LFLACSO-09-Lauderbaugh ( 583.37 KB )

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Beatriz Zepeda, compiladora
Ecuador: relaciones internacionales
a la luz del bicentenario
Ecuador: relaciones internacionales a la luz del bicentenario / compilado por Beatriz Zepeda.- Quito:
FLACSO, Sede Ecuador, 2009. (Colección Bicentenario)
368 p. : ilus.; fotos; mapas
ISBN : 978-9978-67-224-2
RELACIONES INTERNACIONALES ; POLÍTICA EXTERIOR ; ECUADOR ; HISTORIA
Índice
327.866 - CDD
© De la presente edición:
FLACSO, Sede Ecuador
La Pradera E7-174 y Diego de Almagro
Quito-Ecuador
Telf.: (593-2) 323 8888
Fax: (593-2) 323 7960
www.flacso.org.ec
AECID
Av. 12 de Octubre N24-593 y
Gral. Francisco Salazar
Edificio Plaza 2000, piso 10
Quito-Ecuador
Telf.: (593-2) 250 1118
www.aecid.ec
SEGIB
Secretaría General Iberoamericana
Paseo de Recoletos, 8
Madrid 28001-España
Telf.: +34 91 590 19 80
www.segib.org
ISBN: 978-9978-67-224-2
Cuidado de la edición: Cristina Mancero
Diseño de portada e interiores: Antonio Mena
Imprenta: Rispergraf
Quito, Ecuador, 2010
1ª. edición: enero de 2010
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
7
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
11
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
13
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Beatriz Zepeda
15
Separar y unir: algunas preguntas sobre la formación
de las nuevas naciones andinas y sus relaciones a principios
de la independencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Marie-Danielle Demélas
Traductores de la libertad. Filadelfia y la difusión
del republicanismo en Hispanoamérica . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Rafael Rojas
Ecuador se inserta en el sistema de Estados:
las relaciones internacionales de Ecuador
entre 1830 y 1870 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Carlos Espinosa
27
45
77
Ecuador: relaciones internacionales a la luz del bicentenario / compilado por Beatriz Zepeda.- Quito:
FLACSO, Sede Ecuador, 2009. (Colección Bicentenario)
368 p. : ilus.; fotos; mapas
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Cuidado de la edición: Cristina Mancero
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Quito, Ecuador, 2010
1ª. edición: enero de 2010
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Beatriz Zepeda
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Separar y unir: algunas preguntas sobre la formación
de las nuevas naciones andinas y sus relaciones a principios
de la independencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Marie-Danielle Demélas
Traductores de la libertad. Filadelfia y la difusión
del republicanismo en Hispanoamérica . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Rafael Rojas
Ecuador se inserta en el sistema de Estados:
las relaciones internacionales de Ecuador
entre 1830 y 1870 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Carlos Espinosa
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Ecuador y España a través del trato del general Flores
con la Familia Real española: testimonios epistolares . . . . . . . .
Ana Gimeno Gómez
107
Ecuador y Colombia: afirmación autoidentitaria
y conflicto en la era republicana temprana . . . . . . . . . . . . . . . .
Tomás Uribe Mosquera
149
México en Quito. Influjo de los embajadores
mexicanos y su receptividad en el Ecuador
de los años 1925-1950 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Rafael Quintero López
195
El conflicto limítrofe con Perú como eje ordenador
de la política exterior ecuatoriana (1942-1998) . . . . . . . . . . . . .
Francisco Carrión Mena
233
Estados Unidos y Ecuador durante la
Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia . . . . . . . . .
George M. Lauderbaugh
265
Las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos
durante la Guerra Fría, del fin de la década del cuarenta
a inicios de los años sesenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Ronn Pineo
Prólogo
297
Ecuador en el mar. Materialismo, seguridad e identidad
en la política exterior de un país periférico . . . . . . . . . . . . . . . .
Guillaume Long
331
Sobre las autoras y los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
365
La Colección Bicentenario recoge el trabajo de académicos, nacionales e
internacionales, que en 2009, ducentésimo aniversario de la Revolución
de Quito, acudieron a la invitación de FLACSO para desarrollar una
agenda conjunta de investigación que permitiera crear conocimiento sobre actores y trayectorias fundamentales en la configuración del Estado
nacional ecuatoriano.
Esta conmemoración nos remite a una lectura del complejo proceso de
formación del Estado nacional en un contexto postcolonial. Se indagan los
retos de integración, las visiones contrastantes de lo nacional, las tensiones
y negociaciones respecto de la configuración del Estado. Un eje transve rsal a todos los grupos de trabajo fue el estudio de las configuraciones del
poder político, con atención a las memorias en conflicto y las negociaciones que marc a ron la trayectoria de distintos actores en este proceso.
Los volúmenes que forman parte de este esfuerzo recogen las ponencias presentadas en el seminario “Poder, política y repertorios de la movilización social en el Ecuador Bicentenario”, que tuvo lugar en Quito entre
el 11 y el 13 de noviembre de 2009. Estos trabajos proponen periodizaciones sobre la trayectoria de distintos campos en formación: política
interna e internacional, cultura, actores e instituciones. El programa de
investigaciones que dio origen a la colección estuvo atravesado por discusiones teóricas e historiográficas, así como por consideraciones sobre el
interés contemporáneo en repensar la historia ecuatoriana. En resumen,
el objetivo fue reflexionar sobre el significado actual de la memoria política en el contexto del bicentenario.
7
Francisco Carrión Mena
Espinosa, Carlos (1999). “La negociación como terapia: memoria, identidad y honor nacional en el proceso de paz Ecuador-Pe rú”. En EcuadorPe rú, horizontes de la negociación y el conflicto: 1-28. Quito: FLACSO.
García Velasco, Rafael (1965). El problema territorial ecuatoriano. Quito:
Casa de la Cultura Ecuatoriana.
Luna Tobar, Alfredo y Julio Tobar Donoso (1979). Derecho Territorial
Ecuatoriano. Quito: Ediciones del Sol.
Paredes, Rafael (1991). Antecedentes del problema territorial: posiciones
adoptadas por Ecuador desde la suscripción del Protocolo de Río de Janeiro. Quito: Ministerio de Relaciones Exteriores.
Quintero, Rafael y Erika Silva (2001). Ecuador, una nación en ciernes.
Quito: Editorial Universitaria.
Estados Unidos y Ecuador durante
la Segunda Guerra Mundial:
conflicto y convergencia
George M. Lauderbaugh*
Introducción
La Segunda Guerra Mundial tuvo un enorme impacto en las relaciones
diplomáticas entre Estados Unidos y Ecuador. Antes de la guerra, los dos
países mantenían una relación cordial, pero muy difícilmente se consideraban entre ellos como socios importantes en cualquier esfuerzo significativo de cooperación. Sin embargo, durante la guerra, las dos naciones
alcanzaron un extraordinario período de cooperación que fue, en su mayor parte, mutuamente provechoso. Por ejemplo, Estados Unidos necesitaba establecer una base militar en Ecuador para desarrollar sus intereses
estratégicos en la región. Ecuador, por su parte, necesitaba que Estados
Unidos lo ayudara a proteger la integridad de su territorio en su disputa
con Perú. Ecuador esperaba, además, que su cooperación con Estados
Unidos tuviera efectos en su desarrollo económico y modernización. Esta
convergencia de intereses representa, sin duda, el punto más alto en la historia diplomática de las relaciones entre Estados Unidos y Ecuador.
Aun así, el período de guerra no estuvo libre de conflictos. Existieron
serios desacuerdos, especialmente en torno a las acciones de los Estados
Unidos en la disputa entre Ecuador y Perú. Otro aspecto que generó
divergencias fue el traslado de ciudadanos alemanes desde Ecuador a campos de internamiento en los Estados Unidos. Sin embargo, aun cuando
*
264
Traducción de Beatriz Zepeda y María Luisa Ortega.
265
George M. Lauderbaugh
Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
estos conflictos fueron importantes, no impidieron a los Estados Unidos
o a Ecuador lograr sus principales objetivos a través de la cooperación
durante la Segunda Guerra Mundial.
De alguna manera, ambos países se “descubrieron” el uno al otro durante la guerra. En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, la misión
diplomática norteamericana en Quito era una de las más pequeñas en toda Latinoamérica. De igual manera, Ecuador mantenía solamente un reducido equipo diplomático en Washington y un Consulado general en la
ciudad de Nueva York. Los otros puestos consulares eran más bien honorarios y normalmente estaban a cargo de hombres de negocios ecuatorianos. Hasta 1939, Estados Unidos no tenía una misión militar en Ecuador.
El ejército ecuatoriano recibía su entrenamiento y educación desde Europa –esto cuando se estaba en posibilidades de financiar dicha asistencia–. En contraste, durante la guerra miles de militares estadounidenses y
personal naval estarían en servicio en Ecuador. Además, numerosos
miembros del servicio civil estadounidense, pertenecientes a una serie de
departamentos, arribaron a Ecuador para poner en marcha una variedad
de proyectos de desarrollo agrícola y económico. Así, como consecuencia
de la guerra, Estados Unidos se convirtió en el país más importante para
Ecuador, con la posible excepción de sus vecinos, Colombia y Perú. Si
bien Ecuador no se convirtió en el país más importante para Estados Unidos como resultado de la guerra, Estados Unidos tomó conciencia de la
importancia estratégica de Ecuador, y Washington comenzó a prestar más
atención a esta pequeña nación andina.
potencial base desde la cual atacar el Canal–. Estados Unidos había codiciado desde tiempo atrás el archipiélago de Galápagos, el cual veía como
el talón de Aquiles de la defensa del Canal de Panamá1. Estados Unidos
creía que el Canal sería atacado por Japón, ya sea por una fuerza transportada en portaaviones o por aeronaves salidas desde Galápagos. Los estrategas americanos consideraban también la posibilidad de que Alemania
lanzara un bombardeo al Canal desde una base secreta ubicada en la
región amazónica2.
