitir que las asociaciones se formen por la mera
voluntad de los asociados, sin que se requiera ni siquiera el depósito de los estatutos ante autoridad alguna. Ello, por cuanto a
nuestro juicio el derecho de asociación y la personalidad jurídica que emana del mismo no tienen que estar sujetos a ninguna
otra formalidad que no derive de las características de publicidad y de solemnidad que debe darse a la voluntad de las
personas que concurren en su constitución. Cabe recordar que si dos personas desean constituir una sociedad, sea civil o
comercial, limitada, anónima o, aun, colectiva, basta su mera voluntad para poder constituirla, y que, cumplidas las
solemnidades que la ley establece —cuales son, escritura pública, publicación en el Diario Oficial e inscripción en el Registro
de Comercio—, dicha sociedad pasa a ser una persona jurídica distinta de aquellas que la constituyeron, y tiene lo que se
llama "personalidad jurídica". Creemos, repito, que más adelante debemos dar otro paso —naturalmente, para ello es preciso
dar el actual— y llegar, incluso, a que la mera voluntad de los asociados, constituidos de acuerdo con las solemnidades que la
ley establezca, sea suficiente para alcanzar la personalidad jurídica, tal como ocurre con las sociedades comerciales y civiles.
A este respecto, el cumplimiento de determinadas formalidades y la intervención de ciertas autoridades estuvieron marcadas
en el pasado por una preocupación especial que tenían tales autoridades y el legislador en el sentido de que no se vulnerara el
ejercicio de determinados derechos que correspondían privativamente a otras instituciones; por ejemplo, que por el camino de
la personalidad jurídica no pudieren burlarse la legislación sindical o la legislación tributaria. Actualmente, creemos que esos
aspectos están ya superados, y están dadas las condiciones para que, una vez que entre en aplicación este cuerpo legal,
podamos dar el paso siguiente, cual es, incluso, eximir a estas organizaciones del depósito ante determinada autoridad,
porque no estimamos necesaria la intervención de ésta para otorgar la personalidad jurídica a esas asociaciones, como
tampoco lo es para los efectos de concederla a las sociedades civiles y comerciales. Por esa razón, a mi juicio, estamos frente
a un proyecto de gran importancia, que refuerza, fomenta y permite que se desarrolle con mayor vigor y relevancia el derecho
de asociación consagrado en nuestra Constitución. Por ello, habiendo sido uno de los Senadores que suscribió la iniciativa, y
como miembro integrante de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, votaré a favor de su aprobación
en general. He dicho.
Legislatura 325, Sesión 5 de 20 de Octubre de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA DEL CONSEJO DE DEFENSA DEL ESTADO Y DE PLANTAS
DE SU PERSONAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, votaré a favor de la indicación por estimar que el manejo de los fondos públicos
debe hacerse por la autoridad que constitucionalmente corresponde, es decir, el Ministerio de Hacienda, que debe distribuir los
recursos del Estado conforme a las necesidades de los organismos de la Administración. Y no es conveniente destinar
ingresos que pueden ser eventuales: insuficientes en un momento determinado o innecesarios en otras circunstancias. Estimo
que, justamente, una de las grandes misiones del Estado es coordinar los distintos factores que intervienen en un proceso de
esta naturaleza y proporcionar fondos al servicio que más lo requiera en un momento determinado. Aquí puede darse
perfectamente el caso de que, en un año presupuestario, el financiamiento del Consejo de Defensa del Estado sea insuficiente
para cubrir sus necesidades, y en otro, lo exceda. Por otra parte, creemos que es la autoridad que maneja los recursos
públicos la que debe determinar año a año cuáles son las prioridades del país. Fijar con anticipación dichas prioridades es una
norma de mala administración presupuestaria y fiscal. Voto que sí.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA DEL CONSEJO DE DEFENSA DEL ESTADO Y DE PLANTAS
DE SU PERSONAL - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, no deseo dejar pasar algunas observaciones que se han hecho con relación a las
normas condicionales. En derecho, se pueden establecer disposiciones sujetas a plazo y a condición. Esta puede ser tanto
suspensiva como resolutoria, y aquél, suspensivo o extintivo. Y si revisamos nuestro ordenamiento jurídico vamos a encontrar
numerosos casos en que la ley se pone en situaciones condicionales. Baste mencionar las normas relativas a catástrofes y
emergencias, que son, por esencia, de esta índole, por cuanto dependen de un acontecimiento futuro e incierto. Creo que el
precepto en debate tiene algún sentido, por cuanto, en el evento de que se dictara una ley para crear el ministerio público y no
se dijera nada respecto de qué ocurre con esta facultad del Consejo de Defensa del Estado, podría producirse un problema de
interpretación jurídica, y no saberse si se mantiene la facultad concedida al Consejo, o si debe entenderse derogada tácita u
orgánicamente al surgir el nuevo texto legal. Una indicación de esta naturaleza permite, precisamente, zanjar esa dificultad,
pues deja en claro que al dictarse la normativa sobre el ministerio público queda modificada la ley relativa al Consejo. En
consecuencia, estimamos conveniente aprobar la indicación renovada.
Legislatura 325, Sesión 9 de 10 de Noviembre de 1992
Participación en proyecto de ley
FONDOS PARA INSTALACIÓN DE SISTEMAS DE RECEPCIÓN SATELITAL TELEVISIVA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, hemos asistido a un interesante debate acerca de diversos problemas
constitucionales y legales que dicen relación a un proyecto que favorece a zonas extremas y a ciertas localidades ubicadas en
diversas Regiones del país. Lo cierto es que en ellas existe un problema concreto: no reciben transmisiones de televisión
chilenas por las razones que aquí se han dado. Estas podrán ajustarse o no a la ley, o ser constitucionales o no; pero el hecho
es que el poblador, la persona que vive en esos apartados lugares del territorio, no tiene la posibilidad de ver nuestros
programas de televisión. Esto significa -conozco muy de cerca la situación- que esos compatriotas no tienen otra alternativa
que vincularse, de una u otra manera, con fuentes de emisión extranjera. Y es corriente que en esas zonas se observe una
notable influencia foránea, que, a mi entender, afecta en forma importante y grave la soberanía del país. Como una manera de
cautelar nuestra soberanía y la integridad nacional, y sin perjuicio de pensar que en el futuro sería conveniente establecer otra
forma de hacer llegar las transmisiones de televisión a los lugares apartados de Chile, voto que sí.
Legislatura 325, Sesión 12 de 19 de Noviembre de 1992
Participación en proyecto de ley
PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1993 - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, esta indicación es absolutamente congruente con las normas sobre
municipalidades y regionalización que ha aprobado el Congreso Nacional en los últimos tiempos. Se da el caso de que, en
muchas oportunidades, los proyectos que financia el FOSIS, como se deciden y aplican centralizadamente desde Santiago,
vienen a ser conocidos por los municipios virtualmente de parte de terceros. La disposición que propongo, precisamente, tiene
por objeto hacer efectiva la mayor participación que hemos concedido a las comunas y Regiones, exigiendo que los proyectos
que digan relación con una comuna sean aprobados por los organismos a que se hace referencia. Esta norma tiene una lógica
y, por lo tanto, evitaría que una centralización como la que existe a través del Fondo impida a los municipios cumplir con su
función, por lo que creo conveniente acogerla. Su rechazo significaría, dicho en palabras simples, que todo queda en manos
del Ministerio central. He dicho.
Participación en proyecto de ley
PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1993 - 2
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, tal como se ha señalado, se trata de una indicación que no ha sido conocida por la
Comisión, y que, por las razones que ha dado la Senadora señora Feliú, se ajusta a las normas legales y constitucionales.
Pero, además, creo que es fiel a la voluntad -reiteradamente manifestada en esta Corporación- de dar participación a las
comunas y Regiones. Si no aprobamos una norma de esta naturaleza, un organismo central determinará el destino de los
fondos que van a ir a las comunas, sin siquiera el conocimiento de ellas -en caso de tenerlo, será en forma extraoficial-, en
circunstancias de que hemos pretendido darles el máximo de conocimiento y participación en todos los asuntos que les
conciernen. En mi concepto, sería una inconsecuencia con todas las disposiciones sobre regionalización y municipalidades
que hemos debatido y aprobado con tanto interés y entusiasmo, el que, en definitiva, cuando llegue el momento de distribuir
los fondos, ello se haga en Santiago.
Participación en proyecto de ley
PRESUPUESTOS DEL SECTOR PÚBLICO PARA 1993 - 3
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El señor FERNÁNDEZ.- El problema podría solucionarse en forma muy simple si el Ejecutivo patrocinara esta indicación, con
lo cual creo que quedaría demostrada claramente la voluntad de dar a las comunas la posibilidad de conocer los proyectos que
las van a beneficiar. De tal suerte que, si existe acuerdo en torno a ello, todo se reduce a de quién es la iniciativa. Señalo esto
porque me parece que el fondo del asunto no es objeto de controversia.
Legislatura 325, Sesión 14 de 26 de Noviembre de 1992
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY N 19.175, SOBRE GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN REGIONAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional establece que cada una de
las normas debe ser aprobada con el mismo quórum de la votación general. De manera que, lamentablemente, en el caso
anterior no se reunió el quórum constitucional requerido.
Legislatura 325, Sesión 16 de 10 de Diciembre de 1992
Participación en proyecto de ley
SANCIÓN A MIEMBROS, COLABORADORES Y PROPAGANDISTAS DE GRUPOS TERRORISTAS
-1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, son múltiples las formas en que se puede combatir el terrorismo, y, obviamente,
una de ellas es la legal, fuera de la cultural y de la educacional, y de terminar con las condiciones sociales y económicas que
puedan hacer viable el hecho de que un grupo terrorista tenga éxito. Ciertamente, las disposiciones legales no resultan
suficientes ni son las únicas que permiten combatir ese mal. Si así fuera, creo que la solución del problema sería muy simple:
bastaría con legislar y dictar normas, para lo cual este Congreso debería destinar día y noche. Sin embargo, pienso que los
preceptos legales, como siempre, permiten ir encauzando determinadas conductas. Y el proyecto en debate —estoy cierto de
que, en definitiva, no terminará con el terrorismo— es un elemento más que contribuirá a erradicar ese flagelo de nuestro país.
¿Por qué razón? Porque el terrorismo es la máxima expresión de la violación de los derechos humanos, como se consigna en
el artículo 9 de la Constitución Política. La iniciativa en análisis debe ser bien entendida: tiene por objeto evitar la propaganda
de ese mal; la que se efectúa en lugares públicos, y no en sitios privados. O sea, la difusión del terrorismo, consistente en
hacer presente a aquellos que observan tales hechos las bondades de éste, en invitarlos a adherir a él y también a seguir sus
procedimientos. Esa es la propaganda. Vale decir, invitar a quienes ella va dirigida a integrarse al terrorismo, a formar parte de
esa asociación, o, en definitiva, a que a través de la difusión sientan simpatía por el movimiento. Por lo tanto, es
extraordinariamente grave —además, es una de las cosas que repugna a la conciencia— permitir la realización de propaganda
para que esos grupos, finalmente, logren tener éxito en la ejecución de los repudiables delitos que nuestra legislación califica
como terroristas. Y el objetivo de este proyecto es impedir tales conductas. En el inciso segundo del artículo único de la
iniciativa se establecen presunciones, es decir, casos en los que se facilita la prueba, y éste es el sentido de ellas. Al respecto,
y en relación a lo señalado por el Senador señor Díaz en cuanto a que podrían emplearse otros instrumentos, cabe aclarar que
la ley también lo permite. Pero en ese caso no se presume. Naturalmente, si se prueba y acredita el hecho, es posible castigar
el uso de otras armas, distintas de las de fuego. La disposición del inciso segundo se refiere a la exhibición de armas de fuego
en lugares públicos, lo cual permite facilitar la prueba del delito; pero no excluye, en caso de que la propaganda se realice por
otros medios que se acrediten debidamente en el proceso, que la acción pueda ser sancionada con esa norma. Ahora bien, en
cuanto a la observación formulada recientemente, en el sentido de que la normativa perjudica a los jóvenes, porque éstos a los
16 ó 17 años tienen un espíritu romántico que podría invitarlos a adherir a esos actos, debemos tener presente que, conforme
lo preceptúan las normas vigentes, la responsabilidad penal comienza a los 18 años. De manera que antes de esa edad el
muchacho no estaría sujeto a tal responsabilidad, a menos que el juez de la causa determinara que ha obrado con
discernimiento. Por lo tanto, también existe un resguardo en este caso. Así que la iniciativa, al igual como todas las leyes
penales, no va dirigida a los menores de 18 años, sino a quienes están por sobre esa edad y hacen propaganda terrorista. Ese
es el sentido del proyecto de ley. Y estamos conscientes de que es un elemento más para contribuir al combate en el que
todos nos encontramos empeñados. Porque permitir que las personas hagan propaganda e inviten a adherir o participar en
movimientos terroristas, o aplaudir esos actos, en definitiva constituye un hecho extraordinariamente grave, y la ley,
naturalmente, debe sancionarlo con las normas que establece la iniciativa en comento. He dicho.
Participación en proyecto de ley
SANCIÓN A MIEMBROS, COLABORADORES Y PROPAGANDISTAS DE GRUPOS TERRORISTAS
-2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, sólo deseo rectificar algunos planteamientos que se han hecho. El delito
sancionado en la Ley de Seguridad del Estado, de apología de la violencia, no es igual al que se establece en este proyecto.
Aquél es completamente distinto, está tipificado en forma diferente, con sanciones diversas y con un procedimiento y un titular
de la acción opuestos. En el primer caso se contemplan penas extraordinariamente severas, muy diferentes de las que
propone el proyecto en discusión. Quiero destacar que la conducta tipificada en esta iniciativa es la "propaganda del
terrorismo", no la exhibición de armas, que es una forma mediante la cual se hace propaganda del terrorismo, pero no es la
conducta descrita en el proyecto. Ahora bien, un señor Senador se refirió a los casos en que esas conductas han quedado
impunes. Son numerosos. Basta con leer la prensa; en los cementerios, cuando se realizan determinados funerales,
normalmente se efectúan actos de propaganda a determinados grupos y organizaciones terroristas. Eso ocurre con bastante
frecuencia.
Participación en proyecto de ley
SANCIÓN A MIEMBROS, COLABORADORES Y PROPAGANDISTAS DE GRUPOS TERRORISTAS
-3
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El señor FERNÁNDEZ.— Lo que pasa, señor Presidente, es que el delito no es portar armas, sino hacer propaganda al
terrorismo. Y a eso me estaba refiriendo. El delito, tal como señala el inciso primero del artículo único del proyecto, es realizar
"actos de propaganda del terrorismo o de grupos u organizaciones terroristas". Y el inciso segundo del mismo precepto
contiene una presunción, esto es, se presume que incurren en tal infracción los que exhiban en lugares públicos armas de
fuego. Ya dije que con ello se facilita la prueba, pero la propaganda del terrorismo no se ejercita ni se lleva a cabo solamente
mediante el uso de armas, sino en cualquier forma. Y eso no está sancionado en nuestra legislación; en ella sólo se castigan
los delitos en contra de la Seguridad Interior del Estado, cuya acción corresponde ejercer, exclusivamente, al Ministro del
Interior. De tal manera que, si ha habido casos en que se haya exhibido armas, vulnerándose las normas de la Ley de
Seguridad del Estado, no me encuentro en situación de responder por qué no se han iniciado los requerimientos
correspondientes conforme al citado cuerpo legal. Pero repito: no es necesaria la exhibición de armas para que se cometa el
delito tipificado en el inciso primero del artículo único del proyecto. Gracias, señor Presidente.
Participación en proyecto de ley
SANCIÓN A MIEMBROS, COLABORADORES Y PROPAGANDISTAS DE GRUPOS TERRORISTAS
-4
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El señor FERNÁNDEZ.— Gracias, señor Senador. Solamente para aclarar que el proyecto distingue las distintas sanciones,
ya que en el inciso primero de su artículo único se indica que la escala de penas va de presidio, relegación o extrañamiento
menores en sus grados mínimo a medio. Es decir, el juez, por aplicación de las reglas generales de las atenuantes o
agravantes, graduará la pena conforme a la importancia del acto. De modo que la distinción está contemplada tanto en el
inciso primero como por aplicación de las normas generales del Código Penal.
Legislatura 325, Sesión 17 de 15 de Diciembre de 1992
Participación en proyecto de ley
CREACIÓN DE DIRECCIÓN DE SEGURIDAD PUBLICA E INFORMACIONES - 1
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El señor FERNANDEZ.— Sucede que el régimen presidencial de los Estados Unidos de América difiere sustancialmente del
nuestro en lo que dice relación, tanto con la formación de la estructura política del Estado, que es federal en propiedad, cuanto
con la función que desempeñan las Comisiones en el Parlamento norteamericano, en especial en el Senado. De tal manera
que, si quisiéramos establecer un sistema similar o semejante al régimen norteamericano, tendríamos que partir por modificar
sustancialmente la forma de funcionamiento del Congreso. Y eso supondría cambios de gran envergadura. No ignoro que en
algunas materias ello podría tener alguna ventaja, pero en otras, según lo demuestra la propia experiencia de los Estados
Unidos de América, no sería extraordinariamente útil ni eficaz. En todo caso, la actual estructura del proyecto está pensada en
esa forma, es decir, haciendo recaer en el Ministro del Interior la responsabilidad política respecto del funcionamiento de la
Dirección de Seguridad Pública e Informaciones. Este organismo, que dependerá de dicho Secretario de Estado, es el que le
proporcionará toda la información necesaria. ¿Y qué puede hacer el Ministro del Interior frente a los organismos operativos,
que son Carabineros e Investigaciones en esta materia? Puede darles las instrucciones necesarias y suficientes para que
cumplan sus funciones privativas constitucionales. Creemos que de esta manera se combinan armónicamente las distintas
necesidades, como la de tener una adecuada información, para lo cual la Dirección cuenta con,todos los medios del caso con
el objeto de exigirla, procesarla y darla a conocer al Ministro del Interior, a fin de que éste adopte la resolución pertinente, lo
que hará, en ciertos casos, consultando previamente al Primer Mandatario. Naturalmente, el Secretario de Estado podrá no
estar de acuerdo con la proposición que formule la Dirección, que le proporciona antecedentes. En definitiva, repito, será el
Ministro el que tome la decisión. Y podrá ordenar actuar a los organismos encargados de la operatoria relacionada con la
Fuerza Pública y el orden interno. Pero un organismo distinto, como el que estamos creando por una simple ley, no podría
erigirse en un ente que coordinara en la forma que aquí se ha señalado. Respecto de esto, las propias Fuerzas Armadas han
indicado que, en su concepto, eso implicaría "mandar", para los efectos de actuar operativamente. Vale decir, no estamos de
acuerdo en otorgar a ésta Dirección capacidad para coordinar los organismos que de acuerdo con la Constitución tienen la
facultad para actuar operativamente en defensa del orden público y del orden interno. Estimamos que ésa no es una facultad
que se puede otorgar por vía de una simple ley a un servicio como el que estamos creando en este momento. Podemos crear
organismos que recojan información, la procesen, la estudien y se la entreguen a quien corresponda: al Ministro del Interior.
Pero será éste el que, en definitiva, deberá tomar la decisión política de actuar o no actuar frente a una determinada materia.
Consideramos extraordinariamente peligroso entrar a ese concepto, que debatimos ampliamente en la Comisión, relativo a la
coordinación. Porque, por esa vía, podríamos crear, dentro de las Fuerzas de Orden y Seguridad, un suprapoder civil que no
estaría sometido a ninguna regulación y que, además, no tendría —se supone— ninguna preparación ni capacidad para
ejercer ese tipo de cargo. El aspecto técnico, en estas materias, corresponde a los organismos previstos por la Carta
Fundamental, y la decisión política atañe a la autoridad cons-• titucional encargada del resguardo del orden público: el Ministro
del Interior. A mi entender, señor Presidente, ése es un aspecto esencial. Y en ese sentido, en ese entendimiento y en esa
convicción presté mi aprobación al proyecto en la Comisión. Y, ahora, en esa intención y en esa convicción le daré mi apoyo, y
no en otra, porque simplemente sería contrario en un aspecto esencial al objetivo perseguido, por lo que no podría votarlo
favorablemente. El acuerdo a que se llegó en la Comisión es respecto del texto por ella propuesto y con la inspiración que 'él
tiene, sujeto naturalmente al perfeccionamiento que pueda provenir de las indicaciones que se formulen, pero no para
transformar esencialmente la función de la Dirección de Seguridad Pública de Informaciones. En la medida en que se pretenda
modificarla sustancialmen-te y convertirla en un ente suprainstitucio-nes, que en definitiva tenga la posibilidad de ordenar y de
determinar cuándo y cómo deben operar, estaríamos contrariando la esencia del acuerdo adoptado por unanimidad en la
Comisión respecto de esta iniciativa. En ese entendido y en esa convicción —reitero— daré mi aprobación al proyecto, estando
abierto, por cierto, a cualquier enmienda que podamos hacer dentro de esta línea y de esta forma de entender a la Dirección
de Seguridad Pública e Informaciones, con el propósito de mejorar la iniciativa en debate. He dicho.
Legislatura 325, Sesión 20 de 05 de Enero de 1993
Proyectos de Acuerdo Presentados
MODIFICACIÓN DEL REGLAMENTO DEL SENADO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, estimo de mucho interés incluir dentro del ámbito de estudio de la Comisión de
Pesca y Acuicultura los intereses marítimos. Por lo demás, así se aprobó en la Comisión. En todo caso, debemos tener
presente que las Comisiones existen y funcionan para el conocimiento de proyectos de ley determinados. Normalmente, ellas
en el Senado no se dedican al análisis en abstracto de temas, ni siquiera de los de actualidad, a diferencia de lo que ocurre en
la Cámara de Diputados, la que sí lo puede hacer en virtud de su facultad fiscalizadora contenida en el artículo 48 de la
Constitución. En el Senado son muy escasas las ocasiones en que deben resolverse cuestiones que no sean propiamente
proyectos de ley. Tratándose de éstos, es la Sala la que determina a qué Comisión deben ir. En ese sentido, la proposición de
la existencia de Comisiones es una mera sugerencia u orientación que el Reglamento hace a la Sala a fin de que haya cierta
especialidad en el conocimiento de la materia. Y creemos que en cada caso dudoso es la Sala la que debe determinar
específicamente cuál es la Comisión competente. Yo entiendo la idea de modificar el nombre en la forma sugerida por los
Senadores señora Soto y señor Jarpa, en el sentido de manifestar una inquietud, de dar una señal, una orientación general
respecto de cuál es la voluntad del Senado en ese ámbito, sin que necesaria e inevitablemente signifique que algunas
materias, por su mera denominación, deban ser de la competencia de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y
Acuicultura, porque eso lo tendrá que decidir la Sala en su oportunidad. Por eso, señor Presidente, considero conveniente,
como signo orientador del espíritu del Senado, dar la importancia que se merecen los intereses marítimos incluyéndolos en el
nombre de la Comisión. Y esto no tiene otro alcance ni significa necesariamente que todos los asuntos marítimos deban
remitirse a ella, por cuanto la competencia será fijada, en casos dudosos, por la Sala.
Legislatura 325, Sesión 21 de 07 de Enero de 1993
Participación en proyecto de ley
CREACION DE DIRECCION DE SEGURIDAD PUBLICA E INFORMACIONES - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, para los efectos de reunir el quórum requerido, se podría adoptar el acuerdo de
que todas aquellas indicaciones aprobadas por unanimidad en la Comisión se votaran en conjunto. Porque de otra manera, la
falta del quórum que se precisa podría conspirar contra la voluntad unánime de la Sala. Además, tengo entendido de que todas
las indicaciones restantes —por lo menos las de la Comisión de Constitución— fueron aprobadas por unanimidad.
Proyectos de Acuerdo Presentados
MODIFICACION DE REGLAMENTO DEL SENADO - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, pienso que la experiencia de los acuerdos de Comités en la materia no ha sido
adecuada ni conveniente. Precisamente, la disposición en debate es muy excepcional, para el efecto de que rinda homenajes
al inicio de la sesión sólo el Presidente del nado, en casos muy especiales. Si no es í, ellos tendrán que realizarse en la hora
de Incidentes. No debemos olvidar que durante mucho tiempo la norma que otorga sobre el particular una facultad a los
Comités ha significado que la Corporación destine, a veces, una parte importante de sus sesiones a rendir homenajes, por
cuanto para eso basta con que un Senador, cinco minutos antes de la hora de citación, les haga ver, como ocurre
normalmente, que sus invitados ya se encuentran en tribunas. De ese modo, la situación de los Comités es virtualmente
insostenible: no pueden negarse, porque ello significaría una falta de deferencia, tanto para el Senador que lo solicita como
para el público presente. Entonces, esa experiencia, que no ha sido adecuada ni conveniente —repito—, es la que se trata de
evitar con el artículo que traslada esos homenajes a la hora de Incidentes. Siempre habrá circunstancias que justifiquen el
rendirlos, pero, ante la difícil situación que han enfrentado los Comités, la norma persigue evitar que éstos deban resolver
sobre la base de hechos virtualmente consumados, ya sea por mala interpretación o porque, simplemente, no hay otro
procedimiento. Por eso, señor Presidente, me parece que la norma, no obstante ser muy rígida permite que, cuando realmente
se trate de personas relevantes, el Presidente del Senado les rinda homenaje en la oportunidad que se determina.
Debate en sala
CONTROVERSIA SOBRE CONSTRUCCION DE CENTRAL HIDROELECTRICA PANGUE EN EL
ALTO BIOBIO - 1
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El señor FERNANDEZ.— Deseo hacer presente que no procede, a mi juicio, encargar esta clase de estudios a una Comisión
del Senado. Las Comisiones tienen otro sentido: conocer de materias propias de la Corporación. ¿Para qué efectos? Para el
análisis de un proyecto de ley y de evacuar el informe respectivo. Sin embargo, si entramos a pedirles estudios sobre cualquier
asunto y con cualquier objetivo, creo que no existirá la capacidad suficiente para hacerlo, ni los Senadores dispondrán de
tiempo para cumplir con las funciones que les competen. Repito: estimo que no corresponde a la Cámara Alta realizar un
estudio como el que se ha planteado, salvo cuando se trate de materias inherentes a sus facultades o inherentes a sus
facultades o de informar proyectos de ley. He dicho.
Legislatura 325, Sesión 22 de 12 de Enero de 1993
Participación en proyecto de ley
REFORMA CONSTITUCIONAL SOBRE MATERIAS ELECTORALES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en el tiempo que tengo para fundamentar mi voto no podré referirme a las
numerosas afirmaciones equivocadas que se han hecho aquí desde los puntos de vista tanto constitucional como de la más
elemental norma que debe regir los procesos políticos en los distintos países. Son innumerables los errores en que se ha
incurrido; pero no nos faltará la oportunidad en que podamos hacerlos presentes. Por ahora sólo debo señalar el inconveniente
que representa hacer improvisaciones que no se ajustan al rigor científico que deben tener ciertas aseveraciones. Sin
embargo, no dejaré pasar las referencias efectuadas al sistema electoral, por considerar que exceden con mucho cualquier
tipo de aceptación y que mi silencio podría llevar a entender que estoy aprobándolas. No me referiré a los Senadores
institucionales o designados, pues ya han argumentado ampliamente sobre ello —y con mucho brillo— varios oradores que
han defendido dicha institución. Con respecto al sistema electoral, debemos tener presente, en primer lugar, que estamos
buscando modificaciones a un mecanismo que, en mi concepto, es perfectamente democrático. Si no lo fuera, no podríamos
estar en esta Sala. Y, naturalmente, ninguno de los señores Senadores elegidos podría estar sentado aquí si entendiera que el
sistema que posibilitó su elección no es democrático. Ahora bien: dicho sistema, establecido en la Constitución de 1980, ha
funcionado, permitiendo dar estabilidad al país, formar mayorías y minorías que pueden entenderse y contar con las bases
necesarias para desarrollarse. Por cierto, todo sistema electoral está expuesto a observaciones y críticas. Porque no existe
uno perfecto; ninguno. Hay sistemas extraordinariamente proporcionales, como el de Israel. Pero ello, naturalmente, trae
consecuencias graves e importantes desde el punto de vista del manejo del Estado, como lo hemos podido apreciar en ese
país, por cuanto significa la proliferación de múltiples partidos, lo que determina en definitiva que las mayorías dependan de
partidos muy pequeños y, por ende, que las minorías sean llamadas a resolver. Por otra parte, en el otro extremo están los
sistemas uninominales. Es el caso de las grandes democracias occidentales. En Inglaterra, donde existe el sistema uninominal
—no binominal—, quien logra 50,1 por ciento de los votos obtiene el cargo y el que recibe el 49,9 no consigue nada. Y en
Estados Unidos de América —ejemplo de democracia— también funciona ese sistema, .eligiéndose al que alcanza un voto
más que el otro candidato. En consecuencia, estamos enfrentados a alternativas válidas y que cada país puede adoptar, de
acuerdo a su conveniencia. En Chile se optó por un sistema considerado democrático. El sistema binominal armonizando
todos los elementos que caracterizan a los sistemas electorales —repito que no hay ninguno que sea perfecto y que refleje con
absoluta nitidez la voluntad soberana en un momento determinado—, trata de recoger las ventajas del mayoritario y las del
proporcional. Y el resultado en nuestro país es aceptable. Se trata de un mecanismo que ha contribuido en forma importante a
que Chile pueda mantener su estabilidad. Entonces, estamos en presencia de un sistema —se podrá discutir si es el único
posible o no— que ha funcionado adecuadamente en el país y permitido que nuestro régimen democrático se desarrolle y
consolide. Nos hallamos, pues, ante un sistema electoral democrático, que, si bien por una parte puede conducir —como
cualquier otro— a injusticias desde el punto de vista eleccionario, tiene la virtud, por la otra, de dar tranquilidad y estabilidad,
que es lo que los países en desarrollo requieren para su progreso. Las naciones en desarrollo necesitan que las personas
sepan cómo se van a afrontar los grandes problemas en el futuro. Y eso sólo puede lograrse mediante sistemas mayoritarios
que aseguren estabilidad y que den al país una proyección para los efectos de progresar. Por consiguiente, éste es uno de los
elementos que debemos considerar al diseñar un sistema electoral: qué garantía de estabilidad y desarrollo otorga al país.
Puede ser muy importante que una quinta o una sexta fuerza electoral esté representada en el Congreso, pero más
trascendentes y determinantes son la estabilidad y el progreso de las naciones. Porque éstas, en definitiva, tienen sistemas
democráticos y Parlamentos para el beneficio de su propia ciudadanía, y no para el uso o el provecho de los partidos políticos,
aun en ese caso, en que sería una quinta o una sexta fuerza política. Sobre la materia, debo expresar además que este
mecanismo ha considerado los defectos que numerosas colectividades partidarias y Presidentes de la República señalaron
respecto de nuestro sistema político: la proliferación de partidos. Si revisamos las actas del Senado, veremos que en ellas
están consignadas las opiniones muy versadas de numerosos Parlamentarios que con posterioridad fueron Presidentes de la
República, quienes manifestaron su voluntad de modificar el sistema político. Y muchos de ellos apuntaron a cambiar un
mecanismo electoral que permitía a partidos pequeños, sin mayor significación nacional, tener decisiva injerencia en el
desarrollo del país. En cuanto a la oportunidad con que se ha planteado esta reforma, debo recordar que en 1989 no se estimó
indispensable introducirla. Dentro de las 54 modificaciones propuestas en esa época, no se consideró la más importante. Más
bien se corrigió el sistema binominal consagrado en la ley y en la Carta Fundamental, aumentándose el número de Senadores.
Por estimar que estamos en presencia de un sistema democrático, que da garantías de estabilidad al país, que permite a éste
desarrollarse y que ha funcionado bien, no me parece del caso modificarlo. En consecuencia, rechazo la reforma
constitucional.
Legislatura 325, Sesión 27 de 20 de Enero de 1993
Debate en sala
ACUSACIÓN CONSTITUCIONAL CONTRA TRES MINISTROS DE CORTE SUPREMA Y AUDITOR
GENERAL DEL EJÉRCITO, COMO MINISTRO INTEGRANTE - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, señores Senadores: Nos encontramos frente a una de las facultades excepcionales
que corresponde al Senado de la República ejercitar. Es excepcional por cuanto constituido en jurado y resolviendo en
conciencia debe conocer en esta ocasión de la conducta de tres magistrados de la Corte Suprema y del Auditor General del
Ejército. Se trata de una función extraordinariamente delicada, que debe desempeñar con la máxima responsabilidad. En el
ejercicio de tal facultad, cada Senador debe resolver en conciencia, por sí mismo, de acuerdo con los antecedentes expuestos
en esta Sala. Pero resolver en conciencia no significa hacerlo arbitrariamente ni en cualquier forma. Los jurados deciden
respecto de los hechos planteados en la acusación. No pueden referirse a otros hechos, aun cuando tengan conocimiento de
ellos por otras razones. Y no pueden hacerlo, por un motivo muy simple: si se pronunciaran sobre una acusación, fundados en
circunstancias distintas de las tratadas y conocidas en la Sala, estarían cometiendo la más grande injusticia respecto de las
personas a quienes aquéllas se imputan, porque las condenarían sin darles posibilidad de defensa, pues se trata de hechos no
contenidos en el libelo. Por lo tanto, los hechos en que se funda esta acusación son los consignados en ella y debemos
atenernos a los mismos. Esa es nuestra misión como jurados: resolver basados en tales hechos, y no en otros. Por otra parte,
debemos tener presente que los jurados son una institución excepcional en el mundo. Sólo en casos muy calificados, y en muy
pocas legislaciones, se acepta o permite la existencia de jurados. Siempre se ha preferido que la calificación jurídica y la
responsabilidad sean determinadas por profesionales con capacidad técnica para hacerlo. De manera que ello nos obliga a
cumplir nuestra función con extrema delicadeza. El hecho de que, por un lado, actuemos como jurado y, por otro, integremos
un Poder del Estado distinto del que forman parte quienes están siendo acusados, nos impele a proceder con extraordinario
cuidado sobre la materia, ya que, de otra manera, estaríamos invadiendo atribuciones y funciones correspondientes a otro
Poder Público. La separación de los Poderes del Estado exige recíproco respeto entre ellos. En suma, en el ejercicio de tal
facultad, debemos decidir en conciencia, sólo de acuerdo con los hechos y no sobre la base de otros, aun cuando tengamos
Conocimiento de ellos, evitando asumir las facultades pertenecientes a otro Poder del Estado. Se acusa a tres Ministros de la
Corte Suprema y al Auditor General del Ejército —como integrante de ese tribunal— fundamentalmente por haber dado
competencia en una materia a los tribunales militares. Esta es, en esencia, la causal invocada. ¿Significa, en concepto de
nuestro constituyente, "notable abandono de sus deberes" el determinar una situación meramente adjetiva? Vale decir
—comparando, estudiando, analizando e interpretando la ley—, el decidir que un tribunal militar es competente, ¿constituye
notable abandono de deberes? Porque toda la acusación está basada y discurre sobre el razonamiento de que se cometió tal
delito por el hecho de haber otorgado competencia a un tribunal militar. Pues bien, estamos en presencia de una resolución
—como brillantemente lo señaló aquí la defensa— que traslada la competencia, ejerciendo, al hacerlo, una función propia de
los tribunales, ya que a éstos les corresponde interpretar la ley y dirimir las cuestiones de competencia. El atribuir o entregarla
a uno y no a otro, no puede considerarse como "notable abandono de deberes". Podrá ser un fallo que, según el criterio de
algunos, no sea acertado; pero no puede argüirse notable abandono de deberes porque se está otorgando competencia a un
tribunal aceptado y reconocido por la República, consagrado en nuestra Constitución y que, mientras ésta no se modifique,
seguirá ostentando la calidad de tal. ¡Cómo va a configurar notable abandono de deberes el atribuir competencia a un tribunal
establecido, que cuenta con miembros que integran el Poder Judicial y cuyos fallos, en definitiva, la Corte Suprema puede
rever! Reitero en consecuencia que ésa es la esencia de la acusación: haber atribuido competencia a un tribunal. Podrán
darse otras razones, pero, en definitiva, ésa es la fundamental. Y nosotros, interpretando la Constitución, debemos darle un
sentido que contribuya a su estabilidad y credibilidad. No hemos reparado aquí en la razón por la cual en la historia de Chile
sólo una vez se ha aprobado una acusación constitucional en contra de la Corte Suprema. La aprobó la Cámara de Diputados,
pero el Senado la rechazó, a instancias del Presidente de la República de la época, don José Joaquín Pérez, quien, pese a ser
adversario político de Manuel Montt, cuando vio amagada la independencia del Poder Judicial, defendió a aquél para evitar
que se lo acusara constitucionalmente y se rompiera la armonía entre los Poderes del Estado. En esa ocasión se determinó
claramente el significado del concepto de "notable abandono de deberes"; pero no debemos olvidar que después, en 1874, se
modificó la Constitución y se restó al Senado la facultad de aplicar tal sanción. Y la norma consiguiente es la que subsiste
hasta el día de hoy, sin que bajo su imperio haya prosperado una acusación constitucional en contra de los magistrados de los
tribunales de justicia. Sin embargo, se ha sostenido aquí que en la causal de "notable abandono de deberes" debiera estar
comprendida la posibilidad de que los tribunales incurran en actos injustos. Pero, si el constituyente hubiese querido que la
facultad de acusar a los Ministros de la Corte Suprema y a los altos magistrados opere cada vez que cometan actos de esa
naturaleza o cuando no administran justicia en forma adecuada, así lo habría establecido. Y pregunto, señores Senadores:
¿Durante el transcurso de nuestra historia, los tribunales, en alguna ocasión, no habrán dictado fallos injustos? De ser así,
¿por qué no se materializó, entonces, una acusación constitucional? Porque el notable abandono de deberes es una causal
muy precisa y, por estar inserta en normas de orden público, debe interpretarse en forma restrictiva. Las normas de orden
público —con mayor razón y propiedad las que establecen sanciones— deben interpretarse restrictivamente. No puede
dárseles otro alcance por analogía, ni utilizando otro medio de interpretación. No debemos olvidar, Honorables colegas, que
por notable abandono de sus deberes se acusa y destituye a las personas, lo que constituye la máxima sanción cívica para un
magistrado. Éste, después de 30 ó 40 años de servicios, puede ser degradado cívicamente por un tribunal. Y tal degradación
implica la destitución del magistrado. Por lo tanto, la causal en cuestión debe interpretarse de manera restrictiva. Y en nuestra
función de jurados debemos entender clara y precisamente el concepto de aquélla y aplicarlo restrictivamente. Nada hay más
peligroso que extender, por analogía, los delitos y aplicarles normas distintas de las establecidas en la letra y en el espíritu de
la ley o, en este caso, de la Constitución. Quiero referirme, además, a otras materias relacionadas con los argumentos dados
en la Sala respecto de la aplicación del artículo 5 de la Carta Fundamental, lo que, según se dijo, significaba un cambio total de
ella. Se sostuvo que antes de la reforma, en 1989, existía una Constitución y que después, por la incorporación del artículo
mencionado, existía otra, la que debemos entender en forma diametralmente distinta e interpretarla en consecuencia. En virtud
de esa tesis y de tal razonamiento, se aduce que la normativa del artículo 5 ha incorporado con valor superior a la ley todos los
tratados que dicen relación a derechos humanos y que, al darles ese tratamiento, tienen preeminencia sobre la ley común. Al
respecto, quiero decir tan sólo algunas palabras. Me parece profundamente equivocada esta interpretación y, además,
tremendamente peligrosa, porque trae consigo una distorsión completa, total, de nuestro ordenamiento constitucional. Significa
que por la vía de los tratados puede modificarse la Constitución Política, con mayorías distintas a las prescritas para
reformarla. Porque para aprobar un tratado se requiere y exige simple mayoría en ambas Cámaras. En este caso, se requeriría
un quórum distinto de aquel exigido para modificar la Carta. Por lo tanto, estaríamos en presencia de una norma que ha
modificado los requisitos para cambiar el Texto Constitucional. Pero lo más grave, señor Presidente, estriba en que se han
incorporado a nuestra legislación innumerables disposiciones que pasarían a formar parte de la Constitución Política, lo que no
está —estoy cierto— en conocimiento del Senado. Por ejemplo, si aplicamos estrictamente el Pacto de San José de Costa
Rica, debemos concluir que, como se sostuvo aquí en la mañana, tendría que aplicarse su artículo 8 , y éste exige que todo
acusado sea juzgado por un tribunal independiente e imparcial. Y me pregunto, ¿el Senado es un tribunal imparcial? Se estimó
por los acusadores que los tribunales militares no eran imparciales, porque tenían una presencia transitoria y sus miembros
eran inamovibles. En el fuero interno y conciencia individual de cada uno de los señores Senadores, ¿pueden asimilar esa
situación al Senado? Por otra parte, no nos olvidemos de que el mismo artículo 8 , en su letra h), establece el derecho de
recurrir del fallo ante juez o tribunal superior. ¿A qué otro tribunal superior pueden recurrir los magistrados? Estamos aplicando
el Pacto de San José, respecto del que se nos señaló esta mañana que se encontraba vigente en Chile, y que se aplicaba con
preeminencia a toda otra norma constitucional. Repito, ¿a qué tribunal superior? La única instancia está prohibida por el Pacto
de San José. Y nosotros estamos sancionando a personas en única instancia, sin que ellas tengan derecho a reclamo. Porque
son destituidas y aunque el juez, posteriormente, estime que no hay delito, no pueden ser reincorporadas. Entonces, señor
Presidente, hay que ser consecuente; y la consecuencia significa aplicar en toda su medida las normas jurídicas. Por las
consideraciones antes señaladas, vengo en rechazar en todas sus partes la acusación respecto de todos los acusados.
Legislatura 325, Sesión 29 de 26 de Enero de 1993
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE ARTICULO 505 DE CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL, EN LO RELATIVO
A LA NOTIFICACIÓN DE SENTENCIAS JUDICIALES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, junto con el Senador señor Diez nos opusimos a la aprobación de esta iniciativa,
por cuanto establece que un condenado puede ser notificado personalmente o a su representante, dejando de cumplir la pena,
si aún le resta algún tiempo de ella. No obstante lo anterior, si no han sido notificados ni están cumpliendo sus penas, pueden
pedir indulto. Creemos que los condenados que deseen hacerse merecedores de la gracia del indulto que otorga el Presidente
de la República deben realizar un gesto de acatamiento al orden jurídico cumpliendo sus sentencias. Con posterioridad, una
vez notificados de ellas personalmente, el Jefe del Estado podrá concederles o no la gracia del indulto. De otra manera, señor
Presidente, estaríamos en presencia de una norma que transforma la libertad provisional en libertad definitiva, y la notificación
se hace al abogado, la que, para todos los efectos legales, se considera como si hubiese sido hecha al condenado, el que
goza de libertad y no está cumpliendo el fallo. Por esta razón, señor Presidente, y con el objeto de evitar que se burle la acción
de la justicia y de que se respete el ordenamiento jurídico, votaremos en contra de la idea de legislar. He dicho.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE ARTICULO 505 DE CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL, EN LO RELATIVO
A LA NOTIFICACIÓN DE SENTENCIAS JUDICIALES - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en mi concepto, no estamos en presencia de un proyecto de ley orgánica
constitucional. Si bien es cierto que en su oportunidad se consultó a la Corte Suprema, ello se debió a que el texto que estaba
conociendo la Comisión otorgaba al juez la facultad para decidir si notificaba en una u otra forma. Y, naturalmente —atendido
ese texto—, se modificaban las atribuciones de los tribunales. Pero el que en definitiva aprobó la Comisión no concede tal
facultad, y, por lo tanto —reitero—, a mi juicio, no se afecta una ley orgánica constitucional.
Legislatura 325, Sesión 30 de 28 de Enero de 1993
Participación en proyecto de ley
AMNISTÍA A INFRACTORES DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL SOBRE VOTACIONES
POPULARES Y ESCRUTINIOS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en este proyecto hay distintas materias por analizar. Creo que no corresponde
entrar al fondo del tema de si las personas deben o no deben inscribirse y si deben ser obligatorias tanto la inscripción como la
votación. En mi concepto, las sociedades modernas y democráticas no exigen la inscripción ni tampoco que las personas
voten. En la medida en que los países avanzan, se desarrollan y efectivamente son más democráticos, no tienen necesidad de
exigir estas cargas a los ciudadanos, pues son éstos quienes deben determinar, en un momento dado, si se inscriben o no se
inscriben, si votan o no votan. En definitiva, estimo que el poder político no puede obligar a las personas a votar. Si no se
inscriben, están expresando en una forma distinta su repudio a determinado orden político. Ahora, si pese a estar inscritas no
sufragan, es porque consideran inconveniente o inadecuada su participación, o bien porque las opciones políticas que se
presentan no son atrayentes o determinantes. Los partidos políticos deben ofrecer alternativas y decisiones de tal
trascendencia que induzcan a los ciudadanos a votar. Reitero que si no lo hacen, seguramente se deba a que estiman que las
alternativas propuestas no son lo suficientemente atractivas o interesantes como para justificar su participación. En todo caso,
no es el tema en debate, sino el proyecto sobre amnistía. Respecto de éste, innumerables problemas de orden práctico
aconsejan su aprobación. Actualmente miles y miles de procesos se tramitan en los juzgados de policía local. El legislador
debe actuar con pragmatismo y no puede ser guiado simplemente por razones teóricas o de meros principios. En los juzgados
de policía local hay miles y miles de procesos, lo cual significa que a cada infractor la autoridad judicial tendrá que cursarles la
notificación correspondiente. En su mayor parte lo han de hacer funcionarios de Carabineros, lo cual obligará a distraer en tal
función a muchos de ellos, lo que les demandará incontables horas de trabajo. Además, la persona notificada tendrá que
concurrir al tribunal, lo cual va a provocar graves atochamientos. Si no cumple tal trámite, será apremiada, por lo cual
nuevamente se requerirá de la fuerza pública para esa obligación. Ahora, si esa persona concurre al tribunal y no puede pagar
la multa, va a ser nuevamente apremiada hasta que pueda hacerlo. De tal manera que estamos frente a un problema práctico
y real: son miles y miles las personas que serán compelidas, obligadas con el uso de la fuerza pública a cumplir esta
obligación. Consideramos que la fuerza pública debe destinar su valioso tiempo y su importante función a otras actividades y
no estar dedicada a obligaciones que suponen el ejercicio de un derecho, que incluso es discutible, como lo señalaba al
comienzo. La mayor parte de las democracias del mundo no exigen ni la inscripción ni la obligación de votar. De modo que no
estamos aquí en presencia de delitos o de faltas de tal gravedad que hagan que la fuerza pública dedique su tiempo, en forma
tan significativa, al igual que los tribunales y las personas que en ellos trabajan. Son muchas las personas que, en su
oportunidad, concurrieron a Carabineros para dar cuenta de su inasistencia por encontrarse a más de 200 kilómetros del lugar
de votación o que por otra razón también tendrán que ir al tribunal. Pero no concurrirán de cualquier forma, pues deberán
hacerlo con el documento que acredite el hecho correspondiente. Y si no lo han conservado, tendrán que pedir una
certificación de que concurrieron oportunamente a justificarse, lo cual significa igualmente trabajo administrativo para miles y
miles de funcionarios de Carabineros. En mi opinión, hay razones prácticas que justifican sobradamente la aprobación de una
iniciativa de esta naturaleza. Y, además, como lo señalé al comienzo, el tema ni siquiera se encuentra suficientemente
aprobado o acordado en los países que se consideran más libres y ejemplo en el mundo en lo que se refiere a derechos
políticos, a democracia y a buen funcionamiento. Por las razones expuestas, votaré en favor del proyecto, como lo hice en la
Comisión.
