“UN PODER ENGAÑOSO DE PARTE DE DIOS” Parte A APÓSTOL

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“UN PODER ENGAÑOSO DE PARTE DE DIOS”
Parte A
APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS
JESUCRISTO HOMBRE
28 de agosto de 2013
Bueno, hoy vamos a hablar del mal poder de Dios. Dios tiene poder que es malo y Dios
tiene poder que es bueno, y es poder de Dios, pero malo. Así que, prepárense,
prepárense para el tema porque es un tema calientito.
Vamos a comenzar por Segunda carta a Tesalonicenses capítulo 2, verso 11.
“Por esto Dios le envía un poder engañoso, para que crean la mentira,
a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se
complacieron en la injusticia.”
¿Cuál es la verdad? La verdad del evangelio.
El que no quiere el evangelio, pero quiere buscar de Dios, pero sin el evangelio de
Pablo, entonces Dios les envía poder. Y es poder de Dios. Pero es engañoso.
¿Tú sabes por qué es engañoso? Porque si tú llegas enfermo a una iglesia y alguien
ora por ti y te sana lo físico, pero no te sana la mente, no te dice quién verdaderamente
tú eres, entonces tú te llevas la sanidad en el cuerpo, pero el espíritu, la mente –que es
lo que busca Dios-, no se la entregas.
Por eso una vez él sanó a once y regresó uno. Regresó uno a dar gracias. Pero, los
otros diez se fueron sanos.
O sea, la sanidad no es garantía de que tú estés en la verdad. Hay muchas iglesias por
ahí que ponen las manos y se sanan los enfermos. Pero, imagínate que se te sane el
cuerpo físico y no se te sana tu espíritu, para que sepas quién tú eres.
Entonces, dice el apóstol Pablo que los que no creían a la verdad que él predicaba, ahí
incluía a los apóstoles, todos los que se oponían a él. Bueno, Pedro, con la sombre de
él se sanaban los enfermos, eso era poder, poder de Dios.
Es que ahí no dice –Satanás les envía un poder-, porque Satanás fue destruido, ya él
no tiene poder. Antes él tenía, pero es Dios. Dios maneja el bien y el mal. Desde que
se destruyó al diablo, Él se encarga de ambos departamentos. Y Él, lo mismo te envía
mal o te envía bien. Ahora, si tú te pones en el evangelio de la gracia, Él comienza a
enviarte bien.
Yo, cuando jovencito, yo fui libre del vicio de la droga a través de un ministerio. Y
entonces, pues yo fui a esa iglesia donde yo alababa a Jesús y me sentía salvo, pero
yo a veces veía, por ejemplo, gente arrastrándose como serpientes por la
congregación. Y, yo no compaginaba. Entonces, oraban por la noche, todos los viernes
orábamos de diez de la noche a una de la mañana y era a buscar el poder de Dios, y
Dios nos enviaba poder. Engañoso.
Y, ahí sucedió una de confusiones, porque se profetizaba mucho. De hecho, yo tengo
memoria que profetizaban y decían: -Mira, tú te vas a casar con éste.
-Pero, si él a mí no me gusta.
-Sí, pero Dios dijo.
Y, otra vez, otra hermana que era –imagínate- la diaconisa de la iglesia, la misionera, y
un día salió de un servicio de esos y empezó a arrancarse las uñas.
Y, entonces, yo en medio de eso, yo decía –Señor, pero yo siento tu poder. Esto es
poder, es poder de Dios.
Lo que yo no sabía es que era un poder engañoso.
Y, estas iglesias que practican esto de estar orando por los enfermos y de estar
sanando a los enfermos y estar buscando señales y no el conocimiento, diga –
conocimiento-, porque el conocimiento es lo que lleva la gratitud al Señor. Pero,
sanidades físicas, hasta los espiritistas te hacen milagros, los psicólogos.
La mente es un mundo tremendo.
Y entonces, pues yo veía eso, y yo decía: -Bueno, esto es poder-, pero es poder
engañoso. Porque estas iglesias que se dedican a la sanidad y a orar por los enfermos,
mira, aman al Señor, pero uno va y les dice: -Oye, tú sabes que tú eres un
predestinado, escogido desde antes de la fundación del mundo.
Y te dicen: -Eso es del diablo.
Pues, yo digo, Dios escribió tu nombre en el libro de la vida antes de la fundación del
mundo y te bendijo con toda bendición. Y te dicen: -Eso no es así.
Pues, tiene que haber un engaño. O sea, que ese fruto de búsqueda en una iglesia
evangélica o pentecostal, cuando oyen esta palabra que yo les predico me llaman falso
y hereje. A ti te están llamando falso por venir aquí.