Si bien la ubicación estratégica era el principal motor de los intereses
americanos en Ecuador, había también otros factores a considerar. Para
empezar, Estados Unidos esperaba establecer una red de países clientes en
Latinoamérica con gobiernos que apoyasen sus objetivos e ideologías políticas. Este objetivo –creían los estadounidenses– podía ser fácilmente obstruido por la influencia alemana en Ecuador. En efecto, hacia finales de
la década de los treinta, Alemania tenía ventajas importantes sobre Estados Unidos con respecto a Ecuador. Éstas incluían una considerable población expatriada viviendo en Ecuador (4 000 alemanes en comparación
con 400 ciudadanos americanos), un activo colegio y club alemanes, varias compañías, incluyendo la aerolínea Sociedad Ecuatoriana de Transportes Aéreos (SEDTA), así como un pequeño, pero muy entusiasta, contingente del Partido Nazi. Además, Alemania tenía el apoyo de grupos italianos y japoneses en Ecuador, al igual que el de una rama de la falange
española. Otra ventaja para Alemania era la presencia de su organización
de noticias internacionales, Transocean, la cual lanzó una fuerte campaña
propagandística para presentar la versión alemana de la guerra en América
Latina. Además, Ecuador era una potencial fuente de obtención de la corteza de donde se extrae la quinina, al igual que de aceite, caucho, balsa,
semillas de tagua y otros productos que podían ser empleados en el esfuerzo bélico.
Los intereses estratégicos de Estados Unidos en Ecuador
El principal interés estratégico de Estados Unidos en Ecuador derivaba de
la ubicación geográfica de este país. Situado en el punto más occidental
de Sudamérica, entre Perú al sur y al este, y con Colombia al norte,
Ecuador también incluía el mundialmente renombrado Archipiélago de
Galápagos. Las Islas Galápagos, localizadas en el Océano Pacífico a aproximadamente mil millas al oeste del Canal de Panamá, ofrecían una excelente ubicación para la activa vigilancia del Canal –o en su defecto, una
266
1
2
“Procurement, Occupation and Use of Air Bases in the Galapagos Islands and at Salinas
Ecuador”. Record Group 165, OPD, file 1945, box 177 580.82 TS 1. National Archives and
Records Service (en adelante, citado como NARS).
“Necessary Airfield Developments at Manaos, Brazil”, 3 de enero de 1942, file 3 461 08-3,
United States Air Force Historical Research Agency (en adelante, USAFHRA).
267
George M. Lauderbaugh
Los intereses estratégicos de Ecuador
Las preocupaciones de Ecuador en materia de seguridad en el período
1939-1945 no estaban enfocadas en Alemania o Estados Unidos, sino en
Perú. Ecuador y Perú habían estado involucrados durante largo tiempo en
una disputa territorial sobre una vasta región de la –alguna vez remota–
cuenca superior del Amazonas. El área en cuestión era una sección triangular ubicada al este de los Andes, a la cual los ecuatorianos se refieren como el Oriente, y que limita al sur con los ríos Marañón y Amazonas, y al
norte y este, con el Putumayo. Los intentos por resolver la disputa mediante negociaciones bilaterales o multilaterales desde 1830 no habían
alcanzado resolución alguna. El último intento importante se había llevado a cabo en la Conferencia de Washington de 1936-1939, patrocinada
por Estados Unidos3.
Las hostilidades entre ambos países se iniciaron el 5 de julio de 1941,
cerca de los pueblos de Huaquillas y Charcas en el río Zarumilla. El 22
de julio, Perú lanzó una gran ofensiva, y los ecuatorianos, inferiores en
número en una proporción de cuatro a uno y sin armamento alguno o
apoyo aéreo, fueron vencidos rápidamente. Para el 25 de julio, un implacable ataque aéreo peruano, llevado a cabo con bombarderos vendidos a
Perú por Italia y Estados Unidos, acabó con la resistencia ecuatoriana. El
ejército peruano penetró en la provincia ecuatoriana de El Oro mientras
su marina bloqueaba Guayaquil y bombardeaba Puerto Bolívar. El 31 de
julio, Ecuador aceptó los términos de cese al fuego de Perú (Zook, 1964:
155-160). El Dr. Julio Tobar Donoso, ministro de Relaciones Exteriores
del Ecuador, escribió: “desarmado y aniquilado, Ecuador se resignó a esta
medida que constituía la amputación de su soberanía” (Tobar Donoso,
1982: 216).
La guerra entre Ecuador y Pe rú amenazaba con resquebrajar la solidaridad entre los países del hemisferio que Estados Unidos había construido
cuidadosamente en las Conferencias de La Habana y Panamá. Ecuador se
e n f rentaba no solo a la pérdida del área en disputa, sino también a la posible pérdida de territorio que era, sin duda alguna, ecuatoriano. Ec u a d o r
3
Para detalles sobre esta conferencia, ver Lauderbaugh, 1999.
268
Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
deseaba que la invasión terminara, pero no tenía más medios para lograrlo que la diplomacia. La situación creó un conflicto con las políticas americanas, y éste se intensificó cuando Estados Unidos se involucró en la
Segunda Guerra Mundial el 8 de diciembre de 1941. Sumner Welles, subsecretario de Estado, estaba decidido a presentar un frente hemisférico
unido en contra del Eje e intentó resolver rápidamente la cuestión ecuatoriana en la Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores que se llevó
a cabo en enero de 1942, en Río de Janeiro. Welles encontró apoyo para
su iniciativa en el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Oswaldo
Aranha. Ambos diplomáticos trabajaron para evitar que se cumpliera la
amenaza de Ecuador de abstenerse de participar en la sesión plenaria si no
se daba una resolución a la disputa que estuviera a su favor.
Welles dejó que Aranha tomara el liderazgo para convencer a Ecuador
de que su única alternativa era renunciar a su exigencia sobre el territorio
en disputa, a cambio del retiro de las tropas peruanas de territorio ecuatoriano. Aranha le dijo abiertamente a Tobar Donoso: “un país sin límites es como un hombre sin piel. Si no resuelve la disputa ahora, Perú continuará con la invasión. No es posible tener términos preliminares, es mejor perder una extremidad que el cuerpo completo” (Tobar Donoso,
1982: 369). Al constatar que Estados Unidos, Argentina, Brasil y Chile
no intervendrían a su favor, Ecuador, renuentemente, firmó el Protocolo
de Paz, Amistad y Límites, que se llegó a conocer simplemente como el
Protocolo de Río. Mediante este acuerdo, Ecuador accedió a renunciar a
la mayor parte del área en disputa. Además, Perú y Ecuador acordaron el
establecimiento de una comisión limítrofe para que delineara la frontera.
Este proceso sería monitoreado por Estados Unidos, Argentina, Brasil y
Chile, quienes asumieron el rol de garantes del Protocolo.
El Protocolo de Río fue sin duda la consecuencia más significativa de
la Segunda Guerra Mundial para Ecuador. Además de la pérdida de potencial territorio y de acceso al río Amazonas, el Protocolo de Río se convirtió en un candente asunto interno manejado por los políticos populistas para desacreditar a los gobiernos de turno. Cuando el presidente Carlos Alberto Arroyo del Río fue derrocado por un golpe de Estado en
1944, esto se debió en gran medida a que se le imputaba haber entregado el territorio nacional al Perú. Más tarde, el político más controvertido
269
George M. Lauderbaugh
Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
del Ecuador y cinco veces presidente, José María Velasco Ibarra, declararía nulo e inválido este Protocolo y lo utilizaría para intensificar el patriotismo ecuatoriano y profundizar el rencor hacia Perú.
El Protocolo de Río es un ejemplo del conflicto entre las visiones y
políticas de Ecuador y los Estados Unidos. No obstante, el Protocolo no
impidió al Ecuador cooperar con Estados Unidos durante la Segunda
Guerra Mundial. Esta colaboración, que en gran medida derivaba de cálculos de seguridad, traería consigo ventajas considerables para Ecuador.
En efecto, al autorizar a Estados Unidos la construcción de bases aéreas
y navales en Salinas y en la Isla Seymour del Archipiélago de Galápagos,
Ecuador se aseguraba, en cierta medida, el hecho de que la presencia militar de Estados Unidos disuadiría a Perú de reanudar operaciones militares en su contra. Adicionalmente, Ecuador ganaría peso diplomático al
hacer una contribución positiva a la defensa del hemisferio. Finalmente,
el país recibiría fondos para modernizar sus Fuerzas Armadas, y apoyo
económico para el desarrollo de infraestructura civil.
blecer bases en Galápagos a través de la SEDTA, la aerolínea comercial
formada y controlada por alemanes.
