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Los Sai*netes de Sor Juana
Inés de la Cruz
1.
SOR
.Sainete
de
Paladio
Juana gusta de interpretar, de hurgar más allá de lo real y
concreto, con las metáforas. Su cuadro interpretativo de la vida
en, la corte pudo hacerse de diversa manera. Pudo partir de la im-
concomitantes. Pudo dar así un cuadro claaparecerían veladas formas y colo"-
presión y sus sentimientos
ro, envuelto en una nebulosa en que
así Sor Juana.
rido. No
en
La neblina poética de su sainete tenía
que ser} rota por figuras que se destacan clara y diáfanamente, sin
meollo
ser revestidas de color ; es mas : sin tener
humano.
figuras que aparecen en sucesión meditada, para volver
a hundirse, dando un espectáculo para cual la palabra espectáculo
tesulta contradictoria, pues es más bien un círculo. de pensamientos,
hechos humanidad teórica.
el recuerdo de esta corte, que en ella tenía. que des-
Son
el
Olvidó
pertar crítica acerba, no
admiración;
olvidó los recuerdos muy fres-
cos y cercanos e hizo que dominara la
razón,
línea directriz de su
calidad poética.
Al llegar a este punto de coordinación
dó en cada razonamiento,
del efecto
observado?
para extraer
lógica,
conceptual, ¿ahon-
aún más realidad, más causa
No hizo tal cosa. Le bastó organizar
y ver
la belleza de tal orden, orden barroco por supuesto, lleno de reco-
los conceptos puEn este hecho vemos, pues, la primera reminiscencia de su vida urbana, porque "en sus sainetes pone de relieve su condición
vécos y retruécanos que dan al carácter estático de
ros, movilidad aparente, pero adicional,
superpuesta.
136REVISTA
136
IBEROAMERICANA
la
burlesca sobre los hechos idiomáticos que
rodean ; por concreto
el ofensor, fué abstracta la defensa y general el ataque". 1
Hubo
joven,
de
yvida 'de
y
Y el
saber. El contraste no pudo ser mayor.
los
vida
*cultura
un fuerte contraste entre los primeros años de su
en el campo,
su1
mnujer, sedienta de
y
choque entre la
el
vida, intelectual, teórica e ideal de
libros y
contraste de las
intrigas, falsedades y demás vicios cortesanos, crea un
contraste
que en
espíritu vivaz,
el de- Sor Juana, tenía que producir
un
nuevo
como
y.
complejidades intelectuales
sentimentales dentro de su
en formnación.
hay que olvidar que vivió en la
lidad
No
persona-
corte, en
--
una época en que el carácter es susceptible de toda clase de cambios :
y
destaca-
los cambios
las inquietudes de la adolescencia. Su posición
su personalidad, capaz d9 despertar envidias en
medio
da,
cualquier
medio
y
más en un
comno el cortesano, complicó mnás aún ese aspecto.
reacciones son imprescindibles.
tamnbién necesarias,
Las
Son
diplomacia,
Así deducimos
pero en un ambiente de tal
cortesía y falsedad, no era
posible expresar los pensamientos.'que cuanto más
eran éstos,
recónditos tenían que
más tenía que
fuertes
más
ocultarlos aquella cuyo corazón
gritaba contra
estar,
semejante sociedad.
Claro está que al llegar a presentar el. núcleo de lo inicuo, tenía que
estar más alejado de la realidad y a ello. se debe en parte que
artificiosa.
Juana haya hecho esta abstracción. tan
"El español de la época quiso no la realidad
el
ideal
dela realidad."
2
(Y Sor. Juana
dado el nexo qúie va de ella
hacia
mismla
participaba
)
del
Sor
ideal, sino
de esta cualidad,
el -gongorismo.
