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El Yo
y su
Irnagen en Cambio de Piel de
Carlos Fuentes
En Camnbio de piel, el yo se presenta como una fusi6n compleja y
parad6jica de contrarios: realidad y suefio, bien y mal, libertad y necesidad.1 La identidad es proteica; se refleja el yo por medio de los dobles
y se refracta mediante caricaturas. En la. novela se traza la destrucci4n
de la raz6n, la esperanza y el amor. El yo esti despojado de sus ilusiones;
las tentativas por escaparse de una realidad adversa mediante el recuerdo
nostilgico, el romanticismo literario y cinemitico, o el idealismo heroico
quedan frustradas. Los tres personajes principales, Elizabeth, Javier y
Franz, buscan un cambio de piel, cambio que significari la renovaci6n
o la redenci6n. Elizabeth, de mediana edad, quiere renacer, no s61o para
recobrar su juventud perdida sino tambi6n para revivir su amor pasado.
Su esposo Javier, un escritor fracasado, busca una renovaci6n creadora que
s6lo puede alcanzar por medio de lo nuevo, representado por Isabel, la
amante que es una versi6n mss joven de Elizabeth. Franz, un ex nazi,
busca la expiaci6n por su culpabilidad; busca un reflejo de Hanna, cuyo
amor traiciona cuando no interviene para salvarla de la muerte en un
campo de concentraci6n. Los personajes son victimas del hado. La imposibilidad de salvaci6n se subraya al principio de la novela cuando el Narrador, que desempefia un papel en el drama, predice la muerte de uno
de los personajes. Isabel, que aparece mss tarde como c6mplice del Narrador y le ayuda a levar a Franz y a la otra pareja a las pirsmides de
Cholula, clarifica la identidad de la victima del sacrificio al referirse a
una carrera panamericana en la que ninguno de los que manejaban sobrevivi6. Franz es el conductor del coche que nunca Ilega a su destino final,
Veracruz. El vehiculo es saboteado misteriosamente y los pasajeros se
ven forzados a quedarse en Cholula.
1 Carlos Fuentes, Cambio de piel (Mexico:: Joaquin Mortiz, 1967). Las citas
subsiguientes se refieren a la segunda edici6n (1968) y estin incluidas en el texto.
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Como las piramides de Cholula, construidas una sobre otra en correspondencia con el comienzo de las epocas nuevas de la cosmologia azteca,
los personajes tratan de construir una nueva vida sobre las ruinas de la
vieja. Al final de la narraci6n, el derrumbamiento de las piramides
significa el derrumbe de sus ilusiones. La entrada de las dos parejas en
la ciudad sagrada de los aztecas el Domingo de Ramos, el once de abril
de 1965, es una parodia de la entrada de Cristo en la Ciudad Sagrada de
Jerusalin. Javier considera la existencia en M6xico como una repetici6n
diaria de la Pasi6n de Cristo, o sea, como un proceso ciclico que niega
la posibilidad de la redenci6n. La visi6n fatalista de Fuentes se subraya
tambi6n por el hecho de que el tiempo y el espacio son ciclicos. Hay una
retrospecci6n en el tiempo para describir la entrada de Cortes en Cholula
en 1519. El conquistador espaiol echa abajo los idolos de los aztecas y
funda una nueva religi6n y una nueva cultura sobre las ruinas de la vieja.
Pero en el universo pesimista de Fuentes,
nuevo esti destinado a adquirir las mismas caracteristicas negativas de lo viejo. En su drama Todos
los gatos son pardos (M6xico: Siglo XXI, 1970), se destaca la semejanza
de Cortes y Moctezuma. Se ve la imposici6n de la autoridad espafiola
como una confirmaci6n y una extensi6n de la tirania de Moctezuma. El
emperador de los aztecas considera a Cort6s como su doble, como el lider
fuerte que el61
mismo quiere ser, pero, a causa de su vacilaci6n y su cobardia, no puede ser. Fuentes ve la revoluci6n como un breve periodo
de rebeli6n entre dos 6pocas del statu quo. Los rebeldes llegan a ocupar
un puesto dentro del mismo sistema que han tratado de derrumbar. En
Ia primera novela de Fuentes, La regidn mis transparente (1958), el protagonista Federico Robles es un revolucionario que agarra el poder y
mismos arist6cratas a quienes ha desalojado. El prota.
despues imita a 0lo3
gonista de La muerte de Artemio Cruz (1962) tambien usurpa el antiguo
regimen y termina por establecer una nueva dictadura econ6mica y por
erguirse como un dios terrestre. En Cambio de piel, Franz empieza su
carrera como estudiante de arquitectura rebelandose contra la tirania de
la teoria clisica y suefia con crear formas nuevas. Pero los nazis le obligan a malgastar su talento cuando le mandan construir el campo de concentraci6n de Theresienstadt. Sus suefios de libertad artistica se disuelven
y son reemplazados por una pesadilla de esclavitud, de tortura, y de muerte.
tarde, al Ilegar a M6xico, Franz abandona su profesi6n y se convierte en vendedor de autom6viles, tratando de borrar el pasado. Aunque
Javier tambi6n empieza por rebelarse contra el pasado y contra su familia
burguesa, despu6s se convierte en un simbolo del viejo orden cuando
Isabel, la joven emancipada que "naci6 psicoanalizada", lo vincula burlo-
lo
Mais
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namente a la 6poca de la Reina Victoria y de Porfirio Diaz. Javier es la
encarnaci6n del tiempo ciclico. Es una representaci6n en el siglo veinte
de las costumbres aztecas contra las cuales fulmina Cortes: "No adoren
idolos. Abandonen los sacrificios. No coman camne de sus semejantes.
Olviden la sodomia y demas torpedades."13 Como los dioses de los aztecas, Javier exige el sacrificio de los que se le acercan para sostenerse.
Ir6nicamente, el yo solitario que trata de conservar lo mantiene libre
s6lo mediante su tirania sobre los otros; le obliga a Elizabeth a hacer el
papel de una mujer siempre nueva; le niega la identidad que le corresponde transformindola en una obra de arte viva. Elizabeth le reprocha
el haberle quitado un yo integro:
Crees que soy Elizabeth Jonas, la que conociste en Nueva York?
iNo ves que soy ti, tu representaci6n, que ya no hablo ni pienso
como Elizabeth Jonas, que soy y hablo y pienso en nombre tuyo,
sin personalidad? (322)
Cuando Elizabeth ya no puede satisfacer su hambre incesante de lo nuevo, la reemplaza con Isabel. Pero 6sta tambien debe ser sacrificada; Javier
se da cuenta de que Isabel tambien le tiranizard de la misma manera que
Elizabeth lo ha hecho, y la mata para conservarla como entidad juvenil.
Reduce a Isabel a un recuerdo inofensivo que puede invocar a voluntad,
tal como ha tratado de hacer con Elizabeth. Es ir6nico que Javier logre
conservar s61o la imagen de la rebeli6n, de la juventud, y de la libertad.
Al regresar a Elizabeth al final, tambien regresa a la esclavitud psicol6gica.
