PRESENTACIÓN DEL INFORME ANUAL DEL TRIBUNAL DE CUENTAS EUROPEO DEL EJERCICIO 2013 Palacio del Senado (Madrid), 20 de noviembre de 2014 “La contribución del Tribunal de Cuentas al impulso de la regeneración pública” Excmo. Sr. D. PÍO GARCÍA-ESCUDERO MÁRQUEZ, Presidente del Senado, Excmo. Sr. D. BAUDILIO TOMÉ MUGURUZA, Miembro del Tribunal de Cuentas Europeo, Excmos. Sres. Consejeros y Fiscal Jefe del Tribunal de Cuentas, Excmos. Sres. Diputados y Senadores, Excmos. Sres. Presidentes y Consejeros de los Órganos de Control Externo de las Comunidades Autónomas, Excmas. e Ilmas. Autoridades presentes, Funcionarios y empleados del Tribunal de Cuentas, del Tribunal de Cuentas Europeo y de las distintas Administraciones Públicas, 1 Estimados colegas, queridos amigos y amigas, Deseo, en primer lugar, expresar mi agradecimiento al Presidente del Senado, por su amabilidad y hospitalidad, con ocasión de volver a celebrar en esta Cámara Alta, como ha acontecido a lo largo de los últimos años, el acto de presentación del Informe Anual del Tribunal de Cuentas Europeo, correspondiente en este caso al ejercicio 2013. Asimismo, quiero felicitar al Miembro español del Tribunal de Cuentas Europeo por el contenido de su intervención y, al mismo tiempo, reconocer la calidad del Informe que hoy es objeto de presentación. Reconocimiento que hago extensivo a todo el equipo del Tribunal de Cuentas Europeo aquí presente, por su especial esfuerzo e interés en la organización de este acto, así como a los restantes Miembros y empleados de la Institución Europea, por la labor, de excepcional calidad, que realizan en el control del presupuesto de la Unión. Constituye ya una tradición encontrarnos en el Palacio del Senado, alrededor de estas fechas, para asistir a la presentación del Informe Anual del Tribunal de Cuentas Europeo, celebrando en 2014 la decimoquinta edición de esta clase de actos. Ello supone una ocasión extraordinaria para intercambiar reflexiones y experiencias entre los representantes de los Poderes públicos e Instituciones 2 presentes y, en particular, entre los órganos de control de la actividad económico-financiera pública. Precisamente hace escasos días se ha celebrado en Palma de Mallorca el VI Congreso Nacional de Auditoría en el Sector Público, organizado por la Sindicatura de Cuentas de las Illes Balears y por la Fundación FIASEP, en cuya jornada final tuvo una destacada intervención D. Baudilio Tomé, referida a la lucha contra el fraude y la corrupción en la Unión Europea. Como tuve ocasión de pronunciarme, gracias a la amable invitación de los organizadores, en el acto de apertura del mencionado Congreso de auditoría pública, el lema escogido para el evento (“Hacia un control más eficaz de los fondos públicos”) constituyó un gran acierto, puesto que supone una auténtica declaración de intenciones acerca del sentido último que debe guiar, en general, la actuación de las Instituciones de control de la gestión del sector público. De nuevo, he de referirme a una serie de aspectos y circunstancias a los que ya hice mención en el citado acto de apertura del Congreso de Palma de Mallorca, pero no me resisto a insistir en ellos, por cuanto implican de cambio del marco en el que debemos desarrollar las funciones atribuidas y cumplir con los cometidos asignados, para poder satisfacer las expectativas de la sociedad acerca de nuestra labor. 3 En este sentido, nos enfrentamos a una realidad cada vez más compleja y con unas demandas crecientes, por parte de los ciudadanos, sobre la calidad, la eficacia y la eficiencia de los resultados del control. Nos encontramos con una actividad económico-financiera del sector público, objeto de nuestro control, que presenta una gran complejidad. Así, a las funciones ejercidas por los tradicionales órganos de control, interno y externo, se superponen las de otras Instituciones con competencias sobre ámbitos específicos, como el de la estabilidad presupuestaria y la sostenibilidad financiera, el de la defensa de la competencia o el de la lucha contra la corrupción, y cada una de ellas con su propia normativa específica, ya sea a nivel autonómico, estatal o europeo. Por otra parte, es bien conocido el excepcional desarrollo que ha tenido en los últimos tiempos la llamada Administración Institucional, a través