MÉXICO Y SU REALIDAD 2a EDICION

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MÉXICO Y SU REALIDAD
Segunda Edición, actualizada al 2013
SUS ORÍGENES
SU PRESENTE Y
SU FUTURO
Una visión general sobre la historia política de México
Antonio Fuentes
Flores
1
Portada: Personaje-Paisaje, 1972 Gunther Gerzso
Contenido:
Prólogo,
Capítulo I
Los orígenes,
Las dos vertientes:
Los olmecas,
Los tartesos,
Los zapotecas,
Los fenicios,
Los mayas,
Los griegos,
Teotihuacan,
Los cartagineses
Los romanos,
Los Toltecas,
Los visigodos,
Los árabes,
Mexicas y españoles
Los mexicas,
Los españoles,
CAPÍTULO II
La fusión
La conquista de México,
El periodo novohispano,
CAPITULO III
La independencia y el Estado mexicano,
La República,
La dictadura,
CAPITULO IV
La revolución,
El sistema político unipartidista,
Lázaro Cárdenas,
Manuel Ávila Camacho,
Miguel Alemán Valdés,
Adolfo Ruiz Cortines,
Adolfo López Mateos,
Gustavo Díaz Ordaz,
Luis Echeverría Álvarez,
José López Portillo,
Miguel de la Madrid Hurtado,
Carlos Salinas de Gortari,
2
CAPITULO V
Transición hacia la democracia,
Ernesto Zedillo Ponce de León,
El paréntesis de Fox,
Las elecciones del 2006,
Los primeros años de Felipe Calderón
La crisis de los partidos políticos,
La inseguridad y el crimen organizado,
Las potencialidades de México,
Renovación de la sociedad,
La reforma del Estado,
El futuro,
Entorno mundial y globalización,
La gran oportunidad,
Epílogo,
Bibliografía,
D.R. Copyright.
Todos los derechos están reservados legalmente, prohibido su reproducción
total o parcial con fines comerciales, sin autorización por escrito del autor.
ISBN 978-607-00-4923-1
ANTONIO FUENTES FLORES
MÉXICO y su REALIDAD
Segunda edición:
Una visión completa de México desde sus orígenes, su presente y su
futuro.
3
PRÓLOGO
MÉXICO Y SU REALIDAD,
En su segunda edición, actualizada al 2013
Actualiza a la versión inicial de México y su Realidad y se ha
aprovechado para corregir algunos textos y hacer algunas precisiones o
aclaraciones que faltaban. Y sigue siendo la síntesis de una visión desde sus
orígenes, su presente y su proyección a futuro. El análisis inicia desde el
surgimiento de las dos vertientes culturales que alimentaron y dieron origen
a la cultura mexicana, la mexica y la española; hace más de 3,500 años,
1,500 años antes de Cristo hasta nuestros días con el comienzo del actual
régimen de gobierno 2013-2019.
El conocimiento general de cómo ha surgido México es una aventura
increíble y digna de conocer, que se disfruta a cada momento. El solo
hecho de poder tener el conocimiento mediante una visión completa, en
cuanto a los aspectos verdaderamente trascendentes en la vida del país,
aunque sea de manera muy breve, esquemática y mediante un muestreo,
seleccionando los hechos; ayuda considerablemente para la visión de
conjunto en el tiempo y en el espacio. Porque el objetivo principal de este
trabajo es tratar de encontrar aquí las respuestas necesarias para poder
entender cabalmente la realidad de México y su potencial en el siglo XXI.
Para poder entender a México, su cultura y su gente; haremos un
muy rápido recorrido por los orígenes de México como nación, analizando
las dos raíces culturales en forma sucinta y con la misma profundidad en el
tiempo. Esta primera etapa es de un poco más de 3,000 años. En éste
capítulo iremos saltando en el tiempo y en el espacio para analizar los
acontecimientos más notables y trascendentes tanto en el ámbito europeo
como en el americano, analizaremos brevemente a las diferentes culturas de
Occidente que han contribuido a la cultura universal, y a las culturas
mesoamericanas que también han aportado lo propio. En esta parte el
análisis se hará en forma descriptiva y esquemática. Así podremos, por
ejemplo, apreciar la influencia de la cultura romana en Hispania y valorar
al mismo tiempo el desarrollo de la cultura teotihuacana en América. Todo
esto nos llevará a reconocer una serie de ricos y variados matices que
quedaron plasmados en la impronta de la cultura Mexicana. Y que tiene
muy poco que ver con la tragedia que hoy vive México y lo que reflejamos.
La segunda etapa, de un poco más de 300 años, corresponde a la
época novohispana, que incluye a la Conquista, que se realizó en un poco
4
más de 2 años (increíble pero así fue), y a la fusión cultural que se dio de
1521 a 1821. Este es el periodo que revisaremos en el segundo capítulo y
que comprende: la conquista hasta el cautiverio de Cuauhtémoc, el proceso
llamado novohispano y las encomiendas, la lucha por la independencia
hasta la firma del Tratado de Córdoba, entre Agustín de Iturbide y Don
Juan O’Donojù, quien era equivalente en su cargo a un virrey, por lo que
fue considerado como el sexagésimo segundo y último virrey de la Nueva
España, dando fin a al proceso por la independencia de México. Este
periodo colonial es de gran importancia porque aquí se dio el choque
cultural entre las raíces, la indígena y la europea, que da lugar a la
formación de una nueva cultura: la mexicana.
El capítulo tercero corresponde a la época de la independencia y a la
fundación del Estado mexicano, con una duración aproximada de 89 años.
Aquí revisaremos el nacimiento de la República; analizaremos brevemente
las intervenciones extranjeras de los Estados Unidos y Francia, pasando por
el conflicto interno de la guerra civil en México entre liberales y
conservadores, motivado principalmente por el proceso de separación de la
Iglesia del Estado mexicano, terminando así con el concepto de Estado
confesional que había prevalecido desde el imperio romano en la estructura
política del mundo occidental; dando así paso al Estado laico en México
(ya un poco tarde) con la restauración de la República. Terminaremos este
periodo con la perversión del Estado mexicano por la dictadura, a través del
Porfiriato, principalmente.
El capítulo cuarto se enfoca en el México del siglo XX. Aquí
asistiremos al proceso llamado revolucionario, iniciado a principios de ese
siglo, al establecimiento y consolidación del sistema político mexicano
unipartidista, su influencia y efectos, llegando hasta el México de fin de
siglo. A partir de la presidencia de Lázaro Cárdenas, se apuntarán
brevemente las características más representativas de cada uno de los
regímenes presidenciales de gobierno. Analizaremos algunos de los
grandes acontecimientos de esta época como la represión popular de
1968-71, el fraude electoral de 1988, el surgimiento del EZLN en 1994, y
el arribo al poder de un partido de oposición, por primera vez al termino
del siglo, sus “líderes” y cómo traicionaron las esperanzas del pueblo de
México.
En el quinto capítulo abordaremos la época actual y apuntaremos la
prospectiva de México en el siglo XXI, esto es, el presente con miras al
5
futuro. Se analizará el proceso de transición hacia la democracia en las
postrimerías del siglo XX, iniciando con el Presidente Ernesto Zedillo
hasta llegar Vicente Fox, las elecciones del 2006, el régimen de Felipe
Calderón Hinojosa, las elecciones del 2012 y el inicio del régimen de
Enrique Peña Nieto. Revisaremos, en forma general, el México actual con
toda su complejidad interna y la provocada por el entorno internacional
dentro del proceso de globalización. Haremos un análisis de la
problemática y sus posibilidades de solución en el tiempo, sin descuidar el
entorno internacional, la crisis energética provocada por el cuestionado
abatimiento de las reservas petroleras en el mundo y el caso de desarrollo
sui generis planteado por China. Propondremos escenarios para el futuro de
acuerdo al cúmulo de amenazas y oportunidades que ofrece para México el
siglo XXI, por su ubicación estratégica, el proceso de globalización, las
tendencias que se están dando a nivel global y la circunstancia que se vive.
Todo lo aquí dicho, está debidamente sustentado con información y
datos que tratan de reflejar la realidad que ha vivido México en sus
diferentes etapas de la manera más objetiva posible. Sin embargo también
el autor expondrá su manera particular de interpretar los mismos hechos,
haciendo algunas calificaciones, por supuesto en forma subjetiva y a
manera muy personal por lo que desde ahora ofrece una disculpas si en
algunos casos estos comentarios reflejan en demasía las fobias y filias
propias del autor, y muchas veces la “rabia” por una situación injusta. El
presente ensayo es eso, nada más. Y por supuesto no pretende ser una
historia de México, aunque en la toque, la comprenda. Los hechos clave
más relevantes han sido tomados de las fuentes de los mejores tratadistas
de la historia de México, dando el crédito correspondiente cuando se han
tomado textos. Los diferentes hechos son descritos en forma amena, con la
seriedad requerida, y a lo largo de todo el contenido, algunos de los
factores, tanto internos como externos, que los han determinado son
señalados. Trataré de mostrar cómo han venido actuando los mexicanos a
lo largo del tiempo en función de los acontecimientos mismos y de su
propia interpretación de la realidad, con sus diferentes concepciones que se
dan a través de la mezcla heterogénea de su población, lo cual le otorga a
México una idiosincrasia y una identidad cultural sui generis que también
aquí quedará implícita.
El futuro que nos espera, lo analizaremos a partir del proceso de
crisis con el que iniciamos el milenio y en función de la realidad actuante e
6
irreversible de la tendencia a la globalización en el mundo. Haciendo
énfasis en el error de concebir el desarrollo de la naciones midiéndolo
únicamente por su crecimiento económico (PIB), sin tomar en
consideración o suponiendo como un hecho conjunto y consecuente; el
desarrollo social y el concepto de calidad de vida para todos. Apuntaremos
factores con los que deberá actuar México, no sólo para no ser rebasado y
perjudicado, sino para poder sacar beneficio a su ubicación estratégica,
potenciándola al máximo para superar la crisis por la que atraviesa y
aprovechar su enorme potencial.
Para finalizar, concluimos con un epílogo en donde se podrá
percibir, cómo los diferentes acontecimientos que vivimos en la actualidad,
encuentran su explicación como consecuencia de procesos anteriores. Lo
importante en realidad es llegar a comprender cómo se puede conformar
una plataforma lo más solida y realista posible para el futuro despegue de
México en su renacimiento, ya inaplazable.
Antonio Fuentes Flores
San Pedro Garza García, Nuevo León marzo 2013
7
Nuestra imagen actual, David Alfaro Siqueiros
CAPITULO I
LOS ORÍGENES
8
1.- ANTECEDENTES GENERALES
El origen del hombre americano se encuentra fuera del continente.
De acuerdo a las investigaciones antropológicas pobladores provenientes
de los actuales territorios de Mongolia, China, Siberia, Japón Corea y
personas de más al sur de Asia, llegaron a través de las diferentes
migraciones por los territorios congelados de lo que hoy es el Estrecho de
Bering. Las mismas investigaciones señalan que estos flujos migratorios
iniciaron hace un poco más de 30,000 años en el periodo interglaciar que
registraba variaciones o cambios climáticos muchas veces con climas
parecidos a los actuales, lo que propició el flujo migratorio cuando todavía
era posible hacerlo caminando de continente a continente; posteriormente
se dieron probables expediciones náuticas, tanto por lo que hoy es el
Océano Pacífico como por el Atlántico, por supuesto en menor escala, de
tal manera que desde hace 20,0001 años ya existían vestigios claros de la
actividad del hombre en América. La historia de la humanidad es la historia
de sus migraciones; éstas se han dado siempre por el afán de búsqueda, de
superación, muchas veces de supervivencia, y también por la necesidad de
descubrir y encontrar “la tierra prometida”.
Las actividades de caza y recolección para la supervivencia de los
seres humanos, tanto en Europa como en América, se prolongarían por
miles de años. En América, entre los 7,000 y los 5,000 años a.C., se dio un
cambio fundamental al surgir la producción agrícola con el cultivo del maíz
en el valle de Tehuacán, además de algunas otras especies como el chile y
la calabacita. En la península Ibérica sucede lo mismo con el cultivo del
trigo, en donde con anterioridad tribus indoeuropeas y algunas procedentes
del norte de África se habían asentado ahí y hace aproximadamente 15,0002
años crearon los maravillosos vestigios que significan las espléndidas
pinturas rupestres de Altamira, mitad abstractas y mitad figurativas. Tres
mil años antes de la fusión que dio origen a la cultura mexicana, las dos
culturas inician su gestación. Por una parte, la cultura mexica se nutre y
asimila lo más trascendente de las culturas mesoamericanas,. Por su parte,
la cultura española es el resultado de una serie de influencias y mestizajes
étnicos y culturales que tienen lugar en la Península Ibérica, partiendo
1
Paul Rivet, Los orígenes del hombre americano (México: Fondo de Cultura Económica) 68.
2
Rafael Altamira, Historia de la civilización española (Madrid: Instituto de Estudios Juan Gil-Albert,
Crítica, Grijalbo) 70.
9
desde la base de sus primeros pobladores, principalmente tribus indígenas
indoeuropeas, ibéricas y celtas que reciben la influencia cultural de
múltiples colonizaciones.
La vida de México se desenvuelve a través de las grandes etapas de
su historia, y ésta siempre ha sido y seguirá siendo afectada y determinada
por factores tanto internos como externos, los cuales se conjugan para dar
una sinergia que determina los acontecimientos y al final los hechos que
van conformando la historia misma. Entre más profundas sean las raíces
históricas de un pueblo, más carácter y personalidad tiene éste, lo que se
refleja en las costumbres y tradiciones que lo distinguen para definir una
manera de ser propia, una cultura sui generis, como lo es la cultura
mexicana. Los antecedentes de México como nación tienen profundas
raíces que calan hondo en el tiempo y en el espacio americano y europeo.
Las dos grandes vertientes, la americana y la europea, coinciden en
profundidad en el tiempo y nos remontan hasta 3,500 años antes de
nuestros días, cuando cada una inicia la alimentación cultural.
En el espacio americano, el desarrollo cultural se da en
Mesoamérica3, la parte central de América en donde nacen y se desarrollan
las culturas que alcanzaron mayor grado de avance, sofisticación y
esplendor. Hacia el 1,5004 a. C. surge la primer civilización de importancia:
la olmeca; ésta influye en los zapotecas y en los mayas, influencia que da
pie a una simbiosis cultural que involucra principalmente a los huastecos,
los teotihuacanos, los toltecas y las culturas del Anáhuac hasta llegar a los
mexicas. México-Tenochtitlan, fundada por los aztecas en 1325, nace así
teniendo como base una cultura ecléctica, alimentada y determinada con la
esencia de las culturas mesoamericanas. Probablemente el fundador de
México-Tenochtitlan haya sido el sacerdote Tenoch, a quien también
probablemente deba su nombre la gran metrópoli. Después del dominio
teocrático de éste, según el consenso de los historiadores y antropólogos
especializados en la cultura mexica, el primer señor de los mexicas fue
Acamapichtli, un descendiente del “desposeído rey de Culhuacán”, a su vez
descendiente directo de la nobleza tolteca; el segundo fue Huitzilihuitl, hijo
de Acamapichtli, quien se casa con la hija de Tezozómoc, el señor de los
tepanecas, Rey de Azcapotzalco, el más importante y aguerrido del valle de
3
Término utilizado y propuesto por el maestro Paul Kirchhoff.
4
Según Jacques Soustelle, Los olmecas (México: Fondo de Cultura Económica) 14.
10
Anáhuac. El tercero fue Chimalpopoca, hijo de Huitzilihuitl y nieto de
Tezozómoc. Existe la hipótesis de que posiblemente Chimalpopoca haya
sido ejecutado a la muerte de Tezozómoc su abuelo por un aparente acto de
tibieza o cobardía, frente a Maxtla, su tío, líder de los tepanecas de
Azcapotzalco.
Como sucesor de Chimalpopoca sube al trono Izcóatl, el hijo de
Acamapichtli, y, aconsejado por Tlacaelel, —un personaje de gran
influencia política entre los mexicas—, establece lo que sería el principio
de la consolidación de la hegemonía del Imperio Mexica: la Triple Alianza,
conformada con Netzahualcóyotl, de Texcoco, y Totoquihuatzin, de
Tlacopan. Izcóatl es sucedido por Moctezuma Ilhuicamina quien también,
ayudado y asesorado por Tlacaelel, consolida la hegemonía mexica en el
valle, lo que más tarde haría surgir al imperio mexica. Le sigue su nieto
Axayácatl, gran conquistador que manda labrar la Piedra del Sol (El
Calendario Azteca) para la inauguración del Templo Mayor. Le sucede su
hermano Tizoc. Posteriormente sube al trono el hermano de ambos,
Ahuitzotl, héroe de mil batallas. Él es quien expande a su mayor extensión
el imperio mexica al cubrir propiamente todo Mesoamérica. Este es
sucedido por su sobrino Moctezuma Xocoyotzin, hijo de Axayácatl.
Cuando Moctezuma Xocoyotzin muere5 por una lesión en el cráneo
ocasionada por un guijarro lanzado con gran fuerza desde una de las
hondas de su propia gente, lo sucede su hermano Cuitláhuac, quien muere
contagiado de viruela, padecimiento que, junto con el tifo, la tosferina y el
sarampión, fue una de las terribles enfermedades que llevaron consigo los
españoles a América y contra las cuales los organismos de los indígenas no
tenían defensas. Cuitláhuac previamente se había declarado en franca
rebelión contra los españoles y su propio hermano. Cuando muere
Cuitláhuac, los nobles eligen al hijo del gran Ahuitzotl: a Cuauhtémoc
(águila que desciende), último emperador mexica, cuyo significado de su
nombre fue un presagio del fin que tendrían él mismo y su imperio. Más
adelante veremos con mayor detenimiento este proceso.
Las raíces europeas de México se ubican en lo que los helenos
denominaron Iberia, que es derivado del término griego iber , nombre del
río más largo de España, el río Ebro, que nace en lo que hoy es Cantabria, y
desemboca en el Mar Mediterráneo. La actual Península Ibérica,
incipientemente poblada (1,500 a. C.) por tribus indoeuropeas y por los
5
De acuerdo a la descripción hecha por Bernal Díaz del Castillo en Historia verdadera de la conquista de
la Nueva España (México: Fernández, 1961) 291; y por Hugh Thomas, La Conquista de México
(México: Patria) 450.
11
iberos, a quienes algunos antropólogos señalan como autóctonos, mientras
otros ubican su origen en el norte de África. Esta cimiente humana fue
reforzada más tarde a partir del siglo VIII a. C. por migraciones de grupos
humanos de cultura celta provenientes del norte de Europa. En las últimas
etapas de la Edad de Bronce, se da la cultura de los Castros, ligada con
tribus celtas en el Norte, y la cultura del Argar al Sur. Y en el estuario del
Guadalquivir encontramos al reino de Tartesos --parte mítico, parte
histórico— y como en América, también en Europa se inicia una sinergia
cultural ocasionada por las colonizaciones y conquistas de culturas
europeas, asiáticas y africanas.
En las postrimerías de la última dominación, la de los árabes, y al
final del período llamado de los reinos de Taifas, estos se concentraban en
el sur de la Península Ibérica. Mientras tanto en el norte la población
autóctona se encontraba dividida en varios reinos, principalmente el de
Portugal, el de Castilla y León, el de Navarra y el de Aragón que, junto con
el de Sicilia, abarcaba hasta el sur de Italia. Para consolidar la hegemonía
política y lograr la unidad que sería decisiva para la Reconquista fue
necesaria la unión de dos personas: Isabel de Castilla y León (1474-1504) y
Fernando, Rey de Sicilia (1479-1516), ambos de la dinastía Trastámara.
Ésta unión conformó un verdadero liderazgo bicéfalo que, por disposición
del Papa Alejandro VI, se les conocería como “los Reyes Católicos”;
además, para enfatizar la igualdad de los monarcas, se acuñó la frase “tanto
monta, monta tanto”. De este matrimonio nacen:
• el Infante Juan, primer heredero a la sucesión pero fallecido en
1497.
• Isabel, casada con el príncipe Alfonso de Portugal, al morir
éste, contrae matrimonio con el hermano de Alfonso, quien
sería rey de Portugal, don Manuel el Afortunado. Con éste
procrea un hijo, Miguel, que se convierte en el heredero
directo de los reinos de Portugal, Castilla y Aragón. Isabel
muere en 1498 y, en seguida de ella, su pequeño hijo Miguel.
• Juana de Trastámara, a quien por su propensión a la
inestabilidad emocional la llamarían Juana la Loca, casada con
Felipe de Habsburgo, llamado también el Hermoso, hijo del
emperador Maximiliano I de Habsburgo.
• María, quien después se casa con Manuel I de Portugal.
• Catalina de Aragón, quien se casó con Enrique VIII de
Inglaterra.
Juana de Trastámara se convierte en princesa heredera directa de los
reinos de Castilla y Aragón, y por su parte, Felipe de Habsburgo se
12
convertía en heredero directo, por parte de su madre María de Borgoña, de
las 12 provincias del círculo de Borgoña y, por lo tanto del Sacro Imperio
Romano Germánico, que incluía a los Países Bajos y, por parte de su padre,
el mismo imperio ya mencionado y el Archiducado de Austria. Una mezcla
que traía en sí un potencial de poder único en esa época. Juana y Felipe
procrearon seis hijos, cuatro mujeres y dos varones; de los varones el
mayor fue Carlos de Gante, seguido por Fernando de Alemania. Carlos,
llamado también Carlos de Habsburgo y Austria, nació el 24 de febrero de
1500 en Gante. De esta manera nacía con el siglo el que sería Carlos I, rey
de Castilla y a su vez Carlos V, emperador de Alemania. No fue una tarea
fácil consolidar el inmenso poder en torno a Carlos V; hubieron de ser
zanjadas infinidad de vicisitudes. Tanto Isabel como Fernando, en
diferentes momentos, y antes de sus respectivas muertes, designan como
reina de Castilla y Aragón a su hija Juana, pero por una extraña
coincidencia o la clara conciencia de ambos sobre la posible incapacidad de
la hija, establecen que; ante el impedimento de Juana para gobernar, el
poder pasaría a su hijo Carlos. Esto dio margen a que, aprovechando los
antecedentes de desequilibrios emocionales y hasta cierto punto
patológicos de Juana y la circunstancia de la muerte prematura de Felipe el
Hermoso, se marginara a la soberana y, al etiquetarla como “la loca”, se
llegara hasta recluirla en el Real Monasterio de Santa Clara, en Tordesillas.
De este modo, el hijo usurpa de hecho el poder y asume un doble reinado a
todas luces ilegal, pero necesario y conveniente para él y para sus allegados
de Flandes.
En septiembre de 1517 desembarca en la costa asturiana,
concretamente en el puerto de Tazones, cerca de Villaviciosa, Carlos de
Habsburgo. Sus primeras actuaciones en territorio castellano estuvieron
encaminadas a obtener la ratificación de su condición de soberano. Y, en
efecto, las Cortes de Valladolid, en febrero de 1518, juraron a Carlos como
rey de un territorio que ya tenía por reina a Juana por ellos mismos
reconocida. Madre e hijo, pues, eran aceptados conjuntamente como Reyes
de Castilla, hecho insólito que solo la incapacidad y el retiro de la reina
Juana contribuirían a resolver sin mayores complicaciones 6 . A la muerte
del rey Fernando, este dejó establecido que hasta la llegada de Carlos a
España, asumirían las regencias de Castilla y Aragón, respectivamente, el
Cardenal Cisneros y Alfonso de Aragón.
La nacionalidad mexicana surge de la mezcla de estas dos grandes,
diferentes y evolucionadas culturas: la mexica y la española. Los
mexicanos actuales somos en cierta parte mestizos étnicamente; sin
embargo, se puede asegurar que la totalidad somos cuando menos mestizos
6
Emilia Salvador Esteban, Carlos V, Emperador de Imperios (Navarra: EUNSA, 2001).
13
culturalmente hablando. Este mestizaje cultural da principio a una cultura
nueva, con características y personalidad propia, diferente a las dos que la
originaron. México surge de dos ámbitos muy distintos, que en su época
(Siglo XVI) estaban en su pleno apogeo cultural y de ejercicio del poder:
el imperio mexica de Moctezuma Xocoyotzin dominaba Mesoamérica, en
donde estaban concentrados la mayor parte de los reinos con culturas
desarrolladas y avanzadas en forma notable; del Pacífico al Golfo de
México y del centro de México hasta Centroamérica. En el imperio de
Carlos V de Alemania y I de Castilla, se decía que por lo extenso de sus
dominios, el sol no se ponía nunca; sus territorios conformaban la potencia
hegemónica del Viejo Mundo.
Con todas sus virtudes y vicios, ambas culturas comienzan a nutrir la
simiente de la cultura mexicana. Enmarcadas por una gran sofisticación en
materia ritual y ceremonial, ambas partes mexica y española, más que
chocar, en un principio se estimulan y complementan. El sagaz sentido
diplomático y la formalidad legalista de Cortés, por una parte, y la actitud
prepotente e intimidatoria ante los cempoaltecas por parte de los emisarios
de Moctezuma Xocoyotzin, por la otra; se reflejan todavía en los matices
del actual sistema político mexicano. Desde un principio se practica el
manejo sutil del poder; es de particular interés ver cómo Cortés se las
ingenia para sacudirse la dependencia de Velázquez —quien lo había
enviado a la expedición que llegaría a las costas de México— sin
transgredir la ley y recibir el poder supremo con el nombramiento de
“Capitán General y Justicia Mayor”, que le otorgarían por unanimidad los
miembros del Ayuntamiento de la Villa Rica de la Veracruz, a quienes él
mismo había designado y ante quienes previamente había renunciado como
lugarteniente de Diego Velázquez de Cuéllar, Gobernador de la isla de
Cuba, lo que lo hacía ahora depender directamente del rey de Castilla.
Martillazos al acero de la nacionalidad mexicana en la fragua de la
historia, fueron los hechos notables que se dieron por ambas partes, tales
como la inutilización de las naves que traía consigo Cortés al llegar al
continente, a vastísimas tierras desconocidas de un reino dominado por el
temible Imperio mexica, optando así por un destino sin retorno ("ni un paso
atrás"), y la resistencia tenaz de Cuauhtémoc, “el joven abuelo"7 ,
acompañado siempre por la lealtad de Tetlepanquetzal, el señor de
Tlacopan, quienes no pudieron ser doblegados ni por el tormento ni por las
7
Llamado así en “La Suave Patria” de Ramón López Velarde.
14
tentaciones del invasor, haciendo honor a su raza y trascendiendo en esta
forma al tiempo y al espacio por su indeclinable y heroica conducta. Ambas
partes, en su ámbito respectivo, con una gran riqueza cultural, científica y
material, con un enorme poderío imperial, monárquico, dinástico y
centralista, en donde sólo unos pocos intervenían en las grandes decisiones
y en los asuntos relacionados con la sucesión del poder, con costumbres
brutales 8 como los sacrificios humanos ofrendados al dios Huitzilopochtli,
por parte de los mexicas, y los no menos bárbaros sacrificios humanos
también ofrendados por los españoles en nombre de la fe, durante la
terrible Inquisición. Mexicas y españoles coinciden, cada cual a su manera,
en una concepción mística y guerrera del mundo, en términos generales: los
españoles poseían una marcada y contradictoria dualidad espiritual
materialista, que fungió sin duda como motor de la conquista; a su vez,
los mexicas, un pueblo profundamente guerrero y religioso, ostentaban una
férrea disciplina personal a través de la penitencia y el sacrificio corporal,
dispuestos siempre a subyugar e incluso, en lo personal, a ser subyugados y
a trascender a una vida superior por medio de una muerte digna.
Si bien una alianza había hecho fuerte y consolidado la hegemonía
política de los mexicas: la Triple Alianza con los reinos de Texcoco y
Tlacopan, otra más fue su perdición: la de los españoles con los pueblos
sojuzgados por el imperio; primero con los cempoaltecas y luego con los
tlaxcaltecas. Aunado esto tal vez al exceso de "cortesía" y espíritu fatalista
de Moctezuma Xocoyotzin por la firme creencia en el regreso de
Quetzalcóatl; lo que tuvo consecuencias fatales para el Imperio mexica.
Moctezuma Xocoyotzin no tuvo como Izcóatl el consejo oportuno y el
soporte de un Tlacaelel, el gran Cihuacóatl, quien hubiera cambiado los
acontecimientos. Surge así el nacimiento de la nacionalidad mexicana y por
ende la gestación de su cultura; un imperio absorbe al otro imperio, pero en
este acto y, al final del proceso, se da la muerte misma de los dos, el
conquistado y el conquistador y se inicia la metamorfosis que dará lugar a
México como nación, en la culminación de esta brutal y dolorosa
transfiguración.
Podríamos decir que la primera gran etapa de la historia de México,
que cubre 3,000 años, termina precisamente cuando se inicia el proceso de
8
Brutales para nosotros en la actualidad porque, en ese entonces, para los mexicas eran parte del ritual
teocrático, de acuerdo con su cosmogonía y filosofía, y por supuesto, de acuerdo también a su propia
concepción moral.
15
fusión cultural. Éste fue contradictorio; por una parte, se operó una especie
de sincretismo religioso, artístico y cultural, en términos generales, pero en
términos económicos y sociológicos, el siglo XVI marcó un patrón que
deja permanente su impronta negativa en las colonizaciones de los pueblos
indígenas étnicamente diferentes al europeo y considerados por estos,
comparativamente hablando, con un relativo primitivismo (en el mejor de
los casos). Esto no fue privativo solo de las colonizaciones hechas por los
españoles, ni tampoco se dio solo en América; lo mismo sucedió con los
ingleses, los portugueses, los franceses y todas las potencias europeas
imperiales que vieron a los territorios coloniales como el botín al que había
que explotar al máximo y, lo que es peor, consideraron a sus pueblos
indígenas, en términos generales, sin el menor respeto y como seres
inferiores, susceptibles de esclavitud, a los que naturalmente había que
explotar al máximo. Esto mismo sucedió en África, Asia y otras regiones
con pueblos indígenas que no convenía exterminar, pero no por razones
humanitarias, sino meramente económicas: por el beneficio que les proveía
la explotación de la mano de obra humana esclavizada. Si observamos
bien, los llamados pueblos “subdesarrollados”
en la actualidad, se
encuentran precisamente integrados por estas naciones indígenas
dominadas y explotadas en forma inmisericorde. Tal fue el legado fatal que
recibieron de pueblos que se decían religiosos y que siguen cargando como
lastre permanente, porque la explotación continua.
La diferencia que en cierto modo operó en las conquistas españolas,
comparativamente con el resto de las conquistas europeas, fue que el
exterminio de indígenas no se dio de forma sistemática como sucedió en
otros territorios, en donde el lema que predominaba en la mentalidad de los
colonizadores era “el mejor indio es el indio muerto”. Curiosamente en
esos espacios conquistados principalmente por los anglosajones se dio otro
fenómeno: la explotación del hombre por el hombre no fue tan despiadada
como con los pueblos indígenas en la América española por la sencilla
razón de que, en cierta forma, la mayoría era de la misma procedencia
étnica y por lo tanto se consideraban como iguales. En donde aquello se
dio, el desarrollo si no fue justo, sí fue menos dispar. Lo que no sucedía con
los naturales en las colonias españolas, a quienes incluso se les llegó,
malintencionadamente, a cuestionar su origen humano. Aquellos modelos
corresponden a los países más desarrollados actualmente como los EU,
Canadá, Australia, Nueva Zelanda etc. Por contraparte, la cultura de la
explotación del indígena dejó a estos pueblos marcados para siempre con la
16
pobreza, la ignorancia, la explotación permanente de la mayoría, y la
corrupción, como una marca que les fue impuesta, y que soportan como
pesados lastres que arrastran hasta nuestros días.
la resultante lógica de esta situación injusta es que; por un lado, se da la
gran masa desposeída que tiene poco o nada, en un medio en donde la
impartición de justicia tiene relación directa con la capacidad económica de
los actores y, por el otro, una extrema minoría concentra en sus manos la
riqueza y el poder. Estas sociedades, como la nuestra, luchan actualmente
con desesperación, aunque con pocos resultados, por sacudirse a sus
verdugos, para poder construir una clase media como el antídoto contra el
acrecentamiento de la brecha entre los que tienen poco o nada y los que
concentran el poder político y económico y disfrutan de privilegios a costa
de los demás. Sin embargo, es una lucha a la que no se le ve el final porque
en cierta forma siguen prevaleciendo en el mundo las prioridades
económicas sobre las sociales y los valores materiales sobre los
espirituales. Pareciera ser que a los pueblos indígenas, en el siglo XVI, les
había llegado por anticipado el Apocalipsis del que hablaba el apóstol San
Juan: con la guerra, el hambre, la peste y la muerte.
Para efectos de nuestro estudio, y tratando de encontrar los orígenes
de la actual cultura mexicana, analizaremos brevemente a las culturas que
alimentaron a cada una de las vertientes básicas que se funden en el siglo
XVI, aquí en América, la mexica y la española. Iniciaremos con la primera
de las culturas avanzadas que surgieron en Mesoamérica: la de los
olmecas.
2.- LAS DOS VERTIENTES
LOS OLMECAS
Si nos trasladamos en el pasado hasta 1,500 años a. C., podríamos
asistir, en la exuberancia de las selvas tropicales de México, en lo que hoy
son los estados de Veracruz y Tabasco, al nacimiento de la cultura madre en
Mesoamérica: los olmecas, “habitantes de la región del hule”, talladores
escultóricos de grandes piedras basálticas monolíticas, productores de
cerámica tanto ritual simbólica como de uso práctico y cotidiano, e
iniciadores de la teología y cosmogonía mesoamericanas. La belleza y
elegancia del monarca de la selva americana, el jaguar, quedó
inmortalizada en su teogonía, sus diseños relacionados con este precioso
17
animal, tales como la cabeza, manchas, belfos y garras, los encontramos en
su espacio de influencia cultural por todo Mesoamérica. El juego de pelota
y su arquitectura monumental, que se desarrolla en forma espléndida,
continuaría en las culturas mesoamericanas posteriores pero tuvo su origen
entre los olmecas, con hábiles jugadores que golpeaban la pelota de hule
macizo en un juego ritual, utilizando sólo las articulaciones, hasta pasarla
por el aro de piedra labrada dispuesto en un muro. La influencia del mundo
olmeca se extendió por toda Mesoamérica, desde el Golfo de México hasta
el Pacífico, y desde el Altiplano hasta Centroamérica; esto conforma ya una
verdadera cultura, con importantes asentamientos como La Venta, San
Lorenzo, Tres Zapotes, Laguna de los Cerros, en Veracruz y Tabasco, entre
los más importantes, extendiendo su influencia y alimentando a otras
culturas que la sucedieron en forma inmediata casi en paralelo, como la
zapoteca y la maya.
Los grandes monolitos de piedra basáltica, las misteriosas cabezas
olmecas, son mudos testigos de esta importante cultura que surge en lo
feraz de la selva mexicana, se extiende vigorosamente por todo
Mesoamérica, dejando su huella impresa con la creación de grandes
conocimientos para el mundo americano, tales como la numeración, el
calendario, la escritura jeroglífica, etc. Fueron los olmecas los primeros en
tallar aquí el jade y las piedras verdes, iniciaron el sistema de estelas como
pétreos heraldos de acontecimientos importantes y deidades cosmogónicas,
dejaron el jaguar, la víbora de cascabel y la serpiente acuática como
deidades relacionadas con la tierra y la lluvia, además de que se puede
afirmar que son los iniciadores de la cultura del maíz en América y en el
mundo. Como presagio de algo parecido a lo que más tarde se daría en
Europa con el coliseo romano, algunas lápidas de Izapa quedaron grabadas
con la decapitación de jugadores derrotados en el juego de pelota,
costumbre que iniciaron los olmecas.
El concepto de Atlante, que
posteriormente encontramos en las culturas tolteca y maya, surgió
originalmente entre los olmecas. Este pueblo conocía la navegación fluvial
y marítima, que practicaban en la región del Pánuco y en los ríos y costas
de Mesoamérica, aunque a nivel rudimentario, relativamente hablando, si la
queremos comparar con las llamadas, un poco exageradamente,
talasocracias del Mediterráneo (por ejemplo la cretense, su
contemporánea).
18
Los olmecas tenían profunda veneración por la naturaleza y
celebraban ceremonias agrícolas rindiendo culto al maíz, además de que
fueron los iniciadores del culto a los muertos. Durante casi mil años, esta
cultura madre prevalece en Mesoamérica mientras dominaba y ejercía su
hegemonía guerrera y cultural sobre los otros pueblos. Logran su apogeo
probablemente en el 1200 a. C., con su expansión por todo Mesoamérica y
la construcción de importantes centros ceremoniales, y sobre todo con la
amplia difusión de su cultura, que comprende vastos conocimientos
científicos, como la observación y registro de la mecánica celeste, la
astronomía aplicada a la agricultura, la numeración, la herbolaria
medicinal, la expresión artística y religiosa, y el uso y manejo del poder
político. En el centro ceremonial de La Venta, en los límites de los estados
de Veracruz y Tabasco, situado originalmente en una isla rodeada por el
Río Tonal, se observaba la planificación de los espacios con referencia a un
eje norte-sur, que después se va a repetir como una constante en el trazo de
los centros ceremoniales de las culturas posteriores durante casi tres mil
años. Aquí se empieza a manejar por primera vez el talud corto en los
montículos de tierra y barro, y también se utilizan columnas monolíticas de
basalto, aunque en este caso probablemente para delimitar el patio
ceremonial relativamente hundido con relación a los otros basamentos.
Los olmecas practican la deformación craneana, misma que
adoptarían más tarde los mayas, y la perforación en los dientes, tal vez
como elementos de distinción de castas. En las cuevas de Juxtlahuaca y
Oxtotitlán, en Guerrero, se encuentran pinturas con símbolos religiosos de
la cultura olmeca, como el jaguar y la serpiente. La pintura mural tendrá
desde los olmecas un magnífico desarrollo en las diferentes y subsecuentes
culturas, con gran expresión de arte policromático descriptivo y
representativo de deidades, monarcas, personajes y situaciones o actos
trascendentes. Aproximadamente en el año 600 a. C., con el declive de La
Venta, se sitúa también la decadencia de los
olmecas. Todavía la
antropología no ha podido dar respuesta a muchas interrogantes sobre los
orígenes de los autores de esta primera gran cultura mesoamericana. De lo
que estamos seguros es de que estos habitantes de la región del hule, a
través de muchas generaciones, durante más de mil años, extendieron su
influencia cultural y política por todo el ámbito mesoamericano, y de que
fue esta civilización, junto con la teotihuacana y la mexica, las que logran
llevar su influencia a toda Mesoamérica y dejaron su impronta cultural
grabada durante un largo proceso que abarca más de tres mil años.
19
El trópico entrañable
sostiene en carne viva la belleza
de Dios. La tierra, el agua, el aire, el fuego,
al Sur, al Norte, al Este, y al Oeste
concentran las semillas esenciales
el cielo de sorpresas
la desnudez intacta de las horas
y el ruido de las vastas soledades.9
LOS TARTESOS
En el otro espacio, en la misma época del inicio de la cultura olmeca
(1,500 años a.C.), la Península Ibérica, formada actualmente por España y
Portugal, se encontraba incipientemente poblada por tribus indoeuropeas y,
particularmente, por los iberos, asentados en la costa mediterránea sur, eran
un pueblo de cabellos oscuros y tez relativamente blanca, tal vez autóctono
o bien proveniente de lo que actualmente es Libia, en el norte de África.
Más tarde, por el norte y junto al Cantábrico, se inicia la formación de
asentamientos de una raza de cabellos rubios y ojos claros: los celtas,
pueblo guerrero profundamente ritual guiado por los druidas, sacerdotes
que llegaron a realizar también sacrificios humanos. Estos dos grupos
fueron antecedidos por los grupos indígenas y algunos de origen
indoeuropeo, asentados en el norte.
Iberos y celtas, a su llegada a la Península Ibérica, aunque en
diferentes épocas y regiones geográficas, se mezclan posteriormente entre
sí y con las tribus indígenas autóctonas, dando origen a la simiente humana
que se habría de cultivar a través del tiempo con las influencias de las
diversas culturas conquistadoras y colonizadoras en las diferentes épocas
de la península. En plena Era del Bronce, casi en sus postrimerías,
podríamos asistir al nacimiento de la primera cultura urbana en la
Península Ibérica, la cultura llamada del Argar, denominada así debido al
sitio del descubrimiento hecho por la investigación arqueológica en
Almería. Esta cultura nace como consecuencia tanto de la evolución de la
cultura megalítica como de la necesidad de desarrollar la incipiente
tecnología metalúrgica que, con la aleación del cobre y del estaño, dio
9
“Esquemas para una Oda Tropical”. Fragmento. Carlos Pellicer.
20
origen al bronce, y con esto a toda una etapa cultural e histórica con
asentamientos permanentes. La cultura del Argar se extiende por toda la
Península, con algunas ramificaciones al resto del continente. De igual
forma, surge en el norte la cultura de los Castros.
La necesidad industrial de obtener estaño para fundirlo con cobre y
obtener bronce “originó un fuerte movimiento comercial que enriqueció a
los pueblos navegantes encargados de transportar las materias primas de la
metalurgia; el mundo del bronce, en su deseo de sentar las bases de una
mejor organización económica, conoció las primeras luchas por la posición
de mercados y materias primas, y así arribaron a las costas de España las
naves de la potente talasocracia cretense en busca de cobre y de estaño,
dando lugar al nacimiento en Andalucía del imperio tartesio.”10 Juan
Maluquer de Motes nos dice11: “El desarrollo de la cultura argárica es
paralelo a la cultura micénica. De introducirse estos sufijos en este
momento, Tartesos habría llegado al Occidente en la época de la cultura del
Argar, es decir, a mediados del segundo milenio a. de J.C.”. En 1500 a.C.
se dio la erupción de Santorini (que se encuentra a 160 km. de Creta) y con
ella el fin de la civilización minoica, a partir de aquí los griegos dominarían
el Mediterráneo.
Con muy pocas pruebas por parte de la investigación arqueológica,
pero con suficientes citas históricas de las diferentes fuentes, Tartesos
probablemente es la primera monarquía en la Península, mencionada en
algunos pasajes del Antiguo Testamento en donde se le denomina Tarsís. 12
La cultura de Tartesos surge en lo que hoy es Andalucía, en el estuario del
Guadalquivir, envuelta en lo mítico y lo portentoso, como síntesis de la
influencia de las grandes culturas del mediterráneo; cretenses, micénicos,
fenicios, y griegos focenses debieron enriquecer con sus contactos la
cultura indígena para hacer florecer monarquías como ésta, a la que los
escritores griegos como Hesíodo y Estrabón le atribuían “portentosas
magnificencias”.
10
Texto de la Historia de España, escrita por el maestro Don José Manuel Lozano Fuentes, Doctor en
Filosofía y Letras y Catedrático de la UNAM. Pág. 31.
11
Juan Maluquer de Motes, Tartessos: la ciudad sin historia (Barcelona: Destino, 1990) 67.
12
Salmos 72:10; Isaías 2:16, 23:1; Génesis 10:4; Ezequiel 10:8; Jonás 1,2,3.
21
Se dice que en Tartesos existieron tres dinastías míticas y una
histórica. La primera dinastía corresponde al primer monarca de Tartesos,
Gerión. De éste se decía que era un ser de tres cabezas; Hesíodo, en el siglo
VII a.C., menciona el carácter tricéfalo del personaje. Sin embargo, esto
debe haber sido una descripción en cierta forma metafórica, ya que Alfonso
X el Sabio, en su General Estoria, señala el dominio de Gerión sobre tres
reinos, esto es, ser cabeza de tres comunidades. Alfonso X señala a Gerión
como el primer rey que hubo en España, y narra la llegada de Hércules al
Peñón de Gibraltar y Cádiz, donde coloca pilares o columnas a manera de
mojoneras, conociéndose esta región desde ese entonces como las
“Columnas de Hércules”. Éste se enfrenta a Gerión y lo vence. De la
primera dinastía sólo conocemos a Gerión, monarca de los tartesos, y a su
nieto Norax, monarca también de los mismos, que emprendió una
expedición colonizadora a la isla de Cerdeña, donde funda una ciudad que
lleva su nombre: Nora. En la segunda dinastía de los reyes tartesios
conocemos dos nombres, el del rey Gargoris y de su hijo Hadis. La última
dinastía, que es la que podríamos llamar histórica, debe haberse iniciado en
el siglo VII a. C. y no se conoce sino el nombre de un monarca hasta
finales de dicho siglo, que fue el de Argantonio, de quien Herodoto decía
que había vivido 120 años. Este fue probablemente el último monarca de
los tartesos.
El reino tartesio abarca desde finales del segundo milenio hasta
mediados del primero. Su origen data desde mediados de la Edad de
Bronce y su final se sitúa en la dominación de la Península por los
cartagineses. La riqueza de los tartesos se fundamentaba en la minería, en
la metalurgia, en la explotación de la plata, del estaño que traían del norte,
del plomo, del oro y en la fabricación del bronce. Las salazones de pescado
y la agricultura eran también parte fundamental de la economía tartesia. Por
otro lado, se le atribuía una sofisticada expresión artística.
Probablemente por esos tiempos, surgen en la Península los orígenes
de lo que sería la fiesta brava, culto festivo a los toros seguramente
transmitidos por los cretenses, que muy posteriormente y, con los ejercicios
ecuestres de los árabes a base de la pica de toros bravos, y después de una
necesaria y larga evolución, pudo haberse convertido en las actuales
corridas de toros, en la fiesta brava. A los tartesos se les señala como los
inventores de la apicultura, la agricultura y del dictado de las primeras
leyes. En la Biblia, Ezequiel, al referirse a la Elegía sobre Tiro, dice:
22
“Tarsis traficaba contigo porque en ti había abundancia de toda suerte de
riquezas: con plata, hierro, estaño y plomo pagaban sus mercaderías.” Se
dice que era tanta la abundancia de plata en Tartesos, que al conquistar los
cartagineses la Turdetania en el siglo III, pudieron comprobar que los
indígenas utilizaban la plata incluso para la fabricación de objetos
domésticos como toneles y barreños. Toda esta riqueza metalúrgica
favoreció irremediablemente al conquistador dentro de la lógica del
proceso histórico. La principal riqueza de Tartesos probablemente se debió
al comercio con los fenicios en primer lugar, y posteriormente con los
griegos; sin embargo la monarquía tartesia dejó de tener interés para los
fenicios cuando éstos tuvieron acceso directo a las distintas fuentes de
riqueza. Se supone que los gaditanos descubrieron la ruta del estaño que
venía de Bretaña a raíz de la gran expedición de Himilcón que con una
escuadra púnica exploró minuciosamente las costas atlánticas de la
Península. Como el viaje de Himilcón se realizó hacia el año 500 a.C., ésta
es la fecha probable que se acepta para la desaparición de Tartesos.
La monarquía de Argantonio, último monarca conocido de los
tartesos, estuvo muy ligada a los focenses y a la amistad con los griegos.
Probablemente esta liga y esta amistad influyeron también
considerablemente en la desaparición de Tartesos como reino. La
decadencia de los focenses, tras la batalla de Alalia en el año 535 a.C., en la
que se enfrentaron contra los etruscos y los cartagineses en lo que hoy es
Córcega, tuvo consecuencias funestas para los griegos y consecuentemente
para los tartesos. Los tartesos transmiten como herencia la organización
urbana de una sociedad estratificada con plena actividad económica,
fundamentada en la industria de la metalurgia, en la actividad agrícola y en
la existencia de una estructura política de carácter monárquico. Para su
desarrollo posterior en la Península Ibérica influyó particularmente la
cultura turdetana que se desarrolló en el valle inferior del Guadalquivir.
Regresando al continente americano, podemos observar que el
proceso de alimentación cultural, mediante la influencia de una civilización
en otra, fue una constante tanto en Europa como en Mesoamérica. La
impronta cultural olmeca se encuentra en todas las civilizaciones
posteriores. De la misma forma, cada cultura subsiguiente influye en las
adyacentes o subsecuentes, acumulando una gran riqueza y experiencia
que, sin duda alguna, el mismo proceso de culturización va capitalizando.
Cabe señalar que, por supuesto, no todo el acervo pasó de una civilización
23
a otra, sin embargo, siempre hubo un residuo que por su importancia y
trascendencia fue transmitido. Tras la decadencia de los olmecas, ésta pasó
la estafeta cultural principalmente a los zapotecas, en Oaxaca, y
posteriormente a los mayas.
LOS ZAPOTECAS
La cultura zapoteca surge en el 900 a.C. y empieza a florecer en el
Valle de Oaxaca, entre los años 800 y 500 a. C. La acrópolis de Monte
Albán es una de sus grandes expresiones urbanas. La gran aportación de la
cultura zapoteca a las culturas mesoamericanas fue la edificación de la
arquitectura en piedra y el tratamiento de edificios y espacios abiertos con
grandes extensiones de escaleras, formando grandes plazas (la de Monte
Albán tiene 60,000 m2), o explanadas en nivel inferior que nos recuerdan la
plaza hundida del centro ceremonial de los olmecas en La Venta. En la
acrópolis de Monte Albán, así como en dicho centro ceremonial también
los espacios están dispuestos siguiendo un eje norte-sur. En las lápidas de
“Los Danzantes”, en el primer edificio importante de la acrópolis se
observa una escritura jeroglífica que poco a poco irá perfeccionándose. Las
bases del calendario, que servirían posteriormente para un desarrollo
mucho más sofisticado en las culturas subsecuentes, entre ellas en la maya;
también podrían considerarse como aportaciones zapotecas. Monte Albán
se logró desarrollar como una acrópolis ceremonial, política y urbana cuya
construcción sólo pudo realizarse gracias a un gran poder político que
sojuzgara a otros pueblos tributarios, esto lo comprendemos mejor si
consideramos la ubicación de difícil acceso a la ciudad en la acrópolis, la
carencia de agua y la necesidad de nivelación de la cúspide para la
construcción de la misma.
Esta civilización ejerció su dominio sobre grandes territorios de
Mesoamérica, en donde podemos observar su influencia cultural. La ciudad
llegó a tener miles de habitantes, probablemente miembros de la
aristocracia y sus séquitos de servidumbre, dándole así gran relevancia al
sitio en donde celebraban rituales con gran esplendor; los habitantes de la
acrópolis, acentuaban más su poder hegemónico con el dominio visual que
desde la ciudad tenían sobre el hermoso valle de Oaxaca. Sus pinturas
murales nos hablan de un pasado místico y teocrático espléndido.
24
La acrópolis fue poco a poco nivelada artificialmente hasta ocupar la
superficie actual, dominando a los fértiles y ricos valles de Oaxaca a 2,000
metros sobre el nivel del mar. Como hemos visto, esta ciudad no contaba
con agua propia, por lo que es de suponerse que los zapotecas la
destinaron, en un principio cuando había poca población, primero como
centro de resguardo estratégico para su asentamiento inicial aristocrático, y
posteriormente, con el florecimiento de su civilización le otorgaron un
carácter ceremonial y mortuorio destinado a los grandes señores zapotecas,
a quienes se les edificaron tumbas a través del tiempo. Es de suponerse
también que los zapotecas desarrollaron una importante actividad
económica, principalmente practicando la agricultura en las fértiles tierras
del valle de Oaxaca, en donde utilizaron los primeros sistemas de riego
canalizado aplicados a la producción agrícola, heredados de la cultura
olmeca en forma más rudimentaria, convirtiéndose éstos ahora en una
aportación más a la ciencia agrícola mesoamericana. La investigación
arqueológica ha dividido en cuatro etapas el desarrollo de la cultura
zapoteca en Monte Albán, para su estudio, llamándole, Monte Albán 1,
Monte Albán 2, Monte Albán 3.A, y Monte Albán 3.B. Estas etapas
abarcan mil ochocientos años, desde el 900 a.C. hasta el 900 d.C. La
cultura zapoteca prevalece durante este tiempo, y transmite la influencia
olmeca y la suya propia a las culturas del Golfo, del Altiplano y del
Occidente, principalmente, hasta que en el siglo IX de nuestra era, Monte
Albán fue ocupada por los mixtecos, quienes limitaron el uso de la
acrópolis, en forma exclusiva, a necrópolis.
En Izapa, Chiapas, 200 años a. C., y durante 400 años, se
desarrollaría una cultura que podríamos considerar como de transición
entre la olmeca y la maya. En esta zona “se desarrolla un estilo escultórico
en el que sobresalen las lápidas con bajorrelieves, a veces asociadas con
altares (zoomorfos) colocados al frente de la plataforma de los centros
ceremoniales, costumbre que seguirá con las estelas mayas. En estas
lápidas predominan las escenas costumbristas y religiosas sin inscripciones
calendarias ni jeroglíficas, pero llenas de simbolismo y conceptos que
luego encontramos en culturas más avanzadas.
Además de la cultura, Izapa cuenta con una cerámica del período
llamado protoclásico, en la que no faltan rasgos como los soportes
mamiformes, las vertederas, las molduras, etc. Se hayan también vasijas
cubiertas por una capa de estuco, pintadas en colores rosa, amarillo y azul
más que bellas, piezas antropomorfas vigorosamente realistas que indican
25
el dominio de la artesanía.”13 La escultura expresada en sus lápidas muestra
rasgos definitivamente olmecas y algunos que posteriormente se
desarrollaron plenamente en la cultura maya, como es el caso de las estelas.
Es importante hacer notar que quizás, por primera vez, aparece aquí el
monstruo de la tierra, el lagarto Zipactli.
De las culturas mesoamericanas saltaremos ahora hasta la parte más
oriental del Mediterráneo, contrastando la magia de estas culturas
americanas con el pragmatismo del comercio a ultranza, el comercio como
gran vocación de un pueblo que hacía la guerra con el objeto principal de
abrir mercados y que mediante el aspecto aparentemente negativo del afán
desmedido de lucro, paradójicamente fue el impulsor y el innovador de
importantes sistemas de comunicación y grandes descubrimientos, así
como el promotor de importantes procesos industriales y comerciales.
LOS FENICIOS
En el siglo XII a.C., las aguas del Mediterráneo se “tiñen de púrpura”
con el predominio marítimo de los fenicios sobre el sistema cretomicénico, a quienes desplazan, convirtiéndose este pueblo de mercaderes,
de origen semítico; en la nueva talasocracia que dominaría las aguas del
Mediterráneo. Fenicia estaba comprendida por una estrecha franja de
territorio en la costa occidental de Siria, frente a la isla de Chipre,
resguardada por los montes del Líbano. El poderío de los fenicios en el
Mediterráneo se extiende aproximadamente del año 1170 a 700 a. C. Estos
grandes comerciantes se convirtieron también en grandes navegantes,
heredando la técnica de navegación marina a sus descendientes los
cartagineses. Procedentes de Tiro, la gran metrópoli fenicia, al navegar a
través de “las islas”14 hacia el Occidente en busca de las columnas de
Hércules, los fenicios llegan a las costas de la Península Ibérica, a la que
llamarían Ispahán, o Sphan, o Shphán que para ellos quiere decir costa de
los conejos o tierra de conejos y también tierras del norte. Probablemente
de aquí se derive el nombre de Hispania, que finalmente le dan los romanos
a toda la Península basados en el nombre de Ispahán que también usaban
los cartagineses (descendientes de los fenicios) al denominar estas tierras
y del cual se deriva probablemente el nombre de España. Los fenicios
13
Román Piña Chan, Historia, arqueología y arte prehispánico (México: Fondo de Cultura Económica)
14- 17.
14
Se refiere a las actuales islas de Chipre, Creta, Sicilia, Córcega y Cerdeña, y las Baleares.
26
tienen gran influencia en la monarquía de los tartesios, con quienes se
dedican a comerciar, llevando de Ispahán principalmente metales como el
oro, la plata, el cobre y el estaño. Dada la intensidad de la actividad
comercial, los fenicios necesitaban un puerto que les permitiera atracar sus
múltiples naves para comerciar. Aproximadamente 1,000 años a.C. fundan
Gadir, después Gades, hoy Cádiz, en territorio de la monarquía de Tartesos,
y tienen gran influencia en la Península Ibérica, tanto en los asentamientos
del Mediterráneo como en los de la región de Huelva y el estuario del
Guadalquivir.
La influencia fenicia deja en los indígenas ibéricos grandes
conocimientos sobre la navegación, el comercio y la industria,
particularmente en lo referente a la metalurgia y a la producción del vidrio.
Una de las grandes aportaciones de los fenicios a la cultura universal y
particularmente a la ibérica fue el alfabeto, que construyeron por la
imperiosa necesidad de comunicación que conlleva la actividad comercial,
y del que se derivan muchos de los alfabetos posteriores en el mundo, entre
ellos el griego y el latino, éste ultimo uno de los más usados. La
antropología ha descubierto restos de la cultura fenicia en ciudades como
Algeciras, Málaga, Sevilla, Huelva y por supuesto Cádiz, en donde
edificaron un templo a Hércules o Heracles. Cádiz fue el principal puerto
desde donde salían y llegaban las mercaderías entre Fenicia e Ispahán o
Tartesos.
Del pragmatismo y la visión materialista pero muy creativa de los padres
del comercio, regresemos ahora a la poesía de las tierras del faisán y del
venado, del preciado quetzal por su bello plumaje y del imponente jaguar
en los bosques de niebla en donde habita la majestuosa águila arpía con su
penacho de plumas blancas y negras. Aquí fue en donde uno de los pueblos
mesoamericanos con características étnicas únicas llegó a ser uno de los
más prolíficos en cuanto a la construcción de bellas ciudades y centros
ceremoniales, uno de los más tradicionales e independientes pueblos de
Mesoamérica que tenía un hábitat tan particular y característico que hoy se
conoce como el mundo maya
LOS MAYAS
27
La cultura del maíz, iniciada por los primeros pobladores de América
y por los olmecas, en forma ya sistemática, fue reforzada y continuada por
los mayas. La infinita proliferación en el tiempo (durante más de 1,800
años) y en el espacio (más de 300,000 km2) de la exquisita arquitectura de
sus centros ceremoniales, con sus magníficos edificios hechos con piedra
labrada, soberbiamente diseñados, urbanísticamente bien planificados e
inteligentemente integrados al medio ambiente natural, dotados de una gran
riqueza espacial y de una armonía que refleja belleza en sus conjuntos,
establece un precedente histórico en América y el mundo. El urbanismo y
la arquitectura Maya reflejan físicamente las características superiores de
esta cultura que supo conjugar el conocimiento científico, la técnica
matemática, la astronomía, el conocimiento sensible en expresión de lo
bello y su cosmogonía, nacida tanto de la herencia cultural olmeca y
zapoteca como de sus propias concepciones, producto de la observación de
los fenómenos naturales mediante el profundo conocimiento de la
astronomía, (llegaron a calcular el mes lunar sinódico en 29.5 días) y de su
propia manera de interpretar la realidad. Esta civilización de gran expresión
literaria como el Chilam Blam y el Popol Vuh, debió haber dominado
además el arte de la política, de la guerra y de la administración de grandes
territorios. Los mayas desarrollaron el sistema de numeración vigesimal,
aplicándolo a sus calendarios mediante ciclos astronómicos y rituales; ellos
utilizaban dos tipos de calendarios: el solar, de 365 días de duración
(haab’), y el ritual, de 13 veintenas, (260 días) (tzolk’in). Ambos
calendarios se combinaban a través de la Rueda calendárica de 52 años que
posteriormente daría lugar al ritual del Fuego nuevo que practicaban los
mexicas.
Uaxactún (en el Petén guatemalteco), es uno de los centros
ceremoniales más antiguos de la cultura maya, se remonta a unos 200 años
a.C. con una posible influencia de Monte Albán. En esta región del Petén,
en Guatemala, proliferan los asentamientos y centros ceremoniales mayas,
de los cuales se deriva tal vez uno de los más importantes: Tikal, que data
de aproximadamente 250 años d.C. Aquí se desarrolla con el tiempo una
soberbia arquitectura que podemos apreciar actualmente en sus restos
arqueológicos
Entre los años 500 y 900 d.C. es cuando se produce el florecimiento
máximo de la cultura maya. El inicio ya como una cultura superior
perfectamente estructurada, lo podemos situar entre 300 y 200 años a.C.,
28
ubicando simbólicamente su final en 1521, con la derrota del imperio
mexica y el dominio del imperio español. Cabe señalar que en esta fecha
se da el término de todas las culturas que prevalecían en Mesoamérica
antes del arribo de los españoles, por el avasallamiento y la destrucción
material y documental llevados a cabo por el conquistador como sistema.
En el Chilam Blam de Maní hay una profecía sobre la llegada de los
conquistadores españoles: en las postrimerías del k’atún trece Ajaw “será
arrollado el Itza y rodará Tancah”, describiéndose a los extranjeros como
‘huéspedes barbados’ que vienen del oriente y en cuyas palabras ‘no hay
verdad’15.
La cultura maya alcanzó arquitectónica y urbanísticamente una
producción infinita de gran calidad; sus grandes centros ceremoniales y
espléndidos templos construidos en piedra labrada, son restos que pueden
admirarse en la actualidad además de Tikal, en Palenque, Uxmal, ChichénItzá y Tulum , entre muchos otros. Existen cientos de sitios arqueológicos
más, aún inexplorados. El juego de pelota, los espléndidos espacios
exteriores de gran armonía con templos y edificios, el empleo científico de
la astronomía y de la numeración que utiliza el concepto del cero16. Todo
esto hace de los mayas una de las civilizaciones más sofisticadas de la
antigüedad. En la cuenca del río Usumacinta encontramos ciudades como
Piedras Negras, Yaxchilán, cuya edificación aprovecha los accidentes del
terreno para crear una sucesión de explanadas y acrópolis. Palenque, a 100
Km. de Yaxchilán, tiene un emplazamiento excepcional, situado en las
primeras estribaciones de la Sierra de Chiapas, desde donde se dominan las
ricas tierras de Tabasco, también cultivadas por los mayas.
En Palenque, como en Izapa, Chiapas, en lugar de estelas se tienen
lápidas esculpidas delicadamente en alto relieve. Una de estas lápidas, de
belleza y simbolismo excepcional, es la de la tapa del sarcófago del Templo
de las Inscripciones. 17 Esta lápida es un bloque sólido de 3.79 m de largo
por 2.20 de ancho y 25 cm de espesor. Representa al rey Pecal (que es
quien estaba dentro del sarcófago) después de su muerte y paso por los tres
mundos de los mayas (inframundo, mundo de los vivos y mundo superior o
15
INAH, CALENDARIO MAYA, Colección lo Esencial, ARQUEOLOGIA
16 Aunque
es importante hacer notar que la numeración maya no es posicional como la arábiga que a su
vez procede de la hindú, donde surge el cero como nosotros lo conocemos.
17 Actualmente
se encuentra en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.
29
firmamento). Es una lápida ricamente labrada, rematada por un pájaroserpiente, con un árbol de Ceiba en forma de cruz, aderezado en sus
extremos por crótalos de la serpiente tradicional y característica de la
mitología mesoamericana. En Palenque existe una proliferación importante
de templos y mausoleos como el de las Inscripciones. Paul Gendrop 18 nos
dice: “aquí es donde se da una revolución en la arquitectura maya, la
concepción de un tipo de edificios de doble crujía.” El arte maya presenta
varias corrientes estilísticas; podríamos mencionar la de Puuc, la del Río
Bec y la de los Chenes, lo cual le da una gran variedad de expresiones a la
cultura maya y demuestra una cierta sofisticación y refinamiento en su
arquitectura y desarrollo urbano, sobre todo en sus centros ceremoniales.
Algunos de ellos como Etzná, Labná y Kabáh son ejemplo de ello. Éste
último posee un gran arco carente de adornos situado a la orilla de la
ciudad para marcar el paso al sacabe o calzada que une a Kabáh con
Uxmal, que es otro centro con edificios de espléndida arquitectura, entre
ellos, el impresionante Cuadrángulo de las Monjas, o la Pirámide del
Adivino. Aquí existe una sensación de mesura y orden propia del estilo
Puuc, no carente de cierta exuberancia.
Dentro del proceso simbiótico de alimentación y retroalimentación
que se dio entre las diferentes civilizaciones mesoamericanas en el siglo XI
de nuestra era, la cultura maya recibe los nuevos alientos de otra casi en
extinción, la tolteca, cuya impronta ha quedado plasmada en la gran
Chichén-Itzá, con infinidad de templos y edificios como el Templo de
Kukulkán, en donde se encuentra el sello mágico del Quetzalcóatl
agonizante y redivivo, la deidad tolteca llamada Chac Mool y el jaguar en
forma de trono. La exuberante arquitectura de Chichén Itzá, con el Templo
de las Mil Columnas, similar al de Tula, el magnífico juego de pelota, la
orientación de la pirámide de Kukulkán, para lograr el efecto visual de
descenso de la serpiente a través de las sombras proyectadas sobre las
alfardas de la escalinata durante los solsticios, la estructuración urbana y la
exaltación de sus edificios en el marco de la selva yucateca, con la
inconfundible impronta tolteca, nos plantea enigmas indescifrables. La
antigua Chichén –Itzá, con influencia del Río Bec, Chenes y Puuc, imprime
un renacimiento con la venida de los itzaes y se establece un nuevo estilo
maya-tolteca único, que se distingue de la tradición arquitectónica maya
anterior.
18
Paul Gendrop, Quince ciudades mayas (México: UNAM, 1984)
30
Mayapán, en la parte septentrional de la Península de Yucatán, sigue
reteniendo el control político hasta 1460 y representa la decadencia de la
cultura maya. Sin embargo, dentro de esta decadencia, como dice Paul
Gendrop, se da un ejemplo brillante y alegre, tal vez por su medio ambiente
y el Mar Caribe; Tulum fue un importante puerto comercial maya en el
Caribe y probablemente uno de los primeros vestigios de la cultura maya
vistos por los españoles en 1518 en la expedición de Grijalva: "Tulum
representa una silueta alegre y se organiza en un conjunto armonioso que la
selva rodea en tres de sus costados, mientras que en el cuarto son bañados
sus acantilados por las aguas color turquesa del Mar Caribe", con playas de
blancas arenas, pobladas de hermosas palmeras que al ritmo del paso del
viento arrullan a este bello conjunto.
Regresando en el tiempo y cambiando al espacio europeo, situémonos esta
vez en el extremo oriental de Europa colindante con el Asia Menor. Aquí
observaremos brevemente a Grecia, donde se originó el pensamiento
filosófico y científico desde antes que los grandes pensadores
caracterizaran a la primera gran cultura europea, la griega que, junto a la
romana, definiría y representaría a su vez a la futura cultura occidental y
sus instituciones políticas.
LOS GRIEGOS
Antes de que se diera la hegemonía política de Atenas sobre el
mundo griego, éste estaba dividido en dos bandos: el de Samos-Calcis y el
de Mileto-Eretria. Los foceos, pertenecientes al primer grupo, habitantes de
la ciudad-estado de Focea, colonia griega del Asia Menor perteneciente a
Jonia, cerca de la isla de Samos, desarrollaron una gran destreza marítima
surcando y colonizando las costas del Mediterráneo por medio de la
operación de grandes naves de 50 remos, construidas por ellos para largas
navegaciones que, unas veces en forma rítmica por medio de los remeros, y
otras por medio de velas empujadas por los vientos propicios, cruzaban las
aguas azul profundo del Mediterráneo. Con su gran flota, los foceos
iniciaron las navegaciones fuera del Mar Egeo en el siglo VIII a.C., lo que
les permitió extender sus colonias mediante grandes migraciones hasta el
sur de Italia y Sicilia, con expediciones a través de “las islas” hacia el
Occidente ampliaron la magna Grecia hasta confines insospechados. Según
31
Herodoto, fueron los primeros en descubrir las costas del Adriático y del
Tirreno, Etruria y Liguria. Por descripción del mismo historiador, sabemos
que un marino de la isla de Samos llamado Colayos, hacia el año 638 a.C.,
descubre accidentalmente Tartesos, en la costa ibérica y más allá de las
Columnas de Hércules 19. Informada Focea de este descubrimiento, se envía
una expedición y, a partir de esta época, y durante más de un siglo, se
estableció una fructífera y amistosa relación con Tartesos, de donde
llevaban el oro, la plata, el cobre y particularmente el estaño que utilizaban
para la producción del bronce en Calcis.
A partir del siglo VII a.C., los foceos iniciaron una serie de
colonizaciones en el Mediterráneo occidental, movidos por su tradición
colonial, por las demandas de espacio para su crecimiento demográfico, y
por la seria y constante amenaza de invasión de los persas. Así, fundan
Massalia (Marsella) en el año 600, cerca de Liguria. En ese mismo siglo
fundan también su centro comercial más importante en la Península
Ibérica: Emporión (Ampurias), habiendo sido precisamente los griegos
quienes, como ya hemos visto, le dan el nombre de Iberia a toda la
península en base al nombre de su río más grande, el río Iber o Ebro. Se
atribuye también a ellos las fundaciones de Sagunto, Hemeroskopeión,
Callípolis (Tarragona), Tiris (Valencia), Queaclella (Algeciras), entre otras
colonias ibéricas. Anterior a esto, según Estrabón, los rodos fundaron
Rodhe (Rosas) en la costa de Gerona. Esto sucedió antes de la primera
Olimpiada (776 a.C.) y, muy anterior a estas épocas, según la mitología, los
griegos vinieron a Iberia y realizaron portentosas hazañas y varias
fundaciones a través de Hércules. Alfonso X el Sabio20 nos describe que
Hércules vino a Iberia con diez naves:
E desque ouo esto fecho, de las diez naues que el troxiera, dexara la
una de comienço en Caliz, e leuara las nueve consigo a Galizia; e
desi mando que fincassen las ocho alli e quel aduxiessen la nouena;
e al logar o ella arribo semeiol que auie y buen logar de poblar, e
mando fazer y una uilla, e pusol nombre Barca nona, que quier dezir
tanto cuemo la nouena barca; e agora llaman le Barcilona. Desque
Hercules ouo conquista toda Esperia e tornada en so sennorio, ouo
sabor dir andar por el mundo por las otras tierras e eprouar los
19
El estrecho de Gibraltar.
20
BSH P. Bosch Gimpera.
32
grandes fechos que y fallasse; empero non quiso que fincasse la
tierra sin omnes de so linage, en manera que por los que el y
dexasse, fuesse sabudo que el la ganara; e por eso la poblo
daquellas yentes que troxiera consigo que eran de Grecia, e puso en
cada logar omnes de so linage. E sobre todo fizo sennor un so
sobrino, que criara de pequenno, que avie nombre por amor del
camio el nombre de la tierra que ante dizen esperia e puso nombre
Espanna.
Aunque los griegos y fenicios coincidieron en un tiempo y se podría
decir que coexistieron pacíficamente en el Mediterráneo, los griegos
aprovecharon el asedio de los asirios por Nabucodonosor II y el sitio que el
Rey de los babilonios impuso a la ciudad de Tiro. Cuando ésta cayó en sus
manos, los griegos reforzaron su actividad en el Mediterráneo para ampliar
sus mercados y posiciones estratégicas. Sin embargo, con la caída de Tiro,
Cartago hereda la hegemonía púnica y el potencial comercial fenicio en
buena parte del Mediterráneo, con todos sus intereses en el Occidente,
particularmente en Ispahán y su principal asentamiento en Gades. Ante el
dominio sobre la costa sur del Mediterráneo, primero por los fenicios y
luego por los cartagineses, y particularmente por el establecimiento de sus
bases permanentes en Ebussus (Ibiza) y Gades (Cádiz), llegando a
controlar propiamente las Columnas de Hércules21, es muy probable que
los griegos hayan establecido, como lo sugiere Schulten, una comunicación
por tierra con Tartesos a través de un camino que iba desde Mainake, cerca
de Málaga, hasta Tartesos. A últimas fechas y, como lo indican los
descubrimientos del Carambolo, esta gran ciudad de la primer monarquía
ibérica se encontraría situada aproximadamente en una ubicación cercana a
donde hoy está Sevilla, o en Sevilla misma.
Argantonio, el monarca de Tartesos, fue calificado como filo heleno
porque, ante la amenaza de los persas sobre Focea se dice que llegó a
ofrecer a los griegos que se establecieran definitivamente en el territorio
tartesio, lo que nunca sucedió, porque cuando Ciro conquistó Jonia y
destruyó Focea, sus habitantes huyeron en sus naves hacia Alalia, la
colonia que habían fundado en Córcega en el 545 a.C, y de ahí fueron
dispersados por la liga de los etruscos y cartagineses, quienes sentían
21
33
amenazados sus dominios en el año 535 a.C. Para esta fecha ya
probablemente había muerto Argantonio. El acoso de los persas a los
griegos se prolongaría durante el inicio del siglo VII hasta el VI a.C., y con
posteridad a estas fechas continuó manteniéndose por varios siglos la
comunicación y la influencia cultural griega sobre la Península Ibérica, en
forma directa y posteriormente en forma indirecta, durante el imperio
romano. Todas las colonias fundadas por los helenos en las costas de Iberia
actuaron como embudos que recibían del mundo griego la influencia
cultural y la transmitían al resto de la Península, difundiéndose y
asimilándose en todo el territorio. Así Herodoto pudo haber sido fuente
primigenia de los primeros historiadores ibéricos, la geografía de Estrabón
seguramente ilustró a muchos de los navegantes y viajeros de Iberia, La
Ilíada y La Odisea de Homero empezaron a nutrir la imaginación ibérica
con su poesía épica. El pensamiento socrático y la integridad del filósofo
pudieron ser conocidos a través de los diálogos de Platón. Y la Academia
de éste último, a través de la teoría de las ideas y su pensamiento científico
y filosófico, debió haber influido en el pensamiento peninsular.
Los trabajos y los días de Hesíodo, y su descripción de la actividad
cotidiana en el campo, debieron haber transmitido seguramente, a través de
algunos estudiosos, el detalle de la cultura helénica y la gran estima que se
tenía por la rectitud y el trabajo, como actividad digna y dignificante, así
como el conocimiento de sus dioses y la adopción de su teogonía. La
experiencia recogida de los lidios en el siglo VII a.C., con la acuñación de
monedas, llegó directa y actuante a Iberia a través de los griegos. El
conocimiento astronómico de los babilonios y la geometría egipcia llegaron
a través del conocimiento científico de Tales, oriundo de Mileto, físicomatemático jonio que descubrió el electrón frotando el ámbar, lo que le
permitió establecer los principios de la electricidad y el magnetismo.
Aunado todo esto al enorme conocimiento matemático de Pitágoras, sirvió
considerablemente en los incipientes científicos de Iberia.
La filosofía aristotélica pudo haber fluido como si un peripatético del
estagirita estuviera en cada una de las colonias ibéricas del Mediterráneo.
Las hazañas guerreras de Milíciades y Temístocles debieron inspirar a los
guerreros de Iberia. El teatro de Esquilo, Sófocles y Eurípides llegó para
quedarse y enriquecer el espíritu del pueblo. Hipócrates y su teoría de la
medicina seguramente fueron ejemplos a seguir en el inicio del
conocimiento de la ciencia médica. Protágoras y su sistematización de la
34
lengua griega, mediante el establecimiento de las primeras reglas
gramaticales, deben haber ejercido su influencia en la expresión de las
lenguas futuras. Indudablemente el Partenón de Ictino el Arquitecto y de
Fidias el Escultor, debieron inspirar el concepto de belleza y armonía
arquitectónicas que tanto habrían de influir en la cultura occidental y en el
proceso que se dio al final de la Edad Media y durante el Renacimiento.
En suma, la gran experiencia de la cultura griega con la evolución de la
Hélade, desde la época creto-micénica, con la invasión de los dorios y los
sucesivos enfrentamientos internos y externos con hititas, lidios y medos
principalmente; la idea de la polis; el concepto de la ciudad-estado; el
pensamiento filosófico; el conocimiento científico; la manifestación del
espíritu humano en la expresión artística hasta la culminación cultural en el
llamado Siglo de Pericles, con el surgimiento del primer estado federado al
consolidarse la hegemonía de Atenas sobre la confederación de ciudadesestado griegas, toda esta gran tradición cultural e histórica conformó la
huella helénica en toda la Península, enriqueciendo con esto el acervo
cultural de Iberia como patrimonio invaluable para el futuro, el mismo que
fue trasmitido a la cultura española y, a su vez, a la mexicana.
Es importante considerar que antes del imperio romano no existía
una integración política de los pueblos que habitaban la Península Ibérica,
y por lo tanto, la semilla cultural no podía tener una germinación inmediata
y mucho menos un resultado de identidad cultural. Sin embargo, en la
posteridad, esta semilla sembrada en cada una de las colonias griegas del
Mediterráneo ibérico tuvo su fruto, beneficiándose por fuente directa, desde
un principio, de la cultura que junto con la romana ha dado origen a la
cultura occidental y que ha contribuido determinantemente para sentar las
bases de la cultura universal. Aunque la cultura romana es propiamente casi
contemporánea de la cultura griega, y juega con ésta un proceso simbiótico,
anterior en el tiempo al desarrollo del primer imperio en América –el
teotihuacano—, veamos primero la cultura teotihuacana y luego pasemos a
analizar brevemente la cultura romana como origen de la cultura latina y su
proceso histórico y el concepto de imperio con su ejemplo europeo.
TEOTIHUACÁN
En idioma náhuatl, Anáhuac significa cerca del agua. Con este
nombre se conocía al Valle que comprendía a las riberas del gran lago
35
compuesto por muchos cuerpos lacustres que llevaban diferentes nombres:
Chalco, Xochimilco, Texcoco, Xaltocán y Zumpango. Juntos formaban una
gran superficie de agua dulce en algunas partes, y salobre en otras, rodeada
de una agradable y variada vegetación con un clima de eterna primavera,
sin duda el lugar más agradable y bello del Valle de México en el Altiplano.
“La región más transparente del aire”, como sería llamada por Alfonso
Reyes. Surge un asentamiento humano al nororiente del Valle de Anáhuac,
cien años antes de Cristo, en lo que después sería Teotihuacán. Si bien las
riberas del Lago de Texcoco no estaban lejos, los pobladores del
asentamiento escogieron este lugar por la abundancia de manantiales que
garantizaban durante todo el año la permanencia de aguas puras y
cristalinas que además potencialmente podían regar una extensa plataforma
de ricas tierras aluviales buenas para la agricultura.
Las montañas
circundantes propiciaban el abasto de madera y leña, y existían en el lugar
importantes yacimientos de obsidiana utilizada para la fabricación de
instrumental cortante, piedra caliza, tezontle y alabastro. Con una
temperatura media templada, el lugar era espléndido, sólo superado por las
riberas del sur y del poniente del valle, en donde abundaban también los
manantiales y el agua del lago era dulce.
Al sur del Anáhuac, y desde mediados del primer milenio a. C., se
desarrollaron varios asentamientos humanos como Tlapacoya, Copilco y
Cuicuilco entre otros, con influencia olmeca y zapoteca que debieron
acumular durante siglos un importante acervo cultural. Cuicuilco llegó a
tener un importante centro ceremonial en donde uno de sus templos está
construido a base de plataformas circulares en talud, de piedra acomodada,
con una escalera central y alfardas. La base de este templo circular es de
aproximadamente 150 metros de diámetro. Actualmente se pueden
observar sus vestigios al sur de Ciudad Universitaria, en la Ciudad de
México.
Con relación al origen de Teotihuacan es de considerarse como muy
posible la siguiente hipótesis: con las erupciones del volcán Xitle, que
comienzan aproximadamente en el 50 a.C. y terminan a mediados del siglo
I, los habitantes del Anáhuac cercanos al volcán, entre ellos los de
Cuicuilco, invadidos por la lava, atemorizados por las continuas erupciones
y por el avance de la masa ígnea incandescente, que en algunas partes
cubrió totalmente las poblaciones, debieron haber buscado refugio en el
lado nororiente del valle y; Su migración implicó una importante
36
aportación cultural para aquel asentamiento que más tarde sería
Teotihuacán, la ciudad más grande e importante del Altiplano y
posiblemente de Mesoamérica.
A partir del inicio de la era cristiana se consolida la cultura
teotihuacana, que prevalece durante casi 750 años, imponiendo su
hegemonía tanto teocrática como guerrera a las civilizaciones circundantes,
tales como la totonaca, la huasteca, las del Valle del Anáhuac, Tlaxcala, y a
los pueblos llamados chichimecas, así como a los principales reinos de
Mesoamérica, aun a los más alejados como los mayas. Al convertirse
Teotihuacán en un verdadero imperio, sostiene una red tributaria que hace
posible la edificación de su grandeza y la transmisión del conocimiento y la
riqueza cultural que llegaron a poseer. Pero un imperio no se puede
descuidar, porque los pueblos dominados acaban con el imperio que los
dominó, lo cual seguramente sucedió durante el declive de esta gran
cultura, a la que los mexicas, casi mil años después de la existencia de su
apogeo cultural, calificarían como: la cuna de los dioses, el origen de
Quetzalcóatl, de los Macehuales y de la cultura con la cual se inició el
Quinto Sol. Fueron los mexicas quienes la llamaron Teotihuacán; la
“Ciudad de los Dioses”. Así como los romanos tomaron de la Grecia de
Alejandro de Macedonia la inspiración para el diseño de su imperio, así
probablemente los mexicas se inspiraron también en los teotihuacanos para
la construcción del imperio mexica de la Gran Tenochtitlán.
La influencia recíproca de las culturas mesoamericanas se hace
patente en aquellas que surgen a principios de la era cristiana,
principalmente en la civilización teotihuacana, que deja ver la impronta
proveniente de la cultura zapoteca y al mismo tiempo influye en Monte
Albán, en el Tajín, el soberbio centro ceremonial de la cultura totonacohuasteca, y en las civilizaciones mesoamericanas anteriores y posteriores
como la maya. Una prueba de esto es el uso del tablero y el talud en la
arquitectura de sus templos, el cual se generaliza a partir de la cultura
teotihuacana en todo Mesoamérica; de igual forma, aunque no es factible
precisarlo, es muy posible que en Teotihuacan se haya consolidado el uso
del idioma náhuatl y que, debido a su influencia, se haya generalizado en la
mayor parte de Mesoamérica.
Cuando aún era de noche,
cuando aún no había día,
37
cuando aún no había luz,
se reunieron,
se convocaron los dioses
allá en Teotihuacan. 22
Grandeza espiritual y una concepción mística y poética, pero
también de dominación guerrera, fueron necesarias para crear una gran
ciudad Estado como Teotihuacan, capital de un extenso imperio que llevó
sus dominios sobre gran parte de los reinos mesoamericanos. Esta cultura
y su ciudad reflejan una teogonía que concedía a los dioses proporciones
inconmensurables, pero que también reconocía en los hombres el poder
físico e intelectual suficiente para expresarse con generosidad en la
creación del ámbito terreno de los dioses y de los hombres, a través de la
monumentalidad y la belleza de sus templos y edificios, y en la gran
riqueza y presencia de su espacio urbano. “Es frecuente que se imagine a
todas las sociedades prehispánicas como tiranías en las que un grupo
inmensamente rico sometía a comunidades de productores a un trabajo
extenuante con un férreo control político, y ciertamente no eran
democracias, pero su estructura interna era más compleja y justa de lo que
sugiere el prejuicio.
En Teotihuacan hay datos arqueológicos suficientes para
comprender, al menos, cuatro asuntos básicos relacionados con la
estratificación social: 1] La base de la sociedad estaba formada por grupos
corporativos, a manera de clanes, que adoptaron la forma de barrios
urbanos. 2] Estos clanes tenían una diferenciación interna; había algunas
familias más ricas que otras. Los conjuntos habitacionales en donde vivían
los jefes solían ser algo más amplios y ricos que otros de su mismo barrio.
Los restos de los individuos de más alto rango dentro de cada barrio
recibían un tratamiento funerario especial. 3] Los barrios de artesanos,
agricultores y otros trabajadores contaban con una infraestructura urbana
(calles, acceso al mercado, drenaje, vivienda sólida y duradera) que nos
impide definirlos como una masa empobrecida. Dicho en otros términos: la
vivienda popular urbana en general no era de una calidad sustancialmente
distinta de la vivienda de los sectores dirigentes. 4] Efectivamente hay
edificios cuya rica decoración mural y amplias habitaciones los delatan
22
Miguel León Portilla, “Textos indígenas del mundo náhuatl del siglo XVI”, Los antiguos mexicanos
(México: Fondo de Cultura Económica, 1961) 25.
38
como vivienda de una clase noble. Los conjuntos situados al este de la
Pirámide de la Luna y al norte de la Pirámide del Sol, parecen haber sido la
morada de dirigentes políticos y militares. También hay algunos conjuntos
habitacionales que parecen haber albergado a monjes, dedicados por
completo a las tareas religiosas.”23
La riqueza del espacio exterior, la armonía y magnífica disposición
de la estructura urbana, que aprovecha un medio ambiente privilegiado
integrándose a él, que lejos de sufrir demérito es exaltado por la acción del
hombre, ponen en evidencia características extraordinarias de esta cultura
por medio de su urbanismo magnificente y refinado, con gran expresión
artística. En la primera etapa de Teotihuacán (0 al 150 d.C.), la ciudad
empieza a construirse a lo largo de un eje rector. La traza urbana de
Teotihuacán es reticular y siguen el eje Norte-Sur 15° 25’ al Este y una
orientación Este-Oeste de 16° 30’ al Sur con una variación 1° 2’ del ángulo
recto. Han sido encontrados petroglifos que pudieron haber servido para
el trazo de la ciudad, considerándose que éstos datan del principio de la era
cristiana. La ciudad se desarrolla al sur del Cerro Gordo, que fue su
principal fuente de abasto de agua potable y está situado convenientemente
al Norte, con manantiales a un nivel superior al de la ciudad, lo que le daba
la posibilidad de conducir por gravedad el agua a todas sus partes. En esta
época se construyen la Pirámide del Sol y de la Luna, denominadas así más
tarde por los mexicas; la Pirámide del Sol, con una altura aproximada de 63
metros y un basamento cuadrado de aproximadamente 50,600 m2, es el
templo más importante del complejo urbano y fue edificado sobre uno de
los manantiales existentes. Fue construido originalmente a base de cuatro
grandes plataformas en talud recubiertas de piedra, superpuestas una sobre
otra con un ángulo aproximado de 47°, aunque en la reconstrucción
llevada a cabo a finales del Porfiriato ,por Leopoldo Batres, le hayan
resultado cinco plataformas.
La Pirámide de la Luna, en el extremo norte, de menor altura, tiene
su cúspide coincidente con la Pirámide del Sol por el declive del terreno.
Desde lo alto de las dos pirámides se tiene una magnífica vista; en la
lejanía y hacia el sur, aparece el Valle de Anáhuac con su gran lago, que
debió conformar desde Teotihuacan un bello paisaje natural, digno de los
23
Pablo Escalante Gonzalbo, ed. Nueva Historia Mínima de México: El México Antiguo (México El
Colegio de México, 2005) 27-28.
39
lienzos de José María Velasco, que captaron, más de mil seiscientos años
después, la mágica belleza del Valle de México. Algunas versiones de la
investigación arqueológica estiman que en la segunda etapa, que va del 150
al 250 d.C., la ciudad inicia su expansión hasta lograr su máxima extensión
territorial. Seguramente esto sucede posterior al final de la etapa que va del
250 al 450. Al inicio de este periodo, se construyen la Plaza de la Ciudadela
y el Templo de Quetzalcóatl, éste último con tableros ricamente decorados
con figuras de gran belleza y policromía, representando cabezas de
serpientes con plumas de quetzal y caracoles esculpidos en piedra. Las
últimas excavaciones hechas en este templo han revelado la posibilidad de
prácticas rituales relacionadas con los sacrificios humanos, realizados
desde entonces por los teotihuacanos. De igual forma se han encontrado
algunas evidencias que suponen la existencia de incendios en templos y
palacios alrededor del 550.
De acuerdo también con la investigación arqueológica, existe una
etapa de reconstrucción de la ciudad. Teotihuacán empieza a crecer sobre
sí misma; algunos templos son recubiertos por estructuras superpuestas.
Esto tal vez suceda al final de su época de esplendor, probablemente a
finales del siglo VI, toda vez que los trabajos de restauración, hechos por
Manuel Gamio en el Templo de Quetzalcóatl a principios del siglo XX,
demostraron que la estructura inferior era superior en calidad y
refinamiento escultórico a la superpuesta.
En el 450, Teotihuacan era ya una ciudad estructurada con conjuntos
habitacionales integrados con barrios intercomunicados por calzadas y
callejuelas pavimentadas con piedra. En estos barrios no era excepcional
encontrar pequeños templos oratorios. No se sabe si los teotihuacanos
tuvieron dioses domésticos como los penates de los romanos. En la ciudad
existían infinidad de plazas interiores, jardines y palacios; la ciudad
contaba con una extensa red para canalizar el agua potable así como las
redes adecuadas de alcantarillado que hacían de esta una ciudad limpia y
bella, con gran cantidad de jardines y flores variadas. En esa época la
ciudad tenía más de 15 km2 de extensión y aproximadamente 65,000
habitantes. Teotihuacan alcanza un máximo esplendor probablemente del
año 400 al 600; en ese tiempo, la metrópoli seguramente superaría a los
100,000 habitantes permanentes más una importante población flotante o
itinerante; su superficie posiblemente rebasaría las 2,000 hectáreas. Estas
cifras son por supuesto aproximadas, pues existen diferentes versiones de
40
diferentes investigadores, pero en promedio y por los hechos, podemos
calcularlas conservadoramente en esta forma. Ya en esta época es de
suponerse que tanto la actividad humana, como por supuesto la agrícola,
absorbían la mayor parte del agua de los manantiales del Cerro Gordo.
La teotihuacana era una sociedad bien estratificada en diferentes
clases; sacerdotes, guerreros, artistas, constructores, artesanos,
comerciantes, agricultores, peones, etc. Una sociedad en armonía dedicada
a la adoración de los dioses, al dominio de los reinos mesoamericanos, a la
producción agrícola, al comercio, a la producción artesanal, al
entretenimiento, a la observación de los astros y al disfrute de la gran
ciudad por medio de una vida urbana sofisticada y de gran esplendor.
Existían barrios especializados e identificados por las diferentes regiones o
reinos del imperio. Y por otro lado se encontraban, de manera muy
importante y característica de la ciudad, las áreas dedicadas al
entrenamiento de guerreros y juegos rituales, como parte importante de la
necesidad de sojuzgar y controlar a sus tributarios por medio del poder
impuesto por la fuerza.
Una constante en las culturas mesoamericanas fue también la observación
sistemática del movimiento cíclico de los astros y sus efectos en los
fenómenos naturales relacionados con la agricultura. Teotihuacan no fue la
excepción. Seguramente cada templo podía ser utilizado en las prácticas
ceremoniales, rituales y teocráticas, y además, como un punto fijo en la
cúspide, propicio para la observación y medición astronómica,
convirtiéndose de esta manera en virtuales observatorios del movimiento
celeste. Esto, combinado con el dominio de las matemáticas y el manejo de
los calendarios, les proporcionaba una valiosa herramienta científica
aplicable a la agricultura y a la prevención de los fenómenos naturales. A
partir del 650, y durante un siglo, se da la declinación de la cultura
teotihuacana hasta casi su total desaparición en el 750, no sin antes
transmitir a las civilizaciones posteriores su influencia cultural expresada
en su manera de vida, su agricultura, su teogonía, su concepción
cosmogónica de plenitud y grandeza en la vida terrena y de trascendencia
después de la muerte. La extinción de la influencia teotihuacana en
Mesoamérica dio posibilidad al surgimiento y florecimiento de nuevas
culturas como la tolteca.
Como una pintura
41
nos iremos borrando,
como una flor
hemos de secarnos
sobre la tierra,
cual ropaje de plumas
del quetzal, del zacuán,
del azulejo, iremos pereciendo.
Iremos a su casa.
Aún en estrado precioso,
en caja de jade
pueden hallarse ocultos los príncipes:
de modo igual somos, somos mortales,
los hombres, cuatro a cuatro,
todos nos iremos,
todos moriremos en la tierra.
Nadie esmeralda,
nadie oro se volverá,
ni será en la tierra algo que se guarda:
Todos nos iremos
hacia allá igualmente:
nadie quedará, todos han de desaparecer:
de modo igual iremos a su casa24.
Como herencia de Teotihuacan quedó un valioso legado de múltiples y
variadas facetas: su mitología transmitida a las culturas posteriores, su
panteón de dioses, el nacimiento de Quetzalcóatl y de la gente del Quinto
sol, y el inicio mismo del Quinto Sol. Sus vestigios arquitectónicos, su gran
complejo urbano, la calzada de los muertos, sus grandiosas pirámides del
Sol y de la Luna, la Ciudadela, el Templo de Quetzalcóatl, el Palacio de
Quetzalpapalotl y tantas otras maravillas como sus barrios habitacionales,
alimentados de agua potable corriente, convenientemente drenados y
generosamente estructurados, sus jardines en floración permanente, su
armonía y limpieza urbana y sus calzadas pavimentadas. Y en suma, todo
ese gran complejo urbano que debió haber sido en su época de esplendor;
24
Nezahualcóyotl, “Como una pintura nos iremos borrando”, Traducción del padre Garibay,
Nezahualcoyotl, vida y obra, por José Luis Martínez (México: Fondo de Cultura Económica) 203-204.
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una apoteosis de luz y de color bajo un cielo azul añil, expresión física de
una gran cultura, con una concepción mística y generosa de la vida y de la
muerte, que dejó su impronta indeleble y trascendente en todo
Mesoamérica. Como hemos visto, la vocación imperial se dio también en
América, aunque con otra concepción mucho más espiritual, mística y
teocrática. Si bien sobre bases similares de expansión guerrera y dominio
político, usufructuando mediante el tributo el esfuerzo de los pueblos
dominados y, con cargo a ellos, la edificación de la grandeza del imperio.
Regresando al mundo antiguo allende el mar, revisaremos otra gran cultura,
la que se derivó de los fenicios, pero ahora ya no desde la visión del
comercio, sino de la conquista. Los cartagineses toman provecho de su
destreza naval para utilizarla en el dominio de los demás. Después de la
declinación de Tiro, también en las riberas del Mediterráneo, pero ahora en
el norte de África, surge Cartago como la fuerza púnica (del latín, punicus,
el nombre con el que los romanos designaban a los cartagineses) que se
transformaría en la nueva talasocracia del mediterráneo.
LOS CARTAGINESES
Según Adolph Shulten, el pueblo griego sufrió daños muy graves por
el año 504 a.C., con la destrucción de Sibarís y Mileto, y la de Mainaque y
Tartesos. Existe una relación entre la destrucción de Mileto y la de Tartesos
y Mainaque, toda vez que los cartagineses y los persas eran aliados en
contra de los griegos. La destrucción de las dos ciudades fue total; los
cartagineses barrieron con ellas, lo que tal vez ocasionó la confusión que se
dio entre Málaga y Mainaque, y posiblemente Cádiz y Tartesos. Esto
probablemente se acentuó porque la actividad comercial de estas dos
ciudades, al ser destruidas, debió pasar precisamente, en el caso de
Tartesos, a Cádiz o Sevilla, y en el de Mainaque, a Málaga. La primera
posición que tomaron los cartagineses en el Mediterráneo frente a las
costas de Iberia, fue la isla de Ibiza. Con la conquista del sur de Iberia, los
cartagineses adquirieron una valiosa y estratégica posición, además de que
fueron los poseedores de una gran riqueza en metales, especialmente en
plata y estaño que llegaron a controlar. La dominación de los cartagineses
sobre el antiguo imperio de Tartesos y el sur de Iberia duró
aproximadamente 300 años, desde el 500 al 206 a.C.
Tomando como base Ibiza, los cartagineses emprendieron en forma
decidida la lucha contra los griegos, arrebatándoles el dominio del
Mediterráneo después de la batalla de Alalia. De ahí siguió la destrucción
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de Tartesos. En esta forma, los cartagineses dominaron las costas
meridionales de Iberia, ocupando todos los antiguos asentamientos fenicios
y griegos. El interés de los cartagineses por las tierras conquistadas en la
Península Ibérica adquiere suma importancia con el final de la primera
guerra púnica en contra de Roma, en donde habían perdido Sicilia, Córcega
y Cerdeña. Esto ocurre a finales del año 241 a.C. Ahora más que nunca, a
los cartagineses les interesa Iberia para sustituir las posiciones estratégicas
de Sicilia, Córcega y Cerdeña, y las riquezas de Iberia les servirían para
compensar tanto los gastos de guerra, como los tributos que les impusieron
los romanos. En estas condiciones, Amílcar Barca llega a la Península al
frente de un ejército cartaginés en el 237 a.C. Inicia de inmediato una
acción de conquista en todo el sur del territorio empezando por el sudeste,
aquí luchan principalmente contra los turdetanos para controlar los
yacimientos de Sierra Morena y convertir en asentamiento cartaginés a
Acra de Leuke (Alicante).
La primera intervención romana en la Península Ibérica, dominada
por Cartago, tuvo lugar en el 231 a.C. 25, cuando los romanos envían una
embajada ante Amílcar, interesados en conocer el por qué de sus acciones
de conquista contra los pueblos autóctonos de Iberia. Amílcar les contestó
que era para poder dar cumplimiento al tratado de paz que firmaron con
ellos con motivo de la Primera Guerra Púnica. Dos años después de esta
embajada romana, y en un encuentro contra los indígenas, muere Amílcar
Barca cerca de Helche. Asdrúbal, yerno de Amílcar, lo sustituye al frente de
los ejércitos en la Península Ibérica y ejerce una hábil diplomacia con los
indígenas. Funda Cartago Nova (Cartagena). Al morir Asdrúbal, se coloca
al frente del ejército cartaginés al general Aníbal, hijo de Amílcar, y cuyo
principal ideal era acabar con el poder de Roma. Aníbal necesitaba un
pretexto para atacar a Roma y escogió Sagunto como el lugar estratégico,
ya que los romanos apoyaban a los saguntinos. Este asentamiento se
encontraba al sur del río Ebro, bajo la influencia cartaginesa y, de acuerdo
al tratado entre romanos y cartagineses del 226 a.C., Sagunto por ser un
asentamiento al sur del rio, no podía aliarse a Roma. Los romanos alegaban
que la alianza con Sagunto era anterior al tratado del Ebro;
independientemente del derecho, como ya hemos dicho, lo que Aníbal
buscaba era sólo un pretexto.
En el año 219 a.C. se da el ataque y la toma de Sagunto por Aníbal,
lo que los romanos consideraron como causa bélica, dando inicio así a la
Segunda Guerra Púnica. Aníbal consolida su poder en la Península
dominando a los indígenas. Inmediatamente después, en el 218, parte de
Cartago Nova y se dirige hacia Roma a través de los Pirineos, con un gran
25
Marcelo Vigil, ed., Edad Antigua (Madrid, Alianza, 1988) Tomo I de Historia de España, 210.
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ejército de más de 80,000 guerreros, 12,000 caballos y varias decenas de
elefantes. Con ellos también cruza los Alpes, nevados hasta las partes
bajas; sin embargo, al llegar a las llanuras del Po, le quedaban ya poco
menos de la mitad de sus efectivos. Sin duda alguna, y a pesar de la
imprudencia, el paso de Aníbal por los Alpes ha quedado en los registros
históricos de la épica como una hazaña sin precedentes.
Con la Segunda Guerra Púnica, Aníbal realiza múltiples campañas
victoriosas, pero por alguna razón no se decidió inmediatamente para atacar
a Roma, lo cual pudo haber hecho con éxito26. La rodea, pasando de largo
y en cambio asola a la Campania, y durante la primavera del 216 a. C., se
da la Batalla de Cannas, seguramente el más grande triunfo cartaginés en la
Península; así, pues, se cubre de gloria por encima del cónsul Lucio Emilio
Paulo, quien es derrotado por la hábil estrategia de Aníbal y sus lanceros
africanos. La proporción de pérdidas de efectivos fue de 10 a 1. Más tarde
trata de atacar Roma, pero es rechazado. Siguiendo el principio de que “la
mejor defensa es el ataque”, los romanos invaden Hispania casi
simultáneamente al ataque de Aníbal a la Península Itálica. Al arremeter en
contra de los cartagineses dejan a Aníbal aislado en Italia. En esta forma
se da inicio en Ampurias la conquista a la Península Ibérica dominada hasta
ahora por Cartago, y con esto, los romanos ejercerían su dominio en estas
tierras por casi 700 años. Los hermanos Escipión, Publio y Cneo
encabezaron la lucha en Ampurias, pero fueron vencidos y muertos en esta
batalla. Después de la batalla de Zama, en el norte de África, en donde
Publio Cornelio Escipión el Africano vence y expulsa al aguerrido Aníbal;
le es concedido por el Senado romano el mando de las legiones para la
conquista de Iberia.
Escipión desembarca en Tarragona con solamente 4,000 legionarios,
sumándose a las legiones ya existentes en la Península. Él llevó a cabo la
mayor parte de las campañas decisivas, y 12 años después, los romanos
toman Cádiz, el último reducto de los cartagineses en Iberia. Con ello, la
expulsión de los cartagineses de Iberia es definitiva. Escipión, antes de
iniciar el asedio de las ciudades ibéricas ocupadas por cartagineses, sometió
a las legiones a un intenso entrenamiento, imponiéndoles la disciplina
militar romana que hasta cierto punto habían perdido. Después de la derrota
de los cartagineses, iniciaron la lucha para someter a los pueblos indígenas,
26
Estos actos de indecisión a la hora critica, muchas veces tienen un gran costo político y por otro lado
pudieron haber cambiado el curso de la historia. Lo mismo sucedió con Hidalgo en la guerra de
independencia después de la Batalla del Monte de las Cruces
45
quienes en cierta forma lo consideraban un libertador, uniéndosele así
muchos voluntariamente.
Ahora es preciso que regresemos en el tiempo para retomar el análisis de
una de las más grandes civilizaciones imperiales que tuvo gran influencia
en Hispania, como ellos mismos la llamaron.
LOS ROMANOS
El surgimiento de Roma está envuelto entre lo mítico y la verdad
histórica. La explicación a esto es que la parte medular de la historia
antigua de Roma, en lo que se refiere a sus orígenes, fue escrita por Tito
Livio en base a la Eneida de Virgilio, encargadas ambas, tanto el poema
épico como el relato “histórico” por el emperador Octavio Augusto, 700
años después de la fundación de Roma, cuando está ya era un imperio en
ciernes. Octavio hizo esto para justificar a posteriori, con la ayuda de un
poeta y un historiador; la nobleza del origen del Emperador y la misión
hegemónica de Roma. Por lo tanto, había que explicar de dónde venía tanta
magnificencia, al extremo tal de pretender convertir en un semidiós a su
fundador, cuando éste debió haber sido sólo un ser humano casi como
cualquier otro de su tiempo, seguramente convertido en excepcional,
gracias a la circunstancia y a sus cualidades intrínsecas apropiadas. Lo más
probable es que no haya sido la tarea de un solo hombre, sino de un
conjunto liderado por él y por quienes le siguieron en los comienzos de la
trascendental tarea.
Los grandes periodos de Roma son: la Monarquía (753-509 a.C.), la
República (510-27 a.C.) y el Imperio (27 a.C.-476 d.C.). 1229 años, de los
cuales en más de la mitad (692) prevalece el dominio de Roma sobre
Hispania.
En el principio, su estructura social estaba compuesta por patricios y
plebeyos. Los patricios se originaron de los patres, jefes de los clanes,
escogidos por su experiencia y sabiduría, y eran los que integraban la
nobleza y la asamblea del pueblo, “Comitia Curiata”, que en su comienzo
estaba compuesta por treinta curias, diez por cada tribu, dando así origen al
Senado romano. Es de notar cómo desde un principio, en la cultura romana,
la familia fue la clave de la organización social. En el inicio, los plebeyos
que eran todos aquellos no podían ser patricios, quedaban excluidos de la
Asamblea; sin embargo, y como era de esperarse, con el tiempo fue
creciendo desproporcionadamente su número en relación con los patricios
46
y, con esto, su “peso específico” y la presión social por las crecientes
demandas para lograr un trato más justo. Esto llegó a ser determinante en la
composición social en ese tiempo y característico del proceso histórico en
la cultura romana y su lucha por las reivindicaciones de la plebe y, en cierta
forma, también lo ha sido del proceso histórico de la humanidad.
Los siete reyes del periodo monárquico que ejercieron las tres tribus
originales (etruscos, latinos, y sabinos) fueron: Rómulo (muy posiblemente
etrusco, 753-715 a.C.), Numa Pompilio (sabino, 715-673 a.C.), Tulio
Hostilio (latino, 673-641 a.C.), Anco Marcio (sabino, 641-616 a.C.); les
siguen los tres reyes de la llamada dinastía etrusca (aunque el segundo de
ellos lo fuera solamente por adopción): Lucio Tarquino Prisco (Lucumon)
(616-578 a.C.), Servio Tulio (578-535 a.C.) y el tirano Tarquino el
Soberbio (535- 509 a.C.), quien con su despótico proceder ocasiona el fin
de la Monarquía.
El rey era el gran patriarca en toda la extensión de la palabra, toda
vez que era el poseedor del imperium o poder político supremo y también
el jefe espiritual, el que oficiaba los actos religiosos asistido por las
sacerdotisas de Vesta, lo que le confería un “halo místico” y sagrado. Esta
dualidad sería fundamental en el proceso político que dio origen al Imperio
y posteriormente, al manejo de un poder político de dominio efectivo
mediante la liga de la Iglesia y el Estado por medio de una religión oficial,
exclusiva y obligatoria. Y si en sus inicios el rey era el sumo sacerdote del
Estado romano, que atendía personalmente el culto de la diosa Vesta; el
paterfamilia lo emulaba a nivel de su territorio doméstico, toda vez que
llevaba el culto religioso a los dioses domésticos de la familia o “penates”,
lo cual ayudaba también a la consolidación del poder matizado por la
dualidad político-religiosa. Era ésta en sus inicios una cierta forma de
teocracia primitiva muy bien estructurada, en donde todavía no se habían
adoptado plenamente las deidades antropomorfas griegas y su panteón.
Al caer la Monarquía, se instauraría la República aristocrática por
472 años; a partir de la República y hasta el fin del imperio romano se
estableció la institución del Consulado, eligiéndose dos cónsules,
magistrados por periodos anuales. Se fortaleció la institución de la
asamblea democrática mediante el Senado, y la plebe obtuvo muchas de
sus reivindicaciones que habían quedado pendientes durante el periodo de
la Monarquía. La República termina con Julio César, padre adoptivo de
Octavio César Augusto, el primer Emperador, que responde a la nueva
circunstancia de una Roma transnacional, en donde la estructura política de
la República se vio rebasada. Por esta razón, Julio César, con visión de
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estadista y vocación imperial, dejó establecidas las precondiciones para la
construcción y establecimiento del Imperio.