Esto, porque
realidad
no interesa y no debe interesar
espíritu barrocol Y esta forma
mnás que ninguna para que Sor Juana expresara su inconformnidad, que era
xiconformnidad
el
en el tiempo.
la
al
en
Veamos
Divide
intermedia.
convenía
~espacio
y
quiso
qué fué lo que
los
una
expresar.-
entes metafíisicos en dos grupos, con
una figura
Hay dos entes humanos, los que, aun yendo encubiertos
han
en palacio, no
podido ocultar su calidad de ser
verdaderos.,Son el
y la
Amor
Esperanza..
sentimientos
Los otros dos entes, son figuras que ya pertenecen a la sociedad
retorcimientos
a
claras
la forma de su diálogo. Son la Fineza y, el Obsequio, figuras' muy
refinada y llena de
de
palacio.
y lo demuestran
las
en
ESTUDIOS13
137
mucho
La figura central o intermnedia es neutral y no se inclina
hacia
uno u otro lado : es el Respeto, cualidad que en si
el pequeño sainete,
El
primer
humanos como
dirige
todo
dedicado a la virreina doña Maria Luisa Gonzaga.
grupo
demuestra
la
condición de sentimientos tan
corte.
cuando entran en
Valen
'entes
la
el Amor y la Esperanza,
de su condición,
se
El segundo grupo expresa. cómo estos
para merecer algo tan poco apetecible y tan de. la corte, como el des-
llega
precio ; regalo que sólo en la corte
óo
a valer
algo,
que por lo
xse ca atfca.Queda
personaje orsea y desde
que
dondequiera
lugar
su
en
gulloso que se siente muy
por el
rechazado
ser
el
luego, también en la corte, sin que esto evite
categóricamente. Es significativo
ta algo que sólo alcanza aquel que no lo merece.
El Amor, tímido pretendiente, sólo se atreve a entrar cubierto,
pues como tal no debería estar en la corte y si allí está, es tan sólo
como amor artificial, de galanteo, parecido a aquel amor de trovadores cortesanos ; pues su calidad humana, verdadera, tuvo que dejarla
ta t
r
el
Respeto, con su condiYción especial de
vSe_1n
que el ýAlcalde
Alcalde, muy
repar-
afuera, ya que el amor no es merecedor, siquiera, del desprecio,
en este mundo cruel y falso. Contiene toda la amargura del ser que
ve mal pagados los sentimientos verdaderos, ya en él mismo, ya por
los
demás.
observación. en
Persona je antitético, el
ocultarse, jues se siente en suelo
rechaza.
muy fino se
Entra el
Obsequio, el cual no pretende
propio. Con un juego de palabras
le
El Respeto, con la consciencia de ser el personaje de más presíndole
tigio, entra airoso ; pero lo rechazaný, ya que su
veda
el
derecho de pedir.
La Fineza pretende
también, como el
misma
le
Obsequio y la
Cortesía,
con mucha seguridad ; pero se descubre, por su mismo caracter
colay paradoja que reside en que el fino no pretende,
de,
así
Fineza,
ni el obsequioso.
El caso de la Fineza es aún más grave, pues como tal, ni si-
mo tampoco el cortés
quiera
debería
libre
decir que
lo
es. Esto
seguramente
Sor
preocupaba a- un
muy en
Juana, que se sentía
y orgulloso como el de
espíritu
enérgico
era y que con
su derecho de mostrar
ver que ella
superiora,
a
dureza'
con
contestar
hastallegó
no estaba en
11
quién
lo justo.
una
su
temperamento,
al
18
R iEVISTA
138
La figura que rmás
plebeya-
es la
IBEROAMERICANA
insinúa el carácter humano
Esperanza:
esta pobre
Esperanza,
-por
que
no
lo tanto,
deberia
pisar el suelo de la corte y que, al entrar, se disfraza como desconfianza, ya que la desconfianza es
cualidad
del "discreto".
Ella,
hu-
mulde y. con lógica al mnismo tiempo, hace la deducción de que es
merecedora del. desprecio aquel que en la
corte
se atreve a tener
esperanza.