de diferentes clases de Entidades e instrumentos jurídicos, cuya existencia debe encontrarse justificada en virtud de la mayor especialización o flexibilidad que aconseje la prestación de determinados servicios públicos o actividades. Tal y como reiteradamente ha señalado el Tribunal en sus informes, no siempre resulta acreditada la necesidad y oportunidad de creación de estos Entes instrumentales, al margen de la conocida finalidad 4 de huida del derecho administrativo que, en muchas ocasiones, implica también una voluntad de huida del control público. No podemos olvidar, además, que la actividad de las Instituciones de control debe ir encaminada, cada vez en mayor medida, a ir más allá de la fiscalización de regularidad, dirigida a verificar el cumplimiento de la legalidad y la evaluación de la representatividad de los estados contables rendidos, adentrándonos en análisis de mayor complejidad acerca de la consecución, por la Entidad o la actividad fiscalizada, de una serie de principios como son, entre otros, los de economía, eficacia y eficiencia. El desarrollo de estas fiscalizaciones operativas o de gestión, que no implican, en absoluto, abandonar los objetivos tradicionales de la fiscalización financiera y de cumplimiento, requiere disponer de personal altamente cualificado y de la utilización intensiva de las nuevas tecnologías, aspectos sobre los que luego me extenderé. Adicionalmente, debemos tener en cuenta la complejidad que presenta el sistema institucional del control externo, en un país ampliamente descentralizado como el nuestro, por cuanto con el Tribunal de Cuentas, con competencia sobre todo el territorio nacional y en los tres niveles de la Administración, coexisten los Órganos de Control Externo de las Comunidades Autónomas, que ejercen su función fiscalizadora sobre la Administración autonómica y las Entidades Locales de su respectivo ámbito territorial. 5 Esta situación, como bien saben, exige el establecimiento de medidas de colaboración, cooperación y coordinación entre todas estas Instituciones. Sin necesidad de entrar en consideraciones concretas sobre la definición del modo en que se articulan estas medidas, lo cierto es que hemos asistido, en los últimos años, a una intensificación de las relaciones entre las Instituciones Públicas de Control Externo, nueva acepción adoptada de común acuerdo para referirnos tanto al Tribunal de Cuentas como a los Órganos de Control Externo autonómicos. Fruto de esa mayor colaboración se ha desarrollado una serie de instrumentos, de todos conocidos, que han demostrado su extraordinaria relevancia en la mejora del control, como es el caso de la Plataforma de Rendición de Cuentas de las Entidades Locales, primero, y del Portal de Rendición de Cuentas, después. Se trata de instrumentos que han implicado un gran impulso de la transparencia tanto de las cuentas como de la gestión de las Entidades que integran la Administración Local, antes incluso de promulgarse la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno, cuyo Título I, dedicado a la “Transparencia de la actividad pública”, entrará en vigor, precisamente, dentro de próximas fechas. 6 Ello demuestra el papel que podemos jugar las Instituciones públicas de promover la mejora de la gestión o, como en este caso, el fomento de la transparencia de la actividad pública, siempre en beneficio de la sociedad. Las ventajas de estos mecanismos de colaboración son notorias y evidentes. Prueba de ello es la posibilidad de extender su utilización para otros aspectos relacionados con el control, como la remisión de la información contractual del sector público local, que ha comenzado a efectuarse para el envío de las relaciones anuales de contratos que las Entidades Locales están obligadas a remitir al Tribunal de Cuentas, y que se pone a disposición de los Órganos de Control Externo que así lo hayan convenido con el Tribunal. En la actualidad nos encontramos en un proceso de definición del sistema de envío de la información relativa a la contratación, de común acuerdo entre el Tribunal de Cuentas y los Órganos de Control Externo, a través de la Comisión para la coordinación de procedimientos de remisión de información de contratos públicos. Los resultados de los trabajos de la citada Comisión serán fundamentales para