Durante la República romana, la antigua magistratura única, el
Magíster populi, es substituido por el Dictator, con carácter de magistratura
extraordinaria. Surge así la dictadura, creada por ley, como una forma de
gobierno ante una amenaza extrema al Estado, que demandaba la decisión,
sin barreras legales, sin titubeos ni dilaciones, de una sola persona con
poderes absolutos para ejercer el poder, pero por tiempo determinado (seis
meses) y para un fin preciso y concreto, electo para esto por el senado y
los dos cónsules de acuerdo a la ley ex professo de la dictadura romana.
Los cónsules quedaban subordinados al dictador durante su encomienda;
sus decretos surtían efectos de ley y se suponía incluso la suspensión
temporal de la legislación vigente.
Con el Imperio Romano y su dominio de Europa, el norte de África y
Asia-Menor; se da el primer ejemplo de un mundo global, con estrategias
políticas y económicas no muy diferentes a las actuales, durante más de
500 años y 82 emperadores, desde Octavio Augusto, el primer gran
emperador, hasta Rómulo “Augústulo” (un imberbe a quien no quisieron
llamar “Augusto”, la denominación de los emperadores romanos, sino
utilizando su despreciativo: Augústulo).
Uno de los sitios y batallas más importantes del inicio de la
conquista de Roma a Iberia fue el sitio de Numancia, defendida por el
legendario líder lusitano, Viriato, que tiene mucha similitud con Francisco
Villa, toda vez que orillado por la circunstancia había pasado de bandolero
y abigeo a caudillo de los lusitanos en su guerra de independencia contra
Roma. Viriato, originario de Lusitania Occidental, fue pastor montañés en
su juventud que “con cualquiera competía en fuerza y sagacidad”. Fue un
gran estratega en el combate; utilizaba hábilmente el conocimiento y
dominio del terreno y ponía en práctica una especie de guerra de guerrillas.
La batalla contra Vetilio en la serranía de Ronda se parece, en cierta forma,
a la de Tierra Blanca, en Chihuahua, de Francisco Villa contra los federales,
pues ambos, conocedores del terreno, llevaban al enemigo a pelear en
donde a ellos les convenía. Viriato pacta el armisticio con Serviliano,
otorgándole Roma el título de amigo y reconociéndolo como gobernante,
sin embargo, los romanos quebrantan el tratado y atacan a Viriato en
Numancia. Polibio, historiador y geógrafo, que presenció el saqueo de
Cartago y la caída de Corinto, ambos en el 146 a.C., presenció también el
sitio de Numancia del 134 al 133 a. C., donde estuvo con Escipión
Emiliano, el vencedor de Cartago, nieto adoptivo de Escipión el Africano
(hijo del cónsul Emilio Paulo). Polibio nos habla de las minas de Cartago
48
Nova, donde trabajaban 40,000 personas; también de lo esforzados y fieros
guerreros que eran los celtíberos. Según Polibio, el sitio de Numancia lo
realiza el ejército guiado por Escipión, compuesto por 20,000 romanos y
40,000 iberos.
Escipión Emiliano realiza un sitio inteligente y porfiado en
Numancia, aunque totalmente desproporcionado. Los defensores no eran
más de 4,000. Se dice que Escipión hacía ronda una vez al día y otra por la
noche. Numancia se encontraba situada en un terreno elevado en las
riberas de uno de los afluentes del Duero, cerca de Soria. Los romanos
establecieron un cerrado cerco a la ciudad, y como los numantinos no
habían accedido a capitular ante el conquistador y sabían lo que les
esperaba, decidieron incendiar la ciudad y matarse unos a otros antes de ser
vencidos por los romanos. El sitio de Mazada, en Israel, realizada por los
mismos romanos, tiene gran similitud con el sitio de Numancia, ahí se llegó
a comer hasta la piel de las bestias y a reglamentar el consumo de carne
humana, sacrificando primero a los moribundos, débiles y enfermos. Los
romanos castigarían a Numancia como a Corinto y Cartago, reduciéndola a
cenizas.
Es importante señalar que la forma como Roma pudo conquistar y
dominar tantos territorios y sus pueblos, fue a través de una inteligente
disyuntiva que planteaban a los contrarios antes de la lucha: ésta era la
dedittitii y la soccii. En la dedittitii, (similar a la señal hecha con el dedo
por el emperador o el que presidía, en la arena del Coliseo para dar muerte
y acabar con un gladiador), el pueblo que era vencido tras oponer
resistencia era propiamente borrado de la faz de la tierra y perdía todas sus
pertenencias y tradiciones; y en la soccii, que era una virtual capitulación
sin lucha, era una especie de asociación en la que les respetaban a sus
autoridades, sus mismas estructuras de gobierno y sus propiedades. Pero
debían adaptarse a la forma y al derecho romano y a Roma a la que
pagaban tributo, pero conservando cierta autonomía y cierta identidad
cultural. Esto le daba al Imperio Romano la posibilidad de controlar a estos
pueblos conquistados sin necesidad de imponerles nuevos gobernantes y,
aunque les respetaban sus tradiciones y costumbres, los integraba
totalmente a Roma y a su cultura. Esta es la explicación de cómo el imperio
romano pudo abarcar y controlar tan extensos territorios. Más tarde, incluso
se les concedió a todos los habitantes de las nuevas provincias, la
49
ciudadanía romana y la posibilidad de acceso a los más altos niveles de
gobierno, incluyendo a la misma figura política del Emperador.
Julio César derrotó en la batalla de Munda, en el 45 a.C., a los hijos
de Pompeyo Magno, acompañándolo en esta lid su hijo adoptivo Octavio,
primer Emperador de Roma y el primero en llevar el nombre de Augusto.
Después de Numancia, la lucha se extendió hacia el norte, en donde se
encontraron con la férrea resistencia de los cántabros. Más tarde, Augusto
da el mando a Cayo Antístio, quien junto con Agripa logran el dominio de
los cántabros, la pacificación de los territorios y la consolidación del
Imperio Romano en todo el territorio, en el año 19 d.C., después de 199
años. La presencia romana en la Península Ibérica se prolongaría hasta el
siglo V de la era cristiana. La conquista romana de Hispania es el factor
que por primera vez unifica a los pueblos de Iberia. Los romanos dividen a
la Península Ibérica en dos: la Hispania Citerior y la Hispania Ulterior. A la
Hispania Citerior se le da el nombre de Tarraconense y a la Ulterior, la
dividen en Bética y Lusitania. Esto se da sólo para el control administrativo
de Roma en cuanto al Emperador y el Senado; sin embargo, de esta forma,
toda Hispania es una sola dentro del Imperio Romano. Se puede decir que
los antecedentes más antiguos de España como unidad geopolítica nacen
propiamente con el Imperio Romano, teniendo Hispania gran influencia y
trascendencia dentro del mismo Imperio, ya que 4 de sus grandes
emperadores, Trajano, Adriano, Marco Aurelio y Teodosio, fueron
originarios de Hispania, ya fuera en forma directa o indirecta, del mismo
modo que grandes pensadores como Lucio Anneo Séneca, entre otros.
Las aportaciones de la cultura romana a Hispania, y por lo tanto a la cultura
mexicana, fueron determinantes y de gran trascendencia. El derecho
romano, que es fuente original del derecho mexicano, adquirió en el 533
d.C., con el Código de Justiniano, la unidad y consistencia que lo hace
vigente todavía como base de la ciencia jurídica en la época actual. Por otro
lado, en la época de Diocleciano (284-305), se realizó una necesaria e
inteligente reestructuración del basto Imperio Romano: el Emperador
subdividió las provincias y estableció 12 diócesis regionales, para lo cual
trasformó el poder de los vicarii, que pasaron de substitutos extraordinarios
del prefecto del pretorio, a ser ahora los encargados de las diócesis. Por
ejemplo, la diócesis de Italia se dividía en dos partes: las regiones al norte
de los Apeninos dependían del vicarius italiae, que residía en Milán, y las
del sur, incluyendo a las islas y a Sicilia, quedaban sometidas al vicarius in
urbe Roma, mientras Roma era administrada por el perfectus urbi. El
ejército estaba dividido en alrededor de 500 legiones, conformadas cada
una por 1,000 hombres. La jerarquía eclesiástica del cristianismo, la
Iglesia Católica, aún siendo perseguida por Diocleciano, en cierta forma
50
con astucia adoptó esta misma estructura, lo que le valió en tiempos de
Constantino y, posteriormente de Teodosio, no solo la posibilidad de su
reconocimiento y utilización política por el imperio, sino su asimilación al
imperio mismo.
Sobre Constantino, Hans Kung nos dice: “Para regocijo de los
cristianos en el año 313 d.C., este taimado maestro de la Real-politik, junto
con Licinio también Augusto, garantizó [mediante el edicto de Milán] una
libertad religiosa ilimitada para todo el imperio. [Medida verdaderamente
trascendente que validaba oficialmente y por primera vez al cristianismo y
que también restituía a los cristianos sus propiedades]. En el 315 se abolió
el castigo de la crucifixión y, en el 321, se introdujo el domingo como
festividad oficial y se aceptó que la Iglesia disfrutara de patrimonio. En el
325, Constantino se convirtió en el emperador único del Imperio Romano y
convocó al Primer Concilio Ecuménico, que se celebró en su residencia de
Nicea, en el este de Bizancio.”27
Otro de los actos más trascendentes, aunque posiblemente
inconveniente, tanto para el imperio como para la Iglesia Católica, fue la
unión de la Iglesia y el Estado, aunque todavía no en forma exclusiva, toda
vez que se consentía la continuidad de los ritos paganos y, ante la no
existencia de una religión única dentro de las históricas tradicionales,
Constantino escogió el Cristianismo, por conveniencia circunstancial; el
principio de San Pablo de “la emanación divina del poder” le venía como
anillo al dedo para sus propósitos, haciendo que se le reconociera el título
de Dominus. Todo lo relacionado con el Emperador fue considerado desde
entonces sagrado, así como había sido desde el principio de la monarquía.
Sin embargo, esto mismo desconectó al señor de su pueblo; como sucedió
en el caso de Moctezuma Xocoyotzin, no cualquiera podía ver de frente al
Emperador, y verlo era un verdadero privilegio sólo para unos cuantos. A
Teodosio I la Iglesia Católica lo llamó “el Grande”; su mérito, para recibir
tal calificativo, fue consolidar la unidad religiosa del Imperio al imponer el
Catolicismo como religión oficial del Estado, dando lugar a una situación
verdaderamente trascendental para la cultura occidental; al crear con esto el
Estado confesional, que se prolongaría durante el tiempo hasta el siglo
XVIII, cuando las ideas surgidas del pensamiento de la Ilustración y del
movimiento liberal crearon el concepto de Estado moderno y laico. Tema
que con el surgimiento del Estado mexicano, por ignorancia y prejuicios
religiosos causó gran controversia y provocó la guerra civil.
El idioma latino dio origen al castellano. La arquitectura y la
ingeniería, con la cúpula, la bóveda de cañón y el arco de medio punto, y
27
Hans Kung, La Iglesia Católica (Barcelona: Debate, 2004) 61.
51
sus grandes puentes y acueductos, vinieron a significar también una valiosa
aportación romana. Para evitar la manipulación arbitraria de las fechas,
Julio César dispuso una revisión y precisión del calendario; hizo venir de
Alejandría al astrónomo Socígenes, para crear el calendario llamado juliano
en su honor, que más tarde, y en el proceso de hacerlo más preciso, motivó
el surgimiento del concepto del punto decimal, transformándose en el
calendario gregoriano. La organización política y el pensamiento filosófico
heredado de Grecia, ahora con el neoestoicismo de Marco Aurelio y el
neoplatonismo de Plotino, conformaron una nueva manera de entender la
realidad. El concepto de municipio, que es la base de la organización
territorial y política en México, fue una de las grandes aportaciones de
Roma. En fin, Roma aportó todo lo que conocemos como la gran cultura
latina, y fue la creadora de la estructura de la organización política y sus
instituciones como las conocemos ahora.
Baguadas era el nombre que se les daba a los movimientos rebeldes
de campesinos contra Roma, tanto en las Galias como en Hispania. Este
fenómeno surgió a raíz de la invasión de las tribus germanas, primero en
Roma y luego en Hispania y como consecuencia de esto, la desatención
creciente de la administración romana en Hispania. Esto sucede
particularmente en el siglo V y, paradójicamente, en la provincia
tarraconense, dependiente de Roma y donde no se habían asentado las
tribus de origen germano. Roma se abocó para combatir la sublevación de
campesinos que fue creciendo poco a poco, particularmente en el territorio
de los vascos y en el valle del Ebro. Estas sublevaciones influyeron
considerablemente en la desintegración del poder romano en Hispania. Su
importancia se magnificó con la entrada de los invasores germánicos,
quienes encontraron el apoyo del pueblo, que se unía a ellos, y de los
baguadas contra el poder de Roma. Entre los germanos y los baguadas
llegaron a existir alianzas que las mismas ciudades abandonadas por el
Imperio tuvieron que reconocer al pactar con ellos, lo que ocasionó poco a
poco que los romanos perdieran el control de áreas cada vez más grandes
de la Península, primero por el norte, particularmente en el valle del Ebro y
Galicia, hasta que los visigodos lograron penetrar y establecer su poder en
Toledo, desde donde controlaron a casi a toda Hispania.
Dejando un poco las cosas del Viejo Mundo nos trasladaremos ahora, una
vez más al Continente americano y veamos qué pasó con el imperio
teotihuacano. Estaremos ahora entrando en otra visión de la realidad muy
diferente a la europea, otra cosmogonía, otra forma de entender las cosas
importantes de la existencia humana, otro mundo de valores y respeto a
principios verdaderamente firmes, sin dobleces.
52
LOS TOLTECAS
En el siglo VI de nuestra era, se inicia la decadencia de Teotihuacan.
A ciencia cierta no se sabe a qué se debió la extinción de este gran imperio
mesoamericano; lo más probable es que los mismos reinos tributarios y las
no pocas frecuentes invasiones de chichimecas hayan acabado, en la última
fase del imperio ya debilitado, con la cultura del inicio del Quinto Sol. Sin
embargo, y como es ya una constante en el proceso de evolución de las
civilizaciones mesoamericanas, la gran cultura transmitió parte importante
de su acervo de conocimientos y experiencia a las otras subsecuentes. A
finales del 700 de nuestra era, surgen en el Altiplano algunas culturas con
características propias, tales como Xochicalco, Cacaxtla, Teotenango,
Cholula y principalmente la de los toltecas en Tula. En todas estas se
refleja claramente la impronta teotihuacana, tanto en su arquitectura como
en su cosmogonía, teogonía y expresión cultural. Xochicalco y Tula
destacan con particular importancia por un factor común: la deidad
Quetzalcóatl, que posee una dualidad de gran importancia, el Quetzalcóatl
como Dios que se reflejó claramente en la cultura teotihuacana, y el
Quetzalcóatl que como hombre nace en Xochicalco, en el actual Estado de
Morelos, al sudoeste de Cuernavaca; como Ce-Ácatl, el año en que nace, y
Topiltzin, el nombre, “Ce-Ácatl Topiltzin”.
La tolteca fue una de las grandes culturas mesoamericanas, heredera
de la gran riqueza cultural teotihuacana y, con ella, del resto del acervo
mesoamericano desde los olmecas. Aparentemente el nombre de tolteca
tenía el mismo significado que el de “artista”. Sin duda alguna el arte
floreció en Tula distinguiéndose principalmente por el trabajo de la pluma
multicolor en pendones y tapices, por la arquitectura y por la escultura que
utilizan en sus templos y edificios, con el tablero y el talud como herencia
teotihuacana, aunque expresados ahora con características propias y con
una manifestación artística de gran policromía bellamente conjugada. Son
aportación de los toltecas: las columnas en forma de serpiente con la
cabeza en el piso y la cola con los cascabeles del córtalo hacia arriba, y las
cariátides llamadas atlantes, labradas en forma cilíndrica, de más de 4
metros de altura y compuestas por 4 cilindros monolíticos perfectamente
ensamblados.
Toda la cultura tolteca gira en derredor a la figura de Quetzalcóatl. De
acuerdo a la mitología teotihuacana, se creía firmemente que Quetzalcóatl
era el que volvería a crear la humanidad. Para esto, los dioses le encargaron
bajar a donde estaban guardados los huesos de los hombres: en el Mictlán,
lugar de los muertos y morada de Mictlantecuhtli, señor del inframundo. Su
propósito era dar vida otra vez a los hombres. El dios de las profundidades,
53
de la muerte, se opone a esta misión y la dificulta grandemente poniéndole
varios obstáculos a Quetzalcóatl. Xólotl, su gemelo, lo ayuda a vencer a
Mictlantecuhtli y una vez que consigue tener los huesos preciosos de los
hombres, se le caen en un agujero, una trampa que le habían puesto; sin
embargo, Quilaztli Cihuacóatl, deidad terrestre, los rescata y, moliéndolos,
se los entrega a Quetzalcóatl. Él hace penitencia sangrando su pene sobre
las cenizas de los huesos de los hombres, iniciándose así el nuevo Sol y al
mismo tiempo dándole vida a los macehuales (los hombres). El nombre de
macehualli significa “el merecido por el sacrificio”. En esta forma, todos
los dioses hacen sacrificio en Teotihuacán, como homenaje a la creación
del Sol y la Luna, dando, de esta manera, principio a la vida de los hombres
y del Quinto Sol.
Según el Códice Chimalpopoca, en el año 830 inició la cultura
tolteca y en el año 947 nació Ce-Acatl Topiltzin Quetzalcóatl, quien en el
año 974 llegó a Tollantzingo (Tula) y en el 977 se convierte en el señor de
Tula. El imperio tolteca domina todo el valle de México, y sus principales
ciudades son Tula, Otoyán y Culhuacán, fundadas por Mixcoac, que fue el
gran guerrero de los toltecas, conquistador y padre del Quetzalcóatl
hombre que concebido con Chimalman, mujer con características mágicas
o milagrosas, Quetzalcóatl nace en el Estado de Morelos y es educado de
niño en Tepoztlán bajo la influencia de la cultura de Xochicalco.
Quetzalcóatl regresa a Tula para vencer al usurpador del reino de su padre y
rescatar los restos de éste. Una vez éstos en su poder, los entierra en el
Cerro de la Estrella, con lo que inicia su reinado aproximadamente en el
977. Bajo Quetzalcóatl proliferaron las artes y las buenas costumbres,
además de que eliminó del ritual teocrático a los sacrificios humanos,
sustituyendo a los prisioneros por algunos animales, como serpientes y
mariposas. Esto le atrae ciertos antagonismos con los sacerdotes de
Tezcatlipoca28 , quienes no querían dejar los sacrificios humanos y
profesaban una religión politeísta contraria a la monoteísta de Quetzalcóatl.
Cuenta la mitología tolteca que los sacerdotes de Tezcatlipoca lograron que
el rey Quetzalcóatl aceptara verse en un espejo, quien, al ver su vejez, se
impresiona fuertemente y siente la necesidad de beber. Los sacerdotes se
aprovechan para embriagarlo con pulque y acostarlo con una mujer, lo que
va en contra de sus principios. Algunas versiones aseveran que esa mujer
era su hermana. Según el Códice Chimalpopoca, Quetzalcóatl, después de
esto, sale avergonzado de Tula dirigiéndose hacia la Tierra del Rojo,
probablemente Yucatán, lo cual es posible si observamos la gran influencia
tolteca en la arquitectura de Chichén Itzá, por ejemplo, en los templos de
Kukulkán y el de las 1,000 columnas, el Chac Mool y el juego de pelota.
Finalmente, según la mitología; Quetzalcóatl desaparece en el mar
28
El nombre de este dios significa “espejo humeante negro”.
54
convirtiéndose en la estrella Venus. Desde entonces, es venerado como
Tlahuizcalpantecuhtli, (lucero de la tarde y de la mañana). El simbolismo
de esta transfiguración –la desaparición o muerte de Quetzalcóatl en el mar
—, y la fecha de su nacimiento —en un año Uno Caña (Ce-Acatl),
coincidente con la fecha de la venida de Cortés— tendrían más tarde un
gran impacto simbólico-religioso en Moctezuma Xocoyotzin, señor de los
mexicas y fue una de las causas que influyeron en la rapidez asombrosa con
que se consumó la conquista del su Imperio.
Durante la migración de los aztecas, denominados así porque
procedían de Aztlán, un lugar mítico en donde abundan las garzas, situado
en el noroeste de México, pasaron por Tula y se establecieron en Coatepec.
De este contacto con la cultura tolteca, asimilaron su esencia cultural,
incluidos usos y costumbres, además de que adoptaron el panteón
teotihuacano-tolteca. En éste se encuentra incluido el mito del nacimiento
de su deidad principal, Huitzilopochtli, quién los guiaría hasta su
establecimiento definitivo en México-Tenochtitlán motivados por la
necesidad de liberarse de los toltecas. En realidad debería llamarse
renacimiento de Huitzilopochtli, toda vez que en el mito original, es él, ésta
deidad, quien los impulsa a salir de Aztlán en búsqueda de “la tierra
prometida”. Huitzilopochtli, en el mito de la creación, “recibe los nombres
de Omitecutli, ‘Señor Hueso’, y Maquizcóatl, ‘Serpiente de Dos Cabezas’
también era conocido como Mxitli. En las tradiciones históricas, es el
patrón de los aztecas. Durante su migración les hablaba anunciándoles su
destino. Según el mito, nació en Coatepec, cerca de Tula. Su madre,
Coatlicue, ‘Naguas de Serpiente’ o ‘diosa de las flores’, lo concibió al
guardarse en el seno una bola de plumas que encontró cuando barría. Nació
todo armado y derrotó a los huitznahuas, sus hermanos que, incitados por
su hermana Coyolxahuqui, querían matar a su madre por haberse
empreñado a hurto.”29
Dejemos por un momento lo mágico y complejo de las culturas del
Anáhuac y su cosmogonía, para regresar ahora en el tiempo y en el espacio
a Europa en el 410. Alarico, de origen germánico, viéndose marginado de
los mandos del imperio romano, ordena y dirige el saqueo de Roma,
suceso que acelera el declive y la desintegración del Imperio Romano de
Occidente y contribuye a finalizar la dominación romana en Hispania. Al
desintegrarse el imperio, surgen diversos reinos en sus antiguos dominios.
Uno de ellos, el visigodo, tiene lugar en el antiguo territorio de Hispania. A
continuación revisaremos brevemente su desenvolvimiento.
29
Pedro Carrasco, Historia general de México (México: El Colegio de México, 2000) 205.
55
LOS VISIGODOS
Los godos, pueblo de origen germano, habían sido también
expulsados de la región del Danubio por las hordas de Atila y parte de ellos
se habían asentado en las Galias, estos eran los visigodos, que tenían ahora
su centro de operaciones en Tolosa, actualmente Toulouse en Francia.
Desde ahí penetraron a Hispania, ya de manera sistemática en el 415,
después de haber tenido enfrentamientos con los grupos de suevos vándalos
y alanos que habían penetrado cruzando los pirineos desde principios del
siglo, asentándose principalmente en la región cantábrica, particularmente
en Galicia. Por su parte los visigodos, en ese tiempo no se podían imaginar
que más tarde ellos mismos suplirían a Roma en el dominio de Hispania,
tras el declive del Imperio de occidente en el año 476. La dominación de
los visigodos en Hispania inicia con Ataulfo (410-415), quien se casa con
Gala Placida en 414 y muere en el año 415; lo sucede Sigerico (415), un
tradicionalista que muere asesinado después de una semana de reinado y es
sucedido por Walia (415-418), un conciliador de las dos tendencias, la pro
románica de Ataulfo y la tradicionalista o germánica. Walia establece su
capital en Tolosa, en las Galias. En un principio Ataulfo había establecido
su corte en Barcelona, sin embargo seguirán todavía por varios años
utilizando a Tolosa como el principal centro de operaciones hasta en tanto
no logren consolidarse en la Península, lo cual consiguen en el 507.
Anteriormente con la presión creciente de los francos ejercida en su contra,
los hace decidirse por su concentración y consolidación como reino en
Hispania resguardándose de los francos en buena parte mediante la enorme
barrera física de los Pirineos. El dominio visigodo en Hispania dura desde
principios del siglo V hasta comienzos del siglo VIII.
La cultura románica prevaleciente en Hispania era superior o cundo
menos similar a la de los nuevos dominadores. Los visigodos respetan la
independencia jurídica y social de los pueblos de Hispania, lo que llega a
institucionalizarse jurídicamente a principios del siglo VI con el Código de
Alarico (484-507), que sería aplicado para los pueblos de Hispania en
forma paralela al Código de Eurico (466-484), que valía para los visigodos
y, entre otras cosas, prohibía los matrimonios mixtos. Entre los visigodos
existía una gran unidad familiar en forma de patriarcado, que también se
expresaba jurídicamente en su propio código. En el 552, desembarcan en la
península (probablemente en Málaga) tropas bizantinas del Imperio
Romano establecido en oriente y encabezado por Justiniano. No esta claro
si los bizantinos fueron traídos por Atanagildo (554-567), también
visigodo, en auxilio de Hispania contra el rey Agila (549-554) o bien la
alianza inicial de los bizantinos fue con Agila quien en realidad reinaba en
ese tiempo, siendo Atanagildo el rebelde. Lo cierto es que este desembarco
56
agregaba un factor más de invasión a Hispania, que por otro lado traería
una rica influencia cultural positiva.
Los visigodos en principio adoptaron las estructuras usos y
costumbres establecidas por Roma durante su dominio sobre Hispania. Sin
embargo con el establecimiento del nuevo reino trataron de hacer algunos
cambios que no todos fueron para bien. Centralizaron el poder como
correspondía a un reinado pero le dieron mucha fuerza a los nobles
asentados en diferentes partes del territorio casi a manera de señores
feudales anticipados, desapareciendo los municipios y estableciendo
provincias ducales, lo que provoco con el tiempo el fortalecimiento de las
provincias y los señoríos de la nobleza y la aristocracia, acentuándose la
ruralización y afectándose negativamente el comercio, viniendo en
demérito la actividad de la vida urbana y la cultura que esto produce, como
la actividad artesanal entre otras.
Desde el punto de vista religioso los visigodos organizan su reinado bajo el
principio de la emanación divina del poder utilizado por los romanos desde
Constantino para validar y dar carácter sagrado al monarca en turno, sin
embargo no mantenían una liga política de gobierno con los obispos
arrianos, aun siendo el arrianismo la religión oficial, y no fue sino hasta el
Concilio celebrado en Toledo en el 633 cuando se decreta la unión de la
iglesia y el Estado después de que se estableciera, no sin un sinnúmero de
vicisitudes, la religión católica como la oficial del reino abjurando al
arrianismo. La sociedad y la vida cultural fueron afectadas por la gran
influencia del clero católico en las costumbres, con sus prejuicios sociales y
religiosos.
Regresando un poco, en el siglo VI se da el reinado de, tal vez, el
monarca visigodo más importante: Leovigildo (573-586), quien unificó
Hispania mediante victoriosas batallas en contra de los bizantinos,
vascones, suevos, etc. Fue un personaje visionario de gran decisión y
mando que ejerció el poder político a plenitud para llevar a cabo grandes
reformas en todos los campos, entre otros en el jurídico en donde actualizo
la legislación mediante su propio código, cubriendo aspectos territoriales y
permitiendo ahora el casamiento entre visigodos e hispano románicos.
Leovigildo consolidó la hegemonía visigoda y estableció su capital en
Toledo, en el centro geográfico de Hispania. Todo le salía “a pedir de boca”
hasta que se metió en el terreno religioso al querer imponer el arrianismo.
El rey había procreado dos hijos con su esposa Teodosia: Hermenegildo y
Recaredo. Hasta entonces, la monarquía había sido electiva, y él trata de
hacerla hereditaria y para esto asocia al trono a su primogénito
Hermenegildo y para prepararle el terreno lo envía a la Bética pero este,
57
como "el hijo desobediente", se rebela contra su padre al declararse
abiertamente en contra del arrianismo, se autoproclama rey de Sevilla y
toma las armas contra el reino de Toledo. Las consecuencias no se hacen
esperar y recaen sobre los católicos, quienes sufren injustas persecuciones
y el mismo Hermenegildo es pasado por las armas en el 585 por lo que la
iglesia católica de inmediato lo consideró como uno de sus mártires.
Leovigildo muere y en el 586 su otro hijo, Recaredo (586-601), lo
sucede y unifica las religiones convocando en el 589 al III concilio en
Toledo, pero ahora en forma inversa al plan de su padre, él abjura al
arrianismo y se convierte al catolicismo. Lo que no dejaba de ser una
medida inteligente porque lo congraciaba con los hispano-romanos que
eran mayoría y le daba más estabilidad y gobernabilidad al reino. Más
adelante vinieron Sisebuto (612-621) y Suintila (621-631) quienes
acabaron por expulsar definitivamente a los bizantinos de Hispania. Y
posteriormente Chindasbinto (642-653), quien procede a la eliminación de
sus enemigos y la confiscación de sus bienes para fortalecer al Estado.
Asocia a su hijo Recesbinto, quien lo sucede en el 653, teniendo que
enfrentar a un clero rebelde y retrógrado. Recesbinto fue un monarca muy
activo y destacado; promulgó la unidad jurídica a través del Liber
Iudiciorum. Parte de lo que fueron sus joyas se encuentran actualmente en
el Museo Arqueológico Nacional en Madrid. A su muerte (672), el
arrianismo trata de reactivarse; sin embargo, se elige a Wamba (672- 680),
quien controla la situación religiosa e instituye el servicio militar
obligatorio, antigua costumbre germánica. Finalmente, Wamba es
traicionado por Ervigio (680-687).
Al final de la dominación visigoda, se pone de manifiesto el ancestral
fenómeno socioeconómico que se caracteriza por el gran enriquecimiento
de la minoría dominadora y sus asociados, por un lado, y por el otro, el
empobrecimiento de la inmensa mayoría, sin que entre ambos grupos
existan escalones intermedios. Al final esto debilitará la cohesión social y
el poder político. Dicha polarización económica se acentuó con la
ruralización de la economía que fortaleció un sistema pre-feudal y
disminuyó el poder central del Estado. Adquieren particular relevancia el
terrateniente latifundista y el encomendero, propiciado por una legislación
que privilegiaba a los señores feudales en contra de los campesinos, con la
complacencia, como casi siempre, del alto clero. Esta situación no se da en
algunos grupos homogéneos con vocación independiente, como los
cántabros y los vascones.
La injusta distribución de la riqueza y la concentración del poder
político en unos cuantos ha sido desde siempre, sin ser este periodo
58
histórico la excepción: el germen de descomposición social que constituye
la paja seca del descontento de la mayoría, fácil de encender y propagarse,
sin que esto sea garantía de ninguna mejora. A fin de cuentas, el cambio
tiene lugar como consecuencia lógica. Es así como resurgen los
movimientos baguadas, las revueltas campesinas y la resistencia de los
vascones, lo que facilitaría y propiciaría la relativa fácil penetración de los
musulmanes, misma que algunos veían con júbilo. Ervigio y Égica
(687-702) ante la depresión económica de finales del siglo VII recurren a lo
que después sería una costumbre en diferentes épocas y lugares, la
confiscación de los bienes de los judíos aduciendo razones “religiosas”
para justificar el despojo arbitrario.
Ervigio, Égica y Vitiza (702-710), últimos monarcas visigodos,
consolidan el estado pre-feudal. Su debilitamiento político se agrava tras
períodos de secas, hambrunas, pestes y la apatía y desesperanza de la
sociedad. A la muerte de Vitiza, lo sucede Roderico (710-711), en lugar de
haberlo hecho su hijo Akhila. Inconforme éste con la sucesión decretada
por su padre, paradójica e imprudentemente a través de terceras personas
llama en su auxilio a los musulmanes, que estaban al acecho y tenían
ejércitos de beréberes en Marruecos. Éstos, encabezados por Tariq ibn
Ziyad responden de inmediato al llamado, los árabes cruzan rápidamente el
Estrecho de Gibraltar y penetran por un punto que después seria conocido
como Algeciras, derrotando y dando muerte a don Roderico en la Batalla
de Guadalete, lo que pone fin al dominio visigodo e inicia la dominación
musulmana en el 711.
La proporción entre los hispanos romanos y los visigodos fue de un
gran contraste, toda vez que los primeros llegaban alrededor de los 5
millones y los visigodos nunca sobrepasaron los 200,000. Con el dominio
visigodo, como hemos visto, se da el fenómeno de ruralización en
detrimento de los centros urbanos, marcado por un cierto feudalismo
práctico y material, una especie de privatización en beneficio de los
terratenientes y en detrimento del concepto del Estado romano. Esto se
refleja, en términos generales, en la pobreza de la expresión artística, si
bien hay que reconocer que una excepción la constituyó la región de la
Bética dominada por los bizantinos. Desde un principio, los visigodos
remarcaron la desigualdad social al dar privilegios a las clases poderosas en
detrimento del pueblo. Al final, su periodo terminó como muchos de los
mismos reyes visigodos, "sin pena ni gloria".
No cabe duda de que el que sabe lo que quiere, se prepara, se mantiene
porfiado y atento a los acontecimientos, en espera de su oportunidad. Esto,
en la política y en la vida misma de las personas, siempre será
59
recompensado. Los árabes, con su acción astuta porfiada y oportuna que
culminó con la penetración a Hispania en el 711 y su dominio por casi 800
años; escribieron una de las páginas más brillantes en la historia universal.
LOS ÁRABES
Al solicitar Akhila el auxilio de los musulmanes en contra de la supuesta
usurpación de don Rodrigo, le sucedió algo similar a lo que le pasó al Pito
Pérez30 de José Rubén Romero: al solicitarle a su jefe que pidiera a su
novia, éste sí la pidió, pero para él mismo y no para Pito Pérez. Los árabes
del gobernador Musa ibn Nusayr, dependiente del califato de Damasco,
estaban asentados en Túnez, en el territorio de Mauritania en parte de lo
que hoy es Marruecos, al noroeste de África, en donde estaba al mando su
lugarteniente Tariq. Ellos vivían un pleno proceso de expansión y habían
sido reforzados por los beréberes. Desde hacía casi medio siglo habían
esperado pacientemente la oportunidad para cruzar el estrecho de Gibraltar
en plan de conquista. Al atender, sin perdida de tiempo, el llamado de
Akhila, no sólo rescataron el trono visigodo, sino que al dar muerte a don
Rodrigo, se apoderaron de sus territorios, no en beneficio del buen Akhila,
sino en el suyo propio. De esta manera, los árabes dominaron Hispania
desde el 711 con la entrada de Tariq al frente de 12,000 efectivos; hasta
1492, cuando en la Reconquista los ejércitos de los Reyes Católicos, don
Fernando de Aragón y doña Isabel de Castilla, toman la ciudad de Granada.
El error de los visigodos de Akhila fue garrafal, toda vez que su
rencor contra don Rodrigo no los dejó ver claramente que los árabes en sí
mismos eran un peligro potencial mucho mayor que el mismo don Rodrigo.
Los musulmanes estaban al acecho y bien preparados para invadir; sus
intenciones eran evidentes y congruentes con su proceso de expansión,
iniciado desde finales del siglo VII al conquistar a las tribus de beréberes
del norte de África y fundar Túnez. Para la conquista de los beréberes, los
árabes capitalizaron a su favor las rivalidades existentes entre los diferentes
grupos, al enfrentar a nómadas contra sedentarios, venciendo a ambos al
final y aliándolos a todos para formar un compacto grupo de árabes y
beréberes todos dentro de la religión del Islam. Fue así como se
encontraban ahora listos para la conquista de la Península, la cual Akhila
les ofrecía ingenuamente “en charola de plata”. Era evidente que este noble
visigodo no merecía el liderazgo de su pueblo, y ahora comprendemos la
decisión de Vitiza, su padre, al no haberlo designado e él.
La penetración de Tariq al frente de los árabes y beréberes por el
estrecho de Gibraltar se da a través del puerto de Ceuta hacia Queaclella, lo
que después sería Algeciras. Tras derrotar a don Rodrigo a orillas del
30
La vida inútil de Pito Pérez (1938), del novelista y poeta michoacano José Rubén Romero.
60
Guadalete, y sintiéndose reconfortado y alentado por el triunfo, Tariq
decidió avanzar hacia el interior de la Península con el objetivo de llegar al
corazón mismo de la Hispania visigoda: a Toledo. Tariq poseía una gran
pericia militar; a él se debe en gran parte el rápido avance de los árabes
hacia Toledo. El caudillo árabe-berebere encontró muy poca resistencia, y
realizó una serie de alianzas estratégicas con bizantinos y visigodos,
asegurándoles a los hijos de Vitiza la posesión de abundantes bienes
materiales, pero lógica y astutamente, marginándolos definitivamente del
poder. De esta manera, se logra consolidar rápidamente la hegemonía de los
musulmanes en el territorio ocupado. Tariq continuó avanzando en forma
definitiva y contundente, ya que
tuvo el cuidado de reforzar las
guarniciones de las plazas tomadas, lo que le permitió penetrar muy al
norte, hasta León.
Un año después de la llegada de los musulmanes a Hispania, Musa,
el gobernador de Túnez, cruzó el Estrecho de Gibraltar con cerca de 20,000
árabes perfectamente equipados con armas sarracenas y briosos caballos
entrenados para el combate. Era impresionante ver los atuendos de guerra y
la belleza de los caballos árabes. Musa avanza sobre Sevilla como en un
desfile triunfal y continúa hasta Toledo, en donde se une con Tariq, y juntos
avanzan hacia Zaragoza, teniendo como objetivo el dominio del valle del
Ebro. Al regresar Musa a Damasco, deja a su hijo Abd-al-Azis al mando de
los ejércitos conquistadores. Éste establece su sede en la milenaria Sevilla y
muere en el 716.
El tiempo de la penetración inicial y consolidación de la dominación de los
árabes en Hispania fue de aproximadamente 40 años. En el 732, su inercia
invasora y de conquista en la Península los lleva a traspasar la cordillera de
los Pirineos hacia las Galias de los francos, hasta donde llega su máxima
penetración. Las derrotas que sufren en estas tierras frente al Duque de
Aquitania, y en Tours y Poitiers frente a Carlos Martell, sumadas a la
derrota de Covadonga frente a don Pelayo, último líder visigodo, hijo de
uno de los condes de las provincias visigodas en tierras asturianas, los
hacen recapacitar en su intento por continuar. Pero más que nada, lo que
desalentó a los árabes fue el verse frente a un medio ambiente húmedo y
frío, totalmente extraño y hostil a su propia naturaleza acostumbrada a un
entorno totalmente distinto. Esto los disuade de seguir penetrando en
Europa e influye indudablemente a que los árabes se concreten a ocupar
únicamente la Península Ibérica y, muy particularmente, aquellas tierras
semejantes a su hábitat tradicional, por lo que se concentran
preferentemente en la parte sur de Hispania y en la Bética, en tierras más
cálidas y soleadas. Es así como establecen Al-Ándalus, como desde
entonces se conoció a la Hispania musulmana, con capital en Córdoba. Este
61
territorio ocupaba una zona un poco más grande de lo que hoy es la actual
Andalucía.
Como en el caso de la invasión visigoda, los conquistadores árabes
eran una minoría; algunos historiadores 31 calculan que estos formaban
aproximadamente el 10% de la población total existente en la Península,
que seguía siendo aproximadamente de 5 millones de habitantes. En esta
forma, en la zona dominada por los árabes había un poco más de 4 millones
de habitantes. En las regiones independientes, en la región del Cantábrico,
vivían alrededor de medio millón de habitantes; este reducto hispanocristiano, que nunca pudo ser sometido por los árabes, se mantuvo ahí
desde la batalla de Covadonga.
La conquista árabe se da a través de capitulaciones y pactos, más que
por medio de una lucha cruenta; los pueblos de la península aceptaron al
invasor porque esto era congruente tanto con la cultura romana, que los
dominó por más de 600 años, como con la visigoda, que duró 300. De ésta
manera, el espíritu de la soccii siguió imperando. Los mismos pueblos de
España, Casi 1,000 años después, cuando se empezaron a consolidar como
nación y les tocó a ellos el turno de ser los conquistadores, volverían a
utilizar el mismo método: tanto mediante la división de los contrarios,
como forzando la capitulación impuesta a sus rivales, inspirados en el
espíritu mismo de la soccii, en algunos casos, o en el de la dedittitii en
otros que así lo querían.
La composición étnica de los musulmanes en su migración hacia
Hispania era una mezcla de razas provenientes de Asia Menor y de África.
Árabes y turcos eran originarios de Asia Menor y África, y los beréberes
del occidente del continente africano. Más tarde llegaron, también
procedentes del mismo lugar del continente, los almorávides;
probablemente de estos últimos se derive el nombre de “moros”, tanto
como abreviación del nombre, como por el color de su piel oscura. Otra
versión señala que los romanos nombraron a los beréberes maurus, que
quiere decir habitantes de Mauritania; a su vez, de maurus surgió moro y
de moro se derivó moreno, que daban al color de la piel oscura. Los
beréberes eran nómadas del Sahara y los almohades procedían de la zona
montañosa de lo que hoy es Marruecos. De esta manera, la población de la
Península, desde el punto de vista étnico, estaba dividida en árabes,
beréberes, judíos e hispano visigodos. Los árabes eran los dominadores e
implantadores de la religión musulmana. Desde el punto de vista religioso
y de la aceptación o rechazo de la religión islámica, existían 4 grupos: los
31
Miguel Artola y José García de Cortázar, coords. La Época Medieval .Tomo 2 de Historia de España.
p. 63.
62
musulmanes o dominadores; los que renegaron a su religión cristiana y
aceptaron el islamismo, llamados muladíes; los que seguían fieles a su fe
cristiana, pero aceptaban en cierta manera la dominación árabe y se
adaptaron a su cultura, llamados mozárabes; y finalmente, los que
rechazaban la dominación árabe y por supuesto la implantación del
islamismo, que podemos identificar como hispano cristianos. Estos últimos
se concentran en el norte de la Península, mientras que el resto se agrupaba
al sur, en Al-Ándalus.
Los mozárabes estaban integrados tanto por los hispano-visigodos
que se adaptaron a la cultura árabe, como por los árabes mismos que se
convirtieron al cristianismo. Conjuntamente con los muladíes y los árabes,
se concentraron en las principales ciudades de Al-Ándalus como Córdoba,
Sevilla, Toledo y Mérida, teniendo particular importancia su ubicación en
Granada, en donde construye el bellísimo alcázar de La Alhambra con sus
incomparables jardines del Generalife. A pesar del evidente interés de los
mozárabes por la cultura y el idioma árabe, este grupo de cristianos sufrió
persecuciones y deportaciones, sin someterse nunca del todo al
conquistador, hasta que, en 1126, con la sublevación de los mozárabes en
Granada, una gran parte de éstos emigra a Aragón, y otra es deportada a
Marruecos.
Si bien durante la dominación visigoda, se dio el fenómeno de
ruralización en detrimento de las ciudades y de la organización política
central; durante la dominación árabe esta tendencia se revierte, y no sólo se
vuelve a dar importancia a la concentración urbana con la construcción de
recintos amurallados y bellos alcázares cubiertos por techos de teja de
barro, sino que también surgen nuevas ciudades, iniciando por Calatayud,
en el 716; Calatrava, en el valle del Guadiana; Medinaceli, en Murcia,
fundada por Abd-al-Rahman II; Tudela, establecida a principios del siglo
IX; así como Lérida, Badajoz y Almería, ésta última fundado por Abd-alRahman III como puerto marítimo en el Mediterráneo a mediados del siglo
X. Y por supuesto Algeciras, por donde ingresaron las tropas de Tariq.
De esta manera, también las ciudades existentes 32 adquieren particular
importancia, entre las que destacan principalmente Córdoba, que llegó a
tener 100,000 habitantes en su apogeo, y en donde se construyó la
espléndida mezquita, sede primero del Emir y posteriormente del Califa;
Sevilla, que era de las principales ciudades, con 40,000 habitantes, con el
magnífico alcázar y la torre de la Giralda, a la que posteriormente, en el
siglo XVII, remataron en estilo barroco, torre similar a la Mezquita
32
Miguel Artola y José Ángel García de Cortázar, coords., La Época Medieval, Tomo 2 de Historia de
España. De acuerdo a Leopoldo Torres Balbas y Henri Terrasse en Ciudades hispanomusulmanas
(Madrid: Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1985).
63
Kutubia de Marraquech; Toledo, la antigua capital visigoda, con 37,000
habitantes; y Granada, el último reducto de los árabes, con 26,000, así
como Málaga y Zaragoza, con 20,000. Sin embargo, la cultura árabe y su
forma de vida urbana transformó notablemente a las ciudades de la
Península al romper con el trazo ortogonal tradicional de la cultura romana
sin cambiar el espacio abierto público pero ahora quisieron darle mayor
importancia al espacio interior y a la vida interior en casas y alcázares,
construidos con sabiduría arquitectónica, aprovechando las leyes de la
naturaleza para lograr el confort, como era su costumbre. Esta influencia
más tarde tendrá expresión en la cultura mexicana, al complementarse con
la influencia prehispánica iniciada en los palacios y zonas habitacionales de
Teotihuacán y terminada en los de la gran Tenochtitlán.
Con la derrota de los omeyas en el 747, el califato de Damasco
desaparece y se traslada el poder de los árabes a Bagdad. En cierta forma,
la organización política hispanomusulmana, por ésta razón se separa del
Califato de Bagdad e inicia en el 758 con Abd-al-Rahman I de los omeyas,
en Al-Ándalus, como emir con sede en Córdoba, creando en la Península
Ibérica un Estado musulmán independiente con carácter de monarquía
absoluta y hereditaria. El emirato fue la pieza clave en la estructura de este
Estado hispanomusulmán, centralizado, apoyado en el poder político y en
el uso de la fuerza legítima a través del Ejército. Todo esto gira en torno a
la religión musulmana, legitimado por el sometimiento del poder político a
Dios. La doctrina política adoptada fue en base a la de la escuela jurídica de
Malik de Medina, una doctrina ortodoxa radicalmente observada y
defendida por los alfaquíes, juristas teólogos que pugnaban por la unidad
dogmática con una especie de fundamentalismo que no permitía desviación
alguna. De ésta manera, los omeyas sientan sólidas bases para el nuevo
Estado en Al-Ándalus.
A finales del siglo VIII, con el objeto de establecer una barrera
definitiva, no solamente física –como lo constituía la enorme y bella mole
natural de los Pirineos—, sino a manera de presión política y guerrera para
contener a los árabes definitivamente, los francos de la dinastía carolingia
realizaron una serie de penetraciones que dan pie a una de las primeras
obras de la literatura épica en la Península, “El Cantar de Roldán” (778). El
texto describe una de las incursiones de Carlo Magno a Hispania, por el
puerto de Roncesvalles, y la actitud heroica de Roldán y sus gentes, que al
regreso se niegan a seguir con Carlomagno para así cubrir su retaguardia y
son derrotados y muertos por los árabes en combate desigual, precisamente
antes de cruzar los Pirineos en lo alto del puerto de Roncesvalles. Aunque
en realidad se dice que en este caso no fueron los árabes quienes derrotan a
Carlomagno, sino los vascos y navarros, fieros guerreros defensores de su
64
territorio –lo cual es muy creíble toda vez que eran los únicos habitantes de
la región y propiamente sus guardianes más celosos—. A finales del siglo
VIII y principios del siglo IX, tiene lugar el reinado del tercer omeya de alÁndalus: Al-Hakam I (796-822); a él le tocó precisamente enfrentar tanto
las presiones de los francos de Carlomagno como las tensiones sociales
derivadas de la lógica discriminación económica y social de los
conquistadores sobre los conquistados, lo que ocasionó los levantamientos
de muladíes en Zaragoza, Toledo y Mérida. Al-Hakam I resuelve estos
problemas por fuerza de la represión, lo que ha sido una constante histórica
muy efectiva, que después adoptaría Napoleón. En estas condiciones se
prepara el terreno para el advenimiento de Abd-al-Rahman II (822-852), en
donde se consolida una sólida economía comercial con base monetaria,
inspirada en las estructuras político-administrativas persas, de tradición
autocrática y centralizadora, Esto es un ejemplo más de cómo la
experiencia cultural se transmite al futuro a través de los vasos
comunicantes que son las mismas civilizaciones.
En el 912 llega al emirato Abd-al-Rahman III, quien no conforme
con todo el poder absoluto que centralizaba el emir, se autoproclama
Califa en el 929 para acentuar más la fuerza y la soberanía del Estado
islámico de Al-Ándalus y su independencia de Bagdad, enmarcado todo
esto con un cierto fausto y esplendor cortesano. Aunque de esta manera se
pretendía realzar más la majestad del soberano, por otro lado se ahondaba
más la diferencia ya de por sí grande entre éste y sus súbditos. Es justo
reconocer que Abd-al-Rahman III consolida y profesionaliza el Ejército y
delimita con mayor claridad las fronteras de al-Ándalus. Con ello confirma
el poder musulmán en la Península. Durante su reinado, se desarrollan las
matemáticas y la astronomía. A él se le considera como el más ilustrado de
los omeyas de al-Ándalus. Lamentablemente muere en 976. En 981 sube
Abú Amir, que se convierte en Almanzor, dictador de al-Ándalus.
Previamente, mediante astucia y manipulaciones políticas, hace que triunfe
la candidatura del príncipe Hisham al Califato, ya que al ser él
administrador de sus propiedades, lograría tomar el poder y convertirse en
rey, relegando a Hisham, que era menor de edad, a una mera una figura
decorativa con función “espiritual”. Al encerrarlo en el Palacio de Córdoba,
concentra despóticamente para sí el poder político. Más tarde, deja su
reinado a su hijo Abd-al-Malik, quien lo conserva hasta su muerte en el
1008, cuando es sustituido por Abd-al-Rahman Sanchuelo, persona incapaz
y sin tacto político que exige al Califa su nombramiento como sucesor.
Sólo duró 6 meses en el trono. Ante tal desprestigio, surgieron cada vez
más revueltas sociales en contra del Califato y, al aparecer diferentes
grupos en pugna por el poder, en 23 años se termina con el Califato y el
65
Estado musulmán de Al-Ándalus. Todo por la exaltación artificial del poder
sin objeto alguno.
En esta forma, en el siglo XI se da el desmembramiento del Estado
musulmán al fraccionarse en diferentes reinos llamados de taifas, que
ubican sus cabeceras en las ciudades más importantes como Toledo,
Zaragoza, Badajoz, Granada y Sevilla. La división de estos reinos y el
enfrentamiento entre ellos debilitaron el poder de los árabes, que solamente
se ve renovado con dos nuevas invasiones de almorávides y almohades.
Ante esta situación, a los hispanos cristianos del norte, principalmente a los
castellanos, se les facilita el avance hacia el sur, lo que significa un
refuerzo para la incipiente Reconquista. Eran los tiempos del legendario
Cid campeador, don Rodrigo Díaz de Vivar, cobrador del tributo feudal que
los reyes castellanos imponían a los reinos de taifas, él es quien se vuelve
el azote de las tribus invasoras de almorávides. Alfonso VI, que había
sucedido al rey castellano Sancho II; por celos orilla al Cid casi a
convertirse en un mercenario, por esta razón lo encontramos ahora
sirviendo a Yusuf Al-Mu’Tamin, cabeza del reino taifa de Zaragoza. Sin
embargo, ambos se reconcilian, y Alfonso VI le encarga al Cid, Levante,
estableciendo su base en Valencia. Y así, en el 1085, se recupera Toledo. Al
morir el Cid, se convierte con justa razón en una de las grandes leyendas de
la época medieval al escribirse, en 1207, el poema del Mío Cid, valiosa
obra literaria de la épica castellana que narra las andanzas de don Rodrigo
Díaz de Vivar y la hazaña que describe la importancia que tiene el
simbolismo en el ánimo de la gente al utilizar el cadáver del Cid para
triunfar en la batalla con él, aun después de muerto.
Mientras tanto, en 1118 se recupera también Zaragoza, en el siglo XIII, el
rey de Castilla se apodera de Córdoba y Sevilla, y el rey de Aragón
conquista Valencia y Murcia, así como las Islas Baleares. Se fortalecen los
reinos de León (que incluía Asturias y Galicia), el de Castilla y Portugal, y
el de Navarra y Aragón, que incluye Cataluña, Sicilia y Nápoles. En el
1200, la provincia vascongada de Guipúzcoa se une a Castilla, quedando
los musulmanes reducidos al reino de Granada, que comprendía Almería,
Málaga y Gibraltar. En esta forma, y en plena acción sistemática de la
reconquista surgen en España los mudéjares, como musulmanes que se
adaptaron al reconquistador cristiano y al que pagaban tributo. También se
llamó mudéjar al estilo arquitectónico que floreció durante la Reconquista.
La mayor parte del comercio y la industria se encontraba en manos de
mudéjares y judíos: “Por fin, los mudéjares o musulmanes residentes en
territorio cristiano comenzaron a jugar un papel demográfico a partir de la
dominación del valle del Ebro, acrecentado después con las conquistas de
Levante y Andalucía; se trataba, en general, de una masa de población
66
fundamentalmente rural que optó por acogerse a los pactos de capitulación
propuestos por los conquistadores cristianos; incluían inicialmente el
respeto a las costumbres y la conservación de algunas de sus autoridades, al
menos las que ejercían su jurisdicción en las ciudades (reminiscencias de la
socii) en donde los mudéjares quedaron relegados a barrios extra muros -la
morería -, aislados del resto de la población urbana.”33
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo
¡Ay amor
que se fue y no vino!
El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre
¡Ay amor
que se fue por el aire!
Para los barcos de vela,
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros
¡Ay amor
que se fue y no vino!
Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques
¡Ay amor
que se fue por el aire!
¡Quien dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!
33
José Ángel García de Cortázar, La época medieval 172
67
¡Ay amor
que se fue y no vino!
Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.
¡Ay amor
que se fue por el aire!34
La aportación de los árabes a la cultura española y, a través de ésta, a
la mexicana, fue muy valiosa y de enormes proporciones. Finalmente
llegamos a las dos grandes y diferentes civilizaciones la mexica y la
española, que fueron las destinatarias del proceso de culturización que se
dio durante más de 3000 años, a través de las influencias culturas que
hemos visto y que, poco a poco, las fueron alimentando y preparando para
la fusión. En realidad yo no sé si realmente estarían preparadas. Yo creo
que no; ninguna de ellas lo estaba, no lo podían estar, no tenían porque
estarlo, pero la circunstancia histórica se dio propicia para la colisión de las
dos culturas que nos llevó a una fusión. Y sin proponérselo nadie, ésta se
iniciaría en el siglo XVI, con todas las consecuencias que se viven ahora en
lo que es el México del siglo XXI.
3.- MEXICAS Y ESPAÑOLES
LOS MEXICAS
La gran Tenochtitlán fue fundada en 1325 bajo la guía y el liderazgo
del sacerdote Tenoch. Los aztecas inician aquí una teocracia que
alimentaría y conformaría a la gran cultura mexica, precisamente con la
fundación de esta ciudad, que después sería la gran metrópoli sede de los
poderes de su imperio. Unos años antes de la fundación de MéxicoTenochtitlán en los inicios del 1300, los aztecas, guiados por Tenoch y por
Huitzilihuitl I, llegaron al valle y se asentaron en lo alto de cerro de
Chapultepec. Si todavía hoy en día es impresionante y bella la vista de los
volcanes en días claros, en ese entonces; desde allí se dominaba el hermoso
Valle de Anáhuac, con sus poblaciones, lagos y la multitud de volcanes,
tanto los pequeños como los señoriales, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. Al
pie del Cerro del Chapulín se contaba con abundantes manantiales de agua
cristalina y con un denso bosque de gran variedad de árboles en donde
predominaban los centenarios ahuehuetes (Taxodium mucronatum).
34
Federico García Lorca, “Baladilla de los tres ríos,” Romances y canciones (Madrid: Mondadori, 1998)
13-14.
68
El señor de los aztecas en esta época era Huitzilihuitl, mientras
Tenoch era el sumo sacerdote. Sus costumbres, derivadas de su cosmogonía
y teogonía, incluían los sacrificios rituales de prisioneros tomados de otros
pueblos para ser ofrendados a su dios Huitzilopochtli. Esta circunstancia,
así como el termino, en ese tiempo, de uno de sus ciclos rituales de 52 años
con la ceremonia de encendido del Fuego Nuevo, a fin de celebrar y
asegurar el término del ciclo y la salida del nuevo Sol—Es lo que hace a
los aztecas desafiar temerariamente a los pueblos de las riberas del lago en
busca de prisioneros para ser sacrificados. En estas condiciones, los aztecas
se confrontan con los tepanecas de Azcapotzalco, el pueblo mas poderoso,
quienes además se aliaron con los de Culhuacán para expulsarlos de
Chapultepec. Después de cruentas batallas; paradójicamente el Señor
Huitzilihuitl y su esposa son apresados por el rey Cox Cox de Culhuacán y
muertos en un sacrificio ritual.
Ya como vasallos y tributarios del rey Cox Cox, los aztecas le
solicitan un espacio propio; entonces, el rey de Culhuacán les asigna un
lugar inhóspito para que se asentaran. En esta forma, el Señor de
Culhuacán los envía a Tizapán, al sur de las riberas del lago, cerca de lo
que hoy es San Ángel y en el lugar que actualmente lleva el mismo
nombre. En esta zona existían una gran cantidad de serpientes, muchas de
ellas crótalos. Contrario a lo esperado por el rey culhúa, aparentemente el
lugar no les vino mal, pues las mismas serpientes les sirvieron de alimento.
Sin embargo, los aztecas no se resignaban a permanecer ahí. Después del
desastre de Chapultepec y la muerte de Huitzilihuitl, los aztecas fueron
guiados por Tenoch, el sumo sacerdote. Pasaron aproximadamente 14 años
azarosos de guerras y humillaciones hasta poder consolidarse y superarse
distinguiéndose como fieros guerreros. Tenoch le pidió al rey culhúa Cox
Cox que les diera a su hija Toci como Señora de los aztecas y abuela del
dios Huitzilopochtli, a lo que el rey accedió. Sin embargo, lo que hicieron
fue terrible mas no malévolo, ya que era parte de uno de sus rituales: la
desollaron, y con su piel se vistió a un mancebo para ofrendar al dios,
habiendo sido invitado el padre de la princesa desollada a la ceremonia, el
Rey Cox Cox, al darse cuenta de la atrocidad, atribulado y desconcertado,
montó en cólera, los combatió y expulsó del lugar.
Después de enfrentar la ira de Cox Cox, los aztecas huyeron en
forma dispersa hacia el lago, y después de varios días de esconderse,
Tenoch los concentró en unos islotes. Ahí, éste los motivó grandemente al
decirles que el signo indicado por su dios Huitzilopochtli, que habían
estado buscado por tanto tiempo: un águila real posada sobre un nopal y
rocas devorando una serpiente, se había dado en uno de los islotes y por lo
tanto, ahí fundarían la ciudad que sería su sede permanente. La llamaron
69
México-Tenochtitlan. En realidad, la razón y significado del nombre no la
sabemos con exactitud, pero es muy probable que haya sido en honor al
dios Mexitli, otro de los nombres de Huitzilopochtli, que
unido a
Tenochtitlán que significa tierra de Tenoch, en honor al gran sacerdote y
líder de los tenochcas, a quienes gobernó hasta su muerte, ocurrida en 1363
o 1372, según el Códice Mendocino. Aunque el islote era grande, estaba
dividido en dos partes y no era el lugar más adecuado desde el punto de
vista estratégico y productivo, pero era el lugar designado por su dios y
esto, además de la influencia ejercida por el gran liderazgo religioso y
guerrero de Tenoch, fue más que suficiente para emprender una intensa
tarea tanto de edificación del nuevo asentamiento, como de reorganización
política y militar. Una vez que hubieron logrado la fuerza suficiente, los
tenochcas combaten fieramente contra el rey de Culhuacán, al que derrotan.
Tras una estrategia inteligente, mediante una negociación favorable y
diplomática, se sometieron voluntariamente al reino más poderoso del
Anáhuac, el de los tepanecas de Azcapotzalco. Como tributarios, los
tenochcas pretendían obtener su favor y su fuerza, y al mismo tiempo
evitar así la amenaza de los otros reinos. En esta forma, ahora serían
súbditos de Tezozómoc, el Señor de Azcapotzalco. El rey Quinatzin era el
señor de Texcoco, quien al morir fue sucedido por su hijo menor
Techotlala; Tezozómoc, al morir, fue sucedido por su hijo del mismo
nombre. Según Ignacio Bernal, más tarde, en 1367, habrían destruido
Culhuacán. Y ante la inexistencia de una dinastía, a la muerte de Tenoch, y
con el deseo de cambiar el gobierno teocrático por uno político
aristocrático, decidieron elegir tlatoani a "un descendiente del desposeído
rey de Culhuacán”35 , los cuales además eran descendientes directos de la
nobleza tolteca, esto pudieron hacerlo porque inteligentemente no se lo
habían pedido a los de Azcapotzalco. Sin proponérselo daban de esta
manera inicio a la gran dinastía de los mexicas, de donde saldrían todos los
gobernantes de lo que después sería el gran Imperio mexica, que si bien
tuvo una duración relativamente corta, la asimilación de la riqueza
heredada por un proceso cultural de más de 2,800 les trasmitía una inercia
cultural que capitalizaron, dándoles características de grandeza indiscutible.
Entre la muerte de Tenoch y la elección del primer tlatoani, medió el
gobierno militar de Mexitzin. La elección de Acamapichtli, primer tlatoani
de los mexicas después de la fundación de México-Tenochtitlán, ocurrió en
1376, y se registra que contó con el refrendo y entusiasmo popular.
Acamapichtli significa “puñado de cañas” que simbólica y
metafóricamente significa, a su vez, poder y unión. En esta forma, una vez
fundada la ciudad y muerto Tenoch, el gran sacerdote, el primer gobernante
35
Ignacio Bernal, Tenochtitlán en una isla (México: Fondo de Cultura Económica) 129.
70
o señor de los mexicas 36 fue Acamapichtli, quien gobernó de 1376 a
139637. La esterilidad de la reina Ilanchueitl hizo que Acamapichtli
procreara muchos hijos con otras doncellas de la nobleza, entre ellos a
Huitzilihuitl e Izcóatl, iniciándose de ésta manera la dinastía mexica.
A 13 años de la fundación, algunos disidentes capitaneados por
Atlacuahuitl, Hucto, Opchtl y otros más, fundaron Tlatelolco en el islote
adjunto, en donde con el tiempo se establecería el impresionante gran
mercado de México-Tenochtitlán. Más adelante la ciudad se dividió en 4
calpullis o barrios que agruparon a los diferentes clanes: Cuepopán,
Moyotla, Atzacoalco y Teopán-Zoquipán. Mientras Tezozómoc extendía el
dominio de los tepanecas por el lago dulce y llegaba por él hasta
Tenayocán. Azcapotzalco se constituía como el reino más importante y
poderoso del Anáhuac. Techotlala el Señor de Texcoco, gobernaba a los
pobladores de origen náhuatl y chichimeca y hacía prosperar su reino,
convirtiéndolo en uno de los más grandes y cultos del valle. Su influencia
contribuyó a expandir la cultura náhuatl, el arte y la gran tradición heredada
de las diferentes civilizaciones mesoamericanas durante el transcurso de los
siglos, principalmente la de la cultura teotihuacana.
A la muerte de Acamapichtli, eligen gran tlatoani a su hijo, Huitzilihuitl,
con la entusiasta aprobación del pueblo. El nombre de Huitzilihuitl
significa “pluma de colibrí”, nombre que probablemente recibió en honor
Huitzilihuitl el señor de los aztecas que gobernó en Chapultepec junto con
Tenoch, y sucumbió en manos de los de Culhuacán. Como medida
diplomática, los mexicas piden a Tezozómoc, rey de Azcapotzalco, a una de
sus hijas para casarla con Huitzilihuitl. El monarca acepta y concede a su
hija Ayhuachihnatl en matrimonio, del cual nace Chimalpopoca. El
creciente enfrentamiento entre Texcoco y Azcapotzalco hizo a Techotlala
pedir a Huitzilihuitl una hija para casarla con su hijo Ixtlixóchitl, en 1402.
De esta unión nace Nezahualcóyotl, el gran personaje multifacético, el rey
poeta de Texcoco. Techotlala fue un gran señor de su pueblo, interesado en
impulsar la cultura y las artes, que alcanzaron su máxima expresión
precisamente en tiempos de su nieto Nezahualcóyotl. En esta forma, se
fueron entrelazando las familias reales del valle, dándose como
consecuencia lógica la asociación política y dinástica.
36
La cultura mexica va de 1325 a 1521, fecha en que es apresado Cuauhtémoc. Pienso que solamente en
este período se les puede llamar mexicas. Anterior a la fundación de México-Tenochtitlán, a esta cultura
debe llamársele azteca, período que comprende desde la migración con la salida de la mítica Aztlán (sin
precisar la fecha) hasta el nacimiento de la cultura mexica en 1325.
37
Aunque las fechas en la sucesión de los señores mexicas difieren según los diferentes especialistas,
coincidiendo casi todas en el inicio y terminación de la dinastía, en este caso se escogieron las propuestas
del maestro don Miguel León Portilla. Óp. Cit.
71
Tezozómoc fue un gran monarca y un hábil político que extendió
cada vez más su hegemonía sobre los pueblos vecinos, hasta cercar a
Texcoco. Al morir Techotlala, Señor de Texcoco, deja una sólida
organización social y cultural, sin embargo a su hijo Ixtlixóchitl, su
heredero, lo deja débil desde el punto de vista milita. La prudencia,
inteligencia, astucia y coraje de éste monarca de Texcoco le hizo resistir y
ganar muchas batallas desiguales contra los tepanecas, hasta que en el año
1417, éstos toman y saquean Texcoco. Ixtlixóchitl escapa con su hijo
Nezahualcóyotl y sus guerreros leales. Después de dos años de constantes
huidas y de comprobar deslealtades de sus antiguos tributarios, muere
valientemente, escondiendo, preservando y salvando para la historia a su
hijo Nezahualcóyotl.
Huitzilihuitl había engrandecido a Tenochtitlán, moral y
materialmente; había convertido y confirmado a los mexicas en pueblo de
fieros guerreros tanto en tierra como en las aguas del lago, lo que
contribuiría en el futuro a consolidar su poder. En 1415 muere, y su hijo
Chimalpopoca es coronado Huey Tlatoani, gran señor de los mexicas. Éste
contaba además con el cariño y apoyo de su abuelo Tezozómoc, quien le
concede el agua de Chapultepec y los materiales necesarios para construir
el acueducto que conduciría el agua hasta la ciudad. En este tiempo se
construyó la Calzada de Tlacopan, hoy Tacuba, que unió desde entonces a
México-Tenochtitlán con los dominios de Azcapotzalco. Tlacaelel, hijo de
Huitzilihuitl y medio hermano de Chimalpopoca, heredó de su abuelo
Acamapichtli la dignidad de gran sacerdote Cihuacóatl. Esta dignidad
sacerdotal era de verdadera importancia para el manejo del poder políticoreligioso, y en el caso de Tlacaelel, sirvió también para desempeñar el
papel de juez, gran consejero y muchas veces para ejercer “el poder detrás
del trono”, aunque siempre para bien, solo cuando era absolutamente
necesario y con actitud de gran humildad. Tezozómoc se proclama rey de
Anáhuac y divide el reino entre sus hijos. Varios parientes de
Chimalpopoca y de Nezahualcóyotl piden a Tezozómoc que deje de
perseguir a éste y se le asigne un señorío. Él accede y le otorga el Palacio
de Silán, en Texcoco, poniéndole como condición que no pase de
Tenochtitlán ni de Tlatelolco.
En 1428 muere Tezozómoc como un gran y poderoso rey en posesión
de varios dominios. Chimalpopoca y Tlacocol aclaman a Tayatzin, su hijo,
señor de Azcapotzalco, porque su padre así lo había dispuesto. Pero
Maxtla, rey de Coyoacán, el hijo mayor de Tezozómoc, se rebela y se
autoproclama señor de Azcapotzalco después de darle muerte a Tayatzin su
hermano, quien a su vez quería matarlo. Maxtla se prepara de inmediato
para hacer la guerra a México-Tenochtitlán y someter a los mexicas.
72
Existen diversas versiones sobre el comportamiento y muerte de
Chimalpopoca en esta circunstancia; lo cierto es que su muerte y sucesión
dan pie para que mediante el sabio y oportuno consejo de Tlacaelel se unan
mexicas, tezcucanos y los tepanecas depuestos, en contra de Maxtla.
Izcóatl, hijo de Acamapichtli, es electo y proclamado Huey tlatoani de
México-Tenochtitlán por el consejo mexica en 1428. Maxtla, el
autoproclamado rey tepaneca de Azcapotzalco, hijo de Tezozómoc,
presenta frente de batalla y se apresta para invadir la isla. Por otro lado,
Maxtla expulsa a Nezahualcóyotl de Texcoco, quien se alía con los
tlaxcaltecas y otras naciones para recuperar Texcoco y a su vez, como
hemos visto, para aliarse con su tío Izcóatl, quien como gran tlatoani
arenga elocuentemente al pueblo para la guerra y pone al ejército bajo el
mando de Moctezuma Ilhuicamina, altamente motivado para encabezar sus
escuadrones con los fieros y emblemáticos guerreros águila y guerreros
tigre (jaguar). Después de más de 3 meses de cruentas batallas y, a pesar de
la superioridad de los tepanecas, los ejércitos aliados toman Azcapotzalco.
En esta ocasión, Netzahualcóyotl da muerte a Maxtla con sus propias
manos: le arranca el corazón con un cuchillo de obsidiana para después
ofrendarlo a su padre Ixtlixóchitl.
En ese mismo año se extiende la conquista, liderada por Izcóatl,
contra los otros pueblos de la cuenca lacustre. Se presume que fue
Nezahualcóyotl quien, viendo la necesidad de que la fortaleza adquirida
con la unión se consolide, propone que la triple alianza con su tío Izcóatl
y Totoquihuatzin, señor de Tlacopan, sea permanente, decisión que apoya
Tlacaelel sin vacilar. Lo cierto es que tanto para los mexicas como para los
aliados la oportunidad fue única y muy favorable porque, por un lado se
terminaba con una hegemonía que había ejercido sabiamente Tezozómoc
sobre el valle de Anáhuac. Ahora había que substituirla tanto para
restablecer el orden militar, como para administrar la complejidad política a
la que habían llegado los reinos del Anáhuac, su interacción política y
comercial, y comunicación necesaria entre ellos. En esta forma, en 1428 se
da uno de los actos más trascendentes en la historia de Mesoamérica al
consumarse la Triple Alianza entre mexicas, tezcucanos y tepanecas. El
asunto álgido para el acuerdo era la repartición de los botines de guerra. Al
final acordaron repartir dos quintas partes para cada uno de los vencedores,
mexicas y tezcucanos, y una quinta parte para los tepanecas, que se
reducían ahora solo al reino de Tlacopan. En estas condiciones firman la
alianza: por Texcoco, Nezahualcóyotl; por Tlacopan, Totoquihuatzin; y por
México- Tenochtitlán, Izcóatl quien seguiría, en realidad y en los hechos,
ejerciendo la hegemonía y el liderazgo de la Triple Alianza. Esta
supremacía se transformaría de hecho en la base del imperio mexica.
73
De aquí en adelante, las elecciones de los señores mexicas las harían
los nobles dentro de los miembros de la dinastía proveniente de
Acamapichtli, reunidos en una asamblea ex professo, presidida por el
imprescindible Cihuacóatl y siempre con el visto bueno de los señores de
Texcoco y de Tlacopan. De esta manera, se elegía en forma colegiada al
Huey tlatoani, que era la cabeza política y guerrera; de este modo quedaba
sellada la Triple Alianza, que fue fundamental para la consolidación del
Imperio mexica en todo Mesoamérica y que seguiría operando con firmeza
y lealtad hasta sus últimos días. El señor de Tlatelolco, quien con necedad y
soberbia pretendía estar en el mismo nivel de los mexicas, conspiró contra
Izcóatl al verse marginado de la Triple Alianza. Sin embargo, éste lo
descubre y, con prontitud y firmeza, simplemente lo manda ejecutar. En
consecuencia, Tlatelolco debe ahora pagar tributo a México-Tenochtitlán,
integrándose definitivamente a la isla. La labor de Izcóatl al frente de los
mexicas y de la Triple Alianza, sabiamente aconsejada por Tlacaelel, sirvió
para consolidar la organización política, económica y administrativa de un
Estado que, al responder a las circunstancias con una visión de futuro,
estaba siendo preparado para convertirse en un Estado imperial, labor que
terminarían los sucesores de Izcóatl, todos miembros de la dinastía de
Acamapichtli.
A la muerte de Izcóatl en el año de 1440, reunido en asamblea el
consejo de los principales con la guía del Cihuacóatl, Tlacaelel, con el aval
de los señores de Texcoco y Tlacopan, y atendiendo a los grandes méritos
guerreros demostrados en las recientes contiendas, se designó a Moctezuma
Ilhuicamina como el sucesor. El nuevo Huey tlatoani era también hijo de
Huitzilihuitl, y había estado al frente de los ejércitos en las campañas que le
dieron poderío y fama a los mexicas y sus aliados. Se hizo la ceremonia de
consagración sacrificando prisioneros a Huitzilopochtli, para lo que
atacaron a los chalcas en represalia por no haberlos ayudado contra los
tepanecas en el sitio de Azcapotzalco, y también para sentar precedente.
El gran sacerdote, el Cihuacóatl, tomaba el juramento al Huey
tlatoani de mirar a sus súbditos como sus hijos y reinar con justicia y ver
con empeño las cosas de la guerra y el servicio de los dioses. Después de
prestar juramento, se le vestía solemnemente con toda la parafernalia de las
insignias reales, bajaba del teocalli y, después de 4 días de ayuno, oración y
recogimiento, tomaba posesión de su trono. Pasadas todas las ceremonias,
proclamado y reconocido Moctezuma I, como el nuevo líder de los mexicas
y de la Triple Alianza, continúa con la campaña de Chalco. Hay que
advertir que los mexicas tuvieron cuidado de no aparecer jamás como
promotores de guerra; aparentaban no ser hostiles hacia ningún pueblo,
pero sí aprovechaban cualquier afrenta a su honra para declararles la guerra
y posteriormente someterlos. Llegaron a organizar tan bien esta política,
74
que establecieron una especie de embajadores que, a título de comerciantes
(pochtecas), se introducían a los reinos que les interesaba dominar.
Después, con el menor pretexto, se hacían encarcelar o maltratar tras
alguna provocación, lo que daba motivo a los mexicas para vengar la
afrenta y dominar al reino “hostil”. En esta forma, y poco a poco,
conformaron y extendieron territorialmente una gran estructura imperial.
En los años de 1452 a 1455, después de sufrir varias inundaciones, en
la isla se abate una hambruna sobre los mexicas como consecuencia de
grandes heladas y sequías. Moctezuma, entonces, ordena abrir los graneros
para alimentar a los macehuales. Después de 29 años de reinado muere el
gran Moctezuma I, en octubre de 1468. Tras de sí deja una estructura
política preparada para el inicio de un verdadero imperio, con una sólida
organización económica, social y guerrera de férrea disciplina, que
castigaba sin miramientos y con crueldad los vicios y la corrupción, y
premiaba generosamente los méritos y las virtudes de los individuos. La
educación desde entonces fue fundamental y contribuyó grandemente a la
fortaleza del imperio, a los mexicas se les enseñaba desde pequeños a ser
fuertes de cuerpo y espíritu mediante el sacrificio corporal (se punzaban
con espinas de maguey), y a llevar una forma de vida con disciplina,
austeridad y orden en todos los aspectos, con gran pulcritud en todos los
sentidos. Esto último es una constante en las sociedades que buscan forjar
una estructura sólida y es lo que generalmente les ayuda en su ascenso
hasta lograr su apogeo como civilización. Hacer lo contrario sería síntoma
de su decadencia.
El antiguo y tradicional ciclo del tiempo, desde los aztecas, duraba
52 años 38. Al término de cada uno empezaba el Fuego Nuevo que había de
ser encendido acompañado de sacrificios humanos. De acuerdo con
Moctezuma
Ilhuicamina y por encargo de este en esta época
Nezahualcóyotl, que también poseía grandes dotes de ingeniería, construye
el albarradón en el lago de Texcoco, a manera de dique, con una extensión
que iba en dirección de lo que hoy es el Cerro del Tepeyac hasta el Cerro de
la Estrella, al oriente de Iztapalapa. Tenía por objeto separar las aguas
dulces que rodeaban a la isla de México-Tenochtitlán, provenientes de los
manantiales de Xochimilco, de las aguas saladas adyacentes a Texcoco.
También servía para disminuir el oleaje en las épocas de mucho viento
proveniente del norte, acompañado de lluvias tormentosas que azotaban
periódicamente a la gran Tenochtitlán y causaban inundaciones. En esta
misma época, se inicia la construcción del Templo de Huitzilopochtli
también conocido como Templo Mayor. Moctezuma I dejó varias hijas,
38
Según don Miguel León Portilla, Moctezuma Ilhuicamina murió en el año 2-pedernal (1468), después
de 29 años de reinado.
75
una de las cuales fue madre de 3 reyes: Axayácatl, Tizoc y Ahuitzotl.
Moctezuma Ilhuicamina fue sin duda uno de los grandes señores mexicas.
En esta forma Izcóatl, Tlacaelel y Moctezuma Ilhuicamina son los
arquitectos de lo que sería, en tiempos de Ahuitzotl, el gran Imperio
mexica.
A la muerte de Moctezuma I, al no haber opción entre sus hijas y siendo
Axayácatl –el mayor de sus nietos— todavía muy joven, Tlacaelel,
hermano del rey, es electo tlatoani. Sin embargo éste declina con prudencia,
sabiduría y tino –cualidades que siempre lo caracterizaron—, haciendo que
se proclamara al joven Axayácatl Huey tlatoani de los mexicas, con el
compromiso personal del Cihuacóatl de acompañarlo y orientarlo, sobre
todo en los primeros años. El consejo elector, Nezahualcóyotl de Texcoco y
el señor de Tlacopan consintieron con agrado la decisión.
En 1466 se terminó el acueducto para traer el agua de Chapultepec,
acto apadrinado por el rey Nezahualcóyotl, que muere en 1472. Sin
embargo, antes de morir, hace lo que su padre Ixtlixóchitl había hecho con
él: tomó a su hijo Nezahualpilli, que tenía 7 años, y lo proclamó rey de
Texcoco. De esta manera, las dos partes más importantes de la Triple
Alianza quedan en aparentemente indefensas, por lo que los tlatelolcas
tratan de aprovechar la circunstancia y preparan un ataque sorpresa, aliados
con otros pueblos sojuzgados por los mexicas. Sin embargo, no contaban
con la lealtad de muchos pueblos, como los de Cuautitlán, que no sólo no
se alían, sino que alertan a Axayácatl. Tampoco contaban con la sagacidad
de Tlacaelel, que iba a ser fundamental como guía y consejo para el joven
emperador, que actuó con valentía e inteligencia. Axayácatl, que inició
como Huey tlatoani en 1469, resultó ser un magnífico guerrero: fue el
“héroe de mil batallas” que extendió considerablemente el imperio mexica
en ésta época (1479). Para celebrar la terminación de una de las fases del
Templo Mayor, mandó esculpir la Piedra del Sol, la cual se creyó que era
un calendario cuando se encontró a finales del siglo XVIII bajo la Catedral
de México. Y en cierta forma lo es, por eso se le llamó, “Calendario
Azteca”, aunque debe ser llamada “Piedra del Sol". Cuando se inauguró el
Templo Mayor, se sacrificaron 700 prisioneros, arrancándoles el corazón
entre Axayácatl, Tlacaelel y 13 sacerdotes, uno por cada deidad.
Axayácatl llevó la conquista hasta el Golfo de México, dominando a
los totonacas. Sin embargo, a los que no pudo doblegar en Occidente fue a
los purépechas. El gran emperador había tomado por esposa a la reina
Azcaxóchitl, (nombre poético que significa llena de flores), hija del gran
Nezahualcóyotl, con quien tuvo dos hijos y una hija. Los hijos fueron
Moctezuma Xocoyotzin y Cuitláhuac. El gran Axayácatl murió en 1481. El
76
encargado de comunicar la muerte de Axayácatl al consejo supremo y gran
elector fue Tlacaelel. Se presentaron de inmediato los señores de Texcoco y
de Tacuba, Nezahualpilli y Totoquihuatzin, quien dio un sentido discurso.
Ambos hicieron grandes regalos y ofrendas. Dispuso Tlacaelel un gran
banquete para todos los que vinieran a ofrendar por el duelo.
Inmediatamente después se reunió el consejo en asamblea, con la presencia
de los otros dos miembros de la Triple Alianza y el Cihuacóatl. Fue Tizoc,
hermano de Axayácatl, quien en esa ocasión resultara electo Huey tlatoani
de los mexicas. Posteriormente se procedieron a celebrar las honras
fúnebres de Axayácatl, con una imponente ceremonial como correspondía
al gran emperador que había sido.
Quiso Tizoc imitar a su abuelo Moctezuma I y tomar prisioneros para
su iniciación. Por esta razón ataca a los huastecos, tras lo cual más que
resultar victorioso termina casi derrotado, pudiendo tomar solamente 40
prisioneros. En 1483, el mal éxito en las campañas de Michoacán y
Mextitlán hizo que Tizoc ordenara la construcción de un nuevo teocalli
para atraerse el favor de los dioses, con lo que inicia así una nueva fase del
Templo Mayor en la gran Tenochtitlán. El reinado de Tizoc (1481-1486)
pasó sin pena ni gloria. En la política, hay personas con intuición creativa y
don de mando, que junto a un gran poder de decisión, resultan exitosos. A
Tizoc no se le dio ni lo uno ni lo otro; actuó sin la orientación de Tlacaelel
el gran Cihuacóatl, que tal vez por su ancianidad, no lo pudo ayudar con
tanto acierto como a los demás. Enseguida vendría el padre de
Cuauhtémoc, el gran Ahuitzotl (1486-1502), octavo gran tlatoani, quien
expande todavía más el imperio mexica y lo consolida, distinguiéndose
como un gran guerrero, valiente y honorable. Hablaremos de él más
adelante.
Los mexicas, asimilando la tradición de las culturas mesoamericanas
que los precedieron y la de las propias culturas vecinas en las riberas del
lago, impusieron no solo dentro de la Triple Alianza, sino en el valle de
Anáhuac y en todo el Imperio, una estructura político social religiosa,
característica, acorde con la naturaleza de su cultura ecléctica, acorde
también a su propia naturaleza humana y espiritual, manifiesta a lo largo de
su historia. Esta estructura era la que prevalecía a la llegada de los
españoles. La estratificación social en el centro de México comprendía dos
grandes estamentos, el de los nobles, llamado pipiltin (singular pilli), que
significa literalmente “los hijos”, aludiendo a su carácter hereditario, y el
de los macehualtin (singular macehualli), la gente común, nombre que
entró al castellano como macehuales.
77
El estamento dominante incluía tres rangos fundamentales
designados cada uno mediante una palabra náhuatl de uso general. El rango
más elevado era el de rey o tlatoani (en plural tlatoque o tlatoanime), que
literalmente significa hablador, mandón o gobernante. También era normal
que bajo la autoridad suprema del tlatoani de una ciudad como México o
Texcoco, hubiera varios otros señores con el mismo título, jefes de
ciudades dependientes. La distinción se marcaba llamando al de mayor
autoridad Huey tlatoani o gran señor. El tlatoani era la autoridad suprema
de su señorío y combinaba funciones civiles, militares y religiosas,
judiciales y legislativas; era generalmente noble de nacimiento, miembro
de un linaje reinante (tlatocatlacamecayotl) y, en la terminología de la
región tramontana, de una casa señorial o teccalli.
El segundo rango era el de señor, tecutli (o tecuhtli, en plural
teteuctin o tetecuhtin). Estos eran títulos de estatus variable, que podían
haber sido creados por un tlatoani y que en todo caso requerían su
aprobación. El mismo tlatoani tenía también titulo de tecutli. El tecutli era
jefe de una casa señorial llamada teccalli, en la región tramontana, y tecpan
(palacio), en el valle de México. Estas casas disponían de tierras y de
gentes del común llamadas teccalleque(“gente de la casa señorial”), o
tecpanpouhque (“pertenecientes al palacio”), que rendían sus tributos y
servicios al tecutli en vez de darlos directamente al tlatoani. Un tecutli
estaba a cargo de la administración de esta gente y, además, ocupaba
puestos de la organización política bajo el poder supremo del rey […] Por
lo común, estos títulos se transmitían mediante herencia, siguiendo reglas
semejantes a la sucesión de la realeza, si bien era necesaria la sanción del
rey […] En Huexotzingo, a la muerte de un tecutli, todos los nobles de su
casa señorial se reunían en asamblea para escoger sucesor, de manera
semejante como se escogía en Tenochtitlán a un nuevo rey.
El tercer rango en el estamento superior es el de noble o pilli (en
plural pipiltin), el mismo término que se usa para todo el estamento
superior. El significado literal de “hijo” se puede comparar con los
términos “infante” o “hijodalgo”, en castellano. Eran pipiltin todos los hijos
de un tecutli o tlatoani, de modo que los reyes y señores eran también
nobles de nacimiento. Aunque en sentido limitado, también se usa para los
nobles que no han alcanzado el rango de rey o señor. Los macehuales que
subían de categoría por méritos en la guerra también eran considerados
como un grupo especial de pipiltin. Las fuentes escritas en castellano
llaman principales a todos los pipiltin […]
Los macehuales eran los gobernados y tenían la obligación de pagar
tributos y servicios personales. Estaban organizados en unidades
78
territoriales llamadas calpules, barrios que poseían la tierra en común y que
eran también unidades para la recolección de tributos y servicios.”39
Así, la población se iba estratificando también en las ciudades por las
diversas actividades de cada quien, tales como agricultores, comerciantes,
artesanos, etc. Algunos grupos como los artesanos y comerciantes, por
ejemplo, no estaban obligados a ir a la guerra y gozaban de ciertas
prerrogativas y privilegios. Por otro lado, había guerreros que
constantemente se estaban preparando para la contienda y, si no morían en
la guerra, de viejos enseñaban en las escuelas a los guerreros jóvenes.
Todos estos grupos podían tener esclavos, y los tenían, pero se convivía
con éstos e incluso se podían tener matrimonio con ellos. Los calpules
agrupaban a todos, pipiltin y macehuales; urbanísticamente no existía una
marcada diferencia entre los lugares de habitación de unos y otros: todos
contaban con la misma infraestructura y equipamiento. Sí había, por
supuesto, diferencia en las viviendas y la extensión de las mismas. Aunque
a la nobleza se llegaba por nacimiento, algunos de origen macehual podían
ascender a pipiltin, por méritos tenidos en su desempeño distinguido en la
sociedad mexica, principalmente por méritos guerreros.
Flores de luz erguidas abren sus corolas,
donde se tiende el musgo acuático, aquí en México,
plácidamente están ensanchándose,
y en medio del musgo y de los matices
está tendida la ciudad de Tenochtitlan:
la extiende y la hace florecer el dios:
tiene sus ojos fijos en un sitio como éste,
los tiene fijos en medio del lago. 40
LOS ESPAÑOLES
A finales del siglo XV, motivados por la Reconquista, se fueron
consolidando y uniendo grandes reinos en la Península Ibérica,
principalmente el reino de Castilla y León, que eran el que llevaban el
liderazgo en la Reconquista, tras la cual quedaba todavía el último reducto
de los musulmanes en el reino de Granada. Por otro lado, junto con Castilla
y León estaban: el reino de Aragón, que comprendía Valencia y Cataluña;
el reino de Portugal, que comprendía la parte occidental de la Península,
desde la punta de Sagres hasta Galicia, y que permaneciera independiente
39
Pedro Carrasco, Historia general de México (México: El Colegio de México, 2000).
40
Poema de Nezahualcóyotl traducido por el padre Garibay, según J.L. Martínez en Nezahualcóyotl:Vida
y Obra (México: Fondo de Cultura Económica) 132.
79
desde entonces; y el reino de Navarra, que en cierta forma nunca pudo ser
totalmente sometido por el dominio musulmán.
La unión de dos jóvenes herederos de los reinos de Castilla y de
Aragón vino a consolidar la hegemonía política necesaria para lograr tanto
la expulsión del último reducto musulmán en la Península y la reconquista
total, como el inicio del proceso para la unificación de lo que sería España,
que se integraría por primera vez en su historia. Se puede asegurar, sin
duda alguna, que es durante este nuevo período cuando empieza a surgir
España como nación. Aunque muchos no estarán de acuerdo conmigo en
esta aseveración por la tendencia en la actualidad, de llevar las autonomías
al extremo y los movimientos independentistas de los llamados “países”
dentro de España misma con el uso de sus propios idiomas.
El 19 de octubre de 1469 se unió Fernando, de 17 años de edad,
príncipe heredero del trono de Aragón y rey de Sicilia, hijo de Juan II de
Aragón y de doña Juana Enríquez, con la infanta doña Isabel, de 18 años de
edad, hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal. Isabel había sido
recién reconocida como heredera al trono y era hermana del rey Enrique
IV de Castilla. Tanto ella como Fernando pertenecían a la dinastía
Trastámara. A la muerte de Enrique IV en 1474, Alfonso V de Portugal,
esposo de Juana la Beltraneja, hija de aquel, trata de reclamar el trono para
su esposa; esto provoca una guerra de sucesión con Fernando e Isabel,
definiéndose la Corona en la batalla de Albuela, a favor de Isabel como
reina de Castilla, aunque esto ocasionaría la separación definitiva del reino
de Portugal. Al morir el padre de Fernando, se da la unificación total de
Castilla y Aragón. En 1513, Fernando anexiona el reino de Navarra a
Castilla, consolidándose de esta forma el poder hegemónico central, que
más tarde reuniría a los diferentes reinos en uno solo, unificado jurídica y
socialmente entorno a una monarquía centralista y hegemónica. Se
establecerían las Cortes como órgano consultivo y democrático, pero
limitadas sus funciones solamente a las de aprobar impuestos y tributos.
Fernando e Isabel restablecieron poco a poco el orden público y
sometieron el poder de los nobles, que habían convertido sus territorios en
verdaderos señoríos feudales independientes. De igual forma, para
consolidar su hegemonía política, los Reyes enmiendan la usurpación de
las cortes eclesiásticas, que se habían apropiado de las competencias de la
justicia secular. Y por otra parte, recuperan la prerrogativa real de elección
de los directores espirituales del reino. El encargado de establecer la
Inquisición en España fue Tomás de Torquemada, quien era el confesor de
la Reina. Durante la gestión de Torquemada como inquisidor de Castilla y
de Aragón se realizaron autos de fe en contra d infinidad de personas, que
80
fueron sacrificadas con un espíritu evidentemente contrario al cristianismo,
a través de una institución que sirvió como un instrumento político para
deshacerse de enemigos y apropiarse de sus bienes.
El haber desligado la influencia del Papa en la nominación de las
autoridades eclesiásticas consolidó la autoridad y el poder en los Reyes
Católicos en forma determinante. Esto sirvió también para meter en cintura
a los nobles que, a causa de la situación imperante, como lo hemos
apuntado, habían actuado con absoluta libertad para aumentar sus
posiciones territoriales a su propio designio y para acumular un gran poder
económico en torno a ellos, sin pagar impuestos, lo cual los hacía parecer
pequeños reinados independientes.
Por otro lado, la Inquisición probablemente tuvo como destinatarios
finales a los judíos, controladores de la riqueza económica y de los recursos
monetarios. De ellos se decía, como pretexto para justificar su persecución,
que habían ayudado a los moros. Los judíos tenían una fuerte contradicción
en su modo de ser; por un lado eran viajeros, médicos, escritores y
científicos que contribuyeron considerablemente a la cultura de la época,
sin embargo, algunos tenían desmedido apego a los bienes materiales y
bien ganada fama de usureros y, por esas razones, eran odiados como tales.
Su riqueza era causa de envidia y a medida que declinaba el poder árabe,
eran sometidos a numerosas persecuciones. Su conversión era muchas
veces sólo aparente y obligada por la circunstancia, por lo que muchas
veces eran acusados de apostasía.
De 1481 a 1492, los Reyes Católicos se concentraron en la guerra
contra Granada. Este reino, que como sabemos comprendía a Málaga y
Almería, era uno de los reinos de taifas que dependía jurídicamente de
Castilla y por lo tanto debía pagarle parias en oro. Todos los árabes en
España, en ese tiempo, se concentraban en este territorio, que
estratégicamente estaba muy desprotegido, toda vez que había perdido el
contacto con el norte de África al perder el dominio del estrecho y el
control de la entrada al mediterráneo, propiamente su cordón umbilical.
Isabel tomó parte directa en la guerra, lo que dio magníficos
resultados en el ánimo de los atacantes. En 1489, Fernando, con más de
70,000 hombres, sitia Málaga. Después de 3 meses, la ciudad es tomada y
saqueada. En abril de 1491 se inicia el sitio de Granada, un sitio con
características sui géneris, en donde se dio pie para la fantasía, al recordar
lo que años atrás sucedió durante la reconquista descrito poéticamente en el
cantar del “Mío Cid”. Se habla del sitio de Granada describiendo escenas
novelescas: por ejemplo, se aseguraba que día tras día se celebraban
81
combates a manera de torneos, en los cuales participaban sitiados y
sitiadores. Lo cierto es que el campamento de los Reyes Católicos,
sólidamente fortificado y rápidamente construido, se convirtió casi en una
ciudad que tuvo por nombre Santa Fe, situado a 11 Km. de Granada, en el
valle del Genil y cerca de ese río, uno de los afluentes del Guadalquivir.
Finalmente, el 2 de enero de 1492., el rey Boabdil el Chico, capitula
totalmente abatido y moralmente desecho; Granada, entonces, abre sus
puertas a los reyes de Castilla y de Aragón. Se cuenta que la madre del Rey,
la sultana Aixa, la horra (la honesta), reprendió a su hijo al abandonar el
bellísimo alcázar, diciéndole: “Llora, llora ahora como mujer, el trono que
no has sabido defender ni como hombre ni como rey”. Así terminaron casi
ocho siglos de dominación árabe en la Península.
Cuatro meses después, por presiones de Torquemada, se promulgó
un edicto en el cual se decretó la expulsión de los judíos que, como hemos
visto, representaban uno de los grupos más cultos y trabajadores de la
comunidad, no sin antes despojarlos en forma arbitraria e injusta de sus
bienes. A fin de cuentas, más que la expulsión, ese era verdaderamente el
objetivo que se buscaba y que se logró. A partir de este hecho, y con la
unificación de los reinos de la Península, a excepción de Portugal,
incluyendo el sometimiento a la fuerza del reino de Navarra, España se
empieza a configurar como el Estado que sería. Más tarde se iniciaría la
consolidación del imperio más grande del siglo XVI: el imperio de Carlos
V de Alemania, que con el reinado de Castilla como Carlos I, sumaría a su
poder los dominios pertenecientes a ese reino. En cierta forma, y
precisamente en ese siglo, España adquiere también las características de
un verdadero imperio gracias a sus posesiones coloniales allende el Mar
Atlántico.
Un poco más de un cuarto de siglo antes, con la acción de Enrique el
Navegante, se había dado un gran impulso a la navegación. A ese noble
príncipe portugués, que se distinguió tanto por su espíritu aventurero como
por su afán de verdadero explorador de las rutas marítimas, a él se deben
los astilleros de Sagres, en donde se diseñó la carabela, el nuevo modelo de
navío fue de gran ayuda en la búsqueda de un camino hacia la India, lugar
de origen de las codiciadas especias; era su propósito abrir camino a los
barcos mercantes portugueses para transportar los valiosos cargamentos
traídos principalmente por tierra a un alto costo. Sin embargo, este deseo
no pudo ser concretado sino hasta la expedición de Vasco de Gama, entre
1497 y 1499. Aún así, todos los antecedentes dejados por Enrique, también
dieron vigencia a las teorías de Colón, porque ayudaron a realizarlas; quien
aseguraba que navegando hacia Occidente, basado en la teoría de la
redondez de la tierra, se podría llegar a las Indias como lo demostró
82
también Juan Sebastián Elcano en la expedición de Fernando de
Magallanes, que a la muerte de éste en las Filipinas; encabezó la
expedición y terminándola regresó a España, habiendo para esto
circunnavegado la tierra.
Patrocinado por la reina Isabel, quien firmó también en Santa Fe las
capitulaciones para la trascendente expedición, Colón zarpó del puerto de
Palos de la Frontera, en Huelva, cerca de Moguer, el 3 de agosto de 1492.
Con la bandera de almirante en la Santa María, una carabela de un poco
más de 100 toneladas, y dos carabelas más pequeñas, la Pinta y la Niña,
viajó junto con expertos y hábiles navegantes, como los extremeños
hermanos Pinzón: “Al cabo de 69 días, después de una escala de 30 días en
Canarias, llegó a tierra firme el 12 de octubre de 1492 A su regreso el 15 de
marzo de 1493, se presenta en Barcelona ante Fernando e Isabel con
evidencias de sus descubrimientos. En viajes posteriores ante la poca
cantidad de oro Colon optó por comerciar con los indígenas vendiéndolos
como esclavos. A lo que se opuso en forma categórica la Reina Isabel. A la
muerte de Isabel, Fernando más pragmático y propenso a la codicia no veía
mal y menos como mal negocio, la trata de esclavos, sin embargo para no
contravenir los designios de su difunta esposa, acepta, o yo no sé si es a él a
quien se le ocurre la idea de las encomiendas, que si bien no se permitiría la
esclavitud, éstas si propiciarían la explotación de los indígenas en calidad
de esclavos, encubierto esto además hipócritamente con la justificación de
la evangelización religiosa.
El encuentro de los nuevos territorios suscitó una controversia entre
Portugal, que era el imperio tradicionalmente explorador, y España, que
había logrado el descubrimiento inicial. Habiendo sido dirimidas estas
diferencias por el Papa Alejandro VI al firmar el Tratado de Tordesillas en
1494. A petición de Portugal se traza una línea de demarcación de norte a
sur, distante 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde (meridiano 45º
35’), lo que le da a Portugal derechos legales sobre las tierras del Brasil,
descubiertas por Cabral en 1500 durante el reinado de Juan II y Manuel I el
Afortunado.
A la muerte de Fernando en enero de 1516, se dan una serie de sucesos que
desembocarían en la imposición de Carlos de Habsburgo como rey de
Castilla y virtualmente de España, acto a todas luces irregular, cuando
menos por la dualidad que se daba con su madre Juana. “En su testamento,
el Católico había dejado a Carlos, hablando en propiedad, como
«gobernador de Castilla» pero sin atribuirle el título de rey, con lo cual le
creaba una posición de facto, pero siempre bajo la autoridad nominal de la
«reina» Juana la Loca; ahora bien, en Bruselas se quería también el titulo
83
regio, es decir, se quería que Carlos fuera soberano también de derecho, por
lo menos en iguales condiciones que su madre. Por ello, el 13 de marzo, en
Bruselas, se proclamó a Carlos rey de Castilla.”41 Esto trajo aparejado una
serie de conflictos internos en los reinos de España y en Castilla misma.
Sin embargo, a final de cuentas estos se doblegaron y aceptaron la decisión
por la firme determinación de Carlos, pero más que nada por la oportuna y
firme también intervención del cardenal arzobispo de Toledo, fray
Francisco Ximénez de Cisneros, quien como gobernador provisional de
Castilla (hasta la llegada de Carlos), pone orden y evita una guerra civil.
Más tarde, en 1519, a la muerte de Maximiliano de Habsburgo, Carlos
habría de ser elegido emperador de Alemania como Carlos V, lo que le
costó 852,189 florines*42, que utilizo para comprar el favor de los
“incorruptibles” príncipes electores y sus séquitos.
Se debe al cardenal Ximénez de Cisneros La aceptación de los
castellanos a su nuevo monarca, al llegar Carlos en 1517. Fueron los
consejeros flamencos de Carlos, unidos a los de Borgoña, quienes habían
pretendido que Adriano de Utrecht preparara el camino y las condiciones
para la venida de Carlos a Castilla, para que fuera él y no otro el regente
ante el eventual fallecimiento de Fernando el Católico. Sin embargo, los
limpios y brillantes antecedentes del Cardenal, aunados a su actuación
prudente, inteligente, firme y cordial con Adriano de Utrecht, y a la
autoridad moral y política demostrada durante su regencia, hacen que el
propio Carlos lo ratifique. Durante sus dos años de regencia, el Cardenal
llevó a cabo una gran labor política en pro del joven Carlos. Al reforzar las
milicias de las ciudades, evitó el peligro de que los nobles pudieran
soliviantarse ante la realidad de un monarca joven rodeado de consejeros
flamencos. En el sur, reforzó la defensa del país, y sobre todo saneó la
economía de las órdenes militares, eliminó, con una buena administración,
todo gasto inútil, y hasta redujo las pensiones concedidas por Fernando e
Isabel. Incluso halló tiempo en este breve período para enviar a La
Española una comisión que investigara la situación de los indios, además
de que realizó grandes acuerdos para evitar lo más posible el tráfico de
esclavos en las colonias.
El 17 de marzo de 1517 llegó Carlos de Habsburgo a España como
Carlos I, rey de Castilla. Ximénez de Cisneros se retiró a su diócesis, donde
moriría a los dos meses. Era el fin de una época en la que Castilla había
conseguido iniciar el proceso de unificación de los reinos en uno solo, el
español y comenzar con una nueva etapa: la de allende el mar. Sin
41
Federico Chabod, Carlos V y su imperio (México: Fondo de Cultura Económica, 2003) 63.
42
Federico Chabod, Carlos V y su imperio (México: Fondo de Cultura Económica, 2003) 63.
84
embargo, el joven monarca de 17 años se vería abrumado y sobrepasado
por todas las responsabilidades presentes y futuras; el 31 de octubre de
1517, para desgracia de Carlos porque ya se le consideraba el líder
indiscutible de los pueblos cristianos; el monje agustino Martín Lutero
publica en Alemania las 95 tesis, reacción de protesta provocada por la
venta de indulgencias para la reconstrucción de la Basílica de San Pedro, en
Roma, y ante la cerrazón de la iglesia se cuestiona también la autoridad del
papa León X, hijo de Lorenzo de Médicis, y los escándalos y excesos por
demás evidentes de la Iglesia Católica. Este hecho desencadenaría la
Reforma protestante y con esto y el cisma de la propia Iglesia Católica, lo
que echaba por tierra el argumento político de la unidad del cristianismo en
torno a Carlos, ante su eventual llegada a la cabeza del imperio.
En 1519, coincidente con la conquista de México, logra asegurar el
imperio heredado por su padre, el Sacro Imperio Romano Germánico, lo
que lo convierte en Carlos V. Como bien sabemos, esto no se hubiera
logrado sin el cohecho, mediante el que obtiene el favor de los príncipes
electores. Constantemente y durante toda su vida, Carlos se vería
angustiado sobremanera por los aspectos materiales y financieros, hasta el
grado de casarse con Isabel de Portugal, motivado más que nada por la dote
que obtendría. Lo cierto también es que para Carlos, por los múltiples
asuntos que reclamaban su atención, sus colonias en América estaban muy
lejos en su orden de prioridades y muy seguramente sólo las veía en
función de lo que económicamente le podían aportar, esto por un cierto
dejo de codicia. Aunque sus apologistas lo pretendan pintar –mejor que
Ticiano Vecellio— como un monarca preocupado por la explotación de los
indios y el futuro de la Nueva España.
En la Vera de Cáceres, en Extremadura, sobre la sierra de Gredos, se
encuentra el antiguo monasterio de Yuste. Ahí se retiró Carlos V cuando
abdicó a favor de su hijo Felipe II en 1556. Hace unos años, al ir mi esposa
y yo de Cáceres rumbo a Ávila, tuvimos la curiosidad de ver en dónde y
cómo pasó sus últimos días el ser humano más poderoso de la Tierra, o
cuando menos, uno de los más poderosos en la primera mitad del siglo
XVI. Contrario a lo que se pudiera esperar, Carlos V, solo se hizo construir
un pequeño palacete de unos de 1,000 m2 (aproximadamente), adosado al
monasterio, con ocho estancias regulares más los jardines, los cuales le
gustaba observar, que no caminar, por el problema de gota que padecía. Ahí
pasó sus últimos días, aproximadamente un poco más de un año. Había
llegado a Yuste el 5 de febrero de 1557 y murió en 1558. Tenía una
recámara desde la cual, incluso acostado en la cama, podía ver
directamente al altar mayor de la capilla. Se dice que oía misa varias veces
al día. Algunos remordimientos habrá tenido tan señorial persona.
85
La fecha de la llegada de Carlos V a España coincide propiamente
con la expedición enviada por Diego Velázquez, gobernador de la isla de
Cuba, hacia Occidente para buscar tierra firme. Dicha misión estuvo al
mando de
don Francisco Hernández de Córdoba y fue de gran
trascendencia, ya que se avistó por primera vez tierras mexicanas a la altura
de la Península de Yucatán el 4 de marzo de 1517. Bernal Díaz del
Castillo 43, que había participado en esta primera expedición, atestiguó la
muerte de don Francisco Hernández de Córdoba apenas hubo llegado a
tierra. También participó en las otras dos expediciones enviadas por el
gobernador Velázquez y nos cuenta lo siguiente:
Después de estas guerras volví segunda vez, desde la misma
isla de Cuba, con otro capitán que se decía Juan de Grijalva; y
tuvimos otros grandes reencuentros de guerra con los mismos indios
del pueblo de Champotón, y en éstas segundas batallas nos mataron
muchos soldados; y desde aquel pueblo fuimos descubriendo la costa
adelante hasta llegar a la Nueva España, y pasamos hasta la
provincia de Pánuco. Y otra vez de volver a la isla de Cuba muy
destrozados y trabajosos......Y volviendo a mi cuento, vine la tercera
vez con el venturoso y esforzado capitán don Hernando Cortés.
Hernán Cortés, nacido en Medellín (Extremadura) en 1504, fue
estudiante de la Universidad de Salamanca, se embarca hacia las colonias
en las Indias recién descubiertas en busca de fortuna; con una gran
ambición y absoluta determinación, invierte toda su hacienda y más, en una
empresa que nunca imagino tan grande y productiva para él y para España.
Su desempeño y acciones habrían de tener gran trascendencia para los
acontecimientos posteriores.
A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque, para andar conmigo,
me bastan mis pensamientos.
No sé que tiene el aldea
donde vivo y donde muero,
que, con venir de mí mismo,
43
Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera
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no puedo venir más lejos. 44
Fusión de dos culturas, Jorge González Camarena
44
Romance de Lope de Vega, siglo XVI.
