Riesgos y oportunidades para los países andinos de un

Anuncio
Riesgos y oportunidades para los países andinos de un tratado de libre
comercio con EEUU
Por José Pineda y Stefania Scandizzo
Frente el fracaso de Cancún y el redimensionamiento del ALCA, cuya fecha de inicio
quedó más incierta después de la reciente Cumbre de Monterrey, las negociaciones
comerciales en el hemisferio han cambiado dirección, y se han focalizado más en
acuerdos bilaterales, en particular con EEUU. Después Cancún, los EEUU han
declarado abiertamente su estrategia de negociar acuerdos con los países “can do”, es
decir “conseguir el libre comercio con quien lo quiere”. Al final del 2003 los EEUU
iniciaron discusiones preliminares para empezar negociaciones bilaterales con cuatro
de los andinos - Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú – que a su vez están ansiosos de
lograr un acuerdo con su principal socio comercial.
¿Cuáles beneficios podría aportar a los países andinos un tratado de libre comercio
negociado bilateralmente con los EEUU? ¿Serían mayores que los costos? Para tratar
de contestar este pregunta, consideramos los rasgos de dos importantes tratados
firmado entre los EEUU y países de la América Latina en 2003: el acuerdo bilateral
EEUU-Chile, y el acuerdo de libre comercio entre los países de América Central y
EEUU, CAFTA (Central American Free Trade Area).
Como resultado principal en ambos acuerdos se logró la liberalización completa en los
mercados agrícola y de textiles. Sin embargo, la liberalización agrícola no incluye
medidas para limitar (o eliminar) los subsidios estadounidenses a los productores
locales, tema que los EEUU prefieren discutir en el ámbito de la OMC. Además, está
mayor apertura de los mercados llega al costo de una mayor protección para los
derechos de propiedad intelectual, la apertura de las compras gubernamentales, y
compromisos en las áreas del medioambiente y del mercado laboral. Adicionalmente,
se
incluye
la
apertura
de
importantes
mercados
de
servicios,
como
las
telecomunicaciones, los servicios financieros, seguros, energía, y transporte.
En
general, se concede mayor protección a la inversión estadounidense, incluso
provisiones de resoluciones de conflictos. Es importante destacar que el acuerdo
CAFTA, logrado a finales de año, va más allá del acuerdo de Chile en relación a los
compromisos impuestos en las áreas de mercados laborales y protección del
medioambiente. Por otra parte, CAFTA comprende también un compromiso de los
EEUU en tema de creación de capacidad relacionado al comercio (trade capacity
building), lo cual implicó asignación de fondos de EEUU hacia los países de Centro
América con una asignación de 61 millones de US$ en el 2003.1
Para poder entender los posibles beneficios y costos para los países andinos un
tratado de libre comercio negociado bilateralmente con los EEUU estas dos
experiencias recientes en la región son muy informativas del tipo de tradeoff que se
enfrentan los países en estas negociaciones.
En primer lugar, en el lado de los aspectos positivos, un acuerdo bilateral con los
EEUU permitiría a los andinos consolidar y hacer permanentes las preferencias
logradas con ATPDEA. Bajo ATPDEA, la casi totalidad de las exportaciones de Bolivia,
Colombia, Ecuador y Perú entran a los EEUU sin aranceles, con la excepción de los
textiles, el azúcar, el atún en lata, el ron y la tafia. Las prendas de vestir gozan de
preferencias pero están sujetas a cuotas y otras condiciones. En segundo lugar, un
acuerdo bilateral incluiría la liberalización de estos sectores excluidos, que sería
importante sobretodo para los textiles (en Colombia y Perú) y para el atún (en
Ecuador). En tercer lugar, un acuerdo bilateral permitiría acelerar el proceso de
liberalización y de acceso al mercado de EEUU, hecho importante frente a las
demoras de las negociaciones multilaterales y del ALCA.
Dado que las preferencias ATPDEA actualmente permiten el libre acceso de la
mayoría de los productos andinos al mercado de EEUU, es importante destacar que
uno de los beneficios más importante de un acuerdo de libre comercio con los EEUU
sería en la significativa mejora en el ambiente de negocios de los países andinos que
dicho acuerdo podría traer. Este mejoramiento sería debido en parte a la liberalización
de los servicios y los compromisos en área de derechos de propiedad, protección de la
inversión, etc., y en parte a la señal positiva que se estaría dando a los mercados
sobre la disposición de los países de facilitar los negocios con EEUU. Esta señal es
importante, dada la percepción de instabilidad y volatilidad que tienen actualmente
estos países en los mercados internacionales. Un ambiente de negocios seguro y
transparente es clave para atraer inversión extranjera y para que los países andinos se
puedan integrar exitosamente en las redes de producción global. Interconectar la
inversión extranjera directa a las estrategias de exportación podría permitir a los
andinos explotar sus ventajas comparativas en la producción de ciertos componentes
1
United Status Trade Representative, “Free Trade with Central America: Summary of the US-Central America Free
Trade Agreement”, Trade Facts, 17-12-2003.
o partes de las cadenas de producción, sobretodo relacionado con economías de
escala, bajos costos laborales, y la disponibilidad de un recurso natural.
Adicionalmente es importante destacar el hecho que no negociar un acuerdo bilateral
con EEUU, mientras que los demás países de América Latina lo están haciendo, sería
muy costoso para los países andinos en términos de preferencias relativas perdidas.
Esto hecho es aún más relevante frente a la incertidumbre de lograr un acuerdo ALCA
en el corto plazo, mientras que el CAFTA ya ha concedido a los países
centroamericanos acceso preferencial a sus exportaciones de textiles y prendas de
vestir con respecto a los andinos.
Por el lado de los costos de un tratado bilateral de los andinos con EEUU destacan los
compromisos en áreas como estándares laborales, derechos de propiedad intelectual,
compras gubernamentales y protección de inversiones, a los cuales los países andinos
no estarían expuestos a acceder ni dentro de las negociaciones en la OMC o en el
ALCA. La principal preocupación radica en que este tipo de compromisos pueden
implicar responsabilidades difíciles de cumplir por los países andinos, quienes por
ejemplo en material laboral cuentan con estructuras muy distintas a las de EEUU. Esto
se agrava aún más en un entorno donde estos compromisos pueden generar
sanciones comerciales en caso de incumplimiento, lo que podría incluso echar por la
borda los avances en acceso a mercados conseguidos en la actualidad.
Adicionalmente, una liberalización sin eliminación de los subsidios agrícolas en EEUU
se traducirá en una fuerte competencia para productos locales, mientras que las
preferencias de ATPDEA ya garantizan prácticamente el acceso libre de aranceles de
los productos agrícolas andinos a EEUU.
Finalmente, dadas las limitaciones de recursos, estas negociaciones bilaterales con
EEUU reducen el empeño que se pueda poner en otras negociaciones, bien sea en la
OMC, sub-regionales, etc. A esto se le suma la mayor profundización de la división
como fuerza negociadora de la CAN, lo cual podría debilitar la capacidad de los países
andinos de obtener algunas concesiones especiales como las recibidas por los países
de Centro América en el CAFTA, sobre todo con los recursos asignados a la creación
de capacidades relacionadas al comercio y en temas textiles. En general, un proceso
de acuerdos bilaterales con EEUU aumentará el poder de negociación de este último,
en particular porque lo países andinos negocian solos.
Enero 2004
Descargar