Javier es un parisito; se nutre de la energia vital de los demas. Al
final Franz, el alter ego de Javier y la persona que representa la fuerte
personalidad masculina de que carece la vida de Javier, tambi6n sera
sacrificado, cuando el esposo de Elizabeth renuncia a su busqueda de una
identidad independiente. Ninguno de los personajes pueden cambiar su
piel. La destrucci6n de lo viejo, del mundo de heroismo demoniaco
simbolizado por Franz, se contrabalancea por la erradicaci6n de lo nuevo, cuando Javier mata a Isabel.
Javier simboliza a M6xico, un pais que esti evocado como la figura
del dios Saturno, que requiere el sacrificio continuo de sus hijos. Sin
embargo los repetidos derramamientos de sangre no conducen a la salvaci6n nacional sino a ina demanda reiterada de nuevos sacrificios. En La
regidn mss transparente, cuando muere Norma Larragoiti, la mujer de
Federico Robles, queda satisfecha la vieja india Te6dula, que pidi6 un
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sacrificio propiciatorio para poder morir contenta. Pero los premios que
Te6dula promete a su hijo, Ixca Cienfuegos, que junto con ella representa
el espiritu indigena azteca, nunca son otorgados. Al final de la novela,
Ixca, muy enervado, busca nuevas victimas para sostenerse. Sus acciones
vampiricas son paralelas a las de Javier.
El paralelo del canibalismo de los aztecas que condena Cortes es el canibalismo espiritual de Javier y Elizabeth. Ambos se alimentan uno de otro
para mantener sus ilusiones. Paralelamente a la deshumanizaci6n de Elizabeth por parte de Javier corresponde la fantasia de ella sobre el; Elizabeth
ve a Javier como la encarnaci6n de su idolo cinemitico John Garfield y
trata de que su esposo se convierta en el protagonista de la novela romantica que quiere que sea su vida: "Todo lo que 61 pudo saber lo pudo
aprender viendo 1lminas de un libro, o leyendo una guia de viajes."
(314). Encuentra un reflejo de si misma en la poesia de Javier; mas
tarde absorbe su suefio de logro artistico y obliga a su esposo a 1Ilevarlo
a cabo aun despues de darse cuenta 61 de que es incapaz de sostener su
energia creadora. Elizabeth se excede al robar las ideas de Vasco Montero,
el poeta que es una identidad alternativa de Javier, una representaci6n
del 6xito artistico que Javier nunca alcanzara. Elizabeth se aprovecha de
las ideas ajenas para dar de comer a la imaginaci6n agotada de su esposo.
Trata de forzarle a Javier que sea el dios griego de sus sueios, exaltindolo y empujindolo a los limites de sus capacidades sexuales y creadoras:
Ti, dragona, la joven esposa, estis sofiando desde la punta del Monte Cynthos y si Javier mira hacia la tierra pedregosa to levantas la
mirada con el espejismo y el suenio y la abstracci6n en tu mirada
e invades a Javier, le impides anclarse en los detalles. Lado a lado,
su pantal6n roza tu falda y quieres arrastrarlo a esa mentira suficiente, que nos consuela y paraliza. (258)
El canibalismo psicol6gico de Elizabeth y Javier encuentra una exteriorizaci6n espantosa en el extraiio bulto que se describe originalmente como
una masa de lombrices pero que mas tarde se revela como dos animales
que calladamente estin devorindose uno a otro.
Finalmente, la sodomia de los aztecas tiene un paralelo en la sodomia de Javier e Isabel. El derrumbe del viejo r6gimen simbolizado por
Javier y Franz se hace por los Monjes, un grupo de beatniks que de nifios
fueron encarcelados en los campos de concentraci6n de los nazis y que
ahora exigen la retribuci6n. Como dice un critico de la novela de Fuentes, Julio Ortega: "Acaso a la invasi6n de Cortes equivale la presencia
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invasora del Narrador y los j6venes, esa cultura naciente, que enfrentara,
de algin modo, a la otra cultura de los personajes, tipos de un crepisculo
ag6nico." 2 Este nuevo orden se enlaza con el viejo; el Narrador describe
a los Monjes como furias vengativas y los critica por su condenaci6n de
Franz sin reconocer la posibilidad de la merced: "No s6 silos seis monjes
estan infectados por lo mismo que condenan." (431). El Narrador hace
un paralelo entre el fascismo de los nazis y el de los aztecas: "Cuauhtmoc era el Baldur von Schirach de Tenochtitlan." (415). Pero los Monjes
tambi6n estin vinculados con los aztecas cuando participan en el sacrificio
de sangre. La navaja que Jakob Werner, el hijo ilegitimo de Hanna,
emplea para matar a Franz dentro de la pirimide, es trasunto del cuchillo
de obsidiana usado en los sacrificios de los aztecas. En su entrevista con
Fuentes, Rodriguez Monegal comenta el patr6n de la violencia recurrente
de Cambio de piel:
tanto la violencia de los espafioles en Cholula como la posterior
violencia de los beatniks en la piramide, como la violencia que quem6 a los judios en Estrasburgo o la violencia nazi, son la misma
violencia. 3
El fatalismo de la narraci6n se ejemplifica en la inextirpabilidad de la
violencia y tambien de la pobreza. La multitud de mendigos que ve Cortes
en Cholula se perpetua en los habitantes miserables del pueblo moderno
vistos por las dos parejas. El movimiento geografico igual que el progreso hist6rico en la novela es circular. Elizabeth y Javier, ambos nacidos
en M6xico, viajan a los Estados Unidos y mas tarde a Grecia, a la Argentina, y a Inglaterra, pero regresan a M6xico. Ellos y Franz tratan de
recobrar el paraiso de que han sido expulsados. Una representaci6n visual
de su estado de exilio espiritual se encuenta en la iglesia encima de las
piramides. Dentro de la capilla el simbolismo es purgatorio; hay una
tela de animas en pena; se esti representando el drama de la caida de
Adin. A Franz se le prohibe volver a Praga, la ciudad que poetiza dentro
de su imaginaci6n nostilgica y que convierte en un reino de palacios
barrocos, de m6sica, y de sueiio, o sea, en un paraiso perdido. Veracruz
y el mar simbolizan el paraiso para Elizabeth; asocia la regi6n costera
con Grecia, donde pas6 su luna de miel. Pero en vez de una nueva vida,
2 Julio Ortega, La contemplacidn y la fiesta, ensayos sobre la nueva novela his-
panoamericana (Lima: Editorial Universitaria, 1968), p. 73.
3 Emir Rodriguez Monegal, "Situaci6n del escritor en Amrica Latina", Mundo nuevo, 1 (julio 1966), p. 11. Tambien se incluye en el libro de Monegal El
arte de narrar: Dia'dlogos (Caracas: Monte Avila, 1968), pp. 113-146.