¿Por qué? Porque has creído a la verdad del evangelio, que te ha hecho feliz, que te
alumbra los ojos, que te dice quién tú eres, de dónde vienes, dónde estás y a dónde
vas, y a eso le llaman falso. Pues, quiere decir que ellos están tratando con un poder
engañoso.
Y, yo te voy a decir de dónde nace ese poder engañoso. Vamos a verlo bien claro.
Vamos a Mateo capítulo 19, verso 14.
Diga: ANTES DE LA CRUZ.
Porque, recuerde, si usted ve a Jesús antes de la cruz, va a tener problemas. Usted
tiene que ver a Jesucristo después de la cruz, que es cuando comienza el resucitado.
Diga: EL RESUCITADO.
Esa es la diferencia de este ministerio, que nosotros estamos después de la cruz y las
iglesias evangélicas están antes de la cruz. Y, antes de la cruz suceden muchas cosas.
Por ejemplo, en Mateo capítulo 19, verso 14 y 15.
“Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis;
porque de los tales es el reino de los cielos.
Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí.”
¿Qué hizo Jesús? ¿Les puso qué? Las manos. Eso es antes de la cruz.
Ahora, después que resucita, mira lo que Él mismo dice de imponer las manos,
Hebreos capítulo 6, versos 1 y 2.
Quiero alumbrar tu entendimiento, en cuanto a estas cosas, para que estés claro de
ellas. Todos con Biblia, porque si no tienes la palabra, no puedes verificar nada. Y, yo
necesito que tú salgas de aquí, que cuando te hagan una pregunta, tú digas –mira, esto
está escrito aquí, si no es así, vamos a borrarlo o vamos a investigar qué Biblia
estamos leyendo.
Hebreos capítulo 6, verso 1:
“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo,
vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento
de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos,
de la imposición de qué, de manos…”
¿Quién enseña esto? ¿El Señor? A través de Pablo. ¿Qué dice?
Que dejemos qué, la imposición de qué, la imposición de manos.
¿Y, qué hacía Jesús antes de la cruz? Imponiéndole qué, las manos. Jesús veía un
endemoniado y le ponía las manos –te echo fuera-.
Pero entonces, ahora, él mismo después que muere, dice –vamos a la perfección-,
entonces ya no ponemos manos. Ahora, la palabra es la que hace las cosas. Entonces,
antes Él imponía las manos y ahora dice que dejemos eso.
¿Por qué? Porque después que resucitó… Diga: DESPUÉS QUE RESUCITÓ.
Si tú no sabes hacer esa diferencia, tú nunca vas a entender la Biblia. Porque es que
después de la cruz, todo cambió.
Mire una advertencia que hay ahora en Primera carta a Timoteo, una advertencia.
Recuerde que nosotros todo lo que hacemos, lo hacemos en las cartas de Pablo,
porque Pablo fue el perito arquitecto de nuestra salvación, de nuestra fe y si queremos
edificarnos pues tenemos que ir donde Pablo. Que fue qué, el apóstol escogido para
quién, para nosotros los gentiles.
Entonces, en el capítulo 4, verso 1 de Primera carta a Timoteo, mira lo que dice:
“Pero el Espíritu dice claramente…”
Diga: CLARAMENTE. O sea, aquí no hay duda.
“… que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrina de qué, de demonios.”
¿Doctrina de qué? Doctrina de demonios.
Vamos a buscar a Mateo capítulo 8, a ver quién enseñaba doctrina de demonios antes
de la cruz. Tomando nota.
¿Cómo uno se aparta de la fe? Escuchando doctrina de demonios.
Mateo capítulo 8, verso 31 y 32. Dice:
“Y los demonios le rogaron (a Jesús) diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a
aquel hato de cerdos.
Jesús les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos;
y he aquí todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despenadero…”
Esto es un caso de muchos casos, donde Jesús sacaba fuera demonios.
¿Usted sabe lo que significa sacar fuera demonios? Enseñanza de demonios, de sacar
demonios. Pues, antes de la cruz, Jesús echaba fuera demonios. Pero, cuando muere
en la cruz destruye al diablo y todos los demonios quedan destruidos y se acaban los
demonios.
Pero una persona que no sabe eso, por no dividir antes de la cruz y después de la cruz,
pues va a una congregación y dicen: -Hermanos, yo siento que aquí hay gente
endemoniada, pase al frente. Si usted tiene dolores de cabeza continuo, si usted tiene
un palpitar de corazón fuerte, si usted está teniendo malos sueños, esos son demonios
de nicotina, demonios de esto, demonios de alcohol, demonios de sexo, pase al frente
que lo vamos a liberar.