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CAPÍTULO II
LA FUSIÓN
1.- LA CONQUISTA DE MÉXICO
Hasta el palacio de Moctezuma Xocoyotzin llegaron las noticias de
extrañas moles flotantes cruzando frente a la costa del mar por donde sale
el sol. Corría el año de 1517, y lo mismo sucedió al año siguiente. Antes de
Moctezuma, Ahuitzotl había ascendido al trono mexica en 1486, a raíz de
la muerte de su hermano Tizoc. Fue electo por el consejo supremo que
presidía todavía su tío Tlacaelel. Sería el último señor de los mexicas
orientado y aconsejado por el gran Cihuacóatl. A este nuevo Huey tlatoani
de los mexicas podría sin lugar a dudas dársele el nombre de el “Gran
Ahuitzotl”, porque así como Trajano lo hizo con el Imperio Romano,
(guardadas las proporciones), éste extiende a su máximo tamaño el imperio
mexica, que llegó desde el norte medio de México hasta el istmo de
Panamá, por el Sur, y al Golfo y al Pacífico por el Oriente y Occidente
respectivamente. De este modo cubría la totalidad de Mesoamérica y sus
pueblos y reinos con algunas excepciones como los purépechas de
Michoacán en el centro y los mayas en el sureste.
Ahuitzotl, octavo señor de los mexicas, se casó con la princesa
Tiyacapantli45 , la hija mayor del tlatoani Moquihuix, último señor de
Tlatelolco. Juntos engendraron a Cuauhtémoc, “Águila que desciende”, el
último emperador de los mexicas. Es Ahuitzotl quien termina de edificar el
Templo Mayor, al rematarlo en su cúspide con el doble altar adoratorio
para Tláloc, dios de la lluvia, y para Huitzilopochtli, su dios principal. Se
dice que al final de la campaña contra los huastecos, se sacrificaron en
forma continua a miles de prisioneros en el Templo Mayor y en otros
templos, durante cuatro días y sus noches, tanto a manos Ahuitzotl como de
otros sacerdotes. Aun considerando que los sacrificios humanos eran parte
fundamental del ritual religioso, y que tanto sacrificadores como
sacrificados lo aceptaban en esos términos, no podemos dejar de reconocer
que este acontecimiento fue un verdadero exceso que refleja un aspecto
negativo en la personalidad de Ahuitzotl. Por otro lado, este tlatoani deja un
imperio fuertemente consolidado y en pleno esplendor, que ejercía su
poder desde la gran Tenochtitlán, la capital del imperio que representaba
45
Carlo Coccioli, Yo, Cuauhtémoc (México: Secretaría de Educación Pública) 33.
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físicamente, la síntesis de lo más refinado de las culturas mesoamericanas a
través del tiempo.
La cultura mexica fue sin duda una cultura ecléctica, del mismo
modo que la española; éstas se nutrieron con lo mejor que quisieron y
pudieron seleccionar y asimilar de las civilizaciones que las antecedieron
durante 3,000 años, compuestas con virtudes pero también con vicios, estas
interactuaron entre sí en sus respectivos ámbitos geográficos a través de las
acciones de conquista y dominación. A decir de los conquistadores
españoles, la ciudad de México-Tenochtitlan era de un esplendor nunca
visto, comparable solo con las más destacadas ciudades de la Antigüedad
como Roma o Constantinopla, y por supuesto, con Venecia, con la cual
encontraban un relativo parecido únicamente por su gran número de
canales. La ciudad en la isla estaba trazada con un eje norte-sur, como la
mayoría de los centros ceremoniales de Mesoamérica. Tenía grandes
avenidas pavimentadas con una piedra clara parecida al mármol blanco sin
pulir, con un trazo recto casi perfecto, adornadas con múltiples pendones de
plumas multicolores (herencia tolteca); estas calzadas se abrían a grandes
explanadas o plazas definidas por grandes templos ceremoniales, jardines
en floración continua y palacios de gran belleza y esplendor. Los
pobladores circulaban por la ciudad, algunos en canoas de diferentes tipos,
capacidades y funciones; los más iban a pie, ataviados de diversas formas y
colores, desde los ricamente vestidos, como los pipiltin –algunos llevados
en andas—, hasta los macehuales, más modestos pero, por lo general,
aunque en forma austera; ordenada y acicaladamente vestidos.
La gran Tenochtitlán tenía una presencia impresionante por la altura
y disposición de sus templos, edificios, palacios, jardines, plazas y su
gente, con una gran policromía y magnificencia que reflejaba su refinada
cultura. Sin embargo, algo en lo que los españoles no repararon en un
principio sino hasta después, quedando altamente impresionados, fue la
gran cantidad de sacrificios humanos que se realizaban en lo alto de los
templos. La ciudad estaba rodeada por las aguas del lago y por el sistema
de canales de circulación interna y chinampas46 que, dispuestas en forma
reticular se conectaban también por canales para facilitar la circulación y
aumentar la superficie de tierra cultivable en la isla, estaban siempre
verdes produciendo una gran cantidad y variedad de flores y legumbres. De
este modo, la ciudad poseía un carácter urbano único, enmarcada por un
medio ambiente natural excepcional. En la zona existían otras ciudades no
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Parcelas flotantes utilizadas en el cultivo de vegetales
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tan grandes y espectaculares, pero no menos interesantes, y todas formaban
un conjunto armónico, integrando una especie de megalópolis.
El paisaje natural del lago, sus riberas y de la ciudad era espectacular.
Escuchemos a Bernal Díaz del Castillo47:
Y otro día por la mañana llegamos a la calzada ancha y vamos
camino de Ixtapalapa. Y desde que vimos tantas ciudades y villas
pobladas en el agua, y en tierra firme otras grandes poblazones y
aquella calzada tan derecha y por nivel como iba a México, nos
quedamos admirados, y decíamos que parecía a las cosas de
encantamiento que cuentan en el libro de Amadis48 , por las grandes
torres y cúes y edificios que tenían dentro en el agua, y todos de
calicanto, y aún algunos de nuestros soldados decían que si aquello
que veían si era entre sueños, y no es de maravillar que yo escriba
aquí de esta manera, porque hay mucho que ponderar en ello que no
sé como lo cuente: ver cosas nunca oídas ni aún soñadas, como
veíamos.
La gran Tenochtitlan debió haber tenido en ese tiempo una población
superior a los 100,000 habitantes en una superficie aproximada de 1,000
hectáreas, misma que incluía el sistema de canales y chinampas
perimetrales utilizadas para el cultivo de alimentos. Aunque debió haber
tenido también una población flotante equivalente a otro tanto, suposición
que podemos fundamentar si nos atenemos a las descripciones hechas por
Cortés de la muchedumbre que asistía al mercado de Tlatelolco: “Discurren
por ella (la plaza del mercado) diariamente -quiere hacernos creer- sesenta
mil hombres cuando menos”, nos dice Alfonso Reyes, parafraseando una
explicación de Cortés sobre el mercado, que aunque le pareciera exagerada,
esto ya nos da una idea49 .
La isla estaba comunicada con tierra firme a través de tres calzadas
donde había instalados sistemas de puentes móviles: al sur, Iztapalapa; al
poniente, Tlacopan o Tacuba; y al norte, Tepeyac. Por la calzada de Tacuba
47
Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera
48
Se refería Bernal Díaz del Castillo al Amadís de Gaula, que había sido editado en Sevilla en 1519,
paradigma de los libros de caballería tan en boga en ese tiempo.
49 Alfonso
Reyes, Visión de Anáhuac (México: Fondo de Cultura Económica) 16.
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transcurría el acueducto con el agua dulce de Chapultepec, que Tezozómoc,
gran señor de Azcapotzalco, le había concedido 100 años atrás a su nieto
Chimalpopoca.
México-Tenochtitlán fue fundada en una isla, flanqueada por otras
islas menores que con el tiempo quedaron unidas, incluida la de Tlatelolco.
Juntas formaron un solo conglomerado urbano que, como hemos dicho,
estaba dividido en cinco grandes barrios. A la venida de los españoles el
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gran cuerpo lacustre ocupaba una superficie aproximada de 600 Km.
En ese entonces, Moctezuma Xocoyotzin, hijo de Axayácatl, era la
cabeza del imperio mexica y señor de la gran Tenochtitlán. Él era quien
había sucedido a Ahuitzotl en 1502 como el noveno emperador de los
mexicas y líder de la Triple Alianza. Como siempre, el Huey tlatoani había
sido electo por la asamblea, cumpliendo así con el protocolo tradicional del
visto bueno de los señores de Texcoco y Tacuba. Además de ser miembro
de la dinastía de Acamapichtli, Moctezuma II se había distinguido en su
juventud por su bravura y valentía, razón por la cual el consejo supremo no
dudó en elegirlo.
La costumbre del ejercicio del poder absoluto y del disfrute de un
ambiente de grandeza heredada, así como las alabanzas continúas y
cotidianas de los más cercanos y de sus cortesanos, enfermaron de
soberbia a Moctezuma II. Y sin tener un Cihuacóatl como Tlacaelel –
muerto a finales del siglo pasado— que lo orientara y no le permitiera
perder el contacto terrenal, el tlatoani se convirtió en un monarca absoluto
y engreído como ninguno de sus antecesores; estaba prohibido mirarle a los
ojos, y los pocos privilegiados que tenían acceso a él, debían saludarlo
diciéndole Señor, mi Señor, Gran Señor, y retirarse de su presencia
caminando hacia atrás sin darle nunca la espalda. Estas actitudes e ínfulas
no son ajenas en algunos funcionarios del sistema político mexicano actual
(y no únicamente de los primeros niveles), quienes como Moctezuma II
son candil de la calle y oscuridad de su casa, muy solícitos y hasta serviles
ante los extranjeros y poderosos; adustos, extremadamente serios y muchas
veces hostiles ante los propios gobernados y subalternos.
Si a la personalidad difícil de Moctezuma Xocoyotzin le agregamos
que era fiel creyente de la mitología heredada de los toltecas, que establecía
el regreso de Quetzalcóatl en un año Ce-Acatl, coincidente con el año del
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arribo de Hernán Cortés, entonces podemos comprender por qué consideró
a los españoles como “teules” (dioses). Quizás también por esto podríamos
explicar cómo Cortés pudo emprender rápida y exitosamente, al frente de
tan solo un poco mas de 400 españoles, la conquista del Imperio mexica, el
más poderoso y temido por los reinos de Mesoamérica. Sumado a esto el
hecho de que a través de sus primeros contactos en Veracruz con los
zempoaltecas y posteriormente con los tlaxcaltecas, y al ver cómo los
emisarios de Moctezuma eran recibidos por los pueblos dominados, Cortés
pudo conocer las debilidades de su rival. Se dio cuenta, además, del alto
potencial que existía para establecer alianzas con los reinos subyugados,
por lo tanto, además del prejuicio religioso de Moctezuma; he aquí otra
parte de la explicación de la velocidad y relativa facilidad de la conquista;
Cortés y sus hombres realmente solo motivaron y encabezaron a grandes
ejércitos de reinos tributarios descontentos con los mexicas, lo cual no les
resta mérito.
A partir de la fundación del Ayuntamiento de la Villa Rica de la
Veracruz, a mediados del mes de agosto en 1519, se inicia propiamente la
conquista de México, que tuvo una duración de aproximadamente dos años.
Aliado primeramente con los cempoaltecas, la primera gran batalla tuvo
lugar fue contra los más de 50,000 guerreros tlaxcaltecas de Xicoténcatl.
Previamente Cortés ya había enviado avanzadas de zempoaltecas para
proponerles una alianza similar en contra de los mexicas. Estos dudaban,
pero además se encontraban divididos entre sí y en cierta forma
atemorizados al considerar la posibilidad de que los españoles realmente
fueran teules. Esta idea se acentuaba al ver con ellos animales que no
conocían, como los caballos que, montados por el hombre formaban ante
sus ojos un ente desconocido; o los lebreles, que les parecían tigres o
leones de montaña al servicio de estos extraños y mágicos personajes con
truenos mortíferos. Los españoles ganaron esta batalla con el apoyo de los
zempoaltecas, hecho que les sirvió para obtener gran fama y respeto no
sólo entre los tlaxcaltecas; la noticia llegó rápidamente hasta Moctezuma
quien, impresionado, les envió una embajada con ricos presentes de oro
(error craso) y la invitación para que fueran a la gran Tenochtitlán, misma
que los españoles aceptaron de inmediato.
Cortés se dirigió enseguida a Cholula, donde le sería tendida una
emboscada, que pudo evitar gracias al aviso oportuno de los mismos
zempoaltecas y al apoyo de sus recientes aliados tlaxcaltecas. Todo esto
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aumentaba su fama de seres extraordinarios, y la posibilidad de que
verdaderamente fueran los emisarios de Quetzalcóatl, fue algo que tanto
influiría en el ánimo del señor de la gran Tenochtitlán. Cortés avanza hacia
el corazón del imperio mexica guiado por los zempoaltecas y los
tlaxcaltecas, cruzando a través de la imponente grandeza natural de los
volcanes –el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl-- teniendo uno a la siniestra y el
otro a la diestra desde donde divisa la “tierra prometida”, el valle del
Anáhuac. La increíble belleza natural y material de lo descubierto motiva y
alienta cada vez más la empresa que se han propuesto. En esta forma los
españoles al mando de Cortés arriban al valle del Anáhuac y hacen su
entrada triunfal en la gran ciudad, donde fueron recibidos por el propio y
legendario emperador del imperio más grande y poderoso de América.
Como atestigua Bernal Díaz del Castillo, aquello parecía cosa de ensueño;
lugares nunca vistos de una belleza inenarrable, poblados de personajes
ricamente vestidos que, como salidos de un cuento de fantasía, los recibían
como si fuesen seres sagrados.
Confirmando la creencia del emperador de que los españoles eran
teules, estos fueron alojados en la calidad reservada para los más altos
niveles de la jerarquía imperial: en el palacio de Axayácatl, padre del
Emperador, que tenía grandes estancias, huertos y jardines que los
visitantes disfrutaron durante cuatro días continuos, gozando además del
trato especial correspondiente a la jerarquía, no a la que en realidad tenían,
sino a la que les habían asignado por órdenes de Moctezuma. Después de
este placentero descanso, Cortés solicitó visitar el Templo Mayor; el
Emperador accedió y quiso adelantarse para recibir a los españoles en la
parte superior. Cortés aprovechó la oportunidad para visitar los principales
lugares de la gran metrópoli, tales como el impresionante mercado de
Tlatelolco, los principales palacios y templos con sus explanadas y jardines
en floración continua que proporcionaban un agradable marco y una
adecuada perspectiva para la apreciación de adoratorios y edificios.
Recorrieron la gran Tenochtitlán en una caminata libre e informal durante
una espléndida mañana de las que suelen darse en el valle del Anáhuac;
caminaron por donde ellos quisieron, guiados por acompañantes asignados
por el emperador, a través de plazas y calzadas admirablemente
pavimentadas con baldosas blancas en condiciones de gran pulcritud, se
admiraron del orden de la actividad cotidiana, del trafico por los canales y
en derredor de la isla por medio de canoas de diferentes tipos y tamaños,
del barullo de la gente con vestimenta vistosa, diferente y del gran colorido
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predominando el blanco y de la magnificencia y policromía de los
edificios. Los españoles se encontraban asombrados sobremanera.
Después del recorrido llegaron a la plaza frente al Templo Mayor,
una explanada inmensa rodeada de otros templos y palacios, que lucían
impresionantes al reflejar su vívido colorido y su riqueza arquitectónica en
esa mañana de sol brillante. Un gran muro (de gran extensión) adornado
con serpientes de piedra policromada circundaba al centro ceremonial. A
pesar de la larga caminata y el sol, los españoles todavía no sentían calor;
tenían solo una rara sensación, mitad incertidumbre, tal vez temor, y mitad
admiración. No se sentían muy seguros de sí mismos y estaban ahí, parados
frente a la gran escalinata del Templo Mayor que tendrían que subir
flanqueada por alfardas. Después de haber ascendido trabajosamente los
114 peldaños, Cortés encontró en la cúspide al Emperador vestido con sus
mejores galas, con su gran penacho de plumas de quetzal de fulgurante
color verde esmeralda que el viento acariciaba y en donde el sol se
reflejaba con intensos destellos dorados provocados por la orfebrería de su
imperial tocado. Moctezuma estaba rodeado con su séquito y sus
principales sacerdotes, ricamente ataviados, quienes les mostraron desde lo
alto, con mucho comedimiento y cortesía, sin dejo de presunción, una
espléndida vista del valle de Anáhuac; con todas las ciudades vecinas que
con la gran metrópoli lacustre como centro, constituían una vasta
megalópolis. Tenochtitlan estaba comunicada con tierra firme por tres
grandes calzadas las cuales se observaban claramente, incluyendo a lo lejos
la vista del albarradón de Nezahualcóyotl. Todo este paisaje estaba
enmarcado en lontananza con la bella silueta de los volcanes nevados y el
azul añil profundo del cielo de "la región más transparente del aire", como
la llamaría trescientos noventa y seis años después Alfonso Reyes.
En la parte superior del Templo Mayor, y como razón de ser del
mismo, se encontraban los dos adoratorios y recintos de las principales
deidades mexicas: Tláloc, dios de la lluvia, y Huitzilopochtli, dios de la
guerra y principal deidad mexica. Los ídolos estaban cada uno en su
respectivo recinto, y aunque el espacio estaba ricamente decorado con
piedras preciosas y finos trabajos de oro, a los españoles les impresionó
profundamente el hecho de que ahí mismo se realizaran sacrificios
humanos en los que (se enterarían posteriormente) se les extraía el corazón
a las víctimas, aún con vida, quedando los vestigios de la sangre esparcida
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en muros y pisos; era imposible que otras culturas que no fueran similares a
la mexica aceptaran costumbres y rituales como estos.
Cortés aquí comete un error de diplomacia y de sentido común
elemental, al proponerle a Moctezuma la construcción de una cruz y de un
altar para la Virgen María en la cúspide del Templo Mayor, una especie de
sincretismo religioso que el Emperador y sus sacerdotes rechazan con
prudencia pero enérgica y categóricamente. Los españoles abandonan el
Templo, ahora sí sumamente cansados por el esfuerzo que habían hecho al
subir y por el trajinar durante el día. El Emperador y su séquito se quedaron
haciendo oración y sahumando a los dioses con el aromático copal en
desagravio de la ofensa recibida con la propuesta del extranjero.
Cortés solicitó a Moctezuma la posibilidad de construir un altar para
sus oficios religiosos en el Palacio de Axayácatl, a lo cual Moctezuma
accede. Esto da pie para que por casualidad, detrás de un muro tapiado
recientemente, los españoles descubrieran una cámara con el tesoro de
Axayácatl, el cual consistía, según sus mismos descubridores, de un
cuantioso número de piezas labradas en oro y multitud de piedras preciosas
y objetos de arte de gran valor. Astutamente, y por supuesto traicionado la
confianza de quienes les habían brindado su hospitalidad, no dan aviso y
deciden dejarlo discretamente como estaba para sus planes futuros, con lo
que demuestran cuál era su verdadero interés y propósitos. Los tlaxcaltecas,
aliados de los españoles, les habían prevenido y ahora les confirmaban que
los planes de los mexicas era hacer que tomaran confianza como sus
huéspedes para después matarlos a todos. Tras la emboscada de Cholula, en
donde la prevención y la ayuda de los zempoaltecas y tlaxcaltecas los había
salvado, esto hacía que ahora confiaran en ellos. Aunado a esto, se dio un
hecho lamentable que en cierto modo confirmaba como justificado el
ambiente de sospechas: les informaron que Juan de Escalante, lugarteniente
de Cortés y seis españoles más que componían el destacamento dejado en
la Villa Rica de la Vera Cruz, habían sido muertos por los mexicas, quienes
seguían cobrando tributo a los zempoaltecas a través de sus aliados
totonacas.
En esta forma, Cortés y su gente no ven otra salida inmediata que
tomar a Moctezuma como rehén, medida temeraria que si no hubiese sido
por la actitud pasiva y amedrentada del Emperador, nunca les hubiera dado
resultado. Cortés fue hasta el palacio de Moctezuma; entró con engaños, y
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luego puso como pretexto el acontecimiento reciente en la Villa Rica de la
Vera Cruz para tomar de improviso a Moctezuma. Éste, en lugar de alertar
a sus guardias, mintió a los suyos explicando que iba a acompañar a los
españoles y pasar unos días con ellos en el palacio de su padre Axayácatl,
desde donde seguiría gobernando. El cautiverio de Moctezuma en la gran
Tenochtitlán fue sui generis, toda vez que aparentemente, como hemos
dicho, éste seguía siendo el Huey tlatoani de los mexicas e incluso seguía
haciendo prácticas rituales en el Templo Mayor en honor a Huitzilopochtli
con el consentimiento de Cortés. Sin embargo, esto no era nada bien visto
por los demás señores de la Triple Alianza; Texcoco y Tacuba, que
empezaban a cuestionar y reprobar fuertemente esta situación,
despertándose entre ellos mismos la inquietud por el poder de la gran
Tenochtitlán y por ende por el futuro de la Triple Alianza.
Cacamatzin, señor de Texcoco, empezó a urdir la liberación de
Moctezuma mediante el ataque masivo y frontal a los españoles, lo cual
hubiera sido relativamente fácil a no ser porque “el Emperador” se enteró y
se lo comunicó a Cortés. Éste solicitó a Moctezuma que desautorizase esta
acción, a lo cual el Emperador procedió de inmediato. Al rebelarse
Cacamatzin, el todavía emperador lo hizo traer a su presencia, lo tomó
preso y lo destituyó. Esta acción injustificable y arbitraria reflejaba el
poder que todavía tenía sobre su pueblo, lo que le facilitaba al máximo esta
vergonzosa acción. Además, hay que considerar que no era difícil que
Moctezuma Xocoyotzin creyera fielmente que su dios Huitzilopochtli
deseaba que él permaneciera preso de los españoles en la gran Tenochtitlán.
Al ver esto los señores mexicas, y sin saber si lo de su señor preso
era cobardía, verdadero comedimiento con sus dioses o simplemente
desquicio mental, se plantearon que precisamente eran sus dioses quienes
les ordenaban la expulsión o destrucción de los invasores. Lo anterior fue
comunicado a Moctezuma, y lógicamente éste se lo comunicó a Cortés
quien, sorprendido y preocupado, por toda respuesta solo explicaba que
necesitaba tiempo para volver a construir las naves necesarias, pues en las
que había venido habían quedado inservibles. En realidad, lo que Cortés
pretendía era ganar tiempo para urdir su estrategia primero de
supervivencia y en seguida de escape. Y una vez logrado esto, tener
suficiente tiempo para preparar la conquista de tan codiciado imperio, plan
que estaba seriamente amenazado por la reacción de los nobles mexicas.
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Poco a poco y cada vez más, Moctezuma se convence de que sus
captores son verdaderos teules y es manejado por éstos en el gobierno del
imperio que admirablemente seguía ejerciendo, a tal grado que les concede
todo lo que piden y lo hacen reconocer al emperador Carlos V como su
señor y abjurar de sus propias creencias religiosas a favor de las de los
españoles, no sin antes verter, cobardemente, abundantes lágrimas por la
congoja que todo aquello le producía. Por su parte, los nobles mexicas no
podían dar crédito a toda la pesadilla que estaban viviendo, y ya no veían el
momento para sacudirse al Emperador que ya no lo era, y al invasor que era
la causa misma de su desasosiego.
Otra gran y audaz decisión de Cortés fue la construcción de tres
bergantines, pequeños barcos que podían navegar impulsados por velas o
por remos para poder salir de la isla con todo lo necesario. Para esto,
comisionó a un hábil constructor con experiencia en los astilleros de
Sevilla, a don Martín López, a fin de que revisara el diseño y dirigiera la
construcción. Se obtuvo de Moctezuma la madera y materiales necesarios,
incluyendo el calafateo por medio de chapopote y brea, abundantes en los
dominios mexicas. La construcción de estos primeros bergantines inspiró y
dio origen a la construcción de otros más que serían de gran ayuda en el
asedio y sitio de la gran Tenochtitlán, hecho que más tarde sería definitivo
para el dominio español. Diego Velázquez, que no perdonaba a Cortés por
haberlo traicionado, envió una expedición con 18 barcos y alrededor de
1,300 soldados que desembarcó en abril de 1520 en San Juan de Ulúa al
mando de Pánfilo de Narváez para combatir y apresar a Cortés. Éste dejó
la ciudad de México-Tenochtitlán de inmediato y a su rehén imperial en
manos de Pedro de Alvarado; salió acompañado del ejército tlaxcalteca a
combatir a Pánfilo de Narváez, venciéndolo y dejándolo muy mal herido.
Tras la victoria, Cortés se quedó con toda gente de Panfilo, armas y
bastimentos, con los que regresa a la ciudad. Ésta se encontraba en pie de
guerra, debido a la matanza de nobles mexicas que durante su ausencia
encabezó Pedro de Alvarado; con una actitud prepotente y un fanatismo
que lo llevó a creerse
el arcángel San Miguel asesinando casi
impunemente –le habían matado a 6 soldados— a una gran cantidad de
nobles mexicas que hacían sacrificios rituales a sus dioses, en desagravio
por tan vergonzosa situación. Estas actitudes seudoreligiosas de
conquistadores como Alvarado, respondían al gran cargo de conciencia que
levaban por su mezquindad y codicia que era lo que realmente los movía.
Y en este caso lo podía hacer casi impunemente porque los mexicas sabían
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que proceder en contra de ellos era como proceder en contra de su
Emperador.
Al regresar Hernán Cortés con los refuerzos que le había quitado a
Pánfilo de Narváez, ya no encontró la ciudad igual; desde su llegada a
Texcoco, notó gran frialdad y los extrañamientos que le hacían y, al
pretender entrar a la gran Tenochtitlán, la encontró desolada sin entender la
causa; pensó que tal vez era en señal de duelo por la muerte de los nobles.
Manifestando una soberbia y prepotencia injustificada y fuera de lugar, le
enfureció que el mercado de Tlatelolco estuviera cerrado, porque quería
enseñárselo a las gentes de Pánfilo de Narváez que venían con él. Le pidió
a Moctezuma que lo abrieran de inmediato. Éste sugirió que fuera consigo
un noble allegado a él acompañándolo con las gentes de Pánfilo de
Narváez; Cortés escogió a Cuitláhuac, hermano de Moctezuma y señor de
Iztapalapa, que había sido apresado por los españoles. Dicen que el que se
enoja pierde, y Cortés perdió, porque la ira no le dejó ver que a quien
estaban liberando era nada menos que al líder más importante de los
mexicas y, por supuesto, su enemigo acérrimo. Sin embargo, para
Cuitláhuac significó obtener el imperio pero también la muerte.
Entre Moctezuma y Hernán Cortés había surgido una fuerte relación
afectiva, una simbiosis en donde Moctezuma sacó la peor parte; "es la
mujer de los españoles", decían sus más fieros críticos, confundiendo la
figura femenina con la actitud aparentemente cobarde y complaciente del
monarca. Lo cierto es que ya no le tenían ningún respeto y, de hecho, lo
habían desconocido. Cuitláhuac, después de abrir el mercado acompañando
a los españoles recién llegados y al verse libre, procedió de inmediato a
organizar a los mexicas para tomar el Palacio de Axayácatl y el Templo de
Texcatlipocatl, en donde se encontraban los españoles, aún a costa de su
propio hermano, el Emperador, quien ya no era considerado como tal por
muchos de ellos, lamentando profundamente su comportamiento
desquiciado que ya no correspondía al de un Emperador mexica. Esto
sucedía a finales del mes de junio de 1520.
Posterior al regreso de Cortés, los españoles pretendieron tomar el
palacio de Moctezuma y el Templo Mayor, pero fueron contra atacados,
ahora si por miles de guerreros mexicas al mando de Cuitláhuac que, de no
ser por los tlaxcaltecas, los hubieran aniquilado. Moctezuma trató de
defenderlos, hablándole a su pueblo desde la terraza del Palacio de
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Axayácatl, en donde se encontraba con los españoles que lo guardaban,
pidiéndoles enfáticamente que no los combatieran. Todo fue inútil; una
lluvia tupida de proyectiles caía sobre el palacio. El propio Emperador,
quien indudablemente era uno de los objetivos, recibió tres heridas de
piedra, una de ellas mortal, que le hundió el cráneo. La muerte del
Emperador suspendió momentáneamente la agresión. El cuerpo de
Moctezuma fue entregado a los mexicas para las honras fúnebres que,
dadas las circunstancias, no correspondieron a las exequias de un Huey
tlatoani mexica; simplemente lo incineraron sin mayor trámite. Contrastaba
enormemente aquel despojo humano, casi solo, abandonado, siendo
consumido por las llamas rodeadas del chisporrotear de la leña, con la
silueta del otrora déspota al, que ni siquiera se le podía mirar a los ojos,
ahora siendo consumido por el fuego implacable.
Es posible que los mexicas hayan elegido a Cuitláhuac nuevo
emperador de México-Tenochtitlan, aún antes de la muerte de Moctezuma,
por las mismas presuntas causas por las que fue depuesto y ejecutado
Chimalpopoca 108 años atrás. Cuitláhuac tuvo un desempeño fiero y
valeroso, a pesar que ya se encontraba enfermo de muerte lucho con plena
entrega hasta el final. El breve contacto con los españoles traídos por
Pánfilo de Narváez y venidos con Cortés ocasionó que se contagiara de la
terrible enfermedad de la viruela, propagada recientemente en Cuba, y
contra la cual no existía en América ni cura efectiva ni resistencia en los
organismos. La viruela, junto con la tos ferina y el tifo, también traídas por
los españoles, causarían enormes estragos y miles de bajas entre los
indígenas. Sin proponérselo, paradójicamente los conquistadores fueron los
primeros introductores de armas biológicas. También trajeron otros males
más dañinos; como la codicia y la corrupción, que siguen haciendo estragos
hasta el presente.
Para evitar una derrota total, a principios de julio Cortés decide
abandonar sigilosamente la gran Tenochtitlan bajo el resguardo de la noche.
Se dirigió hacia tierra firme por la Calzada de Tacuba; llevaba con él lo más
indispensable, pero también lo más preciado para ellos: el oro. Habían
previsto la colocación de vigas de madera en los puentes que habían sido
levantados; estas las habían obtenido desmantelando los techos del Palacio
de Axayácatl. Llevaban gran parte del oro que les había regalado
Moctezuma, y también del que se habían apropiado robando el mismo
tesoro de Axayácatl. Se dice que cargaron una yegua con oro para el
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emperador Carlos V. A los caballos les habían envuelto las pezuñas con
trapos para amortiguar el ruido y poder salir con el mayor sigilo. Cortés iba
a la vanguardia y Pedro de Alvarado a la retaguardia, cada uno de los
españoles iba cargado, en lo personal con el oro que se había apropiado.
Apenas fueron sentidos, los mexicas salieron por millares en pie de
guerra, atacándolos en la Calzada por los flancos en cientos de canoas y,
por la retaguardia, con arqueros que dejaron caer sobre sus enemigos una
verdadera andanada de flechas, abundantes piedras y proyectiles lanzados
con hondas. Fue una cruenta huida la de los españoles y sus aliados
tlaxcaltecas; perdieron mucha gente y caballos, a tal grado que los huecos
de los puentes móviles se llenaron de cadáveres de personas y bestias. Los
cargamentos que al final no pudieron llevar también sirvieron de relleno,
así, muchos de los que lograron salir tuvieron que pasar sobre este macabro
puente improvisado.
En su huida, Cortés se dirige hacia Tlaxcala, pero Cuitláhuac envía a
su Cihuacóatl a seguirlo y acabarlo. En los llanos de Otumba le dan alcance
y le presentan batalla muy desigual, ya que mientras los españoles eran
poco más de 300, muy fatigados y heridos, con aproximadamente 20
caballos más los cientos de guerreros tlaxcaltecas aliados, el ejército
mexica se contaba por miles. Durante varias horas pelearon con furia.
Cortés, al divisar a lo lejos y sobre una colina al Cihuacóatl, rodeado de los
capitanes mexicas con grandes y vistosos penachos y estandartes, sin darse
por vencido y como acción desesperada, junto con varios de sus
lugartenientes a caballo, se les echan encima a galope tendido y con tal
determinación que matan a los principales y al Cihuacóatl mismo,
eliminando así al estandarte que orientaba a los guerreros. Los escuadrones
mexicas al ver desaparecer los estandartes, se sorprenden y se repliegan
desconcertados cuando tenían el triunfo asegurado. Esto le da oportunidad
a Cortés de un importante respiro mientras llegan los refuerzos tlaxcaltecas
con miles de guerreros, logrando escapar así, de una muerte casi segura.
Muerto Cuitláhuac por la viruela, los mexicas con el visto bueno de
Texcoco y Tlacopan, eligen señor de México-Tenochtitlan a Cuauhtémoc,
hijo del gran Ahuitzotl, con la encomienda de defender la capital del asedio
de los invasores. Cortés no da margen para la acción; de inmediato solicita
y obtiene el apoyo urgente de los tlaxcaltecas con miles de guerreros
adicionales. Por su parte, los mexicas no pueden recurrir a sus antiguos
100
súbditos porque son odiados por ellos y éstos solo esperaban aprovechar la
situación ahora que los ven en condiciones difíciles.
Cuauhtémoc, de la familia real mexica, miembro también de la
dinastía de Acamapichtli, de conducta impecable y educado con gran
esmero y en el Calmécatl –la escuela para los nobles— con una férrea
disciplina personal, valiente y noble guerrero respetuoso del ritual
ceremonial y de sus dioses, hizo honor a su estirpe. Pero el destino estaba
escrito. Por más esfuerzos, sacrificios y fiero desempeño como gran
guerrero que era, al final sucumbió ante la adversidad y el invasor, y en
agosto de 1521 es capturado. El décimo primer y último emperador mexica
termina su imperio al ser detenido en el lago por uno de los bergantines de
Cortés cuyos guerreros navegantes no podían creer que se tratara del
mismísimo Emperador de los mexicas. De esta manera, se cumple la
premonición que encerraba el significado de su nombre y con él, también la
caída del imperio mexica. Sin embargo, con su descenso se incubó el
germen que 300 años más tarde también acabaría con la vigencia del otro
imperio y daría nacimiento a una nueva Nación.
Todo esto pasó con nosotros,
Nosotros lo vimos:
en los caminos yacen dardos rotos,
destechadas están las casas,
enrojecidos tienen sus muros.
Gusanos pululan por plazas y calles
Rojas están las aguas, están como teñidas...
Golpeábamos los muros de adobe,
y era nuestra herencia una red de agujeros.
Con escudos fue defendida la ciudad,
pero ni con escudos pudo ser ya sostenida....
Antiguo poema náhuatl,
escrito muy poco después de la Conquista. 50
50
Miguel León-Portilla, Micro historia de la Ciudad de México
101
2.- EL PERIODO NOVOHISPANO:
TRES SIGLOS DE VIRREINATO.
La segunda gran etapa de la historia de México se prolongaría por
300 años, tiempo que duró el periodo novohispano. Esta etapa va de la
aprehensión y cautiverio de Cuauhtémoc, en 1521, a 1821, año en el que se
firma la independencia de México en el Tratado de Córdoba celebrado
entre el representante de España, don Juan O’Donojù, y don Agustín de
Iturbide51.
Después de la caída de la gran Tenochtitlán, continuaría, con
esfuerzo redoblado, el proceso de fusión cultural que ya se había
comenzado a dar durante la Conquista. Todas las características positivas y
negativas de ambas culturas se encuentran y empiezan a interactuar,
asimilándose o rechazándose y mezclándose. Los triunfantes españoles no
solamente imponen sus directrices culturales, sino que, por prejuicios
religiosos o torpeza de quienes tomaban las decisiones, o por una
combinación letal de ambas, destruyen gran parte de los vestigios de la
cultura vencida incluido todo el material documental, tanto teológico, como
científico e histórico. Una constante del Estado confesional fue la
destrucción de todos los vestigios religiosos y culturales de los vencidos o
la suplantación de los mismos con elementos de la religión católica,
impuestos por la alta jerarquía eclesiástica y por el poder político. En esta
forma empiezan por la demolición de lo que quedaba de la gran
Tenochtitlán y sobre todo de sus templos, los que consideraban malditos.
Pero no tanto como para desperdiciar sus materiales, que ahora les
resultarían de gran utilidad económica para la construcción de la nueva
ciudad.
Al tomar en cuenta la visión ambiciosa y materialista, impregnada de
codicia que habían demostrado los conquistadores, no es difícil explicar
que parte de la destrucción de la gran Tenochtitlán haya sido también
motivada por la búsqueda de tesoros tapiados, como el de Axayácatl. En
realidad tres fueron los motivos principales para demoler la ciudad: en
primer lugar, y en forma preponderante, los prejuicios religiosos; había que
acabar con la “idolatría” y borrar para siempre la religión vencida, esto
incluía todo vestigio monumental incluso documental; segundo:
51
Desafortunadamente, el México independiente inicia en la forma de un efímero imperio con un
emperador de opereta al frente.
102
indudablemente la codicia del conquistador, que había sido su principal
motivación, ahora ocasionó la búsqueda de tesoros escondidos y de
oportunistas acciones para apropiarse de la tierra, propiedades y derechos
de los caídos; y tercero, ya que se había cometido tal desaguisado,
aprovechar los escombros y materiales para la construcción de la nueva
ciudad, la cual podrían iniciar casi desde cero, utilizando los basamentos
de los antiguos edificios o sobre los templos mismos y sus piezas
escultóricas consideradas sagradas, para significar más el sometimiento a
su religión, a la cual más que amarla la temían porque así habían sido
educados.
Sin nada que los estorbara, Cortés decidió la “reconstrucción” de la
Ciudad de México en 1523, casi 200 años después de su fundación,
conservando ahora solo la primer parte de su nombre. Ya no seguiría siendo
México-Tenochtitlán, la gran Tenochtitlán, ya no lo podría ser. Ahora sería
solo México, capital de la Nueva España, y como sería la capital, por esta
razón le dedicaron especial y particular interés para construirla con el más
avanzado arte y técnica urbanística y arquitectónica del imperio
(incluyendo sistemas constructivos antisísmicos, los más avanzados de su
época). Se acordó respetar únicamente la traza urbana original, pero
poniendo énfasis que seria a partir del nivel cero, mereciendo especial
atención la demolición de sus templos y adoratorios y tratando de
desaparecer –en muchos casos de destruir— los ídolos o piezas
escultóricas. Prueba de esto es que más de dos siglos después, la Piedra del
Sol que mandó esculpir Axayácatl, fue encontrada en los cimientos de la
Catedral Metropolitana. Gran parte de los nuevos edificios fueron
construidos sobre los templos y palacios de la gran Tenochtitlán, con lo que
fueron sepultadas valiosas piezas escultóricas de la cultura mexica incluso,
aunque no se tratara de ídolos.
Las matanzas de población durante el proceso guerrero de la
conquista aumentaron considerablemente con las enfermedades como la
viruela, sin distingos entre guerreros y la población en general, lo que se
agravó con el tifo, la tos ferina y después el sarampión, estas plagas
diezmaron a los indígenas, cuyo sistema inmunológico no estaba preparado
para resistirlas. Y lo seguirían haciendo por muchos años más. En 1930,
Paul Rivet, antropólogo, autor de El origen del hombre americano, estimó
que la población de indígenas americanos en 1492 (en todo el continente)
103
era de aproximadamente 13 millones y, en 1650, ciento cincuenta y ocho
años más tarde, apenas estaba otra vez llegando a 10 millones.
Por otro lado, había que arraigar a los conquistadores premiándolos,
y también era necesario organizarse para el control y la explotación de la
población en actividades productivas. Por ello se recurrió a las llamadas
encomiendas, ya aceptadas por Fernando el católico desde que Colon
empezara a comerciar con los indígenas en calidad de esclavos. Las
encomiendas resultaron un gran atractivo también para los nuevos colonos
venidos de Castilla por el gran beneficio que significaba su trabajo casi
gratuito. Esto significó un verdadero polo de atracción para que siguiera
fluyendo a la Nueva España la gente necesaria para tal propósito, tanto para
las funciones de gobierno como para las demás actividades económicas,
principalmente las relacionadas con el comercio y la minería.
Para el sistema de encomiendas se utilizó la estructura existente de
los señoríos del extinto imperio mexica, los cuales fueron entregados a los
encomenderos. Sus principales, los señores mexicas, los pipiltin (jefes de
cada señorío),
fueron ahora llamados caciques, eran personas de
reconocido liderazgo y cultura sobresaliente que serían los encargados
ahora del control y explotación de sus antiguos vasallos, quedando todos
por igual al servicio del encomendero. Una cosa fue la teoría y los buenos y
“piadosos” propósitos, con justificaciones hipócritas y mentirosas, como la
pretensión de educar y convertir a la fe católica a los indígenas, y otra muy
diferente la práctica despiadada correspondiente a sus verdaderas
intenciones. Porque en realidad las encomiendas implicaron, cuando
menos, dos problemas graves para la población indígena: primero, el
despojo mediante la eliminación de la propiedad comunal que existía en los
señoríos; aunque la posesión territorial no pasaba legalmente al
encomendero, pues en un principio no estaba previsto así por
considerársele poco importante, sin embargo las especulaciones, el tráfico
de influencias, el tráfico comercial de indígenas en virtual condición de
esclavos, trasladándolos a otros lugares y múltiples abusos de todo tipo,
resultaron en el despojo de sus tierras abandonadas. Y segundo, siendo esto
lo más grave; bajo la encomienda se condenaba de por vida a la población
indígena a la esclavitud de hecho, ya que el derecho de ejercer la
encomienda, primero en la práctica y después legalmente, fue heredada a
los descendientes del encomendero durante muchas generaciones.
104
Por múltiples razones desde el control político, la atracción de
nuevos colonizadores y por supuesto la explotación económica de los
indígenas; las encomiendas fueron aplicadas de inmediato. Primero se
asignaron a los conquistadores los señoríos existentes antes de la
Conquista, principalmente los inmediatos a los centros de población y de
colonización más importantes. Esto se hizo en forma generalizada,
avanzando posteriormente en forma escalonada, a medida que iban
llegando nuevos demandantes. En lo que respecta a las encomiendas en los
señoríos pendientes de asignar y a los grandes señoríos (verdaderos reinos),
estos pasaron provisionalmente al control de la Corona. En el caso de estos
últimos, hubo tratos directos entre la Corona y el señorío. Tal fue el
ejemplo de Tlaxcala y los tlaxcaltecas, en donde incluso la Corona los
siguió utilizando para la fundación de nuevos pueblos en el norte, como fue
el caso de lo que después sería Saltillo, en Coahuila, y Bustamante, en
Nuevo León.
En teoría, la encomienda era un derecho legal otorgado por el rey a
sus súbditos en las colonias para recabar los tributos, trabajos y/o servicios
que los súbditos indígenas estaban obligados a pagar al monarca. Esto deja
en evidencia una clara actitud discriminatoria, tal vez inadvertida por la
Corona, porque desde un principio se establecieron dos clases de súbditos:
los castellanos, después llamados peninsulares y criollos y que gozaban de
privilegios; y los indígenas, de quienes incluso se llegó a poner en duda,
mañosamente, su naturaleza humana, o cuando menos su capacidad de
discernir y actuar como un ser humano adulto en pleno dominio de sí
mismo y con suficiente capacidad para ejercer su libre albedrío; tal era la
excusa ruin que esgrimían algunos de los dirigentes políticos y religiosos
españoles para justificar la tesis de que había que “encomendarlos” y
ponerlos bajo la tutela de los súbditos de primera clase o superiores (los
españoles) “quienes si eran capaces y dignos de confianza”. Siguiendo con
la teoría, el encomendero debería velar por los indígenas, protegerlos y
asegurarse de su manutención y, en forma muy especial, vigilar su
adoctrinamiento cristiano, esta última razón se utilizaría hipócritamente
como la principal justificación y seria la que tendría más peso en descargo
de esta barbaridad. Ya nos podemos imaginar aquellos conquistadores
movidos más que nada por la codicia, muchos de ellos verdaderos
ignorantes, sedientos de riqueza y, considerando lo que para ellos
significaba la explotación de aquellos pueblos; preocupados ahora por “la
educación y la formación espiritual de sus esclavos”. Con la venida de las
105
órdenes mendicantes a la Nueva España, principalmente de franciscanos,
dominicos y agustinos, se trató también de justificar las encomiendas con el
propósito de extender la evangelización. Incluso se llegó a decir con una
buena dosis de cinismo y embusteramente: que ésta había sido la razón
principal de la Conquista.
Hubiera sido menos dañino que se les hubieran asignado tierras a los
conquistadores, como era la costumbre romana, y no personas. En
realidad, todo en las encomiendas al final resultó en una terrible farsa para
encubrir una explotación esclavista a la cual se opusieron muchos
verdaderos religiosos; ya en la navidad de 1511 en Santo Domingo el
dominico fray Antonio de Montesinos había pronunciado un discurso
lapidario en contra de las encomiendas y los encomenderos que trataban a
los indígenas como esclavos. Los encomenderos y autoridades cívicoreligiosas de Santo Domingo se quejaron ante la corona, obteniendo el
apoyo de Fernando el católico quien reprendió a la orden de dominicos.
Más tarde en la Nueva España fray Bartolomé de las Casas denunció la
terrible injusticia que se cometía a través de este sistema en su “Obra
Indigenista”.
Las encomiendas, contrario a sus propósitos teóricos, terminaron con
la estructura social prevaleciente entre los pueblos del imperio mexica
antes del triunfo de los españoles. La nobleza, los pipiltin gente
verdaderamente preparada con principios y disciplina se fueron
extinguiendo poco a poco; ahora eran los encomenderos quienes
centralizaban el poder y reclamaban incluso títulos nobiliarios para ellos y
sus descendientes sin importar si tenían o no suficientes merecimientos.
Por otro lado, al considerarse al indígena como un ser inferior, se le
desprotegió jurídicamente midiéndoseles a todos, pipiltin y macehuales,
con el mismo rasero. Al final, en términos de explotación económica,
discriminación racial y prejuicios sociales, no había gran diferencia entre
los pipiltin y los macehuales. Con una gran falta de inteligencia
desaprovecharon un recurso humano altamente calificado; la nobleza
mexica encarecidamente preparada en los calmécac, que paradójicamente
para ellos, gente de ignorancia supina, sólo eran dos manos más y un lomo
para la carga en el trabajo burdo, que como seres inferiores debían realizar.
Más tarde se prohibió legalmente que a los caciques se les siguiera
llamando señores, los señores ahora serían los conquistadores. “Las
encomiendas” fue la forma en que se pudieron realizar, entre otras, las
106
grandes explotaciones mineras en la Nueva España, a costa de la dignidad
y del sufrimiento de los indígenas, de su sangre y de muchas vidas
humanas. Se llegó a establecer la práctica del intercambio de indígenas de
un encomendero al otro, comerciando con esto, aun entre lugares apartados,
despreciando las relaciones familiares y comunales de los indígenas, con
solo el acuerdo de las partes encomenderas y en el precio a pagar o cobrar.
En las leyes de Indias, en este caso “leyes nuevas”, publicadas en
1542 como reacción a las protestas de los franciscanos y a la injusticia que
significaba la institución de la encomienda, se prohibió el otorgamiento de
nuevas encomiendas, y a las ya existentes, se les quitaba el carácter
hereditario y les daban el de vitalicio. Sin embargo, esto no significaba
gran cosa, porque a la muerte del encomendero, los indios no eran
liberados ni se les restituían sus tierras; todo pasaría ahora al poder de la
Corona. Sin embargo, las protestas de los encomenderos en contra de la ley
que los afectaba fueron apoyadas con tanta efectividad y prontitud por los
grandes intereses establecidos, representados principalmente por la alta
jerarquía política y eclesiástica, que se permitió todavía conservar el
carácter hereditario aunque solamente hasta cinco generaciones, (ni una
más), ¡qué gran logro!
Don Martín Cortés, el hijo del Conquistador, recién llegado a la
Nueva España con ínfulas de gran señor y título de marqués, sirvió para
que los encomenderos, no satisfechos con las limitaciones que la nueva ley
les imponía sobre las encomiendas, aun ya suavizadas por la Corona,
tomaron este suceso como un pretexto para llevar a cabo un primer conato
de movimiento de independencia, por supuesto no motivado por causas
patrióticas, sino por intereses mezquinos como más tarde se consumaría al
final la independencia. Finalmente, después de casi 200 años de esta
vergonzosa explotación y despojo de los indígenas, en 1718 fueron
abolidas definitivamente las encomiendas. Sin embargo, el daño ya estaba
hecho, sería irreversible y con serias consecuencias negativas para los
indígenas, lo que se ha prolongado hasta nuestros días y sigue siendo la
causa de su actual e injusta situación. Aunque ellos, sus descendientes, por
salud mental casi la borraron de su memoria o haya quedado oculta en
forma inconsciente por la niebla del fanatismo religioso impuesto y el
desprecio de la clase gobernante a través de la historia que nunca le ha
puesto remedio a la enorme injusticia que esto significó, sino todo lo
107
contrario, ya que sigue existiendo el pesado lastre histórico de la supuesta
inferioridad del indígena y su discriminación continúa hasta ahora.
Cabe señalar aquí que el imperio español, en lo que respecta a los
indios, no actuó con el misma concepto de justicia con el que fueron
tratados sus antepasados en calidad de indígenas conquistados por el
Imperio Romano, que los consideró como iguales, les concedió la
ciudadanía y el derecho de acceder al más alto nivel de gobierno; se dieron
incluso casos, como ya lo revisamos, de cuatro emperadores de origen
hispánico52. La Nueva España se caracterizó por una marcada distinción de
derechos y privilegios, siempre en detrimento de los indígenas.
Desde el primer momento, la Corona determinó la formación de
municipios como la base de la organización política territorial, prerrogativa
real que tomó como base las jurisdicciones definidas por los antiguos
señoríos pero desapareciendo a sus señores originales y substituyéndolos
por alcaldes impuestos por la Corona. Los alcaldes tenían varias funciones
importantes tales como: administrar la economía popular, los abastos y la
real hacienda al cobrar las alcabalas o tributo por la compraventa; aplicar la
fuerza pública y el buen gobierno; la actividad de juzgar y aplicar la ley, así
como sentenciar y ejecutar sentencias en la jurisdicción que el rey les
hubiera conferido, y en suma, el poder que le daba la investidura de
“autoridad política”, aunque las más de las veces se careciera de “autoridad
moral”. Para ser alcalde ordinario bastaba con tener 20 años y por supuesto
ser español. Y como el rey de Castilla era el único con facultad para
nombrar a los alcaldes, o bien aquel a quien le fuera conferido tan preciado,
real y lucrativo privilegio, pronto se inició, por medio de estos delegados,
las ventas de alcaldías al mejor postor, introduciéndose desde entonces la
corrupción en la función pública. O peor; las alcaldías eran otorgadas a
quien se quería favorecer sin importar mucho si se tenía o no la capacidad
necesaria, ya no digamos un comportamiento ético, solo se requería la
aceptación manifiesta de formar parte de un grupo organizado para utilizar
el poder y la posición, para beneficio económico del mismo grupo y de sus
dirigentes, ya desde entonces una cierta forma de delincuencia organizada
en el gobierno, y que actualmente no nos es extraña.
52
Hay que señalar que en este tiempo España todavía no existía como nación.
108
La institución principal del poder político en la Nueva España fue el
virreinato que se instituyó en 1535. Los virreyes dependían directamente
del rey de Castilla y eran nombrados por él, como “Capitán General y
Justicia Mayor”. El virrey era el representante personal del monarca, y su
jurisdicción era el territorio asignado, en este caso, la Nueva España. Tenía
funciones administrativas y de recaudación fiscal. En cierta forma, el poder
ejecutivo y el judicial estaban mezclados; se tenía como instancia superior,
para cuestiones judiciales, al Consejo de Indias, quien también ejercía las
funciones legislativas a nivel general para las colonias. Al virrey, seguía en
poder la Audiencia. Ésta fue la primera forma de gobierno general en la
Nueva España y, por supuesto, anterior al virreinato mismo. Este hecho fue
la causa de muchas confusiones y controversias en cuanto a jerarquías y
dependencia. La Audiencia tenía esencialmente funciones judiciales como
tribunal superior de justicia. Estaba compuesta por oidores designados por
el rey y tenía facultades para suplir provisionalmente al virrey por causa de
ausencia temporal o muerte. Era considerada como parte fundamental del
gobierno de la Nueva España. La jurisdicción de la Audiencia era general o
regional; en México se inicio con carácter general, pasando posteriormente
a regional.
Los corregidores o alcaldes mayores dependían del virrey, tenían un
sueldo honorario y eran designados con carácter y jurisdicción regional.
Como toda autoridad importante, también eran nombrados por el rey de
entre las ternas propuestas por el mismo virrey. Dentro de sus funciones se
encontraban, entre otras, primero las ejecutivas y administrativas para
llevar a cabo las disposiciones reales o virreinales, realizar las obras
públicas dentro de su territorio, la seguridad pública y el control del
comercio mediante pesas y medidas. Y finalmente, estaban las autoridades
locales o municipales, representadas por el ayuntamiento y los alcaldes de
cada uno de éstos. El gobierno de la Nueva España recibía periódicamente
a enviados especiales del rey de Castilla, como por ejemplo: los visitadores
reales, que tenían el carácter de oidores de las quejas en contra de la
autoridad, empezando por el mismo virrey; o los tesoreros reales, cuya
función fiscalizadora buscaba asegurar la parte debida de los tributos
correspondientes a la Corona.
Es importante señalar la acción de algunos virreyes que se
distinguieron por su labor en beneficio de la Nueva España, tales como:
109
Don Antonio de Mendoza (1535-1550), primer virrey de la Nueva
España, encomendero también –casi todos los importantes lo eran—,
aunque este de las encomiendas especiales manejadas por la Corona. Él fue
quien ordenó elaborar el llamado Códice Mendocino para compensar las
barbaridades de algunos “conquistadores”, que mandaron destruir gran
parte de la historia y el acervo documental de los mexicas y de otras
culturas prehispánicas. El mismo Virrey inició en su tiempo la primera casa
de acuñación de moneda en México, la “Casa de Moneda”. Es importante
mencionar la notable labor en beneficio de los indios de fray Juan de
Zumárraga, primer obispo y arzobispo de México, quien se opuso a los
desmanes en contra de ellos por parte del tristemente célebre presidente de
la Audiencia, Nuño Beltrán de Guzmán. Además, el Arzobispo introdujo la
imprenta en América, aunque pecó de intolerante y de actuar sin tacto
diplomático al someter a juicio y ejecutar por herejía a Ometochtzin, hijo
de Nezahualpilli, señor de Texcoco.
El noveno virrey Don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, conde de
Monterrey (1595-1603), realizó importantes expediciones “al septentrión”
hacia los actuales Nuevo México y California. Patrocinó también la
fundación de la ciudad de Monterrey. Don Luis de Velasco hijo, décimo
primer virrey marqués de Salinas (1607-1611), se distinguió por las
grandes obras de saneamiento y el inicio del desagüe del lago a través del
canal de Nochistongo, obra que en ese tiempo se consideró benéfica porque
evitaría o trataría de evitar las inundaciones que asolaban a la ciudad. Sin
embargo, afectó determinantemente el medio ambiente natural, causándole
a futuro un grave daño.
Por otro lado, la riqueza generada en la Nueva España tenía otra
resultante, si se quiere positiva, aunque como hemos visto, con un enorme
costo social. 83 años después de la Conquista, Bernardo de Balbuena
narraba en forma poética lo que sucedía con la sociedad y su riqueza en la
capital de la Nueva España a, inicios del siglo XVII, en 1604. Los
siguientes versos del poema de Bernardo de Balbuena, en octava real,
describen en cada una de sus ocho líneas los capítulos de la “Grandeza
mexicana"
De la famosa México el asiento,
origen y grandeza de edificios,
caballos, calles, trato, cumplimiento,
letras, virtudes, variedad de oficios,
regalos ocasiones de contento,
primavera inmortal y sus indicios,
110
gobierno ilustre, Religión, Estado.
todo en este discurso está cifrado.
Entre los 62 virreyes que tuvo la Nueva España también destacan:
De una manera importante, Don Fernando de Alencastre Noroña y
Silva (1711-1716), trigésimo quinto virrey duque de Linares y marqués de
Valdefuentes, quien hizo grandes esfuerzos por remediar la miseria del
pueblo, intención que se refleja en el estudio que hizo sobre la situación
social imperante. Su preocupación siempre estuvo orientada hacia el
bienestar de los más desprotegidos. Probablemente su acción benéfica
influyó para terminar con una de las grandes causas de esa miseria, la
injusta institución de la encomienda; Don Juan Francisco de Güemes y
Horcasitas, (1746-1755) cuadragésimo primer virrey, primer conde de
Revillagigedo, pacificador de las Tamaulipas y fundador de la Nueva
Santander; Don Antonio María de Bucareli y Ursúa (1771-1779), destacado
virrey que se distinguió como administrador eficiente. Fue quien construyó
la calzada que lleva su nombre en la Ciudad de México. Se opuso, en su
tiempo, al sistema de intendencias por considerarlo oneroso, aunque como
sabemos después se instituyó y sirvió para la estructura políticoadministrativa de la república; y don Juan Vicente de Güemes Pacheco y
Padilla (1789-1794), quincuagésimo segundo virrey, segundo conde de
Revillagigedo, considerado por muchos como el mejor virrey, gran
estadista, implacable con los abogados prevaricadores, jueces y
funcionarios corruptos. Meritorio trabajo el del segundo Conde de
Revillagigedo, toda vez que estaba atacando una de las más dañinas lacras
sociales: la impunidad. No quiero dejar de mencionar don José de
Iturrigaray (1803-1809), quincuagésimo sexto virrey, partidario de los
criollos en su búsqueda por mejores condiciones para la Nueva España,
quien apoyara a su paso por estas tierras al científico, ensayista político
Alexander Von Humboldt.
Grandes humanistas, escritores e historiadores surgieron en la Nueva
España desde sus inicios, tales como el mismo Bernal Díaz del Castillo,
autor de la Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España; fray
Pedro de Gante, quien hizo editar a mano un pequeño catecismo que
utilizara los jeroglíficos del idioma náhuatl y así sirviera para enseñar la
religión católica a los indios; el mismo Bartolomé de las Casas, dominico,
obispo de Chiapas, licenciado en derecho por la Universidad de Salamanca,
con sus escritos: la “Obra indigenista” y autor de la Relación de la
destrucción de las Indias; fray Bernardino de Sahagún, autor de la Historia
general de las cosas de la Nueva España, en donde nos habla de la
sofisticación y alta cultura existentes en la sociedad mexica; y tantos otros
111
más que dieron su valiosa aportación durante el periodo novohispano.
Aunque marcada por el predominio de lo español, la Nueva España dio las
bases para la alimentación cultural necesaria y para el fortalecimiento de
las artes y las letras que, poco a poco y cada vez más, fueron adquiriendo
las características propias de la nueva cultura.
Ante lo difícil de mencionar el cúmulo de valores literarios que se
dieron en la Nueva España, no quiero dejar de señalar a alguien
verdaderamente excepcional, a una niña prodigio, que fue un verdadero
paréntesis positivo en su época, alguien con una alegría de vivir y con un
amor infinito por los seres humanos, probablemente la primer feminista, en
el buen sentido del término (aunque ahora le quieran cargar “milagros”):
Juana de Asbaje, Sor Juana Inés de la Cruz. Nace un 12 de noviembre de
1651 en la Hacienda de San Miguel de Nepantla, Estado de México,
situada en medio de los volcanes. La prosa de su “Carta Athenagórica”, la
poesía de sus redondillas, sus comedias como Los empeños de una casa,
textos todos ellos de un ingenio y un manejo del lenguaje que no tienen
igual en la poesía hispana y denotan una personalidad auténtica, libre,
valiente y una mente verdaderamente brillante comprometida con la belleza
literaria. Aunque, durante lo más importante de sus trabajos literarios,
siempre estuvo ligada a la familia del virrey en turno, lo que denota que no
se metía ni le preocupaban en las cosas de la política.
Muchos intentaron desde el principio ejercer el valor de la justicia,
exigiéndolo o aplicándolo. Tanto entre los mexicas como entre los
españoles siempre hubo personas que lucharon por él y fue por estos
altamente apreciado y se pretendió utilizar como una de las bases del
desarrollo armónico de la Nueva España, sin lograrlo. Toda vez que ambas
culturas estaban de acuerdo en que “la desigualdad ante el derecho es la
más grande de las injusticias”. Y aunque no siempre se logró, desde el
inicio de la Colonia se procuró la justicia y la igualdad ante la ley, aunque
basada ésta solo en el derecho impuesto por el conquistador. Aun así,
desgraciadamente, la idea de establecer una sociedad basada en la justicia
para todos no pasó de la teoría y de las buenas intenciones de algunos. Los
grandes abusos de la jerarquía eclesiástica con la inquisición y otros
refinamientos, los abusos de oidores, encomenderos y de los mismos
virreyes tuvieron la instancia de los visitadores reales, y aunque multitud de
agravios quedaron impunes, cabe asentar que la tendencia, o cuando menos
la intención, fue la de hacer justicia si así se le podía llamar. Un testimonio
112
de ello lo encontramos en las acusaciones que se hicieron en contra del
virrey don Luis de Velasco y de los oidores de la Audiencia, en el
documento conocido como “Códice Osuna”.
Los factores externos se dieron con fuerza y afectaron también el
presente y el futuro de lo que sería la nacionalidad mexicana, podríamos
señalarlos en dos grandes vertientes:
Primero, la acción del imperio español sobre la Nueva España, que a
su vez tuvo otras dos variantes, como era usual en las colonizaciones: una
de alimentación cultural y otra de dominación y explotación. Como una de
tantas pruebas de esto último, la Corona Española ejerce aquí el
“proteccionismo económico” como medida restrictiva hacia el comercio de
la Nueva España, al prohibir la producción en sus colonias de
manufacturas, vinos, telas, herramientas, etc., y todos aquellos productos
que pudieran competir con los traídos de Europa. Esto con el fin de
proteger las exportaciones de sus productos en todos estos mercados que
ellos consideraban como cautivos y bajo su exclusivo control. El
proteccionismo impuesto por la Corona retrasó considerablemente el
desarrollo industrial y comercial de la Nueva España, restringiendo por
muchos años el aprovechamiento de su potencial. Pero además, generó una
serie de problemas de toda índole, toda vez que estas restricciones las llevó
al extremo de autorizar a la Nueva España, en un inicio, solo dos puertos
para el comercio: Veracruz y Cádiz, con escala en Cuba, con el objeto de
controlar al máximo la fiscalización y el contrabando. Pero no conforme
con esta medida injusta, estableció el sistema de “las flotas”, que zarpaban
solo una vez al año, protegidas por barcos de guerra, para llevar los
cargamentos de diversos productos. Posteriormente y con el mismo afán
permitieron otro puerto en el Pacifico, Acapulco. Entre otras cosas, esta
medida restrictiva a la navegación y la creación de nuevos puertos en un
principio, trajo como consecuencia una gravísima limitante para las
expediciones necesarias en la expansión, colonización y posteriormente
administración de los territorios de la Nueva España, principalmente los del
septentrión. Habiendo sido esta una de las causas de su descuido.
Como segunda variante está el efecto que tuvieron sobre el
continente americano las ideas político-económicas y filosófico-sociales
que se generaron en el Viejo Continente, las cuales evidentemente fueron
positivas, destacando al final sobre todo las ideas generadas por la
113
independencia de las 13 colonias americanas, del imperio británico, y las
ideas emanadas de la Revolución Francesa, mismas que tendrían gran
influencia en el movimiento libertario de la Nueva España. De gran
trascendencia histórica en todo este proceso de cambio ideológico fue la
terminación definitiva del Estado confesional, sustituido más adelante por
el nacimiento del Estado laico, aunque esto último no se diera en México
hasta ya muy tarde.
Desde el siglo XVI, al consolidarse la Conquista, inició de inmediato la
actividad económica en forma sistemática, tanto a través de productos
importados como de productos propios de los nuevos territorios. Del lado
de España, se comerciaba con el ganado, el gusano de seda y las moreras,
el azúcar, el trigo, varios comestibles, los vinos, así como los implementos
de trabajo (herramientas, molinos, etc.), telas, vestidos, hasta los barcos
mismos. Por parte de los productos autóctonos salidos de Nueva España, se
comerciaba con los metales (principalmente la plata y el oro), la madera, el
algodón y algunos productos agrícolas como la calabacita (ayutli), el
chayote (chayutli), el jitomate (xitomatl), el fríjol (etl), el camote (camotli),
el aguacate (ahoacatl), la vainilla (tlilxóchitl), el chile o ají (tzilli), la
guayaba (xalocócotl), el cacahuate (tlal cacahoatl), la ciruela (xocotl), el
maíz en general y para palomitas (momocatli), el cacao (cacahoaquahuitl)
para hacer chocolate (chocolatl), y animales como el guajolote o pavo
(uexolótl).
Con la acuñación de moneda en la Nueva España, a mediados del
segundo cuarto del siglo XVI (1536), se estableció una economía de
mercado, capitalista, controlada y aprovechada principalmente por los
españoles, encomenderos y nuevos pobladores. Y por otro lado, entre la
gran mayoría de la población indígena, principalmente entre los
macehuales, prevaleció una cierta economía de subsistencia, ellos eran la
mano de obra mal pagada por no decir esclavizada. La libre movilidad de
éstos desapareció por las restricciones impuestas por el gobierno mediante
el sistema de la encomienda. La explotación de los bosques en forma
indiscriminada para la obtención de madera, utilizada en la construcción de
navíos, edificios y mobiliario, resultó en una tala inmoderada y
desproporcionada que en muchas regiones modificó los ecosistemas y el
clima, y que junto con la introducción de la ganadería, provocó un impacto
negativo en el medio ambiente natural. Por otro lado, antes de la llegada de
los conquistadores, el único medio de transporte de carga era el fluvial. Por
114
tierra lo hacían las personas, ya que no se conocía la rueda, por lo que la
aportación de este instrumento fue de la mayor importancia para el
desarrollo económico. A partir de esta innovación española, con los nuevos
medios de transporte de carga como las carretas y los arrieros, se generó así
la necesidad de crear la infraestructura, por lo mismo inexistente: caminos,
postas de abastecimiento y vigilancia para el cobro de alcabalas, y puentes.
Todo esto se tradujo en inversión y crecimiento económico, además de
nuevos conocimientos en la construcción, ya que por ejemplo los mexicas
no conocían el arco de medio punto heredado de la cultura romana.
La Nueva España emprendió la explotación del algodón y la caña de
azúcar. Para esta última se tuvieron que importar esclavos de África que se
emplearon en el manejo de los trapiches que permitían la industrialización
del azúcar. Con la llegada de los esclavos negros, el mestizaje que ya se
había iniciado principalmente entre españoles e indígenas se reforzaba con
la unión también con africanos. Esto trajo consigo la diferenciación entre
los disímiles estratos de la población a través del nacimiento de las castas
como, por ejemplo, las de peninsulares, criollos, indios y mestizos o
ladinos, todos ellos miembros de distintas categorías sociales.
La continua explotación indiscriminada de los pueblos de indios
contribuyó a la disgregación paulatina de éstos, y a que muchos ellos se
convirtieran en verdaderos parias. A una minoría dentro de los
descendientes de los pipiltin, que habían aprendido el castellano, les iba
relativamente bien; sin embargo, otros miembros de la antigua nobleza se
convirtieron en gente independiente que para subsistir tenia que vender sus
servicios como peones. Esto, aunado al progresivo y continuo
acaparamiento de tierras de cultivo y ganadería por parte de cualquier
peninsular con poder, buenas relaciones con el clero y los gobernantes,
capacidad económica, visión y, sobre todo, con habilidad para apropiarse
de tierras que habían sido propiedad comunal de los indios; las cuales eran
ahora utilizadas por esta gente “lista” en mínima parte para la explotación
agropecuaria en forma legal o ilegal, esto lo hacían en lo particular o
agrupados y lo mismo sucedía con la actividad comercial y artesanal
acaparadas también por ellos, lo que dio origen en el siglo XVII, a la
burguesía novohispana y a las haciendas como organizaciones de
producción rural que alojaban también a los trabajadores y sus familias,
pagándoles en especie y no en efectivo, modalidad que continuó hasta la
revolución de 1910.
115
La sociedad novohispana “estaba formada por un mosaico humano.
Solo el 17.5% lo formaban los peninsulares y los criollos, sus
descendientes, habitantes de las ciudades. El grupo peninsular era
minúsculo y la población distinguía entre los burócratas y los residentes
permanentes. El grupo criollo era el más educado y 5% era propietario de
grandes fortunas, algunos hasta con títulos nobiliarios; pero la mayoría la
formaban rancheros, comerciantes, empresarios, funcionarios, religiosos y
militares medios, aspirante a los altos puestos. Alrededor del 60% de la
población lo representaban los indígenas, que mantenían sus estructuras
corporativas. Del pequeño grupo de nobles indígenas que hablaba “castilla”
procedían los caciques, gobernadores, hacendados y comerciantes, pero la
mayoría monolingüe era la principal fuerza de trabajo y pagaba tributo. Las
alteraciones climáticas periódicas y el desarrollo de la hacienda habían
llevado a muchos de sus miembros a buscar protección en el peonaje. Casi
el 22% de la población lo constituían las castas, mezcla de españoles,
criollos, indios, negros, mulatos y mestizos, carentes de tierra e
imposibilitados para los cargos públicos y para el grado de maestro en los
gremios. Desempeñaban toda actividad no prohibida expresamente:
mineros, sirvientas, artesanos capataces, arrieros, mayordomos. Algunos se
habían desplazado al norte en busca de fortuna y otros eran mendigos,
léperos y malhechores que pululaban en las ciudades y centros mineros.
Apenas 0.5% era población negra, en parte esclava en haciendas
azucareras.”53
En el entorno mundial se vivía un ambiente de gran competencia
entre las potencias, sus colonias y el resto del mundo, por el afán de
expansión y dominio de nuevos territorios. A pesar de las grandes
restricciones ocasionadas por el proteccionismo, el comercio internacional
de la Nueva España fue en cierta forma global. México era conocido como
una importante capital del comercio en el mundo, tal vez por el
“consulado” de la Ciudad de México, que igual al de Sevilla, se había
establecido y acreditado. Estos consulados de comerciantes eran verdaderas
“mafias” monopólicas con grandes privilegios, que tenían contactos en
todo el mundo y controlaban el comercio ultramarino de la Nueva España,
53
Josefina Zoraida Vázquez, Nueva historia mínima de México: de la Independencia a la consolidación
republicana (México: El Colegio de México, 2005) 139.
116
la cual, lo mismo comerciaba con Filipinas (la que en un tiempo le
perteneció) que con Génova o Venecia.
Al mismo tiempo se gestaron en el Norte, primero las colonias de
Nueva Inglaterra, y luego, mediante el movimiento libertario en contra de
los ingleses, surgieron los Estados Unidos de América, que obtuvieron su
independencia en 1776, cuarenta y cinco años antes que México y
aventajándolo en más de 80 años en lograr ser un Estado laico. Mientras
tanto, por la relativa vecindad de los Estados Unidos con la Nueva España,
se comenzó a generar un factor de alimentación político-cultural e
influencia recíproca entre ambos, más de norte a sur que viceversa, esta
diferencia la marcó la calidad de estadistas que se dieron en la Unión
Americana desde su principio, y el establecimiento del primer Estado
moderno laico en el mundo. Otro factor que tendría consecuencias graves
en el nuevo Estado mexicano seria la determinación expansionista de los
EU., en busca de nuevos territorios. Todo esto se convertiría en un factor
definitivo en las relaciones futuras entre los dos países, con la consiguiente
prevalencia hegemónica de los Estados Unidos.
Las expediciones de la Nueva España hacia el norte del territorio
eran llamadas de “tierra adentro”, pues precisamente eran realizadas por
tierra, con un gran costo en dinero y tiempo utilizados con poca
efectividad, debido a la falta de nuevos puertos en la Nueva España sólo
estaban autorizados Veracruz, en el Golfo de México y Acapulco en el
Pacifico y además férreamente controlados, lo mismo sucedía en Filipinas
con Manila lo que provoco los viajes anuales de la “nao de China”. Estas
expediciones de tierra adentro hacia el “Septentrión” fueron muy limitadas,
lo que permitió las expediciones y expansión de Inglaterra Francia y
Holanda en el noreste y de Rusia en el noroeste. Estas expediciones
terrestres de la Nueva España habían más o menos definido ya no tanto las
fronteras, sino los territorios, los grandes territorios muy distantes y
semipoblados que estaban más o menos definidos a finales del siglo XVIII
eran: lo que hoy son los estados de La Florida, Texas, Nuevo México
Arizona y California, fundada por los jesuitas. Al resto, totalmente
indefinido y desconocido, se le llamaba precisamente “septentrión”. Estas
zonas estaban determinadas por los mismos límites, que llegaban hasta los
territorios ingleses y franceses que hoy ocupan Canadá y los Estados
Unidos. Por el Pacífico, la Nueva España llegaba hasta lo que hoy es el
estado de Washington incluyéndolo y, por el centro, hasta los estados del
117
llamado Midwest norteamericano. La mejor prueba de esto es que durante
la administración del primer presidente de los Estados Unidos, George
Washington (1789-1797), el territorio de la Nueva España en el septentrión
indefinido ocupaba, supuestamente, de nor-poniente a sur-sureste la mayor
parte de la actual Unión Americana, ya que no se tenía noticia de que los
reclamara alguna otra potencia europea. Este territorio septentrional de la
Nueva España ocupaba los territorios en los actuales estados de
Washington, Idaho, Montana, Oregon, Wyoming, North Dakota, South
Dakota, Nebraska, el oeste de Minnesota, parte de Iowa, California,
Nevada, Utah, Colorado, Kansas, parte de Missouri, la mayor parte de
Arkansas, parte de Louisiana, Arizona, Nuevo México, Texas y la Florida.
Estos territorios no contaban legalmente en los haberes de los Estados
Unidos recién formados y sí estaban definidos por ellos mismos como
“Spanish territory”54.
En las postrimerías de la Nueva España, la influencia externa más
importante vino desde el norte, precisamente por parte de los Estados
Unidos. De Europa, la influencia llegó por medio de Inglaterra, Francia y
también de España misma, a través de las ideas liberales manejadas por los
diversos ritos de la masonería, tanto europea como norteamericana. De esta
manera, los movimientos de independencia no estuvieron desprovistos de
la influencia interesada de potencias como Inglaterra y Francia, y los
mismos Estados Unidos, a quienes el debilitamiento de España no les venía
mal. Por otro lado, la invasión de Napoleón Bonaparte a la Península
Ibérica propició y dio oportunidad a los movimientos libertarios en las
colonias españolas. Éstas, entre ellas la Nueva España, movidas por una
gran inseguridad en sí mismas y con un actitud de servilismo más que de
nacionalismo y en el mejor de los casos de acostumbramiento, tal vez por
esto, incluso algunos de los auténticos insurgentes, tímidamente solicitaban
en sus proclamas de independencia, que un noble de la familia de Fernando
VII, o él mismo, viniese a gobernar estas tierras.
Durante los 300 años que duró el periodo novohispano, se dio poco a
poco la fusión de las dos grandes y diferenciadas civilizaciones, proceso
que tuvo como resultante final una nueva cultura. La cultura mexicana no
se parece a ninguna otra, ni siquiera a las culturas que le dieron vida; es
cierto que lleva grabada la impronta cultural tanto española como indígena,
54
Vincent Wilson, Jar, the Book of The Presidents (Crawfordsville, Indiana: American History Research
Associates, R.R. Donnelly & Sons Company, 1997) 8.
118
y que en muchos de sus matices las refleja, pero es otra cosa; México tiene
una profunda identidad propia. Pero hay que reconocer que el proceso de
conquista y colonización dejaron un complejo grave: lo extranjero, así
como fue lo español en su tiempo, sigue teniendo prevalencia y se le
considera inconscientemente cuando menos mejor que lo nacional. Poco a
poco, la fusión de las dos culturas originales resultó en una simbiosis que
fue aprovechando lo mejor de cada una, no sin dejar, lamentablemente, de
conservar también algunos de los vicios de ambas, pero al final
transformándose en la nueva cultura mexicana que, con la formación del
Estado mexicano, inicia su consolidación.
119
Sor Juana Inés de la Cruz, Miguel Cabrera (1750) pintura propiedad de la UNAM
CAPÍTULO III
LA INDEPENDENCIA Y EL ESTADO MEXICANO
120
1.- LA INDEPENDENCIA
La tercera etapa de la historia de México se inicia en 1821 y se
caracteriza por el inicio del Estado mexicano y todos los grandes
acontecimientos internos y externos que trajo el siglo XIX, un siglo
marcado por el liberalismo económico y político y aquí todavía por la
filosofía positivista. 1808 fue un año que tuvo gran influencia en los
destinos de la Nueva España; Napoleón I, el artífice del nuevo imperio
europeo, doblega a la Corona Española y toma España con la complacencia
de Carlos IV –un rey que sólo se distinguió cuando lo esculpió Don Manuel
Tolsá en la célebre estatua en bronce de “El Caballito”55, --como se dio en
nombrarla— y de su hijo el absolutista, contrario a las Cortes de Cádiz y su
Constitución, “el deseado” Fernando VII. Napoleón les “tomó el pelo” a
ambos mediante las abdicaciones de Bayona. En contraste, el pueblo
español resistió fiera y valientemente, no sin sufrir la represión de los
ejércitos napoleónicos. Estas acciones cruentas fueron plasmadas
magistralmente por don Francisco de Goya y Lucientes en el lienzo de
“Los fusilamientos”, para recordarnos el drama que vivió España en esa
época.
Los acontecimientos ocurridos en la Península sorprendieron
grandemente a las elites políticas y económicas de la Nueva España
desesperanzadas por la victoria de Napoleón. En estas condiciones, el
virrey don José de Iturrigaray (1803-1808) –que había apoyado al
científico, investigador y ensayista político Alexander Von Humboldt, en su
paso por México— era partidario de los criollos y sus movimientos en la
búsqueda de lo mejor para la colonia y ante esta nueva situación, apoyó el
establecimiento de un gobierno nacional. Sin embargo, se topó con el poder
y los intereses creados de los peninsulares, y “el 15 de septiembre, el rico
hacendado don Gabriel de Yermo, con 3000 hombres, tomó prisionero al
Virrey, a su familia y a los principales líderes del Ayuntamiento, Francisco
Primo de Verdad y fray Melchor de Talamantes. Los españoles consumaron
un golpe de Estado y nombraron como virrey interino a don Pedro de
Garibay, quien para premiar a los golpistas abolió algunos de los molestos
impuestos.”56 Los auténticos movimientos independentistas se
contaminaron con la nueva realidad que cambiaba radicalmente las
55 Actualmente
ubicada frente al Palacio de Minería en la Ciudad de México.
56
Josefina Zoraida Vázquez, Interpretaciones de la Independencia de México (México: Nueva Imagen,
1997) 18-19.
121
condiciones políticas y los diversos intereses de los distintos grupos.
Súbitamente, los que apoyaban a la monarquía española se quedaron sin la
motivación principal (sus relaciones en España, que perdían poder) y,
paradójicamente, ahora empezaba a tener sentido para ellos mismos y sus
intereses; la independencia a la que combatían. Sin embargo, esto tardaría
en surtir efecto, por lo pronto, los realistas necesitaban tiempo para
madurar toda la urdimbre de planes y conjuras, lo que los convertiría en
esta forma también en conspiradores que estarían al acecho, esperando la
oportunidad que, como veremos más tarde se les presentó con el fracaso de
los primeros movimientos patrióticos por la independencia.
Las conspiraciones que años antes se habían iniciado y que habían
brotado esporádicamente; ahora en 1810 tienen una erupción masiva. Los
conspiradores de Querétaro, Ignacio Allende y Juan Aldama, al ver
descubierto su movimiento, se reúnen en la parroquia de Dolores, en
Guanajuato, con el cura don Miguel Hidalgo y Costilla, hombre culto de
educación jesuita y alejado de los atavismos hipócritas de la vida religiosa.
Habiendo sido alertados por la esposa del corregidor de Querétaro, doña
Josefa Ortiz de Domínguez, el 15 de septiembre de 1810, deciden adelantar
la insurrección precisamente en Guanajuato, la Intendencia más rica y con
mayor densidad de población en la Nueva España. Convocaron a la
población, principalmente campesina, a la lucha contra el opresor y el mal
gobierno, dándose la madrugada del 16 de septiembre, lo que se conoce
como el “Grito de Dolores”, desde el atrio del magnífico templo barroco
que sirvió de primer escenario para el inicio de la lucha generalizada por la
independencia. El pueblo, ya cansado de injusticias y vejaciones respaldó
ampliamente el movimiento que cundió como reguero de pólvora, lo que
permitió a los insurgentes avanzar con rapidez. La primera bandera fue la
imagen de la Virgen de Guadalupe, que en una pica les sirvió como
estandarte. Las victorias se sucedieron casi en forma continua; pero la de
Guanajuato, en contra del intendente Riaño un hombre culto y de bien; a
los 12 días de iniciado el levantamiento de Dolores, quedaría grabada en la
conciencia y el ánimo de Hidalgo, como algo que no debería volver a
repetirse: el intendente, que se había refugiado en el granero de la
Alhóndiga de Granaditas, fue asesinado, tras lo cual el pueblo toman,
saquean e incendian la ciudad, sembrando muerte por todas partes, “esto no
era lo que nosotros buscábamos”, cavilaba Hidalgo.
122
El 30 de octubre, en el Monte de las Cruces, con la Ciudad de
México a la vista, tiene lugar la más grande victoria insurgente. Desde el
punto de vista militar, no se explica por qué Hidalgo se retiró tras la batalla,
en lugar de avanzar sobre la ciudad de México con todas sus tropas
victoriosas y suficientemente motivadas. Podía haberle dado de una vez por
todas el golpe de gracia, “la puntilla” al imperio español. “Sólo el que carga
la saca sabe lo que trae adentro”: ¿cuáles fueron las razones o los
pensamientos que obraron en la mente del Generalísimo? Nunca lo
sabremos, pero seguramente debió haber estado golpeándole la conciencia
la hecatombe de Guanajuato y pesando grandemente en su pensamiento, el
riesgo de que se volviera a repetir en la capital de la Nueva España. Es
evidente que prevalecía en él su vocación espiritual religiosa sobre la del
guerrero. Lo que sí sabemos es que esta decisión prolongaría hasta 1821 la
consumación de la independencia, ya con otros protagonistas y otras
motivaciones no tan justas ni auténticas como las que existieron en el
inicio. El desanimo cundió en muchos de los insurgentes; el mismo Allende
nunca estuvo de acuerdo con la retirada después de tener a “tiro de piedra”
la ciudad de México.
Las tropas insurgentes se concentraron en Guadalajara, disfrutando
Hidalgo de efímeros momentos de gloria. Ahí se les unió don José María
Morelos y Pavón, el que previamente se había adherido al movimiento y
que posteriormente tomaría el liderazgo y mantendría encendida la flama
insurgente, tanto en el ámbito intelectual-ideológico como en el guerrero.
Hidalgo de inmediato inició acciones legislativas para abolir la esclavitud y
declarar a las tierras que habían sido comunales, de uso exclusivo de los
indígenas. Los ejércitos del Virrey al mando de Félix María Calleja, aunque
inferiores en número, estaban equipados con el armamento adecuado y
seguían un estricto orden y disciplina militar; en estas condiciones,
enfrentaron a los insurgentes al mando de Allende y los vencieron el 17 de
enero de 1811 en la Batalla de Puente de Calderón, tras lo cual se dispersó
una gran parte del ejército insurgente.
Hidalgo y el grueso del ejército que quedaba, se dirigieron hacia el
Norte. Al llegar a Saltillo, se decidió que Ignacio López Rayón quedaría al
mando del ejército insurgente, mientras que a Hidalgo, en cierta forma lo
marginaban del mando militar. Él y los otros líderes importantes partirían
hacia los Estados Unidos resguardados por una tropa de 2,000 hombres al
mando de Allende. No habían avanzado mucho cuando, al llegar a las
123
cercanías de Monclova, el 21 de marzo de 1811, en Acatita de Baján;
Ignacio Elizondo rodea a los 14 carruajes ocupados por los dirigentes y los
aprehende. Su maniobra significó una gran traición al movimiento
insurgente, pues inicialmente los esperaba para poner 342 efectivos a su
servicio. Las tropas insurgentes en la retaguardia, al ver que tenían como
rehenes a los generales, se rindieron sin oponer resistencia. Se dice que
Allende, sin poder contenerse, le reclama su traición a Elizondo y lo golpea
con un la pistola en la cara, por lo que los efectivos de éste asesinan a los
acompañantes de Allende y a su hijo. De Coahuila son llevados a
Chihuahua, y en julio de 1811, después de haber sido sometidos a “juicio”,
hacen firmar a Hidalgo confesiones en el que él se atribuye asesinatos
despiadados en contra de gente inocente, lo que fue aprovechado por el
clero para justificar su excomunión. Cada uno de los generales, fueron
ejecutados todos, con excepción de Abasolo, quien para salvarse declara en
contra de ellos. Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez son decapitados y sus
cabezas cortadas y colgadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de
Granaditas, como simbólico escarmiento público.
En España, con motivo de la invasión francesa, se vivía una
verdadera revolución, que lógicamente iba a tener un impacto importante
en sus colonias. Se crearon las diputaciones provinciales como órganos
representativos ante las Cortes convocadas en Cádiz, que promulgarían el
19 de marzo de 1812 la primera Constitución en la historia de España. Las
Cortes de Cádiz estuvieron integradas por 308 diputados, compuestos
principalmente por gente culta e ilustrada en las ideas políticas en boga,
emanadas principalmente de la Revolución Francesa. Había muy poca
representación de la burguesía, lo que quedó de manifiesto en los
resultados finales. Desde el punto de vista ideológico, entre los diputados
existían principalmente tres tendencias políticas: la de los liberales,
partidarios del Estado laico, del principio de soberanía y de la separación
de poderes, coincidente con el pensamiento de la Ilustración; la de los
jovellanistas –por ser seguidores del pensamiento de Gaspar Melchor de
Jovellanos—, partidarios de las ideas de la Ilustración, de los
enciclopedistas de Diderot, de la supremacía de la razón sobre el dogma y
en contra de la inseparable mancuerna entre la aristocracia y la Iglesia en
las tareas del Estado, coincidentes en esto último con los primeros; y la de
los realistas absolutistas (gente de la nobleza, la aristocracia y la
burguesía), que eran los menos y los únicos partidarios de la monarquía y
por conservar su status quo con todos los privilegios. Seguidores por
124
supuesto, estos últimos, del pensamiento dogmático, creyentes de la
emanación del poder político proveniente de Dios y sus designios para el
rey y su dinastía, fieles defensores de la Iglesia Católica y el catolicismo
como religión oficial del Estado.
Con la constitución de Cádiz se pretendía la creación de un nuevo
orden frente a la sociedad estamental y el establecimiento de un nuevo
precepto político basado esencialmente en el liberalismo. Lo que se obtuvo
fue una monarquía constitucionalista limitada por la división de poderes; su
existencia fue efímera, pero preparaba el camino para el futuro. Se
estableció un gobierno representativo con la facultad judicial y legislativa
en manos de las Cortes en acuerdo con el rey; la justicia se impartiría a
nombre de éste, siendo facultad de los tribunales la aplicación de la ley y la
expedición y ejecución de sentencia. Se establecía también el principio de
soberanía nacional, los ayuntamientos constitucionales representativos, la
libertad de imprenta, la inviolabilidad del domicilio y la igualdad de todos
los habitantes del imperio. Una verdadera revolución dado el tiempo y el
espacio. Lamentablemente, el rey Fernando VII, a su regreso daba marcha
atrás a los avances e invalidaba la primera Constitución de España,
mediante su decreto del 4 de marzo de 1814, aunque posteriormente y
obligado por circunstancia, el 10 de marzo de 1820 se vería obligado a
promulgar la misma Constitución.
“Los Sentimientos de la Nación”, expresados por el cura don José
María Morelos y Pavón en el Congreso de Chilpancingo, convocado por él
mismo, el 14 de septiembre de 1813 plasmaban los ideales de libertad e
independencia de México, y el principio de soberanía popular 57. Desde
entonces, se clamaba por una mejor y más justa distribución de la riqueza,
así como por la abolición de la esclavitud y de la distinción de castas. Se
señaló el concepto de felicidad como el goce de la igualdad, la seguridad, la
propiedad y la libertad. Morelos se proponía organizar un gobierno para el
inicio de la independencia, con plena separación de poderes. Pero el
profundo sentimiento patriótico del “Siervo de la Nación”, como el mismo
se calificó cuando el Congreso pretendía que él encabezara el gobierno con
el nombre de “Generalísimo”, así como sus auténticos ideales insurgentes,
muchos de ellos inspirados en la Revolución Francesa y plasmados en la
nunca aplicada Constitución de Apatzingán, iban a sucumbir ante la
57 Actualmente
expresado en el Artículo 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
125
superioridad del enemigo y el cúmulo de intereses oportunistas que
mañosamente se sumarían a la “causa” de la Revolución de Independencia.
Paradójicamente, el mismo Congreso de Chilpancingo, al promulgar en
Apatzingán en octubre de ese año la constitución que habían aprobado;
dejaba sin poder al ejecutivo y maniataba al “Generalísimo”.
El Congreso asumía un poder desproporcionado, con medidas
estrictas que le facilitaba la nueva constitución, de modo que ahora éste
nombraría a los otros dos poderes. Queremos pensar que tal vez se tomaron
estas medidas con la mejor de las intenciones, aunque con poca inteligencia
para salvaguardar los intereses del pueblo, que supuestamente que
representaban. Pero el Congreso ni siquiera representaba a algunos estratos
populares, sino sólo a una pequeña minoría de la clase media alta, dentro
de la cual se suponía que estaban los que tenían la preparación necesaria
requerida en estos menesteres: sacerdotes, abogados, etc. Los miembros de
tan ilustre Congreso seguramente no conocían la historia de Roma cuando
iniciada la República, en donde para resolver causas graves que ponían en
peligro la estabilidad del Estado, se instituyó por ley la dictadura, por un
periodo limitado y causa determinada, pero con amplísimos poderes porque
la situación así lo requería. Seguramente nunca conocieron tampoco la
figura de Lucius Quincius Cincinatus, porque gentes como este era lo que
precisamente se requería en México para poder tomar decisiones sin otros
intereses que no fueran los de la nación en proyecto y sin dilación alguna:
concentrar todo el poder en una sola persona. Esto le habría dado la
oportunidad a Morelos, con la capacidad y honestidad que ya había
demostrado; para controlar de mejor manera la situación de guerra y
consolidar la República por la vía de la fuerza, que no había otra forma. Por
el contrario, el Congreso diluyó a Morelos en un triunvirato y se le dio a
escoger entre el mando político y el mando militar. Más tarde, Morelos,
cercado por todas partes, tuvo que hacer frente a un enemigo muy superior
y en mejores condiciones que él. Fue apresado, propiciando con esto,
paradójicamente, que los miembros del Congreso pudieran escapar.
Posteriormente fue sometido a la “santísima Inquisición”, degradado como
religioso y condenado a muerte por herejía. Fue fusilado en San Cristóbal
Ecatepec el 22 de diciembre de 1815. Paradójicamente Morelos fue
siempre fiel a la religión católica, al grado de seguirla considerando como
la religión oficial en sus proclamas para la nueva nación, sin comprender
cabalmente que la llamada iglesia católica, en su alta jerarquía siempre
estuvo al lado del opresor y nunca del oprimido.
126
El Congreso, que surgía así convocado por Morelos, en pago lo
marginaba y le quitaba el título de Generalísimo, mismo que él nunca
solicitó. Tal vez por ignorancia, ineptitud y estupidez, mordieron la mano
de quien los había alimentado. El mal agradecimiento es propio de la gente
pequeña y vil, que cuando tiene un poco de poder se llena de soberbia y
prepotencia. Pero probablemente, más que los mal agradecidos dentro del
Congreso, que los había, el mal mayor fue la ignorancia de la historia, de la
realidad y de la circunstancia que se estaba viviendo; cortaron las alas del
Águila Real que ya no pudo remontar el vuelo, y propiamente la entregaron
en manos de los enemigos de la nación mexicana que quería nacer
mediante un nuevo orden, con verdaderos estadistas como sus guías.
Morelos había aglutinado en torno a él una pléyade de grandes líderes de
diversa personalidad como: don Hermenegildo Galeana, don Juan Álvarez,
Vicente Guerrero, Mariano Matamoros, Guadalupe Victoria y muchos otros
que amaban a México y tenían verdadera vocación de estadistas. Otra
historia muy diferente tendría México si en sus inicios inmediatos sus guías
hubieran sido verdaderos “siervos de la nación”, verdaderos estadistas,
como sucedió con los Estados Unidos, y no ególatras con intereses
mezquinos como Agustín de Iturbide y Antonio López de Santa Anna.
Más tarde, en 1817, cuando la rebelión insurgente estaba casi
dispersa, se da un raro paréntesis con el desembarco en Soto la Marina de
don Francisco Javier Mina al mando de un puñado de mercenarios. El
liberal español había sido desterrado a Inglaterra por la monarquía y había
entrado en contacto amistoso e ideológico con don Servando Teresa de
Mier. Este polémico escritor y ex religioso dominico, sostenía desde
Londres que por la invasión francesa; al no existir ya el rey de España, la
Nueva España adquiría automáticamente su independencia, toda vez que
los antecedentes históricos y los preceptos legales establecidos por la
Corona ,volvían a las colonias dependencias directas del rey. Tesis original
y difícil de contradecir, sin embargo, no sería en el terreno del derecho en
donde se habría de dirimir tal asunto. Don Servando y don Javier
emprendieron juntos la aventura por la causa de la independencia, pero
lamentablemente su movimiento no logró prender y fueron derrotados y
apresados. El primero fue exiliado, y el segundo, ejecutado.
Agustín de Iturbide, era la mejor carta de los ex realistas para sus
nuevas aspiraciones, ahora sí de independencia. Lo consideraban como un
127
militar exitoso, por sus batallas ganadas en contra de los insurgentes, y
como alguien digno de la confianza del clero y de la aristocracia, y con
capacidad y “méritos” suficientes para encabezar el nuevo gobierno, ya
que en realidad era el líder de los intereses de los realistas, había luchado
en contra de Morelos y combatió a los últimos reductos de la insurgencia
encabezada por don Vicente Guerrero. A principios de 1820, los liberales
en España obligaron al Rey a promulgar la Constitución española del 19 de
marzo de 1812, con lo que se volvían vigentes todos sus postulados y se
eliminaba el virreinato. Naturalmente, a los peninsulares y criollos hasta
ese momento realistas, ahora no les convenía estar sujetos a esta
legislación, por lo que urdieron la que posteriormente fue conocida como la
“conspiración de La Profesa”. En un principio, se pretendía otro golpe de
Estado, pero ahora no similar sino al contrario de lo que se dio contra el
virrey Iturrigaray. Ahora si querían la independencia pero a la medida de
sus intereses. Sin embargo, discurrieron con astucia, que no debería tener el
plan otro propósito que el de lograr hacerse ellos del movimiento de
independencia para desligarse de España al no quedarles otra alternativa, y
además así podrían seguir gozando de los privilegios que hasta ahora
habían tenido con la forma de gobierno absolutista. En estas condiciones,
don Matías Monteagudo, director de la casa de “ejercicios espirituales”
ubicada en la calle del Templo de La Profesa, y el Dr. Don José Tirado,
ministro de la Inquisición, fueron los principales conspiradores. Uno de los
acuerdos más importantes para lograr sus propósitos fue precisamente
hacer que don Agustín de Iturbide fuese nombrado comandante de los
ejércitos realistas del Sur.
Iturbide y sus adeptos, todos ellos miembros de la aristocracia,
preocupados no por la nueva nación mexicana, sino por conservar sus
privilegios y aprovechar la oportunidad de obtener adicionales, pusieron
todo su empeño y diligencia en vencer a los insurgentes. Sin embargo, tras
verse imposibilitados a derrotarlos, Iturbide envió una serie de cartas a los
diferentes líderes insurgentes donde los halagaba y les sugería
la
posibilidad de aliarse y de otorgarles el indulto. consiguió concertar una
entrevista con Vicente Guerrero en Acatempan; después de no lograr
embabucar a Guerrero para que aceptara el indulto que se le ofrecía por
deponer las armas, vio la conveniencia de pactar con el líder de los
insurgentes, ya desgastados y debilitados, a quien con labia y engaños
convenció para que juntos proclamaran el Plan de Iguala de las Tres
Garantías: religión católica, unidad nacional e independencia de España,
128
como algo benéfico para todos y para no derramar más sangre; lo cierto es
que también Vicente Guerrero y los demás jefes como don Guadalupe
Victoria, no veía otra salida, por lo tanto tuvieron que aceptar. Se dice que
al final, hipócritamente, Guerrero fue abrazado por Iturbide; en esta forma
“el lobo se convertía en el pastor de las ovejas” y para colmo,
paradójicamente Iturbide seria el firmante en caso de que se lograra la
independencia de España. El mismo plan pedía que viniese a gobernar a la
nueva nación; Fernando VII (con toda seguridad por sus “excelentes
méritos”), o alguien de la casa real. O esta fue una estratagema para
acelerar la firma de la independencia por las partes, o estaban pésimamente
mal informados, o su ingenuidad, servilismo y complejo de inferioridad no
tenían límites. Nunca lo sabremos.
Los Diputados de la Nueva España ante las Cortes españolas
apoyaron el Plan de Iguala, pero lo más que lograron fue que mandaran a
un nuevo virrey o a su equivalente ya que se había derogado la figura del
virrey, ahora se envió a don Juan O' Donojú, en calidad de “Jefe político
superior de la Nueva España”, una persona inteligente, con sentido común,
bonhomía y pensamiento liberal; quien pronto se daría cuenta de la gran
demanda popular por la independencia y que no le convenía a España
prolongar una situación insostenible o un rompimiento radical, ni era este
el momento para ello. Por lo tanto, y de acuerdo con el Plan de Iguala, el
24 de agosto de 1821 firmó con Agustín de Iturbide el Tratado de Córdoba
(los Tratados de Córdoba), que concedía, después de 300 años de dominio
español, la independencia a la Nueva España. Pero creándose para esto el
“Imperio Mexicano” con la pretensión de que lo encabezara el mismo Rey
de España Fernando VII de Borbón o alguien de su descendencia directa;
¡bonita independencia! don Agustín, una vez obtenidos los propósitos
deseados y contando con el apoyo incondicional de la Iglesia Católica, a
quien “había salvado” y lo consideraba su paladín, ahora, ni “tardo ni
perezoso”, ve para sí la gran oportunidad y toma a su cargo encabezar el
nuevo gobierno.
Agustín de Iturbide Integró de inmediato una Junta gubernativa de la
cual excluyó a los auténticos insurgentes, a continuación se hace nombrar
regente y como recibe trato de Alteza Serenísima; adopta una actitud de
“acendrado patriotismo”, y razona: ¿por qué ha de venir a gobernarnos
Fernando VII?, ¿por qué no un mexicano? ¿Por qué no yo? Y como si se
vivieran los tiempos actuales, hace que sus allegados preparen una
129
manifestación popular encabezada por un tal sargento Pío Marcha, para
presionar y lograr el voto favorable del Congreso. Previamente hace que
una comisión de notables le venga a pedir que se “sacrifique” por la patria,
porque él y nadie más que él deberá ceñir la Corona del Imperio Mexicano,
aunque ni él ni los redactores de “los tratados de Córdoba” tuvieran la
mínima idea de lo que era o significaba un imperio.
La clase política Mexicana encumbrada, compuesta principalmente
por el alto clero, los peninsulares, algunos criollos y la “nobleza” en
ciernes, conformada fundamentalmente por la aristocracia ya existente y
algunos otros nuevos, dentro de los cuales se improvisaron títulos
nobiliarios; vivió durante las ceremonias de coronación de Agustín I, un
paroxismo tal que la hizo olvidarse, de la verdadera situación de México,
en primer lugar porque no conocían la cruda realidad mexicana, ni tenían
posibilidades de darse cuenta debido a su estilo de vida. El cual, pensaban
ellos, iba a mejorar sustancialmente por los privilegios y canonjías que en
su nueva calidad de cortesanos miembros de la aristocracia y ahora de la
nobleza, les correspondería.
La realidad era, que con la guerra de Independencia el país había
quedado destrozado: más de medio millón de mexicanos en edad
productiva habían muerto, lo que representaba a casi la mitad de la
población económicamente activa, una gran proporción de la población
había quedado en condiciones precarias y de desamparo, lo que la hizo, en
el mejor de los casos, presa fácil de la explotación. En el aspecto
económico naturalmente la producción se desplomó estrepitosamente, se
puede decir que la nación mexicana nace con una deuda pública de varias
decenas de millones de pesos, cuando el presupuesto de gastos del erario,
en 1822, era de trece millones de pesos.
Antonio López de Santa Anna, comandante de las fuerzas realistas en
Veracruz, persona joven, temeraria, osada, pero oportunista y acomodaticia
como ninguna, que aunque sabía del acuerdo del Plan de Iguala, siguió
batiendo a todo grupo insurgente que se encontrara desinformado y sobre
todo desprotegido, con el único propósito de acumular méritos para su
ascenso aunque tuviera que asesinar a “unos cuantos”. Con esta trayectoria
moral logra ser nombrado Comandante General de la provincia de Veracruz
por el emperador Agustín I. don Antonio acude puntual a la ceremonia de
“besa manos”, que desde entonces quedaría como un paradigma del
130
protocolo político mexicano, practicado fervorosamente por gente vil,
como Santa Anna, aunque en esta ocasión de nada le sirviera. Santa Anna,
por más que lo intentara y aun valiéndose de interpósitas personas, no
lograba que lo integraran dentro de los cortesanos allegados a la “familia
real”.
Antonio López de Santa Anna, después de practicar todas sus artes y
no avanzar en sus intenciones, estaba desconsolado y angustiado con la
sola idea de la posibilidad de quedar marginado de la corte imperial. En
estas condiciones discurrió un plan que lo pintaría de cuerpo entero, que
identifica desde entonces a algunos “políticos” mexicanos que no tienen
escrúpulos, ni dignidad, ni principios, capaces de sacrificar a su familia y
hasta su propia madre, si fuera preciso, para lograr sus propósitos. En esta
ocasión no llegó a tanto. Resulta que se dio cuenta que una de las hermanas
del emperador estaba soltera y casualmente él también. Doña María
Nicolasa, ahora princesa de Iturbide, podría ser para don Antonio, no sólo
el pasaporte para ingresar a la corte del emperador, sino para poder llegar a
ser un miembro de la nueva dinastía imperial. Y con sus dotes de
malabarista y trapecista en el circo de la política, no le sería muy difícil
llegar a la cúspide. No le importaba que él tuviera sólo 28 años y la
desgraciada Nicolasa pasara de los 60.
“Era bastante fea doña María Nicolasa y los años se le notan. Pero el
que se case con ella será príncipe, Gran Cruz de la Orden Imperial de
Guadalupe, Excelentísimo y Grande del Imperio. Las damas de honor de la
emperatriz tendrán que contestar a su saludo con una reverencia y los
mayordomos de semana o gentiles hombres de cámara no podrán pasar
altaneros o indiferentes a su lado. Santa Anna determina arrostrar el
ridículo.
Cada vez se insinúa más, retiene por más tiempo la mano de doña
María Nicolasa, al besarla. Cuando encuentra ocasión, le ofrece el brazo
para pasear por los salones y la invita a ver la ciudad y la noche, desde
algún apartado balcón. Ella no se muestra del todo desagradada. A veces,
alguna frase picante de su joven galán la obliga a cubrirse el rostro
marchito con el abanico. No es ya la edad para sentir rubores, pero hay que
fingirlos, cuando menos.
La corte murmura. Se comienza a perder el respeto a la princesa de
Iturbide. Las damas que antes no ponían la mirada en el brigadier con
letras, se fijan en él irónicamente. Y alguien, quizá el obispo don Antonio
131
Joaquín, habla al oído del emperador. Primero risa. Después, indignación.
Orden terminante sobre el desvergonzado galanteador:
-Que se vuelva a Veracruz ¡inmediatamente!”58
Iturbide había clausurado el congreso y esto fue “la gota que derramó
el vaso” y colmó la paciencia de los verdaderos insurgentes.
Desgraciadamente, el habilidoso y frustrado cuñado del Emperador, el
hábil “trapecista político”, el tránsfuga, don Antonio López de Santa Anna,
astutamente capitaliza el descontento y con toda desfachatez se une a
Guadalupe Victoria, quien tenía el propósito de restablecer el Congreso, y
mediante el plan llamado de Casa Mata se dirigen, el 1º de febrero de 1823,
en contra de Iturbide. El Emperador, que ya se temía la reacción airada y
justa de los verdaderos insurgentes hechos a un lado por él, viendo a su
gobierno ya sin el aval de las Cortes españolas, habiendo perdido la
confianza de casi todos, debido a lo hueco de un imperio sólo de nombre,
con un congreso disuelto y, principalmente, por la situación económica que
no le había resultado lo que se esperaba, resuelve, para no complicarse la
vida, negociar su abdicación y destierro en buenas condiciones
económicas. Santa Anna, con una gran desvergüenza, pero haciendo gala
de su habilidad, proclama nada menos que la República. Así,
paradójicamente un realista proclamó la Independencia de México y otro
realista sin principios, proclama la Republica, más adelante se apropiarían
una vez más del movimiento republicano, como ya había sucedido con el
Plan de Iguala durante la Independencia. De esta forma, se contamina el
surgimiento del Estado mexicano y la auténtica lucha por la emancipación
del pueblo de México.
La impunidad para el poderoso, un vicio heredado, desgraciadamente
ha prevalecido en el Estado mexicano desde el principio como cultura
política negativa, contaminando a los sistemas judicial y legislativo, y
mediatizando la impartición de justicia. A esto es necesario agregarle el
pesado lastre que en un principio significó para el Estado mexicano haber
permanecido ligado todavía por más de un cuarto de siglo a la Iglesia
Católica. Esa institución que estaba dominada por un clero político viciado,
cuando menos en buena parte del alto clero, que es en donde
tradicionalmente se ha dado su envilecimiento debido a sus frecuentes
58
Rafael F Muñoz, Santa Anna. El dictador resplandeciente (México D.F.: Fondo de Cultura Económica,
1983) 49.
132
acciones nocivas relacionadas con sus intereses políticos y económicos,
que no tienen nada que ver con la fe cristiana, fundamentada en la doctrina
de Cristo. Cuando la iglesia renuncie al poder político y al poder
económico, entonces podremos hablar de la verdadera iglesia (la
comunidad de fieles) católica (universal, para todos). Ya desde los esenios,
en los principios del cristianismo, se evitaban las asociaciones con el poder
económico y político para evitar la contaminación. Pareciera ser que se les
olvida la palabra de Cristo cuando dijo, según el evangelio de San Mateo,
“Dad, pues, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
2.- LA REPÚBLICA
En 1824, después de que se integró el Congreso y la Comisión
Constituyente, se promulgó la Constitución y se estableció una República
federal y representativa, mediante la integración territorial dispuesta en 19
estados, cuatro territorios y un distrito federal. Se tomaron en consideración
varias de las estructuras territoriales antiguas que se dieron durante la
colonia, como: las jurisdicciones de los corregidores, las intendencias, los
gobiernos, las diputaciones provinciales utilizadas para las Cortes
españolas y, por supuesto, los municipios. El gobierno se estableció en tres
poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial con una Suprema Corte de
Justicia. El poder ejecutivo está encabezado por un Presidente y un
Vicepresidente. Se dio de todo un poco y para no contrariar a los
conservadores, que se encontraban incrustados como “verdaderos
luchadores por la independencia”, y a uno que otro “liberal” del mismo
estilo; por ellos, en defensa de sus intereses creados y por su ignorancia de
la historia, se estableció la intolerancia religiosa y se declaró la religión
católica como la religión oficial del Estado mexicano quedando México
rezagado en el proceso histórico de actualización política de los pueblos.