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los personajes s61o encuentran una muerte fisica o espiritual. En la 6poca
de los aztecas, Cholula fue pante6n de los dioses; ahora se ve como lugar de muerte en la vida. Los perros hambrientos y morbosos de Cholula
que aparecen al principio de la narrativa y ciclicamente reaparecen al
final, simbolizan las fuerzas de la destrucci6n fisica y de la degradaci6n
moral.4 El Narrador se burla de la bisqueda de redenci6n de sus personajes y cita casos de falsa resurrecci6n, como el de Sim6n el Mago, un
imitador de Cristo que manda ia sus discipulos que lo entierren y que
esperen su resurrecci6n al tercer dia, un renacer que nunca ocurre. Otto
ejemplo de redenci6n ir6nica se encuentra en el enano megalomaniaco
Herr Urs, un simbolo de Hitler, que se suicida intentando probar que
es un segundo Cristo. El espectro de la nueva vida se yergue al final,
cuando Elizabeth y Javier arrastran el cuerpo de Franz al coche de los
Monjes y encuentran a una criatura en el portaequipajes. La piel vieja
y muerta se cambia por otra nueva. Pero aunque Elizabeth salva al infante y lo Ileva al manicomio de Cholula para que sea cuidado alli, las imigenes que concluyen la narraci6n, las de un perro que esti devorando a
un niiio enmascarado, constituyen una visi6n escalofriante que niega el
espejismo de salvaci6n. El manicomio en el que esti encerrado el Narrador, junto con la piramide y la iglesia, se llama Lazaro. En La regidn
mis transparente se ve a Lazaro como una figura ir6nica a quien se le
niega la verdadera salvaci6n. "Lazaro no morir sobre la tierra. Pero
ha muerto, definitivamente, para el cielo." (364). En su estudio de Cambio de piel, McMurray hace resaltar otro simbolo de imposible redenci6n:
el Narrador mismo, que en la ltima parte de la novela cambia su piel
y se convierte en Xipe Totec:
the Aztec god of fertility and of penitential torture, who, according to legend, gave food to mankind by means of a repetitive cycle,
i.e., by having himself skinned alive in order to grow a new skin
which in turns is replaced. That Xipe Totec represents an ironic
Christ figure becomes apparent on the final page . . . Here Fuentes
sardonically evokes a degenerative world gone mad for which God's
sacrificial lamb appears to have bled in vain.6
Desfallecen las ilusiones; los personajes tienen que asumir la realidad
que han tratado de esquivar. Javier confiesa su fracaso como escritor.
4 Esperanza Figueroa Atnaral, "Carlos Fuentes: Cambio de piel", Revista Iberoamericana, 34 (jul.-dic. 1966), 366-369, interpreta a los perros como una encarnaci6n de la malignidad de los personajes.
5 George R. McMurray "Cambio de piel, an Existentialist Novel of Protest",
Hispania, 52 (marzo 1969), p. 153.
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Elizabeth, que intenta eludir mediante su amorio y su posterior matrimonio la dura realidad de un hermano menor, victima de polio y mis
tarde asesinado por un grupo de j6venes antisemiticos, de un padre enajenado que fracasa en su carrera de vendedor y de una madre loca, se ve
obligada a encararse con su pasado al enfrentarse con el manicomio de
Cholula. Los enfermos mentales ally le recuerdan a su madre Becky. Las
ilusiones de Franz, Javier y Elizabeth quedan burladas al final, cuando
los Monjes adoptan sus identidades y representan un juicio simulado del
ex nazi. La Pylida, trasunto de Elizabeth, prorrumpe en invectivas contra
los hombres que la han desprovisto de su identidad reduciendola a un
recuerdo o una fantasia, y propone un retorno a su madre, un regreso
clue se cumple ir6nicamente al final, cuando dice el Narrador que es
posible que Elizabeth tambi6n est6 encarcelada en el manicomio. La huida
de Franz de su pasado y de su culpabilidad conduce inevitablemente a
una confrontaci6n con ellos. La muerte de la ilusi6n esti simbolizada en
la casa donde pas6 Javier su juventud. La casa en la Calzada del Nifio
Perdido que representa para su madre Ofelia la tradici6n familiar y el
prestigio social, se vende despues de su muerte y se convierte en burdel.
Se hace mofa de la presunci6n de la madre y se profana su memoria al
ser usado su lecho como cama de prostitutas y al ser empleada esta por
el Rosa Correosa, el doble de su propio hijo.
Como Javier, Elizabeth es adoradora de idolos. Ella venera a Eros.
Es Elizabeth quien toma la iniciativa en su amorio con Javier y lo seduce.
Confiesa que participa en los juegos y las fantasias de Javier para obtener el premio que desea, el del placer fisico. Elizabeth es un simbolo de
la fusi6n. Quiere fundirse con el mar, que ella asocia con Javier y con la
posesi6n fisica, con la serpiente de piedra en la base de la pirymide de
Xochicalco cuyo poder simboliza el de ella misma, y con la naturaleza
en Falaraki. Quiere perder su yo mientras que Javier, que ejemplifica la
fisi6n, la ruptura de lazos con la familia, con Elizabeth, y con la sociedad, quiere definir y reforzar el yo. Ve a Elizabeth como una tigresa. El
simbolo de Javier es el caracol; tiene envidia del hermafroditismo de este
animal. Javier teme la realidad y constantemente quiere evitarla refugiyndose dentro de su yo. Trata de reducir el peligro del mundo exterior
convirtiendo la naturaleza en simbolo y la mujer en arte, mientras que
Elizabeth empieza con la imagen, derivada de las innumerables peliculas
que ha visto, los dramas en que ha participado como estudiante de teatro,
y las novelas que incesantemente lee, e intenta convertir los suefios en
realidad. Elizabeth es un ejemplo de duplicaci6n interior; es un personaje
en la novela de Fuentes, un ente de ficci6n cuya psique esti compuesta
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principalmente de imigenes fantisticas que quiere traducir en un yo
aut6ntico. Es el polo opuesto a Javier, que busca el autoconocimiento
zambull6ndose en la realidad de la Ciudad de M6xico y tratando de
transmutarla en poesia 6pica.
Elizabeth simboliza el instinto de la conservaci6n. Salva a un niiio
que casi es la victima del descuidado manejar de Isabel; salva a la criatura en la cajuela del coche a quien Javier quiere abandonar alla. Javier
es una encarnaci6n de la muerte; esti poseido por Thanatos. Elizabeth se
queda horrorizada al ver al muerto cuyo cuerpo se encuentra delante de
su apartamento; Javier se niega a ilamar a la policia y define la muerte
como la cumbre de la vida del hombre. Ain despues de fracasar su amor,
Elizabeth abriga la esperanza de renacer y de recobrarlo; Javier ve la
vida como otra forma de la muerte, sin posibilidad de salvaci6n:
Tendr6 que tomar otra pildora. Saberme muerto, seguramente muerto, en ese instante. Pero sin poder distinguir atn la eternidad. Y
entonces empezar la otra espera, mas larga que esta. Estar muerto,
y esperar la eternidad que no Ilega y seguir muerto esperindola.
(256).
Queda fascinado ante un cuadro del Bosco que retrata s61o la ilusi6n
del paraiso: "pero el Paraiso tiene un infierno propio que a su vez se
abre sobre otro abismo aun mis negro. No hay manera de huir." (256).