Y, entonces empiezan a imponer manos, violando el primer principio; imponer las
manos. Cuando el apóstol dice: Dejando ya eso, que eso es obras muertas.
Ellos dicen: -Eso lo dice la Biblia.
Claro, antes de la cruz. No hay problemas, eso lo dice la Biblia, pero es antes de la
cruz, después que resucita hay un cambio total. Si seguimos con eso, entonces te
apartas de la fe. “En los postreros tiempos se apartarán de la fe escuchando doctrina
de demonios.” ¿Quién enseñaba doctrina de demonios? Jesús de Nazaret. Porque
estaban los demonios. Él tenía que enseñar sobre los demonios. Nadie había
enseñado sobre los demonios, Jesús de Nazaret era el que lo hacía.
¿O sea, que nos apartamos de la fe escuchando la doctrina de Jesús de Nazaret? Sí.
Por eso es que te dice: “Dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo”. Si tú no
dejas esos rudimentos, te apartas de la fe, como está todo el sistema protestante,
apartados de la fe. (Aplausos)
Los pastores aquí dicen que yo enseño doctrina de demonios. Pero, si yo aquí no echo
fuera demonios. Ellos son los que echan fuera demonios y me acusan a mí de eso.
Están locos. Pero, si yo acabé con los demonios, Jesús los echó fuera, pues yo acabé
con ese tema. Yo no hablo de eso. Pero ellos dicen que yo tengo doctrina de
demonios. Qué demonios más lindos yo enseño, que te hace libre, muchacho. Si los
demonios que yo predico son así, que me manden al infierno con ellos. Imagínate.
Imagínate. Oye, qué problema.
Ver a Jesucristo como lo ve la Iglesia Católica, como lo ven los Bautistas,
Pentecostales, perdone que mencione nombres, pero Pablo a veces tenía que ser
claro, Pablo a veces decía –miren, los de la circuncisión, los apóstoles, trastornan
casas enteras-. Porque es que los apóstoles no entendían esto que yo te estoy
explicando.
Por lo tanto, Pedro era un tremendo en esto, no ve que Pedro vio a su Maestro sacar
demonios. Él decía: -Yo vi, yo vi a mi Maestro sacar demonios. Así que, anda como
león rugiente todavía-, pero a él se le olvidó que cuando murió y resucitó lo destruyó.
Tú no ves que Pedro era un pescador. Él no conocía a Ezequiel 28:19; él no conocía a
Isaías 27:1.
¿Pero, Pablo, era buen conocedor de los profetas? Seguro, Pablo conocía. Es más,
cuando Pablo llegó al asunto dice –oye, pero ven acá, si esto fue lo que dijo Isaías, que
el diablo fue destruido, pues déjame escribirlo: “por cuanto los hijos participaron de
carne, él también participó de lo mismo, para destruir al que tenía el imperio de la
muerte, esto es, al diablo”, Hebreos 2:14.
Por ahí, un pastor me dijo: -No, lo que destruyó fue el imperio de la muerte, pero no al
diablo.
Y, yo le dije: -Pero si es que ahí dice, esto es al diablo.
Porque es que ellos quieren que el diablo esté en pie, para sustentar lo que ellos
enseñan. Aunque después, dicen –qué bueno, si fuera así-. ¡Ja, ja, ja! –Qué bueno si
fuera como dice José Luis, que está destruido-, porque ellos luchan con él todos los
días. Se sienten atormentados, la mente fabrica eso.
Por eso es que tú no puedes trabajar más con la mente. Tú tienes que trabajar con lo
que está escrito. Eso es lo que yo te he enseñado a ti. –¿Mira, está escrito? Busca que
está escrito-.
Porque es que hay gente que dice: -No, a mí no me enseñaron así.
-Pero, ¿está escrito?
Es un peligro. Si tú pierdes de vista esto que te estoy diciendo, no hay garantías para ti.
Si tú pierdes de vista que antes de la cruz es otra historia y después de la cruz es
totalmente diferente, tú estás errando al blanco. Te vas a acercar a la verdad y nunca
llegas al pleno conocimiento de ella. Usted no ve que Dios se vistió de carne para
quitar la ley, para pagarle al pecado, para librarte, pero eso fue una vergüenza para él,
vestirse de carne. Eso fue vergonzoso.
¿Tú sabes lo que es un Dios, después que tú experimentas gloria, vestirte de ser
humano? Eso es vergonzoso. Eso es como si a ti te cambiarán el cuerpo ahora.
Imagínate, tú ahora estás usando un 10% o un 15% de tu conocimiento, te revisten el
cuerpo de incorrupción y entras en una gloria que no hay quien te haga volver, aunque
te ofrezcan millones. Tú dices: -No, muchacho. Yo quiero esto.