Legislatura 325, Sesión 31 de 09 de Marzo de 1993
Participación en proyecto de ley
NORMAS SOBRE JUECES ÁRBITROS Y PROCEDIMIENTO ARBITRAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, la Sala está conociendo del primero de los proyectos relacionados con la reforma
al sistema judicial y a los procedimientos, materia que está siendo analizada por la Comisión de Constitución, Legislación,
Justicia y Reglamento juntamente con el Ministerio de Justicia y que comprende todos los ámbitos y aspectos ligados a la
delicada función de administrar justicia de una manera adecuada y completa. Y ello no sólo se refiere al ámbito procesal y al
tema de los árbitros, sino, también, a cuestiones tales como la cantidad de jueces y de tribunales, la remuneración de los
magistrados, la formación de éstos, los recursos que se pueden entablar, la integración de los órganos jurisdiccionales, en fin,
hasta llegar a los tribunales vecinales, etapa en la cual deberá culminar una reforma de esta naturaleza, con el objeto de que la
justicia pueda extenderse, con la prontitud y la eficacia que el caso requiere, a los sectores más apartados y con mayores
necesidades. Precisamente, el sistema arbitral es una de las materias que resulta indispensable modernizar y perfeccionar. Y
ésta es la idea que inspira al texto, al igual que al resto de las reformas. Si bien en la Comisión analizamos en cierto momento
un proyecto determinado y en ella participan personas que sustentan distintas ideologías y pensamientos, permanentemente
tratamos de fijar una unidad de criterio. Y, naturalmente, cuando conocemos de una iniciativa, tenemos siempre en cuenta
aquello que deberemos proponer respecto de una venidera, o bien, lo que aprobamos con anterioridad. Por eso, si bien no
existe una unidad física para poder estudiar simultáneamente todos los proyectos involucrados, por la imposibilidad que ello
representa, tratamos de concretar una misma forma de enfrentar el problema de la reforma judicial. A este respecto, debo
señalar que la gran mayoría de los puntos analizados en la Comisión son aprobados por unanimidad y responden a un amplio
consenso de cómo deben abordarse estos temas. De manera que el aporte que puedan hacer todos los sectores, sea
asistiendo a sus sesiones o haciendo llegar las observaciones del caso, será debida y justamente apreciado por los miembros
de la Comisión, quienes esperamos la contribución necesaria de los señores Senadores, con el objeto de que la presente
reforma pueda ser lo más amplia y efectiva posible y, en definitiva, sea despachada con la mayor celeridad —en términos
acordes, sí, con el tratamiento de un tema de esta envergadura—, tarea en la que se hallan empeñados el Supremo Gobierno
y esta Corporación. Debe tenerse en cuenta que éste es un proceso que afecta a todo el sistema judicial. No hay ningún
aspecto que pueda quedar aparte o ser omitido de entre la multiplicidad de aquellos que deben considerarse en cada una de
estas iniciativas. Por lo tanto, creemos que es absolutamente indispensable conseguir, también, la colaboración de los distintos
planteles universitarios, a fin de que sus profesores hagan llegar a la Comisión —o a cada uno de los miembros que la
conforman— sus aportes, sus inquietudes y los estudios que han realizado en estas materias. Porque, como es sabido por
todos, ésta no es la primera vez que se intenta abordar una reforma judicial. Confío en que en esta oportunidad ella se
cristalice. Naturalmente, una vez terminados esta etapa y los proyectos que está analizando la Comisión, no cabe ninguna
duda de que habrá que continuar en la misma línea, por cuanto creo que el de la reforma judicial es un proceso dinámico, que
requiere que estemos siempre al día, pues las necesidades sociales que satisface la administración de justicia, que son
crecientes, deben ser llenadas cada vez con mayor prontitud. El texto que nos ocupa, ya debatido en general en la Comisión e
informado aquí por el Senador señor Pacheco, tiene por objeto perfeccionar, agilizar y modernizar las normas que dicen
relación con la justicia arbitral. No estamos ante una iniciativa que conduzca a privar de sus derechos a las personas carentes
de recursos —no es el espíritu de la Comisión ni el sentido con que la presentó el Ejecutivo—, sino que se persigue el
propósito de contar con un sistema que ayude a la solución de determinados problemas, en los cuales, sin duda alguna, no
hay envueltos aspectos relativos a la pobreza, ni en que éstos, aparentemente, se pueden presentar. Se trata, en efecto, de
casos en que las partes se hallan en situación de afrontar los gastos que significa un juicio arbitral. Ahora, para evitar que la
materia o las cantidades sometidas al arbitraje obligatorio afecten a personas que no puedan solucionar los problemas
económicos que éste trae consigo, tendríamos que buscar los resguardos adecuados para impedir que alguien se vea privado
de acceder a la justicia arbitral por razones de esa naturaleza. Al respecto, cabe señalar que en la Comisión analizamos la
posibilidad de que el Estado otorgue algún tipo de subvención o beneficio legal —en la misma forma como entrega subsidios
habitacionales y de salud— a las personas que carecen de medios, a fin de que puedan recurrir a las instancias arbitrales que
correspondan y contratar abogados. Naturalmente, éste es un paso aún incipiente dentro del estudio de la Comisión y que
requiere un mayor perfeccionamiento, aparte la consideración del financiamiento que una reforma de esa índole significa. Con
esto quiero hacer resaltar que no ha sido intención del Gobierno ni de la Comisión el tratar de privar a nadie del acceso a la
justicia por motivos económicos. Por otra parte, si bien en este tipo de asuntos puede llegar a ser extraordinariamente difícil
precisar el límite para determinar en qué casos debe acudirse a un árbitro y en cuáles no, creemos que el estudio razonado y
concienzudo que realizamos de cada una de las situaciones nos permite sostener que con las normas aprobadas no se afecta
la gratuidad de la justicia en términos de impedir a alguien ejercer sus derechos. Evidentemente, la Comisión está abierta a
acoger, a través de las indicaciones, los cambios que sean adecuados para perfeccionar el sistema, porque la idea no es llegar
a una privatización, como aquí se ha dicho (la justicia, en definitiva, es una sola), sino agilizar la administración de justicia por
la vía de desconcentrar a los tribunales ordinarios de materias que pueden ser vistas por otros, con el objeto de que aquéllos
resuelvan los problemas más urgentes y, precisamente, los que tienen los más necesitados. Asimismo, no debemos olvidar
que en un mundo tan interdependiente como el que estamos viviendo, de comercio internacional, los inversionistas y
comerciantes extranjeros virtualmente requieren y exigen procedimientos arbitrales eficientes para poder llevar a cabo sus
operaciones, siendo muy mal vistos los que no consideran el aludido factor de la interdependencia con que se realizan esas
actividades. De tal manera que no puede obviarse el hecho de que Chile, inserto dentro de una comunidad internacional cada
vez más dinámica y exigente, también tiene que contar con sistemas compatibles con aquellos que existen en otras partes del
mundo para resolver los asuntos comerciales. Y los procedimientos arbitrales que estamos diseñando guardan concordancia
con los que se están aplicando en ese nivel. Así que en esta área, de una forma u otra, igualmente estamos recogiendo la
experiencia internacional, que estimamos necesaria para los efectos de que nuestro país adquiera mayor presencia y eficiencia
en el comercio mundial. Uno de los puntos que deseo recalcar dice relación con el proceso arbitral propiamente tal, que se ha
simplificado y concentrado en términos muy similares al proceso laboral vigente. Y ello obedece a que en este último se ha
dictado mucha jurisprudencia, ante la multiplicidad de casos sometidos a sus normas, y a que, a juicio de los especialistas, ha
funcionado adecuadamente. Por eso, se pretende aprovechar la experiencia en ese campo, que ha sido provechosa. Creemos
que la aplicación uniforme de ese procedimiento va a significar que la justicia arbitral logrará mayor celeridad y eficacia.
Finalmente, pensamos que Chile tiene una tradición muy rica y exitosa en materia arbitral, pues los arbitrajes se han llevado a
cabo con mucha eficiencia, diligencia y probidad, de modo que se han prestigiado. No obstante, debe recordarse que estos
jueces se hallan sometidos a los tribunales superiores de justicia, ante los cuales cabe la posibilidad de interponer un recurso
de queja, para que enmienden las resoluciones abusivas que pudieren mediar en un proceso arbitral. No voy a entrar en el
detalle de cada una de las normas que aprobó la Comisión, pues entiendo que habrá un plazo amplio para hacer
observaciones. En lo personal, ya entregué algunas a la Mesa, derivadas del aporte de especialistas. Creo que este proyecto,
con el que se inicia la reforma judicial, brinda la gran oportunidad para que quienes tienen inquietudes en el tema colaboren en
el perfeccionamiento de las disposiciones, porque realmente existe la voluntad amplia de todos los sectores que forman parte
de la Comisión —y estoy cierto que en el mismo Senado— de lograr una legislación adecuada, moderna y eficiente, que
permita concretar los objetivos de justicia que todos anhelamos. Gracias, señor Presidente.
Legislatura 325, Sesión 32 de 11 de Marzo de 1993
Participación en proyecto de ley
NORMAS SOBRE DELITO INFORMÁTICO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en este proyecto se ha señalado un delito —recién lo conversé con el Senador
señor Alessandri— que exige un dolo específico. Y por eso se habla de "maliciosamente". Es una materia, por supuesto,
discutible. En Derecho siempre se ha debatido acerca de si es necesario entrar a calificar el dolo. Porque para que haya delito
es requisito que exista dolo; si no lo hay, aquél no existe. Sin embargo, algunas personas que concurrieron a la Comisión nos
hicieron notar que en este caso había que exigir el dolo específico, por cuanto en ciertas ocasiones podría intervenirse en el
sistema informático sin ánimo de causar daño, de revelar o de conocer información. Lo que ocurre es que una vez obtenida
ésta puede ser tan relevante que, en definitiva, produzca un daño o perjuicio de importancia. Por otra parte, también
representaría un problema de prueba de extraordinaria dificultad. Planteo el tema del dolo específico frente al dolo genérico,
porque es una vieja discusión en el Derecho, que no sólo procede en este caso de los delitos informáticos. Ahora, una materia
que igualmente admite discusión es la conveniencia de que se dicten leyes especiales, y no se modifique el Código Penal.
Pienso que una buena norma de técnica legislativa es que los delitos se encuentren contenidos en ese Código, y no en leyes
especiales. Y si queremos incluir esta figura, porque se estima que no está contemplada en él, probablemente resulte mejor
modificarlo. En todo caso, estos temas se discutieron y respecto de ellos existen legítimas opiniones en ambos sentidos. En
definitiva, el acuerdo de la Comisión fue el que ahora se propone, siguiendo el proyecto iniciado en moción del Diputado señor
Viera-Gallo, que buscaba un dolo específico y una ley especial. He dicho.
Participación en proyecto de ley
NORMAS SOBRE DELITO INFORMÁTICO - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, aquí habría que entender que es tanto para sí como para terceros. Así debemos
interpretarlo. Y si es necesario para los efectos de la historia fidedigna de la ley, creo que sería conveniente dejar constancia
en ese sentido.
Legislatura 325, Sesión 37 de 30 de Marzo de 1993
Participación en proyecto de ley
AMNISTÍA A PERSONAS NATURALES PROCESADAS O CONDENADAS POR HURTO DE
ENERGÍA ELÉCTRICA. MOCIÓN - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, me opuse al proyecto en la Comisión por numerosas razones, tanto conceptuales
como prácticas y también de justicia. Después de escuchar la intervención de uno de los autores de la iniciativa y de leer los
motivos que la fundamentan, creo que estamos ante un error que es necesario enmendar. El proyecto no favorece a los
deudores por consumo de energía eléctrica, sino a las personas que han cometido delito, vale decir, a quienes dolosamente,
en forma clandestina o mediante subterfugios, incurrieron en el acto ilícito de hurto de energía eléctrica y se encuentran
procesados hoy día. Y ese delito, al que se refiere este proyecto, no tiene el carácter general que es indispensable considerar
para los efectos conceptuales de una ley de amnistía. Las leyes de amnistía están concebidas para solucionar problemas
nacionales de magnitud cuando, a consecuencia de ellos, se produce una gran conmoción en el país. Ése es un presupuesto
imprescindible de la amnistía, porque ésta, como aquí se indicó, es el perdón, es el olvido. Aún más: jurídicamente, ella elimina
los efectos de un delito, porque suprime el elemento más importante del mismo, la antijuridicidad: no existe hecho ilícito. Y
como los tribunales sólo deben investigar hechos ilícitos sancionados por la ley, al eliminar el elemento antijuridicidad,
característico e indispensable de todo delito, estamos señalando que los hechos que configuran el delito jamás fueron
cometidos; vale decir, que el acto es lícito y que debe olvidarse. Por lo tanto, creo que al suprimir la antijuridicidad se establece
un concepto muy importante: que, en definitiva, la ley de amnistía borra para siempre los efectos del delito e impide por
completo al juez investigar o continuar la investigación de aquél. Porque, que se sepa, aquí no estamos en presencia de un
caso de amnistía en que deba continuarse la investigación del delito y, una vez concluida ésta, aplicarse las normas de
aquélla. ¡No! La amnistía —reitero— al eliminar el requisito de la antijuridicidad, hace desaparecer el delito y absolutamente
ilegal e inconstitucional su investigación por parte del tribunal. En suma, ése es conceptualmente el significado de la amnistía.
En consecuencia, tendríamos que aplicarla respecto de los casos que justifiquen que el legislador ejerza esta atribución, tan
excepcionalísima, que el constituyente le da, de perdonar y olvidar. ¿Cuándo? Cuando ocurren situaciones que conmueven a
la nación y que hacen que el legislador diga: "Estos hechos, que en tiempos normales constituyen delito, en virtud del imperio
de la ley y de la facultad que otorga la Carta Fundamental dejan de serlo". Cuando los hechos revisten tal magnitud, se justifica
que el legislador apruebe una norma de amnistía que perdone los delitos y haga olvidar los efectos de los mismos. Pues bien,
¿qué ocurre en este caso? No se aportó a la Comisión que estudió la iniciativa ninguna estadística que indique cuál es el
número de personas que se encuentran actualmente sometidas a proceso y cuántas se hallan condenadas por esos delitos.
No es lo mismo señalar la cantidad de deudores, porque no todos ellos están sometidos a proceso, ni todos están
condenados. Por consiguiente, aquí estamos frente a una grave confusión. El proyecto —repito— no favorece a los deudores
de compañías eléctricas, sino, a mi entender, sólo a un muy limitado número de individuos que se hallan sometidos a proceso
o condenados por el delito contemplado en la Ley General de Servicios Eléctricos. Por tanto, no corresponde en este caso
—creo que constituiría un error— otorgar amnistía, porque con ella sólo resultarían beneficiados quienes se encuentren
procesados, o, utilizando la antigua terminología, sometidos a proceso o encargados reos por el delito que contempla el
artículo 137 del cuerpo legal recién señalado, el que, a su vez, se remite al artículo 446 del Código Penal. De tal manera, señor
Presidente, que no se diga que con esta iniciativa resultan favorecidos cientos o miles de personas, porque sólo se beneficia a
un grupo muy reducido, cuyo número no se ha podido determinar. A petición expresa de la Comisión, la Superintendencia de
Servicios Eléctricos nos informó que 27 personas se hallan en la situación antes descrita. Ése es el único dato que se nos
entregó. Desconozco si hay más involucrados. De modo que resulta claro que la cantidad señalada no guarda relación con los
miles y miles de deudores por consumo de energía eléctrica a que se hizo referencia. La situación de éstos es completamente
distinta y no se soluciona con la amnistía, la que —repito— sólo resuelve el problema de quienes se encuentran procesados o
condenados por el delito en cuestión. Y se trata de un número ínfimo de personas. Por otra parte, en esta materia hay que
obrar con la máxima responsabilidad, y no manifestar que ésa es una de las causas que atochan los tribunales. Los
fundamentos de la moción en estudio señalan que estamos frente a una situación que produce dos fenómenos particularmente
perniciosos: en primer lugar, atocha los juzgados del crimen. Señores Senadores, ¿qué recargo podrían generar 27 procesos?
Ningún tribunal de la República ha expresado que el atochamiento se deba a los procesos por hurto de energía eléctrica. En
segundo término, se hace presente también que el procesado o condenado ve dificultado su acceso al mercado laboral porque
en sus antecedentes consta tal condición. Eso es cierto. Le ocurre a toda persona que comete el delito de robar para comer, o
para alimentar a sus hijos: se la somete a proceso y, si es condenada, figurará en sus antecedentes. O sea, lo anterior le
sucede a quienquiera que sea procesado o condenado. No corresponde a una situación excepcional o propia que justifique
que el legislador otorgue la gracia de la amnistía. Por lo precedentemente expuesto, señor Presidente, nos hallamos frente a
un proyecto que, en lo conceptual y en lo general, no cumple con los requisitos necesarios e indispensables para conceder
este beneficio con la seriedad que corresponde. Además, favorece a un grupo muy reducido; no se señala el grado de
generalidad y de amplitud requerido —lo que bastaría para rechazar la iniciativa— para dictar con responsabilidad una ley de
esta naturaleza. Es más: su texto no distingue a quienes favorece. Y tampoco beneficia sólo a las personas más modestas.
¡No! Otorga amnistía a todos, incluyendo a gente de grandes recursos que ha utilizado métodos fraudulentos o clandestinos
para hurtar electricidad, cualquiera que sea el monto involucrado, siempre que lo hubiera destinado a fines de uso doméstico.
De tal manera que no es efectivo que se pretenda favorecer a los más pobres, pues se podrán acoger a esta norma todos los
que se encuentren en la situación descrita. Señor Presidente, cabe recordar que en estos casos, de especial gravedad,
cuando el legislador se pone extraordinariamente generoso con los bienes de otros —porque la energía eléctrica es un bien
ajeno—, en definitiva, el mayor costo que por este concepto afectará a la empresa deberán asumirlo los clientes que
puntualmente pagan por sus servicios. En otras palabras, lo que se les va a perdonar a unos, se cargará a los otros, que
también son personas muy modestas. Por otra parte, no debemos olvidar el grave daño que el hurto de electricidad produce en
las instalaciones y equipos que se destruyen por esta causa; ni el perjuicio que significa para la sociedad la existencia de
personas que cometen delitos en forma reiterada y pública, en cuanto se coloca en situación delicada uno de los grandes fines
del Estado: hacer que se cumpla la ley. Por lo tanto, estimamos que no hay razón alguna para perdonar a quienes hasta 1992
hayan incurrido en los actos ilícitos consignados en el texto y estén en la situación en él indicada, y para que los que
cometieron el mismo delito en 1993 sean procesados, juzgados y condenados. Por lo expuesto, señor Presidente, hago
presente la inconveniencia de aprobar el proyecto, tanto en lo general cuanto en lo particular. Por último, ¿cuál es el delito que
amnistiaríamos? El del artículo 137 de la Ley General de Servicios Eléctricos, que dice: "El que sustrajere energía eléctrica,
directa o indirectamente mediante conexiones clandestinas o fraudulentas, incurrirá en las penas señaladas en el artículo 446
del Código Penal. En los casos de reiteración, se procederá en conformidad a lo prevenido en el artículo 451 del Código.". Vale
decir, de acuerdo con esta disposición, también serán favorecidos con la amnistía los que hayan cometido reiteradamente el
delito. O sea, ni siquiera se excluye del beneficio a determinadas personas, según el monto del hurto, su situación
socioeconómica, o su condición de reincidentes. Estoy consciente de que existe un problema social de gran envergadura
respecto de quienes carecen de medios para pagar el consumo de energía eléctrica. En ese caso, a mi juicio, el Estado debe
tener una actitud subsidiaria e ir directamente en ayuda de tales personas, y no de otras. Considero que ayudar
indiscriminadamente a todos, romper el ordenamiento jurídico, a fin de favorecer a unos pocos, constituye un grave elemento
distorsionador de nuestras relaciones jurídicas y perturba la paz social. Porque con la dictación de una ley de esta naturaleza
nos vamos a ir encontrando con numerosos casos similares y cada vez aumentarán los delitos de hurto de energía eléctrica,
en espera de que en el futuro se dicte otra que los amnistíe, pues, naturalmente, al existir la misma razón debe regir igual
disposición legal. Y no creo que el Congreso Nacional, si en un momento dado acepta amnistiar ciertos delitos de hurto, se
niegue después a hacerlo de nuevo. Por esas razones, señor Presidente, llamo a los señores Senadores a meditar acerca de
la gravedad de una norma de este carácter. Es mi intención y mi ánimo ayudar a las personas más modestas con dificultades
para pagar los suministros de energía eléctrica. Estaría gustoso de concurrir con mi voto favorable a fin de otorgarles los
subsidios necesarios para que puedan cumplir sus compromisos con las compañías de electricidad. Sin embargo, es preciso
saber cuáles son los compromisos que se están afrontando y que el Estado concurra en favor de aquellos que más lo
necesitan. He dicho.
Participación en proyecto de ley
AMNISTÍA A PERSONAS NATURALES PROCESADAS O CONDENADAS POR HURTO DE
ENERGÍA ELÉCTRICA. MOCIÓN - 2
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, comparto plenamente lo señalado por la señora Senadora en cuanto a que hay
muchas personas en ese estado de necesidad. Pero no todas ellas están procesadas por el delito de hurto de energía
eléctrica. Conozco el caso de poblaciones enteras que se conectan al tendido eléctrico en forma clandestina, pero no existen
procesos por ello, ni condenas. En tales situaciones, pese a tratarse de actos al margen de la ley, no se aplicará lo dispuesto
en la iniciativa en análisis. Muchas gracias.
Participación en proyecto de ley
AMNISTÍA A PERSONAS NATURALES PROCESADAS O CONDENADAS POR HURTO DE
ENERGÍA ELÉCTRICA. MOCIÓN - 3
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El señor FERNÁNDEZ.- Con relación a lo que acaba de manifestar la señora Senadora, quiero señalar que el objeto preciso
de este proyecto de ley de amnistía es el de favorecer a las personas que se encontraban procesadas o condenadas por el
delito de hurto de energía. Vale decir —e insisto en ello—, no se perdona a ningún deudor de energía eléctrica. Además, se
puede perseguir a quienes, si bien cometieron el delito antes de esa fecha, no se encontraban procesados ni condenados ese
día. De manera que cuando, de hecho, estamos incurriendo en errores de tamaña magnitud, es conveniente reflexionar
respecto de lo que estamos aprobando. Llamo la atención acerca de la inconsecuencia y del grave error en que se está
incurriendo en esta materia, por cuanto esto provocará una enorme frustración en miles y miles de personas que hoy pueden
entender que son favorecidas con la norma que debatimos, pero que, en realidad, no lo serán. Repito: ella beneficia sólo a
quienes, con nombre y apellidos, se hallen procesados o condenados, y no a todos los que cometieron el delito antes. Vale
decir, aquella persona que no alcanzó a ser procesada o condenada el 1 de noviembre, sí que puede ser perseguida ahora.
Creo que no es dable aceptar tamaña injusticia en una ley de esta naturaleza aprobada por el Congreso.
Legislatura 325, Sesión 43 de 14 de Abril de 1993
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE VOTACIONES POPULARES Y
ESCRUTINIOS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, concuerdo con lo señalado por el Senador señor Vodanovic en el sentido de que
no cabe hablar de indicaciones ni corresponde que el proyecto vuelva a Comisión para que ésta conozca aquellas que
jurídicamente no tienen tal calidad. Para que puedan presentarse indicaciones, es necesario que la iniciativa se discuta y se
apruebe en general. Porque, ¿qué suerte correrían las indicaciones previas si fuese rechazada en general? Tratándose de un
texto que no ha sido discutido ni aprobado en general, no corresponde conocer indicación alguna. En uso de las facultades
que le otorga el Reglamento, la Mesa podría tramitar nuevamente a Comisión la iniciativa, pero debería señalarse el efecto
preciso para el cual se requiere su intervención, no pudiendo ella tratar indicaciones que no tengan el carácter de tales. Por
otra parte, de exigirse a la Comisión el tratamiento de determinadas indicaciones, estaríamos cometiendo un grave atentado
contra el principio de igualdad, porque, ¿qué ocurriría con las que con posterioridad puedan presentar los señores Senadores,
las cuales quedarían en una situación distinta y desmedrada frente a las otras? Por eso, insisto en señalar que lo que
corresponde es tratar el proyecto en general y ver si se aprueba o no; o no tratarlo. Pero no pueden aplicarse procedimientos
intermedios.
Legislatura 325, Sesión 46 de 21 de Abril de 1993
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LIBROS I, II Y V DEL CÓDIGO DEL TRABAJO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, no obstante estar pareado con el Senador señor Calderón, quiero manifestar mi
opinión sobre el particular. Concuerdo plenamente en que existe la inconstitucionalidad señalada. Pero creo que la norma
adolece de otra, que no había advertido, porque recién ahora me he impuesto* de que no contó con el patrocinio del Ejecutivo.
Aquí se establece una obligación a la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante, que es un organismo
público. Y, conforme lo preceptúa el artículo 62, número 2o, de la Ley Fundamental, corresponde al Presidente de la República
la iniciativa exclusiva para crear nuevos servicios públicos, suprimirlos y determinar sus funciones o atribuciones. La
disposición debió contar con el patrocinio del Gobierno, pues impone una función a la citada Dirección, que es, como señalé,
un órgano del Estado. Por tanto, estamos en presencia de dos inconstitucionalidades: la que se indicó denantes, con razones
fundadas, y esta otra, que es de distinta naturaleza y que no afecta el fondo, pero sí la posibilidad de plantear una norma como
la que hemos conocido. Por estar pareado, señor Presidente, no puedo votar.
Legislatura 325, Sesión 47 de 04 de Mayo de 1993
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE VOTACIONES POPULARES Y
ESCRUTINIOS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, en nombre del Comité Independiente de 6 Senadores y en el mío propio, quiero
honrar la memoria de Edmundo Eluchans, cuyo fallecimiento nos duele hondamente. Es también nuestro, en efecto, el
profundo sentimiento que su partida ha significado para su familia, para sus amigos, para quienes tuvieron el gran agrado de
conocerlo. Fue Edmundo Eluchans, en verdad, una figura inestimable para quienes lo tratamos y compartimos sus ideas,
concebidas con originalidad, expresadas con brillo y defendidas con valor, aun en las más adversas circunstancias. Sus dotes,
muy superiores a lo común, dieron relevancia a su participación en el Congreso Nacional: ocho años en la Cámara de
Diputados, durante los cuales materializó una labor fructífera, producto de su gran acervo cultural, la solidez de su formación
jurídica y su elegante elocuencia. Sin duda, lo deseable es que su tiempo como Parlamentario hubiera sido más extenso, pues
hoy sería todavía superior el legado de su aporte a la obra legislativa, para mayor bien del país. Igualmente fecundo es el
balance de sus realizaciones al recordar a Edmundo Eluchans desde la perspectiva del foro, de la cátedra universitaria, de la
abogacía, de la labor empresarial, del periodismo de opinión, actividades todas que desempeñó con sobresaliente versación y
elevado criterio. Fue un docente de excepción, inspirado por su vocación formadora de la juventud, a la que quiso transmitir
cuanto fuera posible de su conocimiento. Líder natural, a los 20 años presidía la Confederación de Estudiantes Universitarios
de Valparaíso. Jurista connotado y pensador del Derecho, su tesis para titularse de abogado, "Sociología cristiana: ensayo de
filosofía política", indicaba una muy temprana -tenía entonces 22 años- y particular inquietud intelectual. A esa misma edad era
ya redactor editorial de un importante diario, y a los 30 ingresó a la Cámara de Diputados. En ella, como miembro de la
Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, tuvo ocasión de efectuar aportes enriquecedores para nuestro ordenamiento
jurídico. Integró, asimismo, y con un resultado igualmente fecundo, las Comisiones de Minería e Industria, de Relaciones
Exteriores y de Hacienda, en todas las cuales fue relevante su contribución ilustrada y ecuánime. La sola enumeración de
estas Comisiones es expresiva de la multiplicidad de sus capacidades. Como académico, ocupó las cátedras de Derecho Civil
y de Derecho Constitucional, y en la vida pública impulsó la creación de la Universidad del Norte. Hombre de acción, destacó
como empresario y consejero determinante de muchas grandes empresas. Fue, también, uno de los promotores de la refinería
de cobre de Ventanas, así como de hospitales y salas cunas en Valparaíso, entre otras numerosas iniciativas legales
especialmente destinadas a mejorar la condición de los más desvalidos. Conocemos y admiramos su obra intelectual, política y
profesional. Ella pertenece ahora a la historia del país. Debe mencionarse, además, aunque él nunca lo hizo, aquella otra obra
suya, no menor, que realizó calladamente en favor de gran cantidad de necesitados. La recordamos aquí, porque de ese modo
se completa la semblanza de un hombre superior, no sólo por su intelecto, sino, también, por su capacidad de entrega a sus
semejantes. Creemos que su ausencia hace evocar hoy especiales sentimientos de gratitud y reconocimiento a muchos que
recibieron tantas y tantas veces las manifestaciones de esa caridad que practicó en silencio. Frente a la conjunción de todos
estos dones, es natural que el término de su vida nos haya dolido profundamente. Pero la vida de Edmundo Eluchans fue tan
intensa, tan temprana en el despliegue y entrega de sus virtudes, que no cabe sino concluir que su existencia alcanzó la
plenitud. Así lo demuestra, incluso, la larga prueba final a que fue sometido, que sobrellevó con serena lucidez. También en
eso tuvo grandeza. Eso es plenitud alcanzada, y, al reconocerla como tal, nos es más fácil aceptar su partida, recordándolo
con afectuosa admiración. Al concluir, queremos hacer llegar a su distinguida familia, y, muy especialmente, a su viuda e hijos,
nuestro homenaje a Edmundo Eluchans, junto con todo nuestro afecto.
Legislatura 325, Sesión 49 de 05 de Mayo de 1993
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE VOTACIONES POPULARES Y
ESCRUTINIOS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, no estoy de acuerdo con la proposición formulada, por lo cual no contribuyo a dar
la unanimidad necesaria para que ella pueda ser tratada en la Sala. Las razones son múltiples. Para comenzar, sólo me he
enterado de esa proposición por la lectura que acaba de hacer el Senador señor Otero, en circunstancias de que el tema en
juego es de extraordinaria trascendencia, pues dice relación con los requisitos que habilitan a una persona para poder ser
Parlamentario. La materia es de suyo delicada, de modo que la imprevisión, la ligereza para analizarla o la falta de estudio
pueden resultar muy graves. En realidad, bastaría con esa razón de seriedad y responsabilidad en el ejercicio del cargo para
no aprobar una proposición que no conozco en detalle. Pero, además, de su mera lectura me surgen reparos de todo tipo. En
primer lugar, creo que existe una objeción de fondo, constitucional. En virtud del artículo 62 de la Carta Fundamental, sólo al
Presidente de la República le corresponde tener iniciativa en materias que digan relación con las funciones de la
Administración Pública. El texto leído dispone obligaciones para el Director de un Servicio —el Electoral— y, que yo sepa, no
cuenta con el patrocinio del Ejecutivo. Por lo tanto, es inconstitucional. Además, al margen de lo anterior, establece todo un
sistema que, a mi entender, va más allá de la intención de la Constitución, y que, lejos de facilitar la presentación de
candidaturas, las hace cada vez más difíciles, por cuanto exige una serie de requisitos que, virtualmente, hacen imposible que
una persona pueda efectuar la consulta de que se trata. Se somete a los solicitantes a plazos y a requisitos, e incluso se les
pide prueba instrumental —que no exige la Constitución—, es decir, prueba escrita para acreditar un hecho. ¿Qué pasa si ella
no existe? Por otra parte, contrariamente a lo señalado por toda la legislación en materia electoral, aquí no se da
exclusivamente a los partidos políticos la posibilidad de reclamar, sino que se faculta en ese sentido incluso a los
precandidatos, a cualquier persona que tenga la intención de postular. Personalmente, soy partidario de que los que deseen
reclamar asuman la responsabilidad y tengan el coraje político y moral de enfrentar un proceso de esa naturaleza, en lugar de
servirse de otras personas para ello. Si los partidos políticos desean impugnar la candidatura de una persona que no tiene
residencia efectiva en una zona determinada, que lo hagan ellos. Creo que tienen la suficiente responsabilidad política y moral
como para llevar adelante el reclamo. Y si hay candidatos independientes inscritos, también pueden ejercer tal derecho. Señor
Presidente, no deseo extender el debate respecto de una proposición que, en definitiva, no podrá ser considerada por no
haber existido unanimidad. He dado someramente las razones para no dar mi asentimiento a ella, de cuyo texto ni siquiera
dispongo, no obstante su trascendencia y su extensión, que alcanza por lo menos a dos carillas. En consecuencia, en aras de
la responsabilidad de nuestro trabajo, no puedo contribuir a dar la unanimidad imprescindible para que lo propuesto sea
considerado. Muchas gracias.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE VOTACIONES POPULARES Y
ESCRUTINIOS - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, aquí se han planteado varias cuestiones que estimo conveniente precisar. En
primer lugar, nadie ha puesto en discusión el requisito de residencia contenido en la Constitución Política. Eso no es materia
de la iniciativa en debate, que, obviamente, no puede modificar la norma fundamental. Y no ha sido ésa la intención del
proyecto ni de la Comisión. De manera que cualquier planteamiento al respecto carece de sentido. Aquí, simplemente, se
otorga certeza jurídica en cuanto a uno de los requisitos exigidos para postular al cargo de Parlamentario: el de la residencia. Y
es muy importante precisarlo, para que no exista posibilidad de que sea objeto de otro tipo de discusión. No se ha hecho lo
mismo respecto de los demás requisitos (edad, educación, etcétera), porque pueden acreditarse por la vía instrumental. Pero
no es el caso de la residencia, ya que constituye un hecho. Cuando estudiamos el concepto de "residencia" en la Comisión
—yo lo estudié incluso mucho antes—, vimos que se trata de un concepto jurídico de hecho; es decir, se halla reconocido por
nuestra legislación, en nuestro Código Civil y en innumerables normas que no es del caso enumerar. La residencia es uno de
los elementos constitutivos del domicilio. E1 domicilio se define en nuestro Código Civil como "la residencia, acompañada, real
o presuntivamente, del ánimo de permanecer en ella.". No voy a entrar a señalar por qué en la doctrina y en la cátedra se
habla de "real o presuntivamente". Porque hay domicilios reales y domicilios presuntos. Son los casos de la mujer casada bajo
régimen de sociedad conyugal; del menor, que tiene el domicilio del padre o el del tutor, según corresponda, etcétera. Pero no
es ése el caso. Aquí, entonces, se trata de una situación completamente distinta. Y si queremos hablar de residencia,
hagámoslo en serio, con fundamento, con los antecedentes del caso. Soy partidario de establecer el requisito de la residencia,
pero para todos, y no sólo para algunos. Porque sucede que, como consecuencia de la dictación de la ley N 18.700, no se
aplicó dicho requisito el año 1989 a personas que nunca tuvieron residencia. Sin embargo, la Constitución hoy día se la
presume. Es decir, se viola la igualdad ante la ley. Existen personas que jamás contaron con residencia (en el concepto
estipulado por la Carta Fundamental, no por la ley), y ahora gozan del privilegio de la presunción que otorga la Constitución
Política. Y, en mi opinión, la norma respectiva es muy discutible, porque no se puede presumir a alguien algo que nunca ha
tenido. En todo caso, ése no es el tema por tratar. Creo que se puede discutir oportunamente ante el Tribunal Calificador de
Elecciones, cuando se revise quiénes tenían o no residencia en su momento. Porque la presunción no puede ir más lejos. Por
otra parte, no olvidemos que todas las normas relativas a presunciones, requisitos y otras de carácter excepcional deben
interpretarse, de acuerdo con la hermenéutica legal, en forma restrictiva —¡restrictiva!—; vale decir, favoreciendo siempre la
libertad, de manera de permitir a todas las personas el acceso a cargos parlamentarios. Ése es el principio rector de la
Constitución: que todos los chilenos tengan la posibilidad de acceder a ellos. El constituyente establece algunos requisitos, los
que, en definitiva, deben cumplirse pero no extenderse; o sea, no exigir más de lo que la Carta establece, ni pedir otros que,
en último término, impidan a muchos ciudadanos participar en una elección por la excesiva rigurosidad de los mismos. La
indicación a la cual en su oportunidad me opuse a que fuera tratada establecía exigencias que iban más allá de la Ley
Fundamental. Requería, por ejemplo, prueba instrumental; es decir, un documento que acredite un hecho. Si la persona no lo
tenía, no podía probar su residencia. Y ello, como digo, significaba ir más lejos de lo que señala la Carta Política y de la
intención del constituyente; viola los derechos esenciales establecidos en los Capítulos relativos a las garantías fundamentales
de la persona, y supera lo consignado en la ley N 18.700. En todo caso, la norma contenida en el texto del informe de la
Comisión de Constitución, aprobada por mayoría, dispone que se aplicará el mismo procedimiento existente para todos los
requisitos. Y basta leer los artículos 17 y siguientes de la ley N 18.700 para comprobar que en cada uno de ellos se consigna
que quien resuelve respecto de si se cumplen o no los requisitos es el Director del Servicio Electoral. Y si alguien desea
reclamar, debe hacerlo ante el Tribunal Calificador de Elecciones. Pero resulta que para el requisito de la residencia se quería
establecer un sistema especial, severo, estricto, restrictivo, contrario a la libertad. A mi entender, esta materia es de tan
extraordinaria importancia que la responsabilidad de todos los Parlamentarios excede la que les cabe respecto de cualquier
otro proyecto, pues no todos afectan en forma tan importante la futura composición del Senado y de la Cámara de Diputados,
componentes de uno de los Poderes del Estado. Por ello, llamo la atención en cuanto a que éste es un requisito que es
necesario exigir con extraordinaria prudencia. Y, por ningún motivo, debe hacerse de manera tal que el país pueda entender
que se está beneficiando a algunas personas en desmedro de otras. Si ésa fuera la forma en que se perciban las
consecuencias del debate de esta ley en proyecto, sería extremadamente grave para nuestro régimen democrático y para la
estabilidad y prestigio del Parlamento. Creo que la discusión debe adentrarse por un camino que conduzca a dar mayor
seriedad, responsabilidad y prestigio al Congreso y no a poner cortapisas que, en definitiva, hagan más difícil que ciertas
personas puedan acceder a los cargos de que se trata. Por otra parte —y con esto termino—, no debemos olvidar que hay
quienes no han tenido nunca residencia y que gozan de una presunción de residencia, como ya señalé. Esas personas están
privando a otras de Regiones a ocupar esos cupos y copando la cuota a que podrían tener derecho. Por consiguiente, estamos
en presencia de normas extraordinariamente delicadas, y que, por lo mismo, deben ser tratadas con gran delicadeza. No tengo
interés alguno que defender, ni estoy postulando a un cargo —no me corresponde hacerlo—, y no me es aplicable el requisito
de la residencia. A su respecto, no tengo inconveniente en debatirlo en esta Sala o en cualquier otra oportunidad. Pero debo
llamar la atención en cuanto a que me preocupa que esta discusión pueda dejar en el país una impresión distinta de lo real,
porque eso sería atentatorio contra una de las bases fundamentales de un Poder del Estado. Voto a favor del informe.
Legislatura 325, Sesión 50 de 11 de Mayo de 1993
Participación en proyecto de ley
NORMAS SOBRE DELITO INFORMÁTICO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, a mi entender, no obstante eliminarse la voz "maliciosamente", como lo propone el
Senador señor Alessandri, la figura delictiva queda bien establecida, pues lo que se persigue con ese vocablo es lo que en
doctrina penal se llama "dolo específico”. Es obvio que el dolo genérico a que se refiere el Honorable señor Zaldívar está
incluido. Estamos de acuerdo en que para que exista delito debe haber dolo; pero, en este caso, se está exigiendo, además,
un dolo específico, extraordinariamente difícil de acreditar. Por eso, concuerdo con el Honorable señor Alessandri; y, en ese
sentido, tal vez sería conveniente reemplazar la palabra "maliciosamente" por la frase "sin autorización", con lo cual se invierte
el peso de la prueba.
Legislatura 326, Sesión 7 de 30 de Junio de 1993
Participación en proyecto de ley
EMPRESAS INDIVIDUALES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, hace algo más de dos años presenté una moción para dar consagración legal en
nuestro país al establecimiento de empresas individuales de responsabilidad limitada, la que fue copatrocinada por la
Senadora señora Feliú. El proyecto permite la creación, por personas individuales, de empresas constituidas como personas
jurídicas con patrimonio propio, distinto al del titular, las cuales revisten carácter comercial y se hallan sometidas al Código de
Comercio. Es necesario fomentar sistemáticamente la actividad económica abriendo paso a la iniciativa individual creadora,
que es expresión de la libertad personal y requisito para el desarrollo de los pueblos. Así lo confirma la experiencia mundial. En
ese contexto, cabe hacer presente que si bien el subdesarrollo económico obedece a causas múltiples y complejas, tiene
también un componente jurídico. En el ordenamiento legal existen figuras que entraban el mejor desenvolvimiento de la
actividad productora de bienes y servicios. Hay normas que incrementan innecesariamente el riesgo que siempre envuelve la
creación de toda empresa. La tendencia mundial se encamina a la eliminación de esas trabas inútiles, que, lejos de dar mayor
seguridad al quehacer económico, son fuente de distorsión. Esas restricciones, sin mayor fundamento práctico, dan origen a
enredados intentos por eludir el obstáculo a la creatividad. El legislador ha de atender a que las personas no tengan que
recurrir a fórmulas torcidas, o aún a la prescindencia de la ley, para alcanzar aquello que naturalmente puede hacerse por
caminos más simples, y dentro del Derecho. Precisamente eso es lo que se ha planteado largamente en Chile, en materia
comercial, con la exigencia de asociarse para limitar la responsabilidad. Este resguardo personal y social es conveniente y
razonable cuando se trata de enfrentar grandes riesgos económicos, porque no siempre es fácil para una persona comprender
la responsabilidad moral que supone el aventurar capital —a menudo sobre la base del crédito— y el crear nuevas plazas de
trabajo. De allí que, originalmente, la legislación buscara la concurrencia de dos o más voluntades para ese proceso. Pero la
evolución jurídica ha recogido también la realidad de que es posible —y conveniente, a la vez— permitir la adscripción de
ciertos bienes a determinados negocios, a los cuales son dedicados y en los cuales se arriesgan. Tal es, por ejemplo, el caso
de los capitales limitados de las sociedades, el de la fortuna de mar del naviero o el de los peculios seccionados. En todos
ellos se ha abandonado la estricta doctrina de la indivisibilidad del patrimonio y la regla general de que la persona responde
por sus obligaciones con todos sus activos. Se admite, en cambio, que el individuo puede perseguir, en su vida económica,
fines específicos. Y un fin específico puede tener un instrumento también específico, sin comprometer la totalidad del
patrimonio. Se ha hecho evidente, además, que la excesiva amplitud de la responsabilidad desestimula la iniciativa. En la
legislación relativamente reciente se destaca el propósito constante de facilitar la constitución de sociedades. Subsiste, sin
embargo, la norma que obliga a involucrar a terceros, que suelen carecer de un interés directo en la marcha de la empresa.
Quien desee llevar a cabo la tarea de emprender debe recurrir a testaferros, para dar existencia a aquélla mediante una
sociedad de responsabilidad limitada. De lo contrario, estará arriesgando todos sus bienes personales, incluidos los de su
familia. En efecto, actualmente, si una persona natural instala una empresa o un establecimiento mercantil, responde con
todos sus bienes por las obligaciones que contraiga en el giro de la entidad. Si quiere limitar su responsabilidad, debe
asociarse con otra u otras personas. Eso, en la práctica, representa una considerable limitación a la creación de nuevas
empresas. Este factor inhibidor de la creatividad económica actúa más fuertemente en el caso de los pequeños y medianos
empresarios. Para un gran empresario que intenta emprender una nueva actividad se abren más fácilmente muchas vías.
Distinto es el caso del joven que se inicia, del hombre o de la mujer que quiere abordar por primera vez ese riesgo. Ese
empresario potencial necesita hoy obtener el concurso de otro, a fin de materializar la figura de una sociedad de
responsabilidad limitada. Comienza, pues, teniendo que enfrentar un trámite que debe ser prescindible. Es conveniente que
una sola persona, por sí misma, pueda limitar su responsabilidad únicamente a cierta cantidad de dinero: aquella que
compromete y arriesga en el negocio que desea crear. Según el proyecto en debate, podría constituir esta figura jurídica nueva
en nuestra legislación, la "empresa individual de responsabilidad limitada", lo que le permitirá asumir un riesgo, sin necesidad
de asociarse con otros para ello. La justificación social de esta innovación es clara: facilitar la creación de pequeñas empresas,
de propiedad unipersonal, que, eventualmente, brinden luego trabajo a numerosas personas. Y eso, en forma reconocida y
regulada por la ley, sin empujar al interesado a asociarse ficticiamente, sin ponerle trabas que lo disuadan, sin exponerlo a
comprometer todo su patrimonio por el solo hecho de abordar una actividad que le permita ganarse la vida. Este proyecto
recoge esa experiencia. Sobre la base de consideraciones eminentemente pragmáticas, pretende salvar las dificultades para
dar entidad a un conjunto de activos y pasivos bajo el ordenamiento de un solo titular. Esa entidad debe ser provechosa para
la vida económica, sin ocasionar perjuicios a ésta ni al cuerpo social. Se trata de disposiciones muy simples, que pueden ser
aplicadas y aprovechadas principalmente por personas sencillas, respecto de capitales que, en lo previsible, no serán
cuantiosos. Téngase presente que para constituir estas sociedades se exigirá un mínimo de 15 unidades tributarias anuales,
esto es, dos y medio millones de pesos actuales. En todo caso, la figura que se propone está rodeada de garantías, para
salvaguardar los derechos de los acreedores. La más importante de ellas consiste en el aumento en un grado de la pena
correspondiente al delito de simulación de contrato, cuando el autor fuere un empresario de responsabilidad individual. Podría
objetarse que no se justificaría reconocer una personalidad jurídica radicada en un conjunto de bienes, separada de la que el
titular de éstos tiene por ser persona. Sin embargo, estas normas no buscan detenerse en disquisiciones jurídicas de carácter
teórico, sino atender a problemas prácticos de la vida real. Si la ley hoy otorga personalidad jurídica a un ente formado por dos
personas que limitan su responsabilidad a un determinado patrimonio, como ocurre en las sociedades, o se advierte por qué
no puede hacerse otro tanto respecto de una sola persona, que así desplegaría más fructíferamente su actividad. Para ser
empresario no se requiere, en verdad, asumir más riesgos que los indispensables a fin de lograr un resultado productivo. Una
figura semejante existe ya en numerosos países desarrollados. Es lo que ocurre en Liechtenstein, desde 1925; en diversas
naciones de la Comunidad Económica Europea; en la mayor parte de los Estados de Estados Unidos de América, y en Japón,
al igual que en Argentina, en Uruguay y en Venezuela, entre otros. Por otra parte, la institución propuesta ha sido propugnada
hace ya varias décadas, aproximadamente en la misma forma, por distinguidos juristas nacionales, cuyas opiniones constan en
el informe de Comisión que está en poder de los señores Senadores. El anuncio de esta moción, en 1991, encontró muy
buena acogida en la opinión pública, los tratadistas, los medios de prensa y los sectores productivos. Cabe esperar que una
expedita aprobación de la iniciativa, que constituye un valioso factor de fomento de la actividad empresarial y, en
consecuencia, del desarrollo nacional, sea realidad en un futuro muy próximo. He dicho.
Legislatura 326, Sesión 8 de 06 de Julio de 1993
Participación en proyecto de ley
EMPRESAS INDIVIDUALES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, algunos señores Senadores han formulado planteamientos que quisiera
responder brevemente. En cuanto a la observación hecha por el Honorable señor Zaldívar respecto de la necesidad de
entender incluidas dentro del objeto de la empresa individual no solamente las operaciones civiles y comerciales, debo decir
que el concepto de actividad comercial utilizado por el texto es el más amplio, y, por tanto, debe concluirse que comprende las
actividades industriales, mineras y de otra naturaleza. De allí que el artículo 2 establezca en su parte final que la empresa
"podrá realizar toda clase de operaciones civiles y comerciales, excepto las reservadas por la ley a las sociedades anónimas.".
Es éste el único límite que se quiso poner. De manera que el sentido de la norma es el que ha señalado el Senador señor
Zaldívar. En lo que dice relación a la duda planteada por el Honorable señor Thayer, creo que hay que entrar a estudiar los
efectos de lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 9 , con el objeto de que la redacción sea lo suficientemente clara en el
sentido de limitar adecuadamente la responsabilidad, de acuerdo con el propósito que se persigue. En seguida, el Senador
señor Urenda hizo ver la conveniencia de permitir que una persona pueda comprometerse en una cantidad superior, lo cual
resulta perfectamente atendible. En mi opinión, en este caso debiéramos seguir la norma que rige para las sociedades de
responsabilidad limitada. Por su parte, el Honorable señor Alessandri sugirió que las personas jurídicas también pudieran
constituir las empresas de que se trata. Pienso que cabe considerar una alternativa de esa naturaleza. También hizo referencia
el señor Senador a la posibilidad de que las sociedades anónimas cuyo capital se concentre en una sola mano no necesiten
disolverse —de acuerdo con la ley, deben hacerlo—, sino que puedan optar a transformarse en una empresa individual de
responsabilidad limitada. Habría que estudiar una norma en ese sentido. Ello no se tuvo en cuenta al redactarse el proyecto,
pero me parece que reviste mucho interés. Para terminar, solicito a estos señores Senadores que formulen las indicaciones
respectivas, a fin de que la Comisión de Constitución pueda estudiarlas e introducir las enmiendas y perfeccionamientos que
se han sugerido. Muchas gracias.
Legislatura 326, Sesión 11 de 14 de Julio de 1993
Participación en proyecto de ley
BENEFICIOS A EXONERADOS POR RAZONES POLÍTICAS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, esta votación es del todo improcedente. Que el proyecto requiera o no requiera
quórum calificado no es una cuestión que deba decidirse por esta vía. Si la exigencia procede, es porque la Constitución así lo
preceptúa respecto de las normas previsionales. Las personas que afirman lo contrario estiman que las disposiciones
constitucionales no son aplicables a los artículos de que se trata, pero de ningún modo la decisión del Senado va a cambiarlas.
En consecuencia, la presente votación no tiene sentido alguno, ya que no es la Sala la que determina si un proyecto debe
reunir o no reunir cierta mayoría. Este es un ejercicio absolutamente inútil, señor Presidente. De no aprobarse con quórum
calificado estos artículos, estimo que la votación pertinente podría ser objeto de reparos de inconstitucionalidad cuando tenga
que tomar conocimiento del texto el Tribunal Constitucional. Opino que las disposiciones aludidas exigen quórum calificado,
independientemente de la voluntad de la Sala.