Elizabeth ve el amnior como una fuerza redentora; bajo el fuerte influjo
puritano de su pasado, para Javier el amor equivale a la muerte y el
lecho matrimonial al infierno: "-Alli esti el hoyo de azufre, ardiente,
apestoso, consumiendose a si mismo y a cuanto lo toca."' (325).
A Elizabeth la impresionan las ruinas de Grecia, sobre todo el mosaico de Dionisio en Delos; Javier no hace caso del mosaico y se concentra en la realidad minisiula de las hormigas, un simbolo grotesco de la
descomposici6n. Las contempla en el proceso de destruir lenta e implacablemente la pantera de piedra sobre la cual esti sentado el dios de la
naturaleza, de la fertilidad, y de los instintos: "corrian por el ojo amarillo de la bestia, gastandolo, cegindolo." (257). Javier queda hipnotizado por las ruinas de las civilizaciones antiguas de Mexico. Su reacci6n
ante las piramides es ambivalente; las considera monstruosas e inhumanas: "-Nunca han sido parte de la vida." (323), y sin embargo se
siente impulsado a acercarse a ellas:
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En que nos distinguimos de ustedes? Esperamos como ustedes
los cataclismos, la ruptura del velo y la aparici6n de los monstruos
del crepisculo que habrdn de devorarnos? iNo estin siempre entre
nosotros? Me acerco. Toco las plumas. (193-194).
Las pirimides simbolizan el pais y las tres mujeres, Ofelia, Elizabeth,
e Isabel, que estin devorando a Javier. Isabel, liberada del pasado, descubre el cuaderno del escritor, lo lee y se rie de su contenido. Como
Elizabeth, no puede simpatizar con la visi6n fatalista de Javier; considera
las pirimides como un objeto de exploraci6n y de divertimiento.
Elizabeth estU obsesionada con el placer er6tico; Javier adquiere un
escudo defensivo de aburrimiento para protegerse de su fuerza pasional:
"Me sentar6 en el excusado a esperar. Pensar6 en otra cosa, igual que
cuando hago el amor." (256). Javier teme al amor porque para amar
es necesario que comparta el yo y que rompa la muralla de soledad que
trata de construirse para conservar su frigil identidad. Asocia el compromiso emocional con el sacrificio y con la destrucci6n del yo; propone
un ideal "deseo sin deseo" mediante el cual puede quedarse libre de la
sofocaci6n emocional de su madre y, mss tarde, de Elizabeth. Salva a
Isabel cuando intenta suicidarse echindose fuera del coche, pero despues
se niega a consolarla. Se aprovecha de ella usindola como un arma para
humillar a Elizabeth e, indirectamente, para vengarse del dominio maternal, al que culpa de su castraci6n psicol6gica y creadora. Javier reprime
los sentidos de ternura y de compasi6n. Explota a las mujeres para gratificar a su yo inseguro; se vuelve tan inhumano como las ruinas que
describe.
Javier se (ve a si mismo como dominado espiritual y fisiol6gicamente:
en otro lugar secreto de este cuerpo, en el cerebro, hay una amigdala que bastaria rozar, punzar, excitar, adormecer, para que 61 perdiera el rastro de libertad que le va quedando y reaccionara, como
un perro de Pavlov, con el terror, la sumisi6n, la furia, la sensibilidad o ci embrutecimiento que otra mano, armada de una pluma
de polio, o un punz6n de acero, quisiera comunicarle para dominarlo (43).
Javier es victima de su propia personalidad; se deja tiranizar por sus
mniedos. Teme al mar; sufre pesadillas en las que siente que se ahoga,
t raiz de un incidente en Falaraki. Alle61 y Elizabeth observan a otra
pareja de reci6n casados: dos alemanes que son un reflejo ir6nico de
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si mismos. La mujer se deja embromar por su esposo, que la esta bombardeando con guijarros. La impresi6n de docilidad y de recato que proyecta la mujer mas tarde se contradice violentamente cuando se venga
de su esposo ahogindose en el mar. Javier se vuelve paranoico; sufre
enfermedades nerviosas y digestivas que son los sintomas de un profundo
conflicto psicol6gico. Al andar por las calles de la Ciudad de M6xico el
pinico se apodera de 1; teme que un ataque repentino lo deje solo e
initil. Sus miedos son consecuencia de una excesiva protecci6n materna,
que l aisl6 del mundo exterior limitando su universo fisico a la casa
uterina y a unas pocas calles circundantes. Su conflicto proviene de la
circunstancia de que a la vez quiere desafiar a la madre y sin embargo
necesita su protecci6n y seguridad para calmar sus temores. Mas tarde
tambien condena la tirania de Elizabeth, pero necesita su apoyo e, ir6nicamente, vuelve a la misma mujer a la que habia acusado de ser causa
de su destrucci6n. Abandona a la madre y busca sustituirla; entra en relaciones con dos mujeres de voluntad potente. Se casa con Elizabeth
porque ve en ella la capacidad de rechazar el pasado de la cual 61 carece.
Se encuentra en un dilema; necesita sostener su yo dependiendo de los
demos, pero teme siempre que su personalidad debil sea absorbida por
esas voluntades mas poderosas con las que se une. Tiene la mania del
orden que tambi6n hereda de la madre. Su inseguridad fundamental y
su necesidad de imponer el orden sobre el caos de la realidad se advierten no s61o en su empleo de papel rayado y en el cuidado minucioso
de sus calcetines sino tambien en el hecho de que permite que el mundo
exterior s61lo incida en su yo cuando coincide con sus preconcepciones
de 10 que debe ser el universo.
Como una representaci6n de Thanatos, Javier se ve avocado a destruir al yo propio que lucha tan desesperadamente por conservar. Aunque
describe M6xico como una negaci6n terrible y ve la Ciudad de M6xico
como una entidad que "s61o permite que se le quiera de lejos o se lo
sacrifique de cerca" (272), tiene que volver a su patria. Intenta huir
de su pasado escapindose a los Estados Unidos. Abandona a su madre;
se niega a reconocer al vagabundo sentado en una banca de la Alameda, al hombre callado y sofiador, el cual es su propio padre. No
puede compadecerse de la debilidad porque ve en ella un reflejo de si
mismo tal como es y no como querria ser. Teme compartir, como su
padre, este destino que describe como una mortaja y que, ir6nicamente,
ilega a asumir al final cuando se somete a la tirania de Elizabeth.
El antecedente literario de Javier es Rodrigo Pola, un personaje de
La regidn nds transparente. Pola es un escritor fracasado tambi6n. Su
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primera y su inica obra publicada, un libro de poemas titulado Florilegio, es una tentativa, como el volumen de poemas escrito por el joven
Javier, de definir el yo y de afirmar la independencia frente a su madre
Rosenda, una viuda que quiere transformar a su hijo en el ideal de
6xito social y econ6mico que habia querido que su esposo representara.
Rodriguez Monegal hace resaltar el significado de la figura de la madre
tirinica en la obra de Fuentes:
La relaci6n con la madre no es menos trigica, en el senticlo literal
de la palabra. Madres que absorben a sus hijos, que quisieran devolverlos al vientre del que salieron, que buscan un imposible retorno
al momento de la fecundaci6n, que confunden la violaci6n con el
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parto.