El síndrome de la prevalencia del Congreso sobre los otros poderes
que se había dado en la Constitución de Apatzingán, volvió a manifestarse
en la Constitución de 1824, debilitando otra vez al ejecutivo y afectando su
desempeño. En todas las ocasiones en que se ha diluido el poder del
ejecutivo dividiéndolo, a lo largo de la historia y en cualquier parte del
mundo, siempre ha desembocado en lo mismo: en su inefectividad y
fracaso, reinados bicéfalos, triunviratos y hasta tetrarquías, siempre
acabaron mal a lo largo de la historia. En esta ocasión y por razones hasta
cierto punto justificables, pero en cierta forma para que el Congreso
controlara mejor la situación, previamente se había nombrado para el
ejercicio provisional del ejecutivo un triunvirato integrado por don
Guadalupe Victoria, don Nicolás Bravo y don Pedro Celestino Negrete.
133
Una vez promulgada la Constitución se eligieron a don Guadalupe Victoria
como Presidente y a don Nicolás Bravo como Vicepresidente. Tuvieron que
enfrentar una serie de complejos asuntos de gobierno tanto internos como
externos. Para los externos se apoyaron económica y políticamente en
Inglaterra. Las logias masónicas de los diferentes ritos aglutinaron a los
diferentes grupos políticos en su búsqueda del poder. Tanto las logias como
los grupos políticos en ellas incluidos, no presentaban grandes diferencias
ideológicas (cuando menos abiertamente). En apariencia tanto los yorkinos
como los escoceses eran de corte liberal, incluso casi todos estaban de
acuerdo en que el tema de la Iglesia y el Estado era algo que había quedado
pendiente para actualizar, para que el Estado mexicano pudiera surgir como
Estado moderno laico. Y esto era de particular importancia por la cuantía
que significaría la desamortización de los bienes del clero, (la principal
potencia económica financiera) para aliviar la precaria situación de la
hacienda de la República (idea arrastrada desde las reformas borbónicas en
España). Sin embargo, también se iban definiendo poco a poco los grupos
irreconciliables de liberales y conservadores, que más tarde se enfrentarían
cruentamente por el poder, tanto por las diferencias ideológicas como por
los intereses particulares de grupo.
Las reacciones naturales de los Estados de la República como entes
independientes, con soberanía compartida con la Federación en su ámbito
local, ante la nueva situación tendían a desbordar los ánimos y, en muchos
casos, pretendían constituir verdaderos Estados autónomos. Por otro lado,
los peninsulares que conservaban sus posiciones claves en el sistema
gubernamental y la estructura misma que debía ser reformada para
adecuarse al Gobierno republicano, planteaban una problemática difícil de
resolver y más con un ejecutivo débil. Mientras tanto, el ex emperador
Iturbide, sin saber que legalmente estaba proscrito con pena de muerte si
regresaba, desembarcó en costas mexicanas, por lo que fue apresado y
ejecutado en Tamaulipas. En cierta forma, esto ayudó para apaciguar los
ánimos de los pocos adeptos que todavía tenían la esperanza de su retorno
al poder.
Se cometió el error, no solo de integrar al gobierno a los antiguos
enemigos, muchos de los cuales habían ocupado puestos de relevante
importancia, sino también de dejarse impresionar por ellos debido a la
investidura del poder personal que tuvieron o al mismo poder que habían
ejercido durante tantos años. Esto fue causado por la falta de experiencia,
por la ingenuidad en que podría haber buena fe en gente sin principios y
por la ignorancia de la historia. Esto era explicable por la circunstancia, la
falta del manejo político de los insurgentes, mas nunca justificable y más
que nada porque este error se seguiría cometiendo en algunas etapas futuras
134
de la historia, las últimas y más notorias y dañinas se dieron durante los
mandatos de Francisco I Madero y Vicente Fox. La situación es la
siguiente: si estoy en plan de lucha armada o democrática y venzo a mis
oponentes; se puede entender que yo sea magnánimo con ellos por un
prurito legalista o de compasión mal entendida, aunque no lo merezcan. Lo
que es imperdonable es que yo permita que permanezcan en las mismas
posiciones de poder, y que en algunos casos se les confíe la seguridad del
Estado. Esto, además de ser imperdonable, políticamente es suicida porque
el enemigo, lejos de agradecer el gesto, va a aprovechar la posición que se
le ha dejado para tomar ventaja en la primera oportunidad que se presente.
Hubo muchos realistas, iturbidistas y miembros de las élites aristocráticas,
económicas y religiosas que, como en los últimos ejemplos señalados, no
sólo conservaron el puesto sino que en muchos casos ascendieron en las
posiciones de poder. Las consecuencias no se hicieron esperar.
A Vicente Guerrero, uno de los héroes de la Independencia que había
luchado por más de dieciocho años por la causa y fue firmante del Plan de
Iguala, ahora se le consideraba burdo por muchos de los enemigos dejados
en el poder, ellos argumentaban que no tenía la educación ni la preparación
suficiente para gobernar, si lo vemos comparativamente, solo en cuanto a la
preparación pude aceptarse que hayan tenido razón pero era como
insurgente quien más méritos y lealtad tenia para servir a la patria. Por lo
que al ser considerado candidato para la Presidencia de la República contra
Manuel Gómez Pedraza, fue derrotado. Gómez Pedraza era un brillante
orador, culto, persona de bien, había sido, al igual que Vicente Guerrero, un
gran luchador mas él en contra de la Independencia, ya que fue realista a
las órdenes de Calleja, luchó en contra de Hidalgo y Morelos, en cuya
captura él participó, y se distinguió por ser un iturbidista recalcitrante. A
pesar de todo esto, paradójicamente fue el elegido por los electores
controlados por el Congreso para presidir la República a la que, en cierta
manera, él había combatido. Al considerar este hecho como una aberración,
los verdaderos insurgentes provocaron el “motín de la acordada” para
imponer a Vicente Guerrero. Gómez Pedraza salió exiliado a Francia,
después volvería para terminar como Presidente el periodo que no terminó
Bustamante, otro de los realistas conversos, que regresaría posteriormente
también, éste en varias ocasiones. Vicente Guerrero asume la Presidencia y
le toca enfrentar un ridículo intento de reconquista a cargo del ingenuo
comandante español Barradas, a quien vence el omnipresente don Antonio
López de Santa Anna. Guerrero rechaza el ofrecimiento para la venta de
Texas a los Estados Unidos. Ya retirado fue traicionado vilmente por
Bustamante, quien compra a un marino sin escrúpulos que se había ganado
la confianza de Guerrero, tal vez por ser extranjero. Mañosamente el
marino lo invita a comer a su barco y Guerrero acepta, levó anclas
135
apresándolo y lo entregó a la gente de Bustamante por la paga
correspondiente. Fue fusilado en 1831. Su falta había consistido en seguir
siendo un símbolo de la Independencia y por mantener su principios y la
incansable lucha en contra de la aristocracia.
Con el desconocimiento de Gómez Pedraza, surge una vez más el
“paladín de la justicia y de las causas nobles” don Antonio López de Santa
Anna, que ya no dejaría pasar ninguna oportunidad hasta lograr haber
ocupado la Presidencia de la República al menos en siete ocasiones entre
1833 y 1855. Hay que reconocer que reinaba entonces un gran desconcierto
y eran varios los presidentes que se alternaban una y otra vez. Todo este
desorden fue aprovechado por muchos, de adentro y de afuera, como fue el
caso de los Estados Unidos, para escamotearnos sin desembolsar ni un solo
centavo ni disparar una sola bala; el territorio más septentrional todavía
perteneciente a México, lo que hoy es el estado de Washington, Oregon y
gran parte de Idaho, sin que el gobierno mexicano ni siquiera se diera
cuenta, señalándolos ahora los Estados Unidos, para esto, en sus cartas
como “Disputed Territory”59. Cuando años antes en tiempos de James
Monroe (1817-1825) ellos mismos los señalaban como “Spanish-Mexican
Territory” muy posiblemente esto se haya debido a que Poinsett en su
primer visita a México en 1822, todavía no como embajador
plenipotenciario sino como agente especial del Presidente James Monroe,
quien en 1818 había comprado la Florida a la Nueva España y sabía del
proceso de población de los territorios mexicanos con colonos
estadounidenses provenientes tanto de la Florida como de Luisiana, y ya le
había “echado el ojo” a esos territorios y los del septentrión heredados
todos de España, por lo que ahora envía a su agente especial con el
propósito de sondear con Iturbide la posibilidad de la venta a los EU de
estos territorios que, como hemos visto abarcaban desde Texas hasta
California hacia el oeste y hasta el Estado de Washington, Oregon y parte
de Idaho en el septentrión más alejado. Existe evidencia de que el agente
especial Poinsett tuvo contacto tanto con Iturbide como con Santa Anna y
en esta ocasión se debió haber dado cuenta que tanto el “emperador”
mexicano, como el “republicano” Santa Anna no tenían ni la mínima idea
de hasta donde llegaban o cuales eran todos los territorios de la Nueva
España y ahora de México, ni cuales en realidad eran estos ya que a ellos
sólo los oyó hablar de Texas y California. Y aunque esto parezca increíble,
era muy posible porque los verdaderos intereses de estos seudolíderes eran
otros muy particulares de ellos y alejados totalmente de los legítimos
intereses de la nueva nación mexicana. Existe la hipótesis de que el
descubrimiento de la ignorancia increíble de los “líderes” mexicanos de
59
Wilson, Vincent .The Book of the Presidents (Brookville, Maryland,: Jr. American History Research
Associates, 1997) 16 y 18.
136
inmediato fue utilizado por los EU para establecer una estrategia que les
hiciera posible apropiarse de dichos territorios, sin ningún problema, como
así sucedió, sin embargo la formalización definitiva la dejaron astutamente
hasta que se concluyó la guerra con México, de acuerdo a sus mismos
planes y al establecer la nueva frontera entre México y los EU. en la parte
sur; del atlántico hasta el pacifico, con lo cual todo territorio al norte de
esta línea, quedaba automáticamente incluido en el nuevo territorio
estadounidense.
En lo externo se tuvieron dos grandes intervenciones en forma
directa: la guerra contra los Estados Unidos y la Intervención Francesa.
Cuando se dio la Independencia de México, los Estados Unidos eran ya una
nación con pleno dominio de sí misma y en franco proceso de expansión
territorial. En esa época el nuevo Presidente de los Estados Unidos, John
Quincy Adams (1825-1829), acreditaba al primer Embajador en México.
Por razones obvias se designó a Poinsett60 . Se producen varios
acontecimientos que se originan, posiblemente, de una estrategia integral
encaminada al objetivo de anexar los territorios mexicanos del
“septentrión” a los EU. Todas sus tácticas realizadas durante 16 años para
lograr el objetivo terminan con éxito, pero,al final con resultados cruentos.
Y México pierde más del 50 por ciento de su territorio original a través de
cuando menos tres acciones jugadas con astucia, suficiente información,
sin escrúpulos éticos, planeación estratégica y paciencia, mucha paciencia
por parte de ellos. Ayudándoles los mexicanos a través de sus “Altezas
Serenísimas”: el “emperador” don Agustín de Iturbide y “El Águila
Imperial”, “el gallero”, don Antonio López de Santa Anna. Como hemos
visto, Santa Anna es uno de los ya muchos especímenes de políticos
corruptos y oportunistas, padecidos en la historia política de México, (que
no se acaban) a quienes se les ha entregado el destino de la nación, o ellos
mismos se lo han asignado arbitrariamente y que una y otra vez, hasta
nuestros días, han traicionado al pueblo de México. Esta clase de políticos
actúan hipócritamente al hacer uso de la máscara del patriota o el
benefactor, pero con sus actos terminan revelando lo que en realidad son:
traidores irresponsables con la tarea superior que tienen encomendada,
víctimas de su infinita soberbia, de su naturaleza mezquina, de la ambición
personal y de una codicia desmedida que los hace buscar y aferrarse al
poder político y económico y con ellos e igual de culpables, toda la Pléyade
de ingenuos, oportunistas y mal intencionados que los apoyan (mientras
tienen el poder).
60
Poinsett, además de político y diplomático era un experto botánico. Durante su estancia en México
encontró la flor "noche buena" y ni tardo ni perezoso la registró con su nombre en el registro botánico
internacional, por lo que desde entonces nuestra flor de navidad lleva el nombre de poinsetia.
137
Las tres acciones llevadas a cabo por los EU., que les posibilitaron
quedarse con los territorios antes mencionados, son las siguientes:
PRIMERA, la misión en 1822 de Poinsett como agente especial del
Presidente James Monroe, ante el “Imperio Mexicano” que tenia como
objeto recabar la información necesaria y una habiéndose dado cuenta del
desconocimiento de los líderes mexicanos; “preparar el terreno” para la
anexión de los territorios del septentrión, que sorpresivamente culminó con
la anexión inmediata de los territorios septentrionales extremos.
SEGUNDA, el movimiento revolucionario de colonos encabezados por
Sam Houston, por la Independencia de Texas en 1836, habiéndose dado
ésta de hecho, no por derecho, pero para el caso fue lo mismo porque se
perdió el territorio. Y además, lo más grave, llevaba prevista su anexión a
los Estados Unidos, misma que se realizó diez años más tarde trayendo
como consecuencia la TERCERA acción ya programada; ésta fue la guerra
de los Estados Unidos en contra de México, la cual declararía su presidente
James K. Polk. Esto fue el 12 de mayo de 1846, con motivo de la anexión
de Texas y con el objetivo de despojar a la Nación Mexicana del resto de
los territorios que a los EU. les interesaban. Los EU., alegaron como
justificación para emprender esta guerra, el hecho de “cruentos
enfrentamientos de los mexicanos en territorio de los Estados Unidos”.
Aseveración falsa, y sólo entendible dentro del plan previsto para
apoderarse de los territorios, ya que Texas todavía no estaba considerado
como territorio norteamericano, sino sólo planeado que así lo fuera, y al
darlo por hecho, con esta aseveración ellos mismos se ponían en evidencia.
Aunque, desde luego, quedaba claro que esto era sólo el pretexto necesario
para “justificar” la guerra, que terminaría en 1848 con la firma del Tratado
de Guadalupe Hidalgo y la pérdida de dichos territorios. Llegándose al
extremo de establecer en el articulo XII de dicho Tratado firmado el 2 de
febrero de 1848, entre México y los Estados Unidos con motivo del fin de
la guerra; lo siguiente:
“En consideración a la extensión que adquieren los limites de los
Estados Unidos, según queda descrito en el articulo quinto del presente
Tratado, el Gobierno de los mismos Estados Unidos se compromete a pagar
al de la Republica mexicana la suma de quince millones de pesos”61,…..
Esta ridícula cantidad, por dondequiera que se le vea y además
inexplicable, era sólo una especie de previsión, un “dulce” para que el
Congreso mexicano no se tardara mucho en ratificar tan vergonzoso
tratado.
Aunque en 1848 se definieron los límites entre México y los Estados
Unidos, estos serían modificados en forma definitiva más tarde, a favor de
61
Tratado Guadalupe Hidalgo, 1848
138
éste último con una acción adicional complementaria: la firma del Tratado
de la Mesilla o Gadsden en 1853. Por medio del cual López de Santa Anna
2
les vendió más de 100,000 Km. del norte del Estado de “Sonora y
Sinaloa” por diez millones de pesos, incluyendo además en la cláusula
octava el libre tránsito de mercancías, personas y armas de Estados Unidos
a través del Istmo de Tehuantepec. Cláusula esta última que seria ampliada
años después, mediante solicitud de los EU. al gobierno de Juárez por
compensación por perjuicios sufrido por los intereses de ciudadanos
estadounidenses durante la guerra civil mexicana dando motivo al Tratado
de McLane-Ocampo. A partir de aquí la Doctrina Monroe, “América para
los Americanos”, se hace evidente y adquiere su verdadero sentido.
Se dice que Ulysses S. Grant, el (18th) Presidente de los EU.,
calificó a la guerra de secesión de su país como castigo de Dios, por el
despojo a México de sus territorios. El Tratado de la Mesilla sería derogado
más tarde, en tiempos de Lázaro Cárdenas, aunque ya la pérdida del
territorio adicional era irreversible, sólo se anulaba la cláusula octava
mencionada.
Por otra parte, y analizando la otra intervención extranjera, dos
factores hicieron posible el surrealismo de la Intervención Francesa: la
guerra de secesión de los Estados Unidos y el arribo de don Benito Juárez
al poder. Los Estados Unidos estaban ocupados en su contienda doméstica
y no tenían atención para otra cosa; de otra manera, y de acuerdo con la
propia “Doctrina Monroe”, no lo hubieran permitido, no por defender a
México sino a su propia hegemonía. Por otro lado, a los ultra
conservadores, herederos según ellos del más “puro linaje” español, les
parecía un “verdadero sacrilegio que ocupara la más alta magistratura de la
nación un indio zapoteca y para colmo, de ideas liberales”. La Intervención
Francesa es otra de esas etapas vergonzosas de la historia política de
México, en donde los grupos de gente poderosa, de pensamiento
conservador a ultranza y quemadores de incienso a lo extranjero, vuelven a
manifestar su complejo de inferioridad y vocación servil al solicitar a la
monarquía de Napoleón III que viniera a gobernar a México un noble de la
casa francesa que diera “rienda suelta” a los afanes y sueños de pompa
“aristocrática” perdidos por los conservadores con el “imperio” de Iturbide,
y al mismo tiempo cancelara las “heréticas” reformas juaristas.
Maximiliano de Habsburgo sólo los complace en lo primero, porque era un
verdadero amante, (por no decir maniático) del ceremonial aristocrático;
139
sin embargo, ideológicamente resultó ser un liberal puro, que demostró
comulgar plenamente con las reformas juaristas. Aunque, para su desgracia,
terminara siendo ejecutado por la justicia mexicana y no obtendría el
perdón de un Juárez implacable que le negó el indulto porque con su
muerte tenía que sentarse un precedente simbólico para desanimar en el
futuro a la ambición del extranjero y a la alcahuetería de los traidores
locales potenciales.
Augusto Emperador: Por donde quiera
que me lleve mi instinto vagabundo,
llevaré un buen recuerdo hasta que muera
de nuestro buen encuentro en este mundo.
Ambos hemos venido a estas regiones
predicando la paz. Voz con grandeza
imperial, con corona en la cabeza,
con oro, con poder y con legiones,
mas en la mano al par con ansia viva
mostrando al pueblo de la paz la oliva.
Yo vine solo aquí con la nobleza
del corazón leal del castellano,
extraño a las políticas pasiones
ajeno a odios de raza y opiniones
a visitar, cortés, a un pueblo hermano62
Juárez jugó un papel definitivo en el establecimiento de la base
jurídica para que México fuera una verdadera República Representativa y
Federal. También ejerció una influencia fundamental en la modernización
política de México y de sus estructuras republicanas, no sólo restaurándolas
sino actualizándolas y consolidándolas, dejando plenamente establecido y
vigente para México el concepto de Estado moderno laico y el concepto de
Estado de derecho. La personalidad de Juárez es de características
excepcionales, sin embargo también ha sido una de las más controvertidas
y calumniadas en la historia política de México, por todos los intereses
ilegítimos de los grupos de poder que resultaron afectados por las reformas
para el bien del Estado mexicano.
62
Poema del autor de “don Juan Tenorio”, José Zorrilla en la corte de Maximiliano. Luca de Tena,
Torcuato, Ciudad de México en tiempos de Maximiliano (Barcelona: Planeta, 1989) 118.
140
Hay que reconocer que la rectitud y actitud de Juárez con su definición
como persona de estrictos principios y un misticismo patriótico movido por
el gran amor a su patria y su gran sentido de responsabilidad en su
encomienda política; fue de gran congruencia con respecto a la
circunstancia histórica que se estaba dando: el país estaba experimentando
un proceso revolucionario de grandes cambios, había terminado la etapa
virreinal que durante 300 años había prevalecido, se estaba viviendo el
inicio de la Independencia y el nacimiento del Estado mexicano con base
en la Constitución de 1824. Juárez sentía que debía estar del lado del
cambio libertario para consolidar la República, la cual se veía amenazada,
en un principio por el Imperio espurio de Iturbide y después por los
conservadores metidos a “libertadores”. Después de las primeras elecciones
y cuando se convocaron otra vez en 1828, Juárez era todavía un estudiante
de derecho y las opciones que tuvo para elegir fueron: un conservador que
había luchado en contra de la Independencia de México, don Manuel
Gómez Pedraza, y un liberal, don Vicente Guerrero, héroe insurgente de la
lucha armada por la independencia. Su decisión fue por el liberal al que
admiraba y con el que se identificaba plenamente. En 1829 llega al
ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca como regidor. En 1831 y 1833 fue
elegido diputado al Congreso del Estado.
A partir del inicio de la carrera política de Juárez, éste se convierte para
muchos en un adversario temido, y es arduamente combatido por aquellos
que no podían aceptar ser rebasados y superados por un indio, a los que sus
antepasados y ellos mismos, consideraban inferiores. Tampoco aceptaban
que Juárez pretendiera cambiar el estado de cosas que ellos sentían
aceptable y favorable, principalmente para quienes detentaban el poder; no
les importaba que en el inicio del Estado mexicano todavía se viviera en “la
edad de piedra política” y que pareciera permanecer todavía la época del
oscurantismo de la edad media, en donde prevalecía la intolerancia
religiosa y el clero político contaminaba la salud del Estado mexicano.
Precisamente, por ese clero político y sus allegados; personas que por su
ignorancia y el cumulo de prejuicios ancestrales, educados en la mentira y
con el prejuicio religioso; Juárez se vería injustamente calumniado hasta
los últimos días de su vida y aún mucho después de su muerte, e
increíblemente, incluso todavía hoy, en la actualidad su integridad sigue
siendo víctima de la ignorancia supina de muchos de la clase “más
preparada”.
Ignacio Comonfort tomó posesión de la presidencia el 1 de
diciembre de 1857, habiendo designado a Benito Juárez, que ya había sido
gobernador de Oaxaca, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la
Nacion y en tal calidad como Vicepresidente de la República. El 17 de ese
141
mismo mes los conservadores, a manera de golpe de Estado lanzaron a
sangre y fuego el Plan de Tacubaya de Félix Zuloaga, que abolía la
constitución de 1857, según el mismo plan, Comonfort seguiría al mando, y
a Benito Juárez y al presidente del Congreso los hicieron prisioneros. El 11
de enero Comonfort pone en libertad a Benito Juárez. Comonfort abandonó
el mando y acompañado de varios generales salió rumbo a Veracruz desde
donde, más tarde el 7 de febrero, se embarcó hacia los EU. en donde fijaría
su residencia. Juárez defendiendo la legalidad de la República se traslada a
Guanajuato y apoyado por varios estados de la República estableció ahí su
gobierno lanzando el 19 de enero de 1858 un manifiesto a la nación que
establecía que. “El Gobierno constitucional de la República, cuya marcha
fue interrumpida por la defección del que fue depositario del poder
supremo, queda restablecido.” Esta fue la respuesta al artero golpe de
Estado que era el Plan de Tacubaya y a la ausencia de Comonfort que se
había prestado al mismo plan y nunca estuvo a la altura de su
responsabilidad en el mandato constitucional.
Para el gobierno de la República el apoyo del gobierno de los
Estados Unidos, dadas las circunstancias, era vital pero implicaba un grave
riesgo por las contraprestaciones pero era necesario, en parte para dar
solución al reclamo de los EU que amenazaba con la invasión si no se
llegaba a un convenio para garantizar los intereses estadounidenses
afectados por la guerra. Por su parte los conservadores voltearon la cara
hacia Europa con España y Napoleón III, ante quien ya tenían años de
labor con enviados especiales para gestionar que alguien de las casas reales
nos vinieran a gobernar. Como consecuencia de lo anterior, el grupo de los
conservadores le ofrecieron a Luis Napoleón el “imperio” mexicano,
dándose con esto lugar a la Intervención Francesa, a la cual no sólo no la
veían como riesgo para el país sino que pensaban que ésta era la única y
mejor solución. Ya desde antes, cuando se definieron el partido liberal y el
conservador en 1849, don Lucas Alamán clamaba: “si no viene la Europa
en nuestra ayuda somos perdidos”. No se sabe si se refería a la Patria o a su
grupo y partido conservador.
Aquí en México se inicia la guerra civil entre conservadores y liberales,
don Manuel Doblado, Gobernador de Guanajuato, había acogido a Juárez y
lo respalda. En Jalisco es salvado por don Guillermo Prieto de ser
asesinado y es quien pronuncia la famosa frase “Los valientes no asesinan”
ante un destacamento de soldados que tenían orden de darle muerte. Tuvo
que salir por Manzanillo, Colima y rodear por Panamá para llegar a
Veracruz. Ahí Apoyado por el Gobernador Gutiérrez Zamora, establece el
142
Gobierno de la República. Ya en Veracruz, y en base a la Constitución de
1857, expide el Presidente Juárez las Leyes de Reforma, que nacionalizan
los bienes eclesiásticos y establecen la separación de la Iglesia y el Estado,
la Ley del Matrimonio Civil, la Ley de Libertad de Cultos, la extinción de
las ordenes monásticas, la secularización de los cementerios y estableció
también el Registro Civil. 12 de julio de 1859 expidió la Ley de
Nacionalización de Bienes Eclesiásticos, para hacer efectiva la
desamortización de los bienes de la Iglesia, que ahora ya no pasarían a
manos de los rentistas, lo que mañosamente la iglesia había anulado con la
amenaza de excomunión. El objetivo del presidente era “para que
subsistiera solo el sistema individual de propiedad” lo cual era valido
también para los indígenas cuyas propiedades comunales habían sido
escamoteadas primero por los encomenderos y luego por los grandes
terratenientes. El País se encontraba en “Estado de guerra civil”. Por un
lado, el Gobierno de la República apoyado por los Liberales y encabezado
por el Presidente Juárez, y, por el otro, los conservadores golpistas.
En 1859 los Estados Unidos, presididos por James Buchanan, quien
había sido Secretario de Estado de James K. Polk cuando la guerra contra
México y la firma del Tratado de la Mesilla o Gadsden; consideraba ahora
la petición que el gobierno de Juárez, a través de su Secretario de Estado,
Melchor Ocampo, le habían hecho con motivo de su reclamo al gobierno
mexicano, para salvaguardar los intereses estadounidenses afectados por la
guerra civil. Por otro lado, pero dentro del mismo proceso Ocampo
solicitaba el reconocimiento y apoyo de los EU. Estos otorgaron dicho
reconocimiento por medio de Robert McLane ministro plenipotenciario,
del presidente Buchanan, que había sido designado para el efecto,
reconocimiento y aceptación en principio, pero condicionado a la firma del
tratado en el que México debería, según ellos, proceder a la cesión del
territorio de la baja California (el que se mencionaba en la opinión publica
estadounidense, con la peregrina idea de que sería destinado a ser tierra de
explotación de esclavos) y además se debería aceptar la ampliación del
Tratado de La Mesilla o Gadsden, particularmente en su cláusula octava,
modificándola ahora, para que además del paso por el Istmo de
Tehuantepec se ampliara con los cruces libres para los EU. en la frontera
norte, adicionales por Matamoros y Camargo Tamaulipas vía Monterrey
hasta Mazatlán y otro más por Nogales hasta Guaymas Sonora. Después de
intensas negociaciones, estableciéndose como premisa puesta por Juárez a
Melchor Ocampo, que la cesión de cualquier parte del territorio nacional
estaban absolutamente fuera de discusión; se procedió a ceder en el resto ya
143
que el apoyo de los EU., era considerado vital. En términos generales y al
final, se convino sólo en la modificación de la mencionada cláusula octava
del Tratado de la Mesilla mediante un nuevo convenio, mejor conocido
como el tratado “McLane-Ocampo”.
Aunque el Tratado fue firmado y se recibieron el reconocimiento de
los EU y la mitad del apoyo económico; el Senado de los EU., lo rechazó,
primero por causas pueriles postergándolo y al final, entre otras cosas,
porque era una aberración jurídica que iba en contra de uno de los
principios generales del derecho: “A lo imposible nadie está obligado”,
toda vez que en los hechos afectaría a la soberanía de un Estado, lo cual era
inaceptable de acuerdo con la concepción del Estado constitucionalista y
del derecho Internacional. En esta forma, Melchor Ocampo hábil jurista,
que ya conocía junto con Juárez la improcedencia jurídica de la cláusula 8
del “Tratado de la Mesilla” lejos de ir en contra de los intereses del Estado
mexicano, se salió con la suya sin ceder territorio como era la pretensión
inicial de Buchanan en las instrucciones dadas a Robert McLane y sin
afectar más la soberanía nacional. Aunque esto sirviera a sus enemigos para
denostar a Juárez llamándole vende patrias, cundo precisamente su
oposición, en el pasado, al Tratado de la Mesilla le había costado a él y a
Ocampo el encarcelamiento y el exilio en Nuevo Orleans por parte del
gobierno de Santa Anna, tan admirado por los conservadores.
Miramón había sido investido como presidente por los conservadores
golpistas, el 2 de febrero de 1859 y su objetivo era la plaza de Veracruz en
donde estaba la cabeza del gobierno, por lo que se preparó para sitiar, por
mar y tierra, al gobierno de la República establecido en ese puerto; mandó
al Almirante Tomás Marín a comprar dos barcos de guerra en Cuba a los
que denominaron el “Márquez de la Habana” y el “General Miramón” para
destinarlos al sitio por mar. Y por tierra, él personalmente encabezaría a los
ejércitos para el sitio con más de 7,000 efectivos. Pero no contaban con dos
acciones estratégicas del gobierno de la República: Los ejércitos
constitucionalistas quemaron sembradíos, destruyeron infraestructura de
comunicaciones y dejaron a los ejércitos de Miramón sin la posibilidad de
abastos ni para acercarse al puerto, además que dentro de esta misma
estrategia Degollado atacó a la ciudad de México en donde tenia su sede el
gobierno golpista y Miramón se vio obligado a regresar a defender la
capital. Con relación al sitio por mar el Almirante Marín llegó frente a
Veracruz con los barcos mencionados y se fue a fondear a Antón Lizardo, a
unos 25 km al sur del puerto. Las gentes del gobierno Juarista le
144
comunicaron al comandante Turner al mando de la flotilla estadounidense
fondeada en Veracruz que esos barcos no eran reconocidos por el gobierno
de la República, quien los consideraba piratas por la actitud de guerra en
que venían. Y “al buen entendedor pocas palabras”, esa misma noche la
escuadra de los EU tomo los barcos y a sus tripulantes por sorpresa,
llevándoselos a New Orleans en donde posteriormente la tripulación fue
liberada.
Después de la batalla de Calpulapan a finales de 1860, en donde los
ejércitos juaristas al mando del general Jesús González Ortega junto con
Ignacio Zaragoza y Leandro Valle, derrotan a las fuerzas conservadoras de
Miramón, Márquez, Negrete y Vélez; hace Juárez su entrada triunfal a la
Ciudad de México, el 11 de enero de 1861, considerándose esta fecha como
el fin de la Guerra de Reforma. En ese mismo año termina el período que
dejó inconcluso Comonfort, y Juárez es electo Presidente Constitucional de
los Estados Unidos Mexicanos. Juárez se vio obligado a declarar la
moratoria de pagos de la deuda externa el 17 de julio de 1861, debido al
inmenso deterioro económico de la República. Como consecuencia,
España, Inglaterra y Francia, reunidos en Londres en octubre de 1861,
decidieron conjuntamente intervenir en México, enviando navíos de guerra
desembarcando en Veracruz en diciembre de ese mismo año. El Gobierno
de la República de inmediato entró en negociaciones, y logró mediante el
Tratado de la Soledad, que España e Inglaterra se retiraran. Francia, de
acuerdo con los conservadores, ya tenía planeada la intervención para
imponer a Maximiliano de Habsburgo como Emperador de México y por lo
tanto aprovechó la ocasión.
Como prologo y al mismo tiempo epilogo anticipado de la
intervención francesa; los ejércitos de Francia al mando del general
Lorencez son derrotados en Puebla el 5 de mayo de 1862, por los ejércitos
de la República al mando del general Ignacio Zaragoza, unificando a la
mayoría del pueblo de México en contra de esta intervención. Más tarde el
general Forey con nuevos refuerzos derrota a las fuerzas de la República y
obliga al presidente Juárez a mantener un gobierno trashumante que anda
“a salto de mata” hasta llegar a la frontera con los Estados Unidos, en Paso
del Norte. Forey instala un gobierno en la capital a manera de Junta, con
los conservadores y la Iglesia Católica, y éstos declaran la monarquía. Y
como si siguieran el guión de una obra de teatro, ofrecen la Corona a
Maximiliano de Austria. Para sorpresa de todos, y desencanto del grupo
145
conservador, llega Maximiliano y ratifica todas las reformas juaristas, la
tolerancia de cultos, la separación de la iglesia y el Estado, la
nacionalización de los bienes eclesiásticos, etc. Confirmándoles con esto a
los conservadores y al alto clero, que lo que Juárez hizo no fue en contra de
la iglesia católica, fue sólo modernizar la situación política de México en el
mundo, actualizarlo a su tiempo y hacer justicia, quitándole el poder a
quienes lo detentaban.
El 1 de diciembre de 1865 Juárez termina su período presidencial
pero, dadas las circunstancias, decreta prorrogadas las funciones del actual
gobierno. Lo cual era muy entendible, ya que entrar en una contienda
electoral a la mitad de una guerra, hubiera sido torpe y de consecuencias
funestas. Sin embargo, esto provoca airadas protestas de todos, incluso de
los mismos liberales. No hay duda de que Juárez tenía razón y actuaba con
responsabilidad de estadista. Del exterior vino el apoyo moral y solidario
de los pueblos de América, y la confirmación de que se estaba actuando en
el camino debido. El Congreso de Colombia decretó, en nombre del pueblo
que representa, que “en vista de la abnegación y de la incontestable
perseverancia que el señor Benito Juárez, en calidad de Presidente
Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, ha desplegado en la
defensa de la independencia y la libertad de su Patria, declara que dicho
ciudadano ha merecido bien de la América”, firmado por el Congreso de
Colombia el 2 de mayo de 186563. Apoyo solidario y oportuno que habla
bien de la tarea de Juárez y su proyección continental.
Ante la decisión de Napoleón III de retirar el apoyo de las fuerzas
francesas a Maximiliano para reforzar su defensa de Prusia, éste pierde
fuerza y es derrotado en diversos frentes. Finalmente es vencido en
Querétaro por los ejércitos de la República al mando del general Mariano
Escobedo y sus “Cazadores de Galeana”, terminando así la Intervención
Francesa el 15 de mayo de 1867. Algunos días más tarde, el 19 de junio,
Maximiliano y los generales Miramón y Mejía, fueron fusilados en el Cerro
de las Campanas.
Terminada la guerra con los franceses se convocó a elecciones
generales para renovar mandos políticos en la nación. Se incluyó en la
63
Benito Juárez, Benemérito de las Américas. Decreto de Colombia 1865, Edición facsimilar. Joaquín
Porrúa, S.A. de C. V.
146
acción política un plebiscito sobre la Constitución del 57, que tanta
controversia había causado, alegándose que no todos los sectores de la
población habían sido tomados en consideración, y mucho menos
consultados. Juárez fue reelecto en esta ocasión para un nuevo período
presidencial, de diciembre de 1867 a julio de 1871, si bien legalmente era
una reelección, en la realidad era el primer período que iba a tener Juárez
para gobernar en paz. Y fue ésta precisamente una de las pocas épocas de
paz que ha tenido México para que, mediante un régimen de derecho, el
cual utilizó el Presidente como su principal herramienta, se pudiera
restaurar la República casi deshecha y consolidarla jurídicamente.
Personas de brillante inteligencia y patriotismo acompañaron al
Presidente Juárez en la difícil tarea de licenciar a las tropas y restaurar la
economía precaria que se tenía. Una de sus virtudes fue saber rodearse de
gente de valor, como un verdadero estadista lo hace, sin miedo a ser
opacado por ellas, y a respetar y valorar su actuación. Renovó la concesión
para que los ingleses continuaran con la magna obra del ferrocarril. Al final
de su periodo presidencial en 1871, Juárez convocó a elecciones y
consideró a ésta su primera reelección. Era explicable que después de haber
enfrentado tantas vicisitudes no quisiera abandonar el poder, incluso que
hubiera sentido la obligación de conservarlo, pero ahora sí se antojaba
discutible la decisión de aferrarse a él, sin darle la oportunidad a su misma
gente para que tomara la estafeta. En esta ocasión se enfrentaría con su
amigo y más brillante colaborador, Sebastián Lerdo de Tejada, y con su
antiguo rival y paisano, Profirió Díaz. Ante el hecho de que en estas
elecciones ninguno de los tres candidatos obtuvo la mayoría absoluta de
votos, el Congreso designó a Juárez para un nuevo periodo de 4 años. Sin
embargo ya no lo terminaría, muere en 1872 de un problema
cardiovascular, siendo substituido por don Sebastián Lerdo de Tejada, a
quien le correspondía en su calidad de presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
Juárez fue un ser humano con vicios y virtudes, como cualquier persona,
sin embargo algo especial hubo en él para poder trascender al tiempo y al
espacio, para convertirlo en un personaje de la historia universal. Fue un
hombre íntegro, una persona excepcional, un verdadero estadista precursor
de los gobiernos civiles en vez de los militares, precursor, con Lerdo de
Tejada, del Senado en nuestra Constitución y del fortalecimiento del Estado
de derecho. Juárez fue de ese tipo de líderes que México no tuvo en sus
147
inicios desde su Independencia, y que tanta falta le hicieron, y le siguen
haciendo: esa clase de gobernantes que anteponen todo, familia, patrimonio
y bienestar personal, por el bien del Estado, por el bien de la República.
Como hemos visto, Juárez fue un personaje único por el gran esfuerzo que
hizo por vencer, en primer lugar, la enorme adversidad personal y,
posteriormente, la no menos grande adversidad nacional. Además, su
significativa contribución para la construcción del Estado mexicano y la
restauración de la República, hablan por sí solos.
3.- LA DICTADURA
La debilidad del ejecutivo, establecida en la Constitución de 1824,
propició que los enemigos de la verdadera independencia de México
permanecieran en las posiciones claves de poder al triunfo del Plan de
Iguala y seguía siendo propicia a los intereses de la pasada aristocracia que
ahora, si ya no incólume, continuaba haciéndose presente. Esto dio margen
a que, dejados pasar unos años, después del “triunfo” de la independencia
fueran apareciendo como salidos de un caballo de Troya para sabotear a la
República, todos estos personajes que después de quitarse la careta liberal,
que no les correspondía y que ya no necesitaban más, fueron conformando
abiertamente el grupo conservador. Clamaban por la vuelta a la monarquía
o todavía que alguien de la Casa Real de España viniera a gobernar a la
nueva nación. Estas condiciones influyeron para lograr una reforma
constitucional, con el objeto de ir adecuando la nueva Constitución a su
manera de entender la realidad política de la nación pero más que nada a
sus intereses.
A finales de 1836, un poco más de una década después de haber
promulgado la primera Constitución del Estado mexicano, se produce una
nueva constitución llamada “Las Siete Leyes”. Este nuevo decreto, de
carácter centralista, creaba un cuarto poder conservador (supuestamente
para implementar la “prudencia gubernativa”), desaparecía a los estados y
los convertía en departamentos cuyos jefes políticos o gobernadores serían
designados desde el centro, se eliminaba la vicepresidencia, entre otras
muchas medidas. Mientras todo este afán de políticos sin visión social ni
patriotismo daba marcha atrás al avance político logrado, se perdía Texas.
Evidentemente, ellos no estaban consientes de la magnitud de la tragedia
que significaba el hecho en sí mismo, ni mucho menos tenían la visión para
prever las calamidades que traería consigo en el futuro inmediato; sobre
todo, en lo que respecta al peligro de la guerra contra los EE. UU. y la
consecuente pérdida que se dio de más territorios. Por el contrario, Lucas
Alamán, uno de sus principales líderes, estaba en tratos con España para
realizar el proyecto de la monarquía en México. Dicha propuesta fue
148
respaldada por los conservadores que consideraban vital a la monarquía, no
tanto para el país, sino para la conservación de su estilo de vida y
privilegios.
Mientras tanto, los conservadores también buscaban establecer la
dictadura como alternativa transitoria a la monarquía deseada por ellos,
aunque esto significara una contradicción y regresión en el proceso
histórico. En estas condiciones, los comerciantes extranjeros que ya no
aguantaban el desgobierno conservador, apoyaron a Antonio López de
Santa Anna para encabezar un movimiento militar, el cual desembocaría en
la primera dictadura de manera transitoria, mientras se integraba un nuevo
Congreso. Lógicamente la dictadura recayó en Santa Anna, este personaje
que, a semejanza de un camaleón político, había sido realista, imperialista
(casi príncipe consorte), liberal, conservador y ahora mercenario. Más
tarde, cuando le fue vendido a los EE. UU. la Mesilla, en 1853, Santa Anna
se proclama dictador vitalicio, con don Lucas Alamán como Ministro de
Relaciones Exteriores, este personaje, conservador que nunca cejó en su
intento por establecer la monarquía en México, muere en ese mismo año.
La política mexicana pierde a un distinguido luchador político, hombre
culto, historiador y líder de los conservadores.
Los conservadores creían en la necesidad de un gobierno centralista
fuerte, para resolver los múltiples problemas por los que atravesaba la
República, con un ejecutivo a manera de dictador. Tal vez en lo relacionado
con la necesidad de un ejecutivo fuerte con el poder necesario para poner
orden, no les faltaba razón. Sin embargo, el enfoque de ellos era a más
largo plazo, toda vez que lo que en realidad seguían buscando era la
monarquía y, por lo pronto, apoyaban la dictadura con esas miras. Lo que
deseaban por lo pronto era dar marcha atrás a todas las reformas
republicanas, destruir la República y recuperar las ventajas y privilegios de
clase, de los que antaño gozaban. También soñaban en rehabilitar el poder
para la Iglesia, su aliada histórica y eficiente instrumento tanto de poder
político como económico. Y, ¿por qué no?, volver un poco a los años de
ensueño, con la pompa aristocrática y cortesana que tanto añoraban.
EL PORFIRIATO
Las dictaduras cuando no son por ley, suelen estar disfrazadas como
democracias para guardar las apariencias sólo en la forma, porque en
esencia y de hecho, ejercen un poder absoluto, despótico y tiránico. De esta
forma, durante 34 años ejerció el poder Porfirio Díaz, con la única
excepción del intervalo en el que momentáneamente le prestó ese poder a
su compadre y ministro de la guerra el general Manuel González Flores, ya
149
que no le quedaba otra opción si quería respetar su propia reforma
constitucional. Posteriormente, con la complicidad de un congreso dócil,
previamente designado por él, fue adecuando la Constitución hasta que le
permitiera reelegirse cuantas veces quisiera. Aquí podemos encontrar las
raíces, del origen del sistema político unipartidista, que como continuación
de la dictadura y después como dictadura de partido, se apropió del poder
político de México a partir de marzo de 1929, durante más de 70 años.
Paradójicamente quienes en el año 2000 ganaron el poder en forma
democrática; traicionaron al pueblo de México que había confiado en ellos,
entregando servilmente ese poder 12 años después; a los mismos que no
supieron vencer, pero si superar en vicios y corrupción, desgraciando al
país y poniendo a su pueblo a merced de los esbirros de siempre.
Volviendo un poco en el tiempo, después de las elecciones de 1871 y
de la muerte de Juárez en 1872; Profirió Díaz, quien se había inconformado
desde un principio y tras proclamar el Plan de la Noria el 8 de noviembre
de 1871, se levantó en armas en Oaxaca en contra del gobierno.
Irónicamente tomó la bandera de la no reelección: “para que ningún
ciudadano se perpetúe en el poder”. La rebelión fue controlada y Sebastián
Lerdo de Tejada aprovechó el tiempo para hacer importantes reformas
constitucionales, aumentó el poder del ejecutivo y restituyó al Senado en el
poder legislativo de la República.
Al término del periodo constitucional Lerdo de Tejada trató de
reelegirse, al hacerlo en aparente forma arbitraria y presuntamente
fraudulenta, ocasionó las protestas de todos, incluso de su mismo gabinete.
Los opositores liderados por Porfirio Díaz, proclamaron en 1876 el Plan de
Tuxtepec que, entre otras cosas, anunciaba la no reelección. “Hágase la
voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”, debió haber dicho don
Porfirio, quien más tarde se perpetuaría en el poder por medio de la
dictadura de hecho, con la democracia solo como fachada, habiendo
servido en esto de gran maestro a los “revolucionarios” que lo derrocaron.
Por lo pronto, el mismo plan lo investía como “General en Jefe” del
movimiento armado. El gobierno de Lerdo de Tejada hubiera podido
controlar este levantamiento, de no ser porque el Presidente de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, don José María Iglesias, desconoció la
elección presidencial y desde Guanajuato lanzó un manifiesto asumiendo el
poder ejecutivo. Esto dividió al ejército federal y lo hizo presa fácil de las
tropas al mando de Díaz, quien ya no abandonaría el poder.
Se ha querido hacer un paralelismo entre Benito Juárez y Porfirio Díaz, que
evidentemente existe: los dos eran oaxaqueños, don Porfirio también quedó
huérfano de padre a los 3 años, al igual que Juárez estudió en el Seminario
150
y en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, y estudió leyes pero se
inclinó por la carrera de las armas. Sin embargo, no existe nada más
diametralmente opuesto que estas dos personalidades de la historia de
México: Juárez, en sus convicciones políticas, era el reflejo de Charles
Louis de Montesquieu, y Porfirio, del contenido de el Príncipe de
Maquiavelo (que no de Niccolo); Juárez respetaba escrupulosamente los
derechos humanos, mientras Porfirio ordenaba “mátenlos en caliente”. Los
dos tenían una inteligencia privilegiada y un amplio conocimiento de la
condición humana, la diferencia estriba en que uno la respetaba y el otro la
utilizaba. Mientras que uno pensaba que “entre los individuos como entre
las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”, el otro instituyó el
autoritarismo y el paternalismo, confundiendo el patrimonio de la nación
con el patrimonio del gobernante y de la aristocracia, con un gran desprecio
hacia sus semejantes compatriotas indígenas (recordemos el mural de
Diego Rivera “La Alameda”, por muchos años en el hotel del prado),
campesinos, trabajadores jornaleros, la mayoría del pueblo de México, a
los que algunos de la aristocracia veían como “pelados” y definitivamente
los consideraban inferiores, aunque hay que reconocer que en lo personal
Díaz fue austero. Juárez estaba por el Estado de derecho, por “el gobierno
de las leyes y no de los hombres” por el imperio de la l para el beneficio de
todos, y Porfirio por el Estado dictatorial, manejado a su libre arbitrio sin
rendirle cuentas a nadie.
Díaz gobernó con mano de hierro, lo que en algunos casos no es
malo si se respeta el derecho, se dice que hizo mucho y es cierto, hizo tanto
como el trabajo de ocho presidentes juntos ya que gobernó por más de 8
periodos presidenciales, incluyendo el de su compadre. Lo cierto es que los
pueblos tienen que avanzar y lo logran incluso a pesar de sus gobernantes,
más todavía si el pueblo está cansado de tanta lucha fratricida, si lo que
quiere es vivir en paz y, con esto tener la oportunidad de trabajar y
superarse. Sin embargo, hay que reconocer que en regímenes dictatoriales
como el de Díaz, se pueden lograr avances materiales extraordinarios.
Durante el Porfiriato, los ferrocarriles crecieron al 12% anual, la agricultura
floreció, la producción de alimentos aumentaba a mayor ritmo que la
población y la industrialización del país se inició con gran pujanza. A
principios del siglo XX, México contaba con más de 5,000 fábricas de
diversos productos. Las finanzas públicas también se vieron fortalecidas.
Pero cuando el dictador no tiene límites, suele pervertirse el poder del
ejecutivo, supuestamente en beneficio del pueblo, para convertirse en
tiranía, que lejos de fortalecerlo debilita al tirano hasta hacerlo caer.
Mucho tuvo que ver en todo este progreso material el ánimo y la
disposición del pueblo que, desde su independencia y aun antes, no había
151
hecho otra cosa que luchar o cuando menos soportar el fragor de la batalla.
Además de sufrir las consecuencias directas e indirectas de los diferentes
movimientos armados, y de los diferentes bandos que siempre cobran
forzosa e injustamente un “impuesto” de guerra. El pueblo estuvo sumido
las más de las veces en conflagraciones internas y el resto del tiempo,
luchando contra la invasión del extranjero. En estas condiciones casi no se
habían tenido momentos de paz para construir la Patria. Sin embargo,
también el pueblo tenía muy presente que el progreso material no es lo más
importante, sobre todo cuando se hace a costa del progreso social, de la
libertad política y de la dignidad de la persona.
El pragmatismo político, en donde el logro de lo propuesto es lo
único que importa y todos los medios podían, no sólo explicarse, sino
justificarse plenamente si se lograba el fin buscado, fue la “filosofía” que
animó al tirano con sentimientos de profundo aprecio y compasión por sí
mismo, pronto al llanto mentiroso y conmovedor de mentes ingenuas y
pueriles. Don Porfirio siempre fue un viejo zorro, astuto, de múltiples
mañas y gran habilidad política. En materia de humanismo tampoco
contaba con muchos escrúpulos, lo cual demostró controlando
eficientemente a malhechores y forajidos, pero también reprimiendo
injustamente a grupos indígenas como los yaquis de Sonora y permitiendo
la explotación de trabajadores y campesinos. Lo cierto es que, sin ser él
mismo un gran administrador, se supo rodear de gente capaz y darles una
cierta autonomía, estableciendo las reglas del juego y manteniendo un
férreo control político, lo cual nunca sale sobrando en estos casos.
Fue Porfirio Díaz quien instituyó el “paternalismo” en la vida
política nacional como uno más de los instrumentos de control político,
basado en un profundo desprecio de la manera de ser del mexicano, o de lo
que él creía que era la idiosincrasia nacional. Con esto nace la
subestimación de la capacidad popular para determinar con libre albedrío
su propio destino: “la sociedad mexicana no está preparada para
gobernarse” o “no saben lo que quieren”, por lo tanto, Díaz sentía la
obligación de perpetuarse en el poder, para esto contaba con los
tradicionales aliados al poder, la aristocracia y la iglesia y con la
complicidad de las diferentes potencias extranjeras representadas en
México; las cuales toleraban el régimen dictatorial ejercido por don
Porfirio, mientras les favoreciera a ellos en sus intereses, como suele
suceder, incluso en pleno siglo XXI.
Aquí nace también el presidencialismo mexicano que tiene sus raíces
en la similitud de nuestra Constitución de 1924 con la de los EE. UU. de
1787, nuestros “libertadores” no se molestaron mucho y casi copian la de
152
los EU. Este último también ha sido un país presidencialista, con la
diferencia que su presidencialismo en muchas ocasiones ha podido ser
instrumento de los mejores propósitos nacionales, lo cual demuestra que
éste no siempre es malo. En cambio, el presidencialismo mexicano ha sido
perjudicial, salvo en la época juarista cuando fue dignificado como
institución de gran lealtad y seriedad, habiendo servido para salvar a la
República y a la Patria. A partir del Porfiriato, el presidencialismo se
instituye como sinónimo de infalibilidad y de autoritarismo, sin importar
que éste sea despótico, oprobioso e injusto. Y perduraría hasta nuestro
tiempo, (siglo XXI), cuando menos en el ánimo servil de los cortesanos de
siempre.
Europa, a través de Inglaterra principalmente, se interesó en México.
La exploración y perforación de los recursos petroleros atrajeron a una
serie de inversionistas extranjeros; esto ocasionó que los intereses
británicos empezaran a competir “peligrosamente” con los estadounidenses
en este campo. Hay que reconocer a Porfirio Díaz que inteligentemente, a
propósito; trató de diversificar los intereses y la inversión extranjera en
México, pero esto no le trajo la simpatía de las compañías petroleras
estadounidenses que veían amenazada la exclusividad de su “coto de caza”.
El progreso material de las grandes compañías nacionales y
extranjeras, de sus intermediarios, de la clase política en el gobierno y de la
aristocracia ligada a la esfera cercana a don Porfirio, era público y notorio.
Aunque existía una clase media (reducida) con aceptables condiciones de
vida, esto no sucedía en las clases populares, especialmente con los
campesinos e indígenas que seguían siendo discriminados, explotados y
arbitrariamente despojados de sus propiedades comunales, como lo habían
sido desde la colonia.
La ley sobre deslinde y colonización de los terrenos baldíos fue
promulgada a finales de 1883, creándose para esto “las compañías
deslindadoras”. Éstas eran los únicos árbitros para establecer cuáles eran
terrenos baldíos y, por lo tanto, susceptibles de apropiación. “Se afectaron
las propiedades comunales indígenas, los manejos turbios crearon los
latifundios, y un nuevo sistema de vida nació para el campo […] Fue del
dominio público que personajes políticos se apoderaron de la tierra […] El
dato más objetivo es que las haciendas en 1877 sumaban 5869, y en 1910
su número aumento a 8431, pero en manos de un reducido número de
personas”64. Los campesinos mantenían el mismo estatus de la época de las
encomiendas, agravado ahora también con el despojo de sus tierras, una
vez más, al no poseer títulos “confiables”. Las tierras comunales fueron un
64
Jorge Carpizo, La Constitución mexicana de 1917 (México: Universidad Nacional Autónoma de
México, 1980) 25.
153
platillo apetecible para muchos latifundistas. Las llamadas tiendas de raya
de algunas haciendas representaban verdaderos instrumentos de opresión y
esclavismo, que mantenían al peón y a su familia en la miseria y eran una
continuación de las encomiendas. Vivían en una situación de explotación,
indefensión e injusticia constantes y endeudados de por vida, lo que se
hacía cada vez más una escenario de esclavitud insostenible. Desde
entonces la migración de esta gente hacia los Estados Unidos, comenzó a
darse en forma sistemática, a pesar del trato discriminatorio y vejatorio que
recibían allende el Bravo. Esta migración desesperada, a pesar de que hubo
una “revolución” supuestamente reivindicatoria de los trabajadores del
campo y la ciudad, se sigue dando en forma continúa hasta la fecha, en
pleno siglo XXI.
Las condiciones estaban dadas, los factores externos (los EU. ya no
veían con buenos ojos a Díaz) y los internos se combinaban en una mezcla
explosiva, el detonador lo dio la misma tozudez e intolerancia del dictador
que se creía eterno. Como en la época de la independencia, las condiciones
eran propicias para una insurrección del pueblo: el movimiento armado se
dio, el chispazo encendió la paja propicia y el tirano cayó.
Mi abuelo, al tomar el café,
Me hablaba de Juárez y de Porfirio
Los zuavos y los plateados.
Y el mantel olía a pólvora.
Mi padre al tomar la copa,
Me hablaba de Zapata y de Villa,
Soto y Gama y los Flores Magón.
Y el mantel olía a pólvora.65
65
Octavio Paz, “Canción mexicana”, Ómnibus de poesía mexicana, Ed. Gabriel Zaid (México: Siglo
XXI) 584.
154
Jorge González Camarena, Constitución de 1917
CAPÍTULO IV
EL MÉXICO DEL SIGLO XX
1.- LA REVOLUCIÓN
En esta etapa ocurren grandes acontecimientos internos y externos.
Agotado por sí mismo y abandonado por los Estados Unidos, termina el
Porfiriato66, más por el exilio de su líder que por la superación de sus
vicios. El ideal maderista y la revolución de 1910, fueron los factores
interno que terminaron con el Porfiriato. A su paso dejan sin realizar el
cambio radical para bien de la vida nacional, logrando sólo una acción
reformadora, buena en el aspecto legal y una efímera participación
democrática de los mexicanos, pero a un enorme costo social y humano. El
lema del Plan de San Luis postulado por el movimiento maderista fue:
“Sufragio Efectivo, No Reelección”. Lema que al término de la revolución
se usaba, sin sentido alguno en toda la correspondencia oficial y que, por
66
El Porfiriato se había enseñoreado del país desde 1877.
155
otro lado, entrañaba una contradicción, porque si el sufragio fuera
realmente efectivo, luego entonces ¿por qué la no reelección? Durante
mucho tiempo esta divisa67 sólo se logró por derecho en cuanto a la no
reelección, toda vez que en la práctica y de hecho nunca respondió al
espíritu de la ley. Si bien es cierto que legalmente estaba impedida la
reelección de las personas, esto no impidió que un mismo grupo, un mismo
partido, cambiando sólo de nombre y sistemáticamente de personas haya
sido el que se perpetuase en el poder ejecutivo federal, precisamente por ser
nulo el sufragio efectivo que ellos prometieron. En cierta forma la
dictadura continuó. Se estableció un verdadero neoporfiriato.
La misma actitud tímida y medrosa que se dio en la época de la
Independencia cuando se luchaba en contra del Rey, al plantear la
posibilidad de que gobernara en México alguien de la casa de Fernando
VII, ahora se volvía a dar; “el apóstol de la democracia”, Francisco I.
Madero, en su libro “La sucesión presidencial de 1910”, sugiere que podría
continuar gobernando don Porfirio y que sólo se eligiera al Vicepresidente,
actitud ingenua que presagiaba ya las consecuencias que al final se dieron.
Al igual que en el inicio del movimiento insurgente de independencia, en la
revolución maderista los hechos de guerra exitosos se sucedieron si no con
facilidad, sí con relativa rapidez. En escasos 6 meses ya se había logrado la
renuncia del dictador. Indudablemente la participación de líderes guerreros
como Pascual Orozco y Francisco Villa en el norte, y Emiliano Zapata en el
sur, animados por un ímpetu reivindicatorio más que de cambio social,
fueron factor decisivo y lo fue también la acción del gobierno de los EU.,
financiando y apoyando la rebelión y dándole la espalda al dictador, quien
ya no era una garantía para sus intereses.
Al triunfo de la causa, Madero fue demasiado clemente y
magnánimo con el enemigo, y exageradamente escrupuloso en cuanto a la
legalidad de los actos. Llegó al grado de, como vulgarmente se dice, “dejar
al lobo a cargo del rebaño”, al permitir que un porfirista recalcitrante se
hiciera cargo, en forma interina, de la Presidencia de la República. Aceptó
que Habiendo renunciado el presidente, “por ministerio de ley le
correspondía el cargo al Secretario de Relaciones Exteriores”, un porfirista
recalcitrante. No se daba cuenta, o no quiso comprender, que él mismo
había iniciado un proceso revolucionario que debería llevar a cambios
radicales, y que él podía y debía fijar las condiciones, las nuevas reglas. Sin
67
Pienso que una vez que se logre plenamente el sufragio efectivo, la disposición legal de “la no
reelección” deberá ser revisada para estudiar los casos en que pudiera ser derogada.
156
embargo de acuerdo a lo aceptado en el tratado de C. Juárez, Francisco
León de la Barra, quien tenía como uno de sus lugartenientes a Victoriano
Huerta, asume la primera magistratura de la nación con todas las
prerrogativas que el cargo implicaba y únicamente con las limitaciones del
interinato, para convocar a elecciones democráticas por primera vez en
muchos años. Sorprendentemente Madero acepta que; quienes él había
derrotado tengan ahora el control del poder y del ejército. Y a sus generales
que lo habían llevado al triunfo de la causa; les ordena licenciar,
desarticular y despachar a su casa a las fuerzas revolucionarias vencedoras.
La sorpresa y descontento fueron mayúsculos, ya no de los jefes
revolucionarios que se sentían traicionados, sino del pueblo en general que
creía haber derrotado a su opresor y ahora lo veía de nuevo en el poder con
nuevos bríos. Madero, con estas acciones aberrantes, le confiaba la
seguridad nacional y la suya propia, nada menos que al ejército federal que
había derrotado. ¡Verdaderamente increíble!
El 7 de Junio de 1911, don Francisco I Madero hizo su entrada
triunfal a la Ciudad de México. En ese mismo año se realizan las
elecciones, resultando él, electo Presidente Constitucional de los Estados
Unidos Mexicanos. Ni pudo ni quiso consolidar un gobierno fuerte y
absolutamente leal, como le aconsejaban sus colaboradores más cercanos y
preclaros, como su propio hermano Gustavo Madero, Luís Cabrera y
Serapio Rendón. No es posible hacer gran cosa, ni mucho menos realizar
los cambios estructurales necesarios, si cuando se gana el poder se
mantiene intacto el aparato burocrático viciado y corrupto y, aún más, se
conservan a los pillos y asesinos que lo han manejado. Y además, por un
acto de fe, de confianza exagerada, por no decir de estúpida ingenuidad, y
por una justicia que nadie reclamaba; se les confiere el poder, el mando, y
se les vuelve a dar autoridad a los vencidos. Esto naturalmente resulta
suicida. El trabajo de León de la Barra fue de sabotaje, centrando su acción
no solo en el distanciamiento de Zapata y Madero sino tratando de
provocar su enfrentamiento, utilizando a Victoriano Huerta y al general
Blanquet con tal efectividad que a escasos 20 días de haber asumido
Madero la Presidencia, Zapata, apoyado intelectualmente por Antonio Díaz
Soto y Gama, proclama el Plan de Ayala. Éste establece que se levantaran
en armas contra el supremo gobierno y solo las dejaran cuando los pueblos
despojados, recuperen sus tierras (lo cual nunca se dio).
157
El resto de los grupos revolucionarios que vieron licenciadas sus
tropas y se sentían marginados, también mantenían latente el descontento y
la sensación de haber fracasado porque “una revolución que transa, sin
imponer sus condiciones; es una revolución que pierde”. Algunos de ellos,
como Pascual Orozco, se sublevaron en el norte porque no les pareció
suficiente el botín logrado por su “sacrificio”. Incluso los del bando
contrario, como Bernardo Reyes que se levantó en Nuevo León porque
sentía ser “el verdadero heredero de don Porfirio y porque sentía que
contaba con amplia experiencia como gobernante y no como los nuevos
que acababan de llegar”. También Félix Díaz se levantó en Veracruz;
aunque ambos fueron momentáneamente dominados y apresados. Toda esta
efervescencia y malestar aparente en contra de Madero, era aprovechado
por quienes habían venido socavando la solidez del nuevo régimen, como
los hacendados, los ricos empresarios y los militares porfiristas apoyados y
orquestados por el embajador de los EE. UU., que consideraba
inconveniente para los intereses de las compañías estadounidenses las
reformas de Madero sobre la explotación petrolera. Todos estos
conspiradores se veían ampliamente ayudados por la misma actitud del
Presidente, que no alcanzaba a vislumbrar la realidad nacional. Ésta estaba
plagada de verdaderos peligros a tal grado que se igualaba al tránsito del
presidente por un campo minado y teniendo por guías mal intencionados a
quienes plantaron los explosivos.
Sin preocuparse por consolidar su posición y terminar el proceso del
movimiento militar que lo llevó al triunfo, para Madero la tarea más grata y
la que más ocupaba su tiempo y atención eran Las reformas que él como
Presidente de México estaba realizando en varios de los campos de la vida
nacional, en donde muchas de ellas acababan con las prebendas y
privilegios de los diferentes grupos, que asociados con el poder político se
habían convertido a lo largo de las diferentes épocas, en los dueños en
turno del país. Sin embargo, estas reformas también eran la principal causa
para su eliminación por parte de los intereses ilegítimos de nacionales y
extranjeros. Durante el proceso revolucionario, el gobierno de los Estados
Unidos que jugaban sus cartas, apoyando interesadamente a los diferentes
grupos que buscaban el poder en México y sacaba un jugoso partido
cuando lo otorgaban, tanto por el reconocimiento como por el apoyo
económico, cobrando además por daños y perjuicios ocasionados por la
guerra a los intereses de ciudadanos estadounidenses, sacaban en general
un provecho enorme de la situación. Sin embargo desde la caída del
158
dictador y ahora con el nuevo gobierno lo que habían de hecho provocado
y ahora pretendían consolidar era nada menos que un golpe de Estado. En
este caso, lamentablemente, Llegaron al extremo de promover y apoyar; no
solo la usurpación de Victoriano Huerta, a quien después, viendo las
consecuencias, abandonarían a su suerte; sino también el asesinato de
Madero y Pino Suarez, por medio de un embajador perverso.
El caso de Madero y la intervención injusta y vil del embajador de
los EE. UU., Henry Lane Wilson, con las fuerzas más oscuras de la política
en ese tiempo encabezadas por Victoriano Huerta, Félix Díaz y Bernardo
Reyes, para urdir y ejecutar en 1913 el asesinato del Presidente Madero y
del Vicepresidente Pino Suárez, dos hombres de Estado inocentes y que por
primera vez en 35 años, habían sido electos democráticamente por el
pueblo de México; son un ejemplo y un precedente digno de análisis, para
que no se permita su repetición. Estos hechos son prueba de cómo una
clase identificada por intereses económicos y políticos de gran corrupción,
con una actitud servil hacia los EU., y el representante de un país extranjero
que con prepotencia y desprecio excede sus funciones; causaron un daño
irreparable a la nación mexicana. Lo cual resulta paradójico, sobre todo
viniendo de un país que se proclamaba como abanderado de la democracia.
Como en la etapa de independencia, lo que pudo haber sido
relativamente breve, también aquí en la etapa revolucionaria, no sólo se
prolongaría por un período de más de 10 años, con un enorme costo social
y económico, sino que también se viciaron los principios y se contaminaron
los intereses legítimos, con los intereses corruptos. Los verdaderos líderes e
ideólogos honestos se vieron nulificados por los oportunistas y
mercachifles de la política, que aprovecharon el proceso social y político
como una gran oportunidad de hacer fortuna sin importar la pérdida de
vidas y el dolor del pueblo.
A la revolución el pueblo mexicano le llamó también “la bola”,
nombre que en México semánticamente significa gran acumulación. La
bola de intereses mezclados y la bola de participantes con sus distintas
motivaciones; la bola de ideas y estandartes que como madeja en la cual se
enredan todos, como los postulados de los hermanos Ricardo y Enrique
Flores Magón para un cambio radical hacia el socialismo, que se mezclaron
con desventaja, con la actitud reformista de los llamados revolucionarios,
quedando al final todo revuelto dentro de una gran bola de polvo que
159
difumina y hace confusas las siluetas, extraviándolo todo, confundiéndolo
todo. Una bola que castigó a muchos inocentes, personas inermes que ni la
debían pero sí la temían. Una bola que en pos de la justicia cometió
grandes injusticias, que acabó con muchas fuentes de trabajo y de riqueza,
que propició el despojo del más débil, que dejó impunes a muchos
criminales y saqueadores. Una bola que repartió las tierras para volver a
acumularlas en los generales “victoriosos” que reclamaban su botín; una
bola que, convirtió a saqueadores y asesinos en generales próceres de la
patria. Y como en las fundiciones; hizo que la escoria subiera a las capas
superiores. Pero que en cierta forma era necesaria para romper la inercia de
tanta injusticia y que, al igual que en las fundiciones, también preserva o
pretende preservar lo mejor que yace dentro, en las entrañas de México.
La parodia de la presidencia de Victoriano Huerta y de su pelele
Pedro Lascuráin Paredes (presidente sólo por minutos), protegidos de
Henry Lane Wilson, se topó en duro con la dignidad nacional. Algunos de
los gobernadores de los Estados, convocados por el gobernador de
Coahuila, don Venustiano Carranza, formaron mediante el plan de
Guadalupe, el Ejército Constitucionalista y continuaron la lucha armada.
Ésta habría de terminar con la caída del usurpador.
Digna de mención y reconocimiento fue la valiente intervención del
doctor don Belisario Domínguez, político chiapaneco de gran valor e
integridad, que llegó al Senado como Senador suplente a la muerte del
titular. Este personaje excepcional actúo como un verdadero tribuno, como
un verdadero Senador de la República, como hasta ahora no hemos
conocido a ninguno; que a la hora de la verdad y en representación de los
chiapanecos y de todo el pueblo de México se enfrentó al usurpador,
costándole la vida.
A la lucha continua se incorporan nuevos actores, como los
sonorenses Álvaro Obregón, Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles.
Gente de Coahuila que venía con Venustiano Carranza, como Eulalio
Gutiérrez, y también de varios estados de la República, como el artillero
Felipe Ángeles, Roque González Garza y otros ya conocidos como
Francisco Villa, Pablo González y Emiliano Zapata en el sur, este último
nunca reconoció a Carranza, lo que terminó costándole la vida. Y muchos
otros de todo tipo que se iban sumando al proceso, desde los bien
intencionados por la causa, hasta, por supuesto, los que utilizaban la causa
160
nacional para su propia causa. De inmediato se crearon diferentes
facciones, que en cierta forma constituían verdaderos frentes de batalla. El
principal estaba encabezado por el jefe del ejército constitucionalista, don
Venustiano Carranza. Otra facción estaba liderada por el jefe de la división
del norte, Francisco Villa. Álvaro Obregón tenía la suya propia en el
occidente. En el sur estaba a la cabeza Emiliano Zapata. Y en el oriente,
Pablo González. En un principio participaron activamente algunos
intelectuales que trataban de darle orientación y congruencia a la lucha
armada, tales como Luis Cabrera, Antonio Villarreal, Juan Sarabia, José
Vasconcelos y Antonio Díaz Soto y Gama, entre otros. Ricardo Flores
Magón había emigrado hacia los EU., en donde murió más tarde
encarcelado, su delito había sido promover internacionalmente el
socialismo anarquista.
Durante una de las batallas más importantes, la toma de Zacatecas,
las fuerzas constitucionalistas estaban perdiendo terreno y hubieran perdido
esa batalla, si Francisco Villa, desobedeciendo órdenes del primer jefe
constitucionalista, no hubiera dejado Torreón y llegado muy oportunamente
con la División del Norte a reforzar al general Pánfilo Natera, para la toma
de los cerros del Grillo y de la Bufa con gran intuición y determinación.
Así fue como se ganó la batalla que marcaría la derrota definitiva de
Victoriano Huerta. En estas condiciones, después de la firma de los
Tratados de Teoloyucan, el 20 de agosto de 1914, hace su entrada triunfal a
la ciudad de México don Venustiano Carranza al frente del Ejército
Constitucionalista y, de acuerdo al Plan de Guadalupe, asume la
Presidencia de la República. En 1914 al pretender Carranza ser ratificado
como Presidente interino, es rechazado por las otras dos facciones de
zapatistas y villistas, que pedían que el nuevo presidente fuera electo
democráticamente en una convención de las fuerzas revolucionarias, para
que no volviera a pasar lo mismo que con Madero; el mismo Carranza
acepta que esa convención se lleve a cabo en Aguascalientes, sin embargo
se les va de las manos y la misma Convención de Aguascalientes, el 10 de
octubre de ese mismo año desconoce a Carranza como Presidente y nombra
a Eulalio Gutiérrez. Posteriormente, la misma Convención, dando bandazos
de un lado para otro, desconoce a Eulalio Gutiérrez y nombra en su lugar a
Roque González Garza como Presidente de la República, a quien más
adelante substituye Francisco Lagos Cházaro, personaje poco conocido.
Mientras tanto las diferentes facciones pelean unas contra otras, y la
161
facción de la convención de Aguascalientes mantiene en su poder a la
capital de la República.
A principios de 1915 Venustiano Carranza que se había trasladado a
Veracruz, nombra al general Álvaro Obregón jefe de los ejércitos
constitucionalistas, y en menos de un mes toman la Ciudad de México.
Acto seguido, combate y derrota a la facción villista que estaba en el centro
de la República. Esto, aunado a que el 19 de octubre de ese año los Estados
Unidos y gran parte de los gobiernos de América, convocados por ellos,
reconocen como legítimo al gobierno de Venustiano Carranza, esto trae
como consecuencia que las aguas se asienten y tomen otra vez su cauce. Lo
cual permite que más tarde en septiembre de 1916, se convoque a un
Congreso Constituyente para elaborar la nueva Constitución. Sin embargo,
cuando Francisco Villa se entera del reconocimiento de los EE. UU. al
gobierno de Carranza, reacciona enfurecido y de inmediato manda fusilar a
5 inocentes ciudadanos norteamericanos que hacían el viaje por ferrocarril
de Chihuahua a Ciudad Juárez, no pierde oportunidad de vengarse con
gente inocente y finalmente llega al extremo de cometer un acto
descabellado, injusto y bárbaro al llevar a cabo un ataque en los EU., a
principios de marzo de 1916, en contra la inerme población de Columbus,
situada en la frontera, asesinando y saqueando por doquier, lo que motivó
la expedición punitiva del ejército estadounidense a cargo del general
Pershing, que penetró a territorio mexicano (con autorización del gobierno
de Carranza) en busca de Villa, sin poder encontrarlo.
Como estaba decidido, se convoca a un Congreso Constituyente que
se integró con representantes de todos los Estados de la República y del
Distrito Federal; de acuerdo a su población se asignaron un diputado y un
suplente por cada 60,000 habitantes o fracción que pasara de 20,000. Éstos
ideológicamente resultaron tanto de ideas conservadoras o de derecha,
como de ideas progresistas o de izquierda; sin embargo en la integración de
las comisiones prevalecieron los de ideas progresistas. Sin embargo, el
proyecto enviado por Carranza era propiamente una mera modificación,
solo en la forma, de la Constitución de 1857, lo que era una evidencia más
de que en lugar de una revolución para un cambio radical, lo que se estaba
dando era sólo una lucha por el poder. Debido a esto, las comisiones
tuvieron que revisarlo y responsablemente modificarlo a fondo, tratando
de plasmar en la nueva Constitución los principios y bases jurídicas
162
fundamentales que resolvieran las causas que habían motivado el
movimiento social y la lucha armada del pueblo de México.
Intelectuales y políticos de toda la República participaron con sus
ideas en la conformación de una nueva Constitución, con el objeto de
establecer reformas jurídicas que fueran verdaderas reivindicaciones de las
injusticias que habían prevalecido en la vida nacional, afectando el
desarrollo equilibrado del pueblo de México. En estas condiciones, se puso
especial énfasis en el tema agrario y de la propiedad por medio del artículo
27, en el tema del trabajo a través del artículo 123, y el tema de la
soberanía popular quedó consagrado en el artículo 39 de la nueva
Constitución. En el artículo 3º establecieron la obligación del Estado para
proporcionar educación laica y gratuita. Así mismo se logró la inclusión del
importante tema sobre las garantías individuales. Por otro lado, se
subsanaba el error de la primacía del poder legislativo sobre los otros y se
respetarían las reformas constitucionales de Lerdo de Tejada, con la
inclusión otra vez del Senado como cámara alta con representantes de los
Estados de la República. Se fortaleció al ejecutivo con un presidencialismo
positivo, si se daba la verdadera autonomía, mediante la división de
poderes y el respeto entre los mismos.
De esta forma, la movilización de la sociedad civil con la
participación popular y de los intelectuales patriotas bien intencionados,
fue lo que al final logró cambios substanciales. El movimiento armado
culminó con la Constitución de 1917, plasmando en instrumentos jurídicos
algunos anhelos de libertad, justicia y democracia del pueblo de México.
En este gran movimiento social se sacrificaron más de un millón de vidas
en la guerra fratricida por un México mejor, pagando así, esperemos que
para siempre, su cuota de sangre muy alta. Sin embargo, los mejores
ideales revolucionarios continuarían siendo letra muerta por mucho tiempo,
aunque el derecho los preservara, o incluso traicionados con los hechos por
el mismo grupo emanado de la lucha armada que se autoproclamaría como
“Revolucionario”.
Un ejemplo inmediato de la traición del autoproclamado gobierno
revolucionario, en los hechos fue la ingratitud y falta de lealtad tenida con
sus lideres auténticos y con el movimiento agrario encabezado por Zapata,
que llevaba como lema “Tierra y Libertad”; el reclamo era que se
restituyera el despojo que habían sufrido las comunidades de campesinos
163
desde las encomiendas y durante el Porfiriato mediante el gran fraude de
las compañías deslindadoras. Éstas les habían arrebatado a los campesinos,
principalmente indígenas, los terrenos de su propiedad por diversos
medios, los más injustos y a la fuerza, por no haber podido comprobar
documentalmente a satisfacción de los expropiadores, la tenencia de tierras
comunales, que desde tiempo inmemorial les pertenecían. Emiliano Zapata,
tal vez el caudillo más auténtico de la Revolución Mexicana, termina
víctima de su propia intolerancia y del mismo grupo revolucionario hecho
gobierno, que lo engaña y lo asesina con saña y cobardía.
La Revolución Bolchevique de octubre de 1917 contra la Rusia
Zarista, coincidente con el año de la promulgación de la Constitución
mexicana, tuvo cierta influencia e inspiración ideológica en los grupos de
políticos e intelectuales mexicanos.
La Primera Guerra Mundial, y
principalmente la Segunda, alinearon a México por razones obvias con los
Estados Unidos y sus aliados. Al final de su mandato, Carranza cometió un
error garrafal al querer imponer a su sucesor. Escogió para esto al Ing.
Ignacio Bonillas, quien en ese entonces era el embajador de México en los
Estados Unidos y casi un desconocido. Olvidó que la lucha del pueblo de
México había sido precisamente por imposiciones políticas arbitrarias
como la que ahora pretendía hacer, pero además agravó su error; al
subestimar y pretender marginar del proceso al héroe del triunfo armado de
la Revolución, al general Álvaro Obregón, quien lo había apoyado y
llevado al poder. Seguramente las intenciones de Carranza eran buenas.
Durante la Revolución, pero sobre todo al final, la corrupción del grupo
revolucionario era escandalosa, principalmente entre los generales. Tal vez
la acción se pudiera explicar, que no justificar, como un doble intento del
Presidente por acabar con la corrupción y con la continuidad de estos
generales, convertidos, la mayoría, en verdaderos acaparadores de poder
riqueza y tierras, en forma injusta y arbitraria. Sin embargo, su intento de
llevar a la Presidencia a un civil cuando todavía no era tiempo y al haberlo
manejado con torpeza política, le costó la vida.
Al inicio de la década de 1920, “la familia” de Sonora ya estaba
integrada: la encabezaba el héroe militar de la Revolución el general
Álvaro Obregón, el Ministro de Guerra, Plutarco Elías Calles, y el propio
Gobernador de Sonora, Adolfo de la Huerta. Además, este grupo ya había
esbozado su plan para perpetuarse en el poder, ocupándolo
alternativamente ellos mismos o por medio de interpósitas personas. Lo
164
que hizo Carranza involuntariamente, fue darles el pretexto para quitarlo de
en medio y consolidar su plan. El 23 de abril de 1920, el grupo Sonora
lanzó el plan de Agua Prieta, que desconocía al presidente Carranza y
nombraba al C. Adolfo de la Huerta, jefe supremo del Ejército Liberal
Constitucionalista. El presidente Carranza, ante esta circunstancia,
consideró que si continuaba en la Ciudad de México estaría en grave riesgo
por el avance del ejercito comandado por Adolfo de la Huerta; por lo que
decide salir de la capital y dirigirse a Veracruz, sin embargo esto no le dio
el resultado esperado, porque de inmediato fue seguido por el ejército
origenista. Y en la sierra de Puebla cercaron al Presidente y a las pocas
tropas leales que le quedaban, premeditadamente, no le presentaron batalla
de inmediato, pero planearon su asesinato. Éste ocurrió en dicha sierra, en
una triste cabaña desvencijada en el poblado de Tlaxcalantongo. En medio
de una noche negra, acentuada por la oscuridad del bosque, helada, y bajo
una lluvia torrencial. Aprovechando la espesura de los arboles,
cobardemente acribillaron la cabaña en donde se había refugiado el
Presidente, con su gente de confianza. La operación estuvo a cargo de las
tropas al mando del general Herrero, un mercenario que el grupo utilizaría
más tarde en encomiendas parecidas.
Por supuesto, en el asesinato de Carranza, como en los asesinatos
similares que el sistema sabe perpetrar cuando tiene que eliminar a alguien,
“no se sabe” a ciencia cierta quiénes son los autores intelectuales y
materiales, incluso en esta ocasión se pretendió que había sido un suicidio.
Y en cierta forma puede ser que lo haya sido, pero de la misma manera que
no se le puede llamar suicidio al asesinato de Salvador Allende perpetrado
por Pinochet en Chile, tampoco a la muerte de Carranza en la sierra de
Puebla. Aquí se inaugura el asesinato en la política como medida drástica y
sistemática tanto para deshacerse de los enemigos, como para mandar un
claro mensaje a los demás (“cabestrean o se ahorcan”). La etapa del grupo
Sonora en la historia contemporánea de México significa, en cierta forma,
la etapa de transición del final del movimiento armado al inicio de la etapa
de la consolidación de las instituciones a la luz y bajo la afirmación del
llamado sistema político Mexicano, que partiendo de las enseñanzas del
Porfiriato, manejaron en el discurso lo que el pueblo quería oír, pero hacían
lo que ya tenían previsto. Para controlar las acciones en beneficio del
mismo grupo; consolidaron la hegemonía política y se mantuvieron en el
poder a toda costa, principalmente para el beneficio político y económico
de ellos mismos.
165
Muerto Carranza, Adolfo de la Huerta, de acuerdo al Plan de Agua
Prieta, asume la Presidencia de la República en forma interina, y prepara el
terreno que habría de propiciar el advenimiento de Álvaro Obregón a la
Presidencia por un período constitucional de 4 años. A de la Huerta se le
hizo la promesa de que volvería a la Presidencia, ahora en un nuevo
período de 4 años. Posteriormente le tocaría a Calles ocupar el cargo de
Presidente de México. Fácil, como un juego de niños se repartían el País:
“ahora te toca a ti y después a mí, ¿he?” Ciertamente no era un juego de
niños, ni siquiera un juego. Este grupo integrado por gente sencilla, sin
mucha preparación académica, pero con grandes habilidades y mucha
astucia, que había surgido al escenario político en forma modesta a partir
de la Revolución de 1910 y con más importancia a partir de la revuelta
orozquista y del levantamiento en contra de Victoriano Huerta; resultó ser
un grupo verdaderamente astuto, hábil y visionario. A partir de varios
triunfos que lo hicieron destacar y llegar a posiciones estratégicas del
nuevo gobierno, guiados por su jefe Álvaro Obregón, el grupo supo hacerse
respetar y urdir hábilmente un plan a largo plazo, allegándose y utilizando a
destacados intelectuales, para posicionarse y al mismo tiempo para cubrir
las apariencias. Demostró en cada una de sus acciones que “no se andaban
por las ramas” para conseguir lo que quería, incluso la “depuración” entre
ellos mismos.
Adolfo de la Huerta, aunque brevemente, desempeñó un gobierno de
verdadera transición. Logra conciliar a los diferentes grupos y facciones, y
momentáneamente los pacifica, prepara el camino para el advenimiento de
Obregón. Además, otorga una amnistía a Francisco Villa que había tomado
Sabinas Coahuila para presionar al gobierno, con el fin de lograr un
armisticio, depone las armas y en compensación se le otorgan la hacienda
de Canutillo, cerca de Parral, Chihuahua, para que se retire “en santa paz”.
En materia cultural y educativa logra avances significativos, convoca a
elecciones, las cuales gana su compañero, jefe del grupo y amigo. El 1 de
diciembre de 1920 toma posesión Álvaro Obregón como Presidente de la
República.
Con el grupo Sonora, precisamente con el Gobierno de Álvaro
Obregón, se inicia la consolidación de un grupo y un sistema político que
ya no dejaría el poder, y que prevalece hasta nuestros días (aunque ya no en
forma unipartidista). La personalidad de Obregón es la de un hombre
166
sumamente inteligente y carismático, con una memoria privilegiada; era un
tipo simpático, con sentido del humor y un aura de semidiós por sus “ocho
mil kilómetros en campaña”. Con cinismo y tomándolo a broma reconocía
que le gustaban los centenarios68, sobre todo los ajenos, y creía que en el
medio político no había quien resistiera un “cañonazo de cincuenta
mil” (mil centenarios).
Obregón inicia su mandato con una dualidad que, para bien y para
mal, marca el inicio del sistema que prevalecería durante el tiempo. Por un
lado encarga la cartera de la nueva Secretaría de Educación Pública a José
Vasconcelos, quien aunque con una personalidad cuestionada por muchas
razones; comienza con el impulso de la educación de manera notable y
promueve un desarrollo artístico y cultural excepcional. Se preocupa por
consolidar la identidad nacional y dar participación y promoción a una
pléyade de valores de excepción. Impulsa el florecimiento de las artes,
principalmente el muralismo con figuras como Diego Rivera, José
Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, el humanismo en todas sus
expresiones y la publicación de libros de cultura general para todos. Por
otro lado, está la cara opuesta de la moneda; el manejo del poder a manera
de un caudillo que no paraba en miramientos ante nada ni ante nadie para
lograr sus fines. En estas condiciones, asocia a su grupo al sindicalista Luís
N. Morones, líder de la Confederación Regional Obrera Mexicana, CROM,
fundada por Carranza y antecesora de la CTM que crearía Cárdenas en
1936. A partir de aquí, la CROM será muy útil al gobierno como uno de
tantos instrumentos que ha utilizado el sistema para controlar y mediatizar
al movimiento obrero, considerándolo y utilizándolo también sólo con
actitud clientelar. Lo ha hecho a través de líderes corruptos que han
propiciado que el sector de los trabajadores en México sea uno de los más
desfavorecidos a nivel mundial, contraviniendo así uno de los principales
postulados revolucionarios.
Otra de las grandes preocupaciones de Obregón y que también ha
sido y es una constante del actual sistema, aunque de diferente manera, fue
la necesidad del reconocimiento de los Estados Unidos. Por lo que se
entablaron pláticas entre los dos gobiernos, promovidas por Alberto J. Pani,
Secretario de Relaciones Exteriores, en un edificio ubicado en las calles de
68
Monedas de oro con valor de 50 pesos oro nacional, emitidas por Porfirio Díaz para conmemorar el
centenario de la guerra de independencia
167
Bucareli, dando así nombre a los tratados que de allí surgieron. Que en
términos generales se circunscribieron oficialmente a la formación de dos
convenciones; la primera (como siempre) para los reclamos de los
ciudadanos norteamericanos por daños sufridos durante las guerras de
revolución de 1910 a 1920. La segunda, otra convención por las mismas
causas pero de 1868 a la fecha, y un acuerdo extra oficial (por debajo de la
mesa) que se centraba en que los gobiernos “revolucionarios” se
comprometían a mantener como letra muerta el artículo 27 constitucional.
Todo esto se acordó el 13 de agosto de 1923, logrando el reconocimiento
de los EUA, 18 días más tarde. Anticipándose a las mafias de Chicago,
Obregón manda fusilar al último jefe carrancista siempre fiel a don
Venustiano, el general Francisco Murguía. También, ese mismo año
asesinan en Parral, Chihuahua, a Francisco Villa. Y cuando deciden que el
siguiente en la Presidencia será Calles, Adolfo de la Huerta se siente
traicionado y se levanta en armas en Veracruz. Derrotado el ex presidente,
de la Huerta emigra a los EE. UU. Calles naturalmente es electo y toma
posesión como Presidente de México el 1 de diciembre de 1924.
Plutarco Elías Calles asume la Presidencia como un potencial
estadista y, contra todos los pronósticos no se convierte en alguien que
puedan manejar a su antojo los Estados Unidos y los intereses
norteamericanos. Es más, no respeta del todo la parte oculta adjunta a los
Tratados de Bucareli y reglamenta las concesiones petroleras, al punto que
el gobierno mexicano es calificado por ellos de “bolchevique”. Inicia la
reconstrucción del país dando un gran impulso a la infraestructura
carretera. En materia económica tiene la gran ayuda de Manuel Gómez
Morín, con quien funda en agosto de 1925 el Banco de México, una de las
instituciones que ha prevalecido con mayor seriedad e independencia hasta
nuestros días, (siempre que las circunstancias lo han permitido). El
gobierno de Calles se caracterizó por el fortalecimiento de las instituciones
post-revolucionarias. Contrastan los inicios de un gobierno inteligente con
los arrebatos autoritarios del Presidente Calles por la cuestión religiosa, que
en 1926 había llegado a situaciones ridículas como los auspicios para la
creación de la Iglesia Apostólica Mexicana, promovida por Morones, el de
la CROM. Se decía que Calles, a través de Morones pretendía crear una
iglesia “nacionalista” independiente de Roma. A pesar de que la
Revolución y la Constitución de 1917 habían establecido el Estado laico,
paradójicamente, por ignorancia y oportunismo, un gobierno “emanado de
la revolución” trataba de establecer ahora por interpósitas personas una
168
Iglesia presuntamente oficial. Tal era el grado de la costumbre al paradigma
del Estado confesional; porque ellos además, sabían que la Iglesia es un
fuerte instrumento político para la manipulación de las conciencias pero
ingenuamente idearon algo absurdo y contradictorio.
Por declaraciones controversiales y acusaciones cruzadas en la
prensa, por parte del clero y del gobierno, el Presidente reacciona con el
estómago y no con la cabeza. Ordena a todos los gobernadores aplicar
rigurosamente el artículo 130 constitucional prohibiendo el culto religioso
en las escuelas, so pena de ser cerrados los planteles, exhibiendo así una
intolerancia a irracional. La jerarquía eclesiástica, mal acostumbrada al
poder y a que se le rindiera pleitesía; mañosamente mando cerrar las
iglesias al culto para hacer creer que era el gobierno quien lo ordenaba y
engañar a la opinión publica y exaltar irresponsablemente los ánimos y el
fanatismo. Por ambas partes se calientan los ánimos y se estimulan
posiciones radicales irresponsables y fanáticas. Se enciende otra vez la
lucha armada (la Guerra de los Cristeros) pero ahora por causas religiosas,
convocada en forma contradictoria e irresponsable, paradójicamente por las
autoridades eclesiásticas, al grito de guerra como: ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva
Santa María de Guadalupe! fue un enfrentamiento cruento, irracional,
cargado de fanatismo religioso y actitudes jacobinas, y estúpidas por ambas
partes. Al igual que todas las confrontaciones violentas, la guerra cristera
ocasionó cientos de miles de víctimas inocentes.
El enfrentamiento cristero no terminaría sino hasta 1929 con un
sinnúmero de bajas por ambos bandos, y mediante la conciliación del
gobierno interino del Presidente Emilio Portes Gil. Lo que es
absolutamente incomprensible; es que después de haberse cometido un
craso error por parte de las autoridades eclesiásticas de ese tiempo,
actuando totalmente en contra de la doctrina de Cristo, se trate como
mártires a los que ellos mismos mandaron irresponsablemente al matadero
y ahora en pleno siglo XXI, se pretenda canonizarlos. Paradójicamente e
irresponsablemente en febrero de 2013, el gobierno de Felipe Calderón
Hinojosa y las autoridades eclesiásticas hicieron pronunciar en Guanajuato
el grito de guerra de los cristeros ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva Santa María de
Guadalupe!; nada menos que al Papa Benedicto XVI utilizándolo
irrespetuosamente en los conflictos internos originados por el prejuicio
religioso. Entregándole además un cuadro de “Cristo Rey” en donde
169
aparece un Cristo con corona, cetro de oro y piedras preciosas69. Cuando él
había dicho en forma muy clara “Mi reino no es de este mundo”70 No es
difícil que posteriormente, al darse cuenta Benedicto XVI en lo que lo
habían metido, esta haya sido una de las muchas causas que influyeron para
su abdicación.
2.- EL SISTEMA POLÍTICO UNIPARTIDISTA
En 1927, el general Álvaro Obregón decidió volver a presentarse
para la Presidencia de la República, manipulando previamente las reformas
constitucionales necesarias en acuerdo con el Presidente Calles y haciendo
caso omiso del principio de no reelección por el que se había luchado.
Asesinando a sus principales oponentes “gana” las elecciones. Pero él es
asesinado a su vez por José de León Toral, el 17 de julio de 1928, mientras
comía durante una apacible tarde de verano, en un acto público que le era
ofrecido en el parque La Bombilla en San Ángel, al sur de la Ciudad de
México. Sin habérselo propuesto, de León Toral, un fanático religioso,
cortó de tajo otra etapa del caudillismo mexicano, eliminando a un nuevo
dictador en potencia que, paradójicamente, tenía una actitud hacia la Iglesia
católica mucho más amigable que la del propio Calles.
Por la experiencia última de Obregón, Calles se convenció de que no
era viable ni aceptable, proceder como Porfirio Díaz, y que mediante
reformas constitucionales ad hoc, pudiera perpetuarse en el poder. Muerto
Obregón, se niega a dejar el poder; pero para guardar las apariencias, se
hace designar "Jefe Máximo de la Revolución", para de esta manera seguir
controlando el poder, que sólo en la forma ejercerían los subsecuentes
"presidentes", convirtiéndose en el gran elector y por ese medio seguir
controlando el gobierno de la República en sus tres poderes. Lo que de
hecho haría el sistema político que se estaba gestando.
La presidencia dejada por Obregón, es sustituida por el político
tamaulipeco Emilio Portes Gil, por decisión del general Calles, mediante su
69
“Mi reino no es de este mundo”, dejó establecido con firmeza y claridad, aunque más tarde los reyes y
la alta jerarquía eclesiástica lo hicieran rey; “Cristo Rey” con corona y cetro de oro y piedras preciosas,
para que se pareciera a ellos, porque ellos con su manera de ser y actuar nunca se parecerían a Jesucristo.
70
Evangelio según San Juan 36
170
designación oficial a cargo del Congreso, para que en forma interina
asumiera el poder Ejecutivo el 1 de diciembre de 1928, período que
terminaría el 5 de febrero de 1930.
Emilio Portes Gil había sido un excelente abogado y demostrado ser
buen político, lo cual puso de manifiesto durante el breve lapso que le tocó
presidir la República, actuando conciliadoramente, respetando el papel que
había asumido Calles como “Jefe Máximo de la Revolución”, pero sin
descuidar su responsabilidad administrativa. Por su parte, Calles había
aprendido bien la lección del legado del Porfiriato y él también ordenaba
que “mataran en caliente” a todo aquel que se le opusiera o que pudiera
representar un obstáculo; ejemplos sobran: ahí están presuntamente los
asesinatos de Serrano y del general Gómez, previos a la elección de
Obregón. Incluso se especuló que el asesinato de Obregón pudiera tener la
misma factura. Este solo hecho y la forma arbitraria de ejercer el poder; lo
alejan para siempre de la posibilidad de haber sido considerado como uno
de los estadistas que tanto necesitaba México y lo ubican como monarca
absoluto, cliché que han querido repetir muchos de sus sucesores, que ante
la imposibilidad constitucional de seguir en la presidencia, transformaron el
sistema, en una virtual dictadura de partido.
Después de todas las previsiones tomadas por el Maximato de Calles
para estabilizar la gobernabilidad, éste preparó hábilmente el camino para
la solución de uno de los grandes problemas pendientes, tal vez el más
grande de todos: el de las antiguas y nuevas facciones de grupos armados
en toda la República, que amenazaban con encender, otra vez, la lucha
cruenta en busca del poder, por el poder mismo ya que la ideología y los
ideales revolucionarios era lo menos que les interesaba, los movía las
ansias de poder al que se habían acostumbrado y la codicia que sin éste no
podía ser satisfecha. Surge así, por lo tanto; una medida política hábil e
inteligente para lograr consolidar el poder en el grupo autollamado
revolucionario, y darle a cada facción o grupo parte del poder, o así
hacérselo creer y en esta forma lograr que la actuación política de las
diferentes facciones fuera a través de un partido político que los uniera e
identificara a todos. Esta nueva organización tendría el objeto de consolidar
la hegemonía política, para ser utilizada como pieza clave de un nuevo
sistema; que tendría como misión salvaguardar y conservar el poder a toda
costa. Así, en 1928, es concebido por Plutarco Elías Calles el Partido
171
Nacional Revolucionario (PNR), que surge a la vida nacional en marzo de
1929, durante la administración del Presidente Emilio Portes Gil.
El PNR se estrena con las elecciones presidenciales de finales de
1929, en donde se enfrentaba el ingeniero Pascual Ortiz Rubio, candidato
de Calles y del PNR, político michoacano culto, a José Vasconcelos, el ex
secretario de educación de Obregón, quien como hemos visto, había hecho
una magnífica labor en bien de la educación y la cultura y por supuesto era
el candidato de los intelectuales a través del Partido Nacional Anti
reeleccionista. Por supuesto, el Jefe Máximo no iba a permitir que un
candidato opositor le ganase al del Partido de la revolución recién
inaugurado. Y después de una elección de resultados no muy claros y muy
discutidos, como serian casi todas de aquí en adelante, “ganó” el candidato
del PNR. Esta sería la misma historia durante los próximos 70 años. Se
iniciaba así una maquinaria política “invencible” que se adueñó del poder
político y del país, aliándose al poder económico de muchos empresarios
que veían en él, el mejor instrumento de progreso económico y “paz
social”.
Aquí no nace, porque sus orígenes debemos ubicarlos en el
porfirismo, pero sí se consolida el actual sistema político mexicano, que
increíblemente y a pesar de las primeras elecciones presidenciales ganadas
por “la oposición” en el 2000; perdura hasta nuestros días, aunque hay que
decirlo, con una disminución en la fuerza que lo caracterizaba, por el
simple hecho de haber perdido la Presidencia, que era la cabeza de todo el
sistema, incluso del PRI. Sin embargo, muchas de las reglas del juego y de
los vicios tradicionales, no solo han prevalecido sino que han florecido y
retoñado en los dos nuevos gobiernos de PAN que lo adoptaron. Esto ha
sido por falta de principios, de experiencia política, de decisión política y
de autoridad moral de los líderes de la oposición que asumieron el mando.
¿Lo habrán asumido en realidad? Ellos pensaban medrosamente que los
cambios eran imposibles de hacer en forma inmediata, que no se debían
hacer “de la noche a la mañana”. Y no se daban cuenta que mientras tanto
esperaban sentados, en medio de “arenas movedizas” que poco a poco se
los fueron tragando irremediablemente. Los nuevos gobernantes,
particularmente el Presidente que fue electo en el 2000, de una manera
inexplicable que lo menos que denota es ingenuidad; trató de revitalizar al
sistema que siempre habían combatido y se alió con figuras de negro
historial, como Carlos Salinas de Gortari y Elba Esther Gordillo, Aquí se
172
repitió otra vez, aunque en diferentes circunstancias y entre personas, en las
que no existe comparación histórica; el mismo error que Madero cometió
en 1910.
Por otro lado y volviendo en el tiempo, hay que reconocer que en un
principio, el esquema del sistema político iniciado por Calles dio resultados
efectivos al pacificar al país. Es indudable que la sociedad recibió con
beneplácito la posibilidad de vivir y trabajar en paz, tal como sucedió en la
época del Porfiriato. Incluyendo el progreso material que se dio en un
principio. Y como en las dictaduras socialistas, también ellos se exhibían
ante el mundo como una “democracia” sin el menor asomo de vergüenza.
La creación del PNR, más que para compartir el poder, ya que eso no
estaba en los esquemas que el Jefe Máximo de la Revolución tenía en
mente; hacer sentir a los grupos o facciones que sí, que verdaderamente se
estaba repartiendo el botín político y económico y así se hacía con
posiciones de poder relativo dentro del partido y verdaderas reparticiones
importantes de “la rentabilidad económica que toda actividad política
conlleva”, según la lógica del sistema.
El PNR sirvió también como instrumento para el Maximato de
Calles, ejerciéndolo, como hemos visto, sobre Emilio Portes Gil, Pascual
Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez, sobre el Legislativo, el Judicial, los
gobiernos de los estados y sobre la totalidad del país. Imponiendo una
cultura política de autoritarismo, pero mediante la simulación, la mentira,
la corrupción, con practicas antidemocráticas y buena dosis de intolerancia
y mano dura, aunque a veces viniera seguida y como sistema la sobada de
la espalda para tratar de dejar a todos contentos. De aquí surgiría después la
metáfora de Octavio Paz; “El Ogro Filantrópico” porque se apoderaron no
solo del gobierno sino del Estado mismo y porque se ejercía un férreo
control que muchas veces no está de más; pero se hacían pasar como
benefactores de la sociedad con profundo sentido “filantrópico”. Esto no
difería en nada del Porfiriato que supuestamente combatieron. Todo lo
contrario, si lo vemos bien, el nuevo grupo no sólo conservó todos los
vicios de la dictadura porfirista, sino que los perfeccionó, teniéndolos a
bien como "sabiduría política", “la cultura del sistema” y estructurando con
éstos las bases de lo que ellos mismos llamaron desde entonces, “las reglas
del juego”.
173
LÁZARO CÁRDENAS
Al llegar Lázaro Cárdenas al poder como Presidente de la República
con el visto bueno del “Jefe Máximo” (1934-1940), sin embargo hace un
extenso recorrido de campaña por todos los rincones de la república, sin
necesidad porque la elección ya estaba decidida. Esto habla muy bien de él
porque lo hizo por amor a su pueblo, por responsabilidad para darse cuenta
de la situación real en todas partes. Ya como presidente se toma un tiempo
(poco menos de dos de los seis años que duraría su gobierno, el primero de
6 años) para ir construyendo la base popular necesaria para fortalecerse y
poder concretar sus propósitos como verdadero Presidente de la República.
Por dignidad personal y en respeto a la institución de la Presidencia,
no permitió la intromisión de nadie en los asuntos de Estado por arriba del
Ejecutivo (la división de poderes sólo existía por derecho pero no de
hecho), y para deshacerse del dominio de Plutarco Elías Calles, habiendo
consolidado suficiente fuerza política con la base popular de obreros y
campesinos; rompe con el Jefe Máximo, y haciendo valer el poder de la
Presidencia, también le hace saber a él y los que necesitaran entenderlo,
quién es el que manda. Y lo despacha por “la vía más rápida” al exilio, que
tuvo como destino Los Ángeles, California. Ante el aparente vacío que
dejaba la desarticulación del Maximato, ejerce ahora el poder, sin dilación
en forma férrea, apoyándose por convicción, en los grupos de obreros y
campesinos, lo cual tenía como objeto también; hace vigente el artículo 27
constitucional (parte medular de la Constitución de 1917). Y base para la
expropiación a las compañías petroleras.
Cárdenas, considerando la importancia simbólica que había
adquirido el “Partido Oficial” creado por Calles, y para no prescindir de tan
importante instrumento, en abril de 1938, transformó al Partido Nacional
Revolucionario en el PRM “Partido de la Revolución Mexicana”, para
fortalecerlo, revitalizarlo y además quitarle toda reminiscencia del
Maximato. El presidente Cárdenas, con una visión justiciera, más teórica y
humanista que práctica y económica, promovió precipitadamente, con
decisión influida por su grupo de izquierda; el reparto campesino en toda la
República, lamentablemente sin la preparación previa para ser aprovechado
convenientemente tanto por los propios campesinos como por la
comunidad y las regiones que pretendió beneficiar, pero para evitar que los
mismos jefes “revolucionarios” siguieran acaparando las tierras. Continuó
174
las reivindicaciones obreras; como el derecho de huelga, asentado en la
Constitución pero que había estado nulificado por Calles. Sin proponérselo,
dio la impresión de estar en contra de los empresarios, cuando sólo quería
equilibrar los factores de la producción. El Presidente consideraba tanto al
trabajador como a la empresa, fundamentales para el desarrollo del país, lo
cual se comprueba con la creación de la ley de Cámaras de Comercio e
Industria, en 1936, que fe el origen de la consolidación de todas las
organizaciones patronales y empresariales de la República. El problema de
la imagen contraria, fueron los medios utilizados por él y sus seguidores, en
muchos actos de la vida política, basados en el dogmatismo de las teorías
socialistas en boga, que dieron pie a una serie de rumores infundados,
exhibiendo al Presidente como una persona contraria a los empresarios y a
los intereses del país, situación ridícula cuando menos al pretender hacer
creer que los intereses de los empresarios eran los mismos que los del país.
Lo que si se ha comprobado con el tiempo es que los intereses
representados por esos empresarios ni siquiera eran los intereses de la
totalidad de los empresarios mismos, sino solo los de una elite privilegiada
que siempre ha medrado con dicha “representatividad”.
Durante la administración cardenista, los miembros más radicales de
izquierda pretendían el establecimiento de la educación socialista en
México por la vía de la reforma constitucional. La contradicción estribaba
en que, entre otros argumentos, se esgrimía el de hacer realidad la
educación laica que establecía la Constitución, sin tomar en consideración
que el espíritu y el sentido de la ley en la Carta Magna, al establecer la
educación laica, era precisamente para que la educación fuera objetiva y
estuviera libre de prejuicios por las ideas religiosas o políticas, y aunque
para algunos fuera muy válido el pensamiento socialista, no lo era para
todos y lo mismo sucedía con la religión. No se recordaba que la razón
misma del laicismo la provocó la concepción del Estado confesional del
pasado. Por lo tanto, establecer la educación socialista en México iría en
contra del espíritu de la ley, como lo estableció el Congreso constituyente
del 17.
La cuestión del pensamiento socialista en tiempos de Cárdenas llegó
a situaciones paradójicas, como el enfrentamiento ideológico entre dos
baluartes del muralismo mexicano, Rivera y Siqueiros, ambos miembros
del Partido Comunista Mexicano, aunque el primero trotskista y el segundo
estalinista. Tal vez en la mente de los dos vibraban con emoción los acordes
175
de “la internacional”, pero uno, Rivera, por su amistad personal con Liev
Trotsky, era partidario de la teoría de la revolución internacional, “la
revolución permanente” para poder construir a largo plazo el socialismo, y
el otro, Siqueiros, seguramente sin mucho conocimiento de las atrocidades
que estaba cometiendo en la URSS José Stalin, se inclinaba hacia el
socialismo nacionalista. Incluso llegó al extremo de verse envuelto en uno
de los intentos de asesinato de Trotsky durante su exilio en México. José
Stalin al final realizó el asesino enviado a, Ramón Mercader, en agosto de
1940, asestándole, al gran revolucionario y teórico del socialismo, un brutal
y mortal golpe con un piolet en la cabeza.
El episodio de la expropiación petrolera pinta claramente a los
depredadores del exterior y del interior que la nación mexicana ha tenido
que soportar a lo largo de toda su historia, depredadores que han contado
con la complicidad de algunos políticos en forma personal y por medio de
grupos sindicales influyentes en la economía y la política, que no viendo
más que por sus propios intereses mezquinos, movidos por la codicia han
traicionado los intereses y el patrimonio de la nación. Quien no se respeta a
sí mismo no merece el respeto de los demás; las compañías petroleras casi
en la misma forma que las compañías deslindadoras, y algunas de ellas
desde ese tiempo, se habían hecho fraudulentamente de grandes
extensiones de tierra, y ante este hecho y la virtual no vigencia del artículo
27 constitucional, que sólo había servido para una regulación parcial de las
concesiones, explotaban ahora en forma casi indiscriminada e impune las
reservas petroleras de la nación y a sus trabajadores. Precisamente, un
reclamo de los trabajadores a las compañías petroleras, fallado a su favor
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dio pie a la misma
expropiación petrolera.