Legislatura 326, Sesión 17 de 11 de Agosto de 1993
Participación en proyecto de ley
ENMIENDAS A COMPOSICION, ORGANIZACION Y ATRIBUCIONES DE CORTE SUPREMA Y A
RECURSOS DE QUEJA Y DE CASACION - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, estamos analizando un proyecto de gran interés, el cual forma parte de lo que se
ha dado en llamar "la reforma judicial". Como se sabe, ésta incluye diversas iniciativas que ha presentado el Ejecutivo a través
del Senado, cuya Comisión tiene el propósito de despacharlas con la mayor brevedad. En definitiva, ellas constituyen, en su
conjunto, un valioso aporte a la modernizaión del Poder Judicial. Algunas de ellas ya han sido conocidas por la Sala y
actualmente se encuentran en estudio en la Comisión para su segundo informe. En tal situación se encuentran el proyecto que
establece la carrera judicial, y el que dice relación a la Escuela Judicial. También se están analizando el proyecto que crea el
Ministerio Público, el de los tribunales vecinales, etcétera. A mi entender, la iniciativa en debate contiene algunas innovaciones
de gran significación, por cuanto, como se ha señalado, fija el recto sentido y alcance del recurso de casación en el fondo,
transformando verdaderamente a la Corte Suprema en un tribunal de casación y no de tercera instancia, como ha llegado a ser
de hecho. Las limitaciones y la forma en que se reglamenta este recurso están destinadas, precisamente, a ese fin, de modo
que nuestro máximo tribunal fije la recta doctrina de la aplicación del Derecho en el país. Para ello, resulta sustancial el
establecimiento de normas que reglamenten de manera adecuada el recurso de queja, por cuanto éste se ha transformado en
un instrumento para llegar a la Corte Suprema y crear una nueva instancia, lo cual, además de desvirtuar la naturaleza del
recurso mismo, implica un enorme trabajo para aquélla, en desmedro de su función fundamental, cual es la casación en el
fondo. La limitación del recurso de queja tiene objetivos muy claros. La Comisión coincidió con el propósito del proyecto de
enmendar las normas relativas a este recurso, con la finalidad de circunscribir su procedencia, a fin de evitar que, en la
práctica, se transforme en una tercera instancia, afectando la labor de la Corte Suprema. Con el objeto indicado, se ha
estimado conveniente adoptar algunos criterios básicos en relación con el mencionado recurso: a) La finalidad exclusiva del
recurso es corregir las faltas o abusos graves cometidos en la dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional; b) Sólo
procede cuando la falta o abuso se comete en sentencia interlocutoria que ponga fin al juicio o haga imposible su continuación,
o en sentencia definitiva, siempre que ellas no sean susceptibles de recurso jurisdiccional alguno, ordinario o extraordinario; c)
Excepcionalmente, se establece que procederá dicho recurso, además del de casación en la forma, en contra de las
sentencias definitivas de primera o única instancia dictadas por árbitros arbitradores. La Comisión fundó esta norma de
excepción en la circunstancia de que contra tales fallos, si bien es claro que procede el recurso de casación en la forma,
lógicamente por vicios formales, no cabe el de casación en el fondo, por lo que parece indispensable que proceda el recurso
de queja, toda vez que es el único medio de que dispondrán las partes en caso de que el árbitro arbitrador falle en forma
aberrante, sin respetar principios básicos de equidad; d) Corresponderá a la Sala de Cuenta del tribunal resolver sobre la
admisibilidad del recurso, debiendo declararse su inadmisibilidad si no cumple con los requisitos que se mencionan en el
artículo 548 o cuando procedieren otros recursos jurisdiccionales en contra de la resolución que se impugna; e)
Consecuentemente con lo anterior, el fallo que acoge un recurso de queja no podrá, en modo alguno, modificar, enmendar o
invalidar resoluciones judiciales respecto de las cuales procedan otros recursos jurisdiccionales, ordinarios o extraordinarios,
salvo que se trate de un recurso de queja interpuesto contra sentencia definitiva de primera o segunda instancia dictada por
árbitros arbitradores, de acuerdo con lo que hemos señalado; f) Lo anterior, sin perjuicio de dejar intacta la atribución
constitucional de la Corte Suprema para actuar de oficio, cuando lo estime procedente, en el ejercicio de sus facultades
disciplinarias, toda vez que se limita el recurso de queja, instrumento que la ley confiere a las partes para impetrar del tribunal
el ejercicio de las aludidas facultades, y g) En caso de que un tribunal superior de justicia, en uso de sus facultades
disciplinarias, invalide una resolución jurisdiccional, deberá aplicar las medidas disciplinarias que procedan, atendida la
naturaleza de la falta o abuso, la que no podrá ser inferior a amonestación privada. En consecuencia, señor Presidente,
estamos en presencia de normas que tienen por objeto precisar el verdadero alcance y sentido del recurso de queja, a fin de
evitar su uso indebido en la forma que hemos señalado, esto es, como recurso ordinario que, en último término, transforma a la
Corte Suprema en una tercera instancia. Creemos que el proyecto va a corregir defectos muy importantes en lo que dice
relación a la tramitación de los juicios, de manera que contribuirá significativamente al mejoramiento, agilización y
modernización de nuestra justicia. La limitación del recurso de queja y el perfeccionamiento del de casación forman parte de la
esencia de la iniciativa en análisis y, en mi concepto, si perjuicio de que con motivo de la discusión particular se vea el detalle y
la forma en que han sido regulados ambos instrumentos —que, por otra parte, ahora quedarán consignados en la ley y no en
un auto acordado como ocurre actualmente—, significarán un avance muy importante y un elemento de gran significación
dentro del conjunto de la reforma judicial. Por esa razón, señor Presidente, expresamos nuestro voto favorable al proyecto en
la Comisión y lo mismo hacemos ahora en la Sala.
Legislatura 326, Sesión 18 de 17 de Agosto de 1993
Participación en proyecto de ley
PLANTAS
DE
SUBSECRETARÍAS
DE
MINISTERIO
TELECOMUNICACIONES Y DE JUNTA DE AERONÁUTICA CIVIL - 1
DE
TRANSPORTES
Y
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, comparto lo indicado por el Senador señor Huerta en el sentido de que se ha
transformado en un hecho absolutamente normal el estar incluyendo en la tabla asuntos que no aparecen en ella, lo cual ni
siquiera puede hacerlo la unanimidad de los Comités. Por lo tanto, tal práctica es completamente antirreglamentaria. Ella
impide que los Senadores puedan cumplir con su función de pronunciarse con debido conocimiento acerca de las materias que
se someten a su consideración. Por tal motivo, el Reglamento establece un plazo para la entrega de los informes, a fin de
permitir a los Senadores interesados en una determinada iniciativa conocerla en un tiempo razonable. En consecuencia, junto
con adherir a lo manifestado por el Honorable señor Huerta, quiero señalar que este tipo de procedimiento, aunque lo haya
acordado la unanimidad de los Comités, es antirreglamentario. No puede sorprenderse a la Sala con proyectos de los que sólo
tiene conocimiento en el momento en que ellos empiezan a ser discutidos. Y la razón es muy simple: los Senadores se
imponen de los asuntos en tabla con la debida antelación; entonces, deciden primeramente si van a asistir o no asistir a la
sesión correspondiente; y en seguida, si van a intervenir a propósito de ellos. En caso afirmativo, se preparan adecuadamente.
Pero no pueden llegar a la Sala y encontrarse con la sorpresa de que se han incluido otras iniciativas. Puede haber razones
muy atendibles para proceder en esa forma; pero ni aun por acuerdo unánime puede discutirse un asunto que no aparece en
la tabla.
Legislatura 326, Sesión 25 de 14 de Septiembre de 1993
Participación en proyecto de ley
DURACIÓN DE MANDATO PRESIDENCIAL - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, la reforma constitucional propuesta para acortar el período presidencial es
profundamente inconveniente para el país. Me he pronunciado en su contra en la Comisión por razones que, a mi juicio, es útil
que el Senado considere. En primer lugar, ella significa un nuevo cambio importante en todo el funcionamiento de la estructura
institucional básica del país, que ya sufrió una importante modificación en 1989, supuestamente a título sólo excepcional en
cuanto al período presidencial. La Constitución volvió a ser modificada en abril y en noviembre de 1991. Por lo tanto, ésta sería
la cuarta reforma constitucional en sólo cuatro años, además de todas las tentativas fracasadas y de los otros proyectos que
se encuentran en distintas etapas de trámite. En suma, se ha producido una situación de bastante incertidumbre respecto del
marco fundamental en que debe desenvolverse la vida nacional. Por el contrario, los países necesitan estabilidad y certeza en
las reglas básicas que los rigen. Ellos progresan con un marco normativo claro y duradero que les permita desplegar sus
potencialidades. Resulta significativo que las democracias más desarrolladas y antiguas, como las de Estados Unidos y Gran
Bretaña, mantengan en forma estable su Constitución, introduciéndoles modificaciones sólo muy ocasionales. Las constantes
enmiendas que se plantean en Chile son un factor de inestabilidad permanente y, por lo tanto, de inseguridad institucional. Los
plazos razonablemente prolongados permiten a los Presidentes y a los Partidos que los apoyan realizar efectivamente sus
programas. Y éstos son fructíferos, porque se basan en la estabilidad. Los períodos cortos, en cambio, concluyen en
lamentaciones de los gobernantes sobre la imposibilidad en que se vieron de hacer realidad lo que proyectaban, por la falta de
tiempo y por la incomprensión de los Congresos. Igualmente, son los plazos largos los que posibilitan a la ciudadanía evaluar
cabalmente el desempeño de los Mandatarios y el mérito de sus programas. Como contrapartida, esos plazos son un estímulo
para que las personas reflexionen con mayor detenimiento sobre su decisión electoral. Es razonable presumir que la gente
meditará con mayor responsabilidad si sabe que las consecuencias de su voto se prolongarán por largo tiempo. La actitud
puede ser bastante distinta si sabe que está votando por un gobernante que durará pocos años en el cargo, durante los cuales
aquél probablemente no alcanzará a realizar mayores cambios en ningún sentido. No puede ignorarse esta relación entre
plazo y actitud del votante. Por otra parte, se critica el período de ocho años para el Presidente de la República, pero no se
objeta ese mismo plazo en relación con los Senadores, respecto de los cuales podrían darse iguales argumentos sobre
desgaste político y otros que se invocan para acortar el período presidencial. En esto, señor Presidente, no hay congruencia
alguna. Tampoco comparto la afirmación en el sentido de que no es conveniente para el país que haya mandatos
presidenciales largos, pues los gobernantes, si no resultan satisfactorios, causan mayor daño y trastorno. Porque la vida
política de una nación no puede organizarse en base a la desconfianza y al escepticismo que supone el postular Presidentes
que duren en el cargo por un corto plazo, como una especie de mal menor. Tengo confianza en que los candidatos pueden ser
Mandatarios por un largo período. No tengo temor en ese sentido; el señor Ministro parece que sí lo tuviera. Pero los
argumentos precedentes, que se refieren a la conveniencia del período presidencial hoy vigente en la Constitución, quedan
ampliamente superados en importancia por otros grupos de consideraciones que creo fundamentales en esta materia. Me
refiero a la oportunidad de la reforma y al mérito de la misma. En primer lugar, cabe señalar que esta reforma es
tremendamente inoportuna, porque se debate y tramita en plena campaña electoral, inmediatamente antes de una elección
presidencial, cuando los candidatos ya se encuentran inscritos y lo han hecho conforme al plazo que fija la Constitución,
campaña y elección que, en consecuencia se desarrollarán sin que ni la ciudadanía ni los propios candidatos presidenciales
sepan con certeza por qué período podrían ser eventualmente elegidos. Se deja así en completa incertidumbre un elemento
principal para la decisión de cada persona. No puede sostenerse que sea indiferente para un programa presidencial un plazo
que puede variar entre cuatro, cinco, seis u ocho años, correspondientes a las fórmulas debatidas. Pregunto, señor Presidente,
si los actuales candidatos que inscribieron su postulación y que recorren el país pidiendo el apoyo de la ciudadanía han
planteado sus planes o programas para cuatro, seis u ocho años, o si a ellos les resulta indiferente lo relativo al plazo.
También pregunto si esto no contribuye a restar seriedad a todo un proceso electoral que, a mi juicio, debe ser inmaculado. En
todo caso, se está sentando un precedente muy negativo, cual es que los plazos constitucionales pueden ser modificados
mientras los procesos electorales están en marcha. Porque si ahora se admite esto para un elemento tan fundamental como el
mandato presidencial, nada obstará a que mañana se aplique también a cualquier otra institución. Con ello, la seguridad y la
estabilidad de las demás normas constitucionales quedan considerablemente debilitadas. Además, por esta vía, los plazos
constitucionales pasan a tener un valor de mera referencia relativa, lo cual no es institucional ni políticamente sano. En
consecuencia, resulta indisimulable la total inoportunidad de esta reforma, que resta seriedad al desenvolvimiento político del
país. En cuanto al mérito del proyecto, debo expresar que las perspectivas son igualmente negativas. Desde luego, la
incesante sucesión de reformas fragmentarias lleva a la incoherencia del conjunto, porque, lógicamente, las partes dejan de
engranarse entre sí y la estructura se hace inorgánica. Precisamente, eso es lo que sucederá si prospera el acortamiento del
período presidencial que ahora se propone. En efecto, la presente reforma está orientada a volver al período presidencial de
seis años, el cual, probablemente, sea la peor de las fórmulas en debate. Como primera consecuencia grave de esto, las
elecciones presidenciales quedarán desfasadas de las parlamentarias, excepto una vez cada doce años. Ese fue un factor
probadamente negativo para el desenvolvimiento nacional, como lo demostró la experiencia política durante el medio siglo que
rigió la Constitución de 1925. Porque dicho desfase produjo intermitentes desequilibrios entre el Ejecutivo y el Legislativo,
muchas veces lamentados por los sucesivos Presidentes de la República y por todos los Partidos políticos. Consecuencia de
esas distorsiones fueron la frecuente neutralización recíproca del Primer Mandatario y del Congreso; la esterilización de
innumerables iniciativas de bien público, los bruscos vaivenes de la mayoría parlamentaria en favor de algunos Presidentes y
en desmedro de otros, y, en definitiva, la acumulación de frustraciones, lo que desembocó en la gran crisis política de
1970-1973. El sistema de sexenios desfasados, históricamente, ya fracasó en Chile, y lo confirma así la manera como terminó
el régimen político. Ese sistema fue una de las causas de la crisis de nuestra democracia en 1973. Además, al considerar la
estructura constitucional, vemos que los sexenios son un injerto forzado en un mecanismo institucional que hoy está
cuidadosamente equilibrado para otros plazos. Ese único cambio debilitará un equilibrio que se concibió precisamente con el
objeto de corregir los defectos del sistema establecido en la Carta de 1925. Al respecto, el actual período presidencial de ocho
años, coordinado con una elección parlamentaria en medio del mismo para renovar totalmente la Cámara de Diputados y la
mitad del Senado, significa un balance adecuado entre la preeminencia del Presidente de la República, por una parte, y la
evaluación política de su gestión por la ciudadanía, expresada en elecciones parlamentarias en medio del período, por la otra.
Así, el actual sistema prevé que el Primer Mandatario, al comenzar su mandato, tenga oportunidad de contar con una mayoría
parlamentaria suficiente como para hacer realidad su programa; y, razonablemente, que al promediar su gestión deba
someterse a la evaluación que representan las elecciones. Si la ciudadanía lo aprueba, el Presidente mantendrá o aumentará
su respaldo parlamentario; en caso contrario, deberá ajustar su línea política consecuencialmente. Pero no habrá vuelcos
bruscos y traumáticos, porque lo impiden la permanencia del Jefe del Estado y la renovación parcial del Senado. Es un sistema
ordenado, donde estabilidad y cambio, apoyo y oposición, se balancean en cuadrienios equilibrados, ya que establece,
además, una secuencia claramente comprensible para el elector. Es igualmente un sistema justo, en cuanto brinda a todos los
Presidentes igual oportunidad de acceder a un respaldo parlamentario suficiente, pues todos tendrán una elección
parlamentaria coincidente con su propia elección. En cambio, la combinación de sexenios presidenciales con períodos
parlamentarios de cuatro u ocho años rompe totalmente ese orden justo y equilibrado. En ellos sólo algunos Presidentes
tendrán tal posibilidad, cada doce años. Algunos tendrán apoyo parlamentario suficiente por un cierto lapso, otros por uno
distinto, y otros no lo tendrán. Es, precisamente, lo que ocurrió durante los sexenios de la Constitución de 1925, con los graves
resultados conocidos por todos. Esos resultados graves son previsibles, porque un sistema así estructurado carece de lógica y,
en buena medida, deja entregada la suerte de la Jefatura del Estado a una especie de lotería electoral. Por otra parte, esta
reforma olvida que según la Constitución el Presidente de la República reúne las calidades de Jefe de Estado y Jefe de
Gobierno. Las reúne, pero no las confunde, ya que una y otra tienen responsabilidades y proyecciones distintas. Las de Jefe
de Estado miran a los intereses más permanentes del país y conciernen al bien común de todos los chilenos por igual. Las de
Jefe de Gobierno se vinculan más a la mecánica de las mayorías políticas, en cada etapa del desenvolvimiento democrático.
El sistema constitucional vigente equilibra con toda precisión ambos elementos. De todo lo anterior se desprende que el
cambio de la duración del período presidencial significa desarticular la coherencia interna de nuestro sistema institucional, lo
que inevitablemente llevará a perturbaciones que deben evitarse. Significa, en realidad, una vuelta atrás, desatendiendo la
negativa experiencia que fue evidente bajo la Constitución de 1925. Los países, señor Presidente, deben emprender caminos
nuevos cuando es necesario. Vivir en la nostalgia del pasado hace recaer en los errores del pasado. Si bien es cierto que la
historia no se repite, los fracasos sí pueden repetirse, y del fracaso de un sistema institucional derivan costos demasiado altos
para toda la nación. En consecuencia, señor Presidente, no daré mi apoyo a esta reforma constitucional, pues estoy
convencido de que ella conduciría a distorsiones graves que el país habría de lamentar. He dicho.
Participación en proyecto de ley
DURACIÓN DE MANDATO PRESIDENCIAL - 2
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El señor FERNANDEZ.— Sólo deseo complementar la información dada. Si bien es efectivo que el Consejo de Estado rebajó
la duración del período presidencial de 8 a 6 años, ello se hizo en momentos en que se contemplaba una facultad muy
importante para el Presidente de la República —lamentablemente, no se ha hecho mención de ella—: la de disolver la Cámara
de Diputados. En mi concepto, ello cambia por completo el sentido que puede tener toda posible acción del Ejecutivo y quita
gravedad al desfase entre las elecciones de Presidente de la República y del Congreso. Muchas gracias.
Legislatura 326, Sesión 26 de 15 de Septiembre de 1993
Participación en proyecto de ley
BENEFICIOS A INTEGRANTES DE SELECCIÓN NACIONAL DE FÚTBOL "SUB-17" - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, estamos frente a un proyecto destinado a premiar una conducta deportiva que,
según la opinión unánime de quienes han intervenido ahora en la Sala, ha sido meritoria y constituye un ejemplo para nuestra
juventud. Sin embargo, de acuerdo con el debate producido, estimo que no estamos en presencia de un asunto que deba ser
objeto de una ley, por no ser de índole general ni atenerse a las características señaladas al respecto por la Constitución. No
olvidemos que la Carta de 1980 difiere sustancialmente de la de 1925, pues mientras ésta señalaba las materias propias de
ley, la vigente establece su dominio máximo; vale decir, hasta dónde llegan los asuntos propios de la ley, correspondiendo el
resto a la potestad reglamentaria del Presidente de la República, a fin de que éste, como Administrador del Estado, tenga la
posibilidad de hacer cumplir la legislación. El Parlamento debe dictar disposiciones de general aplicación, sin incurrir en la
individualización de determinados beneficios, en una actitud que, además de no corresponder a un cuerpo colegiado, no está
en situación de apreciar en forma adecuada, como sí lo está el Ejecutivo. A mi juicio, en este caso no es necesaria una ley ni
tampoco se justifica. Debemos recordar que el decreto supremo N 1.500, de 1980, del Ministerio del Interior, fue dictado antes
de la vigencia de la Constitución de 1980; vale decir, bajo el imperio de la de 1925, pues la actual comenzó a regir a partir del
11 de marzo de 1981. De suerte que, en definitiva, la Carta de 1980 elimina cualquier exigencia impuesta por el decreto
mencionado. Se trata, en consecuencia, de una norma legal posible de modificar mediante un simple decreto supremo. Por
otra parte, concuerdo plenamente en que estamos en presencia de donaciones del Estado exentas del trámite de insinuación.
Y no conozco caso alguno en que el Fisco recurra a la Justicia solicitando ese trámite respecto de una donación. Capítulos
completos de la Ley de Presupuestos están destinados a subvenciones que, en definitiva, son donaciones fiscales. Por lo
tanto, a mi juicio, este artículo no debió haberse incluido; y concuerdo con el Honorable señor Hormazábal en cuanto a que, de
ser eliminado, obligaría a un nuevo trámite del proyecto. Y me parece que no está en nuestro ánimo el demorar su despacho.
Quiero dejar claramente establecido que concurriré a su aprobación en el entendido de que no se sienta precedente respecto
de este tipo de materias en cuanto a la individualización de personas y a la singularización de determinados beneficios, pues
éstos no son propios de ley sino de decreto; que el Fisco no necesita recurrir al trámite de insinuación y que, por consiguiente,
la aprobación de esta iniciativa obedece a razones de urgencia, sin que signifique sentar precedente en cuanto a que cualquier
beneficio que en el futuro se pretenda otorgar a deportistas, artistas o a quienes se destaquen en diferentes actividades, debe
materializarse por medio de una ley. Por esa vía el Parlamento se vería abocado, en un momento dado, a una actividad
meramente administrativa, propia del Poder Ejecutivo. Comparto, asimismo, la sugerencia de que sería conveniente y
adecuado dictar normas generales que, por la vía del decreto, permitan al Gobierno, cumplidas ciertas condiciones, premiar a
quienes se hayan distinguido en diversas disciplinas, ya sean deportivas, artísticas, culturales o de cualquiera otra índole. Y,
en este sentido, debo recordar que hace pocos días un joven chileno se ha destacado también al obtener en el campo del tenis
un título que no había logrado ningún otro de nuestros deportistas, como es el caso de Marcelo Ríos, quien, a mi entender,
merece ser premiado en la misma forma como lo propone este proyecto de ley. Como los deportistas chilenos y, en general, la
juventud, se están superando día tras día, muy pronto nos vamos a ver abocados nuevamente a situaciones como ésta; y, por
lo tanto, se justifica la dictación de normas que faculten al Presidente de la República, de acuerdo con un parámetro general
que fije el Parlamento, galardonar a las personas que se distingan en distintas actividades.
Legislatura 327, Sesión 2 de 05 de Octubre de 1993
Participación en proyecto de ley
CARRERA FUNCIONARÍA DEL PODER JUDICIAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ. — Señor Presidente, la exigencia de haber desempeñado durante determinado tiempo alguna cátedra
universitaria, es necesaria, a mi entender, con el objeto de precisar la calidad de la persona de que se trata. Si bien es cierto
—estamos conscientes de ello— que no es un requisito que implique desconocer las cualidades de otras personas que no lo
cumplen (naturalmente existen algunas muy meritorias que pueden ejercer la profesión con mucho brillo y talento sin tener la
calidad de profesor universitario), no lo es menos que resulta muy difícil acreditar dicha excelencia académica, en la medida en
que ésta no se manifiesta en el ejercicio de otra actividad. Como se trata del nombramiento de una persona que podría ocupar
el cargo de Ministro de la Corte Suprema, el cumplimiento de dicho requisito —que es objetivo— permite acreditar
determinadas condiciones. Repito: estoy consciente de que hay personas de muy alta calificación y que tienen mucho mérito
para desempeñar ese cargo sin ser profesor universitario, en atención a las distintas vocaciones que ellas pueden tener. Por lo
demás, es un requisito que, en la mayoría de los casos, cumplen los interesados. Por lo expuesto, voto afirmativamente.
Legislatura 327, Sesión 3 de 06 de Octubre de 1993
Participación en proyecto de ley
DURACION DE MANDATO PRESIDENCIAL - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, no era mi intención hacer uso de la palabra, sino que simplemente iba a
manifestar mi voluntad en contra del proyecto, por las razones que expuse en su oportunidad, con motivo de la primera
discusión del mismo. Sin embargo, ahora me encuentro en la novedad de que no sólo estamos modificando el período
presidencial, sino, además, incorporando otros temas, tales como la reelección del Presidente y, lo que es más grave —porque
acabo de escucharlo y me ha sorprendido mucho—, la composición del Senado. Es decir, en esta iniciativa vamos también
—según acaba de señalar el Honorable señor Díez— a resolver el tema de la composición del Senado. A mi juicio, señor
Presidente, se podrá "estirar" mucho la idea de legislar y tener un criterio muy generoso y amplio, pero entre rebajar el
mandato presidencial y entrar a modificar el artículo 45 de la Constitución, que se refiere a la composición del Senado, hay un
mundo de diferencia, que realmente me asombra que se plantee a esta altura del debate. Por otra parte —en esta tarde de
tanto asombro—, quiero señalar que aquí se ha hablado con mucha propiedad y seguridad de que se va a garantizar la
simultaneidad de la elección presidencial con la parlamentaria y, a su vez —según circula un documento, que supuestamente
estaría siendo aprobado por distintos partidos y algunos señores Senadores—, que lo comicios de concejales se harán
siempre en fechas distintas. Me gustaría que algún señor Senador me explicara, en alguna oportunidad —no en ésta—, cómo
se garantiza eso en la Constitución. ¿Se hará exigiendo la unanimidad para modificar el Texto Fundamental? No. A mi juicio,
es una norma meramente programática, una simple aspiración, porque las disposiciones constitucionales siempre podrán
reformarse con la misma mayoría necesaria para aprobar la iniciativa en discusión. Por esas razones, señor Presidente, he
querido intervenir para dejar constancia de las sorpresas ocurridas en esta tarde. En definitiva, estamos resolviendo un tema
de gran trascendencia con mucha premura y, además, con muy poco estudio. Voto que no.
Legislatura 327, Sesión 6 de 19 de Octubre de 1993
Participación en proyecto de ley
ARRENDAMIENTO DE VIVIENDAS CON PROMESA DE COMPRAVENTA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, a mi entender estamos en presencia de un contrato que posee las características
de la promesa de compraventa y, a la vez, de un contrato de arrendamiento. Conforme a la doctrina del Derecho Civil, los
contratos pueden ser de ejecución instantánea (no obstante que las obligaciones sean diferidas en el tiempo) o de tracto
sucesivo. Para explicar los primeros, clásicamente se da el ejemplo de la compraventa; para los segundos, se citan el
arrendamiento, la sociedad. El contrato de ejecución instantánea no puede resolverse por la mera voluntad de una de las
partes, porque ha producido de inmediato todos sus efectos. El hecho de que algunas de las obligaciones vayan a cumplirse
con posterioridad al momento en que se celebre el contrato no quita a éste el carácter de ejecución instantánea; el contrato ya
está celebrado. Distinto es el caso de los que deben celebrarse paso a paso y en el transcurso del tiempo; el de arrendamiento
es uno de los típicos, el de sociedad es otro. Si en el primero el arrendatario o el arrendador no pudieren ponerle término,
simplemente se trataría de un contrato perpetuo. Es decir, no habría ninguna posibilidad de dejarlo sin efecto. Lo mismo
sucede con el de sociedad, que también es de tracto sucesivo. Si no pudiera ponérsele término, sería igualmente eterno,
perpetuo, y en él las partes quedarían ligadas para siempre, lo cual no puede ser. Diferentes son los contratos de ejecución
instantánea, como el de compraventa, ejemplo clásico que se da en la cátedra. Puestos de acuerdo el comprador y el
vendedor en la cosa y en el precio, el contrato queda celebrado. El cumplimiento de las obligaciones puede diferirse en el
tiempo; se lo puede fijar para después de la ejecución del contrato. En la práctica así ocurre, y los contratos de compraventa
contienen normas y cláusulas que obligan hasta mucho más allá del tiempo en que son celebrados. Pero eso no los transforma
en instrumentos de tracto sucesivo. De manera que hoy estamos frente a un contrato no legislado en nuestro ordenamiento; es
lo que siempre se ha considerado contrato innominado, entendiendo como tal el que está fuera del listado reglamentado por
nuestra legislación. Al dictarse la ley en proyecto, pasará a ser contrato nominado, con las características de la promesa en lo
esencial, y con algunas del contrato de arrendamiento. Éstas, sin embargo (tanto las de la promesa como las del
arrendamiento) no le quitan su carácter de contrato de ejecución instantánea, es decir, que, una vez celebrado, no puede ser
dejado sin efecto por la mera voluntad de una de las partes, por cuanto ya al momento de su celebración ha producido todos
sus efectos. En este caso, además, no obstante estar diferido en el tiempo, incluso afecta a terceros, que son las personas que
pueden estar comprometidas en todo el proceso de financiamiento del contrato. Por esa razón, por tratarse de un contrato de
ejecución instantánea y no de tracto sucesivo, creo que no es posible que por voluntad unilateral de una de las partes pueda
dejarse sin efecto. Si así fuera, estaríamos anulando un contrato ya válidamente celebrado y que ha producido todos sus
efectos, no obstante estar éstos diferidos en el tiempo. En consecuencia, no es posible que una indicación de la naturaleza de
la que se discute sea aceptada, en la medida en que ello afectaría la esencia misma de la iniciativa.
Participación en proyecto de ley
ARRENDAMIENTO DE VIVIENDAS CON PROMESA DE COMPRAVENTA - 2
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, participo también de la opinión del Senador señor Urenda. Incluso, yo
perfeccionaría la norma en el siguiente sentido: daría al arrendatario siempre el derecho a ceder, sin sujeción al consentimiento
o al acuerdo de la sociedad inmobiliaria, por cuanto las razones que tenga ésta podrían ser muy diversas; pero también la
forma de manifestarlo podría ser tan extraordinariamente engorrosa o difícil que hiciera en definitiva ilusorio el derecho. Por
consiguiente, partiría por otorgar al arrendatario el derecho a ceder a través, pura y simplemente, de la notificación a la
sociedad inmobiliaria. Sin embargo, si ésta estimare lesionados sus intereses, podría oponerse. La sociedad, en tal caso,
tendría que cumplir un acto positivo para negar su acuerdo. Si nada dijera, se entendería que por el mero hecho de la
notificación estaría autorizando la cesión. Pienso que es más simple el procedimiento de otorgar el derecho por la sola
notificación. La sociedad, si estima afectados los suyos, podrá reclamar de esta cesión invocando para ello las causales que lo
justifiquen.
Participación en proyecto de ley
ARRENDAMIENTO DE VIVIENDAS CON PROMESA DE COMPRAVENTA - 3
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, participo de la idea planteada por el Senador señor Ríos, y me parece que lo más
adecuado es establecer que el arrendatario podrá ceder sus derechos previa notificación a la sociedad inmobiliaria, la que
podrá oponerse sólo en casos calificados. Es decir, se invierte el peso de la prueba. De lo contrario, podría ocurrir lo que
señalé: que al solicitar el arrendatario la autorización para llevar a cabo el traspaso de derechos, la sociedad, aduciendo el
cumplimiento de trámites de cualquier naturaleza, o, simplemente, porque no tiene interés en que se realice el cambio, demore
un pronunciamiento. Ello obligaría al arrendatario a iniciar un juicio a fin de que la sociedad acreditara el motivo de su demora,
en circunstancias de que el asunto puede resolverse invirtiendo el peso de la prueba, en la forma mencionada. En
consecuencia, la disposición debe establecer que el arrendatario podrá ceder los derechos derivados de su contrato, previa
notificación a la sociedad inmobiliaria, la que sólo podrá oponerse en caso de motivo grave y calificado.
Participación en proyecto de ley
ARRENDAMIENTO DE VIVIENDAS CON PROMESA DE COMPRAVENTA - 4
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, me parece que da lo mismo consignar que la causa sea fundada o que sea
calificada. No tengo inconveniente en que se reemplace el vocablo aludido. Lo que sí quiero aclarar es que la propuesta en
análisis no implica la exigencia a la sociedad inmobiliaria de buscar por sí misma a un cesionario. Es el arrendatario el que
tendrá que encontrarlo. Por otra parte, en nuestra legislación son numerosos los casos en que pueden cederse los derechos, y
eso no quita el carácter de bilaterales a los contratos. Desde luego, normalmente, el propio contrato de arrendamiento puede
cederse. Y la cesión de créditos es un hecho que ocurre todos los días, y se halla muy extendida. Igualmente, me da la
impresión de que también es errónea la afirmación de que el contrato es "intuitus personae", respecto de la sociedad
inmobiliaria. Para ésta, es un contrato de crédito, en el que tiene que comprobar si la persona con quien pretende suscribirlo
reúne o no las condiciones de solvencia adecuadas. Por consiguiente, considero apropiado otorgar al arrendatario la facultad
de ceder sus derechos, previa notificación a la sociedad, la cual podrá oponerse a ella por motivo calificado —o fundado, como
sugiere la Senadora señora Feliú—, si estima que la cesión afecta sus intereses. Y un motivo fundado será, por ejemplo, que
el posible cesionario no reúna los requisitos de solvencia para asegurar el pago del crédito. Ésta constituirá, obviamente, la
razón más importante que podrá esgrimir la sociedad para su rechazo, porque no podría fundarlo en circunstancias meramente
caprichosas.
Participación en proyecto de ley
ARRENDAMIENTO DE VIVIENDAS CON PROMESA DE COMPRAVENTA - 5
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El señor FERNÁNDEZ.— Creo que a la redacción expuesta por el señor Presidente habría que agregar, también, el resto del
inciso: que la cesión "deberá incluir el saldo de su cuenta y sus capitalizaciones.". De este modo se completa la idea.
Considero que el hecho de otorgar al arrendatario la opción preferente de ceder sus derechos no afecta la inversión. ¿Por
qué? Primero, porque tendrá que buscar a la persona a quien cederá el contrato. Si no lo hiciere, mantendrá la misma relación
contractual con la sociedad inmobiliaria. Y segundo, porque quien pasará a sustituirlo deberá cumplir todas sus obligaciones.
Si esa persona no está en situación de cumplir todas sus obligaciones, la sociedad podrá impugnar la cesión de derechos. De
manera que eso, a mi juicio, no debiera afectar el normal desarrollo del negocio inmobiliario. Por tal motivo, estoy de acuerdo
con lo señalado por el señor Presidente respecto de la indicación; pero mantendría la parte final del artículo, que dice: "cesión
que deberá incluir el saldo de su cuenta y sus capitalizaciones.".
Participación en proyecto de ley
RÉGIMEN LABORAL DE PERSONAL DE CORPORACIÓN DE ASISTENCIA JUDICIAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, creo que no corresponde que entremos a discutir si la aprobación del proyecto
requiere o no quórum especial. Lo que sí podríamos hacer es votar nominalmente, lo que determinará en forma clara y precisa
cuál es el número de Senadores que apoya una u otra alternativa. Si se logra reunir los votos necesarios para modificar una
ley orgánica, ello será una cuestión de hecho, de la que quedará constancia en la Versión Taquigráfica. Pienso que el
problema se soluciona al votar en la forma indicada. En todo caso, cualquiera que sea la decisión que adopte el Senado sobre
esta materia —si el proyecto contiene preceptos propios de ley orgánica o no, el resultado será irrelevante, porque las cosas
son lo que son y no lo que una mayoría, por muy respetable que sea, determine. De tal manera que si se trata de una ley
orgánica, lo será con la voluntad o sin la voluntad del Senado. Y si no, igual cosa. En consecuencia, señor Presidente, para
evitar el problema, podríamos votar, dejando constancia sólo del resultado de la votación.
Legislatura 327, Sesión 7 de 19 de Octubre de 1993
Participación en proyecto de ley
MODIFICACION DE CODIGO CIVIL EN MATERIA DE REGIMEN PATRIMONIAL DEL MATRIMONIO
-1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, nos corresponde hoy día tratar un tema de gran significación: la modificación del
régimen patrimonial del matrimonio. El proyecto, que la unanimidad de la Comisión recomienda aprobar, plantea la
participación en los gananciales como un régimen supletorio y alternativo al de sociedad conyugal, tal cual lo es en la
actualidad el de separación de bienes. Aunque el nuevo régimen que incorporaremos, de aprobarse, puede ser de general
aplicación sólo en el largo plazo, creemos que es importante que se ensaye como alternativo y que, además, se trate en una
ley separada del Código Civil, pues éste, tan admirado por juristas tanto chilenos como extranjeros, resulta muy difícil de
modificar sustancialmente sin correr los riesgos de producir graves vacíos o inmensas dificultades de interpretación. En lo
referente al régimen de participación en los gananciales que nos propone la Comisión, estimamos, en líneas generales, que
está bien concebido, tanto en su formulación teórica como en su redacción, especialmente porque se ha escogido, de entre las
dos variantes conocidas del mismo, la que ofrece menos problemas en su aplicación: la de, al disolverse el matrimonio, en vez
de formar una comunidad con lo ganado por los cónyuges durante él, simplemente crear un verdadero sistema de cuentas
corrientes entre ellos o entre uno de éstos y los herederos del otro. En términos simples, puede sostenerse que en el régimen
de participación en los gananciales ocurre con los bienes esencialmente lo mismo que en la sociedad conyugal. Es decir, los
gananciales estarán constituidos por todas las adquisiciones de toda clase de bienes muebles e inmuebles efectuadas a título
oneroso durante el matrimonio; por los frutos de todos los bienes, incluso los propios de los cónyuges, y por el producto del
trabajo de éstos y los bienes adquiridos con dicho producto durante el matrimonio. Sin embargo, respecto de estos bienes no
se forma comunidad alguna durante el matrimonio y, en consecuencia, cada cónyuge los administra con plena capacidad y
total libertad, al igual que aquellos que no están destinados a formar los gananciales. Tales son los que integran el patrimonio
originario de cada cónyuge y los que se agregan a él. En otras palabras, quedan en el patrimonio originario de cada cónyuge o
se agregan a él los bienes muebles e inmuebles aportados al matrimonio y los bienes muebles e inmuebles adquiridos a título
gratuito durante aquél. O sea, el patrimonio originario y sus agregaciones corresponden al haber propio y al haber aparente en
el régimen de sociedad conyugal. A la disolución del régimen de participación en los gananciales, los patrimonios de los
cónyuges permanecen separados y se hace una comparación entre el patrimonio originario neto de cada cónyuge y su
respectivo patrimonio final. Efectuada la comparación, se ve cuánto ha ganado cada uno de los cónyuges, se suman las
ganancias y se dividen por mitades, puesto que el régimen consiste precisamente en participar de aquéllas por iguales partes
a marido y mujer. De lo anterior resultará que el cónyuge que ha ganado menos tendrá un crédito en contra del otro hasta
enterar la suma equivalente al cincuenta por ciento de lo ganado por ambos. Cabe agregar que tanto en la consideración del
patrimonio originario como en el final de cada uno de los cónyuges, obviamente, se tienen en cuenta no sólo los bienes o
activos, sino también las obligaciones contraídas correlativamente, que constituyen el pasivo, las cuales se descuentan del
activo. A este respecto, debe precisarse que si en el patrimonio originario el pasivo supera al activo, el patrimonio neto inicial
del cónyuge respectivo se considera igual a cero, como asimismo cabe decir, en cuanto al patrimonio final de cualquiera de los
cónyuges, que si resulta negativo, sólo el cónyuge pertinente soportará el déficit. Sin perjuicio de lo recién expresado, no
podemos dejar de señalar que este régimen, que en apariencia es de fácil aplicación, no lo es en la práctica, como ha ocurrido
en los países en que se ha adoptado como sistema legal en sustitución de la comunidad de bienes. En efecto, el régimen de
participación en los gananciales, que a primera vista aparece tan fácil, no lo es, porque para determinar los gananciales, a su
vez, hay que fijar con certeza los patrimonios inicial y final del marido y de la mujer. Como no sería pensable exigir para tales
efectos llevar contabilidad, ha de aceptarse —lo hace el proyecto que analizamos— que tanto el patrimonio inicial como el final
se acrediten por medio de inventarios simples firmados por los cónyuges, sin perjuicio de que se admitan otros medios de
prueba, y que respecto del patrimonio final los cónyuges o sus herederos puedan exigir inventario solemne. Igualmente, debe
señalarse que la valorización de los bienes queda entregada a los cónyuges o a un tercero designado por ellos, y sólo en
subsidio, al juez. Además, debe tenerse presente que la mujer, en el régimen de participación en los gananciales, pierde las
ventajas que le otorga el de sociedad conyugal, particularmente en lo que se refiere al patrimonio reservado, el cual le permite,
a la disolución de aquélla, optar por compartir con su marido el producto de su trabajo y lo adquirido con él, aceptando los
gananciales, o bien, renunciar a ellos, conservando el dominio de los bienes reservados. Igualmente, la mujer que por una u
otra razón no ha trabajado y que, en consecuencia, nada ha ganado, en la comunidad de bienes lleva en la práctica la mitad
de lo ganado por su marido, sin correr ningún riesgo, ya que si éste tiene pérdidas, ella, renunciando a los gananciales, se
desliga del pasivo social. Es más: si por equivocación acepta los gananciales y después aparece que existían más deudas,
tampoco responderá de ellas, porque goza del derecho del beneficio de emolumentos o de inventario, por el cual responde de
las deudas hasta la concurrencia de lo que recibió por gananciales. Todo lo anterior nos lleva a pensar que el de participación
en los gananciales es un régimen que, en todo caso, puede ser adecuado para cierto tipo de personas con ingresos altos; pero
además requiere, para su cabal comprensión, de un desarrollo económico y social mayor que el alcanzado por el país hasta
ahora. Señores Senadores, el proyecto también modifica otros artículos del Código Civil que van en la línea de igualar aún más
los papeles del marido y de la mujer en el matrimonio, sobre todo en lo relativo al deber de socorro entre ellos; pero si bien no
ameritan por sí mismos tal vez un gran debate, no creemos todavía conveniente volver a innovar en estas materias,
habiéndose ya hecho bastante en tal dirección en la reforma de 1989. En efecto, en dicha reforma se eliminó todo aquello que
de algún modo pudiese estimarse desdoroso para la mujer, como su obligación de seguir al marido a cualquier lugar que éste
trasladara su residencia, la cual fue sustituida por la obligación de ambos de vivir en el hogar común; la de obedecer a su
marido, que fue reemplazada por el concepto de que ambos cónyuges se deben respeto y protección mutuos, y otros cambios,
tales como el de suprimir la sanción a la mujer por su adulterio, que consistía en la pérdida del derecho a los gananciales, en
caso de existir sociedad conyugal. El proyecto que se somete a nuestra consideración incluye además un aspecto novedoso,
que consiste en la creación del concepto de "bienes familiares", el que tiene lugar cualquiera que sea el régimen de bienes que
los cónyuges adopten en su matrimonio y es independiente del régimen de participación en los gananciales. Esta iniciativa,
con las modificaciones introducidas por la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado, que
despejó cualquier duda de constitucionalidad respecto de estas normas, es un valioso aporte que deberá contribuir a la
estabilidad familiar, tan necesaria en nuestros días, y sobre todo cuando los cónyuges decidan contraer matrimonio en el
régimen de separación de bienes o en el de participación en los gananciales. Los denominados "bienes familiares" consisten
en que el inmueble de propiedad de uno o de ambos cónyuges que sirva de residencia principal a la familia y los bienes
muebles que lo guarnecen pueden ser declarados tales judicialmente, a petición del marido o de la mujer. El efecto principal de
esa declaración es que tales bienes no pueden ser enajenados o gravados voluntariamente ni prometidos enajenar o gravar
sin el consentimiento de ambos cónyuges. Asimismo, otorga un beneficio de excusión al tercer acreedor que pretenda trabar
embargo sobre esos bienes para que, antes de perseguir sus créditos en ellos, lo haga en los demás bienes del cónyuge
deudor. Es evidente que en muchos casos, especialmente cuando los cónyuges contraigan matrimonio en el régimen de
separación de bienes o en el de participación en los gananciales, la sola posibilidad de cualquiera de los cónyuges de obtener
por resolución judicial la afectación como bien familiar del inmueble en que está establecida la familia será un factor de
tranquilidad que contribuirá a una mayor estabilidad familiar. Menor importancia tiene esta institución que crea el proyecto que
nos ocupa en el régimen de sociedad conyugal, porque, como ya se ha visto, existe en él el haber social que administra el
marido, pero con fuertes limitaciones, que consisten en autorizaciones de la mujer o de la justicia en subsidio. Otro tanto ocurre
cuando la mujer administra extraordinariamente la sociedad conyugal, ya que en todos los actos de enajenación que
comprometan el patrimonio de la sociedad conyugal debe proceder con autorización judicial. En todo caso, no va a reportar
perjuicio alguno el hecho de que también se apliquen estas normas a los que contraigan matrimonio en sociedad conyugal. El
inconveniente inicial planteado en la Comisión, referido a la inconstitucionalidad del proyecto en esta materia, fue superado al
reemplazar la posibilidad de que cualquiera de los cónyuges, actuando unilateralmente, afecte como bien familiar un bien de
propiedad del otro cónyuge, por la de hacer factible al cónyuge no propietario recurrir al juez para que, oyendo a ambos,
resuelva sobre la petición. Estimamos que, en la forma como estaba establecido, el proyecto lesionaba el derecho de
propiedad, ya que permitía a uno de los cónyuges, por su sola voluntad, entrabar la libre disposición de bienes ajenos, propios
del otro cónyuge. Al modificarse el sistema de afectación mediante un procedimiento judicial, consideramos salvado el
inconveniente, puesto que en este caso el derecho de los cónyuges quedará como un efecto necesario del contrato de
matrimonio para quienes lo celebren en el futuro. Señor Presidente, para quienes formamos parte de la Comisión de
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento ha sido especialmente grato trabajar con la señora Ministra Directora del
Servicio Nacional de la Mujer y sus asesores, y recibir la contribución de los demás señores Senadores, por cuanto, en una
situación muy significativa, como lo es el proyecto que regula el régimen patrimonial del matrimonio, se ha logrado acuerdo
unánime en todos los aspectos esenciales, que dicen relación tanto a la creación del régimen de participación en los
gananciales como a la creación de los que hemos denominado "bienes familiares". Respecto de estos dos temas, en nuestro
concepto, se ha dado un paso muy importante en las distintas opciones que tienen los cónyuges que contraen matrimonio, sea
cual fuere el régimen: el de participación en los gananciales, el de sociedad conyugal o el de separación de bienes. En cuanto
a normas de menor entidad modificatorias del Código Civil y a otras que sancionan el adulterio de los cónyuges, figura tratada
en el Código Penal, no hubo la misma unanimidad. En todo caso, se trata de puntos que no constituyen la esencia del
proyecto, ya que lo fundamental es el régimen de participación en los gananciales —sistema nuevo y alternativo que se
propone para quienes contraigan matrimonio con respecto a la situación de sus bienes— y la creación de los bienes familiares,
institución novedosa y trascendente para la estabilidad familiar. Por las consideraciones expuestas, opino que estamos ante
una iniciativa de gran interés, que debe ser aprobada por el Senado, sin perjuicio de las indicaciones que habrá de conocer la
Comisión en su oportunidad, si se plantean por Sus Señorías. He dicho.
Legislatura 327, Sesión 10 de 02 de Noviembre de 1993
Participación en proyecto de ley
ENMIENDAS A COMPOSICIÓN, ORGANIZACIÓN Y ATRIBUCIONES DE CORTE SUPREMA Y A
RECURSOS DE QUEJA Y DE CASACIÓN - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, fundamentaré en forma breve mi voto de rechazo a esta indicación por estimar
inconveniente establecer un grado de especialización a nivel del Máximo Tribunal. En primer término debemos considerar que
la división que se procura hacer en la Corte Suprema tendría lugar en la cúspide de la carrera judicial, en circunstancias de
que, normalmente, en el resto de las profesiones la especialización corresponde a otras etapas de la vida funcionaria. Es decir,
los jueces, quienes durante su carrera conocen todo tipo de materias, al llegar a la Corte Suprema deberían especializarse en
una de ellas. Pienso que esa situación es inconveniente e inadecuada, aparte que no se da en otras actividades relevantes de
la vida humana. No veo para qué recurrir a la especialización en ese nivel. Por otro lado, no resulta adecuado que los jueces
tengan una visión parcial, circunscrita a determinados temas, en una tarea tan delicada como la de administrar justicia. No
olvidemos que los tribunales, por sobre los valores técnicos o los que representan el conocimiento de alguna ciencia, arte o
profesión, deben hacer justicia con relación a la causa a que están abocados. Y así como en Derecho, por lo general, no
existen dos causas iguales, tampoco las hay en otras disciplinas, como la medicina, a cuyo respecto se señala que existen
enfermos, pero no enfermedades. Aquí podría decirse que no hay causas, sino personas afectadas o beneficiadas por una
acción judicial. Por tanto, creo que los tribunales no deben aplicar en forma rutinaria determinada jurisprudencia. Es sano y
conveniente que en algún momento cambien de integrantes a fin de que se puedan emitir fallos diferentes, porque las causas y
las partes involucradas —esto es lo más importante— también son disímiles. Por las razones que señalé, rechazo la
indicación.
Legislatura 327, Sesión 13 de 10 de Noviembre de 1993
Participación en proyecto de ley
RECURSOS PARA DUODÉCIMA REGIÓN - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, estamos en presencia de un proyecto muy importante para el desenvolvimiento
de la Región de Magallanes, la cual precisa de la ayuda y del auxilio de otras zonas del país y especialmente del Gobierno
central, con el objeto de desarrollar integralmente sus potencialidades y permitir un aumento de la población en ese territorio
tan vasto, afianzando, con ello, la soberanía nacional. Celebro la presentación de una iniciativa de esta naturaleza y la
intención que existe para aprobarla, ya que tiende a beneficiar directamente a los magallánicos y a paliar, en parte, las graves
deficiencias que enfrentan, por razones tanto geográficas como económicas, administrativas y de todo orden. No obstante lo
anterior, conviene tener presentes algunos aspectos, a fin de evitar que se olviden o que, en definitiva, no se tomen en cuenta
en el futuro. Algunas autoridades centrales que manejan el aspecto financiero del país, al formular las proposiciones
presupuestarias consideran globalmente todos los recursos que percibe una Región e incluyen también los de carácter
excepcional, modificando así las asignaciones correspondientes. Es decir, lo que se intenta favorecer mediante una ley
especial, propia —como la consignada en el proyecto en examen—, se corrige o modifica a través de una ley general, según el
criterio de esos personeros. Ese no es el sentido de la presente iniciativa. Su finalidad es que la cuota que a la Duodécima
Región le corresponda en el Fondo Nacional de Desarrollo Regional, se incremente en el porcentaje que se indica. Esto
significa que los dineros contemplados en esta normativa no deberán incluirse, para ningún efecto, en el fondo mencionado,
sino que, fijada la cuota en éste para la Región de Magallanes conforme a pautas preestablecidas, ella deberá aumentarse
según lo preceptuado en el texto en debate. Es necesario dejar claramente establecida esa interpretación, por cuanto
—repito— con frecuencia las autoridades centrales encargadas del manejo macroeconómico y financiero de la nación, asignan
una cantidad menor a la cuota del Fondo que corresponde a la Región respectiva, considerando que ella recibirá recursos por
otra vía. Si bien tal procedimiento puede tener un efecto positivo en cuanto al saneamiento de las finanzas públicas, en este
caso, en general a la Duodécima Región, y en particular a Tierra de aplicarse, será tremendamente perjudicial para la Región
y, además, burlará y vulnerará el espíritu claro y categórico que la ley quiere establecer en beneficio de Magallanes. Por esta
razón y por las que indiqué anteriormente, me parece que estamos ante un proyecto que favorece del Fuego —a la que se
entrega un importante porcentaje de recursos—, provincia que, dentro de la Región, es una de las más abandonadas, menos
pobladas, y más extensas, y la que produce la mayor parte de los ingresos que genera el petróleo. De tal manera que
considero muy saludable establecer una norma en beneficio de esta provincia, porque también es, probablemente, una de las
más pobres entre las que constituyen la Región. Por lo tanto, señor Presidente, anuncio mi voto favorable a la iniciativa, que
celebro haya sido presentada.