Pola guarda celosamente sus ideales y abandona a su madre cuando ella
descubre su manuscrito y le reprocha sus esfuerzos por construir un munhabia hecho su padre. Pero mis tarde
do aparte del de ella, como
renuncia a la bisqueda de un yo integro y prostituye su talento al aceptar
el trabajo de guionista para una industria de cine a la que s61o le interesan las ganacias. Se casa con Pimpinela de Ovando, una descendiente
de la aristocracia contra la cual habia luchado su padre. Rodrigo y Javier
son incapaces de sostener un yo independiente; ambos se subordinan a
los ideales burgueses de una madre dominadora que trata de compensar
en el hijo la perdida del esposo. La momentinea rebeli6n termina inevitablemente con la capitulaci6n. Como Rodrigo, Javier vuelve simb6licamente a la madre cuando admite su dependencia de Elizabeth, o sea, la
mascara de Ofelia.
Javier busca la salvaci6n totalmente dentro de su propio yo. Su egoismo le conduce a defender un hermafroditismo artistico en que el artista
no crea para el mundo sino s61o para si mismo:
lo
Toda la obra debe quedar dentro de uno mismo, sin exteriorizaci6n,
sin la debilidad de entregar a quienes no lo merecen algo que s6lo
puede ser valioso mientras no se comparta; esa es su condici6n.
Adentro, adentro de mi toda la lucha. (197-198).
Se ve a si mismo como un producto de un "tiempo monstruoso" que no
mnerece ser transmutado y perpetuado por el arte. Para el siglo veinte
SEmnir Rodriguez
scgunda 6poca,
1
Monegal, "El mundo migico de Carlos Fuentes", Nzimero,
1963), p. 157.
(jul.-sept.
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postula un testimnonio hist6rico y literario nulo que corresponde a un
deseo subconsciente de anular el yo. Se niega a escribir una novela proyectada. La caja de Pandora, porque teme que la publicaci6n del libro
traicione el tema, el amor entre dos personas que se desvanece al ser
revelado a los otros. Prefiere quedarse callado. No s6lo teme comprometerse emocionalmente sino que tambien tiene miedo de que un compromiso ideol6gico y artistico conduzca a una castraci6n del yo. Ir6nicamente, teme el exito artistico tanto como el fracaso. Busca victimas
propiciatorias. Primero le echa la culpa a su familia y mas tarde a Elizabeth de desangrar su energia creadora. Condena el sistema literario mexicano al que ve como un poder que envidiosamente quiere destruir al escritor que haya logrado el xito. Javier no puede escribir porque el acto
de la creaci6n requiere una exteriorizaci6n del yo, una exposici6n del yo
a la critica y a la posibilidad del fracaso. Tambi6n requiere un compromiso, una vinculaci6n entre el yo y el mundo, y Javier no es capaz de
trascender los confines del yo. Es ir6nico que Javier mantenga relaciones
con dos mujeres que constantemente le estin obligando a ser lo que tiene
miedo de ser; mujeres que quieren volver a despertar un impulso artistico que Javier prefiere reprimir.
Una caricatura del egoismo exaltado de Javier se encuentra en el
creador demoniaco, Herr Urs, que demuestra a que extremo terrible puede
conducir el deseo de engrandecer el yo y de buscar la libertad absoluta.
Las palabras de Herr Urs se hacen eco del credo arrogante de Javier:
Mi libertad es mi aislamiento. Mi triunfo es mantenerme separado,
sin contactos, sin identificaciones. Soy una esfera de luz negra que
vaga solitaria por el espacio. Desde mi aislamiento, ejerzo el poder
de una lejana contaminaci6n. (422).
Herr Urs se yergue sobre un individualismo absoluto que Fuentes en
La region mris transparente (p. 366) condena por satinico en boca del
intelectual Manuel Zamacona.
El verdadero artista se encuentra en el poeta Vasco Montero, que se
compromete con una realidad social y politica. Mientras que Javier finge
ser revolucionario, escuchando canciones de combate y desde lejos compadeciendose de los republicanos en la guerra civil espafiola, Montero va a
Espafia, lucha por la justicia social, y convierte sus ideales en acci6n y en
poesia, lo que a Javier le resulta imposible.
Despues de que su idealismo juvenil y sus sueibos de autoafirmaci6n
han fracasado, dejindole s6lo con el cinismo, Javier esta resentido con
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el mundo de ilusiones a las que Elizabeth sigue adhiriendose tan tenazmente. Javier se convierte en el asesino de suefios. En Grecia tiene celos
del mundo privado de Elizabeth, una esfera intima simbolizada por su
colecci6n de guijarros, y se desprende de ellos. Aunque Javier fuerza a
Elizabeth que realice sus fantasias de mujer que se queda sin descubrir,
se niega a hacer un papel en su fantasia sobre Grecia sino que al contrario, constantemnente desinfla su visi6n idilica describiendo detalles pedestres. Javier traiciona la idea que iba a ser el tema de La caja de Pandora revelando su filosofia de amor a Franz y a Isabel sin hacer caso
de las protestas de Elizabeth, que se ve obligada a presenciar el pregonar
su mundo secreto. En los articulos sacados de un peri6dico y relatado
por el Narrador, las relaciones entre el hombre y la mujer y entre la
madre y el hijo se muestran en su forma mas brutal y monstruosa. Un
marido celoso se mata al tratar de asesinar a su esposa bombardeando
en picado con su Cessna el bar en que esti la mujer; Dofia Consagraci6n
mata a su esposb y pisotea la cara del moribundo; una madre empobrecida mata a sus tres criaturas; una madre y su hijo que estin manejando
en direcciones opuestas accidentalmente se chocan y se matan una a otro.
Todos estos episodios son paralelos horripilantes de las relaciones existentes entre Javier y Elizabeth y entre Ofelia y Javier.
Aunque Javier trata de convertir a Elizabeth en una imagen que
pueda invocar cuando quiera, esti resentido por sus tentativas de idealizarle a el, porque teme que Elizabeth est6 concediendo su amor a una
mera imagen romantica. La obliga a entrar con 61 en un cabaret donde
se mofa de los musicos hasta que ellos y la clientela explotan en una
furia vengativa. Javier deliberadamente se expone al lado violento de
M6xico al que se refiere Fuentes como un tigre.7 Cuando Javier alza
la mascara civilizada de M6xico para descubrir la realidad primitiva que
esta debajo, tambi6n destruye la mascara de la ilusi6n romantica impuesta
por Elizabeth. La fuerza a que yea como una victima, como un hombre
roto y ensangrentado por su pasado y por su patria. Su provocaci6n de
la violencia es tambien un modo de desafiar a su madre rompiendo la
mascara de gentileza que le ha dado. Otra identificaci6n de la esposa
y la madre se ve cuando Elizabeth abre una carta dirigida a Javier de
una casa editorial que ha rechazado uno de sus manuscritos. La acci6n
paralela a un accidente de la juventud de Javier, cuando Ofelia abre la
carta que anuncia la aceptaci6n de su primera obra. Lo mismo que de
la intromisi6n de Ofelia en la vida privada de su hijo espiindole y leyendo sus cartas resulta la ruptura de Javier con la familia, las tentativas
lo
7 Rodriguez Monegal, "Situaci6n del escritor', p. 7.
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insistentes de Elizabeth de entrar en su mundo secreto tambien terminan
con su retirada dentro de su yo y con su relaci6n con otra mujer.