Pero
con esto pierde : el desprecio significa un valor dentro de
palacio, y no podrá ganar un premio una indiscreta, como la Esque es, en palacio. ,. _
peranza misma, con acre sinceridad
el uego se resume en la
fina, irónica, de "que no
afirma,
Todo j
frase
merece el premio quien lo pretende". 4 El. Amor es regalo ; el Obsequio queda premiado, con tal que se le tolere ; el Respeto no puede
Fineza,
pedir, pues constantemente esta en deuda ; la
como tal, no
puede
como merecimiento ni menos mnerecible ;la Esperanza, en
ver
si',
lo
ni siquiera
merece estar en aquel lugar. Y concluye el Alcalde :
Pues sepan que en Palacio,
los que lo asisten,
aun los mnismos desprecios
son imposibles.
2. Sainete segundo
El segundo sainete es algo completamente distinto en
rior; pero, en realidad, es sólo una variante del primero.
Si
-su
exte-
habla
aquél hablaba del desprecio de las damas, éste
del desprecio del público> que silba la obra misma que estáni comentando
algunos
persó'najes
populares,
agradablemente
Empieza
zando
con
de los cuales Arias dice, muy
espíritu del murmurador, que el veneno que
lleva
en el pecho
el
mana.
y-lo desahoga al salir.
se
una burla acerba, en la que
crítica
por el hecho que se haya exhibido obra-tan
Afirma
la
la: obra
mala,
comen-
sólo por
ser nueva.
que era más presentable
Celestina, desde el
momento en que venia de España.
encajar
el antiguo
resentimiento
Juana,
Parece
no
aquí
y comple jo del criollo, del cual
se pudo salvar. Sor
Abren Gómez.- Resalta su. burla,
como lo afirma Ermilo
hablar del ceceo de uno de los persona jes, Muñiz, quien dice que
sabe pronunciar
S5.
la
al
no
139
EsTrUDIOS
El autor, Acebedo, pide a los silbadores cordel para ahorcarse y
le dan soga; seguirá hablando un trecho más. Estos juegos de palabras, tan caractersticos de Sor Juana, son igualmente difíciles de interpretar con toda su trascendencia. Baste, pues, con lo visible, pues
tan pronto es juego intelectual y gracejo, como es deseo de expresar
algo más recóndito.
Los dos sainetes están impregnados, saturados, de la fina y
dinámica personalidad de Sor Juana, que al ocultar su critica, dice
aún más que si la expresara.
ILSE HECKEL,
Universidad de México.
BIBLI
O GRAFIA
1. A REU GÓMEZ, ERMILO. "Sor Juana Inés de la Cruz." Clásics, Romdnticos, Modernos. Ediciones Botas. México, 1934.
2. ABRE
G6MEZ, ERMILO. Prólogo a Sor Juana Inés de la Cruz. Poesias.
Clásicos de México, Ediciones Botas, 1940.
Juana
Inés de la Cruz. Los empe3. JIMÉNEZ RUEDA, JULo. Prólogo a Sor
ños de una casa.
Ediciones de la Universidad Nacional Autónoma. México, 1940.
4. JMÉNEZ RUEDA, JULIO. Cap. vi. Historia de la Literatura Mexicana. Ediciones Botas. México, 1942.
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6. MONTERDE, FRANCISCO. Nota preliminar y Notas. Sor Juana Inés de la Cruz.
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1945.
INÉS DE LA. Sainetes. Editora Intercontinental. México,
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Ediciones de la Universidad Nacional Autónoma. México, 1940.
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Juana Inés de la Cruz. Casa Editorial Araluce. Barcelona. 2$ ed. (sin
fecha).
140
REVISTA
IBEROAMIERICANA
NOTAS
1
Abreu
Gómez. Prólogo a Sor
Juana Inés de la Cruz. Idem., pág.
2 Abreu Gómez. Idem., pág. 63.
3
Sor Juana
4
Sor Juana Inés
Inés de
la Cruz. Sainetes. Idem.,
de
la Cruz. Idem., pág. 18.
pág. 16.
.
89.
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