El escritor Joaquín Martín Moreno nos describe la siguiente escena:
“El 7 de marzo, Lázaro Cárdenas sufrió probablemente el peor
insulto de su carrera.
En una de las reuniones con los petroleros, señaló:
--Señores, es conveniente asegurarles a ustedes que los 26 millones
de pesos se concretaran a esa cantidad y en ningún caso se verán
incrementados con pretexto alguno.
--¿Y quién o qué nos garantiza que se respetara esa promesa?
Cárdenas, seguro de sí mismo respondió:
--Se lo garantiza a ustedes el Presidente de la República.
176
Se produjo un silencio y una voz lo rompió:
--¿El Presidente de la Republica y quién más?
Cárdenas se puso de pie. Cerró su carpeta sin ninguna violencia y,
antes de retirarse, comento:
--Señores, hemos terminado.
Los pasos no apresurados del presidente se escucharon en el Salón
Panamericano de Palacio Nacional. Cuando sonó el pasador de la puerta,
los asistentes entendieron que empezaba una nueva época en la historia de
México.”71
Cárdenas en realidad ya tenía la decisión tomada, era una situación
insostenible porque legalmente las compañías petroleras eran propiamente
dueñas del subsuelo en donde estaban los yacimientos. Y sólo esperaba una
oportunidad como ésta y la soberbia y estupidez de las compañías
petroleras se la dieron; el 18 de marzo de 1938, haciendo valer el artículo
27 constitucional, se daba la expropiación petrolera. Esto, motivó
grandemente al pueblo de México que contribuyó con entusiasmo con
pertenencias personales, incluso de valor sentimental; para destinarlas al
pago de la expropiación decretada, participando incluso los más humildes.
El Lic. Manuel Gómez Morín, un verdadero pensador
revolucionario, defensor de la Constitución de 1917 (razón por la cual el
mismo José Vasconcelos lo califico como “carrancista”72), fue quien,
actuando como rector, responsablemente, con determinación y
enérgicamente, en defensa de la libertad de cátedra, en 1933, consolidó la
autonomía de la ahora Universidad Nacional Autónoma de México. Gran
intelectual humanista y político estadista; creó en esa época (1939) el
Partido Acción Nacional (PAN), para construir una oposición organizada y
bien fundamentada en principios de doctrina política humanista, que
pudiera con el tiempo hacer contrapeso al poder omnímodo del partido
oficial. En esa ocasión, atrajo a una importante cantidad de mexicanos de
las diferentes clases sociales y, probablemente sin proponérselo, la simpatía
de los grupos de extrema derecha ligados a la Iglesia católica, de la que él
mismo era fiel creyente, que veían en esta acción un contrapeso a la
71
Joaquín Martín Moreno, México negro, una novela política (México: Joaquín Mortiz, 1986).
72
María Teresa Gómez Mont, Manuel Gómez Morín. La lucha por la libertad de cátedra (México:
UNAM, 1996).
177
tendencia ideológica socialista que caracterizaba al régimen del presidente
Cárdenas y del Grupo autodenominado Revolucionario.
Aunque el Partido Acción Nacional basa su ideología,
eminentemente humanista, en los principios de doctrina redactados,
principalmente por Don Manuel Gómez Morín, y en ellos no se da cabida a
la “geometría política”, el PAN ha sido identificado como un partido
conservador de derecha y en algunos casos de ultraderecha. Esto más que
nada respondió a la pretensión inicial del sistema de ponerle una etiqueta
que lo descalificara, sin embargo los tiempos actuales lo han confirmado.
Lo que fue una realidad, es que desde un principio, a pesar de haber sido en
sus inicios una fuerza política pequeña y totalmente desproporcionada
frente al partido oficial, el PAN se constituyó desde entonces en oposición
verdadera, seria, permanente y sistemática al Gobierno y a su partido
oficial. Esto le dio un lugar de relevante importancia hasta que gano las
elecciones del 2000 por la Presidencia de la república, en esa ocasión el
PAN saltó a la palestra política nacional de primer nivel, tal vez no tanto
por méritos propios, que los tuvo, sino por la declinación misma del
sistema unipartidista, que por peso propio se precipitó cayendo en el
descrédito político. Probablemente el PAN sin la suficiente madurez y el
adecuado liderazgo, ya no digamos como el del principio, pero ni siquiera
con la capacidad, el conocimiento y la intuición necesarias para poder
realizar el manejo político necesario y para entender la realidad de México
y su actual circunstancia; pesaron más los prejuicios sociales, históricos y
religiosos, a los que estaban acostumbrados, convirtiéndose en graves
factores de inmadurez política que los hicieron soslayar sus principios
originales, y aunado todo esto la falta de integridad y liderazgo del nuevo
presidente que pronto sucumbió ante lo atractivo de una cultura política
proclive a la corrupción. Una vez que obtuvo no, el poder, sino solo la
posición presidencial, empezó a exhibir su verdadera calidad moral, lo cual
veremos más adelante.
Como un factor externo positivo puede calificarse la llegada a
México de una parte de la intelectualidad española integrada por los
republicanos que el presidente Cárdenas acogió en México con motivo de
la guerra civil española y que indudablemente significaron un
enriquecimiento y una valiosa aportación a la vida cultural y científica de la
nación. La fundación del Colegio de México, en 1940, fue estimulada en
gran parte por estos valiosos pensadores republicanos. Una de las grandes
178
obras del presidente Cárdenas fue sin duda la creación del Instituto
Politécnico Nacional, orientado a la investigación tecnológica y a los
estudios superiores en esta materia, con estímulos para el ingreso de la
población de escasos recursos económicos.
Lázaro Cárdenas, de ideas claramente socialistas, para nombrar a su
sucesor tuvo que decidir entre varias personas, una de ellas, el general
Francisco J. Múgica, su amigo entrañable, pero radical de izquierda, y el
general. Manuel Ávila Camacho, de derecha moderada. Paradójicamente y
pensando no precisamente, en qué era lo mejor para él y su grupo; sino
pensando única y exclusivamente en qué era lo que el país, dadas las
circunstancias del momento, aceptaría sin mayor controversia y se decidió
por el último, porque si bien su alter ego profesaba sus mismas ideas y
fortalecería a su grupo de izquierda, él sabía que era una persona
extremista, y eso, en ese momento, no le convenía al país; por lo tanto,
exhibiendo dotes de estadista, aun en contra de sus preferencias personales,
llevó a la Presidencia al general Manuel Ávila Camacho. Sin embargo, lo
hizo siguiendo las reglas del sistema, a cualquier costo y por medio de una
elección cuestionada por su proceso y resultados oficiales que como
siempre no eran claros y que aparentaban dar como ganador a Manuel
Ávila Camacho en contra del candidato del Partido Revolucionario de
Unificación Nacional (PRUN) general Juan Andrew Almazán, candidato de
los empresarios, a quien una buena parte de la opinión pública daba el
triunfo. El presidente Cárdenas dispuso, con la actitud de “dueño y señor”
del patrimonio nacional, actitud que siempre ha caracterizado al grupo
llamado revolucionario en el poder, contentar al general Almazán con
espléndidos regalos de consolación; de esta forma, Juan Andrew Almazán
"vende caro su amor" por sus “ideales” y los intereses de quien
representaba, y asunto arreglado.
MANUEL ÁVILA CAMACHO
Habiendo sido Cárdenas el primer presidente de seis años, le sigue
Manuel Ávila Camacho, quien toma posesión el 1 de diciembre de 1940 y
termina el mismo día en 1946. La decisión de Cárdenas al designarlo no
estoy seguro que haya sido la acertada, pero la reciente crisis económica
que se había dado en el entorno mundial y la situación política interna que
vivía el país y los empresarios listos con un candidato, nada despreciable,
179
no se hubiera tolerado un radical de izquierda en el poder. Después del
hundimiento del buque-tanque mexicano "Potrero del Llano" por los
alemanes en 1942, México entró con los aliados a la segunda guerra
mundial, la vida en el país transcurre en paz y la actividad económica se ve
estimulada por las oportunidades que en la producción y el comercio ofrece
la misma actividad y situación relacionadas con la guerra. Ávila Camacho
tolera durante toda su administración las atrocidades y corruptelas de su
hermano Maximino; sin embargo, al final realiza un Gobierno de transición
que se distingue por terminar con el poder de los generales, lo cual había
iniciado Cárdenas y le da entrada a los universitarios, para lo cual establece
dentro del sistema, que ningún militar en activo puede participar en
acciones de política electoral.
Los lazos amistosos con otros países se ven estimulados por el
restablecimiento de relaciones con los aliados Inglaterra y la Unión
Soviética y por la entrevista, el 20 de abril de 1943, de don Manuel Ávila
Camacho con el presidente Franklin D. Roosevelt en Monterrey. Por medio
de su Secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, se siguen estimulando
los aspectos culturales y se realiza una intensa campaña de alfabetización
en el país. Ávila Camacho cristaliza el proyecto que Calles le había
encomendado a Manuel Gómez Morín para la seguridad social, lo cual era
apoyado también por Cárdenas, para la fundación del Instituto Mexicano
del Seguro Social. Establece el período de seis años también para los
gobernadores a través de las legislaturas locales. Durante su
administración, en materia de educación se registró una considerable baja
en el índice de analfabetismo que afectaba negativamente a la nación. Por
su parte, el sistema sigue actuando en forma implacable, consolidando la
hegemonía política en el partido oficial, con un Congreso “dócil” y
abrumadoramente mayoritario. Más adelante y previo al advenimiento de
Miguel Alemán, se ve la necesidad de adaptar al partido a la demanda no
tanto de institucionalización pero si de industrialización del país. De esta
manera, en 1946 se reestructura y cambia de nombre al que lleva en la
actualidad, Partido Revolucionario Institucional (PRI), y de aquí en
adelante ya no sufrirá ningún cambio substancial, razón entre otras por la
que llegó al agotamiento que lo ha llevado a su actual crisis. Sin embargo
como tabla de salvación se encontró a las nuevas administraciones panistas
que lo han emulado casi superándolo y ahora le han permitido regresar, por
no decir entregado el poder.
180
Ya en la paz del congreso descansa
triunfador el señor diputado
bien repleto el bolsillo y la panza
y en la boca fruncida, un candado. 73
MIGUEL ALEMÁN VALDÉS
A partir del régimen de Miguel Alemán Valdés (1946-1952), se va
acentuando, cada vez más, no solamente la falta de separación de poderes
que propiamente no existe; sino la asociación sistemática entre el poder
político y el poder económico, que en forma paulatina se había venido
dando. En esta época se consolida la asociación “por abajo del agua” (pero
no tanto que no se pudiera percibir) de políticos con empresarios,
amasándose grandes fortunas, lo que no tendría una connotación tan
negativa si hubiesen sido fuentes generadoras de riqueza benéfica para el
país, pero naturalmente, por lo ilegítimo de su procedencia, esto no podría
ser así y sólo contribuían para seguir concentrando la riqueza en pocas
manos. El dinero fácil es fuente de corrupción permanente, y sólo sirvió
para fortalecer a grupos de poder político y económico carentes de ética
que se fueron enseñoreando y apropiando de la nación mexicana,
promoviendo la cultura de la corrupción, aumentando cada vez más la
brecha entre pobres y ricos y acrecentando considerablemente las
condiciones de miseria de parte importante de la población, Para suerte de
su régimen, la época misma, con la terminación de la Segunda Guerra, y el
entorno económico mundial en plena expansión, propició un período de
relativa abundancia.
“Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error” es una frase
célebre muy representativa de la “filosofía” de la clase política gobernante
en México y también de muchos empresarios. La cual se encuentra
plagada de malos “políticos” y “Buenos empresarios” (para su beneficio
personal), que a manera de sanguijuelas le han chupado la sangre a la
patria mexicana, y quisieran seguir haciéndolo por siempre. A tal grado
llegó la corrupción en el gobierno que alcanzó a la sociedad misma
tergiversando sus valores, ya que cuando no se posee lo más indispensable
y parece inalcanzable tener acceso a los recursos económicos mínimos,
los valores materiales van ganando terreno a los espirituales: “primero es
73
Renato Leduc, “El diputado”, Poesía y prosa de Renato Leduc (México: Diana, 1980).
181
comer que ser cristiano”, reza el refrán popular. Cuando la sociedad ve
que los máximos exponentes hacen gala de cinismo e impunidad, que el
dinero y el tiempo combinados “limpian” y convierten a vulgares ladrones
y a sus descendencias en distinguidos miembros de la aristocracia a
quienes se les rinde tributo y pleitesía, entonces, naturalmente les dan
ganas de ser como ellos, porque se comprende que ser honesto en una
sociedad así, no tiene ningún mérito y es un verdadero lastre, ya que tanto
la justicia como la posición social se pueden comprar y esto sólo lo
pueden hacer los que tienen con qué.
En esta época se impulsa la industrialización de México, mediante
fuertes estímulos y subsidios a la industria, con un substancial
proteccionismo, no tanto con el objeto de fortalecerla para lograr su
competitividad internacional a futuro, lo cual nunca se logró, salvo
honrosas excepciones, sino para mejorar las condiciones de negocios de
empresarios y políticos asociados. De esta manera, la industrialización de
México se hizo vía mercado cautivo, vendiéndole al consumidor
mexicano productos caros y de baja calidad en la mayoría de los casos.
Así se amasaron las grandes fortunas de muchos políticos y algunos
industriales y se acentuó la descapitalización de la sociedad, aunque
internamente y por medio del manejo de la propaganda, se vendía la idea
de un “México próspero y de pujante industria”. Y para agradecérselo al
"Cesar" en turno, se le recibía en dondequiera que iba con arcos triunfales,
construidos ex profeso a la entrada de las ciudades en toda la República.
Todavía quedan algunos vestigios de estos arcos, producto del servilismo
y del surrealismo político, un ejemplo de ello (Construido de acero) se
podía observar en lo que era la antigua entrada al puerto de Tampico.
Cabe sin embargo reconocer en Miguel Alemán Valdés a un político
sumamente hábil, pragmático e inteligente, con gran sentido del humor.
Durante su régimen se dieron logros trascendentes tales como la creación
de la Secretaría de Recursos Hidráulicos para el ordenamiento y
explotación de los recursos acuíferos y la creación del Instituto Nacional
de Bellas Artes. Se fortalecieron las relaciones con los Estados Unidos al
más alto nivel, en esto ayudó mucho el apoyo que su gobierno le dio a la
actitud paranoica anticomunista de muchos políticos republicanos
estadounidenses, le concedió el voto a la mujer aunque sólo a nivel
municipal, pero dejando abierto el camino para que en el próximo sexenio
se le diera plenamente; promovió el amparo para la afectación de los
182
predios agrícolas en explotación, mediante la reforma del artículo 27
constitucional, evitando la especulación con la tierra por parte de líderes
corruptos y protegiendo con esta reforma a los pequeños propietarios
agrícolas, sin poder evitarse que algunos neo latifundistas influyentes
aprovecharan la medida. A través de la fusión de las compañías existentes,
creó Teléfonos de México, su gobierno hizo importantes avances en
materia de comunicaciones y construyó la Ciudad Universitaria. Se
consolidó el paso de la sociedad rural a la sociedad industrial y urbana,
lamentablemente sin las previsiones necesarias ni corregir o parar en seco
la tendencia centralista. La industrialización del país se dejo sentir en la
actividad económica.
ADOLFO RUIZ CORTINES
El régimen de Don Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) pagó la factura del
"progreso alemanista", cuyo déficit en la cuenta corriente hizo necesaria la
devaluación de la moneda, llegando el peso a $12.50 por dólar. En lo
político, mantiene un hábil manejo que le da continuidad al sistema y
gobernabilidad al país. Y aunque se habla del enriquecimiento desmedido
del ex presidente Miguel Alemán, con múltiples negocios inmobiliarios en
el área metropolitana de la Ciudad de México y Acapulco, y de su
sociedad con Emilio Azcárraga en la industria de la radio y posteriormente
de la televisión, interviniendo en la creación y propiedad de una nueva
línea área; el régimen de Ruiz Cortines deja resbalar todos los rumores y
lejos de actuar sigue una de las "reglas de oro" del sistema; “cúbrele las
espaldas al ex presidente si quieres que hagan lo mismo contigo”.
(Aunque en realidad nunca se supo de algún enriquecimiento desmedido
de don Adolfo.) Siempre se le consideró como una persona honesta, buen
administrador y mejor político. Aunque toda la clase política y más los
presidentes, mediante el sistema político que sistemáticamente lo propicia,
han poseído bienes que nunca hubieran podido tener con sus emolumentos
de burócratas. Aparentemente, como hemos dicho, ése no fue el caso de
don Adolfo, quien además fue un excelente administrador público. Sin
embargo, al final de su administración se inició un proceso de
endeudamiento de los regímenes emanados de la revolución que no
terminaría sino hasta el fin del siglo XX. Todo esto ha sido provocado por
una sociedad tolerante en extremo y un sistema político que lo propicia,
ejerciendo por medio de la corrupción sindical el férreo control del
trabajador, lo que ha tenido como consecuencia desde entonces que sea
183
uno de los peores pagados del mundo, habiendo contribuido esto también
a la migración de mexicanos hacia los EU.
Como hemos visto, una de las reglas del sistema era que el
presidente saliente fuera quien designase a su sucesor, girando
instrucciones precisas a su partido para postular al “ungido”; mientras
tanto, se hacía, astutamente, circular su nombre entre los de otros con el
objeto de ir limpiándole el camino, quitándole estorbos y reconociendo
lealtades o deslealtades, de tal manera que sólo el presidente sabía cuál era
el bueno y desde esa época se dio por llamarle “el tapado”. En esa ocasión
fue el desde entonces, sempiterno líder de la Confederación Nacional de
Trabajadores de la Republica Mexicana CTM, Fidel Velázquez, quien
destapó al Lic. Adolfo López Mateos a finales de 1957. Contaba el
embajador Agustín Leñero, michoacano, paisano y gente de gran lealtad
del presidente Cárdenas, que platicando con el ex presidente Ruiz
Cortines le preguntó: “señor, ¿qué es lo que más extraña de sus tiempos
como primer mandatario?”, a lo que don Adolfo respondió sin dudarlo ni
un momento: “el timbre Sr. Licenciado, el timbre”. (El timbre que tenía
bajo el escritorio presidencial y que al accionarlo acudían presurosos para
atenderlo de inmediato.)
ADOLFO LÓPEZ MATEOS
Durante el régimen de López Mateos (1958-1964), joven líder del
movimiento vasconcelista por la presidencia de la república, abogado, con
predilección por el derecho internacional y comprobado político
conciliador en materia laboral, por lo buen orador y la simpatía de la
persona, renació en el pueblo de México la esperanza de un cambio
favorable, ilusión que sucede casi siempre al principio de cada sexenio. Y
es que muchas veces los mexicanos nos olvidamos de que no existen las
soluciones mágicas y que el cambio no depende de una sola persona y que
mientras el pueblo de México, la sociedad civil, no tenga el poder
verdadero de la decisión democrática que le concede el artículo 39
constitucional, ni el tino y la capacidad de análisis critico para escoger
verdaderos líderes, estadistas que puedan trabajar para iniciar un proceso
de cambio radical de las estructuras, no será factible ningún cambio
verdadero.
184
Durante este régimen todavía prevalecía y se intensificó un
nacionalismo nacido, más que del amor a lo mexicano, de la manipulación
demagógica y por la necesidad de entretener al pueblo con algo que lo
motivara. Así se da la expropiación de la industria eléctrica que estaba
parcialmente en manos de empresas extranjeras que ya habían entrado en
conflicto con el gobierno porque no les autorizaba las nuevas tarifas y si
les exigía mayor inversión en infraestructura. Por otro lado no había otra
justificación. En la actualidad, tienen a las empresas estatales del sector
eléctrico, encabezadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a
punto de la quiebra, y demandando grandes subsidios para seguir
operando cargándole al consumidor el costo de su ineficiencia y
corrupción arrastrada ya desde ese entonces y agravada por las prebendas
y privilegios sindicales que dificultan enormemente la eficiencia del
sector eléctrico. Y por los manejos deshonestos y muchas veces alejados
de los fines de la empresa, como la introducción de infraestructura
eléctrica a los ranchos de los políticos encumbrados, por mencionar
cuando menos uno de tantos ejemplos como la corrupción en la
contratación y realización de obras, así como en la adquisición de equipos,
dentro de muchos otros vicios; Cabe mencionar y lo veremos más
adelante; la importante decisión que se tomó en el caso de Luz y Fuerza
del Centro y su sindicato el SME. Por el gobierno del Presidente Felipe
Calderón.
Aunque López Mateos declaró que su régimen era de izquierda,
paradójicamente en esa época su régimen asesinó al líder agrario Rubén
Jaramillo y a toda su familia, incluyendo los niños pequeños, acribillando
su choza,
aunque posteriormente, como a Zapata, se les rindan
homenajes, construyan monumentos y escuelas con sus nombres. He aquí
la gran incongruencia de los hechos cobardes con los dichos hipócritas,
falsarios y demagogos del sistema político que los masacró y al mismo
tiempo pretende construirles pedestales. Siguiendo con las
incongruencias, el régimen de López Mateos integró al Código Penal
Federal el delito de “disolución social”, y con este instrumento persiguió y
encarceló a los intelectuales de izquierda como David Alfaro Sequeiros,
Valentín Campa, activista del partido comunista, al ingeniero Heberto
Castillo, uno de los más auténticos líderes de la izquierda mexicana, y a
Demetrio Vallejo, líder del el movimiento de los ferrocarrileros. Con ello
logró la represión total del movimiento. Resultó muy sospechoso que esta
batida “anticomunista” se diera después de la entrevista que tuviera en
185
Acapulco en febrero de 1959 con Dwight D. Eisenhower, presidente de
los EU., precisamente al término de la década que había tenido sumido a
ese país en la paranoia e histeria colectiva del anticomunismo, con
enfermos mentales haciendo de las suyas, como el senador McCarthy. En
estas condiciones y para completar el teatro, se expulsó a dos miembros
de la embajada soviética, sin aclarar oficialmente las razones, haciendo
creer a la opinión pública que desde esta embajada se estaba manejando el
movimiento ferrocarrilero. Según Valentín Campa, Renato Leduc
denunciaba desde la revista “Siempre” que un agente de la Agencia
Central de Inteligencia (CIA) de los E.U. de supuesto nombre Dean
Stephansky, asesoraba al gobierno para la represión del movimiento
ferrocarrilero y su manejo ante la opinión pública. Lucha que se había
radicalizado, en parte por culpa de las autoridades gubernamentales y que
verdaderamente, era manejado sólo por los mismos líderes ferrocarrileros.
A López Mateos se debe la reforma para la participación de los
trabajadores en las utilidades de las empresas, lo cual significaba un paso
importante en el proceso de la justicia laboral en México; la creación de la
Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuito, de gran beneficio para los
niños, sobre todo en regímenes como estos, autodenominados
"revolucionarios", que han generado una gran cantidad de población en la
miseria o en el mejor de los casos que no la han podido sacar de ahí como
resultante de su rapacería. Aquí se dio también la incongruencia de la
creación del Instituto de la Seguridad y Servicios Sociales para los
Trabajadores del Estado, (ISSSTE), medida que resultó no tanto de la
organización administrativa para beneficio del trabajador, sino de control
y beneficio político para el sistema, toda vez que la creación previa del
IMSS lo hacía innecesario. Para simular de mejor manera la democracia y
la división de poderes inexistentes en México, se creó la fórmula de
“diputados de partido” con el objeto de estimular a la oposición, tan
necesaria para la validación del sistema y para guardar las apariencias de
una democracia que en realidad era inexistente.
López Mateos viajó a muchos lugares del mundo con la investidura
de Presidente de la Republica, lo cual, aunque muchas veces no esté
justificado, es muy gratificante para la persona y su familia, por supuesto
a costa del erario. En este caso si hubo logros positivos; como la
proyección de México en el concierto internacional, el Tratado de
Tlatelolco para la proscripción de armas nucleares en América latina, la
186
creación del Banco Interamericano de Desarrollo, la Sede para las
Olimpiadas, etc. Adolfo López Mateos, además de carismático, tenía fama
de mujeriego, lo que lógicamente en un medio “machista” le atraía la
simpatía popular. Impulsó un fuerte gasto público, más motivado por un
sentimiento de complejo de culpa y de verdadero afecto por su pueblo,
que derivado de un serio análisis racional. Logró un fuerte crecimiento de
la economía, pero de igual manera un gran desequilibro en la balanza
comercial, teniendo que continuar con el proceso de endeudamiento del
país, a pesar de que tenía una persona excepcional como secretario de
Hacienda: el Lic. Antonio Ortiz Mena, promotor del BID. Al final de su
mandato, se ganó el afecto popular, y un mal cerebral que terminó con su
vida, lamentablemente mediante una larga agonía.
RECRUDECIMIENTO DEL SISTEMA POLÍTICO.
GUSTAVO DÍAZ ORDAZ
Las puertas de la Escuela Nacional Preparatoria volaron hechas
astillas en la madrugada del 30 de julio de 1968, bajo el estruendo del
impacto de un proyectil de arma de grueso calibre, lanzado por una
bazuca increíblemente apuntada y disparada por el Ejército en contra del
Antiguo Colegio de San Ildefonso. Tenían órdenes “superiores” de no
pararse en miramientos ante nada ni ante nadie, y menos si “el país era
objeto de una conspiración comunista”, como lo creía “a pie juntillas” el
Presidente de la República, su Comandante Supremo. Curiosamente, en el
inmenso e histórico recinto de la antigua Preparatoria, en donde todavía
retumbaba el eco ensordecedor del disparo, solo encontraron algunos
estudiantes aterrorizados y a un drogadicto. El conflicto lo habían iniciado
unos días antes, el 22 de julio, la Secretaría de Gobernación aprovechando
un enfrentamiento entre estudiantes de la Escuela Vocacional No. 2 del
IPN y los de una escuela particular, la Isaac Ochoterena, por causas
baladíes como en realidad suelen ser este tipo de enfrentamientos entre
pandillas de estudiantes, aquí hicieron que las cosas se complicaran
gradualmente, o más bien
fueron perversamente estimuladas hasta
desembocar en la orquestación de una batalla campal entre estudiantes
politécnicos y universitarios y granaderos del DF, confrontación que
mediante estos estímulos oficiales tuvo graves y cruentas consecuencias.
187
Una serie de desmanes y batallas campales se dieron en el centro de
la Ciudad de México entre los estudiantes, que además buscaban
protegerse en sus planteles de los granaderos. Todo esto se agravó al
mezclarse con las manifestaciones conmemorativas de la Revolución
Cubana el 26 de julio y las marchas de protesta al Zócalo (Plaza Mayor).
No tardó en agudizarse el conflicto con el secuestro y quema de
autobuses, que tradicionalmente era inducido por los mismos instigadores
(de la Secretaria de Gobernación) mediante el hábil manejo de la
psicología de masas por medio de gente especializada, sembrada ex
professo, la misma que se encargó de incitar la misteriosa destrucción a
pedradas de aparadores comerciales. Pronto salieron a relucir con
profusión las bombas Molotov, dándose además el incendio de patrullas
policíacas. Todo esto tenía como objetivo la manipulación de la opinión
pública para hacerle creer que la Revolución de mayo, de París, estaba
siendo trasladada a la Ciudad de México por los comunistas, además con
la intención de boicotear las Olimpiadas. El objetivo era involucrar a la
Presidencia de la República y la respuesta al más alto nivel no se hizo
esperar; de inmediato apareció el ejército, iniciando con la “epopeya” de
la Escuela Nacional Preparatoria en San Ildefonso.
Paradójicamente, este movimiento estudiantil y las complicaciones
a las que fue siendo llevado dieron lugar a una verdadera toma de
conciencia social sobre la realidad del país. Ya se empezaba cuestionar
seriamente los resultados de un sistema político arbitrario y autoritario.
Por un lado motivó y dio y alimentó a las diversas tendencias ideológicas,
con sus filias y fobias, tratando cada quien de “llevar agua a su molino”.
Pero por otro lado, despertó la simpatía de la gente en general,
principalmente de los habitantes de la Ciudad de México, la más poblada
de la República, quienes veían con admiración el que por primera vez
alguien se enfrentara al autoritarismo y a la “sacrosanta” figura
presidencial, intocable hasta ese momento. Todo esto no era más que una
semilla que germinaría más tarde. Por lo pronto el movimiento creció con
manifestaciones ordenadas en donde se empezaron a plantear reclamos
como la derogación del delito de disolución social, la libertad de los
presos políticos, la destitución de los jefes de policía del DF, la
desaparición del cuerpo de granaderos y fincar responsabilidades a los
funcionarios por actos u omisiones en el manejo de la autoridad,
indemnización a los deudos de los muertos y por los destrozos sufridos en
las escuelas y comercios. Sin embargo todo este despertar de los jóvenes y
188
de la sociedad seria aprovechado, porque para eso había sido estimulado,
para servir a los intereses aviesos de la Secretaria de Gobernación.
Cada vez más, a medida que avanzaba el movimiento, se
desacreditaba la tesis gubernamental de la conjura comunista en contra de
México, a pesar de que los agentes de la Secretaría de Gobernación hacían
todo lo posible por demostrar lo contrario, usando artimañas y todos los
medios a su alcance. El movimiento creció enormemente con el apoyo no
solo de los estudiantes y la comunidad universitaria, sino de muchos de
los habitantes de la ciudad de México. En su informe el 1 de septiembre
Díaz Ordaz mintió calumniando y desprestigiando al movimiento
diciendo: “hemos sido tolerantes pero todo tiene un limite” frase que
provocó una ovación de pie de todos los invitados al informe y
particularmente del Congreso mismo, que representaba la enorme
ignorancia, servilismo o mala fe de los asistentes dicho acto.
La “Marcha del Silencio” el 13 de septiembre fue la bofetada con
guante blanco que se dio en respuesta al presidente, recorrió las calles de
la Capital hasta el Zócalo, en orden y en silencio, como medida inteligente
de protesta bien organizada, llegando al zócalo más de 200,000 personas.
Esto naturalmente no les convenía a los instigadores originales, cuyo
propósito era crear una provocación que justificara, ante la opinión
pública, el uso de la “mano dura” del Gobierno. Sin embargo, el mismo
crecimiento desmesurado del movimiento sobrepasó a sus líderes, quienes
no supieron cuándo parar ni como moderarlo o canalizarlo. El Ejército
invadió la Ciudad Universitaria el 18 de septiembre, y en esas mismas
fechas empezó a trabajar un siniestro grupo paramilitar conocido como el
“Batallón Olimpia”, que había sido concebido para resguardar la
seguridad de las Olimpiadas. Éste estaba integrado por miembros del
Ejército y algunos miembros de los grupos paramilitares (Halcones) que
el Gobierno usaba regularmente para reprimir cualquier movimiento
social o sindical. Finalmente se orilló al Presidente, estimulando su
paranoia anticomunista, para asestar un golpe mortal y definitivo al
movimiento el 2 de octubre de 1968 con la masacre en la plaza de las tres
culturas, mediante la complicidad de los medios informativos que
escondieron y minimizaron la noticia, perdida más tarde entre la
parafernalia de la celebración de las olimpiadas.
189
Con el régimen de Díaz Ordaz (1964-1970), se llega a la evidencia
de los estragos del “desarrollismo”, no solo en México sino en la mayor
parte del mundo. Al final de la década de 1960, particularmente en el 68,
se empezó a cuestionar en todas partes el desarrollo al que se había
llegado, es decir, de qué sirve el desarrollo o a quién sirve éste: sí la
resultante es el detrimento del medio ambiente natural y de la calidad de
vida, si se sacrifican las condiciones de vida en busca de sus satisfactores.
He aquí la gran paradoja. En esta época se siente en México la absoluta
necesidad de participación, y para esto se demanda la vigencia de la
democracia, de poner un “hasta aquí” al autoritarismo de los regímenes
políticos emanados del sistema unipartidista, de hacer valer el Estado de
derecho que pretendía ser México. A tal grado se dejó sentir la necesidad
del cambio; que en el mismo partido oficial se da un movimiento en busca
de la renovación de éste y para lograr la democracia interna, encabezado
por el político tabasqueño Carlos Madrazo, al cual veladamente tratan de
responsabilizar del movimiento del 68. Madrazo es nulificado por el
sistema y destituido, por no decir destruido o asesinado.
El clima de demanda de reivindicaciones sociales ocasionado por la
toma de conciencia de la realidad mexicana en ese tiempo, por parte de la
sociedad civil en contra del autoritarismo e intolerancia del régimen, la
reacción ante los movimientos en Europa y Norteamérica, particularmente
entre los jóvenes alentados por la posibilidad de su participación positiva,
que formaban una reducida minoría consiente; fue como un chispazo, un
detonador que en cierta forma el régimen o los responsables de la
seguridad ya esperaban para capitalizarlo a su conveniencia. Lo que
demuestra que los disturbios fueron mayoritariamente provocados ex
professo, porque ése no era el propósito en la gran mayoría de la sociedad,
ya que lo único que sí se sabía y más que saber se sentía, era que las cosas
no marchaban bien en México, como en tantas otras partes del mundo. La
situación aquí se complicaba más por la “responsabilidad” de celebrar las
Olimpiadas del 68, lo que dio pie para que se hiciera creer con más fuerza
que el movimiento tenía como objetivo, entre muchos otros aviesos, no
solo el boicot de las Olimpiadas, sino la misma desestabilización del país.
Ocasionando así, como hemos visto, que se estimulara y propagara el
enfrentamiento entre los estudiantes preparatorianos y entre el Gobierno y
la sociedad, que tras varios meses (2.5) de provocaciones entre las
diversas ideologías y particularmente estimulado y manipulado por los
intereses en el futuro electoral para el ejecutivo federal; desembocó en la
190
matanza del 2 de octubre de ese año, en la cual no entraré en detalle
porque ya se ha escrito mucho y muy bien acerca de ello. De lo que
podemos estar seguros es que la masacre fue una acción premeditada, para
crear una situación de emergencia política. Pero al mismo tiempo fue
precipitada, irracional, brutal e injusta porque cobró una cuota de sangre
que la sociedad mexicana no estaba dispuesta a pagar y que no tenía por
qué hacerlo. Como hemos visto, esto no sucedió espontáneamente, sino
que fue perversamente inducido. Nada en la política mexicana es obra de
la casualidad, sino de la causalidad; todo tiene una razón de ser y un
resultado lógico, que si se le busca, se le encuentra.
Por otro lado, las dos grandes obras materiales en la Ciudad de
México bajo el mandato de Díaz Ordaz fueron: el inicio de las obras del
drenaje profundo, en 1967, y la construcción del Sistema Metropolitano
de Transporte Colectivo de la Ciudad de México, “el metro”, inaugurado
el 4 de septiembre de 1969. Se logró un crecimiento sostenido del PIB
superior al 3% y el más bajo índice de inflación (inferior al 3%); se
realizó una importante inversión en materia de infraestructura hidráulica,
carretera y de telecomunicaciones; se construyeron 60 aeropuertos en los
puntos más importantes del país; se hizo el levantamiento aéreo
fotogramétrico del territorio nacional; se dio un manejo adecuado de la
economía que estuvo a cargo, otra vez, de Antonio Ortiz Mena, lo que
hizo que se hablara del milagro mexicano. Sin embargo, con Gustavo
Díaz Ordaz el sistema político mexicano llega a un grado de esclerosis
múltiple crónica en una época en donde en el entorno mundial se
cuestionaba la miopía política que llevó al mundo al desarrollismo con la
afectación negativa de la calidad de vida. En donde su gobierno
autoritario se cerró absolutamente a cualquier cambio, demostrándolo con
la intolerancia a la renovación y democratización dentro de su propio
partido. Enrique Krauze nos dice: “Asumió la investidura presidencial (la
«majestad», diría él) no solo con un sentido de poder absoluto, sino con
una aura de infalibilidad, de inaccesibilidad, de intocabilidad casi
teocrática. Sin la caballerosa suavidad de Ávila Camacho, el cinismo
práctico de Alemán, la ironía maquiavélica de Ruiz Cortines, el desapego
bohemio de López Mateos, Díaz Ordaz creía religiosamente que el
sistema político mexicano era el heredero de la Independencia, la Reforma
y la Revolución. Y en lo alto el sistema, como en la cúspide de una
pirámide prehispánica, dominando la historia, la moral, la razón y el
191
futuro, se hallaba él, el tlatoani presidente. Semejante figura podía
conceder algunas gracias, pero no ceder un ápice de autoridad sin perder
su identidad”74.
Al haber asumido Díaz Ordaz “íntegramente la responsabilidad” por
los acontecimientos del 68, en su Quinto Informe de Gobierno, dejaba
libre el camino hacia la presidencia a su Secretario de Gobernación, quien
no solamente era el corresponsable con el Presidente por estos actos, sino
presuntamente el verdadero responsable que, al final del sexenio y por los
mismos acontecimientos y el necesario ejercicio del control para paliar las
consecuencias de la emergencia política provocada por él mismo,
quedaba, en su calidad de Secretario de Gobernación, como la mejor carta
del Presidente para la sucesión. Así, a Luís Echeverría le habían resultado
bien sus planes y empezaba a mostrarse, como amo y señor del manejo
maquiavélico (con el perdón de Niccolo).
Dice Octavio Paz: “Si México es una pirámide trunca, el valle de
Anáhuac es la plataforma de esa pirámide. En el centro del valle está la
ciudad de México, la antigua México-Tenochtitlan, sede del poder azteca
y hoy capital de la República de México. Hay un hecho que posee una
significación particular y en el cual, que yo sepa, nadie ha reparado: la
capital ha dado su nombre al país […] La extrañeza del caso mexicano
aumenta si se recuerda que para los pueblos que componían el mundo
prehispánico el nombre de México-Tenochtitlan evocaba la idea de
dominación azteca. Mejor dicho, la realidad terrible de esa dominación.
Haber llamado al país entero con el nombre de la ciudad de sus opresores
es una de las claves de la historia de México, la historia no escrita y nunca
dicha. La fascinación que han ejercido los aztecas ha sido tal que ni
siquiera sus vencedores, los españoles, escaparon de ella: cuando Cortés
decidió que la capital del nuevo reino se edificara sobre las ruinas de
México-Tenochtitlan, se convirtió en el heredero y sucesor de los aztecas.
A pesar de que la conquista española destruyó el mundo indígena y
construyó sobre sus restos otro distinto, entre la antigua sociedad y el
nuevo orden hispánico se tendió un hilo invisible de continuidad: el hilo
74
Enrique Krauze, La Presidencia imperial (México: Tusquets, 2004) 398.
192
de la dominación. Ese hilo no se ha roto: los virreyes españoles y los
presidentes mexicanos son los sucesores de los tlatoanis aztecas.”75
LUIS ECHEVERRÍA ÁLVAREZ
Echeverría, como le decía su mujer, inició la época de la
declinación del sistema caracterizado éste por una terrible dualidad; por
un lado, como una maquinaria anquilosada, incapaz de renovarse o
transformarse, y por el otro, como un aparato inamovible, impenetrable
desde afuera y centralizado brutalmente por dentro, de una gran
dominación en toda la esfera oficial, alcanzando incluso al sector privado
por medio de algunos de sus más encumbrados miembros ligados al
sistema, al más alto nivel. Teniendo como pieza clave del mismo a la
figura y la institución presidencial. Bajo este modelo, nada se mueve en
forma independiente, sino solo a través de la “orientación” o la “línea
presidencial”, mediante el acatamiento incuestionable y servil a la mínima
disposición del Presidente, por absurda que esta sea, quien actúa como el
Gran Tlatoani, a la manera engreída de Moctezuma Xocoyotzin, sin faltar,
como hemos visto, el ritual de los sacrificios humanos. Otra vez en el
Presidente de la República confluía rediviva la investidura de Su Alteza
Serenísima, no tanto por la actitud misma del primer magistrado, sino más
bien por la de sus cortesanos y aduladores serviles hasta la ignominia.
El régimen de Luis Echeverría (1970-1976) inició con grandes
ideas de reivindicaciones sociales, aparentando incluso la ruptura de “las
reglas del juego” del sistema. Al principio, esto le ganó la simpatía de
algunos grupos, principalmente de intelectuales, muchos de los cuales
fueron cooptados por las redes del sistema mediante “el canto de las
sirenas” que significan las posiciones políticas. Terminó agobiado por un
sentimiento de culpa y un espíritu mesiánico enfermizo, que degeneró en
una lucha demagógica sin sentido e indiscriminada, en contra de las clases
productivas del país. Se promovió ideológicamente, el enfrentamiento de
los diferentes estamentos de la sociedad, particularmente de los que
deberían ser complementarios, incluso asociados y no contrarios, como
los trabajadores y los empresarios, esto fue hecho por intelectuales
marxistas con un marxismo que el propio Marx repudiaría y eso sí más
leninistas que Lenin, estos clamaban por el obsoleto dogma de “la lucha
75
Octavio Paz, El Laberinto de la Soledad, Posdata, Vuelta a El Laberinto de la Soledad (México: Fondo
de Cultura Económica, 1986) 281- 282.
193
de clases”, se llegó a un populismo que solo hizo más pobres a los pobres
y a los ricos de siempre asociados al poder, particularmente a sus amigos
y asociados, los hizo más poderosos. Él mismo fue señalado en los medios
independientes como el verdadero propietario de más de 30 diarios en
toda la República, que habían pertenecido a la cadena García Valseca,
ahora encabezados por Mario Vázquez Raña, su amigo y protegido, que
después de más de 40 años siguen, él y su familia, todavía libando de las
mieles del poder. Para ellos, los políticos y los empresarios ligados al
poder; la política ha sido y sigue siendo un excelente negocio, su mejor
negocio, a costa del país y de su gente.
El 10 de junio de 1971, después de liberar a los líderes del 68 y ante
la manifestación que ese día, Jueves de Corpus, estos habían decidido
hacer desde el casco de Santo Tomás, en la colonia Santa María La
Ribera; la mente sin duda alguna enferma del Presidente, decidió hacer
una doble jugada en el ajedrez político: utilizaría al Coronel Díaz Escobar,
quien desde su época de Secretario de Gobernación le había encomendado
al grupo paramilitar conocido como los “Halcones”76 , para asestar un
doble golpe; primero, por medio de un mensaje cruento a los mismos
lideres, con el asesinato de un número indeterminado de estudiantes, para
que supieran a qué atenerse en el futuro, y segundo, deshacerse del jefe
del Departamento Central (del DF), Alfonso Martínez Domínguez,
escogiéndolo para el sacrificio, no como un cordero sino como “chivo
expiatorio”. Contrastaba esta actitud totalitaria y asesina del Presidente
con su hipócrita ruptura de relaciones, más tarde, con el régimen de
Franco, motivada como protesta por la actitud del dictador al decidir la
ejecución de unos reos políticos. Ante una pregunta al respecto, de un
reportero español, sobre cuándo se reanudarían las relaciones de México
con España; con gran desfachatez Echeverría contestó que cuando se
inaugurara la democracia, a lo que el reportero volvió a preguntar con
sorna: “¿En México o en España?”.
Echeverría prometió, después del cese del jefe del DF y de su jefe
de policía Rogelio Flores Curiel, una investigación exhaustiva sobre los
acontecimientos del 10 de junio; “caiga quien caiga”, frases trilladas que
no terminan de escucharse en la historia de México y que siempre logra
Adscritos por debajo del agua al Departamento del Distrito Federal con el objeto de no dejar rastro por
el pago de sus emolumentos.
76
194
los mismos resultados (nulos resultados). Alfonso Martínez Domínguez
fue después gobernador del Estado de Nuevo León, durante la presidencia
de López Portillo, y Rogelio Flores Curiel, gobernador del Estado de
Nayarit. Díaz Escobar fue enviado como diplomático a Chile, en 1975,
ascendido a General Brigadier y posteriormente, en 1979, a General de
Brigada. Tanto los autores materiales como los intelectuales de la matanza
del Jueves de Corpus, no solo quedarían impunes sino listos para aspirar y
lograr nuevas glorias dentro del sistema y por el sistema mismo.
El ex-Presidente, fraguó personalmente las intrigas que, dentro de
la cooperativa del periódico Excélsior, llevarían a la expulsión de sus
directivos hasta cierto punto independientes, los cuales estaban a favor de
un periodismo serio y comprometido hasta donde fuera posible, mismo
que al Presidente no le parecía, más que nada porque no lo pudo someter
totalmente, como era su propósito. Por ello, Julio Scherer García debe
agradecer a su amigo íntimo Luis Echeverría Álvarez haber sido el
creador indirecto y por supuesto involuntario de la revista Proceso. De la
misma forma y por las mismas razones también, Octavio Paz le debe
agradecer la creación de la revista Vuelta. Echeverría tomaba decisiones
“al vapor”, a diestra y siniestra, en donde aún las órdenes más absurdas
eran acatadas con prestancia servil y sin chistar. Al final terminó dando al
traste con la economía, “la cual era dirigida desde los Pinos” a través de
un íntimo amigo del Presidente, que ya desde entonces se especializaba en
el endeudamiento irresponsable del país y que, siendo presidente lo
llevaría, en su oportunidad, a niveles insospechados de corrupción,
estulticia y frivolidad, tales fueron las características distintivas del
gobierno de JLP.
Durante su sexenio se inauguraron varias cosas, usos y costumbres.
Para dar cumplimiento a la Fracción XII del Artículo 123 constitucional,
se creó el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores, INFONAVIT. La idea no era mala, el problema fue que se
implementó con un enfoque demagógico; se trató de solucionar el
problema de desempleo por medio de la construcción de las viviendas
para los trabajadores, de tal manera que se ocupara la mayor mano de obra
posible. Ni se solucionó el problema de la mano de obra ni mucho menos
el de la vivienda, y sí sirvió para alentar la inflación por la gran demanda
de materiales tradicionales para la construcción. Calificó a los grupos
empresariales organizados como “emisarios del pasado”, endilgándoles
195
una serie de acciones de sabotaje a su Gobierno, dentro de otras, la
matanza del Jueves de Corpus. Poco a poco, y tal vez sin proponérselo,
enfrentó a la sociedad en una lucha de clases que se tradujo en un
terrorismo tanto público como de extremistas; se avivó la Liga 23 de
Septiembre, surgida en tiempos de Díaz Ordaz; murieron o fueron
desaparecidos muchos inocentes. Inauguró la época de los secuestros en
México al tratar contradictoriamente, con gran tibieza y desacierto el
secuestro de uno de los miembros de su gabinete, al ceder de inmediato a
las demandas de los secuestradores. En Monterrey, fue asesinado don
Eugenio Garza Sada, durante un intento de secuestro perpetrado por
miembros la Liga 23 de Septiembre. Don Eugenio era el líder simbólico
de los empresarios de Nuevo León, gente seria, fundador del Tecnológico
de Monterrey, de gran estima y respeto en el medio empresarial.
En estas condiciones, el sistema político mexicano unipartidista
estaba estructurado y organizado para hacer el mal. Sobre todo desde el
punto de vista de los intereses del ciudadano común y corriente. Sin
embargo tenían también que abocarse a la función pública, de esta
manera, se hicieron grandes obras de infraestructura77: se terminaron las
obras del drenaje profundo; se creó la Universidad Autónoma
Metropolitana (UAM); se legisló en materia de protección al consumidor
y en materia de asentamientos humanos, lo que dio lugar en el sexenio
siguiente a la creación de la Secretaría de Asentamientos Humanos y
Obras Públicas; se operó una reestructuración política del territorio
mediante la creación de los estados de Quintana Roo y Baja California
Sur. En los afanes presidenciales por arreglar el mundo, se propuso y fue
adoptada por la ONU la “Carta de los Deberes y Derechos de los
Pueblos”, aprobándose en 1975 como complemento a la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, que establecía las Libertades
Fundamentales (un verdadero contra sentido viniendo de quien venía).
Me tocó, cuando fui Presidente de los Colegios de Arquitectos de la
República, ser invitado por el presidente Echeverría a que lo acompañara
a la Conferencia de Asentamientos Humanos de la ONU en Vancouver,
Canadá, en julio de 1976, pudiendo llevar a cuatro presidentes de colegios
de arquitectos de las principales ciudades de la República conmigo; lo
77
No hay obra dentro del sistema en donde no esté presente la corrupción, como medida recaudatoria
para el sistema mismo y sus colaboradores
196
cual agradecimos y aceptamos. En esa ocasión me pude dar cuenta en
forma directa de cómo se gastaba el dinero. La conferencia
indudablemente era muy importante, pero me pareció desproporcionado
que más de 200 personas acompañáramos al Presidente con gastos
pagados espléndidamente; estuvimos 15 días, durante los cuales se nos
pagó el hotel y el viaje en avión, además se nos entregó a cada uno cinco
mil dólares en efectivo para gastos. Ya en Vancouver, en dos ocasiones,
por casualidad pude ver entre la gente de Ignacio Ovalle, que asistían al
Presidente, solicitar dinero para algunos gastos, y como en las películas,
abrían un maletín repleto de dólares de alta denominación y entregaban un
fajo sin pedir recibo; gastaban el dinero a manos llenas. La burocracia
creció desproporcionadamente pero ¿qué importaba?, al fin y al cabo “el
gasto público sería fuente de crecimiento y bienestar”. Lo que no se
aclaraba es que eso era válido solo para los fieles al sistema.
Se podría decir que el ex-presidente Echeverría encabezó hasta
hace algunos años uno de los grupos políticos tradicionales que siguieron
exigiendo y obteniendo su tajada de poder, ya que logró mantener en
posiciones dentro del sistema a muchos de sus miembros. Pienso que en el
tiempo de Echeverría el sistema político perfeccionó una de sus piezas
claves: la “sucesión presidencial”, que llegó en su sexenio o al final del
mismo al más acendrado sentido de justificación o motivación personal en
el ritual de la designación; buscar que el “ungido” cumpla la condición
sine qua non, el más “patriótico” requisito: “Que sea el que mejor me
cuide las espaldas”. Esto se explica si se considera que la forma de actuar
de un Presidente de la República, en el sistema político unipartidista, era
ejerciendo un poder omnímodo, lo cual le permitía hacer y deshacer a su
antojo cosas lícitas e ilícitas, disponer de fondos ilimitados de la partida
secreta de la presidencia sin rendir cuentas. Sin embargo, y por eso
mismo él sabía que al final y al pasar a la calidad de ex-Presidente, si no
se protegía, teniendo como escudo protector al próximo presidente, sería
el ser más vulnerable política y jurídicamente. Esta es una de las paradojas
del sistema y que ahora ha adoptado también el PAN, con las previsiones
tomadas por Felipe Calderón Hinojosa al entregarle la presidencia a
Enrique Peña Nieto.
El ex presidente Miguel de La Madrid nos dice: “El final del sexenio fue
trágico. Mil novecientos setenta y seis también lo fue. Yo tuve entonces la
oportunidad de participar de cerca, y pensaba que si hubiera una cámara
197
oculta que filmara lo que estaba pasando en Los Pinos y lo diera a conocer
al público, la gente se horrorizaría de cómo puede llegar a manejarse el
Gobierno. Por ejemplo, en esa época, Luis Echeverría de pronto se dormía
en las juntas. Había que estar ahí sin saber si continuar la reunión o velarle
el sueño. Era una situación muy desagradable. Estaba tan deteriorado el
estado de ánimo del Presidente, tan inestable, que uno verdaderamente
sentía temor al escuchar algún funcionario, como Fausto Zapata, decir que
todos los problemas de México eran causados por los ricos, que él llevaba
allí, en la mano, la lista de los 40 hombres más importantes de México,
que había que declárales la guerra, que lo que se requería era apresarlos
esa noche.
En esa ocasión me quedé temblando ante la posibilidad de que el
Presidente dijera: “Sí, ¿verdad?, qué buena idea, vamos a hacerlo”.
Echeverría dejó pasar la sugerencia. Eso lo hace a uno reflexionar sobre la
realidad del sistema, el riesgo que un momento de locura puede acarrear.
Yo me preguntaba qué pasaría si realmente hubiera dicho que sí.
¿Empezaría una guerra civil o el Ejército daría un golpe de Estado? Hay
un gran peligro en el enloquecimiento de los presidentes. Los locos hacen
enloquecer al Presidente, porque la locura es contagiosa”78 .
JOSÉ LÓPEZ PORTILLO
José López Portillo (1976-1982) no hizo más que exhibirse ante
todos; cómo un monarca absoluto, libertino y frívolo, con un ego inmenso
y con una esposa que anduvo por el mundo arrastrando un piano de cola
con cargo al erario. JLP demostró cómo se pueden convertir a un país en
un teatro de burlesque y pantomima a su antojo, y lograr que además se le
aplaudiera con singular veneración en las faraónicas “reuniones de la
República”. Aunque al final el pueblo cambió los aplausos por ladridos,
por aquella frase suya donde dijo que defendería el valor del peso “como
un perro”. En éste régimen se entregó el INFONAVIT a los sindicatos
oficiales como pago por la “Alianza para la producción”, acción que
sirvió principalmente para el enriquecimiento de sus líderes y asociados;
constructores de miles de viviendas haciéndolas cada vez más chicas,
escamoteando además los ahorros a miles y miles de derechohabientes.
Una muestra de la calidad de su equipo y de sus protegidos fue el Negro
Durazo, traficante de influencias y de drogas, a quien le confió, para su
78
Miguel de La Madrid H, Cambio de Rumbo: Testimonio de una Presidencia, 1982-1988 (México:
Fondo de Cultura Económica, 2004) 35.
198
explotación, la “seguridad” de la Ciudad de México. Tal vez por eso le
dieron el doctorado honoris causa, muchos de los “académicos” de la
Ciudad de México, encabezados por el Dr. Alfonso Guzmán Neyra,
presidente del Consejo de la Legión de “Honor”. Durazo era amigo íntimo
del ex-Presidente y compañero de pandilla juvenil. Ahora, en su
compañía, pasaba ratos de “solaz y esparcimiento” en el palacete del
Negro en el Ajusco, en donde tenía, entre otras linduras: un campo de tiro,
un hipódromo, un lienzo charro, una colección de coches antiguos, etc.,
etc., etc. Surrealismo puro. Y López Portillo no podía preguntarle de
dónde había sacado todo esto, en primer lugar porque lo sabía de sobra, y
segundo, porque él mismo pensaba superarlo, naturalmente con creces.
Julio Sherer García nos dice: “Vino el éxito, la época de la abundancia, el
augurio de que este país sería una potencia media, como Francia, y López
Portillo perdió el rumbo. Cesó a Carlos Tello, “mi conciencia”; cesó a
Reyes Heroles, “mi maestro”; cesó a Díaz Serrano, “mi amigo de toda la
vida”. Se amarró a un gánster, Arturo Durazo, encargado de la seguridad
citadina, cedió al embrujo de Carlos Hank y difundió que le había
aceptado un préstamo personal por 150 millones de pesos para construir
una gran mansión en la colina de Cuajimalpa, como si el jefe de la nación
pudiera tener compromisos de ese carácter con un subordinado; exaltó a
su hijo José Ramón a la categoría de consejero áulico y lo llamó “orgullo
de mi nepotismo”; designó Secretaria Te turismo a Rosa Luz Alegría y la
convirtió en la primera mujer de un gabinete presidencial en 57 años de
Revolución institucionalizada”79.
El fantasma de Antonio López de Santa Anna cabalgaba por Los
Pinos. López Portillo se creía Quetzalcóatl, pero a lo más que llegaba era
a ser un redivivo López de Santa Anna, toda vez que sus atributos, vicios
y características confluían en él, incluso la calidad de dictador y su deseo
inconsciente de ser considerado como “Su Alteza Serenísima”, el “Águila
Imperial”; soñaba verse inmortalizado en una estatua ecuestre de bronce
(lo que le concedió el gobernador de NL, Martínez Domínguez). El
enunciado de John Emerich, el poder corrompe y el poder absoluto
corrompe de forma absoluta, ha sido planteado con toda razón. Esta
máxima se podría aplicar como regla general al ejercicio del poder en el
sistema político mexicano unipartidista, toda vez que es increíble la
79
Julio Scherer García, Los Presidentes (México: Grijalbo, 1986) 97.
199
metamorfosis del individuo cuando éste no tiene una formación sólida en
los principios para el comportamiento ético y en los valores morales que
lo sostengan ante el vendaval de tentaciones. José López Portillo, y en
cierta medida sus familiares y amigos más cercanos sucumbieron ante el
espejismo producido por el poder absoluto y su cobijo y sufrieron una
transformación radical a la manera del Dr. Jekyll en “Mr. Hyde”,
arrastrando en su descomposición a mucha gente y afectando
negativamente los destinos de la nación y de la mayoría de su pueblo, que
en gran medida salió injustamente y profundamente perjudicado.
Con el espejismo de la abundancia petrolera, tras el anuncio de la
existencia de enormes yacimientos de petróleo en México, que
“aumentaban considerablemente las reservas” y la sobreoferta de
petrodólares árabes, empujados por las circunstancias adversas que su
falta de visión y propensión al despilfarro habían creado; el gobierno de
López-Portillo hipotecó al país con la comunidad financiera internacional
al contraer deuda a corto plazo. Una vez que se desplomaron los precios
del petróleo y subieron las tasas de interés en el mercado internacional, y
el Gobierno empezó a dar “palos de ciego”, quedó la “soberanía”, en
materia económica, a merced de los dictados del Fondo Monetario
Internacional (FMI), quien trató a México sin miramientos y ningún
respeto, como el país subdesarrollado y tercermundista que demostraba
ser con semejante líder. El país quedó sumido en la crisis de 1982, con el
consiguiente quebranto económico de las empresas mexicanas y de la
sociedad en general. Como última medida teatral de la tragicomedia,
nacionalizó la banca profiriendo una increíble y contradictoria frase: “ya
nos saquearon, no nos volverán a saquear”. Le faltó complementarla con
una larga y sarcástica carcajada que retumbara en el Congreso,
prolongándose con un eco infinito que los mexicanos seguirían oyendo,
todas las veces que los volverían a saquear en el futuro.
La estupidez y pasividad de los gobernados no solo al tolerar, sino
muchas veces justificar la rapacería y soberbia del gobernante, se puede
explicar, que no justificar, por la costumbre de la sociedad y su capacidad
para soportar regímenes antidemocráticos y autoritarios como el de López
Portillo, y por la existencia de una cultura que ve a la corrupción política
como algo natural, incluyendo en esta misma errada concepción a los
partidos políticos de oposición, a los grupos empresariales y ya no
digamos a los sindicatos, tanto obreros como patronales y de
200
profesionales. Por otro lado, el ciudadano en el sistema político mexicano
unipartidista se veía imposibilitado para actuar en la esfera pública si no
era a través y con “la bendición” del partido oficial. Esto se ha modificado
recientemente, cada vez con más peso, por la acción de los otros partidos
que se fueron vigorizando, más por la acción oficialista, que así le
convenía al sistema, como veremos adelante, y para no desentonar con las
tendencias en el mundo orientadas hacia el espejismo de la democracia, y
para guardar las apariencias. Los partidos de oposición se fortalecen,
entonces, no tanto por méritos propios, como por la paulatina pero
inexorable auto descomposición del sistema.
Un cambio momentáneo, con trascendencia, se dio con la reforma
política de López Portillo, instrumentada por Reyes Heroles en abril de
1977, no tanto por haber creando a los legisladores plurinominales de
partido, para que los partidos de oposición obtuvieran mayor peso
específico y pudieran equilibrar un poco el desbalance en el Congreso,
recordemos la acción similar de López Mateos por las mismas causas,
sino porque; la verdadera importancia de esta reforma radicaba en el
reconocimiento legal que se les daba a los grupos políticos de izquierda,
incluyendo al mismo Partido Comunista, como un gesto de amnistía hacia
los que hasta ese momento eran considerados como “subversivos”.
“Casualmente” esta acción era coincidente con la misma acción del
Estado español encabezado por el rey Juan Carlos, quien a raíz de la
muerte del dictador Francisco Franco, en 1975, ahora en abril de 1977
habían legalizado al Partido Comunista de España (PCE). Aquí en México
Ahora se procedía como lo hacía España, “no faltaba más, no nos
podíamos quedar atrás”. Además de solamente dar visos de Estado
democrático, el sistema había creado el Estado paternal. “Ogro
filantrópico”, lo había llamado Octavio, sin embargo y sin importar el
relativo avance político, al final del sexenio la confianza en el Gobierno
ahora sí ya se había perdido y empezaba a significar un pesado lastre.
Jorge Carpizo me comentó, al principio de la Administración de
Miguel de la Madrid, que éste lo había consultado acerca de lo que él
pensaba que tendría que hacer el Presidente para que volviera la confianza
al pueblo de México. Carpizo le aconsejó: ¡castigue al ex-Presidente!
Evidentemente no lo hizo así por razones obvias y por cumplir una de las
reglas de oro del sistema. El compromiso de ellos es con el sistema mismo
y sus beneficiarios tradicionales, no con México.
201
Con el desorden económico de finales del régimen de López
Portillo, miles de empresas quebraron. Habían sido organizaciones
prósperas que no cometieron otra falta administrativa más que confiar en
el régimen, y tal vez algunas de ellas, en imitar un poco la euforia
expansionista irracional y despilfarradora del Gobierno. Mucha gente
perdió el patrimonio de toda una vida, algunos, con la inflación galopante,
sus reservas para el retiro, otros sufrieron el injusto aumento de su deuda
y los intereses que la hacían impagable. Algunos pocos ahorradores que
tenían su dinero en dólares en la banca mexicana, les fueron convertidos
por el gobierno en “mexdólares”. A muchos deudores de la banca, que
habían recibido el préstamo en moneda nacional se les había hecho firmar
el crédito en dólares, ellos vieron con azoro cómo su deuda, hasta antes
manejable, se iba ahora hacia las nubes con una devaluación galopante
que sirvió para que encumbrados políticos cercanos a la Presidencia y
banqueros que contaban con información privilegiada; que actuaron como
verdaderos delincuentes, medraban ahora con la devaluación del peso,
enriqueciéndose más a costa de la miseria de los mexicanos en donde
como siempre los más desprotegidos siempre pierden. La economía se
paralizó y millones perdieron sus empleos. Las familias mexicanas,
principalmente las más débiles económicamente, quedaron como víctimas
de la ignominia y desvergüenza de sus gobernantes y su terrible
irresponsabilidad, la cual siempre ha quedado impune.
MIGUEL DE LA MADRID HURTADO
Como en los últimos gobiernos, también en éste se habló del
enriquecimiento desproporcionado del ex-presidente López Portillo, su
camarilla y familiares, a través de múltiples negocios y “comisiones”
cobradas en las grandes adquisiciones para el gobierno federal y
particularmente para Pemex. Pero el ritual de la sucesión había sido
realizado reuniendo puntualmente los requisitos del sistema político para
encubrir y proteger con la impunidad a los expresidentes con la venia y
complicidad directa de su sucesor.
El régimen de Miguel de la Madrid (1982-1988) recibió la
Administración Pública en grave crisis económica y con una deuda
superior a los 87,000 millones de dólares. Este solo hecho representaba un
202
enorme problema aparentemente insalvable. Sin embargo, siempre que
existe un problema, por lo general, si se le busca bien, se encuentra que
también existe una oportunidad asociada a éste. El Presidente no lo vio
así; solo vio el problema y los riesgos que corría la comunidad financiera
internacional y no tanto su propio país. El propio Miguel de la Madrid,
nos dice: “Desde un comienzo decidí resolver el problema de la deuda por
la vía de la negociación y no de la confrontación. Conjuré la amenaza de
la suspensión de pagos que se vivió en los meses anteriores a mi toma de
posesión, tan temida en el ambiente internacional, pues pondría en una
situación crítica al sistema financiero mundial, en virtud del monto de la
deuda mexicana. Otros grandes países deudores, como Argentina y Brasil,
se encontraban a la expectativa del curso de acción que seguiría México.
Se hablaba entonces de la posibilidad de una ruina del sistema financiero
mundial de proporciones comparables a la vivida en la década de los
treinta.
Volver la espalda a los compromisos internacionales del país hubiera
significado aislarlo de la comunidad financiera internacional cuando más
se la necesitaba, cortando de tajo sus posibilidades crediticias en el futuro
y con el riesgo adicional de represalias comerciales e incautaciones de
activos nacionales en el extranjero por parte de algunos acreedores.”80 Si
bien era cierto el razonamiento del Presidente, lo cierto también es que a
México se le presentaba una oportunidad única, precisamente por el riesgo
que significaba su deuda para el sistema financiero internacional, como
bien lo señalaba él mismo. Sin embargo, dejó pasar la gran oportunidad de
renegociar la deuda mexicana en mejores condiciones, con una quita
substancial. Ya que no se supo o no se quiso defender con más decisión y
coraje a una de las partes: la mexicana. Y no solo esto, sino que, como
veremos en seguida, también su actitud y acción perjudicó al resto de
países deudores latinoamericanos.
Más tarde, de la Madrid actuó como “enviado” de los Estados
Unidos y del FMI para ir a prestarle a la Argentina, en marzo de 1984,
1,000 millones de dólares que México obviamente no tenía, pero que eran
necesarios para quitarle al gobierno de Raúl Alfonsín los argumentos de
insolvencia económica, razón por la cual iba su gobierno a declarar la
moratoria de pagos. En esta forma de la Madrid lo desarmaba para la
80
Miguel de la Madrid H., Cambio de Rumbo: Testimonio de una Presidencia, 1982-1988 (México:
Fondo de Cultura Económica, 2004) 38.
203
negociación de su deuda en mejores condiciones. Oigamos la versión del
mismo Miguel de la Madrid a este respecto: “En otro orden de cosas, cabe
reconocer que la postura de los Estados Unidos es un factor de
permanente consideración. Lo fue respecto a mi viaje a América Latina.
Cuidé, por tanto, que mi actuación no entrara en conflicto con los
intereses norteamericanos, aunque no por ello dejé de señalar los
problemas de naturaleza económica que nos aquejan y que están
estrechamente relacionados con su política económica […] De hecho, el
Gobierno norteamericano vio favorablemente nuestra participación en la
organización del préstamo que, el 30 de marzo, varios países
latinoamericanos hicimos a Argentina para que pudiera cumplir con las
obligaciones del servicio de su deuda y continuara sus negociaciones con
el Fondo Monetario Internacional.
Esta actuación tuvo más rechazo entre los mismos mexicanos, pues
aquí resulto sorprendente que nuestro país, que tiene dificultades para
pagar su propia deuda, prestara dinero a otro país. Pero hay que resignarse
a que no es posible esperar que todos los problemas sean entendidos por
toda la gente. Hay temas, como los mecanismos del mundo financiero
internacional, que resultan inaccesibles para muchos [...] Concretamente,
el presidente Reagan me invitó a visitar su país cuando me habló por
teléfono a Venezuela para felicitarme por la promoción que México
organizó para evitar que Argentina faltara a sus compromisos financieros
internacionales.”81
Por otro lado, hizo pasar al pueblo de México la vergüenza de
actuar contra el narcotráfico y los traficantes de drogas sólo cuando los
Estados Unidos, a través del Departamento de Aduanas, la DEA y el
Departamento de Estado, lo apercollaron por el caso “Camarena” (agente
de la DEA desaparecido en México) y le exigieron acción inmediata, la
cual se dio con prontitud y efectividad nunca vistas. El 16 de febrero de
1985 los EEUU iniciaron una fuerte presión a través de la “operación
intercepción” en la frontera con México, en protesta por la falta de acción.
Después de conversaciones telefónicas de los presidentes, del intercambio
de notas diplomáticas, de que se pusiera en evidencia el contubernio de las
autoridades mexicanas con los capos del narcotráfico, de que se protestara
al más alto nivel y las autoridades mexicanas quedaran en evidencia por la
81
Miguel de la Madrid H., Cambio de Rumbo: Testimonio de una Presidencia, 1982-1988, 252-253 y
271.
204
liberación de Miguel Félix Gallardo, uno de los principales cabecillas del
narcotráfico. Al darse la presión enérgica de los EEUU, en menos de un
mes se encontró el cuerpo de Camarena y se localizó al autor intelectual
de su asesinato: Rafael Caro Quintero, que vivía en Guadalajara y era
novio de la hija del hermano del Presidente del PRI en el DF según las
notas de la prensa. De hecho fue precisamente durante este sexenio de la
“Renovación Moral” cuando se hizo evidente que el narcotráfico estaba
ligado sistemáticamente con las autoridades federales y con el Ejército
para obtener su protección y complicidad en sus actividades delictivas.
Fue en este sexenio, en 1984, cuando el director de la Dirección Federal
de Seguridad (DFS), José Antonio Zorrilla, dependiente de Manuel
Bartlett, secretario de Gobernación, asesinó al periodista Manuel Buendía
por sus comprometedoras investigaciones sobre el tema de la liga de las
autoridades federales y el Ejército con el narcotráfico.
Los periodistas corresponsales del New York Times en México y
ganadores del premio Pulitzer nos dicen: “En los años ochenta, dinero
procedente de la droga corroyó también otros organismos públicos, como
la Procuraduría General de la República, la Policía Judicial Federal e
incluso la Secretaría de la Defensa.
El Ejército era la fuerza de seguridad más capacitada y profesional del
país y, por lo tanto, en principio, un reto mayor para la infiltración
criminal que las desordenadas dependencias civiles vigilantes de la
aplicación de la ley. No obstante, las evidencias indican que el narco
vulneró esta fuerza con éxito durante el gobierno de Miguel de la Madrid.
El propio Secretario de la Defensa, el general Juan Arévalo Gardoqui, le
brindó protección militar. En declaraciones juradas obtenidas por el
Departamento de Justicia de Estados Unidos y expuestas en dos juicios en
tribunales federales de ese país, Arévalo Gardoqui fue acusado de haber
aceptado cuantiosos sobornos de narcotraficantes.
El Gobierno de México presentó airadas protestas diplomáticas en
Washington por las imputaciones contra el buen nombre del general
Arévalo. Pero de la Madrid jamás investigó su veracidad, al menos no
públicamente, y, ya presidente, Salinas concedió a Arévalo Gardoqui un
pacífico retiro.”82
82
Julia Preston y Samuel Dillon, El Despertar de México (México: Océano, 2004) 211. (Véase Michael
Iskoff, “Informer Ties Top Mexican to Drug Deals; Allegations Revealed in DEA Affidavit”, The
Washington Post, 4 de junio de 1988).
205
Para vergüenza de los mexicanos, durante su visita a la capital de los
Estados Unidos, un periodista del Washington Post acusó al presidente
Miguel de la Madrid, de tener una cuenta de más de cien millones de
dólares en Suiza, aseveración que inexplicablemente nunca fue
desmentida por el Presidente. Tampoco nunca fue solicitado el ejercicio
de la acción penal en contra del periodista y del mismo medio informativo
ante los tribunales de los Estados Unidos, en donde el delito por
difamación es severamente castigado. A pesar que se presentó una nota
diplomática ante el Departamento de Estado, la respuesta de las
autoridades estadounidenses no fue clara al respecto. Existe la hipótesis de
que posiblemente el mismo JLP le mandó depositar esa cantidad para
tener una medida más de asegurar su propia impunidad. Lo cierto es que,
de acuerdo a las crónicas del momento, Ronald Reagan lo trató muy mal,
a pesar del favor que les había hecho con el caso de Argentina. Actuó con
él con aparente informalidad amistosa, pero en realidad, tanto durante su
visita a Washington como durante las conversaciones telefónicas, no hacía
más que humillarlo. Esto se pudiera entender tal vez por el trato estúpido,
vejatorio y sin sentido que recibió a su vez el presidente Carter durante su
visita a México, de un López Portillo ensoberbecido y acomplejado.
Dentro del sistema, en la relación con los Estados Unidos siempre se ha
dado el síndrome de los Tratados de Bucareli: siempre hay algo oculto,
que ha sido acordado por ambas partes al más alto nivel, pero que sería
impensable darlo a conocer.
Pienso que en cierta forma, y hasta donde es posible, en una gente
del sistema, como lo era Miguel de la Madrid, él era una persona de buena
fe, lo que se demuestra en muchos de sus actos públicos y, en lo personal,
en su integración familiar. Ésta buena fe quedó demostrada en su trabajo
legislativo para mejorar las condiciones de gobierno, evitar dispendios y
corrupción pero el problema no es la ley sino su falta de cumplimiento y
la voluntad y decisión para hacerla cumplir. Como un destello excepcional
en su gestión, podemos considerar la iniciativa presentada al Congreso de
la Unión para reformar el Artículo 115 constitucional y devolverle al
municipio la fortaleza que el propio constituyente había previsto desde
1917, y que el mismo sistema político, por razones de control no había
querido darle hasta ahora que se han visto obligados por la circunstancia
histórica. Sin embargo hay que reconocer que en la práctica esto resultó
contraproducente por la falta de muchas previsiones en la Ley y del mal
uso que de ello han hecho muchas administraciones municipales. Dentro
206
del proceso legislativo de este régimen hubo altibajos, entre los que
podemos mencionar: la Ley sobre el Daño Moral, que en principio podría
justificarse para castigar el delito por difamación, pero que en la práctica
podría resultar como una “ley mordaza”, como fue calificada por los
periodistas; la Ley Orgánica de la Administración Pública para adecuar las
estructuras de gobierno; la Ley de Responsabilidad de los Funcionarios
Públicos, que entre muchos otros beneficios limitaba el monto de los
regalos, lo cual era y sigue siendo escandaloso aun con la existencia de la
Ley; la Ley de Contratos de Obras Públicas para acabar con el
“contratismo”, lo que ocasionó protestas airadas de algunos afectados,
como los líderes petroleros. Por otro lado, logró éxito en el salvamento
económico al hacer participar a todos los actores en los “Pactos de
solidaridad económica”, lo que contribuyó al abatimiento de la inflación,
aunque hay que reconocer que esto se debió, en buena medida, a la
decisión de su Gobierno para ingresar al GATT y la oferta de muchos
productos importados a bajo precio.
Durante su gestión se expulsó del PRI a los miembros de “la
corriente democrática”, encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas y Profirió
Muñoz Ledo. La corriente había surgido en agosto de 1986 y agrupaba a
destacados miembros del PRI, casi todos se decían de izquierda y
pugnaban por cambios radicales en el partido como los que había
propuesto Carlos Madrazo en 1968, acción por demás extemporánea.
Porfirio Muñoz Ledo proponía entre otras cosas, que los aspirantes a la
Presidencia de la República, miembros del Gabinete, deberían de
renunciar para ponerse a la luz de la opinión pública y a la consideración
del partido, y no contaminar con sus aspiraciones la función de gobierno,
con lo que no le faltaba razón. Sin embargo, lo cierto es que los dos,
Cuauhtémoc y Porfirio, tenían aspiraciones presidenciales y comprendían
claramente que mientras la decisión fuera del Presidente y no del partido,
mediante un proceso democrático, ellos, con la relación que habían
llevado en últimas fechas con Miguel de la Madrid no tendrían la mínima
posibilidad. Lo cierto también es que este planteamiento era ingenuo y
ellos mismos lo sabían, principalmente Porfirio, que ya había sido
presidente del PRI. Aunque se hubiera logrado “democratizar” al partido
en la forma, de hecho el Presidente seguiría siendo la cabeza y el eje del
mismo y manipularía fácilmente el proceso “democrático” para sacar al
que él decidiera. En estas condiciones, y a menos de un año de haber
surgido la corriente democrática, el 4 de marzo de 1987, durante los
207
trabajos de la XIII Asamblea del PRI, su presidente, Jorge de la Vega
Domínguez, factótum del Presidente de la República en estos casos, sin
tacto ni visión política, lo cual era de esperarse, no porque no los tuviera
sino porque seguía la línea marcada por el presidente; los expulsó del
partido, haciéndoles un gran favor con esta medida porque les daba una
relevancia que no tenían. Este hecho casi les cuesta más tarde la pérdida
de la Presidencia de la República, lo cual tuvieron que evitar recurriendo
una vez más al fraude electoral, como lo veremos en seguida.
Algunas de las “tesis” del presidente De la Madrid habían sido “la
economía mixta”, “la rectoría económica del Estado” y la “renovación
moral”, esta última mero eslogan de campaña, que para darle visos de
realidad se procedió a desaforar al senador Jorge Díaz Serrano, a quien se
acusó de fraude a PEMEX en la compra de buques tanque para la
transportación de gas. De inmediato se mencionaron en los medios, a
familiares del ex presidente López Portillo, como la gente realmente
implicada en el fraude junto al ex-director de PEMEX. En casos como
éste, en que al Presidente le interesa exhibir un “chivo expiatorio”, el
sistema es altamente eficiente y sacrifica con prontitud a quien él quiere.
Al otro que encarceló, muy merecidamente, fue al compañero de pandilla
de Echeverría y López Portillo, el célebre “Negro Durazo”, caso típico del
surrealismo mexicano y del desprecio del sistema por el ciudadano.
Con relación a la sucesión presidencial, de la Madrid nos dice: “En
lo que respecta a la sucesión y a los precandidatos, transmiten su opinión
al Presidente en conversaciones privadas, todos aquellos que tienen peso
político. En este sentido la auscultación es real. Sin embargo, esta no se da
de manera abierta, dada la inhibición natural que provoca la investidura
presidencial.
El Presidente se tiene que acostumbrar a leer entre líneas y a recibir
recados. En este caso fungieron como intermediarios mi secretario
particular, Emilio Gamboa, y el presidente del partido, Jorge de la Vega
Domínguez. El primero por estar identificado como mi hombre de
confianza; el segundo, por ser el canal institucional para ello”. 83 Con gran
ingenuidad, de la Madrid dejó el asunto de la sucesión presidencial en
manos de su secretario particular, y con esto quedó la puerta abierta a la
autodenominada “Generación del Cambio”, que ya se vio como cambió de
83
Miguel de la Madrid H. 751.
208
manos buena parte del erario y del patrimonio de la nación, entre muchos
otros medios, a través de la cuenta secreta de la Presidencia, y de la
privatizaciones, además, realizado todo esto en forma legal. Cuando ya se
sabia quien seria el próximo presidente este decidió que el avión que
usaba el primer mandatario era inadecuado y se mando comprar, sin
necesidad, un súper avión para el presidente, que ya propiamente no sería
para el actual sino para el próximo. Con Carlos Salinas, el ungido por De
la Madrid para la Presidencia, gracias a los “buenos oficios” de su
“hombre de confianza”, parodiando al Grupo Sonora, la “Generación del
Cambio” pretendía perpetuarse en el poder y paradójicamente aquí la
historia más o menos se repite, incluyendo los asesinatos políticos de
algunos de sus miembros y la pretensión del Maximato, situaciones que
ya se consideraban cosa del pasado.
CARLOS SALINAS DE GORTARI
Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) llegó al poder mediante el
fraude electoral de 1988. La “caída” del sistema a la hora crítica del conteo
de votos para la elección presidencial, fue el “foco rojo” que presagiaba
fraude en la elección para presidente. Ésta terminó siendo fuertemente
cuestionada como fraudulenta, por todos los actores políticos con
excepción (por supuesto) del PRI. Y por lo tanto considerada inválida,
principalmente por los partidos de oposición contendientes. Sin embargo el
sistema político establecido por muchas décadas, actuó sin dilación, lo sacó
adelante como era la costumbre y fue declarado Presidente Constitucional
“de todos los mexicanos” por una Cámara de Diputados con mayoría del
partido oficial (260 diputados del PRI), quienes pudieron dominar la
calificación de la elección presidencial gracias a la abstención de la
bancada del PAN, concertada con ese partido para éste propósito.
En la contienda electoral de 1988 por la Presidencia de la República,
Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del general Lázaro Cárdenas del Río, fue
postulado primero por el PARM (Partido Autentico de la Revolución
Mexicana) y luego por una coalición de partidos de izquierda, a los cuales
se sumó el PMS (Partido Mexicano Socialista) cuando su candidato a la
presidencia, el gran líder de genuino pensamiento de izquierda, Heberto
Castillo, un hombre íntegro, honesto, con verdadero espíritu de estadista,
con humildad declinó a favor de Cárdenas para no debilitar a la izquierda
209
que recién se había unido, pudiendo integrarse así el Frente Democrático
Nacional (FDN), el cual lo postularía como su candidato. Competirían
también en estas elecciones, el propio Carlos Salinas de Gortari, por el
PRI, el líder empresarial Manuel J. Clouthier, por el PAN y la señora doña
Rosario Ibarra de Piedra por el PT. Fueron estas elecciones en las que se
daría la “caída del sistema” como se le llamó eufemísticamente a la acción
burda de fraude electoral realizado por órdenes del Secretario de
Gobernación, Manuel Bartlett, con la venia del Presidente de la República,
Miguel de la Madrid Hurtado.
Bartlett aspiraba a la candidatura del partido oficial, y al ser él
mismo, el Secretario de Gobernación, eran muy altas sus posibilidades, por
lo que se había preparado con mucho tiempo, entre otras cosas para
acondicionar un sofisticado y costoso equipo computacional que controlara
el flujo de la información electoral, supuestamente para “su propia
elección”. Y cuando esta no se le hizo, el aparato que mantenía hasta cierto
punto en secreto tenía que ser utilizado de todas maneras y así fue; el
mismo equipo computacional y el personal especializado, los utilizó en las
elecciones de 1988, incluyendo una mañosa previsión, dentro del software,
para la separación de la información de las casillas favorables al PRI y las
que no lo eran. El problema para él fue que en las últimas horas de la
jornada electoral, los partidos de oposición, y particularmente el PAN,
representado por José Antonio Gómez Urquiza –quien responsablemente se
mantuvo muy atento a todo el proceso electoral y su medición cibernética
— de inmediato supieron que algo andaba mal en el manejo de la
información gracias a que Gómez Urquiza, sin que se dieran cuenta los que
pretendidamente controlaban el conteo de votos; había apuntado todas las
contraseñas para acceder a la información, incluso a la confidencial. De
esta manera la gente del PAN descubrió el equipo y casualmente la
información verdadera generada y no favorable al PRI. Esto fue lo que
ocasionó la “caída” del sistema, provocada intencionalmente y de
inmediato, cuando se vieron descubiertos, y porque el conteo de los votos
no solo estaba resultando muy parejo entre los tres candidatos
presidenciales principales, sino porque en el centro del país y
particularmente en el valle de México, Cuauhtémoc Cárdenas estaba
arrasando. Esto suponía el “grave riesgo” de que el candidato del partido
oficial perdiera las elecciones, ya que lo que se veía en el conteo era
210
precisamente el posible desenlace final. Y eso, por supuesto, el sistema no
lo iba a permitir de ninguna manera.
En una encuesta de salida (confidencial) realizada el mismo día de
las elecciones por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) sobre las
elecciones de 1988, a la cual tuve acceso, se le daba como resultado final
de la elección, casi una tercera parte de la votación total a cada uno de los
tres candidatos principales. Aparentemente todo terminaba en un virtual
empate técnico entre los tres, con una ligera ventaja para Cárdenas. De
todas formas, en esta encuesta no quedaba claro quién había sido realmente
el ganador absoluto. Aunque como siempre se daba por descontado que el
resultado final de las elecciones sería arreglado para favorecer al candidato
oficial, razón por la cual, y porque además así les convenía a ellos; el
Consejo Coordinador Empresarial calló y no lo dio a conocer. El 13 de
julio, la Comisión Federal Electoral, hizo públicos los resultados oficiales
de los comicios federales “con base en la información entregada por los
300 comités distritales del país”. Anunció que; “de una votación efectiva de
19.1 millones de sufragios –lo cual arrojaba un abstencionismo del 48%—,
a Carlos Salinas de Gortari del PRI le correspondía 50.36%; a Cuauhtémoc
Cárdenas, del FDN, 31.12 %; y al aspirante presidencial del PAN, Manuel
J. Clouthier, 17.07%.” 84, en esta forma la Comisión Federal Electoral,
arregló la votación y la elección a favor de Carlos Salinas de Gortari. Sin
embargo, para validar esto necesitaban dominar el Colegio Electoral en el
Congreso, lo que se logró con la abstención pactada con el PAN.
En pláticas con José Luis Salas Cacho, quien había sido el
coordinador de la campaña de Manuel J. Clouthier por la presidencia de la
República, le pregunté cuál era la explicación para que Acción Nacional, y
más aún, líderes auténticos del mismo, como don Luis H. Álvarez y el
Maquío, se hubiesen prestado a validar el fraude. Respondió que ellos no
habían validado ningún fraude; al contrario, lo habían denunciado. –Pero
la explicación es muy simple, me dijo: “Cuando nos dimos cuenta del
fraude que se estaba cocinando en la Secretaría de Gobernación,
pretendidamente encubierto con la caída del sistema, fuimos los primeros
que inmediatamente convocamos a los otros partidos con el objeto de
informarles lo que estaba sucediendo y convocarlos a tener una rueda de
prensa, precisamente para denunciar el fraude ante la opinión pública y
84
Miguel de la Madrid H. 825-826.
211
para desconocer la elección pidiendo su anulación. Para esto nos
comunicamos con Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, con doña
Rosario Ibarra de Piedra y con el Ing. Heberto Castillo. De inmediato nos
llamó Manuel Camacho Solís, con toda seguridad “había muchos pajaritos
en los cables telefónicos”, dijo con sorna. Porque previamente y a
propósito habían utilizado una línea intervenida para hablar a Monterrey
con Ramón Alberto Garza, director editorial del periódico El Norte, para
informarle lo que pretendían hacer y preguntarle si sería noticia. “Ya te
podrás imaginar lo que contestó”, me dijo. “Manuel Camacho por lo visto,
habiéndose enterado de esto, hizo todo lo posible por disuadirnos,
planteando el “interés nacional” y escenarios catastróficos si se enfrentaban
los partidos por las elecciones, hasta la posibilidad misma de un golpe de
Estado”, (que paradójicamente era equiparable a lo que gobernación
pretendía cometer, y cometió al final). “De todas maneras, la rueda de
prensa se llevó a cabo y denunciamos el fraude, pedimos el no
reconocimiento del triunfo del PRI y en esas condiciones; solicitamos la
anulación de los comicios”.
“Lo que pasa”, me sigue explicando José Luis, “es que más tarde se
descubrió por parte de algunas gentes del PAN; que tanto el PRI como el
FDN, liderado por la corriente democrática salida del PRI, utilizaron a los
‘fontaneros’ –llamados así por su experiencia en el arreglo de las
votaciones— para hacer fraude en la elección presidencial cada quien por
su lado. De tal manera que ahora el fraude no solo era mayúsculo, sino
presuntamente no de un solo partido. Con el recurso de la caída del
sistema, los fontaneros mayores arreglaron la elección favorable al
candidato del PRI. Francisco Javier Ovando, considerado como asistente de
la campaña de Cárdenas, quien según las investigaciones de gentes del
PAN, no comprobadas, coordinaba a una parte de los fontaneros del FDN,
desgraciadamente fue asesinado en Michoacán sin que su muerte fuera
reclamada por ellos, ni aclarada por parte de las autoridades
gubernamentales, quedando sin haber manera de probar a ciencia cierta
estos otros aspectos del fraude. Todo se agravaría unos días después al
proclamarse Cuauhtémoc Cárdenas, en forma unilateral, como “Presidente
electo”, rompiendo con el acuerdo que teníamos para la anulación de las
elecciones”. Hasta aquí la explicación de JSC.
Don Luis H Álvarez nos dice: “Las posturas del FDN y del PAN eran
distintas. Nosotros considerábamos que la serie de irregularidades hacían
212
imposible conocer quien ganó, y la única salida era la anulación de los
comicios. Cárdenas insistía en haber triunfado, cosa que no podía probar
por el alto número de casillas no cubiertas por representantes de la
oposición; su postura era que se limpiara la elección y se le reconociera el
triunfo.85
Bajo estos hechos y en estas condiciones, podemos deducir que don Luis
H. Álvarez pensó que no le quedaba más que considerar a la imposición de
Salinas, como siempre y una vez más; como un hecho consumado contra el
cual su partido no se veía en condiciones de luchar. Lo más probable es que
ante una situación de hecho, difícilmente reversible por la posición de
Cuauhtémoc Cárdenas; don Luis aceptara ahora negociar en estas
condiciones la neutralidad del PAN con el mismo Carlos Salinas, para
validar así su elección. Toda vez que al abstenerse el PAN en la votación
del Colegio Electoral, que calificaría la elección presidencial, significaba
que el PRI por sí mismo y con sus aliados podía sacar adelante la
validación de la elección presidencial favorable a Carlos Salinas de Gortari,
aun con resultados altamente fraudulentos, como había sucedido.
Aunque lo siguiente no es comprobable y don Luis H. Álvarez no lo
reconoce en sus memorias publicadas; el favor del PAN a Salinas, sería a
cambio de algo sustancial y cuando menos 5 puntos, por los que, según
ellos, su partido había estado luchando. Estos, de hecho; se dieron más o
menos en la siguiente forma:
1º La reforma del Artículo 27 constitucional, para que las tierras
ejidales pudieran ser dadas en propiedad a los ejidatarios.
2º El establecimiento en México de un organismo defensor de los
derechos humanos.
3º La reprivatización de la Banca.
4º El reconocimiento de la Iglesia Católica y
5º La reforma electoral mediante la creación de un instituto y un
tribunal de lo contencioso electoral.
Durante el sexenio de Salinas, los cuatro primeros puntos se cumplieron
más o menos. Sin embargo, con respecto a la reforma electoral, se hizo sólo
parcialmente a propósito y sin llegar a fondo, y aunque hubo importantes
avances, el Ejecutivo siguió conservando todavía su injerencia perniciosa a
85
Luis H. Álvarez, Medio Siglo (México: Plaza & Janes, 2006) 232.
213
través del Secretario de Gobernación. Y la calificación de las elecciones
continuaría a cargo del Congreso como colegio electoral. Esto, visto a la
distancia, era una de las primeras evidencias de los afanes de continuidad
de Salinas.
Además de la satisfacción de los puntos anteriores, hubieron otras
concesiones que se comprueban por los siguientes hechos: se dio el
reconocimiento de varias posiciones electorales para el PAN. La exigencia
final de don Luis H. Álvarez y del PAN fue que el Presidente se
comprometiera, entre otras cosas, a que su régimen fuera uno de transición
hacia la democracia. Esto último se refrendó mediante un documento
publicado el 16 de noviembre de 1988 en la prensa nacional, denominado
“Compromiso Nacional por la Legitimidad y la Democracia”. Similar al
“Pacto por México” de EPN firmado también por todos los partidos
políticos. Se veía que no conocían muy bien a Salinas, le estaban “haciendo
el juego” (y siguen sin conocerlo); el 2 de julio de 1989 se dio el
reconocimiento de la primer gubernatura ganada en México por la
oposición, esta fue para Ernesto Ruffo, el candidato del PAN al Gobierno
de Baja California, ganada, sí, pero lo más importante, reconocida por el
sistema; en Guanajuato, después de las elecciones de agosto de 1991 para
gobernador, ganó fraudulentamente Ramón Aguirre, ex-jefe del
Departamento Central de la Ciudad de México, en contra de Vicente Fox,
por el PAN, y de Porfirio Muñoz Ledo, por el PRD. Mientras tanto, en las
de San Luis Potosí, también por medio del fraude, ganó Fausto Zapata
Loredo, por el PRI en contra del Dr. Salvador Nava Martínez, postulado
por el PAN. Después de airadas protestas, marchas de resistencia civil y
negociaciones con el Presidente, se decidió dar la gubernatura de
Guanajuato al PAN con la condición, por parte de Salinas, de que podía ser
gobernador aquel que el partido designara, menos Vicente Fox. Por ello, se
le dio la gubernatura a Carlos Medina Plasencia, mientras que la de San
Luis Potosí se le dio a Gonzalo Martínez Corbalá.
Don Luis H Álvarez le pidió a Salinas la reforma del Artículo 82
constitucional para que los hijos de extranjeros nacidos en México pudieran
ser candidatos a la Presidencia de la República, pensando, tal vez, con esto
conformar a Vicente Fox Quesada. Salinas lo concedió en forma diferida
hasta las elecciones del 2000.
214
Cuando le tocó a Diego Fernández de Ceballos, ser coordinador de la
mayoría panista en la Cámara de Diputados, de 1991 a 1994, éste se prestó
de acuerdo con el PRI y probablemente por instrucciones de Salinas, a la
quema de las boletas electorales guardadas en el Congreso; borrando en
esta forma toda evidencia (prueba física) del fraude electoral de 1988. En
esta manera los tres principales grupos políticos partidistas en México,
coparticiparon defraudando a los mexicanos con las elecciones para
Presidente de la República en 1988.
Es tanta la costumbre del ciudadano frente a las imposiciones del
sistema, que estas acababan por ser aceptadas a regañadientes y sin chistar
porque además ha quedado comprobado que no hay lideres con la
honestidad y los tamaños suficientes para enfrentarlas. En un principio, la
gente totalmente engañada –debo confesar que me incluyo entre ellos— le
reconocíamos a Salinas que se estaba “ganando a pulso” la Presidencia de
la República por los magníficos golpes que aparentemente le dio al
sindicalismo corrupto, tanto en el campo de la educación (SNTE) como en
el petrolero, con el desmantelamiento del imperio de La Quina, quien en
el sexenio pasado, inconforme por la terminación del “contratismo”, y con
el objeto de conseguir para el sindicato la continuidad en forma exclusiva
de los contratos por las obras de mantenimiento de PEMEX, había
amenazado públicamente al propio Presidente Miguel de la Madrid. La
Quina ordenó al líder sindical José Sosa que, en el discurso oficial, a
nombre de los trabajadores petroleros y frente al presidente, haciendo
“tango” y “rasgándose las vestiduras”, le dijera: “Si se hunde PEMEX se
hunde usted (señalándolo con el índice), nos hundimos todos, se hunde el
país”. Con esto los sindicalistas petroleros mostraban la arrogancia y
prepotencia a la que habían llegado y que ya era intolerable. Salinas,
sabiendo que La Quina había también contribuido a financiar la campaña
de Cuauhtémoc Cárdenas, no podía dejar intacto a un enemigo de tales
dimensiones. De igual forma, actuó Salinas, aunque solo también en
apariencia, contra el sindicalismo corrupto y prepotente en el campo de la
educación, afectando radicalmente el poder del cacique de San Luis
Potosí, Carlos Jongitud Barrios, líder “moral” del Magisterio, quien se
había fortalecido políticamente a costa de la educación del país y de los
maestros, a través del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE), en donde sus “líderes” estaban acostumbrados a hacer de las
suyas impunemente. Los mexicanos creímos ingenuamente que Salinas
215
actuaba en beneficio de la educación, afectada negativamente como hasta
ahora por el sindicalismo corrupto.
Al final, nuestras expectativas pecaron también de candidez.
Después caímos en cuenta de que estas acciones solo resultaron ser
vendettas entre los grupos tradicionales de poder, y en cierta forma eran
solo en cumplimiento de las reglas del sistema por parte de Salinas, para
dejar sentir que se ejercería el poder sin escrúpulos ni miramientos.
Salinas arregló la substitución de estos líderes corruptos en el caso de los
petroleros y del Magisterio, por otros igual o peor de corruptos pero
controlables ahora por él porque se habían comprometido a ser
incondicionales de Salinas, quien los estaba encumbrando. Sin embargo el
estado de las cosas dentro de sus respectivos dominios, seguía igual o peor
que antes. Estos líderes fueron Carlos Romero Deschamps, con los
trabajadores petroleros, y Elba Esther Gordillo, en el SNTE, quienes por
otro lado evidentemente resultaban faltos de lealtad para quienes
suplieron, toda vez que ellos mismos habían ascendido políticamente por
el apoyo recibido de los ahora caídos, a quienes en esta forma se
presentaban despiadadamente en calidad de “chivos expiatorios”. Actos
como esté suelen darse al inicio de cada sexenio, en donde el sacerdote
supremo del sistema unipartidista, el Presidente de la República, presenta
estas ofrendas y las sacrifica en el altar de la demagogia como muestra
inequívoca de quién es el que manda. De paso, esto sirve para hacer creer
a la comunidad que todo se realiza en su beneficio y que ahora sí el
cambio iba en serio. Si bien hay que reconocer que en cierta manera,
aprovechando la acción y el escarmiento, se puso orden en términos
generales, en un sindicalismo desbordado y abusivo en toda la Republica,
que afectaba el sano desarrollo productivo y la vida nacional, un
sindicalismo que había llegado a excesos inconcebibles como la toma del
Hotel Presidente Chapultepec a punta de metralletas y bombas molotov;
por el sindicato de Venus Rey, en protesta porque uno de los conjuntos
musicales del hotel no pertenecía a su sindicato, incendiando para esto el
vestíbulo ante el azoro de los turistas nacionales y extranjeros y
huéspedes, que no podían dar crédito a lo que estaban viendo.
Salinas, economista, se rodeó de otros economistas con estudios de
posgrado, principalmente en los EEUU. Centrados estos casi
exclusivamente en uno solo de los aspectos de la problemática nacional, la
economía, con un enfoque tecnócrata, utilizando el modelo neoliberal y
216
por lo tanto con una visualización parcial de la problemática,
contradictoriamente con la misma ciencia económica. No supieron estar a
la altura de la circunstancia por la que atravesaba el mundo. En la época
en que Salinas asumió atropellada y arbitrariamente el poder, virtualmente
por medio de un golpe de Estado, en el mundo se estaban operando
grandes cambios con una tendencia generalizada hacia la democracia, a la
rendición de cuentas y transparencia en la función pública y a la
participación de la sociedad civil exigiendo resultados. Se estaba gestando
el derrumbe de la Unión Soviética y una revolución reivindicatoria de las
libertades y los derechos de los ciudadanos.
En 1989 cayó el Muro de Berlín y con él caía simbólicamente el
autoritarismo de regímenes antidemocráticos. Estos cambios se estaban
dando también en todos los países socialistas del área de influencia de la
URSS, los cuales se habían exhibido por décadas, sin rubor alguno, como
“repúblicas democráticas”, cuando en realidad eran dictaduras autoritarias
y totalitarias como la que Salinas aspiraba consolidar en México. Nada
más anacrónico ni surrealista. Su propia soberbia y la de quienes lo
azuzaban lo hacía perder el nivel del piso; el haber usurpado tan
fácilmente el poder en México lo hizo pensar que cualquier cosa, por
descabellada que fuera, sería posible.
A finales de 1989, al régimen de Salinas le cayó del cielo (si es que a
esto se puede llamar así) la necesidad de los Estados Unidos para esbozar e
implementar una estrategia a largo plazo para la integración del bloque
económico de América, en el cual estaban considerando a México como la
pieza clave en todo el plan, primero, para consolidar la fase inicial con los
tres países de Norteamérica, pero principalmente porque ellos
consideraban, sin faltarles razón, que el liderazgo de México en América
latina y la afinidad cultural con el resto de países importantes resultarían
esenciales y les ayudarían grandemente para su segundo y principal
propósito: el de concretar en el largo plazo su propio bloque económico
integrando a todo el continente americano. Esta medida era vital para los
EU., con el objeto de no perder ni en el corto ni en el largo plazo, la
hegemonía económica que han mantenido en el mundo y que ahora se veía
amenazada con el bloque europeo. Por estas razones, a principios de 1990,
trataron de integrar a México en un tratado de libre comercio con los
Estados Unidos y Canadá, lo que después ellos darían a conocer como el
NAFTA. En México, esto se manejó como una iniciativa y triunfo de
217
Salinas, lo cual evidentemente era sólo una apariencia que a los EU. no le
interesaba ni convenía desmentir.
Casualmente me tocó, a principios del mes de enero de 1990,
acompañar al Gobernador de Nuevo León, Jorge Treviño, a presentar
nuestro proyecto para el desarrollo del norte del Estado y del nuevo puerto
fronterizo especializado en comercio internacional en el poblado de
Colombia, fundado hacia casi 100 años, con ese propósito, por el general
Bernardo Reyes, en el límite de Nuevo León con Texas, contiguo a Laredo.
La reunión fue en Los Pinos, en la sala de juntas del Presidente, ante él
mismo y cinco de sus secretarios de Estado, entre los que estaban Fernando
Solana, Secretario de Relaciones Exteriores, quien ese día tenía que ir a
recibir a los Reyes de España; Ernesto Zedillo Ponce de León, Secretario
de Programación y Presupuesto; Jaime Serra Puche, Secretario de
Comercio y Fomento Industrial; Andrés Caso Lombardo, Secretario de
Comunicaciones y Transportes; y Patricio Chirinos Calero, Secretario de
Desarrollo Urbano y Ecología. Por instrucciones del Presidente, a última
hora, antes de iniciar la reunión, se incorporó el Director General del
Secretariado Técnico del Gabinete, José María Córdoba Montoya, que no
estaba previsto por nosotros, pero que nos daba una idea de la importancia
que se le estaba otorgando a la reunión, por nuestra parte También
acompañando al gobernador iban los líderes industriales Jaime Benavides y
Antonio Villarreal.
Todos nuestros argumentos en la sesión estuvieron centrados en la
importancia de la apertura comercial de México en un mundo tendente a la
globalización y a la integración de bloques económicos; en nuestros
compromisos dentro del GATT, que le estaban dando una nueva y creciente
dinámica al mercado exterior; en la necesidad de la reactivación económica
de México y por tanto en el reforzamiento de su infraestructura,
principalmente en la frontera norte. La exposición se prolongaría por
espacio de 45 minutos, durante los cuales hubo preguntas del Presidente
hacia nosotros y hacia sus secretarios, los que para satisfacción nuestra
estuvieron muy atentos y participativos en forma positiva a lo largo de toda
la exposición. Un proyecto de cruce internacional con los EU., en donde
por primera vez México decía dónde, cuándo y cómo, y además en
condiciones de ruptura de todos los paradigmas establecidos en materia de
diseño de cruces fronterizos para el transporte de carga y con una
capacidad de 12,000 tráileres diarios, 4,000 por turno, cuando la capacidad
estimada de Nuevo Laredo en ese tiempo era aproximadamente de 1000, no
218
resultaba ser poca cosa y necesitaba del apoyo presidencial, no económico,
porque el proyecto era autosuficiente, sino político, para que el aparato
burocrático no entorpeciera el proceso. Esto último era nuestro objetivo.
En ese tiempo, para realizar la presentación no conocíamos el
PowerPoint y la tuvimos que hacer con acetatos y una pantalla llevada por
nosotros mismos. Al final, después de haber logrado nuestro propósito, nos
reunimos en una esquina de la sala de juntas del Presidente en plática
informal con él. Mis ayudantes con el equipo de la presentación estaban
recogiendo los instrumentos y escucharon la siguiente conversación entre
Jaime Serra Puche y Córdoba Montoya, quienes se habían ido atrás de la
pantalla. Jaime preguntó: ¿Cuál es la conclusión?, ¿todo para adelante?
Leyendo la expresión del rostro de Córdoba, quien no emitió sonido
alguno, el mismo Jaime Serra expresó: ¡Todo para adelante! Cuando me lo
contaron, yo sentí una enorme satisfacción porque pensaba que se referían
a nuestro proyecto. Después llegué a la conclusión de que, lo que allí se
había definido realmente, era la entrada de México en el NAFTA,
convencidos de su necesidad e importancia y cediendo el Gobierno
Mexicano a la presión que los EU., habían ejercido al respecto. De
inmediato se inició por el senado una serie de “consultas” públicas a nivel
nacional, más que nada de forma y como siempre para sólo aparentar que
se estaba pidiendo la opinión pública. Desgraciadamente, esta aceptación se
dio hasta cierto punto precipitadamente, sin dar tiempo a negociaciones
más realistas en varios sectores, sobre todo en lo referente a la producción
en el campo y sin negociar los apoyos económicos necesarios en créditos
blandos para la infraestructura que demandaría el crecimiento, como se dio
en el caso de la Unión Europea cuando ingresaron España y Portugal en
1986, en donde la misma comunidad los ayudó económicamente a
nivelarse con los demás países miembros.
A final de cuentas, este régimen cuestionado por lo ilegitimo e
irregular de su elección, resultó no solo ser más de lo mismo, sino que los
vicios se acentuaron y se dejó llevar más por los sentimientos e intereses
personales del Presidente que por lo que le convenía al país. Reprimió
durante todo su régimen al Partido de la Revolución Democrática (PRD), y
cientos de sus militantes fueron asesinados impunemente. Salinas diseñó
con astucia el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL) como el
pan que necesita el pueblo, pero les vendió caro este “pan”: se los cambió
por votos para los candidatos de su partido y eventualmente para el
“sucesor designado”, su hasta entonces amigo Luis Donaldo Colosio.
219
Colosio, después de su labor al frente del PRI, por medio del cual, por
instrucciones de Salinas, continuó con los fraudes electorales en toda la
República –olvidándose “un poco” del compromiso con don Luis H.
Álvarez de transitar hacia la democracia—, Luis Donaldo recibía una nueva
súper secretaría, diseñada ex professo para la captación de votos, con un
enfoque eminentemente clientelar y con influencia suficiente, a través de
sus programas, a lo largo de todo el territorio nacional: la Secretaría de
Desarrollo Social (SEDESOL), cuya labor era para el “bien” de los más
necesitados. Por supuesto, diseñó su programa insignia, el Programa
Nacional de Solidaridad, con un evidente enfoque de futurismo político.
Tanto esmero en el manejo electoral para el triunfo de su sucesor solo se
puede explicar por el deseo obsesivo de continuidad política para él mismo.
La mejor prueba de la efectividad de las medidas previstas, por medio de la
SEDESOL se dio en las elecciones del 94, en donde el PRI volvió por sus
fueros, “ganando” otra vez contundentemente, en lo que también influyó la
alianza del Gobierno con las televisoras y la radio para favorecer al partido
oficial. En esas elecciones, sus legisladores obtuvieron mayoría en el
Congreso a pesar del gran descontento popular en contra del sistema.
El régimen tomó y aceptó a priori los principios del neoliberalismo,
puesto de moda por Ronald Reagan y Margaret Thatcher a favor de un
mercado sin restricciones y al servicio de los grandes capitales, sin
preocuparse por adecuarlos a la realidad mexicana y sin importar sus
consecuencias para la gente. De esta manera, prosiguió con la apertura
comercial ya iniciada con el GATT, enfocado éste más como un
instrumento para controlar la inflación que como mecanismo para
incentivar la competitividad de la industria mexicana; buscó la reforma
fiscal, no como una estrategia integral de política económica, sino como
instrumento recaudatorio, con el agravante de no disminuir sino de
incrementar el gasto corriente; realizó un agresivo programa de
privatización de las empresas del Estado, como Teléfonos de México
incluyendo la reprivatización de la banca, acompañada de la creación del
FOBAPROA, sin ninguna regulación protectora que evitara las prácticas
monopólicas u oligopólicas, sino más bien con el propósito codicioso de
participar, él y su grupo, en jugosos negocios, utilizando información
privilegiada y quedándose con lo mejor. Se dio de hecho el desprecio de los
aspectos sociales del desarrollo, que evidentemente le importaban bien
poco, supeditándolos a los del orden económico mediante el enfoque
neoliberal, con el agravante de sólo haber tratado los aspectos sociales con
un enfoque clientelista a través del Programa de Solidaridad, manipulando
de esta manera la ayuda social necesaria, pervirtiendo la democracia, sin
faltarle para esto, como hemos visto, la ayuda de los monopolios de la
televisión. Estableció como fórmula mágica la economía de mercado
220
basada en las libres fuerzas de la oferta y la demanda, lo que resultó en
gran perjuicio para los mexicanos.