Legislatura 327, Sesión 15 de 17 de Noviembre de 1993
Participación en proyecto de ley
BASES DE PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, concuerdo con lo señalado por el Senador señor Otero. El proyecto contiene
materias cuyo conocimiento corresponde esencialmente a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia. Se trata de un
procedimiento que no dice relación a facultades del Gobierno interior ni menos con un proceso de regionalización. Se crea
todo un sistema jurídico, el cual implica derechos, obligaciones y garantías constitucionales; de modo que si hay una Comisión
especializada en este caso, ella es la de Constitución. El proyecto contempla muchas normas que pueden entenderse como
atentatorias de los derechos garantidos en la Carta Fundamental o de facultades de las propias autoridades, incluidas las
judiciales. De tal manera que estamos ante una iniciativa de extraordinaria importancia, que ha sido muy estudiada y debatida
en las Facultades de Derecho y que, en definitiva, recoge un conjunto de experiencias de otros países que, a veces, no han
sido muy exitosas. Se ha mencionado el caso de España, que no ha tenido mucho éxito en materia de procedimientos
administrativos. Por consiguiente, creo muy importante contar con un informe de la Comisión de Constitución.
Legislatura 327, Sesión 16 de 23 de Noviembre de 1993
Participación en proyecto de ley
JUZGADOS VECINALES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, la iniciativa en análisis es, a mi entender, una de las de mayor significación dentro
de las que conforman la modernización de la justicia, varias de las cuales ha despachado ya el Senado. Pero su importancia
no se reduce a eso: también permitirá acercar la justicia a aquellos sectores que se encuentran en situación más desmedrada
respecto de la solución de sus problemas, y que en general son los de menores recursos. Es sabido que los tribunales
ordinarios no están en situación de atender todas y cada una de las justas aspiraciones de los habitantes de las distintas
comunas, en del extraordinario recargo que les significa el cumplimiento de las funciones que les encomienda la ley, y,
además, porque ellos -sean civiles o del crimen- se han ido especializando en materias muy distintas de las que dicen relación
con la competencia de los juzgados vecinales. El sentido de la presente iniciativa es acercar la justicia a la comuna, a fin de
posibilitar la solución de los problemas que afectan a sus habitantes más modestos, los cuales no están en situación de contar
con una adecuada defensa jurídica o carecen de los recursos suficientes como para recurrir a otro tipo de tribunales. Si bien es
cierto que la iniciativa no se agota en ese aspecto, permitirá que la justicia llegue a sectores que hoy no tienen acceso a ella.
En mi opinión, el proyecto, que se encuentra en su primer trámite constitucional -por lo tanto, está abierta la posibilidad de
presentar indicaciones que lo perfeccionen-,contiene materias que es necesario tener en cuenta. En primer lugar, al referirse a
la competencia de los juzgados vecinales, la iniciativa otorga a los jueces la facultad de ser conciliadores. Esto es muy
importante, por cuanto son numerosos los problemas que, a nivel vecinal, pueden solucionarse con una adecuada conciliación.
El que un juez, investido de la calidad de tal, llame a las partes y busque la forma de encontrar un acuerdo, de lograr una
conciliación entre ellas, puede ser extraordinariamente provechoso para superar innumerables dificultades que se presentan
en la vida diaria de la comuna. Es así como muchas veces, por falta de conocimiento o de una adecuada autoridad que
encauce las distintas formas en que puede solucionarse un problema, los vecinos entran en disputas que, incluso, pueden
exceder el campo propiamente civil en que están envueltos y terminar en situaciones tremendamente dolorosas que abarcan el
campo criminal. Por tales razones, llamo la atención respecto del hecho de que las partes puedan someterse -porque no existe
imperio, no es obligatorio para ellas- a la etapa de conciliación que les proponga el juez. Creo que esta norma es altamente
positiva y permitirá solucionar un sinnúmero de problemas, sin necesidad de llegar a un juicio tan formal como el que
contemplan nuestros Códigos para otro tipo de materias. Además de lo anterior, los jueces tendrán competencia sobre otros
asuntos de gran interés: causas civiles y de comercio cuando la cuantía no exceda de 10 unidades tributarias mensuales,
excluidos los juicios ejecutivos, por cierto; acciones posesorias; acciones a que den lugar las servidumbres legales reguladas
en los artículos 841 al 879 del Código Civil, e infracciones a los reglamentos y estatutos de copropietarios de edificios acogidos
a la Ley de Propiedad Horizontal. No olvidemos que problemas de este tipo son muy importantes en nuestras poblaciones, y
probablemente no existe hoy un cauce o una vía jurisdiccional para solucionarlos, pues ello está absolutamente fuera del
alcance de las personas. En su gran mayoría nuestros barrios -especialmente en lo que se refiere a los nuevos conjuntos
habitacionales- están conformados por personas regidas por aquella ley. Por lo tanto, los problemas que acarrea la vecindad
son, muchas veces, muy pequeños y no justifican la intervención del juez del crimen, ni menos la de otro tipo de autoridades,
pero muy grandes para los vecinos, pues los afectan día a día. De manera que es muy importante que los tribunales tengan la
posibilidad de buscar la solución, en este caso, no sólo a través de la conciliación, sino, también, a través de un fallo. Entre las
materias que abarca la competencia de los jueces vecinales están, además, las particiones de bienes y liquidaciones de
sociedad conyugal cuando no excedan de 50 unidades tributarias anuales (se trata, nuevamente, de personas que no pueden
recurrir a los procedimientos a que tienen acceso quienes tienen mayores recursos); delitos de injurias y calumnias sin
publicidad, que hoy en día virtualmente no son castigadas, no obstante que hay tribunales con competencia sobre ello, y todas
las faltas contempladas en el Libro III del Código Penal. Por otro lado, creo conveniente que el Senado tome nota del
verdadero significado del número 12 del artículo 16, de acuerdo con el cual el juez vecinal podrá conocer “De las denuncias
fundadas respecto a hechos que alteren la paz o tranquilidad en la comuna o la normal convivencia entre vecinos, siempre que
no constituyan delito,”. Esta en una norma de extraordinaria importancia, pues da competencia al juez para resolver problemas
que afectan a diario a los ciudadanos, problemas que, pese a no implicar delito -si lo constituyeran debieran ser vistos por el
tribunal del crimen-,significan un trastorno tal de la tranquilidad y la paz que alteran, en último término, la calidad de vida de los
afectados. Todas estas materias sucintamente señaladas constituyen, a mi entender, un aporte muy positivo a la solución de
los conflictos jurisdiccionales en el ámbito vecinal. Por eso, creo que debemos respaldar el proyecto, sin perjuicio de su
perfeccionamiento por medio de indicaciones y del financiamiento que necesariamente habrá de darse con el tiempo a los
juzgados que crea. Debemos tener presente que, conforme a la iniciativa, la instalación de éstos queda supeditada a que el
gasto correspondiente esté contemplado en el presupuesto comunal, lo cual, como es obvio, hará que, al menos en una
primera etapa, sólo se constituyan en las comunas de mayores recursos. Sin embargo, debemos entender que se trata de dar
un primer paso. En la medida en que los juzgados sean exitosos representarán un estímulo para que otras comunas destinen
fondos para ese fin. En último término, estoy cierto de que todos estaremos dispuestos a otorgar los recursos necesarios a las
comunas que carezcan de ellos si el resultado de los juzgados vecinales es exitoso y si advertimos que resultan determinantes
para la solución de los conflictos entre los vecinos. Por las razones dadas, señor Presidente, voy a prestar mi aprobación al
proyecto, el cual -reitero- se inserta en un proceso de modernización de la justicia y hará posible acercarla a aquellos sectores
que más la necesitan. Muchas gracias.
Legislatura 327, Sesión 18 de 14 de Diciembre de 1993
Participación en proyecto de ley
DURACIÓN DEL MANDATO PRESIDENCIAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el Senado conoce perfectamente cuál fue mi posición cuando se discutió en
meses pasados la reforma constitucional. En esa oportunidad, señalé las razones que me llevaron a sostener que no era
conveniente modificar la duración del período presidencial. Esa reforma fue rechazada. Sin embargo, quedó claramente
establecida la voluntad del Congreso, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, de reducirlo con posterioridad a
los comicios del 11 de diciembre, porque no se deseaba mantenerlo en ocho años. Así lo habían manifestado los principales
dirigentes políticos y la mayoría de los Parlamentarios. Ante esta realidad, la ciudadanía, al momento de sufragar, sabía que la
extensión del mandato sería disminuida después; vale decir, existía absoluta indefinición con respecto a si se estaba votando
por cuatro, cinco o seis años, pero sí había claridad en cuanto a que no era por ocho años. En esta situación, me pareció
oportuno tomar contacto con algunos Parlamentarios y personeros políticos con el objeto de precisar la materia, pues, tras
haberse elegido el Jefe de Estado, no podía ocurrir que se reuniera el Congreso, o los partidos políticos, para cambiar el plazo
presidencial. De tal manera que, ante el evento de tener que enmendar la norma constitucional y no habiéndose determinado
en qué forma se haría, se buscó este acuerdo de seis años, al cual se llegó como resultado del consenso de la mayoría de
esta Corporación. Y los Senadores que postularon otras duraciones del período no contaron con el apoyo necesario para
aprobarlas. Este es el sentido de lo ahora propuesto. En relación a la vacancia del cargo, son perfectamente aplicables y
adecuadas —como aquí se ha señalado— las reglas dispuestas en el artículo 29 de la Constitución Política. Sin embargo,
éstas deberían modificarse en razón de lo que entraría a regir, aun cuando no constituyen en sí reglas inaplicables. No
olvidemos que quien eventualmente pudiera permanecer en ejercicio, por efecto de la interpretación de este precepto, más allá
del señalado como período definitivo, será un Presidente elegido por el país y no por el Congreso. En todo caso, estoy de
acuerdo en que dicha disposición se ajuste en los términos aquí planteados, por cuanto creo que la debida correspondencia y
armonía de las normas nos llevaría a esa enmienda expresa. No obstante, no me preocupa su interpretación, porque, llegado
el momento —ojalá no sea el caso—, debería aplicarse conforme a nuestra hermenéutica legal. Voto que sí.
Legislatura 327, Sesión 19 de 15 de Diciembre de 1993
Participación en proyecto de ley
TRAFICO ILICITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTROPICAS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, no es necesario abundar en el inmenso peligro que las drogas han llegado a
representar para las sociedades contemporáneas. Una mirada a la prensa de cualquier día y de cualquier país basta para
confirmar que se trata de un factor de destrucción humana y social de gran envergadura. Alejado el riesgo de conflagración
nuclear, parece difícil que un peligro mayor que el de las drogas amenace hoy a la humanidad entera. Por su generalidad,
rompe los esquemas de preferencia ideológica de sectores y países. Por la multiplicidad de sus manifestaciones, rompe los
esquemas de clasificación cultural y económica de los grupos sociales. Por la brevedad de los plazos en que surte su efecto
letal, la urgencia en resolver este problema probablemente sobrepasa incluso la relativa a otros que también preocupan
universalmente, como los de contaminación del medio ambiente. En consecuencia, es un deber de Estado asignar a este
combate la prioridad que objetivamente tiene, y que supera con mucho la de numerosos otros temas que concentran la
atención cotidiana. La droga exige a la sociedad una acción en dos grandes planos. En el primero, debe tratar de prevenir la
adicción, de revertir la dependencia, de reparar sus estragos. Para este efecto, la sociedad tiene que optar: un camino es la
prohibición más enérgica de todo lo conducente o vinculado al consumo de la droga; otra vía es la permisión de su consumo,
concentrando los recursos, en cambio, en el combate de las causas y consecuencias de la adicción. La inmensa mayoría de
las naciones del mundo se ha inclinado por el primer camino, y a mi juicio con razón. Los peligros del segundo, vale decir, la
permisión de su consumo, son grandes, y los resultados de su exploración, donde se ha intentado actuar, no parecen
convincentes. Chile optó desde el primer momento por la vía de la prohibición. De ello deriva la necesidad de un segundo
plano de acción: el de la búsqueda de las medidas más eficaces contra las consecuencias sociales inseparables de una
prohibición. Leyes sicológicas y económicas hacen que toda prohibición de algo que es deseado por un grupo eleve el precio
de lo anhelado. Lo patológico de la adicción lleva a que tal deseo sea sentido como cuestión de vida o muerte por el adicto, lo
que crea automáticamente un mercado ilegal, en proporción al deseo de lo prohibido. Y ese mercado ilegal mueve hoy
magnitudes inconmensurables de dinero en todo el planeta. Es nuestro deber procurar que Chile enfrente en las mejores
condiciones posibles el combate contra ese gigantesco problema. En mi opinión, el proyecto que la Comisión de Constitución,
Legislación, Justicia y Reglamento propone al Senado cumple adecuadamente con dicho propósito. Su atención se concentra
principalmente en el campo referente a prevenir y reprimir el tráfico ilícito de estupefacientes, así como sus derivaciones más
recientes.Legislación internacional La iniciativa, desde luego, es ampliamente consecuente con las obligaciones
internacionales que Chile ha venido contrayendo en este campo, especialmente desde 1961 en adelante.Legislación nacional
Asimismo, el proyecto continúa y perfecciona la línea seguida por la normativa nacional sobre tráfico ilegal de estupefacientes.
Atiende a reparar los vacíos y corregir las insuficiencias o errores detectados en la normativa hasta ahora vigente. Deroga para
este efecto la ley N 18.403, de 1985. Es ése un signo que indica la velocidad con que este problema aumenta y se diversifica,
y la necesidad de que el legislador reaccione en consecuencia. El proyecto que se propone ha tenido presente lo expresado a
su respecto por tres institutos de estudios, que lo analizaron detenidamente. Sus opiniones fueron acogidas en diversos
aspectos. Cabe destacar, en general, que la Comisión concordó muy cercanamente con los planteamientos del proyecto
original del Ejecutivo. Sin perjuicio de ello, introdujo algunas correcciones que lo perfeccionan, principalmente desde la
perspectiva de la técnica legislativa, sin introducir ninguna modificación sustancial de su línea matriz. Esta iniciativa nace de la
evidencia de que el consumo indebido de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, así como su tráfico ilícito, son hechos
que alteran gravemente la convivencia social y afectan de una u otra forma a todas las actividades del país. El proyecto busca
una legislación ágil, que permita una tramitación rápida de las causas derivadas del narcotráfico. Conserva y precisa las figuras
penales básicas de la legislación actual, fundamentalmente en materia de elaboración y tráfico ilícito de drogas, y en lo que se
refiere a proporcionar medios y organización para cometer esos delitos. A dichas figuras delictivas añade un conjunto de otras
que nuestra legislación hoy no recoge y que, sin embargo, constituyen manifestaciones graves del problema.Lavado de dinero
Entre las innovaciones principales que la normativa introduce se encuentra la sanción de las conductas constitutivas de lo que
se ha dado en llamar "lavado de dinero". La sociedad se halla frente al hecho nuevo de una red organizada de complejas y
variadas maniobras para encubrir el origen ilícito de las ganancias que genera este tráfico ilegal. La magnitud de esos recursos
agrava y genera los fenómenos de corrupción, alcanzando tanto al sector público como al privado. Si no se contrarresta su
desarrollo, se corre el riesgo de contaminación y descalabro de toda la organización social e institucional del país, como,
desgraciadamente, lo muestran experiencias extranjeras.Investigación administrativa preliminar Por tal razón, se aprobó la idea
de una instancia de investigación preliminar, administrativa y no contenciosa. Así, el Consejo de Defensa del Estado indagará,
antes del proceso judicial, la existencia de hechos sospechosos y recopilará las pruebas que faciliten el fundamento de la
acción penal. Estará dotado de las facultades necesarias para la eficacia de la investigación, incluyendo el alzamiento del
secreto bancario. Esto se considera indispensable para establecer la efectividad de las transacciones ilícitas y localizar los
recursos antes de su transferencia. Ello resulta acorde con la legislación internacional y con el prioritario interés social en
juego. Se ha prevenido el riesgo de denuncias injustificadas que perturben la inversión, disponiendo resguardos de estricta
confidencialidad. Asimismo, se tuvo presente el carácter autónomo que tiene el Consejo de Defensa del Estado, conforme a su
nueva ley orgánica, y también, a su naturaleza de organismo colegiado, que, a mi entender, ofrece garantías de buen uso de la
facultad investigadora, la que no podrá iniciarse sino por acuerdo de los dos tercios de los consejeros en ejercicio, lo que
agrega un elemento adicional para la seriedad de esta actividad.Nuevas figuras penales La normativa propuesta fija o precisa
como figuras penales diversas conductas que inciden en este problema, pero que la normativa vigente no contempla
adecuadamente. Es el caso del mal uso de sustancias químicas necesarias para la preparación de drogas, en las distintas
instancias de elaboración, manipulación o distribución de dichas sustancias. Es también el caso de su suministro a menores, a
sabiendas del destino que se les dará. Se establecen algunas presunciones legales necesarias para tipificar situaciones
respecto de las cuales, hasta ahora, la evidencia lógica no siempre encontraba suficiente reflejo en la norma positiva. Ocurre
así, por ejemplo, con la presunción que reputa partícipes a quienes tengan en su poder objetos comúnmente destinados a la
realización de las conductas penadas por la ley en cuanto a cualquier forma o grado de elaboración de estupefacientes.
Llenando igualmente otra insuficiencia actual, precisa la prohibición y la penalidad del cultivo no autorizado de vegetales
productores de sustancias estupefacientes, así como su transporte y tráfico. Se regula más ampliamente la incautación o
decomiso de bienes provenientes de la comisión de estos delitos, y su destino ulterior a fines que contribuyan al propósito de
la ley. Se ha tenido presente que no en todos los casos vinculados a este problema las penas privativas de libertad resultan
conducentes a la finalidad perseguida. Por consiguiente, el proyecto prevé, también, respecto de determinadas figuras
relacionadas con el consumo de drogas, otras penas alternativas, tales como multas, privación de licencia de conducir,
trabajos de colaboración municipal o sometimiento a programas obligatorios de prevención o rehabilitación. En general, sólo en
casos muy calificados por su peligrosidad social se ha sancionado el consumo como delito. El adicto debe ser estimado más
bien como un enfermo. Se distingue, por tanto, entre el consumo privado, no delictivo, y el público, que sí lo es. Se ha
considerado tanto la concertación para consumir drogas como la figura del arriendo de inmuebles para usarlos como centros
de consumo, y, asimismo, la tenencia, a cualquier título, de locales abiertos al público, sin adoptar precauciones, en los que se
permita o tolere el tráfico o consumo habitual de drogas. También se califica como delictual el que bajo los efectos de drogas
se desempeñen determinadas actividades laborales, ampliándose, con ello, la única norma que castiga tal modalidad de
consumo, contenida en el Código Aeronáutico. Igualmente, se tipifica y sanciona el mal ejercicio de atribuciones para la
prescripción de drogas por parte de profesionales relacionados con la medicina humana o animal, lo que habitualmente se
traduce en abusos en la extensión de recetas y en la tenencia de drogas o de sustancias para su elaboración.Nuevas
atribuciones judiciales A este respecto, se asignan amplias facultades a los tribunales del crimen. Entre las principales, se
cuenta la de autorizar, en determinados casos, la "entrega vigilada" de droga, como herramienta útil para detectar las redes de
tráfico. Con esto se evita que la sola detención de los transportadores conduzca a la impunidad de los demás partícipes, que
son los verdaderos grandes traficantes. Además, se reconoce la necesidad de la cooperación judicial internacional, por el
carácter transnacional de estos delitos. En consecuencia, se faculta al juez para requerir u otorgar amplia colaboración a
tribunales extranjeros. En este mismo ámbito judicial, se prevé el posible cumplimiento de la pena en el país de origen del
infractor. Y se considera reincidencia el hecho de que éste haya sido condenado previamente por delitos semejantes según
sentencia extranjera ejecutoriada. Por la complejidad de estas investigaciones, se contempla la intervención, previa
autorización judicial, de las comunicaciones y documentos privados, así como la observación de sospechosos, por breves
períodos. Del mismo modo, se incorporan figuras jurídicas nuevas, como la de los testigos encubiertos. Cabe insistir en que
todo ello requiere autorización judicial previa, por tiempo limitado, sin perjuicio de sancionarse severamente cualquier abuso de
tales atribuciones. Es del caso hacer notar que la facultad del juez para autorizar esas medidas supone siempre la existencia
de fundadas sospechas, esto es, el mismo requisito que establece el Código de Procedimiento Penal para que se pueda
detener a una persona. Estimamos que los resguardos adoptados a este respecto son suficientes para compatibilizar la
eficacia de las nuevas normas con el marco constitucional de reconocimiento de los derechos y libertades fundamentales. Por
otra parte, la cooperación eficaz se contempla como atenuante y puede dar lugar a medidas de protección para quien
colabore. Atribuciones conferidas al Consejo de Defensa del Estado Es posible que haya quien objete las atribuciones que el
proyecto asigna al Consejo de Defensa de1 Estado. Sin embargo, como se señaló, la naturaleza actual de dicho organismo y
las salvaguardias que la propia iniciativa consigna para evitar el uso distorsionado de esas facultades permiten remitirse al
Consejo para una investigación administrativa preliminar. Por lo demás, la referida entidad ha ejercido atribuciones en este
campo desde hace ya largos años, siendo digno de destacar el que lo anterior, incluso sin las seguridades que se plantean, no
haya dado lugar a extralimitaciones. En todo caso, la Comisión dejó constancia de la conveniencia de que más adelante, al
estructurarse el nuevo Ministerio Público que se proyecta, se estudie la posibilidad de entregarle las herramientas necesarias
para conocer de los delitos relativos a lavado de dinero.Destino de bienes decomisados y multas En discrepancia con el
Ejecutivo, la Comisión fue partidaria de que la mitad del producto de la enajenación de los bienes decomisados y de los
dineros que se hallen en la misma situación, e igualmente, de las multas que se impongan como resultado de la ley en
proyecto, se destine al Fondo de Desarrollo Regional, para que esos recursos se concentren, precisamente, en las zonas más
afectadas por el peligro de la droga, como refuerzo para combatirla.Sentencias extranjeras Para determinar la reincidencia, se
tomarán en cuenta las sentencias firmes dictadas en el exterior, aun cuando la pena no se haya cumplido. Con esto se recoge
lo estipulado en las convenciones internacionales sobre la materia, según criterios que cuentan, a lo menos, con dos
precedentes legislativos en nuestro ordenamiento. Además, se aplica el inciso cuarto del artículo 3 del Código de
Procedimiento Penal, que da valor en Chile al fallo condenatorio extranjero, para determinar la calidad de reincidente o
delincuente habitual del procesado. No se trata, en verdad, de una extraterritorialidad de esas sentencias, por cuanto la
disposición propuesta se refiere a la condena en otro país por delitos que también sanciona el cuerpo normativo en estudio.
Por otro lado, en virtud del proyecto en análisis se crea en el Consejo de Defensa del Estado un Departamento de Control del
Tráfico Ilícito de Estupefacientes, cuya función será investigar preliminarmente las conductas de lavado de dinero y coordinar
el ejercicio de la acción penal que corresponde. En general, soy muy cauteloso ante la creación de nuevas dependencias
estatales, y, normalmente, contrario a ello. Sin embargo, en este caso creo que la medida se justifica, por cuanto el Estado
debe disponer de un órgano adecuado para realizar el cometido que se le encomienda en este aspecto vital de la defensa
social, frente a un peligro de la envergadura señalada. Y es, precisamente, la conciencia del objetivo que se persigue la que
me hace respaldar la iniciativa en estudio, pues estimo que ofrece una respuesta apropiada ante un factor profundamente
desquiciador de la vida personal, familiar y social. Pienso, asimismo, que la magnitud de ese riesgo justifica la novedad de
muchas de las proposiciones aquí planteadas, como también la severidad general que exhiben. Estamos seguros de que la
sola ley en proyecto no resolverá, por cierto, el problema de la droga. Estimamos que no se trata de una herramienta legal
definitiva, porque los enormes recursos de que disponen las fuerzas contra las cuales se está luchando lograrán,
previsiblemente, diseñar nuevas figuras de infracción y elusión. Y es probable que no transcurrirá mucho tiempo antes de que
deban buscarse nuevas respuestas o perfeccionarse las que ahora se formulan. Pero no cabe duda de que esta iniciativa
constituye un avance. Sus normas sitúan al país en una posición más ventajosa para defenderse, con mejores instrumentos
que aquellos con que cuenta en la actualidad, y oponen nuevas barreras a la acción disgregadora del tráfico ilícito de
estupefacientes y sus derivaciones, el que, de muchas maneras, será dificultado en mayor medida que hoy. Por otra parte, no
obstante el necesario rigor de sus disposiciones, me parece importante destacar que en ningún momento se pierde de vista en
el texto la separación que debe hacerse entre la víctima de la droga, por un lado, y quienes se aprovechan de la adicción
patológica que han contribuido a provocar, por otro. La severidad se dirige contra estos últimos y no contra quienes sufren el
efecto pernicioso. Estoy cierto de que, a este respecto, no es posible trazar una línea divisoria enteramente clara y perfecta.
Así lo reflejan, por ejemplo, los complejos matices que deben considerarse al distinguir entre consumo privado y público. Pero
el esfuerzo de diferenciación y de justicia se ha hecho. Y pienso que, con ello, se ha evitado, en lo principal, la apertura de
puertas que puedan aprovechar los traficantes. Lo anterior es recogido en el Título II, "De las faltas y su procedimiento", que se
centra, precisamente, en aspectos relacionados con el consumo. La experiencia aconsejará, probablemente,
perfeccionamientos muy próximos. Pero con la normativa en análisis queda sentada una base mucho más completa, realista y
prudente que cuanto el país ha tenido en esta materia hasta ahora. Por todos estos motivos, me complace manifestar que
respaldo ampliamente las proposiciones del proyecto y que, por lo tanto, lo votaré favorablemente. He dicho.
Legislatura 327, Sesión 20 de 04 de Enero de 1994
Participación en proyecto de ley
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, deseo referirme a una indicación que presenté —lo hice fuera de plazo y, por lo
tanto, requiere ser aprobada por unanimidad—, para agregar a la letra c) del artículo 3 el siguiente inciso segundo, nuevo: "En
el caso de los menores o discapacita: dos, el abogado o procurador que lo represente será su curador ad litem por el sólo
ministerio de la ley." ¿Qué ocurre? El proyecto despachado por la Cámara de Diputados incluía esta disposición en el artículo
5 . Sin embargo, en el análisis efectuado por la Comisión se omitió esta norma y, en definitiva, quedó excluida del texto final.
La Comisión no tuvo el propósito de eliminarla, sino que se produjo una omisión. Y se trata de un asunto importante, por
cuanto, en la eventualidad de no aprobar este precepto, para que los menores o los discapacitados pudieran actuar en el juicio
sería necesario iniciar una causa separada para nombrarles un curador ad litem, lo cual, sin duda, dilataría el procedimiento en
forma totalmente innecesaria. En consecuencia, espero que en la Sala se logre el acuerdo unánime para aprobar la indicación
e incorporar esta norma, que es absolutamente indispensable y guarda concordancia con el espíritu del proyecto.
Legislatura 327, Sesión 24 de 13 de Enero de 1994
Debate en sala
HOMENAJE A DIARIO “EL MAGALLANES” EN SU CENTENARIO. COMUNICACIÓN - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, deseo sumarme al merecido homenaje que se rinde al diario “El Magallanes”, que
cumple un siglo de vida muy fructífera en beneficio de la Región. Al hacerlo, me gustaría extender el reconocimiento expresado
respecto de sus fundadores —los señores Manuel Señoret, Juan Bautista Contardi y Lautaro Navarro— a quien fue su
propietario y director durante largos años, don Alfredo Andrade, pues junto a su familia, con mucho esfuerzo y tenacidad, logró
que la empresa subsistiera en circunstancias muy difíciles. También deseo hacer llegar un saludo de adhesión y simpatía a las
actuales autoridades; a los periodistas y funcionarios administrativos; a su director responsable, don Manuel González Araya, y
a su representante legal y propietario, don Estanislao Karelovic.
Legislatura 327, Sesión 30 de 25 de Enero de 1994
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE TELECOMUNICACIONES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el mundo de hoy es testigo de impresionantes avances de la ciencia y de la
tecnología, conocimientos que van en directo beneficio del hombre. A su vez, podemos apreciar cómo el desarrollo del
comercio y la promoción de toda actividad económica libre son considerados hoy principales factores de prosperidad y
bienestar. La velocidad con que tales hechos ocurren está determinada por la enorme capacidad de comunicación e
interacción de las naciones, los diversos agentes de la economía y los hombres que dominan diversas áreas del conocimiento,
todos los cuales se vuelven cada día más interdependientes. Las comunicaciones, por tanto, juegan un papel preponderante
en el desarrollo. Y de ahí la importancia de modernizar en nuestro país las normas que regulan este sector de la actividad
económica, a fin de crear las condiciones jurídicas necesarias para potenciar el desenvolvimiento de las telecomunicaciones
en beneficio de los usuarios de tales servicios y de la comunidad en general. El proyecto de ley, en los términos aprobados por
la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, modifica la Ley General de Telecomunicaciones, adecuándola en diversos
aspectos a un concepto moderno de la actividad económica. El artículo 24 bis incorpora la competencia en los servicios de
telecomunicaciones de larga distancia, mediante la obligación que impone a las compañías de telefonía local de establecer un
sistema multiportador que permita al usuario elegir la empresa de larga distancia que transportará su comunicación a su
destino lejano, ya sea nacional o internacional, admitiendo la posibilidad de que tal elección se haga por discado en cada
llamada, o previamente por contrato. Tal disposición, por tanto, reconoce la diferencia que existe entre las comunicaciones
locales —particularmente la telefonía básica, que se apoya en redes físicas que le dan el carácter de monopolio natural donde
no es posible introducir la competencia sin una superposición de redes— y las comunicaciones de larga distancia, donde los
medios tecnológicos actuales permiten que exista competencia entre distintos prestadores de dicho servicio. En los servicios
de telecomunicaciones de larga distancia, el sistema multiportador posibilitará a los usuarios acceder a los beneficios de rebaja
de precios y mayor calidad que necesariamente conlleva la introducción de la competencia, haciendo factible a la vez que un
número mayor de ciudadanos tenga acceso a ellos. Considerando la definición —en términos apropiadamente simples— de
comunicación de larga distancia contenida en el inciso final del artículo 26 que para dicha Ley sugiere el proyecto: "Toda
comunicación que exceda una zona primaria", es de todo rigor que la misma ley determine el número de zonas primarias en
que se dividirá el territorio nacional para estos efectos, logrando con ello el efecto de fijar el volumen de comunicaciones y, por
tanto, el tamaño del mercado en el cual se introduce la competencia. Con tal objeto, la Comisión modificó y aprobó el texto del
artículo 4 transitorio del proyecto, que divide el país en 25 áreas primarias, garantizando por ésta vía que el sistema
multiportador y la competencia que conlleve se aplicarán sobre un mercado estable y de un tamaño determinado, como es el
que hoy tienen las telecomunicaciones de larga distancia en nuestro país. De otro lado, y tan importante como lo anterior, se
reemplaza la definición de los servicios telefónicos de larga distancia, llamados en la ley servicios intermedios, contenida en el
artículo 3 , letra e), de la Ley General de Telecomunicaciones, señalando expresamente en tal definición que aquéllos están
facultados para prestar servicios telefónicos de larga distancia a la comunidad en general. La relevancia de dicho concepto
radica en que incorpora la primera semilla de la competencia con las compañías telefónicas locales, que, a lo menos para las
comunicaciones de larga distancia, ya no tiene la exclusividad de la llegada al usuario final, lo que tiende a debilitar la situación
de monopolio natural, tal como en el futuro lo hará el advenimiento de nuevas tecnologías que permitan competir en la
totalidad del mercado de las telecomunicaciones. Debemos destacar, como un logro de la mayor importancia, el hecho de que,
con la redacción aprobada para el inciso segundo del artículo 26 del proyecto de ley, se permite introducir la competencia para
lograr el desarrollo de los servicios de telecomunicaciones de larga distancia, pero sin excluir a nadie de la prestación de tales
servicios. En efecto, la referida disposición no establece límite alguno respecto de la propiedad de las empresas telefónicas
que deban operar dentro del área local, ni tampoco respecto de las empresas de larga distancia que compiten tanto en la
prestación de servicios de telefonía de larga distancia como en los demás servicios de transmisión de voz, datos e imagen con
destino a otra zona primaria o al extranjero. Sin embargo, con el objeto de impedir que la integración vertical en la prestación
de estos servicios permita a las compañías telefónicas extender a éstos el carácter de monopolio natural que tienen dentro de
las áreas locales, se regula de manera estricta tal situación distinguiendo en forma clara los servicios que podrá prestar cada
empresa concesionaria. Es así como las compañías telefónicas locales podrán participar en la propiedad de empresas
concesionarias de servicios intermedios, pero solamente podrán prestar por sí mismas servicios dentro de cada zona o área
primaria que abarque su concesión. A su vez, todo servicio de comunicación que tenga un destino fuera del área local, deberá
ser ofrecido al usuario por las compañías concesionarias de servicios intermedios, quienes son las únicas autorizadas para
instalar, operar y explotar medios de transmisión y conmutación de larga distancia, evitando de esta forma que en la provisión
de tales servicios las compañías telefónicas elijan el portador de larga distancia en sustitución del usuario, preferenciando a
aquel relacionado a su propiedad en desmedro de los demás portadores que compiten en ese segmento de servicios. Por
último, y en relación al Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones, cuyos recursos permitirían financiar subsidios a
proyectos de expansión del servicio público telefónico en áreas con baja densidad telefónica, debe destacarse que, con motivo
de las modificaciones introducidas al proyecto, se aprobó la existencia de este mecanismo de fomento de las
telecomunicaciones, sin que ello signifique nuevas cargas tributarias para los particulares que financien el costo que para el
Estado significa llevar a cabo las políticas de desarrollo. Invariablemente, señor Presidente, la creación de impuestos a
determinadas actividades trae como consecuencia el retardo de su desarrollo y, en el caso particular de las
telecomunicaciones, habría significado posponer los beneficios de rebaja de precios que el establecimiento del sistema de
multiportador traerá a los usuarios finales de servicios de larga distancia. Por las razones expuestas, y por tratarse de un
proyecto de gran interés nacional, que va a introducir un factor de competencia que irá en directo beneficio de los usuarios, voy
a votar a favor de la idea de legislar.
Legislatura 328, Sesión 4 de 05 de Abril de 1994
Participación en proyecto de ley
TRÁFICO ILÍCITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTRÓPICAS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, cuando participamos en la discusión general de esta iniciativa, señalamos que el
sentido de toda la legislación que estamos aprobando es prevenir uno de los flagelos que azotan hoy a la humanidad: el
consumo de drogas por vastas poblaciones en el mundo entero y, al mismo tiempo, el enriquecimiento indebido de quienes
lucran con esta lacra social. Las más grandes fortunas que se mueven en el mundo dicen relación, desgraciadamente, al
tráfico ilícito de estupefacientes. Por eso, cuando estudiamos en la Comisión esta iniciativa, tuvimos que decidir acerca de si
queríamos enfrentar un flagelo de esta envergadura con las mismas armas usadas para combatir los delitos comunes.
Personalmente, he llegado a la conclusión de que esto no es posible. Entonces, debemos otorgar facultades especiales a
algún ente para que, en alguna medida, impida que el lavado de dinero corrompa todo el sistema jurídico, judicial y social de
un país entero. Así, se diseñó un sistema que otorga amplias facultades al Consejo de Defensa del Estado, las cuales, sin
embargo, puede ejercitar sólo por decisión de una mayoría lo suficientemente amplia como para asegurar que las acciones
correspondientes alcancen un grado de seriedad y verosimilitud que las hagan plausibles. En tal sentido, también en su
momento señalé que la conformación de ese Consejo da garantías. Estoy consciente y cierto de las observaciones formuladas
por algunos Honorables colegas en cuanto a que esto se aparta de la legislación ordinaria, común. Es efectivo; pero se trata
de luchar contra un flagelo que, si no se ataca con armas especiales, se corre el riesgo de ver a nuestra sociedad destruida
por completo. La forma en que algunos países han caído en las garras del narcotráfico debería constituir una llamada de alerta
para que adoptemos medidas extraordinarias. No podemos permitir que esta batalla se libre entre fuerzas desiguales, y la
forma de equipararlas es poner en ejercicio normas excepcionales que alguna institución tiene que aplicar. Se optó por
encomendar tal responsabilidad al Consejo de Defensa del Estado, el que, como dije, actuará con la anuencia de determinada
mayoría, muy importante y normalmente difícil de lograr. Empero, una vez alcanzada la decisión mediante tal respaldo, y
deducida la acción ante un tribunal, se dispondrá ya de cierto grado de certeza respecto del origen de los fondos en cuestión.
Y esto, por lo menos, permite que el denunciado pueda acreditar de alguna manera que el dominio de ellos es lícito. Es decir,
no estamos en presencia de las primeras medidas que se adoptan en este combate, sino de las que proceden después de
realizada una investigación, que —no me cabe duda alguna— tiene que ser acuciosa. En todo caso, todo esto estará
entregado al criterio y resolución de un juez. Y si éste no actúa adecuadamente, podrá recurrirse, por los medios legales, a las
distintas instancias previstas en nuestro ordenamiento jurídico. Entiendo las observaciones que se han interpuesto, pero estoy
convencido de que en esta lucha tenemos que poner en juego facultades muy especiales. No olvidemos, por otra parte, que ya
antes planteamos en la Sala (atendida la facilidad de quienes lavan dinero y lucran con el narcotráfico para penetrar en las
sociedades) la probabilidad de que la legislación en estudio quede muy pronto obsoleta. Como cuentan con recursos
suficientes, puede esperarse que los narcotraficantes aprovechen posibles errores, inadvertencias o algunas faltas de visión en
ciertos aspectos de la iniciativa, determinando que en un par de años debamos revisar su texto para adaptarlo a la realidad
que para entonces estaremos viviendo. Ello, porque la forma en que se conduce el mundo del narcotráfico, moviendo miles de
millones de dólares, desgraciadamente exige la concurrencia de facultades excepcionales. Por esa razón, y únicamente por
ella, he participado y dado mi aprobación a la norma en debate, y a un conjunto de otras que guardan semejanza y tienen la
misma derivación y analogía. He dicho.
Legislatura 328, Sesión 7 de 13 de Abril de 1994
Debate en sala
ELECCIÓN DE RECTOR EN UNIVERSIDADES ESTATALES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, como ya se indicó, el requisito de contar con título profesional universitario limita
las posibilidades de personas que posean otras calidades académicas de igual o mayor jerarquía, como los licenciados. Como
eso no se modifica, entonces un docente con altos estudios de licenciatura o suficientemente capacitado no podría ser rector.
Por otra parte, considero que la académica generalmente se contrapone a la experiencia administrativa. Destacados rectores
de nuestras universidades fueron designados en sus cargos gracias a su idoneidad académica. Recuerdo el caso de don
Juvenal Hernández, insigne rector de la Universidad de Chile. Si a él se le hubiera exigido tal requisito, ahora no podría haber
ocupado la rectoría, porque carecía de experiencia administrativa. Pienso que la norma es injusta, pues limita las posibilidades
de elegir al mejor en un plantel y, por tal motivo, la rechazo.
Legislatura 328, Sesión 9 de 20 de Abril de 1994
Participación en proyecto de ley
NORMATIVA SOBRE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, sólo quiero corroborar las palabras de la señora Ministra en el sentido de que
existe amplio acuerdo en cuanto al procedimiento a seguir. En efecto, aprobando el informe de la Comisión Mixta, el Jefe del
Estado quedaría habilitado para, mediante veto sustitutivo, introducir las enmiendas especificadas por la señora Ministra, las
cuales fueron convenidas en una reunión a la que asistieron Diputados y Senadores de distintos sectores y de diferentes
Comisiones. En lo que dice relación a la eliminación del vocablo "significativamente", incluido en la tipificación de los hechos
que constituyen violencia intrafamiliar, ello tiene por objeto aclarar que no cualquier hecho, circunstancia, acto u omisión
significa necesariamente incurrir en tal conducta. Tal expresión perseguía que el juez conociera sólo de hechos relevantes de
violencia intrafamiliar, que merecen ser tratados como tales, distintos de otros carentes de importancia. Porque no hay nada
que desprestigie más el funcionamiento de un tribunal que comprobar que éste se encuentra abocado a asuntos meramente
baladíes. Ello pone en descrédito la majestad de la justicia y el imperio de la judicatura. En ese sentido, estoy de acuerdo en
eliminar el vocablo "significativamente", porque entiendo que la apreciación de cada asunto va a quedar entregada al buen
juicio del tribunal.
Legislatura 328, Sesión 10 de 03 de Mayo de 1994
Participación en proyecto de ley
AMNISTÍA POR DELITO DE SUPOSICIÓN DE PARTO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el proyecto pretende constituirse en una ley de amnistía, y, como tal, sus efectos
sólo se refieren a hechos ocurridos en el pasado. Sin embargo, sin perjuicio de aprobarlo, ineludiblemente deberemos entrar a
revisar aquellas normas que regulan de una manera definitiva estas situaciones —que son de normal ocurrencia—, por cuanto,
de no obrar así, dentro de poco tiempo nos encontraremos en la necesidad de estudiar una nueva iniciativa de estas
características, a fin de amnistiar por hechos similares que ocurran después de la entrada en vigor de la que ahora debatimos.
En mi opinión, será necesario ver la posibilidad de modificar la normativa vigente a fin de, por ejemplo, facilitar los trámites de
adopción en casos como los comentados. Porque las leyes de amnistía dejan sin efecto las penas de un hecho, pero no le
quitan el carácter de delito mientras no se dictan, de suerte que las personas que cometan el mismo hecho al día siguiente de
la publicación de la ley en proyecto, van a ser sancionadas por las normas vigentes. En consecuencia, creo necesario que el
Ministerio de Justicia y los organismos competentes vinculados a la problemática familiar estudien la normativa más adecuada
para solucionar de manera permanente y definitiva el problema que nos ocupa. Por otro lado, señor Presidente, y atendida la
concurrencia de señores Senadores, quiero llamar la atención sobre el hecho de que conforme al artículo 60, número 16),
inciso segundo, de la Constitución, la iniciativa es de quórum calificado, de modo que exige el voto conforme de la mayoría
absoluta de los Senadores en ejercicio.
Legislatura 328, Sesión 11 de 04 de Mayo de 1994
Participación en proyecto de ley
AUMENTO DE REMUNERACIONES EN PODER JUDICIAL Y NORMAS SOBRE SECRETARIOS DE
JUZGADOS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, presté mi aprobación al proyecto cuando lo trató la Comisión de Constitución,
Legislación, Justicia y Reglamento, por cuanto significa un mejoramiento en las remuneraciones de un grupo de trabajadores
del Poder Judicial que merecen el apoyo de todos los sectores del país, pues cumplen una abnegada y sacrificada labor, y, en
cambio, sus ingresos resultan insuficientes con relación a las importantes tareas que desarrollan. En general, todo ese Poder
del Estado enfrenta el problema de carencia de recursos, situación que, según me han informado las autoridades del Ministerio
de Justicia, se halla en un proceso de paulatino mejoramiento. En ese entendido he prestado mi aprobación al proyecto, no
obstante las observaciones que formuló la Asociación de Empleados del Poder Judicial respecto del hecho de que se estén
concediendo asignaciones, y no aumentos de sueldo, con lo cual se continúan distorsionando las remuneraciones de estos
funcionarios. La señora Ministra de Justicia me ha señalado que, atendidos el tiempo y la oportunidad con que este proyecto
se ha tratado, no es posible entrar a hacer correcciones en ese aspecto, pero que están permanentemente atentos a ver la
forma de buscar una solución global y definitiva para este personal. Basado en ello voté favorablemente en la Comisión y lo
hago ahora en la Sala. He dicho.
Legislatura 329, Sesión 1 de 31 de Mayo de 1994
Participación en proyecto de ley
NORMATIVA SOBRE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. VETO - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, he participado en la discusión y estudio del proyecto en la Comisión de
Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado y, asimismo, en las reuniones sostenidas con el Ministerio de
Justicia, a fin de buscar una forma que conduzca a su aprobación, la cual se concreta en el veto del Presidente de la
República. Por lo tanto, concuerdo con el contenido de éste y lo voy a votar favorablemente. Sin embargo, quiero dejar
constancia, tal como lo hice en la Comisión, de que éste es sólo un elemento —uno de muchos— que puede contribuir a
solucionar las graves dificultades que se presentan en la vida familiar, en relación con la violencia en ese ámbito. No podemos
pretender, ni dar a entender al país, que por esta vía estamos resolviendo la cuestión. Éste es un instrumento. Naturalmente,
el tema es mucho más profundo y requiere medidas que van más allá del campo meramente legal. El atribuir a la iniciativa la
virtud de poner fin a estos problemas creo que constituye un error. A mi juicio, es un medio, una forma de llegar a facilitar que
ciertos actos puedan ser sancionados y que, por lo tanto, con la intimidación que provoquen estas normas, no se cometan.
Pero, además, hay involucrados aspectos socioeconómicos, económicos, culturales, educacionales mucho más profundos y
que exigen que estas materias sean tratadas adecuadamente. Junto con aprobar el proyecto, a través del veto presentado por
el Presidente de la República, deberíamos continuar avanzando y no conformarnos con lo ya realizado, porque la solución
necesaria demanda mayores recursos, mayor difusión de determinadas acciones, mayor asistencia a sectores y hogares que
la precisan con prontitud para que pueda lograrse la finalidad que se pretende. No olvidemos que, en definitiva, la ley puede
orientar determinadas conductas, pero jamás llegar a transformar aquellas que obedecen a causas muy distintas, las cuales,
además, corresponden a situaciones que únicamente cabría superar a través de aportes económicos a un plan cuyo objeto
fuera resolver este problema juntamente con otros. Por eso, señor Presidente, dejando constancia de estos argumentos,
votaré favorablemente, pues participo de las ideas contenidas en las observaciones del Presidente de la República. He dicho.
Legislatura 329, Sesión 3 de 07 de Junio de 1994
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE CÓDIGOS ORGÁNICO DE TRIBUNALES Y DE PROCEDIMIENTO CIVIL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, voy a concurrir a la aprobación del proyecto. Sin embargo, me hacen mucha
fuerza los argumentos dados por el Senador señor Andrés Zaldívar. En efecto, el horario que contempla el texto limitaría las
posibilidades de los estudiantes de cumplir con sus labores universitarias, así como también les impediría financiar sus
estudios mediante el desempeño de un trabajo, lo cual representa una vía normal para allegar recursos de los alumnos de
Derecho. Por tanto, espero que se formulen las indicaciones del caso. Por otra parte, me parece delicado que un Poder del
Estado le fije horarios a otro Poder del Estado. Estamos en presencia de una norma que establece un horario para el Poder
Judicial, en circunstancias de que los otros dos Poderes del Estado no están sujetos a limitaciones de semejante naturaleza; el
Legislativo no se rige por un horario impuesto por ley, sino que lo determinan sus propios integrantes, y lo mismo puede
decirse respecto de los miembros del Ejecutivo. Me parece que lo más correcto sería que la propia Corte Suprema fijara las
pautas de funcionamiento del Poder Judicial considerando los distintos factores que inciden en el buen desempeño de los
tribunales. Un horario consagrado por ley rigidiza la marcha de un organismo. Repito: el Judicial es el único Poder del Estado
que tiene establecido un horario y, además, por otro Poder del Estado. No creo que eso sea adecuado ni conveniente.
Legislatura 329, Sesión 4 de 09 de Junio de 1994
Mociones Presentadas
FIJA REQUISITO ADICIONAL PARA CONDECER INDULTOS PARTICULARES - 1
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El indulto constituye una facultad que históricamente ha sido ejercida por el Jefe de Estado, con el propósito de remitir,
conmutar o simplemente reducir la pena impuesta a una persona que ha sido condenada por sentencia judicial, sin que ésta
pierda el carácter de condenada. A través de él se busca mitigar una eventual dureza que pueda afectar a una persona que ha
sido condenada injustamente, conforme al ordenamiento legal vigente. Tales circunstancias quedan entregadas a juicio del
soberano, para que éste, por gracia, resuelva disminuir o eliminar los efectos de la sanción condenatoria.Por definición, se
trata de una medida arbitraria, en el entendido que se dicta cumplidos ciertos requisitos formales, pero resulta al arbitrio o mera
liberalidad de la autoridad facultada para decretarlo. Conlleva, por un lado, un dejo de injusticia, en la medida que no es una
medida general que se aplique en forma igual a todos. Por otro lado, en ocasiones sirve, precisamente, para remediar algunas
situaciones particulares que no han podido ser consideradas en el rigor propio de la aplicación de una norma.Sin embargo, en
un Estado de Derecho contemporáneo, tales actuaciones de la autoridad resultan ciertamente extrañas en la medida que le
confieren a una autoridad la atribución de alterar el marco legal vigente, lo cual contraría el sentimiento fundante de los
principios básicos que inspiran el actuar del Estado moderno. Es por así decirlo un resabio de regímenes absolutistas cuya
única justificación radica en la misericordia que también debe tener un espacio en las decisiones de la autoridad.Por todo lo
anterior, estimamos que no siendo especialmente conveniente mantener la existencia de la institución del indulto tal como ella
existe, pues siempre se puede prestar para abusos o discriminaciones exageradas, pensamos razonable incluir un requisito
adicional a la aprobación de esta gracia, que pueda garantizar la procedencia y pertinencia individual del indulto que se desea
otorgar.Por ello, considerando las altas funciones que nuestro ordenamiento constitucional le ha conferido al Senado, Cámara
que está llamada incluso, al tenor del artículo 49 No. 10 de nuestra Ley Suprema a "Dar su dictamen al Presidente de la
República en los casos en que éste lo solicite", proponemos que los casos de indulto que correspondería considerar de
acuerdo al régimen establecido en la ley No. 18.050, la determinación de otorgar o no un indulto por parte del Presidente de la
República sea efectuada con acuerdo del Senado.Modifica el Artículo 32 Nº 16 de la Constitución Política del EstadoArtículo
únicoIntercalar en el artículo 32 Nº 16 de la Constitución Política del Estado las expresiones "con acuerdo del Senado", entre
las palabras "particulares" y "en los casos..."