Estados Unidos inició un programa de desarrollo aerotécnico y tomó a
Pan American Grace Airways (PA N AGRA) como contratista para la const rucción de campos aéreos con futuros usos militares. Cuando SEDTA
hizo una oferta más atractiva que PANAGRA para el transporte de pasajeros y de carga y solicitó permiso para abrir rutas a Galápagos y al Oriente, la inteligencia norteamericana se convenció de que se trataba solo de
una débil fachada de los agentes alemanes (Hall y Peck, 1941: 360). La
inteligencia norteamericana aseguraba que los trimotores Junker 52, propiedad de SEDTA, podían ser fácilmente alterados con fines militares y
que tenían la posibilidad de transportar misiles5. En este contexto se hicieron planes para dar apoyo militar norteamericano al presidente pro estadounidense del Ecuador, Carlos Alberto Arroyo del Río, en caso de producirse un golpe de Estado auspiciado por los alemanes. El establecimiento de una base norteamericana en Salinas, en las costas del Pacífico, posibilitaría la implementación de dichos planes. Sin embargo, la competencia de PANAGRA, la presión de Estados Unidos sobre el gobierno ecuatoriano para negar a SEDTA las rutas requeridas, la reducción de subsidios por parte de Alemania y la muerte de Fritz Hammer, fundador de
SEDTA, en un trágico accidente en las faldas del Pichincha, provocaron
la quiebra de la aerolínea y su nacionalización por parte de Ecuador en
septiembre de 1941 (Davies, 1984: 274).
En septiembre y octubre de 1940 tuvo lugar una conferencia entre los
representantes militares de Ecuador y Estados Unidos para establecer las
bases bilaterales para la futura defensa del hemisferio. La declaración
comprensiva de política, que se hizo con esa ocasión, delineaba un plan
de cooperación militar que incluía el intercambio de inteligencia, planes
de contingencia para reforzar a las Fuerzas Armadas ecuatorianas en caso
de un ataque de una potencia no americana, el trazado de mapas aéreos y
un intercambio de información técnica6. Este memorando representó un
La seguridad en Ecuador
En 1938 Estados Unidos comenzó a interesarse en las Fuerzas Armadas
ecuatorianas para contrarrestar la influencia alemana. A los estrategas norteamericanos les preocupaba que el territorio ecuatoriano, especialmente
las Islas Galápagos, pudieran ser utilizadas como bases para lanzar un ataque al Canal de Panamá. El general David Stone, comandante del Departamento del Canal de Panamá de las Fuerzas Armadas, informó en
1939 al Departamento de Guerra que las Islas Galápagos eran una locación ideal para ubicar un sistema de alerta temprana de gran alcance, y
una base para reforzar estratégicamente el frente defensivo del Canal4.
Stone había sido autorizado por el ejército ecuatoriano para realizar un reconocimiento de las islas el año anterior, y al igual que él, otros oficiales
norteamericanos creían que Alemania estaba también interesada en esta-
5
4
Letter Commanding General Panama Canal Department to TAG, “Acquisition of Galápagos
and Cocos Islands”, 5 de enero de 1939, file 3 461 08-3, USAFHRA.
270
6
Naval Intelligence Report, Peru Aviation Material Planes All Types, 31 de marzo de 1941,
Record Group 59, box 5505, NARS.
“Galápagos, Preliminary Historical Study”, Panama Canal Department, junio 1946, file 461041, USAFHRA: 10-11.
271
George M. Lauderbaugh
Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
logro significativo para Estados Unidos, ya que el Ejército ecuatoriano era
la estructura política mejor organizada del país. El cortejo a los militares
continuó con el establecimiento de una misión de aviación militar y el 24
de julio de 1941 el presidente Roosevelt asignó 275 000 dólares de su
fondo de emergencia para el desarrollo de instalaciones de entrenamiento aéreo en Salinas y Quito7.
Tras el ataque japonés a Pearl Harbor, Ecuador inmediatamente puso
a disposición sus costas para el establecimiento de bases aéreas y navales.
Salinas, situada en la Bahía de Guayaquil, ofrecía buenas perspectivas para
una base aérea. Por una parte, existía ya un campo aéreo civil en ese lugar
ocupado por PANAGRA; por la otra, Salinas se presentaba como un excelente punto de escala para los aviones en ruta hacia Galápagos. La base
también funcionaría como el tercer punto de un área de protección triangular para aviones encargados de patrullar el área entre Panamá, Galápagos y Salinas. El 24 de enero de 1942, el coronel Alberto Romero, ministro de Defensa del Ecuador, y el brigadier general E.B. Lyon, representante del Comando de Defensa del Caribe, firmaron el primero de varios
acuerdos relacionados a la base aérea de Salinas. El convenio dio paso a la
construcción inmediata de una base aérea, al uso prioritario por parte de
Estados Unidos del ferrocarril de Salinas a Guayaquil, y al acceso al sistema de carreteras. Estados Unidos tendría control policial sobre su propio
personal dentro de los límites de la base, mientras que Ecuador asumiría
la responsabilidad por la expropiación de la propiedad privada sobre la
que se asentaría la base y conservaría la soberanía sobre el territorio.
Estados Unidos aceptó pagar 35 000 dólares para cubrir los gastos de expropiación y recibió autorización para hacer mejoras sanitarias en el área8
. Poco tiempo después, escuadrones de bombarderos y de cazas estarían
operando desde la base aérea de Salinas y, en el punto de mayor actividad,
en diciembre de 1942, 150 oficiales y 2 300 soldados estarían asignados
a Salinas9.
Estados Unidos también aspiraba a establecer un campo aéreo en Galápagos, pero el tema resultaba complejo debido a que varios miembros
de la Cámara de Representantes de Estados Unidos habían estado presionando al gobierno estadounidense para que buscara la adquisición o el
arrendamiento a largo plazo de las islas, propuesta que, con certeza, ofendería a Ecuador. Finalmente, los acuerdos para establecer una base americana en la Isla Baltra fueron de naturaleza informal. El coronel Romero
dio su consentimiento verbal y la construcción inició el 15 de febrero de
1942. Un escuadrón de bombarderos y de cazas también fue asignado a
la base de la Isla Baltra y, eventualmente, el fortín se convirtió en el hogar
de 2 474 estadounidenses10.
7
8
9
“Salinas Historical Report”, Panama Canal Department, 1946, file 461, USAFHRC: 11 (en
adelante, citado como “Salinas”).
“Salinas”.
“Salinas”: 77.
272
Se cierran las bases
A mediados de 1944, era evidente que las bases ya no eran necesarias. Las
operaciones en ambas fueron reducidas, pero continuaron hasta el final de
la guerra. Una vez finalizada ésta, Estados Unidos tuvo que decidir sobre
el futuro de las bases.
La base de Salinas no se consideraba tan importante como la de Galápagos. Más aún, el alto costo de construcción y los requerimientos defensivos futuros del Canal de Panamá hacían que la conservación de la
base de Galápagos fuera extremadamente deseable a los ojos del Comando de Defensa del Caribe. Por esta razón, el general Brett desarrolló
un plan para utilizar la cesión de la base de Salinas como un incentivo para llegar a un acuerdo con el gobierno ecuatoriano sobre el uso extendido
de la base de Galápagos. En agosto de 1944, parte de la base fue designada para uso común. Además, se presentó una propuesta a Ecuador para la
transferencia del total de las instalaciones. Se esperaba que el “regalo” de
Salinas tranquilizara a la opinión pública en Ecuador e hiciera el arriendo
de Galápagos políticamente apetecible11.
10 “Galápagos, Preliminary Historical Study”, Panama Canal Department, junio de 1946, file 461041, USAFHRA, sin número de página.
11 “Salinas”: 50.
273
George M. Lauderbaugh
El astuto plan de Brett no carecía de méritos y casi habría funcionado,
de no ser por los desarrollos políticos tanto en Estados Unidos cuanto en
Ecuador. Así, el gobierno amigable del presidente Arroyo del Río fue derrocado por un golpe de Estado el 28 de mayo de 1944. En su lugar se
posesionó José María Velasco Ibarra, el caudillo más controvertido y colorido en la turbulenta historia de ecuador. Velasco comprendía la frustración de su pueblo frente a la humillante derrota en la guerra con Perú. Si
los “gringos” querían conservar la base de Galápagos, el precio sería de
cien millones de dólares (Blanksten, 1964: 42-44). A pesar de su retórica
y exigencias, Velasco dejó la puerta abierta a las negociaciones. Sin embargo, el senador norteamericano Kenneth McKellar, de Tennessee, sin
saberlo, azotó esa puerta cuando presentó una resolución en la que hacía
un llamado al presidente de Estados Unidos “para entrar en negociaciones con la República del Ecuador con el objetivo de obtener las Islas Galápagos como una posesión permanente de Estados Unidos”. Si bien la
resolución no se sometió a votación, el Congreso ecuatoriano rápidamente enmendó la Constitución para prohibir cualquier transferencia de territorio. Pese a estos obstáculos, las negociaciones continuaron hasta 1946,
aunque sin resultado.
La base aérea de Salinas fue transferida al Ecuador el 1 de febre ro de
1946. La entrega fue cordial y el equipo, los sistemas de comunicaciones y
auxiliares de navegación permanecieron en la base. Los vehículos y aviones
f u e ron retirados12. La base se ha mantenido en operación hasta el presente. Actualmente, alberga la Academia de la Fuerza Aé rea Ecuatoriana y ha
funcionado como un sitio para la realización de prácticas conjuntas de las
Fuerzas Aéreas Estadounidenses y la Fuerza Aé rea Ecuatoriana (FAE).
En contraste, la entrega de la base de la Isla Baltra, si bien se llevó a
cabo bajo el régimen civil, no resultó tan amistosa. A la evacuación se le
dio el nombre en código de “Proyecto Mango” y el plan preveía el retiro
de todo el equipo, a excepción de las instalaciones fijas. Lo que resultaba
demasiado caro de retirar debía ser destruido “mediante fuego, abandono
en el mar u otro medio de destrucción apropiado”13.
Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
Base Aérea de Salinas, 29 de abril de 1944. Cortesía de Air Force Historical Research Agency,
Base de la Fuerza Aérea Maxwell, Alabama, Estados Unidos
La presencia alemana y nazi en Ecuador
12 “Salinas”: 50.