A sus amigos ricos, sobran ejemplos, Salinas los volvió más ricos, y a
los pobres, y en general a la sociedad civil, su gobierno la dejó con menos
poder adquisitivo y afectó su calidad de vida. Su régimen endosó el costo
de la privatización de las paraestatales a la sociedad porque, aunque el
desprendimiento de éstas pudo haber sido una medida recomendable para
evitar el dispendio, la ineficiencia administrativa y la corrupción
gubernamental, dejó intactos a los monopolios, como fue el caso de
Teléfonos de México. Telmex fue vendido a un solo grupo con
instrucciones precisas de no fraccionar su estructura monopólica, que si
bien ésta pudiera haber sido aceptable para el Estado, no lo era en manos
privadas, la empresa telefónica (el monopolio) quedó en manos de Carlos
Slim (quien se ha convertido en el hombre más ricos del mundo), evitando
así la competencia que hubiera beneficiado a la sociedad. Por otro lado, lo
que el pueblo no se explica, es en dónde quedó el dinero producto de la
venta de Teléfonos de México y de tantas otras empresas del Estado, y por
qué se realizó la reprivatización de la banca no solo sin regulación
complementaria que protegiera a la gente y a las empresas, a los usuarios
que tienen necesidad de sus servicios, y por el contrario sí se protegiera a la
banca dándole la oportunidad de actuar como verdadero oligopolio con el
objeto de resarcirse del “alto precio” pagado al Gobierno, pero con cargo al
usuario. Todo esto resultó inexplicable, inaceptable e injusto. La única
conclusión lógica a la que se puede llegar es la hipótesis de que el propio
Presidente, a través de su grupo, por supuesto, en forma bastante discreta y
difícil de comprobar pero absolutamente corrupta; estuvo inmiscuido para
beneficiarse, tanto en el proceso correspondiente a la banca, como en la
privatización del resto de las paraestatales.
En 1992 sucedió algo que podría interpretarse como un sondeo para
restablecer la reelección en México, con el objeto preparar el ambiente
propicio para que se diera la propia reelección de Salinas de Gortari. “El
curricán” lo lanzó Gonzalo Martínez Corbalá, gobernador substituto de San
Luís Potosí. Al tratar de postularse para gobernador a pesar de que la
Constitución se lo impedía. Él lo justificaba mediante el razonamiento de
que al haber gobernado poco tiempo, su postulación podría ser aceptable;
por supuesto modificando la Constitución. Las declaraciones contrarias de
Fernando Gutiérrez Barrios, Secretario de Gobernación, cortaron por lo
sano el asunto. Sin embargo, por esto y por su reticencia con respecto la
reforma constitucional para las relaciones con la Iglesia, al inicio de 1993,
Salinas cortó por la sano a Gutiérrez Barrios. Otra vez, el fantasma de la
221
reelección, como en el caso de Obregón y Alemán, vuelve a surgir aquí. El
que ha probado las mieles del poder omnímodo de la Presidencia de
México, se siente joven y lo es; ha preparado un grupo que él supone
incondicional, no solo en el ámbito político, sino también en el económico;
ha demostrado que no tiene escrúpulos éticos; como Salinas, estando
protegido por del sistema político que lo parió, sería ingenuo pensar que no
se proponía mantener el poder a toda costa, tanto por su ambición y
soberbia desmedidas, como porque, entre otras cosas, seguramente no
conocía bien la historia política de México, o pretendió ignorarla.
Cuando en noviembre de 1993 el PRI hizo público que su candidato
a la Presidencia de la República era Luis Donaldo Colosio Murrieta,
Secretario de la SEDESOL, otro de los precandidatos, Manuel Camacho
Solís, Jefe del Departamento del Distrito Federal, que había sido el
eficiente operador político de Salinas y que se sentía con merecimientos
suficientes para ser el candidato, reaccionó airadamente y, rompiendo las
reglas del sistema, se negó a felicitar al designado, con lo que dejó ver
públicamente tanto su descontento como su ingenuidad. A pesar de ser un
político avezado, Camacho Solís parecía no haberse dado cuenta de que
todo el aparato que se le había venido armando a Colosio con tanto tiempo
de anticipación no era fortuito, y que las verdaderas intenciones de Salinas
eran continuar en el poder a través de él. Pero no había más que hacer, por
lo tanto, y de acuerdo con el Presidente, dejó la jefatura del Departamento
del Distrito Federal y asumió la Secretaría de Relaciones Exteriores, lo cual
pareció como un premio de consolación.
Durante este sexenio, brotó nuevamente la guerrilla, ahora en
Chiapas, aunque afortunadamente se trataba de una guerrilla no tan
virulenta como algunos movimientos de izquierda anteriores, y hay que
reconocerlo; éste tenia razón en muchos de sus planteamientos, lo cual
analizaremos más adelante. En lo político, y precisamente para la sucesión
presidencial, Carlos Salinas de Gortari quiso jugar con tantas cartas que a
él sí se le hizo “bolas el engrudo”; el 9 de enero de 1994, al anunciar el
nombramiento de Manuel Camacho Solís, ahora en calidad de
Comisionado para la Paz en Chiapas, lo traicionó el inconsciente y
mencionó, ante las cámaras de televisión, el Artículo 82 de la Constitución
como la base jurídica que lo facultaba para dar tal nombramiento, siendo
que este Artículo solo se refiere a los requisitos para ser Presidente de la
República. El nombramiento lo hizo cuidando escrupulosamente que no
222
contraviniera ninguna disposición para poder ser candidato a la Presidencia
de la República en cualquier momento, lo cual refuerza la hipótesis de que
Salinas manejaba un candidato alterno para la sucesión. Nos dice
Camacho: “Pedí no cobrar sueldo, no porque esto tuviera una implicación
legal (sin ser miembro del Gabinete, no la tenía), sino para generar
confianza en la sociedad respecto a mi tarea e independencia y, sobre todo,
para darme a mí mismo el primer mensaje de exigencia absoluta: hay que
dejar todo atrás, correr los riesgos que sean necesarios y pensar en todo
menos en los pequeños intereses. Uno mismo debía esforzarse para ponerse
a la altura de las circunstancias”. 86 En esa ocasión, lo que debió
mencionarse al dar a conocer la designación del Comisionado, era el
Artículo 89 constitucional, donde se dan a conocer las facultades y
obligaciones del Presidente.
El 23 de marzo de 1994 sucedió algo que se creía superado en México.
Luis Donaldo Colosio, el candidato del PRI a la Presidencia, fue asesinado
en Lomas Taurinas, un barrio de Tijuana, en donde había participado en un
mitin político de su partido, el PRI. Dos semanas antes, había pronunciado
un valiente discurso frente al Monumento a la Revolución en la Ciudad de
México en donde, mediante la autocrítica, reconocía la terrible desigualdad
existente en México y hacía en esa ocasión una fuerte crítica de los
resultados del sistema, lo cual fue mal visto por Salinas. En la actualidad,
los asesinatos de Colosio, Ruiz Massieu y el cardenal Posadas Ocampo
siguen sin tener una explicación suficientemente clara, lógica, convincente,
y siguen suscitando controversia. Es difícil que lleguen a dilucidarse
completamente estos hechos, precisamente por el cumplimiento de las
reglas del sistema, aunque más o menos la opinión pública tenga ya una
idea formada al respecto.
En su tiempo, el mismo ex-presidente Carlos Salinas de Gortari fue
señalado en algunos medios como el presunto autor intelectual de estos
asesinatos, si bien sin conocerse todavía ninguna prueba. En el caso
Colosio, se presume que podría existir un móvil; el candidato del partido
oficial a la Presidencia de la República se indisciplinó al entrar en rebeldía
virtual contra el Presidente, cosa no solo imperdonable dentro del sistema
político, sino a todas luces inconveniente para los verdaderos propósitos de
Salinas de seguir manipulando el poder en México, y por supuesto, por el
86
Manuel Camacho Solís, El Desacuerdo Nacional (México: Aguilar, 2006) 250.
223
riesgo que esto podría implicar para él, ya en calidad de ex-Presidente. La
hipótesis se reforzaría por la probabilidad de haber previsto un candidato
alterno, aunque no exista una prueba contundente en ese sentido. En el caso
del asesinato de Ruiz Massieu, su hermano Raúl, con el cual actuaba el
Presidente en forma muy estrecha; fue declarado formalmente preso al ser
acusado por la Procuraduría General de la República de ser el autor
intelectual del homicidio. Uno de los móviles, según las averiguaciones,
era la posibilidad de que éste quedara en una posición importante en la
nueva administración de Zedillo y dijera todo lo que sabía sobre los actos
de la familia Salinas. Todo el sexenio del ex-presidente Zedillo permaneció
en uno de los penales de máxima seguridad. Y sin embargo, durante la
administración de Vicente Fox, Raúl Salinas salió libre después de alguna
probable negociación de Fox con su hermano Carlos Salinas.
Paradójicamente Fox se había comprometido en su campaña para hacer una
redada de peces gordos, que seguramente hizo con una red agujerada,
porque además de no pescar a nadie de importancia política, son muchos
los que dejó ir. En el caso del asesinato del Cardenal Posadas Ocampo y de
la relación del Gobierno con el narcotráfico, que era un hecho real y
probable, la alta jerarquía de la Iglesia Católica hasta ahora ha preferido
guardar silencio.
El grupo político que Salinas debió haber constituido en torno a él, y
al amparo del inmenso poder político y económico que ejerció,
aprovechando y aprovechándose de la privatización de las empresas
estatales, de la banca, y del erario; es un grupo que debería haber sido
denunciado y desactivado, cortándolo de raíz lo antes posible y llamando a
cuentas tanto a los miembros del grupo como a su líder. Yo pensaba que
esto tendría que ser hecho por un gobierno federal de la oposición toda vez
que un gobierno emanado del sistema político, de acuerdo a las reglas del
juego, nunca podría afectar a un ex-Presidente. Sin embargo, esto no fue
así: el ex- presidente Zedillo, miembro de su propio partido, rompiendo las
reglas del juego por primera vez desde tiempos del presidente Cárdenas,
propiamente expulsó del país a Salinas de Gortari si no en forma expresa, sí
en forma virtual. Si bien no afectó sus bienes, tal vez por no existir una
base jurídica –porque los gobiernos “revolucionarios” procuraron
establecer una legislación que solapa al delincuente político y le permite
delinquir impunemente, paradójicamente, dentro de la legalidad—, esta
sola acción de Zedillo marcó un importante precedente histórico. Durante
todo el sexenio del presidente Zedillo, y hasta el final de su mandato,
224
Carlos Salinas se auto-exilió en Irlanda, por ser este un país desde el que no
es fácil extraditar, al no existir acuerdos ad hoc con México. Esto lo hizo el
ex-Presidente de motu proprio por la espada de Damocles pendiente sobre
su cabeza, que significaba la voluntad política del Primer Mandatario para
hacer justicia al respecto y con conocimiento de causa, sin andar con
miramientos. Sin embargo, otra vez, con la administración de Vicente Fox,
aunque no de inmediato, Carlos Salinas regresó a México quitado de la
pena. Incluso muchos de los que gobernaron el país con Fox, en los
diferentes niveles, fueron cuando menos cómplices de Salinas en la
estructuración de su esfera de poder y en sus acciones delictivas.
Tras el lamentable asesinato de Colosio, al que se llamó sin rubor
magnicidio, y ante su previa y oportuna descalificación para la candidatura
del PRI a la Presidencia de la República, Camacho señala lo siguiente:
“El frente más difícil, sin embargo, estaba en la retaguardia. En la Ciudad
de México, dentro del propio PRI y del gobierno, crecían la animadversión
y hasta la envidia: ‘¿Que se siente ser tan popular y aparecer en la primera
plana del New York Times?’ Entre más éxito teníamos en nuestra misión de
paz, más preocupación desataba mi labor en la Ciudad de México. En la
campaña del PRI, se creía a pie juntillas que toda nuestra actividad no tenía
otro propósito que impulsar mi candidatura a la Presidencia […] Ellos, para
tener éxito, debían posicionarse en una coyuntura donde las campañas
presidenciales habían pasado al segundo lugar frente a lo que acontecía en
Chiapas […] Ninguno de nuestros adversarios creyó que queríamos utilizar
la fuerza que teníamos en la opinión pública para impulsar la paz. Estaban
convencidos de que nuestro verdadero objetivo era alcanzar una
candidatura, ya fuera sustituyendo a Colosio o desde afuera, enfrentando al
PRI. En la capital de la República—en las altas esferas de la política— no
importaban la paz en Chiapas, la democracia ni la justicia. Importaba el
poder. Había una sola pregunta: ‘¿Va usted a ser candidato a
presidente?’ […] En medio de las posiciones de unos y otros, de quienes
me alentaban a lanzar mi candidatura –muchos que después vi reaccionar
con cobarde oportunismo— y de quienes me amenazaban si lo hacía,
transité durante diez días con el ánimo de proteger los acuerdos de Chiapas
y tomar la decisión más responsable. […] Sin consultarlo con el Presidente
ni con nadie, el 21 de marzo salí a declarar que no sería candidato bajo
ninguna circunstancia. Mi olfato me decía que algo grande podía ocurrir;
pensaba que sería una crisis económica con la cual se deslegitimaría lo
avanzado en Chiapas y me harían responsable frente a la sociedad. Lo
225
último que imagine fue que dos días después ocurriría un crimen
abominable: el asesinato de Luís Donaldo Colosio”87.
Carlos Salinas de Gortari tuvo que considerar un sin número de
posibilidades, hasta la de reformar la Constitución, para habilitar y barajar
como candidatos algunas de sus cartas de mayor confianza, como por
ejemplo la de Pedro Aspe, su Secretario de Hacienda uno de los que
consideraba de confianza y en un futuro, fácil de manejar. Sin embargo, por
más vueltas que le dio al asunto, y ante el apremio que la situación
reclamaba; con “el dolor de su corazón” tuvo que nombrar al Secretario de
Educación, al cual despreciaba y al que había sacrificado, quitándole la
importante cartera de la Secretaría de Programación y Presupuesto para así
poder armar la SEDESOL, destinada a quien él consideraba como su
delfín, para que la utilizara como un valioso instrumento estratégico de
captación clientelar y de votos, lo que en los hechos se dio. Esta fue la
circunstancia que ahora violentaba todo el proceso previsto por Salinas y
que en cierta forma, con el comportamiento distinto de Zedillo, quien salió
electo y ahora como nuevo mandatario, su compromiso político era sólo
con el Estado mexicano, y ya no estaría al servicio del ex-Presidente, esto
iba a romper con la continuidad del sistema y con sus reglas del juego.
Con el asesinato del candidato oficial, al final del sexenio la economía
también se violentó, provocando la caída de las reservas y la compra
masiva de tesobonos con cobertura cambiaria por parte de los
inversionistas para protegerse. Aunado a esto, se sumó el aumento en tasas
en los mercados internacionales y aumentó la deuda a corto plazo,
constituyendo todo esto una bomba de tiempo cuya peligrosidad Salinas,
como economista, conocía perfectamente, de modo que incluso al final del
sexenio, se comprometió con Zedillo a devaluar el peso, pero Pedro Aspe,
en actitud mezquina y anti patriota, lo convenció de lo contrario,
presentando su renuncia anticipada para que la bomba tronara en las manos
del nuevo secretario de Hacienda, Serra Puche, pero ya en el tiempo del
presidente Zedillo. Y para rematar, Salinas sacrificó las medidas de ajuste
económico absolutamente necesarias para desactivar la bomba de tiempo al
final del sexenio, lo que debió haber hecho antes de la toma de posesión del
nuevo Presidente. Y además lo hacia también para no entorpecer su
campaña para lograr la Presidencia de la OMC (Organización Mundial del
87Manuel
Camacho Solís 256-259.
226
Comercio). Así, se faltó a una de las reglas no escritas del sistema político
mexicano, que establece que el Presidente saliente debe limpiarle lo más
posible de escombros el camino al entrante. De esta manera, aunado a un
manejo imprudente por parte de las autoridades hacendarias del nuevo
Gobierno, precisamente para realizar los ajustes pendientes que debió haber
hecho la administración de Salinas, se precipitó la crisis económica que
ahora se heredaba, por lo que la Administración del Presidente Zedillo,
inició con un gravísimo descalabro para la economía de los mexicanos. Sin
faltar, como siempre la especulación con las divisas que en estos casos
suelen aprovechar, preparándose con tiempo, los que cuentan con la
información privilegiada.
Joaquín Clausell, Rocas en el Mar
CAPITULO V.
EL PRESENTE Y EL SIGLO XXI
1.- TRANSICIÓN HACIA LA DEMOCRACIA
227
Aunque el actual sistema político mexicano se consolidó a mediados
del siglo XX y ha prevalecido en los últimos 84 años, no podemos
desconocer que desde que se empieza a gestar la cultura mexicana, tanto las
raíces mexicas como las españolas contribuyeron con su cultura política al
desarrollo de la mexicana en donde se pueden encontrar muchos de los
vicios y virtudes de ambas culturas, relacionados con el manejo del poder.
En donde la democracia propiamente no existía y eran las elites en las dos
culturas las que decidían acerca del poder.
Dos de ellos: la legalidad aparente y la prepotencia de la autoridad.
En el ejercicio del poder político en México, los actos podrán estar
bien o mal hechos, pero tienen que ser o aparentar ser legales (la legalidad
como herencia de la cultura romana). Y la autoridad representaba ya desde
entonces algo elevado y metafísico que imponía, más que respeto, temor.
En el primer caso, Hernán Cortés habiendo sido enviado por Diego
Velázquez, gobernador de la Isla de Cuba, a la exploración de tierra firme,
y habiendo sido nombrado su lugarteniente para esa ocasión y propósito.
Cuando se da cuenta de la importancia y trascendencia de una posible
conquista de estos nuevos reinos y territorios, decide desprenderse de la
dependencia de Diego Velázquez, pero para hacerlo todo legalmente,
primero se hace nombrar “Capitán General y Justicia Mayor” por, los
integrantes del Ayuntamiento de la Villa Rica de La Veracruz, a quienes él
mismo previamente había nombrado; en esta forma ahora dependería
directamente de Carlos I de Castilla. De esta manera, le dio el viso de
“legalidad” necesario, con el mismo enfoque y justificación que todavía
prevalece en el sistema político mexicano hasta nuestros días. En el
segundo caso, en lo que respecta a la prepotencia; la soberbia de los
emisarios de Moctezuma Xocoyotzin, exhibida frente a los cempoaltecas a
través del maltrato que les daban, para imponer su autoridad, incluso
cuando iban a cobrar el tributo, quedó en evidencia ante el conquistador,
quien supo astutamente aprovechar el resentimiento del dominado y
volverlo a su favor y contra el imperio dominante, habiendo sido esta la
clave para la conquista. Pero desgraciadamente los españoles aprendieron
también el principio de que es preferible, en cuestiones del poder político,
infundir temor en vez de respeto. Niccolo Machiavelli en esa misma época
describía esto en De Principatibus: "Los hombres tienen menos
consideración en ofender a uno que se haga amar que a uno que se haga
228
temer; pues el amor se retiene por el vinculo de la gratitud, el cual por la
perversidad de los hombres, es roto en toda ocasión de propia utilidad; pero
el temor se mantiene con el miedo al castigo que no abandona a los
hombres nunca."
Durante los 300 años de virreinato, se dio también una aculturación
en materia política por medio de un poder impuesto, con altos grados de
corrupción e impunidad para el poderoso, dos factores negativos
arrastrados hasta el presente. Y aunque es innegable que hubo algunos
gobernantes de excepción y un intento democrático al final del virreinato,
forzado por la invasión de Napoleón a España y que se manifestó en las
diputaciones provinciales, creadas por las Cortes de Cádiz 88.
En todas las constituciones que ha tenido México se ha establecido la
separación de poderes, y el sistema democrático, sin embargo, dicha
separación de poderes y la misma democracia, desde los orígenes del
Estado mexicano en 1824 hasta la fecha, solo se ha dado en forma
esporádica y esto fue en la época juarista; en las elecciones de Madero
durante la revolución de 1910; y en el año 2000 con la elección de Vicente
Fox; fuera de esto nunca más se ha dado la democracia en México y la
separación de poderes ha sido relativa, nunca a plenitud; como debería ser.
La clase política que actualmente conocemos, nutrida, a través del
tiempo, por una serie de vicios que influyeron para consolidar su
hegemonía, poco a poco, fue desplazando a los buenos ideólogos,
prevaleciendo al fin los líderes más desfavorables, a los que no les
importaban los procedimientos éticos ni los medios a los que tuvieran que
recurrir para lograr sus fines. Éstos fueron quienes se convirtieron en los
gobernantes, con una cultura política de corrupción y codicia que
contaminó a la sociedad misma, acostumbrándola a ser tolerante con un
sistema político efectivo, sí, pero embaucador y a todas luces injusto e
inconveniente para la salud social del Estado mexicano y para la inmensa
mayoría de su población; a la que se ha dedicado a explotar para el
beneficio de una minoría privilegiada creando una brutal desigualdad social
y provocando la migración de millones de mexicanos hacia los EU. hasta
hoy día.
88
La Constitución de Cádiz se juró en el reino en septiembre de 1812. Véase: Josefina Zoraida Vázquez,
coord., Interpretaciones de la Independencia de México (México: Patria) 24.
229
El principal objetivo del sistema político mexicano ha sido la
permanencia en el poder del grupo gobernante por cualquier medio y a
cualquier costo, pero, siguiendo las enseñanzas del Porfiriato, guardando
siempre las formas y las apariencias, dándole a todo un viso ficticio de
legalidad y democracia. Desde un principio, los hechos desmintieron a las
palabras; se decía que se cumplía religiosamente con la Constitución: “que
se dé la separación de poderes”, pero nombrados y controlados por el
ejecutivo; “que haya elecciones libres”, pero manipuladas por un gobierno
autoritario; “que se exalte el agrarismo, que dio origen a buena parte de la
Revolución”, pero que se aniquilen a los auténticos líderes agrarios, como
Zapata y Rubén Jaramillo, entre miles de ellos, hasta a los recientes de
Aguas Blancas, Guerrero, y los que siguen día con día.
Sería injusto dejar de señalar y reconocer, en esta recapitulación, del
sistema político, que también hubo verdaderos líderes que creyeron en los
ideales revolucionarios y que buscaban el cambio favorable del estado de
cosas para lograr un México más justo sin pensar en el beneficio personal.
Sin embargo, con su buena imagen involuntariamente contribuyeron con el
mismo sistema al darle credibilidad, y muchos siguen haciéndolo, por
supuesto sin proponérselo; la seriedad y buena imagen de estas personas
hicieron creer que los cambios fundamentales necesarios se estaban y se
están dando.
El sistema captó y asimiló los procesos más negativos y sofisticados
en el manejo histórico del poder, utilizando la fuerza y la represión, incluso
el asesinato, sin miramientos hacia los que no estuvieran con él, utilizando
la “centralización” autoritaria del poder (paradójicamente, una de las
principales premisas de los conservadores), inspirados por una filosofía
pragmática y manipulando la información y las conciencias por medio de la
propaganda para la imposición de la hegemonía política sobre todo y sobre
todos. Se dio el Maximato de Calles como una solución para aparentar la
democracia, que al fin esto era sólo lo que importaba, su apariencia.
Como un paréntesis positivo en el manejo del poder político y la
salvaguarda del patrimonio nacional se dio con Cárdenas al a terminar con
el Maximato, sin embargo la falta de democracia continuaría. Cárdenas,
recupera la dignidad para la presidencia de la república y pone en orden a
las compañías petroleras quienes pretendían ser un Estado dentro del
230
Estado mismo, al final de su mandato realizó una decisión política en cierto
sentido patriótica y notable, al sacrificar a su grupo socialista, que era
ideológicamente compartido y apoyado por él, y que era encabezado por su
entrañable amigo, Francisco J. Múgica, evitando que este llegara a la
presidencia e imponiendo a Manuel Ávila Camacho. Este hecho fue bien
recibido en el exterior y contribuyó para continuar con el período de
estabilidad y adaptabilidad del sistema, sin importar que no hubiera
democracia. Al buscar Cárdenas, con esta medida, evitar una posible crisis
tanto económica como política y viendo siempre y ante todo por lograr el
bien de la nación, el bien común, olvidándose de sí mismo y de su grupo;
en esta forma se convierte en uno de los muy pocos estadistas que ha tenido
México
El sistema finalmente se volvió conservador y anticomunista por
obra y gracia del Macarthismo estadounidense, rechazó la democracia
interna en su partido y al sistema lo llevo a una esclerosis crónica. El
entorno internacional se caracterizó por una marcada dependencia de los
Estados Unidos, lo que ha distinguido al sistema político mexicano
unipartidista desde la época posrevolucionaria, manifestándose en una
actitud obsesiva de los diferentes jerarcas del grupo “revolucionario” por
lograr, a cualquier precio, el reconocimiento del vecino país del Norte
(Tratados de Bucareli). Sin embargo, y paradójicamente, para guardar las
formas, siempre se han manifestado contrarios a los Estados Unidos en la
retórica, pero esto solo ha sido a ese nivel, porque en los hechos, salvo
algunas excepciones, siempre han tenido una marcada tendencia al
entreguismo, habiendo llegado incluso, sus más altas autoridades, en casos
vergonzosos, a servirles de informantes e instrumento para fines contrarios
a los del Estado mexicano y afectando su soberanía.
Con don Adolfo Ruiz Cortines se consolida y refuerza la estabilidad
política de un sistema que mantenía relativamente satisfechas a las partes,
estimulado por un periodo de posguerra, de bonanza económica y de un
aparente desarrollo bien administrado que continuaría con López Mateos y
terminaría a finales de la década de 1960 con el gobierno del Lic. Gustavo
Díaz Ordaz, en donde el autoritarismo, la falta de democracia, las
manifestaciones mundiales de protesta en contra del desarrollismo, las
maquinaciones de su Secretario de Gobernación y la celebración de las
Olimpiadas, dan origen en México a los acontecimientos sangrientos del 2
231
de octubre de 1968. En esta forma se inicia la crisis radical de un sistema
cerrado estructuralmente a toda apertura o posibilidad de cambio. A partir
de Díaz Ordaz, la crisis es matizada y profundizada; se inicia una secuencia
de crisis sexenales económicas y políticas causada por la demagogia del
echeverrismo, la frivolidad del régimen de la “abundancia” de López
Portillo y la tibieza gris del régimen de Miguel de la Madrid, llegando a
una profundización mayor de la crisis con el fraude de 1988 a nivel de
golpe de Estado pero negociado entre el PRI y el PAN, y los desmanes del
salinismo, sus intenciones reeleccionistas, el encumbramiento del
enriquecimiento económico de sus aliados financieros y su obsesión por un
nuevo Maximato, en donde se acentuaría el desmembramiento de la
comunidad política de su partido.
Con el fin del régimen de Salinas, el sistema entra otra vez en crisis
profunda, tanto económica como política, en todas sus principales facetas.
Surge el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que
pone en jaque y en evidencia al régimen de Salinas y a la realidad
mexicana, e inicia una amplia difusión mundial del problema indígena de
Chiapas y de sus demandas de autonomía y reivindicación, a través del
Internet, lo cual probablemente lo salva del exterminio. Con los asesinatos
de Colosio, Ruiz Massieu y el cardenal Posadas Ocampo, se vuelve al
cuento del nunca acabar. El presente de México se caracteriza por el
agotamiento del llamado sistema político mexicano y por la superación del
unipartidismo.
El gran reto de México es acabar con la desigualdad de la sociedad,
con la injusticia y la impunidad para el poderoso, devolver la soberanía
nacional a su pueblo y mejorar la calidad y las condiciones de vida para
todos y no solo para una absoluta minoría.
Algunos piensan que en México ya existe la democracia, de hecho
ha existido en la letra de la ley, pero todavía no es una realidad actuante y
efectiva para la salud del Estado mexicano, y no lo podrá ser mientras se
puedan fácilmente manipular las conciencias por múltiples formas, que van
desde el prejuicio religioso y el favor político, hasta el bombardeo
constante de los medios con mentiras y manipulación de la información,
auspiciado lamentablemente por el mismo gobierno; mientras la mala
educación de la mayoría de los mexicanos, entregada como botín sindical,
los incapacite para ejercer el mínimo análisis critico. De tal manera que el
232
que dispone de más recursos para la propaganda, puede llegar a captar
muchos más votos a su favor. En un país como en México en donde por el
hambre se puedan comprar votos no puede existir la democracia.
2.- ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN
Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) resultó ser una rara
avis, un personaje que, entre otras cosas, por su honestidad era totalmente
inelegible bajo los cánones tradicionales y estrictos del sistema. Sus
orígenes vienen de la clase media modesta. Su madre había sido gente de
partido, militando en el PRI como tanta otra gente que, con buenas
intenciones políticas, lo hizo en su oportunidad, por un lado creyendo en
los ideales verdaderamente revolucionarios y por el otro sin comprender
realmente a quién se estaba sirviendo. Tal vez fue ella de quien Ernesto
heredó la vocación política y por supuesto la filiación partidista. Egresado
del Instituto Politécnico Nacional y con estudios de posgrado hasta
alcanzar el doctorado en economía por la Universidad de Yale, había sido
siempre una persona disciplinada y de lealtad institucional.
Afortunadamente Zedillo inició su carrera en el Banco de México,
una institución que, aunque era dependiente del Gobierno en ese tiempo,
admirablemente se mantenía al margen de la corrupción y de las intrigas
del medio oficial, y permanecía como una de las grandes instituciones del
México posrevolucionario. Fundado en 1925 por el Presidente Calles, el
Banco de México ha tenido una gran tradición de seriedad y un escrupuloso
manejo administrativo, continuado por gente como don Rodrigo Gómez y
tantos otros verdaderos banqueros. Esta institución fue semillero de
grandes profesionales en materia económica. Allí destacó Ernesto Zedillo
como brillante economista, donde concibió un ingenioso sistema de
cobertura cambiaria para proteger a las empresas de las fluctuaciones en el
cambio de la moneda dentro del proceso de inflación que se vivía en la
segunda mitad de la década de 1980, lo que ayudó a que muchas de ellas
sobrevivieran y se conservara la fuente de trabajo correspondiente, que de
otra manera probablemente hubiera desaparecido.
Antes de 1988, y dados sus magníficos antecedentes como destacado
economista, Zedillo fue atraído por Salinas a la Secretaría de Programación
y Presupuesto, de la cual lo haría titular más tarde al ocupar la Presidencia
después de las cuestionadas elecciones de 1988, con la importante tarea de
233
asumir la administración del gasto público. Y aunque esto le daba la
investidura de un súper secretario, por la facultad de autorizar a todos los
miembros del Gabinete sus respectivos presupuestos, y para autorizar
también la participación federal de los gobiernos de los estados y
municipios de la República, Zedillo no sobresalió o no pretendió sobresalir
dentro de los miembros del Gabinete, además de que Salinas nunca lo
consideró (lo cual hablaba bien de él) dentro de la elite de sus allegados
más íntimos. Sin embargo, por su discreción y trabajo institucional
esmeradamente escrupuloso, fue de las gentes del Gabinete de más
confianza del Presidente; se le encomendó parte de la privatización de las
empresas del Estado, lo cual realizaba estrictamente de acuerdo a las
instrucciones presidenciales y con la debida lealtad llevada a un grado
extremo que seguramente motivó muchas frustraciones personales por
tener conocimiento de muchas acciones legales e ilegales de la Presidencia,
algunas de ellas inconfesables.
Ernesto Zedillo admiraba la personalidad de Benito Juárez y la
probidad y austeridad con que realizó el gran estadista la función pública,
considerándolo como un ejemplo al cual modestamente trató de imitar en
sus responsabilidades como servidor público. En lo poco que pude tratarlo
durante su cargo como Secretario de Programación y Presupuesto, me di
cuenta de que llevaba una vida personal modesta y de gran cohesión
familiar. Aunque pertenecía al PRI, no hacía vida de partido y se mantenía
al margen de las intrigas palaciegas. Políticamente, me parece y pienso que
dejó pruebas más que suficientes de que era un firme partidario de la
democracia y del fortalecimiento del Estado de derecho. Su responsabilidad
como funcionario público, miembro del Gabinete, la realizó de manera
seria e institucional. Todo documento que le hacían llegar lo leía en su
totalidad y, en las juntas de Gabinete, tomaba escrupulosamente nota, por
escrito, de todo.
Zedillo demostró que era gente institucional, disciplinada y sin
ambición desmedida. Cuando desaparecieron su Secretaría para formar la
SEDESOL, con el propósito de impulsar a Colosio hacia la candidatura
para la Presidencia de la República y al mismo tiempo construirle al
prospecto de Delfín un adecuado aparato de cooptación clientelar con fines
electorales y con el debido disfraz de institución para canalizar el gasto
social en el combate de la pobreza (cualidades que conserva hasta la fecha),
Zedillo recibió la cartera de la Secretaría de Educación; como no aspiraba a
234
la Presidencia y consideraba esa Secretaría de la mayor trascendencia, la
aceptó en forma disciplinada e incluso con aparente agrado. Posiblemente
esto le haya valido que en su oportunidad, cuando Colosio fuera designado
como el candidato del “partido oficial” a la Presidencia de la República, ya
que éste lo designaría como coordinador de su campaña política, aun sin
haber tenido la mínima experiencia partidista, pero a cambio ser alguien
digno de confianza por su lealtad y firmes principios. Posiblemente
también haya influido para esta designación el no haber sido miembro del
círculo íntimo del Presidente,
Con el asesinato de Colosio y su designación por exclusión de los
demás, como candidato sustituto a la Presidencia de la República por el
PRI, la vida de Ernesto Zedillo cambió radicalmente. Si ganaba las
elecciones, lo que no era muy difícil, a pesar de su debilidad como
candidato –como después se comprobó—, tendría en sus manos la increíble
posibilidad de hacer los cambios en que siempre había pensado, cuando día
con día, como Secretario de Estado, participaba o era espectador de primera
fila en actos de gobierno que reprobaba pero que tenía que tolerar, bien
porque no estaba en sus manos modificarlos o por disciplina institucional y
lealtad al Presidente y al sistema. En el inicio de su Administración, aún sin
superar todo el terrible impacto que produjo en la salud económica del
Estado mexicano y de la mayoría de los mexicanos en lo particular, la
actitud de Salinas de apoyar la negativa de su secretario de Hacienda, Pedro
Aspe, de oponerse a hacer los ajustes económicos necesarios y urgentes y
dar oportunamente las explicaciones pertinentes a la comunidad financiera
internacional, que hubieran cuando menos disminuido la crisis económica;
la principal preocupación del ahora Presidente fue la reforma electoral para
consolidar el inicio de la democracia en México, convocando para ello a
todas las fuerzas políticas en el país para la firma de un pacto en enero de
1995, en el que gobierno y partidos políticos se comprometían a lograr la
“reforma electoral definitiva” para alcanzar la democracia, como condición
sine qua non, para “el logro de la prosperidad”.
Existía un problema heredado de la Administración pasada, como
tantos otros, ocasionado por una controversia que se había suscitado tras las
recientes elecciones para Gobernador del Estado de Tabasco. Roberto
Madrazo, del PRI, había sido declarado ganador en unas elecciones
fraudulentas e inequitativas, tanto por el aparato de Estado utilizado a su
favor, como por la escandalosa cantidad de recursos económicos empleados
235
(39 millones de dólares), que le daban un triunfo cuestionable en contra de
Andrés Manuel López Obrador, del PRD, quien naturalmente se
inconformó y realizaba actos de resistencia por medio de manifestaciones,
movilizaciones populares y bloqueos en contra del injusto fallo. Zedillo
delegó la solución de este conflicto, como era natural, en el Secretario de
Gobernación Estaban Moctezuma, quien después de investigar el problema
por medio de consultores externos concluyó que las elecciones
efectivamente habían sido fraudulentas por las múltiples irregularidades y
negoció con Roberto Madrazo su renuncia, otorgándole un premio de
consolación: nada menos que la Secretaría de Educación Pública. Madrazo
había aceptado, y con esto se creía tener el problema resuelto para no
afectar el pacto político. Si nos detenemos para analizar este hecho, resulta
verdaderamente increíble el poco respeto del sistema político por algo tan
importante en la vida nacional como es la educación de los mexicanos, ya
desde la época de su antecesor, la Secretaría de Educación se le había
entregado como premio a Manuel Bartlett por el “hábil” manejo de los
resultados electorales mediante el fraude del 88. Después se la quitaron
para acomodar a Zedillo, que había sido desplazado para dar cabida al
designado para la presidencia. Zedillo, ya como Presidente, había
nombrado a su vez en esta importante cartera al señor Alsati, que se hacía
pasar por doctor (PHD), cuando ni siquiera se había
titulado en
licenciatura, lo que al saberse, por medio de la prensa, ocasionó su
renuncia. Al estar vacante esta Secretaría, ahora se le ofrecía en charola de
plata a quien ellos mismos habían comprobado que era un pillo. Este trato
que le han dado a la SEP., la calidad de su sindicato (SNTE) y de sus
líderes “morales”, han afectado en forma irreversible e increíblemente
grave, la calidad de la educación en México.
No contaba el Presidente con la cerrazón de su propio partido y de la
animadversión de la tradicional aristocracia palaciega compuesta por los
hombres ricos de las elites empresariales y de los inversionistas en la
política, tanto nacionales como locales en Tabasco; que no iban a arriesgar
“su inversión” ni mucho menos dar su brazo a torcer. “Moctezuma creía
todo resuelto el 17 de enero, día en que él, Zedillo y los dirigentes de los
partidos firmaron el pacto en Los Pinos. La promesa del Presidente de
solucionar el conflicto en Tabasco fue entendida por todos (menos por el
propio Madrazo) como anuncio de la inminente renuncia de Madrazo.
Quien luego de una reunión en Los Pinos, ese mismo día se presentó en la
residencia de columnas de cantera, en las Lomas de Chapultepec, para ver a
236
su mentor, Carlos Hank González, nos dicen los periodistas Preston y
Dillon: “Aunque retirado de la política y alejado de la vida diaria del PRI,
el profesor seguía ejerciendo gran influencia en el partido. Este le dijo que,
aparte de débil, el nuevo Presidente también parecía indiferente a los
intereses de la Revolución. En consecuencia, le aconsejó no dejar la
gubernatura y promover una corriente priista de sólido apoyo popular,
contraria a Zedillo y a los tecnócratas, fuerza que en el 2000 bien podría
llevar a Madrazo—y al bando de Hank en el PRI—hasta la primera
magistratura.”89
El colmo de la soberbia y del engreimiento es que el sistema
unipartidista haya llegado al extremo de identificar a los intereses de la
clase política del PRI (mayoritariamente ilegítimos) con los ideales de la
Revolución Mexicana al aseverar que quienes estaban en contra del
sistema, estaban en contra de la Revolución. Con esa misma visión se llegó
al extremo, con la ridícula estupidez de calificar a los fraudes electorales en
favor del PRI, como “fraudes patrióticos”. En esta forma, Zedillo tenía que
luchar en contra de propios y extraños para llevar a cabo la reforma política
que pudiera garantizar la democracia en México. En el caso de Tabasco,
pudieron más los intereses de los caciques locales del PRI que la situación
crítica del país y que el pacto político nacional comprometido con los
partidos políticos, e incluso más que la misma decisión del Presidente de la
República.
Indudablemente la Administración de Zedillo iniciaba con grandes
dificultades. Tenía que empujar cuesta arriba cuando menos dos enormes
rocas que al menor descuido amenazaban con aplastarlo: la crisis
económica y la crisis política, matizada por las pretensiones de
continuismo, todavía, del ex-Presidente Salinas, además del problema de la
reforma electoral y de la solución pendiente de los asesinatos de Colosio,
Ruiz Massieu y el cardenal Posadas. Al mismo tiempo que debía empujar
las grandes rocas, tenía que actuar también de malabarista de circo, para
sortear el cúmulo de problemas que iban aflorando sin desatender la
insurgencia en Chiapas. Zedillo debía cuidarse al mismo tiempo del
acecho de los buitres de la política, que siempre están pendientes de los
organismos aparentemente débiles para ayudar solícitos, si pueden, a su
derrumbe definitivo y engullirlos.
Conocer la historia de México, debería ser una obligación para todo
aquel que aspira a dirigir los destinos del país. Seguramente Zedillo aplicó
89
Julia Preston y Samuel Dillon, El despertar de México (México: Océano, 2004) 168-169.
237
estos conocimientos para el manejo del aspecto político; tenía presente la
etapa del Maximato de Calles y también la receta del Presidente Cárdenas.
Ni tardo ni perezoso, encerró en la cárcel al hermano del ex-Presidente,
acusándolo del asesinato de Ruiz Massieu (él mejor que nadie sabia de
muchas cosas). Volviendo a romper con esto el precedente sobre la
intocabilidad de los ex presidentes. En esta forma, le estaba mandando un
claro mensaje a Carlos Salinas, quien después de teatro y berrinche –realizó
una huelga de hambre en Monterrey—, pero lo entendió perfectamente y
fue de esta manera que se autoexilió en Dublín, Irlanda. En esta forma
cortaba de raíz las aspiraciones de continuismo no solo del ex-Presidente,
sino también de su grupo. Su firme convicción de que todos los grandes
cambios que debían hacerse en México constituían para él, además de una
gran oportunidad, una misión indeclinable e impostergable, lo hicieron
crecerse ante la circunstancia e iniciar incluso por uno de sus grandes
propósitos: el fortalecimiento del Estado de derecho, con el necesario
respeto irrestricto de la ley, iniciando por la función de Gobierno,
mejorando y despolitizando a los tribunales y poniendo especial atención
en la reforma del Poder Judicial, empezando por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
Zedillo sabía perfectamente que las reformas políticas llevadas a cabo
por Salinas en materia electoral fueron realizadas regateando el avance
sustancial, reflejándolo solo en apariencia y más para apagar los ánimos y
resentimientos ocasionados por el fraude del 88, pero sin ir a fondo y sin
que el Ejecutivo soltara el control electoral, olvidando incluso la promesa
hecha a don Luis H Álvarez de constituir un régimen de transición hacia la
democracia como compromiso por haber hecho posible su Presidencia
espuria, mediante la abstención y complicidad del PAN en el colegio
electoral, a principios de 1994. Sin embargo, y para no quedar del todo mal,
pero además forzado por el levantamiento en Chiapas y las presiones del
EZLN durante el proceso de las negociaciones, y siendo Secretario de
Gobernación Jorge Carpizo, quien tuvo una influencia positiva en la
estructuración, integración y mecánica del IFE; se convocó a los candidatos
a la Presidencia de la República Luis Donaldo Colosio, Cuauhtémoc
Cárdenas Solórzano y Diego Fernández de Cevallos, acompañados por el
resto de partidos contendientes, para que firmaran el 27 de enero el
Acuerdo Nacional por la Paz, la Justicia y la Democracia, que planteaba la
urgente necesidad de nuevas reformas electorales que llevarían más tarde,
ya con Zedillo, al IFE a la ciudadanización total. “El 23 de marzo se
aprobaron modificaciones al Artículo 41 constitucional para reconocer la
238
ciudadanización del IFE, así como la tipificación de los delitos
electorales.”90 .
Además de las presiones antes mencionadas del EZLN para alcanzar
una reforma electoral a fondo, y ya siendo Zedillo presidente, tomó
también en consideración un importante antecedente de denuncia ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la
Organización de Estados Americanos, en Washington, hecha por el
abogado nuevoleonés Luis Santos de la Garza acompañado de tres
miembros del Partido Acción Nacional de Nuevo León. Esta denuncia, que
presentaron a título personal el 12 de octubre de 1987, fue formulada en
contra del Gobierno Estatal y del Gobierno federal “ por mantener el fraude
como sistema en los procesos electorales y mantener una legislación que lo
propiciaba con la intervención del ejecutivo y del partido oficial,
controlando a las autoridades y a los procesos electorales y sin instancias
judiciales independientes a quien recurrir”91 alegando que con esta acción
arbitraria e injusta se violaba el tratado internacional firmado por México
como miembro de la (CIDH), celebrada en San José de Costa Rica en
noviembre de 1979, ratificado y firmado en México por López Portillo el 2
de marzo de 1981. La OEA le dio curso a la denuncia (Informe No 8/91
Caso 10.180, México) y falló a favor de los demandantes el 22 de febrero
de 1991. El asunto era muy grave porque se ponía en evidencia que se
estaba infringiendo un tratado internacional firmado por México y en esta
forma quedaba demostrada ante una instancia internacional la falta de
democracia en México y el incumplimiento de un Tratado Internacional.
Ahora más que nunca era necesario llevar a cabo las reformas
electorales definitivas para garantizar que el proceso para hacer efectiva la
democracia en México pudiera contar con los instrumentos legales
indispensables que le dieran certidumbre a las elecciones. Atendiendo al
clamor popular, con la reforma electoral se decidió sacar de la esfera
gubernamental al Instituto Federal Electoral (IFE) en 1996, eliminando al
Secretario de Gobernación como su presidente y convirtiéndolo en una
institución del Estado mexicano, independiente del Gobierno y con
autonomía propia. Para solucionar el problema de la calificación de las
elecciones, se decidió crear el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF), que substituiría al TRIFE y a los colegios electorales
del legislativo, quitándole toda relación con el Ejecutivo y pasándolo a la
esfera del Poder Judicial. “Otro aspecto relevante fue la modificación del
90
Carola García Calderón y Leonardo Figueiras Tapia, Medios de comunicación y campañas electorales
1988-2000 (México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2006) 118.
91
Luis Santos de la Garza, Los derechos humanos en materia política, análisis y documentos (Monterrey:
Universidad Autónoma de Nuevo León, 2001).
239
Artículo 99 de la Constitución Federal, con la cual también por primera vez
en la historia, estableció como máxima autoridad jurisdiccional electoral a
un Tribunal Electoral que formaría parte del Poder Judicial de la
Federación. Estas reformas a nivel de la Carta Magna fueron seguidas de
congruentes reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos
Electorales en sus artículos 74, 75, 76, 77 y 79, según decreto publicado en
el Diario Oficial de la Federación el 31 de octubre de 1996.”92 Además,
dentro de la misma reforma electoral se disponía que ahora el Jefe de
Gobierno de la Ciudad de México ya no fuera designado por el Presidente
de la República, sino que ahora sería electo por los habitantes del Distrito
Federal al igual que los jefes de las delegaciones y los miembros de la
asamblea del Distrito Federal.
El problema económico representaba una verdadera “papa caliente”.
Afortunadamente se recurrió a la instancia adecuada y William Clinton,
Presidente de los Estados Unidos, en contra de su Congreso, proporcionó el
auxilio económico que el Gobierno de Zedillo necesitaba para tranquilizar
a los mercados, a la comunidad financiera internacional y, en este caso, en
forma especial y seguramente condicionada, a los inversionistas
estadounidenses “afectados”. De esta manera se pudo hacer frente a la
crisis económica mediante un préstamo de miles de millones de dólares,
sobradamente garantizados con los ingresos del petróleo. A través de su
nuevo Secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz93 , y ya contando con el
apoyo económico necesario proporcionado por Clinton, el Gobierno de
Zedillo diseñó una estrategia para superar la crisis al hacer frente a la sobre
valuación del peso para fortalecer la planta exportadora, aprovechando de
esta manera las ventajas del TLC, lo que vino a fructificar a mediados del
sexenio. Para contar con recursos nuevos, en 1995 se aumentó el impuesto
al valor agregado, el IVA, del 10 al 15%, haciendo uso del voto de la
bancada priista, con la oposición del PAN y del PRD. Estos recursos
adicionales contribuyeron a que a mediados del sexenio se pudiera retomar
el crecimiento de la economía.
Por lo pronto, como ya lo apuntamos, mediante los “buenos oficios”
de Salinas y Pedro Aspe, la gente, en términos generales, pero
especialmente los más necesitados y principalmente los jóvenes, sufrieron
injustamente por la falta de visión estadista, por el egoísmo, la estupidez, la
rapacería, la codicia y la ambición desmedida de pésimos gobernantes que
se enriquecen impunemente a costa del pueblo. Sin embargo, el sufrimiento
92
Luis Santos de la Garza 36.
93
En 1998, Guillermo Ortiz pasaría a ser el Gobernador del Banco de México, que se convirtió en una
institución autónoma desde 1993, probablemente como requisito dentro del proceso de integración
económica con Norteamérica.
240
no fue para todos: una vez más los banqueros, los grandes empresarios, y
los amigos y socios de esos banqueros se acogieron bajo el amparo del
Fideicomiso del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA),
que había sido establecido con anterioridad por el Gobierno de Salinas
desde la reprivatización de la banca el 18 de julio de 1990, organizado
legalmente como fideicomiso para la protección del nuevo sistema bancario
y probablemente para “otros propósitos”.
Sin embargo, y desgraciadamente, el FOBAPROA no sirvió mucho
para su propósito en este caso, porque no fue precisamente a la gente, al
usuario, a la que se protegió, ni a la salud financiera del país, porque de
haber sido así se hubieran preocupado de salvaguardar los compromisos
bancarios de millones de jóvenes que habían contratado de buena fe
préstamos bancarios para adquirir su vivienda, su automóvil o para
financiar a su pequeña o mediana empresa. En cambio, se protegió a los
gigantes (muchos de ellos lucraron con el hecho) a través de la banca, casi
exclusivamente a medianos y grandes usuarios de la banca, y por supuesto
incluyéndola a ella misma. Y es que en México el ahorro en la banca casi
no existe por lo ínfimo de sus rendimientos. Lo que sí es considerable son
los depósitos en cuentas de cheques, por los que incluso la banca cobra
comisiones y los utiliza gratuitamente, en medida desproporcionada, para
especular con certificados de la Tesorería, CETES, obteniendo con esto y
muchas veces mediante el lavado de dinero ilegal, excelente rentabilidad
sin producir beneficio alguno para nadie excepto para ellos mismos. El
“rescate” de la banca se hizo no de la mejor forma, y sin las salvaguardas
que la circunstancia requería para evitar la especulación, el saqueo y el
fraude que desgraciadamente se dieron, como ya es costumbre en esos
sectores; lo que nos trajo a la mente una vez más la hipócrita frase de
López Portillo y como música de fondo el eco interminable su carcajada
macabra.
La cantidad destinada al rescate bancario fue enorme; se calcula que
superó los 65 mil millones de dólares, que se agregarían a la deuda pública
y que después se incrementarían y generarían un terrible gasto por
servicio, que en un principio fue de más de 7 mil millones de dólares
mensuales. Este enorme sacrificio para el pueblo de México, si bien
cumplió su cometido para rescatar a la banca y para que el sistema
financiero internacional siguiera “otorgando” su confianza a México, y
aunque en teoría este gasto debería ser recuperable mayoritariamente, no lo
fue así por decisiones políticas arbitrarias y por el abuso que hicieron de la
medida algunos banqueros, políticos y empresarios que especularon en esta
ocasión, otra vez como cuento de nunca acabar. A final, esta medida fue
otro más de los daños irreparables que el sistema corrupto ha ocasionado a
241
México. Sería deseable que este caso de corrupción no quedara impune,
toda vez que las personas que se beneficiaron injustamente y quienes lo
propiciaron tienen nombre y apellido y procede una investigación para
determinar su culpabilidad, o cuando menos para saber la verdad en caso de
que jurídicamente fuera imposible castigarlos como responsables, por la
posible prescripción de la acción judicial, sin embargo así se sabría quienes
verdaderamente recurrieron al FOBAPROA con justicia, porque así les
correspondía, con cuentas claras y procedentes, y quienes lo hicieron
burlando precisamente la justicia y enriqueciéndose a costa del pueblo de
México. Desgraciadamente el PRI y el PAN, en la Cámara de Diputados, se
negaron a dar a conocer esta información, alegando la violación del secreto
bancario.
Más tarde, con el propósito de “dar claridad a la contabilidad
pública”, se propuso al Congreso incluir la deuda del FOBAPROA en la
deuda pública “para mejorar el financiamiento de ésta y disminuir el pago
del servicio por la misma”. Después de múltiples discusiones y quedar en
evidencia los innumerables fraudes que había provocado la medida del
rescate bancario, se llegó a una alianza: “El 12 de diciembre de 1998, el
PRI y el PAN lograron finalmente la aprobación de una nueva ley de
rescate bancario. Los diputados perredistas votaron en contra. Como
resultado del acuerdo, la nueva ley destinó las deudas del rescate a una
categoría especial en los libros contables del Gobierno, no a la deuda
pública. Creó un nuevo órgano administrador del rescate, el Instituto para
la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), sujeto a normas y supervisión
más estrictas, aunque dotado asimismo de flexibilidad para costear deudas
y vender activos, y proveyó financiamiento para un programa de apoyo a
pequeños deudores. Exigió a los bancos pagar una mayor proporción de la
deuda. […] Los mercados respiraron aliviados, y la economía se mantuvo
estable.”94
El otro asunto político grave pendiente, también heredado, era la
rebelión indígena. El levantamiento de los indígenas en Chiapas, el 1º de
enero de 1994, por medio del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el
“EZLN”, surgió como reacción en contra del Gobierno espurio de Salinas,
pero esto fue solo como la gota que derramó el vaso, como la tregua que ya
no podía esperar. Y fue como un grito desgarrador en la selva, desesperado,
pero al mismo tiempo desafiante, lanzado por indígenas cansados de la
opresión, el despojo y la humillación sufrida por muchas generaciones. Ese
grito patético hizo despertar a la cruda realidad de México a los que
pregonaban el paso al Primer Mundo, a ese pequeño grupo integrado por
los dueños de México que piensan que todo México es como el ambiente
94
Julia Preston y Samuel Dillon, El Despertar de México (México: Océano, 2004) 238.
242
de fausto y derroche que los rodea. Los indígenas chiapanecos, haciéndose
eco de la voz del México mayoritario, del México desprotegido y
explotado, el México que migra como corriente incontenible hacia los EU.
Dejando todo y arriesgándolo todo, se expresó gritándoles en su cara:
“HOY DECIMOS BASTA”.
La vida de los indígenas, la de los pobladores de las sierras de Chiapas
había sido por siempre comunitaria, con sus propios usos, costumbres,
idioma y su forma de autogobierno de acuerdo a sus propias tradiciones.
Los indígenas, orientados y guiados ahora por líderes propios y gente de
afuera con otra preparación, e identificándose unos con otros; protestaban
en contra un capitalismo ajeno a su manera de ser y que despreciaba o no
tomaba en cuenta los aspectos sociales del desarrollo y por lo tanto
violentaba sus costumbres ancestrales. la protesta era en contra del
gobierno impuesto como siempre y de su política económica neoliberal
abusiva, haciendo gala de prepotencia, impunidad y corrupción,
continuando las prácticas de explotación ancestral por medio de grupos
paramilitares
Para tratar de entender un poco la razón de ser de este movimiento,
debemos analizarlo desde los tiempos del obispo fray Bartolomé de las
Casas, quien en el siglo XVI fuera propuesto al Papa como obispo de
Chiapas por el emperador Carlos V. En ese tiempo, se daba en la región, a
través de las encomiendas, una explotación inhumana que ya hemos
analizado(tres siglos de virreinato). A fray Bartolomé se le ha considerado
como defensor de los pueblos indígenas, calificación ganada a pulso por su
lucha en contra de la esclavitud de los indios y precisamente por los
enfrentamientos que tuvo el autor de Historia de la destrucción de las
Indias, en contra de miembros del alto clero de la Iglesia Católica y de
miembros de la nobleza política, ambos interesados en la explotación de las
Indias, por lo que les convenía que los indígenas fuesen considerados, si no
como animales irracionales, así lo habían propuesto, si como seres
inferiores que pudiesen ser explotados en calidad de esclavos. A pesar de
que Bartolomé de las Casas consagró su existencia a la defensa de los
indígenas en contra de la explotación esclavista, la explotación del indígena
se dio durante toda la Colonia y continúa hasta la actualidad, sin importar
la independencia en 1821 ni el movimiento revolucionario de 1910. Y sin
embargo, la explotación persiste hasta nuestros días, solapada ahora y
agravada por el burocratismo y la corrupción de gobiernos
“revolucionarios” y de sus seguidores y beneficiarios.
El levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional,
EZLN, y su acción en Chiapas, tuvo sus causas, antecedentes más
243
inmediatos y sus motivaciones teóricas en dos hechos fundamentales y
trascendentes ocurridos en el año de 1968. El primero fue la matanza del 2
de octubre y los cruentos hechos consecutivos para acabar con el
movimiento social contra el autoritarismo y la antidemocracia, lo que
provocó la represión y persecución ideológica, obligando a que algunos de
los líderes sobrevivientes de ese movimiento, casi todos de la llamada
izquierda, decidieran continuar con su actividad de oposición en la
clandestinidad en diversas partes de la República. Varios de ellos se
refugiaron en Chiapas, tratando de sobrevivir, convivir e identificarse con
la causa indígena. El segundo hecho fue sin duda la celebración, en ese
mismo año, de la Segunda Conferencia General del Consejo Episcopal
Latinoamericano (CELAM) en Medellín, Colombia, con la participación de
destacados teólogos latinoamericanos, como Gustavo Gutiérrez, de Perú,
Helder Cámara, Leonardo Boff, de Brasil, y Samuel Ruiz, de México,
presidente de la Comisión Pastoral Indígena, entre muchos otros destacados
personajes tanto católicos como protestantes. Esta conferencia cambió la
concepción que se tenía de la responsabilidad y el compromiso de la iglesia
de Jesucristo, para orientarla ahora con los más necesitados.
La II Conferencia del CELAM fue causa del surgimiento, más tarde,
de la llamada “Teología de la Liberación”, que entre muchas cosas buscaba
replantearse el papel de la religión en la sociedad y traducir la
preocupación por la pobreza en acciones concretas, postulando a la Iglesia
entendida como una comunidad religiosa al servicio del pueblo y
comprometida con todos, pero ahora particularmente con los más pobres,
que tradicionalmente han sido considerados solo como el pretexto de la
acción y no como el verdadero objeto de la acción misma, ayudando a
identificar y combatir radicalmente las causas de la pobreza. Se cuestionó
también la tendencia de la Iglesia como estructura de poder, ligada siempre
al poder político aun cuando éste no fuera legítimo y al poder económico
por tradición y conveniencia. Se buscó el planteamiento de un nuevo
proyecto social para la transformación benéfica de la sociedad, que la
ayudara a superar los lastres y lacras que significan la violencia, la
inseguridad, la opresión, la impunidad y la pobreza.
Los pueblos indígenas respetaban la guía pastoral religiosa del
obispo de San Cristóbal de las Casas, y lo consideraban digno sucesor de
fray Bartolomé. Los ex-líderes guerrilleros que se habían integrado a los
diferentes ejidos, y que les ayudaban en su lucha contra la burocracia y la
corrupción del Gobierno Estatal y Federal, también refrendaron el mismo
respeto y reconocimiento a la labor del Obispo. “La diócesis de San
Cristóbal respaldaba sin titubeos el trabajo de los militantes de Unión del
Pueblo. Era necesario, pensaba don Samuel, apoyar a los indígenas en su
244
lucha por la liberación. Así lo confirmó, a finales de 1975, en la Primera
Asamblea Diocesana. Los trabajos que culminaron en ella, muy intensos,
estaban inspirados en la resolución del Concilio Vaticano Segundo, que
recomendaba la reflexión para delinear, en cada diócesis la estrategia de la
nueva Iglesia. El 28 de noviembre durante su clausura, el obispo proclamó,
solemnemente, la opción por los pobres.”95
Naturalmente el CELAM estaba en contra de la violencia, pero en contra
también de la situación desfavorable de los indígenas, de la apatía
burocrática y de la perversidad gubernamental que en México los utilizaba
sólo como cosa electoral, de folclore y teatro en los actos de campañas
políticas, relegándolos a la marginación y al desamparo de una justicia
viciada a la orden del mejor postor. Estos factores, aunados a la cerrazón
del gobierno y al recrudecimiento creciente de la problemática indígena sin
aparente solución, trajeron como consecuencia el movimiento armado en
Chiapas. Sin embargo, la guerra zapatista, lejos de ser la voluntad de todos
los indígenas, ocasionó una gran conmoción, en términos generales, entre
las familias indígenas chiapanecas que no apoyaban la rebelión, pero
principalmente en aquellas familias ubicadas en las mismas zonas del
EZLN. Es difícil decir con precisión cuántas eran, pero se hablaba de
cuando menos el rechazo a la violencia de más del 50%. El verdadero
problema para estos indígenas fue que por el solo hecho de no apoyar la
rebelión, decenas de miles de campesinos perdieron todo lo que tenían y
tuvieron que emigrar a otras poblaciones en donde no eran bien recibidos,
donde tenían que arreglárselas para sobrevivir y empezar de nuevo. De esta
manera, las gentes que por razones naturales, perfectamente comprensibles
y justificables, temían a la violencia y se mantuvieron al margen de la lucha
zapatista para no arriesgar a sus familias, muchos de ellos fueron tratados
por los zapatistas con intolerancia y un rigor extremo e injusto, acusándolos
de traición y expulsándolos y siendo desplazados de las comunidades que
tanto esfuerzo les había costado formar, siendo ahora repudiados tanto por
los zapatistas como por las otras comunidades chiapanecas afectadas. Esto,
aunado al pésimo manejo del problema por parte del Gobierno, al pasar de
los años trajo como consecuencia no solo que la problemática que ocasionó
el levantamiento siguiera igual o peor, sino que las condiciones económicas
se deterioraron con la caída en la producción del café, el principal producto
de la zona, y con la dispersión y reacomodo de las familias desplazadas y
las divisiones en las diferentes comunidades.
Por otro lado, es importante analizar que la izquierda mexicana,
encabezada por el presidente Lázaro Cárdenas del Río, en 1940, se hizo a
un lado por voluntad propia, al considerar que así le convenía al Estado
95
Carlos Tello Díaz, La Rebelión de las Cañadas (México: Planeta, 2006) 77.
245
mexicano, tomando en cuenta el entorno mundial de su tiempo y la
situación de México frente a los EU., dejando libre el paso a un Gobierno
de derecha, encabezada por Manuel Ávila Camacho. Probablemente la
decisión de Cárdenas era la acertada pero el resultado fue negativo, porque
lejos de prestarse el sistema político unipartidista al debido juego
democrático que hubiera permitido la sana alternancia ideológica
(izquierda-derecha), la izquierda fue reprimida por el sistema que se había
vuelto conservador hasta marginarla y orillarla a la clandestinidad por
varias décadas. No fue sino hasta en tiempos de López Portillo, en 1977,
que se dio la reforma política, elaborada por Reyes Heroles, no tanto como
un gesto de justicia social del sistema sino solo por seguir guardando las
formas. Sin embargo, esto trajo consigo una amnistía que le permitió a la
izquierda volver a la superficie. Pero se les siguió reprimiendo
constantemente y con el fraude del 88 por la misma razón (dar vigencia al
neoliberalismo económico) se les hizo una vez más a un lado y se asesinó
posteriormente a cientos de sus miembros.
Los indígenas, aunque no se identificaban con ningún partido
político, ni siquiera con la llamada izquierda, se vieron en el mismo espejo,
y sin esperar más, aceptaron ser asesorados y organizados por los exguerrilleros. En esta forma, redactaron la Primera Declaración de la Selva
Lacandona en diciembre de 1993, cuando decidieron lanzarse a la lucha
armada al no ver otra salida. En su Declaración recurren a la Constitución
mexicana y enfatizan la necesidad de hacer valer el Artículo 39
constitucional, para que sea respetada la soberanía nacional, residente
“originalmente en el pueblo”, y hacer valer para éste “el inalienable
derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”. En el documento
se hace un recuento histórico de la opresión y de la explotación indígena, se
señala ésta como producto de 500 años de lucha en contra de la esclavitud
para llegar al final del siglo XX no solo en las mismas condiciones de
pobreza y desamparo a que fueron sometidos en un principio, sino en
condiciones peores en la actualidad, sin esperanza, sin la posibilidad de
tener “nada, absolutamente nada, ni un techo digno, ni tierra, ni trabajo, ni
salud, ni alimentación, ni educación, sin tener derecho a elegir libre y
democráticamente a nuestras autoridades, sin independencia de los
extranjeros, sin paz ni justicia para nosotros y nuestros hijos.”96
“HOY DECIMOS ¡BASTA!”, continuaban en la Primera Declaración de la
Selva Lacandona, que los indígenas habilitaban como una verdadera
declaración de guerra en contra del gobierno ilegítimo de Carlos Salinas de
Gortari y donde pedían a los poderes legislativo y judicial “restaurar la
96
Primera Declaración de la Selva Lacandona, ZAPATISTAS, Guillermo Almeyra, Emilio Thibaut,
Maipue, 2006
246
legalidad y la estabilidad de la nación deponiendo al dictador”, pedían a los
organismos internacionales su vigilancia para la protección de la población
civil, acogiéndose el EZLN a la Convención de Ginebra en cuanto a las
leyes sobre la guerra se refiere, estableciendo que “nuestra lucha se apega
al derecho Constitucional”97 y establecían órdenes para ser llevadas a cabo
por el EZLN, que en forma abreviada eran las siguientes:
1. Avanzar hacia la capital del país, venciendo al Ejército federal.
2. Respetar la vida de los prisioneros y entregar a los heridos a la
Cruz Roja Internacional.
3. Iniciar juicios sumarios contra los soldados del Ejército mexicano
y la policía política, acusados de traición a la patria o de represión y
maltrato a la población civil.
4. Formar nuevas filas con todos aquellos mexicanos que manifiesten
sumarse a nuestra justa lucha.
5. Pedir la rendición general a los cuarteles enemigos, antes de
iniciar combate.
6. Suspender el saqueo de nuestras riquezas naturales en los lugares
controlados por el EZLN.
Con un llamado a otros grupos en la República para integrarse a las fuerzas
insurgentes del EZLN, se lanzaron a la lucha armada a finales de diciembre
de 1993, haciéndolo público el 1º de enero de 1994 con la toma de San
Cristóbal de las Casas. De esta manera, se inició de inmediato el
enfrentamiento armado con el Ejército.
Afortunadamente el día 12 de enero, el régimen de Salinas, con la
intervención y consejo de Manuel Camacho Solís, decretó el alto unilateral
al fuego en contra de los zapatistas. Habría que preguntarse si esta decisión
la tomaba Salinas con el único objetivo de empezar a controlar el problema
en Chiapas o también con miras a capitalizar electoralmente la
espectacularidad de la misma en beneficio del presunto candidato alterno,
“el EZLN recibió con incredulidad la noticia de cese al fuego anunciado
por Salinas. A pesar de ello (“chin, pérate, algo pasó, se supone que esto
debe pasar cuando tengamos meses peleando”), la tregua fue aceptada de
inmediato por el subcomandante Marcos” (citado por La Jornada). En su
comunicado del 12 de enero, en efecto, el Subcomandante ordenaba a sus
hombres suspender “toda operación ofensiva en contra de las tropas
federales” (EZLN, comunicado del 12 de enero, México enero de 1994,
publicado por La Jornada el 18 de enero de 1994). La facilidad con que los
zapatistas aceptaron detener el fuego sorprendió también a su vez al
97
Primera Declaración de la Selva Lacandona, ZAPATISTAS, Guillermo Almeyra, Emilio Thibaut,
Maipue, 2006
247
Gobierno de la República.”98 Esto por supuesto abrió la posibilidad al
diálogo, el cual se logró después de mucha reticencia por parte de los
zapatistas y después de rechazar la amnistía ofrecida por el Gobierno
Federal y Estatal, porque decían: “no tienen nada de qué perdonarnos o ¿de
qué nos van a perdonar?.....”. Más tarde, el diálogo se llevó a cabo en la
Catedral de San Cristóbal de las Casas a través del Comisionado para la
Paz en Chiapas del Gobierno de Salinas, Manuel Camacho Solís, del
obispo de San Cristóbal, don Samuel Ruiz, como mediador, y los zapatistas
encabezados por el subcomandante Marcos. El dialogo se inició hasta el 21
de febrero. “Las jornadas para la Paz fueron en extremo difíciles. ¿Qué
hacer con los temas nacionales, con los puntos sobre la destitución de los
más altos niveles de Gobierno –empezando por el Presidente de la
República—, con el tema de la beligerancia?, ¿Cómo avanzar en el proceso
sin afectar a las instituciones y al proceso electoral? […] Con márgenes
muy pequeños, en condiciones de excepción, se revisaron las 34 peticiones
del EZLN y se prepararon respuestas. […] De la máxima desconfianza
pasamos a un diálogo verdadero.”99
Afortunadamente el EZLN nunca estuvo ligado al tráfico de drogas, ni
recurrió sistemáticamente a los secuestros como medidas para allegarse
fondos, ni practicó ninguna táctica terrorista. Más bien fue un grupo
revolucionario idealista fuertemente caracterizado por el pensamiento
indígena y por la interpretación del pensamiento de su líder, el
subcomandante Marcos, que en esas condiciones de excepción y mediante
el manejo de una prosa amena cargada de sustancia en la explicación de la
realidad indígena, de las razones que motivaron su levantamiento y él
mismo como protagonista de primer nivel, se fue haciendo poco a poco de
un auditorio mundial, ganándose la simpatía de muchas regiones del
mundo, especialmente de Europa y particularmente de Francia, entre varios
otros países. Esto, además de validar en cierta forma su movimiento, le
otorgaba de hecho un salvoconducto para evitar cualquier pretendida
acción de exterminio por parte de algunos sectores interesados, que no
apartaban de su mente esa idea, y de algunos otros grupos, particularmente
del Gobierno. Para el conflicto en Chiapas, Ernesto Zedillo acordó
proponer al Congreso la creación de una Comisión de Concordia y
Pacificación, la COCOPA, integrada por congresistas de todos los partidos
políticos. De esta manera, el 22 de diciembre de 1994 el Congreso aprobó
la creación de la COCOPA, la cual quedó integrada por 4 diputados y 3
senadores, encabezada por el senador Luis H Álvarez, del PAN, como
presidente, y por Heberto Castillo, del PRD, dos grandes y auténticos
98
Carlos Tello Díaz 261.
99
Manuel Camacho Solís 252.
248
líderes de pensamiento político distinto. Posteriormente, y con cada
legislatura, fueron cambiando sus miembros. La otra instancia no
gubernamental era la Comisión Nacional de Intermediación, CONAI,
encabezada por el obispo de San Cristóbal de las Casas, don Samuel Ruiz,
que serviría de contacto, transición e intermediación en las posibles pláticas
con los líderes del EZLN.
Zedillo era mal aconsejado por miembros del Ejército, que estaban
por la mano dura, por aplastar el movimiento de una vez por todas. En esas
condiciones, y después de haber enviado a su Secretario de Gobernación,
Esteban Moctezuma, a tener un acercamiento directo con el subcomandante
Marcos, “inesperadamente, el 9 de febrero de 1995, Ernesto Zedillo
anunció ante los medios electrónicos que se habían girado órdenes de
aprehensión en contra de los dirigentes del EZLN. Frente a las cámaras de
televisión, virtualmente quitó la capucha a Marcos y reveló que su nombre
civil era Sebastián Guillén Vicente, correspondiente al de un tamaulipeco
egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM con
sobresalientes méritos académicos.”100 Esta era una más de las
contribuciones del “brillante” Procurador General de la Republica Antonio
Lozano Gracia. De inmediato, se dio una importante y generalizada
movilización social en contra de la acción unilateral del Gobierno,
secundada por los mismos congresistas miembros de la COCOPA, acción
que hizo al Presidente reconsiderar su actitud y como chivo expiatorio
utilizó al Gobernador de Chiapas Eduardo Robledo Rincón, haciendo lo
necesario para que fuera substituido por el priista julio cesar Luis Ferro. Lo
cierto es que Ernesto Zedillo había actuado precipitadamente, con la cabeza
caliente y llena de tantos malos consejos y mentiras, con el ánimo
prejuiciado, demostrando inconscientemente que seguía siendo un
representante del sistema autoritario tradicionalmente represivo,
ajustándose por lo tanto a los paradigmas del mismo. Algunos dirigentes
del EZLN fueron apresados, pero Marcos logró escapar.
Los miembros de la COCOPA propusieron una ley para el Diálogo,
la Conciliación y la Paz Digna en el Estado de Chiapas, habiendo sido
aprobada en marzo de 1995. Establecieron con fundamento en esta ley a
San Andrés Larráinzar, Chiapas, como la base permanente para las
negociaciones entre zapatistas y Gobierno. Las pláticas se iniciaron el 20
de abril de 1995 y el 16 de febrero de 1996 se llegaron a los Acuerdos de
San Andrés sobre derechos y cultura indígena, que en términos generales
establecen lo siguiente:
Compromiso expreso de Gobierno y EZLN para su cumplimiento;
reforma del Artículo 27 constitucional para que el espíritu de la ley retome
100
Luis H. Álvarez, Medio Siglo (México: Plaza & Janés, 2006) 320.
249
los planteamientos de Emiliano Zapata en el sentido de que la tierra es de
quien la trabaja; el establecimiento de una política de verdadera
sustentabilidad que preserve las tierras, los territorios y los recursos
naturales de los pueblos indígenas; la construcción de una nueva sociedad
nacional, con otro modelo económico, político y social que incluya a todos
los mexicanos; garantías y acceso pleno a la justicia para los indígenas con
traducción e intérpretes en todos los procesos que se les sigan,
asegurándose que los intérpretes conozcan el idioma, la cultura y el sistema
jurídico indígena; legislación para la protección de los derechos de los
emigrantes indígenas y no indígenas, dentro y fuera del territorio nacional;
fortalecimiento y apoyo a los municipios para acceso a la infraestructura,
capacitación y suficientes recursos económicos adecuados a sus
necesidades; que se garantice el acceso a la información veraz, oportuna y
suficiente sobre las actividades del Gobierno y acceso a los pueblos
indígenas a los medios de comunicación existente, incluyendo la alta
tecnología. Todos los acuerdos fueron formalizados en términos de las
reglas de procedimiento de la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz
Digna en Chiapas. Los acuerdos fueron firmados por los representantes
legales del Gobierno y del EZLN. Todo esto debía de traducirse en una ley
ex professo.
La falta de voluntad política y disponibilidad real por parte del
Gobierno entorpeció las cosas y la negociación se fue enredando cada vez
más por múltiples motivos, como las sentencias a los miembros del EZLN,
aprehendidos desde la redada del 95. La situación se complicó por el
desgobierno imperante en la región en donde los diferentes grupos ejercían
la ley de la selva, lo que desembocó en la Matanza de Acteal, en el
municipio de Chenaló, Chiapas, el 22 de diciembre de 1997, en donde un
grupo paramilitar de casi 100 efectivos, en un enfrentamiento
aparentemente con los zapatistas tuvo como resultado el asesinato a
mansalva a un grupo de campesinos indígenas tzotziles del grupo Las
Abejas, simpatizantes del EZLN, pero que eran más bien de la gente
desplazada que temía la violencia y estaban orando con mujeres y niños en
el área zapatista. Aunque el Ejército estuvo presente en la zona, a muy poca
distancia, y pudo haberlo evitado ya que el enfrentamiento duró varias
horas, dejó que tuviera lugar la increíble masacre de 45 personas, 10
hombres y el resto eran mujeres y niños. Esta barbaridad no era rara porque
tanto el ejército como principalmente las autoridades estatales se hacían de
“la vista gorda” ante la acción de estos grupos y los dejaban actuar
impunemente porque en muchos casos eran gentes del gobierno del estado
los que los entrenaban y los armaban. El presidente Zedillo destituyó al
Secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, y se intensificó la acción del
Ejército, que intentó cercar al Ejército Zapatista en la selva lacandona, sin
250
ningún resultado. Más tarde, en abril de 1998, se detuvo al general Julio
César Santiago Díaz, acusado de complicidad por omisión en la matanza de
Acteal, pues sus tropas, sabiendo del artero asesinato y estando presentes,
no trataron de impedirlo. La acción del Gobierno trajo muchas tensiones, y
la CONAI, presidida por don Samuel Ruiz, se desintegró, en cierta forma
como protesta. Entonces las pláticas por la paz quedaron interrumpidas.
Fue hasta el 20 de noviembre, en San Cristóbal de las Casas, que por
intervención de la COCOPA, integrada ahora por 18 legisladores de todos
los partidos, se volvieron a reunir para continuar el proceso de pacificación,
con la presencia de 29 zapatistas por la otra parte. El Gobierno de Zedillo
tuvo la oportunidad de tomar el toro por los cuernos y solucionar el
problema indígena, haciéndoles justicia de una vez por todas a esa gente
que tiene derecho a que se les respeten su cultura autóctona, sus usos y
costumbres, su propiedad comunal de la tierra (la que les ha pertenecido
por siempre pero que desde la colonia en muchas ocasiones les ha sido
escamoteada); haciendo los cambios y ajustes constitucionales adecuados y
negociados por todas las partes. Pero no hubo voluntad política ni del
Ejecutivo ni de los legisladores, desconociéndose incluso los acuerdos de
San Andrés Larráinzar.
A mediados de 1995, el Gobierno de Ernesto Zedillo, a través de su
flamante Procurador General de la República, el panista Lozano Gracia101,
tuvo que enfrentar una matanza más de campesinos indefensos en las
sierras de Guerrero, en un lugar llamado Aguas Blancas. Los campesinos
pertenecientes a una organización denominada OCSS, Organización
Campesina de la Sierra del Sur, contraria al PRI y al gobernador priísta de
Guerrero Rubén Figueroa. Estos se dirigían a una reunión de la
organización cuando en un recodo del camino fueron detenidos por la
policía del Estado y masacrados vilmente. La misma policía filmó
mañosamente la escena del asesinato masivo para hacerla aparecer como
una agresión de los campesinos, a los que posteriormente les sembraron
armas a más de 20 de ellos, ya cuando yacían muertos. Ante la ola de
indignación nacional por la matanza de Aguas Blancas, resultaba ridículo
que el mismo Gobernador ordenara una investigación a través de la
Procuraduría de Justicia del Estado con los gastados estribillos de siempre:
“Hasta las últimas consecuencias” o “Caiga quien caiga”. En los gobiernos
priistas, ningún subalterno del Gobernador o del Presidente actúa de motu
proprio; siempre lo hacen o con el visto bueno del jefe o por instrucciones
precisas de éste. Por más que se le pidió que la PGR atrajera el caso para
actuar con imparcialidad, nunca se logró, y naturalmente la Procuraduría
101
Zedillo había otorgado al partido Acción Nacional la posibilidad de que ellos propusieran al
Procurador General de la República, continuando con la tradición de los gobiernos priístas.
251
General de Justicia del Estado exoneró a su jefe. En 1966, y gracias a la
decidida intervención del periodista Ricardo Rocha, quien transmitió a
nivel nacional, en su programa de televisión Detrás de la Noticia, un video
que le hicieron llegar en donde se pudo comprobar el sembrado posterior
de las armas, se reabrió el caso y solo después de esto el Presidente Zedillo
solicitó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación una investigación sobre
el caso en la esfera de su competencia. “El dictamen concluía que ‘existió
violación grave a las garantías individuales de los gobernados’ y colocó a
Figueroa como el primero en la lista de los funcionarios responsables. La
Suprema Corte envió su informe a Lozano con la instrucción de llevar a
término la investigación y perseguir los delitos federales resultantes.”102 El
Procurador General de la República, que había sido propuesto por su
partido, el PAN, para procurar la justicia, se lavó las manos, como Pilatos,
alegando que no encontraba delitos federales que perseguir. Zedillo,
actuando a la vieja usanza del sistema, se desentendió y una vez más. Uno
de los más grandes problemas de México, la impunidad, volvió hacer un
macabro acto de presencia pero ahora esto tuvo como consecuencia el
nacimiento de otro movimiento guerrillero más, a mediados de 1996; el del
Ejército Popular Revolucionario, EPR, surgido de los grupos guerrilleros
existentes en el Estado de Guerrero desde los tiempos de Lucio Cabañas. El
Gobernador tuvo que renunciar, no por su voluntad, sino con toda
seguridad por instrucciones precisas del Presidente Zedillo, pero nunca fue
castigado por los asesinatos de Aguas Blancas. En el sistema político al que
pertenecía, desprenderlo de la ubre del presupuesto y hacerlo renunciar al
cargo político, para ellos, era más que suficiente castigo. El asesinato de
más de 20 personas, como eran campesinos, para el sistema no tenía
“mayor importancia”.
En 1999, y por espacio de nueve meses, estalló la huelga en la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Tradicionalmente,
ante la mínima pretensión de los rectores para operar cambios en beneficio
de la institución, los líderes estudiantiles en turno, algunos perennes, “se
rasgan las vestiduras y vierten abundante cenizas sobre sus cabellos”,
enarbolando la bandera de la amenaza de la privatización de la institución,
cosa que ni ellos mismos se lo creen, pero que les resulta un magnífico
pretexto para saltar a la palestra y hacerse notar con la esperanza de acceder
en el futuro a los cargos públicos, en el gobierno de la Ciudad de México o
del Gobierno Federal, sin faltar algunos bien intencionados o idealistas
pero con actitud contestataria y por supuesto irracional, que para el caso da
lo mismo, porque no les importa afectar a la institución y a sus compañeros
que pierden un tiempo irreparable en su vida de estudios. Cuando se les
presentan estas oportunidades, tradicionalmente constituyen o reactivan de
102
Julia Preston y Samuel Dillon 184.
252
inmediato un “comité de huelga” que se dice representar a los estudiantes y
toma arbitrariamente las decisiones, incluso en la vida académica de la
universidad. Sin embargo, aquí es importante apuntar que en este caso el
rector Francisco Barnés actuó precipitada y torpemente, sin la consulta
debida a la comunidad universitaria, lo que le trajo como consecuencia el
enfrentamiento que era de esperarse.
Normalmente este tipo de movimientos casi de inmediato es
secundado por el Sindicato de Trabajadores de la Universidad, STUNAM,
porque “a río revuelto ganancia de pescadores”. Dentro de este ritual,
normalmente tiene que haber un sacrificio, que usualmente es la cabeza del
Rector. Francisco Barnés de Castro se lo buscó él mismo y fue sacrificado,
habiendo sido substituido el 12 de noviembre, a finales de 1999, por Juan
Ramón de la Fuente Martínez, quien hasta esa fecha había sido el
Secretario de Salud del presidente Zedillo. La huelga no terminó con esto
porque, como suele suceder, y más en una de esta duración (la más larga de
que se tenga memoria), los problemas cuando no se atacan de raíz y en
forma oportuna, se complican y se mezclan con los problemas nacionales,
pues tradicionalmente este tipo de “líderes” asumen de inmediato el papel
de redentores del pueblo en contra de todos los males nacionales. Y se trata
de solucionar desde un nuevo proyecto de universidad hasta un nuevo
proyecto de nación, por supuesto con actitudes soberbias, irresponsables y
sin el menor asomo de rubor.
El problema, convertido en una verdadera bola de nieve, amenazaba
continuar sin importar el daño material y académico. En estas condiciones,
el rector Juan Ramón de la Fuente, “para cortar por lo sano”,
inteligentemente convocó a un plebiscito general sobre la validez o no de la
huelga y naturalmente una abrumadora mayoría de universitarios (el 87%)
votó en contra de ésta. Aun así los “líderes” se negaban a entregar las
instalaciones. Entonces se recurrió a una demanda por despojo, presentada
ante los tribunales por el antiguo Rector en contra de más de 600 personas
involucradas en los desmanes y daños a la institución. En la madrugada del
domingo 6 de febrero del 2000, la Policía Federal Preventiva PFP entró a
Ciudad Universitaria para ejecutar las órdenes de aprehensión. Otra vez
hubo quien se rasgara las vestiduras porque se había violado la “autonomía
universitaria”, sin saber ni comprender que dicha autonomía se refiere a la
libertad de cátedra y de gobierno de la misma universidad, y que su campus
no puede ser guarida de delincuentes ni carecer de jurisdicción para la
aplicación de la ley. Solo así terminó la huelga en contra de la Universidad.
Durante el régimen de Zedillo se dieron grandes contrastes y
contradicciones; por un lado, se abrían las posibilidades para iniciar un
253
proceso tendente a lograr en México verdadera democracia, y esto mismo
propiciaba y no solamente alentaba sino demandaba la apertura
democrática en las diferentes organizaciones de la sociedad que,
acostumbradas solo a la apariencia de la democracia, poco o nada habían
influido en la vida nacional, y todavía se tardarían mucho para decidirse a
hacerlo en forma sistémica. Sin embargo, con la reforma electoral de 1996,
las condiciones jurídicas para la democracia estaban dadas en México. Por
otro lado, el Presidente se aliaba al consorcio Televisa, controlando y
manipulando con un altísimo costo tanto económico como social la crítica
que la opinión pública hacía a su Administración, y aparentemente, por
supuesto también esto lo hacía con fines electorales, viciando y
contradiciendo de esta manera el pretendido proceso democrático. La
declinación del charrismo103 sindical adherido al PRI se pensó que se haría
patente a mediados de 1997 estimulado con la muerte de Fidel Velázquez,
líder de la principal organización sindical, la CTM, pero no fue así, más
tarde se vería que esta tradición es hereditaria y continuaría porque también
continua el mismo sistema político, y aunque el sindicalismo ya no sería
monolítico como en un principio, ahora se ha multiplicado con todos sus
vicios como amebas parasitarias. Don Fidel Velázquez como líder era una
institución dentro del sindicalismo obrero mexicano, que había puesto
ejemplo permaneciendo en el poder continuamente, convirtiéndose su
organización y él mismo en uno de los pilares del sistema político
unipartidista por más de medio siglo. Constituyó, además, la pieza clave
del sistema, no para el beneficio de los trabajadores, sino para ejercer el
control político sobre ellos, a la vez que los utilizaba como instrumento
fundamental en el manejo del poder. El líder perenne enriqueció a sus
allegados incondicionales y familiares cercanos, heredándoles posiciones a
costa de la salud del sindicalismo en México. Afectó gravemente al
sindicalismo mismo y a las condiciones del trabajador mexicano, que sigue
siendo uno de los peores tratados y compensados por su trabajo en el
mundo. Aunque a sus opresores como don Fidel y tantos otros se le erijan
estatuas, como prueba del surrealismo político en México.
La misma circunstancia ayudaba para empezar a cerrar el capítulo
del México antiguo, del sistema unipartidista, de representación
corporativa, autoritario y arbitrario, que solo había servido, en el caso de
los trabajadores, para que éstos fueran utilizados electoralmente, al igual
que los campesinos, sumiéndolos en la pobreza y el desamparo cuya
resultante más evidente y patética es la migración masiva hacia los Estados
Unidos, en donde año con año varios centenares de miles de mexicanos (se
estiman en una cantidad cercana al medio millón cada año) arriesgan la
103
Sindicalismo de control y manipulación del trabajador en favor del Gobierno y del empresario que lo
paga.
254
vida y muchos la pierden, paradójicamente en busca, no de trabajo, porque
muchos lo tienen, sino de condiciones justas y mejores medios de vida, en
busca de esperanza para sus hijos que aquí no la encuentran. No se conoce,
o mejor dicho, yo no conozco ninguna medida efectiva y decidida del
régimen de Zedillo por estimular la renovación de la condición sindical en
la ciudad ni en el campo. Y que no vengan a decir que es por respeto a la
autonomía sindical, porque al que sí le deben respeto y no se le tiene es al
trabajador avasallado por los sindicatos que no son tales.
En otra fase de contraste, Zedillo sí promovió al final de su sexenio,
por primera vez, la elección dentro del PRI para seleccionar al candidato
presidencial de ese partido, rompiendo con uno de los paradigmas de más
peso tradicional dentro del partido y del sistema: el de la sucesión
presidencial, que supuestamente ya no estaría a cargo del presidente
saliente. Hay que reconocer también a Zedillo la consignación del
Gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, implicado en el
narcotráfico y relacionado con el cártel de Juárez, por lo que fue acusado a
medidos de 1999 por “delitos contra la salud en diversas modalidades y
delincuencia organizada”. Esta era la primera vez que se trataba así a un
gobernador del sistema. En esta forma el ex Presidente dejaba un
importante precedente de su lucha en contra de la impunidad pública y la
destrucción del tabú de no poder proceder en contra de los gobernadores e
incluso de los ex presidentes en México.
Para el cambio de gobierno al final del sexenio, el deseo que existía
en la sociedad mexicana en todos sus estratos; era, de un cambio radical de
las estructuras viciadas en los tres Poderes de la Unión y de un cambio
también de las personas que han medrado en el Gobierno en detrimento de
la función publica y de sus resultados; un cambio de políticos y líderes
corruptos. Pero también de una transformación radical en la sociedad que,
acostumbrada a este medio ambiente, lo sigue tolerando y utilizando para
todo propósito legítimo e ilegítimo. Las reformas propiciadas por el
régimen de Zedillo en el ámbito electoral ahora daban, por primera vez, la
oportunidad de un cambio verdadero, sin embargo estas reformas aunque
trascendentes, no eran ni con mucho suficientes. Era necesaria una
verdadera transformación de la sociedad, lo que implicaba una profunda
reforma del Estado mexicano, por supuesto reestructurando en forma
radical toda la base jurídica que lo sustenta para que el Estado de derecho
sea una realidad que propicie el desarrollo armónico y justo de la sociedad
en su conjunto; para reconstruir y consensuar una filosofía social
fundamentada en la verdad, en las mejores tradiciones históricas de la
sociedad mexicana, en los valores de la justicia y la honestidad, en el
ejemplo de verticalidad e integridad de los escasos estadistas que ha tenido
255
México y en el ejemplo de muchos buenos mexicanos que a lo largo de la
historia han contribuido en todos los niveles para hacer que la vida sea
mejor, que valga la pena vivirla; para tratar de lograr que México sea un
país de todos, incluyente y no de unos cuantos, como lo había sido hasta
entonces; para que las condiciones de vida y de trabajo fueran suficientes,
evitando así la migración masiva de la población, para que la desesperanza
no se refleje más en el rostro de los padres que no saben que va a pasar con
sus hijos en un país así como estaba México. Todas estas necesidades de
cambio representaban el mejor deseo de los mexicanos, conscientes de que
si bien significaba una tarea enorme, está ahora no era imposible y
ciertamente debería ser impostergable. No sabían los mexicanos el chasco
que les esperaba.
3.- EL PARÉNTESIS DE FOX
Las condiciones favorables para el cambio estaban dadas. En estas
condiciones lo mejor que le hubiera pasado a México es que realmente
tuviera verdaderas, opciones de cambio benéfico para el país en los
programas de los partidos y en los candidatos para el nuevo Gobierno que
debería elegirse en el 2000, y con ello, se iniciara el cambio necesario y
consecuente en sus estructuras y en el rumbo del país. Pero
desgraciadamente no fue así, como en seguida lo veremos.
El pueblo sintió real, la posibilidad de cambio con las elecciones del 2000.
Así lo entendió, o más bien, así lo deseó. Y es que en este caso, como en
tantos otros en el pasado, los mexicanos se han dejado engañar una y otra
vez por un falso líder, que solo lo es en apariencia, en la forma, aunque
viéndolo bien, y en retrospectiva, en este caso también aquí; el líder que se
creía haber encontrado dejaba mucho que desear. En realidad Fox era un
líder en el cual había muy poca sustancia, y evidentemente por lo sucedido,
ni siquiera la suficiente sustancia gris adecuada y experimentada en el
manejo político. Y no la podía haber en alguien que no solo demostró ser
ignorante de la historia de su propio país, sino también del sistema político
que supuestamente pretendía cambiar. Quedó en evidencia, por los hechos
de su Gobierno, que tampoco tenía una idea clara, ni le importaba cuál
debería haber sido ese cambio y cómo lo iba a lograr. Pero además él y su
partido demostraron no tener ni la capacidad ni la voluntad suficientes para
el manejo del poder al máximo nivel y a la mayor intensidad como era
necesario. Y sí en cambio un miedo, manifiesto en su actuar titubeante,
miedo a no saber operar la enorme maquinaria del aparato burocrático del
Gobierno Federal a la hora de la verdad; esto fue solo una parte de lo que
los nulificó e imposibilitó, incluso para siquiera pretender, ya no digamos
256
cambiar el estado de cosas imperante, sino para asumir con decisión y
plenitud el poder. En su tiempo, Miguel de la Madrid manifestó un grave
síntoma de debilidad política al no ejercer plenamente el poder y hacer
valer la autoridad del Presidente de la República, delegando muchas de sus
tareas fundamentales que como Presidente debió atender, o al menos vigilar
personalmente. Este mismo síntoma ahora se veía reflejado, con mayor
intensidad, en el Presidente Vicente Fox, con el agravante de que éste no
tenía en su Gabinete gente de la talla intelectual y experiencia política de
Arsenio Farell Cubillas o de Jesús Reyes Heroles.
Vistos a distancia, los tres candidatos de los tres principales partidos
políticos, que se presentaron para buscar la Presidencia de la República en
las Elecciones del 2000, tenían muchas fallas: por el eterno PRI, Francisco
Labastida, ex-Gobernador de Sinaloa, ex-Secretario de Agricultura y de
Gobernación, persona ampliamente experimentada en las lides políticas,
conciliador, cierto, pero al fin y al cabo gente del sistema, un candidato
tradicional, y no podía ser de otra manera, aunque por primera vez
aparentemente éste candidato ya no era designado por el Presidente en
turno; sin embargo, parece ser que se dio machetazo a caballo de espadas,
porque en la elección interna del PRI resultaron más votos que votantes, y
es que el partido continuaba dominado por los mismos especímenes de
siempre, a los cuales el pueblo les ha llamado “dinosaurios” por ser gente
del viejo sistema unipartidista, con las viejas y tradicionales mañas; por
parte del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, el hijo del general Cárdenas, que
había nacido en los Pinos y pasado toda su vida política a la sombra del
héroe nacional y al amparo del sistema político, ocupando infinidad de
cargos. Había sido subsecretario, gobernador priísta por Michoacán, y
aunque hijo de tigre pintito (solo en cuanto a su ideología), nunca se
distinguió por realizar actos de gobierno extraordinarios. Fue Jefe de
Gobierno del D.F. por el PRD, y además seguía siendo el sempiterno
candidato a la Presidencia de la República; por el PAN, Vicente Fox, que
había sido Presidente de Coca Cola México, ex-Diputado Federal en la
época de Salinas y ex Gobernador del Estado de Guanajuato por el PAN.
También era alguien que le había madrugado a su partido postulándose
como precandidato a la presidencia de la Republica adelantándose
considerablemente, en forma arbitraria a los tiempos previstos, enarbolando
la bandera del cambio y de sacar al PRI de Los Pinos. En cierta forma, con
esta acción tempranera había forzado su elección dentro del PAN, al que
había ingresado en 1988. Y es que de no ser así, probablemente nunca
hubiera tenido posibilidades de haber sido el candidato a la Presidencia, por
su antigüedad dentro del partido y porque la cerrada estructura interna
exclusivista del PAN no lo hubiera permitido y no porque no fuera el
mejor, sino porque no lo consideraban con estirpe “la que sólo tienen los
257
selectos miembros que se consideran dueños del partido” obtenida esta no
por su calidad, sino por razones hereditarias, matizadas por el fanatismo
religioso, íntimamente ligado a la iglesia católica.
La sociedad civil en México buscaba una transformación; los
mexicanos reclamaban ahora un cambio verdadero. Con los antecedentes
de los dos primeros candidatos, no se podía esperar mucho a este respecto.
Por lo tanto, en este sentido crecía el candidato del PAN por el candidato
mismo. Sin embargo, aun en estas condiciones, ninguno era electoralmente
despreciable por las siguientes razones: el candidato del PRI tenía a su
favor toda la estructura nacional, que durante muchos años y a través de
muchas generaciones había creado, repartiendo su poder y su gracia a
diestra y siniestra, fortaleciéndose con millones de votantes cautivos en
toda la República y con la posibilidad de cubrir, con sus representantes, el
100% de la casillas de votación en todo el territorio nacional. Como hemos
visto, el candidato del PRD había sido el presunto virtual “ganador”, no sin
serios señalamientos, de las cuestionadas Elecciones de 1988; sin embargo
en cierta forma, ya lo había logrado y había participado también en las
pasadas elecciones presidenciales, en donde contó con millones de adeptos
en toda la República, y contaba también con el antecedente positivo de la
simpatía que conservaba la figura de su padre, particularmente entre la
gente del centro y sur de la país. Vicente Fox, por su vigorosa y “enérgica”
acción verbal en contra del sistema, por su carisma, simpatía, que la gente
quería ver y por su trato abierto y sencillo, porque a todos les decía lo que
querían oír y porque no reparó en compromisos de toda índole, pero
principalmente porque la sociedad mexicana demandaba una alternativa
nueva, entonces llegó a ubicarse también en condiciones de particular
importancia nada despreciables.
Sin embargo, Vicente Fox no se sentía seguro para ganar por sí
mismo la elección y pretendió sostener una alianza con el PRD, que nunca
se concretó y que lo deprimió momentáneamente. Tal vez esto mismo hizo
subir sus bonos en cuanto a identificarse como el verdadero candidato del
cambio. Al final, y sin ninguna necesidad, se alió con el Partido Verde
Ecologista, un partido familiar folclórico que en realidad nada tenia que ver
con la ecología, solo la apariencia. En estas condiciones, el único que se
sentía más o menos seguro era el candidato del PRI, quien tenía a su favor
el sistema político mismo y, con ello, al aparato gubernamental (incluyendo
recursos ilimitados del erario,) y al alto mando del sector empresarial
tradicionalmente fiel al sistema y más que nada a sus particulares intereses.
Esto significaba una grave e injusta falta de equidad para sus opositores y,
además, porque la costumbre dentro del sistema político era ganar a
cualquier costo, como había sido en los casos de Salinas y sus antecesores
258
desde 1929. La fortaleza de Labastida se reflejaba claramente en las
encuestas de opinión, favorables a su candidatura. Dicha situación ponía a
prueba el compromiso de Zedillo con la democracia.
Vicente Fox ganó porque hubo suficientes condiciones democráticas
en el proceso electoral y un árbitro realmente independiente, ciudadano, el
IFE, y porque los mexicanos vieron en él, o más bien quisieron ver en él
una posibilidad real de cambio. De este modo, Fox recibió la mayoría de
los votos mediante un sistema electoral confiable, manejado por
ciudadanos y a través de consejeros también confiables y un presidente de
la Republica que no pretendió influir y de hecho respetó a la autoridad
electoral e hizo valer los resultados. A la hora de la verdad hubo un hecho
decisivo, fuera del protocolo normal, y en forma oportuna y valiente, el
presidente Ernesto Zedillo actuó con integridad al reconocer públicamente
el triunfo de Fox como el nuevo presidente de México cuando ya la
tendencia favorable en el resultado de las elecciones era irreversible. De no
haber sido así, el sistema hubiera actuado como era su costumbre,
desconociendo el triunfo y haciendo los arreglos necesarios para revertir
los resultados. Aunque no resultaría nada fácil, esa posibilidad era real.
Vicente Fox no había pasado de ser una persona que había crecido y
sido educado en un medio con más prejuicios sociales y religiosos que
conocimientos objetivos de la historia, la cultura y la realidad de México;
que como estudiante se había distinguido por ser juguetón, buenote y
vacilador, con estudios universitarios en una buena universidad de jesuitas,
que evidentemente no aprovechó, sino solo a medias, en los aspectos
técnicos y materiales, para su actividad empresarial. En este campo llegó a
ser presidente de Coca Cola México, donde decían que se destacó como un
buen vendedor de ese producto, podríamos agregar como un destacado
ejecutivo con pensamiento empresarial e identificado con la mentalidad
capitalista y conservadora de los republicanos de EU., y esa cultura, para
algunos como él, era la meta a seguir e imitar.
A Vicente Fox le tocó vivir una época política en la que la gente en
México, ya estaba harta del autoritarismo, de la corrupción y prepotencia
de los gobiernos priistas, del sistema político unipartidista, harta de los
cacicazgos y explotación de los trabajadores y de la gente del campo,
principalmente por sus propios sindicatos afiliados al PRI; una época en
que la presión ejercida por los reclamos sociales habían empezado a lograr
algunos avances en el ámbito electoral y judicial. Él llegó a la política por
accidente, iniciándose en un sexenio en que el Presidente de la República le
debía su presidencia espuria, al PAN. Cuando fue Diputado Federal y
participó en el proceso de calificación para la validación de la elección de
259
Salinas en el Colegio Electoral nos cuenta, “¿Que es lo que más recuerdo?
El proceso del Colegio Electoral, los treinta días más divertidos de toda mi
vida”104. Evidentemente no tenía la menor idea de lo que estaba pasando.
Y es que si con esa frivolidad (¿sensibilidad política?) calificaba Fox al
virtual golpe de Estado que había recibido México, definitivamente era otro
su mundo. Destacó en la Cámara de Diputados por imitar cómicamente a
Salinas, subiendo a la tribuna con las orejas agrandadas con las mismas
boletas electorales, lo que le ganó las risotadas de los diputados de
oposición y la temporal enemistad de Salinas. Participó en el grupo San
Ángel; una especie de amasiato de “intelectuales” aparentemente
preocupados por la vida política de México, que en realidad y al final
demostraron que su única preocupación era por el futuro político de cada
uno de ellos. En 1995 volvió a ganar las elecciones para el gobierno de
Guanajuato, y cuando sólo tenía dos años en el cargo, irresponsablemente
se postuló como precandidato a la Presidencia de la República: “El 6 de
julio de 1997 empezó mi camino para obtener la candidatura del PAN. A las
12 horas en el Ejido San Cristóbal donde acudí a votar en las elecciones
intermedias, hice pública mi intención de buscar la Presidencia de la
República.”105
Aunque parecía que había tenido suficiente oportunidad de tener
contacto con la realidad de México y que tenía conciencia clara de ella –así
trataron él mismo y sus estrategas de campaña de hacerlo aparecer—,
evidentemente era inconsciente de esa realidad. En lo que había sido bueno
era como vendedor, y siguió demostrando ser bueno en la mercadotecnia, al
integrar en su equipo de campaña a especialistas que lo supieron vender a
él como producto bien diseñado (sólo para ser vendido), aparentando ser el
candidato que necesitaba México, el “Candidato del Cambio”. Y sucedió lo
que resulta con la mayoría de los productos comerciales promovidos por
las campañas publicitarias; que en realidad son un engaño. Después, ya
demasiado tarde, se comprobó que era un ignorante de esa realidad
nacional que pretendía cambiar, que había sido formado con más prejuicios
que conocimientos en su cabeza, y que era una persona manejable. En esta
forma, cómo iba a ser posible ya no que cambiara la realidad nacional, ni
siquiera que pudiera entenderla, aún ya siendo Presidente, porque si
analizamos bien, la verdad es que él no tenía ningún plan concreto, fuera
del de llegar a Los Pinos y aun eso, no supo ni como lo logró.
Al final Fox lograba uno de sus anhelos, o quizás el anhelo de quien
venía con él; utilizándolo como caballo de Troya para llegar a Los Pinos.
104
Vicente Fox Quesada, A Los Pinos (México: Océano, 1999) 69
105
Vicente Fox Quesada 182.
260
Sin embargo, en cuanto a su promesa de sacar al PRI de Los Pinos, lo único
que sacó de ahí fue la pintura de Siqueiros con el retrato del Presidente
Juárez, con lo que demostró una vez más su ignorancia de la historia de
México y los prejuicios religiosos con los que fue educado. Fox no sacó al
PRI de ningún lado, al contrario, cometió otra vez, por no conocer la
historia, los mismos errores que Madero al no someter definitivamente al
vencido. Lo más seguro es que ni siquiera haya sido ese su propósito, lo
cual quedó demostrado en los hechos. Se puso en las manos de “los dueños
de México” y de líderes increíblemente corruptos. Como uno de muchos
ejemplos, entregó la Dirección General del Instituto de Seguridad y
Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, el ISSSTE, con
hospitales y tiendas comerciales en toda la República, a un incondicional
de la líder “moral” del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE), Elba Esther Gordillo, la substituta de Carlos Jongitud Barrios y
ahora incondicional de Carlos Salinas, quizá por recomendación de este
ultimo. Esta entrega de Fox puede interpretarse como pago por su alianza a
la más pura tradición del sistema priista corrupto, al que se suponía estaba
combatiendo. Posteriormente le entregó también la Lotería Nacional y la
fortaleció política y económicamente a costa de la educación de México.
El Gobierno de Fox dejó intacta la estructura burocrática viciada,
integrando dentro de su Gabinete a figuras prominentes del PRI. En primer
lugar, designó como su secretario particular a Alfonso Durazo, exsecretario particular del candidato del PRI a la Presidencia de la República
Luis Donaldo Colosio. Aunque en ese tiempo Durazo ya no pertenecía al
PRI, de cualquier manera era muy difícil entender ¿por qué? un puesto de
tal confianza podía ser entregado así a una persona ajena por completo al
partido que lo había llevado al poder y que además había tenido un
protagonismo de primer orden precisamente en el partido que tenía que
“sacar de Los Pinos”. Después de todas las promesas que había hecho, esto
no acababa de entenderse. En las secretarías más importantes, como en la
de Hacienda, puso a una gente de toda la confianza de Salinas, pues le
vendieron la idea, probablemente el mismo Salinas, de que “sería muy bien
visto por la comunidad financiera internacional”. En el inicio, solo seis
miembros de su Gabinete eran panistas. Y para terminar con los
nombramientos, hizo algo verdaderamente increíble y fuera de toda lógica
política: les dio la bienvenida, en general, a todo el aparato burocrático
federal indiscriminadamente, con lo que dejó intactas sus estructuras
viciadas y sus redes de corrupción, aceptando y ratificando a todos
incondicionalmente, desde el nivel de subsecretarios hacia abajo. De esta
manera maniataba e imposibilitaba a sus nuevos secretarios para hacer los
cambios lógicos y convenientes que la nueva situación requería, ya no tanto
de estructuras, porque era claro que no tenía ningún proyecto para
261
transformar al Estado mexicano, pero cuando menos se imponía la
necesidad de un cambio de personas; sometiendo a la justicia a muchos
delincuentes. En esta forma perdió el control político del aparato público.
Esto, por razones lógicas, ni en los mismos gobiernos priistas se veía a la
hora del cambio de mandos.