Legislatura 329, Sesión 6 de 16 de Junio de 1994
Participación en proyecto de ley
CREACIÓN DE ESCUELA JUDICIAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, participo de lo que se ha planteado aquí, en cuanto a que el objetivo de la
Academia Judicial es el perfeccionamiento de los jueces y no labores de extensión, que son completamente ajenas a ese
objetivo, más aún si existen numerosas universidades e institutos que cuentan con personal calificado y con los medios
suficientes para tal efecto. Creo que no corresponde a una entidad de esta naturaleza abocarse a una función de ese tipo. Y
en esto debemos ser extraordinariamente cuidadosos, por cuanto la tentación de aparecer desarrollando una labor de
extensión, que normalmente es muy vistosa y se vincula con la comunidad, podría significar que la Academia no cumpla con
su tarea central y fundamental, cual es la formación de los jueces, que es la razón de ser de esta ley. Por eso, como existen
otros organismos dedicados a la extensión en la materia, no se justifica dicho planteamiento. Ahora bien, en cuanto a la
posibilidad de establecer un plazo en tal sentido, debo manifestar que no soy partidario de fijarlo ahora, sino en su oportunidad.
Si la Academia ha cumplido sus objetivos y surge la necesidad de que haga extensión, en ese momento el Ejecutivo o quien
corresponda podrá presentar un proyecto de ley sobre el particular. Pero determinar de antemano un plazo, es algo que
contradice la esencia de la labor de extensión. Por eso, señor Presidente, lo mejor es aprobar el informe en los términos
propuestos por la unanimidad de la Comisión. Porque —como dije— la actividad de extensión pueden cumplirla numerosas
organizaciones, instituciones y personas, tanto naturales como jurídicas. Y más aún, no corresponde al objetivo de la
Academia Judicial.
Participación en proyecto de ley
CREACIÓN DE ESCUELA JUDICIAL - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en la Comisión concurrí al rechazo de la modificación introducida por la Cámara
de Diputados, por cuanto aquí estamos tratando de determinar quién ocupará el cargo de Director de la Academia Judicial, y
precisamente lo que se está haciendo es negar la posibilidad de acceder a él a quienes forman parte del Poder Judicial, salvo
si cumplen con el requisito de ser docentes. En cambio, se privilegia otro aspecto, que, siendo importante, no es lo único que
debemos considerar para los efectos de establecer los requisitos que debe reunir quien dirigirá la Academia. Creo que si
tuviéramos que elegir entre docentes y aquellos que se desempeñan en el ámbito judicial, inevitablemente, tendríamos que
tener en cuenta el objetivo, el destino y el sentido de la Academia. Y en ese aspecto, me parece que lo mejor es que se escoja
a miembros del Poder Judicial, con experiencia y que conozcan por dentro el sistema. Porque puede darse el caso de que una
persona se haya dedicado exclusivamente a la docencia, que es una labor muy seria y respetable, y no tenga conocimiento
alguno de lo que pasa internamente en los tribunales. Por esa razón, en su oportunidad fui partidario de que, sin perjuicio de la
condición de docente, también pueda ocupar el cargo quien cumpla con el requisito de ser miembro de dicho Poder o haber
pertenecido a él. En resumen, es extraordinariamente estricto y restrictivo dejar la Academia sólo en manos de docentes,
porque pueden desconocer la realidad del Poder Judicial. Por eso, en su momento voté para que también pudiera acceder al
cargo de Director un miembro del Poder Judicial o ex integrante de él, que reúna las exigencias que establece el proyecto,
pero no que sólo la de la docencia pase a ser determinante para ese efecto. He dicho.
Legislatura 329, Sesión 12 de 12 de Julio de 1994
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, votaré a favor de la idea de legislar respecto de este proyecto que dice relación a
la Ley de ISAPRES, sin perjuicio de exponer algunas importantes reservas de principio que me merece por la forma en que se
encuentra planteado. En mi opinión, la iniciativa que se propone adolece del defecto de multiplicar, peligrosamente, las
facultades del ente fiscalizador dependiente del Ejecutivo: la Superintendencia de ISAPRES. Eso corresponde,
desgraciadamente, a una tendencia muy arraigada en nuestro país, pero veo en ella el riesgo creciente de que las actividades
nacionales vayan siendo cada vez más controladas y reguladas por órganos meramente administrativos, de rango intermedio y
dependientes del Gobierno de turno, en detrimento de atribuciones que corresponderían naturalmente a los Poderes
Legislativo y Judicial, en su caso. No puedo menos que insistir en que sería incomparablemente más sano perfeccionar los
mecanismos judiciales, independientes, y dotarlos de los medios adecuados para velar por una expedita solución de los
conflictos entre las partes. Igualmente, al considerar el esquema que este proyecto propone, se advierte en él una notoria
acentuación de criterios dirigistas del contrato, que reduce la voluntad de las partes a poco más que una adhesión altamente
regulada por el ente fiscalizador. Tampoco me parece ésa una tendencia sana. El progreso social y económico de los países
ha ido en relación directa con la desregulación y con el reconocimiento de crecientes ámbitos de libertad y de responsabilidad
a las personas. Sin embargo, el proyecto no recoge adecuadamente esa favorable tendencia mundial, e insiste en desconfiar
de la capacidad de las personas para velar por sus propios intereses y conveniencia. Parece improbable que los problemas
mayores de la salud del país, en general, encuentren mejor solución por la vía de más regulaciones. Lo contrario tiene más
sustento en la experiencia real, como lo muestran las soluciones que algunas ISAPRES han comenzado a ofrecer al problema
de las enfermedades catastróficas y de la ancianidad, sin necesidad de regulación por ley, ni de disposición administrativa
alguna, sino simplemente estimuladas por la competencia del mercado. Precisamente, en cuanto a la competencia, es del caso
destacar la inconveniencia de la norma de esta iniciativa que eleva los montos mínimos que deben tener las ISAPRES como
capital y garantía. Esto equivale a elevar las barreras de ingreso de nuevas empresas al mercado. Con ello, se elimina por
anticipado a las que pudieran tener menor capital, pero mejores, más accesibles e innovadoras iniciativas para determinados
sectores de consumidores potenciales, que quizás no logran acceder a los productos que ofrecen las empresas ya existentes.
Éste es un caso típico en el que la regulación, supuestamente proteccionista del usuario, en realidad, protege muy
innecesariamente a las empresas más grandes ya establecidas. En todo caso, no debe olvidarse que toda regulación, aunque
aparezca superficialmente como protectora del usuario, resulta, a fin de cuentas, pagada por éste. Inevitablemente, en el
mediano o largo plazo, el costo de ellas se traslada a los precios. Con todo, es interesante en este proyecto el intento de
fortalecer el derecho de propiedad del cotizante sobre su cotización, expresado en la destinación del uso del eventual
excedente que pueda producirse en determinadas situaciones. Eso señala una buena orientación respecto de las exigencias
que el cotizante tiene derecho a plantear en cuanto a calidad, cantidad y oportunidad de la contraprestación que reciba en
servicios de salud. Si se lograra llevar ese mismo criterio al plano de la salud nacional en general, al 75 por ciento que no está
hoy cubierto por la salud privada, sin duda que sería altamente beneficioso para toda la población. En un plano más específico,
creo especialmente positiva la indicación formulada por el Senador señor Piñera, relativa a autorizar la atención de los afiliados
a ISAPRES en los hospitales públicos, contra el pago correspondiente. Es una norma realista y debe permitir un mejor
financiamiento de los hospitales estatales, un aprovechamiento más racionalizado de la infraestructura hospitalaria existente,
especialmente en regiones y, en fin, la corrección de eventuales distorsiones de las que se ha hecho mucho caudal
publicitario. No me detendré aquí en otras observaciones sobre el detalle del articulado que se nos propone, ya que nos
encontramos en el estudio del primer informe. Por ahora, baste reiterar que, pese a diversas reservas que habrán de
analizarse, él pone de relieve que el sistema de ISAPRES, tan injustamente atacado por algunos sectores, ha funcionado bien
durante más de diez años, brindando adecuada satisfacción a los 3,5 millones de chilenos afiliados voluntariamente a él. No
puede olvidarse que ese sistema es el que ha permitido un óptimo aprovechamiento por el usuario de la cotización que la ley le
impone. Antes de su existencia, esa cotización se diluía ineficientemente en la masa común de los recursos para la salud
estatal, cuyos servicios significaron crónicamente un alto nivel de insuficiencia e insatisfacción. En ese esquema, el cotizante,
o se resignaba a lo que el sistema estatal pudiera entregarle, o bien debía pagar una vez más, adicionalmente, para obtener
un mejor servicio. La injusticia de ese ordenamiento era tanto mayor cuanto que las cotizaciones que así se diluían, debido a
su uso ineficiente, ni siquiera elevaban la calidad promedio de la atención, haciéndola digna y aceptable para todos. De allí que
la supuesta función solidaria que algunos quieren atribuirle al viejo sistema estatal fuera, básicamente, una ilusión.
Actualmente, en cambio, el empleo racionalizado de las cotizaciones —que son parte de la remuneración del trabajador y, por
tanto, propiedad de éste— permite que millones de personas accedan a una calidad de servicios que nunca conocieron antes,
cuando la atención privada era sólo privilegio de los sectores de altos ingresos. En consecuencia, es lógico que hoy la
aspiración de la gran mayoría de los trabajadores sea la de pasar desde la atención por servicios públicos a la atención por
ISAPRES, y no a la inversa. El sistema de ISAPRES, igualmente, ha permitido que sus usuarios puedan acceder a tecnología
médica de vanguardia, acelerando la más rápida transferencia al país de los avances científicos contemporáneos. Asimismo, y
al contrario de frecuentes acusaciones, es el sistema privado de salud el que ha impulsado el crecimiento de la infraestructura
hospitalaria chilena. Las estadísticas muestran que las camas hospitalarias del sector privado, en 1980, eran 4 mil 88, y en
1993, se elevaron a 12 mil. Esto es, casi tres veces más. Las necesidades de camas del actual sector privado de salud están
así cubiertas con creces. En cambio, las camas hospitalarias del sector público, entre 1980 y 1992, pasaron de 33 mil 879 a 32
mil 279. En 1992, las ISAPRES contaban ya con 37 hospitales, 164 clínicas y 387 policlínicas. Actualmente, invierten en la
construcción o sustancial mejoramiento de más de 20 clínicas, 55 centros médicos, 6 laboratorios médico-dentales y un
laboratorio bionuclear. Es de hacer notar, además, que el sistema privado ha significado un desarrollo sin precedentes de la
atención médica en las regiones, cuya población, para este efecto, dependía antes sustancialmente de la capital. En el mismo
contexto, cabe tener presente que las ISAPRES significan hoy, directa o indirectamente, fuente de trabajo para no menos de
100 mil personas, incluyendo médicos, auxiliares y múltiples labores conexas, entre profesionales y técnicas. Todo este
proceso puede desarrollarse aun mucho más, de no pesar sobre el sistema privado una permanente incertidumbre que debe
terminar. El somero balance esbozado, que podría obviamente detallarse mucho más, me lleva a una clara conclusión: ojalá
que el proyecto que ahora estudiamos se traduzca en que el sistema de ISAPRES pueda extenderse lo antes posible a la
mayor parte de la población. En esa esperanza, votaré favorablemente su aprobación en general. He dicho.
Legislatura 329, Sesión 13 de 14 de Julio de 1994
Participación en proyecto de ley
CANCELACIÓN DE ANOTACIONES EN BOLETÍN COMERCIAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, cuando analizamos el proyecto en la Comisión de Constitución —en ella, en dos
ocasiones se rechazó la idea de legislar—, se escuchó a todos los interesados en él. Entre éstos, al señor Superintendente de
Bancos, quien señaló la inconveniencia de legislar sobre la materia, por cuanto ya existe la normativa pertinente y, conforme a
las disposiciones dictadas por la propia Superintendencia, se está en condiciones de proceder en la misma forma como lo
determina la iniciativa en estudio. Por otra parte, durante su discusión, también se dejó constancia de las dificultades que
podía acarrear a los deudores que no figuraban en los registros, ya que el establecer un sistema para eliminar a todos,
simplemente, iba a significar que los cumplidores tendrían que reunir otras exigencias para acreditar que no han dejado de
satisfacer sus obligaciones. Vale decir, quienes no son morosos —que hoy constituyen la gran mayoría— no tienen ningún
problema, por cuanto no aparecen en el registro. Pero, en la medida en que se facilite y se permita que las anotaciones
desaparezcan, va a resultar cada vez más difícil obtener un crédito, por cuanto de todas maneras habrá que tener una serie de
requisitos que prueben que no se ha dejado de cumplir compromisos anteriores. Porque quien asume una acreencia siempre
tiene el derecho a solicitar todos los antecedentes del caso con el objeto de poder formarse una opinión respecto del
solicitante. En consecuencia, no debemos engañarnos. El hecho de suprimir los antecedentes o de facilitar su eliminación del
Boletín Comercial no implica necesariamente el otorgamiento de un crédito a la persona, pues de todos modos se le exigirán
requisitos, condiciones y, probablemente, una declaración jurada de no haber dejado nunca de cumplir una obligación. Una
cosa tan simple como ésa.
Participación en proyecto de ley
CANCELACIÓN DE ANOTACIONES EN BOLETÍN COMERCIAL - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, de manera que, tal como se vio en su oportunidad, el proyecto no soluciona el
problema de aquellas personas que figuran en el Boletín Comercial y a las cuales se eliminaría de él, por cuanto, de todas
maneras, mediante otros instrumentos tendrán que acreditar la posibilidad de acceder a un crédito. Y se nos expresó que lo
más probable es que se exija una declaración jurada acerca de si se han cumplido o no las obligaciones, con lo cual el tema
simplemente se traslada de lugar, de escenario. Por otra parte, en esta materia también debemos tomar en cuenta que hay
personas que disponen de esos datos y registros, y ellas tienen constituido un derecho de propiedad sobre la información que
poseen. Y, naturalmente, esto se refiere no sólo a aquellos casos ya ocurridos, cuyos antecedentes aquéllas ya han
incorporado a su patrimonio, sino que también a situaciones que más adelante se presenten. De modo que en el futuro
también se aplicará esta norma. Todo lo anterior, a mi entender, hace inconveniente la dictación de esta preceptiva, sin
perjuicio de que las disposiciones emanadas de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras y de otras
autoridades del sector puedan ser más directas y eficaces para alcanzar el objetivo perseguido por esta iniciativa de ley. Pues
bien, el propósito del proyecto en análisis, en el cual han concordado diversos señores Senadores, no se logra con el texto
aprobado por la Cámara de Diputados. Y si quisiéramos incorporarle otro tipo de instituciones, tendríamos que presentar una
nueva iniciativa, pues ellas excederían la idea contenida en el articulado que nos ocupa. De tal manera que aquí no se trata de
ir en contra de quienes tienen un problema, sino de buscar una solución que permita efectivamente alcanzar el fin perseguido
al presentar el proyecto. Repito: en palabras de las autoridades de Gobierno encargadas de conocer de la materia, esta
proposición es del todo ineficaz y, lejos de favorecer a los deudores, simplemente, va a complicar su situación. Por esa razón,
el proyecto fue rechazado en su oportunidad, lo que se ha reiterado recién.
Participación en proyecto de ley
CANCELACIÓN DE ANOTACIONES EN BOLETÍN COMERCIAL - 3
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El señor FERNÁNDEZ.— En respuesta a la observación del Honorable señor Sule, debo hacer presente que el proyecto en
debate se refiere a determinada materia: el Boletín Comercial. Y, si deseamos ampliarlo a otro tipo de situaciones, habría que
presentar uno nuevo, porque ellas excederían la idea matriz contenida en esta iniciativa. He dicho.
Legislatura 329, Sesión 21 de 10 de Agosto de 1994
Debate en sala
SITUACION DE REGIONES EXTREMAS Y DE ISLA DE PASCUA - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, al dedicar el Senado esta sesión a considerar la situación de las zonas extremas
del territorio nacional, en verdad está abocándose a un problema que no admite más postergaciones. La presión inmediata de
innumerables circunstancias empuja a las autoridades centrales a atender a las grandes concentraciones de población,
mientras las minorías lejanas van quedando cada vez más atrás. Así, la visión y acción de conjunto se pierden. Con esto, el
sentido de nación se debilita. Se abre, incluso, una interrogante sobre las amenazas que en un futuro quizás no lejano
pudieran pesar sobre nuestra soberanía en esas zonas. No nos llamemos a engaño. La soberanía es un valor que necesita de
los mayores y más constantes cuidados. La historia enseña que, en ese ámbito, nada está garantizado para siempre. El
Derecho Internacional es la base esencial de nuestra política exterior; pero él debe reforzarse, asimismo, mediante hechos
igualmente sólidos. Esos hechos dependen de la voluntad política de un pueblo, que se expresa por medio de sus autoridades.
Esos hechos son los que, actualmente, y ya por varios años, muestran demasiados aspectos críticos en nuestras zonas
extremas. Ellos no obedecen a problemas locales más o menos transitorios, más o menos determinados por nuestro
subdesarrollo relativo. Por el contrario, en nuestras Regiones extremas se están gestando condiciones que, si no se corrigen
ahora, tarde o temprano afectarán gravemente el futuro nacional. Centraré mi intervención en el caso de Magallanes, Región
que se está despoblando en diversos puntos: en diez años ha crecido apenas lo que en algunas comunas de Santiago se
crece sólo en meses. Pero quiero hacerlo desde la más amplia perspectiva nacional con que Chile debe considerar sus
situaciones extremas y, también, sus Regiones más distantes. Es imperativa la necesidad de, al menos, un principio de
solución inmediata. Ya no basta con contemplar pausadas medidas de largo plazo, aduciendo que las normas de excepción no
surtieron efecto útil en el pa-sado. Desde luego, en el largo plazo, muchos de los actuales habitantes de esas Regiones habrán
dejado de serlo, porque las condiciones ahora imperantes los empujan a no seguir viviendo en ellas. Mientras eso no se
modifique, es incontrarrestable el atractivo de otras zonas menos difíciles, de la capital e incluso de países vecinos. A este
último respecto, es de tener presente que un número no precisado de chilenos, que algunos estiman entre 200 ó 300 mil,
habita ya casi a permanencia en provincias australes de la Argentina, que les ofrecen mejores oportunidades que Aisén o
Magallanes. En cuanto a las medidas del pasado, justo es reconocer las muchas y muy útiles que se adoptaron en los últimos
20 años, con innegables resultados de progreso, pese a que el país en esa época tenía un grado de desarrollo económico muy
inferior al presente y que debió enfrentar, además, una situación internacional gravemente tensa, que obligó a alterar
numerosas prioridades. En ese contexto, es de recordar, entre otras, la creación de la Universidad de Magallanes, en 1981,
porque era indispensable dar a esa Región un centro propio de estudios superiores, como requisito necesario para su
desarrollo. Su ausencia fomentaba la emigración de la juventud más interesada en cursar estudios superiores o,
alternativamente, impedía que los cursaran quienes no pudieran emigrar por razones económicas. Eje central de la obra en
esos años fue el mejoramiento de las comunicaciones, tanto de información —especialmente televisión— como físicas. Estas
últimas fueron tanto terrestres como marítimas y aéreas, interregionales, intrarregionales e incluso internacionales. Eso incluyó,
por ejemplo, la televisión nacional en directo, el canal de televisión y la estación de radio para Puerto Williams; la ampliación
del aeropuerto de Magallanes; la creación o mejoramiento de múltiples instalaciones para la conexión aérea en distintos
puntos de la Región; el mejoramiento de las conexiones terrestres, particularmente la pavimentación del camino entre Punta
Arenas y Puerto Natales, además de la construcción o mejoramiento de numerosas vías regionales. Al mismo tiempo, se
realizó un esfuerzo visionario de inversión en infraestructura básica, especialmente en los rubros de vivienda, agua potable,
alcantarillado, gas y demás obras sanitarias. Además de las obras de gran alcance socioeconómico, se realizaron también
otras obras específicas, que han significado bienestar y progreso de la Región, como es el caso de la zona franca. Todo eso
se tradujo en un gran progreso para la Región. Pero la actual es una época distinta, con nuevos problemas y exigencias, que
requiere, por tanto, de otras soluciones. El país se desarrolla y crece, pero sus extremos van quedando atrás o decaen.
Soluciones audaces son las que necesitamos para las Regiones extremas, y las requerimos ahora. La situación ha llegado a
ser tan aflictiva, que ya no es hora de más comisiones de estudio para un futuro indefinido. Estudios hay más que suficientes
para comenzar a actuar. Baste destacar, por ejemplo, que en abril pasado, bajo coordinación de la propia Intendencia de
Magallanes, se concluyó la elaboración de un extenso informe sobre las “Potencialidades de Desarrollo de la Región”, al que
me referiré muchas veces, por su calidad y, precisamente, porque emana de fuente oficial. Por consiguiente, no es necesario
realizar más estudios. Con sólo hacer realidad una parte de los ya efectuados, la situación regional cambiaría completamente.
Con la acción inmediata como objetivo, me referiré a ciertos lineamientos que creo impostergables. Algunos de ellos ya los he
planteado en otras ocasiones en esta Sala. Otros los he recogido de proposiciones de las más diversas fuentes. Porque aquí
no está en juego el interés de un partido, de un grupo, ni siquiera el muy legítimo de las Regiones, sino el interés nacional. Por
lo tanto, urge aplicar una política de Estado suprapartidista y que deje de lado toda otra consideración, incluso las de un mal
entendido economicismo. No me detendré en la enumeración completa de las muchas ideas de proyectos específicos que ya
existen, que han sido estudiados y, como se advierte, superan el centenar. En cambio, es preciso insistir en la urgencia de
despertar la voluntad política para que, al menos, algunas puedan ser emprendidas de inmediato. Magallanes, según un
informe reciente de CIEPLAN, es la Región de más bajo crecimiento nacional en los últimos 30 años, según un informe del
Banco Central, se redujo su producto interno bruto entre 1990 y 1992; según un informe de Géminis, tendrá una caída del 2
por ciento en su producción regional durante 1994, y según los actuales cuadros de inversión total del país para el período
1994-2000, elaborados por la SOFOFA, ocupará el penúltimo lugar, seguida sólo por Aisén. Frente a esto, no se trata
meramente de aumentar el gasto público, como a veces se plantea. Es obvio que las iniciativas requeridas suponen
inversiones, sin las cuales Magallanes no saldrá del estancamiento. Y, por cierto, el Estado no dispone hoy de los recursos
necesarios para abordarlas. Pero sí es de su responsabilidad crear las condiciones adecuadas para que el sector privado se
sienta atraído a hacer tales inversiones. En ese marco, creo prioritario subrayar los siguientes rubros.Frenar el despoblamiento
Es la necesidad más urgente. Se trata, en Magallanes, de casi 150 mil chilenos que merecen atención especial. Esas personas
están hoy viviendo y trabajando en esa Región en condiciones muy adversas. Y, al hacerlo, están cumpliendo una tarea
nacional que beneficia al resto de los 13 millones de compatriotas. Son ellos quienes encarnan allí la soberanía nacional, lo
cual alcanza no sólo a ese enorme territorio patrio, sino, también, a sus proyecciones antárticas y oceánicas. Ello es, además,
imprescindible. También es justo que quienes se encuentran hoy radicados en Magallanes reciban del Estado un estímulo
suficiente para continuar su vida allí. De lo contrario, es casi inevitable que prevalezcan los poderosos factores que los
empujan actualmente a la emigración hacia otras Regiones o la Capital. Si estos no son contrarrestados cuanto antes,
Magallanes continuará perdiendo, día a día, muchos de sus elementos más dinámicos.Estímulos tributarios La más inmediata,
global e igualitaria fórmula de estímulo que el Estado tiene en su mano es el instrumento tributario. Creo injusto que los
impuestos que hoy gravan a los magallánicos sean los mismos que se aplican a los habitantes del centro del país o de la
Capital. Evidentemente, las condiciones para unos y otros no son las mismas, como tampoco lo son los bienes y servicios que,
en contraprestación, les entrega hoy el Estado a unos y otros. Esa es una realidad. Como un indicio, entre otros muchos, de la
distorsión a la que me refiero, considérese, por ejemplo, que el aporte entregado por Magallanes al erario fue de 12,7 mil
millones de pesos entre enero y mayo pasados, según informe del tesoro público. En el mismo lapso, el monto de los pagos
hechos por la Tesorería en la Región fue de 1,2 mil millones de pesos. En otras palabras, una relación de diez a uno entre lo
entregado y lo recibido. Por cierto, el referido no es sino un índice muy parcial; pero es elocuente. En consecuencia, sostengo
que, para frenar el despoblamiento, debe promoverse una inmediata reducción sustancial de todas las tasas tributarias, para la
totalidad de los habitantes de Magallanes y para todas las actividades que allí se desarrollan. El país está en condiciones de
abordar ese esfuerzo. Como bien lo señalaba el Senador señor Calderón hace pocos días, en 1992 el impuesto a la renta de la
Duodécima Región significaba sólo 0,6 por ciento del total nacional, y el IVA, 0,7 por ciento. No se trata, pues, de algo
inabordable para Chile. Aquí debe corregirse urgentemente un error de enfoque: frente a los problemas de las regiones
extremas, la prioridad nacional no son los mayores ingresos fiscales, sino los intereses superiores del país, presentes y
futuros.La renuencia a dar un paso de tanto alcance previsiblemente se revestirá del argumento tradicional que aduce la
necesidad de mayores estudios. Lo cierto es que tales estudios ya existen, y de muy variado origen. Específicamente para
Magallanes, en días recientes el Diputado señor Vicente Karelovic propuso un importante plan de modificaciones tributarias
que contempla estímulos tales como el aumento a 25 por ciento de la bonificación a la mano de obra; la eliminación del
impuesto de 6 por ciento a la zona franca; la supresión del impuesto de Primera Categoría de la Ley sobre Impuesto a la
Renta, y la exención del IVA a los turistas que compren en la Región. Esas proposiciones se apoyan en estudios serios. Ahora
sólo falta la decisión de actuar. Nada obsta a que las actividades en las regiones extremas sean fomentadas por exenciones
tributarias importantes, capaces de compensar efectivamente las desventajas del aislamiento, la distancia y el clima. Por
razones que afectan menos a la soberanía del país, se han dictado en numerosas oportunidades estatutos especiales para ir
en apoyo de ciertos sectores de la actividad nacional. Con mayor razón, de ser necesario, debería dictarse cuanto antes un
Estatuto para la Inversión en Magallanes, o en las regiones extremas, en general. Dicho texto debería contemplar incentivos
sustanciales, no franquicias limitadas, parciales y que, en definitiva, no logran su propósito. Aludo a una normativa decidida y
amplia, que de verdad cambie la postergada realidad de todo Magallanes, sin olvidar que el desarrollo de la Duodécima Región
no sólo iría en beneficio de sus habitantes, sino de todo el país. Pero incluso debemos avanzar más allá. Más eficaz y rápido
que los diversos mecanismos parciales, centralmente dosificados y dirigidos, sería que el Estado promoviera una reducción
drástica y general de los impuestos a toda la región magallánica, o que incluso los eliminara enteramente. En las condiciones
actuales, vivir y trabajar en Magallanes no debe ser tributable ni fuente de recursos para el Fisco. Los impuestos no son un fin
en sí, sino un instrumento, y corresponde a la prudencia del gobernante manejarlos para el bien común, no para mero
beneficio del Estado. En cualquier caso, el más pronto paso que las autoridades pueden dar para ir en ayuda de los habitantes
de Magallanes es el de reducir sustancialmente la carga tributaria que pesa sobre ellos. Eso tendría el efecto de producir un
alivio general e inmediato, aun sin esperar los benéficos efectos de atracción y revitalización que, además, tendría. En fin, si
estas medidas de carácter general y simple no fueran por ahora admisibles para las instancias de planificación central, al
menos deberían crearse —a título de paliativo y con la mayor urgencia— incentivos especiales y subsidios para rubros que hoy
no los tienen, particularmente el transporte y la alimentación. Otro tanto cabe afirmar del estímulo crediticio. Deben
considerarse políticas crediticias especiales, muy diferentes y mucho más estimulantes para esta región. Esa sería, realmente,
una acción subsidiaria del Estado.Fomento del poblamiento Pero no basta con evitar la emigración, ni tampoco con impulsar
una oleada de inversionistas de paso. Es preciso enraizar a la población a largo plazo. Para eso puede el Estado desarrollar
dos grandes líneas, omitidas parcialmente hasta ahora: una nueva política de bienes nacionales y una nueva política de
migraciones. a) Licitación de tierras. En Magallanes es fácil determinar dónde están los límites de la propiedad fiscal, que es
vastísima. Es esa otra área largamente desatendida: inmensas extensiones de tierras fiscales están subexplotadas o no
explotadas en absoluto. Urge una licitación de ellas que expanda la propiedad privada y, consecuencialmente, el interés por
invertir. Este es directamente proporcional a la certeza y seguridad de la propiedad. Se dirá que el Estado no puede
desprenderse de ese patrimonio a bajos precios. En realidad, si éstos son bajos, ello obedece a que hoy ésos son bienes
muertos, que no benefician a nadie. Las tierras fiscales son, por lo general, tierras de nadie y tierras sin nada. No atraen a
ningún grupo significativo. En momentos en que nuestras regiones extremas se estancan o despueblan, urge reactivar una
general licitación de las muchas tierras fiscales, para que la iniciativa privada acuda allí a crear progreso. Ella es la que
proporciona trabajo y prosperidad, sin los cuales no hay interés por radicarse en esas zonas. La autoridad puede adoptar las
precauciones que aseguren la preservación del equilibrio ecológico. La licitación puede sujetarse a la presentación de
proyectos que, siendo económicamente viables, también sean aceptables en lo ambiental. b) Política de migraciones. Frenar el
despoblamiento y fomentar la radicación deben complementarse, también, con una activa política de poblamiento. La baja
densidad demográfica de Magallanes, empeorada por la constante emigración, es un riesgo potencial para la estabilidad de
nuestra soberanía. Es nuestra responsabilidad, como legisladores, considerar este factor con visión a largo
plazo.Comunicaciones a) Infraestructura vial y portuaria. La infraestructura vial es precondición para innumerables actividades
económicas. Al respecto, baste hacer notar que, de los escasos 3,2 miles de kilómetros de la red vial de Magallanes, el 94,8
por ciento no está pavimentado en la actualidad. Lo antes expuesto es aplicable a otras obras de infraestructura de
comunicaciones, en lo marítimo y lo aéreo. No es del caso reiterar aquí la antigua historia del nuevo puerto para Magallanes.
Pero es útil recordarla como un buen ejemplo de una situación más en que el Estado se ha entrabado interminablemente en
múltiples consideraciones menores, que desembocan en un avance lentísimo hacia una meta que quedará por debajo de lo
que habría podido ser si se hubiera permitido simplemente al cuerpo social actuar por sí mismo y se hubiese abierto al sector
privado la posibilidad de construir el puerto y explotarlo, para mayor beneficio de todos. Las obras portuarias recientemente
emprendidas por el Estado tienen un alcance útil, pero limitado. Están proyectadas para un Magallanes cuyo futuro sea
relativamente parecido a su presente. Esto es, para un Magallanes de desarrollo muy inferior al que podría y debería alcanzar.
Es de recordar que cada año pasan por el estrecho unos mil 200 barcos, y que ese flujo está llamado a aumentar
necesariamente. Con sólo construir un nuevo sitio de atraque en Punta Arenas no puede estimarse que queden satisfechos los
requerimientos portuarios de toda la región. En esa medida, pues, el tema del puerto continúa pendiente. Al respecto, el
informe de la Intendencia a que me he referido contiene una iniciativa de especial prioridad, relativa al mejoramiento de la
competitividad marítimo-portuaria de Punta Arenas y del estrecho, aspecto este último que se hace mucho más apremiante por
el resurgimiento que han estado experimentando en los años recientes otros puertos claves del Pacífico sur, como Guayaquil y
El Callao, sobre lo cual ya anteriormente he querido alertar. Proyectos existen, ya que se ha señalado más de un centenar en
el informe, y sólo esperan la voluntad política de abrir las puertas para que el sector privado nacional e internacional aborde
aquello que el Estado, por sí solo, nunca podrá ejecutar. Lo que sí puede hacer —y debería actuar de inmediato en ese
sentido— es desregular, abrir toda la variedad de posibilidades, también en este rubro, a la actividad privada. b) Transportes y
telecomunicaciones. El aislamiento de Magallanes se refleja, asimismo, en el costo que para sus habitantes tiene el
desplazarse hacia cualquier otro punto del territorio, o comunicarse con él. Existe unanimidad en que un problema prioritario es
el aislamiento por costo económico. No menos de cuatro horas en avión, o dos días en bus, separan a Punta Arenas de
Santiago; tanto como un viaje a Sao Paulo o Montevideo. Ello afecta a toda la vida de los magallánicos. Las frutas de la zona
central cuestan en la Región siete veces más que en la capital; diferencia significativa, porque Magallanes necesita 10 mil
toneladas de productos hortícolas, y actualmente sólo produce 3 mil. Todo el resto debe llevarlo desde fuera de su territorio.
Naturalmente, en esas condiciones, una responsabilidad primordial del Estado debe ser la de fomentar el desarrollo de todas
las vías y medios posibles de comunicación.Obras Públicas En muy cercana relación con el punto anterior está el rubro de
otras obras públicas. Existen proyecciones que muestran, con razonable fundamento, cuáles son las principales que deberá
abordar el Estado en el futuro, y que no se emprenden desde ya sólo por una consideración de financiamiento. Al respecto,
pienso que el Estado debería realizar un esfuerzo especial de asignación de recursos que permitiera anticipar el inicio de
ejecución de esas obras públicas. Las vinculadas a los transportes y comunicaciones son especialmente prioritarias, por su
proyección sobre todas las demás actividades.Educación y Cultura En materia de educación, cabe destacar que Magallanes
tiene el mérito especial de que, pese a las condiciones que soporta, sus habitantes han logrado mantenerla en un nivel
comparativamente aceptable. Según la encuesta CASEN de 1992, el analfabetismo es sólo de 3,5 por ciento, lo que sitúa a la
Región en el quinto promedio más bajo del país, y por debajo del promedio nacional, que es de 5,1 por ciento.
Legislatura 329, Sesión 22 de 11 de Agosto de 1994
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, con respecto a la constitucionalidad del precepto, debemos tener presente que no
estamos ante un contrato entregado libremente al pacto entre las partes. Es un contrato dirigido, en que la ley ha fijado las
normas respecto de las cuales se puede pactar, y naturalmente, dice relación a la seguridad social. Contrariamente a lo
señalado por algunos señores Senadores, entonces, no está por entero ligado a la libre contratación de las partes; se halla
regulado y establecido por una normativa que contiene disposiciones sobre seguridad social. De manera que no pertenece
íntegramente al ámbito del Derecho Privado. Algunas de sus normas están reguladas, y, por tanto, a mi entender, se
encuentran amparadas por la garantía constitucional establecida en el número 18 del artículo 19, que consagra el derecho a la
seguridad social y señala: "Las leyes que regulen el ejercicio de este derecho serán de quórum calificado.". En consecuencia,
la norma propuesta es de quórum calificado, por incidir en un contrato relativo a la seguridad social que —como dije— está
regulado por ley, y no entregado a la libre determinación de las partes. Ahora, en lo que dice relación al inciso tercero, cabe
señalar que, si su sentido es afectar los contratos válidamente celebrados, con efecto retroactivo, sería inconstitucional por
cuanto estaría privando de derechos establecidos en un contrato, que, según el Código Civil, constituye una ley para las partes
y no puede ser modificada por el legislador sin lesionar el derecho de una de ellas. Por otra parte, si el objetivo perseguido es
darle retroactividad, debo señalar que esto no se logra con el inciso tercero, pues éste no podrá ser interpretado de esa
manera, sino de la que señaló el Senador señor Thayer: entendiendo que, simplemente, se vuelve a la regla general. Como es
natural, la materia puede ser muy controvertida y debatida, por la cantidad de recursos envueltos, pero es claro que el inciso
no tiene efecto retroactivo. Más aún: las normas que establecen tal efecto deben ser expresas, y no pueden vulnerar los
derechos establecidos en los contratos. En suma, señor Presidente, creo que estamos frente a una norma de seguridad social,
que debe ser aprobada con quórum calificado —está en juego un contrato legalmente celebrado que no puede ser modificado
por la ley—; y, en cualquier caso, si lo que se busca es darle un efecto retroactivo, ello no se logra con su texto actual. La
única interpretación admisible del mismo es que se aplica la regla general consignada en el artículo 4 . Ahora, si el sentido
buscado es que tenga efecto retroactivo —que, en lo personal, impugno—, su redacción es defectuosa. He dicho.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, se ha dicho que la norma en debate no afecta un contrato, que éste
permanecería incólume. Eso afirmaron los Senadores señores DÍEZ y Hamilton. Pero, si estamos a las resultas de un contrato,
entonces no tiene sentido dictar una ley que obligue a la ISAPRE a devolver excedentes. Porque si el contrato estableciera
dicha devolución, lisa y llanamente, habría que aplicarlo. ¿Por qué se ha propuesto dictar una norma? Porque se desea
modificar las disposiciones contractuales, un contrato en el cual no hay un precio fijo, sino un valor pactado en la forma que la
ley señala. De acuerdo con ésta, el 7 por ciento es obligatorio respecto de todas las remuneraciones. No es un problema ajeno
a la ley; las partes no pueden pactar algo distinto. En consecuencia, necesariamente se está enmendando una norma
contractual. De otra manera, de aceptarse la argumentación del Honorable señor DÍEZ, no sería necesario aprobar una
disposición especial; bastaría aplicar el contrato y pedir la restitución de los fondos que exceden a la cantidad del 7 por ciento.
Pero, como algunos han estimado necesario modificar dicha relación contractual, han respaldado la norma legal en cuestión.
De manera que sí se afecta un contrato válidamente celebrado. He dicho.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 3
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en relación con lo señalado por el Senador señor Díez, ocurre que la norma hacia
el futuro no tiene problemas de constitucionalidad, porque rige para situaciones que se van a presentar en nuevos contratos.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 4
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en cuanto a los contratos que se celebren en el futuro, sin duda alguna, la norma
corresponde a nuestro ordenamiento jurídico, no tiene vicios de inconstitucionalidad y es perfectamente válida. La discusión se
plantea respecto de aquéllos ya suscritos. ¿Qué ocurre con el excedente? A mi entender, si la norma determinase su destino,
sería inconstitucional, al afectar un contrato válidamente celebrado. No me pronuncio acerca de quiénes son los dueños de
esos excedentes, porque ello deberá determinarse en el convenio mismo. Es posible que los interesados estipulen la
restitución de aquéllos en el contrato. Sin embargo, si la ley empieza a fallar anticipadamente el juicio —vale decir, incursiona
en la relación entre las partes, que es lo que efectivamente ocurre—, eso le da el carácter de inconstitucional. En cambio, si no
se dictara esta norma con efecto retroactivo, la cuestión quedaría entregada a la determinación de los tribunales, por tratarse
de contratos válidamente celebrados. Ése es mi criterio; y muchas gracias por la interrupción, señor Senador.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE INSTITUCIONES DE SALUD PREVISIONAL - 5
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, votaré negativamente la norma por considerar que afecta contratos válidamente
celebrados, los que no pueden serlo sin incurrir en inconstitucionalidad. Concuerdo en que el precepto se aplique en el futuro
en los nuevos contratos sobre esta materia.
Proyectos de Acuerdo Presentados
SOLUCIÓN DE PROBLEMAS DE ZONAS EXTREMAS E ISLA DE PASCUA. PROYECTO DE
ACUERDO - 1
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El señor EYZAGUIRRE (Secretario).— El tercer proyecto de acuerdo que se somete a la consideración de la Sala, presentado
por los señores Horvath, Mc-Intyre, Adolfo Zaldívar, Fernández, Lagos y Bitar, expresa: "Solicitar al Presidente de la República
a fin de que se estudie por parte de un Ministro o Grupo Ministerial la situación y se resuelvan los problemas de las Zonas
Extremas del País en sus características especiales, comprendidas por: La I Región del país considerando en especial la
situación de la Provincia de Arica, las Regiones de Aysén (XI) y Magallanes (XII), considerando la Provincia de Palena y la
Provincia de Isla de Pascua.".
Legislatura 329, Sesión 24 de 17 de Agosto de 1994
Participación en proyecto de ley
CALENDARIO PARA FUNCIONAMIENTO DE SISTEMA MULTIPORTADOR DISCADO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en enero de 1994, cuando analizamos la ley que hoy estamos modificando para
prorrogar un plazo, tuvimos oportunidad de participar activamente en su estudio. Dicha normativa legal es de mucha relevancia
en nuestra vida económica, ya que la velocidad con que ocurren los hechos y se producen los avances tecnológicos en
materia de telecomunicaciones, juegan un papel preponderante en el desarrollo económico del país. De ahí la importancia de
modernizar las normas que regulan esa actividad. En su oportunidad, tuvimos ocasión de hacer presentes todas las
indicaciones y apreciaciones que existían sobre ese tema. Un señor Senador que me precedió en el uso de la palabra ha
expresado aquí que no hubo oportunidad para presentar indicaciones con motivo del proyecto que luego se convirtió en ley.
Tengo en mi poder el Boletín de Indicaciones y el Diario de Sesiones del Senado, de 25 de enero de 1994, en el que consta
que a la iniciativa que hoy modificamos se le presentaron 46 indicaciones. De tal suerte que hubo oportunidad de considerar el
tema en las Comisiones, en lo cual tuve ocasión de participar. Además, las 46 indicaciones no sólo fueron debatidas en
Comisión, sino que también algunas fueron discutidas en la Sala al ser renovadas. De modo que estamos en presencia de un
proyecto que ha sido estudiado y debatido. Y no se trata de una iniciativa que haya sido impuesta al Senado, como aquí se ha
señalado, sino que todos tuvimos oportunidad de hacer presentes nuestras inquietudes, observaciones e indicaciones. Ahora,
lo mismo sucede con el proyecto que estamos debatiendo. La iniciativa, por las razones que se han indicado, pretende corregir
una situación que impide que el sistema multicarrier entre en funcionamiento hoy, como todos quisiéramos. El Ejecutivo ha
expresado que por razones técnicas no es posible que ello ocurra. Y, como simplemente deseamos que el sistema multicarrier
funcione en beneficio de los usuarios —como ya lo dijimos en su oportunidad, les traerá innegables ventajas, al otorgarles un
mejor servicio y rebajar las tarifas—, el Ejecutivo ha planteado la necesidad de establecer un calendario, por razones técnicas
que la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones estudió adecuadamente. Y, no obstante la celeridad con que se ha
tramitado este proyecto, la Comisión tuvo oportunidad de conocer todos y cada uno de los antecedentes. No de otra manera
ha emitido un completo informe sobre la materia, el que hoy está a disposición de los señores Senadores. De tal suerte que si
bien es cierto que estamos en presencia de un proyecto cuya tramitación es muy rápida, no lo es menos que ésta permite que
sea estudiado y analizado. Por otra parte, las ideas contempladas en la iniciativa no requieren mayor análisis, sino una
decisión: otorgamos o no otorgamos las facilidades necesarias para que el sistema multicarrier entre en vigencia, ante la
eventualidad, simplemente, de que no podamos aplicar las leyes. Distinto es el caso de si deseamos saber por qué en la ley
anterior se fijaron plazos que en definitiva no han podido ser cumplidos. Creo que eso es materia de otra discusión y no de
ésta. Hoy estamos abocados a una proposición de Senadores de todos los sectores, ya que la indicación que estamos
tratando, en lo sustancial, fue sugerida por los Honorables señores Bitar, Gazmuri, Larraín, Páez y Piñera. De tal suerte que en
ella hay una variada representación de los sectores del Senado. Además, la Comisión estuvo integrada por los Senadores
señores Cooper —quien la ha presidido con mucho acierto y acuciosidad—, Hamilton, Lagos y Mc-Intyre. De manera que
todos estos señores Senadores han dispuesto de los antecedentes necesarios, que permiten al Senado adoptar hoy una
decisión. Votaré en favor del proyecto, porque considero que la mejor manera de llegar al sistema multicarrier es dictando
normas que faciliten su establecimiento a la brevedad. Sin duda, nos habría gustado a todos que estuviera vigente y que no
fuera necesario establecer las prórrogas del caso, pero se nos ha informado que ello no es posible. De tal suerte que prestaré
mi aprobación a la iniciativa, y simplemente creo que habría que entrar a dar la mayor celeridad posible a la decisión del
Senado. He dicho.
Legislatura 329, Sesión 27 de 31 de Agosto de 1994
Participación en proyecto de ley
FERIADO ANUAL A TRABAJADORES QUE PRESTAN SERVICIOS EN REGIONES UNDÉCIMA Y
DUODÉCIMA. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el proyecto en debate corresponde a una iniciativa que en su oportunidad
suscribimos varios Senadores y tiene por objeto dar a los trabajadores de Magallanes y Aisén un tratamiento especial en lo
que dice relación al aumento de su feriado anual, atendidas las condiciones de clima, distancia, aislamiento y geopolítica, las
cuales dimos a conocer extensamente en esta Sala en su oportunidad, cuando analizamos un proyecto que se aprobó por
unanimidad. La proposición de la Comisión Mixta otorga ese derecho a los trabajadores de Aisén y Magallanes. A este
respecto, quiero hacer presente que prestaré mi aprobación a la iniciativa —como es obvio—, y señalar que estamos en
presencia de una norma excepcional, la cual se encuentra vinculada a un conjunto de disposiciones que permanentemente se
están aprobando para esas Regiones, especialmente para Magallanes. Generalmente, las normativas vinculadas al desarrollo
de esta provincia constituyen excepciones en comparación con el resto de las que rigen en el país. Por lo tanto, el
otorgamiento de un beneficio adicional a los trabajadores —en este caso se trata de un feriado— corresponde a esa misma
línea, esto es, darles garantías excepcionales a los mismos. Soy partidario de que a los magallánicos se les conceda este tipo
de beneficios, como también he propuesto que a los empresarios se les otorguen ventajas tributarias y de todo orden, con el
objeto de que puedan establecer sus industrias y desarrollarse. Naturalmente, esas situaciones excepcionales resultan
igualmente válidas para los trabajadores. No podemos consagrar normas especiales ni exigir un estatuto exclusivo para
Magallanes, si, al mismo tiempo, hacemos cargar a los trabajadores con el costo total que significa el aislamiento de quienes
viven en esas regiones. Creo que para ser consecuentes y justos, si queremos normas excepcionales para esa provincia,
debemos considerar también en ellas la situación de los trabajadores. Por eso, en su oportunidad suscribimos —y hoy día lo
aprobaremos— este proyecto que aumenta el feriado para las personas que desarrollan su vida laboral en Magallanes y Aisén,
lo cual considero de gran justicia. Por esas razones, votaré favorablemente la iniciativa.
Participación en proyecto de ley
FERIADO ANUAL A TRABAJADORES QUE PRESTAN SERVICIOS EN REGIONES UNDÉCIMA Y
DUODÉCIMA. INFORME DE COMISIÓN MIXTA - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, tal como señalé en su oportunidad, cuando discutimos el proyecto, estamos en
presencia de una normativa que favorece a los trabajadores. Ahora, si ella significa un mayor costo, que puede limitar la
contratación, la forma correcta de corregir este efecto es a través de un subsidio otorgado a los empresarios, razón que
justificaría la acción subsidiaria del Estado. Pero en ningún caso se debe aceptar que el costo que ello representa se cargue
exclusivamente a los trabajadores. Creo que los motivos que se dieron en su momento, y los que se han expresado en el
debate de hoy, de aislamiento, de salud, de educación y de todo tipo, que hacen muy difícil la vida en esas Regiones, justifican
plenamente para aquellos trabajadores una situación excepcional, que, por lo demás, los empresarios solicitan que se haga
extensiva a sus actividades. Magallanes siempre pide —con mucha razón— un tratamiento especial, y la situación excepcional
de los trabajadores también debe ser considerada para tal efecto. Por eso, voto que sí.
Legislatura 329, Sesión 28 de 31 de Agosto de 1994
Participación en proyecto de ley
REAJUSLABILIDAD DE SUBSIDIOS POR INCAPACIDAD LABORAL Y MODIFICACIÓN DE
NORMAS SOBRE SEGURIDAD SOCIAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, me parece que la norma vigente se justifica respecto de los empleados que
conservaron sus imposiciones en el sistema anterior, por cuanto ellos, si bien cotizan sin tope, también pueden jubilar sin tope.
Este beneficio existe, de forma tal que si los privamos de la posibilidad de imponer por encima del límite legal, en el fondo los
estamos restringiendo en cuanto a su pensión. Esa es la situación, que deriva de una normativa dictada durante el Gobierno
del Presidente Frei —me parece que se trata de la ley de continuidad de la previsión—, la cual fue objeto de un juicio por parte
de los funcionarios del Banco Central. En definitiva, la Corte Suprema determinó que ellos podían efectuar imposiciones sin
tope y jubilar en las misma forma. Esa es la razón por la cual se dictó esa disposición excepcional.
Participación en proyecto de ley
REAJUSLABILIDAD DE SUBSIDIOS POR INCAPACIDAD LABORAL Y MODIFICACIÓN DE
NORMAS SOBRE SEGURIDAD SOCIAL - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, aquí se ha señalado que el plazo original se habría extinguido en este mes de
agosto. Si así fuera, me da la impresión de que esta iniciativa podría tener problemas para su aplicación práctica, por cuanto
no cabría en ese caso sustituir las palabras "doce meses" por "dieciocho meses", pues el derecho estaría extinguido. Se
requeriría de una norma especial que otorgara nuevamente el beneficio. De otra manera —repito— habría serias dificultades
de interpretación.
Participación en proyecto de ley
REAJUSLABILIDAD DE SUBSIDIOS POR INCAPACIDAD LABORAL Y MODIFICACIÓN DE
NORMAS SOBRE SEGURIDAD SOCIAL - 3
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en todo caso, si así fuera, es importante tener presente que los plazos extinguidos
no pueden prorrogarse, ello constituye una norma en Derecho. No es factible que lo que se extinguió vuelva a nacer. Empero,
entendí que hablábamos de un plazo de doce meses que ya se cumplió, el que ahora se extendía por otros seis meses. Por
esa razón, se modificaba la norma reemplazando "doce" por "dieciocho". Entonces, mucho temo que, extinguido el plazo, el
precepto no tenga la virtud de solucionar el problema en los términos planteados a la Sala, porque podría haber dificultades de
aplicación a través de la Contraloría General de la República y de los tri-bunales. De manera que llamo la atención respecto de
esa norma, ya que probablemente sea factible corregirla ahora, o bien en el tercer trámite constitucional, para evitar problemas
a las personas a quienes se pretende favorecer. He dicho.