13 “Plan for Execution of Project Mango”, Sixth Air Force, 16 abril de 1946, file 464 04-4,
USAFHRA.
Tras la Primera Guerra Mundial, inmigrantes alemanes comenzaron a llegar al Ecuador en busca de oportunidades. Ellos quedaron fascinados por
la diversidad exótica de la topografía ecuatoriana, al tiempo que encontraron un entorno relativamente familiar, pues Quito estaba rodeado de
volcanes como el Pichincha, el Cotopaxi y el Cayambe, que indudablemente les recordaban los Alpes. Hacia la década de los treinta, algunos inmigrantes alemanes habían establecido carnicerías, restaurantes y casas de
huéspedes, negocios de importación y exportación y empresas agrícolas,
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George M. Lauderbaugh
Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
mientras otros habían encontrado empleo en compañías ecuatorianas e
internacionales. Más aún, se estableció una floreciente comunidad alemana en Quito alrededor del Colegio Alemán y del Club Social Alemán.
Fritz Hammer, un piloto veterano de la Primera Guerra Mundial, había
fundado, junto con otros socios, la Sociedad Ecuatoriana de Transportes
Aéreos (SEDTA), una aerolínea que ofrecía servicios de transporte para
pasajeros, y de carga entre Quito, Guayaquil y Cuenca, al tiempo que
buscaba expandir sus rutas a Galápagos y al Oriente, las regiones más remotas del Ecuador. Es importante mencionar que muchos de los inmigrantes alemanes que llegaron a Ecuador después de la Primera Guerra
Mundial o escapando de la crisis económica que se experimentó en los
años tempranos de la República de Weimar, consideraron al Ecuador como su nueva patria y no tenían intenciones de volver a su tierra natal.
Muchos de estos “buenos alemanes”, como más tarde los denominará la
Legación estadounidense, rechazarían el Partido Nazi y se horrorizarían
cuando los nazis comenzaran a dominar el Colegio Alemán y el Club Social Alemán. Algunos de estos “buenos alemanes” eventualmente se unirían al esfuerzo americano para liberar a Ecuador de la influencia nazi.
Ecuador resultó ser también un destino atractivo para un ex capitán
del ejército austríaco, Irving Hauptmann, quien a su llegada en 1931 tomó el nombre del Dr. Alfredo Enrique Cuhne. Cuhne –más tarde se
sabría– fue un miembro del Partido Nazi y, en su momento, llegó a ser el
agente más peligroso e influyente de este partido en Ecuador. Hombre
misterioso con un pasado accidentado, Cuhne fue descrito por el ministro de la Legación estadounidense como “de complexión media, cinco
pies ocho pulgadas de altura, rubio, ojos azules, tez pálida, nariz aguileña,
de amplia frente y barbilla puntiaguda”14. Inicialmente, Cuhne encontró
trabajo en Ecuador como administrador de la extensa hacienda de un
acaudalado hacendado de Guayaquil. Pronto se presentó como un experto en enfermedades tropicales; se granjeó la confianza de la comunidad
médica de Guayaquil y se ganó el sobrenombre de “sabio”. A lo largo de
1933 y 1934, Cuhne distribuyó medicinas de patente en Cuenca y sus
comunidades aledañas. Incluso se adentró en pueblos remotos del
Oriente. Curiosamente, nunca cobró por sus servicios.
En 1935, Cuhne se dirigió a Quito y se presentó ante el presidente
Federico Páez, quien había asumido el poder tras un golpe de Estado.
Cuhne aseguró ser un perito militar y ofreció trazar un mapa estratégico
relativo a la disputa limítrofe entre Ecuador y Perú, que era el problema
internacional más importante que enfrentaba la pequeña República. Para
congraciarse con Páez, Cuhne ofreció sus servicios gratuitamente, argumentando que su único anhelo era ayudar al país que él había llegado
a amar y del cual intentaba hacer su hogar por el resto de su vida. El mapa
se realizó, el Alto Comando Ecuatoriano lo consideró de primera calidad
y declaró a Cuhne como benefactor de la nación15.
Páez estaba tan impresionado con el misterioso extranjero que cuando
se enteró de su supuesta experiencia como Jefe de la Agencia de Detectives
de Viena, le ofreció el cargo de Jefe de Detectives en Ecuador. El astuto
Cuhne rechazó el cargo, pero ofreció, a cambio, servir como experto consejero en la joven división. Pocas semanas después, Cuhne se había convertido en el consejero confidencial de Páez y muy expertamente organizó al equipo de detectives que espiaría a los enemigos del presidente.
Cuhne también hizo uso libre de las arcas públicas para enriquecerse
junto con sus allegados. Se le concedió una extensión de tierra cerca de
Baños, la cual convertiría en una plantación de caña de azúcar. Cuando
Páez fue derrocado por el general Enríquez en 1937, Cuhne perdió su influencia. Sin embargo, ya había acumulado suficiente riqueza para vivir
cómodamente. El general Enríquez, con su fuerte desagrado por Cuhne,
lo hizo arrestar acusándolo de espiar para el Perú. Durante el proceso judicial, se reveló que Cuhne no era un médico como pretendía. Una de las
pruebas presentadas fue su diploma médico que, pese a haber sido supuestamente emitido por una universidad austríaca, estaba escrito en español. También fue acusado de “desviación” sexual, llegando un testigo a
denunciar su inclinación por las mujeres menores de edad. Cuhne fue encarcelado en la penitenciaría de Quito por un año, tiempo durante el cual
14 Boaz Long a Cordell Hull, Despatch No. 1276 “Report on the Life and Activities of Dr. Alfredo
Enrique Cuhne; Agent of the Nazi Party”, 24 de septiembre de 1940, RG 165, box 731, NARS.
15 Boaz Long a Cordell Hull, Despatch No. 1276 “Report on the Life and Activities of Dr. Alfredo
Enrique Cuhne; Agent of the Nazi Party”, 24 de septiembre de 1940, RG 165, box 731, NARS.
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Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
llegó a ser amigo del director y se dedicó a ordenar los archivos, además
de organizar un sistema de registro de todos los internos e instalar una biblioteca. Una vez más, Cuhne había logrado convertir una mala situación
en una a su favor, y cuando salió de prisión, se le felicitó por su trabajo.
Su liberación coincidió con el colapso de la administración de Enríquez.
No se sabe con exactitud cuándo se vinculó Cuhne al Partido Nazi y
ofreció sus servicios al Tercer Reich. Alguna vez declaró que cuando Austria formó parte de Alemania, él decidió unir fuerzas con los nazis, pues
tenía que encontrar un medio para vivir. Cuhne resultaba un agente ideal
en Ecuador para los nazis dado que conocía bien el país y sus grupos de
poder. Además, tenía información confidencial de sus días en la División
de Detectives durante la presidencia de Páez. Adicionalmente, tenía contactos con el Dr. Augusto Egas, líder el Partido Liberal en la provincia de
Pichincha, que incluía a Quito. Otro de los amigos de Cuhne era Pablo
Huras, un alemán casado con la hermana del Dr. Homero Viteri Lafronte. El Dr. Viteri había servido alguna vez como embajador de Ecuador
ante Estados Unidos y era, así, una potencial fuente de información. La
influencia creciente de Cuhne sobre la Embajada alemana quedó evidenciada cuando el ministro alemán, Dr. Eugen Klee, anunció que el título
nobiliario de Cuhne había sido restaurado por el gobierno alemán. Klee
también condecoró a Cuhne por sus servicios durante la Primera Guerra
Mundial, otorgándole el estatus de “As de la Aviación”16.
Se decía que Cuhne había recurrido a sus conexiones para recibir documentos confidenciales del Ministerio de Relaciones Exteriores del
Ecuador y que tenía contactos en el Congreso ecuatoriano. Los enemigos
de Cuhne intentaron deportarlo, pero esto también funcionó a favor del
austríaco. En una ocasión, el director de inmigración fue despedido por
sus intentos de deportar a Cuhne. Aunque Cuhne enfrentaba el proceso
de deportación, permanecía en Ecuador. Interminables retrasos de toda
índole impidieron que el caso se resolviera formalmente.
La organización formal nazi en Ecuador estaba liderada por Walter Giese,
Landesgruppenleiter (coordinador nacional), quien también había serv i d o
como Jefe de Inteligencia de la Gestapo. Giese contaba con la asistencia de
su segundo en comando, Reinaldo Schwalberg. Aunque el Dr. Eugen Klee,
ministro de la Legación alemana, era el representante oficial del gobierno alemán en Ecuador, recibía órdenes de Giese, muy probablemente debido a que
Klee no era un miembro entusiasta del Partido. Otras secciones incluían el
mismo Pa rtido Nazi, liderado por el Gauleiter (líder regional) F.P. Partmus;
la división de Inteligencia, a cargo de la Gestapo, liderada por Giese; la de
Hacienda, encabezada por Heinz Zander; la Comandancia de la Fuerza
Aérea, liderada por H. D. Baumbach; y las divisiones de la SA y la SS lideradas por Wilhelm Schneider. La sección de Partmus era la más grande y se
subdividía en Hilfsverein (asociación de voluntarios), Frente del Trabajo, la
Juventud de Hitler, el Colegio Alemán, el Club Alemán, y la Unidad de
Prensa y Propaganda. También había secciones del Pa rtido en Riobamba,
Guayaquil y Cuenca. La Unidad de Prensa y Propaganda supervisaba las
operaciones de la estación de radio y de la agencia noticiosa Transocean, que
encabezaba los esfuerzos nazis para persuadir al público ecuatoriano de re spaldar a Alemania en la guerra. Bajo la supervisión de la sección de la Fuerza
Aérea se encontraba la SEDTA, administrada por Paul Degetau, quien era
apoyado por el Jefe de Pilotos, Conde von Castell. El intrépido Dr. Cuhne
ocupó varias posiciones en la organización, incluyendo la de traductor en la
sección diplomática, una ubicación muy conveniente para mantenerse informado sobre los movimientos de Klee. Ot ro trabajo ideal para Cuhne fue el
de encargado de los archivos del personal de la Gestapo, ya que, durante sus
días como colaborador de Páez y su subsiguiente encarcelamiento, había
recopilado una serie de archivos sobre ecuatorianos destacados17.