Javier desrealiza a Elizabeth, primero asociandola con la circunspecci6n de la estela itica y despues modificando su imagen al fundirla con
la de las mujeres de los cuadros de Modigliani que ve en un museo de
Londres donde se ha citado con ella. Otra imagen de Elizabeth que Javier
puede adorar de lejos y sin peligro es la provocativa morena en la Argentina, a quien ve enmarcada en una ventana, como sj fuera un retrato
vivo. Cuando Elizabeth intenta compartir este mundo particular acompafiando a su esposo en la observaci6n de la mujer, Javier ve su acci6n
como una violaci6n. Es significativo que la mujer desaparezca poco despubs de que Elizabeth invada el suefio de su esposo. La relaci6n entre
Javier y la argentina es otro ejemplo de que un amor no puede ser revelado sin ser condenado a la destrucci6n. Cuando el miedo que siente
Javier por Elizabeth y su desilusi6n con ella se intensifican, la doble
de la esposa logra mas y mas corporeidad hasta que por fin se encarna
en Isabel. Javier hace resaltar la dualidad de Isabel, a quien ve como
ang6lica y demoniaca. Como tal ella es el reflejo de Elizabeth, que es a
la vez la destructora y la redentora de Javier. El movimiento psicol6gico
de Isabel la conduce a la fusi6n con Elizabeth. Esta identificaci6n se
prefigura en el adcto de transferir el rebozo negro de Elizabeth, que lo
regala a Isabel, no por generosidad sino para imprimir en la mente
de Javier la semejanza entre .si misma e Isabel y la inevitabilidad de
que su doble se convierta en otra Elizabeth, vieja y dominadora tambien.
El rebozo representa el triunfo de Elizabeth sobre su rival; mas tarde
es el arma empleada por Javier para estrangular a Isabel.
Mientras que Javier explora el lado oscuro de Mexico, Elizabeth
se refugia en su apartamento y en sus lecturas, entre las cuales se encuentra The Dream Life of Balso Stnell, libro que es un reflejo ir6nico de
su propia vida onirica. No quiere atravesar los limites del area segura
y elegante de la Avenida de la Reforma. Elizabeth s61o acepta la miscara destellante de M6xico, una fachada que esconde la realidad de la
pobreza y de la violencia que es tambi6n la realidad de su juventud que
esta tratando de olvidar. Su mascara le ofrece protecci6n:
una barrera contra la gangrena de la ciudad oscura, contra la invasi6n de las chozas de adobe y lIamina, los basureros, los pies descalzos, los pepenadores, la tifia, la mendicidad, la violencia, las miradas de intenci6n criminal o escatal6gica o mgica... (202).
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Odia Cholula; le pide a Franz que la lleve fuera de M6xico como antes
le habia rogado a Javier que la lievara fuera de Nueva York, hacia el
mar. Elizabeth tambien enmascara su identidad mexicana creando una
adolescencia ap6crifa en un alojamiento de Nueva York. Se duplica la
falsedad cuando ella recuerda un interludio pastoral imaginario en Nueva
Inglaterra, el paraiso que contrasta con la vida neoyorquina austera que
es, ir6nicamente, ficticia tambien.$ Intenta enmascarar su edad mediante
su ilusi6n de una juventud perpetua reforzada por un revivir continuo
de su luna de miel. Javier constantemente le recuerda que ha vuelto a
M6xico y trata de desenmascararla. Hace resaltar cruelmente su envejecimiento; la mascara de la juventud se ha convertido en una mascara de
muerte. Se desintegra la relaci6n entre los dos hasta que la unica manera
en que pueden relacionarse es hiriendose. Elizabeth se rie de las enfermedades de Javier y tira sus pildoras para vengarse de la perdida de sus
guijarros.
Elizabeth busca la libertad por medio de sus suefios. Quiere liberarse
del pasado, de Mexico, en que se siente encarcelada, y de la realidad
torturada de su matrimonio fracasado. Como dice Fuentes en su entrevista con Rodriguez Monegal (p. 13): "La imaginaci6n es identica a
sus deseos y estas imagenes son s6lo la aspiraci6n de mis personajes: es
decir, su unica libertad posible." Es ir6nico que la libertad imaginativa
de los personajes termine con la tirania de uno sobre otro. No pueden
relacionarse como seres humanos sino s61o como fantasias clAsicas o.romAnticas. Ain en la 6poca de su luna de miel, Elizabeth trata de obligar
a Javier que entre en su fantasia. Cuando la pareja esta en Grecia, la
realidad y la fantasia, el deseo y la realizaci6n, casi coinciden para Elizabeth. Pero la historia subsecuente de su matrimonio seFiala una discrepancia mas y mas grande entre la fantasia de Elizabeth y la realidad de
Javier, hasta que ella se refugia casi totalmente en un mundo de suefios
para mantener intactas sus ilusiones. Uno de los pocos momentos en que
ella se da cuenta del paso del tiempo cronol6gico es cuando vuelve a
ver, quince aios despuds de su primer encuentro, a la persona ya gorda
y vieja que es el poeta Vasco Montero. Aunque se queda espantada de los
cambios en su idolo romAntico, ella es incapaz de notar cambios parecidos en si misma. El tiempo mitico de una renovaci6n eterna que trata de
vivir se captura por las imagenes mitopoeticas interpoladas en su recontar de su luna de miel al Narrador, quien le pregunta:
8
Rodriguez M3negal, '"Situaci6&n dei escritor", p. 13.
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- Qub se contaban?
Nifios de las Nereidas.
-No te cuento. Curioso.
-O.K. zQu6 vestidos lievabas?
Amamantados por Anfitrita (81).
De la misma manera en que Javier quiere amor sin pasi6n, Elizabeth
desea tener hijos sin el dolor del parto o la prdida de su apariencia juvenil: "Oh, Javier, Javier, Javier, mil veces preferiria salir a una guerra
que dar a luz una sola vez... Cuindo se podra ser mujer y no sentir
todo esto ?" (244). Ir6nicamente, aunque ella critica a Javier porque el
busca una imagen y no una mujer, ella misma no esta dispuesta a cumplir
con las funciones naturales de la mujer y prefiere vivir como una irrealidad segura, como una eterea mujer cinemitica. En vez de realizar sus deseos de renovaci6n mediante un hijo, egoistamente da luz a su propia juventud ejerciendo su imaginaci6n y su voluntad: 9
"Logras mantener algunas horas, o algunos dias, esa imagen reencarnada de tu pasado. Qu6 haces con ella? La aprovechas para amar" (174).
Ninguna ilusi6n de los personajes se puede sostener; la juventud reencarnada que Elizabeth no consigue prolongar se convierte en la figura de su
rival, Isabel.