impulsar una nueva Instrucción para la remisión de las relaciones anuales de contratos públicos y de los correspondientes extractos de los expedientes de contratación 7 previstos legalmente, relativos a los sectores públicos autonómico y local. Relacionado con lo anterior, también pueden aprovecharse las ventajas de las infraestructuras tecnológicas, ya existentes, para profundizar en la información sobre la gestión pública que pueden compartir las Instituciones Públicas de Control Externo. Así ocurre, por ejemplo, con las resoluciones y los acuerdos que hayan sido adoptados por los Presidentes de las Entidades Locales y por los Plenos de las Corporaciones del mismo ámbito que sean contrarios a los reparos formulados por las respectivas Intervenciones, así como el resumen de las principales anomalías detectadas en materia de ingresos, junto con los correspondientes informes justificativos presentados por las Corporaciones Locales. Información toda ella que debe ser objeto de comunicación al Tribunal de Cuentas, sin perjuicio de lo dispuesto para los territorios de régimen foral, en aplicación de lo previsto en la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local. El envío de dicha información sobre los reparos no atendidos a través de instrumentos como la Plataforma de Rendición de Cuentas habilitaría el acceso inmediato a la misma por parte de los Órganos de Control Externo autonómicos que así lo deseen. Ello 8 supone una nueva muestra de las ventajas de la colaboración interinstitucional. Es preciso hacer referencia a otro ámbito en el que la cooperación entre las Instituciones de Control Externo ha tenido un especial desarrollo en los últimos años –y, de hecho, sigue teniéndolo-, como es el proceso de adaptación de las Normas Internacionales de las Entidades Fiscalizadoras Superiores (ISSAIs, según sus siglas en inglés), de las que se está llevando a cabo la paulatina revisión de la traducción existente al español. Dicha labor, efectuada por el Tribunal de Cuentas y los Órganos de Control Externo, implica la adaptación de las normas ISSAIs a una terminología más próxima a la de la normativa reguladora de la fiscalización pública en España, formando un corpus de normas que se han agrupado bajo la denominación de ISSAIs-ES. Existe la voluntad de aplicación común de las mismas por parte de todas las Instituciones Públicas de Control Externo, sin perjuicio de que el Tribunal de Cuentas ya se encuentra sujeto a las mismas, en virtud de su pertenencia a la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI). Hasta la fecha se ha abordado la adaptación de las ISSAIs de nivel tres, en concreto, las ISSAIs 100 a 400 (referidas, respectivamente para cada norma, a los principios fundamentales de la Auditoría del 9 Sector Público, de la Auditoría Financiera, de la Auditoría de Desempeño y de la Auditoría de Cumplimiento). Además, se encuentran en proceso de revisión las ISSAIs de cuarto nivel, dando prioridad a la ISSAI 1700, relativa a la opinión y la elaboración de los informes sobre los estados financieros. De nuevo podemos apreciar claramente las ventajas que supone la colaboración, que también se desarrolla a través de otros mecanismos tradicionales, como es el de la realización de fiscalizaciones conjuntamente entre el Tribunal de Cuentas y los Órganos autonómicos de Control Externo, reforzando la eficacia y eficiencia del control. Colaboración que no debe restringirse únicamente a las Instituciones Públicas de Control Externo, puesto que, para satisfacer las exigencias democráticas de rendición de cuentas, resulta necesario extender el intercambio de información y el establecimiento de instrumentos y medidas comunes, a los Órganos de Control Interno y al propio Tribunal de Cuentas Europeo. Únicamente de esta manera, intensificando las relaciones entre todas las unidades que tenemos encomendadas funciones que impliquen el control de la actividad económico-financiera del sector público, podremos configurar el tan deseable sistema de control, que coadyuve a la mejor utilización de los fondos públicos y a la 10 lucha contra el fraude y la corrupción, amén de proponer mejoras en la normativa reguladora de estas materias y en la gestión pública. Dicho sistema debe ser la respuesta de los órganos públicos de fiscalización