El jefe nazi en Guayaquil, la ciudad más grande del Ecuador y puerto
principal, era Adolf Kläre. Otros agentes nazis en Guayaquil incluían al
cónsul alemán Bruckmann, quien también dirigía las operaciones de la
Compañía de Químicos Bayer en Ecuador. Kläre, Bruckmann y el empresario John H. Kruger ayudaron a los alemanes en un sinnúmero de formas, que incluyeron dar refugio a marineros que debían haber sido internados después de que sus barcos naufragaran o hubieran sido hundidos
en aguas sudamericanas.
16 Esta distinción se otorgaba a los pilotos de combate que habían derribado al menos cinco aviones enemigos. Sin embargo, no existe evidencia de que Cuhne haya sido alguna vez piloto de la
Fuerza Aérea Alemana.
17 Naval Intelligence Report, “Modified Diagram of Nazi Organization in Ecuador”, 19 de abril
de 1941, RG 165 box 731, NARS.
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Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
La propaganda de guerra
Mi e m b ros del Pa rtido Nazi en Ecuador. Archivo Histórico. Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio
en Integración del Ecuador. F. Documentos sobre súbditos de las Naciones del Eje, 1941-1946**
Adicionalmente a la organización formal, existían miembros del Partido
Nazi que llevaban a cabo numerosas operaciones comerciales en Ecuador.
Una de las más grandes entre ellas era la Compañía Otto Wolfe, presidida
por Otto Heinrich Carstanjen, un alemán de nacimiento que más tarde se
naturalizaría ecuatoriano y se declararía abiertamente pro nazi18. Esta compañía poseía concesiones de petróleo en Salinas y se sospechaba que operaba una estación de radio clandestina que podía establecer contacto con
los submarinos alemanes. Otras empresas incluían la Casa Viking, el Sa l ó n
Viena y la fábrica de Cerveza Victoria. En la Costa, la Casa Tagua, que
e x p o rtaba nueces de tagua a Alemania para ser empleadas en la fabricación
de botones y empuñaduras de instrumentos, encubría las operaciones nazis
en Salinas, Manta, Esmeraldas y Bahía de Caráquez19.
18 Military Attaché Report, “Axis Nationals Already Deported from Ecuador”, 23 de mayo de
1942, RG 165, file 2000-2340, box 730, NARS.
19 Intelligence Report from USS Erie, reported by Samuel S. Ballentine, Major USMC, 3 de septiembre de 1940, RG 165, box 731, NARS.
** Agradezco a Soledad Castro, Di rectora del Archivo Histórico del Ministerio de Relaciones, Ex t e riores, Comercio e Integración las facilidades otorgadas para la reproducción de esta fotografía. BZ.
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Existieron tres estrategias cruzadas para la difusión de la propaganda nazi
en Ecuador. En primer lugar, estaba la distribución de elegantes publicaciones, producidas en Alemania, dirigidas al público latinoamericano en
general. Éstas incluían publicaciones como la Revista Alemana, una revista de publicación bimestral producida por la casa editorial Ibero-América
en Hamburgo, bajo la edición del Dr. G. Kurt Johannsen. La revista destacaba el Nuevo Orden de Hitler, así como las ventajas económicas que
tendrían los países que respaldaran a Alemania, y sus artículos con frecuencia trataban sobre las relaciones amistosas que siempre habían existido entre Alemania y Latinoamérica. Otra revista, Freude und Arbeit (Alegría y Trabajo, Work & Joy), era una publicación trilingüe dirigida a los trabajadores de países de habla hispana e inglesa. Esta publicación elogiaba
las mejoras en el nivel de vida de los trabajadores alemanes en el régimen
de Hitler. Adicionalmente, Ejército Marina Aviación, publicada en Berlín,
difundía la versión alemana de los enfrentamientos y acciones navales, al
tiempo que publicitaba la superioridad de los equipos bélicos alemanes
sobre los británicos y franceses y, más tarde, los rusos y norteamericanos20.
El Partido Nazi en Ecuador también distribuía panfletos, boletines,
cartas y otros materiales surtidos para convencer a los ecuatorianos de
unirse a su causa. Un esfuerzo local para difundir la imagen nazi en Quito
consistió en la fabricación de tapas de radiador decoradas con la suástica.
Se desconoce si estos instrumentos tuvieron algún efecto sobre el público
quiteño, pero ciertamente dieron lugar a un reporte del alarmado ministro de la Legación estadounidense, Boaz Long21.
El tercer aspecto de la campaña propagandística nazi fue el esfuerzo
para influir en la prensa ecuatoriana. Esto se logró a través del servicio de
noticias Transocean, que operaba desde un estudio en la Calle Mena en
Quito. Esta operación consistía en un servicio de cable que distribuía
noticias sin costo a los periódicos o que, en caso necesario, pagaba a los
periódicos ecuatorianos para imprimir versiones alemanas de la guerra. El
20 “Axis Propaganda in Ecuador”, 1 de junio de 1943, RG 165, box 730, file 2810, NARS.
21 Despatch No. 1121, “Nazi Radiator Caps; German Propaganda”, 5 de julio de 1940, RG 165,
box 731, NARS.
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Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
servicio comenzó a operar el 28 de marzo de 1940 y distribuía diariamente entre la prensa, altos oficiales del gobierno ecuatoriano, oficiales del
Ejército, bancos, empresas y ciudadanos importantes, interpretaciones de
la guerra favorables a los intereses alemanes. Las operaciones de Transocean en Sudamérica estaban dirigidas por Walter von Simona, quien contaba con la ayuda del ingeniero de radio, Hermann Fickert. Ambos se instalaron en Lima y ocasionalmente visitaban Quito22.
El impacto de la propaganda nazi en los principales periódicos del
Ecuador fue mixto. El Telégra f o, el principal periódico de Guayaquil, y El
Comercio, de Quito, estaban suscritos a United Press (UP) y a Associated
Press (AP) e identificaban a la Legación alemana como fuente de los comunicados de prensa de Transocean. Ambos periódicos permanecieron neutrales y su política editorial fue justa y balanceada. Por otra parte, El Unive r s o, el segundo diario de mayor circulación en Guayaquil, fue descrito
por la Legación estadounidense como “… agresivamente pro nazi y continúa siendo el órgano de propaganda más activo de los nazis en este país”23.
Fue en la prensa chica que Transocean tuvo un mayor impacto. Muchos de los pequeños periódicos no podían costearse una suscripción a
UP y AP, y de buena gana aceptaron la propaganda pagada de la Legación
alemana y de Transocean. A menudo publicaban sus textos al pie de la
letra y sin revelar la fuente. El periódico quiteño El Día empleaba exclusivamente los comunicados gratuitos de Transocean, tal como lo hacía el
órgano de comunicación del Partido Conservador, El Debate. A la izquierda del espectro político ecuatoriano, circulaban dos publicaciones
laboristas, Vida Obrera y Regenerador, que también publicaban editoriales
pro nazis y propaganda antiamericana. Mientras la circulación de las publicaciones laboristas era limitada, éstas eran ampliamente leídas por los
trabajadores urbanos del Ecuador24. Además de intentar influir en los
medios, la campaña de propaganda nazi incluyó la distribución de materiales pro nazis en las calles y a través del correo.
Otro aspecto de la influencia de Transocean en Ecuador fue la ausencia de cualquier otra fuente europea de información. Reuters no era empleado por la prensa ecuatoriana y después de mayo de 1940, Havas, la
agencia de prensa francesa, estaba muerta. Más aún, en 1940 no existieron esfuerzos activos de propaganda británica o americana en Ecuador.
En un inicio, los intentos de propaganda antinazi en Ecuador corrieron a
cargo de emigrantes judíos, desterrados por el Tercer Reich. Benno Weiser, por ejemplo, con frecuencia escribía enérgicos artículos antinazis y
pagaba por publicarlos en El Comercio. Otra táctica de la comunidad judía en Ecuador fue la distribución de volantes de carácter antinazi25.
Al principio, Estados Unidos solo monitoreaba la campaña de propaganda nazi en Ecuador. Sin embargo, en verano de 1940 se inició un programa comprensivo para contrarrestar los efectos de la campaña de propaganda nazi en América Latina, mediante el establecimiento de la Oficina para la Coordinación de Relaciones Comerciales y Culturales entre
las Repúblicas Americanas (OCCCRBAR, por sus siglas en inglés), cuyo
primer director fue Nelson Rockefeller. La OCCCRBAR fue rebautizada
con el nombre de Oficina del Coordinador de Asuntos Interamericanos
en 1941 y, en agosto de 1945, se convirtió en la Oficina de Asuntos Interamericanos (OIAA).26 La misión de la OIAA era contrarrestar las amenazas alemanas de carácter económico, cultural, psicológico y subversivo
hacia América, a través de la coordinación de un programa de cooperación económica de alcance hemisférico, así como de “vigorosos programas
educativos y culturales” (Anthony, 1972: 1). En otras palabras, la OIAA
estaba decidida a ganarse el corazón y la mente de los latinoamericanos, y
así obtener apoyo para lograr los objetivos de Estados Unidos antes y durante la guerra27.
