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Guía de estudio N° 2
La Iglesia y las Cruzadas
momentos del cristianismo, hubo quien
se apartó para vivir en soledad y, en ese
recogimiento, encontrar su santificación.
Fueron los llamados eremitas o
anacoretas, que vivían entre ayunos,
penitencias y oraciones, y de los que
San Antonio Abad fue su más amplio
ejemplo.
A este tipo de vida sucedió la
monástica o cenobítica de vida en
común, en pequeños grupos. Los
miembros del grupo, llamados monjes,
vivieron en los monasterios, construidos
muchas veces por ellos mismos.
El monaquismo se inició en la
Iglesia oriental (Siria, Egipto) y allí
apareció la primera regala, la de San
Basilio. En occidente, el monaquismo se
organizó en torno a la figura de San
Benito de Nursia (480-547), fundador
del monasterio de Montecassino (529),
cerca de Nápoles, en los Apeninos. Su
regla se fundamentó en el lema de ora et
labora, es decir, oración y trabajo, en
contraposición a la dedicación exclusiva
a la meditación, que predominó en los
monasterios orientales. Al mismo
tiempo, obligaba a sus miembros a la
observancia de los tres votos de
obediencia, castidad y pobreza.
1. La Función espiritual y política del
Papado: El papel representado por el Papa tuvo
un incalculable valor en la Europa cristiana, ya
que cualquier asunto de cierta relevancia debía
ajustarse a las directrices marcadas por la
Iglesia.
La Iglesia romana había llevado a cabo
constante progresos desde la época en que
Constantino admitió oficialmente la nueva
religión en el Imperio Romano. La Iglesia
realizó una excelente labor civilizadora, como
depositaria y transmisora de la cultura. A tal
efecto, se crearon numerosos monasterios,
abadías y escuelas eclesiásticas que, durante
muchos años, serían los principales centros
culturales de la Edad Media. También
disponían de su propio territorio y ejército. El
Papa San Gregorio Magno consiguió convertir
a los lombardos. Ya en el año 781, tanto
Carlomagno como Bizancio reconocían la
independencia del Papa y nacían así los estados
Pontificios, que en nuestros días han quedado
reducidos a la Ciudad del Vaticano.
La intervención del Papa en las
cuestiones políticas y religiosas de los Estados
cristianos fue constante. Además, los obispos y
sacerdotes de distinto rango eran considerados
como autoridades importantes en todas las
cortes.

2. Monjes y Monasterios:

El
Monaquismo:
la
verdadera
espiritualidad de la época feudal
europea se concentró en la vida
monástica.
Desde
los
primeros
El monasterio, centro de cultura y
misión: La vida en el monasterio estaba
perfectamente regulada. Se rezaba y
trabajaba., No todos los monjes se
dedicaban a la misma labor: unos
trabajaban los huertos, otros hacían el
trabajo artesanal, y había quienes en su
scriptorium, desarrollaban una labor
eminentemente cultural, pues copiaban
en sus manuscritos las grandes obras del
antiguo saber clásico, las que, de este
modo, se salvan para Occidente. Estos
manuscritos, de admirable caligrafía, se
adornaban con maravillosas miniaturas
policromadas; se les llama códices y se
guardan en las bibliotecas de los
monasterios.
A distintas horas del día la
comunidad se reunía a rezar. Con todo
esto, se cumplía perfectamente con el
ora et labora. En el monasterio surgen
escuelas, en las que se formaban los
futuros monjes y muchos seglares. Son
los únicos centros de saber, dentro de
una sociedad ruda como la medieval. En
las escuelas las monacales se estudian
las primeras letras y las siete artes
liberales, agrupadas en el trívium y el
quadrivium. Constituían el camino
preparatorio para el estudio de la
Teología, la ciencia suprema dentro de
este ambiente.