Elizabeth se interesa por Javier en la medida en que este satisface
sus suefios; cuando su esposo no accede a ellos, se lo reprocha: "Me hieres con tus mentiras y tus fracasos. Me hieres con la desilusi6n". (328).
"Yo quise conquistarte un mundo y to lo dejaste escapar de tus manos". (337). La muerte de las ilusiones esta simbolizada en M6xico mismo. Fuentes subraya la dualidad de M6xico; el cielo hermoso es una promesa paradisiaca que no se cumple en la tierra abajo. Los personajes, espiritualmente devastados, son reflejados en las ruinas chamuscadas de las
haciendas destruidas durante la Revoluci6n, una revoluci6n cuyos ideales
ni los personajes ni el pais ha podido mantener.
En toda la obra de Fuentes se sacrifica al idealista. Manuel Zamacona,
el joven escritor que trata de definir su patria en La region mis transparente, muere como victima de un acto absurdo de violencia despues de
haber entrado en una cantina para pedir gasolina. En La muerte de Artemio Cruz, el hijo del protagonista, Lorenzo, muere luchando con los ii9 Fuentes ha decarrollado este tema anteriormente en su novela corta Aura
(1962). La vieja Consuelo Llorente, viuda de un general que luch6 por el emperador Maximiliano, busca un amante joven y despues lo hechiza con la imagen de
Aura, la representaci6n de su propia juventud que al final no logra perpetuar.
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Lerales en Espafia para cumplir con la potencialidad heroica que tiene Artemio y que 6ste traiciona a causa de su cobardia y su codicia. El Cambio
de piel, el idealismo del joven Javier: "-Queria ser uno con el mundo
y el sueiio y el arte y la acci6n". (395). Tambi6n muere, sacrificado a su
deseo de seguridad y a su egoismo. El impulso heroico se encarna en Ulrich, el compajiero de Franz, que tambi6n estudia arquitectura y de quien
dice el ex nazi: "El o yo: era igual. Hubieramos pensado lo mismo, dicho
lo mismo". (142). Ulrich representa la parte noble de Franz, de la misma
manera que Javier es una forma larval del arquitecto y una representaci6n
de su lado moralmente defectuoso. Ulrich se atreve a desafiar la tirania
de los nazis y es ejecutado, lo mismo que los misicos judios internados en
el campo de concentraci6n de Theresienstadt, los cuales convierten su representaci6n forzada del Requiem de Verdi en un grito de libertad. El joven alemin que muere como victima de la bala de un tirador apostado
cuando esti tratando de traer agua a Franz tambien se llama, significativamente, Ulrich.
El termino de la novela sefiala una fusi6n de dualidades en un plano
mitico, filos6fico y psicol6gico. El descenso de los personajes dentro de
las piramides es un movimiento que los aleja del maniqueismo y que los
conduce a la fusi6n azteca de los contrarios, que estin simbolizados en el
dios de los chapulines, "plaga y defensa de las cosechas" (369), una sintesis parad6jica de vida y muerte. En es interior de las piramides lo que
empieza como una lucha entre dos "contrarios odiosos", la fuerza de Franz
y la pasividad de Javier, termina con un abrazo prolongado que significa
la fusi6n de sus identidades. En su entrevista con Rodriguez Monegal (p.
11), Fuentes comenta la unidad de estos dos personajes: "el mundo definido por la percepci6n individual es aberrante y puede conducir a la poesia o al crimen: a Javier o a Franz que son dos rostros del mismo sueiio".
Elizabeth se encuentra con Franz mientras esti estudiando un cuadro que
retrata a DeSade, una fusi6n antimaniqueista del artista y el demonio
que es un paralelo de Franz-Javier. El Narrador mantiene una actitud
ambivalente hacia Franz; lo condena pero tambien recomienda clemencia;
contrasta los esfuerzos de Franz para expiar su culpa con la perpetuaci6n
de un infierno matrimonial por parte de Javier y Elizabeth. La doble de
Elizabeth, la Palida, establece otra paradoja al decir que su odio a los
hombres es sostenido por su amor (p. 405). La Palida Elizabeth se convierte en Jeanne Fery, la monja dominada por el diablo, una fusi6n de
la santidad y el mal. Se traba una lucha por el alma de Elizabeth Jeanne
entre Herr Urs y Jakob Werner, que anima a la mujer a afirmar a su yo
como una realidad de carnme y hueso:
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Jeanne, ama tu menstruaci6n y tus c6licos, Jeanne, depende de todo
lo que existe y se teme, Jeanne, tus orgasmos son la vida y el bien,
te lo juro humildemente, a mi me dan la vida y el bien, no sientas
vergiienza, no tengas temor, no huyas a ese mundo artificial, es demasiado facil dominarlo, Jeanne, lo dificil es dominar este mundo real y azaroso. (422-423).
Parad6jicamente, Javier y Elizabeth crean los dobles como un modo
de reconciliarse. No mantienen sus amorios con discreci6n, como lo harian si estas relaciones extramaritales tuvieran un significado intrinseco,
sino que hacen gala de sus amantes. Ir6nicamente, aunque Elizabeth/la
Pilida denuncia a Franz porque el se ha aprovechado de ella viendola como una imagen de Hanna y una figura de confesor, Elizabeth tambien
deshumaniza a su amante cuando se ve a si misma y a Franz con el prisma de la ilusi6n. Dice que los dos se parecen a un recuerdo o a un presentimiento. Considera su relaci6n con Franz como un eco de su pasado
con Javier y como un presagio de reconciliaci6n con su esposo. Javier
se refiere a Isabel como Ligeia, un nombre afectivo que antes ha aplicado
a Elizabeth. Cuando Javier se aprovecha de Isabel usindola para herir a
Elizabeth muestra, parad6jicamente, la importancia que Elizabeth tiene y
su necesidad continua de ella, una dependencia que resiente. Fuentes dice
que al final de la narraci6n, Javier y Elizabeth "salen purgados".1o El sacrificio de Franz en la piramide es la iniciaci6n de este proceso de purgaci6n que termina con la destrucci6n de los dobles, o sea, de las mascaras
de los personajes. Isabel representa la mascara de Elizabeth, su ilusi6n de
juventud. Franz es la mascara de la virilidad que Javier trata de ponerse
pero que tira al abandonar la imagen falsa de su yo como un artista hecho victima y un funcionario en la televisi6n y se acepta a si mismo tal y
como es, una nulidad:
no escribe libros pero rutinariamente escribe informes para una comisi6n econ6mica de las Naciones Unidas, es el mismo que seria
si hiciese algo en apariencia distinto pero tan obligado como lo que
hoy hace a llenar el tiempo acordado, nada mss. (374).
En la obra de Fuentes se ven dos tipos de purgaci6n, uno positivo y el
otro ir6nico. El primer tipo aparece en La region mis transparente. Fede.
rico Robles esta purgado de la escoria de su yo despu6s de ser arruinado
econ6micamente. Renuncia a su carrera de financiero y de magnate indus10 "Situaci6n del escritor", p. 10.