a los requerimientos actuales de los ciudadanos sobre un mayor y mejor control público, demandas que no surgen únicamente de la grave crisis económica y social que padecemos. Las sociedades avanzadas y maduras se caracterizan por una creciente exigencia, hacia las Entidades públicas, de rendición de cuentas y de mejora de la gestión pública; aspectos en los que las Instituciones de control desempeñamos un papel decisivo. Sin embargo, no debemos caer en la autocomplacencia de considerar que la mejora en los procedimientos de control y de gestión y el incremento en la colaboración son elementos suficientes para satisfacer las expectativas de la ciudadanía. Tenemos que ser ambiciosos, de tal forma que las Instituciones de control nos situemos en la vanguardia de la defensa del interés general, dando una mayor relevancia a los resultados de nuestra labor; promoviendo la exigencia de responsabilidades; instando de forma más intensa a la implantación de las buenas prácticas en la gestión de las entidades fiscalizadas; siendo ejemplo del buen uso de los recursos públicos y de la eficacia y eficiencia en toda nuestra 11 actividad; y, en definitiva, contribuyendo decididamente a la regeneración pública que esperan todos los ciudadanos. Ya me he pronunciado, en diversas ocasiones, sobre el hecho de que toda nuestra actuación debe estar presidida por la noción de “excelencia”, como parámetro que guíe el desempeño de la función fiscalizadora y, en lo que se refiere estrictamente al Tribunal de Cuentas, también el de la función jurisdiccional, así como el ejercicio de todos los aspectos relacionados con la gestión ordinaria de las Instituciones públicas de control. Permítanme añadir otro concepto complementario al de la excelencia, como es el de la “ejemplaridad”, esto es, la voluntad de constituir un referente público en todas nuestras actuaciones. No podemos pensar que vivimos en una realidad aislada o desconocida para la sociedad, muy al contrario, nuestros actos, como los de la totalidad de los gestores públicos, están sometidos al escrutinio de los medios de comunicación y de las fuerzas sociales. Debemos, por tanto, predicar con el ejemplo en una época regida, cada vez en mayor medida, por el principio de transparencia y el derecho de acceso de los ciudadanos a la información pública. Más aún en nuestro caso, que como órganos de control evaluamos la actividad económico-financiera del sector público no solo desde el punto de vista de la legalidad o de la regularidad contable, sino también bajo el prisma de otros principios como son los de eficacia, 12 eficiencia, economía, equidad, igualdad, no discriminación, objetividad, estabilidad, sostenibilidad o transparencia. Permítanme mencionar, como muestra de la citada voluntad de excelencia, algunas de las actuaciones emprendidas en los últimos años por el Tribunal de Cuentas, sin otro ánimo que el de hacer justicia al esfuerzo y a la labor desempeñada por toda la Institución: - El Pleno ha aprobado unas nuevas Normas de Fiscalización, adaptadas a las ISSAIs y que han sustituido a las de 1997. - Hemos optado decididamente por el uso de los medios telemáticos para la rendición de cuentas y la remisión de la información sobre los contratos públicos. - Se ha renovado la página web del Tribunal de Cuentas, con una mejora significativa no solo en su diseño, sino especialmente en su contenido, orientado bajo el criterio de transparencia y utilidad para el ciudadano. - Hemos iniciado un proceso de modernización administrativa de todos los procedimientos para el ejercicio de la forma más eficiente de nuestras funciones, fiscalizadora y jurisdiccional, y de nuestra gestión. - Se ha incrementado considerablemente la colaboración entre el Tribunal de Cuentas y los Órganos de Control Externo de las Comunidades Autónomas, como he referido, circunstancia que ha repercutido significativamente en aspectos tan relevantes como la mejora de la rendición de cuentas. 