Importa, pues, subrayar la
eminente función cultural desarrollada
por los monasterios en la época que se
estudia. Unida a ella, va la empresa
evangelizadora. Es preciso recordar, en
este sentido, la labor de San Patricio
(apóstol de Irlanda) y de los monjes
irlandeses en la cristianización de las
Islas Británicas; o la desplegada en
Alemania, extendida luego a eslavos,
húngaros, por San Galo y San
Bonifacio.

Las
reformas
cluniacense
y
cisterciense: Los benedictinos, dentro
de las costumbres feudales, relajaron la
observancia de sus austeras reglas.
La orden experimenta dos
importantes reformas. La primera es la
de los cluniacenses, o “monjes negros”.
Es la reforma iniciada por su segundo
abad Odón, que parte de la abadía de
Cluny, fundada en 910 por el duque
Guillermo
de
Aquitania.
Los
cluniacenses defienden una mayor
ascesis; sus miembros deben dedicar
ocho horas a la oración; refuerzan la
autoridad del abad y la sumisión directa
a Papa, sin las interferencias de obispos
y señores. Fue la expresión de la
creciente espiritualidad manifestada en
el siglo X. Los cluniacenses se
extienden rápidamente por toda Europa,
llevando consigo un nuevo estilo
artístico,
el
románico,
máxima
expresión cultural de la época.
La segunda reforma es la
cisterciense, o “monjes blancos” que
tiene como centro de expansión el
monasterio Citeaux, fundado en 1098
por San Roberto de Molesmes, cerca de
Dijon; su principal promotor es San
Bernardo de Claraval. La necesidad de
esta reforma obedecía a que los
cluniacenses
habían
perdido
su
primitiva
austeridad;
se
habían
enriquecido
y
dedicado
casi
exclusivamente a los libros. Ahora los
cistercienses buscan una vida que huya
de todo lujo y subrayan la austeridad y
el incremento del trabajo manual. La
reforma se extendió por Europa durante
el siglo XIII, con ella surgió un nuevo
estilo artístico, en esta ocasión el gótico.
3) El Clero Secular
El Alto clero: la Iglesia se
institutucionalizó según el modelo
feudal imperante. Ella misma era un
gran poder feudal, ya que poseía la
tercera parte de la propiedad territorial
del mundo católico. Los obispos eran
nobles; recibían sus diócesis como
concesiones de los reyes o de otros
nobles. Esto tuvo como consecuencias
la secularización de la Iglesia y la
relajación de costumbres: muchos
obispos se comportaban como señores
feudales; algunos se casaban y sus hijos
heredaban los obispados.
El bajo clero: Los párrocos rurales
eran, en su inmensa mayoría, casi
siervos de un señor. El señor les
concedía la parroquia así como daba el
“manso” al resto de sus siervos. Aunque
dentro de la comunidad rural era la
única persona que sabía leer y escribir;
su formación intelectual y religiosa era
muy modesta.
El párroco tenía que vivir del
producto de su manso, igual que los
campesinos, puesto que el obispo o el
señor del feudo cobraba el diezmo.
4) Las órdenes mendicantes: A partir
del siglo XII, se produce en Europa un
florecimiento de la vida urbana. Ante
esto, la Iglesia hubo de trazar nuevas
rutas a su acción. La ciudad conlleva un
rápido enriquecimiento y un ascenso
intelectual.
Las
ordenes
monásticas,
encerradas en sus monasterios rurales,
quedan lejos de las ciudades; surgen
nuevas Órdenes que no buscan ya sólo
la santificación de sus miembros en el
retiro conventual del monasterio; se
trata de salir a la calle, de predicar,
luchar contra las desviaciones de la fe
cristiana.
Así aparecen las Órdenes
llamadas mendicantes, porque, en el
nuevo ambiente de riqueza material que
se respira, sus miembros subrayan la
pobreza y viven de limosnas.
Las más importantes fueron la Orden de
los franciscanos, fundada por San
Francisco de Asís y la de los
Dominicos, creada por el español Santo
Domingo de Guzmán.