La OIAA lanzó una vigorosa campaña de propaganda en Latinoamérica que pronto sobrepasó los esfuerzos nazis. Los materiales se producían
para su distribución en toda América Latina. Por ejemplo, la OIAA distribuyó en Ecuador 249 000 afiches presentando la amenaza nazi hacia
22 John Edgar Hoover to Brigadier General Sherman Miles, 12 de agosto de 1940, “Transocean”,
RG 165, box 731, NARS.
23 Memorandum, “Extent of Nazi Propaganda in Newspapers in Ecuador”, Quito, 29 de julio de
1940, RG 165, box 731, NARS.
24 Memorandum, “Extent of Nazi Propaganda in Newspapers in Ecuador”, Quito, 29 de julio de
1940, RG 165, box 731, NARS.
282
25 Memorandum, “Extent of Nazi Propaganda in Newspapers in Ecuador”, Quito, 29 de julio de
1940, RG 165, box 731, NARS.
26 En el resto del texto se emplea la denominación OIAA.
27 History of the OCIAA, 10 de julio de 1947, RG 229, box 511, NARS.
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Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
Latinoamérica en los términos más simples y a la vez más horribles: uno
de los afiches mostraba a Hitler a punto de destruir una iglesia, al tiempo
que un campesino intervenía en el momento preciso para impedir el atroz
crimen. Otro póster incluía caricaturas de Hitler, Göring y Göbbels disfrutando el ahorcamiento de una desventurada víctima, mientras otro afiche advertía sobre el espectro del nazismo que se acercaba a América, quedando la defensa del continente, nuevamente, en manos de un campesino situado estratégicamente en Ecuador. Aparentemente, el artista que
fue empleado para crear estas imágenes se imaginaba al latinoamericano
promedio ataviado con sandalias y sombrero mexicanos.
Una campaña de panfletos, dirigida a los estratos sociales más bajos, tuvo
por resultado la distribución de 442 720 ejemplares en Ecuador. Estos
panfletos seguían el estilo de las tiras cómicas y presentaban recuentos de
batallas y campañas en las que los comandantes americanos figuraban
como héroes. Por su parte, la revista En Guardia apuntó a las clases media
y alta con un formato al estilo de la revista Life. Nueve mil copias llegaron a los hogares y oficinas ecuatorianas durante la guerra.
Otra táctica de la OIAA fue la de enviar noticias a América Latina para
contrarrestar y, eventualmente, reemplazar completamente los servicios
provistos por Transocean. Un servicio de noticias radiales de onda corta
para América Latina ofrecía cobertura 24 horas al día. La programación
diaria incluía resúmenes de la guerra, una síntesis de lo sucedido en el hemisferio occidental, comentarios de las noticias diarias y un espacio para
la opinión del público. La programación semanal incluía un resumen de
los acontecimientos en el hemisferio occidental, el comentario de Leon
Pearson y el reporte de Aikman desde Washington. El servicio se presentaba en un formato de 290 000 palabras cada semana y se transmitía en
inglés, español y portugués. La OIAA distribuía, además, el New York
Times Internacional, de edición semanal, a lo largo y ancho de Latinoamérica. Adicionalmente, la prensa de la OIAA distribuía, mediante correo aéreo, artículos que llegaban a cuarenta publicaciones en Ecuador y
distribuía fotografías, gráficos, tiras cómicas y artículos ilustrados a estos
periódicos y revistas. Un servicio de artículos para los trabajadores intentaba, por su parte, captar las publicaciones laboristas.
Los comités nacionales de coordinación fueron otro aspecto de la campaña de la OIAA para ganar el apoyo del público ecuatoriano y para obtener los servicios voluntarios de los norteamericanos expatriados en Ecuador. El comité estuvo frecuentemente dirigido por Clarence W. Jones, ya
sea en calidad de presidente o de secretario ejecutivo. Jones era muy conocido y respetado en Ecuador, ya que había fundado la estación de radio
HCJB, “La Voz de los Andes”. Primera estación de radio en Ecuador, la
HCJB era la pieza central de una misión protestante que también proveía
asistencia médica y otros servicios a las comunidades pobres del Ecuador.
Antes de emprender una retrasada pero vigorosa campaña propagandística, Estados Unidos tuvo un temprano golpe de suerte con respecto a
“La amenaza Nazi”
Colección privada del Dr. George Lauderbaugh
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Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
Transocean. La noche del 15 de enero de 1941, tres hombres enmascarados saquearon la estación y destruyeron los equipos de radio y de oficina,
mientras gritaban “¡Muera Alemania!”28. El periódico quiteño El Comercio
especuló sobre la posibilidad de que los perpetradores de ese acto hubieran sido miembros de la Columna 10 de Agosto –grupo ultrapatriótico de
antinazis, extrañamente caracterizado como la “sexta columna”–, con el
fin de persuadir al gobierno de Ecuador de ser el primero en romper las
relaciones diplomáticas con Alemania29.
La columna se había formado en octubre de 1940, con el beneplácito
de Boaz Long, el ministro de la Legación estadounidense, quien, en un
informe para el secretario de Estado, Cordell Hull, dio detalles acerca de
los planes del grupo, indicando, además, que uno de sus integrantes era un
informante30. Al menos tres oficiales del Ej é rcito eran parte de la organización, incluyendo al Capitán Plaza Lasso, hermano de Galo Plaza Lasso,
m i n i s t rode Defensa y quien en 1948 se conve rtiría en presidente de Ecuador. Long re p o rtó que el grupo combatiría la intimidación nazi y que planeaba lanzar una campaña antinazi y distribuir panfletos y volantes31.
El Comité de Coordinación para Ecuador era el centro de distribución
de propaganda norteamericana. También organizaba campañas culturales, educativas y de salud para ganar los corazones y mentes del común de
los ecuatorianos. Uno de los programas más exitosos consistió en la proyección de películas en todo el país. Sobre esta campaña se hace referencia en el reporte de septiembre de 1943, donde se menciona que 111 películas, incluyendo 27 carretes de noticias, 30 sobre los esfuerzos de guerra,
26 de información y 28 educativos habían sido vistos por alrededor de
250 000 ecuatorianos. Más aún, las películas habían alcanzado públicos
afuera de las grandes ciudades, en lugares como Guaranda, Salcedo, Pujilí, Sangolquí y Latacunga. Es probable que la primera película vista por
muchos ecuatorianos haya sido propaganda estadounidense. Mientras
muchas de las películas habían sido originalmente producidas para el público norteamericano y luego adaptadas para los espectadores latinoamericanos, varias tenían decididamente un sabor latino, tal como lo indican
los siguientes títulos: “Cadetes latinoamericanos”, “Hijos de los conquistadores”, “Los Clubes 5C de Cuba” y “La Democracia trabajando en el
Puerto Rico rural”. Adicionalmente, el comité evaluaba la reacción del
público y calificaba cada película con una letra. La mayoría se encontraba en la categoría C+ (“Entretenida; el público parecía satisfecho”), mientras otras, como Andy Hardy’s Dilemma, alcanzaron una B (“Muy aplaudida, el público estaba conmovido”)32. No existían cines en muchas de las
ciudades pequeñas, por lo que el comité tuvo que ingeniárselas, proyectando a menudo las películas en áreas abiertas o sobre una pantalla improvisada33. Existen fotografías del público en varias de estas ciudades34. En
ellas se evidencia que, con frecuencia, una parte importante del público
estaba conformada por indígenas de habla quechua. Es probable que esto
careciera finalmente de importancia para los esfuerzos estadounidenses,
que claramente iban dirigidos a la población blanca y mestiza.
Otra tarea del Comité Coordinador para Ecuador fue la de organizar
p rogramas culturales y educativos. El comité organizó exhibiciones en las
escuelas en las que se mostraban prominentemente las banderas americanas
y británicas, líderes aliados, escenas de batalla de la guerra en Eu ropa y eslóganes a favor de los aliados35. También se hizo un intento por “ayudar” a
28 Military Attaché Report, “Current Events No. 4”, 24 de enero de 1941, Lt. Col. Gilbert Proctor,
Quito, RG 16, box 731, NARS.
29 Military Attaché Report, “Current Events No. 4”, 24 de enero de 1941, Lt. Col. Gilbert Proctor,
Quito, RG 16, box 731, NARS.
30 Boaz Long to Secretary of State, Despatch No. 1328, “Columna 10 de Agosto”, antinazi Secret
Society Organized in Quito, 22 de octubre de 1940, RG 165, box 731, NARS.
31 Boaz Long to Secretary of State, Despatch No. 1328, “Columna 10 de Agosto”, antinazi Secret
Society Organized in Quito, 22 de octubre de 1940, RG 165, box 731, NARS.
32 “Coordination Committee for Ecuador Motion Picture Report for September 1943”, RG 229,
box 1391, NARS.
33 El Comité fue realista al elegir sitios para proyectar las películas, como lo indican las siguientes
o b s e rvaciones sobre Baños: “No hay salas públicas grandes. […] Los mejores resultados
podrían obtenerse mediante la proyección al aire libre. La plaza pública está disponible para
este efecto. Casi tan centralmente localizado [como la plaza] se encuentra un lote baldío frente
de la nueva Basílica, que está actualmente en construcción. No existen jardines ahí que puedan
limitar a la multitud y el lugar mismo parece más santo y más frecuentado que la plaza pública. Hay corriente eléctrica en ambos lugare s”. Memo for Mr. Jones from Vicinus, “Movie possibilities in Ba ñ o s”, 1 de mayo de 1943, RG 229, box 1392, NARS.