El que iba a sacar al PRI de Los Pinos le dio “respiración de boca a
boca” y, con esto, nueva vida. Fox dejó intacto el caduco sistema político,
con el agravante de que lejos de que pudiera utilizarlo, fue éste el que lo
utilizó a él. Fox prefirió dejarlos hacer, porque “ellos sí saben como”; creyó
que con una actitud condescendiente se los iba a ganar para que lo
apoyaran en sus llamadas “reformas estructurales”, reformas que habían
quedado pendientes desde la administración anterior; en el campo
energético, laboral y fiscal. Las cuales presentó en un gran paquete
legislativo al principio del sexenio, algo también totalmente imprudente,
probablemente aconsejado por alguien a quien le interesaba que fracasara,
como sucedió con algunas de las iniciativas, por no decir que todas, pues
fueron presentadas sin el necesario y suficiente cabildeo y sin ninguna
estrategia o negociación. Éste fue, por ejemplo, el caso de la reforma fiscal,
en donde no hubo intervención por parte del Secretario de Hacienda para
preparar el terreno y donde incluso los propios diputados del PAN se
quejaron de que la prensa fue enterada antes que ellos sobre los
lineamientos generales de la iniciativa. Esta reforma fue bloqueada
sistemáticamente por el PRI, motivado por conflictos entre la coordinadora
parlamentaria (Elba Ester Gordillo) y su presidente (Carlos Madrazo), y
por supuesto por el PRD. Pareciera cosa hecha a propósito. En los hechos
aparecía como una especie de sabotaje de su mismo Secretario de Hacienda
a fin de que no contara con los recursos necesarios para el crecimiento
prometido del 7% anual del PIB, que con un buen liderazgo, creatividad e
imaginación para aprovechar el potencial de México hubiera sido, sino
fácil, si muy factible.
Sin embargo, ésta misma reforma fiscal dejaba mucho que desear.
Solo estaba hecha con un afán recaudatorio y lo único positivo que tenía
era que pretendía ampliar la base gravable, pero nada más. No se incluía,
en forma complementaria, una reestructuración del gasto corriente con el
objeto de hacer más eficiente al aparato burocrático, ni tampoco algún
programa de austeridad. Se adoptaron a priori todos los patrones
anteriores. Y lo que es más grave, comenzó su gobierno sin hacer una
liquidación, un recuento de cómo se había recibido la situación económica
política y social del país. Esto era elemental y de la mayor importancia, ya
que todos los males históricos heredados de anteriores administraciones,
ahora sin el debido acuse de recibo, se le iban a acreditar a la nueva
262
administración de Fox. No se daban cuenta que definitivamente se estaba
cerrando o debía cerrarse un capítulo en la vida nacional y pretendidamente
se iniciaba una nueva era, o cuando menos así se sobreentendía por parte de
los gobernados. En cierta forma, lo que se daba era solo un lamentable
paréntesis en la vida nacional, desaprovechando una oportunidad única.
Para agregar mayor complejidad a la relación con el Congreso, como
si la existente fuera poca, y por falta de una planeación estratégica de la
Presidencia de la República a través de su Secretaría de Gobernación,
también se habían agregado al paquete legislativo inicial las reformas
constitucionales en materia de derechos y cultura indígena, con base en la
propuesta de Ley de la COCOPA y en cumplimiento de los Acuerdos de
San Andrés Larráinzar. Daba la impresión de que se apostaba demasiado al
capital político de Fox logrado con la primera elección democrática, o bien,
que la apuesta era en base a los supuestos amarres de alto nivel que Fox
creyó haber hecho. Porque en éste como en los otros casos, las iniciativas
no tuvieron el necesario cabildeo previo, ni los trabajos correspondientes
de acercamiento con los partidos y sus legisladores para negociar y
garantizar el éxito de la acción. “En su mismo discurso de toma de toma de
posesión, el Presidente Fox anticipó la presentación de la iniciativa de la
COCOPA asumida en sus términos como propia y apenas unos días
después, el 5 de diciembre del 2000 se oficializó su entrega al Poder
Legislativo. En los meses siguientes esa iniciativa ocupó de manera central
las discusiones en las cámaras del Congreso de la Unión y fue modificada
de manera importante. [...] A lo largo de febrero y marzo de 2001 la
dirigencia del EZLN llevó a cabo un recorrido por varias entidades que
culminó en la ciudad de México, con una continuación de actividades,
incluyendo una serie de discursos pronunciados en la misma tribuna de la
Cámara de Diputados. Sin embargo, ese intenso intercambio de opiniones,
resultó contrastante con la actitud totalmente pasiva del Ejecutivo federal
en relación con la iniciativa presentada. Finalmente el 14 de agosto de 2001
fue publicada en el Diario Oficial de la Federación la reforma que
modificaba y adicionaba cinco artículos del texto constitucional. Se trató de
una reforma ampliamente esperada y que constituía, junto con el retiro de
las tropas del Ejército mexicano a las posiciones en que estaba apostado
antes del levantamiento zapatista y la liberación de los presos vinculados al
EZLN, el eje troncal de la estrategia del gobierno de Fox para resolver el
conflicto en Chiapas. Lo que él había asegurado, en campaña, arreglar “en
quince minutos”.106
Durante la verbena popular celebrada en el Zócalo de la Ciudad de
México con motivo de la toma de posesión del nuevo Presidente, desde el
106 Adolfo
Sánchez Rebolledo, comp. ¿Que país nos deja Fox? (México: Norma 2006) 40.
263
balcón central de Palacio Nacional se oye un chiflido de esos que con
maestría emiten los arrieros, seguido de: “¡hey Mijares!, ¡pérame!, orita te
alcanzo allá abajo”. Era el Presidente Vicente Fox, que se dirigía al
cantante Mijares, y que inauguraba una nueva manera de comportamiento
de la figura presidencial y de un actuar improvisado. No entendía que el
candidato ya había terminado su trabajo y que ya había ganado las
elecciones, que ahora iniciaba el Presidente de la República, así con
mayúsculas. Que si estaba bien desacralizar a la tradicional figura
autoritaria presidencial, no estaba bien de ninguna manera demeritar a la
institución de la Presidencia, faltando al respeto a la figura del Presidente
con un comportamiento trivial que además ponía innecesariamente en
riesgo su seguridad personal. Esto sería de aquí en adelante el pan de cada
día. Ya se había iniciado unas horas antes en el Congreso, dirigiéndose en
primer término a sus hijos, con un “hola”, antes que al Congreso de la
Unión, en la solemne ceremonia republicana de investidura y protesta
como Presidente de la República. Después del homenaje en el Campo
Marte como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, su comentario
público fue: “El Ejército está de pelos” Y más tarde, en un acto público con
su Gabinete, hizo que una de sus hijas le entregara un crucifijo, lo mismo
que ya había sucedido en la toma de protesta como Gobernador de
Guanajuato. Ahora esto se veía para no pocos, en el mejor de los casos,
como una especie de manifestación indirecta de protesta personal pública,
simbólica, aunque fuera de lugar, por la separación de la Iglesia y el Estado
en México. Todo demostraba cuando menos falta de tacto político y
grandes prejuicios históricos, que acabó por desconcertar a algunos
sectores críticos de la población que no daban crédito a lo que veían y oían.
Algo se presagiaba el 2 de julio del 2000, el día en el que los
mexicanos creyeron que había llegado efectivamente el momento del
cambio en México. Sus mismos correligionarios le dijeron a Fox, en el
festejo del triunfo ante el Ángel de la Independencia en la Ciudad de
México, “¡No nos falles!”, a manera de premonición. A la problemática
descrita en el párrafo anterior, desgraciadamente se agregó otro factor que
sería definitivo: su encargada de Comunicación Social en el Gobierno de
Guanajuato, quien desde 1997, cuando Fox anunció su intención para ir por
la Presidencia de la República, ya se había dedicado a él “en cuerpo y
alma”, y ahora con el triunfo y como su vocero oficial se perfilaba como
pieza clave de su equipo en la Presidencia; ella se convertiría en su esposa
y tendría una influencia determinante en el Presidente y en su
administración, que no sería benéfica ni para el presidente ni para el país.
Permítaseme una fantasiosa especulación a manera de analogía,
acompañada de un hecho real: pareciera ser que Marta Sahagún fue
264
envolviendo poco a poco a Fox en una especie de sutil telaraña que a él
mismo no le disgustaba, y en el término de un año, con la ayuda de amigas,
amigos, curas y santones, y tal vez acompañado de alguna pócima, se lo
tragó; se casó con él, y como por arte de magia, de esta unión surgió algo
inédito en la vida política de México: la “Pareja Presidencial”, asimilando
su pareja por completo al Presidente. No conforme con este sacrificio, por
medio del cual obtuvo con alevosía el poder, ahora pretendía trascender y
perpetuarse en él a la manera de una Evita Perón rediviva como la futura
presidenta de la República. Y aunque esto no pasara de ser una idea
peregrina de la señora Marta, como respetuosamente la llamaba su
consorte, adelantando vísperas, ella se dedicó a realizar una serie de
urdimbres que nulificaron casi por completo a su marido. Con ello
complicó enormemente la situación política del país, que ya de suyo era
bastante compleja.
El hecho real representativo de lo que estoy comentando es que a
escasos tres meses del alumbramiento de la “Pareja Presidencial”, el precoz
producto ya hacía de las suyas a costa del interés y del patrimonio de la
nación, del pueblo de México. El 10 de octubre del 2002 se publicaba un
decreto del Presidente de la República en el Diario Oficial de la Federación
en el cual se reducía hasta en un 90% el tiempo de transmisión que las
estaciones de televisión y radio estaban obligadas a proporcionar al Estado
mexicano. Este atraco, no tenía más explicación sino que la señora Marta
quería agradar, interesadamente para sus propósitos electorales a futuro, al
vicepresidente de Televisa, que en esa precisa fecha terminaba su gestión al
frente de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión, CIRT.
“El propio Gómez, de acuerdo con testimonios publicados y que nunca
fueron desmentidos, propició la redacción y cabildeó la aprobación del
decreto que modificó aquel 12.5% del reglamento de la Ley Federal.
Algunas versiones aseguraron que esos documentos fueron discutidos y
afinados por funcionarios de Televisa y por Marta Sahagún, la esposa del
Presidente, en la cabaña en donde vivían los Fox en Los Pinos. El
Presidente o su esposa tenían prisa para que esos ordenamientos fueran
aprobados porque querían entregárselos como regalo a Gómez, que el 10 de
octubre concluiría su gestión como directivo de la CIRT. Por eso, de
manera inusitada, el Diario Oficial de la Federación publicó una edición
vespertina que estuvo impresa a tiempo para la Asamblea de la Cámara. En
el Decreto Presidencial de esa fecha , el 12.5%, que equivalía a 180
minutos diarios en las emisoras que transmiten de manera continua, quedó
disminuido a 18 minutos diarios en las televisoras y a 35 minutos diarios en
las estaciones de radio. Gracias a ese decreto del Presidente Fox, el país
perdió el 90% y más del 80%, respectivamente, del tiempo que el Estado
265
tenía derecho a utilizar en tales medios”. 107 Si se sabe lo que cuesta un
minuto de tiempo por TV podemos calcular el tamaño del regalito que
recibían de por vida “los pobres” de la industria del radio y la TV. Esto no
sería más que el preludio de otro suceso vergonzoso que se dio más
adelante, en la historia parlamentaria de México. El 1 de diciembre del
2005, la LIX Legislatura de la Cámara de Diputados, con el voto unánime
de 327 diputados y en 7 minutos, aprobó las reformas a las leyes federales
de telecomunicaciones y de radio y televisión, favorables a Televisa y a
TV Azteca, propiamente hecha a la medida de sus intereses. Las razones
que tuvieron los diputados de todos los partidos para aprobar estas
reformas fueron exactamente las mismas que tuvo Marta Sahagún para
ordenar que se emitiera el decreto del 10 de octubre del 2002., despojando
injusta y arbitrariamente al erario de cuantiosos recursos, para su beneficio
personal. La impunidad reinante en México, por el mismo sistema político
que se combatía, les evito el merecido castigo a ella y los miembros del
Congreso y sólo la historia los recordará como lo que realmente fueron.
El propio secretario particular de Fox nos dice: “El activismo de un
cónyuge presidencial es válido solo cuando juega un rol institucional, no
cuando juega su propio juego; sin embargo, Marta Sahagún lo vio como
una vía para incursionar en el inventario de aspirantes a suceder a su esposo
en la propia Presidencia de la República. […] Al alcanzar el primer tercio
del sexenio, prácticamente nadie tenía dudas del apoyo presidencial a su
proyecto político. […] Incluso el PRI, cuyos militantes tienen en general
ese sentido de Estado, no lo abordó con seriedad. Como si se tratara de una
de sus ilustres militantes, insistió por boca de su presidente Roberto
Madrazo en animar a Marta Sahagún en su proyecto presidencial. Se
trataba, por supuesto, de una burla que si se hacía realidad, culminaría con
el suicidio electoral del PAN en el proceso del 2006. […] Marta Sahagún
confundió las consideraciones que recibía en condición de primera dama
con méritos políticos personales para suceder a su esposo en el cargo. Sin
elementos éticos suficientes para acotar sus anhelos, con una carrera
política muy singular—apenas en sus cimientos—y con una tenacidad
digna de mejor causa, Marta Sahagún se puso en esa campaña de dudoso
éxito por muchas razones. En principio, si sus aspiraciones presidenciales
hubieran sido en su propio derecho, las debió haber acreditado antes de su
matrimonio, pero antes no se le reconocían mayores créditos propios. Fue
aliada y vocera del Presidente durante su campaña y los dos primeros años
de su Gobierno; ése era el currículo que portaba para aspirar a dirigir los
destinos de nuestro país. Sus prendas intelectuales tampoco eran
impresionantes. Superficialidad y lugares comunes sobre la mujer, la
infancia y la familia –retórica habitual de toda primera dama– formaban su
107 Adolfo
Sánchez Rebolledo 10.
266
ideario […] En ese contexto yo meditaba que si aspiraba por sus propios
méritos podría suponérsele un atenuante en sus ambiciones. Pero no era así,
toda su fuerza política personal derivaba de su nuevo estado civil. […] Las
críticas al Presidente repuntaron y se amplió el círculo de sus críticos, pues
se suponía que difícilmente Marta Sahagún podría embarcarse en una
pretensión de esa naturaleza sin el consentimiento político del presidente
Fox. […] El problema era mayor puesto que las aspiraciones presidenciales
de Marta Sahagún no eran producto de una ocurrencia sino de una
estrategia perfectamente procreada. “Estamos investigando si es más
conveniente que sea una figura como Evita Perón o como Hillary Clinton”,
me dijo el Presidente. Una vez que optaron, su activismo pudo haber sido
positivo, pero sus aspiraciones presidenciales no. A partir de esa decisión
hubo un claro paralelismo entre la estrategia del candidato Fox y la de
Marta Sahagún. El precandidato Fox, años antes de la campaña del 2000,
no era bien visto por el establishment del PAN –igual que Marta Sahagún
—, pero terminó por imponer su candidatura sobre la base de las
preferencias electorales que lo favorecían. A esto le apostaba nuevamente la
ahora pareja presidencial.”108
Fue necesario que Arturo Durazo, secretario particular del Presidente,
tuviera que renunciar después de tres y medio años de Gobierno y
denunciar las pretensiones presidenciales de la Primera Dama, para detener
su carrera desbocada y a todas luces perniciosa para su esposo el Presidente
de la Republica, misma que si, como Durazo dice, fuera por méritos
propios y podríamos agregar en buena lid, no tendrían demasiados
inconvenientes. Pero incluso también quedó en evidencia que, usaron el
enorme poder que tiene el Presidente de la República en México para tratar
de hacer a un lado al principal posible candidato para la competencia
presidencial: al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel
López Obrador, a quien le montaron “el teatro del desafuero” para de esta
manera poder eliminarlo. Con esto, la pareja presidencial dio muestras
sobradas de un concepto muy sui generis de “refinada democracia”. Todo
ello quedó asentado en la misma denuncia del secretario particular en su
libro Saldos del Cambio, publicado en el 2006.
En un principio, Vicente Fox trató de hacer efectiva su alianza,
comprada a un altísimo costo, con Elba Esther Gordillo, quien ahora era la
coordinadora parlamentaria de la bancada del PRI en la Cámara de
Diputados. Aunque esta posición era muy importante; por si sola valía muy
poco, toda vez que como coordinadora forzosamente tenía que contar con
Roberto Madrazo, presidente del PRI. Sin embargo, todos los acuerdos a
los que se comprometía Roberto Madrazo con Vicente Fox, que
108 Alfonso
Durazo, Saldos del Cambio (México: Plaza & Janés, 2006) 191, 193, 194, 196, 197 y 237.
267
supuestamente habían sido arreglados por su aliada, eran los mismos en los
que a la hora de la verdad éste se hacía para atrás. No se sabe si se trataba
de un juego previamente acordado entre la coordinadora y su presidente del
partido, o si todo se debía a la existencia de grandes conflictos de poder
entre ambos o a una combinación de todo, el hecho fue que esto no le
funcionó a Vicente Fox como él lo esperaba. En estas condiciones, el
Presidente se encontró con las fracciones parlamentarias del PRI,
aparentemente titubeantes y ciertamente divididas, y del PRD, que
demostró una actitud contestataria, abiertamente hostil y contraria. Fox no
estaba preparado para la negociación y el cabildeo político necesarios en
estos casos, por lo que quedó de manifiesto, desde el inicio, que era muy
poco lo que se podía avanzar en materia de reformas legislativas y en su
relación con el Congreso.
Una vez que ambos partidos le tomaron la medida al nuevo Presidente,
se dedicaron a bloquear cuanta iniciativa era presentada por su Gobierno o
por su partido, sin importar si se perjudicaba al país. Solamente aceptaban
aquellas iniciativas que a ellos y a sus partidos les convenían. Lo
verdaderamente importante para ellos era debilitar a la nueva
Administración y hacer ver inepto al Poder Ejecutivo, que no daba pie con
bola y que no sabía cómo hacer las cosas. Lamentablemente lograron su
propósito, el cual por supuesto no estaba desprovisto de fines electorales.
Aun así, hubo logros positivos; se logró aprobar una iniciativa de la mayor
trascendencia, que también había sido un reclamo del EZLN: la Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública y con ella, se creó el
Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), quedando
aprobada el 11 de junio del 2002 como el instrumento legal que desde esa
fecha “garantizaba” el derecho de todos los mexicanos a conocer la
información pública y, por consiguiente, por primera vez se propiciaba la
rendición de cuentas de los servidores públicos, como prerrequisito básico,
que indudablemente contribuiría al fortalecimiento del Estado de derecho.
La ley fue aprobada porque era un clamor de los mexicanos, cansados de
tantos años de mentiras y ocultamientos, pero circunstancialmente y más
que todo, porque el PRI y el PRD la consideraron como un valioso
instrumento para exhibir al Gobierno de Fox, que sin la experiencia ni la
malicia preventiva consecuente, pisando sobre el terreno minado que
significaba el aparato burocrático anterior intacto, y sin haberse deslindado
de los resultados de administraciones pasadas, ahora con este nuevo
instrumento legal sería fácil blanco de ataques de todo tipo. También, como
un hecho positivo en materia legislativa durante este régimen, aunque no
precisamente de su iniciativa, puede considerarse la aprobación de la Ley
Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, y la creación del
CONAPRED, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.
268
Pareciera ser que las llamadas “reformas estructurales” eran una
premisa definitiva y casi única, como condición insalvable del Gobierno
de Fox, para la solución de la problemática. Cuando estas se toparon en
duro con la barrera construida por la intransigencia del PRI y del PRD, en
el Congreso y al no tener un plan alterno (algún “plan B”) para enfrentar la
contingencia, el Gobierno inició de manera titubeante, sin ninguna
estrategia, cuando menos visible en ninguno de los campos de la
Administración Pública. El nuevo régimen se dedicó sólo a “reaccionar a
bote pronto” ante las contingencias; se abandonó a las manos del aparato
burocrático pasado, para que cuando menos la operación siguiera adelante.
Esto le dio la oportunidad a todo el aparato anterior para que refinara sus
vicios, porque ya se habían dado cuenta de que “no pasaba nada”. Como se
le oyó decir a un alto ejecutivo, adicto a la corrupción, cuando le
preguntaron “¿Cómo te va con el nuevo gobierno?” “¡Ahora la cosa está
mejor!”, fue su respuesta. La reacción inicial de la opinión pública fue a
favor de Fox y en contra de la oposición, “que no hacía otra cosa que
bloquear la aprobación de las reformas del Presidente”. Sin embargo, poco
a poco fue quedando en evidencia, desgraciadamente solo para una minoría
con capacidad de análisis crítico, la falta de capacidad política del ejecutivo
para la negociación, su falta de previsión, la poca creatividad e imaginación
para la búsqueda de salidas alternas y la ausencia de objetivos claros en su
gobierno, lo que de hecho evidenciaba la falta de un timonel confiable que
supiera a dónde quería llegar y cómo pretendía lograrlo.
Al principio de cada sexenio, dentro del sistema político que por
supuesto seguía intacto, vigente y actuante, generalmente las nuevas
administraciones con motivo de algún problema existente, reciben alguna
“cala” por parte de algunos de los grupos de poder o de presión para saber a
qué atenerse en el futuro y conocer cuáles son las limitaciones del nuevo
régimen y hasta a dónde se puede llegar con él. Esto se dio en el Gobierno
de Fox; con el primer gran proyecto que el nuevo régimen pretendía llevar
a cabo: el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Independientemente de si el manejo de la licitación haya sido limpio o no,
y de si su resultado y la ubicación eran lo más apropiado para el interés
público; otra vez salió a relucir la falta de manejo político y de la previa
negociación necesaria con los actores más críticos, lo que complicó la
realización del proyecto. En este caso la situación se agravó por la
valoración ínfima de las tierras ejidales a expropiar (en algunos casos $6.00
pesos por m2.), alegando que eran tierras salitrosas, cuando en muchos
casos se probó que estaban en pleno cultivo. El decreto expropiatorio se dio
de todas formas, sin el debido convencimiento y la necesaria negociación
previa con los ejidatarios. Todo esto representaba un marco idóneo para
269
propiciar la agitación que surgió allí mismo. Las protestas estallaron el 22
de octubre de 2001 en el ejido y pueblo de San Salvador Atenco, del Estado
de México. El PRI y el PRD no tuvieron mucho problema para avivar la
hoguera, a la que se sumó el Verde Ecologista sin haber sido convocado y
al que Fox había hecho a un lado. Infinidad de agrupaciones surgieron, y
otras que ya existían se agregaron a la causa, dándole ahora una dimensión
mayor al problema. Así, un grupo que se decía representar al Frente
Zapatista de Liberación Nacional enarboló el lema: “¡Zapata vive la lucha
sigue y sigue!”. Se agregaron de inmediato el Consejo General de Huelga
CGH (siempre en estado latente y al acecho de la primera oportunidad, sin
importar si tiene o no relación con la universidad), el Sindicato de
Trabajadores de la Universidad de Chapingo y por supuesto los
contingentes populares convocados por el PRD y el PRI. Aquí surgieron
nuevos lemas: “Zapata dijo: “La tierra es de quien la trabaja”, Fox dice:
“La tierra es de quien te la baja”. Los machetes salieron a relucir, sacando
chispas al azotarlos contra el pavimento, mientras los manifestantes los
blandían en forma amenazante y en son de guerra. Aquí surgió en México,
una nueva manera paradigmática de protesta pública, que proliferó en
muchas partes ante la omisión consiente, voluntaria y atemorizada de la
autoridad para aplicar la legalidad. Con esto algunos que se
autoproclamaron, de inmediato, líderes del pueblo de San Salvador Atenco,
vieron un posible modus vivendi. El Gobierno de Fox entró en pánico, o
cuando menos esa fue la impresión que dejó, y se negó a ejercer la
autoridad que además, cuando menos moral, en este caso no la tenía.
Finalmente la Administración dio marcha atrás con el proyecto en forma
definitiva, afectando la debida preeminencia del Estado de derecho, y esa
fue su tónica durante todo el sexenio. Muy pronto sus enemigos y falsos
aliados supieron qué cartas jugar con el nuevo Presidente y cómo.
Habiendo probado la debilidad del ejecutivo; al año siguiente los
gobernadores de los estados, con abrumadora mayoría de la oposición,
idearon un sindicato de gobernadores (la CONAGO) Conferencia Nacional
de Gobernadores, “para fortalecer el federalismo” lo cierto es que en
realidad era para unir fuerzas y hacerle contrapeso al ejecutivo federal.
Paradójicamente ni la Secretaría de Gobernación, que sería la más
directamente afectada, ni los pocos gobernadores panistas y menos el
Presidente, visualizaron el mal que se estaba gestando y no se opusieron a
ello y consintieron la creación de un engendro más, para engrosar las filas
del corporativismo nacional. Alimentado por el sistema político, que
padece la Republica, un grupo sindical de poder más, con intereses
sectarios, como si no hubiera suficientes, era políticamente imperdonable.
270
Afortunadamente Fox respetó la autonomía del Banco de México
otorgada por iniciativa del Presidente Zedillo, lo que se vio reflejado en los
indicadores macro económicos; las reservas llegaron a superar cifras récord
arriba de los 83,000 millones de dólares, que daban una buena imagen para
los inversionistas extranjeros, disminuían el “riesgo-país” (medalla que
cuelgan arbitrariamente las calificadoras estadounidenses a los otros) y se
vacunaba contra las tradicionales crisis económicas de final de sexenio. Sin
embargo, es incomprensible –tal vez para los no expertos como yo— que la
mayor parte de estos recursos sean invertidos en valores extranjeros,
principalmente en bonos de la Tesorería de los EU. Esto podría explicarse
por la necesidad de liquidez inmediata tratándose de reservas, pero eso
sería válido solo para un monto determinado; el resto bien podría ayudar a
financiar muchas de las carencias, como las existentes en materia de
infraestructura de comunicaciones y transportes, deficitaria en México, o
bien para invertir parte en renglones prioritarios como crear oportunidades
de superación en los grupos más necesitados y en otros deficitarios
también, como la educación109. Otros factores que en el aspecto económico
ayudaron considerablemente al régimen de Fox fue el precio del petróleo
en los mercados mundiales, que alcanzó cifras récord sobre todo en los
últimos años de la Administración, con precios superiores a los 60 dpb en
el Brent del Mar del Norte, y los envíos de dinero provenientes de los
emigrantes mexicanos en los EE.UU. a sus parientes en México, que en el
2006 superaron con creces los 20,000 millones de dólares y que aunque
representan una ayuda enorme, no dejan de ser una vergüenza y de
confirmar la tragedia que eso implica.
Aun así, el manejo de la economía dejó mucho qué desear. En un
inicio, la Secretaría de Economía era dirigida por un secretario sin la
suficiente visión, en cierta manera frustrado por no haber alcanzado la
SHCP, su verdadero deseo; no tuvo una estrategia clara a seguir y solo
continuó con los programas previstos por la anterior Administración. Por
supuesto continuaron en sus puestos algunos de los funcionarios ya
existentes en la Secretaría, que se habían distinguido por complicar
enormemente el comercio exterior con normativas contraproducentes y sin
sentido, que solo encarecen los productos de importación, además de
entorpecer también el funcionamiento de las maquiladoras, que ya de por sí
es un sector con un beneficio marginal muy pequeño. Increíblemente
algunos de estos funcionarios fueron promovidos a puestos superiores, sin
más mérito que solo el conocer y manejar al dedillo la operación
entorpecedora y no promotora de la Secretaría, porque eran muy buenos
para decir “no”, sin preocuparse en buscar él como “sí”. En estas
condiciones, el entorno mundial globalizado y una actitud inteligentemente
109
Según informe de UNICEF del 2006, un millón de niños mexicanos quedan anualmente sin escuela.
271
agresiva de China encontraron a la Secretaría de Economía “papando
moscas” y le arrebataron a México posiciones vitales que ya tenía ganadas
en el comercio exterior, entre ellas el importantísimo mercado de los EU.,
ahora dominado por China quien pasó a ocupar el lugar que México tenía.
Resulta evidente que los mexicanos no hemos sabido aprovechar nuestra
magnifica ubicación geopolítica para el propio beneficio a pesar de la
vecindad con los EU., mientras los chinos si lo pudieron hacer a pesar de
estar en las antípodas, a miles de kilómetros de distancia, pero con otra
actitud muy distinta; teniendo claro su objetivo y como lograrlo, con
creatividad, inteligencia y visión. Pero sobretodo buscando beneficiar a su
gente.
La Secretaria de Hacienda tuvo una actitud contradictoria durante
toda la Administración, benéfica para algunos sectores y perjudicial en
otros. Por ejemplo, en materia de aduanas simplificó el tráfico de
mercancías al menudeo, que son las que cruzan los particulares en la
frontera, principalmente con los EU., y también para los que vienen por
avión, disminuyendo así considerablemente el atraco a que eran sometidas
las personas por parte de las autoridades aduaneras, publicitando además
los artículos a los que se tenían derecho a pasar. Pero en el comercio al
mayoreo además de continuar con el encarecimiento de los productos de
importación, por la multitud de tramites e intermediaciones, el país se vio
inundado de mercancía de contrabando, lo que afectó diversas ramas de la
actividad comercial e industrial. Los hechos y las evidencias indicaban que
ellos seguían teniendo el control del manejo del contrabando y los
provechos que de éste se derivan, como sucedía en los gobiernos del
sistema unipartidista. Asestaban, sólo de vez en cuando, algunos golpes
espectaculares desde el punto de vista mediático, como sucedía, por
ejemplo, contra el comercio informal de Tepito en el D.F., o contra algunas
compañías o particulares que se saltaban las trancas. Esto era solo para dar
la impresión de que se estaba combatiendo al contrabando, cuando los
hechos demostraban lo contrario. La actitud de la SHCP fue eminentemente
recaudadora, lo que se manifestó de múltiples formas. Puedo mencionar la
restricción al comercio exterior por medios aparentemente contradictorios,
como por ejemplo la aparente promoción, a finales de 2002, de los recintos
fiscalizados estratégicos que tienen grandes beneficios, pero en los hechos
hicieron todo para retrasar o impedir su implementación y puesta en
marcha, alegando como excusa el control del contrabando, cuando una de
las ventajas de este tipo de recintos es precisamente en ese sentido.
Como un hecho positivo surgió la sistematización para facilitar los
procesos de declaraciones de ingresos y la atención al contribuyente. Por
otro lado, la SHCP entró en conflicto con las otras secretarias del Ejecutivo,
272
principalmente las directamente relacionadas con ésta; a final de cuentas,
por el apoyo que siempre tuvo de la Presidencia, siempre se salió con la
suya en todos los sentidos. En los hechos, los resultados finales de esta
Secretaría fueron como una labor de zapa en contra del mismo Presidente y
del país, aunque él no lo percibía así por algunos aspectos excepcionales de
eficiencia en esta Secretaría, como los que hemos señalado, y porque
estaba embelesado por su manejo de la macroeconomía, sin darse cabal
cuenta de que eso dependía en mayor proporción del Banco de México y
del mismo Ejecutivo, en el área de su responsabilidad en general, más que
de la propia Secretaría de Hacienda en lo particular.
Las relaciones exteriores que durante el sistema unipartidista habían
estado caracterizadas por el aparente rechazo a los EU., solo en el discurso
y una total sumisión a ellos en los hechos; en el Gobierno de Fox se
caracterizaron no solo por la continuación de esa dependencia
injustificable. Sin embargo, ahora quedó de manifiesto la disposición
especial del Presidente para, en forma solícita y acomedida, atender a todos
los gustos del presidente George W. Bush, rallando en lo servil y lo
ridículo. Con una sola, afortunada y digna excepción para el pueblo de
México, que fue cuando se opuso a la guerra en contra de Irak, en
congruencia con la tradicional política mexicana de no intervención y por
supuesto en contra de enviar soldados mexicanos al exterior. Fox centró su
política exterior con los EU. en una visión parcial de la problemática,
centrada en el problema migratorio tal y como estaba en ese momento y sin
tocar para nada sus causas y planteó coloquialmente, a través de Jorge
Castañeda, su secretario de Relaciones Exteriores, una fórmula mágica por
llamarla de alguna manera: “Queremos la enchilada completa”.
Aparentemente una payasada que nunca se supo en realidad qué quería
decir con esto, ya que el problema migratorio en los EU relacionado con
México es una verdadera tragedia y si nuestros gobernantes tuvieran
vergüenza antes de reclamarle a los EU deberían estar trabajando
seriamente para que esto no suceda más.
Fox, ingenuamente confió demasiado en el trato de aparente amistad
que le dispensaba Bush. Parecía no darse cuenta de que para estas personas
no existe amistad ni principios, existen intereses y no tanto de los EU.,
sino, en este caso particular, el interés personal del Presidente, que pasando
por todos los matices y tamices, terminará siempre por concentrarse en el
interés electoral y de sus intereses personales en el campo del petróleo. Y
como se vive en una “democracia”, “si tu asunto está en conflicto con mi
interés particular, porque puede no ayudar a mi reelección, entonces
olvídate de cualquier trato”. Y así sucedió. Se registraron para la historia
anécdotas y hechos de ignominia vergonzosos por la acción misma y por el
273
servilismo que se denotaba hacia el Presidente de los EU. Un ejemplo claro
de esto se dio cuando, durante los trabajos de la cumbre de la ONU sobre el
Financiamiento para el Desarrollo, celebrada en Monterrey el 21 de marzo
de 2002. Para “tranquilidad” del Presidente de los EU., Fox le pidió al Jefe
de Estado cubano, Fidel Castro, que una vez que asistiera al banquete de
recepción y comiera, se retirara. Acción increíble y vergonzosa para todos,
tratándose de una relación entre jefes de Estado. Se hizo célebre la frase
“comes y te vas”, que pasó a formar parte de una canción en la que se hacía
burla del tema, a “ritmo guajiro, chico”. Ante los rumores de que algo
anormal debía haber sucedido, Fox mintió negándolo categóricamente. Sin
embargo, el 22 de abril, un mes más tarde, Castro dio a conocer una
grabación en donde esto se comprobaba poniéndolo en evidencia como el
embustero que era.
Más tarde, la acción depredadora de las relaciones continuó contra
muchos de los líderes de países latinoamericanos como Argentina, Brasil,
Venezuela, Bolivia, etc. La pérdida del liderazgo de México en
Latinoamérica se hizo evidente cuando el Canciller mexicano en turno, al
negársele la posibilidad de contender como precandidato de su partido a la
Presidencia, pretendió contender por la Secretaría General de la
Organización de los Estados Americanos (OEA), la cual México perdió
vergonzosamente frente a Chile. El Canciller no tuvo ningún mérito fuera
de exhibir la política exterior irresponsable del Gobierno de Fox, que solo
dividió a los países latinoamericanos y puso en evidencia al país. Fox viajó
52 veces al exterior con resultados muchas veces desastrosos, como en el
caso en que confundió el nombre de Jorge Luis Borges por el de José Luis
Borgues ante los Reyes de España y las autoridades de la Real Academia de
la Lengua Española. Sin poder siquiera mediar en los problemas internos
de México, el Presidente pretendió arreglar los problemas del mundo. En
noviembre de 2006 el Congreso le puso un alto al negarle el permiso para
viajar, recordándole que había problemas más graves que atender primero
en México, como el conflicto de la APPO en Oaxaca, y además porque no
se justificaba el viaje al continente australiano, que en primer lugar tenia
como razón un motivo personal: visitar a su hija Paulina quien estaba
estudiando en Australia.
De acuerdo a múltiples fuentes y estudios en la materia, el consenso
en términos generales es que hoy en día, en México, aproximadamente el
20% de la población vive en la pobreza extrema110; el 25% en la
110
La pobreza extrema es cuando se carece de lo más elemental, ya no digamos para una vida digna, sino
para la supervivencia misma.
274
pobreza111 ; el 25% en pobreza relativa112; el 25% pertenece a la clase
media113 , y al 5% restante se le considera como una clase media de
ingresos relativamente aceptables. De estos, a menos del 1% se les puede
considerar como ricos, mientras que de este último estrato uno entre mil
son extremadamente ricos y son los que poseen o controlan más de la mitad
de la riqueza nacional. Todavía entre estos existe otro grupo dentro del
cual, paradójicamente, están algunos considerados entre los más ricos del
mundo, muchos de los cuales han hecho su riqueza a costa del pueblo de
México asociados con el poder político o “auspiciados” por éste.
Paradójicamente, según estudios recientes, el 56% de la población de
nuestro país se le considera con inseguridad alimentaria, por su grado de
pobreza.
Las clases más poderosas, denominadas extremadamente ricas, son
un muy pequeño porcentaje al cual pertenecen principalmente personas
relacionadas con prósperas empresas, muchas de ellas ligadas a la clase
política, cuya riqueza se debe básicamente al hábil manejo de esa relación
con la que han obtenido prosperidad al amparo de la misma actividad
política, aunque algunos de ellos aparezcan algunas veces, solo en la forma,
como “severos” críticos del sistema. Estos extremadamente ricos en
México, salvo excepciones, que las hay, son personas caracterizadas por
una mentalidad mercantilista, en busca de la utilidad material o monetaria
en todas sus acciones, de gran talento y habilidad para los negocios, sin
mucha preocupación por la ética. Aunque algunos de ellos se proclamen
paladines de la ética utilitarista, su concepción filosófica es más cercana al
hedonismo. Su mentalidad es también altamente pragmática y han
demostrado gran destreza para aprovechar al máximo el sistema político
mexicano imperante en los últimos cien años cuando menos. Sin que les
importe mucho la ideología política de quienes ejercen el poder en turno,
han sido en cierta manera los eternos cortesanos del poder en los últimos
100 años. Curiosamente los mexicanos extremadamente ricos son muy
parecidos a los extremadamente ricos de los E.U., en cuanto a su
comportamiento y al origen de sus fortunas. Por otro lado, y volviendo a
las paradojas y a los contrastes, en México cuando menos 21 millones de
personas viven en zonas de alto riesgo, donde su vida y su exiguo
patrimonio están constantemente en peligro. Probablemente la “Pareja
presidencial”, en estos años de convivir con los extremadamente ricos,
111
La pobreza se considera así cuando las personas tienen una economía mínima de subsistencia.
112
La pobreza relativa resulta de comparar a la gente con ingresos básicos, que les proporcionan algunos
satisfactores y tienen relativa capacidad productiva, con las clases económicas bajas, los pobres de los
países desarrollados, en términos generales, y vemos que están en condiciones similares.
113
La clase media son personas pertenecientes a familias con educación media y superior, con relativa
capacidad económica e intelectual para ejercer análisis crítico.
275
perdió todavía más la noción de la realidad nacional; el Presidente anunció
que dejaba un país en jauja y que por eso se iba muy satisfecho. Por
supuesto, es justo reconocer que la grave situación de la pobreza en México
no es hechura de Fox, data de muchos años de explotación e injusticia y
tiene como uno de tantos efectos negativos, los intentos desesperados a
través de la migración de alrededor de 500,000 personas al año. Desde
siempre “el ataque” a la pobreza en México, hecho por los gobiernos
“revolucionarios” y ahora por los confesionales, y las “fuerzas Vivas” ha
sido dándoles cosas, despensas, pisos de cemento en sus miserables
viviendas, recursos económicos a los agricultores que acaparan los
caciques y que nunca llegan a los más necesitados, caridad; limosna en una
palabra. En vez de preocuparse por crear las condiciones necesarias para
que ellos mismos salgan de su situación miseria, para que el trabajador
perciba mejores salarios y deje de ser explotado por muchos principalmente
por los sindicatos corruptos. Pero eso no sería rentable electoralmente y ya
no habría con quienes practicar la bondadosa caridad y la filantropía, con
los que muchos creen que pueden comprar su buena imagen y salvación.
Xóchitl Gálvez, quien en uno de los contados aciertos de Fox fue
designada Presidenta de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los
Pueblos Indígenas. Tenía suficiente conocimiento de causa, y pasión, lo que
le ayudó a desarrollar mejor esta importantísima función relegada por
tantos años de gobiernos del sistema, que solo utiliza el folclore de los
indígenas y sus vestimentas dentro de la escenografía y parafernalia de sus
actos políticos con fines electorales, o para manifestar con oportunismo su
aparente preocupación por los pueblos indígenas sólo en la forma y ante los
medios. Xóchitl canalizó cientos de millones de pesos de las diferentes
secretarías del Ejecutivo en obras de infraestructura de comunicación y
para mejorar, en todos los campos, las condiciones de vida de los pueblos
indígenas, bajo la tesis acertada de que lo que necesitan estas comunidades
no es limosna, sino apoyo para poder ayudarse ellos mismos a salir de su
atraso y superar las condiciones adversas para su gente. Además de que se
les garantice el respeto a sus usos y costumbres y a su propia manera de
comunicarse entre sí y con los demás. En el Estado de Hidalgo, de donde es
originaria Xóchitl, casi al final del sexenio pudo haberse postulado como
candidata al gobierno del Estado y haberlo ganado con relativa facilidad,
pero a diferencia de muchos otros que se dicen políticos, pero no entienden
la verdadera función de la política que tiene más que ver con servir a los
demás –y no servirse de ellos—, Xóchitl Gálvez no quiso claudicar y
abandonar la responsabilidad que se le había conferido, así que siguió
trabajando intensamente hasta el final, de manera que su labor reportó un
significativo y verdadero beneficio para el desarrollo de los pueblos
indígenas en México.
276
Durante la Administración de Fox, se instituyó el Seguro Popular,
que en teoría es una gran ayuda sobre todo para los más desprotegidos
económicamente y que debiera ser un derecho para todos. No está
suficientemente claro si las razones que dieron origen a esta idea tuvieron
motivos electorales, para contrarrestar el “populismo” de López Obrador, y
favorecer a Marta Sahagún cuando ésta pretendía la Presidencia, o una
verdadera causa de Estado, justa y noble como lo es auxiliar a gran parte de
la población que no cuenta con seguridad pública ni privada en materia de
salud y establecer ésta como un derecho ciudadano. Aparentemente, según
informes del Gobierno de Fox, durante su administración quedaron
inscritas cinco millones cien mil familias, lo que sería un logro importante
si no fuera únicamente la inscripción, sino también la prestación eficiente
de ese servicio médico, porque tengo entendido que de hecho hasta el 2007
no existía la capacidad instalada para este propósito.
La justicia que Vicente Fox prometió hacer realidad en México
todavía funciona en forma proporcional a la capacidad económica de las
personas. Esto quiere decir que aproximadamente un poco más del 75% de
la población, cuando menos, no tiene acceso a ella; el que tiene dinero para
pagar la fianza y para un poco más no pisa la cárcel. Existen miles de
ejemplos de personas que por delitos menores y ante la imposibilidad del
pago de la fianza purgan penas de varios años. En lo civil sucede algo
similar. La impunidad para el que lo agrede es la regla que tiene que sufrir
la mayoría del pueblo de México. Esta es una de las causas del éxito de la
delincuencia organizada en los últimos tiempos. Si bien no se puede decir
que la justicia en México está a la orden del mejor postor –sería injusto
para muchos verdaderos juristas, algunos de ellos esforzados jueces y
magistrados que durante toda su vida profesional han hecho honor al
derecho mexicano—, lo que si es una realidad es que la corrupción e
ineficiencia en el aparato judicial son públicas y notorias en la actualidad,
agravándose esto por la cultura de la corrupción que se le ha impuesto a la
sociedad y por su tolerancia debida a la costumbre, a tal grado de que, por
ejemplo, en los presupuestos de algunas empresas, se consideran partidas
que si no son señaladas por razones obvias con este concepto, sí sirven para
ello. Una de las prácticas más dañinas es la de los jueces de consigna,
utilizados por la autoridad para orientar la justicia publica a su
conveniencia o a la de sus favorecidos, ya sea para que procedan y decidan
en determinada forma, o se desistan y exoneren de toda culpa a verdaderos
delincuentes. Fueron múltiples los ejemplos de casos como los anteriores
que se dieron en la Administración de Vicente Fox.
277
El Gobierno de Fox no supo o no pudo aprovechar la inercia del
régimen anterior para que se tuviese una secuencia en las importantes
reformas que se emprendieron, sobre todo en el campo judicial,
estableciendo políticas públicas bien definidas que consolidaran la reforma.
Otra vez aquí vemos cómo la falta de una idea rectora, nacida de la plena
conciencia de lo que se quiere para el país en forma total, en este caso en
materia judicial, y cómo lograrlo; evitó la congruencia y continuidad en los
actos de gobierno. Todavía existe mucho camino por andar en materia de
reforma judicial. Por ejemplo, la necesidad de eliminar la intervención
directa del Ejecutivo en muchas áreas de la justicia; el más representativo y
urgente de solucionar es en el campo de la justicia penal, en lo que se
refiere al Ministerio Público, tanto federal como estatal, entre muchos otros
casos críticos, para que el Ejecutivo no siga actuando como juez y parte en
algunos casos, y para que verdaderamente se dé la separación de poderes.
Sigue existiendo pues, un gran vacío legislativo en materia de seguridad
pública.
En la forma como inició Vicente Fox su régimen, estaba visto que la
lucha contra la corrupción no podía avanzar, sino que retrocedió, al
asociarse políticamente y ponerse en las manos de muchos de los más
corruptos, tanto del área política como del área empresarial y del clero,
dejando crecer la penetración del narcotráfico y viciando todavía más las
estructuras políticas. El 19 de enero del 2001, las autoridades del penal de
Puente Grande, propiciaron la fuga de uno de los más poderosos miembros
de la delincuencia organizada, el Chapo Guzmán. Lo más probable es que
esta “fuga” haya sido producto de una negociación con este cártel llamado
de Sinaloa. Pero ¿cual era el objeto de asociarse a uno de los más grandes
delincuentes de la llamada delincuencia organizada?; conociendo ahora las
motivaciones de Fox, podría habérsele convencido, no sin razón, que
podría tener acceso a cantidades ilimitadas de dinero no contabilízable,
muy útil sobre todo para los procesos electorales que le permitirían la
continuidad en el poder. Pero no se daba cuenta de que también podría ser
un factor importante para jugar con la estabilidad del poder en México. Una
vez en este ambiente, él mismo claudicó y se dejó llevar por la cómoda
corriente, en un contexto en que como por arte de magia todo está al
alcance de la mano. Y ya en el Paraíso, se encontró con una Eva que lo
animaba y guiaba constantemente, haciéndole ver que “todas las personas y
cosas que le habían dicho que eran malas, como el sistema político que
había prometido combatir y cambiar, no solo no eran malas, sino muy
buenas para muchos propósitos”. En estas condiciones, le pareció
apropiado y conveniente negociar con el PRI el “Pemexgate”, el presunto
fraude de la Administración anterior para desviar sumas millonarias de la
paraestatal para dedicarlos a la campaña del candidato oficial,
278
intercambiándolo por el asunto de “Amigos de Fox”, en donde también
presuntamente se había utilizado dinero proveniente de orígenes dudosos
para fines electorales. Aunque no hubiera proporción entre unas y otras
cantidades ilícitas; esto se negoció en igualdad de condiciones.
Los acontecimientos que se dieron demuestran una probable alianza
temprana de Fox con Carlos Salinas de Gortari Aunque no existan pruebas.
Los hechos son muy claros, su influencia en Fox fue determinante y se
refleja en muchas de sus alianzas y sus acciones, Lejos de ayudarle a Fox
estas alianzas, cada vez lo hicieron hundirse poco a poco en un pantano que
mancha al mejor plumaje, arrastrando en esto a su partido y a su bancada.
Estos, aunque estaban obligados a denunciarlo, lo tuvieron que justificar y
encubrir, tal vez porque algunos se veían en el mismo espejo. Carlos
Salinas pudo regresar a México con la seguridad de obtener la impunidad
que da la alianza con el más alto nivel, pudo sacar de la cárcel a su
hermano Raúl Salinas en el penúltimo año de la administración de Fox. No
habría espacio aquí para reseñar todos los malos manejos de Fox y sus
familiares, ni tampoco es mi propósito, ya diversos autores se han
encargado de publicar acerca de estos sucesos en forma ampliamente
documentada. Todo es reprobable, pero lo más lamentable es que también
se haya complicado al más alto nivel la situación política de México y la
seguridad de su población, cuando el compromiso había sido otro muy
distinto, y ciertamente las expectativas del pueblo de México, esperanzado
con el cambio quedaron frustradas una vez más.
Los problemas con los maestros en Oaxaca al final del régimen de
Fox, los complicaron en grado extremo porque el mismo Gobierno Federal
los dejó crecer a propósito sin la aplicación de una solución inmediata y
definitiva, que en un principio no hubiera sido difícil, porque se reducía
solo al problema de los maestros de la Sección 22 del SNTE que
solicitaban una rectificación de la zonificación para mejorar su salario. Sin
embargo, mal aconsejado y deslumbrado por la posibilidad de culpar al
PRD con el consiguiente beneficio electoral, el problema evidentemente se
dejo crecer a propósito. Seguramente a Fox le dijeron que podía además
matar dos pájaros de un solo tiro, ya que el Gobernador de Oaxaca, Ulises
Ruiz, era del PRI, el otro partido que también contendería en las elecciones
presidenciales. En realidad, la que mató tres pájaros de un tiro fue la
consejera presidencial Elba Esther Gordillo. Aunado a esta actitud
reprobable del Gobierno Federal estuvo la falta de previsión y visión, ya
que Oaxaca es un verdadero polvorín por el cúmulo de problemas que
existen en sus múltiples comunidades, en donde sus pobladores han sido
agraviados desde tiempos ancestrales, como sucede en Chiapas. Por otro
lado, también se agravó la situación por el nulo ejercicio de la autoridad
279
pública por parte de un gobierno estatal tradicional del sistema, sin
autoridad moral. Todo esto desembocó en un conflicto que se fue
complicado casi a un grado extremo, que ha dificultado las condiciones de
vida de los habitantes de Oaxaca y ahuyentado al turismo. Se ha
proyectado una pésima imagen al exterior a través de la prensa
internacional, que ha difundido imágenes en donde la barbarie hace de las
suyas en medio de la total anarquía. Esto solo ha contribuido a reafirmar
los prejuicios y engaños sobre México que mucha gente sostiene en el
exterior. Grandes pérdidas materiales y también de vidas humanas –se
calculan en 20 las muertes— que significó la criminal decisión de dejar que
el conflicto se agravara. Además se dejó a los niños y jóvenes de Oaxaca
sin la posibilidad de asistir a clases durante la mayor parte de ese tiempo.
Las declaraciones del Secretario de Educación, asegurando que los niños de
Oaxaca no iban a perder nada y que el tiempo escolar se iba a recuperar,
dejan ver la ignorancia que del problema tienen las autoridades, o bien su
falta de respeto a la capacidad de entendimiento de los mexicanos.
4.- LAS ELECCIONES DEL 2006
La carrera por la Presidencia de la República en las elecciones del
2006 se inició desde el 10 de octubre de 2001, cuando la recién nacida
Pareja presidencial, como se recordará, le entregó a los monopolios
televisivos y de la radio, a través del vicepresidente de Televisa, la graciosa
exención del 90% y del 80% respectivamente, del tiempo de transmisión
que las estaciones de radio y televisión estaban obligadas a proporcionar al
Estado mexicano, Por su parte, Andrés Manuel López Obrador, Jefe de
Gobierno del DF, el 31 de julio de ese mismo año y ante el destape que ese
día hicieran de él para las Elecciones de 2006, dijo “a mí que me den por
muerto”. Esta sería la tónica cuando menos abiertamente de todos los que
aspiraban a ser presidenciables, siguiendo la máxima del viejo líder Fidel
Velázquez, que decía: “el que se mueve no sale en la foto”. Sin embargo,
rompiendo con esto y para sorpresa de todos, inopinadamente el mismo
Presidente dio el banderazo de salida para las elecciones de 2006 desde el
17 de julio de 2003, (con tres años de anticipación) cuando en una
entrevista con José Gutiérrez Vivó, declaró: “Ya está en marcha la sucesión
presidencial”. Nadie se explicaba la razón de esta inconveniente y
precipitada declaración para las elecciones. Para no perder la oportunidad
que se le daba, algunos días después y curiosamente también en el mismo
noticiero en una entrevista con Gutiérrez Vivó, Andrés Manuel López
Obrador manifestó abiertamente su intención de ir por la Presidencia,
anunció que buscaría la candidatura por el PRD. Por el PAN, los
precandidatos más obvios eran la Primera Dama, (que era también la razón
misma para adelantar el proceso) y el Secretario de Gobernación. Aunque a
280
Marta Sahagún, según la prensa nacional, se la estaban ya disputando para
candidata a gobernadora los comités estatales del PAN de Guanajuato, para
el 2006, y el de Michoacán, para el 2007, (lo que pintaba “de cuerpo
entero” a los Fox y al PAN). Por el PRD, estarían como posibles
precandidatos AMLO y Cuauhtémoc Cárdenas, aunque en el caso de éste
último una cuarta vez parecía demasiado, y además, AMLO tenía a su favor
el poder y el presupuesto del GDF. Por el PRI, se realizarían elecciones
“democráticas”, en donde por consenso seleccionarían a un candidato.
Como precandidatos fuertes se perfilaban; el Gobernador del Estado de
México, el líder del PRI en el Senado, el mismo presidente del Partido y los
gobernadores de Tamaulipas y de Hidalgo, los precandidatos, entre ellos,
no veían justo por razones obvias, que participara también en la contienda
electoral interna el presidente de su partido.
Un factor importante para las elecciones del 2006 era la renovación
de los consejeros del IFE. Aunque jurídica y técnicamente el IFE había
quedado como un instrumento confiable y eficiente con la reforma del 96,
siempre y cuando lo integraran personas honestas y capaces, lo cual quedó
demostrado con las elecciones de 1997 y del 2000. Los consejeros seguían
siendo un elemento crítico porque en cierta manera eran los árbitros
durante el proceso de la elección. Estos deberían ser consejeros ciudadanos
sin ningún nexo con los partidos políticos. Lamentablemente, en esta
ocasión prevaleció en su elección no solo el interés partidista sino en forma
directa los partidos mismos. Y lo que se dio fue una arrebatiña en donde el
PRD se inconformó con el PRI y se retiró –error craso—, dejando la
elección de los nuevos consejeros, por la Cámara de Diputados, en las
manos del PRI y del PAN, quienes de común acuerdo, el 3 de noviembre de
2003, se repartieron la designación del nuevo consejo; el PRI de Elba
Esther Gordillo se llevó la presidencia y la mayor parte de los consejeros,
mientras que el PAN se conformó con 3 de ellos (en cierta forma esto lo
tenía sin cuidado por su alianza con la lideresa) y el PRD como se había
“lavado las manos”, con su actitud pueril quedó totalmente marginado y
sus puestos en el consejo se los repartieron el PRI y el PAN. En estas
condiciones, lo que se estaba propiciando era la contaminación perniciosa
del IFE, con el interés partidista y en este caso bipartidista, que a la hora de
la elección presidencial resultaría crítico y cuestionable por el estrecho
margen que se obtuvo en los resultados. En este caso, los consejeros del
IFE siguieron siendo ciudadanos, (no podía ser de otra manera) pero ahora
cuestionados como consejeros ligados al interés partidista y designados por
los dos partidos mencionados, contando ahora con la oposición sistemática
del PRD. Esto era una verdadera aberración dado el estatus de árbitros que
tienen durante el proceso electoral, esto es de una importancia tal que
pueden influir determinadamente, para bien o para mal en los resultados
281
finales de las elecciones. Una de las primeras acciones trascendentes de los
nuevos consejeros del IFE, para las elecciones del 2006, fue la aprobación
(bajo consigna) de un partido que, en términos prácticos, era propiedad de
Elba Esther Gordillo. En esta forma, un año después de constituido el
nuevo Consejo del IFE, nacía el Partido Nueva Alianza (PANAL) como el
séptimo partido nacional. Éste sería utilizado como instrumento operativo
para tratar de manipular las elecciones del 2006 a través de los especialistas
en transas electorales, del gremio de maestros del SNTE, con amplia
experiencia y técnicas altamente sofisticadas en estos menesteres.
Estas elecciones se empezaron a complicar casi desde los inicios del
sexenio porque como ya nos dimos cuenta, no había transcurrido un año
cuando se inició el coqueteo de la Pareja presidencial con Televisa y la
Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión, a cuenta del erario. No
se habían cumplido tres años de la Administración del presidente Fox,
cuando él mismo irresponsablemente abrió la carrera por la Presidencia sin
más razón que prepararle el camino a su esposa. Pensaba que si a él le
había dado resultado haberse adelantado en condiciones menos favorables,
dándole un albazo arbitrario a su partido, ahora con el presupuesto y el
aparato burocrático federal en general y en particular el de la Presidencia
de la República a su favor, “no habría quién los parara”. No se detuvo a
pensar en las posibles consecuencias de sus acciones, soslayando y
subestimando la posibilidad de que con esto se afectaría más la ya de por sí
precaria marcha del País en perjuicio de todos sus habitantes, (o de casi
todos). Sin embargo, para ellos éste problema no les importaba, porque
para los propósitos de la Pareja presidencial solo existían dos problemas:
uno de carácter interno, dentro de su partido, con doble faceta; y el otro,
con la oposición representada por el PRD y el potencial candidato más
peligroso, Andrés Manuel López Obrador, Jefe de Gobierno del Distrito
Federal. Las encuestas de popularidad ya ubicaban a López Obrador con un
alto grado de posibilidades, (más del 50%), por lo que de hecho estaba
convertido en un candidato potencial de dimensiones tales, que no podía
dejarse pasar por alto.
El primer problema que tenía que solucionar la Pareja presidencial era
ganar la elección interna del PAN, para lo cual habría que enfrentarse con
el Secretario de Gobernación, Santiago Creel, éste se había perfilado desde
un principio en la opinión pública como el precandidato presidencial con
más posibilidades dentro de su partido, lo que ciertamente no le ayudaba
mucho en el desempeño de su función eminentemente política. Tal vez
esto influyó en la falta de efectividad negociadora durante sus casi 5 años
de Administración. Sin embargo al ser un subalterno, en realidad ellos
pensaban que no representaría gran problema. Lo que sí constituía un
282
problema considerable era que dentro del PAN, como el mismo Fox en su
oportunidad y ahora la Primera Dama; no las tenían todas consigo, cuando
menos no para la carrera presidencial. Por lo tanto, necesitaría suficiente
tiempo y mucho dinero, que eso no era problema, para sacarles una
delantera irreversible a todos sus posibles opositores dentro de su partido,
por lo que se pensaba que en esas condiciones el PAN ya no tendría
ninguna objeción para nominarla. Y como ahora podremos entender, ésta
era precisamente la razón para abrir tan temprano la carrera electoral, sin
importarles que el país se complicara prematuramente por razones
electorales.
El otro peligro potencial para la Pareja presidencial era el Jefe de
Gobierno del D.F., Andrés Manuel López Obrador, y sus altos índices de
popularidad, que se manifestaban en forma creciente. Esto no era fortuito,
ya que desde que Andrés Manuel llegó al Gobierno del Distrito Federal,
inició una estrategia para convertirse en el candidato más fuerte del PRD a
la Presidencia de la República y de aquí en adelante no desperdiciaría ni un
solo día, ni un solo momento, ni un solo centavo del erario para lograr su
propósito. Cada una de sus acciones de gobierno tendría en primer lugar
esa mira. Desde la Administración pasada en el GDF, a cargo de la
perredista Rosario Robles, se había utilizado indebidamente una cantidad
enorme, totalmente desproporcionada de recursos del erario público en
publicidad para el GDF, sin embargo el verdadero propósito de ésta
campaña era la proyección de la imagen personal de la Jefa de Gobierno a
nivel nacional. Para Andrés Manuel esto le venía como “anillo al dedo”
por lo que continuó y reforzó con creces este precedente, falto de ética
política, exactamente con la misma intención, indebida de su antecesora
que ahora le ayudaría a sus proyección nacional. La razón por la que se
decidió por el proyecto de los segundos pisos en Viaducto y Periférico,
(más adecuados a ciudades de países desarrollados pero ya obsoletos en
estos) además que le permitirían manejar una enorme cantidad de recursos
económicos en una obra nueva sin precedentes, fue principalmente, porque
le resultaba electoralmente conveniente. Por un lado tradicionalmente este
tipo de obras dejan un importante porcentaje (10-15%), vía corrupción a las
autoridades responsables y ya la anterior jefa de Gobierno en sus relaciones
con el contratista Carlos Ahumada había dejado evidencia de estas
posibilidades. Por el otro lado, a pesar de que éstos segundos pisos
beneficiarían principalmente a los usuarios de vehículos particulares, que
representaban no más del 20% de la población capitalina, en lugar de
ampliar y reforzar las líneas del metro y del transporte colectivo, que son
utilizadas por el 80% de la población y que podrían ayudar a
descongestionar las actuales vialidades, aunque esto resulte paradójico por
el porcentaje de gente beneficiada en un proyecto y en otro; los segundos
283
pisos tendrían mayor impacto en su popularidad porque serían la obra
monumental de Andrés Manuel. Esto sí que contaría en la conciencia (hasta
cierto punto ignorante sobre soluciones técnicas) de la mayor parte del
electorado fácilmente impresionable. En cambio, el metro ya estaba; no era
ni podía ser su obra. El GDF es la única entidad de gobierno cuyos costos
de educación corren a cargo de la Federación, y aunque siempre es bueno
tener más planteles e infraestructura educativa, esto no era una prioridad,
¡ah, pero hacer preparatorias para jóvenes en edad de votar, electoralmente
eso sí que resultaría muy rentable! ¿Quién no tiene un adulto mayor en la
familia? Casi todo el mundo, y aunque es muy justo y merecido que la
gente que ya pasó toda su vida trabajando, tenga en sus últimos años una
ayuda que les haga más llevadera la vejez, sobre todo a los más necesitados
que no tienen esa posibilidad, Andrés Manuel pensionó a todos, incluso a
los que no lo necesitaban pero tenían la edad. Estas acciones aunque
puedan tener un fin aparentemente justo, en este caso solo pueden
entenderse si miramos su trasfondo electoral. Y así podríamos pasar juntos
analizando cada una de todas las acciones de Gobierno, y es rara la que no
haya tenido como prioridad su promoción electoral.
En 2004 se desataron una serie de “video-escándalos” con
filmaciones que obtuvieron gentes del Gobierno Federal; en algunos de
ellos, aparecía en varias ocasiones Gustavo Ponce, Tesorero del GDF, en
un casino del Hotel Bellagio, en Las Vegas, EU., derrochando en apuestas.
En otros videos aparecía René Bejarano, destacado líder popular del PRD,
coordinador de la bancada de ese partido en la Asamblea Legislativa del
D.F. y ex-Secretario Particular de AMLO, así como otros funcionarios del
Gobierno de la ciudad ligados con el PRD, filmados, cada uno por
separado, llenando maleta y bolsillos con miles de dólares en efectivo que
les proporcionaba Carlos Ahumada, contratista del GDF consentido de
Rosario Robles. Al ser dados a conocer estos videos a la opinión pública
por un diputado del PAN a través de Televisa, seguramente los asesores y
consejeros de la Pareja presidencial –aunque según algunas evidencias
ellos ya los conocían—, exclamaron entusiasmados, ¡Eureka!, por el
impacto que los videos tuvieron y porque esto era lo que necesitaban.
Ahora sí, pensaban ellos que podrían montar una estrategia para sacar de la
carrera electoral por la Presidencia al Jefe de Gobierno del D.F.,
supuestamente desprestigiado y de capa caída por la evidente e innegable
corrupción de su gente. Esta información a su favor les daba la
oportunidad, según ellos, de darle el golpe de gracia para librarse de él en
forma definitiva. Para esto ya estaban preparados; habría que someterlo a
juicio por el incumplimiento de una orden judicial por parte del GDF. Esta
orden había sido emitida como resultado de un juicio de amparo para
detener la construcción de una vía de acceso a un hospital a través de unos
284
terrenos en disputa. Aunque la obra se había detenido, pero no en el tiempo
legal y aunque no necesariamente tenía que ser el Jefe de Gobierno el
responsable directo –en un Gobierno tan grande y con tantas obras y tantos
funcionarios con responsabilidad legal como lo es el del de la Ciudad de
México—, y aunque situaciones judiciales por incumplimiento de este tipo
se dieran en forma común y constantemente en todos los niveles de
gobierno en toda la República, esto no importaba; lo verdaderamente
importante era tener una causa para su propósito y demostrar que en
México “existe un Estado de derecho y que ninguna autoridad puede estar
al margen o por encima de la ley”. Una vez siendo enjuiciado y condenado,
Andrés Manuel ya no podría contender para las elecciones presidenciales.
Así de fácil.
Como Andrés Manuel López Obrador era funcionario público, y a
los funcionarios públicos de ese nivel en México se les concede fuero y no
pueden ser llevados a juicio, entonces había que desaforarlo. Sin embargo,
este procedimiento debía realizarse ante la Cámara de Diputados. Ése
tampoco sería problema porque ya se había previsto también y logrado,
(para esto sí), una negociación entre el PAN y el PRI. Los partidos no se
podían poner de acuerdo para sacar adelante al país, pero sí para eliminar a
un enemigo político común lo que hacían ambos partidos con profundo
sentido “ético” y “democrático”. Naturalmente, en estas condiciones, el
desafuero procedió y todo les hubiera salido muy bien si no fuera porque la
medida era tan burda, tan grotescamente y antidemocrática; que prendió la
indignación en gran parte de la sociedad. Se dio casi en forma espontánea
un gran movimiento nacional, no solo dentro del PRD, sino
mayoritariamente en la sociedad misma: la Ciudad de México, desde el
Paseo de la Reforma hasta el Zócalo, se inundó de manifestantes como
nunca se había visto, enarbolando una contundente y enérgica protesta.
Ante la magnitud de lo que habían provocado, Vicente Fox, sus consejeros,
el PAN y el PRI tuvieron que dar marcha atrás y comprometerse a no
continuar con la terminación del proceso legal que lo inhabilitaría como
candidato. Entonces el muerto verdaderamente resucitó y ahora si venía
quitándose los vendajes del embalsamamiento del desafuero con mucha
más fuerza, el precandidato en potencia ahora creció considerablemente.
De esta manera, la estrategia salió totalmente contraproducente y Andrés
Manuel López Obrador contraatacó afirmando que “todo había sido un
complot” en su contra, para hacerlo a un lado, en lo cual no le faltaba
razón. Aunque bien pudiéramos estar, totalmente de acuerdo con él en esto,
toda vez que era más que evidente, sin embargo los funcionarios del GDF
exhibidos en los video-escándalos no habían sido ficticios ni obligados para
hacer lo que quedó grabado; fueron reales y nunca pudieron negar lo que
también era más que evidente. Sin embargo, después de que el Gobierno
285
Federal se desistió de lograr su inhabilitación, él se salió por la tangente y
nunca enfrentó el hecho no solo bochornoso, sino inaceptable por exhibir
semejante grado de corrupción entre sus allegados y sin haber dado nunca
ninguna explicación al respecto. Y es que esto lo dejaba entre la espada y la
pared, porque si ya lo sabía, podría por lo menos acusársele de complicidad
y exigírsele enérgicamente una explicación, incluso su destitución, y si no
lo sabía, malo también, porque denotaría cuando menos falta de capacidad
para cumplir con su presente responsabilidad pública y pondría en serio
cuestionamiento su capacidad para la aspiración presidencial.
Con relación al desafuero; el mismo secretario particular de Fox
comenta: “Con frecuencia pensé que en Los Pinos se estaba jugando con el
país como si se tratara de una casa de muñecas. Algunas decisiones que ahí
se tomaban –como el propio proyecto presidencial de Marta Sahagún y el
desafuero de López Obrador— me causaban tal nivel de contradicción que
deseaba íntimamente que fracasaran”.114 Con la renuncia de Durazo hecha
pública; a la Pareja presidencial no le quedó más remedio que abandonar el
proyecto sucesorio que les garantizaría la continuidad de una forma de vida
a la que ya se habían acostumbrado, e incluso, ¿por qué no?, el
establecimiento de una posible dinastía, y sobre todo, y de manera muy
importante, la impunidad para la pareja y para toda la familia. Por lo tanto,
ahora volviendo a la cruda realidad, paradójicamente deberían apoyar con
todo, a la candidatura de Santiago Creel, quien ya como Presidente sería su
protector y “tapadera”. De no ser así, quedarían totalmente desprotegidos
una vez llegado el término de su mandato, ya que incluso la Cámara de
Diputados se encontraba investigando la riqueza “inexplicable” de los hijos
de Marta Sahagún. Aunque no se encontraran pruebas jurídicas en su
contra, válidas cuando menos en su Administración, nada garantizaba que
éste y otros muchos más asuntos pendientes de la Pareja presidencial no se
pudieran complicar una vez habiendo dejado el poder.
A mediados del 2004, Felipe Calderón, Secretario de Energía, fue
destapado como candidato a la Presidencia de la República durante una gira
que aquel realizaba por Guadalajara, el Gobernador del Estado de Jalisco, a
la antigua usanza del PRI, lo “destapo” como presidenciable en esa
ocasión. Dadas las circunstancias y los planes de Fox, este acto era
imperdonable e inaceptable para. Por lo que fue duramente reprendido en
público por el Presidente, lo que propiamente lo inhabilitaba para seguir al
frente de la Secretaría y motivó que presentara su renuncia como miembro
del Gabinete. En esta forma, inició desde entonces, y ya de tiempo
completo, su campaña, primero por lograr la nominación de su partido. Y
después de todos los pronósticos contrarios, su candidatura sería ayudada
114 Alfonso
Durazo, Saldos del Cambio (México: Plaza & Janés, 2006) 231.
286
providencialmente por un acto que, en la opinión pública, sería calificado
por lo menos de una rampante estupidez política, cometida por su
contrincante más fuerte, el ex-Secretario de Gobernación, Santiago Creel.
Éste, unos días antes de renunciar a su cargo, había otorgado una cantidad
increíble de concesiones para explotar casinos a: Apuestas Internacionales
S.A. (de Televisa), “por razones obvias”, para la explotación del juego en
130 casinos en 25 entidades federativas a través de sendas concesiones
oficiales por 25 años cada una; de igual forma favorecía con 68
concesiones más a varias personas, entre ellas a Olegario Vázquez Raña,
amigo y protegido de Marta Sahagún y próspero empresario de medios de
comunicación desde tiempos de Echeverría. A éste último, de tres centros
de apuesta que ya tenía, se le aumentaron a veinte; también se favoreció a
otras personas con varias concesiones, entre ellas a dos amigos de Manuel
Bribiesca Sahagún, (hijo de Marta) en donde presuntamente él mismo
podría haber estado involucrado. Habría que preguntarse si en todo este
despropósito no estuvo metida la mano de Fox y de su esposa porque solo
así se podría comprender este acto suicida de Creel. Todo este favoritismo,
aparentemente de Creel, quedó descrito en el magnífico artículo de Jenaro
Villamil y Juan Pablo Proal, publicado por la revista Proceso en su número
1573, titulado “Juegos perversos”, en donde también los autores describen
ampliamente el terrible mal que ocasiona en la sociedad este tipo de
establecimientos. Un hecho burdamente deshonesto como este, que
favorece al crimen organizado, naturalmente tuvo efectos contrarios para el
ex-Secretario de Gobernación en la sociedad mexicana y por ende en la
elección interna de su partido, favoreciendo a Calderón que era considerado
como miembro distinguido del ala tradicionalista y conservadora del PAN.
Y ante el desprestigio de Creel, finalmente ganó la candidatura del PAN.
A Vicente Fox no le quedaba otra opción, y de inmediato tuvo que
apechugar y cambiar de candidato como si no hubiera pasado nada. Ahora
con renovados bríos y con gran preocupación, porque pensaba que de no
ganar Calderón las elecciones, entonces sí que la Pareja presidencial se
vería en serios aprietos dadas las circunstancias y el desbarajuste al que
habían llegado las cosas con sus previsiones electorales fallidas y la
perversidad y corrupción a la que había llegado su administración. La
verdad es que la situación crítica por la anarquía política a la que se había
llegado en todos los campos, ahora más que nunca era necesario contar con
Calderón como su salvaguarda al ganar la presidencia. Por lo tanto, Fox no
habría de escatimar recursos públicos y privados ni esfuerzo personal para
lograr su propósito. Además, contaba con sus consejeros, traídos ex
professo del extranjero. Como ya lo he señalado, los hechos demuestran la
probable hipótesis de que hubo una negociación de Fox con el expresidente Salinas para garantizarle que ya no habría más amenazas de
287
persecución en su contra y que podía retornar a México con toda confianza,
lo que de hecho se dio en forma definitiva desde el 2005, además lograría
la libertad de su hermano Raúl; a cambio, Fox recibiría su “asesoría”
política y “buenos oficios” para las elecciones del 2006. Las evidentes ligas
de Ahumada con Salinas y Diego Fernández así lo demuestran. En igual
forma contaban también con la aliada de la Pareja presidencial y de Salinas,
la entrañable amiga de doña Marta, la también “doña”, Elba Esther
Gordillo, junto con sus hijos putativos bien colocados en todas las esferas
de poder y sus relaciones que habían crecido, al amparo que el mismo
presidente Fox les había dado durante todo el sexenio, creando, de esta
señora, un Frankenstein político que como hidra mitológica de múltiples
cabezas, era muy difícil de cortárselas de un solo golpe.
Habiendo renunciado a sus aspiraciones presidenciales, la Pareja
presidencial pensaba que todavía podría haber un “plan B” para la señora
Marta; de menor poder, comparativamente hablando, pero nada
despreciable y esto podría ser la obtención de la jefatura del GDF. Y en
esto, el contrincante a vencer o hacer a un lado era ahora Marcelo Ebrard,
Secretario de Seguridad Pública del GDF. El 23 de noviembre de 2004,
miembros de la comunidad de San Juan Ixtayopán, en la Delegación
Tláhuac, en los límites del D.F. con el Estado de México, cometieron un
terrible linchamiento de tres miembros de la Unidad Antiterrorismo de la
Policía Federal Preventiva (PFP), que desde días antes realizaban
investigaciones frente a una escuela, sobre el tráfico de drogas al menudeo,
por supuesto sin identificarse. Estos despertaron de inmediato la sospecha
de la gente, que atemorizada por la posible existencia de secuestradores de
niños, incontenibles arremetieron en contra de ellos golpeándolos
despiadada y salvajemente. Resulta muy sospechoso que hubo tiempo
suficiente para que llegaran las cámaras de televisión y se filmaran y
transmitieran los actos de barbarie con profusión de detalles, pero la PFP, a
la cual también se le solicitó de inmediato ayuda para auxiliar a sus
compañeros, por órdenes superiores no se movió y solo fue hasta el último
momento en que 10 policías judiciales rescataron al único superviviente de
la turbamulta enardecida, que curiosamente estaba ya preparada con
combustible para quemarlos. Así sucedió pero sería absolutamente
irresponsable, criminal e imperdonable si esto fuese parte de un plan
predeterminado para aprovechar situaciones como ésta y dejarlas crecer,
como el caso de Oaxaca, para crearle problemas al GDF y fabricar
culpables útiles con fines electorales.
A la Delegada de Tláhuac se le acusaba en los medios, de supuesta
relación con la red de corrupción de Carlos Ahumada. En el caso Tláhuac,
se realizaron arrestos múltiples contra culpables inventados, y más si tenían
288
alguna relación con el GDF. Se dio el caso circunstancial de que en ese
barrio vivía, y casualmente estaba allí, en ese momento, descansando en su
casa con su familia, un guardia de la seguridad personal del presidente de
FEMSA, importante grupo industrial del Norte; lo arrestaron porque al
identificarse mostró su credencial como miembro del Departamento de
Seguridad del GDF. Esto fue razón más que suficiente para que
permaneciera en la cárcel por 10 meses como presunto culpable, junto a
muchos otros, sin valerle los recursos jurídicos incontrovertibles
presentados por su defensa, ya que se trataba evidentemente de un caso
“político”. Aprovechando el linchamiento, Vicente Fox no perdió
oportunidad y como legalmente tenía poder, destituyó de inmediato y sin
justificación clara a Marcelo Ebrard. Después de que no pudieron inculpar
judicialmente a Marcelo Ebrard, AMLO lo restituyó en el GDF como
Secretario de Desarrollo Social. Aun después de esto, las encuestas de
opinión para la sucesión de Jefe de GDF favorecían abrumadoramente al
ex-Jefe del Departamento de Seguridad Pública del D.F. Marcelo Ebrard.
Posteriormente Andrés Manuel López Obrador sería postulado por el PRD
como candidato a la Presidencia de la República.
Las elecciones para el candidato del PRI a la Presidencia de la
República, se complicaron por la pretensión de su presidente, Roberto
Madrazo, de participar también como precandidato, lo cual “se solucionó”
con la renuncia de éste a la presidencia del partido. Sin embargo, el resto de
los precandidatos y algunos gobernadores priistas hicieron frente común
en contra de la candidatura del ex-presidente de su partido, organizándose
para que, mediante “sesudos” sondeos de opinión, pudieran seleccionar al
mejor de ellos para enfrentar a Madrazo. Aquí le dieron “machetazo a
caballo de espadas” porque o no se dieron cuenta, o subestimaron el hecho
de que ganaría el que dispusiera de mayores recursos para su promoción
personal. En estas condiciones, no sin haberse dado algunas escaramuzas y
roces internos entre los mismos; seleccionaron como el mejor de todos, por
supuesto, al Gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, quien
había gastado una cuantiosa suma en propaganda supuestamente para su
Estado, aunque en realidad la utilizó para su promoción personal a nivel
nacional y en los principales medios también por cuenta del erario. Tan
efectiva había sido la propaganda que hasta sus propios contrincantes y
compañeros se la creyeron. En ese momento, se inició en realidad la
contienda interna entre Roberto Madrazo y Arturo Montiel por la
candidatura del PRI. Madrazo, que ya sabía que Montiel era el “mejor”, se
había abocado a recabar información personal de su posible contrincante, la
cual hizo pública, exhibiendo, lo que se ha dado en llamar, la riqueza
inexplicable del Gobernador del Estado de México. Debe estar mal el
termino, porque si nos fijamos bien, este tipo de riqueza resulta muy
289
explicable, tan comprensible como el origen de la fortuna escondida en la
cueva que descubrió Alí Babá. Lo que pasa es que no es justificable si nos
atenemos a las percepciones recibidas por los puestos burocráticos que han
desempeñado. Entonces no se justificaba que, por ejemplo, Arturo Montiel
tuviera –según se publicó— apartamentos en París, casas palaciegas en
Acapulco y en España, y que; en su misma declaración de bienes se
asentara que había llegado con 2 millones en propiedades a la gubernatura
y terminara con 111 millones, como publicaron algunos periódicos. Esto sí
que era injustificable y tan inaceptable le pareció a la opinión pública, que
tuvo que renunciar a sus aspiraciones y a la Gubernatura para que se llevara
a cabo una investigación “a fondo, hasta las últimas consecuencias”, ¡no
faltaba más!, “caiga quien caiga”. Que no cayó nadie.
En estas condiciones, Roberto Madrazo Pintado, se mostró
gratamente “sorprendido” cuando fue designado por su partido, el PRI,
como si él fuera el “mejor” candidato para las elecciones presidenciales.
Indudablemente había demostrado ser el mejor, como lo reconocieron todos
sus compañeros contendientes públicamente; no importaba que a él
también se le señalara como poseedor de una riqueza injustificable si había
podido gastar casi 39 millones de dólares en su campaña política por la
Gubernatura de Tabasco, bien podría tener, como se le demostró en la
prensa, lujosos apartamentos en Miami y una cuantiosa fortuna, no
importaba tampoco que solo hubiera desempeñado puestos burocráticos en
toda su carrera política y que con los sueldos recibidos no se justificara el
monto de su riqueza. Todo eso, dentro del sistema político mexicano en el
que estaban inmersos él y su partido, era peccata minuta.
Así quedaban definidos los partidos contendientes para las
elecciones presidenciales del 2006 y sus candidatos: al PRD se sumaron el
Partido del Trabajo y el Partido Convergencia, formando la “Coalición por
el Bien de Todos” con Andrés Manuel López Obrador como su candidato;
al PRI se sumó el Verde Ecologista, quedando como la “Alianza por
México” con Carlos Madrazo Pintado, mientras que por el PAN se postuló
a Felipe Calderón Hinojosa. A estas coaliciones y partidos se agregaron dos
más: el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, que postuló a
Patricia Mercado, y el Partido Nueva Alianza, el de la “maestra”, que lanzó
como candidato a Roberto Campa Cifrián. ¡Muchos partidos! Si todos los
partidos realizaran una labor por el bien de México en primera instancia, y
tuvieran un interés político legítimo y un plan concreto para el futuro de
México, fueran congruentes con sus principios ideológicos y además
tuvieran una auténtica representatividad en grupos sociales con intereses
legítimos, con verdadero peso específico, y si no resultaran tan onerosos
como lo son, yo no pensaría como lo pienso: que la mayoría de ellos son
290
una carga excesiva no solamente inútil, sino dañina en muchos casos, y que
los mexicanos no deberían soportar ese exceso. El Gobierno de Vicente
Fox anunció que dedicaría al IFE, para las elecciones del 2006, una
cantidad que se estimó extraoficialmente en alrededor de los 490 millones
de dólares. Yo no he tenido manera de comprobar si efectivamente se dio
esto, pero era una cifra sin precedentes que significaba una cantidad
desproporcionada, sobre todo para un país con tantas carencias, en donde la
mayoría se encuentra en la pobreza y muchos de ellos en la miseria
extrema.
Desgraciadamente, y al fin de cuentas, en realidad los partidos solo
presentaron candidatos, y no opciones de gobierno concretas y bien
definidas, mucho menos soluciones creativas e innovadoras para enfrentar
la problemática en el presente con visión de futuro; era como si una sola
persona, por sus cualidades particulares intrínsecas y como por arte de
magia, tuviera la solución o fuera en sí misma la solución para todos los
problemas nacionales. La discusión divagó alrededor de la continuidad del
modelo neoliberal que supuestamente se ha aplicado en México en los
últimos años, identificado principalmente con el PAN y con el PRI, sin
ninguna propuesta concreta por los opositores. Por otra parte, se cuestionó
al TLC sin la suficiente claridad y sustento. La defensa a ultranza de la no
privatización de PEMEX y la CFE, y en general del sector energético, fue
hecha por parte del PRD y el PRI. Agregándose un compromiso de recorte
a los sueldos de los funcionarios públicos de alto nivel por parte del PRD.
Sí se dio en cambio el enfoque mercadotécnico de las campañas, mediante
la utilización intensiva de la radio y la televisión, y por qué no, sí había
dinero de sobra. Ahora podría ganar el que contara con más recursos
económicos y humanos para manipular y manosear las elecciones en contra
de la democracia. Bajo esta panorámica, gran parte del confundido
electorado hubo de llegar a la conclusión de que la votación no iba a poder
ser por la mejor opción (candidato y partido), sino por el menos malo.
En este clima electoral, ya de por sí encapotado, a pocos meses de la
elección, ante la ventaja de casi diez puntos del candidato del PRD en
febrero de 2006 sobre el del PAN, mientras el PRI quedaba en un retirado
tercer lugar, los de la derecha más radical y extrema del panismo
recurrieron a la “guerra sucia”, a la guerra del miedo, a la que lleva
implícita una mentira o una verdad a medias, sin importar los
procedimientos éticos. Según ellos, en la guerra todo se vale. No solamente
aceptaron la guerra sucia como medida desesperada para ganar las
elecciones, sino como después se comprobaría, instigado por Fox el PAN
tendría que vender su alma al diablo, a los “aliados” del Presidente,
expertos en artimañas para esos menesteres, antes y a la hora de la elección.
291
Por lo que, el partido, pero lo que es peor, su candidato, quedaría como
rehén; de quienes los ayudaron de manera ilegítima a ganar las elecciones.
Con relación a la guerra sucia, ésta fue muy efectiva a través de los
muy bien pagados medios de comunicación. Yo no estoy en contra de que
se den a conocer todos los aspectos negativos de los candidatos pero todo
depende de cómo se haga, porque en México desgraciadamente hay gente,
incluso muchos con preparación académica, que todavía cree en “el
Chupacabras”, y que sucumbieron ante los efectos de una campaña de
guerra del miedo, por televisión, radio e Internet, diseñada por técnicos
extranjeros especialistas en la materia y traídos ex professo. Como era su
propósito, fácilmente se contagió el miedo entre la comunidad, que en
forma pueril, pero entendible, reaccionó asustándose con “el petate del
muerto” que significaba el comunismo populista y la amenaza de convertir
a México en uno de aquellos países del área de influencia de la Unión
Soviética, que ahora son cosa del pasado, pero que permanecen, y con
razón en las mentes de los mexicanos como algo indeseable. Aunque hay
que reconocer que algunos personajes que rodeaban al candidato del PRD y
muchos de los desplantes soberbios de Andrés Manuel, por sí solos
inspiraban al menos miedo, la situación en los otros partidos no era muy
distinta. Desgraciadamente, la evidencia que aquí y en esta forma se dio, es
patética, porque demuestra que en México todavía existen multitudes
susceptibles de ser manipuladas electoralmente mediante el miedo, la
presión o la dádiva como quedó demostrado. Remataban en el mensaje
diciendo: “López Obrador es un peligro para México”. Por su parte, el
Consejo del IFE, que como árbitro no se distinguía mucho de cualquier
otro espectador y que solo actuó ya demasiado tarde, no evitó a tiempo, tal
vez a propósito, que el candidato del PRD siguiera siendo atacado con
artimañas cuestionables.
Mucho contribuyó a la debacle del PRD la actitud pasiva que, por
soberbia o exceso de confianza (“políticamente soy indestructible”, solía
decir), hizo que AMLO no solo reaccionara muy tarde ante la campaña del
miedo, sino que por el contrario, distraído, disfrutara embelesado ante los
festejos que le hacía la multitud cuando él, en los mítines públicos se
dirigía al Presidente de la República diciéndole “¡Ya cállate, chachalaca!”,
faltándole al respeto a la persona y al Presidente, repitiéndolo una y otra
vez, incansable ante la algarabía y el regocijo de sus seguidores, pero ante
la reprobación de la mayoría del electorado. También influyó que rehusara
presentarse al debate en televisión con los otros candidatos. Y para rematar,
y como prueba de la participación de la ultraderecha, el presidente del
Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se sumó también personalmente,
comprometiendo a la institución, como patrocinador y promotor de la
292
guerra sucia y de la campaña del miedo en contra de AMLO, para que no
quedara ninguna duda de a quién le habían apostado.
Andrés Manuel respondió y contraatacó muy tarde. El daño ya estaba
hecho. Finalmente se presentó al debate, en donde no le fue mal. Al final de
éste, enseñó información acerca de presuntos contratos millonarios que una
empresa propiedad de uno de los cuñados de Calderón había obtenido del
sector energético cuando él era el Secretario de Energía. Ahora se
presentaría a las elecciones con un virtual empate técnico con Calderón en
las preferencias electorales. Pero todavía faltaban los efectos de la gestoría
de Elba Esther Gordillo ante algunos gobernadores priistas del Norte y el
centro, en favor de Calderón, y el manipuleo electoral a través de sus
“especialistas” del SNTE en las actas y en las casillas que se pudiera,
preferentemente en las no cubiertas por el PRD. Esto último supuestamente
lo pudieron hacer gracias a errores garrafales del comité de campaña y del
propio AMLO en la organización necesaria para cubrir el 100% de las más
de 130,000 casillas distribuidas en todo el territorio nacional, lo cual no era
imposible hacer porque contaban con la gente necesaria para esto y más. Y
no tanto por los funcionarios mismos de casilla, que en su gran mayoría
eran ciudadanos respetuosos de la responsabilidad civil que se les había
encomendado. Dadas las irregularidades electorales previamente detectadas
por el PRD, era de esperarse que estuvieran bien y oportunamente
preparados, y si además seguían considerando que para ellos los consejeros
del IFE no eran de confiar, entonces esto de cubrir el 100% de las casillas
resultaba verdaderamente crítico porque sería vital contar con todas las
actas después de la elección, validadas con las firmas de sus representantes,
para cualquier inconformidad o aclaración postelectoral.
Parecería increíble, pero por irresponsabilidad o corrupción, la gente
de AMLO solo pudo cubrir 72,000 de las más de 130,000 casillas, menos
del 60%. Oscar Camacho y Alejandro Almazán nos dicen: “Fue sin duda, la
de López Obrador, la campaña de un caudillo que se creyó infalible,
indestructible. Que nunca trabajó en equipo, que nunca escuchó a nadie. Y
por eso, la responsabilidad del resultado final no podrá endosársele a nadie
más que a él. [...] El error de López Obrador se hacía presente. Por haber
decidido que las redes lopezobradoristas cuidaran la elección federal y que
el PRD se hiciera cargo de los comicios locales, había descuidado la tarea
fundamental, lo que demostraría su triunfo. Con lo que quizá podría exhibir
la derrota de Calderón. Un dato: en el Distrito Federal, las redes, no el
partido, cubrieron únicamente cuarenta por ciento. El colmo.”115
115
Oscar Camacho y Alejandro Almazán, La victoria que no fue (México: Grijalbo, 2006) 84, 152.
293
A pesar de que en sus devaneos Fox creía que iba a ser considerado como
Madero, “apóstol de la democracia”, la verdad es que nadie tuvo una
actitud menos democrática que él. En su obsesión por no quedar
desprotegido ni él ni su pareja, cometió tantas irregularidades que pueden
ser consideradas delitos electorales. Se le acusó de muchas cosas y con
razón: de presionar a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación; hacer pactos con gobernadores priistas
emproblemados –como el “gober precioso” de Puebla, a quien se le
acusaba de abuso de autoridad para proteger a un pederasta acusado de
pornografía infantil— para dejarlos en paz a cambio de influir en sus
feudos para inclinar la balanza y que votaran los priistas a favor de
Calderón (Puebla fue uno de los estados en donde más votos obtuvo
Calderón); negociar una vez más con Elba Ester Gordillo para que en su
partido PANAL, cuando menos para Presidente, votaran por Calderón;
gastar en los cinco meses anteriores a las elecciones 1,709 millones de
pesos en spots de radio y televisión, provenientes de fondos públicos
utilizados furtivamente para reforzar la campaña de Calderón e
indirectamente en contra de AMLO, produciendo un bombardeo de 3,800
spots diarios. En estas condiciones se llevaron a cabo las elecciones
presidenciales, más irregulares, más manoseadas, y a pesar de todo,
también las más competidas. Con excepción de los resultados para
Presidente de la República, los otros resultados fueron aceptablemente
normales, lo cual no deja también de ser una verdadera contradicción.
De acuerdo con la información oficial del IFE, la votación total el día
de las elecciones fue de 41,791,322 votos, de los cuales Felipe Calderón
Hinojosa obtuvo 15,000,284, equivalentes al 35.89% del total. Para Andrés
Manuel López Obrador, 14, 756,350 votos, equivalentes al 35.31%. Para
Roberto Madrazo Pintado, 9, 301,441 votos, equivalentes al 22.26%. Para
Patricia Mercado Castro, 1,128,850 votos, equivalentes al 2.70%. Para
Roberto Campa Cifrián, 401,804 votos, equivalentes al 0.96%. 904,604
votos fueron anulados, mientras que los 297,989 restantes se emitieron a
favor de candidatos no registrados. El presidente del IFE, después de
proporcionar la información oficial anterior, incurrió en una falta grave,
muy grave al declarar ante la nación que “la regla de oro de la democracia
establece que gana el candidato que tenga más votos. “Han sido los
ciudadanos, y solo ellos, quienes han decidido el resultado final” dando de
hecho como ganador a Felipe Calderón. Pasó por alto que el resultado final
lo determina el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación al
calificar la elección, como es su exclusiva responsabilidad, después de
haber atendido todas las inconformidades y declarar o no presidente electo.
Lo que así fue más tarde. En una entrevista de televisión en el programa
Punto de Partida con Denise Maerker; Felipe Calderón aseguró “si gano
294
será, como dicen en mi tierra, ¡haiga sido como haiga sido¡ expresión muy
poco afortunada.
Después de conocer las impugnaciones del PRD, el 5 de septiembre
de 2006, con las cifras modificadas con votos adicionales para Andrés
Manuel y el recuento de las casillas impugnadas, aunque no los votos
suficientes para cambiar el resultado de la elección, López Obrador todavía
era superado por su oponente por 233,000 votos. Con estos resultados
como definitivos se declaró Presidente Electo a Felipe Calderón Hinojosa
por una diferencia de 0.56% con respecto a Andrés Manuel López Obrador.
Con esta acción el TEPJF logró la aprobación del 74% de la opinión
pública por su fallo, más que nada por la actitud de rebeldía y
cuestionamientos sin pruebas y por el malestar ocasionado a la comunidad
con injustos y contraproducentes bloqueos del PRD, como el ocurrido en el
Paseo de la Reforma. Sin embargo, el TEPJF no emitió su fallo sin antes
reprender “enérgicamente” a Fox y al Consejo Coordinador Empresarial
por su intromisión en el proceso electoral. Esto último no pocas personas lo
consideraron como una broma de humor negro, además de que volvió
evidente la necesidad de una legislación apropiada para castigar este tipo
de faltas que son, sin lugar a dudas, muy graves y en un verdadero Estado
de derecho no deben quedar impunes.
Andrés Manuel López Obrador se proclamó Presidente Legítimo, por
supuesto sin la validación fundamentada en la ley ni en la del TEPJF, pero
lo que es más grave, sin ninguna evidencia propia, porque le faltaban casi
la mitad de las actas de la elección para poder probarlo, ya que solo habían
podido cubrir, como lo hemos visto, escasamente el 60 % del total de las
casillas. Se exigió el recuento de todas las casillas “voto por voto” y pienso
que esto hubiera sido lo mejor para no dejar dudas sobre el resultado
independientemente de cómo se haya obtenido y además para no tener que
guardar los votos, o después quemarlos, como sucedió con el fraude de
1988. Calificó de “espurio” a Calderón y amenazó con no permitir el
rendimiento de la protesta de ley en el Congreso de la Unión.
5.- FELIPE CALDERÓN HINOJOSA
Era un día soleado, fresco, agradable, ese 1 de diciembre del 2006 en
la ciudad de México, que contrastaba con lo que estaba pasando. Al
derredor las 10 de la mañana, salvando las barricadas y los caminos
bloqueados que conducían a la Cámara de Diputados en donde estaba
reunido el Congreso y después de lograr un acuerdo previo entre el PAN y
el PRI para tener el quórum necesario que le diera validez a la Sesión
Solemne, mediante el usual alto costo político correspondiente; tomó
295
posesión Felipe Calderón Hinojosa como Presidente Constitucional de Los
Estados Unidos Mexicanos. Esto se pudo hacer después de una vergonzosa
disputa cuerpo a cuerpo entre diputados del PAN y del PRD, una verdadera
lucha libre campal casi sin “límite de tiempo” por la toma de la tribuna,
durante más de 48 horas con treguas de por medio, pero dándose hasta con
las curules. Esto demostraba, que estos diputados si eran realmente
poseedores, cundo menos de alguna aptitud. El acceso de Calderón y
acompañantes fue posible por la previsión del Estado Mayor Presidencial,
que, como es lo usual en estos casos, por razones de seguridad había
bloqueado oportunamente los pasillos traseros a la tribuna de la presidencia
del Congreso y el acceso a ellos, lo que permitió que pasara por aquí
Calderón y acompañantes, apresuradamente aunque no lo aparentaran, para
solo rendir la protesta de rigor y retirarse con la pena del espectáculo que se
daba a los invitados especiales, a la nación y a una buena parte del mundo a
través de los medios informativos. Durante el brevísimo tiempo de la
singular toma de posesión, entre otras cosas menores, se dio una situación
ridícula en la cual Calderón se salvó de que Fox (quien seguramente traía
instrucciones precisas) fuera quien le impusiera la banda presidencial,
como aparentemente pretendía hacerlo el ex Presidente, de acuerdo a lo que
se pudo observar por la televisión; Calderón dándose cuenta, sorprendido
reacciona, casi le da la espalda a Fox, y, con discreción le solicita el pronto
auxilio al diputado Jorge Zermeño, Presidente de la mesa directiva, por lo
que éste le pide a Fox la banda presidencial y finalmente Calderón se la
colocó él mismo, retirándose precipitadamente del recinto.
El nuevo presidente, sin pensarlo mucho, por su actitud soberbia de
siempre, no podía permitir que lo vieran en esas condiciones y se dispuso
de inmediato, en forma atropellada, a cumplir dos objetivos que el sentía
urgentes para demostrar ante la opinión publica que el no era un presidente
débil; el primer objetivo era para quitar la sensación de vacío de poder que
la misma toma de posesión había hecho evidente; para esto decidió
apoyarse en el ejercito, desempeñando para ello de inmediato la
“comandancia suprema de las fuerzas armadas” establecida en la
Constitución para el jefe del ejecutivo, y para justificarlo lo encausaría de
inmediato en contra del narcotráfico. Sin embargo y por lo apresurado, esto
lo hizo aparentemente sin ninguna estrategia, que no la tendría ni en ese
momento ni después, lo cual traería graves consecuencias. Y el segundo
objetivo fue, mediante la adopción de una actitud patrimonialista; el
cumplir de inmediato los compromisos que según él tenía con los que los
que lo habían llevado al poder, quienes lo había hecho ganar las elecciones
(sin importar los medios), para conservarlos como aliados
“incondicionales” y quedar bien con la burocracia corrupta. Una de tantas
evidencias a este respecto fue haber considerado que los servicios prestados
296
por Elba Esther Gordillo fueron enormes y definitivos para su elección, por
lo que no solamente no le pidió cuentas, ni le quitó lo que indebidamente le
había concedido Fox y que a costa del erario disfrutaba ella y sus allegados,
sino que ahora también, en forma indebida, pensando que también esto
reforzaría su poder; le vuelven a otorgar a ella, a través de sus “hijos
putativos”, un enorme poder y un cúmulo de prebendas y privilegios, como
pago por sus “servicios” se le dio en usufructo bienes de la nación que
tienen un fin superior muy distinto al que ahora ellos les iban a dar, y que
utilizarían con absoluta “manga ancha” para su beneficio y el de sus
allegados, incluyendo a sus familiares. En estas condiciones el equipo de la
“maestra” recibía otra vez el ISSSTE, cuya dirección le dio a Miguel Ángel
Yunes, quien ya había sido premiado también por el Gobierno de Fox con
la Subsecretaria de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría
de Seguridad Pública; también se le volvió a dar la Lotería Nacional, en la
cual puso al frente a Francisco Yáñez Herrera, quien había sido antes
delegado sindical del FOVISSSTE, beneficiándose con el control de todos
los créditos para las viviendas; también se agregó ahora al feudo, parte de
la Secretaría de Educación Pública por medio de la Subsecretaría de
Educación Básica, que controla algo tan valioso y delicado como son la
educación primaria y secundaria, la educación de los niños y de los jóvenes
mexicanos; ahí se designó al yerno de doña Elba Esther, Fernando
Gonzales Sánchez, que había sido miembro del Consejo del ISSSTE; como
Administrador General de Servicios Educativos en el DF, el encargado de
manejar los recursos para la educación en la Ciudad de México, se designó
a Luis Ignacio Sánchez Gómez, otra gente de confianza de la señora; como
Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública se nombró
a Roberto Campa Cifrián, ex-candidato a la Presidencia por el partido
PANAL. Y para dirigir este partido, propiedad de la señora, ella designó a
Tomas Ruiz, a quien antes tenía encargado de la Lotería Nacional. Fox
nunca ejerció realmente el poder y ahora Calderón se veía ejerciendo un
poder extremo pero muy puntual, sólo en el caso del combate
desproporcionado al narcotráfico y para seguir pagando con creces la cuota
por el poder de la lideresa del SNTE y sus ramificaciones mafiosas en el
sector publico.
Quedaba en evidencia que el pueblo en México no tiene
representantes porque los diputados que son los que deben representarlo, y
que debieron haber cuestionado el inicio errado de Calderón, solo
representan a su partido y por lo tanto nadie se opuso y menos los del PAN,
el partido del presidente. En esta forma, el botín entregado a las mafias
resulta inverosímil; las cantidades de dinero que ha manejado el grupo
encabezado por esta señora es verdaderamente increíble, solamente el
presupuesto del ISSSTE (aumentado en un 21.48%) para el presupuesto del
297
2010 ascendía a 112, 488, 700,000.00 un poco más de ciento doce mil
cuatrocientos ochenta y ocho millones de pesos, para sólo considerar un
ejemplo de los múltiples organismos que controlaba. Pero además lo hacia
la señora y sus allegados con el regocijo y beneplácito de Calderón, un
claro ejemplo de esto se dio al inicio de la segunda mitad de su mandato;
en la celebración del 50 aniversario del ISSSTE al cual asistió el
Presidente, y en un ambiente de gran camaradería, según los asistentes
estaba tan divertido el primer mandatario que; recordando un poco a Fox
por su trivialidad, no se aguantó, y cuando Miguel Ángel Yunes, director
del organismo por obra y gracia de María Esther Gordillo, iba a apagar las
velas del pastel y ante el grito de ¡mordida!, ¡mordida! se inclino para
soplar, Calderón, actuando como escolar de primaria, le hundió la cara en
el betún para el regocijo de la concurrencia y de él mismo.
Calderón, se puso en evidencia como rehén de toda esta mafia, la
entrega misma del poder en pago a Elba Ester Gordillo es un
reconocimiento tácito de los servicios electorales realizados por la lideresa
y sus gentes, que ponían en serio cuestionamiento la certeza del triunfo
limpio de Felipe Calderón y lo que es peor; la existencia de la democracia
en nuestro país. Estoy seguro que esto que paso en México, a todos nos
resulta por lo menos increíble. Si el Presidente iniciaba de esta manera su
gestión, pagando compromisos a los que no estaba obligado, pero además
indebidos, porque son a cargo del pueblo de México; el hecho afecta
directamente su honestidad personal y su prestigio como gobernante. De
esta manera estaba afectando brutalmente la educación de los mexicanos
entregándola como botín una vez más. Alguien, porque no creo que su
partido tuviera conciencia, le debió haber recordado que el único
compromiso que tiene el Presidente de México y que está obligado a
cumplir cabalmente sin dilación y con la mayor seriedad, es con la Nación,
con el pueblo de México y con nadie más. Con actos como los antes
descritos hizo exactamente lo contrario.
El Presidente Calderón no se dio cuenta que en el sistema político
mexicano, ligeramente modificado, pero ahora tan vigente como antes
gracias a Fox, a él mismo, y a su partido; el poder es él, que en México, por
la cultura existente en el medio burocrático y en el medio oficial que lo
rodea, solo tienen poder los que el Presidente quiere que lo tengan, y si lo
tienen, es solo porque él es quien se los otorga. Que en ese medio se le
rinde “honor” y pleitesía, incluso en forma servil, a quien lo tiene, pero lo
tendrá sólo mientras que el Presidente así lo decida y lo alimente con él;
cuando menos en los primeros años de una administración, en el momento
en que el Presidente de la Republica le quite el poder a una de estas
personas, esa persona se desplomará irremediablemente, como un globo
298
que ha sido pinchado, y será repudiada y vilipendiada aún por sus más
allegados. Ningún Presidente puede ser rehén de nadie, toda vez que él; es
quien representa a la Nación y sus mejores intereses y por lo tanto; en esa
condición sería la Nación misma, el Estado mexicano el que queda como
rehén de las mafias del poder, como hasta la fecha lo sigue siendo.
Los primeros pasos del Gobierno de Felipe Calderón fueron
contradictorios y titubeantes, se podrían explicar por las circunstancias en
que asumió el poder, pero esto no era justificable de nada. En un principio
se pensaba que había que darle tiempo, esperar a que tuviera pleno
dominio de la situación, sin embargo pasó demasiado tiempo y no hubo ni
el dominio ni la gobernabilidad necesaria, ni mucho menos el cambio
esperado. Tradicionalmente para el Presidente después del tercer año de
gobierno empieza a declinar su poder, era de esperarse cuando menos que
no fuera una continuación del paréntesis de Fox, sin embargo sí lo fue en
muchos aspectos, solo matizado por un “estilo personal de gobernar” que
ejerció iniciando por nombrar a un gabinete que dejaba mucho que desear.
Manejó algunos comodines como Ernesto Cordero, (al final fue su
candidato para sustituirlo), quien ocupo la Secretaría de Hacienda y
SEDESOL el instrumento propicio para conseguir y mantener clientelas; a
José Ángel Córdoba que ocupó la Secretaria de Salud, se le designó
también para la Secretaría de Educación, en donde se entendió muy bien
con la aliada del presidente Elba Esther Gordillo, sin modificar la situación
critica en ese campo; a José Antonio Meade del PRI lo utilizó en las
importantes secretarias de Energía y Hacienda; también del PRI fueron los
secretarios de Comunicaciones y Transporte: Luis Téllez y Dionisio Pérez
Jácome, con actuaciones nada brillantes. En su gabinete tuvo dos personas
conflictivas íntimamente ligadas: el Jefe de la oficina de la presidencia y
luego secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño su amigo personal
sin más méritos que ese y el secretario de seguridad publica Genaro García
Luna, su gente de confianza para la guerra contra el narco trafico, para lo
que había involucrado al ejercito. Estas eran gentes sin merecimientos
suficientes que justificarán tan importantes nombramientos. Pareciera que
en los nombramientos que hizo calderón respondían a demasiados
compromisos y por el perfil de quienes designaba, daba la impresión de
que no quería tampoco mucha “sombra”.
Al final la desproporcionada, desorganizada y parcial tarea en contra de los
narcotraficantes, que al principio tuvo un resultado muy positivo con la
extradición de los 15 grandes capos del narcotráfico hacia los EU., pero
que dejó muchas interrogantes, tales como la ausencia inexplicable de un
ataque frontal al lavado de dinero y a las instituciones financieras que lo
propician; el ataque y castigo a las grandes cabezas de empresarios y
299
políticos que están inmiscuidos en la actividad; y lo que es más grave; la
ausencia de una estrategia completa que nunca se vio y el saldo enorme de
víctimas inocentes. Esta desproporcionada actividad no dejó espacio
suficiente ni recursos para atacar algunos problemas críticos como; la
enorme desigualdad social, ascendiendo el numero de pobres en México a
50,000,000 en su sexenio; el terrible problema insoluble de la calidad
educativa y el secuestro sindical de esta actividad; acabar con los
privilegios fiscales para el sector financiero y las grandes corporaciones
empresariales: acabar con las mafias sindicales; eliminar el cabildeo en el
congreso; ir con todo en contra de los monopolios, por solo mencionar
algunos problemas y ya no digamos el de la educación
En el Gobierno de Calderón, en pleno siglo XXI, el ciudadano común
y corriente en México se sintió constantemente temeroso, acosado,
explotado y robado por los bancos, la CFE, los recibos telefónicos y del
gas, por la tenencia del automóvil, (para los que lo tienen, que son los
menos), por los gobernadores que saquearon impunemente a sus estados y
ahora por la delincuencia organizada que tiene secuestrados a pueblos y
estados completos en toda la república y además sostienen entre si una
guerra feroz por los territorios con miles de víctimas inocentes. Y todo esto
acompañado de un profundo sentimiento de impotencia e indefensión y
desesperanza por la ausencia de la autoridad y su corrupción, que sigue
haciendo que impere la impunidad en nuestro país y que el Estado de
derecho sea una quimera. Y que la seguridad en lo personal y en sus bienes,
principal tarea de su gobierno; no se diera.