A ellas pertenecen las grandes
lumbreras del saber universitario
escolástico. Sus conventos se trasladan a
las ciudades. Los nuevos ideales son: la
insistencia n la enseñanza y la
predicación, por una parte, y la más
estricta observancia de la pobreza y la
caridad, para afrontar las necesidades
que los nuevos tiempos presentaban.
5) La Inquisición: La herejía era una
enfermedad contagiosa y destruía el
alma de las personas. Por ello había que
proteger a la sociedad y, se consideraba
necesario, terminar con el hereje
condenándolo a morir en la hoguera.
Desde el año XII existieron inquisidores
que investigaban y juzgaban los
posibles casos de herejía.
En 1231, el Papa Gregorio IX
dispuso que el Tribunal de la
Inquisición estuviera formado por
inquisidores directamente dependientes
del Papado. Debían identificar a los
sospechosos de ser herejes, disidentes
de la fe católica, investigarlos y
juzgarlos. Castigándolos si después de
determinar su culpabilidad no aceptaban
retractarse de sus ideas. Los castigos
propuestos por la Inquisición eran
ejecutados por la justicia civil.


6) Las Cruzadas:
El Oriente en el siglo XI: A fines del
siglo XI, el Cercano Oriente estaba
repartido entre el Imperio Bizantino y el
Imperio Árabe. El Santo Sepulcro había
sido respetado por los musulmanes
árabes; durante los 500 años de su
dominación, no habían interrumpido las
peregrinaciones de los cristianos
europeos a Tierra Santa. En el siglo XI,
coincidiendo con el mayor poder de la
Iglesia, las peregrinaciones se hicieron
más frecuentes. Tan importante era el
número de visitantes europeos a
Palestina, que en el año 1064, el
arzobispo de Maguncia guió una
peregrinación de 7.000 personas. Sin
embargo, el rescatar los Santos lugares
de manos musulmanes parecía una
empresa atractiva para los líderes de
Europa.
La Primera Cruzada: El año 1095, el
Papa Urbano II, convocó a un Concilio
en la ciudad francesa de Cleremont. Allí
exhortó a los caballeros que asistían, a
que empuñaran las armas para servir a
Cristo “contra los hijos de Agar”, y
recordó la frase del Evangelio “Que
cada cual renuncie a sí mismo y tome la
cruz”. Los asistentes, llenos de
entusiasmo, exclamaban: “¡Dios lo
quiere!
Millares
de
caballeros
solicitaron del Pontífice la consagración
para ir a Tierra Santa. En recuerdo de
las palabras de Cristo, ser colocaban una
cruz de paño (generalmente rojo) en el
hombro. Los que iban a Palestina la
llevaban sobre el pecho, a su regreso a
Europa, sobre la espalda. De ahí el
nombre de “cruzados”.
El Papa promulgó inmediatamente un
reglamento;
todo
cruzado
se
comprometía a combatir a los infieles y
a no regresar z su tierra son haber antes
visitado el Santo Sepulcro. La Iglesia le
perdonaba todas las penitencias que
merecían sus pecados. Se reunió en el
norte de Francia una muchedumbre de
gente pobre, casi sin armas, con mujeres
y niños. Guiados por Pedro el Ermitaño
y por Gualterio “Sans Avoir” (“sin
dinero” o “el pobre”) emprendieron
viaje a Constantinopla, orillando el
Danubio.
Pero en Oriente la situación
había cambiado. Ya no dominaban los
árabes, sino los turcos selyúcidas, recién
convertidos al Islam, que veían a los
cristianos a enemigos de su fe. La
mayoría de los peregrinos murió cerca
de Nicea. Un año más tarde, salió de
Cleremont una expedición de 300.000
hombres comandados por distinguidos
capitanes, tales como Raimundo IV,
duque de Tolosa, Godofredo de
Bouillón, Boemundo de Tarento, el
conde de Vermandois, el duque de
Normandía y los condes de Chartres y
de Flandes.