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trial que ha explotado a su pais, y asume la culpa de la muerte de los idealistas revolucionarios sobre los cuerpos de quienes ha construido el edificio de su poder. Su sacrificio le conduce a la redenci6n; empieza una nueva vida como agricultor lejos 'de la ciudad de Mexico, el centro corrompido de su imperio econ6mico ya controlado por Roberto Regules, el banquero que arruino a Robles y que ejemplifica a la perduraci6n del viejo
sistema. Norma, que representa la mascara de la pretensi6n social que Robles se pone para esconder su origen indio, es consumida por el fuego. Su
muerte significa el triunfo del yo autentico sobre la mascara; Robles vuelve a sus origenes al casarse con su amante india, Hortensia Chac6n. En
Cambio de piel, la purgaci6n es s6lo ironica. Al final de la narraci6n,
Franz, mediante su doble, el Barbudo, aparece como una caricatura de
Cristo. Como tal, su muerte significa la purgaci6n de la culpa de Javier,
cuyas ofensas el Narrador considera peores que las de Franz. Pero el regreso de Javier a una vida de parasito de Elizabeth no implica redenci6n
sino una muerte espiritual. Los personajes no l1egan a una maduraci6n
moral ni a la aceptaci6n de una responsabilidad social, como Federico Robles. Sus acciones son regresivas y terminan con la pasividad o con la
locura.
Fuentes da un grotesco relieve c6mico a su narrativa al final por un
cambio de piel en que los Monjes hacen los papeles de los personajes principales. 11 De la misma manera en que una tragedia griega frecuentemente
iba acompaiiada de un corto drama satirico en que se hacia burla del tema de la tragedia, el juicio burl6n de Franz y la orgia en el burdel son
una parodia de la vida y de las aspiraciones de Franz, Javier y Elizabeth.
Los nuevos nombres que el Narrador da a los dobles subrayan lo burlesco de la escena: Franz se llama El Giiero Barbudo/Boston Boy; a Javier
se le da el apodo de El Rosa Correosa. Los Monjes se burlan de sus papeles, excediendolos, olvidando el guion, reduciendo los personajes a caricaturas. Hacen sus papeles ante un puiblico que no puede entender lo que
estan diciendo. El Barbudo/Franz, incitado por los insultos de un coro
de ninfos "iCristo, Cristo, el Giiero!" (384), se entusiasma con su papel
de heroe-martir y Jakob Werner, el unico Monje que no asume una nueva identidad, tiene que refrenarlo:
11
Como dice Andres 0. Avellaneda: "Se trata ahora de comprobar que la
paulatina adquisici6n se convierte en despojo; que las reglas del juego consisten
en empezar siempre de nuevo. Cuando se esta a punto de armar las partes dispersas,, explota la mina que se halla en el coraz6n de la obra. Ver "Funci6n de la
complejidad en Cambio de piel, de Carlos Fuentes", Norte, 10 (marzo-abril 1969),
p. 26.
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Jakob aprieta su portafolio y le dice que es un cretino, que ese no es
su papel, eso no estA en el script y el Barbudo se encoge de hombros y explica que acaba de ver el Nazarin de Buiuel. (385).
Mediante interpolaciones como "Eh... que sigue? ,Que debo decir
ahora? Maldita memoria. Etc6tera". (396). Y "Perd6n. Asi dice el
gui6n" (425), Los Monjes se mofan del filosofar palabrera de los personajes y socavan su presunci6n.
Aunque el Hermano Tomas, el Monje que hace el papel del abogado
defensor de Franz, hace resaltar el heroismo del acusado y su atrevimiento a abolir un sistema viejo, su defensa pomposa se ridiculiza cuando alguien le arroja a la cara una bolsa de orines. El acusado mismo contradice
el raciocinio fatuo del "abogado" cuando se describe a si mismo como un
pe6n de los nazis. Son objeto de burlas el remilgo y la auto-obsesi6n de
Javier cuando su doble entra en el burdel y se quedan asombradas las
prostitutas a ver el tamaio extraordinario de s'us atributos masculinos. Las
rameras organizan una rifa; el Rosa Correosa es el premio. No comprenden los esfuerzos de El Rosa/Javier de articular su yo y sus suefios; s61o se
interesan en la gratificaci6n fisica y como tales son la exageraci6n grotesca del intenso deseo sexual de Elizabeth. El Barbudo/Franz tambien
confiesa a una persona incapaz de entenderlo; cuenta la historia de su
relaci6n con Hanna y trata de exculparse a un policia en la ciudad de Mexico que ha detenido el coche de los Monjes por camninar a excesiva velocidad. Es ir6nico que lo anico que le importe al policia es dejarse sobornar en lugar de levarlos todos a la circel.
Los deseos de Elizabeth de tener un hijo sin sufrir la pena del parto
son objeto de una burla feroz, una parodia de la concepci6n inmaculada.
La mano de la Morgana que masturba a La,Palida/Elizabeth representa
una paloma ir6nica de la anunciaci6n; el objeto que extrae del vientre de
la Pilida simboliza un Cristo falso: un mufieco nacido en un burdel y
despues envuelto en papel higienico, mufieco que es otro simbolo de la
muerte de las ilusiones, de la imposibilidad de la salvaci6n, y de la perversi6n del instinto creador. Este simbolo se ve tambien en las mufiecas
monstruosas de Herr Urs, que intercambia los 6rganos sexuales, y en la
mufieca rota de la niiia encerrada en un campo de concentraci6n que ms
tarde lega a ser la Morgana, una fata morgana, hechicera y juez. La escena en el burdel es una dramatizaci6n de los cuadros horrendos de Herr
Urs, un mundo pitrido de degradaci6n y de bestialidad, una visi6n fantasmag6rica que prefigura las atrocidades de los nazis y que tambien es el
simbolo del infierno matrimonial de Javier y de Elizabeth:
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Las putas y los monjes hipnotizados por ese infimo mufieco infame
salido del falso parto de la Palida para enfrentarse a nuestras manos de largas ufias, a nuestras c6pulas fecales, a nuestros esqueletos
recorridos por enjambres de moscas, a nuestras sonrientes y cercenadas cabezas de toro y jabali, estipidas y feroces. (402).
El yo en Cambio de piel se vuelve psicodelico; la Palida/Elizabeth experimenta varias transformaciones y aparece como. la Virgen Maria, Jeanne
Fery, y a la morena misteriosa de la ventana. Porque no existe un yo unificado y aut6nomo excepto el yo creador del artista, cuyo poder imaginative
sostiene a los personajes, ellos tiemblan, se tuercen, desaparecen para reaparecer como contrarios, se funden uno con otro, se mueren para resucitar
ir6nicamente, como la figura de Herr Urs que renace como un titere manipulado por el Narrador. El yo se vuelve imagen. Es conjurado, multiplicado, dividido, fundido con el cine, la escultura, la pintura y la misica,
exaltado por la ilusi6n y nivelado por la caricatura, y transportado a un
tiempo mitico y onirico. La unidad y la continuidad del yo desaparecen y
son reemplazados por el enajenamiento y la desintegraci6n. Es Cambio de
piel una, narrativa fuerte y pulsante del yo plural, proteiforme y fantasmal, un yo a la vez poetico y mordazmente ir6nico.
LANIN A. GYURKO
Yale University
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