13 - Han mejorado los resultados de la actividad fiscalizadora y jurisdiccional, especialmente en la puesta al día de nuestros procedimientos, como ocurre, a título de ejemplo, con la fiscalización sobre las formaciones políticas. - El Pleno ha aprobado recientemente el I Plan de Igualdad para Mujeres y Hombres del Tribunal de Cuentas, reivindicación histórica que al fin ha sido satisfecha. - Se ha creado una nueva Dirección de Comunicación, con la finalidad de que sirva de impulso a la apertura y traslado a la ciudadanía de los resultados de nuestra actividad. - Hemos afrontado satisfactoriamente los retos derivados de nuestra presencia internacional. - Asimismo, hemos optado con total decisión por la austeridad y la máxima transparencia en el uso de los recursos públicos. Todas estas actuaciones, junto con muchas otras que podría continuar enumerando, más allá de lo que la humildad hace aconsejable, han sido posibles gracias al esfuerzo del conjunto de los Miembros y los empleados de la Institución; insisto, de todos los que prestamos nuestros servicios en la misma. Lo que les quiero transmitir es que somos una organización con una extraordinaria cualificación de su personal, que tiene una clara vocación de servicio público y la voluntad de cumplir, lealmente, con sus deberes y de satisfacer las expectativas de los ciudadanos. 14 Quiero detenerme, en especial, en la labor realizada por los empleados del Tribunal de Cuentas, extraordinarios profesionales y excelentes servidores públicos, que constituyen indudablemente nuestro activo más importante. Sirvan estas palabras, en primer lugar, para reconocer expresamente su labor, esfuerzo y profesionalidad, agradeciéndoles todo lo que hacen en defensa de lo público, en general, y de la Institución, en particular. Es de justicia proceder no solo al reconocimiento de su actividad, sino ofrecerles unas expectativas de promoción profesional, a la vez que promover el refuerzo de las dotaciones para cubrir aquellas Unidades que presentan mayores carencias de personal. Desde el Tribunal de Cuentas hemos apostado por fomentar la mejora de nuestros medios personales y, por primera vez en los últimos cinco años, el Pleno ha aprobado una oferta de empleo público muy ambiciosa, en la que se conjuga la cobertura de las bajas inevitables por el transcurso del tiempo con la necesaria promoción profesional a la que tienen derecho los empleados públicos, debiendo ser conscientes de las dificultades presupuestarias que han impedido llevar a cabo dichos propósitos durante los años anteriores. 15 Dicha oferta de empleo incluye un considerable número de plazas, en concreto, hasta un total de 30 funcionarios de los Cuerpos Superiores de Auditores y de Letrados y del Cuerpo Técnico de Auditoría y Control Externo del Tribunal, junto con otros dos puestos de personal laboral. Entre las medidas adoptadas recientemente, en aras de favorecer la provisión de los puestos que se van a convocar, se encuentra la de aprobación de unas Bases Generales y Programas para el ingreso en los referidos Cuerpos Superiores y Cuerpo Técnico del Tribunal de Cuentas, que han sido objeto de difusión pública. Con estas Bases hemos querido optar por aproximarnos a los requerimientos de otros Cuerpos, como el de Interventores y Auditores del Estado o el de Abogados del Estado, de tal forma que podamos disponer un número de candidatos suficiente y con la preparación deseable para ocupar los referidos puestos, que serán convocados próximamente. Por otra parte, también estamos apostando por un proceso de intensa modernización administrativa que afecta a todas las áreas de actuación del Tribunal. Debemos aprovechar las ventajas que nos ofrecen las nuevas tecnologías para la mejora de los resultados de nuestra labor fiscalizadora y jurisdiccional y de los distintos procedimientos de gestión interna. 16 Ello afecta a nuestras relaciones con otras Entidades, como ocurre con la rendición de cuentas por medios telemáticos o la remisión de la información sobre contratos a través de las dos plataformas existentes, así como a la transparencia hacia todos los ciudadanos, gracias tanto a la nueva página web como a la sede electrónica. A pesar de todo lo anterior, como bien saben, nos encontramos en un momento especialmente crítico –derivado de los insoportables casos de corrupción que nos asuelan-, en el que se ha puesto en cuestión la actuación de la práctica totalidad de las Instituciones públicas, entre ellas el propio Tribunal de Cuentas. Sin embargo, para el adecuado funcionamiento de un régimen democrático se requiere disponer de un conjunto de Instituciones fuertes y