Llegaron a Constantinopla el año
1096; ocuparon Nicea el año 1097; el
año 1098 tomaron Odesa, Antioquía y
Jerusalén. Se apoderaron de Palestina,
Siria y parte de Asia Menor. Fundaron
los reinos cristianos de Oriente y
crearon las llamadas Órdenes Militares,
como los Caballeros Templarios, los
Hospitalarios y la Orden Teutónica.

Las Cruzadas del siglo XII Una
segunda Cruzada se dirigió a oriente el
año 1147. Fue organizada y dirigida por
Luis VII de Francia y Conrado III de
Alemania. Llevaban a 140.000 hombres,
que en su mayoría, fueron degollados
por los jinetes turcos o murieron de
hambre. El año 1148 arribaron a
Palestina los dos monarcas y unos pocos
caballeros. Por aquellos años apareció
en escena la figura del Sultán Saladino,
quien provocaría grandes derrotas a los
cruzados, tomó Jerusalén y expulsó a los
cruzados de Tierra Santa. La pérdida de
Jerusalén creó angustia en Europa. El
papa Urbano III solicitó a todos los
príncipes de la cristiandad ir a Oriente a
combatir a Saladino. Tres reyes
escucharon el llamado: Federico
Barbarroja de Alemania, Felipe
Augusto de Francia y Ricardo
Corazón de León de Inglaterra, que
viajaron entre los años 1189 y 1191.
Barbarroja murió ahogado al cruzar el
río, los otros dos monarcas llegaron a
Palestina,
pero
los
sarracenos
continuaban dueños de los Santos
Lugares.

Las cruzadas del Siglo XIII.
Una cuarta cruzada se llevó a cabo entre
los años 1202 y 1204. Fue predicada por
el Papa Inocencio III y formada por los
caballeros franceses. En vez de dirigirse
a palestina, tomaron Constantinopla,
donde crearon el llamado “Imperio
Latino”, el año 1204, y nombraron
emperador a Balduino de Flandes. El
año 1261 fueron expulsados por Miguel
Paleólogo, emperador de Bizancio.
La quinta cruzada se desarrollo
entre los años 1217 y 1221. Su objetivo
era tomar a Egipto y desde allí avanzar a
Palestina. Estuvo comandada por
Andrés II, rey de Hungría, el que
terminó derrotado.
La
sexta
Cruzada
fue
emprendida en 1227 por el emperador
Federico II de Alemania. Tomó
Jerusalén, Belén y ocupó Nazareth. Sin
embargo, el monarca entro en Tratos
económicos y comerciales con los
selúcidas, lo que provocó el rechazo
más absoluto en Europa.
La sétima y octava cruzada se
realizaron en los años 1249 y 1270.
Fueron guiadas por San Luis, rey de
Francia. Su objetivo era el norte de
África. Ambas fracasaron, San Luis
murió frente a Túnez. Ésta fue la última
Cruzada de oriente.

Efecto de las Cruzadas. A pesar
de todo el esfuerzo de los cristianos
europeos, los turcos continuaron siendo
dueños de los Santos Lugares; pero 200
años de duro combatir produjeron
algunos efectos en Europa.
En primer lugar, los señores
dueños de feudos perdieron su poder
político y económico. Al partir a las
Cruzadas, y para armar su hueste
necesitaban dinero. Él les fue facilitado
por burgueses, u obtenido por la venta
de privilegios y libertades a los burgos
que caían en sus dominios. Al regreso,
el señor se encontraba endeudado y
pobre; su influencia era contrarrestada
por el creciente poder de los reyes.
Por otra parte, el comercio del
Mediterráneo dejó de ser monopolizado
por los bizantinos. Ahora también lo
realizaban las ciudades italianas de
Génova, Venecia y Pisa; que se
enriquecieron
notablemente,
favoreciendo, de este modo, el
movimiento urbano del siglo XII,
impulsado por los comerciantes
enriquecidos con el tráfico oriental.