Participación en proyecto de ley
REAJUSLABILIDAD DE SUBSIDIOS POR INCAPACIDAD LABORAL Y MODIFICACIÓN DE
NORMAS SOBRE SEGURIDAD SOCIAL - 4
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el artículo 7º de la iniciativa establece un beneficio especial y exclusivo para los
parlamentarios. Si se tratara de una norma general, que se aplicara a todo el mundo, estaría de acuerdo. Pero no es así.
Legislatura 329, Sesión 29 de 01 de Septiembre de 1994
Participación en proyecto de ley
RESTRICCIONES A ACTIVIDADES RELACIONADAS CON EL TABACO - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, concuerdo con lo propuesto por la Cámara, porque estimo absurdo aplicar a las
radios las normas de la televisión. Por lo demás, en el caso de aquéllas no existen horarios ni programas destinados a
mayores de 18 años como los hay en el otro medio. Por eso, extender las disposiciones de la televisión a las radios y que
además la regulación la efectúe el Consejo Nacional de Televisión, es una aberración. Debemos tener en cuenta, asimismo,
que las radios afrontan una crítica situación, especialmente las más pequeñas y las regionales, que escasamente pueden
sobrevivir con el avisaje y con la gran competencia de la televisión. De modo que fijar una nueva limitación a las radios, aparte
afectar seriamente su financiamiento, constituiría una discriminación extraordinariamente grave frente a otros medios de
comunicación. Por eso concuerdo plenamente con lo establecido por la Cámara de Diputados. Esta, muy sabiamente, dispuso
que no puede el Consejo Nacional de Televisión determinar los horarios de las radios. Por el contrario, el artículo 2 del
Senado, dice: "En la televisión y radio sólo se admitirá a contar del horario que el Consejo Nacional de Televisión establezca
para programas destinados a mayores de 18 años". Vale decir, el Consejo Nacional de Televisión regularía a la radio, en
circunstancias de que no tiene facultad. Eso, a mi juicio, es altamente inconveniente, pues significa un grave atentado al
financiamiento de las radios, particularmente de las regionales.
Participación en proyecto de ley
RESTRICCIONES A ACTIVIDADES RELACIONADAS CON EL TABACO - 2
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, la Cámara de Diputados rechazó las normas del artículo 4 , y lo hizo por una
razón muy de fondo. La Cámara Baja analizó el tema con mucha profundidad, tras lo cual decidió no acoger tales preceptos,
porque estimó que las prohibiciones contenidas en ellos afectan los derechos en su esencia. Estamos frente a una actividad
lícita, que no ha sido prohibida por el Estado. Este puede establecer limitaciones, algunas restricciones, pero la prohibición
absoluta de publicitar el tabaco en espectáculos deportivos o de otra naturaleza, va mucho más allá de una mera limitación.
Por eso la Cámara de Diputados consideró que se afectaban los derechos en su esencia y se discriminaba abiertamente
contra una actividad lícita, imponiéndose limitaciones al dominio. Aquí no estamos ante un tema irrelevante, sino de fondo. El
legislador, a mi entender, puede imponer algunas restricciones cuando así lo aconseje el orden público, la salubridad nacional
o alguna otra materia de interés nacional. Pero otra cosa muy distinta es establecer prohibiciones absolutas respecto de una
actividad lícita. La situación sería diferente si estuviéramos en presencia, como en el caso de las drogas, de actividades que la
misma ley considera ilícitas. En este caso, se trata de una actividad legítima y, por lo tanto, no se pueden afectar los derechos
en su esencia. Aparte de este argumento contundente y decisivo, que hizo presente la Cámara de Diputados y al cual
concurrió la mayoría de sus integrantes, de todos los sectores políticos, quiero señalar que las prohibiciones y limitaciones
contenidas en el artículo 4 , que se ciernen discriminadamente en contra de los espectáculos deportivos —sólo en contra de
éstos y no de otros similares—, afectan en forma especial y única a aquellos que tengan carácter nacional. Vale decir,
perjudica a las estaciones de televisión y radio chilenas. Porque la propia ley en proyecto dispone que no se entenderá como
propaganda la que se realice "en" o "desde" el extranjero. ¡En qué quedamos! Si se efectúa en el exterior, es legítima, pero si
se realiza en nuestro país, es ilegítima. ¿Qué consecuencia existe en una norma de esta naturaleza? Eso es abiertamente
discriminatorio en contra de las transmisiones radiales o televisivas nacionales. Por lo tanto, el precepto es inconstitucional, tal
como se hizo ver aquí cuando el Senado analizó la iniciativa en general. No puede haber discriminación, pero lo que es
legítimo en el extranjero está prohibido en Chile. De tal manera, señor Presidente, que estamos frente a un derecho que, más
allá de ser objeto de limitaciones, se halla afectado en su esencia, sin considerarse que se trata de una actividad lícita. Pero,
además, se incurre en una doble discriminación. Por una parte, la norma se aplica sólo para campos deportivos, gimnasios y
otros recintos similares, y por otra, se perjudica exclusivamente a los nacionales, porque, cuando provenga del extranjero, se
podrá hacer toda la propaganda que se quiera. Creemos, en suma, que el artículo 4 es una disposición absurda, que con
mucho fundamento fue rechazada, junto con el artículo 5 , por la Honorable Cámara de Diputados. Y es por esa razón que
votaré a favor de la supresión de ambos preceptos. He dicho.
Legislatura 329, Sesión 35 de 14 de Septiembre de 1994
Participación en proyecto de ley
JUNTAS DE VECINOS Y ORGANIZACIONES COMUNITARIAS FUNCIONALES. INFORME DE
COMISIÓN MIXTA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, aquí se ha señalado que resultaría indiferente votar a favor o en contra. A mi
juicio, no es así. Creo que si votamos negativamente, no será posible ejercer la facultad de veto, porque no habrá proyecto. En
cambio, si lo hacemos a favor, el Presidente de la República podrá hacer uso de su derecho y hacer las adiciones que
considere conveniente. De manera que no es indiferente una solución u otra.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE BASE DE CÁLCULO DE ASIGNACIÓN DE ZONA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, concuerdo plenamente con la filosofía de la asignación de zona. Ya ha sido
latamente explicada por numerosos señores Senadores, de manera que me parece innecesario repetir la argumentación. Sin
perjuicio de las adecuaciones que en su oportunidad habrá que introducir a esta normativa, con el objeto de establecer una
asignación de zona que realmente beneficie a lugares apartados donde el costo de la vida sea muy superior al resto del país o
donde se realice un trabajo que signifique ejercer la soberanía a través de la función pública, voto favorablemente el proyecto.
Participación en proyecto de ley
PROHIBICIÓN DE EXPENDIO Y CONSUMO
ESTABLECIMIENTOS EDUCACIONALES - 1
DE
BEBIDAS
ALCOHÓLICAS
EN
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, a mi entender, el proyecto pretende establecer diversas prohibiciones que ya
encuentran contempladas en nuestra legislación, y que, en definitiva, no agregan nada nuevo o distinto de lo ya establecido.
Cuando se dicta una norma prohibitiva respecto de determinada materia, ella debe obedecer a algún antecedente, estudio o
elemento que justifique una disposición excepcional que vaya más allá de la normativa legal general. Los antecedentes de que
nosotros disponemos no nos permiten concluir que estamos en presencia de una situación en tal sentido respecto del
expendio de bebidas alcohólicas. La actual ley de alcoholes es extraordinariamente reglamentarla y establece numerosas
normas (el tribunal competente) y sanciones (las que deben aplicarse a quienes la infrinjan), por lo que si ésta resulta
insuficiente, inadecuada o no se está cumpliendo, lo que corresponde es modificarla, porque probablemente la situación se va
a referir no sólo a establecimientos educacionales, sino también a otro tipo de establecimientos. Sin embargo, además de no
haberse acreditado a través del proyecto ni de los antecedentes de que de él emanan cuál es el problema social que se está
presentando y dónde ha habido abuso, creemos que nos hallamos en presencia de una situación que puede afectar
gravemente la actividad normal de ciertas comunidades. Son numerosas las comunidades, tanto en regiones como en
Santiago, que utilizan los establecimientos educacionales como lugar de encuentro social, cultural o de cualquiera otra índole.
Incluso, es muy frecuente que en regiones se utilicen los gimnasios de dichos planteles como sitio de reunión normal y habitual
de la comunidad, en donde se celebran incluso acontecimientos sociales en los que no participan los alumnos. Es decir, la
escuela y los establecimientos educacionales son lugares cuyo destino va más allá de su función natural de educación, por
cuanto también prestan un señalado servicio a la comunidad, que carece de otro sitio donde reunirse. Por consiguiente, a mi
juicio, estamos en presencia de una iniciativa que no se justifica, porque ya existe una legislación que considera las
situaciones señaladas. Y, además, de aprobarse en los términos propuestos, produciría un efecto muy grave en el
funcionamiento de numerosas comunidades que no tienen otros lugares donde reunirse para llevar a cabo sus eventos
sociales. Por esa razón, señor Presidente, no puedo aprobar un proyecto de esta naturaleza.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEYES SOBRE RENTAS MUNICIPALES E IMPUESTO TERRITORIAL - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, pienso que aquí hay que adoptar una de dos posiciones: o se lee el informe o
éste se acompaña, junto a sus antecedentes, para los efectos de su conocimiento por el Tribunal Constitucional, atendido el
hecho de que nos hallamos en presencia de una ley orgánica constitucional. Y el sentido que tendría leer el informe en la Sala
sería incorporarlo a la Versión Taquigráfica, de manera que dicho Tribunal, al resolver, disponga de todos los elementos y
argumentos en pro y en contra de la constitucionalidad de la norma. En consecuencia, creo que podría obviarse su lectura, en
el entendido de que el informe de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, donde están consignados los
argumentos en favor y en contra de la constitucionalidad de la disposición en consulta, se envíe conjuntamente con todos los
antecedentes de la iniciativa al citado Tribunal.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEYES SOBRE RENTAS MUNICIPALES E IMPUESTO TERRITORIAL - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, creo que la constancia debe quedar para los efectos de que el Tribunal
Constitucional, conforme lo ha resuelto él mismo, al analizar un artículo pueda conocer toda la iniciativa. De manera que para
este fin es interesante que el Tribunal disponga de todos los elementos. No sólo para el caso de que alguien recurra. Si alguien
lo hace, tendrá que acompañar todos los antecedentes que justifiquen su pretensión. Esto es para el caso de que, no
existiendo requerimiento expreso, en virtud de sus facultades para actuar de oficio, el Tribunal Constitucional disponga de
dicho antecedente.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEYES SOBRE RENTAS MUNICIPALES E IMPUESTO TERRITORIAL - 3
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, la situación actual es que el 1 por ciento va a la comuna donde se hace el
contrato. No hay norma alguna aprobada por el Senado que haya modificado esa situación. De tal manera que lo que se está
votando es si se modifica lo actualmente vigente —esto es, que el 1 por ciento queda en la municipalidad correspondiente a la
notaría donde se firma la transferencia— o se determina que el 50 por ciento se destine al Fondo Común Municipal. Pero,
insisto: no se ha aprobado una disposición que modifique la normativa vigente.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEYES SOBRE RENTAS MUNICIPALES E IMPUESTO TERRITORIAL - 4
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, no sé si esto corresponde o no a un acuerdo político, pero el hecho concreto es
que estamos en presencia de una indicación inconstitucional. Creo que violenta lo establecido en el número 1 del artículo 62
de la Constitución, según el cual es atribución exclusiva del Presidente de la República "Imponer, suprimir, reducir o condonar
tributos de cualquier clase o naturaleza, establecer exenciones o modificar las existentes". Y como aquí estamos ante una
norma que aumenta un tributo y que, por lo tanto, es materia exclusiva del Primer Mandatario, debió haberse rechazado por
inconstitucional, por no haber sido patrocinada por el Ejecutivo. Es más: el representante del Gobierno —el señor Ministro del
Interior— señaló expresamente no ser partidario de mantener la disposición. De tal manera que estamos en presencia de una
norma inconstitucional, y así debiera declararse.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEYES SOBRE RENTAS MUNICIPALES E IMPUESTO TERRITORIAL - 5
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, lamento la forma en que se entiende el ejercicio de las atribuciones del
Presidente de la República, suponiéndose su presunta voluntad de aprobar o no una indicación, o de presentar un tributo. El
patrocinio del Jefe del Estado se expresa en un acto solemne, escrito, en que no debe caber duda alguna respecto de su
intención al formularlo. En este caso, eso no existe. Por las causas que antes señalé, en razón de la inconstitucionalidad y del
mérito de la propia norma, voto que no.
Legislatura 330, Sesión 3 de 06 de Octubre de 1994
Debate en sala
ACUERDOS DE COMITÉS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, me sorprende que se haya acordado hacer secretos el debate y la votación sobre
las contiendas de competencia, habida consideración de que en otras ocasiones el Senado, actuando como jurado (por
ejemplo, a raíz de una acusación constitucional), sesionó públicamente tanto al discutir como al votar, y todos los señores
Senadores intervinieron fundamentando su posición en la materia. Por eso, me parece que en este caso debiera procederse
de idéntica manera: con debate y votación públicos. No veo por qué tiene que recurrirse al secreto en este caso; no se justifica.
Recuerdo el precedente de la acusación constitucional, asunto extraordinariamente delicado en que la Corporación debió
resolver como jurado y discutió y votó abiertamente. Cada señor Senador fundamentó su voto, e incluso se ideó un
procedimiento especial, fijándose tiempos para que todos pudieran manifestar su opinión.
Legislatura 330, Sesión 6 de 19 de Octubre de 1994
Participación en proyecto de ley
ENMIENDA A CÓDIGO PENAL EN MATERIA DE RECEPTACIÓN - 1
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El señor FERNÁNDEZ.- Efectivamente, en la Comisión coincidimos con los funcionarios del Ministerio de Justicia acerca de la
necesidad de abordar el tema de los encubridores en forma general, ya que, si bien existe amplio acuerdo en la doctrina
respecto de que la de aquéllos no es propiamente una forma de participación en el delito -intervienen una vez que la acción se
ha cometido-, no es menos cierto que, en muchos casos, nuestra legislación los transforma en continuadores del mismo. Por
ello probablemente convendría convertir en delitos autónomos los considerados propiamente como encubrimiento. Sin
embargo, pese a ser muy atendible la finalidad de la iniciativa, ésta resulta parcial, al no cubrir todas las formas en que el delito
se podría cometer. Sólo se refiere a algunas de ellas -por ejemplo, el aprovechamiento o receptación, según el artículo 17, N
1º, del Código Penal-, dejando intactas las demás, no obstante que todas tienen la misma crítica doctrinaria. Respecto de
algunas, como las del N 4o del mismo precepto, se actúa incluso con mayor severidad. Además, el aprovechamiento tampoco
se suprime totalmente como supuesta forma de participación, pues el proyecto no contiene norma derogatoria, debido a que la
receptación se convierte en un atentado contra la propiedad, a pesar de que también puede aplicarse a otros hechos punibles,
como la malversación, el fraude, el cohecho, el secuestro o la sustracción de menores. En atención a lo expuesto, además de
que la iniciativa no resuelve el problema a que alude su autor, puede crear dificultades de interpretación de las normas legales
mayores que las actuales. Por esa razón, la unanimidad de la Comisión concluyó que, si bien la inspiración es correcta, la
técnica para lograr el objetivo presenta los vacíos y deficiencias advertidos por dos destacados profesores de Derecho Penal
que intervinieron en el debate, los señores Luis Ortiz Quiroga y Enrique Cury, quienes, en los informes que hicieron llegar,
señalan los problemas doctrinarios existentes para poder apoyar el proyecto en análisis. En consecuencia, sería necesario que
una materia de tanta importancia fuese tratada en su totalidad. Seguramente el Ministerio de Justicia va a abordar como
autónomas muchas de las figuras que hoy día simplemente son tratadas como de encubrimiento. En ese sentido, participo
plenamente de lo señalado por el Senador señor Otero. En la Comisión reiteramos a los representantes de esa Secretaría de
Estado la conveniencia de considerar ese aspecto junto con las demás formas de encubrimiento, todas las cuales deben ser
tipificadas como autónomas. En nombre del Comité de Senadores Institucionales, adhiero a la petición de oficio formulada.
Legislatura 330, Sesión 7 de 20 de Octubre de 1994
Participación en proyecto de ley
NORMAS SOBRE TRASPLANTE DE ORGANOS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, nos encontramos ante un proyecto de gran interés social que, desde luego,
vamos a aprobar, sin perjuicio de las observaciones que podamos hacer en su articulado. Como consideración general acerca
de la iniciativa, debo decir que el tema de la muerte y del cadáver ha sido estudiado desde muy antiguo en el Derecho, en el
aspecto de la propiedad del cuerpo sin vida para el caso en que se pretenda disponer de él. Naturalmente, como en todas los
grandes problemas que afectan al Derecho y a las ciencias sociales y morales, no hay uniformidad respecto de la solución que
pueda darse a cuestiones de tal naturaleza. El proyecto está bien orientado. Se dirige a los objetivos deseados, y cumple las
normas que se aceptan como básicas desde el punto de vista moral para que una iniciativa de tal tipo pueda aprobarse.
Distingue muy acertadamente las donaciones entre vivos, para lo cual se requiere un grado de regulación diferente de las que
se producen en el estado de muerte, que tienen un tratamiento distinto. Una observación aplicable a ambos casos —tal vez
propia del debate en particular— es la relativa a la necesidad de dar la máxima publicidad a la donación. Algunos Honorables
colegas han señalado la probabilidad de que la donación ante notario —no obstante ser enviada a un registro general— podría
carecer de la adecuada publicidad, tomando en cuenta la rapidez del caso, para que alcance a aprovecharse. Por eso estimo
necesario que en el estudio en particular se analice cuidadosamente el establecimiento de la máxima publicidad, con el objeto
de que se cumpla la finalidad precisa de la donación y se posibilite un accionar rápido y eficaz, evitando recurrir a un registro
de dificultoso acceso. En el caso de donación de órganos de personas muertas, será del caso disponer que se especifique con
mucha claridad quién será el receptor o, por lo menos, que se den las líneas generales de esa destinación, con el objeto de
evitar lo ocurrido en otros países: la disputa por el órgano donado. Debería saberse claramente quién es el receptor. En los
trasplantes entre vivos la individualización es muy fácil, pues el donante puede señalar a qué persona favorecerá; pero en el
caso de un muerto la dificultad será mayor cuando se trate de determinar con precisión quién es el receptor. En todo caso, es
necesario evitar la ocurrencia de una disputa, la cual afectaría no sólo a los hospitales, sino también, y de modo grave, a la
familia. De allí la conveniencia de dictar normas conducentes a dar la máxima publicidad tanto para que se conozca la voluntad
efectiva, cuanto para que se disponga de todos los elementos para identificar sin duda alguna al receptor y al donatario. En lo
relativo a la voluntad presunta —aspecto no tratado en el proyecto—, habría que entrar a definir una serie de puntos. Si se
presentara alguna indicación —ya se han anunciado— para introducir una norma al respecto, eso cambiaría en forma
sustancial el tratamiento del proyecto, re-quiriéndose determinar en tal situación quién decide lo del receptor. Sobre este último
aspecto, me gustaría conocer la opinión del Honorable señor Ruiz-Esquide en cuanto al modo de resolver el problema del
receptor en el caso de voluntad presunta. Si el señor Presidente lo permite, solicito al señor Senador explicar el punto.
Legislatura 330, Sesión 8 de 25 de Octubre de 1994
Debate en sala
FALLO ARBITRAL SOBRE LAGUNA DEL DESIERTO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en esta oportunidad analizamos una situación especialmente dolorosa y que ha
sido lamentada por todos, referente al fallo aberrante del Tribunal Arbitral, que priva al país de una parte importante de su
territorio. A este respecto, en mi opinión, es procedente un análisis de distinto tipo, en especial en cuanto al proceso mismo, a
los moti-vos que indujeron a que en 1991 se resolviera el arbitraje, a la forma en que se designó el Tribunal y cómo se llegó a
este diferendo. Conviene hacer un estudio sobre el particular; pero me parece que no es el momento adecuado para examinar
una situación como ésta, porque lo debemos hacer con suficiente tiempo y serenidad. Desde luego, la mayor parte de los
hechos que dicen relación a los temas que mencioné —la constitución del arbitraje, la oportunidad del mismo y las razones que
se tuvieron al efecto—, son imposibles de revertir. Por lo tanto, nos encontramos en presencia de una situación concreta de un
fallo desfavorable para nuestro país. Otra materia que, a nuestro juicio, debe abordarse dice relación a la necesidad de buscar
la forma para que no vuelvan a repetirse casos como el que ahora nos ocupa y diseñar una política de Estado que signifique la
participación de todos los sectores. Tal tema, a mi entender, también se halla pendiente. En su oportunidad, debemos entrar a
reconocer los errores que se han cometido a fin de evitar su repetición, porque el país no ha terminado con este fallo y los
problemas internacionales de Chile subsisten. Por eso, es conveniente analizar con tranquilidad cada una de las etapas que
nos llevaron a una sentencia desfavorable. Sin embargo, me parece que no es ésta la ocasión para examinar una política de
Estado, la cual, en mi opinión, es absolutamente indispensable que se requiera en este tipo de materias. Estamos frente a un
problema concreto: un fallo desfavorable de un tribunal, el cual debe ser analizado desde el punto de vista de las normas y de
los principios que informan el Derecho Internacional. Al mismo tiempo, es necesario determinar cómo podemos defendernos
del fallo, con el objeto de evitar que se produzca la pérdida de una parte del territorio nacional; vale decir, debemos defender
nuestros principios, nuestra soberanía y nuestra posición, todo ello dentro de los principios del Derecho Inter-nacional y de los
principios tradicionales aceptados por Chile, en todos sus Gobiernos. Y uno de esos principios es el respeto a los tratados, lo
que, en definitiva, es la base y la viga maestra de la estructura de nuestra política internacional. Tampoco quiero referirme aquí
a si se actuó o no con precipitación al acatarse el fallo, o a si ello era o no conveniente. Creo que más adelante deberemos
entrar a analizar esta cuestión, así como a determinar las responsabilidades políticas que caben a este respecto. Creo que,
independientemente de lo que ha ocurrido, tenemos que ver qué podemos hacer hoy frente a este fallo adverso y con qué
recursos cuenta el país, estrictamente dentro del ámbito del Derecho. En su oportunidad, como acabo de decirlo, podremos
dedicarnos a discutir otros temas, pero ahora debemos concentrarnos en qué podemos hacer respecto del fallo. A nuestro
entender, es posible entablar algunos recursos de acuerdo con el Tratado de Paz y Amistad de 1984 a que se refiere el
Compromiso. En efecto, este Tratado faculta a las partes para interponer diversos recursos. En primer lugar, el artículo 39 , del
Anexo N 1 de este Tratado establece uno que se puede presentar ante el mismo Tribunal, que es el recurso de interpretación
de la sentencia o del modo de ejecutar la sentencia arbitral; vale decir, lo que en Derecho Procesal se conoce como recurso de
aclaración o enmienda, que se entabla contra resoluciones definitivas. Este medio —reitero— está contenido en el artículo 39
del Anexo N 1 del Tratado de Paz y Amistad de 1984, que dispone: "A menos que las Partes convinieren otra cosa," —hecho
que no ha ocurrido— "los desacuerdos que surjan entre las Partes acerca de la interpretación o el modo de ejecución de la
sentencia arbitral podrán ser sometidos por cualquiera de las Partes a la decisión del Tribunal que la haya dictado.". En
consecuencia, el artículo 39 franquea un recurso que se puede estudiar. El artículo 40 , por su lado, contiene otro, que el
mismo precepto llama "de revisión", el cual se divide en dos. Por una parte, un recurso de revisión de la sentencia ante el
Tribunal que la dictó, sin causales, antes que venza el plazo señalado para su ejecución, y por la otra, un recurso de revisión
que se puede entablar en cualquier plazo, cuando se cumplen los presupuestos indicados en los números 1 y 2 del citado
precepto, esto es, cuando ha habido documentos falsos o ha habido un error. Por lo tanto, el artículo 40 instaura dos recursos
de distinta naturaleza. Uno, en mi opinión, es una especie de recurso de reposición, el cual, a diferencia de los recursos de
reposición propiamente tales, no establece causales determinadas, sino que per-mite recurrir ante el mismo Tribunal que dictó
la sentencia para pedir reposición. El otro, a mi juicio, es efectivamente un recurso de revisión, y se puede interponer cuando
ha habido documentos falsos o errores graves de hecho, sin plazo específico, pues en este caso el fallo se habría basado en
una situación delictuosa, como es la comisión de delitos que han llevado a la presentación de documentos falsos o
adulterados. En resumen, existen dos tipos de recurso, de acuerdo con el artículo 40 , y otro, según el artículo 39 . A esta
interpretación coadyuva la norma del artículo 36 del Anexo mencionado, que dice que «La sentencia será obligatoria para las
Partes," —aquí no se está discutiendo su obligatoriedad— "definitiva e inapelable.". En consecuencia, lo que excluye el
Tratado es la apelación, y nosotros, que somos personas formadas en el Derecho, sabemos que la apelación es muy distinta
de la reposición y de la revisión. La apelación supone recurrir a un tribunal distinto, normalmente a uno de nivel superior. La
reposición y la revisión, en cambio, permiten recurrir al mismo tribunal, al igual que el recurso de aclaración o enmienda
—llamémoslo así— contemplado en el artículo 39 . Por todo lo anterior, señor Presidente, creemos que la sentencia que nos
ocupa es susceptible de recursos. No estoy diciendo que éstos, necesariamente, deban plantearse, ni, que ellos vayan a tener
éxito si se decide su presentación, sino que estamos frente a un fallo susceptible de recursos. Y, para saber si esta sentencia
lo es respecto de alguno de los recursos que he señalado (reposición, revisión o aclaración), creo que debemos analizar muy
seria y profundamente el fallo, con todas sus consecuencias, y, en seguida, resolver si entablamos o no alguno de ellos. Si no
lo hacemos, recién ahí la sentencia pasa a entenderse ejecutoriada en forma definitiva, lo cual, obviamente, obliga a acatarla
en su integridad. Expresar que se acata el fallo no implica, a mi juicio —y esto quiero entenderlo como una posición nacional—,
que se renuncia a la posibilidad de interponer alguno de los recursos que he mencionado. Y, aun si ellos permitieran que se
reviera o reestudiara el tema por parte del Tribunal, de todas maneras estaríamos acatando el fallo. Los fallos deben acatarse
siempre, incluso los adversos o definitivos. En este caso, estamos en presencia de uno que, evidente-mente, debe ser
acatado, pero que, si bien es inapelable, todavía no se halla ejecutoriado. Por lo tanto, consideramos absolutamente
indispensable realizar un análisis muy serio y a fondo con el fin de determinar la procedencia de los recursos; cuál de ellos,
como país, nos conviene entablar, y cuáles son los fundamentos que hemos de señalar para los efectos de su presentación.
Me parece que sería muy grave prescindir de los recursos, dejarlos de lado, no entablarlos o dejar transcurrir los plazos
correspondientes; esto es, simplemente no recurrir a las facultades o derechos que el propio Tratado otorga. En mi concepto,
Chile no estaría deshonrando su palabra si utilizara ante el mismo Tribunal los recursos que establece el Anexo N 1 del
Tratado. Aún más: Chile honraría su palabra ejercitando tales recursos. Yo no estoy, en este instante, en situación de
comentar el fallo —lo recibí apenas hoy— y señalar cuál de los recursos podría recomendar o sugerir entablar. Creo que eso
implica un estudio mucho más profundo, que debe ser efectuado por expertos, no sólo en Derecho Internacional, sino también
en Derecho Procesal Internacional, que es una rama muy importante y necesaria en este aspecto, toda vez que se trata de
examinar diversas categorías de recursos que se pueden interponer. En consecuencia, señor Presidente, considero que
estamos frente a un juicio que no ha terminado, que se halla pendiente. Hay recursos que pueden o no entablarse. Esa es un
decisión posterior. Hoy, en esta materia, nosotros debemos entrar a estudiar qué recursos podemos presentar, cuándo es el
momento apropiado para hacerlo y cuáles son las consecuencias que ellos pueden acarrear. Pienso que ésta es una decisión
que no debe tomarse en forma precipitada, sin analizar muy a fondo todos y cada uno de los antecedentes del proceso y,
naturalmente, el fallo. Por otra parte, no debemos perder de vista que, además de los recursos que pueden presentarse, cabe
abordar otro tema, ex-traordinariamente relevante, cual es el de la "ultra petita" o "extra petita", esto es, determinar si el
Tribunal fue más allá de lo que le pidieron las Partes, porque, en ese caso, los recursos y la forma de plantearlos
probablemente serían diferentes. He dicho.
Legislatura 330, Sesión 11 de 03 de Noviembre de 1994
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE BASE DE CALCULO DE ASIGNACIÓN DE ZONA - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, participo plenamente de las críticas y observaciones formuladas al proyecto en lo
que dice relación a la falta de sistematicidad y organicidad en el tratamiento que se da a todo el sistema de asignaciones de
zona. Sin embargo, aprobaré la iniciativa, porque beneficia directamente a más de 48 mil trabajadores, fundamentalmente de
las regiones extremas, todos los cuales son ajenos a las disposiciones de ordenamiento., que se establecen, ni está dentro de
sus responsabilidades ni posibilidades el poder modificar o intervenir en el reordenamiento y modernización del sistema de
asignaciones de zona, que todos estimamos necesario. De modo que los trabajadores no tienen por qué pagar las
consecuencias de esta falta de modernización del sistema. Considerando todos estos factores —beneficio directo a numerosos
trabajadores, otorgamiento del mismo con fecha distinta a la contemplada en el proyecto, es decir, en condiciones más
favorables—, votaré positivamente esta iniciativa con el objeto de convertirla lo más pronto posible en ley. Sin perjuicio de ello,
concuerdo con todos y cada uno de los señores Senadores en sus justas críticas relativas a la falta de modernización del
sistema. Por lo tanto, anuncio que votaré en favor del proyecto y de la indicación que está en discusión.
Legislatura 330, Sesión 14 de 09 de Noviembre de 1994
Debate en sala
CONTIENDAS DE COMPETENCIA ENTRE LA CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA Y LA
CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, no me voy a referir a las materias objeto de todos los argumentos que aquí se han
expuesto sobre este interesante asunto, para evitar la repetición de conceptos, tanto porque ya han sido formulados en la Sala,
cuanto porque constan del informe que la Comisión ha puesto a disposición de los señores Senadores. De este modo, en
numerosos aspectos mi intervención se remitirá, sea a lo ya dicho, fundamentalmente por mis Honorables colegas señor DÍEZ
y señora Feliú, sea a lo consignado en el informe de la Comisión. La contienda de competencia que estamos analizando tiene,
en mi opinión, independientemente de la resolución que adoptemos, un especial valor institucional. En primer lugar, al haber
sido requerido el Senado para conocer de estas contiendas de competencia entre la Contraloría General de la República y la
Corte de Apelaciones de Santiago, nuestra Corporación está ejerciendo una facultad importante para resolver expeditamente
eventuales conflictos entre órganos fundamentales de nuestro ordenamiento jurídico. Ya la Constitución de 1925 entregó al
Senado una facultad que en la de 1833 correspondía al Consejo de Estado, cual es la de "conocer de las contiendas de
competencia que se susciten entre las autoridades políticas o administrativas y los tribunales superiores de justicia". Durante
casi 50 años de vigencia, sin embargo, esa atribución no fue sino escasamente ejercida. Previsoramente, la Carta de 1980
mantuvo esa norma, que ahora ha comenzado a probar su utilidad. En segundo término, al emitir su pronunciamiento, el
Senado está haciendo un aporte jurisprudencial de significativa importancia para el perfeccionamiento del recurso de
protección. Este recurso es el que puede interponer quienquiera por causa de actos u omisiones arbitrarias o ilegales, sufra
privación, perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de sus derechos y garantías constitucionales. En tal caso, es la
Corte de Apelaciones respectiva la que adoptará de inmediato las providencias necesarias. Esta institución jurídica, introducida
en nuestro ordenamiento por el Acta Constitucional N 3, de 11 de septiembre de 1976, y consagrada —como ya hemos
dicho— en la Constitución Política de 1980, representa uno de los progresos más importantes en cuanto a resguardo jurídico
de los derechos fundamentales de la persona. Tan acertado y necesario es este recurso, que él se incorporó con inmediata
rapidez a la vida de nuestra República, arraigado de tal modo en menos de dos décadas, que hoy no sería imaginable una
Constitución que no lo contuviera. Como también se verá más adelante, el informe que propone la Comisión plantea
precisiones muy útiles y esclarecedoras en cuanto al ámbito de aplicación de dicho recurso, y, en esa medida, contribuye a su
perfeccionamiento jurídico. La Contraloría General de la República ha promovido las contiendas de competencia que aquí se
propone resolver, debido a que, en meses recientes, la Corte de Apelaciones de Santiago acogió a tramitación dos recursos de
protección deducidos contra ese organismo contralor, por las decisiones que éste ha adoptado en el ejercicio de su función de
control de la legalidad de los actos de la Administración. En consecuencia, la esencia del asunto sometido a la decisión del
Senado es determinar si la Corte de Apelaciones, en el ejercicio de su facultad de conocer del recurso de protección, pudo o
no pudo acoger a tramitación los dos recursos de esa naturaleza interpuestos por particulares contra el Contralor General, por
estimar que éste, al representar o tomar razón de un acto de la Administración, los ha perturbado en el ejercicio de sus
derechos; o si, por el contrario, ese tribunal carece de competencia para conocer de ellos. Debemos considerar, en primer
lugar, que una de las bases esenciales de la institucionalidad es el principio de la legalidad. Tal principio, contenido en nuestra
Carta, se resume en la noción de que los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas
dictadas conforme a ella. Tales órganos actúan válidamente sólo dentro de su competencia, y en la forma prescrita por la ley.
Ninguna magistratura puede atribuirse otra autoridad o derechos que los que expresamente les hayan sido conferidos por la
Constitución y las leyes; todo acto en contravención a ello es nulo. A esa luz, es función precisa de la Contraloría General de la
República ejercer —como lo señala la Constitución— "el control de legalidad de los actos de la Administración, para lo cual
toma razón de sus decretos y resoluciones, o, alternativamente, representa la ilegalidad de que puedan adolecer.". A esa
misma luz, es función de los tribunales conocer las causas civiles y criminales, resolverlas y hacer ejecutar lo juzgado. La
amplitud del recurso de protección queda establecida, como el informe lo consigna, tanto en la historia fidedigna del precepto
constitucional como de su redacción misma, de las que se desprende que dicho recurso tiene un campo de aplicación muy
vasto. No excluye ni exceptúa a ningún órgano ni autoridad del Estado de la posibilidad de que sus acciones u omisiones
puedan ser objeto de un recurso de protección. Naturalmente, tampoco el Contralor General está excluido de la posibilidad de
que se interponga un recurso de protección en su contra. Pero tales recursos no siempre serán admisibles: en la medida en
que el Contralor tome razón o represente la ilegalidad de un acto administrativo en los casos y en la oportunidad previstos por
el ordenamiento jurídico, sólo cumple su deber constitucional. Por lo tanto, en esa situación, no sería posible impugnar su
decisión mediante un recurso de protección. Admitirlo equivaldría a que la Corte revisara el fondo de la resolución del Contralor
en el ejercicio de su función privativa. Equivaldría a que un Poder del Estado interfiriera o suspendiera las decisiones propias
de otra autoridad constitucional. Ello violaría el principio de especialidad de competencia de los órganos públicos, que es una
derivación y un complemento del principio de la legalidad. Por el contrario, la doctrina y la jurisprudencia constitucional
coinciden en que la Carta Fundamental es un todo armónico y orgánico. Siendo así, el sentido de sus normas debe
determinarse de manera que exista entre ellas la debida correspondencia y armonía, excluyéndose cualquier interpretación
que conduzca a anular, o privar de su eficacia, algún precepto de ella. Lo anterior lleva a concluir que el recurso de protección
no procede contra la toma de razón ni la representación de un acto administrativo oportunamente resueltas por el Contralor
General, en los casos y en las situaciones contempladas por nuestro ordenamiento institucional, y dentro de la esfera de
competencia de dicha autoridad. Pero eso no significa dejar en indefensión a quienes estimen vulnerados sus derechos
constitucionales, pues ellos sí podrán siempre recurrir de protección contra la autoridad que ejecutó el acto administrativo, si
estimaren que su actuación fue ilegal o arbitraria. Y esto es sin perjuicio de las demás acciones judiciales que fueren
procedentes. Así, las Cortes de Apelaciones podrían acoger a tramitación recursos de protección contra el Contralor General
de la República si éste actuara al margen de sus funciones, o si excediere las normas que la Constitución le otorga en materia
de competencia, o bien si no ejerciera sus facultades dentro de los plazos que la ley y la Carta Fundamental establecen. El
Contralor, al ejercer la función de toma de razón, en la medida en que lo haga en los casos previstos en nuestro ordenamiento
jurídico y con la debida oportunidad, sólo cumple con el deber constitucional que le imponen los artículos 87 y 88 del Texto
Fundamental, cual es efectuar el control de legalidad de los actos de la administración. De manera que no es posible aceptar
que se impugne su decisión mediante un recurso de protección, toda vez que ello, importaría reconocer a la Corte de
Apelaciones la facultad de revisar el fondo de la resolución adoptada por dicha autoridad en el ejercicio de una función
privativa, lo que violentaría severamente el principio de especialidad de competencia de los órganos públicos. Esclarecido lo
anterior, se advierte que, respecto de los actos impugnados por los recursos que motivaron las contiendas de competencia que
hoy nos ocupan, el Contralor General actuó precisamente dentro de sus atribuciones, de sus deberes constitucionales y de los
plazos jurídicamente establecidos. En consecuencia, la Comisión, por la unanimidad de sus integrantes, propone al Senado
que, en definitiva, resuelva la cuestión de competencia declarando que la Corte de Apelaciones carece de facultades para
resolver y acoger a tramitación, como lo hizo, los dos recursos de protección que motivaron esta contienda de competencia.
Concurriré con mi voto a la aprobación de este informe y sus recomendaciones. Y lo haré, desde luego, por la sólida
fundamentación jurídica que, a mi juicio, contiene el texto que hoy día estamos analizando; y, redobladamente, por las valiosas
proyecciones institucionales que se expresan en dicho informe respecto del carácter constitucional del recurso que nos ocupa.
En efecto, el informe se apoya en una minuciosa interpretación orgánica, armónica y sistemática de la Constitución, y que sólo
ha sido resumida en sus rasgos muy generales. Si el Senado lo hiciera suyo, representaría un pronunciamiento de gran
importancia para precisar el justo alcance del recurso de protección, determinando a la vez su vastedad —a la que ninguna
autoridad es ajena— y sus límites en cuanto no puede paralizar atribuciones debidamente ejercidas dentro del marco
constitucional. Ese sería un aporte indiscutiblemente enriquecedor para nuestro ordenamiento jurídico. Me permito, en
consecuencia, recomendar la aprobación del informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, toda
vez que resguarda debidamente y en forma armónica las facultades que competen al Contralor General de la República, al
señalar que éste, al actuar dentro de la esfera de competencia que le otorgan tanto la Carta Fundamental como la ley, tiene
una facultad privativa, y que no corresponde a los tribunales entrar a resolver si dicha facultad es o no vulneratoria de otras
normas constitucionales. Porque, de esta manera, se estaría estableciendo en el orden administrativo un sistema de doble
instancia, en donde el asunto sería resuelto primero por el Contralor, y, después, en segunda instancia, por los tribunales de
justicia, a través de las Cortes de Apelaciones. De más está señalar, señor Presidente, que mediante esa interpretación todo el
sistema del país quedaría virtualmente paralizado en la medida en que se ejerzan recursos que atenten contra las atribuciones
que tiene el Contralor General de la República, de tomar o no razón de un acto. A este respecto, conviene tener presente que
la toma de razón es un acto administrativo complejo, en el cual la intervención del Contralor participa tanto de las
características propias de un acto administrativo como del acto de resolución —es una mezcla entre resolución y acto
administrativo—, y cuya función esencial es determinar si la autoridad sometida al trámite de toma de razón se ha ajustado o
no a los términos de la ley y de la Constitución. El Contralor General de la República no analiza el mérito del acto sujeto a la
toma de razón, por cuanto si entrara en esa materia, estaría excediendo sus atribuciones. Por lo tanto, debe determinar, por
ejemplo, si el Presidente de la República tenía facultades para resolver sobre determinada materia, si al hacerlo actuó dentro
de su ámbito de competencia y si ello se ajustó o no a la Constitución. Vale decir, si el acto administrativo adolece o no de
legalidad, es algo que privativamente resuelve el Contralor. Esa es la atribución que le otorga la Carta Fundamental en sus
artículos 87 y 88. Ahora, si el Ejecutivo estima que la toma de razón no se ajusta a la legalidad, la propia Constitución le
concede otra vía para resolver la materia, y es distinta a la de los tribunales de justicia y diferente del recurso de protección; le
otorga la vía del decreto de insistencia. En tal caso, el Presidente de la República, con la firma de todos sus Ministros, impone
al Contralor su voluntad y su decisión sobre el particular, por cuanto la idea de la Constitución es que quien administra el
Estado tenga a su vez la responsabilidad. En definitiva, la autoridad contralora determina si el acto incurre en ilegalidad, y el
Primer Mandatario puede insistir en la forma que señalé, primando, en todo caso, la voluntad de este último. Si nos ponemos
en otras de las situaciones a que se refiere el artículo 88 de la Carta —esto es, que se trate de una reforma constitucional o de
una representación de la constitucionalidad del acto—, el Presidente de la República carece de facultad para pronunciarse en
tal sentido, pero sí puede recurrir al Tribunal Constitucional. Vale decir, nuestro ordenamiento jurídico ha previsto la forma de
resolver los conflictos de legalidad que eventualmente se produzcan. Es así como la Carta Fundamental otorga al Contralor la
facultad de resolver acerca de la legalidad de un decreto o resolución, facultad que puede revertirse de la misma manera que
ella lo establece, esto es, el Primer Mandatario puede dictar un decreto de insistencia o bien recurrir a dicho Tribunal. Es más,
en caso de que la autoridad contralora incurra en notable abandono de sus deberes, se contempla como facultad de la Cámara
de Diputados la de acusar constitucionalmente al Contralor, caso en el cual deberá analizar si ha habido o no notable
abandono de deberes, y de aprobarse una resolución en tal sentido, el asunto tiene que pasar al Senado, quien es el que, en
definitiva, resuelve como jurado. Lo anterior no sería algo único en la historia, ya que ha habido situaciones en que el Contralor
General de la República ha sido acusado constitucionalmente y ha sido incluso destituido. Por lo tanto, en nuestro
ordenamiento jurídico existen armónicamente distintas soluciones para ver el problema de la legalidad. Y esto es por un asunto
de lógica jurídica contemplado en la esencia y en la filosofía de la Constitución de 1980, toda vez que al Presidente de la
República se le otorgan todas las facultades necesarias a fin de que administre eficaz y oportunamente el Estado y para que
cuente con todos los medios destinados a cumplir su cometido, y no esté sujeto sino a las normas que la propia Carta
Fundamental establece como resguardo. Una de ellas es el control de legalidad que hace la Contraloría General de la
República. Es evidente que la Constitución pudo haber contemplado otros resguardos para controlar la legalidad de los actos
del Presidente de la República. Sin embargo, no dispuso que el control de legalidad de los actos de administración estuvieran
sometidos a los tribunales de justicia, o eventualmente regidos por éstos, por cuanto si lo hubiera establecido así, a mi
entender, se habría cometido un grave error que posiblemente paralizaría toda la Administración, debido a la interposición de
recursos. Por tal motivo, se contempló un sistema propio, especial, para resolver materias de constitucionalidad o legalidad. En
consecuencia, debemos entender muy claramente en qué consiste la toma de razón, que —como dije— es un acto-resolución,
un acto administrativo complejo, y como tal, también se encuentra sujeto a reglas propias de competencia; vale decir, si el
Contralor no tenía facultades para tomar razón, porque no le fueron otorgadas por la Constitución ni la ley, obviamente que
respecto de esa acción del Contralor procede el recurso de protección, porque en tal caso él no está amparado por la norma
constitucional que le da la posibilidad de ejecutar su control de legalidad, por cuanto se ha excedido en sus atribuciones. La
Constitución lo autoriza para ejercer su facultad dentro del ordenamiento jurídico. De manera que si el Contralor lo excede, es
obvio que procede el recurso de protección. Pero la apreciación de la legalidad, que cae dentro de la esfera de su
competencia, es una facultad privativa que la Carta Fundamental otorga sólo al Contralor. Es el modo en que nuestro
ordenamiento jurídico resolvió la forma de entender los actos administrativos. No entregó esa facultad a otra autoridad. Ahora
bien, en esta materia, como lo señalé, debemos distinguir entre la toma de razón y el acto del que se está tomando razón. El
acto (un decreto o resolución emanado del Presidente de la República) puede adolecer de otras infracciones, diferentes de las
de legalidad; puede infringir derechos, circunstancia que el Contralor está impedido de resolver y que, en todo caso, está fuera
de su ámbito de competencia. En ese caso, si el acto afecta alguna de las garantías individuales, aunque el Jefe del Estado
haya cumplido con las formalidades que el ordenamiento establece, los particulares pueden recurrir en contra de la autoridad
que lo dictó, pero no de aquella que simplemente comprobó la formalidad legal del mismo. La comprobación formal de si el
Primer Mandatario o la autoridad administrativa correspondiente se atuvo a las exigencias necesarias para dictarlo, es
independiente del acto mismo. El acto administrativo complejo es un apéndice del acto principal, que es el decreto, de forma
tal que no es posible desprender el primero del segundo para sostener sólo puede recurrirse de protección en contra de la
toma de razón y no del acto, porque, eventualmente, podrían haberse extinguido los plazos respectivos. Aquí se ha hablado de
un término de 15 días para recurrir de protección, pero debemos recordar que éste es un plazo no consagrado en la
Constitución, sino en un auto acordado, el cual no posee la virtud de modificar o restringir el ejercicio del derecho de
protección. Además, debe entenderse que el plazo se cuenta desde que el afectado está en situación de entablar el recurso,
pues de otra manera estaríamos simplemente produciendo una denegación de justicia en esta materia. En consecuencia, el
acto administrativo, que es susceptible de recurso —los tribunales constantemente están viendo este asunto—, es distinto de
la toma de razón, con respecto a la cual procedería el recurso sólo cuando el organismo contralor se excediera en sus
facultades o no las ejerciera dentro del plazo que la Constitución o la ley establecen. En atención a la esencia y filosofía del
recurso de protección, creo que lo más lógico es que tratemos de preservar, e incluso acrecentar, su real eficacia, pues no hay
manera más fácil de desacreditar o desprestigiar un derecho que permitiendo su uso abusivo o en términos tales que paralice
la actividad del Estado, por muy justas que sean las causas que lleven a una persona a plantear dicho recurso. En la medida,
pues, en que el recurso de protección produzca esos efectos, caerá en su desprestigio, lo cual impedirá entablarlo en los
casos en que verdaderamente pueda tener lugar y sea necesario interponerlo. Por eso, pensamos que precisar con absoluta
nitidez cuándo procede el recurso de protección y cuándo es la propia Constitución la que resuelve esta materia, contribuye a
darle mayor vigor e importancia y a que cumpla con los objetivos para los cuales fue creado. A mi entender, señor Presidente,
estamos en presencia de una situación que está resuelta en nuestro ordenamiento jurídico, el cual determinó que la autoridad
que debe establecer la legalidad de los actos es la Contraloría General de la República, conforme lo disponen los artículos 87
y siguientes de la Carta Fundamental. Pero el recurso de protección queda incólume, ya que éste se aplica, obviamente,
respecto de los actos que exceden la legalidad. Cuando esto ocurre, la Contraloría no puede permanecer amparada por los
artículos 87 y siguientes de la Constitución. En mi opinión, el informe de la Comisión de Constitución es perfectamente
coherente con la existencia de los dos derechos: con el de la Contraloría General de la República, impuesto por la Ley
Fundamental, y el de los particulares para entablar el recurso de protección cuando ha habido actos ilegales o arbitrarios. El
recurso de protección, en efecto, procede por actos u omisiones arbitrarios o ilegales, esto es, cuando una autoridad dicta un
acto sin poseer la facultad legal para hacerlo, ilegalidad que la Contraloría, por mandato constitucional, debe entrar a resolver.
La misma situación se produce con un acto arbitrario, definido por el Diccionario como "proceder contrario a la justicia, la razón
o las leyes, dictado sólo por la voluntad o el capricho". Sin embargo, cuando la Contraloría actúa dentro del ejercicio de sus
funciones, no podemos entender, de acuerdo con nuestro ordenamiento jurídico, que está dictando un acto por su sola
voluntad o procediendo por capricho. Para no desvirtuar el recurso de protección, debemos tener presente que se trata de un
instrumento excepcional que no tiene por objeto resolver todas las materias de lato conocimiento; no se halla establecido en
nuestra Constitución para solucionar el problema de fondo, pues nuestra legislación consagra con ese fin procedimientos
ordinarios que permiten rever todos los asuntos de lato conocimiento. No por la vía del recurso de protección vamos a dejar de
lado los demás procedimientos contemplados en la Carta Fundamental. Estas son las consideraciones que quería expresar,
señor Presidente.