prestigiosas, que articulen un auténtico sistema de poderes y de contrapoderes que aseguren la defensa del interés general por encima de cualquier interés privado o particular, por muy legítimo que este sea. Resulta difícil hablar de ejemplaridad, pero estoy convencido que desde el Tribunal estamos adoptando las medidas necesarias para recuperar la confianza de los ciudadanos. En este contexto, quiero destacar que el Tribunal de Cuentas ha decidido, de forma voluntaria, someterse a un Peer Review, o proceso de Revisión entre Pares, como forma de que dos Entidades 17 Fiscalizadoras Superiores revisoras (el Tribunal de Contas portugués y el Tribunal de Cuentas Europeo), desde un punto de vista independiente, evalúen nuestra actuación con el máximo rigor y la profesionalidad que les caracterizan. El alcance de esta Revisión incluye aspectos fundamentales como los relacionados con la independencia de la Institución, el ejercicio de las funciones fiscalizadora y jurisdiccional, la transparencia de su actividad y la legalidad de la gestión interna, especialmente en las cuestiones relacionadas con la contratación y el personal. Afrontar un proceso de esta naturaleza forma parte de las recomendaciones de buenas prácticas de INTOSAI, pero al mismo tiempo somos conscientes del reto que ello supone, considerando que es una medida imprescindible para mejorar nuestra actuación y transmitir a la ciudadanía la voluntad decidida de mejora de la gestión y de transparencia de nuestra Institución. Nos encontramos inmersos en la implantación de otras medidas, que han sido ampliamente anunciadas, cuya finalidad común es mejorar la transparencia y evitar cualquier duda sobre nuestra labor. El Tribunal de Cuentas (y también los Órganos de Control Externo) deseamos asumir un papel activo en todo lo relativo a la adopción de medidas de regeneración pública. Somos unas Instituciones clave en el control de la gestión económico-financiera del sector 18 público y en la propuesta de medidas de mejora de la normativa o de los procedimientos de gestión y control. Debemos promover el impulso de mejora de la actividad pública, sirviendo de ejemplo, en primer lugar, de las buenas prácticas que propugnamos para toda la Administración. La gravedad de la crisis económica e institucional, a la que antes aludía, hace que no podamos conformarnos con recetas cosméticas que supongan una mera apariencia de reforma o de mejora de nuestro de desempeño. Tenemos que ser conscientes de lo que los Poderes públicos, los medios de comunicación y, en general, la ciudadanía espera de nosotros: ejercer nuestra labor con absoluta independencia y profesionalidad; actuar de manera pronta y eficiente en el control de la gestión pública; exigir las oportunas responsabilidades; y difundir lo más ampliamente posible los resultados de la actividad de control que tenemos atribuida. También es preciso que las Cortes Generales nos proporcionen la habilitación normativa necesaria para poder desarrollar nuestro cometido con mayor eficacia, como ocurre con las reformas de la regulación del deber de colaboración con el Tribunal de Cuentas o de la legislación sobre financiación sobre partidos políticos, que se viene reclamando desde el propio Tribunal. 19 En caso de que seamos capaces de satisfacer estas exigencias adicionales, en la medida que sean proporcionadas y razonables, y dispongamos de los instrumentos legales oportunos, nuestra Institución se encontrará en mejores condiciones para cumplir sus objetivos y afrontar los retos que se nos planteen en el futuro. Quiero agradecer de nuevo a la Institución que hoy nos recibe en su Sede, el Senado, y al Tribunal de Cuentas Europeo, especialmente en la persona de D. Baudilio Tomé, por su estima y deferencia hacia el Tribunal de Cuentas, aprecio que deriva también de la vinculación con nuestra Institución de su muy querido y siempre recordado padre, felicitándole asimismo por el contenido del Informe Anual que hoy se nos presenta en este acto. Agradezco también a todos los asistentes su presencia y atención, muestra del interés que suscitan iniciativas como esta que permiten el conocimiento de la realidad del control externo en el ámbito de la Unión Europea y facilitan el intercambio fructífero de experiencias, pareceres y opiniones. Muchas gracias. 20