Las
Cruzadas
permitieron,
además, que Europa se generalizaron
algunos aspectos de la cultura árabe, que
ya eran conocidos a través de España,
tanto lingüísticos como científicos y
también relativos a las armas, y que se
despertara igualmente el gusto por la
riqueza, el lujo y la vida cómoda.
ACTIVIDADES:
1.- Averigua y posteriormente realiza un cuento en el cual describas las sucesivas jornadas
que debía realizar un peregrino desde Europa hasta Palestina.
a) Cuenta los peligros con que debía enfrentarse.
b) Señala sus diálogos con un descreído, un aventurero, un noble y un campesino a quien
sus deberes feudales no permitían alejarse del campo para realizar la peregrinación.
c) Indica tres razones que impulsan a emprender aquella peregrinación.
2.- Análisis de documento
Lee el documento titulado El convento, una pequeña ciudad. Pertenece a la obra de W.
Kleuncht y H. Krieger, La Edad Media. Escribe después un breve ensayo sobre la vida de los
monjes en un convento.
El convento era una pequeña ciudad. El punto era la Iglesia, que estaba rodeada por las
construcciones del claustro, los dormitorios y las piezas de trabajo de los monjes; la biblioteca,
la escuela interior, el comedor y la sala de consejos. Además de los sitios prohibidos, en
pequeños edificios se desarrollaban muchas actividades relacionadas. A menudo., ellos
rodeaban un pequeño patio. Más allá, se ubicaba el palacio del abad con una gran cocina y algo
de tierras; en otro lugar, estaba la escuela exterior, la casa de huéspedes para hermanos
viajeros, para la gente común y la nobleza; más distante estaba una casa para enfermos; junto a
ella, la botica y la residencia del hermano médico. También constaba de taller para obreros,
orfebres, talabarteros, etc., cada uno con una pequeña celda para dormir. Más allá, los edificios
de un gran latifundio, establos, viviendas y graneros, cervecerías, depósitos, gallineros, jardines
de flores y hierbas medicinales, y verduras para la alimentación de los monjes, finalmente, el
patio de la iglesia con árboles frutales.
Las construcciones y sus anexos estaban divididos por callejuelas y veredas, por setos y
murallas. Éste era un gran panel, donde la abeja reina estaba rodeada por un muro con pilotes
de madera, un foso, y posteriormente, con torres al estilo de un castillo.
En esta ciudad conventual, los monjes eran una minoría, a pesar de esto, los mozos, obreros,
campesinos, estudiantes e invitados, debían regirse por la orden del claustro.
En la cercanía estaba el pueblo habitado por campesinos y algunos obreros y mozos del
convento; a poca distancia estaba unificado un castillo de un aguerrido servidor que se dedicaba
a cuidar y a proteger a su señor. Él estaba principalmente relacionado con los monjes y, sin
duda alguna, era uno de los que gozaban de mayor bienestar”.
3.- Elaborar un mapa de las Cruzadas
4.- Cuestionario de estudio.
a)
b)
c)
d)
e)
f)
g)
h)
i)
j)
¿Cuál era la condición social del bajo clero en la época feudal?
¿Dónde nació el monaquismo? ¿Con qué finalidad?
¿Cuáles son los dos ejes principales de la regla monástica de San Benito?
¿Qué aportaciones culturales hicieron los monasterios?
¿Cuál es la diferencia fundamental de los cluniacenses y los benedictinos?
¿Cuál de estas dos familias religiosas (cluniacense o benedictinos) se vincula a la difusión
del arte románico? ¿Por qué?
¿A qué nos referimos con la Ordenes Mendicantes?
Explica que entiendes por Inquisición y cuál fue su labor.
¿Cuál era el “espíritu de Cruzada”? Defínelo brevemente.
¿Qué Cruzadas principales se llevaron a efecto en este período? ¿Cuál fue su resultado?
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