34 Clarence Jones to Nelson A. Rockefeller, Provincial Cine Showing, 11 de septiembre de 1943,
RG 229, box 1392, NARS.
35 Clarence W. Jones to Mr. E.J. French, “Press Section”, British Legation, Quito, 24 de febrero de
1943, RG 229, box 1393, NARS. Jones adjunta fotos sobre la proyección de películas en la
Escuela 11 de noviembre en Latacunga.
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los maestros ecuatorianos a enseñar la historia y geografía norteamericanas, para lo que se les dio material educativo que incluía mapas provistos
por la Fundación de Educación Inter-Americana, una unidad de la
OIAA. El currículo de la escuela ecuatoriana incluía historia y geografía
norteamericana en los grados séptimo, octavo y décimo segundo. Más de
400 mapas se distribuyeron entre aproximadamente 250 profesores36.
Otros materiales entregados a las escuelas incluían obras gráficas que mostraban los estrechos vínculos entre Estados Unidos y Latinoamérica. Una
de éstas, exclusivamente para distribución en el Ecuador, mostraba al revolucionario y modernizador presidente Eloy Alfaro consultando a un ingeniero norteamericano durante la construcción del ferrocarril QuitoGuayaquil en los primeros años del siglo veinte37.
Otra de las tácticas empleadas por el comité incluía muestras en apar a d o res, impresiones en cajas de fósforos con eslóganes que proclamaban
a Estados Unidos como el “arsenal de la democracia” y citas del pre s idente Franklin D. Ro o s e velt. Las ondas de radio de Ecuador también se
u s a ron con gran regularidad para proclamar la rectitud de la causa americana.
Al final, la OIAA y el Comité de Coordinación para Ecuador, con la
ventaja que suponía la destrucción de las instalaciones de Transocean por
elementos antinazis, minimizaron la propaganda alemana en Ecuador.
Cuando Estados Unidos se involucró en la guerra, utilizó su poder militar para prevenir cualquier resurgimiento de la campaña propagandista
nazi. Pronto se tomarían otras medidas para proteger al Ecuador de las
amenazas del Eje y para expulsar a los nazis y a otros subversivos de esa
República andina.
Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
“Alfaro estudia los planos del ferrocarril”
Colección privada del Dr. George Lauderbaugh
La expulsión de los nazis y alemanes del Ecuador
36 Memorandum, “Maps to be furnished by the Inter American educational Foundation”, 6 de
junio de 1944, RG 229, box 1390, NARS.
37 Gran parte del trabajo artístico fue realizado bajo contrato con la American Artist Company e
incluía escenas de figuras históricas como George Washington conversando con Francisco
Miranda, el argentino Domingo Sarmiento en el estudio de Horace y Mary Mann en Boston, y
Benito Juárez en su exilio en Nueva Orleans. Se los puede encontrar en RG 229.7.3 PG, NARS.
Uno de los mayo res temores de Estados Unidos con respecto a los nazis
en Ecuador era la posibilidad de que se organizara un movimiento de
quinta columna, que instalara en el poder un régimen pro Hi t l e r. Esto
último, por lo mínimo, frustraría los planes de seguridad nort e a m e r i c anos en el país. Si bien es posible que esta amenaza se hubiera exagerado,
es cierto que existe evidencia de la influencia alemana tanto en el gobierno cuanto en el Ej é rc i t o. En octubre de 1940, Arno Halusa, secretario de
la Legación alemana, viajó a Panamá y consiguió 54 000 dólares en efect i vo del Chase National Bank. El Sr. George S. Schaeffer, vicepresidente
del banco, re p o rtó la transacción a la Embajada de Estados Unidos y
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Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
comunicó al agregado militar el número de serie de los billetes38. Algunos
de esos billetes luego fueron presentados por oficiales militares ecuatorianos. La Legación estadounidense entregó, entonces, una lista de los oficiales involucrados al presidente Carlos Arroyo del Río, y convirtió en
una práctica de rutina el controlar la interferencia del gobierno alemán en
los asuntos internos del Ecuador, al igual que emitir una lista de los nazis
en Ecuador. Por ejemplo, a Gustavo P. Chiriboga, encargado ecuatoriano
de negocios, se le informó que Walter Giese era la cabeza del Partido Nazi
en Ecuador y se le recomendó monitorearlo cuidadosamente39.
Halusa continuó comportándose de manera sospechosa. El 27 de abril
de 1941, Halusa llegó al aeropuerto de Quito con un paquete que había
recibido de un amigo alemán, Joachim Küln. Halusa impidió que el inspector postal ecuatoriano examinara el contenido y lanzó el paquete al
interior de un auto de la Legación alemana que se alejó a gran velocidad40.
El gobierno ecuatoriano, alarmado por las actividades de Halusa, lo declaró persona non grata y eventualmente tuvo que volver a Alemania41.
Los esfuerzos de Estados Unidos para identificar a los nazis en Ecuador no fueron muy sofisticados al principio. Si una persona poseía un pasaporte alemán o incluso un nombre alemán, se le consideraba nazi. Ese
fue el caso de Lilo Linke, una escritora alemana errante que atrajo la atención de los oficiales americanos. Linke aparentemente se dio cuenta de
que la consideraban nazi y miembro de los movimientos de quinta columna, por lo que se dirigió a la Legación norteamericana a aclarar la
situación. Su nombre real era Lise Lotte Linke, nacida en 1906, y en su
juventud había apoyado la democracia alemana y la República de Weimar. De hecho, Linke había sido secretaria del Partido Democrático Alemán. Cuando Hitler asumió el poder en 1933, Linke se autoexilió en
Inglaterra, donde entabló amistad con el novelista Storm Jameson. Linke
declaró haberse distanciado de sus padres, que eran seguidores de Hitler
y miembros del Partido Nazi. Más aún, ella había publicado una autobiografía, Restless Days, la cual era muy crítica de Hitler, por lo que en caso
de ser deportada a Alemania, temía ser encarcelada o, incluso, sentenciada a muerte. Al principio, los oficiales americanos fueron escépticos, pero
la historia de Linke fue verificada por la Embajada americana en Londres.
No obstante, Linke fue llamada para varias entrevistas posteriores, tal vez
porque “su apariencia y personalidad no son poco atractivas”42. Finalmente, todo se aclaró y se la consideró una “buena” alemana que podía
colaborar con los esfuerzos de Estados Unidos para frustrar los intentos
nazis de establecer una quinta columna en Ecuador.
Además de Linke, los agentes norteamericanos descubrieron que había
otros “buenos alemanes” en Ecuador. Uno de ellos era Arturo Eichler, editor del periódico antinazi Defensa, y líder del movimiento antinazi en
Quito. Cuhne había intentado sumarse al grupo para obtener una lista de
los miembros, pero fue rechazado43. Un judío alemán que vivía frente al
Club Social Alemán regularmente informaba a la Legación americana sobre las actividades que se llevaban a cabo ahí44.
En el verano de 1941, Estados Unidos emitió la Lista Proclamada (Lista Negra), el primer paso de una campaña para minimizar la influencia de
38 Boaz Long to Secretary of State, No. 178, “Arno Halusa, Secretary of German Legation in
Quito, returning to Quito from Panamá after having obtained $54 000 in United States
Currency”, 23 de octubre de 1940, RG 165, box 731, NARS.
39 Leland Morris, Charge D’ Affaires ad interim Berlin, to Secretary of State, “Activities of Walter
Giese in Ecuador and West Coast South American Countries”, 11 de febrero de 1941, RG 165,
box 731, NARS.
40 “M/A Weekly letter”, 2 de mayo de 1941, file 3030, RG 165, box 731, NARS.
41 Gerald Drew, Chargé d’ Affaires a.i. to Secretary of State, “Arno Hauls, Secretary of German
Legation, declared persona non grata”, 6 de mayo de 1941, RG 165, box 731, NARS.
42 Boaz Long to Secretary of State, Despatch No. 1298, “Linke, Miss Lilo: Suspected German
Agent”, 5 de octubre de 1940, RG 165, box 731. NARS. Herchel V. Johnson to Secretary of
State, Despatch No. 6431, US Embassy London, “Activities of Miss Lilo Linke”, 17 de diciembre de 1940, RG 165, box 731, NARS. La biografía de Linke (1935) es un relato agudo sobre
su juventud en la República de Weimar. Al inicio, Linke fue miembro de la Liga de la Juventud
Democrática y más tarde sirvió como secretaria del Partido Democrático para después pasar a
engrosar las filas del Partido Socialdemócrata. También trabajó como periodista para varios
órganos del partido en los años veinte. Sus libros fueron publicados en inglés y poco conocidos
en Alemania. Linke permaneció en Ecuador y en 1954 publicó Ecuador; Country of Contrasts,
que por muchos años sirvió como principal fuente de información sobre Ecuador para el mundo
anglófono. En noviembre de 1963 Linke sufrió un fatal ataque al corazón mientras volaba de
Atenas a Londres. Sus restos reposan en su amado Quito desde el 22 de noviembre de 1963.
43 Gerald A. Drew, Chargé d’ Affaires to Secretary of State, “Nazi plans to assume control of
Ecuadorian Government”, Despatch No. 1661, 3 de marzo de 1941, RG 165, box 731, NARS.
44 Mériguet Cousségal (1988) es una colección de artículos de prensa, caricaturas, ejemplares de la
prensa antinazi que muestra la creciente campaña antinazi local liderada por franceses, españoles
republicanos, “buenos alemanes” e italianos, que se generó en Ecuador para beneplácito, no hay
duda, de la Legación estadounidense.