Legislatura 330, Sesión 16 de 15 de Noviembre de 1994
Participación en proyecto de ley
REHABILITACIÓN DE PERSONAS POR CUMPLIMIENTO DE CONDENAS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, en la Comisión participé del voto de mayoría que desechó la iniciativa, por las
distintas consideraciones que aquí se han estado dando.La Administración Pública debe ser una escuela de virtud y
caracterizarse por la probidad de sus funcionarios, quienes han de cumplir las labores que les competen sin exponerse a
crítica por sus conductas, y menos por acciones de tipo delictual. Coincido con lo manifestado en el sentido de que Chile
cuenta con una Administración ejemplar, donde la inmensa mayoría de sus servidores son personas correctas, que trabajan
con esmero, dedicación y extraordinaria probidad. Los casos que precisamente se dan a conocer a través de los medios de
comunicación son excepcionales, y por tal motivo, pasan a ser una novedad en nuestro país. No ocurre lo mismo en otras
naciones, en donde la corrupción de la administración es la regla general. Los funcionarios públicos de acá son probos, y lo
son en las condiciones más difíciles, por cuanto ejercen su ministerio en forma abnegada, con remuneraciones que —como
aquí se ha señalado— son muy bajas y que normalmente no corresponden a la dignidad del cargo que representan y a las
delicadas funciones que la ley los llama a cumplir.Pero de ahí a que, respecto de personas que por múltiples razones han
delinquido, se entienda que por el mero transcurso del tiempo —y, en algunos casos, por haber simplemente cumplido su
condena— están rehabilitados para los efectos de cumplir con los requisitos de idoneidad que establece la Administración
Pública, creo que es ir demasiado lejos. Cabe recordar que el proyecto dispone que, transcurrido un período de cinco años, el
funcionario que ha cometido delitos en el ejercicio de cargos públicos puede volver a integrarse a ella. Sobre el particular, se
dice: “Con todo, si se tratare de crímenes o simples delitos cometidos por empleados públicos en el desempeño de sus cargos,
deberá comprobarse que, durante cinco años, contados desde el cumplimiento de la última condena, no ha habido
procesamiento o condena por un nuevo crimen o simple delito de acción pública.”. Vale decir, aunque se trate de un
funcionario que ha cometido un delito en el ejercicio de su labor —aparte la situación de aquel que ha incurrido en uno de
distinta naturaleza, caso en el cual el impedimento cesa al cumplirse la condena—, por el solo hecho de haber transcurrido un
período de cinco años esa persona se entiende como habilitada.Creo que nosotros estaríamos dando una muy mala señal al
país si concluimos que estos requisitos deben relajarse, porque lo que la ciudadanía espera es que ellos se cumplan con
severidad. Por otra parte, pienso que causaríamos un perjuicio grave y serio a los propios funcionarios que hoy día ejercen la
Administración Pública al permitir futuras confusiones ligadas al hecho de que entre ellos se hallarían comprendidas personas
que han cometido delitos.Me parece que es función del Estado la rehabilitación de los individuos y que quienes han cometido
un delito y han cumplido la correspondiente pena tienen el derecho a rehabilitarse y a incorporarse plenamente a la sociedad,
pero, a mi entender, no en la Administración Pública, ya que no es tarea de ésta la rehabilitación, sino que su sentido es muy
distinto. Soy partidario de que el Estado rehabilite a las personas y de que a éstas se les den todas las oportunidades del caso,
pero no a costa de la ciudadanía.Estimo que en esta materia debemos ser extraordinariamente cuidadosos, porque, por la
misma vía, en cuanto a las excepciones que en el proyecto primitivo se establecían respecto de la Ley de Tránsito, el día de
mañana podríamos contemplar también estas mismas normas, precisamente ahora que se está combatiendo a las infracciones
a dicha ley como consecuencia de los numerosos accidentes con resultados de muerte, y eliminar la referencia a la comisión
de ciertos delitos que le impiden a una persona obtener la licencia de conducir. Eso venía en la iniciativa primitiva, y la
Comisión propuso desagregarlo y remitirlo a la Comisión de Transportes, con el objeto de que ésta analice el punto cuando
trate el tema de las licencias.Por eso, no nos olvidemos que partimos estableciendo una línea, y ahora, a mi entender, estamos
dando al país una señal equivocada. Porque creo que no hay ningún señor Senador ni sector alguno de la ciudadanía que
desee que se incorporen a la Administración Pública personas con menos requisitos que aquellos que tradicionalmente han
sido característicos en nuestro sistema jurídico.Pienso que la Administración Pública, que es una escuela de virtud, debemos
preservarla con sumo cuidado, por cuanto quienes se desempeñan en ese ámbito cumplen sus funciones con esmero,
dedicación y probidad. En consecuencia, no cabe relajar los requisitos de ingreso a ella.Por esa razón, señor Presidente,
votaré en contra del proyecto y apoyaré el informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento.He
dicho.
Debate en sala
REGLAMENTO DE PERSONAL DEL SENADO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, yo habría concurrido a aprobar el Reglamento, pero la forma en que se ha
privado del derecho de formular indicaciones a una señora Senadora...
Debate en sala
REGLAMENTO DE PERSONAL DEL SENADO - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Excúseme, señor Presidente. Estoy haciendo uso de la palabra...
Debate en sala
REGLAMENTO DE PERSONAL DEL SENADO - 3
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, los Comités se han extralimitado en sus funciones, porque no pueden privar a los
Senadores del derecho a presentar indicaciones. Más aún: estoy, en general, por aprobar el Reglamento, pero me parece una
forma muy irregular que a los Senadores se les impida plantear indicaciones. Los Comités no tienen competencia para ello; el
Reglamento del Senado los faculta para resolver sobre la tramitación de los proyectos, pero no para privar de sus derechos a
los Senadores.Por esa razón, no puedo aprobar el Reglamento, toda vez que el procedimiento seguido ha conculcado los
derechos de los Senadores.Voto que no.
Legislatura 330, Sesión 20 de 23 de Noviembre de 1994
Participación en proyecto de ley
REAJUSTE PARA SECTOR PÚBLICO - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el debate de esta mañana revela la urgente necesidad de modificar nuestro
Reglamento en lo referente al tiempo que se emplea para el estudio de determinados proyectos. La iniciativa en cuestión será
aprobada por unanimidad, tanto más cuanto que no fue producto de modificación alguna. Y, sin embargo, el Senado ha tenido
que disponer de toda una sesión para aprobar una normativa que de antemano ha sido acogida, perjudicando a dieciséis
proyectos que se encuentran en tabla. Por lo tanto, creo que es urgente que busquemos algún método o una fórmula para
poder agilizar la aprobación de proyectos que cuentan con la unanimidad de los Comités, de los Senadores y de todos los
Partidos y sectores. Voto favorablemente el proyecto.
Legislatura 330, Sesión 22 de 24 de Noviembre de 1994
Participación en proyecto de ley
REFORMA DE LEGISLACIÓN SOBRE MERCADO DE CAPITALES - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, me interesa aclarar lo relativo al artículo 8 , porque creo que hay una distorsión
completa. Como se ha señalado, se refiere a los casos en que el asunto en debate interesa directamente a la persona y no
cuando sea de orden general. Porque, de lo contrario, ningún señor Senador podría intervenir tratándose de materias
tributarias, que nos afecten a todos; quienes forman parte de un partido político no podrían votar la ley que regula estas
colectividades, y lo mismo cabría decir de la ley de reajustes, porque afecta a las remuneraciones del Congreso. Por lo tanto,
debemos entender la norma en los términos restrictivos en que está señalada en el artículo 8 . Porque la regla general es que
los Senadores pueden votar. La excepción es el inciso primero que, a su vez, tiene una contraexcepción —esto es, una vuelta
a la regla general—, que es el inciso segundo. Interpretada así, cuando la materia interese directamente a un señor Senador,
éste no sólo debe abstenerse de votar, sino, incluso, de participar en el debate. Pero ello no se aplica al caso que de se traten
materias de orden general. Por lo demás, así lo han señalado reiteradamente diversos informes de la Comisión de
Constitución, anteriores incluso al período actual del Congreso. Esa es, pues, mi opinión respecto del sentido del artículo 8 ,
que ha dado lugar a tanta discusión en la Sala. Me parece que debemos continuar con la tramitación del proyecto.
Participación en proyecto de ley
REFORMA DE LEGISLACIÓN SOBRE MERCADO DE CAPITALES - 2
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, tal como lo ha señalado el Honorable señor Otero, la norma propuesta, y que
estaríamos en situación de poder votar, es absurda y carece de sentido. Pero si la analizamos más a fondo es aún más
absurda. Dice: “Las Administradoras siempre ejercerán su derecho a voto al final de la elección”. ¿Cuáles? ¿En qué orden?
¿Cómo se cumple esta ley? Si hay varias Administradoras que deben votar, ¿lo harán por orden alfabético? ¿Lo señala el
director? ¿Por el número de acciones? Vale decir,...
Participación en proyecto de ley
REFORMA DE LEGISLACIÓN SOBRE MERCADO DE CAPITALES - 3
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El señor FERNÁNDEZ.— ...estamos en presencia de una regulación que no tiene ningún sentido. Me parece que al tratar de
regularse en forma tan minuciosa el desarrollo de una junta de accionistas, se entra en un terreno en el que se priva de
derechos a las Administradoras. Eso es lo que ocurre cada vez que se trata de regular derechos más allá de lo que
corresponde. Con la venia de la Mesa, concedo una interrupción al Honorable señor Andrés Zaldívar.
Legislatura 330, Sesión 23 de 06 de Diciembre de 1994
Participación en proyecto de ley
REFORMA DE LEGISLACION SOBRE MERCADO DE CAPITALES - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, voto afirmativamente en el entendido de que esta norma se refiere a las empresas
relativas a los emisores en que se tenga el cargo de director. Es decir, no corresponde a una extensión muy grande del
concepto "sector específico". Como lo define el Diccionario de la Lengua Española, sector es "Parte de una clase". Por lo tanto,
debe ser lo más singular posible, y en ningún caso, genérico. De otra manera, se volvería a la inhabilidad que esta disposición
pretende eliminar.
Participación en proyecto de ley
REFORMA DE LEGISLACION SOBRE MERCADO DE CAPITALES - 2
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, votaré en contra, por cuanto nos hallamos en presencia de una norma que
establece una inhabilidad en forma muy imprecisa. Además de las razones aquí en cuanto a que las normas que establecen
inhabilidades deben contener todos los elementos que las definen a fin de que se sepa de qué se trata, creo que la precisión
favorecería a los terceros que contratan y no cuentan con la suficiente información para saber si la persona está incluida o no
en la inhabilidad, ya que pueden verse expuestos a la nulidad del acto. Por lo tanto, en beneficio de los terceros, es necesario
acotar más el precepto; de lo contrario, es posible que dé lugar a diversas interpretaciones en los tribunales, constituyendo una
fuente interminable de litigios. Voto que no.
Legislatura 330, Sesión 25 de 07 de Diciembre de 1994
Participación en proyecto de ley
NORMAS CONTRA SUPERPOSICION DE PERTENENCIAS MINERAS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia analizamos muy
profundamente el tema de la constitucionalidad de la norma, respondiendo, así, a la petición hecha por la Sala cuando conoció
el proyecto. En último término, la unanimidad de la Comisión estimó que estamos en presencia de una disposición que
resuelve un problema real, y que lo hace con justicia. Sin embargo, dos integrantes de la misma manifestaron dudas respecto
de su constitucionalidad, sin afirmar derechamente su carácter inconstitucional. La mayoría, en cambio, consideró que,
además de ser justa y de resolver un problema real, la norma no excede el marco establecido por la Carta Fundamental. El
sentido del artículo propuesto es amparar al titular de una pertenencia minera a quien otro se ha superpuesto. Es decir, a
quien, a pesar de cumplir con todos y cada uno de los requisitos legales, es víctima de una invasión por parte de un tercero.
Como sabemos, éste, transcurrido determinado tiempo y hecha la notificación correspondiente a través del boletín minero,
puede llegar a adquirir el dominio, privando de su derecho al titular inicial y legítimo. A nuestro juicio, otorgar un plazo adicional
para que el afectado pueda entablar la acción de nulidad equivale a amparar a quien legítimamente tenía una pertenencia
minera y ha sido invadido por un tercero. En consecuencia, estamos defendiendo y protegiendo a quien tenía un derecho,
dándole la oportunidad de actuar, en contra del invasor. Naturalmente, todo ello deberá ser decidido por los tribunales de
justicia, porque la norma no resuelve caso particular alguno. Sólo establece un plazo adicional para que sean los tribunales los
que, conociendo los casos particulares, tomen las resoluciones pertinentes. Pero, además, el titular de la pertenencia minera a
quien un invasor está privando de un derecho no es un titular cualquiera. Conforme lo establece el artículo, modificado por la
indicación renovada, debe cumplir requisitos muy estrictos: Ser titular de la concesión —esto es, ser dueño—; haber sufrido
ilegítimamente la superposición —o sea, si no dictamos esta norma, estaremos protegiendo a quien ilegítimamente efectúa la
superposición, en detrimento del que tiene el legítimo derecho—; tener su título inscrito; estar al día en el pago de sus patentes
y encontrarse realizando "la actividad necesaria a que se refiere la Constitución". Por último, se exige que haya hecho el aporte
de coordenadas al Servicio Nacional de Geología y Minería de acuerdo a la legislación vigente. Por tanto, no se concede un
plazo adicional a cualquier persona, sino a quien era titular y cumple con todos y cada uno de los estrictos requisitos que
establece la norma. A mayor abundamiento, se agrega un inciso que complementa lo anterior: "En ningún caso podrá
intentarse esta acción cuando exista una sentencia judicial ejecutoriada que haya declarado la prescripción de la acción de
nulidad y la extinción del título anterior, de conformidad al inciso tercero del artículo 96 del Código de Minería.". Luego, se
cumple con todos los requisitos que la Constitución establece para resguardar debidamente el derecho de propiedad. Porque
eso es lo que estamos haciendo: resguardar el derecho de propiedad de quien ha sido titular de una concesión minera, frente
a otro que la ha invadido mediante una superposición. Y esta opinión de la Comisión, mayoritaria en cuanto a la
constitucionalidad de la norma y unánime en cuanto a su justicia y legitimidad, se encuentra avalada por el parecer de un
distinguido profesor de Derecho Constitucional, don Enrique Evans de la Cuadra, quien, en un informe jurídico sobre el
particular, concluye lo siguiente: "El simple otorgamiento de un plazo especial para que los titulares de pertenencias mineras
sobre las que exista superposiciones ejerzan la acción de nulidad que franquea el Código; no afecta ninguna garantía
constitucional, ni afecta derecho de dominio minero alguno, pues quien se superpuso sólo adquirirá su concesión, válida,
eficaz y legalmente, cuando se declare por sentencia ejecutoriada la prescripción de toda acción de nulidad y la extinción de la
pertenencia afectada por la superposición. En consecuencia, el artículo propuesto no podrá hacerse valer en contra de los
concesionarios, que hayan completado el proceso concesional con las declaraciones previstas en el artículo 96 del Código de
Minería.". He dicho.
Legislatura 330, Sesión 26 de 13 de Diciembre de 1994
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY DE BANCOS Y TRATAMIENTO DE DEUDA SUBORDINADA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, esta materia es extraordinariamente delicada y en ella hay envueltas importantes
cuestiones de índole económica y constitucional. Por lo tanto, a fin de analizarla detenidamente, es indispensable disponer del
informe de la Comisión con la debida antelación, a una hora determinada, y no comprometer su entrega en forma imprecisa,
porque después de almuerzo podría ser cualquier hora. De otra manera, no cabría sino aplicar la norma reglamentaria según la
cual una iniciativa no puede tratarse si no se cuenta con el informe con 24 horas de anticipación. Es —repito— un tema
demasiado delicado como para dejar su estudio para última hora, y quienes no participamos en la Comisión de Hacienda
debemos dedicarle mayor tiempo que los Senadores que intervinieron en ella en forma permanente.
Legislatura 330, Sesión 27 de 14 de Diciembre de 1994
Participación en proyecto de ley
REGULARIZACION DE ENTIDADES FINANCIERAS INTERVENIDAS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, en primer lugar, quiero hacer notar, una vez más, mi molestia por el tratamiento
que se da a este tipo de proyectos, de extraordinaria importancia —como aquí se señaló—, pues ni siquiera hay oportunidad
para reflexionar acerca de ellos, y tampoco tiempo para consultar los textos legales a que se refiere, en circunstancias de que
estamos frente a normas de trascendencia y cuya resolución puede significar importantes infracciones a los preceptos
constitucionales y, además, a la fe pública envuelta en toda la legislación. Creo que una iniciativa de esta naturaleza requiere
como mínima responsabilidad que el Senado pueda abocarse a su análisis y a consultar a las distintas personas que pueden
encontrarse involucradas en ella. Por ejemplo, aquí se dice que se ha considerado la opinión del Banco Central, pero no
olvidemos que éste es una de las partes en un contrato. ¿Se ha conversado con la otra? Creo que habría sido indispensable,
en este caso, no actuar con tal premura, pues impide que podamos resolver con todos los antecedentes necesarios acerca de
una materia extraordinariamente grave. En segundo término, quiero señalar que aquí se ha estado repitiendo un error,
consistente en sostener que el producto de la deuda subordinada favoreció a los dueños de los bancos de la época que
entraron en una situación conflictiva. Eso no es efectivo. El producto de la deuda subordinada benefició a los ahorrantes y a los
depositantes, y los propietarios de las entidades bancarias perdieron el dominio de éstas, y muchos de ellos, incluso, fueron
sometidos a proceso. Creo que continúan siéndolo. Por lo tanto, no hay que olvidar que perdieron el dominio de sus bancos y
la administración y, además, algunos su libertad. En consecuencia, debemos ser extremadamente cuidadosos en esta materia.
La mayor parte de los accionistas de esos bancos, que están comprometidos con la suerte del proyecto en debate, se
incorporaron con posterioridad a tales hechos. Son personas a quienes, incluso, se les ofrecieron determinadas garantías y
condiciones para invertir capital fresco, el cual ha permitido, además de una buena administración de tales entidades, que
éstas puedan gozar hoy día de una situación bastante mejor que la que tenían antes de recibir dichos recursos. Hago presente
que el error indicado se repite en forma persistente, y que no corresponde en absoluto a la realidad. Por otra parte, en lo que
dice relación al mensaje, cabe mencionar que éste contiene ciertos errores y apreciaciones graves, y algunas de ellas son
curiosas. En efecto, está firmado el 12 de diciembre —es decir, el lunes recién pasado—, y tengo entendido que la Comisión
de Hacienda tomó el acuerdo el 13 de este mes. Es decir, el mensaje enviado por Su Excelencia el señor Presidente de la
República es clarividente en esta materia, por cuanto el 12 sabía lo que iba a ocurrir al día siguiente...
Participación en proyecto de ley
REGULARIZACION DE ENTIDADES FINANCIERAS INTERVENIDAS - 2
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El señor FERNANDEZ.— Las interrupciones las concedo de acuerdo con mi disponibilidad de tiempo, por lo que se la daré
más adelante, señor Senador, a fin de que aclare esa situación oportunamente. Por lo tanto, estamos frente a este mensaje
muy curioso, que no está firmado por el Presidente Frei, sino por el Vicepresidente de la República.
Legislatura 330, Sesión 29 de 20 de Diciembre de 1994
Participación en proyecto de ley
APORTE EXTRAORDINARIO A SISTEMA SUBVENCIONADO DE EDUCACION - 1
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El señor FERNANDEZ.— Simplemente deseo ver la posibilidad de enmendar un error que contiene la norma. La voy a
aprobar, pero no puedo dejar de hacer presente que el inciso final del artículo 1 dice: "El no cumplimiento por parte de los
sostenedores de lo dispuesto en el inciso anterior, constituirá malversación de fondos.". Como estamos entrando en el delicado
campo del Derecho Penal, debemos ser extraordinariamente precisos si queremos que efectivamente las conductas
equivocadas se sancionen. Y ocurre que en nuestro Código Penal no existe el delito de malversación de fondos. Sí contempla,
en el Libro II, Título V, la "malversación de caudales públicos". Por lo tanto, si señalamos que a quienes no cumplan con las
obligaciones establecidas en el proyecto se les asignará la pena consignada en el artículo 233 del Código Penal,
probablemente estaremos cumpliendo mejor con los objetivos que se pretenden con el inciso citado. De otra manera, mucho
me temo que ésta será una norma absolutamente inaplicable, por cuanto —como digo— no existe una figura penal
denominada "malversación de fondos", ni está señalada en ella cuál de los distintos delitos descritos de malversación de
caudales públicos contenidos en los artículos 233, 234 y siguientes del Código Penal —que, además, están concebidos para
aquellos que tienen la calidad de empleados públicos— es el que correspondería en este caso. Llamo, pues, la atención de la
Sala respecto del hecho de que el inciso final del artículo 1 no puede tener aplicación práctica alguna —especialmente, si se
considera el principio pro reo—, salvo que se corrija y se establezca, por ejemplo: "El no cumplimiento por parte de los
sostenedores de lo dispuesto en el inciso anterior los hará merecedores de las penas señaladas en el artículo 233 del Código
Penal.".
Legislatura 330, Sesión 30 de 21 de Diciembre de 1994
Mociones Presentadas
PROYECTO DE LEY QUE MODIFICA LA LEY 18.892,GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA. - 1
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Valparaíso, 20 de diciembre de 1994.Las excepciones establecidas en el art. 3º transitorio de la Ley General de Pesca y
Acuicultura tuvieron por finalidad dar un trato igualitario a todas las personas que proyectaron el desarrollo de actividades
pesqueras extractivas en arcas que no estaban afectas a restricciones hasta la dictación de la Ley Nº 18.892, de 1989, y a las
que el nuevo ordenamiento modificatorio incluyó entre las áreas restrictas.Para disponer las excepciones se consideró
especialmente la INVERSION EFECTIVA ACREDITADA, cualquiera fuese la etapa de desarrollo del proyecto industrial.Es del
caso que algunas personas, no obstante reunir todos los requisitos de fondo exigidos por la ley, no ingresaron oportunamente
sus solicitudes a la Subsecretaría de Pesca, quedando sin posibilidad de hacer efectivos sus derechos en el breve lapso que
se otorgó para impetrarlos.La fuerza mayor que les impidió dar cumplimiento in temporis al ingreso de sus solicitudes es, como
sabemos, eximente general de derecho y como tal corresponde sea considerada sea por la Administración, sea por el
Legislador.Esta iniciativa de ley tiene por finalidad permitir que se aprovechen inversiones efectivamente hechas por personas
autorizadas para el desarrollo de actividades pesqueras de procesamiento en la línea de reducción, en cualquiera de las
Regiones cuyas áreas de, pesca que conforman la unidad de pesquería de la especie jurel (trachurus murphiyi) en la zona
centro sur del país. (V hasta la IX Regiones) lo que brindará un espectro de beneficios para muchas personas y sin que se
afecte la preservación de las especies.P R O Y E C T O D E L E YARTICULO UNICO.- Los titulares de autorizaciones vigentes
para el desarrollo de actividades pesqueras de procesamiento en línea de reducción que, cumpliendo los requisitos exigidos en
los incisos tercero y cuarto del artículo 3º transitorio de la ley Nº 18.892, General de Pesca y Acuicultura, cuyo texto refundido,
coordinado y sistematizado fue fijado por el decreto supremo Nº 430, de 1991, del Ministerio de Economía, Fomento y
Reconstrucción, Subsecretaría de Pesca, no hubieren solicitado el derecho que dicha norma les confiere, podrán hacerlo
dentro del plazo de treinta días contados desde la fecha de vigencia de esta ley. Las plantas deberán acreditar haber
completado la inversión requerida en el plazo señalado en el inciso cuarto de dicha norma.Para los efectos de iniciar
operaciones con las naves que se autoricen en virtud de esta ley, se estará a lo dispuesto en el artículo 143, letra b), de la Ley
General de Pesca y Acuicultura.
Legislatura 330, Sesión 31 de 03 de Enero de 1995
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE URBANISMO Y CONSTRUCCIONES - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, estamos analizando un proyecto que reviste real interés y está bien inspirado, por
cuanto persigue que la calidad de las obras cumpla con los estándares mínimos que fijen las autoridades respecto de las
viviendas, a fin de evitar que se burle a los adquirentes con una construcción deficiente o realizada con infracción de las
normas vigentes sobre la materia. Sin embargo, la iniciativa contiene preceptos que me merecen algunas observaciones, y
quiero hacerlas presentes sin perjuicio de la indicación que he formulado. Ellas se refieren al artículo 18. Estoy cierto de que
las disposiciones a que aludo no corresponden a la idea que tuvo la Comisión y de que deben ser modificadas, con el
propósito de adecuarlas a la filosofía e inspiración del proyecto, ya que, de aprobarse tal cual están concebidas, lejos de
constituir un beneficio para las personas, podrían significar un grave perjuicio no sólo para la construcción de determinadas
viviendas, sino también, en general, para todo el sector inmobiliario. Me refiero a las normas que dicen relación con la
responsabilidad civil. En ese artículo se establece que "serán solidariamente responsables de las indemnizaciones a que haya
lugar, los socios de las personas jurídicas responsables y, de ser éstas personas jurídicas, la solidaridad se extenderá a los
socios de éstas," hasta que los responsables sean personas naturales. Lo anterior me merece algunas observaciones de fondo
importante, pues creo que, de no corregirse, puede significar una limitación de envergadura para el desarrollo de la actividad
de la construcción. En efecto, si una persona tiene el 1 por ciento de la sociedad, deberá responder por el ciento por ciento de
una indemnización, lo que, obviamente, implicará una restricción y no permitirá que se hagan aportes de capital, en la medida
en que ello podría traducirse en que la persona deba pagar, en último término, una cuantiosa suma de dinero. Eso la cohibirá
para participar en el financiamiento y ejecución de estas obras. Por lo tanto, estimo necesario que se corrija esta situación y
que se elimine la responsabilidad solidaria de quienes se hallen en ese caso. Cabe señalar, además, que una legislación de tal
naturaleza rompe un elemento que es fundamental en las sociedades de responsabilidad limitada, porque las personas que
actúan en ellas sólo tienen que responder hasta el monto de su capital. Esa es la esencia de este tipo de sociedades. Para ello
fueron creadas, y creo que han sido un instrumento muy importante de progreso. Del mismo modo, en las sociedades
anónimas los individuos deben responder hasta por el monto de sus acciones. Ahora bien, si una persona miembro de una
sociedad de responsabilidad limitada o un partícipe en una sociedad anónima, sea que se tenga el 1 por ciento o una sola
acción, tendrán que responder por el total de la indemnización, ello constituye un exceso. A mi juicio, esto perfectamente
puede corregirse con motivo de la discusión particular del proyecto, ya que pienso que el ánimo de la Comisión no es entrabar
el recto funcionamiento del mercado inmobiliario. De aprobarse la norma tal como está, podría producirse una retracción
importante de la inversión, por cuanto el hecho de tener tan sólo una acción abriría la posibilidad de que el titular fuera
demandado por la totalidad de una indemnización de perjuicios. Y, obviamente, cuando se trata de una responsabilidad
solidaria, el demandante puede dirigirse contra cualesquiera de los socios. Aparte que lo anterior puede implicar una limitación
extraordinariamente grave para el mercado inmobiliario, insisto en que se rompería el principio que se estableció para las
sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades anónimas, en virtud del cual las personas responden sólo hasta por el
monto de su capital. El hecho de que exista este tipo de sociedades constituye un avance dentro del Derecho Comercial y de
las actividades económicas, porque eso permite que pequeños capitales conformen un gran fondo destinado a la construcción
de viviendas, en este caso. De no ser así, únicamente existirían sociedades integradas por grandes propietarios e
inversionistas, los cuales, lógicamente, estarían dispuestos a responder, lo que no ocurriría con quienes simplemente hacen un
pequeño aporte de capital, pero contribuyen con ello al progreso del país. He formulado esta observación porque, a mi juicio,
estamos en presencia de una normativa que puede ser fácilmente subsanable con motivo de la discusión particular del
proyecto. Por eso, soy autor de una indicación para eliminar esta responsabilidad solidaria, sea para reemplazarla por algún
tipo de seguro o para limitarla al monto de los aportes que las personas inviertan en una sociedad. Si la constructora es una
sociedad, estamos ciertos de que esta última debe responder con el ciento por ciento de su capital, por concepto de
indemnizaciones. De eso no cabe ninguna duda. Pero no estamos de acuerdo en que una persona, por el hecho de tener una
acción o de participar con el 1 por ciento, deba cubrir el ciento por ciento del pago, que es el efecto que se producirá si no se
modifica la disposición pertinente. Señor Presidente, con respecto a las demás normas sólo tengo observaciones de mera
forma, y creo que no vale la pena entrar en su detalle en esta ocasión, ya que estamos en la discusión general de la iniciativa.
En ese entendido, y en la medida en que cabe corregir lo atinente a la responsabilidad solidaria adecuándola a su justa
dimensión, anuncio que votaré favorablemente el proyecto. He dicho.
Legislatura 330, Sesión 39 de 19 de Enero de 1995
Participación en proyecto de ley
CAPITALIZACION DE DIVIDENDOS EN BANCOS CON OBLIGACION SUBORDINADA - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, quiero precisar algunos aspectos que se han planteado acerca de la imposibilidad
que existiría, en el caso de que la norma fuera inconstitucional, de derogar una ley, materia a la que se ha referido un
distinguido colega. A mi juicio, no está en discusión la facultad soberana del Parlamento de dictar leyes y, por cierto, la de
dictar una derogatoria de otra. El problema relevante es determinar desde cuándo rige la ley. Para este efecto, se reconocen,
en Derecho, leyes retroactivas; vale decir, que rigen hacia atrás, antes de la fecha de dictación de la ley, y hay otras
denominadas ultraactivas, que son las que, no obstante su derogación, continúan vigentes para los efectos de resguardar los
derechos que la ley derogada consagraba. Me parece que, en este caso, estaríamos frente a una ley que, derogada —si el
Parlamento así lo acuerda—, tendría ultraactividad; o sea, conservaría los derechos de las personas que legítimamente los
tenían al momento de su derogación. Quería aclarar este punto porque no se trata aquí de negar la posibilidad de que el
Congreso derogue una ley —es una facultad establecida en la Constitución y que, obviamente, la va a tener siempre—, sino
de establecer el efecto de la ultraactividad de la ley; es decir, que puede regir más allá de su propia derogación, consecuencia
que en Derecho es ampliamente conocida. Por las razones invocadas por la Honorable señora Feliú y el Senador señor
Larraín, voto en contra del proyecto.
Participación en proyecto de ley
MODIFICACION DE CODIGOS DE JUSTICIA MILITAR Y DE PROCEDIMIENTO PENAL, Y DE LEY
ORGANICA DE GENDARMERIA. NFORME DE COMISION MIXTA - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, en el día y en la noche de ayer trabajamos arduamente en la búsqueda de una
solución para un problema real que se había presentado, y en esa búsqueda se logró una amplia y muy fructífera coincidencia
respecto de un tema extraordinariamente delicado. Como aquí se ha expresado, son muchas las formas de aproximarse a una
solución y, por cierto, desde distintas posiciones. Pero el hecho concreto y real es que se llegó a determinada fórmula, que es
la que se halla consignada en el informe de la Comisión Mixta. No concurrió al acuerdo político, por algunas dudas respecto a
la forma como él se estaba materializando, no relacionadas con el fondo del tema, en cuya consecución tuve activa
participación. Sin embargo, la votación registrada esta mañana en la Cámara de Diputados demuestra, claramente, la voluntad
inspiradora del acuerdo alcanzado ayer y disipa todas las dudas que justificaban mi abstención, razón por la cual apruebo el
informe de la Comisión Mixta.
Legislatura 330, Sesión 40 de 02 de Marzo de 1995
Participación en proyecto de ley
ADMINISTRADORAS DE RECURSOS DE TERCEROS - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, quiero formular una consulta. Porque, conforme lo dispone el número 2 del
artículo 62 de la Constitución Política, la creación de nuevos servicios públicos, el aumento de sus facultades o la disminución
de ellas corresponde a la iniciativa exclusiva del Presidente de la República, y todo proyecto de ley que incremente o modifique
las atribuciones de un servicio público debe contar con el patrocinio del Primer Mandatario. Como este proyecto contempla
numerosas referencias a servicios públicos —como la Superintendencia y el Servicio Nacional del Consumidor—, deseo
preguntar si estas normas cuentan o no con dicho patrocinio. Debemos considerar que el texto contiene disposiciones con
rango de ley orgánica constitucional y debe ser conocido por el Tribunal Constitucional, y que, si no media el patrocinio del
Ejecutivo, los preceptos a que me refiero no tendrían vigencia.
Legislatura 330, Sesión 42 de 08 de Marzo de 1995
Participación en proyecto de ley
APLICACIÓN DE REAVALÚOS DE BIENES RAÍCES NO AGRÍCOLAS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Voto por la inconstitucionalidad.
Legislatura 330, Sesión 43 de 14 de Marzo de 1995
Participación en proyecto de ley
NORMAS SOBRE TRASPLANTE DE ÓRGANOS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, todos concordamos en que deben darse las mayores facilidades para los efectos
de los trasplantes, a fin de que, en definitiva, se haga realidad el loable propósito que tienen implícito. Sin embargo, es
menester considerar que, como en todo acto jurídico, la expresión de la voluntad debe ser, no sólo expresa —éste es el
caso—, sino que, además, libre. Y "libre" significa que debe estar exenta de todo vicio. Los vicios de la voluntad son el error, la
fuerza y el dolo. Y en el asunto en debate nos encontraríamos frente a una situación muy semejante a la del vicio de fuerza: la
de la fuerza moral. Esta hace difícil que la voluntad pueda expresarse en forma libre.
Participación en proyecto de ley
NORMAS SOBRE TRASPLANTE DE ÓRGANOS - 2
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El señor FERNANDEZ.— Me estoy refiriendo a la fuerza moral, Honorable colega. Efectivamente, el temor reverencial no vicia
el consentimiento; pero la fuerza moral sí lo hace. El temor reverencial es una cosa muy distinta, y yo la aprendí de un libro de
los profesores señores Alessandri y Vodanovic, quienes la consideran de modo muy diferente del que señala Su Señoría. A mi
entender, la fuerza moral vicia el consentimiento al intimidar a la persona para dar a conocer su voluntad. Y, tocante a la
voluntad de donar órganos, debe tomarse en cuenta el escenario en que se exigiría su exteriorización: ante un funcionario del
Registro Civil, revestido de las características de la autoridad que ostenta, en un recinto público y en presencia de decenas de
personas. Sería muy ilustrativo que los señores Senadores concurrieran a una oficina del Servicio de Registro Civil
—recientemente hube de ir a renovar la cédula de identidad— y vieran lo que sucede: hay cientos de personas en diversas
filas. Se pretende que, en ese lugar, el oficial de la repartición les formule la pregunta correspondiente. Naturalmente, los
interpelados se sentirán intimidados, tanto por la presencia de la autoridad, como por la reacción que pueda tener el público al
oír la respuesta. Si en verdad queremos que la voluntad sea libre y espontánea y que se halle exenta de vicios, debemos
rechazar el inciso respectivo. Porque la fuerza moral que se contempla ejercer respecto de las personas es tremenda e impide
que la voluntad se manifieste con la libertad que todos deseamos. Distinto es el caso de las facilidades que se concedan para
que la gente dé a conocer o emita su voluntad, para lo cual se pueden consignar diferentes establecimientos o lugares, en
forma tal que ella pueda concretarse libre y espontáneamente mediante la suscripción de un formulario. Considero inaceptable
la presión o fuerza que involucra el hecho de conminar a una persona, que muchas veces no tiene los conocimientos
suficientes, a entregar una opinión, máxime cuando la pregunta se le hace por sorpresa y se le exige una respuesta inmediata.
Porque resulta que a quien acuda al Registro Civil a obtener o renovar la cédula de identidad, se le consultará acerca de un
tema que necesita de cierto grado de reflexión y de información que, por lo general, no se tiene, menos aún en ese momento.
Estimo que debe rechazarse la norma en comento, porque conlleva una fuerza que viciaría la voluntad, por lo cual no habría
una decisión libre.
Legislatura 330, Sesión 47 de 22 de Marzo de 1995
Participación en proyecto de ley
DENOMINACION DE AEROPUERTO GABRIELA MISTRAL A AEROPUERTO LA FLORIDA DE LA
SERENA - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, nada habría sido más grato que haber concurrido a aprobar esta iniciativa como
homenaje a Gabriela Mistral. No obstante, se han presentado ciertas deficiencias y violaciones a determinadas normas del
Reglamento —éstas son importantes, porque determinan la convivencia y el funcionamiento del Senado— que en ningún caso
se justifican en un proyecto de esta naturaleza, por cuanto se habrían podido cumplir perfectamente todas las disposiciones
reglamentarias, con lo cual se podría haber evitado que un homenaje se transformara en un debate y se cuestionara el
legítimo derecho de los Parlamentarios a presentar una moción con el objeto de rendir honores a la insigne poetisa. Por otra
parte, también aquí ha habido un uso inadecuado de la facultad presidencial de calificar las urgencias. El Presidente de la
República podrá emplearla cuando lo estime conveniente; pero calificar de "Discusión Inmediata" una materia que no la
amerita —porque se trata de un homenaje, por muy importante que sea—, lo considero discutible, por decir lo menos. Por otro
lado, no creo que haya tenido similar tratamiento un proyecto de esta naturaleza que se encuentra en la Cámara de Diputados.
Que yo sepa, su urgencia no ha sido calificada de "Discusión Inmediata", y lleva tres años o algo más radicado en la Cámara
Baja, con lo cual se produce aquí una situación que tampoco es conveniente. Por las razones expuestas y lamentando mucho
tener que hacerlo, me voy a abstener.La señora FREI (doña Carmen).— Señor Presidente, en una de las biografías de
Gabriela Mistral se escribe: "La reconoceréis por la nobleza que despierta. No hagáis ruido en torno a ella, porque anda en
batalla de sencillez.". Señor Presidente, lamento enormemente —y lo digo con dolor— que estos versos no se puedan aplicar
hoy al Senado de la República. Voto que sí.
Legislatura 330, Sesión 49 de 05 de Abril de 1995
Participación en proyecto de ley
NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, antes de mis observaciones al proyecto mismo, analizaré el tema relativo a la
competencia de la Comisión de Hacienda, materia a la cual el Senador señor Lavandero se refirió extensamente en la sesión
de ayer. Su Señoría señaló las razones que, en su concepto, determinan que tal organismo deba conocer no sólo los
proyectos con incidencia presupuestaria y financiera del Estado o propias de Hacienda sino también las materias relativas a la
economía general del país. Participo del criterio planteado por el señor Senador, pues durante el análisis de la Ley Orgánica
Constitucional del Congreso Nacional se tuvo en vista que fuera dicha Comisión la única consagrada para esos efectos en esa
normativa legal. En los Reglamentos de ambas Cámaras, fueron consignadas todas las demás Comisiones, salvo la de
Hacienda, que lo fue, como dije, en la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional. Y esto encuentra su razón de ser
—lo que también se explicó ayer— en la historia fidedigna del establecimiento de la señalada ley orgánica, ya que, al otorgarle
amplias facultades, se tuvo presente la existencia de una Comisión en cada una de las ramas del Congreso, con el fin de
mantener la unidad de la política económica, tan necesaria para que un país pueda desarrollarse, y de conocer de todos
aquellos aspectos que incidieran no sólo en problemas meramente financieros, sino de todos los que repercutan en una
economía, cada vez más compleja. El objeto, entonces, fue centralizar en un organismo esos aspectos y no radicarlos en
todos los que se crearan en ambas Cámaras, por cuanto esto último implicaba la posibilidad de perder el sentido, la unidad y la
coherencia en el manejo de una política económica por una parte; y por la otra diluir la responsabilidad de cada uno de los
miembros de las Comisiones en materias tan delicadas como las señaladas. En consecuencia —repito—, comparto
plenamente lo expuesto ayer por el Senador señor Lavandero. En lo tocante a la iniciativa misma sobre defensa de los
derechos de los consumidores, quiero señalar que nos hallamos frente a una legislación que no ofrece novedad alguna. Por el
contrario, la normativa vigente contiene todas las disposiciones, dichas, probablemente, de otra manera, dentro de un contexto
diferente y ordenadas de modo distinto al que se nos presenta hoy; pero, en esencia, contiene los mismos preceptos que
ahora analizamos. De otro lado, cabe mencionar que la ley en análisis corresponde a una filosofía ya muchas veces observada
en los mensajes con que se inician algunos proyectos, donde se enuncia una loable adhesión a principios muy valiosos, pero,
a continuación, su articulado la contradice. Ese es el caso del proyecto en debate. Suele olvidarse, desde luego, que en esta
materia existen los criterios y procedimientos de protección al consumidor. Hay una ley vigente y numerosas otras
disposiciones que se mencionan en el extenso informe de la Comisión. Se ha señalado que es necesario dar cumplimiento a
las directrices emanadas de las Naciones Unidas en 1985. Sin embargo, no debemos olvidar que estamos a 1995; que durante
este período se produjo, nada menos, que el derrumbe de los sistemas que propiciaban el control y el dirigismo económico;
que el mundo entero ha cambiado, y que ya ese criterio se halla absolutamente pasado de moda y no está en aplicación en
ninguna parte, salvo en aquellos regímenes que han querido continuar —que son los menos— con sistemas de control,
dirigismo y estatismo, los que han conducido a la pobreza y al escaso desarrollo de los pueblos. Estamos frente a un proyecto
que no contiene nada novedoso y que, por otra parte, corresponde a criterios que ya han sido superados por los
acontecimientos en el mundo entero. La iniciativa se funda en el deseo de perfeccionar los mercados. La idea —repito— es
encomiable, pero para realizarla se proponen instrumentos de control estatizantes. El perfeccionamiento de los mercados que
busca el proyecto, se ha logrado en Chile y en otros países, no por la vía de más leyes y reglamentaciones fiscalizadas por la
autoridad, sino, por el contrario, mediante la aplicación de menor regulación y mayor libertad. Las minuciosas normas —tan
apreciadas por quienes propician el dirigismo— suelen traducirse, a la larga, en arbitrio funcionario y estancamiento de la
actividad, que se ve sofocada por las numerosas disposiciones que la regulan, las cuales aumentan los costos, disminuyen la
oferta, elevan los precios y, consecuencialmente, causan menor bienestar para el público, a quien se pretende proteger. Hasta
ahora no se ha descubierto nada que supere la libre competencia como mecanismo regulador. Es un camino equivocado el
tratar de establecer regulaciones cada vez mayores, con distintas normativas, cuya aplicación lleva inevitablemente a un
retroceso. Se ha señalado que existe el deseo de perfeccionar el sistema de mercado, pero se actúa como si no se tuviera
efectiva confianza en él. ¿Cuáles son, a mi entender, las soluciones a este tipo de materias? Sin perjuicio de adiciones
menores o correcciones a la legislación vigente —como dije, ella es muy similar y en poco difiere del proyecto que hoy día se
somete como novedad al conocimiento del Senado, y el hecho de que se la aplique mal, no se aplique o el país no tenga
conocimiento de ella, es un asunto completamente distinto—, las verdaderas soluciones para materias de esta naturaleza son:
dar educación e información a los consumidores, porque en la medida en que existan consumidores debidamente informados,
educados y exigentes, el sistema funcionará mejor que con un conjunto de normas legales fríamente establecidas y
eventualmente aplicadas por un funcionario. Por otro lado, es necesario facilitar más la libre competencia y otorgar mayor
libertad para crear empresas y desarrollar actividades, debido a que eso constituye el mejor antídoto en contra del abuso al
consumidor. En efecto, en la medida en que existan más opciones y posibilidades para éste, menor será el riesgo de que sufra
algún tipo de atropello. Por último, debe disponerse de mecanismos judiciales eficaces, que hagan plenamente accesibles al
público los derechos que la ley le otorga. En el proyecto se establecen formalmente dichos derechos, pero éstos serán
ilusorios debido a procedimientos probadamente ineficaces. Se requieren sistemas modernos, con normas distintas, que
puedan aplicarse en forma efectiva. De otra manera, simplemente caeremos en los procedimientos tradicionales, con
disposiciones que impiden a los consumidores hacer efectivos sus derechos. No hay nada más frustrante que verse obligado a
recurrir a un tribunal y llevar a cabo engorrosos trámites —además de la contratación de profesionales abogados—, y por
tratarse de materias probablemente de menor cuantía, tener que abandonar simplemente la acción, ante la dificultad
provocada como consecuencia de un riguroso proceso judicial. En la medida en que no existan procesos judiciales eficaces y
rápidos, todos estos derechos pasan a ser meramente ilusorios. Por otra parte, señor Presidente, el proyecto establece la
posibilidad de que los consumidores se organicen. ¡Pero si hoy día también pueden hacerlo y, de hecho, algunos ya están
organizados! Entonces, ¿dónde está la novedad? Habría sido conveniente que no sólo se hubiera permitido la organización
conforme a las reglas del Título XXXIII del Código Civil —que es un sistema aplicable a todas las corporaciones y
fundaciones—, sino que se hubiere aprovechado una oportunidad como ésta para modificar la manera en que éstas se
constituyen y hacer factible que los consumidores se organicen según normas modernas, como lo establece, por ejemplo, un
proyecto que ya aprobó por unanimidad el Senado y que se encuentra en la Cámara de Diputados. Desgraciadamente, aquí
no figuran esas normas, con lo cual los consumidores —desde luego, con la actual legislación ya pueden organizarse— están
obligados a seguir ese trámite difícil y muy largo, porque se requiere la autorización del Ministerio de Justicia, el que debe
dictar una resolución o un decreto otorgando la personalidad jurídica. Asimismo, señor Presidente, a las organizaciones ya
constituidas no se les permite continuar con la estructura que tienen, sino que, conforme a una norma transitoria, se las obliga
a someterse a las disposiciones del Título XXXIII del Código Civil. Vale decir, nuevamente deben efectuar una tramitación
engorrosa, con lo que las pocas organizaciones existentes se verán aún más entrabadas en su ejercicio. De tal manera, señor
Presidente, que no encuentro en el proyecto razones que justifiquen su aprobación, porque las normas que se mencionan
como convenientes están vigentes hoy día; por ejemplo, la reparación en caso de un producto mal fabricado, la sanción a la
publicidad engañosa y la adecuada información respecto a la calidad de los productos. En vez de repetir una legislación,
ordenándola en forma distinta, probablemente habría sido más propio haber facultado al Presidente de la República para
realizar un ordenamiento de las distintas normas que dicen relación a los consumidores y refundir todo en un solo texto. Pero
dar al proyecto un sentido distinto, no corresponde a la realidad. Por eso, señor Presidente —repito—, a mi entender, la
verdadera solución es otorgar mayor educación e información a los consumidores, a fin de que exijan sus derechos; darles
facilidades para que puedan organizarse en corporaciones, pero constituidas de manera distinta de la que el proyecto
establece, la que resulta extraordinariamente engorrosa; conceder más libertad y promover la libre competencia en los
diversos sectores, para que el consumidor tenga varias opciones, porque, en la medida en que éstas existan, aumentan la
libertad y las posibilidades de evitar los abusos; y disponer, finalmente, que los procedimientos judiciales sean eficaces, en
forma que los derechos que la legislación otorga puedan efectivamente hacerse realidad en un fallo judicial en un tiempo
breve, lo que no ocurre con los procedimientos que la iniciativa consagra. Por esas razones, señor Presidente, no puedo
prestar mi aprobación a un proyecto de esta naturaleza y me voy a abstener. He dicho.
Participación en proyecto de ley
NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 2
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, si algunos ciudadanos escucharan este debate o leyeran la Versión Taquigráfica
del mismo, les costaría mucho comprender la diferencia que existe entre las distintas apreciaciones expuestas y el texto
planteado, y, más aún, confrontar sus disposiciones con las de la legislación vigente. Empero, tendrían que llegar a la
conclusión de que, en definitiva, poco o nada nuevo se introduce en nuestra normativa porque, de una u otra manera, ya todo
se encuentra reglamentado. En efecto, la iniciativa no contiene novedad alguna y, por lo tanto, las muy buenas intenciones que
—no cabe duda— tienen los señores Senadores no están reflejadas en ella. Por lo demás, muchas de sus observaciones
dicen relación a la preceptiva vigente, donde se contemplan diversas normas que hoy se señalan como nuevos aportes a
nuestro ordenamiento jurídico, en circunstancias de que fueron incorporadas a él hace muchos años. Cabe manifestar que
tales normas no han tenido una aplicación muy eficaz. Prueba de ello es que hoy se señala, a través del discurso, que
constituyen normas ineficientes y que, por eso, ahora se estarían modificando por otras, lo que —repito— no es así. Por lo
tanto, resulta una discusión muy difícil de seguir para las personas que lean la Versión Taquigráfica, por cuanto hay una falta
de correspondencia entre lo que se dice y el texto sometido a la aprobación de la Sala y entre éste y la legislación vigente. Por
otra parte, atribuir como virtud de la ley y de la intervención y control del Estado el solucionar este tipo de problemas ha tenido
experiencias desastrosas en el pasado, no sólo se legisló en esta forma, sino que se fijaron los precios a todos los artículos;
vale decir, se llegó mucho más allá de una normativa como la que ahora debatimos, constituyendo el más grande y grave
fracaso de nuestra historia. Por ejemplo, en la época de la Unidad Popular se fijaron los precios a todos los productos. De tal
manera que —repito— se fue mucho más allá de una simple iniciativa legal que regula o da derechos a los consumidores,
pues, al pretender protegerlos, se estableció el precio a todo; esto es, se llegó a la máxima expresión del Estado.
Participación en proyecto de ley
NORMAS SOBRE DERECHOS DE LOS CONSUMIDORES - 3
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El señor FERNANDEZ.— Y eso constituyó un fracaso. Por considerar que la iniciativa no apunta en la dirección adecuada, ni
busca mayor libertad en el comercio, ni fomenta la libre competencia y ni tampoco significa un avance verdadero para que se
organicen los consumidores, no puedo aprobarla en general. En consecuencia, me abstengo, señor Presidente.
Legislatura 330, Sesión 51 de 11 de Abril de 1995
Proyectos de Acuerdo Presentados
RECONSTITUCION DE OFICINAS AGRICOLAS DEL COMMONWEALTH - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, no es posible que la Comisión fusione proyectos presentados por distintos
Honorables colegas, por cuanto eso no es reglamentario. El objeto preciso de devolver la iniciativa al organismo técnico debe
guardar relación con el proyecto mismo de que se trata, y no con otras materias. Me está pidiendo una interrupción el
Honorable señor Hamilton, y se la concedo con la venia de la Mesa.
Legislatura 330, Sesión 52 de 12 de Abril de 1995
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE ARTÍCULOS 796 Y 800 DE CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL Y 513 DE
CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, sin perjuicio de coincidir con la necesidad de aprobar el proyecto, creo que
estamos en presencia de una situación que en lo futuro debiera corregirse en otra forma. En mi opinión, el Congreso tendría
que estudiar la posibilidad de facultar al Presidente de la República, a través del Ministerio de Justicia, para que pueda
remediar estos problemas mediante simple decreto y hacer las adecuaciones de forma que se hagan necesarias como
consecuencia de la dictación de determinadas leyes. Lo señalo, porque si analizamos la iniciativa, advertiremos que no
conlleva ninguna modificación de fondo, sino, simplemente, la enmienda de algunas referencias equivocadas. Reitero que, a
mi juicio, el Presidente de la República debiera tener la facultad de refundir o actualizar los textos legales. Anuncio mi voto
favorable al proyecto, señor Presidente.