Pero, Él siendo Dios no tomó en cuenta eso y se humilló hasta lo sumo, tomando
forma. Ahí es que está la humillación. Tomó forma de hombre para libertarnos del
pecado. Pero una vez resolvió ese asunto dijo –se acabó esto, voy a mi gloria-, para
que tú lo sigas predicando como Jesús de Nazaret. No, no se puede.
Tú no ves que las doctrinas llamadas cristianas están formadas de Jesús antes de la
cruz, no después, después está Pablo. Pero, todo lo que tú conoces como cristianismo
está basado antes de la cruz.
Por eso, tú ves al cura que dice: -Hermanos, busquemos el santo evangelio conforme a
San Lucas, conforme a San Mateo, conforme a San Juan-, pero eso es antes de la
cruz. Ah, y le llaman el evangelio, imagínate.
Entonces, hay mucha turbación. Y, tú y yo hemos sido escogidos para alumbrarle el
camino a miles de personas. Tenemos que hacerlo. (Aplausos)
Mateo 21. Mira lo que sucede, si tú no miras después de la cruz. Mateo 21, verso 42 al
44.
“Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los
edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa
maravillosa a nuestros ojos?
Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente
que produzca los frutos de él.”
Esos somos nosotros, ¡Hello!
“Y el que cayere sobre esta piedra, ese es Jesús de Nazaret,
el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere,
le desmenuzará.”
Así anda el sistema evangélico, desmenuzado.
Todos enseñan diferentes. Todos. Aquel pastor enseña esto, el otro, otro y todos fuera,
fuera de las epístolas del apóstol Pablo. Y no saben lo que dicen, y no saben lo que
verifican, y se cree que saben y se llaman doctores y se llaman evangelistas y se
llaman y no saben. Ellos son unos ciegos guiando a otros ciegos.
Simplemente, tú sabes por qué, porque les cayó la piedra que desmenuza, Jesús de
Nazaret. Jesús de Nazaret fue una bendición. Ahora es una serpiente que te destruye.
¡Alábalo, si puedes!
Si quieres ponerte una ramita de esas, esperar por semana santa y vete a una
procesión católica de esas y bésale los pies al niñito Dios. El niñito Dios es el que tiene
fastidiado a toda Colombia.
–El niñito Dios.
¡Qué niñito! Si él no es ningún niñito. Él cumplió 33 años y se vistió de gloria. Un buen
mozo es lo que es él, qué niñito. Ah, y como niñito no pudo hacer nada. Es más, te voy
a decir una cosa, antes de él morir, él lo que bregaba era con carne; sanaba enfermos,
limpiaba leprosos, pero por el Espíritu no podía hacer nada. Porque hasta que Él no
muriera, él no podía salvar a nadie. Es más, si no moría y resucitaba, se perdía Dios.
Se dañaba todo.
Entonces, se quedaba el diablo, Satanás, el primer Adán se quedaba como rey de la
Tierra.
Por eso, cuando Pedro le dijo –Maestro bueno, no vayas a la cruz-, se preguntó -¿oye,
será éste mi amigo o mi enemigo?
No todo el que te pida que no sufras es tu amigo.
-¡Maestro bueno, no vayas a la cruz!
Imagínate, si no va a la cruz no hay nada. El mundo se hubiera quedado en tinieblas.
-No sufras.
¡Hem! Él le dijo: -Apártate de mí, Satanás. Te están usando, Pedro.
Así que, estamos tratando con un asunto importantísimo. Tú prendes la televisión y ahí
están imponiendo manos. ¿Están imponiendo manos, sí o no? Todos estos
evangelistas que ofrecen campañas y que le ofrecen a la gente ayudarles, ellos están
bien intencionados, pero aquí no sólo vale la buena intención, lo que vale es la verdad.
Porque mientras ellos sigan así, mira, Dios les sigue enviando poder. Es poder de Dios,
pero engañoso, porque no te deja aceptar el evangelio.
-Pero, mira, si es poder de Dios. En mi iglesia yo vi el milagro, yo vi cuando le estiraron
la pierna. Llegó con la pierna más corta que la otra y yo vi cómo la otra pierna hizo así y
se puso del mismo tamaño…
Yo he visto eso. Ahora están del mismo tamaño. Poder de Dios, pero yo no lo quiero.
Es como la sabiduría de Dios. ¿Tú la quieres? Tú quieres la predestinada, pero la
primera no, porque la primera no te acerca a Él.
¿Tú quieres poder de Dios? Ten cuidado.
El único poder que yo quiero de Dios es el evangelio. “Porque no me avergüenzo del
evangelio porque es poder de Dios”, Romanos 1:16. ¡Hello! (Aplausos)
Continuará….
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