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George M. Lauderbaugh
Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
los nazis. La lista tenía como objetivo convencer al gobierno ecuatoriano
de que los individuos mencionados ahí representaban una amenaza y
deberían ser expulsados en su momento. La lista incluía ciudadanos alemanes e italianos, al igual que ecuatorianos y de otras nacionalidades que
–los Estados Unidos sostenían– eran pro nazis. En la lista también se incluye ron empresas, periódicos y otras organizaciones sospechosas de ser
simpatizantes de los nazis o de estar involucradas en sus actividades. El
p ropósito de esta lista iba más allá de la identificación; tenía la intención
de instigar un boicot económico de las organizaciones mencionadas, así
como de aislar socialmente a los individuos que aparecían en ella.
Luego de que Alemania declarara la guerra a Estados Unidos en diciembre de 1941, Estados Unidos exigió que los “alemanes” de la lista negra fueran deportados a Estados Unidos, por lo que se prometió sería un
internamiento breve, previo a la repatriación a Alemania. Estados Unidos
optó por esta alternativa porque no se sentía cómodo con la habilidad del
Ecuador de monitorear las actividades que realizaban los miembros de dicha lista. Ecuador objetó por ambas situaciones, por la Lista Proclamada
y por la exigencia de deportación. En primer lugar, la Lista Proclamada
había sido elaborada sin consultar a las autoridades ecuatorianas. Desde
el punto de vista de Ecuador, la lista carecía de fundamento en la mayoría de los casos. En febrero de 1942, el presidente Arroyo del Río expresó sus objeciones a los requerimientos de Estados Unidos, arguyendo que
el internamiento en Estados Unidos carecía de base alguna en el derecho
internacional. Arroyo mantuvo su obstinación por otros dos meses, antes
de autorizar la primera deportación de 188 ciudadanos de los países del
Eje en abril (Friedman, 2003: 90-91 y 115). Con el transcurso del tiempo, más ciudadanos de los países del Eje, algunos de ellos portadores también de la nacionalidad ecuatoriana, fueron enviados a campos de internamiento en Estados Unidos.
Conforme progresaba la guerra, Estados Unidos estaba más que complacido con las acciones y políticas del Ecuador, tal como se menciona en
un reporte emitido por la División de Repúblicas Americanas: “La política del gobierno ecuatoriano durante el presente conflicto mundial ha sido
de cooperación con las Naciones Unidas45 y ha activado esta política
mediante la consecución de ciertas medidas de naturaleza económica,
militar, diplomática y política”46. El reporte detallaba las acciones ecuatorianas, incluyendo su ruptura de relaciones con el Eje, la autorización a
Estados Unidos para la construcción y operación de bases, la expulsión de
ciudadanos de los países del Eje, el congelamiento de fondos, la confiscación de propiedades, y la emisión de legislación que facilitaba el acceso de
los aliados a materias primas.
Alemania había tenido dos ventajas iniciales sobre Estados Unidos en
Ecuador. Una era la considerable población alemana expatriada y la otra
era la conocida apatía de Estados Unidos. La apatía norteamericana
comenzó a disminuir en 1938, cuando la administración de Roosevelt se
dio cuenta de que Estados Unidos muy probablemente participaría en la
guerra y que un primer paso importante sería el de asegurar el hemisferio.
Esto dio como resultado un riguroso esfuerzo norteamericano por fortalecer los vínculos políticos y militares con Ecuador, una nación con la que
siempre había mantenido relaciones amistosas. La proximidad de Ecuador a la zona del Canal de Panamá –el centro del poder norteamericano
en el hemisferio–, la importancia estratégica de las Islas Galápagos para la
defensa del Canal, la capacidad de Estados Unidos para otorgar a Ecuador
fondos para su desarrollo y la intensa propaganda contrarrestaban, por
mucho, el potencial alemán de formar una quinta columna en Ecuador,
utilizando un pequeño grupo de simpatizantes nazis. A fin de cuentas,
Ecuador resultó ser más importante para los Estados Unidos que para la
Alemania Nazi, y Estados Unidos resultó ser mucho más importante para
Ecuador que Alemania.
45 Nombre por el que se conocía también a los Aliados (BZ).
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46 “Action Taken by Ecuador to Implement the War Against Germany, Italy, and Japan”, 10 de
octubre de 1944, “Memorandums Relating to Individual Countries, (Equador [sic])”, Vol. 3,
enero 1943 - noviembre 1945, NARS.
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George M. Lauderbaugh
Estados Unidos y Ecuador durante la Segunda Guerra Mundial: conflicto y convergencia
Epílogo: el asunto de la repatriación
Conclusiones
Cuando terminó la guerra en Europa en mayo de 1945, Estados Unidos
tuvo que enfrentarse al problema del desmantelamiento de los campos de
internamiento y de crear alternativas al destino de los internos. En la mayoría de los casos, se ofreció a los internos retornar a Latinoamérica o ser
enviados a sus países de origen, Alemania, Italia y Japón. Sin embargo, en
el caso de los ciudadanos alemanes, Estados Unidos identificó un número considerable de nazis y estaba decidido a enviarlos de regreso a Alemania. Estados Unidos había orquestado un programa antinazi de postguerra en la resolución VII de la “Conferencia Interamericana sobre los problemas de la Guerra y de la Paz” realizada en Ciudad de México. En esta
resolución se enunciaban “medidas para impedir a cualquier persona,
cuya deportación haya sido considerada necesaria por razones de seguridad continental, seguir residiendo en el hemisferio, si dicha residencia se
considerara perjudicial para la seguridad o el bienestar futuro de las
Américas”47. El 10 de abril de 1946, Estados Unidos informó al Ecuador
que había encontrado veintitrés internos provenientes de Ecuador, que
encajaban en los criterios emitidos en la Resolución VII. Estas veintitrés
personas no serían enviadas a Ecuador y enfrentaban la posibilidad de ser
enviadas a Alemania. Ecuador objetó la medida argumentando que era
Ecuador quien debía determinar el estatus de los veintitrés ciudadanos de
acuerdo con la Resolución VII. Estados Unidos aceptó finalmente esta
demanda y los devolvió a Quito. Ecuador organizó audiencias para reconsiderar la residencia permanente de los ex internos, y la Embajada de Estados Unidos entregó evidencia de sus actividades subversivas. En cada
caso, Ecuador falló en contra de los Estados Unidos y otorgó la residencia permanente y, en algunos casos hasta la ciudadanía, a aquellos que
alguna vez fueran considerados nazis.
La Segunda Guerra Mundial fue un momento decisivo en las relaciones
entre Estados Unidos y Ecuador. Mientras los conflictos que surgieron de
diferencias políticas fueron, en ocasiones, muy intensos, la necesidad de
cooperar en asuntos de mayor rango resultó en una convergencia de intereses. Estados Unidos cayó en cuenta de que Ecuador era más importante de lo que hasta entonces se había pensado. Un indicador de esto fue la
elevación de su representación diplomática de Legación a Embajada.
Ecuador, por su parte, se benefició de la presencia americana durante la
guerra y recibió un muy necesario apoyo económico. Más aún, las Fuerzas
Armadas Ecuatorianas recibieron entrenamiento valioso y una nueva base
aérea en Salinas. La disputa con Perú no se resolvió y se enconaría en los
años por venir. No obstante, Ecuador había iniciado el proceso de modernización de sus Fuerzas Armadas y esto finalmente daría sus frutos en
1995. Estados Unidos y Ecuador continuarían teniendo sus diferencias,
pero al final éstas se resolverían amistosamente.
Bibliografía
Archivos consultados:
Archivo Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores (Ecuador)
National Archives and Record Center of the United States (NARCUS)
National Archive and Record Service (NARS)
United States Air Force Historical Research Agency (USAFHRA)
Fuentes bibliográficas:
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Minister for Foreign Affairs, 88, 10 de abril de 1946.
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Blanksten, George (1964). Ecuador: Constitutions and Caudillos. New
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York: Alfred A. Knopf.
Tobar Donoso, Julio (1982). La invasión peruana y el Protocolo de Río:
antecedentes y explicación histórica. Quito: Banco Central del Ecuador.
Zook Jr., David H. (1964). Zarumilla-Marañón: The Ecuador-Perú
Dispute. New York: Bookman Associates.
Las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos
durante la Guerra Fría, del fin de la década del
cuarenta a inicios de los años sesenta
Ronn Pineo*
Identificar una etapa en las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos
mediante la frase “la era de la Guerra Fría” es tomar como punto de partida la visión de Estados Unidos, ya que, si bien Estados Unidos ciertamente construyó sus relaciones con otras naciones alrededor de sus percepciones de la Guerra Fría, Ecuador no lo hizo así. Este ensayo analiza
las relaciones entre Estados Unidos y Ecuador durante el punto más crítico de la Guerra Fría, particularmente los años que van del fin de la década de los cuarenta a principios de la década de los sesenta. Aunque durante esta época Estados Unidos mantuvo una gran ventaja de poder sobre
Ecuador, no empleó automáticamente su superioridad militar y económica para imponerse ante Ecuador. Por el contrario, a menudo se vio frustrado en sus esfuerzos por alcanzar sus objetivos de política exterior en ese
país andino.
Históricamente, Estados Unidos había demostrado poco interés en
Ecuador. Existían muy pocas inversiones directas estadounidenses en
Ecuador y, por ende, la política de Estados Unidos hacia Ecuador no
había sido delineada por los importantes inversionistas en ese país, quienes en realidad eran pocos. Además, Ecuador no solo carecía de importancia para Estados Unidos en términos económicos, sino que rara vez
adquiría importancia política o estratégica. Acaso sería justo decir que
Ecuador revestía tan poca importancia para Estados Unidos que solo los
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Traducción de Beatriz Zepeda y María Luisa Ortega.
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