Resulta paradójico y contradictorio, que en un sistema capitalista,
como el nuestro, el capital sea escaso y caro y que solo fluya a borbotones
en algunos casos, como el de las tarjetas de crédito para el consumo,
porque es lo que a los bancos les resulta más rentable. Y siga siendo escaso
también; porque a los bancos les conviene más que prestar, invertir en
valores especulativos de más rentabilidad, por las enormes cantidades que
les ingresan por concepto de depósitos de los usuarios, por las cuales, no
solo no pagan nada, sino cobran comisiones. Y si a esto le sumamos los
ingresos por concepto de lavado de dinero, así como los ingresos producto
del envío que los migrantes hacen a sus familiares, entonces encontraremos
porque los bancos extranjeros en México son los más rentables en el
mundo. Otra paradoja del capitalismo mexicano es que a pesar de tanto
problema la economía en su dimensión macro siguiera creciendo, sin
embargo esto se debió a varios factores tales como; los bajos salarios en la
mano de obra en México (ahora más bajos que en China) que por esa razón
sigue atrayendo la inversión para la producción. Indudablemente el haber
respetado el gobierno de Calderón la autonomía del Banco de México fue
300
un factor positivo para evitar las crisis económicas anteriores. Lo que es
inaceptable es que el gobierno siga actuando en este campo y en muchos
otros solo como espectador, o peor aún, validando la actuación de los
atracadores. Otro campo es el de la proliferación de casas de apuestas por
todo el territorio nacional, estimulado desde el Gobierno de Vicente Fox a
través de Santiago Creel su Secretario de Gobernación. El gobierno de
Calderón debió haber corregido estos y muchos otros errores de la
administración anterior y sin embargo los continuó. Calderón debió haber
promovido y apoyado con decisión: la reforma del Estado como el antídoto
jurídico preventivo para males futuros, pero no lo hizo.
Su equipo de gobierno en cuanto al personal clave y más cercano a él,
dejo mucho que desear, no se entiende como a una persona sin mayores
merecimientos ni cualidades sobresalientes positivas como Juan Camilo
Mouriño y además con probidad en entredicho como funcionario público,
se le haya dado el puesto de mayor responsabilidad después de la propia
presidencia de la república. Y después de su muerte, lamentable como la de
cualquier otra persona, se le de el trato de héroe nacional, habría que
preguntarse en base a qué, lo único que se le conoce son los trabajos con
instrumentos discutibles, para ganar la elección. Tampoco se explica cómo
Calderón dejó la
Secretaria de Seguridad Publica, encargada de la
seguridad nacional, una de las primeras prioridades nacionales, en manos
de Genaro García Luna, persona que ya había sido cuestionada en diversas
ocasiones en el sexenio pasado como director de la AFI y por
presuntamente proteger al Cartel de Sinaloa, y si los resultados en materia
de seguridad nacional bajo su responsabilidad hubieran sido excelentes se
podría entender el que no lo haya cambiado, pero no fe así; ahí está el caso
de Florence Cassez.
Agustín Carstens fue contratado para diseñar una estrategia para:
crecer, crear empleos, se supone bien remunerados, y para abatir la
pobreza. Lo que si se sabe es que ninguno de los propósitos se cumplió, si
bien esto ha sido mayoritariamente por causas circunstanciales. Sin
embargo estos objetivos si se cumplieron pero en forma negativa; en el
2009 México creció negativamente en un 6.8%, el desempleo fue del 5.5%
y los pobres aumentaron en 4.5 millones. Pareciera ser que a Carstens se le
buscó más para substituir a Guillermo Ortiz en el Banco de México, quien
había venido haciendo un papel estupendo al frente de nuestro Banco
Central desde la época de Zedillo pero no admitía injerencias en su
responsabilidad y defendía su autonomía para la salud financiera del país.
Contradictorio también fue la reacción enérgica en grado extremo y el
proceder, más que de inmediato, en forma precipitada, con relación a la
301
supuesta pandemia por el A (H1N1). Esto se podría entender por el
antecedente de la influenza española (1918), pero la medicina y la ciencia
médica y el conocimiento científico habían avanzado enormemente desde
entonces, hace casi un siglo, por lo que no había razón para una reacción
del gobierno tan desproporcionada y precipitada como se dio, parando la
actividad y la economía en toda la república, perjudicando a millones de
mexicanos, lo cual no hizo ningún otro país y además inútilmente porque el
gobierno no estaba preparado ni con la organización ni con la
infraestructura para que lo anterior fuera efectivo si verdaderamente
hubiese sido grave, pero además no se justificaba. Lo que causo fue un
daño de enormes proporciones en lo interno y en lo externo exhibió a
México en el exterior como si fuera una “leprosería”, desgració la actividad
turística y la economía de muchos negocios. A tal grado fue que ningún
país deseaba recibir mexicanos.
La sociedad mexicana vio, mayoritariamente, como un hecho
positivo; que los más de 33, 500 millones de pesos que se tiraban cada año
en el pozo sin fondo de Luz y Fuerza del Centro y el Sindicato Mexicano
de Electricista exclusivo de esta empresa, que era una más de tantas
rémoras con las que han cargado los mexicanos; ahora se tomara la
decisión de liquidarla por ineficiente. Y habiendo liquidado a la mayoría de
los trabajadores, algunos de los cuales fueron recontratados por la CFE, no
se entiende por qué se toleró a la minoría disidente integrada por los
principales usufructuarios, los exlíderes sindicales corruptos y sus
incondicionales cautivos, permitiéndoles seguir disponiendo de un
patrimonio que en todo caso seria de todos los ex trabajadores de la
empresa, como es el patrimonio del extinto sindicato que al desaparecer la
empresa también desaparece como tal. Y por qué el gobierno federal los
tolera al grado de integrar una “comisión de notables”, que si no lo eran,
ahora sí lo son, al prestarse a esa farsa de dialogo con quienes ahora no
tienen, pero que además nunca tuvieron, una representación real, autentica
y efectiva de los verdaderos intereses de los trabajadores a quienes como al
pueblo de la ciudad de México explotaron por muchos años.
Las relaciones exteriores del gobierno de Felipe Calderón se
caracterizaron por el continuismo del sexenio anterior y la mediocridad. No
solo no se recuperó ni un ápice del antiguo liderazgo que ejerció México en
Latinoamérica en el pasado y que se perdió principalmente en el sexenio de
“la enchilada completa”, sino que después con el caso de Honduras; quedó
en evidencia la pobreza de ese liderazgo, imponiéndole Venezuela a
México las directrices de actuación con relación al presidente depuesto
Manuel Zelaya, que independientemente de que haya sido o no golpe de
Estado él del 28 de junio, yo pienso que si lo fue, no tenia México por que
302
tomar partido por un líder sumamente cuestionable y después, tal vez
siguiendo la misma línea marcada por Chávez, desconocer la elección
democrática en donde el pueblo de Honduras decidió por propia voluntad
elegir a un nuevo presidente, al Presidente Porfirio Lobo. Habría que
haberle recordado a Calderón que la política exterior mexicana se rige por
principios y unos de esos principios son los de “no intervención y auto
determinación de los pueblos”.
El presidente Calderón presentó a principios del 2010 una iniciativa
llamada “Reforma a favor de los ciudadanos: del sufragio efectivo a la
democracia efectiva”116. Se parte de que existe un sufragio efectivo, lo cual
las elecciones del 2006 lo dejaron en entredicho y se quiere una
“democracia efectiva”, pero virtualmente la democracia en México no
existe.
Felipe Calderón debió haber tenido plena conciencia de que el único
compromiso que contrajo al asumir la presidencia fue con México, con
nadie más y si creyó que estaba obligado por la circunstancia a pagar
favores; esto es precisamente seguir actuando de acuerdo al sistema
político contra el que estamos luchando casi todos los mexicanos y debió
rectificar de inmediato y hacerlo en tal forma que no quedara duda y que su
acción correctora enmendara y resarciera los costos políticos, sociales y
económicos en que incurrió con cargo al pueble de México. Es preciso
recordarle al ejecutivo de la federación y de los estados, que el patrimonio
es de la nación no del gobernante en turno.
6.- LAS ELECCIONES DEL 2012
En el PRI sigue habiendo gente pensante y bien intencionada,
siempre la ha habido, antes y ahora. Pero ellos nunca, ni antes ni ahora han
tomado las decisiones trascendentes; sobre todo aquellas que responden a
los verdaderos intereses del PRI y su grupo en turno, que por lo general
siguen siendo y son intereses aviesos; ligados a los intereses de la
oligarquía que por décadas ha detentado el poder en México.
Es lastimoso ver cómo los sindicatos patronales así cómo los
colegios de profesionales y ya no se diga los sindicatos explotadores del
trabajador; se han convertido en lacayos del poder por falta de principios y
por una codicia desmedida. Desgraciadamente la cultura de la corrupción
del sistema político antidemocrático establecido por el PRI, contaminó a la
misma sociedad mexicana.
116
Periódico el UNIVERSAL de fecha 03 febrero 09
303
El PRI llegó al clímax de su degradación; durante el fraude
electoral de 1988 en México117 ; Carlos Salinas de Gortari (CSG) fue
impuesto de acuerdo con el PAN y con el silencio cómplice de las
cámaras patronales y los colegios de profesionales que debían orientar a la
sociedad, y la traicionaron siendo omisos. Con este régimen regresó el
asesinato político, se fortaleció la delincuencia organizada y CSG
pretendió reelegirse, y cuando no pudo; concibió la posibilidad de otro
Maximato, lo que tampoco se le hizo, cuando menos con Zedillo.
Como resultado de más de 80 años de los gobiernos
antidemocráticos del PRI, se dejó un país con una gran desigualdad social;
con una migración de mexicanos que cada año arriesgan la vida para
buscar mejores condiciones; un país penetrado por la delincuencia
organizada y el narcotráfico, con millones de jóvenes desamparados que
son presa fácil de los criminales; una educación en manos de un sindicato
y una mafia que lucra con la actividad teniendo como resultado un ínfimo
nivel para los educandos lo cual de hecho es una bomba de tiempo;
trabajadores con salario mínimo de miseria; millones de personas en la
pobreza extrema; una corrupción generalizada que ha hecho la cultura de
la impunidad en la sociedad y un centralismo recrudecido, que con el
relevo de los gobiernos del PAN en el 2000 y 2006 no hizo sino continuar
el estado de cosas recibido y si se quiere; agravarlo.
Presuntamente el grupo de CSG es la fuente del apoyo económico,
de recursos humanos (los mismos líderes y dirigentes) y de la planeación
estratégica especializada para coordinar la tarea que llevó a la presidencia
de México Enrique Peña Nieto en las elecciones del 2012, actuando
conjuntamente con los otros monopolios entre ellos los de la Televisión;
con una estrategia muy bien montada que iniciaron hace ya varios años
con acciones inéditas como; conseguirle esposa al candidato hasta utilizar
el partido de EEG, a ella misma y al SNTE, sin faltar el montaje de un
cuarto candidato. Todo ello sin la menor controversia por parte del IFE,
Instituto Federal Electoral y posteriormente el TEPJF. presuntamente el
móvil de CSG es tener abierta la puerta para un posible Maximato, cuando
no una posible reelección en el futuro.
117
304
El PAN seguía siendo un partido mayoritariamente de gente bien
intencionada, pero a medida que fue ganando poder se fue viciando,
llenando de pillos, reforzando a los que ya tenía y curiosamente fue
adoptando todos los vicios que combatía del PRI; incluso el recurrir al
fraude electoral, que en cierta forma así fue la elección presidencial de
Felipe Calderón Hinojosa (FCH), al recurrir él y su coordinadora de
campaña JVM entre, muchas otras malas artes (el fin justifica los medios)
a los servicios de la maestra EEG habiendo recibido por su “trabajo”, esta
señora, un botín que resulta inverosímil, incluyendo su propio “partido
político” con cargo al erario.
El ataque de FCH a la delincuencia organizada haciendo uso, más
que inmediato, precipitado del ejercito, sin una estrategia integral, fue
como combatir la maleza con un machete, acabando con las espinas
superficiales sin atacar la raíz en donde se encuentran las cabezas; los
políticos, los empresarios, las redes financieras, la logística, etc. Sin
querer darse cuenta que si no les afectaba las finanzas estas les darían,
como de hecho así fue, para pagar con creces a miles de jovencitos (que
los hay por millones) en el abandono y la desesperanza, para ser utilizados
como carne de cañón. No es difícil suponer que desde un principio, el
mismo grupo que ya ha tenido experiencia en el contacto y negociación
con las redes criminales, haya utilizado el recrudecimiento de la violencia
en México para establecer y estimular una sicosis terrorista, que supuso el
regreso del PRI como salvación y superación de la era de terror “porque
ellos si saben de esas cosas”
El resultado de la situación negativa del país dejada por los
gobiernos del PRI, recibida y continuada por el PAN, con graves
deficiencias e injusticias; no solo no fue superada por quienes ofrecieron
el cambio, sino que las cosas para la mayoría de los mexicanos han
empeorado. La pobreza en México (feb/2012) aumentó a 52 millones 118.
Es cierto que las crisis financieras sexenales que favorecían a los
especuladores políticos del PRI y miembros de la oligarquía, no se han
vuelto a repetir porque los gobiernos del PAN, respetaron la autonomía
del Banco de México y el país sigue siendo, a pesar de la violencia, un
paraíso para la inversión extranjera por los sueldos de hambre que gana el
trabajador mexicano; gracias a los sindicatos obreros y patronales y al
118
305
“sistema político mexicano” creado por el PRI y adoptado por el PAN y
no solo tolerado sino practicado por los otros partidos
El PRD, como he apuntado nació después del fraude del 88 gracias
al Ingeniero Heberto Castillo, verdadero líder de la izquierda que desde la
reforma electoral del 77 había venido juntando a los diversos grupos de
Izquierda existentes en la república, a lo que se acogieron también los de
la corriente democrática salida del PRI, todos ellos integraron el PRD.
Este partido ha sufrido la persecución del sistema político y la división de
algunos grupos internos con intereses no precisamente partidistas ni
ideológicos. Y aunque el gobierno de sus candidatos recientemente ha
sido cuestionado en algunos estados y lo fue también en los gobiernos de
Rosario Robles y de AMLO en el GDF; los logros más notables de este
partido ya en el poder han sido en el gobierno de la ciudad de México; lo
que se reflejó en las preferencias electorales para la jefatura de gobierno
del DF. Actualmente el grupo de AMLO con el Movimiento de
Regeneración Nacional MORENA, en proceso de convertirse en partido
político se encuentra virtualmente separado del PRD
El resultado de las elecciones presidenciales del 2012 en México,
estuvo plagado de irregularidades habiéndose faltado al cumplimiento
cabal de las disposiciones legales constitucionales de los artículos: 36-III,
41, 81, 99 y 133, en perjuicio del Estado mexicano y del pueblo de México,
afectando su derecho inalienable y soberano consagrado en el articulo 39
constitucional.
En casos como éste, siempre los hechos son más importantes que las
pruebas, ya que éstas no siempre pueden fácilmente concretarse a
posteriori. Y, es de suponer que con tanto tiempo que tuvieron para
preparar al candidato del PRI y su campaña electoral (aprox. 6 años), con el
objeto de ser realizada como al final la llevaron a cabo; debemos suponer
que el equipo que lo hizo no fue gente improvisada ni estúpida y cuidarían
hasta el mínimo detalle para no dejar evidencias comprometedoras, con
validez jurídica, que los pudieran incriminar.
Las instituciones electorales nacionales, encargadas de que el pueblo
ejerza libremente la democracia y de ser la salvaguarda de esta, deberían
haber estado atentas y al tanto, no solo de las elecciones sino de todo su
entorno previo y sus antecedentes, y al del proceso electoral completo,
desde precandidaturas y pre campañas y seguramente lo hicieron pero no lo
reflejaron en su actuación. En esta forma, el Instituto Federal Electoral
306
(IFE), que se supone es el arbitro encargado de realizar las elecciones en
condiciones de certeza, legalidad equidad, independencia, imparcialidad y
objetividad, y de vigilar escrupulosamente el entorno previo en donde estas
se realizarían; así como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF), encargado de calificar la elección; previa atención de
las irregularidades graves, denunciadas o perseguidas de oficio y las
denuncias de los partidos presentadas ante éste, para poder declarar o no
Presidente Electo; ambas instituciones no utilizaron en su actuación ese
conocimiento previo, de acciones perniciosas que preparadas con tanto
tiempo; tuvieron efectos determinantes en la elección; faltando así a una
responsabilidad crucial.
El IFE y el TEPJF trabajan, en teoría, todo el año y todos los años,
cobrando, los responsables, altos emolumentos por esto, determinados y
otorgados desde el gobierno de Vicente Fox, interesadamente, a manera de
un cohecho simulado (pactado legalmente). Estos son organismos, que en
sus cúpulas (consejeros y magistrados) son susceptibles de influenciar y,
hasta cierto punto controlar, e incluso recibir “consigna” para su actuación,
desde las más altas esferas del poder, cuando existe la voluntad de que así
sea, ya que son precisamente, miembros de estas esferas, quienes deciden
sus privilegios y cuantiosos emolumentos (como quedó en evidencia en las
elecciones del 2006); para que dado el caso se ajusten a “derecho” en forma
escrupulosa sin ejercer, como debieran hacerlo; su propio juicio y el
análisis crítico y libre en cada uno de los hechos, e incluso aplicar el
criterio jurídico de los principios del derecho si fuese necesario y ejercer su
voluntad ética indeclinable en busca de la verdad y de hacer justicia, “para
dar a cada quien lo que corresponde”. Sin embargo pareciera ser que
tuvieron la consigna de que en “algunos casos” fueran rigurosos
extremadamente en materia procesal, para no aceptar como prueba nada
que no fuera tipificado como tal desde el punto de vista estrictamente
jurídico, excluyendo cualquier otro recurso y, en dado caso, poder desechar
por “inválidas” las denuncias o impugnaciones, por más respaldadas que
éstas hayan estado por los hechos fehacientes, evidentes e
incontrovertibles y declaraciones de testigos presenciales. Y de esta
manera, sólo concretarse a “cubrir el expediente”. “Trabajo”, éste ultimo,
que bien podría hacer una computadora a un costo infinitamente menor.
Paradójicamente estas instituciones fueron concebidas para actuar con
dignidad y ética profesional, pensando siempre en el interés de la nación.
Las principales irregularidades en las elecciones, además de las
arriba apuntadas, las podemos englobar en cuando menos 7 hechos
conocidos por la opinión publica:
307
PRIMERO:
Candidato prefabricado, presentando un producto, adornado con esmero,
no necesariamente verdadero, para su “venta electoral”.
Desde 6 años antes de la elección del 2012, a raíz del fracaso estrepitoso
del candidato del PRI a la presidencia de la república en las elecciones del
2006; uno de los grupos de ese partido, decidió conjuntar intereses y
recursos para que con tiempo más que suficiente, iniciaran la formación,
preparación y proyección de un candidato a la Presidencia de la República.
Y así estar en posibilidades de diseñar una campaña para ganar la elección;
por los medios que fueran necesarios sin importar cuales fueran estos y
menos su validez ética. Las evidencias señalan que el candidato que
eligieron desde entonces, fue a Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado
de México, al que presentarían, ayudados por los medios y mediante
“publicidad integrada”; como alguien inteligente, carismático, honesto y
con dotes de estadista; para proyectarlo a la presidencia de la República en
las elecciones del 2012, y ganarlas a cualquier costo,
Presuntamente, el grupo estuvo integrado por políticos del PRI del grupo
de Carlos Salinas de Gortari primordialmente, y apoyados por los dueños
de los principales medios de comunicación; televisión, radio y prensa
escrita; encabezados por Televisa y gentes con grandes intereses
económicos y políticos, en México, usufructuarios perennes del sistema
político mexicano. A este respecto el periódico británico “The Guardian”
publicó evidencias de supuestos contratos, con ese propósito, de gente de
Televisa con el gobierno del Estado de México, si bien hay que reconocer
que el mismo medio hubo de disculparse porque la evidencia, aunque
cierta, no era legal, en esta forma el grupo proyectó la imagen de un gran
candidato, engañando en primer lugar a su mismo partido, para que sin
mayores problemas fuera postulado como su candidato a la Presidencia de
la República.
SEGUNDO:
Promoción y publicidad por medio de encuestas amañadas
Bajo el supuesto de que las encuestas reflejan, (con cierto margen mínimo
de error), el sentir popular y el punto de vista de la opinión publica; el
objetivo fue la manipulación de las encuestas, presuntamente acordando
con las principales encuestadoras la realización de metodologías “AD
HOC”, para engañar haciendo creer que su producto, (el candidato a la
presidencia) era el mejor y por mucho, dicho esto no por ellos o por su
partido, sino precisamente por la “opinión publica” expresada en las
308
encuestas. Esta información amañada también podría desanimar a muchos
votantes para acudir a las urnas, pensando que supuestamente era ya una
elección decidida, como lo aseguró “inequívoca” y apresuradamente
Vicente Fox, en busca tal vez de “su salvoconducto”. De hecho, 19
millones de votantes no asistieron a votar, y si bien es cierto que una
elección en donde asista el 100% del electorado no existe, muchos votantes
(millones tal vez) si pudieron haberlo hecho en condiciones de equidad y
veracidad con la información de las encuestas.
Utilizaron la elección del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, (JGDF),
Para tener credibilidad en semejante engaño; haciendo participar a las
mismas empresas coludidas para encuestar aquí las tendencias; porque era
evidente la enorme ventaja que tenia el candidato del PRD y además aquí
no les interesaba engañar porque su objetivo era uno solo: la Presidencia de
la República. La intención era; con la verdad en la encuesta para el JGDF;
hacer creer que la de Presidente de la República estaba hecha bajo la misma
metodología y por lo tanto en esta forma podrían consumar el engaño. Por
otro lado se dio el caso extremo de la encuestadora Gea-Isa, que realizó una
encuesta diaria durante los tres meses de campaña, en donde aún
habiéndose ya puesto en evidencia las verdaderas características y errores
del Candidato Peña Nieto, con los eventos de la feria del libro en
Guadalajara; su visita a la IBERO y el surgimiento del movimiento
estudiantil en su contra #YoSoy132, entre otros muchos sumamente
negativos para él; el candidato Peña Nieto, a quien ya gran parte de la
opinión publica repudiaba; seguía subiendo admirablemente en las
encuestas con un amplio margen en contra de sus contrincantes, lo que
prueba que estas eran evidentemente un engaño, como lo comprobaron los
resultados finales de la elección para presidente, aun habiendo sufrido ya el
daño por la acción negativa de las encuestas.
TERCERO:
Gastos excesivos de campaña
A sabiendas que de acuerdo al COFIPE, el excederse en los topes fijados
por el IFE no podría comprobarse sino hasta el 2013, ya cuando había
tomado posesión el presidente Electo y que, dado el caso, la sanción no
pasaría de una multa económica; la campaña de Enrique Peña Nieto
derrochó dinero a manos llenas y aunque los otros partidos lo hayan
denunciado ante el IFE con suficiente tiempo y datos comprobables, ellos
lo negaron mintiendo al respecto y engañando también con ello. Dándose
además, de esta manera una clara falta de equidad con los otros partidos en
la elección para presidente. Sin embargo lo grave verdaderamente, fue la
procedencia de esa cantidad infinita de recursos gastados, los que
presuntamente salieron de múltiples fuentes ilegales como; el
309
endeudamiento y saqueo del erario de los estados gobernados por el PRI
para contribuir a la campaña, dándose múltiples casos de los cuales el más
evidente y representativo fue el del Estado de Coahuila. También se
incautaron 25 millones de pesos en efectivo por la PGR, de un avión del
gobierno de Veracruz que los llevaba a Toluca, misma cantidad que se
devolvió inexplicablemente por la PGR y con intereses, pero sin aclaración
publica alguna.
CUARTO:
Alianzas inconfesables
En un principio el Partido Nueva Alianza (PANAL), partido propiedad de
la señora Elba Esther Gordillo, iba dentro de la coalición con el PRI, pero
por estrategia, para seguir engañando y hacer creer que no estaban juntos,
porque la imagen negativa de la señora podría perjudicarles, decidieron que
el PANAL se presentara como partido independiente, dando la apariencia,
sólo la apariencia, de un rompimiento. Y en esta forma tuvieron la
posibilidad de crear un cuarto candidato que diluyera los votos de los
partidos opuestos al PRI, habiendo captado esté cuarto candidato, más de
un millón de votos, según los datos del PREP presentados por el IFE. En
esta forma las artes especializadas en procesos electorales de la Sra. EEG y
sus múltiples huestes, (decenas de miles de “profesores” comisionados y
pagados por el erario), podrían actuar incluso ilegalmente a favor del PRI,
sin que se notara que era para ese partido. En algunas casillas favorables al
PRI los votantes fueron cercanos al 100% de padrón y en otras lo
rebasaron.
QUINTO:
Manipulación de conciencias
Desgraciadamente el bajo nivel educativo y las condiciones de miseria de
la mayoría del pueblo de México, causada por la gran desigualdad social
existente no le permite tener una capacidad adecuada para el análisis
critico. En cambio; la cultura televisiva impuesta a base de telenovelas
triviales, les daba el campo propicio a este grupo para que a través de sus
medios y de varios años de acción, fueran poco a poco inyectando en la
mente de las personas; desde imágenes y símbolos que se relacionaran
positivamente con el candidato, hasta presuntamente el bombardeo con
mensajes subliminales, con ese propósito, a través de los múltiples y
principales medios.
Por otro lado la constante coerción de los múltiples grupos sindicales
controlados por el PRI y afines al sistema, se utilizaron para orientar la
conciencia y asegurar el voto de sus agremiados; en igual forma se dieron
las amenazas de la delincuencia y el crimen organizado si no se votaba por
310
el candidato del PRI, o bien indicándoles que se abstuvieran de votar (en
zonas afines a otros partidos). Todo esto quedó asentado en múltiples
denuncias ante la FEPADE a quien no se le vio “gran cosa” en su
actuación, sobre todo en congruencia con la gravedad del caso y con su
responsabilidad.
SEXTO:
Compra de votos
Ante el objetivo de ganar la elección por cualquier medio, sin importar el
costo, ante la enorme disponibilidad de efectivo y viendo que en fechas
cercanas a la elección se deterioraba a pasos agigantados la imagen
prefabricada de EPN, miembros de su campaña electoral decidieron actuar
en forma intensiva y se dedicaron a comprar conciencias y votos a diestra y
siniestra en forma masiva y escandalosa.
La compra descarada de votos la hicieron por medio de miles de “regalos
ilegales” en especie, en efectivo y a través de la compra masiva de tarjetas
Soriana (monedero electrónico) y de Monex. Abusando de la miseria, del
hambre y de la necesidad de supervivencia de la gente; a quienes no se les
puede culpar por aceptar la venta de su voto, muchas veces para dar de
comer a su familia.
ésta acción ilegal y artera, en contra de la dignidad de la persona y en
contra de la equidad de la elección (art. 41 constitucional) está
ampliamente documentada por los partidos políticos afectados, en
impugnaciones ante el IFE, y por la acción responsable periodística, como
es el caso de Carmen Aristegui y su equipo de MVS para el caso de Monex,
presuntamente ligado con el lavado de dinero proveniente de los Beltrán
Leyva, caso denunciado y perseguido en España y como siempre ante la
omisión de las autoridades mexicanas, quienes incluso exculparon al banco
HSBC de lavado de dinero, multándolo sólo con 379 millones de pesos,
cantidad irrisoria comparada con las multas que le han impuesto en el
extranjero por razones similares y ya no se diga con las ganancias que tiene
la institución por este concepto.
SEPTIMO:
Pacto de protección y encubrimiento
Felipe Calderón Hinojosa, después de haber involucrado al ejercito desde
el inicio de su mandato, en un enfrentamiento “sin ton ni son” con el
crimen organizado; que ha dado como resultado un saldo de más
mexicanos muertos, que las bajas sufridas por los EU. en la guerra de
Vietnam; la impunidad reinante en el país en forma generalizada; el sistema
judicial prostituido; y muchas regiones, entre ellas en su propio Estado
(Michoacán) en manos del narcotráfico; la continuación de la corrupción
sin haber tenido o la disposición o la capacidad para ponerle alto, y su
311
propio partido manoseado por él mismo, tratando de imponer a su sucesor.
Y ahora con la posibilidad real de que el PRI volviera al gobierno;
representaba para él, en lo personal, una situación de alto riesgo si no
contaba con la protección adecuada y no precisamente la que tienen en
forma normal los ex presidentes.
Un presunto convenio de “protección y encubrimiento” de Felipe Calderón
Hinojosa, para este propósito con EPN y el PRI; pudo haber sucedido; las
evidencias son múltiples, desde la presunta compra de un nuevo avión
presidencial de gran lujo, sólo superado por el “Air Force One de los EU.,
(en un país con 53 millones de pobres) el comportamiento del IFE y el
TEPJF en el proceso electoral la inacción de la PGR para investigar las
múltiples denuncias del dinero aportado por los gobernadores de los
estados priistas, la devolución del dinero incautado del avión del gobierno
de Veracruz hasta los múltiples hechos ilegales durante el proceso electoral,
tolerados por su gobierno y el hecho mismo de haberse adelantado en un
mensaje a la nación para reconocer el triunfo de EPN aunque haya aclarado
que era previo a la terminación de los tramites del caso, para entonces
“felicitarlo como Presidente Electo de México”. habiendo enviado a todos
un mensaje muy claro a este respecto porque él tenía el conocimiento
suficiente de las irregularidades relacionadas con la elección.
Presuntamente también tuvo que ver con el retiro prematuro de la candidata
del PAN Josefina Vázquez Mota, quien atropelladamente reconociera su
derrota cuando todavía no se tenia la información suficiente. El hecho de
haber pronunciado su discurso con los resultados electorales, en forma
inmediata al del presidente del IFE, cuando discurso y filmación
(producción) requieren de un tiempo considerable; manifiestan que hubo
un manejo conjunto con Leonardo Valdés Zurita presidente del IFE, que
sin empacho declaró que había sido “una jornada electoral ejemplar”, que
los mexicanos “hemos consolidado nuestra democracia electoral”, pasando
por alto también todos los antecedentes que implicaban un cumulo enorme
de irregularidades inaceptables, que el presidente del IFE y sus consejeros
debían conocer y si no las conocían (difícil de creer) peor por el
cumplimiento de su responsabilidad y la calidad de su desempeño.
Alejandro Luna Ramos, en su carácter de presidente del TEPJF afirmó en
diferentes foros: “Nadie ganará en la mesa lo que no ha ganado en las
urnas” (descalificando con esto, protestas e impugnaciones) y “La Ley
establece los términos, establece las situaciones, no somos legisladores y
nos apegaremos a lo que dice la ley”. Estamos de acuerdo con él, en la
“mesa” del TEPJF no se ganan las elecciones, nadie pretendía eso; ahí se
hace justicia de acuerdo a la ley, a los términos y a las situaciones legales
mediante el libre criterio de los magistrados, y eso es precisamente, lo
único que se pretendía que se hicieran, y lo que a ellos les correspondía
hacer en forma irrenunciable.
312
Según el IFE el resultado final de las elecciones fue el siguiente:
Josefina Eugenia Vázquez Mota
12,786,647.
(25.41%)
Enrique Peña Nieto
19,226,784.
(38.21%)
Andrés Manuel López Obrador
15,896,999.
(31.59%)
Gabriel Ricardo Quadri de la Torre
1, 150,662.
(2.29%)
7.- ENRIQUE PEÑA NIETO
Con el arribo de EPN al poder, también se quiere hacer creer que un nuevo
PRI ha surgido. Pero las evidencias del proceso electoral que les dio el
gane, deja claro que no solo es el mismo PRI, con sus mismas mañas,
reglas (no escritas), y los mismos usos y costumbres establecidos en el
sistema político mexicano que lo identifica; sino también han llegado con
él los mismos actores que desde el salinismo y gracias al PAN no han
dejado de ser actores de primera línea y con las mismas intenciones.
Curiosamente en la administración de Peña Nieto se ha seguido una pauta
muy similar a la de Salinas de Gortari, señalaré algunos hechos que así lo
comprueban:
En el primer año de su gobierno:
Salinas, aparentemente le dio un golpe al sindicalismo corrupto del sector
petrolero y al de la educación, encarcelando a la Quina, líder de los
petroleros y destituyendo a Jongitud Barrios líder del SNTE; la realidad
demostró más tarde que sólo fue una venganza política en el caso de la
Quina y que el derrocamiento de ambos líderes más que un golpe a la
corrupción (dos agujas no se pican) era parte del ritual sexenal del sistema
político mexicano de ofrendar el sacrificio por medio de “chivos
expiatorios” en el “altar de la demagogia”. Para hacer creer que “ahora sí la
cosa va en serio”.
En el caso del gobierno de EPN se procedió penalmente en contra de Elba
Esther Gordillo por varias razones, entre ellas demostrar lo mal que lo
habían hecho las administraciones del PAN, utilizándola y dándole un
poder desproporcionado y con este caso también cumplir con el ritual de
los sacrificios. Y aun hay que esperar a ver si la PGR no hizo amañada la
denuncia correspondiente para que en poco tiempo salga en libertad.
El 16 de noviembre de 1988, Salinas firmo un pacto por la democracia con
todos los partidos político en México llamado “Compromiso Nacional por
313
la Legitimidad y la Democracia”, cuyo objetivo era lograr desde el inicio,
cuando menos en un tema; el compromiso con el régimen, de todas las
fuerzas políticas partidistas, que le daba una imagen nada despreciable.
En igual forma y con objetivo similar, el gobierno de Enrique Peña Nieto
firmo con los presidentes de los tres principales partidos políticos el “Pacto
por México”, un documento de 20 cuartillas en donde se expresan como se
cumplirían los cinco tipos de acuerdos que comprende el pacto:
1. Acuerdos para una Sociedad de Derechos y Libertades.
2. Acuerdos para el crecimiento económico, el empleo y la
competitividad.
3. Acuerdos para la Seguridad y la Justicia.
4. Acuerdos para la Transparencia, Rendición de Cuentas y Combate a
la Corrupción.
5. Acuerdos para la Gobernabilidad Democrática.
En realidad casi todos los propósitos del pacto son deseables de hacerse
realidad, sin embargo más parecen sólo el pretexto para comprometer a los
tres principales partidos políticos con el régimen, sin pensar por un
momento en comprometerse con lo que verdaderamente le urge a México;
como abatir la enorme desigualdad; mejorar sustancialmente la educación y
la investigación; erradicar a las mafias sindicales tanto de los trabajadores
como de los patrones; erradicar a los monopolios; cómo contar con una
planeación estratégica para saber con claridad hacia donde vamos y como
lo vamos a lograr; cómo hacer de los medios de comunicación
instrumentos para la educación e información del pueblo y no para su
embrutecimiento y manipulación como sucede; castigar ejemplarmente la
corrupción en las empresas del Estado y hacerlas eficientes y no entregarlas
al capital privado como se pretende; preocuparse por mejorar la calidad de
vida para todos por medio de un desarrollo sustentable, armónico con la
naturaleza y exaltarla para el beneficio y disfrute de la gente, con
verdaderos parques públicos nacionales que cuenten con la infraestructura
necesaria y no solo “parques nacionales de papel” como actualmente
existen y se cuentan por “millones de hectáreas”; hacer valer el Estado de
derecho que establece la constitución, sin “jueces o magistrados de
consigna”, haciendo valer la autoridad en todo el territorio nacional y
combatir a la delincuencia organizada, empezando por ellos mismos,
314
castigando a personas e instituciones financieras dedicadas al lavado de
dinero sin temor a que esto afecte a las finanzas nacionales, castigando a
los políticos y empresarios que han propiciado y manejado el narcotráfico;
evitar seguir sangrando a las finanzas publicas con las “cajas chicas”
tradicionales como: La Lotería nacional, PEMEX, y el manejo del
contrabando; aprovechar la ubicación privilegiada que tiene México en el
mundo, al otro lado del mercado más grande y empezar a hacer planes a
largo plazo fijando un rumbo benéfico para los mexicanos. Lo que no hacen
porque su principal función es hacer negocios para ellos y para sus amos y
esos solo llegan hasta 6 años en el mejor de los casos; los mismos que
utilizan para las obras publicas siempre en función de sus intereses y
también para su beneficio, de ellos y del “partido” para seguir detentando el
poder.
Piezas claves en el Gabinete de EPN y gente que ocupa posiciones políticas
importantes en el gobierno; son gentes ligadas en alguna forma con Carlos
Salinas de Gortari, expondré sólo algunos ejemplos:
Emilio Chuayffet Chemor
Rosario Robles
Luis Videgaray
Emilio Lozoya
Claudia Ruiz Massieu Salinas
Enrique de la Madrid Cordero
Jesús Murillo Karam
Pedro Joaquín Codwell
Emilio Gamboa Patrón
Carlos Rojas Gutiérrez y también podríamos agregar a
Manlio Fabio Beltrones, (aunque algunos no lo crean).
Para cumplir con el ritual de las privatizaciones ahora han sido selectivos y
están tratando de ir por el “Pez gordo”: PEMEX, por medio de la “Reforma
Energética” que incluye la reforma del articulo 28 constitucional, lo que
les daría a este grupo un potencial económico inmenso por medio de la
explotación de la industria de los hidrocarburos, la química orgánica y la
petroquímica manejados en México, en cierta forma de monopolio, además
de todos los negocios ligados a estas actividades, que en lo particular los
315
miembros del grupo puedan hacer. Y en esta forma si poder “Mover a
México” no sabemos hacia donde y ¿para quién?
Las primeras acciones del presente régimen fueron, yo no diría manchadas,
porque en realidad todo huele mal, yo diría evidentes, por medio de
SEDESOL y su “cruzada contra el hambre; utilizando los recursos de este
programa para comprar votos, eso sí a miles de gente con hambre, en las
recientes elecciones. Estos hechos fueron denunciados por el PAN de
Veracruz y después por muchos otros estados afectados en igual forma.
8.- LAS POTENCIALIDADES DE MÉXICO
Más de 3,500 años de un intenso proceso cultural, alimentado por las
principales culturas de Europa y América, sin duda le dan un soporte
excepcional a la cultura mexicana, cuyo potencial en el siglo XXI es
enorme y único. Sin embargo y para señalar, brevemente, aspectos
prácticos y concretos; sólo apuntaré algunas potencialidades y no
necesariamente las más importantes:
Dentro del proceso de globalización que se vive, también el potencial
de México es único. Existe una antigua frase atribuible a don Porfirio
Díaz, el dictador mexicano, que se supone dijo a principios del siglo XX:
“Pobre de México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”.
Por supuesto que México no está lejos de Dios pero sí muy cerca de los
EU., con quien colinda en el Norte a lo largo de una frontera de más de
3,300, Km; dejando a un lado resabios históricos, los EU., son el país que
tiene el mercado más atractivo del mundo. El estar al otro lado de ellos,
lejos de ser digno de lástima, es envidiable en términos económicos,
particularmente en materia de logística de transporte, porque representa
una enorme ventaja competitiva que, por prejuicios históricos, hipocresía
y falta de imaginación política, México no ha sabido aprovechar, pero que
hoy podrían potenciarse al máximo. Solo imaginemos la posibilidad en
México de tener nuevas ciudades orientadas a la actividad del comercio
exterior en calidad de “zonas libres” como las que inició China con
Shenzhen en la década de 1980 o la existencia de un “Land Bridge”
orientado a la misma actividad solo que en el trafico de mercancías de un
océano al otro en el Istmo de Tehuantepec con dos nuevos puertos e
infraestructura y tecnología de punta, para mover la “carga marítima del
mundo” del pacifico al atlántico y viceversa.
316
Las profundas raíces que surgen con la mezcla de las dos ricas
culturas que dieron origen a la mexicana, así como su bagaje histórico,
hacen de la mexicana una cultura sui generis, totalmente diferenciada de
las demás. Su gente, son personas cuya idiosincrasia, si no en términos
generales, sí en una gran mayoría, los hace también diferentes, con
características propias; como la habilidad técnica, intelectual y artística,
personas que sin dificultad se sobreponen a situaciones anormales y a
contingencias, lo que no sucede en muchas otras culturas; característica
que los hace valiosos al haber demostrado muchas veces ser gente con un
gran afán de superación que tienen como valor importante a la familia, y
por ella y por lograr sus metas, pueden dar la vida, como muchas veces lo
han demostrado los emigrantes que van o tratan de ir hacia los EU o a
otras partes del mundo, en busca de mejores condiciones de vida, trabajo
mejor remunerado y sobre todo de esperanza para sus hijos, huyendo de
una situación injusta, creada por una clase política corrupta, que se ha
prolongado por demasiado tiempo. Por otro lado la existencia en México
de universidades de buen y aceptable nivel, así como la preparación del
mexicano en ciertas regiones del país con una cultura internacional, con la
posibilidad probada en muchos de casos, de dominar el idioma inglés y
otros idiomas además del propio y la calidad de la gran mayoría; hace que
sus gentes constituyan un potencial muy valioso.
Dentro de los países con gran potencial turístico en el mundo, México se
sitúa en los primeros lugares. Su potencial en este campo es único, ya que
cuenta con gran variedad de micro climas, diferentes ecosistemas y un
mosaico de múltiples y atractivas culturas, además del trato amable y
generoso de su gente, que se caracteriza por un profundo sentido del
humanismo y de la amistad. Los portentosos vestigios arquitectónicos de
las culturas prehispánica y colonial, de gran expresión artística y rica
presencia en todo el territorio nacional, nos hablan del singular pasado
mexicano. La manifestación del espíritu humano en la expresión de lo
bello, se encuentra en forma prolífica en todas las artes con el sello
característico de lo mexicano. Las culturas superiores, como las que se
dieron en Mesoamérica, se caracterizaban, entre otras cosas, por poseer un
excelente arte culinario. Éste arte, mezclado con el de la cocina española,
dio origen a una de las más variadas y ricas cocinas en el mundo, que poco
a poco ha ganado espacios en todos los lugares del orbe. Los 11,000 Km.
de litorales ofrecen gran variedad de playas de finas arenas, aguas tibias y
bellas coloraciones del mar, con una agradable temperatura de cálida a
templada casi todos los días del año.
317
Su potencial en agricultura, ganadería y pesca lo hace tener
posibilidades cuando menos de autosuficiencia, mientras que la silvicultura
y la explotación maderable podrían ser aprovechadas en forma racional y
sustentable, como hasta ahora no se ha hecho.
El potencial industrial y comercial de nuestro país ha quedado
demostrado al ubicarse México, a pesar de sus líderes y de la situación
actual, entre las primeras potencias económicas en el mundo, en parte por
su ubicación privilegiada y desafortunadamente por tener una excelente
mano de obra con ingresos muy bajos.
En resumen, la calidad de su gente, la condición y ubicación
geopolítica de México, sus profundas raíces históricas y su rica tradición
cultural; incluso su misma circunstancia actual complicada, en donde
México registra un atraso considerable con relación a su potencial; le da al
país un gran ventaja al tener que actualizarse casi partiendo de cero; lo
que bien podría convertirse en una realidad positiva en un futuro más
cercano de lo que se piensa; si los verdaderos mexicanos, los que amamos
a nuestra nación, nos decidimos a sacudirnos los lastres que arrastramos
del pasado inmediato, de una vez por todas.
9. RENOVACIÓN DE LA SOCIEDAD
Se habla mucho en nuestros días de la reforma del Estado, y pienso
también que es absolutamente necesaria. Pero antes de tocar el tema, sería
interesante enfocarnos un poco en la sociedad, ya que ésta es el elemento
fundamental del Estado y su razón de ser. En cierta manera, como casi todo
en México, también la sociedad se encuentra en crisis, que
lamentablemente no se siente mucho, pues la misma sociedad no la siente
por la costumbre, ni los que están arriba ni los que están abajo. Sucede
aquí, como en el experimento aquel de la rana; que consiste en echar uno
de estos animalitos a nadar en un perol de agua templada, al cual poco a
poco se le va subiendo la intensidad de la temperatura, pero la rana no se da
cuenta de ello hasta que ya es demasiado tarde y muere. Si esa misma rana
se echara al mismo perol cuando el agua ya estuviera caliente, reaccionaria
y de inmediato, de un salto se pondría a salvo. Esto es precisamente lo que
le sucede a la sociedad mexicana y su dificultad para cobrar plena
conciencia de la gravedad de la crisis en que se encuentra, la magnitud de
los problemas que la rodean y la afectan. Durante mucho tiempo, por
muchos años, a la sociedad mexicana, como seguramente a otras
sociedades en el mundo, le han estado calentando el perol poco a poco
318
muchos factores negativos a los que lamentablemente se ha acostumbrado
y que la han sumido en un letargo de semiinconsciencia que ha llegado a
afectarle su capacidad de reacción. Sin embargo lo que es peor, es que la
han hecho manipulable y utilizable para otros propósitos diferentes a su
propio bien. Si en este momento revisáramos el perol en donde está
inmersa la sociedad mexicana, nos daríamos cuenta de algunas de las
causas que han puesto el agua casi al punto de ebullición. Seguramente la
sociedad tiene conciencia de muchas de ellas. Brevemente y a manera de
ejemplos, repasemos solo algunas pocas:
El acostumbramiento y la tolerancia del sistema político arrastrado
hasta nuestros días y la contaminación de la sociedad con muchos de sus
vicios, como la mentira, la simulación y las prácticas de corrupción que el
mismo sistema instituyó; ver con normalidad el enriquecimiento
injustificable de muchos (demasiados) miembros de la clase política;
rendirle pleitesía al poderoso sin importar su calidad moral ni el origen de
su poder o riqueza; la simulación de la democracia como práctica
generalizada; y llegar a temer a la autoridad más que a respetarla, porque
los ciudadanos sienten, justificadamente, que ya no pueden confiar en ella.
La sociedad, sin darse cuenta y estimulada por el sistema actual y por
herencias ancestrales; ha continuado con prácticas discriminatorias entre
ella misma; derivadas de la subestimación del indígena hecha inicialmente
por los conquistadores y encomenderos quienes primero pusieron en duda
su “origen humano” y luego los consideraron, en el mejor de los casos
como alguien necesitado de tutoría, de “encomienda”, no tanto para su
educación religiosa, que era sólo el pretexto, sino para su explotación,
similar a la de los esclavos, que en ese tiempo era usual y que en realidad
esto era precisamente y sin tapujos lo que se perseguía. Sin embargo aun
después de tantos años, subyace en la conciencia o el inconsciente de la
sociedad que el indígena si bien es parte de la misma sociedad, son seres
inferiores y en la realidad práctica sufre una discriminación constante y
falta de respeto a sus usos y costumbres y a su dignidad como persona; un
ejemplo claro de lo anterior se está dando ahora que se ha encomendado al
ejercito el combate al narcotráfico y a la delincuencia organizada, y es que
no se comportan igual con la población cundo entran a una ciudad que
cuando entran a una comunidad indígena, ahí se ha dado inclusive el caso
de violación a mujeres indefensas, incluso en la misma ciudad el
comportamiento difiere en función de los diferentes barrios.
No habría aquí espacio suficiente para dar ejemplos de la
segregación y discriminación de los indígenas mexicanos por la sociedad y
sus propias “autoridades”. Otra discriminación la sufren las minorías
319
religiosas; los pobres por el hecho de ser pobres que son la mayoría de la
población en México; las mujeres por el machismo animal y por su
condición de sexo; los que tienen diferentes ideas políticas a las impuestas
por la cultura del acostumbramiento; los viejos y discapacitados; los
homosexuales; enfermos de sida y muchos otros como sectores de la
población o en lo personal. Se subestima al individuo como persona cuando
se le trata como sujeto de explotación, con salarios y condiciones de trabajo
miserables; todo esto se ha dado al amparo de un sindicalismo oficial, que
ha convertido a los trabajadores en dóciles instrumentos del clientelismo
político partidista, para el beneficio económico de sus pastores, y en
materia prima para los jugosos negocios de la delincuencia organizada en
que se han convertido muchos de los sindicatos, tanto obreros como
patronales, agravado esto últimamente con la complicidad del ejecutivo
federal y de los estados, sin distingo de partidos.
La revolución tecnológica en las telecomunicaciones y la cercanía e
influencia de los EE.UU. han traído a la sociedad la exposición de otros
modelos de vida que responden a otra circunstancia. Muchas veces se da en
esto una tendencia a la imitación mecánica, ciega, irresponsable,
indiscriminada y muchas veces inconsciente. En esta forma, han llegado el
lujo insultante, incluso el confort excesivo, los espectáculos grotescos, el
consumismo irracional producto de un capitalismo especulativo con las
flaquezas humanas, la sofisticación personal, la cultura del desperdicio en
una sociedad mayoritariamente pobre, que en su conjunto debiera estar
sujeta junto con su gobierno a una disciplina de austeridad mientras no sean
superadas las enormes desigualdades. Sin embargo se le ha impuesto,
peligrosamente, la cultura del despilfarro, de la violencia, de la libertad
sexual a ultranza e irresponsable, por medio de la adicción a la televisión
nociva, permitiendo el acceso indiscriminado de ésta en los hogares a toda
hora, con programas insulsos vulgares y sin respeto para las familias, con
estrategias de mercadotecnia que venden el sexo y la violencia para el logro
de los más altos “ratings”, por el lucro que esto representa y, sin importar el
daño provocado en la audiencia. Todo esto ha sido propiciado por la
alcahuetería de un gobierno pueril, que ilusionado con el beneficio electoral
mediático, otorga favores extraordinarios a costa de la sociedad mexicana.
Esto ha ido formando parte de la manera de vida en México, para todos.
La tradicional cultura mexicana, cimentada en la fortaleza de la
familia, se ha ido transformando, minándose; con el aumento alarmante de
padres voluntariamente irresponsables y de madres, muchas de ellas,
involuntariamente solteras, que libran todos los días batallas heroicas por
sacar adelante a sus hijos; de matrimonios que se divorcian con una
facilidad de telenovela o de artista de cine, sin tomar en cuenta o sin
320
importarles mucho el daño que su actitud irresponsable y egoísta acarrea a
sus hijos; la sobre apreciación de los valores materiales en contra de los
valores espirituales, lo que está afectando el sano equilibrio de la vida
humana y marcando una fuerte tendencia hacia el hedonismo cirenaico, con
un registro alarmante en el aumento del consumo de drogas, que
desgraciada pero no casualmente afecta principalmente a los más jóvenes.
La proliferación de casinos y casas de juego, negocio de los monopolios de
radio y televisión y de verdaderos gánsteres, ha proliferado en toda la
república mediante la alcahuetería del gobierno de Fox, de Calderón y con
la complicidad del actual. Esto ha creado un nuevo mal en la sociedad
llamado eufemísticamente “ludopatía”. La sociedad mexicana, en todos los
niveles, desde hace mucho tiempo, ha sido alimentada con mitos y
prejuicios sociales, religiosos, políticos e históricos, afectando
principalmente a los más débiles en cuanto a su carácter y formación,
carentes de una educación objetiva, lo que ha propiciado que tengan una
visión maniquea del mundo, que le impide apreciar los claros oscuros y les
limita la capacidad para el análisis crítico.
La situación de la sociedad se agrava en el presente con la tendencia
hacia la masificación de la población y la acción perniciosa y sin control de
los medios de comunicación. El daño existe y como uno de muchos
ejemplos lo podemos constatar en algunos sectores de la sociedad,
supuestamente en los más preparados, que reaccionan con reflejos
condicionados cargados de miedos y fobias inconscientes hacia conceptos
como comunismo y socialismo, adoptando posturas igual de desinformadas
y más radicales que las que en sus “buenos tiempos” adoptó la vergüenza
del senado estadounidense, Joseph McCarthy. Estos mismos sectores,
también inconscientemente se sienten aterrados por poner en riesgo su
salvación eterna, contraviniendo las disposiciones y preceptos de la “santa
madre iglesia” y sus pastores, lamentablemente sin acordarse de la doctrina
de Jesucristo. Lo que no les evita cometer toda serie de ilícitos y pecados
con su actuación y comportamiento alejado de la ética y de la moral,
porque para eso está el sacramento de la confesión, no faltaba más, pero el
temor latente de achicharrarse en el purgatorio y ya no digamos en el
infierno, los hace ser presa fácil de aquellos manipuladores de conciencias,
que todavía añoran la unión de la iglesia y el Estado, tal y como la instituyó
en los inicios de la edad media Teodosio I, y creen o saben; que tanto
salvación como justicia, en México, se pueden comprar y lo hacen con
actitud pragmática como algo cotidiano y mecánico.
Le hace falta a la sociedad mexicana tomar conciencia de su
verdadera realidad y de su entorno, una conciencia que la ayude a
estructurarse y a integrarse, para adaptarse si se quiere, a un nuevo
321
concepto de familia, que logre estimular la cohesión social interna,
manteniendo y reforzando éste valor fundamental; mediante un orden
basado en la plena conciencia de la realidad, con un nuevo enfoque
humanista en armonía con las leyes de la naturaleza y con un medio
ambiente propicio para una vida sana, un orden que haga a los individuos
voltear hacia sus orígenes, hacia ellos mismos y tener plena conciencia de
su presente, que los haga darse cuenta del palpitar de la sociedad: de cómo
viven la mayor parte de los mexicanos marginados a los beneficios del
desarrollo, y no por voluntad propia como algunos quieren hacer creer,
cuyos jóvenes muchas veces son pasto fácil del narcotráfico y utilizados
por la delincuencia organizada como carne de cañón; de cómo se sienten
los que migran, porqué lo hacen, y cómo viven las familias que dejan; de
cómo viven y quieren vivir los indígenas mexicanos que han luchado casi
solos y siguen luchando de manera pacífica por conservar sus tradiciones
culturales y su propia manera de ser.
Toda esta reflexión es necesaria para así poder modificar nuestra
realidad. Mediante un orden que no existe hoy en las conciencias, pero que
le hace falta a la sociedad para auto superarse y auto disciplinarse, y ser
más austera y solidaria entre sí; para entender mejor su actual situación que
es la realidad de todos los mexicanos. Sin este conocimiento de sí misma,
la sociedad no puede entenderse ni sufrir la catarsis necesaria para poder
encontrar los caminos que la lleven a lograr su emancipación e integración
plena, porque hoy por hoy, la sociedad mexicana se siente y está realmente
desintegrada, se aísla en grupos en el mejor de los casos y sigue siendo
objeto de una lamentable e injusta explotación por los monopolios de un
Estado que dista mucho de ser un verdadero Estado de derecho. Es
necesario que la sociedad mexicana tome conciencia de su realidad para
decidirse a transformarse radicalmente sin seguir perdiendo el tiempo con
actitudes timoratas, preñadas de ignorancia y de prejuicios sociales y
religiosos; porque entonces, la inmensa mayoría del pueblo mexicano que
la integra, seguirá siendo vilmente utilizada a favor de una absoluta
minoría. Pero esto será hasta que la sociedad civil, sin la tutela de ningún
partido político, ni corporación de las existentes, cobre conciencia de su
realidad y se decida a actuar.
México tiene un potencial inmenso de creatividad, de solidaridad y
de generosidad como producto cultural de miles de años. Es de la mayor
importancia sacar a la sociedad del marasmo en el que ha caído después de
tanto tiempo de una forma de vida contaminada por la desinformación
objetiva y por la corrupción de un sistema político que la ha perjudicado
acostumbrándola a ello, un sistema político que en vez de utilizar el poder
para servirla, se ha servido de ella. Y que ahora esta misma sociedad debe
322
cambiarlo en forma radical para su provecho. Es preciso despertar su
conciencia para retomar la posición que le corresponde como principal
protagonista y mandante del Estado mexicano y participar
determinantemente, con plena conciencia y decisión, en su reforma política
para su transformación radical. Porque la sociedad mexicana está cansada
de la retórica, generalmente hueca con estrategias de engatusamiento. Y
cansada de vivir una realidad que, lejos de mejorar, empeora. A la sociedad
le ha hecho mucha falta algo en qué creer desde el punto de vista cívico
como Nación. Algo que la motive a luchar en el buen sentido, no solo por
mejorar las condiciones de vida en forma individual para los diferentes
grupos, sino por la Patria misma. Algo que le llegue a las fibras más
profundas y sensibles; una filosofía que le dé confianza en sí misma, que
exalte la riqueza de su cultura, que con humildad la haga consciente de su
enorme potencial, que le haga encontrar, por ella misma, el camino a
seguir, con disciplina, con orden, con responsabilidad, con la ética en su
actuación como principio básico; pero de manera esencial, como algo
deseable en extremo y posible de lograr con el esfuerzo de la mayoría para
visualizar con claridad el destino posible ambicionado. Solo así se dará su
transformación y entonces podrá alcanzar dimensiones insospechadas.
10.- EL FUTURO
Se podría decir que el futuro ya está aquí, que nos ha alcanzado y rebasado;
no hay nada más que ver el desarrollo de los otros pueblos, de pueblos que
hace un poco más de treinta años tenían un desarrollo material inferior al
nuestro, como China y ahora nos ha rebasado como si estuviéramos
parados. Y lo que es preocupante es que no estemos preparados todavía
para competir ni siquiera en el presente ya no se diga preparados para el
futuro, no solo no preparados, sino con serías limitaciones porque hemos
dejado que prevalezcan conflictos internos y que se tengan que arrastrar y
soportar los enormes lastres del sistema político prevaleciente a lo largo de
casi todo el siglo XX, que se incrementaron con la entrada del siglo XXI, y
que todavía no está claro como los mexicanos se los podrán sacudir. Sin
embargo, cuando menos en lo político existe una posibilidad que se vuelve
también una condición:
iniciar de inmediato el proceso que nos llevé a la reforma del Estado,
como la precondición para concretar la unión necesaria que requiere
México y sanear su base jurídica; para emprender una tarea de dimensiones
colosales como deberá será, primero, superar la crisis actual y luego poder
entender y visualizar cabalmente el presente que estamos viviendo y prever
el futuro con el que México se está empezando a topar. Y es que es otro
323
mundo el que se nos viene encima, totalmente diferente al del siglo XX,
otro universo al que hay que comprender y conocer en su dinámica real,
porque es uno en constante transformación acelerada, al que hay que
enfrentar con nuevas herramientas y otra visión de futuro, distinta de la
tradicional, si no
queremos ser arrastrados por el vendaval de sus
constantes cambios, agresivas acciones y enormes intereses en juego.
“No hay mal que por bien no venga”, dice uno de los refranes
populares. Quizás si México no tuviera los actuales problemas y la
situación crítica que padece, si fuera un país perfectamente ordenado y en
perfecto funcionamiento, tal vez no estaría tan dispuesto a un cambio
radical como lo puede estar en el momento actual. Y es que una situación
como la que vive el mundo hoy día, con el futuro que viene, como una
turbulencia de múltiples facetas, requiere de un cambio radical, de nuevos
instrumentos y la toma de decisiones con información suficiente,
imaginación, creatividad y sin pérdida de tiempo para ser enfrentado.
México, por sus antecedentes históricos, es materia prima dispuesta para
amoldarse y enfrentar situaciones completamente distintas a las conocidas.
México y los mexicanos nunca han sido una cultura acostumbrada a las
rutinas; pueden enfrentar las eventualidades y aun los grandes cambios sin
sufrir ni contrariarse con esto. A lo largo de nuestra historia hemos vivido
situaciones considerablemente más complicadas y peligrosas que la actual
y nos hemos recuperado. Paradójicamente podríamos decir que los
mexicanos hasta podrían disfrutar con el reto. Será necesaria la disposición
y participación de todos para lograr el cambio radical, tanto en la sociedad
como en nuestras estructuras y propósitos, con verdaderos líderes que
luchen por el bien de su pueblo, lo cual no sería imposible. Y sin embargo,
esto es absolutamente necesario para confrontar el futuro, no solamente el
futuro propio como nación, sino el futuro de la humanidad, en donde está
enclavado nuestro país como Estado soberano y donde deberá ser
protagonista activo, para sumar y conjugar esfuerzos, interactuando en la
acción con todos los otros países.
Así como Japón y Alemania resurgieron de las cenizas de la Segunda
Guerra Mundial, así México tendrá que resurgir como el Ave Fénix,
después de este letargo producido por el estancamiento en todos los
órdenes. Para que el futuro nos pueda favorecer será necesario un enorme
esfuerzo durante varios años operando el cambio radical para lograr salir
totalmente transformados. De aquí en adelante nada será igual, nada será
gratuito, pues el futuro supone una feroz competencia. Los mexicanos no
podemos estar esperanzados a que llegue un presidente salvador, porque
nunca va a llegar, nunca ha llegado. Se tienen que reconstruir nuevas
estructuras que garanticen ahora una convivencia más justa, más ordenada,
324
con disciplina y responsabilidad personal para cada uno y para todos. Será
necesario construir e instituir el gobierno “de las leyes y no de los
hombres”, llegar a establecer y hacer realidad “El Imperio de la Ley” y de
la “Rendición de Cuentas” como lo hicieron tantos pueblos que han
avanzado y son líderes, como lo han hecho los revolucionarios de la Guerra
de Independencia de los Estados Unidos. Que el espíritu de estadista de
Lucius Quincius Cincinatus, el cónsul y gran dictador romano, prive en los
que se dediquen a la política con visión y convencimiento de estadistas,
para que tras su misión en bien de la comunidad, una vez cumplida
responsablemente y terminada con éxito su tarea, vuelvan a una vida con
sencillez, alejada del poder y del lujo. ¿Utopía pura? Tal vez, pero de no ser
así, el cambio difícilmente se daría y se estaría desaprovechando otra
magnífica oportunidad.
Para enfrentar el futuro, el cambio deberá ser radical; casi toda la base y
estructura jurídica deberá ser modificada para que sirva al desarrollo con
otra visión, con un enfoque que propicie el beneficio directo para el
ciudadano y su calidad de vida, con modelos propios de acuerdo a nuestra
realidad y no con los tradicionales modelos importados de corte capitalista
conservador que han propiciado la explotación del ciudadano, el
empobrecimiento de la sociedad y la concentración del capital en pocas
manos, porque esto es una de las grandes amenazas del futuro que ya la
gente no está dispuesta a tolerar.
11.- ENTORNO MUNDIAL Y GLOBALIZACIÓN
A principios del siglo XXI, el entorno mundial hace mucho más
evidente la necesidad de un cambio en México, para dar solución a los
enormes problemas internos, que como hemos visto no son pocos ni
menores, como también porque la misma realidad y efectos del entorno
mundial hacen que en México sea imperativo ese cambio; entre otras
razones, porque el mundo ya cambió y México sigue casi igual que en el
ultimo tercio del siglo XX, o tal vez peor. Aunque se trata del mismo
planeta, ya nada es igual.
Ahora, por ejemplo, es ligeramente más caliente; el fenómeno del
calentamiento de la Tierra empieza a sentirse fuerte, estimulando un
cambio climático que quieran o no ya se está dando. Ahora los países
tienen que estar preparados y prever las consecuencias, y en México se
siguen destruyendo las selvas, descuidando el medio ambiente, y la
corrupción en la función publica evita o hace mal las obras necesarias para
325
evitar desastres. Los científicos dicen que el agua será pronto un problema
crítico a nivel mundial, y lamentablemente muchos de los ríos en México
son depósitos de basura e inmundicias. A finales de 2000, la televisión
exhibió como el Cañón del Sumidero, el precioso paraje natural en
Chiapas, estaba lamentablemente atestado de basura.
La Unión Soviética desapareció, el Muro de Berlín fue derribado y
las teorías de Mijaíl Gorbachov, basadas en la democracia, la
reestructuración hacia una economía de mercado y la transparencia en la
actividad política y la vida pública, provocarían la reestructuración y el
fortalecimiento de la izquierda europea, ganando espacios de poder. La
Guerra Fría terminó para siempre al desaparecer la otra potencia como tal,
y más que nada, por el predominio hegemónico de los EU., uno de los dos
grandes protagonistas, este hecho por sí solo constituye un nuevo y
riesgoso desequilibrio para el mundo, que probablemente en el largo plazo
será resuelto por la consolidación de Europa como potencia, con el
suficiente peso específico para contrarrestar la hegemonía actual que
ejercen los norteamericanos, quizás la misma China, pueda también
lograrlo, ésta nueva China que ha surgido y que es parte del gran cambio
del mundo del siglo XXI.
Las guerras cruentas y calientes que se creían superadas tras la de
Vietnam, han resurgido y sembrado el terror y la muerte en muchas
regiones, con el sufrimiento y el sacrificio de millones de civiles, seres
humanos inocentes, aunque la era del petróleo ya alcanzó su clímax en el
fondo los motivos siguen siendo los mismos, o quizás por eso mismo,
engañando a los pueblos y estimulando su patriotismo, sacrificando miles
de vidas jóvenes que envían sin misericordia al matadero por intereses
mezquinos. El terrorismo internacional organizado se recrudeció y acabó
con lo que se veía como icono del capitalismo, las Torres Gemelas de
Nueva York, el World Tarde Center, y con él se fueron más de 2,600 vidas
inocentes. Surgió Asia con gran fuerza y protagonismo en el mercado
mundial, primero con los “Tigres del Pacífico”, y después con China, el
gigante aparentemente dormido que se incorporó con una gran fuerza y
creatividad que ha implantado nuevas formas en el comercio internacional.
Mientras las autoridades mexicanas, sin imaginación ni creatividad,
continúan con la paradoja de complicarlo y entorpecerlo burocráticamente
todo, hasta haber afectado fatalmente el mercado exterior de México,
teniendo como consecuencia que el lugar que ocupaba México como “socio
comercial” de los EU., fuera substituido por China. Por otro lado, las
autoridades mexicanas han tolerado –palabra benigna—, el contrabando
que inunda al país en perjuicio del comercio organizado.
326
México ha perdido su liderazgo en América Latina. Aunque ya desde
años atrás se había venido deteriorando y en el sexenio de Vicente Fox se
alcanzó el clímax su deterioro con el cúmulo de desaciertos, frivolidad,
ignorancia y poco tacto del ex-Presidente y con la desafortunada actuación
de su Canciller al postularse precipitadamente para encabezar la OEA.
México perdió la gran oportunidad de liderar a los países latinoamericanos
en la integración de uno de los grandes bloques económicos mundiales: el
bloque de América, que come en el europeo, en donde países de diferentes
ideologías políticas han logrado no solamente la unión, sino que se han
integrado políticamente en el Parlamento Europeo, congruentes con la
circunstancia histórica y aprovechando el proceso irreversible de la
globalización y cambio político y social en el mundo que aun bien
organizados les plantea grandes retos.
En América Latina la situación ha cambiado, en parte por la ausencia
de México provocada por sus errores de liderazgo, su liga con el
neoliberalismo económico, y la actitud servil hacia el gobierno de George
Bush, pero principalmente por el protagonismo de los países de extrema
izquierda encabezados por la Venezuela de Hugo Chaves. Ahora será
imperativo que la izquierda pensante y razonable del Cono Sur atempere el
ánimo de sus correligionarios ideológicos, para lograr, en el mediano plazo,
la unión solidaria de América Latina en el proceso de integración general
del bloque de América, incluyendo a Canadá y a los EU. Lo importante
para México y los países de Latinoamérica, al permanecer unidos, es poder
estar en condiciones de establecer las bases favorables para el desarrollo
conveniente y justo de todos los países, tomando en consideración sus
condiciones particulares y pugnando por lograr un desarrollo integral, no
sólo económico sino también y equilibradamente en lo social como
consecuencia. En los próximos treinta años se dará una gran
transformación en el mundo, particularmente en América y en forma
notable en América Latina; México todavía puede ser una pieza clave en
este proceso para la integración del tercer gran bloque económico en el
mundo. En la medida en que se actúe solidariamente, con oportunidad, con
inteligencia, sin prejuicios ni atavismos y con una actitud decidida y firme
de la mayoría de los países, en congruencia con la experiencia y la
sabiduría de cada uno, se podrá lograr un acuerdo justo para terminar con la
desigualdad en América Latina. En esa misma medida se lograrán también
mejores condiciones de trabajo y de vida para los ciudadanos de los
diferentes países del bloque, poniendo especial interés en el desarrollo
sustentable y el desarrollo integral de la sociedad y su beneficio directo,
mejorando su calidad de vida y teniendo como compromiso restaurar y
proteger el medio ambiente. De otra manera, no tendría sentido lograr solo
un desarrollo económico a ultranza, como hasta la fecha ha sido.
327
El fenómeno de la globalización lo ha transformado todo, desde
mediados del siglo XX, en 1957, con la participación de brillantes políticos
de los principales países europeos, como el alemán Konrad Adenauer, se
creó la Comunidad Económica Europea, el famoso “mercado común
europeo”. Esto se dio como una integración económica de países europeos,
pero con miras a más largo plazo para poder lograr una integración de
mucha mayor trascendencia, incluso política, con un Parlamento europeo,
que ahora es el instrumento de integración política de la Unión Europea
(UE) para su actuación tanto política como económica. La UE fue
constituida el 1 de noviembre de 1993, coincidente con la entrada en vigor
del Tratado de Maastricht. Durante este proceso de medio siglo se
desarrolló, en el aspecto económico, una especie de imitación en otros
lugares, particularmente en Asia. Estos procesos se focalizaron en la
actividad del libre comercio exterior y anularon, en muchos casos, el
impuesto al comercio exterior, pero principalmente facilitaron al máximo
los trámites que ello implica y que en algunos países constituyen
verdaderas barreras que complican enormemente el trafico de mercancías,
las más de las veces inútiles, costosas y muchas veces constituidas en redes
de corrupción y burocratismo intencionado; tal es el caso de México. Esta
nueva forma de comerciar y producir modificó tanto la logística de
producción como la de distribución y creó una verdadera revolución cuyos
efectos se conocen ahora con el nombre de globalización, porque se ha
creado con esto una dinámica mundial en donde ahora la competencia dejó
de ser local para ser mundial.
La revolución no solo ha sido en las formas tradicionales del
comercio exterior, va mucho más allá; está demandando un
replanteamiento total, desde la revisión de las bases jurídicas tradicionales
que ahora resultan obsoletas, hasta la creación física de nuevos centros de
producción, distribución y logística multimodal, como zonas libres con
enfoque estratégico, diseño urbano inédito, utilizando las técnicas más
avanzadas y generando ventajas competitivas para poder actuar en un
entorno mundial en proceso de integración, primero económica y después
política, como hemos visto, parecido a lo que sucedió en Europa con el
primer bloque de países integrado en el mundo y lo que deberá suceder
tarde o temprano en América; esperando que el desarrollo social no quede
al margen como hasta ahora ha sido. En Asia también se están integrando
los principales países especializados en comercio exterior. Sin embargo, allí
se está dando una integración circunstancial de hecho y de acuerdo a la
conveniencia de cada país.
328
En 1977 tuve la oportunidad de visitar la República Popular de
China para sostener una serie de pláticas con los dirigentes de los
arquitectos chinos en su capital, a la que entonces llamábamos Pekín. Es
difícil describir la enorme impresión que me provocó el contacto con una
de las culturas más antiguas e importantes de la humanidad. Era la primera
vez que me sentía como si estuviera en otro planeta. El presidente Mao
acababa de morir y todavía existía el problema político de la llamada
“Banda de los Cuatro”119.En ese tiempo, China tenía un poco más de 800
millones de habitantes y grandes problemas por la necesidad de dar trabajo
y alimentación a tal cantidad de población. La arquitectura antigua era de
una belleza y presencia solo comparable con la japonesa, mientras la nueva,
sobre todo en las zonas habitacionales, era a base de sistemas prefabricados
importados de la Unión Soviética. La situación de la calidad de vida y
adelanto en el desarrollo era similar a la de la provincia mexicana a
mediados del siglo XX. Su gente, muy amable, con un gran sentido del
humanismo y sus líderes, especializados en las mejores universidades de
Europa. A partir de la época de mi visita y por lo que me pude dar cuenta,
más tarde; China se había propuesto superar sus enormes problemas y el
atraso en su desarrollo con respecto al resto del mundo, buscando mejorar
la calidad de vida de su pueblo.
Ahora el efecto de China se está sintiendo en todas partes,
particularmente en el ámbito de los negocios. Pero esto es solo el principio;
el gigante que aparentaba estar dormido ha despertado y cuenta ya con
varias nuevas ciudades como Shenzhen, en la región de Guandong, muy
cerca de Hong Kong, en condición de Zona Económica Especial (ZEE).
Desde ciudades como ésta, China ha inundado al mundo de productos de
toda índole, y muchas otras ZEE (zonas libres) están en gestación. Mientras
tanto, varios países, entre ellos México, todavía no hemos cobrado
suficiente conciencia de lo que está pasando en el mundo, y menos nos
damos cuenta de cómo se deberán enfrentar esta realidad para; no
solamente saber aprovecharla, sino para no ser rebasados por ella. Hu
Jintao, el reciente ex Presidente de la República Popular China, es
ingeniero y fue diputado, Gobernador del Tíbet y alcalde de Gan Sho, un
pequeño pueblo. A finales de la década de 1970, cuando yo estaba en
China, él estaba en México, específicamente en Tijuana, para visitar las
plantas maquiladoras. A su regreso a China, implantaron un programa de
maquila en ciudades industriales, que después de uno o dos años
comprobaron que esta no era la alternativa que estaban buscando para
lograr el crecimiento económico de China, y fue abandonado como pieza
119
Eran propiamente defensores radicales de las teorías de Mao, sus propagandistas y patrocinadores de
la revolución cultural, la Banda estaba compuesta por su tercer esposa Jiang Qing, acompañada de: Yao
Wenyuan, Wang Hongwen y Zhang Chunqiao. Al morir Mao entraron en conflicto por sus ideas y con la
nueva dirigencia.
329
clave por Deng Xiaoping. Actualmente la maquila en China ha quedado
circunscrita solo algunas grandes ciudades industriales como Shanghái. Los
modelos de Zonas Francas o “Free Processing Zone”, a nivel de parques
industriales, también fueron adoptados por China y estos sí continúan
vigentes.
Paralelo al experimento de la maquila, al ver que ésta no era lo que
andaban buscando como solución definitiva y con el propósito de lograr un
verdadero desarrollo industrial y comercial permanente, diseñaron y
pusieron en marcha el Proyecto de Zonas Económicas Especiales (ZEE)
con la participación del que después sería presidente Hu Jintao. China
necesitaba una alternativa real que se adecuara a sus condiciones y
necesidades, para que mediante un enfoque innovador pudiera explotar
todo su potencial. Entonces se recurrió a la experiencia que tenían más a la
mano y se llegó al Proyecto de Zonas Económicas Especiales, el cual lo
realizaron tomando en cuenta los modelos de Hong Kong y Singapur dos
modelos exitosos y de cultura China. Su objetivo fue atraer inversión
extranjera directa, pero en industrias y empresas de servicios con ubicación
definitiva, planeadas a largo plazo; lograr alianzas estratégicas entre las
empresas extranjeras con empresas chinas para el intercambio tecnológico;
dar trabajo de manera permanente a una gran cantidad de personas en
nuevos centros de población para lograr su capacitación y mejora
económica, con posibilidad de arraigo en la nueva zona. En el 2006, China
tuvo un crecimiento superior al 10% de su PIB. En los últimos diez años, el
crecimiento sostenido de China ha sido superior al 8% anual del PIB, de
acuerdo al FMI. En ese mismo periodo de tiempo, China es el país que más
inversión extranjera directa ha recibido. Ha mantenido un superávit
comercial durante esos años y sus reservas superan los cuatrocientos mil
millones de dólares. Ha logrado controlar su inflación, de manera que ésta
en la actualidad es una de las más bajas del mundo. No pretendo decir que
esto se debe solo a las ZEE, pero es innegable que sí han influido
considerablemente y han sido una respuesta innovadora e inteligente en su
estrategia de crecimiento utilizando el comercio exterior. Esto, y entender
realmente cuáles eran las carencias del pueblo y cuáles sus potencialidades,
actuando con decisión, inteligencia y voluntad de cambiar lo que fuera
necesario para bien de su pueblo, es lo que ha llevado a China al lugar que
ocupa actualmente en el mundo. Curiosamente en mi primer viaje a China
hace 36 años ellos estaban retrasados con respeto al desarrollo de México
en aproximadamente en 30 años, ahora es al contrario, mientras ellos se
organizaron con creatividad y decisión política, México permaneció y
permanece estancado y casi ahogado por su clase política.
330
12.- LA GRAN OPORTUNIDAD
Quizá la situación actual de México, que demanda un cambio urgente, así
como la revisión y el cuestionamiento de todo lo que aquí sucede;
represente ahora la gran oportunidad para lograr ese verdadero cambio
radical ya inaplazable. Porque para México esta será la condición
obligatoria, para incorporarse al proceso de cambio que se esta dando si no
se quiere quedar a la zaga del vertiginoso ritmo que marca el proceso de
transformación en el mundo entero. Porque el cambio y la necesidad del
mismo han sido provocados también por la adopción casi generalizada de
un modelo económico equivocado e injusto (el neoliberalismo). En donde
la economía basada en el mercado sólo pretendidamente controlado por sus
mismas fuerzas, ha tenido como resultante la desigualdad social y ahora se
transforma día con día al ritmo de la dinámica del mismo proceso de
globalización, demandando cada vez más la regulación por parte del Estado
para evitar injusticias y practicas monopólicas. Asimismo, también la
tendencia irreversible, al agrupamiento de países por áreas geográficas
estratégicas, afines para su integración económica y política en bloque; será
una determinante con la que México tendrá que jugar, casi partiendo de
cero.
Es curioso ver lo difícil que es para algunos visualizar tanto la
necesidad del cambio como el cambio mismo. Esto es grave, sobre todo
para quienes tienen la responsabilidad política de la conducción de un país,
porque si bien los cauces y directrices generales para el cambio estarán
definidos por la misma circunstancia histórica que vive el mundo, no hay
muchas opciones; este cambio continuará avanzando independientemente
de que se comprenda o no la necesidad del mismo. Sin embargo, la
oportunidad y calidad del cambio en sí; dependerá de la visión acertada de
quien tenga en sus manos la decisión política y la disposición para asumir
la responsabilidad y el poder para lograrlo inteligentemente. Sin embargo,
esto deberá realizarse sin titubeos, con conocimiento, suficiente
información, inteligencia, con la energía y la determinación necesaria.
Porque, de acuerdo a la Ley de Newton, al cambio siempre se opondrá una
resistencia natural y porque por otro lado, ellos mismos, los líderes
nacionales, podrán ser los grandes protagonistas del cambio necesario o los
grandes lastres que lo retarden, pues éste, tarde o temprano, tendrá que
darse, estimulado por ellos o a pesar de ellos. Sin embargo, es innegable
que tendrán la gran oportunidad al responder adecuadamente a la
circunstancia histórica, única en sus vidas y única en la vida de los países.
Si se maneja con inteligencia y habilidad; toda esta aparente adversidad que
vive México, se verá transformada en la gran oportunidad. Pero habrá que
331
actuar con prudencia, con disciplina, con tacto y ambición al mismo tiempo
sin corrupción, para sacar el mayor provecho en bien de la nación y no
desaprovecharse de la oportunidad que se presenta para el beneficio
personal como hasta ahora ha sido. Será importante convencer de esta
imperiosa necesidad a todas las partes de la sociedad, para que se
involucren activa y solidariamente en el gran esfuerzo; anteponiendo
siempre el interés nacional sobre el particular o de grupo.
En realidad, esta es la gran oportunidad que tiene México de
sacudirse todos los lastres históricos que ha venido soportando, restándole
energía, salud y efectividad al Estado mexicano. Ahora es cuando se podrá
hacer realidad al máximo nivel todas sus potencialidades y tendrá la
oportunidad de aprovechar lo mejor de su gente, de realizar los más
ambiciosos proyectos y de dar la posibilidad a todos de mejorar sus
condiciones de vida, para que puedan participar en la gran transformación
de México hacia lo que siempre debió haber sido.
Si se saben hacer las cosas, ésta podría convertirse en la gran
motivación que hoy nos hace falta. Grandes proyectos nacionales podrán
ser realizados, como la creación de nuevas ciudades y la descentralización
de las megalópolis ya saturadas, de población y de actividades que no son
su mejor vocación, de intereses creados. En el caso la Ciudad de México se
podrá transformar de una ciudad industrial en una ciudad cultural,
administrativa y de servicios, como fue en un principio y es su mejor
vocación, y de esta manera lograr rescatarla y llevarla a su esplendor
pasado. Lo mismo deberá suceder con Guadalajara y Monterrey de acuerdo
a su propia y particular circunstancia.
La legislación en materia de Zonas Económicas Estratégicas dará la
posibilidad de desarrollar nuevos centros de producción, distribución y
comercialización en el Norte, en el Sur, y a lo largo de los 11,000
kilómetros de nuestros litorales. Con la posibilidad de participación de
muchos otros países interesados, con inversión directa en los nuevos
proyectos y estas nuevas ciudades en condiciones de zonas de libre
comercio, para tomar el camino del desarrollo sustentable, con mejor
calidad de vida para todos. En estas condiciones solo así podrían
desarrollarse muchos grandes proyectos como el gran corredor del Istmo de
Tehuantepec, interconectando a dos nuevos puertos uno en el Pacifico
cercano a Salina Cruz y el otro en el Atlántico cercano a Coatzacoalcos,
con las más avanzadas tecnologías para carga y descarga de contenedores
en forma continua y construyendo entre ellos autopistas y vías de
ferrocarril suficientes, con grandes ductos interoceánicos de fluidos y
granos que complementen toda la actividad logística de carga. Y sin tener
332
que ser sometida a ningún tramite aduanero. Una nueva red de
infraestructura de comunicaciones y transporte alimentará e interconectará
todas las regiones de la República. Todo esto, con proyectos autosuficientes
económicamente. En la frontera norte, los nuevos centros productivos
orientados al comercio exterior podrían convertirse en la gran barrera, pero
ahora de oportunidades, que detengan la migración de nuestra gente hacia
los EU.
Esta es la gran oportunidad de realizar los sueños, los mejores
anhelos y los más altos propósitos para todos los grupos y personas bien
intencionados, con intereses legítimos. El único requisito es romper con
todos los vicios del pasado, incluso con aquellos paradigmas que aún
funcionan pero ya no responden a la época que se vive. Será necesario
expandir el espíritu y echar a volar la imaginación y pensar en grande, sin
llegar a la megalomanía, se deberá actuar con los pies bien puestos en la
tierra, pero con la mente y el espíritu en congruencia con el gran reto de
responder a la verdadera grandeza mexicana y a su enorme potencialidad,
para no dejar ninguna posibilidad real sin llevarla o al menos tratar de
llevarla al a su máximo nivel posible. Es la oportunidad de lograr un
desarrollo verdaderamente sustentable, para poder vivir con la suficiente y
necesaria calidad de vida para todos, para detener el deterioro del medio
ambiente y crear las reservas naturales que aseguren en el futuro el abasto
del agua potable, la protección de la biodiversidad y la disposición de las
áreas protegidas suficientes para el disfrute de la población. Existirá la
posibilidad de crear las Zonas Autónomas Indígenas para la preservación
de sus culturas autóctonas en armonía con el resto del país. Será también la
gran oportunidad de rescatar al país de las garras sindicales (obreras y
patronales), de los monopolios y las mafias políticas que lo han tenido
secuestrado por casi un siglo, de salvarlo de la mediocridad, la frivolidad y
del miedo irracional. Es la gran oportunidad de parar el flujo migratorio
porque las mejores condiciones de vida ahora sí se podrán obtener en
México, toda vez que el Estado mexicano estará cumpliendo su verdadera
misión y creará las condiciones propicias para el desarrollo y seguridad de
su sociedad.
EPÍLOGO
Desde sus orígenes, a través de más de 3,500 años, la vida de México
ha transcurrido a lo largo de su historia, el largo proceso se inicia al final
de la Era del Bronce con el surgimiento, coincidente, de las dos grandes
vertientes culturales que dieron origen a la cultura mexicana, durante un
prolongado transcurso de evolución, alimentación y retroalimentación
cultural de más de treinta siglos, tanto en América como en Europa, a
333
partir del siglo XVI, en plena época renacentista y de transformación
revolucionaria, este proceso continuaría y durante 300 años; se da el
proceso novohispano; con la fusión cultural, mediante una marcada
preponderancia de la cultura española sobre la mexica, a través del injusto
sistema de explotación por medio de las encomiendas y la destrucción de la
mayor parte del acervo cultural y religioso de la cultura autóctona, con la
resultante de un sincretismo en donde prevalece lo español sobre lo mexica.
Tiempo durante el cual se gesta la cultura mexicana.
En seguida y después del la guerra de independencia entre los
insurgentes contra los realistas; vendría la época de la “Independencia”,
construida al final mediante el oportunismo de los mismos realistas, aliados
con la jerarquía eclesiástica, que fueron quienes la firmaron, poniéndole en
“charola de plata” al nuevo Estado mexicano a Fernando VII, creándose
para esto un “imperio” que mediante el oportunismo de Iturbide y de la
jerarquía eclesiástica devino en una farsa política que marginó a los
verdaderos líderes insurgentes. Desde un principio y por la falta de
auténticos líderes estadistas; en la guerra contra los EU. (1848) se perdió
más de la mitad del territorio ahora nacional, que había pertenecido a la
Nueva España. En estas condiciones, el inicio del Estado mexicano se da
todavía con carácter de Estado confesional
en forma anacrónica, esto fue por presiones de los conservadores, el
clero y desgraciadamente, hay que reconocer que también fue con la venia
de los insurgentes, tal era el acostumbramiento al atavismo religioso, al
establecer a la religión católica como la religión exclusiva del Estado. La
independencia y el nacimiento del Estado mexicano no fueron con sus
mejores gentes, ni en condiciones favorables. Los estadistas que eran
necesarios en esta etapa inicial, brillaron por su ausencia.
Esta primera época del México independiente, tuvo una duración
aproximada de 86 años incluyendo aquí la intervención de los EU., la de
Francia y la guerra civil entre liberales y conservadores, que se dio por la
separación de la iglesia y el Estado. Y como paréntesis positivo la
construcción y restauración de la república encabezada por Juárez como el
primer estadista que tuvo al fin la nueva nación mexicana. La república se
pervertiría al final de este periodo inicial, con la dictadura de Porfirio Díaz.
La época siguiente fue la del movimiento llamado revolucionario a
partir de 1910, con una duración de 10 años de lucha armada, con
excepción del breve lapso democrático que significó la efímera Presidencia
de Francisco I Madero, que terminaría traicionado y asesinado debido a su
candidez. Después del asesinato de Venustiano Carranza; se inicia otra
larga época que daría origen al nacimiento, consolidación y declinación del
334
sistema político mexicano unipartidista, que tuvo una vigencia efectiva de
ocho décadas. Aunque en un principio fue el creador de muchas de las
instituciones nacionales, devino en un sistema autoritario, simulador de la
democracia, que vició con sus métodos a la cultura política y a la vida
nacional, instituyendo a la mentira y la corrupción como elementos
característicos y facilitadores del sistema. En el año 2000, solo se terminó
con el unipartidismo pero el sistema político que debería haber concluido o
iniciado su renovación, no solo continuó vigente sino con la elección de
Vicente Fox, que significó una cruel traición a las esperanzas del pueblo
por una renovación; el sistema político no solo quedo intacto sino que
refino sus vicios y corrupción. Con relación al presente, hay que reconocer
que la verdadera transición hacia la democracia comenzó durante el
régimen de Ernesto Zedillo, mediante el sustento legal que se le dio al
proceso democrático por medio de una verdadera Reforma electoral. Razón
por la cual la época presente se cuenta aquí, a partir de diciembre de 1994.
Lamentablemente en la actualidad y a partir del Gobierno de Fox se
acentuó otro fenómeno; el de la manipulación de la democracia,
preferentemente a través de los medios de comunicación y por haber
viciado a las instituciones democráticas instituidas en el régimen de Zedillo
como el IFE y el TEPJF.
Curiosamente la situación critica de México se ha recrudecido en el
siglo XXI, las elecciones presidenciales del 2006 fueron marcadamente
irregulares y estuvieron viciadas de principio a fin Felipe Calderón
Hinojosa tuvo grandes dificultades para tomar posesión como presidente y
desde un principio se arropó con el ejercito para esconder su debilidad
desatando una guerra sin planeación alguna contra el narco trafico
principalmente atacando a los ejércitos de narcotraficantes pero sin tocar el
lavado de dinero ni a los verdaderos responsables como políticos y
empresarios, que arrojo más muertes que las bajas de los EU en Vietnam, la
corrupción se exacerbo dándole un poder todavía más grande que el que ya
le había dado Fox a la lideresa del sindicato de trabajadores de la
educación, sacrificando una vez más a la educación de los mexicanos. Las
elecciones del 2012 fueron tan irregulares como la de Calderón y si se
quiere un poco más, que ya es mucho decir. Como colofón el PRI tal vez
por sus méritos regresó al poder y curándose en salud han dicho ellos
mismos que es un nuevo PRI y si es de creerse, pero peor y más “refinado”
que el anterior.
Se podría asegurar que México no solo se encuentra estancado, sino
en pleno retroceso y lo que es más lamentable; todavía en condiciones de
Estado colonial, sin líderes a la vista, sin verdaderos estadistas, que lo
335
puedan sacar del marasmo en que se encuentra o que puedan motivar a su
pueblo para sobreponerse y aprovechar su potencial para surgir de nuevo.
Para la construcción del México del futuro, se deberá tener muy
presente su pasado, sobre todo el que fue base y refleja su identidad
cultural con la cultura mexicana y la idiosincrasia de su pueblo. Con este
bagaje cultural, será posible emprender la gran tarea de potenciar al
máximo sus posibilidades. Sin embargo, considerando la etapa final
reciente y sus resultados, será necesario hacer todo lo apropiado o
conducente para superarla y tratar de asegurar que nunca más se repitan
estos hechos negativos y vergonzosos que la han caracterizado. En el
presente el proceso deberá ser de transformación radical, extirpando; como
se hace con un tumor maligno que pone en peligro la vida de un organismo;
el cáncer que significa el actual sistema político caracterizado por la
corrupción a todos los niveles y por la impunidad para el poderoso,
lamentablemente adoptado y “mejorado” por la ¿oposición? que logró el
poder ejecutivo federal a partir del 2000, identificándose plenamente con
ellos. Para esto será imperativo lograr la reforma del Estado y la
consecuente transformación del sistema político, ya no solo circunscrito al
ámbito del gobierno, sino a la necesaria transformación de la sociedad en
su conjunto. Así como establecer la mecánica necesaria para el inteligente
manejo ético del poder en beneficio de la sociedad y para el logro del bien
común, así como para la conciliación y solución pacífica de controversias
sobre bases éticas y de equidad entre las partes, de acuerdo a nuevas leyes,
reestructuradas al amparo de una nueva Constitución política y desterrando
el vicio ancestral de la mentira.
Estoy consciente de que lo anterior constituye una tarea enorme y
compleja si se quiere pasar de los buenos propósitos a la realidad, a una
nueva y mejor realidad. Muchos podrán decir que éste no es el tiempo de
hacerlo, yo pienso que sí lo es. Estoy plenamente convencido de que ya es
tiempo de que la sociedad mexicana en su conjunto sea sometida a una
profunda catarsis, por propia voluntad y auto convencimiento individual y
de grupo, desde el nivel familiar hasta el social. Esta rectificación deberá
ser en base a la reflexión sobre la situación a la que se ha llegado y todo lo
que se ha tolerado. Con el compromiso de que nunca más deberá permitirse
bajo ninguna circunstancia o pretexto; que situaciones como las que nos
aquejan actualmente vuelvan a suceder. Por otro lado, México necesita
estadistas, siempre los ha necesitado; los tuvo antes de nacer como nación
y desgraciadamente, no contó con ellos en el nacimiento del Estado
mexicano, surgieron después y como excepción. Los estadistas son
necesarios para inspirar en la política y en la función pública, una filosofía
basada en el logro del bien de la sociedad, aun, mediante el sacrificio del
336
bien personal, tal es el grado de integridad a que debe estar dispuesto un
verdadero estadista y un verdadero líder.
El futuro de México no deberá depender de las personas sino de la
vigencia de sus leyes y el poder y solidez de sus instituciones, funcionando
en un verdadero Estado de derecho, cimentado en sanas y solidas bases
jurídicas. Las épocas futuras, en el mediano y largo plazo, deberán estar
caracterizadas por la recuperación del tiempo perdido y por el
aprovechamiento gradual pero indeclinable de la totalidad del potencial de
México como nación. Por su riqueza cultural, por su circunstancia histórica
y su estratégica localización geopolítica, México tiene todo lo necesario
para poder salir adelante. Sin xenofobia ni prejuicios históricos, pero
sacudiéndose ancestrales complejos que siempre han subestimado lo propio
frente a lo extranjero; si los mexicanos se lo proponen podrán lograr su
resurgimiento potenciando inteligentemente sus recursos, mediante el sano
equilibrio de fuerzas e intereses legítimos; para lograr su desarrollo futuro
con auténtica calidad de vida para todos y una verdadera justicia.
Aparentemente la ideología política partidista en México, sin dejar
de reconocer su diversidad, se podría decir que se divide en dos grandes
corrientes, a las que se ha dado en llamar “la izquierda” y “la derecha”. En
términos generales la sociedad mexicana no se identifica con ninguna de
las dos, en primer lugar porque no tiene suficientemente claro qué significa
cada una y, por otro lado, porque cuando más o menos se logra entender
qué es lo que comprenden las dos tendencias; la ideología de una misma
persona puede estar de acuerdo o en contra de algo en cada una de ellas, sin
necesariamente estar por supuesto en contra o a favor de ninguna en
particular.
En realidad, estas dos grandes tendencias en el mundo, cuyo nombre
surge probablemente de la composición ideológica y su ubicación en la
Asamblea Nacional durante la Revolución Francesa a finales del siglo
XVIII; han evolucionado en forma acelerada operándose en cada una de
ellas grandes cambios con inclinaciones orientadas, la derecha hacia la
izquierda y viceversa, quitándose ambas; dogmatismos, radicalismos y
posturas extremas, hasta casi afortunadamente llegar a tocarse en algunos
aspectos. Se podría decir que, en teoría, ambas ideologías evolucionadas
son positivas en el sentido de que las dos, por caminos diferentes, buscan lo
mismo: el bienestar de la sociedad, o cuando menos eso es lo que está
implícito en sus propósitos. El problema en México, como en
Latinoamérica, es que en ambas tendencias se puede caer en radicalismos
extremos; los “ultras” que agravarían las cosas y a nadie beneficiarían.
Cuando menos en México se ahondaría la brecha de la reconciliación en la
337
sociedad y surgirían actitudes demenciales, nihilistas, contestatarias;
características de estos extremos, que no conducirían a nada positivo sino a
la violencia. Ambos extremos son anarquistas; en las izquierdas extremas
podrían surgir los émulos de Maximilien Robespierre (en su etapa final) o
de Stalin, y en las derechas radicales surgirían los conservadores redivivos,
para evitar cualquier cambio y regresar a instaurar la religión oficial del
Estado, con todo y la “santísima” Inquisición. Ambos extremos
provocarían el reinado del terror y causarían el regreso a situaciones y
épocas ya superadas.
Después de su maduración y proceso de evolución de la izquierda y
la derecha, en términos muy generales y abreviados; en la actualidad se
identifica al pensamiento político de izquierda con las estrategias de
gobierno para hacer llegar el beneficio de la acción lo más directa y
equilibradamente posible al ciudadano: a las gentes; con la preservación del
patrimonio de la Nación en cuanto a sus recursos naturales, sin que esto
evite que las empresas del Estado o el Estado mismo a través de sus
instrumentos de gobierno, puedan asociarse al capital privado nacional o
extranjero, pero bajo reglas claras establecidas para el beneficio de las
partes en forma justa y sin perder el control por parte del Estado ni afectar
su patrimonio. Por su parte el pensamiento político de derecha está con las
estrategias de gobierno orientadas al beneficio de la actividad empresarial
privada como el instrumento idóneo para la generación de riqueza y su
mejor distribución; siendo más laxos en cuanto a los recursos naturales
para el logro de su mejor explotación, con una marcada privatización en las
actividades productivas. Pienso que ambas tendencias coinciden en el
querer lograr el beneficio del país en lo que difieren es en el cómo. Pienso
también que ambas tendencias coinciden en aceptar la economía de
mercado y el capitalismo que priva en el proceso de globalización, aunque
en este caso con matices diferentes como el de la izquierda cuya tendencia
es hacia el capitalismo de Estado y el de derecha al capital privado. En
México ambas tendencias coinciden en la concepción del Estado Laico, la
izquierda abiertamente y la derecha a regañadientes. Otra coincidencia es el
logro del desarrollo sustentable, haciendo lo posible por la mejor aplicación
de los recursos, el conocimiento y la decisión política para mejorar la
calidad de vida de todos. Ambas tendencias están preocupadas por la actual
situación que vive México y la solución de su compleja problemática, la
cual no puede esperar más para ser solucionada en forma radical.
Los últimos gobiernos federales desde la segunda mitad del siglo XX
y ahora en el XXI aunque ellos lo nieguen, los hechos lo demuestran; han
sido de derecha. Y esta tendencia se recrudeció a partir de la imposición de
Salinas, aunque dejándole un impasse a este respecto a Zedillo, también los
338
de Fox y ahora Calderón no solamente han sido de derecha, sino que
económicamente han seguido la tendencia del modelo neoliberal,
despiadado con la gente y concentrador de la riqueza en unas cuantas
manos. Y ahora conservadores a ultranza con todo y el acercamiento a la
jerarquía eclesiástica de la iglesia católica.
Por otro lado en ambas tendencias ideológicas existen quienes
exaltan sus ideologías como banderas de lucha irreconciliable con sus
oponentes, no tanto porque crean fervorosamente en ellas o que así sea en
realidad, sino porque piensan que de esta manera adquieren mayor
clientela, fortaleciéndose y beneficiándose política y económicamente;
estas actitudes le han causado un enorme daño al Estado mexicano y no se
deben tolerar.
Tanto en la izquierda como en la derecha (no en las tendencias
extremas) han existido auténticos líderes, pensadores convencidos de su
ideología, gente de bien. Esperamos que la inteligencia, la razón y el buen
juicio prevalezcan en ambas tendencias ideológicas, y se unan esfuerzos
para el bien de México. Éste no se dará solo con buena voluntad, aunque
sea indispensable, sino mediante un gran esfuerzo verdaderamente nacional
de conciliación y reconocimiento inteligente de la realidad y el potencial
existente de México y su pueblo, anteponiendo el interés común sobre el
particular; para que entre todos podamos establecer las precondiciones que
propicien la renovación en la base constitucional de la sociedad mexicana y
su transformación. Para reconstruir el Estado y establecer un gobierno
verdaderamente democrático que ejerza a plenitud el poder que la sociedad
les confiera; mediante un nuevo orden constitucional, para hacer
precisamente realidad ese Estado de derecho al que siempre se ha aspirado.
Será determinante evitar que, además del pueblo, haya otros electores
en México, quienes puedan manipular la voluntad popular y la suplanten,
pues en la actualidad este es el verdadero riesgo de la democracia. Ya
existen evidencias y antecedentes de esta posibilidad tal es el caso de las
elecciones del 2012 en donde estos grandes electores, los monopolios de la
radio y la televisión y grupos asociados, presuntamente prepararon al
candidato del PRI con seis años de anticipación. Desde siempre, pero más
ahora, existen grupos que saben que en la política y en los grandes
negocios, no hay que quedar fuera del presupuesto. Son grupos existentes
tanto en el sector público como en el privado, que saben hacer, han hecho y
están dispuestos a seguir haciendo grandes alianzas, pero no para el bien de
la nación, sino para el de ellos mismos y generalmente a costa de la nación.
Estas personas son alentadas por
un espíritu pragmático de frío
mercantilismo y de codicia, en donde lo único que les preocupa es su
339
propio futuro económico y político; no se detendrán ante nada, sino solo
ante el poder, representado por la mayoría y ejercido con valentía y
honestidad, a plenitud y con decisión verdaderamente firme. En realidad,
para empezar, no es necesario ir en contra de alguien en particular; solo se
tienen que desactivar las precondiciones que han facilitado su actuación
injusta y, en muchos casos, su acceso al poder y su permanencia. También
es necesario establecer reglas mucho más estrictas y difíciles de romper que
les dificulte en grado extremo actuar con impunidad, alevosía y ventaja en
contra de México, como lo han hecho hasta ahora.
Podría parecer increíble pero la esclavitud en México no ha dejado de
ser una realidad en cierta manera. Aunque es importante señalar que esto no
es privativo de nuestro país, pues ha sido continuada en todo el mundo,
tanto por el sistema capitalista, mercantilista, como por el socialismo
dogmático y autoritario. Esto ha creado las circunstancias para que el
espíritu de la esclavitud siga latente en la sociedad, unas veces en forma
sutil y otras abiertamente actuantes, como lo demuestra la acción nociva de
los monopolios que las esferas de poder político y económico le han
impuesto al Estado mexicano para la explotación de su pueblo. Es increíble
que la cláusula de exclusión que encadena al trabajador al sindicato y lo
pone a merced de sus líderes corruptos se siga utilizando en los contratos
colectivos de trabajo con la complacencia de autoridades, empresarios y
por supuesto de los sindicatos, los cuales reciben de la empresa parte del
salario del trabajador en calidad de cuota sindical, que le es descontado
ilegal e injustamente al margen de la voluntad del trabajador. En el México
que está por venir, solo la voluntad política, fortalecida mediante la reforma
del Estado, podría desactivar a los monopolios de poder, por medio de la
participación verdadera y efectivamente democrática de la mayoría.
El cambio en México deberá ser general y radical, desde el marco
legal y sus estructuras, hasta el cambio de personas y en su caso el
ajusticiamiento de culpables, no con el afán de venganza, sino porque no se
puede permitir que el “borrón y cuenta nueva” continúe por siempre. Eso
querría decir que se seguirá tolerando la impunidad, cuando ésta ha sido
uno de los problemas más graves que ha sufrido México y es uno de los
recursos viciosos más efectivos del actual sistema político que deberá ser
superado radicalmente. Que las cosas tendrán que hacerse actuando sin
precipitaciones, desde una situación de poder suficiente, con tacto,
prudencia y pisando sobre terreno compacto, por supuesto, pero deberá
hacerse sin dilación porque siempre se piensa que “éste no es el momento”;
el momento adecuado para los indecisos y timoratos, para las almas
pequeñas, nunca va a llegar. Los que no tengan vocación de estadista no
deben aspirar a los cargos públicos ejecutivos, porque a la hora de asumir
340
la responsabilidad, sobre todo en situaciones críticas, se deberá estar
dispuesto, incluso al sacrificio personal. Si no se tienen estas cualidades,
entonces que se queden en su casa o en su negocio, que esto deberá ser
menos estresante, aunque para algunos no tan lucrativo.
Desde el principio de la humanidad el poder de los que lideraban a la
tribu devino en el poder político, y el poder de las creencias sobrenaturales
y sus exegetas o chamanes, se transformó en el poder religioso. Estos dos
estuvieron siempre íntimamente ligados por conveniencia reciproca. En
tales condiciones, la asociación de los dos poderes iniciales poco a poco
generó “los intereses creados” por la codicia latente en la mente de las
personas y sus motivaciones recónditas, dando lugar así a un tercer poder:
el económico, que se convirtió en el gran motor del “desarrollo” y la fuente
financiera de los otros dos, “los rico hombres” como se les llamaban en la
Castilla de Carlos I. Desde el principio también, se fue creando una
simbiosis entre los tres poderes, benéfica para el fortalecimiento y para la
subsistencia de ellos mismos, pero que históricamente ha resultado
perniciosa para la sociedad y ésta característica perdura hasta la actualidad,
a pesar de la reforma del Estado moderno a finales del siglo XVIII. La
separación de poderes del gobierno del Estado, de la cual nos hablaba en su
teoría Charles-Louis de Montesquieu; para que hubiera sido efectiva, real;
debió haberse complementando con la separación de estos poderes
originales: el poder político, el poder religioso y el poder económico, con el
objeto de que cada uno actué en su ámbito exclusivo en forma autónoma,
independiente y esté regido por las leyes y precisamente; para que el único
poder legitimo: el poder político del Estado, pueda cumplir su función
benéfica a la sociedad, para lo que en teoría fue creado. Prevaleciendo éste,
única y exclusivamente como poder, reglamentada su función por las leyes
constitucionales dentro del Estado de derecho. Porque el poder económico
de facto, como tal y sin límites; es el peor de los monopolios existentes en
el campo de la economía. Y el poder religioso también de facto; es
pernicioso por ser contrario a la esencia misma de la religión, miente para
controlar a sus fieles y se contrapone a la libertad de creencias, a que todo
ser humano tiene derecho y falta a la condición de laicidad del Estado
moderno. Además este poder ha sido un efectivo instrumento de sujeción y
manipulación de las conciencias individuales, a través del terrorismo y el
fanatismo religiosos. Aunque así se hayan originado; siempre la mezcla y
liga de la religión y de la política ha resultado letal para la sociedad y para
el sano devenir de los pueblos.
Es innegable que México necesita tener plena conciencia de su
realidad, para que pueda transformarse en forma radical, rompiendo con los
paradigmas y las ataduras del pasado, estableciendo nuevas bases jurídicas
341
para que “el poder detenga al poder” para que pueda crear nuevas
estructuras y utilizarlas con una filosofía de actuación ética de su sociedad,
que reconociendo las carencias de la mayoría, actué con austeridad y
responsabilidad, para poder estar en condiciones de diseñar y llevar a cabo
un proyecto de Nación que incluya la totalidad de su problemática, de sus
potencialidades y responda a los intereses legítimos de todos sus grupos
sociales, de todas sus gentes, un proyecto integral suficientemente claro y
suficientemente consensuado, que refleje el verdadero y profundo
conocimiento de su realidad y sus potencialidades, que determine las
acciones prioritarias y programáticas para enfrentarla y potenciarlas con
creatividad, imaginación y legítima ambición. Todo esto con la plena
certeza de saber lo que se quiere y hasta dónde se pretende y se puede
llegar. Para que el pueblo se sienta motivado y además tenga una visión de
esperanza a futuro, que lo ayude en el tránsito difícil, de gran esfuerzo
personal y disciplina, hacia las metas que nos propongamos. Todas las
acciones del pueblo de México para transformar su realidad deberán ser en
forma pacífica e inteligente, toda vez que la violencia no engendra más que
violencia y al final la escoria siempre queda arriba. De esta manera, los
mexicanos podrían sentirse más confiados para enfrentar lo que vendrá,
pues la fe en lo que se hace y la confianza en sí mismo, siempre serán
condición sine qua non para el logro de los propósitos.
El siglo XXI corresponde a la quinta etapa, en la que hemos visto
cómo ha transcurrido y continúa su camino la vida de México con
resultados, en el inicio, no muy halagüeños. Dentro de la mitología mexica,
al inicio del Quinto Sol correspondió la época maravillosa del nacimiento
de lo mejor. Esperamos que ese Quinto Sol no haya terminado, y que en lo
que falta de transcurrir del siglo XXI, se dé también el renacimiento y la
transformación de México.
Monterrey Nuevo León julio de 2013
342
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