Legislatura 330, Sesión 53 de 18 de Abril de 1995
Participación en proyecto de ley
TRAFICO ILICITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTROPICAS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, participo plenamente de la norma propuesta; pero, para que no queden dudas en
cuanto a su inteligencia, considero oportuno dejar algunas constancias. El Presidente de la Corte de Apelaciones deberá
nombrar a un Ministro tan pronto como le sea requerido, y éste tendrá que resolver de inmediato, sin audiencia ni intervención
de terceros. Tampoco deberá mediar intervalo de tiempo entre su designación y la resolución correspondiente. No me gustaría
que después de la designación por parte del Presidente de la Corte, el Ministro asumiera dos o tres días después. Pero, salvo
que se perfeccione la redacción del precepto, sólo debe suponerse que el magistrado que se designe debe asumir y resolver
de inmediato. Por eso sería oportuno, señor Presidente, dejar constancia de que el precepto debe ser entendido en esos
términos, pues la demora podría frustrar su efecto benéfico.
Legislatura 330, Sesión 55 de 19 de Abril de 1995
Participación en proyecto de ley
PERMISOS TRANSITORIOS EN CONCESIONES ACUÍCOLAS - 1
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El señor FERNANDEZ.- Señor Presidente, hay empresas establecidas que, por causas ajenas a su voluntad, enfrentan estos
problemas -muchas veces por trámites administrativos que no les corresponde corregir o perfeccionar-, que no les permiten
funcionar en debida forma, con grave daño para su patrimonio y para el desarrollo regional. Por ejemplo, en la Duodécima
Región conozco casos de gente que está expuesta a una clausura en cualquier momento, o a ser objeto de enormes
sanciones. Las autoridades están conscientes de la gravedad de la situación y también esperan una ley de esta naturaleza que
permita las correspondientes regulaciones. Como han señalado otros señores Senadores, no se pretende abrir un nuevo plazo
para que estas personas cuenten con otros derechos distintos de los que ya tienen, sino, simplemente, obviar los
impedimentos que sufren quienes en determinada época, cumpliendo los requisitos exigidos, presentaron la respectiva
solicitud de concesión y que, por razones no imputables a ellas, no pueden cumplir con las obligaciones legales para
perfeccionar el título que las habilite para trabajar, que es lo que, en definitiva, la legislación debe buscar: permitir desarrollar el
trabajo, fomentarlo y ayudarlo, pero no crear dificultades para que la ciudadanía contribuya con su esfuerzo al progreso de la
Región.
Legislatura 330, Sesión 56 de 02 de Mayo de 1995
Participación en proyecto de ley
CREACIÓN DE SERVICIO NACIONAL DE ASISTENCIA JURÍDICA - 1
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El señor FERNÁNDEZ.— Señor Presidente, el proyecto que nos ocupa, que crea el Servicio Nacional de Asistencia Jurídica,
es uno de los comprendidos en el conjunto de iniciativas tendientes a la modernización de la justicia. Y es de principal
importancia para los efectos del ejercicio de los derechos, por cuanto de nada sirve tener uno si no se puede hacer valer
cuando corresponda ante los tribunales o si nada se sabe respecto de su existencia. La asistencia jurídica es un elemento
consagrado en el artículo 19, N 3 , de la Constitución, y, como tal, contribuye en forma significativa y determinante a que los
derechos de las personas puedan ser ejercitados cuando corresponda. La ley en proyecto, que concurrimos a aprobar,
discurre sobre la base de crear trece Corporaciones Regionales, sugerencia de la Comisión acogida por el Ejecutivo mediante
una indicación sustitutiva. Ellas tendrán una estructura propia dentro de cada Región, que permitirá otorgar preferencia en la
atención a todos los sectores; es decir, no podemos permitir que exista centralismo dentro de una Región, del mismo modo
como lo hay en Santiago respecto del país. Para ello, se consignó una norma que dispone que tales Corporaciones deberán
proveer atención jurídica en cada provincia, por lo menos con un abogado, en forma permanente o mediante visitas periódicas.
En el caso de estas últimas ellas deberán ser debidamente anunciadas, con el objeto de que la gente pueda tener
conocimiento de la época en que el profesional irá a prestar sus servicios. Esto con el objeto de que el Servicio de Asistencia
Jurídica llegue a toda la Región por igual y no se centralice en su capital, del mismo modo como sucede con Santiago. Esta
asistencia jurídica será distinta de la que se presta en el presente, por cuanto actualmente se proporciona asesoría judicial
para atender fundamentalmente aquellos procesos o materias que van a derivar en asuntos que son de conocimiento de los
tribunales. Esta otra será una asistencia jurídica más completa, que puede significar informes, consejos u orientación, lo cual,
indudablemente, permitirá que las personas ejerciten en mayor medida, en mejor forma y en plenitud sus derechos. A menudo,
una oportuna información respecto de las prerrogativas que a cada cual corresponden puede significar la solución del
problema, del mismo modo que el auxilio y la atención que se puedan otorgar a personas jurídicas que no persigan fines de
lucro. Este también es un elemento de gran significación, por ser numerosas las organizaciones —sean comunitarias,
deportivas o de orden social— que requieren tal asistencia y que no cuentan con los medios para procurársela por sí mismas.
Especial importancia reviste, asimismo, el mérito ejecutivo de las transacciones a que se arribe o que se convengan dentro de
las Corporaciones, aceptadas por su director o autorizadas por él, lo cual les dará una gran dinámica y valor. A este respecto,
no debemos tener cuidado en cuanto a los convenios que se logren o que puedan obtenerse en los propios organismos,
siguiendo la misma tendencia que se observa en las Inspecciones del Trabajo, si bien en estas últimas la autoridad actúa
como tal. En el caso de las Corporaciones, ellas actuarían en defensa de una de las partes. Creemos que es importante que
ello ocurra, por cuanto se facilita enormemente el cumplimiento de los acuerdos. Y la respetabilidad de tales organismos
asegura que tales transacciones se materialicen. Además, se exige la concurrencia del respectivo director, así que van a tener
la seriedad y la responsabilidad correspondientes. En cuanto a la facultad que se da a las Corporaciones para citar personas,
se consigna una norma en virtud de la cual éstas, en definitiva, no están obligadas a asistir si no lo desean, y sólo en caso de
que a la segunda citación no concurran, se comunicará este hecho al tribunal para los efectos pertinentes; pero no se
establece un sistema obligatorio de asistencia, como ocurre en otros casos. Porque no olvidemos que estos organismos
asumirán la defensa de una de las partes y, por lo tanto, no serán ciento por ciento imparciales. Al no serlo, obviamente, no se
puede exigir que una de las partes tenga obligación de citar a su contraparte; se les da la posibilidad de hacerlo, en la forma
señalada. De tal suerte que es distinta la situación que se presenta, por ejemplo, en el caso de las Inspecciones del Trabajo,
cuyos inspectores actúan en calidad de funcionarios investidos de una potestad pública. Pero las Corporaciones actuarán en el
ejercicio del derecho de defensa de una de las partes. Otra innovación importante respecto de la actual legislación es en
cuanto a que se podrá prestar asistencia jurídica a dos o más personas, aun cuando entre ellas existan intereses encontrados.
Puede suceder que la necesiten. Hoy sólo se atiende a una de ellas —normalmente, la que llega primero— y la otra, que tiene
la misma necesidad, se ve impedida de ser asistida, por cuanto se ha estimado que no corresponde a la misma entidad
defender a ambas partes. La modificación en estudio permitiría hacerlo, debiendo adoptarse el debido resguardo, con el objeto
de que se les preste adecuada, independiente y gratuita asistencia a cada una de ellas, si efectivamente la requieren, situación
que, por lo demás, es de muy frecuente ocurrencia. Estos son los principales aspectos que justifican, a mi entender, la amplia
aprobación que la Comisión dio al proyecto, y que permiten que estas Corporaciones puedan cumplir con la garantía
constitucional de dar asistencia jurídica a quienes no cuentan con recursos para procurársela por sí mismos. Además,
debemos hacer hincapié en que la idea del proyecto no es que estas entidades deban otorgarla necesariamente con sus
funcionarios, pudiendo hacerlo a través de contratos que celebren con terceros, o bien, con las municipalidades, por lo cual no
se requiere una planta excesivamente numerosa, sino que simplemente se contratan profesionales cuando las circunstancias
así lo requieran. Eso es lo que puedo señalar. Naturalmente, prestaré mi voto favorable a la idea de legislar. He dicho.
Legislatura 330, Sesión 57 de 03 de Mayo de 1995
Participación en proyecto de ley
AMNISTÍA A INFRACTORES DE LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL SOBRE VOTACIONES
POPULARES Y ESCRUTINIOS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, con ocasión de este proyecto, nos encontramos en presencia de una situación
que por primera vez se presenta en el Senado, cual es la aplicación del artículo 65 de la Constitución. Cabe señalar que esta
iniciativa legal de amnistía fue rechazada por la Corporación, como aquí se ha señalado, el 28 de enero de 1993. Sin embargo,
el Presidente de la República, en uso de la facultad que le otorga el artículo 65 de la Constitución, envió el proyecto a la
Cámara revisora, es decir, a la Cámara de Diputados, ya que tratándose de leyes de amnistía el Senado será siempre Cámara
de origen. Pues bien, la otra rama del Parlamento, por los dos tercios de sus miembros presentes, aprobó el proyecto del
Ejecutivo, con lo cual procede que esta Corporación se pronuncie respecto del mismo, no obstante haber ya rechazado la idea
de legislar. Para estos efectos, hay que tener en cuenta que el Senado debe reunir los dos tercios de sus miembros presentes
para imponer su criterio por sobre el de la Cámara Baja. Vale decir, si rechaza la iniciativa por los dos tercios de sus miembros
presentes, prevalece la opinión del Senado. Por lo tanto, no hay ley y queda rechazada la iniciativa del Presidente de la
República. Ahora, si la Cámara Alta no logra reunir la mayoría señalada se entiende aprobado el proyecto en general y debe
cumplir todos los trámites propios de una ley; es decir, se podrá fijar o no fijar plazo para formular indicaciones, y después pasa
nuevamente a la Cámara de Diputados, si hubiere algún tipo de modificación. Esa es la situación que se presenta en esta
oportunidad. En todo caso, debo recordar que se trata de un proyecto de ley de amnistía enviado por el Presidente de la
República al Sena-do, el que, por disposición de la propia Corporación, lo trató junto con una moción presentada por el
Honorable señor Cantuarias, que versaba sobre la misma materia. El proyecto en debate amnistía a quienes no votaron con
ocasión de las elecciones municipales del 28 de junio de 1992. En esa oportunidad, tenían derecho a sufragar 7 millones 840
mil 8 personas, de las cuales votaron 6 millones 992 mil 519, lo que significa que hubo una abstención aproximada de 10,8 por
ciento. De este porcentaje, 539 mil 827 ciudadanos concurrieron a las comisarías para excusarse. Las personas que se verían
favorecidas con el proyecto son las que conforman este 10,8 por ciento, si es que deseamos incluir a quienes justificaron su
inasistencia. Pero el punto sobre el cual ha de resolver el Senado radica en que debe reunir los dos tercios de sus miembros
presentes, si desea insistir en su criterio de rechazar el proyecto del Ejecutivo. De no obtener esa mayoría, la iniciativa se
entiende aprobada y pre-valece la voluntad de la Cámara de Diputados y, por lo tanto, debe continuar la tramitación del
proyecto.
Legislatura 330, Sesión 59 de 10 de Mayo de 1995
Participación en proyecto de ley
MODIFICACION DEL ESTATUTO DOCENTE Y DE NORMAS SOBRE SUBVENCIONES
EDUCACIONALES - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, el proyecto contiene aspectos positivos que dicen relación a mejoramientos que
benefician a los profesores. Sin embargo, creo conveniente precisar ciertos puntos señalados en el debate. Se han
mencionado cifras relativas al gasto público en educación, y deseo referirme a ellas utilizando el mismo documento entregado
por el Ministerio del ramo ("Los Desafíos de la Educación Chilena Frente al Siglo XXI", "Informe de la Comisión Nacional para
la Modernización de la Educación"), que se ha repartido a todos los señores Senadores. En la página 55, bajo el cuadro "Chile:
gasto público en educación como % del PGB (1983-1993)", aparecen cifras demostrativas de que los cálculos hechos por el
Senador señor Urenda son absolutamente correctos, pues indican que el promedio durante el Gobierno Militar fue de 3,17 por
ciento, y en los últimos cinco años, de 2,75 por ciento. De manera que —insisto— las cifras dadas a conocer por el Senador
señor Urenda son correctas. Otro aspecto que me interesa es el relativo a la asignación de zona, que inquieta a los
trabajadores de zonas apartadas y, también, a las municipalidades, que han hecho planteamientos desde distintos puntos de
vista. Los trabajadores han obtenido beneficios muy importantes a través de fallos de los tribunales en distintos juicios
vinculados al pago de la asignación de zona, lo cual ha obligado a las municipalidades a incurrir en fuertes desembolsos. Por
ello, estimo oportuno que el proyecto consigne recursos suficientes para que los municipios solventen los ingentes gastos
producidos por ese concepto. Los docentes tienen derecho a la asignación de zona, y por eso han obtenido importantes
beneficios mediante fallos de los tribunales. De manera que es necesario que sea ampliamente reconocida y que se otorguen
a las municipalidades los recursos necesarios para pagarla de ahora en adelante y, además, para solventar los desembolsos
derivados de los juicios correspondientes. Por otra parte, tal como lo señaló la Asociación Chilena de Municipalidades, creo
que el incremento de las indemnizaciones en hasta 50 por ciento que se impone a aquéllas por concepto de retiro voluntario o
jubilaciones necesariamente resentirá los fondos que los municipios deben destinar a la educación. Y en este caso no tenemos
facultades para presentar indicaciones sobre la materia, porque significa gasto público. Pero, a mi juicio, el aporte fiscal
debiera cubrir el ciento por ciento de las indemnizaciones, pues de lo contrario las municipalidades verán mermados sus
recursos por el pago de ese aumento de hasta 50 por ciento que les impone la ley en proyecto. Atendida la circunstancia de
que hay graves omisiones en esta iniciativa, pero también aspectos positivos que beneficiarán a los trabajadores, me
abstengo.
Legislatura 330, Sesión 60 de 10 de Mayo de 1995
Proyectos de Acuerdo Presentados
TRATADO DE NO PROLIFERACION DE ARMAS NUCLEARES - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, estamos en presencia de una materia extraordinariamente grave y delicada. Por
ello, debiéramos hacer cualquier esfuerzo por lograr el mayor consenso posible en su decisión. Pienso que una aprobación o
un rechazo por mayorías muy estrechas no sería conveniente para los intereses generales del país, y menos para nuestra
política exterior. En consecuencia, debemos procurar que el pronunciamiento del Senado refleje una decisión ampliamente
mayoritaria. A mi juicio, un plazo de postergación puede contribuir a eso. De otra manera, estaríamos sometiendo a la política
exterior chilena, a un resultado manifiestamente incierto. Por eso, salvo que, por alguna razón que ignoro, se quiera resolver
hoy mismo, estimo que lo más adecuado sería posponer el asunto. Su postergación contribuiría a que el Senado adopte una
determinación más sólida, más definitiva y mayoritaria.
Legislatura 330, Sesión 61 de 11 de Mayo de 1995
Participación en proyecto de ley
CREACION DE OFICINA DE PRESUPUESTO DEL CONGRESO NACIONAL - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, el hecho de que el proyecto sea materia propia de ley no constituye un elemento
meramente accidental. Si bien es cierto que tendría algunas ventajas, no lo es menos que provocaría graves inconvenientes.
Desde luego, haría muy rígida la Oficina de Presupuesto, en circunstancias de que todas las Comisiones que atienden al
Senado poseen la máxima flexibilidad y son modificadas de acuerdo con lo que la Corporación dispone en cada oportunidad o
cuando las mayorías así lo requieren.Por lo tanto, el establecimiento por ley rigidiza en forma importante todo el trabajo del
Senado en esta materia. De tal suerte que el argumento de la conveniencia de crear la referida Oficina mediante una
normativa de rango legal también debe estudiarse desde ese punto de vista; esto es, que introduciríamos un elemento de
rigidez al respecto, pues cualquier modificación a futuro requerirá, obviamente, de ley y del acuerdo de la Cámara de
Diputados. En cambio, si el Senado adopta sus decisiones soberanamente, le será posible hacer todas las enmiendas que
estime adecuadas cada vez que la Sala así lo acuerde, y no necesitará de una normativa legal cuya complejidad y trámite
todos conocemos.He dicho.
Legislatura 330, Sesión 62 de 16 de Mayo de 1995
Participación en proyecto de ley
DIFUSION DE ENCUESTAS EN FECHAS CERCANAS A ACTOS ELECTORALES - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, estamos en presencia de un proyecto que coarta y restringe gravemente las
libertades constitucionales de expresión y de información. Vale decir, dos libertades básicas, pilares del régimen democrático,
se cercenan y limitan seriamente como consecuencia de esta iniciativa. Cuando en esta Sala se argumenta que estamos
regulando y no coartando, a mi juicio, se está incurriendo simplemente en un sofisma. Una regulación que impide el ejercicio
de los derechos de información y de expresión es la forma de coartarlos. Y el proyecto, lisa y llanamente, contempla lo que he
mencionado: coarta las libertades de información y de expresión. Nuestra Carta Fundamental posibilita limitar —como aquí se
ha señalado— las libertades consagradas en ella. Pero el legislador debe ser extraordinariamente cuidadoso cuando se trata
de la limitación de estas libertades, y, además, tener fundamentos. En la Comisión de Constitución pedí que se me señalara
qué estudio, qué antecedente, qué informe avala la restricción de libertades tan importantes como las que se pretende
cercenar a través de este proyecto. Y no hay informe, ni estudio, ni forma alguna de acreditar que las encuestas influyen o no
en la decisión de voto. Vale decir, en esta materia estamos actuando, simplemente, de acuerdo con impresiones: "Parece", "Se
estima", "Se cree". Pero no olvidemos que esa creencia significa aprobar una norma que cercena las libertades de expresión y
de información. Y esto no lo digo yo solamente: toda la prensa del país ha condenado la iniciativa. Por ejemplo, el diario "La
Época", en el editorial de 7 de octubre de 1994, la califica como "Un gravísimo atentado". Y expone: "Uno de los mayores
peligros para la democracia, nacido de su propio seno, consiste en que sus representantes crean que la gente que los elige es
inconsciente, zafia e inmadura. Con esa premisa se han construido todos los mesianismos y los totalitarismos de la historia.
Con esa creencia nacen y se desarrollan las políticas excluyentes y los liberticidios. Con esos criterios las clases políticas se
convierten en clubes cerrados, lo que luego propicia la indiferencia de la gente y la decadencia del servicio público.". Opiniones
similares podemos encontrar en toda la prensa. "La Nación" del 9 de octubre de 1994 expresa: "Si la sala del Senado ratifica
esta resolución el efecto será muy claro. Para las próximas elecciones se realizarán igualmente encuestas en los días
cercanos al momento de sufragar, pero sus resultados sólo serán conocidos por aquellos que tengan suficiente dinero para
comprar el informe: el gobierno, los empresarios, los comandos de ciertos candidatos, algún medio de comunicación dispuesto
a desafiar la prohibición. Puede ocurrir incluso que algún parlamentario tenga recursos como para encargar directamente a una
empresa que le realice una encuesta. Será entonces una gran oportunidad para que las empresas encuestadoras ganen
mucho dinero.". Y, así, podría seguir citando las distintas apreciaciones vertidas por la prensa del país, que ha sido unánime
—del mismo modo, también ha habido consenso entre los profesionales que intervienen en esta materia— en condenar una
normativa que impida la difusión de las encuestas. Porque esto es lo que hace la moción: impedir la difusión de las encuestas
con 30 días de anticipación a la respectiva elección o plebiscito. La Comisión de Gobierno plantea limitarla a los 7 días
anteriores. Y se rebaja el plazo de restricción de 30 a 7 días como si existiera alguna fórmula para determinar cuándo han de
coartarse libertades de tal naturaleza. Recordemos, señores Senadores, que estamos en presencia de garantías consagradas
en la Constitución y que son pilares básicos del régimen democrático. Por otra parte, aquí se han dado ejemplos de lo que
pasa en otras naciones donde se ha restringido la libertad de expresión en este aspecto. Se mencionó el caso de Francia.
Sucede que en Francia, no obstante existir al respecto una legislación limitante, ha sido imposible conseguir su cumplimiento;
por lo tanto, ha sido burlada. ¿Por qué? Porque los adelantos tecnológicos y la distinta forma en que consideran el asunto las
naciones vecinas -tan democráticas como Francia- permiten que las encuestas que se realizan y difunden en ellas sean
conocidas instantáneamente por los franceses. De este modo se burla el cuerpo legal que las restringe. O sea, estamos ante
una norma no aceptada universalmente. Es más. Las grandes democracias del mundo no comparten el citado criterio ni
cercenan dichas libertades; simplemente, han dictado disposiciones diferentes para regular este aspecto y, al mismo tiempo,
resguardar los derechos de las personas. En consecuencia, la ley en proyecto será discriminatoria sólo respecto de los medios
de comunicación social chilenos. No afectará a la televisión que llega por cable, en especial de países vecinos, la cual podrá
transmitir resultados de encuestas el mismo día de la elección. Igualmente, los diarios, las revistas y las radioemisoras
extranjeras efectuarán este tipo de sondeos y los publicarán o propagarán. En cambio, en Chile estará prohibido darlos a
conocer, lo cual constituye una discriminación arbitraria en contra de los medios de comunicación nacionales. Las encuestas
se llevarán a cabo en el país, pero no podrán difundirse. Y entonces, como han señalado los propios periodistas, ¿por quién
serán conocidas? Por las personas que dispongan de los recursos suficientes para encargar su elaboración. Por consiguiente,
realizada una encuesta, su resultado se ocultará, en circunstancias de que una encuesta bien hecha representa una verdad,
de la cual debiera enterarse a todos a los chilenos. Sin embargo, solamente la conocerá un selecto grupo de personas: el que
posea los medios económicos para encomendar ese trabajo. La gente que no disponga de recursos a tal efecto carecerá de
los antecedentes necesarios para tomar una decisión. A mi juicio, una encuesta bien hecha aporta elementos e informaciones
para que el ciudadano vote libremente. Este decidirá si acepta o no las conclusiones que le entrega. Pero, indudablemente,
constituye un antecedente, una información. En definitiva, es una fotografía del momento, un hecho. No es una invención de
los encuestadores. Si la encuesta fue mal realizada y no corresponde a la realidad, es algo complemente diferente. Por regla
general, en Chile quienes se dedican a elaborar encuestas son empresas serias. Por ello, al contar con una información de
esta clase, sencillamente la darán a conocer. Ese es un hecho: el de que en el país determinadas personas opinan en cierta
forma. Y ese hecho encierra una información acerca de la cual debe resolver el ciudadano, no el legislador. Repito: con
relación al texto en debate se propone -con mucha soltura y sin fundamento de ninguna especie- permitir la difusión de las
encuestas hasta 30, 7 e incluso 2 días antes de un acto eleccionario o plebiscitario. En mi opinión, debemos dejar que los
ciudadanos decidan. Con esta finalidad, ha de otorgárseles toda la información del caso. Si cuentan con los datos adecuados,
podrán distinguir entre una encuesta realmente seria y otra que sólo pretende hace propaganda en beneficio de un candidato
específico. Ocurre que se permite el desarrollo de todo tipo de actividades durante el período preeleccionario, incluso la
propaganda electoral -a mi juicio, la forma más distorsionadora de la voluntad ciudadana que es posible concebir— hasta 48
horas antes de la votación. Pero se intenta limitar las encuestas con 30 días de antelación, aduciéndose el eventual peligro de
que ellas influyan negativamente en algún sector de la población. Reitero que estamos ante un proyecto muy inconveniente,
que atenta contra las libertades de información y de expresión, consagradas en la Carta Fundamental, por cuanto tiende a
impedir que los medios de comunicación den a conocer las informaciones de que dispongan. Y, como las encuestas se harán
de todas maneras, esa prohibición implicará un perjuicio para los órganos de difusión, pero principalmente para los propios
ciudadanos, sobre todo los más modestos, quienes no tendrán posibilidad de contar con elementos de juicio que sí tendrán
aquellos de mayores recursos. Porque quienes cuentan con televisión por cable u otros sistemas de expresión estarán
debidamente informados, con prohibición o sin ella. En Francia —que es el ejemplo indicado aquí con mayor persistencia— tal
restricción ha sido un rotundo fracaso: en la última elección, las encuestas se conocieron hasta el día anterior a la votación, y
aun el día de ésta. Asimismo, en Argentina las encuestas se hicieron incluso el mismo día de la elección —o sea, el domingo
pasado—, con un éxito bastante relativo; empero, a nadie se le ocurrió coartar el derecho de los encuestadores a difundir sus
resultados. Como dije, si las encuestas están mal hechas, serán sancionadas por los mismos ciudadanos, quienes,
sencillamente, las repudiarán y no recurrirán a ellas ni creerán en las cifras que arrojen. Repito: no existe informe,
antecedentes ni estudio que demuestre la forma en que tales sondeos de opinión influyen en los resultados de un acto
eleccionario. Y como tampoco hay fundamentos que avalen una limitación de las libertades de expresión y de información, no
puedo menos que rechazar una iniciativa de esta índole. Además, la idea matriz es sólo restrictiva. Porque el artículo 1 de la
moción limita la difusión de encuestas hasta los 30 días anteriores a un acto eleccionario o plebiscitario. No regula la forma de
elaborarlas. Esta última materia no se halla incluida en el texto propuesto originalmente, sino que fue agregada en las
Comisiones, y también me opongo a ella. Anuncio que voy a votar en contra de la idea de legislar. He dicho.
Legislatura 330, Sesión 63 de 17 de Mayo de 1995
Participaciones en Homenajes
HOMENAJE EN MEMORIA DE DON JUAN PEDRALS GILI - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, recordamos hoy, en homenaje, a Juan Pedrals Gili, trágicamente fallecido en un
accidente aéreo junto a otros profesionales chilenos y extranjeros. Juan Pedrals, a quien tuve el agrado de conocer
personalmente en Punta Arenas, fue un muy destacado ingeniero; querido por su bondad, sencillez y calidad humana;
modesto como son los hombres de talento, y apreciado por todos por su inteligencia y capacidad. Le correspondió una labor
protagónica en el desarrollo y explotación del petróleo en Magallanes, desde los inicios de su exploración y producción. Su
aporte técnico y su calidad profesional lo distinguieron desde el primer instante. Contrajo matrimonio con June Gibbons Mac
Leay, integrándose así a una muy antigua y querida familia magallánica, y tuvo dos hijos. Al asumir en 1990 la gerencia
general de la Empresa Nacional del Petróleo, dio a ésta un nuevo rumbo, con motivo del descenso de la producción de
petróleo en Magallanes. Integró así la ENAP a proyectos en el extranjero, como una forma de aprovechar la gran experiencia y
capital humano que posee dicha Empresa. Su trágica muerte lo sorprendió precisamente en el cumplimiento de esa finalidad.
Su deceso ha sido muy lamentado y sentido por todos los sectores, tanto en Magallanes como en el resto del país, y enluta a
toda la familia enapina. Al rendir este homenaje en memoria de Juan Pedrals, queremos extenderlo también a los destacados
profesionales chilenos Manfred Hecht y Jorge Rodríguez, quienes fallecieron junto a él en el cumplimiento de sus funciones. A
las familias de estos profesionales y, en particular, a la de Juan Pedrals, deseamos, en nombre de los Senadores
Institucionales y en el mío propio, hacerles llegar nuestro sentimiento de solidaridad y de cariño. He dicho.
Legislatura 331, Sesión 1 de 30 de Mayo de 1995
Mociones Presentadas
MOCIÓN DE LOS HH. SENADORES SEÑORES SERGIO FERNÁNDEZ, HERNÁN LARRAÍN,
MIGUEL OTERO, ANSELMO SULE Y ADOLFO ZALDÍVAR, QUE MODIFICA EL ARTÍCULO 74 DE
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 1
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HONORABLE SENADO:El artículo 74 de la Carta Fundamental dispone, en su inciso primero, que una ley orgánica
constitucional determinará la organización y atribuciones de los tribunales y señalará las calidades que respectivamente deben
tener los jueces y el número de años que deban haber ejercido la profesión de abogado las personas que fueren nombradas
ministros de Corte o jueces letrados.Su inciso segundo preceptúa que la "ley orgánica constitucional relativa a la organización
y atribuciones de los tribunales sólo podrá ser modificada oyendo previamente a la Corte Suprema".Por su parte, el artículo 16
de la ley Nº 18.918, Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, establece que "los proyectos que contengan preceptos
relativos a la organización y atribuciones de los tribunales, serán puestos en conocimiento de la Corte Suprema para los
efectos indicados en el inciso segundo del artículo 74 de la Constitución Política", agregando que "el proyecto deberá remitirse
a la Corte al momento de darse cuenta de él si el mensaje o moción se hubiere presentado sin la opinión de esa Corte, o
deberá hacerse posteriormente por el presidente de la corporación o comisión respectiva si las disposiciones hubieren sido
incorporadas en otra oportunidad o hubieren sido objeto de modificaciones sustanciales respecto de las conocidas por la Corte
Suprema".La aplicación práctica de la normativa constitucional y legal precedentemente mencionada ha permitido apreciar la
existencia de algunas deficiencias que es conveniente subsanar.Uno de los principales problemas consiste en que, si bien la
citada disposición constitucional establece la obligación de oír previamente a la Corte Suprema para modificar la ley orgánica
constitucional relativa a la organización y atribución de los tribunales, no señala qué sucede en caso de que el referido tribunal
no emita opinión o la difiera indefinidamente.Ello reviste especial importancia, si se tiene presente que en algunas
oportunidades el Máximo Tribunal ha demorado varios meses, y en ocasiones incluso más de un año, en dar a conocer su
opinión, lo que puede llegar a significar la paralización de las iniciativas.A raíz de lo anterior, en el presente proyecto de
reforma constitucional se dispone, como norma general, que la Corte Suprema deberá emitir su pronunciamiento en el plazo
de treinta días, contado desde que se le haya comunicado el proyecto, disponiéndose que, en caso de no hacerlo en la
oportunidad indicada, se tendrá por cumplido el trámite.Se estatuye, asimismo, que en caso de tratarse de un proyecto
respecto del cual el Presidente de la República ha hecho presente la urgencia para su despacho, la Corte deberá emitir opinión
dentro del plazo que establezca la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, preceptuándose que si no lo hiciere se
producirá el efecto precedentemente señalado.La proposición que antecede es, a juicio de los Senadores que suscriben, una
solución equilibrada que, por una parte, otorga al Máximo Tribunal la posibilidad de expresar su opinión dentro de un plazo
razonable y, por otra, permite tramitar los proyectos con la necesaria rapidez y oportunidad.Otro problema relevante surgido de
la aplicación práctica de los preceptos antes indicados ha sido la necesidad de consultar a la Corte Suprema cada vez que las
disposiciones sean objeto de modificaciones sustanciales respecto de las conocida por ella, lo que puede dar lugar - como en
el hecho ha ocurrido - a múltiples y sucesivas consultas en relación con un mismo proyecto, toda vez que es propio de la
naturaleza del trabajo legislativo que las normas sufran diversas enmiendas en el curso de los diferentes trámites
constitucionales y reglamentarios.En atención a lo expuesto, se propone incluir en el artículo 74 de la Ley Suprema una
disposición que establezca la obligación de solicitar la opinión de la Corte Suprema antes del término del primer trámite
constitucional y, eventualmente, antes del término del segundo, en caso que la Cámara revisora haya introducido
modificaciones sustanciales al proyecto aprobado por la Cámara de origen.Lo anterior evita la multiplicidad de consultas
respecto de un mismo proyecto - que innecesariamente recarga el trabajo de la Corte y dilata la tramitación de los proyectos y, al mismo tiempo, permite al mencionado tribunal emitir opinión sobre proyectos que ya han sido debatidos y perfeccionados
en el proceso legislativo.Ahora bien, si la opinión emitida por la Corte lo hiciere necesario o conveniente, la Sala de la Cámara
respectiva siempre tendrá la posibilidad de enviar nuevamente el proyecto a Comisión, antes de pronunciarse en definitiva
sobre el proyecto en el primer o segundo trámite constitucional, según corresponda.En mérito de las consideraciones
precedentes, los Senadores que suscriben vienen en someter a la consideración del Congreso Nacional el
siguientePROYECTO DE REFORMA CONSTITUCIONAL:"Artículo único.- Reemplazase el inciso segundo del artículo 74 de la
Constitución Política por los siguientes:"La ley orgánica constitucional relativa a la Organización y atribuciones de los tribunales
sólo podrá ser modificada oyendo previamente a la Corte Suprema. Para tal efecto, la Cámara de origen deberá solicitar la
opinión de esa Corte, antes del término del primer trámite constitucional. Asimismo, se deberá consultar nuevamente el
parecer del mencionado tribunal antes del término del segundo trámite constitucional, cuando durante este último se hayan
introducido modificaciones sustanciales al proyecto aprobado por la Cámara de origen.La Corte Suprema deberá pronunciarse
dentro de los treinta días siguientes a la fecha en que se le hubiese comunicado el proyecto de ley. Con todo, cuando se
trataré de una iniciativa legal respecto de la cual el Presidente de la República hiciere presente la urgencia para su despacho,
se pondrá esa circunstancia en conocimiento de la Corte y, en tal caso, ésta deberá pronunciarse dentro del plazo que
establezca la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional.Si la Corte Suprema no emitiere opinión dentro de los plazos
indicados en el inciso precedente, según el caso, se tendrá por cumplido el trámite.".".
Legislatura 331, Sesión 5 de 07 de Junio de 1995
Participación en proyecto de ley
PROTECCIÓN DE VIDA PRIVADA - 1
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El señor FERNANDEZ.— En mi opinión, estamos en presencia de un proyecto de real interés, que innova en una materia
extraordinariamente vigente y de muy variadas complejidades, tal como puede apreciarse día tras día. Cabe señalar, sí, que no
tiene relación alguna con la otra iniciativa mencionada aquí, la cual, simplemente, sanciona ciertas conductas que, en su
mayor parte, escapan a la órbita de aplicación de la que ahora discutimos. Por otra parte, estamos frente a dos mociones que
deben tratarse en forma independiente, pues no hay disposición reglamentaria alguna que obligue a refundirlas, cosa que, por
lo demás, no me parecería posible. A mi juicio, lo que procede en este caso es tratar el proyecto que nos ocupa, sin perjuicio
de estudiar después lo relativo a delitos y sanciones. Porque, como digo, refundir dos mociones no lo contempla nuestro
Reglamento. Además, creo que ello desnaturalizaría todo el sentido de las iniciativas de origen parlamentario, ya que, para
que se refundieran, bastaría con que un señor Senador estableciera una norma similar a la de otro proyecto elaborado con
anterioridad por otro señor Senador, cosa que el Reglamento no permite. Y tampoco sería justo que los Parlamentarios
perdieran sus iniciativas como consecuencia de haberse presentado otras similares. Al margen de lo anterior, cabe precisar
que el proyecto a que ha hecho mención el Senador señor Ruiz-Esquide no está relacionado con la misma materia. La
iniciativa en debate se refiere a la protección de la intimidad y de información reservada; la otra constituye, más bien, un
catálogo de delitos y sanciones que deberá estudiarse a la luz de las normas del Código Penal. Estamos, pues, frente a dos
proyectos distintos, y, a mi juicio, corresponde aprobar el que ahora se somete a nuestro conocimiento y, dada su
trascendencia, fijar un plazo amplio para la presentación de indicaciones. He dicho.
Participación en proyecto de ley
PROTECCIÓN DE VIDA PRIVADA - 2
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, ocurre que el proyecto signado con el número 4 fue rechazado íntegramente por
la Sala en el segundo trámite constitucional, por lo que procede nombrar una Comisión Mixta, cosa que se omitió. Creo que
sería oportuno proceder a su formación para dar cumplimiento a lo establecido en el artículo 67 de la Carta Fundamental.
Además, podría aprovecharse la oportunidad para designar a sus integrantes.
Legislatura 331, Sesión 8 de 20 de Junio de 1995
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE
EDUCACIONALES - 1
ESTATUTO
DOCENTE
Y
DE
NORMAS
SOBRE
SUBVENCIONES
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El señor FERNÁNDEZ.- Señor Presidente, con relación a las normas contenidas en el ARTÍCULO 4 transitorio que estamos
analizando, quiero anunciar mi voto en contra, por diversas razones, entre otras, porque está presentado bajo la forma de una
norma interpretativa, en circunstancias de que no lo es. Por otro lado, concuerdo con lo que se ha señalado acá, en el sentido
de que el legislador tiene siempre la facultad de dictar preceptos interpretativos, pero ocurre que, en este caso, la disposición
propuesta es modificatoria, por cuanto entra a enmendar una situación, alterando la existente y considerando una determinada
forma de entenderla, lo que no corresponde a lo propiamente interpretativo, que resuelve un conflicto de interpretaciones. En
este caso, simplemente, se dispone hacia el futuro, pero con efecto retroactivo sobre situaciones pasadas. La diferencia entre
una norma modificatoria y otra interpretativa reside, sustancialmente, en que la primera —que el legislador siempre tiene
derecho a establecer— rige hacia el futuro, y la segunda, incluso hacia atrás, es decir, con efecto retroactivo. Y este efecto
retroactivo debe entenderse incorporado al texto de la ley original, por, lo que no cabe sino entenderlo en el sentido que el
legislador quiso darle. Sobre el particular, debemos tener presente que existen numerosas formas de interpretar la ley. Hay
interpretaciones que hacen los autores, llamada "interpretación doctrinaria"; existe la interpretación judicial, que es aplicable
solamente a un caso determinado, y hay otra: la interpretación legal, que algunos denominan "la reina de las interpretaciones"
porque es la que fija el verdadero sentido y alcance de una norma. Por eso, el legislador debe ser extremadamente cuidadoso
cuando emplea el concepto y las normas que dicen relación con leyes interpretativas, porque producen., efecto retroactivo. El
legislador siempre puede modificar un precepto y darle el sentido que estime conveniente. Pero cuando se le da efecto
retroactivo y como consecuencia de ello se priva de derechos a personas —en este caso, los trabajadores de la educación, los
profesores—, estamos frente a una disposición que altera sustancialmente lo dicho por el propio legislador, y estamos en
presencia de una norma que no es interpretativa, sino modificatoria. Y a tal grado lo es que reconoce las realidades que han
debido plantearse en los casos que tuvieron que resolver los tribunales. Y es así como una norma interpretativa consagra las
situaciones de hecho que se han producido en el pasado y, por lo tanto, establece desigualdades entre las distintas personas
que tienen derecho a un mismo beneficio. Algunas pudieron cobrarlo, otras, nunca podrán hacerlo al regir este precepto. Tal es
el efecto de la disposición interpretativa. La situación sería diferente si promulgáramos una ley modificatoria, porque regiría
solamente hacia el futuro. De allí la gravedad que advierto en esta clase de normas interpretativas. No se trata de discutir aquí
—como lo señaló la Honorable señora Feliú— si el Parlamento cuenta o no con facultades para dictar normas interpretativas.
Efectivamente, puede hacerlo, y el hecho de que existan juicios pendientes no impide que el legislador pueda dictarlas. Pero
hay que entender, obviamente, que una ley con efecto retroactivo no puede afectar juicios pendientes. Vale decir, esta
disposición en ningún caso podría hacerlo, porque el efecto retroactivo tiene por consecuencia privar de un derecho ya
ejercitado ante los tribunales. Por lo tanto, estamos en presencia de una norma interpretativa que, en virtud de su acción
retroactiva, está privando de derechos ya incorporados al patrimonio y sujetos a la jurisdicción de los tribunales. De allí la
necesidad de efectuar una distinción. Hay que entender que una norma interpretativa puede afectar los derechos de las
personas, y en la medida en que lo hace con efecto retroactivo, no tiene valor legal, y es, por lo tanto, inconstitucional.
Concuerdo plenamente con la argumentación de la Honorable señora Feliú en lo referente a que la disposición priva a ciertas
personas de sus derechos, por ser absolutamente inconstitucional, y adhiero también a su interpretación de que esa norma
vulnera garantías constitucionales. Hago mía, asimismo, la reserva de inconstitucional respecto de ella. En suma, los
preceptos que dicen relación con privación de beneficios a los profesores, no pueden afectar los derechos ya incorporados a
su patrimonio, y sólo pueden regir hacia el futuro. Esta atribución la poseen únicamente las normas modificatorias, no las
retroactivas que tienen carácter interpretativo. Por lo tanto, a mi entender, debe rechazarse la disposición en debate por cuanto
—repito— afecta derechos ya incorporados al patrimonio de las personas. Por otra parte, no debemos olvidar las
características de este beneficio y la importancia que reviste para gran número de profesores que se encuentra en las regiones
extremas del país para los cuales es sustancial y primordial para su subsistencia en lugares donde el costo de la vida es más
alto que en el resto del territorio. De aplicarse el criterio fijado en la norma que estamos impugnando y que vamos a rechazar,
de hecho, y en un largo proceso, se eliminaría el beneficio, porque al ir estableciendo normas similares a las demás regiones,
estaríamos privando a los habitantes de las zonas extremas de este derecho, que, en lo que respecta al costo de la vida, es
totalmente distinto del resto del país. Por tales razones, estoy en desacuerdo con la disposición y la votaré negativamente.
Legislatura 331, Sesión 9 de 21 de Junio de 1995
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE ARTICULO 227 DE LEY N 18.175, SOBRE QUIEBRAS - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, estamos en presencia de una iniciativa muy simple. Dice relación al caso en que
en una quiebra se careciere de bienes suficientes para el pago de peritos. Como es obvio, cuando en el proceso concursal
existen bienes suficientes para ese efecto, no hay problema alguno, por cuanto los peritos se pagan con cargo a los fondos de
la masa. Sin embargo, hay oportunidades en que ello no es así, y, no obstante, la quiebra debe ser calificada para los efectos
penales, para lo cual resulta imprescindible determinar el monto de las obligaciones y realizar ciertas investigaciones en lo que
dice relación a movimientos dentro del proceso de quiebra o previo al mismo. Ello, con el objeto de determinar los
antecedentes que puedan justificar la calificación de la quiebra. Pues bien, en ese caso, en adelante se procedería de acuerdo
con las reglas generales del Código de Procedimiento Penal —las contempladas en el artículo 245—, fijándose para el perito
contable designado por el tribunal un honorario total que no puede exceder de 15 unidades tributarias mensuales, de cargo del
Fisco. Ese es el único sentido de la modificación, que creemos importante para los efectos de la prosecución de los procesos
de calificación de quiebras. Por tanto, tal como han señalado ambas Comisiones por unanimidad, estimo que el proyecto debe
ser aprobado. He dicho.
Legislatura 331, Sesión 12 de 05 de Julio de 1995
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE REQUISITOS PARA EJERCER ACTIVIDAD DE NOTARIO - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, ya se ha abundado en razones para aprobar el informe de la Comisión de
Constitución, Legislación y Justicia. No sólo suscribí ese informe, sino que también participé en la discusión del proyecto. De
tal manera que son muy pocos los argumentos que se pueden dar. Sin perjuicio de ello, puedo indicar que el sistema notarial
chileno ha funcionado en forma adecuada y normal y ha estado en constante perfeccionamiento, por cuanto los notarios, a
través de múltiples innovaciones en su sistema, han logrado subsanar hoy muchos de los defectos que contenía nuestra
legislación. Sobre el particular, han llevado a cabo una función muy relevante y, más, han mantenido incólume el principio de la
fe pública en todos los actos. En mi opinión, es importante poner de relieve lo anterior, porque en nuestro país el tema de la fe
pública es una materia que no sólo trasciende lo meramente legal, sino que va mucho más allá y tiene múltiples relaciones con
otras actividades, fundamentalmente con las económicas, sociales, tributarias, laborales y de toda índole, lo cual hace que
este sistema, construido sobre la base de la fe pública de nuestros notarios, funcione convenientemente y le otorgue al país la
garantía de seriedad y respetabilidad que es necesaria en todo ordenamiento jurídico que pretenda darle caracteres de
estabilidad a una sociedad moderna. Por lo tanto, creo que es un sistema que ha funcionado en forma adecuada. Ahora bien,
las modificaciones que se plantean en la iniciativa no apuntan a la sustitución del sistema mismo, sino a ampliar el número de
personas que pueden ocupar el cargo de notario, con el objeto de reducir los costos a los usuarios. En mi concepto, ese
interesante objetivo, al parecer, no se logra con el proyecto en debate, por cuanto, en lugar de alcanzar esa meta, destruye el
sistema en sí mismo y torna extraordinariamente difícil y compleja la fiscalización, que constituye uno de los elementos
relevantes para mantener un adecuado sistema de fe pública, una apropiada fiscalización a través de los tribunales de justicia,
lo cual se obstaculizaría en forma muy importante. Concordando con lo resuelto por la Comisión, apruebo la proposición que
ella formula y rechazo el proyecto, sobre la base de las consideraciones del informe.
Legislatura 331, Sesión 16 de 12 de Julio de 1995
Participación en proyecto de ley
MODIFICACIÓN DE NORMATIVA SOBRE ELECCIÓN DE AUTORIDADES COMUNALES - 1
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El señor FERNANDEZ.— Señor Presidente, nos hallamos ante un proyecto de artículo único que tiene por objeto reformar la
Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades. No estamos discutiendo ideas aisladas o cómo debería ser, en teoría, el
fu-turo de todo nuestro sistema comunal. Nos enfrentamos a una iniciativa concreta, que contiene ideas también muy precisas,
las cuales son muy diferentes de las planteadas aquí. El proyecto establece la elección directa de alcaldes, pero no de
cualquier forma, sino con segunda vuelta en caso de que no se obtenga el umbral de 40 por ciento aquí señalado y no se
supere el otro porcentaje que el propio artículo consigna. Aquí no estamos discutiendo cualquier fórmula, sino una mediante la
cual se elige al alcalde y, además, con un sistema de segunda vuelta. Y todo ello, dentro de un plazo exiguo de 21 días para
llevar a cabo la segunda vuelta. Por lo tanto, debemos referirnos al proyecto concreto sometido al conocimiento del Senado
—repito: es de artículo único—, con todas las consecuencias que ello tiene para los efectos reglamentarios y de las
in-dicaciones que se formulen. La iniciativa, en primer lugar, adolece de inconstitucionalidad, la que debió haber sido declarada
por el Presidente de la Comisión o, en su defecto, por el de la Sala —para el evento de que no se declare en el Hemiciclo,
hago reserva de constitucionalidad—, porque, al establecer un gasto nuevo, derivado de la segunda vuelta —ello es
indudable—, debió contar con el patrocinio del Presidente de la República. Por lo tanto, se trata de un proyecto que importa
gastos —considerables, además— respecto de los cuales no se ha tenido en cuenta la po-testad exclusiva del Primer
Mandatario, conforme a nuestro ordenamiento constitucional. El artículo 62 de la Carta Fundamental establece que la facultad
para tal efecto es privativa del Presidente de la República, y aquí nos encontramos con una iniciativa de reforma de la Ley
Orgánica Constitucional de Municipalidades que va significar ingentes e importantes gastos que no han sido aprobados ni
patrocinados por él. En consecuencia, por tratarse de una materia que dice relación a una facultad exclusiva del Primer
Mandatario y que no ha sido manifestada en ninguna de sus formas —por el contrario, el Ejecutivo ha señalado que se
margina del conocimiento y aprobación del proyecto—, la iniciativa es inconstitucional. Y hago reserva una vez más en cuanto
a su constitucionalidad, para la ocasión correspondiente. Aparte ser inconstitucional, el proyecto es, a mi juicio, muy
inconveniente, ya que, como aquí señalaron otros señores Senadores, estimula al extremo lo que todos en esta Sala hemos
criticado en diversas ocasiones: la existencia de pactos, protocolos u otro tipo de acuerdos que desnaturalizan la real voluntad
de la ciudadanía. De tal suerte que, con la aplicación del sistema que la iniciativa propone, virtualmente sólo habría podido ser
elegido en forma directa, conforme a los resultados de la elección anterior, un número muy reducido de alcaldes —no más de
uno a uno y medio por ciento—, y, como consecuencia de ello, habría sido preciso ir a una segunda vuelta, con todo el
perjuicio que eso significa en términos de pactos, acuerdos, protocolos u otras formas de entendimiento que se producen
inevitablemente cuando se opera con mecanismos de esta naturaleza. Por lo tanto, estamos frente a un proyecto que
establece la elección directa de alcaldes, con una segunda vuelta que significa gastos y, además, se produce cuando no se
logra un umbral altísimo, que —reitero— en la elección anterior lo habría alcanzado sólo un número muy restringido de
candi-datos. Esto denota que, más allá de lo que puedan ser las buenas intenciones o de las pretensiones de quienes
patrocinan una normativa de esta naturaleza, en la práctica se elegirá alcaldes conforme a lo que resuelvan determinados
pactos o a lo que éstos puedan concebir en un momento dado para los efectos de fijar sus posibilidades. Hice presente que
estamos frente a un proyecto concreto y específico —no a uno cualquiera—, que es inconveniente y, además, inconstitucional,
por las razones que he señalado. Pero hay algo más grave aún: la iniciativa distorsiona por completo nuestro sistema electoral,
que ha sido motivo de especial satisfacción y orgullo para todos los habitantes del país. El ha permitido que nuestros comicios
se desarrollen en forma impecable, sin distorsiones, especialmente desde la aprobación del texto legal que creó la cédula
única. Fue ésta una gran conquista —según entiendo, a partir de 1958 ha sido aceptada y respetada por todos los sectores del
país—, que ha permitido que nuestro proceso electoral, no obstante ser largo y, seguramente, con muchos trámites —podrían
disminuirse—, refleje en forma nítida la voluntad ciudadana, sin posibilidades de distorsiones o fraudes. Y este sistema
electoral ejemplar, respecto del cual Chile es requerido permanentemente para dar información en otros países —algunos de
ellos, incluso, lo han copiado en forma directa—, se altera por completo —es imposible prever las consecuencias— con la
norma que establece una segunda vuelta después de 21 días de celebrada la votación, en el evento de no lograrse la mayoría
necesaria para elegir alcalde. ¿Por 
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